#Día de la bici
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Alicante celebra la Semana Europea de la Movilidad con la reedición de la Ciclovía litoral del 16 al 29 de septiembre
La concejalía de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Alicante celebra del 16 al 29 de septiembre la Semana Europea de la Movilidad dirigida a fomentar una movilidad más sostenible y el fomento de los modos de transporte público, el uso de los vehículos de movilidad personal y los itinerarios peatonales, como alternativas saludables al uso del vehículo privado. Entre las actividades programadas…
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Lo más dulce
Enzo Vogringic x female oc +18
Este es mi primer fanfic, he intentado muchas veces pero esta es la primera que logro terminarlo. Seguramente tenga muchos errores, pero ahí les va. Les pido que me digan qué les pareció y si quieren una segunda parte, sí? Disfruten :)
warnings: sexo oral, todo muy explícito
Era un hermoso día de primavera, de esos en los que de repente te das cuenta de que el viento ya no es frío. Un dulce olor a flores inundaba las calles empedradas del pequeño pueblo de montaña en el que el cast de La sociedad de la nieve se había instalado durante el rodaje.
Tenían el día libre, así que Enzo había decidido dar una vuelta al mediodía. Su bicicleta rodaba por las calles bajo el sol, había olvidado lo agradable que es pasear de esa manera. Tan sólo el sonido de la cadena de la bici y de las cigarras llenaban el aire, al fin y al cabo, era la hora de comer y la gente se encontraba en sus casas protegiéndose del sol.
Hablando de eso, Enzo notó un pequeño gruñido en su estómago, el hambre comenzaba a formarse, sería mejor que encontrase un sitio donde comer.
Dejaba que la bicicleta le llevase pasivamente, sin pedalear, aprovechando una ligera cuesta hacia abajo.
Al doblar una esquina, no podía creer sus ojos: ¡un restaurante vegetariano! En un pueblo tan pequeño no esperaba algo como eso. No se lo pensó dos veces. Apoyó su delgada bicicleta en la puerta del humilde establecimiento, sin sentir la necesidad de atarla, ya que la honestidad y amabilidad de la gente no habían hecho más que acompañarlos durante su estadía allí. De todas formas, no había nadie a la vista.
Nada más entrar al pequeño restaurante, sintió el alivio inmediato de la sombra en su piel, caliente por el sol. Dentro se estaba fresco, y un maravilloso olor a comida le enamoró, no podía creer su suerte.
Tan sólo había cuatro mesitas de madera en ese local tan lindamente decorado. Junto a la barra, una vitrina albergaba deliciosos postres caseros: lo que parecía ser una tarta de zanahoria, una de chocolate y pequeños pasteles de manzana y crema. Los ojos de Enzo brillaban devorando los manjares ante él.
Una dulce voz le sacó de sus pensamientos.
¿Hola, puedo ayudarte?
Una hermosa chica de melena larga y negra le miraba con ojos curiosos, sonriendo. Llevaba una camiseta de tirantes y una falda debajo de un pequeño delantal. Ella debía ser la dueña del local, pensó Enzo.
Buenas, sí, eh…
¿Qué le pasaba? ¿Desde cuando era así de tímido frente a una mujer? Las palabras no le salían, lo que le hizo patearse a sí mismo mentalmente por que tenía que estar quedando como un tonto ante ella.
Ella se rio ante la falta de palabras del moreno.
¿Tienes hambre?
Soltó una risa.
Sí, sí… muchísima, vengo de pasear con la bici…yo… - explicó casi tartamudeando, con media sonrisa.
Bien, ¿por qué no tomas asiento y te traigo una carta y algo de beber?
Enzo tragó duro, y asintió mirándola fijamente. Ella, se dio la vuelta grácilmente provocando un soplo de aire perfumado con su melena. El olor a coco y mango de su champú no hizo si no despertar aún más su hambre, aunque quizás no tanto la que aquejaba su estómago.
Cuando se sentó, el uruguayo dejó su mochilita de tela en el asiento libre que tenía al lado. Sacó su móvil y comprobó sin mucha sorpresa que no tenía nada de cobertura y apenas batería, pero tampoco le importó, no tardaría en comer y volvería con los chicos a su residencia.
Antes de que se diera cuenta, la chica había regresado con un menú y un vaso de agua helada, lo cual él agradeció profusamente. Si bien no había muchos platos entre los cuales elegir, todos sonaban estupendamente para su estómago vacío, con el plus de que no tenía que limitarse entre una o dos opciones como normalmente, ya que casi todos los platillos eran veganos o vegetarianos. Se decidió por lo que más le apetecía: Wok de noodles con vegetales, salsa teriyaki y aceite de chile tostado. “Suena bárbaro”, pensó.
Enzo observaba discretamente a la que parecía ser la dueña, la camarera y la cocinera, todo en la misma persona. La chica danzaba en la cocina entre los fogones, manejando con soltura los utensilios; alguna llamarada ocasional salía de debajo del wok, alarmándole, pero ella parecía esgrimirlas como una hechicera, sin miedo.
No puede evitar reparar en como sus caderas y su trasero se contonean con los movimientos. “Quizá esté escuchando música” se dijo Enzo, no comprendiendo si no, el ritmo hipnótico de su cuerpo.
Y aquí está – dijo ella depositando el plato humeante frente a él.
Muchas gracias, tiene una pinta buenísima…
La camarera volvió detrás de la barra tras desearle buen apetito a su único comensal y él comenzó a devorar el plato con gusto.
Las miradas entre ambos no eran directas, si no veladas e intermitentes. Ella fingía no prestarle atención y dedicarse a sus tareas, mientras que él trataba de limpiarse constantemente la boca con la servilleta para no tener además de todo, pinta de boludo con la cara manchada de salsa.
¿Estaba loco o ese era el mejor plato que había comido en su vida? Quizás tan solo estaba hambriento… ¿O era porque ella lo había preparado?
Cuando hubo terminado el plato se levantó tomándolo y lo llevó a la barra junto con su vaso, también vacío, para ahorrarle a la chica el viaje hasta la mesa, siempre tan galante.
Ella sonrío y sacó el ticket de la caja registradora. Él le devolvió la sonrisa y le sostenía la mirada mientras buscaba su billetera en la pequeña mochila de tela.
Más pronto que tarde, su rostro se tornó preocupado. No puede ser. Su cartera no estaba más ahí. Un pensamiento le cruzó la mente como un rayo. Esa misma mañana la había cambiado de sitio a una riñonera nueva. Lo había olvidado completamente. ¿Qué carajo iba a hacer ahora?
No era muy difícil adivinar qué estaba sucediendo, él dirigía su mirada al fondo de la maldita mochila y después a los ojos de la chica, frenéticamente.
Te juro que no sabía, yo… A-ahora mismo voy a buscar mi bille-
Es que estaba por cerrar -dice la camarera sin perder la sonrisa, como divertida por la situación.
Entonces esta noche, y-yo … mierda, lo siento mucho- Enzo notaba sus mejillas y todo su rostro ardiendo por la vergüenza, se sentía como un idiota.
¿No se te ocurre otra forma de pagarme? - ronroneó ella.
Enzo se quedó congelado, aunque a decir verdad estaba totalmente acalorado. No podía ser que estuviera escuchando lo que acababa de escuchar. Pero tampoco cabía la posibilidad de que se estuviera refiriendo a ninguna otra cosa, ¿no?
Todas sus dudas se derritieron cuando ella paseó su mano por el pecho de él, acariciando el borde de su camisa.
¿Eso querés? -trató de sonar confiado.
Ella se mordió el labio, respirando el aliento cálido de él.
Enzo no esperó a que ella respondiera, pues sus ojos ya le estaban dando la respuesta que buscaba, y que en el fondo había anhelado desde que entró en el pequeño restaurante.
La verdad que me he quedado con ganas de algo dulce… ¿sabés, chiquita?, como con hambre de algo vegano ¿entendés?
En ese momento él lanza una rapidisima mirada por la ventana del local para comprobar que no haya nadie cerca que vaya a interrumpirles. No hay nadie. Entonces, como si algo en su cuerpo y mente hubieran mutado repentinamente, Enzo toma su rostro entre las manos con una firmeza que ella había intuido, pero que no había experimentado hasta ahora. Se lanza a besarla sin ambajes, como si no fuera la primera vez que lo hace con ella, como si ya supiera qué es lo que le gusta, qué tiene que hacer para derretirla. Su lengua entra en su boca de forma imparable, la diferencia de tamaños entre sus cuerpos cobra importancia desde ese mismo momento, siente que la va a devorar. Si bien hasta ese momento ella había llevado la voz cantante con su actitud de femme fatale, eso ahora no le servía más. Él era el que estaba al control, sus labios guiaban a los suyos, contenía su mandíbula como una pequeña jaula donde introducir su lengua como una serpiente. Lo único que ella podía hacer era intentar seguir su ritmo y disimular lo muchísimo que le costaba no empezar a gemir.
Sin casi darse cuenta, él la había ido empujando hacia el interior de la cocina, habían caminado al unísono enredados en un nudo de cuerpos en el que ya casi no quedaba ninguna pena.
Pasó sus grandes manos por su cintura mientras seguía besándola, redondeando sus formas. Agarró sus gluteos por debajo de la falda. Ella se felicitó a sí misma por haber escogido sus braguitas negras de encaje para ese día, por ninguna razón en especial. Enzo metió sus dedos por debajo del elástico que abrazaba sus caderas, amenazando con bajarlas en cualquier momento.
Me estabas poniendo malo, nena, ¿sabías?
Ella aprovechó el pequeño respiro que le dio a su boca para contestar un leve “sí”
Ah, sí, eh? Mirá vos… - sonaba divertido, pero también desafiado.
Sin ningún esfuerzo colocó sus brazos debajo de sus muslos y la subió a la encimera, junto a los fogones. Ante eso, ella no pudo contenerse más y gimió sin poder evitarlo, mientras clavaba sus uñas bien cuidadas en la nuca de él, de donde se estaba agarrando.
Me vas a dar algún dulce, gatita? Mirá que tengo mucha hambre…
Ella asintió rápidamente, como una niña obediente.
Sí…? - Decía mientras depositaba besos húmedos por su cuello, ¿qué me vas a dar? – ronrroneaba entre cada lamida.
Ahh…yo…
No podía parar de gemir, ninguna palabra, y mucho menos frase coherente iba a salir de su boca, simplemente no podía pensar, no mientras su lengua caliente recorría su cuello, no mientas sus manos invadieran el interior de sus muslos como si fuera el pan que ella misma había amasado esa mañana, sobre esa misma superficie. Sentía que estaba arruinando su ropa interior, no recordaba haber estado así de húmeda jamás.
¿Y? ¿qué me vas a dar? -comenzó a bajarle las bragas por la cintura ¿Una frutilla? ¿Eso tenés? – en lugar de pedirle que se levantara para poder sacarle la ropa interior la recostó en la encimera, tumbándola ligeramente, deslizando la prenda ya empapada por sus piernas.
Sin pedir permiso, abrió sus piernas para contemplar lo que sus bragas, ya tiradas por el suelo escondían. Enzo tragó saliva, provocando que su nuez se moviera por su garganta deliciosamente. De forma involuntaria apretó la mandíbula, había encontrado el postre más rico del restaurante.
¿Esta frutilla es tuya?- la miró a los ojos mientras un pulgar delíneaba sus labios ahora expuestos, como si nada.
Ella atinó a asentir con ojos suplicantes.
No,… no es tuya, es mía, chiquita. Es mía y me la voy a comer, ta? – nunca una corrección le había parecido tan bien.
Sin más preámbulos bajó su cabeza hasta enfrentar su centro, que estaba húmedo estaba claro, pero es que además emanaba calor, parecía palpitar con deseo.
Y entonces empezó a comer.
Empezó a comer, comer y comer.
Abría la boca y manejaba su lengua como si en realidad le estuviera dando un beso francés, solo que en una boca distinta. Se introducía en ella como si no dispusiera de nada más que esa parte de su cuerpo para satisfacerla, con avidez.
Ella se deshacía en gemidos, no se retenía más, le daba igual gritar, sabía que nadie podía oirla, a esas horas no había nadie en la calle, no bajo ese sol abrasador. Pero, si así fuera, ¿sería capaz de parar?
Claro que no, aunque quisiera no podría pararle. Su boca mamaba de ella como un cachorro hambriento, no podría apartarle. Y sinceramente no querría por nada del mundo.
Qué rica que estás nena, sabes a miel … - dijo mientras introducía su dedo corazón en su vagina, con maestría, sin parar de lamer, en perfecta sincronía, como si su lengua y su mano fueran entes separados que sabían actuar de forma perfecta e independiente.
No faltaba mucho tiempo para que llegara a su clímax, lo notaba formándose en su bajo vientre, si seguía así no iba a durar nada.
Me voy a…!
A venir? Venite, princesa, vamos…- paró dolorosamente un par de segundos para pronunciar esas palabras, y al volver a tocarla con su lengua ella no pudó más y explotó en su boca como un fuego artificial. Grandes oleadas de placer arrasaban en ella, que gritaba y gemía. Él notaba como el único dedo que le había introducido quedaba aprisionado y recibía apretones entre sus paredes que pulsaban en su orgasmo. No lo sacó hasta que ella le hizo un gesto, recostándose ,agotada y sudorosa en la superficie donde normalmente trabajaba.
Aún le costaba recuperar el ritmo normal de su respiración, y por una vez, su mente no se encontraba preocupada por tonterías como si estaba despeinada, o qué le había parecido al otro su ropa interior o si había gemido suficientemente sexy. Esta vez su cuerpo simplemente estaba anegado por el placer tan animal que Enzo le había provocado. Todo lo demás no importaba.
Él se había parado y se estaba echando el pelo hacia atrás, también estaba sudando. Gracias a Dios que un pequeño ventilador metálico les estaba apuntando a los dos, de lo contrario habrían muerto de calor.
Qué linda que sos, muñeca.
