#Barcos de plástico
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Perfeccionando mi manera de pintar cubiertas de plástico
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Greenpeace y su nueva iniciativa para salvar a las ballenas
Greenpeace lanza una nueva iniciativa mundial para sumar esfuerzos y recaudar fondos para salvar a las ballenas. Para 2030 , las organizaciones internacionales en esfuerzo conjunto persiguen el objetivo de duplicar la cantidad de ballenas que pueblan los mares del mundo . Una estrategia que será clave para combatir el cambio climático .
¿Cómo se puede hacer para colaborar con esta nueva campaña de Greenpeace?
El futuro y la calidad de vida de las personas que habitan el planeta está ligado a la salud de los océanos y particularmente, a la vida de algunos mamíferos que cumplen misiones esenciales como es el caso de las ballenas.
Sin embargo, su bienestar depende hoy de nuestro urgente accionar y Greenpeace, se une una vez más al esfuerzo de muchas ONG ‘s alrededor del mundo para duplicar la población de ballenas en los océanos para el año 2030.
Unidos en un mismo espíritu de bien y con el ferviente deseo de cambiar el futuro de las ballenas ,Greenpeace te invita a adoptar una ballena y a sumarte con esta acción, a un compromiso de por vida con la ballena elegida, ya que seguirás recibiendo información de su salud y estado para siempre. Este proyecto es una acción llevada adelante con el Instituto de Conservación de Ballenas que es la institución que está al frente y lidera la lucha por la conservación de las ballenas en el sur de Argentina
Al adoptar una ballena de esta nueva campaña de Greenpeace y el ICB , cada contribuyente hará posible con su ayuda económica el costeo de los estudios que es preciso realizar para cumplir con los programas de monitoreo , identificación y búsqueda de soluciones eficaces para la conservación de las ballenas.
Además, esta nueva iniciativa cooperará con parte de lo recaudado a la creación de nuevos santuarios marinos y zonas protegidas en áreas estratégicas del mar. Al momento de realizar la adopción, cada contribuyente podrá elegir una ballena del catálogo de ejemplares que custodia el ICB y recibirá su certificado de adopción.
Procurar que el mar no sea un medio hostil para las ballenas
Los cetáceos funcionan como indicadores naturales del estado de salud de los medios marinos. Gracias a su estudio , los investigadores del ICB pueden acopiar una valiosa información de las áreas marinas en las que estos desarrollan su vida. Sin embargo, su medio natural , el océano, hoy se ha vuelto muy hostil para el normal desarrollo de la vida de los cetáceos. La degradación a la que está sometida la biodiversidad del mar debido a la contaminación, es cada vez más preocupante. El precario estado de salud en que se encuentran hoy los cetáceos, es producto directo de la degradación de su medio ambiente natural al que la mano del hombre contamina día a día de modo indiscriminado.
En medio de esta situación de alarma , Greenpeace quiere proponer una acción que lleve esperanza al mundo y a las ballenas: todos podemos ayudar mediante un pequeño aporte en su conservación . El objetivo principal además, es procurar una concientización y compromiso por parte de la gente para preservar a las ballenas y mitigar la contaminación de los mares. Poder ayudar a las personas para que modifiquen sus prácticas usuales de consumo, descarte y reciclaje, se hace vital para cuidar los océanos y mitigar los peligros que acarrean los plásticos y tóxicos que van descartados directo al mar.
Luchas y dificultades de una ballena en el océano hoy
Entre las situaciones difíciles que las ballenas enfrentan a diario, está la lucha por encontrar su fuente de alimento. Esto se complejiza dado el calentamiento global que reduce dramáticamente las poblaciones krill y de peces disponibles en las aguas.
Para los cetáceos, recorrer los océanos se ha vuelto una carrera de obstáculos permanente. Lo que una vez fue su ámbito natural y seguro , ha devenido en un entorno muy peligroso : las redes de pesca las atrapan y lastiman cruelmente; son embestidas por barcos; los residuos plásticos y los químicos, las enferman e intoxican.
La realidad ha puesto en evidencia que muchas poblaciones de ballenas, están muy por debajo de los tamaños que urgen para garantizar su supervivencia en los océanos. Por ello, Greenpeace y el ICB convocan a todos a adoptar un fuerte compromiso porque, aunque sea un aporte pequeño, resultará imprescindible para poder salvar la vida de las ballenas y conservarlas en los mares del mundo en el futuro.
Originally published at http://todosobreballenas.com/ on June 01, 2023.
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SUMMER´S LOVE
Pareja: Helion x fem!reader
Sinopsis: Calliope es prima del Alto Lord de La Corte de Verano, y una princesa de Verano. Cuando la amenaza cae sobre el continente y deben liarse, a ella solo le preocupa una cosa.
Parte: I, II, III, IV
Estaba en la playa esa mañana, ayudando a una de las tortugas a desenredarse de una red que los pescadores habían lanzado al agua una vez completaban su trabajo en alta mar. Odiaba encontrarse a los animales de aquella manera, sufriendo por algo que no era su cupa, y no es como si hubieran leyes que prohibieran esos actos. Pero haberlas creado durante el cautiverio de la familia real y el gobierno tiránico de Amarantha las dejaba casi inválidas con su regreso, así como haberlas hecho una hembra cuya autoridad ya estuvo en duda en su momento. Calliope podía ser la primera del Alto Lord, pero continuaba siendo una hembra nacida del segundo matrimonio con uno de los príncipes. Y eso no siempre estaba bien visto entre los de su especie, en su gran mayoría. Un tirón en el brazo la hizo detenerse, el agua golpeando sus rodillas descubiertas, el pantalón remangado hasta sus muslos. Uno de los guardacostas la ayudó manteniendo a la tortuga, que se sacudía queriendo huir.
El sol estaba en su punto más alto y el agua relativamente tranquila. Los expertos decían que las migraciones de especies ya estaban ocurriendo y que la tormenta tropical ayudaría al desplazamiento de otras. Al menos ellas podrían salvarse si otro ataque golpeaba Adriata. Poner a salvo a los inocentes era lo más importantes. Adriata estaba bajo alerta. La mayor parte de la población se había marchado al interior con el primer ataque, y los que se habían quedado eran trabajadores menores o miembros del ejército para defender la ciudad de un segundo. Tiró de la última tela que rodeaba la aleta delantera de la tortuga, que volvía a revolverse en busca de libertad.
-¿Por qué quiere marcharse? La estamos ayudando.
De normal, se dejaban ayudar por las manos adecuadas. Debía ser por el primer ataque. Tenía que serlo. Los animales eran más perceptivos que otros faes. Tal vez en su forma primitiva pudiera resolverse la guerra sabiendo cuándo iban a atacarlos con sus sentidos más desarrollados, perdidos en la evolución hacía milenios.
-Saben lo que pasa. Usted también debería marcharse.
-No estaría bien huir y dejarlos a todos -le dijo al macho. Piel morena y cabello oscuro. Un nativo de Verano-. Quiero arreglar esto antes de reunirme con mi primo.
-¿Ha dado alguna noticia nueva?
Calli no respondió a la primera.
No podía hablar a la ligera de los asuntos de Estado con cualquiera. Por mucha ayuda que le hubiera dado en los últimos años con la cala, seguían siendo un extraño que no tenía por qué conocer los asuntos de gobierno.
-Solo lo conocido.
Él no preguntó más.
Volvió a centrarse en su tarea. La tortuga, con medio cuerpo sumergido y la otra mitad en el aire sacudió las aletas delanteras. Calli se apartó antes de recibir un golpe, pero aprovechó para coger el último de los extremos que la rodeaban. Una de las olas impactó con fuerza contra su espalda, empapando su ya de por sí melena blanca sumergida hasta la mitad. Mechones blancos solapados cayeron frente ella y tuvo que recolocárselos como pudo. Maldijo cuando el animal aprovechó para volver a sacudirse. El fae menor agarró una de las aletas antes de que la golpease en la cara. Calliope tiró nuevamente de la cuerda de plástico, la última que quedaba. Pensó en cómo solían hacer los nudos los pescadores en la playa, cuando se sentaban en los muros que dividían la ciudad de la entrada a la playa. La gente iba a colocar el mercado ahí y a despedirse de quienes se subían a los barcos durante meses.
-Ya casi.
Calliope movió los dedos rápido. Tuvo que apoyarse en el hombro del macho para coger fuerza...y entonces se impulsó girando ambos dedos y muñeca hacia fuera, arrastrando el plástico de la red hacia ella. Y entonces sucedió. La tortuga hizo un sonido conocido, como un gemido, cuando la red que quedaba le fue retirada de la aleta y finalmente liberada. Calli no reprimió su sonrisa, aumentando en tamaño cuando el fae soltó a la tortuga y pudo huir. El agua los golpeó de lleno cuando su pesado cuerpo cayó y tomó el impulso para marchar. Aplaudió y saltó cuando el animal desaparecía. Tal vez fue por la emoción que se lanzó al macho fae y lo abrazó con fuerza. Él se quedó quieto, rígido como una piedra.
El mar los golpeó a ambos. Y aún con esa, en su pecho se instaló un sentimiento que no tenía nada que ver con la emoción de salvar una vida, su adrenalina... Era más como otra emoción que tiraba para colarse en el lugar de la otra. Una que oprimía sus pulmones y apretaba su corazón excitado. Calliope se alejó del macho, un poco confusa, con la mano en el pecho.
-¿Princesa?
-No es nada, solo... Nada.
Igual a cómo se sintió en la reunión de los Altos Lores. Cuando Eris la había insultado delante de todos y hecho reaccionar a Lord Helion. Pero no estaba ahí, había acabado. ¿Y si fuera por culpa de la guerra? ¿Y si...? El macho fae posó su mano sobre su hombro.
-El Alto Lord está aquí, princesa.
Calli levantó la cabeza rápido. Miró en dirección a donde señalaba el macho, hacia la orilla. Ni el mar caliente pudo calentar su sangre cuando vio a su primo esperando en la playa, con las visibles flores de su corona... Y otras dos figuras a su lado. Tragó saliva. Formalidad, de nuevo. Extranjeros, del norte. Ropa clara y tez oscura. Como los guardias de la Corte de Día. Calliope empezó a caminar hacia el exterior del agua. El chapoteo le indicó que el macho iba con ella a sus espaldas.
¿Lo habían visto, el abrazo? No significaba nada, por supuesto. Conocía las normas y las jerarquías. Y no se arriesgaría jamás a recibir una llamada de atención como esa. Los pesados pasos se aligeraban a medida que el agua dejaba de cubrirle las rodillas. Mientras, sopesó las posibilidades de esa repentina visita. ¿Una nueva técnica? Se puso en lo peor. ¿Se iban ya a la guerra? No. Se habría entrado por los guerreros. Por el Caldero... El Alto Lord de la Corte de Día y una mujer a su lado esperaban con Tarquin. ¿Su mujer? No, no estaba casado ni comprometido. Tampoco enlazado con alguna compañera, que se supiera. Entonces debía ser una amante o una mensaje, o ambas de acuerdo por cómo se le conocía. Salió del agua, y la cálida arena seca se le coló entre los dedos húmedos.
El rostro de su primo no mostraba ninguna emoción, como de costumbre. Pero la del otro había perdido su frialdad y ahora, bajo la luz del sol, su piel y expresión se veían deslumbrantes como si fuera el mismísimo sol. Pero quien le llamó más la atención fue la mujer a su lado. Su postura erguida y manos cubiertas y entrelazadas... ¿Una sacerdotisa? No, eso no era el atuendo oficial de. ¿Quién era? Caminó hacia ellos intentando descifrarlo. No había guardias alrededor.
-Calli -empezó su primo. La melena blanca y familiar se mecía a sus espaldas-, la Corte de Día se quedará esta noche con nosotros mientras esperamos al ejército de Tamlin.
-Si consigue reclutar a alguna persona que no se halla marchado de su Corte por su numerito.
Miró un poco de más a la mujer. No sentía nada. Volvió a mirar a su primo y al Alto Lord.
-Oh.
-Helion ha pedido residencia en Adriata. Tus hermanos y yo hemos aceptado y nos quedaremos con vosotros.
"Hasta que tengan que encontrarse con el ejército", pensó, pero no dijo nada ni lo intentó. Ella solamente asintió.
Seguía sin entender los motivos del por qué querían hablar con ella. Podrían haberse encontrado en el palacio. El rostro de Helion observó la playa con gran detenimiento, hasta que sus ojos se posaron en ella. El ámbar líquido de sus ojos deslumbraba como mil soles. Estaba sudando, pero no parecía mostrar signos de incomodidad. A Calli le sorprendió porque no todos encontraban agradable las temperaturas y humedad de la Corte.
-Me gustaría dar un paseo por Adriata -le dijo, sonando como si solo estuviera hablando con ella. Su primo asintió-. Tengo entendido que esta ciudad es de las más hermosas de Prythian, y dado que me gustan las cosas bonitas, me llama la atención. Y siempre he querido saber cómo era el hogar de Tarquin para volverlo tan seco.
-No era necesario.
Su sonrisa resplandeció, como un... Estaba pensando en un niño, pero de eso tenía poco.
-Sí que lo era. Sería un placer conocerla por manos de la joya de Adriata.
Joya de Adriata y joya de Verano. Eris también la habían llamado de esa manera. Calliope frunció el ceño. ¿Iba a insultarla también, en su propio hogar?
-Mientras tanto, me gustaría entablar una alianza con Tarquin. Una que beneficie a ambas Cortes -apartó los ojos de ella y los movió en dirección a la mujer. Esta no se inmutó-. Ella es mi mensajera. Emile. Conoce lo necesario y suficiente para hacerlo en mi nombre.
-¿Una alianza? ¿Para qué?
Tarquin habló.
-Rhysand, Helion y yo queremos un frente unido dada la distancia entre los Altos Lores, como se demostró ayer. Las alianzas bailan con los siglos, y esto es un comienzo. Puede que Kallias se una a nosotros cuando vea lo suficiente de la guerra.
No entendía nada de esos juegos de alianzas y Altos Lores unidos. Solo entendía que iban a unirse entre ellos dada la negativa del rostro. ¿Y ahora el Alto Lord quería conocer la ciudad en vez de empezar las negociaciones por sí mismo? Volvió a mirar a la mujer. Le pareció ver un trozo de pie oscura cuando el velo se alzó de más.
-Me gustaría cambiarme antes de la visita.
-Por supuesto.
Su primo se adelantó.
-Recoge también algunas de tus cosas. No podrás quedarte en la casa de la playa hasta que acabe la guerra. Estarías expuesta a cualquier ataque.
Asintió, pero por dentro se mordió la lengua.
-Nos vemos ahora, primo. Lord.
-Calliope -inclinó la cabeza en su dirección.
Otro golpeteo. Los sentidos de ella se despertaron, como si hubieran estado en una ensoñación. Por un momento, los oídos le pitaron; luego, la burbujita estalló. Como cuando se sumergía en el agua y subía demasiado rápido. Calliope analizó su expresión. Los ojos le bailaron a la ropa, igual que los de ella a la suya. Una pizca de vergüenza se asentó en su sistema al recordar que llevaba la ropa desgastada y casi rota; la que usaba para sus trabajos en la cala. Él, por otro lado, iba impoluto como correspondía a su rango. La corona dorada esta vez se acompañaba con protecciones metálicas y del mismo color en antebrazos y gemelos. Llevaba la toga blanca al estilo de la última vez, con un trozo de ella que salía de su cintura y envolvía un trozo de brazo. Ni la belleza de todos los faes juntos le hacían justicia.
Se tocó el brazo. Piel desnuda y cubierta de sal.
Luego, se dio la vuelta hacia su casita.
Para recoger sus cosas.
Y marcharse al palacio en el que no había dormido desde hacía meses.
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-Recuerdo esta playa, estas vistas... Fue en ese acantilado, me parece -señaló a uno de los acantilados más cercanos al mar, bajos y sin mucha inclinación. Calliope torció la cabeza para observar al lugar, puesto que su musculoso cuerpo le impedía en parte verlo al completo- que me invitaron a asistir a un funeral de vuestra familia. Todavía no era mi Alto Lord cuando mi padre me obligó a asistir. Pensaba que iba a aburrirme, pero...fue realmente emotivo. En mi Corte los funerales reales se hacen de otra forma.
Calliope y Lord Helion habían bajado desde el castillo de Adriata, recorrido la ciudad y llegado a la playa hacía unos pocos minutos. Sus hermanos se habían quedado con Tarquin en el palacio, ordenando algunas cosas de en las filas de los ejércitos con los generales que permanecían en la ciudad antes de mandarlos con el resto de guerreros a las filas. Cuando llegasen las tropas de Tamlin, se marcharían. No quería pensar en lo peor, pero la guerra se sentía peor que la presencia de Amarantha en aquellos cincuenta años. Por el Caldero, Tarquin había recibido el poder del Alto Lord a los treinta años.
