#... hablando de eso me la voy a poner a escuchar(?
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saben qué es una experiencia? estar escribiendo sobre john locke y la relación de la propiedad privada con la libertad individual cuando en menos de media hora van a ser las 5 de la mañana y escuchando esto
youtube
#soy una persona distinta cuando son estas horas y hago cosas de la facu(?#me acuerdo que en la secundaria tenía que hacer un trabajo de no sé qué materia (biología creo)#y estuve hasta las 7 de la mañana escuchando el tema b de tetris mientras hacía la presentación#... hablando de eso me la voy a poner a escuchar(?#Youtube#iván whispers
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un ratito más largo
tengo miedo de que esto sea todo lo que hay
tengo miedo de olvidar, de seguir haciéndolo
odio hacerlo pero en el fondo es cierto,
tengo miedo
tengo miedo de que recordar esto duela en algún momento
miedo de ser como vos, miedo de crear gente como yo
miedo de seguir hablando sin pensar, de vivir temiendo
porque si esto es todo lo que hay, que miedo
que miedo que los días se repitan hasta que algo te vuelva a hundir o realmente empieces a nadar
y me da miedo el mar, aunque admire a la gente que pueda bucear
y a veces me da miedo encontrar, no buscar, eso me da paja
me da miedo perderme la oportunidad por no querer avanzar
tengo miedo de tener 40 años y que mientras me duela una rodilla piense en voz alta que desperdicie mi vida
me da miedo actuar, me cuesta reaccionar, me cuesta
me da miedo volverte a cruzar y empezar a temblar
que miedo ser débil ,que miedo que me saquen a bailar
que horror vivir bajo una trinchera
que tragedia estar tan atrapado en esa
porque enredarse y ahorcarse con lo que uno piensa
no es lo que esperaba cuando decía que ya quería crecer.
capaz lo que necesito es dejar de creer (sin pensar)
que pena decepcionar a la nena y a la medida en el marco de la puerta
a las zapatillas tan impar
y a las sonrisas que no vi porque se me escapaban las mías
que gracioso, antes no podía esperar por crecer y ahora vivio en el ayer
siempre tarde, un poco despeinada, de pedo desayunada
y que cosa buena la salsa de la abuela, la cena, la merienda
no saber ni poner la mesa y usar vaso de plástico por las dudas el piso tambien tomaba
repetir la misma película y no porque la actriz está buena,
ofenderme cuando me saquen la lengua
reírme cuando se la devuelva, bailar en la lluvia, llorar en la tormenta
sentarme en las piernas de mi hermana, no ser tan pesada, que sea gracioso ser complicada
y nadie nada esperaba
ayer hable con el primo con el que hace algunos años jugaba en el piso de su casa, ayer me frustre y emocione por cosas que yo nunca deje que pasaran
hace un tiempo eso me desesperaba y hace unos años tenia más excusas
hace 31 meses y 27 días tenia menos años y más tiempo
pero era diferente
aun así sigo usando la palabra malgastados cuando hablo de los calendarios, agendas y cumpleaños
seria peor vivir en el futuro?
de cualquier forma hoy estoy olvidando lo que en este momento importa
por ejemplo estar estudiando.
en mi nunca fue raro
me la pasaba llorando por tener que ir a la escuela, me la pasaba llorando por tener que estar en mi casa, aun me la paso llorando
y muchas veces me dijeron que nunca cambio
que triste escribir esto
que tristeza ver adultos y sentir pena
preguntarme si ella siempre quiso ser maestra, si la de la verdulería quería ser una estrella
y un adulto dijo que sus páginas estaban casi llenas, mientras que nosotros aún podemos escribir en mayúscula las letras
y me da pena
ver nenes y pensar que nunca voy a volver a sentir ni pensar de esa manera
en parte que alivio pero que dilema
supongo que esto ya no es miedo
no mientras me pueda permitir seguir dibujando en grande, escribiendo
mientras me siga dando igual ver las horas pasar
aunque nunca realmente lo haya hecho
que pena que se me enfrió el mate
que horror que la gente siga creciendo y yo no me sienta de mi edad, que miedo seguir sintiendo que me estanco
y que bueno que ya no me da tantos nervios
por eso te prometo, que todos mis miedos los voy a dejar para la nena que se miraba al espejo con asco
y los voy a alejar de la que escucha su voz más aguda con cariño
la que se rie de ver su antigua estatura
y para la joven adulta que va a seguir frenando a ver murales, acariciar animales y escuchar la música que adora, le acepto todas las preocupaciones triviales
porque para la universitaria soy una pendeja y para las hijas de mi vecina soy una señora
está bien, me da curiosidad y risa, quizás todos mis miedos los saco esa nena de abajo de la cama
pero ojala pudiera ser ese día mucho antes que ayer por un rato
y darle la mano a la nena que se sentó sola
ojala no lo hubiera necesitado y si pasó desearía recordarlo claro
pero ojala nunca haber escuchado a mi mamá llorar de tristeza o con ella haber peleado
ojala por un ratito más largo volver a grabar películas en el patio de la amiga del barrio
no se si realmente me lo creo
pero ojala pronto pronto
volver a sentirme yo de nuevo
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Mi primera experiencia como creadora de contenido de Bullet Journal
En primer lugar me gustaría decirnos como he llegado al mundo del Bullet Journal.
Hasta hace poco, no conocía ni siquiera de la existencia del término bullet journal, pero de la noche a la mañana me vi inmersa en una espiral que me tiró el mundo... es decir mi propio cerebro abajo y tuvo que comenzar a conocerme desde cero.
Acercándome a los 39 años, me diagnosticaron TLP, iniciales para Trastorno Límite de Personalidad, que por lo visto, siempre ha estado ahí conmigo, pero, entonces eran otros tiempos; no se tenía el acceso a la información que como padres tenemos ahora, ni se podía preguntar a los expertos como ahora. Conclusión, de pronto, me encontré, con visitas al psiquiatra, con pastillas todos los días, hablando con tu psicólogo todos los días y descubriendo que la vida que yo creía que era de una manera, estaba básicamente distorsionada y que necesitaba darle un par de vueltas a esa voz que me decía cosas horribles, porque pocas veces tenía razón.
Necesitaba poner mis ideas en orden, necesitaba escucharme, escuchar a las personas que me querían, necesitaba respirar, llorar si era necesario, escribir mis pensamientos y poner a un lado esa voz, centrándome en otras cosas. Necesitaba encontrar nuevos entretemientos.
Porque esa es otra cuestión. Llevo escribiendo (o lo hacía hasta que comenzó todo esto) desde hace casi veinte años y yo pensaba... muy equivocadamente, que era correcto, ser capaz de llevar, veinte historias al mismo tiempo, escribir 3000 palabras al día, estar siempre pensando en historias y dejar de lado el mundo real... pensaba que esa era la forma normal en la que mi cerebro debía comportarse.
De nuevo, me equivocaba y pronto, la terapia, mi familia y sí, las pastillas, me hicieron darme cuenta que mi cerebro tenía un problema. Ahora sin embargo no soy apenas capaz de escribir (y debo decir que estas líneas, las más sinceras que he sido capaz de escribir desde que está pesadilla alias aventura, comenzó es lo más largo que he escrito).
Entonces, no recuerdo exactamente como, llegó hasta mi, la idea del bullet journaly eso, llamó mucho mi atención por varios motivos. Por un lado, la libertad que te da de hacerlo a tu medida, por otro lado, poner los pensamientos, tus propios sentimientos y las tareas que tienes que hacer en orden y luego, además me añadió algo que no sabía que tenía, la capacidad y creatividad para crear.
Me falta mucho por aprender, no lo voy a negar, pero estoy descubriendo que estoy aprendiendo mucho, que me gusta pintar, que me gusta diseñar y disfruto con la concentración que me da el lettering y los pequeños o grandes diseños y dibujos.
Por eso voy a aprovechar para ir colgando por aquí, las cositas que voy haciendo. Desde los primeros intentos que, son pequeños fracasos, pero que me están ayudando a aprender, hasta lo que voy mejorando y luego aquellas cosas de las que me siento más orgullosa y que espero que os gusten.
Para comenzar aquí os dejo una de las primera cositas que más me gustaron hacer. Son mis rutinas de mañana y noche. Me dejé llevar y bueno, he puesto todo aquello que me pone contenta al levantarme y antes de irme a dormir.
En vuestro caso pensad que es lo que os pone una sonrisa en la cara en ese rato desde que os levantáis hasta que os toca ir a trabajar o desde que os sentáis tranquilamente en el sofá hasta que os metéis en la cama. ¿Qué os parece?
También, me gustaría compartir con vosotros uno de mis nuevos proyectos, una de las cosas que he comenzado a hacer para tranquilizar a mi cerebro.
Llamadme kamikaze, porque suelo ser un desastre con las plantas, pero he decidido hacer mi pequeño huerto y que funcione y de paso, crear mi bullet journal con toda la información necesaria.
Y esta es la portada.
El último proyecto, todavía está por comenzar y es uno que voy a hacer con mi hijo y es su agenda para el año que viene, así os iré enseñando como va.
Espero poder hacer una publicación nueva cada día con cositas y si os parece bien, a ver si eso me anima para seguir, a lo mejor voy publicando también por aquí mis fics.
Me gustraía ir dejando mis consejos como creadora de Bullet Journal, sobre los fallos que he ido haciendo por si os puede ayudar a alguien.
Por mi parte, de momento nada más.
Aquí se despide vuestra nueva amiga, la amapola tímida
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Estoy cansada del hueco que se ha formado en mi interior por pensarte tan intensamente. La forma en la que veo tu presencia en el mundo es algo que va más allá de mi entendimiento.
¿Cómo es que algo tan sencillo como la existencia de alguien puede volverse poesía solo por los ojos de quien la mira?
Y ni siquiera puedo decirlo en voz alta.
No puedo hablar de cómo las luces iluminan tu cara y tus pestañas hacen sombras tenues en tus mejillas. O de cómo hay diferentes tonos en tu voz dependiendo del tema del que estés hablando. De tu ceño fruncido tratando de descifrar qué hay en tu propia mente, de tus ganas de amar y ser amado con la misma fuerza, de tu anhelo de sentirte parte de algo que te haga sentir que toda tu lucha interior ha servido de algo. De mis ganas de abrazarte y volver a poner mi cabeza en tu pecho para escuchar tu corazón, del dolor que me atraviesa el cuerpo cuando te veo sufrir, de que podría sentarme horas y horas a hablar de todo y de nada y no me aburriría nunca, porque tu compañía es lo que hace que valga la pena todo. De que quisiera esperarte y regalarte todo el tiempo que necesites si eso significara que al final voy a tener a esta persona que he considerado mi alma gemela desde el día uno.
Pero me he pasado tanto tiempo esperando sin que me lo pidieran. Y aunque quizá no sean las palabras adecuadas, sé que no mereces saber cómo pienso sobre ti, porque no lo entenderías. Porque nadie lo haría. Porque no tiene sentido.
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Desde las cenizas Prólogo
*Jake POV*
—MC, sé que regresamos hace un año y que estamos recuperando el tiempo perdido, pero sabemos que somos incapaces de estar lejos del uno del otro, que nunca dejamos de amarnos —tomo aire calmado, cogiendo sus manos—. Me encanta despertarme contigo a mi lado cada mañana, escuchar tus bromas con las referencias de películas o que estés allí en los momentos difíciles cuando siento que todo el mundo me vigila, pero estás tú para calmarme cuando me sucede y so esos momentos en los que pienso que tengo suerte de tenerte. MC… ¿Quieres casarte conmigo? —No, no quiero casarme contigo, no te quiero.
Miro a Dan tras poner la voz aguda. Sabía que esto era un error. No debía de confiar en ellos. —Me voy —digo ofendido. — ¡Vamos Jake! ¡Que es broma! —oigo a Dan y a Thomas. Continúo caminando, saliendo del salón de la casa de Thomas.
Habíamos ido a pasar un fin de semana a Duskwood, como cada fin de semana. Era costumbre hacerlo, aunque ya todo el mundo sabía quién era “¡Ey! ¡Es el hijo de Nathan Donfort!” “¿Le puso los cuernos a su mujer? ¿Y a él no le da vergüenza venir aquí?” “Seguro que algo quiere, uno no regresa tras 37 años de vida buscando un padre sin motivo alguno. Debe de querer dinero”. Claramente no todos los comentarios no son así y cuando a lo largo de tu vida has escuchado comentarios hacia ti y tu madre, uno ya se acostumbrada. —Jake, le digas lo que le digas, ella te va a decir que sí —Thomas se ríe dándome palmadas en la espalda— ¿Por qué dudas de ello? —Porque quizás no quiera después de… No sabía si MC quería preparar otra boda o querer casarse. Quizás lo pienso demasiado. Tenía el sueño de compartir mi vida como ella completamente, cuando pensé que podría haberla perdido para siempre, tuve miedo. No quiero dejar pasar esta oportunidad en la vida. —Fue a por ti nada más marcharse de Duskwood —comenta Dan—, queda más que claro que esa chica quiere a un tío que no aparta la vista del ordenador en vez de tomar el aire y hacer cosas de pareja. Pongo los ojos en blanco y suspiro. Sí, le estoy dando muchas vueltas. Cojo la caja y lo guardo en el bolsillo del pantalón. —Voy a buscarla —contesto decidido. — ¡Eso es! ¡A por ella, tigre! —exclama Dan emocionado, alzando su vaso de whiskey. Estoy un poco nervioso, nunca he llegado tan lejos con alguien. MC es la primera mujer con la que he durado muchos años y son los mejores años de mi vida.
Recuperar una vida perdida era un poco complicado. Tras las vacaciones que decidí tomar con MC, quise poner en orden mi vida pasada con mis amigos. Cuando me enteré de que uno de ellos me estuvo buscando de manera desesperada, supe que hice mal en haber desconfiado en él. Incluso se enfadó conmigo por haber pensado de él de esa forma. Al igual que MC, me ayuda a que no tenga el pensamiento de que estoy siendo perseguido. Quiero pensar que de verdad que nadie me persigue para detenerme, pero es complicado. A veces, incluso me pongo nervioso el pensar que pueden volver a atacar a MC. Aquel caso me había vuelto un poco más protector. Tengo suerte que ella lo entendía y me calmaba para pensar en otra cosa.
Veo a MC hablando con las chicas en el jardín. Hannah tiene a Luca en brazos y las chicas le hacen carantoñas. Veo cómo mi hermana le pasa el niño a MC y ella le coge en brazos con cuidado, cogiendo después su pequeña manita mientras le sonríe. Le sale muy natural, se nota que está acostumbrada a cuidar niños aunque niegue que le gusten. Suelto una risa, todavía observando. Quiero observar la escena un poco más.
*MC POV*
Era increíble que había pasado un año después de todo lo que había sucedido con Charlotte y Schneider, casi parece algo que ocurrió hace mucho tiempo.
Jake y yo tenemos una vida de ensueño, buenos trabajos, buenos amigos, un gato al que queremos como a nuestro hijo y los momentos más maravillosos que jamás podríamos imaginar. Una vez al mes solíamos ir a un restaurante chino, convirtiéndolo en una tradición. Nuestra tradición. Ahora sí que podía decir que estaba muy feliz, sabiendo que Jake llevaba un año siendo libre, mis preocupaciones por saber si estaba bien todos los días sin saber de él se habían marchado. Ahora intentaba ayudarle a tener una vida normal. Desde aquel caso, solía estar nervioso todo el tiempo. Lo único que podía hacer era estar allí apoyándolo y ayudándole a calmarse.
Sobre Phil, no había hablado con él desde que lo dejamos. Quizás un saludo al cruzarnos cuando venimos a Duskwood. Lo último que me dijo la señora Sully es que le había visto con una chica salir de su casa. En fin, supongo que las viejas costumbres no cambian. Si así es más feliz, entonces no le detendré. Ya tengo a alguien mucho mejor.
