#Acá me suelto pero en serio
Explore tagged Tumblr posts
81buttons · 1 month ago
Text
Guys today I heard one of the dumbest things ever. Someone told me I couldn’t be Latina because (his words not mine) I look too “white.” Just so you know, I live in France, but my dad is Argentine. I just wanted to tell them they’ve probably never been to South America, especially Argentina, with the nonsense they said. The worst part? It was an adult, so I had to bite my tongue and explain it “nicely.” It just blows my mind how some people are so out of touch or how just ignorant and feel like they can say such stupid stuff
especially since Latin America in general is super mixed because of all kinds of immigration, but seriously…
Anyway, just another asshole who made my day
0 notes
amiguiz · 1 year ago
Text
Entrevisté a la hermana de mi amiga Perla. Fue una entrevista muy linda, de codeswitching bien fluido, más que sorpresivo, impredecible, chispa, wild. Interesante en serio. La cabeza me tundía: apunta apúntale todo, no lo vayas a perder.
Le pregunté quién era su mejor amiga con la intención de que me describiera a alguien que no se encontrara presente. "Perla", respondió ella, cuidando que Perla no la escuchara. Me pareció bonito.
Luego entrevisté a la mamá. Una entrevista también buena, aunque distinta: en español al noventa y nueve por ciento. Nada de codeswitching, es más, ni siquiera distinguí préstamos ni intercambios, si acaso por aaaahí un "el dólar" para referirse a la tienda de a dólar y un "okay" que ya a estas alturas no puede considerarse como un préstamo.
Le pedí que describiera a su familia. "Bien loquitos", dijo, y enlistó las cualidades de sus cinco hijas. Luego, como quien no quiere la cosa, y también acercándose un poco al micrófono para que Perla no la escuchara, al final me confesó: "Perla es mi favorita".
Para matizar, porque yo también soy hija y esas cosas no se dicen, se explayó:
"Pero no sólo la mía, eh, en esta familia somos siete y, si tú le preguntas a cualquiera de ellos, te van a decir lo mismo: Perla. Y se nota, además, porque durante los años que Perla se fue a la universidad, nos veías a cada uno por su lado, comiendo nomás viendo el celular, vagando por la casa, así, sueltos, perdidos. En cambio cuando ella anda acá, es así de: aquí está Perla. Nos reunimos en la mesa, todos, y se hace fiesta. Podría decirse que hasta estamos pensando: Perla va a hablar".
Como si no hubiera sido suficiente regalarme su tiempo, también me sirvieron arroz con leche. Primero en un plato y luego en un tóper para cuando se me antojara en mi casa en la noche.
Al final, en cuanto me subí a la camioneta de Perla, y cuando todavía ni me había alcanzado a poner el cinturón, la pinche Perla ya me estaba diciendo: "¿Ves? Te lo dije. Soy la favorita de mi mamá, soy la favorita de todos".
Así, con esa cara que tiene Perla, bien chapeada y con hoyuelos, tan parecida al emoji sonrojado.
😊
Y yo asentí, en silencio, nomás pensando:
"Perla va a hablar".
2 notes · View notes
sher-ortiz · 2 months ago
Text
Carta de amor a mis amigas: Framb
Los faroles encendidos iluminaban tenuemente las esquinas de la calle. La lluvia arremetía fuerte contra el auto estacionado. Los vidrios se empañaban por el calor que emanaban nuestros cuerpos curvilíneos. Conocíamos bien cada recoveco de nuestra anatomía, pero hacía mucho que no estábamos tan cerca. Nos miramos con intensidad mientras nos preguntábamos, ¿salimos y enfrentamos a la lluvia o nos quedamos acá un poco más… haciéndonos compañía?
Sus ojos enormes y oscuros me miraban fijamente. Sus pestañas abundantes aleteaban intermitentes. Mi sonrisa se escapaba nerviosa. Su naturaleza vibrante la empujó a decirme exaltada: “¡Espera! Vamos a quedarnos acá un poco más. Quiero que escuches algo.”
Revisó su IPod, eran esas épocas, y puso a sonar una canción que comienza con una percusión que identifiqué de inmediato: AFRICA de TOTO.
Si sabes cuál es la canción, sabes que esto no es un gesto erótico. Comencé insinuando que lo era, porque el sentido del humor de Framb es así de juguetón y esta es una carta para ellx.
Ese día Framb y yo quedamos de vernos para despedirnos. Mi compañerx de universidad emprendería su más audaz aventura, se mudaría a Australia para estudiar y quedarse ahí indefinidamente. Yo tenía mis emociones bien cruzadas porque sabía que no nos veríamos por mucho tiempo, pero a la vez se me llenaba el corazón de dicha porque si había alguien que podía asumir este reto titánico era ellx.
Volviendo a Toto: Framb movía los hombros al compás de la música con los ojos cerrados. Me daba risa… pero la cosa iba en serio. Esta canción estaba significando algo más y yo tenía que ajustarme el cinturón de seguridad aun cuando ya no estábamos en movimiento. Framb comenzó a cantar, desentonadx como siempre:
“Hear the drums echoing tonight But she hears only whispers of some quiet conversation She's comin' in, 12:30 flight Her moonlit wings reflect the stars that guide me towards salvation…”
Le miré hipnotizada, hasta que de pronto comenzó a llorar y me dijo: “¿No te parece la canción más bella del mundo?”
Nos partimos de la risa. Nos abrazamos y lloramos a moco suelto en ese carro hasta que se terminó la canción. Cuatro minutos y medio de abrazo y lagrimita.
No era la primera vez que le veía quebrarse con una canción. Su sensibilidad no era evidente para cualquiera, pero si le conocías sabías que estaba siempre a un acorde de llorar. Manifestaba su amor con canciones y comida. Todavía lo hace.
Framb y yo nos conocimos en la Universidad Santa María (Caracas). Ya nos habíamos visto en algunas clases y en la cafetería, pero comenzamos a hablarnos porque un día llegamos a clases con franelas similares, y muy propias del estereotipo de adolescentes pseudo-goth-irreverente. Muy Hot Topic 2003.
Yo: Intel Bitch inside.
Ellx: Boys lie.
…eran esas épocas. Nos vimos sentadxs frente a frente, señalamos nuestras franelas y nos reímos.
Así fue nuestra dinámica siempre, nos decíamos las cosas sin decirlas. Teníamos completa certeza de que nos estábamos entendiendo solo con mirarnos. Así fue, es y será siempre… si Goth quiere.
Acompañé a Framb hasta Europa para que conociera a su novio irlandés de Soulseek. Eran esas épocas les dije ya.
Viajamos a Barbados para curarme el despecho por mi primer corazón roto bailando dance hall con las manos en el piso.
Nos fugamos de clases (más de lo que debimos) para irnos a la playa a tomar el sol y bañarnos en el mar. Nada más bello que la playa entre semana y la risa de tus cómplices.
El día que nos despedimos lloramos con Toto, pero no fue el último día que nos vimos. Nos reencontramos en Bogotá y fue un gran combo: Framb y su familia; mi madre y yo.  Nos abrazamos, comimos, reímos y escuchamos nuestra canción. Siempre conscientes de que la fantasía romántica de un compositor blanco que solo había leído sobre el continente africano en National Geographic y esas franelas de Hot Topic crearon un vínculo que no se romperá jamás.
Tumblr media
Framb, Boys do Lie, my love! And I might as well be a Bitch inside… perhaps since I went corporate.
Te amo.
0 notes
yungbeefz · 2 months ago
Text
La pierna de Cléo que lo toca y se mueve le saca el aire, lo vuelve puro instinto bajo y también hace difícil el movimiento de la mano contra la carne y la piel sensible de la zona inferior. Echó de menos esto, pero lo asume y lo sabe sin necesidad de oponerse: la extrañó en esa sensación dificultosa y compleja que, como patas de insecto, lo recorre de arriba abajo y lo remueve en toda su constitución. Dani siempre echa de menos, echa de menos lo terrible y la congoja y la zozobra y también adora sufrir, aunque eso último cuesta más aceptarlo, pero de Cléo extraña lunares y pecas, constelaciones en piel lechosa, extraña la charla en las escaleras de Alabaster que fue sincera y dio inicio a este movimiento de siervo que ejerce con el índice y el medio. Con la otra mano se agarra fuerte a ella, como si fuera una de las boyas que flotan en el amplio mar, y le besa la boca con impureza, siempre con impureza incluso cuando el gesto se da con los labios cerrados. Ella suelta un chiste y lo desconcentra, le hace soltar un resoplido de la nariz. Quisiera decirle que no es tan sencillo como eso, que esto es otra cosa que no quiere explicar por miedo a que lo tome por sorpresa en su magnitud. Por eso solo la toca con más y más ganas, y cuando Cléo le besa el cuello, suspiros agazapados desde siempre encuentran salida y cobijo contra ella. —Haré lo que quieras—le suelta, los ojos brillosos de anticipación. —para que veas cuánto me gustas. —Y está seguro que le gusta en serio, que le gusta de verdad, que le gustan los tonos diáfanos y cándidos de lo que tienen, la posibilidad de que sea un río tranquilo y no un océano de brea. Le acaricia el pelo, después se rinde: es incómodo así, parados, y por eso a la pierna que lo toca la acerca a su cintura con la mano, lo mismo hace con la otra y le suelta: —Agárrate de mí. —Y en pasos sueltos y que suenan al pisar la alfombra de la suite, busca llegar a la cama. La deja caer allí con cuidado, con delicadeza que nunca tiene como defensor central, y en ese momento que busca que Vekemans quede recostada, es que le acaricia la pierna más cercana, agachando la cabeza para besar tobillo, rodilla, pantorrilla, todo, y juega a morderla en lo que asciende a la entrepierna. Busca deshacerse de cualquier barrera, besa el monte de Venus, contacto que lo vuelve esclavo, y la mira a los ojos y también besa los ilíacos y bajo el ombligo. Entre eso, se pregunta si Cléo sabrá cuánto lo necesita, si se da cuenta que lo necesita, que quiere esto más que lo que quiere la Supercopa o una vida feliz. Hoy no va a perdonar nada: está enloquecido, quiere acostarse con ella, quiere cumplirle sueños, que los celulares queden apagados hasta que tenga que volver a Estambul, que no quede nada de esta pieza ni de él, que pueda deshacerse de sí mismo acá enrollado entre sábanas.
la frialdad de la pared ofrece soporte, porque propio cuerpo se debilita ante cada roce, cada suspiro. lo atrapa a él y ella se sostiene, dejar el peso de su cuerpo contra el ajeno es casi necesario. pero no es que quiere atraparlo, no realmente, quizás por eso disfruta tanto y ha extrañado la presión de sus manos contra su piel. lo sabe lejos, distante, lo sabe ocasional para siempre y por eso la ansiedad de sentir, de estar. recorrido por su espalda le eriza la piel y contrae su interior, en reacción instantánea e inevitable. hambrienta, ambas manos ahora recorren por debajo de la tela, dígitos se deslizan sobre su abdomen, su pecho, labios ya forman parte de una historia que se cuenta sola y no es necesario dar órdenes para que se muevan al perfecto compás de los ajenos. mejillas ya enrojecidas sienten subir el calor una vez más cuando palabras se derriten sobre su cuello, uñas se presionan sobre la piel en una reacción casi animal al sentir la humedad de sus labios sobre área tan sensible al placer. quiere más, desea que su cuerpo, tan exigido durante largas semanas de shows y entrenamientos, encuentre a ese par que tanto ha anhelado y recuerde lo que era dejarse llevar, rendirse sin esperar nada a cambio. él la presiona más hacia sí y sus labios vuelven a encontrarse, lengua se desliza juguetona en búsqueda de ajena e incluso muerde labio inferior masculino, sin querer dañar, pero sí hacer sentir. presiente el movimiento que él realiza y vuelve a encontrarse con su mirada, la propia ya oscurecida, al momento en que respiraciones se transforman en una. se deshace de prenda superior contraria, no sólo por el placer de verlo, sino para obtener mejor acceso. “quién hubiese dicho que iba a transformarme en botinera…” desliza con gracia y evidente provocación, voz ligeramente ronca se desliza en un susurro. muslo se presiona suavemente contra entrepierna masculina, moviéndose lentamente hacia arriba y abajo, no simplemente buscando estimular sino también como señal de luz verde. al mismo tiempo, es ella quien busca su cuello, apropiándose de tersa piel en un camino que va lento desde la base de su mandíbula hasta su pecho, jugando con sus labios, sus dientes, su lengua y sin abandonar el vaivén que busca anticipar; movimiento de su pierna contra él es casi cual si se tratara de un movimiento de baile, rítmico, intencional, pero para nada brusco. “¿vas a demostrarme cuánto gusto?” es una ventaja encontrarse cerca de su oído, ya que justamente ahí murmura palabras, las saborea, cuál siseo de una serpiente.
18 notes · View notes
rainbaw · 4 years ago
Text
Hace un año...
Parte I /04 de marzo
En mi mente la conformación de este texto la he escrito varias veces, comienzo por el final, otras noches redacto toda la mitad, en otros momento redacto la idea principal del porqué escribo este texto, y como disco rayado escribo y escribo el inicio de esta pequeña "carta".
Pienso y pienso que estoy escribiendo, mi mente maquina al lado de la ansiedad nocturna lo que plasmare y lo que te quiero escribir.
¡Stop!
Es ahí cuando llega un poco el temor, miedo y zozobra ...
Casi siempre antes de actuar razono las cosas varias veces, principalmente esa razón es: ¿esta bien o mal lo que voy hacer? de ahí parte un dilema muy fundamental para mi y es el ¿Que viene después de lo que hago?. Tal vez escribirte no esta mal, siempre te he dicho que eres hermoso, trato y no trato de que los audios queden de 1 minuto, te dedico muy vaga y lejanas palabras, resalto tus buenas cualidades y callo por temor al cambio algunas palabras que usas (y es que joven las palabras tienen un poder y un significado tan gigante que por eso me aterran)
Si, ya se y confirmo que no esta mal dedicarte unas palabritas, pero el desconocimiento y siempre mis miedos me hacen/hicieron preguntarme y pensar que esto tal vez pasara/paso por tu mente cuando leas esta "carta":
¿Por qué un joven completamente desconocido me escribe esto? ¿Alguien que conocí por Grindr solo para relaciones sexuales me vine todo esto? ¿Si estamos para tener sexo que pasa aquí con estas palabras?
Preguntas y más preguntas me hice y si, perdón por colocar pensamientos e ideas tuyas que en realidad no existen, pero ya sabes mi imaginación vuela y vuela más alto...
Pero es que esta cartica o palabras como lo llames tiene un motivo que al pasar unos párrafos ya te diré cual es.
Por estas fechas hace un año empezamos a cruzar palabras por Grindr, ¿te acuerdas? Me acuerdo muy bien de la foto que me mandaste, demás que era en el parque de la salud, era muy oscura, apoyado sobre una baranda y de fondo un lago, en ese entonces me sorprendió mucho que alguien con más años, esa pinta (de la foto) y modo de hablar (tan serio y maduro) cruzara dialogo con un pelao como yo. Nunca le vi problema a la edad, mucho menos a tu cuerpo. Desde esa foto tan oscura y hasta dudosa siempre me gustaba mucho la barba y como decía tu perfil lo "varonil". Tal vez nunca encaje en ese papel que se le asigna al activo, el cual debe desear un ano como nunca antes visto, debe besarlo, lamerlo y olerlo... Tal vez por eso cuando me enviabas fotos de tus piernas, me excitaban más las mismas piernas que lo que había entre las nalgas... Si, me salí un poco de lo que se le impone a un "activo" y hasta dicen por ahí que activo que no chupe culo es un mal activo. ¿Crees o no crees eso que dicen? Te confieso después de mucho tiempo que el recibirme a oscuras me daba terror y risa, siempre que usaba Grindr decía como, "hey estoy por verme con alguien completamente desconocido, ¿moriré esta noche?" o "saldré volando de un escopetazo como las típicas escenas de las películas y series, pues ja ja ja." A veces pensaba con tanta oscuridad saldrán 3 hombres más y ahí dos caminos, una orgía o un rito satánico... Pero nada, encontraba a un ser muy caliente. Y me acuerdo cuando cambiaste de numero:

Yo: ¿Con quien hablo?

