Tumgik
#se la acababa poniendo todo el hotel
poisonlove · 2 years
Text
SCREAM
Tumblr media
Jenna Ortega x reader
Eres la nueva co-protagonista de la serie y conoces los demás actores, entre ellos la mujer que te causa suspiros, Jenna Ortega
Todavía no puedo creer que le hayan gustado mi audición, todavía no puedo creer que seré una de las protagonistas de la nueva película "scream VI".
Hace unas semanas había hecho la audición para la película con el único propósito de divertirme y tener nuevas experiencias, ni siquiera había pensado en tener algún tipo de oportunidad. Después de todo... hay más de 200 candidatas y no tengo mucha suerte, ¿cuántas oportunidades reales tengo? Menos de cero.
"Felicidades, señorita T/N T/A ha sido elegida como co-protagonista de la película" releo de nuevo la carta que me ha llegado directamente de Hollywood, todavía incrédula. Abajo a la izquierda estaba el número de uno de los dos directores, Tyler Gillett y una pequeña nota.
"Llámame para más detalles"
Estoy soñando
(...)
Con la boca abierta miro el enorme edificio que me rodea. varias personas caminan hacia adelante y hacia atrás con prisa, sosteniendo en sus manos trajes, trucos o accesorios.  Acababa de llegar a Canadá y un BMW me había acompañado desde el aeropuerto hasta esta enorme fábrica, ni siquiera el momento de bajar que me habían quitado la maleta y arrastrado dentro del enorme edificio.
A lo lejos reconozco a Tyler hablando con otro hombre, muy probablemente el otro director.  Me acerco a ellos tímidamente, tan pronto como entro en su radio de acción se gira y me hace una gran sonrisa, acercándose a mí. Matt se aleja de nosotros.
—buenos días, bienvenida–su sonrisa se extiende y yo sonreí tímidamente
—buenos días... todavía no puedo creer que esté aquí... - Todavía estoy en shock. -
—Tiene usted mucho talento, señorita, me ha sorprendido realmente, realmente no ha actuado antes?- me pregunta curiosidad.
—nunca, por eso quería intentar ser un personaje de segundo o tercer grado... ni siquiera pensé que sería la co-protagonista- admito, poniendo las manos en los bolsillos.
–Confía en mí T/N, ella tiene mucho talento y soy muy bueno reconociéndolo- me dio un apretón en el hombro, casi tratando de consolarme.
Miré a mi alrededor, observando cámaras y accesorios esparcidos por toda la habitación, en primer plano la famosa máscara de esta película. Caminé instintivamente hacia este último, la miré y la agarré entre las manos.
—encantador, ¿verdad?- me preguntó y sin saberlo asentí.
—¿Empezamos ya el rodaje?- dije apartando la mirada de la máscara, apoyándola en el mueble, caminando hacia las cámaras.
—No, sólo quería decir bienvenida... Los protagonistas están en el pasillo a la derecha en una enorme Sala y te están esperando... irás con ellos al hotel- me explica y levanté una ceja, confundida.
—hotel?- pregunté-
—Bueno... ¿no pensabas dormir en el lugar del rodaje?- Me preguntó divertido, me ruboricé por la estúpida pregunta.
—bueno... entonces me voy- tartamudeo avergonzada y camino rápidamente lejos de Tayler. Este último se ríe.
Di unos pasos y vi a lo lejos a Melissa Barrera. La protagonista y hermana de Tara Carpenter, interpretada por Jenna Ortega, mi crush. Sonreí y me acerqué a ella. Para ser honesta, solo he visto una película suya, la última de Scream, pero debo decir que ha sido muy buena, una gran actriz.
—Hola- le hice una débil sonrisa y la saludé con la mano. Melissa se dio la vuelta y me sonrió, vi que tenía en una mano el café.
—hola, tú debes ser T/N- me guiñó el ojo y se rió por mi expresión
—¿sabes quién soy?- pregunté incrédula. —Sí, vimos tu audición, fuiste increíble hice un enorme sonrisa por su afirmación.
—lo sé- hice el movimiento de mi mano en mi pelo y ambas reímos.
— Vamos?Así que te presento a los demás— se puso a mi lado y puso su mano alrededor de mi brazo, me puse roja por el contacto pero no dije nada.
Caminamos y charlamos, riéndonos de sus estúpidas bromas.
—Bueno, aquí estamos- nos paramos frente a una puerta y empecé a sudar frío, cerré los ojos y respiré hondo. Se podía oír risas adentro. Melissa abre la puerta y entra, yo me quedé en la entrada y todos los ojos se posan hacia mí.Tragué y entré tímidamente, saludando a un par de actores antes de verla.
Jenna Ortega estaba hablando con Melissa, tenía una gran sonrisa en sus labios y casi me derrito para verla. Camino inconscientemente hacia su dirección, sus ojos se mueven hacia mí. Ojos color avellana me estudian atentamente y me pierdo en la profundidad de su mirada, suspirando por lo intenso que es. Su pelo, corto hasta los hombros, enmarca su cara de niña, resaltando sus labios que tanto había soñado besar. Me sonrió un poco y me dio la mano.
—Encantada, Jenna Ortega-
43 notes · View notes
storiesauraline · 8 months
Text
Tumblr media
⠀⠀⠀ ⠀            .⃗. 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐎𝐏𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃
𝑊ℎ𝑎𝑡 𝑤𝑒 𝑙𝑒𝑎𝑣𝑒 𝑏𝑒ℎ𝑖𝑛𝑑 𝑖𝑠 𝑠𝑜𝑚𝑒𝑡ℎ𝑖𝑛𝑔 𝑤𝑒 𝑡𝑟𝑦 𝑡𝑜 𝑔𝑒𝑡 𝑟𝑖𝑔ℎ𝑡. 𝑇ℎ𝑎𝑡 𝑑𝑖𝑑𝑛'𝑡 𝑔𝑜 𝑡ℎ𝑒 𝑤𝑎𝑦 𝑤𝑒 𝑝𝑙𝑎𝑛𝑛𝑒𝑑. 𝑊ℎ𝑎𝑡 𝑤𝑒 𝑙𝑒𝑎𝑣𝑒 𝑏𝑒ℎ𝑖𝑛𝑑 𝑖𝑠 𝑠𝑜𝑚𝑒𝑡ℎ𝑖𝑛𝑔 𝑏𝑒𝑎𝑢𝑡𝑖𝑓𝑢𝑙
                          ꧔ - ̗̀  • 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲 𝐟𝐨𝐫 𝐀𝐔𝐑𝐀𝐋𝐈𝐍𝐄 ꧔ - ̗̀  •  𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐨𝐟 #𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧𝐚𝐧𝐠𝐞𝐥
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀         • 𝒇𝒆𝒄𝒉𝒂: 10 de Febrero, 2023. • 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓: Hidden Hills, California.
