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"Hoy necesitamos comprender el proceso de evolución técnica ya que experimentamos una considerable opacidad de la técnica contemporánea: no comprendemos inmediatamente aquello que está realmente en juego y que se transforma en profundidad, aunque tengamos constantemente que tomar al respecto decisiones cuyas consecuencias tenemos cada vez más la sensación de no controlar. Y en la actualidad técnica cotidiana no podemos distinguir espontáneamente los procesos de transformación a largo plazo de otros acontecimientos más espectaculares, aunque efímeros". B. Stiegler. La técnica y el tiempo.
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El espíritu de las masas. Ricardo Flores Magón.
"El líder tiene que marchar con la masa si no quiere renunciar a la gloria de ser conductor de rebaños. El pensador, el filósofo, el revolucionario libertario no pueden ser líderes, porque van adelante de la masa; piensan más alto que la masa, sus demandas son más grandes que las mediocres e incoloras aspiraciones de la masa. El líder no es un avanzado: tiene que ser un conservador para que la masa pueda entenderlo y pueda aceptarlo como jefe; pues es bien conocido, por todos los que han estudiado a las masas, que éstas son conservadoras, que no aceptan las ideas de los innovadores sino hasta que se han hecho viejas las ideas, esto es, cuando ya hay otras nuevas, y así sucesivamente. El líder, pues, tiene que pensar como las masas. Si por casualidad tiene impulsos generosos, alientos de innovador, tendrá que comprimirlos para que el monstruo no le dé la espalda. Así, pues, el líder tiene que ser un perfecto cómico; tiene que fingir creer y desear lo que la vulgaridad desea y cree. Así, al precio del rebajamiento de su dignidad, magullando sus impulsos más sinceros, estrangulando sus aspiraciones más puras, es como pueden ciertos hombres darse el gustazo de ser líderes, sin contar con las bajas intrigas que tienen que poner en juego para ganar la nada envidiable posición de conductores de rebaños, conductores de nombre, porque en realidad el líder es el arrastrado por las masas a cuyas ideas tiene que amoldar las suyas. Pero el líder tiene que ser brillante, no de cerebro, que es lo menos que se necesita para ser líder. Tiene que brillar por su riqueza o por su garrulería, esto es, por su elocuencia, o lo que vulgarmente se cree que es la elocuencia. Para que el líder pueda ser admirado por la masa, necesita ser rico, o, cuando menos, charlatán; pero en todo caso tiene que ser una medianía intelectual. La masa no quiere audaces del pensamiento; no quiere innovadores, no quiere verse violentada. Brillo es lo que necesita, porque su espíritu es infantil y sencillo como el del niño, como el del elefante, como el del salvaje, como el de la mariposilla, como el del hombre primitivo. Todo líder, en todo tiempo y en todo lugar, dice que encarna las aspiraciones y la voluntad de la masa, y es, en efecto, la encarnación de la vulgaridad y la mediocridad de la masa. El líder es el espíritu de las masas".
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Expectativas y principio de realidad
El deseo frustrado por no haber sido consumado es una oscilación entre las expectativas y el principio de realidad. No es que no halla resultado bien, se trata de algo que nunca fue posible, que estuvo siempre por acontecer pero no se concretó. Tal vez por cobardía y egoísmo malévolo, porque de no sentirse preparado para algo ¿Por qué se buscaría si no se quería?
Tal deseo no quiere satisfacerse cómo sea. Existe la oportunidad, sólo que no es aprovechada en el momento adecuado ni por cada agente que interviene, sólo por quien se atreve y arriesga -un riesgo calculado o al menos previsto mínimamente- pese a las implicaciones.
Vivir con esa expectativa y principio de realidad es un sutil tormento, por periodos largos se desvanece, pero en ciertos momentos se vuelve latente e invade todo, no al punto de ceder a lo que sea, pero ante la mínima posibilidad, la atención y la coincidencia, no puede evitar sentir que su deseo pronto podrá ser satisfecho.
