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#Alejandro Montaldo
verrev · 7 years
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Artista: Julieta Barderi, Leonardo Cavalcante, Dolores Casares, Alejandro Montaldo, Nicolás Pontón Título: La soledad más poblada del mundo Curadora: Mariana Rodríguez Iglesias Dónde: Quadro Galería Fechas: 22 de julio al 26 de agosto de 2017
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Sólo contigüidad de velocidades Sobre la exposición colectiva y reapertura de Quadro por Mariana Rodríguez Iglesias, curadora.
Los festejos que más me gustan se parecen a un remedio, o un antídoto en tiempos de oscuridad. Antes que el final catártico de un período de esfuerzos dirigidos a un logro –esas fiestas que celebran lo conquistado– me conmueven las fiestas que se piensan a ellas mismas como interminables, aunque a efectos de lo concreto no lo sean. Interminables, digo, porque son como la esencia de un presente puro. En ellas importa más el encuentro a ver qué pasa y en ese “viéndonos juntos”, con intensidad y sin guión, la celebración espontánea le gana a la amargura extramuros.
No es lo mismo salir una noche a bailar a ser invitada a una reunión. Las expectativas –el proyecto de noche– es muy diferente. Siempre me llamó la atención como al estar bailando en una fiesta, rodeada de otros cuerpos que se expresan, que dan y que toman cantidades enormes de energía, me percibo tanto a mí misma que me siento más sola que otras dinámicas grupales. Sola porque el efecto que me produce bailar prestando únicamente atención a mi cuerpo y a la música extremadamente alta me repliega a habitar mi cabeza con una intensidad diferente a como lo hago en el resto del día, en otras interacciones con la realidad. Mientras me muevo y percibo lo que pasa mi alrededor con los demás, el diálogo conmigo misma no para y se profundiza el aislamiento a medida que crecer esa poderosa conexión física con la música. Se vuelve más potente cuando cierro los ojos y, por lo tanto, me meto más y más adentro mío sin percibir los cuerpos en proximidad. Pero no todo es cháchara mental, siempre algo rompe la burbuja en la que estaba y me veo interpelada en alguna pasajera relación con algún desprendimiento de esa masa de siluetas a oscuras que me rodea y que de a poco va tomando la forma conocida o desconocida de una persona. Sea como sea, es un tipo de soledad –a veces bien habitada por palabras o por percepciones– que puede estar cargada de goce y de un absoluto disfrute de mí o tener una tendencia ansiosa y de expectativas no cumplidas en función de esa cantidad masiva de otras personas que me acompañan, con las que nos rozamos, que miro o me miran, con las que podrían suceder mil cosas o ninguna. Estar rodeada y estar sola, en un contexto de aparentes posibilidades y contactos, donde la moneda de cambio es el afecto y el enganche con otras vibraciones y otros cuerpos, el efecto esperable: eso sólo me lo da el estado de fiesta. No pasa en las reuniones. Me refiero a esos encuentros grupales por ocasión de algún cumpleaños, recibimiento o un encuentro de esos que desafían las agendas de todos. En esas reuniones la dinámica es otra y la sensación de soledad por aislamiento no es un tema. El roce, las miradas, los contactos pasajeros o las posibilidades de lo que pueda suceder tampoco lo son. Los grupos suelen estar distribuidos en un living extraordinariamente deshabitado de muebles. Es probable que alguna lámpara haya quedado demasiado baja iluminando una mesa ausente, entonces separa la contienda de amigos a un lado un otro del espacio abierto. La mayoría de las veces sucede que pasada la velada las agrupaciones de afines nunca se mezclaron y aquellos que llegaron a encontrarse con algún conocido de la secundaria, en común con el dueño de casa, se van de la reunión sin haber cruzado palabra con el compañero del trabajo del anfitrión. Tendemos a reunirnos con aquellos que ya conocemos porque implica una buena suma de energía abrirse camino entre desconocidos que se conocen de antes. Así, el efecto es el de mantener un status quo de los afectos, la reproducción de lo conocido. Entre la reunión y la fiesta, son tantas las diferencias como las que hay entre estar acompañada, pero sin mezclarme o sola pero rodeada de otros como yo.
Tomé prestado para el título una frase del extraño y potente ensayo de Peter Pal Pelbart en el que invierte y radicaliza la pregunta deleuziana hacía un Cómo vivir solos. Muy solos, cada vez más solos. Así, conocer el desierto que somos, pero tapamos de innumerables eficiencias y dispositivos de lo subjetivo. El autor imagina así una comunidad en la que no rigen los vínculos de pertenencia ni las relaciones explicativas, sino lo pasajero, las contigüidades. Rescato una serie de preguntas orientadas a pensar una comunidad por venir que me gustaría hacerle también al montaje de esta exposición –una expo colectiva sin un tema que unifique la totalidad, más parecida a una fiesta que a una reunión.
