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SER SOLDADO ESPAÑOL. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Vivimos momentos convulsos en los que hasta las estructuras del Estado y los cimientos de la historia de la Nación española no parecen lo suficientemente sólidos para soportar los vaivenes del movimiento sísmico que padecemos. La milicia no es algo ajena a lo que la sociedad vive. ‹‹Cuanto es más eficaz mandar con el ejemplo que con mandato, Más quiere llevar el soldado, los ojos en las…
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#Amós de Escalante#blog generaldavila.com#Credo de la Legión#historia de la Nación española#juramento a la bandera#juramento o promesa a la Bandera#la milicia#las fuerzas armadas#ley de carrera militar#rafael davila alvarez#soldados de españa
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Forjador
Él recordaba aquel día con bastante detalle.
Pese a los años que habían pasado desde entonces, en la piel de sus brazos aún podía percibir el familiar cosquilleo del viento y el roce de la corteza del árbol tras el que había intentado esconderse.
Aún podía rememorar cómo la voz de su padre había retumbado por el campo, interrumpiendo el silencio que tanto se habían esforzado en mantener. Desafortunadamente, el apresurado ritmo de su corazón en aquellos momentos también le había impedido comprender sus palabras.
Los segundos de silencio que lo prosiguieron le habían parecido eternos.
Y más cuando, a pesar de que el árbol ocupaba la mayor parte de su campo visual, era plenamente consciente de que la figura de su padre continuaba al otro lado.
La segunda vez que su padre había hablado, él había sido capaz de reconocer su nombre y había tragado saliva antes de reunir el valor suficiente para salir de detrás del árbol y caminar en su dirección.
Aunque la vegetación a sus pies jamás le había resultado tan interesante.
El pesado suspiro de su padre no se había hecho esperar.
(Estaba bastante seguro de que, si al tragar saliva no hubiese hecho tanto ruido, era muy probable que hubiese podido escuchar alguna que otra risa de los que proseguían escondidos).
Su padre le había reclamado que lo mirase a los ojos tras haber recorrido poco más de la mitad del trayecto. Él había tragado saliva antes de obedecer, aunque su atención se había visto atraída de inmediato por un destello a la altura de su pecho, aislado del que emitía la armadura de por sí.
El brillo, según había podido apreciar, provenía de una serie de ornamentos metálico acoplados en la superficie de una pequeña vaina de madera. Un pequeño pomo alargado sobresalía de uno de sus costados, con una capa de barniz tan brillante y suave que ni siquiera parecía del mismo material que la carcasa.
Apenas se había dado cuenta de que tenía la boca abierta hasta que su padre le había puesto una mano bajo el mentón y había juntado sus dientes.
—E-Esto... —Había alzado su rostro hasta encontrarse con los ojos almendrados de su padre—. ¿E-Es...?
Las comisuras de los labios del hombre se habían alzado.
Y, a continuación, había hincado una rodilla para quedar a su altura y extender la funda en su dirección.
—Ya es hora de que tengas una propia y dejes de destrozar las de madera. —Su padre había rodeado su fina muñeca con sus dedos y le había obligado a sujetar la vaina.
En cuanto su padre la había soltado, el peso le había obligado a utilizar ambas manos. Y, aun así, había necesitado apoyar la punta en el suelo para evitar que se le escapase de su agarre.
Había sentido sus mejillas enrojecer ante la sonora carcajada de su padre. Sus labios se habían presionado entre sí mientras se esforzaba para que el picor de sus ojos no fuese a más.
Una presión en su hombro le había obligado a alzar de nuevo su rostro hacia él.
—Adelante, pruébala. Sácala para acostumbrarte a ella.
Él había parpadeado antes de agachar su rostro de nuevo hacia la carcasa. Había retirado con lentitud una mano temblorosa de la vaina y la había apoyado sobre la empuñadura.
Sus dedos se habían presionado en las pequeñas hendiduras que podía percibir, prácticamente imperceptibles a simple vista, y se había sentido con la necesidad de inspirar hondo.
Con un simple tirón, el filo de la espada se había encontrado libre de la vaina. El retroceso en respuesta había hecho que su agarre sobre la empuñadura se aflojase, aunque los dedos callosos de su padre sobre los suyos habían evitado que la espada se le escapase por completo.
También le habían permitido captar con mayor exactitud cada uno de los detalles del mango, incluyendo una pequeña inscripción a un costado.
Su padre había sujetado su mano y había guiado su brazo en una estocada; un gesto demasiado familiar si no hubiese sido por el peso de la hoja. Y aquella sensación no había hecho más que empeorar cuando su padre le había soltado y había vuelto a apoyar el filo en el suelo.
Él no se había visto capaz de apartar sus ojos de la punta, cuya superficie reluciente había quedado enturbiada por el barro.
—Solo tienes que limpiarla. —La voz de su padre le había hecho sobresaltarse, aunque no lo suficiente como para alzar su rostro. Tampoco las manos que había depositado sobre sus hombros—. Te acostumbrarás a utilizarla con el tiempo. Confío en ti.
A continuación, se había puesto en pie y le había dado la espalda. Apenas había podido escuchar cómo sus pasos habían ido perdiendo fuerza; sus manos estaban presionadas con tanta fuerza en la empuñadura que sus nudillos se habían quedado blancos.
Y había intentado levantarla.
Hasta que lo había conseguido.
Y después había tratado de controlar sus movimientos con ella.
Hasta que lo había conseguido.
Después de todo, era un regalo de su padre.
Y la había llevado consigo incluso después de su muerte, aunque, con el tiempo, la empuñadura había quedado tan desgastada que había tenido que cambiarla por una de latón. No mucho tiempo después, había tenido que fundir la integridad de la hoja para asemejar sus dimensiones a las de los siglos posteriores.
Pero la había mantenido junto a él la mayor parte del tiempo.
Hasta el momento en el que había tenido que entregarla como herencia.
#soldado inmortal#aph spain#hws spain#aph rome#hws rome#historical hetalia#quería hacer algo por el día de la hispanidad#y la idea me llevaba rondando la cabeza varios días#ojalá la relación entre España y Roma pudiese definirse en algo tan corto
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Asesinado por la policía argentina por el delito de "tener ideas avanzadas"…cosas del pasado?
EL FUSILAMIENTO NARRADO POR EL PROPIO VERDUGO ///Un día como hoy, de 1930, es asesinado por la policía argentina por el delito de "tener ideas avanzadas", a sus 25 años de edad, el albañil anarquista Joaquín Penina, quien difundía la rebelión obrera en latinoamérica después de huír del servicio Militar en España. Así narró el momento de su asesinato, el Jefe de pelotón de fusilamientos en el libro "El culto de los asesinos" de Osvaldo Bayer:
<Siendo yo el único oficial presente en la Jefatura, tenía, contra mis sentimientos,y bajo el peso de una gran repugnancia, que llevar a cabo la ejecución de un hombre por el solo delito de no pensar como los que gobernaban y amordazaban al país. La Ley Marcial, vigente en toda su sangrienta fuerza, hubiera caído sobre mí al negarme a cumplir una orden de servicio. “Insubordinación” era la palabra que me hubiera envuelto en la desgracia y me hubiera llevado no al lado, sino frente al pelotón de los tiradores. No oficialmente, supe también que en el domicilio de Penina se habían encontrado grandes cantidades de libros de tendencia avanzada, que se llevaron en camión a la Jefatura de Rosario, donde, creo, ¡se les prendió fuego!…
La noche era suavemente fresca, de una luna fuerte, que por momentos ocultaban las nubes. Hasta ese momento no había sentido fuertemente en mí la impresión de la orden que tenía que cumplir. Pero el aspecto triste y desolado de las quebradas de ese lugar, el mirar temeroso e interrogante de los soldados, y el pensar que tendría que apagar una vida en una noche que era más hecha para soñar que para morir, empezaron a influir sobre mí desde el instante en que pisé la tierra, la que iba a ser manchada con la sangre de un obrero…
Desde el grupo de presentes, donde se hallaba mi superior salió la orden: “¡Haga cargar las armas!” —¡Carguen! —dije. En ese instante, por la escalerilla trasera del camión bajaba el que iba a morir. Venía con las manos esposadas atrás y cuando sus humildes botines de caña tocaron la tierra que iba a besar su cadáver, halló frente a sí a aquellos a quienes habían dicho: “Maten”. Sintió el ruido de la carga de las pistolas, y entonces yo, que lo tenía a un paso, lo vi abrir los ojos en mirada de asombro, y rápidamente comprender…se mordió el labio inferior como si prefiriera sentir el dolor de su carne mas no el temor. Decididamente dio un paso adelante y, después, ya a paso natural, se dirigió hacia la muerte… El suboficial lo acompañaba apoyándole suavemente la mano sobre el hombro izquierdo; se dejó conducir. No dijo una palabra. Yo iba detrás, a pocos pasos. Desde que lo había visto bajar, en mi frente y en mis ojos sentí que se había posado un velo de extrañeza y de irrealidad. Obraba mecánicamente, llevado hacia donde sentía una orden. —¡Ahí!… —dijo alguien.
