#vestidos para niñas
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Descubre la Magia en Cada Costura: Vestidos y Trajes de Fantasía Infantil para Deslumbrar en Estilo
Discover the Magic in Every Seam: Children's Fantasy Dresses and Costumes to Dazzle in Style
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Peda en mi casa, lleven ropa chida.
-Lizzy
(It's just our favorite drones in nice clothes)
✨✨
@maryalezoo
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Vestido de verano para niña, Falda vaquera + camiseta, moda Boutique, 2023
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Abrí la puerta de mi habitación
Y ahí estoy...
-Ahí estás!
Mi yo pequeña
Mi yo inocente
Mi yo huida
Mi yo desesperada
Privada en llanto
Lastimada, con raspones,
la ropa holgada y manchada de panico.
Una vez más! Por que carajos lloras está vez?- grité. Que te hicieron?
No te eligieron?
No se disculparon por como te trataron?
No eres la favorita?
No te prefieren?
Vas al último?
Eres el puente a cambio de algo?
Se burlaron?
No te ven?
Tu cuerpo?
No te quieren?
No te aman?
Te engañaron?
Cuál de todas te paso de nuevo, Pequeña? - me mire y agregué-Ven, para acomodarte!
Cargue a mi niña,
Dios! Como lloraba y como no se calmaba!
Pesaba también, pero no es por su físico
Creo es por tanta acumulacion que ha tenido,
lo bueno es que tengo la fuerza suficiente
para sostenerla bien.
La bañe, la vesti, le puse su vestido favorito, le puse colonia dulce, su collar de toda la vida.
Un poco de cremita en los brazos y piernas; medias nuevas, sus zapatitos brillantes
Y una chompita para que se abrigue por si tiene frio.
Le aliste una mochila de emergencia por si en algún momento yo no estaba y tenía que curarse sola. Alcohol, pomada, ropa nueva, etc
Me miraba, con esos ojos de uvita y esas pestañas caidas, arrugando su nariz cuando sonría.
-Que manía la tuya de arrugar la nariz siempre! No te jales la costra, como te gusta lastimarte,no?
+Tú tambien lo haces! ... Te raspas tus pulgares...cuando estás nervio...
-Cálla!
Se paró en la cama, frente a frente, juguetona.
Me peino el cabello con sus manos
Me sacudió la casaca,
Me acomodó el collar de toda la vida
Me echo perfume dulce,
Me puso rubor,
Corrector para mis ojeras,
Un bálsamo de color encima para mis labios rotos.
Me giró e me hizo que arrugar la nariz cuando me vi al espejo. Estabamos bien, nos veíamos como si nada hubiera pasado.
Me puso dentro de los bolsillos unas curitas y unas pastillas para el dolor de cabeza.
-Tú no necesitas mucho no?
+Nop, soy más cuidadosa ahora-me respondí
-Si pudimos controlarnos?
+De todas maneras- susurré
-Te extraño- casi llorando.
A veces pienso en lo mucho que he avanzado
Pero tambien en algunos pasos que he retrocedido
Cada que me hieren no puedo dejar de pensar en ese plano y como pude no salvarme a tiempo.
Mi pequeña me está esperando.
Le dije que la cambiaría de cuarto algún un día, aún le gusta donde está porque están sus muñecas pero sabe que se merece mejores.
De todas maneras le tengo varias promesas, hay muchas cosas que me están costando pero como dice mami "nada es imposible".
Una vez más
abrazo a mi pequeña
después del desastre
Y me voy a dar una vuelta con ella.
Le cure las heridas y
tambien le calme sus miedos.
No me gusta verla asi,
No me gusta verme así.
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¡Lee con atención! Si una mujer florece cuando te deja, siento decirte que más que su pareja, eras su plaga. — Desconocido. Si tú, querida amiga, después de un divorcio, una separación o una desilusión embelleciste en sus encantos, se multiplico tu sensualidad y aumento tu sabiduría, significa que aquella ex pareja no era un hombre, sino una cadena para tus alas. Mi niña, si adquiriste aún más experiencia, subiste de nivel en cuanto a madurez, la vida te puso frente a ti nuevas y diversas oportunidades, entonces no hay nada que temer, supiste actuar correctamente, abriste los ojos y el tiempo te ha demostrado que fue la decisión correcta. Corazón de melón, si descubriste lo lindo que puede llegar a ser tu libertad e independencia, si solamente así supiste valorar tu soberanía individual, te enamoraste infinitamente de tu soltería y te ha brindado una increíble felicidad y una profunda paz interior, entonces triunfó tu amor propio. Cariño, si has notado que puedes llegar a ser tan irresistible, provocar suspiros y despertar deseos, es tu belleza diciéndote que los años pudieron tus encantos, añadieron un toque espectacular a tus labios y además un par de tacones y un vestido te hace sentir divina, no perdiste absolutamente nada. Señora mía, si te sabes el deseo de muchísimos y el amor de ninguno, quiere decir que has encontrado has aprendido a estar sola, significa que amas el tiempo de calidad contigo misma y tu corazón ha sanado por completo.
Héctor Aurelio Berumen.
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Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien desde el momento en el que la partera te puso en sus brazos declarándote como una niña, supo que daría todo lo que tenía con tal de protegerte del mundo y toda su crueldad.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien tan pronto como puede llevarte a Kings Landing, te presenta en el banquete de celebración que organizó su padre para ti.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien ríe ante la opulencia que reluce de los presentes que trajo Lord Corlys en dicha cena, ambos hombres decididos a ser el abuelo que tenga el lugar más privilegiado de tu corazón.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien tiene el corazón lleno de amor cada que los ve a ti y a Jace compartir la cuna en la guardería, escuchando sobre como es la única forma de hacer que ambos duerman de corrido sin llantos.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien jamás dejó que la crueldad de su madrastra te alcanzara a ti, con Jacaerys haciendo todo para ayudarla a eso cuando vio detrás de el manto de mentiras que cubre el horrible ser de las personas en la Red Keep.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien siempre tiene algún beso cálido que dejar en tu coronilla o alguna caricia suave para tus manos y mejillas.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien no te dejó conocer más que lujos y comodidades; siempre con vestidos nuevos de telas finas, joyas de piedras brillantes y extranjeras, las comidas más exquisitas de los siete reinos que en cada cena se amoldaban a tus preferencias, etc.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien desde que la sangre de tu luna llegó por primera vez, juró frente al fuego que jamás deberías conocer el desamor y la soledad se un matrimonio por conveniencia. Tu eres su niña, su única niña.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien a pesar de su espíritu ardientemente indomable, no es más que dulce y calmada al rededor de ti y de tus hermanos, siempre educandolos con gentileza y amor sincero.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, la que sin importar cuán laboriosos sean sus deberes en Dragonstone, siempre encuentra el tiempo para pasar algunos momentos durante la tarde contigo, trenzando tu cabello, compartiendo té y pasteles, contándote historias de sus días de juventud con Lady Laena o llevándote a ver a Syrax.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien luego de la pérdida de tus hermanos uno a uno, ya no te permitía permanecer lejos; tu cama fueron movidas a sus aposentos, solo se le permitió a damas de su confianza servirte y se aferró a ti durante cada noche mientras tarareaba las nanas valyrias que habías oído durante toda su infancia.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, a quien viste sacrificar todo lo que le quedaba, incluso la corona de su padre, para sacarte a ti y a tu último hermano vivo con vida de Westeros, uno a cada lado de su costado en el carruaje mientras ella los sostenía con fuerza.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, quien no escuchó los pedidos de que huya que tú y tu hermano le gritaron cuando los traidores habían dado paso a los verdes en Dragonstone.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen...la que viste frente al dragón de tu tío mientras un guardia sostenía tu cabeza para que miraras su muerte, mientras tu hermano hermano Aegon suplicaba piedad para ella.
Tu madre, Rhaenyra Targaryen, a cuyos brazos no pudiste volver cuando, durante el tiempo que Cregan Stark permaneció, irrumpió en tu habitación durante la noche cuando le dijeron que no habías salido en toda la tarde, quitándote de las manos la daga con la que habías intentado quitarte la vida...
#house of the dragon#hotd one shot#rhaenyra targaryen#rhaenyra targaryen x reader#la casa del dragón#hotd fanfic
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Nueva versión de Bill humano, usa un parche en forma de triángulo ya que Zaniah ama los triángulos pues Bill tiene forma de uno.
No tener forma humana no era una opción ya que sería reconocido fácil por la gente de Gravity Falls.
Zaniah es una niña, porque a Bill le agradaron Dipper y Mabel (que son niños). Pero igual eligió que fuera una niña ya que le agradaba más Mabel, así decidió que quería una "hija" (aunque irónicamente no permite que le llame Padre), su vestido es rojo por el suéter de Stanford, tiene detalles amarillos para que combine con Bill.