Estar con el grupo era como estar con una familia. A veces, echo en falta una, pero con ellos se me olvida y el vacío se completa. Y estoy segura que también a Jake le pasa, tiene gente a su alrededor que se preocupa por él. Ojalá pudiera hacer algo más por él, quiero decir, ha conocido a su padre pero… ¿Y la familia de su madre? ¿Nunca supo nada de ellos? No quiero ni pensar en lo difícil que debía de ser para un niño el que pudiera estar solo sin unos abuelos o tíos que no te quisieran. Solo espero que seamos suficiente para él como su familia. — ¿Se lo has dicho ya a Jake? —Miro a Lilly, que toma su bebida mirándome de manera acusatoria. —No, aún es pronto —contesto, jugando con Luca a ponerle caras graciosas. —Deberías decírselo —suspira Jessy, negando con la cabeza. — ¿Decirme qué? —oímos a Jake detrás de nosotras y me asusto. —A que te voy a poner un cascabel para saber cuándo te acercas —bromeo y se ríe. Amo su risa. Se inclina y me besa. Pasó mi mano por su cabello y las chicas empiezan a quejarse en broma. —Vale, esto no es algo para menores de dieciocho —dice Hannah cogiendo a Luca—, vamos, es hora de comer. Nos echamos a reír y Jake me besa en la cabeza. — ¿Tienes un momento? —me pregunta con un timbre de voz nervioso. Lo ha intentado disimular, pero lo he notado. —Claro ���ofrece su mano para levantarme y la acepto—. Ahora vuelvo. —O no —bromea Cleo arqueando una ceja—, porque no sería la primera vez que nos dejas colgadas. —Os prometo devolvérosla —Jake pasa una mano por mi cintura, mirando a Cleo sincero—. Os doy mi palabra. Las chicas se ríen y nos alejamos, acercándonos a la casa árbol que Thomas había construido para su hijo cuando creciera. Una fortaleza para Luca. Un bebé con suerte. — ¿Has estado alguna vez en una casa en el árbol? —me pregunta, mirando hacia arriba. —No, nunca tuvimos una —contesto, para después mirar a Jake— ¿Tú has subido a alguna? —Sí, pero tampoco era para tanto, sólo era un casino. Me río al escuchar la referencia de Los Simpson. Algo que compartíamos era el amor por las series y películas. Creo que no había una noche que intentábamos desconectar del mundo tumbados en el sofá con Gizmo y apostar si la película o la serie que vamos a ver es buena o mala. Sí es buena, la vemos entera. Si es mala, la dejamos de fondo, ocupados en otra cosa mucho mejor. — ¿Así que va a ser nuestra primera vez en una casa árbol? —pregunto, emocionada como una niña. —Creo que sí —me sonríe y señala las escaleras—. Las damas primero —señalo mi vestido y se sonroja—. Perdón, lo había olvidado. Empieza a subir murmurando cosas. No puedo evitar pensar en lo adorable que es. Me gusta mucho cuando se pone caballeroso o tímido a pesar de que ya son años juntos. No quiero que cambie nunca.
Me tiende la mano para entrar y me acomodo en una silla pequeña. Está lleno de juguetes de Hannah y Thomas en cajas, para cuando Luca crezca. —Increíble… —murmuro, mirando el lugar— A Thomas le ha debido costar mucho hacerlo. —Un padre haría cualquier cosa por un hijo —dice un poco melancólico. Cojo su mano, entrelazando nuestros dedos. Le sonrío con cariño y con su mano libre me aparta un mechón de la cara. —Estoy segura de que Nathan te habría hecho una casa árbol. —Mmm… ¿Es demasiado tarde para pedírselo? Ambos nos reímos y me imagino de verdad a Nathan haciendo una casa solo para compensar el tiempo perdido con Jake. — ¿Y qué me tienes que contar? —me pregunta, con un tono de curiosidad. — ¿Por qué no empiezas tú a decirme qué querías de mí? —sonrío, deseando escuchar lo que tiene que decir. Me gustaría darle un poco de emoción a mi noticia. —Vale, pues yo primero. Coge aire mirando al suelo. Parece estar pensando en sus palabras.
Acaba por mirarme a los ojos, decidido.
*Jake POV*
Puedo ver cómo sus ojos brillan, esperando a mis palabras. Con mis manos, intento calmarme cogiendo con cariño las suyas, con delicadeza. Me siento como cuando nos conocimos, tan nervioso que casi no puedo pensar bien. Solo me aparecen los buenos momentos con ella en mi cabeza, no las palabras que había ensayado.
En realidad, no necesitaba ensayar ningunas palabras, sé lo que tengo que decir. —MC —pronuncio su nombre lo más claro posible y puedo ver cómo aparece un leve sonrojo en sus mejillas. A veces me sorprendo lo fácil que puedo hacerla sonrojar con sólo decir su nombre. Que se podría decir, que se convirtió en mi palabra favorita—, en mi vida me he equivocado en muchas cosas, pero tengo que decir, que conocerte fue lo único en lo que acerté, aunque no fuera de la manera más común para conocer a alguien—suelta una pequeña risa y no puedo evitar sonreír—, tú siempre has sido la razón por la que sigo aquí, teniendo esperanza de seguir continuando con la pequeña familia que hemos creado —conforme voy hablando, siento que me relajo. Seguro de mí mismo—. Y es lo que deseo hacer el resto de mi vida contigo. —Jake… Me vas a hacer llorar —dice, llevándose rápidamente una mano a la cara para quitarse unas pocas lágrimas y volver a darme la mano. —Pues mi intención no es esa —suelto una risa y me acompaña—. MC, no creo que necesitemos más años para pensarlo, porque yo al menos lo tengo muy claro —meto la mano en el bolsillo, preparado para sacar la cajita— MC ¿Me harías el honor de- — ¡MC! —escuchamos a Lilly desde abajo, interrumpiéndome— ¡Te llaman por el móvil! ¡Pone ‘comisaria’! MC frunce el ceño, con una mirada asustada. Sé que guardó el número de teléfono porque se ponía nerviosa cuando llamaban para hablar del caso 712 y todo lo que investigamos. Ver el nombre la calmaba antes de contestar. —Pensé que ya lo habíamos contado todo —la miro extrañado. Se supone que estaba el tema zanjado. —Yo tampoco sé por qué me llaman —MC se levanta y se dirige a las escaleras. Estupendo, interrumpido por la policía. Creo que los agentes de la ley deben de estar vigilándome cada vez que quiero ser feliz con ella.
Bajo del árbol y me acerco a las dos deprisa. — ¿Qué es lo que sucede? —Me pregunta Lilly— ¿No habíais terminado ya? —Eso mismo me pregunto yo —susurro, cruzándome de brazos. —Sí, soy yo… —vemos a MC frunciendo el ceño parece nerviosa— ¡¿Qué ha hecho qué?! Me sorprendo al escucharla hablar de ese modo. Comienza a caminar en círculos. — ¡Por supuesto que sí! …. No, no, claro, ahora voy… Sí muchas gracias —cuelga y nos mira a modo de disculpa—. Lo siento muchísimo, tengo que irme ahora mismo. — ¿Pero qué ha pasado? —empiezo a ponerme nervioso con su preocupación. Al menos no parece aterrada. —Tengo que ir a comisaría, si salgo ahora puede que lleguemos a casa —no parece que me lo diga a mí el “lleguemos”. Es como si se refiriera a otra persona. Veo cómo se dirige deprisa a la mesa donde estaba antes y Lilly y yo la seguimos. —Chicas lo siento, pero tengo que irme, es urgente —dice lo más deprisa posible. — ¿Pero todo va bien? —le pregunta Jessy, como si se contagiase con sus nervios. —No lo sé- —Te acompaño —cojo su mano y la acaricio, intentando calmarla. —No Jake, puedes quedarte aquí- —Lo digo en serio, no voy a dejarte sola en este asunto, sea el que sea. Suspira comenzando a relajarse. Asiente con una media sonrisa. —Por favor, excusarnos con Thomas, Hannah y Dan —MC las mira a modo de disculpas. —Por supuesto, iros, antes de que la policía se impaciente —Cleo también se contagia con sus nervios. Estamos preocupados por el misterioso motivo que han llamado. —Llamarnos luego para informarnos —Lilly nos mira, hablando deprisa. —Sí, claro, intentaré daros los detalles —MC y yo regresamos rápido dentro de la casa hasta la entrada, cogiendo nuestras cosas.
Al llegar al coche, la veo pelearse con las llaves para intentar abrir la puerta. Me acerco a ella, cogiendo su mano. —Deja que conduzca yo —me ofrezco, cogiendo las llaves. —Sí por favor… Da la vuelta al coche y abro el coche.
Durante el trayecto, la veo morderse las uñas. Le bajo la mano despacio, volviendo al instante al volante. —Te vas a hacer daño —le aviso, intentando mantener la calma. — ¡Es que no me lo explico! —Exclama exaltada— ¿Cómo es que le han detenido? — ¿Pero a quién han detenido? Echo un vistazo rápido hacia ella, viendo cómo se masajea las sienes. Suelta un suspiro. —Hay… Algo que no le he contado a nadie —dice muy despacio. —Cuando te refieres a nadie ¿A quién te refieres? —Jake, yo… ¡Handetenidoamihermanlpequeño! —suelta las palabras muy rápido. —Verás cómo al final no es- Un momento ¿Has dicho hermano pequeño?
Capítulo 1 pronto
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La crítica es inútil
(sesión 5: Carnegie y el valor del aprecio)
Para Dale Carnegie, la crítica es inútil. ¿Por qué? Según él, porque "pone a la otra persona a la defensiva" y, "por lo común hace que trate de justificarse". No es lo único que afirma: también sostiene que es peligrosa porque "lastima el orgullo, tan precioso de la persona, hiere su sentido de la importancia y despierta su resentimiento". En ese sentido, si uno busca que la otra persona no genere mayores animadversiones y que los cambios en su conducta y aptitudes sean duraderos, lo principal será convencerlo de cambiar.
Hay un testimonio que Carnegie presenta al que valdría la pena prestar atención: el del empresario John Wanamaker, quien alguna vez sostuvo que uno de sus grandes aprendizajes fue que era "una tontería regañar a los demás" porque "Dios no ha creído conveniente distribuir por igual el don de la inteligencia". Más allá de la sorna, ¿qué tanto sentido tiene lo que dice? Seguramente y como se deriva de lo dicho por el propio Carnegie, el asunto es cómo se transmite el mensaje. Valdría recordar la pelea entre Abraham Lincoln y James Shields, que estuvo a punto de terminar en muerte a raíz de las feas (aunque cómicas) formas de Lincoln de expresar su crítica. ¿Era necesario ser ofensivo?
Hasta hace poco trabajé como crítico de teatro en un periódico de mi país y, lo primero que debo decir es que yo no le hablaba a los artistas sino al público; entendía la crítica como un servicio público, el dato que necesitan las audiencias para saber si vale la pena o no pagar por ir a ver ciertas obras. Al momento de escribirlas, además, siempre recordaba lo que un profesor me dijo en la universidad: "Tienes que tener cuidado con lo que dices y la forma en la que lo dices porque estás hablando del trabajo de otras personas, ¿te gustaría que hicieran mierda lo que haces y frente a todo el país?".
Otro aspecto que me marcó y guía todavía la forma en la que me aproximo a la crítica -incluso la que dio a mis compañeros y amigos- es lo que dijo el escritor y periodista Marcos Ordóñez: "Estoy muy a favor de estar a favor". ¿Qué significa? Que si estoy apostando por pagar una entrada al cine o al teatro, quiero y voy a poner de mi parte como espectador para que la experiencia sea la mejor. La misma lógica se aplica al trabajo en grupo o a las amistades: quiero que a mis amigos les vaya bien, no los critico porque quiero joderlos, sino porque mis comentarios pueden servir. Y la empatía, en este punto, es esencial.
Carnegie dice que "solo hay un medio para conseguir que alguien haga algo", motivarlos. Para sustentarlo, el autor recuerda frases como: "A todo el mundo le agrada un elogio" (Lincoln); "El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado" (William James). ¿Significa que tenemos que hacerlos sentir apreciados antes de empezar a cuestionar su trabajo? Sí. O, en todo caso, para que no sea una mentira o un ardid sofista, destacar aquello para lo que esa otra persona es buena, aquello que la mueve, sus objetivos, y luego pensar, antes de empezar a criticar, cómo podemos ayudarlos a conseguir esos objetivos. Porque, en realidad, nunca se debería tratar de criticar, sino de ayudar a quienes nos rodean a mejorar y seguir adelante. A tomar mejores decisiones. Entender cómo se sienten y en qué circunstancias eligieron ciertos caminos, y las ganas de sumar son mucho más importantes; de lo contrario, la crítica se convierte en una forma de hacernos escuchar, un ejercicio del ego.
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¿Sabes? Un día como hoy, pero de hace un año ¡Te conocí! Un 28 de septiembre, llegó esa niña a sentarse a mi lugar, llegó esa niña a la que le platicaría cosas que a nadie le cuentas cuando vas conociendo a una persona. Una vez que la conoces y vaya! Sin duda, no me arrepiento de nada, me contaste que estudiabas medicina alternativa o algo así. Soy mala para recordar. Tu mejor que nadie lo sabes.
Hace un año, papá cumplía 2 años 1 mes de fallecido, exactamente ese 28 de septiembre. Me gustaba rayar tu libreta y quién diría que a partir de ahí, TODO cambiaría.
Yo creo que tuve toda la suerte del mundo cuando te conocí, porque jamás pensé que encontraría un corazón tan lindo como el tuyo, y sabes algo, tú eres la manera más bonita que tuvo el amor para decirme: aquí tienes, ya te lo merecías.
Porque así tal cual lo sentí, te contaré hace unos meses alguien me preguntó, ¿Por qué tan feliz? A lo que le respondí: Hace poco conocí a una chica que me mata a sonrisas, que me hace piojito en los días malos, que le platico de mis sueños y me dice que voy a lograrlos, me da mi espacio, me apoya, me escucha, reímos mucho, comemos mucho, nos cuidamos mucho, caminamos mucho, recorremos museos y nos abrazamos mucho.
Conoce de mis corazones rotos y yo de los suyos, estamos construyendo la confianza poquito a poquito, y pues ahí vamos, porque las dos la hemos pasado mal y lo que menos queremos es hacernos daño.
Nos estamos conociendo, sabemos que no somos perfectas y por eso estamos aprendiendo a tratarnos, ya sabes, despacito pero con todas las ganas, disfrutando el viaje que ojalá se vuelva destino. Hace poco conocí a una chica que me hace feliz, y yo la hago feliz al doble, porque la había estado esperando toda la vida y sigo pensando lo mismo, nada ha cambiado,
Porque como últimamente les he dicho:
Déjame contarte un poco sobre ella, y trataré de no emocionarme tanto, pero es que ella es como ver un atardecer rosita en la playa, como la primera vez que fuiste a tu lugar favorito, como esa película que te gustó tanto que ahora te sabes los diálogos de memoria, la niña que le enseñas a tu mamá y te dice que es demasiado bonita para ti y que no la cagues por favor, la que quieres presumir desde el primer segundo pero tienes miedo de asustarla, la que te lleva a bailar aunque no sepas, de la que se ríes de que no sabe andar en bici y se cae, la que le pone tres corazoncitos a tu nombre en sus contactos, la que te manda una foto sonriendo y compone hasta el peor de los momentos, la que te hace querer escuchar su voz hasta las tres de la mañana hablando de cualquier cosa, la que es bonita pero no mames con su inteligencia, la que te hace crepas y huevito de desayuno, la que te dice que si le dejas poner una canción en la camioneta y es su manera de dedicartela, la que pone de fondo con una de tus fotografías, la que te manda mensajitos tan largos por la mañana que parecen poemas, la que te hace contar los días para volver a abrazarla, la que no esperabas, la que ya se había tardado, la niña que te hace olvidar a cariñitos bonitos que dijiste que no querías volverte a enamorar esa eres y serás siempre tú.
No te negare, de que, me muero de ganas de escucharte toda una tarde, de conocer nuevamente cada rinconcito de esa alma que a kilómetros se le nota la magia que se carga, porque se que todo ha cambiado, en estos días y meses y yo sé que sólo te he visto en tus fotos, que me pudiste compartir y agradezco, pero la curiosidad de saber si tu risa y la mía aún se mezclarán igual de bonito que el café con leche. Claro, claro te menciono porque no te quiero asustar, no quiero ir rápido porque como lo hablamos ayer, se trata de sanar individualmente, porque no eres centro de rehabilitación.
Eso está claro, no te asustes, estoy consciente de dello, no me ha ido tan bien en esto, no he tenido tanta suerte, no sé si te ha pasado lo mismo a ti.
Ayer entendí que todo ha cambiado, pero eres, serás y sigues siendo esa niña jodidamente intelectual que me tiene babeando, con ojitos claros, ojos color sol, sabes de ortografía, te gusta el espacio y la poesía, yo creo que tú le haces sentir a cualquiera que acaba de ganarse la lotería. No quiero hablar de más, que a lo mejor luego peco de habladora, te quiero para las risas, las mañanas, los cafés, los museos y para que te sientas segura conmigo cada día.
