#talasocracias
Explore tagged Tumblr posts
Text
Los bloques continentales contra la hegemonía oceánica: la dialéctica de la geopolítica
Por Youssef Hindi
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
La geopolítica es “la conciencia geográfica del Estado” (1). Y el Estado es una comunidad de personas que existe dentro de un espacio definido o incluso una civilización que posee fronteras claras; en este caso podemos hablar de un “Estado civilización” (2) – utilizando el concepto de Weiwei Zhang – como lo son China o, hasta cierto punto, Rusia. Para el geopolítico alemán Karl Haushofer (1869-1946), la geopolítica no es ni de derechas ni de izquierdas, sino que es una ciencia al servicio de la humanidad en su conjunto y la cual fomenta el entendimiento entre los pueblos. El objeto de estudio de Haushofer es “las grandes conexiones vitales que el hombre actual tiene con el espacio actual” y su objetivo es “la integración del individuo en su entorno natural y la coordinación de los fenómenos que vinculan al Estado con el espacio” (3). El objetivo de esta disciplina es también y, sobre todo, dotar a los políticos responsables de las herramientas intelectuales necesarias para tomar decisiones y emprender acciones eficaces.
Lo que vemos hoy, sin embargo, es que existe una geopolítica china, una geopolítica rusa y una geopolítica estadounidense, pero que no existe una geopolítica europea, ya que la integración del Viejo Continente fue gracias al glacis estadounidense. E incluso si Estados Unidos se retirara de Europa, no existiría una geopolítica europea, sino una geopolítica francesa, alemana, italiana, etcétera. Los Estados europeos han perdido frente a Washington toda soberanía e incluso el derecho a elegir a sus amigos y enemigos. “Mientras un pueblo exista en el ámbito de lo político, debe, aunque sólo sea en el caso más extremo —pero, sobre cuya existencia decida por sí mismo— determinar la distinción entre amigo y enemigo. Ahí radica la esencia de su existencia política. Si ya no tiene la capacidad o voluntad de hacer distinción, deja de existir políticamente. Si un extranjero le dice quién es su enemigo y contra quién se puede o no combatir, entonces ya no es un pueblo políticamente libre” (4). Este otro sistema político es la Unión Europea y la OTAN, dirigidas por Estados Unidos.
Si la política es el ámbito de la distinción entre amigo y enemigo, la geopolítica es el ámbito de la alianza y la confrontación entre los Estados. La geopolítica aplicada es también, ante todo, la gestión por parte de una autoridad política de su espacio, es decir, el espacio de su pueblo. Esto último significa asegurar sus fronteras y mantenerse lo más lejos posible de cualquier amenaza que pueda suponer cualquier Estado, ejército u organización hostil. Para Karl Haushofer, el concepto de geopolítica es “uno de los instrumentos políticos más útiles y más finos que existen que ayudan a registrar y medir la distribución del poder en el espacio y la superficie de la tierra: una herramienta para comprender el juego de fuerzas que afecta a nuestro presente y a nuestro futuro; utilizando esta herramienta podemos poner en juego y superponer casi sin lagunas los factores descriptivos espaciales de la geografía política y los factores descriptivos temporales de la historia cotidiana en sus resultados para comprender la fuerza transformadora dinámica del día y del momento” (5).
Enemigos estructurales: tierra/mar, imperio/hegemón
La Antigüedad vio el nacimiento de los Estados y los grandes modelos de poder geopolítico, los cuales evolucionaron técnicamente, pero mantuvieron su esencia. La oposición entre imperio terrestre y hegemonía marítima es permanente y continua hasta nuestros días dando forma a la estructura de la geopolítica mundial. Las guerras entre Esparta y Atenas, y posteriormente entre Roma y Cartago, resonaron en conflictos posteriores de la Edad Media y la Modernidad: Inglaterra contra Francia, Inglaterra contra Rusia, Inglaterra contra Alemania y actualmente Estados Unidos contra Rusia. Las constantes geopolíticas se extienden a lo largo de un periodo histórico muy dilatado. Desde un punto de vista geopolítico y jurídico, más o menos desde el siglo XVI, hemos vivido en un mundo conformado por dos órdenes espaciales opuestos: el del mar abierto y el de la tierra firme. “La ordenación mundial centrada en Europa, surgida en el siglo XVI, se desdobló así en dos ordenaciones globales distintas, o sea de la tierra y del mar. Por primera vez en la historia de la Humanidad, la oposición entre tierra y mar se convierte en fundamento universal de un Derecho global de Gentes. Ahora ya no se trata de cuencas marítimas delimitadas como el Mar Mediterráneo, el Mar Adriático o el Mar Báltico, sino de todo el globo terrestre, geográficamente medido, y los océanos mundiales… Aquí se enfrentan, pues, dos ordenaciones universales y globales que no pueden ser adaptadas a la relación entre derecho universal y derecho particular. Cada una de estas ordenaciones es universal. Cada una de ellas tiene su propio concepto de enemigo y guerra y botín, pero también de libertad. La gran obra decisiva del Derecho de Gentes de los siglos XVI y XVII culminó así en un equilibrio entre tierra y mar, en una contraposición de dos ordenaciones que, en su correlación sujeta a tensiones, llegaron a determinar el nomos de la tierra...” (6).
Desde entonces y hasta finales del siglo XX, el equilibrio de poder se inclinó a favor de las potencias marítimas, a saber, el Imperio Británico y su heredero estadounidense. El hundimiento del poder continental tras la Reforma protestante, que debilitó tanto a la Iglesia romana como al Sacro Imperio Romano Germánico, condujo a la expansión hegemónica a largo plazo de las talasocracias angloamericanas y al sometimiento de la Europa continental. Las consecuencias de la salida de Europa del escenario de la historia, al igual que el nacimiento del mundo multipolar, fue percibida por ya en los años 1930/40 por algunos visionarios que se adelantaron a su tiempo. En su correspondencia con Nicolaus Sombart entre 1933 y 1943, Carl Schmitt escribió que: “Los verdaderos competidores hoy en día son Rusia y Estados Unidos. Europa está fuera de juego. Tocqueville se dio cuenta de ello hace cien años. Pero la idea misma de dominación mundial también es cosa del pasado. Lo que viene es un nuevo Nomos de la Tierra, un nuevo orden geográfico. Tenemos que pensar en términos planetarios, en términos de una revolución geográfica planetaria. Lo que está surgiendo ahora es un orden de ‘grandes espacios’” (7).
La actual guerra entre Rusia y la OTAN en Ucrania es el resultado de esta tensión entre potencias terrestres y marítimas. La guerra que Rusia libra hoy es clásica, en el sentido de que combate allí donde hay poblaciones rusófonas en los territorios del antiguo imperio ruso. Lucha en su zona natural de influencia, no al otro lado del mundo. Es una guerra del siglo XIX, típica de las potencias terrestres, comparable a la de Prusia, que luchó para reunificar (parcialmente) a las poblaciones germánicas dispersas por parte de Europa. Rusia también está librando una guerra para asegurar su zona de influencia geopolítica, que está siendo invadida por Estados Unidos a través de la OTAN. Podemos remontarnos a la Antigüedad para encontrar este tipo de guerra limitada librado con la intención de preservar o ampliar una zona de influencia que coincide con una zona de seguridad que permite trazar una línea geográfica más allá de la cual la vida del propio Estado se ve amenazada.
En la primera mitad del siglo III a.C., cuando Roma unificó Italia, vio amenazada su costa Este en tirrena por Cartago. Hacia el 280 a.C., Cartago ocupó Lipara, en las islas Eolias, un puesto de observación clave en la desembocadura del estrecho de Mesina. En el 270 a.C., Roma reconquistó Rhegium, frente a Sicilia, y desde entonces controló el estrecho de Mesina, una de las dos principales vías de comunicación entre las cuencas oriental y occidental del Mediterráneo. Cartago, que había intentado sin éxito impedir que Roma unificara la península itálica, ahora quería al menos cerrar el acceso de Roma a Sicilia, clave de la hegemonía colonial cartaginesa. Podemos trazar un paralelismo con la secuencia histórica que comenzó cuando Vladimir Putin llegó al poder a principios de la década de 2000. Mientras Rusia se reconstituía y reforzada su Estado, se vio amenazada por Estados Unidos, el Cartago de los tiempos modernos, dentro de sus fronteras (la guerra de Chechenia) y fuera por el avance de la OTAN en su zona de influencia y seguridad. Para afirmarse como potencia regional, Roma se vio obligada a salir de la península itálica y enfrentarse a Cartago, del mismo modo que Rusia salió de sus fronteras para enfrentarse a la OTAN en Ucrania. En ambos casos, la guerra era inevitable. O bien la potencia terrestre se quedaba dentro de sus fronteras y dejaba que la potencia marítima la atacara en su territorio, a riesgo de verse acorralada o incluso desaparecer, o bien emprendía acciones militares para asegurarse una zona de influencia más amplia que le proporcionara una protección duradera. Los intereses de Cartago, que residían en el control militar, político y comercial del Mediterráneo, chocaban frontalmente con los intereses vitales de Roma, que necesitaba asegurarse una zona de influencia y protección. Cartago intentaba contener a Roma, igual que los estadounidenses hacen con Rusia. Los cartagineses querían utilizar Sicilia como puente para atacar Italia al igual que los estadounidenses están utilizando Ucrania como cabeza de puente contra Rusia. Rusia, como Roma en el pasado, está a la defensiva, pero responde al ataque de un enemigo, Estados Unidos, que está fuera del alcance de su ejército. Roma destruyó Cartago con tal de reducir su amenaza a nada. Rusia sólo puede destruir a Estados Unidos a costa de un intercambio nuclear catastrófico para la humanidad. Mientras tanto, Estados Unidos amenaza las fronteras de Rusia utilizando a los ucranianos y europeos. Los estadounidenses libran una guerra internacional contra Rusia sin tener que implicarse oficialmente. La asimetría militar en perjuicio de Rusia es extraordinariamente significativa. Pero la asimetría en este conflicto no es exclusivamente militar. Rusia está librando una guerra tradicional, convencional y limitada por su propia naturaleza. Incluso nos atreveríamos a decir que la ofensiva rusa está limitada por la propia naturaleza de Rusia. Estados Unidos está librando una guerra fuera de sus límites, es decir, una guerra cuyo ámbito de acción ya no es exclusivamente militar, sino también civil, económico, jurídico y social. La guerra sin límites es la guerra total. Y es a este ataque total al que Rusia se enfrenta desde hace muchos años.
Esto ha llevado a la formación de bloques geopolíticos continentales como reacción a la hegemonía de la talasocracia: China/Rusia frente al hegemón angloamericano Ha nacido el orden de los grandes espacios, conocido como mundo multipolar, y que está compuesto por grandes potencias que agrupan diversas naciones con tal de formar bloques geopolíticos. La unipolaridad sólo duro un breve momento durante el cual se reconstituyeron los poderes de Rusia y de China. En resumen, se trató de un malentendido histórico. Este breve periodo de unos veinte años fue interpretado por algunos estadounidenses como el fin de la historia, que significaba la hegemonía planetaria estadounidense. El siglo XXI no será únicamente el siglo de la multipolaridad, sino también el siglo en el que el centro de gravedad del planeta se desplaza hacia el Este, hacia el corazón continental del mundo, en detrimento de las talasocracias periféricas. Se trata de una inversión fenomenal del equilibrio de poder a escala histórica y mundial. Los grandes recursos energéticos (petróleo, gas, por no hablar de las materias primas), y las mayores potencias económicas y militares son antes que nada Estados continentales que controlan grandes extensiones de tierra y se alían con numerosos Estados a través del vasto territorio del África. Estados Unidos y el resto del mundo occidental representan el 25% de la población mundial y se enfrentan al 75% restante, que hoy en día se agrupa en torno a las dos potencias continentales: Rusia y China. Esto marca el fin de la era talasocrática. Hace más de un siglo, Halford John Mackinder (1861-1947) advirtió al Imperio Británico del peligro que representaba el poder terrestre ruso en el sentido de que la potencia continental tenía más posibilidades de triunfar sobre los poderes marítimos sin importar que tan ingeniosa fuera la diplomacia de estos últimos.
Quienes se sorprenden ante el acercamiento chino-ruso simplemente ignoran las constantes y los fundamentos de la geopolítica. El Pacto Molotov-Ribbentrop, concluido en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, se justificó por la necesidad de que las dos potencias terrestres, Alemania y Rusia, se acercaran y formaran un “bloque” contra las potencias marítimas angloamericanas, a pesar de sus diferencias ideológicas. El error fatal de Adolf Hitler fue romper este pacto, para regocijo de británicos y estadounidenses, que pudieron así librarse, con un coste mínimo, de un Estado poderoso que se extendía por el centro de Europa: “Sólo después de haber expuesto sus planes de conquista en el Este a los principales jefes militares, Hitler encontró la resistencia de los círculos tradicionales, de los que el general Beck era un destacado representante” (8). Estos círculos tradicionales pretendían restaurar una Alemania fuerte y su hegemonía según el modelo clásico.
Los dirigentes chinos y rusos, que tienen una fuerte conciencia histórica, no cometerán el error de separarse. Tanto más cuanto que la doble política estadounidense de contención frente a Rusia y China obliga a estos dos países a mantenerse unidos. Dado que el globo es un campo de batalla en el que “los Estados compiten por el dominio del mundo” (9), la guerra de Ucrania puede interpretarse como una continuación de la política euroasiática de Rusia para asegurar su control continental. Es lo que tradicionalmente se conoce como “pacificación” al estilo romano. El apoyo de Pekín a Moscú es, por lo tanto, comprensible; el Imperio del Centro necesita que Europa y Asia estén pacificadas para que sobreviva su proyecto de la nueva Rutas de la Seda. Así que Rusia está haciendo un trabajo necesario a ojos de China. Lo sorprendente hoy en día es que el realismo geopolítico alemán ha sido adoptado por rusos y chinos. De hecho, Karl Haushofer escribió en 1940: “Incuestionablemente, el mayor y más importante cambio en la política mundial de nuestro tiempo es la formación de un poderoso bloque continental que abarca Europa, el Norte y el Este de Asia. Pero no todas las grandes formaciones y configuraciones de este tipo surgen de la mente de algún estadista, por grande que sea, como aquella famosa diosa griega de la guerra transfigurada en apariencia. Las personas informadas saben que tales formaciones se preparan durante un largo período de tiempo” (10)
La política euroasiática no es, de hecho, un proyecto ideado originalmente y ad hoc por unos cuantos dirigentes, sino el fruto de la necesidad, de la fuerza de las circunstancias históricas. La alianza euroasiática sigue un principio que nos viene de la antigüedad, de la época del nacimiento del Estado romano: “Fas est ab hoste doceri” (Es un deber sagrado dejarse enseñar por el enemigo). Karl Haushofer escribió en 1940. “Cuando nacen formaciones políticas importantes, el adversario suele tener ya un agudo instinto de lo que le amenaza, un sentimiento premonitorio que un notable sociólogo japonés, G. E. Vychara, atribuye a todo su pueblo, y que le permite ver los peligros que vienen de lejos. Tal característica nacional tiene un valor incalculable. Todo el mundo se asombrará al saber que quienes primero vieron en el horizonte la posibilidad de tal bloque continental, cargado de amenazas para la dominación mundial de los anglosajones, fueron los dirigentes ingleses y estadounidenses, en una época en que nosotros, en el seno del Segundo Reich [1871-1918], aún no nos habíamos formado una imagen de las posibilidades que podrían resultar de una unión entre Europa Central y la potencia dominante de Asia Oriental [N. D.A.: se refiere a Japón] a través de la inmensa Eurasia” (11).
Lord Palmerston (1784-1865), político británico y dos veces Primer Ministro, dijo durante una crisis ministerial en 1851: “por muy desagradables que sean ahora nuestras relaciones con Francia, debemos mantenerlas, porque en el trasfondo se cierne una Rusia que puede unir Europa y Asia Oriental, y solos no podemos hacer frente a semejante situación”. Homer Lea (1876-1912), aventurero y escritor estadounidense, escribió un libro sobre el ocaso de los anglosajones en el apogeo del Imperio Mundial Británico. En él decía que el fin de la dominación inglesa podría llegar cuando Alemania, Rusia y Japón unieran sus fuerzas. Por lo tanto, está claro que los cerebros de Vladimir Putin y Xi Jinping no idearon la política de acercamiento chino-ruso. Es una reacción a la geopolítica de los angloamericanos, a la que han bautizado como “política de la anaconda” con la cual sujetar, asfixiar y aplastar a las naciones (12). Podríamos decir que se trata de una relación dialéctica, una amenaza que obliga a los Estados continentales a formar grandes y poderosos espacios para obstaculizar la política de la anaconda. El objetivo estratégico angloamericano de separar a Alemania y Rusia no es nada nuevo. Hoy, Washington destruye los gasoductos que unían a ambos países, y ayer, en 1919, cuando Alemania estaba de rodillas y desarmada, los angloamericanos temían la colaboración germano-rusa y propusieron “que, a costa de un grandioso traslado de los habitantes de Prusia Oriental a Occidente, Alemania sólo tuviera acceso a la orilla occidental del Vístula, únicamente para que Alemania y Rusia ya no pudieran encontrarse directamente” (13).
El Tratado de Rapallo, firmado el 16 de abril de 1922 por Alemania y la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, supuso una gran decepción para el inglés Mackinder y su escuela. La nueva Ruta de la Seda china, que une en a la oriental China con Europa occidental mediante una ruta esencialmente continental, ha reavivado un viejo temor angloamericano. Recientemente, la doncella italiana al servicio de Washington, Giorgia Meloni, sacó a Italia de la Nueva Ruta de la Seda china. Además, recordemos que el historiador y geopolítico estadounidense Brook Adams (1848-1927) vio en la posibilidad de una vasta política ferroviaria transcontinental con terminales que se extendían desde Port Arthur hasta Tsing-tao (dos puertos del este de China), la posibilidad de una unidad germano-rusa para dominar el este de Asia y que cualquier intento de un bloqueo británico o estadounidense, incluso de ambos a la vez, no sería capaz de contener. Todo esto lo estamos viendo hoy. La política de sanciones estadounidenses contra una Rusia respaldada por China y las otras grandes zonas del mundo multipolar (BRICS) es inútil. Incluso sin Europa, que Washington ha logrado separar de Rusia, la alianza continental euroasiática ya está derrotando a los angloamericanos política, militar y económicamente. La ruptura ruso-europea provocada por los estadounidenses está empujando a Rusia aún más hacia otro continente rival, África, donde los chinos ya están bien establecidos. Todo esto es gracias a los vasos comunicantes de la geopolítica. Estados Unidos vive de las ganancias geopolíticas que logró desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En particular, el control de Europa y Japón. La política continental para contrarrestar la contención angloamericana debe llevarse a cabo sin contar con la participación de estos dos actores, tomando en cuenta un gran número de grandes y medianas potencias, como India, Irán, Indonesia, Sudáfrica y Brasil. Además, África se está inclinando hacia Oriente en detrimento de Occidente.
¿Con qué fin?
Pero la fuerza de atracción económica de los poderes continentales podría en algún momento romper la dependencia de Japón y Europa del judeo-protestantismo angloamericano, eso si primero no se produce una guerra mundial (es decir, un enfrentamiento directo entre las grandes potencias). Porque si bien Estados Unidos fue una vez una potencia económica atractiva, hoy ofrece a sus vasallos recesión, pobreza, saqueo de sus industrias, guerra y humillación continua. Los dirigentes europeos están atrapados entre un abismo que los enfrenta a sus amos, la oligarquía occidental, la cual arrastra a sus países al abismo, y la revuelta de sus pueblos, que se oponen a esta política de muerte. Por su parte, Rusia está esperando a cosechar los beneficios de la guerra de desgaste contra Occidente hasta que la paciencia de los pueblos de Europa llegue a su límite. La presión rusa sobre los gobiernos europeos no es virtual, sino real. La capacidad de resistencia y los recursos de los rusos son muy superiores a los de Occidente. Todo lo que Moscú tiene que hacer es prolongar las hostilidades y el agotamiento industrial europeo hasta que sus pueblos no puedan soportar más los efectos económicos.
En cuanto a Japón, ha mostrado un pragmatismo típico de su cultura. Tokio se negó a sacrificar su economía por las necesidades estratégicas de Estados Unidos: “Estados Unidos ha reunido a sus aliados europeos en torno a la idea de limitar las compras de crudo ruso a 60 dólares el barril, pero uno de los aliados más cercanos de Washington en Asia está comprando ahora petróleo a precios superiores a ese tope. Japón consiguió que EEUU aceptara esta excepción, alegando que la necesitaba para garantizar el acceso a la energía rusa. Esta concesión demuestra la dependencia de Japón de Rusia en materia de combustibles fósiles, lo que, según los analistas, ha contribuido a la reticencia de Tokio a seguir apoyando a Ucrania en su guerra contra Rusia” (14). Los estadounidenses se enfrentan a una situación difícil. Están exigiendo obediencia ciega a sus vasallos en contra de sus intereses vitales. Tirar demasiado fuerte de la cuerda de la sumisión acabaría por romperla. La situación geográfica de Japón, cerca de los dos gigantes geopolíticos que son China y Rusia, puede empujarle finalmente a un acercamiento con Pekín y Moscú para encontrar un modus vivendi. La necesidad de hidrocarburos para su potente industria es vital para Japón y Tokio no puede permitirse hacerse el harakiri por una guerra que no tiene nada que ver con él. La realidad del equilibrio de poder es clara, entre una minoría demográfica a escala mundial que lleva a cabo una política económica y militar mortífera, y las grandes potencias de la tierra que disfrutan de un auge económico y que trabajan para estabilizar el gran continente, existe una diferencia clara.
Notas:
1. Karl Haushofer, De la géopolitique, Fayard, 1986, p. 24.
2. https://www.lajauneetlarouge.com
3. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 25.
4. Carl Schmitt, La notion de politique, 1932, Champs, 2009, p. 91.
5. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 105.
6. Carl Schmitt, Le nomos de la Terre, 1950, Publication universitaire de France, 2001, p. 172.
7. Nicolaus Sombart, Chronique d’une jeunesse berlinoise (1933-1943), Quai Voltaire, Paris 1992, trad. D’Olivier Mannoni, pp. 322-323. Citado por Alain de Benoist, prefacio a Terre et mer de Carl Schmitt, 1942, 2022, Krisis, p. 57.
8. Jean Klein, prefacio a De la géopolitique de Karl Haushofer, p. 29.
9. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 27.
10. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 113.
11. Karl Haushofer, De la géopolitique, p. 114.
12. Karl Haushofer, De la géopolitique, pp. 114-115.
13. Karl Haushofer, De la géopolitique, pp. 115-116.
14. « Japan Breaks With U.S. Allies, Buys Russian Oil at Prices Above Cap », The Wall Street Journal, 02/04/2023. https://www.wsj.com
0 notes
Text
001 -HISTORIA DE LA NAVEGACION – (F) (001-020) –
001 – La navegación marítima es el arte y la ciencia de conducir una embarcación desde una situación de salida (zarpado) hasta otra de llegada, eficientemente y con responsabilidad.
002 – Es arte por la destreza que debe tener el navegante para sortear los peligros de la navegación, y es ciencia porque se basa en conocimientos físicos, matemáticos, oceanográficos, cartográficos, astronómicos, etc. La navegación puede ser superficial o submarina.
003 – Navegación (de la palabra latina navigatio) es el viaje que se hace con la nave (de la palabra latina navis, y esta de la raíz proto indoeuropea *nau- ‘barco’, que también es fuente del sánscrito nauh). Náutica (del latín nautĭca, y este del griego ναυτική [τέχνη] nautikḗ [téjne] ‘[arte de] navegar’, de ναύτης nautes ‘marinero’) es lo relativo a la navegación y la ciencia y arte de navegar. Naval (del adjetivo latino navalis) es lo relativo a las naves y la navegación, o particularmente a la Armada.
004 – En la Antigua Roma, los navicularii realizaban el comercio a larga distancia por mar.
005 – La navegación costera fue practicada desde la más remota antigüedad.
006 – La narración bíblica del diluvio, donde aparece el Arca de Noé, está basada tanto en los mitos como en la práctica de la navegación de las civilizaciones mesopotámicas, que desde los sumerios navegaron por sus dos ríos (Tigris y Éufrates) y por el golfo Pérsico.
007 – Los antiguos egipcios tampoco se limitaron a la navegación fluvial del Nilo, y utilizaron las rutas marítimas del Mediterráneo existentes desde el Neolítico (por las que se habrían difundido durante milenios fenómenos culturales como el megalitismo o la metalurgia).
008 – Los cretenses llegaron a establecer una verdadera "talasocracia" (gobierno de los mares, que se atribuye al rey Minos) hasta la época micénica (II milenio aC), en la que habría que situar los hechos mitificados en los poemas homéricos (más de mil "cóncavas naves" llegando a las playas de Troya, mala fortuna del navegante Ulises y pericia de los "argonautas" - entre los que está el constructor del barco que lleva su nombre, Argos -).
009 – Los hititas, dirigidos por el rey Suppiluliuma II se enfrentaron a los chipriotas en la primera batalla naval registrada históricamente (ca. 1210 aC); en la misma época todas las civilizaciones del Mediterráneo Oriental sufrieron las incursiones de los llamados "pueblos del mar".