Lo había llevado por los callejones de Adriata, que por la evacuación de la ciudad se habían quedado despejados y solo los guardias pasaban para patrullar, y luego ido a la plaza ce la ciudad. Verlo todo tan vacío se sentía extraño, estando acostumbrada al continuo ajetreo de las calles, la playa y el mercado. Oh, sobre todo el mercado. Verlo despejado, sin nadie que atendiera las mensajes que habían quedado arrasadas por la interrupción del ejército... En todo momento él había preguntado, pero no preguntas tontas. Sino que se interesaba por la arquitectura, la utilidad y el estilo en el que estaba diseñada la ciudad, interesándose en todos los pequeños detalles para los que ella, para su sorpresa, a veces no tenía la respuesta. Dada la antigüedad, ella no había nacido cuando se pusieron las primeras piedras ni crearon primeras leyes. Lord Helion tuvo la caballerosidad de ofrecerle información de sus bibliotecas privadas, en su Corte, por si alguna vez se interesaba por la construcción de la civilización de la especie fae en el continente. Ella había aceptado, no muy segura, y sin tampoco saber qué responder a esa propuesta.
Finalmente, habían acabado en la playa. Agradeció haberse cambiado al vestido de seda gris holgado a partir del corte de los pechos. El corsé se ajustaba a en la zona del pecho, y se volvía más ligero, tanto el viento se colaba entre los pliegues y se sacudía al mínimo movimiento. Los filos tirantes se envolvían alrededor de su cuello como un amuleto. Cresseida le había hecho una trenza gruesa al verle el pelo enmarañado, después de decirle que parecía que se había peleado con una serpiente marina, y decorado con algún adorno suelto de su joyero. Así vestida, al menos no parecía lo que su hermana decía. Y por lo menos conseguido no dejar mala a su Corte. Casi parecía una princesa de verdad.
Lo miró buscando algún indicio de mentira, como le habían enseñado. Pero no encontró nada. Solo un rostro atractivo relajado y sudado por el impacto de la Corte de Verano.
-¿Puedo saberlo?
Calli casi se tropezó con un tronco sepultado en la arena. La falda sedosa de su vestido se movió con ella, pero no cayó al suelo. Continuaron caminando hasta que llegaron a una pendiente de piedra blanca que subía hacia la ciudad. Lord Helion se detuvo y se quedó admirando cómo las pequeñas olas golpeaban en la costa.
-La Corte de Día tiene unos días esplendorosos, pero también agotadores por las altas temperaturas. Muchos ejércitos que han intentado invadir el territorio han quedado sepultados en la arena de los desiertos. Algunos dicen que todavía se pueden ver los huesos -se estremeció, y él pareció notarlo cuando abandonó la idea de continuar dando esos detalles-. Aprovechamos esas horas para dejar los cuerpos ahí a primera hora, cuando no hace tanto calor, y que se carbonice durante el resto. Por la noche, cuando las temperaturas son mejores, recogemos las cenizas y las enterramos en los jardines interiores.
A Calli le invadió una repentina curiosidad. Conocía algunas de las tradiciones y festivales de otras Cortes por sus maestros y lecturas personales, pero ninguna era tan acertada como resultaba ser. Y también porque de haberse movido en ese espacio habría acabado como una viajera entre Cortes, o convertida en mensajera para resolver esas dudas. El refrán de que Amanecer tenía los mejores amaneceres, Día los mejores días y Noche las mejores noches era una duda que todavía le quedaba por saldar... A excepción del primero.
-Por las tardes los extranjeros, o incluso algunos nativos, utilizan prendas finas o velos para cubrirse. El sol y la temperatura no perdona en algunos casos -hizo un gesto hacia el sol cegador en el cielo, algunas nubes cubriendo el manto azul claro y perdiéndose en la lejanía-. Tú sin duda tendrías que llevarlo.
Calli intentó imaginarse la escena. Ella con velo, en una Corte que no era la suya, sin poder mojarse las manos y las piernas cuando estuviera estresada. Fue una imagen ridícula, pero en parte atractiva para unas vacaciones... Si no estuvieran en una guerra y no fuese ella. Los rumores que llegaban de la Corte de Día eran a cada cual más explícitos. Vivir en un lugar como ese, y no en tranquila Adriata, sonaba más como una tortura que como una residencia tranquila.
-Dudo que pudiese -se rio con solo imaginarlo. Abandonar su hogar, aunque fuera por un viaje, ya sonaba una tortura. El viaje de hacía unos días apenas duró horas y ya había sentido una pena profunda por abandonar su espacio. Su cala. Su Corte-. Alejarme del mar, del agua... No, no podría. ¿Ha dicho jardines?
-Tampoco es tan malo. Los jardines interiores recogen el agua y hay vida. Celebramos muchos de los actos oficiales en esa zona.
Calliope lo miró, dudosa. Él solo se rio al ver su expresión. Pero no la carcajada que le dio a Eris hacía dos días, sino... Algo más suave, más real.
-Tengo entendido que tu hermano y cierta hembra de la Corte de Noche no saben si besarse o matarse -cambió de tema, sabiamente.
Calliope se miró los pies desnudos. La arena metiéndose entre los dedos. El calor en la playa a veces era sofocante, pero en esos momento, parecía que la presencia del Alto Lord de Día aumentaba la temperatura del espacio.
-Creo que mi hermano tiene un corazón honorable, pero confuso. Desde pequeño lo entrenaron como príncipe, y a Cresseida y a mí como princesas -dijo, aunque el aire que se calentaba a su alrededor la sofocaba y volvía sus pensamientos confusos-. Fue idea de Cresseida enviar los rubíes de sangre... Pero de mi hermano acabar en buenos términos con la otra hembra.
-¿Contigo no?
-Oh, me cayeron bien, hasta que nos robaron. Eran amables y encantadores, pero eso se esfumó cuando mi primo se dio cuenta de que nos habían robado y marchado.
Lord Helion hizo una mueca en su hermoso rostro, la piel morena resplandeciendo con el sol golpeando de lleno. La corona la deslumbró cuando su cabeza se volvió hacia ella, por primera vez mirándola de forma que Calliope no supo descifrar. Tantos misterios a su alrededor, tantos...rumores que lo rodeaban. Y era incapaz de ver a través de su piel.
Destructor de Hechizos. Lo apodaban así porque sus hechizos eran capaces de hasta romper una maldición, y porque conocía tantos por las enormes bibliotecas de su Corte que sabía hasta los secretos de todo Prythian.
-Por la seguridad de todos tuvieron que tomar es parte que guardabais... Y no los estoy excusando. Si alguien entrase a mi Corte y me robara, habría hecho más que enviar unos rubíes de sangre.
Calli se encogió de hombros. El sol parecía tener envidia de la luz propia que enviaba Helion, cuando las nubes que surcaban el cielo como barcos lo taparon. Su piel continuó resplandeciendo.
-Fue idea de Cresseida. Ella... A ella no le gusta que jueguen con sus emociones. Varion, por otro lado, él es compasivo. Sabe lo que es el perdón -jugó con el collar que caía sobre su pecho, con la cuerda y el objeto del final-. Le envió a esa chica una disculpa. A... -se calló. El nombre apareció en su cabeza-. Amren. Ella decía todo tan claro, tan directo... Puede que con ella no tenga ninguna enemistad.
-Hablar de enemistad ya es fuerte. No pensaba que la joya de Adriata pudiera sentir antipatía hacia una persona.
Lo miró de vuelta. Ya iban dos veces que la llamaba así, y continuaba sin dar signos de por qué todos menos su familia la llamaban así.
La brisa marina meció su vestido, y tuvo que reaccionar rápido para evitar que su cuerpo quedase expuesto. Entró en la rampa de piedra, sintiendo el ardor que suponía una superficie puesta bajo el sol durante tanto tiempo, pero no las quemaduras que habrían supuesto para los humanos. El calzado de Helion eran sandalias de cuero cuyas tiras ascendían hasta perderse en las protecciones doradas. No tenía los mismos problemas que ella.
-La guerra está activa, así que... Mi enemistad con ella ha finalizado, señor. Y no siento nada malo hacia ellos, solo incomprensión por las mentiras que nos dijeron -le dijo. Fue cierto, saliéndole de lo más profundo de su corazón. Las razones por las que a diferencia de sus familiares era incapaz de sentir resquemor por unas personas que mintieron, jugaron con ellos y les robaron en su propia casa. Calliope alzó el rostro para mirarlo directamente a la cara, y dijo-: Soy incapaz de odiar a una persona. Mi hermana dice que ese es mi campo de batalla, o mi mayor debilidad.
Helion le devolvió la misma mirada. Una intensa, de esas que podían estremecerte, pero a ella no le dio esa sensación de ansiedad o temor. Le dio valentía a continuar hablando. La perfecta melena lisa y peinada por debajo de sus hombros no se había movido ni un centímetro. ¿Y si la corona lo mantenía todo junto?
-Cada uno tenemos un campo de batalla.
-Mi padre solía decir que el campo de batalla para las hembras era el parto. Que debían afrontarlo y combatirlo. Y mi madre lo hizo. Conmigo casi muere, y con mi hermano...
Cerró la boca. Los labios le temblaron y tuvo que hacer un gesto rápido, como si mirara hacia el mar, para evitar que le cayesen lágrimas.
Consciente de cada respiración, de cada movimiento, Lord Helion mantuvo el silencio iniciado por ella unos instantes más. Las gaviotas pasaron volando sobre sus cabezas, graznando y en manda hacia otro lado. Solo el sonido de las olas se escuchaba entre ellos.
-Un hermano es una bendición. Los hijos son raros, y a veces hay que hacer sacrificios. Sobre todo nosotros, los Altos Lores y sus familias.
-Yo no quería un hermano, señor -respondió-. Solo quería a mi madre.
Sonaba avaricioso, le había corregido una vez su hermana, por cómo hablaba de su madre. Su padre se había alegrado de tener otro hijo, pese a las advertencias que se habían especificado sobre un segundo embarazado tras el desastre del primero. Su madre, al final, había librado una batalla en su campo, y al igual que muchos caballeros faes, había caído en ella dejando a su paso un legado.
-Aún eres joven para comprenderlo, pero habrá un momento...en el que juegues un papel fundamental. Hay personas que han tenido que abandonar sus hogares para cumplir con sus obligaciones, y solo tenían decenas de edad -dijo finalmente. Se apartó de su lado y volvió a concentrarse en la extensión del mar, de la arena que se acumulaba en la orilla, de todo el paisaje. Dos ojos perdidos en la nada que, con todas esas, eran capaces de saber cualquier cosa que ocurría al otro lado-. Al igual que yo algún día tendré que sentar la cabeza. Aunque mi consejo dice que ya debería hacerlo, antes de la guerra, y asegurar la línea.
Ella solamente se dignó a mirarlo, a contemplar toda esa belleza reunida en una persona y su personalidad. Y a pensar en cuáles eran las condiciones que estaban negociado su mensajera y primo en el palacio mientras ellos hablaban. Tuvo que bajar la mirada cuando él se dio cuenta de lo que estaba haciendo, disimulándolo con que se acercaba a la barandilla de piedra blanca a su lado.
Ahí, apoyó la cadera a la vez que viento aumentaba en intensidad del viento. La magia solía controlar la dirección en la que soplaba el viento para controlar cómo se movían los barcos por la costa. Pero ese... Aquello era aire natural, sin magia y con una suavidad que hubiera recordado a una caricia. No se dio cuenta de que Helion la había estado mirando todo ese rato en silencio, al ver que no respondía, y que esos ojos ámbares igual que la miel no eran más que líquido cuando le devolvía la mirada.
Ella... Ella no supo cómo reaccionar. Ni qué decir. Así que permanecieron como se quedaron, en silencio y con las gaviotas sonando en los cielos, el mar moviéndose sin control.
En todo momento... Pero solo cuando hacían contacto con los suyos. ¿Qué pensaba? ¿Qué hacía aquí? ¿Por qué abrir una alianza con condiciones en aquellos momentos, y no dejarlos para otro momento? Pero no respondían a preguntas, no sin hacerlas. Calliope sintió una emoción en su pecho, una que se extendió por todo su cuerpo y no se detuvo.
Ni cuando se separaron en el palacio para atender a sus propios asuntos.
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Dos faes hembras se quedaron con ella mientras se duchaba, pero fuera del baño. No tuvo el coraje de salir de su habitación para la comida, cuando la llamaron para unirse. Sin embargo, la llamada de atención de sus hermanos o primo no llegó. Solo el recordatorio indirecto de que la cena era obligatoria y que tanto Lord Helion como la mensaje estarían con ellos. Cómo no.
En el baño, se tomó su tiempo. Dejó que el agua caliente y limpia lavara su cuerpo, endulzada con rosas y unos aceites que no se había atrevido a preguntar de dónde eran y de quién. De su hermana, supuso. Dejó que una de las hembras eligiera la ropa por ella, mientras que la otra repetía la trenza de por la mañana y la decoraba esta vez con unos adornos más experimentados y adecuados. La primera eligió un vestido color oro, un poco rosado, similar en estilo al que había llevado por la mañana. Casi que lo agradeció. Odiaba los vestidos formales de las recepciones. Dejó que la peinasen hasta acabar con los adornos, pero cuando se fue dejó libres algunos mechones para darle su propio estilo, y que ocultasen aquellos pendientes enormes.
Cuando salió de la habitación, se sintió como una princesa mojigata más. Su hermana estaba saliendo al miedo tiempo que ella, despidiendo a unas sirvientas de palacio.
-¿Algo que compartir?
-Solamente mi incomodidad a este tipo de celebraciones.
Y con esas, marcharon agarradas del brazo de la otra al comedor.
Llegaron juntas al comedor. Calliope no dudó en sujetar la mano de su hermana con fuerza, tal vez una poca de más cuando escuchó el ruidito que hizo su hermana al contacto. El comedor era un espacio amplio, abierto con ventanales normalmente abiertos para crear corriente y que se respirase. Esa noche estaban cerrados y varios farolillos colgaban del techo iluminando la estancia, tal y como recordaba cuando las comidas familiares eran...multitud. Lord Helion y su mensaje estaban en un lado de la mesa, con Varian en un extremo y Tarquin en otro. Cada uno a sus propios asuntos. Quedaban dos asientos, uno al lado de su hermano y otro al lado de su primo. Cresseida y ella no se lo pensaron dos veces cuando fueron a sentarse.
La comida se sirvió con magia, sin nadie que pudiera escuchar lo que se hablaba en la mesa. Ni siquiera para comer la mensaje se quitó el velo, metiendo el tenedor por debajo de la tela y masticando en silencio. Ni un ruido ni nada... Convertía a Varian en un charlatán a su lado.
-¿Alguna noticia de nuestro amigo?
Tarquin levantó la mirada del vaso, posándola sobre el otro Alto Lord. Cresseida a su lado los miró a ambos, con curiosidad. Casi pudo notar la tensión de los músculos de Varian sobre los cubiertos.
-La Corte Primavera es nuestro vecino hacia el sur -respondió su primo, dándole un sorbo a su vino-. Tengo... Tenemos algunos lazos con ellos. Quiero pensar que Tamlin hará algo bien para sanar las heridas que ha abierto en el continente.
-Siempre hemos sido neutrales, y él un cobarde -soltó Varian, con los ojos en su propio plato.
Cresseida, que normalmente guardaba silencio o no mostraba su opinión en público o visitas de estado, habló por primera vez.
-No lo hizo para detener a esa zorra pelirroja ladrona cuando torturaban a esa humana, va a aliarse con las Cortes que quieren derrotar a sus únicos aliados -negó con la cabeza, dejando su tenedor sobre la mesa y agarrando el cuchillo-. Solo porque no sabe controlar su ira.
-Cresseida.
-Es la verdad -respondió esta vez Helion, con un brazo musculoso apoyado en el mantel y una sonrisita-. No es como si nuestro amigo fuera de confianza. Pero yo también creo que va a saber elegir bien.
Movió el tenedor en su comida. Comida ligera para irse a la cama, para no llenar mucho el estómago y que se volviera pesada con todo ese calor. Empezó a comer antes de que comenzasen las conversaciones sobre la guerra, los reclutamientos y los ejércitos de cada uno. Aquello ya se estaba volviendo pesado.