¿cómo sostener un colectivo que preserve la dimensión de singularidad? ¿cómo crear espacios heterogéneos, con tonalidades propias, atmósferas distintas, en los que cada uno se enganche a su modo? ¿cómo mantener una disponibilidad que propicie los encuentros, pero que no los imponga, una atención que permita el contacto y preserve la alteridad? ¿cómo dar lugar al azar, sin programarlo? ¿cómo sostener una “gentileza” que permite la emergencia de un hablar allí donde crece el desierto afectivo?
En un mismo, espacio cuerpos y obras reunidos bailando la misma música, aunque resuenen distinto con cada vibración de los bajos, manteniendo un diálogo íntimo consigo mismas, de manera que los roces entre ellas sean pasajeros. Una metáfora en montaje: “una aparente similitud que sirve como excusa para poner en escena una no similitud”. Una colectiva como una fiesta de soledades y no una reunión de coherencias forzadas. Y en esta fiesta un poco darky, un poco alucinada, mientras ensayo un paso fuera de moda al ritmo de la música, medito sobre esas ideas que hace unos días barajamos con los artistas acerca de sus obras.
Voy a empezar por los extremos de un posible recorrido por la galería. Eso que nos recibe y lo que está más escondido. Sucede que ambos son dibujos, pero de naturalezas distintas. Son, también una estalactita y un fantasma como dos solitarios personajes de una historia delirante. La estalactita de Leonardo Cavalcante interrumpe en la entrada y es un dibujo, pero de hierro construido en el espacio. El fantasma de Dolores Casares se ubica en un recoveco apartado y es la sombra intermitente de una escultura que importa más por el dibujo proyectado que por sí misma. En algo se parecen: los dos juegan con el foco y lo borroso, con esa incapacidad del ojo de tener a la figura y al fondo en un mismo nivel de claridad. Un objeto que remite a lo que crece espontáneamente: la Naturaleza menos como utopía que como incomodidad; la persistencia de un recuerdo que se estructura en su molestia, pero deja ver a través de sí; el mensaje encriptado que llega en un sueño. En los límites del dibujo el plano es tanto un resultado como una negación. En un pendular entre la tridimensión y la bidimensión, la artista vuelve a poner en tela de juicio los artificios que sostienen la veracidad de la mirada. Espacios cocidos, dibujos bordados, esculturas como medio para el dibujo y fantasmas como resultado sólo provisorio.
El fracaso meticulosamente representado en los dibujos de Alejandro Montaldo. La persistencia y la reiteración de un ritual con un sentido preciosista de la descripción, persiguiendo la mímesis para representar muchas, muchas tapas de mendicrim… rotas. ¿qué sentido tiene tomarse más de un año para completar el minucioso retrato de un objeto tan poco valioso hasta completar un número absurdamente alto de intentos/copias? Paradoja: sabemos que algo está ahí sólo cuando falla. O algo sí decía Heiddeger, ¿no? “No nos encontramos con las cosas primariamente como entidades presentes frente a la conciencia. En realidad, las entidades se nos hacen presentes de modo excepcional cuando funcionan mal”. Todo lo que funciona bien, por lo tanto, sería invisible. ¿el artista es aquel que, en una mirada crítica de lo que lo rodea, saca a la luz algo que en apariencia estaría funcionando bien? ¿es quien pone en escena una falla para que esa entidad –invisible por su “buen funcionamiento”– empiece a ser visible?
El espejo es donde nos podemos ver a nosotros mismo, donde nos encontramos con la imagen que tenemos de nosotros, no con nuestra vida interior. Lo que el espejo nos devuelve es sólo una lista de propiedades organizadas que aluden aquello que verdaderamente somos, nuestra esencia. El espejo no ofrece nuestra verdadera intimidad y tal vez ni la más consciente de las introspecciones nos permite ese acceso. Otra vez, un esfuerzo –presente en esta obra de Nicolás Pontón en el trabajo de apilar una carta sobre la otra sin que se caigan– para obtener muy poco o nada. ¿pero se trata de una relación de esfuerzo-ganancia, de expectativa-pérdida? Tiene que haber algo más. Si fuera metáfora, ¿cómo es el ejercicio? La vida interior de un castillo de naipes: fragilidad, lo pasajero y momentáneo por su vulnerabilidad, por lo menos en tanto estructura. Y, sin embargo, allí está, sosteniéndose a sí mismo. Paleta de colores reducido. Objeto para jugar, desde hace mucho tiempo. Elemento para entrar en relación con otros a través del juego o la adivinación. También permite solitarios. Pero este castillo de naipes se completa con su doble simétrico intangible, la pura imagen: su reflejo, tan frágil como el que se puede tocar porque si uno cae, el otro también. En definitiva, esa estrecha relación de sujeción al peligro inminente de derrumbe es lo que nos pone en aviso acerca de lo impenetrable de la esencia de las cosas o de cómo la imagen sólo alude a las cosas dejándonos siempre un coeficiente de vida interior al que no accedemos. Porque, si el castillo de naipes se cae ¿qué pasa con su intimidad, con su esencia? Nada, seguirá siendo esa oscuridad tormentosamente abstracta que era incluso antes de construir ese particular castillo de naipes que se espeja a sí mismo. En el espejado, en que la construcción física y su imagen tengan la misma capacidad de mostrarnos el mundo de eso que vemos, ahí se pone en juego la ejecución de una certeza que me tomó muchas palabras definir.