Tu respuesta: El que te recibe a oscuras)
Pero hay más confesiones y lados sinceros que te comparto (claro si sigues leyendo). Antes de que abrieras la puerta en ese primer encuentro, estaba yo ahí con tantos nervios y asustado, había mucha historia antes de que abrieras la puerta. En realidad llegaba un joven aventurero, asustado, aterrado de la vida y de sus vivencia, con piedras en el zapato por su final del año (2019), llegaba paralizado, llegaba triste y feliz por las segundas oportunidades que daba la vida. Pero llegaba muy desanimado y completamente perplejo. Lo anterior se que lo pudiste notar mucho en los primeros encuentros, muy cortante al tocarte. Bueno, en el acto del besar nunca me considere un profesional, no tenia comunicación de lo que ocurría, tal vez un poco brusco en el oral, la verdad llegaba de ser alguien muy simple, tímido y con miedos... En ultimas parecía un muñeco que se balanceaba adelante y atrás mientras te penetraba... Y es que hace un año en esos primeros encuentros, en una forma de alago y resaltar las pequeñas partes del tu cuerpo te dije que me parecían bonitas tus estrías y justo se hizo un silencio en el ambiente, al pasar los días creo que nos volvimos a ver, te dije que si te gusto mi alago y en un tono suelto y sin importancia me dijiste que no. En ese momento empece a entender muchas cosas y fue en ese instante que me empece a guardar por completo los comentarios (así sean buenos) sobre tu cuerpo, preferí reservarmelos, a los meses me dijiste que tu mayor complejo era tu peso, ahí lo termine de comprender todo y por ello jamás te volví a decir nada... Hasta ahora en el nuevo año que te tiro algún que otro comentario, pero con mucho cuidado. Me pareció curioso y sorprenderte el hecho de que yo sabia que no te ofrecía el sexo de tu vida y aun así me escribías cosas como "me gusto estar contigo" "lo haces bien pero eres extraño".
Quien sabe en ultimas te contare exactamente porque tenia miedo pero creo que ese día me ganaría las lagrimas y la pena.
Parte II /19 de marzo
Siguiendo los relatos y acontecimientos en orden cronológico, también me acuerdo cuando me calentaste tanto que termine rompiendo la cuarentena en mayo, no hubo control ni normal que me impidiera el poder estar contigo, de ahí en adelante lo que se vino fueron muy buenos encuentros, eso no lo puedo negar.
Pero aquí la historia cambia un poco y entro en un momento pleno de sinceridad contigo.
Para mitades del año pasado, me di cuenta que me pude alejar de la promiscuidad que estaba llevando en 2019, de que estaba llevando una vida sexual única y exclusivamente con una persona, de que solo cruzaba palabras y risas con una persona, me di cuenta que ya era el momento de dejar al tal "Jose Esteban" y empezar un poquito a ser "Juan Jose", esos simples nombres tienen un grandes trasfondos, significados, historias y modos de ser. Debido a eso decido pasarte mi verdadero numero, "presentarme" por mi nombre y contarte quien era en realidad.
A partir de esas nuevas conversaciones, siento que nos empezamos a conocer, empece a conocer tu humor toxico, empece a recibir mensajes yendo por el lineal después de salir de tu casa, extasiado tipo "Usted es solo mio y que ni me de cuenta de que anda con otro" y es que me reía de leer eso corriendo para que no me alcanzara el toque de queda.
Por octubre de cierto modo cruzábamos y cruzábamos más palabras, hasta que llego noviembre, por esos días escuche una canción nueva que había salido, esa canción fue un gran detonante para mis próximos pensamientos, recalcar cosas y modos de ver la vida, ese pequeño pedazo dice:
"¿Volveré a amar de la misma manera otra vez?"  
y agrego otro:


"Todavía no estoy curado o listo"
Cuando leí ese primer pedazo de la canción me di cuenta de lo que pasaba y ocurría justamente en mi vida...
Sí, me había enamorado de ti Alejandro, pero ¿cual es la relación con la canción? pues que le tenia miedo al noviazgo, al decir y expresar palabras, me aterraba hablarte, me cohibía de hablar, al final no era capaz de expresarte nada, ni un hola, ni un ¿qué tal tu día?, no podía, no podía hacer nada estaba muerto del trauma. Aquí vienen más dilemas que te comparto y es que me di cuenta que no había sanada nada de mi antigua "relación". Sane principalmente mi amor propio, mi salud mental, mi vida, mi felicidad y mi autoestima pero no sane, no busque ayuda y al final no cure nada de lo que representaba estar con otra persona.
Me empece a dar cuenta de que me gustabas, de que volvía a sentir algo después de mucho tiempo y es que el repetir bastantes veces el sexo casual y el hablar una que otras veces seguido daban para que un muchacho tan sano e inocente como yo terminara enamorándose.
Por eso trataba de seguir pensando y haciendo cosas ligadas únicamente al sexo, por eso casi no te hablaba, a veces era un poco cortante y cuando me hacías preguntas para saber si yo te quería para algo más que tener sexo casual yo respondí otras cosas, cuando en realidad te quería decir que te amaba, me daba mucho pánico terminar de enamorarme más y más. Hacia lo posible por reprimir las cosas.
Me acuerdo que en una conversación te dije que tenía el pensamiento de si estará listo para amar de nuevo y me respondiste que sí, que yo si estaba preparado. Esa respuesta fue el pasadizo que necesitaba en mis pensamientos. Después de esa respuesta caí en las profundas reflexiones que siempre hago en mi cuarto y es gracias al pensarse la vida y reflexionar un poco las cosas es que puedo surgir un cambio.
En una de las noches antes de que terminara noviembre, me senté y reflexione, pensé que aunque me daba terror el poder volver a estar con alguien, si me volvería a dar una oportunidad, pero de ahí en adelante viene una reflexión más y es sobre una idea de romance contigo, me senté y dije, acá no puede surgir algo. Fuera del sexo había muy poca compatibilidad, nuestras ideas de vida eran diferentes, las experiencias que hemos vivido hablan por si misma, tu comentario de "en mi planes no esta tener una pareja", mis problemas psicológicos, como vemos las cosas y el simple hecho de ser nosotros mismos y muchas cosas más no daba para arriesgarme y decirte que fuéramos algo. Empezó Diciembre y con ese mes cerré y se acabaron mis pensamientos, mis sentimientos y mis ideas de tener un noviazgo contigo, todo eso se quedo en 2020.
Ese fue el cambio de la reflexión: el desenamorarme de ti.
Parte III FINAL / 20 de marzo
Creo que los anteriores párrafos han sido cortos y largos dependiendo de como lo mires, me imagino que mientras leías las anteriores palabras sentías cosas como felicidad, enojo, desagrado, asombro, desconocimiento y en ultimas la verdad de las cosas.
Y es increíble como todas esas emociones y sentimientos puede generar unas escrituras.
Y ahora te estarás preguntando cual es el motivo de la presente "carta" o escrito. Y es que la razón de tantas palabras es una invitación que te hago mediante el cuaderno, diario, agenda o como lo llames y es a que Escribas.
Escribe a tus 29 años el amor que has sentido hacia alguno o a tus dos padres. Pero escribe cual fuerte pudo ser un problema que hayas tenido con ellos. Escribe tus planes o rutas de viaje para cuando salgas del país y quien sabe que te gustaría conocer donde este tus hermanos. Escribe como te ves dentro de 5 años y que esperas y no esperas de todo ese tiempo. Escribe formulas matemáticas y algo más literario. Escribe que me dirás el día de nuestra boda frente a nuestros allegados. Pero escribe los motivos que le dirás a tu abogado del porqué de nuestro divorcio. Escribe todos esos planes que tienes, realizados y por realizar. Escribe eso que te esta molestando, dañando y perturbando en tu mente y muy importante cual bonitos fue el atardecer o el alba de los días. En ultimas planea y escribe un nuevo Alejandro con 29 años.
Pero lo más importante ESCRIBE.
En ultimas te estoy entregando un pedazo de papel forrado, qué quien sabe si sea fino o no las hojas, una encuadernación muy suave de color gris con un emotivo mensaje "sigue adelante nunca te rindas". Pero ese pedazo de cuaderno puede ser una gran arma, un gran pasatiempo, un gran objeto de terapia y algo muy útil en la vida cotidiana, así que utilízalo bastante bien.
Yo sé que lo que hay entre los dos algún día se acabara y me quedo con tus palabras "todo se acaba, todo termina y tiene su fin", puede que te aburras del sexo conmigo, puede que empieces a detestar mi forma de ser, tal vez consigas a alguien que te endulce y quiera por mucho tiempo y el ultima alguno de los dos muera.
Pero se que el día que no volvamos a saber del otro, ni donde estamos ni cómo estamos, quedare muy feliz y satisfecho en parte porque pude disfrutar mucho contigo y en ultimas porque te hice una invitación que te pueda servir para algo el resto de tu vida.
Un muy feliz cumpleaños, doy gracias a la vida y a ti por permitirme estar un año contigo, me he reído mucho, me enojado pero de ello he aprendido mucho y muchas gracias por tan poco y tan mucho sin ello no hubiera sido un año tan diferente.
Puede que para el otro cumpleaños no este, ya abre partido o tu que siempre el mando de las cosas te abras ido muy lejos. Pero mientras tanto doy gracias por el presente que compartimos.
Fin.
24 notes · View notes
junglxqueen · 4 years ago
Text
Just Friends (L.H)
Tumblr media
Capitulo 2 ¨Babylon We burned too bright, now the fire's gone, watch it all fall down¨ - ¡Gracias Brasil! - Grita Luke, por encima de los gritos emocionados de las fans. -¡Estuvieron fantasticos! -Digo yo, recibiendo otra oleada de gritos, a la par que la melodía de Babylon termina y se apagan las luces. Yo sonrío y me quedo unos segundos más mirando hacia el público. Las luces de los telefonos, iluminando en medio de la oscuridad y los gritos que poco a poco se apagan. Dejo a la adrenalina y la dopamina que recorran unos segundos más mi cuerpo hasta que la mano de Michael pasando a mi lado me traen a la realidad. -Vamos. - Murmura a lo que yo asiento, dejo mi instrumento en su lugar y salgo detrás de ellos. Apenas salimos del escenario suenan aplausos y algunas felicitaciones, tradición que tenemos desde hace bastante tiempo, yo sonrío, agradezco y tomo la toalla que me brindan para secarme el sudor. Michael, Calum y Luke están llenos de energía, (los conciertos suelen tener ese efecto en nosotros, aunque no dura mucho, en 15 minutos estarán muertisimos). Ashton se deja caer en el suelo, dramaticamente, por lo visto su tanque de reserva está vacio, y para ser honestos, no me sorprende, llevaba toda la tarde de aquí para allá. Decido dejarme caer con Ashton, y antes de recostar mi cabeza por su estomago, lo limpio un poco del sudor con la toalla. El levanta la cabeza y me mira divertido. -¿Enserio? Estás tan cubierta de sudor como yo, quizás incluso más, apestas. - Yo le tiro la toalla en manera de reproche. -Calla, yo no apesto, probablemente te huelas a vos mismo. -Si, claro. -Dice él y vuelve a recostar su cabeza en el suelo. Maldito seas Ashton, ¿De verdad huelo? Bajo la cabeza disimuladamente a mis axilas, nothing, nada, huelo a flores seguramente. Ashton se ríe, porque sabe lo que acabo de hacer y yo le pego su estomago. -Ya quisieras vos oler cómo yo, huelo divino. -El no responde, pero pronto escuchamos la voz de Kevin urgiéndonos a que nos levantemos y nos bañemos para poder ir al hotel por la noche. Un quejido grupal es su respuesta. -Nono, nada de quejidos, este es su último concierto acá en Brasil, a mas tardar tenemos que estar mañana por la noche en Argentina. Tienen que dar dos conciertos allí. Durante el camino Luke y Michael tienen una llamada con la radio esta de la que les hable ayer y Ashton, Annie y Calum tienen un Zoom con uno de los canales Argentinos, a los que luego se le unen Luke y Michael. Luego de eso, llegamos, ensayos, tienen unas tres o cuatro horas libres y empezamos con el concierto, ¿Entendido? Les envíe a sus teléfonos los horarios y Ann, deja de ignorar mis mensajes. Se que los ves. -Lo siento, se me pasa. - Kevin suelta un ¨Mmmhm¨ y se marcha, no sin antes recordarnos de que nos duchemos antes de salir. Antes no solíamos hacer eso, directamente del Concierto saltabamos al bus, pero este terminó oliendo a Basurero municipal luego de unos meses, así que se estableció cómo regla bañarse antes de subir al bus. Luego de la ducha, tomo mis cosas, me despido del equipo y me largo hacia el bus, en el camino me encuentro con Kevin y apuro el paso para encontrarlo. -Kev, Kev, ¿Cuánto tiempo es de acá al hotel?. - El me mira, sin dejar de caminar. - No muy lejos, cómo a veinte minutos, ¿Porqué, estás cansada? ¿No te volvió tu bicho ese? - ¨Bicho ese¨ es referencia a las migrañas que me dan. A lo que yo niego con la cabeza. -No, el remedio que me dió Luke le agarró justo a tiempo, y si, estoy muerta de cansancio, quería saber si podía dormir en el camino, antes de llegar al hotel, pero es muy poco tiempo. ¨Aja¨ responde él asintiendo. Cuando llegamos al bus, el se aleja de mi, me indica las habitaciones y que pidamos las tarjetas en el hotel, a lo que yo asiento y él se despide por la noche. Subo al bus y veo a la mayoría de los chicos allí. Los saludo y de inmediato busco un lugar medio abandonado del bus, lo encuentro casi al final, un asiento largo entre las ventanas. No es que no quiera estar con ellos, es que luego de tanto alboroto, de verdad me gustaría un poco de
silencio, Calum se me une no mucho tiempo despues. -¿Cansado? -Pregunto apenas le veo, el hace un gesto de mas o menos con la cabeza y me entrega una banana. Yo la tomo con gusto y me pongo a comerla. -¿Sabes cuando tenemos una pausa de vuelta? -Pregunta él, y le da una mordida a su pera. Yo niego con la cabeza. -¿Cuando fue la última pausa? - Pregunto yo. -Creo que como hace tres meses o cuatro. - Suelto un ¨Mmmhm¨ y reviso mi telefono en busca de mi itinerario. -Debería ser en Paraguay, ¿No? Dijeron que ibamos a tener un descanso allí, como de una semana y algo. -Calum suelta un suspiro frustrado. - ¿Que pasa? ¿Extrañas a alguien? -Le codeo, con una sonrisa divertida. Él me mira y niega, sonrojándose un poco. -No realmente... osea si, pero no, bueno si pero no tanto, es como.. -Yo le miro levantando las cejas. -Bueno si, la extraño. -Murmura dándose cuenta de que se había pillado a sí mismo. -¿Quizas puedas ir y venir en ese tiempo? -El niega con la cabeza. -Ya revisé, desde argentina llevan como dos o tres días llegar a Australia, y Paraguay ni te digo. No me va a dar el tiempo de ir y volver antes de la siguiente parada. -Aw. -Lo miro apenada. -Lo siento Cal, supongo que vas a tener que aguantar hasta la siguiente parada. -El asiente y se queda pensando un segundo, luego se mete la mano al bolsillo y quita el papelito que la entrevistadora le había dado a Luke. Yo levanto las cejas, y lo miro. -¿Porqué lo sigues guardando? -Pregunto e intento quitarselo de las manos, el me esquiva. -Vi tu reacción Ann. -¡¿Queee?! Tenía curiosidad. -Me defiendo, a lo que él suelta un ¨Aja¨, incredulo. -Tu y yo sabemos que no es simplemente curiosidad, ¿Cuando lo vas a admitir? -Pregunta él, buscando mi mirada mientras yo lo exquivo. - No hay nada que admitir Cal, somos mejores amigos y ya. No hay nada nuevo en eso. -El niega con la cabeza. -Tu y yo somos mejores amigos, Michael y yo somos mejores amigos, los cinco somos mejores amigos. Pero solo ustedes dos se tratan así de cariñosos. - Él levanta las cejas, mirandome. Cómo si fuera que no me ha hablado de esto mil veces a lo largo de todos estos años. -Ya hablamos de esto, él me ve como si fuera su hermanita menor, por eso me protege tanto. Y yo lo mismo con él, es mi her- -Mis pelotas -Interrumpe él. -Si fuera realmente así, se llamaría incesto. -Yo le meto un manotazo en su cabeza, un tanto avergonzada. A lo que él esquiva. -Hablo enserio Ann, reacciona, no creo que haya una pareja más bonita o hecha el uno para el otro como ustedes. No me gustaría verles perderse el uno al otro por no actuar a tiempo. -El me mira serio y al terminar me sonríe levemente, ese tipo de sonrisa que te dice que lo que hace es porque te quiere. Me ha dejado sin palabras, así que deja un beso en mi cabeza y se levanta cuando el autobús para, dejando el papel arrugado en la mesa, frente a mi y sale. Me quedo mirando unos segundos el papel, pensando en lo que me dijo. La cosa es la siguiente, como estamos ahora, nuestra relación, está perfecta. No dramas, no celos, no peligros de que mi corazón termine hecho trizas. Somos amigos, amigos que se dan la ración de cariño y ternura necesarias para él día, nos apoyamos en todo y estamos ahí el uno para el otro. ¿Pero darle el poder de tener mi corazón en sus manos? No, lo siento mucho. Tienen que disculparme, pero soy una miedosa, no quiero correr el riesgo. Estamos bien así cómo estamos, mejores amigos con una relación platónica, perfecto. -Toc Toc. -Dice el rey de Roma, desde el pasillo. Me apuro en agarrar el papel antes de que él lo vea. El me mira con las cejas levantadas, pero no hace preguntas. -El bus paró hace como cinco minutos y él conductor ya se quiere ir, ¿Te quedas a dormir aqui? -Pregunta divertido a lo que yo niego con la cabeza y me paro, guardando el papel en mi bolsillo. -No me di cuenta, lo siento. -Digo llegando a Él. Juntos nos bajamos del bus, saludo a algunas fans que se encuentran allì esperando frente al hotel y les recomiendo que vayan a casa. Es tarde y hace frio, no me gustaría que se queden a la intemperie tanto tiempo.
