#Escuela del Centenario
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TEQUISQUIAPAN, LUGAR IDEAL PARA VISITAR UN FIN DE SEMANA
Querétaro cuenta con siete pueblos mágicos en la actualidad, cada uno con distintos atractivos espectaculares, pero en esta ocasión nos enfocaremos en el municipio de Tequisquiapan, el cual está ubicado a solo 45 minutos de la capital del estado.
El nombre del pueblo proviene del náhuatl teniendo como significado “lugar de aguas termales y tequesquite” el cual hace referencia ya que en la zona era muy reconocida por sus aguas termales y su belleza natural. Además de eso la ruta del arte queso y vino pasa justo por el lugar haciendo obligatoria la visita a un sitio con mucha tradición.
Para empezar un fin de semana en el pueblo tenemos varias opciones para desayunar gracias a la gran variedad de restaurantes con diferentes menús para todos los gustos o si queremos algo más tradicional se puede optar por el mercado municipal donde el comer es algo muy apegado a la gastronomía local, ahí puedes encontrar tacos de carnitas, barbacoa, bistec, chicharrón de res, tamales, gorditas, aguas frescas y comidas corridas que van desde un consomé hasta un mole con pollo y frijoles, una verdadera delicia,
Luego de terminar de desayunar tenemos la posibilidad de realizar recorridos guiados por las agencias de turismo locales, las cuales tienen puntos como lo son: las minas de ópalo donde se puede realizar la búsqueda de ópalos de manera que el visitante experimente el proceso de extracción de este mineral; Los viñedos se prestan para realizar la cata de vinos de excelente calidad; balnearios de aguas termales donde podemos relajarnos y disfrutar la estadía; vuelo en globo donde se puede observar el pueblo desde las alturas. Esto solo por mencionar los puntos principales de los recorridos con los que se cuenta.
El pueblo cuenta con museos, uno muy curioso es “México me encanta” el cual cuenta con la temática de tener figuras en miniatura que hacen referencia la vida del pueblo mexicano de forma “tradicional” como lo es el ir al mercado, visitar el circo, la manera de jugar con juegos comunes en los años 90, ir a la escuela además de que todo está hecho a mano por la dueña del lugar.
Si queremos algo más “extremo” lo recomendado es realizar un recorrido en cuatrimoto donde se visitan los puntos más “emblemáticos” de Tequisquiapan los cuales son: la estación Bernal, barrio de la magdalena (lugar donde se fundó el municipio), presa centenario y la capilla ubicada en el cerro grande donde al atardecer la vista del paisaje es maravillosa.
No hay que olvidarnos de otros lugares como la plaza principal, la capilla santa Cecilia, capilla de nuestro padre Jesús, jardín del arte, colonia hacienda grande, parque la pila, los mercados artesanales, el parador artesanal y el monumento al centro geográfico del país.
Para concluir, es una excelente opción para visitar, en familia, con amigos y en pareja. Nos ofrece un amplio catálogo de actividades, teniendo diversión para niños, jóvenes y adultos.
Ven y disfruta de Tequisquiapan, no te arrepentirás.
Nota: fotos de mi autoría
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BOSQUE DE TLÁHUAC
Proyecto de evaluación de un programa de sustentabilidad ambiental
INTRODUCCION
Para este proyecto de avaluacion, tomareme en cuenta los ancedentes del bosque de tlahuac, que es lo que lo llevo a estar en las condiciones criticas en las que se encuentra, y que es lo que el gobierno pretende hacer con esta rehabilitacion.
Cabe mencionar, que para este proyecto la informacion obtenida, principalmente es por medio de redes sociales, que sustentan dicha informacion.
De forma presencial, es un tanto complicada ya que las personas que laboran en la rehabilitacion no tienen acceso facil con la jefa de gobierno.
Se evaluara, hasta donde va este proyecto, y se propondarn algunas opciones para su mejora en caso de ser requeridas desde mi punto de vista.
ANTECEDENTES.
Uno de los ecosistema de la Ciudad de México que está en el olvido. Se trata del lago del Bosque de Tláhuac, que desde hace cuatro años dejó de existir debido a grietas ocasionadas por los sismos del 19 de septiembre de 2017. Desde entonces, ninguna autoridad ha solicitado su reparación.
El 20 de marzo de 2012 después del sismo de 7.4 grados Richter en la Ciudad de México el lago del Bosque de Tláhuac sufrió un descenso en el nivel del agua, posteriormente se secó por completo debido a 7 grietas que se formaron por el movimiento telúrico. Dicho acontecimiento afecto a los visitantes del lugar, la fauna del lugar y a las personas que rentan lanchas. Desde 1992 el lago no había recibido un trabajo de mantenimiento de importancia, por lo que se aprovechó para sellar las 7 grietas que el sismo provocó. Hoy en día el lago ya no está seco y se puede disfrutar del mismo.
EL BOSQUE DE TLÁHUAC CUENTABA CON VARIOS LUGARES DE INTERÉS QUE OFRECIA A TODOS SUS VISITANTES, ENTRE LOS QUE SE ENCONTRABAN:
Sala de Artes “Centenario de la Revolución” que es un lugar que cuenta con un auditorio donde presentan obras de teatro, corto y largometrajes, y demás eventos culturales.
Aulas y Talleres de“Escuelas para la vida”: donde se imparte clases de música, danza y artes plásticas. Los alumnos de dicho lugar conforman la Orquesta Sinfónica Juvenil Teocuicani.
Pista para correr, lugar que sirve a muchas personas para mantener su condición física, además tiene varias canchas de basketball, futbol y juegos para niños.
Lago, una de sus mayores atracciones, ahí se pueden dar paseos en lanchas rentadas, es un lugar muy bello que además da lugar a patos, algunos de estos llegan en temporada de migración.
Alberca olímpica; “Bicentenario de la Independencia”, donde se imparten clases de natación y que ayuda a muchas personas en la práctica de dicho deporte o simplemente para mantenerse en forma.
Pista de hielo “Mujeres Ilustres“, en la cual se imparten clases de patinaje y que está instalada de forma permanente, dicho lugar sirve de recreación para todo el que visite el Bosque con un precio menor a las demás pistas de hielo.
FARO (Fábrica de Artes y Oficios) Tláhuac, lugar donde se imparten conciertos, actividades infantiles, mesas temáticas, exposiciones, artes escénicas, talleres especiales como danza contemporánea, breakdance, danza aérea, cerámica técnica, jugueteria popular mexicana, etc…, la entrada a este lugar es libre.
Granja; “La granja feliz“, que tiene varios animales, desde conejos hasta venados, pasando por avestruces, patos, gallos y vacas, la entrada tiene un costo bastante accesible de 5 pesos mexicanos.
Cactario y una Minimarquesa, lugar amplio donde se pueden rentar cuatrimotos, y montar a caballo, es ideal para volar papalotes porque el área esta descubierta y el viento es fuerte.
Parque de las niñas y los niños, en este sitio los pequeñ@s podrán divertirse a lo grande.
El Bosque también contaba con varias actividades como gotcha, renta de bicicletas dobles, renta de cuatrimotos, montar a caballo y actividades infantiles como pintar.
Cabe mencionar que esto era antes del sismo de 2017.
Hace unos dias atrás, visitè este bosque, la verdad hay mucha maquinaria que esta trabajando en el lago. Las areas verdes casi no hay, mucha tierra, el area de juegos para los niños estan dañados, la flora y fauna esta mas que escasa.
OBJETIVOS
Aquí en alcaldia iztapala:
Como parte del programa “Sembrando Parques”, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció que el Gobierno capitalino inició los trabajos de la Primera Etapa de Rehabilitación del Bosque de Tláhuac con una inversión de 60 millones de pesos (mdp). El objetivo es transformar al Bosque de Tláhuac en uno de los mejores espacios de la Ciudad de México.
Entre las labores que se realizarán están el rescate del lago, reforestación con árboles frutales, construcción de áreas deportivas, renovación del acceso principal y la plaza, así como iluminación de los senderos e instalación de un sistema de riego.
Asimismo, en conjunto con la la Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA) y la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR) se revegetará el bosque y en las áreas recreativas se construirá una tirolesa, un skate park y un espacio donde se podrá disfrutar de alebrijes, en beneficio de los habitantes de Tláhuac.
Para recuperar el lago fueron necesarios estudios geotécnicos, además se invirtió en espacios para niños y jóvenes, tirolesa, sistemas de riego, aunado a 16 kilómetros de pavimentación en senderos y vialidades.
El objetivo es recuperar las areas verdes, asi como sembrar arboles, tener de nuevo la flora y fauna .
En esta primera etapa se intervendrán 34 336 metros cuadrado
El proyecto contempla la reparación de las áreas recreativas, zonas de acceso, senderos y caminos; la instalación del sistema de riego y luminarias led; así como la rehabilitación del lago a través de un importante estudio geotécnico
Además, se reemplazarán 2000 eucaliptos enfermos por árboles frutales.
Las bases de la sostenibilidad ambiental son: cuidar el agua, ahorrar energía, reducir residuos, utilizar envases reciclables, limitar o eliminar el uso de plásticos, utilizar transporte sostenible, reutilizar el papel y cuidar la flora y la fauna.
Debemos ir viendo con el tiempo, como avanza este proyecto, si realemente, el gobierno cumplira todo lo que esta queriendo hacer con el bosque.
METODOLOGIA (EVALUCION POR MEDIO DE LA OBSERVACION)
La guía de observación es el instrumento que permite al observador situarse de manera sistemática en aquello que realmente es objeto de estudio para la investigación; también es el medio que conduce la recolección y obtención de datos e información de un hecho o fenómeno.
El registro de aquello que se observa permite dejar una marca de lo visto. En él se seleccionan los aspectos relevantes, significativos. Como lo registrado siempre es parcial necesita ser contextuado. En este texto se trabajará particularmente sobre las formas de registro. Hay varios papeles que se emplean en la observacion…
En mi caso la que utilizare es la PARTICIPACION MODERADA. Esto es porque, el proyecto que elegi, es la rehabilitacion del bosque de tlahuac, y en este proyecto no puedo intervenir en todas las actividades, podre observarvar el trabajo de como va esta dicha rehabilitacion y que tanto han avanzado en todos estos meses desde su inicio.
Tomar fotos, o algun video. Tambien quiero considerar la posibilidad de hacer una pequeña entrevista a algun vecino cerca del bosque para que de su opinion al respecto de este proyecto realizado por el gobierno de la CDMX.
RECURSOS Y ASPECTOS SOCIALES
Como lo mencionè, uno de mis principales recursos para llevar a cabo la evaluacion del proyecto de sustentabilidad, es la observacion. De igual forma, espero lograr obtener una pequeña entrevista a algun vecino cercano al bosque para que exprese su opinion ante este trabajo.
Me gustaria, poder tener mas informacion de cerca sobre este proyecto, pero como es por medio del gobierno, dificilmente la podre tenerla con los mandatarios.
Seguimiento de la evaluación del proyecto de sustentabilidad
En el mes de enero, todavia habia terraceria y las maquinas estaban trabajando sobre el lago…
Llevan mas del 50 % del trabajo requerido para la rehabilitacion de lago, y falta aun la restauracion de la flora en su totalidad. Las autoridades siguen trabanjando para que este bosque lo antes posible
Esta imagen es del mes de marzo.
Vicisitudes y acontecimeintos durante la evaluación del proyecto de sustentabilidad.
La Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) de la Ciudad de México lanzó la licitación pública nacional para la rehabilitación del Bosque de Tláhuac.