De las pinturas de Julieta Barderi, me acuerdo que cuando visité su taller me hicieron pensar en cosas que no nos animamos a decir. Entre bastidores apoyados contra la pared y dibujos en el piso, hablamos sobre la indeterminación, sobre suspender lo visible como una manera de suspender la razón: ¿cómo es posible que seamos los humanos capaces de tantas cosas terribles, de violencia y tortura, de guerra y odio? No cabe lógica para eso y sin embargo ahí la tenemos, siempre dispuesta actuar cuando algo no entendemos. Entonces, me acuerdo de Gilles Deleuze que en un ensayo del ‘95 –siempre me llamó la atención lo temprano que llega esta observación– dice algo así sobre el silencio. Propone que sufrimos un exceso de comunicación, que estamos atravesados de palabras inútiles, de una cantidad demente de palabras e imágenes y que sería mejor crear “vacuolas de soledad y de silencio” para que por fin tengamos algo que decir. Vacuolas, compartimentos cerrados dentro de una célula. En las pinturas de Julieta son momentos en los que la soledad y el silencio aparecen como una negativa a ofrecer sentido, a dar imágenes claras, opacar, desmantelar la figuración. Bruma y arenas movedizas: preferiría no hacerlo. No hacer con la pintura en una dirección clara ni totalizante, no hacer figuración, tampoco abstracción y así desterritorializar el lenguaje de la pintura.
Ser un desierto, ser uno mismo. Peter Pal Pelbart, para cerrar: Es la soledad más poblada del mundo. Lo que importa es que desde el fondo de ella se puedan multiplicar los encuentros. El desierto, la experimentación sobre sí mismo, es nuestra única identidad, nuestra única alternativa para todas las combinaciones que nos habitan. “Basta de vínculos, sólo contigüidad de velocidades” Una subjetividad más esquizo, fluida, de vecindad y resonancia, de distancias y encuentros, más que de vinculación y pertenencia. Más propia, tal vez, de una sociedad de control y sus mecanismos flexibles de monitoreo, que de una sociedad disciplinaria y su lógica rígida de pertenencia y filiación.
Links: Julieta Barderi Leonardo Cavalcante Dolores Casares Alejandro Montaldo Nicolás Pontón Quadro Galería
La soledad más poblada del mundo. Julieta Barderi, Leonardo Cavalcante, Dolores Casares, Alejandro Montaldo, Nicolás Pontón Artista: Julieta Barderi, Leonardo Cavalcante, Dolores Casares, Alejandro Montaldo, Nicolás Pontón Título: La soledad más poblada del mundo…
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lucrecialionti · 5 years
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Damero Illusio 150 x 150 x 5 cm. Tela, hilo, fieltro, papel, témpera. 2019
Foto: Gustavo Sosa Pinilla. Gentileza: Colección Amalita.
PREMIO FUNDACIÓN FORTABAT
Seleccionados Artistas mayores de 35 años: Sergio Bazán, Juan Becú, Gisele Bliman, Florencia Bohtlingk, Sofia Bohtlingk, Dolores Casares, Juan Alejandro Castillo, L&D Chiachio & Giannone, Cynthia Cohen, Andrés Gastón Compagnucci, Roberto Cortés, Pablo de Montaldo, Juan Martin Di Girolamo, Diana Dowek, Manuela Durañona y Vedia, Franco Fasoli, María Ferrari Hardoy, Diego Figueroa, Onofre Roque Fraticelli, Valeria Gopar, Alicia Herrero, Mario Inchauspe, Ricardo Laham, Catalina León, Valentina Liernur, Valeria Maculan, Gustavo Marrone, Paula Otegui, Aimé Pastorino, Diego Perrotta, Julián Prebisch, Deborah Pruden, Victor Quiroga, Lucas Rocino, Belén Romero Gunset, Luciana Rondolini, Cristina Schiavi, Cristian Segura, Pablo Andrés Sinaí, Richard Sturgeon, Inés Szigety, Leila Tschopp, Paola Vega, Gabriela Winicki, Horacio Zabala
Jóvenes, artistas de 18 a 34 años: Manuel Aja Espil, Andrés Alvez, Paz Bardi, Sofía Berakha, Cecilia Catalin, Alfredo Dufour, Nahuel Ferreira, Esteban Giannone Martinez, Camila Lamarca, Diffusion Line, Lucrecia Lionti, Gimena Macri, Valeria Maggi, Nadia Martynovich, Federico Manuel Mesaroli, Tiziana Pierri, Andrés Piña, Nicolas Ponton, Victoria Renzo, Nicolás Romero Escalada, Ana Clara Soler, Ariel Venegas, Mayra Vom Brocke Jurado: Mari Carmen Ramirez, Marcelo Pacheco, Pablo León de la Barra, Amalia Amoedo y Rodrigo Alonso
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NTVG | "Los Villanos" from NIKO on Vimeo.