Claro en su momento, si la vida y tu, me lo permiten.
Si pierdo el control
Se mi centro
Si en la tormenta estoy
Se mi refugio
Si mi fe se va
Se mi esperanza
Y cuando ruga el mar
Se tu mi ancla ⚓
𝓒𝓪𝓻𝓽𝓪𝓼 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓐𝓷𝓪𝓼𝓽𝓪𝓼𝓲𝓪
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— Con amor
— — ♡ — —
• one shot
• día 4 + 17
• contiene privatter al final (nsfw)
— — ♡ — —
Muy tarde por la madrugada, el subdirector del FBI llegó a su hogar.
Últimamente, la facción atravesaba días difíciles y el trabajo se volvía mayor, más pesado, más agotador. Cumplía las exigencias de los superiores, entregándose en cada misión. Esto le afectaba tanto física como mentalmente, y a pesar de ello sentía que su esfuerzo era recompensado.
Regresar a casa era su prioridad; y descansar junto a su pareja, un motivo para continuar.
Luego de esa larga y estresante jornada ya se encontraba en la mansión. Bajó de su auto, lo apagó y se dirigió a la puerta. Como sintió que no tenía mucha prisa, se tomó su tiempo para buscar las llaves entre tantas cosas que guardaba en el bolsillo.
Y una vez las encontró entró al hogar, notando que todo estaba a oscuras, mucho más de lo normal. Extrañado enciende el primer interruptor y, como lo sospechaba, la luz no se prendió.
—¿Volkov?— escuchó la voz de su novio a lo lejos.
—¡Horacio, ya llegué!
Con la mirada intentó buscarlo, pero eso no fue necesario.
De las escaleras bajaría el de cresta; en una mano tenía el móvil iluminando su camino, y con la otra agarraba la toalla que le envolvía de cintura para abajo.
Usando la pequeña linterna alumbró a varias direcciones hasta que finalmente lo encontró.
—¡Ahí estás!— espetó alegre, dirigiéndose hacia él.
—Aquí estoy, Horacio, pensé que... estabas dormido. ¿Qué ocurrió?
—No lo sé, estaba bañándome tranquilo y de la nada se fue la luz. Para mí que los fusibles se han quemado.
No se asombró en lo absoluto, esto ya les había pasado en múltiples ocasiones. Sea por la casa o la mala suerte, los fusibles siempre se dañaban.
Normalmente suele repararlos cuando no es nada grave, pero si estos se quemaron como su pareja afirmó, entonces no hay mucho que puedan hacer.
—En ese caso, creo que... será mejor esperar hasta mañana, quizás... encontremos una solución.
—Tienes razón. ¿Me harías un favor, cariño?— pidió.
—Claro, dime.
—Sostenlo un segundo.
Horacio le pasó el celular a su amado, y mientras este lo alumbraba ajustó la toalla a su cuerpo.
Por fuera, el ruso parecía estático, mas su mente se hallaba en otro lugar. Las pocas gotas de agua que se deslizaban sobre la piel morena, crearon un efecto hipnótico que logró capturarlo. Sin mencionar la obvia opinión que guardaba acerca de su pelo mojado.
Desde su perspectiva todo pareció ir en cámara lenta, pensando lo suertudo que era al presenciar esa escena. Cual mago lanzando un hechizo, el pálido quedó encantado por esos detalles.
—Volkov, ¡volkov!— alzó un poco la voz y chasqueó los dedos, trayendo su mirada distraída de vuelta a la realidad. —Te estoy hablando.
—Ah, d-discúlpame, Horacio...— contestó rápido. —¿Qué me decías?
—Te pregunté si ya cenaste.
—No, aunque... no tengo tanta hambre la verdad.
—¿Seguro? Apenas desayunaste hoy.— expresó preocupado.
—Quizás... solo coma algo pequeño antes de dormir, de todas formas, no creo que... podamos cocinar mucho.
—Está bien.— respondió luego de soltar un suspiro. —Hablando de comida, voy a ordenar la nevera y sacar unas cosas. No vaya a ser que huela mal por la mañana.
—Me parece bien, yo... iré a darme una ducha rápida.— le devolvió el móvil antes de alejarse y sacar el suyo para iluminar las escaleras.
—Pero... no hay agua caliente.
—Lo sé, pero me siento sucio. No tardaré, luego vendré a ayudarte.
—Como te gusta mantener el frío, eh.— soltó divertido.
Volkov detuvo su andar, y lo miró desde más arriba. El contrario, sonriente, mostró una postura relajada; uno de sus pasatiempos favoritos era poner de los nervios a su amado.
Pero en ocasiones, se sorprende al escuchar respuestas igual de atrevidas.
—Honestamente... preferiría mantener el calor, querido mío.— la gruesa voz le provocó cosquilleos, haciendo erizar su piel. —Por cierto, ¿te traigo algo de ropa?
—Mmm... nah, me voy a quedar así.
—¿Estás seguro?
—Muy seguro, tú ve a quitarte la mugre yo te espero.
El mayor continuó subiendo hasta el primer piso. Habían desaparecido de la vista del otro, y como ambos están conectados, liberaron un largo suspiro al mismo tiempo.
No podían negar que hubo algo de tensión entre ellos, sobretodo por parte del peligris.
A estas alturas la ducha fría era su mejor opción, cualquier cosa con tal de disminuir el calor corporal.
Entre la oscuridad y con el agua cayendo sobre él, cuestionó el porqué de sus reacciones. Si bien se conocen hace años, apenas llevan unas semanas de relación formal.
Hasta ahora todo se trató de palabras y gestos bonitos, con algún que otro comentario subido de tono, pero nada más allá de eso.
Según Volkov, nunca llegaron a cruzar ese límite, en ocasiones se preguntó cómo sería. Y luego de aquellos recientes instantes, no se esperaba que la línea fuese tan delgada.
Quizás todo esté en su imaginación, mas aún le es imposible quitarse la imagen de su novio. Tan solo recrearla en su mente le hacía sentir muy... caluroso.
¿Acaso es normal? Definitivamente fue algo nuevo que, de vuelta, Horacio consiguió desbloquear.
Era sorprendente como el agua casi helada no fue suficiente para disminuir su temperatura.
Con un poco de frustración y desespero apagó la ducha, se cambió rápidamente y salió del baño.
La frialdad de la noche invadió cada rincón de la casa, en especial la habitación roja que, a su percepción, estaba bastante apagada.
Sabía que el de cresta lo esperaba, mas se encargaría de mejorar ese ambiente primero.
Y una vez hecho, bajó y se dirigió a la cocina.
El móvil apoyado sobre la isla apuntaba su linterna hacia arriba, creando una iluminación tenue por todo el espacio. Horacio realizó gran parte del trabajo, varias cosas se hallaban fuera de la nevera.
El ruso se acercó, observando como el contrario tenía la cabeza metida en esta, verificando que no le haya faltado algo.
—¿En qué puedo ayudar?
—Nada, ya casi termino, no te preocupes.— dijo relajado. —¿Qué tal la ducha?
—Bastante bien la verdad, también... coloqué un par de velas en... nuestra habitación. Sentí que... estaba muy oscuro y frío allí.
—¿De verdad?— expresó asombrado. —Qué romántico.
—Ah, g-gracias, Horacio.
—Por cierto, no tenemos mucha comida y las sobras de ayer daban mala pinta, así que las tiré. Peeero...— en su pausa sacó la cabeza de la nevera. Al enderezarse le mostró una fruta, y mirándolo continuó. —Encontré esto.
—¿Una naranja?
—Sí, es la última que queda, se ve bien ¿no?
—Opino igual, está... muy bien.
—¿Te la pelo? Digo, y a la naranja también.— bromeó.
El mayor soltó una risa nerviosa, provocado por aquel tono usado mas que por el chiste, causando la vuelta de aquello reflexionado en la ducha.
—Yo... digo que deberíamos compartirla.
—¿En serio, no te molesta?
—Claro que no, será mitad y mitad, ¿qué te parece?
—Me gusta la idea.— respondió contento, y dicho y hecho la dividieron en dos.
Uno al lado del otro, y apoyándose en la blanca mesa de mármol, la pareja gozaba del natural bocadillo nocturno. Envueltos en aquel cómodo silencio comieron sin prisa.
El peligris saboreó los cítricos deleitándose con cada mordida, hace mucho que no probaba una fruta así de buena.
De repente, percibió como el de cresta posó la cabeza sobre su hombro. Bajó la vista, observando como este también comía su rodaja.
Y sin decir ni una sola palabra ambos se quedaron en esa posición, disfrutando del pequeño momento compartido; de esos que recordará con cariño.
No apartó su mirada, viendo como el contrario soltó una risita antes de hablar.
—Es gracioso, ¿no?
—¿El qué?
—La media naranja.— respondió alzando la vista y conectando su mirada. Extrañado, el ruso mostró confusión a través de sus expresiones. —¿En serio no sabes lo qué es una media naranja?— le negó. —Así es como algunas personas le dicen a su pareja, ¿nunca lo escuchaste?
—Sinceramente no, ¿se usa a menudo?
—Bueno, depende, hay muchos que la utilizan cuando encuentran novio o novia, dicen algo como "¡encontré a mi media naranja!" para hacer oficial la relación, ¿sabes?
—Comprendo, entonces... ¿es como un apodo?
—Podría decirse que sí.— respondió desviando la mirada hacia la fruta, y él hizo por igual.
—En ese caso... amo a mi media naranja.— dijo, antes de darle un último mordisco al cítrico.
Nuevamente el silencio hace acto de presencia, esta vez con una pizca de tensión consigo; misma qué sintió minutos atrás.
En esta ocasión no duró mucho, ya que luego de dejar los trozos de cáscara a su costado, oyó la voz del contrario.
—¿Qué has dicho?— espetó por lo alto en una clara demostración de sorpresa.
—Queee...— volteándose lo miró de nuevo. —...eres mi media naranja.
—No, lo primero.— firme le aclaró, queriendo asegurarse de que escuchó correctamente.
Sus fuertes palabras chocaron como electricidad en todo su ser, haciendo que la descarga aumentara su ritmo cardíaco, provocando un intenso calor reflejado en sus mejillas; pintando su cara de carmín.
No quería quedarse callado por tanto tiempo, e inhalando una buena cantidad de aire se armó de valor para finalmente decir:
—Que... te amo.
Horacio mantuvo su asombro todo el rato mientras cambiaba de posición, ubicándose frente al ruso. Con los ojos bicolores clavados en él, quizo acortar la distancia.
—¿Por qué... m-me miras así?— nervioso se expresó Volkov, evitando el contacto visual para no incrementar el sentimiento.
—Es que nunca me lo habías dicho, bueno... en realidad sí, pero esta es la primera vez que lo dices... verbalmente.
—Oh, yo... no lo había notado.
—Viktor.— le habló con suavidad, misma que usó al posar la mano en su rostro. Y juntando sus miradas sonrió. —Yo también te amo.
Aquella frase salió por primera vez de sus labios; tan sutil mostrada en acciones, pero directa cuando se pronuncia.
Así fue toda su relación hasta hoy, marcada por la sutileza y el cariño del día a día. Su pareja dió un paso más allá, quizás sea hora de hacerlo por igual.
—Te amo.— repitió para el deleite del menor. —Horacio, mi media naranja, te amo muchísimo.
El de cresta no pudo resistirse, y de un segundo al otro la distancia ya no existía para ellos.
Comenzó como un beso suave, ambos abrazándose y juntando sus pechos. Con sus brazos rodeó el cuello del ruso, mientras que este daba caricias a su espalda descubierta; percibiendo como algunas partes todavía estaban húmedas.
Un cosquilleo recorrió todo su cuerpo por el contacto, era extraño, era nuevo y... se sintió bien.
No se quedó allí, la pálida mano bajaba lentamente y, al mismo tiempo, el beso aumentó su intensidad.
Se volvía más apasionado a cada segundo, a tal punto de separarse únicamente para respirar. Luego de tomarse unos instantes, fue Volkov quien decidió continuar. Su deseo por explorar era más grande que su vergüenza.
Arriesgándose le devolvió el beso, pero de forma diferente, haciendo que sus lenguas se conozcan.
Por instantes se sintió inseguro, pensando que se había pasado, mas no esperó ser tan bien aceptado.
Horacio correspondió con la misma pasión, brindando caricias en los grises cabellos. Él también anhelaba explorarlo por completo.
En busca de más, se puso en puntas de pie tratando de mantener el beso; y a su vez, rozando levemente su piel morena contra el pijama del contrario.
La situación casi obligaba al ruso a sentarse en la isla. Pero antes de que pudiera hacerlo, el menor se detuvo abruptamente.
Tuvo una buena razón, en un rápido movimiento sujetó la toalla floja que amenazaba con caer de su cintura.
Internamente se culpó por arruinar el momento, tras soltar un par de suspiros nuevamente miró al mayor.
—Lo... lo siento.— dijo en un hilo de voz. —Yo no quería interrumpir...
—No te preocupes, Horacio.— respondió comprensivo.
Ambos no solo tenían la cara rojiza por el intenso beso, sino también por el calor que emanaban los cuerpos unidos. Aunque... no del todo, y la pareja lo sabía.
Volkov -quien probablemente fue el más afectado por el aumento de temperatura- empezó a sentir un apretón en su prenda baja, que fue acompañado con ese anhelo de querer más.
—¿Te gustaría que... continuemos arriba?— preguntó, y al observar la coqueta sonrisa del contrario tuvo su respuesta.
—Vamos.
[ la siguiente parte del escrito contiene nsfw, leer bajo su propia responsabilidad, acá está el link ]
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Das mucho, porque vales mucho
Dar a otros lo que te gustaría recibir, es una frase bastante escuchada; pero, ¿que pasa cuándo damos todo y no recibimos nada?
Toda mi vida, desde que tengo razón, me ha gustado compartir con los demás, desde pequeña mi madre inculcó en mi ese hábito. Creo que por mi personalidad supe adaptarme a eso y sobre todo a disfrutar de esa experencia de dar a otros.
Como amiga trato de ser la mejor, siempre que me buscan estoy, aconsejo, ayudo, doy afecto y escucho todo lo que mis amigos quieran desahogarse.
Como pareja soy la más detallista, amorosa, pendiente de la otra persona, ayudo cuando necesita de mi, sé escuchar cuando quiere hablar, entrego mi amor y mi corazón sin temor a ser dañado, sí, así soy.
Como miembro de una familia trato de ser una buena hija, hermana, sobrina, prima. Me gusta ayudar a mi familia, aconsejar a quien me lo pide y sobre todo a dar todo mi amor a ellos.
En un momento de la vida llegué a pensar que quizá era momento de alejarme de ese estilo de vida por apostarle más a mi amor propio, porque me estaba dando cuenta que siempre estoy para todos, pero no siempre esos “todos” están para mi.
Me enfoqué en mi, decidí cuidar y poner como prioridad a la única persona que me acompañará toda la vida y a la más importante: YO. Logré comprender que las cosas que espero de los demás, me las tengo que entregar yo misma.
Y con esto no quiero decir que ya no me preocupo por las personas que quiero o que los estoy dejando a un lado, claro que no. Un día hablando con mi hermana, le expresé que me sentía a veces triste porque los demás no valoraban las cosas que yo hacía por ellos, a lo que ella me contestó: “Cada quien da lo que es y vos das mucho, porque vales mucho. No importa que no lo valoren, siempre quédate con lo bueno que tú diste”. Me marcó tanto eso que llegué a la conclusión que no necesito cambiar mi forma de ser con nadie, más bien debo hacerlo pero con la seguridad que no solo debo agradar a los demás, si no que con esa acción me debo agradar a mi misma y que no tengo que cambiar parte de mi personalidad solo porque otros no saben valorar a la increíble persona que soy. Me digo increíble, porque me siento increíble.
En este aprendizaje llamado vida y sobre todo en este proceso de convertirme en la mejor versión de mi, he aprendido a ver que valgo muchísimo y que tengo que dar a los demás las cosas que me nacen, que debo decir lo que siento y sobre todo a no arrepentirme de entregar lo que sale de mi corazón para otros, porque allí está mi escencia, esas son las cosas que me llenan de felicidad y como me amo y quiero verme feliz, voy a hacer cosas que me hagan feliz.