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Así como no siempre ni en cualquier lugar, sin importar cuántas buenas semillas se esparzan, se consiguen cosas nuevas, del mismo modo tampoco los vínculos que deben enredar tienen siempre y donde sea la virtud de la eficacia. Sino más bien en su debido tiempo y con la adecuada disposición de los destinatarios.
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El presente modelo económico de "extraer, producir, desperdiciar" está llegando ya al límite de su capacidad física. La economía circular es una alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento, con énfasis en los beneficios para toda la sociedad. Esto implica disociar la actividad económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos del sistema desde el diseño. Respaldada por una transición a fuentes renovables de energía, el modelo circular crea capital económico, natural y social y se basa en tres principios:
Eliminar residuos y contaminación desde el diseño
Mantener productos y materiales en uso
Regenerar sistemas naturales
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Un tipo de desarrollo orientado a garantizar la satisfacción de las necesidades fundamentales de la población y elevar su calidad de vida, a través del manejo racional de los recursos naturales, propiciando su conservación, recuperación mejora y uso adecuados, por medio de procesos participativos y de esfuerzos locales y regionales, de tal manera que tanto esta generación como las futuras, tengan la posibilidad de disfrutarlos con equilibrio físico y psicológico, sobre bases éticas y de equidad, garantizando la vida en todas sus manifestaciones y la supervivencia de la especie humana.
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La sostenibilidad no es aplicable a los recursos no renovables, al estar en cantidades finitas plantean problemas relacionados con el agotamiento de los propios recursos y los efectos indirectos de la explotación, como la contaminación producida en las labores de transformación del producto base en producto útil.
El problema de fondo no es otro que la capacidad de carga de la biosfera, en relación con el incremento de la población, tanto en número como en tasa de consumo per cápita.
Los problemas más estrictamente ecológicos de la sostenibilidad estarían representados por la deforestación y sus secuelas de sequía, erosión y desertización, el peligro de degradación de los ecosistemas más frágiles (zonas húmedas, de montaña, costeras, islas) y la disminución de la diversidad biológica. Por esto, el actual modelo económico no puede mantenerse de forma indefinida, y es necesario plantearse un nuevo modelo que no esté basado exclusivamente en la expansión y crecimiento económicos, respetando los márgenes de tolerancia del sistema planetario.
#Sostenibilidad#cambio climático#consumo#capitalismo#economía#política#sociedad#preservación#renovables
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La autoridad irracional es diferente. Se basa en la sumisión emocional de mi persona a otra persona: creo que él tiene razón, no porque sea, objetivamente hablando, competente ni porque reconozca racionalmente su competencia. En los lazos con la autoridad irracional, existe una sumisión masoquista al hacerme pequeño y la autoridad grande. Tengo que hacerlo genial, para que pueda, como una de sus partículas, también puede llegar a ser genial. La autoridad racional tiende a negarse a sí misma, porque cuanto más entiendo, menor es la distancia a la autoridad. La autoridad irracional tiende a profundizarse y prolongarse. Cuanto más tiempo y más dependiente sea, más débil me volveré y más tendré que aferrarme a la autoridad irracional y someterme.
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[...] el carácter activo-autoritario, sádico. Para sus seguidores, parece seguro de sí mismo y poderoso, pero está tan asustado y solo como el personaje masoquista. Mientras que el masoquista se siente fuerte porque es una pequeña parte de algo más grande, el sádico se siente fuerte porque ha incorporado a otros, si es posible a muchos otros; los ha devorado, por así decirlo. El carácter sádico-autoritario depende tanto de los gobernados como el carácter masoquista-autoritario del gobernante. Sin embargo, la imagen es engañosa. Mientras tenga el poder, el líder aparece, para sí mismo y para los demás, fuerte y poderoso. Su impotencia solo se hace evidente cuando ha perdido su poder, cuando ya no puede devorar a otros, cuando está solo.
