Text
#escritores en tumblr#escritora#escrito#escritos#amor#citas de amor#frases de amor#texto de amor#amar#novios#ex novio
9 notes
·
View notes
Text
Feminazis
"Las mujeres exageran, nadie necesita ver sus senos en las protestas, nadie necesita que nos enseñen los pelos de las axilas. Pintan paredes, rayan monumentos, quieren cambiar nuestra manera de decir las cosas. Ya todo es acoso en estos días, están locas. En todo están, de todo están inconformes. Manchan la feminidad, satanizan al caballero. El feminismo no sirve para nada, bola de feminazis”.
Así se tiene catalogada a la mujer que hoy se atreve a luchar por sus derechos, completamente burlada y minimizada, pero es necesario entrar un poco más al por qué de todo lo que hacen. Y lo haré con una pregunta importante, ¿no es increíble que la gente se moleste más por unas paredes manchadas que por un feminicidio?
Parece fastidiar bastante que un grupo de mujeres salga a la calle sin blusa, pintadas en el vientre, enojadas y eufóricas, pero no incomoda tanto el acoso callejero, las violaciones o los crímenes de odio.
El movimiento feminista del siglo XXI está completamente satanizado, el sexo opuesto (y deprimentemente, también el femenino) opina que ya es innecesario. En modo de broma escuché a alguien decir el otro día “Ya pueden votar, ¿qué más quieren?”, y por gracioso que parezca, detrás de bromas diminutas como esa, se esconde un pensamiento que se contagia alrededor de latinoamérica. ¿Ya somos iguales? Me parece que no. Las mujeres continúan ganando menos que los hombres, siguen siendo tachadas de asesinas cuando deciden por su propio cuerpo, todavía son objeto de acoso en los callejones, aun tienen que apresurarse en calles oscuras por miedo a ser abusadas. Caminan más rápido si ven a un hombre caminar junto a ellas, miran a sus cuatro esquinas antes de dar un paso, toman sus llaves en el puño para intentar defenderse en caso de ser necesario, analizan al chófer del Uber, lidian con profesores que dirigen la mirada a donde no deben, soportan los murmullos de las señoras que critican sus faldas, son llamadas “mamás luchonas”, “zorras”, “perras”, y cosas más fuertes que prefiero no mencionar, las culpan de la “friendzone”, las invitan a salir siempre esperando algo a cambio, las emborrachan para aprovecharse de ellas y al final culparlas porque “quien las manda”. ¿Ya somos iguales? ¿En serio?
Y lo anterior es simplemente cotidianidad, hablar de las injusticias más fuertes que sufren las mujeres alrededor del mundo, es hablar de impotencia. ¿Y lo más molesto es que las mujeres manchan la feminidad?
¿Qué tienen de malo unos cuantos vellos (que el cuerpo femenino trae por naturaleza) no rasurados en comparación con los feminicidios que todos los días ocurren en el país? ¿O unas medidas fuera del 90-60-90? Lo malo es la conducta que imponen a la mujer desde pequeña, la obediencia que enseñan contrastante a la grandeza que le dan al hombre.
Amy Schumer se burla en su comedia, “hay un niño en la primaria que te empuja y maltrata, ¡es porque le gustas!”, y luego las mujeres no comprenden por qué están atraídas a relaciones tóxicas repletas de abuso. No, no somos iguales. Y los memes, las burlas, la minimización de la lucha feminista por parte de ambos sexos no ayuda. La mujer criticando a la mujer no ayuda, el hombre prosperando más que la mujer no ayuda.
Necesitamos comprender el feminismo, sus razones, su causa y lo que pretende lograr. Restarle importancia a lo que se cree que una mujer debe de ser y sumarle significación a lo que necesita para alcanzar la igualdad social.
¿Las feministas estás locas? Si. Y se van a poner peor. Y se tienen que poner peor.
#feminismo#feminazi#feminista#feminism#feminist#intersectional feminism#femininity#radical feminism#letras#escritores en tumblr#escritore#escritora#escrito#escritos#mujer#mujeres#dia de la mujer#mujerlatina
34 notes
·
View notes
Text
Calma
Qué insípida se vuelve la vida cuando carece de cariño. Incontables veces he intentado convencer a mi mente que el romance está sobrevalorado, pero honestamente nunca me he sentido más viva que cuando pareciera que estoy muriendo de amor.
Constantemente intento huir del aterrador mal del enamoramiento, pero por mucho que detesto admitirlo, en el fondo estoy buscándolo desesperadamente. La alegría, la incertidumbre, la sonrisa espontánea que aparece durante el día, el dolor en el estómago que los nervios causan, pero sobre todo la calma. La tranquilidad que invade al cuerpo cuando el nerviosismo es innecesario porque tu corazón sabe perfectamente que las cosas marcharán bien.
Difícil de encontrar esa calma, por lo menos para mí, que solamente una vez he sido capaz de sentirla y que, como en la mayoría de los casos, evolucionó para convertirse en un tormento desastroso.
Desde aquella vez, solo he sido atraída por momentanea ilusión, seguida de un peligroso aburrimiento que me deja con manos vacías e historias desabridas. Pero sé bien que la juventud es mi mejor aliada, la que me dará tiempo para encontrar esa paz, que se hará presente de manera inevitable en los ojos del futuro y que me arrancará los malestares para dejar en su lugar una maravillosa calma.
