#y mi vieja: y si damos vuelta toda la casa? :)
Explore tagged Tumblr posts
Text
Uhm its winter? Como que 21 grados con viento norte??
5 notes
·
View notes
Text
«El gorrión de la lengua cortada», 太宰 治.
Hace mucho, mucho tiempo, vivía en cierto lugar un viejo leñador de gran corazón cuya esposa, en cambio, tenía muy mal carácter. Un día de otoño por la mañana en que el bosque se hallaba encendido con el rojo de los arces, el viejo andaba en busca de leña cuando escuchó un plañidero lamento: «¡Chi, chi, chi! ¡Chi, chi, chi!». Parecía proceder de unos matorrales cercanos, pero no se veía nada. El leñador, yendo hacia donde se escuchaba el lamento, apartó los matorrales y descubrió un pequeño gorrión caído en el suelo, que se quejaba con temor y aleteaba incapaz de volar. Levantándolo suavemente, comprobó que una de sus patas estaba herida, así que metió al gorrión en su pecho, entre los pliegues del kimono, y se lo llevó de vuelta a casa, poniéndole el nombre de Chunko.
Pero su esposa estalló en improperios al ver el cariño con que el hombre trataba al pájaro.
—¿A quién se le ocurre traer algo así? Con lo molesto que va a ser alimentarlo y demás. Te advierto que yo no pienso hacer nada.
El leñador, acostumbrado ya a sus regañinas, se movía silencioso e indiferente, preocupado tan solo de atender al gorrión. Día tras día le cuidaba la herida y le daba de comer arroz hervido, que el animalito tomaba gozosamente con su pico. Con el tiempo, el gorrión se restableció, y revoloteaba por toda la casa, posándose en el hombro o en la cabeza del leñador, canturreando «¡pío, pío, pío!». La mujer del leñador, por su parte, lo aborrecía y, con un «maldito pájaro», no perdía oportunidad de atacarlo con la escoba o de espantarlo.
Una mañana el anciano se fue a la montaña como de costumbre, con su guadaña y su cesto. Antes de salir, se despidió del gorrión: «Sé bueno durante mi ausencia y no molestes a la abuela. Volveré enseguida».
La vieja mujer, por su parte, fue hasta el pozo y empezó a hacer los preparativos para lavar los kimonos. El gorrión, sintiéndose muy solo, empezó a revolotear en torno de la mujer, pero ella no le hizo ningún caso. Sacó agua del pozo y llenó el gran balde de madera, y dentro metió los delicados kimonos para lavarlos. Había preparado también una pasta de harina de arroz y agua en una olla para, según la costumbre, empaparlos en ella antes de secarlos y que recibieran una lustrosa brillantez. Tras dejar la olla en la cocina, se aplicó por entero a la larga tarea de frotar y limpiar los kimonos hasta que estuvieron limpios y frescos. Ella continuó con su colada como si el pájaro no existiera, pero el gorrión, que ya estaba hambriento, llegó revoloteando hasta la olla con el engrudo. Atraído por su buen aspecto y olor, el gorrión metió su pico en la rica pasta y, «qué delicioso, ¡pío, pío!», trinó mientras bajaba una y otra vez su pico. No se sintió satisfecho hasta que el fondo de la olla apareció pelado y limpio. Cuando la vieja mujer regresó con los kimonos para tratarlos con la pasta y vio la olla vacía, todo su cuerpo empezó a temblar de odio y de cólera, y agarrando al gorrión antes de que este tuviera tiempo de escapar, aulló:
—¡Maldita bestia, después del esfuerzo que me ha costado preparar esa pasta! ¡Voy a hacer que recuerdes este día! Ahora verás. —Y trayendo un par de tijeras, obligó al gorrión a abrir el pico—. Así que esta es la lengua con la que has estado chupeteando, ¿eh? —Y le cortó la lengua con las afiladas cuchillas, arrojando a la pobre criatura al suelo—. Y ahora, piérdete —le gritó.
El gorrión se levantó y agitó el polvo, batiendo con sus alas el suelo. ¡Cuánto debía dolerle! Girando y girando, luchó y aleteó, hasta que, con un último esfuerzo, levantó el vuelo tambaleante y desapareció en el cielo.
Cuando el viejo regresó a casa aquella noche con la leña a la espalda, se sorprendió muchísimo al no oír la usual bienvenida. Su amigo no se veía por parte alguna. Intranquilo, fue derecho a la jaula, pero la encontró vacía. Volviéndose a su mujer, preguntó:
—¿Dónde está nuestro pequeño Chunko?
—El miserable se comió toda la pasta de arroz, así que le he cortado la lengua y lo he echado a la calle. Y no lo quiero más por aquí —replicó colérica la esposa.
—¡Pobrecillo animal! —gritó angustiado el leñador—. ¡Qué cosa tan cruel haberle cortado la lengua solo por haberse comido el engrudo! ¡Si hubiera estado yo aquí!… ¿Cómo escuchar esto sin echarse a llorar? —Y rompió a llorar como si le hubieran separado de su propio hijo.
Aquella noche el leñador no pudo dormir. Se agitaba ansiosamente en el lecho pensando en su pequeño pájaro, y cuando por fin llegó el amanecer, se levantó y se vistió rápidamente para salir en seguida al bosque a buscarlo. Durante un buen rato estuvo vagando y gritando:
—Gorrión de la lengua cortada, ¿dónde está tu casa? Gorrión de la lengua cortada, ¿dónde está tu casa? Pío, pío, pío.
Durante toda la mañana y parte de la tarde estuvo buscando al animal, caminando en una y otra dirección, penetrando cada vez más en la espesura. Cuando empezó a atardecer, continuaba llamando:
—Gorrión de la lengua cortada, ¿dónde está tu casa? Pío, pío, pío.
Al llegar junto a un bosque de bambúes, un gorrión que le escuchó, se acercó revoloteando mientras cantaba:
—La casa de los gorriones está aquí, pío, pío, pío.
El leñador, con una gran alegría que le hizo olvidarse de su cansancio, se puso en pie y siguió a toda prisa al gorrión por el interior del bosque de bambúes. Al cabo de un rato, por fin llegaron a un claro en el que, bajo un techado de bambú cubierto de musgo, y sostenido por columnas también de bambú, se hallaba el precioso hogar de los gorriones.
Al momento salió Chunko a la puerta a recibirle.
—¡Qué sorpresa! Bienvenido seas a mi morada, querido abuelo.
—Ah, ¿es aquí donde estabas? Desde que nos separamos te echaba tanto de menos, que he estado buscándote por todas partes para volver a verte.
—Te estoy tan profundamente agradecido por ello que se me saltan las lágrimas de felicidad. No sé cómo agradecértelo.
Y efectivamente, a ambos se les saltaban las lágrimas de felicidad por el reencuentro.
—Pero cómo se te ocurre… Después de que fueras para mí como un hijo, que te cortasen la lengua cruelmente solo por un vulgar engrudo. Fue una miserable acción por parte de esa vieja. Ayer mismo la regañé por ello. Pero por lo que veo ya estás curado de esa terrible herida.
—Así es, muchas gracias. Por favor, pasa adentro. —Y le guio al interior.
Ante los ojos del leñador se abría un hogar maravilloso. Se descalzó y, mientras caminaba por el largo pasillo de cedro, por todas partes se escuchaban voces de bienvenida. El hombre no cabía en sí de gozo. Los gorriones se alinearon ante él y se inclinaron reverentemente. Todos los amigos y familiares de Chunko salieron a recibirle.
—Pero ven, que te presentaré a mis padres —dijo el pequeño Chunko.
Y le condujo a una magnífica sala donde aguardaban sus padres, sentados en el suelo en torno a una mesa alargada. Los pájaros padres, que habían escuchado cómo el anciano salvó a su hijo y cuidó luego de él, murmuraron con una profunda reverencia:
—En la vida podremos devolverte la gran obligación que hemos contraído.
La decoración de la sala era espléndida, y, como invitado de honor que era, sentaron al anciano muy cerca del lugar donde colgaba un rollo de seda con la inscripción de un poema. Chunko pidió a los demás gorriones que se esforzaran lo más posible en su recepción, pues el visitante era un gran benefactor. El viejo leñador estaba muy sorprendido, pues un plato exquisito seguía a otro, y todo era servido con delicioso sake y buen gusto. Como acompañamiento del banquete, un grupo de jóvenes gorriones con kimonos de alegres colores cantaron y bailaron su especialidad, La danza del gorrión. Los ojos del leñador brillaban de alegría.
—A pesar de todos los años que he vivido, no he visto nunca nada tan entretenido y agradable —repetía.
Al oscurecer, el hombre empezó a pensar en su casa, y a su pesar dijo a sus anfitriones:
—Bueno, gracias a vosotros me he sentido rejuvenecer. Ha sido muy entretenido, pero se ha hecho muy tarde y debo regresar.
Los gorriones se apenaron muchísimo y trataron de disuadirlo por todos los medios para que no se fuera.
—Por favor, no es un lugar digno de ti, pero alójate con nosotros esta noche. Aunque te agasajásemos durante dos o tres días, eso no pagaría ni una milésima de tu amabilidad.
Pero el leñador insistió:
—Queridos amigos, ya es tarde, y mi mujer debe de estar esperando; hoy debo marcharme, pero vendré de nuevo a visitaros de vez en cuando.
Entonces ya no le presionaron más y el pájaro padre habló:
—Generoso leñador, es muy triste despedirte, pero esta noche queremos que aceptes un regalo como prueba de nuestra gratitud.
Al decir esto, los pájaros trajeron dos cestas de mimbre que depositaron en el suelo, a los pies del anciano.
—Ahí tienes dos cestas —continuó el pájaro padre—: una es grande y pesada; la otra es pequeña y ligera. Cualquiera que escojas es tuya, y te la damos con los mejores deseos por parte de todos nosotros.
El leñador se hallaba profundamente emocionado, y mirando al pájaro padre, al fin dijo:
—Además de esta maravillosa recepción, todavía me ofrecéis un regalo. Es una atención que no merezco, pero ya que os habéis tomado la molestia, lo aceptaré.
—Entonces, ¿con cuál te quedas?
—Soy mayor y ya no necesito muchos bienes. Además, no puedo cargar cosas pesadas, así que aceptaré agradecido la cesta más pequeña.
Los pájaros le colocaron la cesta a la espalda y le acompañaron hasta la puerta de entrada, donde le ayudaron a ponerse el calzado. Todos los gorriones se congregaron en la puerta para despedirle.
—¡Adiós, mis pequeños amigos! ¡Adiós, pequeño Chunko! ¡Cuídate mucho! Ha sido una noche maravillosa que jamás olvidaré —dijo el anciano, y saludó cortésmente muchas veces. Agitando la mano salió al bosquecillo, y pronto desapareció entre las tinieblas.
Mientras, la vieja, al ver que ya era de noche y su marido no volvía, andaba soltando improperios a solas, llegó el leñador con el cesto atado a la espalda.
—¿Qué horas son estas de venir? —le regañó furiosa.
—No te enfades, mujer. He estado en el hogar de los gorriones, donde he pasado un rato muy agradable; e incluso me han dado un regalo —contestó descargando el cesto de su espalda.
Al oír lo del regalo, la abuela suavizó su expresión al instante.
—Ah, bien. ¿Qué será? ¡Vamos a ver cuanto antes qué hay dentro! —dijo con voz ansiosa.
Y, sin ofrecer a su fatigado esposo siquiera una taza de té, abrió en seguida la tapa. Un resplandor de confusa brillantez cegó momentáneamente sus avariciosos ojos, porque dentro había oro, plata, joyas, ricos kimonos, y tesoros centelleantes hasta rebosar. Los dos estuvieron mirando en silencio, sorprendidos y extasiados.
Entonces el anciano relató la historia de su aventura desde el principio, contando que le habían ofrecido un cesto grande y uno pequeño y que él escogió el pequeño sin imaginar siquiera que pudiera contener tantas riquezas. Pero cuando su esposa escuchó estas palabras, estalló furiosa:
—¿Pero qué clase de estúpido eres? Traes a casa una cesta pequeña cuando con un poco más de molestia podías haberte traído el doble de tesoros. Ahora mismo iré yo en persona a visitar a los pájaros, y regresaré con la cesta grande.
—No seas codiciosa. ¿No es más que suficiente con lo que tenemos? Te pido que no vayas —intentó razonar el anciano leñador.
Pero los oídos de la mujer estaban distraídos por los pensamientos de su mente avariciosa, y, pese a que ya era noche cerrada, se calzó los zapatos y, tomando el bastón de su esposo, salió disparada hacia la casa de los gorriones.
Caminaba de noche por el bosque repitiendo:
—Gorrión de la lengua cortada, ¿dónde está tu casa? Pío, pío, pío.
Pasado un tiempo, amanecía ya cuando llegó al linde del bosque de bambúes. Y allí apareció un gorrión cantando:
—La casa del gorrión es aquí, pío, pío, pío.
La vieja le siguió corriendo por el interior del bosque de bambú, y llegó a la casita de los gorriones. En ese momento, los pájaros se hallaban reunidos haciendo comentarios acerca del anciano que acababa de dejarles y de su esposa, cuando escucharon llamar a la puerta.
—¿Es este el hogar de los gorriones? He venido a ver a mi pequeño amigo Chunko —decía melosamente la vieja.
Chunko salió a recibirla y, aunque le tenía miedo por haberle cortado la lengua, tuvo en cuenta el hecho de que le hubieran cuidado en la casa durante largo tiempo y, sobreponiéndose, le dio la bienvenida con una reverencia.
—Ah, ya veo que estás completamente recuperado, mi pequeño. Ya sabía yo que en realidad no te había hecho mucho daño —dijo zalamera. Tenía tanta prisa que rehusó detenerse para quitarse el calzado, con lo que los gorriones quedaron horrorizados ante aquellos modales tan insolentes y maleducados.
Después, cuando vio que se disponían a agasajarla, se aprestó a decir:
—Tengo mucha prisa. Por favor, no os molestéis en bailar para mí. Y tampoco dispongo de tiempo para comer nada. Solo quería ver qué tal se encontraba el pequeño Chunko. Pero como he venido desde tan lejos, por favor, dadme rápidamente un regalo como recuerdo de mi visita, y en seguida me marcharé.
En silencio, los pájaros trajeron dos cestas, una grande y pesada y otra pequeña y ligera, y las colocaron delante de ella.
—Como regalo de despedida —dijo el pájaro padre—, acepta por favor una de estas cestas. Como ves, una es grande y pesada; la otra pequeña y ligera. La que elijas será tuya.
Casi sin esperar a que el pájaro padre terminara de hablar, la anciana señaló inmediatamente la cesta grande:
—Yo soy más joven que mi esposo, así que puedo cargar con la grande. Elijo esta.
—Es tuya —dijo el pájaro gravemente.
En la salida, con muchos suspiros y soplidos, los gorriones colocaron la cesta sobre la espalda de la mujer y la saludaron en silencio a las puertas de la casa. La vieja no perdió tiempo en inclinaciones sino que se marchó apresuradamente hacia el interior del bosque, doblándose bajo el peso de la enorme cesta.
No bien estuvo fuera del alcance de la vista de los gorriones, bajó con grandes sudores la cesta de la espalda, que pesaba más que si fueran piedras, e, incapaz de esperar más, abrió inmediatamente la tapa. Pero tuvo que retroceder horrorizada, pues en esta ocasión no había tesoros dentro, sino que lo que surgió fueron criaturas monstruosas. Una con tres ojos, otra con forma de sapo, otra como un insecto peludo, otra con un cuello alargado como una serpiente, y más y más clases de trasgos que rugían, siseaban y alargaban sus extremidades hacia ella.
—Ahora te daremos tu merecido, vieja codiciosa —gritaban, y unos extendían sus serpenteantes brazos palpando todo el cuerpo, otros sacaban su larga lengua chupeteándole el rostro, y otros intentaban enroscarse en sus piernas.
Aterrada, sintiendo su cuerpo helado, la vieja mujer salió huyendo. Atravesando el bosque, las zarzas y el agua, corrió a la velocidad del viento, mientras los monstruos la perseguían alocadamente.
—¡Ayuda, auxilio! ¡Salvadme de estos diablos! —gritaba la mujer.
La vieja mujer no se detuvo hasta que llegó a casa, sin aliento y temblando, donde su marido, conmovido por su lastimoso estado, salió corriendo para ayudarla hasta el porche, donde se sentó palpitando antes de poder hablar.
—¿Qué te ha ocurrido? ¿Qué te ha ocurrido? Por favor, dímelo —rogó el anciano.
Su mujer, después de relatarle la historia, dijo:
—Durante toda mi vida he sido de mal corazón y avariciosa. ¿No podrás perdonar a una mujer así? Desde este momento reformaré mi camino.
El hombre comprendió que era sincera en su arrepentimiento, y la tomó compasivamente de la mano. La mujer cambió por completo y durante el resto de sus días vivieron felices.
A la primavera siguiente, ambos fueron juntos a visitar a los gorriones y se dice que mantuvieron esa amistad hasta el fin de sus días.
Autor: Osamu Dazai
3 notes
·
View notes
Text
Relatos para no olvidar
El relato próximo tiene como fin recapitular relatos de mi historia...de mi raíz. Para ello, estuve indagando dentro de las vías sanguíneas de mi árbol genealógico. Descubrí lados de mi familia que ni conocía e incluso tuve la grata oportunidad de encontrarme con familiares por primera vez.
Con lxs contactadxs, no tuve una charla cualquiera. El trabajo de investigación prestaba su atención a un tema en especifico...
el tema es...
ESS....
El Peronismo.
Elegí este tema porque siempre de alguna manera estuvo presente en mi vida, y este trabajo me dio la oportunidad de estudiarlo y verlo desde otra perspectiva. Siento que es el fenómeno de nuestra historia y estudiarlo siempre conlleva a entender un poquito más nuestra realidad. Que es lo que busco.
También porque, como ya dije, en m familia late mucho el tema, y estar consciente de las secuencias que pasaron dentro de mi clan, me ayuda a conocerlo y conocerme más. Pero ojo, no siempre “late” para el mismo lado. Hubieron y hay familiares que lo amaron y militaron; otros que lo repudiaban y demonizaban y otxs que en su tapper no le dieron ni pelota.
Voy a empezar con mi ejemplo más cercano, o al menos el que tengo más memoria y afecto. Voy hablar de mi abuelo, Jorge Méndez.
(es él :3)
Jorge Méndez es mi abuelo por mi lado paterno. Fue el marido de mi abuela. No es el padre biológico de mi papá y de mi tío pero los amó como si. Su recuerdo aparece en el trabajo porque militó activamente los ideales del peronismo dentro de Montoneros, en el sector logístico.
Muchos amigos suyos comentan que era una “biblioteca”. Cosa que le preguntabas, cosa que sabía. Mi papa cuenta que todos los días, le dedicaba 8hs a la lectura. Nunca paró de estudiar.
La anécdota más impactante que me comentaron fue la de “la píldora de cianuro”.
Los montoneros (y no estoy seguro de afirmar que otros grupos militantes activos también) llevaban consigo siempre una píldora de cianuro. Esta era ingerida solamente en situaciones extremas, ¿Por qué? Porque si la tomas, básicamente, morís.
Una vuelta, cuando venían de comer con mi viejo, saliendo del subte ve que se les acercan 2 yutas. Él, con todo el pasado que tenía, su primer reflejo fue buscar en el bolsillo esa maldita pastilla. Estaba por tomársela, ahí, en plena 25 de mayo. Cuando ya la tenía en la mano, preparado mentalmente para morir, los policías lo saludan y le ofrecen ser testigo de un robo que había sucedido por la zona... una falsa alarma.
Lo que me parece muy loco y pesado es ese miedo con el que convivió toda su vida. Realmente, no sé si tenia miedo, pero lo que se puede ver muy claramente era el nivel de compromiso con la militancia y el amor/respeto/lealtad con sus compañeros.