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El carácter pasivo-autoritario, o en otras palabras, el carácter masoquista y sumiso tiene como objetivo, al menos inconscientemente, formar parte de una unidad más grande, un colgante, una partícula, al menos una pequeña, de esta "gran" persona, esta "Gran" institución, o esta "gran" idea. La persona, institución o idea en realidad puede ser significativa, poderosa o simplemente increíblemente inflada por la persona que cree en ellas. Lo que es necesario es que, de manera subjetiva, el individuo esté convencido de que "su" líder, partido, estado o idea es todopoderoso y supremo, que él mismo es fuerte y grandioso, que es parte de algo "Mayor". La paradoja de esta forma pasiva del carácter autoritario es: el individuo se menosprecia a sí mismo para que pueda, como parte de algo más grande, convertirse en grande. El individuo quiere recibir comandos, para que no tenga la necesidad de tomar decisiones y asumir la responsabilidad. Este individuo masoquista que busca dependencia está profundamente asustado, a menudo solo inconscientemente, un sentimiento de inferioridad, impotencia, soledad. Debido a esto, está buscando al "líder", el gran poder, para sentirse seguro y protegido a través de la participación y superar su propia inferioridad. Inconscientemente, siente su propia impotencia y necesita que el líder controle este sentimiento. Este individuo masoquista y sumiso, que teme la libertad y escapa a la idolatría, es la persona en la que descansan los sistemas autoritarios, el nazismo y el estalinismo.
#erich fromm#filosofía#personalidad autoritaria#autoritarismo#líder#sentimiento#dominio#poder#inseguridad#ompotencia
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Por una parte, el periodista puede ayudar a la comprensión de noticias mediante un conjunto de observaciones que den su alcance exacto a informaciones cuya fuente e intención no son siempre evidentes. El periodista puede, por ejemplo, en la composición del periódico, enfrentar noticias que se contradicen, y lograr así que una cuestione a la otra. Pueden informar al público acerca de la credibilidad que conviene atribuir a una información sabiendo que emana de tal agencia o de tal corresponsalía en el extranjero. Para dar un ejemplo preciso, es seguro que, de la gran cantidad de corresponsales que las agencias mantenían en el extranjero, sólo cuatro o cinco ofrecían las garantías de veracidad que debe exigir una prensa decidida a desempeñar su papel. Corresponde al periodista, mejor informado que el público, presentarle, con el máximo de reservas, las informaciones cuya precariedad conoce bien.
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Las dificultades de amar en el 2021
Algunos días me pregunto ¿por qué es tan difícil amar? particularmente en nuestra época. Los cambios y acontecimientos sociales, históricos, tecnológicos y culturales sin duda son parte de ello, así como las historias y experiencias individuales -agradables o desagradables- que han forjado las y los individuos que somos. La pandemia desde luego contribuyó al quiebre o a la reestructuración de nuestras relaciones interpersonales en general y amorosas o afectivas en particular, pero lo cierto es que desde hace una década al menos, yo he percibido una tendencia en cuanto a la dificultad de amar.
He notado, de manera directa y a través de las experiencias de personas conocidas y cercanas, así como de desconocidxs, lo que parece ser la huida, rechazo o repulsión hacia el compromiso afectivo en tanto implica una responsabilidad importante. Lo curioso es que se asume que dicha responsabilidad puede evadirse al no comprometerse, pero el asunto es que incluso en las relaciones sexuales, sexo-afectivas o afectivas, cualquiera que sea el tipo de relación ya hay un compromiso, de mayor o menor rango, pero lo hay, existe y por lo tanto, la responsabilidad por dicho compromiso, también.
Si no se quiere ningún compromiso, valdría más aislarse y no establecer vínculo alguno, lo que resulta imposible, o muy desagradable. En vez de ello, se opta por no comprometerse o suponer que no hay compromiso, sin embargo, se espera recibir algo o que las personas estén disponibles cuando se desea, pero no hay reciprocidad, sólo un tornado irresponsable que hiere y lastima, en particular a quienes son vulnerables y no han aprendido o asumido su responsabilidad de autocuidado, lo que no implica que quienes lastiman no tengan una gran parte de responsabilidad.