El detenido hizo alto y bruscamente dio media vuelta, quedando frente a mí y al pelotón que yo tenía que comandar. La luz de la luna, ocultada por momentos, caía casi perpendicular. Serían las once de la noche. Entre él y nosotros habría unos nueve metros. De un lado, el valor y la muerte. Del mío, la repugnancia y la vergüenza… Pensé en ese momento por qué ese hombre, que yo desconocía, no sería un enemigo de mi vida, a quien tuviera armado frente a mí, pronto para matar o defenderse. Pensé que cuánto más valor y sangre fría necesitaría frente a él, esposado pero no vencido, que delante de alguien que pudiera matar.
No quise prolongar la valiente agonía de ese hombre. El suboficial se retiró hacia el pelotón; antes de que llegara a mí, yo ordené: —“¡Apunten!”… Entonces el reo giró la cabeza hacia la izquierda, y mirando con odio al grupo que presenciaba la ejecución, y que estaba a unos quince metros de él, gritó: —“¡Viva la anarquía!”, con un pronunciado acento catalán. Su voz era templada. Yo no vi temor. —“¡Fuego!”—ordené sin ver ya nada. Tres tiros. Doblando las rodillas, se inclinó lentamente hacia adelante, entre gemidos sordos y comenzó a girar sobre sí mismo y hacia el lado derecho. No caía, y no quise prolongar su segunda agonía de la carne y, sin mirar ni apuntar, hice fuego hacia él. Dos soldados más, sin saber, hicieron fuego. Porque por apresurar el instante, y acortar el dolor de ese hombre, yo hice las cosas tan nerviosamente, que me olvidé de mandar: “Alto el fuego”.
Al sentir la segunda descarga, volví en mí, y mandé: —“¡Alto el fuego! ¡Colocar el seguro!” El ejecutado mientras tanto, sobre quien cayó la segunda descarga, había redoblado, al recibirla, su segundo gemido de dolor; encogiéndose más y más, completó tres cuartos de vuelta sobre sí mismo y cayó para siempre, pecho en tierra, la cara aplastada sobre ella.. Salí al frente del pelotón hasta colocarme a unos dos pasos del caído, que aún temblaba sobre el polvo, pero ya sin gemir. Sin mirar casi, tiré. Parece que no di en él, porque sentí una voz que me dijo: —“¡A la cabeza!” Entonces tiré de nuevo, e instantáneamente, el reo quedó inmóvil. Inmóvil para siempre. Fui hasta mi capitán y le dije: “¡He cumplido la orden!”
Era rubio y de pequeña estatura. Representaba unos 25 o 26 años. Vestía pobremente: zapatos de caña; pantalón, no sé si de fantasía o marrón oscuro. Un saco también oscuro. De sus bolsillos se sacaron dos o tres galletas marineras muy duras y en parte comidas, y un giro de cinco pesetas para un hermano de Barcelona… Todos nos acercamos hasta donde estaba el cadáver y alguien dijo: "Fue un valiente hasta el último momento"…
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“La abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo”
Miguel de Cervantes
Fue un novelista, poeta, dramaturgo y soldado español, nacido en Alcalá de Henares en septiembre de 1547, ampliamente considerado como una de las máximas figuras de la literatura española.
Su padre se llamaba Rodrigo Cervantes y su madre Leonor de Cortinas, de quienes poco se sabe de sus vidas. Se asume que nació el 29 de septiembre dado que en ese tiempo se acostumbraba darle el nombre a los niños por el dia de su nacimiento, siendo la fiesta de San Miguel Arcángel ese día.
Tampoco existen datos precisos sobre los primeros estudios de Miguel de Cervantes, que sin duda no llegaron a ser universitarios, por lo que se asume, pudo haber estudiado en Córdoba o Sevilla.
En 1566 se estableció en Madrid, era amante del teatro y asistía a las representaciones de Lope de Rueda, un dramaturgo español de gran versatilidad.
Sin tener confirmación de si se trata de un homónimo, existe una providencia de Felipe II que solicita la aprehensión de Miguel de Cervantes por herir a un obrero en un duelo, situación que podría justificar su estancia en Italia, algunos autores como Ludovico Ariosto o León Hebreo influirían en el Don Quijote.
En Italia se pone al servicio de Giulio Acquaviva, un eclesiástico italiano a quien le siguió por Palermo, Milán, Florencia, Venecia, Parma y Ferrara. Después de ello ocupó una plaza como soldado en la compañía del Capitán Diego de Urbina del tercio de Miguel Moncada, en donde participó en la batalla de Lepanto en octubre de 1571.
Derivado de la batalla de Lepanto, Miguel de Cervantes pierde el movimiento de su brazo izquierdo cuando un trozo de plomo le seccionó un nervio, de donde adquiere el apodo de “El manco de Lepanto”.
Cervantes reanuda su vida militar en 1572, formando parte en multiples expediciones navales y recorriendo las principales ciudades de Sicilia, Cerdeña, Génova y la Lombardía.
Durante su regreso desde Nápoles a España, Cervantes es hecho prisionero y tomado en cautiverio y llevado a Argel, en donde solicitarían un rescate de 500 escudos de oro, pues creían que se trataba de una persona muy importante para el reino derivado de unas cartas de recomendación que poseía.
En casi 5 años de aprisionamiento, Cervantes intentó escapar en 4 ocasiones sin éxito, y es ahi, en donde se piensa que surgió un parteaguas entre su vida y la literatura, hasta que en septiembre de 1580, Cervantes es liberado regresando por fin a España, en donde esta experiencia vería reflejada en sus trabajos titulados; “El trato de Argel”, “La Galatea”, y en “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”.
Es muy probable que entre los años 1581 y 1583, Cervantes escribiera “La Galatea”, su primer obra literaria en volumen y trascendencia.
Cervantes se establece en Sevilla en 1587 en donde fue comisario de abastos de los barcos reales, los cuales le causaron multiples problemas con los campesinos, pues los impuestos que recaudaba básicamente eran para cubrir las deudas de la guerra, sin embargo esto le permitió conocer el abigarrado y pintoresco mundo del campo, el cual reflejaría magistralmente en el Quijote.
En 1597 Cervantes es encarcelado tras sospecha de malos manejos en las cuentas que administraba para recaudar impuestos y es en la cárcel, en donde engendra la primera parte de su célebre novela “Don Quijote de la Mancha”, según prólogo de esta obra. No se sabe a ciencia cierta si con ese término quiso decir que comenzó a escribirlo mientras estaba preso o simplemente que la idea se le ocurrió en prisión.
La primera parte de su obra “El ingenioso hidalgo, Don quijote de la Mancha” apareció en 1605; en donde el éxito de este libro fue inmediato y considerable, sin embargo poco le sirvió para salir de la miseria.
Mientras los grandes poetas del siglo de oro como Francisco de Quevedo, Lope de Vega o Luis de Góngora gozaban de una sólida posición y de la protección de la aristocracia, Cervantes tenía que seguir a la Corte a donde se estableciera para poder seguir mendigando favores. La difusión del Quijote solo le sirvió para publicar otras obras que ya tenía escritas como Las Novelas Ejemplares, el Viaje del Parnaso y Comedias y Entremeses.
En 1615, meses antes de morir, envió a la imprenta el segundo tomo del Quijote, completando la obra que lo situaría como uno de los mas grandes escritores de la historia y como el fundador de la novela en el sentido moderno de la palabra.
Cervantes murió en Madrid a la edad de 68 años de diabetes. Su cuerpo fue enterrado en el convento de las trinitarias descalzas, ya que cuando fue llevado preso a Argel, fue la congregación de los trinitarios quienes ayudaron a pagar su rescate, recogiendo fondos para que el y su hermano Rodrigo fueran liberados.
