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La extrema derecha francesa contemporánea y el mundo: una visión «alternativa» de las relaciones internacionales
Por Stéphane François y Olivier Schmitt
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Las distintas corrientes de la extrema derecha francesa contemporánea comparten una visión específica de las relaciones internacionales basada en el antiimperialismo (entendido como antiamericanismo) y en un enfoque geopolítico totalizador de la vida internacional, según el cual «todo está conectado». En este artículo hacemos una genealogía de este marco analítico y mostramos algunas de sus manifestaciones en el antimaterialismo de la extrema derecha, su rechazo de los derechos humanos y sus ambigüedades respecto al islam. Este enfoque es útil para comprender las posiciones adoptadas por el Frente Nacional (y otras corrientes de extrema derecha) ante acontecimientos internacionales recientes como las crisis ucraniana y siria.
Introducción
Las actuales crisis internacionales en Siria y Ucrania han permitido al Frente Nacional (FN) presentar una línea de política exterior en oposición sistemática a la adoptada por el gobierno francés. El FN apoya a Bashar el Assad presentando al presidente sirio como un «baluarte contra el islamismo», mientras que el partido de Marine le Pen ha defendido a Moscú en la crisis ucraniana, adoptando los argumentos esgrimidos por el Kremlin (Crimea nunca fue ucraniana, Moscú se limita a defenderse del imperialismo occidental, etc.). Numerosos artículos de prensa se han referido a la estrategia rusa de capitalizar el principal partido de extrema derecha francés para ganar influencia sobre la opinión francesa, estos artículos han enumerado los vínculos personales entre miembros del Frente Nacional y figuras del aparato económico y político ruso (Bolshakov, 2012; Jauvert, 2014). Pero estas afinidades también pueden explicarse por una compatibilidad ideológica entre los actuales círculos dirigentes rusos y la visión del mundo de la extrema derecha francesa, principalmente las tendencias nacionalista-revolucionaria y revolucionaria-conservadora, cuyos principales conceptos analizamos en este artículo. Se trata de un planteamiento coherente, basado en un antiamericanismo disfrazado de antiimperialismo y en una visión geopolítica totalizadora de las relaciones internacionales, que lleva a rechazar el materialismo y los derechos humanos y sostiene una relación ambigua con respecto al Islam. La deconstrucción de este marco de análisis de las relaciones internacionales nos ayuda a comprender mejor las recientes posiciones adoptadas por el Frente Nacional y otros movimientos de extrema derecha sobre las cuestiones internacionales contemporáneas.
Para ello nos planteamos varias preguntas. En primer lugar, ¿existe una visión de extrema derecha de las relaciones internacionales? ¿Cómo se estructura en relación con el antiamericanismo? Estas cuestiones rara vez se han estudiado desde una perspectiva académica. Para alcanzar nuestros objetivos favoreceremos un enfoque histórico (genealógico) del movimiento de extrema derecha. Nuestro método abarca varios aspectos, desde el punto de vista del contenido, las redes y la recepción. Este método genealógico se combina con un análisis filosófico y semiológico de estos discursos (elección del vocabulario, ideas expresadas y formas de expresarlas, etc.). Así pues, se lleva a cabo a varios niveles (análisis externo e interno de los textos y del vocabulario utilizado), centrándose en los textos y autores de referencia de la nebulosa ultraderechista.
Una lucha supuestamente antiimperialista
La motivación principal de los escritores franceses de extrema derecha sobre relaciones internacionales es la lucha antiimperialista. Dejemos claro desde el principio que el «imperialismo» al que se refiere es el imperialismo de Estados Unidos en la medida en que se presenta como el «país del Bien» y de la «guerra justa». Según estos discursos, Estados Unidos se ha convertido en un grave problema para la seguridad mundial. Nuestros autores también condenan la tendencia de Estados Unidos a presentarse como una nación elegida, a plantear su destino manifiesto, tratando de guiar al mundo por el camino del Bien.
Los puntos de acercamiento ideológico se han visto facilitados por las guerras contra Irak y el hecho de que el petróleo iraquí esta ahora bajo control estadounidense. De hecho, los diversos círculos estudiados en este texto no ven en la guerra de Irak el deseo de liberar al país del dictador Sadam Husein, sino una forma de imperialismo político y económico (Vlajki, 2003). Y de hecho, según William Pfaff (2002: 295), periodista estadounidense que vive en París, Estados Unidos, aprovechando la globalización provocada por el colapso de la URSS: «(...) movilizó su inmenso poder político y económico para desregular la economía internacional, abrir todas las economías extranjeras a las inversiones estadounidenses y dar acceso a sus empresas a todos los mercados, a todas las fuentes de materias primas y a todas las reservas de mano de obra, con el fin de garantizar la expansión del libre comercio generalizado que funciona según normas esencialmente estadounidenses y en beneficio de los intereses estadounidenses».
En este análisis, compartido por las distintas corrientes estudiadas, Estados Unidos se considera cada vez más como un factor de desorden internacional que alimenta la incertidumbre y el conflicto allí donde puede. Una de las formas en que se expresa esta política económica es la voluntad de los estadounidenses de imponer las políticas económicas neoliberales originadas y/o conceptualizadas en ese país, en particular por los economistas de la Escuela de Chicago como Milton Friedman.
En estos círculos el 11 de septiembre del 2001 fue providencial, ya que los atentados proporcionaron un pretexto para la aplicación de esta política exterior. Esta percepción de la política estadounidense se ha visto facilitada por la agresiva política exterior de la administración Bush, de la que se dice que es una brutal ilustración del imperialismo estadounidense. Esta idea se ve reforzada por el hecho de que los neoconservadores estadounidenses (Robert Kaplan, Charles Krauthammer, Max Boot, etc.) han escrito y repetido que Estados Unidos, que goza de un poder sin parangón, debe usar y abusar desvergonzadamente de su fuerza para reorganizar el mundo a su antojo, solo o con una coalición de voluntarios. Para lograrlo, los teóricos neoconservadores de la era Bush postularon que Estados Unidos debía emanciparse de la tutela de las organizaciones multinacionales. En resumen, Estados Unidos trataría de imponer un nuevo unilateralismo, ahora que la URSS había desaparecido. Este análisis va más allá de la extrema derecha. El soberanista Pierre-Marie Gallois (2002: 2) afirma: «Convertida en la capital de la única superpotencia tras el desmantelamiento de la URSS, Washington se ha dado cuenta de que las organizaciones internacionales pueden ser obstáculos para la política estadounidense cuando no le son totalmente serviles». Así pues, hay que salir de la trampa americana. Para ello, nuestros autores buscan nuevas figuras tutelares.
Uno de sus heraldos es el jefe de Estado venezolano Hugo Chávez. La bestia negra de la política exterior estadounidense, que es visto como la vanguardia de la lucha contra el imperialismo estadounidense. Para los antiimperialistas de extrema derecha, Chávez es el representante del renacimiento identitario de los pueblos indígenas, que se rebelan contra la «Macdonaldización» forzosa impuesta por Estados Unidos. Fue elogiado por Alain Soral y su asociación Égalité & Réconciliation (los miembros de esta asociación incluso querían un «Chávez francés» [1]); por el cómico antisionista Dieudonné; por Jean-Claude Martinez, entonces miembro del FN, que buscó un acercamiento con el líder venezolano; por la Nueva Derecha de Alain de Benoist, que le apreciaba por su antiamericanismo y populismo; por el nacionalista-revolucionario Christian Bouchet (próximo a Égalité & Réconciliation y miembro del FN).
Desde la muerte del líder venezolano, Vladimir Putin ha asumido el papel de principal opositor a los Estados Unidos y, por lo tanto, su modelo es envidiado. Alain Soral lo calificó de «salvador del mundo multipolar» en un debate con el nacional-revolucionario italiano Gabriele Adinolfi en Niza [2] y de «futuro del mundo» en una entrevista concedida a la radio francófona iraní (Irib) en diciembre de 2014 [3]. En su elogiosa biografía publicada por la editorial de extrema derecha Perspectives libres, Yannick Jaffré (2014) lo compara con Bonaparte y lo ve como una esperanza para Francia. Por su parte, Marine le Pen se deshace en elogios hacia el líder ruso, describiéndolo como «un patriota comprometido con la soberanía de su pueblo. Él [Putin] es consciente de que defendemos valores comunes. Son los valores de la civilización europea» (Le Scan, 2014).
Por último, hay que tener en cuenta que, en los círculos estudiados, el «rechazo del sistema», es decir, el rechazo del «sionismo-americano», encarnado en el apoyo a Muamar Gadafi, al Irán de Jomeini y, a partir de 1989, a Sadam Husein, enmascara muy a menudo un antisemitismo virulento, del que el antisionismo radical, en apoyo de la causa palestina, no es más que un precursor. La condena de Israel apenas enmascara un antisemitismo agresivo, como en el caso de Soral. Gilbert Dawed sigue siendo una de las principales figuras del movimiento antisionista y nacionalista-revolucionario [4].
Este discurso está estructurado por una serie de amalgamas: judaísmo y sionismo se fusionan y se convierten en sinónimos de racismo y colonialismo. En una imagen especular, el antisemitismo se equiparaba al «contrarracismo» y al anticolonialismo. Este tipo de formulación era habitual, por ejemplo, entre Pierre Gripari, compañero de viaje tanto de la causa árabe como de la extrema nueva derecha y la derecha nacionalista-revolucionaria. Sus ensayos, así como sus artículos en Défense de l'Occident y Rivarol, se caracterizaban por una denuncia obsesiva de la ideología fundadora del «racismo judío» o del «racismo del Estado de Israel»: el sionismo (Gripari, 1981, 1983, 1988). Su mecanismo se basa en el siguiente silogismo: «Los judíos son todos sionistas más o menos encubiertos; el sionismo es colonialismo, imperialismo y racismo; por lo tanto, los judíos son colonialistas, imperialistas y racistas abiertos o encubiertos».
Para apuntalar este tipo de “demostración” estos autores señalan los vínculos que unieron a Israel con la República de Sudáfrica en los años ochenta, cuyo régimen aplicaba el apartheid.
La lógica antiimperialista, tomada en este sentido preciso, es pues la primera referencia intelectual claramente observable en los escritos de la extrema derecha.
Una visión geopolítica del mundo
Este antiimperialismo se combina con una visión específica de las cuestiones globales y los miembros de la extrema derecha adoptan un enfoque analítico de las relaciones internacionales, a menudo basado en el análisis geopolítico. Por ejemplo, el exasesor de asuntos internacionales y eurodiputado Aymeric Chauprade, que enseñó geopolítica en la École de Guerre, ha publicado una voluminosa obra sobre el tema (Chauprade, 2007) que se ha reeditado tres veces, y dirige un sitio web subtitulado “La géopolitique sur le net”. Cabe señalar que el término geopolítica puede tener diferentes significados en el contexto francés. Dependiendo de la situación y de las personas con las que se utilice, puede referirse al intento de una parte de la geografía universitaria (agrupada en torno a Yves Lacoste y sus sucesores en la Universidad de París VIII) de crear una corriente específica que ha dado lugar a numerosas polémicas entre partidarios de la “geografía política” y partidarios de la “geopolítica” (Rosière, 2003). Con mayor frecuencia, el sustantivo o adjetivo geopolítica hace referencia a todos los conocimientos relacionados con los asuntos internacionales y las cuestiones de poder: los periodistas hablan de la “situación geopolítica” de una región del mundo. Del mismo modo, los libros de cultura general, normalmente destinados a los estudiantes que se presentan a los cursos de IEP o de las escuelas de negocios, sobre la política interior y exterior de un Estado o una región del mundo en particular, se titulan a menudo “geopolítica de ...”. También en este caso, el uso del término no implica ninguna pretensión teórica o epistemológica específica.
Pero es de otra tradición de la que dicen proceder los autores de extrema derecha, la de la geopolítica como disciplina productora de conocimientos específicos sobre las relaciones internacionales, desacreditada desde hace tiempo por los especialistas académicos que han enumerado ampliamente sus errores y debilidades conceptuales. En efecto, los fundadores de la geopolítica clásica (Haushofer, Spykman, etc.) pretendía estudiar la influencia de la geografía (física y humana) en el comportamiento de los Estados. Pero este enfoque conduce a un doble callejón sin salida. Si su única aportación consiste en afirmar que la geografía es importante para comprender el comportamiento de los actores en la escena internacional, carece de interés, ya que nadie niega este hecho. Pero si quiere erigirse en productora de conocimiento específico, inevitablemente (y a pesar de los desmentidos de sus defensores) acaba por caer en el determinismo geográfico (que es científicamente absurdo porque excluye del análisis cualquier otro factor material o ideal), negando de hecho cualquier contingencia a los acontecimientos y considerando la política mundial como un inmenso tablero de ajedrez donde cualquier acontecimiento sería reducible a un choque de potencias, explicado a su vez por su posición geográfica (Guzzini, 2013). Básicamente, la cosmovisión geopolítica tal y como se entiende aquí es que “todo está conectado” y que la contingencia no existe en las relaciones internacionales: desde este punto de vista, un golpe de Estado en África está necesariamente vinculado a la competencia mundial entre las grandes potencias, que han elegido un nuevo campo de batalla para su enfrentamiento. Es fácil ver que, desde este punto de vista, una revolución como la del Euromaidán se interpreta necesariamente como parte de una competencia más amplia entre Estados Unidos y Rusia, negando así toda autonomía a los manifestantes y negando la dinámica social propia de una crisis política interna en Ucrania.