Luego de unos minutos entro al hotel y busco las llaves de mi habitación. Luke, que se había quedado conmigo afuera, me acompaña hasta la puerta y se despide cuando llegamos, deseándome unas buenas noches. Siempre hace eso, no le gusta dejarme sola en lugares desconocidos, lo ha hecho prácticamente desde que nos conocemos. Luego de acomodarme en mi habitación y cambiarme a unos pijamas, pido una pizza y me pongo a buscar algo para ver en la televisión, aunque no presto atención. Lo que Calum me ha dicho ronda por mi cabeza. Aparte de todo lo dicho antes, no es que yo sea muy buena con mis sentimientos. De hecho me cuesta un montón reconocerlos, y más aún, mantenerlos. Y con Luke es todo muy confuso. Si, me gusta, pero a la par no estoy segura que me guste de verdad. Osea, me gusta recibir su atención, y sus mimos y todo su cariño, ¿Pero me gusta de verdad? En definitiva no me gustaría verle con alguien más, pero eso podría ser mi ego, viendose afectado. Y en el caso de que si me guste de verdad, lo veo todos los días ¿Y si me aburro? ¿Y si hecho a perder nuestra amistad? Peor aun, que pasa si realmente estoy enamorada, y decido arriesgarlo todo. ¿Y si él lo arruina? ¿Y si mete la pata? Conozco a estos chicos por añares ya, se lo capaces que son de arruinar algo bonito, los he visto hacerlo. ¿Y si arruina lo nuestro? ¿Y como quedará el ambiente en la banda si no funciona? No, no, no. Me van a disculpar, pero no pienso arriesgarlo todo por algo lleno de Y sis. Así que empaqueto todos esos pensamientos y los meto al fondo del armario de mi mente, cuanto menos piense en ello, menos me afecta. Escucho unos toques venir de la puerta y miro la hora, han pasado 40 minutos.. ¡¿Cuarenta minutos ya?! ¡Tanto tiempo pensando!. Niego con la cabeza y me rodeo con la frazada, ha de la pizza que he pedido. Pero cuando llego a la puerta y veo por el ojo de pez quien es, mis pensamientos que los había encerrado en el armario, salen disparatados. Abro la puerta y le sonrío, un tanto sorprendida. -Luke. -¿Servicio a la habitación? -Sonríe él, levantando la pizza en una mano y mirándome inocente. Abro un poco mas la puerta, dejándolo entrar. Él pasa y me quedo un segundo mirando su espalda cubierta de una bata peludita y bien caliente. Suspiro y cierro la puerta. ¿Y así cómo se supone que encajone todos estos pensamientos?
2 notes · View notes
otraflormas · 5 years ago
Text
Me encantaría tomar en café con vos:
En este día de cuarentena me amigo por primera vez con el insomnio. Me canse de buscar tips para dormir en internet, me canse de que ni los ejercicios de respiración, ni la leche calentita, ni los libros, ni la música, ni la manta, ni frío, ni calor; ni nada le ganen al mismo. Hoy 29 de mayo me dejo. Que me gane el insomnio. Tres horas de mirar el techo y pensar de más y ya me agote de que sea todo, menos descansar. Por lo menos que mi pensar de más, esta vez, se guarde en palabras. Por lo menos que mi pensar de más quede registrado y no se evapore y pierda en otro “lo que ayer pensé antes de dormir”.
A veces pienso en que es lo que nos ata a un otro. Que nos ata a no soltar un pensamiento, un sentimiento, a una persona. Pienso en vos. Pienso en que me ata a no soltarte a pesar del tiempo. A pesar de todo lo feo que hiciste, y a pesar de que crea quererte soltar la mayoría del tiempo. Digo la mayoría del tiempo porqie entiendo que si es tan en serio lo de “si uno quiere, puede”, ya lo hubiera hecho. Aunque quizás no, quizás como las miles de frases que no termino de entender o compartir, quizás a veces aunque se quiera, y se quiera en serio, no se puede. Es más, quizás a veces, cuanto más se quiere menos se puede; como yo hoy deseaba profundamente dormir bastante y hacerlo rápido, y otra vez conseguí todo lo contrario. Si uno quiere reemplaza, si uno quiere se distrae, si uno quiere fuerza pensamientos, sentimientos, personas nuevas; si uno quiere puede.
Ahora, si yo no quiero, ¿por qué no quiero? Si no es lógico, si no es sano, no es productivo, no da lugar a crecer, no da lugar a “ser” bien... ¿por que no quiero? Porque consciente de todo, porque después de cada error tuyo y caída en consecuencia, que confirmo que debo, que lo necesito; ¿por qué no quiero?
¿No quiero soltar, o no quiero ver? Pero si lo veo, realmente lo veo; ¿No lo quiero aceptar, o simplemente no me quiero rendir?
Seré romántica sin sentido pero hoy creo que pensé algo lógico entre la leche calentita con esencia de vainilla, y el segundo de 4 ejercicios de respiración para dormir. Me imagine que tu mamá me preguntaba porque no te soltaba, y yo como discurso de bodas le tiraba poesía pura de lo que eras para mi. Entre palabras tiernas me di cuenta que las razones que le daba a tu mamá tenían también sentido para mi, que las razones que le daba a tu mamá eran coherentes en la lógica de porque no soltarte. Le decía algo así:
Cuando somos chicos, en nuestras casas, nos enseñan que el amor son distintas cosas. Esas distintas cosas vienen en distintas formas, en distintas caras, en distintos momentos. El amor se enseña siempre distinto, y más que nada se enseña en como se da. En mi casa me enseñaron con el ejemplo, que el amor es respeto y es compromiso. Me enseñaron que el amor es dar todo, es que cada esfuerzo valga en la búsqueda de conformidad, o de una simple sonrisa. Me enseñaron que el amor es ser bueno, ser honesto, ser fiel. Que quien ama si lastima o hace mal, lo hace sin querer, y realmente siente el arrepentimiento profundo, y aprende. Porque el amor es aprender. Por lo tanto me enseñaron que el amor es crecer; crecer aprendiendo del otro. Me enseñaron que se ama porque a uno le sale y que no hay nada más hermoso que a uno le salga amar.
Le decía que yo construí con películas, con libros, con historias más que nada; un concepto de que el amor era además mágico. Que era “ideal”, que era preciso, y que era uno en la vida. Que era con suerte “verdadero” y sino, valioso aprendizaje.
Después, le decía la parte en la que imaginaba que sus ojos se iluminaban cuando me refería a su hijo. Imaginaba que se enternecía de la sinceridad y transparencia de mis palabras:
Para mi el amor cambio cuando decidí construirlo con una persona. Fue la primera vez que “no me toco”, como en el caso de familiares que amo. Lo construí. Construyéndolo, mi concepto de amor se deformo completamente, sus bases cambiaron completamente. El amor paso a tener otro objetivo, otro sentido, otra definición. El amor paso a ser algo quizás menos fantástico y perfecto, y más bajado a tierra. Bajado a tierra pero igual de hermoso. El amor paso a ser desordenado, desprolijo, difícil de entender. Si, paso a ser complicado (como la mayoría de las cosas que son partes de la realidad), y por algunos momentos, lo más simple del mundo. Para mi el amor dejo de ser basado en compromiso puntual, sino en esfuerzo y en perseverancia. El amor dejo de ser tan romántico para ser más espontáneo, más de cariños y gestos pequeños que se daban “en la movida”, como bien es el. El amor empezó a ser menos ideal, empezó a ser algo qué hacía mucho mal, pero nada, comparado con el bien sabíamos que sentíamos al final del día, contando con el otro. El amor paso a no ser fiel, a ser mentiroso, celoso, a ser resentido muchas veces (y ahí fue más claro cuando perdió lo que tenía de “ideal”). El amor paso a ser un sentimiento transparente que te gana de adentro, de las entrañas, porque al mismo tiempo de cabeza es capaz de volverte loco (y de esos volverte loco para mal). El amor se mantuvo más que nada, en que es aprender. Aprender del otro. Escuchar, mirar, admirar. Es amor paso a ser volver a elegir. Volver a elegir a los pensamientos, sentimientos, a la persona. El amor fue crecer.
Entonces en esa parte de mis pensamientos nocturnos ya no hablaba con tu mamá, hablaba con vos. Hablaba con vos sentada en un café. Y te decía: entonces, ¿ por qué no puedo soltarte? No se si de verdad no quiero, o simplemente no puedo ya. No se si estoy loca, pero creo que si. Si no te suelto es porque para mi el amor es lo que construimos. Y nadie va a entrar mejor en los parámetros desordenados y complicados que construimos, que vos. Nadie va a entrar mejor en esta definición de amor que vos. Que yo. Que nosotros.
Entonces no nos suelto porque nos sigo buscando en los mismos paramentos, en los de siempre. Sigo buscando amor como lo busque toda la vida, pero ahora lo busco con tu forma y con la mía como una unidad. Una unidad que en realidad ya no se une para más que revivir recuerdos. No te suelto porque estás en cada segundo que pienso, veo, siento, busco, y analizo amor. Solo puedo hacerlo desde acá. Desde mi lugar de experiencia de amor joven y caótico, entre dos personas que sienten con mucha intensidad. No te suelto porque te sigo buscando. No te suelto porque no se de amor más que el que me hiciste sentir mientras lo construíamos. No te suelto porque amo el amar y así fue siempre. Aunque ahora esté condicionado a vos.
“En este café te cuento mi lógica, hablándote en tono de -te perdono- porque quiero avisarte que pienso desarmarlo. Quiero avisarte que pienso darme lugar a armar devuelta otro concepto de amor. Uno limpio. Uno distinto. Por lo menos que me acompañe en la búsqueda de la verdadera construcción de uno nuevo.”
Esa es la frase más clara que tengo de mi pensamiento de 4:30 am en noche de cuarentena. Estoy lista. De mañana planeo empezar (o volver a intentar). Sin embargo, me voy a dormir pensando en como me encantaría, ir a tomar un café con vos.
29/5/20
18 notes · View notes
yungbeefz · 5 months ago
Text
Tumblr media
Bebe otro trago de la cerveza y luego se acomoda mejor, más cerca, y tiene ganas de tomar las piernas de Cléo que están flexionadas como en trance meditativo y besarlas, acariciarlas, recorrerlas con los dedos como si no lo hubiera hecho antes. Deja la cerveza en la mesa de luz, entonces, y se reclina y reposa él sobre las extremidades ajenas, en el espacio que se arma entre las piernas, y así la mira a ella. —Qué linda te ves desde acá. —Le dice, será por la forma en la que las orejas que tanto le gustan destacan o la manera en la que puede observar el contorno de la quijada, el pelo suelto y peinado como punk rocker. Comentario siguiente le saca una carcajada. — ¿Te aconsejan? —Quiere saber. Se le ocurre que serán de la clase de madres que están presentes en serio, que deslizan frases cargadas de sensaciones cuando uno tiene el corazón roto o algo peor. —De tener madre, sé que nunca hubiera tomado un consejo de la mía. —Hay una pausa allí, el madrileño saborea esa realidad y le sabe amarga. —No porque fuera drogadicta o puta, que es lo que decía la prensa. Eso me da igual.
Pregunta siguiente lo hace reír, Dani se aleja de las piernas de Cléo y vuelve a sentarse, aunque ésta vez más cerca. —Las chicas con las que he salido dirían que te puedo hacer sentir rabia y mucha, o verdaderas ganas de matarme. —Sonríe. —Yo creo que tengo suerte, no la suficiente como para hacerte sentir enamorada, pero sí para que no quieras bailar con nadie más porque conmigo bailas mejor. ¿Me das un beso? —Pregunta. —En serio quiero verte cuando nos vayamos. —Y en verdad tiene ganas de decirle que también lo quiere porque ella no se enamorará de Dani y él lo sabe. Ella esboza la siguiente pregunta, Dani la contesta así nomás: —Boca Juniors—encoge los hombros. —, no me parece la gran cosa. Hubiera preferido a River Plate, que es equipo amigo del Real Madrid.