En las personas de mi rango de edad, he conocido a muchas que han aprendido a cuidarse y conocerse, usualmente han pasado por largos procesos de duelo y reconstrucción de sí mismas, en algunos casos han acudido a terapia y en los intentos por vincularse de una forma más sana, más honesta, cuidadosa y responsable, el resultado es una vinculación superficial, casual, cuando no una vinculación irresponsable y dolorosa por parte de la persona con quien se relacionan pues no hay compromiso ni responsabilidad.
Desde luego no se trata de acusar o culpar a esas personas que asumen que al no comprometerse pueden actuar como sea, incluso dañando, y no puede ser así porque al entrar en una relación, si se realizó voluntariamente y con un halo de conciencia, hay que reconocer lo que se permite o se niega y rechaza. No obstante, de nueva cuenta, hacer responsables de sus actos y las consecuencias que conllevan a quienes no las asumen o pretenden evadirlas, me parece clave para que la dificultad de amar sea un poco menos o que pueda abrir la posibilidad de transformarse hacia mejor.
Como resultado de esto, o bien se opta por relaciones -a mi gusto- insípidas que si bien procuran un placer y satisfacción, estos son efímeros y superficiales, no abren la posibilidad de un compartir más allá de un tiempo limitado. O bien, se opta por no vincularse amorosamente y habitar la soledad como forma de vida, quizá con vínculos amistosos o familiares, que desde luego son agradables y deseables, pero que no ofrecen la dimensión amorosa de una relación.
La soledad no es indeseable o molesta, de hecho en ella se aprende mucho, uno se conoce y comprende más y mejor, se comienza a saber lo que se quiere, a lo que se le da prioridad y se descubren modos de vivir nuevos o mejores, se toman decisiones sobre las cosas que ya no gustan o que su gusto ya no es tan elevado, pero ese compartir con otrx, quizá es algo que no sabe igual.
No lo sé. Las vidas son plenas y satisfactorias, pero compartir amor, en una relación amorosa no familiar o amistosa, quizá es algo que siempre añoraré.
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El imperativo de la autenticidad no conduce a la formación de un individuo autónomo y soberano. Lo que sucede es, más bien, que el comercio lo acapara por completo. El imperativo de la autenticidad engendra una coerción narcisista. No es lo mismo el narcisismo que el sano amor a sí mismo, que no tiene nada de patológico. No excluye el amor al otro. El narcisista, por el contrario, es ciego a la hora de ver al otro. Al otro se lo retuerce hasta que el ego se reconoce en él. El sujeto narcisista solo percibe el mundo en las matizaciones de sí mismo. La consecuencia fatal de ello es que el otro desaparece. La frontera entre el yo y el otro se difumina. Difundiéndose el yo, se vuelve difuso. El yo se ahoga en sí mismo. Un yo estable, por el contrario, solo surge en presencia del otro. La autorreferencia excesiva y narcisista, por el contrario, genera una sensación de vacío.
Byung-Chul Han. El terror de la autenticidad.
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Impactos de la vuelta a las aulas 2021
Qué grave grave que no haya una alternativa real y adecuada para quienes optaron por no volver, y aunque digan que "ya les hace falta a los niñxs volver" la cuestión es el costo de todo eso y más cuando no hay una, ya no digamos una muy buena sino mínima planeación detrás en un sector que trabaja con planeaciones como ejes guía para su desarrollo y procesos. Ese ansiado retorno donde lxs niñxs y jóvenes pueden abrazarse y convivir como antes, no es posible cuando el virus y el riesgo sigue existiendo y es alto. Creo que se vuelve pero la sensación seguramente es de ansiedad, de temor y paranoia, de no saber cómo interactuar porque no hubo ni hay lineamientos apropiados ni estrategias para la diversidad de contextos de la educación en México, porque por desgracia muchísima gente es irresponsable y en pos de su "libertad" o mejor terquedad, descuida su salud y al hacerlo afecta la de lxs otrxs, porque no hay sistemas de transporte eficientes para la cantidad de personas que se desplaza en las zonas urbanas y ni qué decir de las zonas rurales que arrastran otras problemáticas. Ojalá que los impactos de esta vuelta a las aulas no sean lamentables, porque buenos dudo que lo sean, pero al menos que no pasen a joder más a quienes de por sí están en situaciones críticas, maestrxs, estudiantes, padres y madres de familia.
