#Así huyen
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eurekadiario · 1 year ago
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E.On, NextEra, Antin… Así huyen de la inseguridad jurídica española las grandes empresas energéticas
Al igual que ha hecho Ferrovial, muchas empresas del sector renovable han hecho las maletas.
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El fiasco de las primas otorgadas al sector de las energías renovables sigue desarrollándose. Esta semana hemos conocido que la justicia británica ha autorizado el embargo de varios bienes y activos del Reino de España, entre ellos la indemnización por la catástrofe del barco Prestige o la sede londinense del Instituto Cervantes. Pero estas medidas excepcionales son solo el comienzo de un proceso que puede extenderse y agravarse en los próximos meses, puesto que las empresas e inversores afectados tienen claro que el gobierno de Pedro Sánchez insistirá en incumplir las resoluciones de los arbitrajes internacionales, manteniéndose de tal manera como un gobierno a la altura de regímenes como el venezolano.
De momento, la AIREF estima que las indemnizaciones derivadas de procedimientos ya resueltos ascienden a 1.175 millones de euros. Sin embargo, puesto que hay cerca de una veintena de laudos pendientes, la cifra final puede situarse en el entorno de los 2.000 millones. No sorprende, pues, que los inversores internacionales se lo piensen dos veces antes de invertir en un país lastrado por la inseguridad jurídica que genera la política económica del gobierno.
No es de extrañar, pues, que muchas de las empresas de referencia en el ámbito de las energías renovables hayan optado por hacer las maletas y huir de España, de igual forma que han hecho compañías de otros sectores como Ferrovial. Los tres ejemplos que siguen son ilustrativos del problema que estamos enfrentando:
- Entre los procesos que se están dirimiendo, hay un reclamo de 600 millones de euros que se corresponde con la denuncia presentada por la alemana E.ON. Se trata de una de las principales compañías del sector energético y protagonizó un sonado proceso de OPA a Endesa. La firma abandonó el mercado español en 2014 y solo mantiene actividad testimonial en nuestro país, limitada a un pequeño proyecto en las Islas Canarias.
- Otra firma de gran tamaño que dejó de operar en nuestro país a raíz de este fiasco fue NextEra. Se trata de una firma estadounidense que genera ingresos por más de 18.000 millones de dólares, emplea a casi 15.000 trabajadores y figura entre las 200 empresas más grandes de Estados Unidos, según la Lista 500 de la revista Fortune. NextEra hizo las maletas hace nueve años y no ha vuelto a invertir en suelo español. En su caso, la compensación pendiente de pago asciende a 290 millones de euros.
- También ha replegado su presencia en nuestro país el fondo de infraestructuras Antin. Fundado en París, en el año 2007, tiene una cartera de activos bajo gestión de más de 30.000 millones de euros. En su caso, las denuncias presentadas contra el gobierno de España resultaron en el reconocimiento de una compensación de 110 millones de euros que también sigue pendiente de pago.
Todo esto explica lo ocurrido el pasado mes de noviembre, cuando el ministerio de Transición Ecológica puso en marcha una subasta para la instalación de 3.300 MW de potencia fotovoltaica y eólica. De esta cifra, solo se cubrió un ínfimo 1,3%, dejando prácticamente desierto el proceso y poniendo de manifiesto la espantada generalizada que ha provocado la inseguridad jurídica española entre las empresas e inversores del ramo. De modo que, más allá del discurso verde del Ejecutivo, la cruda realidad es la de un país que espanta a las principales compañías del ramo.
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peaceeandcoolestvibes · 5 months ago
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Lobo creo que es libra 100%😂, yo no veo nada de escorpio. Escorpio es manipulador nato, heheheh interesante :) con lo que habla Juan es libra 100% y los libra son MUY impulsivos. Vuestro cometido es comunicar y lo hacéis de fábula 😂 pues yo no creo a estos astrólogos, me suena todo a trola excepto lo de los signos zodiacales y cartas astrales. El resto esque suena a verdadera mentira.
[este audio dura originalmente 26 minutos]
#Lo de cáncer bueno… muchos tienen mucho trauma#Si lo admiten y trabajan en ello son gente guay#Pero normalmente son gente con muchos traumas#Geminis bUeno#Es eso - no todo el mundo será tu bff así que hay que clasificar#Yo me lo paso bn con ellos pero nunca serán bffs#Escorpio tampoco me cae bn en general#Van tirando veneno de gratis y en general dan mucho asco#Un escorpio con buena vibra y una mente fuerte y gente sana mentalmente es una utopía#Y hay gente alrededor tuyo con estos signos pero tú sudas#O sea cordialidad y ya#Si son tus amigos es porque son gente sana mental y espiritualmente#Porque hay gente q da verdadera pena#lo de leo si (absolutamente)#salí con uno y le dejé porque si que era más humilde q la gente de su signo pero estaba enamorado de su trabajo#son gente que necesita mucha veneración#si son fieles es algo que puede ser detrimental#pero es eso son gente muy soberbias y es así#aunque tengan buenas intenciones#son gente maja (sobretodo los tíos) pero hay algunos y algunas q dices …. madre De Dios 😳#pero lo q dice de géminis es aplicable a acuario (que luego dice que le caen bien)#acuario es tal y como él describe géminis#y aunque leo puede ser fiel y cariñoso crean muchas diferencias con la gente de su entorno#en general no tienen amigos y todos huyen porque se creen el ombligo del mundo#lo de las adiciones es verdad#no contaré cosas heavies pero si - sag es de EXTREMOS y adiciones / tienes amigos de este signo y es lo q hay#escorpio va echando veneno hasta que llego yo y le aplasto - no dejaré q me salpique mierda de gratis#con leo igual - mi ex estaba BUENIIIISIMO y todo genial pero conectar con él EMOCIONALMENTE? estaba como un poco desconectado de la vida#me acuerdo q me decía ‘ya no nos besamos al saludarnos’ chico esque NO LOGRO conectar contigo :) leo esta desconectado de la vida literal#pero fue algo tipo ‘esque ya no me besas al vernos / como q no tienes ganas’ importante la conexión emocional 🔥 la peña está desconectada
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diolimpia · 7 months ago
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No todo el mundo puede tener la suerte de estar con una mujer complicada.
Suerte sí, porque las mujeres difíciles son como el agua limpia de una cascada, son fuertes, brillantes, sinceras. Las mujeres difíciles no se conforman, pueden ser tan crueles como el diablo y adorables como el más bello de los ángeles. Huyen a menudo, se enfadan y aveces gritan sin control pero siempre te miran a los ojos... siempre. Son difíciles porque son inteligentes, muy inteligentes, incontrolables . Tienen los ojos casi siempre tristes, casi siempre felices, casi siempre las dos cosas. Saben amar, pero lo que se dice amar, amar fuerte, sin límites !!! ,no puedes detenerlas cuando aman, como no puedes detener una tormenta cuando llega. Y es lo que hay,,,,,Estar al lado de este tipo de mujer es vender tu alma al diablo, significa abrazar la locura, porque estar loco es lo que te hacen sentir. Luego miras atrás y piensas que tal vez sin ella habrías estado mejor, más tranquilo, mas sereno, quizás si , quizás no ... Pero con ella sentirás la vida y después de eso sin ella querrás morir !... Hay quien abandona a este tipo de mujeres, quién se va.... pero puedo aseguraros que nadie las olvida... porque son terriblemente hermosas, complicadas e irremplazables. Yo diría que son edición limitada, así de simple.... Creo que todos somos el manicomio perfecto  para alguien que está dispuesta a disfrutar de la locura...😉
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angel-amable · 1 year ago
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Le pasa lo mismo que a mí. Parecen vidas paralelas. Al gay Enrique de ocho apellidos madrileños, cuando está en Madrid, le confunden por otra cosa. Las mujeres ppopulistas salen corriendo despavoridas pensando que las va a atracar, las mujeres voxeras huyen corriendo llamando a la policia, los hombres directamente le gritan que regrese a su tierra. Como todo ese rebaño va a sumar para mangonear en nuestro país.. pensó en votar por correo con toda tranquilidad y que el desastre de resultados le pille de vacaciones en Turquía. De paso, aprovechará para algún implante capilar y así dejará de salir en los selfies con la cabeza cubierta. ¡Suerte con tu tranplante de pelo, Enrique!
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rubimoon45 · 4 months ago
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Mildrith of Wealas (2/3)
Pairing: Sihtric Kjartansson x fem!reader
Sinopsis: ahora que huyen de todo aquel que quiere hacerse con el sucesor de Mercia, Sihtric decide dar el primer paso a una buena amistad...o algo más.
Warning: sangre, angst, contenido adulto, mención al pasado, posesivo.
You can traslate the story and read it!
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Los caminos de Mercia eran duros y montañosos, pero los caballos se movían con gracia entre las rocas y la maleza que los amenazaba. Y serían rápidos si aparecían enemigos de repente. Mildrith lo intuyó por sí misma cuando los guerreros de Uthred y este se adelantaron al carro donde los niños iban y hablaban lanzando miradas por encima del hombro de vez en cuando. Los hijos de Uthred hablaban entre ellos, seguramente de alguna tontería, pero la atención de ella estaba en los niños que se agarraban al carro conducido por Osferth. Este iba callado.
Aethelstan le había insistido en aprender galés una vez más. Se había convertido en el pan de cada día, y solo llevaban unas horas a caballo desde que se marcharon de Siltwic, la residencia merciana de la reina. Solo pudo conseguir distraerlo cuando sacó un libro de debajo de los sacos que iban con ellos en el carro y se lo dio. Desde ese momento, se había mantenido callado y al margen. Ahora solo quedaba Aelfwynn. La niña lloraba y tosía de la angustia por tener que marcharse y alejarse de su madre. Aunque le dijeran que se reuniría con ella pronto, solo miraba al suelo y evitaba que la tocasen. A Stiorra le hacía gracia verla así y de vez en cuando le lanzaba comentarios, que solo eran detenidos por su hermano y por las miradas de advertencia que ella lanzaba.
El camino a Caester al menos se conservaba en bien estado. El carro se movía bien y no necesitaban hacer paradas por las ruedas y los baches. Hacía calor, aunque de vez en cuanto se levantaba viento y lo volvía en su contra. En la primera hora ya tuvo el pelo enredado. En la tercera, una mujer apareció en una yegua blanca camino abajo al encuentro por sorpresa con quienes encabezaban la marcha. Mildrith se llevó una mano al costado, hasta recordar que era la única que no iba armada. Aethelstan levantó la vista por primera vez en el viaje para atender.
Era pálida y pelirroja, con una gruesa trenza colgándole al lado. No supo qué más pensar, más que el parecido que tenía con ella exceptuando algunos de los rasgos y el tipo de vestuario entre ambas. Mientras que Mildrith llevaba el vestido fino y rojo con el que habían salido, cubierto por una capa gris, la dama iba vestida al completo con tonalidades moradas y varias joyas adornaban sus dedos y cuello. Sus ojos altivos miraban de pies a cabeza encima del caballo a Uthred mientras hablaban.