Tumblr media
no puede evitar una ligera risita cuando escucha la conclusión que ha tenido la vida de aquel artista, se pregunta si quizás tuvo algún tipo de revelación, o se la inventó para alejarse de un mundo que ya no le satisfacía. muchas veces ha pensado si eso puede ocurrir, si es posible que aquello que amas se transforme en una carga tan grande que alejarse de ello resulte necesariamente vital; quizás solo porque desearía que a ella nunca le ocurra. bailar es algo que le llena el alma desde que tiene uso de razón. “me gusta, este tipo de música me da ganas de bailar, pero es diferente.” ritmos latinos provocaban algo distinto en el cuerpo, los movimientos que ansiaban surgir se alejaban de lo más tradicional, y siempre encontró muchísimo talento en quienes mueven las caderas con tanta naturalidad, cual si lo llevaran en la sangre sin necesidad de estudiar ni un solo día. da otro trago a su cerveza, pensando en que le gustaría acercarse más, que la distancia entre ambos ( si bien escasa ) sigue siendo demasiada. pero tampoco se atreve, quizás porque no está muy segura de en qué terreno están, porque hace minutos han confesado que quieren seguir viéndose y esa idea es demasiado abstracta como para terminar de poder formarla en su cabeza. luego sonríe, porque dani tiene razón, y también siente algo de culpa por hablar tanto de ellas cuando sabe que él no la tiene, pero no puede evitarlo. “supongo que es todo eso del amor incondicional y blah.” busca sacarle un poco de solemnidad a la situación con entonación un tanto más ligera, burlona, y luego otro trago, con el cual casi termina su botella. es siguiente comentario que la obliga a efectivamente a empinar una vez más la botella y deshacerse del contenido por completo, necesitada del efecto del alcohol. no es que busca cargar lo escuchado con más significado de que realmente puede tener, y tampoco se entiende capaz de adentrarse en la profundidad, necesita de una ligereza que supone español puede brindarle. “¿ah sí? ¿qué cosas puedes hacerme sentir?” palabras se pintan de cierta suavidad y cuerpo se inclina un poco más hacia él, deteniéndose en su mirada. sabe que está jugando con fuego, pero también es consciente de que es su última noche en aquella ciudad y a pesar de las promesas el futuro era incierto. él menciona a fiona y en su interior se provoca un conflicto, supo apreciarla y también en ocasiones sintió la necesidad de no hablarle nunca más, los celos que fiona supo manejar hacia ella y émile se volvieron tóxicos y pasivo agresivos, hasta el punto en que se escucharon gritar. nunca entendió ese vínculo y tampoco nunca se ocupó en hacerlo, pero fiona supo herirla cuando en realidad cléo nunca fue el motivo de su rabia. “¿en qué club vas a probarte?” curiosea, si bien no es ávida conocedora de los clubes en argentina, por básicos conocimientos referidos al deporte que ama, reconoce algunos nombres.
19 notes · View notes
potato-translations · 5 years ago
Text
HYPMIC A.R.B - EVENTO #3: TODO LLEVA AL CERDO 4
Las historias de estos eventos son tan meme, me alegran demasiado la existencia.
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Evento #3
Rastreando el dólar de cabello suelto ~Todo lleva al Cerdo~
Capítulo 4 – Quiero ver a Jirow
Tumblr media
Jakurai: Bueno, sí, estás bastante bien. La próxima semana deberían darte de alta.
Niño: ¿En serio?
Jakurai: Por supuesto. Has sido muy valiente.
Niño: ¡Jeje!
Jakurai: ¿Qué harás cuando salgas del hospital?
Niño: Em, em… ¡quiero ver a Jirow!
Jakurai: ¿Quién es Jirow?
Niño: ¡Mi cerdito mascota! ¡Es muy lindo!
Jakurai: Si te portas bien podrás verlo pronto, ¿está bien?
Niño: ¡Síi!
Jakurai: Así me gusta.
Madre: ¿Dr. Jakurai, podemos hablar un poco?
Jakurai: ¿Qué sucede?
Madre: ¿Podemos hacerlo fuera?
Jakurai: Por supuesto.
 [van a otro cuarto]
 Jakurai: ¿Cuál es el problema?
Madre: Es sobre Jirow…
Jakurai: El lechón, ¿no?
Madre: Sí. Cómo puedo decirlo… Se extravió.
Jakurai: Oh, vaya.
Madre: Lo hemos estado dejando en la casa de sus abuelos mientras mi esposo y yo trabajamos, al parecer se escape de ahí.
Jakurai: Su hijo estará muy triste al oír eso.
Madre: Sí… Hemos hecho de todo para encontrarlo, pero no hemos tenido suerte. Sé que es mucho pedirle esto, pero… ¿podría usted darle la mala noticia? Se nota que le tiene cariño y creo que lo mejor sería que usted estuviera ahí para apoyarlo…
Jakurai: A decir verdad, no me molesta, pero…
Madre: Muchas gracias, Doctor.
Jakurai: ¿...qué tal si buscamos al lechón antes de informarle a su hijo sobre su desaparición?
Madre: Bueno, me encantaría, pero…
Jakurai: Los cuidados post operatorios también son parte de mi trabajo como médico. No me gustaría ver a su hijo triste. Por favor, permítame hacerme cargo de este problema.
Madre: Está bien. Muchas gracias.
Jakurai: ¿Podría darme más detalles?
Madre: Sí, por supuesto…
Jakurai: Me podría decir, con exactitud, ¿cuándo fue que se perdió el lechón?
Madre: Claro… Cuando no está en la casa, mi padre deja al cerdo a cargo de su ayudante, pero al parecer escapó cuando salieron a dar un paseo…
Jakurai: Hm… Supongo que tendré que preguntarle a este ayudante por detalles más precisos. ¿Le molestaría si visito a su padre?
Madre: No, para nada. Pero su casa es, em…
Jakurai: ¿?
Madre: Es un tanto… diferente.
Jakurai: ¿Diferente?
Madre: Podríamos decir que, ah… no es del todo legal.
Jakurai: Ya veo.
Madre: No puedo permitir que un médico como usted vaya a un lugar como ese.
Jakurai: No se preocupe, señora. Estoy bastante acostumbrado a lugares así.
Madre: ¿Está… acostumbrado?
Jakurai: Ah, solo era una pequeña broma. Me disculpo. Bueno, por favor, hágale saber a su padre que pronto estaré allá.
Madre: No hay problema. Nuevamente, muchas gracias.
Jakurai: Entonces, mejor termino con mi trabajo aquí y voy lo más pronto posible.
 [La escena cambia a Jakurai frente a una mansión estilo japonés. Ya es de noche y no para de llover]
 Jakurai: Supongo que este es el lugar.
???: Ey, doc.
Jakurai: ¿Qué te trae hasta acá, Samatoki?
Samatoki: Podría preguntar lo mismo.
Jakurai: Tienes razón. Yo estoy más fuera de lugar que tú.
Samatoki: ¿Qué negocios tiene un médico como tú con un patriarca yakuza?
Jakurai: Bueno…
 Samatoki: Así que un lechón, ¿eh? Sigues siendo igual de amable que siempre, doc.
Jakurai: Solo quiero lo mejor para mis pacientes. Es agradable encontrarte en medio de una misión de búsqueda, Samatoki.
Samatoki: Un hombre debe buscar cosas de vez en cuando…
Jakurai: Solo espero que podamos conseguir lo que queremos sin muchos problemas.
Samatoki: Bueno, eso dependerá de ellos, no de nosotros. Vamos.
>>Siguiente capítulo
12 notes · View notes
elquecuentacuentos · 4 years ago
Text
El vigía
El sueño casi se podía sentir y lo disfrutó; lo invadía la idea del enemigo tirado, vencido; desparramado por el sueño con las tripas de fuera junto a sus valientes compañeros de regimiento que se sacrificaban y entregaban su vida por la patria. Julián despertó para darse cuenta que estaba ahí cubierto con su sarape y tumbado a la entrada de esa cueva en aquel cerro con el cuerpo entumido, tenía hambre y más ganas de dormir. Pese a ser de origen humilde, Julián nunca antes había tenido que pasar las penurias que le trajo su llegada al ejército, que su superior, el capitán Eladio Ruíz, le había ordenado sufrir "por el bien de la compañía". Tentó con las manos entumecidas el suelo frío y castigador de la sierra de El Salto y comprobó que las feroces piedras seguían ahí, mordiendo y moliendo su carne, como un animal que devora a su presa lentamente. "Qué chinga, capitán, qué chinga me estoy poniendo, pero no le voy a fallar", se repitió mientras trataba de levantarse y tentar su fusil al mismo tiempo. "No me atraparán desprevenido, eso sí que no, capitán. Estaba descansando los ojos, pero no me van a sorprender. Antes me chingo a dos o tres y me regreso pa' hacerles frente aquí mero con uste'".
Julián Muñoz Mendez, soldado razo, cabello rubio y tez clara, flaco, alto, con apenas una sombra de barba dorada sobre un débil mentón herencia de su padre. Le apodaban "el Güero", pero nunca le gustó el apelativo. Si por él hubiera sido sería moreno como su madre, como los mexicanos, como los cabrones chingones del ejército. Pero no le preguntaron como quería ser, hacía casi 19 años que su padre tomó a su madre sobre un caballo colorado, se la llevó de San Isidro y lo demás es historia. Alicia Mendez, antes que "de Muñoz", regresó al pueblo con un chamaco güero, pálido y blando como el queso; llorón, debilucho, con la mirada muy pendeja, decía su padrino Tomás. Regresaron únicamente ellos dos. Ese tal Muñoz, del que Julián no conocía su nombre -pues su madre nunca lo repitió luego de volver a San Isidro por algo así como resentimiento- lo único que le había dejado a ese niño despintado era un apellido que para fines civiles era necesario y esa barbilla tan poco severa que algunas veces parecía no servir ni para detenerse el sombrero con un listón. A veces creía que su padre debía llamarse Julián, como él, pues desde que él tenía uso de razón hasta su madre lo llamaba por "Güero", como evitando -o repudiando- ese nombre que comprobaba su acta de nacimiento.
"A mí de aquí no me mueven. Antes me chingo a dos o tres", se repitió en la oscuridad de la madrugada. Se hincó detrás de un peñasco duro a la entrada de la cueva más grande que un becerro que le servía como protección contra los chingazos de esos villistas. "Por que esos sí están duros. Pobres de los cabrones que agarren desprevenidos. Pero a mí no", se dijo. "Pero nosotros no, no mi capitán. No le voy a fallar". Perdió la vista en el negro horizonte al recordar la habladuría que había presenciado en la ranchería de don Alfonso, donde estaban asentados detrás de él y aquel cerro, a unos siete minutos a caballo, su regimiento y su capitán. "¡Los cuelgan, le digo! ¡Los cuelgan y les rajan los huevos pa' que todo el mundo los vea ahí y se espanten!" escuchó decir a un arriero que ya había pasado por otras dos rancherías. "Le digo mi capitán, esos pinches villistas están locos como chivas. Mira que tronarle los huevos a uno cuando es lo más sagrado que uno tiene luego de su madrecita. Si lo que quieren es asustar, créame que a mí ya me asustaron". El capitán Ruiz ni se inmutó, "Puros pinches chismes, don. Si quiere regrésese y tráigame a esos culeros pa' que vea como soy yo quien les saca los huevos y hace que se los traguen crudos antes de colgarlos encuerados por mitoteros". Julián veía como su capitán no titubeaba en esas cosas, lo decía muy en serio. Para él fue el padre que nunca tuvo, el que debió ser su padre, no ese Muñoz que se hacía el valiente trepando mujeres a su caballo pero no se animaba a bajar a hombres de los suyos a plomazos como el capitán Ruiz, ese sí era un cabrón de Ejército Mexicano, moreno como su madre, y ningún villista desconocía su nombre. "Este sí es un ejemplo para mis futuros hijos y todo el regimiento", se repetía seguido Julián.
"No le voy a fallar mi capitán". "Qué bueno, Muñoz, así me gusta que me respondan mis hombres. Seguros y con los huevos en la mano", la frase le recordó a los villistas y sus víctimas colgadas de los hiuzaches por todo el norte. "Mire, Güero, lo que le voy a encargar es vital. No sólo para mí, sino pa' sus compañeros o esa bola de pendejos que tengo a mi mando. Necesito que uste' se me vaya solo pa' no hacer tanto movimiento y se me instale en aquel cerro, por ahí hay unas cuevas, métase a una, no sea pendejo, el frío está duro. Pero no se vaya a dormir, no prenda fuego porque lo ven desde el camino y en tres minutos tiene a todos ahí pa' cogérselo. Usté va a ser el vigía o cómo quiera llamarle, y se mantiene ahí por donde pasa abajo el camino. Quédese quieto pero vigilando, se espera a ver las luces de aquellos pendejos donde clarea el camino pasando el cerro del Labrador, cuenta cuántos son al tanteo y se regresa pa' acá en chinga. Ya me dijeron que esos muertos de hambre les gusta atacar de noche y así se chingaron al capitán Ascencio, ¡pinches cobardes! Pero a nosotros no nos la hacen Muñoz, ¿entendió? A uste' y a mí nos la pelan. No quiero que lo agarren dormido o meando por ahí, póngase listo pelao". Las órdenes de su capitán le retachaban en las orejas rosadas y se le clavaban en el cerebro. "No me atraparán desprevenido, eso sí que no, capitán. Antes me chingo a dos o tres y me regreso pa' hacerles frente aquí mero junto a uste' o ya animado y sin salida hasta yo me quito la vida antes que esos me saquen algo".
"Pa' cuándo tienen esos pinches villistas, qué me estoy cansando" se dijo Julián temblando todavía de frío aún de rodillas cuando el aire se le metía por los agujeros del sarape, los ojos le pesaban como tercios de rastrojo. "Antes me chingo a dos o tres". En aquel silencio se puso a pensar lo cerca que estuvo de irse del bando de esos salvajes; borrachos y huevones que seguían al delincuente Villa. Fue hace unos meses cuando llegó a San Isidro un mensajero de la guerrilla: "El general Villa anda juntando gente pa' levantarnos en armas. Todavía no sabemos contra quien, ni pregunten. No hay paga, pero se pueden quedar con lo que agandallen en el camino. Quien se anime se viene con nosotros a medio día". Borrachos y huevones, Julián no sabía por qué pero esas palabras le recordaban a ese padre sin rostro que dejó a su madre con niño para ir a perseguir riquezas y pendejadas de bandidos y cuentos gringos. A medio día vio como un grupo de un par de docenas de pobladores siguieron al emisario rumbo al norte. Él no, dos días después se encaminó a la capital para enlistarse en el Ejército Federal. "Quiero matar villistas, jefe", le dijo al reclutador. Con suerte se encontraría con su padre y le podría meter cuatro balazos en la panza antes de decirle "¡Eso es por darme la vida, cabrón!". Nada más era cosa de buscar al que más se parecía a él; un güero con mirada de pendejo. Un ruido cercano lo volvió a ese cerro de vigía. Por un momento pensó que por culpa de su distracción y pensamientos ya los iba a tener encima gritándole que soltara su carabina. "¡La suelto pura chingada, cabrones!" les diría y les zorrajaría toda su carga. "Antes me chingo a dos o tres, a lo mejor entre esos está mi padre". Pero no era nada, el ruido a lo mejor fue un tlacuache o un conejo corriendo por ahí en medio de la noche para que nadie los vea. "Eso, eso son esos cabrones, unos pinches tlacuaches miedosos que sólo se avientan de noche".
"¿Pos cuánto me quedé dormido?" se preguntó. Así estuvo Julián, hincado unos 15 minutos hasta que le dolieron las rodillas luego de despertar y se le entumieron los pies en ese suelo frío lleno de piedras y hierbajos detrás de un peñasco, cuando de pronto algo llamó su atención, esta vez no era un ruido, sino un olor. Un olor familiar, a leña quemándose que la madrugada le trajó y le llegó a las narices. Se espantó, ya no estaba soñando, estaba despierto y lo dolorido del cuerpo se lo aseguraba. Se levantó de un salto sintiendo el dolor de sus extremidades y corrió con cara de espanto a rodear el cerro de vigía rumbo a la ranchería de don Alfonso; rumbo a su regimiento, rumbo a su capitán Ruiz. Se detuvo frente a la terrorífica imagen a lo lejos de los establos, las bodegas y el campamento entero en llamas a las faldas de aquel cerro. De pronto el arma le pesó más de lo normal, las piernas le temblaron y sintió ganas de vomitar, se le cerraba la vista. "Estoy soñando, estoy soñando, estoy soñando, ¿cuánto tiempo me dormí? ¡El capitán me dijo que no me durmiera! ¡El capitán me va a matar! si no es que ya está muerto. ¡Mi capitán! ¡Esos hijos de la chingada! ¿A qué hora pasaron? ¡Hijos de la chingada!". Julián "El Güero" Muñoz se dejó ir cerro abajo corriendo como endemoniado con el arma en ambas manos y lágrimas en los ojos. "¡A mí no me matan, capitán!", se fue gritando "¡Antes me chingo a dos o tres! ¡Dos o tres, cabrones!", con suerte, uno sería su padre, ese que lo único que le había dado era la vida... "si no es que ya está muerto también".
