Tumgik
#simplemente no me puedo creer que les haya pasado. que le haya pasado. precisamente a él
exoexid · 1 year
Text
💌💌💌:
quizás es algo tonto pero a pesar de que no soy la aroha más fan de la historia no puedo parar de pensar en él audjsjd </3 es decir, no es un pensamiento constante, pero de vez en cuando a lo largo del día me viene a la cabeza tipo "esto le ha pasado" y se siente muy injusto. realmente espero y rezo porque su familia, su pobre hermana y los miembros estén sanes y unides. simplemente deseándoles lo mejor. espero que no obliguen a sua a promocionar mañana. espero que sanha en especial, por ser el que más tiempo ha pasado últimamente con él y por ser el que ha visto/hablado sobre el deterioro de la salud de bin (algo que tenemos en cámara, por cierto) más de cerca, esté descansando. espero que todes, desde sus amigues dentro de la industria hasta los miembros, de verdad, estén recibiendo el apoyo y cariño que necesiten. ciertamente da mucha rabia y tristeza lo aleatorio que ha resultado, y da mucha rabia y tristeza que haya sido tan inesperado, porque literalmente cada vez que pienso en él está sonriendo, es decir, realmente me cuesta imaginarme a bin serio. era sin duda una persona muy dulce y muy trabajadora. y lo hizo muy bien, tan bien como supo. astro no merecen esto. bin no merece esto. nadie merece esto. pero sólo queda darle las gracias por todo. espero que descanse, realmente lo merece.
3 notes · View notes
eldiariodelarry · 4 years
Text
Clases de Seducción, parte 28: Perdón
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11, Parte 12, Parte 13, Parte 14, Parte 15, Parte 16, Parte 17, Parte 18, Parte 19, Parte 20, Parte 21, Parte 22, Parte 23, Parte 24, Parte 25, Parte 26; Parte 27.
Rubén estaba sentado sobre el mesón de la cocina, mirando a Felipe y Alan que conversaban cariñosamente en el sillón del living.
—Tú sabes lo mucho que te amo —le decía Felipe a Alan.
—Demuéstralo —Alan sonreía con malicia, y miró por unos breves segundos a Rubén directo a los ojos.
Felipe se acercó de improviso a Alan y lo besó con pasión, mientras con su mano recorría todo su cuerpo. Lo besó con tal vehemencia que Rubén sintió que nunca lo había besado así a él.
Cuando Felipe comenzó a bajar por el cuello de Alan, éste volvió a mirar a Rubén, desafiante, que seguía sentado, sin moverse.
—Te dije que erai ahuenoao.
Rubén miró a su lado y estaba Sebastian, mirando fijamente la escena de Felipe y Alan.
No respondió nada, no porque no tuviera nada que decir, sino porque no podía hablar. Se quiso marchar del lugar, pero tampoco pudo moverse.
—Ahora solo te queda soportar cómo se burlan de ti, en tu cara —continuó Sebastian—. Ahueonao.
 Rubén despertó con la mano de Catalina moviendo gentilmente su hombro.
—Rube, ya llegamos a tu casa —le dijo su amiga con su voz dulce.
—Chao chiquillos —dijo Sebastian soltando el cinturón de seguridad—. Fue un gusto conocerte, Catalina —le dijo a la muchacha, volteándose para mirarla a los ojos.
—Igualmente Seba —respondió ella con amabilidad, y Rubén estaba seguro que su amiga lo decía de corazón.
Sebastian se bajó del jeep de Roberto, y solo entonces Rubén se desperezó y bajó rápidamente del vehículo, después de despedirse apresuradamente de Catalina, Marco y Roberto.
El jeep se marchó y Sebastian estaba de pie en medio de la calle, mirándolo. Rubén no le prestó atención, y se dispuso a abrir la reja de su casa.
Estaba furioso después de todo lo que había pasado el día anterior. Sentía que Felipe no lo había respetado como pololo, y más encima Sebastián lo había tratado como si fuera un imbécil por aceptar las disculpas de Felipe. Lo peor era que sabía que su amigo tenía la razón, y se merecía todos los insultos posibles, pero su orgullo era más grande. Y el sueño que acababa de tener era la guinda de la torta, que lo dejó con las emociones aún más a flor de piel.
—Rube —le dijo Sebastian, mientras Rubén abría la reja y luego la cerraba detrás de si, sin mirar a su amigo—. Rube, yo…
Rubén no le prestó atención, y cerró la puerta de su casa ahogando todo intento de Sebastian de hablar con él.
Miró a través del visillo de la ventana, sin que Sebastian se diera cuenta, y lo vio dar un largo suspiro y luego caminar cabizbajo rumbo a su casa.
Se dirigió a su habitación, y vio que Darío estaba en la cocina almorzando solo, pero no le prestó mayor importancia.
—¿Vas a almorzar? —le preguntó Darío con seriedad.
Rubén se sorprendió al ver que su hermano le dirigía la palabra, pero igualmente pasó de largo a su habitación sin responder.
—Rubén, ¿vas a almorzar? —volvió a preguntar Darío, pero Rubén nuevamente no respondió. Rubén escuchó que su hermano se paraba de su asiento y se acercaba a su habitación—. Te pregunté si vas a almorzar…
—¿Qué te importa a ti si voy a almorzar? —le gritó, desafiante, a su hermano, acercándose lo más que pudo para intimidarlo—, ¿desde cuándo te importa si como o no?, ¿o desde cuándo quieres comer con tu hermano maricón?
El enojo acumulado durante el viaje a Hornitos estaba siendo liberado hacia su hermano, que nada tenía que ver en todo eso.
Rubén le dio un empujón a Darío, como una forma de liberar físicamente la ira acumulada, y esperó que su hermano le respondiera de la misma forma, pero no lo hizo. Darío simplemente se quedó mirándolo con seriedad, así que Rubén volvió a empujarlo, pero esta vez su hermano opuso resistencia, sin desestabilizarse.
Rubén siguió empujándolo y dándole golpes en el pecho, hasta que Darío simplemente lo abrazó. En ese momento Rubén se rindió, bajó los brazos y dejó que su hermano lo abrazara, conteniéndolo.
Tuvo ganas de llorar, al sentir a Darío abrazándolo, sin rechazarlo por ser gay, pero se contuvo. Nunca pensó que extrañaría sentir esa cercanía con su hermano, pero no lo pudo evitar.
—¿Qué te pasó, enano? —le preguntó Darío, al asegurarse que Rubén no oponía ninguna resistencia.
Rubén evaluó rápidamente la idea de contarle realmente lo que había pasado, pero lo descartó igual de rápido.
—¿Qué te pasó a ti, homofóbico culiao? —le preguntó de vuelta Rubén, recuperando por un breve momento un buen humor.
Le dio un empujón a Darío y se separó de él. Su hermano bajó la mirada avergonzado.
—Perdona, Rube, por cómo te traté —se disculpó Darío después de varios días.
—¿Por qué? —preguntó Rubén, sin especificar nada.
—No sé, supongo que me asusté, y no reaccioné de la forma correcta —se explicó Darío—. Nunca se me habría pasado por la mente que fueras… así. Perdona, hermano —insistió.
—¿Eso significa que me aceptas tal como soy? —quiso confirmar Rubén, esperanzado.
—Supongo, si no hay otra opción —respondió Darío, provocando que Rubén cambiara de inmediato el semblante—. O sea, a lo que me refiero, Rube, es que somos hermanos, y no quiero perderte. Aún sigo sin entender cómo puede ser que te guste un hueón por sobre una mina —se notaba en su rostro que solo la idea de pensar en eso lo perturbaba—, pero tengo que aceptarlo. Porque eres mi hermano y te amo.
A Rubén le parecía una disculpa pasable.
—Porque no hay ninguna opción de que te gusten las minas, ¿cierto? —quiso confirmar Darío.
—No —respondió Rubén, convencido al cien porciento de su orientación.
—Entonces te acepto como seas, enano —Darío le dio un abrazo—. Perdón por lo del otro día —insistió—. Tengo que trabajar en mi inteligencia emocional —admitió—. No puedo tener la inteligencia académica además de la emocional.
—¿De qué hablas?, ni siquiera eres tan brillante —le respondió Rubén con acidez—. Si algo tienes es tu apariencia, porque inteligente no eres.
—Iug, enano, ¿me estás coqueteando? —Darío puso cara de asco.
—Puede que sea maricón, pero no tengo tan mal gusto —bromeó.
Rubén se daba cuenta que cada vez que decía la palabra “maricón”, Darío bajaba la mirada, avergonzado.
—Deja de decir esa palabra —le pidió su hermano.
—¿Por qué?
—Porque es mala. Es homofóbica, ¿o no?
—Si, pero ¿acaso no era homofóbica cuando me la gritaste el otro día, una y otra vez? —lo desafió Rubén.
—Si, y me arrepiento. Por eso te pedí perdón —admitió Darío, incapaz de mirarlo a los ojos por la vergüenza.
Rubén no insistió, porque estaba viendo que al menos su hermano estaba arrepentido de su actuar, y estaba trabajando para cambiar ese aspecto de su personalidad.
—¿Qué hay de almuerzo? —preguntó Rubén, cambiando el tema para no hacer sentir más incómodo a su hermano.
—Lasaña —respondió Darío—. La hizo el papá anoche. Está buena, ¿te sirvo? —ofreció.
—Casi nunca —respondió Rubén, a modo de broma, y Dario salió de su habitación riéndose.
La reconciliación con su hermano le había levantado el ánimo, y lo hizo olvidar por un buen rato la mala experiencia en Hornitos.
—¿Cómo estuvo tu paseíto? —le preguntó Darío.
—Bueno —respondió Rubén de forma automática. Ni siquiera consideró la idea de responder con la verdad.
—¿Seguro?, cuando llegaste no te veías como si lo hubieras pasado bien precisamente —insistió su hermano.
—Son cosas de… pareja —dijo finalmente Rubén, esperando con eso disuadirlo.
—Ah —Dario se incomodó evidentemente—. Bueno, no cacho como es la dinámica entre ustedes los… bueno. Si fuera una mina te diría que te metieras con otra, eso les gusta, sentir que te van a perder.
Rubén se tapó la cara, sin creer lo que decía su hermano.
—¿Eso haces tu? —le preguntó, riendo con incredulidad.
—No voy a responder eso —dijo muy lentamente Darío.
—¿Por qué eres tan ahueonao? —se preguntó Rubén.
—Oye, más respeto, enano, soy tu hermano mayor.
Los hermanos siguieron conversando, sin ahondar en lo que había pasado en Hornitos.
Rubén no podía creer lo estúpido que podía llegar a ser Darío, pero aún así, lo extrañaba, y el hecho de que lo haya aceptado (a su manera), le había arreglado el día en un cien porciento.
—¿A qué se debe este cambio tan repentino? —le preguntó Rubén, refiriéndose a la aceptación por parte de Darío.
—Bueno, en primer lugar, quiero que sepas que al día siguiente, con la mente fría me arrepentí mucho de cómo te traté. Me acuerdo de tu cara cuando te grité, cuando te pegué —Darío hizo una pausa, como si le provocara un dolor físico recordar eso— y me avergüenza mucho haber actuado así contigo —dio un largo suspiro, como para calmar sus emociones, y luego siguió—. Ahora cuando te fuiste hablé con el papá, y me hizo ver que no tenía nada de malo que fueras así…
—Homosexual —lo interrumpió Rubén.
—Eso, no tiene nada malo —continuó Darío—, pero sobretodo, me dijo que no tenía que tener miedo a pedir perdón. Yo pensaba que me ibas a mandar a la chucha si me acercaba a pedirte perdón, pero el papá me dijo que era imposible que eso pasara, así que tenía que aprovechar la primera oportunidad para disculparme.
—El papá es sabio —comentó Rubén—, así que más te vale que le des el respeto que se merece.
Darío entendió a qué se refería Rubén, y bajó la vista avergonzado.
Cuando llegó el papá de ambos cerca de las seis de la tarde, los miró orgulloso y simplemente sonrió sin decir nada respecto a la reconciliación.
 Al día siguiente, Rubén fue al cine a conversar con Catalina mientras trabajaba.
—Gracias por venir a acompañarme, este horario es el peor —le dijo Catalina a Rubén cuando llegó.
Eran las diez y media de la mañana, y le tocaba estar en la boletería, sola hasta las dos de la tarde. Le indicó a Rubén que se sentara a su lado y conversaron toda la mañana, mientras Catalina atendía a los ocasionales clientes que llegaban a las primeras funciones.
—Me alegra mucho que tu hermano te haya pedido perdón —le dijo ella cuando Rubén le contó sobre lo ocurrido con su hermano, y saltó de la silla para darle un abrazo, sin importarle que no había terminado de entregarle la entrada a un cliente de prominente bigote blanco—. Disculpe señor, aquí tiene —agregó, cerrando la transacción, ante la mirada enojada del caballero.
—A mi igual —admitió Rubén—. Me arregló el día, aunque siga siendo un imbécil, es mi hermano, y lo quiero.
—Pero igual antes estabas resignado a no hablarle más, ¿cierto?
—Si, no me desagradaba la idea —bromeó—, pero sigue siendo mi hermano, y ayer me di cuenta que igual lo necesitaba, aunque sea para despejar mi mente. Había estado muy enfocado en Felipe últimamente, que había dejado de lado mi vida familiar. No sé si tiene sentido.
—Creo que si, tiene sentido —respondió Catalina, apoyándose en el respaldo de la silla—. Hablando de Felipe, ¿qué pasó ayer?, noté que quedaste bajoneado cuando se quedó en Hornitos.
Rubén recordó ese momento y sintió como el enojo se empezaba a apoderar de él.
—Quedé pésimo cuando supe que se quedaría —confirmó Rubén—. Yo estaba seguro que se vendría con nosotros, nunca pensé que se quedaría allá, aunque claro, después de escuchar cómo le rogaba a Alan que se quedara era obvio. No sé cómo no lo pensé antes.
—¿Le rogó a Alan para que se quedara? —preguntó Catalina sorprendida.
—Si, y el muy cínico se hacía de rogar. Todo el rato haciéndose el hueon —descargaba su rabia hacia Alan, siendo que no tenía ninguna razón de peso para enojarse con él.
—A mí no me dio la impresión que Alan fuera así —intervino Catalina, intentando que Ruben razonara—. ¿Y a ti no te rogó?
—No —Rubén se cruzó de brazos y se apoyó contra el respaldo, dándole un aire de amurrado.
—Bueno, quizás quería pasar un último día solo con sus amigos de la infancia —supuso Catalina, para no sacar conclusiones precipitadas.
—Ingrid no es del grupo ese e igual se quedó —comentó Rubén de inmediato. Ya había pensado en eso.
—Ya, pero ¿no es ella la que se consiguió la casa de Hornitos con su tio? —razonó Catalina—. Obviamente tenía que quedarse.
Rubén notó que su amiga tenía razón, y tuvo una breve sensación de alivio, como si ahora todo tuviera sentido.
En ese momento abrieron la puerta de la caseta de la boletería, y entró Jonathan, el amigo de Catalina que trabajaba con ella.
—Cata, llegó un viejo reclamando que lo atendiste pésimo —le comentó, riéndose—, ¿qué le hiciste?
—¿A cuál? —preguntó Catalina sorprendida.
—Hola Rube —Jonathan saludó a Rubén rápidamente con un tierno gesto de la mano, al percatarse que Catalina no estaba sola—. Al Profe Rossa —respondió a su compañera, riéndose.
—¡Era igual! —se rió Catalina, entendiendo perfectamente a quién se refería—. Me demoré cinco segundos más en pasarle la entrada porque abracé al Rube cuando me dijo que se había reconciliado con su hermano.
—Aw —Jonathan expresó la ternura que sentía al escuchar la razón del reclamo—, bueno, la familia está primero, así que que espere nomas el viejo —justificó el actuar de su amiga—. Más encima se dio un montón de vueltas para comprar las palomitas. Y para comprar las bebidas fue otro show —se llevó los dedos de la mano derecha al entrecejo, en señal de estrés.
—¿Por qué? —preguntó Rubén, con curiosidad.
—Porque no sé qué pretendía, estaba pidiendo Fanta, y yo le decía “señor, no tenemos Fanta, tenemos Orange”, “pero a mi no me gusta la Orange, deme una Coca entonces”, me decía él. “Señor, no tenemos Coca, le puedo dar una Pepsi” le dije. “Pero si a mi no me gusta la Pepsi, ¿por qué me va a dar Pepsi?, deme una Sprite mejor” —el relato de Jonathan tenía a Rubén y Catalina muertos de la risa—. Les juro que insistió como diez veces que quería la Fanta, después la Coca y después la Sprite, y no entendía que no teníamos ninguna de esas.
—Quizás lo hizo a propósito en venganza por haberme demorado un poco más —pensó Catalina.
—Capaz —coincidió Jonathan—, pero bueno, me hizo el día el viejo duro.
—Lo malo que justo estaba Martina al lado mío cuando el viejo se quejó, así que me mandó para acá, y me dijo que te fueras a proyectar —le comunicó Jonathan.
—No sé por qué hace esos cambios Martina —se quejó Catalina, respecto a la supervisora del turno—. “Proyectar” le decimos a ir a poner las películas en cada sala —le contó a Rubén, que no entendía a qué se refería Jonathan—. Lo fome es que no sé si podré hacer que entres conmigo —pensó Catalina en voz alta.