010 – Los fenicios, a quienes los griegos consideraban sus maestros en la navegación, y que también son citados en la Biblia (barcos de Tiro suministraban al rey Salomón mercancías provenientes de lugares lejanos, incluido Tarshish - Tartessos, a ese mismo destino llevaba un barco fenicio a Jonás, hasta que la tripulación le arrojó al mar al responsabilizarle de la tormenta que amenazaba con hundirles),
011 – Habrían sido la primera civilización mediterránea que navegó por alta mar al remo y a la vela, guiándose por el Sol durante el día, y por la Estrella Polar durante la noche.
012 – Consta que, atravesando el estrecho de Gibraltar (las "rocas de Melkart", "columnas de Hércules" en los mitos griegos) navegaron por el océano Atlántico llegando por el Sur hasta algún punto de la costa occidental de África y por el Norte hasta las islas Británicas (o quizá más allá, al lugar que los textos denominan Thule), pero es dudoso que circunnavegaran África o atravesaran el Atlántico llegando a América (que habrían denominado Antilia); lo que más probablemente sí consiguieron los vikingos en el siglo X.
013 – En los océanos Índico y Pacífico se desarrollaron navegaciones oceánicas que permitieron poblar todos los archipiélagos (navegación polinesia); mientras que la posibilidad de que se llegara a Ámérica del Sur es todavía objeto de debate (el poblamiento de América a través del estrecho de Bering no habría necesitado de navegación, o en todo caso, habría bastado con la navegación costera), así como otros posibles contactos transoceánicos precolombinos.
014 – En el primer tercio del siglo XV, las expediciones chinas lideradas por Zheng He llegaron hasta las costas africanas del Índico; se ha llegado a proponer la posibilidad de que hubieran llegado al Atlántico Sur e incluso hasta América y Europa, pero tal propuesta no ha pasado de ser una especulación no admitida académicamente.
015 –La navegación mediterránea, que los romanos habían llegado a controlar (Mare Nostrum indiscutido desde sus victorias frente a cartagineses - guerras púnicas, 264-146 aC.- y egipcios - batalla de Actium, 31 aC.- y piratas), volvió a ser un entorno disputado en la Edad Media, a partir del momento en que los vándalos consiguieron atacar navalmente las costas italianas.
016 –En el siglo VI los bizantinos consiguieron retomar su control, y en el siglo VII fueron los árabes los que acabaron de dividir el espacio mediterráneo; al que llegaron a acceder incluso vikingos y normandos.
017 –Desde la época de las Cruzadas también tuvieron gran presencia los navegantes venecianos, genoveses y de la Corona de Aragón.
018 –El conocimiento de la brújula, transmitido a los europeos por los árabes (quienes lo habían obtenido a su vez de los chinos), junto con otras mejoras en técnicas astronómicas (astrolabio, ballestilla, sextante), cartográficas (portulanos) y en la construcción naval (carabela, nao, galeón), permitieron la Era de los Descubrimientos protagonizada inicialmente por portugueses y castellanos; especialmente a partir del impulso de Enrique el Navegante a la escuela de Sagres.
019 –En 1492 se realizó el primer viaje colombino a América; en 1488, Bartolomeu Dias dobló el cabo de Buena Esperanza, lo que abrió la ruta al Índico (Vasco de Gama llegó a Calicut (India) en 1498); entre 1519 y 1521 la expedición de Magallanes-Elcano circunnavegó el mundo (midiendo la longitud geográfica con el método de su organizador científico, Rui Faleiro).
020 –Hasta el siglo XVI la hegemonía hispano-portuguesa en la navegación fue patente en campos como la geografía y la cosmografía.
3 notes
·
View notes
Text
Privatización como medida de resguardo para los recursos naturales, por Mises Hispano.
La libertad en los comunes trae la ruina a todo. — Garret Hardin.
Si bien no puede decirse que alguna vez haya sido detractor propiamente tal de las playas privadas, sí puedo decir que defendía la idea del acceso público desde una perspectiva egocéntrica, primero, y etnocéntrica, en segundo lugar. Esto es un error muy frecuente en las sociedades occidentales, y se basa en asumir que las características y miradas del endogrupo (por lo general, las positivas) pueden extrapolarse al exogrupo, y, por tanto, se trata de abordar mentalmente al prójimo externo al endogrupo como un igual. El gran problema de extrapolar las características positivas que presenta el individuo y su grupo a los demás individuos y grupos, es que se depende de la buena fe y la confianza en el prójimo en asuntos que podrían tener consecuencias difícilmente reversibles – y otras irreversibles – en el medio ambiente (y también en la sociedad). Por supuesto, teóricamente el daño podría superarse a través de acciones paliativas en función del tiempo; el problema actualmente es que el tiempo para implementar y aplicar medidas y esperar sus resultados es escaso, y prácticamente el ser humano se encuentra en una carrera contra el tiempo para evitar su propia extinción debido al agotamiento del ecosistema. En este punto, puede haber esperanza para algunos más radicales en su visión ecologista: el agotamiento de los sistemas de soporte vital puede traer hambrunas masivas y la muerte de un gran porcentaje de la población humana, recuperándose el n anterior a la Revolución Industrial y, en el caso más optimista (y trágico, para los humanitaristas-inmediatistas), el n anterior a la Revolución Agrícola del Neolítico.
En teoría, un estado totalitario podría poner freno a la destrucción del medio ambiente, a través de medidas que, por medio de la coacción, restrinjan la libertad de los individuos, impidiéndoles demostrar qué es lo que pueden hacer y no hacer con su libertad. De esta manera, se evita el daño al medio ambiente al no existir posibilidades de causarlo: se suprime lo bueno, pero también lo malo. Sin embargo, en los países occidentales existe una alta valoración de la libertad negativa [la ausencia de obstáculos, barreras o restricciones. Existe en la medida que existe la disponibilidad de acción en este sentido negativo], – algo íntimamente relacionado con la talasocracia que rige a estas culturas, lo que repercute marcadamente en el individualismo exhibido por países como Inglaterra, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia y Chile (cabe destacar que aquí no se lanza una crítica al individualismo occidental, sino que es un llamado a aceptar dicha realidad y tomarla como punto de partida para futuras acciones, en vez de desvivirse por utopías que conducen al fracaso y a la frustración) – lo que disminuye las probabilidades de opciones totalitarias de conducción de las sociedades, como pueden ser las estructuras regidoras socialistas tanto de Izquierda como de Derecha. Dicho esto, se descarta una respuesta totalitaria al problema ecológico en los países occidentales, primeramente por la baja afinidad con las medidas de tipo coercitivas (las explícitas, claro), y por la lejana probabilidad de que el deterioro del ecosistema pase a ser una problemática prioritaria para los gobiernos.
Respecto a lo anterior, hay que asumir la realidad, y ésta es una donde el medio ambiente – el que parece existir reducido a un mero concepto de sustentabilidad ambiental – no es una preocupación prioritaria: con el incremento de la población humana y el avance de la Democracia, es algo absurdo el tratar de revertir el deterioro de los sistemas de soporte vital a través de las vías democráticas, ya que la Democracia como un todo es una idea antropocéntrica. Entonces, el eje de acción ecologista queda aún más retirado de las vías de lo establecido (lo político) que el eje de acción ambientalista, el que si bien debe conformarse con medidas bastante reducidas y otras casi insignificantes, puede abordar el problema desde formas indirectas (pero no menos relevantes para el mundo moderno), como las vías políticas y económicas.
La presión humana (y de las actividades humanas) sobre los ecosistemas es una realidad, y también es una realidad que el acceso humano a los ecosistemas debe ser regulado de forma efectiva y eficiente. Por vías totalitarias esto resulta relativamente fácil: basta prohibir el acceso respaldando la medida con una amenaza de violencia. Por las vías democráticas surgen complicaciones, pues excluir se vuelve un asunto necesario pero casi filosóficamente contrario a un sistema de pensamiento basado en la igualdad e inclusión.
El problema del acceso a los recursos públicos no es tan sólo cuantitativo, es decir, relacionado con la cantidad de usuarios que hacen uso del recurso público (que puede ser, por ejemplo, un servicio ecosistémico) y generan presión sobre el medio ambiente, sino que también es cualitativo: el tipo de usuario que accede a un recurso –o a un conjunto de recursos– puede marcar la diferencia en la intensidad de la presión que recibe un determinado objeto. Puede observarse, así, que no es lo mismo, por ejemplo, un grupo de turistas ‘A’, respetuosos con el medio ambiente, preocupados de que su presencia no altere procesos naturales, que un grupo de turistas ‘B’, con nula concientización y respeto por el medio ambiente, invasivos y egoístas con tendencia a la capitalización de los beneficios. Este último grupo podría caer sin dudarlo en la tragedia de los comunes (Hardin, 1968, 2002), donde un recurso puede ser llevado hasta su agotamiento debido una mentalidad que crea cierta carrera contra el tiempo por el acceso a los recursos y sus ganancias: una competencia brutal por capitalizar los beneficios antes de que otros individuos perciban los beneficios. Probablemente, un grupo reducido de turistas del grupo ‘B’ pueda ser aún más dañino que un numeroso grupo de turistas ‘A’.
Con el avance de la corrección política, discriminar a los usuarios que accedan a los recursos según su origen, cultura o condición social (todos ellos, factores que influyen en la conducta frente al medio ambiente) se ha vuelto ilegítimo, por lo que se debe recurrir a otros mecanismos legitimados de discriminación. Un buen mecanismo es filtrar a través del cobro por acceder a los recursos. La gratuidad es ampliamente atractiva para individuos del tipo ‘B’, y cambiar la condición gratuita a una no-gratuita debería, entonces, restar lo atractivo del acceso a un recurso para dicho grupo de gente. Siendo objetivos, la gratuidad de algunas cosas hace que éstas pasen a formar parte del conjunto de cosas con probabilidades de volverse propensas al uso y explotación sencillamente por el hecho de ser gratuitas, porque dar nada a cambio de algo siempre será más fácil que dar algo a cambio de otra cosa. Si el acceso a una reserva natural o parque nacional, de un momento a otro, se volviera gratuito, ingresaría al poco selecto grupo de panoramas masivos, atractivos para el grupo ‘B’, cuyos intereses son distintos a los del grupo ‘A’. La coincidencia de ambos grupos en el acceso a un recurso específico se debería exclusivamente a la carencia de filtros, o de un filtro que está funcionando de manera contraproducente: la gratuidad abre las puertas a todo tipo de usuarios, lo que incluye a usuarios molestos, invasivos y destructivos, los que provocan que los usuarios que realmente están interesados prefieran alejarse y buscar otros destinos, huyendo de la vulgarización. La democratización del acceso a los recursos termina inevitablemente por devaluarlo todo.
Pese a la alta probabilidad de ser acusado como estrictamente materialista y mercantilista por parte de la gente más asociada a la Izquierda, podría afirmar sin muchas posibilidades de error que los seres humanos destinan más dinero en cosas que están incluidas dentro sus intereses, antes de cosas que no son de su interés. Cuanto más preciado sea el interés, mayor será la cantidad de dinero destinado. Un ejemplo claro de esto es la lectura y los libros: no es un tema de dinero, sino un tema de interés. Quien invierte parte de sus recursos –no necesariamente monetarios– en la lectura es porque tiene un interés genuino en ella. Quien espera la baja de los precios o la gratuidad de la lectura para acceder a libros es sencillamente porque la lectura no figura dentro de sus intereses, o porque está en un puesto de baja valoración dentro de su escala de intereses. El igualitarismo siempre buscará justificar el bajo gasto en “lujos” de parte de algunos individuos, y adjudicará a la pobreza y la desigualdad de oportunidades la culpabilidad de que existan algunos individuos que no puedan acceder a la lectura, museos, parques nacionales, atractivos turísticos y otros bienes y servicios no gratuitos, al asumir que todos los individuos tienen los mismos intereses pero no las mismas oportunidades. Bastaría una mirada honesta a la destinación de los recursos de estos individuos para saber cuáles son sus intereses. Adelantándome un poco a la respuesta que se obtendría de dicho estudio, podría afirmar que la vestimenta efectivamente es una necesidad básica; sin embargo, la marca de la vestimenta puede ser considerada un lujo.
La no gratuidad, primero, y los precios “justos” (casi siempre altos), después, garantizan que quienes acceden a los recursos lo hagan porque están realmente interesados en disfrutar de ellos, excluyendo a aquéllos que accederían a dichos recursos si y sólo si estos fueran gratis, algo que demuestran al dar preferencia a otros intereses, invirtiendo su dinero en ellos y no en otros.
Toda medida que apunte a restringir el acceso a los recursos que han sido ampliamente idealizados como públicos (e incluso, falazmente como “comunitarios”, a pesar de que las sociedades modernas hace mucho que superaron la escala de la comunidad) basado en la extrapolación de la mentalidad de unos pocos que sí cuidan el medio ambiente (lo que no significa que la mayoría piense efectivamente de la misma manera), gozará inevitablemente de desaprobación de las masas y de una pérdida de la popularidad. Sin embargo, es el carácter masivo y la mentalidad oclocrática al posicionarse frente al medio ambiente lo que ha ocasionado el deterioro de éste, por lo que carecer de la aprobación de las mismas muchedumbres que han conducido al desgaste y colapso de los ecosistemas y recursos naturales es indicador de que este camino, aunque quizás amargo, es el más correcto.
Referencias bibliográficas
Hardin, G. 1968. The Tragedy of the Commons. Science 162: 1243-48.
Hardin, G. 2002. The Tragedy of the Commons. The Concise Encyclopaedia of Liberty Fund. Intl. (http://www.econlib.org).
El artículo original se encuentra aquí.
de Instituto Mises http://ift.tt/2vGKuAs http://ift.tt/2w4OGb5
de nuestro WordPress http://ift.tt/2vfFkco Difundimos las ideas liberales, libertarias, minarquistas y anarcocapitalistas. http://ift.tt/2w4OGb5 August 07, 2017 at 09:11PM
0 notes
Text
China, Rusia y EEUU: alianzas y perspectivas potenciales
Vladimir Putin y Xi Jinping (Foto Sputnik)
BARCELONA, España. – China vive hoy el menor ritmo de crecimiento de las últimas décadas y su voracidad económica, junto con el endeudamiento que genera, se resiente ante la guerra comercial con Estados Unidos. De igual forma, carece, por prudencia y falta de fuerza, de una plataforma de bases militares en el extranjero para desarrollar una hegemonía plena a través del collar de perlas.
La expansión de China enfrenta significativas trabas: el poder marítimo de las omnipresentes Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y los circundantes rivales históricos o con control de los cuellos de botella; desde Japón, que da forma a su plan de rearme valorado en 242.000 millones de dólares durante los próximos 5 años, pasando por Corea del Sur, Filipinas o Vietnam, hasta la India, pieza clave en el flujo por el estrecho de Malaca de los recursos necesitados por los chinos.
Con su economía estancada, los métodos y los propósitos de Rusia son más enrevesados: en su área de influencia directa agarrota a sus vecinos mediante dependencia o el patrocinio de Estados no reconocidos, como Abjasia.
En cuanto a Occidente, con la doctrina Gerasimov, Rusia emplea cada vez más métodos híbridos para conseguir sus objetivos. La confusión se ha mostrado como un arma eficaz y expele una especie de síndrome de la isla Sentinel del Norte, en referencia a sus habitantes, los cuales asesinan inmediatamente a los forasteros.
Por otro lado, Moscú muchas veces muestra cierto pragmatismo en su política exterior: el reciente y sorprendentemente efusivo saludo de Putin con el príncipe Mohamed bin Salmán en el G-20 presagia que Arabia Saudita puede entrar a formar parte de ese extraño engrudo geopolítico segregado por el Kremlin con el objetivo de prevalecer.
Al mismo tiempo, el fracking estadounidense empuja a Riad a conseguir una cooperación más estrecha con Rusia en la administración del precio del crudo. Y la CIA ha hecho público el apoyo de la República Islámica de Irán a Al Qaeda durante los últimos 15 años, lo cual ha servido de excusa para mantener el pulso con Teherán; la entrada en vigor de las nuevas sanciones ha provocado que la ventana persa vuelva a caer.
Por todo esto, la sociedad entre Washington y Riad sigue vigente. Ciertamente, siempre ha sido polémica, y ahora, con el famoso asesinato de Jamal Khashoggi, parecería incluso más execrable. Sin embargo, la creciente focalización en las acciones sauditas fuerza a encontrar algunas justificaciones para atenuar la imagen poco creíble que proyecta la alianza entre la democracia más antigua del mundo y una de las pocas monarquías absolutas de la actualidad.
Junto a las tímidas reformas que el príncipe Salmán ha emprendido, existe otra excusa medianamente útil: Arabia Saudita, baluarte del sunismo y del wahabismo, directa e indirectamente, ha financiado a extremistas en todo el mundo. No obstante, aunque los efectos sean similares, hay una importante diferencia con su principal enemigo: el mando supremo de Irán está en manos del clero chií de los ayatolás, mientras que la familia real saudí está por encima de los religiosos, lo cual se ha visto claramente con las recientes purgas.
Una talasocracia como Estados Unidos está obligada a navegar entre teocracias y dictaduras para desplegar y mantener el “divide et impera” entre amigos y enemigos ostensibles o simbólicos. A una Europa hambrienta de gas le corresponde una identificación positiva en ese juego.
A pesar de la retórica, poco ha cambiado en el rumbo del Pentágono en la era Trump; los despliegues de tropas en Europa se han incrementado. Sin embargo, con el constante vaivén de rostros en la Casa Blanca, es difícil predecir los próximos movimientos: la renuncia del Secretario de Defensa y la verbalización de una retirada de Siria y Afganistán sacuden una vez más los “checks and balances”.
Con todo, más allá del gobierno de turno y su tendencia al repliegue, la “Pax Americana” no gravita sobre un poder puramente económico o una opaca influencia disgregadora. La imposibilidad de un mundo equilibradamente multipolar radica en el carácter multiforme de la supremacía de Estados Unidos, exclusiva capacidad que lo hace ser la única superpotencia.
40 años después de las reformas de Deng Xiaoping y en el 30º aniversario de la represión de Tiananmen, China debería ir profundizando otros aspectos de su apertura más allá de lo material. De igual modo, Rusia, a casi 30 años del inicio del derrumbe soviético, tendrá que reconfigurar su propuesta para intentar pasar del poder afilado a uno más constructivo.
Mientras, Estados Unidos, a 50 años de la investidura de Richard Nixon como presidente, además de seguir intentando mitigar el tradicional aislacionismo de parte de su población, hoy encarnado en su profano mandatario, tiene la obligación de vender mejor algunas alianzas y recordar las más importantes; aquí aparece Europa, que, con el Tratado de Lisboa cumpliendo una década, transita un momento clave para vislumbrar si está más cerca de hundirse en el canal de la Mancha o de volver a surcar el océano Atlántico.
China, Rusia y EEUU: alianzas y perspectivas potenciales
0 notes
Text
Civilizaciones Prehelénicas
Cuando hablamos de civilizaciones prehelénicas, nos referimos, a grandes rasgos, a aquellas que surgieron mucho antes de la invasión y completa instalación de los pueblos indoeuropeos: jonio, aqueo, eolio y dorio, que conformaron la grecia antigua o Hélade.
Alrededor de 2.500 a. C, a causa de la actividad comercial con Las Cícladas, Egipto, la península balcánica y Asia Menor, los habitantes de Creta comenzaron a crecer en número y de manera cultural. No existía una estratificación de la sociedad acusada y es posible que tampoco hubiese esclavos. El hecho de que viviesen en una isla los obligó a que lograsen un desarrollo náutico espléndido, lo que originó, según el arqueólogo británico Arthur John Evans, la primera talasocracia de la historia, aunque algunos historiadores discuerdan con él y sostienen que la flota cretense no era de carácter bélico, sino comercial de pies a cabeza, basándose en que la paz reinaba en el lugar. Importaban cobre, oro, estaño, plata y marfil; y exportaban lo producido por sus orfebres (lo que los hizo conocidos en el mar Egeo), productos de alfarería, aceites, vinos y paños de lana.
Evans fue un gran estudioso de la civilización minoica, término que él acuñó, en honor al rey Minos, partícipe el famoso mito de Teseo y el Minotauro. Descubrió las ruinas del más majestuoso de los palacios: el de Knossos. Más tarde se desenterraron los de Phaistos, Agía Triáda, Zakros, entre otros. Dichas construcciones eran complejos megalíticos dedicados a la labor administrativa, en torno a los cuales se asentaba a la población. Le otorgaban cada familia una parcela para labrar y para que así pudiesen satisfacer sus necesidades. Compartían algunas características, como la presencia de patios centrales, dos o hasta tres pisos que contaban con una amplia cantidad de almacenes y talleres y, además, coincidían en la ornamentación: frescos de motivos, por lo general, marinos en las paredes interiores de las habitaciones más importantes.
Y hablando de arte, los cretenses gozaban de un excelente nivel. El museo arqueológico de Heraklión, situado en la costa norte de Creta, recoge la mayor suma. Su pacifismo y amor por la naturaleza se evidencian en sus frescos, vasijas y joyas. Se recreaban también practicando deportes como carreras, competencias de saltos y otros en los que era preciso ser ágiles, fuertes y resistentes. El más afamado, sin lugar a duda, es el de la Taurokathapsia o salto del toro, que, por ser considerado un símbolo de fecundidad y fortaleza, era un animal sacratísimo en su religión politeísta. El mismo consistía en asir los cuernos de la bestia para dar una voltereta por encima de esta. Y participaban tanto mujeres como varones. La mujer jugaba un papel activo. En las pinturas, se la muestra participando junto a los varones de actos públicos y, a veces, como sacerdotisas.
No obstante, la cuasiutopía feneció. A partir del año 1600 a. C., los jonios y los aqueos, dos tribus indoeuropeas procedentes del centro de ese continente, empezaron a invadir de modo gradual el territorio griego, hasta llegar a la isla de Creta hacia 1450 a. C. Absorbieron la cultura minoica y eso desembocó, con los años, en el nacimiento de una nueva civilización denominada micénica, que se destacaba por erigir poderosas ciudades cercadas por murallas pétreas, entre las que cabe mencionar a Micenas, Pilos y Tirito.
Distintos a sus predecesores, los micénicos sí que eran belicosos y, debido a cambios en el sistema de gobierno, como por ejemplo la implementación de un consejo gerontocrático en las aldeas, la concentración del poder y los privilegios de los wánax, que eran reyes que cumplían roles militares, jurídicos y religiosos, y la aparición de la esclavitud, llevaron al extremo la desigualdad entre las clases sociales. Podemos, sin embargo, encontrar semejanzas en la intensa actividad comercial y en las formas de expresión artística: ambos eran brillantes ceramistas y orfebres.
Amén de todo eso este pueblo es recordado por la que es la tumba circular, o Tholos, más colosal de Grecia: el tesoro de Atreo o Tumba de Agamenón. El fin de los micénicos no fue muy diferente del de los minoicos. Se cree que perecieron ante la invasión por parte de los dorios, después de la cual transcurrió una época de la que muy poco se sabe.
0 notes
Photo
Un rumbo para las Islas Afortunadas
Un rumbo para las Islas Afortunadas
España cuenta con una ventaja estratégica en el corazón del Atlántico norte, las islas Canarias, un archipiélago codiciado secularmente por el potencial de su geografía. Este enclave, aun devaluado progresivamente con el paso de los siglos, sigue resultando decisivo para la proyección internacional de un país que ambiciona una posición de liderazgo en el concierto de las naciones.
Un enclave codiciado
Aunque la existencia del archipiélago era conocida por griegos, romanos —quienes lo empleaban para deportar a insurrectos norteafricanos— y musulmanes, fue su privilegiada ubicación lo que despertó el interés de las talasocracias europeas allá por el siglo XIV. En aquel tiempo, genoveses, aragoneses, portugueses y castellanos se afanaban en controlar la próspera ruta marítima hacia Asia; serían los últimos quienes se hicieran con el control efectivo del archipiélago tras un largo siglo, el XV, dedicados a la tarea.
La unión dinástica de los Reyes Católicos y la consiguiente búsqueda de una ruta occidental hacia las Indias potenció el valor del enclave, pues el descubrimiento de América (1492) y los viajes de Magallanes y Legazpi-Urdaneta (1564-1565) vinieron a situarlo como puente transoceánico de escala y avituallamiento hacia el Nuevo Mundo y, desde ahí, hacia Asia. Esta ruta de comercio bidireccional, que contó con las Canarias como bisagra, levantó recelos entre las naciones y facciones rivales de España, lo que motivó a berberiscos, holandeses, franceses e ingleses a intentar estrangular al imperio atacando las islas o procurando hacerse con su control.
En el siglo XIX, en el que España perdió la lógica imperial que le había acompañado desde su nacimiento como Estado moderno, multitud de nuevas potencias —Alemania, Bélgica, Estados Unidos…— se mostraron interesadas en hacerse con las islas, pues otorgaban un acceso privilegiado al África colonial y al Mediterráneo, revalorizado tras la apertura del canal de Suez en 1869.
Canarias y la proyección militar española en el África occidental. Fuente: Cartografía EOM.
En la primera mitad del siglo XX, el patrón se repite por parte de británicos y germanos. Los primeros bloquearon por mar el archipiélago en el contexto de la Primera Guerra Mundial para evitar su apropiación por los segundos. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la situación se agravó, pues, aunque España rechazó la cesión de Gran Canaria al ejército nazi, las simpatías de España hacia el III Reich hicieron temer en Londres una alianza que la despojaría de Gibraltar —Operación Félix—, temor contrarrestado mediante la elaboración de un plan —Operación Pilgrim— que pasaba por ocupar las islas Canarias, si bien estos planes no llegaron a materializarse.