3 notes · View notes
mino-diabolik · 5 years ago
Text
Ecstasy Prólogo
Tumblr media
[Ubicación: Patio — Banmaden]
Mystic: ¡Escuchen, señores, todos tienen un descanso de 30 minutos!
[Los ghouls sueltan un suspiro de alivio simultáneamente; algunos se sientan justo donde estaban parados y se recuestan. Me sonrío a mi mismo y me doy la vuelta, cargando los estuches de las espadas hacia la puerta.]
[Levanto la mirada levemente, solo para darme cuenta de Kazuha, quien está recargada contra el marco de la puerta. Pongo los estuches contra el muro y la miro.]
Hola, Kaz.
Kazuha: Hola...
Tumblr media
Mystic: [Se queda callada, evitando mirarme.]
¿Ne... necesitas algo?
Kazuha: [Agita la cabeza.] Nada.
Mystic: [Me inclino, tomando el mango de una de las espadas en su estuche y se la ofrezco. Finalmente, Kazuha voltea la mirada a mi.]
Kazuha: Mi padre nos matará.
Mystic: Sabes perfectamente que esa es la única razón por la que haz venido hasta acá.
Kazuha: . . .
Mystic: [Kazuha sonríe y toma la espada. Tomo otra para mi mismo y suelto una risa.]
Tumblr media
[Ubicación: Habitación de Shin — Banmaden]
DJ: (¿Qué es todo ese alboroto?)
[Me levanto de la cama, bajando el libro que tenía, sobre la mesa. Me aproximo a la ventana y la abro.]
Varios Ghouls: [Alentando.]
DJ: ¿ . . . ?
(Son... ¿¡Kazuha y Mystic!? Están en un dúo, aunque no parece ser nada serio. Más bien, parece ser que se están divirtiendo.)
Fufu〜
(¿Me pregunto si el Señor Carla sabe que está pasando ahora mismo?)
[¡Clang! ¡Clang!]
DJ: Kazuha no es nada mala con la espada. Y con esos poderes suyos... si el Señor Carla no fuese tan subordinado, estoy segura de que ganaríamos la guerra.
[Cierro la ventana nuevamente; el sonido del patio se torna en simples murmuros. Me doy la vuelta y comienzo a caminar hacia la puerta.]
(Tengo que hablar con el Señor Carla.)
[Monólogo de DJ]
Con una sola meta en mente, me encuentro enfrente de la puerta de la habitación del Señor Carla.
Mi mano tiembla cuando la levanto para tocar. Pauso por un segundo y me cuestiono entre sí hacerlo o no. Aprieto mi mano en un puño y bajo la cabeza—la acerco y toco.
Carla: ¿Si?
DJ: Soy yo, Señor Carla. Necesito hablar con usted.
Carla: . . . Pasa.
DJ: [Tomo la perilla y abro la puerta, entrando a la habitación.]
[Ubicación: Habitación de Carla — Banmaden]
DJ: ¿Estaba ocupado?
Carla: No hay problema. ¿Qué necesita?
Tumblr media
DJ: . . . Querio que reconsidere dejar a Kazuha pelear en la guerra contra los Víbora.
Carla: . . .
Creí haber sigo claro en mi decisión.
DJ: Señor, lamento si digo algo que pueda ofenderlo, pero debe de darse cuenta de que simplemente está siendo obstinado. La Señorita Kazuha es probablemente la miembro más fuerte entre los Fundadores. Y creo que no debería de mencionar que es saludable, al contrarío de su estado, señor.
Debe de ver la imagen completa.
Carla: . . . Largo de aquí.
Tumblr media
DJ: No me iré a ningún lado hasta que se de cuenta de la verdad, señor. Tengo un respeto inmenso por usted, pero debe darse cuenta que si es usted el que va a la guerra... morira.
Carla: ¡Fuera! ¡He dicho que no cambiaré de parecer...!
DJ: [Levanto la mano, bloqueando el ataque del Señor Carla. La brisa que hace mi brazo hace que mi flequillo se mueva, dejando ambos de mis ojos a la vista.]
Tendré que recordarle que mi familia también está involucrada en ésta guerra... y estoy dispuesta a hacer todo lo que esté en mi poder para mantenerlos a salvo.
Carla: ¿Y mandando a mi hija a la cabeza de la guerra es parte de ese plan?
DJ: No es eso a lo que me refiero. La Señorita Kazuha se ofreció para poder protegerlo a usted y a la familia... ¿por qué no puede simplemente aceptar que ella se ha vuelto una mujer que no tiene la necesidad de que alguien escoja por ella?
Si no fuese por qué usted es el rey, la señorita estaría marchando a la guerra justo en este momento.
Carla: . . .
Tumblr media
DJ: . . . Eso era todo lo que quería decirle. Tenga un buen día, y espero que tome la decisión correcta.
[Abro la puerta y pauso—esperando por una respuesta de último momento—pero el Señor Carla simplemente mantiene su silencio. Salgo de la habitación y cierro la puerta detrás de mi.]
[Fin del: Ectasy Prólogo]
Mun!Danny: Vale, ¡ya, ahora si! Vamos a empezar con el romance gay >:D
12 notes · View notes
val-ent-ina0 · 5 years ago
Photo
Tumblr media
Te mando esta foto del sol entrando por la ventana de mi casa. Es muy temprano y hay niebla. También quería decirte que este mensaje es una excusa para contar-te algo, y que si querés dejar de leerlo en realidad no hay problema. Está más dirigido a mí que a vos.
Hace días que me cuestiono si no será mejor vivir así, yendo de la cama al living, en pantuflas. Andar en bici rápido y que el viento frio nos congele los cachetes. Pasar por los lugares que antes fueron míos y ahora no tanto. Ver ahí las imagenes que se revuelven.
Ellas, yo, ratearnos del liceo para comprar puchos sueltos, algo de comer y robarnos un chocolate. Salir rápido en moto a lugares que nos hacían sentir libres. Volver a las dos horas para una clase de inglés.
Correr, reir, llorar, correr de nuevo. Bailar cumbia en las calles de tierra.
El tiempo pasa lento acá ¿sabés? y a veces creo que me gusta.
Ir a despertar a alguna amiga sin haber mandado antes un mensaje. Entrar sin golpear por la puerta de la cocina. Saludar a la mamá, jugar con el hermano. Seguir por el pasillo hasta tirarme en su cama. Contarle lo que hice anoche.
- Me escapé de casa otra vez. Si preguntan, estuve aca.  - dale, ¿pero no te parece que ya es hora de hablar de esa relación?” - no, no. Van a pensar que es serio y yo no quiero eso. Veni a casa a comer, mamá hizo la comida que te gusta
Hace tiempo no me río tanto como en nuestro primer viaje de porro. Las tres ahí, tiradas en el pasto de la plaza mirando el cielo y ver a Orion bailando disco. En ese momento no creíamos que iba a ser tan importante.
Volver a casa cuando ya pegaba el sol. Escuchar los sermones que parecían no terminar nunca. Pero al final sí terminaron ¿viste?
Entrar de a muchas al baño. Una se plancha el pelo, mientras otra hace pis, y otra se mira al espejo quejándose de que tiene un grano enorme.
Llorar de noche, reir de día, marearse a vino barato, meterse al río, enojarse, golpear las puertas, amenazar con irme de casa, volver arrepentida, comer canelones de mamá, que papá me vaya a buscar cuando estoy en pedo y ya no puedo moverme, dormir la siesta al lado de la estufa con mi perra, patinar por la ruta.
Es decir, yo estoy bien, me gusta dónde estoy. Solo que a veces tengo esos flashes, no te preocupes.  Cuando vuelva a casa todo va a estar igual que siempre. Solo es una oleada de melancolia, de esas que siempre tengo. Asi soy, no se. No sé.
1 note · View note
46snowfox · 6 years ago
Text
Ruki Mukami Vandead Carnival Capítulo 3
Lugar: Arbustos de Saint Honoré Park
Ruki: Ah... Oye, ¿estás bien Yui?
Yui: S-sí...
Ruki: No deberían encontrarnos fácilmente aquí.
Yui; Ruki-kun... Lo siento.
Ruki: ¿Por qué te disculpas?
Yui: Esto sucedió porque me lastimé...
Yui: (Me dijo que no debía bajar la guardia, de seguro está enojado...)
Yui: Lo siento.
Ruki: Ah...
Ruki: Ya deja de disculparte.
Ruki: Muéstrame tu brazo.
Yui: ¿Eh? Sí...
Ruki: ...Está sangrando.
Yui: Sí... Pero no es la gran cosa, creo que pronto se detendrá.
Yui: Así que estoy bien.
Ruki: No estás bien.
Ruki: Por ahora detendré el sangrado... no te muevas.
Ruki: Nn... (Lame la herida)
Yui: ¡¿...?!
Yui: (Ruki-kun está lamiendo mi herida...)
Ruki: Te dije que no te movieras... Supongo que esto no basta.
Yui: ¡Espera Ruki-kun!
Ruki: Oye no agites tu brazo, creo haberte dicho que no te movieras.
Yui: ¡E-es que me lamiste de repente...!
Ruki: No fue de repente, te dije que iba a detener el sangrado.
Yui: (¡Es cierto, pero me sorprendió que hiciera eso de repente...!)
Ruki: ...Es la primera vez que no me siento feliz al saborear tu sangre.
Yui: ¿Eh...?
Ruki: Voy a atarla así que voltea tu brazo para mostrarme la herida, dime si es que está muy apretado.
Yui: S-sí...
Ruki: ...Así debe estar bien.
Ruki: ...
Yui: (Ruki-kun se quedó callado, como pensé, ¿estará enojado...?)
Ruki: ...Yo soy quién debe disculparse.
Yui: ¿Eh...?
Ruki: Pensar que te lastimarías mientras yo estaba a tu lado... Soy un pésimo guía.
Yui: P-pero... Lo de antes no fue tu culpa Ruki-kun...
Ruki: Pensaron que eras una vampira debido a que bebiste esa medicina.
Ruki: No imaginé que mi propio plan me jugaría en contra...
Ruki: ...Lo lamento.
Yui: Ruki-kun...
Ruki: ...
Yui: (Está muy preocupado debido a que me lastimé...)
Yui: (A pesar de que en verdad estoy bien.)
Yui: (¿Cómo puedo animar a Ruki-kun...?)
Yui: Esto... Ruki-kun--
*sonidos de pasos*
Ruki: ¡...! Guarda silencio.
Yui: ¡Nn...!
Yui: (Alguien viene... Pero tampoco tenía que taparme la boca...)
Vampira A: Oye, ¿quieres ir ahora a la sala de juegos? Parece que hay dardos y rompecabezas así como otros más.
Vampiro A: ¿Está bien que no sea alguna atracción?
Vampira A: Sí, ya que quiero relajarme un poco.
Vampiro A: Entonces vamos.
*se van*
Ruki: ...Se fueron.
Yui: Nn... Hnn...
Ruki: ...Ah perdón, ahora te suelto.
Yui: Ah...
Ruki: Parece que no se percataron del olor a sangre... Fue buena idea detener el sangrado.
Yui: (Ruki-kun todavía está siendo muy precavido, como pensé sigue preocupado...)
Yui: (Ahora que lo pienso, las personas de antes dijeron algo sobre ir a una sala de juegos.)
Yui: Esto, Ruki-kun.
Ruki: ¿Qué?
Yui: ¿Qué tal si nosotros también vamos a la sala de juegos de la que hablaban las personas de antes?
Ruki: ¿...Acaso crees que tengo interés en eso?
Yui: Pues... La verdad pensé que te gustarían más los rompecabezas.
Yui: Dijeron que habían rompecabezas y dardos.
Ruki: ...
Ruki: Fue una buena idea para ser tú.
Ruki: Pero no sería bueno que te movieras despreocupadamente todavía.
Yui: El sangrado se detuvo así que ya estoy bien.
Yui: No podemos quedarnos aquí para siempre así que vayamos. Debemos aprovechar el carnaval.
Ruki: ...
Ruki: ...Ciertamente no conseguiremos nada solo suspirando.
Yui: ¡Eso significa...!
Ruki: Sí, está bien, puede que sea más seguro estar dentro de un edificio a estar afuera.
Yui: (¡Que bien...!)
Ruki: Pero deben de haber muchas personas... Que ni se te ocurra alejarte de mí, ¿entendiste?
Yui: Sí.
Yui: (Espero que de esta forma Ruki-kun logre alegrarse un poco...)
Lugar: Calle Honoré Saint Park
Yui: Por aquí debería estar la guía, está escrito aquí, esto...
Ruki: Oye, no deambules demasiado.
Yui: Ah, lo siento.
Ruki: ...Debe ser ese edificio, si lo miras con atención es obvio.
Yui: ¿Eh? Ah, como era de esparar de ti Ruki-kun, lo notaste de inmediato.
Ruki: Tu campo de visión es demasiado delimitado, debido a eso me causas muchos problemas.
Yui: (...Que bien, poco a poco está volviendo a ser el Ruki-kun de siempre.)
Ruki: Oye, demonos prisa y entremos, es mejor a estar deambulando aquí afuera.
Lugar: Centro de juegos.
Yui: Wow... Parece que tienen muchos tipos de juegos.
Yui: Estas son cartas y también hay un tablero de ajedrez.
Ruki: Dardos y rompecabezas.
Yui: (¿A qué deberíamos jugar...?)
Me llaman la atención los rompecabezas (correcta)
Me llaman la atención los dardos
Yui: (Supongo que los rompecabezas.)
Ruki: ¿Entonces? ¿Qué vas a hacer?
Ruki: A mí no me gustan mucho estos lugares tan ruidosos... Pero ahora que vinimos tienes algo que quieres hacer, ¿no?
Yui: Ah, esto... Quiero armar los rompecabezas que están allá...
Ruki: ... ... Rompecabezas...
Yui: Sí, ¿qué opinas Ruki-kun?
Ruki: ...Está bien, te acompañaré, a mí tampoco me disgustan.
Yui: (¡Que bien!)
*un rato después*
Yui: (...)
Yui: Uhm, es un rompecabezas bastante difícil.
Ruki: ¿En serio? Yo pienso que si no poseyera esta dificultad no tendría sentido armarlo?
Yui: (Como era de esperar de Ruki-kun, con él a mi lado será fácil resolverlo.)
Yui: Ah, mira Ruki-kun, parece que si consigues una buena puntuación en este juego aparecerás en el ranking.
Yui: ¿Crees que coloquen nuestros nombres si lo resolvemos bien?
Ruki: Quién sabe.
Yui: ¿Eh?
Ruki: No tiene sentido involucrarse en eso. Esta es una batalla contra uno mismo, no tiene sentido involucrar al resto.
Yui: Ya veo... Pero estoy segura de que debe hacer feliz a uno el poder convertirse en el número uno, mira este nombre--
Yui: ¿Eh...?
Ruki: ¿Qué? ¿Qué sucede?
Yui: El nombre del número uno es...
Ruki: ¿El número uno? ¿En este rompecabezas?
Ruki: ¡...!
Ruki: ¿Reiji... Sakamaki...? (SF: Ya fue, esto es personal XD)
Yui: (¡¿Reiji-san también vino?! Ahora que lo pienso, creo que ha dicho que ha venido aquí...)
Yui: Aún así... Reiji-san es increíble, hay una diferencia abrumadora entre su puntaje y el del segundo lugar.
Ruki: ...
Ruki: ...Interesante.
Ruki: No tengo interés en el ranking... Pero no puedo permitirme perder ante un Sakamaki.
Ruki: Mucho menos si se trata de rompecabezas, tengo un orgullo que me impide perder contra alguien en ellos.
Ruki: Aquí y ahora el puntaje de Reiji Sakamaki será superado, por el nombre de Ruki Mukami.
Yui: (Ruki-kun está muy decidido... No quiere perder contra Reiji-san.)
Ruki: Oye ganado, primero inténtalo tú.
Yui: ¡¿Eh?! ¿Yo?