Mildrith miró a sus espaldas. Stiorra y el joven Uthred miraban sin palabras lo que pasaba delante de ellos. Aelfwynn y Aethelstan se habían tirado sobre los sacos hacia el frente para observar, sin vergüenza alguna. Incluso Finan y Osferth miraban con sorpresa lo que esos dos hablaban; ambos estaban cerca y podían escucharlo bien. El único que se mantenía firme y serio era Sihtric, con una mano como de costumbre en la empuñadura de alguna de sus armas. Se había alejado para observar el camino por el que había aparecido la mujer.
Dos pares de ojos marrones se posaron sobre ella, entonces. No necesitó que se acercarse para saber cuáles eran sus intenciones. No había maldad en ellos, a simple vista. Y era...bella a la vista.
-No necesito probar mi confianza, solo sigo órdenes. Pero para que creáis que estoy de parte de Lady Aethelflaed, supongo que tendré que demostrarlo -lanzó una risa seca, pero no cruel-. Dijo que usted sería la única en saber lo que me dijo.
Mildrith se encogió de hombros. Bajó del caballo, con cuidado, y le entregó las riendas al joven Uthred para que el animal no marchase. Las piernas le tiraron del esfuerzo por caminar, habiendo perdido la costumbre a hacerlo. El que la dama la mirase desde encima de su caballo solo la estremeció. No hizo ademán de bajarse, a diferencia de ella. Mildrith se detuvo frente a la yegua blanca.
-Supongo, dígame.
-Tiene pesadillas desde que su arco hirió a uno de sus hermanos, pero es buena de corazón pese a eso. Canta en galés todas las noches para Lady Aelfwynn y conoce los ritos celtas de sus ancestros -decía. A cada palabra, a ella le recorría un escalofrío que aumentaba en intensidad-. Le dijo una vez que los intentó imitar pero que las monjas la pillaron y castigaron.
-¿Todo eso te ha dicho? Ahora me conoces más que mi madre.
La sonrisa tirante de la mujer no desapareció. Era astuta como un zorro, pero no parecía tener malas intenciones. Y si no iba armada, no supondría una amenaza. Pero también podía ser una mentira para distraerlos y hacerles caer en la trampa. Supuso que era el motivo por el que todos tenían cuidado con ella y en si creerle.
Ahora todos los ojos estaban sobre ella. Mildrith tragó con fuerza. Eso era algo que solo ella y Lady Aethelflaed sabía Mildrith asintió.
-Es cierto -y alzó el tono-. Dice la verdad. Solo Lady Aethelflaed sabría eso.
-Ahora viene con nosotros -anunció entonces Uthred.-Cambio de planes. Iremos a reunirnos con Aethelflaed a las ruinas del priorato de santa Milburga.
Pero a Mildrith se le quedó un mal sabor de boca. Osferth ya estaba volviendo a subirse al carro para conducirlo, cuando la miró y estuvo un rato en silencio a la espera de que subiera a su caballo. Los demás ya estaban moviéndose. Osferth esperó con ella. Los niños la miraban con curiosidad. Y ella...simplemente era incapaz de moverse. ¿Tan fácil era sacarle información a una persona y usarla? No a las malas porque esa mujer demostraba ser de confianza sabiendo algo que solo una dama con Aethelflaed conocería. Si los capturaban, ¿qué haría esa? ¿Pediría que le cortasen el cuello como la última vez que la acorralaron o aceptaría las condiciones que le impusieran? ¿Qué era lo mejor?
La última vez que había intentado llevarse bien con alguien, otra persona la había golpeado por su elección. Y no se arrepentía, pero sí confundía. Hiciera lo que hiciese, parecía que el mundo no estaba hecho las decisiones de las mujeres. Ni siquiera en una sociedad moderna como anunciaba ser Wessex.
Mildrith se pasó la lengua por los labios, secos. Luego, se dio la vuelta y subió a su caballo inundada en las voces de sus propios pensamientos.
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-Cuando seas mayor lo comprenderás.
-Pero...
-¿Para qué quieres saber lo que significa? Solo eres un niño.
-Tengo diez años -debatió él. Mildrith sacudió la cabeza.
Estaban donde Eadith había dicho que estaría Aethelflaed. Las ruinas del priorato eran menos que el tamaño de una habitación, pero supuso que las ruinas primitivas de su religión eran todas así. Su padre solían ir mucho de peregrinación cuando era pequeña, probablemente siguiera haciéndolo, y cuando regresaba siempre decía que era como purificar su alma en suelo de sus ancestros. Las ruinas del priorato estaba en la cima de una colina, marcadas con una cruz de piedra y el grabado en latín de qué suelo estaban pisando. Uthred había dicho que esperarían hasta que la reina apareciera como se indicó, pero ella tenía otras cosas en la cabeza. Los niños se habían tumbado en el suelo bajo el sol mientras que los demás hacían guardia esperando a Aethelflaed.
Sihtric y ella habían hablado brevemente al desmontar. Tuvieron que dejar los caballos lejos de su ubicación al descubrir que una enfermedad plagaba las tierras y cualquier comerciante o viajero tenían prohibido moverse por los caminos porque los habían cerrado. Moverse a pie ahora era más complicado, lente y agotador para los niños, que necesitaban descansar más de seguido. Sihtric lo había advertido, que no aguantarían mucho a pie, y hacer paradas era igual de peligroso que quedarse expuesto en una batalla. Antes de eso una mujer y un hombre los habían asaltado y robado parte de la comida, pese a las patadas de Stiorra. El hombre había agarrado a Stiorra y Finan estaba de los nervios con miedo porque se contagiase. Sihtric la había cogido a ella del brazo y limpiado solo para que Finan se callase, ambos riéndose de su comportamiento.
Finan dejó de juntarse con ella cuando supo lo de la enfermedad. Ninguna la tenía, pero él decía que era mejor ser precavido que acabar echando las entrañas por el culo. Mildrith se alejó con los niños todo lo posible de él solo con una mirada, pero Stiorra era más valiente y le respondía a cada queja que tenía.
-Aparta a los niños del sol. Le hará mal.
-No creo que les haga tanto mal. Solo se pondrán un poco morenos, pero lo perderán.
Uthred le dio una mirada vacilona.
-Era para Stiorra.
-¿Por qué tengo que seguir cuidándolos? Llevo meses haciendo lo mismo y a cambio de nada.
El joven Uthred y ella compartieron una mirada cómplice. Se rieron, poco después, y ella se levantó del caído muro de piedra para estirar las piernas. A lo lejos, las montañas cubiertas de bosque se extendían. En medio, una gruesa y negra humareda ascendía hasta el cielo. El viento arrastraba el honor de los cuerpos carbonizados, dijo Finan como advertencia, sabiendo que eso era más dañino que ver a un hombre moribundo desangrándose... El recuerdo se revivió. Los dedos de Mildrith temblaron suavemente, y ella se acarició el brazo sin mangas del vestido.
-Es parte de tu entrenamiento como esposa.
-¡No quiero! No entiendes nada. ¡Ninguno lo hace!
A sus espaldas, los pasos de Stiorra se alejaron dando zancadas. Mildrith no necesitó darse la vuelta. Eadith y ella compartieron una larga mirada que aumentó su divertida sorpresa, para su sorpresa. Una parte de ella lamentó que se sintiera así, pero si dejase que las emociones la inundasen por cada mujer que pensaba como ella entonces estaría sepultada por tener ideas contrarias a la Iglesia. Se tocó la cabeza ardiente por el sol, pensando en las probabilidades que había de que la reina apareciera a tiempo y estuvieran a salvo de las amenazas que la perseguían. Pensó en el ya difunto rey. Los hombres solo pensaban en una cosa: poder. Y cuando no lo tenían, se veían obligados a actuar para beneficiarse.
Finan puso los ojos en blanco cuando la vio caminar hacia ellos, y murmuró algo antes de alejarse casi corriendo. Ella lo retó observándolo, viendo cómo se acercaba a la bolsa donde guardaban las provisiones y buscaba en ella. Sihtric sacudía la cabeza intentando contener la risa por su modo de actuar.
-¿Alguna nueva de Lady Aethelflaed?
-Ni un caballo -sacudió la cabeza. Los rizos oscuros se movieron con él-. Ya he dicho que ella no aparecerá hoy. Uthred piensa lo contrario.
-Nunca ha sido una mujer que use su palabra en vano. Vendrá, y si no lo hace es porque habrá cambiado de planes.
No hubo respuesta, no una inmediata. Ya estaba jugando con los dedos, intentando no respirar profundamente. El aire apestaba al humo que llegaba de la otra montaña, movido por el viento. Difícilmente podía distinguirse aquello de una matanza. Por si fuera poco, los que morían por la enfermedad no tenían acceso a una confesión. A una redención. Jamás irían al Cielo. Como los cuerpos empalados del camino... Apartó el recuerdo de su mente que está tanto ansiaba evocar, como una advertencia a lo que se le vendría encima además de huir con los niños y unos daneses.
-¿Por qué la princesa se llevaba un arco?
Mildrith recordó el arco que Aelfwynn había cogido de su baúl, y casi se sintió culpable por haberlo dejado en el carro con el resto de cosas inútiles y los caballos.
-Cuando era pequeña mi padre insistió en enseñarme. Al principio mi madre se negó porque no es lo estipulado para una dama de alta cuna y menos de sangre real -indicó, recordando la discusión y las tensiones de la Corte. Los gritos de su padre y los sollozos de su madre-, pero acabó accediendo. Mi padre me regaló uno antes de abandonar Wealas para que siguiera aprendiendo por mi cuenta. Aelfwynn juega con él algunas veces.
-Un buen arma. Los arqueros de Wealas están bien adiestrados, supongo, para ser cristianos.
Mildrith arqueó una ceja.
-Es por los celtas -respondió ella-. Eran buenos guerreros. Algunos linajes siguen vivos.
-Tengo entendido que eran tribus bárbaras.
-Solo son bulas de los salones de Mercia, que construyeron un muro para separarse de nuestra barbarie pero que no consiguieron completar. Los nuestros convirtieron para sobrevivir con los romanos. Aunque con otros ritos -sonrió ante la idea de que podía no estar entendiendo nada y todavía la miraba con curiosidad-. Hay rumores de que en el norte, en Escocia, continúan celebrando el paganismo. El rey Constantino es un hombre flexible cuando se trata de sus creencias.
Sihtric arrugó el gesto. Probablemente nunca lo hubiese conocido, solo escuchado de él como un monarca al norte de Northumbria y algunos rumores que llegasen. El norte estaba muy desconectado normalmente, pero el rey Eduardo se esforzaba en mantener buenas relaciones con todos y en evitar conflictos que pudieran debilitar todos los reinos frente a los daneses. Sihtric jugó con el mango de un cuchillo, atado a su cinturón, envolviendo los dedos en las empuñadura una y otra vez.
-Nunca lo he conocido, señora.
-Bueno, yo tampoco. Pero...dicen que también es pelirrojo. Su sobrino también, el que lo sucederá...