Uno la tomaba para no delatar, para no matar a los demás. Uno sabía que dejaba la vida por la militancia y por la lucha política. No podías comprometerte y después dejarlo, ya sabías demasiado... y mi abuelo sabía.
(fotico editada por mi papi para el cumpleaños de 80 de Jorge :3)
La grieta
A continuación, voy a hablar de la Tía Pacha y pongo la “T” de tía con mayúscula porque durante toda mi infancia (y hasta el día de hoy) ella se llamaba así.
(foto de la tía en época de fiestas intervenida por mi super capacidad de edición)
La T��a Pacha, de apellido Donatti, era una vieja solitaria que tenía conexión con mi Papá (Daniel Monastirsky) únicamente porque era una prima segunda lejana de mi abuela, Susana Larocca (mamá de Danielito).
(fotito de la tía pacha, cuando no era ni tan tía ni tan pacha).
La tía vivía por Palermo, en un edificio de la zona, más específicamente por Billinghurst y las Heras. No tenía familiares, ni amigxs. Mis viejos y mis tíos eran los únicos que se preocupaba un poco por ella y la visitaban cada tanto.
Mi mamá comenta que un día, a la señora le agarro una necesidad, una necesidad muy especifica...
Joda.
Una necesidad que nació en junio del 2012, día en el que Cristina Fernández de Kirchner anunció el nuevo billete de 100... el de Evita.
Mi mamá, que le hacía todos los tramites a la Tía, comenta como la vieja no soportaba ver el rostro de “Esa” en los billetes. Pedía que se los cambie. No la quería en su casa.
Es muy curioso ver como una cheta de Palermo repudia a una dirigente popular, es un cliché. Y me es aun más curioso como la señora gorila paso la última etapa de su vida sola.
Aunque esto, con mi familia, lo recordemos como una anécdota graciosa, a mi nunca me deja de sorprender, me parece demasiado. Nunca entendí el sentimiento de la Tía, de ¿Por qué tanto odio?, ¿Qué atrocidad hizo esa mujer que esta en el billete de 100 para que pidas que te lo cambien? ¿Cuál es la razón de ese sentimiento? ¿Qué te hace acordar?. Su soledad y el tiempo me hicieron entender, que era una señora egoísta, que le costaba la empatía y el compartir con los demás. Y así vivío, y así murió...sola.
Militancia.
(obra de Ricardo Carpani)
Gracias a este proyecto, pude conocer y charlar con un tío por primera vez en mi vida, uno de los tantos hermanos de mi abuela materna, el hermano mayor de una banda de 9.
Su nombre es Salustiano Cáceres, y entra en el trabajo porque fue delegado representante de sus compañeros albañiles, incluso en tiempos de dictadura militar, la del general Juan Carlos Onganía (1966-1970).
(El tío Salú junto a su hija Roxana Cáceres, también militante de los ideales peronistas)
El Tío Salú, nació en Concepción, una de las ciudades más antiguas de Corrientes, en el año 1940.
Migra a Buenos Aires en el 57, apenas termina el secundario, buscando trabajo. Pasó por varios rubros; comenta que uno podía elegir donde estar, era una época de mucho laburo, pero se acentuó, como ya se dijo, de albañil.
Era plena gobierno de facto cuando llegó, estaba de presidente, el dictador Aramburu, tras el golpe de estado que le hicieron al general Perón durante su primer mandato.
(foto de Eugenio Aramburu)
A pesar de las condiciones externas extremadamente peligrosas (la ilegalización y represión a la acción sindical) el sindicato de albañiles siguió funcionando y mi tío siguió siendo el delegado. “Eran tiempos difíciles en donde se perdieron muchos derechos conquistados” dice.
Me contó acerca de las formaciones que autogestionaban como gremio, acerca de como tratar con los patrones, de debate acerca de la coyuntura actual, manuales de como accionar en la guerrilla armada, teoría política, etc.
Me quedo con la independencia del sindicato y el compromiso con la militancia (algo que salió también en el relato de Jorge) incluso en tiempos en donde te podían por matar por pensar como pensabas y accionar acorde a ello. Pero volviendo al compromiso, destaco mucho el valor que le daban a la formación, tanto que lo autogestionaban ellos. Era crucial tener la teoría, para no fallar en lo práctico. Hay algo que siempre decía mi tío, que “el estudio es lo único que no te pueden robar”, siempre se puede capitalizar, .
Conclusión
La familia es extraña. Y mira que odio la palabra “extraño”, pero, ¿no les parece curioso que un “tío” en realidad sea un amigo de la familia, pero que ese tío sea más querido o recurrido que un “tío” de sangre que ni sabías que existía? Es muy complejo y variado. Y más todavía cuando te das cuenta que con ese “tío”, nacido el día en que lo conociste, tenés muchísimo en común y sale una conexión fluida natural en la charla muy espontanea. A mí me pasó con Salú y pareció que lo conocía desde siempre. Es más, quedamos para un asado cuando termine todo el Covid.
Ojo que te puede pasar todo lo contrario, capaz ese familiar es tu contracara y no pegan ni con moco, y sale esa pregunta ¿Cómo carajo puede ser que este tipo sea familiar mío? No tenemos nada en común! Peor, diferimos en todo! En este mundo, la sangre es muchísimo en común y, a veces, más de lo que debería. Pero igualmente, ahí esta, ese tío facho que se pone en pedo en navidad y dice que hay que meter una bomba en la villa para que se mueran todos los negros de mierda. Pasa, y es parte. Pero ¿Qué tanto nos une? ó ¿Qué tanto valor le damos? , ¿es parte de nuestra identidad?
Como dice Inodoro, encontrarse es cultura, y para encontrarse, hay que tener pistas, y el origen, la raíz, la familia es buen lugar por donde empezar. Ya que, si sabemos de donde venimos, podemos intuir para donde vamos. Si sabemos los hechos sucedidos y acciones ejecutadas podemos tener un guía, un ejemplo, de lo que hay y no hay que hacer.
Somos producto de causas-consecuencias, y hay una gran cadena detrás...
Si consideramos a la familia como mapa conceptual de los hechos pasados que constituyen a nuestro presente, me surge la pregunta ¿a quien consideramos familia?
Por suerte en el trabajo especifiqué que iba a hablar de mi árbol genealógico, de mis, ancestros directos o indirectos, de la sangre. Pero si hubiese puesto “familia”, este trabajo no seria lo que es. Habrían otras personas, porque en mi “familia” hay amigos de mis vástagos antiguos que salvaron la vida de quienes hoy son mis padres, mi hermanos y tíos y primos. No exagero, en la historia de mis viejos, hay mucho de esto. Por ejemplo, están los Villanova, que tenemos conexión hasta el día de hoy, porque los abuelos de quienes para mi son mis tíos del alma (los verdaderos) le dieron trabajo a mi abuela materna de mucama y de a poco, ella y mi mamá se hicieron lugar, no solo en su casa (ahí vivían, literalmente), si no que en sus corazones; gracias a ellos, mi mamá pudo estudiar, le pagaron el colegio, la llevaron de vacaciones. Si eso no es familia, ¿Qué es? Si mi vieja no estudiaba, no conocía a mi viejo, o no tenía los recursos que hoy tenemos, yo no estudiaría...
Así que, si valoro por nivel de influencia que direcciono mi realidad, me quedo más con mis “tíos” que con mis tíos.
2 notes
·
View notes
Text
luces del terremoto vi
En el 2017, el 19 de septiembre, año en el que se conmemoraba el aniversario 32 del terremoto del 85, exactamente el mismo día más de treinta años después, sucedería otro temblor que haría recordar las viejas heridas en México. Ese día, durante la catástrofe, fueron vistas en el cielo una serie de luces, resplandores desconcertantes, que relampaguearon la noche oscura. Algunos días después leí algunos artículos que hablaban de la triboluminiscencia: la luz que acompaña la tragedia.
*
En 2020, una pandemia azotaría el planeta desde China hasta Italia y luego al mundo entero. Pero antes de que el toque de queda fuera global, antes de que la epidemia obligara al encierro general y al cese de casi toda actividad, antes de que descubriéramos cuánto nuestra vida es gracias a los otros, la primera reacción que tuvimos no fue la compasión o la solidaridad, sino el cierre general de las fronteras, y justificamos, como siempre desde el miedo y la ignorancia, el rechazo al extranjero; y no quisimos ir a restaurantes chinos o italianos, ni quisimos estar cerca de ciertos colores o nacionalidades, y creímos, estúpidamente, que era su culpa porque era más fácil tener un rostro a quien rechazar y al cual temer que asumir la realidad a la que nos enfrentaba; que estamos todo el tiempo navegando con el fantasma de la muerte anticipada, con la posibilidad de ahogarnos en cualquier estero, porque es una presencia inasible que nos acompaña, pero a veces la llamamos con nombres diferentes, virus, guerra, accidente, bala perdida, apocalipsis, porque todavía nos cuesta asimilar que es la muerte una parte de la vida.
*
Lo que provocó el temblor en 2017 en México fue muy similar al contraste que nació en el 85. Las imágenes de las personas en las ruinas removiendo escombros porque sabían que debajo había una voz que se apagaba y ese silencio de duda, ese lapso interminable de incertidumbre cuando se deja de excavar porque se piensa que se ha encontrado un cuerpo, ese momento de indecisión al no saber si es un organismo que aún respira o un cadáver que se sumará a los cientos de muertos por la tragedia. Y luego el estallido de alegría al escuchar que no era un cuerpo sino una persona, el no poderse contener y abrazar a los extraños que en ese momento no tenían profesión o clase social, porque los hermanaba la catástrofe. Cómo olvidar —joven desconocida, muchacho anónimo, / anciano jubilado, madre de todos, héroes sin nombre— / que ustedes fueron desde el primer minuto de espanto / a detener la muerte con la sangre / de sus manos y de sus lágrimas; / con la conciencia / de que el otro soy yo, yo soy el otro, / y tu dolor, mi prójimo lejano, / es mi más hondo sufrimiento.
Junto a estas imágenes, no fue posible no reconocer que los edificios colapsaron porque sus cimientos estaban podridos; fue una sorpresa vergonzosa descubrir de repente que lo más firme se quiebra, / se vuelve movedizo el concreto armado, / como hoja de papel se rasga el asfalto, porque de pronto fue transparente, otra vez, como en el 85, que La ciudad ya estaba herida de muerte, y que El terremoto vino a consumar / cuatro siglos de lentas destrucciones. Porque no fue el temblor lo que devastó lo que habíamos construido, sino los cimientos mal hechos, los materiales remplazados, las columnas simuladas, las paredes huecas, el haber dejado, como siempre, que importara más el beneficio propio antes que el provecho común; como también lo expresaron las otras figuras al lado de los rescatistas anónimos: el ladrón, / el saqueador, el indiferente, el despótico, / el que se preocupó de su oro y no de su gente, / el que cobró por rescatar los cuerpos, / el que reunió fortunas de quince mil millones de escombros, donde resonarán por siempre los gritos / de quince mil millones de muertos.
*
La pandemia no trajo solo el recordatorio constante de la muerte. Dejó imágenes que deseamos hacer permanecer para cuando creamos enfrentar, de nuevo, la extinción. No sé si es verdad que nunca olvidaremos la imagen del convoy de camiones militares llevando ataúdes que no cabían más en Bérgamo, en medio del silencio de las calles, el silencio fúnebre, en la soledad más despoblada, en el miedo colectivo; no sé si esa fotografía que le dio la vuelta al mundo nos hará recordar para siempre cómo está siempre a punto de cambiar de un modo en que jamás imaginamos, porque en el fondo sí que lo sabemos siempre por los anales de la historia que decidimos ignorar para vivir sin angustia. Sólo sé cómo me conmovió la fragilidad de esta otra imagen, acaso capturada, pero que no llegó a todo el mundo, que vieron unos cuantos vecinos de San Salvario, en Turín, cuando el Día de la Liberación del fascismo un hombre salió a hondear una bandera roja caminando solo en medio de una calle, con los vecinos asomados en sus balcones, aplaudiendo y cantando bella ciao; o cómo luego él y una desconocida se abrazaron en plena calle, durante la prohibición de los abrazos y cómo se dieron un beso fraterno luego de que amarraran la bandera en un dehor. Estoy seguro de que fue el impulso de aquel hombre, y cómo lo recibió la gente, el que hizo que ella misma saliera luego a quemar su voz, a invitar a los vecinos a jugar una tómbola colectiva para recordar la resistencia del fascismo, a subrayar que lo importante era estar juntos.
*
Tanto en 2017 como en 2020, volvimos a conocer la fragilidad de lo que construimos, tanto hacia afuera, en la obra, como hacia adentro, en los lazos; volvimos a entender que la materia no se destruye, / que la forma que le damos se pulveriza, / que nuestras obras se hacen añicos. Tanto en 2017 como en 2020 fuimos testigos de qué somos capaces. Vimos a los doctores y enfermeros y a todo el personal médico no arredrar frente al peligro, enfrentar desde la primera línea la muerte para intentar detener la desgracia, para salvar cada vida, los vimos enfrentar turnos sobrehumanos porque la situación así lo demandaba; pero fuimos testigos, también, de que éramos capaces de prenderle fuego a un hospital porque en ese momento el símbolo médico representaba una amenaza, y por eso mismo fuimos capaces de agredir al personal que trabajaba en el sector salud en ese momento, de aventarle cloro o exigir que se fueran de sus casas; porque cuando la amenaza dejó de tener nacionalidad, comenzó a tener oficio; porque la xenofobia y el fascismo van mucho más allá de las nacionalidades.
*
Hace treinta y cinco años, hace tres, ayer, hoy mismo, necesitamos recordar que Somos naturaleza y materia y sueño / y por tanto / somos lo que desciende siempre: / polvo en el aire. Porque recordar que somos tan efímeros nos puede hacer resplandecer ante la ruina. Pienso que amar el polvo nos puede hacer menos violentos con los otros, porque abrazar la finitud es, quizá, dejar de temerle. Pero no sé qué tanto una cosa depende de la otra, porque no sé si sería posible conocer las luces sin el terremoto.
***
El poema del que abrevo es de José Emilio Pacheco, “Las ruinas de México”, escrito para recordar el terremoto del 85.
4 notes
·
View notes
Text
Supongo que tendría entre 5 y 7 años, y que esa es la edad a la que más o menos nos empieza a picar el bicho de que nos atraiga cierta banda.
En mi familia era complicado que no entre en ese círculo vicioso, que no me interese de manera real. Y si tengo en cuenta que cuando era chico tenía una admiración, normal, por mi viejo aún más.
Durante toda mi infancia mi viejo era como un ídolo, quería ser como el, que me gustaran las mismas cosas que le gustaban a él. No sé porque habrá sido de esa manera, porque con mi viejo y no, por ejemplo, con mi vieja, pero así son las cosas y no me las he cuestionado. El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, y cuando maduramos nos damos cuenta de los errores que tienen nuestros padres, que ya no son seres impolutos y que tienen defectos, y muchos, y que hay que saber cuáles son las cosas buenas que hay que adoptar de ellos, tarea que trato de realizar todos los días y que creo que realizo con un relativo éxito.
Teniendo en cuento lo de mi padre, también quiero poner en contacto lo que es la familia de Gaby, el nombre de mi viejo. Por distintas razones mi viejo fue criado gran parte de su vida por sus tíos, mi abuelo biológico desapareció voluntariamente y entonces mi abuela, al no poder afrontar sola la crianza de mi viejo le pidió ayuda a su hermana mayor. No es que mi abuela no estuviera presente en la crianza en sí de mi viejo, lo estaba, pero mi papa tuvo 2 madres y 1 padre, mi abuelo Irse, o Ino por como lo llamaba mi viejo, diminutivo de Padrino.
(Mi abuela no biológica se llama Mafalda, y le decimos Ina, diminutivo de Madrina)
Entonces mi viejo no solamente se crio con sus tíos, sino que también lo hizo con sus sobrinos, dado que su prima tenía ya era más grande y tenía hijos. Esos sobrinos son para mi viejo como sus hermanos, y esta la casualidad, o no tanto, que todos ellos son músicos. Hernán toca en una banda con el baterista de los redondos, Matias, del cual sospecho viene en parte mi nombre, hizo bastantes años de conservatorio. Después viene Lucas que es bastante menor, pero igual toca varios instrumentos. No me puedo olvidar de Lore, que, a pesar de no ser música en sí, hizo varios años de danza. Por lo que puedo decir sin equivocarme que alguna influencia artística habría en esa familia. La fuente siendo sinceros no la conozco, mi abuelo Ino no es un tipo que se la pase hablando de música, solamente menciona a veces a los músicos de su época, los cuales mi viejo admira bastante, pero esos músicos más que músicos son poetas, dado que su arte no pasa por la melodía si no por la letra.
¿Qué hubiera pasado si mi abuelo biológico no se iba?
Realmente no lo sé, no lo conozco, mi viejo jamás quiso conocer nada, es un tema bastante tabú para él. Hoy en día me puedo dar el lujo de comprenderlo, es obvio que tiene una gran pena dentro de él, que es probable que jamás cicatrice. Una vez una especie de prima se intentó conectar con él, y mi viejo no quiso, hecho que el mismo lamento años después dado que entendió que no era culpa de ella.
Como sería mi abuelo no lo sabemos, mi abuela nunca lo menciono en sus años jóvenes, cuando aún no afrontaba la demencia que afronta ahora, la cual por suerte le permite aun vivir diariamente en una especie de burbuja artificial que ha creado mi padre.
Gaby recuerda una anécdota en la que él se cuestiona si capaz Alfredo, mi abuelo biológico, no se fue debido a una locura de Mirta, mi abuela. Mi viejo en ese momento no conocía de la demencia de mi abuela, pero ya daba señales de actitudes un poco erráticas. (Nos enteramos de la demencia debido a un intento de suicidio de ella, que, por suerte, no fue exitoso). Fue Iser quien ese momento de catarsis de mi viejo salto en defensa de Mirta, y aunque no negaba las actitudes de mi abuela estableció que no eran razones para dejar abandonado a un hijo, y así fue la palabra santa para mi viejo, que no solamente admiraba a mi abuelo, y que lo sigue haciendo, sino que lo amaba, y lo ama con locura.
Es seguro que al no tener padre mi viejo encontró en la figura de su tío su referencia, y capaz dado el dolor que tenía mi viejo, esa figura se incrementó.
Y es por eso que mi viejo, supongo yo, tiene las actitudes que tiene hoy en día con mi vieja, porque, aunque pueda tener errores y muchas veces ciertas actitudes machistas, es un hombre que jamás le levanto la mano, ni la insulto, y eso en el contexto que vivimos hoy en día, para mi es destacable, sobre todo teniendo en cuenta la historia de él. Muchas veces aprendemos que hacer y qué no hacer debido a nuestros padres.
Entonces, para poner de vuelta en contexto, mi viejo vivía en casa de sus tíos con sus sobrinos, todos ellos terminaron siendo músicos, por lo que en su infancia es obvio que habrán escuchado música.
Gaby siempre menciona que el junto a Hernán y Matias se la pasaban escuchando a Charly Garcia, a los Beatles, cualquier músico que estuviera en el mercado.
Una cuestión que mi viejo siempre se arrepintió, fue la de no aprender ningún instrumento. Supongo yo porque en su momento su gran pasión era otra, el ciclismo, pero igual Gaby siempre lamenta el no haber tenido la iniciativa.
Entonces vuelvo a mi infancia, recordando la admiración que tenía por mi viejo en ese momento, cuyo resabio es el gusto musical que me ha transmitido. Desde artistas como los ya mencionados Beatles, Seru giran, hasta otros como Buddy Guy y Caetano Veloso.
Cuestión que cuando tenía 5-7 años, durante una reunión mensual de las que todavía realizamos en el campo de mis abuelos, cae Matias, mi tío, con la discografía completa de los Beatles, la cual se la presto a mi viejo.
Y listo, supongo que esa fue la razón por la cual me empezó a gustar la música.