De acuerdo con la licitación DGSUS/LPN/018/2022 publicada en la Gaceta oficial, la convocatoria para el "Proyecto Integral a precio alzado para la Rehabilitación del Bosque de Tláhuac" indica que las empresas interesadas requieren un capital contable de 30 millones de pesos y la fecha de inicio y conclusiones de la obra es del 20 de junio de 2022 al 28 de diciembre de 2022, es decir 193 días.
Las bases de la licitación tienen un costo de 15 mil pesos, el último día para adquirirlas es el 18 de mayo; la visita del lugar será el 20 de mayo de este año; la presentación y apertura de propuestas es el 2 de junio y el fallo se llevará a cabo este 8 de junio.El pasado 28 de abril, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que este año se llevarán a cabo diversas acciones para garantizar el acceso a los derechos de los habitantes en la alcaldía Tláhuac , donde destacan: inversión histórica de 600 millones de pesos (mdp) en infraestructura hidráulica, 60 mdp para el Bosque de Tláhuac , 15 kilómetros más de Senderos “Camina Libre, Camina Segura”, 200 mdp destinados para el campo.
mejora en movilidad, así como la conclusión de 18 Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES), entre otros.
Este 2023, podemos ver que el bosque de Tlahuac, tiene una rehabilitacion… el rescate del lago era una de las principales obras que de debia hacer. Para ello, se hicieron estudios geográficos para hacer que las grietas provocadas por los sismos, no quedaran dañadas y reparar al 100 % el lago.
El bosque necesitaba muchas mejoras, de acuerdo a lo anunciado por la jefa de Gobierno, se pusieron en marcha para llevar a cabo el plan de su rehabilitacion.
Sin embargo aun falta por hacer, de acuerdo a mi punto de vista, el bosque aun requiere mantenimiento ya que es un lugar muy grande y en menos de un año no se logro todo. Cabe mencionar que el lago desde 1993, este, no recibia ningun mantenimiento, por lo que ahora no se deberia dejar a un lado y darle seguimiento continuo, asi como las areas verdes y espacios recreativos.
No es facil poder obtener la informacion mas certera, ya que las personas que trabajan en el proyecto no son muy accesibles, pocos son los que te dan alguna informacion. Pienso que como es un proyecto del gobierno de la CDMX, no es tan facil que los empleados digan dicha informacion.
BIBLIOGRAFIA
Bhola, H. S. (1992). Paradigmas y modelos de evaluación. En La evaluación de proyectos, programas y campañas de alfabetización para el desarrollo (pp. 26-52). Instituto de la UNESCO para la Educación, Santiago de Chile.
Cerda Gutiérrez, H. (2001). Como elaborar proyectos: Diseño, ejecución y evaluación de proyectos sociales y educativos (pp. 84-95). Bogotá, Colombia: Cooperativa Editorial Magisterio.
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En moto hacia el color de la tradición en la Feria de Mataderos.
Marcelo Hidalgo Sola nos invita hoy a un paseo con sabor a campo y tradiciones criollas. Conocer la Feria de Mataderos, es asomarse a vislumbrar de que está hecha nuestra argentinidad tierras adentro. Desde 1986 esta Feria de Artesanías y Tradiciones Populares Argentinas, exhibe productos y costumbres de la cultura del campo, y también , es escenario del colorido de las danzas más típicas de nuestro país.
La Feria de Mataderos es siempre un paseo que reconforta el alma. En moto, se puede se puede llegar al corazón más gaucho de la ciudad en apenas cuarenta minutos. El camino es ágil y llevadero ya que, los fines de semana, la ciudad tiene un paso más lento y apagado. Por ello, se puede transitar con ritmo sereno mientras uno se prepara para disfrutar de un paseo tradicional, pero siempre novedoso.
La calle principal que lleva a la Feria ya ofrece calma e invita al sosiego. Es una ancha calle con columnas de árboles centenarios que forman un arco y dan reparo con su sombra. El aire agita las ramas frondosas que discurren en suave murmullo y puede verse el sol que se cuela por entre las hojas.
La avenida Lisandro de la Torre , en la semana, es una arteria bulliciosa de este barrio del sur de la capital : Mataderos. Sin embargo, los fines de semana se convierte en una tranquera de campo que nos abre a un viaje tierra adentro.
Una feria con el color de las tradiciones y costumbres camperas
La popular Feria de Mataderos nace en la intersección de la Av. Lisandro de la Torre y Av. de los Corrales. Los fines de semana es más que una simple feria, es un paisaje con el color y sabor del campo. La visitan por igual gentes de todas las latitudes– cuenta Marcelo Hidalgo Sola-.Llegan en masa: locales, del interior y turistas . Y el lugar, se llena de color y danzas. Grupos folklóricos despliegan un abanico de piezas tradicionales al compás de pañuelos en mano que son, en su mayoría, de los transeúntes y visitantes ocasionales que se suman espontáneamente a la fiesta. Zapateos y revuelo de polleras, se mezclan con giros y contra giros, mientras suenan sin cesar las zambas y chacareras. Por momentos pareciera una postal de campo pero no hemos atravesado los límites de la Capital Federal.
En el desfile de puestos se puede ver de todo. Y comprarse de todo y aprender de todo. La vista no puede abarcar la infinidad de artículos que se exhiben para la venta. Por aquí asoman ponchos, mates de todos los tamaños y formas, cuchillos de plata y alpaca labrados, mantas con guardas de diseños criollos, todo muy bien realizado y de calidad.
Cada pieza al ser artesanal, es única. Por ello, cada mate, cada poncho, y cada artículo que está a la venta busca despertar los sentidos de los visitantes. A simple vista, quizás parezcan similares pero la distinción está en los detalles. Un color, una flor tallada en la calabaza, una cinta de color que atraviesa una manta. Pequeños detalles que hacen que cada uno encuentre su objeto especial, como si el corazón mismo del campo lo hubiera acercado a su dueño.
Los puestos de la feria como verdaderas escuelas de la tradición
Los puesteros son muy amables. Están bien dispuestos y reciben a todos de muy buen humor. Al ofrecer sus productos, por lo general, también ofrecen verdaderas lecciones del campo y sus tradiciones.
A pesar de que por la pandemia muchos turistas se van de la feria sin probar el mate, se llevan una cátedra de cultura matera encima. Si la ocasión lo permite, los puesteros les explican qué es un mate y todo lo relativo a su particular ceremonia. Entonces, además de irse con un mate bajo el brazo, lo hacen conociendo las técnicas de como cebarlo , y de cómo se cultiva el producto en el interior del país. En media hora de escucha atenta, aprenden de las propiedades de la menta, del burrito, el cedrón, la cola de caballo y demás. Y de los gauchos, que decir, preguntan todo y todo les causa fascinación…
Como toda auténtica postal de campo, el recorrido no estaría completo sin la gran cantidad de ‘paisanos’ vestidos con ropas gauchas que con sus aperos recorren la Feria. Y, si uno llega para el espectáculo de doma, puede sentir que ya no le faltaría nada para ver. En un espacio especial de la Feria, se realiza el tradicional desfile de jinetes montados a caballo. Un despliegue de trotes y carreras en donde se luce la destreza y la belleza de la doma. Aquí, ante la vista de los jinetes y sus caballos, uno puede apreciar la bondad de un animal que regala lo mejor de sí a su entrenador. Un pedacito del campo a vista de todos.
Por ello, visitar la Feria de mataderos, es una excelente oportunidad para subirse a la moto y llegarse hasta el campo sin salir de la ciudad. Disfrutar del paseo, una buena comida al paso, aprender de nuestras tradiciones mientras escuchamos excelentes zambas, puede ser una muy buena oportunidad para reconectarnos con nuestras raíces más profundas que, por suerte, siguen vigentes y se actualizan semana tras semana, en estos pagos urbanos, a minutos de la City Porteña y del conglomerado de cemento.
Originally published at on https://viajeenmoto.com.ar January 23, 2023.
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12/11/2024:
Estoy en una esquina con un quiosco de noche, despidiéndome de amigos. Hay una parada de colectivo con fila. Tengo la bici, pero arranco a caminar y me la olvido, vuelvo y me la estaba robando un rappi, pero lo miro nos reimos y me la devuelve. Vuelvo a volver y la zona se convierte en las manzanas de la escuela primaria, mi casa vieja, la de Valentín y Lulu, pasando el parque centenario. las calle están completamente vacías y oscuras, muy oscuras. No hay ni una luz encendida, como si se hubiese cortado en una misma calle por varias cuadras. Me decido a doblar para buscar una zona mas iluminada por la que caminar. La calle que corta también esta muy oscura, es como un pasaje con bulevar. Una persona en skate a toda velocidad sale de la penumbra.Le grito algo. Sigo caminando y descubro que el gran cantero esta inundado de agua y veo a un señor viejo, nadando crol como si fuese una pileta, riéndose, casi vestido de gala vieja, sale del agua para saludarme, lo esquivo y corro. Me meto en una casa y me abre un señor con carne en la mano. Le pido que me deje atravesar su jardín para llegar al la zona iluminada de la calle. Responde que sí,con la condición de que pruebe un poco del asado. Al principio me rio agradezco y me niego. después me doy cuenta de que no queda opción. Empiezo a atravesar el patio lujoso y todo se siente raro llego al final y la pruebo. Estaba rica y blanda. me pregunta si sé que carne es. y por alguna señal que no recuerdo acierto en que es carne humana. Sonrrie:"viste que es rica es". asiento y me deja salir . Le digo que ojalá la haya conseguido por una muerte accidental, corro y llego al auto. al principio no quiero manejarlo, me duermo, bloqueo, hasta que me convenzo de hacerlo. algo pasa con los cambios (-punto muerto-pienso,me dice alguien), no me permiten bajar la velocidad, ni detenerme de golpe. cruzo una calle y veo a chicas del secundario, casi las piso. sigo con el auto hasta chocarlo despacio contra la pared de una esquina y logro bajarme. llego a una casa medio mansión antigua. están ahí todas y solo la chicas de mi primer trascurso por la secundaria, en una fiesta, de algún modo me siento mas relajada. por lo menos hay linda luz. tomo algo y converso
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Gaisha Rakhmankulova, Gaĭsha Abdrakhmanovna Rakhmankulova (1913-1991) pintora rusa.
Fue la primera artista profesional de Tartaristán.
Nació en Karmaskalinsky. En 1924, la familia Rakhmankulov se mudó a Ufa y en 1931 a Kazán.
En 1936, G. Rakhmankulova ingresó en la Escuela de Arte de Kazán, donde se graduó en 1941. Su camino creativo comienza durante la Gran Guerra Patria. En 1942 se convirtió en miembro de la Unión de Artistas de la República Socialista Soviética Autónoma Tártara.
Desde 1942, Gaisha Rakhmankulova trabajó en la Fundación de Arte Tártaro (hasta 1953 - " Tat Artist ").
Creó obras en muchos géneros. Hay dos etapas en la obra de Rakhmankulova. En el período de posguerra y hasta principios de la década de 1960, trabajó activamente en el campo de la pintura de caballete: retrato (“ Retrato de una madre ”, 1946; “ Artista popular de la TASSR G. Kaybitskaya en el papel de Altynchech ”, 1947) , vida cotidiana (“ Jóvenes Naturalistas ”, 1950; “ Estudiantes ”, 1952), paisaje (“ Inundación ”, 1953; “ En Jardín Leninsky ", 1954; " Primavera en la ciudad ", 1954), naturaleza muerta (" Peonías ", 1955).
Otra etapa, que abarcó la segunda mitad de la obra del artista, está asociada a las acuarelas. Este material reveló el verdadero pintoresquismo de la maestra, toda su vida y su posición creativa.