Fuente: Wikipedia y biografiasyvidas.com
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722 Covadonga - Ferrer Dalmau
Según las crónicas de Alfonso III, Crónica de Albelda, datada en el año 881:
Alkama entró en Asturias con 187 00 hombres . Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Auseva y que el ejército de Alkama llegó hasta él y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de una cueva. El obispo Oppas subió a un montículo situado frente a la cueva y habló así a Pelayo: «Pelayo, Pelayo, ¿dónde estás?». El interpelado se asomó a una ventana y respondió: «Aquí estoy». El obispo dijo entonces: «Juzgo, hermano e hijo, que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda España unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejército de los godos, no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas, ¿podrás tú defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi consejo: vuelve a tu acuerdo, gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos». Pelayo respondió entonces: «¿No leíste en las Sagradas Escrituras que la iglesia del Señor llegará a ser como el grano de la mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?». El obispo contestó: «Verdaderamente, así está escrito». [...] Tenemos por abogado cerca del Padre a Nuestro Señor Jesucristo, que puede librarnos de estos paganos [...]. Alqama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las armas. Se levantaron los fundíbulos, se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas. Pero al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Virgen Santa María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los caldeos. Y como a Dios no le hacen falta lanzas, sino que da la palma de la victoria a quien quiere, los caldeos emprendieron la fuga...
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holaa!! A mí me gustaría saber sobre la infancia de centro, ¿tenía amigos o se la paso solo? Aparte de Azteca y Mexica, quién lo cuidaba o se cuidaba solo? Era cercano a Sedena y a Gafe en esos tiempos? Tuvo algún romance o algo por el estilo en quel entonces? Jajajja lo que sea me gustaría saber 💖💖🌟
Bueno, esto será largo :D aunque intentare contar poco para que n ose tan largo XD
México no tenia amigos, no fue hasta que conocería a Guatemala, pero la mayor parte de su infancia, la pasaba estudiando y entrenando, Mexica, no quería tenerlo solamente quieto o jugando, quería convertir a México en un gran guerrero, por eso no encontraba el momento para socializa bien.
Fue hasta que Azteca interfirió, y quiso enseñarle a su hijo mas allá de los muros de tenochtitlan, aprovecho ese tiempo para que su gente conociera a su hijo, y tambien los aliados y enemigos.
Y fue allí que conocerían al hijo de Maya, ik (Guatemala), quien para su tristesa al inicio no quería mucho a México, pero el poco tiempo que pasaban juntos, los convertirían en amigos y una familia en el futuro.
Pero volviendo, tras la llegada de los extranjeros, México se la paso oculto y solo en una de los cuartos del templo de su tío Mexica. Mexica le advirtió a Azteca que el lo ocultaría, pero que no se preocuparía por la salud de México, así Azteca visitaría el templo de su hermano para alimentar y ayudar a su hijo a sobrevivir mientras estaban los Españoles visitando su hogar, otras veces eran las sirvientas de su padre quienes lo visitaban, o alimentaban y lo bañaban, pero hubo un tiempo en el que Azteca no lo visito, y las sirvientas no venían, no fue hasta que la lucha entre los españoles y mexicas iniciara.
Azteca se disculpo con su hijo e intento llevarlo fuera, dejándoselo a dos guardias, quienes lo custodiaron, pero el final de esta historia, solo terminaría con un niño traumatizado y enojado.
La infancia de México no fue la mejor, vivía por sobrevivir y aunque el amor de su padre era bueno, hubo momentos en el que se sintió herido y celoso por que alguien mas tuviera el amor de su padre. Cuando la conquista acabo, México paso su vida siendo un esclavo, hacia trabajos de sembradío, pesca y construcciones aun siendo un joven niño, se negaba a comer la comida de los españoles, al inicio como protesta, pero al final resultaba que lo hacían enfermar, pues una maldición estaba atormentando al niño.
Fue hasta que conocería a Norte y Sur, unos bebes centrados en la tierra, creando así la combinación de los indígenas y los españoles, creando así esta nueva tierra conocida como la Nueva España.
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Ahora, si les hablara del primer amor de México, no seria su primera mujer, si no un joven chico que llamaría su atención y ese joven era ni mas ni menos que un ancestro de Japón que lo ayudaría tras perder un barco.
Los dos al inicio no se llevan bien, pero terminan ganándose la confianza del otro y hablando de sus vidas, México sentiría por primera vez el amor, aunque no seria correspondido y este amor solo o empujaría a no querer enamorarse nunca de otra entidad representativa. Por eso, Eduardo solo se enamoro de mujeres y mas solamente mujeres dentro de México, por las experiencias que tuvo, enamorarse de un hombre y al mismo tiempo una entidad representativa, era un muy mala idea.
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Si hablamos de SEDENA y GAFE, ellos dos son fieles soldados para México, GAFE antes de la llegada de los españoles era el soldado cuidador de Azteca y México, GAFE tenia una familia por lo cual se vio su encariñamiento con México al verlo como un pequeño niño, pues su apariencia casi tenia la misma que la de su hija.
La mujer de GAFE era una mujer simple, pero cuidaba de el y ambos se enamoraron, siendo ella la única que pudo atravesar el frio muro que GAFE tenia tras la muerte del Imperio Azteca, pues GAFE vivido junto a los hermanos mexicas un infierno con el padre de estos dos, y para no temer mas, creo una fría personalidad que lo mantendría hasta hoy.
GAFE perdió a su familia tras el inicio de la guerra entre españoles y mexicas, donde le daría casamiento a los que las mataron, ya en el futuro no les guarda rencor a nadie, pero su personalidad fría y seria se hizo mas fuerte y ya casi nadie lo ve sonreír.
SEDENA por su parte, era un soldado fiel a Mexica, pero se enamorado de Mexica aunque sus sentimientos no serian aceptados pues Mexica se enamoro de Maya.
SEDENA tambien quería mucho a Azteca, y era el vigilante de ellos dos cuando salían a la ciudad pues como guerrero jaguar protegía y se mantenía comúnmente en la ciudad, es allí como los vigilaba y les proporcionaba datos a ambos cuando México no conocía el mundo de afuera.
SEDENA y GAFE eran los mejores en su trabajo, y tras la perdida de su hogar, decidieron seguir a México cuando este volvió a levantarse, siendo sus mas fieles seguidores, al igual que lo eran con su padre y tío. Ademas de apoyarlo en muchas ocasiones incluso contra sus hermanos como fue el caso de Sur y el Porfiriato, que fue allí donde Sur empezó a temer a los soldados porque siempre los ve como posibles traidores.
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Hay mas datos de México Centro, como que era muy malo con los hermanos de Norte y Sur, aunque llego a enamorar un poco a Cuba en su tiempo, ahora solo fue un sentimiento pasajero.
También esta el momento en el que casi se enamora de la URSS, pero tras ver lo que realmente quería de el y que ya no lo necesitaba, este quiso abandonarlo en todo, pero su gobierno no. Y lo mas horrible de su relación fue que México se entero de las atrocidades que hizo, y le hizo al hermano de Alemania, México solo le dio su ultima comida, pero eso si, México ayudo a la gente que moría de hambre, pero México dejo que muriera la URSS y así puso en el pedestal a Rusia, quien aun es su tristesa haría feliz a México siendo un pais poderoso. Aunque para tristesa de México si se volvió un pais poderoso, pero lleno de mentiras y se volvería una amenaza a futuro.
México a enamorado gente a su alrededor en sus caminatas matutinas, fue el caso de un pinto que siempre terminaba viendo a México, y cada día que pasaba agregaba mas cosas a su pintura, hasta que su amor floreció en su pintura, y se la regalo a México como muestra de aprecio, México la acepto, pero no acepto los sentimientos del pinto, aunque el pintor negó con la cabeza que esta es la forma en que muestra su amor hacia el, que luego se volvió pasajero y ambos se hicieron amigos.
