#Fiebre
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viejospellejos · 24 days ago
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Joder, tengo fiebre.
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welele · 3 months ago
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solxs · 4 months ago
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Silencio cuando no estas, todo se nubla, cae la noche, perdido en tus ideas no sabrás a donde ir, ni un peso en el bolsillo, el silencio abruma, es la tesis a la antítesis de una vida feliz.
Nabuplata
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pedriscroquettes · 1 year ago
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fiebre (masterlist)
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summary. a collection of fics involving paz!reader & her brother’s biggest rival.
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fics
✰. tra
✰. crescent marks
✰. lust or love
blurbs
✰. moving too fast?
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genre. enemies to friends with benefits. smut. fluff. fermín x rival’s younger sister. love triangle ft. fran garcía.
lyrics. english translation
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lapazdelmar · 10 months ago
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Mi cuerpo busca el contacto con el tuyo.
No estás, tiembla mi corazón y lejos lo hace el tuyo.
¿Es justa esta fiebre de deseo que va más allá de la emoción?
Andan nuestras almas perdidas en esa utopía de lo eterno, pero ámame, no dejes de hacerlo, aunque toda mi pasión se camufle bajo la apariencia de un suspiro.
Buenas noches amor
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nursicareplus · 27 days ago
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Fiebre Reumática
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arson105 · 6 months ago
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🇺🇸Eng:
Small rant + kind of an unpopular opinion
Amaia Romero, ITS THE BEST SINGER, WINNER, AND ARTIST THAT HAVE COME OUT OT, and it's so simple to understand, I don't truly get why people it's still discussing her talent.
She sings
Composes
Plays instruments in a magistral way (like, have you ever seen her playing piano, that thing it's from another planet, it's hypnotizing)
She is the form of a true artist, someone that values more her love for art than her love for fame.
And that's what we really need.
Thank you.
🇪🇸Esp:
Pequeño discurso + una especie de opinión impopular
Amaia Romero, ES LA MEJOR CANTANTE, GANADORA Y ARTISTA QUE HA SALIDO DE OT, y es tan simple de entender que realmente no entiendo por qué la gente todavia cuestiona su talento.
Canta
Compone
Toca instrumentos de manera magistral (como, ¿alguna vez la has visto tocar el piano, esa cosa es de otro planeta, es hipnotizante)
Es la forma de una verdadera artista, alguien que valora más su amor por el arte que su amor por la Fama.
Y eso es lo que realmente necesitamos.
Gracias.
🔴🟡Cat:
Petit discurs + una mena d'opinió impopular
Amaia Romero, ÉS LA MILLOR CANTANT, GUANYADORA I ARTISTA QUE HA SORTIT D'OT, i és tan simple d'entendre que realment no entenc per què la gent encara qüestiona el seu talent.
Canta
Compone
Toca instruments de manera magistral (com, alguna vegada l'has vist tocar el piano, això és d'un altre planeta, és hipnotitzant)
És la forma d'una veritable artista, algú que valora més el seu amor per l'art que el seu amor per la Fama.
I això és el que realment necessitem.
Gràcies.
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anniquack · 11 months ago
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Como toda mujer alfa sobrevivo a enfermedades y cólicos sin una pizca de medicina
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leregirenga · 2 years ago
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Les confieso: Estoy enferma, con defensas bajas en mi cuerpo,
con la fiebre alta en mi piel, con un decaimiento en progreso...
Y me pregunto: –¿por qué?
Miro mi alma y me doy cuenta:
de lo que callo, de lo que guardo,
de lo que no digo, de lo que me amordazo, de lo que me da vértigo, de tantas vueltas, de lo que pienso...
Veo dentro de mi pecho, y después de escarbar tan adentro
ya se vislumbra la respuesta:
es tanto peso que tengo guardado dentro de mis sentimientos...
Esos que no expreso,los que callo por temor y me sigo guardando,
los que no grito y me trago por no fomentar una discusión.
Los que me crean loca, los que todos dicen y en mis oídos retumban.
Los que por temor a no herir a otro corazón, me mato yo al guardarlos en mi pecho.
Y así vivo enferma por no expresar lo que realmente siento.