#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic fanfic#la sociedad de la nieve#society of the snow#sociedad de la nieve fanfic
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estoy en una etapa de introspección, reflexion, siento que los días pasan y no logro salir del mismo bucle en el que caigo siempre. la culpa, sentirme una fracasada, no poder aceptar que las cosas terminaron. no entender y buscar respuestas donde no las hay. caigo en la victimizacion, en sobrepensaar, caigo en las profundidades de la autoflagelación. y me siento culpable, por no haber aguantado más. y juro que me leo escribiendo esto y pienso "¡qué enferma!". realmente mi unica culpa es sentirme muy sensible siempre, sentir que las cosas me importan mucho, no saber canalizar mis emociones de manera sana. me siento culpable porque si yo no fuera tan sensible, si yo cambiara de personalidad, esto no habria pasado. y es tan horrible sentirme asi, tan poco a gusto conmigo misma.
esta semana de eclipses, dicen que se va todo lo que no necesitamos más. el proceso de purificacion y liberacion durará hasta enero de 2025. el encontrar un nuevo camino, una nueva forma de vivir... anhelo perderme completamente en sensaciones placenteras, formas una nueva personalidad, nuevos gustos, nuevas pasiones. ser más fuerte emocionalmente, no dejar que me manipulen, no dejar que nadie invada el espacio sagrado que tengo que ser yo para mí misma.
quiero empezar a entender el amor no como algo que se merece, sino como algo que es y que se vive y que te encuentra. algo que te llega porque sos amor, y porque experimentarlo es una bendicion. y la verdad quiero pensar que nunca te amé, porque no puede ser que el amor sea esto. tiene que haber algo más que esta mediocridad y este dolor que siento. realmente si el amor es así no me interesa volver a vivirlo.
y me invaden las dudas: ¿realmente me quisiste o te gustaba simplemente cómo yo te trataba? ¿me mentiste todo este tiempo? ¿priorizaste a ella porque la amabas mas que a mí? ¿cual es la manera de evaluar la relacion, a través de lo que vos sentis unicamente? ¿existió algo más alla de vos? ¿estarás pensando en mí ahora? ¿me extrañas o me odias? ¿sentís que yo fui lo mejor que te pasó?
hay una escena muy recurrente que viene a mi mente en la que estas pensandome siempre. te pones a estudiar y te colgas pensando en mi, me buscas en instagram, querés verme todas las fotos, me buscas en twitter, queres verme todo lo que publico. y yo no subo nada y no podés enterarte de nada. y te dormis, y te pones a ver algo en netflix pero te acordas de mi entonces no podes ver nada. y vas andando en bici por toda capital con ganas de cruzarme. y cuando salís con otra chica la comparas continuamente conmigo. "uf, ella me habría dicho esto" o "ella me hubiera dado siempre la mitad mas grande" o "ella me hubiera...". y entras en un bucle de desesperacion, tristeza, pensas que nunca vas a encontrar a nadie mejor, que te equivocaste realmente al alejarte y que ya no podés volver porque me lastimaste muchísimo con lo que hiciste sistematicamente durante meses. y sos consciente de que no tiene sentido volver, por orgullo y por realidad. porque la realidad es que no tiene arreglo lo nuestro y nunca vamos a volver a estar juntos y solo queda aceptar ese vacío de no ser correspondido en el tiempo con la mayor dignidad que se pueda (si es que se puede aceptar esto sin humillarse y arrancarse el alma en el intento)
y yo, en mi realidad, me dejo llevar por los delirios. prometí no escribir nunca mas y acá estoy. prometí desaparecer de todos lados y estoy en más lugares de los que debería. y en cada cosa que hago pienso en vos. y toda mi motivacion viene por pulsión al imaginarte en mi mente. todo el tiempo se me vienen recuerdos con vos, caminando, paseando. te hiciste muy presente en mi vida, una presencia avasallante pero distante, una presencia volatil e invasiva. una presencia completamente fria pero que quema. y ahora hay un hueco en cada espacio de mi mente. en cada cosa que hago, falta algo más. es como si no pudiera completarme con el día a día. me duermo esperando al día siguiente despertarme y reconocerme. pero no me reconozco. no me gusta esta version mía que quedó desde que te fuiste. y tampoco me gustaba la versión que yo era cuando vos estabas. me olvidé quien soy. y no puedo acordarme de nadie que no seas vos. son imagenes que vienen y quedan detenidas por varias horas o minutos en mi mente. y me sube la angustia como olas de mar. y siento que la solucion es dejar de sentir. porque aceptar todo esto es un parto
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El Bosque Del Otro Lado Capítulo 1: Quiero irme a casa.
Ver. [INGLÉS / ESPAÑOL]
EDIT: Este fic está ahora en AO3
Una chica se pierde en el bosque y encuentra una puerta misteriosa en medio de la nada. Al otro lado conoce a un… individuo muy peculiar que parece sólo querer hacerse amigo de ella y jugar. Todo parece estar bien. Hasta que cae la noche y alguien más se une a jugar.
Esta es de alguna manera una historia más "alegre" que BIOMáquina, aún con sus temas oscuros. Escribí esto hace un año. Con esto quiero decir que me obligué a escribirlo y terminé odiándolo y quemándome. Hace un par de semanas decidí releerlo y pensé que estaba bastante bien, así que lo edité un poco para que fluyera mejor. Solía estar escrito más como un guión para el cómic que quería dibujar pero eso no pasó (coff, estresadome, coff, forzadome, coff, no os fuercéis a crear contenido a partir de un hobby, se supone que un hobby es para tu propio entretenimiento). No estoy completamente satisfecha con el borrador final, pero creo que es suficientemente bueno para ser el primer fic que he escrito.
Originalmente planeé que fuera algo de Y/N pero eso no duró mucho. Pero mantuve la idea original del POV en primera persona. Las historias de T/N que he leído siempre tienen algún narrador que te dice lo que haces y te inserta a ti en la historia. Pensé en hacer que el prota fuera el narrador, de esta manera el lector puede insertarse como si fuera su historia o puede leerla como si alguien más le estuviera contando una historia. Esto también es un poco limitante, ya que la narración es también el proceso de pensamiento del prota y, a veces, puede ser que omita detalles que el prota no pudo haber visto.
AU, Bosque mágico, centrado en DCA, Sun fnaf, Moon fnaf, Duendes Sun & Moon, OC, Autoinserción, Character & OC, platonico, amistad, slowburn (más o menos), Moon es agresivo al principio, Moon es un poco gremlin, Sun protectivo (creo), OC es un mal hablado, Protagonista Femenino, Primera persona, Angst.
El primer post donde enseñé esta AU y mi primera boceto de idea.
Archivo de Tumblr con todo el arte, ideas y preguntas respondidas.
Youtube Playlist la cual estoy bastante orgullosa de como ha salido :] está en un orden específico pero puedes ponerla en aleatorio.
Nota: aunque trato de mantener las cosas ligeras, algunas cosas pueden incomodar a algunos lectores.
CW: Ansiedad, Ideación suicida, Muerte implícita, Asfixia, Abuso no sexual.
Recuento de palabras: 9.179
Bueno.
Aquí estamos de vuelta, en la vieja casa del pueblo (yey...). Bueno, 'estoy', mi familia no llegará para instalarse hasta dentro de una semana. Me trajeron aquí de antemano hace unos días por temas de organización. Echaron un vistazo rápido antes de irse para ver el estado de la casa, si necesitaba algún arreglo y tal, y se volvieron a la ciudad. Mientras ellos terminan de prepararlo todo yo cuido de la casa y les mando mensajes de cualquier cosa que se pueda necesitar para cuando vuelvan.
Llevamos años sin venir aquí, la casa necesita unos arreglillos, y lo siento por las arañas, pero una limpieza profunda le vendría bien. No podemos hacer una limpieza profunda pero yo he ido limpiando lo que he podido estos últimos días, al menos para que se vea decente... a primera vista.
Bueno, tampoco es que vaya a venir nadie de visita.
Es un pueblo tranquilo, hasta que los críos del pueblo de al lado vienen a montar jaleo con las bicis. Juegan en nuestro descampado, espantan a los gatos y tiran latas por ahí. Son unos capullos.
De todas formas, la gente del pueblo es maja. Los adultos digo, los niños con los que solía jugar ya no me llevo con ellos. Algunos ya no son tan niños, hemos crecido y vamos por caminos distintos. Pero los que aún si son niños... todavía están interesados en la única niña mayor del pueblo que les hacía caso y les dejaba hacer lo que quisieran, hasta cierto extremo.
No quiero que vengan a buscarme para salir a jugar. Me he estado escaqueando diciendo que estoy ocupada limpiando la casa y dejándola lista para cuando llegue mi familia pero cada vez me apetece menos interactuar con ellos. Es por eso que voy a salir al bosque de detrás de la casa a perderme un rato, como siempre. Los niños no se acercan al bosque así que ahí no me van a molestar.
Hay una zona para el turismo y senderismo pero no viene mucha gente, algún coche de policia bordea el bosque de vez en cuando pero nunca se adentran. Llevan viniendo reportes de gente desaparecida en este bosque desde hace décadas, solo han vuelto algunos niños perdidos pero no hay rastro de ninguno de los adultos desaparecidos junto con el resto de niños. Las zonas marcadas con señales son seguras pero no puedes salirte de los limites a no ser que quieras desaparecer junto con esa gente.
Y yo, que ahora mismo estoy sola y sin nadie que note mi ausencia si desaparezco, voy a ir derechita para el bosque. No te pienses, no quiero desaparecer, simplemente no me gusta la gente y me suelo meter en el bosque pero no me alejo demasiado. Mientras vea mi casa a lo lejos, sé cómo volver.
Agarro mi bolsa con mi cuaderno y estuche por si me apetece dibujar (probablemente no lo haga) y salgo al porche de atrás. La puerta metálica corredera exterior que protege la interior está oxidada y cuesta abrirla. Habría igual que engrasarla pero no sé cuando se hará, considerando que la barandilla rota lleva con una tabla de madera atada por años. Ya le mandé un mensaje a mi madre hablando de eso.
Entro al bosque y empiezo a dar vueltas. Hace calor, por supuesto, estamos a principios de verano, pero es bastante notorio después de estar al fresco dentro de la casa de ladrillo y piedra. Es lo bueno de venir aquí en verano, las casas están hechas para mantenerse frías por dentro y se está genial, a veces hasta necesito llevar chaqueta. Pero fuera me estoy muriendo, los árboles no dan suficiente sombra. De hecho, faltan algunos árboles. Solía tener mis rutas memorizadas pero ha pasado tiempo y algunos caminos han cambiado, unos han desaparecido y se han creado otros. Admito que me da algo de pena... Empecé a caminar absorta en mis pensamientos sin fijarme a dónde iba.
Me estoy alejando, debería volver. Total, no voy a dibujar nada aquí y hace más calor fuera que dentro así que voy a dar media vuelta-
Oigo gritos y risas a la distancia, el sonido de las voces me produce un inmediato disgusto. Son esos críos del pueblo de al lado. Habrán venido a 'investigar' sobre las desapariciones o tal vez les da igual y han venido solo ha hacer el imbécil-
Se están acercando.
No quiero que me vean. Dios. Que no me vean. Cualquiera menos ellos. Se están acercando. Que no me vean. No puedo volver a casa ahora. Me están cortando el paso. De toda la gente que podría haberme encontrado. Tenían que ser ellos. No, por favor. Que no me vean. Tengo que adentrarme más al bosque, no puedo dejar que me vean. Se están acercando. Que no me vean. Quiero irme. Quiero irme. Me estoy alejando demasiado. Quiero irme. No veo mi casa. Quiero irme. No veo el pueblo. Quiero irme. No veo a los críos.
...
...
...
¿Dónde estoy?
Joder.
¿Dónde estoy?
Quiero irme.
Quiero irme.
Quiero irme.
Quiero irme.
…
—
Ahora estoy deambulando por el bosque. No quiero volver. Quiero irme de aquí. A pesar de que estoy caminando en linea recta siento que estoy dando vueltas, y que no voy a salir de aquí ahora. Genial. Me he perdido. ¿Ahora que? La gente que se pierde en este bosque no vuelve, nadie ha vuelto excepto algunos niños.
...
Voy a desaparecer.
...
De momento sigo caminando hasta que ocurra algo. Quizás hay algún animal que mata a la gente que se pierde, o igual es un grupo de secuestradores, o igual debería dejar de darme ansiedad a mi misma y centrarme en salir de aquí. Quizá si encuentro un campo o carretera, o hasta la zona de turismo, consiga salir de aquí y volver bordeando el bosqu-
...
Hay... pintadas de colores en los árboles. Alguien ha pintado ojos, manos, estrellas y más cosas en la corteza de los árboles...
¿Qué es esto?
No sé a dónde he llegado, no sabía que estaba esto aquí, en mitad de la nada en el bosque. Los arboles tienen hojas rojas como en otoño a pesar de que acaba de comenzar el verano... Lo primero que he pensado a sido 'culpa del cambio climático' pero hay algo que destaca en mitad de toda esta zona llana y me está inquietando.
En el centro hay una especie de portal circular de piedras sostenido por raíces.
Vale, igual no suena taaaaan inquietante como, yo que sé, un tótem con una figura humana siendo empalada o algo, pero a mi me da mal rollo. ¿Qué es este sitio? ¿Quien ha construido un arco de piedras en el centro de todo y por qué?
Un pájaro aparece volando desde detrás mio y atraviesa el portal, pero del otro lado no sale nada... ¿espera qué? ¿cómo? El pájaro a cruzado el portal ¿y ha desaparecido tras el arco de piedras? ...He tenido que imaginarlo, no es posible que eso haya pasado. Me acerco al arco no sin antes coger una piedra del suelo y la lanzo al otro lado del portal.
Sigue ahí.
...
Por algún motivo me incomoda la idea de cruzar el portal, así que lo rodeo.
...
¿...Y la piedra? No está.
Vuelvo atrás y miro desde dentro del portal.
La piedra está ahí.
...
Miro por fuera. La piedra no está. Repito esto varias veces. Piedra. No hay piedra. Piedra. No hay piedra. Piedra. No hay piedra... ¿Qué?
De acuerdo, esto es raro, esto es MUY raro.
A pesar de que está claro que esto no es normal tengo que volver, coger una rama caída del suelo y pasarla por el portal. Esta vez no la lanzo, he cogido una rama lo suficientemente larga como para verla asomar por el otro lado del arco.
...
Vaya.
Debería estar viendo no sólo la rama, sino también mi mano asomar por el costado, pero NO LO ESTOY VIENDO. OK. VALE. DE ACUERDO. SE CONFIRMA. ESTO ES RARO.
Estoy dormida ¿verdad? O inconsciente. Debo de haberme desmayado por el cansancio al deambular sin cesar por el bosque y estoy delirando o algo. No, espera, no puede ser, en mis sueños no soy tan consciente de lo que hay alrededor mio ¿Dónde estoy?
