Estudiante de 22 años. Fanática del anime y manga, estoy más enfocada en el shonen, seinen y yaoi. Mi hobby es la escritura de fanfiction. | Yaoi-No-Akuma en FFnet y Wattpad. | YNAkuma en AO3 y AmorYaoi. | Estoy en Twitter bajo el mismo pseudónimo. |
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Sueños
BEASTARS. Fanfic. Rating: T. Genre: Romance/Shonen-ai. Pairing: Riz/Tem. Resumen: A veces sueña con Tem
English version: Not yet.
A veces sueña con Tem.
Sueña con él y su ligera voz, sus grandes ojos y su cálida sonrisa; sueña con esos días cuando conversaban después de las actividades del club, con sus dulces y comprensivas palabras; sueña con cosas que alguna vez le dijo y otras que nunca mencionó, con sus mejillas sonrojadas y su suave lana.
Sueña con sus pequeñas manos y su menudo cuerpo.
Otras veces sueña con la muerte.
Sueña con el inerte cuerpo de la alpaca, el hedor a sangre y carne; sueña con el precioso charco rojizo bajo su persona, con su uniforme y su pelo manchados; sueña con sus manos llenas de sangre, con el frío y seco tacto entre sus dedos.
Sueña con el sabor de su blanda carne, con la sensación en su boca y el líquido chorreando desde sus colmillos.
Y otras veces simplemente no sueña.
Hay penumbra, desolación y miedo. Hay nada y hay todo.
Y cuando despierta, la migraña producto de la medicina es insoportable. Traga una botella de miel dulce para evitar el efecto y observa el envase vacío con detenimiento.
Tem fue su miel dulce.
El pensamiento le abruma y mientras lo repite toca sus dientes con su mano libre. Recuerda el sabor y olor de la sangre, el gusto y textura de la carne del herbívoro y su cuerpo se estremece, su pelaje se eriza y la imagen de Tem le excita.
La hermosa mirada bondadosa del más bajo le maravilla y se recrimina por lo que ha hecho.
No ha sido capaz de ser sincero con él, no ha podido decirle las verdades ocultas en su corazón y no ha logrado poseerlo como le hubiera gustado.
Quería a Tem.
Así que a veces sueña con él.
#beastars#Riz#Tem#Riz/Tem#unrequited love#manga spoilers#furry#Yaoi fanfic#Fanfic español#YNAfics#yna writes
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Mirar
BEASTARS. Fanfic. Rating: T. Genre: Romance/Shonen-ai. Pairing: Legosi/Louis. Resumen: Louis no tolera a los carnívoros, en especial a él porque simplemente no le mira.
English version: Not yet.
Esto es absurdo. Juno, que no es más alta que él, le tiene contra el piso, sus manos fuertemente aferradas a sus muñecas y sus torneadas piernas entrelazadas con las suyas, impidiéndole hacer cualquier movimiento; sí, ella es un carnívoro —un lobo gris para ser exactos— pero él es más alto maldición, es mayor que ella y ¿aún así no puede acortar la distancia entre los carnívoros y los herbívoros?
Qué desafortunado.
—Louis-senpai —habla con esa voz dulce y fina, femenina —, esta es una declaración de guerra —susurra y entonces nota cómo gruñe ligeramente al final de su sentencia, la voz de los carnívoros tiene ese sutil sonido gutural que es tan aterrador para ellos, los herbívoros —. Seré la nueva Beastar y Legosi-senpai será mío.
Su mirada es la de un depredador pero en ese momento no está dirigida a él, a pesar de estar dentro de su panorama. Está deseosa por aquel lobo de plana personalidad.
—¿Legosi? —suelta atónito. No le sorprende que la fémina le amenace con ganar su puesto como Beastar no, le sorprende que meta a un carnívoro como Legosi en esta peculiar conversación que están teniendo —, ¿qué tiene que ver él en esto? —pregunta confundido.
La hembra parpadea un par de veces y lentamente la presión que mantiene en sus muñecas disminuye hasta que le suelta. Se aleja de él lo suficiente para permitirle sentarse y una vez se incorpora la loba le mira cómplice.
—Piensas que nadie se ha percatado de ello, Louis-senpai —su voz se vuelve áspera y no puede evitar que escalofríos corran por su espalda —, pero yo sí me doy cuenta. Me doy cuenta de cómo ves a Legosi-senpai, de cómo cuentas los segundos y de cómo desvías la mirada cuando crees que mirarlo un segundo más podría delatarte.
Los carnívoros son aterradores.
—Me doy cuenta porque soy hembra e hice lo mismo —sonríe y sus dientes se asoman por debajo de sus belfos —¡pero ya no más! —sus colmillos brillan preciosos bajo la luz del reflector del cuarto del club.
Él... ¿observando a Legosi? —Qué ridiculez —se levanta y desde arriba mira a la joven cánida —, ¿por qué estaría interesado en un carnívoro como él? —simplemente no está bien.
El rostro de la menor se relaja y en un parpadeo vuelve a ver esa mirada depredadora en sus grandes ojos —Tu instinto dice que está mal pero aún así sigues observando en silencio... porque en realidad tú lo quieres.
Abre los ojos de par en par y es incapaz de negar lo que la hembra ha dicho.
—Suficiente, ve a tu dormitorio —avanza hacia su camerino personal —, cerraré pronto.
No ha dejado de pensar en las palabras de Juno porque detesta la idea de admitir que son verdad. Él no ve a Legosi como un acompañante, por supuesto que no; cuando piensa en esa palabra la imagen de Haru viene a su mente, ella es mejor candidata para ocupar ese lugar de lo que puede ser el lobo gris. Ella con su menudo y pequeño cuerpo, su blanco y suave pelaje, su adorable cara con sus negruzcos y grandes ojos y todo ese cariño que no duda un momento en mostrarle, ¿qué puede tener Legosi que compita con eso?
—Um... ¿Louis-senpai? —su áspera voz resuena en el camerino, tiembla un poco y casi es música para sus oídos —, dijiste que querías hablar... —pero no has dicho nada.
¿Qué puede tener él en comparación a una coneja como Haru?
—Legosi —decir su nombre en ese momento se siente tan bien, percibe un extraño sabor en su lengua que le hace desear pronunciarlo más veces mas debe retenerse, debe mantener la compostura.
