#todos tenían razón SI ES BUENÍSIMA
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I never thought i would feel bad for the white random guy in a movie but he we are
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https://twitter.com/ankarahansen/status/1538235122935267329?s=21&t=jJKExMSIAAjX7PJ0AIjHzA
Se que no te gusta subir con twitt pero es para que sepa de que hablo.
Claramente viene para ser titular, es lo que pasa cuando se profesionaliza el fútbol, ya esos jugadores tendrán que ir a otros clubes más chicos. Porque el nivel ha subido. Ojalá empiecen a subir jugadoras de la mesia. Así hay españolas pero bueno llega una edad donde ya dieron todo de sí y si irán. Pasa con j y pasará con las restantes. Extraño es que todavía no refuercen lo que es arco.
Siento que la transición se va a notar cuando los equipos grandes tengan más nombres de afuera que de adentro, hasta que las formaciones españolas tengan el nivel. Si miras al barsa ya tiene más nombres de afuera que de adentro. Eso porque el nivel de la liga empieza a subir. Pero en el medio para mi arrastra a toda una generación que si no sos buenísima , traen de afuera porque ya empieza a invertir los club o poder pagar sueldos mejores.
Como mismo creo que el nivel de EEUU internacional empezará a bajar. Y las grandes potencias serán las mismas que en el fútbol masculino
Crees que tengo razón o no? O estoy errada ?
Anónimo opina
Bronce este año ha sido un puto coladero. No no comporto tu opinión. Que Bronce puede llegar a ser top mundial si, que este año torre se ha sacado el coño todos los partidos también. Creo que infravaloras muchisimo el talento de las jugadoras solo porque sean españolas o porque estén en el Barça.
Lo que diga ese men la verdad que me la suda. Es un hater disfrazado se opinionista.
Desde 2019 que usa ya no es lo que era ni lo va a volver a ser. Ya no tienen la solidez defensiva que tenían y cuando se enfrentan a grandes selecciones se nota y más se va a notar.
Estoy deseando ver la explosion de selecciones como Argentina o Brasil. El año que viene el Mundial va a ser SHOW.
dicho esto estaba durmiendo y me desperté de la calor. Hasta mañana
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Mi abuela y mi madre (Parte 1)
Soy David de 24 años, mi abuela vino a vivir a casa después de la muerte del abuelo y fue mi amante y confidente para follar también a madre.
En estos días y meses de pandemia ,sucedió lo que ha muchas familias,perder algún ser querido.
Me llamo david,tengo 24 años y querría explicaros mi historia en estos meses tan difíciles.
Soy hijo único,vivo con mis padres Raúl se 48 años y Montse de 41 años.
Mama es una mujer hermosa ,cuida su precioso cuerpo al igual que mi padre y de siempre me han inculcado el amor por el deporte.
Hace dos años empecé mi carrera de medicina,quiero ser médico como papá ,un reconocido traumatología ,vivimos la pandemia muy de cerca ya que mama es enfermera en el mismo hospital donde trabaja mi padre.
El caso es que a primeros de abril mi abuelo cogio el covid y desgraciadamente murió a pesar de los esfuerzos por salvar su vida en el hospital donde trabajan mis padres.
Mi madre no quiso dejar sola a la abuela y le propuso vivir con nosotros hasta que todo esto pasara.
Carmen con sus 60 años recién cumplidos acepto ,es una mujer guapísima ,elegante y decidió jubilarse anticipadamente después de lo sucedido.
Siempre tuve una complicidad especial con ella y a raíz de convivir día a día ,está se hizo aún más fuerte.
Abuela me dejarías ir a tu casa de vez en cuando !
Sabes que si hijo,entiendo para que y solo te pido que la dejes en condiciones cuando te vayas.
Ella, una vez a la semana iba a limpiarla pues quería volver una vez acabará el confinamiento.
Gracias abuela eres un sol,te quiero mucho,besándola con dulzura.
Zalamero ya imagino a las chicas que te llevarás guarrete riéndose.
Si,en la facultad he conocido a un par de chicas y tengo rollete con ellas.
Dos! Serás cabron!
La verdad es que no sé por cual decidirme,y me gustaría follármelas tranquilamente y escoger.
Ves con cuidado las mujeres son muy zorras y listas no las subestimes.
Tenía mucha razón,lo que no sabía ella era que tenían un perfil muy distinto,una era una compañera de clase y la otra era mi profesora de biología.
En el día a día pasaba muchas horas con Carmen ,me colmaba de cuidados,me preparaba unas comidas geniales ,tenía la ropa siempre apuntó y mis días con ella en casa eran geniales.
A mis padres los veía por la noche llegando agotados por el intenso trabajo en el hospital y al llegar siempre lo tenía todo preparado.
Cada día había más confianza entre los dos,yo no me cortaba y andaba con calzoncillos muchas veces ,incluso para estudiar ,siempre estaba la calefacción a tope y tenía calor.
Ella por el contrario iba siempre perfectamente vestida ,como os dije tenía una elegancia increíble ,siendo a la vez muy femenina y coqueta.
Era una calcomanía de mama y me estaba empezando a calentar demasiado,buscaba expresamente alguna situación embarazosa para ella ,incluso saliendo de la ducha en pelotas para que me viera si ella quería.
Al principio disimulaba al verme girándose y dándome la bronca,pero cada día que pasaba aguantaba la vista más.
Oye david ,podrías taparte un poco no te parece!
Abuela en esta casa hace un calor siempre de mil demonios,no sé cómo tú vas siempre tan vestida.
Haber niño que tengo 60 años mocoso.
Estas buenísima abuela,sabes que no los aparentas y debajo de tus preciosos vestidos intuyo que tienes un cuerpo de infarto jejeje.
Gracias david por tus palabras ,soy anticuada lo se,pero he sido mujer de un solo hombre,tu abuelo me hizo siempre muy feliz.
Por cierto ayer fui a mi casa y se te olvidó sacar las sabanas,además de oler a sexo toda la casa.
Lo se abuela es que esta tarde iba a ir con Susan que también estuve ayer y te lo recogeré todo tranquila.
Ya lo he hecho yo,no debes tener estos fallos ,ahora imagina que el plan se tuerce y vas con la otra,ya te he dicho que las mujeres son muy listas david.
Abuela,para ser mujer de un solo hombre sabes mucho tu no!
Jejejejeje ,tu abuelo era un mujeriego mi niño y lo enganche muchas veces hasta que al final aprendió.
Y tu lo aceptabas!
Si,lo quería mucho y el a mi solo que de vez en cuando no lo podía aguantar y se daba algún capricho.
Joder abuelo eso me cabrea ,tenias todo el derecho de hacer tú lo mismo.
Siempre he sido muy tímida con los hombres david.
Abuela déjame ver tu cuerpo! Yo andaba en calzoncillos y se me marcaba la ereccion.
Ni loco mocoso.
En esto que como jugando me acerqué a ella levantándole la falta.
Estate quieto david por favor
Anda que muslos más bonitos ,metía mi mano buscando más arriba.
Déjame no no no lo hagas david.
Me acerqué más y más restregando mi polla por su cuerpo.
En un principio se separaba ,pero la fui acorralando hasta juntar mi boca con la suya.
La bese muy tiernamente,separaba sus labios pero cada vez con menos fuerza.
Su respiración era agitada,su cara roja de vergüenza pero al final no se resistió y nos besamos apasionadamente.
Le comí la boca ,mi lengua la recorría por dentro de su boca y por fin me ofreció su lengua.
Ummmmmmmmm que sabor que dulzura ,agarre sus glúteos por debajo del vestido y lleve mi polla a contactar con su húmedo sexo.
Sus braguitas húmedas me denotaban que lo estaba gozando y la lleve a mi cama que era la más cercana.
La tenía a mi merced ,la fui desnudando y me baje el calzoncillo.
Mi polla de 20 cm estaba como una estaca y la agarro con fuerza.
Empezó a chuparmela con desespero ,mis manos hurgaban en su coño pajeándola.
Gemía y gemía suspiraba y soplaba.
Te voy a follar abuela como nadie te lo habrá hecho.
Si david follame no aguanto más ,me tienes muy caliente.
Empecé a embestirla como un animal,la abuela chillaba si si si si ahhhhhhhhhhhhh si me viene ahhhhhh otro ahhhhhhhhhhhh más más ahhhhh si si si si ohhhhhhhhh ya ya por dios ahhhhhhhhh yo descargue dentro suyo y mis bombeos fueron menguando hasta que la saque.
Ella bajo la cabeza y lamió mi polla mis nuevos ,hasta mi culo que tenía restos de sus flujos.
Abuela creo que voy a anular lo de esta tarde jejeje.
Estaba preciosa encima de mi cama,me beso poniéndose encima mío.
Eres un cabron lo sabes!
Esto no debía suceder ,pero reconozco que deseaba tener sexo lo que no imagine es que fuera contigo.
Con quien abuela!
Con tu padre ,me pone también mucho.
Joder abuela y el lo sabe!
Si hijo ,fue mi hija la que lo propuso y estaba yo por decidirme.
Pero no entiendo.
Tu madre y yo mantenemos una relación especial desde hace mucho tiempo.
Resulta que ha raíz de que tu abuelo tuviera un infarto hace tres años quedó impotente,tu madre lo sabía ya que le trató el la impotencia.
Desde entonces estamos muy unidas,ella me consoló hasta llegar a intimar y por mi desesperación me lo comentó.
Tu padre siempre me ha deseado y Ami me pone pero con todo lo que está pasando pues lo hemos pospuesto.
Mi cara estaba desencajada,no entendía como podía ser tan ingenuo y no ver nada.
Te veo muy sorprendido,quizá no debía habértelo contado.
No no abuela al contrario me has puesto cachondo jejeje
Volvimos a follar ,está vez con más pausa,lamí cada rincón de su cuerpo y ella el mío,anule definitivamente el encuentro con Susan y pase una tarde de sexo inolvidable.
Déjame que te confiese algo abuela!
Dime mi niño.
Tú no sabes las veces que he fantaseado con mama,me he masturbado pensando en ella muchísimas veces.
Jejejejejeje normal,tu madre está buenísima y te aseguro que es una muy buena amante.
Y tu crees que.........
No sigas se lo que quieres ,y se como hacer que lo consigas.
Abuela eres la mejor te quiero mucho la volví a besar con pasión.
Vamos a la ducha zalamero tu también me has hecho muy feliz,necesitaba una buena polla y la tienes hijo.
Te voy a enjabonar el culo y te la voy a meter por ahí abuela.
Me encanta david,hazlo cabron.
Nos enjabonamos uno al otro pausadamente mientras nos besábamos,estando otra vez bien calientes la gire y mi polla busco su ano,lo inserte de golpe ohhhhhhhh que placer ohhhhh ella agachada ,sus tetas balanceándose ,le agarre el culo y dios que gusto ohhhhhhhhhhh.
Si si ahhhh david ahhhhhhhhhh se acariciaba su clitoris mientras embestía fuertemente.
Ya ya ya ya siiiiii siiiiii ahora yaaaaaaaaa ,al tiempo que tuvo su orgasmo le flojearon las piernas.
Yo la agarre con fuerza y di mi última estacada ahhhhhhhhh abuela ahhhhhhh junte mi cuerpo al suyo ,la levante y agarre sus tetas estrujando las y buscando su boca.
Fue una maratón de sexo brutal,me corri cuatro veces en casi tres horas y mi abuela seguro que muchos más.
Nos vestimos y esperamos a mis padres como cada día.
Mientras ,me iba explicando el plan.
El sábado mi padre aprovecha durante la mañana en jugar un partido de tenis.
Ellas encuentras ahí su momento que además coincide cuando yo también salgo ha hacer algo de deporte con mis amigos.
Bueno pues debes llegar algo antes y nos encontrarás a las dos en la cama,y debes sorprenderte.