Zaniah es bastante ligera y tiene una gran tolerancia al dolor, OJO, jamás ha sufrido ningún daño ni mucho menos Bill le ha levantado la mano, la protege a su manera.
Tienen malos entendidos con la gente ya que Zaniah no se parece a ella y normalmente nadie cree que es su padre (además de que Bill suele decir que no tiene madre, y él la hizo solo, lol). Además de que Zaniah le llama creador, aunque ya Bill intenta que le diga señor Bill.
Base del dibujo: Niffty y Alastor del episodio piloto
#gravity falls original character#oc gravity falls#gravity falls bill#gravity falls#bill clave#bill cipher#stanford pines#gravity falls stanford#mabel pines#dipper pines
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Pole Position (Formula 1 x lectora)
Resumen: la gran cena de fin de año finalmente daba inicio, y mientras Tania comenzaba a entender el exótico y desligado mundo de la fama, el alcohol la arrimaba a dejarse llevar por los impulsos reprimidos.
Nota de la aurora: me debatía qué iba a hacer con el ritmo y orientación de este libro. Si elegía a uno, si elegía a otro, si metía dramas... Y entonces me di cuenta de que ni siquiera empezamos con la temporada 2025 para Tania. Asi que vamos a meterle dramas, amorios, roces inadecuados y confesiones ¿Por qué no? 😃.
~ Capitulo anterior Capítulo siguiente ~
Masterlist de capítulos
Masterlist de mi autoría
~ XXII ~
—Mesa 8... oh, hola damita.—
El rostro de Penelope se iluminó al ver a la chica sentarse junto a ella.
Los asientos de la gran cena eran al azar, siendo mesas de hasta 8 invitados. Franco y Tania compartirían mesa con el par de dúos Red Bull, Kelly y Penelope.
—Buenas noches a todos.—Franco saludó en general, acomodándose junto a su amiga.
—Hace rato no te veiamos.—Liam miró a la chica, quien levantó la mirada hacia el piloto—. Fue divertido lo de las entrevistas.—
—Duró poco, el mundo del periodismo es venenoso y resentido... No sirvo para eso.—
—Y breve, cortaron nuestro debate de Cars.—la chica sonrió—. Elegiste el 8 como tu número por ella ¿No? El autito azul y verde.—
—Liam Lawson, eres el primero que adivina eso.—la chica le extendió la mano, y el rubio no tardó en estrecharla divertido—. Mis respetos, ya no te odio tanto.—
—¿Como que odio?—
—Es broma, es broma.—
La comida comenzó a llegar minutos después, pero lejos de comer, Tania estaba distraída con la niña y sus pequeños muñequitos desperdigados por la mesa.
—Deja comer a Tania en paz, P.—Max llamó su atención—. Y come un poco.—
—No tengo hambre.—
—Ven, te ayudaré a picar eso.—Tania tomó los cubiertos y picó la carne de la niña en pequeños cubitos—. ¿Chiquito para que la Barbie pueda comer tambien?—la niña sonrió—. Esta bien, Kelly. No hay problema.—miró a la mujer, quien estaba por llamarle la atención a la niña—. Tengo muchos primos pequeños, estoy acostumbrada y no me molesta. Todo lo contrario.—
—¿juegas conmigo?—
—Si, corazón. Pero primero a comer.—
—Esta muy linda hoy ¿No crees?—
Charles descansaba el mentón en la palma de su mano, mirando distraído a la chica a unas mesas de distancia. Se la veía animada, jugando con la pequeña.
—Ella siempre es linda.—Lando lo miró, ya algo incómodo por la atención que le brindaba a la mujer.
—Ya sé, es solo que, ya sabes... No solemos verla en ese tipo de ropa... Los vestidos le quedan bonitos.—
Oscar miró a Carlos con disimulo, quien arqueó sus cejas divertido.
—No me digan que les gusta la chica.—Lewis los miró a los dos.
—¿A quién no? Si es adorable.—George rió nervioso en cuanto el par de chicos volteó a mirarlo—. No voy a meterme en ese drama, de todas formas. Mátense entre ustedes.—
—Pues a mi sí me gusta ¿Creen que tenga oportunidad?—Lewis los miró divertido.
—Ni siquiera estas en su ranking.—
—¿De qué ranking hablan?—
—¿no te pica la nuca?—
—... ¿Por qué?—
—Porque tenés la mirada de Lando y Charles acá.—Franco le picó el cuello a la chica, quien lo insultó bajito por el pequeño dolor.
—Como jodés con eso, eh.—
—Pero si es verdad, mirá de forma disimulada.—
Tania negó rendida, tomando su trago y dándole un sorbo. Miro de forma vaga todo el lugar, hasta que ubicó a cierto piloto. Lando le sonrió como si nada, sin molestarse demasiado en disimular su atención sobre ella. Entonces notó a Charles también. Y a un Carlos que ignoraba por completo la intensidad de sus amigos.
—¿lo ves? Te andan mirando los pajeros. Ya te dije que ese vestido muestra mucho. A ver tapate.—
Tania apartó entre risas la chaqueta que Franco quiso ponerle sobre los hombros.
—¡Salí, Franco! Hace calor.—le arrebató la prenda aún risueña, acomodándola sobre el respaldo de su silla—. Qué me importa si miran o no. No es como que vayan a lograr mucho haciendo eso.—
—Ahora le voy a contar a mamá Mary, vas a ver.—la chica negó divertida.
Después de la cena, los lideres de la FIA y embajadores de Abu Dhabi dieron algunos discursos. Agradecimientos, motivaciones y anhelos a futuro. Estuvieron un buen rato con ello. Pero Tania tenia su atención en otro lado: los pequeños muñequitos de Penelope eran mucho más interesantes que los ricachones sobre el escenario.
Fue así hasta que en cierto momento, todos comenzaron a dispersarse y la luz bajó. Una suave musica colmó el lugar, y la pista de baile poco a poco fue llenándose de gente.
En otras circunstancias, ése era el momento justo para que Tania se escabullera a su cuarto. Seguiría embriagándose a solas, mirando alguna peli o jugando algún videojuego. Era el plan usual. Pero en esa ocasión no escaparía a ningún lado, pues la pequeña Penny se había llevado toda su atención.
—¿Te parece si bailamos un poco y dejas a tu mamá respirar en paz?—Tania se levantó de la mesa, invitando a la niña a alcanzarla.
—Gracias...—Kelly la miró con inmensa gratitud, a lo que Tania le guiñó un ojo sonriente antes de llevar a la chica justo al centro de la pista, donde las luces que danzaban por el suelo se apreciaban mejor.
El plan era sencillo. Cansar a Penelope para que se durmiera, o al menos distraerla lo suficiente para que Max y Kelly tuvieran un minuto de paz.
Esa era la tarea de Tania en el ámbito familiar durante las fiestas en su hogar: ser la adulta cool que mantenía entretenidos a los niños y evitaba que alguno terminara con un chichón en la cabeza.
—¡Lando!—
Tania desvió la mirada hacia donde Penelope miraba. El piloto estaba ahí parado, con los ojos clavados en ella.
—¿Puedo bailar con ustedes?—
Antes de que Tania pudiera decirle algo, Penelope tomó la mano del hombre y la de la mujer, dando saltitos emocionada.
—¿Qué tal la noche? ¿Te diviertes?—Lando miró a la mujer, quien hacia un suave vaivén al ritmo de la música.
—No soy muy de estas cosas. En otras circunstancias ya me habría ido. El baile, la gente apretada... No me hacen mucha gracia. Pero está tranquilo, aún no salen los borrachines fiesteros.—
—Oye, yo soy de esos.—
—Lo sé, si.—Lando rió entre dientes.
Solo unos minutos después, Penelope indicó que estaba cansada, por lo que Tania la llevó con Kelly.
Lando la invitó a tomar un poco de aire fresco apenas quedaron solos.
—Sigo sin saber qué es esta cosa pero es delicioso...—Tania bebía aquel trago de tonos pasteles a gusto, caminando a paso tranquilo. Ahora que no estaba Penélope, podia excederse un poco.
—Quería disculparme por lo de la otra vez.—
El par había llegado a un enorme balcón, desde donde podía verse el infinito muelle repleto de barcos.
—¿qué?—
—El casco era para mi ¿Verdad? Y por ser un idiota se lo terminaste dando a Oscar.—
—Oooh, eso... No te preocupes, te daré otro.—Tania le restó importancia, dándole un sorbo a su vaso—. Tengo algunos extra.—
—Pero ése era el primero, después de tu primer carrera, ibas a dármelo a mi... Agradezco que me des otro, pero siempre tendré la idea de que perdí el primero por idiota.—
—Siendo realistas, yo me enojé sin fundamentos... Que quieras volver con esa zorra arrastrada es asunto tuyo. Perdon la expresión.—se relajó en el barandal—. Pero ya que sacas el tema, Magui es horrible. Por dentro, claro. Por fuera es hermosa... Como sea, viste lo que pasó con Franco por meterse con alguien que la gente no quiere... No quiero que te pase eso.—
—¿Tan mala es esa chica que salió con Franco?—
—Ah, ni me hagas contarte todo el lore de esa mujer o nos desvelaríamos aquí...—Lando se paró junto a la mujer, mirando el paisaje de forma vaga.