Da media vuelta y observa con detenimiento al carnívoro. Es más alto que él, su cuerpo es más fornido y tiene hombros anchos, sus manos son más grandes que las suyas y tiene garras de al menos seis centímetros que podrían cortar carne con facilidad, su pelaje gris, duro y áspero, un hocico con una fuerza descomunal que podría partirle el cuello en un instante y esos ojos tan peligrosos y a la vez no; es todo lo que Haru no es. Disminuye la distancia entre ellos, camina lentamente hacia él y Legosi parece más una presa que un depredador por la forma en que retrocede.
Pronto la espalda del lobo se encuentra contra la puerta y en ese momento endereza su postura como pocas veces lo ha hecho; siempre va encorvado, como si quisiera lucir más pequeño de lo que es, como si no quisiera llamar la atención pero es inútil, las miradas del resto de los estudiantes se dirigen a él precisamente por eso; tal vez Legosi detesta su altura y la maldice cuando está a solas, lástima que siga creciendo.
Las orejas puntiagudas del lobo gris permanecen erguidas, atentas, y sus ojos desorbitados apenas hacen contacto con los suyos. Luce patético para ser un carnívoro, con gusto limaría sus colmillos si no pretende usarlos.
Sin avisar alza las manos y rodea el cuello del cánido, aprieta ligeramente su garganta y presiona sus pulgares cerca de sus arterias carótidas; poco a poco la respiración del lobo se estropea.
—¿Por qué no muestras tus colmillos, Legosi? —pregunta rabioso, puede ver que se está forzando a mantener el hocico cerrado —¿Por qué no me detienes? —puede asfixiarle hasta la muerte si se lo propone y de igual manera Legosi puede matarle si tan sólo no fuera un cobarde.
Si tan sólo no le subestimara.
Siempre es así, los carnívoros son así. En el fondo ha deseado que Legosi no sea como el resto, que no dude en mostrarle su verdadera naturaleza no porque sea un herbívoro sino porque ve en él un digno contrincante, alguien igual a él. Es tan capaz de matar como cualquier carnívoro.
—No puedo... —su voz suena más ronca y ahogada —si muestro mis colmillos ante ti... no podría perdonarme...
Sus orejas caen a los lados levemente y el agarre que tiene en el cuello del lobo disminuye —¡¿Por qué no puedes verme?! —brama al borde de las lágrimas.
Abruptamente el más alto agarra sus muñecas y se inclina sobre él y poco a poco le hace doblarse hacia atrás. Sus manos son diferentes de las de Haru, incluso de las de Juno, podrían romper sus huesos en una descarga de adrenalina. Son diferentes de las suyas, Legosi puede tomar vidas con las manos desnudas, él debe usar un arma.
El ambiente se vuelve pesado, se ve sometido por el carnívoro y jamás ha visto una mirada tan espeluznante en el cánido. Su instinto animal le dice que es peligroso y apenas puede mantenerse de pie. Debe admitir que ha olvidado cómo se siente ser una presa.
—Puedo verte, Louis-senpai...
De repente la habitación le figura más pequeña y oscura, la mirada de Legosi se enfoca tanto en la suya que empieza a sofocarle.
—Pero no creo que deba hacerlo —la voz de Legosi es más profunda, casi como un gruñido, uno que resuena en su cabeza y le hace estremecer, cada fibra de su cuerpo vibra.
Siente el ardiente aliento del lobo contra sus fosas nasales y el ritmo de su corazón se acelera, su cuerpo comienza a calentarse e intenta encogerse más en su lugar mientras Legosi acorta lentamente la distancia entre ellos.
Ve las puntas de los caninos superiores asomarse bajo los belfos del lobo gris y casi puede sentirlos sobre su piel.
Toc, toc.
Llaman a la puerta y Legosi le suelta de repente sin reparar en que su agarre le ha mantenido de pie por lo cual empieza a caer hacia atrás, pero antes de que golpee la mesa de centro el lobo le vuelve a sujetar. Sus brazos rodean su cintura y le lleva hacia él, juntando sus cuerpos. Ninguno entiende lo que está sucediendo y cuando vuelven a tocar la puerta el cánido le aleja y lo deja parado frente a él.
No hay rastro de la bestia en su rostro. Puede ver en su tieso rabo que está nervioso y confundido. Sin decir nada hace una reverencia y sale del camerino sin miramientos.
Atónito se deja caer en uno de los sillones y entretanto escucha los balbuceos del indeseado invitado que ha decidido interrumpirlos se echa a reír.
No quiere a Legosi como a Haru.
Mientras la fémina es adorable, el lobo es tosco. Es una bestia dormida que despierta sus instintos animales de una manera que no ha sentido en años y le fascina. Le excita porque le llena de adrenalina saber que está tan cerca de la muerte. Y a Legosi le aterra.
Mira sus manos, son más delgadas y estilizadas que las del carnívoro, sonríe, burlándose de sí mismo, aún está temblando.
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So breathe for me, just breathe
Boku no Hero Academia. Fanfic. Rating: T. Genre: Angst. Advertencia: Alucinaciones/Mild Gore. Pairing: Pseudo Stain/Tensei. Resumen: Es consciente de que es sólo una ilusión.
English version: here.
Es una tortura.
No ha podido conciliar el sueño apropiadamente desde que recuperó la consciencia. Siempre escucha las navajas siendo ondeadas y siente el metal cortando su carne, quemando adentro, pero no le atemoriza el revivir el recuerdo de las heridas, lo que tanto le perturba es evocar la imagen de aquel hombre.
Su piel se eriza cuando al abrir los ojos a medianoche alcanza a visualizar la bufanda escarlata, tan roja como la sangre, enredada en el cuello de aquel individuo dueño de ella, ese sujeto que le hubo hecho daño. Le inquieta verle enfrente de él, sobre su abdomen, mirándole desde arriba con un gesto lúbrico que le provoca escalofríos y le produce arcadas.
Es consciente de que no es más que una ilusión, una broma de muy mal gusto generada por su quebrada mente.
Lo escucha llamarle con una sonrisa torcida, pronuncia su nombre de héroe con una voz repulsiva y aunque quiere sacárselo de encima no puede, tan pronto choca su mirada con la hueca carmín del villano se ve paralizado.
Sus navajas permanecen enfundadas y cree que pretende burlarse de él. Ya no representa un obstáculo, ya no es nadie. Le sonríe ufano y aproxima su mano a su cara, con terror lo observa, extiende su dedo índice y traza una línea vertical desde la base de su nariz hasta su mentón, tiene un inquietante cuidado con sus labios. Quiere cerrar los ojos pero en el fondo le interesa ver lo que pueda hacer.
Lo desprecia, sin embargo se desprecia aún más a sí mismo por desear saber si esto es real o no. Tiene curiosidad y aunque pueda morir por su propia estupidez no puede evitarlo.