Con la progresiva vuelta de España al escenario internacional desde 1953, las amenazas tradicionales sobre las islas se mitigaron para dar paso a otras nuevas, la de los Estados africanos de reciente descolonización. Desde los años 60, Argelia y Marruecos comenzaron a presionar a España por la cuestión del Sáhara utilizando la baza de la africanidad de Canarias en la ONU y la Organización para la Unidad Africana, además de vigorizando a un Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario en una ofensiva diplomática a duras penas contrarrestada por España.
Para ampliar: De Suárez a Gorbachov, José Cuenca, 2014
Con la adhesión de España a la OTAN y las comunidades europeas —1982 y 1986, respectivamente—, estos problemas evolucionaron, por lo que España articuló un eje de defensa avanzada formado por Baleares-Gibraltar-Canarias destinado a la protección de sus espacios sensibles y a la monitorización de los superpetroleros soviéticos llegados del golfo pérsico.
En el siglo XXI, cualquier amenaza convencional sobre las islas Canarias se ha disipado y su soberanía, sostenida durante más de 500 años, es respetada en el seno de una España democrática, europea y euroatlántica. Sin embargo, su relevancia estratégica permanece intacta, hecho que se demuestra en el interés que le otorgan potencias como Brasil o en su consideración para albergar el cuartel general del Africom de la gran superpotencia de nuestro tiempo, Estados Unidos.
Un bastión geoestratégico y geopolítico
La posición de España en la intersección entre Europa, África y América hace que la proyección de su influencia regional esté necesariamente orientada a la búsqueda de la estabilidad, la paz y la seguridad internacionales, muy especialmente en su flanco sur; como decía el historiador Fernand Braudel, “la seguridad de Europa llega hasta donde crece la palmera”. Este hecho se acentúa especialmente en el caso de las Canarias, dado que los escasos cien kilómetros que separan el archipiélago del Sahel —en contraposición a los más de mil de distancia a la Península— hacen de él un territorio sensible a la realidad geopolítica de África occidental por su capacidad de contagio y de influencia sobre esta.
Tal es así que el diferencial de riqueza entre las islas y el continente reactiva con ocasional virulencia las rutas de inmigración hacia estas —como la crisis de los cayucos de 2006, con 31.678 personas arribadas a las costas canarias—, en una tendencia que podría agravarse dada la “bomba demográfica” que se está gestando entre Mali y Nigeria. Además, la desestabilización de determinados Estados desde 2011 ha potenciado la existencia de tráficos ilícitos —principalmente capitales, armamento y estupefacientes— en la periferia de las islas, lo que ha facilitado la incubación de grupos terroristas capaces de ahuyentar el turismo y causar interrupciones y encarecimientos del suministro energético. Finalmente, la explotación de recursos estratégicos —telurio, cobalto, níquel— en el monte Tropic, una zona de soberanía difusa entre España, Marruecos y el Sáhara Occidental, ha tensado la relación bilateral y dejado abierta la posibilidad de una disputa de baja intensidad en la zona.
Franja de soberanía disputada. Fuente: eldiario.es
Además de los requerimientos para la propia defensa contra estas amenazas, las Canarias se han visto forzadas a actuar como un factor de estabilidad en el entorno inmediato para contrarrestarlas en su fase de gestación, lo que hace de ellas un auténtico bastión geoestratégico, capaz de proyectar fuerzas de estabilización por tierra, mar y aire.
Desde tierra, España se apoya en las Canarias para participar en varias misiones de seguridad cooperativa —Mali y Mauritania entre ellas— dedicadas a generar capacidades propias en los países africanos, de tal forma que puedan ser garantes de su propia seguridad.
Por mar, el archipiélago proyecta seguridad a todo el corredor marítimo de África occidental, especialmente contra la piratería del golfo de Guinea, empleando buques de acción marítima (BAM) con el objetivo de adiestrar a las marinas autóctonas, vigilar el tráfico marítimo y proteger los intereses estratégicos españoles en la zona: importaciones de gas natural y petróleo de Guinea Ecuatorial y Nigeria, fosfatos del Sáhara, comercio con Mauritania, caladeros de pesca de Marruecos a Namibia…
Desde el aire, el archipiélago actúa como una plataforma de penetración nacional e internacional en el Sahel al ser una escala óptima entre Europa y América con los corredores de Mauritania y Senegal con Mali. Este último corredor es esencial para el transporte de las tropas y materiales con que España secunda el despliegue francés en la zona.
Las Canarias, sin embargo, no son exclusivamente un bastión geoestratégico para la defensa de España y sus aliados, sino también un potenciador geopolítico trascendental, dada la importancia del sector turístico en la economía autonómica y, por ende, en la consolidación de España como tercer país receptor de turismo internacional.
La alta calidad de su sector servicios, junto a una cultura pujante, un clima clemente y su biodiversidad endémica, hacen de Canarias un gigante en la materia —el segundo destino turístico del país en 2016 con 13,3 millones de turistas—, hecho que se ha visto favorecido por la inestabilidad reinante en el Mediterráneo oriental. Este sector, verdadero motor de la economía canaria, es esencial por su efecto multiplicador sobre otros sectores económicos insulares —hostelería, alimentación, transportes…— cuya estabilidad está íntimamente ligada a la recepción de turistas.
Peso directo del turismo canario en el PIB autonómico y nacional (2016). Fuente: Gobierno de Canarias
Estrechamente vinculados al anterior están los otros motores insulares, es decir, el sector de industria y energía y el inmobiliario, pues la generación de servicios y productos alimenta al primero al tiempo que la necesidad de atender la demanda de alojamientos turísticos y unas islas densamente pobladas hacen lo propio con el segundo.
Una plataforma esencial para la proyección internacional
Que las Canarias son un elemento clave en la defensa de España y en la estabilidad regional es un hecho innegable. Que su proyección internacional redunda en la riqueza, la prosperidad y la influencia de la marca España también lo es. Sin embargo, la macrocefalia del turismo en su economía, la limitada capacidad de proyección española en el Sahel y un cómputo de razones históricas ya consolidadas —la basculación del eje atlántico de poder mundial hacia el sudeste asiático, la apertura de nuevos canales de comunicación marítima en África y América…— parecen haber mitigado la trascendencia geopolítica que históricamente ha ostentado el archipiélago canario. Pese a ello, las oportunidades que ofrece el territorio en la actualidad aún están lejos de ser explotadas en términos de poder blando y duro, lo que destaca la urgencia de nuevas líneas estratégicas que persigan la revalorización del archipiélago español.
La primera de ellas, referente a la proyección de poder duro, tiene el objetivo de emplear las islas como plataforma de proyección atlántica de España tanto en la fachada africana como en la opuesta americana. En este sentido, las facilidades geográficas animan a España a seguir penetrando en África occidental mediante un considerable aumento cuantitativo de sus medios aeroterrestres junto a una Francia que considera la región como su zona de influencia o terrain de chasse gardée —‘coto de caza’—. Al mismo tiempo, el incremento presupuestario sostenido hasta el horizonte de 2024 junto a la consolidación de los planes industriales previstos permitirán a España doblar el número de BAM —espina dorsal de la defensa de Canarias— hasta alcanzar las diez unidades, lo que permite duplicar la actividad naval en la fachada occidental de África.
Prioridades geopolíticas de España en el mundo. Fuente: Cartografía EOM.
Por otro lado, las Canarias hacen las veces de un grupo aeronaval estático en el Atlántico, lo que permite ampliar la influencia española en Iberoamérica. Dado que España posee un peso político-económico considerable en la región, la consolidación de una política de defensa ad hoc con los países iberoamericanos —visible a través de ejercicios militares, despliegues conjuntos, asesoramiento y asistencia ante catástrofes, la consolidación de mercados de la defensa…— otorgaría a España una posición de liderazgo en su espacio de influencia tradicional. En última instancia, ello redundaría en un mayor peso en las organizaciones autóctonas —Unasur, Alianza del Pacífico…— y foros compartidos —cumbres iberoamericanas— y un cierto liderazgo en las respuestas de la comunidad internacional —ONU, UE— en lo referente a Iberoamérica.
En lo que atañe a la emisión de poder blando, las islas deben diversificar sus motores de crecimiento y reducir su dependencia de la volátil macrocefalia turística. Para ello es necesario que el archipiélago actúe como un nodo de interconexión de las naciones periféricas y potencie así su importancia entre los flujos —de personas, información, capitales y mercancías— tricontinentales.
La primera de las iniciativas, ideada por el general Miguel Ángel Ballesteros, pasaría por convertir los ocho aeropuertos canarios en un centro de conexión aéreo complementario al de Barajas, en Madrid, para la distribución del tráfico entre América, África y Europa. Para esta empresa será precisa una apuesta decidida por una infraestructura aeroportuaria que reduzca los tiempos de tránsito, un buen sistema de alianzas con otras compañías en aeropuertos distribuidores y una estrategia de largo aliento que cuente con el empuje de las compañías aéreas nacionales. Algo similar podría realizarse en lo referente al transporte marítimo canario, cuyos treinta puertos y más de medio millar de conexiones podrían tornarse esenciales para el transporte de hidrocarburos y minerales de las naciones vecinas al archipiélago.
Conectividad aérea del archipiélago canario. Fuente: Canarias en Hora
La segunda iniciativa, fruto de las deliberaciones del exembajador José A. Zorrilla, pasaría por situar al archipiélago como un nodo conector entre los puertos atlánticos —La Florida— y africanos —Lobito o Malabo— por iniciativa del proyecto “One Belt, One Road” de la República Popular de China. Este proyecto reduciría el carácter periférico de las islas al otorgarles la dimensión de tránsito intercontinental, lo que, sumado a otras iniciativas —incremento de la política de asilo, desembarco comercial en los países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental…— podría potenciar el papel regional de España en África.
Finalmente, el tercer gran esfuerzo insular debería centrarse en la mejora de la conectividad por fibra óptica submarina con África y América, tal y como se está haciendo en la actualidad en Brasil. Ello, junto a la aglomeración de empresas tecnológicas, ayudaría a desarrollar un polo de innovación esencial para el desarrollo empresarial y tecnológico-industrial de África occidental al diversificar las economías dependientes de los hidrocarburos y los minerales y reducir la dependencia canaria del turismo. Además, un archipiélago canario como telepuerto de la zona podría favorecer un desembarco cultural —con la lengua española como punta de lanza— de incuantificables beneficios para las relaciones bilaterales.
Cableado de fibra óptica internacional. Fuente: Telegeography
España en la búsqueda de sí misma
Más centrada en atenuar las debilidades estructurales de su política interna que en proyectar sus fortalezas a nivel internacional, la España del siglo XXI se ha dotado de una política exterior difusa, condicionada ideológicamente y carente de capacidades, recursos y voluntades suficientes. El resultado es la consumación de una posición marginal desventajosa en los grandes centros de debate y decisión de la comunidad internacional. Además, la progresiva basculación del eje atlántico de poder mundial hacia un punto que parece concretarse en el sudeste asiático y el rápido ascenso de multitud de actores regionales altamente competitivos apremian a España a vigorizar su prestigio en los que han sido sus espacios de influencia tradicional —Europa, Iberoamérica y África noroccidental—.
Para ese fin, el país ibérico cuenta con una baza geopolítica de primer orden, las islas Canarias, una plataforma de conexión entre continentes, civilizaciones y océanos sobre la que España ha articulado un sistema de defensa avanzado y un centro de atracción de la riqueza internacional, sistema que empieza a mostrar claros síntomas de agotamiento por lo limitado de su impacto regional. Con las miras puestas en ganar influencia, es previsible el establecimiento de nuevas líneas de actuación —geopolíticas y geoestratégicas— destinadas a sacar provecho de la proximidad insular a numerosos focos de tensión mundiales, flujos de capital y centros políticos de trascendencia.
Hacer de este enclave una referencia para la estabilización regional, la atracción y emisión de riqueza y la conectividad mundial parece una condición indispensable para que España gane peso específico en el espacio atlántico y devuelva al conjunto de las islas el ancestral sobrenombre de Las Afortunadas.
[via El Orden Mundial en el S.XXI]
https://www.dipublico.org/107657/un-rumbo-para-las-islas-afortunadas/
0 notes
Text
Multipolaridad e Imperio ruso
Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro
Se han cumplido cien años desde que fue proclamado el nacimiento de la Unión Soviética y, aunque esta última desapareció hace tres décadas, podemos decir que tuvo un impacto profundo en la geopolítica mundial que continúa siendo estudiado hasta el día de hoy. Esta es la entrevista que le hemos hecho a uno de los grandes expertos en esta cuestión: Alexander Dugin.
Profesor Dugin, muchas gracias por aceptar esta entrevista y concedernos algo de su tiempo para llevarla a cabo. La primera pregunta que me gustaría hacerle tiene que ver con la Unión Soviética. ¿Cree que hubiera sido posible la preservación de la Unión Soviética como entidad multinacional hasta el día de hoy?
Aleksandr Dugin: Quisiera comenzar por decir que la Unión Soviética, desde un punto de vista geopolítico, no era otra cosa que la continuación del Imperio Ruso. Por supuesto, ideológicamente ambas entidades eran muy diferentes y se basaban en valores e ideas totalmente opuestos, pero geográficamente ocupaban el Heartland, el corazón de la tierra eurasiático. Es por esa razón que los clásicos de la geopolítica como Mackinder y Brzeziński la consideraban a la URSS como la heredera y representante del poder telurocrático, enemigo jurado de las talasocracias. Si retomamos las tesis de Mackinder, entonces podemos decir que la lucha entre los poderes marítimos y terrestres es la principal contradicción geopolítica que existe a nivel mundial. La caída de la Unión Soviética debe ser considerada como la derrota de las telurocracias y la victoria de las talasocracias. Podríamos decir que se trató de una catástrofe para el corazón de la tierra y un éxito rotundo para los poderes marítimos, es decir, para la civilización occidental liberal. Por otro lado, los eurasiáticos de la década de 1920 predijeron la caída de la Unión Soviética diciendo que la ideología comunista sería incapaz de unir a largo plazo a los pueblos de Eurasia. Es por eso que ellos plantearon la necesidad de deshacerse del dogmatismo soviético, pero preservando la unidad geopolítica de la URSS. La desaparición del comunismo no debería haber significado la destrucción de la URSS como entidad geopolítica: en caso de que la URSS hubiera sobrevivido a la caída del comunismo, considero que se hubiera convertido en una unión o imperio eurasiático, quizás incluso un nuevo imperio ruso, que conservaría la unión militar entre sus pueblos y preservaría la multiplicidad de grupos étnicos que viven en su interior. Tal solución hubiera sido totalmente plausible. Precisamente ahora nos encontramos en el momento en que Moscú desea recuperar su rol geopolítico como potencia telurocrática, reafirmando su independencia y soberanía frente a un Occidente colectivo dominado por élites atlantistas y talasocráticas. La actual misión de Rusia es reconstruir su espacio geopolítico imperial o unión eurasiática, pero dejando de lado la ideología soviética.
Por supuesto, la caída de la Unión Soviética es un tema que ha sido muy estudiado en otros países socialistas como China. En este último estudian mucho las causas de la destrucción de la Unión Soviética como un medio para evitar seguir sus errores. Han adoptado un modelo de mercado, pero conservan una especie de ideología socialista. ¿Considera que este modelo hubiera preservado a la Unión Soviética?
Aleksandr Dugin: Creo que tal modelo hubiera servido y por eso considero que China aprendió muy bien las lecciones más importantes sobre la caída de la Unión Soviética, especialmente la necesidad de preservar la unidad y el control estratégico de un Gran Espacio habitado por muchos grupos étnicos. China es una sociedad pluriétnica como lo fue en su momento la Unión Soviética y como lo es actualmente Rusia, lo principal es evitar la división del país y no perder el control del gobierno central. En ese entonces era muy factible haber hecho reformas, cambiar varios aspectos de la economía, y al mismo tiempo preservar la soberanía y el control de un Gran Espacio geopolítico creando una ideología mucho más adecuada para nosotros en la que se tuviera en cuenta las tradiciones de los pueblos que habitaban la URSS. La China contemporánea es una potencia comunista y cuasi totalitaria que ha redescubierto sus raíces confusiones, controlando con éxito las fuerzas del mercado. China no se ha convertido en una sociedad democrática con libre mercado, sino que ha conseguido preservar un poder vertical único que ha sometido al mercado a sus designios. Creo que es un ejemplo de lo que hubiera podido ser una refundación de la Unión Soviética por medio de un poder centralizado que tuviera control de su territorio y de todos los pueblos en su interior, manteniendo una economía mixta que combinará el socialismo, el tradicionalismo, el cristianismo y los valores rusos. Este modelo pudiera haber funcionado como hoy funciona China. Lamentablemente, perdimos la oportunidad de transformar la ideología de nuestra sociedad, evitando con ello el colapso y preservando nuestra unidad. La Unión Soviética, que había unificado todo el Hearthland o Imperio eurasiático, desapareció. El colapso de la Unión Soviética fue un suicidio y no se reduce al deseo de independencia de las antiguas repúblicas soviéticas. Los rusos son precisamente los responsables de tal situación y no los nacionalismos periféricos. El origen del colapso se encuentra en Moscú.
Usted ha hecho referencia a que la China contemporánea es una sociedad “cuasi totalitaria” con un fuerte componente confuciano. Me resulta muy interesante, como estadounidense, este análisis porque esta palabra la han utilizado los medios occidentales para atacar a Rusia y China. Cuando vine a Rusia me di cuenta que es mucho más libre que en otros países totalitarios donde el Estado lo controla todo. Quiero entender a qué se refiere exactamente cuando usa este término para describir a China y la Unión Soviética. ¿Diría que la Unión Soviética también era una sociedad totalitaria?
Aleksandr Dugin: Creo que hoy en día existe un totalitarismo bastante intolerante en Occidente, por lo que considero que es hipócrita llamar a todos los demás sistemas como totalitarios, excepto al liberal. La sociedad china no es ni liberal ni totalitaria, sino holística. Creo que este último termino es más adecuado para describirla. Un sistema holístico es aquel donde predomina el bien común sobre el individual. Claro, muchos dirán que tal sistema puede llamarse como totalitario, pero lo mismo se aplica a la democracia liberal actual que supuestamente dice tener la verdad absoluta, negando con ello las particularidades de las diferentes civilizaciones. Esto último se debe a que el liberalismo occidental es racista e identifica su propia experiencia histórica y política con la verdad. Occidente se considera equivalente a la humanidad y todos los que no se ajusten a su modelo son vilipendiados por no ser lo suficientemente occidentales. Es una idea racista: el racismo puede ser manifiesto y biológico, como el nacionalsocialismo, pero también puede ser cultural como sucede con el globalismo liberal actual. Si el pueblo chino considera que el actual sistema o régimen político de su país es bueno, pues tienen el derecho a preservarlo. No necesitan que los activistas de la sociedad abierta o los defensores de la globalización les enseñen algo. Creo que cada pueblo debe decidir por sí mismo, esa es la base de cualquier democracia real a nivel internacional.
Antes hablamos sobre el comunismo y me gustaría preguntarle si actualmente existe una ideología que unifique por completo a la sociedad rusa contemporánea. En la Unión Soviética obviamente existía esta ideología, pues durante toda su existencia se profesó el comunismo. Se buscaba construir el comunismo y se luchaba por él. ¿Cree que existe algo parecido en la Rusia de hoy? Y si no existe, ¿qué llena ese vacío?
Aleksandr Dugin: Considero que no existe algo actualmente que llene ese vacío. Tampoco es posible volver a la época soviética, aunque existe una creciente simpatía por este período de nuestra historia. De todas formas, volver al dogmatismo del marxismo soviético es imposible. Es por eso que considero que debemos dar un paso al frente y combinar la justicia social – la futurología soviética – con la defensa de los valores tradicionales, los cuales han sido defendidos por nuestro presidente en un decreto público firmado hace poco donde se afirmando nuestras tradiciones nacionales rusas. Sin embargo, creo que todo esto debe hacerse fuera de la modernidad política occidental, explorando las ideas de los eslavófilos, Dostoievski o la ortodoxia, redescubriendo formas de pensamiento político no occidental o premoderno, incluso posmoderno. Por eso sostengo que es necesario unir la premodernidad con la postmodernidad y relativizar las ideas occidentales. Occidente es solo una parte de la humanidad que pretende ser la totalidad de la humanidad. Tal tesis es falsa y por eso debemos redescubrir los sistemas políticos que existían en Rusia antes de que cayéramos bajo la orbita de la influencia occidental. Tal tarea resulta ser un verdadero reto para nosotros, ya que debemos recrear una ideología orgánica que se ha perdido, pero que tiene su historia y nos muestra el camino. Tal ideología debe ser nueva, fresca y creativa, repudiando la hegemonía liberal occidental, la sociedad abierta, el individualismo y la democracia liberal que se intenta imponer en todo el mundo. Por otro lado, tal ideología también debe rechazar el comunismo y el fascismo, porque estas también son ideologías modernas que nacieron en Occidente. Estoy de acuerdo con Hannah Arendt cuando dice que la Modernidad occidental es totalitaria y que tenemos que descartar este totalitarismo para reemplazarlo con un sistema holístico nuevo y orgánico, un holismo ortodoxo y ruso, eurasiático, que puede hacer su aporte al conjunto de las sociedades tradicionales, entrando en sinfonía con muchas etnias, pueblos y religiones. Creo que la nueva ideología rusa será eurasiática, una mezcla entre el tradicionalismo y la justicia social.
¿Cuál consideras que será el papel de la economía en este sistema? Entiendo que la economía planificada soviética ayudó al principio al desarrollo de la URSS, pero terminó por estancarse. Por supuesto, Rusia se encontraba mucho más conectada al sistema financiero mundial en el 2014, fecha en que Occidente comenzó a imponerle sanciones. Hoy en día las sanciones han sido mucho menos efectivas, pues Rusia depende mucho menos del dólar. ¿Qué papel jugará la economía en todo esto? ¿Cree que Rusia seguirá existiendo la libertad de mercado o será reemplazada por la economía planificada?
Aleksandr Dugin: El último decreto que firmó nuestro presidente deja claro la importancia de los valores tradicionales, por lo que podemos decir que existe un predominio de lo espiritual sobre lo material, algo particularmente ruso. Creo que esto es muy importante de subrayar, pues si estas obsesionado con la economía te ves obligado a competir y luchar con los otros para ganar. Mientras más te obsesionas con la materia, más te conviertes en un esclavo de la misma y su devenir. El sociólogo francés Luis Dumont explicó que los regímenes políticos del siglo XX estaban obsesionados con la economía. El liberalismo y el comunismo lograron éxitos bastante claros en este sentido, pero, por ejemplo, el fascismo no le dio tanta importancia a la economía. El fascismo y el nacionalsocialismo se despreocuparon del tema y consiguieron logros económicos igualmente grandes o incluso superiores. Lo que demuestra que la economía no es el destino. Claro, no quiero decir con esto que el fascismo fuera bueno, simplemente quiero señalar que la obsesión actual con la teoría económica actual no nos prepara para enfrentar a los desafíos actuales. Es por eso que pienso que la futura ideología rusa deberá deshacerse de esta obsesión con la economía y de ese modo crear un sistema realmente saludable.
Además, es necesario resolver los problemas económicos desde un enfoque lógico y natural que deje de lado la competencia dogmática entre capitalismo y socialismo. Este dogmatismo debe ser rechazado y la economía debe ponerse al servicio del desarrollo espiritual. Por citar a Spengler, preferimos la cultura a la civilización. Así que no tenemos porque comprometernos con un sistema económico u otro, lo importante es defender una sociedad basada en la justicia, la tradición y la felicidad de las personas. Eso significa tener una perspectiva más moral y espiritual que económica. Si la economía de mercado funciona en ciertas cosas, pues dejemos que lo haga; si, por el contrario, funciona más bien la intervención estatal, entonces le daremos la bienvenida. En otros casos las formas de economía comunal serán mucho mejores que los otros dos enfoques. Los grandes resultados económicos del siglo pasado se lograron precisamente mezclando todas estas teorías como, por ejemplo, la estrategia estadounidense de combinar el proteccionismo y el mercantilismo con el mercado libre. En Europa ha primado un enfoque socialista de la economía combinado con la libre empresa. Esto nos lleva a concluir que existe un equilibrio entre el Estado y el capital privado que constantemente está transformándose. Se trata de una relación cambiante que no tiene nada de dogmática, creo que es algo que tenemos que adaptar a la sociedad rusa y quizás podamos resolver de esa manera muchos problemas concretos.
Muchos historiadores consideran que la Guerra Fría fue una especie de orden mundial bipolar en el que se enfrentaron el Occidente capitalista contra el Oriente socialista. ¿Considera que la bipolaridad sigue existiendo hoy, especialmente ahora que muchos hablan de una nueva Guerra Fría? ¿Qué es la multipolaridad para usted? ¿Cree que existen paralelismos entre estos dos procesos, porque algunos sostienen que el mundo se está volviendo eurasiático y esta dejando de lado al mundo occidental, el cual se había constituido desde hacía mucho tiempo?