No me quiero imaginar, pero tener en mi poder, porque obviamente me afané todos los discos, los cuales luego devolví, toda la discografía de semejante grupo habrá sido algo bastante alocado a mi corta edad. Y si tengo en cuenta que a mi viejo le gustan bastante los Beatles, habrá sido aún más grande el efecto.
Recuerdo que cuando en un principio me gustaban sobre todo los temas más clásicos de los Beatles, como Let it Be o Hey Jude. Hoy en día capaz diría que prefiero los primeros temas, como I Saw Her Standing There o I Want To Hold your Hand. Pero siendo honesto, la diferencia puede estar en el estado de humor que tengo en el momento en el que escucho la canción.
No me considero fanático de los Beatles, aunque podría decir que me gustan todos sus discos, y que los considero la banda más importante de la historia de la música. Y aunque siempre digo que prefiero a los Stones, por una cuestión meramente musical, dado que, si tuviera que decantarme luego de varias elecciones en un estilo un poco más onda Chuck Berry, no tengo dudas que, si pongo en cantidad, tendría más temas de los Beatles que de los Stones en una playita.
Tuve la oportunidad con mi hermano de realizar en su momento un viaje por Europa, y cuestión que caímos a Inglaterra. Pasamos 5 días en Londres, 2 en Liverpool y 1 en Manchester.
Una anécdota puede ser cuando llegamos a los estudios Apple, el cual hoy en día no se parece en nada a lo que era en su momento, o por lo menos para mí me sorprendió lo cambiado, o no lo esperaba así. Pero si recuerdo que al llegar vemos con Facundo a un hombre muy emocionado, al punto de las lágrimas, de aspecto Hippie, con pelo largo, una remera amarilla y que creo que tenía una especie de flor, jeans azules bastante sueltos y unos borcegos, junto a él si recuerdo a su mujer, con pelo enrulado y unos anteojos, su aspecto si era más moderno en sí. Pero los recuerdo bien dado que en ese lugar eran los únicos occidentales, junto a mi hermano y a mí, porque después eran todos asiáticos.
Cuestión que el hombre de repente se da cuenta que estamos mirándolo yo y mi hermano y de repente suelta unas palabras en un inglés bastante robusto en las que nos expresa que estaba cumpliendo un sueño. Ahí es en donde me doy cuenta que atrás de su ingle se notaba un acento bastante argentino, y sin dudarlo le aclare que éramos de Buenos Aires. El hombre en ese momento nos mencionó que tenía una prima en Buenos Aires, pero que él era de Carmen de Patagones, creo o de la zona sur de Buenos Aires. Todavía hoy en día me sorprende que justo en ese lugar, me vaya a encontrar a un Hippie de Carmen de Patagones. Para finalizar si recuerdo que me emociono bastante ver la reacción del hombre al encontrarse el en ese lugar.
Lo que será para un fanático de verdad el estar allí, una persona que probablemente recién después de 50 y largos años se pudo pagar un viaje para poder estar justo en ese lugar, y aún más interesante es pensar que justo en ese momento iban a estar dos muchachos de Vicente López, observándolo al emocionarse. Seguramente para el hombre los estudios estaban igual o por lo menos era lo que él se imaginaba. Ah, los estudios estaban, o están, cerrados al público, solamente pudimos entrar a una tienda que había por ahí en donde, obviamente, se vendía todo merchandising de los Beatles.
También estaba cerrado en su momento The Cavern, cuando fuimos con Facundo a Liverpool. Recuerdo que cuando programábamos el viaje le pedí a mi hermano que vayamos ahí, porque ya que estábamos en Inglaterra, ¿cómo no vamos a ir a Liverpool que es donde nacieron los Beatles?, me parecía algo tan obvia para hacer que se lo pedí. Al final nos enteramos en la puerta que ese lugar estaba cerrado, y si me pareció que estaba tal cual me lo imaginaba, o por lo menos la puerta lo era, una puerta chiquita que da acceso a un subsuelo, en donde seguramente habría un calor enorme mientras los Beatles tocaban sus primeras canciones.
Después fuimos a un museo que estaba cerca del puerto, y es aquí en donde quiero mencionar lo fea que es Liverpool, o por lo menos la zona céntrica, es una ciudad puerto que, si uno le saca a los Beatles, no tiene ningún interés más allá del futbol. Y también nos dimos cuenta con mi hermano que es una ciudad en donde vive el británico más autóctono, o por lo menos más autóctono que el que vive en Londres, tipos más duros, con un acento más rustico y con cuerpos más grandes y pesados. Gente con unos modales que no representan la idea que uno tiene de un típico señor inglés.
Pero volviendo al museo, me sorprendió con creces, bastante bien hecha toda la escenografía, con una parte especialmente dedicada a cada etapa y a cada álbum de los Beatles, y con una pequeña sección a Chuck Berry, probablemente el sujeto más importante de la historia de la música e inspiración de John Lennon. Recuerdo que había una carta que me sorprendió bastante, era una carta en la que John Lennon le devolvió, si se puede hacer el título de Sir al imperio británico, dado que él estaba en contra de la guerra del Reino Unido contra algún país de la Indonesia o de la Indochina.
El disparador de todo esto supongo que habrá sido la visita de Paul al país.
2 notes
·
View notes
Text
Lali Espósito: “Hablar del aborto legal es una victoria”
Estrenó “Acusada” en cines, es jurado de “Talento Fox” y lanzó su tercer disco, Brava. Cable a tierra, pobreza y status quo.
Está en su mejor momento, pero en el peor respecto a su agenda. A punto de cumplir 27, Mariana “Lali” Espósito se agarra la cabeza al recordarlo. Según ella, está vieja, pero inmediatamente se señala la figura, el rostro y ríe de su afirmación. El 9 de agosto presentó Brava, su tercer disco, y casi un mes después, llegó a los cines con un nuevo protagónico en “Acusada”, film dirigido por Gonzalo Tobal. En los 35 días que separaron un evento del otro, se presentó en el Festival de Cine de Venecia, hizo varios shows en el Luna Park y en el interior del país, y hasta debutó como jurado de “Talento Fox”.
Noticias: ¿Descansa en algún momento? Lali Espósito: No sé. Aprendés en el durante. Aprovecho los momentos libres mucho más que cualquier persona con horarios normales. Pero tenés todo el tiempo jet-lag. Parece re trillado, pero cuando te gusta lo que hacés, hay un motor extra. Las chicas que trabajan conmigo me dicen: “No entiendo cómo hacés, la energía del culo la sacás”.
Noticias: ¿Buscó que le pase todo esto? Espósito: Me gusta sentir que suceden cosas; que lo que venga cambie el paradigma de lo que creemos una vida artística ordenada. Me gusta romper el cómo debería ser.
El 13 de septiembre se estrenó “Acusada”, película que la tiene como protagonista en el papel de Dolores, la principal sospechosa de la muerte de su mejor amiga, Camila. El film se sitúa dos años después del hecho y días antes del juicio.
Noticias: Acerca de “Acusada”, el público no está acostumbrado a verla con un aura tan oscura y pesada. ¿Cómo preparó su personaje? Espósito: Teníamos un guion claro. Los estadíos y picos que tiene el personaje estaban bien marcados. Lo más difícil era iniciar con mi personaje como una persona que arrastra una carga emocional desde hace dos años. No se podía sentir nuevo en mi cuerpo, tenía que ser una cosa instalada. Semanas previas al rodaje trabajé codo a codo con Gonzalo (Tobal), el director. Hacíamos pruebas improvisadas. Era probar cosas físicas. Después hubo un laburo sobre el funcionamiento de la psiquis del personaje. Me reuní con psicólogos que me contaron cuántos segundos tarda en agarrar un vaso de agua alguien con Clonazepam (y otras drogas). Son detalles, pero hacen a la construcción.
Noticias: ¿Qué va a ver el espectador cuando elija “Acusada”? Espósito: Se trata del accionar humano. Cuando salgan del cine van a hablar de los medios de comunicación, del poder de las redes sociales, y como una chica de 20 años debe enfrentar esta situación de mierda. También tiene secuencias de juicio que están súper bien logradas para una película argentina. Gonzalo estudió los procesos judiciales para hacerlo lo más real posible y que no parezca una puesta cinematográfica “yanqui”.
Noticias: Mencionó el poder de las redes sociales. Dejando el trabajo de lado, ¿qué mira en ellas? Espósito: Las uso para entrar a medios un poquito más serios. Hago un popurrí de “esto está pasando en el mundo”, y me he enterado de cosas grandes que dije: “Hija de puta, cómo no sabía esto”. Es muy burbuja mi carrera. Estás horas encerrado en un estudio, en un canal. Es abrumador a veces estar tan fuera del mundo. Recién me mostraron estadísticas de las redes de Italia y me dijeron: “Tuviste más comentarios que Lady Gaga”. Nos reímos y a los cinco minutos ya no pienso más en eso. También las entiendo como algo dañino.
Noticias: ¿Por qué? Espósito: Es shockeante que cualquiera pueda decir cualquier cosa. Lo digo en primera persona. Tengo el poder de poner lo que se me cante y que me puedan leer 5 millones de personas. Por otro lado, la violencia. Entiendo que la vida no es fácil y que la frustración de ver que otro cumpla un sueño y labure de lo que le gusta es fuerte. No soy la Madre Teresa de Calcuta, pero jamás contestaría agresivamente a alguien que es agresivo porque pienso “Mirá lo que me pone, pobre. Que bajón tener ese nivel de oscuridad”. Lo doy vuelta.
Noticias: Compartió en Twitter una charla TED de Mayra Arena titulada “¿Qué tienen los pobres en la cabeza?”¿Qué le pasó con eso? Espósito: A nivel socio-político-económico no tengo mucho para decir porque tengo respeto al saber y yo no sé. Pero puedo hablar como persona que paga sus impuestos. Soy una privilegiada por llegar a fin de mes. Pero pienso en los que no tuvieron esa chance. Y a la vez me llevó a mi infancia y a recuerdos de no tener. En mi casa pasaba. Éramos clase media, pero la clase media en Argentina un día la pasa como el orto y un día hacemos un asado.
Noticias: ¿Y qué saca en limpio de este caso? Espósito: Me quedé con algo importante: Mayra Arena explica algo básico, “antes de pedirle a alguien que nunca tuvo chance de nada, amor, respeto, o educación, ¿por qué no le preguntan si alguna vez lo recibió?”. Eso describe a este país. Nos quejamos, pero nadie se hace cargo. “Defendemos a los que menos tienen”, dicen con la Louis Vuitton colgada del brazo. No se entiende nada. Tenemos un Presidente con la vida súper cómoda a nivel económico desde siempre, ¿de verdad comprende lo que expone Mayra en el video? Me hago esa pregunta, no lo subestimo, sólo me pregunto si el señor Presidente entiende la situación de este país. Y por otro lado, nos acostumbramos al menos peor, al “es lo que hay”, una frase que me hace doler el ojete.
Noticias: ¿Cuándo termina Lali y empieza Mariana? Espósito: Cuando llego a mi casa, hablo con mi viejo y me cuenta que tuvo que cambiar el grifo del baño. O hablo con mi novio de su trabajo relacionado al campo. A veces este trabajo se roba la atención de tu entorno, uno es el centro todo el tiempo y el error es sumarse. Entonces, preservar esa vida privada.
Noticias: ¿Le ayudan a cortar con el trabajo o se pone límites? Espósito: Mi familia y mi entorno, mis hermanos y novio son el tan famoso cable a tierra. Crecí en una casa donde se laburaba mucho. Estoy poco conectada con el “universo rockstar” y muy conectada con el “universo laburo”.
Noticias: Aborto legal, seguro y gratuito. ¿Qué le pasó con toda la lucha por la legalización? Espósito: Esto dejó expuesto a quienes están sentados en las butacas de diputados y senadores. Me refiero a nivel inteligencia emocional. Me impactó el poco amor. La gente que cree defender las dos vidas no está defendiendo nada. Había una falta de respeto por gente que pasa por esa situación. También un par de personas dieron en la tecla cuando decían: “Como hombre, me llamo al silencio, quiero lo mejor para las mujeres”. Creo que ahí se encuentra el factor de por qué la ley no salió. Todavía nos cuesta, como sociedad, el lugar que le damos a las mujeres. Pero me gusta ver el vaso medio lleno. Cuando la ley no salió, hablé con otras actrices y fue: “Felicitaciones, vamos”. Quiero creer que es una victoria real, que se hable del tema, que marque a las próximas generaciones y que la ley salga de una vez.
http://noticias.perfil.com/2018/09/22/lali-esposito-hablar-del-aborto-legal-es-una-victoria/
2 notes
·
View notes
Text
Seminario 4
Alfredo Ghierra
Artista multidisciplinario nacido en Montevideo. Estudio arquitectura y arte en la Facultad de Arquitectura de Montevideo y en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Anteriormente estudio lenguajes audiovisuales al realizar un curso de cine para niños y adolescentes en la Cinemateca uruguaya.
Principalmente trabaja la técnica del dibujo con grafo y tinta, pero también la fotografía, el arte digital, la animación, el ensamblaje de objetos y la pintura al óleo. A realizado exposiciones personales y colectivas dentro y fuera del Uruguay, tales como en Palais de Glace (Buenos Aires, Argentina), Centro Cultural São Paulo (San Pablo, Brasil), Sala Renato Russo (Brasilia, Brasil), Astry Gallery (Sofía, Bulgaria), Assoziacione Culturale Spiazzi (Venecia, Italia), Casa de América (Madrid, España), Instituto Cervantes (Berlín, Alemania).
A participado en numerosos concursos, en los cuales obtuvo varios premios y menciones. A trabajado como Director de Arte para el medio audiovisual durante 15 años. En el 2011 lo fue de los festejos del bicentenario del proceso independista de Uruguay, consistía en realizar intervenciones artísticas a escala urbana en las principales avenidas y en las plazas de la ciudad capital. Creo una performance artística en clave política con su personaje “Ghierra Intendente”, donde un gran grupo de artistas, arquitectos y diseñadores, se juntan para pensar y proyectar la ciudad. Proyecto curatorial de largo alcance, las ultimas presentaciones de este, le han dado varios reconocimientos y apoyos.
Él quiere que Montevideo, sea una ciudad sustentable desde su arquitectura, todo aquello que se considera patrimonio o no aún. Toma la sustentabilidad, como el uso consiente de los recursos para no agotarlos y no privar de estos a las generaciones futuras.
Comienza realizando una introducción sobre sus estudios y su carrera, que se deriva principalmente en el cine, la arquitectura y las artes visuales. Cuenta como era su vida en Montevideo cuando era chico y como vivía en la dictadura, con todo lo que conllevaba. El en un momento viajó a San Pablo, Brasil, donde vio que ser creativo allá no era bueno, sino que era una ventaja, mientras que acá en Montevideo no lo era. A su vuelta, lo que quería era ir con algunos de sus trabajos y mostrárselos a María Freire, que era una artista conocida suya. Al mostrarle la carpeta con dibujos, su respuesta fue, que ella sabía que lo que él esperaba escuchar era que sus dibujos eran lindos, pero eso le dijo ella, te lo tienes que decir vos mismo y que cuando lo lograra y estuviera contento con lo que hacía, ahí se convertiría en artista. Esto le marcó un antes y un después en su vida.
Siempre tendemos buscar la aprobación afuera, peor lo que hay que buscar es la aprobación adentro de uno mismo.
Luego por razones del destino, dijo él, tuvo la oportunidad de realizar una exposición con sus trabajos, llamada Ciudades Imaginarias. Su tema más recurrente son las ciudades y su estilo es el Eclecticismo Historicista, es la arquitectura previa a la moderna.
Ghierra Intendente
http://ghierraintendente.com.uy/
En el 2010 surge de una charla con amigos, el tema de la ciudad de Montevideo y todo lo que se podría hacer, pero no se hacía, en el ámbito físico. De aquí surge Ghierra intendente, personaje que el crea. Bajo este título, realiza una exposición donde se muestran distintas propuestas de como podría llegar a ser la cuidad de Montevideo. Era la imaginación al poder.
En el 2015 se realizó nuevamente, pero en este momento las redes sociales ya eran más usadas, haciendo esta propuesta un bum en las redes sociales. Fue un primer posteo en twiter el que llamo la atención de muchos, hicieron que se creyera que era real a tal punto, que os medios de prensa reaccionaron.
Estas exposiciones tenían tres vertientes, arquitectura, industrial y artes visuales. Se presentaban distintos artistas a formar parte de esta propuesta, y algunas de las propuestas fueron:
Transformar la entrada de Montevideo desde los puertos, hacer todo un espacio amplio, donde tuviera juegos, bancos, etc. Transformar la entrada abandonada que hay hoy en día por una nueva.
Proyecto Luciol, proviene del francés luciérnaga. Son bancos urbanos que se encienden cuando se ocupan y emiten red de wifi.
Tren elevado, que pace por la ciudad de Montevideo, llamado proyecto Plaza Italia, ya que se proponía debajo de este hacer parques, huertas orgánicas, etc.
Moto eléctrica
Huertas urbanas, donde se le daría uso a los terrenos baldíos.
Reverdecer la ciudad vieja, incentivar a las personas de alguna manera para que planten plantas y tengan un mantenimiento de estas.
Es el atrevimiento de plantear proyectos, más allá de que si se fuesen a realizar o no.
Habla de las construcciones ya existentes en nuestra ciudad y como se solían dejar abandonadas, pero con una nueva ley eso comenzó a cambiar. Cuenta que lograron detener la demolición de un edificio que era de propiedad privada, considerándolo a este como un gran logro.
“todo es digno, todo es noble”
No está en contra de las construcciones que se realizan hoy en día, sino que está en contra de pisar lo viejo para crear algo nuevo. Todos vamos al extranjero y sacamos fotos de los edificios antiguos, de distintos estilos, pero ignoramos los propios.
Propone sustentabilidad de la creación humana. Ver el patrimonio como un derecho humano para próximas generaciones poder ver.
“como podemos defender algo que no conocemos”
A partir de su charla, realice una investigación en que distintas medidas que ciudades estaban tomando para ser más sustentables.
Un caso que llamo mi atención, es de la ciudad de México, donde tienen una propuesta para realizar edificios sustentables, Greenbuild, aumentando la cantidad de verde en la ciudad. Como uno de los objetivos es, desmentir el mito de que ser sustentable conlleva altos costos, hay distintas formas en las que se pueden ser sustentable, sin tener que invertir gran cantidad de dinero. https://expansion.mx/nacional/2018/06/19/mexico-busca-potenciar-la-edificacion-sustentable
Ghierra nos presentó otra forma de ver la sustentabilidad, y de ser sustentables. Este centra en las ciudades, uso consiente de los recursos, reutilizar lo que ya tenemos y no siempre hacer todo desde cero cuando hay edificaciones que se pueden utilizar. No solo es la reutilización de esos espacios, sino que también, como el planteaba es preservar parte de la identidad de la ciudad, de como comenzó todo. Al igual que todos los anteriores seminarios nos hizo notar de que tenemos que ver quiénes somos, siempre vamos a otras ciudades y sacamos fotos, las admiramos, pero nunca lo hacemos con la propia. Muchos de estos cambios, donde se destruyen edificios que contienen una historia propia para crear otro totalmente nuevo, perdiendo así toda aquella información. Todos suceden delante de nuestros ojos, pero no los vemos porque vivimos apurados, en nuestras rutinas y no damos ni un momento para apreciar lo que tenemos.
Al hablar de embellecer la ciudad en la que vivimos, gestionar de manera adecuada lo que tenemos. Hay muchas maneras en las que se pueden ser sustentable al mantener e implementar nuevas formas para ser mejores. Realizando su proyecto de intendente, el cual no era real, llevaba a pensar ya concientizar de que cambios pueden llegar a ser posibles y de notar la ciudad que tenemos, hacer que las personas se enamoren de su ciudad. Una característica muy común entre los uruguayos, es el no querer nuestra propia ciudad, cuando un extranjero nos dice que tenemos una ciudad muy bonita, nuestra primera reacción es “¿enserio?, ¿te parece?”. Al ser honesta me incluyo, porque esa solía ser una respuesta que yo misma daría. Pero estas presentaciones me han hecho cuestionarme, que es lo que realmente conozco de nuestra ciudad, me hicieron darme cuenta que debo tomar un tiempo para observar lo que me rodea, conocer su interior para poder crecer en un futuro.