Una brisa empieza a pasar por el portal. Se va haciendo más fuerte pero no lo suficiente como para empujarme. Las hojas se levantan del suelo y flotan hacia el portal, ninguna sale por fuera, todas entrando por el arco de piedras. De repente la brisa que se había convertido en viento se detiene. Las hojas caen al suelo.
...
Miro hacia atrás un momento, como si detrás mio hubiera algo que podría ayudarme a tomar una decisión. Agarrando con las dos manos la correa de mi bolsa me vuelvo hacia al portal. Vale. De acuerdo. Esto posiblemente sea mi muerte. Voy a cruzar. Voy a pasar al otro lado. Estoy solo a un paso de cruzar. Arrugo la cara y entrecierro los ojos antes de dar el último paso.
...
No ha ocurrido nada. Todo parece igual. Sin embargo sé que no es igual... ¡O al menos no se siente igual!
Bueno, ya he cruzado. Voy a... seguir caminando, supongo, a pesar de que esto me está dando miedo y no sé si sabré volver. De momento sigo adelante. Hace ya varios metros que han desaparecido las hojas rojas. Empieza a parecer un bosque normal, excepto por los dibujos y marcas de manos multicolores que no dejo de ver en los árboles. De hecho, parece que los árboles son más altos a cada paso que doy. Tan altos que casi no puedo ver la copa. Casi me tropiezo por andar mirando hacia arriba. Si este es el mismo bosque del que vengo, ya no lo sé.
Esto ha sido mala idea. Solo espero encontrar algo que me ayude a saber dónde estoy, un poste o la carretera a ser posible.
*cling *
...?
Le he dado a algo con el pie. Hay una bola con una pequeña cadena en el suelo. Oh, no, espera. *cling diring ding * Es un cascabel oxidado, creo. No tiene el típico agujero en forma de cruz o ranura, más bien tiene varios agujeros en patrón. Parece que se puede abrir.
No hay nada dentro.
?
¿No hay nada? Pero juraría que había sonado. Lo cierro de nuevo y lo vuelvo a agitar.
*... *
Nada.
Voy a meterlo en la bolsa, es totalmente una buena idea. Ya pensaré en ello más tarde, por ahora sigo adelante.
—
Ya llevo un rato caminando y en todo este tiempo he estado con un escalofrío constante en la nuca, como si alguien tuviera sus ojos clavados en mí.
*din dirring * Escucho un suave tintineo en la distancia.
Vale, no estoy sola, cojonudo ¿qué hago ahora? ¿Saludo y corro el riesgo de que el posible peligro me encuentre? ¿Ignoro el sonido de cascabeles y sigo adelante? Es muy posible que lo que sea que haya hecho ese sonido me esté viendo ahora mismo...
“¿Hola?” Aún con nervios, pruebo a saludar mirando alrededor “...” “¿Hay alguien? ¿H-hola?”
“¡-HOOOOOLA!”
“¡AAAAAH-!” Me llevo las manos a la boca a la par que me giro a mirar que demonios me ha devuelto el saludo. Doy unos pasos hacia atrás mientras observo la figura de tonos tierra y soleados que me ha respondido, parece tan sorprendido como yo, creo (con el grito que he pegado, normal), al menos me parece que está sorprendido. Lleva una máscara de madera de dos tonos... parece un sol, con una luna creciente a la derecha... da la impresión de que son dos caras fusionadas en una... Joder, que alto es, mide casi el doble que yo. Parece tener dos tonos de piel dividiendolo por la mitad, su lado derecho siendo el más claro y el izquierdo más moreno, especialmente el brazo, que también tiene un tatuaje de color claro de lineas representando un símbolo de sol que cubre desde el hombro al pectoral y hasta la mitad del biceps. El brazo derecho lo cubre un guante largo sin dedos que llega hasta el hombro y se ata alrededor del pecho. Lleva unos pantalones abombados con hojas saliendole por la cintura y las piernas, unas ¿botas... de tela? con una puntera larga doblandose de forma brusca y curvandose en un remolino geométrico con un cascabel en las puntas, una bolsa le cuelga de la cintura del pantalón y cae por debajo de la cadera. Tiene el pecho y el cuello atado por cuerdas decoradas con piedras, metales y cristales colgando, lleva un colgante que acaba en un símbolo tallado de una luna con rayos. Algunos de los 'rayos de sol' de su máscara tienen cuerdas atadas entre ellos sosteniendolos en el sitio y algunos metales colgando. Unas cintas rojas junto a cascabeles le cuelgan de las muñecas.
“am... Holaaaaaa.” Vuelve a saludar, esta vez con un tono más bajo. Consigo reaccionar, doy media vuelta y me voy. “¡ah- eh- Espera-!” Nop, no pienso quedarme a esperar a ver que hace conmigo, me piro. “¡Oy-! ¡Oye!” Nop. Acelero el paso he intento perderme entre los árboles, cambiando de dirección cada vez que aparece en mi angulo de visión. “¿Humano?¿Humana-? AMIGA ¡¿Puedo llamarte amiga?!” Nop, nop, nopnop, nop, nop, nop. “¡Amiga! ¡Oye!” Dios, no, dios, dios, no ¿Por qué me sigues? “¡Mira, sé lo que estás intentando buscar...! Y créeme ¡No vas a encontrarlo~!” ¿Pero cómo me sigues todavía? ¿De dónde sales? “¡Hey! ¡Oye! ¿¡Por qué no hacemos otra cosa a parte de correr en círculos!?” Noooooooooo... “¡Hay un MONTÓN de otras actividades que podríamos hacer! Como...¡OSTRAS, mira este palo! ¿¡Te gustan los palos!?” Dejame en paaaz... “¡No lo estás mirando! Vale, de acuerdo, no te gustan los palos, ehm... que te podría interesar...” Si no lo miro no existe. “¿Podrías ayudarme un poco aquí?” Quiero irme... “¡Mira, por mucha vuelta que des, no vas a encontrar el portal-!”
“¡PARA—! ¡DEJA DE SEGUIRME! ¡DÉJAME EN PAZ!” El repentino grito le vuelve a sobresaltar, haciendo que salte en el sitio. Se queda completamente quieto mirandome. Me voy antes de que se enfade.
“P-pero yo- ...vale.” Me pareció oírle decir antes de dejarle atrás.
Parece que esta vez no me sigue, por fin... aunque no me quedo tranquila, podría estar siguiéndome todavía y simplemente no estar a la vista. De todas formas ¿creo que estoy volviendo? Espero estarlo. Quiero encontrar ese portal lo antes posible y volver a la casa- ¿qué cojon-? “¿POR QUÉ?”
Está ahí. Justo donde lo dejé. Sentado en una roca. Esperando. “...! ¡No me he movido del sitio!”
“Ya- pero- ¿POR QUÉ?”
“¡Porque sabía que ibas a volver aquí!”
“¿...Qué?”
“¡Es lo que intentaba decirte! ¡No puedes irte! Por más que intentes encontrar el portal ¡No aparecerá ante ti!” Exclamó el hombre sol.
“…” Estoy a nada de darme la vuelta. De hecho, ya me estoy girando en el sitio.
“¡N-No, espera! ¡Por favor, no te vayas!” Me paro en mis movimientos y me vuelvo a mirarle a el. Se baja de la roca en la que estaba sentado pero se queda en cuclillas, casi a mi altura, un poco por debajo. Me muevo hacia atrás manteniendo distancias. Pone las manos en alto. “¡Mira, no hago nada! ¡No voy a perseguirte! Solo- ...no te vayas.”
“…”
“M-mira, escucha, ¡no hay manera de que aparezca! Bueno, no ante ti al menos. Pero incluso si lo encuentras de vuelta ¡no funcionará! Solo funciona cuando quiere funcionar.”
“...” Imaginemos que me fio de lo que dice “Vale... ¿y cuando quiere estar funcionando?”
“...” “¡Ni idea!”
“...”
“...”
Estoy por derrumbarme en el sitio. Al menos no parece hostil, de momento. “...” “Vale... Bien... Genial...” “...” “FanTÁS-tico.”
“...” “No pareces estarlo.”
*ಠ_ಠ* Solo pude mirar con frustración hacia el lado en respuesta a eso. Volví a mirarle con preocupación mostrándose en mi rostro y agarrando con ambas manos la correa de mi bolsa “Y... ¿qué... piensas hacer conmigo?”
Se llevó la mano a la barbilla de la máscara y con la otra se sostuvo el codo en pose pensativa cómica “¡MmmmnnNO sé! ¿Qué piensas hacer tu?” Preguntó tan despreocupadamente. Terminó de sentarse en el suelo cruzando las piernas “¡Tienes un buen rato hasta que el portal se abra de nuevo...!”
“...”
“...”
“...”
Ha empezado a balancearse en el sitio. Hace ya rato que el silencio se ha vuelto incomodo pero no consigo organizarme en que decir, y no sé si fiarme de el. Ni siquiera sé si es humano, aunque algo me dice que no lo es.
“Podrías esperar aquí.” Sugirió, sacándome de mis pensamientos “O en cualquier otro sitio, si quieres ¡Te recomendaría algún sitio alto como las copas de los árboles (no es por nada)! si vas a esperar... Pero, ¿no sería eso muy aburrido?” Había algo en su tono de voz... “Estar ahí... en la copa de un árbol... esperando... sola... sin amigos con los que pasar el rato (¿puedo llamarte amiga?). Toooda tú sola hasta que se abra de nuevo el portal.” Mira al lado por un momento “...” Y vuelve su vista a mi. “Sin nadie que esté contigo.” Repite el movimiento de cabeza “...” “sola...” Vaya... me pregunto que estará insinuando, ejem. “¿No querrías tener a alguien...? ¿...Alguien...haciéndote compañía?” Ya, ya...
“...” Supongo... “¿Su-pongo que no querría estar so-?”
Se incorpora en sus rodillas “¡Eso es lo que yo pensaba! ¿Quieres que te acompañe? ¡Solo si quieres! ¿Pero puedo?” Juntó las manos como si estuviera pidiendo un favor.
“am...”
“¿Puedo?¿Puedo?¿Puedo?¿Puedo?¿Puedo?¿Puedo?¿Puedo?” Se va acercando arrastrando las rodillas por el suelo.
Empiezo a echar en falta el espacio personal. “¡Vale! Vale, de acuerdo...”
“¿EN SERIO?” Empezó a dar brincos y saltos alrededor mío “¡OH, ojojo jO! ¡Genial! ¡Oh, hay un MONTÓN de cosas que podríamos hacer! ¡Como... Como...!” Se mueve más rápido, dando volteretas y saltos cada vez más grandes, casi pareciera que es muy ligero, como si la brisa de aire lo levantase. “¡Podríamos pintar y decorar árboles! ¡O también podemos pintar en rocas! ¡O pintar hojas! ¡O pintarnos a nosotros! ¡Oh! ¡Podemos contar historias! Soy muy bueno haciendo sombras y marionetas” Se mueve de sitio a cada frase que dice. “¡También podemos jugar a algo!” Se está volviendo tan rápido que solo veo el viento y las hojas que levanta al moverse. “¡Lo que sea! ¡Lo que quieras!” Finalmente se a parado delante mío medio agachado. “¡¿Qué dices?! ¡Mmm! ¿¡Amiga!?”
“No... me llames así” Me hace sentir incómoda.
“Oh... ¿Por qué no-? ¡Oh cierto, cierto! Que tonto ¡No sé tu nombre! ¿Cómo te llamas, potencial amiga?”
“...”
“...” “¿No... vas a decirme tu nombre?”
Retuerzo la correa de la bolsa “Depende...” He de decir que estoy un poco escéptica con esto “¿Hay alguna consecuencia por decirte mi nombre?”
“...Consecuencia...?”
“Como... No sé... Mmm-al decirte mi nombre me convierto en posesión tuya y no puedo recuperar mi libertad hasta que se cumplan... ciertas condiciones...”
“...”
“...”
“¿Por qué- cómo-? ¿¡de dónde has sacado eso!?” Si que ha sonado un poco estúpido cuando lo he dicho en voz alta.
“¡Yo que sé- es lo que dicen en cuentos infantiles viejos de duendes y hadas!” Solo espero que no se esté notando la vergüenza en mi cara.
“¿En serio?” Pude sentir como ponía una expresión de póker detrás de la máscara.
Me encogí de hombros.
“...” “Vale... Oh ¿Y si te digo mi nombre primero? ¿Me dirás el tuyo? Es justo ¡Soy Sun!”
“...”
“¿Puedo saber ahora tu nombre?” Preguntó expectante.
“¿...Cómo sé que no me estás intentando engañar?”
“...” Debo de estar sacándole de quicio con esto “Lo único que puedo hacer con tu nombre es atesorarlo en mi memoria” Juntó las manos como si estuviera sosteniendo cuidadosamente algo y se las llevó a la frente de la máscara. Le lancé una mirada de desconfianza. No parece que le hiciera desistir “¿Por favor?”
Agarro la correa desgastada de mi bolsa “...” “Fern...” Acabé murmurando.
“¿Mmm? ¿Fern? ¡OH, me gusta!” “Suena a AMISTAD.” Resaltó la última palabra haciendo un gesto como manos de jazz, inclinándose hacia un lado y acercándose más a mi con la cabeza.
“Ya... Creo que vas desencaminado.”
Volvió a erguir su postura “Nop, ¡no lo creo!”
“Sigues sin ser mi amigo.”
“Oooowwwwwnnnnnggghhh” Agacha la cabeza de forma dramática hasta que prácticamente toca el suelo “nnnnnnngggghh ¡Vale!” Hace la rueda para ponerse en pie otra vez “Así que...¿Qué será?”
“¿Mm?”
Irguió su postura y puso los brazos en jarra “Tenemos un montón de tiempo ¿Si? ¿Qué quieres hacer?”
“No lo sé, ¿Qué quieres hacer tu-?” Grave error.
“¡Ven conmigo!”
“¡aaAAAAA-!” Antes de darme cuenta ya me había agarrado del brazo y estaba siendo arrastrada por el bosque. Fuimos visitando varios lugares y el me ofreció hacer una actividad en cada uno de ellos.
—
Sun me trajo a un sitio donde los árboles estaban llenos de pintura de colores “¡Aquí practicamos el pintar en los árboles!” Dijo.
“Ah.” Eso explica los tachones y las formas imperfectas repetidas. Por la pinta también es donde prueba la calidad de la pintura.