Piensa que sería absurdo que el asesino estuviera ahí, pero incauto cree que le gustaría que fuera tangible.
Tal vez quiera desvanecerse entre sus manos o tal vez sea el morbo por saberse sometido ante alguien tan retorcido como él.
Lo ve inclinarse hacia él, el latido de su corazón retumba en sus oídos y siente que podría explotar en cualquier momento. Abre su boca lentamente y acerca su lengua a su cara; lame su barbilla, percibe las papilas gustativas de su lengua y un escalofrío sube por su espina dorsal, las heridas le escuecen y siente náuseas, roza sus labios y retiene el vómito en la base de su garganta.
Su rostro trastornado le estremece, le observa turbado y siente sus orbes encarnados como cuchillos clavándose en su cráneo. Las manos del asesino se posan sobre su pecho y advierte sus maltrechas y astilladas uñas rasgando su piel, enterrándose en sus músculos. A sus oídos llega el sonido húmedo de sus manos desollándolo, y entiende que sólo está teniendo alucinaciones, siente el ardor de su carne palpitante expuesta y por un instante deja de respirar cuando lo ve incrustar sus manos en sus ligamentos, palpa su costillar y destroza sus huesos, los oye crujir y todo se oscurece.
Al abrir los ojos las enfermeras intentan estabilizarlo, le da vueltas la cabeza, en el fondo ve a su hermano menor al borde de la desesperación siendo sujetado por su madre y mientras escucha el irritante sonido intermitente de los aparatos en la habitación percibe la rauca voz de Stain llamarle por el nombre de héroe del cual tanto se enorgullecía.
Reza. Sigue respirando.
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Imposible
Boku no Hero Academia. Fanfic. Rating: M. Genre: Romance/Shonen-ai. Pairing: MightDeku. Resumen: Y sin embargo ahí estaba.
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Si hace cuatro años le hubieran dicho que terminaría de esta manera lo habría negado rotundamente con un "imposible".
Pero ahí estaba, viéndolo desde arriba. Su delgado cuerpo debajo del suyo, nacarado por el sudor y zozobrando por el placer que derrama sobre él.
Ha sido extraño cómo se dieron las cosas y aunque quisiera recordarlas no puede porque no debe.
Las circunstancias han debilitado más al de ojos zarcos y sabe que nada le desagrada más que mostrar su fragilidad, sin embargo es demasiado difícil olvidarse de aquella imagen que le hubo ofrecido al llegar a su departamento.
Piensa en su quebrada persona, su nublada consciencia y su desesperado corazón mientras tienta la enorme cicatriz que se extiende en el costado izquierdo de su torso. Él siempre la describe como desagradable pero en lo particular le parece fascinante. Lo hace estremecer y susurra cortos y bajos "no" para evitar gemir.
Sonríe de manera sutil y se inclina hacia su desnudo abdomen para marcar un camino de besos sobre la lacerada piel.
No está seguro si esto es lo que el mayor buscaba pero supone que puede interpretar el hecho de que no le ha negado nada como una posibilidad de ser lo que quiere.
Adentro es tan cálido como lo es por fuera. Y le desbarata un poco el exceso de presión a su alrededor. Es estrecho y el antiguo héroe profesional lo siente, se deshace bajo sus manos y entre sus piernas. Es una vista tan insólita que espera ser el único que la ha presenciado.
Su magro cuerpo tiene un encanto peculiar que probablemente sólo él ve mas poco le importa si es así, atesorará todo lo que pueda tener de él y todo lo que le pueda ofrecer.
—...muchacho... —su voz tiembla y aún así le figura terciopelo y cuando dice su nombre —Izuku... —le complace.
Enajenado piensa que podría hacer melodías de él y comienza a empujar con la intención de escucharlas salir de su boca. Es un pensamiento que detesta pero no puede evitar querer estropearlo, quiere ser egoísta y marcar al hombre como suyo.
#bnha#boku no hero academia#mha#my hero academia#Fanfic español#mightdeku#midoriya izuku#toshinori yagi#Yaoi fanfic#YNAfics
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OH BOI
Diablos, hace mucho que no vengo por aquí. Insisto que esto de las redes sociales no es lo mío, tiendo a olvidar que tengo cuentas por ahí abiertas.
Han pasado meses desde que publiqué aquí, ¿no?, lo siento por eso.
Las cosas no han ido muy bien, bueno, respecto a los fanfics sí, pero mi vida personal no. Aunque ese es otro tema, uno con el que no quisiera agobiarlos por lo absurdo que es.
Anyway, espero ponerme al corriente con mis publicaciones, tengo que pasar varios trabajos ya de AO3 aquí y eso será tardado D:
Perdonen si he dejado esto muy abandonado, la última vez que publiqué tuve un pequeño bajón emocional y aunque escribí algo respecto a como me sentía al escribir fue algo que en realidad se aplicaba en otro sentido en mi vida. Terminar la carrera fue horrible.
Pero bueno, no se atañen por eso.
Supongo que es todo. Intentaré andar más seguido por aquí, si no me encuentran por wattpad probablemente lo hagan por aquí (o viceversa).
¡Nos vemos!
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Quiero jugar videojuegos ;A; estoy harta de todo, hasta de escribir..........
Lo que me sorprende es que mis historias son tan ambiguas y de finales abiertos que las personas esperan algo más, están a la expectativa de que haya un capítulo más cuando en realidad nunca lo va a haber... y lo peor es que hasta me siento mal por ese hecho... les juro que si no fuera tan nerviosa como lo soy sin duda escribiría miles de multichapters pero me estreso con demasiada facilidad que no puedo cargar con tanto en mi cabeza.
Cada que escribo es como si cargara un vaso con un sólo trago de agua, y cuando decido alargar el escrito cada capítulo es un trago más de agua en mi vaso... hasta que llega al borde y me asusta que si hago un sólo movimiento lo pueda derramar.
Quizá no suene tan exagerado y hasta un poco absurdo, pero el problema es que mi vaso es muy pequeño.
No me gusta cumplir con las expectativas de las personas a mi alrededor sin embargo me han educado a satisfacerlas de una u otra manera, tanto que me perturba no conseguir cumplir con las de los que me leen.
.........no sé qué estoy diciendo, necesitaba sacarlo.
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No llevo ni dos horas en la uni y ya me quiero ir...