0 notes
Text
Misterio de las alumnas que gritan en escuelas en Malasia
En julio pasado, durante una tranquila mañana de viernes, estalló el caos en un colegio en el noreste de Malasia. Siti Nurannisaa, una estudiante de 17 años, se vio en el centro de ese pandemonio. Este es su recuento de lo que ocurrió. Sonó la campana para la asamblea escolar. Yo estaba en mi escritorio y me sentía somnolienta cuando sentí una fuerte palmada en mi hombro. Volteé para ver quién era y el cuarto se oscureció. Tuve miedo. Sentí un dolor agudo en la espalda y la cabeza comenzó a darme vueltas. Caí al piso. Sin darme cuenta empecé a mirar el "otro mundo". Escenas de sangre y violencia. Lo más escalofriante que vi fue una cara de maldad absoluta. Me estaba persiguiendo, no podía escapar. Abrí la boca y traté de gritar pero no me salió ningún sonido. Me desmayé. El arrebato de Siti provocó una gran reacción en cadena que afectó toda la escuela. En cuestión de minutos, estudiantes en otros salones comenzaron a gritar. Sus frenéticos llantos hacían eco a través de los corredores. Una niña se desmayó después de haber visto la misma "figura oscura".
"Tuve miedo. Sentí un dolor agudo en la espalda y la cabeza comenzó a darme vueltas. Caí al piso". Los maestros y estudiantes de la escuela secundaria nacional Ketereh (SMK Ketereh) en Kelantan se encerraron aterrados dentro de los salones de clase. Llamaron a curanderos espirituales islámicos para que llevaran a cabo sesiones para rezar en grupo. Al final de ese día, se determinó que 39 personas habían resultado afectadas por un brote de "histeria colectiva".
Enfermedad psicogénica de masas
La histeria colectiva, o enfermedad psicogénica de masas, como también se le conoce, es la rápida propagación de síntomas físicos, como hiperventilación entre un grupo sustancial de personas, sin ninguna causa orgánica verosímil. "Es una respuesta colectiva de estrés que provoca una estimulación excesiva del sistema nervioso", afirma el sociólogo médico y autor estadounidense Robert Bartholomew. "Podemos compararlo con un problema de software". Los mecanismos detrás de la histeria colectiva a menudo son mal entendidos y no están catalogados en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés). Pero psiquiatras como el doctor Simon Wessely del Hospital King's College en Londres lo ven como "una conducta colectiva".
Se determinó que 39 personas habían resultado afectadas por un brote de "histeria colectiva" en el colegio. "Los síntomas que se experimentan son reales: desmayo, palpitaciones, dolor de cabeza, náusea, temblores e incluso convulsiones", dice. "A menudo es atribuido a un trastorno médico, pero para el cual no se encuentran explicaciones biomédicas convencionales". La transmisión, agrega el experto, "se debe principalmente a factores psicológicos y sociales". Brotes como este se han registrado en todo el mundo, con casos que datan incluso de la Edad Media. Los incidentes en Malasia fueron particularmente prevalentes entre trabajadores de fábricas durante los 1960. Hoy, estos afectan principalmente a niños en colegios y dormitorios.
Una de las muchas mezquitas en la ciudad de Ketereh. Robert Bartholomew pasó décadas investigando el fenómeno en Malasia y llama al país del sureste de Asia "la capital mundial de la histeria colectiva". "Es una nación profundamente religiosa y espiritual donde muchas personas, especialmente de los estados rurales y conservadores, creen en los poderes del folclore tradicional y sobrenatural". Pero el asunto de la histeria sigue siendo un tema sensible. En Malasia los casos han involucrado, más que a ningún otro grupo, a las adolescentes de la mayoría étnica musulmana malaya. "No se puede negar que la histeria colectiva es un fenómeno abrumadoramente femenino" dice Bartholomew. "Es la única constante en la literatura (académica)".
Un experto llama a Malasia "la capital de la histeria colectiva en el mundo". Rodeado de exuberantes arrozales, el tranquilo poblado malasio de Padang Lembek está ubicado en las afueras de la capital de Kelantan, Kota Bharu. Es una pequeña y unida comunidad donde todos se conocen.El tipo de lugar que hace a muchos malasios recordar cómo era su país antes. Hay restaurantes y salones de belleza administrados por familias, una mezquita y buenas escuelas locales.
Siti vive con su familia en Padang Lembek. Siti y su familia viven en una modesta casa de un piso. Una vieja motocicleta que comparte con su mejor amiga, Rusydiah Roslan, que vive cerca, está estacionada en el exterior. "Nos fuimos en la moto la mañana cuando me vi poseída por espíritus", dice Siti. Igual que a otros adolescentes, Siti ha sufrido estrés. Dice que le afectó más durante su último año escolar en 2018, a medida que se acercaban los importantes exámenes.
Siti se vio afectada por estrés durante su último año escolar en 2018. "Me preparé durante semanas, tratando de memorizar mis notas pero algo estaba mal", dice. "Sentí como si nada se me quedara en la cabeza". El incidente en el colegio durante el período de estudio en julio dejó a Siri incapaz de dormir o comer apropiadamente. Tuvo que descansar durante un mes para poder volver a la normalidad. Un brote de histeria colectiva a menudo comienza con lo que los expertos llaman "un caso índice", la primera persona que se ve afectada. En esta historia, esa persona es Siti. "No ocurre de la noche a la mañana", afirma Robert Bartholomew. "Comienza con un niño y después rápidamente se propaga a otros debido a una exposición a un ambiente bajo presión de estrés". Y todo lo que se necesita es alcanzar un punto máximo de ansiedad en una situación de grupo, como ver a un compañero de clase que se desmaya o tiene una convulsión, para que se desencadene una reacción en otra persona.
Siti dice que sus experiencias con espíritus son como tener "los ojos cubiertos". Rusydiah Roslan nunca olvidará haber visto a su mejor amiga en ese estado. "Siti estaba gritando sin control", dice. "Nadie sabía qué hacer. Incluso teníamos miedo de tocarla". Las niñas siempre han estado muy unidas pero los eventos del año pasado pusieron presión en su relación. "Ayuda hablar sobre lo que ocurrió", dice Rusydiah. "Nos ha ayudado a seguir adelante".
"Los llantos eran ensordecedores"
Desde el exterior, SMK Ketereh es igual a cualquier otra secundaria de Malasia. Hay árboles gigantes que dan sombra a las instalaciones y sus muros están recién pintados de gris y amarillo brillante. Makcik Zan, que administra un puesto de platillos de arroz estaba preparando la comida hace un año cuando escuchó los gritos. "Los llantos eran ensordecedores", dice la anciana vendedora.
Desde el exterior, SMK Ketereh es igual a cualquier otra escuela de secundaria de Malasia. La mujer vio a al menos nueve niñas que eran sacadas de sus salones pateando y gritando. Reconoció a algunas de ellas como clientas de su puesto. "Verlas me rompió el corazón", afirma. Después vio a un curandero que entraba a un pequeño cuarto de rezos con sus asistentes. "Estuvieron allí durante horas", recuerda. "Me dan lástima esas niñas por lo que pudieron haber visto ese día".
Makcik Zan, que administra un puesto de platillos de arroz frente a la escuela, estaba preparando la comida hace un año cuando escuchó los gritos. Las autoridades reforzaron la seguridad en SMK Ketereh desde el incidente de julio de 2018. "Para evitar que los brotes se salgan de control hemos reestructurado nuestro programa de seguridad e hicimos cambios en el personal", le dijo a la BBC un miembro del personal del colegio que prefirió no decir su nombre porque no tenía autorización para hablar con los medios. Indicó que se han introducido sesiones diarias de rezo y psicología. "La seguridad es primero pero también le damos importancia a la atención de nuestros estudiantes". No dio detalles de lo que pasa en esas sesiones o si están diseñadas por profesionales de salud mental. Los expertos como Robert Bartholomew abogan con firmeza para que se eduque a los estudiantes sobre el fenómeno, dada su prevalencia en el país. "Se les debe enseñar por qué ocurre la histeria colectiva y cómo se propaga", afirma. "También es importante que aprendan cómo enfrentar el estrés y la ansiedad". Funcionarios del ministerio de Educación malasio no respondieron a los pedidos de la BBC para hacer un comentario al respecto. SMK Ketereh es una de 68 escuelas secundarias en Kelantan. Pero está lejos de ser la única donde ha habido un brote. En 2016, la histeria colectiva afectó a muchos colegios en el estado. "Los funcionarios no podían manejar los múltiples brotes y cerraron todas las escuelas", dice Firdaus Hassan, un reportero local. Tanto él como su camarógrafo Chia Chee Lin recuerdan una atmósfera febril ese abril. "Era una temporada de histeria colectiva y estaban ocurriendo casos sin parar, propagándose de un colegio a otro" afirma Chia. https://twitter.com/PhilipGolingai/status/721855400136421376 Un caso en la cercada ciudad de Pengkalan Chepa atrajo bastante atención de los medios. Se dijo que los estudiantes y maestros estaban "poseídos" después de haber visto "una figura oscura y borrosa" acechando en las instalaciones. Unas 100 personas resultaron afectadas. "Una figura, supuestamente una aparición, fue tomada en esta imagen por un estudiante de SMK Pengkalan", escribió un usuario en Twitter.
Siti Ain (der) con su madre, que vende bebidas y refrigerios frente a la escuela. Siti Ain, que estudió en SMK Pengkalan Chepa 2, dice que la recuerda como "la escuela más embrujada en toda Malasia". "El terror duró horas pero tardó meses para que la vida regresara a la normalidad", dice la joven que ahora tiene 18 años. Le mostró a la BBC un lugar escondido cerca de la cancha de baloncesto. "Aquí es donde comenzó todo", dice señalando una hilera de tocones de árboles. "Mis compañeros dijeron que vieron a una anciana parada entre los árboles". "Yo no pude ver lo que ellos veían pero sus reacciones eran reales".
El incidente en SMK Pengkalan Chepa 2 comenzó en un lugar escondido donde solía haber árboles. Tradición chamánica La fascinación de Malasia con los fantasmas se remonta a siglos. Está arraigada en la tradición chamánica y la mitología folclórica del sureste de Asia. Los niños crecen escuchando historias sobre infantes muertos llamados "toyol" -inocados por chamanes que usan magia negra- y otros aterradores fantasmas de vampiros como el pontianak y penanggalan, vengativos espíritus femeninos que se alimentan de los vivos. Los árboles y los cementerios son sitios comunes donde ocurren estas historias. Son lugares que provocan temores y alimentan las creencias supersticiosas.
La fascinación de Malasia con los fantasmas se remonta siglos. Es difícil determinar lo que realmente ocurrió ese día en Pangkalan Chapa 2, pero los funcionarios no perdieron tiempo en enfrentar lo que creyeron era la fuente del problema. "Observamos desde nuestros salones como los trabajadores llegaron con sierras eléctricas para derribar los árboles", dice Siti Ain. "Los viejos árboles eran hermosos y fue triste ver que los talaban pero entendí porqué". Igual que muchos estudiantes aquí, la joven no cree que lo que ocurrió ese día fue un brote de histeria colectiva sino un evento sobrenatural.
En 2016, se reportó un "brote de histeria colectiva" en este colegio de varios pisos. Pero este no es un fenómeno confiando a los colegios islámicos en áreas profundamente religiosas. El doctor Azly Rahman, antropólogo malasio basado en Estados Unidos, describió un episodio de histeria colectiva en 1976 en un internado de élite al que él asistió en la vecina ciudad de Kuantan. "Se desató el caos" durante una competición de canto en el campus cuando una estudiante afirmó que había visto "un monje budista sonriente" en un dormitorio cercano. "Dejó escapar un grito espeluznante", recuerda. Después llegaron curanderos para realizar exorcismos a las 30 niñas afectadas.
A medida que se pierden los bosques de Malasia en nombre del desarrollo, algunos creen que los espíritus están perdiendo sus lugares de descanso eterno. A Siti Nurannisaa y su familia se les explicó que el evento del año pasado se debió a histeria colectiva. "Cualquier padre quedaría herido al ver a su hijo sufrir", dice Azam Yaacob, el padre de Siti, e insiste en que psicológicamente "no le pasa nada". Después del incidente fueron a ver a Zaki Ya, un curandero espiritual con 20 años de experiencia.
"La ciencia no puede explicar totalmente lo sobrenatural", dice Zaki Ya. En su centro en Ketereh, nos recibe con una cálida sonrisa. "Apa khabar, ¿Cómo están?" Se apega a sus enseñanzas del Corán, el libro sagrado del islam, y también cree en el poder de Jinn, los espíritus de la cosmología de Medio Oriente que "aparecen en una variedad de formas". "Compartimos nuestro mundo con estos seres que no vemos", dice. "Son buenos o malos y pueden ser derrotados por la fe".
Artículos "malditos" descansan sobre una mesa en el centro espiritual de Zaki Ya. En la esquina junto a una ventana del centro espiritual hay una colección de objetos misteriosos sobre una mesa: cuchillos oxidados, peines, una orbe e incluso un caballo de mar desecado. "Estos son objetos malditos", advierte Zaki Ya. "Por favor no toquen nada", advierte. Zaki Ya conoció a Siti y su familia después del brote de 2018 en SMK Ketereh.
Zaki Ya tiene 20 años de experiencia como curandero espiritual. "He estado guiando a Siti y ella dice que está mejor con mi ayuda", afirma orgulloso Zaki Ya. Me muestra un video de otra niña que "trató". Se le ve sacudiéndose salvajemente en el piso y gritando antes de ser sujetada por dos hombres. Minutos después, Zaki Ya entra el cuarto y se acerca a la niña visiblemente angustiada. Le sostiene la cabeza y canta versos islámicos. Y ella parece calmarse.
"He estado guiando a Siti y ella dice que está mejor con mi ayuda", afirma orgulloso Zaki Ya. "Las mujeres son más suaves y físicamente más débiles", nos dice. "Eso las hace más susceptibles a la posesión espiritual". El curandero dice que entiende que la salud mental juega un papel en muchos de los casos que ve, pero es enfático sobre el poder de Jinn. "La ciencia es importante pero no puede explicar totalmente lo sobrenatural", afirma. "Los no creyentes no entenderán estos ataques hasta que les ocurra a ellos".
Equipo "antihisteria"
Un enfoque más controvertido es el de un equipo de académicos islámicos en Pahang, el estado más grande en Malasia peninsular. Read the full article
#Blog#Blogger#Emprendedores#Emprendimientos#Facebook#Instagram#KharonteTechnologySolutions#Noticias#Outsourcing#Salud#social#Twitter
0 notes
Text
Sueño mortal
Tras vivir una terrible desilusión amorosa decidí hacer un viaje para un lugar bien lejos de mi ciudad, salir de estos pensamientos que me daban vueltas todos los días y me tenían deprimido. Me puse a buscar por Internet lugares que serían interesante en conocer, y pasar una semana sin mucha preocupación. Entonces encontré un pueblecito que era conocido por sus caminos y bosques, se veía muy lindo por el día y por la noche se veía terrible asombroso y eso me llamó demasiada atención, pues siempre he sido un poco dark para mis cosas.
Pensé bien en todos los detalles y por las rutas en que sería divertido pasarlas tanto por el día cuanto por la noche y al pensar bien; decidí que no me gustaría viajar sólo y pensé en una amiga cuyo nombre es Vanesa.
Vane como suelo llamarla es una amiga de la vieja escula que siempre hemos hablado via redes sociales pero por motivos de la vida adulta no nos hemos visto en algunos años y nada mejor que hacer un viaje juntos.
25/02/2000 Día del viaje
Me encontré con Vanesa en el terminal de buses de nuestra ciudad,mientras no llegaba la hora de irnos fumabamos un porro afuera y poníamos la conversación en día. Ella me contaba que había leído que la ciudad de Mithigan ( nuestro destino ) era una ciudad que fue abandonada por sus moradores ha muchos años atrás debido a acontecimientos raros que nunca fueron explicados y que hoy los nuevos moradores lo cuentan y llevan como una leyenda local y que hay muchas historias macabras. Más motivos para que me emocione con todo eso.
Ocho y media de la noche acomodabamos nuestras maletas en el maletero del bus y a las nueve comenzaba nuestra aventura. Hacia un poco de frío está noche y el viaje era un poco largo, estaríamos llegando en Michigan por vuelta del medio día del día siguiente. Estábamos demasiado entusiasmados, fuimos conversando de todo hasta que nos quedamos dormidos.
Me despierto un poco babeado y asustado miro al lado y Vane está roncando se boca abierta, la largo una sonrisa bajito y busco mi celular en bolsillo para fijarme la hora y me doy cuenta que no tengo señal pero no le importó mucho pues justamente quería eso, desconectarse un rato de todo eso y vivir el viaje.
Son las 3:45 am ya no se veía nada afuera todos dormían y veo que la tv del bus está prendida pero tampoco recibe señal, no lo di mucha importancia me imaginé que por el mal tiempo.
Me acomodo y apoyo mi cabeza en la ventana mirando los árboles que van pasando, me doy cuenta que estamos en el famoso bosque que decían en alguns site que he visto por Internet que decían ser asombroso, hasta el momento no había visto nada de asombroso mas alla de la oscuridad y el frío que hacía pasar por estos caminos.
Busco mis audífonos que están en la mochila para escuchar algunas músicas que tenía guardada en el celular entre diez canciones que habían encontré < Radio _ Rammstein > y me puse a escucharla y observar bien al fondo del bosque, mi mente empezó a crear una película de suspense y terror todo fue muy genial en mi cabeza, me quedé como una hora alucinando cosas sobrenaturales y Vanesa ni nadie se despertaba, pues quien se despertaria a esa hora a no ser para ir al baño o yo para hacer películas locas mentalmente.
Me había dado ganas de ir al baño urinar, tendría que despertar mi amiga o intentar salir sin hacer muchos movimientos para que no se despierte, pensé y lo hice. Me fui al baño escuchando música, mientras urinaba había una ventanita que se podía ver afuera, me quedé observando la oscuridad y muy cerquita a la ventana aparecio dos ojos rojos y en un salto fui para tras urinando por el piso asustado, no podría creer lo que había visto, luego pensé que era mi imaginación jugando contra mí decidí no decir nada a la Vane para que no piense que me había urinado en los pantalones de miedo. Me devolví al acento y nada de que de despierte, después de este susto cerré la cortina y intenté volver a dormir.
12 del medio dia
Nos despiertan que habíamos llegado a Michigan, la ciudad era linda, fría, arquitectura gótica. Había estatuas de Ángeles por cada plaza que pasábamos, los pastos eran verdes y la gente en la que nos cruzabamos en las calles u negocios muy amables y sonriente parecía que era su manera de dar bienvenida a los turistas.
Dejamos nuestras cosas en un hostal y salimos a recorrer las calles de la ciudad que pensándolo bien más parecía un cementerio por su arquitectura.
Caminamos por casi toda la ciudad en menos de un día de verdad era asombrosa y linda a la vez, nos faltaba solamente conocer la famosa reserva que todos en la cuidad decía que no podríamos irnos de la ciudad sin conocer la belleza de esta reserva.
Decidimos comer algo y descansar pues ya era las ocho de la noche y el día se nos hizo corto, además la ciudad dormía temprano, a esas hora ya no se veía personas por las calles y todo era silencioso, una paz increíble.