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La educación frente al autoritarismo de los buenos deseos
*Por Sandra Leticia Reyes Alvarez
No sorprende que la decisión de regresar a las clases presenciales, es una decisión autoritaria disfrazada de un hipócrita interés por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador y a la cual las autoridades de la SEP y su titular Delfina Gómez Álvarez avalan con absoluta pleitesía y sin ningún cuestionamiento, ahora además se suma la disposición del subsecretario de salud Hugo López-Gatell al señalar que “ante el regreso a clases se realizarán ajustes al Semáforo Epidemiológico para considerar al sector educativo como parte de las actividades esenciales de modo que no esté sujeta a restricciones según el color que se presente en las entidades”[1], esto quiere decir, que incluso en semáforo rojo, las clases presenciales tendrán luz verde para realizarse.
Sin entrar en controversia con el particular uso que se ha hecho del semáforo epidemiológico y el casi nulo respeto de los lineamientos que conlleva, tanto por parte de los individuos como de las autoridades gubernamentales, llama la atención y resulta preocupante la sentencia que Gatell hace en torno a la esencialidad de las actividades educativas y que respalda el autoritarismo presidencial. Quizás el carácter esencial de la educación es algo con lo que podemos estar de acuerdo, y vale la pena señalar que pese a todas las dificultades, desigualdades y una serie de problemáticas que han afectado por años a la educación en México -que se agudizaron tras el inicio de la pandemia- las clases se mantuvieron en la mayoría del país y del mejor modo posible, huelga decir, fue gracias al compromiso y responsabilidad de docentes, estudiantes, padres y madres de familia y unas pocas y contadas autoridades educativas de menor rango y no a los altos mandos de la SEP, quienes con estrategias unilaterales e ineficaces -las cuales por cierto jamás se analizaron con detalle ni replantearon para lograr una incidencia real y efectiva- dieron por cumplido su trabajo. En lo que no podemos acordar es que la esencialidad de la educación implique una vuelta a la presencialidad sin más. Si el Dr. Gatell supone que su disposición es algo nuevo habría que decirle que no, pues maestros y maestros siempre supimos que nuestro trabajo es esencial, el que se realice en un aula física o en un aula virtual, es un asunto distinto. El presidente López Obrador dice que ya fue mucho tiempo, que las escuelas no pueden permanecer cerradas más tiempo y que llueva, truene o relampagueé, las clases presenciales van. Frente a ese autoritarismo, la secretaria de gobernación Olga Sánchez Cordero dijo que “es impostergable el regreso voluntario de las y los estudiantes a las escuelas”[2] y por su parte, la secretaria de la SEP ha dicho que la vuelta a las aulas “será respetando la decisión que cada familia tome al respecto”[3]. Lo que habría que analizar sobre estas afirmaciones es ¿Qué pasa con el respeto a las y los docentes sobre el regreso a las aulas? ¿Habrá algún tipo de sanción en caso de no acatar estas medidas? ¿Qué sucederá con las y los estudiantes que decidan no volver a clases presenciales? ¿Cómo tendrán acceso a la continuación de su formación si no asisten a las aulas? ¿Se han previsto estas situaciones? ¿Se han pensado estrategias al respecto? ¿Se aplicará una modalidad híbrida? ¿Quiénes y cómo planearán las estrategias acordes a ello? ¿Han pensado en cómo esto afectará la economía, carga de trabajo y salud física y emocional de docentes y estudiantes? Sobre estas últimas preguntas es fundamental increpar tanto a las autoridades de la SEP, la Secretaría de Salud y al presidente, porque su tajante decisión de la vuelta a las aulas sin considerar las voces de la comunidad escolar, principalmente estudiantes y docentes, evidencia que desde luego no se han planteado este tipo de escenarios y mucho menos posibles soluciones al respecto. Tampoco parece que -pese al asesoramiento de las autoridades sanitarias- el presidente y la SEP contemple el incremento de contagios en una población que no está inmunizada y que no se ha proyectado su vacunación en un