#escritora#escritos#poema#amor#escritores#escritores en tumblr#mujer#escritor#poets on tumblr#escrito#ex novio#girl#pensamientos#writers on tumblr#novios#ex novias#romance
20 notes
·
View notes
Text
Si me preguntas cómo estoy
Si me preguntas cómo estoy, honestamente te puedo contestar que estoy bien. Te puedo decir que no te aburriré con mis tristezas diminutas e insignificantes. Si me preguntas como estoy, podré contarte que ya no pienso en las miles de formas diferentes de desaparecer, te puedo decir que ya no me encierro en el baño pretendiendo bañarme cuando en realidad lloraba después de que llamabas “drama” a mi tristeza.
Si me preguntas como estoy, no tengo que titubear para darte una respuesta. Porque cuando miro ese edificio del que alguna vez intenté caer y perderme, me veo creciendo a partir de ese momento. Te puedo decir que cuando salgo con amigos realmente quiero salir y no intento cumplir un comportamiento social que te haga creer que todo está normal conmigo. Te puedo decir que cuando estoy sola viendo películas no lloro hasta quedarme dormida intentando buscar una razón del por qué estoy aquí, y no presiono hasta el límite mi tristeza porque muy dentro siento que no merezco la felicidad. Hoy te quiero contar que deseo encontrarla.
Si me preguntas cómo estoy, honestamente te diré que estoy mejor. Y que hay días difíciles en los que una pequeña lluvia se convierte en un huracán. Hay días en los que no quiero ver a nadie y los tengo que enfrentar a todos. Te puedo decir con sinceridad que el camino es largo y hay muchas veces que se siente como si no hubiese recorrido nada, pero que lo estoy intentando. Lo estoy intentando aunque la depresión es la amiga más fiel que he tenido. Siempre presente cuando me siento sola y solo se sabe ausentar de vez en cuando cuando río a carcajadas, pero que mis manos han encontrado la manera de convertir la melancolía en letras y han evitado que las lágrimas continúen su camino fuera de mi cuerpo.
Si me preguntas cómo estoy, te puedo decir que en el futuro los veía sonriendo y mejor sin mí, pero que hoy lucho por poder estar ahí.
-Tania Limberopulos
#escritores#poets on tumblr#escritos#cosas que escribo#depresion#tristeza#felicidad#escritores en español
6 notes
·
View notes
Text
Domingo
Los domingos siempre despierto inspirada. Mientras limpio mi casa se me pasa por la mente que a partir del lunes todo será diferente. Haré dieta, dejaré el cigarro, comenzaré un negocio y la vida será mejor después de que el domingo pase. Porque pareciera que cada lunes tengo la oportunidad de reiniciar las cosas, de apretar un botón y cambiar todo aquello que me incomoda a la hora de dormir.
Los domingos mientras una canción de Tame Impala suena en el fondo soy una persona nueva. Siento mi espíritu cambiar y mi futuro concretarse. En mi mente veo claro como todo puede mejorar a partir de mañana. Quizás mañana ya no tenga que convencerme de que el día no será terrible porque probablemente el día sea maravilloso. El domingo, los lunes se ven como un día infinito en posibilidades. El domingo me atraganto de toda la comida que puedo de la manera más grotesca porque el lunes haré dieta. El domingo me fumo todos los cigarros que me quedan porque al otro día dejaré el vicio. El domingo agarro una libreta y saco cuentas, y divido mis gastos porque a partir de mañana seré más organizada y mi dinero no se irá en cervezas y comida. Pero a veces llega el lunes y la tentación de unas galletas me quiebran y salir con los amigos en la tarde me convence y el espíritu de cambio se pospone. De domingo en domingo para lunes a lunes.
Este domingo en particular me siento positiva, de que tal vez mañana no lo tire a la basura, y haga algo al respecto en lugar de dejarlo todo dentro de mí. Este domingo presiento que me servirá para que mañana haga bien las cosas y todo vaya en el rumbo que debe ir. Y así este lunes comience una nueva etapa donde haya espacio para un poquito más de felicidad. Y si no es así, pues siempre estará el próximo domingo.
0 notes
Text
El amor en los tiempos de Facebook
Qué padre que no te deje en leído y te mande mensaje de buenos días siempre. Al fin de cuentas en estos tiempos es ya lo único que importa. La otra vez te llevó un ramo de 2000 rosas rojas que se marchitaron al tercer día pero que como recibiste trescientos likes en Facebook, te convenciste de que él era el indicado para pasar tu vida. Por supuesto ya no te importó que se cogiera a una vieja bien pedo en el antro, porque las dos mil rosas demostraron lo arrepentido que estaba, y ultimadamente eso de tener tantita dignidad nunca se te ha dado.
Qué bonito le enseñas tu cariño. Ya no con esas tonterías de escucharlo y estar para él. Sino controlando cada movimiento y poniéndote celosa de cada mujer a la que habla. Qué bonita sensación debe ser no poder tener una sola amiga sin que tu novia sospeche que la engañas con ella. Algunos dirían que la clave para una buena relación es la confianza, pero no. Son definitivamente los celos. Los celos aparentemente ya no tienen nada de malo, vienen de cajón, y a los hombres les encanta pedir una novia bien celosa y loca aunque luego ni la aguanten. Y es que si no hay celos, no hay amor, según. Es algo bien padre, la verdad. Te da esa sensación de que estas en una cárcel para el resto de tu vida y pues así es como se debe sentir uno en una relación, ¿no?