Posdata:
Muchas veces las enfermedades, viene de guardar cosas en el corazón, y se fomenta un "Creer" que no se tiene derecho a decirlas, a sacarlas de adentro y se vive cargando con dolor oculto en el corazón. ¡Y no!. Pero ser valiente cuesta y reventar las cadenas de la conciencia lo es aún más, se capaz de quitarte la mordaza y por fin ... expresar lo que sienten. Y sí no puedes, deber ir en busca de terapia, de ayuda profesional, porque no es fácil sacar lo que te mata.
Y la depresión, la ansiedad y demás enfermedades silenciosas pero asesinas y reales, nos pueden carcomer la carne si no se le da el debido tratamiento a seguir.
Paola Maldonado
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welele · 5 months ago
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lu2211 · 2 years ago
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cuadromagico · 2 years ago
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Videoclip para NUC/ROD ROCHE/SD KONG - FIEBRE Letras: NUC & SD KONG Beat: ROD ROCHE Mescla y Master: EME NB OFF 2023. + MUSICA NUC https://open.spotify.com/artist/02lJi... Video por YUGEN22PROD @yugen22prod (https://www.instagram.com/yugen22prod/) Dirección & Realización: Francisca Perez Bustamante & Cristóbal Cisternas Padilla. Producción: Francisca Pérez Bustamante Bustamante. Sebastián Manriquez. Cristóbal Cisternas Padilla. Edición: Cristóbal Cisternas Padilla. Color: Francisca Perez Bustamante. AGRADECIMIENTOS A: ELFA SATURNO LALO DUKE CHULA LIL C SINESTESIA OFRES NUC CAMILO KREEP BABI JUPITER VINILOS PARADISO Suport: BUENOS HERMANO RICH DEL CASTILLO BCN 023. Yugen22prod. © All rights reserved.
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lapazdelmar · 6 months ago
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Voy a seguir amontonando luces, aunque su brillo no me alcance o haga temblar mi la piel. ¿Es acaso solo mía esta fiebre de deseo que el viento agita dejando el sentir desarbolado?
Dime que hay pasión que el eco escucha. Persevero en la imaginación, aunque solo sea la única forma de permanecer.
Yo te esperaré hasta el final de mis días detrás de ese cristal transparente de poesía que ha hecho al mar palidecer.
Buenas noches amor
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majortom84 · 3 months ago
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A veces mi gloriosa CDMX es como los sueños que tienes cuando te da un chingo de fiebre... 🫰❤️‍🩹😵
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nursicareplus · 20 days ago
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Fiebre reumática
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corazondelsol-fanficateez · 4 months ago
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4 - Eclipse solar
Tres días después de la visita a la habitación de su madre, YeoSang había comenzado con síntomas de la Sombra oscura. 
YunHo había sospechado algo la noche anterior, cuando el Príncipe no quiso comer, y al despertar en la mañana, estaba sumido en una intensa y delirante fiebre y la fatiga extrema lo debilitó hasta el punto de apenas poder moverse en la cama.
La preocupación y el miedo envolvieron al guardia, no estaba pendiente de su salud al estar al lado del enfermo príncipe, sino de que éste muera en sus brazos cuando quizás la cura estaba al alcance de sus manos.
Por la noche, después de ocuparse que su Príncipe esté cómodo entre las almohadas y las frazadas, salió directo al palomar. Al lado de éste, guardaban también los búhos y lechuzas, pero había una en particular que estaba buscando. Una pequeña lechuza con motas blancas y marrones que hacía nido en la tierra. Nadie sospecharía que esa lechuza estaba allí, ya que sus hábitos eran principalmente diurnos, a diferencia del resto.
Tomó a la pequeñita, atando a su anilla un diminuto papel enroscado escrito en un código que sólo él y otra persona conocían.
-Ve rápido- le susurró al animal, como si la rapaz pudiera comprenderlo, abriendo sus manos y dejando que extienda sus alas y levante vuelo.
La lechucita se perdió en la oscuridad y YunHo respiró aliviado, en pocas horas, la ayuda estaría en camino. El otro se ocuparía de ver cómo entrar en la habitación del heredero, ese ya no era su problema.