“¿¡Quieres que pintemos algo!?”
“No realmente...”
“Oh, ¿Preferirías que fuera en una roca?”
“Nah.”
“¿...Y en hojas de estrella-?”
“No quiero pintar, Sun.”
“Oh... ¡Bueno, te puedo enseñar más sitios!”
“ValeeEEEEEE-” Y ya estoy siendo arrastrada otra vez.
—
Me trajo a otra zona del bosque, el terreno aquí parecía más nivelado. Ni un solo árbol estaba recto, todos retorcidos y hasta parecían estar huecos. “¿¡Que tal jugar a algo!? ¡Como al escondi-! No espera, no puedo perderte de vista” Murmuró por el final “¡¿Y a perseguirnos?! ¡Podemos trepar un árbol y ver quien llega antes a la copa! ¡Tenemos un sitio lleno de lianas y es perfecto para balancearse- y saltar de un árbol a otro-!”
“No... quiero moverme mucho realmente...” Con la forma en la que corre sin cansarse y yo que no hago ejercicio... me dejaría muerta.
“Oh... bueno, entonceees-”
—
Llegamos a un sitio lleno de vegetación y humedad. Sun parecía bastante emocionado... “¡Este sitio está lleno de insectos! ¡Podemos buscar insectos chulos!”
“Mmmmmnoooo... No quiero.” Tuve que decirle intentando mostrar el menor desinterés que pude.
“¿No te gustan?” Sonaba un poco desilusionado por oír mi reacción.
“No, si que me gustan, algunos, pero no me gusta tocarlos.” Y tengo pánico a que me vuelen a la cara.
“Oh, bueno, ¡no pasa nada!” Dijo como quitando importancia y nos movimos a la siguiente parada.
—
“¡Conozco ese pájaro!” Nos paró en el trayecto para señalar a un petirrojo en lo alto de una rama.
“ah.” Dije mientras me quitaba hojas del pelo y la ropa, y comprobaba que aún conservaba las gafas.
“¡Es un pequeño granuja!”
“...” Creo que el pájaro nos está haciendo el equivalente a 'un calvo'.
—
“¡Mira pece-! Oh, se han ido...” El ruido les debe haber espantado “¡Podemos buscar más sitios donde mirarlos si quieres!”
“...” “...no, paso...”
“…”
—
“¡Mira este palo!” Sun había sprintado de repente adelantándome, recogió algo del suelo y volvió igual de rápido, mostrándome el palo como si se tratase de una espada.
“oh” Es un palo guay, hay que admitirlo.
“¿¡Quieres buscar más palos!?”
“No...”
“oh...” Miró al suelo en decepción.
“¿Por qué íbamos a buscar palos? Hay por todo el suelo.” Específicamente, en esta zona el suelo era todo palos. Literalmente, solo estamos pisando palos ahora mismo. No veo la tierra.
“¡Variedad!” Sun dijo señalando el suelo con ambas manos. Se oye una rama caer a la distancia.
—
“¡Eso es un ciervo!” Señaló al ciervo que pasaba cerca. El ciervo se paró a mirarnos.
“Ya veo, ya...”
“¡Lo llamamos Adoquín!”
“¿...Por qué se llama Adoquí-?”
*TUMP! *
“…”
El ciervo se ha hostiado contra un árbol al intentar salir corriendo. Se queda quieto un minuto, procesando el golpe, mira hacia un lado y luego a otro, entonces sale corriendo otra vez pero ahora esquivando el árbol.
Se oye otro *tump! * en la distancia.
“...” De acuerdo.
—
“¿Quiereeees buscar piñas? Habrá alguna caída por aquí ¡Oh! ¡También podemos buscar setas!”
No hago más que decirle que no a todo lo que sugiere y no parece que vaya a quedarse sin ideas para pasar el rato. De hecho, es muy insistente en que hagamos algo. Supongo que en algún momento tendré que decir que si a algo. “...” “...vale...”
“¡¿Mm?! ¿Vale? ¿A qué vale?” Su exagerada sorpresa me ofende pero no le culpo.
“A... no sé ¿piñas?”
“...No te ves muy convencida.”
“…”
“…”
“…”
“¡VALE! ¡A buscar piñas pues!” Me sobresalto un poco con el repentino grito. Hace una pose señalando en una dirección, como si estuviera liderando una expedición.
Me lleva por el bosque en busca de piñas. No estamos encontrando muchas, sobre todo yo que no estoy poniendo interés. Intenta animarme a ponerle más empeño pero yo sigo mirándome las botas.
Pasamos cerca de un río con cantos. A mis pies encuentro un guijarro y me agacho a cogerlo para verlo mejor. Es como un gris azulado, tiene unas líneas rojizas en forma de ondas, se siente bien al tacto.
Oigo el suave tintineo de un cascabel y noto una sombra ponerse a mi lado. “¿Te gustan los guijarros?” Sun está agachado al lado mío con los brazos llenos de piñas.
“…” Asiento.
Bajamos al río y estamos un rato recogiendo guijarros con formas curiosas o pequeños detalles de colores, líneas, manchas, etc. Se acerca a enseñarme una cada vez que encuentra formas raras.
“…”
*rin * Esta vez está encorvado apoyando las manos en las rodillas. “Te ves... algo decaída.”
“…”
“Hey... podemos hacer otra cosa si te has cansado de los guijarros.”
“...” Dejo los guijarros que estaba mirando en el suelo.
“...” Desvía su mirada de mi hacia el cielo. No se ha hecho tarde como para estar ya anocheciendo pero si que ha pasado un buen rato entre las pateadas que nos hemos dado (el arrastrándome de acá para allá), el buscar piñas y luego guijarros en el río. Vuelve a mirarme. “¡Oh, ya se! ¿Puedo llevarte a un último sitio? ¡Un sitio mejor que los que te he enseñado!”
“…” Me levanté del suelo y esperé a que empezase a guiar para seguirlo.
Nos adentramos en el bosque cada vez más espeso. Los árboles son más altos y grandes, de hecho, empiezo a ver plataformas y puentes tendidos entre los árboles, incluso veo pequeñas chabolas en ellos.
“¡Espera aquí!” Coge carrerilla y salta a uno de los árboles con puentes. Da tres pasos corriendo por el árbol, de un salto se impulsa y trepa con agilidad hasta llegar a la plataforma y se sube. “¡Solo un momento!” No se le alcanza a ver desde aquí pero se oyen levemente unos chirridos. No tengo ni idea de que está hacien-
*rush *
“........eh?”
Una soga.
Ha caído una soga. A la altura de mi cabeza.
“.......”
¿Qué?
…
Dijo que conocía un sitio mejor.
No. No puede ser esto.
“¡¿Está a buena altura?! ¡¿Puedes alcanzarla?!” Dice...
No puede ser.
Un sitio mejor.
No puede referirse a esto.
Un sitio mejor.
Un sitio mejor. Un sitio mejor. Un sitio mejor. Un sitio mejor.
“¿¡Alcanzas a meter el pie?!”
“..........” Por algún motivo lo que dijo me descoloca “¿KHE-?”
“¿¡Puedes meter el pie en el lazo y agarrarte a la cuerda para que pueda subirte!?”
“..............”
“¡No puedes trepar árboles ¿no?! ¿...o si?”
… “...” Oh “....Es...¡Está muy alto!”
“¡Vale!” Se oyen unos chirridos y la soga desciende hasta el suelo.
Meto el pie en la cuerda como me dijo y me agarro a la misma. “¡V-vale...!”
“¿¡Estás lista!?”
“¡Si!”
“¡Vale!” Empieza a recoger la cuerda (que no se aprieta alrededor de mi pie al sostener mi peso) y me ayuda a subir a la plataforma. (Era para eso, obvio, ¿qué otra cosa iba a querer? Si es que soy...) “¡Vamos!” Dice de forma alegre, como siempre, y me lleva por los puentes. “Pareces tensa... ¡No me digas que te dan miedo las alturas!”
“A-algo así... no es nada.” Inclina la cabeza a eso pero no dice nada. Tengo una sensación desagradable en la garganta.
Llegamos a un sitio alto con vista hacia cascadas, no se alcanza a ver por encima de los árboles. Nos sentamos en uno de los puentes, apoyando los brazos en la cuerda que hace de barandilla y dejando colgar las piernas fuera del puente. He pensado en sacar el cuaderno para dibujar... pero realmente no me apetece ahora, así que solo observo en silencio el paisaje. Sí, es un sitio mejor.
…
Me siento observada. Me giro para mirarle ...Por supuesto que me estaba mirando. No sé siquiera si decirle algo o callarme. ... Decido... no decir nada y mirar al frente.
“No... eres muy de hablar, eh.”
“…”
“¡No es que sea algo malo! Mucha gente que ha llegado aquí tampoco era muy habladora al principio.” Más gente...
“...” “No tengo... nada de lo que hablar.” No quiero hablar.
“...” “Pues yo si.”
“…”
“Si te parece bien, claro.” Rió. Aunque algo me dice que va a hablar igualmente.
“…”
“...” “¿Que te trae por el bosque?”
“...” ¿En serio? “Me perdí.”
“¡Ya, ya lo sé!” Dice entre risas “Pero ¿Qué te hizo perderte?”
“...” “Había un grupo de críos a los que no me quería acercar y decidí meterme en el bosque para perderles.” Hace un sonido de 'hum' y me mira expectante esperando a que continúe “Y... me acabé perdiendo yo...”
“...” “¿Solo eso?”
“...” “Pues si.” ¿Cómo que 'sOlO eSo'?
“...Mmm...” Se lleva la mano a la barbilla de la máscara.
“...” “¿Qué?”
“¡Nada!” “...” “¿Sabes? Eres la primera humana que visita el bosque en muuuucho tiempo. Desde hace ya varios ciclos...”
“¿Ciclos?”
“Mhm” Asiente.
“¿...Que son los ciclos?”
Sun señala al cielo “¡Las vueltas que da La Luna en el cielo!” Hace énfasis girando el brazo en el aire. Está apuntando justo a La Luna que es visible en el cielo.
“Oh...” Usa los ciclos lunares para saber en que día está, tiene sentido. “...” “Entonces hace tiempo que no viene nadie por aquí.”
“¡Eso es lo he dicho! Bueno no ¡Pero si!”
“Y-y entonces los humanos que vinieron ¿siguen aquí? ¿Han estado aquí todo este tiempo?”
“¡Si...! Bueno ¡No!” Hizo una pausa. “¡Ya no están!”
“¿Cómo que ya no-?” No me dejó terminar la pregunta.
“¡Ya no están! ¡Se 'fueron'!” Sonaba como si hubiera dado esta respuesta muchas veces ya.
“¿Cómo que se fu-?”
“¡Se 'fueron'!”
“...” “¿...Quieres decir... que desaparecie-?”
“¡Nop!” “...” “¡Algo así!” “...” “Mmmás o menos...” Dudaba entre una respuesta y otra.
Parecía inútil preguntar por las personas desaparecidas. “...vale” “¿Puedo preguntarte-?”
“¡Puedes preguntarme lo que sea!” Una pizca de nerviosismo escapó de su tono.
“...vale, ¿Qué es este bosque?”
“¡Mi casa! Y la casa de muchos otros animales.”
“...” “De acuerdo, y...¿Cuántos sois...? ¿Cuántos vivís aquí? Me refiero. Me has llevado a todos lados y no hemos visto a nadie de tu...” Hago un gesto señalándolo, dando vueltas con la mano en el aire. No puede ser humano, no parece que lo sea. “...” “Sinceramente, no sé lo que eres.”
“...” “Solo estoy yo... ¡Y alguien más!” Mira a otro lado, como queriendo ocultar algo.
“Oh... y ¿quién es ese alguien?”
“¡Oh! ¡N-no, no te preocupes! Es... solo un amigo... ¡Pero no es importante que lo conozcas ni nada!” Le quita importancia haciendo un gesto con las mano. “Eh-am- ¿¡Que tal si hablamos de tí!? ¿eh? ¿Qué cosas te gustan? ¡Antes como le decías que no a todo pensé que no te gustaba NADA!” Ha seguido hablando si dejar que respondiera “No sabía que hacer si me quedaba sin ideas ¡Me empecé a preocupar! Pero al menos tu no eres de los que se pasan todo el día gritando y amenazando con un arma en mano, ajaja...” Dejó escapar una risa nerviosa.
“Um-”
“Bueno, que tu saliste corriendo y gritando, si.” Empezó a gesticular ampliamente mientras se quejaba “¡Como todos-! No, no como todos, algunos no corren, ¡Pero los que a parte de correr y gritar te atacan...! ¡Quiero decir...!” Algo me dice que no se iba a callar y yo ya estaba escuchando a medias “Primero me tiran piedras a la cabeza, luego me insultan y salen corriendo ¡Y yo tengo que correr detrás de ellos porque no puedo dejar un humano solo corriendo por ahí! ¡No! ¡No puedo! ¡No en este bosque! ¡Le podría pasar cualquier cosa! ¡Pero nunca me dejan avisarles!” Sonaba cansado. “Y para cuando consigo que dejen de huir de mi me vuelven a tirar cosas y a gritarme antes de pedirme que les diga dónde están y como salir de aquí, y cuando se lo explico ¡Me gritan más y me acusan de mentir!” Se gira a mirarme con las manos apuntándose al pecho “¿¡Qué razón tendría yo para mentir!?” No sé si no se ha dado cuenta o si está ignorando la cara de póker con la que le he respondido “¡AGH! ¡No sé que hacer con esos! En fin... ¡Pero me alegro mucho de que encontrásemos algo que hacer al final!”
“¿eh?” Me baja el santo del cielo. Parece que ahora si que está llevando la conversación hacia mi.
“¡Los guijarros!” Se sienta girándose más hacia mi, dejando una sola pierna colgando del puente y la otra apoyada en el mismo. Saca del bolsillo unos de los guijarros que estuvo recogiendo conmigo “No sé por qué dí por hecho que no te gustaría buscar piedras. Igual porque no querías pintarlas antes... Aunque al final los dejaste de vuelta en el río, pensé que te quedarías alguno.”
“Ah... no sé. No pensé que me los podía llevar.”
“¡Te puedes quedar con algunos de los míos!”
“No, está bien.”
“¿Seguro?”
“Si.”
“¿Seguuuuuro??” Insiste.
“Siii.”
Me pone un guijarro muy cerca de la cara “¿Seguuuuuuuuro?” cada 'u' suena más aguda que la anterior.