—No te preocupes por eso, Davie dejó lista la función de las 11:30 antes de relevarme en la confitería, y la siguiente es recién a las 13:00, así que tienes tiempo para seguir conversando —le comunicó Jonathan.
—Oye, Rube, ¿pasó algo con el Seba? —le preguntó Catalina, cambiando de tema—. Noté una tensión rara en el viaje de vuelta.
—Si, me enojé con él porque me trató de ahueonao —resumió Rubén, provocando la risa de Catalina, y de Jonathan detrás de ella.
—¿Y por qué te dijo eso? —quiso saber su amiga.
—Porque había perdonado muy rápido a Felipe ayer.
—Ya, pero esa no es razón para enojarte con él, Rube. No tienes siete años —le dijo Catalina.
—Cata, no lo viste. Me lo dijo de mala forma, como atacándome —se defendió Rubén.
—Bueno, quizás había tenido un pésimo día y se desquitó contigo porque sabía que no te lo tomarías personal —pensó Catalina.
—¿Y por qué iba a tener un pésimo día?
—No lo sé, Rube. Es tu mejor amigo, no deberían enojarse por una tontera así —le dijo adoptando un tono más compasivo—. Aparte igual el Seba tiene algo de razón.
—¿Cómo? —preguntó Rubén molesto, provocando la risa de Jonathan.
Catalina sonrió sin alterarse.
—Habla con él —le recomendó—. Aprovecha que te queda tiempo con él. Después se va a ir y te vas a arrepentir de haberte enojado con él.
Rubén no le quiso decir que cuando se bajaron del jeep Sebastian había intentado hablar con él, porque se sentía estúpido por no haber aprovechado el momento.
—Estoy súper colgado, pero me encanta el drama de tu vida, Rube —comentó Jonathan con toda confianza.
—Te lo regalo, no lo quiero —respondió Rubén, aún pensativo.
Los tres continuaron conversando por un buen rato más, hasta que Catalina tuvo que ir a su nuevo puesto designado, y no pudo llevarse a Rubén consigo.
Rubén se fue a su casa en micro, decidido a seguir el consejo de Catalina e ir a hablar directamente con su mejor amigo.
Golpeó la reja de la casa de Sebastian con una moneda de cien pesos y esperó a que alguien saliera. La madre de su mejor amigo salió a ver quién golpeaba, y al verlo se puso visiblemente incómoda.
—Hola mijo, ¿busca al Seba? —le preguntó, intentando disimular su incomodidad.
—Si, tía, ¿está? —respondió Rubén, un tanto descolocado por la actitud de ella.
—Si, voy a decirle que salga.
La mujer entró a la casa y Rubén se quedó pensando en por qué no lo hizo pasar como hacía siempre.
Dentro de menos de un minuto, Sebastian salió por la puerta. Estaba muy serio, como si se estuviera esforzando para proyectar esa imagen.
Abrió la reja y se apoyó en el marco, sin decir ninguna palabra.
—¿Le dijiste a tu mamá que no me dejara entrar? —Rubén rompió el hielo de forma desafiante.
No había empezado bien su intento de hacer las pases.
—No —respondió Sebastian de forma cortante—. No quiere dejarte entrar porque ahora sabe que estas pololeando con un hueón. Piensa que me vas a pegar lo gay o algo así.
Con todo lo que había pasado en Hornitos, había olvidado por completo que le había contado a la mamá de Sebastian sobre su pololeo.
Rubén bajó la vista, avergonzado por haber culpado a su amigo por la actitud de su madre.
—¿Cómo estás? —no se le ocurrió qué otra cosa decir para iniciar la conversación.
—Bien —respondió Sebastian, aún cortante.
—¿Podemos conversar? —preguntó Rubén.
—Estamos conversando —Sebastian siguió cortante.
Rubén trataba con todas sus fuerzas de no perder la paciencia.
—Solo te quería pedir perdón, por haberte ignorado ayer —dijo finalmente Rubén, después de dar un largo suspiro de resignación. Esperó un par de segundos por alguna reacción por parte de Sebastian, pero no hubo respuesta—. Estaba con la mente en otra parte, y me porté como un imbécil.
—Sí que lo fuiste —respondió finalmente Sebastian, manteniéndose serio—. Yo también fui un idiota por tratarse así el otro día —admitió—. Lo siento.
Sebastian sonrió por primera vez al decirle “lo siento”, y Rubén le dio un fuerte abrazo, para dejar atrás su estúpida rencilla.
—¿Vamos a la plaza? —ofreció Rubén, para poder conversar más tranquilos, lejos de la mamá de Sebastian, y su amigo sin responder nada, cerró la reja por fuera y comenzó a caminar.
Los muchachos se sentaron en el pasto que crecía orgulloso a pesar de las inclementes condiciones impuestas por el ambiente desértico y la brisa marina.
—Admito que fui un ahueonao, por haber perdonado tan rápido a Felipe —comentó Rubén.
—Ayer noté que te afectó que se haya quedado. Por eso te quise pedir disculpas cuando llegamos, pero no me pescaste —se explicó Sebastian.
—Si. Tengo que hablar con él.
Sebastian lo quedó mirando, como si deseara decir muchas cosas, pero por respeto no lo hacía.
—¿Vas a terminar con él? —preguntó con timidez Sebastian.
Rubén simplemente se encogió de hombros.
—¿Has logrado recuperar tu memoria de ese día que despertaste en la playa? —Sebastian cambió el tema disimuladamente.
Rubén se rió.
—Nada —había olvidado que había toda una noche que no recordaba—. No creo que me haya perdido mucho.
—No creo, pero igual es grave, creo. Pudo haberte pasado algo, no sé.
—Mientras no me haya puesto jugoso, peleando con alguien, o algo así, creo que ya no tiene sentido recordar.
—Si, tienes razón. No tiene sentido —coincidió Sebastian, cabizbajo.
Los muchachos se quedaron en silencio un buen rato.
Rubén miraba a Sebastian mientras jugaba con el pasto suelto. A veces le costaba creer lo mucho que habían cambiado en el último tiempo.
Hasta hace pocos meses, él era un introvertido adolescente que ni siquiera se había atrevido a asumir internamente su sexualidad, mientras que su amigo era la persona con más confianza y autoestima que conocía. Había estado perdidamente enamorado de Sebastian, y aún le costaba creer que su amigo se le había declarado, dispuesto a intentar tener una relación con él, pero lo había rechazado. Todo por arriesgarse a ser feliz con alguien que realmente lo entendiera. Y ese alguien en ese preciso momento estaba a cien kilómetros de distancia, disfrutando de sus vacaciones con su ex.
Por supuesto que su amigo luego le había aclarado que había tenido solo una confusión tonta, y que no se sentía realmente atraído por él, así que no tenía sentido darle vueltas a esa idea en la cabeza, el “¿qué hubiese pasado si?”.
Sin embargo, sentía que de alguna forma, los papeles se habían volteado: él tenía cada vez mayor confianza en si mismo, principalmente gracias a Felipe (tenía que admitirlo), mientras que Sebastian se veía cada vez más inseguro y apagado, casi vulnerable.
—¿Por qué hemos cambiado tanto? —preguntó de repente Rubén.
—¿A qué te refieres? —Sebastian levantó una ceja, sin entender a qué se refería.
—No sé, siento que antes éramos distintos —Rubén no supo explicarse.
—Habla por ti. Yo estoy igual que siempre —Sebastian sonrió, como si se hubiese acordado de un chiste gracioso.
—¿Seguro que estás igual que siempre? —insistió Rubén.
—Si po. Estoy ansioso por irme al servicio nomas, pero lo demás todo igual.
Rubén lo miró, apenado.
—Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿cierto? —Sebastian asintió ante la pregunta de Rubén, sin mirarlo a los ojos—. No quiero que volvamos a pelear.
—No lo haremos —lo tranquilizó Sebastian, mirándolo finalmente a los ojos, y sonriéndole para tranquilizarlo—. Siempre vamos a estar para apoyarnos el uno al otro.
Rubén se quedó tranquilo con esa respuesta de su amigo. Continuaron conversando por largo rato, e incluso Rubén le contó entusiasmado a Sebastian que Darío le había pedido perdón por como lo había tratado cuando se enteró de su homosexualidad, y que lo había aceptado, a su manera. Sebastian se alegró genuinamente por él.
Durante la noche, Felipe comenzó a llamar por teléfono a Rubén, pero él no contestó. Necesitaba tiempo para pensar qué hacer, pero con cada llamado, su mente se activaba y empezaba a idear conversaciones que tendría con su pololo, donde le decía todo lo que le había molestado y exigía el respeto que se merecía. Muy probablemente, esas conversaciones nunca iban a ocurrir.
Lo mismo pasó durante el viernes. Rubén no contestó sus llamadas, y tampoco respondió sus mensajes del MSN, donde se conectó como “no conectado”, para que Felipe no supiera que en realidad estaba en línea.
El día sábado durante la tarde Felipe llegó de sorpresa a su casa.
—¿Está el Rubén? —escuchó desde su habitación que Felipe le preguntaba a su papá.
—Por supuesto, Felipe, pasa, está en su habitación —respondió su papá, con su amabilidad característica, y sin saber que Rubén estaba evitándolo.
El padre de Rubén salió al taller a buscar unas herramientas, y la pareja de pololos quedó a solas en la casa.
Rubén estaba sentado en su cama cuando Felipe apareció por el marco de la puerta.
—Tu papá me dijo que pasara… no hay problema, ¿cierto? —Felipe quiso confirmar, y Rubén negó con la cabeza—. ¿Pasa algo Rubén?, te he estado llamando y no me contestas.
A pesar de la autorización de Rubén, Felipe se quedó parado en la entrada de la habitación.
—Si, no sé qué onda el celu que no puedo responder llamados —mintió Rubén. Para variar, estaba ocultando su verdadero sentir.
—Te dejé mensajes en Messenger, ¿tampoco los viste? —Felipe estaba serio, pero no enojado, sino más bien dolido.
—No me he conectado en verdad —volvió a mentir Rubén, sin ser capaz de mirarlo a los ojos.
—¿Hay algo que me quieras decir?
Rubén se quedó en silencio un buen rato, pensando en cómo comenzar a verbalizar todo lo que sentía.
—Bueno, venía a ver como estabas. Estaba preocupado porque no contestabas, pero ahora veo que estás bien —dijo Felipe después de un largo suspiro, volteándose para irse.
Rubén se quedó sentado, indeciso si decir algo mientras Felipe se marchaba.
—Bonita forma de preocuparte por mi, después de dejarme tirado para irte con tu ex —le dijo con la voz temblorosa y en un volumen demasiado alto para su propio gusto, mientras salía de su habitación.
Felipe se quedó de pie en medio del living, impactado por las palabras de Rubén.
—¿Cómo? —Felipe no daba crédito a lo que acababa de oir.
—No vengas a hacer como que te preocupas por mi, cuando no es así —respondió Rubén.
—¿Por qué dices eso?
—¡Porque es la verdad!, ¡sólo te importa ese imbécil de Alan!
—A ver, Rubén —Felipe se acercó a él—, en primer lugar, Alan no es un imbécil. Y segundo, es ridículo que pienses que no me preocupo por ti.
A Rubén le molestó que hiciera esa acotación sobre Alan.
—Demuéstralo entonces. Ni siquiera intentaste convencerme que me quedara un día más con ustedes, mientras si lo hiciste con ese hueón —se explicó Rubén.
—No puedo creer que estés celoso de mi ex —murmuró Felipe—. ¡Ya te expliqué que a él ya no lo quiero de la forma en que te quiero a ti!, ¡pensé que lo habías entendido!
—¿Y por qué insististe en convencerlo para que se quedara?
—Porque es mi amigo de la infancia, como todos los que nos quedamos. Queríamos compartir con el grupo, recordar cuando éramos pendejos. ¿Tengo que disculparme por eso acaso?
—No, pero…
—No te insistí que te quedaras porque vi que estabas agotado, sabía que no querías seguir ahí.
—¿Y por qué no te viniste conmigo? —Rubén bajó el tono, avergonzado por lo que acababa de decir.
—Rubén, no porque seamos pololos voy a dejar de ver a mis amigos.
—¿Quién te está prohibiendo que los veas?, ¡llevábamos dos días con tus amigos!, mi problema no son ellos, es Alan.
—Sigue siendo mi amigo de la infancia, aunque sea mi ex —aclaró Felipe.
—Entonces no lo veas más, hace años no lo veías, ¿qué más da si lo dejas de ver nuevamente?
—¿Te das cuenta lo tóxico que suena eso?, ¿Qué me estés prohibiendo ver a ciertas amistades ahora que somos pololos?
—No es “ciertas amistades”, es tu ex —insistió Rubén.
La voz le temblaba de impotencia por no lograr hacerlo entender su punto de vista, mientras Felipe mantenía su voz monótona, aunque ahora hablaba un poco más fuerte, sin gritar.
—Da igual si es a una o mil personas que me prohíbas ver, es una actitud tóxica.
—No es de tóxico que te lo digo —se defendió Rubén.
—¿Acaso yo te he prohibido que sigas viendo a Sebastian después que me contaste lo que pasó en tu paseo de curso? —le encaró.
Rubén quedó sorprendido por lo que acababa de decir Felipe.
—No es lo mismo —solo eso atinó a decir.
—¿Por qué no es lo mismo?, ¿de qué forma es diferente?
—Porque simplemente es distinto. Ustedes fueron pareja, vivieron juntos… con el Seba no pasó nada más allá de esa noche.
—Aún así, estuvieron juntos, y se siguen viendo, día a día —insistió Felipe—. Y yo no te digo nada, porque te quiero y confío en ti.
—¿Estás diciendo que no te quiero y no confío en ti, y por eso me pongo celoso? —preguntó Rubén, dolido.
—No he dicho eso —respondió Felipe recuperando su calma.
Se quedaron en silencio por un buen rato, parados a un par de metros de distancia el uno del otro, sin saber cómo continuar la conversación.
—Para tu tranquilidad, no voy a volver a ver a Alan —le dijo finalmente Felipe, y se sentó en el sillón.
A Rubén se le dibujó de inmediato una sonrisa incrédula en el rostro.
—¿Por qué no? —quiso saber, intentando disimular la alegría que le provocaba oir eso.
—No tomé esa decisión por ti, para que sepas —si bien las palabras de Felipe eran sinceras, no fueron menos duras—. Antes de venirnos de regreso me dijo que seguía enamorado de mi, y que le había afectado volver a verme. Pensaba que al igual que yo, él ya habría superado lo nuestro, pero no. Así que tomé la decisión de no volver a verlo, para no hacerle daño a él.
—¿Te preocupa más cómo se siente él que cómo me siento yo? —murmuró Rubén, picado.
—Rubén, basta —dijo Felipe, cansado—. ¿No es eso lo que querías? —Rubén asintió, con la mirada baja—, ¿entonces?, ¿qué más quieres que te diga?, ¿que al ser mi pololo tienes derecho a dominar mi vida y controlar a quienes veo?, lamento decepcionarte, pero no es así, así como tú tienes la libertad de juntarte con los amigos que quieras y yo nunca te voy a decir nada al respecto.
Rubén seguía de pie, distante, molesto por la actitud de Felipe, la forma en que le aclaró que Alan no era un imbécil, y por haberle explicado la razón por la cual se alejaría de su ex.
—¿Por qué te preocupa tanto cómo se sienta él y no eres capaz de entenderme a mí? —insistió Rubén.
—Rubén, entiendo cómo te sientes, pero no por entenderte voy a dejar de preocuparme por mis amigos.
—Llevabas meses sin preocuparte por él, volver a hacerlo no debería costarte tanto —retrucó Rubén.
—Bueno —Felipe se puso de pie, dando por cerrada la discusión—. Venía a decirte eso y a ver cómo estabas. Cuando quieras hablar con madurez, ya sabes donde vivo.
Rubén no se movió de donde estaba parado. Con el corazón acelerado vio a Felipe caminar hasta la puerta, y marcharse.
Tumblr media
47 notes · View notes
baby-foreveryours · 5 years
Text
12 de marzo, por la mañana.
Hola.
N.
Sé que me dijiste que no viniese a este lugar, pero también me dijiste que me ibas a acompañar hasta llegar a tu edad, y no te veo. No es un reclamo, solo me excuso.
Vine acá sin que nadie lo sepa. Solo le mande un msj a mama para que no moleste y lo comente en un lugar que se supone que nadie ve. Salí casi al mismo tiempo en el que amanecía, pero no le preste atención al cielo, y empecé el viaje largo hacia acá. No hay muchos comentarios sobre el viaje, no es nuevo porque ya lo he hecho.
No te traje nada porque sé que odias que corten las flores y otra cosa no se me ocurre. Tal vez escribí algo pero lo termino olvidando en algún lugar. Es curioso pero no te extraño.