futuro cercano, y que si bien los índices de contagio no son tan elevados como en población adulta, eso no significa que no estén en riesgo y además que no tengan la capacidad de propagar el virus, particularmente la variante Delta que actualmente domina el mayor número de casos en el mundo. No se ha considerado tampoco que, si bien las y los docentes ya contamos con la vacuna, existe aún la posibilidad de adquirir la enfermedad o de propagarla entre nuestras familias y seres queridos. Esta decisión no se ha detenido a pensar cómo el regreso a las aulas afectará la movilidad, en particular en zonas urbanas como la Ciudad de México y la Zona Metropolitana del Valle de México cuyos sistemas de transporte son insuficientes para las masas de personas que transitan diariamente, además con el aumento de personas
en el transporte público, se vuelven menos efectivas las medidas sanitarias, los espacios son en su mayoría cerrados y no hay ventilación suficiente, lo que los vuelve un foco con alta probabilidad de contagio. Una de las razones por las que el presidente y la SEP han decidido la vuelta a las aulas es la supuesta recuperación de los aprendizajes y la reducción de la deserción escolar derivada por la pandemia, así como el acceso de estudiantes en casos de desigualdad que no pudieron continuar por falta de medios digitales. Sobre estas razones, que desde luego son importantes, hay que señalar varias cosas. En primer lugar, el regreso a las aulas no garantiza una recuperación de los aprendizajes, sería simplista suponer que la virtualidad no ha tenido un impacto positivo en la didáctica de las y los docentes y con ello en el aprendizaje de las y los estudiantes. Quien diga que no hubo aprendizajes no sabe de lo que habla y mejor sería que se quede callado y escuche a quienes observaron los resultados.
En ese sentido, hay ambigüedades tras la supuesta recuperación de los aprendizajes perdidos, una es pensar que la educación presencial es y ha sido 100% efectiva y que no tiene un rezago de décadas; la otra es afirmar, sin análisis minuciosos sobre todo de carácter cualitativo, que no hubo aprendizaje durante la educación virtual. No negaremos que las estadísticas nos brindan datos valiosos que hay que tomar en cuenta, pero únicamente considerar éstos es empobrecer el esfuerzo del trabajo docente y el aprendizaje de las y los estudiantes. En segundo lugar, la deserción escolar y el problema del acceso no se solucionará con la mera vuelta a las aulas, sería absurdo pensar que un cambio de modalidad aminorará este problema que sabemos no es causado únicamente por falta de recursos económicos, existen muchos otros factores, particularmente en una situación como en la que seguimos. Algunos motivos para suspender o abandonar por completo la educación son problemas de salud propios o de familiares, falta de interés, problemas emocionales, falta de sentido del futuro respecto a la educación, verse forzado a contribuir a los gastos del hogar, entre otros. Y no nos engañemos, la deserción no surgió con la pandemia, ya estaba ahí y siempre ha sido multifactorial. Aquí la SEP debe pensar qué tanto la vuelta a las aulas va a favorecer a estudiantes que han desertado y que no tienen acceso y conectividad y qué tanto, su decisión agudizará más este problema. Pensémoslo sobre todo cuando el regreso, al menos para las y los estudiantes, es voluntario. Finalmente, hay muchísimas interrogantes que quedan sin responder por parte de las autoridades educativas -quienes se mantienen distantes de las voces que deberían guiar este retorno a la aulas- incluyendo si realmente es pertinente e inevitable el regreso presencial o si hay estrategias que pueden generarse cuidadosamente y aplicarse bajo contextos específicos, para atender las razones que han llevado a la decisión de volver, sin que ello signifique una imposición ni la improvisación de acciones que no es difícil prever tendrán consecuencias indeseadas y quizá fatales. El presidente López Obrador y la SEP deberían hacer algo de autocrítica a sus decisiones y analizar si éstas son, en el mejor de los casos, buenos deseos o en el peor de los casos, una evidencia más de su negligencia y autoritarismo.