El mes acababa de comenzar y consigo había pasado más del primer mes de su pequeño hijo al cual había llamado Nicholas. Los días se hacían largos, tranquilos y silenciosos en su hogar. La mayoría de sus hijos trabajaban e iban a la Universidad todo el día, su esposo trabajaba durante la semana pero siempre aprovechaba los fines de semana y en las noches para estar con sus hijos y Nadya se quedaba cuidando de los dos más pequeños durante el día. A pesar de la dificultad para acostumbrarse a ese ritmo de vida y la diferencia que había tenido con sus otros hijos el cuidarlos era parte de su vida, con ello toda su felicidad se absorbía en sus cuidados.
Así había estado pasado todo el mes, tampoco es que se quejara sino todo lo contrario, eran días pesados pero no había nada más que le importara a la chica que ser madre, poder hacerlo dormir acurrucado en sus brazos y poder sentir su respiración tranquila cuando se encontraba en estos, de igual forma en que Isabella años atrás descansaba en los brazos de sus padres.
Recordó que aquel día iba a llegar de visita su madre biológica luego de su gran insistencia ante conocer a sus nietos. Ya le había aclarado que durante la semana ella estaba sola y que los tres más grandes nunca estaban en casa, así que sólo iría a visitar a los dos más pequeños ese día.
Estaba ansiosa, nunca había estado sola con ella pero luego de todo lo que había vivido en esos doce meses se había dado cuenta que por mucho que quería que las cosas fueran diferentes la realidad no era perfecta para todas y sin duda ella lo sabía por carne propia.
No supo cuánto tiempo estuvo mirando a Nicholas en la cuna que tenía en el salón hasta que sintió el timbre de la casa sonar.  Su cuerpo de inmediato se movió hacia la puerta para que no lo volvieran a tocar y la abrió apenas sus dedos rozaron la perilla de esta. Encontrando la mirada de su madre fija en las suyas.
[...]
La hora había pasado tan rápido que se sorprendió al verla dispuesta a marcharse. Otra vez el clima tenía la sensación de que volvería a nevar y su madre prefirió adelantarse a los hechos antes de no poder llegar al hotel que se encontraba hospedando. Había sido raro ese encuentro, tal vez porque en una pequeña fracción de su mente pensaba que sería algo incómodo y que no podrían tener una conversación fluida, pero fue todo lo contrario. Habían sido respondidas todas las dudas que la chica tenía y su madre había recibido el tan esperado perdón por haberla abandonado.
Apenas se acercó para poder recibir a Nicholas que comenzaba a quejarse por la hora, era tan exacto que sólo faltaba un minuto para darle de nuevo su comida y sonreía cuando lo tomaba, poniendo su mano en la cabeza y en su cuerpo. Lo meció cuidadosamente mientras se despedía y la mujer pidió irse sola hacia la puerta para que no sintiera el golpe frío del clima al abrir la puerta.
— Gracias por haber dejado que los conociera y que tú hayas querido escucharme. Jamás pensé que volverías a llamarme luego de haberme cerrado la puerta en la cara — Dijo la señora morena que aún reposaba sus manos en el borde de la puerta. — Espero que hayas entendido todo, especialmente en ese pequeño consejo, sé porque te lo decía — Murmuró dejando la mitad de su cuerpo afuera mientras esperaba la respuesta de su hija.
— No agradezcas, he madurado y he entendido el por qué a demasiadas cosas últimamente. Ahora he entendido tus motivos. Son justos — Le dio una pequeña sonrisa y besó la frente de su pequeño. — Amo a mi familia y sin esto jamás hubiera estado con ellos. So… — Dijo suavemente y alzó una de sus cejas al recordar las palabras que le había dicho aquel día. — No lo olvidaré, esta es mi última oportunidad y como me dijiste, siempre valdrán mil sonrisas a una — Finalizó con una cita textual a las palabras que le había dicho la persona que le había dado la vida.
꧔ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭…
⠀⠀⠀⠀
꧔ 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 703. ꧔ 𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬: latibule.psd
0 notes
you-moveme-kurt · 4 years
Text
Glee «A very important dinner» Part II
Diciembre de 2041
-No quiero que Noah piense mal de mi… -Jamás pensaría mal de ti… ¿cómo podría?... -¿Y tú? -Yo menos… Kurt, esta es la ventaja de que ni tu ni yo seamos padres solteros… estamos aquí, los dos, haciendo cosas  a la par por nuestros hijos, si yo no puedo tu me reemplazas y si tu no puedes, yo... bueno, yo hago lo posible por reemplazarte a ti… —Kurt sonrió al sentirse halagado. -Esa debe ser Julianna… —dijo mirando la puerta. -¿Qué dices?... -Esta bien… pero vamos todos en el auto… tenemos que si o si tomar la 64th… así es que.. -Genial... —dijo Blaine dándole un pequeño beso— estoy listo en 5 minutos… de los reales… no te preocupes… —añadió guiñando un ojo, Kurt sonrió y se le quedó viendo con cara de enamorado, no sabía cómo pero Blaine siempre se las arreglaba para solucionar todo, para encontrar el punto más justo y sensato a tomar y sin duda lo amaba más por eso. -¡Blaine!... —grito Kurt antes de abrir la puerta, su esposo se dio media vuelta y se quedó quieto esperando que seguía— gracias… —agrego sonriendo. -Te amo… —respondió volviendo a lo del guiño, Kurt sonrió aun más ampliamente y abrió la puerta de entrada sintiendo que flotaba.