Volvió a los aposentos del Príncipe, esperando escuchar alguna noticia sin acercarse demasiado a nadie. Poca información pudo recibir, más casos de contagio, otros pueblos también habían sido afectados, y que estaban apilando los muertos en los jardines traseros del palacio. YunHo no quería ver eso, ni siquiera intentó imaginárselo.
Al llegar a la habitación, YeoSang había cambiado su posición y ahora estaba de costado, jadeando por la fiebre, se había destapado completamente y su cabeza colgaba del colchón. YunHo lo tomó en sus brazos, esperando que eso sea algún tipo de alivio. El Príncipe lo miró unos breves momentos, y luego dejó caer la cabeza hacia atrás.
-Mamá- jadeó-. No me siento bien- susurró, aferrándose débilmente a la ropa del guardia.
-Lo sé, ya vendrá la ayuda, aguanta un poco más- le dijo YunHo, peinando hacia atrás sus cabellos húmedos por el sudor.
Cuando el Príncipe se durmió, aún en delirios que YunHo no comprendía, el guardia se recostó con él, abrazándolo por su espalda para darle calor a su tembloroso cuerpo, aunque el Príncipe se quejaba de a momentos de tener calor, y por momentos estar congelándose, así que se acercaba o se alejaba según las necesidades del Príncipe. También luchaba por hacer que se quede quieto para mantener una toalla fría en su frente, pero era una misión imposible entre tantos delirios y movimientos, ¿es que acaso no se quedaría quieto nunca? Aunque por otro lado, se aliviaba de que Su Alteza aún conserve un poco de su energía, así sea en los delirantes sueños.
Un golpe en la puerta del balcón hizo que se pusiera en guardia, aunque sabía de quién se trataba.
-¿Estás loco? ¿Cómo permitiste esto?- le dijo el visitante, acercándose a la cama del Príncipe y sentándose sobre esta- Está hirviendo... YunHo, ¡era tu responsabilidad!
-Lo sé, se escapó. No pude detenerlo antes de que llegue a la habitación del Rey, la madre le dio una tremenda cachetada, y a mi casi me cortan la cabeza para empalarla en el jardín de los guardias estúpidos- aludió YunHo.
-Y tu pene deberían dárselo a los elefantes. ¡YunHo! ¡Es un niño!
-No, no lo es. Y tiene una fuerza increíble... Y la Reina, ufff... la Reina hizo que casi sea giratorio su cuello... Espera... ¿Comen pene los elefantes?- preguntó preocupado el guardia, colocándose las manos en su entrepierna-. Mi vida es una amenaza constante desde que pisé la primer roca de este castillo- dijo en modo trágico mientras el visitante sacaba unos frascos de su bolsa de pieles.
-Hola, Principito- lo saludó, pasando su mano por su rostro.
-¿Dejarás que te vea?- preguntó YunHo preocupado.
-¿Puedes tomar esto? Te hará bien- le dijo suavemente, colocando uno de los frascos en sus labios. YeoSang obedeció-. Está delirando, todo será parte de un sueño. No me recordará- aseguró.
-WooYoung... - suspiró el Príncipe.
-Principito, ¿recuerdas mi nombre?- le dijo con cariño.
-Te busqué... te busqué en el bosque este tiempo- le dijo, intentado elevarse sobre sus codos, WooYoung lo detuvo.
-Lo sé, te veía en la distancia...
-¿Qué haces en mi habitación?- preguntó, un poco más consciente.
-Es un sueño, estás delirando, Príncipe- se apresuró a decir WooYoung.
-¿Por eso YunHo se sostiene su entrepierna con cara de sufrimiento?- murmuró, preocupado, con el ceño fruncido.
-Se la cortaron y se la dieron de comer a los elefantes porque se portó mal- dijo WooYoung divertido, esperando ver qué decía YeoSang.
-Ah... a los elefantes... Necesitarán muchos penes de YunHo para llenarse...
WooYoung hizo sonar una fuerte carcajada. YeoSang también rio débilmente.
-Con uno solo alcanza- dijo YunHo ofendidísimo detrás de WooYoung.