En los años 60, la artista se interesó por las acuarelas. El elemento “ acuarela ” de sus creaciones comenzó con una exposición de obras de acuarelistas estonios y letones, expuestas en el Museo de Bellas Artes de Kazán en 1961.
De un viaje por Europa, realizado en 1962 como parte de un grupo de artistas tártaros, la artista trajo más de sesenta láminas de acuarela con vistas de Grecia, Turquía, Italia, Francia, Inglaterra, Dinamarca, panoramas marítimos del mar Mediterráneo, el Atlántico. Ocean, que luego formó toda una exposición.
Posteriormente aparecieron ciclos relacionados con viajes por el Volga y el Cáucaso Norte, en los que se reveló claramente la originalidad individual de G. A. Rakhmankulova.
Sus obras son ricas en colores y están imbuidas de energía positiva. Con motivo del centenario de su nacimiento, en 2014, en la galería "Tesoro", "Gaisha Rakhmankulova. Se organizó la exposición "Acuarela de Kazán".
Participó en 85 exposiciones durante su vida.
Le ponemos cara.
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«Los seres lentos no tenían buena reputación. Se decía que eran unos zoquetes y se les suponía torpes, aunque realizaran gestos difíciles.»
«Se sospechaba que no ponían mucho ánimo en el trabajo. Se prefería a los despabilados, a los que saben quitar rápidamente una mesa, oír a media voz las órdenes y apresurarse a ejecutarlas (...)»
«Yo tomé mi propio partido, el de la lentitud.»
«Los árboles centenarios cumplían su destino siglo tras siglo y tal lentitud era semejante a la eternidad.
A mis ojos, la lentitud era sinónimo de ternura, de respeto, de gracia (...)»
«Por mi parte, me permití vivir lenta, religiosa, atentamente, todas las estaciones y las etapas de mi existencia.
El mundo fue cada vez más de prisa (...)»
«Entiéndase que la lentitud a la que me voy a referir no es un rasgo de carácter, sino una elección vital: convendría no precipitar el tiempo ni dejarnos atropellar por él, una tarea saludable, urgente, en una sociedad que nos acucia, a menudo con nuestro consentimiento.
He querido describir algunas actitudes que dejan espacio a esa lentitud y nos aseguran un alma invariable.
Vagar: tomarnos tiempo, dejarnos guiar por nuestros pasos, por un paisaje.
Escuchar: ponernos a disposición de otra palabra a la que concedemos crédito.
El aburrimiento: no él no querer nada, sino la aceptación y el gusto por lo que se repite hasta la insignificancia.
Soñar: instalar en nosotros una consciencia crepuscular pero alerta, sensible.
Esperar: con el fin de ampliar el horizonte de la forma más vasta y más libre posible.
La provincia interior: la parte marchita de nuestro ser, una representación de lo anacrónico.
Escribir: para que poco a poco se abra paso en nosotros la verdad.
El vino: escuela de sabiduría.
Moderato cantabile: la medida más que la moderación.
En todas estas experiencias, la lentitud no significa la incapacidad de adoptar una cadencia más rápida. Se reconoce en la voluntad de no precipitar el tiempo, de no dejarse atropellar por él, y también de aumentar nuestra capacidad de acoger al mundo y de no olvidarnos de nosotros mismos en el proceso.»
«(...) tomemos en cuenta la preocupación de vivir, por lo tanto de permanecer, en los lugares con los que nos sentimos de acuerdo.»
«Pienso que vivir constituye, en lo que a mí respecta, una oportunidad que no me será concedida una segunda vez (...) valoro a cada momento la suerte que tengo de estar vivo, de acceder cada mañana a la luz y cada noche a las sombras, de que las cosas no hayan perdido su brillo inicial (...)»
«La vida misma como ondulación, como despliegue, la vida en pequeñas gotas más que como un tornado o un río impetuoso. Una luz más que una fuerza.»
«A la vez, estoy en contra de todos aquellos que pretendan llenar mi espacio con sus propuestas necesariamente deshonestas. Les notifico en estas páginas mi desacuerdo. Exijo que me dejen avanzar a mi ritmo o, mejor dicho, al que la Fortuna me ha destinado.»
"Del buen uso de la lentitud", Pierre Sansot
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Autorretrato de Raffaello Sanzio (Urbino 1483 - Roma 1520)
Características Fecha: 1506 Museo: Los Uffizi Recopilación: Cuadro Colocación: C1. Autorretratos - Desde los orígenes hasta el siglo XVII Técnica: Óleo sobre tabla Dimensiones: 47,3x34,8 cm Inventario: 1890 n. 1706
En este cuadro también se reconoció el autorretrato de Raffaello Sanzio cuando era joven, basándose en la comparación con el otro autorretrato del pintor visible en el fresco que representa la Escuela de Atenas en la Stanza della Segnatura en el Vaticano. entre 1509 y 1511 por encargo del Papa Julio II. Aunque están realizados con técnicas diferentes, en ambos retratos el artista se representa con idéntica fisonomía y expresión, el peinado y corte de pelo son los propios del paje de la corte renacentista y el sombrero oscuro, del estilo posteriormente llamado "Raffaella", es el que suelen utilizar los pintores, así como la túnica oscura de la que apenas emerge la camisa blanca: es el sencillo traje de trabajo, en alusión deliberadamente a su profesión, que así declara con orgullo. Los ojos oscuros y los rasgos gráciles son una confirmación del juicio entusiasta que Vasari, en las Vidas, expresa sobre el maestro de Urbino, del que elogia "la gracia, el estudio, la belleza y las excelentes costumbres", así como la perfección en el arte. comparado con el de los pintores Zeuxis y Apeles, recordados por las fuentes como los más grandes del mundo clásico.
La autoría del cuadro quedó definitivamente establecida gracias a las investigaciones realizadas sobre él en 1983, con motivo de la exposición con motivo del centenario del nacimiento de Rafael, celebrada en el Palacio Pitti. Luego fue posible, a través de reflectografías, visualizar el dibujo preparatorio y la aplicación del color, técnicamente muy refinado y compuesto por veladuras brillantes colocadas para transparencia sobre un fondo blanco. Estos elementos demuestran el interés del artista por la pintura flamenca contemporánea, muy apreciada en la corte de Urbino, donde se hospedaron famosos pintores nórdicos como Justo de Gante y Pedro Berruguete. La fortuna de este cuadro está ciertamente ligada al mito de Rafael, celebrado en vida y casi mitificado, debido a su temprana muerte, ocurrida en 1520, con sólo treinta y siete años. Los documentos que nos han llegado permiten comprobar que la obra procede de Urbino, ciudad natal de Rafael, donde estuvo ubicada hasta el 24 de septiembre de 1652, en la "cámara" de Vittoria della Rovere, hija del último duque de Urbino y de Claudia. de' Medici. Es posible que los señores de Urbino hubieran querido la efigie de Rafael en su rica colección: de hecho, no sólo fue un gran pintor, sino también un motivo de orgullo y gloria para la ciudad que lo vio nacer. Vittoria della Rovere, comprometida con su primo Ferdinando II de' Medici cuando aún era una niña, trajo las mayores obras maestras de la colección familiar a Florencia como dote en la década de 1630. El autorretrato se inscribe entonces (1663 - 1667) entre los "Retratos de pintores hechos por su propia mano" recogidos por el cardenal Leopoldo dei Medici, primer núcleo de la gran colección de los Uffizi que quería, aún existente y aumentada, así como famoso en el mundo por ser el más rico y numeroso de su tipo.
Aunque no hay certeza de cómo llegó el cuadro a posesión del cardenal, es razonable pensar que fue un regalo de su cuñada Vittoria della Rovere, más que la hipótesis de una supuesta compra por parte del prelado a la Accademia di San Lucas en Roma.
Texto por Simona Pasquinucci
Información de la web de la Gallerie degli Uffizi, fotografía de mi autoría.
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Escuela N°26 Yapeyú: un siglo de educación en las islas sanfernandinas
Funcionarios y concejales municipales compartieron los festejos del centenario de la Escuela Nº 26 de Río Carabelas, Yapeyú, en la segunda sección de islas sanfernandinas. La actual directora del establecimiento, Julieta Salgado, recordó que la escuela surgió de la comunidad isleña y destacó que fue una familia isleña, la que donó los terrenos donde se levanta el actual edificio donde se festejó…
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Un viaje al paganismo. Entrevista con Christopher Gérard sobre el Paganismo
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
«Una vida que no sea un rito perpetuo de acción de gracias no es una vida de éxito».
Alain Daniélou, Les Contes du Labyrinthe, 1988.
¿Quién es usted?
Si tuviera que definirme en una palabra diría que soy una especie de arqueólogo de la memoria. Siempre he sentido una gran fascinación por el tiempo y la eternidad. Desde muy temprana edad, la memoria y la muerte me han inspirado sueños y reflexiones, incluso antes de leer textos religiosos o filosóficos. He aquí un ejemplo: a los doce años, ya era miembro de una sociedad de arqueología. Con mis amigos, todos mayores que yo, excavábamos una necrópolis merovingia en las Ardenas. Excavé pacientemente decenas de esqueletos. Solo, en el fondo de las tumbas excavadas en la dolomita, a menudo bajo la lluvia (que llamamos drache [modismo francés para referirse a la lluvia, n.d.t.]), pasé horas y horas en silencioso cara a cara con estos francos desaparecidos hacía más de mil años. Comprenderán que el dogma de la resurrección de la carne suscitaba en mí una cierta hilaridad.
Paradójicamente, esta experiencia también me ha inoculado contra todo nihilismo morboso: las teorías de lo absurdo siempre me han parecido... absurdas. Creo que fue entonces, en aquella colina del «Monte de los Francos», cuando, sin saberlo, comprendí e interioricé el sentido de lo trágico, el desprecio del dogma y el valor liberador de la risa. Años más tarde, la lectura de Nietzsche y de algunos otros dio forma a este caos de impresiones adolescentes. Otro ejemplo: durante nuestras excavaciones, conocimos a un radiestesista casi centenario. De joven, había presenciado la muerte de un anciano de su pueblo que había servido en los ejércitos de Napoleón. En su delirio, el moribundo seguía aclamando al Emperador... Escuchando a nuestro viejo zahorí, tuve la estremecedora impresión de ver a Napoleón y de haber vivido yo mismo esta epopeya: el tiempo se había abolido. Alain Daniélou, uno de mis maestros, dice en el prólogo del Chemin du Labyrinthe (Rocher, 1993): «El tiempo no es más que una ilusión, una sucesión aparente de momentos durante un viaje que los seres realizan en el eterno presente. En ciertos momentos de la espiral de la vida, nos encontramos cerca de otros momentos pasados o futuros; luego volvemos a alejarnos de ellos».
Mi pasión por la arqueología desde los diez años me inmunizó contra los encantos del mundo moderno, que despreciaba instintivamente. Estoy y estaré siempre del lado de la barricada de lo «arcaico», aunque no niego las ventajas reales de la vida contemporánea. Los excavadores teníamos muy claro que ejercíamos un sacerdocio: respetábamos un pasado que todo el mundo quería olvidar. El patrimonio aún no estaba de moda, pulido y, por eso mismo, neutralizado. Qué grande era nuestro placer – y qué grande nuestro orgullo – cuando respondíamos a los visitantes asombrados que hacíamos este trabajo titánico (los que han excavado en la maleza me entenderán) por nada, por la belleza del gesto, el placer de aprender. La arqueología era para mí una escuela de fraternidad, gratuidad y piedad hacia el pasado ancestral.
Usted es de nacionalidad belga. ¿Se siente más flamenco o valón?