“...” Aparto el guijarro de mi cara “Siiiii.”
“mmmh... ¡Vale! Pero espero que luego no te arrepientas cuando no tengas una piedra guay como éstas y pienses '¡Oh tío, podría tener una piedra guay ahora mismo!'.” Tras una mala impresión de mi se guarda las piedras en el pantalón. “Entonces... A parte de guijarros ¿Qué más te gusta? ¿Mm? No he podido deducir mucho del día de hoy.”
“No sé.”
“¿¡Cómo que no sabes!? ¡Oh! ¿Es secreto?” Se acerca y empieza a susurrar llevándose las manos a la boca de la máscara “No se lo contaré a nadie, promesa.”
“No. No sé” Miré hacia un lado “No se me ocurre... así tan de repente.”
“ooow...” Se desploma un poco sobre la barandilla, parece triste.
“…” Dudo entre si decir algo o no “...Dibujar...”
“¡¿Mmm?!” Ya no parece triste.
“Y escuchar música, supongo.” “Es... todo lo que hago... la mayor parte del tiempo.”
“¿¡De verdad!? ¡Oh! ¡A mi también me gusta dibujar! ¡Y la música! ¿Pero es realmente todo lo que haces en el día? ¿No haces otro tipo de cosas? ¡Como leer! O escribir ¿No sales a a dar una vuelta o jugar con tus amigos?” Arrugo la cara a eso último y el inclina la cabeza en confusión.
“No salgo.” “Tengo cómics, pero rara vez leo.”
“¿Cómics?”
“Am... Son historias pero en vez de narrar lo que ocurre hay dibujos y sólo se escribe lo que dicen los personajes.”
“¿...Es un libro con dibujos?”
“Si, pero con un montón de dibujos en cada hoja, de principio a fin.”
“WOAH.” Sonaba perplejo “Eso es dibujar UN MONTÓN.”
“Si, lo es.”
“Ahh, me encantaría ver como son.” Apoyó el brazo en la barandilla para sostener la cabeza en la mano “Lástima que no pueda...”
“De todas maneras no me los he traído.”
“¿Los llevas encima normalmente?”
“No, es que no me los he traído conmigo al pueblo, me los he dejado en casa.”
“...” “¡Oh!” Parece que algo le ha hecho clic “No eres del pueblo.”
“No, soy de una zona más urbana. Mi familia venía al pueblo todos los años en verano, pero dejamos de venir. Ahora parece que estamos intentando retomar la costumbre.” Suspiré.
“¿Por qué dejasteis de venir?”
“...Eso es personal.”
“Oh... vale.” Dejó pasar un minuto de silencio incomodo “¡Oye, puedo traer unos libros que tengo en mi casa! ¡Creo que podrían intere-!” Desvía la mirada de mi hacia la puesta de sol detrás nuestro, ya casi no se ve el sol. “-sarte...” Miro también a la puesta de sol y luego a el con confusión “...” “...oh...oh-OH ¡Oh-no!” Se levanta bruscamente haciendo que el puente tiemble levemente ¿Qué habrá visto? “¡Tenemos que movernos!” Extiende una mano para ayudarme a levantarme. “¡Tenemos que empezar a movernos!”
Me levanto apurada por mi misma, ignorando su mano “V-vale ¿A dónde?”
“¡Ven, corre!” Una vez más me agarra del brazo y me lleva por los puentes entre los árboles hasta llegar a una chabola en un árbol. Es pequeña y está oscura, parece un pequeño refugio. Abre la puerta y entra “Pasarás la noche aquí, quédate dentro, no salgas, procura esconderte bien y no abras las ventanas o las puertas ¿Vale? Toma, aquí hay unas mantas. Volveré más tarde.”
“¡Espera, espera, espera! ¿Qué? ¿Cómo que volverás más tarde? ¿Qué pasa? ¿¡Por qué me tengo que esconder-!?”
“Sssh-ssh-sh” Me agarra y cubre mi mano con las suyas, su mano izquierda se posa sobre el dorso de mi mano derecha. Empieza a hablar en un tono más tranquilo, con una voz que no le había oído usar hasta ahora. “Está bien, no pasa nada. Tengo que irme, volveré, pero ahora no puedo quedarme. Tu escóndete, intenta descansar, estaré de vuelta, lo prometo.”
“...” Aparto mi mano de las suyas “Vale.” “Me quedo, pero no tardes.” Por favor, no quiero estar aquí sola.
“Si. Volveré” Afirmó una última vez. Le veo irse corriendo y desaparece entre los árboles y la maleza. Entro en el pequeño refugio a inspeccionarlo.
*TAP TAP TAP* *PLOK* *TAP TAP FOOSSSH! *
…? Un sonido viene de detrás mío. Me doy la vuelta y hay un guijarro en el suelo.
…
Vale.
Saco la linterna del móvil para ver mejor dentro de la casa. Hay lo que parecen ser algunos baúles, armarios pequeños y una trampilla en el suelo, parece que hay rincones y puntos ciegos para las ventanas donde no alcanza la poca luz de luna que entra por las grietas. Hace un frío de espanto y no me he traído la chaqueta. Dejo la bolsa en el suelo contra la pared, me cubro con la manta y me hago una bola en la esquina más escondida que encuentro. Estoy cansada, quiero dormir, pero no puedo cerrar los ojos.
…
—
Han pasado ya unas horas.
…
No puedo dormir, simplemente no puedo.
…
No parece que vaya a volver.
*creek *
…?
*rin *
*tap tap, creek *
¿Sun?
“S-...” Pauso antes de decir palabra, tengo el presentimiento de que no debo hablar. Guardo silencio y espero.
*tap, tap, tap, creeeeeek, tap *
*rin dirrin *
Si fuera Sun ya me hubiera hecho saber que es él. Eso o me está gastando una broma la cual no tiene gracia, pero mejor me quedo en silencio. Desde la sombra miro hacia las ventanas. Noto movimiento a través de las grietas, algo acaba de pasar por la pared de al lado.
*dirriring dirring *
Me cubro más con la manta, espalda contra la pared, me quedo lo más quieta que puedo, dejo una rendija entre las mantas y el suelo para ver. Un brillo rojo se cuela entre las grietas de la ventana y escanea la habitación.
…
El brillo se ha ido.
*tap, tap, rin, tap, dirring, tap, tap *
Está en el tejado.
…
*tap, tap, tap... *
Vuelve a moverse.
*rin *
…
Ha sonado al otro lado de la pared.
…
…
“nghehe...”
Se ha reído ¿Por qué se ha reído? Lo que sea que hay al otro lado de la pared acaba de soltar una risa que me ha encrespado los pelos de la nuca y toda la espalda.
…
Oh no.
Oh no no no no no no no no.
Tengo que moverme. Tengo que irme de aquí. No puedo quedarme aquí.
*creeek *
Ha venido de la puerta. Está intentando entrar.
*rin *
La trampilla.
*rin dirring *
¿Dónde estaba la trampilla?
*creek creeeek *
Repto por el suelo haciendo el mínimo ruido, con cuidado palpando el suelo, buscando el reborde de la puerta.
*tap tap ring dirring *
…!
Lo he encontrado. Lo abro con cuidado. Está muy alto. Estoy a mucha altura no sé si voy a poder bajar.
*rin, creeek... *
…
A la mierda. Me escurro por la trampilla sin hacer ruido, cerrándola despacio, pero eso no evita que la trampilla cruja. Me agarro a la corteza del árbol-
…
Me he dejado la bolsa. Si entra y la ve sabrá seguro que he estado ahí-
…
Ya da igual. Tengo que centrarme en bajar del árbol sin matarme. Me duelen los dedos y no consigo apoyar bien el pie por culpa de la suela de las botas. Siento que me voy a resbalar en cualquier momento. De alguna forma consigo llegar al suelo. Estando aún pegada al árbol alzo la vista hacia la casa. No le veo-
…
Una sombra se asoma de detrás del árbol. Me pego al árbol y contengo la respiración. Está buscando algo. Cuando parece que no mira me muevo a un árbol cercano, el se mueve a otro árbol, me muevo al siguiente, y al siguiente, y al siguiente. Seguimos así hasta que empiezo a estar cada vez más y más lejos de él. Cuando creo que le he perdido echo a correr. Me escondo tras un árbol a recuperar el aliento.
…
Me asomo despacio a mirar por detrás del árbol.
*rin *
…
A sonado encima de mi.
…
No miro arriba, echo a correr.
“nnghehee...” Ríe.
Me da unos segundos de ventaja antes de venir detrás de mi. La persecución empieza.
Corro todo lo que puedo hacia delante, escucho sus pasos detrás de mi pero no miro atrás, no hay tiempo para eso. Le escucho reírse como un desquiciado mientras se mueve de izquierda a derecha, de un árbol a otro, reptando por el suelo, intentando confundirme, esperando a que cometa el mínimo error para atraparme.
“Ah-” Me tropiezo. Tan pronto como caigo al suelo me levanto rasgando las medias y raspándome la rodilla, cayendo otra vez, los nervios no me dejan ponerme en pie.
“Nnhehehhehe...” Cabrón. Ha dejado de correr, se acerca caminando. Intento hacer distancia con lo que me dejan moverme mis manos y piernas. Busco desesperadamente con la mano, algo en el suelo para lanzar. Finalmente mi mano encuentra algo.
Le lanzo una piedra “¡AGH!”
La piedra pasa por al lado suyo, sale volando a uno o dos metros de distancia de él. Ni se ha movido, no ha movido un solo músculo para esquivarlo, solo me observa quieto desde el sito. Se oye el *pof * cercano de la piedra al caer al suelo.
“...”
“...”
…
Me levanto y salgo corriendo. Me agarra de la pierna y caigo al suelo de nuevo. No deja que me levante, cada vez que lo intento me tira contra el suelo. Forcejeo, doy patadas, pero no me libero de su agarre. Nunca deja de reír, está disfrutando con esto. Me arrastra más cerca de él, por mucho que me retuerza no me suelta. “¡ACKH-!...Hhhh-hh...-hh-h...” Me agarra del cuello, unas pupilas rojas me miran fijamente, estoy mirando de frente a su máscara de luna creciente (o menguante, no lo sé ¿Te crees que me importa ahora mismo?). Levanta la mano libre y sus venas empiezan a brillar un color platino que se extiende hasta las yemas de los dedos. La mano se acerca a mi cara, no sé que va hacerme, tengo miedo, no quiero mirar. Cierro los ojos, me llevo las manos a la cara. Espero.
…
…
…?
No está pasando nada. Ha parado ¿Por qué?
“Mun, nïe.” Oigo la voz de Sun. Abro un poco las manos para ver lo que pasa. Efectivamente, es Sun, a varios metros de distancia de nosotros... Parece exhausto. El de la máscara de luna se le queda mirando por un momento, hasta que decide volver a mirarme mientras acerca su mano venosa resplandeciente. “¡Mun!” El hombre luna vuelve a mirar a Sun “Fehreh.” Parece hablar otra lengua, no entiendo lo que dice.
“...” “Nïe” Por primera vez le oigo decir algo más aparte de reírse. Aunque no pueda entenderle.
“Fïer pehgïer.” Sun responde.
“...” Hombre luna vuelve a guardar silencio.
“Bïelïe óubseh góuh...” Sun continúa.
“Móu txehb móunsuvïe.” Luna responde.
“Lïe bóu ¿Sóundïe mïesugïeb fehreh nïe txehtehrlïe?”
…
El aire se siente tenso. Probablemente por la mano agarrando mi cuello.
“¿Zkaóu fuóunbehb txehtóur tkaehnvïe nïe bóueh mehb zkaóu ïesreh rehuh óunsóurrehveh óun leh suóurreh?” La frase más larga que le he oído decir hasta ahora.
“...” “Fïer óubseh góuh.” “...” “Vóuyehmóu óuntehrdehrmóu vóu óulleh” Sun da un paso adelante. “Nïe suóunóu fïer zkaóu ehtehkehr ehbu” Otro paso al frente “Nïe sóunóumïeb fïer zkaóu txehtóurlóub... óubsïe” Otro paso “Óullïeb bïelïe óubsehn... fóurvuvïeb.”
“...” No hay respuesta del hombre luna.
“Behkehb tïemïe óub óubïe.”
“...”
…
La mano que me agarraba el cuello ahora me agarra de la camiseta y me tira de ella. Le agarro de la muñeca mientras me pone en pie y me arrastra hasta Sun haciéndome tropezar. Me tira contra el. Sun me sujeta antes de que me caiga.
“Ska óubpkaóurhïe óub óun gehnïe.” Luna dice algo al pasar de largo. Sun le pone una mano en el hombro antes de dejarlo ir, hay una pausa entre los dos. El hombre luna desaparece entre los árboles. Se oye pasar el viento y las hojas.
…
Se ha ido. Me siento mareada. Me caigo.
—
…
…
…
Una tenue luz empieza a colarse por las grietas, iluminando lo suficiente para despertarme y hacerme abrir los ojos, miro alrededor. Veo mi bolsa apoyada contra la pared. Estoy en la casa donde me dejó Sun.
…
Me duele el cuerpo, me cuesta mantener los ojos abiertos, parece que he estado durmiendo en el suelo duro. No, espera, hay unas mantas debajo de mi... Sigue siendo demasiado duro para dormir bien, eso o como he dicho, no debe ayudarme nada que me duela todo. Tras un rato de contemplar el techo intento incorporarme. Recalco intento. Con cada mínimo esfuerzo se me escapa un gemido de dolor.
“Oof...” Duele.
*creek, tap tap tap tap *
Esos crujidos de madera me traen malos recuerdos de anoche (que por cierto, estoy viva, wow, me acabo de dar cuenta), no puedo evitar encogerme a cada ruido, oigo unos pasos acercándose, intento moverme pero el dolor punzante me lo impide.
*creek... *
La puerta se abre.
Unas formas triangulares asoman por la puerta seguido de unos tonos tierra anaranjados “... ¡Oh...!” “¡Madrugadora!” Gracias a dios es Sun y no el otro o algo peor. “¡No te esperaba despierta tan temprano!” Dice de forma risueña.
“¿ah?”
“¿Cómo te encuentras?” Entra. Al poner un pie dentro me echo atrás, hacia la pared. “...” No sé muy bien por que he hecho eso. Sun se para en la puerta mostrando confusión con su habitual inclinación de la cabeza. “¿...Esss...tás bien, Fern?”