La vida es efímera y debemos pasarla haciendo las cosas que nos llenan. Los demás nos pueden fallar, nos pueden romper en pedazos, es parte de la vida tener malos momentos también; pero eso jamás nos quitará nuestro valor como seres humanos y sobre todo nuestra escencia y lo que nos hace únicos. Jamás te arrepientas de entregar cosas buenas a los demás, eso es lo que te llevarás en el corazón cuando te vayas de este mundo, las cosas que te hicieron sentir bien.
Así que recuerda que tú das lo que eres y das mucho, porque vales mucho.
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Bostezos. Pasos. Nina (mí bebe, mi perrita, hermoso canino, criaturita inocente) me observa. Se acerca. huele. Comida. Vida. Supervivencia. Evolución. Ya te sabes bien el cuento ja ja mierda, creo que no voy a recordar nada de esto. Escribo en un punto inexistente del tiempo. De MI tiempo. Y hablando de eso, no existo ahora mismo. Tijeras. ¿para qué intentar matarme si no voy a morir? Sólo la dañaría a ella. Mi madre. Que cosa tan horrible, es violencia pura. La mujer nos da vida, algunos desgraciados privan a mujeres de su única vida. Tus tendones y ligamentos. “Si me corto las venas de forma vertical, ¿tengo otra oportunidad para vivir?
Si quieres otra oportunidad empieza por no cortarlas, uno se puede desangrar tanto cortándolas de forma paralela como perpendicular.
Obviamente si lo haces en paralelo y pillas las arterias la probabilidad de quedarse frito es mas elevada”
Me reí bastante, es eso lo que aparece cuando buscas como suicidarte en internet. “empieza por no cortarlas” jaja que hijo de puta, buena esa. ¿Le estás diciendo a un desconocido cómo matarse? Ja ja hijo de puta. “Quedarse frito” De seguro es de los que piensan que ser adicto a las drogas es una elección. Sí, claro, voy a despertar cada día y ELEGIR destruir mi vida a base de sustancias. ¿También le tengo que poner más ganas si estoy deprimido, no? No entiendo a los que piensan así, pobres ignorantes.
Ladridos. No es nina. Nina se fue. Todos se fueron. Todos se van. Me duele. Mi enfermedad es la soledad. Signos y síntomas: tendencia a ser un desgraciado que mentirá y hará lo posible para que te quedes en mi vida. No me dejes, lo prometo, es la última vez. “no me gusta como se está tornando lo nuestro, nos estamos lastimando” Palabras dichas por alguien cuyo amor no pude sostener, y ahora que no está, cómo quisiera que estuvieras aquí. “solo te mientes a ti mismo” palabras dichas por mi madre que, jamás olvidaré. Tendencia al abuso de lo que sea para no sentir lo que sea que estoy sintiendo hasta que es todo lo que hago y me lleva al punto de partida. ¿Qué estaba sintiendo? JA de verdad ni me acuerdo. Era un juego de niños comparado con lo que cambió cuando las drogas llegaron a mi vida. Maldita ironía, de verdad. Es como…no sé, como querer amputarse el brazo porque te pica un dedo. Veo las letras invertidas. A estas alturas, creo que ya no es la droga. ¿Me he vuelto loco? Mis mayores preocupaciones en la vida (en este preciso instante) son que no recuerdo nada. No sé ni si quiera ya que estoy escribiendo. Pero la realidad sigue. Eso ya lo sabía, a la realidad le importa una mierda mi existencia. Yo la amo. Oh, ya recordé. Tendencia a amar la vida, con mucha intensidad. Amar a la gente, con mucha intensidad. Amarme (muy de vez en cuando) con mucha intensidad. Tendencia a que todo sea como el sol y la luna. Odio la vida, y mi vida. Los odio a todos. No me dejen. Déjenme. ¿Qué me está pasando? Nadie que conozco leerá esto. Por eso me siento tan libre. Ni recordaré esto. Estoy drogado aún. No recuerdo nada de lo que hago cada vez que tomo estas putas pastillas. Pastillas que literal tengo que dejar de a poco, o me van a matar. Pastillas que me vendió un doctor. Un doctor. Alguien que no necesita (bueno, eso no lo sé) el dinero, pero lo hace. Alguien que, por un lado salva vidas, por otro lado mata a personas como nosotros. Lo entiendo, al final el es el que seguramente no ha probado nada en su vida. Lo imagino. Una familia de doctores. Conoce bien lo que me hace, y sabe que no puedo parar. Me río de él. Que ignorante soy. El es el estudiado. Yo soy el drogadicto. El carece de la empatía para, si quiera, decirme que tengo un problema. Yo quisiera ser como él. Daría mucho por tener menos empatía. Y apatía. No es su deber decirme que tengo un problema, eso ya lo sé. Es obvio a estas alturas. Tomo estas pastillas, para desintoxicarme de lo OTRO. Lo que me mantenía despierto por días y me hacía escuchar voces. Lo que me hizo perder y (parcialmente) recuperar todo. Sólo me quedan pocas cosas, que son bastantes. Que ignorante soy. Si llamo poco a mi vida, mi familia, y mis amigos. Si me parece poco la belleza de la existencia, no soy más que un arrogante ignorante. Me importa poco si esto está bien escrito. A estas alturas, digiero las palabras y las vomito. No significan nada. Olvidé mi lengua madre, pero sigo escribiendo. I’m trying, pero creo que olvidé el inglés igual. Ojalá pudiera olvidar mi nombre. Tengo que tomar estas pastillas, para no tomar lo otro. En el proceso hice a mi cuerpo dependiente de las pastillas. Si fallo en mi proceso de dejarlas de a poco, o si las dejo repentinamente…puedo tener convulsiones y morir, pero para ese entonces ya habré tenido otros terribles signos y síntomas.
Música. A lo lejos. Autos. Dame un momento, en unos minutos regreso.
He vuelto. Ahora sí estoy flotando. Un poco de marihuana y más pastillas, listo para dormir. Sólo tengo unas últimas palabras: tal vez estoy viviendo mis últimos días. O finalmente estoy sanando. Tiré una moneda. Contra mi voluntad, pero la tiré. Veamos qué sucede.
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Madrigalcest week dia 5
Bueno a los que no entiendan ingles y quieren saber que dije en el discurso, fue básicamente que agradezco a los que le están dando una oportunidad a mis historias ya que disfruto haciéndolas y demás, otra cosa ¿Quién me da un consejo para dejar de olvidar poner las etiquetas?
Capítulo 5: Celos
Era un día brillante en la casa Madrigal, era casi la hora de almorzar y vio a su prima Dolores con Isa sonriendo.
“Isa creo que es fantástico que te sientas así”
“¿Lo se verdad? Hace unos meses sería impensable para mi pasar tanto tiempo con Misa” Me congele en mi sitio y una sola pregunta llego a mi mente.
¿Quién es Misa?
“Te he escuchado hablar con ella por horas, solo espero que la abuela no te vea…”
“Si estoy siendo cuidadosa” Isa tranquilizo a Dolores
Me oculte para no ser vista, ¿acaso Isa estaba pasando tiempo con alguien?…
“Me alegro mucho por ti prima de verdad” Podía escuchar la alegría de la voz de Dolores y yo sentía mi estomago retorcerse.
“Si desde que Misa está conmigo me siento muy feliz”
“¿Le tienes mucho cariño verdad?”
“Demasiado… es especial para mi” La voz de Isabela sonaba llena de cariño.
Mi corazón dolió… una chica… Misa… está haciendo feliz a Isabela… Isabela nunca ha hablado con tanto cariño de alguien, ni siquiera de mi… desde la caída de casita no me había sentido tan desplazada… ni siquiera sé quién es Misa…
“Bueno me debo ir al pueblo debo terminar el nuevo parque y luego iré con Misa, nos vemos”
“Cuídate prima” Isa se marchó y yo entre.
“Oh mirabel, es bueno verte…” Dolores me miraba.
“Si… Dolores…” No sabía cómo preguntar ya que me avergonzaba de mí misma por estar escuchando a escondida.
“¿Ocurre algo?” Mis palabras no salían.
“No, es solo…” Fui interrumpida por abuela que llegaba con nosotras.
“Mirabel que bueno que te encuentro, necesito que ayudes a Isabela con unos arreglos florales en la plaza del pueblo, sé que ella es capaz de hacerlo sola, pero creo que les hará bien un poco de tiempo de unión.
Sonreí a abuela, siempre trata de que los miembros de la familia pasemos tiempo juntos, pero abuela trata de que Isabela y yo volvamos a ser como antes, mamá dice que yo siempre me negaba a separarme mucho de Isa y que Isabela solía ser bastante posesiva y aunque eso poco a poco vuelve a ser así a la vez siento que es diferente.
Bueno aprovechare esta oportunidad para averiguar quién rayos es Misa.
“Tienes razón abuela, gracias me voy ahora adiós” Me marche corriendo ante la mirada un poco confusa de Dolores y la abuela.
Llegue al pueblo jadeando, pero rápidamente busque a Isa entre la multitud, por suerte para mí, mi hermana destaca demasiado incluso si ya no es Señorita Perfecta Isabela.
“Isa que bueno que te encuentro” Isa volteo a verme y la sonrisa suave que traía se amplio al verme lo cual me hizo feliz por dentro.
��Mira, dime que necesitas”
“Bueno supe que estabas ayudando en unos arreglos y abuela dijo que viniera por si necesitabas ayuda, aunque seamos sinceras tu ya haces un magnífico trabajo por tu cuenta y” Isa me corto.
“Mirabel, no me molestaría una segunda opinión” Isa me sonrió.
“Bien entonces ¿por dónde empezamos?”
Estuvimos casi tres horas haciendo diversos arreglos florales, me asegure de que Isa no hiciera ninguna planta que sea peligrosa para nadie, aunque me miraba decepcionada cada vez que le decía que no a las roció de sol.
Pero por mas que observaba a Isa nunca la vi sonreírle a ninguna chica y tampoco a ningún chico, bueno no de una manera afectuosa, todas eran sonrisas amables y corteses, diría que su sonrisa real solo me la daba a mi cuando me pedía mi opinión y era adorable ya que parecía una niña pequeña cada vez que me preguntaba algo.
Terminamos todos los arreglos y era ya la hora del almuerzo, al final no pude encontrar a la chica de la que Isabela estaba hablando y eso me frustra un poco, no quiero que nadie… no quiero que nadie me la quite cuando acabo de recuperarla hace tan poco…
“¡Mirabel cuidado!” Sali de mis pensamientos con la voz de Isa llamándome, pero no lo suficientemente rápido para evadir el árbol que se hallaba delante así que choque de manera espectacular contra él.
“Auu Isa pudiste decirme antes ¿no?” Me sobe la cabeza.
“Lo intente, pero no me escuchaste” Isa se puso frente a mí.
“Pudiste haberme detenido” Le reproche
“Lo siento…” Vi la expresión divertida de Isa.
“No es divertido”
“No puedes decirme que no fue divertido, aunque normalmente no eres tan distraída” Isa tomo mi cara en sus manos buscando alguna herida.
“Isa estoy bien, solo fue un golpe”
“Bueno probablemente tu frente se ponga roja, pero… nada que la comida de mama no cure” Isa me dio una sonrisa dulce y sentí mi cara enrojecer y mi corazón empezar a latir.
“Vamos a casa Isa, tengo hambre” Me solté del agarre de Isa para no tenerla tan cerca y empecé a caminar rumbo a Casita.
“Seguro…”
Llegamos a Casita la cual nos recibió de manera alegre agitando las baldosas.
Fuimos a la cocina y encontramos a mamá y a la mayor parte de la familia los cuales nos recibieron con alegría.
El almuerzo fue tranquilo entre risas, abuela se veía tranquila al saber que con Isa pudimos hacer los arreglos florales sin problemas.
Hiba a preguntarle a Isa si quería ir al pueblo por un helado después, pero me dijo que no.
“Lo siento Mira, iré a mi habitación… tengo algunas cosas que hacer” Asentí un poco triste.
“Oh lo entiendo” Mi mirada de disconformidad debe haberse notado, porque Isa rápidamente trato de calmarme.
“Te prometo que cuando este libre iremos por ese helado” Sonreí.
“Descuida, puedo ir con Camilo, ¿verdad?” Camilo me miro.
“Por supuesto, iré donde sea que haya comida” La sonrisa de Camilo era evidente.
“Vez no pasa nada” Camilo sonrió.
“Claro además de que estarás con tu familiar favorito en todo el mundo” Camilo dio una sonrisa de victoria, pero Isabela no se veía feliz. al contrario, parecía que quería golpearlo.
“Bien que se diviertan” La voz de abuela logro distraer a Isabela y me sentí aliviada.
Terminamos el almuerzo y me disponía a ir al pueblo con Camilo, pero Isabela miraba con una mirada seria a Camilo.
“Isabela prometo comerme un helado grande en tu nombre”
“Oh seguro que lo harás” Isa genero vides a su alrededor y supe que debía detener a Camilo antes de que acabara siendo atrapado entre vides.
“¡Nos vamos, diviértete Isa adiós!” Arrastre a Camilo rápidamente fuera de casita.
Llegamos al pueblo y compramos nuestro helado, pero no pude evitar buscar con la mirada a alguien que no haya visto antes.
“¿Mirabel hay algo en tu mente verdad?” Camilo me miraba.
“¿Camilo, conoces a alguna chica llamada Misa?” Camilo me miraba.
“¿Misa?... ¿hay alguien con ese nombre en el pueblo?” Suspire.
“Es lo que quiero saber…”
“Quien le pone a su hija Misa… amenos que sea un diminutivo” Un diminutivo…
“No lo había pensado”
“Pero aun así… quien seria, no he escuchado a nadie que le digan así…” Mi ánimo se fue.
“Isa llama así a alguien… pero no sé quién es…”
“¿Isabela?” Asentí.
“La escuche mencionar el nombre de Misa mientras hablaba con Dolores” Camilo asintió.
“¿Y cuál es el problema?” Camilo comía su helado
“¿Problema?… no hay ningún problema Isa puede tener amigos si quiere, ella es libre de elegir a quien quiera además no es como si yo pudiera decir algo” Camilo me miro con cara de no te creo nada.
“Bien entonces si hay un problema… dime prima ¿Qué ocurre?” Camilo siguió comiendo su helado de manera tranquila.
“Te digo que no hay ningún problema, no me molesta en absoluto que Isa se sienta cómoda hablando por horas con Misa, ni tampoco el hecho de que cada vez que habla de ella lo haga con felicidad incluso con cariño” Camilo a mi lado asintió.
“Comprendo… así que esa chica si te molesta” Camilo me miraba tranquilo.
“Te digo que no… olvídalo, quiero decir, es Isabela, es alguien sociable, quizás tiene muchos amigos que no conozco y no es como si tuviera que decirme algo o darme explicaciones” Vi como Camilo terminaba su helado.
“Iré a pedirme otro helado, dame un minuto y me sigues contando sobre tus celos hacia esta chica” Camilo me dejo para ir a buscar otro helado.
¿Acaso dijo celos?, ¿yo celosa de esta chica? No es posible, además Isabela es mi hermana.
“Es ridículo…” Camilo venia con un helado mas grande que el anterior.
“Vamos a sentarnos bajo ese árbol y me sigues contando”
Camilo me llevo a sentarnos bajo un árbol, me comí mi helado que empezaba a derretirse.
“Camilo ¿Por qué crees que estoy celosa?”
“Es obvio” Camilo se encogió de hombros.
“Es que no lo estoy, Isabela es mi hermana, tuvimos una relación difícil durante años… no hay forma de que ahora me encuentre celosa de alguien que ni siquiera conozco” Camilo solo me miraba mientras comenzaba a comerse su helado.
“Estas en negación” Me empecé a sentir frustrada.
“¡No estoy en negación! Además, esa chica probablemente ni siquiera sea tan fantástica, de seguro solo se acerco a Isa por que era perfecta, si ese el caso cuando la encuentre esa chica me va a escuchar, oh como la hare pagar si intenta hacerle algo a Isa, por otro lado, a quien le importa ciertamente a mí no…” Camilo seguía tranquilo mirándome.
“Eso es ira, si estas en la ira”
“Pero… y si es alguien agradable… ¿talvez podría llevarme bien con ella?, ¿talvez solo la estoy juzgando antes de conocerla? Quizá solo deba darle una oportunidad”
“Negociación…” Camilo seguía comiendo su helado sin inmutarse.
“Que clase de hermana soy… esa chica hace feliz a Isa y yo estoy aquí sintiéndome desplazada, realmente no me merezco a Isabela… soy alguien realmente egoísta hace unos meses yo fui quien la llamo egoísta, pero al final la más egoísta soy yo… Isabela me odiara de seguro” Sentía las lágrimas a punto de salir y Camilo solo me miraba enarcando una ceja.