Olvídate ya de reflejar madurez, lo de hoy es hacer berrinches y salir bien emputada en medio de la pelea más pendeja del mundo: “¿por qué le diste like a doña esa?”. Uno diría que si te va a engañar, lo va a hacer con o sin likes, pero, ¿qué se yo? Yo solo soy una solterona empapada de sentido común y consejos sabios para mis amigos pero que cuando tuvo novio igual le hizo pancho porque el pobre de vez en cuando prefería ir por unas cervezas con los amigos en lugar de quedarse echado viendo películas que ni le gustaban.
Uno de los recuerdos más vergonzosos de mi última relación (aparte del tatuaje que me hice con la fecha de mi aniversario), es haber llorado porque el vato iba a salir en lugar de quedarse en casa. Me dan ganas de cachetearme cada vez que recuerdo ese momento. Y si, amigas, igual me dan ganas de cachetearlas a ustedes. Y a los hombres, ni se diga. “Una novia que no tome por favor”. Ay padre. Si ya no estamos en 1945. Las mujeres toman y fuman y les encanta la putería. ¿Tiene algo de malo? No. Superenlo. Mientras no sean infieles y culeras, que no les importe lo demás.
De verdad que qué bonito se ha vuelto el cariño hoy en día. Como una preciosa combinación del machismo de los 60′s y la tecnología de la última década. Qué padre que te bases en un montón de tonterías para decidir si alguien te quiere o no, porque así, todo lo importante se puede obviar.
- Tania Limberopulos
5 notes
·
View notes
Text
Mi feminismo
Mi feminismo me dice que está bien si quiero caminar por la ciudad, entiende que de cierta manera extraña me relaja ir platicando conmigo mientras paseo por las calles. Si es de noche, el escenario se vuelve más bello, incluso para un pueblo que me vio nacer pero que nunca ha tenido mi simpatía. Es una lastima que tu machismo me diga que no debería hacerlo tan seguido como quisiera. Porque mientras camino, el miedo de sentir unos pasos acercándose a mí, me paraliza y crea un ruido inmenso en la conversación que intento mantener conmigo. Es una lastima porque la luz preciosa de la luna que refleja en la laguna por la que normalmente me gusta sentarme a fumar un cigarrillo, también alumbra al hombre que borracho en la orilla me observa y me hace apresurar el paso.
Mi feminismo aprueba los pequeños vestidos, me dice que si me siento bien debería usarlos. Comprende que son cómodos y perfectos para el clima de mi ciudad. Una pequeña bata floreada o de color negro, combinada con unos tenis son suficientes para mí, que nunca he logrado acertar en el estilo que me gustaría vestir. Es una lastima que tú machismo le permite a los hombres que me ven en esos vestidos con estampados que nada tienen de provocadores, gritar palabras obscenas que me llenan de coraje. Es una verdadera lastima que la gente voltee a ver mis piernas juzgando lo mucho que se ven. Escucho a mis amigos decirme que está demasiado corto y es demasiado lo que enseño, y tengo que lidiar con las palabras de señoras que me indican que debo ser más cuidadosa porque entonces cómo podré quejarme si alguien falta a mi respeto.
Mi feminismo me apoya cuando se trata de salir con mis amigos y regresar a casa cuando he decidido que es hora. Me apoya porque sabe que siempre me río demasiado y canto y bailo a como puedo y es preferible a quedarse en casa a ver películas sobre historias de amor que son imposibles. Pero es una lastima que por tu machismo deje de ser tu mujer ideal. Es una lastima que para valer la pena haya que seguir normas y sonreír de manera moderada y tomar solo vodka porque una Bohemia Oscura me puede hacer ver demasiado varonil.
A mi feminismo le gusta demasiado mi libertad. La que he creado para mi. Disfrutamos de mi manera de ser, de la despreocupación por las relaciones y de definir mi camino que nada tiene que ver con un hombre. Pero es una lastima que en los días en que me siento sola, tu machismo me haga también sentir mal por las decisiones que tomo para mi bienestar. Porque quizás debería ser más seria, o más amigable, pero no demasiado. Porque tal vez sería mejor si todas mis amigas fuesen mujeres y mis cigarros supieran a cereza. Entonces quizás me podrías llamar señorita.
Mi feminismo es necesario, crudo y hermoso. Me deja pagar mi cuenta en una cita y decidir por mí. Me permite decirle no a los hijos, no al matrimonio y si, si, si a mi carrera. Me da el ánimo para mentarle la madre al hombre que desde su camioneta me grita alguna tontería. Me deja ser yo. Libre y mujer. Diferente, en mis vestidos cortos y con mis cigarros rojos. Mi feminismo me da oportunidad, me saca adelante. Me llena de coraje y rabia para que al final del día, tu machismo no me importe.
-Tania Limberopulos
15 notes
·
View notes
Text
No pareces mexicana
“No pareces mexicana”. Gracias, pero eso no es un cumplido. Escúchame hablar y verás cómo si lo parezco. Cuando pronuncio una ‘s’ se arrastra y cuando te mando a chingar a tu madre puede ser con cariño. Así soy mexicana. En México somos de todos colores de todas las alturas. Somos mestizos hijos de la Malinche y Cortés pero también fruto de Piltzintecuthli y Xochitlquétzal.
Lo único que tengo de extranjera es el apellido, pero de mexicana tengo la sangre y la piel y el amor por la tierra que hierve porque en México el sol calienta más fuerte que en cualquier lado. Y cada cumpleaños Tláloc me manda aguaceros para felicitarme.
Soy Olmeca, soy Maya de un brazo y de mi boca fluye el español coloquial que se estira y me identifica. Soy del Tabasco en el que nací, soy del Sinaloa de mi padre y de La Paz donde mi abuelo nadó su infancia.
