#taller El Grito
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Esa última foto de Enzo mmMMmmMMM AU donde reader manda a arreglar el auto (el suyo o el de su novio/marido si nos andamos sintiendo un poquito putas hsjsddjksjd) y el que la recibe es Enzo en su taller y creo que es obvio lo que pasa después
+18! hacia el final :)
-¡Ganó Ferrari, ganó Leclerc…! Que era lo que...
El resto del relato no llega a tus oídos gracias a los eufóricos gritos del mecánico que, durante los últimos treinta minutos, miraba sin disimular la carrera. Por su expresión podés jurar que en cualquier momento comenzará a llorar y no comprendés quién está más emocionado: el piloto que ganó y su equipo o él.
Ignorás los festejos en la pantalla mientras te movés por el taller en busca de señal para realizar una necesaria llamada: es domingo y regresando de un viaje de trabajo, en el medio de la nada, el auto de tu prometido comenzó a emitir un extraño sonido y despedir humo negro. Condujiste como pudiste, temiendo provocar un accidente, y fue así como llegaste a... Lo de Enzo.
Los pilotos están de pie en el podio, el himno de Italia sonando luego del de Mónaco, y tu acompañante lo tararea animadamente sin apartar la mirada del televisor. Una de sus manos, ahora más que relucientes, está sobre su pecho en un gesto que para vos roza lo dramático; no tolerás a los fanáticos, pero tenés que reconocer lo poético de su nombre y el deporte que sigue.
Intentás ignorar los músculos en sus brazos, su piel bronceada brillando bajo las luces y la forma en que cuelga el overol de su cadera. Sus ojos permanecen fijos sobre el televisor y sus pestañas, oscuras y largas, se roban tu atención.
-¿Todo bien?- pregunta cuando te sorprende mirándolo.
Te esforzás por dejar de contemplar las venas que recorren sus manos y la línea de su definida mandíbula. Su cabello largo moviéndose dificulta un poco mucho la tarea.
-Sí- contestás. En tu oído una voz mecánica repite que "la llamada no pudo realizarse" por vigésima vez y él observa tu expresión de creciente frustración-. ¿Cuánto me dijiste que era?
Camina lentamente hacia el mostrador y sus pasos resuenan por todo el lugar. Arranca la hoja donde anotó el presupuesto junto con los detalles de lo-que-sea que hizo en el vehículo y te la entrega: es un buen precio, suponés, sobre todo considerando que es domingo y que continuás viva.
-Tarjeta aceptás, ¿no?- preguntás rebuscando en tu bolso. Cuando la toma sus dedos rozan los tuyos y se disculpa, su atención ahora puesta en la máquina. Hace una mueca-. ¿Qué pasa?
-La rechazó.
-Probá con esta.
Desliza la tarjeta. Silencio. Te mira.
-Tampoco.
-¿Puedo pagar por transferencia?- niega-. ¿Me estás cargando?
Tu tono de voz te resulta extremadamente desagradable y cubrís tu rostro con una mano, avergonzada. Considerando que son tus tarjetas las que no funcionan y que es muy persona-de-ciudad depender siempre de medios virtuales de pago, no estás en posición de indignarte.
-Perdón, me zarpé- te disculpás y volvés a marcar el número de tu pareja-. No tengo efectivo, únicamente que llame y...
Un tono. Dos tonos. Tres. Tu rostro arde de vergüenza.
-¿Hay alguna otra forma en la que pueda pagarte? Te anoto mis datos o...
La mirada en sus ojos es intensa y su aura imponente. Permanecen en silencio por unos minutos y cuando te perdés mirando sus labios carnosos no te molestás en ocultarlo, porque sos consciente de que él está mirando el escote de tu blusa.
Eventualmente sí encuentran una forma de pago que resulta para ambos y es así como terminás sentada sobre el mostrador, con su cuerpo entre tus piernas. Tus dedos tirando de su camiseta y sus dientes capturando tu labio inferior con tanta fuerza como para cortar tu piel y dejar una marca, sin importarle tu anillo.
Cuando por fin se desliza en tu interior tus dedos se deslizan por su sedoso cabello y gruñe luego de sentirte tirando, su cuero cabelludo ardiendo. Te lo devuelve mordiendo tu pezón, marcándose por sobre la tela de tu blusa, con fuerza.
-Enzo- sollozás, intentando zafar de sus dientes. Te mira y muerde todavía más fuerte, provocando que tus paredes se contraigan sobre él-. Más.
Está mal, dice una voz en tu cabeza. No te importa.
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La persona rota.
No sensible ni dura, solo rota. Como ese vaso que se te cae por no agarrarlo lo suficiente o esa camiseta que después de tanto uso y poco cuidado empieza a tener agujeros.
Rota como las cosas cotidianas y de valor, pero rota de dolor. Aunque después de lo roto sigue arriesgando lo que le queda, la mente y el corazón. Porque no puede hacer algo a medias, porque le nace hacer las cosas con todo.
Y lleva siempre una sonrisa guardada bajo los labios, preparada para salir por si hay que fingir un poco. También tiene la risa enfrascada por si llega un chiste bueno o un comentario gracioso, para no desperdiciarla en otras cosas. Y los ojos le hablan mucho, casi todo el rato, aunque lo disimula con los pestañeos de nervios y la curiosidad inagotable que posee.
Baila bajo la lluvia, porque las gotas le resultan mágicas y los olores le recuerdan al hogar. Al café después de comer y a la siesta de la abuela. Al gato desaparecido y resguardado, a la tierra embarrada, al estanque de peces rebosante, al naranjo. Al naranjo lo recuerda siempre, torcido y un poco en el aire, imponente y lleno de cosas dichas bajo su amparo.
Mira los rayos del sol y estornuda, porque recuerda las horas en la piscina y el frío de después, las guerras de agua y los manguerazos a traición, las carreras con el balón y las estrellas en el cemento. Las carreras las recuerda siempre, llenas de gritos y diversión, con trampas y felicidad.
Abraza poco, porque el contacto físico le resulta tan íntimo y cargado de significado como los besos en la frente de papá. Y porque inevitablemente añora a papá y las cosquillas, la risa contenida y las horas del taller.
No se deja ver, al menos no del todo. Vive encerrada en una imagen de si misma que esconde sus huecos, porque le aterra que al verlos la desechen. Porque enseñarlo todo le cuesta.
Pero guarda una chispa de locura, que se engrandece cada día y no mengua. Que la mantiene viva. Que la hace tan única incluso con los rotos. Que la hace ser una canción de la vida, espontánea e irrepetible. Que la hace tan extraña y que proteje las grietas de los huracanes, aunque ella en sí misma sea uno.
Katastrophal
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Salomé volvió la cabeza, primero hacia un lado y luego hacia el otro. Algo faltaba en el cuadro.
Tomó un pequeño frasco y apoyó el pincel sobre la paleta. Descendió las escaleras hacia el oscuro sótano donde su víctima la aguardaba temerosa. El bisturí hizo lo suyo y, entre los gritos de su ex marido, la sangre escarlata brotó de sus venas, manchando su ajado delantal.
Regresó a su taller y, tras las últimas pinceladas, sonrió, notando ahora sí que el infierno nunca se había visto más hermoso.
— Ideas Neuróticas ©️.
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MECÁNICO
PARTE ÚNICA
Peter Hale se encontraba conduciendo en las afueras de Beacon, después de un mes de haber terminado con su ahora ex-novio, Deucalion no había usado a su dulce bebé.
Conducia a una velocidad un poco rápida por si algún otro vehículo, con lo que no contaba era que justo en el camino habían varías piedras pequeñas y una en especial con punta perforó el neumático haciendo que estallará.
—¡Mierda! —grito por el repentino ruido y que su bebé se tambaleó un poco.
Como pudo logró parar sin chocar, salió y vió que el neumático se había reventado por completo. Dió un fuerte gruñido y llamó para que pudieran llevarlo con el mecánico.
—Apenas cambien el neumático y vean sino le ocurrió más nada te darán el recibo —le dijo el que atendió el llamado.
Peter asintió y cuando llegaron el tipo le dijo que fuera a la “sala” de espera. Pasarón unos cuantos minutos cuando un hermoso hombre de ojos azul grisáceos sin camisa llego hasta él, dándole una gran sonrisa.
—Hola, será un placer ayudarte —le extendió la mano—. Christopher Argent, un gusto.
Peter sintió sus piernas temblar y su orificio boquear igual que la boca de un pez al escuchar tan ronca voz de aquél Adonis.
—Peter Hale —una sonrisa de lo más coqueta apareció en su rostro—. El placer el todo mío.
Le guiño es ojo y Argent sintió un cosquilleo en la entrepierna.
◆═════════●★●═════════◆
En todo el tiempo que Peter estaba en el taller no perdía de vista los brazos de Chris. Estos se tensaban cada vez que intentaba cambiar un neumático. Y como no quería irse tan rápido pago por una revisión completa.