Aleksandr Dugin: Creo que la unipolaridad fue una continuación de la bipolaridad, aunque uno de los polos, la Unión Soviética, desapareció, mientras que el otro continúo existiendo. Como la situación actual es una especie de reciclaje de la Guerra Fría podemos decir que Occidente sigue tratando a Rusia como la heredera de la Unión Soviética y su enemigo a batir. En gran parte predomina la inercia de muchos procesos del mundo bipolar. La multipolaridad es algo totalmente diferente, ya que no se trata de la lucha entre una ideología contra otra o de un polo contra otro. Se trata de una coexistencia entre diferentes civilizaciones. Por supuesto, eso no significa que no existan guerras o conflictos, tampoco significa que vayamos a entrar en una época de paz. Tal estado de cosas dependerá de los futuros polos que nazcan. La multipolaridad es antes que nada un intento por ponerle fin a la inercia de la bipolaridad, algo que Occidente no está dispuesto a aceptar. La multipolaridad no será el ascenso de uno o dos polos, sino la de varios polos, situación que sin duda reducirá la hegemonía, universalidad y deseos de expansión de Occidente, devolviéndolo a este último a sus fronteras naturales. Se trata de que Occidente vuelva a convertirse en una pequeña provincia de la humanidad. Rusia actualmente defiende la multipolaridad y esta librando una guerra en contra de la unipolaridad en nombre no solo de nuestra soberanía, sino también de otros polos como China, la India, el mundo islámico, América Latina y África. Creo que la guerra en Ucrania es la primera guerra en favor de la multipolaridad. Occidente lucha desesperadamente en esta guerra porque quiere conservar su hegemonía a cualquier precio, la unipolaridad no es más que una continuación de la bipolaridad y la rusofobia que existía en ese período. Eso queda claro cuando estudiamos la actual arquitectura del sistema de relaciones internacionales.
El principal problema en todo esto es que Occidente no quiere aceptar que no es más que una fracción de la humanidad y no el centro o la totalidad de la misma. Es una parte, pero no el todo, por lo que no puede representar a todas las civilizaciones. Esto último es la meta a la que aspira la multipolaridad: Rusia lucha para que todas las civilizaciones del mundo puedan afirmar sus valores, los cuales pueden coincidir o no con los valores occidentales. La multipolaridad no tiene nada de universal, aunque puede haber una versión universalista, parcial, de cada civilización: puede existir un universalismo chino, otro islámico, eurasiático, africano o latinoamericano. Es decir, que no solo existe el universalismo del mundo occidental contemporáneo, sino que cada civilización puede defender el derecho de crear su propio sistema político, cultural o estético dependiendo de sus gustos. Es una defensa de la pluralidad de civilizaciones y la lucha en contra de la hegemonía occidental para convertirse en el único modelo del progreso o de la idea del tiempo, el hombre y la técnica. Cada civilización tiene el derecho de comprender e interpretar conceptos como el de hombre, el tiempo, Dios, la muerte o el bien y el mal a su manera. Además, ninguna civilización puede resolver los problemas o imponer sus estándares a las demás civilizaciones. Por eso luchamos los rusos en Ucrania.
9 notes
·
View notes
Text
LAS OPERACIONES ESPECIALES Y SU IMPACTO EN LA GEOPOLÍTICA DEL FUTURO. ENTREVISTA CON ROBERT STEUCKERS
Anna Cherkassova para ukraina.ru (abril de 2023)
¿Cómo han cambiado las operaciones especiales el equilibrio de poder mundial?
Los geopolitólogos definen Ucrania como una "región puerta". Es una puerta por la que deben pasar lógica y pacíficamente los bienes materiales y culturales entre los grandes polos de la civilización. También es una parte importante de la ruta que va desde el Atlántico, Lisboa y Cádiz hasta el Volga y el Caspio y más allá hasta Kazajstán y China. En la Antigüedad, Crimea formaba parte de la civilización griega centrada en el mar Egeo; albergaba puestos comerciales italianos que comerciaban con el resto de Eurasia; Catalina II quería convertirla en el receptáculo de una nueva civilización heleno-germano-eslava. Para Rusia, el mar de Azov era la apertura a los mares cálidos, el regreso a los horizontes mediterráneos (griegos y egipcios) y el acceso del interior ruso de las cuencas del Don y del Volga a la región póntica, abierta a los orbes más ecuménicos del Sur y del Oeste. La zona formada por Ucrania, Crimea, Kuban y el litoral desde Novorossiysk hasta Sujumi, en Abjasia, podría haberse convertido en el centro de fructíferos intercambios entre todos los componentes civilizatorios vecinos: la zona de civilización rusa, la zona del Danubio (desde Rumanía y Bulgaria), la zona caucásica, el mundo turco-anatolio, la zona de asentamiento kurdo, los países ribereños del Caspio y el litoral del Caspio de Irán.
Los intercambios entre estos polos de gran riqueza cultural, al borde de lo que los geopolitólogos y estrategas anglosajones llaman el "Heartland", han sido saboteados deliberadamente por las pseudoélites occidentales, en detrimento de los intereses de todos los pueblos de Europa y Asia.
En un reciente seminario celebrado en las Ardenas belgas, tuve la oportunidad de señalar que el objetivo de las talasocracias de la Anglosfera es no permitir ninguna convergencia de este tipo en el borde del Heartland (Rusia). Los "rimlands", con sus cálidas costas marítimas, no pueden tener vínculos estrechos con el Heartland, que alberga materias primas indispensables, al igual que el hinterland más allá de la antigua Taurida (Crimea) proporcionó trigo y madera a la civilización griega. Esta obstinada negativa a ver sinergias entre el "Heartland" y las "Rimlands" se estableció a largo plazo sin la intervención imperialista de una periferia insular como la Gran Bretaña imperial del siglo XIX o la "Isla del Mundo" que son los Estados Unidos bi-oceánicos.
Las talasocracias se establecieron reivindicando, ya en el siglo XVII, la "libertad de los mares", es decir, la libertad de viajar por los océanos y de mantener las comunicaciones marítimas libres de intervención. La respuesta a esto no debería ser una negativa o un rechazo de la libertad de los mares, sino una reivindicación equivalente en tierra: la libertad de los pueblos, en un espíritu multipolar, de organizar como deseen la "libertad de la tierra", es decir, la libertad de organizar las comunicaciones terrestres por todos los medios posibles: ferrocarriles, canales, navegación fluvial, etc.
De hecho, la nueva guerra híbrida, que comenzó ya en el Maidán de Kiev en 2014 (con el precedente de 2004) y culminó en la operación militar especial de febrero de 2022, tiene como objetivo bloquear las comunicaciones terrestres, frenar su promoción, erigir muros y barreras en los lugares más estratégicos, especialmente en las "regiones portal".
Para mencionar sólo las regiones periféricas de Rusia, mencionaré únicamente el Ártico y el Corredor de Transporte Económico Norte-Sur (de la India a Irán y de Irán a través del Caspio al Volga, el Mar Blanco y el Ártico).
El Ártico, visto desde Europa Occidental, y especialmente desde Bélgica y los Países Bajos (los puertos de Amberes-Zeebrugge y Rotterdam), forma parte de un ecúmene que comprende el mar del Norte, el Báltico, el mar Blanco y el Ártico. En general, se percibe como un espacio que antaño fue "hanseático". Los marinos de nuestros países siempre han deseado comerciar con Nóvgorod, primero, y con Moscovia, después, desde los puertos árticos. Ucrania sirve de pretexto al Estado Profundo de la Anglosfera para controlar completamente estas regiones: de hecho, las solicitudes de adhesión de Suecia y Finlandia (encabezadas por una dama perteneciente a la categoría de "Jóvenes Líderes Globales") convierten al Báltico en un Mediterráneo septentrional bajo la total tutela de Washington. Ya no hay Estados neutrales que bordeen el Báltico. Y aparte de Alemania, Polonia, voluntariamente servil a Estados Unidos, es el Estado ribereño más poblado y ahora el más militarizado de este mar interior del subcontinente europeo. El sabotaje de los gasoductos germano-rusos Nord Stream 1 y 2 hunde al Estado más industrializado de Europa central en la recesión económica, con el corolario de la proclamación por Biden de la IRA (Inflation Reduction Act), que permite a las grandes empresas europeas (y especialmente alemanas) emigrar a Estados Unidos, donde los precios de la energía se mantienen bajos. Volkswagen ya ha comenzado su migración a EEUU: con la caótica gestión de la inmigración en Alemania desde 2015 bajo Merkel, con la recesión social y los insignificantes salarios impuestos por el sistema Hartz IV, el centro dinámico de Europa implosionará. Este ha sido siempre un objetivo bélico de la anglosfera.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos envió material miitar a la invadida Unión Soviética a través de la ruta marítima del Atlántico Norte hasta Murmansk y Archangelsk. Desde allí, este material se enviaba al frente a través de los canales del Mar Blanco a los lagos Onega y Ladoga y luego por el interior hasta el río Volga. Luego, otros materiales procedentes de la India británica se enviaron a través del océano Índico, el ferrocarril trans-riático, el Caspio y el Volga. La victoria soviética en Stalingrado mantuvo intactas estas dos rutas. Hoy en día, el tránsito Ártico/Océano Índico sigue siendo una necesidad para un mundo en paz. Existe un proyecto para reactivarlo y consolidarlo: el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC). Los posibles disturbios en el Cáucaso o los intentos de desestabilizar Irán (mediante una variante de las revoluciones de colores) forman parte del sabotaje general de los proyectos multipolares para garantizar la "libertad terrestre". La OTANización del Báltico y el sabotaje de los gasoductos forman parte del mismo proyecto que el bloqueo de la "región puerta" ucraniana. El deseo de hacer avanzar las bases de la OTAN en el Dombás pretende amenazar la región de la desembocadura del río Don, que está unida al Volga por el canal Lenin y, por tanto, al mar Caspio y a la ruta del INSTC.
En 2011, las autoridades belgas y los gestores del puerto de Amberes querían unir la ciudad portuaria flamenca con China. La empresa suiza de construcción ferroviaria HUPAC participó en el proyecto. Se celebraron negociaciones de alto nivel entre los belgas y los chinos, con la participación de las autoridades alemanas, rusas y ucranianas. En este proyecto euroasiático, Ucrania debía desempeñar plenamente su papel de "región puerta". La ventaja para nosotros era que podíamos reducir el tiempo de transporte a la mitad en comparación con las comunicaciones marítimas y proyectarnos hacia dos regiones del mundo: África Occidental y la América Ibérica. Como Brujas en tiempos de la Liga Hanseática, habríamos sido el eje entre el comercio euroasiático (que ya practicaban los vikingos, fundadores de la ciudad) y el comercio con la península Ibérica y el norte de África. Mi posición es trabajar para restaurar tales proyectos, contra los saboteadores que son necesariamente traidores a nuestro destino histórico inscrito en la geografía (léase: http://euro-synergies.hautetfort.com/archive/2011/05/13/quand-les-belges-partent-a-la-conquete-de-la-chine.html ).
¿Por qué Bruselas apoya la política de Biden en Ucrania si casi toda Europa ha desviado ya todas las armas que se enviarán a las Fuerzas Armadas Ucranianas (AFU)?
La eurocracia con sede en Bruselas y Estrasburgo está totalmente supeditada a Washington. Desde el tímido esbozo de un Eje París-Berlín-Moscú entre Chirac, Schröder y Putin durante el ataque angloamericano a Irak en 2003, los servicios estadounidenses han intentado con éxito sustituir a las élites y diplomáticos europeos tradicionales de la escuela realista por personajes, generalmente divertidos como Sarkozy, que han hecho la política estadounidense. De hecho, en cuanto Chirac desapareció del horizonte político francés, Sarkozy se apresuró a devolver a su país al redil de la OTAN. Hoy, Macron es un hombre de las filas de los Jóvenes Líderes Globales, adscrito a la agencia McKinsey: sólo puede llevar a cabo una política proestadounidense, en Ucrania como en otros lugares, deshaciéndose de todos los residuos de la diplomacia gala que aún pervivían en tiempos de Chirac. En Alemania, Schröder quedó al margen y su participación en la realización del Nord Stream le convirtió en víctima de una cábala en el seno de su propio partido socialista. Son los Verdes quienes encabezan ahora a los estadounidenses en Alemania. Joschka Fischer ya había predicado la guerra contra Yugoslavia cuando era ministro de Asuntos Exteriores. Annalena Baerbock, aunque miembro del Partido Verde y, por tanto, teóricamente "de izquierdas", está orientando la política exterior alemana hacia la de los neoconservadores estadounidenses en torno a Nuland, Kagan y Wolfowitz. Los servicios estadounidenses tienen personajes en todos los círculos: avatares de los "nuevos filósofos" con Bernard-Henri Lévy en Francia, antiguos izquierdistas con Daniel Cohn-Bendit en Francia y Alemania, neoliberales delirantes como Guy Verhofstadt (que firmó un libro con Cohn-Bendit), macronistas antigaullianos, socialdemócratas a lo Sanna Marin en Finlandia (la hija es, como Macron, una Joven Líder Global, cuyas aptitudes no están muy claras), los Verdes alemanes (en los que se han eliminado todos los elementos neutralistas y pacifistas) o antiguos neofascistas como Giorgia Meloni (que renegó de sus promesas electorales y siguió una política neoconservadora en cuanto llegó al poder). Nuevos candidatos para tales aggiornamenti han ido surgiendo en el horizonte tanto en los círculos de izquierda como de derecha desde el inicio de la Operación Militar Especial.
En lo que a mí respecta, el debilitamiento de los ejércitos europeos es deliberado: para el Estado Profundo estadounidense, ningún ejército moderno eficiente puede sobrevivir fuera del ejército de Estados Unidos; la hemorragia de equipos militares de los Estados europeos miembros de la OTAN a la Ucrania de Zelensky significará simplemente que, para rellenar sus arsenales, los Estados miembros de la OTAN, especialmente los llamados a formar el Intermarium soñado por los polacos, tendrán que comprar equipos estadounidenses. Esta mañana ya ha salido a la luz un informe: ¡los estonios han entregado sus viejos equipos a los ucranianos pero han cobrado el precio íntegro de la compra de nuevos equipos a la Europa de Bruselas! ¡La corrupción se beneficia de la situación!
El objetivo de debilitar los arsenales europeos no es nuevo: la "venta del siglo" de los años 70, cuando los estadounidenses entregaron los famosos F-16 al Benelux y a los países escandinavos, fue en detrimento de la aeronáutica francesa (Bloch-Dassault) y sueca (SAAB). La operación se repitió muy recientemente con el F-35.
Según nuestras informaciones, un gran número de países europeos atraviesan graves dificultades económicas y financieras debido a las políticas proamericanas. ¿Existe conciencia en Europa de que la culpa es de EEUU y no de Rusia y Putin?
Las dificultades económicas son evidentes desde el momento en que las sanciones afectaron al principal proveedor de energía de los países europeos, haciendo que los precios de la energía se dispararan. El sabotaje de los gasoductos del Báltico tiene obviamente por objeto perpetuar esta situación. Las fuerzas occidentales-atlánticas buscan deliberadamente arruinar a Europa y contener a Rusia (al tiempo que mordisquean su territorio en franjas altamente estratégicas). Que sepan los rusos que Europa, en su dinámica profunda, en su ideología, a veces tradicional, a veces socialista, no es Occidente, una mezcla de desviaciones religiosas puritanas, de ideología whig (aparente racionalización de estas desviaciones protestantes) y de histeria jacobina a la francesa: son los partidarios de estos delirios religiosos y liberales los que han declarado la guerra a las potencias que desean ver el advenimiento de un mundo multipolar. Hoy, estas desviaciones tienen como nombre y avatar el wokismo de los demócratas estadounidenses, el neoliberalismo escandaloso de Macron, el neoconservadurismo de Nuland y Kagan y los delirios de los Verdes alemanes (rechazados por el 85% de la población berlinesa según un sondeo muy reciente). Esta situación no conviene a nadie en el Viejo Mundo, en Eurasia y en el Mediterráneo. La vida cotidiana, que ya se había podrido por las medidas de contención en 2020, está sufriendo un preocupante deterioro de su calidad: los precios de los alimentos suben sin cesar, junto con el de la energía y el combustible para los vehículos. Las empresas cierran, incapaces de pagar las facturas de gas y electricidad. Se corta la calefacción en cafés y restaurantes, donde los pobres acuden en busca de un calor que ya no pueden permitirse. El liberalismo occidental debía ser una "sociedad de la abundancia", no de la escasez. Hoy ocurre exactamente lo contrario en nuestros países.
Sin embargo, la propaganda, masiva en los medios de comunicación públicos y privados, camufla esta situación ocultando la realidad y hablando constantemente de no-eventos, como las entrevistas concedidas por una de las ministras de Macron a la revista Playboy, como la generalización del uso de patinetes en las grandes ciudades o la necesidad de comer insectos. Las masas están desconcertadas y sólo unos pocos lúcidos se dan cuenta de que la situación empeorará con el paso del tiempo. Las sanciones tienen y tendrán un efecto desastroso.
¿Quién cree que está más interesado en una resolución pacífica del conflicto ucraniano? ¿Rusia, Estados Unidos, Ucrania, la Unión Europea? ¿Por qué lo pregunta?
Los países interesados en una solución pacífica son evidentemente los que tienen interés en las rutas terrestres como el proyecto chino Belt & Road, el INSTC previsto por India, Irán, Azerbaiyán y Rusia, los Estados que podrían beneficiarse de una ampliación de la ruta marítima del Ártico, todos los Estados europeos que se beneficiaron del gas ruso barato, etc. Es evidente que los pueblos de Ucrania, sin excepción, tendrían interés en que se pusiera fin a esta guerra y en que su país encontrara su papel de "región puerta", de país de tránsito entre Europa y Asia profunda, entre Escandinavia y el Mediterráneo. La verdadera Europa, liberada de su personal eurocrático, también se beneficiaría de una paz duradera en esta parte del mundo. África (y Egipto) y Turquía tendrían garantizados sus suministros de maíz y trigo a largo plazo.
¿Saben los británicos por qué Rusia está luchando en Ucrania? ¿Comprenden que la guerra dura desde 2014, que el incumplimiento por parte de Ucrania de los acuerdos de Minsk y el apoyo de los principales países occidentales a que Ucrania los cumpla ha desembocado en este conflicto?
La estrategia de contención de Rusia es una vieja estrategia británica, concebida ya desde la conquista de Crimea por los ejércitos de Catalina II. Tomó forma durante la Guerra de Crimea de 1853 a 1856. Crimea en manos rusas fue un casus belli para el imperialismo británico del siglo XIX. Hoy es un casus belli para el Estado profundo estadounidense, que ha retomado todas estas estrategias talasocráticas y las ha incluido en sus visiones belicistas neoconservadoras. La guerra de Crimea se perdió para los rusos porque el envío de tropas por tierra era demasiado lento y complicado: enviar tropas por mar era más rápido. La construcción del ferrocarril transiberiano facilitó las operaciones logísticas: inmediatamente después de su inauguración, el geógrafo MacKinder formuló su teoría del Heartland, que era inaccesible a los bloqueos navales y debía mantenerse lo más alejado posible de las costas atlántica, india y pacífica. Unos años más tarde, Homer Lea, geopolitólogo y estratega estadounidense, partidario de la alianza definitiva entre el Imperio Británico y Estados Unidos, elaboró planes de "contención" en su libro El día de los sajones, estipulando en particular que la zona de influencia rusa no podía extenderse más allá de la línea Teherán/Kabul; para Lea, la China republicana de Sun Ya Tsen debía formar parte del Rimland controlado por los "sajones" y Alemania debía mantenerse alejada de las costas del Mar del Norte (¡paradójicamente empujándola a una alianza con Rusia en vísperas de la Primera Guerra Mundial! ). Siguen siendo las teorías de MacKinder y Lea las que animan las estrategias de la OTAN, en sus versiones modernizadas por Spykman en particular. Éstas se aplican a Rusia cualquiera que sea el régimen político que la gobierne. En este sentido, se puede hablar de una continuidad de la historia rusa.
En cuanto a si los británicos de a pie, el hombre de la calle en las ciudades y el campo ingleses, se dan cuenta o no de lo que está en juego en la actual guerra en Ucrania, no puedo responder a eso: no he estado en Londres desde 2008 (¡y sólo estuve un día!). Sin embargo, es necesario subrayar la crisis que atraviesa hoy Gran Bretaña, con el riesgo de secesión de Escocia, con los efectos casi nulos del Brexit, con una sociedad gangrenada por el wokismo y la cultura cancel (que atenta contra las mejores producciones de la cultura y la literatura inglesas), con un tejido social destruido por el thatcherismo y sus avatares posteriores, etc. Ciertamente, ya no existe un modelo inglés que exportar.
Sin embargo, les recuerdo que la propia Merkel ha admitido públicamente que nadie entre los dirigentes occidentales y entre los europeos occidentalizados tenía intención de respetar los acuerdos de Minsk, a pesar de que éstos preveían la federalización de Ucrania y su estatuto de neutralidad, comparable al de Finlandia tras la Segunda Guerra Mundial. Las modalidades previstas en los acuerdos de Minsk habrían preservado el estatus de Ucrania como "región de paso" en beneficio de todos, habrían permitido que el complejo hidrográfico del Mar de Azov/Don/Volga funcionara en todas direcciones, una vez más en beneficio de todos. Es este buen funcionamiento lo que no quieren los estrategas talasocráticos convencionales, el Estado Profundo y los neoconservadores belicistas. Merkel y Hollande desempeñaron el papel de figurantes impotentes en un escenario dictado por estas fuerzas negativas. Cualquier posible resurgimiento del Eje informal París-Berlín-Moscú ha quedado reducido a la nada, un Eje en el que los dirigentes de Francia y Alemania habrían tenido voz en los asuntos europeos y podrían haber actuado en interés real de sus pueblos.
Ya no es posible razonar en los términos dictados por el contexto deletéreo de la Segunda Guerra Mundial, en el que la Rusia de hoy se presenta como una URSS agresiva dispuesta a abalanzarse sobre Europa y una Europa condenada a defenderse. La Segunda Guerra Mundial demostró la unidad geoestratégica de toda la zona comprendida entre el Algarve portugués y el cuadrilátero de Magnitogorsk al sur de los Urales. También demostró la necesidad de la arteria estratégica entre el Ártico e Irán. Todas las fuerzas positivas de Europa y Rusia deben unirse para hacer funcionar los corredores de comunicación (Rin-Alpes, Rin-Danubio, Báltico-Adriático, Ártico-Caspio, etc.) que la guerra actual bloquea irremediablemente y que cualquier reactivación de los conflictos en el Cáucaso Sur bloquearía aún más. Estas fuerzas positivas necesitan hacer converger sus logros con los proyectos de la llamada Iniciativa Belt & Road de China.
Una parte significativa de las fuerzas armadas ucranianas (AFU) se adhiere abiertamente a las ideas nazis. Esto es evidente tanto en sus atributos como en su interpretación distorsionada de la historia y los resultados de la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué Europa apoya al régimen nazi, en contra de sus propias leyes?
Las alusiones al nazismo en Ucrania dejan estupefactos a los observadores lúcidos de Europa Occidental. Los veteranos que vivieron la época en que el nacionalsocialismo gobernaba Alemania y los países ocupados por los ejércitos de Hitler no recuerdan el siniestro folclore con torsos masculinos tatuados y "música" hecha de espantosos choques. Los nazis ucranianos recuerdan a las maras de El Salvador, en Centroamérica, que también fueron manipulados por fuerzas ajenas al país. Este "nazismo" de Kiev es comparable a todas las formas de "contracultura" surgidas en los países anglosajones desde los años cincuenta. En los años 80 y de nuevo a principios de los 90, hubo una contracultura malsana en Europa Occidental, la llamada "skinhead", que socavó los movimientos nacionales en todos los países en los que apareció. Los servicios secretos la utilizaron para atemorizar al ciudadano normal, para inducirle a no votar a los nuevos partidos (de izquierdas o de derechas). Hoy en día, esta "contracultura" ya no es necesaria: los servicios pueden manipular las elecciones con más habilidad, manipulando el voto electrónico o presentando a políticos que prometen cambios pero que se alinean con el sistema una vez elegidos (Sarkozy, Meloni). Esta "contracultura" de violencia verbal, signos agresivos como tatuajes de runas o esvásticas (u otros entre las maras salvadoreñas), música cacofónica, se tolera en Ucrania porque ha permitido reclutar soldados en la lucha contra los rusoparlantes del Dombás. No se toleraría en Europa Occidental porque se asocia, con razón o sin ella, con los ocupantes alemanes de la Segunda Guerra Mundial.
Fuente
Trauducción por Enric Ravello Barber
3 notes
·
View notes
Text
La OTAN, instrumento de control sobre el rimland europeo y sus industrias militares
Por Robert Steuckers
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Es bien sabido, pero nunca se repetirá lo suficiente, que la estrategia general de Estados Unidos, gran potencia con la ventaja añadida de ser «bi-oceánica», tanto atlántica como pacífica, es controlar las costas europeas y asiáticas que tiene enfrente con tal de que no surja allí ninguna potencia que pueda desbancar a Washington. También sabemos, aunque lo olvidamos rápidamente en cuanto dejamos de leer o abandonamos alguno que otro seminario, que la geopolítica de las talasocracias anglosajonas se basa en los trabajos de Halford John Mackinder, Homer Lea y Nicholas Spykman. Mientras que a Mackinder le preocupaba la inaccesibilidad del Heartland ruso y la eficacia de los medios de comunicación que organizaban su territorio (en este caso, el Transiberiano), Spykman modificó levemente sus ideas a raíz de los resultados militares y estratégicos obtenidos por el Heartland, que había sido identificado como el principal enemigo en la década inmediatamente anterior a la Primera Guerra Mundial. Para Spykman, la clave del poder estadounidense estaba en el control del rimland, es decir, las costas europeas y asiáticas limítrofes con el bloque chino-soviético entre 1948 (año del golpe de Praga) y 1972 (año en que se forjó la alianza tácita entre Pekín y Washington tras las negociaciones diplomáticas de Kissinger).