Soy el silbido de Pedro Infante y el tequila de Jorge Negrete. Soy la arrogancia de La Doña y el trabajo de una mamá soltera. Soy los bosques, las selvas, los mares y mi corazón es un cenote. En mis manos está la voluntad de un pueblo que se levanta de todo y mi mente es fuerza azteca.
Ningún mexicano parece mexicano porque la diversidad es lo más hermoso que tenemos. En paisajes, en historia, pero sobre todo en la gente. Ningún mexicano es como otro, pero todos tenemos dentro la sabiduría de los tlahtimines y la protección de Tezcatlipoca.
Y no me puedes hablar de belleza con tus pelos chelos y tus ojos azules, porque yo se bien que la belleza es un pueblo indigena que sonríe, y se encuentra resplandeciente en todos los colores de maíz y en todos los colores de piel.
No parezco mexicana porque tu mexicano anda en burro y su piel es morena de tanto trabajar en el sol. Pero en el rostro de cada uno encuentro el mío y en los dolores de todos está también mi dolor.
Gracias, pero “no pareces mexicana” no es un cumplido.
-Tania Limberopulos
22 notes
·
View notes
Text
La ansiedad del pensar
Trabajo todos los días de 8 am a 5 pm y me mantengo ocupada. Porque necesito con urgencia aparentar una inteligencia que se encuentra ausente. Luego, me invento algún compromiso o le pido a cualquier amigo que me acompañe a hacer algo que no tengo que hacer pero que me mantiene lejos de casa. Y más importante, me mantiene lejos de pensar. Lo último que necesito en estos días es pensar, repasar una y otra vez la terrible ansiedad de los problemas insignificantes que me consumen.
Voy sola por un café, camino por la ciudad oscura por el tiempo que se pueda antes de que llegue alguien y me quite los pocos billetes que tengo. Paseo por una plaza llena de tiendas con ropa que no me queda porque mis caderas no tienen el tamaño que deberían de tener y mi busto revienta las playeras que quisiera usar. Y eso lo agrego a la lista de problemas y complejos en los que no quiero pensar.
Ya en la noche llego a casa, pero estoy demasiado cansada y lo último que hago es pensar. Pensar es lo más peligroso que puede pasar, es lo que me puede llevar de reír a carcajadas a meterme en cama por días y dejar todo lo que he avanzado tirado en la basura. Así que mejor me duermo, aunque cueste mucho trabajo y el insomnio diario me mantenga con los ojos abiertos hasta horas donde el cansancio me arrulla. Y no pienso. No pienso en los problemas, en la dieta, en la falta de dinero, en el hecho de que nunca soy suficiente. Ya no pierdo mi tiempo pensando en lo difícil que el día fue a pesar de mi esfuerzo.
Mejor pienso en irme, en agarrar todas mis cosas, hacer maletas y simplemente irme. A un lugar mejor, donde se empiece de cero. Y eso me reconforta, aunque mi cobardía no me lo permita y mis miedos me amarren a la silla de la oficina. Me reconforta la posibilidad. La posibilidad de que un día quizás, no tenga que luchar por no pensar.
- Tania Limberopulos
3 notes
·
View notes
Text
Tiempo
Una mañana igual de soleada y calurosa que las demás, donde te despiertas con las pijamas de siempre y la rutina está intacta, tu vida cambia. Porque de la nada, sin aviso, esa mañana abriste los ojos y él no fue lo primero que pasó por tu mente, sino lo ocupada que estarás el resto del día. Tus manos no se dirigieron ansiosos hacia el teléfono, con la esperanza de encontrar algún mensaje suyo. Simplemente te quitaste de la cama y comenzaste a vivir de nuevo, desde cero, y ni siquiera te diste cuenta.
No notaste el cambio drástico que se presentaba esa mañana en particular. Quizás porque no ocurrió simplemente en las horas en que dormías, no te acostaste llorando y levantaste curada de sentimientos. Fue un proceso que no supiste cuando empezó, y que te hizo ignorar la primera vez que pasaste por su casa y no se te hizo un nudo en la garganta, o cómo desde hace días no tienes la necesidad de inventar un pretexto para verlo.
Lo recuerdas perfectamente bien, y la tristeza que te causó no se puede borrar, pero no te atormenta más. Una noche sin ser consciente, ocupaste su lado de la cama, ese que no te atrevías a tocar. Y ya puedes escuchar la canción que tanto te recuerda a él sin romper en llanto.
Claro que no fue como apretar un botón y reiniciar tu vida amorosa. Fue delicada y lentamente como tu cerebro acumuló tus momentos con él y los reservó en un lugar para los recuerdos. Fue con extrema precaución con la que tu corazón le quitó el dolor a esos recuerdos.
No tenías idea, pero cada lágrima que se escurría era un pedacito de dolor yéndose de ti y cada pensamiento de derrota convertía a tu cuerpo en una fortaleza que tenía un solo motivo, seguir adelante.
Tú querías que te arrancaran los sentimientos y pudieras dejar todo atrás en segundos, pero en cambio, tomó tu esfuerzo poder sanarte y poder despertar un día sin saberlo, completamente nueva.
-Tania Limberopulos
2 notes
·
View notes
Text
Adiós
No te voy a extrañar, sinceramente espero estar mejor sin ti.
Hiciste que me sintiera culpable de reír. Como si no mereciera sonreír en lo absoluto. En cambio, lloré hasta el cansancio porque era lo único que parecía controlar el dolor en mi pecho.
