#trotacalles
Explore tagged Tumblr posts
Text
new-to-me #560 - Trotacalles (Streetwalker)
13 notes
·
View notes
Text
Streetwalker (Trotacalles) (1951) Matilde Landeta
July 27th 2024
#streetwalker#Trotacalles#1951#matilde landeta#miroslava#elda peralta#ernesto alonso#isabela corona#Miguel Ángel Ferriz#Miguel Ángel Ferriz Sr.#mubi
5 notes
·
View notes
Text
Trotacalles (1951), dir. Matilde Landeta
0 notes
Text
In Conversation with Prof. Dolores Tierney on MUBI'S Spectacle Every Day: The Many Seasons of Mexican Cinema
View On WordPress
#Dolores Tierney#El espejo de la bruja#El Esqueleto de la Señor Morales#La Mujer Murcielago#Mas fuerte que el amor#Matilda Landate#Mubi#Spectacle Every Day: The Many Seasons of Mexican Cinema#Trotacalles#University of Sussex
0 notes
Text
VIDENS: “SALÓN MÉXICO”, VÍCTIMAS DE LA NECESIDAD
Rumberas, cabareteras, ficheras, aventureras, abandonadas, trotacalles, perdidas y pecadoras se consagraron como las sacerdotisas nocturnas que oficiaban el deleite y la perdición en medio de una Ciudad de México, cosmopolita y sórdida, moderna y decadente como toda metrópoli del cine negro, el film noir a la mexicana, sobre todo en esa época de oro del cine mexicano de los años cuarenta, en el…
#Alemanismo#Época de oro#Cine#Cine mexicano#cine negro#Cinturitas#Ciudad de México#Colegio militar#Colonia Guerrero#Danzón#Emilio "El indio" Fernández#Ficheras#Film noir#Gente decente#Madames#Madrotas#Marga López#Mauricio Magdaleno#Miguel Inclán#Padrotes#Policía#Roberto Cañedo#Rodolfo Acosta#Rumberas#Salón México#Silvia Dérbez#Tepito#Villano#Zócalo
2 notes
·
View notes
Text
VIDENS: “SALÓN MÉXICO”, VÍCTIMAS DE LA NECESIDAD
Rumberas, cabareteras, ficheras, aventureras, abandonadas, trotacalles, perdidas y pecadoras se consagraron como las sacerdotisas nocturnas que oficiaban el deleite y la perdición en medio de una Ciudad de México, cosmopolita y sórdida, moderna y decadente como toda metrópoli del cine negro, el film noir a la mexicana, sobre todo en esa época de oro del cine mexicano de los años cuarenta, en el…
#Alemanismo#Época de oro#Cine#Cine mexicano#cine negro#Cinturitas#Ciudad de México#Colegio militar#Colonia Guerrero#Danzón#Emilio "El indio" Fernández#Ficheras#Film noir#Gente decente#Madames#Madrotas#Marga López#Mauricio Magdaleno#Miguel Inclán#Padrotes#Policía#Roberto Cañedo#Rodolfo Acosta#Rumberas#Salón México#Silvia Dérbez#Tepito#Villano#Zócalo
0 notes
Text
366. Mulher da Rua (Trotacalles, 1951), dir.ª Matilde Landeta
0 notes
Text
La 21 Nocturna Trotacalles se la adjudican Virginia Moya Armenteros y Safouane Ouddajou
Amplia galería fotográfica
View On WordPress
0 notes
Text
LA QUEJA DE LA MOTA
Calle San Vicente arriba un poeta, una cualquiera, se amaron un breve instante, sin que nunca más se vieran.
Él compuso esta canción con la esperanza que élla en la esquina de una calle la sienta una primavera:
«La anémica luna corona de bruma tu rufo chiñón. La luna encarnada salpica de gala tu roto faldón.
»La luna murriosa el opalo roza de tu ojo buscón. Linda trotacalles serás tú quien sane roto corazón.
»Las costanillas de la Mota quiebran al infeliz; molinos con sus alas dan amparo al amor.