Segundo día en Michigan
Nos despertamos temprano a tomar desayuno en la calle y nos percatamos que las personas ya no eran tan cálidas con nosotros como cuando habíamos llegado, estaban más serias y cerradas, las personas que habían llegado con nosotros que eran como cinco habían partido en el primer bus de la mañana pues se escuchaba que venía malos tiempos y que posiblemente la carretera que lleva a la capital estaría cerrada por unos días, como nuestro destino era Michigan no nos importamos y nos quedamos pero nos pareció raro el cambio de humor de las personas.
Decidimos ir a la tal reserva, tomamos una pequeña van que nos dejaba cerca y teníamos que caminar más o menos una hora para llegar a la entrada de la reserva.
Su camino era de piedras redondas puestas una al lado de la otra y muchas árboles y es día apesar de que decían que vendría malos tiempos el día estaba soleado y fresco.
Caminábamos tranquilamente cuando aparece un señor aparentemente sus 40 años con un gorro bien bajo como tapando sus ojos y nos pregunta si vamos a camino a la reserva y le contestamos que sí, sin que le pidiera información nos dijo que continuemos nuestro caminos, algo me pareció raro por que no nos miraba en la cara y olfalteba como se quisiera sentir nuestros perfumes en el aire. Muy raro pero seguimos nuestro camino y el viejo desapareció medio los árboles, Vanesa sentía temor y escalofríos que le había causado el señor, yo le decía que me tenía si ese viejo intentaba acercarnos y mismo así Vane agarró una piedra y tenía en sus manos por seguridad decía ella.
Bienvenidos la reserva de Michigan, señalaba una placa. Caminamos casi tres horas de puro bosque, casas viejas entre los árboles algunos Ángeles ya descuidados algunos verdes cubiertos de lodo y otros sin brazos y lo más bizarro que había otros sin cabeza, Vanesa me indaga: "¿Está es la reserva que tanto hablaban?" ¡ Que miedo!.
Camino adentro empienza aparecer ruinas entre el bosque y nos metimos en éstas y sí, eso sí me parecía una cuidad abandonada con murallas bajas más parecían laberinto. Vane comienza a sentir escalofríos y darse cuenta de que estamos demasiado lejos y preguntar si sabíamos volver, le digo que no hicimos más que caminar en línea recta, imposible que nos pierda.
Ok me dijo, también que sentía el ambiente pesado y cargado, le dije que tranquila que solamente era la reserva que era asustadora. Escucho pasos y nos damos vuelta viene dos sujetos en nuestra dirección medio ebrios parecía y ambos de gorro bajo como para esconder los ojos, nos detenemos y preguntamos si les pasaba algo y sí estaban bien, Vane me agarra de la camisa y me dice : "prepárate para correr eso me huele mal" Me atrevo a preguntar otra vez y ninguna respuesta, me empieza asustar, vuelvo a preguntar y se detienen a unos tres metros de nosotros, Vane ya tenía su piedra bien afirmada en sus manos y yo con el corazón casi llegando al infarto de miedo pero no quería demostrar.
Ellos se sacan el gorro y sus ojos eran totalmente negros, tenían un hueco en la cabeza, nos quedaron mirando fijamente y nosotros estábamos paralizados sin creer lo que veíamos, luego uno se dispara a correr rumbo a la Vane que sin pensar suelta un grito y con la piedra le acierta en su frente que explota como una sandía. El otro saca sus dientes afilados y viene en nuestro camino empezamos a correr desesperados, desaparece la bestia, nosotros en un total desesperado sin saber que hacer, si volver o continuar más adentro para llegar. Vanessa dispara en llanto y desesperación y lo único que puedo hacer yo es tratar de tranquilizarla diciendo que todo va está bien y que ya llegaríamos al final de esta reserva que supuestamente da de vuelta a la ciudad.
Comenzamos a correr locamente por estas ruinas y surgen de las matas como cinco bestias de estas y desesperados pedíamos ayuda y sí alguien nos podría escuchar pero era en vano, las bestias se acercaban hambrientas y a piedradas logramos matar a uno de ellos, mi amiga ya empezaba a tomar gusto por como se explotaba sus cabezas con las piedras por el camino Vanesa y yo lograbamos matar algunos pero siempre aparecían más y cada vez más veloces y hambrientos.
Luego salieron muchos de muchos lados, continuabamos corriendo por calles/ruinas en medio al desespero y entre ruinas me perdí de mi amiga, estaba tan desesperado por haberla perdido y por estos monstruos, no sabía si había salida estaba perdiendo el control, por un momento logré perder de vista estas malditas bestias encontré algunas cabañas destruidas y más y más ruinas ahí traté de refugiarme y a buscar algo para matarlos.
Logré encontrar un cuchillo y escucho ruidos dando vuelta por tras de la cabaña, trato de no hacer ningún ruido y me voy alejando lentamente hasta me esconder atrás de un mueble que me podía tapar por completo, era una de estas bestias oliendo el aire tratando de sentir mi olor, se va acercando lentamente hacia mi, cuando está casi muy cerca de mi en un salto le clavo el cuchillo en su cara y cae muerto.
Empiezo a correr entre las ruinas y siento que ya no puedo más de cansancio siento que no llegó a lugar algún y parece repetirse siempre las calles de iguales. Me escondo detrás de un muro casi perdiendo perdiendo las fuerzas y frente a mi me parece un hombre alto, de piel blanca pelo mediano y barbas entre negra con rubia muy encantador, yo muy asustado y cansado le apunto el cuchillo sin levantarme ya casi por darme por rendido, me doy cuenta que sus ojos no son como los de los demás, son ojos humanos y azules, unos azules hipnotizador.
El me dice tranquilamente:
- ¡Tranquilo, no te voy hacer daño!
Yo bajo mi arma blanca agotado y sin fuerzas empiezo a ver borroso por el cansancio pero no puedo dejar de mirarlo, su serenidad y su sonrisa me pertubaba, se acerca a mi rostro me toca con sus manos, me siento algo disnorteado, me levanto y le pregunto si sabe como salir de allí , el sutilmente acerca sus labios en mis labios en un segundo senti que enloquecia y que alucinaba, luego el se aleja y me dice :
- ahora eres de los nuestros.
Yo con todo el odio y furia veo una enorme piedra con punta en la pared sin pensar y com un grito lo clavo en el medio de su cara hermosa y se explota con un humo azul y se descompone por completo, me caigo en desespero, sin fuerzas...
( BUSCANDO UN FINAL )
0 notes
Photo
#40 Psycho [Psicosis] (1960) (Hitchcock)
Conversación extraída del libro de Truffaut titulado El cine según Hitchcock (1967):
“François Truffaut: Leí la novela «Psycho» y la encontré vergonzosamente trucada. En el libro se leen cosas como ésta: «Norman fue a sentarse al lado de su anciana madre y sostuvieron una conversación.» Este convencionalismo de la narración me molesta mucho. El film está contado con mayor lealtad y se da uno cuenta de ello cuando le vuelve a ver. ¿Qué le gustó en el libro?
Alfred Hitchcock: Creo que lo único que me gustó y me decidió a hacer la película era la instantaneidad del asesinato en la ducha; es algo completamente inesperado y, por ello, me sentí interesado.
F.T. Es un asesinato que es como una violación… Creo que la novela estaba inspirada en un suceso real.
A.H. Por la historia de un tipo que había guardado el cadáver de su madre en su casa, en alguna parte de Wisconsin.
F.T. Hay en Psycho todo un aparato de terror que, normalmente, usted procura no utilizar, un aspecto fantasmagórico, un ambiente misterioso, la vieja casa…
A.H. Creo que el ambiente misterioso es, en cierta medida, accidental; por ejemplo, en California del Norte, pueden encontrarse muchas casas aisladas que se parecen a la de Psycho; es lo que se llama el «gótico californiano» y cuando resulta francamente feo se dice incluso «pan de centeno californiano». No empecé mi trabajo con la intención de conseguir la atmósfera de un viejo film de horror de la «Universal», lo único que pretendía era ser auténtico. Ahora bien, no cabe ninguna duda de que la casa es una reproducción auténtica de una casa real, y el motel es igualmente una copia exacta. Elegí esta casa y este motel porque me di cuenta de que la historia no provocaría el mismo efecto con un «bungalow» corriente; este estilo de arquitectura iba muy bien con la atmósfera que debía tener.
F.T. Y, además, esta arquitectura es agradable a la vista, la casa es vertical mientras que el motel es completamente horizontal.
A.H. Exactamente, esa era nuestra composición… Sí, un bloque vertical y un bloque horizontal.
F.T. Por otra parte, no hay en Psycho ningún personaje simpático con el que el público pueda identificarse.
A.H. Porque no era necesario. Creo, sin embargo, que el público se compadece de Janet Leigh en el momento de su muerte. En realidad, la primera parte de la historia es exactamente lo que se llama en Hollywood un «arenque rojo», es decir, un truco destinado a apartar su atención, con objeto de dar mayor intensidad al asesinato, para que resulte una sorpresa total. Para ello era necesario que todo el arranque fuera voluntariamente un poco largo, todo lo que se refiere al robo del dinero y a la huida de Janet Leigh, para conducir al público a que se haga esta pregunta: ¿Será detenida o no la muchacha? Recuerde mi insistencia sobre los cuarenta mil dólares; me esforcé todo lo que pude antes del film, durante el film y hasta el final del rodaje en aumentar la importancia de este dinero.
Usted sabe que el público intenta siempre anticiparse a la acción, adivinar lo que va a pasar, y le gusta decirse: «¡Ah!, ya sé lo que va a pasar ahora.» Por tanto, no sólo hay que tener esto en cuenta, sino dirigir completamente los pensamientos del espectador. Cuantos más detalles damos del viaje en automóvil de la muchacha, más absorto se siente el espectador en su fuga, y por esta razón damos tanta importancia al motorista de la policía de gafas negras y al cambio de automóvil. Luego, Anthony Perkins describe a Janet Leigh la vida que lleva en el motel, cambian impresiones y, también ahí, el diálogo se relaciona con el problema de la muchacha. Se supone que ha tomado la decisión de regresar a Phoenix y devolver el dinero. Es probable que la parte del público que trata de adivinar, piense: «¡Ah, ya! Este muchacho intenta hacerle cambiar de opinión.» Se da vueltas y vueltas al público, se le mantiene lo más lejos posible de lo que realmente va a suceder.
Le apuesto lo que quiera a que en una producción corriente, hubieran dado a Janet Leigh el otro papel, el de la hermana que investiga, pues no hay costumbre de matar a la estrella en el primer tercio del film. Por mi parte, el asesinato de la estrella era voluntario, pues de esta manera resultaba todavía más inesperado. Esta es la razón, por otra parte, de que insistiera posteriormente en que no se dejara entrar al público después de comenzado el film, ¡pues los retrasados hubieran esperado ver a Janet Leigh, después de que ella abandona la pantalla con los pies por delante! La construcción de esta película es muy interesante y es mi experiencia más apasionante como juego con el público.
Con Psycho, dirigía a los espectadores, exactamente igual que si tocara el piano.
F.T. Siento una gran admiración por el film, pero hay un momento un poco flojo, en mi opinión, que corresponde, después del segundo asesinato, con las dos escenas en casa del «sheriff».
A.H. La intervención del «sheriff» procede de algo de lo que hemos hablado a menudo, la cuestión fatídica: «¿Por qué no acuden a la policía?» En general, yo contesto: «No acuden a la policía porque es una lata.» Ve, he aquí un ejemplo de lo que sucede cuando los personajes van a la policía.
F.T. Pero el interés vuelve a surgir enseguida, tras esta escena. Me parece que el público cambia a menudo de sentimientos a lo largo de la proyección. Al arranque, se espera que Janet Leigh no sea detenida. Nos sorprende totalmente su asesinato, pero desde el momento en que Anthony Perkins borra las huellas, el público se pone a su favor, esperando que no le descubran. Luego, cuando sabemos por el «sheriff» que la madre de Perkins hace ocho años que está muerta, entonces de manera brusca se cambia de campo y se pone uno contra Anthony Perkins, pero por pura curiosidad.
A.H. Todo esto nos plantea la idea del público «voyeur». Teníamos un poco también estas mismas sensaciones en Dial M for Murder.
F.T. En efecto. Cuando Ray Milland tardaba en llamar a su mujer por teléfono y parecía que el asesino quería abandonar el apartamento sin haber matado a Grace Kelly, el espectador pensaba: «Con tal de que tenga un poco más de paciencia.»
A.H. Es una regla general. Hemos hablado de esto a propósito del ladrón que se encuentra en una habitación buscando en los cajones y por el cual el público siente simpatía… Igualmente, cuando Perkins contempla el coche que se hunde en el lago, aunque haya dentro un cadáver, cuando el automóvil deja por un momento de hundirse, el público se dice «Ojalá el coche se hunda del todo.» Es un instinto natural.
F.T. Pero normalmente en sus películas el espectador es más inocente porque tiembla por un hombre del que se sospecha injustamente. En Psycho, se empieza a temblar por una ladrona, después se tiembla por un asesino y, finalmente, cuando nos enteramos de que este asesino tiene un secreto, ¡deseamos que le detengan para enterarnos del desenlace de la intriga!
A.H. ¿Es que el espectador se identifica hasta ese punto?
F.T. No se trata quizás de identificación, pero el cuidado con el que Perkins ha borrado todas las huellas del crimen nos lo hace atrayente. Equivale a admitir a alguien que ha hecho bien su trabajo. Creo que, aparte de los títulos de crédito, Saul Bass hizo dibujos para el film, ¿no es cierto?
A.H. Sólo para una escena y no puede utilizarlos. Saul Bass debía hacer los títulos de crédito y, como el film le interesaba, le dejé dibujar una escena, la del detective Arbogast subiendo la escalera antes de ser apuñalado.
Durante el rodaje del film, estuve acostado dos días con fiebre, y como no podía ir al estudio, dije al operador y a mi ayudante que rodaran la subida de la escalera utilizando los dibujos de Saul Bass. No se trataba del asesinato, sino únicamente de lo que le precede, la subida de la escalera.
Había un plano de la mano del detective deslizándose por la barandilla y un travelling a través de los barrotes de la escalera mostrando de lado los pies de Arbogast.
Cuando vi la proyección de la escena, me di cuenta de que aquello no servía y fue una revelación interesante para mí. La subida de la escalera, planificada de esta manera, no producía un sentimiento de inocencia, sino de culpabilidad. Estos planos hubieran servido si se hubiera tratado de un asesino que subía una escalera, pero el espíritu de la escena se situaba en sentido opuesto.
Recuerde los esfuerzos que hicimos para preparar al público para esta escena; dejamos establecido que había una mujer misteriosa en la casa, dejamos establecido que esta mujer misteriosa había salido de la casa y había apuñalado a una muchacha mientras tomaba una ducha. Todo lo que podía provocar el suspense en la subida de la escalera del detective estaba implícito en estos elementos.
Por consiguiente, debíamos recurrir en este caso a la máxima sencillez nos bastaba con presentar una escalera y un hombre que sube esta escalera de la manera más simple posible.
F.T. Estoy convencido de que el hecho de haber visto antes la escena mal rodada le ayudó para indicar al detective Arbogast la expresión adecuada. En francés, diríamos: «Il arrive comme une fleur» («Llega como una flor»), y, por tanto, dispuesto a «se faire cueillir» («a dejarse atrapar»).
A.H. No se trata exactamente de impasibilidad, sino casi de benevolencia. Por tanto, me serví de una sola toma de Arbogast que sube la escalera y, cuando se acerca al último peldaño, coloqué la cámara deliberadamente en lo alto por dos razones: la primera para poder filmar a la madre verticalmente, pues, si la mostraba de espaldas, hubiera dado la impresión de que ocultaba deliberadamente su rostro, y el público desconfiaría. Desde el ángulo en que me situaba no parecía querer evitar que se viera a la madre.
La segunda y principal razón para colocar la cámara tan alto era conseguir un fuerte contraste entre el plano general de la escalera y el primer plano de su cara cuando el cuchillo caía sobre él. Era exactamente como música, fíjese, la cámara en lo alto, con los violines, y de pronto, la gran cabeza, con los instrumentos de metal. En el plano encuadrado desde lo alto, tenía a la madre que llegaba de improviso y el cuchillo que atacaba. Cortaba en el movimiento del cuchillo que cae y pasaba al primer plano de Arbogast. Le habíamos pegado en la cabeza un tubito de plástico lleno de hemoglobina. En el momento en que el cuchillo se aproximaba a su rostro yo tiraba bruscamente de un hilo que liberaba la hemoglobina y de esta manera su rostro se inundaba de sangre, pero siguiendo un trazado ya previsto. Finalmente, caía hacia atrás en la escalera.
F.T. Esta caída de espaldas por la escalera me ha intrigado mucho. En realidad, no cae verdaderamente. No se ven sus pies, pero la impresión que se tiene es que desciende la escalera a reculones, rozando levemente cada escalón con el extremo de los pies, un poco como lo haría un bailarín…
A.H. Es una impresión perfecta, pero ¿adivina cómo lo conseguimos?
F.T. En absoluto. Comprendo que se trataba de dilatar la acción pero no sé cómo lo hizo.
A.H. Trucándolo. En primer lugar, rodé con la Dolly el descenso de la escalera sin el personaje. Luego, coloqué a Arbogast en una silla especial y estaba, por tanto, sentado ante la pantalla de transparencia en la cual se proyectaba el descenso de la escalera. Entonces se movía la silla y Arbogast no tenía más que hacer unos gestos batiendo el aire con los brazos.
F.T. Está completamente conseguido. Más avanzada la acción del film, vuelve usted a utilizar la posición más alta para recoger a Perkins llevando a su madre a la cueva.
A.H. Sí, y elevé la cámara cuando Perkins sube la escalera. Entra en la habitación y no se le ve, pero se le oye: «Mamá, es necesario que te baje a la cueva porque van a venir a vigilarnos.» Luego, vemos a Perkins que baja a su madre a la cueva. No podía cortar el plano porque el público tendría sospechas: ¿por qué se retira la cámara de pronto? En ese momento, mantengo la cámara suspendida que sigue a Perkins cuando sube la escalera, entra en la habitación y sale de cuadro, pero la cámara continúa subiendo sin corte, y cuando estamos encima de la puerta la cámara gira, mira de nuevo hacia la escalera y, para que el público no se interrogue sobre este movimiento, le distraemos haciéndole oír una discusión entre la madre y el hijo. El público presta tal atención al diálogo que ya no piensa en lo que hace la cámara, gracias a lo cual ahora estamos en la vertical y el público no se extraña de ver a Perkins transportando a su madre, vista en vertical por encima de sus cabezas. Para mí era apasionante utilizar la cámara para engañar al público, desviando su atención.
F.T. El asesinato de Janet Leigh a puñaladas está también muy logrado.
A.H. El rodaje duró siete días y tuvimos que realizar setenta posiciones de cámara para obtener cuarenta y cinco segundos de película. Para esta escena me habían fabricado un maravilloso torso artificial con sangre que debía brotar bajo la presión del cuchillo, pero no me serví de él. Prefería utilizar a una muchacha, una modelo desnuda, que servía de doble a Janet Leigh. De ésta, no se ven más que las manos, los hombros y la cabeza. Todo el resto está hecho con la modelo. Naturalmente, el cuchillo no toca jamás el cuerpo, todo está hecho en el montaje. No se ve jamás ninguna parte tabú del cuerpo de la mujer, pues filmamos al ralenti ciertos planos para evitar recoger en la imagen los senos. Los planos rodados al ralenti no fueron acelerados después, pues su inserción en el montaje da la impresión de velocidad normal.
F.T. Es una escena de una violencia increíble.
A.H. Es la escena más violenta del film y después, a medida que la película avanza, hay cada vez menos violencia, pues el recuerdo de este primer asesinato basta para hacer angustiosos los momentos de suspense que vendrán después.
F.T. Es una idea ingeniosa y muy nueva. Al mismo asesinato, yo prefiero, por su musicalidad, la escena de la limpieza cuando Perkins maneja la escoba y la arpillera para borrar todas las huellas. La construcción total del film me hace pensar en una especie de escalera de lo anormal; en él arranque, una escena de adulterio, luego un robo, después un crimen, dos crímenes, y finalmente la psicopatía; cada etapa nos hace subir un escalón. ¿Es esto?