—... Ella esta aquí, en la cena.—
—La vi, si.—Tania volteó a mirarlo—. ¿Preferiste bailar con una niña y conmigo en lugar de con ella?—Lando sonrió apenas.
—Yo te preferiría por sobre cualquier otra persona.—
—Vaya... Fuertes declaraciones... ¿Por sobre Carlos también?—la chica enarcó una ceja divertida, y Lando no pudo evitar reír.
—Oh, lo siento. Él es especial.—
—Me ofendería si me dieras una respuesta diferente. Asi que esta bien...—volvió a probar su bebida—. Ah... Creo que me iré al hotel.—
—Estamos en el hotel, en la recepción.—Lando la miró divertido—. ¿Estás ebria?—
—Un poco, no tanto... Asi que no te pases de listo.—
—Oh, no no. Lo de la otra vez no volverá a pasar...—
La chica se relajó aún más, terminando su trago finalmente.
Había cierta cosita pinchando para salir de su boca, una confesión que, en otro contexto libre de alcohol, jamás hubiese dicho. Pero ahora estaba ebria, lo suficiente para dar rienda suelta a su opinión.
—¿Quieres que te diga la verdad, Lando?—el chico la miró—. Aquella vez, cuando te saqué a patadas de casa... por un momento me arrepentí.—Tania miraba pensativa el vaso en su mano, donde aún quedaban hojitas violetas—. Me habría gustado que pasara algo, pero al mismo tiempo tenía miedo... Miedo de lo que pudiera llegar a sentir ¿Sabes? A diferencia de ti, no acostumbro a estar con personas solo por diversión... No me parece adecuado.—Lando se tensó un poco en cuanto ella lo miró directamente, pues notó la determinación en sus ojos—. Pero si me insistes un poco más, puede que termine dándote lo que quieres... Siempre y cuando quede entre nosotros... ¿Qué te parece?—
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Bonten´s influence
-Sanzu Haruchiyo x fem!reader
/ If you want to read it, you can translate it into English or another language /
Words: 5.510
Synopsis: She is Mikey's girlfriend. It's not the best situation, but it's still better than being alone, right? In the end, the best option is to stay with the strongest and the one who loves you... Is that true?
First chapter, second chapter, thrid chapter, four chapter
Mikey nunca la habría engañado. Pero tal vez eso estuviera en el pasado a aquellas alturas. O en lo más profundo de su corazón en cuanto a lo que ella respetaba.
Una vida de emociones y amor no se comparaba con el agobio y el desprecio de la persona en la que se hubo convertido hace unos años. Un corazón oscuro y putrefacto que consumió al justo y leal a sus ideales. Diez años. Le había costado diez años convertirse en quien era ahora. El líder de la banda criminal más poderosa de Japón. El líder que todos esperaban. El amante que ella, de alguna manera, había amado con lealtad hasta que sus palabras frías la devolvieron a la realidad amarga que era su vida.
«-Te quiero. Tengo compromisos que atender»
Compromisos como los negocios de Bonten. Las armas los traidores,... Todo lo que envolvía a Bonten era la oscuridad de la sociedad. Lo que no aparecía directamente en las noticias. Solo una cuarta parte de lo que realmente era toda esa empresa. Y su compromiso con otra mujer que no era ella. Una mujer deslumbrante, no mayor ni menor que ella, de hermosa sonrisa y un aura tan blanca que hasta el hombre más cruel del mundo podría estar con ella a su lado y pensar que eran la pareja idea.
Y luego estaba ella. Con una gafas negras que ocultaba las sombras de las noches sin dormir y ropa que destacarían en ese lugar sagrado. Se había intentado arreglar solo por no destacar y no parecer una desesperada en un lugar que en teoría tendría que revosar alegría y esperanza. ¿Y su esperanza? ¿Y sus oportunidades? Casi diez años gastados con una persona, respirando su aire y ahora solo eran promesas vacías que todavía inundaba su corazón. La esperanza era lo último que se perdía. Eso decía el refrán; uno que un estúpido habría creado para no ir por el camino rápido en su época. Tal vez pensar en cosas de ese estilo no fuera tampoco lo adecuado en un lugar tan sagrado con aquel. La iglesia decorada y deslumbrante poco contrastaba con el vestido de novia, blanco e impoluto, con un cinturón dorado en la cintura y un largo velo sujeto por varias niñas vestidas de rosa pálido y sonrisas.
Nada de tradicional. Solo una boda formal que la novia pudiera lucir en sus fotos con sus amigos. Eso era lo que él le había explicado cuando después de una noche en casa de Mikey lo había visto organizando la boda. ¿Podría haberle dicho en ese entonces que no lo hiciera? ¿Que se fuera con ella y dejase todo atrás sin compromiso alguno? Era el hombre más poderoso del país. Podía hacer cualquier cosa que quisiese y tomar lo que deseara. En vez de eso, se tragó su orgullo y le recomendó un juego de jacintos y lirios para los ramos de flores de los bancos y una cita en latín para el interior de los anillos. Luego, habían hecho el amor otra vez. Como si nada.
«Idiota»
Los Haitani. Ran, el mayor, y Rindou, el mejor unas cabezas más bajo pero de expresión más seria. Ambos con trajes de dos piezas a juego al lado del novio. Mikey decía que eran leales aunque siemroe hicieran broma de absolutamente todo lo que vieran. Nunca los había entendido. Ni pensaba hacerlo, pero de alguna forma era gracioso verlos en esa situación que cualquiera codiciaría. ¿A ella tal vez? ¿En su boda? Imposible. Era poco probable. El amor de su vida se estaba entregando a otra convirtiendola a ella directamente en la tercera persona. ¿Acaso había existido alguna vez un "ellos"? Más preguntas sin respuesta. Cuando había recibido la invitación me habían dado ganas de vomitar solo con la caligrafía elegante de su nombre en negro y las letras en dorado de la pareja.
Una burla.
Pareciera que se estaban riendo de ella de la forma más cruel. «Entonces sí que tenían un humor» , se dijo después de posarla en una zona visible de su casa. Pero del más cruel. Los hermanos Haitani podían meterse su humor por donde les cupiera.
A mitad de la ceremonia se marchó, incapaz de ver cómo ambos tomaban los votos de santo matrimonio y se colocaban las alianzas. Otra promesa de amor eterno. ¿Podría cumplirla esta vez con una mujer como ella? ¿Podría no traicionar a esa mujer o llevarla por el mal camino...como a ella? Sus pasos hicieron eco por debajo de los juramentos. La puerta abierta de la iglesia iluminaba el final de la nave. Fuera, el tiempo la saludaba irónicamente con su cielo despejado y viento apenas revoltoso. La gente fuera de la iglesia hablaba relajada y con sonrisas felices por la celebración. ¿Debía unirse a las conversaciones, y hablar de la felicidad que traía ese enlace pese a lo que se dejaba atrás y el daño irreparable? ¿O ignorarlos y marcharse directamente a su casa a seguir con la monotonía que ahora sería su vida? Traite. Aburrida. La amante de él que se quedaba con las migas.
-No deberías estar aquí.
-¿Y tú si, perro?
Sanzu Haruchiyo. El perro fiel de Bonten. El número dos de Bonten. La razón por la que Bonten era peligroso cuando Mikey relegaba su poder un tiempo y no quedaban vacíos en la organización. Lo había conocido hacía un tiempo. Y ahora
-Patética. No pintas nada aquí.
Lo era. Y sabía de primera mano que tendría que haberse quedado en casa. Pero no quería quedarse sola en ese gran apartamento que ahora era sola y exclusivamente suyo. Otra broma mala. Regalarle un apartamento donde vivían y eran en grandes términos felices. Una parte de ella se preguntaba si vivirían en el apartamento oficial de Mikey, donde de escondía cuando quería estar solo y hundirse en su miseira. Conocía la ubicación, pero ir o intentarlo era un error. Uno de los malos.
Él, con su traje de tres piezas rosa, a juego con los mechones lisos de su pelo largo por debajo de los hombros. Y ella, con unas gafas que tapaban la vergüenza a la que se había visto sometido dos semanas antes y un vestido blanco con flores rosas, amarillas y verdes. La diferencia estaba clara, desde el estatus hasta la situación de sus vidas. Solo conocía a Sanzu de unos años, pero nunca habían hablado más de dos palabras y siendo monosílabos. Y no con ese aspecto. Lo normal en él era verlo frunciendo el ceño, con un arma de fuego o la katana que siempre solía llevar colgada del hombro.
-Que te den, perro -le dijo, y apretó el asa de su bolso antes de volver a caminar.
Pero en el fondo sabía que sí era patética.