#como quiera es mi último semestre#y no tendré que volver a pisar este lugar#ni verle la cara a esta bola de hipócritas#perdón pero realmente me desagradan las personas de mi carrera#ugh
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En este momento tengo un enorme conflicto con un fanfic (drabble) que escribí hace algunos días. Lo quier publicar pero me parece exageradamente corto, incluso me figura que está incompleto pero soy incapaz de escribir más porque creo que lo arruinaré. Es perfecto como está (para mí al menos) y no quisiera echarlo a perder, pero no consigo armarme de valor para publicarlo. No sé qué hacer.
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No puedo publicar en FFnet D: ;_; estoy desesperada por subirlo ;A;
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No me hagan esto, noooo, nooooooo ¡¿qué se supone que haga ahora?! No quiero seguir escribiendo, no quiero romper mis propias reglas nooooooo
#los odio#ahora se van a llevar bien???#a base de mentiras#pero igual#no me hagan caso#necesitaba desahogarme puesto que no puedo gritar#yna problemas
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Ya recuerdo porqué no había cambiado la imagen de perfil en Wattpad... Jaja xD mátenme por lo despistada que soy.
#tendré que esperar a usar la computadora#hice el cambio en el celular y no tengo la antigua imagen de perfil#lol
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Desechado 18 (Final)
Once (O11CE serie). Fanfic. Rating: T. Genre: Romance/Shonen-ai. Pairing: Lorenzo/Gabo. Resumen: ¿Qué le aseguraba que no lo haría con él?
(Parte 1)
(Parte 17)
Han pasado a la siguiente ronda pero ¿a qué costo? Gabo está en el hospital y no hay manera en que los directivos les digan lo que pasa con el chico.
Se siente terrible, antes del partido se comportó un tanto áspero con el castaño y ahora no puede encontrar una excusa para ir a verle en el hospital, podría no necesitar alguna pero las cosas no están bien consigo mismo.
Su padre sabe de su relación con el menor y le ha dejado claro que no la apoya. No lo lleves tan lejos, le hubo dicho la mañana siguiente que lo vio junto al enganche. Detesta que su padre le diga qué hacer sin embargo el constante sentimiento de saberse reconocido por él y tener su aprobación le hace obedecer cual pequeño can.
Están en los vestidores esperando alguna noticia del número diez y especulando sobre lo que podría ser su lesión; están preocupados, ansiosos y nerviosos ante la idea de que su lesión sea grave y ya no pueda jugar por el resto del campeonato. Le enoja que confíen tanto en Gabo y aunque quisiera asegurarles que él mismo los llevará a la victoria no puede hacerlo, el castaño es esencial en el campo y sin él la estrategia de juego no sirve.
Al ver que aparentemente nadie les dirá algo deja solo al resto del equipo y sale con rumbo al hospital. Debe agradecer que Dedé y Ricky están enojados con el chico porque entonces no habrá interrupciones cuando hable con él.
Piensa que debería disculparse por la actitud que tomó los días pasados pero no está seguro de querer explicarle sus motivos.
Al llegar pregunta en recepción por el número de habitación en donde se encuentra Gabo y siente extraño el nombre del chico en su lengua, hay un peculiar cosquilleo en su paladar.
Espera encontrarse con Francisco o Vitto pero jamás con él.
—¿Qué haces aquí Valentino? —Le intercepta en el pasillo, está a un par de habitaciones de donde está el castaño.
—Podría preguntarte lo mismo —dice tan tranquilo como siempre, —¿vienes a ver a Gabo?
—Mis asuntos no son de tu incumbencia. —Responde soberbio.
Cree que con eso podrá callarlo sin embargo en un instante sus labios se tuercen un poco y le dirige un gesto que pocas veces ha visto en el de ojos pardos —Debes estar orgulloso de lo que has hecho ¿no?
Frunce el entrecejo y suelta un confundido "¿qué?" al portero.
—No, —le examina con la mirada y le pone nervioso —tus intenciones cambiaron en el camino, —sonríe con tristeza —pero es una lástima que al final no lo hayan hecho a tiempo.
Le cuesta entender a qué se refiere y cuando pretende seguir su camino lo detiene —¿De qué estás hablando? —está por agarrarlo del brazo lastimado pero Valentino lo impide con su mano libre.
—No es de mi incumbencia ¿cierto?
Le toca un nervio pero le cierra la boca. Se suelta del agarre del arquero y lo ve seguir su camino por el largo pasillo. Regresa la vista a la puerta de la habitación donde debe estar el enganche, siente que los pies le pesan y con esfuerzo avanza hasta quedar frente a la puerta. Levanta la mano lentamente para tomar el pomo y lo gira para empujar la puerta y entrar en el cuarto.
Ve a Gabo en la cama con la mirada baja y hasta que da un par de pasos dentro el chico se percata de su presencia.
—Lorenzo. —El gesto en su rostro le dice que es a la última persona a la que quiere ver en ese momento.
Aún no logra saber porqué ha ido a verlo y por no quedarse ahí parado sin decir nada le pregunta: —¿Qué te han dicho?
—Es un esguince —parece complicársele hablar, su voz tiembla ligeramente —sólo eso sé. Nadie me dice nada.
Tiene una idea de lo que está pensando y espera equivocarse.
Baja la mirada y estruja las sábanas entre sus dedos —¿Crees que hice lo correcto?
—¿Tú no lo crees?
Se ríe un poco y eso le basta. —Quise convencerme de que lo era... Si era por el equipo entonces haría lo que fuera... —su voz suena ahogada —pero en ese momento no pensaba en los Halcones.
No sabe de cuál momento habla pero supone que lo mejor es que se desahogue —¿En qué pensabas?
—En Camilo.
Y tiene miedo de que continúe.
Le sonríe con pesar —Pensaba en que si me retiraba, si me salía del partido... me despreciarías y podrías desecharme como a él.
—¡¿Qué? Eso no-!
—¡Pero ahora...! —Le interrumpe, su voz se quiebra y tiene que detenerse —Ahora... sin duda lo harás ¿no? —aprieta la ropa de cama hasta que sus nudillos se ponen blancos —ahora que no puedo jugar... ya no te soy útil.
Entonces entiende las palabras de Valentino. Aunque en alguna parte del camino sus intenciones de manipular a Gabo cambiaron no se atrevía a contradecir sus palabras, si el chico aún no podía confiar en él no lo culpaba, es difícil creer en alguien como él.
—Valentino siempre tuvo la razón, —vuelve a hablar —pero no le hice caso.
Sabe que no debería preguntar sin embargo aún así lo hace —¿Qué te dijo?
Alza la cabeza y le mira fijamente —Que no eras bueno para mí.