Faltaban dos días y seguimos como si nada,todo según lo previsto.
En esos dos días no quede con ninguna amiga,solo con la abuela que a partir de entonces se paseaba con ropa interior por casa y follabamos en cada rincón.
Llego el día como todo estaba previsto,papá salió temprano al igual que yo,todo preparado y llegue sin hacer ruido.
Me duche con silencio y salí con la toalla en mi cintura.
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El Cuentista
El cuentista
Saki
Era una tarde calurosa y el vagón del tren también estaba caliente; la siguiente parada, Templecombe, estaba casi a una hora de distancia. Los ocupantes del vagón eran una niña pequeña, otra niña aún más pequeña y un niño también pequeño. Una tía, que pertenecía a los niños, ocupaba un asiento de la esquina; el otro asiento de la esquina, del lado opuesto, estaba ocupado por un hombre soltero que era un extraño ante aquella fiesta, pero las niñas pequeñas y el niño pequeño ocupaban, enfáticamente, el compartimiento. Tanto la tía como los niños conversaban de manera limitada pero persistente, recordando las atenciones de una mosca que se niega a ser rechazada. La mayoría de los comentarios de la tía empezaban por «No», y casi todos los de los niños por «¿Por qué?». El hombre soltero no decía nada en voz alta.
-No, Cyril, no -exclamó la tía cuando el niño empezó a golpear los cojines del asiento, provocando una nube de polvo con cada golpe-. Ven a mirar por la ventanilla -añadió.
El niño se desplazó hacia la ventanilla con desgana.
-¿Por qué sacan a esas ovejas fuera de ese campo? -preguntó.
-Supongo que las llevan a otro campo en el que hay más hierba -respondió la tía débilmente.
-Pero en ese campo hay montones de hierba -protestó el niño-; no hay otra cosa que no sea hierba. Tía, en ese campo hay montones de hierba.
-Quizá la hierba de otro campo es mejor -sugirió la tía neciamente.
-¿Por qué es mejor? -fue la inevitable y rápida pregunta.
-¡Oh, mira esas vacas! -exclamó la tía.
Casi todos los campos por los que pasaba la línea de tren tenían vacas o toros, pero ella lo dijo como si estuviera llamando la atención ante una novedad.
-¿Por qué es mejor la hierba del otro campo? -persistió Cyril.
El ceño fruncido del soltero se iba acentuando hasta estar ceñudo. La tía decidió, mentalmente, que era un hombre duro y hostil. Ella era incapaz por completo de tomar una decisión satisfactoria sobre la hierba del otro campo.
La niña más pequeña creó una forma de distracción al empezar a recitar «De camino hacia Mandalay». Solo sabía la primera línea, pero utilizó al máximo su limitado conocimiento. Repetía la línea una y otra vez con una voz soñadora, pero decidida y muy audible; al soltero le pareció como si alguien hubiera hecho una apuesta con ella a que no era capaz de repetir la línea en voz alta dos mil veces seguidas y sin detenerse. Quienquiera que fuera que hubiera hecho la apuesta, probablemente la perdería.
-Acérquense aquí y escuchen mi historia -dijo la tía cuando el soltero la había mirado dos veces a ella y una al timbre de alarma.
Los niños se desplazaron apáticamente hacia el final del compartimiento donde estaba la tía. Evidentemente, su reputación como contadora de historias no ocupaba una alta posición, según la estimación de los niños.
Con voz baja y confidencial, interrumpida a intervalos frecuentes por preguntas malhumoradas y en voz alta de los oyentes, comenzó una historia poco animada y con una deplorable carencia de interés sobre una niña que era buena, que se hacía amiga de todos a causa de su bondad y que, al final, fue salvada de un toro enloquecido por numerosos rescatadores que admiraban su carácter moral.
-¿No la habrían salvado si no hubiera sido buena? -preguntó la mayor de las niñas.
Esa era exactamente la pregunta que había querido hacer el soltero.
-Bueno, sí -admitió la tía sin convicción-. Pero no creo que la hubieran socorrido muy deprisa si ella no les hubiera gustado mucho.
-Es la historia más tonta que he oído nunca -dijo la mayor de las niñas con una inmensa convicción.
-Después de la segunda parte no he escuchado, era demasiado tonta -dijo Cyril.
La niña más pequeña no hizo ningún comentario, pero hacía rato que había vuelto a comenzar a murmurar la repetición de su verso favorito.
-No parece que tenga éxito como contadora de historias -dijo de repente el soltero desde su esquina.
La tía se ofendió como defensa instantánea ante aquel ataque inesperado.
-Es muy difícil contar historias que los niños puedan entender y apreciar -dijo fríamente.
-No estoy de acuerdo con usted -dijo el soltero.
-Quizá le gustaría a usted explicarles una historia -contestó la tía.
-Cuéntenos un cuento -pidió la mayor de las niñas.
-Érase una vez -comenzó el soltero- una niña pequeña llamada Berta que era extremadamente buena.
El interés suscitado en los niños momentáneamente comenzó a vacilar en seguida; todas las historias se parecían terriblemente, no importaba quién las explicara.
-Hacía todo lo que le mandaban, siempre decía la verdad, mantenía la ropa limpia, comía budín de leche como si fuera tarta de mermelada, aprendía sus lecciones perfectamente y tenía buenos modales.
-¿Era bonita? -preguntó la mayor de las niñas.
-No tanto como cualquiera de ustedes -respondió el soltero-, pero era terriblemente buena.
Se produjo una ola de reacción en favor de la historia; la palabra terrible unida a bondad fue una novedad que la favorecía. Parecía introducir un círculo de verdad que faltaba en los cuentos sobre la vida infantil que narraba la tía.
-Era tan buena -continuó el soltero- que ganó varias medallas por su bondad, que siempre llevaba puestas en su vestido. Tenía una medalla por obediencia, otra por puntualidad y una tercera por buen comportamiento. Eran medallas grandes de metal y chocaban las unas con las otras cuando caminaba. Ningún otro niño de la ciudad en la que vivía tenía esas tres medallas, así que todos sabían que debía de ser una niña extraordinariamente buena.
-Terriblemente buena -citó Cyril.
-Todos hablaban de su bondad y el príncipe de aquel país se enteró de aquello y dijo que, ya que era tan buena, debería tener permiso para pasear, una vez a la semana, por su parque, que estaba justo afuera de la ciudad. Era un parque muy bonito y nunca se había permitido la entrada a niños, por eso fue un gran honor para Berta tener permiso para poder entrar.
-¿Había alguna oveja en el parque? -preguntó Cyril.
-No -dijo el soltero-, no había ovejas.
-¿Por qué no había ovejas? -llegó la inevitable pregunta que surgió de la respuesta anterior.
La tía se permitió una sonrisa que casi podría haber sido descrita como una mueca.
-En el parque no había ovejas -dijo el soltero- porque, una vez, la madre del príncipe tuvo un sueño en el que su hijo era asesinado tanto por una oveja como por un reloj de pared que le caía encima. Por esa razón, el príncipe no tenía ovejas en el parque ni relojes de pared en su palacio.
La tía contuvo un grito de admiración.
-¿El príncipe fue asesinado por una oveja o por un reloj? -preguntó Cyril.
-Todavía está vivo, así que no podemos decir si el sueño se hará realidad -dijo el soltero despreocupadamente-. De todos modos, aunque no había ovejas en el parque, sí había muchos cerditos corriendo por todas partes.
-¿De qué color eran?
-Negros con la cara blanca, blancos con manchas negras, totalmente negros, grises con manchas blancas y algunos eran totalmente blancos.
El contador de historias se detuvo para que los niños crearan en su imaginación una idea completa de los tesoros del parque; después prosiguió:
-Berta sintió mucho que no hubiera flores en el parque. Había prometido a sus tías, con lágrimas en los ojos, que no arrancaría ninguna de las flores del príncipe y tenía intención de mantener su promesa por lo que, naturalmente, se sintió tonta al ver que no había flores para coger.
-¿Por qué no había flores?
-Porque los cerdos se las habían comido todas -contestó el soltero rápidamente-. Los jardineros le habían dicho al príncipe que no podía tener cerdos y flores, así que decidió tener cerdos y no tener flores.
Hubo un murmullo de aprobación por la excelente decisión del príncipe; mucha gente habría decidido lo contrario.
-En el parque había muchas otras cosas deliciosas. Había estanques con peces dorados, azules y verdes, y árboles con hermosos loros que decían cosas inteligentes sin previo aviso, y colibríes que cantaban todas las melodías populares del día. Berta caminó arriba y abajo, disfrutando inmensamente, y pensó: «Si no fuera tan extraordinariamente buena no me habrían permitido venir a este maravilloso parque y disfrutar de todo lo que hay en él para ver», y sus tres medallas chocaban unas contra las otras al caminar y la ayudaban a recordar lo buenísima que era realmente. Justo en aquel momento, iba merodeando por allí un enorme lobo para ver si podía atrapar algún cerdito gordo para su cena.
-¿De qué color era? -preguntaron los niños, con un inmediato aumento de interés.
-Era completamente del color del barro, con una lengua negra y unos ojos de un gris pálido que brillaban con inexplicable ferocidad. Lo primero que vio en el parque fue a Berta; su delantal estaba tan inmaculadamente blanco y limpio que podía ser visto desde una gran distancia. Berta vio al lobo, vio que se dirigía hacia ella y empezó a desear que nunca le hubieran permitido entrar en el parque. Corrió todo lo que pudo y el lobo la siguió dando enormes saltos y brincos. Ella consiguió llegar a unos matorrales de mirto y se escondió en uno de los arbustos más espesos. El lobo se acercó olfateando entre las ramas, su negra lengua le colgaba de la boca y sus ojos gris pálido brillaban de rabia. Berta estaba terriblemente asustada y pensó: «Si no hubiera sido tan extraordinariamente buena ahora estaría segura en la ciudad». Sin embargo, el olor del mirto era tan fuerte que el lobo no pudo olfatear dónde estaba escondida Berta, y los arbustos eran tan espesos que podría haber estado buscándola entre ellos durante mucho rato, sin verla, así que pensó que era mejor salir de allí y cazar un cerdito. Berta temblaba tanto al tener al lobo merodeando y olfateando tan cerca de ella que la medalla de obediencia chocaba contra las de buena conducta y puntualidad. El lobo acababa de irse cuando oyó el sonido que producían las medallas y se detuvo para escuchar; volvieron a sonar en un arbusto que estaba cerca de él. Se lanzó dentro de él, con los ojos gris pálido brillando de ferocidad y triunfo, sacó a Berta de allí y la devoró hasta el último bocado. Todo lo que quedó de ella fueron sus zapatos, algunos pedazos de ropa y las tres medallas de la bondad.
-¿Mató a alguno de los cerditos?
-No, todos escaparon.
-La historia empezó mal -dijo la más pequeña de las niñas-, pero ha tenido un final bonito.
-Es la historia más bonita que he escuchado nunca -dijo la mayor de las niñas, muy decidida.
-Es la única historia bonita que he oído nunca -dijo Cyril.
La tía expresó su desacuerdo.
-¡Una historia de lo menos apropiada para explicar a niños pequeños! Ha socavado el efecto de años de cuidadosa enseñanza.
-De todos modos -dijo el soltero, cogiendo sus pertenencias y dispuesto a abandonar el tren-, los he mantenido tranquilos durante diez minutos, mucho más de lo que usted pudo.
«¡Infeliz! -se dijo mientras bajaba al andén de la estación de Templecombe-. ¡Durante los próximos seis meses esos niños la asaltarán en público pidiéndole una historia impropia!»