¿Por qué vine? Bueno, hace unos días se me vino de la nada misma una de nuestras charlas, esas que improvisamos, que me enseñaste. Bueno, precisamente esa en la que te saliste del papel y contaste algo real, tuyo, se escapó un recuerdo tuyo. Eras muy chico, tenías el pelo mucho más largo de lo que yo llegue a tenerlo, tu padre llego no muy sobrio y violento. De la nada se la agarro con vos y no podías hacer nada para salir de esas situación, sentías el terror de que estas eligiendo todas las palabras equivocadas para hablar con él y ya no querías ni siquiera verlo, intentaste escapar del comedor pero te agarro del brazo y fuerte, algo dijo de que le molestaba no poder verte la cara y empezó a cortarte el pelo con unas tijeras que tenía a mano, con lo inestable que estaba tuviste suerte de que no te lastimase. No estaba tu mama y tu hermano era muy chico para hacer algo, él había vivido episodios peores. Pasaste toda la noche con el pelo en tus manos preguntándome el porqué de todo. Al día siguiente te despertó por la puerta tu mama, que llegó en algún momento, quería entrar pero rápidamente pensaste que no querías más problemas. Si ella te veía tus padres iban a pelear y no querías tener que escuchar más, lo de ayer fue suficiente. Le dijiste "te quiero y papi ayer estaba triste". Encerrado en tu pieza y sin molestia terminas de cortar los mechones de pelo largo que te quedaban y te volviste a dormir. Mama tenia la llave de todas las puertas así que no tardo en despertarme de nuevo pero esta vez logrando verte. Intentaste mentirte que fuiste vos mismo pero ella sabía que no dejarías pelos en el comedor. Una vez que supo todo te abrazo y lloraste todo lo que llevabas guardando, "no me vuelvas a dejar". Ella te dio tu tiempo para que te recuperes pero cada día te mostrabas más triste, tu papa no había vuelvo en todos esos días. Tu mama, esa hermosa mujer, tomó una decisión digna de alguien que ama y tiene empatía, (hasta valentía si lo pienso yo) corto su pelo de princesa y te dije que no está tan mal. Madre e hijo, princesa y príncipe ahora se volvían a parecer, y vos no lo podías creer, lo que ella hizo, y se veía feliz, pensaste que vos también podrías volver a hacerlo. Nunca más necesitaste pruebas de que esa mujer te amaba. De ella aprendiste, una vez que se fue, que si ella amaba a tu papa era por algo, y vos también lo ibas a intentar. Cuando ella se fue lo que dejó era el amor que tenía por cada uno de ustedes, vos guardaste el amor de ella.
Sinceramente no sé porqué me acordé de esto. Pero tengo muchos sentimientos en mí estos últimos meces y en esos esta vos y quise venir a verte.
Quería llegar y empezar a hablar de mil cosas pero no puedo. Es que siento esta tranquilidad que hay aquí y quiero interrumpirla lo menos posible.
Bueno, estoy acá y la tierra es húmeda, un manto verde y gastado también se ve, muestra que está cerca el final del verano. Eso me pone bien, sabes? Nos ponía bien saber que el verano terminaba, cosa de introvertidos supongo. Cague todo lo que intente, sabes? Es duro de escucharlo, imaginate de decirlo. Re pienso eso y ya brotan esa sequedad en la garganta, el tiempo pasó y me sigue costando llorar. Si, llore en algunas, pero me arrepiento, no del hecho por el cual llore, sino de el lugar en el que lo hice. Vos te arrepentiste de mostrar tus lágrimas? Ellas sí que eran raras, las borraste de tu rostro muy fácil.
Te acordas de la música, siempre quedo en nada. Estoy lleno de letras pero no puedo hacer nada con ellas, si esperabas que mi voz mejorase estabas muy equivocado, hablo re para el orto (si alguien mas me lo vuelve a repetir lo voy mandar a la mierda), no valdría la pena ponerle mi voz a eso que me esfuerzo por escribir, no.
El deporte que me mantenía distraído ya no hace falta. Lo deje todo. Estudiar, ya te lo dije, no es mi agrado. El estudiar por mi cuenta, me falta mucho motivación. Y bueno, me informo solo si es obligatorio.
Chamuyar, sabes que realmente nunca lo intente ? Ahora sé que ni me interesa.
Te conté de ella ya, una vez que me quise matar, le hable, porque no había nadie. Estoy escribiendo bastante. Las cosas terminaron. Me hubiera gustado escribir más sobre ella cuando estaba a mi lado y no cuando me prohibo por ella escribirle. Tengo muchas fotos de los dos, más aún... Sé que no te va a agradar, puede que se parezca a ese tipo de persona que veíamos mal pero para nuestra mala suerte las apariencias engañan. Bueno, con algunas cosas.
Ya voy a tener más tiempo para decirte en todo lo que la cague. Te dije que no te extraña, pero es porque otra persona tiene ese lugar. Te necesitaba, comprendes? Es raro, estabas ahí igual. Con tu forma de ser racional con todo. Me acompañó un tiempo largo después de que te fuiste, me hizo más frío también. Y alguien me lo quito. Estabas ahí, en esos forzosos silencios que tenía, ahí estabas, te hable, y el silencio era la respuesta, bueno ahí estabas. Sigo siendo realista, sé que no existís materialmente, solo lo que tengo de vos, y lo necesite. Hablo de un pasado si te diste cuenta, y por que es así? Bueno, me di cuenta que no tengo nada así que no podía seguir con vos, deje de necesitarte, no hay nada simplemente. Solo te quiero. creo que vine para decirte eso
Te quiero
No había tenido la oportunidad de decirtelo.
Arruine mi vida, pero esta bien. Son mis decisiones.
Mi familia, cada vez son menos para mi, sólo quiero que no se metan en esta vida que llevo.
La escritura, bueno, estoy siendo más constante pero de qué me sirve si termino escribiendo algo pensando en ella en la mayoría de las veces. Tengo un par de cosas que te van a gustar, te voy a leer algunas ahora. (...)
Prometo traer aunque sea una que no te haya leído antes cada vez que venga. En el camino escribí algo que de eso que tengo en mi cabeza y mis sueños, lo que quisiera. Lo voy a terminar y lo voy a subir.
Voy a seguir viniendo, mientras tanto, si.
Empecé a ir a la psicóloga. La pago yo. Me cuesta entenderme y comunicarme con ella. Es una mujer mayor que espera solucionar todo con Freud. Sé que te va a caer del orto. No le voy a hablar de vos, porque prometí no volver a hablarte con nadie. Lo que me mostraste fue a mi, y tengo que llevarlo yo sólo. Todos los demás hicieron mierda eso. Volviendo a la psicóloga, no estoy viendo progresos pero supongo que puedo aguantar unas semanas más, no veo la hora de tener las recetas a las pastillas (sarcasmo).
Hace casi dos años que no busco bandas y géneros nuevos, me volví muy conformista, capaz demasiados.
Las drogas están haciendo en mi algo que capaz no quiero pero no sé, ya no importa, no?
Hace un rato dije que iba a seguir viniendo pero más que eso siento que voy a cruzarse, esta vez sabes de lo que hablo, ya nadie lo puede impedir. No es que quiera ser como vos, son cosas diferentes las que nos llevan a nuestros respectivos finales.
Encontré trabajo, pero no te creas que me baje a los estándares laborales de ser lo que las empresas buscan. Me metí en un empleo precario en el que vos prestas tus servicios (repartidor en este caso) y trabajas lo que queres. Estoy saliendo a las 9 de mi casa y volviendo 11 de la noche, me viene bien porque me hace perder mi vida, me ahorra pensar, me ahorra afrontar cosas que no quiero. Pero mis sueños, la vida sabe cómo ingeniárselas, en ellos te juro que se va todo. Y los días libre que me tengo que dar ya sea porque mi cuerpo no da mas o tengo que arreglar la bicicleta sufro, no la paso bien. Me drogo o salgo. Nunca te entendí con tu manía de tener que salir a cualquier lado siempre con alguien, sino no salias. Me voy a cualquier lado solo, ya no tengo compañía, menos amigos. Si me pinta saltar de altura, lastimarte, decir que me quiero morir, lo hago. La tranquilidad. Es eso. Sé que se van a aprovechar algún malviviente de mi estado de estar sin segunda para salir, pero bueno, que venga. Quiero probar lo que es estar con lsd en un bosque, pronto voy a comprar una moto y me voy a ir lejos. Jajaja, igual eso último es fantasear, pero no está muy lejos. Me dijiste que no se puede gastar todo el dinero en drogas (término general de la palabra) pero conocí a varios que muestran lo contrario.
Si conozco a varias personas, pero no las meto en mi vida, de ser necesario les muestro otro yo. Gracias a eso aprendí a jugar con fuego. Me fui a pleno sur del conurbano con la costera, y era tan feo como lo pintan, te juro que con esa determinación con la que fui me volví. Nada, parece que lo disfruto, pero estoy muy lejos.
Distraerme, dijiste que mujeres hay muchas pero no me tocó ni yo mismo, estoy muy apagado ahora mismo.
Su amistad, siempre la buscaba, dijiste que era por falta de afecto materno pero te he dicho que no. Dijiste que podía ser un casanova, con respecto a eso, estoy cansado de tener que dejarlas de lado porque en realidad su intención de buena onda era otra, me canse de esas cosas. Pero ya me da igual, no las busco más.
Me gustaría tener una habitación como las de un manicomio y llena de cosas cutes, kawaii como muñecas y hello kitty, sábanas blancas manchadas de sangre. Me retabas por cortarte pero no es la única forma de lastimarse, sabes?
Te imaginas como hubiera sido todo si mis padres me daban un hogar? Si hubiera sido más alto como te conté, si vos siguieras acá, si no hubiese tenido piedad por esa persona y terminaba mi vida. Es una paja pensar en eso.
Quiero vestirme como quería y hacer esa mierda que me distrae la cabeza, no estoy pidiendo nada en realidad, sobrevivo y pierdo mi tiempo.
Descansa, pronto descansaré también. Te tendré respecto cuando te des cuenta de que este es mi respeto.
Te deje con el nombre de "Gran Hermano" no tiene nada que ver con el libro ese nombre. Es solo sentimental. Sos mi único hermano y aun así fuiste el mas grande.
Capaz aguante para que puedas ver mi pelo largo de nuevo.
No necesito de nada más que aguantar esta vida.
Me voy, y hasta la próxima vez que venga voy a estar en modo automático.
Nunca te dije adiós, y no tengo la necesidad.
4 notes · View notes
petiterebellefleur · 5 years
Text
Flujo de conciencia #2
o crónica de un proceso de deconstrucción, as you please 
Tumblr media
Postal decembrina, 2019.
Empezó en diciembre, quizás un poco antes. He notado que realmente no hay fechas exactas para las grandes transformaciones o transiciones de la vida. Incluso cuando ya se ha terminado solo sabés que se acabó, no importa el dónde o el cuándo.
Hace un par de años me hice amiga de un extraño. El mismo día que nos conocimos me dijo que se sentía agobiado por lo incierto que es el futuro. Yo no sé de dónde saqué la sabiduría para darle mi respuesta —sé que salió de mí y que después de socializarla por ahí supe que estaba en lo cierto—, pero descubrí que estaba en la misma situación de mi amigo el extraño cuando la recordé y me di cuenta de que se me había olvidado lo que significa. Aquí se las dejo (parafraseada porque tampoco recuerdo las palabras, lo siento):
Las crisis existenciales anteceden los procesos de transformación.
1. Diego
Diego es uno de mis amigos más queridos, aunque desde que comenzamos la universidad nos distanciamos mucho. Mientras navego inevitablemente por el mar de mis recuerdos creo que era yo quien lo tranquilizaba en los primeros años de nuestra amistad, al menos yo me sentía con la suficiente luz para acompañarlo en la oscuridad. Había una certeza en reconocer cómo se sentía y me encantaba ayudarlo porque lograba expresarme claramente.
Después de una eternidad sin vernos, nos reunimos. Desde que me subí a su carro intuí que él sabía cómo me sentía. Tácitamente acordamos en que era mi momento para desahogar. El atardecer ese día era precioso. En Diego encontré a esa antigua Jenny que alguna vez le ayudó filosofando las incertidumbres de la vida.
No obstante, de nuevo interfieren los oleajes de la memoria porque entre las conversaciones que me dijo desde “diciembre”, estaba esta frase que me impresionó tanto como para volverse la semilla de esta publicación. Aquí la dejo:
Tenés una oportunidad aquí para intentar, para empezar.
2. Diana
Diana es el amor de mi vida. Al conocerla realmente —y con esto no quiero decir que sé todo sobre ella sino que logramos conectarnos— nos hicimos inseparables. Luego comenzaron a distanciarse los caminos, pero ella permanece con el título del amor de mi vida.
Me le acerqué una tarde a compartirle un pedacito de la nube que me atormenta. No me metí en detalles, aunque creo que en lo poco que dije le expliqué todo. Ella me contestó citándome unos versos que ya conocía —alguien que ahora no recuerdo me los enseñó en su momento—, pero de los que jamás había comprendido el mensaje que llevaban.
Es curioso, entre esas letras estaba lo que necesitaba (y que quizás todavía necesito):
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino estelas en la mar.
3. Mamá
Una mañana, casi llegando a mi lugar de destino. Mamá me preguntó si creía en el poder de la mente. Dije que sí. Me preguntó después si creía en que si yo por llevar algo en la mente el tiempo suficiente, llegando incluso a pensar en qué hacer para realizarlo, podría hacerlo realidad. Otra vez dije que sí. Entonces me dijo que debía creer en tres cosas:
Soy buena.
Soy inteligente.
Soy capaz de lograr grandes cosas.
Y me bajé del carro.
4. Samuel
Samuel es uno de mis amigos más antiguos. En esta especie de neblina personal que ya me está agobiando porque no sé cuándo acabará me acordé de él y fui a buscarlo. Descaradamente le conté mi preocupación. Digo descaradamente porque a veces una se modera al contar las cosas para que no la tomen por exagerada o dramática (aunque a veces simplemente así se sienta). Me valió. Ignoré la voz en mi cabeza diciendo que solo lo iba a enredar en mi desorden, que ni me molestara en molestarlo, que había pasado tanto desde la última vez que hablaron... Ah, también fue descaradamente el contarle mi preocupación, por cierto, porque estaba tan desesperada en hablarle que le conté todo en una sala de espera de un salón de belleza, con medio mundo mirándome raro.
Samuel me contestó con muchas verdades empapadas de cariño. Genuino, tierno, sólido y visceral. Lo que más me gustó fue que me mandó una nota de voz en medio del caos de gente: gritos, risas, alarmas, celulares, notificaciones... y él impasible, sereno, concentrado en consolar a su amiga. Yo no sé de dónde saca ese ideal que tiene de mí porque no es que le haya dado un riñón para que me estime tanto, de todas maneras se lo agradezco. Me hace falta.  
Epílogo: Palacios
Mientras escribía este post tuve un “colapso”. Estallé. Me encerré en mi cuarto, me tiré en la cama, cerré los ojos y traté de concentrarme en el aire que entraba y salía de mí a la vez que escuchaba la misma canción en repetición. Fue espantoso pero sanador.
Cuando me estabilicé, le llamé a Palacios. A él le gusta cómo cuento las historias y a mí me gusta contárselas. Él escucha. Después de la llamada me pasó un texto y una canción. El texto es precioso, me recordó que podemos ser seres sensibles; corrijo: me recordó que realmente lo somos y solo nos endurecemos con el tiempo. La canción, por otra parte...
Él no me lo dijo, pero creo que me la dedicó. Despertó la omnipresente intuición y me sugirió que debía buscar la letra. Lo hice. Empecé a reírme tontamente leyendo los primeros versos. Es que es como anillo al dedo —y eso que yo tengo estas manos diminutas, no me quedan los anillos—. Luego revisé algunos comentarios y precisamente el primero decía que esa canción no se le dedica a cualquiera. Tiene razón. Nada es casualidad.
                                                            ***
¿Por qué deconstrucción?
Estoy perdida. Llevo tanto tiempo sin saber quién soy que la convivencia conmigo misma se pone cada día más difícil, aunque mantengo esta esperanza —que no termino de enlazar— en la que algún día me voy a volver a encontrar. Es por eso que todavía preservo la risa como un patrimonio cultural de la humanidad.
Realmente escribo esto como un recordatorio —para mí, para vos, para todos— de que ahí están los amigos. Salen de los lugares de la memoria más inesperados, pero indudablemente oportunos. Escuchan, proponen (no solo responden), recuerdan, alientan, brindan certeza. Quizás su cualidad más valiosa es el amor desinteresado que pueden tener. No esperan nada de mí a cambio, no puedo darles beneficios en este momento...
Y sin embargo, como las rocas erosionándose en el mar, permanecen solemnes, esperándome a mí, la ola, esperando aquel retorno donde nos juntamos, reímos y bailamos.
P.D. Gracias, amigos. Este es mi regalo: la inmortalidad. Gracias también a los otros que no logré mencionar aquí pero permanecen en mi pensamiento constantemente. Un abrazo.
4 notes · View notes
scyllua · 5 years
Text
Tumblr media
Y esta semana en Golden Kamuy... ¡Rápidos & Furiosos & Un Hijo Secuestrado... en Hakodate! Haciendo Drift En Un DeDion Bouton ← Tagline. Aunque tendría que revisar el manga en más detalle para estar segura, me parece que éste sería el flashback más largo que hemos tenido: comienza en el cap.197 y ya se está extendiendo por tres capítulos, sin una resolución todavía. Bien podría continuar con la crónica de cómo Koito Heiji inventa aparentemente el drift en Japón, pero dado que el siguiente capítulo, cap.200, sería el último compilado en el vol.20, me inclino a pensar que Noda terminará el flashback para completar este miniarco argumental.