-¿Sabes a dónde se van de luna de miel el jefe y su señora?
Señora. El nombre oficial que la reconocía como pareja de Mikey. A ella únicamente la llamaba mocosa o lastre, pero lo cierto era que nunca le había hecho nada. Nunca hablaban, así que poco podía haberle dicho para ofenderlo, o se miraban. Los dos hacían como si el otro no existiera.
-Maldivas y Bali. Pasarán la noche en la residencia del norte antes de marcharse -dijo, instantáneamente. Conocía cada una de las escalas del viaje porque prácticamente lo había diseñado ella. Otra idea idiota que se le pasó por la cabeza en vez de comerse la cabeza varias noches.
-Asombroso. ¿Quieres una recompensa?
-¿Es que vas a irte con ellos? Vaya perro fiel que eres.
La sonrisa burlona de Sanzu se convirtió en un ceño fruncido. Debía de estar aguantándose las ganas de lanzarse a por ella y ahogarla con sus manos desnudas en ese mismo momento. Ahora tenía todas las de ganar, si es que siempre había querido hacerlo. Ya que no era nada.
-No tientes tu destino -escupió. Las cicatrices de sus comisuras se fruncieron en su piel, contrastando con la suave piel del resto de su casa. Los ojos azules verdosos la miraban con desprecio-. No eres nadie. Nadie.
Una parte de ella quería gritarle que era un idiota arrogante. Y otra echarse a llorar como llevaba haciendo varias noches desde que le dejó claro a Mikey que no iba a ser la tercera persona y la que se comiese la culpa si los descubrían. Se negaba a eso. Volvió brevemente la mirada al interior de la iglesia, apretando las manos en puños. Después de la boda, irían a la recepción a agradecer a los invitados haber venido. Y luego al banquete, y luego... La maldita luna de miel. Primero irían a la casa en el norte, donde pasarían la primera noche juntos, y luego a sus vacaciones en las islas vacaciones que ella había elegido. ¡Ella! Esa era su boda soñada, con el hombre que una vez había amado y que ahora se estaba entregando a otra mujer por una estúpida.
Le daban ganas de vomitar. De entrar en ese estúpido lugar de nuevo y gritar la verdad, de confesarlo todo. De confesarle a esa chica los años que había lanzado a la basura. También una parte de ella que no sabía que existía se contenía para no ir a desearle todo lo malo que le pidiera pasar como venganza personal. Incluso si eso le costaba la vida con toda la seguridad que había en ese lugar y que protegían la zona de cualquier peligro. La boda del jefe de Bonten.
-Vuelve con tu jefe, perro -le respondió, finalmente-. Tal vez te lleve con él.
-Y tu vuelve a tu cueva, perra. Yo no necesito abrirme de piernas.
-Eres repulsivo.
Mikey la hubiera protegido de todo. Eso le decía cuando se despertaba llorando después de una mala noche y le veía mirando por la ventana de ese enorme apartamento en lo alto de la ciudad. También odiaba verla llorar, si bien de alguna forma era el primer en crear esas lágrimas.
Cuando Bonten nació, primero era una banda que tenía que alzarse en la cima derrotando a los que ya estaban en ella. Era un peligro y un reto, pero no un problema para Mikey. Su hermano Shinichiro ya lo había conseguido y dejado el camino allanado... Por lo tanto, Mikey había conseguido el sueño de su hermano mayor de una forma retorcida y que Shinichiro nunca hubiese querido. Todo a partir de la muerte de Izana, de su hermana Emma y de que todos sus amigos de la infancia se hubieran vuelto contra él.
Los recuerdos dolorosos se amontonaban en ese lugar. Ese apartamento que una vez habían compartido se sentía vacío como si nadie lo hubiera habitado. Se limpió la cara en el lavabo por segunda vez, apartándose el sudor que le empapaba la piel por las pesadillas. Una cara poco reconocible le devolvía la mirada en la penumbra de ese baño; oscuras ojeras y los lagrimales hinchados de tanto llorar eran un recordatorio horrible a la clase de persona en la que se había convertido por culpa de un hombre. Cerró el frigo del agua y salió del baño, apagando la luz del baño a su camino, arrastrando los pies por el estrecho pasillo del apartamento. El vacío que Mikey había dejado en ella se extendía al apartamento. Había tirado a la basura todo objeto que le recordase a él, desde imágenes juntos hasta el más insignificante detalle que hubiera tenido con ella.
Las luces de la ciudad iluminaban el resto de la casa. Se preguntó cómo estarían pasando la noche de bodas, y si habrían llegado ya después de haber tenido que agradecer a todas esas personas su enlace. O si compartirían cama. Con ese mal sabor de boda se sentó en la cama, con vistas a la ciudad y los edificios circundantes. Una vez le había prometido que la amaría y respetaría en todo lo que pudiera. Supuso que ese "pudiera" significaba que se detendría cuando se casara con otra persona que no fuera ella. En una de sus pesadillas se había visto a ella misma probándose vestidos de novia y planeando su propia boda con una sonrisa en los labios; en teoría era un sueño, pero para ella era eso, una pesadilla. En otra, se veía obligada a presenciar la boda una y otra vez. Y las palabras del perro fiel de Mikey acechándola.
«-Y tu vuelve a tu cueva, perra. Yo no necesito abrirme de piernas», le había dicho Sanzu antes de marcharse.
Supuso que esa era su cueva. Y lo que quedaba de haberse abierto de piernas con la persona que amaba y entregado toda su vida por y para él. Se pasó otra vez la mano por la cara, para despejarse de esos pensamientos, como si fuera tan fácil apartarlos. Los consejos sobre rupturas dolorosas decían que lo primero que debía hacer era alejarse de él, y de todo lo que respectaba. Como si fuera tan sencillo. ¿Quién era el estúpido que decía eso? Una persona que nunca se había enamorado ni mucho menos entregado en completo.
Suspiró. Y miró a cualquier otro lado que no fuera un recuerdo. Pero todo estaba plagado de eso. Si tan solo pudiera recuperar el tiempo perdido... Los ojos le empezaron a escocer y la nariz a picar, otro mal recuerdo. Apoyó la cabeza en la almohada. Una cama enorme para ella. Y una casa todavía más grande. ¿Cuándo volvería a ser la misma? Se quedó pensando un rato. ¿Alguna vez ella habría tenido una personalidad además de ser la amante?
Mikey estaba acostumbrado a juntarse con esa clase de personas desde que era niño. Desde los amigos de su hermano hasta los suyos propias. Solía contarle las aventuras de Baji y su afición a quemar coches cuando era un niño, como un recuerdo que seguía acompañándole.
Tal vez fuera por eso que Sanzu Haruchiyo era su segundo al mano. Su perro más fiel. Su compañero más leal. La persona a la que llamaba cuando se le acababa la medicación contra las pesadillas y que conocía la contraseña del lugar donde vivían. No entendía cómo una persona podía estar dispuesta a vivir por y para una persona sin nada a cambio. Al menos en su caso, la recompensa de todo el amor de Mikey era permanecer con él y saber que siempre tendría un hombro en el que apoyarse. Fuera lo que fuese. Llamadas en la madrugada cuando no dormían juntos. Citas esporádicas a cualquier lugar. Conversaciones por teléfono hasta que uno se quedaba dormido. ¿Qué tenía Sanzu a cambio de la atención de Mikey? ¿Era eso suficiente para una persona como él, sin corazón y siempre con la mirada perdida por las drogas?
¿Por qué hablaba de Sanzu? Porque el desgraciado estaba en la puerta de su gimnasio fumando como si nada. ¿Qué demonios hacía el seguidor fanático de Mikey ahí? ¿Ahora iba al gimnasio? Entendía que ningún superior de Bonten necesitaba apuntarse clases de ese estilo. Y menos de pilates como iba ella ahora. ¿Qué demonios hacía ahí, entonces? Sin dejar de caminar, se acercó a la puerta de cristal en la fachada del edificio. Sanzu por fin pareció percatarse de ella, y sus ojos claros se posaron en ella aún con el cigarrillo en los labios, sin apartarlo.
-Anda, mira quién está por aquí: la zorra del jefe.
-Anda, mira, un perro sarnoso -respondió siguiendo su burla, pero sin meterse del todo en su juego porque fruncía el ceño y apretaba las manos en el picaporte de la puerta-. ¿Vienes a clases de adiestramiento?
-Tu humor es una mierda.
-Peor es lo que te metes en el cuerpo
Las cejas rubias de Sanzu se apretaron con ese comentario. Genial. Había conseguido calarle y ahora estaba enfadado. Y lo iba a pagar con ella por ser una bocazas.
-¿Te crees muy lista, no? La chica que consiguió ligarse al jefe solo con su bonita cara y su bonita personalidad -respondió, sin apenas cambiar el tono de desprecio que siempre tenía reservado-. Solo eres una idiota más del rebaño.