Además, la geopolítica tiene una desafortunada tendencia a pasar de una posición que pretende ser descriptiva y objetiva a otra de recomendaciones prácticas, es decir, de una teoría sobre el funcionamiento del sistema internacional a consejos sobre política exterior. Esta posición es, además, contradictoria, ya que si el análisis geopolítico explica el comportamiento de los Estados (en función de su geografía), no debería ser necesario aconsejar a los dirigentes sobre la mejor forma de actuar, pues esto es evidente. Sin embargo, la tentación de los autores de dar consejos de política exterior revela no sólo la bancarrota de la pretensión explicativa de la geopolítica, sino también la promoción de un proyecto político (ya que toda política exterior se basa en la representación que una comunidad política se hace de su papel y de sus relaciones con otras comunidades políticas) que avanza bajo el falso manto de una supuesta objetividad analítica. Así, algunos geopolíticos de extrema derecha intentan hacer pasar por necesidades objetivas [5] preferencias de política exterior inspiradas en su ideología, ya que la debilidad epistemológica de la geopolítica permite fácilmente esta transferencia de la dimensión analítica a la prescriptiva, al tiempo que les permite revestirse de la postura aduladora del intelectual rebelde que se niega a aceptar las ucases impuestos por la Universidad a una disciplina que molesta a los conformistas bienintencionados. También hay que señalar que el interés de estos movimientos de extrema derecha por la geopolítica coincide oportunamente con la actual pasión rusa por el tema, ya que la visión geopolítica del mundo está actualmente muy extendida en Moscú (Wilson, 2014; Schmitt, 2015). En términos más generales, esta mentalidad de querer identificar siempre las causas “ocultas” de los acontecimientos internacionales según el esquema analítico de la geopolítica y el supuesto proyecto imperialista estadounidense conduce naturalmente a una visión conspiracionista de las relaciones internacionales que resuena con fuerza en el contexto político actual (Bronner, 2013).
Entre los autores invocados regularmente por la literatura geopolítica de extrema derecha, cuatro figuras siempre aparecen. La primera es Carl Schmitt, a través de su concepto del nomos de la Tierra, es decir, los “dispositivos indisolublemente espaciales y jurídicos que han permitido organizar el mundo” (Motte, 2011: 3), y su oposición entre potencias telúricas y potencias marítimas. La referencia filosófico-política se cruza con el antiamericanismo, ya que se acusa a Estados Unidos (y a sus socios británicos), potencia marítima por excelencia, de estar en conflicto con las potencias terrestres, personificadas por Rusia y, por extensión, Europa central y occidental. Estos autores vinculan naturalmente a Francia al bando de las potencias telúricas, lo que justifica una alianza con Rusia (sea cual sea la naturaleza del régimen político de este país) para hacer frente a Estados Unidos. La referencia a Schmitt es habitual en este entorno e incluso es destacada por el movimiento neofascista La Dissidence Française, que afirma en el punto VI de su programa: “Contra las fuerzas talasocráticas que oscurecen el mundo, contra la Internacional de los Mercaderes que pretende sustituir el Tener por el Ser, fiel a la idea del Imperium, La Dissidence Française promueve la idea de una resistencia continental, a la vez geopolítica y civilizacional, y se asocia al concepto eurasista del mundo” [6].
Esta referencia al enfoque eurasista remite al segundo autor regularmente utilizado por los geopolíticos de extrema derecha, Alexander Dugin, cuyas obras sólo son publicadas por editoriales de extrema derecha, todas de la corriente nacionalista-revolucionaria, y todas próximas a Christian Bouchet: La Quatrième théorie politique: La Russie et les idées politiques au XXIème siècle (2012) y Pour une Théorie du Monde Multipolaire (2013) con Ars Magna; las otras, Le Prophète de l'eurasisme (2006), La Grande guerre des continents (2006), l’Appel de l’Eurasie. Conversation avec Alain de Benoist (2013), todos publicados por Avatar Editions. Dugin es el principal teórico del neo-eurasismo, concepto en boga en Moscú (Chaudet, Parmetier y Pelopidas, 2007). Como han demostrado Marlène Laruelle (2007), por un lado, y Andreas Umland y Anton Shekhovtsov (2012), por otro, Aleksandr Dugin ha sintetizado elementos heterodoxos que van del esoterismo a la filosofía política en un cuerpo de pensamiento complejo y a veces confuso. Principios geopolíticos, referencias a la noción de “Imperio” y conceptos de la metafísica e incluso del esoterismo son visibles en proporciones variables en sus obras, junto con referencias más específicas a Karl Haushofer, Ernst Niekisch, Carl Schmitt, Jean Thiriart, Julius Evola, René Guénon y Jean Parvulesco. Esta síntesis, cuando menos original, ha interesado a diversas tendencias de la derecha radical francesa desde principios de la década de 1990.
La tercera referencia es El choque de civilizaciones de Samuel Huntington, traducido al francés en 1997, que suscitó inmediatamente el interés de los círculos diferencialistas por su esencialización de los factores culturales como causas de los conflictos internacionales. De hecho, Huntington es un descendiente directo de la tradición geopolítica, ya que representa un mapa del mundo dividido visualmente en “áreas civilizacionales” potencialmente conflictivas. Esta concepción de las relaciones internacionales interesa directamente a autores de extrema derecha como Aymeric Chauprade en su Chronique du Choc des Civilisations (2011) y, más recientemente, a los líderes del Bloc Identitaire (Cattin, 2015), que suscriben esta tesis, aunque haya sido descalificada empírica y teóricamente en innumerables ocasiones.
La última referencia clásica para mezclar antiamericanismo y geopolítica es The Grand Chessboard de Zbigniew Brzezinski (1997), antiguo Consejero de Seguridad Nacional del Presidente estadounidense Carter. El autor, que se considera a sí mismo como un geopolítico, describe un programa ideal en el que Estados Unidos conseguiría neutralizar a Rusia fomentando la creación de regímenes prooccidentales en el extranjero próximo. Con los mismos defectos que todos los geopolíticos, el enfoque de Brzeszinski está desconectado de cualquier consideración sobre los deseos de las poblaciones locales y se expresa en términos generalistas sobre una situación estratégica que sería ideal para Estados Unidos. Tomando los escritos de un jubilado de la administración estadounidense como exposición de la gran estrategia de Washington y evacuando de hecho todos los estudios sobre la complejidad del proceso de toma de decisiones de política exterior en Estados Unidos (y su demostración de la ausencia de un plan unificado y coherente) (David, 2015), los autores de extrema derecha creen haber encontrado la prueba de la codicia estadounidense y la única explicación de todos los acontecimientos ocurridos desde la caída del Muro de Berlín en Europa del Este y en la periferia de Rusia, y que están inevitablemente vinculados al plan de Washington para desestabilizar Moscú. El ejemplo más reciente de esta paranoia fue una larga exégesis de la obra de Breszinski realizada por una persona cercana a Aymeric Chauprade en el sitio les crises.fr, un blog extremadamente popular (clasificado como el segundo blog más influyente de la Internet francesa en marzo de 2015 por el sitio especializado teads.tv.labs), que retoma los argumentos rusos sobre la crisis ucraniana (Raggi, 2014).
Estas diferentes referencias son a veces contradictorias y los distintos movimientos de extrema derecha privilegiarán una u otra en función de su propio corpus intelectual. Pero esta visión geopolítica de un mundo cuyos acontecimientos, todos interrelacionados, se explican siempre por enfrentamientos entre grandes potencias estructura la manera en que las distintas corrientes de la extrema derecha abordan, por ejemplo, los vínculos con Rusia y la cuestión ucraniana. Así se entiende mejor que el programa del FN proponga una “alianza estratégica de largo alcance con Moscú basada en una asociación militar y energética en profundidad”, una “unión paneuropea (...) que incluya a Rusia” capaz de “salir de la lógica euroatlántica” [7].
La intersección entre el antiimperialismo y una visión geopolítica del mundo adopta varias formas en el discurso de la extrema derecha. Aquí analizamos el antimaterialismo, el rechazo de los derechos humanos y las ambigüedades en torno al Islam que se derivan de ella.
Antimaterialismo
Los medios analizados son hostiles al materialismo (en el sentido de acumulación de bienes de consumo), al capitalismo, a la uniformización del mundo y a la globalización. En su opinión, el modelo estadounidense pretende universalizar la primacía absoluta de la sociedad de mercado y el igualitarismo individualista. Algunos en la derecha radical argumentarán que esta política es una forma de conquista cultural deliberada: al imponer su cultura, Estados Unidos está imponiendo implícitamente su visión del mundo. Además, el capitalismo globalizado pondría en peligro los cimientos culturales sobre el que han florecido las civilizaciones y las democracias: los valores de la transmisión, la solidaridad, el vínculo social, etc., un discurso ampliamente difundido en los círculos estudiados. El discurso americanófobo que se opone a la hegemonía estadounidense alaba cierto conservadurismo e incluso arraigo. Cuestiona a los Estados Unidos, sus valores, su modo de vida y su política exterior, heredados de la mentalidad puritana y de la filosofía de la Ilustración, que consideran fundamentalmente hostiles a Europa. Por ejemplo, Alain de Benoist escribió en 1992, en un texto reeditado en 2002 – mostrando una fina coherencia ideológica – que “Europa nunca ha declarado la guerra a Estados Unidos. En cambio, está claro que desde el principio Estados Unidos ha tenido cuentas pendientes con Europa” (de Benoist, 2002: 140). Esta idea constituye la espina dorsal del libro de Romolo Gobbi de 2005 Un grand peuple élu (Un gran pueblo elegido), publicado por Parangon. En estos discursos, Estados Unidos es a la vez una potencia imperialista y un vector de desculturización de las poblaciones. Se presenta a fortiori como un antimodelo de sociedad, como una especie de “anticivilización” que impone su cultura o, más bien, su no-cultura: el american way of life. También presentan el liberalismo como una ideología basada exclusivamente en la libertad individual, ya sea económica o política (Power, 1996), una libertad que amenaza los modelos holísticos de las sociedades tradicionales. Esta modernidad se sitúa bajo el signo de la alimentación y la digestión, citando a Nietzsche (Blondel, 2006: 244). Es un mundo materialista y sin sentido, simbolizado por Estados Unidos y expresado en la ideología del neoliberalismo.
Por el contrario, las comunidades neoderechistas proponen una defensa de lo local y de las diferencias frente a la “Macdonaldización” (o “coca-colanización”) del mundo. Esta visión del mundo puede verse en los localistas de extrema derecha (Nueva Derecha e Identitarios), cuya doctrina es un conjunto de ideas apoyadas por ciertos movimientos antiproductivistas, anticonsumistas y ecologistas radicales. Para ellos, el siglo XX, marcado por el modelo estadounidense de desarrollo económico, se está convirtiendo en el siglo del despilfarro.
El rechazo de los derechos humanos
Este rechazo de la hegemonía estadounidense se manifiesta también en un rechazo de los derechos humanos (el tan odiado “derecho humanismo”). En efecto, estos círculos han desarrollado una crítica original contra los derechos humanos, vinculada a su rechazo de Estados Unidos. Esta impugnación del valor de los derechos humanos está vinculada a un rechazo del individualismo de las sociedades liberales, en particular del american way of life. Por último, se perciben como un instrumento de dominación del Occidente blanco, pero sobre todo de Estados Unidos, sobre otros pueblos... Esta crítica tiene una larga historia: Carl Schmitt (1993: 302) escribió ya en 1928 que “los derechos fundamentales en sentido propio no son más que los derechos liberales del hombre como persona individual” y, antes que él, estaban las críticas realizadas por Herder y Burke, por no hablar de las de los contrarrevolucionarios franceses (Berlin, 1988, 1992). De hecho, los derechos humanos son tanto un reconocimiento del individuo como entidad independiente como una aceptación de una forma de universalismo uniforme que se impondría hegemónicamente con independencia de la cultura, la historia y los contextos sociales particulares. Es este lado abstracto del universalismo el que se critica ferozmente. Por último, los derechos humanos también irían en contra de un mundo multipolar, un mundo que defiende el relativismo cultural apreciado por Lévi-Strauss y Jaulin (François, 2013a, 2014). Estos círculos también postulan la idea de que los derechos humanos se han convertido en una ideología, “el derecho humanismo”, habiendo adquirido el estatus de una religión moderna (de Herte, 2002: 3). Así pues, estos autores analizan los derechos humanos como la última religión laica.
Por último, los círculos estudiados constatan la extrema fragilidad de los fundamentos de estos derechos. El centenar de intelectuales consultados antes de redactar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU en 1948, fueron incapaces de ponerse de acuerdo sobre la definición y el contenido de la Declaración. Por último, siguiendo a Claude Lévi-Strauss (1983) y Robert Jaulin (1970, 1995), destacan la contradicción/oposición entre los derechos humanos (unidad del género humano) y los derechos de los pueblos (reconocimiento de la diversidad de las culturas).
