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adalric:

De manera de reflejo su mano fue directo a la linterna que descansaba en su cinturón, una vez en mano la alzó iluminando en el lugar en busca de la persona proveniente de aquel ruido. “¿Quién anda ahí?” Dio unos pasos enfrente para revelar la silueta femenina son la luz proveniente del objeto, se dirigió hacia ella tratando de reconocer sus facciones pero fallo en el intento. “¿No es algo tarde para estar divagando por los jardines?” Ladeó un poco su cabeza mientras ambas cejas eran elevadas y sus orbes examinaban los contrarios. “Pero tengo la pequeña intuición que usted no se debería encontrar aquí ¿cierto?” Apagó la linterna pues la luminosidad que proveían las luces del jardín eran más que suficientes. “Sería tan amable de decirme quién es usted.”                       

             Lo único que consiguió salir de los labios de la danesa ante la primera frase que dijo el hombre fue un simple y absurdo titubeo. Maldita sea, tenía que haber previsto que iba a haber alguien y, sobre todo, siendo tan tarde. Aun así, intentó excusarse rápidamente--. Yo, eh... Estoy intentando buscar la tarjeta de mi cámara porque no la encuentro y la necesito. No pensaba que fuera tan tarde, se me ha pasado por completo. --confesó, para después quedarse mirando a su interlocutor a los ojos, olvidándose por unos instantes de la tarjeta. Estaba a punto de caérsele el pelo, de manera que era infinitamente más importante que lo que pudiera contener su cámara--. Ingrid Dreyer, periodista. Puedo enseñarle la acreditación si la necesita. --se presentó mientras rebuscaba en el bolso el pase de prensa que le habían facilitado. Una vez hallado, se lo enseñó al hombre, esperando no causar revuelo alguno tras lo sucedido.

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alexandra:

           Al escuchar las palabras de la chica, que estaba sentada cerca de ellos en una banca, no pudo evitar reír mientras daba una última vuelta con su mascota. “De hecho creo que también baile mejor que yo, lo cual es algo irónico, teniendo en cuenta que se supone que yo le enseñe todo lo que sabe” hablo divertida mientras soltaba con cuidado sus patas, para que se pusiera en cuatro.

        Volvió a echarse a reír en cuanto vio cómo seguían bailando la rubia con aquel perro, sobre todo teniendo en cuenta que los escoltas trataban de parecer serios e impasivos pero incluso a ellos se les escapaba alguna risilla respecto a la escena--. Desde luego, yo lo intentaría con mi gato, pero creo que si le hiciera hacer algo de esto tal vez acabaría con la cara como un mapa de tantos arañazos. --comentó, con cierto aire divertido, aunque realmente Pierrot era un gato demasiado hogareño y arisco por mucho que a Ingrid le pareciera la mejor mascota del mundo.

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irene:

—¿Qué estabas buscando?— había visto a la pelirroja (vamos, que no era alguien que pasara desapercibida precisamente) un par de veces ya, rondando por el palacio, tomando notas en los eventos oficiales, cosas que hacía una periodista, nada fuera de lo común. El asunto era que, con todo lo ocurrido, fue imposible evitar que una alarma se activara en su cabeza, las precauciones nunca eran suficientes cuando de mantener su privacidad se trataba. —Oh, vamos, ni siquiera es un deporte como tal,— comenzó, una sonrisa suave puesta en sus labios, afable (y muy ensayada). —¿O simplemente me estás rechazando?— bromeó con la idea, sus cejas enarcándose y sus zafiros bien puestos en las gemas verdosas de su interlocutora. 

         Por mucho que intentara poner excusas, lo cierto era que se le daba bastante mal fingir en situaciones de presión; e Ingrid era una persona que se ponía nerviosa más de lo que le gustaría reconocer. Así pues, se limitó a titubear una vez más--. Uh... La salida, supongo. --dijo, aunque en cierto modo tampoco estaba mintiendo al respecto. Con una leve sonrisa, acabó asintiendo suavemente a las palabras de la alemana--. Sí, en eso tienes razón. No es un deporte. --corroboró, para después hacer una sonrisilla ante el último comentario y negar con la cabeza. Por lo menos, si estaba con alguien así de relevante no tendría problemas a la hora de salir--. Vale, vale, pero que conste que soy un desastre de rival y que es muy probable que ganes esta competición. --añadió mientras se colocaba en el extremo opuesto de la mesa de futbolín, comenzando incluso a tocar alguno de los palos del equipo contrario al que se había adjudicado su interlocutora.