“Vaya que se te da mal la depresión… y sin ofender, pero suenas como alguien enamorada apunto de perder a la persona que te gusta” Camilo termino su helado
“Tal vez… espera… eso es a mi… me gusta isabela… o por dios… me enamore de mi hermana…”
“Y llegamos a la aceptación… ¡¿ESPERA COMO?!” Camilo me agarro de los hombros.
“Camilo cálmate” La cara de camilo se veía seria.
“Nada de cálmate, acabas de decirme que te gusta Isabela” Camilo me empezó a sacudir.
“Camilo me estoy mareando…”
“Es una locura, ¡ENLOQUECISTE MUJER!” Camilo me soltó y caí al suelo.
“No creo” Camilo bufo.
“Me voy a Casita ahora mismo a averiguar quien rayos es Misa y también a averiguar que rayos le viste a Isabela” Camilo se fue corriendo.
Me sentía confundida, pero una vez mi mente volvió se aclaro me tense al darme cuenta de lo que Camilo iba a hacer… oh no… ¡CAMILO MADRIGAL VEN AQUÍ!
Corrí rumbo a Casita y a la distancia pude ver como Camilo entraba corriendo a Casita, sentí como todo mi cuerpo se tensaba, pero no deje de correr.
Apenas entre a casa escuche el grito de Isabela.
“CAMILOOO” Hiba a subir corriendo las escaleras, pero Casita me detuvo y vi como Camilo sostenía una maseta pequeña con un Cactus”
“¡Isabela respóndeme ahora!” Isabela se veía furiosa.
“No tengo nada que decirte” Isa genero una vide para atrapar a Camilo, pero Camilo la esquivo soltando por accidente la maceta, hacia el primer piso.
“Oh no…” Sabia que las plantas significaban el mundo para Isabela, pero los cactus son sumamente especiales para ella “CASITA AYUDAME A ATRAPARLO” las baldosas de Casita se movieron con rapidez haciendo que lograra atrapar justo a tiempo la maceta.
“¡MISABEEEL!” ¿Quién?
“¿Misabel?” Camilo se veía confuso, pero Isa lo ignoro y bajo tirándose por unas vides y llegando hasta mi con una cara de pánico total.
“Dios que susto” Isa tomo la maseta en mis manos y miro con total adoración al cactus parecía apunto de llorar, pero en mi mente solo una cosa se repetía ¿Misabel?
“Isabela ¿Quién es Misabel?” Isa me miraba y luego miro al cactus en sus manos.
“Ah Mira hola, amm perdón no te vi yo…” Isa se veía en extremo nerviosa.
“Isa no evites el tema” Me siento confundida.
“No se suponía que lo supieras asi…” Isa miro el cactus en sus manos “Misabel es este pequeño cactus”
“… ok…” No sé cómo sentirme.
“Si Dolores me dijo que el nombre no era el mejor… y por eso decidí decirle Misa”
“¿Misa?” ¡¿ESPERA MISA ES UN CACTUS?!
“¡MISA ES UN CACTUS!” Camilo bajo corriendo.
“amm si, ¿es eso algo malo?” Isa lucia confundida y yo caí de rodillas al suelo.
No puede ser estuve celosa de un cactus todo este tiempo… ¡TIERRA TRAGAME AHORA, TRAGAME AHORA!
“¿Mirabel estas bien?” Isa se arrodillo a mi lado.
“Me quiero morir…”
“No digas estupideces” Isabela me miraba con reproche.
“No, la comprendo totalmente, yo también me querría morir” Camilo me miraba con lastima y en shock.
“¡CAMILO!” Dolores llego de no se donde y tomo a Camilo de la oreja.
“AU dolores duele suéltame”
“Oh no…tú y yo tendremos una conversación muy seria hermanito” Dolores arrastro a Camilo hasta tu habitación ante la mirada atónita tanto mía como de Isabela.
“Amm podrías explicarme que acaba de pasar, no estoy entendiendo nada” Isa me miraba confusa y yo suspire.
“Supongo que es lo justo”
Con gran vergüenza le conté a Isa el como había escuchado sobre Misa mientras hablaba con Dolores y como pensé que eventualmente seria reemplazada.
“Ósea que te pusiste celosa”
“No lo digas así…”
“¿Si sabes que no te reemplazare verdad? Isa se acomodó a mi lado.
“Pero aun así se que tienes amigos y eventualmente te enamoraras, yo solo… solo soy tu hermana menor, soy una egoísta…” Abrace mis piernas.
“Yo también lo soy… quiero decir, me he sentido celosa muchas veces, cuando hablas con otros, cuando sonríes de manera cálida a otros… hay más posibilidades que tú acabes alejándote… y lo entiendo, te mereces la atención y el amor… pero eso me hace sentir celosa… celosa de que encuentres a alguien más interesante que yo con quien pasar el tiempo…” Mire a Isa.
“No creo que haya alguien tan increíble como tu… Isa… estuve años persiguiéndote, años añorando tu atención, años en los cuales solo querías que me miraras” Me sonroje.
“Somos un par de egoístas verdad”
“Si lo somos” Me acurruque cerca de Isa.
“Lo siento, no quería que te sintieras así”
“Descuida… por otro lado… ¿Misabel? ¿De donde rayos sacaste un nombre así?” Isabela se sonrojo.
“Quería un nombre que nos representara, no me culpes estuve horas buscando una combinación que funcionara, no es tan fácil combinar nuestros nombres ¿sabes?” Mire al cactus.
“¿Por que llamarías a un cactus como nosotras?” Isa se sonrojo más profundamente.
“Por que este fue el primero… que hicimos juntas…”
“Espera, ¿este es?, pensé que había desaparecido con la caída de Casita” Tome la maseta y mire fijamente el cactus.
“Yo también lo pensé… pero mientras quitábamos los escombros lo encontré y… bueno aquí lo tienes” Isa me miraba.
“Pasas horas hablándole a un cactus…” Me parecía adorable ahora que lo pienso.
“No lo digas así que parece que estoy loca”
“Creo que es adorable… Aunque no veo porque un cactus me representaría”
“No es obvio… nació a causa de que fuiste a hablar conmigo”
“Acabamos discutiendo”
“Pero si no hubieras ido, nada habría cambiado yo no habría generado ningún cactus y probablemente no nos hubiéramos reconciliado, básicamente, Misabela nació gracias a ti también” Mire el cactus en mis manos y una calidez me recorrido.
“¿Es tu forma de decirme que soy la madre de una de tus plantas?” Isabela se sonrojo.
“No lo hagas sonar tan raro” Me hice la ofendida.
“Isabela, soy madre y nunca me dijiste nada” El sonrojo de Isabela era cada vez más profundo.
“Mirabel no lo digas así” Decidí seguir bromeando.
“Misabel es nuestra hija y tu me lo ocultaste… me siento tan dolida” Fingí llorar.
“¡No espera! No quería ocultártelo es solo que no sabía cómo reaccionarias y…” Deje la maseta en el suelo y abrace a Isabela botándola al suelo.
“No estoy molesta… solo dime la próxima vez que quieras que tengamos un hijo juntas” La cara de Isabela se volvió tan roja que le crecieron flores en el pelo.
“Mirabel… no digas esas cosas” Me reí
“Te quiero Isa… te quiero mucho”
“Yo también a ti idiota”
“Aw eres adorable”
“Cállate”
“Isa no le hables así a la madre de tu hija”
“No lo dejaras ir nunca verdad” Isa se veía derrotada.
“No nunca” Le di una sonrisa brillante a Isabela.
Las dos nos reímos y nos abrazamos, puede que aun no pueda decirle mis sentimientos reales a Isabela… pero al menos ya tengo una excusa para pasar mas tiempo con ella, al final mis celos solo eran infundados, Isabela no me dejara y si alguien lo intenta siempre puedo pedirle a Luisa que les rompa los huesos.
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Clases de Seducción, parte 27: Silencio
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11, Parte 12, Parte 13, Parte 14, Parte 15, Parte 16, Parte 17, Parte 18, Parte 19, Parte 20, Parte 21, Parte 22, Parte 23, Parte 24, Parte 25, Parte 26.
Rubén se volteó a mirar a Felipe, quien se encogió de hombros, como indicándole que no entendía qué había pasado, lo que aumentó aún más su sensación extraña.
Entró a la casa y buscó a Sebastian, que estaba en el living con el resto del grupo recolectando la plata para poder ir a comprar.
—Seba —le dijo Rubén parándose a su lado.
—¿Qué pasa Rube? —Sebastian no lo miró a los ojos.
—Nada, voy contigo —decretó Rubén.
—Tranquilo, ya le dije al Marco.
—Vamos los tres entonces —propuso Rubén.
—¿Vamos los tres? —intervino Marco, al escuchar la conversación—, ¡como en los viejos tiempos!
—¿Qué viejos tiempos? —preguntó un tanto molesto Sebastian, aunque Marco no lo notó.
—Marco ahora último nomas nos hemos hecho más cercanos así que no existen esos viejos tiempos —se rió Rubén.
—Es una forma de decir —respondió Marco un tanto avergonzado.
—Ya, vamos —apuró Sebastian—. ¿No te vas a poner zapatillas? —le preguntó a Rubén.
—No, voy así nomas —decidió Rubén, para no hacerlos perder más tiempo.
Salieron los tres de la casa y caminaron por la orilla del camino hacia un pequeño kiosco que estaba a un par de cuadras de distancia.
El calor del cemento le quemaba los pies a Rubén a través de la delgada goma de sus sandalias.
A lo largo del camino Sebastian se mantuvo en completo silencio, mientras el que llevaba la conversación era Marco.
—Es muy simpática tu amiga Cata —le comentó Marco a Rubén.
—Si me di cuenta que te cayó bien —respondió Rubén—, no la has dejado sola en ningún rato. Solo ahora y ya veo que sales corriendo de vuelta a la casa para que no se olvide de ti.
—Mentira Rubencio, le doy su espacio. No quiero que piense que soy muy cargante —Marco se mostró ofendido.
—Me sorprende que estés tan enfocado en ella, con la Maca ahí mismo en la casa —comentó Rubén—, ¿ya no te gusta?
—No sé, Rubencio —respondió Marco después de dar un largo suspiro—. La Maca es hermosa, pero nunca me pescó, y es fome andar detrás de alguien que no está ni ahí contigo, ¿cierto? —Marco miró a Sebastian, aunque éste no se dio cuenta porque iba caminando un metro más adelante—. La Cata igual es linda, pero al menos me presta atención, no me mira como bicho raro cuando le hablo, y se ríe de mis chistes —Marco sonrió al pensar en eso—, incluso se ríe cuando no digo algún chiste —se mostró un poco confundido al decir lo último—. Se ríe mucho —concluyó.
—¿Y cuáles son tus intenciones con ella? —cuestionó Rubén, sintiéndose como un padre interrogando al pololo de su hija, como si Catalina necesitara que la protegiera de Marco.
—Quiero conocerla —respondió con una sonrisa de ensueño—. Te juro que me portaré bien.
Al llegar al kiosco Sebastian se encargó de comprar todo, mientras Rubén y Marco ayudaron a cargar las bebidas y demás cosas.
Rubén obviamente notó que Sebastian estaba distante, pero gracias a Marco, que ignoró por completo dicha actitud y siguió hablándole sobre Catalina y lo perfecta que le parecía, Rubén no pudo preguntarle qué le pasaba.
Cuando volvieron a la casa, Macarena estaba hablando con Daniela, sentadas en la entrada, mientras que a Rubén le sorprendió ver a Catalina sentada en el sillón hablando con Alan.
“Espero que lo esté odiando”, pensó Rubén. los tres muchachos dejaron las cosas en el mesón de la cocina, y luego se acercaron al sillón. Marco se sentó de inmediato en el brazo del sillón, al lado de Alan, y Rubén supo que no se había sentado junto a Catalina para que no pensara que la estaba invadiendo.
—¿Dónde está Felipe? —le preguntó Rubén a Catalina.
—Está afuera con las chiquillas y Roberto, fumando —respondió ella.
—¿Y tú no fumas? —le preguntó Rubén a Alan, pretendiendo generar una conversación, pero no pudo evitar que sus palabras cargaran toda la pesadez que sentía.
—No fumo cigarro —respondió Alan, con su voz suave y amable, sin alterarse por la actitud de Rubén.
—Ah —Rubén no supo qué más decir, incluso se sintió mal por haberle hablado tan pesado.
—Oye Rubén, aprovechando que estás acá, te quería preguntar algo —le dijo Alan, poniéndose de pie.
—¿Qué cosa? —preguntó Rubén, suspicaz.
—Quería preguntarte si Sebastian es gay —le dijo sin rodeos—. Encuentro que es muy guapo, pero no quiero incomodarlo preguntándole directamente a él —explicó, con una sonrisa inocente en el rostro.
A Rubén no le cayó nada bien la pregunta. Primero pasó toda la noche coqueteándole a su pololo y ahora iba por su mejor amigo. ¿Acaso no se cansaba de jotear a todo el mundo?
En ese momento se dio cuenta que Sebastian no estaba junto con ellos, sino que conversaba con Daniela y Macarena en la entrada.
—No, el Seba no es gay —respondió Rubén de forma cortante—, es hetero y está pololeando, para que sepas.
—Ah —el rostro de Alan mostró una evidente desilusión—, qué lástima.
—Rube, ¿qué te pasa? —le preguntó Catalina poniéndose de pie—, ¿por qué le respondes así? —ella se había dado cuenta de su forma de responder.
—No pasa nada, Cata —le dijo Alan, bajándole el perfil—, quizás fui muy desubicado al preguntar, discúlpame Rubén —Alan le dio una palmada en el hombro a Rubén, y se alejó con la mirada gacha, avergonzado.
Rubén no dijo nada, y simplemente se quedó de pie, sin atreverse a mirar a Catalina a los ojos.
—¿Qué fue eso, Rubén? —insistió ella.
—Nada, el hueón se quiere jotear al Seba —respondió Rubén, molesto.
—¿Y qué tiene que se jotee al Seba?, ¿acaso eso no confirma que no está ni ahí con el Felipe? —razonó Catalina.
—Rubencio no pensé que fueras tan tóxico —bromeó Marco, pero no dijo nada más al recibir la mirada cargada de odio de Rubén.
—Rube, ¿hablaste con Felipe? —quiso saber Catalina, para entender la actitud de su amigo.
—Si, ya conversamos —respondió Rubén, calmándose un poco y tomando asiento.
—Los dejaré solos, chicos —se excusó Marco—. Calma Rube —le dio un golpecito en el brazo a Rubén y se fue a conversar con Daniela, Macarena y Sebastian.
—¿Qué te dijo?, ¿fue todo un mal entendido? —quiso saber de inmediato Catalina.
—Me explicó que efectivamente el Alan es su ex pololo, pero que no siente nada por él —comenzó contándole a Catalina—. O sea, me dijo que lo ama, porque es su amigo de la infancia, crecieron juntos y para él es imposible dejar de amarlo solo porque dejaron de ser pololos.
—¿En serio? —el rostro de Catalina reflejaba su incredulidad.
—En el fondo cuando me dijo que lo amaba se refería a eso. No lo ama de forma romántica, sino como amigo —Rubén miró el rostro de Catalina y sintió la necesidad de seguir explicando—. Me dijo que conmigo es distinto. Me ama, pero además me quiere. Quiere estar conmigo.
—¿Y con eso arreglaron todo?, ¿están bien ahora?
—Si, ¿por qué? —Rubén notó el tono de su amiga.
—Rube, me encanta el Felipe, pero encuentro un poco chanta su explicación —comentó Catalina, esforzándose para no herir susceptibilidades.
—Bueno, es que quizás la simplifiqué mucho, pero en el fondo fue eso.
—¿Y te dijo por qué no te había dicho que venía Alan?, ¿o por qué no evitó que te fueras de la casa en evidente estado de ebriedad?
—Si, pensó que no sería gran cosa que viniera él, y lo segundo, no estaba en sus cinco sentidos —respondió Rubén, casi enojado por el cuestionamiento de Catalina.
—Rube, no te enojes conmigo —le dijo ella, seria, notando la actitud de Rubén—. solo quiero que sepas valorarte. No quiero que te pasen a llevar.
—¿Crees que hice mal en perdonarlo? —preguntó Rubén, ya más calmado.
—No sé —respondió Catalina con sinceridad—, pero creo que lo de ayer no daba para esa explicación.