-Señor Hummel… buenas tardes… —dijo Julianna entrando de inmediato. -Buenas tardes Julianna… -Si me permite decirlo, se ve muy elegante… —agregó la mujer señalando el atuendo de su jefe. -Por supuesto que te lo permito… —contesto Kurt ajustandose los «cufflinks» -Pues se ve… -Gracias linda… -¿Noah esta acostado? —quiso saber Julianna mientras caminaba hacia la sala acomodándose el bolso de viaje que traía consigo. -No… veras, tuvimos un problema con ese gato del… perdón… mi hijo cree que su mascota esta enferma, así es que Blaine lo llevará al veterinario, por lo tanto, tendrás que esperar aquí unos minutos hasta que regresen… -¿No me necesitan entonces? -Claro  que si… nuestro planes siguen en pie,  lo que te digo es que tendrás que esperar a que regresen…  ¿crees que puedas hacer eso?... —pregunto de vuelta Kurt avanzando junto a ella— te quedarías sola un rato y todo… —agregó como si fuera una información importante, Julianna soltó una pequeña risa— disculpa, estoy hablando como si mi casa fuera una mansión embrujada o algo… -No se preocupe… -¿No tienes problema entonces? -Por supuesto que no… pero… perdón que le pregunte, pero… esa cena importante que tenían… ¿no estaban usted y el señor Anderson invitados?... -Lo era.. lo es… y lo estamos,  pero bien conoces a mi esposo, no dejará a Noah con la duda si ese animal esta enfermo o no, la clínica queda en la 2th, así es que volverá enseguida… ¿no te importa verdad?... —insistió. -No Señor Hummel, claro que no… pero… si gusta yo puedo llevar al gatito, así ni usted ni su esposo se pierden la cena importante… ¿que? —añadió Julianna al ver que su jefe ponía cara de impacto extremo. -Pero esa es una buena idea… una muy buena idea en realidad, ¿por qué a Blaine no se le ocurrió?... —dijo Kurt como pensando en aquello. -Tal vez porque cuando se trata de usted o de  Noah él es muy aprehensivo… —contesto Julianna como si le correspondiera resolver aquella duda en la cabeza de su jefe, Kurt dio un respingo de sorpresa al escuchar aquello y no supo bien si debía reaccionar o no ante aquella libertad de opinión que se había tomado la niñera de sus hijos, optó solo por sonreír y seguir con las indicaciones. -En fin… con que se demore los minutos que me dijo me conformo… disculpa… —dijo sacando su teléfono para leer el mensaje que acababa de llegar— es el auto… ¡Blaine!... —grito dirigiendo su voz al segundo piso— ¡el auto esta aquí!... —añadió con más ahínco, Julianna retrocedió unos pasos de manera disimulada. -Ya estamos listos Papá… Julinna Gilmore… ¿eres tú acaso? —dijo Noah pareciendo junto a su gato, lo traía en la jaula respectiva y allí mismo había metido a su dinosaurio azul. -Lo soy Noah, ¿es «Desmind» el que esta allí dentro?... —preguntó inclinándose para mirar dentro de la jaula. -Si, puse a «Desmond» para que «Mister Stephen Whiskers»  no se sienta solo… —explicó el pequeño también mirando. -Muy sabio de tu parte Noah…. -Si, es una cosa de «sicolopsgia», Liverpool Westbrook Stewart me contó todo al «respepsto» cuando estuvo en el hospital… —dijo Noah de lo más serio, Julianna hizo un gesto de aprobación con su boca fruncida y todo. -¿El «Papáblen» cariño?... -Se esta poniendo elegante como tú… dijo que lo esperaran… -¡Pero si ya estamos atrasados!, con un demo… —Kurt no alcanzó articular su maldición cuando vio aparecer a su esposo ya listo para salir, se veía estiloso y guapo como siempre, caminaba como si de una pasarela se tratase y sonreía como el príncipe que era— vaya si que aprovechaste esos cinco minutos Blaine Anderson-Hummel… -Hice lo que pude… —respondió el aludido haciendo un gesto de obviedad con sus manos— hola Julianna…. -Hola Señor Anderson… se ve… se muy… gua.. —Kurt miró a Julianna con cara de pocos amigos— lante… gualante. -¿Cómo?... -Es decir… elegante… muy elegante… —dijo la chica pasando el momento incomodo con una carraspera.  -Gracias Julianna… ¿mi esposo te explicó la situación? -Lo hizo… -Perfecto… regresamos enseguida… come lo quieras y el cuarto de invitados esta listo como siempre…   —dijo tomando la jaula del gato, se despidió de ella con la mano que tenía libre y Julianna acabó por hacer una reverencia torpe y divertida. -Papá ¿tú irás con nosotros acaso?... —preguntó Noah al ver que Kurt le tomaba la mano. -No cariño, bueno si, pero solo un poquito del trayecto, el «Papáblen» no te explicó al respecto? -No… -Pues yo lo haré entonces bebé… vamos...—dijo saliendo tras su esposo.