Me dejaste sola, pobre, sin un amigo a quien acudir. Y cada vez que intentaba mejorar las cosas, me arrastrabas y dejabas donde había comenzado.
Me convertiste en una adicta al sufrimiento, me despojaste de mi fe, y las ganas de vivir me las arrebataste.
Entiendo que quien venga después probablemente continúe torturándome, pero tú por favor ya vete.
Te puedo escuchar aun reír en una esquina, mientras disfrutas de los dolores que me has hecho pasar. En el calendario tus días están contados pero en mi mente el tiempo es de hielo, porque las heridas no sanan y las noches cada vez tardan más en acabarse.
Me cuesta respirar, y tú te regocijas porque jugar conmigo ha sido tu pasatiempo favorito y deleitarte con mis fracasos lo mejor de tu existencia.
Para colmo, no solamente me has lastimado a mi, nos golpeaste a todos. Como un terremoto en medio del día, como una inundación sin previo aviso, como bombas matando inocentes y acabando con la esperanza de naciones enteras.
Así te pido por favor, que te vayas ya. A jugar tus juegos enfermos con alguien más porque yo ya no puedo soportar, y mis ojos se han secado ya.
Dos mil diecisiete, en serio, no te voy a extrañar.
-Tania Limberopulos
1 note
·
View note
Text
Charito
Cuando hablo sobre ti, la gente tiende a compadecerme y decir "debió de haber sido difícil". Tienen la idea de que sufrí mientras debía dolorosamente cuidar de ti.
Y sí, si fue difícil. Fue difícil ver a lo más bello de mi vida irse perdiendo poco a poco. Fue bastante difícil cuando dejaste de pronunciar mi nombre y aún peor cuando ya nunca decías nada.
Sin embargo, lo que la gente no sabe es que daría mi vida entera por poder cuidar de ti cinco minutos más. Poder regresar temprano de la escuela y verte sentada en tu silla, viendo a la nada, tomando del aire globitos imaginarios. Daría lo que fuese por volver a verte discutir con el espejo y mentarle la madre a quien se te pusiera en frente. La gente no sabe que sí, dolió mucho ver cómo te me ibas de a poquito. Pero el dolor de ya no tenerte, nada lo cura ni curará.
Todavía recuerdo aquella canción que tarareabas todo el tiempo, ese rayito de lucidez que tu mente guardó para la música y que hoy me crea una sensación escalofriante llena de nostalgia. Recuerdo también, las historias que cambiaban cada vez que las contabas, cómo siempre le agregabas más detalles y terminaban carentes de sentido. Recuerdo tu risa, el sabor de tu comida, la señas que hacías detrás de la gente y el drama que le agregabas a situaciones simples. Recuerdo más que nada, la manera en que incluso pérdida entre tus recuerdos, juntabas aún la voluntad para abrazarme.
Pero cuando la gente me dice que "debió de haber sido difícil", no saben que lo realmente difícil sucedió después. Cuando me despertaba y te iba a ver a una habitación donde ya no estabas y cuando no hacía planes porque seguía pensando en tener que ir a verte. Lo terriblemente difícil fue cuando me encontré sentada en la orilla de mi cama, viendo hacia el piso, pensando en qué hacer, porque desde que ya no estabas mi rutina se había despejado de responsabilidades.
Y es increíble el tiempo que pase enojada con los dioses por haberte arrebatado de mi lado. Me ponía furiosa de saber que las circunstancias nos habían apaleado y separado para siempre. Ahora solo puedo pensar en todos los momentos de mi vida donde te extrañaré porque no estarás. Ahora solo puedo aceptar que quien me conozca, solo me conoce la mitad porque lo demás ya se me fue. Y que solo me queda hacerte vivir para siempre en los recuerdos que nadie nunca me va a arrebatar.
"Ella, la que hubiera amado tanto, la que llenó de música mi alma."
-Tania Limberopulos
0 notes
Text
Un día te levantas con un malestar asqueroso y un pensamiento estúpido: “me voy a suicidar”. Ni siquiera te has lavado los dientes, pero ya decidiste que te vas a suicidar. Y en la mañana eso tiene sentido, incluso un poco de gracia. Pero entonces te levantas y tu mamá te saluda contenta, el desayuno estaba delicioso, el tráfico ligero, en la escuela tus maestros no te odiaron, tus amigos te hicieron reír y el tipo que te gusta te medio saludó y con eso fue suficiente para sacar la idea de tu mente. El día es bueno. Entonces vas de regreso en el transporte público y el buen humor te hace ignorar que te toca ir parada de nuevo. Pero el aire acondicionado no funciona y estás sudando. La gente continúa subiendo y se van apretando todos. Intentas ignorar que el güey detrás de ti a propósito roza su verga contra tu trasero pero no puedes. Por fin te bajas y en el camino a casa no puedes evitar pensar en los problemas que te terminan jodiendo siempre. Llegas, sola. Y tu mamá está gritando de nuevo. Te metes a tu cuarto, sola. En una cama que parece inmensa porque no hay nadie más en ella y abrazas la almohada porque no hay a quien abrazar. Piensas y piensas porque en la programación de mierda no hay nada que te distraiga del vacío que sientes en el pecho. Eres una casa de madera que con la mínima chispa de un cerillo se convierte en llamas. Y así vuelve a tu mente, “me voy a suicidar”.
Pero la verdad es que no lo vas a hacer, no lo crees posible. Aunque la tristeza siga, aunque la soledad te persiga, aunque cuando ríes con tus amigos es solamente tu mayor esfuerzo por no romper en lágrimas frente a ellos. Porque piensas en tu madre que se volvería loca, en tu hermana que viviría triste, en tus amigos que te extrañarían.