“...” Me he puesto tensa de repente. En verdad sigo sin saber si puedo fiarme? No me ha hecho nada aún pero eso no significa que pueda confiar en él. No sé si piensa hacer algo conmigo como lo que sea que iba a hacer ese otro, el de la luna, anoche. “...ehh...hhh...h...” No me sale palabra, tengo miedo de preguntar.
“¿Mm?”
“...” No sé que decirle. Mis ojos se van para otro lado.
…
Entra más en la casa, ignorando que mantenga distancia de él, deja una bolsa que cargaba en el suelo y empieza a abrir las ventanas dejando que entre la poca luz del amanecer que apenas empieza. Se arrodilla en el suelo delante mío con la bolsa. “¿Tienes hambre?” Abre la bolsa y saca una manzana “¿Te gustan las manzanas?”
“...”
“¿No?”
“...”
“Am... También he traído bayas... (Es lo que tenía a mano viniendo hacia aquí) Hay... distintos tipos, puedes elegir” Me acerca la bolsa. Me alejo más. “uhhh...”
“...” Quiero irme.
“¿Tampoco te gustan...?”
“...” No quiero comer nada. Quiero irme.
“...”
“*snif... *”
“a-am...!”
“...*snif* *sob*...” Empecé a llorar de la nada.
“¡Ahhh...! ¡N-no- no llores! ¡Ah-Yo-Am- Pu-puedo ir a buscar otras cosas que te puedan gustar-!”
Sentía vergüenza por llorar y me llevé las manos a la cara intentando secarme las lagrimas, pero no dejaban de brotar. “*hic, sniff, snif *” Miré hacia otro lado en un intento de tapar mi cara. Acabé mirando al suelo dejando que el pelo me hiciera de cortina.
“¡Puedo ir en un momento!” Sun ya estaba levantándose.
“...q-quiero irme...” Conseguí sacar un murmullo.
“¿...Q-Qué? Am...”
“...” *hic, hic *
“V-vale, am... ¡Si no tienes hambre... -podemos hacer otra cosa- uh- podemos ir a buscar piedras como ayer en el río!”
“...” No quiero hacer nada “...quiero irme...”
“¡O-o podemos hacer otra cosa! ¡Ah-bah-b-b-b- ¿¿N-no te gustaría ir a dibujar??! ¡¿A algún sitio, algún paisaje?! ¡Donde tu quieras! ¡Podemos dibujar juntos! ¡Si prefieres podemos buscar animales en lugar de paisajes!”
“...irme...quiero...ir... *hic, snif *”
“¡N-No n- uh! ¡V-vamos a... um- vamos a no- uh!” Ya no sabía como ordenar sus palabras “H-hey, ¿Por qué no vamos a-?” Extiende su mano hacia mi brazo.
“Quiero irme a casa...”
Se detiene antes de tocarme y retira la mano. “...” “¿...casa?” Hay una pausa. Se mantiene callado e inmóvil. Finalmente habla “¿Quieres...?” Su tono se volvió mas serio.
“...”
“¿...ir a... ver el portal?” levanto levemente la vista, no puedo ver entre las lágrimas y los cristales empañados de mis gafas.
“...” Asiento con la cabeza.
—
…
No caminamos mucho hasta que se empezó a hacer visible el rojo. Me ha traído de vuelta hasta el portal. La misma llanura de hojas rojas y arco de piedra en el centro de todo, como ayer.
…
Sun ha estado callado todo el tiempo.
Avanza hacia el portal y se queda de frente a él. Se gira. “Ven.” Extiende su mano hacia mi. “Puedes pasar a través.”
“...” Avanzo hacia el portal. Paro antes de cruzar. Si no me lleva de vuelta a casa ¿Qué hago? No me quiero quedar.
Una brisa empieza a salir del portal. La brisa se convierte en viento, las hojas se levantan, pasan a través de nosotros. Es lo mismo que pasó ayer cuando fui a cruzar. Me giro a mirar a Sun. Inmóvil, me devuelve la mirada, las hojas se detienen en el aire por un segundo como si se hubiera detenido el tiempo, el viento cambia. De donde salía el viento y las hojas ahora entra, me empujan hacia el portal. Finalmente lo cruzo.
…
¿Estoy en el bosque que conozco? Me giro a mirar a Sun que se quedó atrás en el portal. “... ¿Sun?” No está ahí. Miro alrededor. No está. Ya he atravesado el portal, se habrá ido.
Noto una corriente de aire repentina pasar al lado mio. Es suave, como alguien que pasa caminando por al lado tuyo. Me giro hacia el bosque, tengo que empezar a moverme, no quiero estar aquí ni un minuto más.
...La corriente de aire que notaba ha levantado unas hojas, llegan hasta los árboles, entre ellos el viento hace algo raro, forma una silueta transparente. Parece Sun, apenas puedo verlo pero juraría que es él. La figura de viento alza la mano y hace un gesto, quiere que lo siga. Cuando me acerco se da la vuelta y se adentra en el bosque dejando un rastro de hojas tras de si. Sigo el rastro de la corriente de aire. A veces para a mirarme, asegurándose de que sigo tras el. Los árboles de hojas rojas y las pintadas desaparecen de vista a mas nos alejamos. Cruzamos el bosque hasta que llegamos a la entrada del pueblo, cerca de mi casa. No hay nadie en la calle. Si entrase a la casa e hiciera como que no ha pasado nada oficialmente nadie habrá notado mi ausencia.
No estoy cien por cien segura de que la figura de viento que me ha guiado sea Sun o no, pero mínimo debería darle las gracias por traerme de vuelta.
…
La corriente de aire se ha disipado antes de darme la vuelta. Miro alrededor, no hay nadie.
…
…
…
Entro a la casa, subo a mi cuarto y tiro la bolsa al suelo. Voy al baño a lavarme. …Noto algo extraño en mis manos pero no sabría decir que. Es igual. Me cambio de ropa y me meto en la cama, el cansancio de la noche anterior hace que mi cuerpo sucumba de inmediato y me duermo al instante.
—
…
…
…
“ah...!” Me despierto con los pulmones suplicando por aire. Necesito un momento para calmar mi respiración. Miro el reloj sin levantar la cabeza de la almohada.
…
Son las 12 del medio día. Me froto los ojos y de los ojos paso a la cara. Sigo cansada. Me sigue doliendo el cuerpo. Me quedo mirando el techo.
…
Mi bolsa. Me estiro a recogerla del suelo haciendo posturas raras para no bajarme de la cama.
La abro y busco en los bolsillos. El cascabel. Me acerco el cascabel al oído. “...” Lo agito.
*rin, diring diring *
“...”
Lo abro.
…
Está vacío.
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🏰Laprida, una pequeña localidad ubicada en el centro sur de la Provincia de Buenos Aires, vio en Salamone y toda su increíble obra, una oportunidad para diferenciarse y mostrarle al mundo lo que tiene.🌍 Les dejo un repaso de la obra que pueden encontrar en este paraíso salamónico. 🍿
Empezamos por el cementerio, una de las obras más destacadas de FS. El portal posee una altura de más de 30 metros. El Cristo fue construido por el escultor Santiago Chiérico y repite el mismo diseño salamónico de los ya vistos en menor escala distribuidos en capillas de cementerios, entradas de pueblos y otros lugares.
El Palacio Municipal puede ser visitado, incluye mobiliario original, caricaturas realizadas por FS y, dependiendo el momento del año, se puede ascender a la torre desde donde se tiene una vista única de Laprida y de la Plaza Pereyra desde donde se puede observar
La fuente-macetero, similar a la de Alberti aunque no posee mástil
El matadero, actualmente abandonado, es parte de una serie de mataderos pequeños diseñados con una sola cadena de producción. Llaman la atención su torre tanque de agua y la base de piedra, utilizada en varias obras.
El corralón municipal, actual complejo educativo. No tan monumental pero sumamente original.
El centro de interpretación, uno de los tres que existen y que hoy en día, es lo más parecido que hay a un museo salamónico.
En el Museo Histórico también hay mobiliario original!
Hace unos años se sumó a la lista la casa del capataz de la chacra municipal, actualmente parte de la escuela agraria.
🚲Y además de visitar las obras, recorrer las localidades salamónicas también incluye estar lejos de la ciudad, andar en bici, ir a comer al club social y, en el caso de Laprida y de otros lugares, visitar el balneario con su laguna.
📷2011/23
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Hueona pobre vs. pobre hueón
A Claudia la conocí quince años atrás en la universidad. Cuento corto: vía Facebook nos hacemos “amigos” de nuevo y un sábado nos juntamos a chupar en Plaza Brasil. Tiene tres hijos a cuestas, pero sigue igual de flaca (que es lo importante).
Meses antes Claudia ha encontrado a su marido y a su mejor amiga follando en el catre de uno de los cabros chicos. Está con el ánimo hecho pico, pero ni tanto dadas las circunstancias; más cagado del mate estoy yo, debo admitir.
Ella es la pareja ideal. Se emborracha con un gin tonic, habla lo justo y necesario, se ríe de mis chistes rancios y no duda en dejar clarito qué chucha es lo que quiere. Y lo obtiene. Sin hacer atados, se va tempranito para su casa en micro; durante la semana saluda un par de veces por messenger, pero nunca pregunta hueás que sabe que no voy a contestar. Desde el principio queda claro que sólo nos veremos los sábados, porque es el único día que puede liberarse del jardín infantil. Durante la semana llego a echarla de menos, cómo será de buena la cabra.
Poco tardo en comprender que Claudia es pobre como una rata y le encanta serlo. Su ex es un actor de medio pelo que “trabaja” haciendo talleres de teatro callejero: un muerto de hambre pasado a sobaco que no la ayuda en ná. No es que ella gane una miseria, pero aparte de los tres guachos debe mantener una casa, a su abuelita de 87 años, un gato y dos perros.
Claudia relata entre carcajadas cómo les inspira lástima a sus colegas para que le regalen ropa y tintura para el pelo; cada mañana se va a la pega esquivando micros en una bici roñosa que recogió literalmente de un basurero. Un día acepta que la vaya a dejar, pero se baja tres cuadras antes porque reconoce que le da vergüenza que vea su covacha digno hogar de madre trabajadora.
Un domingo me cuenta que para el día siguiente tiene planeado viajar dos horas en micro para asistir a una reunión en un ministerio (porque la hueona además es talentosa y asesora a una comisión o algo así). Yo, imbécil, le digo que no sea rata y que al menos tome un colectivo para que no llegue toda transpirada. De paso, aprovecho de recomendarle que use un buen desodorante porque anda medio fuertona. Emputecida, Claudia pesca sus monos y se manda a cambiar. Sigo durmiendo.
Esa tarde me avisa por email que en su blog me ha dedicado unas palabras. Intentaré reproducir el rosario de chuchadas: “Eres un arribista reculiao. Te creís la raja porque tienes una casa con murallas, te quebrai con tu cagá de auto y con tu mierda de bicicleta de marca. Con lo que te gastai en un copete yo alimentaría a mis hijos en una semana. No quiero verte más conchetumadre, tú no entiendes el sufrimiento de los que tenemos carencias. Chao nomás, hediondo hijo de la puta tu madre que te parió”.
Y sería el final de una linda historia de amor.
#chilegram#cuentos#frases#tumblr chilensis#chilean#tumblr chilenito#chilensis#escritos#andateala.com#chile tumblr#instachile#chile#tumblr chile#fragmentos#relatos#historias#cuento
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Cada vez tengo menos amigos con los cuales pueda tener pláticas profundas, días de cafecito, salir a dar la vuelta en bici, ir a comer, o cositas de ese estilo, que antes si tenía 🥺🥲💔.
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POR FIN LLEGÓ LA JUBILACION. QUE DESCANSO !!! .
EL ARABE.
El día que me Jubilé, me sentí el hombre más feliz del mundo, por fin podría vivir sin madrugar.
Pero mi mujer pensaba otra cosa y ya el primer día, subió la persiana a las 8.
Arriba que tengo que hacer la cama.
!!Coño!!, las 8 y ya tenía que hacer la cama. Fui para el salón, me siento en el sofá y dice:
¡¡¡Qué bién estas sin hacer nada!!!
Levanta que tengo que pasar el aspirador. Qué… ¿piensas pasar toda la jubilación “tirao” en el sofá?
Toda la Jubilación?,…. ¡¡Si era el primer día!!
Para no discutir me fui a dar un paseo, me junte con más compañeros y ahora somos unos… 23. Vamos todos juntos. A las 9 ya no hay quien ande, “todo lleno” de gente. Así que empezamos a madrugar cada vez más y ahora ya nos levantamos a las 5 y media,… ¡¡ pa poder caminar tranquilos !!
Vuelvo a casa, me aseo y al volver a salir, ya desde el primer día, me dice:
A la vez que vienes tráete el pan, anda.
Luego fueron los tomates, las patatas… To lo que se la olvidaba a ella.
Ayer ya me hizo encargado general de compras.
Ahora tengo que hacer la compra y quiere que gaste poco, así que: el azúcar voy a comprarlo al Lidel, el aceite en Mercadona, el detergente en Pryca, la fruta al chino, y los yogures en el Dia.
A mis amigos les pasó lo mismo y como somos jubilados, que no tontos, nos separamos en grupos y vamos cada grupo para un lado, para ganar tiempo, luego repartimos las cosas y hacemos cuentas.
A las 11 nos toca la revisión de obras, tenemos controladas 18. Vamos “payá” y nos apalancamos los 23 para un lado de la obra. En el centro, que es el mejor sitio, no podemos ponernos, eso está reservado para los retirados, los más antiguos…
Ayer un jubilado de banca dijo que estaban mal puestos unos ladrillos, ¡¡ Se armó la de Dios !!
En el grupo mío hay uno que fue albañil y dijo:
Tú que sabrás…, patoso, si siempre estuviste en el banco calentando la silla. Lo sabré yo, que soy albañil.
Y dijo otro:
Que soy no…, dirás que fuiste.
Es lo mismo, eso nunca se olvida. Es como montar en bici.
A las 6 ya me están llamando, la mujer y la hija, para ir de cursillos.
¿Qué pasa?
¿Vas a estar jubilado sin hacer nada?
¡¡Se te atrofia la cabeza!!
Así que: lunes y miércoles tengo internet, martes y jueves, encaje de bolillos y el viernes,… el viernes, baile. El sábado a yoga….
A las 10, después de cenar, me siento en el sofá y caigo frito. Es entonces cuando siento un codazo en el hombro…
¡¡Venga, vete a la cama que ya estas roncando!!