Varian lanzaba miradas de reojo hacia la mensaje, a cada mordisco . Le dieron ganas de reír. Parecía igual de curioso que ella, pero no era tan bueno fingiéndolo. Como su hermana ya se había callado, estaba absorta en su comida y pensamientos. Los machos hablaban de temas de guerra y esas cosas, en sus propios mundos. Calli separó un poco la pierna, lo suficiente como para rozar la de su hermana pese a la distancia de separación entre las sillas. El tema de conversación había cambiado, se dio cuenta, hacia las provisiones de los ejércitos y cuánto podían durar. Los labios de Helion se movían para hablar tan rápido que parecía como si el sonido saliera de forma distinta a cuando abría la boca. Era un baile hipnótico y casi vergonzoso de ver, y se sintió rara al poder contemplarlo y pensar en él de una manera tan... Fuera de sí. Tarquin escuchaba y a veces respondía con sabiduría, pero dejaba claro que el tema de la guerra con Hybern lo tenía consumido.
Cresseida despertó después de un par de pataditas. Giró la cabeza con tanta velocidad que pensaba que iba a convertirse en búho. La sonrisa en sus labios y la señal con la cabeza hicieron que la moviera al lado contrario. Su hermano continuaba lanzando miradas curiosas hacia la mensajera, que no parecía inmutarse a que los ojos estuvieran sobre ella. Los hombros de Cresseida se movieron, por lo que supo que estaba conteniendo la risa.
-Qué concentrado... -es lo único que pudo decir sin atragantarse. Para disimularlo, fingió que tosía y tomaba un trago de su vino. Ella hizo lo mismo, pero con su vaso de agua.
Por un momento, se le vinieron a la cabeza los momentos de tensión que había pasado su hermano con la presencia de la segunda al mando de la Corte Noche. Las miradas de advertencia, pero también de interés y curiosidad, cuando esta agarraba cualquier cuchillo. Continuó comiendo como si no hubiera pasado nada, pese a que su hermana de vez en cuando soltaba algún ruidito que la obligaba a detenerse.
-Calliope -escuchó. Era Tarquin. Cerró los labios, con la comida todavía en la boca, y la masticó lentamente-. ¿Qué te parece?
Ella no contestó. Vio de reojo la cabeza de sus hermanos moverse hacia la misma dirección. Seguramente andaban igual de perdidos que ella. Las pupilas de su primo se dilataron, pero no parecía estar enfadado. No con tanto cansancio acumulado.
-Perdona, yo...
-Hablábamos sobre el templo al otro lado de la playa, en la costa al sur de la ciudad. Tendríamos que renovarlo.
El santuario donde se guardaban los secretos de la Corte. El antiguo templo a viejos dioses donde Feyre y Amren se habían colado por la noche para robarles. Lo recordaba bien. También porque siempre que iba a nadar, acababa yendo a esa zona a descansar y recuperar fuerzas para otra incursión submarina.
-Sí, estaría bien.
-Creo recordar que mi padre viajó una vez a la Corte de Día para estudiar los estilos arquitectónicos de sus edificios -añadió Varian. Helion asintió, solemne.
-Estás en lo cierto -le dio la razón. Calli se dio cuenta en que apenas había tocado algo de la comida-. Mi padre lo recibió y le permitió pasear por la capital con su guardia personal, sin ninguno de los nuestros. Aún lo recuerdo.
¿Y ella qué tenía que ver en eso? El hermano de su padre era un hombre más del que Amarantha se había vengado, pero nada más. Además, de que apenas lo había conocido. Antes de cambiar la jerarquía de la familia, cada macho estaba repartido en cada ciudad de la Corte o sirviendo como marinero.
Calli miró al plato de Lord Helion sin tapujos, y habló.
-Apenas ha tocado la comida. Si hay algo que no le gusta, puede decirlo y se le servirá otro.
Helion la miró, y su sonrisa cambió. Parecía amable. Otra vez el brillo de aquellos ojos preciosos y seductores. Calliope sintió un tirón en su estómago.
-Gracias por interesarte, princesa. Mi apetito está acostumbrado a las características de mi Corte, por lo que cenar... Es un poco engorroso.
No podía imaginarse qué sería de la vida sin desayunar, comer y cenar. Una muy triste, o de locos. Sabía que cada Corte tenía particularidad que no afectaban a las demás y se detenían en las fronteras.
-No entiendo por qué.
-Aunque las temperaturas bajas en la noche, el cuerpo de un nativo de mi Corte está acostumbrado a las comidas del día y a la bebida nocturna para reponerse.
Frunció el ceño, pinchando un trozo de verdura.
-Aquí las temperaturas también pueden ser sofocantes.
-Las temperaturas de la Corte de Día son mortales, Calli. Los desiertos lo hacen inconquistable-sí, había dicho eso en la playa. Pero no tenía motivos para no comer-. Todo el día hace sol y las hadas tienen que acostumbrarse al tiempo cambiando su sistema.
-¿Y no comer ayuda?
La sonrisa del Lord deslumbró cuando se rio. Tarquin lo miró, las cejas levemente alzadas. ¿Sorpresa era lo que estaba viendo?
-Ciertamente me compensaría bastante, si es tu mayor preocupación. Pero desgraciadamente por la noche es mejor recuperar lo perdido por el día, de ahí que pasemos más tiempo bebiendo que comiendo. Eso sí, nuestros banquetes nocturnos son preciosos.
Mordió la verdura y tragó.
-Podría haberlo dicho antes de que sirvieran la comida. Hay gente muriendo por ella.
-Calli -llamó Cresseida. Varian se frotó el hueco entre las cejas y la nariz.
-Nos lo pasaríamos en grande si vinieras a la Corte de Día un día de estos.
Otra vez esa sensación que la invadía. Sus piernas temblaron, pero quiso pensar que era debido a una corriente traviesa de aire.
Solamente se encogió de hombros, sin saber qué responder. Otra vez la propuesta. Esta vez fue el turno de Cresseida y Varian de alzar las cabezas, de moverlas hacia el señor de la luz. Miraron a Tarquin, y este los miró a ellos sin decirse nada. Ya estaban pensando entre ellos, sin confiar en la opinión de los demás. Calliope se quedó mirando a su hermana, seria.
-Ciertamente... Es una buena idea -habló entonces su Alto Lord.
-¿El qué? -preguntó.
-De entre los cuatro, tú eres la única que no tiene adiestramiento en las armas y que no irá al frente. Cuanto más lejos del enemigo, más difícil le resultará intentar mermar nuestras fuerzas... O que un enemigo inesperado intente amenazarnos.
Por decisión de ellos, pero tampoco hubiese ido. ¿Quién iba a quedarse en Adriata o en los territorios de su familia? ¿Quién iba a vigilar que otras Cortes no buscaran sus propias ambiciones?
-Mis puertas siempre estarán abierta para un aliado como la Corte de Verano -un brilló recorrió su mirada, pero estaba diciendo la verdad. Ni un rastro de mentira-. Y para su familia real.
-Es ella quien tiene que decidir -intervino Varian, que había acabado su cena y ya estaba posando los cubiertos sobre la mesa.
Tarquin se levantó, entonces. Las palmas de las manos quedaron abiertas mientras se apoyaba en ella, los músculos de su brazos tensos.
-No hay nada que decidir -sus ojos bailaron a cada uno de ellos, pero no se atrevió a mirarla. A ella. Sobre la que estaba tomando una decisión irrevocable-. Acepta la presencia de Calliope en tu Corte y protégela de cualquiera... Por favor.
El otro Lord se levantó de su asiento. La mensaje lo siguió con la mirada...o así le creyó, pero permaneció sentada y con el velo intacto. Varian ya se había levantado, con los ojos muy abiertos, y Cresseida se aferraba a los sujetabrazos de su asiento.
-Por supuesto.
-Primo, piénsalo bien, ella no...
-Cresseida, por favor, no estoy de humor para discutir hoy.
-¡No lo ha aceptado!
Calliope miró a su hermana, todavía sorprendida por lo rápido que se habían tornado las conversaciones. ¿A qué se...? Se quedo quieta, sin saber qué hacer, mientras su primo y Helion marchaban a otra sala dejándolos a los cuatro solos. La mensajera acabó por levantarse, dejando su servilleta sobre la mesa, y saliendo por la puerta contraria.
Los hermanos se miraron entre ellos... Conscientes de que nada podía hacerse ya. ¿Lo habían hablado en ese silencio? ¿O lo habían planeado de antes sin querer levantar sospechas? Fuera como fuese, eso no impidió que Calli se levantara de su silla, casi lanzándola al suelo, y abandonara el comedor.
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La luz de la luna pasaba a través de los enormes ventanales descubiertos de su dormitorio. El dormitorio de la princesa Calliope, en el palacio de Adriata. Las sirvientas se habían asegurado de deja descubierta la habitación para hacerla sentir como en casa, pero esa no era su casa. No desde que la habían obligado a residir allí para tenerla controlada.
Algún día iba a tener que plantarle cara, pero por ahora... El mayor de sus problemas era la decisión de su primo. ¿Para qué llevarla a la Corte de Día si la guerra se iba a extender por todo el continente? Los desiertos se cruzaban, pero si le decían que las temperaturas a veces eran insoportables y mortales... Sacudió la cabeza, sin querer pensar en ello. Solamente la apoyó contra la columna que rodeaba el ventanal. Se había sentado ahí, incapaz de dormir, para mirar las nubes que cruzaban el cielo teñido de oscuridad y la luz asomando con timidez. Sobre sus piernas descansaba un cuaderno de dibujo, viejo por el tiempo y con algunas páginas desgastadas. Era el que había usado de pequeña para dibujar cuando entraba en el palacio y quedaba sola mientras los mayores discutían.
Por desgracia, ese no era su espacio. Y había acabado saliendo del dormitorio en camisón para dar una vuelta y dormirse. Todas las emociones del día se le habían subido a la cabeza, y ahora apenas podía cerrar los ojos sin pensar en qué iba a pasar. Con la guerra, con ella, con su familia... Con su hogar. Iba a quedarse solo, desprotegido. A saber cuánto tiempo iba a tardar Lord Tamlin en reclutar su propio ejército y convencerlo de subir a la Corte de Verano. ¿No podían retrasar un poco su marcha hasta estar seguros de que Primavera iba a colaborar? Se pasó las manos por el pelo, cuidadosamente desenredado y vuelto a trenzar, sin adornos que parecieran venderla al mejor postor. Estiró las rodillas y dejó el cuaderno a su lado en el suelo. La parte externa del dormitorio era mejor, pero también dejaba mucho que desear.
Los largos pasillos de piedra decorados con adornos marinos y alguna que otra joya y oro estaban iluminado con velas que colgaban mágicamente del techo, con cuidado de no acercarse de más a las paredes y causar un incendio. Como eran velas mágicas, no goteaba cera. Las sirvientas se habían retirado hacía ya horas, así que estaba sola. Y sus hermanos estarían durmiendo. Con un poco de suerte, puede que primo no estuviera con algún amante repentino y pudiera hablar con él... Si la dejaba entrar a su dormitorio.
-Parece que no soy el único incapaz de conciliar el sueño.
Calliope pegó un bote en el sitio. Se dio la vuelta solo para encontrarse a alguien apoyado al lado de una ventana, oculto entre las sombras y el grosor de una cortina azul pero delgada. Esta se mecía con el aire de la ventana abierta, y el destello dorado que reflejaba la luz de la luna la advirtió. Calliope no supo cómo había llegado tan rápido y ella ni previsto su presencia.
-Iba a... Estaba dando un paseo.
-Y no dudo de ello.
Se rio.
Tenía los brazos cruzados y observaba con aire despreocupado a través de los ventanales. Ese área daba hacia la playa, desde donde se podía ver todo sin problema dada la altura sobre la que estaba construido el palacio. Los poderos músculos se flexionaban en esa postura, solo para percatarse del atuendo del Alto Lord. Ropa blanca, sí, pero esta vez más arriesgada. Iba descalzo, esta vez, y con una falda que cubría la mitad inferior de su cuerpo que bien podría haber pensado que era una sábana, y una bata casi transparente atada a la mitad. La otra mitad quedaba al descubierto, un poderoso rastro de piel morena y cincelada que hizo a Calliope estremecerse.
No llevaba la corona, ni ningún otro adorno que pudiera hacerle recordar su estatus social. En la jerarquía. En ese momento, solo era Lord Helion de la Corte de Día... O simplemente Helion.
-Ahora entiendo tus palabras de esta mañana, cuando caminábamos. Vuestras playas son preciosas. Tendría que haberme dado un baño y aprovechar que aún no estoy en el campo de batalla.
-Podría hacerlo ahora -señaló al lugar. Calli se acercó lentamente-. Tendría que ir con cuidado, pero no es un mal momento.
-No, pero tal vez al amanecer cambie de idea.
Calli casi sintió su calor cuando lo tuvo cerca. Bajo la luz de la luna, su piel era menos lustrosa, pero continuaba siendo hermoso. Y no había nada que pudiera hacerlo de menos. Se fijó en que tampoco llevaba nada que adornase su ahora rizado pelo.
¿Lo había llevado así todo el tiempo? Juraba que por la mañana lo tenía liso y precioso, pero ahora se parecía más al suyo. Calli tuvo que reprimir el deseo de pasarle las manos por la melena oscura. Algo asomaba de entre sus dedos, y no era alguno de sus juguetes o alguna prenda que se hubo quitado. Era más como...un papel.
-¿Mi primo te ha obligado a firmar un acuerdo que estás leyendo ahora para leer la letra pequeña?
Él le enseñó el papel, pequeño pero con toda una cara llena de letras oscuras y bien trazadas.
-Más bien, indicaciones de mi consejo de guerra. Me piden por tercera vez que siente la cabeza y reconsidere la alianza con vuestra Corte.
Separó los labios, pero no salió ningún sonido. La profundidad de sus ojos parecía inmersa en otro tipo de pensamientos. ¿Por qué querrían reconsiderar una ventaja como esa en esos momentos? Todas las Cortes se necesitaban entre ellas. Ir por su cuenta...solo supondría un obstáculo.
-A Tarquin nunca le han dicho nada de eso.
-Eso es porque vuestro consejo sois vosotros, su familia. Y el mío son los únicos miembros de la Corte con los que evito encontrarme, y suelen ser...conservadores en ciertos aspectos -la sombra de una sonrisa asomó de sus labios-. Nunca les he caído bien. Y Tarquin ya tiene a un sucesor designado.
Calliope se miró las piernas, tapadas con el camisón semitransparente. Era cierto que Tarquin no se rodeaba de más personas que su familia, y cuando dudaba de alguna decisión preguntaba a sus hermanos y a veces incluso a ella. Aunque ella no sabía nada de política y juegos de Altos Lores, al menos tenía la consideración de contar con ella.
-Después de recibir los poderes del Alto Lord insistieron en que continuase la línea, recordándome mi deber. El anterior solo había tenido un sucesor, yo, así que la dinastía corre peligro según ellos. Temían que si me pasaba algo los poderes de mi Corte pasasen a Amarantha, como hizo cuando los robó.
Supuso que había muchas cosas de otras personas que no era público. Entre ello, lo que había pasado con los miembros de la Corte de cada Alto Lord. O la vida privada de los Altos Lores después de eso. Se habían descubierto cosas, sí, pero los rumores a veces eran mentira y solo cuchicheos para rebajar la autoridad de un gobernador. A veces era la propia Corte los que sacaban a la luz esas mentiras para aprovecharse...y ganar poder en ella.
-Cuando mataron a mi familia, el consejo que quedaba del Antiguo Lord, unos pocos, insistieron en continuar el legado de Adriata independientemente de que ya estuviera fijado con Tarquin y Varian, pero estos estaban al otro lado del continente y...lejos -recordó las conversaciones, el trabajo del consejo esforzándose en convencerla de que era la mejor idea. De haber estado Tarquin ahí, se habrían detenido a la primera queja. Pero ella nunca había sido fuerte, y Cresseida siempre se lo recordaba cariñosamente-. Casi arreglaron un matrimonio con un alto fae de la Corte con poder e influencia, a instancias mía y de todos. Incluso de Amarantha. No duró mucho. Lo mataron.
-Lo lamento, princesa.
Ella se encogió. Se apartó un trozo suelto de trenza de la cara, alzando el rostro.
-Luego se descubrió que era... No era el tipo de hombre que le hubiera interesado a la corona. Ya sabes, rumores sobre juegos perversos y abusos a inmortales menores. Aquí en Adriata respetamos los derechos de todos. Él solo hubiese manchado la imagen de mi primo y su gobierno.