Ella frunció el ceño. Seguía siendo un desgraciado. Un imbécil seguía siendo un imbécil en un marco de tiempo corto. Iba a abrir la puerta, pero entonces alguien tiró para dentro de ella y la obligó a hacerse a un lado. La sangre pareció congelársele a pesar del calor que hacía en el exterior. Era ella. Con ese aura tan despreocupada y sin sencilla que había visto en las fotos antes de la boda y en persona. Y ahí volvía a estar... Con ropa de deporte y las mejillas redondas sonrojadas. Algún mechón de su coleta salía del agarre, pero seguía manteniendo ese aura tan característica de persona.
-Ya he... Oh, ¿estás ocupado? -preguntó, e incluso su tono de voz sonaba dulce y mucho mejor que el de muchas mujeres. Inclusive el suyo. Apretó la mandíbula.
-Sube al coche -le respondió Sanzu, para su sorpresa, con el mismo tono que usaba. Al menos en eso nada cambiaba. También odiaba a la esposa formal de Mikey. Una extraña sensación le recorrió el cuerpo, empezando por el estómago-. Nos vamos.
Los grandes ojos de la chica se abrieron ligeramente. Sin decir nada, sus piernas cortas pero delgadas envueltas en mallas de deporte la llevaron a un coche pintado de negro aparcado no muy lejos, con dos personas vestidas a juego esperando. El tratamiento de un miembro de la aristocracia... Eso quedaba ya tan lejos...
-No te habías hecho esperanzas, ¿no? -se burló él al ver que la seguía con la mirada sin pestañear-. Pensando que Mikey iba a hacerte caso ahora que tiene a alguien con él.
Ella le miró sin decir nada. Intentando no expresar con su mirada y sus gestos lo que realmente se le estaba pasando por la cabeza en ese momento. ¿Y qué si lo hubiera pensando? ¿Cambiaría algo a aquellas alturas? Iba a burlarse de ella dijera lo dijese, así que mejor era guardar silencio a verse humillada de nuevo y arrastrada por el fango. El amargo recuerdo del pastel de boda en su cocina fue la gota de colmó el vaso cuando regresó hacía unos días al apartamento, después de haberse pasado por la tienda conveniencia a comprar unas compresas de emergencia, y la nota escrita a mano en la que Mikey le recordaba que podían seguir siendo amigos y pilares el uno para el otro. ¿Se estaban todos burlando de ella? ¿Era ahora el hazmerreír de Bonten? ¿El nuevo juguete del que podían tirar hasta destruir? Conocía la historia de una chica que se había envuelto con uno de ellos románticamente, y su destino fue peor que haberse enamorado tontamente de un ejecutivo peligroso de una banda criminal. La noticia salió hasta el las noticias, tratado como un suicidio.
¿Eso iban a hacer con ella cuando se cansaran de burlarse de ella? ¿Mikey iba a permitir que la sacaran de juego por todo lo que conocía de Bonten? Primero la consolaba y luego la apartaba de en medio. Típico de Bonten hacer eso.
-Niña idiota. ¿No te ha hablado de su luna de miel?
Lo cierto era que podría haberlo intentado. Si siquiera. Y conseguido que le llegase el mensaje por un medio u otro. Pero no había recibido nada. En esa semana había estado demasiado distraída buscando un nuevo hogar y una nueva vida. ¿Por qué necesitaba saberlo? Posó los ojos sobre la figura erguida de Sanzu.
-¿Qué tengo que saber? -preguntó, con casi un hilo de voz que salió grave.
Aquella pregunta solo hizo que la sonrisa cruel de ese tipo apareciera. Las cicatrices le daban un aspecto más sádico del que probablemente buscaba... O no. Con esa persona nunca se sabía. Tal vez fuera colocado y no se había percatado todavía de lo acostumbrado que estaría su cuerpo a esas sustancias.
-¿Quieres saberlo?
-¿Algo le ha pasado a Mikey?
-Bueno, las parejas casadas tienen que ser felices, ¿no?
Tuvo ganas de darle un puñetazo. Pero se contuvo. Primero porque no tenía la fuerza para conseguir sacarle algo, solo para enfurecerlo y que se la devolviera.
-Las mujeres ya sois débiles, pero ella... Pobrecita. La criada me ha dicho que se ha despertado vomitando -comenzó a decir. El estómago se le tensó con esas palabras, con el doble significado que traían consigo y que él disfrutaba soltándolas por su enorme boca-. Tal vez ya esté esperando su primer hijo.
La idea de que esa mujer pudiera estar embarazada a aquellas alturas le revolvía el estómago. Y le hacía preguntarse cosas que nunca se le habrían pasado por la cabeza de vivir en un mundo normal y tener una relación común. Se dedicó a pasar por su lado, no sin antes golpearle el hombro contra el suyo para apartarlo, y entrar en el edificio. Mientras dejaba a Sanzu atrás, avanzando por el pasillo con pósters de motivación y entrenamiento de músculos, no pudo evitar preguntárselas.
¿Era eso posible? ¿Mikey iba a ser padre con una mujer que no era ella? ¿Cómo una persona podía tener tanta suerte? Había gente que se pasaba años buscando un hijo sin conseguir resultados. Y ahora podía resultar que en una semana ellos lo habían conseguido. ¿Era acaso eso posible, lógico...? Su mente se retorcía en el dolor que ya arrastraba consigo, y que Sanzu se había esforzado en despertar con sus sonrisas, comentarios y formas de desprecio.
Ni siquiera dos horas de ejercicio fueron suficientes para sacar esos pensamientos de su cabeza.
Ni siquiera haberse echado a vomitar en el lavabo de la casa pudo sacarle el dolor que tenía dentro.
Ni siquiera...
Nada podría sacarle de esa nube oscura.
Mikey la hubiera amado. Ninguna de sus parejas anteriores la habían amado, solo usado para su beneficio en la escuela. Convertirse en el chico popular. Y en el instituto, como un título más. Cuando conoció a Mikey, se sintió como una bocanada de aire fresco. Se reía por ese entonces como nunca, cuando salía de clase y él iba a buscarla en su moto y se quedaban hasta las tantas hablando.
Hablaban del futuro, de ellos, de sus amigos, del pasado... De todo lo que una pareja hablaría. Draken a veces se burlaba de ellos porque estaban siempre junto, y al poco tiempo Emma, la hermana pequeña de Mikey, le regañaba por decir algo como eso en frente de ellos. Draken... A saber dónde estaría con ellos. Desde la muerte de Emma, Mikey cambió, y la muerte de Izana se había llevado lo que quedaba. Lo último que supo de ellos es que intentaron detener a Mikey antes de que se arruinara la vida, y lo único que se habían llevado era una paliza. A partir de ese momento, Mikey había cambiado. Comenzó a juntarse con los que ahora eran los ejecutivos más importantes de Bonten y a salir por las noches hasta que empezaban a aparecer los primer rayos de sol.
Esa tarde estaba en la tienda conveniencia de su barrio, buscando algo que comer lo suficientemente dulce como para compensar la falta que sentía en su pecho pero lo suficientemente sano como para no hacer que sus mañanas de gimnasio se tirasen por la borda.
Había estado mirando hacía unos días un piso nuevo. Para desaparecer y que Bonten no volviera a meterse en su vida. Y crear una vida nueva, si eso era posible. Ahora, ante otro obstáculo en su vida... Bueno, le quedaba avanzar y sobrellevarlo, ¿no?
-¿Solo vitaminas y...esto?
Miró durante unos segundos a la mujer que la atendía. Casi por instinto, agarró un paquete de chicles y lo puso sobre el mostrador. La mujer no dijo nada, y le cobró tan pronto como ella salió de la tienda con las cosas en una bolsa. El sudor empapaba su cuello y espalda.
El apartamento frío y con cajas por todos lados la recibió de vuelta. Otra burla, sin duda. Estaba sola, y a la vez se sentía observaba mientras dormía por ojos invisibles tallados en las paredes como recordatorio de lo desesperada que estaba por un poco de atención. Pensar en Mikey se había convertido después de un par de días más en una rutina más que para motivarla a desarrollar su vida, en un obstáculo a poder avanzar. En él y en su esposa. Sabía que Sanzu era un perro para Mikey y para todos, pero no pensaba que podía ser tan cruel como para hacerla vivir un infierno de primera mano. Había decidido desde el momento que tiró la postal y el trozo de pastel a la basura que superaría aquello costase lo que costara. Pero cada intento era peor al anterior, y así sucesivamente hasta que se volviera loca de la cabeza.
Dejó las cosas en la encimera de la cocina. Como era un apartamento abierto, sin paredes, era fácil ver todo lo que pasaba en la casa. A Mikey le había gustado el diseño porque decía que le gustaba tener todo controlado... Pero a ella, de alguna manera, eso le parecía una obsesión por el control que ahora detestaba. Además de ser totalmente innecesario a esas alturas. Tardó en darse cuenta de la carta que había sobre la mesa, con una flor encima y una llave. Distinguió la llave aparte del jacinto. Era la llave de ese apartamento. Se la estaba entregando como muestra de confianza.