»Menesterosilla, tu mano chiquita mi mano apretó; tu pecho arrimado, tu talle esmirriado, mi mal disipó.
»Tu boca trasciende un tufo de fiebre de niña sin pan, y con tus zalemas siento borrachera de vino tenaz.
»Las costanillas de la Mota quiebran al infeliz; molinos con sus alas dan amparo al amor.
»Pero pronto pasa, la luna se naja, la linda voló. ¡Bajo el cielo negro lloro bajo el cierzo mi sueño de amor!»
*
LA COMPLAINTE DE LA BUTTE
En haut de la rue Saint-Vincent, un poète et une inconnue, S'aimèr'nt l'espace d'un instant, mais il ne l'a jamais revue.
Cette chanson, il composa, espérant que son inconnue, Un matin d'printemps l'entendra quelque part au coin d'une rue.
La lune trop blême pose un diadème sur tes cheveux roux . La lune trop rousse, de gloire éclabousse ton jupon plein d'trous.
La lune trop pâle caresse l'opale de tes yeux blasés. Princess' de la rue, sois la bienvenue dans mon coeur blessé
Les escaliers de la Butte sont durs aux miséreux ; Les ailes des moulins protègent les amoureux .
Petit' mendigote, je sens ta menotte qui cherche ma main ; Je sens ta poitrine et ta taille fine, j'oublie mon chagrin.
Je sens sur ta lèvre une odeur de fièvre De goss' mal nourrie et sous ta caresse, Je sens une ivresse qui m'anéantit
Les escaliers de la Butte sont durs aux miséreux ; Les ailes des moulins protègent les amoureux.
Mais voilà qu'il flotte, la lune se trotte La princess' aussi sous le ciel sans lune, Je pleure à la brume mon rêve évanoui !
Jean Renoir/Georges van Parys
di-versión©ochoislas
#Jean Renoir#literatura francesa#poesía popular#chanson#literatura y cine#Montmartre#lamento#encuentro#sueño#di-versiones©ochoislas
0 notes
Text
Cavilaciones brillantes
He alcanzado otra cifra múltiplo de 10 (años) en mi historia de vida. Me refiero a mi edad, he terminado seis decenas y en estos días (a partir del sábado pasado, 27 de abril en que cumplí 60 años) inicio la séptima década, tal vez la última.
A riesgo de sonar pedante, me agrada mi aspecto físico. Durante los últimos dos años y medio (tal vez un poco más) he incrementado mis esfuerzos físicos —la práctica de mi deporte, el ciclismo de ruta amalgamada con entrenamiento de fuerza, musculación— y mi peso corporal (parecería muy bajo, sin embargo no lo es por la funcionalidad que presento), 65 kg con 1.78 m de estatura, se compone en muy pequeña medida de tejido adiposo y en buena medida de masa muscular. Esto es poco común en hombres de cualquier edad y es solamente una parte de mis buenas características. El funcionamiento de mi organismo parecería excepcionalmente bueno, mi nivel intelectual / cultural es poco común (si bien cobro conciencia de que hay grandes lagunas, por ejemplo en lo referente a historia universal y filosofía). Temprano en mi historia, durante la niñez me hice el propósito de esforzarme para convertir mis debilidades en fortalezas, etc. He mencionado todo esto en otras entradas en este y otros blogs y no lo mencionaré más.
Pese a la conciencia de que he logrado mucho, en ocasiones siento que llevo sobre mis hombros un peso considerable, por ejemplo, cuando veo bellas mujeres (en la vía pública) que no se involucrarían conmigo en una relación de pareja (ni siquiera en una relación de amistad) porque no cuento con recursos económicos cuantiosos, pero después miro lo que hay detrás del “éxito” que ellas considerarían deseable en un hombre —mucho dinero con lo que ello conlleva— e internalizo que mi “fracaso” parecería muy afortunado porque no me dejé seducir por las necesidades ficticias de las que habla mi gran maestro, Erich Fromm, y en cambio aprendí a identificar las necesidades reales. De la mano con eso, el interés de una mujer en un hombre por su estatus no es otra cosa que prostitución no disimulada.