FIN
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Push it on me
Las paredes blancas son los fríos muros que rodean una leve llama. De nuevo me levanté y volví a verlas. Largas superficies planas y lisas, de un blanco impoluto, más claro que la nieve, más liso que el hielo. La luz de la mañana rebotaba por todos lados, sintiéndome inundado por una claridad abrumadora. Tan fuerte era la luz que abrir los ojos me costaba el doble de lo que me habría costado de encontrarme en mi propia cama. Con los ojos doloridos por una luz tan fuerte, la memoria muscular aun hacía que se me cerrasen, volví a ver aquellas hojas que caían elegantemente y que surgían del tronco incrustado en aquella árida mezcla de cortezas de pino y tierra que formaban el contenido del tiesto color naranja. El escritorio de madera clara con diferentes papeles, libretas y libros se me aparecía como un señor mayor que sentado en un banco observa pasar a los caminantes, como un roble centenario que es testigo del paso del tiempo, del paso de diferentes generaciones de paseantes y de quienes se sentaron bajo sus ramas para apaciguar el duro calor del verano. Ese mismo calor entraba por la ventana abierta. No era aún verano por lo que no sudaba, pero los rayos de sol caían sobre mí, y yo sabiendo que eso me produciría dolor de cabeza me gire hacia el otro lado de la cama. La silla frente al escritorio era el maniquí de nuestras ropas. Un montón indefinido de pantalones y camisetas, ropa interior y cinturones que descansaban sobre el respaldo. Probablemente colocados esta mañana por ella, que habrá tenido que recogerlos de uno en uno del antiguo suelo de la habitación.
Me observé a mí mismo. Desnudo, mi pie izquierdo seguía cubierto por las sábanas blancas. La cama era grande, podía hacer como los niños que hacen ángeles en la nieve, y de hecho así me estiraba para empezar a despertar los músculos e intentar reducir al máximo los efectos físicos y mentales de la resaca. De hecho, el dolor de la resaca era el menor de mis problemas. El problema era volver a levantarme en aquella casa, en aquella habitación y en aquella cama.
La fiesta que me llevó a aquello empezó pronto. De hecho, para mí empezó a las 6 de la tarde. Al salir de la uni como muchos jueves algún grupo o asociación de mierda había organizado lo que llaman “cervesada popular” en la que nosotros éramos más proletarios que los organizadores[1]. Mis amigos y yo compramos en el mercadona a cinco minutos de la fiesta los packs de 6 cervezas a 47 céntimos la lata, cuatro packs uno por persona. Y por eso que a las 6:30 ya estábamos la mayoría desaparecidos de nuestro grupo originario. Algunos como siempre se fueron pronto porque tenían que “estudiar”, otros se empezaron a hacer amigos de diferentes desconocidos, gente de ADE, de ciencias políticas, de sanidad… Incluso yo mismo hice esto, es verdad que mis ellos normalmente me abandonan al final, bueno mejor dicho yo les abandono inconscientemente, porque me convierto en una persona social y me hago amigo de quien sea. Desaparece el misántropo para que aparezca el amigo de mi amigo es mi amigo. Al principio de la tarde, cuando borracho ya con un par de latas (sí el alcohol me sube muy rápido y eso que eran 6 para cada uno) empecé a hablar a gente desconocida mis amigos reconocieron mi comportamiento y empezaron a olvidarse de mí. Esto es lo habitual, el problema es que ellos tenían la cerveza. La tarde se convirtió en dar vueltas de un lado a otro. Modificado mi comportamiento por el alcohol, mis capacidades motrices se redujeron considerablemente, creando un espectáculo de gritos, saltos y carreras cada vez que se acababa mi lata, lo que os puedo adelantar, era muy rápido. Conocí a mucha gente, probablemente más de la que recuerde. Pijas de ADE que alucinaban ante un futuro muerto de hambre de humanidades, perroflautas de economía, estudiantes de intercambio que no saben que es la Cup, andorranos hippies, porreros pijos, un verdadero pastiche. Tal vez la mezcla no es tan exagerada, sino que lo loco es mi comportamiento. Realmente es lo más normal considerando que mi cerebro estaba intoxicado por la barata cerveza del mercadona. Al llegar el punto en el que el mundo empieza a aparecerse borroso y todo se te aparece como un continuo movimiento sin origen ni final, cuando te sientes parte de un flujo ininterrumpido de acciones, cuando la gente ya no te preocupa y sabes que estás dando la nota y todo el mundo te mira sabiendo que eres el borracho del momento, es cuando te das cuenta que tienes que coger el metro, aguantar como puedas para no mearte encima e irte a tu casa.
Esta fue solo la primera parte de la historia. Una vez abandonado desde hace rato por mis amigos y borracho como una cuba, emprendí el camino hacia la estación. El mundo se tambaleaba de lado a lado, debía de ser Arquímedes tocando los huevos con su palanquita. Notaba el frio en mis extremidades, pero realmente la temperatura no me afectaba, sabía que si no me abrigaba probablemente me resfriaría, y por lo tanto me abroché hasta arriba, pero tampoco era necesario dada mi condición. La sorpresa surgió a medio camino entre la fiesta y el metro. Sin darme cuenta le había escrito, no sé si había sido yo, alguno de mis amigos, o el resultado de una conversación con algunas de las personas que se habían convertido en mis confidentes durante la tarde. El problema no era el mensaje, porque no lo había, lo que había era una nota de voz, un puto audio. Lógicamente cuando estas borrachos dices tonterías y es por esto que los audios no se deben escuchar nunca nunca después de una borrachera, pero mucho menos durante el momento en el que sigues borracho. Lo jodido es que ella me había respondido con: —hay fiesta en mi piso—. Mi perdición. En aquel momento pensando más con el pene, o un sucedáneo de la locura, la mente borracha, cambié de ruta y me dirigí hacia su piso. El camino se me hizo cortísimo. Las intenciones con las que me había contestado eran las mismas con las que me dirigí hacia su casa. Aun así, a día de hoy no sé qué le dije en el audio ni lo quiero saber. Por lo tanto, tampoco sé porque me contestó así. La cosa es que a las 9:30 ya me encontraba abriendo la puerta del portal como había hecho tantas veces; a la vez que estiras hacia ti pegas una patada en la esquina izquierda en el mismo lado que la cerradura. Ella sabía que conocía el truco así que no nos enviamos más mensajes. Al llegar al tercer piso piqué al timbre por los menos 6 veces y con razón, ¿en las fiestas cuanta gente está pendiente de la puerta? y realmente como coño van a escuchar el timbre si la música está a toda hostia. De pura casualidad alguien me abrió, no recuerdo ni siquiera quien fue, lo único que me viene a la mente es correr hacia el lavabo donde dos se estaban magreando nivel extremo y que al entrar yo en vez de irse pretendían echarme, pero la naturaleza de mi urgencia era mucho más poderosa que sus ganas de follar, por lo que al final conseguí echarlos. Después de mear parecía que incluso me había desintoxicado un poco hasta que justo al abrir la puerta alguien puso otra lata fría en mi mano, y dándome cuenta que estaba allí bebí, bebí como se bebe una vez ya estas borracho, como si fuese agua. Sonaba Eating like a kid de Makeout Videotape (esperamos que el lector se ponga la canión mientras lee para meterse en el ambiente). Humo de Marlboro, parejas que se arriman y magrean en cualquier lugar, vans manchadas con agujero arriba, Levi’s de segunda mano rotos, los típicos porreros en el balcón, ceniceros que ya no son más que esculturas de arte moderno formadas por mil colillas, latas de cerveza vacías y estrujadas encima de la mesa y por el suelo, paquetes de tabaco también arrugado y acabados, el borracho que intenta liarse un cigarro en medio de todo el panorama y yo. Con el mareo del alcohol que ahora se vería aumentado por la cerveza que ya me había acabado, intenté dirigirme a un lugar donde poder sentarme. El sofá estaba ocupado por parejas dándose filete intensamente, un borracho a punto de caramelo para la pali, y a su lado un amigo con aspecto de autista gracias a algún hongo que le han pasado.
Al final la vi, salió de una habitación con un cigarro en la boca, típico de ella, dejarse el maldito Marlboro que se pega a tu labio cuando se te seca y que después hacia que supiese a cáncer. Llevaba una camiseta de manga larga, cuello alto y apretada que al ser su única ropa hacía que se le marcasen más los pechos y los pezones. La verdad es que estaba buenísima, parecía que la camiseta estuviese hecha a medida para realzar su cuerpo, sus caderas, sus hombros y su cuello. Sus Levi’s 501 blancos favoritos que no faltaban nunca en ninguna de sus fiestas, y que tantas veces había desabrochado y quitado, tal vez los conocía yo mejor que ella. Y como siempre sus vans negras también con suela negra. En una mano una lata de cerveza, la otra servía para quitarse el cigarrillo de la boca y tirar la ceniza al suelo o para apoyar su palma en la cadera. Con esa postura de modelo se presentó frente a mí. No me podía imaginar lo que pasaba por su mente, tal vez me hizo ir para definitivamente mandarme a la mierda gracias al impulso del alcohol y el buen ambiente de la fiesta, a lo mejor quería hacerlo simbólicamente, enrollándose con otro tío delante mío. Como el humo tapaba su cara no podía ver exactamente su mirada, no sabía si me odiaba, si quería gritarme, si quería realmente decirme adiós definitivamente o si quería lanzarse a mí. Como habréis leído al principio fue esta última. Lo que realmente fueron dos segundos se me hizo eterno, no sabía dónde meterme, decirle hola y seguir caminando por la fiesta, hablarle al oído contándole una tontería, hacer como si nada e ir a por otra cerveza, o como realmente deseábamos los dos lanzarme directamente.
Como sabéis por el inicio los dos nos tiramos a la boca del otro. Realmente ninguno de nosotros sabía si eso era lo que queríamos, pero era lo que hacíamos habitualmente. Alguien podría decir que inconscientemente el impulso sexual es el que nos gobierna y más cuando estamos acostumbrados a dejarnos a llevar por él. Pero esto era diferente porque no sabíamos si en nuestro interior queríamos seguir viéndonos, siquiera existiendo el uno para el otro, pero el único tipo de relación que conocíamos era sexual. Los dos creíamos que lo lógico sería que no nos separamos definitivamente, pero mi nota de audio y su mensaje invitándome decían lo contrario. Cualquier persona diría que nuestra relación solo nos hacía daño a los dos y que lo mejor sería separarse, porque seamos realistas, lo único que nos causaba era dolor. Una o dos veces a la semana nos veíamos para follar, cuando había fiestas más. Habíamos intentado iniciar una relación, pero no funcionaba, solo funcionábamos en la cama. Como personas somos opuestos, no porque no tengamos cosas en común, nuestra personalidad es contraria, o tal vez tan igual que no podemos estar juntos. Todas las veces que intentamos que surgiese algo uno de los dos la caga. O yo no soy lo suficientemente atento o ella es demasiado pesada, o uno de los dos se lía con otro, como respuesta a esto y se rompe la confianza… la cosa es que no podíamos compartir una vida. Pero teníamos un problema que como veis aún está presente, no podemos parar de follar. Nuestra relación sentimental se fue debilitando y ahora solo queda el sexo. Por eso digo que todo el mundo pensará que esto se tiene que terminar. Al tener esta especie de relación basada en nuestros cuerpos aún estamos atrapados en una especie de unión extraña. Ella aún tiene una parte de mí en su corazón y yo una parte de ella en el mío. Realmente no es que solo estemos juntos por el sexo, es que no sabemos cómo tratar nuestros sentimientos y la única manera que sabemos de estar juntos es follando. Triste diréis, pero más triste seria que ella se fuese de mi vida, y si esa es la única manera de poder tenerla a mi lado, y la única manera de estar juntos es como seguiré relacionándome con ella.