-Duerme Príncipe, mañana estarás mejor- le dijo WooYoung, acariciando su mejilla.
-Pero, ¿no estoy durmiendo?- preguntó YeoSang confundido.
-Sigue durmiendo entonces... - concluyó WooYoung, sonriendo, usando sus dedos para cerrar los ojos de Yeosang.
-¿Volveré a verte... en mis sueños? ¿Dónde puedo encontrarte? Iré a buscarte- preguntó, abriendo los ojos de nuevo.
-Mañana nos veremos. Ten paciencia.
WooYoung se levantó de la cama cuando YeoSang por fin se durmió bajo los efectos del brebaje.
-Dormirá varias horas, no te preocupes ahora- le dijo a YunHo, buscando otros frascos-. Estos son para él, el morado cuando se despierte y el verde por la tarde. Este es para ti -le dijo, entregándole un frasco negro-, es un preventivo, no evitará que te enfermes, pero la pasarás mejor, tómalo ahora- explicó.
YunHo destapó el corcho del frasco y bebió el amargo brebaje, haciendo cara de asco.
-¿Qué pensabas que era? ¿Vino? - río WooYoung-. YunHo - lo llamó, seriamente, mirando al Príncipe-, sé que no has salido de la habitación, pero tienes que saber lo que pasa afuera -suspiró-. El pueblo es un desastre, hay cuerpos tirados por todos lados, muertos y medio muertos. El castillo está prácticamente abandonado. No hay guardias, no hay seguridad en ningún lado. Entré por el jardín Oeste, están acumulando los cuerpos ahí, nadie los está quemando ni enterrando y no dudo que haya alguno que aún no esté del todo muerto.
YunHo sintió un escalofrío recorrer su espalda.
-¿Qué pasa con la comida en el castillo?
-Hay reservas- dijo YunHo-, pero no sé cuánto pueden durar, ni quien cocinaría.
-Les traeré comida. No serán los manjares del castillo, pero podrán sobrevivir. El mercado está abandonado, las frutas y verduras están podridas en los cajones... llegara un momento que no habrá a quien comprar nada.
WooYoung se dirigió al balcón.
-¿Ya te irás?- preguntó YunHo.
-Tengo gente que atender, Yuyu. Volveré cuando baje el sol.
WooYoung desapareció en la oscuridad como la lechuza que había enviado antes.
YunHo volvió al lado de YeoSang, acostándose junto a él. Su temperatura había bajado considerablemente y parecía dormir de forma placentera.
A la mañana siguiente YunHo despertó con los rayos del sol prácticamente en la cara. Era más de media mañana, según el sol, y YeoSang lo miraba fijamente.
-Su Alteza, está despierto...
-Estabas babeando- dijo el Príncipe, divertido, aunque aún parecía cansado.
-Parece que está mejor- señaló, colocando su mano en su frente.
-Soñé con el chico del bosque- le contó, cerrando los ojos al tacto del guardia-. Era como el sol, tan cálido y brillante. Me dio de tomar algo, que me hizo sentir mejor.
-Estaba delirando, Mí Príncipe. Vinieron los médicos anoche- mintió, odiaba mentirle a YeoSang-. Me dejaron su medicación, tiene que tomar esta ahora. Prepararé la tina en tanto, así se baña.
Cuando volvió a la cama, el Príncipe no estaba en ella. Se había levantado y estaba apoyado sobre el marco de la puerta que daba al balcón, mirando en dirección a la entrada principal del castillo con tristeza y curiosidad.
Bendecidos, asquerosos y milagrosos brebajes de WooYoung que permitían que el Príncipe pueda levantarse. El sol iluminaba su piel pálida, casi verdosa, pero no le quitaba su increíble poder y belleza.
-No se escucha nada- susurró-. No hay gritos, ni reclamos. ¿Qué pasó? ¿Qué pasó con el Rey, YunHo?
-Aún no hay noticias de los reyes, Príncipe.
YunHo lo tomó delicadamente de la mano, dirigiéndolo al baño, ayudándolo a sacarse el camisón de algodón, observando con pesadez que en su espalda habían aparecido las características manchas negras de la Sombra oscura. Al giraralo y sostenerlo para meterse al agua, vio que en sus muslos y abdomen también habían aparecido.