Al defender la diversidad cultural y la diferencia frente a la uniformidad occidental, es decir, frente al modelo estadounidense de desarrollo, y el universalismo, los círculos de extrema derecha se ven influidos por el discurso de estos dos antropólogos, a los que citan regularmente. Según estos antropólogos la ideología universalista de los derechos humanos no es más que un factor de deculturación y dominación en el que Occidente se erige en juez moral de la humanidad (Stoczkowski, 2008). En la década de 1970 los derechos humanos se utilizaron como arma contra el bloque soviético. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, escriben, los derechos humanos se utilizaron contra los Estados que se oponían a la voluntad mesiánica y hegemónica de Estados Unidos. Llevando este análisis un paso más allá, estos círculos concluyen que el uso de los derechos humanos por parte de Occidente no es más que un medio de afirmar su superioridad sobre el resto del mundo y, por lo tanto, sobre las sociedades no occidentales. Además, no hay que olvidar que Estados Unidos es movido por una ilusión nacida de la Ilustración, según Pierres-Yves Pétillon (1986: 99): “que todo hombre ‘en el fondo de su corazón’ quiere el bien, que el crimen y la violencia no son más que aberraciones temporales, pasos en falso en el camino que conduce a la felicidad de la humanidad”. La mentalidad estadounidense cree, por lo tanto, que la felicidad humana sólo puede provenir del liberalismo de la Ilustración y de la defensa e incluso imposición de los derechos humanos mediante “guerras justas”.
Ambigüedades frente al Islam
Para una franja de la extrema derecha el islam es una religión viril que lucha contra la feminización creciente de nuestras sociedades, es antioccidental, antimaterialista, antimoderna y cercana a la Tradición (algunos de ellos describen esta religión como un «monoteísmo casi perfecto» [8]), un análisis que es similar al de una franja radical de los católicos franceses (Besançon, 2002).
Desde finales del siglo XIX la extrema derecha francesa siempre ha mantenido una relación ambigua y fascinante con el mundo árabe-musulmán, el cual era visto como una entidad etnorreligiosa homogénea en el contexto de la ola de orientalismo imperante en la época. El escritor antisemita Edouard Drumont, fascinado por esta civilización, soñaba con una alianza entre cristianos y árabes para combatir el judaísmo (Birnbaum, 1993: 96). Algunos antisemitas siguieron sus pasos, entre ellos Henri Rochefort y Abel Clarin de la Rive, director de la revista La France antimaçonnique. El propio Charles Maurras (1940) sucumbió a la arabofilia, como demuestra su Pages africaines, relato de una visita a Argelia en 1935.
Más cerca de nosotros encontramos, por ejemplo, al teórico Claudio Mutti, un italiano que representa el polo tradicionalista-revolucionario, «nazi-maoísta» de la Nueva Derecha italiana (es traductor y editor de textos dedicados a la Guardia de Hierro rumana) y un importante referente de la extrema derecha nacionalista-revolucionaria francesa, escribió en 1985 un artículo sobre su evolución espiritual titulado «Por qué elegí el Islam» (Mutti, 1985 : 37-39) en el que explica las razones de su conversión [9]. Alimentado su tradicionalismo con las teorías guénonianas, consideró lógicamente que «el Islam se me reveló, no como una nueva religión vinculada al medio humano árabe, sino como la forma más reciente (adaptada a las condiciones de la fase actual del ciclo en que vive la humanidad) de la Tradición Primordial de la cual derivan todas las tradiciones indoeuropeas» (Mutti, 1985: 37-39). En otros textos Mutti también hace referencia a la islamofilia de Julius Evola, quien, al igual que Guénon, veía el islam como una forma tradicional completa, es decir, tanto exotérica como esotérica. Además, Evola estaba fascinado por la Yihad y su doble interpretación: la pequeña guerra santa (la guerra material) y la gran guerra santa (la guerra espiritual interior), siendo la Yihad, en su opinión, un «renacimiento tardío de una herencia aria primordial» (Evola, 1987: 19). Este tradicionalismo esotérico es un poderoso estímulo para la fascinación que sienten algunos neoderechistas por esta religión.
Claudio Mutti tiene otro interés en los países árabes: ha apoyado el terrorismo de Estado en algunos países árabes, en particular Libia. En efecto, al igual que otros negacionistas del Holocausto – además de una versión italiana de Los protocolos de los sabios de Sion, Mutti publicó traducciones de Rassinier, Faurisson y Christophersen –, en la década de 1980 mantuvo vínculos con países árabes como Libia. Dirigió la Asociación Italia-Libia, que más tarde se convirtió en la Asociación Europa-Islam (Boutin, 1992: 424). Esta corriente filoárabe incitaba a la yihad en nombre de la lucha contra el «plutojudaísmo» (Duranton-Crabol, 1991: 67). Continuando con el espíritu de esta lucha Claudio Mutti fundó en 1984 la revista neofascista Orion, que más tarde se convirtió en un punto de encuentro para los negacionistas del Holocausto de derechas, pero que también abrió sus páginas a los negacionistas del Holocausto de la ultraizquierda (Milza, 2002: 188). De hecho, Claudio Mutti es un antiguo militante de extrema derecha. También es uno de los mejores expertos en la recepción de la obra de René Guénon en Rumanía y un especialista en Hungría. También es conocido por sus estudios sobre Corneliu Codreanu y la Guardia de Hierro, y sobre el fundador de las Cruces Flechadas, Ferenc Szálasi. Fue cercano al «nazi-maoísta» Giorgio Franco Freda, editor de extrema derecha. Al igual que Mutti, Freda era seguidor de la estrategia de la tensión: estuvo vinculado al grupo terrorista que perpetró el atentado contra la Banca Nazionale dell'Agricultura de Milán en diciembre de 1969. Por lo tanto, la islamofilia de Mutti debe considerarse en el contexto del antisemitismo persistente en los círculos de extrema derecha. En la década de 1980 Mutti desempeñó un importante papel como referente intelectual en las franjas radicales de la extrema derecha francesa, en particular entre los nacionalistas-revolucionarios, los «tradicionalistas-revolucionarios» de la revista Totalité (que se convirtió en una editorial con el nombre de Pardès a principios de la década de 1980) y la tendencia esoterista de la Nueva Derecha. Esta importancia aún puede observarse entre los nacionalistas-revolucionarios franceses de Avatar, que editaron la versión francesa de la revista geopolítica Eurasia de Mutti (tres números publicados entre 2006 y 2009) [10] (François, 2011).
En la extrema derecha también encontramos una arabofilia vinculada a una forma de tercermundismo bajo la influencia de las teorías del teórico belga Jean Thiriart. Thiriart nunca se interesó por el Islam porque apoyó a los regímenes nasserianos y baasistas: toda su vida abogó por una alianza con los nacionalistas árabes, en particular sirios y palestinos, en un intento de «liberar» Palestina y Europa de una supuesta ocupación sionista-estadounidense. Sus simpatías por los regímenes laicos árabe y turco se explican, entre otras cosas, por su inquebrantable odio al Islam. A pesar de ello, tuvo discípulos fascinados por esta religión. Uno de ellos fue el francés Christian Bouchet, que es pro-iraquí y pro-libio. En 2002 publicó un estudio sobre el islamismo en el que minimizaba su peligrosidad: «Hoy, Occidente tiembla ante el islamismo, que se ha convertido en una mera sombra de su antigua grandeza. [...] Seamos claros. El islamismo, tal como lo hemos definido, sigue existiendo y sigue siendo capaz de movilizar multitudes. Sus elementos más extremistas son capaces de organizar operaciones mediáticas impresionantes. Eso es cierto. Pero los jóvenes iraníes o los jóvenes pakistaníes (o incluso, en menor medida, los jóvenes afganos) tienen todos un pariente cercano o lejano en el extranjero y todos, o casi todos, ven canales por satélite. El mundo moderno y sus valores no les son extraños. [...] En los países donde ha llegado al poder, el islamismo no ha “cambiado la vida”, no ha creado una alternativa al mundo moderno, sino que se ha limitado a revestir la modernización de la sociedad con un manto de moralidad. En este sentido, ha sido un fracaso total, razón por la cual acabará desapareciendo» (Bouchet, 2002: 109-110).
Christian Bouchet, actualmente miembro del FN, representa a la minoría proárabe y promusulmana del partido. En 2007 dio una conferencia sobre «Islam y lucha nacional» dentro de la asociación Égalité et Réconciliation (Bouchet, 2008). También fue durante un tiempo amigo del ensayista Alain Soral y colaboró en la desaparecida revista bimestral Flash.
Un amigo cercano de Bouchet, Arnaud Guyot-Jeannin, discípulo católico de Guénon y Evola y antiguo miembro de la Nueva Derecha, publicó un artículo de opinión en el número 7 de la revista Flash en el que sostenía que la islamofobia tenía que desaparecer (Guyot-Jeannin, 2009: 10). Según Guyot-Jeannin esta actitud está relacionada con el deseo de Estados Unidos de encontrar un nuevo chivo expiatorio tras la desaparición de la URSS. El punto principal que se desprende de este artículo es que Arnaud Guyot-Jeannin condena la «americanización» del mundo, el «globalismo centrado en Estados Unidos», y ve al islam como un aliado en esta lucha. De hecho, numerosos tradicionalistas de extrema derecha se han convertido al Islam, odiando a Occidente, el materialismo y el ateísmo tanto como los islamistas [11].
Otros autores de extrema derecha no comparten necesariamente esta línea, sobre todo en la cuestión del islamismo. El caso de Alexandre del Valle, ensayista que se autodefine como «geopolítico», ofrece un ejemplo interesante. Este autor, cuyo verdadero nombre es Marc D'Anna, empezó publicando sus escritos en la revista pagana de extrema derecha Muninn y en la revista neonazi Réfléchir et Agir, y participó en varios actos militantes organizados por grupos de extrema derecha en la década de 1990, como las universidades de verano de Synergies européennes (movimiento disidente de la Nueva Derecha) ; el Forum de la Nation de Lyon en 1999, coorganizado por l'œuvre Française y en el que participaron Pierre Sidos, el antiguo SS Jean Castrillo y el revisionista Vincent Reynouard; y una reunión del Forum Jeunesse Lepéniste en enero de 2002 (Monzat, 2002). Desde entonces Del Valle se ha pasado a las filas de la UMP, donde ha fundado el movimiento La Droite Libre, que se presenta como un movimiento de «derecha sin complejos». Su primer libro, publicado originalmente en 1997 y titulado Islamisme et États-Unis, une Alliance contre l'Europe (Islamismo y Estados Unidos, una alianza contra Europa), establece el vínculo entre una religión musulmana presentada como fundamentalmente agresiva (en el libro se hace referencia al profeta Mahoma como el «primer islamista») y la instrumentalización política de esta religión por parte de la «democracia totalitaria» de Estados Unidos, que fomenta el islamismo (fundamentalmente compatible con el capitalismo globalizado) para obligar a las naciones europeas a integrarse definitivamente en el orden euroatlántico bajo dominio estadounidense (Del Valle, 1997). Siguiendo la visión totalizadora tradicional de la geopolítica, en la que «todo está conectado», los movimientos sociales de diversa índole (auge del islam político, aparición del fenómeno yihadista internacional) se asocian a la mano invisible pero deliberada de Estados Unidos, que fomenta conscientemente el «fascismo verde».
Aunque Del Valle atenuó su retórica antiamericana tras los atentados del 11 de septiembre (acercándose a la derecha conservadora israelí), su caballo de batalla sigue siendo la lucha contra el islamismo, que utiliza para interpretar los peligros que, en su opinión, supondría la entrada de Turquía en la Unión Europea (Del Valle, 2004). Del Valle ya no proclama, como solía hacerlo, la alianza entre Estados Unidos y el islamismo, pero su interpretación sigue siendo frecuente en los círculos de extrema derecha. Por ejemplo, el sitio web conspirativo Réseau International anunció recientemente que tenía «pruebas» de que Estados Unidos apoyaba de hecho al grupo Daesh en Irak en lugar de combatirlo [12], mientras que Thierry Meyssan afirmaba que la CIA había creado ese grupo [13].