Soy belga: es una palabra que me gusta bastante porque hace referencia a Belenos, el Apolo solar de nuestra región. También me gusta el hecho de que nuestros lejanos antepasados procedan del Septentrión: «La isla de Thule, que se hizo famosa en las canciones de los poetas griegos y latinos, está situada frente a las costas de los Berges (= los belgas)», dice el geógrafo Pomponio Mela. En el año 281 a.C., el rey macedonio Ptolomeo Keraunos fue derrotado y asesinado por invasores dirigidos por un tal Bolgios, el belga. Este parece ser el nombre de las tribus procedentes del norte de Alemania, o incluso del Báltico, que saquearon Delfos (¡yo no estaría demasiado orgulloso de ello, como digno seguidor de Apolo!) y fundaron el reino de los gálatas en Asia Menor. Otros se asentaron en nuestras regiones y formaron un grupo de pueblos que César, dos siglos más tarde, describió como fortissimi: los más valientes (y los menos «ablandados» por la civilización mediterránea). Así pues, belgas y alemanes son primos cercanos. Y Bélgica, aproximadamente entre el Rin, el Mosa y el Escalda, es una realidad desde hace más de veinte siglos. Así que somos un pueblo antiguo, como los íberos o los helvecios. Los belgas de hoy pueden enorgullecerse de tener uno de los nombres más antiguos que un pueblo europeo lleva hoy en día. Los múltiples «países» de la Bélgica gala, celosos de su independencia y sus diferencias, se dividen en tres: flamencos, germanófonos y francófonos, los tres apegados a su identidad. Tenemos una herencia celta, germánica y romana, más algunas influencias posteriores italo-españolas y austriacas. Por eso me exaspera cualquier forma de chovinismo: cuando oigo hablar de una nación flamenca o valona, no puedo evitar sonreír. El nacionalismo me es ajeno: en mi opinión, esta ideología, surgida de la Revolución Francesa, despoja a las patrias carnales de su savia y hoy sólo puede conducir a una soberanía falsa. Para mí, la patria (o matria) es una realidad, la nación una entidad administrativa, y el patriotismo ya sólo puede ser continental. Otro de mis maestros, Ernst Jünger, en Les prochains Titans (Grasset, 1998), su testamento, afirma que «este concepto de patria (Heimat) es crucial. La patria no es el Estado y la pluralidad de patrias no puede ser suprimida, ni siquiera por el Estado universal. Yo añadiría que la patria es un mito que une a las personas de forma constructiva, mientras que la nación fragmenta y divide; del mismo modo, el nacionalismo, que es esencialmente agresivo – miren a los Balcanes –, moviliza a los individuos unidos por la suma de sus frustraciones. No hay más que ver a algunos flamencos, cegados por su odio a todo lo que sea francés, pero inertes ante la americanización galopante de su juventud y el desmantelamiento de su industria... Lo mismo ocurre con el subnacionalismo valón, aún más grotesco porque ni siquiera tiene los medios para realizar sus pobres ambiciones.
También me defino como tioles romanófono, lo que me parece reflejar esta identidad celto-germánica latinizada: la lengua francesa es también mi patria. Me parece una barrera eficaz contra los embates del «inglés básico» y la subcultura universalista. El sueño de Thiois, el de Joris Van Severen, un verdadero gallardo (¡y perfecto francófono!), y el de su sucesor el inclasificable Louis Gueuning, que sentía esa nostalgia por los Países Bajos belgas, es también el mío. Al igual que Gueuning, estoy convencido de que los brabantes, limburgueses, holandeses, zelandeses, hennuyers, namurios, liégeoses y luxemburgueses, sin olvidar a los picardos y alsacianos, forman un todo unido por una historia prestigiosa, la de Lotaringia y los duques de Borgoña. Fiel al principio monárquico – por su propia naturaleza anagógico, es decir, porque eleva al hombre – me encuentro decididamente entre los defensores del Imperio. El Imperio, el Rijk para utilizar el lenguaje tioles, es el único capaz de salvaguardar la autonomía y las patrias, trascendiendo y respetando este mosaico de etnias. Quisiera señalar que esta visión es la antítesis del cosmopolitismo nivelador y del mestizaje globalizador propagado por los medios de comunicación estipendiados. Del mismo modo, la monarquía es la mejor defensa contra los excesos totalitarios. ¡Antes un monarca, a ser posible ilustrado, que un tirano, antes un Príncipe que un vulgar ministro-presidente! En Du Roi (Julliard- L'Age d'Homme, 1987), Vladimir Volkoff subraya que los reyes son una necesidad biológica. Ante todo, las sociedades indoeuropeas, de la India a Irlanda, están encabezadas por un rey, llámese rex, rix o rájah, cuya función sagrada es encarnar la soberanía y la ley, y preservar el orden del mundo. Se trata de una función simbólica, es decir, esencial, que nunca podrá cumplir un político, hombre de partido y, por lo tanto, divisor del cuerpo social. El Rey Cristianísimo es un avatar tardío del Princeps pagano y la antigua realeza wotánica de los germanos es el origen de las monarquías francesas e inglesas. Esta última no lo ha olvidado: en la Torre de Londres aún se rinde culto a los cuervos, animales sagrados dedicados al Aesir Tuerto.
Dicho esto, no siento especial afecto por el Estado belga en su forma actual, agusanado y parasitado por élites tan corruptas como incompetentes (lo que las hace aún más insoportables), y que sólo se mantiene en pie gracias a la cobardía reinante. Hay que distinguir entre dos cosas: un régimen político que ha entrado en su fase final de disolución y una entidad geopolítica, es decir, la zona Rin-Mosa-Escalda que he mencionado antes. La primera puede y debe cambiarse. Pero ni la geografía ni la historia pueden cambiarse al capricho de las pasiones, que a menudo no son más que una pantalla para el egoísmo y la sed de poder. La ruptura del país sería un desastre, peligroso para el equilibrio de Europa, y no resolvería nada. Entre una Valonia destinada a ser comprada – qué humillación – por Francia, que convertiría a sus habitantes en ciudadanos de segunda clase – harkis de piel clara – sometidos a los dictados de París, y un Flandes ya colonizado por capitalistas franceses mucho más voraces que los «fransquillons» (véase Vilvoorde), no veo dónde estaría la mejora. Y, además, ¡qué inestabilidad en el centro de nuestra Comunidad Europea! No, el destino de Bélgica, espina dorsal de Europa, es desempeñar su papel secular de tierra imperial.
Europeo, en casa en Galway, Colonia o Saint-Malo, Imperial, Thiois de habla romano y pagano: así es como podría definirme en pocas palabras.
El hecho de haber nacido en Nueva York, ¿no es una carga pesada de llevar cuando se ataca ideológicamente a Estados Unidos y se quiere echar raíces en Brabante?
No es una carga más pesado que haber nacido en Lille o Marsella. ¿Por qué debería avergonzarme de dónde nací? Nací en Nueva York en julio del 62, de padre belga y madre de la diáspora irlandesa – mis antepasados llegaron al Nuevo Mundo a finales del siglo XVIII –, regresé a la Vieja Europa a los siete meses, completando así mi viaje a través de las tinieblas invernales, en todos los sentidos de la palabra, ya que sobreviví a una prueba antes de mi partida que me valió una extrema unción. Es cierto que es una costumbre en la familia: mi abuelo, que resultó mutilado en 1914-1918, la tuvo diecisiete veces, ¡contra su voluntad!
Como americano de iure, elegí Europa. Volví aquí, vivo aquí, trabajo aquí. Serví en el ejército del país de mi padre. Y me casé con una chica de Brabante (¡son las más guapas!). Igual que el cristianismo me parece un paréntesis que hay que cerrar, de ahí mi paganismo, esos dos siglos de exilio en las Américas han llegado a su fin. Por fin he vuelto a ser quien era.
Usted ha tomado el título de la revista que en su día crearon Ernst Jünger y Mircea Eliade.
¿La gente pasa a la acción por alguna «razón»? El mito de Antaios justifica por sí solo mi elección. Y el alto patrocinio de Jünger y Eliade, que levanta las cejas de los santurrones, esos nuevos Calottinos, me basta. Fundado en 1959, el primer Antaios acogió a grandes mentes, a buenos europeos: el poco Friedrich-Georg Jünger, Michaux, Cioran, Evola, Ziegler, y tantos otros. Apuntalada por un apasionado rechazo del nihilismo, la obra realizada por Jünger y Eliade es tan extraordinaria como poco conocida. Creo que una editorial haría bien en publicar una colección de traducciones de estos textos. Eliade pasó toda su vida intentando captar el espíritu del paganismo a través de sus ensayos eruditos y novelas visionarias. En cuanto a Jünger, revela en su Diario de 1980 que ¡llevó consigo durante mucho tiempo una moneda del emperador Juliano! Sobre todo, el mito de Anteo me ha fascinado desde el solsticio de invierno de 1972, cuando mi padre me regaló un libro de antiguas leyendas griegas. Nunca he olvidado la ilustración que mostraba a Heracles y a Anteo enzarzados en un abrazo mortal.
La energía que desprende Antaios es fantástica. ¿Qué tipo de fe le impulsa?
No me gusta la palabra «fe», que es demasiado cristiana para mi gusto: por nada del mundo querría que me vieran como un cruzado del paganismo. Prefiero su etimónimo latino: fides. Esa es la fuerza motriz: Fides aeterna, que también era una Diosa, y que me vincula a mis antepasados paganos. Eso es lo que me sorprende de mis amigos hindúes: su fidelidad a su herencia milenaria, su negativa a romper con ella mediante la conversión, su negación. Pienso en los que se negaron a ceder: los sajones de Verden, todos los paganos de nuestros campos, los filósofos expulsados de la Universidad de Atenas en el año 529, que durante un tiempo se refugiaron en Persia... Pienso en esta cadena, aunque interrumpida, de paganos, fieles a los dioses, a veces clandestinos, siempre resistentes, que jalonan la historia de nuestra cultura.
Al publicar Antaios les rindo el homenaje que les corresponde. Pero el paganismo no es el mismo que el del pasado: la nostalgia no debe impedirnos avanzar, ¡todo lo contrario! Aunque no espero nada de mis acciones, a veces sueño con que un día, en una biblioteca o librería, un adolescente abra una de nuestras revistas y algo haga clic. Sé que esto ya ha ocurrido muchas veces... En el último volumen de sus memorias, Siebzig verweht V (octubre de 1997), Ernst Jünger, que me había escrito en varias ocasiones, hablaba muy bien de nuestro trabajo. ¿Qué mejor estímulo, esta vez por parte del público? Debo señalar, sin embargo, que Antaios debe mucho a dos o tres personas, sin las cuales el sueño nunca se habría hecho realidad. Se reconocerán en estas líneas y sabrán que no les he olvidado.
Antaios ha sido bien recibida por el movimiento neopagano francés. ¿Cómo son percibidos usted y su revista en Bélgica?
Antaios ha sido bien recibida en diversos círculos y no sólo dentro del «movimiento» pagano. Incluso parece que es dentro del «movimiento» pagano en Francia donde menos nos leen. Tantos nuevos paganos están tan convencidos de que poseen la verdad... No, nos leen sobre todo los buscadores, los inconformistas y los dicidentes, de lo cual me alegro. Mi mayor éxito ha sido, obviamente, el reconocimiento de Ernst Jünger, que me ha escrito varias veces para animarme y que le dijo a uno de mis amigos que leía Antaios «con placer y aprobación». También sé que algunos escritores, algunos espíritus libres, tienen en gran estima nuestra obra. Antaios es leído en la India, en Rusia, en los países bálticos y por un campesino argentino. Además, tenemos enemigos, lo que siempre es un placer. Como dice el viejo proverbio germánico: ¡Muchos enemigos, mucho honor!