El cap.199 no llega a ninguna resolución argumental, pero sí hace que la trama se mueva y, en el intermedio, se las ingenia para obsequiarnos con la acción trademark de GK, la misma que incluye a algún personaje masculino perdiendo gran parte de la ropa (aunque con mucho más fundamento que en otros casos). Y a pesar de no dejar exactamente pistas, sino algunos detalles, el capítulo también nos hace sospechar de quien ya ha reunido suficiente mérito para ser El Sospechoso Común De Este Manga.
A diferencia de mis anteriores entradas con sólo comentarios fan, aquí haré un pequeño resumen del capítulo. Dado mi japonés -medianamente existente para entender a grandes rasgos la trama de mangas shounen o seinen-, les pediré tomar con cuidado lo que escribiré a continuación en caso de que haya algún error, error de traducción o mala lectura de algún kanji borroso en las imágenes o muy Meiji y, por ende, ya obsoleto. Debo decir que Noda es particularmente fan de éstos.
Resumen: Los secuestradores de Koito pretenden usarlo para obligar a su padre a deshacerse de instalaciones militares levantadas en Hakodate con miras a la inminente guerra con Rusia. Su padre tiene la decisión de no poner a su hijo por encima de su país, pero gracias a que se logra determinar el número telefónico desde el cual llaman los secuestradores, uno cuya línea se encuentra en la fortaleza Goryoukaku, parten hacia allá. ¿Quiénes? Los caballeros de la viñeta usada al principio de esta entrada, por supuesto.
Pues bien, tal y como se especulaba en el capítulo anterior, el secuestro de Koito está vinculado a la armada. Los misteriosos y rusoparlantes secuestradores se ponen en contacto con los Koito tal y como habían determinado antes para exigir que Heiji (el padre de Koito) se deshaga de las fortificaciones actualmente levantadas en Hakodate con miras a la inminente guerra, y tal y como lo había expresado antes, éste no pone la seguridad de su hijo por encima de su deber para con su país. Así es como, de una manera bastante emotiva y algo oblicua, se niega. La parte emotiva está en que Heiji compara la situación en que ahora se encuentra el muchacho con la de su hermano mayor, quien murió en la guerra sino-japonesa y, se entiende, en aras de su país. Puede que a primera vista parezca dura -aunque sensata- la actitud del padre, pero guarda consistencia con lo que éste le dijese a Sugimoto en el cap.139 (vol.14) sobre sus motivos para enviar a su propio hijo a una misión de la cual quizás no vuelva vivo: como padre, ya ha aceptado la posible muerte de su hijo debido a sus posiciones como militares. Aunque por supuesto que la escena de todas maneras me dejó un mal sabor debido a que Heiji menciona a Hanazawa Koujirou, el padre de Ogata, como otro militar que también perdió a su hijo, nosotros sabemos en qué situación.
Tumblr media
...Y por cierto que los dos término usados en el manga son 要塞(yousai), literalmente "fortificación" o "fuerte", y 駆逐艦 (kuchikukan), "destructor naval", aunque escritos en katakana. Recordando el capítulo anterior, saco en claro que se hace referencia a las instalaciones militares armadas y los barcos de guerra estacionados en Hakodate; en el mismo manga, los secuestradores dan ambos términos de manera vaga, sobreentendiéndose que por su desconocimiento del idioma japonés.
Tumblr media
Demostrando que prácticamente todos los personajes de esta historia son hombres (y mujeres... y niños... y hasta animales salvajes misceláneos...) de acción que no van a esperar que las cosas simplemente pasen cuando ellos podrían estar haciendo algo al respecto, Koito se enfrenta con sus captores en lo que se logra determinar el número telefónica desde el cual llaman los secuestradores. Y ocurre que el mencionado número estuvo en uso por una academia militar del ejército; como la única academia militar de Hakodate está ubicada en la fortaleza Goryoukaku, para allá se dirigen nuestros militares... aunque les tomará tiempo llegar por métodos convencionales: la fortaleza se encuentra a 6km de distancia y debido a lo empinado del terreno, los caballos se niegan a galopar cuesta abajo. Una vez más y en el mismo capítulo y, de hecho, sólo cuatro páginas más tarde, el padre de Koito vuelve a demostrar porqué prácticamente todos los personajes de esta historia son hombres (y mujeres... y niños... y hasta animales salvajes misceláneos...) de acción, y parte al lugar conduciendo el triciclo motorizado de su hijo. Tsurumi se le une...
Tumblr media
...y ambos inventan lo que debió ser el primer amago -aunque les sale digno de la saga de Fast & Furious- de drift de la era Meiji, al menos a bordo de un vehículo motorizado, como puede verse -los remito allí de nuevo- en la viñeta teaser que abre esta entrada. Noda le dedica a algunas viñetas a la experiencia de nuestros caballeros de mediana edad sobre tres ruedas (asumiré que Heiji ya sabía cómo conducir el triciclo), pero lo que nos importa en términos argumentales es que cruzan camino con un enmascarado a caballo, quien sería uno de los presuntos captores a juzgar porque va, en fin, sospechosamente enmascarado... aunque viendo más de cerca el capítulo, no puedo quitarme la impresión de que lo más sospechoso de toda la situación es que el que dé toda la explicación pertinente (...se trataría de uno de los secuestradores, se enteró de que ellos ya saben en dónde tienen a Koito, también se dirige al Goryoukaku...) es Tsurumi.
Tumblr media
Aquí hay una secuencia de varias viñetas de Tsurumi dando cuenta -sospechosamente- del enmascarado en el que posiblemente es el primer tiroteo a bordo de vehículo motorizado en la misma era Meiji, pero la he dejado de lado para hablar en cambio de cómo el par de oficiales militares y veteranos de guerra se topa con un obstáculo más concreto en el literal camino, un carro de pasajeros tirado por caballo. Y aunque pierden el triciclo, es más que obvio que esta contingencia no va a evitar que Heiji continúe en su misión de rescate. Sólo me quedaría comentar al respecto sobre los tirantes súper durables de Heiji a pesar de que al menos parte del uniforme de Tsurumi no sobrevive al impacto.
¿Comentarios fan? Mi primer comentario fan estaría dedicado, por supuesto, a anotar que este capítulo me hace sospechar mucho más de Tsurumi como quien está detrás del secuestro de Koito. Si bien ya es curiosa coincidencia que los secuestradores de Koito llamen desde una academia militar del ejército (el manga incluye esa aclaración, quiero pensar, en caso de que alguien haya olvidado que Heiji pertenece a la marina y todos los demás militares relevantes de esta historia, al ejército), está también la forma en que Tsurumi se deshace del supuesto secuestrador galopante (tras dar una explicación detallada de porqué el jinete está enmascarado, montando un caballo a toda carrera, siendo muy llamativo y yendo por exactamente la misma ruta que ellos cuando uno podría suponer que Hakodate tiene más caminos). Por supuesto que todos los indicios para creer que los secuestradores son sus propios soldados o por lo menos están relacionados con él son circunstanciales hasta el momento... pero también hay que recordar que una constante narrativa en Golden Kamuy es la forma en que los caminos de los personajes se han cruzado en el pasado, aunque sin que ellos lo hayan notado en muchos casos. ¿Cuántas posibilidades hay de que cierto francotirador rusoparlante actualmente armado y psicótico que estaría más que dispuesto a matar a un joven oficial del ejército hubiese conocido a este último en, digamos, un caso de secuestro años atrás por razones más que las kármicas o poéticas narrativamente hablando?
El resto de mis comentarios fan están relacionado con la fortaleza Goryoukaku, mencionada en este capítulo y destino de nuestro par de demonios sobre extres ruedas (asumiré que para el cap.200 tendrán que valerse de algún otro medio de transporte, o de algún útil recurso narrativo). Llamado 五稜郭, su nombre literalmente significa "fortificación de cinco puntas"; construida en 1855 en Hakodate precisamente como un fortín para repeler una invasión marítima por parte de Rusia, el Goryoukaku es un importante sitio histórico por haber sido la fortaleza principal de la República de Ezo y el escenario final de la Batalla de Hakodate, que cierra las Guerras Boshin para dar inicio a la Restauración Meiji.
Quizás la más famosa y emblemática edificación de Hakodate por su forma, es posible encontrar más que suficientes fotografías del lugar en internet, pero aprovecho esta oportunidad para usar las que tomé durante mi visita a la ciudad a mediados del 2018:
Tumblr media
Ésta es la vista del Goryoukaku desde la torre que se encuentra en sus inmediaciones -la también llamada Goryoukaku Tower- y que sirve de mirador. Desde la vista de la torre se nos hizo imposible tomar una fotografía completa del Goryoukaku, de modo que para ello sí los remito a buscar otras fotografías en la red. La mayor parte de los terrenos de la fortaleza ha sido convertida en un bosque, como puede verse, con una pocas reconstrucciones de los edificios que tuviese durante el siglo XIX.
Tumblr media
El piso de la Goryoukaku Tower que sirve de mirador tiene también una exhibición sobre la historia de Hakodate y la campaña con la que terminaría las Guerras Boshin. La maqueta que ven en la fotografía superior es parte de la exhibición y muestra cómo era la fortaleza durante los años de la guerra; como podrán ver, lo que en realidad tiene forma de estrella es el muro perimétrico que rodea las instalaciones militares, el mismo que tiene más de las cinco puntas de su nombre. Aunque luce excéntrico para tiempos modernos y hasta pareciese cumplir con una función más estética que práctica, la razón de la disposición arquitectónica del Goryoukaku es estratégica: los soldados ubicados en lo alto de sus muros podían disparar hacia cualquier locación baja, reduciendo con ello los "puntos ciegos".
Tumblr media
Hay dos estatuas en tamaño natural de Hijikata Toshizou en la Goryoukaku Tower, una ubicada en el primer piso y la segunda, en el mirador. Esta estatua reproduce la famosa (y única, me parece) fotografía de Hijikata tomada por Tamoto Kenzou, tal y como se explica en el manga en el cap.124 (vol.13). Incluyo la fotografía superior porque puede verse parte del Goryoukaku y la moderna Hakodate a través de las ventanas del mirador.
6 notes · View notes
mer24 · 5 years
Text
Martes 10 de diciembre de 2019
15:40 hrs.
Mi mañana comenzó así.. Tenía que despertarme y llevar una solicitud de empleo a un restaurante en el que me gustaría trabajar, pero como en la mayoría de las ocasiones, la pereza y el frío en las mañanas me domina y opto por seguir en la cama, pero ¿Saben? justo hoy, en esta fecha en específico, las fuerzas y ganas de levantarme o si quiera querer tomar una ducha o tomar un vaso de agua son realmente mínimas.
Incluso llegué a considerar no levantarme hasta las dos o tres de la tarde y posponer la posible entrevista que tendría en el restaurante, pero seamos sinceros.. ¿En qué me ayudaría actuar de esa manera? Se que a veces es normal sentirse así, sin ganas de absolutamente nada, pero es difícil levantarse día con día con la misma energía y la misma disposición de seguir adelante. 
Es por ello que dejé a un lado los pretextos y simplemente me levanté, me alisté para salir, y aunque ya fuera un poco tarde prefería hacerlo tarde y no quedarme asi un dia más. 
Tomé lo primero que vi en el ropero para no perder más tiempo y apresurar la llegada al restaurante, mi cabello lucía fatal pero siempre se ve desmarañado y esponjado asi que igual no me preocupe, solo tomé mi gorra negra y salí de casa.
¡Es cierto! Casi olvidaba mencionarlo.. y no por menos importante, pero no es sorpresa que olvide todo. Justo dos minutos antes de salir de casa, entró una llamada a mi celular de un número desconocido y que me parecía demasiado familiar pero la verdad no recordaba de quien era, respondí..
- Hola... 
Era ella.
- Yo: Am, hola.
- Ella: Hola.. (Torpemente lo volvió a decir)
- Yo: ... (No dije nada)
- Ella: Perdón, am.. Lo siento ..
- Yo: ¿Qué? ¿Por qué lo sientes?
- Ella: En serio lo siento, perdón.
Colgó.
Al principio me pareció un poco extraño que me apareciera su número así ya que aún la tengo en mis contactos, que extraño. Cuando respondí, sentí un cosquilleo extraño en el estomago, es realmente difícil de explicar..  porque a veces lo siento y a veces no, no entiendo que pasa, pero a decir verdad, odio seguir sintiendo eso.. 
Al escucharla, en mi mente solo podía pensar que la estaba oyendo otra vez, creía que nunca más la volvería a escuchar. Pero siendo completamente honesta, después de lo que me dijo solo pensé “¿En serio? ¿Sólo me marcó para decirme eso?.
Bueno, tenía que irme así que en cuanto colgó salí de casa cuidando que Luna (mi gatita) no fuera a escapar como suele hacerlo; caminé a la parada del autobús y mientras esperaba, abría mi lista de música para poderla escuchar durante el trayecto.
Hubo momentos durante el camino que tenía mi mente en blanco, otras veces me distraía muy fácilmente con lo que veía en la calle , incluso no prestaba atención a la música. Lo que realmente me tenía un poco nerviosa era la entrevista que tal vez me harían, soy una persona demasiado tímida e insegura. 
Llegué al restaurante, caminé y entre más me acercaba a la oficina de Recursos Humanos, mas sudaban mis manos ¡Qué horror!.
Me tranquilicé, eh aprendido a hacerlo, sabía que si no lo hacía arruinaría una oportunidad buena así que me calmé. 
Al llegar a la oficina, llamé a la puerta una vez, nadie salía.. Llamé por segunda vez, y nada.. estaba apunto de irme pero no, insistí una ultima vez y abrió una señorita con una cara de pocos amigos, que miedo. Lo bueno que ella no sería la persona que me entrevistaría ¡Que alivio!.
Esperé y entró a la oficina una señorita, ella  era la indicada. Me hizo las preguntas comunes en una entrevista de trabajo y listo, solo debía esperar que me llamara y confirmara la siguiente entrevista con el chef. En verdad espero que me llamen, es muy difícil la vida real, es tan frustrante no encontrar un mejor puesto y saber que el tiempo y dinero que inviertes en entrevistas y pasajes no tenga ningún fruto.. Pero bueno, así es esto y a seguir.
Salí de la oficina y me dirigí a la calle para tomar un camión que me llevara al centro de mi ciudad porque tenía que estar ahí, justo ahí..
Mientras caminaba, volvió a sonar mi teléfono. Era ella otra vez. No se que intenciones tuvo, la verdad nunca las supe. En este momento no recuerdo mucho de lo que hablamos, algunos temas eran charla sin importancia, comentarios sin sentido, pero yo no dejaba de preguntarme: ¿Por qué me esta llamando? ¿Qué es lo que quiere?. Es una pelea constante conmigo misma ya que todo el tiempo muero por verla y escucharla, pero al mismo tiempo se que ella no me hace bien, al menos no siempre porque todo resulta mal y vuelvo a llorar, ¿Qué hago?.
Es tan necio y estúpido el corazón.. No hace para nada caso a la razón.La llamada duró bastante, no se cuanto con exactitud pero aproximadamente fueron cincuenta minutos. Yo buscaba la forma de colgar y no escucharla más, pero ¿A quién quiero engañar? podría pasarme el día entero hablando con ella, y lo sabe.. La verdad no se que estoy haciendo, cada que hablo con ella pierdo completamente el control, la razón se esfuma, el terco amor me domina y caigo nuevamente a sus pies.. lo sé, que patética soy.
Nunca me había enamorado así, de esta manera, no se que necesidad de tanto sufrimiento por alguien que nunca se preocupó por ti, que jamás le importaste.. y aun sabiendo eso el humano es tan estúpido y ¡sigue ahí! o al menos así soy yo..
En esa llamada me decía tantas cosas que no comprendía, yo seguía tratando de descifrar la razón de su llamada. Dudo totalmente que me llamara por la fecha, es algo que realmente nunca le importó, ni antes ni mucho menos ahora. Lamentablemente ahora mis recuerdos de esta fecha, aparte de la melancolía que me invade el alma y el hecho de saber que ya no estará nunca conmigo, duele.. Duele saber que si en algún momento pensé que era mía no fue así.. y no, no lo mal entiendan.. ella estando conmigo era totalmente libre, pero creía que su amor me pertenecía, que sólo era para mi... Ahora no puedo evitar pensar que tal vez en esta fecha se podría encontrar con la otra chica, con la que decidió compartir nuestra fecha. 
Tal vez después de llamarme le marcó a ella, ya no sé. Es realmente una mierda todo esto. 
Mientras iba en el camión rumbo a nuestro lugar.. mi lugar, seguía en la llamada con ella, ya no sabía que decirle, ya nada era igual. 
No sabia la ruta que tomaría el camión, pero curiosamente pasó cerca de una heladería donde ella me llevó una vez. Me bajé. Yo no se que clase de broma sea, pero la única y primera vez que fui ahí, fue con ella y justo hoy tenia que pasar enfrente.. Me compré un helado, precisamente ahí probé por primera vez el helado de chongos zamoranos ¡sabe delicioso! uno de mis favoritos. 
Salí de la heladería y caminé hasta el lugar.. El cosmovitral.
Recuerdo que aun seguía hablándome por teléfono, y en un momento escuché que decía: “Me gusta tu nariz”. No saben como amaba que me lo dijera, a pesar de todo lo que sucedió ente nosotras, ella me ayudó a aceptar varias cosas de mi que detestaba y que ahora me encantan. 