-¡Señor Hummel!... ¡Señor Hummel!,  ¡aquí!... —escucho Kurt una vez que se bajo del auto en las afueras del hotel Carlyle en el sector de Upper East Side, había dejado a Blaine y a Noah en la urgencia veterinaria y había seguido solo las cuadras siguientes, se acomodó la chaqueta y miró un segundo a la prensa apostada en las afueras, luego giró la cabeza y vio acercarse a su asistente que también vestía elegante, traía  un teléfono móvil en una mano y un dispositivo electrónico tipo «tablet» en la otra, además de un bolso gigante en el hombro— ¡Señor Hummel!... —insistió Helen apurando sus pasos. -¡Helen!, ¡que bueno!… ya creía que tu también me dejarías plantado...—dijo arreglándose un poco el peinado. -Para nada Señor Hummel. estoy aquí hace bastante rato en realidad… -¿Cuanto rato? —pregunto de vuelta Kurt alzando una ceja. -Da lo mismo… —respondió la mujer al ver que  la cara de su jefe  no daba pie a más reclamos— ¿el señor Anderson?... —pregunto mirando el auto partir. -Tuvimos un problema con ese gato del demonio… se supone y llegará antes que todo acabe. -¿El gato de su hijo?, ¿qué le pasó?... —preguntó Helen comenzando revisar el atuendo de su jefe por si había algún detalle que corregir. -No tengo idea, pero lo llevaron a una urgencia que esta en el 2th… estaba vomitando o no se que… -¿En la 2th dice? -Si, «Veteg» o algo…  ¿por qué? -¡«Veterinary Emergency Group»!... ¡mi hermano trabaja allí!… —exclamó Helen con más emoción que la debida. -Vaya… que emocionante… —agrego Kurt queriendo compartir el mismo sentimiento que su asistente pero sin éxito.. -No, disculpe… lo que quiero decir es que si quiere lo llamó para saber… ¿fueron hace rato? -Los minutos que me demore en llegar, ¿serán 10? -Lo llamaré en seguida… —dijo llevándose el teléfono a la oreja. -¿Que tal si le texteas linda?, prefiero que me digas algunos detalles del lugar, de cuánta gente ha llegado, etc., ya sabes, mientras vamos avanzando... -Claro, por supuesto… —contestó Helen de inmediato, abrió una  de las aplicaciones y comenzó a enviar mensajes a su hermano al tiempo que buscaba en su «tablet» la información necesaria sobre la cena y lo que Kurt no debía perderse por nada, enseño un código «QR» al portero del hotel y este los dejó entrar de inmediato esbozando una gran sonrisa. -¿Mi esposo tiene ese código? -Lo tiene, se supone que ambas invitaciones fueron enviadas a sus respectivos teléfonos.. -Claro, claro.. ¿hablaste con tu hermano? —pregunto Kurt mientras avanzaba hacia el elevador. -Estoy en eso… segundo piso señor Hummel… —agregó Helen contestando antes que su jefe le preguntara. -Ok… —dijo este presionando el botón correspondiente. -Aquí me contestó… —dijo reproduciendo el audio que le había llegado, en el, su hermano le decía que el gatito estaba bien,  que había sido un vomito normal por lo de las bolas de pelo, que le prescribiria un medicamento y una sugerencia de alimento —Kurt blanqueo los ojos luego de poner cara de asco cuando escucho lo del vomito. -Genial… ¿conseguiste la habitación? -Por supuesto… —añadió abriendo su bolso tamaño extra grande, hurgo un poco dentro y sacó un sobre con el logo del hotel— es la suite que da al Central Park, es magnífica… -Perfecto… gracias Helen… —contestó Kurt guardándolo en el bolsillo interior de su chaqueta— por dios… —murmuró en cuanto se abrieron las puertas del elevador y vio cuánta gente había en aquel salón— conozco a menos de la mitad de estas personas... -Tranquilo Señor Hummel, yo me encargue de averiguar todo sobre todos… —dijo Helen volviendo a lo de manipular el dispositivo electrónico más grande, un mozo se acercó a ellos ofreciéndoles una bebida de inmediato. -¿Serás la Andy Sachs para mi Miranda Priestly?... —pregunto Kurt divertido, acto seguido tomó dos copas bebiendo inmediatamente de una de ellas. -¿Quien? -«Devil wears prada»... -¿Cómo?... -Ok… no se si despedirte o tirarte este vaso de espumante por ser tan joven y no entender esa cita cinematografía.. -Lo siento Señor Hummel… -Esta bien… bebe conmigo… —añadió entregando una de las copas— allí vienen dos personas...—dijo Kurt señalando con disimulo la pareja que venía hacia ellos como si lo conociera de toda la vida, Helen buscó toda la información pertinente y se le susurro al oído en tiempo récord y así lo fue haciendo con todas las personas desconocidas para su jefe.
5 notes · View notes
jungkookiebus · 5 years
Text
Voraz pt. 2 | kth & jjk
Tumblr media
Género: ídolo!au, relación bi poli establecida, contenido sexual, ternura Pareja: ídolo!Taehyung x ídolo!Jungkook x lectora Advertencias: exhibicionismo, anal, corrida interna, juego con esperma, sexo oral, cunnilingus, sexo vaginal, uso de juguetes sexuales Resumen: Esta historia transcurre dos semanas después de la primera parte y la nueva ciudad es París. Jungkook se siente un poco arrepentido y tal vez ambos muchachos se sienten un poco románticos porque es la Ciudad del Amor; de cualquier manera, te brindan un buen momento tan sucio como el último, sin que Jungkook sea castigado.
translated by @overtherainbow35​ <3
 Dos semanas después
 Estabas acostada en tu cama con un libro que acababas de recoger. ¿La ciudad esta semana? París. Esa mañana temprano, Tae apareció en tu puerta con una variedad de pasteles, quesos, panes, y dulces para el desayuno. Puso el surtido de alimentos en la mesa de tu balcón y se sentó contigo en la brisa de la mañana. Tu mañana con él era suave y especial, como cualquier otro momento con él. Alrededor de las 11, tuvo que salir para la prueba de sonido y el ensayo. Te dejó en el vestíbulo del hotel con un beso en la frente mientras Jungkook te apretaba por detrás, dejando besos húmedos en tu cuello.
“Diviértanse,” dijiste mientras los saludabas para explorar por tu cuenta.
Habías optado por no asistir al concierto esa noche; no te sentías con ánimos y en cambio te acurrucaste a leer. Las multitudes eran un poco demasiado para ti a veces y en su lugar optaste por el confort de tus sábanas y cobertores. Te dormiste temprano, demasiado cansada para quedarte despierta.
Te despertaste un poco más tarde, con mucho calor, y no estabas sola. Detrás de ti, alguien estaba acurrucado a tu alrededor, una pierna sobre la tuya, un brazo alrededor de tu cintura, y el otro debajo de tu cabeza. El calor irradiaba desde delante de ti, tus manos agarradas a las suyas. Al abrir los ojos, te encontraste cara a cara con un Jungkook dormido, su frente pegada a la tuya. Eso dejaba a Taehyung como el calentador humano detrás de ti, lo que no te sorprendía ya que era un mimoso. La claustrofobia comenzó a aparecer junto con la necesidad de refrescarte y trataste de empujarte hacia arriba. Un gemido vino desde atrás y Tae te acercó. Jungkook se movió y abrió sus ojos, parpadeando mientras su vista se ajustaba a la oscuridad. 