Empezamos a enrollarnos, ella seguía con el maldito cigarro en la mano y de vez en cuando seguía dándole caladas. Con la borrachera que llevaba todo se me hacía más visceral. La rodeaba con mis brazos, una tocándole el culo, y otra apretándola contra mí. Ella me cogía de la cabeza y no me dejaba marchar. No solo era yo el que tenía ganas de su saliva, ella también. No sé como pero llegamos al sofá. Ahora la pareja que se daba filete éramos nosotros. El de la pali ya no estaba y ahora solo quedamos dos parejas restregándonos y metiéndonos la lengua hasta la garganta. Me encantaba y me sigue encantando la fuerza sexual que tiene. En esos momentos parece que esté poseída y que se lance a matarte, pero es aún mejor que tú contrataques porque eso le pone más. De alguna manera seguía teniendo el maldito cigarro, igual que yo tenía otra lata de cerveza encima de la mesa a la que de vez en cuando le pegaba un trago para refrescar la boca después de toda la saliva. Cada vez que le besaba el cuello aprovechaba para darle una calada. La mezcla de sabores, cerveza, saliva, Marlboro, colonia de su cuello me mareaban y la única solución era seguir bebiendo, seguir liándose, finalmente follar y dormir con ella. Con todo lo que llevábamos encima llegamos a la habitación en la que me he despertado, medio tirados por el suelo, medio dormidos pero muy muy borrachos y aún más salidos. Se quitó la camiseta y por fin pude ver sus tetas, aunque al estar tan calientes eso ya daba igual, lo importante era meterla y que se la metieran. Una vez más mis manos se pelearon con el botón de sus Levi’s favoritos, también hay que decir que el alcohol no ayudaba en eso. Pero ella me paró, no me dejaba quitárselos hasta que ella me quitase a mí también la camiseta. Espero que no suene mal pero tampoco sé que ven las mujeres en nosotros, si mi torso parece una especie de tabla donde se cortan las verduras para hacer el sofrito, mientras que ella parece esculpida por un verdadero dios, con unas líneas y curvas más perfectas que cualquier parte de mi cuerpo. Ahora si conseguí desabrochar el maldito botón y le quité rápidamente los pantalones y de nuevo, antes de que le quitara el tanga de lencería, me tiró de un empujón a la cama y ella sí me quitó los pantalones fácilmente. Antes de seguir desnudándonos, aunque poca ropa llevábamos ya encima, nos paramos para besarnos una vez más. A continuación, nos quitamos lo que quedaba y follamos. Tal vez hicimos el amor, tal vez no solo follamos, a lo mejor sí que de esta manera estamos expresando nuestro amor por el otro. Es cierto que es la manera más triste que existe de decirse te quiero, pero es la única manera en la que nos lo sabemos decir. Y así fue como me desperté una vez más bajo la mirada de esas paredes blancas y en su cama, y como una vez más me arrepentí de haber follado, pero por otro lado me alegré de haber estado más rato a su lado y sobre todo de haber sentido algo por ella realmente y notar que ella también lo sentía por mi.
[1] Normalmente los grupos que crean este tipo de fiestas son asociaciones que digamos no tienen miedo de mostrar su cara más colorada.
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«El cuentista», Saki.
Era una tarde calurosa y el vagón del tren también estaba caliente; la siguiente parada, Templecombe, estaba casi a una hora de distancia. Los ocupantes del vagón eran una niña pequeña, otra niña aún más pequeña y un niño también pequeño. Una tía, que pertenecía a los niños, ocupaba un asiento de la esquina; el otro asiento de la esquina, del lado opuesto, estaba ocupado por un hombre soltero que era un extraño ante aquella fiesta, pero las niñas pequeñas y el niño pequeño ocupaban, enfáticamente, el compartimiento. Tanto la tía como los niños conversaban de manera limitada pero persistente, recordando las atenciones de una mosca que se niega a ser rechazada. La mayoría de los comentarios de la tía empezaban por «No», y casi todos los de los niños por «¿Por qué?». El hombre soltero no decía nada en voz alta.
-No, Cyril, no -exclamó la tía cuando el niño empezó a golpear los cojines del asiento, provocando una nube de polvo con cada golpe-. Ven a mirar por la ventanilla -añadió.
El niño se desplazó hacia la ventilla con desgana.
-¿Por qué sacan a esas ovejas fuera de ese campo? -preguntó.
-Supongo que las llevan a otro campo en el que hay más hierba -respondió la tía débilmente.
-Pero en ese campo hay montones de hierba -protestó el niño-; no hay otra cosa que no sea hierba. Tía, en ese campo hay montones de hierba.
-Quizá la hierba de otro campo es mejor -sugirió la tía neciamente.
-¿Por qué es mejor? -fue la inevitable y rápida pregunta.
-¡Oh, mira esas vacas! -exclamó la tía.
Casi todos los campos por los que pasaba la línea de tren tenían vacas o toros, pero ella lo dijo como si estuviera llamando la atención ante una novedad.
-¿Por qué es mejor la hierba del otro campo? -persistió Cyril.
El ceño fruncido del soltero se iba acentuando hasta estar ceñudo. La tía decidió, mentalmente, que era un hombre duro y hostil. Ella era incapaz por completo de tomar una decisión satisfactoria sobre la hierba del otro campo.
La niña más pequeña creó una forma de distracción al empezar a recitar «De camino hacia Mandalay». Sólo sabía la primera línea, pero utilizó al máximo su limitado conocimiento. Repetía la línea una y otra vez con una voz soñadora, pero decidida y muy audible; al soltero le pareció como si alguien hubiera hecho una apuesta con ella a que no era capaz de repetir la línea en voz alta dos mil veces seguidas y sin detenerse. Quienquiera que fuera que hubiera hecho la apuesta, probablemente la perdería.
-Acérquense aquí y escuchen mi historia -dijo la tía cuando el soltero la había mirado dos veces a ella y una al timbre de alarma.
Los niños se desplazaron apáticamente hacia el final del compartimiento donde estaba la tía. Evidentemente, su reputación como contadora de historias no ocupaba una alta posición, según la estimación de los niños.
Con voz baja y confidencial, interrumpida a intervalos frecuentes por preguntas malhumoradas y en voz alta de los oyentes, comenzó una historia poco animada y con una deplorable carencia de interés sobre una niña que era buena, que se hacía amiga de todos a causa de su bondad y que, al final, fue salvada de un toro enloquecido por numerosos rescatadores que admiraban su carácter moral.
-¿No la habrían salvado si no hubiera sido buena? -preguntó la mayor de las niñas.
Esa era exactamente la pregunta que había querido hacer el soltero.
-Bueno, sí -admitió la tía sin convicción-. Pero no creo que la hubieran socorrido muy deprisa si ella no les hubiera gustado mucho.
-Es la historia más tonta que he oído nunca -dijo la mayor de las niñas con una inmensa convicción.
-Después de la segunda parte no he escuchado, era demasiado tonta -dijo Cyril.
La niña más pequeña no hizo ningún comentario, pero hacía rato que había vuelto a comenzar a murmurar la repetición de su verso favorito.
-No parece que tenga éxito como contadora de historias -dijo de repente el soltero desde su esquina.
La tía se ofendió como defensa instantánea ante aquel ataque inesperado.
-Es muy difícil contar historias que los niños puedan entender y apreciar -dijo fríamente.
-No estoy de acuerdo con usted -dijo el soltero.
-Quizá le gustaría a usted explicarles una historia -contestó la tía.
-Cuéntenos un cuento -pidió la mayor de las niñas.
-Érase una vez -comenzó el soltero- una niña pequeña llamada Berta que era extremadamente buena.
El interés suscitado en los niños momentáneamente comenzó a vacilar en seguida; todas las historias se parecían terriblemente, no importaba quién las explicara.
-Hacía todo lo que le mandaban, siempre decía la verdad, mantenía la ropa limpia, comía budín de leche como si fuera tarta de mermelada, aprendía sus lecciones perfectamente y tenía buenos modales.
-¿Era bonita? -preguntó la mayor de las niñas.
-No tanto como cualquiera de ustedes -respondió el soltero-, pero era terriblemente buena.
Se produjo una ola de reacción en favor de la historia; la palabra terrible unida a bondad fue una novedad que la favorecía. Parecía introducir un círculo de verdad que faltaba en los cuentos sobre la vida infantil que narraba la tía.
-Era tan buena -continuó el soltero- que ganó varias medallas por su bondad, que siempre llevaba puestas en su vestido. Tenía una medalla por obediencia, otra por puntualidad y una tercera por buen comportamiento. Eran medallas grandes de metal y chocaban las unas con las otras cuando caminaba. Ningún otro niño de la ciudad en la que vivía tenía esas tres medallas, así que todos sabían que debía de ser una niña extraordinariamente buena.
-Terriblemente buena -citó Cyril.
-Todos hablaban de su bondad y el príncipe de aquel país se enteró de aquello y dijo que, ya que era tan buena, debería tener permiso para pasear, una vez a la semana, por su parque, que estaba justo afuera de la ciudad. Era un parque muy bonito y nunca se había permitido la entrada a niños, por eso fue un gran honor para Berta tener permiso para poder entrar.
-¿Había alguna oveja en el parque? -preguntó Cyril.
-No -dijo el soltero-, no había ovejas.
-¿Por qué no había ovejas? -llegó la inevitable pregunta que surgió de la respuesta anterior.
La tía se permitió una sonrisa que casi podría haber sido descrita como una mueca.
-En el parque no había ovejas -dijo el soltero- porque, una vez, la madre del príncipe tuvo un sueño en el que su hijo era asesinado tanto por una oveja como por un reloj de pared que le caía encima. Por esa razón, el príncipe no tenía ovejas en el parque ni relojes de pared en su palacio.
La tía contuvo un grito de admiración.
-¿El príncipe fue asesinado por una oveja o por un reloj? -preguntó Cyril.
-Todavía está vivo, así que no podemos decir si el sueño se hará realidad -dijo el soltero despreocupadamente-. De todos modos, aunque no había ovejas en el parque, sí había muchos cerditos corriendo por todas partes.
-¿De qué color eran?
-Negros con la cara blanca, blancos con manchas negras, totalmente negros, grises con manchas blancas y algunos eran totalmente blancos.
El contador de historias se detuvo para que los niños crearan en su imaginación una idea completa de los tesoros del parque; después prosiguió:
-Berta sintió mucho que no hubiera flores en el parque. Había prometido a sus tías, con lágrimas en los ojos, que no arrancaría ninguna de las flores del príncipe y tenía intención de mantener su promesa por lo que, naturalmente, se sintió tonta al ver que no había flores para coger.
-¿Por qué no había flores?
-Porque los cerdos se las habían comido todas -contestó el soltero rápidamente-. Los jardineros le habían dicho al príncipe que no podía tener cerdos y flores, así que decidió tener cerdos y no tener flores.
Hubo un murmullo de aprobación por la excelente decisión del príncipe; mucha gente habría decidido lo contrario.
-En el parque había muchas otras cosas deliciosas. Había estanques con peces dorados, azules y verdes, y árboles con hermosos loros que decían cosas inteligentes sin previo aviso, y colibríes que cantaban todas las melodías populares del día. Berta caminó arriba y abajo, disfrutando inmensamente, y pensó: «Si no fuera tan extraordinariamente buena no me habrían permitido venir a este maravilloso parque y disfrutar de todo lo que hay en él para ver», y sus tres medallas chocaban unas contra las otras al caminar y la ayudaban a recordar lo buenísima que era realmente. Justo en aquel momento, iba merodeando por allí un enorme lobo para ver si podía atrapar algún cerdito gordo para su cena.
-¿De qué color era? -preguntaron los niños, con un inmediato aumento de interés.