Al decirme eso, solo sonreí y le pregunté que porque me decía eso, y solo corrigió.. después solo dijo que le gustaba y que siempre le gustó mi perfil, a lo que le volví a preguntar que porque lo decía, ¿Qué era lo que estaba viendo? y me respondió que veía unas fotos. 
No se porque las tiene todavía. Yo eliminé todas, ya no tengo ninguna foto de ella, no saben cuantas fotos le tomaba cada que la veía. Ni siquiera ella llegó a verlas todas. Para mi, ha sido la mujer mas especial que pude haber conocido, aunque intente odiarla, estoy totalmente jodida, me enamoré. Es bien cierto que cuando realmente lo estás, es demasiado difícil salir de ahí.
Yo seguía caminando. Cada vez estaba más cerca del sitio. Ella tenía que colgar y así lo hizo. Me coloqué los audífonos y seguí caminando hasta que llegué. Solo me coloqué enfrente , tratando de ubicar el punto exacto donde la esperé aquel 9 de septiembre del 2016, pero fue difícil, ya que hace tiempo quitaron unas letras enormes que precisamente decían COSMOVITRAL, porque cuando la conocí, coincidimos en encontrarnos justo en la “C” para que llegáramos a un punto en específico y no perder tiempo y poder vernos rápidamente. Es por eso que me fue un poco difícil pararme en el punto correcto.
Esas letras las colocaron en su tiempo para que los turistas ubicaran los puntos mas representativos y turísticos del lugar, me parece que en toda la república mexicana se pueden encontrar los nombres de todos lugares representativos de cada estado.
Algo de lo que pude darme cuenta, es que cuando la conocí, llevaba pocos días que habían colocado esas letras y justo pocos días después de que terminamos completamente, las quitaron.. No se que que clase de señal haya sido esa pero bueno, por algo pasan las cosas.
Después de quedarme unos minutos parada recordando aquel día, decidí sentarme ahí, sin importar que estuviera sucio y que la gente me viera. Quería comenzar a escribir pero la verdad me daba miedo tener el teléfono afuera, así que tomé mi mochila, saqué un cuaderno y comencé a escribir.
Pasaron unos minutos cuando de repente sonó nuevamente mi celular. Me llamó otra vez. Me dijo que quería verme, lo dudo. Sin embargo, yo moría por tenerla junto a mi, y no se, tal vez decirle que si me dejaba abrazarla como ella lo hizo ese día que la conocí porque vio que yo estaba muy nerviosa, no saben cuanta paz me transmitió ese abrazo suyo.. Justo ahorita, en este momento, mientras estoy escribiendo, recordé la blusa que llevaba ese día;  y creerán que es demasiada casualidad, y también lo pienso yo, pero justo hoy ¡llevo puesta esa blusa!. Juro que no  puedo creerlo.. ¡Es difícil de creer, ¿No?.
Después de decirme eso, me preguntó que si yo quería pero no respondí, me quede callada, a lo que respondió ella que estaba bien, que no dijera nada. 
Como lo dije anteriormente, daría lo que fuera por verla otra vez, besarla y abrazarla y no soltarla nunca.. Pero tristemente, se que para ella no significaría absolutamente nada el que hubiera pasado eso, es por eso que no entiendo que quiere, ¿En algún momento llegó amarme? ¿Cómo pudo fingir todo este tiempo?. Pero también me pregunto, ¿Que diferencia haría el saberlo? ¿Dejaría de amarla teniendo esas respuestas?. Realmente no... Me he enterado de muchas cosas que hizo mientras estaba conmigo, de las que nunca creí que fuera capaz, ella para nada es la mujer de la que me había enamorado, la mujer que conocí, en verdad.. Ahora puedo decir con toda seguridad que sin estar con ella, sin hablar nada con ella, la conozco mejor que otras personas... No se si la mujer de la que me enamoré sigue ahí, o si existió en realidad, lo único que se ahora es que la amo, aunque ella no me corresponda, la amo.. No se por cuanto tiempo lo haga, espero no sea tanto, pero por ahora,  yo sigo aquí, tan ciega de amor.
Sin decirle nada, le di una oportunidad de que pudiéramos vernos, no dudo que lo haya entendido, sencillamente no quiso, no tenía ni el mínimo interés de verme, tal vez iba a ver a su ex, no lo sé.. y me destroza totalmente saber que es así. Después de su llamada,  esperé 25 minutos para que llegara.. solo necesitaba 10. 
En otras circunstancias hubiera esperado mucho más o simplemente hubiera ido a donde estuviera ella, pero ya no, no más. Guardé mi cuaderno, me puse de pie, mire de frente el Cosmovitral, suspiré y me fui. 
Llegué a casa, no comí nada en todo el día, no tuve nada de hambre. Subí a mi cuarto y me tiré en la cama. Pasaron unos minutos y me marcó nuevamente, lo dejé sonar.. me llamó dos veces más, y no volvió a sonar. 
Si contestaba, sabia perfectamente que yo sin pensarlo dos veces iría a verla. Eso si es que ese era el motivo de su llamada, porque en realidad no lo supe y no lo sabré.
Ella me expresó en un momento de la llamada , que porque no le había dicho que iría al cosmovitral, ¿Tenía que hacerlo? Yo creo que no. 
Ahora pienso que si la vida quiere juntarnos nuevamente, como la primera vez, sin necesidad de comunicarnos, así será. Podemos llamarnos o enviarnos algún mensaje y salir, pero en lo que a mi respecta, ir juntas a ese lugar otra vez, ya no. Para mi siempre será un lugar demasiado valioso e importante, y es por ello que lo mantendré así, siempre. Aunque ella no lo vea de la misma manera.
Yo seguiré yendo, cada mes, en diferente hora, tal vez me quede 5 minutos, tal vez media hora, no lo sé, pero si tenemos que vernos nuevamente ahí, así pasará, sin ningún plan.
Tumblr media
1 note · View note
0010817-blog · 7 years
Text
⋅ˏˋ  ̶α̶ι̶ω̶ν̶ι̶ό̶τ̶η̶τ̶α̶  ˎˊ⋅
¿Crees que sea normal estar tan nervioso ahora mismo? Supongo que sí, más porque presiento que cometeré algún error, o porque simplemente no llegue a expresar correctamente lo que quiero con palabras, pero como cada mes, me esforzaré muchísimo para que esto salga bien, y, sobre todo, que te haga sonreír como nunca. Antes que nada, espero que estés teniendo lindos sueños, hoy fue un día pesado para ti, por eso mismo es que el cansancio consumió el resto de energía que quedaba en tu cuerpo; es algo tarde, ahora que te enteres seguro te enojarás por haber ido a dormir tan tarde, pero es que tenía la necesidad de escribir todo esto ahora, más porque precisamente en este instante, estás en mi cabeza. ¿Puedes creer que estamos cumpliendo un año? Siendo sincero, me siento un poco tonto porque aún no consigo asimilar que todo esto haya sucedido, que estemos de esta manera. Es como el sueño más bonito que he podido tener en toda mi vida, uno del que no quisiera despertar nunca. No sabes cómo me gustaría en este momento tenerte en mis brazos, llenarte de tantos besitos y cariñitos como fuese posible, hacer tooooodo lo que te gusta, incluso lo que no (solo para molestarte) y sacarte la más sinceras de las sonrisas. A lo largo de este tiempo, hemos tenido más altos que bajos, aprendimos cosas que, seguramente, desconocíamos, y eso es algo maravilloso. Creo que eres la persona de la que más he aprendido algo; por sobre todas las cosas, me enseñaste a amar. Me enseñaste a experimentar los más puros sentimientos que existen en la tierra. Como decirlo… Gracias por ser la única persona que me ha amado realmente por quien soy y no se avergüenza de mi o intenta cambiarme, eso es algo de lo que en serio estoy agradecido. Jamás creí toparme con una persona tan maravillosa como tú en la tierra, pero yo creo que algo más allá, nuestro destino, de verdad hizo que nos topáramos nuevamente por este camino llamado vida. Me cuesta un poquito expresar ahora mismo lo que siento, pero prometo que en esta ocasión seré lo más sincero que pueda en todo aspecto, espero no incomodarte o hacerte enojar con alguna de las cositas que tengo por decirte, pero, aunque eso pase, quiero que sepas que te amo como nunca he amado en la vida, te amaré siempre porque no quiero a nadie más en mi vida que no seas tú. Estoy muy feliz, demasiado. En estos momentos me gustaría que tocaras mi pecho y palpar lo rápido que van mis latidos, ¿será porque de verdad estoy pensando muchísimo en ti? No lo sé, pero esa sensación me encanta, es lindo que ocurra si es por ti, todo es perfecto si es por ti. En este punto de nuestras vidas puedo decir con toda la seguridad del mundo: sí, encontré a mi alma gemela, a mi otra mitad, al amor de mi vida.
Estos últimos días, por razones no muy importantes, hemos estado un poquito distantes, y, a decir verdad, me duele, más estando a escasas vísperas de nuestro aniversario. Te dije que sería lo más sincero posible, así que aquí voy… Sé que es tonto, pero a veces me siento verdaderamente culpable de que no estemos juntos, y digo, sí que es cierto, me enoja mucho tener que hacer cosas que, más que por gusto, son por obligación, cosas que quizás hagan que me distraiga, pero no me hacen sentir bien. Me enoja porque todo eso está haciendo que nos separemos por minutos o incluso por horas. Es feo, nono, más bien, es horrible pensar que algo así, tan absurdo, pueda provocar que el amor que sientes por mí se acabe, o no sé, que encuentres a alguien mejor que yo que esté contigo todo el día y esté libre de responsabilidades. Creo que por lo mismo he sido más sensible de lo normal estos días y no tengo ganas de nada, todo me pone de malas y lo único que quiero es dormir. Sé que no debería pensar cosas así, pero al sentirte un poquito lejos, mi inseguridad crece de un momento a otro, perdón por eso, sé que soy un tonto, pero ¿cómo no serlo si tú eres quien me ha vuelto de esa manera? Antes, era una persona realmente desinteresada por los demás, yo mismo decía que era alguien egocéntrico porque pensaba nada más en mí; antes de que regresaras a mí, vaya que disfrutaba jugar con la gente en muchos sentidos. Es vergonzoso decirlo, pero como te lo he dicho desde hace ya un año, quiero que sepas realmente quién y qué soy. Era tan infeliz que disfrutaba jugar con la felicidad de los demás, o al menos, una felicidad que creían tener; qué decir de las mentiras, era muy astuto en esas cosas para librarme de problemas o para entrar a ellos. Mis problemas emocionales y alimenticios eran bastante serios, pero como te digo, era alguien testarudo y ególatra que creía que nadie podría entenderme, o incluso ayudarme. A pesar de que mis conflictos internos no eran tan graves, yo tenía la sensación de tener la peor vida de todas, bien dicen que cada quien siente los problemas de una manera distinta y no todos pueden llegar a asimilar el daño que le causan a quienes los sufren, y bueno, siempre había sido juzgado por cosas como esas, nadie llegaba a comprender mis sentimientos o las palabras que llegaba a decir, por eso es que con el pasar del tiempo me volví más serio, reservado, inseguro. Soy de esas personas que siempre se preocupa del qué dirán los demás y no de lo que siento, siempre ha sido así, o bueno era, hasta que llegaste tú. No sé si es porque el destino así lo dictó, o si fue una coincidencia, pero de verdad, haberte conocido, es el regalo más lindo que la vida haya podido darme, es como si un angelito se hubiese atravesado en el camino para ayudarme a ser mejor persona, porque sí, gracias a ti, eso es lo que ha pasado. Quizás tú no te hayas dado cuenta de eso, porque bueno, estoy seguro de que no sabías esos detalles de mí que acabo de contarte, pero te juro que gracias a ti, he mejorado como persona en muchos sentidos. Haberte conocido me cambió completamente la perspectiva de la vida, realmente puede ser hermosa si se vive junto a la persona indicada, aunque haya cosas buenas o malas, siempre habrá una solución para todo; sé que está mal depender de algo o de alguien, pero si se trata de ti, de verdad vale la pena… Me importa poco lo que piensen los demás acerca de nosotros o de si lo nuestro es correcto, si lo que siento por ti está bien, con el simple hecho de tenerte a mi lado, lo demás no me interesa en lo absoluto. ¿A qué voy con esto? Mi mundo se vendría abajo si llego a perderte, a estas alturas, todo se derrumbaría a mi alrededor, y quien sabe, quizás sería la misma mierda de persona que era antes, no lo sé, tampoco quisiera imaginarlo porque vaya que todo eso sería horrible. Perdóname por no haber estado algún momento contigo, por esos días primero de cada mes donde mi internet estaba horrible y no me permitía pasar un rato a tu lado, por esos regalos atrasados que llegué a darte a causa de lo mismo, incluso, perdóname por haber tenido ese cansancio en las noches, ese que me obligaba a dejarte solito durante las madrugadas. Por ser tan tonto, despistado, imperfecto, pero, sobre todo, perdóname por amarte de esta manera tan sincera, tan real… No sé decirlo, lo que siento por ti va más allá de cualquier cosa, lo digo en serio, pero aún no sé qué hacer para que te des cuenta de ello, o por lo menos que llegues a comprender el amor que te tengo.
¿Te digo algo? Eres muy malo porque siempre me ganas las ideas de los regalos que te tenía a futuro, feo, pero, pero, pero, estuve esperando todos estos meses para hacerlo, creo que es algo muy sencillo, no lo sé, pero de verdad espero que lo disfrutes tanto como yo, eso sí, nada de tirar gotitas de agua o cosas por el estilo, mejor regálame la sonrisa más enorme que tengas porque es un día muy especial, es nuestro día, nuestro primer año de estar juntos. Recuerda que siempre estaré para ti, en vida o en muerte así será. Te amo muchísimo, mi estrellita preciosa, feliz aniversario. ♡
2 notes · View notes
little-summers · 8 years
Text
Possessions. (2/2)
Dos días después.
 El hombre de pelo rubio oxigenado había esperado a que anocheciese para poder salir de la casa abandonada en la que se quedaba. Los Ángeles no era una de sus ciudades favoritas pero había supuesto un alto en su camino a Las Vegas. Spike adoraba Las Vegas. Y más aún desde que le había robado una suma sustancial a Ángel y pensaba fundírsela entera apostando al Black Jack de gatitos.
Tumblr media
Como fuera, la cabina estaba al otro lado de la calle. Amparándose en el manto de la noche, se metió dentro de ella y rebuscó en el interior de su gabardina de cuero hasta encontrar un pequeño papel donde tenía garabateado un número.
Esperó, pacientemente a que diese señal y, al oír una conocida voz al otro lado, esbozó una media sonrisa socarrona.
—A ver, ¿eres Addison?
—Sí —Contestó al otro lado del teléfono— ¿Quién lo pregunta?
En cuanto había sonado su móvil, por primera vez en semanas Addison no había corrido a contestar esperando que fuese Sia, sino Dawn. La desaparición de su prima la tenía con el corazón en un puño y había momentos en los que perdía absolutamente los nervios; por suerte, Jake tenía suficiente sangre fría para los dos.
El cazador alzó la vista hacia Addison. Estaba arropando a Dorian que se había quedado dormido hacía apenas unos minutos. El niño no había pegado prácticamente ojo la noche pasada, ni la anterior, haciendo preguntas constantemente. Y tenía todo el derecho; después de todo, era su madre quién había desaparecido.
  Jake se acercó a Addison, interrogándola con la mirada.
No tenía sentido alguno. ¿Por qué llevarse a Dawn? Era a Dorian a quién querían, y le habían tenido al mismo alcance que a ella. No, Dawn se había ido por su propio pie y voluntad, y eso era, de algún modo, muchísimo peor. ¿Y si estaba bajo coacción? No lo sabía, Jake tenía demasiadas teorías, y seguía desarrollando nuevas porque necesitaba mantenerse ocupado. Necesitaba pensar en soluciones y olvidar el problema.
—Hola Addison. Soy Spike.
Aunque las presentaciones no era precisamente lo suyo, no quiso entrar en más detalles. Se habían visto una vez, semanas atrás, cuando aún vivían en San Francisco.
—Tengo una noticia para ti —le dijo, apoyando un brazo por encima del teléfono—. Dawn está poseída.
Desconocía por completo como había llegado a esa situación pero lo que más le sorprendía era, precisamente, que no llevase un tatuaje anti posesión. A veces las Summers eran tontas de nacimiento.
—Ha matado a un par de personas —continuó, como quien habla del tiempo—. Pero conseguí atraparla antes de que le diese por escuchar a Taylor Swift. Total, estamos en Los Ángeles, así que vente para acá para que puedas hacer el exorcismo. Lo haría yo mismo pero siendo vampiro, igual estallo en llamas.
La expresión de shock de Addison fue tal que Jake supo, con solo mirarla, que no era una llamada para dar buenas noticias.
—¿Qué pasa? —Preguntó con un tono de urgencia.
—Estoy en los Ángeles —Fue lo primero que fue capaz de decir Addison ante semejante bomba—. Dame una dirección y estaremos allí en menos de una hora.
—¿Allí dónde? —Jake no podía evitar insistir— ¿Ha aparecido?
Addison apartó el teléfono solo un segundo para poder contestarle.
—Spike, un amigo de Dawn la ha encontrado. Está poseída —Susurró—. La tiene, pero no podemos llevar a Dorian.