Es en este contexto de ambivalencia hacia el islam donde hay que entender la polémica que agitó a la extrema derecha en 2014 en torno al Manifiesto por una nueva política exterior francesa, que se presentaba como una posible doctrina del FN sobre el tema (Chauprade, 2014). En este texto, Aymeric Chauprade escribía que el 11 de septiembre era la consecuencia de la «probable connivencia entre el Estado profundo estadounidense y el Estado profundo saudí», y la continuación lógica de la «monstruosa alianza nacida en la guerra de Afganistán», una posición en línea con sostenida por Del Valle en 1997. Sin embargo, en el mismo texto, se declaraba partidario de la participación de Francia en los ataques contra el grupo Estado Islámico y de un acercamiento a Israel en nombre de la lucha contra el islamismo (línea Del Valle post 11-S), propuesta por la que fue duramente criticado por quienes consideran que el principal enemigo sigue siendo el imperialismo estadounidense-sionista. Para los partidarios de este planteamiento hay que distinguir entre los «buenos» musulmanes conservadores y patriotas y los «islamo-vagabundos», «esta nueva generación de perdedores [...], portadores de una ideología liberal estadounidense y delincuentes, que extienden ahora su odio revanchista hacia una Francia colonial que nunca lo fue en vida a través de un salafismo adocenado y superficial» (Soral, 2011: 233-234). Esto nos lleva a cerrar el círculo: puesto que el islamismo es en última instancia una invención estadounidense se hace posible oponerse a él sin contravenir una cierta arabofilia de la extrema derecha y reinterpretar los recientes acontecimientos en términos de alianza objetiva entre Estados Unidos y el islamismo. En este contexto, es perfectamente comprensible el apoyo mostrado por un amplio sector de la extrema derecha a Bashar el Assad, que tiene la doble ventaja de resistir al imperialismo estadounidense mientras cuenta con el apoyo de Moscú, y de ser presentado como un baluarte contra el islamismo.
Conclusión
Como hemos demostrado, existe una verdadera coherencia en el análisis antiimperialista y geopolítico de las relaciones internacionales desarrollado por cierta extrema derecha. Los debates en el seno de esta corriente se centran en la interpretación de ciertos acontecimientos en función de la trama, pero no ponen en tela de juicio las propias categorías de análisis. Por su lógica interna y la reducción de la complejidad internacional a unos pocos criterios explicativos (el papel de Estados Unidos, la importancia del determinismo geográfico), esta lectura puede ser tanto más seductora cuanto que se basa en un antiimperialismo compartido por numerosas culturas políticas francesas (en particular la extrema izquierda y ciertas corrientes neogaullistas) y favorece las interpretaciones conspirativas y deterministas de los acontecimientos internacionales susceptibles de atraer a cierto público ávido de información «alternativa». Comprender la visión del mundo de la extrema derecha es, por lo tanto, una clave para entender el atractivo actual de esta tendencia.
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Notas
[1] Cf. http://www.egaliteetreconciliation….. Consultado el 15 de octubre del 2011. Ver también la campaña de Égalité & Réconciliation «Pour un Chavez français», http://www.egaliteetreconciliation….. Consulté le 22 mai 2012.
[2] Video disponible en http://www.youtube.com/watch?v=R5eXYWRWqFs#t=260. Consulté le 16 mars 2015.
[3] http://www.egaliteetreconciliation.fr/Alain-Soral-sur-le-bras-de-fer-entre-la-Russie-de-Poutine-et-le-camp-occidental-29459.html. Consulté le 16 mars 2015.
[4] Gilbert Dawed es un antiguo militante nacionalista revolucionario y solidarista. Es un palestino cristiano que se describe a sí mismo como un «fascista de izquierdas» (se posicionó contra el «imperialismo yanqui», apoyando a los norvietnamitas y a los palestinos), fue miembro del Front des Étudiants Nationalistes (FEN), del Groupe Action Jeunesse (GAJ) y del Mouvement National-Révolutionnaire (MNR) de Jean-Gilles Malliarakis a mediados de los años setenta. Ha sido cercano a los círculos nacionalistas-revolucionarios italianos desde la década de 1970 y ahora publica la revista Eurasia de Mutti a través de su editorial Avatar. También fue uno de los fundadores de la Red Radical en 2002. Por último, estuvo detrás del uso del keffiyeh en los círculos nacionalistas. (Chatillon, Lagane, Marchal, 1995: 97).
[5] El sitio web de Aymeric Chauprade, por ejemplo, se llama Realpolitik, lo que sugiere un análisis supuestamente desapasionado y objetivo de los intereses «reales» de Francia.
[6] http://www.la-dissidence.org/2014/03/26/la-charte-de-la-dissidence-francaise/. Consultado el 16 marzo del 2015.
[7] http://frontnational.com/le-projet-de-marine-le-pen/politique-etrangere/notre-politique-etrangere/. Consultado el 16 marzo del 2015.
[8] Vel por ejemplo el n°8 de Totalité, 1979. Su sumario es bastante elocuente: Antonio Medrano, «L’Islam et l’Europe. La valeur de la Tradition islamique pour la révolution européenne» ; Claudio Mutti, «Quand l’Europe brûle à Téhéran… La Tradition contre le monde moderne» ; Feirefiz (pseudonyme de Claudio Mutti), «Les communautés musulmanes d’Europe» y «Bibliographie islamique».
[9] Claudio Mutti se convirtió bajo el nombre de Omar Amin.
[10] La versión italiana sigue publicándose. Su número 36 apareció en invierno de 2014. Tiene un sitio web: http://www.eurasia-rivista.org/. Consulté le 17/03/2015.
[11] Cf. nota n°8.
[12] http://reseauinternational.net/laide-americaine-a-daesh-se-confirme-des-marines-et-des-helicopteres-apaches-chez-les-djihadistes/. Consultado el 16 marzo del 2015.
[13] http://voltairenet.org/article186993.html. Consultado el 16 marzo del 2015.
#extrema derecha#relaciones internacionales#antiimperalismo#historia#pensamiento#nueva derecha#tradicionalismo#islam#occidente#estados unidos
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«La ética, en la medida en que surge del deseo de decir algo sobre el sentido último de la vida, sobre lo absolutamente bueno, lo absolutamente valioso, no puede ser una ciencia. Lo que dice la ética no añade nada, en ningún sentido, a nuestro conocimiento. Pero es un testimonio de una tendencia del espíritu humano que yo personalmente no puedo sino respetar profundamente y que por nada del mundo ridiculizaría.»
Ludwig Wittgenstein: «Conferencia sobre ética », en Doce textos fundamentales de la Ética del siglo XX (Carlos Gómez, ed.). Alianza Editorial, pág. 150. Madrid, 2014
TGO
@bocadosdefilosofia
@dias-de-la-ira-1
#wittenstein#ludwig wittgenstein#atomismo lógico#lenguaje#filosofía del lenguaje#lógica#proposición#sentido#teoría isomórfica del sentido#teoría referencialista#significado#ética#doce textos fundamentales de la ética del siglo XX#ciencia#mundo#valor#espíritu humano#conocimiento#respetabilidad#filosofía contemporánea#teo gómez otero
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Holaa.
Mi nombre es ASTER BEAR.
La tarea la semana pasada en la universidad trato sobre el cambio constante que han tenido los cuerpos desde la epoca mesopotamica hasta nuestros tiempos actuales.(hare otro post acerca hablando de ello) y hacer un video caracterizandonos de alguna epoca, elegi la epoca victoriana.
y diras...
¿Esto en que afecta a la moda y las tendencias?
Pues mucho ya que en cada epoca que paso hubo un cuerpo que fue definido estandar de belleza como en pleno 2024 que se dice de la inclusion de cuerpos(aunque en pasarelas siguen usando de referencia el cuerpo iconico de twiggy de los años 60's.
En base a eso se hace un gran estudio de mercado sobre que se va a proponer y usar en futuros años.
Un ejemplo, en Mexico(No se si en todo LATAM y otros paises hispanohablantes sea asi) hay una moda llamada coquette antes de que solo le cambiaran el nombre fue lolita style y antes de ese era estilo romantico en 2014 tambien usaron los mismos moños y faldas Corte A con zapatos Mary Jane y si nos vamos mas atras uno de sus origines principales es en el la epoca del movimiento artistico barroco ( año de 1650-1750) lo cual tiempo despues el rococo fue un barroco tardio.
Tomando en cuenta el antes en esas epocas eran cuerpos curvy's, piel de porcelana y piel muy palida(por los productos que contenian arsenico o las enfermedades como tuberculosis para verte mas palida) pero, ¿que tiene que ver eso en pleno 2024?. pues que estamos en una epoca donde el skincare es muy importante en la vida diaria de la mayoria de personas tanto asi que se ve la tendencia de los sephora kids y los cuerpos cuidados y tonificados por la actividad fisica.
Entonces en conclusion.
La moda es ciclica ,no se transforma, solamente evoluciona y se adapta a las necesidades de la epoca.
Gracias por leerme
#heyasterbear #asterbear
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Celebridades de edad media, se alimentan de esta tendencia, formando parte de esta revelación femenina con elegancia y autenticidad.
“Do my t*ts bother you? They’re covered in Swarovski crystals, girl”
Council of Fashion Designers of American Fashion Awards ay Lincoln Center in New York. 2014
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La radio no muere en la antena. Podcasting y estrategias de difusión a la carta en emisores generalistas
Con la idea en mente de avanzar con los tiempos modernos, las radios generalistas españolas han transformado su estrategia de difusión, incorporando el formato podcast y difusión de programas a través de la web y aplicaciones. La llamada radio a la carta es la vía imprescindible de distribución, haciendo especial hincapié en sus espacios con mayor audiencia: los magacines matinales. Estas nuevas formas de escucha pretenden mantener a la audiencia habitual dándoles una segunda vida a los programas, e intentar captar oyentes entre los nativos digitales.
La radio se caracteriza por su resiliencia, su capacidad de adaptación. Con los años ha ido perfeccionando sus análisis de audiencia incorporando a su vez procesos de producción y distribución acordes a la época. Con la digitalización las emisoras generalistas se han reinventado y han visto en el podcasting una oportunidad de oro para el futuro, buscado la fidelización de un público aun esquivo; los jóvenes.
Estos podcasts vienen de la mano de Internet y las páginas web, una herramienta útil que cada vez es más clave; “el futuro de la radio es Internet, no en Internet” (Berry, 2014). Desde 2001, el podcast ha tenido su propia evolución, pasando por distintas eras. La cadena ser empezó a utilizar este formato en 2005, al igual que COPE. En 2009 todas las emisoras generalistas estaban utilizando este formato, en una tendencia in crescendo. No fue hasta la década de los 20 cuando las cadenas españolas entendieron que la radio a la carta era imprescindible para su crecimiento, incidiendo especialmente en sus contenidos con más audiencia (magacines matinales). Pero la era del big podcasting ya había empezado, y en los últimos años la audiencia del podcast ha incrementado exponencialmente. Además, se han recuperado géneros descuidados como la ficción sonora o el gran reportaje.
Por otra parte, ha habido un incremento latente en la labor de procesado, al dotar de contenido audiovisual a los distintos productos en el terreno web, trabajando el posicionamiento en buscadores y cuidando el material publicado en redes sociales. Podcast e Internet se conciben ahora como elementos indispensables para distribuir el contenido de la radio, ya que permiten alargar la vida de los programas en directo y ofrecen un espacio concreto donde hacer piezas con más tranquilidad y trabajadas a nivel sonoro y literario.
A pesar de la evolución de los medios de comunicación a lo largo de las últimas décadas, entre las principales emisoras generalistas siempre ha habido un cierto distanciamiento. Y es que cadenas como la SER persiguen una comunicación más adaptada a un público joven, con un contenido más centrado en el entretenimiento y en el humor en sus podcasts. Todas van probando sistemas de emisión del contenido a la carta. Sin ir más lejos, la aplicación móvil de la COPE organiza sus programas como "horas completas", algo que le diferencia de la competencia. Este distanciamiento finalmente concluye en una misión colectiva de supervivencia en el sector de la comunicación.
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El mundo gamer
Durante bastante tiempo ha sido complicado señalar cual fue el primer videojuego, principalmente debido a las múltiples definiciones de este que se han ido estableciendo, pero se puede considerar como primer videojuego el Nought and crosses, también llamado OXO, desarrollado por Alexander S.Douglas en 1952
Los años 80 comenzaron con un fuerte crecimiento en el sector del videojuego alentado por la popularidad de los salones de máquinas recreativas y de las primeras videoconsolas aparecidas durante la década de los 70
En los 90s llegaron entregas como
Resident Evil
DOOM
Half-Life
Super Mario 64
Metal Gear Solid
The Secret of Monkey Island
The Legend of Zelda: Majora's Mask
Silent Hill
Siendo Tetris para la gameboy la mas vendida en su epoca
En el 2000 Sony lanzó la anticipada PlayStation 2 y Sega lanzó otra consola con las mismas características técnicas de la Dreamcast, nada más que venia con un monitor de 14 pulgadas, un teclado, altavoces y los mismos mandos llamados Dreamcast Drivers 2000 Series CX-1.
Microsoft entra en la industria de las consolas creando la Xbox en 2001.