-Era completamente del color del barro, con una lengua negra y unos ojos de un gris pálido que brillaban con inexplicable ferocidad. Lo primero que vio en el parque fue a Berta; su delantal estaba tan inmaculadamente blanco y limpio que podía ser visto desde una gran distancia. Berta vio al lobo, vio que se dirigía hacia ella y empezó a desear que nunca le hubieran permitido entrar en el parque. Corrió todo lo que pudo y el lobo la siguió dando enormes saltos y brincos. Ella consiguió llegar a unos matorrales de mirto y se escondió en uno de los arbustos más espesos. El lobo se acercó olfateando entre las ramas, su negra lengua le colgaba de la boca y sus ojos gris pálido brillaban de rabia. Berta estaba terriblemente asustada y pensó: «Si no hubiera sido tan extraordinariamente buena ahora estaría segura en la ciudad». Sin embargo, el olor del mirto era tan fuerte que el lobo no pudo olfatear dónde estaba escondida Berta, y los arbustos eran tan espesos que podría haber estado buscándola entre ellos durante mucho rato, sin verla, así que pensó que era mejor salir de allí y cazar un cerdito. Berta temblaba tanto al tener al lobo merodeando y olfateando tan cerca de ella que la medalla de obediencia chocaba contra las de buena conducta y puntualidad. El lobo acababa de irse cuando oyó el sonido que producían las medallas y se detuvo para escuchar; volvieron a sonar en un arbusto que estaba cerca de él. Se lanzó dentro de él, con los ojos gris pálido brillando de ferocidad y triunfo, sacó a Berta de allí y la devoró hasta el último bocado. Todo lo que quedó de ella fueron sus zapatos, algunos pedazos de ropa y las tres medallas de la bondad.
-¿Mató a alguno de los cerditos?
-No, todos escaparon.
-La historia empezó mal -dijo la más pequeña de las niñas-, pero ha tenido un final bonito.
-Es la historia más bonita que he escuchado nunca -dijo la mayor de las niñas, muy decidida.
-Es la única historia bonita que he oído nunca -dijo Cyril.
La tía expresó su desacuerdo.
-¡Una historia de lo menos apropiada para explicar a niños pequeños! Ha socavado el efecto de años de cuidadosa enseñanza.
-De todos modos -dijo el soltero cogiendo sus pertenencias y dispuesto a abandonar el tren-, los he mantenido tranquilos durante diez minutos, mucho más de lo que usted pudo.
«¡Infeliz! -se dijo mientras bajaba al andén de la estación de Templecombe-. ¡Durante los próximos seis meses esos niños la asaltarán en público pidiéndole una historia impropia!».
Autor: Saki
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Análisis/Ensayo final
Es interesante pensar qué rápido pasa el tiempo y ya estamos en el paso final de este semestre, una mitad de las proyectos finales se entregan este 26 de Junio y la otra mitad el 1 de Julio, y, como siempre, dejé todo a último momento, este es el primer proyecto final que estoy empezando y aunque en mi mente me sienta “presionado” no me arrepiento de nada, no es la primera vez que hago esto, y de hecho yo trabajo mucho mejor bajo presión.
Es bastante triste que una gran parte de este semestre se haya desarrollado en línea, sé que es inevitable pero siento como si acabara de perder un valioso semestre de mi vida, un semestre menos que mis padres me mantendrán y que no aproveché :c, en fin, no es que yo pudiera hacer algo para cambiar esto y quejarse no sirve de nada, lo único que realmente espero y deseo es que el próximo semestre realmente podamos volver a clases normales, ya es suficientemente malo que se haya movido nuestra fecha de regreso hasta Septiembre.
En las indicaciones para este análisis final se menciona que “El tema es libre, pero se debe retomar alguno de los temas vistos en clase”, y en realidad hay varios temas que me gustaron mucho, varios que me gustaría retomar y opinar sobre ellos, aunque si tuviera que elegir uno para ser retomado sería...
Desde lo personal, a mí no me gusta escribir palabras técnicas y complicadas, siempre me he expresado de manera súper coloquial pues cuando leo algo, si está escrito de esa manera me siento más a gusto y al final se hace súper ligero, no parece que estás leyendo, más bien que conversas con un amigo (quizá por esa razón odio tanto la historia y sigo sin comprender el afán de hacerla parecer complicada con sus tontas palabras técnicas y aburrida narrativa), por esa razón mis escritos siempre son así, tocando algo personal y dejando una parte de mí ahí, después de todo eso nos hace artistas, ¿No es así? Un texto técnico lo puede escribir cualquier robot.
Me gustaría comenzar escribiendo acerca de este tema con un título que usé el semestre pasado y creo que se quedó flotando en mi mente por mucho tiempo.
Youtube: La plataforma que no premia la calidad.
Y es que al final esto se enfocará más a una crítica, si hay algo de lo que puedo hablar sin parar es precisamente de esta maravillosa plataforma, es como si por cada cosa buena que tiene actualmente tuviera 3 malas, y mientras pasa el tiempo esto empeora más y más, no es que sea un experto en el tema, no es como que conscientemente la haya visto aparecer y crecer como quizá algunas personas más grandes que yo sí lo hicieron, presenciaron como se viralizaba, poco a poco crecía, se hacía una industria millonaria para terminar cayendo en las manos de otra persona ambiciosa con ganas de hacerse más rica a costa de destruir el principal objetivo para lo que esta fue creada en un principio, y como todo en este mundo se volvió un monopolio para personas ambiciosas, y sí, muchas personas apreciaron estos cambios y estos problemas por sí mismos, sobre todo los primeros creadores de contenido pues ellos sufrieron cada cambio.
Es normal que me decepcione todo lo que ha estado sucediendo con Youtube poco a poco, aunque ¿Porqué me importaría? Después de todo no me afecta ¿No?. Desde que yo era chico siempre tuve gran admiración a las personas que salían en la televisión, los actores, presentadores, personas importantes y reconocidas, ganadores de óscares, directores de cine, escritores, físicos, ganadores de premios nobel, todos tenían algo de qué presumir, todos serían recordados por algo; Aquí hago una pequeña pausa para decir una frase que desde niño siempre me repetía: “La gente no muere cuando desaparece de este mundo, muere cuando es olvidada” (y no, no es una referencia a Coco, esto lo sabía mucho antes que esta película existiera), cuando crecí un poco más me gustaba mucho pensar así, me gustaba pensar que si me esforzaba lo suficiente podría lograr grandes cosas, hacer una diferencia, ser recordado por algo, qué fácil es decirlo, nunca he sido realmente bueno en nada y tampoco he dedicado el tiempo suficiente a una cosa en específico para poder decir que me vuelto tan bueno en ello logrando ser un ejemplo a seguir, para servir de inspiración a alguien, y así decaían mis ganas de marcar una diferencia conforme pasaba el tiempo ¿Y si realmente yo no era especial en este mundo como creía? Así mis crisis existenciales comenzaron, hasta que hace algunos años, llegó mi inspiración y me di cuenta de algo interesante, si mi vida sería un desperdicio, si realmente no haría una diferencia ¿Qué perdía intentándolo? Después de todo, ser alguien más del montón es lo peor que podía pasar para mí, no podía caer más bajo, entonces no pierdo nada intentando no serlo.
Mis palabras pueden parecer extrañas, pero así es, por alguna razón siempre he querido sobresalir en todo y jamás he podido hacerlo en nada ¿Falta de dedicación? ¿Esfuerzo? Seguramente, aunque yo seguía culpando a la vida por no darme ningún talento... Pero ¿Y si sí tenía un talento? No he hecho lo suficiente para descubrirlo, no me he explotado lo suficiente para saberlo, probé varias cosas que me fueron llamando la atención conforme crecía, Taekwondo, Natación (en la cual me llamaron para que compitiera representando a mi escuela pero decidí rechazar por miedo ¡¡¡Y luego decía que no destacaba por mi falta de talento!!! ¡¡¡AHHHH!!!), Fútbol, Piano, Medicina, Arquitectura, Dibujo, y realmente sin esperarlo (porque llegaron unos encuestadores a aplicar un examen de ortografía y redacción a toda mi secundaria sin razón aparente) quedé en primer lugar, oh vaya, era la primera vez que ganaba un premio / reconocimiento en algo, no creo que podría decirse que tenía algún talento en eso realmente, pues, aunque no estudié para ese examen y quedé en el primer lugar, en esos tiempos leía muchísimo y me enteré que eso influyó demasiado, aún así, de esa manera elegí la primera cosa que me tomaría enserio; Ser escritor. Escribí muchas historias, cosas que me gustaban, pequeños recopilatorios de anécdotas (siempre me ha gustado contar cosas de mi vida y siempre me pasan estupideces grandes porque soy un estúpido en potencia) intenté mejorar conforme escribía, según yo creaba mejores cada vez cosas hasta que... Se interpuso mi primer obstáculo, intenté mandar estas historias a editoriales grandes, según yo sería elegido instantáneamente pues determinaba a mis propias historias buenísimas, jamás recibía respuesta y finalmente le mostré muy emocionado una persona de aquellos tiempos de secundaria mi trabajo “No suena tan chido” “¿Crees que esto lo elegiría un editora tan grande? Ellas buscan historias buenas” Ojalá no hubiera decidido tirar todo mi esfuerzo a la basura, pero lo hice, literalmente.
Creo que me estoy enrollando y saliendo del tema ya muchísimo, pero es necesario para llegar al punto que quiero llegar xd. En fin, que llegué a la preparatoria para hacer algunos proyectos relacionados con la especialidad que elegí, y en uno de ellos me di cuenta... Había algo que realmente me gustaba, y hasta la fecha creo que no tengo el talento para hacerlo, pero me gustaría esforzarme lo suficiente para lograrlo: Dirigir una película. Se lo comenté a unos amigos y... Oh vaya que estaban impresionados, me apoyaron, me dijeron que valía la pena y hasta hacían chistes tipo: “Cuando dirijas tu película yo quiero el papel de conserje” ¿Cómo lograría este proyecto? No sé nada de cine, no sé nada de fotografía, no sé nada de medio audiovisuales...
Así entré en el hermoso mundo de Youtube, la única manera que una persona se experimente en algún tema es tocándolo mucho, comencé a dirigir mis propias minipelículas en proyectos personales, todo lo subía a Facebook y a Youtube, escribí pequeños guiones, me concentré en aprender a editar bien. finalmente me armé de valor y hablé frente a una cámara, fui formando una pequeña audiencia que creció a paso lento, pero era feliz, muy muy feliz, pareciera que siempre supe que quería ser una imagen pública, quiero tener una audiencia, quiero ser admirado y escuchado, quiero que la gente quiera chismear en mi vida, no es por el dinero, es por el conocimiento, la “fama”, es feo que lo piense así, ¿Verdad? Pues aún pienso así. Subí Gameplays un buen tiempo hasta que tuve mi primer video “conocido” con casi 30k vistas, así pude comenzar a monetizar un poquito ese canal y estaba con más fuerza que nunca subiendo videos, y así todo iba bien, crecía a paso lento pero era bonito ver los números aumentando de uno en uno, de dos en dos cada día, hasta que Youtube cambió sus algoritmos, y claro ¿Porqué recomendar algo que realmente no te está proporcionando grandes ganancias? Quizá estoy culpando del todo a Youtube pero también mi contenido no era tan constante y lo suficientemente “clickbait” que se necesita. De tener cientos y a veces miles de vistas en los videos, bajé a obtener 150 como máximo. Y hay algo que al nuevo algoritmo de Youtube le encanta, recomendar canales que constantemente suben videos, aquellos que suben un video todos los días les va cremita en la plataforma, mis ingresos principalmente no vienen de Youtube, además que soy estudiante, tengo cosas que hacer, y me gusta hacer un buen trabajo sobre todo tratándose de algo tan personal como mi canal de Youtube, así que la edición de un video completo como me gusta editarlos me lleva alrededor de 5 horas sin exagerar, jamás podía subir uno por día, tal vez podría subir 2 a la semana quitándome muchos gustitos y salidas que necesita alguien de mi edad y aún así eso no me asegura que a Youtube le valdré kk y mi video alcanzará apenas unas 70 vistas, definitivamente necesito aprender a hacer clickbait.