Algo importante a este respecto —la prostitución— es que yo respeto a las trabajadoras sexuales. Por adjudicación directa (válgase la expresión), esas mujeres son señaladas como lo más representativo de la indecencia y la inmoralidad, cuando muchas de ellas son lindas damas que para ganarse el pan hacen uso de algo que les pertenece, es suyo: su cuerpo.
En contraste, muchísimas personas consideradas “ordinarias”, se ven a sí mismas como decentes y en realidad son mucho más indecentes e inmorales que la peor trotacalles.
Como ejemplo puedo mencionar a muchas “mujerzuelas de camioneta” (la alusión a ese vehículo se refiere a que usan camioneta Town & Country sin que ello se justifique, no la necesitan para ir a ninguna parte ni para transportar a sus hijos) y contrajeron nupcias habiendo acordado con su cónyuge que él les daría los recursos para comprar ese vehículo y muchas otras cosas que ellas consideran deseables; todo ello a cambio de sexo y tener descendencia, hijos.
Por añadidura (y no menos importante), muchas mujeres muestran una actitud ante el dinero en que dicen a su cónyuge: quiero dinero. No me importa de dónde venga ese dinero ni cómo lo consigas; no me importa si te dedicas a defraudar a otras personas, si robas al erario, si incurres en tráfico de influencias, si lavas dinero; yo quiero dinero y eso es lo que te pido.
No quiero decir que las mujeres sean más indecentes ni más deshonestas que los hombres. El hombre no es mejor que la mujer y la mujer no es mejor que el hombre. Simplemente, las manifestaciones de indecencia, deshonestidad, destructividad, son diferentes, por lo menos en cierta medida.
Los hombres que llegan a ese tipo de convenios con sus futuras cónyuges no son víctimas de esas mujeres; son víctimas de sí mismos.
He expresado verbalmente de manera brillante (perdón por la pedantería) este tipo de cavilaciones que se dan en mi psiquis, al conversar con mi madre octogenaria. Ella es casi mi único interlocutor por mi condición de individuo solitario, taciturno, neurótico y en cierta medida misántropo; mas mi recuperación (en curso) cambia todo esto —paulatinamente, si bien se acelera en momentos significativos— y pronto seré capaz de trabajar en mis proyectos y así iniciar la parte más productiva de mi existencia.
Pese a mis dificultades, me siento bien y hay momentos de felicidad. Este (el presente) es uno de ellos.
Inicio la transición escribidor a escritor
0 notes
Text
—¿Qué es lo que tú quieres?
Se me cayó el alma a los pies. De manera que era no una conquista sino una compra venta: ella era puta de la calle, una que hace la calle, una fletera —esa extraña palabra habanera que nunca nadie supo explicar su origen. ¿Qué tenía que ver una fletera con los fletes o una trotacalles con flirt, si derivaba del inglés? Pero yo no estaba para ejercicios en etimología y el ron reciente (o el vino) me hizo preguntarle, saltando por encima de mi timidez:
—¿Cuánto?
(Ustedes se preguntarán cómo había sabido yo que era una puta sólo por su porte y una pregunta. Pero es que ustedes no la tienen a ella delante como yo la tenía. Su pregunta era un programa, su postura una tarjeta de presentación, su cara unas cartas credenciales.)
Cabrera Infante
3 notes
·
View notes
Text
Isabela Corona y Elda Peralta en una fotografía fija de la película "Trotacalles".