La OTAN, el Pacto de Bagdad o CENTO (Irak, Turquía, Irán, Pakistán, Reino Unido y Estados Unidos, el cual se unió más tarde) y la OASE (Pakistán, países del sudeste asiático, Australia, Nueva Zelanda, Francia) se crearon después de la Segunda Guerra Mundial en el marco de la nueva confrontación conocida como Guerra Fría, siendo , por lo tanto, instrumentos (más que alianzas entre socios iguales) utilizados para consolidar y perpetuar la geopolítica de Spykman, que aboga por mantener los diferentes «rimlands» a toda costa, frenando cualquier avance real o presunto del Heartland hacia los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. En ese entonces se hablaba mucho de la «pactomanía» estadounidense o creación de alianzas variopintas para contener a Rusia y China. El Pacto de Bagdad se disolvió cuando los baasistas iraquíes tomaron el poder en 1959. La OASEO se disolvió en 1977, tras varias deserciones, entre ellas la de Laos, que se había vuelto neutral, Pakistán, que no se había sentido apoyado en sus guerras contra la India, y la Francia gaullista, que pretendía seguir su propio camino. Por último, la retirada estadounidense de Vietnam demostró la fragilidad de este pacto.
De todos los instrumentos concebidos para controlar los «rimlands» europeos y asiáticos, sólo queda la OTAN, demostrando con su supervivencia que lo único que importa es controlar Europa, competidor potencial, y contener a Rusia. La única política realmente deseada y aplicada por Estados Unidos es el envilecimiento de Europa con tal de impedir cualquier clase de cooperación germano-rusa: el frente que se extiende hoy, en el momento de escribir estas líneas, que va desde el Ártico, pasando por el Báltico y el Mar Negro, hasta el Mediterráneo oriental y el Golfo Pérsico lo demuestra claramente. El objetivo es bloquear las comunicaciones terrestres entre una Europa cuyo centro geográfico es Alemania y cuyo centro industrial es también este país con, además, la «banana carolingia» y su extensión en la llanura del Po. Ahora se ha producido un bloqueo de los gasoductos saboteados del Báltico y un bloqueo en las cuencas del Don y del Volga (unidas por el Canal Lenin). El proyecto de creación de un Corredor Económico Internacional Norte-Sur (INSTC) entre Bombay y el Ártico ha desaparecido. El proyecto, sugerido por los propios estadounidenses, de crear una dinámica en torno a un eje de comunicaciones que vaya de la India a los Emiratos y Arabia Saudita, luego a Jordania e Israel, para llegar a los puertos europeos de Grecia e Italia, ha sido anulado por el conflicto entre Hamas y el Estado hebreo, que ciertamente no estalló por casualidad, en este preciso momento, sin la aprobación tácita y secreta, o incluso una intervención de «falsa bandera», de Washington. Antes del 7 de octubre de 2023, Hamás no tenía fama de formar virtuosos del parapente. El abastecimiento energético de Europa está bloqueado en el mar Báltico, lo estará pronto en Ucrania (cuyos gasoductos ya no suministrarán nada a Hungría, Austria o Eslovaquia en los próximos meses), lo estará probablemente en Turquía y lo está ahora por la imposibilidad de desarrollar yacimientos de gas en el Levante, dada la crisis israelo-palestina, cuyas repercusiones serán palpables a largo o incluso muy largo plazo. Por su propia naturaleza de instrumento estadounidense, la OTAN es la peor molestia para Europa.
La OTAN no permite ninguna forma de independencia nacional: si algunas personas en Francia lo comprendieron ya en la década de 1960, otros en Europa también eran conscientes de ello, tanto en los márgenes ideológicos y políticos como en los ministerios. Los hilos de la neutralidad se extendían por los teatros políticos de toda Europa, a menudo supeditados o guiados por fuerzas de izquierda que gozaban de la aprobación de la Unión Soviética. Pero incluso en los momentos más tensos de la Guerra Fría, existía un espacio neutral entre los dos bloques, más concretamente entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, con Finlandia, Suecia, Suiza, Austria y Yugoslavia, sin olvidar Irlanda, en el extremo occidental del continente, liberada del yugo británico tras una larguísima lucha cultural, política y revolucionaria. Tras la desaparición del Telón de Acero y del Muro de Berlín, e incluso desde los primeros signos del deshielo o de la proclamación de lo que se llamó «coexistencia pacífica», esta zona debería haberse ampliado. No se hizo. Porque no teníamos el personal político adecuado. Porque estos políticos incompetentes cooptaron a personas más incompetentes o aceptaron la presencia de caballos de Troya en los centros de poder, en particular los Jóvenes Líderes Mundiales. Todos estamos pagando hoy las consecuencias, y el siglo que se avecina traerá aún mayores penurias a los pueblos de Europa.
Si vis pacem, para bellum. Si quieres la paz, prepárate para la guerra. Este adagio romano, que también se aplica a todos los Estados Clausewitzianos, implica movilizar la inteligencia nacional, los ingenieros de los pueblos autóctonos, en el desarrollo de armas eficaces y disuasorias. Esta naturaleza clausewitziana y este espíritu de movilización dictados por el espíritu de supervivencia y de continuidad (histórica) han sido definitivamente perdidos por los pueblos europeos con el paso del tiempo, desde los años del Plan Marshall, que debía volver a poner en pie a Europa tras la Segunda Guerra Mundial. El control estadounidense del «Rimlandia» significaba también, y sobre todo, controlar sus suministros militares y sus industrias armamentísticas. Esto se hizo desde el principio: los ejércitos franceses absorbieron los excedentes de armamento estadounidense y los belgas tuvieron derecho a los excedentes de armamento británico, incluidos los Spitfires fuera de servicio. El principal objetivo de la OTAN es, por lo tanto, vender material militar estadounidense, a menudo viejo y a veces nuevo, a los países miembros, especialmente aviones.
Esto fue emblemático durante el famoso «acuerdo del siglo» en 1975. Contra toda consideración técnica, los estadounidenses lograron imponer el YF-16 a las fuerzas aéreas belgas, neerlandesas, danesas y noruegas, en detrimento del Mirage F-1 francés y del Saab Viggen sueco. El mismo escenario se repitió en 2018, cuando el gobierno de Charles Michel optó en Bélgica por el F-35 estadounidense, considerado poco fiable y difícil de modernizar, frente al Rafale francés y el Eurofighter Typhoon. Estos dos golpes maestros en la eliminación de competidores europeos más dignos fueron ampliamente publicitados, especialmente en la década de 1970. Sin embargo, otras operaciones del mismo tipo han sido mucho más beneficiosas para los estadounidenses, mientras que los medios de comunicación las han pasado por alto en silencio. En mayo de 2003, la pequeña revista que dirigí junto con Robert Keil, Au fil de l'épée/Arcana Imperii, publicó una serie de artículos traducidos del semanario berlinés Junge Freiheit sobre la adquisición estadounidense de los grandes consorcios de la industria militar europea.
En este dossier, que conviene releer, el periodista alemán Alexander Griesbach se ocupaba del Carlyle Group, fundado en 1987 por David Rubinstein como filial de United Defence, con enormes capitales a su disposición, con el objetivo de «hacer de la guerra un motor permanente de crecimiento económico». El grupo fue dirigido posteriormente por Frank Carlucci, ex secretario de Defensa de Reagan, amigo del belicista Donald Rumsfeld y de James Baker, secretario de Asuntos Exteriores de Bush. Entre los asesores más eminentes del Carlyle Group se encontraba John Major, ex Primer Ministro británico y Bush padre. El lobby neoconservador y belicista utilizaba al Carlyle Group como herramienta comercial. Y los promotores del CarlyleGroup encontraron en él una fuente nada desdeñable de abundantes ingresos. Entre 1990 y 2000, cuando comenzó (y nunca se detuvo) el ciclo bélico neoconservador/neoliberal, los dividendos del Carlyle Group alcanzaron una media del 34% anual. Provocar el «fin de la historia», perpetuar la unipolaridad estadounidense en palabras de Francis Fukuyama, sin duda da grandes beneficios.
Pero, ¿cómo eliminar a los competidores potenciales del Viejo Continente? Absorbiéndolos. La primera absorción tuvo lugar en Italia. Se trata de Fiat Avio, la división de producción aeronáutica de Fiat. La oferta estadounidense era tentadora y permitía a Fiat consolidar su división automovilística, que tenía algunas dificultades. ¿Una simple transacción comercial? No. Las razones militares eran evidentes: Fiat Avio producía componentes importantes para el Eurofighter y el avión de transporte Airbus A400, por no hablar de los cohetes propulsores para el programa Ariane de la ESA. Segunda adquisición prevista: MTU Aero Engines de Munich (Baviera). Esta empresa alemana también suministra componentes para el Eurofighter y el Airbus A400. En el mismo número de Au fil de l'épée, el general alemán Franz Ferdinand Lanz, antiguo jefe del Departamento de Armamento y Tecnología de la Bundeswehr, deplora, en una entrevista muy reveladora, otras muchas compras que están conduciendo a la americanización de las empresas europeas de armamento y, por consiguiente, a la marginación de Europa en términos militares: United Defence ha comprado Bofors, la empresa sueca de sistemas de armas; «Bank One» se hace con el fabricante alemán de submarinos HDW; General Dynamics adquiere Santa Bárbara Blindados, una antigua empresa estatal española que produce, entre otros, los carros de combate alemanes Leopard 2-E. Los componentes de este vehículo blindado se incluirán después en el tanque estadounidense M-1 Abrams. El general Lanz lo dijo sin rodeos: «Cualquier ejército dependiente de una industria militar extranjera es un ejército de segunda clase».
Desde los primeros años del siglo XXI la industria militar europea ha pasado a estar bajo control estadounidense, incluso en Suecia, un país neutral que aún no se había incorporado a la OTAN. Por lo tanto, es fácil comprender que el asunto ucraniano, en el que se invitó a los europeos a donar su material al ejército de Zelensky, contribuirá más tarde a engordar a las propias empresas estadounidenses y a las empresas europeas controladas por fondos de inversión estadounidenses como el Carlyle Group, dirigido por las figuras más emblemáticas del belicismo neoconservador. Los Estados europeos tendrán que reequiparse, lo que beneficiará a los productores de armas... que ya no son europeos o sólo lo son en apariencia. El Estado polaco prefiere los equipos estadounidenses y surcoreanos (¡los tanques K-1, copia de los Abrams estadounidenses de General Dynamics!), al tiempo que forja estrechas relaciones con el Reino Unido, que ya no está en la UE, en el marco de la «Asociación 2030», en la que Polonia se convierte en la «espada continental» de los británicos y estadounidenses en el continente europeo frente a Bielorrusia y Rusia. Esta nueva posición significa, por supuesto, que las divisiones polacas tienen que estar sobre-armadas. Al mismo tiempo, la vieja idea del Intermarium, muy apreciada por el general Pilsudsky antes de 1939, resucitó para convertirse en la primera línea de la OTAN, abarcando toda Ucrania. El viaje de Biden a Varsovia en febrero de 2023 confirma el papel de Polonia y el nuevo entusiasmo atlantista por el Intermarium.
En el flanco asiático de la nueva gran guerra contra el iliberalismo ruso y chino los estadounidenses intentan reactivar la OASE, desaparecida desde 1977, lanzando AUKUS, una alianza entre Australia, el Reino Unido y Estados Unidos, tres componentes de los Cinco Ojos. Francia fue el blanco de los ataques pesar de volver al redil de la OTAN gracias a Sarkozy: Australia tenía previsto comprar ocho submarinos de propulsión nuclear por un total de 56.000 millones de dólares. En el último momento, se anuló el pedido. Francia perdió el contrato. Italia, a través de su empresa naval Fincantieri, debía vender a Australia nueve fragatas de altísimo rendimiento, sin equivalente en el mercado mundial. El pedido también se ha cancelado en favor de una empresa británica. Europa, incluidas las potencias que forman parte de la OTAN desde su fundación, queda deliberadamente excluida del Pacífico. Como en la fábula de Orwell, todos los animales – perdón, los aliados – son iguales, pero algunos lo son más que otros.
En el Mediterráneo oriental, Francia había logrado vender Rafales a Egipto, que acogió con satisfacción sus primeras entregas. Entonces, de repente, llegó el veto estadounidense, basado, una vez más, en argumentos jurídicos, con el pretexto de que un chip electrónico del Rafale no cumplía la norma ITAR (International Traffic Arms Regulations). Tras los casos del YF-16 y el F-35, Dassault recibió otra bofetada.
Podríamos alargar indefinidamente este artículo y entrar en los detalles financieros y técnicos de cada uno de estos casos, pero no se trata de eso. La lección que hay que aprender de esta situación, y de los repetidos golpes bajos que los estadounidenses han asestado a Europa, es que Europa es el principal enemigo de Washington en la escena mundial, y no Rusia, China, Irán o Venezuela. Para eliminar a este gran enemigo, que oficialmente se considera un «aliado», tenemos que cortar sus líneas de comunicación, encerrarla como antes de 1492, cuando estaba asediada por los otomanos y no tenía conocimiento del Nuevo Mundo, cortar sus fuentes de energía, crear zonas de turbulencia en sus fronteras en Libia, el Donbass y el Mediterráneo oriental, hacer que sus sociedades sean diversas y por lo tanto inmanejables mediante la importación de poblaciones ajenas a su humus y controlar sus industrias armamentísticas. Sobre todo, hay que imponer criaturas impolíticas formadas (o más bien deformadas) en institutos del otro lado del Atlántico, Jóvenes Líderes Globales, como se hace en España, Francia, Italia, Finlandia y otros lugares, para que apliquen políticas diametralmente opuestas a los intereses de sus naciones. Y así condenarlas a la muerte política, al estancamiento y a la implosión.
Firmado en Forest-Flotzenberg, noviembre de 2023.
1 note
·
View note
Text
Estados Unidos está buscando mantener su supremacía sobre los océanos durante el resto el siglo XXI
Por Leonid Savin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El Pentágono quiere establecer un poder marítimo integral
Después de haber hecho una publicación sobre su futura estrategia con respecto al espacio exterior, el Pentágono llegó a emitir, poco después, otro documento titulado Advantage at Sea, el cual está dirigido a la Armada, al Cuerpo de Marina y a la Guardia Costera de los Estados Unidos. El documento esta articulado alrededor de una serie de consejos estratégicos dirigidos a neutralizar a la competencia, al igual que analizar las crisis y los conflictos cotidianos que se darán en las próximas décadas. En el documento también se indica la necesidad primordial de asegurar el dominio de los océanos frente al resto de las naciones.
Un documento similar había sido publicado en el 2015 y se llamaba Estrategia para la cooperación con respecto a la energía marítima durante el siglo XXI.
El comandante de Operaciones Navales, el almirante Michael M. Gilday, el comandante general de la Infantería de Marina, David H. Berger, y el comandante de la Guardia Costera, el almirante Karl Schultz, dicen en el documento: “Nuestra Armada, el Cuerpo de Infantería de Marina y la Guardia Costera deben mantener su pericia si quieren competir, contener y derrotar a nuestros adversarios cuando eso sea necesario. Estamos acelerando el desarrollo de una fuerza naval integral y que será modernizada en todos sus aspectos” (1). El documento enfatiza que "las acciones de Estados Unidos durante la próxima década determinarán el equilibrio del poder en lo que resta del siglo XXI".
La introducción a Advantage at Sea dice: "Desde principios del siglo XXI, las tres ramas de la fuerza naval han observado, consternadas, el creciente poder de la armada china y el comportamiento cada vez más agresivo de Rusia". Al mismo tiempo, se observa que "China representa la amenaza estratégica a largo plazo más peligrosa para los Estados Unidos", por lo que "el 60% de la Armada de los Estados Unidos se encuentra en estos momentos en la región Indo-Pacífica". Y el documento continúa: "Otros rivales, incluidos Irán, Corea del Norte, organizaciones extremistas violentas y organizaciones criminales transnacionales, siguen socavando el actual orden internacional".
Debe añadirse a todo esto que los Estados Unidos jamás han ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar de 1982 (2) y que debería haberse convertido en el documento fundamental para esa actividad internacional. Las actividades que tienen lugar en el mar han sido interpretadas por los Estados Unidos en base únicamente a sus propios intereses.
El documento utiliza el término "Poder naval integral en todos los dominios", que significa la coordinación de las acciones de la Armada, el Cuerpo de Marines y la Guardia Costera de los Estados Unidos no solo en el mar, sino también en la tierra, el aire, el espacio y el ciberespacio.
Los autores de este documento afirman que la economía estadounidense está directamente relacionada con el control del mar: son 31 millones de puestos de trabajo, el 90% del tráfico comercial, valorado en unos 5,4 billones de dólares al año, así como los flujos de información transmitidos mediante cables submarinos (las transacciones financieras diarias ascienden a 10 billones de dólares).
El documento dice también: “Hoy, la República Popular China (RPC) y la Federación Rusa (RF) están utilizando todos los instrumentos a disposición de sus respectivas naciones con la intención de socavar y rehacer el sistema internacional de acuerdo con sus propios intereses. Ambos países apoyan sus actividades revisionistas por medio de fuerzas militares regionales y ocultan su comportamiento agresivo a través de una combinación de fuerzas militares y paramilitares (contratistas)”.
Aquí se afirma explícitamente que detrás de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China existe en realidad una expansión militar de ese país que quiere establecer su control sobre ciertas ubicaciones marítimas importantes. Y Rusia, según estos autores, "durante un posible conflicto, es capaz de infligir ataques cinéticos o cibernéticos contra Washington, las capitales europeas o incluso atacar cables de comunicación submarinos, lo que tendría consecuencias importantes para la economía global".
El documento señala que los territorios marítimos en disputa requieren "un nuevo énfasis por medio del control marítimo" y el mantenimiento de la ventaja marítima implica una modernización de las fuerzas armadas.
Al mismo tiempo, el documento argumenta que las fuerzas estadounidenses deben ser "maniobrables, móviles, expedicionarias, incrementables, sostenibles, universales, interconectadas y letales" y para ello no deben actuar solas, sino que deben ser una parte integral de las fuerzas estadounidenses combinadas en un todo que, por lo tanto, tendrá un carácter global.
El documento señala que “la fuerza de ataque maniobrable [de los EE.UU.] estará compuesta por múltiples equipos de ataque desde portaaviones, equipos de acción de superficie y equipos de ataque expedicionarios y todo ellos serán complementados con el apoyo de plataformas no tripuladas... Los sistemas de largo alcance y las armas hipersónicas les proporcionarán capacidades globales de ataque terrestre. Los buques de logística y apoyo serán enviados para reabastecer, rearmar, recuperar, y enviar mano de obra o hacer reparaciones. La Guardia Costera proporcionará un sistema de transporte marítimo seguro, confiable y eficiente que será necesario para el sostenimiento de las fuerzas que se encuentran en el frente".
Según el documento Advantage at Sea la Armada, la Infantería de Marina y la Guardia Costera de los EE.UU. necesitan:
- contratar y formar personal profesional versátil;
- crear un sistema de apoyo material y técnico para operaciones avanzadas que permitan apoyar a las fuerzas de reacción rápida, que estarán listas para el combate;
- identificar y prevenir actividades nocivas para la competencia diaria;
- trabajar con aliados y socios en crisis y conflictos;
- proporcionar fuego de precisión constante, que lo abarque todo y que sea de largo alcance, el cual se apoyará en redes integradas flexibles, con el objetivo de destruir las fuerzas enemigas;
- mantener la vida útil de la tríada de disuasión nuclear estadounidense.
Se supone que la combinación de estas acciones llevará a la creación una potencia marítima integrada, mediante lo cual los mares permanecerán bajo el control de los Estados Unidos.
Notas:
1. https://www.navalnews.com/naval-news/2020/12/us-navy-marine-corps-coast-guard-release-maritime-strategy/
2. https://www.un.org/Depts/los/reference_files/chronological_lists_of_ratifications.htm#The%20United%20Nations%20Convention%20on%20the%20Law%20of%20the%20Sea
Fuente: https://www.fondsk.ru/news/2020/12/27/us-nacelilis-na-dostizhenie-preimuschestva-v-mirovom-okeane-na-ostavshujusja-chast-xxi-veka-52568.html
0 notes
Text
Geopolítica del colapso de la URSS: PARTE 1
Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Conferencia del filósofo Alexander Dugin sobre la geopolítica de la URSS. Parte 1.
Alexander Dugin: Estamos considerando la geopolítica de la Unión Soviética. Decimos que fue precisamente en la época soviética desde el punto de vista del dualismo espacial entre la "civilización de la tierra" y la "civilización del mar", cuando la talasocracia y la telurocracia adquirieron un carácter planetario.
¿No es interesante? El mapa del mundo después del año de 1945 reproduce completamente el modelo geopolítico con el que trabajó Halford Mackinder. Existe una imagen de la percepción absoluta de las construcciones geopolíticas en términos de pronósticos de procesos políticos. El mapa del mundo dividía casi todo el territorio del planeta en una confrontación entre dos principios de civilización: la "civilización de la tierra" y la "civilización del mar", el Heartland (el Corazón de la Tierra) y el Poder Marítimo, todo esto estaba lejos de ser obvio. Se trataba de un gran mapa de juego para los estrategas británicos, pero no se hizo completamente obvio hasta 1904 cuando Mackinder publicó El pivote geográfico en la historia. Y no era completamente obvio todavía en los trabajos del almirante Mahan en los Estados Unidos, quien dijo que el destino del mundo se desarrollaría en la confrontación entre el poder naval de los Estados Unidos y la tierra de Rusia.
Es decir, a principios del siglo XX, las construcciones geopolíticas eran controvertidas: esta era una de las herramientas de pronóstico para analizar la situación. Y después del año de 1945, especialmente en el año de 1947, cuando comenzó la Guerra Fría, vemos un mapa que ubica a los dos campos (el campo soviético y el campo capitalista), que se corresponde estrictamente a estos modelos geopolíticos. Mackinder, cincuenta años antes de que se convirtiera en una realidad política a nivel geopolítico, basándose en la naturaleza civilizatoria, estratégica y sociológica de las sociedades que él consideraba, de hecho, preparó una matriz para este mapa geopolítico, que ya se había convertido en una realidad absoluta después del año de 1945. Este es uno de los ejemplos únicos de la relevancia del enfoque geopolítico en términos de planificación futura.
Dio la casualidad de que la Unión Soviética, China y los países conquistados por la URSS, se anexionaron esencialmente al Bloque del Este durante la Segunda Guerra Mundial (la Gran Guerra Patriótica), todo esto se juntó, incluidos Vietnam y Cuba en la década de 1960, y todo esto formó el Heartland: una sociedad de la tierra global con todas las características básicas de la tierra, en cuyo centro se encontraba la capital del Heartland que era Moscú como la Tercera Roma (nuevamente, Roma). En consecuencia, también existía el mundo de Cartago, que ha construido completamente su civilización sobre los valores comerciales, sobre una sociedad de mercado como fuerza de oposición.
Así, en la segunda mitad del siglo XX, el mapa geopolítico coincidió completamente con el político. El mundo bipolar, que se formó sobre la base del equilibrio del sistema socialista y capitalista, existía desde el punto de vista geopolítico planetario según las predicciones que había hecho Mackinder.
Tengamos en cuenta que en la Primera Guerra Mundial, y en la Segunda Guerra Mundial, aparecieron configuraciones más complejas. Alemania aparecía junto con Austria (durante la Primera Guerra Mundial), los países del "eje", incluido el Tercer Reich: Italia, más aquellos países que en Europa se unieron a ellos o fueron conquistados (anexados). La situación era mucho más complicada. Sucedió que varias veces, incluso dos veces en dos de los conflictos mundiales, la Unión Soviética y Rusia resultaron ser un aliado de los países talasocráticos. Sin embargo, este mapa geopolítico sigue existiendo, la orientación opuesta de la civilización talásica y la telúrica se hizo sentir y trajo estos procesos políticos nuevamente al marco del dualismo geopolítico global entre la "civilización de la tierra" y la "civilización del mar", confirmando la validez de la geopolítica clásica.
La geopolítica clásica nos reveló la realidad tan profundamente que podemos considerar los acontecimientos políticos del siglo XX como fluctuaciones en torno a este vector básico. Uno puede imaginarlo como un eje de la formación de procesos y fluctuaciones fundamentales de la geopolítica. O bien los procesos se acercaron a este eje, y luego fueron eliminados, y a veces incluso contradecían las leyes geopolíticas más de una vez. Si observamos este contexto básico, las matrices más profundas, los paradigmas más profundos del desarrollo de la historia del siglo XX político, entonces veremos que el modelo geopolítico básico resultó ser predeterminante en todas las etapas, incluida la determinación del resultado de varios procesos políticos o conflictos en Europa o a una escala global.
Por cierto, pronto habrá un discurso muy interesante de Putin a las doce del día (dirigido al pueblo). Fue anunciado como dedicado a la geopolítica, a los procesos geopolíticos. Es muy interesante que no hayan pasado sino veinticinco años desde el momento en que comencé a introducir la geopolítica en nuestra sociedad, y hoy el presidente ya está haciendo un informe que está completamente dedicado a la geopolítica. Esto es absolutamente bueno.
Durante mucho tiempo, la geopolítica fue ignorada por nuestro liderazgo político. Pero su naturaleza es relevante y al igual que sus pronósticos, sus métodos fundamentales explican los procesos no solo a corto plazo, sino que explican los procesos a largo y mediano plazo. Y cuanto mayor es la escala de los procesos históricos, más adecuados son los métodos de la geopolítica. Todo esto se está convirtiendo gradualmente en un hecho, enfrentando una tremenda resistencia y, lo más importante, una lucha contra los agentes de influencia extranjera en nuestro país.