«¿No podemos hablar las cosas? Aún no es tarde. Ven a mi despacho esta tarde y nos ponemos al día».
Verla. Quería verla. En su oficina de Bonten, no en su casa. Porque entonces entrarían los choques de intereses. No iba a llevar a su amante al lugar en el que vivía con su esposa. Su esposa embarazada, maldita sea. ¿Qué iba a decir si esa mujer los descubría en un lugar que estaba hecho para ser su hogar y el de su futuro hijo? «Hola, soy la amante de tu esposo y he sido su novia durante diez años. Estabas muy guapa durante la boda. Oh, y felicidades por la noticia». Solo empeoraría las cosas a como ya estaban. Supo que era cierto porque esa era su letra, la forma en la que escribía, que no había cambiado desde hacía años y a la que estaba acostumbrada a tratar, y no una broma. A no ser que alguien en Bonten supiera fingir la letra de su jefe o el cómo él la llamaba en privado, escrito al final de la carta.
Las ganas de vomitar regresaron. El estrés, la carta, Bonten,... La carrera al baño fue corta. ¿Alguna vez iba a desaparecer? La sensación de terror y pánico que la inundaba todas las noches porque conocía demasiadas cosas sobre una organización que controlaba el país antes que los políticos demócratas que aparecían en la televisión.
Mikey consiguió que se odiara a sí misma por como era.
Sus ojos estaban clavados en la decena de artículos que su ordenador tenía abiertos y que solo convertían sus pensamientos en telarañas de letras y palabras sin contexto. ¿Podía sentirse más ridícula a parte de en ese momento? ¿Podía acaso decirle a alguien todo el dolor que se almacenaba en su corazón cuando no escuchaba la voz de Mikey o la forma en la que la tocaba?
Se frotó los ojos. ¿Eso podría solucionarle todos los problemas? Tenía el corazón roto, un trabajo que al menos le daba para comer y una vivienda digna, pero no para solucionar sus problemas sentimentales. ¿No era que el dinero te daba la felicidad? Otra frase estúpida dicha por un estúpido.
Bonten eran varios edificios. La mayoría, para despistar siendo oficinas normales con gente contrastada y que cobraban sus sueldos sin conocer de dónde provenía todo ese dinero que se ingresaba en sus cuentas bancarias. Los otros, los menos distinguimos, eran sedes donde trabajan los ejecutivos de verdad. Los lugares por los que se pasaban de vez en cuando. Por eso, cuando salió de casa medianamente arreglada, sin maquillaje y con una coleta que le sujetaba la espesa masa de pelo, supo a qué edificio en concreto ir.
Los Haitani también estaban ahí. El mayor de ellos sujetaba un papel cuadro y pequeño enfrente de su hermano pequeño, que parecía no muy contento con la conversación. A no ser que esa fuera su cara de siempre. A diferencia de otras veces, la expresión burlona de Ran no era otra más que una sonrisa y unos ojos relajados mientras le explicaba a su hermano lo que tenía delante. Nunca lo había visto así...de relajado. Y eso que su postura siempre era despreocupada como la de su hermano menor. Pasó ligeramente por el lado de ellos. De reojo pudo ver que era la fotografía de una mujer pelirroja y que sonreía a la cámara. El camino continuó como si nada.
En teoría, había más ejecutivos de Bonten. Pero la mayoría de ellos eran personas desconocidas para ella a pesar de conocer sus nombres. Así era su historia en Bonten. Conocer cosas y pasar desapercibida. ¿Iba a ser igual ahora? ¿Después de todo lo ocurrido? Todavía tenía que resolver una charla con los Haitani por la invitación a la boda.
De repente, Kakucho apareció enfrente de ella torciendo la esquina, mirando unos papeles que enseguida cerró al darse cuenta de con quien se topó.
-¿Todo bien? Tienes mala cara -le señaló, pero sin mencionar qué aspectos de ella estaban realmente mal o si solo era un comentario para pasar el rato.
-No me ha dado tiempo a comer todavía.
-Oh.
-¿Está Mikey?
Los ojos de ella se movieron hacia al puerta del despacho que conocía demasiado bien. Los ojos de Kakucho la siguieron, y por un momento, fue como si se arrepintiera de estar ahí.
-En teoría.
-¿En teoría? -preguntó, sin comprender a lo que se refería.
-Solo... -se aclaró la garganta, cubriéndose la boca-. ¿De verdad quieres verle?
Por un momento, en su cabeza aparecieron dos bandos. Uno le gritaba que se marchase de ahí todavía con la cabeza alta. Y otro, le suplicaba que entrase en ese despacho aunque fuera lo último que hiciera para explicarle todo lo que le estaba pasando. Lo cierto era que ya hacía tiempo que esos bandos estaban instalados en su cabeza, como una política polarizada que dependía de la opinión externa para comandar lo que después pasara por su mente después del primer paso. Se lamió los labios, apartando la mirada del despacho, posándola en Kakucho. Nunca se habría dado cuenta de que una persona como él estaba en Bonten para seguir lo que su amigo había empezado. Izana. El inicio de sus problemas. El inicio de todo ese infierno.
Su corazón latía fuerte en su pecho, martilleando como si fuera lo último que estuviera diciendo como advertencia. Su corazón, roto y aplastado como si no fuera nada. Usado y tirado a la basura después de diez años de entregarse a una persona que ahora no tenía ni tiempo ni ganas para verle la cara. Ni una llamada. Nada.
Uno de sus pies fue el primero en echarse para atrás. Luego, el otro. Las lágrimas amenazaban con derramarse. Incluso en ese lugar. Casi podía sentir sus sonrisas depredadoras sobre ella, a pesar de que en ese momento, para su sorpresa, nadie sonreía. Un juguete de Bonten, ya destrozado, no les daría el placer de verla hundirse todavía más en su miseria. En dejarles ver la parte desesperada de su interior que quería recuperar a la persona que todavía seguía amando. Primero, apretó los puños y los labios, conteniéndose, apenas pudiendo decir una palabra... Y luego finalmente una de sus manos hurgó torpemente en el interior de su bolso. Chicles, tabaco, el mechero, las llaves de casa, del coche,... Ahí estaba. Un boli. Arrancó de la pequeña libreta que siempre llevaba para anotar sus pensamientos un trozo de papel que comenzó a escribir. La frustración le invadía el cuerpo.
Cuando acabó, se lo dio a Kakucho.
-Dáselo a Mikey cuando termine. O no -dijo, y de repente se arrepintió sintiéndose una estúpida que se arrastraba por cualquier cosa o persona que entraban en su vida-. Me da igual, la verdad, lo que hagas con él.
Cuando pasó por su lado, los hermanos Haitani volvían a ignorarla. Ran hablaba y Rindou le escuchaba, pero la realidad era que habían estado atendiendo a la conversación desde el primer momento que entró por el ascensor. La vergüenza se la llevaba consigo, incluso caminando rápido con esos estúpido tacones de marca cara... De repente, se detuvo en seco, antes de llagar al ascensor. Regalos inútiles y memorias que se la llevaban a lo más profundo de sus recuerdos. Cosas que no necesitaba ni volvería a usar porque quería olvidar. Y, aún con esas, ella seguía pensando en Mikey y queriendo verle. En un gesto despreocupado, y casi agresivo por la forma en la que se quitó los zapatos, los tiró a la papelera más cercana.
Bajando las escaleras, fue la primera vez en días de amargura que se echó verdaderamente a llorar.
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FIN DEL CAPÍTULO 4: EL INICIO DEL FIN PT. 1.
Ambientación: 21 de Octubre, 14:30 p.m.
El sonido de los camiones militares se mezcla con el retumbar de los helicópteros que siguen patrullando sobre el pueblo. A lo lejos, las luces de los vehículos blindados iluminan las calles oscuras mientras se detienen con un chirrido. Los soldados, vestidos con uniformes y máscaras, descienden de los camiones con precisión. La tensión es palpable en el aire, pero hay un atisbo de esperanza cuando el oficial al mando, con voz firme, se acerca al grupo de residentes agolpados en la calle.
—¡Atención! Los mayores y los niños primero. Suban a los camiones, rápido. —su voz retumba, cortando el murmullo nervioso de la multitud.
Un murmullo recorre a los presentes mientras los soldados, sin perder tiempo, comienzan a organizar a los ancianos y a los niños. Los más pequeños, algunos entre los brazos de sus madres, otros sujetados de las manos de sus padres, son subidos con rapidez a los camiones, que parecen ofrecer una esperanza en medio de la desesperación. Los militares ayudan a los mayores a subir, con una delicadeza que contrasta con la urgencia de la situación.
Las madres observan, con los ojos llenos de ansiedad, como sus hijos son colocados en los camiones. Algunas no sueltan las manos de sus pequeños, pero finalmente, con un gesto de resignación, dejan que los soldados se los lleven. Un padre mira a su hija, una niña de no más de cinco años, y la abraza una última vez antes de verla subir al camión.