Puede que también tuvieran una gota de parentesco. La abuela de su padre era escocesa, miembro de la familia real, entregada para unirse a una coalición contra los daneses que asomaban por las costas y ansiaba hacerse con el control de algunas islas del oeste. Jamás los había conocido, pero los rumores decían que eran igual de bárbaros que los paganos pero que con Constantino los valores cristianos casaban en la sociedad cada vez más. Tal vez porque fuera uno de los mejores reyes que la historia recomendaría estudiar.
-¿De qué madera era?
-De roble. Mis ancestros siempre han creado armas con el roble porque es el que más abunda, pero creo que mi padre quería que fuera más un recuerdo a mis raíces para que los sajones no me hiciesen olvidar de dónde vengo.
Por sus relaciones. Britanos y sajones no se llevaban bien desde siglos. Por disputas comunes, se habían unido de escasas ocasiones y enfrentado al mismo enemigo para volver a separarse y hacer vida en común. El único motivo por el que ella estaba ahí era, aparte de para ser la pupila de Lady Aethelflaed, era por petición de su madre que también era merciana y confiaba en la educación que la corte le daría ahí.
-Aquí no hay robles, señora.
-Bueno -lo desafió, dándole una sonrisa juguetona y a la vez que intentaba infundir una confianza de la que dudaba tener más que para cuando jugaba con los niños o recitaba las horas de seguido-, usted mismo ha dicho que los míos son guerreros fieros. Cualquier árbol podría servir.
Lo vio desatarse las pieles que usaban para beber en los viajes. Las conocía porque ella en el suyo propio había bebido de ella y también en aquel ven varias ocasiones. Se aseguraba de que los niños hicieran lo mismo. En ese momento, Osferth se había quedado con ella y la mantenía a buen recaudo.
-Cualquier árbol-repitió él, limpiandose la barbilla con la parte interna de la muñeca. Gotas resbaladizas de agua bailaron desde su barbilla hasta su cuello, descendiendo en una carrera que ella seguía fijamente dado que era lo primero que tenía a la vista antes que el rostro. Por la diferencia de altura...y eso-. Bebe.
Mildrith se mojó os labios, a la vez que él le tendía su petaca de agua. Aceptó, tomándola para beber, teniendo cuidado de que Finan no la viese beber del recipiente por miedo a que montase otra escena... Los ojos de Sihtric la siguieron en todo momento. Desde su cercanía, podía ver la diferencia clara entre colores que no se veía a la distancia que solían mantener. La hacian sentir invadida, pero no incomoda. Sabia que si le pasaba algo, aunque fuera bebiendo, al menos tendria la seguridad de tenerlo cerca para protegerla. Mildrith bebió, con cuidado, tratando de no quedar empapada.
-Gracias.
Él la tomó de vuelta. Mildrith estaba a punto de irse cuando vio la mano de Sihtric volar en el aire. Hacia ella. Hacia su rostro. Tuvo el reflejo de apartarse demasiado tarde, dándose cuenta de que el impacto no era una invasión de su espacio vital indeseado o una amenaza. Al parecer, desde fuera podía verse más cuando una era un desastre. Los dedos de él se posaron sobre su mejilla, una sensación extraña que le atascó el aire en los pulmones. Sus dedos... Sus dedos, largos y gruesos por el manejo diestro de las armas, le limpiaron el desastre que era. El polvo de la tierra sobre su mejilla, en su cuello, el recorrido del agua descuidada en sus labios. Mildrith no se movió, no se apartó, una escena que podría haberle sentenciado una vida de clausura o la consternación de cualquier monja que lo viera.
El decoro era su lema. El que le habían impartido desde niña. A todas las niñas. A todas las mujeres de su familia que aspiraban a casarse o a vivir en silencio con las monjas de clausura lejos de los lujos de un castillo. Pero en ese momento... Ella se sentía ligera. Como la nada misma. Como la nada que había sido todo tras la acción de Dios en siete días. Le limpió los labios, pasando tiempo de más sobre su labio inferior como un curandero examinando su cuerpo en busca de la enfermedad. Su estómago tiraba de ella. Pensó en el momento que pasaron juntos encerrados en ese armario, en el señorío de Lady Aethelflaed, cuando contuvieron el aire mirándose a los ojos en esa oscuridad, en el calor que hacía ahí dentro...
Contuvo el aliento. Él la miraba como si fuera la cosita más adorable del mundo, un pajarito necesitado, como el pájaro que Aelfwynn había mantenido hasta que su ala se recuperase. No era un pájaro. Pero, en ese momento, se sentía uno. Quizás algo más pequeño. Y a su parecer, bien podría haberlo sido con el cuidado que él le brindaba. Solo respiro cuando él apartó la mano, los ojos también, como si se diera cuenta de recién del efecto que causaba.
Pero aún con esas, y la insistencia de él el mantenerse apartado de ella como si se hubiera convertido en la enfermedad misma, pegado a Finan o pasos por delante haciendo guardia al retomar el camino, a Mildrith se le hizo algo confuso. Solo tenía unas pocas cosas claras a esas alturas.
Que ella era una princesa cristiana y él un pagano.
De cómo él la miraba cuando pensaba que ella no se daba cuenta.
Y de lo que ella sentía en su cuerpo.
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La aventura se detuvo para descansar en medio del bosque. Siguiendo el cauce y ruido del río, acabaron en un paraíso vegetal donde podrían descansar para felicidad de los niños y de sus piernas. Uthred les permitió disgregarse tras un examen rápido del terreno y que estaban bien escondidos entre la maleza, la cascada y que si a ellos ya les había costado encontrarlo nadie se adentrará en el bosque huyendo de los caminos bloqueados por la enfermedad.
Mildrith se atrevió a mirarlos de lejos. A ambos, arrodillados en el riachuelo sin mediar palabra. Hacía mucho tiempo que conocía a Aethelstan, desde que llegó por indicaciones de la reina viuda de Wessex a la residencia de Saltwic, pero jamás lo había visto apartar la mirada de algo que no fuera un libro. Sin embargo, ahora veía lo que realmente era: un niño jugando a ser un niño. Y Mildrith lo comprendió, observando cómo la barca que habían hecho Finan y él con un trozo corteza, un palo y una hoja se deslizaba corriente abajo. Una vida recluido y apartado de otros niños con sola opción a la que aspirar en la vida trastocaban el alma. Sin miles de ojos que observasen sus pasos, dagas apuntando en su dirección, en ese momento Aethelstan estaban experimentado lo que toda una viuda de prohibiciones le habían impedido disfrutar. Y de la mano de una persona que negaba ser bueno con los niños. No puedo hacer más que sonreír cuando las comisuras de los pequeños labios del niño se curvaron hacia arriba en una de las más tiernas expresiones que habría visto jamás.
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No pudo evitar pensar en lo triste de aquello. ¿En qué acabaría toda esa historia? Cuando se encontrasen con la reina, Aelwynn estaría segura y Aethelstan también. Probablemente volverían a la vida de siempre una vez la sucesión estuviera asegurada tras la muerte del rey. El destino de ella era incierto, pero estaba segura de que su padre ya estaba al tanto de lo que ocurría al otro lado de su reino, en su vecino próximo. Y Aethelstan... Tendrían que hacer algo con él. No podría residir en el palacio a no ser que tuviera una justificación. Vio esos ojos llenos de alegría, la forma en la que Finan lo levantaba en brazos para cruzar más rápido al otro lado del río, y solo vio el destino de un niño marcado por las sombras y los peligros que le ocurrirían si se descubría quién era y cuál era su destino.
-Una vez vi esa mirada y supe que no eras sajona -hablaron a sus espaldas. Mildrith miró por instinto al suelo bajo sus pies-. Los sajones son demasiado remilgados.
-Y una vez usted me dijo que había nacido sajón y forjado danés.
Uthred se limpiaba las manos mojadas en los pantalones, pero miraba en la misma dirección que ella hacía unos instantes. Las marcas de lucha eran cada vez más evidentes con los años, sumándole experiencia y valor. Un danés de corazón, tendría que haber dicho.
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-Estoy pensando en el futuro. Lo que pasará con Aethelstan. Harán con él lo que quieran y solo es un niño.
-No es nuestro tarea preocuparnos de esto ahora mismo -insistió él, por su parte-. Sobrevivir es lo que tenemos que hacer. Y tu futuro...todavía puede ser una ventaja para nosotros en caso de encontrarnos con los soldados de Mercia.
Por supuesta, por su herencia. Porque enfrentarse a Wealas abiertamente después de haberse aliado contra los daneses enemigos era y sería un problema. Uno grande. Pero ella conocía la corte mejor que él. Los juegos que se hacían para ganar poder y para apartar a otros de él.
-¿Alguna vez han jugado con usted, señor?
Los ojos de Uthred parecieron perderse en miles de pensamientos.
-Más veces de las que uno imagina -dijo, pero no dio más detalles o informó sobre lo que se le pasaba por la cabeza. Tenía el pelo sucio y enredado como los demás-. Una vez estuve casado con una chica de tu mismo nombre porque jugaron conmigo, a sabiendas de que había cosas que ignoraba y tardaba en aprender. Fuimos felices un tiempo, hasta que el destino hizo lo suyo. Alfredo me la impuso y mis acciones la apartaron.
-Me enseñaron a no creer en el destino.
-El destino lo es todo para la gente como nosotros, incluso para ti -contestó, y apoyó el peso de su cuerpo sobre una pierna. La otra se había subido a una roca y ahora Uthred trabajaba en los nudos de sus botas. Parecían desgastadas-. Hazme un favor y sube ahí para decirle a Sihtric que tiene tiempo para comer con nosotros antes de cambiar de guardia.
¿De guardia? Sonaba como el campo de entrenamiento de una fortaleza. Mildrith suspiró, y vio donde había visto e incordiado a Sihtric minutos atrás. Permanecía ahí subido, camuflado pero visible desde donde estaban. ¿Alguna vez hacía algo más que vigilar o mantenerse alejado de otros hombres?
-No creo que me haga caso.
Uthred le lanzó una mirada significativa.
-Depende del tono que uses con él -respondió, y se rió él de su propia broma-. A veces parece que es él quien se haya comido un perro -rememoró la conversación que habían tenido antes de abandonar los animales y comenzar a caminar-. Tu hazlo y verás que obedece.
Le tocó hacerlo. Y casi de mala gana. Resultaba que a parte del coraje que tenían los daneses en el campo de batalla y en el día a día, resultaba que también tendían a ponerse en los lugares más altos. Por alguna razón. Una obsesión enfermiza que la hizo sufrir cuando tuvo que recogerse las faldas para subir el ascenso de tierra y árboles y arbustos que cubrían la cascada de ojos indiscretos. Los tacones de las botas se le hundía en la tierra húmeda, o alguna rama la hacía tropezar.