Client: NTVG Production Company: NIKO Written and Directed by: Piter Moreira Producer: Fede Masini Executive Producer: Fede Masini Prod. Manager: Milena Mariño Art & Design: Augusto Goicoechea Storyboards: Augusto Goicoechea Animation: Alejandro Barbosa, Gabriel Otero, Patricia Silveira, Marcelo Montaldo, Valentín Berardi, Marcelo Rabuñal. Compositing: Piter Moreira Rendering: Henry Castro SFX: Absolut Music: NTVG
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mikemortgage · 5 years
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Argentines return to Europe to escape economic uncertainty
BUENOS AIRES, Argentina — Tomas Ruiz embraced his father one last time at the Buenos Aires airport before he boarded a plane in search of a new life in Ireland. His sister recently did the same when she moved to Spain.
Like many other young Argentines, the siblings hold European passports by descent, and they are returning to the home countries of their grandparents — far from Argentina’s sizzling inflation, high unemployment and sharp currency depreciation.
“My country’s situation prompted me to take this decision,” Ruiz said as he finished packing his bags for his trip to Dublin surrounded by photos of his family and friends on the wall. “It was a constant frustration to live constantly on the edge, barely making it to the end of the month.”
Ruiz studied gastronomy and was employed as a cafe manager in Argentina’s capital. But even when he worked extra shifts, he couldn’t manage to save money, and for months he had been living with his mother to save on rent.
Outside his room, family members left him and his sister farewell messages on a chalkboard. “I love you and I’ll miss you,” his mother wrote. Others said: “The best is yet to come,” and “Crpe diem,” Latin for seize the day.
It’s not the first time Argentines have sought shelter in Europe in times of economic uncertainty. Hundreds of thousands emigrated to the old continent to escape hyperinflation in the early 1990s and an economic meltdown in 2001 and 2002.
Now, Argentines are losing purchasing power to a nearly 50% annual inflation rate — one of the world’s worst. Many have also protests President Mauricio Macri’s decision to cut subsidies, leading to a spike in the costs of utilities and public transportation.
Last year, the Argentine peso lost more than half its value to the U.S. dollar following a run on the local currency, causing the government to seek a record $56 billion bailout loan with the International Monetary Fund to try to come out of the recession.
“As a result of the economic crisis and the devaluation, more young professionals are thinking about a future in Europe,” said Alejandro Servide, director of professionals and recruitment process outsourcing at Argentina’s branch of Randstad, the world’s second-largest staffing company.
As part of the austerity measures aimed at balancing the budget, Macri’s administration has laid off thousands of government workers and slashed funding for dance, science and other programs. Hundreds recently protested outside the headquarters of the National Scientific and Technical Research Council, Argentina’s main agency for science and technology.
“The science sector is suffering because these budget cuts ordered by Macri endanger the continuity of scientific activity,” said Alberto Kornblihtt, a molecular biologist. “This is undoubtedly contributing to a brain drain that we’ve suffered at other times (of crisis) in our country.”
There are no official statistics available on how many Argentines have moved to Europe. Argentina’s immigration directorate said it is nearly impossible to keep track of the number because Argentines leaving the country don’t have to provide information on their destination or how long they’ll stay.
But academics, research groups and consulting firms agree there has been a rise in the number of people leaving, especially among young, educated Argentines — just as there was during the nation’s worst crisis 17 years ago.
Back then, millions were plunged into poverty, more than 20 per cent of the population became unemployed and many reportedly went hungry in a country that is one world’s biggest producers of beef, soy and wheat.
“When Argentina goes through these profound crises, people search for options, and just like it happened in 2001-2002 when nearly 800,000 Argentines went abroad, today we’re living through perhaps the initial phase,” said Ariel Gonzalez, executive secretary of the Center for International Studies at the Catholic University of Argentina.
“That means that there’s a sector of society — the middle and high class professionals — who are eyeing a Plan B, which is that if the crisis deepens, one of the options would be to go abroad.”
Servide said Randstad Argentina carries out about 160 daily interviews for surveys. One of the questions they ask is whether if given the chance, they would be interested in living abroad. “About 80 per cent tell you yes,” he said.
Manuel Miglioranza, a 26-year-old lawyer, is moving next month to Toulouse, France. Although he doesn’t have dual Argentine-French nationality, he’s going to take French lessons and find a job through a temporary work permit allowed through a treaty between the two nations.
“The economic situation in Argentina is not helping. You can’t progress unless you work for the state or you have dollars,” he said. “I know many people who are leaving.”
Millions of Europeans flooded into Argentina in the 19th century to escape war and poverty back home, which has been a source of pride for the country.