“Jungkook,” susurraste.
Parecía confundido al mirarte, estirando sus piernas.
“¿Puedes moverte, por favor? Hace calor. 
Fue entonces cuando empezaron a llover pequeños besos por toda tu cara. Te reíste suavemente mientras lo alejabas juguetonamente.
“Hablo en serio. Estoy sudando.”
“Sexy,” dijo rasposamente mientras retrocedía.
“¿Porqué están aquí de todos modos?”
“Te extrañábamos.”
 Jungkook no había retrocedido mucho, pero aún así extendió su mano para pasar su pulgar por tu labio inferior.
 “¿No la pasaron bien?”
 “Oh, nos divertimos; sólo que no estabas allí para divertirte con nosotros.”
Pasó su pulgar a lo largo de tu mandíbula y por tu cuello antes de aplanar su mano para recorrer desde tu cintura hasta tu cadera. Empujó su mano en la parte superior de tu ropa interior, y tú sofocaste un grito mientras te hacía cosquillas con la punta de sus dedos sobre tu clítoris.
“¡Jungkook!” Trataste de levantar la voz un poco, pero no lo suficiente como para despertar a Tae.
“¿Qué?” él actuó como si no tuviera idea de lo que te molestaba tanto mientras `perezosamente empezó a frotar círculos sobre ti.
“¿No estás cansado?”
“Ya no.”
El quejido que vino detrás de ti esta vez no fue causado por el sueño, sino por otra cosa. Tae presionó sus caderas contra tu trasero y se echó hacia atrás antes de deslizar tu ropa interior lo suficiente para meter su mano por detrás. Metió su pierna entre las tuyas mientras rozaba sus dedos sobre los de Jungkook antes de estimular tu entrada.
Su voz era grave, más profunda de lo normal mientras salía del sueño. “¿Se están divirtiendo sin mí?”
“Sólo quería que se movieran,” gemiste.
La seriedad se filtró en la voz de Tae. “Podemos parar.”
Alejó su mano de ti y con la misma rapidez lo hizo Jungkook.
“¿Podemos ir a pararnos al balcón por un minuto?¿Donde está más fresco?” Suspiraste con alivio cuando Tae respondió rápidamente, moviéndose hacia atrás y fuera de la cama. Extendió su mano hacia ti y te tiró hacia arriba. Más allá de las cortinas transparentes viste las luces parpadeantes de la Torre Eiffel iluminando el cielo nocturno. El aire olía limpio, acababa de llover, pero caía suavemente sobre tu piel. Inhalaste profundamente y asimilaste los sonidos de la silenciosa ciudad. Sentiste el toque revelador de la mano de Jungkook contra tu espalda mientras se ponía a tu lado.
“¿Te sientes mejor?”
“Mucho.”
“La Torre Eiffel es hermosa de noche,” dijo Tae desde tu otro lado.
Jungkook dio la espalda a la baranda del balcón y te miró.  
“Ya que estamos aquí afuera en el aire frío…,” comenzó mientras te arrastraba hacia él. Inclinó su cabeza para presionar sus labios contra los tuyos y todo tu cuerpo se fundió con el suyo. Envolvió sus brazos alrededor de tu cintura mientras profundizaba el beso. Estaba semi duro debajo de ti mientras continuaba besándote, su lengua deslizándose entre tus labios y sabía a sandía.
“Nunca nos dejes”, susurró contra tus labios.
“¿Qué?”
Los dedos de Tae cosquilleaban tu piel en la banda de tu ropa interior a lo largo de tu trasero mientras hablaba. “Kook tiene este miedo irracional de que nos dejes.”
“¿Por qué?” Tus ojos se acercaron a los suyos y brillaron en la oscuridad que te rodeaba.
“Por lo que pasó.”
“¿La semana pasada?”
Parecía triste mientras su miraba se dirigía a un punto desconocido detrás de ti y luego de vuelta a tus ojos.
“Kook,” dijiste firmemente, “no voy a dejarte, ni tengo planes de hacerlo.”
Suspiró pero no parecía totalmente convencido. “Déjame compensarte.”
“No tienes que hacerlo.”
“Quiero hacerlo.” Se inclinó hacia adelante una vez más para besarte, sus manos acariciando tu mandíbula.
Detrás de ti, la mano de Tae viajaba entre tus piernas nuevamente, frotando sus dedos a través de la tela de tus bragas que lentamente se iban mojando y pegando a tu piel. Enganchó sus dedos en el elástico y las deslizó lentamente por tus muslos hasta que las dejó caer libremente. Sus dedos recorrieron tu piel, poniéndote la piel de gallina en la superficie, antes de volver a meterse entre tus piernas. Frente a ti, Jungkook dejó caer una de sus manos y la empujó entre ustedes, poniendo sus dedos contra tu clítoris una vez más. Gimiendo en su boca, tu cuerpo se estremeció al contacto y ante el aire frio contra tu piel. Tae deslizó un dedo dentro de ti y comenzó a empujar lentamente mientras besaba la piel detrás de tu cuello. Jungkook inclinó tu cabeza hacia atrás para pellizcar y morder a lo largo de tu mandíbula mientras sus dedos dibujaban círculos sobre ti. Una fuerte brisa sopló entre los edificios y levantó tu camisa ligeramente, dándote algo de claridad mental mientras el aire frío tocaba tu piel y te dabas cuenta de lo expuesta que estabas.
“Estamos afuera,” jadeaste mientras Jungkook succionaba tu piel con fuerza.
“¿Y?” dijo mientras pasaba su lengua por el lugar dolorido. “Es tarde. Nadie nos va a ver.”
Tae tarareó de acuerdo mientras añadía otro dedo y los enterraba profundamente hasta los nudillos.