Lord Helion se apartó un mechón de pelo negro, que comenzaba a rizarse. Tenía la mirada perdida en el mar, pero tenía los brazos flexionado con tanta fuerza que le dieron la impresión de romperse.
-¿Tu consejo...no respeta las tradiciones del lazo?
-A estas alturas creen que soy negado para eso. Lo cierto es que después de siglos compartidos con cientos de hombres y mujeres por igual... Lamento no haberles dejado claro que no todos los faes tenemos esa suerte.
La guerra...otra vez. Después de cincuenta años encerrados bajo una montaña con la compañía de una mujer más parecida a una arpía que a una alta fae, la guerra llegaba a la Cortes en venganza por la muerte de su general. Y por los deseos de un rey avaricioso y con miles de años. Y con el Caldero. El Caldero original estando en su posición, cualquier esperanza iba a ser necesaria.
-No deberían subestimar eso. Puede que usted encuentre a su compañera dentro de poco y pueda continuar su linaje, o sin necesidad de ella. Un matrimonio político dentro de su Corte haría callar los rumores. Eso callaría a esos hombre, ¿verdad?
-¿Sabes cuántos años tengo?
Negó con la cabeza. Algo había escuchado sobre su edad, remontándose a una de las primeras guerras en Prythian
-Los suficientes para saber que el lazo a veces no aparece. Pero lo respeto. Si apareciera de repente... -miró a Calli de reojo, con los ojos entrecerrados-. Ese sería otro tema, Calliope.
-¿Tal vez Morrigan de la Corte de Noche?
Pensó en la alegre mujer rubia que había visto en el Medio. No conocía a ninguno de ellos, pero había sabido... Mejor dicho, había notado cosas entre ellos. Sin siquiera haberlos visto juntos. Lo había notado en el espacio. Y casi la había puesto de los nervios.
-La gente cree que soy idiota, pero me entero de las cosas -le sonrió, tímidamente, recordando el momento de la noche en el que se había levantado para ir a buscar a su hermano y los había encontrado a ambos yendo al mismo dormitorio. El corazón le dio un golpecito al rememorarlo-. Y puede que en el palacio de Lord Thesan tampoco pudiese dormir bien. Lo cierto es que duermo mal cuando salgo de casa.
Una luz iluminó sus ojos. No de fuera, sino desde dentro. Los labios tiraban hacia una mayor sonrisa cuando se llevó los dedos al rostro, intentando ocultarla.
-Qué cosita tan traviesa. Pero no -se pasó una mano por el pelo-. Morrigan solo es una parte de mis fantasías, y lo cierto es que tenía unos motivos para desear su compañía. Tal vez estuviera nervioso, quién sabe.
-Antes de marchar, le recomiendo un baño en nuestra playa, si es incapaz de hacerlo. A mí me ayudaba...y lo sigue haciendo. Ahora que no hay nadie... Puede que sea su mejor momento para estar solo.
Pareció pensárselo.
-¿Te unirás a mí?
-No sería adecuado -murmuró, pero una parte de ella tiraba hacia la aceptación. Cruzó los brazos sobre su pecho, con el corazón latiendo nervioso con solo la mención.
Y cuando pensaba en lanzarse al agua, el deseo de hacerlo aumentaba.
-Dijiste que no podrías vivir sin el agua y el mar. En mi Corte no hay nada de eso, y no sabemos cuánto durará la guerra o cómo acabará. No lo volveré a ofrecer.
Calli se lo pensó. De verdad que lo hizo.
Vivir sin agua, sin su playa y sus animales. Ni ellos sabían cuánto podría resistir con sus ejércitos o qué saldría de aquella guerra. Miró a la mano extendida que le ofrecía una alternativa a su destino, y después al largo pasillo que la devolvía a sus habitaciones. A donde debería estar sin rechistar... Entonces, el recuerdo de su madre apareció en su memoria. Cuando le decía que el lazo solo se cerraba cuando las dos perdonas estaban de acuerdo y lo aceptaban. Bien había seres que lo negaban aún con esas, pero ella... Su madre siempre había sido muy optimista. Y nunca le había dado falsas esperanzas.
Contempló el rostro envuelto en sombras y oro de su acompañante. Esperaba, sin perder la paciencia. El brazo no le temblaba. Si ellos ganaban... A Calli puede le diera esperanzas saber que iba a estar en una Corte protegida por sus elementos naturales y envuelta en hechizos. Y que su Lord era una persona honorable y resolutiva.
Así apartó las dudas, estiró su brazo y dejó que sus dedos tocarán los de él, cálidos y que se cerraron a su alrededor con una suavidad inesperada.
En un abrir y cerrar de ojos, estaban en la playa. La arena fría bajo sus pies, el sonido del mar agitado llamándola a lo lejos. Calli miró bien a su alrededor. A veces olvidaba lo fácil que era para algunos transportarse con magia a ellos mismos...
Tardó solo unos segundos en recordar que aún estaban de la mano. Que él la tenía agarrada de la mano, con los fuertes dedos rodeando con suavidad los suyos, y parte de la palma. Tanta suavidad... Y unos dedos llenos de cicatrices, de los que no se había dado cuenta hasta el momento. Calli la levantó para observarlos bien.
-¿No le duele?
-Tienen siglos. Y me dan una buena apariencia. ¿Tan impresionable eres?
Negó, pero tampoco sin estar muy segura.
-Tarquin nació después de nosotros y...en el mar no puedes hacerte nada. Solo nuestros padres habían luchado en la guerra y no daban muchos detalles -pensó en las lecturas sobre la guerra antes de la tiranía, pero no solo se le vino a la cabeza las veces que su padre se negaba a contarle algo sobre los detalles de ese enfrentamiento-. Espero... Espero que en su biblioteca hallan libros sobre ella.
Puede que fuera por la noche. Puede que estuvieran haciendo algo en contra de las normas de etiqueta y que su reputación pudiera ponerse en duda... Pero estaban solos, él y ella. Y en lo único en que podía pensar en esos momento era en cómo podía ser la Corte bajo su gobierno, de la que apenas había leído algo... Y de la que tantas personas hablaban como si fuera un mal lugar.
Bajo la luz de la luna, su piel resplandecía. ¿Había algo en él que no brillase? La respuesta tardó en llegar, pero fue como una caricia en medio de la noche. Sus pulgar se movió sobre su dorso, acariciando la piel desnuda de su mano un par de veces.
-Tenlo por seguro.
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Algo así el paseo por la playa:
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Recupero um pouco do meu rosto no canto de teu olho. Um vestígio, uma identidade que se encontra. Sorrio, e meu sorriso é um remendo, um cerzido de teus dentes trazendo de volta meu beiço atrevido. Sou um vampiro que renasceu, sem sangue, mas com sede. Mas o que quero é brindar a boca quente, o hálito de um dragão. Fumo a fumaça que lanças na minha cara que se encosta na tua, como a querer esquecer-se de si e das ruas. Sou eu a fugir das ruas, antes de delas tirar-te, eu, a subtrair-me das sarjetas, das praças, dos becos. Eu deixando de errar atrás de sombras, traços, imagens. Encontro a porta, o portão da solidária cantina, onde a xepa é distribuída. E ali bati cabeça pro santo, muro das lamentações, dervixe mendicante. E te agarrei. E fisguei-me em meu anzol, rasguei a rede, tentei esquentar o brilho frio e distante das estrelas, refiz o percurso juncado por marmitas de plástico e restos de comida. De migalhas de orgulho, de miragens intuitivas, e frases sutis, lancei-me ao ímpeto. E reconheci sinais, decifrei ideogramas e hieróglifos. Exorcizei palavras. Cobri o desejo já frio com o cobertor da ternura e parti para o frio da tarde e da manhã do outro dia. Temi a noite alheia e também a minha. E mergulhei nos teus olhos e só eles me foram noite e manhã e tarde e todas as estações na invernosa estância de meus verões passados. Esqueci deles, fiquei em tuas palavras, elas foram os barcos em que naveguei e navego. Ouço, mais do que falo. Calo como a sombra sobre a terra, como tuas pálpebras a velar e a melar a dor em doçura. Não são mais necessárias tantas palavras, deslizo a vista, surfando em tuas recurvas pestanas, quase como se fosse eu uma lágrima tua. De ti saída, como uma pomba escura a pousar à minha janela. É assim que tenho a dizer outras coisas que, por enquanto, são apenas hálito morno a soprar entre nossas narinas, segredos de nicotina. A poesia se acanha diante do amor. Estilo e forma vacilam. Frases quentes, curtas, faladas baixinho e bem de perto é que nos dizem sobre sorrisos lunares e pássaros noturnos.
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FELICITACIONES
A.- LA FAMILIA REAL DE ESPAÑA
PRENSA INTERNACIONAL
Debido a estas fechas conmemorativas de navidad y fin de año hago una cordial felicitación y buenas nuevas en que sus deseos a lo venidero se manifiesten y cumplan según sus planes a corto plazo...
Del cual en especial a la princesa de Asturias le extiendo mi felicitación ya que como se en próximos días y semanas iniciará un viaje importante en aguas internacionales de América
De lo cual es preciso opinar y recomendar ya por último ciertas recomendaciones para el viaje que próximamente la bonita princesa de Asturias hará
- RECOMENDACIONES -
No conozco el nombre de la fragata o buque escuela para tales recomendaciones o su mismo entorno
Pero si se trata de fuerzas especiales y de sobrevivencia creo poder opinar y dar recomendaciones... En todo tipo de contingencias aerea, terrestre y maritima...
El buque escuela no se si lleve o sea manejado o manipulado por tecnología actual o tecnología antigua de lo cual al buque escuela español donde viajara la princesa de Asturias lo comparo con el buque escuela de mi país México denominado Benito Juárez
Y consiste en que dicho buque no es manipulado por ninguna máquina ni dicho buque cuenta con luz propia
Por lo que a dicha contingencia a este comunicado agrego brevemente de manera humilde ciertas recomendaciones
Del cual para el viaje y travesía la princesa de Asturias en su equipaje deberá incluir solo 2 mudas de ropa de uniforme
Y en la maleta que lleve debería de llevar cargadores portátiles de celulares que tengan la característica de 10 000 wats de carga con lámpara incluida
De ese tipo de cargadores debería de llevar aproximadamente 3 cargadores._ un par de audífonos inalámbricos y dentro de esa maleta llevar otra maleta más pequeña con los siguientes medicamentos
Pastillas para el dolor de cabeza...
Pastilla antigripal...
Pastilla para cólicos...
Pastillas para mareos
Pastillas En México se le conoce como alkaselcer o sal de uvas...
Curitas o bandas que tapan cortaduras pequeñas...
Una botella de alcohol pequeña
Tijeras, corta uñas, rastrillos, un peine o cepillo de tamaño pequeño pero todo de plástico,
Un desodorante aerosol,
Y un perfume tipo colonia para uso diario
Un paquete de bolsas transparentes de plástico pequeñas tipo del tamaño de una bolsa para dama de mano...
Una cartera de bolsillo para hombre de las más baratas...
Una gorra de color azul, o negra sin ninguna publicidad o dibujo o estampa
Y eso sería todo y la maleta no deberá pesar más de 15 kilos y de tamaño debe de ser termino medio osea 50 centímetros de largo como máximo por 30 centímetros de ancho aproximadamente...
EXPLICACIONES
se que nunca he viajado y cuando lo hago es a distancia pequeña
Pero estas son mis explicaciones para el buen funcionamiento de lo que únicamente debes de llevar en lo arriba especificado
No se cuánto dure el viaje.- pero si se que el viaje es largo que durará meses por ello estás recomendaciones
No se debe de llevar tanta ropa en la maleta porque cuando un viaje dura más de 7 días existen lugares de todos los precios y presupuestos donde la ropa puede irse comprando además no es un viaje de placer...
Las baterías para celulares con luz integradas son para que puedas hacer llamadas y tener abastecimiento de luz independiente al barco ya que cada batería con esas características pueden durar aproximadamente de uno a tres días y cargando el celular aproximadamente un día obviamente cargando el celular al 100%
El celular sin ningún problema podrías usarlo diariamente durante 4 horas consecutivas en hacer llamadas y demás
Las bolsas de plástico son para que cuando el teléfono no lo ocupes ahí metas tu celular y el celular siempre deberás de estar guardado en tu pantalón junto con una batería
No deberás compartir tus cosas con nadie.... Son cosas personales y de ello estará tu bienestar
Las medicinas siempre guardadas en la maleta y las pastillas para el dolor de cabeza deberas tomar una pastilla en la noche antes de dormirte y otra en la mañana para evitar mareos
Diariamente deberás llamar a tus papás estés donde estés y la duración de la llamada no debe de durar más de un minuto
El teléfono que te pido que lleves no es caro pero tiene estás características... 250 GB de memoria interna... 8 a 12 de memoria ram le deberás de poner al celular una tarjeta de memoria de 150 GB
Que tenga Android 13 en adelante...
Con estas características el teléfono no cuesta más de los 8 mil pesos mexicanos y es de uso rudo
Con esas características el celular puedes jugar, ver y descargar lo que tú quieras películas y todo lo demás y su carga es rápida
Las baterías que pido que lleves no las venden en lugares establecidos en México pero si en los tianguis donde vendan bocinas y audífonos
No importa la marca
Ahí en los mercados o tipo tianguis como se les denomina en mi país México buscaras cables tipo USB de 2 a 5 metros de largo si los venden
Haciendo un cálculo en lo general por gasto comprando todo lo que aquí te estoy recomendando no deberás gastar a lo mucho más de los 10 000 pesos mexicanos
La cartera que pido que compres para hombre es para que también siempre la cargues y ahí meterás tus tarjetas de crédito y dinero en efectivo únicamente y la cartera debe de ser de un material denominado impermeable para agua
No deberás traer más de 20 euros en efectivo en billetes de denominación baja únicamente eso
Las gorras o cachuchas que pido que ocupes son para que las ocupes en tierra cuando llegues a un determinado país y este lloviendo o haga mucho sol
La ropa que deberás comprar a cada ciudad que llegues para tu uso diario es camisa para mujer y pantalones de mezclilla y obviamente camiseta y tu ropa interior toda la ropa interior incluyendo la camiseta deberá de ser color azul o negro para evitar transparencias
No se trata de mal gastar el dinero pero eso será mejor irlo comprando según a como vayas necesitando la ropa
Tus zapatos de paseo deben de ser tipo tenis cómodos
POR ULTIMO Y PERDON POR EXTENDERME.-
a todos tus compañeros del cual son jóvenes concretamente del sexo opuesto por la edad y por su status social y educativo es el viaje de su vida y cuando llegan a tierra lo primero que ellos visitan son centros nocturnos o cabarets o discotecas... Tu obviamente a esos lugares no podrás asistir o si asistes será solo un momento y ya por la publicidad que se manejara
No discutas con nadie, no te lleves pesado con nadie, no hagas bromas pesadas y o a su vez tampoco des opiniones o te metas en opiniones que no son de tu entorno... Esto te lo recomiendo porque trato de protegerte y de que no se metan contigo durante el viaje
Durante el viaje no juegues con la comida y tampoco permitas que te hagan bromas pesadas o viceversa que puedan meterse en tu perímetro
No permitas que nadie se meta con tus cosas y tampoco y mucho menos con tu maleta...
Recuerda aunque estés acompañada realmente estás sola porque es para todos un examen y una sana competencia
Tu a diferencia de todos no tuviste elección o sea ellos tus compañeros si... Es decir que no importa cuántas veces te equivoques siempre trata de hacerlo mejor y así dentro de todo esté contexto disfrutarás del viaje y de tu formación militar
Recuerda que en un tiempo todos por el título que posees todos absolutamente todos te rendirán pleitesía y serán tus subordinados cuando seas reina
Es la última vez que me comunico contigo puesto que el viaje inicia muy pronto y a su vez solo me resta darte bendiciones y buenos augurios para ti y toda tu familia...
Cuídate mucho
Y que dios te lleve y te traiga con bien a casa🫰🙏😍
Daniel García Román
El zorro
Centro de operaciones vía gps satelital
Direccion de domicilio
Avenida orquidea calle durango numero 20 colonia san marcial fortin veracruz mexico código postal 94476
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ISLA DE NUSA PENIDA, BIODIVERSIDAD MARINA. DESPEDIDA DE BALI: LA PROBLEMATICA DE LOS RESIDUOS PLÁSTICOS; Por Rosana Saburo
El viaje a Bali estaba finalizando, era imprescindible visitar la isla de Nusa Penida, a 45 minutos en barco desde el puerto de Sanur, cercano a la capital, Denpasar. El ajetreo de visitantes en el puerto de Penida era constante, con llegadas y salidas de viajeros a las embarcaciones. Y desde este mismo puerto se podían observar las primeras panorámicas de aguas cristalinas, arena blanca, en un…
#Angel´s Billabong#Broken beach#geckos#island#Kelingking beach#lagartos#mar#Nusa Penida#oceano#Penida island#Sanur harbour
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Pila cuántica, vapor por energía cuántica.