“Argentina gave peace to those who were escaping war, freedom to those escaping religious persecution, and bread and work to those escaping hunger,” said Horacio Garcia, director of Argentina’s National Migration Directorate.
“Of the last six presidents, four of them were first-generation sons of immigrants,” Garcia noted. “Their fathers came to Argentina with a cardboard suitcase, and they saw that their children in a short amount of time became presidents of the nation. That hardly happens anywhere else in the world.”
By the 20th century, a strong workforce along with export earnings from agricultural products and beef had helped turn Argentina into one of the wealthiest countries in the world.
Argentines were also among “the most Europeanized and educated people in Latin America,” Gabriela Nouzeilles and Graciela Montaldo write in their anthology “The Argentina Reader: History, Culture and Politics.”
“Their literacy rate (about 90 per cent) was the highest by far. Until 1945, the country boasted the highest per capita income on the continent, the most extensive urbanization, the largest middle class, as well as the best newspapers, universities, and publishing houses.”
But political mismanagement and lower prices for agricultural products that form the country’s economic backbone have for decades led to cyclical booms and busts.
The Spanish government recently launched an initiative that allows a limited number of descendants of Spaniards living in Argentina without a Spanish passport to seek a special three-month work visa. Once they find a job, they can request Spanish nationality and bring their families. There were 76,328 Argentines officially registered by mid-2018 in Spain.
“There are many, many Argentines living here. We’re like pigeons — everywhere,” quipped Paz Pucheu, an Argentine now living in Spain.
The 25-year-old radio and television announcer went to Barcelona in 2017 when “things got really complicated” in Argentina. She began working at a restaurant and eventually landed a job at a local radio station.
“Like other Latin American countries, Argentina was a Spanish colony. With friends now we joke around that we’re colonizing our colonizers,” she said.
—-
Associated Press journalists Paul Byrne and Demian Bio in Buenos Aires, Aritz Parra in Madrid and Renata Brito in Barcelona, Spain, contributed to this report.
from Financial Post http://bit.ly/2UzrLjc via IFTTT Blogger Mortgage Tumblr Mortgage Evernote Mortgage Wordpress Mortgage href="https://www.diigo.com/user/gelsi11">Diigo Mortgage
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fueradefocomagazine · 6 years
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NTVG presenta nuevo video
LOS VILLANOS feat. Dr. Shenka (Panteón Rococó)
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nuevo single + video de su aclamado álbum
Suenan Las Alarmas
Desde el viernes 4 de mayo single disponible en todas las tiendas digitales
En el marco de su más reciente trabajo de estudio, Suenan las alarmas, No te va gustar sorprende con el lanzamiento de una nueva versión de Los Villanos con la participación especial de Dr. Shenka, líder de la banda mexicana Panteón Rococó. La colaboración de Dr. Shenka se suma a la de Flor de Toloache, que ya en la versión original del tema había aportado su magia mariachi en coros, violín, trompeta y guitarrón. Los Villanos feat. Dr Shenka se convierte entonces en el nuevo single de Suenan las alarmas y estará disponible en tiendas en formato de single digital el viernes 4 de Mayo. El martes 1 de Mayo -honrnando el Dia Internacional de los Trabajadores- la banda estrenó el videoclip en exclusiva a través de sus redes sociales.
Inspirado en la letra de Emiliano Brancciari y de la mano de la productora Niko Films el director Piter Moreira tomó la frase ¨se olvidaron del pasado¨ para desarrollar el concepto que da vida al videoclip: un pueblo que al olvidar su historia pierde sus ideales y se vuelve vulnerable frente a una nueva forma de poder que logra imponer su pensamiento. Pero este pueblo se unirá bajo el pensamiento de su ideal y lo convertirá en las armas para lograr la libertad.
No te va gustar viene recorriendo buena parte de Latinoamérica y Estados Unidos a bordo del tour Suenan Las Alarmas, gira que contempla shows en Argentina a lo largo de Marzo, Abril y Mayo; una extensa gira por México en Junio, y que continuará su recorrido internacional en 2018.
Suenan las alarmas es un disco personal y maduro, en el que la banda uruguaya exhibe con elegancia sus más de 20 años de trayectoria. El material fue grabado entre Julio de 2016 y Marzo de 2017 entre los estudios Elefante Blanco de Montevideo, Romaphonic de Buenos Aires, White Water Music de Nueva York y Bass Station de Brooklyn . La producción artística corrió por cuenta de Héctor Castillo, el talentoso productor venezolano cuatro veces ganador del Grammy Latino por ¨Ahí Vamos¨ y ¨Fuerza Natural¨ de Gustavo Cerati, además de ser reconocido en el plano in-ternacional por sus trabajos con Los Fabulosos Cadillacs, Aterciopelados o David Bowie, entre otros. La masterización estuvo a cargo de Dave Mc Nair.