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Espero y te guste esta larga, pero corta historia jejeje
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4 horas de música histórica española
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CRUSADES, MEDIEVAL & HABSBURG ERA
Senhors, Per los Nostres Peccatz (0:10)
Toque de Oración (8:17)
Himno de Los Tercios (10:23)
Toque a Degüello (12:04)
FIRST BOURBON ERA
Attaque o Carge (12:50)
Marcha Real (13:18)
Marcha de Infantes (14:59)
FIRST CARLIST WAR
Boina Roja (16:22)
Marcha de Oriamendi (18:18)
Soy Carlista (20:10)
FIRST BOURBON ERA (contd.)
Regimiento Soria (22:35)
Salve Marinera (25:45)
SECOND CARLIST WAR & FIRST SPANISH REPUBLIC
Calzame las Alpargatas (28:05)
Himno de Riego (30:29)
BOURBON RESTORATION
Marcha Real (33:08)
Marcha de Cádiz (34:36)
Los Voluntarios (36:47)
Els Segadors (39:29)
Suspiros de España (41:13)
Himno de Infantería (44:32)
Himne de l'Exposició (47:29)
Os Pinos (52:01)
Tercios Heroicos (55:33)
Himno de Artillería Española (58:47)
La Canción del Soldado (1:01:53)
Pasadoble de la Bandera (1:05:08)
Adelante Inmemorial (1:07:53)
Coronel Fernando Sánchez (1:09:53)
General Iraola (1:13:21)
Como Somos Caballeros Legionarios (1:16:37)
La Canción del Legionario (1:18:43)
A la derecha va el tercio (1:20:51)
El novio de la muerte (1:25:17)
El Inglés que vino de London (1:29:57)
San Quintín (1:32:18)
Santiago (1:34:32)
Toque de diana floreada (1:37:37)
Desfilar (1:39:19)
El Turuta (1:41:26)
Pobrecitos Maridos Infelices (1:44:32)
Soldadito español (1:47:06)
Canto a Murcia (1:49:38)
Del Cantón al Portillo (1:53:17)
Desfilando (1:56:06)
SECOND REPUBLIC & SPANISH CIVIL WAR
Himno de Riego (1:58:38)
Eusko Abendaren Ereserkia (2:00:54)
Eusko Gudariak (2:03:21)
Falangista soy (2:05:11)
Cara al Sol (2:08:38)
Viva la Revolución! (2:11:20)
Puento de los Franceses (2:14:04)
El internacional (2:15:54)
Viva la FAI (2:17:11)
A las barricadas (2:18:30)
Marcha de Oriamendi (2:21:21)
El Abanderado de la Tradición (2:22:55)
¡Alto! ¿Quién Vive? (2:26:52)
Por el río Nervión (2:27:47)
Himno a Cristo Rey (2:28:39)
Alas Rojas (2:32:23)
Hijos del pueblo (2:34:44)
El Quinto Regimiento (2:37:25)
Canción del flecha (2:40:43)
Prietas Las Filas (2:43:35)
Isabel y Fernando (2:45:12)
Camisa Azul (2:48:16)
Himno de las Falanges de Combate (2:50:47)
¡Ay Carmela! (2:53:31)
Si me quieres escribir (2:56:12)
Oriamendi - Cara al Sol - Marcha Real (2:58:41)
¡No pasarán! (2:59:37)
FRANCOIST SPAIN
Marcha Granadera (Marcha Real) (3:02:10)
San Marcial (3:03:57)
Yo tenia un camarada (3:06:58)
Himno del ejercito del Aire (3:09:39)
Himno de la Division Azul (3:11:46)
Los Gaiteros (3:13:28)
Himno de la Armada Española (3:16:19)
Himno Brigada Paracaidista (3:18:34)
Ganando Barlovento (3:21:10)
Que Viva España (3:24:09)
Canto de Esperanza (3:27:45)
MODERN SPAIN
Marcha Real (3:31:10)
Himno de la Guardia Civil (3:32:10)
La Muerte no es el Final (3:34:01)
Toque de fagina (3:36:00)
La Bandera Blanca y Verde (3:37:05)
Himno de la Comunidad de Madrid (3:40:05)
Asturias, Patria querida (3:44:46)
Llamada y Tropa (3:46:01)
Himno de las Cortes (3:47:15)
Himno a la Montaña (3:49:00)
Himno de Aragón (3:52:55)
Himno de Canarias (3:55:43)
Sueña España (Marcha Real with proposed lyrics) (3:57:36)
Marcha de Revista de SM el Rey (3:59:55)
Marcha Real (4:01:53)
Los subtítulos están en inglés porque parece ser que la lista la ha recopilado un canadiense.
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El 22 de abril de 1616 en Madrid, fallecía Miguel de Cervantes Saavedra,
considerado la máxima figura de la literatura española y autor de la que quizás sea la primera novela de la historia, “Don Quijote de la Mancha”. Nacido en Alcalá de Henares en 1547, no existen datos sobre su educación inicial, se sabe que de muy joven se trasladó a Madrid para asistir al “Estudio de la Villa”, regenteado por el catedrático de gramática Juan López de Hoyos, quien en uno de sus libros publica 2 poesías de Cervantes. En 1569 acusado de herir a Antonio Sigura en un duelo, es buscado por las autoridades por lo que huye a Italia. Allí se pone al servicio del cardenal Giulio Acquaviva y por un tiempo se dedica a estudiar a escritores italianos. Abandona esa vida apacible para unirse como soldado al capitán Diego de Urbina a cargo de uno de los ejércitos del célebre militar español de servicio para Italia, Miguel de Moncada, a quienes acompaño a bordo de la galera Marquesa. El 7 de octubre de 1571 participó en la batalla de Lepanto, en la cual una esquirla le corto el tendón de la mano izquierda, por lo que a partir de allí se lo llamaba “El manco de Lepanto” aunque esto no era real. En 1575 mientras intentaba regresar en barco a España, una flotilla turca los intercepta, lo toman prisionero y es vendido como esclavo al griego Dali Mamí, quien lo compra por tener en su poder cartas de recomendación de la realeza, esto le hizo pensar en pedir un buen rescate y lo retuvo en Argel. Luego de 5 años de cautiverio y 5 intentos de fuga, era considerado muy conflictivo por lo que se lo encadenó y subió a un barco rumbo a Constantinopla, en ese momento el Fray Juan Gil se presentó con el dinero suficiente para liberarlo junto con otros españoles. Se instala en Portugal y allí comienza su verdadera carrera literaria escribiendo “La Galatea”, regresó a España donde trabaja como guardia, olivero y recaudador de impuestos. En ese puesto comete una sideral estafa quedándose con dineros públicos por lo que es detenido y llevado a la cárcel de Sevilla en 1597. Estando preso es cuando idea y comienza a elaborar la obra literaria máxima de la hispanidad “Don Quijote de la Mancha”. Cervantes falleció de diabetes el 22 de abril de 1616 y fue enterrado en el convento que recaudó los fondos para su liberación de Argel, el “Convento de las Trinitarias Descalzas” aunque el lugar exacto es un misterio.
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IMAGENES Y DATOS INTERESANTES DEL DIA 30 DE ABRIL DE 2024
Día Internacional del Jazz, Semana Mundial de la Inmunización, Año Internacional de los Camélidos.
Santa Sofía.
Tal día como hoy en el año 2004
La cadena CBS emite por primera vez en Reino Unido fotografías de torturas y vejaciones a presos iraquíes cometidas por soldados estadounidenses.