Chris no sabía cómo sentirse del todo, para él no era nada raro llamar la atención tanto de mujeres, como de hombres, pero con él, con él era completamente diferente.
Tal vez la forma de ser de Peter le llamó la atención, no creía que un tipo con demasiado dinero le estuviera poniendo tanta atención. Tanto así que su miembro se pusiera duro.
—Listo, Sr. Hale —decía mientras se limpiaba el sudor.
—Umm ¿En serio? —Peter sonaba triste.
—Eh, sí —se rascó la nuca—. Cambie los neumáticos, revise el motor y cualquier otra cosa que pudiera estar dañada, pero todo lo demás esta en buen estado.
—Gracias por ayudarme.
Peter se acercó a Chris y tenía puesta sus manos en los pectorales sudados, había llegado un momento en que hacía tanto calor que Chris se quitó la camisola sucia que traía puesta.
—S...Sí —trago saliva—. De nada.
Nada más Peter le sonrió y fue cuando terminaron los dos en uno de los baños que había en el taller.
Chris estaba de pie con con el overol y boxer por las rodillas y a Peter sentado en el retrete chupando su polla con desespero. A Chris le encantaba como era tragado aún con todo el sudor y el olor que tenía por estar toda la mañana y parte de la tarde trabajando.
—Sabes tan rico —hablaba Peter entre gemidos y chupadas.
Lo tenía lubricado bastante y es que aquella chupada no era para nada suave. Tanto así que espesas gotas de baba se resbalaban de la boca de Peter, bañando sus bolas y luego mojaban su ropa interior.
Peter se levantó del retrete y fue directo a la axilas peluda de Chris, de igual manera en que había chupado su polla, lo hacía con esta. Aquello le encendió por completo a Chris y le agarró del mento para besarlo.
No le importaba sentir su propia esencia, lo único que quería era que nunca terminará lo que estaban haciendo. Peter en medio del beso llevo sus manos al miembro de Chris y rápidamente le masturbaba, la fricción de las manos con su miembro y el beso estaban haciendo efecto.
—¡Me corró! —dijo en medio de beso.
Ni dos segundos después de eso y Peter estaba hinchado chupándole otra vez, pero viéndole a los ojos para luego sentir como su boca ella llenaba con la leche espesa y caliente de Chris.
—“Mucho más rica que la de Deucalion! —se dijo así mismo aún siendo llenado.
Los dos salieron como si nada, Peter abrió la puerta de su carro y antes de que alguien pudiera verlos, agarro a Chris de la camisilla estampadole un sonoro beso con lengua.
—Tienes mi número, sabes a dónde llamar.
Y se fue de allí, dejando a Chris con un terrible problema en sus pantalones.
#peter hale#chris argent#teen wolf christer#christer#chris argent x peter hale#peter hale x chris argent#petopher#teen wolf petopher
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Idea al azar 2
Contexto: Dentro del chat Echidna´s Parade creamos un hc de Ciber Knuckles, en donde Knux es asimilado por las islas Starfalls y el ciberespacio volviéndose su guardián. Pero alguien dio la idea de "¿Y si Knuckles hubiera sido asimilado al ciberespacio años antes de conocer a Sonic y la pandilla?". Entonceeeees una idea vino a mi mente.
Trama: Durante un trabajo los Chaotix encuentran información sobre unas islas extrañas, se guardan esa información para si mismos, hasta que un día Tails le habla a Espio sobre una señal extraña que detectó, coincidiendo con la información que ellos tenían se unieron al zorrito para investigar más sobre estas islas. Trabajaron por casi tres años hasta que finalmente encontraron la ubicación y nombre de las islas, Starfalls; y que estás tiene una conexión con las esmeraldas caos sorprendentes, entonces llaman a los demás para contarles sobre su descubrimiento. Pero algo sucede durante su reunion haciendo que muchas sospechas giren en torno del equidna.
Escena:
-¿Entonces, de donde salieron exactamente estas islas?-
-No lo sabemos con exactitud, pero al parecer están protegidas con una especie de campo de fuerza hecho de energía caos o algo similar, lo que evita que las pudiéramos localizar anteriormente-
Tails mostraba fotografías e información en las grandes pantallas de su taller de las dichosas islas al tiempo que explicaba lo que él y los chaotix habían descubierto. Todos en la habitación lanzaban preguntas y teorías, todos excepto uno.
Desde que la reunion inició el equidna se mantuvo en silencio, su rostro serio con cada palabra que salia de la boca del zorro. Se supone que las islas se mantendrían ocultas, imposibles de localizar, el se aseguró de eso. Es claro que fallo en su trabajo.
Y aquí estaba, en una sala con sus amigos organizando una aventura de exploración para descubrir los secretos de las islas Starfall. Ama a sus amigos, en serio que los ama, pero ir a las islas Starfall es peligroso, tanto para ellos como para las islas.
Tiene que hacer algo.
El grito de Tails alarmo a todos, haciendo que su atención se centrara en el zorro y el monitor frente a el. La computadora se estaba volviendo loca, cadenas de códigos en rojo aparecían y desaparecían de la pantalla a una velocidad impresiónate, Tails alarmado intentaba detener lo que fuera que estaba pasando, pero le fue imposible recuperar el control del dispositivo. En menos de un minuto la pantalla se volvió negra apareciendo inmediatamente el símbolo de reinicio.
-¿Que fue eso?-
-N-no lo se-
-Detecte la infiltración de un ransomware en el sistema, sin embargo no logre encontrar su origen- La voz robótica de Omega interrumpió alarmando a Tails quien se puso a navegar en la pc en cuanto esta encendió.
-Disculpa nuestra ignorancia amigo, pero, ¿que es un, eh, mansworae?- Sonic preguntó sin saber si debía alarmarse también.
-Un ransomware es un virus informático que borra todos tus datos y es imposible acceder nuevamente a ellos- Contestó Tails sin apartar la vista del ordenador.
-Uh, pero tenias una copia de seguridad, ¿verdad?-
-Por supuesto, pero ese es el problema con estos virus, borran absolutamente TODO-
-Eso es malo-
Al entrar al sistema Tails se alegró de encontrar todos sus archivos intactos, al punto de creer que Omega se había equivocado, pero al intentar abrir el archivo más reciente se dio cuenta de que este ya no estaba.
-¡La información de las islas Starfall ya no esta!-
-¿¡Como que ya no esta!?- Vector no pudo evitar gritar igual de alarmado, trabajaron por años en obtener esa información.
Todos se arremolinaron alrededor de Tails y el computador, esperando que al estar todos frente a la maquina mágicamente el archivo aparecería. No lo hizo.
Shadow, al igual que los demás, estaba alarmado, era información muy importante, esas islas podrían ser la respuesta del origen de las esmeraldas y la energía caos. Pero la información fue borrada, no robada. Así que Eggman podría quedar descartado, por ahora, de haber mandado ese virus.
Se quedó atrás, evitando ser aplastado por su grupo, cuando una mancha roja se atravesó en su periferia, Knuckles no se había movido de su lugar.
Ahora que lo piensa, el tipo había estado muy callado desde que entraron a la sala, el equidna no es alguien que le guste llamar la atención, pero es realmente bueno para hacerse escuchar, y hoy, particularmente, se ha mantenido al margen.
Hablaron sobre energía caos, las esmeraldas caos y de islas místicas, la especialidad de Knuckles, y el equidna no dijo una sola palabra, ademas es el único que no parece alterado por el robo de esa información.
Sospechoso.
El equidna en cuestión le dirigió una mirada interrogante después de sentirse observado, Shadow cerro los ojos y negó con la cabeza, Knuckles lo miró por unos segundos más antes de caminar hacia el grupo amontonado.
Es absurdo, no puede sospechar del equidna solo por que hoy es su día menos interactivo. Él mismo tiene sus propios días brumosos en el que detesta estar rodeado de gente. Y su grupo es demasiado ruidoso.
Aun así...
Conclusion:
Nada, eso es todo lo que tengo. Y no creo que pueda pensar en algo más. Bye.
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Experimento 23 - Un fanfic genderbend de Bully
Aclaración Previa: Leer antes de continuar
Primero que cualquier otra cosa, espero escribir un fanfic con sentido y con trasfondo. Igual no esperes mucho de alguien amante de los ships. Aclaro y declaro que Bully ni sus personajes son de mi propiedad, Pertenecen a Rockstar Games, yo solo utilizo a sus personajes, lugares y contexto con el fin de entretener. Espero lo disfruten.
Resumen:
El plan era descabellado, sin sentido y bastante arriesgado, eso si no mencionamos lo cruel y crudamente vengativo que se sentía esto. Pero aquel chico y las damas ya habían tomado una decisión, era hora de poner el plan en marcha. Hoy, Jimmy y los engreídos lideres de sus facciones pagarían por cada una de sus pendejadas.
Etiquetas:
GenderBend, BullySchoolarshipEdition, Jimmy Hopkins, Pete Kowalski, Gary Smith, LeadersCliques, BL.