Los Villanos
Ficha técnica videoclip
Producción: NIKO Animation
Escrito y Dirigido por: Piter Moreira
Productor Ejecutivo: Federico Masini
Productora: Milena Mariño
Diseño e Ilustraciones: Augusto Goicoechea
Storyboards: Augusto Goicoechea
Animación: Alejandro Barbosa, Piter Moreira, Gabriel Otero, Patricia Silveira, Marcelo Montaldo, Valentín Berardi, Marcelo Rabuñal.
Rendering: Henry Castro
SFX: Absolut
Musica: NTVG
#notevagustar Tour Suenan Las Alarmas #NTVGSuenanLasAlarmas ::: próximas fechas :::
05 Mayo, Puerto de Asunción, Paraguay
11 Mayo, Plaza de la Música, Córdoba, Argentina
18 Mayo, Club Regatas, Corrientes, Argentina
19 Mayo, Club Unión, Santa Fe, Argentina
26 Mayo, Las Piedras, Uruguay
02 Junio, Sociedad de Fomento Unión y Progreso, Tandil, Argentina
08 Junio, La Glotonería, Querétaro, México
09 Junio, Cosquin Rock Guadalajara, México
10 Junio, Foro Lando, Toluca, México
14 Junio, Beat 803, Puebla, México
15 Junio, Roswell, León, México
16 Junio, Tijuana, México
17 Junio, Ensenada, México
21 Junio, Playa del Carmen, México
22 Junio, Plaza Condesa, México
23 Junio, Machaca Fest, Monterrey, México
24 Junio, Festival El Rock nos une, Cuautitlán Izcalli, México
08 Septiembre, DirecTV Arena, Buenos Aires, Argentina
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verrev · 8 years
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Artistas: Manuel Aja Espil, Marina Alessio, Nepheli Barbas, Ariela Bergman, Azul De Monte, Alfredo Dufour, Martín Fernandez, Denise Groesman, Juan Gugger, Julio Hilger, Tamara Kuselman, Damián Linossi, Inés Marcó, Roswitha Maul, Alejandro Montaldo, Nicolás Pontón, Agustina Quiles, Lucas Sargentelli, Mario Scorzelli, Francisco Rigozzi, Francisco Vazquez Murillo Invitados especiales a los proyectos curatoriales: Andrés Aizicovich, Beto Alvarez, Diego Fontanet, Santiago García Navarro, Natalia Labaké, Valeria Maggi, Alexis Minkiewicz, Mariana Pellejero Título: La cosa soy yo Curadores: Mathilde Ayoub, Luciana Berneri, Javier Pelacoff, Agustina Pérez Rial Dónde: Universidad Torcuato Di Tella / UTDT Fechas: 30 de noviembre al 10 de diciembre de 2016
Fecha #1: 30 de noviembre y 3 de diciembre
Artistas: Nepheli Barbas, Ariela Bergman, Azul De Monte, Alfredo Dufour, Martín Fernandez, Julio Hilger, Tamara Kuselman, Damián Linossi, Roswitha Maul, Alejandro Montaldo, Nicolás Pontón, Francisco Rigozzi, Mario Scorzelli y Francisco Vazquez Murillo Proyecto curatorial “La mesa somos todos”: Mathilde Ayoub
Galería de imágenes
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Fecha #2: 7 y 10 de diciembre
Artistas: Manuel Aja Espil, Marina Alessio, Alfredo Dufour, Denise Groesman, Juan Gugger, Julio Hilger, Tamara Kuselman, Inés Marcó, Alejandro Montaldo, Nicolás Pontón, Agustina Quiles, Lucas Sargentelli, Mario Scorzelli y Francisco Vázquez Murillo Invitados especiales a proyectos curatoriales: Andrés Aizicovich, Beto Alvarez, Diego Fontanet, Santiago García Navarro, Natalia Labaké, Valeria Maggi, Alexis Minkiewicz, Mariana Pellejero Proyectos curatoriales: Mathilde Ayoub, Luciana Berneri, Javier Pelacoff, Agustina Pérez Rial
Galería de imágenes
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Proyectos Curatoriales
Título: Sociedad Danubio Artistas: Marina Alessio, Alfredo Dufour, Santiago García Navarro, Tamara Kuselman, Natalia Labaké, Alejandro Montaldo, Nicolás Pontón, Mario Scorzelli, Francisco Vázquez Murillo Curadora: Agustina Pérez Rial
Texto y galería de imágenes
Un signo prolifera, y en su multiplicación gana nuevas formas. Un río, un vidrio, un faro, una pancarta emergen desde la oscuridad. Alguien escribe una frase y huye. Las proclamas políticas se confunden con los manifiestos artísticos, quien escucha, un espía -o varios-, no discierne y transcribe ciego un lenguaje que le es ajeno. Entremedio: esquirlas, hojas y rastros de un sentido que se escapa. La ciudad y el Festival, lo banal y espectacular. Los procesos de enunciación de una memoria se mezclan con la potencia de las ficciones para activar los indicios del pasado. Un documento que permaneció “secreto y confidencial” durante años, es obsesivamente leído y en esas lecturas nuevos sentidos se activan.