1977
En Buenos Aires, Argentina, Azucena Villafor de Vicenti y otras 13 madres se manifiestan por primera vez, y con gran valentía, en la Plaza de Mayo, frente a la sede del gobierno (Casa Rosada), para solicitar información de sus hijos secuestrados, torturados y asesinados por la dictadura militar, considerada como la más sangrienta de la historia del país, caracterizada por una constante violación de los Derechos Humanos. Ante la orden policial de no detenerse ni agruparse, sino circular, las Madres deciden caminar alrededor de la mencionada Plaza. (Hace 47 años)
1975
Concluye la guerra de Vietnam al anunciar el gobierno de Saigón su rendición incondicional a las fuerzas de Vietnam del Norte. El presidente Duong Van Minh, que ha estado en el cargo sólo tres días, hace el anuncio en una emisión de radio a la nación a primeras horas de esta mañana, solicitando a sus fuerzas que depongan las armas y pidiendo al Ejército de Vietnam del Norte y del Vietcong que pongan fin a todas las hostilidades. El anuncio es seguido rápidamente por la llegada de tropas de Vietnam del Norte, que entran en la ciudad prácticamente sin oposición. (Hace 49 años)
1931
Con 381 metros de altura y 102 plantas de lujo, se inaugura en la Quinta Avenida de Nueva York (EE.UU.) el Empire State. Hasta 1972 será el edificio más alto del mundo. (Hace 93 años)
1897
En una conferencia que pronuncia en la Royal Society de Londres, el físico británico Joseph John Thompson anuncia el descubrimiento del electrón, partícula elemental del átomo. Thomson recibirá el premio Nobel de Física en 1906 por sus estudios sobre la conducción de la electricidad a través del interior de los gases. Calculará la cantidad de electricidad transportada por cada átomo y determinará el número de moléculas por centímetro cúbico. (Hace 127 años)
1838
Nicaragua se independiza de la Federación de Estados Centroamericanos, debido a que sus líderes sólo miran por los intereses particulares de cada una de las provincias, y se convierte así en una república independiente. (Hace 186 años)
1803
Los enviados especiales del presidente Thomas Jefferson, compran Luisiana (EE.UU.) a Francia por 15 millones de dólares. (Hace 221 años)
1789
En EE.UU. y siguiendo los planos del ingeniero francés Pierre l'Enfant, se inicia la construcción de la ciudad de Washington, para albergar la sede del gobierno federal y terminar de este modo con la disputa entre Nueva York y Filadelfia por ser la capital. (Hace 235 años)
1789
George Washington, que ha sido el comandante en jefe que ha llevado a la victoria al Ejército Continental para lograr la independencia de los Estados Unidos, se convierte en el primer presidente de la Unión. Estará en el cargo hasta marzo de 1797. (Hace 235 años)
1725
En Austria se firma el Tratado de Viena entre Felipe V, rey de España, y Carlos VI, emperador del Sacro Imperio poniendo fin a un periodo de negociaciones con el objetivo de solucionar los conflictos de ambas Coronas en Italia, estableciendo un vínculo entre ellas mediante el doble matrimonio de los infantes Carlos y don Felipe con dos hijas del emperador, y prestarse ayuda mutua, sobre todo en los conflictos de Gibraltar. (Hace 299 años)
1492
Los Reyes Católicos ordenan que dos carabelas que están atracadas en el puerto de Palos de la Frontera (Huelva, España), que están allí condenadas a servir la Corona durante dos meses, se pongan al servicio de Cristóbal Colón y que además se les pague cuatro meses adicionales al precio habitual para completar los seis meses que se prevé durará la travesía proyectada por Colón. La Corona reduce de esta manera los gastos de la expedición y vincula a ella a los expertos marinos de Palos. Asimismo, expiden a favor de Colón los títulos de almirante, virrey y gobernador de las tierras que descubra. (Hace 532 años)
313
En la Batalla de Tzirallum (actual Turquía), el emperador Valerio Liciniano Licinio, vence a las tropas del emperador Maximino y unifica todo el imperio romano de oriente. A partir de este momento el imperio pasa de triarquía a diarquía y queda dividido entre Licinio, en Oriente, y su cuñado Constantino en Occidente. Maximino morirá en agosto tal vez envenenado. (Hace 1711 años)
311
En el Imperio Romano de Oriente, concluye de manera oficial la persecución a los cristianos instituida por el emperador Diocleciano, mediante la promulgación del llamado Edicto de Tolerancia de Nicomedia en el que el emperador Galerio, implacable represor e impulsor de las persecuciones, además de los emperadores Licinio y Constantino, ordenan por motivos de clemencia y oportunidad política, el cese de las persecuciones anticristianas a la vez que se reconoce existencia legal a los cristianos, la libertad para celebrar reuniones y la posibilidad de construir templos. (Hace 1713 años)
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La resurrección de Cristo de Correa de Vivar, Juan (Mascaraque (Toledo, España), 1510 - Toledo (España), 1566) Segundo tercio del siglo XVI. Témpera sobre tabla de pino.
Cristo volvió a la vida, triunfante junto al sarcófago que sostuvo su cuerpo durante tres días después de su muerte el Gólgota, fue un tema frecuente en la obra de Correa. El retablo para el convento de la Pobres Clarisas en Griñón (Madrid), fechada hacia 1532-1534, configuró su estructura compositiva esencial, con Cristo en el centro, sobre una escalera de piedra que lleva el sarcófago y flanqueada por soldados que custodian la tumba. Como era habitual en esta escena, el pintor representa las variadas reacciones estereotipadas de los soldados, que duermen despreocupados, parecen asombrados o huyen. Este esquema aparece inalterado en la versión para el retablo mayor del monasterio de San Martín de Valdeiglesias, hoy en el Museo del Prado, aunque el tema se enriquece con una representación de los resucitados Jesús' encuentro con María Magdalena. Esta otra versión es algo posterior y de mayor tamaño, y debe haber sido hecha para un retablo de las estaciones del vía crucis, probablemente empotrado en una pared. Eso explicaría la erosión y el daño visible alrededor de los bordes. Correa adaptó el modelo inicial para reforzar el aire clasicista del tema, siguiendo un esquema triangular que enlazaría con la Resurrección de Rafael en el Museos Vaticanos, y más aún con la lectura personal de esta asignatura propuesta por el maestro de Correa, Juan de Borgoña. Los murales de Borgoña para la sala capitular de la catedral de Toledo (1509-1511) incluyen una Resurrección que Correa debe haber tenido en mente toda su versión, pero especialmente la actual. Esta pieza repite la marcada presentación frontal y la colocación de la figura de Cristo por parte de Borgoña, incluyendo el dibujo ondulado de sus túnicas moradas; la concepción de la cueva cercana al costado de la obra, donde contrasta con el paisaje luminoso bañado por una lírica luz del amanecer; la inclusión de un encuadre vegetal rico en matices y detalles, y la representación de los soldados que completan la escena. Todos estos elementos están extraídos directamente de Borgoña, al igual que la Soldados romanos con corazas y picas, e incluso el yelmo que descansaba sobre los escalones cerca de los pies de Cristo. El soldado sentado de perfil en el plano central, con la cabeza apoyada en la mano izquierda, recuerda uno que aparece en el grabado de Durero de la misma escena, que forma parte de la Pequeña Pasión (1509-1511) (Texto extraído de Ruiz, L.: Juan Correa de Vivar, c. 1510-1566. Maestro del Renacimiento español, 2010).
Información e imagen de la web del Museo del Prado.
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EL REY NO ESTÁ SOLO. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Quisieron que el Rey estuviese solo, pero es evidente que no lo está. Cuando aún resuenan los ecos de la celebración de los diez años del reinado de Felipe VI el Rey se enfunda el uniforme de trabajo, el de primer soldado de España, el de Jefe del Estado, y se va al frente de guerra con la sola compañía de su saber y conocer: a dónde, por dónde, cómo y cuándo. Nadie le acompaña. Él sabe.…
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#blog generaldavila.com#Casa del Rey#el viaje de un Rey#Jefe de la Casa del Rey#las fuerzas armadas#mando supremo de las fuerzas armadas#ministra de defensa#primer soldado de españa#rafael davila alvarez#reinado de Felipe VI#viaje a Estonia es de Estado y a Lituania y Letonia
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Soldado inmortal
«Había mucha literatura en torno a él y a sus semejantes. Se decían fieles a sus señores, fieros guerreros que apenas se inmutaban al ser atravesados por el acero y, cuando sus enemigos lograban hacerlos sucumbir, volvían de entre los muertos para atormentarlos. Sin embargo, España a veces dudaba de las lealtades de sus semejantes, además de las suyas.»
¿Yo, procrastinar dibujando sobre la época sobre la que debería estar escribiendo? Por supuesto.
Y me había olvidado de la maldita sangre.
#aph spain#hws spain#soldado inmortal#peninsular war#headcanon#historical hetalia#la buena noticia es que me he dado cuenta de que sé dibujar manos 🤣#a decir verdad#iba a hacer un dibujo con él vestidito de chulapo#pero tenía ganas de representar esta escena#(son los tres de siempre)
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Una verdadera unidad de combate.