Has intentado hablarlo con alguien, superarlo. Pero cómo puedes platicarlo cuando tu confidente lo llama niñería, tu hermana lo tacha de drama y tus papás no tienen tiempo para eso. ¿Ir al psicólogo? Claro, es buena opción. Pero se te borra de la mente cuando recuerdas que tu última psicóloga lloró en frente de ti cuando le contabas tu historia. No quieres ser la persona que hace llorar al psicólogo. No quieres ser la persona que da lastima tampoco. Ni la que sufre por querer llamar la atención. Y así es como te lo callas y con el paso de los días te vas curando tú solita.
Y la tristeza sigue ahí, pero ese pensamiento desastroso se va yendo poco a poco. Y como no tienes el coraje de hacerlo te refugias en los cigarros y el alcohol y una que otra droga. Porque al final igual te van a matar pero la gente no lo llamará suicidio. No te dirán cobarde mientras rezan por ti y tu alma que está en el infierno.
Pasan las semanas y cuando te levantas no piensas en eso. Piensas en mejorar, en salir a la calle, distraerte. Haces planes con amigos y por primera vez estás emocionada porque quieres ir y no porque necesitas aparentar que todo está bien.
Sales, tomas, fumas, te diviertes, bailas, cantas. Pero de repente la pareja de siempre se mete al cuarto a pelear. Otros ya se van. Uno ya quedó durmiendo en el sofá y otra vez, estás sola. Y por alguna razón comienzas a reflexionar que quizás sí es algo sensato. Ya no es algo que piensas pero no harás. Ésta vez si tiene sentido. Porque tú mamá estaría mejor, tu hermana tendría un pesar menos y tus amigos siempre tendrán más amigos. Te sientes innecesaria y también sientes innecesario seguir así.
Sin darte cuenta subes las escaleras hacia la azotea porque necesitas aire fresco. Terminas el cigarro que tenías en la boca y te llama la atención como desde arriba la gente se ve como hormigas, y te parece buen momento. Te paras en la orilla y un segundo antes de hacerlo volteas hacia atrás y ves a alguien parado viéndote, le dices adiós en tu mente. Cierras los ojos y antes de brincar una fuerza te tumba y regresa a la vida. El amigo que dormía en el sofá te salvó y pidió que no lo hicieras.
Lloras, lloras con todas tus fuerzas como no llorabas desde que eras una niña, hasta que te quedas dormida.
Y al otro día despiertas y comienzas de nuevo la rutina, pero el malestar y el sentimiento que te rondaba ya no está. Ahora hay algo muy diferente en su lugar: esperanza.
Y si, al final vas a estar bien.
1 note
·
View note
Text
El hombre perfecto del televisor
Quizás tengan razón cuando dicen que me apego demasiado a las series y películas que veo. Sí tengo la tendencia de comparar mi vida con la de mis personajes favoritos. Pero me reconforta creer que todos hacemos lo mismo. Vemos a Bridget Jones escribiendo en su diario y decimos “ESA SOY YO”.
Cuando veo a Robin de How I Met Your Mother, no puedo evitar creerme ella. Y realmente sentir que somos iguales. Nunca físicamente, claro está. Pero me empeño en buscar a alguien que me quiera como a ella la quiso Barney…
Y el otro día mientras veía The Office, decidí que merecía un cariño como que el Jim le da a Pam. Que merezco también que alguien parecido a Hugh Grant me diga que conocerme fue lindo… “Surreal pero lindo”.
Siempre, siempre, he de compararme con los actores en las películas. Porque olvido que a ellos les pagaron por hacer la escena que a mí tanto me vuelve loca y tanto define mi pensamiento sobre el amor. Se me olvida que en el mundo real, lejos de una pantalla, la gente no quiere así. No juran amor debajo de la lluvia ni te llevan serenata con un boombox para arreglar las cosas. En el mundo en el que vivo te dejan en leído y las disculpas nunca llegan.
Pero es bonito imaginar, que en algún lugar, en algún momento, vas a estar leyendo Dorian Grey y alguien se acercará a hablarte sobre el libro y entonces sin lugar a duda se enamorarán. O que irás caminando por la calle y el viento se llevará tu bufanda y entonces llegará Hugh Dancy a recuperarla. Nos es bonito imaginarlo porque la realidad es tristemente decepcionante. Quien te invita a una cita te pregunta “que quieres hacer?” En lugar te planear todo con perfecta anticipación, y tú novio te regala una cartera para tu cumpleaños en lugar de aquél libro que tú madre solía leerte y no encontrabas por ningún lado pero que él buscó hasta el cansancio con tal de hacerte feliz.
La verdad es que vemos a la persona perfecta a través del televisor, y la anhelamos mientras comemos helado y chocolates porque la persona real no cumplió las expectativas. No veía en los detalles que queríamos que viera. Y si, el romance está sobrevalorado. Pero, ¿es acaso extremadamente loco desear que me quieran con la vibrante pasión con la que Mr. Darcy amó a Elizabeth?
Yo me estremezco cada que veo a Ted Mosby sufrir por Robin porque me he visto ahí. Parada esperando a que me quieran. Las lágrimas me escurren cuando Adam y Hannah ya no pueden más, porque he sentido ese cariño y esa necesidad de separarse. Entonces espero también algún día verme feliz como en el final de cualquier comedia romántica.