Un soldado se acerca a una mujer que sostiene a su hijo contra el pecho, su rostro marcado por el cansancio y la incertidumbre.
—Regresaremos por más personas en unas horas —le asegura, tratando de infundirle algo de calma—. Mantengan la calma y esperen en sus refugios. No salgan a las calles hasta que regresemos.
Ella asiente, pero sus ojos reflejan dudas. Mira el camión que se aleja con su hijo dentro, y la angustia la consume. El sonido de los motores, el zumbido de los helicópteros, y el resplandor de las luces parecen lejanos ahora, como una promesa que no puede confiar completamente.
A medida que los camiones se alejan, el pueblo queda sumido en un silencio tenso. Los helicópteros siguen sobrevolando, pero sus luces ya no iluminan tanto la calle principal. La espera comienza. Los que aún quedan en el pueblo se agazapan en sus refugios, con la incertidumbre a flor de piel. La noche se cierra sobre ellos, y mientras las luces de los vehículos se desvanecen en la distancia, sólo queda una pregunta flotando en el aire: ¿regresarán?
Pero, a medida que el último camión desaparece por el horizonte, algo más se vuelve claro: los infectados siguen ahí. Atrás, en la zona residencial, se escuchan sus gruñidos, sus pasos arrastrados, un sonido constante que recuerda la amenaza que permanece. Los sobrevivientes en los refugios, aislados y en silencio, se dan cuenta de que el pueblo ha quedado sellado, pero no a salvo. Los infectados están atrapados en la zona residencial, pero ellos, los que quedan, también están atrapados. Solos, sin más ayuda que la incertidumbre, el pueblo parece haberse convertido en una prisión de sombras, con el eco de los gruñidos como recordatorio de que la lucha sigue, aunque los camiones ya se hayan ido.
Los personajes con hijos son libres de decidir si dejaron que se marcharan en la primera ronda de rescate o si decidieron esperar para irse juntos. También son libres de decidir si las familias de los personajes se fueron en esta intervención o siguen dentro del pueblo.
El recuento de daños será publicado junto a la actividad 5.
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Vestido con estampado de lunares para niña, traje con lazo decorativo, estilo a la moda, novedad de 2023
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#estilo a la moda#novedad de 2023#traje con lazo decorativo#Vestido con estampado de lunares para niña
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nacimiento en la iglesia
Era la boda de mi hermana no podía no asistir. Así que esa mañana súper que sería un día muy largo tenía nueve meses de embarazo y la noche anterior había comenzado a sentir las primeras contracciones al principio pensé que eran Braxton Hicks pero se sucedieron en el tiempo y supe que había comenzado solo esperaba que me dejara poder terminar la ceremonia y después me iría al hospital sin que nadie me viera durante la fiesta.Cuando me desperté pude ver mi barriga sumamente baja y tensa había podido dormir unas horas con pequeños dolores pero mientras cepillaba mis dientes mi bb me recordó que estábamos cerca de concernos.Cuando baje a desayunar mi madre y ni hermana corrían de un lado a otro ultimando detalles no notaron cuando me agarre a la mesada para sobrellevar una nueva contraccion solo le dijieron que comenzara a prepararme que en unas horas partimos a la iglesia subí a mí habitación y me senté con mis piernas abiertas mientras masajeaba mi vientre durante las contracciones Nose como logre entrar en mi vestido pero realmente no me estaba ayudando pues me estaba presionando mi barriga ayudando a mi bb a decender. Finalmente partimos pero primero debíamos hacer las fotos mi hermana tuvo la idea de hacerlo en medio del parque así que tuvimos que caminar unos 15 min una contracción me hizo determe y soltar un pequeño gemido pues estaban siendo más fuertes y continúas cada vez me costaba más aparentar que nada estaba pasando Pero no podía decir nada mi madre iba a matarme ya era una vergüenza que este embarazada sin una pareja consecuencias de una noche de boliche.Cuando subimos al coche tuve que abrir mis piernas la presión era casi insoportable mi madre me miró creo que lo supo pero no dijo nada solo me miró con su cara de no arruines esto y lo supe estaba sola en esto. Cuando llegamos a la iglesia primero entraba yo y mi madre y luego mi hermana antes de entrar una contracciones me hizo doblegarme y soltar un leve gemido mi hermana no se percató pues estaba nerviosa en su mundo y mi madre me dijo al odio que más me valía mantener esto bien hasta que la ceremonia finalize Luego de media hora y varias contracciones que nose como soporte de pie finalmente dieron el si todos aplaudieron y yo sentí como mis aguas se rompían debajo de mi vestido por suerte el ruido de la multitud opaco mi pequeño grito. Cómo pude me fue corriendo para atrás hasta que logré llegar a un confesionario de la iglesia . Una vez entre desabroché mi vestido y abri mier piernas ya no podía con la presión otra contracciónes me atacó y no pude evitar gemir en alto ya no me importaba si alguien me escuchaba mi bb estaba naciendo Justo ahora Pude escuchar que la iglesia iba quedando vacía otra contracción más y sentí que debía comenzar a pujar puse mi vestido debajo de mis piernas y me apoye en el pequeño banco del confesionario pues solo podía ponerme de cuclillas con la nueva contraccion di mi primer empujón y pude sentir como mi bb se movía cada ve más entre mis caderas Comencé a acariciar mi barriga mientras empujaba - mmmmggg vamos bb ayuda a mami sal rápido ahhhh- cada contracciónes dolía más que la anterior. Luego de unos 15 min pude sentir como la cabeza comenzaba a salir el dolor era insoportable luego de dos empujones la cabeza finalmente salio. Tuve que respirar y sentí que debía pagarme me apoye contra la pared del confesionario con la cabeza de mi hijo entre mis piernas mientras movía mis caderas para lograr que baje Más un fuerte empujón más y tuve a mi bb en mis manos era un niña. Decidí pedir ayuda en la iglesia y las monjas nos llevaron a un hospital todo habia salido bien por supuesto un año después bautice a o bb en esa misma iglesia
#giving birth#birth denial#birth fiction#contractions#birth kink#inconvenient birth#pregnant#pushing#birth roleplay#pregnant roleplay
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Mi Top 5 de Escenas XXX Navideñas Para Disfrutar es estas Fiestas.
Estos días son de celebración y jubilo por las fiestas invernales, Tal vez la más importante o conocida sea la Navidad que esta apunto de llegar. El frio domina el ambiente (por lo menos en el hemisferio norte) y que mejor que combatirlo que compartir un poco de calor corporal y a industria del cine XXX lo sabe. Para la industria del Cine para adultos no hay fiesta que no se pueda celebrar por lo que la navidad no es una excepción, por eso les traigo unas recomendaciones de escenas "NOPOR" con la temática de estas fiestas que nos puede a ayudar a mantener el espíritu navideño sin dejar nuestro lado pervertido.
05) How The Grinch Fucked Xmas! (¡Como El Grinch Jodió La Navidad!)
(2008) Una adaptación muy pero muy libre del clásico cuento del Dr. Seuss "¡Como el Grinch Robo la Navidad!", en el que el Grinch es interpretado por Keiran Lee y cuenta con la participación de las ahora legendarias Carmella Bing (retirada) y Shyla Stylez (fallecida) que hacen el papel de vecinas "Ho" (algo así como putas o cachondas) en forma de parodia de lo "Whos" (Quienes) del cuento original. Cuando sus vecinas amantes de la navidad llegan a tratar de alegrar al Sr. Grinch, el amargado las folla por todos los agujeros, así es hasta por detrás, antes de lanzarlas a la calle.
04) Jiggle All The Way (Zangolotea todo el camino)
(2012) Otra parodia de una historia navideña, Esta vez se trata de "El Regalo Prometido" ("Jingle all the way" en inglés). En plena Noche Buena Puma Swede esta buscando un juguete para su hijo, "Cosquillitas Woody" (una horrible parodia de Elmo vestido como Woody de "Toy Story") Todas las tiendas están por cerrar y los juguetes están agotados salvo por un muñeco que queda en el estante pero antes de que pueda tomarlo Diana Prince se le adelanta. Ambas MILF comienzan a pelar por el juguete para sus hijos, por lo que Will Powers, el encargado de la tienda decide que no dejara que ninguna se lleve el juguete si antes no aprenden a compartir y lo primero que tendrán que compartir será la enorme verga del amable dependiente por sus seis agujeros. Ambas madres se esfuerzan por complacer al buen dependiente creyendo que la mejor se quedara con el juguete pero las deliciosas y generosas mamás aprenderán que toda buena obra tiene su recompensa (plot twist: Will tiene un segundo juguete guardado en la bodega).
03) Naughty or Nice? (¿Traviesa o Amable?)