"Alguien dijo, o escribió, que en aquellos tiempos famosos y terribles los españoles peleabamos todos, desde nobles hasta labriegos. Y era cierto. Unos lo hicimos por hambre de gloria y dinero, y otros por hambre de verdad: por sacudirnos de encima la miseria y llevar un trozo de pan a la boca. En los campos de batalla de medio mundo, desde las Indias a las Filipinas, el Mediterráneo, el Norte de África y Europa entera, contra toda clase de naciones bárbaras o civilizadas, peleamos hidalgos y campesinos, bachilleres y pastores, caballeros y pícaros, amos y criados, soldados y poetas. Pelearon Cervantes, Garcilaso, Lope de Vega Calderón, Ercilla. Peleamos sin descanso en los Andes y en los Alpes, en las llanuras de Italia, en la altiplanicie mexicana, en la selva del Darién, a orillas del Elba, el Amazonas, el Danubio, el Escalda, el Orinoco, en las costas de Inglaterra, en Irlanda, Lepanto, las Terceras, Argel, Orán, Bahía, Otumba, Pavía, la Goleta, el canal de Constantinopla, el Egeo, Francia, Italia, Flandes, Alemania. En todas las tierras y climas próximos o lejanos, bajo nieve, sol, lluvia o viento, huestes de españoles pequeños y recios, barbudos, fanfarrones, valerosos y crueles, hechos a la miseria, el sufrir y las fatigas, con todo por ganar y sin otra cosa que perder salvo la gorja, unos musitando una oración, otros con los labios mudos y los dientes apretados, y otros renegando a cada paso de Cristo, de los oficiales, de los trabajos y de la misma vida en todas las lenguas de España, amotinados a trechos y con las pagas atrasadas o sin ellas, seguimos a nuestros capitanes bajo las rotas banderas, haciendo temblar al mundo entero."
Íñigo Balboa en El Puente de los Asesinos, VII Libro de Las Aventuras del Capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte.
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Los cuadernos de Rusia de Dionisio Ridruejo
El 21 de junio de 1941 se reúnen Ramón Serrano Suñer, Manuel Mora Figueroa y Dionisio Ridruejo en el Hotel Ritz de Madrid. El primero es cuñado de Franco y ministro de Asuntos Exteriores. El segundo es un aristócrata sevillano que ocupa el cargo de gobernador civil de Madrid. El tercero es poeta, falangista, amigo personal de José Antonio, autor de algunos versos del «Cara al Sol», Director General de Propaganda hasta 1941, y director y fundador –con Pedro Laín Entralgo– de la revista Escorial. Durante el encuentro, plantean la idea de apoyar a la Alemania nazi con un contingente de voluntarios españoles. No sabemos si poseen alguna información sobre la «Operación Barbarroja», que comienza esa misma noche. Cuando la radio y la prensa informan sobre la invasión alemana de la Unión Soviética, los falangistas salen a la calle, manifestando su deseo de participar en la ofensiva. El 24 de junio se concentran en la plaza de Callao y recorren la Gran Vía hasta el número 44 de la calle Alcalá, sede de la Secretaría General del Movimiento, que exhibe en su fachada un gigantesco yugo y unas flechas en madera pintada de rojo. Serrano Suñer se asoma al balcón e improvisa una arenga: «¡Rusia es culpable! Culpable de la muerte de José Antonio, nuestro fundador, de la muerte de tantos camaradas y tantos caídos en aquella guerra por la agresión del comunismo ruso. El exterminio de Rusia es exigencia de la historia y del porvenir de Europa».
Poco después se crea la División Azul, que comandará el general Agustín Muñoz Grandes. A diferencia de otras unidades extranjeras, no se encuadrará en las Waffen-SS, sino en la Wehrmacht, con el nombre de 250º División Española de Voluntarios. Dionisio Ridruejo se alista como soldado raso, recogiendo sus experiencias en un diario que titula Cuadernos desde Rusia, 1941-1942. Adopta la decisión por «decoro personal», pues no ha pegado ni un tiro durante la Guerra Civil. Quiere dejar claro que «puede hacer una guerra», que no tiene miedo, que no es un simple propagandista, con arrebatos de fervor. Su intención es luchar por «una joven Europa heroica y popular». Como falangista revolucionario, cree que la victoria de Alemania permitirá realizar en España «la revolución nacionalsindicalista». Una revolución postergada por el conservadurismo de Franco y la corrupción generalizada del régimen. El triunfo del Tercer Reich podría significar el fin del «complejo plutocrático y clerical que pesaba sobre el Estado». Ridruejo estrena su diario el 4 de julio de 1941, anotando que ha promovido la creación de la División Azul «por adhesión a una esperanza de mejor orden universal». Recomiendo la edición de Xosé M. Núñez Seixas, con prólogo de Jordi Gracia (Madrid, Fórcola, 2013).
Cuando cruza Francia en tren, surgen «las nostalgias de altiplanicies violentas y acaso tristes». Los campesinos franceses les insultan y les arrojan piedras ante la mirada impasible de los alemanes. Durante la instrucción, Ridruejo se suma al imaginario «pelotón de los torpes». No disimula su antipatía hacia la disciplina y el ejercicio físico: «No pongo interés ni amor propio en la cosa». En agosto, la División Azul llega a Prusia Oriental, donde los acogen con afabilidad, pero sin entusiasmo: «Las campesinas nos saludan con ademanes reposados, suaves. Ésta es la ternura, la melancolía, un sentimiento medio, tibio […]. Aquí nada de pasión o éxtasis. Materia de sueños, dulce sospecha crepuscular del alma». En Polonia, la sensación es diferente: «Al atardecer se diría que corremos por Castilla: una Castilla sin desolladuras de piedra, sin montañas en lontananza y sin luz». Estas soledades son interrumpidas por «islas arboladas, misteriosas y bellísimas», «parques estivalmente frondosos», «románticos caseríos» y «castillos, de unas torres agudísimas con chapitel de bronce verdoso». La emoción estética se tambalea al presenciar la opresión ejercida sobre los polacos. Obligados a identificarse con una ominosa «P» en su indumentaria, los alemanes han prohibido confraternizar con ellos, incluso cuando exista afinidad o identidad religiosa. Aunque la mayoría son católicos, no hay que olvidar su condición de vencidos. «A nosotros –escribe Ridruejo– esto nos desagrada hondamente, nos subleva, nos parece torpe y estúpido aún más que cruel». En un puente, se topan con una hilera de prisioneros. Muchos son judíos. Hombres y mujeres son obligados a caminar descalzos y «en muchos brazos se ve el odioso brazalete amarillo con la estrella de Sión. Aquí –pobres gentes desamparadas– dan pena, pese a la repulsión que indudablemente produce en nosotros –por no sé qué atávico rencor– la “raza elegida”».
Al internarse en la Unión Soviética, surgen las aldeas calcinadas, los animales destripados y carbonizados, los campesinos hambrientos –que deambulan como almas en pena–, los cadáveres congelados. La estepa rusa se parece a la castellana. Ridruejo y sus compañeros convierten un automóvil en su hogar ambulante. Es mejor que un refugio excavado en la nieve. Asisten a su primera misa de campaña y se relacionan con los campesinos rusos, cuya rutina permanece inmutable desde hace siglos: «Vida simple, por debajo de la historia». Las mujeres envejecen enseguida por culpa de la maternidad prematura y el duro trabajo a la intemperie. Los hombres soportan mejor el paso del tiempo, adquiriendo el aspecto de patriarcales tallas de madera: «Recuerdo aquello de la intrahistoria que decía Unamuno. Esto es. ¿Son de algún país distinto estos meros e inertes trozos de humanidad? Yo creo que no. El campesino es siempre él, el repetidor inmutable de los ritos elementales que constituye básicamente la vida humana». Ridruejo habla con ellos mediante signos o con la ayuda de un intérprete. Les pregunta por Stalin y Hitler. Se encogen de hombros, pues no saben quiénes son: «Esto es geología que vive», observa el poeta soriano.