No puede olvidar el rostro lánguido del castaño, lucía abatido, cansado... destrozado; y no pudo decirle nada para cambiar su gesto. Al final no sirvió de nada ir a visitarlo en el hospital.
No ha hablado con él en un par de días, sabe que le dieron el alta y ahora está siguiendo un programa para recuperarse de la lesión. Poco después de haberle visitado y haber regresado al IAD Vitto les informó sobre el estado de Gabo: tenía un esguince de tobillo grado uno, con posibilidades de ser crónico. Le era imposible imaginar lo que pasó por la mente del más bajo al enterarse de aquello.
Era posible que ya no jugara más.
Supone que debió ser desgarrador para el chico, sus capacidades en el fútbol eran su mérito para estar en el IAD y para permanecer en los Halcones Dorados; si pierde eso lo pierde todo.
Quizá debería hablar con él pero no cree ser la persona indicada para eso. Nunca ha pasado por algo así y no tiene idea qué podría decirle para hacerle sentir mejor.
Suspira largamente, el eco resuena en la cancha de baloncesto, ni siquiera sabe si aún es alguien para él. En aquella visita, después de que le dijera lo que Valentino pensaba no pudo responder nada, su mente se quedó en blanco y es que no podía enfadarse por sus palabras porque aunque no quisiera admitirlo eran ciertas.
Siempre ha sentido antipatía por Valentino, es demasiado sagaz y sabe leer bien a las personas, por ello no puede refutar la imagen que tiene de él.
—¿Podemos hablar?
A pesar de que era la única persona en las gradas y en la cancha no escuchó los pasos del chico y le ha tomado completamente desprevenido. No estaba preparado para enfrentarlo pero no le niega nada.
Gabo se sienta a su lado y permanece en silencio durante unos minutos. ¿De qué podría querer hablar?
—Lorenzo, ¿tú y yo aún...?
Ah, eso. —¿No crees que es tiempo de dejarlo?
—¿Qué?
No sabe si lo hace porque su padre le dijo, si lo hace por Gabo o por sí mismo —Tenía intenciones de utilizarte, manipularte a mi antojo —sin embargo cree que sería lo mejor para todos —, quise engañarte, te hice creer que yo no era tan mala persona... pero ya ves que no.
Gabo lo observa atentamente.
—Nada bueno puede salir de esto. —Sonríe de lado.
—Tal vez, pero aún así quiero intentarlo.
—Podría desecharte en cualquier momento.
Le sonríe y mira hacia el frente —Hablaste como si tus intenciones ya no fueran las mismas y, pienso que si todavía lo fueran no habrías ido a verme al hospital.
—Por favor, deja de esforzarte tanto, —dice harto —mira cómo acabaste.
No es alguien honesto y le cuesta mucho admitir las cosas, quizá sus intenciones no han cambiado ni un poco o puede que sólo esté hablando por miedo de que lo hayan hecho pero personas como él no debían estar con alguien como Gabo.
—Si te esfuerzas conmigo... —acabarás aún peor, es incapaz de decirlo en voz alta porque le asusta pensarlo.
—Me arriesgaré entonces —gira la cabeza y regresa la mirada hacia él.
No se siente bien y se odia a sí mismo por no haber acabado con esto antes porque si él no lo termina tal vez Gabo lo haga y la idea le disgusta. Será el perro abandonado en la carretera por segunda vez.
—Como quieras —se encoge de hombros y se va de ahí dejando al más bajo solo en las gradas.
No sabe cuánto tiempo durará esto y en este momento no le importa. La correa en su mano ya no está pero en su cuello siente un peso extraño.
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Desechado 17
Once (O11CE serie). Fanfic. Rating: T. Genre: Romance/Shonen-ai. Pairing: Lorenzo/Gabo. Resumen: ¿Qué le aseguraba que no lo haría con él?
(Parte 16) (Parte 18)
Falta un día para el juego contra los Rayos y que su fractura no lo fuera en realidad ha sido la mejor noticia que ha recibido y al parecer el equipo también.
Todos le aseguran que cuentan con él y que ahora que podrá estar en el partido sin duda alguna ganarán.
El asunto de su lesión trajo algunos problemas. Después de platicar con Ricky se enteró que Lorenzo le culpó por ello y aunque su amigo le aseguró que no debía preocuparse por lo que el goleador le hubo dicho tenía que hablar con el mayor.
Al terminar la práctica matutina le pide un poco de su tiempo al más alto.
—¿Ricky ya te lo dijo? —Le pregunta en cuanto se quedan solos.
—Te dije que estaba bien, no había necesidad de que discutieras con él.
—Lo siento ¿de acuerdo? —Dice un poco harto.
Sabe que Lorenzo sólo estaba descargando su frustración pero que le echara bronca a Ricky le pareció excesivo, el chico ya cargaba con bastante al ser desplazado a la banca y lo que menos necesita es el peso y el estigma de haber lesionado a su mejor amigo y al enganche del equipo.
—Simplemente no entiendo cómo no te puedes enojar con él —Se le escucha enfadado.
—Yo no entiendo cómo te enojas por algo que no tiene que ver contigo.
—Ah, ¿no tiene nada que ver conmigo? —Repite indignado.
Lorenzo está más irritable de lo normal —¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?
El más alto chasquea la lengua y gira la cabeza a un lado. —No es nada, ¿de acuerdo? —Y se va.
Le desconcierta ver al chico tan extraño y lo sigue con la mirada hasta que desaparece tras las puertas de los vestidores. El día de ayer estaba bastante bien y ahora se portaba muy arisco, ¿qué pudo haber pasado?
—Oye, ¿qué pasa con tu novio? —Le pregunta en susurros Ricky en media clase.
—Para con eso —le avergüenza que le llame así.
—Pero lo son.
—Ya, pero no lo digas. —Además no muchos saben de su relación.
—¿Y bien? ¿Qué pasó? —Insiste.
—No lo sé, —le asegura —ayer estaba bien.
El mexicano se queda pensativo, duda que pueda decirle qué sucede con el goleador y de cualquier forma no es capaz de decir nada, la maestra le ha visto inclinado hacia su pupitre y le ha pedido que regrese su atención a la clase.
No sabe qué pudo pasar, supone que ha de ser un asunto familiar mas no cree que sea prudente cuestionarle sobre ello. Diego les vio ayer juntos y aunque quiere convencerse de que eso no implicaba que hubiera algo entre ellos no puede evitar pensar que el mayor ha descubierto su relación; tal vez sea eso lo que tiene a Lorenzo con tan mala actitud.
Por la tarde tienen entrenamiento otra vez y el número nueve no parece haber mejorado su humor. Ni siquiera con Lucas y Adrián se comporta diferente.