A.H. Sí, pero para mí Janet Leigh interpreta el papel de una burguesa corriente.
F.T. Pero nos transporta hacia lo anormal, hacia Perkins y sus pájaros disecados.
A.H. Los pájaros disecados me interesaron mucho como una especie de símbolo. Naturalmente, Perkins se interesa por los pájaros disecados porque él mismo ha disecado a su madre. Pero hay una segunda significación, por ejemplo, con el buho; estos pájaros pertenecen al dominio de la noche, son acechadores y esto halaga el masoquismo de Perkins. Conoce bien a los pájaros y se sabe observado por ellos. Su propia culpabilidad se refleja en la mirada de esos pájaros que le vigilan y el motivo de que le guste la taxidermia es que su propia madre está llena de paja.
F.T. De hecho, ¿podría considerarse a Psycho como un film experimental?
A.H. Tal vez. Mi principal satisfacción es que la película ha actuado sobre el público, y es lo que más me interesaba. En Psycho, el argumento me importa poco, los personajes me importan poco; lo que me importa es que la unión de los trozos del film, la fotografía, la banda sonora y todo lo que es puramente técnico podían hacer gritar al público. Creo que es para nosotros una gran satisfacción utilizar el arte cinematográfico para crear una emoción de masas. Y, con Psycho, lo hemos conseguido.
No es un mensaje lo que ha intrigado al público. No es una gran interpretación lo que ha conmovido al público.
No era una novela de prestigio lo que ha cautivado al público.
Lo que ha emocionado al público era el film puro.
F.T. Es verdad…
A.H. Y esta es la razón por la cual mi orgullo relacionado con Psicosis es que este film nos pertenece a nosotros, cineastas, a usted y a mí, más que todos los films que yo he rodado. No conseguirá tener con nadie una verdadera discusión sobre este film en los términos que empleamos en este momento. La gente diría: «Es algo que no hay que hacer, el argumento era horrible, los protagonistas eran pequeños, no había personajes…» Esto es cierto, pero la manera de construir esta historia y de contarla ha llevado al público a reaccionar de una manera emocional.
F.T. Emocional, sí… física.
A.H. Emocional. Me es igual que se piense que se trata de un pequeño o de un gran film. No lo emprendí con la idea de hacer una película importante. Pensé que podía divertirme realizando una experiencia. El film no ha costado más que ochocientos mil dólares y he ahí en lo que consistía la experiencia: «¿Puedo hacer un largometraje en las mismas condiciones que un film de televisión?» Utilicé un equipo de televisión para rodar con mayor rapidez.
Sólo hice más lento el ritmo de rodaje cuando rodé la escena del asesinato bajo la ducha, la escena de la limpieza y una o dos más que señalaban el transcurso del tiempo. Todo lo demás fue rodado como la televisión.
F.T. Sé que usted mismo produjo Psycho. ¿Ha tenido la película mucho éxito?
A.H. Psycho no ha costado más que ochocientos mil dólares y ha recaudado hasta ahora unos trece millones de dólares.
F.T. ¡Es formidable! ¿Es su mayor éxito hasta el momento?
A.H. Sí, y me gustaría que usted hiciese un film que le produjera tanto a través del mundo. Es un dominio en el que hay que estar contento de su trabajo desde el punto de vista técnico, no necesariamente desde el punto de vista del guión. En un film de este género, es la cámara la que hace todo el trabajo. Pero naturalmente, no se consiguen necesariamente las mejores críticas, pues los críticos no se interesan más que por el guión. Hay que dibujar la película como Shakespeare construía sus obras, para el público.
F.T. Psycho es tanto más universal cuanto que es un film mudo en su cincuenta por ciento. Contiene dos o tres rollos sin ningún diálogo. Ha debido de ser bastante fácil de doblar y de subtitular…
A.H. Sí. Sí. En Tailandia, no sé si usted está al corriente, no utilizan ni subtítulos ni doblaje, suprimen simplemente el sonido, y un hombre, que está de pie al lado de la pantalla, dice todos los papeles de la película con una voz distinta.”
0 notes
Text
D+Sentido
18/03/2019
Querida Ana Lucia,
Han sido unas semanas muy pesadas y entiendo tu agotamiento, este puente no me pudo caer mejor. Ojala durara más tiempo y déjame decirte que estoy muy tentado a darme mis clases del martes, pero me conoces y me conozco, no lo voy hacer. Te voy a decir un comentario muy rápido, no me lo puedo guardar, claro que conozco el kit kat de matcha y por supuesto que no lo he probado, ¿cómo puede ser posible que el consumismo estúpido profanara de esa manera mi chocolate favorito? Pero bueno…
Esta carta te la estoy escribiendo desde un lugar inusual, en este momento me encuentro escribiendo desde mi celular mientras estoy sentado en el parque de mi casa viendo a mi perro olisquear por todas partes. A veces es bueno salir de la zona de confort y buscar alternativas y hacer las cosas diferentes, como en este caso. Con esto me gustaría contestarte lo que me decías acerca del arte contemporáneo, estoy de acuerdo contigo en la parte que hoy en día todo y nada es considerado arte. Tomemos el ejemplo de un compañero nuestro que para un proyecto que teníamos improviso una “obra de arte” más bien agarro maderas del desecho, que ya estaban acomodadas por alguien más de manera aleatoria y las pinto de pintura plateada. La considera arte y yo esto no lo considero arte, mas bien es un chiste y me enoja que las personas lucren de este tipo de acciones porque hoy en día el arte contemporáneo es “basura” “extraño” “no lo entiendo” y muchas más frases. Por supuesto que el arte contemporáneo no tiene un estilo o una manera de definirlo porque justamente es eso contemporáneo y por el momento no lo podemos definir, sino que en algunos años los historiadores de arte podrán darle un nombre al movimiento artístico por el cual estamos atravesando. En donde como dices a lo mejor la gente aprecia de otra manera las obras artísticas que vemos hoy en día porque son viejas. Una de las obras más caras del mundo, si no es que la más cara, es una obra del artista Damien Hirst, seguramente la has visto en internet, es un tiburón blanco real dentro de una pecera con un líquido para conservarlo. Y podrás decir ¿Qué sentido tiene? Pero la propuesta de este cuate es la muerte, y a lo largo de sus obras tiene cadáveres de diferentes animales en la misma presentación que el tiburón blanco o peor, animales abiertos disecados, con los huesos de fuera. Artistas como él tienen propuestas muy interesantes que requieren de una investigación previa a su trabajo y de lo que hablan para poder entenderlo. Esto es lo que me gusta del arte contemporáneo, que las obras tienen significados muy profundos y nos hacen reflexionar. Pero claro también existe mucha basura que no cumple con esta regla.
Tal y como lo hablábamos en la clase, todo esto se trata de entender lo que nos están diciendo. ¿Cómo le damos sentido? y aquí entra la parte del conocimiento que mencionábamos, a mí me gusta el arte por lo tanto tengo cierta noción acerca de que ver en una obra de arte (¿te has dado cuenta que cada vez que alguien habla de arte, no lo puede hacer sin sonar mamón?) buscar más allá y ver qué motivo a un artista a hacer lo que está haciendo. La motivación es un factor crucial al momento de sentirnos inspirados para poder crear, es la chispa que inicia con la combustión de la idea y la genialidad. La motivación es algo sumamente complejo e interesante, no a todos nos motivan las mismas cosas y es que desde este inicio ya estamos destinados a crear distintas cosas dependiendo cada persona. No sé porque me viene a la mente el ejemplo de Valerie Solanas, esta mujer que escribió un manifestó que se llama SCUM y habla de cómo las mujeres deberían de matar a todos los hombres para poder tener una sociedad utópica, en donde los hombres que fueran naciendo en esta sociedad iban a ser educados para servir a las mujeres, una feminazi, como te darás cuenta. También es famosa por haberle disparado a Andy Warhol. Pero a lo que voy con esto es que me intriga que fue lo que la inspiro a crear este manifestó o la idea de dispararle a Andy Warhol, ¿cuál fue su motivación inicial? Sufrió múltiples abusos por parte de los hombres lo que la llevo a sentir un completo odio hacia ellos y lo manifestó hacia Andy Warhol cuando este perdió un guion que ella había escrito. En fin, creo que la motivación para crear y sentirnos inspirados es algo mucho más complejo de lo que podríamos hablar con mayor profundidad en nuestras cartas. Ten en cuenta que como es en este caso, la motivación no siempre es buena y el fin tampoco lo es.
Recordando la lectura de “Design is making sens of “things”, hablaba acerca de algo que ya habíamos comentado, los diseñadores industriales le damos sentido a las cosas y más importante le damos sentido a las personas. Diseñamos el mundo como nosotros queremos que sea, esto lo logramos insertando objetos poco a poco que la gente va adoptando y creamos necesidades, las modificamos, las quitamos y jugamos un poco con lo que la gente desea. Acaso esto no suena a que los diseñadores creamos la cultura en la que vivimos, nosotros nos encargamos o bueno, tenemos mucho que ver en que sea una cultura cambiante y me decías que el vamos diseñado conforme el mundo va cambiando sus necesidades, pero creo que más bien diseñamos para que cambien las necesidades.
No quiero que me malinterpretes, no quiero ser un mantenido. Claramente me gustaría no tener que preocuparme por tener un estilo de vida seguro, pero esto solo es para no tener que preocuparme por las ventas que genere y más bien por intentar diseñar o crear algo valioso, sin cumplir con el “ojala alguien lo compre” o “que a alguien le guste”. Esta idea en la que las personas adoptan las cosas y van haciéndolas completamente suyas, me llamo mucho la atención, existimos en una época en la que las cosas se producen en masa al por mayor y la gran mayoría de las personas tienen lo mismo que tú, pero ¿cómo te diferencias del grupo? Esta necesidad latente en las personas por distinguirse, no ser iguales, pero todos lo son… entonces nacen los productos para poder personalizar tus cosas, fundas de teléfonos, llaveros, estampas y cualquier joteria que te puedas imaginar. Incluso ha llegado a tal extremo que las personas deciden mutilar su propio cuerpo para que sea diferente al de los demás, desde perforaciones en las orejas, o expansiones, e incluso los tatuajes. Esta es una forma de desdoblarse completamente y demostrar quién eres, tomemos los tatuajes de ejemplo, aunque las personas crean que un tatuaje es estúpido porque no tiene significado, más bien yo creo que todos los tatuajes tienen un significado o una historia para la persona que lo tiene puesto. Pues déjame contarte que yo tengo un tatuaje en mi pierna derecha, mismo que yo diseñe, tiene un significado muy profundo para mí y es algo que hice para mí, por lo que casi no lo enseño a tal grado que hay personas que me conocen de hace mucho tiempo y no saben que lo tengo. No solo es EL tatuaje, también para mi tuvo mucho significado toda la historia que llevo hacérmelo, desde que lo planee hasta que llego el día y regrese a mi casa. Todo tiene una historia y un significado. No sé si entendí bien pero el tema de la semiótica y semántica se puede aplicar tanto para los tatuajes como para el arte contemporáneo, ya es lo que entendemos literalmente y todo lo que viene detrás o el significado que tienen las cosas.
No sé qué opines, pero me intriga mucho la frase “somos la suma de los objetos que escogemos”.
Es momento de dejar de escribir y regresar a mi casa, pero sin antes darle otra vuelta al parque creo que mi perro me lo va agradecer. Tendré que esperar un poco para publicar tu carta y ojala no se me olvide. Espero tu carta como espero no recibir otro mensaje pidiéndonos que le hagamos más cambios a esa maldita mesa, odio a la gente del teatro.
Atte. Ramzy.
Pd: Por supuesto que no se me acaban las ideas, solo me gusto y la quise compartir contigo. Así como te comparto que tengo una bolsa de moritas en mi casa esperando a que las devore, mientras veo una película.
0 notes
Link
https://ift.tt/2z6VJpb
Segovia, te tenía ganas. Ganas de evocar la época romana, de calles empedradas, de judería, de dulces sefardíes (recordando los de Herminia, en Ribadavia); ganas de cochinillo y de callejones imposibles, de puertas históricas e incluso, de cárceles e iglesias. Sí, Segovia es todo esto y más porque todavía no me explico, como una ciudad pequeña atesora este patrimonio tan extenso.
LLEGAR Y BESAR EL ACUEDUCTO
Casi sin querer, lo primero que te encuentras cuando llegas a Segovia, es el Acueducto Romano, imponente, atravesando parte de la ciudad como si estuviera diciendo “cuidado, que este es mi territorio”. Impone, sí sobre todo si te preguntas como cargaron con esas piedras y se hizo la construcción, imaginando la cantidad de personas que allí tuvieron que perecer para dar fin a semejante obra de ingeniería. Y es que sí, soy de las que piensan que los romanos lo inventaron todo y que ahora, lo único que hacemos, es darle vueltas. Unas veces, de manera más afortunada que otras.
Data de la época del Emperador Trajano (s. II d.C) y sus números impresionan. Parte de la Sierra de Guadarrama, a lo largo de algo más de 16 kilómetros, con una altura máxima de 28 metros y más de 160 arcos. Evidentemente, su función era abastecer a Segovia de agua y llega hasta el Álcazar.
El Acueducto romano data del S. II d. C y tiene su origen en la Sierra para dotar de agua a la ciudad de Segovia
EL CASCO HISTÓRICO
Segovia, atesora un vasto patrimonio y cada uno debe de decidir a qué le dedica más o menos tiempo o qué le interesa más pero de lo que estoy segura, es de que cada visitante puede encontrar lo que le interesa por la cantidad de edificios históricos que acoge en su casco histórico. Dicho esto os comento cual fue nuestra selección y nuestro recorrido, partiendo de la Plaza del Azoguejo, dónde puedes ver el acueducto y tienes una de las oficinas de turismo.
Partimos de la Calle Cervantes, subiendo hacía la Plaza Mayor y desde su inicio, tienes una buena panorámica de la plaza y el acueducto para llegar casi sin querer, a una de las calles que aglutina más patrimonio en un corto espacio; así que sí, tienes que ir con los ojos bien abiertos para no perder ripio.
⇒ CALLE JUAN BRAVO. La Juan Bravo, atesora patrimonio y comercio, por partes iguales. También, varias cafeterías salpican tu camino, bien para calentar o refrescar el ambiente, dependiendo de la época en la que visites la ciudad.
En su inicio, se suceden tres casas señoriales, siendo las más llamativa la Casa de los Picos, por su estructura exterior, sita a mano derecha. A la izquierda, tienes el Palacio del Conde Alpuente y siguiendo a la derecha, la Casa de los del Río (da pie a más de una canción, sí).
• La Casa de los Picos, data del S. XV y perteneció a la familia de la Hoz, pudiendo observar su escudo en la fachada. Su puntas o picos, tenían un sentido defensivo y ornamental; seguida de la fachada, estaba la demolida Puerta de San Martín, principal acceso al recinto amurallado.
• El Palacio del Conde Alpuente, está construido sobre casas de la morería conservando algunos de sus elementos. Llaman la atención las estrechas ventanas.
Casa Palacio de los Alpuente.
“No se permite dejar carruajes en esta plazuela bajo multa de 5 pesetas”. Inscripciones memorables en la Casa de los Alpuente
La ornamentación de la Casa de los Picos, cuanto menos es curiosa
⇒ Y llegando a la PLAZA DE MEDINA DEL CAMPO, el estallido de edificaciones es brutal. Así que vamos a desgranar lo que podamos:
• Casa de Bornos. La casa de estilo renacentista, data del s. XVI y tiene una característica de la época: una galería superior para secar paños, debido a la floreciente industria textil. También puedes vislumbrar el Torreón de Lozoya, casa fuerte del secretario de Felipe II. Lo más destacado es su galería porticada en la zona del patio y jardín interior.
• Iglesia de San Martín. Data del S. XII. Lo que más me llamó la atención es la portada de una de las fachadas, con cuatro grandes esculturas que se corresponden con los cuatro Profetas Mayores.
• Cárcel Real. Fue la cárcel pública de la ciudad hasta principios del S. XX.
Plaza de Medina del Campo
Torre de Lozoya, en la Plaza Medina del Campo
Detalles de la Iglesia de San Martín
Ya desde aquí y subiendo por la Calle Isabel La Católica, llegas hasta la Plaza Mayor, no sin antes poder darte un capricho en la Pastelería Limón & Menta. Nosotros probamos el ponche segoviano. Dulce, muy dulce pero muy sabroso y suave que no empalaga a pesar de ser una bomba de azúcar.
PLAZA MAYOR Y CATEDRAL
La amplia y luminosa Plaza Mayor, rodeada de cafeterías , terrazas, soportales y edificios con galerías, es punto de reunión de locales y visitantes. Presidida por el ayuntamiento, actúa como punto centrífugo, ya que desde ella puedes partir hacía el Alcazar, hacía la Casa del Hidalgo y Plaza de los Caídos, hacía la Plaza de San Esteban y zona de conventos o hacía la antigua judería y Paseo del Salón. Aquí ya, tú decides hacía dónde te quieres dirigir.
La Plaza Mayor, punto neurálgico de la ciudad, con el Teatro Juan Bravo al fondo
Ahora, si hay un edificio que llama la atención, es sin duda la Catedral de la Señora de la Asunción y San Frutos. Su construcción se inicio en el S. XVI pero su consagración no fue hasta mediados del S. XVIII. De entre las diferentes capillas, la de San Andrés y la del Santísimo Sacramento son las más espectaculares; y sobre todo, los dos órganos barrocos del S. XVIII. El exterior está lleno de detalles y francamente, es espectacular.
La Catedral de Segovia y toda su ornamentación exterior.
√ Si te gusta el arte, en el Museo Catedralicio podrás observar obras de Pedro Berruguete.
EL ALCAZAR DE SEGOVIA
Siguiendo por la Calle de Daoiz y tras pasar la Iglesia de San Andrés, llegas al Alcazar, auténtica joya de la ciudad segoviana. El entorno, las vistas, el edificio en sí, son puro arte para los sentidos.
Pasando los Jardines de la Reina Victoria Eugenia, muy cuidados, dejas la Casa de la Química, dónde Louis Proust elaboro su “Ley de las proporciones definidas” y te plantas frente al impresionante edificio del Alcazar, construido sobre los restos de una fortaleza romana. Desde el S. XI hasta el XIX, ha sufrido diferentes ampliaciones y reformas, sobre todo tras el incendio del S. XIX. Además de algunas salas que son visitables, llama la atención la Torre de Juan II, la torre almenada que lleva su nombre. Sirvió también como prisión de estado (S. XVIII).
Iglesia de San Andrés, camino del Alcazar
Entrada a los Jardines de Victoria Eugenia
Desde este mismo punto tienes unas vistas increíbles de la Muralla que servía de defensa, así como de varias edificaciones interesantes:
la Real Casa de la Moneda
el Monasterio de Santa María del Parral
el Convento de San Juan de la Cruz,…
El impresionante el Alcazar y su majestuosidad
Vistas extramuros desde el Alcazar
Nosotros desde aquí, partimos por la Calle del Socorro, para llegar hasta la Casa del Sol que ahora mismo, acoge el Museo de Segovia, ubicado en el antiguo matadero.
De esta manera, llegas hasta la Puerta de San Andrés, conocida también como el Arco del Socorro y desde su adarve, contemplar las vistas de la vieja Judería. Desde la Plaza del Socorro, vislumbras en el cerro el Cementerio Judío de la aljama hebrea de la ciudad. es una colina que se conoce como “el pinarillo” con cámaras funerarias excavadas en la roca.