Ruki: Por supuesto, por mientras me estaré preparando.
Yui: (¡¿Se preparará para resolver un puzzle?!)
Ruki: Vamos, date prisa y hazlo, no hagas esperar a tu amo.
Yui: S-sí... Entendido lo intentaré.
Yui: (No me tengo mucha confianza... ¡Pero de todos modos me esforzaré!)
*empieza un minijuego de puzzle*
Ruki: ...Oh.
Yui: (¡Genial! ¡Parece que lo hice bien!)
Ruki: Puedes hacerlo bastante bien si lo intentas, la imagen que tengo de ti ha mejorado un poco.
Ruki: No se acerca ni un poco a la puntuación del Sakamaki, pero no está nada mal, no es un mal puntaje.
Yui: (Fufu, ¡Ruki-kun me halagó!)
Ruki: Pero... De haberlo hecho un poco mejor habrías conseguido un buen puntaje.
Tumblr media
Ruki: Por ejemplo así, no debías de haber puesto esta pueda allí, sino que aquí.
Yui: ¡¿Eh?! Ah...
Ruki: ¿No te habías percatado de tu error...? Eres inesperadamente densa.
Yui: Uhm... Me pongo nerviosa cuando hay un límite de tiempo.
Ruki: Pásame las piezas que quedan, estas se unen con esta esquina de allí.
Yui: Es verdad...
Yui: (Como pensé, Ruki-kun es increíble...)
-Fin de la Cg-
Ruki: Bueno, ya va siendo hora de que cambies conmigo.
Ruki: Superaré de inmediato tu puntaje y el de Reiji Sakamaki.
*un rato después*
Ruki: Hmph... Con esto bastará.
Yui: ¡Increíble! ¡Superaste el puntaje de Reiji-san!
Ruki: Obviamente, no puedo permitirme perder contra los Sakamaki.
Yui: (Fufu... Ruki-kun luce feliz.)
Yui: (Parece que ya ésta de mejor humor. ¡Me alegro de haber venido!)
Lugar: Calle Honoré Saint Park
Yui: Fue divertido Ruki-kun.
Ruki: Bueno, no estuvo nada mal... Si tú también te divertiste entonces con eso es suficiente.
Ruki: Por cierto, ¿no te duele tu brazo? Lo moviste mucho mientras estabas concentrada en los rompecabezas.
Yui: Sí, el sangrado se detuvo y ya no me duele. Estoy bien.
Ruki: ¿De verdad? Déjame ver. *se acerca*
Ruki: Ciertamente el sangrado se ha detenido... Sólo espero que no queden cicatrices.
Yui: ...
Ruki: ¿Por qué pones esa extraña expresión?
Yui: Pues...
Ruki: Si tienes algo que decir entonces dilo.
Yui: Es que... Normalmente no te preocupas por las heridas que me haces cuando succionas mi sangre.
Yui: Y pensaba que te estabas preocupando demasiado por esta herida...
Ruki: ...Es natural, esto y aquello son casos distintos.
Ruki: Es una herida que otra persona te hizo, no una que yo provoqué.
Ruki: Las marcas de colmillos son como una marca de pertenencia... Pero este brazo no sirve para probar algo ni para otra cosa.
Ruki: Cuando la veo... Solo recuerdo que te hice daño.
Yui: Ruki-kun...
*empieza a correr viento y atrae un papel*
Yui: ¿Qué? Un papel salió volando.
Ruki: Los estaba repartiendo un payaso de por allá, deben de haber salido volando a causa del viento.
Ruki: Parece ser un anuncio de algo...
Ruki: ¿"Bienvenidos a la Cima Crocan Bush"? (SF: ¿Qué?)
Yui: (¿Cima Crocan Bush...?)
Personal del parque: ¡Disculpen! ¿Un volante salió volando hasta acá?
Ruki: ¿Hablas de esto?
Personal del parque: ¡Sí! ¡Ese! Salió volando por culpa del viento... Pero aprovechando quedénselo.
Yui: Esto... ¿Cima Crocan Bush?
Personal del parque: ¡Se refiere a la terraza de cielo que puedes ver por allá!
Personal del parque: ¡Hay muchos escritos allí así que vayan a ver por favor!
*el personal se va*
Ruki: ...
Ruki: ...Andando Yui.
Yui: ¿Eh? ¿A donde...?
*Ruki empieza a caminar*
Yui: ¡Ah! ¡Espérame Ruki-kun!
56 notes · View notes
elchicobobby · 5 years ago
Photo
Tumblr media
V Segundo piso – Laura Lafañe, asistente legal
Si no sé tanto de política como vos no me importa, porque sabés qué, no me importa, así sin más, no tengo que explicarte por qué no me importa saber tanto como vos, es más, no me importa no saber nada de política y punto. Si algo debería importarme es saber cómo acercarme a alguien, porque sí sé cómo acercarme, pero siempre al que mira, al que me espía, al que me guiña y me invita, porque la gente me mira directo, me guiña, y aunque a veces no me invitan igual se me acercan, y así es fácil, porque no tengo que acercarme yo, y si ellos se acercan, si me invitan un trago, dos, un cigarrillo, si ellos me invitan aunque sea una pitada es fácil, porque no tengo más que mover un poco la cabeza, acomodarme un poco el pelo, y si veo que les cuesta acercarse, acomodarme el pelo pero como escondida, porque a veces son tímidos, ¿sabés?, y si me escondo un poco se sienten más seguros; entonces se acercan y no tengo más que sonreír como lo hice cuando me miraron de reojo desde la segunda mesa del bar, o desde la punta de la barra, sonreír así, inalcanzable, apolítica y desinteresada, y si me preguntan quién soy, retrucar, porque el foco no debe estar puesto en mí, preguntar quién es él, sólo eso, para descolocarlo y seguir inalcanzable, aunque algo interesada, muy poco interesada, muy poco… no sé, como esas mujeres que desde los setenta nos miran desde la barra y de seguro siguen ahí, tal vez incluso estén desde antes pero siguen ahí, siempre impecables, con sus vestidos rojos, y así es fácil, si sabés cómo imitarlas es fácil, y por eso te digo, un vestido corto, porque rojo a veces me parece muy llamativo, pero un vestido negro, corto, siempre corto, porque eso y la sonrisa son las verdades que nos regalan desde la barra las mujeres de Hollywood y es lo que hay que ofrecer, regalar sólo si una espera algo a cambio, y entonces sí ofrecer una sonrisa, la misma sonrisa desde que lo mirara de reojo, al tiempo que él me miraba también de reojo, o no, y con ofrecerle esa sonrisa, con preguntarle quién es él y aceptar el cigarrillo y si se puede dejar que lo encienda, con eso basta, alcanza y sobra, y así, con una sonrisa distinta, una sonrisa de satisfacción, sin mover más que las piernas para descruzarlas y volver a cruzarlas, una logra algo, así como sin querer, pero no lo entendés, mirá la cara que me ponés, cara de rechazo, mirá, cara de desprecio, la misma que debo poner yo cuando me hablás de tu vida, seremos compañeras de trabajo pero sólo somos eso, compañeras, y así como yo soporto tus charlas sobre la nada misma, en esos casos te digo que quisiera poner esa cara de desprecio que vos ponés ahora, pero al menos tengo la decencia de no dejar que la veas, y en cambio sonrío para que pienses que somos compañeras y nada más, pero debo confundirme de sonrisa, porque de inmediato te das cuenta de que sonrío y me malinterpretás y entonces hablás más rápido; yo, por cortesía, trato de sonreír de tal forma que te des cuenta de que en serio no somos amigas sino sólo compañeras, pero como te faltan los anteojos no me ves, o será que en algún momento, desde que salí de la casa del tipo que ayer creyó conquistarme en el bar hasta llegar acá, habré perdido la capacidad de actuar, de simular, y debe ser por eso que no entendés que nosotras dos tampoco somos cómplices de ninguna historia, menos cuando la protagonista de todas ellas es siempre la misma tonta que hace siempre el mismo papel de ama de casa, frustrada pero independiente, aunque eso nunca me pareció posible, frustrada, independiente y tonta, más tonta que independiente, por supuesto, y te digo que vos te parecés bastante a esta actriz española de la que no recuerdo el nombre, y sabés qué, me das pena, a veces me das hasta rechazo, y es fuerte hablar de rechazo pero debe ser eso, rechazo, querida, pero al menos tengo la delicadeza de no ensuciar el ambiente laboral con caras como la tuya, a pesar de que estoy segura de que, como Carmen Maura, esa es la actriz que te decía, también compartís tu vivienda con tu suegra, tu marido y tu hijo, igualita a Carmen Maura, pero más que nada con tu suegra, y es eso lo que te hace tan tonta y tan, pero tan dependiente, y a pesar de eso te sonrío, a pesar de estar segura de que no compartís, compartiste en todo caso, porque no es posible que todavía lo compartas, no es posible que tu suegra y tu marido sigan acá, y tampoco es posible que vos estés acá, te delata la falta de maquillaje, querida, después de tantos años no llegaste a aprender que el maquillaje no es sólo maquillaje, no, querida, el maquillaje es la sonrisa de la mujer cuando no sonríe, y entenderlo no puede ser tan difícil, si sos inteligente, seamos realistas, si no fueras inteligente no estarías acá, y si fueses aún más inteligente tampoco, pero si fueras brillante sabrías que la sonrisa es poder, y el maquillaje doble sonrisa, cabello suelto, cuello perfumado, pero está más que claro que brillante no sos, porque mientras nos miramos a través del espejo del baño de damas es evidente que no lográs captar mi sonrisa, y también es evidente que los lentes ya no te sirven, porque mi sonrisa es justo la que planeé a lo largo de cinco cuadras y media y el espejo lo confirma, pero tampoco lográs ver que hay más arrugas cerca de tus labios que de tus ojos, aunque todas hablen de lo mismo, de tu falta de sonrisa, y me das pena, vos, tu suegra y tus hijos pero tu marido no, tu marido me da lástima, y es más fuerte hablar de lástima que de rechazo, pero tu marido me da más lástima que vos, más lástima de la que me dio el director la primera vez que lo vi sentado solo en la barra del bar de Suipacha, la primera vez que lo vi sentarse y pedir un whisky sin hielo, sin orgullo, sin nada, y tanta lástima me dio verlo rendirse en el banquillo, yo, que regalaba sonrisas desde mi taburete desde tiempo antes de que inaugurara el bar, desde antes de que Hollywood le diera a la mujer labios para conquistar, ojos para observar, deseos que satisfacer, desde mucho antes, y desde ese mismo lugar veía al director, sólo tuve que esperar unas semanas, preguntarle al chico de la barra quién era el hombre que pedía un whisky sin hielo todos los lunes y todos los miércoles, averiguar si lo había dejado su mujer o un amigo, averiguar qué necesitaba y esperar, siempre con las piernas cruzadas debajo de la barra, al siguiente miércoles, pedir un trago puro para mí también y esperar que el hombre levantara la mirada para espiarme desde el fondo de su vaso, porque todo era cuestión de sonreír, de ocultar el pelo y luego llevar al hombre, porque no es que a una la lleven, a una la acompañan tal vez, llevarlo a su casa y decirle que está todo bien, que ya podía dejar de beber, y sólo con sacarle el tercer vaso de whisky doble y apoyarlo sobre la mesa de luz de su cama, con tomar su mano y desabrochar su camisa supe que tanta lástima no me daba, ya que desde entonces más que lástima me daba dinero, y la lástima habrá quedado con él en el directorio de su séptimo piso, pero el dinero quedó conmigo en este mismo piso donde vos, Carmen Maura, me devolvés una mirada rugosa, pero será que entonces soy Verónica Forqué, una que regala desde su oficina sonrisas imparciales que, a diferencia de tus arrugas, Carmen Maura, no hacen distinción de partidos, pero te confieso algo, porque a fin de cuentas somos compañeras: la sonrisa a veces necesita de labial; y me da vergüenza, pero te confío esto porque a veces me hace falta una compañera, porque a veces el labial no alcanza, y el uniforme trajeado de los doctores de la ley también se cae, muchas veces se cae el uniforme y todo lo que oculta, y eso me avergüenza, porque entonces Carmen Maura vendría a ser yo, que compartía el piso con algo peor que una suegra, que comparte, porque, aunque esto sea algo impredecible, vos Chus Lampreave seguís acá para arrugarte, vos y tu mirada política, todas nosotras personajes  de esa película de la que ya no recuerdo el título, porque yo supe ser Carmen Maura avergonzada al entrar al estudio de abogados, Carmen Maura ligada al trabajo y desligada de la barra, Carmen Maura en la primera escena de aquella película, insatisfecha y revolucionada, siempre poderosa, aunque ausente de sonrisas, Carmen Maura enfocada desde el interior de la impresora, del horno, la fotocopiadora y el lavarropas, Carmen Maura que acepta el cumplido del uniformado, que desafía al trajeado y mira desde sus ojos la impotencia que aqueja al doctor del séptimo piso, Carmen Maura insatisfecha, Carmen Maura que desea algo más que su trabajo, Carmen Maura por última vez, Carmen Maura cuando a Verónica Forqué se le descorre la pintura, Carmen Maura sólo por algunos segundos al año, Verónica Forqué, ahora recuerdo esa ocasión en la que fui la impasible Carmen Maura de los primeros minutos, de las primeras escenas, Verónica Forqué el resto de las horas, y ahora le doy consejos a Chus Lampreave al tiempo que me emparejo las pestañas, me dibujo los labios, Verónica Forqué, desapruebo la mirada anticuada y política de Chus Lampreave pero igual sonrío, porque algo de Carmen Maura también debe tener, Verónica Forqué, sonrío y busco al nuevo pasante del estudio, el nuevo nieto de Chus Lampreave, lo sigo, Veronica Forqué, me impaciento y recojo el expediente que se le ha caído, y que no hace diferencia entre realistas y románticos, lo pierdo de vista, Verónica Forqué ajena a los maridos, a los hijos, a los nietos, Verónica Forqué ajena a las magdalenas, al cementerio, a las bolsas de plástico y a las de tela, pero jamás Verónica Forqué ajena al dinero, jamás Verónica Forqué ajena a los hombres, a los trajes, a los pasantes, me abrocho el segundo botón de la camisa para volver a desabrochármelo, Verónica Forqué disfrazada ante la desaprobación de los anteojos de Chus Lampreave, Verónica Forqué frente al pasante que me ha buscado con la mirada, Verónica Forqué impasible ante el pasante, Verónica Forqué al tomar lo que considera propio y, dentro de la sala de máquinas, lo hace suyo, porque, para ser sincera, las apariencias importan, y a primera vista el joven pasante no resulta demasiado delgado, y los brazos son en verdad musculosos, el torso para nada escuálido, las piernas de un verdadero deportista, y es cierto que el hombre no satisface a una mujer con la apariencia, pero, Verónica Forqué, me siento algo más que atraída aunque nunca llevada, no me importa no saber tanto de política como vos, Chus Lampreave, porque si algo sé bien es cómo acercarme al que me mira y me sonríe, despojo al pasante de lo que queda de su ropa, excitada ante la oscuridad, reprimo los gemidos al mínimo posible y llevo mi excitación al máximo, Carmen Maura, veo su uniforme perder firmeza, desprecio al pasante, al uniformado, este cuarto piso, a Chus Lampreave, Carmen Maura por unos segundos, Carmen Maura con el maquillaje descorrido y la blusa en el suelo, Carmen Maura revive la escena y me río, me frustro, el pasante de traje una vez más, ridiculizado por una Verónica Forqué transfigurada en Carmen Maura, Carmen Maura por unos segundos, Carmen Maura las horas en solitario, al desayuno, entre sollozos, a escondidas, Carmen Maura que no sabe de política, hombres o dinero, Carmen Maura nunca más.
Capítulo de la novela La sonrisa de la traición, Esteban Rauch, Editorial Azul Francia, 2019.