—Gabo, ¿estás bien? —Llega Ricky a su lado, no tarda en unírseles Dedé.
—Sí, no es nada. —Lo cierto es que se siente un poco más fatigado de lo usual y quiere atribuirle eso al hecho de que no movió el tobillo durante todo el día de ayer.
—Tal vez no deberías jugar, sabes. —Dice el de cabello rizado.
—Apoyo a Dedé, ¿qué pasa si en realidad te lastimas?
—Están exagerando ¿sí? —le echa un vistazo a su pie, siente un tirón y evita hacer un gesto —Estoy bien.
Le desagrada la idea de dejar la cancha pero le disgusta más pensar que podrían perder el partido si él no juega. Si bien nadie le ha dicho que carga con el equipo no puede evitar pensarlo, Francisco había estado buscando un enganche para darle a los Halcones el equilibrio que necesitaban y no puede fallarles ahora.
El partido le tiene nervioso, el día anterior no hubo entrenamiento y cree que su tobillo no está en las mejores condiciones, las molestias desaparecieron pero no está seguro si podrá soportar los noventa minutos de juego. Espera -y desea- que así sea.
Francisco los reúne en los vestidores antes de comenzar el juego, les da la confianza que necesitan y no dudan que podrán salir victoriosos.
Llevan más de sesenta minutos de juego y las cosas no se ven bien. Tal vez debió haber seguido el consejo de sus amigos, el tobillo le punza y tiene que hacer un saque.
Lorenzo está cerca, le mira con cierto desdén y severo le dice: —¿Los Halcones Dorados son demasiado para ti? —Está acostumbrado a su actitud áspera y en ese momento no piensa en lo agresivo que se ha escuchado.
Coloca el balón y siente el tiempo detenerse. El tobillo le duele más, debería parar; ve a sus compañeros en la cancha, el dolor disminuye mas no lo suficiente. Mira al goleador y no lo piensa más. No sabe si hace lo correcto pero por el equipo hará lo que sea.
En ese instante no se detiene a pensar en las consecuencias.
Por su mente jamás pasa la posibilidad de lesionarse de gravedad.
Clava la mirada en el techo de la habitación, observa el inmaculado tono blanco y suspira por enésima vez esa tarde. Está perdiendo la paciencia y nadie le dice nada; quizá deba investigar por su cuenta.
Se incorpora con la intención de levantarse de la cama pero el dolor en su tobillo le detiene así como un inesperado visitante.
—Oye, ¿a dónde crees que vas? —Pone su mano izquierda frente a él y le empuja para que vuelva a recostarse. —No deberías moverte.
—Valentino, —le saluda —¿qué haces aquí?
—Vine a rehabilitación y decidí pasar a verte. —Le sonríe un poco —¿Cómo te sientes?
—Bien pero no sé nada y me desespera —aprieta las sábanas entre sus manos —, no puedo estar quieto aquí.
—Pero debes.
Es verdad, aunque no le guste. Debe tener cuidado, aún no sabe qué tan grave es su lesión y cualquier movimiento podría empeorarlo todo... ¡pero es que es tan desesperante! No tolera la idea de estar atado a una cama y sin saber absolutamente nada.
—¿Por qué lo hiciste? —La pregunta es inesperada y lo mira atentamente —¿Por qué seguiste jugando?
Es incapaz de responder. En ese momento no estaba siendo racional y la posible derrota de los Halcones Dorados se presentó de manera recurrente en su cabeza.
—No lo sé.
No sabe qué gesto tiene el más alto y prefiere no descubrirlo.
—¿En qué pensabas cuando hiciste el saque? —Le pregunta después de un rato.
—¿Eh?
—Te quedaste quieto un tiempo, ¿en qué pensabas? —Insiste —¿En ti? ¿En el equipo? ¿En Lorenzo?
Aquello le descoloca. Mira la sábana sobre sus piernas y piensa con seriedad en ese momento, recuerda lo que pasó por su mente y se sorprende al descubrir que en realidad quiso convencerse de que lo hacía por el equipo: a costa de su propio bienestar llevaría a los Halcones a octavos de final. Sin embargo no era así.
—Valentino ��llama su atención —¿crees que hice lo correcto?
El mayor no le responde al instante y teme lo que pueda decirle.
—Tal vez hiciste lo correcto por las razones equivocadas —levanta la mirada y la dirige al más alto, quien en un instante enfoca sus ojos claros en los oscuros propios —pero a estas alturas no importa lo que yo crea, ni los demás tampoco, sino lo que tú creas.
¿Te arrepientes de lo que has hecho? repite la última pregunta que Valentino le hizo antes de dejarle solo y con amargura se dice que el arquero siempre tuvo razón.
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Desechado: Side Story
Once (O11CE serie). Fanfic. Rating: T. Genre: Romance/Shonen-ai. Pairing: Diego/Francisco. Resumen: Él mismo pasó por una etapa similar.
(Parte 16) (Parte 17)
Que su hijo tuviera una relación con el chico nuevo no le sorprendía, de hecho diría que era predecible que las cosas terminarían así y lo que en realidad le extrañaba era que haya tardado tanto tiempo en cortar con Martina.
Aun cuando lo que le ha dicho sobre ganar el partido es una mentira bien actuada, su amenaza sobre "dejarse de juegos" no lo es.
No le disgusta que su hijo esté con un hombre y tampoco que sea Gabo, porque después de todo él mismo pasó por una etapa similar, sabe perfectamente lo que conlleva el tener una relación así y lo que implica para un futuro candidato a jugador profesional de soccer.
Es una historia que pocos saben y por como eran las cosas entre ellos nadie podría creerla. Jamás le contó a Lorenzo sobre ella y se prometió a sí mismo que nunca se la compartiría sin embargo si las cosas entre él y Gabo se vuelven más serias es probable que tenga que hablarle de su época de estudiante.
El ambiente es más agobiante que otras noches, su hijo no lo ha mirado una sola vez desde que entraron a la casa y en ese momento mantiene la vista en el plato con su cena. Tal vez ha sido más severo de lo que debe pero necesita hacerle entender que algo como eso no le llevará a ningún lado, ni a él ni a Gabo.
Lo ve levantarse y retirar los trastos que ha usado para después irse a su habitación y dejarle solo en el comedor. No tarda mucho en retirarse él mismo a su propia recámara.
Suspira largamente, preferiría no tener que compartirle esa parte de su vida. Porque cada vez que rememora esos tiempos se pregunta si existía una mejor manera de resolver aquello, se pregunta si su decisión fue la mejor... y tiene que hacer lo imposible por convencerse de que así ha sido. No quiere tener remordimientos por las decisiones en su vida.