Enrique Sotomayor, joven falangista revolucionario, le habla de la entrevista que ha mantenido Muñoz Grandes con Hitler. Sotomayor y Ridruejo son grandes camaradas. Ambos admiran al Führer: «Creo que este hombre genial al que sinceramente admiro –escribe Ridruejo– puede hacer todo el bien y todo el mal que jamás le haya sido dado hacer a un hombre. Y creo que es leal y sincero y que España puede esperar de él –sin merma de peligros– la justicia que se le debe». El 6 de septiembre se producen las primeras bajas de la División Azul. Unas minas acaban con varios voluntarios: «Nos han dado mucha compasión estos muchachos caídos a mitad de camino y cuyos cuerpos quedarán abandonados en una ciudad extraña». Ridruejo pasa por Vilna, sin mencionar los guetos en que se confina a los judíos ni el bárbaro asesinato de tres mil setecientos hombres, mujeres y niños. No sabemos si conoce los hechos. Sólo habla de pasada de unos arrabales miserables y de judíos que caminan por las calles con la estrella amarilla. La aparición de columnas de judíos es un hecho recurrente. Todas se parecen, pues todas exteriorizan abatimiento y desesperanza. «Pienso –mientras siento una gran piedad– que una cosa es la comprensión de la teoría y otra de los hechos. Comprendo la reacción antisemítica del Estado alemán. Se comprende por la historia de los últimos años. Se comprende –aún más hondamente– por toda la historia». Sin embargo, «cara a cara», ante «pobres, temblorosos seres concretos», los prejuicios se tambalean: «Es triste cosa ser verdugo».
Los prisioneros rusos le producen reflexiones parecidas: «¿Quién podría personalizar en unos hombres la culpa de un Estado ni en un pueblo la de un Régimen? Nosotros –tan distantemente extranjeros aquí– no podemos tener cuestiones de rencor por la tierra ni por la raza. Idea contra idea, los hombres nada tienen que ver en esto». Cuando aparecen las primeras cruces señalando la tumba de soldados caídos, la sensibilidad poética desborda al juicio ético: «cruces solas, románticamente perdidas en el bosque», cruces con aspecto de saeta, «signos ígneos, paganos, de la vieja mitología restaurada». La perspectiva estética también interviene en la descripción de los monumentos de las ciudades ocupadas por el ejército alemán. La casa del Partido Comunista en Minsk le parece «un Escorial de pacotilla», pero un gigantesco relieve de Lenin suscita su admiración, pues «sugiere muy bien lo que de verdad es admirable en la Unión Soviética: el hecho mismo de la revolución triunfante y su enorme poder unificador sobre todas las Rusias: grandeza aunque sea grandeza desalmada». De vez en cuando, lee la prensa española, periódicos atrasadísimos que reflejan la retórica ampulosa del régimen. Con tono machadiano, Ridruejo exclama: «Ay, España mía, miserable y excelente. Ni aun desde aquí puedo esquivarte. Ni aun aquí me dejas descansar de esta mezcla de amor y de disgusto que es, por ti, la mitad de mi vida». La nostalgia convive con los horrores de la guerra. Un voluntario español escarba en un cráter y extrae un pie entero, envuelto en un mugriento calcetín verde.
Las conversaciones entre Ridruejo y Sotomayor cristalizan en una conciencia clara de su compromiso con una Europa cristiana, revolucionaria, anticapitalista y anticomunista. Ambos conciben la guerra como una prueba en la que se mide el valor de las naciones. No hay lamentaciones por los estragos causados, sino un espíritu deportivo que celebra las hazañas bélicas y las «grandes transformaciones históricas» impulsadas por el totalitarismo. Ninguno aprecia la disciplina militar, confirmando el dictamen de Ganivet: el español no es soldado, sino guerrillero. La visión de los partisanos ahorcados empieza a repetirse conforme se adentran en Bielorrusia. Ridruejo fantasea con la muerte, planteándose si morir es como andar «por fuera del mundo, a una luz que es tanto luz como tiniebla y donde nadie nos asiste ni nada hay ni a parte alguna se llega». Cuando oye nítidamente el fuego de morteros y las ametralladoras, anota: «Esto ya es la guerra». En un pueblo, un niño lee un calendario con citas de comunistas famosos, pronunciando con inaudita perfección el nombre de Dolores Ibarruri. Las aldeas parecen «nidos de resignación», pues no hay nada esperanzador que les permita alentar la expectativa de una vida mejor. Las pulgas y los piojos se ensañan con los voluntarios españoles. La impresión de vagar por una tierra extraña se acentúa. España parece un lugar remotísimo, casi ilusorio.
Al entrar en Nóvgorod, el poeta falangista descubre que un hospital mental ha quedado atrapado en la línea de fuego. Los enfermos vagan por los patios, aterrados y famélicos. Poco después, llega la noticia de la muerte de Javier García Noblejas, abatido por un mortero. Javier fue uno de los catorce Palmas de Plata que veló el cuerpo de José Antonio durante su traslado a El Escorial en 1939. Su padre había sido fusilado en Paracuellos y tres de sus hermanos perdieron la vida entre 1936 y 1937 (uno en el asalto al Cuartel de la Montaña; otro en el frente y el último a manos de un piquete de milicianos). La familia García Noblejas adquirirá la dimensión del mito en el panteón franquista. Para Ridruejo, su gesta prueba que la idiosincrasia española se caracteriza por su hambre de gloria. Los alemanes persiguen el mismo objetivo, pero su carácter es muy distinto. Aunque se muestran distantes, a veces se prestan a las confidencias. Un rato de camaradería con dos soldados teutones revela que en la peculiar desnudez de la guerra todos los hombres se parecen: «raza, cultura, idioma, son meros accidentes». Esta observación contrasta con las diferencias en el trato con los campesinos rusos. El soldado español se relaciona con ellos, mostrándose amable y cercano. En cambio, el soldado alemán actúa siempre como un ocupante, desplegando una mezcla de frialdad y arrogancia.
Ridruejo no esconde su desengaño con la dictadura de Franco. Un régimen militar, autoritario y represivo, «volverá a adormecer a España, al eliminar su vida de proyectos, su proliferación crítica y previsora, al dispensar al individuo común de todo esfuerzo en lo colectivo». Alemania también se equivoca al creer que puede dominar Europa y reducirla a la uniformidad de su modelo cultural. A diferencia de Jünger, Ridruejo no aprecia ninguna excelencia en el apogeo de la técnica en el campo de batalla. La ametralladora «es una máquina inventada por el diablo para dar un suplemento de capacidad criminal-deportiva a los que carecen de ella». La División Azul alcanza la primera línea de fuego a mediados de noviembre. Ridruejo confiesa que no desea morir, que no se arriesgará más de lo necesario. Enrique Sotomayor no opina lo mismo. Anhela el riesgo, el combate en las posiciones más duras, el heroísmo más allá del deber e incluso el martirio. Ridruejo, con una complexión débil, no tarda en enfermar. Sus compañeros le ayudan, eximiéndole de las tareas más penosas. Los combates cada vez son más violentos. «Remarque, completamente Remarque», repite Sotomayor, evocando las descripciones de muerte y desolación de Sin novedad en el frente, la famosa novela prohibida y quemada en las hogueras de la Alemania nazi. La muerte de Sotomayor en combate afecta mucho a Ridruejo, que experimenta la pérdida como una mutilación. Los oficiales al mando deciden evacuarlo desde Possad, escenario de enfrentamientos encarnizados, donde la División Azul sufre grandes pérdidas. Hospitalizado, recibe la visita de Muñoz Grandes, al que describe como un «general-soldado» que ama a sus hombres. El espectáculo de jóvenes combatientes con terribles amputaciones destruye cualquier fantasía épica: «Es aquí donde la guerra se hace humanamente espantosa e incomprensible».
Ridruejo pesaba sesenta y cinco kilos al partir hacia Rusia. Se ha quedado en treinta y nueve. Trasladado a Berlín, se aloja en la embajada española con su amigo Agustín Aznar. Su anfitrión es José Finat y Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, gran admirador de la Alemania nazi, furibundo antisemita y estrecho colaborador de la Gestapo. Ridruejo se recupera, descubre que la escasez afecta a la capital del Reich, come con el almirante Canaris y regresa a Nóvgorod para seguir combatiendo. No quiere ser acusado de favoritismo. De nuevo, aparecen la debilidad, la fiebre, los dolores. A pesar de su mala salud, reconoce que se ha encariñado con Rusia. Durante un pequeño trayecto en trineo, se desbordan sus emociones: «Todo el amor que he ido acumulando hacia esta tierra, hacia este pueblo grande y triste –en infinita escala, en escala al absoluto, la presentida soledad castellana– se me ha juntado de repente hasta casi hacerme llorar». La orden de regresar a España pone fin a la aventura bélica. Aterriza en el aeródromo de Torrelodones, donde lo reciben amigos, familiares y un grupo de falangistas. Principia mayo y resplandece el sol. Piensa en los caídos y en la estepa rusa. Lo que siente «es una nostalgia buena que ama mucho. Si ahora entorno los ojos, la nieve sigue resplandeciente e infinita».