Cuando por fin llegó a la parte alta, se sorprendió de hacerlo viva. E intacta dadas las circunstancias. Sihtric estaba en el final de la pendiente, en la punta oculta que daba al claro desde el que se escuchaba el curso del río y la caída del agua. Un lugar idílico... Si no fuera por la naturaleza que intentaba matarla. En un momento la capa se le había enganchado en un arbusto y roto al tirar de ella para sacarla. Su estómago tiraba de allá hacia atrás, recordando lo sombrío que se había mantenido desde que huyeron del bosque cuando encontraron a los soldados de Mercia descansando, o la tensión que habían cortado cuando él había acariciado sus labios con la suavidad de un sastre a sus prendas más lujosas.
-Lord Uthred dice que puedes comer con nosotros. Si quieres.
Añadió eso último para no sonar como una imposición. En aquellos momentos, no era una princesa ni un miembro de sangre real como para dar órdenes a las personas que se ocupaban de ellos. Una carga, más bien seria. Fuera lo que fuese, los ojos de Sihtric se movieron hacia ella y de un momento a otro ya estaba levantándose y dándose media vuelta, hacia el camino improvisado por el que habían ascendido. Tenía tierra en los pantalones y las botas de cuero manchadas, con los cordones empapados de lo que podría ser el agua del río mientras lo seguían. Cuando se las había manchado si habían caminado codo con codo, no tenía respuesta.
-Alguien tiene que hacer la guardia, señora -dijo él, colocándose bien el cinturón sobre la cintura y asegurándose las armas.
Mildrith miró nuevamente hacia ellas. Una daga, con la cuchilla afilada y reluciente, y una pequeña hacha de oja curva y también afilada en los bordes. Los demás llevaban espadas así que le llamaba la curiosidad que pudiera usar ambas en batalla tan a la ligera, y si había algo que se le diera mal.
-Deben de pesar mucho después de tantas horas en camino, pero qué sabré yo -le sonrió, apartando la mirada hacia otro punto. El viento meció las copas de los árboles en una canción silenciosa. En Escocia decían que la naturaleza intacta estaba poblada por espíritus. Sus niñeras le contaban esas historias sobre esprititus salvajes y traviesos para que en las cazas de la familia real no se marchase por libre como sus hermanos mayores-. Esperemos que su esposa no tenga que encargarse de afilarlas cuando regrese a casa. Tampoco quiero vivir un derramamiento de sangre innecesario.
-Lo hago yo -respondió, y añadió al final con cuidado-, señora.
-¿No lo hace tu mujer? Lord Uthred dijo una vez que sus hombres no estaban solo prometidos con su empresa.
Sihtric la miró a los ojos tan despacio que pareció una respuesta obvia acompañada de timidez natural. Se pasó la lengua por los labios, solo para empezar a caminar hacia la bajada que ella había ascendido hacía unos minutos.
-Soy un hombre libre, señora.
Mildrith lo miró con los ojos muy abiertos. Hasta que lo comprendió, y la vergüenza la consumió.
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-Lo lamento -respondió con sinceridad. Una pesadez se acopló en su pecho-. ¿Los daneses podéis divorciaros tan...?
-Fácil -añadió, y lo siguió un cabeceo que asumió como una afirmación. Su rostro era piedra pulida, hermosa y con la cicatriz que solo lo hacía parecer más hermoso. Un rostro hermoso, la visión del pecado que las monjas de su crianza la habían advertido. Pero no podía apartarse, otro consejo del que le habían advertido que fuera precavida...-. No hay votos ni formalidad. Tenemos nuestros rituales, pero nunca ligados a las normas de una institución como la vuestra. Rompemos ese acuerdo y a la mujer se le devuelve parte de la dote. Son nuestras costumbres.
Mildrith asintió con educación. Su educación cristiana le hacia incomprensible una sociedad así. Romper los votos del matrimonio, volver a casarse sin queja alguna, que a la mujer se le devuelva parte de la dote... Si el rey Alfredo quería una Inglaterra unida, con una sociedad sajona, tendría que haber percibido cuánta profundidad había en las tradiciones de sus enemigos. Y tal sus ancestros también. Su propia familia tenía raíces de otra cultura, que aún recordaban y veneraban mezcladas con la cristiandad de los romanos. ¿Como de difícil iban a tenerlo los sajones en eso? ¿Cómo iban a hacerlo sin tener en cuenta que el enemigo podía ser una ventaja?
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A Mildrith le vino un recuerdo de un pasado cercano. Uno que todavía recordaba, que de vez en cuando se le venía a la cabeza a medida que pasaban horas y horas caminando en silencio o atendiendo a los niños.
-Pensaba que tenías hijos.
Sihtric tardó en responder, como si se le hubieran atascado las palabras. Los ojos le brillaban, cada uno de un tono, pero con una familiaridad alarmantemente conocida. Molestia. O incomodidad. A sus hermanos también les costaba hablar de sus emociones.
-No eran míos. Tanta batalla le dio tiempo a hacer de su antiguo trabajo un hábito.
Mildrith separó los labios. La pendiente era inclinada, y la suela de los zapatos parecían oponerse a continuar la bajada sin probar la resistencia de su durabilidad. Hubo un momento en el que pensaba que iba a resbalarse, pero su compañía fue un respaldo para ayudarla tomándola del brazo.
Las piezas no tardaron en encajar, para su consternación.
-¿Era una fulana?
La sonrisa pícara le hizo vacilar, y avergonzarse de decirlo con ese tono de sorpresa. ¿Qué esperaba?
-¿Sorprendida? Las prostitutas también pueden casarse, mi señora.
Mi señora. Retuvo ese detalle en cuenta. La había llamado así antes, cuando hablaban con formalidad, pero en ese momento... Ese detalle era un desperdicio pudiendo hablar sin tapujos. Que lo hiciese de aquella forma, en ese momento, en ese instante donde solo estaban ellos dos... Mildrith tragó saliva e intentó recomponerse.
-Un hombre puede casarse con quien le plazca, creo. Pero consideraría a una prostituta como una persona al margen de esa decisión -fue lo que respondió, generando que él le diera una mirada extraña.
La ayudo dándole la mano a bajar de unas piedras en el camino. Se escuchaba la voz de Finan a lo lejos, discutiendo aparentemente con el niño, pero no a tanta distancia como pensaba que quedaba. Mildrith se sintió extrañamente decepcionada.
-Fue amor juvenil, señora. En ese momento no sabía distinguir amor de necesidad y pensaba que era lo que mejor me convenía -dijo, solemnemente, con una pizca de comprensión a medida que lo decía en alto. Cayó en la cuenta de que aún no le había soltado la majo, y que la guiaba por el bosque gracias a eso yendo a la velocidad que ella arrastraba-. ¿El amor es tan raro en su mundo?
Su mundo. Otro detalle a tener en cuenta. Un recordatorio de lo que realmente eran. Una niña princesa y cristiana y un adulto pagano cuya vida era dar la cara por su señor y matar gente por su lealtad. Mundos distintos. Mentes distintas. Personas distintas.
-No creo que en todos sea así, pero en general las alianzas valen más que una emoción. Mis reyes, mis padres, no son la representación del cariño pero se respetan el uno al otro y creo que eso es importante -le respondió, tras pensarlo un rato-. Sin embargo, creo que el rey Alfredo y su dama sí que lo hicieron. A su manera, pero lo hicieron.
-Pregúntale a Osferth.
Mildrith le miró mal.
-Has fastidiado mi buena respuesta con una broma cruel.
-¿No se casaría por amor, mi señora?
-Entre gente como yo el amor el escaso, pero de hacerlo lo haría con quién me quisiese por cómo soy y no por el valor que tengo. Los nobles son...complicados.
Y gente que solo se movía por influencias. Su educación se había basado en el matrimonio y la religión, lo poco que se le pedía a las mujeres por esos tiempos. Lady Aethelflaed la había educado en ambas por insistencia de la reina de Wealas. Solo para que a ella la vendieran al primer noble que ofreciera algo de interés a la Corona y acabase en manos de un señor con tierras y ventajas. Seguramente menos religioso de lo que aparentas y mucho más...adecuado a romper los votos.
-¿Tú que opinas de los señores, Sihtric?
-No me importan sus vidas, señora -se pasó la lengua por los labios, dando rienda suelta a sus pensamientos-. Si tengo que agachar la cabeza la agacharé, pero si mi señor no jura lealtad a ninguno es porque ninguno es mejor o peor que el anterior.
Rumió su respuesta.
-Ciertamente nuestras opiniones pueden ser diferentes, por nuestras vivencias.
No hubo respuesta, solo una mirada larga y tendida. Mildrith se detuvo, clavando los tacones en la tierra. Sihtric dobló el cuello para mirarla, con los mechones negros y rizados bailando en su rostro.
-Los nobles solo quieren acercarse al poder para cumplir sus beneficios, y otros mantenerse al margen para protegerse a ellos mismos -explicó en voz baja-. Y aún así, los condes de Mercia ahora luchan después de haber elegido a su rey hace pocos años. Para disputar el trono a una niña.
-Es una niña -repitió, sereno.
En otro momento esa respuesta la habría enfadado. Por supuesto que era una niña, una que no podía distinguir la maldad del bien y que se había criado lejos de las crueldades de los adultos y de la corte. Incluso ella, que vivía lejos de su tierra natal, conocía las intenciones delos hombres del consejo de su padre. Y sus intenciones. Mildrith inspiró, mirando a su alrededor. Ya veía la melena trenzada de la mujer, de Eadith, moviéndose alrededor de quien supuso que era Aelfwynn y un hombre apenas un poco más alto a su lado.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
Una inocente cargada de ansia. Sihtric volvió a centrar su atención en ella, apartandola de los pájaros que los sobrevolaban. Eran cada uno de un color diferente, uno más claro y otro más oscuro. Pero con la mismas curiosidad de saber qué rondaba por su cabecita pelirroja para que ahora fuese tímida con él. Su lengua resbaló, vacilante, en su paladar. Aún no se acostumbraba a la lengua de los sajones, pero hacía lo que podía aunque se denotase su acento y el arrastre de algunas letras.
-¿Por qué apuñalaste el cuello de ese enfermo?
-¿Lo viste?
Se encogió de hombros.
-Iba a acercarme, pero Finan empezó a gritar que la enfermedad iba a por nosotros y... No tuve valor.
Sobre todo porque la había cogido del brazo y tirado de ella para alejarla, para ponerla con Stiorra antes de lanzarse a los brazos de Uthred por el tema de la enfermedad. Después de eso, había visto cómo Sihtric empuñaba la cuchilla y la clavaba en el cuello del hombre en la pica y la sacaba para limpiarla. Aún sentía sus dedos sobre su piel cuando le lavó el brazo que uno de los hombres que los habían sorprendido había sujetado para bajarla del caballo. Una extraña sensación que le calentaba el corazón.
-Fue por misericordia -le respondió, en voz baja pero firme-. Estaba sufriendo por la enfermedad y su situación.
Mildrith asintió suavemente, no muy convencida si tuviera que aceptarlo en voz alta.
-¿Hubieses hecho lo mismo de ser uno de nosotros?
-Creo que cada uno podría buscárselas para acabar con su sufrimiento -se burló, torciendo los labios en una sonrisa-. Menos cierto monje.
-Finan quería dejar a los niños en el bosque, pero tu dijiste que no iban a conseguirlo si íbamos andando.