Clasificación:
+18 (Mención a temas sensibles y/o sexuales, lenguaje inapropiado, violencia)
Parejas:
Smopkins, Hopkalski, Otros Ships.
Capítulo 1. Fase I
- Necesito que me ayudes Jimmy. – Algie estaba con su clásica expresión de angustia acompañado de Fatty.
- Por qué no me sorprende…
- Esos deportistas robaron mis apuntes para la clase de Química, ahí también está la hoja que Beatrice me prestó. Por favooor recupéralas… te pagaré por ello.
- ¿Aún los molestan esos idiotas? Debes estar jodiendo… Bien, espera aquí.
Hopkins se dirigió al gimnasio con calma, no estaba muy entusiasmado con cumplir favores y repartir golpes hoy. Han sido unos días difíciles, ya no era el rey de Bullworth, Zoe no se comportaba tan entusiasmada con pasar tiempo juntos y claro, Jimmy no lo hacía nada mal usando a sus viejos amores de Bullworth como sustitutos sin importar que sus amantes se encontraran de frente. Su mente divagaba, su madre aún no daba noticias de que llegaría pronto, el verano casi terminaba y un nuevo año estaba a la vuelta de la esquina.
- ¿Jimmy necesita ayuda? – Russell apareció junto a Jimmy, lo sobresaltó, alejándole de sus pensamientos, al menos por ahora.
- Woah… sí, claro. Vamos, es una estupidez pero hoy no estoy de humor para romper caras.
- Russell destruye por su amigo.
- Gracias.
Un poco más repuesto empezó a trotar, seguido del enorme abusón y confiable colega. Entró sin miramientos, estaba vacío, pero no por mucho tiempo.
- Oh, Johnny, por favor… yo te amo. Solo fue un desliz. – La chica le acariciaba los hombros mientras soltaba quejidos. El castaño ojiazul no tardó en apartarla y seguir en su labor actual, el cambio de aceite al auto de su profesor y amigo Neil.
- Basta Lola, ya me has dicho lo mismo muchas veces. No creo nada de lo que dices.
- Te juro que es cierto amorcito, Ted solo me arrinconó y bueno… él es enooorme. No pude evitar sus caricias y besos. Cuando deslizó sus manos bajo mi blusa- En ese momento, la lata de aceite cayó al suelo.
- ¿QUÉ DEMONIOS? ¿ESE DEPORTISTA INEPTO SE ATREVIÓ A TOCARTE? Pensé que ese niño rico era el que te estaba acechando de nuevo. ¡ESE HIJO DE PERRA SE LAS VERÁ CONMIGO!
- Johnny ¿que necesitas?. Oímos los gritos. – Peanut, Vance y Ricky aparecieron en el taller, alertados por el fuerte volumen de su jefe.
- TRAIGAN A NORTON, quiero que se encarguen de Damon. Hay un asunto pendiente que debo resolver con Ted y ese intento de guardaespaldas solo estorba.
- Iré contigo. – Peanut no tardó en avanzar unos pasos, más fue detenido por su jefe.
- No, te necesito aquí. Cuida a Lola, si todo sale mal, pueden venir por ella y hacerle algo peor. Además… esto es algo entre Ted y yo. ¡Apresúrense y busquen a Norton!
- ¡Si Johnny!
Mientras sus chicos se dirigían a New Coventry, Johnny fue rápidamente a la fuente, distancia suficiente para observar cómo Damon iba al Gimnasio con Ted, con tiempo suficiente para ver a sus eficientes muchachos ir por el enorme Norton, y claro… con suficiente lapsus como para pensar que sería mejor entrar por la piscina.
No tardaron demasiado, al parecer el chico estaba en la academia, saliendo de algún posible examen pendiente. Sus chicos arrinconaron a Damon justo después de que Ted entrara. Era su oportunidad. Rápidamente se escabulló por la entrada a la piscina, sin notar que detrás de él había alguien más.
Derby estaba descansando tranquilamente frente a la chimenea de la casa Harrington, cuando fue sorprendido por un muy agudo chillido de dolor de Pinky. La pelinegra se recargaba en el hombro de Bif, quien la ayudó a sentarse junto a su prometido.
- ¿Qué ocurrió?
- La práctica con las porristas no salió muy bien. Angie tropezó y cayó sobre mi tobillo.
- Oh dios, que horrible. Aun no entiendo como esa simple pobretona sin talento fue aceptada en el equipo.
- Oh, no digas eso. Lo intenta a diario, además me ayuda con mis deberes de inglés y Geografía. Emm Bif, ¿Podrías traer una bolsa de hielo para la hinchazón y un té con durazno por favor? – El pelirrojo miró a su líder en busca de aprobación. Derby hizo un movimiento con su mano, indicándole que podía ir.
- Ah rayos, olvidé mi bolsa en las gradas ¿Podrías traerla?
- Ja, si claro.
- ¿Quieres que le comente a mi tía el trato indiferente que me das? No olvides que solo faltan 2 años para hacerlo oficial Derby Harrington.
Con un jadeo de resignación, el rubio se levantó y fue sin ánimos al Gimnasio. Una curiosa mezcla, por lo general esos chicos no pasaban por ese lugar.
Earnest salía del observatorio por el campo de futbol, bastante arriesgado de su parte, claro está, pero recibió un mensaje de Bucky. Una insípida hoja de papel con manchas de soda y letra ilegible (probablemente por la rapidez y las circunstancias con las que se había escrito)
“Perdí las fotos en el gimnasio, ahora tengo examen de matemáticas. Te sugiero que vayas por ellas antes que los deportistas las vean y estemos en problemas de nuevo por tus bajos impulsos. Bucky”
Si, desgraciadamente el hormonal y estúpido líder de los nerds aún no había aprendido la lección y había pedido fotos indecorosas, esta vez de todo el equipo de porristas. Si Bucky tomó las fotos “exactamente como lo pidió”, estaría indudablemente con un calzón chino atascado en su cuerpo por una semana completa, sin contar con una posible expulsión. (Malditas hormonas) Sus manos temblaban sin cesar, a duras penas cargaba su cañón de papas, para protección personal y deseando que no necesitara usarlo. Se acercaba lentamente al gimnasio por la puerta principal, gracias a dios no había deportistas a la vista, solo unos cuantos chicos que no se veían usualmente por ahí. A pesar de la impresión y ahora algo más tranquilo al ver un rostro de “Confianza”, entró por la puerta de la piscina, justo como Johnny Vincent, quien iba unos cuantos pasos adelante.
-°-°-°-°-°-°-°-
Detrás de Jimmy y Russell llegó Ted, notablemente confundido por la presencia del Bully y del antiguo rey de Bullworth. Detrás de ellos se sumaron Derby Harrington por la puerta principal, mientras Johnny y Ernest llegaron por el pasillo que conectaba a los camarines y la piscina.
- ¿Qué demonios Hopkins? Que reúnas a tus amiguitos aquí no me asusta. – Ted rápidamente se cruzó de brazos y estaba a la defensiva.
- No sé de que estás hablando. Yo vine a buscar las notas que tus chicos le robaron a Algie. – Russell golpeó su puño detrás de Jimmy en señal de amenaza.
- Ignórenme simples demócratas, yo solo vine por el bolso que Pinky olvidó en las gradas.
- Y-yo estoy buscando unas… simples imágenes para el… umm… proyecto de… B-biología, si…
A pesar de la clara diferencia de tamaños, Johnny tomó el cuello del deportista con claro deseo de una confrontación.
- Tú, bastardo con esteroides ¡TE ATREVISTE A TOCAR A LA ZORRA QUE YO… YO AMO!
Ted no tardó en botarlo al piso zafándose del agarre. Molesto pero claramente confundido con la múltiple nueva información.
- Aléjate tonto. Mi novia es Mandy, no Lola. Son diferentes, duh. Y tú Hopkins, tuvimos entrenamiento toda la mañana, los muchachos ni siquiera han pisado la entrada aún.
- No, no vendrás con esas excusas gorila apestoso, nadie toca a mi chica sin su permiso. – Johnny se levantó nuevamente, pero fue detenido por Jimmy.
- Wowoh, espera Johnny. Esto no tiene sentido-
- Huuu, ¿Alguien ha visto el bolso? Revisé y aquí no hay nada.
- Las eh… imágenes que busco tampoco están en ningún lado.
Los chicos cruzaron miradas con obvia confusión y cierto temor en sus caras. Tardaron un poco en darse cuenta…
- Esperen un momento…
Derby corrió rápidamente a la puerta del gimnasio, pero estaba cerrada.
- ¿Qué diablos…?
Rápidamente y olvidando el pequeño conflicto, Jimmy corrió hacia la puerta para intentar abrirla junto al Preppie. A pesar de sus empujes fue imposible, la puerta no cedía.
- Esta bloqueada. Quien sea que haya planeado reunirnos aquí nos encerró. – Derby afirmó con resignación y clara molestia en su voz.