¿Qué valor poseen los Cuadernos de Rusia desde la perspectiva de nuestro tiempo? En primer lugar, un indudable valor testimonial. Aunque Ridruejo elude las cuestiones incómodas (como la participación de la División Azul en el sitio de Leningrado, que causó la muerte por frío o inanición de un millón de civiles; la colaboración directa –o indirecta– en fusilamientos de partisanos, judíos y comisarios políticos; y los casos de pillaje, malos tratos o violaciones), su visión del conflicto nos ayuda a comprender la mentalidad de los voluntarios españoles, particularmente de los falangistas revolucionarios, con un notable desafecto a un régimen militar de corte conservador y no totalitario. En segundo lugar, la pluma de Ridruejo está muy lejos de Antonio Machado (los poemas intercalados en el diario son bastante mediocres), pero posee un incuestionable mérito literario, sobre todo cuando divaga sobre la condición humana o recrea el paisaje ruso, estableciendo analogías con los campos de Castilla. Por último, los diarios anticipan la deriva humanista de uno de los personajes más conspicuos del bando sublevado, al menos en sus inicios. Se ha dicho que en la Unión Soviética el pensamiento de Ridruejo pasó del «vivir estético» al «vivir ético», empleando la terminología de Kierkegaard. Ese tránsito desembocaría finalmente en la adhesión a la socialdemocracia o, por utilizar sus propias palabras, a «un socialismo no marxista». Creo que esa opinión no es exacta, pues Ridruejo rompe con el régimen cuando adquiere la convicción de que Franco jamás llevará a cabo la revolución nacionalsindicalista. Puede decirse que es la reacción de un fascista desencantado con un «tinglado» basado en una sólida alianza entre el Ejército, la Iglesia católica y las elites financieras (fundamentalmente, terratenientes y banqueros). Ridruejo no se acercará a posturas democráticas hasta su etapa como corresponsal en Roma. En 1947 viaja a la cuna del fascismo y conoce de primera mano sus estragos, iniciando su conversión a la democracia, que le costará varias condenas de prisión, invariablemente benévolas por su papel en la guerra civil española.
Los Cuadernos de Rusia evidencian el riesgo de aplicar el romanticismo a la política. Dionisio Ridruejo sólo tenía veintiún años cuando se afilió a Falange. Desgraciadamente, la juventud suele sucumbir a la fascinación de las ideologías, que movilizan los aspectos más primarios de la especie humana. La democracia no es épica, sino racional. No puede competir con el totalitarismo en el aspecto estético, pues el discurso de la razón es mucho más discreto que las borracheras verbales de los líderes mesiánicos. Entiendo la identificación de Ridruejo con el falangismo, pero su sensibilidad hacia el sufrimiento de los prisioneros rusos y judíos revela que su fibra humana superaba su bagaje ideológico. Reitero uno de sus comentarios: «Es triste cosa ser verdugo». Quizás esta frase resume el trasfondo ético de un libro que presagia la irrupción del sentimiento de culpa, la rectificación y la voluntad de reparación. Setenta y cinco años después, podemos afirmar que el Ridruejo de 1941 no era Jünger, seducido por las tempestades de acero, sino un tímido Remarque, incapaz de apreciar ni un ápice belleza en la destrucción de la vida humana.
RAFAEL NARBONA
Publicado en Revista de Libros el 7 de julio de 2016 en Cuadernos de Rusia
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“Más vale un toma que dos te daré”
Miguel de Cervantes
Fue un novelista, poeta, dramaturgo y soldado español, nacido en Alcalá de Henares en septiembre de 1547, ampliamente considerado como una de las máximas figuras de la literatura española.
Su padre se llamaba Rodrigo Cervantes y su madre Leonor de Cortinas, de quienes poco se sabe de sus vidas. Se asume que nació el 29 de septiembre dado que en ese tiempo se acostumbraba darle el nombre a los niños por el dia de su nacimiento, siendo la fiesta de San Miguel Arcángel ese día.
Tampoco existen datos precisos sobre los primeros estudios de Miguel de Cervantes, que sin duda no llegaron a ser universitarios, por lo que se asume, pudo haber estudiado en Córdoba o Sevilla.
En 1566 se estableció en Madrid, era amante del teatro y asistía a las representaciones de Lope de Rueda, un dramaturgo español de gran versatilidad.
Sin tener confirmación de si se trata de un homónimo, existe una providencia de Felipe II que solicita la aprehensión de Miguel de Cervantes por herir a un obrero en un duelo, situación que podría justificar su estancia en Italia, algunos autores como Ludovico Ariosto o León Hebreo influirían en el Don Quijote.
En Italia se pone al servicio de Giulio Acquaviva, un eclesiástico italiano a quien le siguió por Palermo, Milán, Florencia, Venecia, Parma y Ferrara. Después de ello ocupó una plaza como soldado en la compañía del Capitán Diego de Urbina del tercio de Miguel Moncada, en donde participó en la batalla de Lepanto en octubre de 1571.
Derivado de la batalla de Lepanto, Miguel de Cervantes pierde el movimiento de su brazo izquierdo cuando un trozo de plomo le seccionó un nervio, de donde adquiere el apodo de “El manco de Lepanto”.
Cervantes reanuda su vida militar en 1572, formando parte en multiples expediciones navales y recorriendo las principales ciudades de Sicilia, Cerdeña, Génova y la Lombardía.
Durante su regreso desde Nápoles a España, Cervantes es hecho prisionero y tomado en cautiverio y llevado a Argel, en donde solicitarían un rescate de 500 escudos de oro, pues creían que se trataba de una persona muy importante para el reino derivado de unas cartas de recomendación que poseía.
En casi 5 años de aprisionamiento, Cervantes intentó escapar en 4 ocasiones sin éxito, y es ahi, en donde se piensa que surgió un parteaguas entre su vida y la literatura, hasta que en septiembre de 1580, Cervantes es liberado regresando por fin a España, en donde esta experiencia vería reflejada en sus trabajos titulados; “El trato de Argel”, “La Galatea”, y en “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”.
Es muy probable que entre los años 1581 y 1583, Cervantes escribiera “La Galatea”, su primer obra literaria en volumen y trascendencia.
Cervantes se establece en Sevilla en 1587 en donde fue comisario de abastos de los barcos reales, los cuales le causaron multiples problemas con los campesinos, pues los impuestos que recaudaba básicamente eran para cubrir las deudas de la guerra, sin embargo esto le permitió conocer el abigarrado y pintoresco mundo del campo, el cual reflejaría magistralmente en el Quijote.
En 1597 Cervantes es encarcelado tras sospecha de malos manejos en las cuentas que administraba para recaudar impuestos y es en la cárcel, en donde engendra la primera parte de su célebre novela “Don Quijote de la Mancha”, según prólogo de esta obra. No se sabe a ciencia cierta si con ese término quiso decir que comenzó a escribirlo mientras estaba preso o simplemente que la idea se le ocurrió en prisión.
La primera parte de su obra “El ingenioso hidalgo, Don quijote de la Mancha” apareció en 1605; en donde el éxito de este libro fue inmediato y considerable, sin embargo poco le sirvió para salir de la miseria.
Mientras los grandes poetas del siglo de oro como Francisco de Quevedo, Lope de Vega o Luis de Góngora gozaban de una sólida posición y de la protección de la aristocracia, Cervantes tenía que seguir a la Corte a donde se estableciera para poder seguir mendigando favores. La difusión del Quijote solo le sirvió para publicar otras obras que ya tenía escritas como Las Novelas Ejemplares, el Viaje del Parnaso y Comedias y Entremeses.
En 1615, meses antes de morir, envió a la imprenta el segundo tomo del Quijote, completando la obra que lo situaría como uno de los más grandes escritores de la historia y como el fundador de la novela en el sentido moderno de la palabra.
Cervantes murió en Madrid a la edad de 68 años de diabetes. Su cuerpo fue enterrado en el convento de las trinitarias descalzas, ya que cuando fue llevado preso a Argel, fue la congregación de los trinitarios quienes ayudaron a pagar su rescate, recogiendo fondos para que el y su hermano Rodrigo fueran liberados.
Fuente: Wikipedia y biografiasyvidas.com
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