Entrelazó las manos tras la espalda, esperando algún cambio en su expresión. La tela de las mangas crujió en el gesto, pero no le dio importancia. La suave corriente mecía las copas de los árboles, sus ramas. A veces se preguntaba cuáles eran las diferencias entre Wealas y Mercia si eran tan parecidos por su vecindad, y qué mal veían los suyos en las tierras de los sajones. Tal vez nunca pudieran hacer las paces, pero ella conocía la verdad.
Sihtric tensó los labios.
-Tu rey no hubiera permitido que te atravesasen y dejado moribunda en el bosque -comentó, apuntando al pequeño claro protegido-. Nos hubiese costado más que la cabeza.
Mildrith sonrió.
-Mi padre puede haber unificado muchos territorios en Wealas, Sihtric, pero la muerte de su hija mediana solo conseguiría que atacasen una pequeña parte Wessex.
Volvieron a caminar. Salieron al pequeño claro, conscientes de que les miraron con sorpresa al verlos aparecer, volviendo a concentrarse en sus asuntos tan pronto como supieron que eran ellos. Uthred les lanzó una mirada, pero pronto volvió a hablar con Osferth. Mildrith iba agarrada a su brazo por su insistencia, temiendo que resbalara con las piedras mojadas del río o tropezase de nuevo con alguna raíz.
-¿Solo una pequeña?
-¿Le parece poco, señor? -inquirió, divirtiéndose con esa conversación sobre las intenciones de su padre. Que nunca haría, por supuesto. Si le hiciesen algo a una hija del querido Hywel el Bueno, ya podían temblar los reinos que hasta sus contrarios en su mesa se unirían con tal de invadir las tierras sajonas.
-Wessex es extenso -habló él, convencido. Los ojos le resplandecían.
Mildrith lo miró con visible diversión.
-Un pequeño trozo de Wessex es para Wealas todo el territorio.
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cagandante-communistoide · 5 months ago
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hola! encontré tu blog gracias al camarada cas, tu análisis sobre cuba me parece muy interesante en el sentido en el que creo que haces un buen trabajo de ver la situación a través de los sucesos materiales que llevan al anticomunismo y a la xenofóbia contra los cubanos (soy mexicana de familia liberalísima, así que me ha tocado más de una conversación reaccionaria sobre como fidel era charlatán o pendejadas así, pero que también mencionan anecdotas como las que tú planteas para "darse más credibilidad").
dicho todo esto, tú crees que hay alguna forma de proveer apoyo al y/o mostrar solidaridad con el estado cubano moderno, sea en la conversación retórica o en un plan político?
perdón por el ask tan grande y de la nada, llevo pensando esto por un buen rato. que tengas buena noche!
es muy dificil no veerle el punto a los que critican a cuba en terminos de realidad economica. Yo fui a cuba 11 veces, la gente no se huyen de cuba hasta flotando carros rotos al mar por nada. Al mismo tiempo, hay gente en cuba con un interes en echarle la culpa a la situacion al comunismo igual como lo hay en todos los lugares del mundo. Es igual que los hijos de propietarios en china quejandose del gobierno chino no porque ellos fracasan pero si no porque no estan permitido salvarse su piel con industria privada que es dañina al proletariado chino. El mejor apollo que le puedes dar a cuba es simplemente estar informado y informar a los demas, que si se enteran que cuba existe se creen mil quinientos boludezes de los yanquis de cuba. La mayoria ni se enteran que “en cuba no hay industria” porque no se lo permite el embargo americano, o que la razon porque nietos de cubanos y americanos no se permite regresar a cuba es por ley estadunidense, no cubana.
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miguelalmagro · 1 month ago
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Como en un cuento del tío Creepy.
Imagina el lugar, un páramo yermo, inhóspito, en el cielo nubes de colores imposibles, viscosas, casi solidas, moviéndose en formas caóticas de terrible belleza, como las eternas tormentas de Júpiter.
Se oyen zumbidos eléctricos, similares al estridular de los grillos.
Multitud de insectos evolucionados se mueven de un lado a otro, vuelan, reptan, saltan o caminan sobre cientos de patas, los hay de infinidad de formas, colores y tamaños.
Es otra era, pero hace millones de años que no estamos aquí para darle nombre.
De entre todos los insectos visibles, una especie predomina, cuando salen de sus nidos los demás habitantes del erial huyen.
Son grandes, acorazados, toda su anatomía parece creada para resistir, para sobrevivir a cualquier circunstancia.
Son tan insectos como nosotros un día fuimos pequeños mamíferos arborícolas con cola.
Carecen de tecnología, sin embargo son seres inteligentes, poseen algo similar a nuestra consciencia, pero es colectiva. Se comunican entre ellos haciendo vibrar sus antenas, consiguiendo frecuencias con las que componen un lenguaje complejo.
Algunos especímenes están capacitados para almacenar gran cantidad de información, podría decirse que conocen la historia del planeta, al menos hasta cierto punto, sencillamente porque es útil para la supervivencia de la especie.
Y así todo lo que acometen, se hace por el bien común.
Saben de nuestra pasada existencia, cuentan que fuimos dioses, que estuvimos a punto de alcanzar las estrellas, pero al final convertimos el planeta en un infierno, desaparecimos y dio comienzo una nueva edad en la tierra.
Aquí y ahora.
Aquí y ahora va terminando la temporada de higos, que pena.
Aquí y ahora prefiero no escuchar las noticias durante unos días.
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cinemaslife · 18 days ago
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#170 Ghost Ship (2002)
Un barco remolcador lleva a una tripulación de recuperadores de barcos, capitaneados por Cap. Sean Murphy (Gabriel Byrne), entre ellos están: Maureen Epps (Julianna Margulies), Munder (Karl Urban), Dodger (Ron Eldard), Greer (Isaiah Washington) y Santos (Alex Dimitriades).
Los seis se dedican a recuperar barcos varados o abandonados y hacerse con las cosas de valor que tengan dentro, también pueden remolcar las embarcaciones hasta la costa que les paguen por la recuperación. Sea como sea, están experimentados en hacerlo, y cuando se encuentran en un bar celebrando uno de sus trabajos se le acerca un joven.
Se presenta como Jack Ferriman (Desmond Harrington), un meteorólogo que ha visto en uno de los radares marítimos un barco de gran envergadura vagando por aguas internacionales. Según la experiencia de Murphy, remolcar ese barco tan grande les puede traer grandes beneficios por lo que optan en hacer el trabajo, Jack les pide un 10% y acompañarles en el viaje a lo que acceden.
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Se trata del, Antonia Garza, un barco perdido desde 1962 que nunca encontraron, ni a ningún miembro de la tripulación ni a ninguno de sus 600 pasajeros, lo cual lo hace todo un misterio. Y es así, ya que casi chocan con el barco buscándolo, ya que no siempre aparece en los radares y es muy difícil de detectar, por eso nadie ha llegado a él en años.
Todos se montan en el barco para investigarlo y aunque está destrozado por dentro, aún guarda la majestuosidad de la que fue dueño en tiempo pasado, tal y como Murphy explica, los barcos italianos no eran los más rápidos pero sí los más bonitos.
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Encuentran en la cabina de mando que el timón está varado y que la brújula no funciona, pero aún peor, encuentran un reloj digital, que no existían en los años 60, por lo que sospechan que puede haber más personas en el barco que parece desierto.
Caminando por él y debido al paso del tiempo Munder tropieza y se abre un agujero en el suelo, Epps le ayuda a subir, pero en el piso de abajo le parece ver a una niña vestida de época mirándoles.
Conforme más tiempo pasan en el transatlántico, más se enrarecen las cosas, todo empieza con Greer escuchando a una mujer llamada Francesca (Francesca Rettondini) cantando por la radio que llevan todos para comunicarse.
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La cosa se complica cuando Jack y Epps son encerrados dentro de la lavandería, la puerta se ha cerrado sin motivo y no pueden salir, buscando escapar abren otra compuerta y dentro del agua que se desbordan encuentran los cadáveres de otra tripulación. Huyen y llegan a una especie de bodega con coches, Epps quiere continuar, pero Jack se ve impresionado por un Jaguar de los 60.
Epps ve algo moverse en un lugar de almacenamiento y resultan ser ratas custodiando 4 cajones de madera llenos de oro.
Aunque el resto también ha tenido extrañas visiones, lo dejan de lado cuando Epps le informa del oro. Deciden entre el oro o el barco y se queda con el oro, ya que este debe valer unos 300.000 millones de dólares, lo que emociona a todos menos a Epps que tiene una mala sensación sobre el barco.
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Buscando como cargar el oro en su barco y haciendo los preparativos para irse, Santos pone a punto el motor, pero algo abre la bombona de propano, por lo que cuando encienden el motor explota el pequeño remolcador. Santos muere y Greer queda muy malherido. Todos vuelven al barco y empiezan las desavenencias, unos quieren simplemente huir y otros quieren arreglar el transatlántico para poder llegar a la costa.
Greer se separa del grupo cansado de que no le tomen en serio y se va al salón principal donde vuelve a escuchar cantar a Francesca, pero esta vez ve como el salón no está destruido y vuelve a ser el salón del barco original, donde todos le aplauden y Francesca se siente seducida por él. Greer se deja querer y persigue a Francesca después de besarla, ella se va desnudando y lo engaña para que al ir a alcanzarla caiga por el hueco del ascensor y muera.
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Munder y Dodge buscan comida y encuentran botes viejos de hace 40 años, sorprendentemente se encuentran en buenas condiciones y cuando los abren para comerlos están deliciosos, después de un momento se dan cuenta de que era una ilusión y que en realidad están llenos de gusanos.
Epps busca en los registros del barco a la niña y encuentra su camarote, va a visitarla y ve todas sus cosas, no era más que una niña de 10 años viajando sola para encontrarse con sus padres, cuando abre las puertas correderas de la cama, encuentra el cadáver de la niña colgado de una soga. Entonces se le aparece el fantasma de la niña, que se presenta como Katie Harwood (Emily Browning).
Murphy va al camarote del capitán y se encuentra con este ofreciéndole una copa de Whiskey, allí le cuenta que dos días antes de que se esfumara su barco rescataron a un barco llamado Lorelei del que subieron unos cajones de madera y con un solo superviviente, le enseña fotos y le hace un gesto para que entienda que el oro está maldito.
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Murphy intentando huir se tropieza con el fantasma de Santos que le culpa de su desgracia, mostrándose quemado completamente por la explosión. El capitán huye atemorizado por su visión.
Katie le enseña mediante sus recuerdos y visiones a Epps que ocurrió la noche que el Antonia Gaza se esfumó de la tierra:
Parte de la tripulación traiciona a la otra parte, matando primero a los cocineros. Mediante varias tandas de crímenes deciden acabar con toda la gente del barco, a algunos los envenenan con la comida, dejando que mueran. A otros los cortan con un cable metálico tensando mientras bailan. Ahí observamos que Katie se salva por los pelos, gracias al capitán.