4 notes
·
View notes
Text
La Coca: La aguadora del barrio
Primero carreteaba el agua con un cochecito viejo, al que solo le quedaban las ruedas y la armazón metálica. Sus seis hijos se habían servido, consecutivamente, del mismo. Ya su hija menor tenía 10 años, mientras la mayor de las hembras contaba con 15 años y ya la ha hecho abuela, de nuevo. Todos viven en la que fue la casa de la mamá de “la Coca”, que ahora es la casa de “la Coca”: los hijos, los nietos, los yernos, las nueras y los perros. Siempre que paso frente a la casa de “la Coca”, la puerta del frente está explayada y, en las tardecitas, cuando baja el despiadado sol marabino, se sientan frente a su casa. En su andar de trotacalles, llevando y trayendo agua, siempre anda con un par de nietos. El traslado del agua se ha hecho más eficiente cuando se consiguió un carrito de supermercado rebuscando entre los escombros de un supermercado saqueado. Carmen, mi tía paterna, vive frente a la casa de “la Coca” o “la Coca” vive frente a la casa de mi tía Carmen, ambas sostienen un trueque hídrico; comida y ropa usada a cambio de agua. Generalmente el agua es carreteada por “la Coca” y su séquito de nietos de una “toma” que hay al frente de una televisora, un poquito más allá del sector de las antenas y las casas eternamente cagadas de zamuros. De allí viene a repartirla entre los vecinos cercanos como mi tía. La semana pasada no fue una semana buena para el negocio informal de “la Coca”. Por mi casa, ubicada en un sector más bajo, comenzó a llegar el agua “por gravedad” ―abren la tuberías de suministro de agua, dada la suspensión del servicio eléctrico, para que el agua llegue a los sectores ubicados en zonas bajas del municipio―, como a las nueve de la mañana y hasta las tres de la tarde carreteamos agua del grifo del frente de la casa, para llenar las “pipas” del patio. Luego que el agua se fue, comí algo y me recosté, pues tenía las manos entumecidas y la espalda hecha trizas. Desde mi estado de somnolencia, escuché una algarabía por los lados de que “la Coca”, que me hicieron levantar en voladas; una cisterna de la Alcaldía estaba llenando “pipas”. La repartición de agua fue caótica, las mujeres se peleaban por colocar los envases frente a la manguera de la cisterna y los niños estaban eufóricos, emparamados como en jaleo de carnaval. La cisterna se fue, muchos se quedaron con los envases vacíos. Yo me regrese con la “pipa” seca y la ropa mojada. Al día siguiente, en razón del “apagón” y el insoportable calor de las tres de la tarde, muchos de mis vecinos estaban frente a sus casas, cogiendo fresco al amparo de los porches. Por la esquina escuchamos venir lo que parecía una cisterna que, en efecto, era un camión mastodóntico de los bomberos en el que uno de ellos nos hacía señas para que lleváramos las “pipas” hasta la esquina. Con los bomberos estaba la presidenta del Consejo Comunal y su esposo, organizando la ubicación de los toneles. A estos, una vecina, a mi lado, les grito: ―¡así es que me gusta, que lleven verga! Mientras otra agregaba: ―¡aja, los chavistas también están secos, nojoda! La cisterna de los bomberos venía escoltada por dos motorizados de la policía regional, en una camioneta había varios funcionarios públicos, entre ellos un reportero con su camarógrafo. Entrevistaron a algunas personas del barrio mientras le llenaban sus envases. La calle se decoró, para el “festival del agua”, con una infinita variedad de envases: pipas, toneles, garrafones, botellones, envases de refresco, olletas, poncheras, baldes, cubos, cuñetes, barriles y bidones. Mientras mi amigo Chuchín caceroleaba lleno de enojo frente a su casa, la cisterna cruzó por la estrecha calle por donde vive “La Coca” y le llenaron el tanque a ella y a mi tía. Pero el agua que parecía inacabable se acabó un par de casas más adelante. La calle quedó mojada y la algarabía se fue silenciando, de a poco, mientras la gente carreteaba el agua al interior de sus casas. Durante el resto de la semana “la Coca” no salió a trabajar. Martha Zen
1 note
·
View note
Text
Streetwalker/ Trotacalles (Matilde Landeta, Mexico, 1951)
Two sisters, one a prostitute and one a bourgeois housewife, meet accidentally after many years. Turns out the pimp of one is trying to con the other our of her money. Marriage ends up offering no security and the bourgeois also ends up on the street like her sister. A female perspective on sex and marriage evoking a great mistrust of the social construction of romantic love. Truly radical for…
View On WordPress
0 notes