-Está bien- dijo YeoSang, ante la mirada preocupada del guardia-. Me curaré con la medicación- suspiró, apoyando la cabeza sobre el borde de la tina.
YunHo humedeció y masajeó su cabello con jabones y aceites.
- ¿A mis padres también le están dando?
El corazón de YunHo colapsó, deteniendo brevemente su masaje.
-Lo siento, Mí Señor. Sólo al Príncipe.
-¿Por qué a ellos no?- preguntó YeoSang, girandose hacía el guardia, aún con espuma en su cabeza.
-La enfermedad de los Reyes ya está muy avanzada- mintió de nuevo-, la medicación no haría efecto. Es muy difícil conseguir los ingredientes y prepararla. Ahora, nuestra prioridad es usted.
Mientras YeoSang se colocaba un camisón limpio, YunHo cambiaba las sábanas de la cama.
-Tengo hambre, YunHo- le comunicó cuando estuvo debajo de las mantas - ¿No vino el desayuno?
-No, no vinieron. Iré a ver qué puedo conseguir.
El guardia salió con cuidado de la habitación, cerrando con llave la puerta. No quería que ningún mal intencionado que deseara la muerte del Príncipe aproveche la situación.
Se dirigió a las cocinas. El espacio era un caos, había alimentos y bandejas tiradas por todos lados. Las puertas de ingreso de insumos estaban abiertas de par en par, moviéndose suavemente con el viento. El lugar parecía saqueado, claramente. Buscó en las alacenas y en los depósitos, ni siquiera en la pequeña y personal bodega de los reyes habían quedado sus delicados vinos.
Salió afuera, sabía que detrás había un depósito donde guardaban harinas, legumbres y otros alimentos.
Era una pequeña habitación, con una puerta de madera que estaba cerrada también, YunHo no dudó en buscar algo que le sirva de palanca, sacando la puerta por el lado de las bisagras.
Las ratas corrieron debajo de él cuando la puerta se abrió. Encontró algunas naranjas y manzanas que estaban en buen estado, tomó una de las canastas de paja que se encontraban allí y eligió las mejores.
Recordó también que había un gallinero, y que nadie estaría alimentando a las pobres gallinas. Tomó una gran cantidad de granos de maíz en otra canasta y se acercó a las jaulas, tirándole los granos a las aves. Éstas se amontonaron desesperadas por comida, mientras YunHo entraba al granero y en la misma cesta que trajo el maíz colocó todos los huevos que pudo. Quizás a WooYoung también le servirían.
Su curiosidad hizo que recordara que estaba cerca del jardín Oeste, aunque no estaba seguro si quería ver lo que WooYoung le había comentado. ¿O si?
Ascendió una pequeña colina, donde la vista principal eran aquellos hermosos jardines que ahora estaban repletos de...
Montañas de cadáveres.
YunHo pudo sentir el olor desde su posición, y estaba muy lejos.
Los cuerpos aún tenían sus hermosas y lujosas vestimentas. Las joyas brillaban con el sol, pero la piel era negra en la mayoría de ellos, o azul, en otros. Se apilaban unos sobre otros, dejando caer sus piernas y brazos en posiciones extrañas.
Las rodillas de YunHo temblaron y cayeron al suelo. ¿Que estaba viendo? Vio cuerpos de guardias también, las fundas de sus espadas con piedras engarzadas brillaban, la gente de la corte, sacerdotes, todos estaban allí, en montañas de cuerpos donde no importaba cuánta riquezas tenías.
Volvió a la cocina temblando, prendió más de una hornalla para calentarse, aunque no era frío lo que sentía, y colocando una sartén, cascó y cocinó los huevos. Sería todo para el Príncipe, pero no permitiría que YeoSang sea parte de esas montañas, no mientras YunHo esté respirando, aunque la enfermedad lo consuma y lo haga volar de fiebre, seguiría cuidando a su Príncipe. Las lágrimas cayeron por sus mejillas mientras los huevos explotaban en burbujas en la sartén.