“Sí, cariño,” susurró. “Y si nos ven, desearían que fueran ellos.”
No podías negar la emoción de estar afuera. Tu habitación no estaba lejos de la calle, ni era un salto seguro, pero cualquiera que mirara lo suficiente podía ver a los tres en el balcón si lo intentara. El aliento de Tae era caliente contra tu piel y creaba una extraña y húmeda mezcla con el frío aire parisino. Su respiración se aceleraba cuando más te excitaba su tacto, su polla presionando tu culo.
“¿Vas a acabar sobre nuestros dedos aquí afuera?” Gimió Jungkook contra tu cuello. “Apuesto que a toda la ciudad le encantaría escuchar tus bonitos maullidos; más hermosos que cualquier canción que hayan escuchado.”  
Tus rodillas se estaban debilitando, pero por alguna razón milagrosa tanto Tae como Jungkook te mantenían erguida.
“O”; Jungkook parecía estar pensando mientras frotaba perezosamente tu clítoris, “Tae puede follarte aquí afuera.”
Tus piernas casi se rinden ante la sugerencia. La parte trasera de la mano de Jungkook se deslizó por el lado de tu mejilla mientras te miraba.
“¿Te gustaría eso?” Tae preguntó.
“Sí,” respiraste.
Jungkook agarró tu pierna derecha detrás de la rodilla y la acercó a su cadera  mientras su mano derecha se acercaba a la parte posterior de tu cabeza y te traía para darte un fuerte beso. Detrás de ti, Tae se quitó los calzoncillos, escupió en su mano antes de bombear su polla un par de veces y se deslizó lentamente dentro de ti. Tu pecho se arqueó hacia adelante sobre Jungkook mientras Tae comenzó a empujar levemente dentro de ti. Jungkook trajo su frente a la tuya, sosteniéndote fuertemente contra él.
“¿Te gusta que te follen aquí afuera, así, donde cualquiera puede verte?” Estaba respirando fuertemente contra ti: su polla dura contra tu cadera. 
“Joder, Jungkook”:
“¿Sí? ¿Te gusta que te abran así? Deja que toda la ciudad lo escuche, _______.”
Su mano izquierda dejó tu cabeza y estaba frotando tu clítoris fuerte y más rápido antes de que tu mente pudiera alcanzarte. Apretaste tu mandíbula mientras gemías, tratando de permanecer en silencio.
“Nuh, uh, nena. Déjame oírte.” Te soltó la pierna para agarrar tu mandíbula y evitar que cerraras la boca; tu pie se aseguró en uno de los contrafuertes.
Tae sostuvo tus caderas con firmeza mientras empujaba con más fuerza dentro de ti. Escuchaste pequeños gruñidos y suspiros caer de sus labios mientras sentías piel contra piel y el sonido inundaba tus oídos. Empezaste a gritar cada vez más fuerte, hipos escapando de tus labios, puntuados con cada golpe de las caderas de Tae.
“Deja que todo París te escuche acabar.” Jungkook periódicamente dejaba besos en tu cuello y tu boca se abría mientras gritabas. “Acaba sobre toda la polla de Tae.” Jungkook los rodeó a ambos y agarró el trasero de Tae, trayéndolo más cerca contra ustedes. 
“Fóllala más duro,” jadeó Jungkook.
No creíste que Tae pudiera, pero golpeó sus caderas con más fuerza contra las tuyas. En algún lugar más allá de tu campo de pensamiento, las risas de los fiesteros nocturnos y el sonido de la bocina de algunos taxis sonaban en las calles abajo, pero no te importaba porque lo que estabas sintiendo ahora anulaba todos los demás pensamientos y sentimientos. Te deshiciste duro y rápido; Jungkook se aferró a la parte superior de tu cuerpo para mantenerte estable.
“Eso es, nena,” susurró, sosteniéndote mientras temblabas en sus brazos. 
Tae se salió de ti, te agarró de las nalgas y te dio una rápida bofetada a un lado.
“Mírate,” arrulló. “Dejando que te folle afuera.”
Gemiste en el pecho de Jungkook queriendo más. Aún no estabas satisfecha aunque ya habías acabado.
“Los quiero a los dos:”
Tae estaba dándote vueltas y empujándote contra Jungkook mientras te besaba.
“¿Adentro o afuera?”
“Adentro, pero no me importa que las ventanas permanezcan abiertas.”
Tae te llevó dentro y te miró pensativo. ”¿Así que nos quieres a los dos?”
Asentiste y tiraste del dobladillo de tu camisa. Jungkook se acercó a tu lado y empezó a darte pequeños besos en tu hombro expuesto. Tae se acostó en la cama, con la cabeza hacia el borde y juguetonamente se dio palmadas en la boca.
“Ven a sentarte y Jungkook te preparará.”
La emoción inundó tus venas y parecía como si toda la sangre del cuerpo corriera hacia tu clítoris. Tus piernas se frotaron involuntariamente antes de empezar a dar pasos tentativos hacia Tae. Jungkook estaba cerca detrás de ti, tirando de tu camisa hasta que lo detuviste y lo dejaste levantarla sobre tu cabeza antes de que se deshiciera de sus boxers. Arrastrándote sobre la cama, hiciste lo que te había dicho y te subiste a su cara. Fue más suave esta vez al bajar tus caderas, acariciando la piel de tus muslos mientras acurrucaba su boca contra ti.  
“Sabes tan bien, nena.”
Tu cuerpo se sonrojó con sus devociones hacia ti. Lamía, succionaba y gemía como si estuviera teniendo una experiencia religiosa. Te agachaste y agarraste la base de su polla y escupiste en la punta para mezclarla con su líquido preseminal. Bombeaste con tu mano lentamente antes de poner tus labios alrededor de la punta. Probaste tu liberación en tu piel y gemiste mientras pensabas en él follándote al aire libre en el balcón.
“Sigue gimiendo así alrededor de mi polla y acabaré en tu garganta”, dijo entre respiros.
Empujaste tu coño contra su boca con más fuerza para callarlo y sentiste su risa por todo su cuerpo.