Nintendo lanzó el sucesor de la Nintendo 64, la Gamecube, y la primera Game Boy completamente nueva desde la creación de la compañía, la Game Boy Advance. Sega viendo que no podría competir, especialmente con una nueva máquina como la de Sony, anunció que ya no produciría hardware, convirtiéndose sólo en desarrolladora de software en 2002
algunos eventos de los videojuegos a lo largo de los 2000 a 2009 fueron
04/02/2000- Los Sims salen a la venta
31/01/2001- SEGA abandona el desarrollo hardware
23/11/2004- Sale a la venta World of Warcraft
27/04/2005- Nintendogs consigue un 40/40 en la Famitsu
15/09/2005- Desvelado mando de la Wii
8/05/2006- Sony anuncia que PlayStation 3 valdrá 600 dólares
12/12/2006- Dragon Quest, anunciado para DS
10/07/2008- Apple lanza la App Store
14/07/2008- Final Fantasy XIII, también para la 360
25/03/2009- Los videojuegos, declarados bien cultural por el Congreso
en 2011 salieron Títulos como 'Killzone 3' (PS3), 'Crysis 2' (PS3, Xbox 360, PC), 'Conduit 2' (Wii), 'Rage' (PS3, Xbox 360, PC), 'Dead Island' (PS3, Xbox 360, PC), 'Call of Duty: Modern Warfare 3' (PS3, Xbox 360, PC, Wii), 'Resistance 3' (PS3), 'Battlefield 3' (PS3, Xbox 360, PC), 'Gears of War 3' (Xbox 360) y 'Homefront' (PS3, Xbox)
Lanzamientos en 2011
Uncharted 3' (PS3), 'Batman: Arkham City' (PS3, Xbox 360, PC), 'inFamous 2' (PS3), 'Deus Ex: Human Revolution' (PS3, Xbox 360, PC), o 'Assassin's Creed: Revelations' (PS3, Xbox 360, PC)
y el lanzamiento del que hoy en dia es uno de los juegos mas queridos por la comunidad MINECRAFT
2012
ZombiU.
Spec Ops: The Line.
Journey.
Escape Plan.
Far Cry 3.
Mass Effect 3.
Halo 4.
Borderlands 2.
FNAF
2013
Grand Theft Auto V.
Assassin's Creed IV: Black Flag.
Pokémon X/Y.
Gone Home.
Animal Crossing: New Leaf.
The Last of Us.
Pikmin 3.
Bioshock Infinite.
2014 lanzamiento del play4 y xbox one que debutaron por todo lo alto este año que termina. La primera siguiendo su tendencia de ser "la consola para jugadores", la segunda con una apuesta más arriesgada pero igual de atractiva unificando juegos con televisión digital y muchas opciones de multimedia
2015 donde call of duty black ops lll fue el juego mas famoso de ese
2017
1.) God of War (PS4, Sony Interactive Entertainment)
2.) Red Dead Redemption 2 (PS4 / Xbox One, Rockstar Games)4). Detroit: Become Human (PS4, Sony Interactive Entertainment)
5.) Marvel's Spider-Man (PS4, Sony Interactive Entertainment)
6.) Battlefield V (PS4 / Xbox One / Windows, Electronic Arts)
7.) Fortnite
2020
Animal Crossing: New Horizons. Plataforma: Nintendo Switch
Astro's Playroom
DOOM Eterna
Final Fantasy VII Remake
Microsoft Flight Simulator
Ori and the Will of the Wisps
The Last of Us Parte II
Valorant
acompañado del lanzamiento del play station 5 y el Xbox series X/S
2023
proximos a estrenarse
Marvel's Spider-Man 2 (PS5)
Super Mario Bros. Wonder (Switch)
Cities: Skylines 2 (PC)
Metal Gear Solid: Master Collection - Volumen 1 (PC, PS5, Switch, Xbox Series X/S)
The Lord of the Rings: Return to Moria (PC, PS5)
Ghostrunner 2 (PC, PlayStation 5, Xbox Series X/S)
Alan Wake 2 (PC, PS5, Xbox Series X/S)
EA Sports UFC 5 (PC, PS5, Xbox Series X/S)
Jusant (PC, PS5, Xbox Series X/S)
ARK: Survival Ascended (PC, PS5, Xbox Series X/S)
Phasmophobia (PS5, Xbox Series X/S)
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La anti-política es un veneno
El gran descontento de la población se expresa en el apoyo electoral a los candidatos que más despotrican en contra del ‘statu quo’.
Moisés Naím, 15/12/2024
Estar en el poder -o cerca del mismo- siempre fue una ventaja para los candidatos en busca de votos. Ya no. Este 2024 fue el primer año en el cual el partido en el poder vio caer su porcentaje de votos en todas y cada una de las elecciones que se llevaron a cabo en los países desarrollados del mundo. Algo inaudito.
No se trata sencillamente del cambio pendular entre derechas e izquierdas que siempre ha marcado a las sociedades democráticas. Se trata de un cambio más profundo, en el cual cada vez más electores apoyan a partidos que desechan muy alejados de los consensos fundamentales que sustentan la estabilidad democrática. Se decantan por extremismos marcados no tanto por su tendencia ideológica sino por su rechazo visceral contra todos aquellos que hayan manejado -o manejan- el poder.
Se trata de la anti-política -el desprecio generalizado no por este partido o aquel líder, sino por el sistema político como tal. Bajo la bandera de aquella pinta porteña ¡que se vayan todos!- la anti-política se convierte en un nihilismo politizado, una desconfianza férrea contra el poder que imposibilita la convivencia democrática.
Es un fenómeno global parecido a una pandemia política. En Europa, la extrema derecha ha pasado de ser un fenómeno marginal a ser una de las principales fuerzas políticas en Austria, Francia, Hungría, Italia, los Países Bajos, Polonia y Suecia. Figuras antisistema se han hecho con el poder en Argentina, Colombia, El Salvador y México.
El etnonacionalismo ha tomado el poder y socavado las instituciones democráticas en Israel, India y Turquía. Incluso Canadá se apresta para elegir a un populista de derecha como primer ministro.
El analista norteamericano Martín Gurri describió claramente lo que vendría en ‘La rebelión del público’, su libro de 2014. Gurri advertía que el internet desestabilizaría las democracias de occidente al visibilizar y energizar los descontentos que siempre habían existido en la sociedad. El resultado, advertía, sería una profunda crisis de autoridad producto de una esfera pública en la que todo el mundo está furioso con el Gobierno todo el tiempo, y mientras más extremo sea el discurso del outsider, más cala en el electorado.
Es así cómo debemos interpretar el triunfo político de Donald Trump. Lo que está pasando en Estados Unidos ocurre dentro de un contexto global en el que el más estridente siempre lleva la ventaja.
Martín Gurri argumenta que no es que la gente se haya enfadado repentinamente contra sus gobernantes, sino que las nuevas tecnologías digitales potencian la frustración que siempre ha existido y exacerban el conflicto. Además, en muchos casos, ya no hay vías de retorno al arreglo informativo de antaño. Antes, los pueblos solían aceptar pasivamente lo que las élites en control del Estado, del aparato informativo y de las Fuerzas Armadas decidían transmitirles. Ese mundo se fue y no volverá.
Lo que no ha desaparecido son las crecientes expectativas de los votantes. En todas partes, estas están aumentando a una velocidad superior a la que crece la capacidad del Estado para satisfacerlas.
Así, los Gobiernos se ven obligados a operar en sistemas políticos en los cuales cada vez hay más grupos y hasta líderes individuales que han adquirido la capacidad de bloquear las iniciativas de sus rivales. Estas vetocracias -como las llamó Francis Fukuyama- tienden a ser paralizantes, ya que actores políticos con poder de veto pueden bloquear las iniciativas de sus rivales a pesar de no contar con el poder necesario para imponer su propia agenda.
El resultado es el juego político estancado y un gran descontento de la población, que se expresa a través del apoyo electoral a los candidatos que más agresivamente despotrican en contra del ‘statu quo’. En un mundo en el cual todo el que esté descontento tiene un megáfono, los electorados van dando tumbos ciegamente de extremo a extremo, impulsados únicamente por el imperativo de adversar a quien gobierna.
Frente a estos desafíos, la respuesta no es abandonar la democracia, sino actualizarla. Las instituciones deben evolucionar para ser más transparentes, competentes y participativas, rompiendo las distancias entre gobernantes y gobernados. Iniciativas como los presupuestos participativos, los referéndums locales y las asambleas ciudadanas pueden acercar la toma de decisiones a la gente, reduciendo la brecha de desconfianza ante estos grupos. Al mismo tiempo, hay que fortalecer los mecanismos de control y equilibrio para garantizar que incluso los líderes más populistas respeten los principios democráticos. El descontento no se va a acabar, ni se va a callar, pero sí se puede canalizar para generar una manera más efectiva de gobernar. No va a ser fácil, pero hay que intentarlo.
Fuente: MSN
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¡Mar!
Para acompañar el aprendizaje en clases, se nos entregaron una serie de lecturas semanales. No todas me fascinaron de la misma forma. Algunas me las devoré y otras apenas las terminé. Sin embargo, mientras más las dejo marinar, más sentido me hacen todas.
En esta mirada, creo que es muy apropiado que las primeras lecturas sean de quien inspiró el magíster, Mar de Fontcuberta. Acá nuevamente toman brío las palabras de las docentes, que invitaron a habitar los saberes que nos anteceden, los "recorridos previos del lugar al que yo llego" (Uranga, 2024).
"Esta flexibilidad que caracteriza a la comunicación y educación puede deberse, en parte, a que haya nacido como un espacio interdisciplinario de investigación-reflexión-acción, adelantándose en ese mismo sentido -y por mucho en el tiempo- a la tendencia actual practicada en los centros de investigación de referencia desde “el valor de lo interdisciplinario”" (Condeza & Fontcuberta, 2014)
"Hablar de la sociedad del conocimiento supone dar un paso adelante respecto de la idea de sociedad de la información. La diferencia fundamental entre una y otra es que la segunda está constituida por datos y la primera por significados que aportan sentido a aquellos datos". (Fontcuberta, 2003, p. 17).
La cita a continuación, a más de 20 años de su pensamiento original, resuena cada vez con más fuerza.
"El primer desafío que debe afrontarse en la educación del siglo XXI es un cambio de mentalidad y actitud, tanto en los alumnos como en los profesores. Frente a la identificación tradicional de la educación como la transmisión de conocimientos, se impone un nuevo concepto: el de la gestión del conocimiento". (Fontcuberta, 2003, p. 23).
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Art Toys Movement: History of Art Toys #4
Questioning Art Toy Gama #4
Can we pinpoint that the Art Toys Movement is not homogeneous today, since it includes artists from various disciplines? In addition, at its roots there is a mixture of diverse tendencies, activities and sensibilities…
¿Podríamos considerar que el Movimiento Artístico de los Art Toys no es homogéneo en la actualidad, ya que incluye artistas de diversas disciplinas? Además de que, en sus raíces, existe una mezcla de tendencias, actividades y sensibilidades diversas
Sergio Pampliega Campo & Cristina A. del Chicca are members co-founders of Art Toy Gama Collective since 2014
Art in photo by Celipe Perroloco from Spain
#art toys#designer toys#art toy gama#juguetes de autor#art toy maison#art toys españa#art toys spain#juguetes de arte
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Tecnologías exponenciales - 2019 Los frameworks exponenciales son estructuras conceptuales que permiten analizar y comprender cómo ciertas tecnologías, tendencias o innovaciones pueden crecer y escalarse de manera exponencial, es decir, con una velocidad y alcance cada vez mayor. Sacling Up: Scaling Up es un sistema de gestión empresarial diseñado para ayudar a las compañías a pasar de la etapa de startup a convertirse en una empresa de gran escala. Se basa en la idea de que el crecimiento no es solo aumentar las ventas, sino también desarrollar la capacidad de la organización para manejar ese crecimiento de manera eficiente y sostenible.
Escrito en 2014, como una reescritura sustancial de su libro anterior llamado "Mastering the Rockefeller Habits". Esta es una guía muy práctica para fundadores, propietarios, altos directivos, ejecutivos y líderes de empresas que aspiran a un rápido crecimiento.
El propósito central de una empresa como Nike va mucho más allá de simplemente vender productos deportivos. Si bien la generación de ganancias es fundamental para cualquier negocio, Nike ha construido su identidad en torno a una misión más profunda e inspiradora.- El propósito central de Nike se puede resumir en: Inspirar a los atletas del mundo: Nike busca motivar a todas las personas, sin importar su nivel de habilidad o experiencia, a alcanzar su máximo potencial a través del deporte. La marca se ha posicionado como un símbolo de superación personal, esfuerzo y pasión. Innovar constantemente: La innovación es un pilar fundamental en la estrategia de Nike. La empresa invierte constantemente en investigación y desarrollo para crear productos que mejoren el rendimiento de los atletas y ofrezcan nuevas experiencias. Crear una comunidad: Nike ha construido una comunidad global de atletas y amantes del deporte. A través de sus campañas publicitarias, patrocinios de deportistas de élite y eventos deportivos, la marca fomenta un sentido de pertenencia y conexión entre las personas.