Los colocó en un plato junto a un par de cubiertos y se dirigió a la habitación con las canastas con frutas y huevos, y los huevos cocidos. Entró sigilosamente, pensando que YeoSang estaba dormido, pero estaba nuevamente en el balcón, esta vez sentado, abrazando un poco sus rodillas, vestido con ropas simples.
-Mi Príncipe, no tome frío en el balcón- le dijo, dejando los alimentos arriba de la mesa-. Vamos a comer.
-Demoraste mucho y me encerrarse con llave- se quejó, sentándose en la silla.
-Lo siento, no quería que nadie aproveche que estaría solo. Demoré porque tuve que buscar los huevos en el gallinero y cocinarlos - no le diría nada de los muertos del jardín-. No hay nadie en la cocina, Príncipe- dijo con vos lúgubre-. Han saqueado todo. Pude encontrar esto en el depósito, pero no hay nada más.
El Príncipe comió dos huevos sin asco alguno, una manzana y una naranja que él mismo peló y cortó. YunHo se alegró de que pueda, aún, hacer actos simples por si sólo.
-Me recostaré- dijo después de un largo rato sentado en la mesa mirando perdidamente las cáscaras de las frutas, levantándose pesadamente.
YunHo lo sostuvo por si se caía hasta llegar a la cama, donde lo arropó, sentándose a su lado. La medicación de WooYoung hacía que la fiebre se mantenga a raya, pero no evitaba que las manchas negras aparecieran. YunHo vió otra oscuridad que se asomaba por el escote de su blusa, tomando parte de su cuello.
Cuando YeoSang se durmió se acostó a su lado, dejando que el Príncipe se acerque a él para abrazarlo.
Se dejó vencer por el sueño hasta que el sol empezó a dar paso al atardecer, cuando escuchó campanadas en la lejanía. Tapó los oídos del Príncipe, esperando que no las escuche.
-Por favor, que no sean tres, que no sean tres... - susurró.
Efectivamente sonaron tres campanadas, y luego tres más.
Los Reyes habían muerto.
-¡YunHo!- alguien lo sacudía- ¡Despierta! ¡Despierta! ¡Tenemos que irnos!
-Estoy despierto- dijo con voz ronca, sentándose en la cama.
-Están afuera, YunHo. Armaron una rebelión para tomar derrocar al Rey.
-El Rey está muerto- susurró YunHo, asegurándose que YeoSang seguía dormido.
-No ese Rey, este Rey- señaló WooYoung al Príncipe-. Nos iremos- dijo, colocándo al nuevo Rey dormido sobre la espalda de YunHo.
-Esto es secuestro. Nos cortarán la cabeza por traición.
-¿Quien? No queda casi nadie en el castillo, están todos pudriéndose en los jardines. ¿Dónde esta tu espada?- preguntó, mirando la cintura del alto, que ahora sostenía a YeoSang en la espalda. YunHo hizo una mirada debajo de la cama, donde WooYoung encontró la espada y prendió el cinto a su cintura. Luego le colocó una capa a YeoSang, con capucha-. Estará todo bien, Principito, nosotros nos ocuparemos- le dijo, antes de bajar la tela sobre su rostro.
-¿Está despierto?- preguntó YunHo.
-Para nada. ¡Vamos!
Atravesaron los pasillos vacíos, aunque con cuidado y en estado de alerta. WooYoung lo condujo por el castillo como si fuera propio, hasta que llegaron a los jardines del Oeste, donde se acumulaban los muertos.
YunHo tuvo que contener el aliento mientras atravesaban por lo que antes eran los senderos del jardín.
-¡Alto!- gritó alguien atrás de ellos.
-¡Es un guardia!- grito WooYoung. Ambos deteniéndose.
-¡Alto en nombre del Rey!
YunHo arqueó una ceja cuando se giró hacia el colega. El guardia mantuvo una distancia prudente.
-No te acerques más- le dijo YunHo-. Estoy contagiado- amenazó.
-No puedes tirarlo solamente- le dijo, señalando al cuerpo encapuchado que llevaba atrás-. Hay una lista de las personas que mueren. Debes registrarlo y debe haber al menos dos testigos que acrediten su identidad.