Jake tragó saliva, pero no sirvió para deshacer el nudo que tenía en la garganta. No, no podían llevar a Dorian.
—Iré yo —Y de un manotazo le quitó el teléfono a Addison— ¿Cuál es la dirección?
No, no pensaba que tuviese más derecho que la prima de Dawn a estar allí. Pero lo que si tenía era más experiencia con los exorcismos y, además, Dorian se quedaría más tranquilo y cómodo con su "tita" que con él.
Spike le dio la dirección y ambos quedaron en que Jake tardaría lo menos posible en llegar allí. Al fin y al cabo, no estaba muy lejos.
La casa había sido muy bonita en otro tiempo. De colores pastel, con dos plantas que se expandían en un ambiente diáfano. Sin embargo, en ese momento la fachada quedaba totalmente tapada por una enredadera que había hecho de las suyas creciendo, sin prisa pero sin pausa, hasta tapar casi toda la parte delantera.
Unos toques en la puerta indicaron que Jake estaba allí y cuál fue su sorpresa cuando quien abrió la puerta no fue Spike. Una mujer menuda, de cabello corto castaño y ojos azules estaba al otro lado del umbral. Anastasia Flynn habría esperado a Addison pero estaba claro que, últimamente, sus deducciones eran pura mierda.
Tumblr media
—Hola, Jake —lo saludó, dejándole entrar.
Una cicatriz recorría su rostro. Nacía en su sien derecha y se deslizaba en modo descendente hasta perderse en la parte izquierda de su mandíbula.
—La tenemos atada en el sótano. Te aviso que no está muy amigable.
—Me lo esperaba —Dijo, entrando y con el ceño fruncido, preguntó— ¿Y a ti qué te ha pasado en la cara? No voy a preguntarte cuando has vuelto porque ahora mismo me da igual.
La mayoría de las casas americanas tenían la misma distribución, por lo que a Jake no se le hizo difícil dar con la cocina y seguidamente, el sótano. Bajaba las escaleras seguido por Flynn.
—Addison quería venir, pero alguien tenía que quedarse con Dorian.
Localizó a un rubio con una larga chupa de cuero apoyado en la pared y de brazos cruzados. Acto seguido, vio la figura de Dawn sentada en una silla, atada de manos y pies. La silla estaba en el centro de una clave de salomón dibujada en el suelo. Se quedó plantado tras bajar el último escalón, mirándola fijamente. Era culpa suya. Él la había animado a comprar ese bar, a no descartar el mundo de la cacería. Y ni siquiera se había fijado en si llevaba un tatuaje anti posesión. Y no iba a ser por no haberla visto desnuda.
Tumblr media
Dawn ladeó la cabeza, componiendo una enorme sonrisa según sus ojos se volvían totalmente negros.
—¡Ya estamos todos! ¡Puede empezar la fiesta! —exclamó, sin dejar de sonreír—. ¿Qué te pasa, Flynn? ¿Esperabas que viniese la zorra de tu novia?
Sia frunció los labios, guardándose la respuesta que tenía preparada. Seguirle el rollo al demonio no sería, precisamente, lo adecuado. Sabía por qué decía aquello: quería provocarla.
Ante su silencio, Dawn simplemente chasqueó la lengua.
—Parece ser que te has ganado esa fea cicatriz por nada, ¿eh?
Y, entonces, se echó a reír. Una risa ligeramente histérica que hizo a Spike separarse de donde estaba apoyado e ir hacia Jake.
—Bueno, cuanto antes lo hagas, mejor —le dijo, echando un leve vistazo a Dawn, que los seguía mirando atentamente—. Porque me está quitando el puesto de Míster Obviedades y…
—Oh, Spike —le cortó ella, echándose todo lo que pudo hacia delante en el asiento—. Todo el mundo sabe que eres un niño de mamá así que deja de vender esa fachada de tío duro porque nadie se la traga.
El vampiro rodó los ojos, tomando una gran bocanada de aire.
—¿Ves? Y ni siquiera puedo atizarle porque entonces, me sentiría mal.
Jake miró a Spike a los ojos pero lo único que le dio como respuesta fue eso y silencio. Se quitó la cazadora y la colgó religiosamente en el respaldo de una segunda silla; luego, arrastró consigo esa silla y la colocó frente a Dawn. Se sentó.
Sí, iba a realizar el exorcismo, pero antes necesitaba aclarar un par de cosas.
—Corta el rollo ¿quieres? Cuando aprenderéis los demonios que lo vuestro es degollar y partir cuellos. La destrucción. No las palabras. Tened un poco de respeto por vosotros mismos —miraba los ojos negros de Dawn completamente inexpresivo—. Voy a hacerte un par de preguntas y de ti depende que esto acabe en un santiamén o se alargue muchísimo. ¿Sabes lo que pasa cuando la persona que está recitando el exorcismo no acaba? Es curioso, en realidad, porque uno nunca piensa en las medias tintas. Cuando alguien interrumpe el exorcismo una y otra vez, tu esencia arde. El dolor que te produce al intentar expulsarte del cuerpo se repite una y otra vez, y no estás fuera ni dentro. Es una agonía. Lo sé porque he estado en una silla como esa —Le guiñó el ojo—. Qué me dices ¿charlamos un poco?
Dawn permaneció inexpresiva, observando al cazador con esa sonrisa congelada en su rostro. Si le había causado algún pavor sus palabras, no se estaba dejando traslucir en su rostro.
—¿De qué quieres charlar? —le preguntó—. ¿De tu familia? Ah, es verdad, que no tienes. Ni familia, ni pasado, ni... nada. Supongo que de eso no quieres hablar —fingió pensar—. No, no se me ocurre nada que pueda interesarme dialogar contigo, cazador.
Anastasia y Spike se mantenían en el mismo sitio, observando. La primera estaba cruzada de brazos y el otro se encendía un pitillo.
Jake había esbozado una sonrisa. Se esperaba que el demonio usase esas cartas. Había estado preparándose todo el camino.
—Pues fíjate tú, que a mi si se me ocurren algunas. He tenido tiempo para pensar de camino hacia aquí y ¿sabes? Aunque no descarto la posibilidad de que el que hayas escogido este cuerpo sea mera casualidad, me resulta bastante difícil de creer —Hizo una pausa, sin apartar la mirada de ella— Eres un demonio, y a los demonios os encanta cotillear. ¿Qué sabes sobre Dorian? Alguien está intentando echarle el guante desde hace semanas. O, espera —frunció el ceño— Claro. No lo sabes y por eso has poseído a su madre. Esperando que en su cabeza estuviese la información que necesitáis para luego mover ficha. ¿Uhm? Si el niño es importante para alguien, es importante para todos. ¿No es esa la regla de vuestra jungla?
Estaba cerrando y abriendo las manos mientras Jake hablaba, como si así consiguiera que deshacerse de los grilletes que la unían a la silla atornillada al suelo.
—Para tener sólo unos meses de vida, te funciona muy bien la neurona —fue todo lo que respondió, esbozando una enorme sonrisa.
El suelo entero de la casa tembló, haciendo que tanto Anastasia como Spike perdiesen el equilibro mientras Dawn mantenía su mirada negra como el tizón fija en el cazador.
Fue precisamente en ese instante cuando el temblor que había sacudido la casa segundos antes sacudió por completo los cimientos. Una brecha se abrió en el símbolo y, en cuestión de segundos, Dawn se había deshecho de los grilletes y le había propinado un cabezazo a Jake.
Jake no lo pasó por alto, pero se mantuvo impasible, devolviéndole la mirada sin dejarse intimidar.
—¿Y bien? Está claro que has tenido horas de sobras para pensar en una forma de soltarte de esos grilletes y de anular la trampa que te encierra. Pero ¿cuánto vas a tardar? Porque —Se miró el reloj de muñeca y alzó las cejas— yo calculo que puedo recitar el exorcismo en cuarenta y cinco segundos.
De repente, Jake se levantó de la silla como una fiera y apoyó las manos sobre la silla en la que estaba sentada Dawn, inclinándose hacia ella para quedar prácticamente frente contra frente.
—¿Por qué Dawn? ¿Por qué Dorian?
Fue precisamente en ese instante cuando el temblor que había sacudido la casa segundos antes sacudió por completo los cimientos. Una brecha se abrió en el símbolo y, en cuestión de segundos, Dawn se había deshecho de los grilletes y le había propinado un cabezazo a Jake. Anastasia se abalanzó sobre su arma pero fue demasiado lenta, Dawn le pegó una patada en la cara que la lanzó al otro lado de la estancia.
—Esto me va a doler más a mí que a ti —le dijo Spike, alzando los puños, antes de arrearle un puñetazo.
Para él, no estaba pegando a un demonio. Estaba pegando a Dawn, lo más parecido a una hermana pequeña que había tenido en su vida. Sin embargo, el golpe fue encajado con tanta frialdad que le propinó un par más. Al cuarto, Dawn le interceptó la muñeca, se la retorció, partiéndosela por la mitad y lo lanzó al otro lado de la habitación. Entonces, echó a correr escaleras arriba hasta alcanzar el piso superior.
Con una brecha en la frente, Jake se sobrepuso a su mareo y sin pararse a comprobar que Anastasia y Spike estuviesen bien, subió las escaleras tras Dawn. Su altura y el tener las piernas más largas iban a servirle de algo por primera vez, haciéndole más rápido que ella y pudiendo interceptarla en la cocina. Hacerle daño era lo último que quería, pero iba a darle muchísimo más daño si dejaba que saliese de esa casa y que volviese a mancharse las manos de sangre. La había cogido por la cintura y la tiró sobre la mesa, haciéndola rodar hasta caer al suelo del otro lado y él rodeó el mueble para llegar hasta ella justo cuando se levantaba.
—Podríamos haber hecho esto por las buenas. Then again, los demonios no brilláis precisamente por vuestro sentido común —La pausa fue muy corta, y empezó a recitar—. Exorcizamus te, omnis immundus spiritus omnis satanica potestas, omnis incursio.
El cuerpo de Dawn convulsionó y una serie de finas brechas de color lila parecieron expandirse por toda su piel.
Tanteó por el suelo. Cuando la había tirado sobre la mesa, varias cosas habían caído de allí encima. Tanteó hasta agarrar una sartén y le propinó un sartenazo en toda la cara. Aunque el cazador trastabilló hacia atrás, siguió recitando el exorcismo. Y el demonio decidió que era hora de tomar medidas al respecto.
Vio el cuchillo brillando a pocos metros de ella y se abalanzó sobre él. Con dificultad pero manteniéndose erguida, lo alzó. Anastasia subía en esos momentos los escalones de la escalera cuando lo vio. Pensando que se lo lanzaría a Jake, se quedó de piedra cuando vio a Dawn clavándoselo a sí misma en el estómago.
Una sonrisa apareció en sus labios.
—Sigue recitando —lo desafió, sacando el cuchillo de un tirón. Un borbotón de sangre manchó la camiseta de Jake—. Y echarás de este bonito cuerpo a lo único que la puede mantener con vida.
Jake era un hombre fuerte. O él se consideraba así. Pero en ese momento, se sintió como un insecto en un mundo de gigantes. Asustado, pequeño, aplastable. La voz se le había atascado en el nudo que se le asentó en la garganta y el estómago le dio un vuelco.
Parpadeó lentamente. Un destello de sentido común quiso convencerle de que seguir recitando el exorcismo era lo correcto, pero él solo pudo que ver la imagen de Dawn tumbada en la cama arropada en sus brazos, durmiendo plácidamente y con una sonrisa involuntaria curvándole esos labios que a él tanto le gustaba besar. Y ese recuerdo le pedía que fuese egoísta; que la dejase marchar hoy para poder salvarla mañana. Daba igual si salía de esa casa y degollaba algunos cuellos más. Daba igual si el alma de Dawn se corrompía. Seguiría viva, y mañana podría seguir siendo suya.
Porque acababan de empezar, pero quería que fuese suya.
Cuando el demonio se mofó de él, aún atrapado en el símbolo recordándole que no tenía absolutamente nada; que por no tener, no tenía ni pasado, había mantenido la compostura. Pero ahora sentía como un torrente de angustia le estrujaba el pecho. No tenía nada. Y si perdería a Dawn, volvería a no tener absolutamente nada.
  Jake tragó saliva, y aunque sus ojos verdes tenían un brillo de lágrimas, no dejó escapar ninguna.
—Lo siento.
No se lo dijo al demonio. Se lo dijo a Dawn. Porque estaba seguro de que ella podía oírle. Ese niño con el que había estado jugando a fútbol, ese niño tan espabilado e inocente no merecía quedarse sin madre. Pero tampoco merecía que su madre se convirtiese en un monstruo. Y Jake lo supo entonces; si la quería, eso era exactamente lo que tenía que impedir.
—Exorcizamus te, omnis immundus spiritus, omnis satanica potestas, omnis incursio. Infernalis adversarii, omnis legio, omnis congregatio et secta diabolica. Ergo draco maledicte, et omnis legio diabolica adjuramus te. cessa decipere humanas creaturas, eisque aeternae Perditionis venenum propinare.
El humo salió disparado de la boca de Dawn hasta perderse en el suelo durante unos segundos que se hicieron eternos.
Entonces la pequeña de las Summers parpadeó. Sus ojos volvían a ser de color azul y su mirada se cruzó apenas un segundo con la de Jake cuando se desplomó en el suelo. Inconscientemente, sus manos fueron enseguida a taponar la herida. Pero había sangre por todas partes. La sangre manchaba su camiseta, sus manos, se desparramaba entre sus dedos.
Tuvo miedo. Un pánico atroz en ese mismo instante. Su corazón latía rápidamente dentro de su pecho y eso parecía que provocaba que se desangrase más rápido. No quería morir. No podía siquiera permitirse ese pensamiento. ¿Quién se ocuparía de Dorian? ¿Qué sería de Jake? ¿Y Addison?
Le temblaba todo el cuerpo mientras intentaba respirar. Pero respirar comenzaba a ser muy difícil.
Jake cruzó la poca distancia que les separaba y se fue de rodillas al suelo con ella. Tomó sus mejillas.
—Eh —Susurró—, estoy aquí. Todo va a salir bien. ¿Me oyes? Todo saldrá bien... ¡Sia! —Rugió llamando al hada y cuando ésta se acercó formuló la pregunta sin tapujos— Sé cómo salvaste a Addison en la venta de armas. Sé lo que puedes hacer. Así que quiero que hagas esto y que lo hagas ya. Quiero que me transfieras su herida.
Podría haber dicho como argumento que era un hombre, que resistiría mucho más y acabar diciendo que era un buen plan. Pero no dijo nada de eso. Porque no tenía que justificar sus decisiones. Si no tener nada y a nadie tenía alguna ventaja era, precisamente, que no respondía ante nada y ante nadie. Sentía el cuerpo de Dawn temblando y estaba matándole.
—¿Puedes o no puedes hacerlo?
—No funciona así —respondió Sia, con un hilo de voz.
No, no funcionaba así. Y de tener por completo sus poderes, la herida de su rostro no existiría. Con pasar cuatro días nadando en el océano, habría desaparecido. Esa era la principal razón por la que no había contactado con Addison en todas esas semanas. Su relación le había acarreado una serie de problemas con los que no había previsto.
Pensó en Addison y en lo muy unida que estaba a su prima. En lo mucho que la quería. En concreto, a su mente acudió una escena, cuando aún vivían en San Francisco: Addison y Dawn estaban en el sofá, muertas de risa, viendo fotos antiguas de cuando eran pequeñas.
El hada tragó saliva, acercándose lentamente.
El color había abandonado las mejillas de Dawn mientras ésta intentaba mantenerse despierta. Pero todo comenzaba a darle vueltas.
—Jake… —consiguió decir, en un bajo susurro—. Cui…. Dori….an…
—No tiene por qué hacerlo —le dijo Anastasia, arrodillándose a su lado—. Lo cuidarás tú misma.
Alzó la vista hacia Jake, antes de subirle la camiseta a Dawn y posar las manos en su herida.
—Dile a Addison que a veces, aunque dos personas se amen, no es suficiente —parpadeó, frunciendo los labios—. Prométeme que se lo dirás. ¡Prométemelo!
El leve asentimiento de Jake fue todo lo que necesitó. Cerró los ojos.
Un intenso y puntiagudo dolor se expandió por todo su abdomen. La herida de Dawn quedó completamente cerrada y, esta vez, fue Anastasia la que cayó hacia atrás, sangrando a borbotones.
La cicatriz de su rostro pareció abrirse levemente, dejando que varias gotas de color carmesí se deslizasen por sus mejillas.
Jake soltó un suspiro entrecortado y en ese momento se sintió dividido entre seguir sosteniendo a Dawn o ir a intentar parar una hemorragia que sabía de antemano que no iba a poder detener. Miró a los ojos de Dawn un momento antes de acercarse a Sia, poniendo las manos sobre la herida y haciendo presión. A veces no se trataba de poder salvar a alguien, sino de que no muriesen solos.
—Sh —soltó en un bajo susurro al verla arquear la espalda. Sia se ahogaba, seguramente en toda la sangre que se le estaba aglomerando en la garganta. Y por todo el oxígeno que entraba y no llegaba a ningún sitio—. Sh... Está bien. Piensa en algo bonito ¿eh? Piensa en Addison.