- ¿Pero quién haría algo así? No le veo un propósito muy útil a tenernos a todos reunidos aquí. – Ernest sintió miedo, pero desgraciadamente no hubo tiempo para más preguntas o reacciones.
Una niebla roja intensa empezó a esparcirse desde el pasillo, inundando rápidamente las gradas y el Gimnasio completo, entre tos y sin capacidad de alguna reacción rápida, los chicos abanicaron con sus manos, sintiendo como su cabeza daba vueltas y sus rodillas temblaban como gelatina. Fueron cayendo al suelo uno por uno, primero el líder de los nerds, narcisista, miedoso, pervertido y cobarde. Luego Derby, el pretencioso rubio, endogámico con aires de grandeza. Se le sumó Johnny, gran líder que desgraciadamente bajó de categoría por su paranoia y codependencia amorosa tóxica. Ted, capitán del equipo, con la inteligencia de una nuez y un don nadie sin su guardaespaldas cayó de espaldas. Russell posó su mano en el hombro de Jimmy antes de desvanecerse, campeón del Hoyo todos estos años, el abusón con más fuerza y resistencia simplemente no pudo más. Finalmente, James Hopkins, el rey derrocado, el pelirrojo insufrible que ayudó a todos en alguna ocasión, dio una última mirada a su borroso alrededor en busca de alguna pista, pero desgraciadamente no vio nada… antes de que todo se tornara negro, escuchó una risa aguda, cerró sus ojos y cayó a su costado.
- … y… -mmy… Jimmy ¿Puedes oírme?... JIMMY.
Sus ojos se abrieron lentamente, Pete le agitaba suavemente mientras todo a su alrededor iba tomando forma. Los chicos se fueron, solo estaban los dos.
- ¿Qué…? Pete…
- Oh dios Jimmy, me alegra que estés bien.
- ¿Qué… qué pasó?
- Estaba buscándote, Melvin me dijo que viniste con Russell al gimnasio, pero cuando llegué estabas solo y tirado en el piso. ¿Qué hacías aquí?
- ¿Yo…? Algo… algo sobre unas notas. No recuerdo bien… ¿Dónde está Russell?
- No lo sé, como dije estabas solo cuando te encontré. – El pequeño y escuálido chico acercó su mano a la frente de Jimmy, su cara estaba sumamente roja. – Estas ardiendo en fiebre, vamos a la enfermería.
- No, solo… ayúdame a llegar a la habitación, no me gusta ir a la enfermería.
- Pero Jimmy, en la habitación no hay nada para bajar la fiebre.
- Pete… por favor. Solo quiero descansar…
Inconforme con la decisión, Kowalski terminó accediendo a la solicitud. Ayudó a levantar a su amigo, dejó que se recargara en su hombro y lo llevó con calma a la residencia. Al llegar a la habitación, Pete le ayudó a recostarse y tomó un vaso de vidrio sucio que estaba en la mesita de noche junto al despertador.
- Buscaré medicinas y te traeré agua.
- Gracias Pete.
Con una sutil sonrisa, el pequeño corrió a su habitación. Debido a sus antecedentes de salud y su naturaleza precavida, debía tener Paracetamol en alguna parte o al menos una aspirina, en su cajón encontró lo que buscaba, lo metió en su bolsillo y rápidamente fue al bebedero. Enjuago el vaso meticulosamente y lo llenó. Estaba por girar a la habitación de Jimmy, pero decidió tomar una Beam Cola antes de ir con su amigo. Afortunadamente estaba bien fría.
- Ten, toma esto… y traje una soda para bajarte la temperatura.
Con dificultad, Hopkins se tomó la píldora y dejó que Pete pusiera la lata sobre su frente, moviéndola cada tanto. Pasaron los minutos, cuando Jimmy se quedó dormido el castaño dejó la lata (ahora tibia) sobre la mesita de noche y cubrió al chico con una delgada cobija. Con la luz del pasillo, se guio para volver a su habitación. Dedico una última mirada a su amigo y cerró la puerta detrás de sí.
- Esa cosa no hizo nada, Johnny me mantuvo encerrada en esa taller por dos horas y no note ningún cambio.
Eran las 2 de la mañana, las chicas se reunieron en el que antes era el antiguo hogar del vagabundo de la escuela, ahora completamente vacío. Lejos de las miradas indiscretas, Lola se quejaba mientras repasaba una capa de labial carmín.
- Es cierto, Derby solo llegó con un ligero dolor de cabeza cuando Bif lo trajo. Toda mi fabulosa actuación digna de un Oscar arrojada a la basura porque no hiciste bien tu parte.
- Créeme, dará resultados. No se olviden que deseo esto tanto como ustedes…
- No lo creo, todos están enfermos. Esto no es lo que prometiste… Ted debe pagar por lo que me hizo frente a esos idiotas.
- Ah, disculpa Mandy… Pero no es solo Ted. Todos deben cumplir su castigo por lo que hicieron. Earnest es un imbécil depravado, Derby siempre fue cruel, Johnny… bueno, la verdad olvidé porque estamos castigando a Johnny.
- Ja, porque en su pequeña rebelión, esta porrista de cuarta fue amante de mi novio.
- No me vengas con estupideces zorra barata, estaba soltero y por tu culpa fue a parar al manicomio.
Antes que las dos chicas se agarraran a cachetadas fueron interrumpidas.
- Basta, parecen gatas salvajes, no se olviden de quien es el enemigo aquí. Por ahora estamos juntos para vengarnos de esos imbéciles.
- Refréscanos la memoria ¿Cómo exactamente nos vengaremos de ellos?
- Tranquila Gauthier… Pronto verás los frutos de dos meses en un laboratorio y muchos sobornos. Je, ya no veo la hora de que Jimmy Hopkins empiece a sufrir por todo lo que ha hecho.
Las chicas de cada facción se miraron con escepticismo, solo les quedaba confiar en la palabra de este chico con un ego y una sed de venganza que nunca imaginaron tendría en su interior.
A la mañana del día siguiente, Jimmy se despertó antes de que sonara la alarma. Sin abrir sus ojos del todo, tanteó su mesita de noche encontrándose con la lata de Beam Cola. Se sentó al borde de la cama, y la abrió para tomar un gran sorbo. Sin embargo, se ahogó al tercer trago, se tapó la boca y tosió varias veces…
Fue entonces que abrió bien sus ojos… Su voz sonaba, extrañamente afeminada. Lentamente se puso de pie, miró hacia abajo y casi de inmediato dejó caer su lata de soda al piso.
Sus manos antes gruesas, callosas y maltratadas, ahora lucían más delgadas, cuidadas y con uñas alargadas. Estas mismas estaban recorriendo su pecho, dos senos considerablemente grandes que no alcanzaba a cubrir. Siguió bajando cuidadosamente, tenía cintura, sus caderas eran ligeramente mas anchas y su trasero se sentía curiosamente aún mas redondeado y más voluminoso. Sus dedos finalmente se dirigieron a su rostro. Su mentón y mandíbula eran más pequeños, aun sentía su forma redonda sin embargo, terminó por tirar hacia atrás, su cabello… había crecido muchísimo.
- ¿QUÉ CARAJO-? – rápidamente y atónito cubrió su boca con ambas manos, se inclinaba levemente hacia adelante y hacia atrás, tratando de calmar la actual sensación confusa y aterrorizante. Esto seguramente era un mal sueño.
- ¿O��ste eso?
Constantino comentó en el pasillo, fue entonces que se dio cuenta del ambiente y lo grave que era este asunto. En este momento, en la residencia, a esta hora de la mañana…Era una chica… Jimmy Hopkins, se había convertido en una mujer durante la noche.
Y no era el único.
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Sábado, aquí vamos de nuevo
Abrí los ojos seis minutos antes del mediodía y no salí de la cama hasta pasada la una veintitrés. Evité hacer planes este sábado porque quería visitar a Daniel, pero dos horas antes de lo pactado me avisó que tenía que acompañar a su mamá a la quimioterapia.
Daniel vive a cinco minutos de mi casa, por eso le dije que cuando volviera del hospital me mandara un mensaje a ver si íbamos a casa de Franco. Dijo que sí. Luego le llamé a Sara para saber si estaba en su trabajo o de nuevo había faltado para ir con Salomé. No me contestó y asumí la segunda opción.
Me paré a servirme un plato de cereal y volví a la cama. Pensé en Lana y ese beso que me dio el martes antes de subirse al Uber. “No nos vamos a ver pronto”, así se despidió. La frase que no salía de mi cabeza, quería verle un lado positivo.
Sonó el teléfono: Sara. Me dijo que estaba – como pensé – en misión S.S. (como Salomé y ella se nombran estando juntas), que iban de salida a comprar unas cosas a San Lorenzo y en dos horas regresaban. Quedo de marcarme a ver si en la noche íbamos al taller de Carmen. Le dije que sí sabiendo que, como siempre, en dos o tres días iba a reaparecer para contarme otra “aventura bien pinche loca”. Tan predecible entre su vorágine.