Por cierto, sobre los agentes de influencia. Hemos visto cómo en nuestra historia los representantes de las fuerzas diplomáticas inglesas (anglosajonas) han participado repetidamente en los procesos internos de Rusia: por ejemplo, en el asesinato de Pavel, en la consecución de la unión de Rusia a la Entente y, en particular, en el asesinato de Rasputín a principios del siglo XX. Como representantes de tales estructuras ya subjetivas, los agentes de influencia participan en la política rusa con intereses opuestos al modelo geopolítico. Como no existe una conexión directa entre la geopolítica y los procesos políticos, su participación puede percibirse como episódica: alguien apoyó una fuerza interna de oposición frente a otro. En cualquier país siempre existen diferentes partidos, diferentes grupos de influencia que luchan por el poder. En principio, muy a menudo las fuerzas externas también participan en estos procesos.
Pero estamos interesados, en toda la variedad de hechos similares, en aquellos procesos en los que las redes de agentes de influencia de la civilización de Europa Occidental (en este caso, la civilización atlántica) que afectan directamente ciertos procesos dentro de Rusia en los que están directamente involucrados. Vemos que ha sucedido repetidamente. No sabemos quién fue el héroe que consiguió que Stalin firmara una alianza con estos países (nuestros aliados en la Segunda Guerra Mundial), Inglaterra y Estados Unidos. Su proeza consiguió que Hitler atacara la URSS, y ya no quedaba nada por hacer. Pero se sabe que Stalin mismo tendía hacia una alianza con Alemania. Es por eso que no estaba preparado en gran medida para rechazar el ataque Nazi, porque pensaba en categorías más bien geopolíticas. Aunque en algunos libros revisionistas, Suvorov, por ejemplo, que está tratando de reconsiderar los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, tiene la hipótesis de que Stalin, en un esfuerzo por anexionarse a Rumania, amenazó a la economía de la Alemania Nazi con tomar el control de los campos petroleros de Europa, lo que en general ponía en riesgo a la economía alemana. Al menos Suvorov (un desertor soviético) describe esta situación de tal manera que Stalin fue un provocador de la Segunda Guerra Mundial desde un punto de vista geopolítico. Existe tal versión. No lo comparto, solo quiero mencionar que existe.
¿Qué es fundamental para nosotros desde el punto de vista geopolítico? Es importante que la situación de posguerra del mundo bipolar no sea solo un modelo ideológico de la confrontación entre los campos capitalista y socialista. Aunque a nivel político y económico esto es exactamente así, pero desde un punto de vista geopolítico es una confrontación entre dos tipos de civilizaciones: la talasocracia y la telurocracia. Solo queda descubrir cómo, desde el punto de vista de la telurocracia sociológica, está conectado con el socialismo, y la talasocracia está conectada con el capitalismo.
Aquí, si tomamos la imagen de Esparta y Atenas, Roma y Cartago, vemos, por supuesto, ciertas características sociológicas que conectan a estas sociedades:
- El Socialismo de Esparta: con su régimen estricto, paramilitar y de cuartel.
- La sociedad capitalista de Cartago: el comercio, el mercado, la democracia.
Incluso esto marca los mismos conceptos de "democracia ateniense" y lo "espartano como una sociedad rígida, casi totalitaria y militarista ".
Del mismo modo sucede con Roma, que opera con valores heroicos: los valores del sacrificio y el servicio, que son muy similares al sistema socialista. Y Cartago, que opera con el comercio, los valores de mercado, podemos decir que es proto-liberal.
Por lo tanto, esto tampoco es accidental aquí, ya que la geopolítica, como hemos visto, en sus conceptos básicos tiene en cuenta la dimensión sociológica, mapeando respectivamente el equilibrio geopolítico del poder en la época de la Guerra Fría, el mundo bipolar (el modelo del bipolarismo en sí) refleja las características sociológicas de los dos tipos de sociedades, entre los cuales se libró una lucha ideológica.
Vimos que después de Versalles, la llamada organización "Consejo de Relaciones Exteriores" (CFR, Council of Foreing Relationships), encabezada por Isaiah Bowman, que sirvió como instrumento de análisis geopolítico global de los intereses de los estadounidenses, se creó en el año de 1921. Esta organización fue construida sobre principios geopolíticos. Y se ha convertido en una de las organizaciones más centrales e influyentes que todavía existe: el CFR. En gran medida, Halford Mackinder entró en contacto con esta organización. Publicó su último artículo, "El planeta redondo y la conquista del mundo", en “Foreign Affairs” (asuntos exteriores – temas extranjeros. "Foreign Affairs " es una revista publicada por el CFR. Todavía se publica).
El CFR es una estructura compuesta por expertos estadounidenses, pero inicialmente se crearon dos alas del CFR adicionales:
1. En la persona de "Chatham House" - el Centro Real de Estudios Estratégicos de Londres, que también piensa el mundo en términos del dominio de la civilización talasocrática. Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial se convirtió en su centro intelectual. La matriz principal del CFR se encuentra en los EE. UU. y, por así decirlo, su sucursal se encuentra en el Reino Unido, que tenía el colosal alcance imperial británico, incluido el análisis y la estrategia. El mismo Mackinder, uno de los activistas de esta política, fue uno de los fundadores de la London School of Economics.
2. Y el otro sería el Instituto de Estudios del Pacífico que se crea en el mismo período para estudiar la geopolítica talasocrática en Asia.
Por lo tanto, ya en los años 20 se formó un cierto modelo de civilización atlántica de tres niveles, donde existen tres centros de control en tal proyecto:
1. Estados Unidos – el CFR, Consejo de Relaciones Exteriores.
2. En el Reino Unido - Chatham House (Real Instituto de Estudios Estratégicos).
3. Y el no mucho menos desarrollado Centro de Estudios del Pacífico. Su centro estaba en Europa, porque Japón en ese momento era independiente y China era semi-independiente. El Centro de Estudios del Pacífico fue creado en Europa.
¿Por qué es esto importante para nosotros?
Porque eran centros de planificación estratégica activa, consciente, por lo tanto, sujetos (conscientes de sus intereses estratégicos) en una planeación geopolítica a nivel global. El CFR se convierte en la sede central de la integración atlántica: una estrategia atlántica interesada no solo en los Estados Unidos de América (prestemos atención a esto), sino también en los intereses de la civilización atlántica global. Es decir, el CFR se concibe como una institución para construir la política exterior estadounidense y como una institución responsable de los intereses de toda la civilización occidental capitalista. Por lo tanto, una de las tareas que los participantes del CFR han estado declarando desde el principio es la creación de un gobierno mundial. Debemos tener en cuenta que es un gobierno mundial, ya no solo estadounidense, sino bajo los auspicios de los círculos estratégicos occidentales y sus círculos económicos. Como estamos tratando con Cartago, el papel básico aquí lo desempeñan las corporaciones económicas, los monopolios, las corporaciones transnacionales, etc.
Y durante esta construcción del proyecto del gobierno mundial, existe una regionalización del mundo atlántico. Después de Versalles, esta zonificación es bastante obvia:
1. El CFR estadounidense es como el representante de este gobierno global dentro de América (Estados Unidos). Muchos círculos conservadores, izquierdistas e incluso derechistas estadounidenses criticaron al CFR por seguir una política no en interés nacional de los Estados Unidos, sino en interés de este gobierno mundial global, que en ciertos casos va en contra de los intereses de los Estados Unidos. Entonces, al menos, esta crítica contra el CFR ha tenido resonancia. Sin embargo, este es un polo, el polo estadounidense del gobierno global.
2. Hay un polo inglés, o un polo europeo, incorporado en el Instituto Real de Estudios Estratégicos (británico).
3. Y luego, después de la Primera Guerra Mundial, se crea un boceto de un Centro del Pacífico. Una oficina que construirá un modelo estratégico de control del Atlántico en el Pacífico.
Después del año de 1945, de acuerdo con los resultados de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos de una de las fuerzas del Atlantismo se convierten en el centro base y la vanguardia del atlantismo. Las condiciones para esto son preparadas por la victoria de los países de la Entente en la Primera Guerra Mundial. Después de la Segunda Guerra Mundial, se produce un cambio: la transferencia del centro de la civilización atlántica (talasocrática) de Gran Bretaña a los EE. UU. y, en consecuencia, el papel del CFR como centro estratégico para gestionar la civilización occidental (talasocrática) finalmente es aprobado y confirmado.
Pero esto comienza antes con el proceso de transferencia de la misión imperial global de Gran Bretaña, que fue la fortaleza de la talasocracia en el primer cuarto del siglo XX, a los Estados Unidos. Lo que se hizo un hecho en la época de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos, como resultado de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en el principal centro de la talasocracia. Y cuando el último artículo de Mackinder fue publicado en una revista estadounidense. Tengamos en cuenta que en 1905, Mackinder todavía no lo sabía con certeza, y dudaba de a qué civilización pertenecía los Estados Unidos: tal vez incluso pensaba que era una civilización continental. Y el último artículo de su estrategia programática lo publica en Foreign Affairs, en una revista estadounidense.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se creó la poderosa estructura de la CIA: la Agencia Central de Inteligencia, creada por especialistas británicos del MI-6. Y allí, con la participación de representantes y analistas del CFR, de quienes hablamos antes, se produce una cierta transformación fundamental de la inteligencia británica (geo-estratégica), por un lado, y la transferencia de la iniciativa a la política a los estadounidenses que genera este cambio geopolítico. La capital de la talasocracia definitivamente se está mudando de Londres a Washington. La misión general de la talasocracia no cambia: es la misma civilización del mar, el mismo mapa de Mackinder, pero la capital es transportada aún más hacia el Oeste: de Londres a Washington.
Pregunta de un estudiante: ¿Por qué?
Alexander Dugin: Bueno, este es un proceso, no sabemos el por qué. Registramos que hay tal cambio: la iniciativa se mueve de Inglaterra a los EE. UU. después del año de 1945.
¿Qué es significativo?
Que en política después del año de 1945 comienza la descolonización, cuando ciertos países que fueron colonias de Inglaterra (los ingleses tenían la mayoría de todas las colonias) se vuelven independientes y autónomas. Pero se vuelven independientes y autónomas nominalmente. De hecho, la administración colonial conserva su posición para determinar el camino de desarrollo posterior de estos países, y de una manera económica y militar-estratégica se convierten en bases y cabezas de puente del ya nuevo sistema estadounidense. Donde había colonias inglesas, hay bases militares estadounidenses. Casi todo el espacio del antiguo imperio británico es transferido del control de Inglaterra a los Estados Unidos. Gran Bretaña se está convirtiendo en una fuerza auxiliar. Aunque a principios del primer cuarto del siglo XX, fue el principal centro del Atlantismo.
¿Y qué resulta interesante?
Que, a nivel de geopolítica, este proceso comienza mucho antes del momento en que lo vemos después de la Segunda Guerra Mundial como el hecho del aumento del poder global de los Estados Unidos de América. Todo comenzó treinta años antes. Todo comienza en la década de 1920, y no en la década de 1950, cuando el CFR se forma como la estructura principal del gobierno estadounidense y, en consecuencia, la respectiva talasocracia capitalista del mundo occidental.
#telurocracia#Talasocracia#URSS#historia#geopolítica#Alexander Dugin#Rusia#Estados Unidos#Gran Bretaña
0 notes
Text
Geopolítica hiperbórea
El siguiente escrito, redactado por un anónimo adherente de la Sabiduria Hiperbórea, transporta al plano geopólitico contemporáneo (describiendo el rol antagonista de Rusia, China e Irán) la cosmovisión gnóstica de Luis Felipe Moyano, más conocido como Nimrod de Rosario; autor de la iniciática novela histórico-esotérica “El Misterio de Belicena Villca“.
El dualismo gnóstico que describe su obra está presente en varios planos, no sólo en el transcendente…
– El Poder del Espíritu Increado contra el Reino de la Materia
– Kristos-Lucifer contra Jehová-Satanás
– El Incognoscible contra el Demiurgo
Así también en el plano físico, en la geopolítica:
– Continentalismo contra atlantismo
– Telurocracia contra talasocracia
– Multipolarismo contra globalismo
– Imperio contra imperialismo (Ver aquí)
Es la lucha eterna, la “guerra esencial” del Espíritu contra las cadenas de la materia; de la “sangre contra el oro”, contra la tiranía del demiurgo Jehová-Satanás (tiene también otros nombres: Enlil, Yahvé, Moloch, Saturno, Brahma, etc) y sus representantes en la Tierra (los parasitarios promotores del sistema usurero mundialista); contra el encadenamiento espacio-temporal a su creación-plagio (que es una maya – ilusión).
Simbólicamente, se trata de la lucha entre Agharta y Shamballah (que no son lugares físicos, como creyeron erróneamente muchos esoteristas y orientalistas desde el siglo XIX; sino meta-físicos, o arquetípicos, situados en otros planos de conciencia – hay por cierto una gran confusión entre ambos conceptos, tienden a intercambiarse entre sí como si fueran sinónimos o equivalentes, cuando en realidad representan valores diametralmente opuestos – Lo mismo sucede también con “Lucifer” y “Satanás” (Y con “espíritu” y “alma”; que NO son lo mismo, como bien saben los lectores del MBV).
No estamos necesariamente de acuerdo con todo lo expuesto en el siguiente artículo; mas lo divulgamos, no obstante, por su gran interés general y por amalgamar sintéticamente la temática principal de éste blog, a saber: la geo- y la meta-política; y también por conciliar los postulados gnósticos de Nimrod de Rosario con los geopolíticos de Aleksandr Dugin.
TM
+++
GEOPOLÍTICA
CTCBA
INTRODUCCIÓN
https://es.scribd.com/doc/263887676/GEOPOLITICA-CTCBA
La exposición de las siguientes especificaciones quiere cumplir la función de mostrar movimientos de la Guerra Esencial , donde las Fuerzas del Espíritu han sido colocadas tácticamente en tres religiones en los que subyacen elementos de la Sabiduría Hiperbórea desconocido por el enmascaramiento cultural del que se vale el enemigo. Si bien quedan claras las líneas principales de la Estrategia , que en el Valplads adquiere categorías geopolíticas, se puede ampliar y profundizar enormemente lo aquí expuesto, indicando aspectos mas detallados que podrán ser publicados en función de losrequerimientos de los lectores. No poseemos ningún ánimo de confrontar con el Kamarada que escribió la primera disertación, ya que acordamos con el en muchos puntos, pero no queríamos dejar demanifestar nuestra visión, sobre todo en relación con el tratamiento que se da a Rusia y China desde su perspectiva.
DESARROLLO
La guerra esencial lleva millones de años en el universo y se desarrolla en varios planos de significación simultáneamente, entre las Fuerzas del Espíritu y las Fuerzas de la Materia. Los Espíritus Hiperbóreos han acudido en ayuda de sus Kamaradas prisioneros en los cuerpos creados por Jehová-Satanás a fin de colaborar en su liberación. A través de los tiempos desarrollan diferentes estrategias en la tierra de tal manera que los enfrentamientos involucraron la participación de razas enteras, con la conducción de los Siddhas, que significaron la construcción de civilizaciones, desplazamientos geográficos de carácter estratégicos y enfrentamientos bélicos por milenios. La última batalla frontal de carácter planetario es la que se conocemos como “Batalla de la Atlántida ” ocurrida hace mas de diez mil años, a consecuencia de la cual se produjeron cataclismos de dimensiones colosales a escala planetaria, determinando a partir de ese momento una preagrupación de las fuerzas en función de las diferentes estrategias. Hemos podido seguir las formas en que se tornaron esos conflictos a través de la lectura de la Novela de Belicena, incluyendo el ataque de Nimrod a Shamballa, la Estrategia Tyr de Gengis Khan, la lucha de los Cátaros, la de Felipe IV y mas recientemente la guerra del Führer contra las fuerzas de la Sinarquía. Pudimos ver también el desarrollo de estructuras de superficie, políticas, religiosas, militares, etc. con el objetivo de dar la lucha contra la sinarquía. De esta manera nuestras fuerzas se insertaron ocultamente en las estructuras culturales de la Sinarquía , citando al Pontífice Felipe respecto de esas inserciones en Países y Religiones, específicamente China, el Catolicismo y el Islam; vale decir, valiéndose del ropaje cultural de estas estructuras desarrollar la Estrategia de los Siddhas en el Tiempo y el Espacio. Es por ello que (y en función de la afirmación del Capitán Kiev, de observar el desarrollo de los acontecimientos pero sin intervenir en ellos) podemos presentar un cuadro de situación que nos indica de que manera las fuerzas de la Sinárquica y las Nuestras se han ido desarrollando, siendo visibles las estructuras de superficie que las representan. Es relativamente fácil visualizar las fuerzas del Enemigo, porque en el plano materialellas están explicitas, además de las ocultas, y se pueden mencionar las estructuras políticas, ideológicas, religiosas, económicas, militares y culturales que participan en las realización delas estrategias Sinarca: La O.N .U., Israel, U.S.A., Inglaterra, Unión Europea, ComisiónTrilateral, el C.F.R., la Masonería , las O.N.G., los Medios de Comunicación de Masas, el Judaísmo, el Catolicismo, Protestantismo, Budismo, el F.M.I., el B.M., la O.T .A.N., lasFuerzas de Paz de la O.N .U., y todas aquellas formas de utilización de la Cultura como arma estratégica. Sin embargo, es más difícil identificar a las Fuerzas del Espíritu, ya que en el Kali Yuga son principalmente ocultas. Es por ello necesario un detenido estudio geopolítico para identificar qué ropajes culturales están utilizando nuestros Kamaradas, por lo que haremos una breve introducción histórica que permita remontar el origen de las plasmaciones actuales.
CHINA
En Asia se ha conformado un frente antisinárquico. Esta constituido por China, Rusia, e Irán. Son las expresiones geopolíticas de una convergencia metafísica (hiperbórea) que se manifiesta en los aspectos “fundamentales” de tres religiones: Taoísmo esotérico, Kristianismo Ortodoxo Ruso y el Chiísmo Persa. Con respecto a China el dato fundamental para comprenderla, hay que buscarlo en la estrategia Tyr de Temuyin (Gengis Khan). Este tenía 3 consejeros religiosos: un Taoísta, un Nestoriano y un Maniqueo. El Taoísmo aludido no es el de Lao Tse, cuyo libro -el Tao Te King- contiene un único aforismo Hiperbóreo: el primero (solo el Taoísta esotérico puede definir el Tao). Cuando Temuyin (G.K.) reúne a las tribus mongolas bajo su mando, realiza una misión táctica. Su misión estratégica fue invadir China. Con esta acción Gengis Khan logra dos objetivos simultáneamente: 1º) Limitar en gran medida la influencia del Budismo Sinarca (esto es político-religioso) y 2º) La acción geocrónica. Esta acción sienta las bases del futuro poder Chino, que aparece en superficie a fines del siglo XIX durante la guerra de los Boxers. La estrategia estaba dirigida por tres sectas llamadas Yi Je Tuan. La primera, Yi Je Chan se traduce como “Sociedad de los Puños de Justicia y Armonía”. La segunda Ta Tao Jui “Sociedad del gran Sable” y la tercera Mei Jua Ju “Sociedad de la Flor del Ciruelo”. Luchaban contra la dinastía Chin (Cipaya) a favor de la dinastía Ming. Su jefe era Chu Jung Teng. Los objetivos de las tres sectas se cumplieron y pasaron a trabajar nuevamente solo en la clandestinidad. Para comprender la posterior acción del Taoísmo Esotérico, es necesario enmarcar la otra toma de poder del “comunismo” en Rusia, uno de cuyos objetivos era ocupar el centro de menor intensidad del Kali Yuga o de mayor espiritualidad (Puerta Tar). Para impedir el logro de este objetivo es que aparece Mao Tse Tung (Mao Ze Dong), como emergente de la “Orden de los Ancianos de las Cinco Terrazas”, una sección de la cual es conocida como la “Banda Verde”. Esta secta es la que colabora en la misión de von Süberman, a la vez que lo alerta que: “El Tao” (arriba referido) pasa por China. El primer movimiento táctico de Mao Ze Dung, después de la toma de poder en 1949, fuela anexión del Tibet, con lo que cierra el “Circulo Estratégico”, hecho que alarma a la Sinarquía y posteriormente se evidencia en la guerra de Corea (1950-53), luego en Vietnam. Después de esta ultima guerra, China emerge como potencia mundial, cumplimentandolos últimos pasos estratégicos de los Ancianos de las Cinco Terrazas, hechos por los cuales es continuamente hostigada por la Sinarquía. También debemos mencionar la llamada “Revolución Cultural”, que no tuvo otro objetivo que limpiar o eliminar a los verdaderos Marxistas Chinos, infiltrados en los estamentos de poder (Partido, Fuerzas Armadas, Educación y Religiones). Elementos tácticos de la Sinarquía que perduraron a la revolución cultural, trabajaron clandestinamente apoyadas por “Occidente”. La dirigencia China, creó las condiciones para que éstos emergieran, derrotándolos en enfrentamientos que culminaron en la plaza Tien AnMen.
RUSIA
Se puede seguir la línea histórica del Fundamentalismo Ortodoxo Ruso desde la opción por el Kristianismo Bizantino por el principado de Kiev (Vladimir), prescindiendo del Catolicismo Apostólico Romano, el cual estaba manejado por el “Judaísmo” y en el futuro infectado por la revolución cultural de Renacimiento, de la cual la Ortodoxa Bizantina y Rusa no sufrieron influencia significativa. La pureza del Kristianismo se manifiesta siglos después, con el “Cisma de los Viejos Creyentes”, en el siglo XVII, los que guardaban la pureza de la predica de Arrio y Nestorio, cuyas enseñanzas eran predicadas secretamente. En esencia, éstas enseñanzas negaban la naturaleza divina de Jesús, porque el Kristo de los Viejos Creyentes era Kristos-Lucifer. En el Cisma de la Ortodoxia Rusa del siglo XVII, los Viejos Creyentes fueron perseguidos, torturados, quemados vivos, razón por la cual los supervivientes pasan a la clandestinidad. Esa Iglesia Oculta es la que apoya a los Romanov, y es conocida en el siglo XX como “Iglesia de las Catacumbas”, único cristianismo que se opone al Bolchevismo judío, ya que los católicos fueron cómplices (como lo fueron de la caída de Constantinopla en el siglo XV). Se desconoce la influencia del Neoplatonismo en las Iglesias de Oriente, como se ve, por ejemplo en la iniciación de Flavio Claudio Justiniano “el Apóstata”, por el pontífice Prisco, iniciado Hiperbóreo e instruido por Máximo de Efeso, ambos pontífices de los misterios eleusinos. En Eulesia, estos misterios se denominaban “de Ceres”, a saber la Virgen de Agartha, representaba esta en un icono bizantino, a la que llamaban Eleusa (la bondadosa) luego llamada “Nuestra Señora de Vladimir”, cuando se trasladaba a Kiev, y muy tardíamente“Virgen Maria, Madre de Dios”. Esta apretada síntesis evidencia los elementos hiperbóreos de la Iglesia Ortodoxa Rusa, quienes se consideran “Guardianes de la Tercera Roma”. Durante la invasión del III Reich, se formaliza un acuerdo entre las S.S. y la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa. Podemos mencionar el ejemplo del general Vlasov, quien entre otros,en el momento de máxima tensión dramática combaten encuadrados en las S.S. perteneciendo los combatientes a la Ortodoxia Rusa disidente (una parte de la Ortodoxia pacta con el Bolchevismo). Estos son los eslabones históricos que se hacen visibles (emergen) con la caída de la Unión Soviética , en el Nacionalismo Ruso (político-religioso). De ahí la predica de Alexis II y la emergencia de Putin como referente político.
IRAN
Irán es la continuación del imperio Persa, racialmente indoario. Para comprender la actual política iraní, es necesario profundizar en la espiritualidad del Islam. El dato fundamental es la división en Sunnitas y Chiítas, existente después de la muerte de Mahoma. A grandes rasgos, la Sunna es la comunidad, palabra que no define un fin teológico, no así el Chiísmo, que se define como aquella rama que acepta la autoridad de los descendientes directos de Mahoma (sucesión por linaje).
En tanto la sunna tiene un carácter más temporal, falta de mística, el chiísmo es portador de una mística guerrera. Quien carece de esa cualidad en el mundo Islámico pertenece a la Sunna. Un concepto en el Islam es el Jihad (Guerra Santa). Es la lucha fundamental entre el espíritu y la materia, que en el hombre implica vencer interiormente, para imponer la justicia exterior, de allí “Guerra Santa”, por extensión sagrada. Por ello, la Jihad es asumida de manera diferenciada. En el Judeo-Islamismo (Sunnismo) tiene un carácter contemplativo, personal. En el autentico Islamismo (Chiísmo) esta guerra interior se proyecta al exterior. De modo que el único Islam es el Chiíta, al sunnita es la interpretación que carece de mística ya que es híbrida, contaminada con elementos Judíos. Entre los elementos Hiperbóreos del Islam tenemos: La “Orientación” hacia una “Piedra Caída del Cielo”, y una cultura guerrera que posee un libro sagrado llamado el Corán Esotérico, Metafísico. Dentro del Chiísmo existe una escuela esotérica, el Irfan, que consiste en la interpretación mágica del Corán, trasmitida de boca a oído, excepto entre la alta jerarquía. Otro de los preceptos del Chiísmo es la espera del Mahdi, ultimo imán o “El que vendrá”. Es de destacar la notable analogía con Mitra, en rigor se trata del mismo. Posteriormente veremos más elementos o fundamentos. Otra muestra del fundamento antisinarca del Chiísmo es la clara identificación del enemigo: el Mal es “el Gran Satán” y el “Pequeño Satán” es decir Estados Unidos e Israel.