Y lo siento, pero aún cuando repito a los cuatro vientos que no me quiero casar. En mi boda bailaré “She” de Elvis Costello como en Notting Hill, y mi vestido será un precioso Vera Wang como el de Kate Hudson en Bride Wars. Entraré a la iglesia con Il Mondo de fondo y mi esposo me habrá propuesto matrimonio con mariachis y serenata porque también fantaseo con las películas de mi tierra.
Es mucho pedir, lo entiendo. Y debería desear solamente por alguien que me quiera. Pero mientras veo Singing In The Rain y veo la sonrisa de Gene Kelly, siento la necesidad de querer así. Y cuando Jess Mariano ve a Rory Gilmore por primera vez, deseo sentirme así.
Y ahí es cuando saboteo mi vida sentimental porque cuando me besan no escucho música de fondo y cuando nos peleamos no lo veo gritando afuera de mi casa empapado por la lluvia y en nuestro aniversario me regala rosas cuando yo quería narcisos.
Y así paso la vida, esperando a un Barney, un Ted, un Chandler, un Edward Bloom, un Mr. Darcy, un Eric Forman, un tío Jesse, un Jess Mariano… que nunca llega, y que solo veo a través del televisor.
#movies#películas#series#tv shows#escritores en tumblr#escrito#gilmore girls#how i met your mother#robin and barney#ted mosby#hugh dancy#eric forman#jim and pam#bridget jones#girls hbo#romance
4 notes
·
View notes
Text
México lindo y herido
Cojeando camina mi México a un futuro incierto. Lleno de heridas frescas y cicatrices de guerras pasadas. En su rojo la sangre que manchó a los asesinos. En su verde los bosques que de a poco se despiden. En el blanco la inocencia perdida.
A pesar de eso, yo todavía celebro de vez en cuando. Yo no olvido que una vez hubieron hombres valientes que defendieron a mi país y buscaron su independencia. Y aunque hoy México se hunde en la tristeza y la desgracia, mantengo la esperanza de un día sentir la pureza de mi pueblo en sus calles, en lugar de ver la sangre correr por las alcantarillas.
Yo todavía celebro a mi patria. Celebro que sigamos comiendo tamales el dos de noviembre, que agarremos la fiesta desde el cumpleaños de la Guadalupe y todavía recibamos con tequila a los Reyes Magos. Le celebro al obrero trabajador su esfuerzo. A la madre soltera su sacrificio. Al profesor con vocación sus enseñanzas. Maldigo al extranjero que nos menosprecia, pero más maldigo al mexicano que nos desprecia.
Celebro porque tuvimos a Frida y a Diego. A Gael y el otro Diego. Porque en la voz de Selena corre la pasión mexicana. Porque no habrá mujer tan hermosa como nuestra María Bonita ni mejor compositor que el Flaco de Oro. Es necesario que celebremos a Cuarón, Iñárritu, Salma, Bichir, a todo futbolista que salió de aquí. Porque aborrezco el malinchismo, pero celebro las fronteras cruzadas.
Y aunque celebro, también imploro. Por paz, por trabajo, por menos mujeres muertas, por más familias unidas. Imploro al príncipe de los nahuales nos ayude. Porque cada vez se celebra menos y cada día se llora más.
Se llora por los feminicidios, por terremotos que derrumban paredes, se llora porque quienes nos deben cuidar son nuestros peores enemigos y entonces estamos solos, asustados y pobres.
Con lágrimas en los ojos ruego a un Dios que no existe la fuerza para que heridos sigamos adelante. Sin la hermana que murió, sin el primo al que asesinaron, sin el padre al que secuestraron.
Ruego porque las ganas de celebrar se están acabando y motivos no nos quedan muchos. Y claro, solamente ruego, porque el temor de hacer algo consume y congela. Deja la mente inmóvil y el miedo se apodera.
Un pueblo que está aterrorizado por todo. Endeudado, estresado, enojado. Debilitado gracias a los años, todavía se despierta y va a trabajar. Todavía llega a casa, sonríe y celebra.
5 notes
·
View notes
Text
Muy lejos de la figura ideal
Nunca he tenido mucho éxito siendo una persona delgada. Cada lunes, religiosamente comienzo una dieta que termino a las dos horas porque alguien pasó en frente de mi con unas empanadas y tenía que ir corriendo por unas. Es cierto que no me siento cómoda cuando me veo en el espejo y mi panza pareciera que llevo cuatro meses de embarazo, pero mi mente pareciera no ponerse de acuerdo. A veces lloro porque la ropa no se me ve como quisiera y en otras ocasiones me regocijo porque, por ese día, al menos, decido quererme tal y como soy. Aunque, la verdad, esos ratos los siento más como pereza que como verdadero amor por mí misma. En esos ratos predomina más el pensamiento de “seré gorda por siempre, voy por unos tacos” que el de “me amo y amo mi cuerpo”.
Sin embargo, quisiera recalcar que no es enteramente mi culpa. He tenido pésimos hábitos alimenticios toda mi vida, inculcados por una familia materna que le dijo “si” a cada antojo que tuviese. Por supuesto que fui una niña feliz rodeada de tortas, dulces, refrescos y las riquísimas tortillas de harina que hacía mi abuelita, con la boca batida de blanco por las donitas Bimbo que me zampaba desesperada. A pesar de que esa felicidad se me acababa cuando llegaba a la escuela y me ponían apodos como “Movy-Dick”, porque era una ballena blanca.
Si. Hasta yo reconozco que ese era un buen apodo.