Desde la Contrarreforma, Bélgica – dirigida con puño de hierro por el duque de Alba – ha sufrido una asfixiante hegemonía católica, comparable a la de Irlanda y Polonia. Este catolicismo rancio y pequeñoburgués, sin nada de barroco, se reduce ahora a una comedia social (¡ah, esas comuniones que no tienen nada de solemnes, esa sospechosa inclinación hacia los discapacitados, esos curas entrometidos!). Como reacción a este clima malsano, en el siglo XIX surgió un contrapoder laico. Se piense lo que se piense de la Ilustración y del mito del Progreso, es a este «pilar» al que debemos una educación que se ha liberado, con grandes dificultades (véase la Guerra de las Escuelas), de los grilletes del catolicismo. Es a estos valientes a quienes debemos una educación de calidad para las niñas, información sobre la contracepción, etc. Vistas desde fuera, muchas personas formadas en la red católica parecen acríticas, dóciles y adaptadas, contentas de vivir en un ambiente de «cucul-la-praline» (en absoluto incompatible con la turpitud de las «piquées des vers» [come gusanos], si se me permite el coloquialismo).
Horta y el Art Nouveau, el viejo misticismo tioles, un cierto surrealismo y nuestra literatura fantástica son claramente resistencias más o menos conscientes a este manto católico. Las universidades de Bruselas, Lieja y Gante se convirtieron pronto en centros activos de investigación sobre el paganismo clásico, los mitos y ritos, el pitagorismo y el hermetismo. Basta pensar en Delatte, el especialista en pitagorismo, y en Bidez y Cumont, los editores de nuestro querido Juliano. No estoy lejos de ver en esto un retorno de lo reprimido. En Flandes y Brabante, los vestigios del paganismo celto-germánico, aún firmemente arraigados en el siglo XIX, fueron arrastrados por la germanofilia romántica, que a veces se convirtió en manía, pero permitió que esta herencia no desapareciera. Así que hay un público susceptible de interesarse por nuestro enfoque. He oído a personas que se declaran públicamente paganas. Véase, por ejemplo, el libro del exministro François Périn (Franc-parler, Quorum 1996). Me han dicho que algunas logias masónicas, sobre todo femeninas, trabajan con mitos y ritos. Algunos masones, del Gran Oriente de Bélgica, se interesan también por el paganismo (conozco el caso de un alto funcionario que se declaró pagano), mientras que otros, siempre en guerra por detrás, se muestran hostiles a nuestro enfoque, calificándolo de «peligroso» o, más sutilmente, intentan infiltrar este terreno para neutralizar una corriente que les asusta...
Así pues, Antaios es leído por una gran variedad de personas, al igual que sus colaboradores, que proceden de medios muy diversos. Por último, es una suerte que nuestra Sociedad de Estudios Politeístas tenga su sede en Bruselas, Caput Imperii, capital de un Imperio en ciernes.
Parece conceder gran importancia a las «peregrinaciones» a lugares sagrados, ¿cuáles le han impactado más?
La peregrinación y la conmemoración me parecen el fundamento de toda religiosidad auténtica. Pienso más en Chartres y Compostela que en Lourdes. El paganismo es también un apego al lugar, al genius loci, así como reconocer que para nosotros los paganos hay «lugares de memoria» donde sopla el Espíritu (de hecho, el Espíritu sopla en todas partes, y depende de nosotros detectarlo). El renacimiento pagano se verá fortalecido el día en que muchos de los nuestros visiten los lugares sagrados. Queda por escribir una buena guía de las peregrinaciones paganas europeas.
Por mi parte, no puedo pasar por Roma sin presentar mis respetos al Panteón, que me parece, por alguna razón, representar el espíritu del paganismo. En la ciudad, siempre hago una emotiva visita al Mitreo subterráneo de San Clemente y, paseando por el Foro, pienso en las cenizas de Enrique de Montherlant, devoto del Sol Invictus. También visito la Curia: no he olvidado que fue aquí donde se sentaron Símaco y toda la aristocracia pagana y, durante el Asunto del Altar de la Victoria, defendieron la libertad de conciencia frente a los dictados de la Iglesia. En Mistra, recorrí las calles de la ciudad fantasma invocando los espíritus de Georges Gémisthe Pléthon, el filósofo neopagano. Broceliande, las islas Arán, Atenas (el Hefestión) y, más recientemente, Benarés, la Ciudad Santa, me han transportado con entusiasmo y me han permitido percibir manifestaciones de lo divino. También se puede experimentar en humildes santuarios celtas o galo-romanos, e incluso en pequeñas iglesias rurales. Espero poder visitar algún día Islandia y Pomerania...
Usted se declara «pagano». ¿Cuándo se reconoció como tal?
Soy pagano, sí, como aquellos oficiales que siguieron fielmente al emperador Juliano a Oriente. Como el filósofo Olimpiodoro que defendió a Serapión contra los impíos galileos, como los campesinos bálticos convertidos a hierro y fuego por los caballeros teutónicos, esos piratas. Algunos han criticado esta elección: el término asusta por su crudeza. ¿Por qué esta cobardía? También me han dicho que la palabra fue acuñada por opositores (como «hindú», por cierto): ¡gran cosa! Razón de más para blandirla como una bandera. ¿Le parece peyorativo? Pero si somos nosotros los que decidimos lo que es peyorativo. No tenemos que aceptar el sistema de valores de nuestros adversarios ni tratar de parecernos a la caricatura que hacen de nosotros. Los paganos no somos ni «bárbaros» ni burdos ateos: de ninguna manera exaltamos la barbarie, que está sobre todo en la cabeza de los adversarios deshonestos. ¿Qué puede haber más bárbaro que la caza de brujas o la Inquisición? Frente a estas acusaciones infundadas, tenemos que tomar represalias: ¡tu quoque!
También me gusta este lado «campesino» y periférico: ser pagano es resistirse a la homogeneización y a la grisura. Una aclaración importante: no soy un Pagano antiguo y no me refugio en una antigüedad mítica, una especie de Edad de Oro, un refugio de una modernidad difícil de aceptar. Soy un Pagano de finales del siglo XX, post-cristiano y post-racionalista. Así que de ningún modo niego la Razón ni exalto la irracionalidad. En este sentido, me siento próximo a las tesis de Michel Maffesoli, seguidor del politeísmo vital, sobre la razón sensible: «El racionalismo olvida que, si existe una ley, es la ley de la coincidentia oppositorum, que reúne cosas, seres y fenómenos completamente opuestos» (Eloge de la raison sensible, Grasset 1996).
Es más, mi paganismo no implica ninguna nostalgia ingenua: no me arrepiento ni de las calzadas romanas ni de los orgullosos vikingos, etc. Me encanta coger el TGV a París, el magnífico Thalys; admiro el genio de los informáticos y considero un éxito extraordinario la fecundación in vitro. Este es mi lado «arqueofuturista» y decididamente posmoderno, por utilizar un término demasiado usado. Para mí, la crítica implacable de la modernidad, en todos sus aspectos fundamentalmente destructivos, no viene dictada por un rechazo irreflexivo de la tecnología; evidentemente, no es incompatible con la fidelidad a nuestros orígenes. Los brahmanes que he conocido en la India manejan Internet mejor que yo, sin ilusiones técnicas, pero sin bloqueos mentales tampoco.
Una vez más, mi experiencia como arqueólogo jugó un papel fundamental en mi adhesión al Paganismo. Excavando santuarios galo-romanos del Bajo Imperio, incluido aquel en el que se descubrió la rueda de Antaios (Iovi Optimo Maximo), me desgasté las manos desenterrando trozos de columnas y estatuas arrancadas a martillazos por cristianos del siglo IV. Sentía una simpatía natural por los fieles perseguidos y aún puedo verme sacando de la tierra, con la punta de la paleta, mi primera moneda de Constantino (antes de su supuesta conversión), con el orgulloso lema Soli Invicto Comiti. También recuerdo la furia de un amigo excavador, un hombre que nunca había estudiado nada, y que exclamó espontáneamente: «¡Mira lo que han hecho con nuestros dioses!» Ya ven que mi enfoque es carnal, hecho de recuerdos y experiencias. Cuando leo a ciertos paganos con la cabeza llena de fichas de lectura, reconozco que a veces bostezo y pienso con nostalgia en nuestros primeros fuegos, bajo el drache.
Para terminar, debo añadir que la lectura de un libro hacia 1984 supuso para mí un gran paso adelante: fue Chemin du Labyrinthe, ses souvenirs d'Orient et d'Occident, de Alain Daniélou. Escuchemos a Daniélou: «La mayoría de los problemas del mundo actual tienen su origen en ideologías monoteístas difundidas por profetas que se creen inspirados y afirman poseer la verdad. Esto es obviamente absurdo, porque la verdad no es una. La realidad del mundo es múltiple y escurridiza. Sólo quienes sepan liberarse del monoteísmo, del dogmatismo, de las creencias ciegas, del cristianismo, del islam y del marxismo podrán acercarse a la multiplicidad de lo divino, volver a situar al hombre en su lugar en la Creación y encontrar el camino de la tolerancia, del amor y de la amistad de bestias, hombres y dioses». Más tarde, leí su politeísmo hindú, sus lúcidos textos sobre las castas, Shiva y Dioniso, un libro de deslumbrantes intuiciones... Alain Daniélou era un auténtico pagano, una magnífica figura de la libertad... y un seguidor de Mitra. Medité en su mithreum y, en Benarés, me bañé en el Ganges bajo las ventanas de Rewa Kothi. En el Laberinto, rebusqué en su biblioteca bajo la mirada cómplice del Duende y quemé incienso en el parque a los pies del Shiva Lingam.
¿Cómo vives tu paganismo?
En perfecta serenidad. El mundo no está más desencantado que hace diez mil años. Una puesta de sol en un bosque, la contemplación de la luna en un claro nevado, un fuego crepitante... siguen siendo experiencias de lo sagrado. Se trata más bien de que los ojos de algunos de nuestros contemporáneos están agotados, de que sus instintos les fallan, y de ahí sus tonterías. Como ya he dicho en otro lugar (en Trouver un ciel au niveau du sol), todo es cuestión de como se mire. Si Occidente está enfermo – véase el caso emblemático de las vacas locas – es a causa de su ceguera. Los antiguos nos lo advirtieron: Júpiter ciega a los que quiere perder.
En la India, vi vivir a los paganos y comprendí que saludar al sol por la mañana, disponer flores frescas en mis altares como hago casi a diario, quemar un poco de incienso a Cernunnos o a Shiva, hacer una libación de vino o de té, meditar sobre uno u otro símbolo no son hazañas o folclore, sino una forma de disciplina gozosamente aceptada.
Me encontré en un templo Hanouman de Delhi, con las manos atestadas de flores, todo torpe, y me ayudó un caballero indio, sin mediar palabra: sólo unos gestos que realizar. Cuando salí, con un punto naranja en la frente, había comprendido de una vez por todas que el Paganismo se podía vivir y que teníamos que liberarnos de toda retórica incapacitante. Nada nos impide hacer una puja (celebración) en casa o con amigos. La clave es ser sincero y concentrado, permanecer sobrio y evitar cualquier exhibicionismo.
En Irlanda, Bretaña y Grecia, he comprobado que el senderismo por los páramos o las montañas sustituye a la liturgia. Lo mismo ocurre con el trabajo y el amor.