Creía haber calado a Anastasia desde que la conoció, pero había estado completamente equivocado. Lo que acababa de hacer por Dawn, lo que seguramente en el fondo había hecho por Addison, no podía compararse con nada. Estaba muriendo por quién era y por la persona que quería, y nadie tenía derecho a cambiar eso.
La piel de Anastasia comenzó a teñirse de verde. Unas escamas asomaron por debajo de su ropa mientras el cabello se le caía a mechones. Sus uñas se desprendieron y unas branquias se formaron a ambos lados de su cuello. Boqueó, igual que si estuviera en el mar, buscando respirar. Pero nada de eso llegó a sus pulmones.
Cuando quiso darse cuenta el rostro de Jake había desaparecido enfrente de sí y, el dolor que la recorría por dentro, comenzó a disiparse.
Lo supo antes, incluso, de que de nuevo sus escamas volvieran a cubrirse de piel humana.
Dawn parpadeó ante la transformación, primero anfibia de la hada, y después humana. Anastasia volvía a ser ella misma con cada centímetro de piel en su sitio. La cicatriz en su rostro resurgió y, con una fuerte aspiración, se agarró a los brazos de Jake.
—Agua.
Fue todo lo que pudo decir antes de perder el conocimiento.
—Hay que… que llevarla… a un estanque o una bañera —dijo Dawn, sintiendo la boca pastosa.
En ese momento, Spike apareció en la cocina. Nada más ver a Dawn supo que volvía a ser ella. Menos mal, porque su muñeca rota le había provocado unas inmensas ganas de estamparle la cabeza contra la pared.
—¿Agua? El vecino tiene una piscina —dijo, señalando la parte trasera de la casa.
—Llévala a la piscina —le pidió Dawn a Jake.
Aunque ella estaba curada, aún no se sentía con la energía necesaria para ponerse, siquiera en pie.
Jake no tenía ni idea de qué acababa de pasar. Oyó la sugerencia o más bien orden de Dawn y alzó a Anastasia en brazos. Cruzó la casa hasta salir por la puerta que daba al jardín. Saltar la valla para pasar al jardín del vecino fue mucho más difícil con Sia en brazos, pero afortunadamente mantenerse en forma daba sus frutos. La piscina no estaba para echar cohetes, de hecho, Jake tenía dudas de si meterla allí iba a ayudarla a regenerarse y curarse, o si iba a empeorar las cosas causándole vaya dios a saber qué infección. Pero no tenían otras opciones. Hincó la rodilla en el césped y con cuidado la metió en el agua.
El agua acogió a Anastasia como si de una vieja amiga se tratase. De hecho, el líquido pareció arrebatarle el cuerpo de entre sus manos al cazador, sumergiéndola hasta el fondo.
—¿Puedes ponerte en pie? —preguntó Spike, dando un par de pasos hacia Dawn.
—No… no lo sé —respondió ésta, temblando.
Su amigo la ayudó, agarrándola bien por los brazos. Cuando sus pies aguantaron todo su peso, no la soltó. Y, cuando ella se abalanzó sobre él para abrazarlo, no la apartó. Él mismo le correspondió en el abrazo, frotándole la espalda con su mano sana.
Suponía cómo debía sentirse. Estar a las puertas de la muerte no era algo que se pudiese superar fácilmente. Menos aun si te poseía un demonio y se inmolaba a modo de chantaje. Le siguió frotando la espalda hasta que sintió que el abrazo se aflojaba y, entonces, se separó de ella.
Preguntarle si estaba bien era una estupidez. Era obvio que no lo estaba.
—¿Dónde está Dorian? —le preguntó ella, pasándose una mano manchada de sangre seca por el rostro.
—Creo que le oí decir a tu amigo que estaba con Addison.
 Jake se quedó de rodillas en el borde de la piscina, mirando hacia el fondo. El cuerpo de Sia estaba completamente sumergido. No le costaría admitir que el poder que tenía el hada le despertaba mucha envidia. Era maravilloso. Mágico. Y acababa de salvarle la vida. Soltó el suspiro sin darse cuenta y luego se pasó la mano por la cara. No se había dado cuenta ni de que estaba sangrando hasta entonces. Empezaba a sentir como un torrente de emociones amenazaba dentro de él y frunció los labios como si eso cerrase las puertas, metiendo las manos en el agua y empezando a lavarse cara, manos y pelo. Casi había vuelto a joderla. Otra vez. Podría haber hecho el exorcismo nada más llegar, pero no. Tuvo que interrogar al demonio, tuvo que tentar a la suerte y gracias a su altanería no una, sino dos personas casi habían muerto. Dawn casi había muerto en sus brazos. Cuando cogió el teléfono y le dijo a Spike que iría él, había estado convencido de que podría salvar a Dawn. Pero todo lo que había hecho era empeorar las cosas. Se rió. Se rió mientras aún se pasaba las manos por el pelo. Se reía y no sabía muy bien por qué. O porque si se reía mientras sentía que se le rompía algo, y alguien aparecía, le encontraría riéndose y no llorando. Y no preguntarían. Nadie le puede explicaciones a una risa. Spike y Dawn salieron de la casa. El primero le tenía pasado un brazo por los hombros a la joven. Le había dejado su gabardina y ella estaba intentando entrar en calor, abrazándose a sí misma mientras se acercaban a la valla. No tuvieron que saltarla. Spike arrancó un par de tablones y ambos entraron en la propiedad.
—Algunos tienen un curioso sentido del humor—le dijo a Dawn, viendo que Jake estaba riéndose como un histérico.
Sin embargo, ella se acercó al cazador. Aún le temblaban las piernas pero consiguió mantenerse sobre ellas según se dejaba caer de rodillas a su lado. Él estaba completamente limpio y ella.. Bueno, a ella le hacía falta una buena ducha.
Le miró, fijamente. Cuando él le devolvió la mirada supo, al instante, que Dorian estaba bien. Era lo que más le había preocupado. Tenía unas enormes ganas de abrazar a su hijo y prometerle que nunca más se separaría de él.
Le pasó el dedo índice por la mandíbula, dibujando una línea imaginaria según ladeaba el rostro. Tenía unas ganas inmensas de llorar.
Jake no era empático, y en ese momento apenas podía contener sus propias emociones, pero lo leyó en los ojos de Dawn. Leyó todo el miedo que estaba sintiendo y que en ese momento le necesitaba, aunque todo lo que había hecho y todo lo que acababa de suceder le recordase con una creciente migraña que no era suficiente para ella. Y le apartó la mano, solamente tirar de ella hacia sí y abrazarla. Asumiría todo su peso y la sostendría, la protegería, incluso, aunque hubiese demostrado que el poder protegerla no era más que una mentira. Una mentira que él se había obligado a creer.
—It's okay —Le susurró, dándole uno, dos y tres besos en la mejilla—. Ya se ha acabado.
3 notes · View notes
Text
Alucinaciones.
Lo veo parado frente a mí y no sé si es real. Tiene su cara, su sonrisa, hasta habla igual a él, pero no tiene sus ojos, es por ello que me doy cuenta que sólo es otra alucinación. En cambio, Mau sí está aquí, lo sé porque no luce como la última vez que lo vi, hace tanto tiempo de eso, creo que fue hace como año y medio, ahora lleva una barba de 2 semanas que no sé si se ha dejado a propósito; ha estado sentado frente a mí aproximadamente 8 minutos pero yo sólo me limito a observarlo, buscando cualquier indicio que me indique algo fuera de lo común, supongo que ya se me ha vuelto una costumbre. Pasados 11 minutos desde su llegada decido finalmente hablarle, supongo por su mirada que se estará preguntado el porqué estoy aquí, en un hospital psiquiátrico, es decir, la última vez que me vio no era precisamente normal, pero no tenían que mantenerme bajo vigilancia las 24 horas del día; lo razono un momento y me convenzo de contarle sobre cómo terminé aquí:
— Llegué aquí después de que empecé a ver a mi amigo muerto, no sé, todos dicen que se quitó la vida, pero a mí no me consta, es decir, ¿cómo puedo creer que está muerto si yo aún lo veo? —le digo como si fuera la cosa más normal del mundo, entiendo por su expresión que lo han exaltado mis palabras, pero él debería entender que para mí no es algo nuevo —. No descarto la idea, puesto que, ¡vaya!, nos conocimos en un grupo de ayuda para suicidas, pero de alguna forma es difícil creer que alguien que viste una semana antes, simplemente ya no está, y piensas en todas las pláticas que no concluyeron, las preguntas que no le hiciste y ahora jamás podrás, además piensas en las cosas que desde ahora ignorarás para siempre como, no lo sé, su color favorito, bueno, cosas como esas en el caso de que seas tan distraído como yo y hayas olvidado hacerle una pregunta tan sencilla —noto que comienzo a ponerme mal, esto me pone muy mal, (¿por qué no sólo se lo pregunte?) así que tomo aire intentando calmarme un poco, no quiero que Mau se vaya horrorizado en su primera visita, ni que ésta se convierta en la última —… y todas la ideas que habían y ahora, de repente, sólo se esfumaron —le digo ya de una manera un tanto más calmada—… porque nunca va a volver —concluyo.
— Supongo que debes sentirte muy mal… —comenzó a decir y siguió hablando un largo rato, pero no le presté mucha atención, había oído aquello en repetidas ocasiones y se había transformado en un acontecimiento tedioso.
Cuando dejó de hablar yo repetía en mi cabeza “tenía 18 años en el 2013” por décima octava vez, algo que me repetía en los momentos de crisis, iba justo por la mitad cuando me di cuenta que me estaba mirando como esperando una respuesta así que yo simplemente me limité a asentir.
— ¿Y no hay una forma de hacer que pare? —me pregunta intentando seguir con la conversación.
— No siempre quiero que pare —le digo sincera.
Se me queda viendo con expresión extrañada y es por ello que empiezo explicar.
— El doctor Eben me pide constantemente, en cada sesión, para ser exactos, que evite hablar con Izan, mi amigo, hemos estado trabajando mucho últimamente en los factores que me permitirán identificar cuando algo no es real, bueno, para identificar que él no es real, pero él de alguna manera forma parte de mí, así que cada vez está tres o cuatro pasos delante de mí, siempre encuentra la manera para que olvide lo aprendido en las sesiones y termino necesitando una intercesión del doctor sueño —me mira con desaprobación, supongo que no le ha parecido la manera que tengo de hablar de “problemas serios”, ante su mirada respondo— prefiero tomar las cosas con humor porque si las tomo seriamente las alucinaciones no serían mi único problema, también se sumaría la depresión, pero volviendo a lo que estábamos, no siempre quiero dejar de verlo porque normalmente no recibo muchas visitas, pero él siempre está aquí.
— Garci, ¿él está aquí ahora? —me pregunta mirando disimuladamente hacia toda la habitación, lo cual me provoca un poco de gracia.
— No, sólo me visita cuando no tomo mi medicamento —le digo con tono suave y escaneando cada parte de la habitación, buscándolo, a veces se aparece inesperadamente; normalmente me reservo esta información, pero confío en Mau, así que le comento esto aun más suave para que no se asuste.
Nos quedamos callados unos cuantos segundos y algo me hace creer que está a punto de tomar sus cosas y marcharse, cosa que me aterroriza, normalmente no recibo muchas visitas, esta es la primera en 3 meses.
— Garci, ¿tomaste tu medicamento el día de hoy? —me dice con calma y por alguna extraña razón asoma una pequeña sonrisa, casi imperceptible, no la notaría de no ser porque observo cada detalle con muchísimas ansias, las ansias de quien no ha tenido contacto con nadie, salvo un ser medio falso, durante un largo tiempo.
Me concentro tanto en la diminuta sonrisa que casi olvido que me ha hecho una pregunta y que, por ende, debo contestar.
— No, el día apenas ha comenzado y no me traen el medicamento hasta las 9 —le contesto aún enfocada en el movimiento de su labio inferior.
— Eso lo explica —me contesta antes de figurar con los labios una especie de mueca y dejar salir finalmente una de la sonrisas más amplias y, de alguna manera, molestas que haya podido presenciar.
Y es entonces que lo noto, ¿por qué a Mau le permitirían entrar con una mochila a mi habitación?, esta es una de las primeras preguntas que se presentan ante mí, el inicio de un remolino de estas preguntas que ahora revolotean en mi cabeza, preguntas tales como: ¿por qué ha perdido la mitad de la barba con la que ha entrado hace apenas 34 minutos?, ¿por qué yo ni siquiera lo he notado?, dudo que se haya hecho de noche tan rápido, pero el clima se ha tornado frío y oscuro, ¿cuándo pasó eso?, ¿en qué momento sus ojos se han tornado a un color más amarillo que blanco, casi igualando el de sus dientes?, si es que así se les puede decir a aquellos puntiagudos y afiladas armas que siento en cualquier momento me tomarán por sorpresa y morderán mi cuello y destrozarán mis clavículas… Y así me doy cuenta, este sentimiento no es nada nuevo para mí, hasta los colores son iguales, igual de sombríos, molestos e irreales, exactamente lo mismo que con Izan, y lo único que atino a decir es:
— Mau, ¿eres una alucinación? —mi voz tiembla un poco al mencionar la última palabra, pero mi mirada permanece clavada en él.
Mau me mira fijamente, espero una respuesta, pero estos impostores una vez que son descubiertos nunca reaccionan, me lo han contado los años que he pasado al lado de un Izan falso.
Se toma su tiempo pero finalmente responde, sólo mediante una sonrisa un poco menos escalofriante que la primera, quizá un poco más pícara que perturbadora, y también logró percibir el cómo lentamente se acerca más y más a mí, cosa que me pone los nervios de punta, pero me es imposible mover cualquiera de mis articulaciones, permanezco estática y espero el primero de muchos ataques, ataques que provocan que mucha de mi sangre se derrame por todo el piso y que suelte un grito tras otro, esperando que alguien acuda en mi ayuda y me quite de encima a este demonio que ha tomado el cuerpo de mi amigo; a lo lejos sólo logro ver a Izan parado en la esquina más cercana, sólo contemplando la escena, sin acudir a mi ayuda.
La sangre está por todos lados, hay tanta de ella que me es imposible si acaso vislumbrar cualquier cosa, siento cómo estoy muriendo y entonces la sangre se va, así, repentinamente, las manchas desaparecen y lentamente noto cómo tanto el cuerpo de Izan como el de Mau van perdiendo forma y solidez, sólo para darme cuenta de que nuevamente se trata de una alucinación. Después de unos segundos finalmente desaparecen. Y es entonces que lo noto: que estoy completamente sola.
La puerta se abre de golpe y entra un hombre uniformado, es Nick, él trabaja en el psiquiátrico, se acerca a mí y trata de calmarme, pero me es casi imposible, sigo convulsionando y teniendo un millón de ataques de pánico a la vez. Sé que Nick pierde la paciencia cuando de su bolsillo derecho saca una jeringa con un líquido incoloro, lentamente la acerca a mí y cuando recorre mi cuerpo siento como va surgiendo el efecto deseado: la calma.
Nick me mira compasivo y me repite una y otra vez “sólo fue un mal sueño" a manera nanas que me ayudan a cerrar los ojos con mayor facilidad… cosa que no me agrada del todo puesto que en la esquina más cercana a la ventana percibo cómo se van materializando las figuras de Izan y Mau y en cada parpadeo se acercan más a mí, lenta y aterradoramente, se acercan y quieren hacerme daño, hasta que finalmente sucumbo al medicamento y mis ojos se cierran por completo y sigo ahí, esperando que el sueño se apodere de mí y me regale un poco de paz, pero la paz no llega y sólo permanece el temor de saber qué pasará cuando abra los ojos.