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Katie sale huyendo y ve como a otros los están asesinando, disparándoles con armas y dejándoles caer en la piscina. Un par de hombres se llevan a Katie a su camarote y de camino ve a gente huir y a otros de los asesinos cortarles el cuello a los que se resisten, así lentamente acaban con la vida de todas las personas del barco, excepto de Francesca que parece estar con los asesinos.
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Francesca le pide a uno de ellos que traicione al resto de sus compañeros para quedarse con ello y eso hace, pero antes de que se pueda dar cuenta, ella le dispara un tiro en la cabeza, matándolo. Detrás de ella hay un hombre por el que deducimos que está enamorada, se besan apasionadamente, pero este la traiciona también a ella asesinándola.
Mediante esa visión, Katie le enseña a Epps que ese hombre es Jack Ferriman el hombre que los ha engañado para ir a ese barco a morir.
Epps va en busca de Murphy, pero cuando le encuentra lo confunde con Santos que lo estaba acosando y la ataca, hasta que llega Jack y deja inconsciente al capitán, encerrándolo en el acuario. Epps intenta contarles todo a Dodge y Munder, pero le es imposible, Jack no se va y no sabe como deshacerse de él.
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Cuando quiere volver a por Murphy, este ha sido asesinado y lleva en la mano la foto de Jack Ferriman que le ha dado el antiguo capitán, por lo que sabe que Jack va a matarlos a todos para quedarse con sus almas tal y como le cuenta Katie.
Munder se ha metido debajo del agua para reparar el barco soldando la grieta que tiene, mientras que Dodge vigila el timón para no chocar. Epps le dice que se tienen que ir como sea y le da un arma para que vigile a Jack, Dodge entiende a que se refiere.
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Cuando Epps va a salvar a Munder se da cuenta de que ha sido aplastado por un mecanismo del barco y que no tienen escapatoria, por lo que decide montar todo el C4 para hacer estallar el barco y que se hunda. En ese momento entra Dodge y le dice que ha tenido que disparar a Jack y que está muerto, cosa que Epps duda, le pregunta que hace y si no quiere quedarse todo el oro para ellos dos.
Epps se da cuenta en seguida de que ese no es Dodge, ya que no le ha preguntado por su mejor amigo Munder, aquí descubrimos que Jack ha matado a Dodger y se ha transformado en él. Vuelve a su forma original y le cuenta a Epps que no puede permitir que hunda el barco, lo necesita para cubrir su cupo de almas y tener contento a su jefe.
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Se trata de un captador de almas que fue castigado con ese trabajo después de toda una vida de pecado, por lo que necesita una embarcación en funcionamiento para atraer almas pecadoras hasta su oro y quedarse con ella. A las almas inocentes como la de Katie no las puede controlar porque no han pecado, pero el resto están a su servicio y estarán siempre aquí.
Jack le propone a Epps su vida a cambio del barco y esta decide accionar el botón de los explosivos, prefiere liberar a todas las almas del barco. Las buenas irán al cielo, como Katie. Las malas al infierno.
Con la explosión, Epps acaba en el agua aferrada a una madera y puede ver como el barco se hunde y las almas suben al cielo, se despide de Katie y espera que descanse.
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Un crucero encuentra a Epps después de varios días a la deriva flotando y cuando llegan a tierra llaman una ambulancia para que se haga cargo de ella, ya que está muy débil, lleva días sin comer y en el mar con la insolación. Todo el mundo ayuda a Epps y cuando están cargando el barco observa anonadada como suben las cajas de madera con el oro. Se incorpora, y ve a Jack subiendo al barco después del oro.
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Todo va a volver a empezar, el oro sacará lo peor de las personas y estás harán cualquier cosa para pecar y quedarse con su parte, sin importar matar a inocentes.
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vicfdreamer-blog · 1 year ago
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Ícaro.
"Un ángel, sabe cuándo llega el momento de caer desde el sol al ocaso."
A Anakin, le parecía que esta semana, fue una mierda total. En primer lugar, el lunes... Ese día se había levantado temprano, preparó el desayuno para su dulce Maestro, quien aún dormía después de haber hecho el amor, tenían reunión con el consejo para discutir la ubicación de Grievous, lejos de Coruscant, además que, sabía que su amado Maestro iría a buscar al General, sin embargo, su corazón estaba con un mal presentimiento desde el principio, sus manos temblando por el sentimiento de perderlo todo a manos de la guerra cruel e infame.
¿Cómo no sentirse así? Su sol iba lejos, lejos de él, lejos de su propia órbita haciéndole doler el alma y sintiendo el frío, la oscuridad, que cruelmente se estaba instalando en sus huesos últimamente, a través de las visiones que no lo han dejado en paz. A su vez, mientras se sumergía en estos oscuros pensamientos, Obi-Wan despertaba de su sueño, acercándose a él.
—Un crédito por tus pensamientos—le dijo con una sonrisa que se llevó todo lo malo.
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Siendo honestos, jamás podría mentirle a su Maestro, a pesar de todo, ya que el corazón de él latía y se moría por el otro, por cada suspiro, por cada respiración que den los pulmones de Kenobi, por cada latido en el cual el corazón del hombre pelirrojo, bombeara sangre hacia su cuerpo. Su sol, tan cerca de él, tan lejos de otros mortales que no pueden sentir sus brazos que protegen la débil flama que era la luz de Anakin, quien sentía en sus huesos más y más la Fuerza, en cada paso, en cada atardecer...
Lo miró a los ojos sonriendo—Solo, tengo un mal presentimiento, asentándose en mi corazón.
—¿La guerra? —pregunta suspirando de nuevo por el tema—Temo, que siento lo mismo.
Entonces, ambos desayunan, sus corazones al borde del precipicio, pensando que hay algo más aquí que trata de apagar las llamas de sus corazones con la peor de las ráfagas, más como las aves necias, ellos vuelan en contra de esta oscura corriente. El martes, para Anakin la esperanza se iba de a poco junto a Obi-Wan, ambos sintiendo lo mal que estaba el Canciller al obligar a los Jedi a participar en la guerra, en dejarle un asiento en el consejo a Skywalker que, lo único que quería era volar lejos con su sol de esta guerra que los rodea, como un Ícaro, trata de volar lo más cerca del sol, aunque el de ojos claros, hijo de Tatooine, sabe que puede suceder con esto.
Con ello, se queda solo, con la misión de espiar al Canciller, lo acepta esperando en una parte de su corazón equivocarse, sin embargo, al pretender vivir en una vida como la que quiere, no ve las mentiras sangrientas que se clavan como puñales en las alas de su libertad.
El miércoles, se reúne con Sheev en la ópera, pensando en ella, a Obi-Wan quien estaba volando lejos y luchando por el futuro de ambos, lejos de todos, en la conexión misma de la Fuerza. Escucha la ópera, una canción de dos corazones que huyen de un mismo mal, entre tanto, usaba sus habilidades de espionaje para saber más acerca de está mancha oscura que con su fuerza en la Fuerza, podía ver en el alma de Sheev Palpatine, el hombre siempre lo ha tratado bien, no de manera condescendiente, como usualmente, el consejo, en ocasiones lo trataba, o bueno, eso fue antes de que Obi-Wan lo salvará de las garras de arder en su propia ira, llevándolo con los sanadores mentales para que estos, le enseñen como es realmente volar, amando cada parte de Kenobi al salvarlo de esta oscuridad.
Aunque, al parecer, esto no puede ser suficiente para ambos.
Le cuenta acerca de la tragedia de Darth Plagueis, cosa que él, gracias a noches de insomnio con su amado, conocía, de manera resumida, el hombre les había confirmado lo que sabían, sintió lastima por el pobre hombre, sabiendo que mañana, estaría en una prisión. Se retira sin más, pero esa noche...
Esa noche tiene una pesadilla, que le hace ver su destino, sabe que puede hacer algo para cambiar ese futuro en el que Obi-Wan muere, cayendo por culpa de un disparo, que sabe muy bien que es fuego amigo... Más la Fuerza canta, exigiendo que proteja las flamas de su sol, que no las deje apagarse.
El jueves, los Jedi van a arrestar al Canciller, no funciona, el hombre asesina a Kit, Fisto y a Mace... Anakin en cambio, tiene un objetivo en mente, antes de que el hombre pueda siquiera manipular la situación para él, Skywalker decide caer.
¿Cómo es caer lector?
¿Cómo es sentir que tú alma se divide en dos?
¿Un Ícaro pierde sus alas o gana unas nuevas?
Pues este, se sacrifica para poder ver otro amanecer, corta la cabeza de la serpiente y se convierte en el nuevo rey del veneno, sus manos alcanzan a proteger a su sol. Dando como Orden, al ser el nuevo emperador que la orden 66 sea anulada, sus manos dejando de temblar por alzar vuelo, aunque sus alas duelen al estar lejos de este sol que requiere, para que el frío que trae el lado oscuro deje de entrar en sus huesos.
Y el viernes, luego de proclamarse el Emperador, ve a su sol llegar como un ángel enviado del más dulce paraíso. Los Jedi, le temen por su nueva mirada, llena de un sentimiento al caer, pero es diferente cuando llega Obi-Wan, sus ojos, no son amarillos, ni algún tipo de color condenatorio, son, azules, como el cielo que quiere recorrer con su sol, en un eclipse, pues ahora era su luna. Kenobi lo mira, aún impresionado al verlo así, las capas dignas de un mandatario, vistiendolo de manera que nadie más lo ha de recordar. Obi-Wan estaba golpeado, herido en ciertas partes, pero vivo...
¿Y Ícaro?
Feliz de que su sol, no se haya apagado. Aunque, este ahora le tenía miedo, miedo por no saber cuánto dolió la caída, miedo por no saber si era el mismo, aunque luego de un día, sabe que nada ha cambiado.
—¿Te dolió? ¿La caída?
—No, fue como volver a volar.
Y con eso, ambos aprenden, el sábado Anakin es coronado y Obi-Wan junto a él, comienza a planear como arreglar este desastre, el viento soplando a su favor para volar cerca del sol, sin miedo de que todo se arruine. Ícaro ahora, es una nueva estrella que se acerca sin miedo hacia las flamas de su sol, para sentir el viento en sus alas. El domingo comienza la nueva era, la oscuridad que torturaba el corazón del Elegido fue cambiada, un descanso de días extenuantes expuesto al sol doloroso que no era como su Maestro...
¿Pero caer que puede hacer por él?
Hacerle despertar, quitarse la venda y ser realmente libre.
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alasdepaloma · 1 year ago
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“¿Tan poco interesante es mi mundo que todos al final terminan marchándose?”, ella le preguntó a sus únicas amigas, las estrellitas danzantes de la noche. “¿Por qué pareciera que soy interesante al principio y al final huyen como si mi universo los fuera a devorar?”. Ella era feliz así, solitaria… En silencio y bajo el chispeante cielo estelar. Nada la hacía sentir más plena que el viento y la natural melodía resonante de esa dama nocturna. Cerraba sus ojitos mientras sus piecitos jugaban con la tierra y se dejaba abrazar por el viento donde evocaba el abrazo del amigo que siempre ha anhelado tener. El columpio se balanceaba, el viento se hacía más fuerte y así mismo el abrazo que evitaba que sus lagrimitas emergieran y que aumentaba el rubor de sus mejillas aún plagadas de inocencia y de fe por ser besadas por el tacto del verdadero amor.