(2013) Santa Claus, Encarnado por Toni Ribas, necesita una nueva Señora Claus, por lo que uno de sus duendes le presenta un par de chicas suculentas de pechos grandes y traseros enormes: Phoenix Marie y Ava Addams. Una se comporta como una chica picara y traviesa y la otra se porta como una niña simpática y amable. Para demostrar quien e la mejor pareja, las dos chicas tetonas se turnan para lamerse los coños y los anos, y luego chupan la polla navideña de Santa. Después de eso Santa se mete profundamente en sus coños y en sus apretados culos ¡Una vez haya terminado de follar sus dos culos gordos, es hora de que Santa dispare una carga caliente de "espíritu navideño" en las bocas de las chicas para que lo compartan! Y entonces Santa tendrá que hacer su elección.
02) Our Holiday Three Way (Nuestro Trío de Dia Festivo)
(2015) El pobre y solitario Levi Cash esta ansioso y deprimido en Noche Buena que le pide a "Santa Claus" una Esposa que le haga compañía, como nadie toca a su puerta vuelve a pedir su deseo pero esta segunda vez se lo pide al "Espíritu de la Navidad". Esa misma noche, mientras duerme, Aparece Peta Jensen para hacerle compañía y mientras hace de todo con ella escucha mas gemidos en la sala ¡Sorpresa! Ahí esta Nicole Aniston esperándolo como su segunda esposa. Parece que tato "Santa Claus" como "El Espíritu de la Navidad" le cumplieron si deseo para recompensar su espíritu noble y generoso
01) Ofice 4-Play: Christmas Bonuses (Oficina para jugar: Bonos de Navidad)
(2017) Esta es quizá una de las mejores escenas Navideñas que existen ya que no aparece una o dos actrices ¡SON CUATRO! Monique Alexander, Nicolette Shea, Romi Rain y la siempre maravillosa Ava Addams. Cuando regresa esa época mágica del año: fiestas navideñas, travesuras en la oficina, y recibir un gran bono de Navidad. Al menos debería serlo, pero después de la desordenando fiesta navideña del año pasado, Keiran Lee tiene otra idea: Este año retendrá los bonos de Navidad hasta después de la fiesta, de esa manera de seguro todos se comportaran de la mejor manera. Afortunadamente para él, las chicas de la oficina tienen una opinión diferente sobre cuál es exactamente su "mejor comportamiento" y antes de que se de cuenta estará teniendo un quinteto caliente con cuatro hermosas chicas tetonas, como en todas y cada una de las escenas de la saga de videos "Office 4-Play".
Menciones Honorificas:
*Ebenazer Keiran (2008)
*Nighmere Before XXX-Mas (2011)
Como pueden ver en esta lista solo incluí escenas de la productora Brazzers, al principio hasta a yo misma me sorprendí, pero me parece que las tramas mantienen algunos de los temas mas característicos de la navidad (mas allá de solo sexo) y los mezclan de forma fantasticamente perversa con la escencia del nopor y el "cine para adultos". Pero si alguien tiene alguna escena favorita que le gustaria sugerir de esa o alguna otra productora, me encantaría leerlos en los comentarios.
¡Feliz y caliente Navidad, Yule, Saturnalia o cualquier festividad que celebren en estas fechas!
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Decoraciones de Halloween (Español ver.)
Prompts de @raven-cincaide-words
Missa estaba mirando a Chayanne dormir, no tenía el corazón para despertar a su niño, pero Tallulah sí tenía el corazón para despertar a su hermano, si ella tenía que levantarse temprano, él también tendría que hacerlo.
Así que ignorando a su papá Missa parado a un lado de la cama, se subió sobre esta para empezar a saltar y despertar a su hermano.
“Sí, ya, ya voy.” Chilló el mayor al sentir a su hermanita saltando en su cama, “Es muy temprano, ¿para qué me despiertas, tarada?” Le grito agarrándola de la pierna y tirándola a la cama.
“Halloween” dijo en lenguaje de señas la niña gruñéndole tratando de librarse del agarre de su hermano.
“Verdad,” dijo el niño levantándose de un golpe de la cama, “rápido apa, tenemos que empezar a decorar.”
El niño empezó a correr hacia la escotilla para salir de la habitación, pero Missa lo atrapo antes de que el niño pudiera salir.
“¿A dónde vas aún en pijama, Chay?” Dijo Missa sin poder contener un poco su risa.
En ese momento Philza entro con una caja de decoraciones y dos tazas de café balanceándose sobre esta. “Creo que podemos decorar en pijamas.”
Missa sonrió y fue a tomar la caja de las manos de su esposo, “Buenos días, querido.”
“Buenos días, darling.” Dijo el rubio dándole un casto beso en los labios a Missa y dándole la taza de café, “tiene dos cucharadas de café, una de azúcar y dos de crema.”
“Gracias, querido.” Dijo el mexicano, bajando la caja de decoraciones para que los niños pudieran ver qué decoraciones tenían para empezar a decorar Casa bonita
“¡Wow!” Dijo Chayanne, sacando una calabaza de plástico, “Si ponemos un par de velas dentro se vería genial en la entrada.”
Tallulah había descubierto las telarañas y estaba tratando de desenredarlas, quedando atascada en el proceso.
Philza se rio “déjame ayudarte, mi niña”
Philza se arrodilló junto a Tallulah para quitarla de entremedio de todas las decoraciones, de que alguna manera se habían metido en su vestido y cabellos. “Ugh, estas telarañas son peores que las reales, ahora sí, Queen, ve a ayudar a tu hermano.”
Mientras tanto, Chayanne estaba sacando pequeñas calacas de la caja, “¡Mira Lullah! Podemos ponerlos en la puerta.” Dijo el niño, para luego jadear al encontrar un esqueleto de tamaño real, “¡mira, apá, mira, es una calaca como tú! ¿Podemos ponerle tu sombrero? Por favor, por favor.”
Missa paro lo que estaba haciendo, dándole besos a las ‘heridas’ de la niña, para pensar un poco, “Sí, podemos, pero tenemos que tener cuidado.”
Tallulah se alegró inmediatamente, y salió corriendo a buscar el sombrero de mariachi de Missa.
Philza empezó a sacar unas guirnaldas de cempasúchil, “Podríamos colgar estas en la cocina.”
“¡Y estas en el patio!”, grito Chayanne sacando guirnaldas de fantasmas y calaveras.
Tallulah jaló la manga de Missa para llamar su atención, “¿podemos tallar calabazas?”
Missa miro a Philza, preguntando con la mirada si tenían calabazas.
“No tenemos calabazas, pero podemos comprar unas y tallarlas mañana.”
Tallulah bufó, pero asintió y rápidamente se unió a su hermano en el proceso de decorar el resto de la casa, rápidamente llenaron toda la sala de estar con decoraciones espeluznantes.
“Bueno,” dijo Philza, “la casa parece un cementerio.”
“Lo sé,” exclamó Missa, “¿no es emocionante?”
Philza sonrió, amaba a su familia bonita, en su casa bonita, con sus decoraciones no tan bonitas.
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Virgen de los Lirios, Alphonse Mucha, 1905
Información General
Técnica: temple
Soporte o material: lienzo
Dimensiones: 247cm x 182cm .
Obra del gran maestro Alphonse Mucha (Ivaneice, 1860 - Praga, 1939). Fue un pintor, ilustrador y artista gráfico checo que vivió en París durante el período Art Nouveau.
Aunque es una de las obras menos conocidas de este artista, no deja de sorprender el nivel de técnica que lleva.
En 1902, Mucha fue comisionado para decorar una iglesia en Jerusalén dedicada a la Virgen María. La obra es uno de los murales que sería puesto en la iglesia. El proyecto se canceló más adelante por razones desconocidas, así que todo el remanente del encargo terminó en la colección Mucha Trust.
De caracter religioso, representa a María, virgen purísima según palabras de su autor. El fondo está sembrado de lirios que dejan una representación muy clara de lo que el artista quería expresar en la obra.
La santa madre, con aspecto casi infantil, posa vestida de telas muy pesadas cubriendo su pecho y mirando hacia abajo, donde hay una niña vestida con ropa tradicional de la cultura eslava. Ella, con una expresión ligeramente triste, inclina la cabeza hacia la izquierda, lo que nos dirige la mirada hacia la Virgen.
Ambas parecen estar conectadas entre sí por una de las telas del vestido de María. Se cree que la niña representa la vida profana cargada de belleza en el sufrimiento y la felicidad, María entonces al fondo, casi como si flotara, vigilándola desde un punto muy alto. Un encuentro del mundo real y el mundo ideal.
La imagen transmite a quien la ve una sensación serenidad y nostalgia. La virgen, con su expresión tranquila y los colores que lleva, dan la sensación de proteger al observador y la niña, quien tiene una expresión ligeramente triste.
Para dar este efecto, Mucha da uso a su característica paleta con colores poco saturados en una paleta complementaria doble que combina tonalidades azules y verdosas con amarillas y rojizas.
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