Fórmula ExO (empresas exponenciales): Beneficios de Adoptar la Fórmula ExO. Las empresas que adoptan la fórmula ExO pueden experimentar los siguientes beneficios: Crecimiento acelerado: Las ExO pueden crecer a un ritmo mucho más rápido que las empresas tradicionales. Mayor agilidad: Son más capaces de adaptarse a los cambios del mercado y a las nuevas tecnologías. Mayor impacto: Pueden generar un impacto social y ambiental más significativo. Mayor innovación: Fomentan una cultura de innovación constante. Abundancia La abundancia se refiere a una situación en la que hay una cantidad más que suficiente de algo, ya sea un recurso, una idea o una oportunidad. Es lo opuesto a la escasez y sugiere una gran disponibilidad. En el contexto empresarial: Significa que en el mundo digital, los recursos (información, tecnología, talento) son cada vez más accesibles y abundantes. Esto permite a las empresas innovar y crecer a un ritmo más rápido y eficiente. Escalar implica aumentar la magnitud o el tamaño de algo de manera progresiva. En el ámbito empresarial, se refiere a hacer crecer un negocio, ya sea en términos de ingresos, clientes, productos o servicios. Tipos de escalamiento: Horizontal: Aumentar la producción o los servicios existentes. Vertical: Agregar nuevos productos o servicios a la oferta actual. Geográfico: Expandirse a nuevos mercados o regiones. MTP (Propósito Transformador Masivo)El MTP es un propósito claro y ambicioso que va más allá de los objetivos comerciales tradicionales. Es un motivo inspirador que guía a una organización y a todas las personas involucradas en ella. Características: Transformador: Tiene el potencial de cambiar el mundo de manera significativa. Masivo: Impacta a un gran número de personas o a una escala global. Inspirativo: Motiva a los empleados y a los clientes a unirse a la causa. Las 6D de Peter H. Diamandis: "Un Modelo para el Crecimiento Exponencial". Las 6D representan seis etapas clave por las que atraviesan las organizaciones en su camino hacia la exponencialidad. Las 6D de Peter H. Diamandis: Un Modelo para el Crecimiento Exponencial. Peter H. Diamandis, reconocido futurista y emprendedor, junto a Steven Kotler, desarrollaron un modelo que describe el camino que siguen las empresas para alcanzar un crecimiento exponencial a través de la transformación digital. Este modelo se conoce como las 6D.Las 6D representan seis etapas clave por las que atraviesan las organizaciones en su camino hacia la exponencialidad. Digitalización: Es el primer paso, donde la información se convierte en formato digital, permitiendo su almacenamiento, procesamiento y distribución a gran escala. Decepción: En esta etapa, el crecimiento exponencial parece lento al principio, ya que las curvas exponenciales son lentas al inicio. Sin embargo, es fundamental mantener la visión a largo plazo. Disrupción: Aquí es donde la tecnología digital comienza a transformar industrias y modelos de negocio. Las empresas que adoptan estas nuevas tecnologías pueden desbancar a las tradicionales. Desmonetización: Los costos de producción y distribución disminuyen drásticamente gracias a la tecnología, lo que lleva a una reducción en los precios y a nuevos modelos de negocio. Desmaterialización: Los productos físicos son reemplazados por versiones digitales, lo que reduce costos y aumenta la eficiencia. Democratización: El acceso a la tecnología y a la información se vuelve más democrático, permitiendo que más personas participen y creen. ¿Qué significa esto en la práctica? Velocidad: Las empresas que siguen este modelo pueden crecer a un ritmo mucho más rápido que las tradicionales. Innovación: La digitalización fomenta la innovación constante y la creación de nuevos productos y servicios. Escalabilidad: Los modelos de negocio digitales son más fáciles de escalar a nivel global. Impacto: Las empresas exponenciales tienen el potencial de generar un impacto social y económico significativo. En resumen, las 6D de Diamandis ofrecen un marco conceptual para entender cómo las empresas pueden aprovechar las tecnologías digitales para transformar sus negocios y alcanzar un crecimiento exponencial. Es una guía útil para aquellos que buscan innovar y competir en un mundo cada vez más digitalizado. Los frameworks exponenciales son estructuras conceptuales que permiten analizar y comprender cómo ciertas tecnologías, tendencias o innovaciones pueden crecer y escalarse de manera exponencial, es decir, con una velocidad y alcance cada vez mayor. Algunos ejemplos de frameworks exponenciales: 1. Ley de Moore: La potencia de los procesadores se duplica aproximadamente cada 2 años, lo que lleva a una mayor eficiencia y reducción de costos. 2. Crecimiento viral: Las redes sociales y las plataformas de contenido pueden crecer rápidamente a medida que más usuarios se unen y comparten contenido. 3. Efecto red: La valoración de una red aumenta exponencialmente con la cantidad de usuarios conectados. 4. Aprendizaje automático: Los algoritmos de inteligencia artificial mejoran su precisión y eficacia a medida que se alimentan con más datos. 5. Economía de escala: Las empresas pueden reducir costos y aumentar la eficiencia a medida que crecen y escalan. 6. Innovación disruptiva: Nuevas tecnologías o modelos de negocio pueden revolucionar industrias enteras. 7. Crecimiento exponencial de datos: La cantidad de datos generados y almacenados crece exponencialmente. 8. Conectividad global: La interconexión global permite el flujo de información. 9. Bioteconología: Avances en genómica, proteómica y otras áreas. 10. Energ��a renovable: Crecimiento en eficiencia y reducción de costos. Estos frameworks exponenciales pueden ayudar a emprendedores, inversores y líderes a identificar oportunidades de crecimiento y innovación.
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Premio Princesa de Asturias de las Letras y los clubes de lectura
La Fundación Princesa de Asturias, como viene haciendo los últimos años, ha organizado dos encuentros de clubes de lectura, del Principado y de otras comunidades invitadas, con sus galardonados. El primero se organiza cada año con la persona que recibe el Premio de las Letras, este año la autora rumana Ana Blandiana.
El segundo, programado de forma excepcional, ha sido con John Banville y Leonardo Padura, premiados en 2014 y 2015, respectivamente.
El club de lectura Con mucho gusto, organizado en la Biblioteca Reina Sofía, estuvo representado en estos encuentros de 2024 por cinco estudiantes.
Uno de ellos, Alejandro Díez nos ha escrito una reseña de esta actividad:
Cómo vivió el Club de Lectura “Con Mucho Gusto” los Premios Princesa de Asturias Cada año tiene lugar en Asturias la Semana de los Premios, una semana cultural con motivo de la celebración de los Premios Princesa de Asturias. Durante esta semana tienen lugar múltiples eventos como conciertos, charlas o encuentros. Uno de los actos más destacables es el encuentro con los ganadores del Premio Princesa de Asturias de las Letras dirigido únicamente a clubes de lectura. Según Cristina Jerez Prado, bibliotecaria de Pravia y coordinadora de los actos, la lectura no puede ser un acto solitario, sino social. A través de estos encuentros se fortalece el dialogo entre los autores y su público, y, sin duda, también entre los propios lectores. Y así lo vivimos quienes pudimos acudir a los encuentros con John Banville y Leonardo Padura el viernes 18 de octubre (Alba García y Alejandro Díez) y con Ana Blandiana el lunes 21 de octubre (Alba García, Alejandro Díez y Noelia Villarrubia) en representación del club de lectura Con Mucho Gusto de la Biblioteca Reina Sofía, en Valladolid. Al primer encuentro con John Banville y Leonardo Padura, Premio Príncipe y Princesa de Asturias de las Letras 2014 y 2015 respectivamente, acudimos más de 1400 personas de clubes de toda España. Tuvo lugar en el Auditorio Príncipe Felipe y fue moderado por Socorro Lafuente. En este encuentro se abordaron, entre otros asuntos, las claves de la novela negra, un género en el que ambos han destacado. Por otra parte, el lunes tuvo lugar en el Teatro Jovellanos de Gijón el encuentro con Ana Blandiana, la ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Letras de este año. En esta ocasión, acudimos 900 miembros de 72 clubes de lectura. El acto fue moderado por Jordi Doce, poeta, y traducido al castellano del rumano por la traductora de la obra de Ana Blandiana, Viorica Patea.
… ¿qué reflexiones destacas de cada encuentro? ¿hubo alguna que te marcase especialmente? Alba: del encuentro con Padura y Banville me encantó la reflexión sobre la lectura y la literatura como ejercicios de liberación, así como el papel que los poderes juegan a la hora de seleccionar la memoria colectiva. Especialmente, me interesó la concepción de la literatura, que ambos compartían, como un intento de comprensión de la condición humana, que es lo que le otorga sentido a la vida. Sobre Ana Blandiana me interesó especialmente el foco en la poesía como “el misterio que las IAs no entenderán”, y en definitiva la perspectiva de la autora sobre la tendencia a ir más allá de los límites a la que aspira el alma humana. Noelia: del encuentro con Ana Blandiana, la diferencia entre su primera y sus dos últimas veces censurada: el miedo a que la silenciasen frente a saber que no podrían hacerlo. ¿dónde crees que radica el valor de que los encuentros se dirijan exclusivamente a clubes de lectura? Alba: es un evento enriquecedor para los clubes de lectura pues permite a los lectores conocer a los autores de las obras que han leído previamente e incluso formularles preguntas. Desde mi punto de vista, una participación más intergeneracional sería algo beneficioso. Noelia: que los encuentros se dirijan a clubes de lectura dota a estos de un reconocimiento especial como instituciones de conocimiento. Es un guiño a esas organizaciones de las que mucha gente no habla, a pesar de que en cada ciudad hay uno. Sirve para darles voz e invitar a los demás a unirse a ellos. … Desde mi punto de vista el valor de la reunión de tantos miembros de clubes de lectura diferentes radica en el propio sentimiento de comunidad que ver un auditorio lleno de gente en tus mismas condiciones transmite. Acostumbrados a leer en soledad y a comentar el libro, a lo sumo, con los miembros del propio club, es especial ver que eso mismo que tú haces es compartido por tantos cientos de personas. Ese mismo sentimiento y esa misma pasión son los que llevan a tantos miembros a reunirse en encuentros como los de la Semana de los Premios. Alejandro Díez García
¡Una maravillosa experiencia y nuestro agradecimiento a Alejandro por dejarnos su testimonio por escrito!
#Clubes universitarios de lectura#Clubes de lectura#Premios Princesa de Asturias#Universidad de Valladolid#Biblioteca Reina Sofía#BURSofia
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Ucrania: La población cae en 10 millones desde que Rusia invadió en 2014, informa el UNFPA
Desde la invasión rusa en 2014, la guerra en curso ha empeorado estas tendencias, con millones de desplazados y miles de muertos, afirmó Florence Bauer. UNFPA dijo a los periodistas en una reunión informativa en Ginebra el director regional para Europa del Este y Asia Central. El número de refugiados ucranianos alcanza ya los 6,7 millones y, desde la invasión rusa en 2014, La población de Ucrania…
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Carlo Terracciano, el antiterrorista. Su 'Pensiero Armato' vuelve a las librerías con Aga editrice
Por Hanieh Tarkian
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Roma, 15 de junio. Tras «Alle radici del rossobrunismo» (Aga edizioni editado por Maurizio Murelli) llega «Pensiero Armato», el segundo volumen de la colección de escritos de Carlo Terracciano publicados en la revista Orion. Este volumen está dedicado principalmente a los siguientes temas: sociología, Irán e Islam. La mayoría de los artículos recogidos en este libro fueron escritos hace más de treinta años, pero siguen siendo muy pertinentes tanto por los temas tratados como por los análisis geopolíticos e ideológicos, sin duda indispensables para comprender los acontecimientos recientes. Terracciano habla de cuestiones que siguen presentes hoy en día: la manipulación de la información, el globalismo, Estados Unidos como principal responsable de la desestabilización y el caos mundial, la demonización de cualquier Estado o grupo que se oponga a las políticas globalistas.
Para Terracciano «la geopolítica viene a representar naturalmente el arma más poderosa para la liberación de los pueblos de la dominación extranjera que impone sus propias directivas políticas geoestratégicas» (p. 27), y vuelve a afirmar que la Tierra es un verdadero ser vivo que interactúa con nosotros y nosotros con ella, obviamente esta interacción trae toda una serie de consecuencias, positivas o negativas; debe ser una correcta visión de la geopolítica la que nos ayude a gestionar esta interacción, pudiendo decir que en el momento en que perdemos el centro y la concepción del heartland creamos el caos y llegamos a ese estado de desestabilización en el que se encuentra hoy Oriente Medio, pero también el mundo entero, donde la visión globalista, que ofrece una falsa uniformidad, sólo desencadena conflictos.
Como se dice en la biografía de Terracciano que encontramos en el libro, +el quería romper moldes, superar la oposición entre facciones y por eso podemos decir que pretendía unir las fuerzas de grupos y movimientos, tanto de derechas como de izquierdas, para oponerse a la hegemonía estadounidense y a la deriva globalista: «Y por eso son otras alianzas las que buscamos, fuera y más allá de los viejos esquemas ideológicos engañosos, que ya ni siquiera sirven para este siglo: anticomunismo, antifascismo o similares son sólo palabras usadas para referirse a cáscaras vacías siempre utilizadas para el más vil (¡cuidado con las... minúsculas! ) electoralismo. Venimos de más lejos y vamos mucho más lejos» (p. 323).