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adalric:

Debido a los escándalos que habían estado circulando acerca de la dinastía de su país además de los suyos propios el rey alemán le había puesto el doble de trabajo, su turno se había doblado así que se encontraba a una hora no muy favorable de la noche divagando por los jardines reales por si uno de esas cabelleras rubias intentaba escapar por la noche o eso había sido los señalamientos que le había dado el monarca de su país aunque era evidente que era más un castigo por su propio comportamiento, continuaba caminando verificando que todo estuviera bien mientras recitaba su poema favorito en voz alta pensando que la única presencia ahí era la suya. “Ein haar so kühnlich trotz der Berenice spricht. Ein mund, der rosen führt und perlen in sich heget. Ein zünglein, so ein gifft vor tausend hertzen träget. Zwo brüste, wo rubin durch alabaster bricht.”

         Se había hecho demasiado tarde para andar rondando los jardines reales y, sobre todo, si alguien la encontraba por allí podía caérsele el pelo. ¿El problema? No sabía muy bien qué había hecho que no encontraba su tarjeta SD con algunas fotografías y vídeos que había tomado ese día y que la mañana después revisaría en la redacción. Si encontraba la dichosa tarjeta, claro. Así que ahí estaba la pelirroja, teléfono haciendo las funciones de linterna en mano, cuando escuchó la voz del hombre. Tierra trágame. Ya iba a acabar la noche peor de lo que ya estaba. Intentó no hacer ruido y quitar la luz del teléfono casi al instante, con tan mala pata que se le cayó este--. Mierda, mierda, mierda. --murmuró para sí.

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séraphine: flashback

     Entre el Jäger y Akvavit que acababa de tomar, no estaba segura de cuál era peor, pero tampoco quería negarle la invitación, pues lo encontraba descortés. — Puedo hacer una excepción… — Comenzó, y cualquier excusa era buena como para dejar de lado aquel dichoso vaso. —Pero sólo si tomas conmigo, ¿Sí? Estamos… Estamos juntas en esto. — el acento francés fuerte, una risilla salió de sus labios. 

           -- Vale, mejor que beba con alguien porque si me pongo a hacerlo yo sola tal vez acabo llorando de lo mucho que quema. --explicó, casi sin ningún tipo de filtro. Si bien era bastante impulsiva en cuanto a decisiones se trataba, si alguien la acompañaba le parecía una idea menos descabellada de lo que podía parecer en un principio--. Estamos juntas en esto. --repitió mientras cogía los chupitos que había sobre la barra del chiringuito y le tendía uno de los vasos a la rubia--. A la de tres.

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milena: flashback

Decidió creerle y tranquilizarse, tampoco la había botado, así que debía ser cierto el hecho de que estaba bien. O quizás solo era amable. Las dos opciones eran buenas. Una suave risa escapó de sus labios, eran palabras muy ciertas, pero no sentía que aplicaran para ella. —Lo sé, pero no suelo beber con tanto público, de seguro mañana estaré arrepentida —dijo con diversión, ya que el sentimiento todavía no llegaba. —¿No quieres ir a beber? —le preguntó de la nada, como si hubiera olvidado todo lo anterior.

        -- Bueno, la parte buena de que esto esté lleno de gente es que pasas desapercibida entre la multitud y solo eres uno más. Creo que es más fácil que te pillen si vas sola o con menos gente. --comentó, demasiado reflexiva para estar en el estado en el que estaba a punto de entrar, no una borrachera todavía, pero podía decirse que en breves instantes estaría riéndose por cosas sin sentido o esas cosas después de beber un poco más de lo habitual. Después, se encogió de hombros--. Uh... Bueno, vale, por qué no. ¿Qué me recomiendas? 