Diseño de tapa Belén Rizzaro
Para comprar el libro en preventa: http://tiny.cc/lajgbz
Presentación el jueves 12 septiembre en Rebelión, Palermo, CABA.
1 note · View note
eldiariodelarry · 6 years ago
Text
El Huaso, parte 36: Cabos Sueltos
Lista de capítulos
Se nos hizo de noche apreciando la vista hermosa de la ciudad, y aprovechando nuestra compañía, entre arrumacos y besos no podíamos estar más cómodos.
—No me quiero ir de acá —le dije al Huaso—. Nunca.
—Pero tendremos que irnos, ya es de noche y se hace peligroso bajar a oscuras —me explicó él.
—¿Entonces qué caso tiene bajar ahora?, esperemos que amanezca —dije con tono caprichoso.
—Sabes que no podemos, tonto —me respondió con una risa y un beso—. Tenemos que bajar con cuidado nomas. Aparte ya está helando.
Acepté a regañadientes, aunque sabía que mi argumento era insostenible. Guardamos todo y comenzamos el descenso. Estaba seguro que de haberlo hecho con la luz del sol habría sido mas fácil. Usamos las linternas de nuestros celulares, que a pesar de iluminar potentemente, igualmente producían sombras con las rocas que engañaban a la vista.
Al llegar por fin al auto, que daba la impresión de estar abandonado por dos semanas, pudimos recuperar el aliento
—Me queman las piernas —le dije al Huaso, mientras esperaba que sacara la llave del auto.
—¿Por qué tanto amor? —me preguntó acercándose a mí para besarme.
—Estuvo muy matadora la bajada po —respondí con un tono de obviedad.
El Huaso me acorraló contra el auto y me levantó la pierna para poder acariciarla con su mano.
—¿Y si le hago un masajito, se le pasará? —pude ver a duras penas que me miró con coquetería, y luego me besó apasionadamente mientras me acariciaba el muslo con su mano y lo recorría hasta llegar a mi glúteo.
—No sé si se me pase —me hice el tonto.
—Probemos po —sentenció mi pololo y volvió a besarme, esta vez más lentamente. Mientras con su mano derecha seguía acariciando mi muslo, con su pulgar izquierdo acariciaba mi mentón—. ¿Se te pasa un poco?
—Un poco —respondí fingiendo timidez.
—Podríamos hacer algo un poquito más fuerte para ver si se te pasa completamente… —sugirió él.
—Bueno —acepté y esta vez yo lo besé—. ¿Para donde vamos? —pregunté con una sonrisa de alegría al saber que mi regalo de cumpleaños aún no terminaba.
—Pensé que podríamos hacer algo aquí nomas —me dijo con un dejo de vergüenza—. Aquí encimita del capó.
—Pero amor —le dije riéndome—, hace mucho frío. Ni cagando pongo mi cuerpo en el capó congelado. Voy a terminar peor que en la playa, y te apuesto que las marcas en el auto no van a pasar piola para mis viejos.
—Bueno, era una sugerencia nomas —bajó la mirada.
—Oye, igual podemos hacerlo, pero dentro del auto —le dije tomándole la mano para subirle un poco el ánimo—. Nos protegemos del frío, estaremos un poco más cómodos, y no tendremos que hacer un viaje a algún otro lado.
—Bueno, ya —aceptó volviendo a sonreir. Nos besamos nuevamente, mientras con mi mano buscaba la manilla de la puerta para entrar al auto.
—Pensé que ya habías abierto —le dije un poco molesto. Siempre me ha molestado el hecho de intentar abrir una puerta que pensaba estaba abierta pero que en realidad seguía con seguro.
—Pero amor, si tu tienes la llave —se excusó mi pololo—. Tú siempre abres.
—Pero Pato, tu manejaste hoy —le dije serio—. Tú tienes la llave del auto.
—No amor, yo te la pasé, cuando estábamos arriba guardando todo —me dijo con seguridad.
—No lo hiciste —un hielo me recorrió la espalda y sentí como que el corazón se me detuvo. Si el Huaso decía la verdad, las llaves podían estar en cualquier lado entre la cima del cerro y el auto—. ¡No tengo la llave! —le demostré vaciándome los bolsillos.
—Ok, amor, calmémonos —me dijo tomándome de las manos—. Voy a subir denuevo a buscarlas, y tú me esperas acá, ¿estamos?
—No wn, yo voy —me intenté hacer el valiente, tomando las riendas de la situación, en caso de ser verdad que me hubiera pasado las llaves.
—Ya, vamos los dos —me dijo con una sonrisa de orgullo en su rostro.
Nos devolvimos caminando de la mano por la quebrada, con calma hasta donde podíamos hacerlo. No tenía como comparar el entorno a como era de día porque simplemente no lo había visto por estar con la venda en los ojos, pero la oscuridad de la noche no daba un panorama muy amigable, y debo decir que era atemorizante. En ese momento agradecí no haber tenido que volver solo.
—Gracias por acompañarme —le dije al Huaso después de un momento de caminata silenciosa.
—No iba a dejarte subir solo —me abrazó de lado—, así como tú tampoco me ibas a dejar subir solo —me miró y pude ver que sonrió.
—Bueno, en realidad no quería quedarme solo esperando —dije con modestia.
Al llegar a la cima, no pude dejar de notar el frío que hacía, a pesar del esfuerzo físico realizado para llegar al lugar.
Buscamos con la linterna de nuestros celulares por el suelo rocoso en el lugar donde estuvieron las frazadas anteriormente (o eso calculamos), hasta que después de unos diez minutos de búsqueda, un destello le dio al Huaso la ubicación de la llave.
—Apenas la ví con el reflejo de la luz en la llave —me decía a medida que me acercaba a donde la había encontrado.
—¿Y cómo chucha llegó hasta aquí? —pregunté sin esperar respuesta—, estoy casi seguro que nosotros estábamos allá —apunté con mi mano al punto a unos diez metros de distancia donde yo suponía que habíamos estado sentados comiendo.
—Sí, a mí me da la misma impresión —comentó pensativo, mirando al rededor—. Oye, amor,¿es un weón ese de ahí?
Me dio una clavada en el corazón al escuchar su pregunta, pero traté de disimularlo mientras vislumbraba hacía donde mi pololo apuntaba con la mano. A unos cien metros de distancia cerro abajo se veía una figura que daba la impresión de ser una persona de pie.
—Puede ser un bloque, o una tabla —traté de darle una explicación lógica.
—Pero lo habríamos visto temprano si fuera eso —desechó mis sugerencias rápidamente—. Mira, si tiene una capucha, y tiene las manos en los bolsillos —me explicó él, describiendo a la figura.
Levantó su celular e intentó alumbrar en dirección a la figura misteriosa, pero el haz de luz no llegaba tan lejos.
—Mejor devolvámonos, ya es tarde —le dije al Huaso intentando ocultar el miedo en mi voz. El Huaso me miró y solo asintió. Me tomó de la mano y caminamos a paso rápido de vuelta.
Cuando terminamos de bajar el cerro y comenzamos la caminata por la quebrada nos íbamos a volver a tomar de la mano cuando sentimos un deslizamiento de piedras desde arriba, por donde veníamos, como cayendo bajo el peso de una persona que se resbaló al caer. Con el Huaso ni siquiera tuvimos el valor de voltearnos a mirar qué había sido, y salimos corriendo quebrada abajo hasta llegar al auto. El Huaso abrió el auto y me pasó la mochila para subirme mientras él rodeaba el auto para subir por el lado del piloto. Encendió el motor y condujo como si su vida dependiera de ello, literalmente. Sentía un dolor punzante en el pecho y pensé que mi corazón iba a salir despedido a través de él por la fuerza de sus latidos. Tenía ganas de llorar por la angustia y el miedo, pero me las aguanté.
—¿Estás bien? —me preguntó el Huaso, ya volviendo a la ciudad, tomándome la mano izquierda con su derecha.
—Sí —aún me temblaba la voz—. Creo que no voy a poder dormir hoy.
—Si quieres me puedo quedar a dormir contigo —ofreció.
—Por favor —acepté.
Al llegar a mi casa les dije a mis papás que el Huaso se iba a quedar a dormir porque era muy tarde, y yo no lo podía ir a dejar a su casa porque había tomado alcohol (mentí, aunque dudo que los haya convencido).
Nos acostamos, abrazados ambos, haciendo cucharita en dirección a la puerta de mi pieza, como si un fantasma fuera a tener la amabilidad de entrar por la puerta. A pesar del miedo que teníamos, no nos costó quedarnos dormidos, debido al cansancio de subir un cerro dos veces en el día.
Al día siguiente, el Huaso se despertó de un sobresalto, porque estaba teniendo una pesadilla.
—¿Estas bien amor? —le pregunté preocupado.
—Sueño culiao —murmuró con rabia y vergüenza, con su voz adormilada.
—Tranquilo, nada te va a pasar —le acaricié el cabello para hacerle sentir mi protección—, ¿tiene que ver con lo de anoche? —pregunté curioso.
—Si —se restregó los ojos con los puños—. ¿Y tú no soñaste con eso?
—No. O quizás sí, pero no lo recuerdo —hacía semanas que no me pasaba eso de dormir sin soñar.
Bajamos a tomar desayuno, y luego el Huaso se despidió de mí en mi habitación porque tenía que ir a juntarse con la Claudia a trabajar con su tesis.
—Me siento tonto ahora que lo pienso —me comentó mientras guardaba las cosas en su mochila—. No fue nada lo de anoche y nos asustamos de puro tontos que somos.
—Si, tienes razón —concordé con él, aunque aún me daba miedo recordar lo de la noche anterior—. Eso no puede empañar el momento lindo que pasamos mas temprano —lo abracé por la espalda y él se enderezó con una sonrisa en su rostro.
—¿Hay tiempo para algo rapidito? —me preguntó emocionado, cambiando rápidamente de humor.
—No creo —respondí sorprendido—, acuérdate que mi papá te iba a pasar a dejar camino al trabajo.
—Puta la wea —dijo riéndose—. Creo que lo nuestro no puede continuar, Larry. El universo conspira en nuestra contra.
—Mañana anda a verme al trabajo —le dije coquetamente—. Tengo el turno de cierre.
Al Huaso se le iluminó la cara, me besó y terminó de arreglar sus cosas. Se fue con mi papá y luego yo aproveché la tarde libre para ir a ver al Bryan.
—¿Qué te pareció? —me preguntó él apenas cerró la puerta de entrada detras mío.
—¿Qué cosa?
—La Karen po, ¿Quién mas? —respondió como si fuera obvio.
—Aah —había olvidado casi por completo a su “polola”—. Es muy simpática. Y hermosa. Demasiado, la cagó.
—Sí, es muy linda. ¿En serio la encontraste simpática? —quería asegurarse que no mintiera.
—Demasiado —le dije con una sonrisa—. Si me cayera mal te lo diría.
—Tú también le caíste muy bien —comentó con emoción, mientras subíamos las escaleras a su habitación.
—Me gusta verte así —le dije sentándome en su cama.
—¿Así como?
—Asi, feliz. Se te nota la alegría wn —estaba genuinamente contento de verlo feliz.
Continuamos conversando y nos pusimos a jugar play, hasta que apareció el Pedro a saludar, y me acordé que tenía que preguntarle algo.
—Bryan, ¿por qué tienes puesta la dirección de tu casa en Facebook? —le pregunté.
—No tengo la dirección de la casa en Facebook, ¿Por qué insisten con eso? —respondió sin entender nada.
—¿Seguro? —quise confirmar.
—Seguro po —se rió incrédulo. Le creí, ya que sabía que era demasiado inteligente como para hacerlo.
—Es verdad —confirmó el Pedro.
—¿Por qué preguntan tanto por eso? —quiso saber mi amigo, y no tuve otra opción que contarle el tema con la Vicky (aunque decidí omitir el factor “Karen”). Quedó completamente impactado.
—¿Cierto que es increíble? —dijo el Pedro.
—Si… —coincidió su hermano—, aunque ¿Cómo llegó acá a la casa entonces?
—No tengo idea… —comenté.
Me saltó la curiosidad por saber como lo había hecho en verdad la Vicky, pero no quise darle mas vueltas al asunto, así que cambié el tema y seguimos jugando. El Pedro me preguntó sobre qué regalos me habían llegado por mi cumpleaños, y les conté la sorpresa de mi pololo.
—Que romántico —comentó con ironía el Pedro al escuchar el regalo que me había dado el Huaso.
—¿Qué tiene? Yo encuentro que fue un bonito gesto —el Bryan se cuadró conmigo.
—Fue hermoso, en serio —defendí a mi pololo.
—Ya, si sé que es romántico de verdad —admitió el Pedro—. Se está esmerando tu pololo después de tantas cagadas que se ha mandado —se notaba que no lo soportaba.
Solo me reí por su evidente animadversión hacia mi pololo, y seguí contándoles lo que había pasado después en la noche.
—Que miedo wn —comentó el Bryan—. Pero ¿están seguros que era una persona?
—Si, o sea no. Parecía una persona de pie, con capucha y todo —expliqué.
—¿Y no le hablaron? —volvió a preguntar.
—Ni cagando le hablábamos, quería puro irme de ahí.
—Oye, ¿no es ese cerro donde el año pasado encontraron un cuerpo? —preguntó el Pedro.
—¿Qué? —preguntamos con el Bryan al únisono.
—Sí, me acuerdo que el año pasado encontraron un cuerpo en un cerro… —dijo pensativo—, pero no recuerdo si lo vi en las noticias o en una película…
Nos reímos ante la inconsistencia de sus recuerdos.
—Creo que yo también vi ese capítulo de CSI —bromeó el Bryan.
—Muy gracioso —dijo el Pedro—. No vaya a venir en la noche a penarte el hombre de la capucha por burlarte de mi.
—Amí no me va a penar. Al Larry sí, por ir a meterse donde no debía —se excusó el Bryan.
—No digas eso —me puse serio ya que me daba miedo pensar en esa posibilidad.
Continuamos jugando, para olvidar el tema terrorífico que estábamos hablando. Al rato el Pedro se volvió a ir y mas tarde lo hice yo.
—¿Algún plan de formalizar algo con la Karen? —le pregunté a la salida a mi amigo, sobre posibilidades de pololeo.
—Si, yo creo que si —volvió a sonreir como si estuviera imaginándose a Karen en su mente.
—Más te vale que me elijas de padrino —le exigí a modo de broma.
—Tenlo por seguro —me dio un fuerte abrazo de despedida, y me fui a mi casa.
El día lunes al llegar a la pega, vi a la Vicky que estaba de pie fuera de la tienda de al lado, entregando volantes.
—Hola —me saludó ella con timidez.
—Hola —respondí un poco incómodo.
—¿Cómo estas?
—Bien —respondí un poco cortante—. ¿Y tu? —traté de no sonar tan pesado.
—Bien, ¿podemos hablar? —me preguntó mientras abría la puerta de la tienda. No podía decirle que no, así que la hice pasar—. ¡Perdóname! —se acercó a abrazarme y rompió a llorar.
—Está bien —intenté calmarla y esperé que dejara de llorar.
—De verdad fui una estúpida, hice el ridículo al pensar que el Huasito se fijaría en mí, y te hice pasar un mal momento a ti, Larrycito —dijo entre sollozos.
—Tranquila, no eres estúpida. Solamente eres muy joven —su inmadurez la había llevado a hacer eso de lo que visiblemente estaba muy arrepentida, pero no era una mala niña.
—No los volveré a molestar mas. Lo juro. Dejaré que ustedes sean felices juntos —me dijo ya un poco mas calmada, controlando el llanto y mirándome a los ojos.
—¿Qué? —el corazón me comenzó a latir mas rápido.
—Eso po. Que no los molestaré más. No insistiré con tu pololo —cerró los ojos con fuerza, como si la sola idea de olvidarse del Huaso le provocara un dolor profundo.
Mi corazón se detuvo al escuchar su última palabra. No sabía como reaccionar ante eso.
—¿Quién te dijo que el Huaso es mi pololo? —le pregunté nervioso, preocupado por si se me había escapado alguna vez.