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Título: El escribiente Artistas: Marina Alessio, Valeria Maggi Curadora: Luciana Berneri
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Alessio es escritora y artista visual. Desde el arte trabaja nociones de la literatura transformándolas en materia para su obra. Alessio también dirige una galería de arte contemporáneo y es la galerista de Maggi. Alessio no es pintora. O al menos nunca antes lo había sido. Maggi es pintora. Trabaja la abstracción desde una pintura gestual. Maggi es parte del staff de la galería de Alessio. Maggi no es artista conceptual. O al menos nunca antes lo había sido.
En “El Escribiente” Alessio y Maggi cuestionan los roles establecidos dentro del circuito del arte desplazándolos de lugar como en un juego de ajedrez. Utilizando el dictado, concepto de la escritura, crean pinturas en las que, a través de ese mismo dictado, como en la traducción literaria, se pierden partes del origen y se ganan otras a través del error. Tomando las decisiones pero sin tocar un pincel, Maggi le dicta las pinturas a Alessio, usando a su propia galerista como herramienta para crear una imagen visual, una pintura: una obra de arte pero también el objeto de mayor circulación en el mercado.
El resultado son cinco pinturas que se ven como si hubieran sido pintadas por Maggi -nadie que conozca la obra personal de Maggi dudaría de su autoría- pero que, -sólo por la especificidad del error y no por la especificidad del gesto- nunca podrían haber sido pintadas por ella.
En la pintura gestual lo importante es lo propio del gesto. ¿Pero qué hay de propio si el gesto puede ser dictado? ¿Qué es lo que constituye la naturaleza del autor? ¿Hay algún tipo de obra entonces que sea más que la toma racional de decisiones?
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Título: Ahí va mi sangre Artistas: Beto Álvarez, andrés Aizicovich, Diego Fontanet, Julio Hilger,Alexis Minkiewicz, Mariana Pellejero Curador: Javier Pelacoff
Texto y galería de imágenes
Suponemos que las obras transitan por nuestras vidas, cuando tal vez debamos hablar de nuestro transitar por la vida de las obras. Así es como terminamos intentando agruparlas en segmentos a los cuales llamamos “décadas”. Más o menos infames, más o menos perdidas o recuperadas, lo cierto es que solemos referirnos a, por ejemplo, “los ochentas” o “los noventas” como si semejante síntesis expresiva pudiera ser transparente (y como si tal transparencia pudiese existir). Tal vez porque tratar a las obras como “propias de su tiempo”, como “testimonios de época” -e incluso como “documentos”- nos ayuda en el fatídico intento de evitar la confrontación con lo inevitable: a medida que ella transcurre, cada vez más nuestra época -se parta en décadas o treintenas- deja de ser “la nuestra” y, en ese sentido, las obras pasan más a dar testimonio de nuestro envejecimiento y declinación que a dar cuenta de su hipotética vigencia o caducidad.
En contraposición, allí donde el relevamiento de la dinámica de espacios, nombres y lugares ayuda a delimitar períodos y plantear discontinuidades, Ahí va mi sangre subraya las líneas de continuidad conceptual entre propuestas estéticas muy diferentes. La precariedad, la fragilidad, el desamparo y la finitud aparecen como una preocupación transversal a una diversidad de planteos formales, en la cual convergen diferentes elecciones de medios, soportes y materiales. En ese sentido, el espacio expositivo acentúa la clave interpretativa adicional de dichas preocupaciones en términos de las coordenadas “pertenencia/exclusión”: tal como viene ocurriendo en las últimas bienales, la caída en desgracia de unos se vuelve el objeto de apreciación estetizante de otros. Pero esta observación también es reversible: la protección y seguridad que nos sitúan del lado de “adentro”, de los protegidos y favorecidos, hacen de ellas una suerte de “encierro a cielo abierto”: La alteridad radical se encuentra más negada en el momento en que más se habla de ella…
En el extremo de esta dialéctica entre negación y reconocimiento, las inscripciones anónimas de las esperas, de los tiempos “muertos” de quienes no hacen más que pasar por la vida sin dejar marcas, convertidas en monocopias por Mariana Pellejero en su Proyecto Yrigoyen, dan testimonio del modo en que dichas vidas están ya marcadas por la premura y la muerte. El mismo carácter perentorio es el que constituye el tema de la serie Refugees Wellcome de Diego Fontanet. Por su parte, los deseos y fantasías de fuga de la situación imperante sugieren o bien una alegoría introspectiva sobre ascensos y descensos en clave de sobreposiciones, autosuperaciones y recaídas, aún con el riesgo del autoengaño, tal como lo trabaja Beto Alvarez en sus escaleras y armas, o bien convoca a reparar en la lógica sacrificial que funda todo orden social, con la consiguiente producción sistemática de víctimas, al estilo de cómo Alexis Minkiewicz lo plantea a través de los aspectos más inquietantes de las vicisitudes del cuerpo y la materia: la inhumanidad de lo humano, la omnipresencia de lo abyecto, la carne y la sangre como sustrato de la historia cultural. La finitud y la imperfección de la humanidad ante la mirada divina constituye la referencia bíblica de la que se vale Andrés Aizicovich en Salmo 90 para practicar una apropiación que plantea el recorrido cultural de la denuncia política devenida en iconicidad mainstream, en sintonía con la alusión a las palabars de Cristo de Ahí va mi Sangre, pieza de Diego Fontanet de 1990 que le da título a la exposición. Por su parte, la asociación entre ritualidad y soportabilidad social trabajada sobre las formas de altares y memoriales, tal como lo hace Julio Hilger, constituye una interpelación acerca del carácter efímero de las creencias y el lazo social.