- ¡Tristán, te toca sacar a los perros! –, gritó mi hermana desde la planta baja.
No respondí. Me puse a ver un video de Hanna en TikTok: un baile en ropa interior junto a su novio. Le di 'Me gusta'. Luego apareció un video de un tipo que, ante alguien preparando un pastel, se limitaba a hacer gestos. Vi otros dos tiktoks de él. Me aburrí y le marqué a Raquel.
- Hoy no puedo, Tris, tengo dos consultas, y después quedé de cenar con mi papá – dijo ante mi propuesta de ir al billar de su novio, mi primo.
- Salúdame a los loquitos – bromeé. Soltó una carcajada y colgó.
A las dos recibí un WhatsApp de David: iba a ir a comer con su mamá y quería ver si el domingo me quedaba mejor. No le contesté, aunque la respuesta era no porque ese día tenía el baby shower de Alex.
“La época en que tus mejores amigos comienzan a tener bebés es el principio del final”, pensé. Luego reviré y me dije que Alex, desde que lo conozco, siempre ha querido un hijo.
“Esas responsabilidades son la mejor forma de madurar”, lucubré antes del grito que me hizo volver a la realidad:
- Carajo Tristán, saca a los perros a que caguen.
Le mandé un mensaje a Lana a ver si estaba libre, pero para darle emoción a la respuesta apagué mi celular. Me puse otra camiseta y busqué las correas de Arya y Tony Soprano.
“A veces todo se siente en calma, pero afuera alguien está cogiéndose a quien amas”, fue idea que pasó por mi mente antes de salir con mis perros al parque frente a mi casa, que en realidad es un camellón con hojas marchitas y aguas negras corriendo en su centro.
"Bonito viernes", pensé. Luego casi me atropella un camión que, con todo y sus bocinas tronadas, traía a tope ‘Sympathy for the devil’, de los Stones.
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Fiesta Mexicana.
Los alumnos de la Universidad del Valle de Bravo, como buenos mexicanos, organizamos una fiesta para celebrar el 16 de septiembre, día en que se conmemora el Grito de Dolores de Miguel Hidalgo, el inicio de la lucha por la libertad de México.
Debido al horario escolar de los alumnos, dicha fiesta se realizó el 12 de septiembre, con una hora de inicio planeada para las 11 a.m.
Para cuando comenzó, los diversos negocios locales que fueron invitados ya estaban vendiendo sus productos. Sin duda, los puestos que se robaron la atención fueron "La Birria Real", "The Elote House" y "DD's Boneless & Burgers".
El espectáculo principal fue el concurso de canto, donde estudiantes de distintos semestres y carreras se animaron a participar. Los más interesados en los concursantes, ya sea como porra o simples espectadores, casi tuvieron que pelearse por los asientos disponibles bajo una carpa y cerca de los jueces.
Mientras el concurso se llevaba a cabo, había otras actividades disponibles. El toro mecánico, instalado en una de las esquinas de la explanada, se mantuvo activo durante todo el evento. Para quienes buscaban un entretenimiento más tranquilo, podían unirse a la lotería mexicana, donde tanto alumnos como maestros competían por pequeños premios.
Al terminar el concurso y anunciar a las ganadoras, se dio una pequeña demostración por parte del taller de baile folclórico, esto se tomó como un cierre, después de eso los alumnos se dedicaron a convivir y disfrutar de la comida.
La participación por parte del cuerpo estudiantil, tanto de prepa como de universidad, fue entusiasta y activa, logrando que el evento tuviera un ambiente lleno de energía y compañerismo.
María José Crisanto León
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𝐁𝐫𝐮𝐧𝐨 "𝐁𝐚𝐛𝐞" 𝐑𝐞𝐞𝐝 𝐒𝐦𝐢𝐭𝐡
Nombre: Bruno "Babe" Reed Smith Edad: 26 Ocupación: músico/mecánico FC (se puede cambiar): Dylan Sprayberry
Hijo de padres que estuvieron ausentes toda su vida por tener que trabajar para poder tener una vida más o menos decente.
Desde preadolescente, se la pasó en la calle para no estar solo en casa. Allí conoció gente más grande que él, lo invitaron a bares y conoció lo que era la música en vivo, conoció el underground. Sus mismos amigos de la calle e integrantes de distintas bandas le enseñaron a tocar la guitarra y cantar a los gritos sin quedarse sin voz en el intento.
Aprendió mucho de política, es un joven muy informado y con una ideología firme.
Junto a otros chicos de su edad, formó una banda de post-punk, en la que cantan sobre temas de justicia social, INjusticia, política y sus convicciones.
No son famosos para nada, es más, si alguna vez juntaron más de 150 personas que fueran a verlos, fue un logro. Pero así es la escena under y él está contento con eso.
Como no puede vivir de ser músico, trabaja en un taller mecánico, de ahí saca el dinero suficiente como para no morirse de hambre.
Extras:
Tiene una mirada triste y seria, mucha gente se lo dijo ya. Pero no es por ninguna razón en especial.
Es muy sentimental. Cuando siente cualquier tipo de emoción, la siente muy fuerte.
A veces, a la salida de algún club en el que toca, se mete en peleas con neo-nazis que intentan pasar a ver a las bandas que tocan ahí.
Practica jiu-jitsu. TAG
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Tenía un gran taller. Era parte del orbe.
Entre cueros y sueños y gritos y zarpazos,
él cantaba y cantaba o se ahogaba en la vida.
Con Forero y Arteche. Siempre Forero, siempre
con Bazetti y mi padre navegando en el patio
y el amable licor como un reino sin fin.
Fue bueno, y yo lo supe a pesar de las ruinas
que alcancé a acariciar. Fue pobre como muchos,
luego creció y creció rodeado de zapatos que luego
fueron botas. Gran monarca su oficio, todo creció
con él: la casa y mi alcancía y esta humanidad.
Pero algo fue muriendo, lentamente al principio:
su fe o su valor, los frágiles trofeos, acaso su pasión;
algo se fue muriendo con esa gran constancia
del que mucho ha deseado.
Y se quedó un día, retorcido en mis brazos,
como una cosa usada, un zapato o un traje,
raíz inolvidable quedó solo y conmigo.
Nadie estaba a su lado. Nadie.
Más allá de la alcoba, amigos y familia,
qué sé yo, lo estrujaban.
Murió solo y conmigo. Nadie se acuerda de él.
—Mi padre, un zapatero, Pablo Guevara
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Margarita Holguín Caro (1875- 1959) pintora colombiana.
Nació en Bogotá fue la cuarta hija del presidente de Colombia Carlos Holguín Mallarino y de Margarita Caro Tobar.
Recibió sus primeras lecciones de pintura en los talleres de Enrique Recio y Gil y Lúis de Llanos, entre 1894 y 1896. Fue discípula de Andrés de Santa María, primero en su taller particular y luego en la Escuela de Artes Decorativas que fundó en 1904.
Luego adelantó sus estudios en la Academia Julien de París, ciudad en la que vivió con su familia por varios años. También fue a Bélgica.
En 1899 participó en la exposición organizada para festejar el aniversario del grito de Independencia, con dos óleos que obtuvieron una mención de tercera clase.
En 1910, en la Exposición de Bellas Artes conmemorativa del centenario de la independencia, mostró cinco telas por las cuales obtuvo una medalla de honor. En 1899 y 1910 mostró su trabajo en exposiciones de la ciudad de Bogotá, en las cuales recibió premios y medallas.
En 1911 pintó el óleo titulado: La Costurera, el cual fue adquirido posteriormente por el Museo Nacional de Bogotá. En 1922, fundó la obra de Santa María de los Ángeles para recoger niñas y darles educación. Esto se consideró como el mayor legado de su vida, el cual posteriormente donó a la comunidad agustina. Allí realizó una serie de pinturas religiosas, algunos bajo relieves en cemento, bordados y piezas repujadas en plata y además, talló el altar mayor en madera y carey.
En 1931, participó en el Salón de Artistas Colombianos y en 1940, participó en el nuevo Salón de Artistas Colombianos con los óleos: Retrato del Padre Almanza, Nóvita y Orillas del Río Cauca.
En 1942, participó en el III Salón de Artistas Colombianos con los óleos: "Retrato del General Roberto Urdaneta" y "En el jardín".
Otro de sus trabajos reconocidos es la publicación Los Caros en Colombia (1942), que es un compendio de documentos e historias de su familia. Se le considera como una de las primeras artistas mujeres profesionales en el país, quien dedicó su vida al estudio y desarrollo de su vocación.
Nunca se casó, lo que le permitió dedicar toda su vida a su arte.
Destacada por retratar la vivencia femenina, el paisaje y el retrato influida por el impresionismo francés, en el período de la belle époque bogotana. En los inicios de la modernización con la llegada de los primeros ferrocarriles, utilizados en Europa, hizo que se adecuara la estación y sus alrededores para la llegada de inmigrantes europeos, lo que explica el nombre de dicha época.