Hay dos formas siempre de generar una energía cuántica o de partículas o energía por particularidad
(1) Energía cuántica por pasiva o la ausencia de particular en un punto es una particularidad, una particular existe hay una particularidad que la hace ser y ahí se percibe, otra vez en la particularidad. La ausencia de partículas es esta particularidad. Una vez establecida la malla cuántica, en todo lugar, un barril de agua hay átomos y sus partículas y cargas, y lo que debe generarse otras partículas o cargas, la particularidad. Para romper la homogeneidad y que haya existencia por particularidad se debo poner un aislante, mínimo, un plástico o hule, un balón de hule o plástico tal vez como diapasón, doble o un tridente . Importante es si se están unidos o es pasivo deben ser de la misma forma y tamaño porque dificulta el método y lo hace menos eficaz , esto rompe lo homogéneo y la malla y da existencia por particularidad. En toda la malla comienza a moverse o existir en los contornos de los aislante ahí medible la energía esa energía escapa a la malla y genera calor y vapor, pero también puede formar una pila si este contorno o el aislante se conecta a un sistema hilo de cobre recolector y una fuente de trabajo o un almacenamiento baterías. Todo es un gran cultivo Cuántico así que los recolectores pueden estar en cualquier sector pero de menos rapidez o aceleración o rendimiento .
(2) La otra es una energización activa generando un dipolo o diferencia de potencial, dos chapas de metal o tres, separadas no conectadas entre si pero de diferente forma y tamaño rectangular, cuadrada, redonda estrella o de cubo laberinto. Genera un dipolo o polaridad cerca de su entorno, una energía potencia y lo mismo es un cultivo Cuántico aprovechable a energía
En ambos casos o se suministra energía o se cierra herméticamente no al vacío, este no es necesario sobretodo para generar vapor. Y una salida, fuga o trabajo como una conexión a tierra o mejor aún en balance energético o de carga una resistencia exterior o dentro del hule, o la chapa metal con un pestaña o pua de hule.
Con los lazeres no sirven porque no le genera trabajo como para generar un acción de daño, pero con un absorbente del otra lado de la mira podría funcionar como un cargador a distancia y si es posible que hunda un barco que no posea doble compuerta o paneles compuerta que contenga agua o defensa o escudo vestiduras exterior, un poliéster o poliuretano o plástico. También sirve para instaurar un mando o control a distancia de encendido y apagado. Un ejemplo de absorbente es el mismo dipolo, una chapa punta o un redonda pero conectada está a una fuga, trabajo o resistencia, se puede alimentar una fuente y según sea la sincronización será el funcionamiento
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Bruno, meu sogro
Tenho 23 anos, me chamo Silvia e sou casada há 3 meses com o Marco. Casei porque fiquei grávida e aí é que esta o problema.
Namorei o Marco por apenas 8 meses. Ele tem 27 anos e trabalha na empresa do pai, Dr. Bruno, como ele é chamado. A empresa é muito grande com mais de 1000 funcionários. É uma fabrica de plásticos para embalagens.
Dr. Bruno sempre me tratou muito bem, mas sempre notei seu ar de desejo quando estava comigo. Sempre me tocava nos braços ou até mesmo no corpo, com a desculpa de estar explicando alguma coisa, ou quando eu chagava ou saia de sua casa e ia me despedir dele.
Pois num belo final de semana, na verdade descemos na quinta-feira para Ilhabela, onde a família tem uma bonita casa e um veleiro maravilhoso, com uma cabine onde tem até cama de casal.
Pois bem, na sexta-feira o Marco , que ainda era meu namorado, foi chamado a S.Paulo para resolver um problema com um dos fornecedores e eu fiquei com o Dr. Bruno, sua esposa Dona Marilia e a filha Isabela e seu namorado.
Depois que o Marco saiu o Dr. Bruno me convidou para velejar com ele, já que nem a Isabela e o namorado e nem a Dona Marilia estavam a fim de lhe fazer companhia.
Eu sabia que poderia acontecer alguma coisa mas acabei aceitando.
Depois de velejarmos para longe do canal e estarmos longe de qualquer outra embarcação o Dr. Bruno “soltou” as velas para que o barco ficasse relativamente parado. Apenas se movimentando por conta das ondas.
Eu estava tomando sol na frente do barco e logo o Dr. Bruno chegou e disse:
- Gosto de fazer isso para poder tomar sol sem roupas, vc se incomoda?
Fiquei meio atrapalhada com aquilo e não sabia o que responder.
- Vamos, tire seu biquíni também, assim ficará sem marquinhas.
Enquanto ele falava foi tirando sua sunga e juro que o pauzão dele estava meio duro. Ele esticou uma toalha perto de mim e se sentou.
- Vamos Silvia, não fique envergonhada. Se vc não tirar seu biquíni vou ficar constrangido.
Não sei porque acabei tirando mas imediatamente me deitei de bruços. Assim ele veria apenas minha bunda.
Ele então pegou um protetor solar e começou a passar no seu corpo e principalmente no seu pau. Acho que de tanto lambuzar com o protetor seu pau cresceu ainda mais.
Ele então me disse:
- Quer que eu passe em vc Silvia ?
Aceitei com a cabeça e ele começou a lambuzar minhas costas bem lentamente e foi descendo. Pulou minha bunda e começou a lambuzar minhas pernas. Mas o safado subiu até o limite das minhas coxas, quase tocando minha xaninha, que nessa hora devia estar encharcada. Ele então, atrevidamente, começou a passar na minha bunda e no inclusive no meu reguinho. Aquilo me deixou completamente excitada e eu quase não conseguia disfarçar meus gemidos.
Foi quando ele disse :
- Agora vira, Silvia.
Obedeci sem pestanejar. Ele começou direto nos meus seios, fazendo movimentos delicados mas firmes e meus biquinhos imediatamente se endureceram.
Ele então desceu pela barriga e foi direto para minha virilha e minhas coxas. Eu já estava quase implorando por sexo. Abri inconscientemente minhas pernas praticamente oferecendo minha buceta para aquele homem. Que não perdeu tempo. Lentamente alisou toda extensão da minha vagina enquanto se ajoelhava do meu lado com seu pau enorme e duro.
- Que bucetinha deliciosa vc tem Silvia. Ta gostoso assim?
- Tá….tá sim …que deliciaaaaa
- Então chupa meu pau enquanto te masturbo.- ele pediu.
Eu segurei seu pau e comecei a chupar enquanto ele brincava com meu grelinho. Sentia meu liquido escorrer pelas minhas coxas. Meu corpo clamava por sexo. Minha visão começou a escurecer a medida que ele enfiava seus dedos dentro da minha buceta.
Ele então veio por cima de mim, num 69, e começou a chupar minha xaninha enquanto eu chupava seu cacete.
Não demorou muito e gozei em sua boca, sufocando meus gemidos com o pau dele na minha boca.
Ele então falou pra gente descer para a cabine e fomos direto pra cama.
La ele me colocou de 4 e começou a me foder como nunca tinha sido fodida antes. Um pauzão daquele entrando e saído forte da minha buceta enquanto ele me segurava pela cintura e falava:
- Delicia Silvia acho que meu filho não esta te comendo direito não é?
- É é sim me fode Dr. Bruno…mete gostoso na minha buceta
- Toma isso rebola no meu pau. vc vai ser minha puta de agora em diante
-Vou……eu sou sua putinha me enche de porra vou gozar de novo
- Goza minha linda,�� goza no meu pau, vem putinha
–Aiiiii que tesãooooooo assimmmm
Fiquei até meio mole de tanto que gozei no pau daquele homem. E ele continuava me socando a vara.
Depois deitou-se de costas na cama e pediu pra eu cavalgar seu cacete. Lógico que eu fiz com muito prazer, enquanto ele lambia e chupava meus peitos. Confesso que naquela altura minha bucetinha já estava até ardida mas eu mexia gostoso e pedia:
- Me enche de porra Dr. Bruno quero sua porra!
- Calma putinha, ja ja vou te dar meu leitinho
- Me dáme enchem e lava de porra
- Toma cadelinha toma meu leite arrgggaaaaaaaaaaaaaaaaaaaiiiiiiiiiiiiiiiii
Ele gozou escandalosamente. Se fosse na casa dele todo mundo ia ouvir.
Depois relaxamos um pouco mas quinze minutos depois ele veio:
- Me chupa minha putinha, chupa meu cacete, deixa ele duro que vou comer seu cuzinho agora
Fui chupando e lambendo aquela tora até que ficou bem duro. Ele pegou numa gaveta do barco um creme hidratante e lambuzou bem gostoso meu rabinho. Depois lambuzou seu cacetão e veio por trás. Gritei quando entrou a cabeça e ele parou um pouco até meu cuzinho se acostumar. Depois foi enfiando lentamente. Fui sentindo cada milímetro daquela tora rasgar meu cuzinho quase virgem. Depois ele me fodeu pra valer. Ou melhor, ele me enrabou pra valer.
- Que delicia de cuzinho apertado Silvia
- Me enraba Dr. Bruno! ta gostoso!
- Rebola minha norinha, rebola no meu cacete
-Assim?assim?ta gostoso?
- Muito! vc é uma putinha de primeira! vou encher esse rabo de porraVem……enche meu cuzinho com seu leite
-Vou…
- toma putinhaagoraaaaaaaaaaaaaaaaa
Gozei junto com ele. Foi a primeira vez que gozei dando o rabo. Mas também só tinha dado umas 3 ou 4 vezes e não foi para o Marco.
Como já era tarde acabamos voltando para a casa.
Dr. Bruno passou a me comer quando queria. Me ligava e íamos para o motel.
Mas a coisa ruim dessa história é que eu acho que o filho é dele e não do meu marido.
Quando o médico disse o tempo que existia a gravidez, pelas minhas contas, nessa época meu marido estava no Chile a trabalho e ficou uns 10 dias fora, enquanto eu metia todo dia com meu sogro. Que alias, me comeu até no dia do meu casamento e com meu vestido de noiva.
Vcs acham que devo contar a ele sobre o filho?
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"Venho do século passado e trago comigo todas as idades”. Cora coralina
Fui de uma geração de navegadores intermediária, já tinhamos gps que marcava nossas coordenadas, velocidade, rumo. Isso era incrível porque daí "plotava" nas cartas náuticas papel, a cada 2h e viamos o avanço da navegação numa linha desenhada à lápis.
Antes de viver no mar li muitos livros de velejadores que navegavam, exclusivamente com sextante que dependia de ter um horizonte e céu com máxima visibilidade, um mar amigável para que pudesse fazer essa leitura, depois as tabelas, almanaque náutico, cálculos e só então vc teria uma posição para colocar na carta náuticas, ah claro que não em tempo real, se o navegador era muito bom, uma hora depois de feita a leitura conseguia saber onde estava há uma hora, esqueci de dizer que se tivesse um odometro desses que se joga na água era ainda melhor. Com a bússola vc tinha o rumo, mas vale lembrar que era preciso ter feito a aferição da mesma e fazer a tabela do desvio da agulha.
Nos anos 90 usavam o satinav, que era uma novela, porque tinha que pegar os 3 satélite para te dar uma posição e isso raramente acontecia, então entre uma evolução e outra os navegadores usavam os dois sistemas.
Já existiam veleiros com radar nessa época, tinham a tela verde e me lembravam muito o monitor de ultrassom dos anos 80, precisava ter olhos de águia e um pouco de pai de santo para identificar as imagens na telinha verde.
Quando comecei a estudar navegação na segunda metade da década de noventa, aprendi fazer navegação na ponta do lápis, cálculos de tudo, foram preciso muitas horas para que trigonometria esférica entrasse na minha cabeça, e dou o crédito para esse aprendizado ao meu sogro Ronaldo que tinha a melhor didática do mundo para ensinar, ele amava matemática, falava com tanta paixão que a gente se encantava com os números sem nexo à nossa frente, mas um dia ele me disse - vc só irá compreender navegação astronômica quando entender como chegar nas fórmulas e pra isso vou te apresentar a trigonometria esférica, se vcs acham que isso foi facil, não foi mesmo.
Três longas tardes de estudos para absorver, entender, aceitar e executar os cálculos. Todas aquelas frases e perguntas que fazíamos na escola quando adolescentes: - pra que isso, nunca vou usar, sou de humanas, não vai servir pra nada?
Bom, aquela adolescente que só gostava de livros e palavras, descobriu que não só servem mas como também poderia me mover pelas águas se usasse os números, paguei a língua mesmo, como se diz.
E foi aí que a física e a matemática entraram de volta à minha vida, mas agora como instrumento para minhas respostas, foi fascinante.
Minha navegação nessa época não era um horizonte infinito, conhecia e visualizava as margens das minhas águas navegáveis, minha lagoa que começou enorme no meu primeiro dia a bordo do laser velejando, ficou minúscula depois da trigonometria esférica.
Um dia fui para o mar, primeiro sem muita audácia com a costa à vista, estava treinando os cálculos navegação por estimativa, pontos de referências, luzes de faróis no meio da noite, com o sextante de plástico foi duro fazer as leituras, mas os cálculos já me deixaram muito feliz com o resultado, confesso que isso só acontecia raramente por causa da visibilidade.
Logo depois consegui comprar meu primeiro GPS um garmin etrex amarelinho, sem cartas , sem plotter mas que me fazia muito feliz, lógico que isso me trouxe um novo problema, pilha ( na época não existiam as recarregáveis) então era preciso ter um estoque delas, até que fiz junto com um amigo eletricista um fio para conectar no 12v do barco para qualquer emergência.
Mas além disso, ele ficava desligado o tempo todo só na hora de plotar a posição na carta era ligado por uns 15 minutos, vida econômica , tinha ainda um gerador de energia, painel solar flexível, para carregar a bateria do barco, no singular mesmo porque era uma só, não havia necessidade de mais, era só para luz de navegação à noite, radio VHF, nunca fui tão livre da eletricidade na minha vida.
Com tudo isso minha audácia tomou força e fui mais longe. Meus pensamentos eram só liberdade.
Hoje pensando nisso vejo que num barco de 22 pés, sem motor, no meio do mar, o que me dava coragem, autonomia e segurança era meu conhecimento, minha capacidade de me levar para qualquer lugar no vento.
Só vou comentar mais um detalhe, nessa época para se lançar no mar, a gente ia na véspera na capitania dos portos buscar uma carta sinótica, a noite assistia ao Jornal Nacional para ver a previsão do tempo, e se na sua avaliação mais a intuição dissesse que tudo bem soltava as amarras e partia com a primeira maré do dia.
Agora no século XXI, temos uma tecnologia que nos facilitou a navegação, trouxe mais segurança, temos AIS, plotter, apps de navegação e previsão do tempo, telefone satelital, rastreador e sem romantismos nostálgicos, dou as boas vindas à tecnologia, que claro nos custou ter que gerar e armazenar eletricidade, somos mais que viciados, somos "dependentes químicos " dela, mas é um preço possível.
Hoje tenho todas as idades da náutica adquirida através dos livros que li e estudei, das "horas de vôo " em cima dos cálculos e das experiências.
E essas são as faces positivas que o envelhecimento pode nos emprestar.
Quão importante é saber onde vc está?
