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elharpadecaliope · 24 days
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Lo que dejó la pandemia
El duro camino de los emprendedores en Colombia La pandemia del COVID-19 dejó una marca indeleble en Colombia, especialmente entre los pequeños emprendedores. Muchos de estos negocios, que ya estaban luchando por mantenerse a flote, se enfrentaron a un escenario devastador: el cierre definitivo de locales y establecimientos por la incapacidad de pagar alquileres y deudas acumuladas. Para muchos, la única salida fue entregar su mercancía a los acreedores como forma de pago, pero eso fue solo el comienzo de una serie de desafíos aún mayores. Después de la pandemia, estos emprendedores se encontraron atrapados en una especie de “segunda pandemia”: la presión de la DIAN para pagar impuestos, aún cuando sus negocios estaban en ruinas. Sin ingresos y sin acceso a créditos, debido al cierre de los bancos y a las negativas por historiales crediticios deteriorados, muchos comerciantes vieron cómo todas las puertas se les cerraban. La ayuda del gobierno, que consistió en extender los plazos de créditos, no fue suficiente, y pronto los intereses acumulados por los bancos llevaron a más de uno a la lista negra de Datacrédito. A medida que las dificultades financieras crecían, los emprendedores no solo luchaban por reconstruir sus negocios, sino también por sobrevivir. Aquellos que alguna vez pagaron impuestos y contribuyeron al crecimiento del país se encontraron sin apoyo, excluidos incluso de los modestos subsidios gubernamentales, como los $150.000 pesos que se ofrecieron a algunos durante la crisis. Sin local, sin apoyo, y sin una vida crediticia viable, estos emprendedores enfrentan un futuro sombrío. En lugar de recibir el respaldo necesario para empezar de nuevo, la DIAN los persigue con demandas y amenazas de cárcel por falta de pago de impuestos. El peso de esta carga resulta aún más injusto cuando se considera que muchos no evadieron responsabilidades por elección, sino porque la vida les dio la espalda en un momento crítico. Es una realidad que para muchos emprendedores, la pandemia no solo significó la pérdida de un negocio, sino también de su dignidad y esperanza. Los vemos ahora enfrentando no solo la pérdida económica, sino también la posibilidad de prisión, simplemente por no haber podido cumplir con obligaciones fiscales que, en tiempos de prosperidad, hubieran sido manejables. Esta historia nos obliga a reflexionar: ¿Quién ayuda a estos emprendedores? ¿Dónde está el gobierno en su momento de mayor necesidad? Es esencial que las autoridades entiendan que detrás de cada pequeño negocio que cierra, hay familias, sueños y vidas enteras que se ven afectadas. No se trata solo de números y declaraciones fiscales, sino de personas que alguna vez contribuyeron a la economía y que ahora necesitan un sistema que no los condene, sino que los apoye para volver a empezar. Este blog resalta las dificultades de los emprendedores colombianos tras la pandemia y llama a una reflexión sobre la necesidad de apoyo gubernamental y comprensión por parte de las autoridades fiscales.
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