*Lic. En Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Profesora en el Colegio de Bachilleres. Twitter: @sandroidefilos
[1] Boletín 325. Salud presenta a autoridades estatales Guía clínica para el tratamiento de COVID-19 en México https://www.gob.mx/salud/prensa/325-salud-presenta-a-autoridades-estatales-guia-clinica-para-el-tratamiento-de-covid-19-en-mexico
[2] Ibídem.
[3] Boletín No. 162 Mantiene SEP diálogo permanente con las representaciones sindicales del país para un regreso seguro a las escuelas. https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-no-162- mantiene-sep-dialogo-permanente-con-las-representaciones- sindicales-del-pais-para-un-regreso-seguro-a-las-escuelas? idiom=es
#Educación#Regreso a las aulas#Covid19#México#SEP#Colegio de Bachilleres#Docentes#estudiantes#estrategias#contagio#riesgo#Secretaría de Salud
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INCONSISTENCIAS, FALTA DE PLANEACIÓN Y ORGANIZACIÓN. EL OTRO VIRUS.
Sólo soy una profesora de bachillerato, filósofa y habitante de uno de los municipios más grandes y afectados por el Covid19, Ecatepec de Morelos, en el Estado de México. Trato de mantenerme lo más informada posible, no sólo en los medios populares sino a través de publicaciones es instancias que tienen un compromiso con la investigación y el sustento de la información verificada.
Ante las escenas caóticas que se han visto luego del anuncio de la aplicación de 200 mil vacunas en el municipio de Ecatepec, y considerando la información y el criterio del que dispongo creo que hay que señalar la evidente falta de planeación, organización y las inconsistencias causantes de este caos.
La falta de organización y planeación es evidente desde el más alto nivel de gobierno. El federal no ha sabido coordinar, junto con los poderes estatales y municipales los procesos y estrategias de vacunación, eso se nota porque no son capaces de respetar y dar seguimiento adecuado a los propios protocolos que ellos mismos han propuesto:
Comenzando con la página de registro para recibir la vacuna contra el Covid19 para las y los adultos mayores de 60 años, ante la saturación para el registro, la página no operó bien durante los primeros días, parece que esto ya ha ido mejorando. El problema ahora, en el caso de Ecatepec, es que no se está respetando este proceso, se ha permitido que las personas acudan, en un evidente acto de desesperación y temor a no alcanzar vacuna, a formarse a los centros de vacunación, de los cuales sólo 2 están activos, pues los restantes, aún no se abrirán hasta que todo el personal de apoyo esté completamente capacitado. ¿No habría sido mejor tener a todo el personal capacitado antes de iniciar con el proceso de vacunación? Es cierto que la vacunación es urgente, pero ¿no se pudo esperar unos cuantos días más para tener todo listo? ¿De qué sirve o sirvió que las y los adultos mayores en Ecatepec se registraran si se iba a permitir que se hicieran filas sin haber recibido la llamada del Gobierno Federal indicando el día, hora y lugar de aplicación? ¿A caso no hay coordinación ni comunicación entre el Gobierno Federal y el municipal? ¿Para qué se implementaron una serie de normas para seguir el proceso de vacunación si al final el personal de apoyo y la gente no los está respetando?
Todas y todos queremos a nuestros viejitos vacunados, pero actuar con desesperación y temor no sólo es equivocado, sino contraproducente, las aglomeraciones son un riesgo porque el virus SARS-COV2 se propaga con mayor facilidad cuando no hay cumplimiento de medidas sanitarias. La gente se ha formado desde la madrugada, cuando la temperatura baja considerablemente, permanece en las filas cuando el sol está en su máximo esplendor, lo que sin duda es un riesgo adicional para la salud. Además, al permanecer formados sin haber recibido la llamada que indicará el día, hora y lugar, están entorpeciendo el proceso de vacunación, lo que no sólo afecta a quienes sí tenían cita sino a ellos mismos, pues se pierde tiempo resolviendo algo que ya estaba claro desde el inicio.
