#146 Demolición (2015)
Davis Mitchell (Jake Gyllenhaal), un exitoso banquero especializado en inversiones, bastante aburrido de la vida, que está pasando por ella sin prestar demasiada atención a nada. Está casado con Julia (Heather Lind), la hija de su jefe, que es bastante severa con él para que no solo viva su vida profesional, sino que también este presente en su matrimonio.
Un día de vuelta a casa, ambos tienen un accidente de tráfico, y aunque Davis no está presente solo con ver la habitación sabe que Julia ha muerto. En ese momento tan triste va a sacar una chocolatina de una máquina expendedora, totalmente incapaz de procesar las informaciones. La máquina deja atascada la chocolatina y aunque Davis la golpea no la consigue, por lo que se va a casa.
Como si nada, Davis vuelve a levantarse a las 5:30 am y acudir a su trabajo, lo que deja a todos sus compañeros boquiabiertos, su suegro va a buscarle y le pide ir a tomar algo, allí el hombre se da cuenta de que su yerno está totalmente desligado de sus sentimientos y le recomienda no volver a la empresa en un tiempo, hasta que logre sobreponerse.
De brazos cruzados en casa y sin nada que hacer, Davis decide reclamar sus 3 dólares escribiendo una carta a la empresa de las máquinas expendedoras, pero antes de saber nada, manda varias cartas más. Así es la única manera que consigue abrir sus sentimientos y contar que es incapaz de llorar por la muerte de su esposa, por lo que entiende que nunca la quiso de verdad.
Davis se da cuenta de que ha estado pasando por la vida sin prestar atención a su entorno, y lo que empieza por una siempre nevera que gotea agua, termina con la idea de que para comprender las cosas hay que desmontarlas y volverlas a montar.
Pero Davis está atascado, desmonta las cosas, pero no sabe montarlas, está tan roto emocionalmente, que no sabe como continuar con las cosas que desmonta.
Un día cualquiera Davis ve a un grupo de trabajadores demoliendo una casa y les ofrece dinero por participar y trabajar con ellos, quiere destruir directamente las cosas, eso le hará sentirse mejor. Los trabajadores no están muy de acuerdo, pero acceden ante su insistencia y las ganas que le echa al trabajo. Le dan consejos para demoler y que pueda hacerlo de la manera más segura posible.
En este momento es cuando Davis se da cuenta de que su mente se desbloquea y que puede recordar y ver a Julia cuanto más destruye cosas. Así se siente más cerca de ella.
Una noche recibe la llamada de Karen (Naomi Watts) la encargada de atención al cliente de las máquinas expendedoras y dice que ha estado leyendo sus cartas sobre su relación con su esposa y que quiere que sepa que ha llorado con ellas, que espera que tenga alguien con quien hablar y abrir su corazón para poder seguir con su vida.
Karen y Davis comienza una persecución para conocerse, intentando varias veces poder coincidir, sin lograrlo. Davis va al trabajo de Karen, y ahí descubre que está saliendo con el dueño de la empresa, pero al menos ya le pone cara a la mujer. Esta le confiesa que tiene un hijo adolescente y que está siendo difícil lidiar con él.
Karen y su hijo Chris tienen una vida modesta que choca mucho con la vida lujosa de Davis, este ha decidido dedicarse a la demolición para poder liberarse de sus demonios y abrazar el hecho de que está convencido de que no amaba a su mujer, pero tiene un accidente en la construcción y le dicen que no vuelva más.
Davis y Chris se hacen cada vez más cercanos, el adolescente está buscando su camino y Davis también está descubriéndose a sí mismo, y pueden pasar tiempo juntos, ya que el chico ha sido expulsado de clase y él tiene todo el tiempo libre posible, así que le pide que le ayude a demoler su casa, para poder desvincularse de todo lo que lo mantiene atado a los sentimientos que no puede resolver.
Davis no puede creer que sea incapaz de llorar por su esposa y esa es la motivación para destruir la casa que construyó con su esposa. Mientras lo destruyen todo, Davis va al dormitorio que compartía con su esposa Julia, y allí, mientras destruye un tocador, encuentra una carta, donde hay unos resultados y una ecografía, Julia estaba embarazada.
Esperando confrontar a sus suegros, de lo que sabe que al menos él siempre le odió y consideraba que Davis no era suficiente para ella. Descubre una fiesta de celebración, ya que van a usar el dinero del seguro de Julia para crear una beca para estudiantes. Allí, acompañado de Karen y delante de todos les echa en cara que sí sabían lo del embarazo.
Su suegra le confiesa que ella acompañó a Julia a la clínica para abortar, ya que el hijo que esperaba no era de Davis, y que le estuvo engañando durante un tiempo. Todo este tiempo Davis había sentido que no merecía a Julia y que ella era perfecta mientras él solo era un hombre que había dejado de poner interés en su matrimonio.
Davis se sienta en su coche y se abre para sí mismo su corazón, entiende que siempre amó a Julia, pero que él mismo se convirtió en su enemigo, dejándose arrastra por cosas brillantes que no le enriquecían y que en realidad ha encontrado en la música y en destruir cosas su propia esencia, y con esa felicidad podía haber sido más feliz en su matrimonio.
Lo cierto es, que dio la vida por sentada y se abandonó al costumbrismo y a la monotonía y el accidente que fue algo que ocurrió de golpe y se la llevó sin más le descubrió, siendo incapaz de organizar y expresar sus sentimientos, sobre todo de infelicidad.
Gracias a Karen y Chris descubre una parte de él que pensaba que no existía y decide explorarla y tomar la decisión de conocerse para poder pasar por todos los estados de la vida sin la carga emocional de hacer lo correcto o lo que se supone que los demás esperan de ti.
Es el momento de empezar a construir a partir de los cascotes de todo lo que ha tirado abajo, y el momento de rendirle homenaje a su mujer, a la que amaba, pero había desatendido e incluso considerado que no sentía nada por ella.
Con la ayuda de los padres de Julia ponen en funcionamiento un viejo tío vivo en la playa, para que niños con necesidades especiales lo usen y lo llaman como a Julia, así algo de ella genera felicidad a los más pequeños. Es ahí cuando Davis entiende, viendo a sus suegros en el tío vivo con niños sonriendo, que con la muerte de Julia no solo perdió él. Ella era importante en la vida de otras personas, y ahora que ya no estaba sus padres nunca tendrían la oportunidad de ser abuelos.
La muerte de Julia es un shock tan grande que saca a Davis de su vida y lo deja desubicado y desamparado esperando encontrar algo que le dé sentido. La única manera de seguir adelante es revisarse y darse cuenta de las cosas que no deberían de seguir pasando, aunque sean lo mejor. Davis ahora está liberado, ha encontrado su camino, y ya puede llorar por el recuerdo de Julia y por todos los buenos momentos que vivieron juntos.
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