“Díganme estrellas, ¿por qué todos se van? ¿Por qué nadie se queda? Me gusta mi mundo, a mí me gusta mucho, creo que él y yo tenemos mucho que aportar a otro ser humano, creo yo que tengo mucha ternura qué obsequiar, muchos abracitos con mis manitas pequeñas y muchos besitos con la humedad de mis labios. Anhelo tener un amigo. Sí… Amo mi soledad, y es gracias a ella que he aprendido a amarme pero, todo este amor que ahora soy quiero compartirlo con alguien más. No soy de darme a todo mundo… Me gusta caminar a solas, pensar, imaginar, soñar y escribir sobre la tierra. Me gusta platicar con los ángeles y con esos seres en mi cabeza que siempre han estado ahí para aconsejarme a bien. Mi locura ahuyenta. ¿No habrá por ahí otro loquito que quiera conjugarse conmigo? ¿Que se interese por adentrarse a mi esencia y que quiera caminar de mi mano bajo la sombra de los árboles durante horas, conversando sobre lo mágico que resulta ser niños? Ojalá, ojalá estrellitas titilantes, se enciendan aún más y guíen a esa almita hacia mí… A esa a la que yo pueda rodear con mis brazos y no se asuste porque derramo todo mi amor encima de él. Ojalá y ese alguien me abrace tan fuerte, tan fuerte, sumamente fuerte, que se asegure de conocer mi noche, se enamore de ella, se involucre con ella, se vuelva cometa y me lleve a dar un paseo que dure un infinito. Porque, repito, aunque me siento plena así, creo que merezco columpiarme con alguien y ya no jugar solita jamás.”
—Paloma.
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hablemosderol · 2 months ago
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Hablemos también de lo bueno
¡Hola! 
Oficialmente este tumblr se ha convertido en mi blog favorito. Pensaba que no vería nunca un espacio como este donde poder hablar de este hobby apasionante en un ambiente respetuoso y constructivo. Creo que es muy, muy positivo todo lo que estáis haciendo, la forma en la que desarrolláis los temas de los que necesitamos hablar porque, entre otras cosas, como decía un anon antes, necesitamos saber que somos más personas las que huyen de los vertederos de desinformación y apuestan por una conversación sana.
Dicho esto, aunque sigamos hablando y analizando los problemas que nos encontramos en la comunidad, me gustaría hacer una pausa de domingo para hablar también de lo bueno. Si estamos aquí es porque hay cosas que nos motivan a seguir a diario y me encantaría leer de vez en cuando lo que mueve a cada uno a mantenerse en el rol a pesar de los problemas mencionados.
Empiezo yo. Sí, soy staff. Sí, cargo con bastante peso y responsabilidad, pero aunque haya días que necesite el descargo por las situaciones que me toca vivir, me merece la pena al mil por ciento. Por ejemplo, cuando algún user que no me esperaba me escribe y me dice que ha disfrutado mucho la trama general, o que esos nuevos objetos le han encantado, o incluso cuando se sienten con la confianza suficiente de darme una sugerencia para hacer algo más divertido o mejor. Me merece mucho la pena cuando algún compañero del staff propone algo nuevo para seguir avanzando en el proyecto, porque me emociona su compromiso y su implicación. Me enorgullezco de ellos, que no sólo brindan su tiempo, creatividad y ganas a disfrutar de sus roles, sino que, entre otras cosas, acogen a gente nueva dándoles rol aunque la mayoría acabarán en cangurismo y ghosteo y lo hacen siempre pensando en positivo y no en que seguramente será una pérdida de tiempo. Sin personas así a mi lado, esto no tendría sentido para mi.
Como user viví lo mejor y lo peor de este mundillo, experiencias de acoso como las que se han comentado, pero también foros maravillosos que me hicieron volar hasta el espacio. Me cansé de las dinámicas de foros que morían a los dos meses, de usuarios que dejaban tirado todo porque les entraba el hype con el siguiente foro de moda y de los comportamientos tóxicos. Así que hace ya un buen tiempo decidí crear mi propio proyecto por mera supervivencia, porque quería un lugar estable y libre de veneno. Y me encontré con que esta decisión fue la mejor que podía haber tomado, porque comparto a diario ese trabajo en equipo con tres personas maravillosas y estamos haciendo lo que nos gusta, haciendo crecer una comunidad tranquila que sólo quiere rolear y pasarlo bien, dejando el ruido innecesario lejos, aunque de vez en cuando alguien mee fuera del tiesto.
En resumen, que aunque he vivido muy buenos momentos en el mundo del rol como user, mi mejor experiencia es la actual, que no está exenta de lidiar con problemas, pero me está enriqueciendo mucho como persona y como roler.
Feliz domingo.
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taiga-aiusabi · 1 year ago
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Sobre Analizando! Probablemente.
Sigo firmemente convencida que, mientras exista la posibilidad de una tercera temporada, no hay manera ni forma que DJ prescinda de Izzi (quién aparentemente es su personaje consentido, por así decirlo) ni de Con O'Neill, uno de sus actores más fuertes, y quién además, muy evidentemente, ama ser parte de esa familia disfuncional. Además, sería como dejar una mesa muy sólida de tres patas, inestable solo en dos, y no me refiero a la relación principal, me refiero al show. Tampoco estoy diciendo que RD (quién está haciendo un trabajo exquisito y conmovedor) y TW no sean capaces de soportar todo el peso la trama y sacarla adelante, porque lo son y lo demuestran con creces...
Otras observaciones que me dan esperanza de su supervivencia son: los indicios de su muerte se fundamentan en el "funeral" y su ausencia de éste, pero esto ocurre en la etapa del "rescate" de la tripulación, todos están vistiendo sus ropas usuales. Luego viene la etapa del plan y el contraataque, en la que todos están vestidos con uniformes británicos? (Pensé que el uniforme británicos era esencialmente rojo), e Izzi está allí, Izzi es quién tiene de "rehén" al príncipe R. Cuando todos huyen, aún con esta ropa, Izzi está entre ellos, sostenido entre Frenchie y Lucius? Tal vez herido, tal vez... quién sabe.... Pero esos indicios que a otros le suman la muerte de Izzi, a mi me da esperanza de su supervivencia.
Ahora Stede Bonnet, mi querido, querido Stede (mi personaje favorito por lejos). La humillación que sufrió a manos de la reina pirata aún me duele y me resulta intragable. Acaso Stede reaccionó peor que Edward ante su abandono? (Por cierto que Edward ha dejado a Stede dos veces, y la primera vez sí que lo dejó por un verdadero payaso, solo porque le había salvado la vida, pero Stede no le salvó la vida tambien? Y podrán decir que Edward volvió, pero Stede también. Y en principio, Stede no se fue "voluntariamente" y ya que tan casualmente reveló lo de las cartas, me gustaría saber si se revelará lo del secuestro de Badminton 2.
Se ve, en la huída, que el enfrentamiento contra los ingleses, y probablemente otros Estados, se prolongará y será parte de la trama de la siguiente temporada... Esto no es algo que se resuelva fácilmente. Y si están huyendo, significa que, aún cuando pudieron o no lograr su objetivo, han sido descubiertos y superados.
La escena de Ed con la mano ensangrentada, no sería muy poderosa si esa sangre fuera de Stede y esa escena estuviera entre el final y Ed estuviera arengándolos a luchar para rescatar a sus seres amados y restituir su cultura pirata? Todo esto es puro romanticismo de mi parte, otra parte de mi quiere que sí, se establezcan alianzas para luchar por su estilo de vida, pero que Stede esté allí de pie junto a Edward, y ese es mi lado romántico hablando...
Stede Bonett, Cariño, has crecido tanto, mereces ser amado, mereces ser respetado y mereces ser feliz
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diolimpia · 1 year ago
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No todo el mundo puede tener la suerte de estar con una mujer complicada.
Suerte sí, porque las mujeres difíciles son como el agua limpia de una cascada, son fuertes, brillantes, sinceras. Las mujeres difíciles no se conforman, pueden ser tan crueles como el diablo y adorables como el más bello de los ángeles. Huyen a menudo, se enfadan y aveces gritan sin control pero siempre te miran a los ojos... siempre. Son difíciles porque son inteligentes, muy inteligentes, incontrolables. Tienen los ojos casi siempre tristes, casi siempre felices, casi siempre las dos cosas. Saben amar, pero lo que se dice amar, amar fuerte, sin límites !!! ,no puedes detenerlas cuando aman, como no puedes detener una tormenta cuando llega. Y es lo que hay,,,,,Estar al lado de este tipo de mujer es vender tu alma al diablo, significa abrazar la locura, porque estar loco es lo que te hacen sentir. Luego miras atrás y piensas que tal vez sin ella habrías estado mejor, más tranquilo, mas sereno, quizás si , quizás no ...
Pero con ella sentirás la vida y después de eso sin ella querrás morir !!!.... Hay quien abandona a este tipo de mujeres, quién se va.... pero puedo aseguraros que nadie las olvida... porque son terriblemente hermosas, complicadas e irremplazables.
Yo diría que son edición limitada, así de simple....
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waltfrasescazadordepalabras · 4 months ago
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Sonata de otoño.
En el ámbito familiar y en el contexto que se suele mover la mayoría de los mortales, en alguna ocasión hemos sido testigos de quejas y lamentos exteriorizados en algún momento por gente normal que piensa que esas situaciones solo les ocurren a ellos. Me estoy refiriendo, concretamente, a la relación que se establece entre madre e hija, y que es objeto del análisis de esta película de Ingmar Bergman, “Sonata de otoño, (1978), rodada, como la mayoría, en el entorno de una isla, seguramente la de Farö, mostrando como en tantas otras, la presencia del mar como aliado, cómplice de sus historias, argumentadas en soledad, destilando un verbo tortuoso que, plasmado en oscuros guiones, nos ofrecen las mejores películas que han transitado por las pantallas del siglo XX.
Y es en “Un verano con Mónica” donde podemos ver la isla donde se refugian dos adolescentes que huyen de la presión familiar interponiéndose a su amor. Pero para más agua, es en “El séptimo sello” donde vemos al Señor feudal que regresa de la guerra santa para enfrentarse con la muerte que le aguarda y llevárselo con él, dándole la oportunidad de jugársela al ajedrez, eligiendo, lógicamente, las negras, para la muerte. Pero centrándonos en la relación filial que nos ocupa, Bergman ya había escenificado el tema en una de sus primerizas y experimentales películas que, lo aborda, con demasiada madurez, habida cuenta de la temprana edad cuando la dirigió, “Ciudad portuaria” (1948); no obstante, hemos de reconocer que la experiencia teatral acumulada por Bergman le hace salir airoso con esta película de escaso presupuesto e interpretaciones primerizas.