Una última palabra sobre el Paganismo «vivido»: sin caer en moralismos estrechos, me parece incompatible con todo lo que degrada al hombre. Es una exaltación de la vida, del impulso eterno, y debería llevar al rechazo de todo lo que esclaviza: drogas, toda forma de adicción, todo estilo de vida insano. Hablo de ello en Iovi Optimo Maximo (Antaios XIII). Confieso que no me tomo demasiado en serio a esos paganos de sillón que son esclavos de su paquete de cigarrillos o de su botella de alcohol.
¿Qué significa para usted el culto al sol?
Soy un hijo del verano, un hijo del Sol. El verano es mi estación y siento una necesidad física de sentir el Sol sobre mi piel. Saludo a Helios (o a Belenos, Mitra, Saulo, etc.) con bastante frecuencia (soy un pésimo devoto). En él rindo homenaje a la armonía cósmica, a la divina interacción de los ciclos. El astro invicto da ritmo a nuestras vidas y ser pagano es precisamente participar plenamente en esos ciclos, volver a ser macrocosmos.
Sin embargo, a pesar de mi profunda simpatía por Juliano, no comparto su heliolatría, que se parece demasiado a un monoteísmo alternativo. Muchos paganos de su época no compartían su fervor de converso y encontraban su pasión un poco incongruente, demasiado poco romana. Estoy pensando en Ammianus Marcellinus, que trabajó a sus órdenes. En mi paganismo hay sentido común, un lado realista, que sin duda debo a mis antepasados campesinos... Al fin y al cabo, «Mèden agan» (nada en exceso) representa la quintaesencia del helenismo.
Fíjese en los bajorrelieves mitraicos: Sol y Luna rodean a Mitra el taurocton, así como los doce signos del Zodíaco. ¿Cómo se puede adorar al Sol sin la Luna? No tendría sentido. La arqueología y los textos muestran claramente que en nuestras regiones el culto solar nunca ocupó una posición dominante. Al fin y al cabo, ¡no somos los egipcios ni los incas, aplastados al pie de las pirámides! Confieso que no me gustan mucho estas formas de paganismo: Egipto, por ejemplo, nunca me ha fascinado. Y Akenatón aún menos. Soy demasiado irlandés, germánico y helénico, en una palabra, demasiado europeo, para inclinarme ante el menor ídolo, aunque sea un disco solar.
Así que para mí el culto solar es una forma privilegiada de venerar el Orden del Mundo, el principio de soberanía, lo que los hindúes llaman Dharma. Pero sigo siendo un politeísta convencido: nunca se puede pensar en Apolo sin Artemisa.
¿De dónde viene su interés por Juliano?
Juliano es una espléndida figura de la historia europea, que ha fascinado a poetas y artistas durante dieciséis siglos. Debo esta pasión a mis profesores de latín, griego e historia, hombres extraordinarios por los que siento una profunda gratitud. Cuando veo a matones violando y golpeando a profesores, me indigno hasta lo indecible. Para mí, es la mayor de las cobardías y la peor de las abyecciones golpear a alguien que ha dedicado su vida a transmitir conocimientos. Del mismo modo, no pueden imaginarse mi desprecio por todos los frustrados que escupen a los profesores, un deporte que está de moda últimamente. ¡La venganza de los esclavos celosos de quienes dan sentido a su vida sirviendo!
Juliano intentó frenar la decadencia del Imperio y, en pocos años, consiguió pacificar la Galia durante casi cincuenta años. Su aventura siempre me ha parecido una negación de las teologías del sentido de la historia. Eche un vistazo al magnífico libro de Dominique Venner Les Armées Blanches: ¡es la venganza de los vencidos! Si nuestro querido Juliano hubiera reinado treinta años, sin duda habría cambiado muchas cosas... Valiente, solitario, este personaje trágico me conmueve al máximo, incluso si soy consciente de las debilidades del personaje, marcado por una educación cristiana. Último gran capitán de la Antigüedad, fino erudito, conocedor implacable del cristianismo, Juliano es para mí más que un héroe: es un inspirador del renacimiento pagano y del movimiento imperial. Como bien dijo Gabriel Matzneff: «Los amigos de Juliano son siempre buenas personas y sus calumniadores unos canallas» (Boulevard Saint-Germain, Rocher 1998). Más adelante, Sa Haute Noblesse explica: «Juliano es una mezcla de archimandrita del Monte Athos y de Christian Cambuzat (famoso dietista, nota de Antaios), con una pizca de instructor en un regimiento de paracaidistas». En resumen, no es cosa de risa.
Cuando tenía diecisiete años, me enamoré de este hombre maldito, estúpidamente apodado el Apóstata. Desde aquel primer encuentro, nunca le he dejado. En Pondicherry, me hice con un bronce del Emperador engarzado en un anillo de plata, que llevo en ocasiones. Cuando paso por Lutecia, procuro ir a saludarle al Louvre, donde languidece elegantemente.
Cuando hablé de mi traducción de Contra los galileos ante un areópago de dignatarios hindúes, me interrumpió una salva de aplausos. Dieciséis siglos después de su muerte en combate, Juliano, imperator noster, nos unió por un momento.
¿Quiénes son sus divinidades tutelares?
Si bien es cierto que saludo a menudo a Sol Invictus, no me olvido de Afrodita ni de Shiva. De hecho... no tengo deidad tutelar: mis Dioses y Diosas, que nunca son más que una manifestación particular del Orden Mundial, pueden cambiar con el tiempo. No veo la relación con lo divino como algo personal: me parece infantil y, por decirlo sin rodeos, vulgar. La idea de un Dios personal y salvador me resulta tan desconocida como el ateísmo. En una tabla que me sirve de altar, he colocado un Cernunnos hecho de turba irlandesa, un Dios reno de Groenlandia, un Ganesha encontrado en el Ganges y un triscel tibetano... Los considero símbolos del eje euroasiático y del origen polar de nuestra Tradición. En otro lugar, he colgado una hermosa rueda solar de madera, una representación de Atenea y otra de Apolo Arquero. En mi estudio, he colocado la rueda de Antaios tallada en roble por un artista flamenco, el querido Maurits de Maertelaere: escribo estas líneas en el silencio de la noche, frente a mi altar donde arde una vela iluminando el antiguo lema Iovi Optimo Maximo. A veces llevo a Odhinn, el dios chamán, en el ojal, y a veces el rojo de la Société d'Etudes Polythéistes. Todo tiene sentido, y no tiene nada que ver con una religión al estilo New Age: todos los principios remiten a la religiosidad cósmica de nuestros orígenes.
¿Qué mensaje puede aportar el Dios Mitra a nuestro tiempo? ¿Qué opina de la corriente neomitraica, presente sobre todo en la música industrial?
La expresión «mensaje» de Mitra me parece un poco desafortunada: pensamos en el «mensaje» de Cristo, etcétera. No soy un cruzado de Mitra que quiera «convertir» a los llamados «infieles» a la «verdadera» religión mitraica, ¡gracias a Dios! El mitraísmo no es, como el cristianismo, una religión histórica: ningún profeta bajó a la tierra para revelar una verdad que nos viéramos obligados a tragar.
Estoy convencido de que la figura solar de Mitra puede inspirar a nuestros contemporáneos. Los Misterios de Mitra, a los que dediqué un número de Antaios (está prevista una reedición ampliada), son fascinantes, aunque no debemos ignorar sus limitaciones: no olvidemos que no permitían mujeres, de ahí su debilidad frente al cristianismo. Una secta que olvida el elemento femenino no me parece ejemplar. No confundo virilidad con virilismo, que a menudo oculta una debilidad interior.
Lo que aprecio del mitraísmo es el concepto central de fidelidad a la palabra dada. El Mitra indoiranio es el Dios amigo, el Dios del contrato. Esta idea del pacto es el fundamento de la religiosidad cósmica indoeuropea. Es ante todo una religión de las Horas, del Año y, por lo tanto, de la Verdad. La búsqueda de la armonía sociocósmica y el respeto de los contratos y compromisos son la base de nuestra civilización. Es una idea que me inculcaron como un dogma absoluto: lo que prometes, debes cumplirlo, cueste lo que cueste; no puedes romper tu promesa. Este es sin duda el origen de mi mitraísmo.
Es comprensible que Mitra fuera apreciado por los voluntarios germánicos del Ejército Imperial, que lo comparaban a su Wotan. Amo este principio de soberanía, esta exigente ética de servicio, antítesis del individualismo burgués, esta solidaridad fraternal, concreta, afín al espíritu de cuerpo. También me encanta, para qué negarlo, el aspecto «soldadesco». Tomemos como ejemplo una película que me encanta, «Le Crabe-Tambour» de Pierre Schoendorffer (sin olvidar «La 317ème section»): qué buena figura es este comandante naval, al servicio de los límites de lo posible. ¡He aquí un oficial digno de iniciación! Jünger también habría sido un buen mitraíco...
El mitraísmo, originario de Oriente (pero de origen indoeuropeo), reunió a germanos, celtas, panonitas, sirios y norteafricanos al servicio del Imperio. A mí también me gusta este «cosmopolitismo» bonachón: de hecho, he titulado un breve estudio sobre el tema Una mística al servicio del Imperio. En mi opinión, éste es el futuro de los Misterios de Mitra: el vínculo entre las futuras élites imperiales.
Confieso que tengo poco gusto por el neomitraísmo industrial. La mezcla de ocultismo lúgubre al estilo Crowley, pseudo misticismo SS y satanismo que caracteriza esta música generalmente inaudible me parece irrisoria. Peor aún, el espíritu está pervertido: no hay nada soleado, alegre o luminoso en este batiburrillo que apesta a pecado cristiano. Es más, aborrezco la música industrial y su culto a la fuerza bruta: veo en ello debilidad, algo profundamente decadente. Hay más paganismo en Sibelius, Strawinsky o las Variaciones Goldberg que en toda esa submúsica. Prefiero la música india y la música étnica, ya sea báltica o amerindia: todas dan testimonio de una búsqueda de la armonía, que no encuentro en este ruido neobandálico.
¿Tiene futuro el paganismo en Europa, y en qué forma? ¿Cuál es el mayor peligro que podría amenazar este renacimiento?
El renacimiento de las religiones precristianas en Europa es un hecho constatado y objetivo. En menos de treinta años, y especialmente desde la década de 1980, los grupos paganos se han multiplicado, para bien o para mal. De Flandes a Estonia, de Sicilia a Irlanda, asistimos a un renacimiento pagano. Las librerías están llenas de libros dedicados a las antiguas religiones autóctonas. Si uno va a Londres, por ejemplo, ve que el paganismo es ineludible. En Gran Bretaña, los académicos se declaran abiertamente paganos... ¡y el Príncipe de Gales es tradicionalmente un Gran Druida! En Islandia, el paganismo es la religión oficial desde 1973. Y en toda Europa, el control cristiano sobre la mente de la gente está desapareciendo lenta pero inexorablemente. Los druidas, los chamanes y los flamencos están resurgiendo. La celebración del 1er Congreso Pagano Mundial (WCER) en Vilnius en el solsticio de verano de 1998 es un signo más de este fermento.
Dicho esto, no seamos triunfalistas: Europa está muy lejos de ser repaganizada. Pero poco a poco, las élites son seducidas y reconquistadas. Por lo general, hace falta muy poco: una imagen, una actitud, una experiencia más que una manifestación, y todos los sentimientos reprimidos vuelven a aflorar. Nuestro papel es, pues, el de despertadores. En un mundo cada vez más fragmentado y virtual, nos corresponde a nosotros asumir el papel de ser centros de referencia, de ahí la importancia de dar ejemplo. No tenemos que convertir a nadie: el proselitismo no forma parte de nuestras tradiciones. Es más, uno no se convierte al Paganismo: lo abraza, simplemente convirtiéndose en la persona que siempre ha sido.