Desde luego la responsabilidad no es sólo de la gente, que hay que decir sí está actuando mal, se comprende el por qué de su actuar, pero no se justifica, deben, debemos seguir las normas establecidas, de lo contrario están afectando a otros y a ellos mismos. Por otro lado, los niveles de gobierno, en este caso el municipal, deben hacer cumplir sus propias normas, ser muy claros y hacerle saber a la gente formada que sus acciones son incorrectas y que están perjudicando a todas y todos.
En ese sentido, quizá valdría la pena establecer un protocolo general, que parece que implícitamente está, aunque no se ha enunciado ni comunicado con la claridad y firmeza suficiente. Si la página del registro para la vacuna fue el inicio de la estrategia, se le debe dar el lugar correspondiente, después la comunicación, ya sea por llamada telefónica o a través de correo electrónico indicando la fecha, hora y lugar para recibirla, y desde luego que en los centros de vacunación se haga valer este protocolo y que las y los servidores que están apoyando, no propicien ni permitan que se opere de otra manera, pues eso sólo alentará a la población a realizar acciones inadecuadas que a nadie benefician.
También es importante y necesario que la Secretaría de Salud Federal, brinde información a través del correo electrónico, spots y trípticos acerca del proceso de vacunación, en especial para las y los adultos mayores. La información debe incluir:
Proceso para recibir la vacuna, desde el registro hasta la aplicación.
Explicación de cómo funcionan, cuáles son los compuestos, etcétera de cada una de las vacunas que se están aplicando, de modo que la población comprenda y tenga claridad sobre lo que le están aplicando y en ese sentido, saber que pueden presentarse reacciones y que sepan de qué tipo, qué deben hacer si ocurre, etcétera.
También se debe indicar con claridad quiénes y bajo qué condiciones de salud se puede recibir la vacuna, es decir, si alguien ya estuvo contagiado y se ha recuperado, después de cuánto tiempo se recomienda, o si se se aplicó otra vacuna, por ejemplo, influenza, cuántos días deben pasar y si es o no recomendable vacunarse. En caso de que las y los adultos mayores tomen algunos medicamentos o tengan algún tipo de padecimiento, que sepan si hay o no riesgo de aplicarse la vacuna.
Finalmente, que se informe que ya que las vacunas no son 100%, eso no garantiza una inmunidad total ni inmediata, enfatizar que deben continuar realizando las medidas sanitarias, sobre todo si viven con más personas que no han recibido la vacuna y que salen por cuestiones de trabajo o necesidad.
Esto es algo que daría mayor claridad y tranquilidad a la población, pero se trata de una planeación que por ahora, si existe, no está operando y si no existe, debe de comenzar a desarrollarse, de alguna forma, todas las inconsistencias que las y los mexicanos notamos, parecen provenir de esa falta de planeación y organización. Lo que vivimos es caótico, pero si no se trata de dar un ordenamiento, si no hay comunicación ni cumplimiento de las normas, lo que ya de por sí es desordenado, terminará por perjudicarnos y causar mayores problemas que los que ahora nos aquejan.
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La realidad no es esta. Ninguna realidad es porque tiene que ser. La realidad puede y debe ser mutable, transformable. Pero, para justificar los intereses que obstaculizan el cambio, es necesario decir que «la realidad es así». El discurso de la imposibilidad es, por lo tanto, un discurso ideológico y reaccionario. Para confrontar el discurso ideológico de la imposibilidad de cambiar debemos hacer el discurso, también ideológico, de la posibilidad de cambiar. Pero fundado incluso en la verdad científica de que es posible cambiar. Yo no acepto, yo rechazo de plano la afirmación profundamente pesimista de que no es posible cambiar. Es más, creo que el discurso de la imposibilidad de cambio del mundo —y en esto radica lo trágico de ese discurso— no es un discurso constatable.
P. Freire. Cambiar es difícil, pero es posible.
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