Inscripciones dentro del Arco del Socorro que rememoran grandes obras literarias
Puerta de San Andrés – Arco del Socorro
Las vistas de “El Pinarillo”, el antiguo cementerio judío
Casas del barrio judío
Por la calle Judería Vieja, viajas en el tiempo y te acercas a la cultura judía. No te pierdas la Casa de Andrés Laguna y mucho menos, la Antigua Sinagoga Mayor, hoy el Convento del Corpus Christi que data del S. XIV y actuó como Sinagoga hasta inicio del S. XV. Las monjas clarisas que lo habitan, elaboran dulces sefardíes con recetas originales. No dudéis en probarlos.
Después de semejante baño de historia y un magnífico paseo por la ciudad segoviana, no podíamos irnos sin probar uno de los platos estrella: el cochinillo. Así que con esto, damos por finalizada nuestra visita a Segovia que no me ha defraudado y a la que espero volver para disfrutarla aún mas.
Las vistas desde el Mirador del Museo de Segovia
Happy Blogging! Happy Travels!
Mas información: Turismo Segovia
CUADERNO DE VIAJE
Cómo llegar ⇒ desde Madrid, pasando por La Granja por la SG-20 y la CL-601. Pasando Navacerrada, en unos 45 minutos llegas a la ciudad de Segovia. Todo el centro de Segovia es de pago, zona azul y verde.
Dónde comer ⇒ además del Mesón Cándido, el más conocido, os sugiero el Asador El Bernardino, en la Calle Cervantes, 2. Muy buen cochinillo. Tel. 921 46 24 77
Dónde dormir ⇒ dependiendo del presupuesto que tengas, hay muchas opciones. El Convento Capuchinos (5*) y el Plaza Acueducto (4*), ambos de la cadena Eurostars funcionan muy bien. Si buscas algo económico, el Avenida del Sotillo (2*), es muy económico; eso sí, tienes unos 15 minutos andando hasta el centro, ya que está en La Lastrilla.
0 notes
Text
Mi vieja, llora.
Mi mamá nunca fue persona de llorar. Es una mujer que tuvo que aprender desde muy temprano a ocuparse y no a preocuparse.
A los 16 se vino a la gran ciudad, desde un pueblito muy humilde del que siempre soñó salir. Su boleto de partida fue una beca en una excelente universidad. A esa edad aprendió a bandearse solita. Pagar una residencia, comida, gastos universitarios. Lo básico, lo necesario, lo humilde.
Paso trabajo, hambre, momentos muy duros lejos de todo lo que conocía por algo mejor que anhelaba conocer. Trabajo muy duro y todo lo que tiene hoy, se lo ganó a pulso. Todo el esfuerzo de un ser que admiro.
Saco a dos muchachos adelante, a un esposo que aún era universitario, un apto e incluso a ella misma. Cuando mis padres se divorciaron, creo que fue lo mismo, sacarnos a pecho, pero ahora más sola y con el descaro de un hombre que se fue a vivir lo que quizá la paternidad en su juventud no le permitía. Él tenía 23 y ella 28. Pero ese es otro cuento.
En todo este proceso, mi mamá aprendió a que llorar no era necesario, era una pérdida de tiempo y era debilidad pura. Mi mamá es una mujer tan dura como noble. Una mezcla que solo el que realmente la conoce, experimenta.
Tengo recuerdos de infancia, de una mujer que nunca lloraba y que solo una noche escuche sollozar en el balcón de nuestra casa. Intente hacerle cariño y me dijo “no me hagas así, que no quiero tu lastima”. Desde ahí perdí el hilo, la manera y la forma de cualquier contacto físico con mi madre. No es de abrazar, pero si se lo dices, se hiere. Es como una niña que se acostumbro tanto a la soledad y a la gallardía que el afecto le abruma.
Creo que esa vez fue la única vez que la vi llorar y con extremo dolor. Cuando murió mi abuelo, tema que aun la mueve 30 años después, es otro asunto. Creo que él y mi padre, además de nosotros, somos sus sinceros y reales afectos.
La cosa es, que ahora, esta muchacha de 16 años que se vino a la gran ciudad, tiene casi 60 años y debe volver a hacer maletas. TODO lo que construyo a pulso, esfuerzo, dedicación e incluso lágrimas, debe dejarlo. El país no le brinda bienestar. Los años ya piden tranquilidad y estabilidad, mucha de ella va con medicamentos que aquí no se consiguen. La dieta que debe tener es imposible, por sus costos o porque ya muchas cosas no llegan. El hampa es cosa común y el terror de tener hijos jóvenes aquí, es algo que viven todos nuestros padres. Entonces mi vieja, toca hacer maletas.
Mi mamá llora, de 24hrs, unas 12hrs. No quiere hablar del tema, pero si quiere irse. SUEÑA, con volver en 2 años. Pero por lo que vemos, esto no mejorara, ni en un supuesto, tan pronto. Vender su casa, NUNCA. Pero ya sabe que este lugar no le da la misma calidez de hogar.
Odio verla llorar, odio el duelo por el que pasa, odio que no pueda conseguir pan, leche, manzanas, como algo simple. Que cada que su neurólogo le manda medicinas, empiece cristo a padecer por todas las vueltas que damos para ver si al menos una cajita se le encuentra. Esta no es la vejez que merece y la vida se me va en quererla ver feliz, porque bastante me hizo ella a mí en épocas tan duras, disfrazando mi infancia. La vida es bella, la de Will Smith y pare usted de contar, podrían ser películas de padres, que como mi madre, le echaron un camión de bolas, para que tuviéramos una infancia feliz. Ahora no sé cómo hacen. Porque difícilmente se maquilla esta realidad...
...y mi vieja, llora...
0 notes
Photo
Subastas de esclavos a las puertas de Europa
Subastas de esclavos a las puertas de Europa
En la ciudad de Sabha —situada al sur de Libia, 100.000 habitantes— existe un lugar conocido como el gueto de Ali. Es un nombre que hace agachar la cabeza a Abou Bacar Yaw, un joven gambiano de 18 años que pasó dos meses dentro.
El gueto de Ali es, probablemente y en base a las descripciones de quienes allí estuvieron, un antiguo centro de detención. Antes de la guerra que culminó con la caída de Muamar el Gadafi, Sabha era un oasis migratorio de la ruta africana central hacia Europa. Muchos subsaharianos eran retenidos en este lugar y expulsados del país. Sabha era, también, un atractivo destino turístico para aventureros.
Cuenta Abou Bacar que hoy se trata de un edificio gastado, lleno de ratas y polvo, con varias celdas y un patio interior. Cientos de jóvenes subsaharianos se agolpan en espacios pequeños sin luz ni ventilación. El lugar lo dirige un libio de la etnia tubu conocido como Ali. Alrededor, las calles de Sabha son hoy el territorio de milicias, traficantes, mafiosos y vecinos armados. Zona prohibida para el visitante.
Abou Bacar llegó a este sitio tras cinco días de travesía ininterrumpida a través del desierto. Partió de Agadez, en el desértico centro de Níger, donde meses después está de regreso. Sentado en una vieja silla, con una cicatriz al lado de su ojo izquierdo y la llamada al rezo desde una mezquita cercana, relata sus recuerdos. Cuenta que todo el mundo en Sabha conoce el gueto de Ali. “Pero a nadie le importa porque Libia es el infierno. Todo el mundo va armado. Hasta los niños llevan pistola. Y a nadie le preocupa el bien o el mal”. El gueto de Ali parece llevar sus actividades sin demasiadas molestias.
“No sentaban en el suelo y los libios venían a elegirnos y a comprarnos, como quien escoge mangos en el mercado. Después discutían el precio”
“Yo ya había pagado mi pasaje hasta Trípoli. Lo pagué en Agadez, antes de salir”. Abou desembolsó 381 euros, los ahorros de toda su familia. “Pero nunca llegué a Trípoli”. Cuando alcanzaron Sabha, el conductor del vehículo que los trajo a través del Sáhara los llevó al gueto. “Allí estaban unos libios, con uniformes militares y armas. No sé si eran soldados, milicianos o qué eran”. A Abou y a los demás los metieron en el edificio, les dijeron que no habían pagado el pasaje —cuando sí lo habían hecho— y los encerraron sin más explicación.
Un vaso de agua y una barra de pan era lo que le daban cada día de los dos meses que Abou estuvo en el gueto. Allí se amontonaban, según estima Abou, unas 300 personas, todos hombres. A los que iban muriendo, tenían los demás que sacarlos y quemar los cuerpos en un descampado contiguo al centro. “Cada día llegaban hombres árabes, a veces con guardaespaldas, y entonces nos sacaban al patio. Allí nos teníamos que sentar así —Abou se sienta en el suelo, con la piernas abiertas—, en fila, cada uno entre las piernas del que tenía detrás. Formábamos como un tren en el suelo”. Abou regresa a su silla y continúa su relato: “El hombre árabe paseaba entre nosotros y elegía a algunos. Elegía a los fuertes, a los que no pareciese que se iban a morir en dos días. Los elegía como cuando eliges mangos en el mercado de fruta. Después pagaba a la gente del gueto y se los llevaba. Cada día llegaban hombres árabes a comprarnos”.
A Abou lo vendieron al cabo de dos meses. “No sé cuánto pagaron por mí. Delante de nosotros no hablaban de dinero, se iban a negociar los precios a un rincón”. Abou se queda en silencio. Con la mirada perdida. Después dice: “El gueto de Ali es el lugar que imaginas cuando te hablan de un mercado de esclavos”. Un mercado de esclavos en el siglo XXI, en una ciudad hasta hace poco relativamente turística y en un país a 400 kilómetros de Europa.
FOTOGALERÍA
FOTOGALERÍA: A las puertas del infierno. Abou Bacar, nacido en Gambia, fue vendido en un mercado de esclavos de la ciudad libia de Sabha. ALFONS RODRÍGUEZ
El agujero libio
Antes de la guerra —estalló el conflicto al amparo de la Primavera Árabe en el año 2011— Libia era una de las varias rutas migratorias hacia Europa. Las mafias optaban en ocasiones por trasladar a los migrantes a Mauritania y de ahí alcanzar en cayuco las islas Canarias; o atravesar Argelia para llegar a Marruecos y saltar la valla de Melilla; o cruzar Libia e intentar navegar en patera hasta la isla italiana de Lampedusa.
Hoy, Libia se perfila como casi la única ruta: el caos es tal en el país que las mafias y los traficantes de personas campan sin estorbos, al contrario de las vigiladas fronteras del resto de países. Cada pueblo y ciudad en Libia pertenece a una milicia distinta. Y en ese revoltijo tratan de colarse los migrantes para cruzar el mar. Se estima que, a día de hoy, unos 330.000 migrantes están bloqueados en Libia, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El problema es que esta violenta anarquía tiene reverso: miles de hombres y mujeres están siendo secuestrados, aprovechando la falta de control. Los secuestros, desde hace unos meses, han ido un paso más allá: cada vez son más los esclavos.
El pasado mes de abril la OIM, agencia dependiente de Naciones Unidas, publicó un informe en el que denunciaba que en Libia existen, desde hace meses, mercados de esclavos. Lugares en los que migrantes son vendidos para utilizarlos como mano de obra, como sirvientes o esclavos sexuales.
Giuseppe Loprete, jefe de misión de la OIM en Níger, explica en el despacho de su oficina en Niamey que “los migrantes que vuelven de Libia nos están contando historias terribles. Nos hablan de pujas, de subastas, de compraventa de esclavos”. Un macabro retroceso en el tiempo al otro lado del Mediterráneo. El gueto de Ali, donde fue vendido Abou, es uno de estos mercados.
Fotografías extraídas del teléfono de un migrante retenido en Libia y facilitadas por la OIM. La agencia explica que se trata de esclavos en un mercado de Libia, a la espera de ser vendidos. OIM
No se trata de secuestros en los que se solicita un rescate. No se trata de condiciones de explotación. No se trata de poder pagar por tu libertad. Se trata de un tráfico de esclavos en el que vecinos de Libia compran subsaharianos para que trabajen en sus casas, granjas o cultivos sin salario de ningún tipo —más allá de techo y comida— y bajo un régimen de violencia.
La OIM lo ha denunciado y ahora comienzan a aparecer los testimonios de aquellos que han escapado de tal experiencia. La comunidad Internacional, sin embargo, no parece estar haciendo demasiado sobre el terreno para terminar con una pesadilla propia de otro siglo.
Vendido por 3.200 euros
“Quiero explicarle al mundo lo que está pasando”. Lo dice Achaman Agahli, 39 años, robusto, vecino de la ciudad nigerina de Agadez. Nos recibe en su casa, una construcción básica de adobe en la que comparten espacio personas y cabras.
“A mí me vendieron en un lote de 12 y pagaron por mí unos 3.000 euros”
Achaman trabajaba transportando bidones entre pueblos del desierto. Fue un amigo quien le planteó la posibilidad de intentar llegar a Europa para ganar dinero. Lo consultó con su mujer y decidió intentarlo. Partió una noche de junio del año pasado, a las tres de la madrugada, subido a la parte trasera de un vehículo pick up blanco marca Toyota. Cuando estaban a punto de arrancar, escuchó que el traficante a quien le habían pagado por el traslado hablaba por teléfono: “Te mando un lote de 25”. No le dio importancia Achaman en aquel momento. Días después, la afirmación cobraría sentido.
“La idea era que nos llevasen hasta Madama, en la frontera entre Níger y Libia, pero pasamos de largo y nos dejaron en Al Qatrun, ya en Libia. Ahí nos recogieron unos tubus libios [los miembros de una etnia local]. Llevaban barba, iban armados. Fue cuando me dije: ‘Aquí hay problemas, algo falla’. Nos llevaron a Sabha y nos metieron a todos en la habitación de un edificio vacío”.
Achaman estuvo 26 días encerrado. “Nos daban pan y leche. Un día, uno los hombres que nos custodiaba, nos dijo: ‘No os damos más para que no tengáis fuerza y escapéis”. El día 27 llegó un hombre libio y se puso a discutir de dinero con el jefe de los secuestradores de Achaman. Esta vez sí, escucharon la negociación. “Yo hablo árabe. Les entendí. Acordaron la venta de un lote de 12. Sí, así dijo, un lote de 12. Y por cada uno del lote, por cada uno de nosotros, iba a pagar 5.000 dinares libios”. Aquel día compraron a Achaman por 3.200 euros.
“Nuestro comprador nos llevó a su casa, una casa muy grande con un huerto muy amplio en Ubari, a pocos kilómetros de Sabha. Era un señor rico. Yo estuve dos meses recuperándome porque estaba muy enfermo. Cuando me puse bien, empecé a trabajar”. Achaman tenía que alimentar a los animales del propietario, limpiar los establos, cuidar el huerto, arar… A cambio, el dueño de la casa le daba cobijo y comida. Como hablaba árabe, lo convirtió en su hombre de confianza. “A los demás los despreciaba, pero a mí me trataba bien. No me pegaba ni me gritaba. Y, al cabo de unos meses, tenía libertad para entrar y salir de la casa si necesitaba hacer recados”.
ampliar foto
Achaman Agahli, de 39 años, fue esclavizado en la ciudad Libia de Sabha durante un mes y medio. ALFONS RODRÍGUEZ
Fue en uno de esos recados. Achaman dijo que tenía que ir a Sabha a por medicinas y, de camino, se cruzó con un conductor nigerino que le ayudó a cruzar la frontera de vuelta.
La mujer de Achaman murió la semana pasada, dando a luz. “Se fue sin que supiera lo que me pasó. Nunca le dije nada. No la quería ver triste”.
Cinturones a modo de látigo
Adam Souleyman lleva una camiseta amarilla con un dibujo de Don Quijote. Tiene 24 años, es muy delgado y se pone un turbante en la cabeza para protegerse del sol y la arena. Aunque está viviendo en Agadez, donde nos recibe en el patio de tierra de una casa familiar, nació y creció en una aldea cercana a Zinder, la segunda ciudad de Níger, al sur del país. Desde ahí, hace ahora un año y cinco meses, partió rumbo a Libia en busca de Europa.
El recibimiento tuvo lugar en Madama, localidad fronteriza, donde, según recuerda Adam, unos milicianos lo tumbaron en el suelo a él y al resto de migrantes con los que viajaba. “Nos quitaron nuestros documentos y el dinero”. Desde ese momento, Adam se convirtió en mercancía.
Tres días estuvo encerrado hasta que un hombre, que Adam recuerda como “gordo, grande”, llegó, discutió precio con los milicianos y se llevó a tres de ellos. “Un chico de Mali, otro de Burkina Faso y yo. Todos en furgoneta. El hombre nos encerró en un sótano. Las ventanas eran muy pequeñas y daban al suelo de arena. Había unas alfombras para que durmiéramos. El hombre solo nos dijo una cosa: ‘Sobrevivir es lo mejor que podéis conseguir desde ahora”.
“Cada día nos llevaba a trabajar a una casa distinta, de árabes ricos, casas muy grandes. Nos despertaba echándonos agua fría encima y nos sacaba del sótano dándonos golpes con el cinturón, como si fuera un látigo”
Era el nuevo dueño de Adam y los otros dos chicos. Y los alquilaba. “Cada día nos llevaba a trabajar a una casa distinta, de árabes ricos, casas muy grandes. Nos despertaba echándonos agua fría encima y nos sacaba del sótano dándonos golpes con el cinturón, como si fuera un látigo”. Adam reproduce con desgana el gesto, levantando el brazo. “Cuando terminábamos de trabajar, venía a buscarnos a la casa y nos volvía a meter en el sótano”. Así estuvo Adam un mes y diez días.
“Había días que no teníamos que trabajar, que el hombre no venía a buscarnos. Y nos pasábamos el día sin comer encerrados. El chico de Malí hablaba de acabar con todo eso, de suicidarse, decía que no aguantaba”. ¿Y tú? “Yo no. Yo quería ver a mi familia”. ¿Te sentías como un esclavo? “No me sentía. Era un esclavo”.
Se pasaba las noches Adam maldiciendo el día que decidió irse a Libia. La luz la vio una tarde que el dueño de una casa le mandó salir hasta un pozo de agua a reparar una avería. “Yo iba caminando y me crucé con una camioneta en la que iban trabajadores africanos. Uno era hausa, como yo, así que le grité y le pedí ayuda”. Aquel hombre acogió a Adam en su casa y después le consiguió sitio en un camión para regresar a Agadez, donde ahora trabaja para poder reunir el dinero y volver a Zinder. “No sé qué pasó con los otros dos chicos, el de Malí y el de Burkina Faso”, dice Adam. “A lo mejor todavía siguen allí”. Después aprieta las manos contra sus ojos y llora.
Siete meses sin ver el cielo
Marian cubre su cabeza con un velo rojo. Se fue de Lagos, Nigeria, en julio del año pasado. Le dijeron que tras un pequeño viaje en coche y cruzar un río, estaría en Italia.
Marian tiene 23 años y vive en el suelo de la estación de autobuses de Agadez, donde aguarda poder regresar a su ciudad. Allí, nadie sabe que a Marian la convirtieron, durante siete meses, en una esclava sexual.
Fue en Trípoli, Libia, después de cruzar el desierto con más días de ruta de lo previsto, tras un error de orientación del conductor que les llevó a tener que beber agua de charcos que encontraban. “Cuando llegamos a Trípoli nos metieron en un sótano sin ventanas. Pregunté cuándo llegábamos a Italia y un hombre me dijo: nunca”. Para Marian, arrancó el suplicio.
ampliar foto
Marian, nigeriana de 23 años, fue esclava sexual en Trípoli durante 7 meses. ALFONS RODRIGUEZ
“Una mujer nos explicó la situación al grupo de chicas que estábamos en el sótano. Nos dijo que, si queríamos volver a ser libres, necesitábamos pagar una cantidad (Marian no quiere decir cuánto) y que la única manera de lograrla era siendo prostitutas en ese sótano”.
Marian resopla: “Yo no paraba de llorar. Y me negué. Llegó un señor el primer día y me dijo ‘siéntate aquí’, señalándose las piernas y yo le dije que no. Entonces, el marido de la mujer que nos explicó todo me pegó en la cara. Dijo: ‘Si no obedeces, te pego’. Y yo le dije que me pegara. Y le ponía la cara”. Marian gira la mejilla, como ofreciéndola. Después añade: “Pero hay un momento en que ya no quieres que te peguen más”.