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aren: flashback

             "Siempre se lo digo, dar un paseo, ir a lugares que normalmente no iría, pero se refugia ante sus ocupaciones, no lo culpo tampoco, ser Rey no es fácil" Alzó sus hombros. Aren estaba casi diseñado para excusar a su padre ante todo. Se rió junto a ella. “Ingrid, es un placer conocerla, soy Aren” Dedicó una sonrisa a la pelirroja luego.

           -- Oh, comprendo. Bueno, en realidad no porque nunca he tenido tantas obligaciones como un rey, pero puedo hacerme una idea. --dijo con una pequeña sonrisa, aunque un tanto sorprendida por que el chico defendiera a su padre a capa y espada. Aun así, acabó alzando las cejas cuando escuchó su presentación--. Lo mismo digo. Es un placer. Y, aunque haga un poco de frío, esta fiesta no está tan mal. Para que lo sepa el consejero.

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emma stone \\ the oscars, 2017

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viktor: flashback

“¿Dudas de mis exquisitos gustos?” El búlgaro había probado demasiadas bebidas alcohólicas de diferentes partes del mundo y siempre sabía escoger lo mejor pues claro él no iba a tomar cualquier líquido que estuviera embotellado. “Porque déjame decirte que si de licor se trata, tengo el mejor gusto de todos.” Era algo que a él le enorgullecía pero su padre siempre se quejaba que como era posible que su hijo no pudiera estar un día sobrio. “Así me gusta.” Una divertida sonrisa de apoderó de las facciones búlgaras e inclino la botella hacía la fémina dejando caer aquel líquido que contenía.

     -- Normalmente la gente no suele ofrecer bebidas gratis, no lo decía por tu gusto. Seguro que es mejor que el mío. --confesó con una pequeña sonrisa, especialmente teniendo en cuenta quién era él y que ella cuando salía de fiesta normalmente no salía del vodka de diferentes sabores. Aun así, lo miró con una sonrisa divertida y las cejas alzadas--. Me voy a fiar de tu gusto, entonces. --concluyó, aunque cuando el alcohol comenzó a deslizarse en su garganta aquella sonrisa se convirtió en una mueca en sus labios. No estaba malo, pero ahora mismo todo sitio por donde había pasado la bebida estaba ardiendo para la pelirroja--. ¿Qué es lo que acabo de beber? --preguntó. Ahora que lo pensaba, tal vez debería haber preguntado antes de ponerse a beber cualquier cosa.

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ivana: flashback

Una carcajada emanó de sus entrañas y asintió con la cabeza. “aunque no te aseguro que mañana no estemos con una tremenda resaca y un resfriado de los mil demonios” y aquello no estaba tan alejado de la realidad, estaba segura que su velada terminaría en algo así pero se propuso que nada la detendría ahora que había comenzado.. “¿no es esa la magia del alcohol? ¿Enloquecernos tanto?” bromeó volviendo a reír.

         -- Resfriado no lo sé, aunque lo de la resaca seguramente sí. --asintió, echándose a reír. Había tenido más de una resaca después de todas las fiestas universitarias a las que había ido años atrás, pero el hecho de despertarse en la cama con aquella sensación después de haberse bebido hasta el agua de los floreros y pensar que estaba a punto de morirse del dolor de cabeza no era demasiado agradable. Pero bueno, ya tendría tiempo para reflexionar--. Sí, la verdad es que si lo bebiéramos por el sabor sería más raro. Por cierto, no sé si me he presentado. Soy Ingrid.

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irene:

Había dado con el salón de juegos, uno que parecía haber sido olvidado por el resto de la realeza, que a esas alturas de su estancia, sólo querían salir del palacio. O, al menos, así fue por un momento, hasta que su momento de soledad se vio interrumpido por alguien más. Después de darle un trago a la botella de cerveza que había conseguido de la despensa, caminó hacia el futbolito y movió una de las barras para hacer al set de jugadores dar vueltas. —Ya que descubriste mi escondite, lo mínimo que puedes hacer es jugar conmigo. Apuesto que te puedo patear el trasero tan fácil como puedo hacerlo con fútbol de verdad…— retó la rubia, enarcando sus cejas y mirando a su ahora acompañante.