Creo que desde un principio estaba destinada al fracaso. Mi mamá me mandaba a la escuela con un lunch que consistía en una bolsa de Cheetos y un Tonicol. Todos los días, sin excepción, eso comía en el recreo. Y para rematar el asunto, nunca fui particularmente buena en los deportes. O incluso la danza.
La pubertad fue de muchísima ayuda. Me estiré y la grasa se fue por otro lado. Aproveché ese momento de entera gloria para enfocarme en dietas y no volver al terrible pasado de la niña gordita a la que todos burlaban.
Contaba calorías y habían días en que consumía tan solo trescientas de las 1500 que se me permitían. Conocí la vieja técnica de la bulimia y mi mente se fue a un lugar oscuro que no le permitía darse cuenta que ya no era la misma niña redonda que se parecía al Tío Lucas. Me seguía acusando a mí misma de obesa y horrible. Y qué daría hoy por volver a ver en la báscula esa cantidad de kilos de aquellos días.
La secundaria, como para todos, fue una época confusa. Todo tu cuerpo está hecho un desmadre. Unos están llenos de granos, otros tienen bigotes tipo Cantinflas. Las mujeres engordan o adelgazan. Yo sentí que había crecido 20 cm de la noche a la mañana. Y pareciera que también de la noche a la mañana pasé de usar corpiños que compras en el supermercado, a brasieres copa C. Tenía once años cuando me chiflaron por primera vez desde un carro. Ese es tu primer indicio de que ya eres una mujer ante los ojos del hombre, aun cuando tu todavía le haces tu carta a Santa Claus, y es mejor que te cuides.
Lo terrible de esta nueva situación en la que me encontraba, es que nunca pude cambiar mis pensamientos sobre mi alimentación. Aunque me matara toda la semana haciendo una dieta sumamente estricta, el fin de semana arrasaba con toda la comida de mi refrigerador porque nunca, en mis veintidós años de vida, he sido capaz de lograr dieta en sábado o domingo. Para mi eso simplemente no tiene sentido,me es parecido a un crimen. Cabe mencionar, que tener un refrigerador en mi habitación no era de mucha ayuda tampoco, solo tenía que estirar el brazo y se habrían todas las posibilidades de comida que hubiesen en casa.
Dicen que lo esencial, más que hacer una dieta, es cambiar tu manera de pensar. Así, en lugar de sufrir por no poderte comer una hamburguesa, simplemente no se te antojará y preferirás un montón de pasto con aderezo.
Mi manera de pensar sigue siendo la misma de siempre. Comer una ensalada, por buena que sea, es para mi un verdadero castigo, y una semana de dieta solo puede ser recompensada con pizzas y tacos.
Tengo la mentalidad de una gordita hecha y derecha. Y le debo a mis centímetros de más, el no verme como un monstruo con los kilos extras que me cargo.
Pensarían que, después de esta tremenda lucha que he tenido durante años con mi sobrepeso,, ya debería concentrarme en ganarla o simplemente darme por vencida y aceptar que mi destino es ser la amiga gorda que se echa unos buenos chistes. Pero todo este tema ocupa mi mente todos los días, con una indecisión que me abruma. “¿Por qué tengo que hacerle caso a los estándares de belleza implementados para la mujer?” dice mi ‘yo’ más feminista. “Nunca vas a poder entrar en esa falda verde floreada que te compraste en la prepa”, me recuerda mi otra mitad más materialista, que se deja influenciar bastante por Regina George.
“Para mi cumpleaños voy a estar delgada”, me he dicho a mí misma al menos durante cinco años seguidos. Pero claro que eso no sucede, falta menos de un mes para mi cumpleaños y estoy más gorda que nunca. “Voy a regresar delgada a clases”, pero las vacaciones me atacan y termino con varios kilos más.
He sido un subir y bajar de peso desde que, hace once años, me di cuenta que no estaba tan mal tener una figura que me alejara de las bromas. Pero también me pongo a pensar, ¿acaso algún día estaré libre del desagrado ajeno? Quizás no deba de trabajar en mi figura, sino en mi autoestima, y en lugar de sufrir por esos 15 kilos que tengo de más, me enfoque en apreciarme tal cual.
Aunque quizás, el lunes comience otra vez.
#sobrepeso#salud#girl#mujer#adolescente#feminism#feminista#escritora#writers on tumblr#perfect body#apariencias
7 notes
·
View notes
Text
Cuando estés
¿Estás por ahí, verdad?
Con tu mente atormentada y tus libros rayoteados.
Estoy segura que sí. En algún lugar estarás. Quizás en la cafetería a la vuelta, quizás en un pub de Inglaterra. Pero estás. A quince días o a diez años, estás.
Andas por ahí, llorándole a alguien más antes de venir a mi. Buscando parejas erróneas, al igual que yo. Andas por ahí equivocándote, pero ya vas a llegar.
Ambos artistas, ambos extraños, ambos atraídos por todo lo que hace daño, hasta que nos encontramos.
Es porque andamos por ahí, probando labios desabridos que nos saben a ilusiones fugaces. Es también porque la soledad nos asecha en medio del caos y las opciones se nos acaban. Por eso no hemos llegado.
No te preocupes, porque estamos. Perdidos, confundidos y delirantes. Estamos esperándonos.
Te gusta reír de mis chistes insípidos. A mi me gusta hacerte reír. Y aunque tenemos tendencia por la tristeza inexplicable, en las noches calma porque nos recostamos en la misma cama.
Todo aquello será cuando estemos. Viéndonos. Queriéndonos.
Entonces estaremos.
2 notes
·
View notes