Le duele la cabeza, tiene jaqueca. Pensar en su yo joven le pone mal, porque entonces recuerda al joven Francisco con quien compartió más que un simple club de fútbol y aunque tuvieran incontables riñas y diferencias, en el fondo creía que esa fue la mejor época de su vida.
Cuando nada era ni demasiado serio ni demasiado jocoso.
Busca en su baúl de recuerdos el pin de la primera promoción del IAD. Lo gira entre sus dedos y una sonrisa se le escapa, no había día en que no se peleara con Francisco.
Un día era un labio reventado, otro un ojo morado, otro una nariz rota, en fin, siempre tenían alguna herida provocada por el otro; y aunque el viejo Di Marco se encargó de dejarles en claro que jugadores como ellos no debían estar en el equipo, sus disputas no cesaron.
A escondidas del director siguieron peleando y es que ya no era una cuestión de orgullo, era más bien un instinto primitivo lo que les impulsaba a seguir buscando ese contacto físico. Las palabras hirientes, las miradas intensas, los roces ansiosos, el sudor, el contacto untuoso y caliente, el aliento sofocante, los besos hambrientos... y los deseos carnales. Quiere culpar a su adolescente corazón por confundir sus sentimientos y quiere convencerse de que eso no fue más que una calentura y no un enamoramiento.
Incluso ahora debe repetirse que su relación fue una tonta etapa y que esos sentimientos ya no existen, ya no son.
No han cambiado mucho, recuerda que Isabel le dijo una vez.
No tenemos porqué hacerlo, le respondió a la mujer.
Pero son adultos, ¿no es tiempo de que olviden el pasado?
Sí, eran adultos, los adolescentes problemáticos habían quedado atrás pero en el fondo seguían siendo ellos. Sus discusiones no eran más que excusas para volver a esos tiempos que jamás regresarían.
Quiere regresar el tiempo para ver esa sonrisa y esa mirada jovial, sentir esas manos y esa piel febril, y besar esos labios con sabor a miel al menos una vez más.
Y es que por más que intente persuadirse a sí mismo diciendo que terminar su relación fue lo mejor y que no fue más que un error de su joven yo, muy adentro sabe que disfrutó sus días al lado de Francisco.
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Desechado 16
Once (O11CE serie). Fanfic. Rating: T. Genre: Romance/Shonen-ai. Pairing: Lorenzo/Gabo. Resumen: ¿Qué le aseguraba que no lo haría con él?
(Parte 15) (Parte 17)
Esperaba que Ricky fracturara las cosas entre ellos y entonces Gabo estaría vulnerable, podría acercarse al chico sin obstáculos de por medio y haría de él lo que quisiera pero jamás pensó que eso arriesgaría la integridad física del castaño.
No podrá jugar en el partido contra los Rayos y le molesta, maldice a Ricky en silencio y contiene el deseo de golpearlo. Es su culpa y nadie lo convencerá de lo contrario, por eso le cabrea que Gabo no lo culpe, que no le reclame nada y que no se desahogue por la frustración que debe estar sintiendo al no poder jugar.
Lo necesita en la cancha, lo necesita a su lado.
Aunque no todo ha sido malo, ha hecho un gran avance con el más bajo. Ya es oficial: están saliendo, no obstante no planea hacerlo público, podrán enterarse los más cercanos a ellos y punto. No quiere lidiar con la presión del qué dirán, quiere enfocarse únicamente en el próximo juego y lo que menos necesita es a toda la comunidad del IAD juzgándole con la mirada.
Están esperando la conclusión del partido entre las Águilas y los Átomos para saber si todavía tienen oportunidad de pasar a la siguiente ronda. Espera lo peor, Ezequiel no tiene escrúpulos y si con perder el partido puede darles en la cabeza y sacarlos del torneo lo hará complacido.
El primer tiempo está demasiado flojo, es obvio que el arquero se ha dejado anotar y que las Águilas no están jugando con la fuerza de siempre. ¿Habrá metido a todo el equipo en esto? piensa y se dice que Ezequiel es un capitán de temer. Si ha conseguido hacerse del apoyo de su equipo para perder a propósito es alguien peligroso: él es el dueño y ellos sus perros de caza, morderán a cualquiera si sólo les da la orden.
Es desagradable la idea y tan atractiva al mismo tiempo. No está seguro si un equipo como ese es lo que busca pero debe admitir que sería bastante ventajoso; tal vez estuvo mucho tiempo junto al azabache y ahora piensa casi igual que él.
Los Átomos van ganando con un gol y han cometido una falta contra las Águilas; supone que Ezequiel tomará el lugar para hacer el tiro de penal y no se ha equivocado. Si falla será evidente que no está jugando en serio.
Y contrario a lo que piensa Ezequiel anota.
No puede evitar la sonrisa que exorna su rostro, le alegra saber que hay posibilidades de clasificar para la siguiente ronda y le satisface más el hecho de que Gabo haya influido en la decisión del arquero, aunque él lo negará.
Con dos goles más las Águilas derrotan a los Átomos y celebra su victoria, por más que le disguste.
Más tarde en el entrenamiento escucha al resto de sus compañeros hablar sobre el partido. Francisco no ha llegado así como tampoco el numero diez y a pesar de que le parece extraño se dice que no debería preocuparse tanto, pero aún así lo hace.
Vitto les indica en qué consistirá la práctica de ese día, Ricky le pregunta sobre la ausencia del técnico y la del enganche, debe agradecerle —aun si el coraje no ha desaparecido— Le ha ahorrado el tener que cuestionarlo él. Sin embargo el mayor no dice mucho y sólo les comunica que han ido por un chequeo médico.
Han pasado treinta minutos y al menos diez de ellos los ha gastado en buscar al chico.
—Ey, Lorenzo —a sus espaldas le llama Ricky, voltea hacia él y el delantero se detiene hasta que quedar enfrente —¿estás bien? Te noto un poco distraído.
Realmente no quiere hablar con él y está haciendo un esfuerzo sobrehumano por no soltarle algunas palabras hirientes.
—El enganche no está, y aunque no pueda jugar en el partido es necesario que esté presente. —Espera poder callarlo con eso.
El más bajo le sonríe —Sé que te preocupa Gabo, pero tal vez no sea nada grave.
Quería que se conformara con lo que le ha dicho, en verdad esperaba eso, —¿No es tan grave? ¿Tú te encargaste de eso? —porque entonces no le estaría escupiendo tan venenosas palabras.