Se quiser conhecer outras histórias no Instagram @chrisamaral_oficial
https://www.facebook.com/share/v/14SAhsN3iz/?mibextid=oFDknk
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Contaminación del Planeta. Estos son los Principales Responsables
La contaminación global es uno de los mayores desafíos ambientales que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Diversos agentes y actividades humanas contribuyen a la contaminación de la atmósfera, el suelo, el agua y los ecosistemas en general. A continuación, se presentan los principales agentes de contaminación junto con una lista de los 10 principales responsables en cada caso, basados en la contribución de estos sectores, países y compañías a los problemas ambientales más apremiantes. 1. Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) Los gases de efecto invernadero son uno de los principales responsables del cambio climático. Entre estos gases destacan el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los gases fluorados. Las actividades humanas, especialmente la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, son las principales fuentes de estos gases. - Industria Energética: El sector energético es el mayor emisor de CO2 a nivel mundial. Las centrales térmicas que queman carbón y petróleo para producir electricidad y las refinerías de petróleo generan una gran cantidad de emisiones. China y Estados Unidos son los mayores emisores de CO2, seguidos por la Unión Europea e India. - Transporte: El transporte basado en combustibles fósiles, como los automóviles, aviones y barcos, contribuye significativamente a las emisiones de GEI. La dependencia del petróleo en este sector hace que sea una de las principales fuentes de contaminación del aire. - Agricultura y Ganadería: La agricultura industrial y la ganadería intensiva son fuentes importantes de metano y óxido nitroso. El metano se libera principalmente a través de la fermentación entérica de los rumiantes, mientras que el uso de fertilizantes nitrogenados en la agricultura libera óxido nitroso. Principales Responsables: - China - Mayor emisor mundial debido a su dependencia del carbón. - Estados Unidos - Alto consumo de energía y uso de combustibles fósiles. - India - Expansión industrial y uso intensivo de carbón. - Rusia - Gran productor de petróleo y gas natural. - Japón - Dependencia del gas natural y petróleo. - Alemania - Potencia industrial con emisiones significativas, aunque en reducción. - Brasil - Desforestación y emisiones de metano por la ganadería. - Indonesia - Deforestación y quema de turberas. - Arabia Saudita - Gran productor de petróleo y gas. - Irán - Consumo intensivo de combustibles fósiles en la industria energética.
2. Contaminación del Agua
La contaminación del agua es un problema mundial que afecta tanto a los ecosistemas acuáticos como a la salud humana. Los principales agentes contaminantes del agua incluyen productos químicos industriales, plaguicidas, residuos agrícolas y desechos domésticos. - Derrames de Petróleo: Los derrames de petróleo en los océanos, como el desastre de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México, han devastado ecosistemas marinos y costeros. Además, la extracción de petróleo y gas en alta mar conlleva riesgos constantes de contaminación. - Plásticos y Microplásticos: Los plásticos son uno de los contaminantes más persistentes en los océanos y ríos. Se estima que cada año millones de toneladas de plástico llegan a los océanos, afectando la vida marina y entrando en la cadena alimentaria en forma de microplásticos. - Agua Residual y Químicos Industriales: Las industrias descargan productos químicos tóxicos en los cuerpos de agua, contaminando fuentes de agua potable y ecosistemas. El vertido de aguas residuales no tratadas en ríos y lagos sigue siendo una práctica común en muchos países en desarrollo. Principales Responsables: - Industria Petrolera - ExxonMobil, Chevron y BP (responsables de numerosos derrames de petróleo). - Agricultura Intensiva - Monsanto/Bayer (químicos agrícolas que contaminan fuentes de agua). - Industria Textil - Empresas como Inditex, H&M y otros grandes fabricantes que descargan productos químicos tóxicos en ríos. - Industria Minera - BHP y Vale (contaminación de agua por residuos mineros). - Nestlé - Críticas por su impacto en los recursos hídricos y contaminación en plantas embotelladoras. - Coca-Cola - Excesiva extracción de agua y contaminación por embotellamiento. - Procter & Gamble - Contaminación de aguas residuales por productos químicos. - Sector Pesquero Industrial - Empresas pesqueras responsables de la sobreexplotación y contaminación. - Dow Chemical - Contaminación de cuerpos de agua con productos químicos tóxicos. - Industria Papelera - Empresas como International Paper y Stora Enso, que vierten productos químicos en cuerpos de agua.
3. Contaminación del Aire
La contaminación del aire es responsable de millones de muertes prematuras al año y afecta gravemente la salud de los ecosistemas. Los principales agentes de contaminación del aire incluyen partículas finas (PM2.5 y PM10), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV). - Industria y Energía: Las plantas industriales y las centrales eléctricas que queman combustibles fósiles emiten grandes cantidades de partículas y gases tóxicos al aire. Los contaminantes como el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno son responsables de la lluvia ácida y la formación de smog. - Quema de Biomasa y Residuos: La quema de biomasa y residuos en muchas partes del mundo, especialmente en áreas rurales, contribuye a la contaminación del aire. La quema agrícola, la deforestación y la quema de residuos sólidos liberan partículas y gases contaminantes. Principales Responsables: - China - Industrias de carbón y manufactura. - India - Quema de biomasa y uso de carbón en la industria. - Estados Unidos - Emisiones de transporte y producción industrial. - Rusia - Uso de combustibles fósiles en la industria y energía. - Indonesia - Incendios forestales y quema de turberas. - Unión Europea - Alemania, Polonia y otros países con plantas de carbón. - Arabia Saudita - Producción de petróleo y gas. - Irán - Contaminación industrial y quema de gas natural. - Brasil - Quema de biomasa y deforestación en la Amazonía. - Japón - Uso de gas natural y petróleo en el transporte y la industria.
4. Contaminación del Suelo
La contaminación del suelo afecta la productividad agrícola y la salud de los ecosistemas terrestres. Los principales contaminantes del suelo incluyen productos químicos tóxicos, residuos industriales, pesticidas y fertilizantes sintéticos. - Agroquímicos: El uso excesivo de pesticidas y fertilizantes en la agricultura moderna ha contaminado vastas áreas de tierra. Estos productos químicos no solo afectan la fertilidad del suelo, sino que también pueden filtrarse en las aguas subterráneas y contaminar los cuerpos de agua. - Residuos Industriales y Mineros: La minería y la producción industrial generan grandes cantidades de residuos tóxicos que contaminan el suelo. Los desechos mineros, en particular, pueden contener metales pesados como el mercurio y el plomo, que son extremadamente peligrosos para la salud humana y ambiental. Principales Responsables: - Monsanto/Bayer - Uso de pesticidas y herbicidas como el glifosato que contaminan los suelos. - Industria Minera - BHP y Vale, responsables de la contaminación del suelo con metales pesados. - Dow Chemical - Producción de productos químicos que contaminan el suelo. - Industria Petrolera - Derrames y contaminación por extracción de petróleo (ExxonMobil, Chevron). - Industrias de Plásticos - Empresas como ExxonMobil Chemical y Dow responsables de residuos plásticos. - Nestlé - Impacto en tierras agrícolas por plantaciones de monocultivos. - Procter & Gamble - Impacto por residuos de productos químicos. - Cargill - Agricultura intensiva que degrada los suelos. - Industrias del Cemento - Empresas como Lafarge y Holcim que generan residuos sólidos tóxicos. - BASF - Fabricación de productos químicos que contaminan suelos.
5. Contaminación por Residuos Sólidos
La generación de residuos sólidos es un problema creciente en todo el mundo, especialmente en las ciudades. La falta de una gestión adecuada de los residuos ha llevado a la acumulación de basura en vertederos, océanos y otras áreas naturales. - Residuos Urbanos: Las ciudades generan enormes cantidades de residuos sólidos, desde plásticos y papel hasta desechos orgánicos. La mayoría de estos residuos terminan en vertederos o incineradores, lo que genera emisiones adicionales de gases de efecto invernadero y otros contaminantes. - Basura Marina: Los océanos han sido utilizados durante décadas como vertederos para desechos sólidos, lo que ha dado lugar a la formación de islas de basura, como la Gran Mancha de Basura del Pacífico. Esta basura marina amenaza la vida silvestre y los ecosistemas marinos. Principales Responsables: - The Coca-Cola Company - Mayor productor de residuos plásticos de un solo uso. - PepsiCo - Alta producción de envases plásticos. - Nestlé - Grandes cantidades de envases plásticos en su cadena de suministro. - Procter & Gamble - Envases plásticos y residuos de productos desechables. - Unilever - Productor masivo de plásticos de un solo uso. - Johnson & Johnson - Productos desechables que generan residuos sólidos. - Industrias de Alimentos Rápidos - Empresas como McDonald's y Starbucks, que generan residuos sólidos a gran escala. - Amazon - Envíos masivos que generan residuos de embalaje. - Walmart - Alto volumen de productos en envases de plástico. - Industrias Textiles - Fast fashion, incluyendo H&M y Zara, que generan grandes cantidades de residuos textiles.
Conclusión
Los principales agentes de contaminación a nivel mundial son el resultado de actividades humanas que no han considerado de manera adecuada las consecuencias ambientales. Desde las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático, hasta la contaminación del agua, el aire y el suelo, los impactos son generalizados y devastadores. Para mitigar estos efectos, es fundamental adoptar políticas de sostenibilidad, reducir la dependencia de los combustibles fósiles, y promover prácticas agrícolas y de gestión de residuos más responsables. Solo a través de un esfuerzo global coordinado se podrá frenar la destrucción del planeta y garantizar un futuro más limpio y saludable para las generaciones venideras. Read the full article
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Mis Ojos
Hay un requisito para gobernar, y es tener un color primario de ojos. El color de tus ojos define toda tu vida. Hay algunos colores que están por encima de otros, y otros que están por debajo. Y no hay nada que pueda cambiar la forma en que funciona esta sociedad.
Hay un lugar oculto en Main, oculto del mundo exterior y de la gran mayoría de las personas que viven en este continente. Este lugar es una escuela secundaria, pero una invitacional. Solo puedes acceder a la educación aquí por invitación y es gratuita siempre y cuando estudies aquí.
Ahora mismo solo hay dos grupos, y uno en el construcción. Y me han invitado.
Mi nombre es Orión Rigel, soy verde.
¿Qué significa ser un verde? Significa que soy un secundario, no soy ni privilegiado pero tampoco estoy oprimido, en teoría.
Llegue al este de el país amarillo, lejos de Iris, la capital en la que me crie. La ciudad era costera, la más lejana del centro del continente, que sea de territorio primario. Me da asco la gente de aquí, solo hay amarillos por todas partes y si no tuviera a dos guardaespaldas del gobierno conmigo me habrían apalizado hace mucho tiempo, sucios primarios.
Llegando al punto donde me enviaron me entraron los nervios, tal vez no merecía la pena el riesgo, pero no me podía permitir dudar así.
Llegando al punto más alejado de la cosa del embarque, noté que no había ningún barco a mi alrededor, era la hora y no parecía que hubiera tenido un error en dirección porque tenía a los dos trajeados conmigo, que podría ser?
Frente a mí se levantó un puente del tamaño de un edificio de altura y con tanta distancia que no se veía el final.
“Tendré que caminar todo eso?” Pregunté con confusión y un poco de miedo.
“No.”
Al momento de responder apareció un coche por detrás de nosotros. Se iba acercando y notaba el puente de madera, en el que aún estábamos, temblar y hacer ruido. Instintivamente corrí al puente.
El coche, dando un frenazo, bajo la ventanilla y cuando por fin estaba quieto pude ver la cara de alguien que ya conocía.
“Evan!? Que haces tú aquí? Me voy de casa después de hablarlo todo y aún no estás dispuesto a dejarme entrar?” Con una mezcla de rabia y confusión.
“No, piensa medio segundo más”
Al momento mis ojos verdes se pusieron en marcha. Ha venido a la hora concreta en el sitio concreto a toda velocidad en un coche en un sitio en el que si hubiera ido otro día o momento habría muerto, él conocía este sitio y esta hora, De donde ha sacado el coche si él no tenía casi dinero? Espera, era eso.
“Te han contratado a ti como profesor?” Menos alterado.
“Exacto, ahora sube al coche antes de que lleguemos más tarde” Sonriente. “Tengo café por cierto”
“No me gusta el café, ya lo sabes” Dije mientras caminaba hacia el sitio del copiloto e instantáneamente arrancó el coche.
“Me parece un asesinato lo que acabas de decir” Fingiendo estar ofendido.
“Si si, lo que tú digas Evan, me voy a dormir un rato, como me despiertes con luz te voy a estar toda la noche mandándote mensajes, y sabes que puedo y que yo no necesito café”
Me acurruque en el cómodo asiento del coche y me deje poco a poco descansar de el viaje que, ahora que había llegado Evan, había sido inútil.
Una luz tenue me iluminó la cara, haciendo que me despertara.
“aaaaaaAAAAAAGHHH!!!” Grité mientras me desencajaba del asiento.
“Wow, y me dijiste que no querías que yo te molestara a ti”
“Bueno, me has despertado con luz”
“Puede que si, pero es más importante lo que tenemos enfrente”
Mire adelante y solo pude ver oscuridad completa con una luz a través de un morado muy opaco, como una luz detrás de una lámina de plástico.
Evan fue frenando. Yo me quedé en silencio aún acostumbrado me a estar despierto.
Mientras disociaba, Evan hablaba con unos militares y de vez en cuando me pedía papeles que tenía en mi vieja mochila. Cuando estaba a punto de dormirme otra vez Evan me miró y, sonriente como siempre, me dijo:
“Prepárate porque vas a ver algo precioso”
“Dudo mucho que tengan algo impresionante aquí en medio de la nada en mitad de la noche”
“Pues entonces te va a impresionar más”
Al acercarnos a lo que parecía ser un atardecer muy oscuro, este se abrió como si se estuviera agrietando dejando el espacio justo para que nosotros pasáramos.
Tras abrirse vimos por fin la isla, el cielo brillaba de diferentes colores desde diferentes puntos, la arquitectura era confusa, había elementos antiguos y otros modernos y casi futuristas.
Llegando al edificio principal, pude observar mejor que este era un castillo de estilo gótico, detallado hasta los dientes y extendiéndose hasta el cielo.
Nada más entrar me chocó el contraste, por dentro el edificio tenía suelo y escaleras de mármol blanco, las paredes grises y lisas, las puertas de un tono de gris más oscuro. El exterior era completamente diferente, daba la sensación de ser más grande por dentro .
Al llegar Evan me guió a recepción, allí había una señora con tono de piel oscuro y pelo negro y largo, con ojos verdes. Evan se acercó para hablar con ella:
“Hey, buenas tardes, traigo un paquete”
“La habitación es la número 218” dijo ya sabiendo sus intenciones.
“Oye, quería hablar un rato”
“Lo sé Evan, lo sé”
“Bueno, ya te molesto en otro momento”
Comenzó a caminar. Me quedé mirando a la señora de recepción la cual, con la mirada más neutral que había visto nunca me saludó, sin saber cómo reaccionar, saludé y perseguí a Evan.
“De que hablabais?”
“De ti, y de dormir”
“Perfecto”
Seguimos por unas escaleras en el ala derecha del edificio, al subir vimos algunos alumnos al fondo, no parecían estar pensando nada sobre mi, eso me tranquilizó.
Llegamos a la habitación 218, a mi sorpresa Evan pico en vez de abrir.
“En serio? Compartidas?”
“Si, algún problema”
“Para mí no, pero puedo ser difícil para convivir”
“No puedes ser Orión, lo eres”
“Bueno, pues pobre chaval al que le toque conmigo”
“Son mixtos”
“Como?”
La puerta se abrió de golpe. Una chica pelirroja con una sudadera mal puesta y una cara de tener muy pocos amigos se apareció frente a nosotros.
“Que queréis?” Lo dijo con un tono que simulaba la intención de su expresión facial.
“Hola, eh” Lo dije enfadado, no hay nada que me moleste más que personas que se comportan mal sin motivo.
“Evan quién es este?”
“Es tu nuevo compañero de habitación”
“No” y cerró la puerta, sin dejar tiempo para responder.
“Evan creo yo que esto no va a funcionar la verdad”
“No es si crees o no, tiene que funcionar, yo me voy a mi habitación, nos vemos” se fue, aquí la gente tiene tendencia a no dejar actuar a los demás.
Ante la situación, simplemente lo intenté una vez más. Toqué la puerta.
“Que te vayas” desde detrás.
“Yo tampoco quiero, pero es lo que toca”
“No, es mi habitación y punto, no vuelvas a picar, no voy a responder” escuche los pasos alejándose de la puerta.
Ella estaba pensando en proteger su espacio, y su tranquilidad.
“No te voy a molestar, seguramente solo esté en mi zona y no voy a toquetear nada, mi intención no es molestarte, no sé ni quién eres, puedes estar tranquila”
Se abrió la puerta, pero se le veía más molesta que antes.
“No me leas la mente” y me dio un empujón antes de volver a cerrar la puerta.
“Ahora sí que no voy a conseguir entrar” pensé.
Me fui a dar vueltas por el castillo con mi maleta, ya se estaba haciendo tarde así que no parecía haber nadie por los pasillos. También tenía que ver con que el sitio era gigantesco. Escuchaba mis propios pasos retumbar por los enormes pasillos hasta que empecé a escuchar otros viniendo de atrás.
Al girarme vi a un hombre bastante alto, fornido, con pelo rojizo oscuro. Un parche en el ojo derecho dejando destacar su ojo naranja a la izquierda. Cuando me gire él se paró.
“Hey, qué haces dando vueltas por la noche?”