Hay una frase muy buena que me gusta decir y según yo inventé, en realidad no sé si alguien anteriormente la haya dicho o registrado, pero me da flojera investigarlo: “Todo está mal, y te estás quejando, pero ¿Qué estás haciendo para cambiarlo?” esto también lo aplico conmigo mismo: Si digo que Youtube está tan basura hoy en día promocionando contenido engañoso y clickbait, haciendo tendencias cosas tan básicas, poco trabajadas y carentes de sentido o gracia ¿Porqué lo sigo intentando en la plataforma? Hay una cosa que me mantiene en esta plataforma y que me mantendrá inspirado subiendo videos los 5 años que dure la carrera esperando que algún día algún video “pegue”, la plataforma puede ir mal y lo que tú quieras, pero yo de alguna manera quiero tener una audiencia propia y poder conectar con ella, no quiero tener detrás mío un jeje, un dueño de una televisora que me diga qué debo hacer y qué no, quiero mantener mi personalidad, no quiero ser un títere de esos que hablan de chismes y basura por la televisión, como dije al principio, quiero lograr un cambio y hasta la fecha no he perdido mi objetivo desde que era niño, me gustaría poder darme a conocer, revivir aquellas historias que quemé de niño, que la gente conozca mi nombre y poder dar un buen mensaje, influenciar a un grupo de personas, provocar un cambio y así ser recordado, hay una simple cosa por la que preferiría mil veces más ser famoso en Youtube antes que en una televisora, en Youtube puedo ser autodidacta, no necesito un talento para lograr lo que me gusta simplemente mucho esfuerzo, experiencia para entender cómo funciona esto y un poco de suerte, nunca me ha gustado realizar un mismo trabajo con varias personas porque no me suelen gustar sus métodos y me siento incómodo cuando a ellos no les gustan los míos. me gusta trabajar solo, me gusta hacer las cosas a mi manera y en Youtube siento que puedo ser así, trabajar por mí y para mí, sin necesidad de un jefe, órdenes ni restricciones, y este fue el objetivo de Youtube desde un principio y poco a poco se va perdiendo, tristemente ahora existen empresas logrando grandes cosas en el mismo Youtube que le quitan esa esencia y objetivo que cargaba desde un principio, pero claro, como a Yt le genera muchísimo dinero no dice nada, como cualquier corporativo ve más por el lado del dinero, es normal, pero eso no significa que deje de ser triste. Ahora que se sabe porqué me afecta directamente todo esto que mencionaré, remataré lo que empecé: Cosas que me molestan de Youtube:
Es normal que una empresa quiera dar la mejor imagen a quienes les otorgan ganancias, que como tal no son los Youtubers si no los anunciantes, los que pagan porque sus anuncios estén en cada video dependiendo del contenido que estés consumiendo, pero esto a Youtube lo lleva a un extremo EXCESIVO en el que querer dar la mejor imagen se trata de un contenido de televisora, repetitivo, sin groserías ni ninguna opinión que pueda “ofender a nadie” (aunque hoy en día las personas se ofenden por cualquier cosa), es más, el mismo Youtube es el que no está siendo inclusivo con temas relevantes, ya que no permite que en sus videos se diga la palabra “Gay, lesbiana, covid19, violación, aborto etc.” no dice abiertamente que está prohibido mencionar estas palabras (por lógica para evitar causar polémicas ya que los que pertenecen a estas comunidades se sentirían excluidos) pero se ha comprobado gracias a múltiples experimentos que esto es verdad, incluso yo mismo he podido comprobarlo, te desmonetizan el video e incluso hay veces que te lo borran por “contenido inapropiado” sin realmente dar un explicación del porqué, que sería lo lógico para evitar repetir el error que se está cometiendo, pero estamos hablando del Youtube actual, claro.
De los primeros cambios para mal que tuvo Youtube (esto ya existía mucho antes que comenzara a subir videos a la plataforma así que no me afectó directamente, pero sé que si esto no hubiera sucedido no tendría problemas tan seguido) fue el hacer un acuerdo con los músicos, cantantes o productoras principales de música para que nadie ocupara su contenido musical en el video que quisiera, pero no podían prohibirlo deliberadamente así que decidieron llevar este uso al mínimo haciendo que si utilizas alguna canción que contenga “Copyright” (aunque la utilices simplemente 2 segundos) te desmonetizen todo el video). Esto puede sonar lógico... Para mí no lo es, antes que se hiciera este acuerdo con los artistas Youtube ya tenía una medida ante esto: Si alguien usaba una canción de algún artista sin importar cuál fuera, bastaba únicamente para colocar los créditos de la canción en la descripción por medio de una herramienta que el mismo Youtube te otorgaba, si lo piensas bien incluso le estás dando publicidad gratis al artista haciendo esto, limita mucho a los creadores de contenido tener andar buscando canciones que no contenga copyright para usarlas en los videos para que al final sí que tengan copyright, ya que al grandioso nuevo youtube no se le ocurrió crear una herramienta como hizo al principio para detectar si una canción realmente tiene copyright o no, cabe destacar que mi problema no es ambición por la desmonetización, pues también al estar desmonetizado el video se recomienda mucho menos por Youtube.
Al bello nuevo Youtube también le gusta deliberadamente poner en tendencias videos que quizá no tendrían porqué estar ahí, la dueña se excusa diciendo que es un robot el que decide qué va en tendencias y qué no, no saben exactamente cómo funciona su algoritmo pues es un poco extraño, pero es como esos robots que aprenden de sus errores y seguramente esto se arreglaría con el tiempo, ahora yo digo... ¿Hace cuánto dijo esto? ¿Más de dos años ya? Es una decepción muy grande que se excuse con un robot que supuestamente aprende con el tiempo pero ni ella misma sabe cómo funciona.
Es normal que le guste el dinero fácil a Youtube, digo, ese es el objetivo de las empresas, pero a la vez es triste como poco a poco se va perdiendo la esencia que tenía al principio cayendo en el contenido que juró destruir, espero que para bien la plataforma haga cambios ayudando a los creadores de contenido, pues también sin ellos la plataforma no sería nada y al paso que va, pronto twitch la aplastará.
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cerrajeros en Gandia - Una descripción general
Como empresa de cerrajeros profesionales debemos decirle que tenemos los cerrajeros económicos prestos a realizar trabajos como el que hicimos el mes pasado, cuando por ejemplo estuvimos trabajando en una compañía de tendencia, un taller textil, donde tenían múltiples puertas que venían dando inconvenientes desde su instalación. Los cerrajeria Gandia 24 horas estamos a tu entera disposición a cualquier hora, cualquier día y para efectuar cualquier trabajo de cerrajería que precises. En cerrajeros Gandia no sólo ofrecemos servicio en los distritos de la ciudad, asimismo operamos en gran parte del área metropolitana de la zona. Si lo que buscas es reforzar la protección de tu hogar o bien empresa instalaremos cerraduras de seguridad. Para lo cual una excelente opción es preguntar con los anuncios clasificados, los cuales pueden ayudarle a conseguir justo el servicio profesional que se quiere, por servirnos de un ejemplo, en la sección de servicios profesionales, hay a su vez una categoría de cerrajeros, en los cuales hay servicios de cerrajeros especializados.
¿Cuánto tardamos en llegar a tu casa?
Es apropiado y aconsejable poner una cerradura de doble escudo de seguridad si bien acostumbran a ser cerrajeros 24h un tanto más costosas. Aquello en lo que habitualmente confiamos nuestros objetos más preciados y también esenciales son las cajas fuertes, útiles piezas de seguridad las que protegen todo lo que sea preciado para nosotros. Si hay algo que nos caracterice es el esfuerzo progresivo por obtener la mejor calidad de servicio.
Apertura de puertas en Gandia
Es por tal razón que Cerrajero Sabadell 24 horas desea que se aplique nuevas medidas para la obtención de utensilios de cerrajería.
Contamos con un equipo de cerrajeros profesionales en Gandia que puede ayudarte en cualquier momento que lo precises.
En el primer caso y uno de los que probablemente más se encuentren los cerrajeros de todo el país sea la contratación de sus servicios de apertura de puertas por falta de llave en horarios nocturnos.
youtube
Ten en cuenta que a veces ciertas cerraduras digitales funcionan con electricidad y si tú casa o edificio tiene un fallo de energía, entonces la cerradura de la puerta no va a marchar. Pero no podemos decir que esta clase de inconveniente sea problema de la cerradura digital, sino es un problema tuyo por falta de memoria. Ni tan siquiera precisas hacer un reemplazo, aunque se trate de una emergencia con una cerradura común o bien no, cuentas siempre y en todo momento con un cerrajero urgente/24 horas Gandia. Es por todo ello que se recomienda buscar siempre un listado de distribuidores de servicio, aunque es cierto que sería un consejo extrapolable a la mayor parte de profesionales, se hace más destacable en el caso de los cerrajeros justamente por esta escasa oferta que indicábamos. Este aspecto lo tienen claro también los cerrajeros y es por este motivo que comúnmente el lapsus de tiempo que pasa desde la llamada hasta el momento en que el profesional se persona en el lugar del servicio no acostumbra a superar la hora, evidentemente ello va a depender del aspecto geográfico, y es que no siempre y en toda circunstancia vamos a hallar cerrajeros de urgencia disponibles cerca de nuestro hogar.
Cambio de bombín o bien
Si no existiéramos los cerrajeros en Gandia, de seguro tendría que ir a buscar a otro ayuntamiento ayuda y eso significaría una perdida de tiempo dado a la distancia. A diario la gente solicita socorro con su cerradura, muchos veces es por la llave y otras pues han bloqueado de laguna manera la cerradura, eso es común de ver con las nuevas tecnologías; nos gusta meditar que cumplimos una función tan esencial como el que ofrece sus servicios turístico o bien el que comercia productos distintos en alguno de los mercados. Hay cosas imporantes en esta vida pero pocas son tan importantes como la seguridad propia o de las pertencias en tanto que por ejemplo de solo meditar que alguien entre en casa cuando uno esta dentro hace que a pero de uno se le congele la sangre, para esto y para evitarlo en PRO eixample son especialistas en dar soluciones a fin de que esto jamás llegue a generarse. Si charlamos de emergencia, podemos decir que es uno de los fuertes de la cerrajería actual, ya hemos dejado de un lado la preocupación por los latrocinios, puesto que ya existen en le mercado buenísimas opciones para cada casa, lo único que queda al pendiente es que la gente no olvide sus llaves. Tenemos que resaltar que no solo se conoce por su comercio sino por un gran frente marítimo que invita a los propios y extranjeros a bañarse en sus aguas y entre todo, esto estamos los cerrajero Gandia.
n Ràpid Rivas llevamos más de 50 años ofertando el mejor servicio de cerrajería Gandia que puedas imaginar. *AHORRO 50 por ciento EN APERTURA DE LAMINA CUANDO SE REALIZA APERTURA + CAMBIO DE CERRADURA. Si tiene cualquier problema con esta cerradura, con su llave Fichet o bien otra marca. Nuestra lista de costes en la instalación, reparación y apertura de Persianas es la mejor del mercado. Nuestro servicio de cambio de cerraduras en Sabadell te asegura que todos nuestros profesionales serán capaces de darte el asesoramiento que has estado buscando.
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Cada maldito día se me antoja como la mierda, no sé en qué momento perdí el camino. Perdona si ofendo a terceros con estos pensamientos, porque llevo muriéndome hace mucho tiempo, hoy simplemente le pongo fin y concluyo con la decisión que se lleva el pastel, cobardía o valentía ¿Qué importa ya? Al final vaís a juzgar a alguien que no escuchará sus sucias bocas llenas de palabras salvajes, ¡Por fin!
Alegrense o lamenten por cada maldito segundo, ¿Que sentido tiene? Al final todos seremos olvidados y asimismo, me incluyo.