Pintó casi hasta el final de su vida pero debido a sus problemas visuales no pudo hacerlo como ella quería.
Le ponemos cara.
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Historia de viejos pescadores
Era una tarde fría y nublosa, típico día en la ciudad de puerto, me encontraba trabajando con viejos lobos de mar, riendo y siendo hombres rudos, groseros, totalmente políticamente incorrecto para tiempos modernos, me causa gracias, hace tiempo perdí el sentido de tomarme todo personal. Nona, un hombre de estatura media ya con bastante sobrepeso y con casi 80 años en su espalda, con una pelo gris y ojos llenos de historias no contadas, sus ojos a veces se pierden en la nada, me recuerdan a los ojos de mi abuela perdidos antes de ser comidos por la enfermedad del olvido. Trabajaba sin parar, me sorprende su nivel de actividad, me inspira a veces, pero otras veces siento empatía por el hecho que este hombre solo conoce el trabajo. Movía las manos inquietamente ya para su edad, trabajando con su viejo carrofle o esmeriles. Por otro lado, estaba mi jefe, Don Tomás es un hombre que impone presencia en cualquier lugar al que entra. Con su estatura alta y su robusta constitución, herencia de su ascendencia italiana, es imposible no notar su figura dominante. Su cabello grisáceo, siempre perfectamente cortado, y sus ojos penetrantes ya remarcando un amarillo en la clara del ojo, reflejan la dureza y la determinación que lo caracterizan. El morirá haciendo lo q ama. Don Tomás es un empresario hecho y derecho, forjado en el crisol de los negocios con un estilo de liderazgo que no admite fallos ni demoras, aunque el cabron llega tarde en muchas ocasiones, no obstante, llegas 1 minuto tarde y ya te esta dando una charla sobre la responsabilidad. “el mejor reloj es el sentido de la responsabilidad.
La paciencia no es una virtud que Don Tomás posea. Cero paciencias y cero asertividad, son su marca registrada. Es un hombre que no espera, que no duda en levantar la voz cuando las cosas no se hacen a su manera y en el tiempo que él considera adecuado. Sus gritos resonantes pueden escucharse desde el otro lado del taller, dejando claro que la mediocridad no tiene cabida en su presencia. Su impaciencia es legendaria, y su capacidad para mostrar descontento sin rodeos es bien conocida por todos los que han tenido el privilegio, o la desventura, de trabajar bajo su mando.
Sin embargo, a pesar de su temperamento explosivo y su manera brusca de comunicarse, Don Tomás tiene una voluntad férrea de enseñar, posee un conocimiento vasto en el mar y en mi poco tiempo enfocado en mi aventura por surcar los mares, veo q sabe mucho y cada día me nutro de su saber. Riendo y tirando la talla, Don Tomás le recuerda a Nona de un viejo amigo ya descansando en las estrellas, Don Cuadrado. Cuadrado según ellos porque tenia la cara y su cuerpo cuadrados. En ese momento Don Tomás le dice a Don Nona — Recuerdas cuando ibas a robar cadáveres para venderlo.
—No puedo creer lo que escucho —dije emocionado queriendo escuchar más.
Nona rompiendo el silencio con voz temblorosa, pero con una risa —respondió. Ese médico pagaba muy bien y una buena cantidad de dinero por ese cuerpo.
Nona bajó la mirada, mordiéndose el labio inferior. Y riendo conto q Don Cuadrado se había robado un crucifijo de plata.
Relataba que cuando la noche se había adentrado en su oscuridad más profunda, se encontraban en el cementerio, bajo la tenue luz la noche. El viento silbaba entre las tumbas, y los árboles se mecían como sombras siniestras. Contaba que entre cuadrado y con la ayuda del mismo sepulturero cavaba con fuerza, mientras, la tierra estaba blanda, en un instante sacaron el cuerpo y lo pusieron en una carretilla
Nona refería que miraba el cuerpo, y sintió algo de culpa, desde mi perspectiva no juzgo a nadie, el tiempo en que vivieron estos viejos hombres, la manera en que expresan sus sentimientos es propia de su época y para ser franco siento que yo mismo haría algo idéntico.
Comenzaron a caminar de regreso por las líneas del tren, que hoy en día solo se encuentran abandonadas. con el cadáver cubierto por una manta vieja. El camino era empedrado y la carretilla chirriaba con cada paso, creando un ruido que parecía amplificarse en la quietud de la noche.
Nona contaba q en ese momento estaba nervioso y a la mitad del camino, se encontraron con un grupo de pescadores que regresaban de una jornada de trabajo. Uno de ellos, un hombre corpulento y con una sonrisa amistosa, los saludó.
—¡Hey, Nona, ¡Cuadrado! ¿Qué llevan ahí?
Cuadrado, sin inmutarse, respondió con una sonrisa burlona:
—Un tieso, ¿qué más?
Los pescadores se rieron, pensando que era una broma.
—¡Ustedes y sus bromas macabras! —dijo otro pescador, sacudiendo la cabeza.
Nona, sin embargo, sentía que el corazón se le salía del pecho. Miró a Cuadrado con una mezcla de pánico y admiración por su audacia.
Cuando finalmente llegaron a la casa del médico, un hombre que no describió, pero lo imagino alto y delgado con gafas gruesas, mas parecido a un mago alquimista para la época.
Nona cuenta que el medico ya parecía acostumbrado a esto, lo que me deja con la duda de que el hombre ya estaba acostumbrado a recibir esto. Todo por la ciencia.
Me causa interés saber cómo Don Tomas sabia eso, tal vez cuadrado le conto, tal vez el mismo Nona en el pasado, todo queda como anécdota, todo queda entre risas, me sorprendo lo osado, ahora más que nunca creo lo que me dicen mis amigos del puerto cuando dicen el q se mete en problemas termina en un barril lleno de plomo en el fondo del mar. La vida, al final, es ruda y como dijo una ves un amigo solo se vive una ves y vive osadamente sin miedo a la aventura por más oscura que sea.
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Manipular los sentidos, generar experiencias
La primera actividad que tuvimos en esta segunda clase del taller de Música, fue socializar sobre dos conceptos de los que se nos pidió investigar la clase anterior: la sensación y la percepción auditiva; y hablamos sobre el distinto nivel subjetividad del que están dotadas.
De esta charla decantó la afirmación de que el artista es un generador de experiencias. Para ello, debe desarrollar la habilidad para manipular diversos elementos que generan estímulos sensoriales, recepcionados por LOS SENTIDOS. Entonces, de está recepción y codificación de los estímulos por los sentidos, surge la percepción y/o interpretación, la misma que es personal.
Esta interpretación se encuentra influenciada por:
Vivencias, experiencias.
Contexto socio político.
Estado emocional, relaciones interpersonales, etc.
¿Cómo podemos manipular lo que generamos en el espectador? Lo cierto es que, si bien no es posible hacerlo al 100%, existen estímulos que aluden a lo más básico, por ejemplo: un grito repentino o un golpe estruéndoso provocará generalmente incomodidad, susto, sobresalto.
El conocimiento nos vuelve responsables
Cuando escuchemos o elijamos una pista musical, debemos considerar que, por lo menos, las canciones tienen 5 capas:
Velocidad, beat
Melodía
Instrumento(s)
Letra
Lo cultural
Miércoles 10 de abril, 2024
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JÓSI (AU)
un grito se escuchó a la distacia y sintió una punzada en su corazón. el tono era demasiado parecido al de jóga y juraba que estaba justo detrás suya hace tan solo un momento.
-¿Jóga? - gritó al voltearse, un grito se escuchó a la distacia y sintió una punzada en su corazón. el tono era demasiado parecido al de Jóga y juraba que estaba justo detrás suya hace tan solo un momento.
Giró por completo, analizando el campo. A su derecha habían aún remanentes del golpe, podía ver a B15 ordenando a las tropas, saciándolas de suplementos que volviera a vitalizarlos. Por todas partes, se abrían puertas temporales y era imposible saber si el que salía era amigo o enemigo.
Basi podía sentir su magia brotando a borbotones por su sangre, el corazón agitado y un hormigueo en todo el cuerpo de la tensión que tenía acumulada. Sabía los peligros de una guerra y le había advertido al agente de ellos, pero era tan necia que se negaba a escucharla.
-¿Jóga? - volvió a preguntar, comenzando a correr en dirección del alarido sin saber si deseaba alargar la llegada para evitar confirmar sus sospechas o correr con cuanta fuerza aún tuviera en sus piernas para llegar cuanto antes.
Girando una esquina tuvo que aferrarse a la columna para frenar, divisándola entre los escombros del abandonado taller. Estaba allí, parada de pie, el time stick aferrado a sus falanges y pudo soltar el aire tensionado en sus pulmones al saber que no había perdido la única arma que comprendía usar.