Detrás de ti, Jungkook estaba lubricando sus dedos y los presionaba contra tu trasero. Gemiste una vez más mientras presionaba un dedo dentro de ti y lentamente comenzaba a moverlo adentro y afuera.
Sacando a Tae, giraste la cabeza ligeramente hacia un lado para dirigirte a Jungkook. “Sabes que puedo aguantar más.”
“Sólo estaba siendo amable”, dijo mientras añadía dos dedos más esta vez.
Te hundiste más en Tae hasta que se deslizó pasando tu reflejo faríngeo y tu garganta se apretó alrededor de su polla. Sus caderas empujaron hacia tu boca y gimió en tu coño. Se adentraba intermitentemente dentro de tus pliegues y salía para mover tu sensible clítoris hasta que volvía a estar dentro de ti una vez más. Colocó su mano alrededor de tu muslo y trajo sus dedos hasta tu coño goteante, empujando dos dedos dentro mientras su lengua lamía tu clítoris.
“Sabes,” Tae empezó a decir entre lamidas, “si ella puede aguantar más, tienes ese juguete.”
Jungkook parecía casi iluminado mientras jadeaba. “Tienes razón.”
Quitó sus dedos de ti cuando mientras se alejó hacia su maleta. Unos segundos después y estaba detrás de ti, apretando el pequeño consolador en tu trasero.
“Tomas esto como si fuera nada,” suspiró Jungkook.
“Sus pollas son más grandes,” dijiste mientras aún bombeabas a Tae en tu mano.
Mientras, Tae salía de ti y dejaba caer su cabeza sobre el borde de la cama. Mirando a Jungkook, cuya mirada había caído del consolador que estaba presionando en tu culo hacia Tae, dejó caer su boca abierta. Jungkook no perdió el tiempo y dejó que su polla se deslizara fácilmente dentro de la boca de Tae. Sus gemidos fueron profundos al tocar fondo porque, por así decirlo, Tae no tenía reflejo faríngeo y eso funcionaba a favor de Jungkook exponencialmente. La mano de Tae nunca dejó tu coño mientras sus dedos se doblaban hacia arriba contra tu punto G; el hombre era un maestro de la multitarea. Moviste tus labios a lo largo de la polla de Tae mientras movías tu mano y apretabas sus bolas suavemente. Escuchaste el suave “joder” de Jungkook mientras Tae gemía y comenzaba a bombear el consolador en tu trasero más rápido. 
“Necesito más,” dijiste finalmente mientras salías de Tae.
“Joder, pensé que nunca lo pedirías.” Jungkook sonaba casi aliviado. Te incorporaste hacia arriba y Jungkook se aferró al juguete, dejando que se alejara de ti.
“¿A quién quieres dónde? Tae preguntó mientras Jungkook se quitaba la polla de la boca y se sentaba a mirarte. Oh, así que tú estabas al mando esta noche.
Pusiste tus labios en tus labios como si necesitaras pensar largo y tendido en esto. Los ojos de Jungkook estaban muy abiertos, esperando tu respuesta. Tae parecía indiferente mientras se relajaba hacia atrás sobre un codo.
“Quiero a Tae abajo.”
“Oof, eso va a doler,” dijo Jungkook entrecerrando los ojos.
“Si mal no recuerdo, lo tomaste bastante bien hace un par de semanas,” dijo Tae echándole una mirada.
Jungkook simplemente se encogió de hombros pero no tenía ningún argumento contra eso. Tae se sentó contra las almohadas mientras agarraba tu cintura.
“Lubricante,” le pidió a Jungkook. La botella aterrizó prolijamente junto a él y se colocó una copiosa cantidad sobre sí mismo antes de agarrarte, de espaldas a su pecho, mientras te ponías de cuclillas sobre su polla. Se alineó contigo y te ayudó a guiarte hacia abajo lentamente, sabiendo que el estiramiento tomaría un poco más de tiempo para adaptarse aunque Jungkook había hecho un buen trabajo de preparación. Gemiste mientras se deslizaba lentamente dentro, siendo su tamaño una de las razones por las que lo preferías debajo.
“Dios se siente tan bien,” dijiste mientras tu trasero se juntaba con sus muslos.
Frente a ti, Jungkook se arrodilló viendo a Tae desaparecer en tu trasero y gimió.
“Tomas la polla tan bien en cada agujero, cariño. No sé lo que hicimos para merecerte.“
Los muchachos nunca se quedaron cortos de elogios cuando se trataba de ti; ellos siempre te hacían sentir como si fueras una obra de arte. Las manos de Tae agarraban tu cintura con fuerza; pero por el momento, todavía estaba dentro de ti. Más risas llegaron a las ventanas y la temperatura pareció bajar afuera mientras volaba a través de las cortinas. No podrías dejar de pensar en lo afortunada que eras; había dos hombres hermosos y amables que presionaban sus cuerpos contra ti y susurraban cosas dulces mientras te hacían el amor. Cualquiera mataría por estar en esta posición, pero aquí estabas, a punto de experimentar algo que nadie más había hecho antes.
Jungkook se alineó con tu coño y empujó igual de despacio.
“Mmm,” Tae gimió, “puedo sentirte contra mi polla.”
Jungkook agarró la parte posterior de tus rodillas y sostuvo tus piernas hacia arriba mientras comenzaba a empujar con fuerza hacia adentro y afuera. Tae plantó sus pies en la cama y encontró su ritmo junto a Jungkook. Los tres siempre parecían un solo cuerpo, nunca tomó mucho tiempo encontrar algún tipo de ritmo que funcionara, fuera fluido y se sintiera bien. Tae te acercó a su pecho y sus manos se extendieron para masajear y apretar tus pechos. Succionó marcas junto a las que había hecho Jungkook y tu cuello pronto fue un mapa de sus presencias. Los gemidos de Jungkook comenzaron a escapar de su boca cuanto más se excitaba porque le encantaba mirar. Ya fuera la polla de Tae desapareciendo en tu culo, sus manos en tus pechos, las marcas dejadas por sus dientes, o la manera en que tus ojos se cerraban mientras te perdías en éxtasis, Jungkook amaba todo eso. Pronto se encontró a si mismo cayendo más y más profundamente mientras sus bolas se tensaban.