Si Marian o cualquier de las otras chicas se negaba, la mujer rompía la hoja en la que iba apuntando lo recaudado por ellas. “Y teníamos que volver a empezar”. Marian tardó siete meses en recobrar su libertad. Durante esos siete meses nunca salió del sótano. Nunca llegó a ver el cielo.
“Ahora quiero volver a Lagos. Y recuperar mi vida de antes. Y espero que jamás nadie de mi familia sepa lo que me ocurrió”.
Atados por las muñecas
Cuando explica su trágica experiencia, Nasser Abdul Kader sonríe. Como un mecanismo de defensa, como una válvula de escape para no derrumbarse. A Nasser no lo compró nadie. El hombre que lo esclavizó, lo robó.
Como casi todos los demás, llegó a Libia con la promesa de alcanzar Italia en cuatro días. Partió de Agadez, donde nació, y, tras el periplo, fue abandonado en las calles de Sabha, sin dinero ni documentación, en compañía de otros seis inmigrantes. “Acudimos a una plaza en la que venían hombres a recoger trabajadores para jornadas sueltas. Cada vez que aparecía alguno, los chicos se abalanzaban sobre ellos para que los llevasen”.
El tercer día, Nasser y otro chico se fueron con un tipo que necesitaba mano de obra. “Nos llevó a una granja avícola, llena de gallinas. Nos enseñó la granja y nos dijo que nuestro trabajo era alimentar a las gallinas y mantenerlas despiertas por las noches”. Nasser hace una mueca de incomprensión y encoge los hombros. “Al día siguiente nos presentó a dos hombres armados, muy fuertes y nos dijo que eran los encargados de la seguridad de la granja”.
Nasser estuvo un mes y diez días descargando sacos de pienso, alimentando gallinas y manteniéndolas despiertas por las noches. Todo cambió cuando Nasser le preguntó a uno de los hombres de seguridad cuándo les iban a pagar. “Me miró, levantó el dedo así —Nasser pone recto su índice, en gesto de advertencia— y me dijo: ‘Presta atención: en este lugar no se pagan sueldos’. Me asusté, pero al día siguiente, enfadados, nos negamos a descargar el camión”.
“Para trabajar nos ataban con una cadena de dos metros, por las muñecas. Solo nos la quitaban para dormir”
La sentada de Nasser y su amigo tuvo consecuencias cuando los dos vigilantes vieron los sacos de pienso sin descargar. “Vinieron a buscarnos a la habitación y nos dieron una paliza con un cable grueso y también con un cinturón. Después nos enseñaron una pistola y nos dijeron: ‘Si no trabajáis, os matamos y vamos a por otros dos negros”.
Desde ese día, los dos chicos tuvieron que trabajar uno atado al otro. “Con una cadena de unos dos metros, atada con mucha fuerza a las muñecas. Y partir de aquello nos pegaban con un cable mientras trabajábamos. Ahí me convertí en esclavo”.
A Nasser y a su compañero solo los desataban cuando regresaban a la habitación a dormir. “Nadie sabía dónde estábamos, no teníamos dinero, ni papeles, ni contacto con el exterior. Era como estar muertos”. La tragedia duró cinco meses, hasta que Nasser logró escapar de la granja una mañana en la que los dos hombres de seguridad se quedaron dormidos por el alcohol.
“Yo a los chicos que quieren irse a Europa les digo: no lo hagas. No te vayas. Vas a morir o vas a ser esclavo. Y les cuento mi historia”. ¿Y te hacen caso? “No, ninguno. Siempre responden lo mismo: no tengo elección”.
[via Portada de Internacional | EL PAÍS]
http://www.dipublico.org/106398/subastas-de-esclavos-a-las-puertas-de-europa/
#agua#Cada#casas#el jefe#Europa#libertad#Libia#libio#los migrantes#metros#no se#Pero#personas#suelo#unos
0 notes
Text
Lunes de Carnaval / Huelele Huelela
Esta escena se estaba repitiendo constantemente en mi estadía en casa; abría los ojos, veía hacia arriba el abanico de techo girar, a mi derecha la persiana que tenía ese pequeño espacio donde el sol se reflectaba en la pared y el espejo diagonal a mí donde podía ver mi maleta tirada en el piso. La noche anterior fue la berbetronik y la fiesta fue buena, pudo ser mejor. ¿Por qué? Las condiciones en las cuales nos encontrábamos no eran favorables para que todo el mundo se sintiera cómodo. Sé que tenemos sangre de indio guerrero pero tampoco para andar rumbeando en un lote lleno de arena donde las famosas brisas de Diciembre se prolongaron a Febrero e hicieron ráfagas de arena y mugre, mugre y arena que nublaban la visión. Sé que más de uno se dañó toda la noche con ese sucio en el ojo que busca salir pero no encuentra la salida, que se queda toda la duración de la fiesta para recordarte su existencia. Yo fui uno de esos por un par de minutos y era claro; odiaba estar ahí.
Me levanto de la cama y veo mis dos manos; todas llenas de mugre, tierra, suciedad, apestando a cigarro y marihuana. Me veo al espejo y tenía la cara negra, como si hubiera estado en un campo minero toda la noche buscando un diamante que me sacara de las minas. Desde que llegué a carnavales he estado buscando eso; mi diamante loco, la mujer que me hará sentir en casa; lastimosamente nada que aparece y el carnaval se acaba. Es lunes, son las diez de la mañana y amanecí con mucha hambre. Abro la puerta de mi habitación y no siento ni una sola presencia en la casa. Es la primera vez desde que vine que noto el silencio de mi casa y puedo escuchar por el balcón a los transmetro sonar y una que otra moto de policía cuyos motores se reconocen con facilidad. Voy directo a la cocina a abrir la nevera sólo para darme cuenta que no hay nada de tomar así que me quite el guayabo que llevo arrastrando desde el miércoles de la semana pasada. Debajo de la leche y la jarra de agua hay un plato de icopor que retiro de la nevera para encontrar arroz chino de procedencia desconocida. Me da igual, arroz chino es arroz chino, es decir; pollo, carne, perro, gato, etc… Me sirvo en un plato y lo pongo en el microondas mientras busco una canción en mi celular como para al menos poner un poco de vida a esta casa tan silenciosa. Puse un poco de Pink Floyd como para quitarnos ya un poco el chin chin chin que escucho en vez de latidos en mi corazón. Si no estoy mal hoy había un evento llamado Mamacumbia del cual escuché de un viejo amigo que me dijo que Uproot Andy, un DJ barranquillero radicado en Nueva York, tocaba así que obviamente iba a ir. Ese DJ fue el que puso la música en la fiesta de la puntica no ma’ entonces era, como dicen los gringos, un must see.
Las horas pasaron, me di un baño de pies a cabeza donde no quería salir de la ducha. No soy un tipo que le gusta bañarse a seguido porque odio tener que graduar el agua en mi apartamento en Estados Unidos pero acá es sencillo; abres la regadera, esperas 10 segundos y el agua es tibia como una bolsita de agua que ha durado 10 minutos en el sol. Después de secarme con la toalla y cepillar mis dientes para quitarme cada resto de arroz chino, me pongo cualquier ropa que saco de la maleta para prepararme para la noche. Pierluca me está mandando mensajes desde hace varias horas para que nos encontremos en su casa para fumar un tabaco antes de ir a la fiesta. No suena nada mal la idea que me propone, así hablamos un rato de la vida porque, a pesar de todo, no hay nada comparado como charlar con las viejas amistades. De eso me doy cuenta con mis amigos, es como si volviéramos al pasado que nos encontrábamos en lugares poco peculiares cuando teníamos 18 años para fumar un porro y tomar medidas de precaución por si policías y sus motos del inframundo venían de cualquier dirección a “detener el crimen” o mejor dicho “a coger su tajada”.
Llego a su casa y subo a su apartamento. Me abre en el 4B y su casa sigue igual que siempre, muy difícil de olvidar todas las veces que fumamos en su baño para que la casa no oliera o el día que fumamos una navidad en la sala de estar y escuchamos un pito que era del carro de su papá que nos tocó echar diez mil ambientadores que fueron inútiles mientras yo estaba encerrado en su habitación escuchando un sermón desde la cocina por parte de Libardo y de Patricia. Vamos a su habitación y se arma un severo porro de 15 centímetros para el camino.
- Marquito, te tengo el spot.
- ¿Por dónde estás callejeando ahora ve?
- Ya te muestro, hay hasta bancas y los policías no caen. Es un safe spot.
- Bueno dale papa, vamos.
Salimos y empezamos a caminar. Nos damos cuenta que no tenemos encendedor entonces vamos a una tienda cualquiera a comprar uno porque sin fuego jamás veremos las cenizas. Vamos a una tienda a la vuelta de su casa donde todavía está una vieja máquina de póker, o como se le conoce en la costa; el famoso pegue. Compramos el encendedor y sólo sigo el trayecto que Pierluca camina. Me lleva al parque frente al boulevard del Buena Vista.
- Pilla, ese es un CAI que no han terminado de construir. Cuando esté en funcionamiento fijo este spot morirá pero mientras será mío.
- Ah veo, veo. Bueno, ¿dónde nos sentamos?
- Por acá- y Pierluca me lleva hacia donde hay unas bancas. Nos sentamos y la brisa está fuerte, al menos no es una noche calurosa y nos prendemos con mucha tranquilidad sabiendo que el olor no molestará a nadie y se perderá en las hojas traviesas de los árboles que nos rodean a nuestro alrededor.
Estamos sentados y a lo lejos vemos dos hombres viniendo hacia nosotros. Eso de vivir en el primer mundo se me fue en ese instante y empiezo a dudar la situación. Tienen mucho campo de acción de dónde coger pero vienen directamente hacia nuestra ubicación. Tengo en mi billetera como trescientos mil pesos y un celular de alta gama, Pierluca está en la misma situación pero tan sólo con diez mil en la billetera. Se está acercando más, me doy la vuelta y pongo el dinero en mis pelotas y el celular lo tiro a unas matas que están cerca con la esperanza de que si me roban algo fuera la dignidad y tal vez mi par de zapatos. Pierluca me pide paciencia y calma, que exagero pero cada paso que dan hace que el chin chin chin, que eran mis latidos del corazón, se volvieran en pum pum pum. Se acercan y se acercan, siguen conversando mientras cargan sus termos y sus maletines y se alejan. Al parecer eran constructores del área que iban en camino a coger un bus o un taxi colectivo en toda la esquina de Home Center.
Era hora de irnos a la fiesta que era en la setenta y pico con cuarenta y pico; pero, Pierluca y yo, no queremos pagar un taxi al lugar. En mi posesión tenía un tabaco y el resto de marihuana que habíamos comprado entre Nari y mi persona la noche anterior antes de irnos a la Berbetronik para armar el tabaco de 30 centímetro, el famoso santo grial. Llamo a Nari y le digo que si está interesado en buscar su parte. Me dice que sí pero que fuéramos a su casa pero me rehúso, quiero que venga hasta donde estamos nosotros para pedirle el favor de llevarnos.
Nari llega en su famoso Mazda Allegro plateado, modelo 2003, a recogernos. Nos montamos:
- Habla Nari – le digo
- Hablate locario – responde
- Giorgio – dice pierluca
- Hey Nari, coge lo tuyo es lo que es – y le doy la marihuana en un ziploc. La recibe y se la queda mirando.
- Hey, esto no es un culo. Te la fumaste.
- Ja, ja no papa, es que nos armamos esto que ves acá – exclama Pierluca mostrando un porro gordo.
- Joda hey, ¿nos vamos a fumar esto ahora qué?
- Dale Nari, vamos para esa – dice Pierluca.
- Joda está bien, fumemos por la carretera.
- Hey Nari, ¿y si nos llevamos a mamacumbia y nos fumamos esto en el camino?
- JODA LOCO, NO.
- Ve para esa hey, te queda más cerca de la casa – le explico
- Eche bro, no quiero.
- Pero Nari, te queda en verdad más cerca. Eso es en la 68 y tú vives en la 79 – le dice Pierluca.
- No quiero manejar hey, entiende.
- Haznos el malparido favor loco, qué te cuesta? – le digo
- Bueno pero me echan gasolina.
- Está bien, tacaño.
En el camino nos prendemos y llegamos al lugar. Hay una corta fila para entrar pero todavía no teníamos contacto de nadie así que nos sentamos en la esquina en un bordillo mientras esperamos la gente que viene. Entramos a una tienda que había al lado y compramos dos cervezas y una caja de cigarrillos Belmont. Estamos esperando y mi amigo Milo se nos acerca de la nada.
- Papa qué, ¿ready para hoy?
- Más que nunca loco.
Estamos ahí bordilleando, tomando las cervezas mientras nos fumamos unos cigarrillos. La gente va y viene de la tienda, todo el mundo está pasando un buen rato mientras se embriagan de sorbo a sorbo, de shot a shot, de empinada de botella a fondo blanco, de piscinas a cataratas. Se escucha el Joe Arroyo y todos gritan con euforia: EN BARRANQUILLA ME QUEDO a lo cual se escucha una voz femenina acercándose a nosotros
- En barranquilla me quedo Marco.
- Ay jueputa, con que aquí estás Cristina.
- Si chico, acá llegamos.
- ¿Llegamos?
- Si, vine con dos primas. Te las presento: Esta es Natalia.
- Hola Natalia – me presento con una fría en la mano.
- Mucho gusto Natalia.
- Y esta es Juana, Marco
- Mucho gusto Juana, me llamo Marco.
- Un placer – responde sonriendo. Una chica con un rostro tierno, unos ojos brillantes y unos cachetes que al sonreír se le hacen dos huecos en las mejillas.
- Bueno, Pierluca y Milo preséntense.
Todos nos presentamos y ellas dicen que están preparadas para la fiesta, para la rumba a lo que llega Tica y Jairo con una chica llamada Paula a la esquina a bordillear con nosotros. Las chicas, las tres primas; la pinta, la niña y la santa maría, sacan de sus bolsos unos termos que parecen estar llenos de agua pero era puro vodka, en su estado puro.
- Tomémonos esto antes de entrar – dice Juana.
- Hágale, ya compro un pasante en la tienda.
La opción fue comprar un poco Sprite. Le pedí unos vasos desechables al tendero para poder servirnos de manera cómoda y así comenzó la noche. Ellas tres bebían de un vaso a velocidad estándar pero nosotros nos tomábamos los vasos como si fueran agua, parecíamos cachachos con néctar o esponjas limpiando platos en la lacena. Sin pensarlo mucho ya nos habíamos tomado los dos (PORQUE ERAN DOS TERMOS) termos llenos de Vodka. Estábamos un poco anonadados pero ya queríamos despertar las piernas y los pies en la pista de baile. Pagamos la entrada que eran diez mil pesos y entramos al lugar. Eso estaba llenísimo, no cabía un alma en el lugar. Todo el mundo estaba en la misma sintonía; todos éramos marimondas, garabatos, negritos puloy, etc… Todos tratamos de encontrar un lugar donde acomodarnos pero parecía imposible, todo está muy lleno hasta que logramos acomodarnos en lo que era como una rampa donde bailar era desafiar un poco la gravedad ya que todo estaba inclinado. Me le acerco a Juana y le pregunto sobre su vida, a qué se dedica. Dice que es una barranquillera con el alma de samaria pero que por razones del destino vive en Bogotá. Le cuento que dejé el trabajo tirado para poder tener dos semanas libres llenas de carnaval y baile, de llenarme un poco de lo que es ser caribe.
- ¿Caribe?
- Es algo que te enseñaré más adelante en la noche. Es una cátedra sobre lo que significa ser caribe.
- Ja, ja, ja está bien. Me parece.
Seguimos bailando todos pero deseamos beber más alcohol. Nos damos cuenta que al fondo de donde estamos no hay pared sino como una especie de polisombra de color verde donde había un hueco donde fácilmente cabía una mano o una botella de aguardiente. Nos acercamos y reunimos la plata para comprar un litro. Tica, como no tenía dinero, se ofreció a hacer la transacción. Igualmente él es el rey del tramullo, si alguien podía realizar esta operación de manera satisfactoria sería él. La señal era ver la mano por el hueco y así coger la botella. Bailamos y Juana empieza a hablar un poco conmigo. Me pregunta sobre mí y sobre qué hago. Le comento que vivo en Estados Unidos pero esta esencia caribe me hizo tomar un vuelo acá, que llevo rumbeando desde el miércoles y que la manera en que le hablo demuestra que estoy haciendo un esfuerzo enorme ya que he perdido fuerza en la voz gracias al guaro y al vodka que ella trajo media hora antes. Ella ríe y de la combinación de frías, vodka y marihuana me río también. Es que es muy fácil caer en el encanto de las mujeres bonitas, esas que sonríen y a uno se le revuelve todo. Pero ahora lo más importante era la botella de guaro y hacer que la fiesta siga. Vemos la mano salir por el hueco y Jairo va a buscar la botella pero veo un problema, veo que el litro de aguardiente no entra por lo gorda que es la botella así que Tica con su pequeña estatura pasa la botella por encima de la polisombra. La botella llega a nuestras manos y Juana empieza a envasarla en los termos que ella había traído para no levantar sospechas ya que en la fiesta no vendían el litro de aguardiente. Muy inteligente de ellas.
Guaro aquí, guaro allá. La pollera colorá, la cumbia cienaguera, el décimo quinto festival en guararé. Pasábamos el tiempo de nuestras vidas, la noche pasaba rápido porque de un momento a otro alguien pasaba una segunda botella por el hueco, esta vez una panchita que podía entrar por el agujero. Juana y Natalia bailaban pero se sentaron por un segundo del cansancio, así que me monto al bordillo donde se sentaron a bailar cumbia y con un guarito me le acerco a Juana.
- Oye Juana, ya que te he visto toda la noche te diré entonces lo que significa ser caribe.
- Hey sí, cuéntame.
- Tú, a partir de hoy, estás graduada de la cátedra caribe que consiste en tres pilares fundamentales
- ¿Cuáles son? – pregunta Cristina.
- Okay Cristina, déjame decirle a Juana para que vean. Los tres pilares fundamentales: Suavidad porque tienes eso en ti, la manera en que te mueves, la manera en que tus ojos se clavan en la pista de baile y la manera que sonríes como si la noche no fuera a cavar. Explosión porque así somos los costeños, explosivos con nuestra euforia y nuestras expresiones; con nuestra gritería y alegría; con nuestro entusiasmo y energía. Y por último, sabor porque lo tienes en la sangre que te hierve cuando escuchas la gaita sonar.
- Okay Juana, esto es lo mejor que he oído en los carnavales – Dice riéndose Cristina.
- Hey, qué interesante eso Marco. Me gusta.
- Bueno, a partir de hoy, no tienes un pregrado sino una maestría en la cátedra caribe.
HUELELE HUELELA suena en los parlantes y ella baila una canción conmigo. No quiero que la noche se acabe porque de alguna forma me la gané acá, bailando. Pero es lunes de carnaval, el cuerpo humano aguanta hasta cierto punto y el cansancio se siente en los ojos y en los pies. Las primas y ella se tienen que ir. Siento una leve tristeza en mi prenda y se me baja un poco mientras las veo despedirse de todos.
- Marco, todo es culpa de los carnavales.
- Mucho baile
- Mucho todo.
- ¿Te vuelvo a ver?
- Yo me voy a Bogotá la otra semana, ¿tú vas me dijiste?
- Sí, de hecho el viernes.
- Bueno, nos vemos.
- Cuídate.
- Un placer – le digo
- Mucho gusto – me responde con una sonrisa de esas que saca el guaro a las tres de la mañana.
Adiós mi Mulata, mi negrita, mi caribe. Nos vemos en el próximo carnaval. No olvides que mi espíritu vendrá a estas tierras y espero que así como yo, tú también promueves la cátedra caribe.
�
0 notes