No sé qué forma tomará este Paganismo dentro de treinta años. Creo que nos sorprenderá. Fíjate en la Wicca en los países anglosajones protestantes, que reconozco que me atrae poco, pero que es un movimiento vivo. Veo mucha pretensión, mucha parodia, pero todo va a evolucionar y la autorregulación hará el resto. Las segundas y terceras generaciones sufrirán mutaciones de las que apenas podemos hacernos una idea precisa. Pero los Dioses se manifestarán cada vez más: es una cuestión de supervivencia para la Tierra, nuestra Madre. Si cada vez somos más los que nos preocupamos por su futuro -miren el éxito de la ecología profunda-, debemos verlo como una señal de los Dioses, que actúan a través de nosotros. Nosotros somos meros vehículos, abandonados a su capricho. Daniélou escribió unas páginas magníficas sobre este tema en La fantaisie des Dieux et l'aventure humaine (Rocher 1985).
Los escollos que hay que evitar son la parodia a la americana (confusionismo total mezclado con consumismo), el delirio sectario (teóricamente incompatible con la visión pagana del mundo, que no es milenarista) y la recuperación política: el paganismo no es prerrogativa de ninguna camarilla en particular.
En 1994, Jünger me escribió para animarnos en nuestro trabajo: «El próximo siglo pertenecerá a los Titanes, el 22 a los Dioses». Lo que nos deja un siglo corto para prepararnos.
Has publicado un Cahier d'Etudes Polythéistes nº 1 (Encontrar un cielo a ras de suelo) en el que defines tu visión del Paganismo. El tono es más sereno y menos virulento que en sus escritos anteriores. ¿Refleja esto una evolución interior? ¿Cree que el cristianismo está preparado para tolerar el retorno de las religiones autóctonas?
Este primer Cuaderno se publicó a raíz de una conferencia que di en las Ardenas. Mi objetivo era presentar la visión pagana en una conferencia «ecuménica». Se podría llamar reconocimiento «oficial» del movimiento pagano... lo que no dejó de molestar al obispo local, monseñor Léonard, conocido por sus opiniones retrógradas. Se preguntó si era necesario dar la bienvenida a un pagano, y así sucesivamente. Todo en vano. Así que presenté el paganismo de forma bastante general. Me escucharon atentamente y recibí muestras de simpatía de gente de diversos orígenes. Así que fue un éxito... excepto que no me invitaron a la siguiente conferencia, donde me sustituyó alguien más conciliador.
El anticristianismo virulento era una etapa necesaria en mi evolución, y perfectamente justificada. Sigo siendo un anticristiano convencido, pero en absoluto un fanático, lo que no sería muy pagano, ni sobre todo inteligente. Con el tiempo, nos volvemos más a-cristianos que anticristianos: la teología del Crucificado es incompatible con nuestros mitos; sencillamente, no habla a nuestras almas y Cristo, para nosotros, no es más que un profeta del Próximo Oriente. Fíjense en la evolución de la Iglesia católica: es un embotamiento general. Sus rituales, desde el Vaticano II, son empalagosos y feos, sus sermones estúpidos, su moralismo hipócrita... La teología ha sido sustituida por una retórica rosa y acaramelada, el mea culpa permanente y el culto a la Madre Teresa – ¡qué farsa! –. En resumen, podemos hablar de un claro declive. Las Jornadas de la Juventud sólo me causaron una impresión mediocre, tan evidente era la estupidez de los participantes. Afortunadamente, aún quedan los monjes, entre los que se encuentran algunas magníficas figuras de la renuncia. Siento un gran respeto por los eruditos, los amantes de los libros y otros trapenses.
Para el pagano convencido que soy, no hay Dios personal, ni caridad, ni esperanza de salvación. No creo en la divinidad de Jesús, el heraldo de lo venidero, el agitador palestino liquidado por los romanos... para alivio de todos. Así que la ruptura es total... pero aprecio la Misa de Flores, las procesiones, en fin, todo el trasfondo pagano y vivo que los curas, en su ceguera, tiran a la basura.
Los paganos no tenemos que estar preguntándonos tímidamente si la Iglesia está dispuesta a «tolerar» (¿y con qué derecho?) el retorno de las religiones autóctonas. Tenemos que afirmar nuestra singularidad sin preocuparnos por los humores de una Iglesia moribunda... que apuesta por el Tercer Mundo y prepara pontificados negros, amarillos o mestizos. En 1973, Jean Raspail preveía todo esto en su visionario Camp des saints (Robert Laffont). La Iglesia sólo tolera lo que es incapaz de neutralizar o lo que necesita momentáneamente. No nos hagamos ilusiones: el ecumenismo sólo es una prueba de decadencia. ¿Cómo podemos llamarnos seriamente ecuménicos cuando pretendemos poseer la única verdad, impuesta durante siglos a hierro y fuego? ¿Cómo creer en la sinceridad de una institución que ha servido a todos los poderes políticos, incluso a los más despreciables... sólo para disculparse llegado el momento? El único ecumenismo fuera de los monoteísmos revelados es el de los hindúes y los budistas.
El cristianismo en Europa, frente a las religiones salvajes (las famosas sectas), el budismo y, por desgracia, el islam, vuelve a ser una religión minoritaria, y ganará en sinceridad y profundidad. No creo que los cristianos jueguen conscientemente la carta del retorno a las fuentes paganas: el engaño sería demasiado evidente. Pero yo instaría a todos los paganos a invertir en iglesias románicas y catedrales góticas para rezar a Cernunnos y Epona. Sería lo justo: estos lugares de culto fueron una vez nuestros, y volverán a serlo.
Ha dedicado dos números de Antaios (Hindutva I y II) a la India. Usted visitó la India este verano y dio una conferencia sobre el renacimiento pagano en Europa. ¿Qué importancia tiene este país? ¿Cómo reaccionaron los hindúes a su conferencia?
La India es depositaria de tradiciones que se remontan a nuestra prehistoria más arcaica. El paganismo de nuestros antepasados ha sobrevivido milagrosamente a pesar de las invasiones musulmanas, las misiones cristianas y todos los demás agentes de etnocidio. Los brahmanes, hermanos de nuestros druidas, siguen ofreciendo sacrificios como hace cuarenta siglos. En resumen, la continuidad no se ha roto. Creo que un viaje a la India es fundamental para cualquier Pagano europeo, ya que le permite establecer el vínculo con una tradición viva, que además es indoeuropea.
Sí, la India es la tierra de los Dioses por excelencia. La experiencia de la presencia divina está al alcance de los que buscan un poco. Los templos están llenos de flores y ofrendas: basta con dejarse llevar, mezclarse con la multitud y, en efecto, ponerse en manos de los Dioses. No abogo en absoluto por la conversión al hinduismo, por una especie de exotismo, sino más bien por la inspiración. Se lo dije a los brahmanes que me recibieron y obtuve su total aprobación. Como verdaderos paganos, no tienen ningún deseo de convertir a nadie.
Las conferencias y charlas fueron todo un éxito. Expliqué nuestro trabajo a líderes religiosos, pensadores y periodistas del movimiento hindú. La respuesta ha sido entusiasta. Todos nos animaron a perseverar y a estrechar cada vez más los contactos con la resistencia hindú.
¿Cuáles son sus planes?
Perseverar. Uno de estos brahamnes tradicionalistas me felicitó por el rigor de nuestro trabajo. Y añadió: «Funda tu Paganismo renovado sobre bases serias y, ya verás, el día que arraigue, irá muy deprisa». Otro, después de escucharme sin decir palabra durante una hora, me cogió las manos, cosa que no se hace a menudo por allí, y me dijo, sobrio y magnético: «lo que estás haciendo es de extrema importancia». Armado con semejante aliento, difícilmente me veo abandonando la lucha.
Bruselas, Samain 1997-1998.
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"Liszt fue el primero que logró volcar la orquesta en el piano"
[Miriam Gómez-Morán (Madrid, 1974) durante la grabación del álbum / IBS CLASSICAL]
La madrileña Miriam Gómez Morán deja en IBS la primera integral que un pianista español graba de los Años de peregrinaje de Liszt
Nacida en Madrid pero asentada hace tiempo en Salamanca, donde es catedrática del Superior de Castilla y León, Miriam Gómez-Morán no tiene empacho en reconocer que es una friki de Liszt, a quien descubrió por la radio siendo apenas una niña.
–Ningún pianista español había grabado antes la integral de los Años de peregrinaje de Liszt. ¿Ha sido acaso el mayor desafío de su carrera?
–Ha sido un órdago. Para empezar no hay muchas integrales. Leslie Howard, que grabó todo Liszt, Lazar Berman y no sé si alguien más... Y es que el Tercer Año representa un escollo para muchos pianistas.
–¿De dónde viene su relación con Liszt?
–Es de toda mi vida pianística. Fue amor a primer oído. A punto de cumplir los 12 años encendí Radio 2 y me encontré con una pieza orquestal. Entendí que era del siglo XIX, pero no sabía nada más. Me atrapó tanto que mientras la escuchaba me juré a mí misma que fuera quien fuera, ese sería el compositor de mi vida. Y era la Sinfonía Fausto de Liszt. Empecé a interesarme por su obra, su vida, a coleccionar todo lo que encontraba sobre él, recortes de periódicos, monedas, sellos, libros, todo. Se celebraba además por entonces el centenario de su muerte. Cuanto más sabía de él más interesante me parecía. Lo miré sin prejuicios. Luego me di cuenta de que había muchos prejuicios sobre él.
–Cuénteme algunos de esos prejuicios...
–Que no es un compositor profundo, que hace obras puramente exhibicionistas, por el efecto. Nada más lejos de la realidad. Yo descubro allá por donde miro obras maestras: formalmente, armónicamente, belleza de todo tipo, profundidad. Es un maestro de la arquitectura musical. Tiene un manejo increíble de los tipos formales, porque nunca es estereotipado, siempre crea un tipo formal para cada obra, lo cual es complicado porque tiene que equilibrarlo. Escribir una obra con una forma ya probada y experimentada por otros es fácil, porque ya sabes que eso funciona. Pero inventar un tipo formal que depende del programa de la obra, eso no es nada sencillo, porque tienes que jugar con muchos elementos para equilibrar tensiones y distensiones y crear el discurso dramático. Además tiene un manejo exquisito del tratamiento motívico. Con motivos pequeñísimos hace obras enormes.
–Quizás se ha contaminado su imagen de compositor por la idea romántica del hipervirtuoso al piano...
–En parte sí. También porque en su época estaba tan adelantado que muchos de sus contemporáneos no llegaron a entenderlo jamás. Los Schumann, por ejemplo, tuvieron dificultades en comprender su enfoque compositivo; incluso a Wagner le resultaron demasiado extrañas las piezas de la última época lisztiana. Se habían entendido muy bien durante décadas. Pero en esos días finales de Wagner en Venecia, Liszt estaba con él y su familia, y tenía su piano en el que tocaba esas obras finales, completamente experimentales, y Cósima y Wagner estaban asustados, pensaban que había perdido la cabeza. Liszt miraba mucho más allá, al camino que dos décadas después ya recorrerían los compositores de la Segunda Escuela de Viena. Dos semanas antes de morir le dijo a su biógrafa que la tonalidad ya estaba superada y que había que empezar a trabajar con cuartos y octavos de tono. Eso en 1886. Era tan avanzado para su época que la gente no lo comprendió
–¿Liszt crea la técnica pianística moderna?