0 notes
hold-on-me01 · 4 years
Text
Cada buena historia necesita un final… Y aunque esta tal vez fue una muy mala historia, ha llegado su hora final. Algo que inició como un juego y terminó con un gran dolor en el pecho. Quiero agradecer a Dios por todas y cada una de sus bendiciones, porque aunque no entiendo sus planes he dispuesto mi vida a Él para que haga su voluntad en mí.  Hoy, puedo dar testimonio de que Dios es grande y así mismo son sus bendiciones, todo lo que está pasando en mi vida lo cuento como un proceso por el cual Él desea que yo pase para hacerme más fuerte y lograr estar cada día más cerca de Él. Aún hay muchas cosas que no entiendo y que tampoco me muero por entender. Una de esas es haber conocido a ciertas personas el año pasado. Fue un año muy loco, demasiado, para mi estilo de vida y personalidad, empezando por acercarme cada día más a Natalia, a veces pienso que ella realmente no debió de haber llegado a mi vida, todo sería diferente pero no hubiera conocido del amor de Dios. Seguido a ella fueron muchas personas a las cuales lastimé de manera intencional y aunque ahora tal vez sea tarde para reparar sus corazones; oraré por ellas para que encuentren consuelo en el Señor y aprendan a perdonar y a amar tanto como Jesús nos ama. Jorge estaba antes que ella, pero creo que fue precisamente por esa vida que empecé gracias a ella que las cosas se desarrollaron de manera diferente a la esperada por mí. Hoy, creo que me doy cuenta de que las cosas debieron suceder de esa manera para que yo pudiera entender qué quiero y qué no quiero en un hombre para mí… No estoy segura de sí lo amé o no, de lo que si estoy segura es de que quería estar junto a él e incluso llegué a imaginar una vida a su lado. Mi error. Aún soy una persona joven e inexperta en temas de amor, realmente me cuesta confiar en las personas y especialmente en los hombres, sé perfectamente que necesito dejar muchas cosas atrás y realmente estoy intentando cambiar muchos aspectos de mi vida que no le agradan a Dios, espero algún día ser suficiente y digna de su amor. En fin, al inicio no era un juego, él trataba de conquistarme… Aunque pensándolo bien, tal vez si era un juego para él pero para mí era algo más. Antes de él, había estado enamorada de alguien más y ese hombre había roto mi corazón, dejé todo ese dolor atrás aunque me había costado demasiado, pero lo había logrado. Creo que Jorge sabe cómo conquistar a una mujer y yo fui simplemente una más en su vida. Al analizar nuestros encuentros puedo darme cuenta de qué desde el día uno hubo señales de que él quería solo una aventura… Pero fueron sus malditas palabras que me cegaron por completo. Mi estilo de vida durante esos meses que “nos hicimos más cercanos” daban mucho de qué hablar. Salía de fiesta casi todos los días en mis vacaciones y al regresar al trabajo no había fin de semana que no perdonara para emborracharme y “disfrutar”, además, siempre salía con un hombre diferente, aunque las salidas no terminaran en encuentros sexuales, las personas suponían muchas cosas… Conocí personas de todo tipo, personas por las cuales hoy me doy cuenta de que debo orar por ellas, no precisamente porque yo sea mejor que ellas; sino porque así como yo ellas también merecen una oportunidad de ser perdonadas por Nuestro Padre amado y ser libres de toda atadura que nos aleja de Dios. También, entendí que uno debe luchar por lo que ama… Tal vez, por eso tampoco se dio lo nuestro, porque yo no quise luchar por él, no me nacía hacerlo. Es por eso que ha llegado el momento de cerrar este capítulo en mi vida, Dios tiene grandes cosas para mí. Quiero agregar, que hace meses había orado por nosotros, le había pedido a Dios que si yo debía tener una relación con Jorge, debía ser porque me haría bien y sería algo bueno para los dos y que de no ser así, será mejor que lo sacara de mi vida y borrara en mi todo el amor que pudiera sentir por él… Maravillosamente nos alejamos el uno del otro hasta el punto que no hubo necesidad de decir adiós para saber que nunca más nos encontraríamos, hasta que me escribió hace un par de semanas. No, no es lo que se están imaginando… Hace unos meses me enteré que tenía una relación con alguien más… Sí, dolió bastante pero precisamente Dios lo había alejado de mí en el momento exacto, en el momento en el que yo podía dejar de quererlo, es por eso, que cuando supe que estaba con alguien más estuve aún más convencida de que jamás estaríamos juntos, pero luego me escribió y ahí me llene de rabia ¿Cómo podía seguir coqueteando con migo si se suponía que estaba en una relación? Lo confronté y negó su relación haciéndome creer que yo estaba equivocada; lo cual me recordó a una escena demasiado bochornosa y demasiado “toxica” como diríamos hoy en día. Sus palabras ese día, fueron de literal que yo estaba loca y que era una inmadura (cabe resaltar que él es un hombre mucho más mayor que yo y que además tiene dos hijas). Días después de ese “malentendido” llegué a sentirme mal por dudar de él y haber llegado a medianoche hasta donde él estaba para solo haber perdido mi salida porque no lo encontré y jamás salió a recogerme y apagó el celular. Sí, fue demasiado estúpido, lo sé, ese día quería comprobar muchas cosas y creo que lo hice, solo que yo no veía con claridad. Además, estaba viéndome con alguien más, no con intenciones de iniciar una relación, aunque una nunca sabe cómo sucedan las cosas… en fin, un mes después reapareció en mi vida y como buen manipulador, quiso intentar hacerme ver como la mala y la única que estaba equivocada, no quise alargar el asunto y lo dejé ahí. Después, de encontrar a Dios y saber que su amor es más grande y más valioso que todo en el mundo, me doy cuenta de lo terrible que pudo haber sido mi vida al lado de él, hubiese sido una vida llena de engaños, mentiras y secretos. Algo que, obviamente, nadie quiere en su vida. Mañana es su cumpleaños, y aunque no lo voy a felicitar si voy a orar por él y desearle lo mejor desde mi interior. No creo que haya razones para odiarlo. Todas las personas cometemos errores y por más que queramos no podemos controlar las acciones de los demás, solo puedo controlar la manera en que permito que me afecte. Por eso, después de un largo año, lleno de días buenos y malos, caídas y raspones he decidido poner fin a esta pequeña historia. Seguir adelante construyendo una mejor versión de mí y llenándome de amor propio.
0 notes
arabella-brown · 5 years
Text
Gracias, no es sólo sexo entre nosotros.
Con total seguridad puedo decir que todos los hombres son iguales, o al menos los que yo siempre busco. Me viene literalmente al otro lado del mundo, más precisamente a Inglaterra. Y cuando creí conocer al chico ideal, ese del que vemos en las pelucilas y novelas románticas, el típico chico ideal, me doy cuenta, muy rápido que no era ni el ideal ni el chico perfecto.
Y sé muy bien que la perfección no existe, no busco al príncipe azul porque no existe, eso lo tengo muy claro, solo busco al chico que aún con todas sus imperfecciones, sea perfecto para mí.
Y sé hace cada vez más difícil, imposible.
Creí que con este chico había encontrado algo especial, algo único, algo que jamás me había pasado, me entregué completamente, como nunca antes lo había echo, deposité mi confianza, hice cosas que jamás creí que haría, pero volví a equivocarme. Y me duele tanto, ¿como es posible volver a equivocarme así?
Estoy desconcertada, con un nudo en la garganta, tengo ganas de llorar como tantas otras veces lo hice por alguien, para ver si estoy aliviada. Pero no me salen las lágrimas, ya no, pasé por esto tantas veces que creo, ya me acostumbré. Me acostumbre a que me usen, me den falso cariño, me busquen, me dejen de buscar, me ignoren, me vuelvan a buscar, me rompan el corazón, y me lo vuelvan a romper en mil pedazos. Estoy tan acostumbrada a todo eso que me da igual.
Las pocas lágrimas que derrame por este chico, no son por él, sino por mí misma, porque estoy muy triste conmigo misma, no quiero permitir nunca más que me hagan daño, porque nunca le hice mal a nadie, soy buena chica, y me siguen pasando estas cosas.
Lloro porque es incontable la cantidad de veces que pasé por este dolor, la cantidad de chicos que me rompieron el corazón. Lloro porque no puedo creer que siempre me pase lo mimso. Lloro porque tengo miedo de que me vuelva a pasar, lloro porque quiero ser lo suficientemente fuerte para no volver a bajar la guardia nunca más. Lloro porque a mis 22 años nunca fui la chica especial de nadie, y tampoco lo seré. Lloro porque siento que los chicos me usan y no puedo evitarlo. Lloro porque me vuelvo muy vulnerable. Lloro porque a ningún chico nunca le importo mis sentimientos, lloro porque nunca les importó partirme el corazón. Lloro porque cada vez que me va mal con un chico, lloro por él y por todos los que me rompieron el alma.
Lloro por el y por los seis chicos anteriores. Y no sólo lloro por uno sino por el conjunto porque con todos terminé de la misma manera: sin explicaciones y repentinamente. Lloro porque estas seis o siete rupturas me partieron el alma y el corazón en mil pedazos, porque no se que hice mal, no tengo ninguna explicación de porque terminamos.
Por eso duele tanto, duele la duda, esa incógnita, ese ¿que hice mal? ¿Porque me ignora? O porque simplemente dejó de hablarme. Duele terminar, si, mucho, pero más duele no saber el motivo, y en todas estas rupturas, nunca tuve un motivo o respuesta. Y eso duele mas que nada.
Así que, felicidades Redi, me rompiste el corazón, lo hiciste, gracias. Gracias por usarme, por ilusionarme. Obtuviste justo lo que querías, aunque sólo haya sido el 30%, lo lograste. Y es lo único que vas a tener de mí, Nada más. Así que felicidades, gracias por ilusionarme, gracias por tomarte el tiempo de hacerlo. Gracias por abirime los ojos, porque nunca más me entrego ni me abro a nadie más, a nadie más en mi vida. Gracias, me hiciste más inteligente, me enseñaste que nunca hay que bajar la guatria, que nunca le tengo que contar mis miedos, inseguridades y sentimientos a nadie. Gracias por dejarme muy en claro que nunca tengo que confiar en ninguna palabra. Que las palabras se las lleva literalmente el viento. Gracias, porque nunca me dejaste en claro que las palabras no valen, no tienen significado, son sólo palabras.
Al final tu famoso 'No es solo sexo entre nosotros' es tu mentira más grande, porque sólo fue eso. Gracias por tus mentiras, estoy aprendiendo mucho de ello. ¿Cuantas veces me dijiste que no era sólo sexo entre nosotros? Dos veces. Lo dejaste bien en claro, para enseñarme que una mentira puede repetirse muchas veces. No lo sabía y ahkra lo sé muy bien.
Varias veces me dijiste que me ibas a enseñar, te referías al sexo, pero de vos aprendí a no bajar la guardia nunca, a detectar cada detalle, a estar en alerta todo el tiempo, que nada es lo que parece. Me dijiste que yo no tenía experiencia, te referías al sexo, pero parece que tampoco la tenía detectanto a un potencial rompe corazones. Me falta mucho por aprender pero vos me ayudaste a entender la mayoría.
Gracias por ilusionarme, no6 solo con tus palabras, sino con tus actos. Porque ahi6 está la diferencia con vos. Otros chicos sólo lo hacían con palabras o con actos, nunca las dos juntas. Vos fuiste más allá e hiciste todo junto. Tus actos y palabras coincidían. Por eso no la vi venir y fue tal mi sorpresa. Asi6 que gracias por enseñarme la lección más importante, NO SÓLO NO TENGO QUE CREER EN LAS PALABRAS VACÍAS, SINO QUE TAMBIÉN TENGO QUE DESCONFIAR DE LOS ACTOS. Porque nada es lo que parece, todo puede pasar y tengo que estar con los ojos bien abiertos.
Así que gracias, porque tenes razón, no es sólo sexo entre nosotros, es romperme el corazón y te agradezco por eso, porque fue la última vez. Gracias Redi Alia.
0 notes
diegokandanga · 5 years
Text
Cómo gestionar las críticas y las opiniones negativas en Internet
A pesar de ser algo muy común, lo habitual es que, cuando recibimos una crítica, no sepamos encajarla bien. Y esto es algo que también me ha pasado a mí, aunque en redes sociales solo comparto y veis la parte bonita de mi negocio.
Por eso, en este post algo más personal, te comparto mi punto de vista respecto a la gestión de críticas en redes sociales, y en Internet en general. Pues yo soy de las que piensa que no voy a dejar de compartir contenido simplemente porque haya personas a las cuáles no les gusta lo que publico o sean maleducadas (e imagino que tú tampoco).
Mi opinión personal a cerca de las críticas y cómo gestionarlas [Incluye vídeo con mi caso real] Click To Tweet
Cómo afrontar las críticas y lidiar con los trolls
Lo primero que debemos aceptar, es que hay que evitar a toda costa ser una persona negativa o vulnerable ante críticas y opiniones negativas.
 Conforme vayas adquiriendo visibilidad, tendrás que lidiar con críticas de todo tipo, inclusive trolls que sólo buscarán sabotearte por “diversión”. De igual modo que ocurre con el plagio a nuestro trabajo, tema del que te hablo en este podcast que te comparto aquí -> ¿Te copian tu trabajo? Esto es lo que opino de las copias
 Abre la mente y escucha de forma activa
Todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión, siempre y cuando sea de una forma educada. Solo cuando eso ocurre, es que mi equipo y yo le dedicamos tiempo y energía a ayudar a esa persona.
Siendo realistas: No somos perfectos, y no podemos esperar gustar a todos. Hay muchos otros puntos de vista aparte del nuestro.
Ten en cuenta, además, que del hecho de recibir muchas críticas se desprende una evidencia: tú o tu negocio habéis alcanzado una gran visibilidad. Y eso no deja de ser algo positivo.
Así, ante las críticas, lo primero que has de hacer es creer en ti y cambiar tu mindset (lo que te menciono como último tip de este post). Solo así serás capaz de asimilarlas adecuadamente.
 Distingue ente críticas constructivas y meras ofensas
Una vez que has escuchado, y antes de dedicarle un minuto más de tu tiempo, párate a analizar cuál es la naturaleza y la intención de la que crítica que estás recibiendo. ¿Se trata de un troll o está basada en una razón con fundamento de peso?
Cuando las críticas son ofensivas, emitidas sin otra finalidad que ofender, con un tono irrespetuoso o acompañado de insultos, mi recomendación personal es no darles pie a más conversación.
Sin embargo, muchas otras críticas pueden ser constructivas e, inclusive, puede que te resulten útiles a la hora de mejorar muchos aspectos de tu negocio.
En este sentido, yo con los años he aprendido que las críticas ofensivas y el maltrato verbal suelen provenir de trolls y de personas que exigen más de lo que damos gratis, y en cambio cuando alguien te paga su actitud es muy diferente.  
Por ejemplo: Cuando un cliente te deje una crítica constructiva, es cuando debes que poner especial atención, pues estamos hablando de alguien que sí ha contratado tus servicios y, por tanto, tiene fundamentos para ello. Mi consejo aquí es que te anticipes a estos posibles problemas y antes de tu deadline de entrega, comentes con tu cliente la situación, siempre con la predisposición de mejorar y solucionar cualquier posible inconveniente.
 Responde con educación y un vocabulario adecuado
La escucha y la empatía son siempre necesarias, también en el ámbito profesional. El objetivo es que el crítico comprenda que hemos entendido su comentario, aunque necesitemos un tiempo para entenderlo bien y contestar adecuadamente. Esto te ayudará a digerir los argumentos y a orientar mejor tu respuesta.
Si alguna vez tienes un comentario negativo, pero sin faltas de respeto, te animo a responderlo de forma educada y descubrir por ti mismo cómo la otra persona entra en razón y valora ser respondido adecuadamente. Eso genera mucha confianza en tu marca personal y en la imagen de tu empresa, frente al resto de personas que puedan estar leyendo la conversación, y quizás ni te conozcan. 
¿Cómo gestionar las críticas? Tip clave: Siempre que las críticas sean con respecto, hay conversación Click To Tweet
Reaccionar expresándote con un vocabulario y tono adecuados, contribuye al dialogo y proyecta una imagen muy positiva. Por ejemplo, estas podrían ser buenas contestaciones:
“Lamento que esa sea tu opinión, pero me da que pensar”.
“Muchas gracias por tu comentario, nos ayudará a mejorar”.
“Lo analizaremos a fondo para encontrar el error”.
 Quédate con la parte positiva y cambia tu mindset
Lo que no todo el mundo se para a pensar, es que detrás de las críticas pueden esconderse un sinfín de oportunidades.
La controversia, el debate y la crítica, ayudan al crecimiento personal y profesional. Y no siempre tienen que percibirse como algo negativo o perjudicial.
 A partir de una crítica, se puede generar una nueva relación con una persona. Y esto no es más que solo una de las partes positivas, la cual aprendí a ver gracias al coaching y cambiar mi mentalidad con respecto a las críticas. En esta línea, te dejo por aquí otro de mis posts personales sobre -> “10 Cosas que haría si tuviera que empezar de cero”
Si la crítica es razonable, podemos aprovecharla para llevar a cabo acciones de mejora en cualquier ámbito y seguir así creciendo y mejorando. Incluso, quién sabe, puede que la crítica termine convirtiéndose en el inicio de algo positivo, de una relación comercial a largo plazo.
Algo que me ha ayudado mucho a cambiar mi mindset, es mantenerme entrenada en cuerpo y mente, para lo que practico cada mañana unos minutos de meditación con aplicaciones como Headspace, que también me ayudan a la hora de prepararme antes de una charla o conferencia.
Ejemplo real gestionando una crítica
En mi equipo, cada día invertimos cientos de dólares a mostrar anuncios publicitarios a desconocidos y, a veces, estas personas se sienten molestas por recibir este tipo de mensajes si han tenido un mal día.
Un ejemplo que te puedo poner es de un usuario que nos dejó un comentario tal que así: “Si tu pretendes vender con esto… No me quiero imaginar lo que enseñas en tus cursos….”.
¿Y cómo fue que gestioné esta crítica? Precisamente aplicando muchos de los consejos que te he compartido en este post:
Di una respuesta amable dentro del hilo de la conversación que se había generado con otros usuarios, del tipo “No pasa nada, simplemente se está desahogando, pues no fue mal educado dejando ningún insulto.”
No borré el comentario negativo y mantuve una conversación educada con este usuario, que finalmente terminó por aceptar su error y terminó por convertirse en suscriptor.
Y es que, ¿cuántas veces no te ha ocurrido que has sido íntimo amigo de una persona que al comienzo de esa relación tú no soportabas? ¿Te ha pasado? Aún así, siempre debes quedarte con la gasolina de los comentarios positivos, porque seguramente sean mucho más que los negativos, y eso es lo que te va realmente a mover a seguir adelante con lo que haces.
The post Cómo gestionar las críticas y las opiniones negativas en Internet appeared first on Vilma Núñez - Consultora Estratégica de Marketing.
from Vilma Núñez – Consultora Estratégica de Marketing http://bit.ly/2IXFahd via IFTTT
0 notes