Rubén se quedó pensando largo rato en las palabras de Catalina.
—¿Crees que el Seba se haya enojado porque me reconcilié con Felipe? —le preguntó a su amiga.
—¿Por qué lo dices?, ¿sabe que ahora tú y Felipe ya están bien?
—Si, nos vio allá afuera hace un rato —respondió rápidamente—, y cuando fuimos a comprar estuvo todo el rato muy callado. Literal no dijo nada en todo el camino —Catalina se rió—. ¿Por qué te ríes?
—¿Te cabe alguna duda acaso? —preguntó ella con tono irónico—, de verdad Rubén de repente me dan ganas de pegarte.
—¿Por qué? —Rubén no entendía las palabras de su amiga.
—Creo que es mejor que hables tú con el Seba —Respondió Catalina, poniéndose de pie y luego se fue caminando.
Rubén se quedó sentado en el sillón, solo, pensando.
Al rato cocinaron un almuerzo rápido entre todos y luego fueron juntos a bañarse a la playa, donde estuvieron toda la tarde.
Rubén y Felipe estuvieron gran parte del tiempo juntos, mientras el primero miraba constantemente a Sebastian para asegurarse que no siguiera enojado. Al menos lo vio reir y conversar animadamente con Marco, Daniela, Macarena y Roberto.
“Por lo menos se está divirtiendo”, pensó Rubén, y con eso se quedó tranquilo.
—¿Qué haremos hoy en la noche? —preguntó Ingrid, en algún momento de la tarde. Ella estaba recostada sobre su toalla, dibujando con su dedo en la arena.
Rubén solo se limitaba a escuchar, de guata sobre la arena, con los brazos cruzados bajo su cabeza a modo de almohada, con los ojos cerrados.
—Podríamos hacer una fogata acá, y cantar canciones con la guitarra del Alan —propuso Anita, recostada de espaldas en la arena, tomando sol.
—¡Que buena idea! —exclamó Felipe, dándole cierto entusiasmo a su adormecida voz. Levantó levemente la cabeza, separándola de la espalda de Rubén, que le servía de almohada en ese momento—. Hay que decirle a los demás.
Dicho y hecho. Comunicaron la idea al grupo y todos aceptaron entusiasmados. Cerca de las nueve de la noche se salieron todos del agua y se dirigieron a la casa a buscar lo necesario para pasar la noche alrededor de una fogata en la playa: sillas, cojines, ropa abrigada, carbón y algunos trozos de madera, además de la infaltable comida y bebestibles, junto con la guitarra de Alan.
Encontraron un espacio bastante alejado de las carpas de los veraneantes para poder disfrutar, reírse y gritar sin preocuparse de molestar a gente cercana.
Daniela, Macarena y Roberto se encargaron de encender la fogata, mientras que los demás se dedicaron simplemente a conversar mientras se tomaban una cerveza o se fumaban un cigarro.
—Ya chiquillos, ¿Quién quiere cantar primero? —preguntó Alan, dando por inaugurada la noche de fogata, y levantando la guitarra, ofreciéndola a quien la quisiera.
—¡Yo quiero! —respondió de inmediato Marco, levantando la mano.
Alan le entregó la guitarra, sonriendo con amabilidad como siempre.
—Gracias, amigo Alan. Ya, no sé si la conocen, pero me gusta esta canción —dijo Marco antes de comenzar a cantar—. ¡Música maestro!
A Rubén le causó gracia la última frase de Marco, y soltó una risita.
Marco comenzó a tocar la guitarra, completamente concentrado en un principio, pero cuando iba a comenzar a cantar levantó la vista para poder mirar a Catalina.
Ella siempre tuvo más de lo que pudo pedir,
Un carro a temprana edad, colegio de ricos.
Él en cambio era normal, quizás un poquito punk,
Escuchaba Papa Roach y también Sex Pistols.
Y de nuevo la castigan, “esa gente no es decente” dice papá,
Ella piensa que su vida no tiene sentido si no está junto a él.
Y puede ser un error, puede que caigan muertos los dos
Y vas a caer, y va a doler,
Pero ellos dicen que es mejor muertos que no juntos.
Rubén recordaba esa canción. La escuchaba muy seguido en su mp4 cuando estaba en segundo medio, junto con Sebastian.
Miró a su mejor amigo, que movía los labios, siguiendo la letra de la canción, mientras miraba fijamente la fogata, como recordando aquellos bellos momentos que pasaron juntos en el liceo.
Rubén miró a Catalina y notó que también conocía la canción, y la cantaba sonriéndole a Marco, quien le devolvía la sonrisa encantado.
La noche de fogata continuó por varias horas más, a medida que las cervezas, el pisco y la bebida cola bajaban cada vez más.
Rubén se paró para ir “al baño”, y cuando iba de vuelta hacia el punto de la fogata se topó con Sebastian y Marco que iban al baño igual que él. Notó que Marco caminaba con dificultad porque al parecer se le había pasado la mano con las piscolas.
Sebastian solo le hizo una seña con el mentón a modo de saludo, descolocando un poco a Rubén.
—Seba, ¿podemos hablar? —le preguntó Rubén, aprovechando la ocasión. No quería dejar pasar la oportunidad.
—¿Tiene que ser ahora? Justo llevaba a este hueon a mear, porque apenas puede caminar —explicó Sebastian.
—¿Cómo que hueon? —se ofendió Marco.
—¿Qué pasó Marco?, ¿te falló la tolerancia? —bromeó Rubén, recordando cómo Marco se burlaba de él porque supuestamente tenía cero resistencia al alcohol.
—Lamento decepcionarte Rubencio —respondió Marco muy lento—. No soy perfecto.
Rubén se rió, pero notó el hastío en el rostro de Sebastian.
—¿Te pasa algo, Seba? —quiso saber Rubén.
—No, ¿por? —respondió él, serio.
—Porque siento que has estado raro todo el día —Rubén de verdad quería entender por qué su amigo estaba así.
Sebastian se quedó en silencio un par de segundos, pensando en qué responder.
—¿Sabí qué Rube?, me dai rabia —respondió finalmente Sebastian.
—¿Rabia por qué? —Rubén se sorprendió por la seriedad en las palabras de su amigo.
—Me da rabia que seai tan ahueonao —Rubén sintió las palabras de su amigo como golpes en el estómago—. El otro imbécil trae a su ex, y enfrente tuyo coquetean todo el día, prácticamente comiéndose con la mirada, y tu ahí como si nada perdonándolo. Ahueonao —insistió—. Mientras yo acá… aconsejándote, y la Cata igual, y tu como si nada. Ahueonao.
Las palabras de su amigo le dolieron profundamente. No porque le doliera que lo insultara (a lo largo de su amistad se habían dicho cosas peores), sino que porque en el fondo Rubén sabía que Sebastian tenía razón.
—Ándate a la chucha Seba —dijo finalmente Rubén, dio media vuelta y volvió caminando con dificultad por la arena hacia donde estaban todos los demás.
El corazón le latía a mil por hora y sentía que le faltaba el aire. Al llegar a la fogata, se sentó en el primer lugar que encontró, sin darse cuenta quién estaba a su lado, y respiró hondo para tranquilizarse. Después de varios segundos se dio cuenta que tenía ambas manos empuñadas, como si estuviera listo para lanzar un combo.
—¿Estás bien, Rube? —la voz de Macarena lo trajo de vuelta al mundo real. Se había sentado al lado de ella.
—Si, ¿por? —respondió Rubén, haciéndose el tonto.
Macarena se rió suavemente, dándose cuenta que Rubén obviamente mentía.
—Avísale a tu cara —comentó Daniela, que estaba sentada al lado de Macarena, riéndose—. Mira Rube, ¿ves esa carpa que está alla? —Daniela le apuntó la carpa más cercana a ellos, que estaba a unos cincuenta metros.
—Si —respondió él, sin entender su punto.
—Bueno, desde allá llamaron quejándose por tus fuertes suspiros completamente normales que indican que está todo bien —bromeó ella—. ¿Algo en lo que podamos ayudar? —Daniela suavizó el tono.
Rubén se enojó aún más al ver el cinismo de Daniela, por hablarle con tanta normalidad después de haberle dicho a Sebastian que no lo invitara porque no quería verlo. A pesar de eso, no dijo nada.
—¿Al final hablaste con el Seba ayer? —preguntó Daniela, al ver que Rubén no respondió nada.
—¿Hablar sobre qué? —Rubén no entendía a qué se refería Daniela.
—¿Cómo que sobre qué? —Daniela soltó una risita incrédula—, anoche hablamos sobre… olvídalo, ¿estabas borracho anoche?
—¿Te cabe alguna duda? —respondió con sarcasmo Rubén—. No me acuerdo de nada, así que si hablamos algo, por favor recuérdamelo.
—No importa Rube, hablamos sobre hacer una junta de curso antes de empezar el semestre en la u, y antes que se vaya el Seba —respondió Daniela, pero Rubén no le prestó mucha atención, así que no se dio cuenta que era mentira.
—Suena genial —dijo Rubén sin ánimo.
—Arriba el ánimo Rube —intervino Macarena, que escuchaba atenta a Rubén—. Disfruta la noche, ya tendrás tiempo para preocuparte de lo que sea que te está molestando ahora.
—Gracias chiquillas —respondió Rubén, intentando darle más ánimo a sus palabras, sin éxito.
—¿Todo bien, Rubén? —la voz ronca de Felipe, sentándose a su lado, lo sobresaltó.
—Si, todo bien —respondió él, mintiendo con una sonrisa en el rostro, aliviado por ver que su pololo se acercaba para ver cómo estaba.
Felipe le dio un abrazo y lo besó en la frente.
—Me alegra que hayamos podido aclarar las cosas —le dijo Felipe al oído.
—A mi también —coincidió Rubén, apoyando su cabeza en el hombro de Felipe.
“Aunque ya no estoy tan seguro de que nuestra conversación haya terminado”, pensó Rubén, mientras miraba fijamente el fuego.
Al cabo de unos minutos, todos volvieron a reunirse alrededor de la fogata, y cuando Marco pidió nuevamente la guitarra, se le cayó sobre el fuego, quemando casi instantáneamente tres de las cuerdas, y ennegreciendo buena parte del cuerpo de la misma.
—¡Mi guitarra! —gritó Alan, espantado por la imagen.
—Sorry Amigo —balbuceó Marco, levantando con cuidado el instrumento del fuego.
Rubén sentía algo raro en toda la situación, como si Marco lo hubiera hecho a propósito.
Alan se notaba visiblemente triste al ver su guitarra malograda, y Rubén llegó incluso a sentir lástima por él.
—Tranquilo, mira, no le pasó nada —le dijo Marco, con cierta decepción en la voz—, solo se le quemaron las cuerdas.
—Si, si, creo que tienes razón —aceptó Alan, aún afectado por lo sucedido.
—O sea, no es como que te la hubiese quebrado o algo así, mira, aún está firme —agregó Marco, intentando forzar la guitarra para probar su punto, pero Alan se la quitó de inmediato para evitar que la siguiera dañando.
—Si, está bien. No la quebraste ni nada —Alan se sentó, puso la guitarra sobre sus piernas y la inspeccionó para saber dónde más había quedado dañada.
—Menos mal que trajimos el parlante al menos —intervino Anita para calmar la situación, sacando de su cartera un pequeño parlante y un reproductor de mp4.
La noche continuó con normalidad. Ya no estaban reunidos todos alrededor de la fogata cantando canciones al ritmo de la guitarra, pero se mantuvo el espíritu amigable, aunque los grupos de conversación iban variando a medida que pasaban las horas.
En un momento Rubén notó que Sebastian se paró al baño, y lo siguió con la mirada. A unos quince metros de donde estaban todos, se topó con Alan que venía de regreso.
Rubén notó que Alan sonrió al ver a Sebastian y lo saludó, y luego intercambiaron un par de palabras, que terminó con Sebastian dándole un empujón a Alan. Rubén miró a su alrededor para saber si alguien más estaba viendo lo que había pasado, pero todos seguían conversando, ignorando por completo lo que estaba pasando con Sebastian y Alan.
Alan se notaba avergonzado, y con la mirada gacha caminó directamente desde donde estaba hasta la casa, sin siquiera acercarse hacia donde estaban los demás. Sebastian se quedó un par de segundos viéndolo marcharse, pero luego retomó su camino rumbo al baño.
Rubén se sintió mal por el muchacho, pero estaba tan enceguecido por lo ocurrido el día anterior, que no le dio mayor importancia y siguió conversando con Anita e Ingrid.
Cerca de las tres de la mañana volvieron todos a la casa con la intención de acostarse a dormir “temprano”, ya que al otro día tendrían que volver a Antofagasta, pero en realidad no todos se fueron a dormir de inmediato.
Felipe y sus amigos continuaron conversando en el patio mientras fumaban, pero Catalina ayudó a Rubén a llevar a Marco a su cama, y luego ella se fue a su dormitorio.
—Agradéceme —le dijo Marco a Rubén, mientras éste le quitaba las zapatillas para que se acostara.
—¿Por qué? —Rubén no entendía a qué se refería.
—Por arruinarle la guitarra a ese hueon del Alan —balbuceó Marco.
—¿Lo hiciste a propósito? —se sorprendió Rubén.
—Si po, por chueco. Por venir a quitarte al Pipe —respondió Marco con orgullo—. Nadie le hace eso a mis amigos.
—Marco culiao —a Rubén le causó risa la situación, pero sabía que Marco había hecho mal—. Mañana te vas a disculpar. Él no tiene la culpa que el Felipe sea tan permisivo.
—Si sé, pero igual —volvió a balbucear, mientras se desabrochaba el short de jeans que tenía puesto—. Ayúdame.
—¿A qué?, ¿a disculparte con el Alan? Creo que estas bastante viejo para pedir disculpas solo.
—No, hueon, a sacarme el short. Debí haberme puesto el traje de baño nomas. Que incómoda esta wea —Rubén se acercó y lo ayudó con lo que le pedió Marco, y luego aceptó a regañadientes a quitarle la polera, quedando solo en ropa interior—. Que hace calor por la chucha, no voy a poder dormir.
—Ya, duérmete hueón —Rubén se rió, y le tiró la polera encima.
Se dio media vuelta para buscar en su mochila su cepillo de dientes, y casi de inmediato comenzó a escuchar los ronquidos de Marco.
Se fue al baño a asearse antes de dormir, y comenzó a darle muchas vueltas en la cabeza a todo: su discusión con Sebastian, la conversación con Felipe (que cada vez que pensaba en ella sentía que no había sido muy claro con respecto a lo que él sentía), y todo lo relacionado con Alan, que a pesar de que sabía que no tenía nada que reprocharle a él, le caía mal por aparecer y arruinar sus días en la playa.
Al volver a la habitación se quitó la ropa y se recostó en la cama igual que Marco, solo en ropa interior, y siguió con la mente dándole vueltas a todo lo que había ocurrido en esos dos días, hasta que finalmente se quedó dormido con un profundo malestar.
Cuando despertó cerca del mediodía, notó que estaba solo en la habitación. Asumió que los demás chicos ya se habían levantado y estaban listos para partir hacia Antofagasta.
Se puso un short y una polera y bajó al primer piso, sin siquiera pasar al baño a lavarse la cara primero.
—Estoy seguro que no lo hizo a propósito —Rubén escuchó la voz ronca de Felipe.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —la voz suave de Alan se notaba triste.
—Porque el Marco no es un hueon malo. Puede que sea un poco despistado, pero es una buena persona.
Rubén llegó hasta la base de la escalera, y se quedó en silencio mirando a los dos muchachos, que conversaban en la cocina. Alan estaba sentado en el mesón con una musculosa blanca y un short rosado, que Rubén supuso era su pijama, mientras que Felipe estaba de pie frente a él, apoyado en el refrigerador, vestido solo con un short negro.
—¡Anímate! —volvió a hablar Felipe—. Las chiquillas se quieren quedar hasta mañana, ¿las escuchaste anoche?
A Rubén le dio lata escuchar esa idea, ya que no pretendía seguir ahí. Solo quería volver a su casa.
—Si, si las escuché —respondió Alan.
—¿Te quedarás? —quiso saber Felipe, con su voz ronca.
—No sé, solo traje ropa para hoy —Alan parecía desganado.
—Yo te puedo prestar ropa —ofreció Felipe, y a Rubén le molestó su generosidad.
—¿Cómo me vas a prestar ropa? —Alan se rió.
—¿Qué tiene? Como si nunca hubieras usado ropa mía.