-¡Jóga! Me diste el peor de los sustos, ¿no te dije que no te alejaras de mí a menos que fuese...? -las palabras dejaron de salir solas de su boca, suspendidas en el aire ante la escena.
Jóga estaba observando una computadora, probablemente perteneciente a Dox, por quien habían empezado todo esto en primer lugar.
La pantalla mostraba un gráfico de la Sagrada Línea Temporal en el medio, rodeada de unas pocas líneas temporales mucho más finas y delicadas en comparación a su alrededor. Basi observó el gráfico con una mirada confusa, faltaban más de la mitad que la última vez que pisaron la TVA y por cada segundo que pasaba observaba como se desintegraban lentamente hasta su raíz, así con cada una.
-¿Jóga? ¿Qué está pasando? ¿Por qué no paran de desaparecer si destruímos su computadora? - con cada palabra, una nueva línea temporal desaparecía, la urgencia cada vez más notoria en sus ojos. Sostuvo la pantalla con ambas manos, intentando golpearla para hacer que se detuviese.
Se escuchó un golpe seco y un par de manos tomaron su antebrazo, siseó pero el tacto era tan delicado que no pudo tomarlo por sorpresa. La expresión de Jóga explicaba la situación por sí misma y estaba a punto de asentir para que no tuviera que sufrir al contar lo que ahora era una realidad.
Pero no pudo deternerla, al igual que jamás podría hacer que se quedara detrás de ella para protegerla. Jóga era un alma libre, que luchaba por sus ideales y ahora entendía por qué era la mejor analista de su rango. Por supuesto que corrió detrás de Dox cuando la vio apresuradamente tipear algo en aquel aparato, por supuesto que iba a ignorar todas y cada una de sus órdenes desesperadas en tanto supiera que las líneas temporales estaban a salvo. Por una vez, podría haberlas salvado. Y no podía imaginar el dolor de verlas desaparecer una por una sin poder hacer absolutamente nada.
-Cuando alcancé a Dox la vi llevarse un pequeño dispositivo, estaba enchufado a la máquina. Intenté deterla pero apenas vi su espalda cuando cruzó la puerta temporal. Debe haber instalado un virus que bloquea el sistema y solo corre en modo automático hasta completar la limpieza.
-Maldita sea -gruñó, la furia comenzando a expandirse en su pecho. Enfurecida por la traición hacia ellos, hacia la TVA y especialmente hacia Jóga, una compañera, con la que se había abierto de compasión, ¿cómo podía hacerle esto a ella? - Maldición, ¿de verdad no podemos hacer nada?
Jóga negó suavemente con la cabeza, a pesar que sabía que sus manos ardían al no poder contener más la magia enfurecida, ella no la había soltado.
-Solo nos queda esperar, dejar que pase el tiempo - su voz era tan gentil. Llegaba a sus oídos como el antídoto del fuego ajetreado, sirviendo para comenzar a apaciguarlo.
-Creo que este es el mejor pie del mundo.
Basi pensaba lo contrario, solo asintió mientras continuaba jugando con los pedazos que habían caído al plato con su tenedor, volteándolo y quitandole la crema para revelar la gelatina ácida y fluorecente.
-Si no piensas disfrutarlo, todavía puedes dármelo a mi -sonrió la analista, comiendo el último trozo de su pastel y recostándose cómodamente en la silla.
-Sabes, entiendo que en la TVA el tiempo funcione diferente pero... toda esta cantidad de azúcar tampoco va a ayudarte en nada, -comenzó a explicar, tomando un pedazo y levantando el metálico utensillo - ¿lo ves? ¿Se supone que ese color es natural?
-Solo quieres quitarle lo divertido a todo -le dijo sonriendo con sorna ante la mueca que hizo Basi por el comentario. Acarició su estómago con la palma de su mano.
-No lo hago, solo sugiero que deberían cambiar la receta.
-¿Te preocupas por mí, corazón?
-Alguien tiene que hacerlo, si fuera por tí, correrías a la boca del lobo en cada oportunidad que tienes -le soltó, arrepitiéndose al instante de haber permitido tropezarse con sus palabras.
Sin embargo la expresión de Jóga no cambió, tan solo ligeramente para mirarle con dulzura. Supuso que entendía a qué se refería y a pesar que realmente comprendía la situación por la cual corrió sin avisar, no podía tolerar el pensamiento de que algo le hubiese pasado.
-Basi, no siempre tuve a una diosa para cuidar de mí, te recuerdo que fui una cazadora antes. Está en mis genes, que haya decidido tomar la vida de analista no significa que esté totalmente desarmada.
-Pero ahora estoy aquí y puedes tomar tu relajada nueva vida con mucha más tranquilidad.
La muchacha volvió a sonreír, un ligero rubor pintando sus mejillas pero Basi no estaba segura si realmente se sonrojó o era la luz cálida que caía sobre su rostro.
-Mira, lo que quise decir es que... Sé que dijiste que no prestara atención a lo que B15 dijo pero... Tiene razón y lo sabes, tu cambio de carrera no fue solo porque te aburriese esa vida, lo necesitabas. Y no quiero decir que no puedas cuidarte sola pero esto es completamente diferente a cualquiera de las misiones que tuviste durante tus tiempos cazando. Esto es una guerra, no estamos limpiendo errores temporales, si no personas. Y sé, mejor que cualquiera en este edificio, que te tiemblan las manos cada vez que tienes que encender ese time stick porque no quieres imaginar contra quién vas a tener que apuntarlo al final del día. Sé que luchas como nadie por esto, porque te lo arreabataron. Sé que si fuese posible que vivieses otra vez en aquella casa, con tus niños, lo harías. Si la TVA no existiese, si tuvieras otra oportunidad, no dudarías en abandonar este lugar. Pero mientras eso no ocurra y las líneas temporales no estén a salvo, vas a luchar por lo que perdiste y preservarlo para quien lo tiene.
Jóga la miró en silencio, escuchando atentamente a cada una de sus palabras, aún recostada sobre la incómda silla de plástico. Era increíble como ella podía adorar este lugar, en donde todo era tan monótono, con pasillos interminables, sillas de plástico de lo más incómodas, pies radioactivos y... su hogar. Que luchó para mantenerlo a salvo. Donde la conoció y por quien este lugar era mejor. El solo hecho de pensar en recorrer los pasillos sin su compañía hacía que quisera vomitar y abrir una puerta temporal a la Tierra lo antes posible.
El pie de ella alcanzó el suyo por debajo de la mesa, acariciando el costado de su zapato lentamente aún manteniendo contacto visual con ella.
-Gracias -le susurró, sus brazos descansando en su regazo, su pecho al descubierto. Por un segundo la imaginó en campo de batalla, tan expuesta de esta forma, podrían atravesar su pecho con una daga en tan solo un segundo. Sin embargo, así se mostraba con ella, dispuesta a enseñarle cómo era por dentro, aceptando su preocupación sin ninguna frustración de su parte, dándole seguridad, otra pequeña caricia sobre su calzado la sacó de sus pensamientos y sin poder evitarlo dio un suave golpe con la punta en la suya, escuchó una risita del otro lado de la mesa - Supongo que tener una diosa que me proteja y me siga como cachorro no es tan malo después de todo.
Ella rió en respuesta, asintiendo lentamente y devolviendo el mimo. Sin entender qué era aquel fuego que subía por su garganta, tan intenso que apenas podía volver a hablarle.
Allí en aquel comedor, ambas eran libres, por tan solo un segundo de aquel destino tan cruel, pensó. Lo necesitaba. Estaba tan agotada, su cuerpo estaba drenado de energía y el único lugar al que podía ir era donde estaba Jóga. Le recordaba por qué estaba luchando, por quién lo hacía. Aquella charla había significado muchísimo para ella y la había repetido miles de veces desde que comenzó a intentar una solución para la catástrofe que parecía no tener fin. Pero esta vez, no necesitó volver hacia atrás de nuevo, esta vez parecía distinto.
-Gracias, Jóga -susurró, sin saber bien por qué, sin saber cómo explicarlo, intentando encontrar las palabras para ver por dónde empezar pero al levantar la mirada solo la vió sonreírle, sin esperar nada más a cambio.
-¿Basi? ¡Basi! - Jóga corrió detrás de ella, chocando contra la puerta que acababa de cerrarse frente a sus ojos, separándolas a ambas. La distancia era insoportable, más aún cuando la chica acababa de encerrarse en una habitación que daba a la Sagrada Línea Temporal a punto de desintegrarse.
La diosa se volteó lentamente, las lágrimas brotaban de sus ojos sin que ella pudiera evitarlo, las mejillas rojizas como cada vez que la tristeza se apoderaba de ella, pero había algo diferente en sus ojos. Una convicción. Eso siempre la asustaba, ella siempre mantenía sus ideas y debates en su cabeza y una vez que estaba segura de algo no había forma de que cambiara de parecer.
-Ya sé qué clase de dios necesito ser, para tí... para todos.