No pretendo victimizarme porque en su momento disfruté siendo humillada, golpeada y herida, me excita recordar cada corte en medio de conversaciones vacías en una habitación oscura a mitad de la noche conmigo misma, con el tiempo las lágrimas las saboreaba dulces.
¿Recuerdas eso mamá? Solías repetir «Sé fuerte» «Haces una tormenta en un vaso de agua» «Deja de exagerar»
Já la escuela media donde me hicieron pedazos, donde me encontré incompleta, calificandome como mierda y sintiéndome frágil hasta el aliento. Fui un desastre, la raza de chica más exótica difícil de conseguir, con desórdenes alimenticios, homosexual y fracasada suicida, el paquete de lo más fenomenal en uno, o al menos esos ojos pervertidos me hacían sentir así, basura.
No podías faltar acá padre, porque aunque mis acciones sugerían que no me importabas anhelaba una parte tuya, aunque siempre fuiste un imbécil. Decías que ¿Qué problemas podría tener yo? ¿Lo preguntaste en serio?
Aclararé tus dudas.
Tenías razón, no significaban nada los golpes de mis "compañeros", ni las burlas o la humillación pública por parte de mi madre, maestros y niños del colegio. No fueron nada las arrastradas por la escuela o las rodillas ensangrentadas y no, yo estaba bien parada con los pies puestos sobre el suelo, era la tipa gorda, nerd y fea, sabía de antemano que no era una princesa para recibir un trato especial, pero tuve la suerte de recibirlo, un trato especial, horrible, yo era quien nadie notaba a no ser que amanecieran de humor para arruinarle la vida a alguien, al blanco perfecto para recibir toda esa cagada en silencio.
Yo lo sé, yo lo creo, probablemente hice algo que merecía la muerte, y lástima que me di cuenta desde preescolar, existir cuando no es tu tiempo es un pecado irremediable, fui una amargada, asocial y perversa. Con sentimientos que siempre tenían menos valor que los demás, siempre minimizando mis líos hasta aprender a reprimirlo, a sonreír como idiota, ¡Maldita sea! Era buenísima mostrando una felicidad inexistente a personas inmerecidas.
Existir en otro tiempo que no era el correcto me jodió, no quiere decir que no haya sido una buena vida, si tan sólo hubiera estado al paso correcto, a mi tiempo, si no hubiera estado fuera de lugar.
Pero amigos, enemigos, padres y familia. Amé cada puto momento.
Amé la música, sin afán de parecer básica me enamoré de Chopin y Mozart, me daba la impresión de ser alguna de sus obras, trágica, demasiado para el mundo y tan poco para los de la especie humana…
Amé los árboles, el sonido de las hojas secas crujiendo bajo mis pies en otoño, amé los campos bañados en tonalidades rojizas y doradas.
Amé el cielo a cada momento del día, el cielo nocturno enjoyado de estrellas, o el cielo matutino dominical pinceleado de nubes suaves, blancas, cómodas. Amé las olas rompiéndose en las rocas, amé el océano, la arena.
Amé los libros llenos de fantasía, de desastre, de belleza. Amé conseguir mi primera paga, mi primera mirada robada por ella, amé la moto que jamás pude montar pero que el buen hombre de la plaza me permitió sacarme una foto con ella; amé las flores, el perfume, su aroma. Sobre todo la amé a ella quien sacó de mí una sonrisa auténtica, un deseo fugaz de vivir con ella para siempre, de vivir por ella, espero me puedas perdonar amada mía, aunque me vaya, estaré a tu lado, justo como lo prometí. Amé a mis dos mejores amigas para siempre, te amé mejor amigo que escuchabas a diario mis estupideces, amé cada una de las cosas que tuve incondicionales, el amor sin intereses. La oscuridad de mi habitación, la sangre que corría por los suelos del baño durante cada ducha, amé tu rostro bañado de lágrimas y amé las heridas que me hiciste. Amé la lluvia fría de noviembre que arruinaba mi peinado de hongo.
Amé a cada una de mis mascotas que me abandonaron por algo mejor, jaja, esperenme mis bebés, mamá también seguirá sus pasos en busca de esa buena vida que promete lo incierto.
Espero que me dejes descansar querido Dios, tengo la esperanza de que sí, jamás te he pedido nada así que déjame ir ahora, ambos sabemos que cometiste un pequeño error conmigo y no te atrevas a negarlo, me lo debes, déjame creer un poco más en lo justo.
Me pregunto si en este sueño eterno todos mis sueños estarán completos al fin.
Y bueno, no quiero agobiarlos con ésta puta carta suicida, sólo… tan sólo, estoy sintiéndome cansada, ya no puedo pensar en nada y en nadie para escribir, estoy mareada y las letras de mi teclado siguen moviéndose ¡Con un demonio! Tengo sueño como nunca, el aire es lúgubre en esta habitación sin ventilas, el humo gris sigue llenándola. Recordé algo, es tu color favorito, ¿No querida?
Lo siento pero debo irme ya, quería hacerlo de todos modos, y estás lágrimas no vayas a malinterpretarlas, estoy feliz, adiós basura, adiós a todo lo bueno y adiós, mi amor.
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Aquél que bendice nuestro hogar
Banda: Dadaroma Género: AU, drama Capítulos: Drabble (4/6) Clasificación: Todos los públicos Resumen: Conjunto de relatos cortos basados en distintos elementos icónicos de la cultura japonesa.
Depositó el daruma sobre la mesita de noche, al lado de un cenicero de plástico y el velador. El dueño de casa le pidió expresamente, desde la cocina donde preparaba una de sus deliciosas pizzas, que dejara aquel muñeco en cualquier sitio donde siempre lo pudiera ver. Takashi entonces, con un trapo sucio entre las manos, imaginó que aquel sería el mejor lugar: al despertarse la horrible cara del daruma sería lo primero que vería por las mañanas.
Sin embargo, no entendía cómo a casi un mes de haberlo comprado en un festival de un templo de Hyōgo, el daruma todavía no poseía pintado el primer ojo. Porque Takashi, por más despistado que fuera en algunas cosas, estaba al tanto de la creencia que rondaba entorno al muñequito ovoide. Pero, como tantas otras cosas más, no se animaba a preguntarle a Tomo la razón de aquel cambio y, mucho menos, por qué había comprado un daruma siguiendo los consejos de un tipo lleno de tatuajes.
En esos pensamientos, un grito con su nombre lo hizo desistir a seguir carcomiéndose la cabeza con cosas que, sabía, nunca lograría entender: Tomo era demasiado reservado cuando de asuntos personales se trataban.
Cuando llegó a la cocina, la pizza ya estaba en medio de la mesa, cortada en ocho porciones parejas. Tomo le pidió que fuera a lavarse las manos, entretanto sacaba dos latas de Asahi de la nevera.
En el baño vio su cepillo de dientes junto al de su amigo.
—Oye, ¿por qué está mi cepillo de dientes en tu baño? Creí que lo habías tirado, como al embalar y rotular las cosas no lo vi.
Tomo parecía completamente ajeno a sus dichos. Con una pizza en la mano miraba hacia un costado, con una expresión que oscilaba entre el cansancio y el fastidio.
—Estaba junto a mis cosas, en mi neceser, no en las cajas que te pedí que guardaras —dijo luego de pensar que ya no le respondería—. Allí iban los cacharros, ¿cómo lo iba a dejar junto a todo lo demás?
—Ah, claro…
A veces Takashi sentía que el solo hecho de preguntar cosas estaba mal. Y no era porque no se tuvieran confianza, sino por esa sensación de ser un idiota o un estorbo. Porque Tomo, pese a ser menor que él, se comportaba como una persona mucho más madura; caso contrario a él que vivía haciendo estupideces sin cesar, siempre con una sonrisa en los labios.
Tomo apenas y sonreía frente a los demás. En la intimidad se permitía ser un poco más natural, pero delante de las personas la indiferencia era como su marca registrada. A muchos les molestaba la actitud que tomaba —pues pecaba de soberbia—, pero para Takashi, que lo conocía en profundidad cuando se apagaban las luces, no era más que un simple método de protección.
Y eso era algo que también le gustaba de él.
No obstante, Takashi no se enamoró de él sino hasta unos años después de haberlo conocido. Al principio le pareció un buen tipo, medio amargado, pero no le robó el corazón de un bocado ni enloqueció por sus piercings o los lunares de su espalda: con el tiempo aprendió a tratarlo y le cogió estima. Tenían amigos en común, salían a beber y hablaban de música: él tocaba la guitarra y Tomo el bajo (ahí comprendió el porqué tenía los dedos tan ásperos y duros). Pero de un momento a otro, a medida que pasaba el tiempo junto a las palabras y el alcohol germinaba en su cuerpo, deseó que Tomo se olvidara de la cháchara de Kurt Cobain y lo besara.
A partir de ese momento lo miró de una forma completamente diferente. Y Tomo, a su vez, que era bastante perceptivo en ese tipo de cuestiones, le correspondió a su manera, sin decir nada. Como era habitual en él.
Se acostaron por primera vez en un viaje que hicieron a Nagoya junto a Yoshiatsu y Yusuke, en un pequeño hotelito de aguas termales.
«¿Qué somos tú y yo?», le hubiese gustado preguntarle a la mañana siguiente, cuando despertó y lo vio durmiendo a su lado, con la espalda al descubierto. Pero en cuanto Tomo se espabiló pareció como si nada hubiese pasado, y que todo hubiera sido producto de un sueño húmedo.
«Lo que pasa en Nagoya, se queda en Nagoya.»
—Takashi.
Masticando la pizza sin saborearla siquiera lo miró, y comprendió, casi con la cara teñida del mismo color que la salsa de tomate, que algo se le había escapado en voz alta. Sonrió de puro nerviosismo.
—Está buenísima, como siempre. Puedes hacer muchas cosas, envidio eso de ti —dijo sin más, devorando de una pasada el resto de la porción.
—No te pregunté por eso, sino por otra cosa.
—¿Eh?
—¿Quieres entonces que tire al cesto de basura tu cepillo de dientes?
Le temblaron las manos cuando lo escuchó. ¡Cómo iba a querer que lo arrojara a la basura, si era lo único que evidenciaba las noches que se quedaba con él! ¿Qué demonios había dicho en voz alta como para que Tomo le dijera aquello? ¿O sería, tal vez, que el haberlo dejado allí era un simple acto de gratitud por toda la ayuda que le brindó con la mudanza? No lo entendía, y no estaba seguro de poder preguntar, no si esos ojos negros lo miraban como si esperaran por una próxima burrada para hacerse a un lado.
Se sintió atorado. Asió la lata de cerveza y bebió como si el líquido pudiera aliviar ese nudo que se le formó en la garganta.
—Takashi.
La forma en la que Tomo pronunciaba su nombre le ponía la piel de gallina. Utilizaba un tono especial (o eso quería creer él), dándole un nuevo sentido a la fonética que conocía. Porque los Takashi variaban en su boca, si era un Takashi de reprimenda, uno de cansancio o suma excitación, como cuando se encontraban bajo las sábanas en medio de besos y caricias desprolijas.
No obstante, ese «Takashi» no lo había escuchado jamás. Al menos hasta ese momento.
—Quedan pocas cosas en las cajas, y no son de mucha importancia —murmuró Tomo, sacando de la cajetilla un cigarrillo que pronto se llevó a los labios—. Mañana podríamos ir a por tus cosas, total aún nos quedan un par de días hasta que venza el contrato, ¿verdad?
Sus neuronas tardaron en hacer contacto y asimilar sus palabras. Pero cuando lo hicieron recordó todas las cosas que fue diciéndole a lo largo de los meses, preguntándole varias veces cuándo vencía el plazo para renovar el contrato de alquiler, en qué zonas le gustaría vivir o el tipo de ambiente que prefería, etcétera… Y aquel departamento reunía todas las condiciones para ser perfecto; al menos para él, porque era en base a sus peticiones que Tomo lo escogió.