El rostro del chico se descompone y con enojo le toma de la playera —No lo hice a propósito...
—Claro que no, —sonríe de lado, disfruta esto —es sólo una posición en el equipo, qué importa ¿verdad? —le alegra que Gabo no esté o probablemente le echaría bronca por esto, —dime Ricky, ¿qué se siente traicionar a un amigo?
El gesto del otro se tuerce en incredulidad e ira —¡Yo no lastimé a Gabo! —le grita desesperado.
—¿Qué está pasando allá? —A lo lejos se escucha Vitto.
Pero en realidad no le importa si el hombre los ve peleando, en el fondo cree que necesita esto. Ricky es el primero en levantar un puño pero antes de que le golpee Dedé alcanza a detenerlo. Lucas y Adrián se acercan y el resto del equipo los ve desde sus lugares, será imposible que Gabo no se entere de esto.
—Ricky, cálmate —el moreno forcejea y lo jala hacia atrás.
La mano derecha de Francisco llega a su lado —¿Qué hacen? ¿Están peleando? —los mira a ambos —Necesitamos al equipo más unido que nunca, —los reprueba por su comportamiento —estas peleas sólo muestran que no están listos para esto. —Espera alguna reacción de su parte mas no obtiene ninguna. —Creí que las cosas estaban bien, —el mayor voltea a verlo —Lorenzo, eres el capitán, debes poner el ejemplo.
Lo sabe, lo sabe muy bien sin embargo no puede contener el enojo que le provoca el hecho de que Gabo no jugará.
Es tarde, las clases han terminado hace una hora y su padre aún no termina su trabajo. El entrenamiento continuó después del desacuerdo que tuvo con Ricky, aunque ambos jugaron de muy mala gana. No quiere pensar en cómo le reclamará el castaño por su comportamiento con el delantero aunque le gusta la idea de verlo enojado.
Revisa su reloj de pulsera, la paciencia se le está acabando. Deja su mochila en las gradas y se pone a caminar por el hall hasta que escucha la puerta del frente abrirse.
—Sabía que eras tú. —Suena contento.
Examina al recién llegado: no trae muletas. —¿Y las muletas?
Le sonríe y se encoge de hombros —No había fractura, el médico se equivocó de radiografías.
El más bajo se estuvo acercando a él desde que entró en el edificio y él mismo acorta más la distancia hasta que hay al menos veinte centímetros entre ellos. —¿Y eso significa...?
—Que jugaré contra los Rayos. —Se muestra atrevido.
El muchacho le contagia su ánimo y le sonríe con osadía; están al costado de las gradas y se aprovecha de eso para acorralarlo en las sombras del hall, está desesperado mas no es estúpido, si su padre sale de su oficina no los verá con facilidad.
El menor parece entender lo que pretende y alza la cabeza en espera del contacto, con parsimonia se inclina sobre él, por una fracción de segundo el castaño ha bajado la mirada hacia su boca y su sonrisa se vuelve pícara; toca sus labios con los propios, son delgados e insólitamente carnosos y a diferencia de las veces anteriores no están tan rígidos, quizá se está acostumbrando a la caricia; mueve sus labios y el chico intenta imitarlo, al principio es pesado pero al poco tiempo se vuelve ágil y sofocante. Le cuesta separarse, quiere más de esos besos.
—¿Lorenzo? —Se escucha la voz del mayor retumbar en el vacío hall.
Gabo se queda de piedra y terminan el contacto, qué oportuno es su padre. Se aleja del chico, lo suficiente para que el mayor lo localice.
—Ah, ahí estás. —Baja por las escaleras —¿Estás solo? —Le pregunta cuando llega a la planta baja.
Gabo se asoma desde atrás de él —Buenas noches, Diego.
—Gabo. —El hombre los mira a ambos y parece querer preguntar algo.
—Bueno yo... ya me iba. —Retiene las ganas de reírse, está demasiado nervioso. —Te veo mañana.
El castaño se aleja y no tarda en desaparecer de la vista de ambos.
—Tal parece que arreglaste tus diferencias con él, ¿me equivoco?
—Algo así. —Se encoge de hombros.
Ignora si su padre sospecha que haya algo entre ellos, desde que rompió con Martina no le ha preguntado cómo van las cosas; aunque no es como si platicaran mucho.
De camino a casa se pasa todo el trayecto mirando por la ventanilla del asiento de copiloto y ve a su padre mirándole cada cierto tiempo en el reflejo, está tentado a preguntarle qué sucede pero se traga las palabras.
Cuando llegan a casa en el momento en que se bajan del automóvil su padre lo detiene.
—Lorenzo, —su voz suena autoritaria y se ve obligado a voltear a verlo, —espero que entiendas que deben ganar el partido contra los Rayos —le dedica una mirada gélida y escalofríos recorren su espalda, —así que déjate de juegos.
Lo sabe y no le gusta.
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A ver... No sé qué pretendo con esto pero aquí va. Mientras husmeaba en Wattpad a los seguidores que tengo (sí, estoy husmeando) voy y me encuentro uno de mis trabajos multichapters en la plataforma. No sé si la persona que lo posteó me sigue por acá (no soy una persona particularmente observadora) pero como no soy alguien que desee gastar energías en discutir (prefiero las cosas sencillas y si puedo evitar problemas los evito, no me gusta lo complicado) no he hecho nada. He visto el trabajo e inmediatamente busqué una nota, la cual viene al final y aclara todo... o algo así. Estoy casi segura de que no he visto mensajes en mis bandejas preguntando por dicho trabajo ni por un permiso para resubir la historia... (A menos que sea en AmorYaoi donde ya no estoy activa). No me enoja encontrar el trabajo resubido, de hecho ni siquiera me enfada sino que me preocupa. Me aseguro de leer todos los reviews que dejan en mis historias y aunque no contesto la mayoría de las veces (porque en realidad soy un manojo de nervios) no recuerdo haber visto alguno diciendo algo sobre una posible resubida del trabajo en otra plataforma. Me preocupa que yo realmente tenga tan mala memoria o que pueda ser una mentira. Pero bueno ya, sólo quería decir eso. Probablemente sea yo la que ha olvidado leer mensajes así como responderlos. Tengo serios problemas de memoria.
#yna y su vida#yna problemas#digo bien podría ser yo que ha olvidado#de repente tengo lagunas#no subo mis trabajos multichapters a Wattpad porque me da pereza#así que si alguien más lo sube supongo que le hace un favor a alguien#los prefiero en FFnet pero equis#debería ir a dormir
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