Aparcando el obsesivo dilema de la existencia de Dios, que en otras películas es el eje principal, llegamos hasta las Sonatas, enfrentando a una famosa concertista que visita a su hija después de 7 años de ausencia, para descansar de una temporada ansiosa. Eva, su hija, está radiante con la presencia de su madre, que pronto derivará en un duelo insoportable, donde las frases y los reproches van incrustándose en la piel del ambiente como cuchillos afilados que han estado enfundados durante mucho tiempo en las alforjas del recuerdo infantil. Y es a partir del preludio número 2 de Chopin, que toca Eva, pidiendo la opinión de su madre, cuando empieza a sentir el desprecio que siente esta por ella, explicándole el sentido de la pieza. Y en cada sonido que su madre interpreta, en cada tecla que suena, intenta hacerle comprender los pensamientos del compositor que nada tienen que ver con la interpretación que ha realizado ella.
Y para dar vida a esta trama familiar, Bergman reúne a dos de sus alter ego. Eva (Liv Ullmann) es la hija. Charlotte (Ingrid Bergman) es la madre autoritaria y fría, Bergman, el director, que con su fino bisturí es un cirujano, diseccionando las capas emocionales, aflorando en su más sutil exposición, los pensamientos de una hija airada que se siente ignorada por su madre: “Te idolatraba, mam��. Para mi eras la vida o la muerte, pero no me fiaba de tus palabras. No expresaban lo que yo veía en tus ojos [. . .] por instinto aprendí que casi nunca sentías lo que decías. No comprendía tus palabras. Lo más espantoso es que sonreías cuando te enfadabas. Todo lo hacías en nombre del amor. Tenías necesidad de creerte que nos querías a mí, a papá, a Elena. Eras una experta en los tonos y los gestos del amor. La verdad es que deberían encerrarte para que no hicieras más víctimas”.
La sutilidad del enfrentamiento filial, va in crescendo, a través de primeros planos que se interponen: madre e hija ocupan la pantalla con sus atentos rostros entristecidos por la exposición de Eva: “Tú pensabas que yo era un ser desagradable, poco inteligente y estúpido, un ser inútil, y me hiciste daño para toda la vida con tu desprecio, y desde ahora no podrás olvidar nunca mi dolor”. ¿Mamá, es mi dolor, tu placer secreto”? Y así va construyéndose un espacio de mutua sinceridad. Y Carlotte, también tiene oportunidad de expresar sus carencias emocionales: “Recuerdo muy poco de mi niñez. No recuerdo que mi padre y mi madre me acariciaran. Por ello, solo a través de la música tenía oportunidad de exteriorizar mis sentimientos” Pero Eva insiste en su deliberado tormento: “¿Es la infelicidad de la hija el triunfo de la madre?
Bergman, que también mantuvo una relación muy difícil con su padre, nos deja esta obra teatralizada que sirve para dualizar ambos comportamientos de una mente privilegiada que nos ha dejado una obra inmensa. Y no podía faltar la referencia a Dios, por ello, en la imagen final, Eva piensa sobre la visita de su madre: “Ahora no me puedo morir, no me decido a suicidarme. No tengo derecho a liberarme de esta prisión porque quizá Dios quiera utilizarme”. Reflexión final que sirve para enmarcar esta obra, plagada de existencialismo, con la propuesta religiosa, continuar una filmografía que abarca una obra siempre con el desafío pendiente, invitándonos a continuar descifrando las claves de su atormentado pensamiento, expuesto en “La linterna mágica”.
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moongirl-26 · 4 months ago
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Una triste canción...
Una canción que suba mi animo, que me haga sentir la nostalgia, la cual en mi parecer es magia y se convierte en arte para quienes somos melancólicos y sufrimos de esa enfermedad llamada tristeza. Una triste melodía que en vez de hacerme llorar, me ayuda a crear, a sentir y comprender. No me gusta evadir a la tristeza porque lo hay en todo y en todos, no es mi enemiga, es una aliada, la que me ayuda a crear la magia artística a través de las letras que destilan gotas de mi corazón. Una triste canción que trae a mi la melancolía del desamor, de la desilusión, la pena de tener el corazón roto, que no son mis enemigos, por eso no han apagado la llama de mi alma, si no que, me han ayudado a crear arte, a describir de manera explícita el dolor, también a comprender bajo la empatía a quienes como yo han encontrado belleza en ser nostálgico, melancólico y triste, a quienes no huyen de estas cosas, si no que, hacen una alianza armónica y equilibrada para que la magia surja del alma y así crear letras que se inmortalizarán. Una triste canción para sentirme mejor ¿Contradictorio? ¿Loco? Quizá, pero a los que hemos nacido con la afinidad de la melancolía es muy lógico.
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cutiepansstuff · 8 months ago
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La espera valió la pena
Richarlyson es un pequeño niño que ha vivido en un orfanato por toda su joven vida, sin una piernita las familias usualmente le huyen, su esperanza a ser adoptado no era la más alta, pero siempre estuvo dentro de su corazoncito.
Advertencia ⚠ Mención de pérdida de miembros y depresión.
Richarlyson como todos los días estaba jugando solo con unos juguetes viejos del orfanato, todos los demás niños se encontraban corriendo y riendo, ignorando al pequeño niño de afro, las monjas siempre mantenían un ojo en aquel pequeño desde el momento en que llegó, siendo tan solo un bebé, fue abandonado en las puertas del edificio con una camisa de algún partido brasileño y un pañal sucio, era un niño amable, educado y sociable; pero las familias no querían un niño “imperfecto”.
No saben qué pasó, si fue por nacimiento o por algún accidente trágico, pero la pequeña pierna derecha del niño se encontraba amputada hasta la mitad de su muslo, no podía correr como los demás, apenas podía caminar con un pequeño bastón creado por el amable carpintero de al lado, no contaban con los fondos suficientes para conseguirle una prótesis, y las familias que llegaban usualmente solían ignorar al pequeño.
Ese día como cualquier otro se le acerca una de las monjas, con voz suave le dice que alguien quiere conocerlo, dentro de su asombro el niño solo se levanta y acompaña a la mujer hacia la habitación donde regularmente se conocían los adultos con los niños que deseaban adoptar, una habitación a la cual nunca había entrado. Dentro de la sala le esperaba un joven pelirosa de lentes, camisa verde con algún logo raro y pantaloncillos blancos con motas verdes, muy característico, a decir verdad.
− Hey, tu debes ser el pequeño Richarlyson.
Pasaron dos horas platicando y jugando, el niño descubrió que el adulto se llamaba Mike, venía de Brasil, posiblemente de dónde el también vendría, hablaron de lo que les gusta hacer en el día, cuál es su juego o juguete favorito, le explicó que él estaba ahí por un amigo, llamado Pac, hablaron demás cosas hasta que tocó la hora de irse, Mike le prometió volver los siguientes días.
Cuando vio al adulto irse no tenía esperanzas en que siguiera su promesa, hasta que llegó el día de mañana a la misma hora, y al día siguiente, y al día siguiente de ese, le llevó ropa nueva, juguetes, libros, le enseñaba fotos de sus amigos y familia, Richarlyson por un par de horas al día se sentía dentro de una familia real.
− ¿Vas a adoptarme?
Un día preguntó, ya no aguantando la curiosidad.
− ¿Yo? No, no voy a adoptarte.
− ¿Y por qué vienes todos los días a verme?
− Porque un amigo es quien quiere adoptarte.
− Si quiere adoptarme tu amigo por qué no viene a visitarme.
− Es algo tímido y tiene una gran sorpresa para ti.
Así terminó la conversación el último día que vio a Mike, pasaron dos días cuando sus esperanzas volvieron a decaer, todos los niños son adoptados menos él, no entendía por qué, por qué nadie lo quería, ni sus padres biológicos ni los adultos que vienen todos los días a verlos, se había encariñado de Mike, quería volver a verlo y que lo llevará a su casa, a pasar aventuras y conocer a sus amigos, incluso vio que muchos de ellos tenían hijos cercanos a su edad, quería conocerlos y jugar con ellos, quería formar parte de una familia de verdad.
Al quinto día de la última vez que vio a Mike fue despertado por el tono alegre y emocionado de una de las monjas, le comentó que alguien quería verlo, con la esperanza de tratarse de Mike el niño se levantó de su cama, se vistió, tomó su bastón y yendo lo más rápido que podía camino hasta la habitación; al entrar no se encontraba Mike, se trataba de un pelinegro que ya había visto anteriormente en las fotos de Mike.
− Hola Richarlyson, soy Pac, espero que Mike te haya hablado de mí.
El niño se sentó frente al adulto, le preguntó por qué fue él a visitarlo y no Mike y el adulto sólo desvió su pregunta comenzando una conversación muy parecida a la que tuvo con Mike el primer día que lo conoció, pasó el tiempo y antes que terminará el tiempo de visita, el brasileño mayor le mencionó que tenía algo que enseñarle.
− Mira Richarlyson, soy como tú.
Menciona mientras levanta el lado derecho de su pantalón, dejando ver una pierna prostética, dejando impresionado al pequeño de afro.
− Richarlyson, recuerdo una vez pasando por el parque vi una recolecta de fondos para los niños de este orfanato, en una de las imágenes te vi ahí, tan sonriente con tu bastón de madera, ese mismo día vine y pregunté por ti, las monjas me dijeron como las familias prefieren a niños pequeños y “sanos”, como siempre eras de los primeros en alistarte ante la visita de familias y nunca eras escogido por estas, cuando perdí mi pierna lo único en lo que pensé fue que había perdido mi vida y felicidad, me tomó mucho tiempo de rehabilitación en volver a ser quien era y cuando te vi, tan pequeño, feliz y esperanzado, mi corazón dijo que debía de cuidarte, protegerte, amarte, mandé a Mike para que te conociera, todos los días me comentaba sobre ti, me hubiera gustado venir a conocerte pero quería tener esto primero.
Termina su monólogo pasándole una caja rectangular, al levantar la tapa sus ojitos marrones no pudieron evitar llenarse de lágrimas al observar una pierna prostética, muy similar a la del adulto, pero del tamaño perfecto para un niño como él.
− He hablado con las monjas y los papeles están casi listos, solo quiero que me lo confirmes, Richarlyson, ¿te gustaría ser mi hijo?
− ¡Papá!
Sin más palabras el niño se lanza a los brazos del pelinegro, quien lo atrapa en un cálido abrazo, acaricia su espalda recibiendo sus suaves sollozos de alegría, ansiaba tanto ese día y no creía que pudiera haber alguien mejor que Pac para que lo criará. Aunque no pudo llevarse al pequeño ese mismo día, eso no desanimó a ninguno de los dos, al día siguiente el pequeño fue recibido no solo por su nuevo padre, sino también por Mike y todos los demás amigos que había visto únicamente en fotos, con ayuda del pelinegro pudo caminar por primera vez con dos piernas; se despidió de las monjas y los demás niños del orfanato prometiendo visitarlos constantemente.
Al final de toda la espera valió la pena, ahora se encontraba rodeado de la calidez que únicamente se imaginaba en sueños.
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