“Tengo una compañera de habitación un poco cabezota”
“Hmmm, bueno, intenta no despertar a los demás, si necesitas cualquier cosa ves al cuarto piso” se fue en la dirección contraria a la que iba yo.
Pese a mi confusión seguí recorriendo los pasillos sin ningún objetivo en mente, noté mi cansancio por el viaje con lo que decidí volver a probar mi suerte con la pelirroja.
Antes de tocar la puerta leí sus pensamientos, parecía estar dormida y soñando.
Toque a la puerta.
“Vete”
“Estoy cansado, déjame dormir anda, llevo 8 horas en un coche sin parar y estoy con el cuerpo adolorido, no te pido mucho más”
“Me da igual”
“Muchas gracias supongo”
Resignado, abrí mi maleta, saqué una sudadera que doblé para ponerla sobre la maleta y usarla como cojín, saqué también una chaqueta para usar como manta, sin poder evitar pensar en mi dolor de espalda al día siguiente, decidí dormirme en el suelo frente a la puerta.
Al principio pensaba que este sitio era demasiado, pero la gente aquí es muy rara y no hay ninguno cuerdo. Van a ser unos años difíciles.
Me dormí, sentía el frío del suelo, mi olor a sudor y a coche sucio, mi columna vertebral en contacto con el duro suelo, dolor de cabeza por el ruido constante de los pensamientos intensos de conductores frustrados, e incluso llegamos más tarde de lo que queríamos, con lo que tenía más sueño de lo normal.
Si no fuera por esa pelirroja egoísta y orgullosa ahora mismo estaría durmiendo tranquilamente, pero no quedaba otra.
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Encontros
Quando me assola a ideia de que tenho de escrever sobre isto, fujam amigos de solas bem ao vento porque as bacoradas estão prestes a espojarem-se no papel. Ainda se fosse no papel, pergaminho, cartolina, celofane, talvez alguma inventiva reciclagem lhe desse préstimo final, mas hoje é moda que toda a lixeira se aloje nas nuvens e depois ai jesus, a poluição, as chuvas ácidas, as tormentas e as tempestades.
Como é que os encontros acontecem?
Estava ali, à beira de esquina, pega-se e leva-se para casa como coisa achada de serviço pré-definido: um pé de arbusto ou nem tanto, uma floreca quase selvagem que se empurra terra dentro num vaso esborcinado para animar os dias cinzentos à varanda, junto ao gato que a faz definhar com os seus humores de felino.
Um vestido chamativo que entra plos olhos dentro a implorar afeição e vaidade, se carrega num impulso espreitando vitorioso nas alças do plástico e, chegado ao espelho de corpo inteiro, debanda por todo o lado, arreganha e impropera contra o corpo feito num oito da deselegância.
Um brinquedo, talvez um gadget, chegado do outro lado do mundo e que num intervalo de meio segundo nos fede a paciência, argumentando da sua imprescindibilidade. Desembrulhado do pacote entregue pelo estafeta expatriado, miramo-lo da frente e de trás, tentamos adivinhar-lhe as entranhas, porque receamos que a coisa se desprograme ou se dane com a nossa ignorância, percorremo-lo de rés a dez com a perícia imprecisa de dedos artriticos e depois em impotenta fúria espumada, atiramo-lo para os fundos do sofá onde se alojaram cheiretes e migalhas. Na próxima, abordamos com jeitinho, o filho afadigado, benzendo-nos em segredo para que não se alevante qualquer embirração.
Até pode ser um namorado que se sonhara príncipe galante, espadaúdo, de olhos sonhadores e com a pressa nem se lhe topa o desengonço e o insonso do paladar. O mesmo se aplica à suposta princesa de lábios perfeitos e cabelos de turmalina, envernizada por fora e no avesso cheia de vacuidade. Ou ainda, considerando a equidade atual, coises que não querem ser eles nem elas e andam aos coices numa encruzilhada de múltiplos géneros que os identificam ao mesmo tempo. Comidos os bolos arrecadados na arca, algumas passas do algarve e o pãozinho que o diacho amassou, olarilolé vem um dia de abril ou de maio, consoante as gentes e as geografias, e termina a bendita azucrinação.
Até pode ser um desencontro que nos paralisa, nos arrebata ou nos força a algo inesperado.
Esperem lá, não sejamos dramáticos. Há aqueles encontros que estavam predestinados, tudo se conjuga, parelhas gémeas, testo e tacho, luas românticas, sol na eira e chuva no nabal, tudo riso e lamechice, meu amor - pra divulgar no social... enfim, céu límpido lazuli e apenas um peidinho na vida para desenjoar do boss e do chanel.
Chegadas a esta estação, há que sair da carruagem do comboio que, bem por uma unha de gel lacada, estava mesmo para descarrilar.
Os nossos encontros?
O primeiro, completamente feito episódio de princesa versus gata borralheira. Estava eu, pouco gata mas cor de borralho apagado, na morna mandranice da aldeia a espiar fascínios de mãos de fada. Espanta-se-me a incredulidade quando a bela princesa, branca e loira de cabelos fogosos, cujo avistamento já me esbugalhara os ouvidos nas ruas de Leiria - Bé, oh Bé - vem em minha própria demanda para se informar de reptos profissionais. Muito cortês, delicada, sorridente, baixada do trono para me encarar ao mesmo nível.
Creio que, apesar do assombro, me comportei lhanamente, não obliterando qualquer ponta de informação ou nota de ré de página.
Assim se foi, regressando aos seus domínios, pronta para poder vir a bordo do meu barco que mal começara a navegar em ondas especiais. Este primeiro encontro desvaneceu o magnífico elo que a tinha emoldurado, desbaratou o altar onde a tinha cultuado e toda a minha pequenez se enfunou, ficando as duas no mesmo patamar a sonhar desafios em batalhas conjuntas. O primeiro passo que se ajuntou a muitas e diversas passadas que ainda hoje somamos nos nossos trilhos tanto coincidentes como discordantes.
O segundo, já as duas viviam em comunhão de tropelias oficiais e oficiosas, o carro em andamento com outros quantos passageiros vindos de outras nortadas, quando nos surgiu, trazida não sei por quem, uma espécime rara vinda do húmido trópico austral no oriente africano.
Impunha-se pela sua singularidade, pela lonjura das suas origens, pela cultura bebida, pelo saber e exercício diverso do nosso, tão necessário ao nosso ministério.
Não me recordo de pormenores ou qualquer dúvida que me baralhassem o discernimento e, de imediato, aprovei aquela nova e tão indispensável aquisição. Juntou-se a fome à vontade de comer, ficámos mais completos e o veículo alegórico podia rolar, navegar ou arejar de forma mais sustentada.
Destas primícias, eclodiram desencontros, erros e desenganos, sintonias e assincronias, consensos, ajustes, cumplicidades, proximidades e afastamentos. Com tudo isso, o mais bastante, o exorbitante, o esquecido e o relembrado continuamos esteios fortes a amparar gentes e nas nossas mentes um aro único inquebrantável que nos fortifica e nos faz dizer, mesmo que surdamente, gosto de ti, jamais te fugirei.
Leiria, 4 de maio de 2024
Graciela Neves
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Celebramos la llegada del Arctic Sunrise a Colombia, marcando un hito en la conservación marina. A bordo, expertos trabajan en proteger nuestro océano Pacífico, estudiando la vida marina y los efectos de los plásticos en nuestros mares.
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#ElEscenarioDelMundo
💥 La Escuela Nacional Superior de Arte Dramático Guillermo Ugarte Chamorro, en el marco por la celebración del Día mundial del Teatro, nos ofrece actividades gratuitas para disfrutar del mundo de las artes escénicas. Una fecha que invita a reflexionar sobre las artes escénicas y la oportunidad de convertirlas en una herramienta de expresión, empatía y cambio, en la que renueva el compromiso de seguir formando a artistas investigadores que inspiren, cuestionen y den voz a las realidades que nos rodean: que las tablas sigan siendo nuestro escenario de libertad y creatividad.👪🤩🎉🥳
📜 CARTELERA:
📆 Viernes 22 de Marzo 🕖 7:00pm.
🎭 “ESTA OBRA ES SOBRE TI”
🗯 Argumento: Cuatro actores improvisadores buscan contar una historia nueva, más allá de los clásicos teatrales conocidos. Descubren que entre el público se esconde una historia original para ser improvisada en esa función, y elegirán a alguien quien compartirá un poco de su vida para crear la obra. De esta manera el elenco, junto con la música, las luces y el dramaturgo espontáneamente elegido, crearán una historia completamente improvisada.
👥 Elenco: Alejandra Ibáñez, Juan Velazco, David Otazú y Dusan Fung.
📢 Dirección: Dusan Fung
© Producción: Teatro de Juego.
📆 Sábado 23 de Marzo 🕟 4:00pm.
🎭 “LA TRAVESÍA DEL BA-GRE”
🗯 Argumento: Esta historia narra el viaje de un pequeño bagre que, con el apoyo de su abuelo, se lanza a explorar las distintas zonas del litoral peruano —costa, sierra y selva— a través de una vía fluvial. Durante su travesía, el joven bagre se topa con diversas problemáticas ambientales, interactuando con personajes típicos de cada región. A medida que la historia avanza, el bagrecito no solo crece físicamente, sino que también se convierte en testigo de los graves problemas ambientales que afectan al país. Este proyecto artístico, realizado de manera multidisciplinaria, se inspira en el famoso cuento de Francisco Izquierdo Ríos.
👥 Elenco: Brenda Castillo, Priscilia Roque, Osmar Orihuela, B´reshith Burstens y Yolanda Castillo.
📢 Dirección: Víctor Eduardo Barco y Pablo Ataucuri
📆 Domingo 24 de Marzo 🕟 4:00pm.
🎭 “LAS CIEN GOTAS DE AGUA”
🗯 Argumento: Después de los terribles huaicos, se inicia un periodo de sequía en el mundo entero. Muchos animales sufren por la escasez del agua, es allí donde inicia el gran viaje del Sr. Zorro y la Oveja, quienes emprenden una larga búsqueda de la tan preciada agua. En el camino se les une la Sra. Coneja. Miedos, angustias y uno que otro obstáculo se cruzarán en el camino de estos personajes, pero ¿será este un impedimento para llegar a su objetivo? Proyecto escénico ejecutado con técnicas de teatro de objetos y basado en el premiado libro álbum de Noh In-Kyung.
👥 Elenco: Melanie Montesinos, Luis Miguel Gaitán, Ana Lucía Alvizuri, Luz Sánchez, Liz Ríos, Stephany Huaccha, Silvana Mimbela, Giancarlo Chinchay, Priscilia Roque y Ximena García.
📢 Dirección: Fantasía Guevara y David Yancé
📆 Lunes 25 de Marzo 🕖 7:00pm.
🎭 “TRES TRISTES TIGRES. ENSAYO DE UNA FICCIÓN”
🗯 Argumento: Representación teatral que sumerge al público en el universo de la muerte, los rituales funerarios y su estética. Al honrar las tradiciones y creencias locales, esta obra invita a los espectadores a embarcarse en un viaje emocional y sensorial que cuestiona, celebra y honra la transición de la vida a la muerte.
👥 Elenco: José Ruíz Subauste, Urpi Castro y Joselyn Ortiz.
📢 Dirección: José Ruíz Subauste y Urpi Castro
© Producción: Tremenda Espacio Cultural.
📆 Miércoles 27 de Marzo 🕖 7:00pm.
🎭 “PAÍS DEL MAÑANA”
🗯 Argumento: Proyecto de creación e investigación colectiva cuestiona las estructuras sociopolíticas de nuestro entorno, resignificando siete obras de artistas plásticos y excavando en las raíces históricas de nuestra historia republicana, todo ello con el objetivo de responder a la pregunta: ¿cómo imaginamos un país del mañana?.
👥 Elenco: Conny Betzabé, Jazmín Labrín, Josué Cohello y Rafael Mena.
📢 Dirección: Ricardo Delgado.
📣 TALLERES:
💃 Improvisación Teatral
👤 Profesor: Dusan Fung (Teatro de Juego)
📆 Lunes 25 y Martes 26 de Marzo
💡 Iluminación
👤 Profesora: Jéssica Neyra
📆 Martes 26 de marzo
📧 Inscripciones: @ensadperu
📌 TEMPORADA:
📆 Del 22 al 27 de Marzo
🕖 7:00pm.
🏪 Teatro Roma (calle Emilio Fernández 248, Urbanización Santa Beatriz – Lima)
🚶♀️🚶♂️ Ingreso libre
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me sentei no chão ao lembrar que estive aqui antes, que senti exatamente as mesmas coisas e pela mesma pessoa. o tempo não deveria ser o encarregado disso? não é sobre isso que querem falar quando dizem "o tempo cura tudo"?
ri ironicamente ao me lembrar que jurava que não te amava mais, como alguém pode ser tão fraco por uma pessoa assim? quando eu me permiti ser tão fraco assim por você? minhas mãos trêmulas me lembram do dia que eu passei elas entre o seu cabelo na tentativa de te acalmar enquanto tentava externar todos os seus demônios interiores. eu estava pronto para lutar contra cada um deles. você estava?
pulei covardemente desse barco de ressentimentos, a vida me chamou, o que eu poderia ter feito? nadei contra tudo e principalmente contra a correnteza de sentimentos que insistam em me levar de volta para você, mas nada nunca seria o suficiente porque eu não poderia ser ela e eu nunca optaria por ser a pessoa que te arrancou de você mesma, não seria capaz de te causar tanta dor assim.
penso em você e escorado na parede com as mãos trêmulas - as mesmas que seguraram a sua naquela noite quente -, reconheço que ainda te amo. com o coração acelerado e respiração ofegante, reconheço que te amarei até a queda da última pétala de uma flor de plástico.
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SEQÜÊNCIA 4-A ILHA DO PESCADOR
Terceira parada: Ilha de Maraípe
Coloquei o cardigan ainda no barco. O céu no horizonte afugentando as nuvens vermelho-róseas, indicava queda de temperatura para logo mais. A noite prometia ser de vinho e fondue. Na internet o perfil da ilha era parco. Diferente de Maricá ... nem contava com uma localização no mapa:
“Rochedos como o litoral da Espanha, emolduram um maravilhoso pôr-do-sol à beira do penhasco, de cujo mirante se observa o vôo das aves num mergulho inesquecível sobre o oceano. O lugar é convidativo para os amantes, mas qualquer um pode se entregar à natureza. Ali, ela é mais selvagem, com ventos acima de 70 km/h, pedindo um bom agasalho. E o mar ao redor pairando entre as encostas é de um azul translúcido, que recobre as ondas agitadas, salvaguardando os surfistas, os jet-skis, e as lanchas em alto-mar. Banhistas se refrescam nas águas próximas à orla, ou se protegem em guarda-sóis dos ataques do sol, enquanto outros, estendem-se na areia achando-o mesmo convidativo”.
Atrativo, pensei. Agora me sentia frustrado porque era tarde do dia - já o correr das cinco horas -, e a subida era impossível. Já-já o escuro se abateria sobre nós, e só sombras iluminariam o nosso caminho. Embicamos numa enseada. A praia ficava atrás de um corredor de pedras que formavam um forte adentrando o mar. Por ali, só albatrozes, petréis, atobás e, ao longe, gaivotas. O vento açoitava. Algum tempo de caminhada nos levaria até a arrebentação, aonde estourava a ressaca, e dali já se avistava o primeiro rastro da praia. Paramos à pé, no caminho, para gozarmos na pele dos respingos de arrepio da água gelada do oceano, e aproveitar a vista, que era encantadora. Atrás de nós, um enorme paredão se erguia constituído de rochas calcárias, circundado no alto por uma grade protetora, que não parecia longe das nuvens. Devia ser o fragmento descrito no guia de viagens. A partir da outra face, a montanha dava acesso à subida. A partir, certamente, de uma trilha bem escalonada. A comparação com a Espanha fora de fato demasiada. Puro marketing: não era tão belo assim, nem tão alto. Isso compensava minha frustração de não ter chegado a tempo de escalá-lo. Certamente não perderia um espetáculo tão formidável assim, como o descrito no "panfleto". Mas, mesmo assim, devia ser interessante.
Já saciados, seguimos até um trecho de areia onde os últimos retardatários recolhiam suas tralhas de banho, com o avançar do crepúsculo. Seis horas já seria noite. Cerrada. Nos acomodamos num quiosque que também encerrava seu atendimento, servindo apenas os últimos pedidos. A comidaria já estava encerrada. Exceto o pastel. Queria comer frutos do mar: um camarão, dos grandes. Comi pastel. Pedi uma latinha de refrigerante. Tomaria até uma cerveja hoje, se pudesse. E não era de beber. Escutamos uma batucada animada, longe, e um vozerio. Olhamos pra lá. Parecia que a praia toda tinha se deslocado naquela direção. Sequer precisamos especular aonde iríamos. Sem mais demoras, nos levantamos, pagamos o que devíamos, e atravessamos a distância que nos separava daquele centro nervoso.