—Él me lo dijo —admitió—. Cuando salió a conversar conmigo me explicó que no me podía corresponder porque estaba pololeando contigo —volvió a cerrar los ojos con fuerza.
—¿En serio? —ahora yo tenía ganas de llorar, pero me contuve—. No me avisó que te había dicho.
Que mi pololo por fin diera un pasito y le contara a alguien que estaba pololeando conmigo me llenó de alegría y orgullo.
La Vicky me explicó todo lo que habían conversado juntos esa noche, y al hablarlo se fue calmando su llanto.
—Es tan bueno. Esperó a que me fueran a buscar y todo —terminó de contarme, recordando con nostalgia ese momento.
—Si, es el mejor —confirmé su comentario—. Vicky, yo también te tengo que pedir perdón. Creo que te traté muy feo el otro día —le dije arrepentido.
—Estamos a mano. Ambos perdonados —me dijo con una sonrisa inocente, que casi ocultaba sus ojos hinchados por el llanto. La abracé con cariño. Un cariño genuino, como si fuera una hermanita menor.
—Ahora, dime la verdad. ¿Cómo encontraste la casa del Bryan? —le pregunté intentando hacerme el serio—. El Bryan nunca puso la dirección de su casa en Facebook.
—Ah, bueno —comenzó a decir ella, ruborizándose—. Es verdad que le psicopatié el Facebook, pero no tenía puesta su dirección. Sí tenía públicas un par de fotos, afuera de una casa, que asumí era la suya. En otras fotos se veía al fondo el letrero de una botillería, así que me puse a buscar la casa esa, cerca de la botillería, en google. Es muy útil ese Street view —dijo como pensando en voz alta—. No quería contarte la verdad para que no creyeras que soy una loca.
No sabía si asustarme por su capacidad de psicopateo, o reir por lo inverosímil de todo. Lo cierto era que estaba muy sorprendido por sus habilidades investigativas.
—Eres una pequeña genio —le dije finalmente—. Escalofriante, pero una genio de todas formas —intenté sonar clever, pero claramente no lo logré, aunque ella no me dijo nada.
En ese momento llegó el Huaso a la tienda y se sorprendió al vernos a los dos juntos. Al mirarme a los ojos se sonrojó.
—¿Se te olvidaba contarme algo? —le dije de forma inquisidora.
—Sorpresa —me respondió con una sonrisa torpe. Se acercó a la Vicky y la saludó con un abrazo y un beso en la mejilla. Luego se acercó a mí y me dio un beso en los labios y me abrazó por detrás.
—¿Cómo no me di cuenta? Era bastante obvio —dijo la Vicky tapándose los ojos y yo temí que comenzara a llorar nuevamente.
La promotora se quedó conversando un rato más junto a nosotros y luego se fue porque había terminado su horario laboral.
Con el Huaso nos quedamos en silencio un rato, mirándonos a los ojos, aguantándonos las ganas de decir algo.
—Eres el mejor, ¿sabías? —le dije, dándole todo mi apoyo al haber dado un segundo pasito voluntario fuera del closet.
—No es nada —dijo con humildad—. No podía seguirle mintiendo al ver su carita de pena.
—Gracias a ti ya no será necesario mentirle —le ponía color, pero necesitaba hacerlo sentir bien y cómodo con la decisión que había tomado. Quizás así se motivaría a liberarse un poco más. Me acerqué a darle un beso de felicitaciones que él aceptó con gusto.
El Huaso esperó pacientemente hasta la hora de cierre de la tienda, para por fin hacer lo que teníamos pendiente desde hacía días.
—Son las 9 amor, hay que cerrar —me dijo con coquetería
Su reloj estaba adelantado un par de minutos, así que lo hice esperar hasta que mi celular marcara las 21:00 horas. Disfruté ver la cara de impaciencia de mi pololo al ver que faltaba tan poco. Arreglé todo para cerrar, guardé la plata en la caja fuerte, ordené la ropa, desenchufé todo, y antes de salir le pregunté al Huaso:
—¿A dónde vamos?
—Aquí mismo nomas —me respondió tomándome de la cintura y dándome un beso.
Yo obedientemente cerré la puerta de la tienda con llave, apagué las luces y me dispuse a darle todo el placer que me pedía mi pololo.
Siguiente Capítulo: El Grito
17 notes · View notes
chesireheronstairs · 6 years ago
Text
Dia 8: familia
Dos años tras finalmente haberse independizado, iniciaron su travesía hacia aquellas lejanas tierras del norte en compañía del corsario Bouchard, iban en busca de nuevas tierras donde aún no eran libres para obtener beneficios comerciales, querían llegar a la ciudad de Monterrey y cortar la única comunicación del estado con el resto del Imperio para poder atacar , pero no contaron con que Antonio, de alguna forma, se hubiera enterado alertando a las tropas que tenía en el lugar malogrando su primer intento de obtener las tierras, pero no se iban a rendir.
-Tenemos que atacar ahora, nos subestimaron y ese fue su gran error,Río de la plata, quédate aquí. Te necesitamos aquí.
La voz de Bouchard sonó firme cuándo dió la orden, no admitía réplica alguna y al recientemente nombrado Martín no le dejó ninguna opción más que aceptar a regañadientes esa orden, mientras todos sus soldados atacaban al enemigo, que festejaron su reciente victoria sobre su gente y él  cuidaba del estúpido barco.
Apoyado en el costado izquierdo del barco, que daba a la tierra de la que querían adueñarse, lo único que hacía era mirar el cielo despejado y lleno de estrellas, hasta que una extraña cabellera rubia llamó su atención que se estaba escabullendo entre los cargamentos de los barcos, como si estuviera escapando de algo o alguien.
-¿Quién es? Sal, no pienso dañarte.
Hablaba con voz fuerte para hacerse oír, pero no quería sonar rudo realmente, al ver que no había respuesta alguna decidió bajar e investigar por sí mismo entre las cajas, encontrándose en ese momento con una niña que lo miraba asustada pero que juntando su  coraje le hizo frente, parándose frente a él y señalándole su barco, él solo siguió su dedo con la mirada aunque sin entender volvió a mirarla esperando una respuesta.
-Vete, no quiero más invasores en mis tierras. ¿Qué es lo que buscas? ¿Riquezas? Ya no tengo nada, se las llevaron todas.
-Espera nena, yo no vengo por eso ¿Si? Tranquila. No quiero hacerte daño.
-Si claro, los otros dijeron lo mismo y se llevaron todo lo que tenía.
La pequeña rubia se cruzó de brazos, tratando de contener las lágrimas para no verse débil frente a su enemigo. Martín no sabía qué hacer con la pequeña niña, quien obviamente era una representación tal y como él, tal y como su pequeño Buenos Aires que estaba en casa, esperando a que regresara de su viaje.
-Vos sos...¿California?
-Alta California, señor invasor.
-Tranquila Cali, yo no te voy a hacer nada. Te lo juro
-Mentira, estas mintiendo, todos ustedes mienten para quitarme cosas.
California exclamó en una manera ofensiva,ella no creía en esas cosas, ya muchas veces le habían mentido asi y cuando menos lo pensó comenzó a llorar, sus hermosos e inocentes ojos azules se llenaron de lágrimas y algo se removió dentro de Martín, cuándo escucho los sollozos qué estaba largando, casi sin pensarlo, envolvió a la pequeña entre sus brazos para brindarle algo de contención. No podía dejar de sentirse conmovido con esta pequeña niña, sabiendo la difícil vida que tenían todas las representaciones, sean lo que sean, ya había vivido este mismo momento consolando a su pequeña capital Buenos Aires, suponía que para ellos sería muy difícil siendo tan jóvenes en apariencia y mentalidad.
Bajo la mirada para ver a la niña que tenía en brazos y se dió cuenta que se había quedado dormida por tanto llanto, ¿Que podía hacer él? Estaba invadiendo su casa, estaba tomando toda posesión de sus tierras convirtiéndose en otro horrible conquistador más como lo eran los españoles, los ingleses, portugueses, holandeses y quien sabe quien más, pero él no quería ser como ellos.
-Te prometo que yo no voy a ser como ellos California. Voy a tratar de cuidarte todo el tiempo que pueda, que no va a ser mucho, porque se supone que yo lucho por la libertad y no para conquistar como ellos.
Hablaba en pequeños susurros, acariciando su rostro con ternura por como lucia la pequeña en sus brazos y luego pasó a acariciar su cabello apartandolos de su rostro tan apacible al dormir. Se levantó acomodándola en su pecho para que pudiera descansar, y al subir al barco pudo ver como la bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata comenzaba a ondear en aquellas tierras marcando su victoria pero no se sentía él feliz, no podía sentirse feliz sabiendo el daño que le estaba haciendo a la pequeña niña que cargaba; decidió ignorar por primera vez su amada bandera y se encerró en su habitación dejando descansar a California en su cama mientras que, no quedandole otra, se acomodo en la silla que tenía al lado de su escritorio para descansar, y aunque por un momento dudo poder dormir en la horrible incomodidad el cansancio le gano, ni siquiera sabía cuándo fue que cerró los ojos porque para él no había dormido nada y ya tenía que empezar otro día, como siempre con alguien golpeando a su puerta para traerle el desayuno.
-Si, si. Buenos días y gracias por el desayuno como siempre.
Murmura con molestia por ser despertado mientras tomaba la bandeja con un gran desayuno que ahora tenía que compartir. Dejó la bandeja en el escritorio y alzó sus manos, cerrando los ojos estirandose para desperezarse entre muchas quejas por la fiaca que tenía, por haber dormido tan mal en esa silla o porqué  él creía que ni siquiera había dormido y cómo no, entre tantas quejas logró despertar a California que miraba todo desorientada el lugar no prestando atención por donde estaba.
-¿Qué es ese olor? Huele delicioso.
La voz de la rubia sonaba perezosa mientras se sentaba en la cama y frotándose los ojos comenzó a mirar en todas direcciones algo adormilada aún, pero cuando vió al hombre rubio se asustó retrocediendo en el lugar, por si buscaba hacerle daño, pero en cambió Martín sólo se acercó con la bandeja entregándole un poco de pan con mermelada sonriéndole de manera amable.
-Gracias...supongo.
-No es nada, ahora tengo que cuidarte.
La pequeña niña con algo de desconfianza tomo lo que el rubio le daba en la bandeja comiendo lentamente, y este ni se inmutaba solo estaba comiendo de lo más normal. Sabía que ella sospechaba que algo había pasado y más por el hecho de que dijo que ahora él iba a cuidarla, pero al menos por un corto tiempo él podría lograr hacerla feliz, ¿Verdad? Podría distraerla y hacerla sentir como una niña normal, aunque sea por un corto tiempo como compensación por lo que le estaba haciendo su gente a su tierra.
-¿Quieres que te peine? No es por presumir, pero soy genial en la belleza...bueno sí presumo porque soy grandioso.
-¿Eh? ¿Peinarme?
Aquella pregunta la tomó por completo desprevenida, e incluso le dio una mirada extrañada, pero viéndolo bien debía admitir que sí sabía arreglarse bien y sobre todo peinarse, su cabello estaba atado en una pequeña coleta baja, con una cinta de color azul que le fascinó. Martin notando que veía su cabello se quitó el lazo azul, dejando así su cabello suelto , aunque no era mucho pero le molestaba en el rostro, por eso lo ataba.
-¿Te gusta? Podría hacerte un peinado con esto.
-¿En serio? ¿No es un problema para usted? Digo, tenía atado su cabello y...
-Sin problemas corazón, vení acá que te voy a peinar.
Río de la Plata le tendió la mano para ayudarla a bajar de la cama, conduciendola hasta un espejo de cuerpo entero y le pasó un banquito para que se sentará, él tomó su cepillo para comenzar a peinarla arrodillándose en el suelo de madera. California se miraba en el espejo y luego miraba a su "invasor" peinarla con todo el cariño del mundo, o al menos así era para ella, viendo lo cuidadoso que era cada vez que pasaba el cepillo sobre sus rizos rubios
-¿Qué te gustaría que te haga en el cabello con la cinta?.
-No quiero nada complicado señor, solo haga lo mismo que tenía usted.
Él le sonrió viéndola por el espejo, y a medida que peinaba su largo cabello lo iba juntando para hacerle una coleta con el lazo azul, formando un hermoso moño delicado digno de una hermosa dama según él, y esa se convirtió  en su rutina de cada día al despertar, él la peinaría con diferentes cintas que por elección de ella solo variaba entre rosa y rojo. Amaba ver la emoción en su pequeño rostro cada vez que le hablaba de algo, pero sentía pena cuando se avergonzaba obligándose a callar, odiaba ver lo que años de que nadie estuviera tan atento con ella le había causado, pero a él no le importaba, porqué la animaba a seguir hablando de todo lo que le gustaba o quería hacer, él amaba oírla hablar de lo que sea, mientras ella está emocionada yendo de aquí  para allá o haciendo raras expresiones con sus manos.
-¡Señor Hernández! Llegó el cuadro que pintaron de nosotros hace unos días, ¡es hermoso!
Al entrar a su habitación del barco, la alegre voz de la niña lo recibió y ella no tardó en correr a abrazarlo, Martín no dudó ni un momento en corresponder su abrazo con la misma emoción, tomándola en brazos dando vueltas con ella para hacerla reir un poco.
-Adivina que Cali, llegaron los vestidos que fuimos a ver para ti. Ahora serás una Princesa.
-¡¿De verdad?! ¡Gracias papi!
La rubia sin pensarlo, pasó sus bracitos por su cuello, dándole un fuerte abrazo de agradecimiento, sin tomar conciencia de que esa pequeña palabrita que había dicho conmovió todo el ser del río platense, pero cuando cayó en cuenta de que lo que dijo dejó en un pequeño shock de emoción a su tutor, se asustó pensando que había hecho algo malo.
-Señor Hernández no fue mi intención, discúlpeme. No quise llamarlo padre, bueno sí quise pero  a usted no le gusta no lo dire mas...por favor, no se enoje conmigo ¿Sí?
Martin sin decir nada la abrazó con fuerza contra sí, le hacía tan feliz que ella lo quiera tanto para incluso considerarlo su padre, le hacía feliz el simple hecho de que ella sea feliz, pero otro lado suyo que estaba consciente de la realidad sobre lo que pasaría le dolió esas palabras, sabiendo que tendría que dejarla por su bien, no quería decepcionar a su pequeña princesa.
-No nena, esta bien. No sabes lo feliz que me hace que me hayas dicho papi, ay princesa me hiciste muy feliz.
-¿De verdad? ¿Entonces puedo llamarlo padre?.
-La por verdad es que papi me suena mas lindo.
La acomodó en sus brazos, haciéndole cosquillas para aprovechar esos hermosos momentos juntos que pronto acabarían, el tiempo para ellos terminaría y con ellos la felicidad, pero era un precio que él estaba dispuesto a correr por ella.
Una semana, tan solo pasó una semana desde que su bandera se izó en las tierras del norte y ahora la bajaban para poder irse. Tuvo que dejar a California, su pequeña niña, en su antiguo hogar junto a todas las cosas suyas que él guardaba cuando ella dormía porque no soportaría despedirse de ella, sabía que si ella estaba despierta para cuando el deba irse no lo haría, y él debía marcharse
-Lo siento Princesa...
Martin susurro para sí mismo, apoyándose en el costado del barco, cuando zarpó jugando con un pequeño listón azul entre sus dedos, se sentía tan mal dejándola, pero él no quería convertirse en otro villano en la historia de su niña, él luchaba por la libertad y no por la esclavitud. Nadie nunca sabría porque la armada argentina se marchó tan pronto de las tierras de California o tal vez se inventarían algo, pero la verdad era que Martín Hernández, o mejor conocido en esos tiempos como las Provincias Unidas de la Plata, no estaba dispuesto a volverse un tirano conquistador sobre las tierras de una inocente niña, que busca lo mismo que todos, la libertad.
6 notes · View notes