–Desarrolló la técnica del piano. Hasta él buena parte de la técnica pianística era heredada del clave. Es cierto que hubo muchos virtuosos sobre todo en la década de 1830, pero Liszt fue el primero que logró volcar la orquesta en el piano, y además fue adaptando su técnica a la evolución técnica del instrumento. Va desarrollando la escritura pianística que va a usarse en el futuro. Su gran éxito es adaptar las texturas y colores orquestales al piano. Y eso les influyó a todos los compositores a partir de ese momento. Rajmáninov, Debussy, Ravel, Bartók serían impensables sin Liszt.
–Saint-Saëns decía que Beethoven exigía una técnica antinatural para los dedos, mientras que en Liszt todo era puramente natural. ¿Está de acuerdo?
–Absolutamente. Liszt es muy cómodo. Pero es que además su manera de escribir te da muchas pistas sobre la interpretación, la distribución de las notas, a qué dedo adjudica cada una, qué tipo de ataques contempla... todo eso te da la pista de cómo hay que tocar desde un punto de vista expresivo. Si algo resulta difícil es porque estás yendo en contra de Liszt. No se trata de una dificultad técnica, sino musical. Si se estudia bien, uno se vuelve mejor pianista.
–La obra de Liszt es inmensa, ¿en los Años de peregrinaje está la parte más lírica de su producción?
–No. Hay muchos ciclos con caracteres muy líricos. Los Años de peregrinaje, por supuesto, pero también las Armonías poéticas y religiosas, los Estudios de ejecución trascendental, las Baladas… Tiene mucho que puede encajar en esa idea del lirismo. Pero reducir a lo lírico estas piezas es algo que se queda corto. Presenta tal variedad de estilos interpretativos y enfoques expresivos que es lo que hace difícil tocar su música. No la técnica, sino asumir la gran variedad de caras que tenía él. Era una persona de un carácter intenso, apasionado, pero espiritual al mismo tiempo y a veces de un humor muy marcado. Cuando el intérprete se asoma a esta música tiene que meterse en la piel de Liszt.
[Miriam Gómez-Morán / JESÚS AYUSO]
–Son en total 26 piezas y es difícil encontrar algo que las unifique.
–Son piezas reunidas en torno a sitios y en circunstancias concretas. El Primer Año está vinculado a Suiza, pero es que ya este primer año es en realidad la revisión de unas piezas de ciclos diferentes que había compuesto como veinte años antes de la propia revisión, y son muy distintas. No es fácil encontrar unidad. Son especies de collages. Sí que las organiza teniendo en cuenta las tonalidades, lo que simbolizan… equilibrando atmósferas.
–Cuándo decide que quiere grabar la colección completa…
–Lo tenía en la cabeza hace muchos años. Pero hace dos, hubo una persona que me escuchó por streaming y se puso en contacto conmigo para decirme que me lo tenía que tomar más en serio, porque podía hacer cosas muy interesantes. Me ayudó mucho. Y empecé a planear con él este trabajo
–¿Se puede saber quién es?
–Sí. Eduardo Casanueva. Es de una familia muy vinculada a la música en Santander. Tuvo gran relación con la reapertura del Real en Madrid también. No es músico, pero sí un gran melómano que ha tratado a los mayores pianistas del mundo durante décadas, porque pasaban por casa de su familia. Él me hizo tomar conciencia de que debía enfocarme en tocar. Me lo organicé todo para montarme el curso pasado los tres Años e ir pasándolos por los conciertos, y luego en verano grabamos.
–Usted es habitual de los instrumentos históricos, pero aquí toca con piano moderno…
–En realidad, toco mucho más con pianos modernos, que es de lo que soy profesora, pero no he abandonado los históricos. De hecho la semana que viene doy un concierto con fortepiano en París. Pero tengo mucha más actividad con pianos modernos, básicamente por razones prácticas: pianos modernos hay en todos lados, los otros te los tienen que buscar y encarecen el proceso. He optado por grabar con moderno.
–Algunas de estas 26 piezas son muy conocidas, forman parte del gran repertorio, otras son más raras. ¿Tiene alguna preferida?
–Es muy difícil escoger. En el Primer Año, hay obras de más entidad, el Valle de Obermann, Las campanas de Ginebra... y también Au bord d’un source, que es una miniatura buenísima. Del segundo año Sposalizio, los Sonetos de Petrarca y por supuesto la Sonata Dante.
–¿Y las tres obras de Venezia e Napoli?
–Son una preciosidad. Fue un acierto enorme de Liszt el añadir eso ahí. En su versión definitiva, muy distinta de la primera, están concebidas como un tríptico que no tiene mucho sentido tocar por separado..
–¿Y el Tercer Año?
–Todas son de una enjundia impresionante. Yo creo que es menos popular porque es un material muy oscuro. El Angelus es muy austero y no resulta atractivo pianísticamente para el público, y por eso se toca menos, y en el resto hay mucho lamento fúnebre, y es complicado. Me parece maravilloso este Liszt de “asilo y cámara mortuoria” como él decía de broma, pero entiendo que son difíciles. Hay que ser muy sobrio tocando estas piezas. No se pliegan a los recursos efectistas.
–¿Qué espera de este órdago?
–No sé muy bien. Confío en que a la gente le llame la atención, que pueda disfrutar de Liszt y conectar con él…
–Es casi un apóstol de Liszt…
–Lo tomé de jovencita como una especie de vocación. Hay muchos compositores, que todos sabemos quiénes son, que no lo necesitan, porque están reconocidos. Chopin no necesita un apóstol. Ni Mozart, ni Bach, ni Beethoven… pero eso a Liszt no le pasa. Y no es que él sea simplemente un gran compositor, es que es una figura capital en la historia de la música. Intento hacer todo lo que esté en mis dos manos para ayudar a que eso se entienda.
[Diario de Sevilla. 19-05-2024]
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Gabriel Okara
Este personaje centenario nos llega desde África, más concretamente del interior de Nigeria. Su nombre es Gabriel Imomotimi Gbaingbain Okara, pero no os preocupéis, ya que podéis llamarlo Gabriel Okara, que es cómo se le conoce. Okara, como muchos otros muchachos y muchachas de su tierra, dejó pronto la escuela para trabajar, en su caso, de encuadernador, pero no por eso dejó de estudiar (más…
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Anuncia instituto del deporte y cultura inscripciones abiertas para Escuelas Formativas Centenario
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Lorenzo Milani en la escuela italiana y española
“Aportación de Lorenzo Milani a la escuela italiana y española en su centenario (1923-2023)“. En la Universidad de Salamanca, Aula de Grados, Sede Central (calle de la Compañía 5, Salamanca), los días 27 y 28 de noviembre. Inscripción gratuita hasta el 23 de noviembre de 2023. Quienes deseen participar recibirán certificado del ICE (10 horas – 1 crédito). Programa
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Erna von Brinckmann (1899-1967) pintora y artista gráfica rusa-estonia.
Nació en Moscú en la familia de un representante de la empresa Singer, que se instaló en Estonia en 1914.
Después de graduarse de la escuela secundaria, estudió en la escuela-estudio Ants Laikmaa en Tallin de 1921 a 1931, es decir, durante casi 10 años.
Brinckmann adquirió de su maestro una impecable técnica del pastel . Después de que Laikmaa cerró la escuela y se mudó a Taebla, Brinckmann trabajó como artista independiente.
Adquirió de forma independiente la técnica de la pintura al óleo y apareció constantemente en exposiciones de arte.
Desde 1932, perteneció a la Asociación Central de Artistas Visuales de Estonia y participó en sus exposiciones. En 1936, se registró como artista visual en el campo de la pintura en el Departamento de Formación Profesional del Ministerio de Educación.
En 1941, dejó Estonia y se mudó a Alemania. A partir de 1941 trabajó en Berlín para el Senado de la ciudad. Vivió las últimas batallas de la Segunda Guerra Mundial en Berlín, y su primer encargo profesional en Berlín después de la guerra fue un retrato de Lenin encargado por el comandante de la ciudad.
También trabajó el cómic.
En la primavera de 1966, visitó las celebraciones del centenario de Ants Laikmaa en Tallin, se reunió de nuevo con su hermano, el violinista Kurt Brinckmann y con sus antiguos compañeros de estudio.
La artista murió al año siguiente y legó todas sus creaciones al Museo de Arte de Estonia. En el Museo de Arte de Estonia se organizó una exposición conmemorativa de Erna Brinckmann sobre su legado.
Le hemos puesto cara con sus Autorretratos.
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Soy anarquista y ser anarquista es ser una persona coherente. Paz espiritual, la tranquilidad, el campo, trabajar lo menos posible, el suficiente para poder vivir, disfrutar de la belleza, del sol. Disfrutar de la vida con mayúsculas, ahora se vive en minúsculas'.
Centenario del nacimiento de Diego Camacho Escámez
Centenario del nacimiento de Diego Camacho Escámez. Bueno, igual no les suena por ese nombre y sí el de Abel Paz. Bueno, igual tampoco. En cualquier otro país hoy sería un escritor e historiador de referencia. Aquí, de tanto mirar a otro lado, vivimos un presente con tortícolis.
Les cuento un poco. Fue hijo de jornaleros de Almería que se vinieron a Barcelona y buscando un mundo mejor para el pequeño lo matricularon en la escuela racionalista Natura, en el barrio de El Clot.
A los 14 años empieza a trabajar de aprendiz en una fábrica del textil y se afilia a la CNT y la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias. Un año después se produce el golpe de Estado fascista y se va corriendo al cuartel de Pedralbes para irse voluntario al frente. Tiene 15 años y lo mandan de vuelta a casa.
Diego se olvida de la guerra y se centra en la Revolución que tiene lugar en Barcelona entre julio del 36 y mayo del 37, integrado en el grupo Los Quijotes del Ideal. Al final, puesto a elegir entre ser tiroteado por un estalinista o por las tropas del general Franco, en 1938 se va al frente del Segre con la Columna de Hierro.
En 1939 cruza la frontera y lo escupen a los campos de concentración de Argelès, Bram, Saint Cyprien y Barcarès antes de acabar en un batallón disciplinario que trabaja en la construcción del muro del Atlántico bajo supervisión nazi. En 1941 logra evadirse y se integra en el grupo Ponzán, de la red Pat O'Leary, que opera a ambos lados de los Pirineos, ayudando a pasar la frontera a todos aquellos que huyen del fascismo.
El grupo del maestro libertario Francisco Ponzán, con base en Toulouse, ayudó a unos 3.000 refugiados a escapar de una muerte segura. Ponzán no tendría esa suerte. Detenido por la Gestapo, fue fusilado por los alemanes dos días antes de la liberación de Toulouse por los aliados. Quemaron su cuerpo para que no pudieran enterrarlo.
Volvemos con Abel Paz, que ese ya era su nombre en la clandestinidad. Acabada la II Guerra Mundial se viene a España para luchar contra Franco integrado en la guerrilla libertaria. Detenido a finales de 1942 pasa diez años en la cárcel. Al salir vuelve a Francia y no regresará hasta 1977, ya muerto el dictador.
Instalado en una modesta vivienda de la Vila de Gràcia, Abel Paz desarrolla una ingente labor como historiador, escritor y conferenciante allá donde le llamen, por ejemplo en Australia con un auditorio a reventar. No es el caso en España, siendo lo habitual pequeñas reuniones y nula repercusión en los medios e instituciones. Su biografía sobre Durruti se traduce a catorce idiomas.
Abel Paz / Diego Camacho fue sobreviviendo con sus conferencias y artículos en la prensa en condiciones bastante precarias, algo que no le importaba demasiado. Era una persona coherente y vivió en mayúsculas.
Su vida puede leerse en la autobiografía en cuatro volúmenes formada por 'Al pie del muro', 'Entre la niebla', 'Chumberas y alacranes' y 'Viaje al pasado (1936-1939)'.
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