No, ¡¡si debes estar “reventáo” de estar todo día sin hacer nada!!
Como ya soy agente de bolsa (de la compra), ahora "estudio árabe":
Arabe ahí y… arabe allí, arabe…os, arabe…
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Final C (Tyler x lectora)
Masterlist de mi autoría
Tercer final del shot Demasiado tarde
Nota: bueno, ya entendí que escribir de Navarro no es nada popular. Vamos a ver si a Tyler le va mejor xd.
Sinopsis: solo después de la escena del comedor, Tyler comenzó a fijarse más en la amiga de su hermana. Se conocían de vista, un simple saludo... Le parecía una buena persona. Pero cuando entendió porqué su hermana la apreciaba tanto, y porqué Bjorn insistía tanto en volver con ella, él mismo era quien buscaba tenerla cerca.
—¿Tyler?—El joven chatarrero levantó la mirada, espabilando un poco por el llamado.
Como cada día después del trabajo, Tyler tomaba el autobús para volver a casa. El pequeño transporte era una porquería, y sumado al clima húmedo y algo caluroso de Jackson a veces, era algo similar a una tortura.
Pero seguía siendo mejor que caminar por horas.
Y ahora ahí estaba, apretado entre tantas personas que si se desmayara, la misma presión entre cuerpos lo mantendría de pie. Y entre todo ese mundo de gente, la carita de ____ se asomaba con dificultad por encima de algunos brazos transpirados.
—Oh, hola ____. No sabía que tomabas el bus.—Tyler sonrió al verla escurrirse entre la gente hasta llegar a su lado, aferrándose a la barandilla con desesperación al sentir que el autobús frenaba de prepo.
—No, no tomo el autobús. Solo es temporal hasta que encuentre refacciones para mi bicicleta... Pero creo que es preferible caminar.—lo vio reír bajito—. ¿Qué tal tu día?—
—Más horrible que ayer pero seguramente mejor que mañana... Al menos hoy no me lastimé con nada.—
—¡Oh! Me dijeron que encontraron una nueva área con muchas menas de hierro... ¿Las pudiste ver?—
El resto del viaje, Tyler mantuvo una entretenida conversación con la mujer, y fue tan agradable que no asimiló para nada lo extensa que fue. Solo lo vio cuando reconoció su sector.
—Te diré algo... Cuando arregle la bici, pasaré a buscarte por las minas. Asi venimos juntos sin estar rodeados de tipos sudados ¿Te parece?—____ se paró en la salida del bus, sonriéndole una última vez—. Nos vemos, Ty. Dale mis saludos a Kay, la espero mañana para tomar el té.—
Tyler asintió con una leve sonrisa, viendo como la chica bajaba del autobús y se perdía por el mundo de gente en la calle.
Le pareció simpática. Linda.
Los días pasaron y el par se fue haciendo más y más cercano. Se hicieron amigos. Buenos amigos.
Pero Tyler no tardó en sentir algo más.
—... ¿Te gusta ____? ¿Eso intentas decirme?—
Kay miraba a su hermano sin terminar de entender qué quería transmitirle con comentarios sueltos y desordenados. Desde que se sentaron en el comedor que la estaba atormentando con sus tonterías.
—No, bueno. No me gusta como tal. Pero me parece simpática, y bonita.—gesticuló nervioso, sin despegar la mirada de la sopa que estaba tomando—. Y quería que tú, bueno, le preguntes qué opina de, bueno, de mi.—
—Entonces sí te gusta.—
—Te dije que no es eso.—Kay enarcó una ceja, mirando como su hermano le esquivaba la mirada.
—... Pues ahí viene.—al ver como Tyler se giraba enseguida, la chica no tardó en reír—. ¡Mírate, sí te gusta!—
—No lo digas tan alto, alguien podría escuchar.—
—¿A quién le importaría? A Bjorn tal vez, porque intentas robarle a su novia.—
—No es su novia, ya no más.—Tyler frunció el ceño pensativo, pues la presencia de Bjorn en la ecuación era algo que venía ignorando.
—Aún así, sabes lo mucho que quiere volver con ella... Y ambos lo conocemos, pondrá el grito en el cielo cuando se entere de que te gusta ____.—
—... No tiene porqué saberlo.—
Ese viernes, el autobús venía extrañamente vacío. Según el chofer, era porque la empresa estaba reubicando empleados, y la mayoría fue a las minas de carbón. Sea cual sea la explicación, al par de jovenes no le importó mucho. Ahora podían viajar sentados.
—¿Cómo vas con tu bicicleta?—Tyler miró a la chica a su lado, quien bostezaba apenas.
—El imbécil de tu primo rompió la única cosa imposible de conseguir... Asi que temo no poder arreglarla.—recostó la cabeza en el hombro de Tyler—. Tendré que comprar una nueva.—
—... ¿Él ha vuelto a buscarte?—el chico se tensó al sentir como ella se acomodaba mejor a su lado, suspirando cansada.
—Tanto que ya es molesto... la palabra "no" para Bjorn no existe.—cerró los ojos—. Por eso tuve que pedir el cambio de sector. Trabajar en las oficinas me facilita esas cosas.—
—Supongo que todo terminó entonces...—ella asintió contra su hombro—. Bueno, lo importante es que tú estés bien. Tranquila.—
—Lo estoy ahora...—
Tyler sonrió, sin decir nada más.
—Bueno, sí. Me gusta ____.—
Kay volteó hacia su hermano, quien acababa de llegar a la casa.
—Saluda al menos ¿No?—
—¿Qué tan miserable es enamorarme de la ex de un familiar?—
—Miserable no, "complicado" creo que es más acertado... Pero si a ella le gustas, y a ti te gusta ella, no creo que importe nada más.—Tyler dejó su mochila junto a la entrada, desplomándose en el sofá—. ¿Quieres que le pregunte a ____ qué opina de ti?—
—Vengo pidiéndote eso hace mil ciclos.—Kay rió apenas, sentándose a su lado.
—... Hueles a su perfume.—Tyler sonrió.
—Ella se quedó dormida en el bus, a mi lado.—palmeó su hombro—. Aquí se apoyó, no volveré a lavar esta chaqueta.—Kay pellizcó su mejilla, sacándole un quejido.
—Tan enamorado... Y de mi amiga. Debería acusarte de traición.—se levantó, saliendo del lugar.
—¡Pregúntale por mi! ¡Lo prometiste!—
____ recibió a Kay y Navarro en su casa cierta tarde, y mientras Navarro intentaba por millonésima vez arreglar la bicicleta, las demás horneaban unas galletitas.
—Hoy hablé con unos compañeros de la oficina, veré la posibilidad de que te transfieran a las huertas con Rain. Asi estarás más tranquila.—Kay miró a su amiga—. Ty me dijo que el polvo de las minas te empezó a causar problemas, así que es mejor prevenir.—
—¿"Ty"? No sabía que tenían la confianza para que le pongas apodos.—Kay le sonrió con burla, notando como el rostro de ____ se sonrojaba apenas.
—Somos amigos, tampoco es tan raro.—sacó una bandeja del horno.
—... ¿Solo eso?—____ no contestó—. A mi me da la sensación de que se traen algo más...—
—Para nada, no.—dejó las galletitas sobre la barra de la cocina.
—¿No te parece Tyler un buen chico?—
—Yo no dije eso.—
—... Es que, y tal me equivoque con esto, creo que a Tyler le gustas un poquito... Un poquito mucho.—____ la miró enseguida, sin poder creer lo que le decía—. Y por tu cara, deduzco que te gusta también.—
____ se sentó frente a Kay, quien preparaba las tres tazas de té.
—... No esta bien. No quiero que tenga ideas equivocadas.—
—¿Equivocada?—Kay notó entonces lo dubitativa que estaba su amiga.
—... Bjorn vino a casa.—tomó una de las galletitas—. Hace mucho no venía a molestar, pero justo ayer vio que Tyler viajó conmigo y se acercó a lloriquear... Dijo que meterme con su primo para darle celos era patético y toda esa tontería.—miró a su amiga—. Tyler me agrada de verdad, no es ningún truco raro. Bjorn no tiene nada que ver con nuestra amistad.—
—Ya lo sé, no necesitas aclarar nada. Y mi hermano tampoco cree que seas mala... De verdad, ____. Le gustas MUCHO.—le sonrió divertida—. Habla tooodo el tiempo de ti, asi que por favor dale una oportunidad antes de que me vuelva loca.—
____ sonrió, revolviendo su té distraída.
El día siguiente, el viaje en el bus fue extraño.
Tyler sabía de los sentimientos de la chica gracias a su hermana, quien a su vez ya le habia dicho a ____ sobre su hermano. Sabía que se gustaban, pero hacer algo al respecto... Era otro tema aparte.
—Tyler...—
—¿Si? Dime.—la miró enseguida, ansioso.
—Mañana tengo el día libre... ¿Quieres... Hacer algo?—____ sonrió apenada—. Pensaba en preparar algo para comer, y también podríamos ir al centro asi me ayudas a elegir una nueva bicicleta. Pasaremos la tarde juntos.—
—¡Si! Claro. Suena divertido.—sonrió emocionado, solo para recordar que no podía—. Mañana me tocan horas extra en el trabajo...—
—Ah, no te preocupes por eso. Puedo cambiarlo en la oficina... ¿Te parece bien?—
—Es una cita entonces... ¡No! Bueno, una salida.—
____ rió bajito, recostando la cabeza en su hombro.
—Una cita... Suena bien.—
Tyler se relajó, recostando apenas su mejilla sobre la cabeza de la mujer. Sintió su perfume, y no pudo evitar sonreír.
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Quisiera poder abrazar a todas las versiones de mi que han habitado en esta piel y pedirle perdón. Quisiera poder abrir las puertas de mi corazón y cortar los nudos de mi garganta.
Me tomaría a mi misma de la mano y saldría a caminar sin rumbo. Tomaría un camino diferente cada día y mientras voy andando recoger piedras para luego lanzarlas al primer río que encuentre frente a mi. Invitar a quien quiera acompañarme a explorar, perros, gatos, vacas, montar un caballo para llegar mas lejos y subir los más grandes cerros.
Me permitiría creerme simio y columpiarme de las ramas de los árboles. Llegar hasta lo más alto y sin miedo a caer, pues confío plenamente en mi, confío en ese árbol y se que si caigo volveré a pararme. Bueno y si no, me recostaría, junto a los grillos, hormigas y abejas. No en un pasto cualquiera, si no un pasto con rocío. Que las gotas de lluvia me ericen la piel y me den escalofríos, ya habrá lana para taparnos, abrazos largos y tazas de té.
Ya no quiero decir que carezco de emociones pues no es así. Abundo en ellas. Y en ellas mismas me ahogo, pues está bien, es parte de proceso y de la vida misma llorar, emocionarse, aprender y volver a comenzar.
Hoy me levante y no soy la misma de ayer, ni la de mañana. Hoy me propuse volver a comenzar. Y mañana así también será.
Catita, si los atardeceres te emocionan dilo. Si en el mar te sientes a salvo, grítalo. Si cuando estás sola ya no sientes miedo, te abrazo. Si sigues escribiendo y ya te sientes segura de compartirlo me gustaría decirte que te amo, que estoy orgullosa y ansiosa por ver lo que lograremos mañana.
¿Donde me llevarás a perdernos hoy? ¿Escalaremos? ¿Aguantaremos la respiración? ¿Suspiraremos de emoción? ¿Correrás a mis brazos cuando me veas en la puerta de entrada? ¿Me curarás si nos hacemos daño en las rodillas? ¿Que tan alto podemos saltar hoy?
¿Quieres ser mi amiga? Podríamos escondernos en el garage y tocar guitarra en vez de hacer la tarea. ¿Mamá aún no nos deja llevar café al colegio? ¿Aun nos molestan? ¿Aún se comen nuestra colación? No importa. ¿Escapémonos? Vine en bici, podríamos ir al bosque. ¿Sabias que ya fumo? ¿Por que tú ya no fumas? ¿Por que te dicen mona? ¿Por que lloras? ¿De que color es nuestra alma? ¿Por que amarilla?
Me gustaría sacar esta canción en guitarra, pero no conozco los acordes, te escucho cantarla muchas veces ¿Me enseñas? A mi también me encanta Coldplay.
¿Sabias que ya no somos 4 amigas? ¿Sabias que una murió? ¿Sabias que quise irme con ella?
Si Catita, hasta el día de hoy a veces queremos acompañarla. Nos destrozo su partida, por muchos años. Casi nos ganó. Eras muy pequeña para entenderlo y la verdad aun no sé cómo explicártelo, pero nunca se fue. Nos viene a visitar siempre. Es más siempre esta con nosotras. Nos juntamos en la radio, en las flores, en el té y en la selva como un mono.
No debes sentir envidia, se que estás cansada, mas no es tu tiempo. Aun no lo es. No te enojes con ella. Ella no quería irse. No es su culpa. No es tu culpa. No te enojes con el universo por no llevarte a ti, yo quería conocerte. Gracias por quedarte.
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Soy yo la luz
Hay días en los que me pregunto si lo imaginé todo. La calidez que sentía cuando estábamos juntos, como si el mundo entero se pausara. No necesitaba cuestionar si era real; confiaba en él de una manera tan ingenua, tan plena, que no podía concebir que me lastimara.
Los fines de semana eran nuestros. Tengo mucho por materializar en palabras pero los paseos en bici por calles vacías los recuerdo por que me dolia el trasero o las tardes de series absurdas como "¿Quién es tu fucking madre?" o "Malcón, el del medio". Recuerdo el sol entrando por los ventanales, reflejándose en el piso mojado mientras trapeábamos, o cuando lo obligaba a que me haga upa solo por que me encantaba, o hablarle mal al intento para que se ría y terminemos riéndonos como niños. A veces, una brisa ligera entraba por el balcon y todo parecía perfecto.
Luego llegaba su mamá de la feria, con bolsas llenas de verdura fresca y ese olor a acogedor invadía las habitaciones. Nos acomodábamos en el sillón y cama, él se aseguraba de que yo estuviera cómoda, y comíamos mientras veíamos alguna película. Todo era tan cotidiano y a la vez tan único.
Pero ahora, cuando cierro los ojos y me permito recordar, se siente como un sueño distante. Pequeños destellos de risas, juegos, miradas cómplices, empujones, juegos, peleas de mentira. Esos momentos, que alguna vez creí tan reales, hoy parecen difuminarse como el vapor en un espejo empañado.