—Si, pero en ese entonces era distinto. Ahora tienes a tu pololo para que use tu ropa.
—Alan, una cosa no tiene nada que ver con la otra —respondió Felipe, serio—. Te ofrezco mi ropa como amigo. Aparte si te quedas un día más, podremos subirte el ánimo para que vuelvas a Antofa con una sonrisa en el rostro, y no deprimido como estás ahora.
—Bueno ya —aceptó finalmente Alan, y Rubén comenzó a caminar hacia la cocina para hacer notar su presencia.
Le molestó mucho la conversación que había escuchado, pero no se lo hizo saber de inmediato a Felipe.
—¿De qué hablaban? —les preguntó a los dos después de darles los buenos días.
—De que anoche las chiquillas insistieron en quedarse un día más, ¿qué te parece? —respondió Felipe, abrazándolo por la cintura.
—La verdad no tengo muchas ganas de quedarme un día más —respondió con sinceridad Rubén, esperando que Felipe se cuadrara con él.
—¿En serio no quieres quedarte? —insistió su pololo, poniendo cara de pena.
“¿En serio piensas que me lo he pasado de maravillas?”, pensó Rubén.
—Si, en serio, estoy cansado.
—Pucha Rubén —dijo simplemente Felipe, y le dio un abrazo y un beso en la frente—. ¿Quieres que te prepare algo para desayunar? —ofreció, cambiando de tema.
—No, gracias —respondió Rubén, sonriendo—. Voy a ducharme, arreglaré mis cosas y bajaré a comer algo.
Rubén le dio un beso en los labios a Felipe y le sonrió a Alan antes de subir nuevamente al segundo piso. Alan le devolvió la sonrisa amablemente sin decir nada.
Cuando Rubén iba a golpear la puerta del baño para saber si estaba ocupado, justo Sebastian abrió la puerta. Estaba con la toalla atada en la cadera y el torso y el cabello completamente mojados.
Sebastian lo miró avergonzado, y Rubén lo iba a saludar pero recordó sus últimas palabras de la noche anterior. Frunció el ceño para demostrarle su enojo a su amigo, y como respuesta Sebastian lo imitó; salió del baño y se dirigió a la habitación sin decir nada.
Rubén se duchó con la mente dándole vueltas a la conversación de Felipe con Alan, a la pelea que había tenido con Sebastian, y a lo solo que se sentía en ese momento, como si no pudiera confiar ni en su mejor amigo ni en su pololo.
Obviamente aún le quedaba Catalina, pero todavía no tenía la oportunidad de verla ese día, y tampoco quería contarle nada porque sabía que recibiría un gran “te lo dije” de su parte.
—Creo que algunos quieren quedarse hasta mañana —le comentó Rubén a Catalina mientras comían un sándwich a modo de desayuno.
—Si, algo así escuché —dijo Catalina—. ¿Te quedarás tu?
—Ni cagando —respondió Rubén de inmediato—. Quiero puro irme, ¿y tu?
—Difícil. Mañana tengo que hacer trámites temprano, así que mejor me voy hoy nomas.
Rubén notó que la mayoría estaba presente en el primer piso, pero casi nadie había bajado sus cosas: el grupo de la infancia de Felipe estaban muy relajados, dando por seguro que se quedaban.
—Ya chicos, ¿quién se va conmigo? —preguntó finalmente Roberto.
—Los mismos que nos vinimos contigo —respondió de inmediato Rubén, sin entender por qué preguntaba eso si era tan obvio—, el Felipe, la Cata, el Marco y yo.
—¿Cómo? —Roberto estaba confundido—, si el Felipe se va a quedar.
—Felipe no se va a quedar —insistió Rubén, creyendo firmemente que tenía la razón.
—¿Cómo que no me voy a quedar? —intervino Felipe, escuchando su nombre—, Rubén yo me quedaré con mis amigos. No te molesta, ¿o si?
—No, no me molesta —respondió Rubén visiblemente descolocado. Catalina le dio un golpecito en el brazo y lo miró seria, como indicándole que tenía que decir algo, pero Rubén entró en pánico y no hizo saber su parecer—, es solo que pensé que nos iríamos juntos.
Rubén no entendía por qué se guardaba lo que realmente sentía, como si Felipe de repente fuera una persona desconocida, o como si no confiara realmente en él. Probablemente se guardaba sus sentimientos por temor a generar un rechazo en los demás, para que no pensaran que era exagerado o dramático.
—No, no te preocupes por eso. Mañana me iré con las chiquillas, así que vayan sin mi —Felipe le sonrió para darle tranquilidad, pero eso era lo último que sentía en ese momento.
Finalmente antes de partir, Rubén se despidió de todo el grupito de amigos de Felipe que se quedarían en Hornitos: Anita, Ingrid, Daniela, Macarena y Alan.
—Nos vemos el jueves —le dijo Felipe a modo de despedida, dándole un beso en la boca.
—Nos vemos —respondió Rubén, ya completamente bajoneado.
Se subió al jeep de Roberto, en el asiento trasero, con Catalina a su lado y Marco al otro extremo. Sebastian iba de copiloto.
Sentía pena por la situación.
—¿Quieres hablar? —le preguntó Catalina en voz baja.
Rubén simplemente negó con la cabeza.
Se fue todo el camino en silencio, mirando el desierto por la ventana, dándole vueltas en su mente a todo lo que había ocurrido, e imaginando todas las conversaciones que no tuvo con Felipe.
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18-04-2021
Es increíble que pueda pasar una fecha tan importante contigo un año mas. Desde que nos conocimos, desde que te invité a comer, desde que me invitaste a una fiesta..he descubierto poco a poco quien eres realmente y como he dicho cientos de veces, cada que descubro algo nuevo, quedo aún más enamorado de ti.
Eres el amor de mi vida Soph, mi mejor amiga y esposa. Feliz Cumpleaños.
Hace poco hablamos sobre algunas canciones que nos gustarían dedicar al otro y no lo hemos hecho, o canciones que nos hacen pensar en el otro.
Tenía ya varias en mente, pero quería prepararlo para una ocasión especial y ahora, creo que es un buen regalo de cumpleaños.
Estas son algunas canciones que escucho y pienso en ti…tal vez no siempre es del todo la letra, algunas son incluso la música o ciertas partes de la letra, así que trataré de poner esas partes de la letra y además explicar un poco que significa para mí.
Disfrútalo cielo, te amo.
Every Little Thing - The Police
Cada vez que me acerco a ella simplemente pierdo el valor como lo he hecho desde el inicio. Cada cosa que ella hace es mágica, todo lo que ella hace me prende y aunque mi vida antes fue trágica sé que mi amor por ella prevalecerá.
Nunca imagine que alguien como tú llegaría para cambiar mi vida de la manera en que lo ha hecho. Le das otro sentido, otro color a cada situación. Admiro cada cosa que haces, admiro lo inteligente que eres, lo creativa que eres, lo obstinada que eres, admiro los pequeños detalles como…como recuerdas cosas tan pequeñas pero tan significativas, admiro la paciencia y la atención que tienes con los que te importan, y estoy seguro de que si todos te conocieran como yo lo hago, quedarían tan maravillados y encantados con tu forma de ser como yo lo estoy.
Así que…cada que en la letra de la canción suena el coro justamente con “…every Little thing she does is magic…” sólo pienso en ti y en esas pequeñas cosas que me tienen enamorado.
Sweet Child O’ Mine-Guns N’ Roses
Ahora y entonces, cuando veo su cara, me lleva lejos a ese lugar especial, y si mantengo la mirada mucho tiempo probablemente llore y me derrumbe…dulce niña mía…dulce amor mío. Su pelo me recuerda a un lugar cálido y seguro, donde como un niño me escondería, y rezara para que el trueno y la lluvia pasar de largo silenciosamente.
Me conoces mejor que nadie lo ha hecho y sé que mejor de lo que alguien podrá conocerme, conoces lo que me gusta, me disgusta, me conoces mejor de lo que yo hago y…carajo lo haces tan bien, que puedes hacerme sentir mejor simplemente por mostrarme una sonrisa, abrazarme…contigo me siento seguro, en todos los sentidos.
Podría poner toda la letra de la canción pero hay una estrofa en especial; “…su pelo me recuerda a un lugar cálido y seguro, donde como un niño me escondería…” podría tomarlo tan literal como la letra lo dice y sería cierto, pero también pienso en esa parte porque eres mi refugio y nunca me había sentido también como cuando estoy contigo.
Just Like Heaven-The Cure
Dando vueltas sobre ese borde borde de vértigo, bese su cabeza y bese su rostro, pensando en las diferentes maneras en que podía hacerla brillar. Tú, suave y única, tú perdida y sola tú extraña como ángeles bailando en los océanos bajo el agua, tú eres como un sueño.
Nunca, en toda mi vida, había conocido alguien como tú y, amor, así como me haces sentir quisiera hacerte sentir todos los días, así como me cuidas cuidarte, así como me haces reír, hacerte feliz. Quiero apoyarte en todo lo que haces, todas las desiciones y si no sale bien, ser quien te ayuda a ponerte de pie.
En esta canción creo que ambos de las estrofas que puse lo expresan bien…eres única e increíble y mereces todo el amor.
Beyond-Leon Bridges
Es un poco difícil para mí explicar su personalidad y todo, me pone de rodillas. Ella me ilumina como el oro en mi brazo.Me encanta ver su rostro a la luz del día. Es mas que solo nuestros cuerpos en la noche.Ella me hace sentir como en casa, ella podría ser mi todo y más allá. Me rindo estoy enamorándome, no puedo explicar ella podría ser mi todo.
Bueno, esta canción tiene sólo algunos versos en especifico pues habla a un futuro y bueno ya se cumplió. Pero la melodía y el sentimiento que transmite solo puedo pensar en ti cuando la escucho. Y hablando de las estrofas, creo que en esta canción me gusta “Es un poco difícil para mí explicar su personalidad y todo, me pone de rodillas…”
Lovebug-Jonas Brothers
No consigo sacar tu sonrisa de mi mente, pienso en tus ojos todo el tiempo. Ahora estoy sin palabras al borde sin aliento jamás pensaría que el amor me atraparía de nuevo, sin esperanza en el momento perdidamente enamorado.
Ríete todo lo que quieras Shreibeer, porque si, en efecto, estuve escuchando a los Jonas Brothers para encontrar una canción de ellos que pudiese quedar y me gustase en esta lista…si también te puedes reír porque estuve preguntando por recomendaciones…si te puedes reír porque escuche tal vez unas diez y no me gusto ninguna hasta que di con esta. Me gusto el ritmo tan suave, al menos al comienzo, y me gusto la progresión a algo más eléctrico.
Pero sin duda, me gustó la letra. Creo que te he dicho que, jamás creí caer enamorado como lo estoy de ti, no lo imagine ni si quiera cuando te conocí, pero ahora, todo este tiempo después, sé que nunca podría ser diferente y es que me di cuenta que estaba enamorado de ti porque cuando me despertaba; en lo que pensaba era en ti, cuando me ocurre algo y tengo todas historias que contar, la primer persona con la que quiero hablar y contarle es a ti.
She’s the one-Robbie Williams
Yo era parte de ella ella era parte de mi éramos uno éramos libres y si hay alguien llamándome ella es la indicada.
Esta es un poco más complicada si intentas ver literalmente la letra, pero en verdad que cuando escucho las primeras notas en el piano..sólo pienso en ti y en la frase “She’s the one”…ella es la indicada. No sé cuantas veces lo he dicho y repetido, pero jamás me cansare de decirlo; te amo y no sé como podría amar a alguien más que no seas tú.
Al día de hoy, no hubo y no hay ningún momento en que me haya arrepentido de haberte elegido y no hay momento en que no este agradecido de que me hayas elegido como tuyo.
Si me preguntas que se me viene a la mente con esta canción…es nosotros, bailando lento.
Songbird-Oasis
Voy a escribir una canción para que ella pueda ver darle todo el amor que ella me da, hablar de los días mejores por venir, nunca sentí este amor por nadie más, ella no es cualquiera.
No sé muy bien porque pero esta canción se siente un poco como Tiny dance o eso me parece pero bien, creo que esta es muy parecida a Just Like Heaven, en “ver y darle todo el amor que ella me da”. Me cuidas y me amas como nadie nunca lo había hecho y te amo de la misma manera, eres todo lo importante que hay en mi vida.
Never Tear Us Apart-INSX
No me preguntes lo que sabes que es verdad no tengo que decirte que amo tu precioso corazón, yo estaba parado, tú estabas ahí, dos mundos chocaron y ellos nunca podrán separarnos.
Soph llegaste en el momento en que menos lo esperaba, cuando menos los vi venir. Me gustabas, sí, pero no estaba preparado para lo que encontré, a alguien tan única como tú, a alguien que compartía tantos gustos conmigo y a la vez era tan diferente, alguien que me complementaba tan bien, alguien que pudo escuchar y entender, alguien que confió en mí.
Creo que parte de esta idea se puede expresar en la estrofa “…yo estaba parado, tu estabas ahí, dos mundos chocaron…” Creo que sin buscarlo nos encontramos y es cuando eso pasa que saber que podría y es real.
Espero que te haya gustado y de nuevo, feliz cumpleaños amor.
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Sueños entre cafés (IX)
Ante la repentina llamada de teléfono, me dispuse a contestar presto a ese número desconocido al tiempo que parecía que el corazón se me saldría por la boca:
-¿Diga? -Dije con un tono neutro que trataba de mostrar serenidad, justo todo lo contrario de lo que sentía.
-¿Pierre?- Oí al otro lado de la línea con un tono titubeante, casi balbuceando.
Para mí ya no había lugar a dudas: reconocería ese tono de voz en cualquier lugar, incluso tras la distorsión propia de una llamada telefónica. Era esa chica de ojos oscuros que me atravesaba con su mirada y cuya voz en aquel momento me estaba dejando sin palabras. Por unos instantes me quedé paralizado sosteniendo el teléfono y en su silencio sentí la impaciencia de quien espera respuesta. ¡Putain! Había tanto que quería darle a conocer y tanto que quería descubrir de ella que no supe por donde empezar: reuní fuerzas para vencer ese ataque de timidez y me limité a contestar a su pregunta.
-Sí, soy Pierre – dije con rapidez- tratando de disimular la tardanza en responder- Tras unos instantes tratando de reunir las palabras correctas continué: tú eres aquella chica de la cafetería, ¿verdad? - añadí a pesar de conocer la respuesta.
-Sí, soy yo -Contestó entre titubeos pero ya con más firmeza en la voz.
Su actitud denotaba que esperaba algo, ella no lo diría pues ya había dado un paso por acercarse a mí así que se limitaba a demostrar que allí estaba, dispuesta a escuchar lo que fuera que tuviera que decirle: se armó de valor al aceptar mi propuesta y ahora era el momento de poner las cartas sobre la mesa, de revelar mis intenciones y arriesgarme a su aceptación o a su rechazo. Consciente de esto respondí de nuevo:
-Me gustaría conocerte mejor. -contesté con torpeza- Como comprenderás en mi puesto de trabajo no puedo prestarte la atención que a mí me gustaría.
-Lo comprendo ,Pierre- dijo ella con más decisión. -Y aquí estoy -añadió.
-Es obvio que estás aquí, de lo contrario sería imposible mantener una conversación - respondí en tono más distendido. Entonces deparé en que todavía no conocía su nombre- ¿Cómo debería llamarte?
-María – respondió ella todavía con cierta timidez.
-Muy bien, María. Voy a serte sincero: eres un completo enigma para mí por lo que hay tanto que me gustaría saber de ti que no sé por donde empezar.
-¿Qué tal si empezamos por el principio? Es verdad que en realidad somos dos desconocidos y no puedo creer que esté haciendo esto.- Se sinceró María, cuyo tono de voz parecía reflejar su deseo de que se la tragara la tierra.
Y así sucedió: nos contamos de donde veníamos y que había sido de nuestra vida, incluso le conté algunos detalles de mi niñez en Lyon. De ella descubrí su sueño de ganarse la vida con su pasión: el dibujo. También me contó de su otra pasión: el deporte y también, aunque no me lo dijo directamente, sentí su espíritu pasional entre esas densas capas de timidez que ocultaban un espíritu radiante.
Seguimos hablando durante horas con sumo interés hasta que llegó el sueño y nos impidió descubrirnos con la misma energía, entonces me armé de valor y le propuse vernos al día siguiente después del trabajo para dar un paseo:
-Tendrá que ser el miércoles, Pierre. -Respondíó ella con un matiz triste- ¿Qué te parece si quedamos en el parque de Alameda a las ocho a la altura de Facultats?