La nueva estrategia estadounidense
Terracciano habla de Estados Unidos, está claro que desde su punto de vista Estados Unidos, o, para ser precisos, la ideología que promueve y la intromisión que lleva a cabo, es la principal fuente de los males del mundo moderno y en particular los principales partidarios del proyecto globalista. Conectando con los acontecimientos de los últimos años, podemos ver que, con la elección de Trump, está en marcha un intento de ofrecer una nueva narrativa, especialmente en algunos círculos, a saber, exonerar a una parte del establishment estadounidense liderado por Trump. Sin embargo, Terracciano, ya en un artículo del año 2000 (en la época en que el presidente Clinton era presidente), habla de una tendencia neo-aislacionista en Estados Unidos, considerándola uno de los factores que está minando el monocentrismo norteamericano.
¿Es cierto que Estados Unidos se ha embarcado en una política neo-aislacionista? Veamos los hechos: algunos analistas también califican de neo-aislacionista el enfoque de Bush hijo, al menos hasta los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. Obama en uno de sus discursos en la Academia Militar de West Point (28 de mayo de 2014) afirma que la perspectiva ha cambiado, el coste de las iniciativas militares es muy alto y desde la Segunda Guerra Mundial los errores más costosos están relacionados con aventuras militares emprendidas sin tener en cuenta las consecuencias, por lo que argumenta que en los casos en los que Estados Unidos no está directamente amenazado no es necesaria una intervención directa sino que es mejor aprovechar el apoyo de los aliados en la región; es decir, aplicar la estrategia de las guerras proxy, como de hecho se hizo en Siria y Yemen, estrategia que también ha continuado Trump.
Parece, por tanto, que más que de una tendencia neo-aislacionista habría que hablar de una estrategia de injerencia indirecta y de guerra por delegación, orientada en todo caso a la desestabilización para garantizar los intereses estadounidenses, estrategia común seguida por todos los presidentes norteamericanos, al menos los que han gobernado en los últimos cuarenta años. Un ejemplo relacionado con este tema y que Terracciano trata en sus escritos es la guerra impuesta a Irán por Irak, explicando precisamente que para Estados Unidos, que aún no se había recuperado de la aplastante derrota en Vietnam, la intervención directa no habría sido posible y por ello apoyó a Irak en esta guerra (junto con el apoyo económico de Arabia Saudí, que sigue siendo el principal aliado de Estados Unidos entre los países árabes), aunque a veces no dejara de intervenir directamente. El objetivo era debilitar y acabar con la República Islámica de Irán, que desde el principio había declarado su hostilidad hacia Estados Unidos de América, calificado por el imán Jomeini como «el gran Satán».
Y en este enfrentamiento entre Irán y Estados Unidos, Terracciano reitera varias veces claramente su postura y la de Orión: «En el choque mundial, ideal y geopolítico, nuestra elección es una sola y obligatoria: con la República Islámica de Irán y con todos los pueblos desheredados de su propia tierra y civilización, en lucha mortal contra todo imperialismo grande o pequeño, siempre dependiente del interés mundialista apolítico y cosmopolita» (pg. 162-163). Terracciano reitera también el propósito desestabilizador de la injerencia estadounidense: «En palabras del ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, “el judío volador”, la victoria de uno u otro beligerante (especialmente el Irán jomeinista) sería la mayor desgracia para Estados Unidos, mientras que lo deseable para ellos es la continuación hasta el amargo final de la guerra que desangra a los dos países y mantiene encadenados a todos los demás gobiernos de la zona. Es la misma realpolitik del Estado israelí hacia todos sus enemigos: divide y vencerás» (p. 157).
Respecto a estas cuestiones, los ensayos de Alexander Dugin en esta misma colección son esclarecedores. En particular, Dugin afirma: «En su campaña electoral de 2016, el propio presidente Trump prometió a los votantes que rechazaría el intervencionismo y limitaría las políticas neoimperialistas y globalistas, lo que lo convertía en un partidario potencial de una transición pacífica hacia el multipolarismo. Pero con su decisión de asesinar a Soleimani, Trump negó por completo esta posibilidad y confirmó una vez más el posicionamiento de EEUU en el campo de las fuerzas que lucharán desesperadamente por preservar el mundo unipolar» (p. 120). Dugin llega a considerar la decisión de Trump como un auténtico suicidio político, no sólo para él mismo sino para Estados Unidos y que sin duda tendrá consecuencias para el nuevo orden mundial. Dice Dugin: «Estados Unidos está utilizando la política de sanciones y guerra comercial contra sus adversarios de tal manera que un porcentaje cada vez mayor de la humanidad está terminando bajo sanciones estadounidenses, y no sólo en Asia, sino también en Europa, donde las empresas europeas (especialmente las alemanas) han sido sancionadas por su participación en el proyecto Nord Stream. Esta es una manifestación de la arrogancia de la hegemonía estadounidense, que trata a sus «partidarios» como lacayos y los maneja mediante castigos físicos. Estados Unidos no tiene amigos, sólo tiene esclavos y enemigos. En este estado, la «superpotencia solitaria» se dirige a un enfrentamiento, esta vez con prácticamente todo el resto del mundo. En cada oportunidad, los «esclavos» de hoy tratarán sin duda de escapar del inevitable enfrentamiento al colaborar con la unipolar. Washington no ha aprendido ninguna lección de la voluntad del pueblo estadounidense que eligió a Trump. El pueblo no votó por la continuación de las políticas de Bush/Obama, sino contra ellas, por su rechazo radical» (p. 123).
Dugin sostiene que Trump ha acabado convirtiéndose en un juguete en manos de los globalistas y que «el asesinato del general Soleimani reverberará en el inicio de una guerra civil en toda regla en los propios Estados Unidos» (p. 123), también advierte que «las posiciones de aquellos populistas de derechas europeos que apoyaron este gesto suicida de Trump también se han debilitado sustancialmente. Ni siquiera se trata de que hayan optado por ponerse del lado de Estados Unidos, sino de que se han puesto del lado del moribundo unipolarismo y eso puede arruinar a cualquiera» (p. 125). Imposible no pensar en una conexión con los acontecimientos de las últimas semanas en Estados Unidos.
Manipulación mediática y desinformación
Muy oportunas son la condena y la acusación de Terracciano a los grandes medios de comunicación de plegarse a la propaganda globalista y proestadounidense, de desinformar y demonizar a cualquier entidad o Estado que se oponga a la hegemonía proatlántica. A este respecto, Terracciano aborda en particular la desinformación de los medios de comunicación en relación con la guerra impuesta por Irak a Irán, tratando así de aclarar al lector cuál es la realidad de los hechos. Un artículo entero «Irán y la prensa mundial» (p. 183) trata de este tema, donde Terracciano afirma: «Los estimulantes y terribles acontecimientos de la Revolución Islámica en Irán y la posterior guerra de agresión perpetrada por el régimen baasista de Irak en nombre de la potencia mundialista, nos proponen una y otra vez el eterno círculo vicioso: terrorismo psicológico realizado sobre la base de las más infames calumnias, con el fin de demonizar al enemigo del orden internacional constituido, y agresión militar dirigida, preparada, facilitada, alimentada y justificada por dicha campaña de desinformación de masas a escala planetaria.»
Y de nuevo: «Una prueba más de que cuanto más se tocan realmente los nervios vitales del hegemonismo internacional, más instintiva, inmediata e histérica es la reacción de los maestros de la desinformación organizada, hasta sus niveles más bajos y periféricos» (p. 184). No faltan las acusaciones de fascismo y antisemitismo contra Jomeini, de las que Terracciano da cuenta en el marco de esta propaganda contra Irán, citando un artículo de M.A. Ledeen publicado en el «Giornale Nuovo» del 7/01/1979: «Jomeini es, en efecto, un clérigo fascista, un antisemita violento y un antiamericano intensamente chovinista». ¿Cómo negar la actualidad de declaraciones como las siguientes? Por un lado, critica ciertos movimientos de derechas: «Otro de los caballos de batalla de la prensa más reaccionaria y derechista de la época era, por supuesto, el anticomunismo, el antisovietismo visceral y la defensa de los “valores” de Occidente socavados por Irán» (p. 188); y por otra, los movimientos de izquierda: «El “redescubrimiento” de América por la izquierda europea realinea a esta última con el frente unido antiiraní que recorre de un extremo a otro el espectro político-parlamentario de todo el llamado “Occidente”» (p. 189).
Terracciano nos recuerda una vez más la estrategia del caos puesta en práctica por los grandes medios de comunicación: «Al fin y al cabo, incluso la confusión babélica de lenguas, el decir de todo y lo contrario de todo es una manera de confundir al lector que, en función de sus gustos y/o disgustos personales, encontrará algo que acusar y maldecir a voluntad (o a control remoto)» (p. 190). Sin embargo, Terracciano no deja de expresar claramente su posición una vez más: «Irán no fue, como querría Alberto Baini, “( ... ) rehén de mil mulás”, sino rehén de un puñado de espías estadounidenses en la embajada, de la arrogancia hasta entonces indiscutible del imperialismo globalista desde el 45 en adelante. Y este ejemplo para todos los «desposeídos de la tierra» debía ser ocultado y tergiversado por periodistas e intelectuales cuya suerte depende evidentemente de los amos que les pagan» (p. 192). Y sobre la guerra Irak-Irán afirma: «Una guerra de la que ahora se admite abiertamente la responsabilidad iraquí, teleguiada por las potencias imperialistas y el sionismo, financiada por los reaccionarios regímenes árabes prooccidentales, con la complicidad de todas las organizaciones mundialistas empezando por esa ONU que demostró su hipocresía y perfidia con un silencio cómplice y el inmovilismo ante la agresión del 22 de septiembre de 1980, que luego se transformó en llamamientos histéricos a la «paz inmediata e incondicional» que debía imponerse unilateralmente a Irán, cuando su heroico pueblo respondió como un solo hombre al llamamiento de Jomeini, primero deteniendo y luego expulsando al invasor de su propio territorio y penetrando después profundamente en Iraq en una guerra de liberación islámica» (p. 194). 194).
Terracciano no alberga ninguna duda sobre la responsabilidad y la hipocresía de las instituciones globalistas occidentales, el lector atento no puede dejar de observar cómo esto sigue siendo así hoy en día: «Permítanme darles un ejemplo: en Irán, el pueblo participa de un modo u otro, directa o indirectamente, en la elección del Guía de la Revolución, del Presidente de la República y del Parlamento. En Arabia Saudí, por el contrario, ni los dirigentes ni el Parlamento son elegidos por el pueblo y, sin embargo, la propaganda mundial pinta a Irán con colores sombríos y lo señala para execración del mundo, mientras que en Arabia Saudí no ocurre nada parecido. Esta verdadera embestida de la cultura occidental contra el mundo entero tiene como consecuencia la destrucción de la identidad ética, cultural y espiritual de cada uno de los pueblos y de toda justicia en sus relaciones recíprocas, y esta obra devastadora tiene efectos mortíferos incluso y sobre todo en los pueblos de Occidente, en Europa y en la propia América, centro y ciudadela de la subversión. En efecto, América ha tenido que asistir casi impotente, como consecuencia de esta cultura perversa, a la destrucción de la familia, a la difusión incontrolada de la criminalidad, de la droga, del alcoholismo, de la pornografía, de las prácticas sexuales contra natura y a la extensión de la miseria en capas más amplias de la población» (p. 258).
Terracciano y el Islam
Siguiendo con el tema de la manipulación mediática y la hipocresía occidental, la opinión de Terracciano sobre el Islam es interesante: «Así, en Occidente se está produciendo una verdadera criminalización política y cultural del Islam. A través de los medios de comunicación, el islam, el islam revolucionario y no sus falsificaciones sometidas a Occidente, es cada día más demonizado, por ignorancia, estupidez y estrechez de miras, pero sobre todo por mala fe, por un cálculo astuto que pretende alcanzar objetivos bien definidos» (p. 300). La perspicacia de Terracciano sobre el wahabismo, una falsificación del islam supeditada al globalismo, es muy aguda: «Es evidente a este respecto, como ya había dicho el imán Jomeini, que un islam como el saudí es un “islam americano”, no es islam, es contrario a sus principios, en la medida en que se pone del lado de la opresión globalista» (pg. 263), y sin embargo esta versión del «Islam», nada democrática, se alía con Estados Unidos (p. 147) y Occidente, a pesar de que el principal peligro es precisamente el control saudí, con su interpretación herética y extremista, de las actividades de los centros islámicos (p. 228), cuyo resultado hoy, con la fundación del Isis y el alistamiento de cientos de individuos, incluso de origen europeo, nos resulta evidente.
En cambio, Terracciano veía el islam, el islam revolucionario promovido por Irán, como un aliado contra el globalismo, por la importancia que concede a la identidad, la soberanía del pueblo, la justicia y la lucha contra la opresión. En algunas partes, Terracciano casi parece sugerir que este tipo de islam, opuesto al islam wahabí-saudí, podría ser una salvación para Europa, o al menos una fuente de inspiración, así como un aliado contra la deriva globalista: «Hay un retorno a las religiones e incluso a las sectas, pseudorreligiones, etc... Y empieza a haber una difusión del islam entre los europeos; muy a menudo, entre otros, entre personas procedentes de formaciones políticas militantes de extrema izquierda o de extrema derecha. Puede que todo esto se deba a la búsqueda de un nuevo equilibrio interior, de una nueva espiritualidad. En este sentido, el islam puede ser un punto fijo, una base para la crisis de identidad de Occidente» (p. 238, véanse también pp. 236, 266, 283).