Tengo que dejarlo atrás. No es fácil desprenderse de algo que una vez fue todo, pero hay una extraña liberación en aceptar que fue solo eso: un sueño. Uno hermoso, sí, pero un sueño al fin. Quizás algún día deje de buscar rastros de él en el presente. Mientras tanto, me despido de lo que fuimos, como quien despierta después de una larga noche.
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Del cuaderno... (XI)
VIRTUDES REDENTORAS
Tengo ciertas virtudes redentoras. Una de ellas, tal vez la más útil, me ha venido muy bien a lo largo de los años, y se halla en mí desde la más temprana infancia: la capacidad de convertir aquello que me causa tribulaciones, o que deseo y que me falta, en nutritivo condumio para el alma. El amor fati nietzscheano, por decirlo «en culto». Más en vulgar, una especie de variación sobre el famoso dicho de que «lo que no mata engorda». Yo convierto, en la medida de lo posible, en néctar el veneno. Es muy curioso. Nos salvamos, una y otra vez, por una razón bien simple: porque no tenemos más remedio. Así vamos viviendo; y así moriremos. La cosa no tiene nada de particular, y al mismo tiempo es un milagro.
[16/03/24]
MÚSICA PARA DETECTIVES
Hay títulos en internet ante los que tiene que quitarse uno el sombrero. Este es el de una selección de «música relajante para detectives» en la plataforma YouTube (a la que precisamente por sus magníficos contenidos de ambient y diversas «músicas tristes» estoy suscrito): Sherlock y el misterio del corazón. ¿Qué hubiera hecho con eso el inefable Arthur Conan Doyle? Goza uno pensándolo; antes de sentirlo, bastante profundamente; porque nunca lo sabremos.
[17/03/24]
TIEMPO DE SEMANA SANTA
Siempre me sorprendo en el mes de marzo mirando por la ventana a la caída de la tarde, olisqueando el aire preprimaveral y elevando un íntimo rezo —una íntima plegaria— en petición de lluvia. Marzo es uno de mis meses favoritos; aunque todos los meses me gusten. En la meseta castellana puede virar de invernal puro —con nieve incluso, y con fuertes vientos— a delicia típica de lo que yo llamo «tiempo de Semana Santa».
Pascua este año cae en la última semana de marzo, que casualmente es la que viene. Volveré a ser feliz, recordando —por enésima vez— la «mona» que en esos días, de niños, nos llevábamos de merienda al campo: el bollo de pan de yema (el brioche francés), con un huevo cocido coronando su cima, que se come en Levante en Semana Santa y se llama «mona de Pascua». Pierdo la cuenta de los fragmentos y poemas que a este dulce asunto le he dedicado (en mi libro Pasos en el corredor se recoge una pieza, titulada “Pottering About”, que es de las más recientes que recuerdo haber consagrado, parcialmente al menos, a la materia).
Este año no saldré al campo a comer la mona. Eso es algo que no hago desde hace por lo menos medio siglo. Pero es muy posible que saque la bicicleta —me lo está pidiendo el cuerpo a gritos— y baje por el Manzanares, y por Legazpi y Embajadores, y de ahí me vaya rodando en vasta vuelta hasta el parque forestal de Entrevías, para subir luego otra vez hacia Madrid en Cercanías, desde el Pozo del Tío Raimundo. Esa es buena gira; verdaderamente estupenda. No habrá tanta gente en la ciudad. En fechas festivas todos huyen, y eso —muchas veces me pregunto si hay alguna cosa, buena o mala o regular, que no se preste a ser convertida en alegría— me hará sentirme tan feliz como cuando de pequeño salía al campo de merienda.
Solo hará falta, para que mi dicha sea completa, que entre escapadas ciclistas (habrá más de una) nos visite la lluvia.
[18/03/24]
PLEGARIAS QUE ENCUENTRAN ECO
Mis plegarias de la semana pasada no cayeron en saco roto: mañana es Jueves Santo y llevamos dos días de regreso al invierno, con frías temperaturas y abundante lluvia, que parece que va a continuar en las próximas jornadas. Ni que decir tiene que eso me alegra mucho.
Dedico esta breve temporada de calma absoluta a seguir adelante con mis numerosas tareas creativas: el presente cuaderno en marcha, que no cesa en su avance; el «megalibro» de ensayo-ficción (edición faraónica y total de mis notas y fragmentos de los tres primeros lustros de este siglo); y los diversos otros proyectos que yacían en dique seco, aguardando su definitiva puesta a punto y su reflotamiento. Todo llega, y a cada cosa le llegará su momento.
No he sacado la bici. Tal vez debería buscar un hueco de unas horas entre mis quehaceres, aunque la lluvia dificulte ahora posibles salidas. También puedo quedarme aquí, viendo la lluvia caer —en intensos chaparrones intermitentes— desde mi ventana.
Ayer hubo fuertes chubascos. Llegó a caer incluso una violenta descarga de pedrisco, que a mí me pilló a la intemperie y en tránsito. Volvía yo a última hora de solicitar unos análisis de rutina en el hospital de Sanchinarro y regresaba a pie desde La Paz, donde me había dejado el autobús, en forcejeo tenaz con los elementos y con mi propio paraguas plegable, que en las Cuatro Torres había sido vuelto varias veces del revés por las gélidas ráfagas de viento. Eran las nueve de la tarde-noche y ya había oscurecido; el aire en los alrededores de La Paz soplaba con polar ferocidad. Tras cruzar dando tumbos el Parque Norte, llegué a casa más o menos empapado, y con las manos como carámbanos de hielo. Pero traía conmigo un pan exquisito, con trozos de chocolate y fragmentos de monda de naranja, que había comprado horas antes en el barrio de Salamanca y custodiado heroicamente, en las entrañas de mi abrigo, durante mis largas deambulaciones urbanas y hospitalarias.
Ya en la cocina de mi domicilio, después de secarme, reponerme de los estragos de la granizada y cambiarme de ropa, me preparé un sabroso emparedado de jamón, acompañado de una reparadora taza de té, y sentí que poco a poco volvía a la vida. ¡Siempre son las pequeñas cosas las que acuden en nuestro auxilio! Nos rescatan; nos sumergen de nuevo en lo que Bertolt Brecht llamaba (en un poema titulado «El que duda», en este cuaderno incluido) «el flujo del acontecer».
Esta mañana —nubes y claros, rachas intensas de lluvia y viento en el barrio— me sumerjo en ese flujo, que es el que me redime.
[27/03/24]
ROGER WOLFE
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te amo mucho, tanto que te necesito para vivir. no puedo estar sin vos. pero ahora que no estas físicamente, tengo tu recuerdo. pienso siempre en nosotras. dándonos la mano, yendo a tomar fernet, escuchando los redondos. comiendo pizza napolitana y que nos quede olor a ajo en la boca cuando nos damos un beso. cortándote el flequillo y abrazándote para dormir. despertándome en medio de la noche para darte un beso. cuidándote de que no pases frio en mi casa. que no te duela lo que hago o te digo. cuidándote de todo. cuidándote de mi. me acuerdo cuando fuimos a desayunar a ese café que nos quedaba a mitad de camino y viniste en bici. ese día estábamos peleadas y hacia mucho frio. nos arreglamos mientras desayunábamos y nos fuimos caminando a tu casa, llevando la bici las dos juntas. después me compraste un chupetín y pasamos por el parque que quedaba de camino a tu casa. leímos un cuento en la cama, de un libro que había comprado usado esa mañana. te probaste trajes porque pensabas acompañarme en diciembre a la fiesta de mi prima. nos reímos porque los tacos no te quedaban bien. te vi vestida muy mal y te amé como nunca. no entiendo por qué volviste. no entiendo por qué te fuiste. te juro que todo lo que pienso tiene que ver con vos, todo lo que hago también. quiero mudarme sola para poder darte una copia de la llave si es que volvemos a estar juntas. quiero conseguir trabajo estable para poder llevarte de vacaciones. invitarte a comer a lugares caros, llevarte a obras de teatro o películas al aire libre en lugares románticos. y sigo pensando en vos, en cada instante que tomo una decisión. todo lo que hago es pensando en nosotras. me acuerdo de esa vez que me pasaste a buscar por mi facultad y te cruzaste con una chica con la que salías. no me puso celosa pero fingí que sí, para hacerte sentir especial y que me digas "te amo a vos mi amor, esa era re fea". yo por dentro me llenaba de ternura y risa. no podía sentir celos con personas externas, no podía sentir nada que no sea sobre vos y yo juntas. nos veía para siempre, aunque me hayas dicho que éramos un desastre, para mi fue lo mas importante que viví con alguien en mi vida. aunque para vos haya sido la peor relación que hayas tenido, o una poco especial, ojala puedas entender que para mi fue algo inexplicable, inigualable y aunque intento plasmarlo en este texto no puedo representar todos esos recuerdos cristalizados en mi. son imágenes que no puedo sentir mas pero que no paro de recordar. y me estoy volviendo loca porque solamente proyecto futuro con vos y de tu parte no hay nada. y no puedo aferrarme a palabras vagas como "por ahora no" "todavía me importas, eso no se va". necesito que borremos todo lo malo y que empecemos de cero. que te quedes con lo lindo como yo. pero no puedo hacer que me elijas, no puedo hacer que me recuerdes con amor y menos que me sigas amando ahora. ya estuve en este lugar horrible con otras personas, ya me paso de proyectar cosas que no iban a ningún lado, pero nunca nada dolió como esto, porque realmente me hiciste creer que la única persona que puede amarme sos vos. y la única persona a la que vale la pena darle todo es a vos, tengo amor que no puede ir para nadie mas. tengo mucho adentro que no se donde ponerlo. y me ahogo, me ahogo mientras te pienso e intento depositar amor en los recuerdos y nada sale de mi cabeza, es todo un ideal. no entiendo por qué volviste y no fue para quedarte. no entiendo tus mensajes, no entiendo qué es lo que querés de mi. estoy pasándola muy mal sin vos acá, mi amor.
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En terapia de pronto me descubro diciendo cosas que, de no residir en un país distinto al de mi psicóloga, me harían temer mi internamiento inmediato. Se supone que la sesión sea un espacio seguro, habitación simbólica forrada de colchones, pero híjole, si me soltaran de pronto yo sería capaz de roer el forro con mis dientes y encontrar los resortes con los que abrir la puerta o los elásticos para hacerme daño.
Hemos estado trabajando en asuntos peliagudos que no exhibo acá, públicamente, de tan ominosos, de tan angustiantes, pues sé bien que tú y que tú y que todos mis túes leerán este espacio y espejearán sus propias ansiedades sin atinar al blanco de las mías.
Pero, bueno, quiero escribir algo, lo que sea, para soltar la lengua, así que sólo diré que uno de esos asuntos me ha llevado a la evocación simultánea y obsesiva de dos escenas acausales y a la vez complementarias: la de una mujer de cuarenta años que frena la bici de ladito en los charcos para enlodarse como un cerdo y la de una niña que, sentada en la tierra con el short mojado, espera, no, implora que alguien venga a jugar con ella.
La niña sentada en la tierra espera a que acuda su madre.
La madre espera a que la niña se canse del lodo y se limpie el trasero para sentarse a la mesa y hablar. Eso le gusta a la madre: hablar.
Entonces, las palabras serían el juego que ambas podrían jugar.
¡¡Fshhhtzum!! Advertencia de elipsis de protección. A continuación el salto cuántico que nos ahorrará a ti, a mí, a nosotras, revivir la angustia que provoca el trabajo en consultorio, la mascarilla de fango de psique que exfolia sin miramientos los conductos lagrimales.
Pues así como empecé este posteo, así decido terminarlo. Más ahora, que comienzo a identificar la bifurcación, no, la paradoja que tiene atascada mi escritura. Sucede que, para esa niña, el lenguaje, que era un juego, el más especial de todos, el que le permitía integrarse a la gran familia humana, se ha convertido en un deporte que tiene que practicar todos los días y en su fuente de sustento.
¡Pero la niña no quiere jugar a las palabras, quiere jugar a enlodarse! Y en su berrinche condena a la adulta a pasar los días rodando en la lluvia en un intento por salpicarla, evitando el lenguaje, evitándolo, ahuyentándolo con todos los dientes.
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🏰Laprida, una pequeña localidad ubicada en el centro sur de la Provincia de Buenos Aires, vio en Salamone y toda su increíble obra, una oportunidad para diferenciarse y mostrarle al mundo lo que tiene.🌍 Entonces aprovechemos para repasar parte de la obra que pueden encontrar en lo que denomino el Disney salamónico. 🍿
1. Empezamos por el cementerio, una de las obras más destacadas de FS. El portal posee una altura de más de 30 metros. El Cristo fue construido por el escultor Santiago Chiérico y repite el mismo diseño salamónico de los ya vistos en menor escala distribuidos en capillas de cementerios, entradas de pueblos y otros lugares. 2. El Palacio Municipal puede ser visitado, incluye mobiliario original, caricaturas realizadas por FS y, dependiendo el momento del año, se puede ascender a la torre desde donde se tiene una vista única de Laprida y de la Plaza Pereyra desde donde se puede observar 3. La fuente-macetero, similar a la de Alberti aunque no posee mástil 4. El matadero, actualmente abandonado, es parte de una serie de mataderos pequeños diseñados con una sola cadena de producción. Llaman la atención su torre tanque de agua y la base de piedra, utilizada en varias obras. 5. El corralón municipal, actual complejo educativo. No tan monumental pero sumamente original. 6. El centro de interpretación, uno de los tres que existen y que hoy en día, es lo más parecido que hay a un museo salamónico. 7. En el Museo Histórico también hay mobiliario original! 8. Hace unos años se sumó a la lista la casa del capataz de la chacra municipal, actualmente parte de la escuela agraria.
🚲Y además de visitar las obras, recorrer las localidades salamónicas también incluye estar lejos de la ciudad, andar en bici, ir a comer al club social y, en el caso de Laprida y de otros lugares, visitar el balneario con su laguna. 📷2011/23
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primer día de cursada, se me sale la cadena de la bici, llegó hecha un fuego a la escuela solo para enterarme con mis compañeres que la profesora avisó que no iba a asistir y desde la escuela no nos dijeron nada, siendo que somos gachi, pachi y dos boludos nomas
#me quejo pero yo vivo aca asi que es solo una molestia#pero no me quiero imaginar si alguien se comió el viaje de venir con lo caro del pasaje
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