-De acuerdo. -Dije con entusiasmo- Nos veremos entonces.
Tras eso me despedí de ella y aunque me costó hacerlo colgué el teléfono. ¡Putain!- Mascullé en medio de mi apartamento- ¡El martes se me iba a hacer eterno!
Aunque no era lo habitual en mí, a veces los sueños se cumplen, y poder entablar contacto con mi musa de ojos negros era lo que deseaba pero, ahora que aquel sueño parecía cumplirse, sabía que mi corazón ambicionaba más: sabía que en cuanto estuviera frente a ella querría estrecharla entre mis brazos, seguro que querría darle tanto afecto que a ella podría parecerle demasiado y tendría que contener, al menos de momento, esos caballos desvocados que eran mis ganas de sentirla cada vez más cerca. Era un misterio para mí cómo iría todo aquello, pero se me aceleraba de nuevo el pulso al pensar en estar cerca de ella de nuevo: era presa de la emoción de poder verla, de poder hablarle y , si todo iba bien, poder sentirla junto a mí.
beiloritis
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Glee «Believe it or not»
Septiembre de 2041
-Creo que le falta algo… —dijo Kurt mientras miraba un dibujo que había hecho Noah, estaba sentado en la mesa de la cocina junto a él y su esposo terminando la tarea de ciencias del más pequeño de sus hijos— no se que es… —añadió moviendo la hoja de papel de un lado a otro como si buscase el ángulo preciso donde estaba la falla. -Yo creo que estas estrellas que estamos recortando harán la diferencia… —añadió Blaine desde el otro extremo de la mesa donde recortaba desde un papel dorado brillante a la par con su hijo, -Claro, un reporte sobre estrellas con estrellas de fondo… ¡estupendo!… —insistió blanqueando los ojos. -A mi me gustan las «epstrellas» —dijo Noah mientras recortaba la suya con la mayor de las concentraciones. -Y a mi bebe. pero… —Kurt se quedó callado al alzar la vista y darse cuenta de un detalle de lo más dulce. -Pero... ¿que?… —dijo Blaine al ver que su esposo se quedaba en silencio mirándolo un buen rato -¿Sabías que sacas la lengua cuando estás concentrado? -¿Qué? -Eso, sacas la lengua cuando estás concentrado… sabía que Noah lo hacía y Lizzie, pero nunca lo había visto en ti… —agregó mirándolo con ternura— y es muy dulce Blaine Anderson-Hummel —terminó por decir sonriendo. -Pues dudo que sea verdad pero… vamos… soy un terrón de azúcar… —dijo de vuelta moviendo sus cejas. -Engreído… y eres un saco de azúcar mas bien y lo siento, pero debo besarte por eso… —sentencio Kurt levantándose— permiso bebé… —añadió inclinándose hacia adelante y hacia él por sobre su hijo para besarle los labios, Noah miró el trayecto de Kurt y acabó por taparse los ojos cuando sus padres se besaron— listo… —dijo apartándose con una gran sonrisa en su cara.
-¿Qué… qué ibas a decir? —pregunto Blaine como si aquel beso no solo le hubiese quitado el aliento, si no que también la memoria y la noción de espacio/tiempo. -Decía que… existe la posibilidad de que tengamos otra cosa para poner aquí y que haga que el reporte de nuestro hijo sea el mejor de todos… ¿qué opinas bebé? -¿Y qué cosa es esa?... —quiso saber Noah trepándose en la silla para demostrar máximo interés, -Pues recuerdo que el año pasado compramos unas luces que son como una cinta adhesiva… ¿te acuerdas Blaine?... —el aludido arrugó un poco el ceño sin saber muy bien de que luces estaba hablando— pues las tenemos, confía en mí… —agregó dejándolo con la boca abierta listo para responder— así es que, si tu estas de acuerdo cariño, podemos ponerlas alrededor de toda la hoja… —explicó mientras señalaba todo el borde del papel— ¿qué opinas? -Creo que es una idea «acepstable» -También lo creo cariño… —dijo Kurt levantándose, Noah dejó los materiales que usaba y también hizo ademán de retirarse de la mesa.. -¿Dónde vamos?... —preguntó Blaine mirando el movimiento de todos. -Pues a buscar las luces… se que soy excelente besando, pero tanto como para provocar amnesia… -Me provoca eso y más Señor Hummel-Anderson… —respondió mirándolo fijo, Kurt sintió que se ponía colorado. -¿Y dónde están las luces Papá? —preguntó Noah interrumpiendo a sus padres que se miraron por un minuto seguido. -Eso… —agregó Blaine como volviendo en sí— ¿a dónde iremos a por esas luces?, ¿a una tienda?, porque te recuerdo que puede haber falta de stock, primero viene Halloween y luego Thanksgiving antes de Navidad… —advirtió levantándose también. -Lo se señor calendario… por lo tanto, no iremos a la tienda, iremos a la bodega a buscar en nuestras cajas de decoración navideña. -¿Tú bajaras a la bodega?... —preguntó Blaine mirándolo con una expresión de incredulidad divertida. -No solo yo… iremos los tres… así, mientras Noah y yo sujetamos la reja de nuestro compartimento, tú derrocharas galantería buscando las luces por nosotros… ¿vamos bebé?... —dijo Kurt estirando su mano para que Noah la tomara. -Un momento… —añadió su esposo levantando una mano en señal de alto— ¿por qué piensas que yo voy querer hacer eso? -No lo pienso… lo asumo… —corrigió Kurt encogiéndose de hombros, Blaine soltó una risa y negó con la cabeza de manera jocosa— ¿vamos? --Vamos… pero luego pediré algo a cambio, no creas que no… —agrego su esposo señalando con sus dos dedos índice. -Veo difícil que consigas cualquier cosa, pero bueno… tu candidez es otra de las cosas que me hacen besarte… —dijo Kurt tomándole la cara para darle otro beso— ¡a la bodega!… —exclamó señalando hacia adelante, Noah dijo lo mismo pero levantando los dos brazos y con más entusiasmo.
-Ten cuidado… —dijo Kurt mientras Blaine abría la cerradura del compartimiento enrejado correspondiente al departamento, -Es solo un candado Kurt.. —respondió el aludido haciendo una fuerza extra para conseguir separar el cerrojo y luego abrir la reja. -Lo sé, pero ha estado cerrado por meses… puedes cortarte o algo… -Ten cuidado «Papáblen»… —dijo Noah tomándose la cabeza. -Tranquilo hijo… esto… ya esta… —respondió fallando en el primer intento— demonios… —dijo sacudiendo su mano. -¿Estás bien?...—preguntó Kurt llevándose las manos al pecho. -¿Estas bien «Papáblen»? —repitió Noah imitando el gesto de su papá -Si.. —contestó mirándose los dedos— pensé que me había lastimado, pero no… esta muy apretado ese cerrojo… —agregó haciendo ademán de intentarlo nuevamente— demonios… —repitió al volver a fallar. -¿Sabes que?... esto no es necesario, pondremos las estrellas doradas… vamos cariño —dijo Kurt queriendo devolverse por donde había venido. -No hay problema Kurt… solo… tengo que… —Blaine hizo el último intento poniendo más fuerza. Para deleite de Kurt, aquel ahínco acabo exacerbar los músculos de sus brazos de manera bien sexy— listo...—agregó abriendo por fin— ¡uf!... —exclamó haciendo el gesto de limpiar en su frente un sudor inexistente— costo pero lo logre...—añadió metiéndose dentro— ¿dónde se supone y esta lo que estamos buscando?...—preguntó mirando las cajas arrumbadas una sobre otra. -Intenta primero con las que dicen «Navidad»… —pidió Kurt manteniéndose alejado junto a Noah. -¿Intentar primero?... ¿acaso no sabes dónde está lo que buscamos? —quiso saber Blaine con las manos en la cintura. -Obvio que lo sé… pero por si acaso me inequívoco… empieza por donde te dije… Noah y yo…. te alentaremos desde aquí… —respondió Kurt sentándose junto al pequeño en uno de los rellanos de concreto junto al muro— ven bebé… —agregó tomándolo de la cintura para luego subirlo a su regazo. -Ok… —dijo Blaine soltando un suspiro antes de ponerse a mirar en las cajas más próximas a él -¡Ten cuidado!… —exclamo Kurt al verlo maniobrar sin ninguna precaución. -Son solo cajas Kurt… —dijo mientras cambiaba de lugar las que decían «ropa de invierno»— además tengo la fuerza suficiente… ¿o no?... —añadió Blaine mirándolo con travesura. -Engreído… y no lo digo por eso, lo digo porque detrás pueden haber arañas, roedores y todo tipo de cosas raras… —respondió su esposo haciendo un tiriton con todo su cuerpo. -Pues el que teme a esas cosas eres tú… no yo… —dijo moviendo las que decían «cosas importantes,(pero no tanto)»— así es que tranquilo… oye… -¿Qué? -Aquí hay una caja abierta… tal vez deberíamos sellarla con algo… —dijo mirando en su interior. -¿Abierta?... ¿cómo es posible? -Pues no lo sé, tal vez en algún momento vinimos a buscar algo y se nos olvidó cerrarla… —agregó sacando un par de cosas. -Ese serás tú… yo siempre dejo todo tal y como lo encuentro… ¿qué hay dentro? -Cosas variadas, algunos libros… revistas… fotos.. -¿Fotos?... -Si… —dijo Blaine enseñando un álbum. -¿De qué época son?... -Pues son fotos físicas así es que creo y de unas cuantas décadas atrás… —respondió echando un vistazo a las primeras páginas. -Dámelo… —pidió estirando sus brazos, Blaine se abrió paso entre las cosas y le entregó el álbum. -¿Que es Papá?... —preguntó Noah queriendo mirar de inmediato. -Esto es algo que habrás visto solo un par de veces en toda tu vida bebé… —respondió Kurt limpiando un poco la tapa de cuero negro. -¿Es verdad eso acaso? -Lo es cariño… mira… acomódate aquí conmigo mientras el «Papáblen» trabaja para nosotros … —agregó sonriendo, Noah se acercó más a él y termino bien recostado en su hombro— veamos… —dijo abriendo el álbum— lo que me imaginaba mis primeros años de vida… -¿Quien es Papá?... —preguntó Noah señalando la primera de las fotos. -Pues por extraño que parezca bebé, soy yo… —respondió Kurt sonriendo al verse de bebé con espuma de shampoo en la cabeza y en las manos. -¿Eres tú acaso? -Lo soy cariño… ¿puedes creerlo?, también fui un bebé una vez.. -Y de seguro y uno muy dulce… —agrego Blaine desde donde se encontraba, Kurt sonrió y su esposo le guiño un ojo de lo más coqueto. -¿Y esa señora?... —añadió Noah apuntando a la mamá de Kurt. -¿Cómo que quién es esa señora?... ¿nunca te he contado la historia de tu primera abuela?, ¿o la que habría sido tu primera abuela más bien?… -No.. -¿En serio?... ¿nunca se le he contado?.. —repitió esta vez mirando a su esposo, Blaine negó con la cabeza reafirmando aquello— vaya… entonces prepárate a escuchar algo super sensacional bebé… —dijo abrazándolo mas para disponerse en efecto a narrar algo que ya había contado a Henry y a Lizzie pero que de seguro no tenía problemas en repetirlo para Noah.
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Korrasami Oneshot "Y todo comenzó en París"
¡Hola gente! Comenzamos con las peticiones y esta primera vez toca una de @t0ph8eifon6.
¡Debo admitir que todas fueron muy buenas sugerencias! Estoy realmente entusiasmado de tocar cada uno de esos temas que antes no abordé por alguna razón. Por cierto, si a alguno le gustó las otras preguntas, siéntanse libres de pedirlas.
Y hablando de pedidos, por favor, háganlos al Tumblr de @diegolabhont, o sea, este de aquí jajaja fue mi culpa la confusión, es que aún no descifro como usar las subcuentas aquí, pero esta es mi cuenta oficial para escritura en español, así que… Yep, aquí por favor.
Me vi dividido en todas estas geniales sugerencias, pero voy a tomar tres puntos de la pregunta tres y la pregunta cuatro para responder, pues todas se pueden abordar en un one-shot, so… ¡Espero te guste!
Lo voy a poner en varias partes porque es muy largo xD Lo siento
~~~~x~~~~
“SUFFER" Parte 1
Si había una cualidad de las tantas que Asami Sato podía estar orgullosa a sus treinta y tres años, era su tenacidad; su habilidad de tener una meta y seguirla hasta el final. Asami nunca necesitó de nadie para seguir adelante, afrontaba sus errores y sus logros con la cara en alto, sin miedo a aprender y llevarlo más allá, sin ninguna limitante, sin ningún obstáculo que pudiera retrasarla. Si había algo en su camino, Asami simplemente lo movía del paso y les mostraba a todos que había llegado para algo grandioso; no necesitó de su padre, al cual amaba con todo su ser, para ser exitosa, y no dudó en deshacerse de David en cuanto sus sueños y anhelos se vieron comprometidos por un hombrecillo que soñaba con llegar a casa a ser mimado por una esposa hogareña que no concordaba con lo que Asami deseaba. No, ella sabía su potencial, sabía lo que valía y ninguna persona le pudo quitar eso. Nunca. Se había convertido en una de las mayores exponentes del cine francés con dos hijos acompañándola paso a paso, en una mujer que lograba balancear lo mejor posible su trabajo y su familia, en una madre amorosa cuyos maravillosos hijos adoraban y sabía de antemano que solo era el inicio de una vida plena y feliz. Pero entonces… ¿Cómo era posible que una jovencita no mayor a los veinte años pudiera hacerla sentir como si nada de eso importara? Bastaba solo una mirada de esos brillosos y alegres ojos azules para que la gran Asami Sato se volviera una tonta niña ingenua. Era inaceptable, era un golpe directo a su ego, a sus logros, ¡a su sentido común! ¿Qué clase de relación podría ofrecerle una mujer divorciada a la rockstar rompecorazones que su propio hijo tanto admiraba? Era inaudito, era impensable y, sin embargo, cada vez que lograba tocarla, tenerla cerca, sentirla a su lado, era lo que más añoraba. ¿Por qué el destino decidió que era buena idea hacerla nacer primero?, ¿Habría cambiado algo de tener la misma edad? ¿Habría sido capaz de apoyarla como lo había hecho? Dios, cómo su corazón se hacía añicos al verla en París. Ver todo el daño que le fue infligido, todas esas lágrimas, su semblante tan roto e inmejorable, ¿Alguna vez se sintió tan impotente como en todo ese tiempo en Francia? Podía ver como el alma de Korra se apagaba día tras día y lo único que podía hacer era fungir como un bálsamo temporal que nunca arregló nada en realidad; en un momento la morena dormía plácidamente en sus brazos, su sonrisa volvía… y al otro día se encontraba en su casa rogando que no la lastimara por romper una taza.
Asami suspiró y dejó sus lentes de lectura a un lado del escritorio, ignorando por completo el guion. Era imposible concentrarse una vez comenzaba a pensar en ella y últimamente eso era lo único que hacía, ¿Habría comido ya?, ¿Tomó sus medicinas? El golpe que dejó aquel estrepitoso choque era leve, sí, pero por más que Korra insistía que estaba en perfectas condiciones los moretones en su rostro no parecían disminuir, ¿estaría descansando adecuadamente? Tal vez si ella estuviera ahí con ellos pudiera asegurarse que no hiciera nada indebido… No causaría problemas, a los niños ya les encantaba tener a Korra en casa… Negó con la cabeza, masajeando sus sienes. Asami nunca había necesitado a nadie, pero Korra cada vez más se volvía alguien de quien no podía alejarse por demasiado tiempo. Y eso simplemente era aterrador, conocía la diferencia entre la preocupación de una madre por sus hijos, y lo que sentía por Korra era tan distinto…
El teléfono sonando fue lo que sacó a la francesa de sus cavilaciones para fortuna de esta, por lo que atendió rápidamente sin reparar el hecho de que se trataba de un número desconocido. —Asami Sato à l’appareil. — respondió por inercia, su cerebro aun tratando de conectar ideas objetivas. —Eh… Buenas noches, Asami. Es Iroh al habla. Iroh II. — al escuchar ese nombre del otro lado de la línea, la francesa al fin despertó de su letargo. —¡Iroh! Buenas noches. —Asami se recargó en el respaldo de su silla, alegre de que algo, o alguien, pudiera darle un respiro de los pensamientos en su cabeza.
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