Por eso Terracciano ofrece una definición específica de revolución: «Quisiéramos hacer una breve aclaración respecto a nuestras consideraciones anteriores sobre la naturaleza cíclica de la historia. Creemos firmemente que la Revolución Islámica forma parte de esta misma realidad cíclica. Porque el Imam Jomeini restauró un orden tradicional que procede de Dios, del Corán y del Profeta, es decir, también quiso volver políticamente al origen, a la fuente misma de vuestra cultura, de vuestra tradición, estableciendo un gobierno islámico. Nuestro concepto de revolución es el de revolvere, el de una vuelta a los orígenes, en un sentido espiritual, político y también astrológico. La Revolución Islámica realiza este retorno a los orígenes» (p. 300). Sin embargo, en su elogio de la Revolución Islámica de Irán, Terracciano no deja de advertir de la influencia globalista en grupos y funcionarios del propio orden de la República Islámica, y ello a pesar de que el frente reformista -y globalista- aún no estaba tan claro y definido en aquel momento, sobre todo para el observador externo (pp. 204-207).
La importancia estratégica de Irán
Terracciano casi parece querer sugerir que Irán es ese corazón perdido en la confusión de la geopolítica contemporánea: «La importancia geopolítica de la resistencia de Irán a cualquier invasión se refleja, por lo tanto, en el propio destino de Europa» (p. 158); «El problema estadounidense no era sólo geoestratégico con la pérdida de un peón importante, casi único, entre Rusia, el océano Índico, el mundo árabe, Asia y África (no lejos de Israel); había algo peor para la estrategia global de sometimiento globalista al sistema capitalista occidental, made in USA: la fuerza del propio ejemplo de la Revolución Islámica, que no podía remontarse al esquematismo bipolar de los dos bloques imperialistas mundiales. Por primera vez desde 1945, triunfó una revolución no materialista o modernista, simultáneamente anticapitalista y antimarxista, contra el Occidente consumista y el Oriente comunista soviético» (p. 195).
«El Irán moderno es la «plataforma giratoria» de la geopolítica euroasiática, según la expresión del geopolítico Jordis von Lohausen. Pero la República Islámica de Irán, nacida de la Revolución de 1979 y de la «guerra impuesta» contra Sadam Husein, es también hoy una plataforma de lanzamiento para las luchas de liberación islámicas, desde Marruecos hasta Asia Central y más allá; un baluarte, un «santuario» inviolable para todos los «desposeídos de la Tierra», que esperan de Teherán una directriz espiritual y política en la lucha contra el Nuevo Orden Mundial impuesto al mundo por los Estados Unidos de América y el sionismo cosmopolita. La Fe y la Voluntad política representan su elemento dinámico, voluntarista; su posición geográfica y su conciencia geopolítica son el hecho inmutable, el punto de partida del Poder, el arma para realizar los destinos trazados por la Providencia. Una Providencia que ha colocado a Irán, a la antigua Persia, en una posición geográfica verdaderamente única por su importancia en la zona» (pp. 209-210).
Por ser revolucionario, el destino de Irán está ligado, en la visión de Terracciano, al de Europa: «Ante todo, una Europa Unida representaría la vanguardia revolucionaria, necesaria e indispensable en la lucha de los pueblos por liberarse del imperialismo capitalista americano-sionista. Un papel que, a su vez, es necesario para la propia Europa para lograr su independencia y garantizarla en el futuro» (p. 39), por lo que espera una estrecha alianza de la que Italia pueda ser mediadora «Nosotros, los de ‘Orión', pensamos en cambio que el papel de Italia, un papel geopolítico, es el de puente para una estrecha alianza mediterránea entre Europa y el Islam. Nuestro proyecto general es la alianza Eurasia-Islam, en un sentido antimondialista» (p. 236).
La situación italiana
Precisamente con respecto a Italia, el análisis de Terracciano es muy oportuno: «La verdad es que en Italia se está produciendo una reestructuración del sistema político. Lo que se está produciendo es una crisis general de los partidos, más que de la DC, una crisis de la propia forma de partido. Los detentadores del poder real en Occidente, no son los partidos, los hombres y las estructuras políticas, sino que el poder político está completamente subyugado al poder económico y financiero» (p. 304). Este libro contiene también la visión de Terracciano de un partido que podría ser verdaderamente revolucionario: «Pero sería monolítico si no fuera acompañado, incluso precedido, por la lucha de liberación de nuestro pueblo contra la ocupación extranjera. Sin libertad e independencia nacional, ¿qué sentido tendría la propuesta de revolucionar el sistema financiero, el mercado de libre comercio o las instituciones oligárquicas que separan al pueblo real de la gestión directa de la autogestión? Sólo un pueblo soberano de su tierra ancestral, verdadero dueño de las «llaves de su casa», puede llamarse adulto, responsable y dueño de su propio destino. [...] La salida de Italia de la OTAN y de la OTAN de Europa así como el abandono del tratado capestro de Maastricht, la guerra total al sionismo y el compromiso inter-nacionalista con los pueblos desheredados por el globalismo, la denuncia del FMI, del Banco Mundial de la ONU cada vez más serviles a los intereses del imperialismo hegemónico estadounidense, no son consignas de fácil efecto para captar la atención de los jóvenes, sino prioridades vitales de la lucha del Movimiento, de todo él y de cada uno de sus exponentes, para cada momento de sus vidas» (pp. 323-324), pero para ello es preciso emprender primero una revolución cultural.
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Cada vez son más los jóvenes que no usan preservativos, alerta la OMS
Esta tendencia aumenta el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, embarazos no planificados y abortos inseguros. Desde 2014, la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado una disminución en el uso de preservativos entre los jóvenes. HOMBRES Y MUJERES En general, la proporción de adolescentes sexualmente activos que utilizaron un…
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Muchas de las especies marinas sobreexplotadas se encuentran en condiciones mucho peores de lo que se pensaba. Un equipo científico ha evaluado un total de 230 pesquerías de todo el mundo y alerta del peligro del colapso de diversas poblaciones Analizaron los datos públicos disponibles de 230 de las pesquerías más grandes del mundo y 756 evaluaciones de poblaciones. / Adobe Stock Por Eva Rodríguez Las evaluaciones de las poblaciones marinas se realizan periódicamente para medir el impacto de la pesca en las poblaciones de peces y mariscos en las regiones mundiales de gestión pesquera. Esta información se utiliza para prevenir la sobrepesca, reconstruir las poblaciones sobreexplotadas y proteger los ecosistemas marinos. Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, ha comparado el estado anual de las especies pesqueras, con una estimación revisada más reciente para ese mismo período. Para ello analizaron los datos públicos disponibles de 230 de las pesquerías más grandes del mundo y 756 evaluaciones de poblaciones. El trabajo consistió en comparar los tamaños de las poblaciones notificadas a los administradores de pesquerías en el momento de las evaluaciones históricas, con las estimaciones de los modelos de pronóstico retrospectivo actualizados para el mismo año, con datos más recientes y completos. En Europa utilizaron información de libre acceso que posteriormente analizaron diferentes grupos de trabajo multinacionales del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM). Estudiaron poblaciones como el arenque, el bacalao del Atlántico o el abadejo. “Descubrimos que las evaluaciones anteriores de las poblaciones eran a menudo demasiado optimistas sobre la cantidad (biomasa o peso total) de peces en el océano”, dice a SINC Christopher Brown, científico de la Universidad de Tasmania (Australia) y coautor del trabajo. Incertidumbre en la estimación de poblaciones En la evaluación de la población de pintadilla (Nemadactylus macropterus) del sureste de Australia publicada en 2009, el tamaño total de la población se estimó en 4 680 toneladas y el de la población no explotada en 21 200 toneladas. Sin embargo, la modelización actualizada en 2014 indicó que el tamaño de la población en ese año era de 3 330 toneladas. “En este caso, la especie estaba mucho más agotada en 2009 de lo que se reconoció cuando se tomaron las decisiones de gestión. Esto incluía el establecimiento de un total de capturas que era claramente demasiado elevado”, expone Brown. El autor principal del estudio, Graham J. Edgar, de la misma institución, también descubrió que, en el caso de los peces morwong, los datos de los estudios científicos mostraban una preocupante tendencia a la baja, mientras que las evaluaciones de las poblaciones recomendaban un aumento de los límites de capturas. De las 230 poblaciones incluidas en este estudio, trece se encontraban por debajo del 10 % de su biomasa histórica máxima, un punto de referencia común para el colapso. “Si tenemos en cuenta el sesgo en las evaluaciones de las poblaciones, llegamos a la conclusión de que el número de aquellas que están colapsadas en la base de datos debería ser de 24, un 85 % más de lo estimado”, asegura el científico. Según Amanda Bates de la Universidad de Victoria (Canadá) y coautora de la investigación, existe mucha incertidumbre en la estimación de las poblaciones de peces. “Se habrían necesitado medidas más de cautela para evitar este colapso de las pesquerías”, indica a SINC. “Los científicos especializados en poblaciones de peces son independientes de las motivaciones económicas y comerciales. Sin embargo, los resultados de los modelos de poblaciones son revisados por el gobierno y, a menudo, por la industria pesquera, que puede solicitar cambios”, afirma Brown. Gráfica de las recuperaciones sobreestimadas por los asesores científicos que han provocado que no se recupere el lenguado del Mar del Norte. / Rainer Froese ICES Peligro de colapso Los autore...
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HOT SALE se convierte en la primera marca de eCommerce en obtener el reconocimiento de ‘Marca Famosa’ del IMPI
Desde su primera edición en 2014, HOT SALE ha generado más de 65 mil millones de pesos en ventas y más de 18 millones de nuevos compradores online.
El reconocimiento distingue la trayectoria de productos y servicios con base en su posicionamiento entre la población mexicana.
El Instituto Mexicano de la Propiedad (IMPI) otorgó la declaratoria y reconocimiento de ‘Marca Famosa’ a HOT SALE, la campaña de ventas online más grande de México y América Latina. La campaña de HOT SALE fue creada por la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) hace ocho años, con el objetivo de dar a conocer los canales de comercio electrónico de las empresas, impulsar la economía digital del país al adoptar nuevas tendencias, y mejorar la calidad de vida de los mexicanos dando a conocer los beneficios de comprar en línea. Desde su primera edición en 2014, HOT SALE ha generado más de $65 mil millones de pesos en ventas, más de 65 millones de compradores han participado y ha atraído a más de 18 millones de nuevos compradores al ecosistema digital. Asimismo, más de 1,600 empresas han participado y los sitios de eCommerce participantes han registrado más de 1,700 millones de visitas. Con este reconocimiento de parte del IMPI, HOT SALE se convierte en la primera marca de eCommerce en México en tener la declaratoria de ‘Marca Famosa’, una distinción que se otorga a marcas que cuentan con un amplio reconocimiento por parte de los consumidores y que distingue la trayectoria de productos y servicios con base en su posicionamiento entre la población mexicana. “Las empresas, PyMES y emprendedores trabajan día a día por hacer crecer sus negocios, construir una marca y posicionarla entre los consumidores. HOT SALE se ha convertido en una plataforma para impulsar y dar a conocer sus canales de comercio electrónico, y así llegar a nuevos clientes, incrementar sus ventas y mejorar sus indicadores clave”, destaca Pierre-Claude Blaise, director general de la AMVO. Para obtener la declaratoria de ‘Marca Famosa’ es necesario tener primero la marca registrada en México. La Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial detalla que, a través del IMPI, una marca puede ser declarada como “famosa”, lo cual se vincula con los consumidores y puede ser indicativo de la calidad del producto o su permanencia en el mercado. Al día de hoy, el IMPI ha declarado sólo un total de 137 marcas famosas, siendo HOT SALE la primera relativa al comercio electrónico. Para conseguir este reconocimiento, una marca debe comprobar ante el IMPI que es reconocida por la mayoría de los consumidores, es decir, que cualquier persona la conoce sin importar su sexo, religión, nivel social y económico. Además, para comprobar su calidad de “famosa”, una marca debe presentar el sector del público integrado por los consumidores reales o potenciales que identifiquen la marca con los productos o servicios que ésta ampara, basados en una encuesta o estudio de mercado; el volumen de ventas de los productos o los ingresos percibidos por la prestación de los servicios amparados bajo la marca, durante los últimos 3 años; el valor económico que representa la marca; los medios de difusión de la marca en México y en el extranjero, así como los registros de la marca en México y en el extranjero, entre otros requisitos. “Es importante destacar la importancia de proteger una marca al registrarla ante el IMPI, sin importar si es o no de naturaleza digital. Quienes omiten este paso y le restan importancia al registro están perdiendo la oportunidad de cuidar el activo más importante que tienen las empresas. Proteger tu marca es parte de una construcción efectiva y refleja el valor que siempre debe tener una marca”, asegura Pierre-Claude Blaise. Durante sus ocho ediciones, HOT SALE se ha preocupado por hacer del ecosistema digital mexicano un espacio sostenible, inclusivo y en constante evolución, que cada año consolida su posicionamiento entre los consumidores mexicanos.
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