Se rió y extendió la mano para tocar los dedos ajenos, que permanecían apoyados sobre la caja de cigarrillos, y así entrelazarlos por completo con los suyos.
—Puedes tirarlo —dijo—, de todos modos ese cepillo ya no me gustaba. Compraré uno mucho más bonito...
A la mañana siguiente, cuando despertó, lo primero que vio no fue el rostro de Tomo a su lado, sino el del daruma que lo miraba con su ojo derecho desde la mesita de noche.
— ♣ —
Daruma: figura ovoide al que se le pintan los ojos; primero el derecho, para fijar una meta, y luego, cuando ésta fue cumplida, se procede a pintar el izquierdo.
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«El cuentista», Saki. Era una tarde calurosa y el vagón del tren también estaba caliente; la siguiente parada, Templecombe, estaba casi a una hora de distancia. Los ocupantes del vagón eran una niña pequeña, otra niña aún más pequeña y un niño también pequeño. Una tía, que pertenecía a los niños, ocupaba un asiento de la esquina; el otro asiento de la esquina, del lado opuesto, estaba ocupado por un hombre soltero que era un extraño ante aquella fiesta, pero las niñas pequeñas y el niño pequeño ocupaban, enfáticamente, el compartimiento. Tanto la tía como los niños conversaban de manera limitada pero persistente, recordando las atenciones de una mosca que se niega a ser rechazada. La mayoría de los comentarios de la tía empezaban por «No», y casi todos los de los niños por «¿Por qué?». El hombre soltero no decía nada en voz alta. -No, Cyril, no -exclamó la tía cuando el niño empezó a golpear los cojines del asiento, provocando una nube de polvo con cada golpe-. Ven a mirar por la ventanilla -añadió. El niño se desplazó hacia la ventilla con desgana. -¿Por qué sacan a esas ovejas fuera de ese campo? -preguntó. -Supongo que las llevan a otro campo en el que hay más hierba -respondió la tía débilmente. -Pero en ese campo hay montones de hierba -protestó el niño-; no hay otra cosa que no sea hierba. Tía, en ese campo hay montones de hierba. -Quizá la hierba de otro campo es mejor -sugirió la tía neciamente. -¿Por qué es mejor? -fue la inevitable y rápida pregunta. -¡Oh, mira esas vacas! -exclamó la tía. Casi todos los campos por los que pasaba la línea de tren tenían vacas o toros, pero ella lo dijo como si estuviera llamando la atención ante una novedad. -¿Por qué es mejor la hierba del otro campo? -persistió Cyril. El ceño fruncido del soltero se iba acentuando hasta estar ceñudo. La tía decidió, mentalmente, que era un hombre duro y hostil. Ella era incapaz por completo de tomar una decisión satisfactoria sobre la hierba del otro campo. La niña más pequeña creó una forma de distracción al empezar a recitar «De camino hacia Mandalay». Sólo sabía la primera línea, pero utilizó al máximo su limitado conocimiento. Repetía la línea una y otra vez con una voz soñadora, pero decidida y muy audible; al soltero le pareció como si alguien hubiera hecho una apuesta con ella a que no era capaz de repetir la línea en voz alta dos mil veces seguidas y sin detenerse. Quienquiera que fuera que hubiera hecho la apuesta, probablemente la perdería. -Acérquense aquí y escuchen mi historia -dijo la tía cuando el soltero la había mirado dos veces a ella y una al timbre de alarma. Los niños se desplazaron apáticamente hacia el final del compartimiento donde estaba la tía. Evidentemente, su reputación como contadora de historias no ocupaba una alta posición, según la estimación de los niños. Con voz baja y confidencial, interrumpida a intervalos frecuentes por preguntas malhumoradas y en voz alta de los oyentes, comenzó una historia poco animada y con una deplorable carencia de interés sobre una niña que era buena, que se hacía amiga de todos a causa de su bondad y que, al final, fue salvada de un toro enloquecido por numerosos rescatadores que admiraban su carácter moral. -¿No la habrían salvado si no hubiera sido buena? -preguntó la mayor de las niñas. Esa era exactamente la pregunta que había querido hacer el soltero. -Bueno, sí -admitió la tía sin convicción-. Pero no creo que la hubieran socorrido muy deprisa si ella no les hubiera gustado mucho. -Es la historia más tonta que he oído nunca -dijo la mayor de las niñas con una inmensa convicción. -Después de la segunda parte no he escuchado, era demasiado tonta -dijo Cyril. La niña más pequeña no hizo ningún comentario, pero hacía rato que había vuelto a comenzar a murmurar la repetición de su verso favorito. -No parece que tenga éxito como contadora de historias -dijo de repente el soltero desde su esquina. La tía se ofendió como defensa instantánea ante aquel ataque inesperado. -Es muy difícil contar historias que los niños puedan entender y apreciar -dijo fríamente. -No estoy de acuerdo con usted -dijo el soltero. -Quizá le gustaría a usted explicarles una historia -contestó la tía. -Cuéntenos un cuento -pidió la mayor de las niñas. -Érase una vez -comenzó el soltero- una niña pequeña llamada Berta que era extremadamente buena. El interés suscitado en los niños momentáneamente comenzó a vacilar en seguida; todas las historias se parecían terriblemente, no importaba quién las explicara. -Hacía todo lo que le mandaban, siempre decía la verdad, mantenía la ropa limpia, comía budín de leche como si fuera tarta de mermelada, aprendía sus lecciones perfectamente y tenía buenos modales. -¿Era bonita? -preguntó la mayor de las niñas. -No tanto como cualquiera de ustedes -respondió el soltero-, pero era terriblemente buena. Se produjo una ola de reacción en favor de la historia; la palabra terrible unida a bondad fue una novedad que la favorecía. Parecía introducir un círculo de verdad que faltaba en los cuentos sobre la vida infantil que narraba la tía. -Era tan buena -continuó el soltero- que ganó varias medallas por su bondad, que siempre llevaba puestas en su vestido. Tenía una medalla por obediencia, otra por puntualidad y una tercera por buen comportamiento. Eran medallas grandes de metal y chocaban las unas con las otras cuando caminaba. Ningún otro niño de la ciudad en la que vivía tenía esas tres medallas, así que todos sabían que debía de ser una niña extraordinariamente buena. -Terriblemente buena -citó Cyril. -Todos hablaban de su bondad y el príncipe de aquel país se enteró de aquello y dijo que, ya que era tan buena, debería tener permiso para pasear, una vez a la semana, por su parque, que estaba justo afuera de la ciudad. Era un parque muy bonito y nunca se había permitido la entrada a niños, por eso fue un gran honor para Berta tener permiso para poder entrar. -¿Había alguna oveja en el parque? -preguntó Cyril. -No -dijo el soltero-, no había ovejas. -¿Por qué no había ovejas? -llegó la inevitable pregunta que surgió de la respuesta anterior. La tía se permitió una sonrisa que casi podría haber sido descrita como una mueca. -En el parque no había ovejas -dijo el soltero- porque, una vez, la madre del príncipe tuvo un sueño en el que su hijo era asesinado tanto por una oveja como por un reloj de pared que le caía encima. Por esa razón, el príncipe no tenía ovejas en el parque ni relojes de pared en su palacio. La tía contuvo un grito de admiración. -¿El príncipe fue asesinado por una oveja o por un reloj? -preguntó Cyril. -Todavía está vivo, así que no podemos decir si el sueño se hará realidad -dijo el soltero despreocupadamente-. De todos modos, aunque no había ovejas en el parque, sí había muchos cerditos corriendo por todas partes. -¿De qué color eran? -Negros con la cara blanca, blancos con manchas negras, totalmente negros, grises con manchas blancas y algunos eran totalmente blancos. El contador de historias se detuvo para que los niños crearan en su imaginación una idea completa de los tesoros del parque; después prosiguió: -Berta sintió mucho que no hubiera flores en el parque. Había prometido a sus tías, con lágrimas en los ojos, que no arrancaría ninguna de las flores del príncipe y tenía intención de mantener su promesa por lo que, naturalmente, se sintió tonta al ver que no había flores para coger. -¿Por qué no había flores? -Porque los cerdos se las habían comido todas -contestó el soltero rápidamente-. Los jardineros le habían dicho al príncipe que no podía tener cerdos y flores, así que decidió tener cerdos y no tener flores. Hubo un murmullo de aprobación por la excelente decisión del príncipe; mucha gente habría decidido lo contrario. -En el parque había muchas otras cosas deliciosas. Había estanques con peces dorados, azules y verdes, y árboles con hermosos loros que decían cosas inteligentes sin previo aviso, y colibríes que cantaban todas las melodías populares del día. Berta caminó arriba y abajo, disfrutando inmensamente, y pensó: «Si no fuera tan extraordinariamente buena no me habrían permitido venir a este maravilloso parque y disfrutar de todo lo que hay en él para ver», y sus tres medallas chocaban unas contra las otras al caminar y la ayudaban a recordar lo buenísima que era realmente. Justo en aquel momento, iba merodeando por allí un enorme lobo para ver si podía atrapar algún cerdito gordo para su cena. -¿De qué color era? -preguntaron los niños, con un inmediato aumento de interés. -Era completamente del color del barro, con una lengua negra y unos ojos de un gris pálido que brillaban con inexplicable ferocidad. Lo primero que vio en el parque fue a Berta; su delantal estaba tan inmaculadamente blanco y limpio que podía ser visto desde una gran distancia. Berta vio al lobo, vio que se dirigía hacia ella y empezó a desear que nunca le hubieran permitido entrar en el parque. Corrió todo lo que pudo y el lobo la siguió dando enormes saltos y brincos. Ella consiguió llegar a unos matorrales de mirto y se escondió en uno de los arbustos más espesos. El lobo se acercó olfateando entre las ramas, su negra lengua le colgaba de la boca y sus ojos gris pálido brillaban de rabia. Berta estaba terriblemente asustada y pensó: «Si no hubiera sido tan extraordinariamente buena ahora estaría segura en la ciudad». Sin embargo, el olor del mirto era tan fuerte que el lobo no pudo olfatear dónde estaba escondida Berta, y los arbustos eran tan espesos que podría haber estado buscándola entre ellos durante mucho rato, sin verla, así que pensó que era mejor salir de allí y cazar un cerdito. Berta temblaba tanto al tener al lobo merodeando y olfateando tan cerca de ella que la medalla de obediencia chocaba contra las de buena conducta y puntualidad. El lobo acababa de irse cuando oyó el sonido que producían las medallas y se detuvo para escuchar; volvieron a sonar en un arbusto que estaba cerca de él. Se lanzó dentro de él, con los ojos gris pálido brillando de ferocidad y triunfo, sacó a Berta de allí y la devoró hasta el último bocado. Todo lo que quedó de ella fueron sus zapatos, algunos pedazos de ropa y las tres medallas de la bondad. -¿Mató a alguno de los cerditos? -No, todos escaparon. -La historia empezó mal -dijo la más pequeña de las niñas-, pero ha tenido un final bonito. -Es la historia más bonita que he escuchado nunca -dijo la mayor de las niñas, muy decidida. -Es la única historia bonita que he oído nunca -dijo Cyril. La tía expresó su desacuerdo. -¡Una historia de lo menos apropiada para explicar a niños pequeños! Ha socavado el efecto de años de cuidadosa enseñanza. -De todos modos -dijo el soltero cogiendo sus pertenencias y dispuesto a abandonar el tren-, los he mantenido tranquilos durante diez minutos, mucho más de lo que usted pudo. «¡Infeliz! -se dijo mientras bajaba al andén de la estación de Templecombe-. ¡Durante los próximos seis meses esos niños la asaltarán en público pidiéndole una historia impropia!». Autor: Saki
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