Pero constituiría un gran error interpretar este recorrido como si se tratara de una renovación de cierto “arte político”. Podríamos, en todo caso, reconocer la “politicidad” subyacente a los problemas que aborda. Será cuestión de ver entonces su capacidad de interpelar más allá, o más acá, de los mundos del arte.
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Fotos Bruno Dubner
Links: Universidad Torcuato Di Tella / UTDT
La cosa soy yo. Muestra final del Programa de Artistas 2016 Artistas: Manuel Aja Espil, Marina Alessio, Nepheli Barbas, Ariela Bergman, Azul De Monte, Alfredo Dufour, Martín Fernandez, Denise Groesman, Juan Gugger, Julio Hilger, Tamara Kuselman, Damián Linossi, Inés Marcó, Roswitha Maul, Alejandro Montaldo, Nicolás Pontón, Agustina Quiles, Lucas Sargentelli, Mario Scorzelli, Francisco Rigozzi, Francisco Vazquez Murillo…
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verrev · 8 years
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Artistas: Darío Aguilar, Camila Carella, Leila Córdoba, Lucía Delfino, Pachi Giustinian, Kenny Lemes, Dani Lorenzo, Alejandro Montaldo, Pablo Morgante, Alexis Minkiewicz, Agustina Quiles, Carlos Ricci, Gabriela Schevach, Diego Serafini, Clara Tomasini, Francisco Vázquez Murillo, Magdalena Petroni/Natacha Voliakovsky Título: Beca FNA – Conti 2015 Curadores: Sol Ganim, Agustín Fernández, Andrés Labaké Dónde: Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti Fechas: 19 de marzo al 15 de mayo 2016
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POLÍTICA DEL CONTAGIO
Las clínicas de obra son máquinas de intensificar, laboratorios de experimentación social en los que se ofrece a los integrantes, por un tiempo determinado, un grado de atención, una disposición al análisis y un compromiso de participación excepcionales. Esas fuerzas puestas a interactuar están lejos de encaminar sus fines a una depuración del objeto artístico en pos de un funcionamiento social predeterminado (y en esto la gratuidad de la convocatoria y la ausencia de condicionamientos exteriores es coherente con la metodología pedagógica aplicada), sino que se propone privilegiar el encuentro en su potencialidad múltiple de indeterminación, experimentación y capacidad transformadora..
Esta muestra es la parte visible de un proceso de intensidades al que este grupo de artistas se entregó con voluntad y conciencia plena, cuyo correlato es la capacidad de afectación que continúa operando íntimamente en cada uno. La contaminación recíproca es el sonido de fondo sobre el que se construye la muestra, actúa como aglutinante y como agente transformador: las obras se enfrentan, discuten, obstruyen. Esta experiencia evita cualquier forma de amortiguación o dispositivo diferenciador entre las obras, sometiéndolas a un encuentro crítico que no busca el orden ni la claridad, sino que materializa el espacio compartido como un territorio de conflictos. Este es quizás el sentido último de la Beca, un lugar de construcción colectiva de sentido, de proliferación de lazos sociales, pero también de crítica, experimentación y puesta en duda de un lenguaje normalizador para el arte.
Agustín Fernández y Sol Ganim
Links: Darío Aguilar Camila Carella Leila Córdoba Lucía Delfino Pachi Giustinian Kenny Lemes Dani Lorenzo Alejandro Montaldo Pablo Morgante Alexis Minkiewicz Agustina Quiles Carlos Ricci Gabriela Schevach Francisco Vázquez Murillo Clara Tomasini Petroni/Voliakovsky Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti
Beca FNA – Conti 2015 Artistas: Darío Aguilar, Camila Carella, Leila Córdoba, Lucía Delfino, Pachi Giustinian, Kenny Lemes, Dani Lorenzo, Alejandro Montaldo, Pablo Morgante, Alexis Minkiewicz, Agustina Quiles, Carlos Ricci, Gabriela Schevach, Diego Serafini, Clara Tomasini, Francisco Vázquez Murillo, Magdalena Petroni/Natacha Voliakovsky…
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