Cadeiras espalhadas, pessoas em pé. A maioria. No centro, apenas um palco: um tapume de ripas de madeira. Os tocadores todos vestidos de branco. O povaréu dançando e pulando. Uma choupana na esteira verde da grama convidava a animar a farra com um chopp gelado, servido em copos de plástico, e um petisco de mariscos, à base de calamaris, camarões e tainhas fritas. Os camarões! Salgados também eram vendidos. Tochas sopradas ao vento, no alto dos bambus, aqui e ali, fincados na areia pesada, logo mais contorcionariam o fogo, atiço, a flambar o querosene, que nos fustigaria os olhos com sua fumaça preta.
Apesar da vontade, bebida alcoólica não nos era permitido no translado. O capitão reforçava. Quase todos, nos ressentíamos disso. Especialmente agora. Naquele ambiente era convidativo.
Desde a chegada, seguíamos juntos, todos, para não nos perdermos na volta. Entre a choupana e um resguardo debaixo duma árvore, fizemos nossa parada, depois de encomendarmos uns comes e bebes. O mar trazia uma maresia de algas marinhas, entranhando em nossas narinas, capaz de guardar na memória uma imagem sinestésica daquele lugar.
A ilha ficava de frente para o mar aberto, diferente de Maricá, que ficava do lado oposto. Melhor para os surfistas, que faziam dessa ovação de ondas turbulentas, um desafio instigante dentro dos arrabaldes de outros arquipélagos mais longínquos dali.
Envoltos em contentamento, alguns de nós, sem resistir chacoalharam os quadris. Todo o rebolado embalado num sorriso. Um moleque atravessou correndo, no meio de nós, carregando uma ventarola. Por pouco não roubamos um pouco de sua cabeleira, embalando um carinho. Era um negrinho. Julinha, a criança de 6, surtou. Queria uma também. A mãe foi buscar. O vendedor já lá ia embora. Tiramos os sapatos para sentir nos pés a areia. Que estupor! Esta, debaixo, branca e fofa; no mar, à beira, batida e úmida.
Aos poucos, foram chegando nossos pedidos. Era um servente que trazia. Boné, bermuda gritante, estampada, e blusa branca. Mané, seu nome. Irreverente e traquina. Fazia embaixadas, e corte às moçoilas presentes, entre um serviço e outro. Enquanto comíamos, lambíamos nossos dedos gordurosos; enfastiados dos pastéis, sem deixarmos, contudo, de saborear os acepipes. Um repique num assalto rebombou nas alturas, entoando um samba. Várias paradinhas entrecortaram ministradas por um menestrel. De longe, o momento me fez lembrar uma ilha da fantasia. Tomadas as devidas proporções. Não tínhamos a comitiva, as miçangas multicoloridas, o vestuário havaiano típico, o ritual cerimonioso das danças, e barcarolas que se lançavam ao mar, mas tudo em Maraípe lembrava uma celebração. Faltavam os fogos de artifício (ri comigo mesmo).
Agora lamentava não ter passado todo o dia. Um mergulho no mar seria refastelador. Devia ter a hora fora da ressaca, longe das ondas tão bravias. Surfar estava fora de cogitação pra mim. Jamais tentara, ou tivera oportunidade. No fundo não era um hobbie apreciado. Apenas trataria de vigiar a paisagem, cuidando de esmiuçá-la a partir de algumas fotos, estudadas em pontos estratégicos, como o do próprio mirante “espanhol”. Até aqui, só me contentara com o tímido poente sol, capturado atrás do espocar fustigante das águas, na altura dos contrafortes do mar, de quando beiramos o forte.
Fiz uma “tomada” do quiosque contra o mar aberto, na réstia de luz poente, dourada, que abrigava a ilha. Trabalhei aumentando o tempo de exposição. Cravei o tripé na areia, até então engavetado no pano de proteção, e acionei o modo disparador, para evitar qualquer tremor ao disparar a foto. Aumentando também o ISO em até 100 para conseguir assim condições mais estáveis, e uma imagem mais profissional e criativa, sem manchas ou distorções. A festança também mereceu registro. Com direito a zoom para Mané.
A hora, e meia, passou. Mais pra frente - soubemos - ainda haveria alguma cantoria na frente dos postigos das choças dos ilhéus, que recebiam para pouso, amiúde, os turistas perenes. Violão e gaita entoavam o repertório notívago dos consortes cantantes e dos cantadores, até que a madrugada os vinha visitar.
Agora chegara a hora de voltarmos. A banda já se recolhera. A multidão se dispersara. De sobra, só alguns fanfarrões. Trôpegos. Embebida toda a consciência em álcool. Receosos dos seres enervantes ou periculosos embutidos sob a areia à luz do luar, calçamos de pronto nossos sapatos. Não sem a admoestação do Capitão: este precaveu-nos contra as aflitivas coceiras causadas pelos bichos-de-pé. Seguimos uma trilha de espaçados toscos troncos de madeira, que outrora desvalidos de sua utilidade, sustentavam agora um após o outro um cordame de lâmpadas acesas passando pelo mesmo caminho que viéramos. Essa espectral aura de iluminação, quase insuficiente no meio da noite, nos guiou afortunadamente até os pés da embarcação. Os quarenta e cinco minutos de ida cederam a meros trinta de volta - agora subtraída a contemplação da ida no forte. Sentíamos falta dos nossos casacos. A ventania era próxima à polar, àquela altura, perto das oito e meia da noite. E ainda pioraria com o despencar da escuridão. Não imagino a quantos graus chegaria nessa invernada. Éramos os únicos nesse frio. Os remanescentes de navios ancorados na enseada estavam adormecidos à sombra da distante vindoura manhã, à espera de tempo limpo ... condição ideal para o embarque de passageiros. Os veleiros, particularmente, podiam varar por dias a fio acomodados na cena fustigante da paisagem na expectativa de serem liberados para a navegação entre as ilhas da redondeza.
Não fora imprevidência do Capitão. A marinha previra uma mudança abrupta das correntes de vento em nossa rota, atingindo em cheio Cabo Coral, nosso próximo destino, a partir das cercanias de Maraípe, e vingando à altura do nosso interregno naquela ilha, com probabilidades altas de vir a se estender, sem clemência, durante todo o período noturno. Uma porção da costa mais além seria atingida num raio de 500 km. Insistir em prosseguir seria pior, claro. As condições instáveis não aconselhavam arriscar. Então porque zarparmos em pleno início de noite, estando em terra firme, e podendo nos abrigarmos para esperar amainar o vento? Era só uma questão de arrumarmos abrigo temporário. A ilha deveria oferecer algum socorro. Não éramos náufragos em uma ilha deserta, mas turistas de passagem, a quem caberia acolhimento em caso de necessidade. O Capitão ponderou. Reconheceu a medida salutar de pernoitar na ilha. Mas, não acedeu. As obrigações de horários, e os contratempos que teríamos que enfrentar não justificavam o atraso. Segundo ele, fosse por questões de expensas de estadia já pagas, fosse por questões de nova reserva, fosse por questões de novo plano de navegação, fosse por perda da programação do primeiro dia, fosse por precisarmos trocar de roupa - eu, de fato, ansiava por um bom banho ... tudo isso, fora crucial para a decisão do Capitão. Tínhamos que partir. Melhor o enfrentamento do perigo do que as inevitáveis incertezas. Além do mais tínhamos o Capitão, cuja experiência contava um bocado. Tínhamos que confiar nele. Para ele, essa não seria, certamente, uma ameaça maior do que já enfrentara várias vezes antes na vida; de qualquer forma, também não merecia sua desconsideração.
Estando a apenas duas horas de Maraípe, em condições normais, Cabo Coral praticamente estava a um passo. E, pensando do ponto de vista ainda do Capitão, nossa fuga de Maraípe, à revelia de um bom senso, desde o retorno da praia, era imperativa. Não soava como irresponsabilidade, absurdo, ou peraltice a ser desencorajada. Estávamos todos no mesmo barco. Cabia a nós o cumprimento da sentença: fechar com o Capitão e cruzar os dedos.
Dessa vez o sino não soou. Cobertores e mantas nos foram cedidos. Também tivemos acesso a nossas roupas de frio no porão. Coletes salva-vidas nos foram distribuídos e os vestimos. A popa ficava desguarnecida contra o vento. Mas, a embarcação era dotada internamente de compartimento isolado, com porta de trava de segurança, e paredes internas de vidro, próprias para observação. O frio não seria problema. Nos amontoamos ali, como pudemos.
De sua cabine, o Capitão manobrou cauteloso por entre os outros barcos, graças à lua cheia e os faróis, sob o céu límpido. As nuvens pálidas, acossadas por Zéfiro, não pareciam conferir ao tempo, um evento de tempestade. Apenas um deslocamento de massa de ar fria seca do sul do continente nas imediações de Cabo Coral, com repercussões na amplitude térmica local próxima, agravada no encontro com o mar.
Muito me admirou no Farol, o dia atípico de inverno, bem quente, em pleno junho, quando vimos as baleias. Tanto quanto o forno em Maricá, onde só um microclima muito peculiar explicaria tamanha crestação. E, agora esse viés polar de Maraípe! Espantoso diante dessas peculiaridades climáticas as poucas horas que separavam Maraípe de suas vizinhas, o Farol e Maricá: três horas, da primeira; e, apenas uma hora, da segunda. Pelo jeito, os revezes da natureza, ao contrário de seu caráter peremptório, faziam parte do panorama de surpresas que nos afetariam em nosso translado. Isso tornava o prisma pelo qual olhávamos o clima algo inusitado e multifacetado.
Esquecemos a enseada para trás. Ao entroncamento de suas águas ainda relativamente tranqüilas com as do mar aberto houve um primeiro aprumo na tentativa de estabilizar a embarcação, e avançar até tanto quanto possível pra longe do litoral. E, assim, evitarmos sermos lançados contra as pedras do forte. A correnteza ali era bem mais traiçoeira, podendo causar de sérias avarias a naufrágios súbitos.
A façanha não era fácil, do outro lado estavam os contrafortes, contra os quais também poderíamos ser lançados. Era uma faixa estreita de mar, bem no meio, que devíamos atravessar, incólumes às grandes ondas. Havia o risco de ao transpô-las, virarem o barco. Ou, ao "quebrá-las", rebentarem sobre nós. Espatifando-nos. Tínhamos que esperar pelo pior. E rezar pela superação. O medo e a angústia despontaram em nós por um segundo. Éramos escravos da contingência, à beira da fatalidade. Num dado momento, sentimos um puxão. A forte correnteza tinha nos levado bem pra beira duma precipitação às raias do forte. Estávamos sendo dragados por um redemoinho e, dali, seríamos jogados pra junto das pedras.
Os motores foram acionados a todo vapor. Era em vão esboçar um leme. Começamos a rodopiar. Ainda estávamos à deriva da primeira espiral, quando o Capitão sussurrou algo. A sua face, que se pensara para sempre impassível, tingiu-se de um ébano descarnado, pasmo, que alarmava a todos mediante o esforço e o perigo. Só com alguma sorte, a Galera do Albatrozes, reuniria forças para romper a pressão das águas, e nos tiraria daquele torvelinho. Tínhamos alguma chance mediante nossas preces. Mas, temíamos não escaparmos ilesos. Um último e desesperado arranque nos motores seria nossa máxima esperança. No mais podíamos clamar impotentes.
Assim foi feito. O Capitão empunhou bravamente a alavanca rompendo toda a resistência. Ao mesmo tempo manobrava contra a espiral giratória, forçando-lhe uma escapatória. Aí, num décimo de segundo, a pequena nave transmutou-se em um projétil voador, e foi irremediavelmente lançada dali. Disruptivamente.
Os comandos, então, começaram a responder: os ponteiros voltaram a girar as coordenadas; os motores responderam adequadamente à potência imprimida; as manobras receberam bem as ordens. Respiramos, aliviados. Foi por pouco. Ainda assim nos restavam os imponderáveis do porvir. Novamente as vagas cresciam sobre nós. Não tínhamos como nos acostumarmos a elas. Eram aparições contínuas, que nos assombravam a cada enfrentamento. Impingindo-nos o temor de submergirmos. Por hora e tanto, no vazio estrondoso do mar, se amplificavam a perder de vista, desnudando em sua crista, um halo de céu. Quando pensamos que já estivéssemos prontos para lidar com nossos monstros marinhos, a maré se avolumou, e o ritmo das ondas disparou. Nossos corações também. Navegávamos pelo último terço de rota, antes de descortinarmos terra à vista: Cabo Coral. Neste momento, atingida em cheio pelo vendaval. No sílêncio pétreo da nau fez-se um soturno suspense. O ar ficou pesado. A que destino sucumbiríamos?
Rapidamente, o Capitão constatou que as previsões caducaram. Nuvens alteadas no horizonte, amedrontadoras, formavam uma massa cinzenta escura, cada vez mais baixa. A sorte que nos sobrara há pouco, estava sendo cobrada. Estávamos diante de uma borrasca. Mais à frente ela nos cercaria. De certo, uma subida de massa de ar quente, em algum ponto do continente se deslocara até ali, e estava prestes a dar início à repentina precipitação, ao se resfriar no embate com a constante de ar frio. O náutico não gostava desses revezes. A visibilidade podia em muito ser comprometida.
O Capitão pedia pra que a tormenta não atrasasse. Caso contrário nos pegaria às portas da praia - onde espraiavam-se os corais de recifes ao longo da costa -, a meio caminho de um abrigo seguro, rente à marina.
Sua súplica não foi atendida, porém. A primeira lufada de vento e chuva nos alcançou na confluência da praia, e nos jogou à deriva. Com muito custo, estabelecemos um norte, e retomamos o rumo devido. Adentramos o território estremunhado dos corais de recifes, acossados em meio ao terrível mau tempo, bem próximo à beira-mar.
Excetuado à luz do dia, quando enalteciam reluzentes um espetáculo de manifestações artísticas a nos causar espanto pela beleza, à noite, tais corais, na bruma chispada das sombras, colados junto a nós, não dissimulavam senão esgares e espectros de figuras tortuosas.
Próximos demais, colidimos contra um deles. Emborcamos para um lado, e estatelamos em mais um dos rochedos. Um labirinto deles ofereciam obstáculo ao nosso ingresso na marina. Num clarão, mirando a encosta, supúnhamos ouvir o silvo uivante do vento, cortando por entre as árvores, a fustigar-lhes a copa. Um erro era fatal. Finalmente, com uma forte pancada no casco da embarcação desgovernada, o compartimento bagageiro se abriu, e os nossos pertences, estojos, sacolas, bolsas, mochilas, tombaram rolando pelo chão do porão. O réquiem de nossas vidas tocou. A sorte estava lançada. As portas dos armários chiaram e bateram uníssono fantasmagoricamente. Com o susto, as crianças desataram a chorar, e a tensão aumentou. Colérico, o Capitão retomou o leme. Temeu ter sofrido alguma irregularidade no costado. Uma fissura grave implicava num nível de água alarmante. Isso complicaria a situação. Caso ocorresse, botes salva-vidas, só, não dariam cabo do problema. As chances de praticamente sermos engolidos pelo mar, mesmo usando nossos coletes eram enormes. O desespero cedo ou tarde, se faria. De um jeito ou de outro daríamos na areia da praia, vivos ou mortos. Mas, antes, não queríamos experimentar essa desdita. Com calma controlada, o Capitão "assuntou" os equipamentos e os comandos do painel de controle do Galera, e auferiu certo alívio. Empunhou no peito, então, de um só golpe o amuleto, e beijou-o com força e fé. Éramos ainda um joguete nas mãos do destino, tal qual uma criança travessa diante do mar bravio; mas, o pior já havia passado. Galgando passo a passo os meandros entre as pedras à nossa frente, seguimos atentos.
O porão, o Capitão mandou que olhássemos. Foi ver, o andrajoso. Logo, ele! tão! ... estranho! Voltou com um postigo na mão. Entregou ao Capitão. Este certificou tratar-se apenas de uma goteira - e, agradeceu. Sem mais nem menos a tempestade passou. Ficaram no ar só os riscos da chuva, mansos, correndo deitados. A visão aí se descortinou de vez. Fosse a luz do dia, e um arco-íris pintaria o azul do céu.
À meia-noite, cravada, demos no chão. São e salvos.
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