CONCLUSIONES
Si seguimos los movimientos de los Dioses Blancos en el contexto del Valplads vemos que todos son movimientos tácticos o categorías estratégicas orientadas a la Batalla Final. Esta exposición es una síntesis muy reducida que, reiteramos, llegado el momento en la progresiva polarización entre Oriente y Occidente (entre las fuerzas en pugna). La manifestación actual de esa polarización se visualiza en la conformación de la O.C.S.(Organización de Cooperación de Shangai), que es un acuerdo de carácter estratégico, político-económico, en función del enfrentamiento con Occidente (Judeo-Cristiano). Sus fundadores son China y Rusia en el año 1996, a los que se sumaron, Mongolia, Kazajtan,Kirguizistan, Tayikistan y Uzbekistan, siendo invitados Irán, India y Pakistán. También es de suma importancia el hecho de que los países asiáticos siguiendo el liderazgo de China y Rusia constituyeron un acuerdo de defensa mutua, una alianza decarácter militar, la O.T.S.C. para resguardar la soberanía de la región y de Asia; Única fuerza capaz de enfrentarse a la O.T.A.N.
Nos despedimos: Saludamos a los elegidos expresando el VALAMUDRA – NUESTRO VALOR ES LA GRACIA DEL VRIL
0 notes
Text
EL ENEMIGO ES LOS ESTADOS UNIDOS
por Daniele Perra
Traduccion de Juan Gabriel Caro Rivera
Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, el filósofo alemán Martin Heidegger, en una de los fragmentos recientemente publicados de su colección llamada los "Cuadernos Negros", plantea la hipótesis de que el sistema introducido por los Aliados en Alemania acabaría convirtiéndose en una forma de dictadura mucho más sutil que la del mismo Hitler. Escribió en su diario lo siguiente: "Por terrible que sea el soportar la destrucción y la devastación que ahora sobreviene a los alemanes y a su patria, todo esto nunca alcanzará la auto-aniquilación la amplitud de la que ahora seremos testigos: es la traición al pensamiento la que amenaza al Ser-ahí” [1].
En la segunda mitad de la década de 1960, el pensador situacionista francés Guy Debord definió la ideología democrática como la "libertad dictatorial del mercado que es atemperada por el reconocimiento otorgado a los derechos del espectador" [2]. Es la expresión de un mundo al revés en el que la realidad surge en medio del espectáculo y el propio espectáculo se convierte en la única realidad posible. "Esta alienación mutua - continúa Debord - es la esencia y el soporte de la sociedad actual" [3].
Pero las críticas contra la democracia no son una prerrogativa única del siglo XX. De hecho, ellas no faltaron tampoco en los tiempos de la antigua Grecia.
En un texto publicado en 2018 por Edizioni en la colección Veltro, puede encontrarse la obra El régimen político de los atenienses (Athenaion Politeia), el autor de dicha obra [4] considera la democracia no como el "gobierno del pueblo" sino como el gobierno de los canallas (oi poneroi). Por otro lado, que la democracia fuera considerada el peor régimen posible también fue algo afirmado por Alcibíades y según él este sistema no era más que la "locura reconocida universalmente".
No es de extrañar que esta locura haya encontrado su máxima expresión moderna en el hemisferio occidental, en "Occidente" que, según el misticismo islámico, es definido siguiendo las ideas griegas como el "gobierno de los canallas" y como el "pozo de los marginados". Y no es de extrañar que la democracia, incluso en la antigüedad, estuviera asociada intrínsecamente a la talasocracia: al control de los mares y de los flujos comerciales que se mueven en su interior.
El filólogo alemán Walter F. Otto ha subrayado repetidamente el vínculo intrínseco que ligaba en la mitología griega al mar con la materia y, de alguna manera, con el exceso. El mismo Poseidón, dios del mar, estaba inextricablemente demasiado ligado a la materia para alcanzar la realidad divina. Su esfera de poder se limitaba de hecho a un reino que estaba circunscrito a la materia y donde triunfa la violencia y el espíritu de la prevaricación [5]. Los cíclopes, hijos de Poseidón, son descritos en la Odisea como seres arrogantes e injustos: es decir, como la expresión real de esos "gigantes" que en la Modernidad se corresponden con la idea del exceso y del cálculo infinito.
Por el contrario, la manifestación divina por excelencia entre los griegos (Zeus, Atenea o Apolo) no tiene nada que ver con la naturaleza propia de una fuerza inconmensurable que desemboca en lo colosal. Esa "monstruosidad dinámica" es eliminada por medio de una sonrisa gracias a la pura majestad de la naturaleza [6]. El dios griego por antonomasia revela lo que es verdadero, pero nunca revela nada sobre sí mismo. Apolo, cuando era interrogado por los peregrinos que iban al Oráculo de Delfos, nunca hablaba sobre sí mismo ni de su grandeza. “Cuando dice 'conócete a ti mismo', no está imponiéndonos una prueba de sus conocimientos. Sino que nos dice: dirige tus ojos hacia las formas sagradas que existen en la naturaleza, recuerda los límites de lo humano; debes saber quién es realmente el hombre y cuál es la distancia que lo separa de la majestad misma representada por las formas eternas" [7].
A la luz de esto, nos resulta casi inconcebible que hasta el día de hoy el pensamiento griego primitivo sea considerado como la primera expresión filosófica de "Occidente". Sobre todo teniendo en cuenta que los mismos griegos no se consideraban a sí mismos como "occidentales", sino habitantes del "centro del mundo". Su "Patria" se situaba en un espacio intermedio entre las personas que viven en dirección a la Aurora y las que viven en dirección a la oscuridad propia de Occidente [8].
De hecho, lo que ahora se llama "Occidente" esta basado en dos aspectos: a) la idea talasocrática, cuyos fundamentos se remontan a Atenas y a la Guerra del Peloponeso, ampliamente estudiada en las academias militares norteamericanas; b) una superestructura ideológica que puede vincularse a una forma religiosa "judeocristiana" que, con su énfasis en lo "moral", se sitúa en las antípodas de la tradición original propia de Europa.
El hombre se vuelve dueño de un mundo que la divinidad le ha dado. La naturaleza está sujeta por él a su voluntad y el propósito que tiene como fundamento es el enriquecimiento individual. Una parábola excelente sobre este tema es la obra literaria por excelencia del hemisferio occidental: Moby Dick de Herman Melville.
La ley (la norma) se transforma en un mero producto de la razón y ya no coincide con el carácter sagrado de la naturaleza misma. El nomos, que originalmente representaba "la asignación oculta del destino del Ser" [9], se convierte en la única ley, la cual es exclusivamente humana y que surge como una magnitud absoluta que se encuentra por encima de la naturaleza. Su significado intrínseco se reduce a la sola idea de apropiación, prevaricación y uso probable de la violenta, cuyo arquetipo es el episodio bíblico de la conquista de la tierra de Canaán.
El exceso, el gigantismo de la técnica que domina y aplasta la naturaleza o la violencia rapaz son los cimientos de la sociedad norteamericana. Por tanto, los métodos utilizados por las fuerzas policiales para garantizar un orden basado en el monopolio del uso de la violencia no deben sorprendernos en nada. Tampoco debería ser una sorpresa que el sistema de "doble rasero" usado por los medios de comunicación y los líderes políticos del "Occidente", que es liderado por Norteamérica, se relacionan de la misma manera con las protestas que suceden en los Estados Unidos o en Hong Kong, así como en cualquier otro país "no alineado".
Sin duda, uno de los efectos más deletéreos de las más de siete décadas de ocupación militar de Europa por Washington es sin duda el estado mental que lleva a considerar lo que sucede en el centro pseudo-imperial como algo decisivo que afecta a su periferia. El sometimiento psicológico que han producido los Estados Unidos ha llegado a tal punto que desencadena una lucha entre los partidarios extranjeros que apoyan a los dos bandos contrarios de ese espectáculo electoral que es la democracia estadounidense: ambos mantienen la esperanza de que la victoria del uno o del otro pueda al menos garantizar de alguna manera la mejora de las condiciones que han aceptado sus súbditos.
Semejante fenómeno alcanzó un proceso de polarización extrema durante las elecciones presidenciales del 2016, las cuales terminaron en la victoria del magnate Donald J. Trump. Sin embargo, tal victoria sucedió en un momento de decadencia propio del poder mismo de la talasocracia.
En este contexto, el ya empalagoso espectáculo propagandístico propio de la lucha entre el presidente y el llamado "Estado profundo" no se dio a conocer en modo alguno. Cualquiera que este mínimamente familiarizado con los mecanismos reales del poder norteamericano sabe perfectamente bien que existe un complejo industrial-político-militar que persigue unos determinados fines geopolíticos y se mueve en una determinada dirección independientemente de quién esté en la cúspide de su sistema político. El propio proceso de privatización del Pentágono ha creado un sistema de negociación militar privado que se alimenta del conflicto, obteniendo enormes beneficios de él. Baste decir que, en medio de la pandemia, Washington votó en contra de una resolución de la ONU para congelar todos los conflictos y sanciones disponibles [10].
En este sentido, la construcción actual de una nueva retórica bipolar (en la que China se presenta como un nuevo imperio del mal), además de garantizarle a Washington ese papel de liderazgo democrático del "mundo libre" que Estados Unidos no podía permitirse asumir en el actual nacimiento de la multipolaridad, le sirve en esencia a los Estados Unidos para mantener este sistema en una tensión continua.
A menudo se enfatiza que la administración Trump no ha provocado nuevos conflictos. Esta afirmación no encuentra ninguna confirmación en la realidad geopolítica. Primero, es un hecho que las "guerras comerciales" son guerras en todo el sentido del término y, a menudo, representan el preludio de acciones militares más complejas. En segundo lugar, lo que impidió nuevas acciones militares no fue la elección de Trump, sino el fortalecimiento de la alianza estratégica entre Moscú y Pekín (factor que ya había asustado a la administración anterior), que de inmediato insinuaba atacar otros lugares, como por ejemplo sucedía con los casos de Venezuela e Irán. El propio trumpismo, entre otras cosas, no es ajeno al excepcionalismo norteamericano que quisiera moldear el mundo para hacerlo a imagen y semejanza de los Estados Unidos. En este sentido, pensemos en el proyecto bannoniano de la Nueva China Federal trata de hacer de China, liberada del gobierno del PCCh, una especie de nueva CEI (la Comunidad de Estados Independientes que suplantó a la URSS después de haberse producido su colapso) [11].
Lo que se ha definido como violencia depredadora (el saqueo de los recursos petroleros en Siria, por ejemplo) es, de hecho, lo que sigue garantizando a los Estados Unidos ser una fuerza hegemónica lo suficiente fuerte como para mantener el dominio colonial sobre una Europa que desde hace mucho tiempo ha renunciado a su propia voluntad para tomar decisiones. Aspectos que en cambio eran predominantes en su misma tradición política y ante la cual ahora se encuentra en total esclavitud frente a "Occidente" [12].
Ahora bien, si Europa, gracias a una autoestima renovada, quisiera intentar recuperar su soberanía, el primer paso a dar sería necesariamente la identificación de su enemigo existencial y geopolítico. Este enemigo es los Estados Unidos.
NOTAS:
[1]M. Heidegger, Quaderni Neri. Note I-IV, Bompiani, Milano 2018, p. 112.
[2]G. Debord, La società dello spettacolo, Di Donato, Bari 1968, p. 41.
[3]Ibidem, p. 45.
[4] La atribución del texto es objeto de debate. Aunque figura entre los escritos de Jenofonte, el panfleto probablemente fue escrito por algún otro oponente de la democracia ateniense en los primeros años de la guerra del Peloponeso. Ver Pseudosenofonte, Il regime politico degli Ateniesi (a cargo de Claudio Mutti), Edizioni all’insegna del Veltro, Parma 2018.
[5]W. F. Otto, Gli dèi della Grecia, Adelphi Edizioni, Milano 2004, p. 321.
[6]Ibidem.
[7]Ibidem.
[8]Si veda Odissea, Canto XIII (vv. 239-241).
[9]M. Heidegger, Lettera sull’umanismo, Adelphi Edizioni, Milano 1994, p. 83.
[10]Onu. Coronavirus: gli USA contrari al blocco dei conflitti e delle sanzioni, www.notiziegeopolitiche.net.
[11]What is the ‘New Federal State of China?’, www.foxbusiness.com.
[12] En este sentido se puede ver L. Disogra, L’Europa come Rivoluzione. Pensiero e azione di Jean Thiriart, Edizioni all’insegna del Veltro, Parma 2020.
3 notes
·
View notes
Text
Geopolítica del colapso de la URSS: PARTE 2
Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Continuación de la conferencia del filósofo Alexander Dugin sobre la geopolítica de la URSS.
Después de la Segunda Guerra Mundial, tenemos un mundo bipolar, al frente del cual ya no está Inglaterra contra Rusia, sino otra potencia anglosajona: Estados Unidos contra la URSS. Esta estructura básica se refleja en el mapa político ideológico del mundo después de la Segunda Guerra Mundial.
Ahora, ¿qué pasó con el CFR?
El CFR se estaba convirtiendo en una fuerza cada vez más poderosa en los Estados Unidos de América. Es muy interesante que en 1974 los líderes del CFR, dos intelectuales muy importantes (uno es demócrata y el otro republicano), que ya hemos mencionado más de una vez en nuestro curso: Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger, los geopolíticos y estrategas intelectuales más grandes de los EE. UU., crean la Comisión Trilateral, que es una re-edición del proyecto que fue creado después de Versalles, donde esta Comisión Trilateral (Trilateral Comision) estaba formada por tres principios básicos. Nuevamente estamos tratando con la regionalización del espacio talasocrático:
- Estas son los EE. UU. y la CFR, porque la gran mayoría (el 90%) de esta Comisión es proporcionada por los estadounidenses (CFR), representados subjetivamente por Brzezinski, Kissinger y David Rockefeller, en particular. Este es el núcleo de la Comisión Trilateral.
- Se crea una rama europea de la Comisión Trilateral.
- Y los japoneses. En este momento Japón ya está ocupado por los Estados Unidos después del año de 1945, y gradualmente se convirtió en la cabeza de puente de los intereses occidentales en la región del Pacífico.
Entonces, Estados Unidos, Europa y Japón son los tres polos, o tres lados de esta Comisión Tripartita. La Comisión Trilateral: Estados Unidos, Europa y Japón.
¿A qué nos recuerda esto?
Esto recuerda a la iniciativa original que se creó en un primer momento después de Versalles, cuando se creó el CFR. Ya aparece un espacio estratégico europeo integrado en lugar de solo un espacio inglés, pero el Royal Institute for Strategic Studies (Chatham House) conserva su posición. Es este instituto quien forma a los principales cuadros, aunque los representantes de Alemania y Francia de la posguerra ya están incluidos en esta Comisión Tripartita. Mientras la iniciativa planificada de la región del Pacífico se materializa inequívocamente en un ente subordinado pro-estadounidense (pro-OTAN), esencialmente ocupado por los estrategas estadounidenses, que es Japón.
Estamos tratando con una re-edición de la zonificación geopolítica, donde se pueden distinguir cuatro zonas en el mapa mundial. Tres de ellos están integrados por los Estados Unidos y son, por así decirlo, de transición hacia el gobierno mundial, estos son:
1. La zona americana, que está más o menos bajo el control de los Estados Unidos de América, incluidos los países de América Central y América Latina. Dado que la influencia en ese período (60s-70s) de los EE. UU. es dominante. Estos países están en desarrollo, son débiles y dependientes. Los Estados Unidos desempeña el papel de un hegemón absoluto, un líder absoluto.
2. El espacio integrado europeo también está bajo los auspicios del Atlántico Occidental.
3. Y los países del Pacífico que siguen el camino de Occidente.
Tres zonas unidas en la estructura de la talasocracia global: tres espacios talasocráticos.
Y la cuarta zona, contra la cual se dirige la Comisión Trilateral, son los países del campo socialista: principalmente la URSS y también la China comunista.
El modelo de cuatro niveles (cuatro polos, cuadripolar) es la base de esta Comisión Tripartita.
- Al mismo tiempo, tres espacios se consideran talasocráticos. Integrados bajo los auspicios del prototipo de un gobierno mundial único: occidental, talascrático, capitalista, centrado en los Estados Unidos.
- Y una de las cuatro zonas es la socialista soviética, que está excluida.
Tres están incluidas, una está excluido.
Tres están integradas, uno, por el contrario, está sujeto a ser rodeada y presionada.
En consecuencia, este es el mapa estratégico de la Guerra Fría. Aquí está la guerra: una verdadera guerra estratégica de los continentes. La gran guerra de los continentes entre dos tipos de civilizaciones: la civilización de Cartago y Roma, Esparta y Atenas, el capitalismo y el socialismo ya en el siglo XX. La geopolítica se expresa (proyecta) en este modelo ideológico de confrontación (lucha ideológica) entre dos sistemas mundiales.
Sabemos que en los años 60 la crisis del Caribe surge cuando los estadounidenses descubren la presencia de misiles nucleares en Cuba. Casi hubo un conflicto nuclear en esta línea de división entre las dos civilizaciones, es decir, la guerra nuclear de los continentes. Es difícil de ignorar.
Luego fue detenida (retrasada), vino la coexistencia pacífica, pero la tensión se mantuvo constante. Las fronteras se encontraban en Europa Occidental. Estas fronteras eran muy peligrosas, muy ambiguas después de la Segunda Guerra Mundial. Stalin y Beria entendieron muy bien que, tarde o temprano, llegaría la hora de transformar estas fronteras. Porque o es necesario capturar Europa Occidental, o insistir en la neutralidad de Europa como tal, con la retirada paralela de las tropas estadounidenses y soviéticas de Europa Oriental y Occidental. Dos modelos que Stalin consideraba inevitables.
Después de la muerte de Stalin, especialmente después de la muerte de Beria (la ejecución de Beria) y la llegada de Jruschov, comienza el "deshielo de Jruschov", donde el nivel de autoconciencia geopolítica de la Unión Soviética cae bruscamente. Esto resulta muy interesante en las memorias de nuestros oficiales de inteligencia, estrategas y expertos en política exterior cuando todo esto estaba muy claro en la época de Stalin y Beria, aunque no mencionaron su nombre (la geopolítica se consideraba una ciencia burguesa), la conciencia geopolítica era muy aguda entre los líderes soviéticos. Después de Jruschov, comienza una crisis del pensamiento estratégico geopolítico, y en lugar de promover un proyecto para organizar la presencia estratégica de la Unión Soviética en Europa del Este, todo se detiene tal como estaba.
Si Jruschov intenta llevar a cabo la Perestroika, el regreso de Brezhnev congela la situación durante varias décadas. Pero, en principio, no existió una dinámica geopolítica. Toda la dinámica ha sido suplantada por el Tercer Mundo, donde hay conflictos entre Occidente y Oriente, pero ya no en territorios extranjeros donde el equilibrio fundamental de fuerzas no se ve afectado: en África, la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam, Angola, Cuba. Es decir, se producen colisiones reales en la periferia. El sistema geopolítico básico se fija casi en un modelo de equilibrio bipolar inmóvil.
Además, desde un punto de vista geopolítico, este es un evento muy interesante que generalmente se ignora, pero que tiene enormes consecuencias. La Unión Soviética crea por medio del académico Gvishiani el "Instituto de Investigación de Sistemas", que comienza a funcionar como un socio de varias organizaciones que son la cobertura del CFR en Occidente.
Es decir, sin la presencia de un tercer enemigo (una tercera fuerza, por ejemplo, como Alemania o Austria en la Primera Guerra Mundial, o los países del "eje" en la Segunda), se intenta un acercamiento entre la Unión Soviética y Occidente bajo los auspicios de la teoría de la convergencia. De hecho, estos dos sistemas que se oponen entre sí geopolítica, ideológica, social y filosóficamente pueden ponerse de acuerdo sobre algún tipo de coexistencia conjunta. Y para este propósito, se crea en la Unión Soviética un centro académico cerrado (bajo los auspicios de la KGB) el "Instituto para la Investigación del Sistema" de Gvishiani. Su contraparte en Occidente es el CFR, el Club de Roma y varias otras organizaciones que hablan de crear un gobierno mundial.
Aparentemente, el académico Gvishiani y el "Instituto de Investigación de Sistemas" son una herramienta bajo la supervisión directa del Comité Central y especialmente de la KGB de la URSS para discutir lo siguiente:
- ¿Es imposible dejar a un lado la confrontación de la Gran Guerra de los Continentes y la creación de un gobierno mundial global que solo represente al mundo capitalista occidental?
- ¿Es posible reconsiderar esto a favor de la inclusión de la Unión Soviética en este gobierno mundial? Creando un sistema intermedio semi-capitalista y semi-socialista sobre la base de la teoría de la convergencia, es decir, una combinación de estos dos sistemas.
Estamos tratando de superar las leyes de la geopolítica y crear algún tipo de civilización intermedia: ni talasocrática, ni telurocrática, sino intermedia. Al menos los líderes soviéticos piensan que sí es posible. Y sus socios en el lado occidental (representantes del CFR) también dejan en claro que no les importa, no excluyan tal desarrollo de las circunstancias. Se crea el Club de Roma relacionado con el CFR, que está desarrollando una teoría de convergencia (coexistencia pacífica) entre los dos sistemas y, frente a la crisis demográfica, ambiental, de recursos, la crisis económica del futuro de la humanidad, esencialmente se propone crear un gobierno mundial en pie de igualdad entre Occidente y Oriente, entre la talasocracia y la telurocracia, eliminando las contradicciones ideológicas, eliminando la competencia de los sistemas económicos y eliminando este dualismo geopolítico.
Es interesante que las mismas personas que conocen mejor que nadie las leyes de la geopolítica y su dualismo están involucradas en esto, entienden profundamente este patrón, por un lado, aquellos que son los continuadores de la escuela clásica de la geopolítica atlántica.
Y de nuestro lado no existe una pregunta así.
Nadie estudia geopolítica, un académico Gvishiani no ha escuchado nada sobre geopolítica: solo conoce la historia clásica soviética, marxista y leninista, y, sin embargo, está activamente involucrado en todo esto en la Unión Soviética. Luego viene un punto muy interesante.
En los años 80, accidentalmente encontré (cuando trabajaba en unos archivos en Francia) el siguiente documento. Es de la Comisión Trilateral, cuando Georges Bertouin luego la dirigió en Europa, y escribe en un comunicado secreto a sus representantes de la Comisión Tripartita en diferentes países. Dice que estaban preparando una reunión con los líderes chinos en ese momento para incluir a China en el proyecto para poder terminarlo. Entonces ya existían muchas contradicciones entre la Unión Soviética y China. Al separar a China del sistema socialista, le ofrecemos una enorme ayuda económica estructural para que pase a una posición neutral con respecto a la Unión Soviética. Y, de hecho, comienza la integración de China en la zona de libre comercio de la región del Pacífico. Por lo tanto, se espera que los representantes de la Comisión Trilateral visiten Beijing para cambiar radicalmente el equilibrio de poder.
Al mismo tiempo, Georges Bertouin escribe: "Debemos advertir a nuestros amigos rusos (en este caso "amigos" suena muy ambiguo, entonces estábamos enfrentados a la oposición de los dos sistemas políticos), en particular al académico Gvishiani, para que transmita al liderazgo soviético que el acercamiento de la Comisión Trilateral con China "No va en contra de los intereses de la Unión Soviética y que los incluiremos en la Perestroika (¡Año 1980!). Incluiremos la perestroika solo en la próxima etapa".
En consecuencia, la Comisión Trilateral está preparando un cierto modelo de revisión global de las fuerzas bajo los auspicios del desarrollo del diálogo con la segunda mitad de la humanidad, con la telurocracia en la persona de la Unión Soviética y China. En 1980, Deng Xiaoping comenzó una nueva política en China, que abre ciertas oportunidades liberales, y en algunos segmentos acerca a China al mercado capitalista global. Esto prepara el camino de la Comisión Trilateral para la integración de China en la zona de la talasocracia. La política clásica de expandir la zona de influencia del Rimland y del Heartland (China) como una civilización telurocrática, una parte socialista, aunque sea un conflicto de la URSS, pero parte de esta telurocracia soviética (sistema comunista) se está separando gradualmente de este sistema e integrándose desde el punto de vista de los estrategas talasocráticos del Atlántico en el sistema global bajo los auspicios de la "civilización del mar".
La "Civilización del Mar" se expresa de forma directa sociológicamente (ya hemos visto cómo funciona el concepto geopolítico). En el sentido económico y sociológico, la "Civilización del Mar" se manifiesta a través del capitalismo, el liberalismo y la libertad de comercio. Esto es exactamente lo que se propone, específicamente, la reforma estructural en China, que está siendo adoptada por los líderes chinos en cierta medida. Este es el comienzo de la Perestroika en China, que conducirá en dos décadas al milagro chino (incluso en una década), cuando, en general, este país socialista periférico se convierte en un líder mundial.
Al mismo tiempo, China está dosificando de manera bastante estricta y prestando atención al fortalecimiento de su propio poder nacional (está aplicando dosis de este modelo liberal). Y cuando los liberales insisten en una democratización similar en otros países, los eventos en la Plaza Tiananmen ponen fin a esta democratización. China conserva su poder político como parte del Partido Comunista, que acepta algunos modelos en su propio interés, aquellos modelos del sistema liberal capitalista que fueron propuestos inicialmente por los expertos del CFR (prestemos atención a esto).