-¿De qué hablas? Sal de ahí, podemos hablar de esto fuera, no tienes que hacer ningún sacrifico divino.
Basilton le sonrió, arqueando sus cejas, como si la compadeciera. Podía notar su labio inferior temblando y cada una de las alertas que habia aprendido a lo largo de los años de observar a Basi estaban saltando. Estaba a punto de comenter una locura, algo se había metido en su cabeza, un plan, estaba segura que debía hacer algo y estaba segura que era esa la razón por la que parecía tenerle pena, como si no entendiera la gravedad de la situación.
-No tenemos más tiempo, Jóga y lo sabes - volvió a hablar, teniendo que alzar la voz en lo que el núcleo comenzaba a azotar en la puerta - no podemos alargarlo más, no importa cuantas veces volvamos a querer expandir la Linea Temporal, nunca va a solucionarlo, me estoy quedando sin ideas y de lo único que estoy segura es que por una vez, voy a hacer lo que es correcto.
-¿Quedarte sin ideas? ¿De qué estás hablando? Todo este plan lo ideamos juntos, es la primera vez que fallamos, tenemos que irnos o vamos a...
-Jóga... -habló con gentileza, algo que solo consiguió exasperarla más - soy una diosa, dominé mis deslizos en el tiempo y puedo viajar al pasado una y otra y otra vez. - la analista soltó una maldición, no podía ser cierto. Basi rió al observar su reacción - Supongo que entendiste qué significa.
-¿Cuántas veces viviste esto mismo? - Basi suspiró y bajó la mirada, a través del cristal se veía como una niña pequeña temblando del miedo, como la primera vez que entró a la TVA - Basi, mírame, ¿cuántas veces?
Con los puños apretados, subió la mirada, clavando los ojos en los profundos canela de la analista - Más de siete millones de años - Jóga sintió que las piernas le temblaban - Intenté de todas las formas posibles, acelerando todo el proceso, llegando antes, mandando a Victor una y otra vez por la plataforma - comenzó a reír- incluso aprendí todo acerca de física e ingeniería para poder crear yo misma el expansor... Ni eso funcionó... Te vi desitegrarte una y otra y otra vez. Volví en el tiempo a todos los momentos donde estábamos juntas para no perder la cordura, aunque creo que ya me estoy quedando sin - peinó su cabello hacia atrás, largos mechones azabaches como la noche - gracias a tí, aprendí que existen sacrificos que valen la pena cometer. No soporto vivir con la carga de saber que no importa cuánto intento, siempre vas a morir. Esta es mi última jugada y espero me perdones - eso fue lo último que escuchó de ella, se volteó dándole la espalda y extendió sus manos hasta la puerta.
Jóga comenzó a patear el metal, intentando tirar lo más posible hasta que se abriera, lo que fuera para poder deterla.
Pero era muy tarde. El brillo cegador del núcleo llegó a sus ojos y la obligó a levantar la mirada, desesperada por verla otra vez.
Basilton cruzó el puente, las ondas temporales chocando contra su cuerpo, desintegrando el uniforme que llevaba usando desde su llegada a la TVA, que significaba un equipo, que la unía a Jóga. A tirones, pedazos de su camisa y pantalones salían disparados de su cuerpo, revelando debajo de sí un traje verde musgo que pareciera escondido debajo del antiguo vestuario.
La radiación de las líneas temporales destruyen todo y solo dejan ver la forma infinita, escondido debajo de su disfraz humano, una alargada capa comenzó a alzarse, sacudiéndose por el huracán que la rodeaba. Dos largos cuernos crecieron de su cabeza, la forma más pura de su naturaleza, su forma de diosa. Jóga suspiró colocando una mano en el cristal, recordando todos los archivos que había visto y como ninguno se comparaba a verlo en la realidad.
Con su magia, Basilton rompió los anillos que guardaban la Sagrada Línea Temporal, dejando que el espacio comenzara a teñirse de un verde opaco, completamente lleno de su magia.
Se acercó a tomar una de las ramas temporales, por las que Jóga había luchado tanto para mantener vivas, por millones de vidas humanas, incluyendo la de Jóga. Recordó la charla que tuvieron acerca de ello, como las palabras escapaban de su boca, su pasión y seguridad de que eso era lo que debían proteger en vez de destruír. Al rodearla con su palma, su magia la bañó de protección y podía sentir en cada fibra de su cuerpo todos los corazones que latían, el aire, el agua, las risas, los recuerdos que estaban formándose.
La soltó con suavidad, sonriendo de que por fin todo había terminado pero apenas la dejó flotar, se drenó de color. Toda la vida y su energía parecía que morían sin la ayuda de su magia.
-¿Qué está pasando? - gritó OB desde el cuarto auxiliar, donde todos estaban observando lo que sucedía.
-Las líneas están muriendo... -respondió Jóga - el núcleo las mantenía con vida, con energía, sin una fuente que las nutra... se apagan - y al mismo tiempo que pronunciaba las palabras, sus ojos y los de Basi de encontraron. A pesar de que la diosa no podía oír nada de lo que estaban hablando, a pesar de la horrorosa distancia, la verdad cayó sobre ambas como un balde de agua congelada y lo único que podían hacer era mirarse - Oh no...
Basilton no lo dudó, tomando una por una las líneas temporales, dejó que se enredaras por su capa, por sus piernas, caminó el largo tramo hasta el final de los tiempos cargando con ellas. Su magia fluía por todo su cuerpo, era un éxtasis que jamás había sentido, llenaba de vida a cada rama y las sentía como su fuesen sus propias venas.
Valía la pena.
Cada segundo, por saber que Jóga podría tener otra oportunidad.
#lokius as jósi#angst#they are in love yet they'll never say#human x god#must be my favorite genre of all#sacrifices must be made#for the person who deserves them all
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El 31 de octubre tuvimos Casita Abierta por el Día de Muertxs.
Como cada año, tuvimos nuestro taller de papel picado, e hicimos el Tzompantli para nuestro altar.
Nos maquillamos con las manos maravillosas de @finemahla y finalmente, recorrimos las calles a grito de "queremos muertos, queremos muertos...!!"
Nos divertimos mucho, por supuesto
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DONDE NACE LA INDEPENDENCIA MEXICANA
¿Están listos para conocer un nuevo Pueblo Mágico? En esta ocasión viajaremos a Dolores Hidalgo, el pueblo donde nació José Alfredo Jiménez. Aquí los días están hechos de puestos de nieves en el jardín principal y objetos de cerámica mayólica en el tianguis artesanal. Este también es el sitio donde vivió el cura Miguel Hidalgo, ese hombre de ideas libertarias que se levantó en armas contra la Nueva España al comenzar el siglo XIX. La historia escrita entonces, hoy se encuentra en los museos, los edificios y las calles. 🍧🔔🏺
La Parroquia de Nuestra Señora de Dolores fue construida entre 1712 y 1778; aquí, Miguel Hidalgo dio inicio a la lucha por la independencia un 16 de septiembre de 1810. Una fachada de estilo neoclásico que sirve de antesala al atar donde se aloja la patrona de Dolores. Cada año enfrente de este recinto se conmemora el grito de Hidalgo y se recuerda a los héroes de la Independencia Nacional.⛪🕯️
Si eres un coleccionista de artesanías no puedes perderte los diversos talleres de cerámica mayólica, una técnica introducida por los españoles del siglo XVI. Encontrarás jarrones, objetos decorativos, vajillas, floreros, entre muchas piezas más; uno de los talleres más antiguos lleva el nombre de Talavera Mayólica Contreras.🏺🇪🇦🖌️
Durante las noches este lugar se llena de música y fiesta con las cantinas tradicionales; descubre las historias interesantes que cada una de ellas esconde, como El Incendio que fue visitada por el cantautor José Alfredo Jiménez y, se dice, fue de inspiración para algunas de sus canciones. Disfruta de una cerveza o un buen mezcal con un ambiente local🥃🍻.
En el panteón Municipal encontrarás el lugar donde descansan los restos del “embajador de la música ranchera mexicana”. El mausoleo fue construido en 1998. Su tumba es un sombrero y un ondulante sarape hecho de mosaicos multicolores. Sobre sus baldosas pueden leerse los títulos de sus mejores melodías que sirven como epitafio.🎉🎺🪗
Entre los platillos típicos están las enchiladas mineras, tamal de queso y tortas de carnitas. Otra de las especialidades de Dolores Hidalgo son sus nieves con una inmensa variedad desde los sabores más comunes hasta sabores exóticos como cerveza, pétalo de rosa, mole, entre otros. También puedes darte una vuelta por los viñedos para que acompañes tus alimentos con un buen vino de la zona.🌮🫔
No lo pienses más, alista tus maletas y ven a vivir todas las experiencias que este lugar tiene preparado para ti. Nos vemos la próxima semana, ahora en tierra oaxaqueña… Esto es Puebleando Ando.🚗🧳🎟️
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