      Una de las tareas de la danesa como corresponsal era intentar conseguir información desde dentro del palacio, de manera que gracias a algunos contactos estaba otra vez inmersa en aquellas inmediaciones. Así pues, y teniendo en cuenta que el sentido de la orientación no era su fuerte, acabó en aquel salón de juegos que parecía estar vacío... Excepto por la presencia de la alemana, que le pilló por sorpresa--. Uh... Creo que me he equivocado, estaba buscando otro sitio. --se disculpó rápidamente, titubeando incluso, para después alzar las cejas al ver el futbolín y la propuesta que acababa de hacer la contraria--. Además, soy bastante mala en los deportes, hasta con el futbolín.

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alexandra:

           Se encontraba en un parque de Copenhague, acompañada de su perro y de algunos guardias, cuando, empezó a sonar una canción, al parecer había una fiesta o algo, por lo que, hizo que su mascota se levantara en dos patas y agarrando las otras, empezó a bailar con él, algo que solían hacer muy a menudo. “Buen chico Arnold, eres el mejor compañero de baile” hablo alegremente sin dejar de dar vueltas junto con el perro.

              Pese a que parecía haber una fiesta delante de sus narices, Ingrid se encontraba releyendo uno de sus libros favoritos sentada en un banco, una afición que hacía que se evadiera de todo lo de su alrededor por unos instantes. En aquellos instantes, la prosa de Kafka parecía haberla dejado embelesada, pero el hecho de ver a la rubia bailando con su perro hizo que cerrara el libro y alzara la vista con una sonrisa--. Hacéis muy buena pareja, creo que baila mejor que yo. --bromeó la pelirroja mientras seguía mirando al perro.

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séraphine: flashback

      — Espera, espera… — la mirada curiosa sobre los vasitos, se veían mucho más atractivos que lo que sea que tuviese en su vaso. — ¿Qué dijiste que eran? — Tampoco quería negarle la propuesta así tan feo. — Si me prometes que no sabe como este… Akva.. Akvavie… O como sea que se dice, si no sabe tan fuerte entonces acepto. 

         -- Chupitos de Jägermeister. No sé qué acabas de beber, pero definitivamente son bastante fuertes. No sé si podrás soportarlo. --dijo mientras se encogía de hombros, sobre todo porque la pelirroja no era demasiado buena a la hora de beber, y menos ese licor de hierbas que tanto parecía gustarle a la gente. Pero bueno, era una fiesta, ¿no?--. Si te consuela, yo voy a sufrir contigo si te apuntas.

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zehra: flashback

“Tal vez vengan luego de que vean cómo te dejé en su honor,” bromeó mientras la otra se sentaba y ella abría el potecito de pintura verde que vendría perfecto para una máscara alienígena. Pensó en ocupar un pincel, pero se le ocurrió que ya tenía los dedos con pintura y, además, potencialmente su precisión sería mejor si ocupaba los dedos. “Espero que no te moleste que no use un pincel,” dijo, mientras sus dedos se volvían verdes. “Oh, y la pintura está algo fría.” Una enorme sonrisa vestía la turca mientras comenzaba a pintarle el rostro a la otra. “¿De dónde eres?” preguntó, con su vista y concentración puestos en la pintura. 

        -- No descarto próximos avistamientos alienígenas gracias a la buena caracterización que me vas a hacer. --dijo con una sonrisa de oreja a oreja, para después negar con la cabeza. Si iba a pintarse la cara de verde como un extraterrestre, lo cierto era que tampoco le importaba demasiado cómo iba a hacerlo. Ante lo otro, se encogió un poco de hombros--. Podría ser peor, no te preocupes. Aunque está un poco fría, sí. --asintió, corroborando lo que había dicho la turca antes, para después responder a la pregunta que le había formulado--. Soy danesa. Tú eres turca, ya lo sé. --añadió, riéndose.