Bueno, bien: los atlantistas, por ejemplo, fueron frenados por China.
¿Pero qué hizo el señor Gvishiani? ¿Cómo reaccionó en el "Instituto de Investigación de Sistemas" a la propuesta de unirse a la creación de este gobierno global mundial?
Es muy curioso que Gvishiani con su colega en el Comité Central del PCUS, Alexander Nikolayevich Yakovlev, estén comenzando a preparar la Perestroika dentro de la Unión Soviética. Esta reestructuración tiene dos fases o dos etapas.
La primera etapa de la perestroika es crear un gobierno mundial, avanzando hacia la convergencia. Durante este período, apareció un artículo de Shakhnazarov, asesor de Gorbachov (1986), "La administración de la sociedad global", que propone avanzar hacia el gobierno mundial junto con los países capitalistas sobre la base de la creación de un sistema intermedio. Es decir, el primer modelo estratégico que preparó el Instituto de Estudios de Sistemas, se basa en los principios del Club de Roma y la gestión en paridad del Occidente (capitalista) y el Este socialista (Bloque del Este) - gestión conjunta en paridad del mundo. Esta es la primera fase de la reestructuración.
Es significativo que en el Instituto de Estudios de Sistemas Gvishiani y de hecho todas las figuras clave de los años 90 reciban capacitación: Gaidar, Chubais, Berezovsky. La gran mayoría de los oligarcas soviéticos (rusos) provienen de esta estructura. Bajo los auspicios de la KGB, un estudio sistemático secreto del acercamiento con el Occidente capitalista y los pasos estratégicos correspondientes al acercamiento de la talasocracia con la telurocracia (socialismo con capitalismo) se están produciendo hasta el momento en que el nivel de preparación de este modelo para la transición al gobierno mundial con ambas zonas de responsabilidad se produzca: una zona de responsabilidad capitalista y una zona de responsabilidad socialista. La Perestroika está conectada con esto hasta el año 91.
Pero durante la Perestroika los representantes de las estructuras occidentales insisten cada vez más en un acercamiento según los términos occidentales. La idea es gradualmente presentada como un diálogo entre el sistema soviético en la persona del Instituto de Investigación del Sistema de la KGB y el ala reformista del Partido Comunista, como tema de este diálogo esta la Unión Soviética, y los centros occidentales, en particular el Consejo de Relaciones Exteriores (Council of Foreign Relationships, el CFR en sí mismo).
Poco a poco, este diálogo adquiere el carácter de una relación de desequilibrio. Es decir, en 1989, los líderes del CFR, incluido los Rockefeller, llegaron al Kremlin y se reunieron con Gorbachov. Y, de hecho, gradualmente, la Perestroika, comenzando con la teoría de la convergencia, bajo el control estratégico de los estrategas del Atlántico occidental, que fueron creados como un centro geopolítico para administrar el mundo global en interés de Occidente, comienza a aplastar al otro lado.
Ya saben, sucede tal cosa con los negociadores (probablemente lo han visto en las películas). Cuando un terrorista toma rehenes, existen personas especialmente entrenadas dentro de la policía en técnicas psicológicas sutiles que comienzan las negociaciones. La tarea principal de este negociador es convencer al terrorista de que abandone sus puntos de vista, pero de forma gradual. Hablan sobre el clima allí, sobre las mujeres, sobre algún tipo de sueño, sobre detalles cotidianos. La tarea principal: reprogramar psicológicamente a ese terrorista determinado, no permitirle completar su plan.
Existen negociadores tan sutiles que entienden perfectamente todo de una parte. A menudo incluso se ponen del lado psicológico del terrorista y dicen: "Te entendemos, tuviste una infancia difícil. Tuviste problemas con el acoso sexual, así que te entendemos perfectamente. Mira, allá, tienes un avión, dinero, todo se te dará ahora. Solo espera, no te apresures, no dispares".
La tarea del negociador es hacer bajar la guardia y permitir que el grupo de captura entre al lugar para atrapar al terrorista, por ejemplo, a un albergue y atrape al perpetrador evitando que realice lo que pretende cometer. Es significativo que la tarea del negociador sea mostrar que está del lado del terrorista, demostrar que está de su lado, que está velando al máximo por sus intereses, con el interés de resolver todo, de resolver la situación, aunque el negociador al mismo tiempo piensa en una estrategia completamente diferente. Está pensando en cómo destruir a su enemigo, al terrorista, de una manera más efectiva. Pero si lo digiera claramente todo, absolutamente todo el juego habría terminado.
Por lo tanto, el significado de este negociador es ser lo más flexible psicológicamente posible para conseguir:
- la tarea básica que realiza,
- Y al mismo tiempo convertirse en un confidente del terrorista.
Esto es lo que sucede a nivel de geopolítica global en los años 80.
La Perestroika soviética es el mismo proceso. Representantes de centros de control mundial psicológicos, globales y estratégicos profesionales que preparan el gobierno mundial, que comprenden perfectamente la psicología de los líderes soviéticos, los han estudiado a fondo (como estudian a un terrorista, a un maníaco, a un enemigo, a un adversario ideológico, a un fanático religioso): comienzan a utilizar sus características psicológicas para convencerlos de que nada terrible está sucediendo:
- Que, de hecho, todo va según lo planeado, que ahora habrá un gobierno mundial con la participación de Gorbachov y la Unión Soviética.
- Que la zona de influencia Oriental quedará bajo el control de los socialistas.
- Occidente bajo el control de los capitalistas.
- Y completamente en igualdad de condiciones, se creará un hogar europeo común, un equilibrio de fuerzas común, teniendo en cuenta tanto a estos como aquellos.
- Y las nuevas tecnologías ayudarán a la Unión Soviética a lograr un avance tecnológico, que aún no ha sido suficiente.
Y poco a poco ya están entrando en su interior representantes de los círculos ultraliberales, a medida que el grupo de captura penetra en el interior de diversas fundaciones, las organizaciones no gubernamentales poco a poco comienzan a ser dominadas por nuevas condiciones. Aunque nuestros servicios especiales al principio reaccionan ante los disidentes, los demócratas, y ya desde diferentes lados bajo la apariencia de presentarse como guardianes del futuro soviético, se recluta cada vez más a un gran número de simpatizantes del mundo occidental capitalista.
Bajo los auspicios de este diálogo equilibrado están:
- La eliminación del socialismo en la Unión Soviética,
- Una revolución ideológica,
- el desmantelar el sistema socialista,
- Socavar el dominio del Partido Comunista como una fuerza política líder.
¿Por qué se ha preparado todo esto? Para derribar al enemigo de Occidente:
- derribar la cuarta zona,
- dividir el sistema soviético, que luego incluyó (después de la Segunda Guerra Mundial) en sí mismo a toda Europa del Este: los países del bloque de Varsovia y otros Estados socialistas.
De hecho, todo esto fue simplemente un engaño absoluto, directo e inequívoco por parte de los representantes más competentes de la geopolítica occidental, que comprendían perfectamente lo que estaban haciendo. Eran negociadores que estaban en contra de un ingenuo "maníaco" arrinconado por las difíciles circunstancias económicas: la confrontación de dos sistemas con una economía sobrecargada, con falta de flexibilidad y poca comprensión del nuevo modelo por parte de los líderes soviéticos.
Paralelamente, se están introduciendo agentes de influencia de Occidente en la Unión Soviética, se están reclutando representantes de sectores clave (en la economía, la política, los servicios especiales), es decir, se está realizando un trabajo destructivo para desmantelar el sistema soviético.
¿Cómo termina?
Gorbachov permaneció hasta el final, hasta el año de 1991 (Gorbachov entonces dirigía la Unión Soviética), y él era un partidario de esta primera fase. Creía firmemente en la distensión, en un hogar paneuropeo, en la preservación del sistema socialista, y entonces retiró las tropas soviéticas de la RDA, no se opuso a las revoluciones pro-occidentales (pro-capitalistas) de Europa del Este y siempre esperaba que el otro lado hiciera cosas simétricamente similares:
- Es decir, la Unión Soviética retiraba sus tropas de la RDA, y la OTAN se retiraría de la RFA.
- La Unión Soviética no impedirá el surgimiento de regímenes más democráticos en Europa del Este, y Occidente no integraría estos regímenes en la OTAN e influiría sobre sus pueblos.
- La Unión Soviética entregaría a sus satélites, y Occidente entregaría a sus satélites.
Y entonces aparecería el modelo para la creación de una Europa neutral en la que Beria y Stalin estaban pensando, para que todo se pudiera decidir.
¿Qué es asombroso?
Que del lado de los negociadores del lado occidental está Zbigniew Brzezinski, uno de los teóricos y fundadores de la Comisión Trilateral, uno de los activistas del CFR.
Gorbachov espera pasos simétricos, como un loco que ha tomado un rehén, espera que le traigan ahora el dinero, el avión y con honor será enviado a las Bahamas para despilfarrar sus mil millones. Aquí, Gorbachov se sienta y espera a que el avión llegué con mil millones. Pero todo sucede igual que en las películas estadounidenses. Mientras la conversación prosigue, Gorbachov cree cada vez más que es un gran reformador, le aplauden, le organizan grandes encuentros (falsos) con grandes personalidades en Occidente con cada una de sus visitas:
- Le otorgan premios de paz,
- "¡Bien hecho! ¡Héroe! ¡Prosigue!",
- "Eres el mejor líder ruso"
Se está trabajando para acordonar la influencia soviética, desmantelarla y desintegrar todo el sistema soviético: primero en Europa del Este, luego dentro de la Unión Soviética.
Es muy curioso que aquí podamos ver hablar a un atlantista profesional que conoce bien las leyes geopolíticas de la confrontación entre la talasocracia y la telurocracia, y una persona bastante ingenua que piensa en categorías muy limitadas.
Aquí daré dos pruebas históricas, ya que personalmente me reuní con dos participantes en estos procesos y tuve una conversación bastante detallada con ellos.
Primero con Brzezinski. Les diré lo que me dijo Zbigniew Brzezinski cuando me reuní con él hace cinco años en Washington (el autor del Gran Tablero del Mundo), dijo dos cosas muy interesantes. Lo primero que dijo fue lo siguiente.
Le pregunté:
- "Sr. Brzezinski, cree que, después de todo, el ajedrez es un juego para dos (lo que significa que hay atlantistas, hay eurasiáticos, hay telurocracias, hay talasocracias desde un punto de vista de la geopolítica en lo que él es un maestro)”.
"Ya sabes", me dice, "Sr. Dugin, nunca se me pasó eso por la cabeza".
Es decir, están acostumbrados a jugar por los dos, por lo que él juega tanto con los blancos como con los negros. Entonces encontramos a un atlantista por un lado y por el otro lado también encontramos a otro atlantista. Por lo tanto, naturalmente, el juego se hace no con dos grandes maestros, sino con uno: Brzezinski juega para un lado y él juega para el otro tambien. En consecuencia, el ajedrez es un juego para uno (me encontre muy interesado en una admisión tan franca).
Y la segunda es aún más franca:
Yo pregunte:
- "¿Podría comentar sobre como en su momento le prometió a Gorbachov la retirada de las tropas de la OTAN de Alemania, la desmilitarización (y las acciones simétricas)?"
Él dijo:
- "Lo prometimos".
Le dije:
"Entonces cómo sucedió que nos fuimos, y ustedes terminaron incorporando todos estos países a la OTAN".
Él dijo:
- "Engañamos a Gorbachov" ("We have tricked him").
Miré y pensé: "¡Qué persona tan fuerte, después de todo!"
Entonces, el negociador que probablemente neutralizó al maníaco, que lo envió a la cárcel, lo golpeó, lo abofeteó y liberó a los rehenes, luego cuenta cómo tuvo un éxito tan notable. ¿Qué más hacen los enemigos? ¿O qué hacen las personas en lados opuestos de las barricadas? Aquí está el testimonio de una persona que creó el CFR y la Comisión Trilateral.
La cuarta zona, que en el año de 1974 representaba la mitad del mundo bajo control telurocrático, es a través de una acción tan elegante, a través del "Instituto de Investigación de Sistemas", a través de Gvishiani, a través de los demócratas rusos (Gaidar, Chubais, los oligarcas), simplemente engañaron a Gorbachov – un "trick", dijeron. "To trick" - el inglés para "engañar, rodear con los dedos", mentir, se puede decir. Se lo llevaron todo: "We have tricked him".
1 note
·
View note
Text
La geopolítica de la Tercera Roma
Por Alexander Dugin
Traducción de un fragmento del libro italiano “La última guerra de la isla mundo”, edición AGA Milán.
El territorio de la Rusia contemporánea, antes el de la URSS y mucho antes el del imperio ruso, constituye el Heartland; es decir el núcleo terrestre (telurocrático) de todo el continente eurasiático. Mackinder, el padre de la geopolítica, llamó a este núcleo “el pivote geográfico de la historia”. El Heartland no es una característica cultural de los eslavos orientales, sino que, en el curso de su proceso histórico, los rusos se encontraron en esta posición y han asumido el carácter de una civilización continental terrestre…
Mucho antes, la etnia eslavo oriental y la Rus de Kiev eran la periferia de la civilización cristiano ortodoxa y se encontraban bajo la influencia del Imperio Bizantino. Después de la invasión de las hordas mongolas, la Rus fue incorporada a la construcción del imperio nómada terrestre de Gengis Khan (más tarde la parte occidental se separó, formando la Horda de Oro). La caída de Constantinopla y el debilitamiento de la Horda de Oro hicieron que el gran Zarato de Moscú heredará ambas tradiciones: la política y religiosa bizantina y la tradición eurasiática, que pasó de los mongoles a los príncipes rusos (y luego a los Zares). Con el hundimiento de la Horda de Oro, la Rus moscovita emprendió el lento camino de restablecer no sólo el estado de Kiev, sino también a integrar todo el Turan, encarnada en una nueva versión – y esta vez rusa – de integración eurasiática, entorno a su núcleo, el Heartland continental. De aquel momento en adelante, los rusos se han considerado como “la Tercera Roma”, los portadores de un especial tipo de civilización, en completo contraste, en sus principios fundamentales, con la civilización católica de Europa Occidental.
A partir del siglo XV, los rusos han emergido en el escenario de la historia mundial como una “civilización terrestre”, y todas las líneas de fuerza geopolítica fundamentales de su política han apuntado a un solo objetivo: la integración del Heartland, el fortalecimiento de su influencia en la zona nororiental de Eurasia, y la afirmación de su identidad frente a un adversario mucho más agresivo, Europa Occidental, que tomaba conciencia de su propio rol de “civilización marítima” o talasocracia… Bajo diversas ideologías y sistemas políticos, Rusia ha buscado establecer su camino de control de Eurasia desde el interior, desde su posición de núcleo intracontinental. A finales del siglo XVIII, su expansión entró en confrontación con el imperio británico, encarnación de la civilización global marítima. En este duelo entre Rusia e Inglaterra se manifestó, desde finales del siglo XVIII hasta hoy, la lógica geopolítica de la historia del mundo, “la gran guerra de los continentes”, la batalla entre el Behemoth terrestre y el Leviatán marítimo (en términos de Carl Schmitt). En el siglo XX, esta confrontación dio paso a otra confrontación – en un nivel ideológico totalmente inédito – con el nuevo polo marítimo global, los Estados Unidos de América. Durante el período soviético, la gran guerra de los continentes alcanzo su cenit: la influencia de la civilización de la tierra en la forma de la URSS se extendió mucho más allá del imperio ruso y mucho más allá de los confines del continente euroasiático hasta África, América Latina y Asia.
Propio de este vector de expansión continental, y a continuación global, efectuado en el nombre del Heartland, de la telurocracia y de la civilización de la tierra, está el “sentido espacial” (Raumsinn) de la historia rusa…
Este significado geopolítico permaneció, en su complejidad, inalterable en todas las fases de la historia rusa: desde el Zarato de Moscú pasando por la Rusia de los Romanov en San Petersburgo y la Unión Soviética hasta llegar hoy día a la Federación Rusa. En el curso de la historia política rusa, todas estas formas políticas, que tienen diferencias cualitativas importantes y están fundadas en principios ideológicos dispares y se encuentran en directa oposición, poseían, sin embargo, una serie de rasgos comunes. En todas ellas vemos la expresión política de los aspectos sociales típicos de una civilización de tipo continental, “terrestre”, orientada hacia valores jerárquicos, verticales, “heroicos” y “espartanos”. Desde el siglo XV hasta el siglo XXI, Rusia ha sido – y continúa siendo – un polo global de la “civilización terrestre”, una Roma continental…
Sobre las bases de tal análisis de la geopolítica de Rusia, podemos hacer una valoración geopolítica de la historia actual y trazar los vectores de su futuro geopolítico.
Es evidente que la posición geopolítica de Rusia después de las reformas de Gorbachov, el hundimiento de la URSS y el período de la presidencia de Yeltsin has sido pasos hacia atrás directo a la catástrofe, una retro-marcha, la muerte de la matriz geopolítica que se despliega a través de todas las fases precedentes sin excepción en la dirección de la expansión espacial… La normalización del vector histórico natural de Rusia se llevó a cabo solo con la llegada al poder de Putin, cuando el proceso de colapso – y cuando la muerte definitiva de Rusia – fue detenida o al menos retrasada…
El futuro geopolítico de Rusia está hoy en discusión, desde el momento en que su presente geopolítico está en discusión. En la misma Rusia, al interior de su élite política, hay una confrontación velada entre el nuevo occidentalismo (atlantismo) y la atracción hacia las constantes de la historia rusa (que necesariamente conducen al Eurasianismo) … Para superar estas situaciones son necesarios esfuerzos muy serios y por lo tanto extraordinarios en los campos más diversos, comprendiendo la movilización social e ideológica. Pero esto, a su vez, requeriría una personalidad fuerte y enérgica a cargo del Estado, un nuevo tipo de clase dirigente y una nueva forma ideológica. Solo en este caso el principal vector geopolítico de la historia rusa se ampliará en el futuro.
Si asumimos que esto acontecerá en el futuro inmediato, podríamos suponer que Rusia asumiría un rol primordial en la construcción de un mundo multipolar, procediendo a la construcción de un sistema versátil de alianzas a escala global que terminaría minando la hegemonía norteamericana, y reemergería como potencia planetaria en la organización de un modelo multipolar concreto basado en nuevos fundamentos, implicando una vasta pluralidad de civilizaciones, valores, estructuras económicas, etc.
Pero no podemos excluir que los eventos podrían desenvolverse según un escenario alternativo, y que la crisis prolongada continúe. En este caso, la soberanía de Rusia se debilitaría nuevamente, su integridad territorial será puesta en discusión, y los procesos de degeneración de la clase dirigente y el estado depresivo de las grandes masas erosionaran a las sociedades desde el interior. Esto, en combinación con la eficacia política de la actual civilización del Mar y de su creciente poder en Rusia, podría llevar a consecuencias muy devastadoras… En este sentido es apropiada la fórmula: “Rusia será grande o no será”. Si no inicia un nuevo ciclo de ascenso, entonces se concretará un nuevo ciclo de descenso. No podemos excluir su desaparición del mapa; después de todo la gran guerra de los continentes es la guerra en su forma más auténtica, en la cual el precio de la derrota es la muerte. No debemos, sin embargo, concentrarnos mucho en esta terrible perspectiva, mientras el futuro este abierto depende de los esfuerzos personales en el presente. Como decía el pensador político italiano Curzio Malaparte: “nada está perdido hasta que todo esté perdido”.
2 notes
·
View notes
Text
HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN - CAPITULO 1 – FICHAS (001-020) -
001 – La navegación marítima es el arte y la ciencia de conducir una embarcación desde una situación de salida (zarpado) hasta otra de llegada, eficientemente y con responsabilidad.
002 – Es arte por la destreza que debe tener el navegante para sortear los peligros de la navegación, y es ciencia porque se basa en conocimientos físicos, matemáticos, oceanográficos, cartográficos, astronómicos, etc. La navegación puede ser superficial o submarina.
003 – Navegación (de la palabra latina navigatio) es el viaje que se hace con la nave (de la palabra latina navis, y esta de la raíz proto indoeuropea *nau- ‘barco’, que también es fuente del sánscrito nauh). Náutica (del latín nautĭca, y este del griego ναυτική [τέχνη] nautikḗ [téjne] ‘[arte de] navegar’, de ναύτης nautes ‘marinero’) es lo relativo a la navegación y la ciencia y arte de navegar. Naval (del adjetivo latino navalis) es lo relativo a las naves y la navegación, o particularmente a la Armada.
004 – En la Antigua Roma, los navicularii realizaban el comercio a larga distancia por mar.
005 – La navegación costera fue practicada desde la más remota antigüedad.
006 – La narración bíblica del diluvio, donde aparece el Arca de Noé, está basada tanto en los mitos como en la práctica de la navegación de las civilizaciones mesopotámicas, que desde los sumerios navegaron por sus dos ríos (Tigris y Éufrates) y por el golfo Pérsico.
007 – Los antiguos egipcios tampoco se limitaron a la navegación fluvial del Nilo, y utilizaron las rutas marítimas del Mediterráneo existentes desde el Neolítico (por las que se habrían difundido durante milenios fenómenos culturales como el megalitismo o la metalurgia).
008 – Los cretenses llegaron a establecer una verdadera "talasocracia" (gobierno de los mares, que se atribuye al rey Minos) hasta la época micénica (II milenio aC), en la que habría que situar los hechos mitificados en los poemas homéricos (más de mil "cóncavas naves" llegando a las playas de Troya, mala fortuna del navegante Ulises y pericia de los "argonautas" - entre los que está el constructor del barco que lleva su nombre, Argos -).
009 – Los hititas, dirigidos por el rey Suppiluliuma II se enfrentaron a los chipriotas en la primera batalla naval registrada históricamente (ca. 1210 aC); en la misma época todas las civilizaciones del Mediterráneo Oriental sufrieron las incursiones de los llamados "pueblos del mar".
010 – Los fenicios, a quienes los griegos consideraban sus maestros en la navegación, y que también son citados en la Biblia (barcos de Tiro suministraban al rey Salomón mercancías provenientes de lugares lejanos, incluido Tarshish - Tartessos, a ese mismo destino llevaba un barco fenicio a Jonás, hasta que la tripulación le arrojó al mar al responsabilizarle de la tormenta que amenazaba con hundirles),
011 – Habrían sido la primera civilización mediterránea que navegó por alta mar al remo y a la vela, guiándose por el Sol durante el día, y por la Estrella Polar durante la noche.
012 – Consta que, atravesando el estrecho de Gibraltar (las "rocas de Melkart", "columnas de Hércules" en los mitos griegos) navegaron por el océano Atlántico llegando por el Sur hasta algún punto de la costa occidental de África y por el Norte hasta las islas Británicas (o quizá más allá, al lugar que los textos denominan Thule), pero es dudoso que circunnavegaran África o atravesaran el Atlántico llegando a América (que habrían denominado Antilia); lo que más probablemente sí consiguieron los vikingos en el siglo X.
013 – En los océanos Índico y Pacífico se desarrollaron navegaciones oceánicas que permitieron poblar todos los archipiélagos (navegación polinesia); mientras que la posibilidad de que se llegara a Ámérica del Sur es todavía objeto de debate (el poblamiento de América a través del estrecho de Bering no habría necesitado de navegación, o en todo caso, habría bastado con la navegación costera), así como otros posibles contactos transoceánicos precolombinos.
014 – En el primer tercio del siglo XV, las expediciones chinas lideradas por Zheng He llegaron hasta las costas africanas del Índico; se ha llegado a proponer la posibilidad de que hubieran llegado al Atlántico Sur e incluso hasta América y Europa, pero tal propuesta no ha pasado de ser una especulación no admitida académicamente.
015 –La navegación mediterránea, que los romanos habían llegado a controlar (Mare Nostrum indiscutido desde sus victorias frente a cartagineses - guerras púnicas, 264-146 aC.- y egipcios - batalla de Actium, 31 aC.- y piratas), volvió a ser un entorno disputado en la Edad Media, a partir del momento en que los vándalos consiguieron atacar navalmente las costas italianas.
016 –En el siglo VI los bizantinos consiguieron retomar su control, y en el siglo VII fueron los árabes los que acabaron de dividir el espacio mediterráneo; al que llegaron a acceder incluso vikingos y normandos.
017 –Desde la época de las Cruzadas también tuvieron gran presencia los navegantes venecianos, genoveses y de la Corona de Aragón.
018 –El conocimiento de la brújula, transmitido a los europeos por los árabes (quienes lo habían obtenido a su vez de los chinos), junto con otras mejoras en técnicas astronómicas (astrolabio, ballestilla, sextante), cartográficas (portulanos) y en la construcción naval (carabela, nao, galeón), permitieron la Era de los Descubrimientos protagonizada inicialmente por portugueses y castellanos; especialmente a partir del impulso de Enrique el Navegante a la escuela de Sagres.
019 –En 1492 se realizó el primer viaje colombino a América; en 1488, Bartolomeu Dias dobló el cabo de Buena Esperanza, lo que abrió la ruta al Índico (Vasco de Gama llegó a Calicut (India) en 1498); entre 1519 y 1521 la expedición de Magallanes-Elcano circunnavegó el mundo (midiendo la longitud geográfica con el método de su organizador científico, Rui Faleiro).
020 –Hasta el siglo XVI la hegemonía hispano-portuguesa en la navegación fue patente en campos como la geografía y la cosmografía.
0 notes