-Es solo un pobre hombre, trabajaba en las cocinas. No sé su nombre. Sólo lo dejaremos aquí- dijo YunHo, bajando el cuerpo del Príncipe y asegurándose que estaba bien cubierto lo apoyó en una de las montañas de muertos, con una horrible sensación.
WooYoung agarró las manos del Príncipe, simulando una despedida.
-¿Él quién es?- preguntó el guardia, señalando a WooYoung.
-Es su compañero, trabajaban juntos... -dijo sin darle importancia, volviendo su vista al guardia-. Nosotros nos estamos yendo, te sugiero que tomes a tus colegas y amigos y te vayas del castillo. Va a haber problemas cuando se enteren que el Príncipe ha muerto en sus aposentos.
-¿El Príncipe?- exclamó sorprendido-. No han avisado.
-Nadie irá, poca gente queda en el castillo y cada uno se está ocupando de lo suyo. Su Guardia también murió. Ve a avisarle a alguien, pero no entres en la habitación. Deja que otros se ocupen.
El guardia dio una última mirada con desconfianza antes de alejarse lentamente por el sendero.
-No nos creerá, YunHo- susurró WooYoung, aún con las manos del Príncipe entre las suyas.
-No mires, deja que se vaya... A la cuenta de tres nos levantaremos y simularemos irnos.
-YeoSang...
-Volveremos por él en unos minutos... uno... dos... levantate y camina tranquilo.
Ambos se levantaron, dejando al Príncipe entre las montañas de muertos, y avanzaron lentamente por el sendero, alejándose de YeoSang.
WooYoung simuló mirar el cuerpo, mirando a la vez hacia las escaleras del castillo.
-Está hablando con otro guardia, nos están mirando- dijo con tensión-. Vienen aquí, ¡YeoSang!
La distancia que había era casi la misma, dependía de la velocidad en la que corrieran quién llegaría antes al cuerpo del Príncipe. Claro que eso no era un problema para WooYoung, que se había criado en la naturaleza, corriendo a la misma velocidad que los zorros de las praderas.
Antes de que WooYoung toque el cuerpo de YeoSang para alzarlo, YunHo había lanzado una pequeña daga, que se clavó en el muslo de uno de los guardias, haciéndolo caer, y desenvainando su espada cuando llegó hasta WooYoung, que se colocó detrás de él con el cuerpo de YeoSang en brazos.
-No hagamos esto peor de lo que ya es- dijo amenazante.
-El Príncipe no puede abandonar el castillo, mucho menos ahora- dijo el otro guardia, con la espada en alto también.
-Soy su Guardia Personal, haré lo que crea conveniente por el bienestar de nuestro Rey.
-Esto es traición. ¡Traidor! ¡Traidor en el castillo! ¡Se lleva al Príncipe!
YunHo suspiró mientras el guardia gritaba, antes de hacer un giro con su espada y cortar la garganta del guardia. Haciéndole un gesto de silencio con su dedo al otro guardia, que yacía en el suelo, recuperando groseramente su daga sin importarle el dolor del otro, robándole además la espada al guardia muerto.
-Te dejaré la tuya, quizás la necesites para salir de este infierno- le susurró-. De mí y el Príncipe no sabes nada. Si me llegan rumores, sabré que eres tú, y te buscaré hasta matarte. Tienes la desgracia de que nunca olvido un rostro- le guiñó un ojo con una suave sonrisa y se levantó para alcanzar a WooYoung que ya se había adelantado un largo trecho.
-¡Le cortaste la garganta!- reclamó WooYoung, mientras ambos corrían a la par.
-¿Qué iba a hacer? ¿Darle un besito?
-Por eso el reinado se extingue.
-Por los besos también procrea.
-Ashh...
-Oh, espera- dijo YunHo, apoyándose en un árbol-. Voy a vomitar-. Advirtió mientras lo poco que había comido y sus jugos gástricos calientes y ácidos subían por su esófago, golpeando la tierra.
-¡YunHo!- exclamó WooYoung, preocupado.
-No es nada. Es el olor... me estaba conteniendo por los guardias- dijo, limpiándose la boca con el reverso de su manga-. ¡Sigamos!
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