“Voy a acabar,” respiró mientras se acercaba más a ti.
Estrechando tu mano, llevaste su boca contra la tuya y trajiste su lengua con la tuya causando que sus gemidos se hicieran más profundos.
“Quiero sentir tu semen tan dentro de mí, Jungkook”, jadeaste. 
“¿Sí?¿Te gusta cuando lleno tu precioso coño con mi semen?”
Gruñiste ante la pregunta y dejaste que tu cabeza cayera mientras él presionaba tu estómago para sentir su polla dentro de ti.
“¿Sientes eso? Estoy tan jodidamente metido ahí dentro.” Se apretó más fuerte contra ti mientras te follaba profundamente y pronto sentiste la calidez de su semen vaciándose dentro de ti, pero no se detuvo mientras continuaba follándote y sentiste que se deslizaba de ti y bajaba a la polla de Tae que usaba su semen como lubricante adicional mientras te follaba. Jungkook se retiró e inmediatamente cayó sobre sus codos delante de ti, separando tus muslos y pasando su lengua por tu coño que goteaba. Gimió ante el sabor de su propio semen en su lengua mientras la empujaba aún más para limpiar cada parte que podía. Puso su nariz contra tu clítoris mientras te follaba con su lengua. La polla de Tae estaba rozando ese punto profundo dentro en ti, a lo largo de la piel que separa ese punto especial cerca de tu cérvix y sabía como golpear expertamente en cada empuje. Te apretaste con fuerza en su polla para sentir la estimulación del pulso desde adentro y tu orgasmo te golpeó con tal fuerza que Jungkook no estuvo preparado mientras acababas en su boca. Se apartó, mojado desde la nariz hasta la barbilla, una mezcla de su semen y tus fluidos.
“Joder, nena, acabaste duro.” Casi llorabas mientras te masajeaba los muslos; los empujes de Tae se hicieron cada vez más profundos. Jungkook alcanzó las bolas de Tae en sus manos y sentiste su aliento tartamudear en la nuca. “Sigue haciendo eso,” gimió. Jungkook llevó sus dedos al perineo de Tae y comenzó a masajear con fuerza mientras tomaba sus bolas. El grito de Tae fue áspero y grave mientras acababa dentro de ti, el masaje de Jungkook lo había puesto al límite.
“Detente, detente, detente,” suplicó Tae mientras se quedaba quieto dentro de ti. Jungkook apartó su mano y te dio una sonrisa de satisfacción cuando finalmente lo miraste. 
“Joder,” fue todo lo que pudiste decir mientras te desplomabas sobre Tae. Se rió suavemente mientras te rodeaba con los brazos alrededor de tu cintura.
“Sí,” fue todo lo que pudo susurrar de acuerdo.
“Así que,” Jungkook comenzó a pasar un dedo por tu pantorrilla, “¿podré ducharme con ustedes esta vez?”
“No serás castigado,” dijo Tae mientras te sacaba cuidadosamente de encima.
Jungkook se acercó para darte un suave beso en los labios y luego otro en los de Tae.
“Los amo,” dijo tímidamente. Ambos devolvieron el sentimiento con un suave “te amo” mientras juguetonamente le pellizcabas la mejilla.
“Vamos a limpiarnos para que pueda volver a acurrucarme.” Tae ya se estaba moviendo de la cama al baño.
“Te espera otra cosa si piensas que voy a dejar que pegues tu cuerpo caliente contra mi espalda otra vez,” le gritaste mientras se alejaba.
Tanto tú como Jungkook no pudieron evitar reírse del triste “¿por qué?” que vino del baño cuando escucharon que la ducha se abría.
Jungkook te miró con un guiño mientras extendía su mano.
“Parece que tenemos que llegar a un acuerdo. Podemos mantener las ventanas abiertas y tal vez bajar el aire acondicionado.”
“Suena como un plan, Sr. Jeon.”
Levantó su ceja mientras te sacaba de la cama. “Llámame Sr. Jeon una vez más y puede que me apodere de ti en el balcón yo mismo.”
31 notes · View notes
btscenarios-espanol · 5 years
Text
La última canción – J.J.K
Tumblr media
Pedido de este escenario AQUÍ...
Pareja: Jungkook x Lectora
Género: Fluff 
Argumento: Las vacaciones de Jungkook se ven armonizadas por la dulzura y belleza de una voz con la que, de casualidad, se topa en medio de su apacible paseo cerca de la playa. Desde el momento en que la escucha, no puede quitársela de la mente… ni del corazón.
Tumblr media
Las calles resplandecían en esa tarde de agosto en la que Jungkook decidió salir a caminar para despejarse: la gente disfrutaba del paseo al lado de la playa, respirando el aroma del mar que estaba a tan solo dos pasos; y los viandantes se entretenían mirando los puestecitos ahí instalados, que ofrecían un amplio muestrario de objetos artesanales típicos de la isla y más cosas que llamaban la atención a cualquiera que pasara por allí.
Había familias, padres con sus hijos; parejas de jubilados, tomados de la mano mientras veían a los niños corretear por la arena; grupitos de jóvenes haciéndose fotos y tomando algo fresco, sentados en el muro que separaba el suelo edificado de la arena.
El sol se estaba poniendo, y los colores del cielo dejaban boquiabierto a todo el que alzaba la mirada: naranjas y rosas avisaban que la luna iba a hacer su aparición en pocos minutos.
Es en este bello y agradable paisaje costumbrista en donde se encontraba Jungkook, mezclándose con toda esa gente y disfrutando de una tarde tranquila. Con una tenue sonrisa plasmada en los labios, observaba todo a su alrededor, mientras caminaba sin prisa por el paseo.
Por fin, después de mucho tiempo, tenía unas bien merecidas vacaciones. En ese tiempo libre del que disponía, simplemente le apetecía relajarse y desconectar de todo y de todos; es por eso que decidió hacer una pequeña escapada al sur, a una modesta isla de la cual había oído hablar muy bien, y así tomar un tiempo para sí mismo.
Definitivamente, había acertado con el momento y el lugar, porque una sensación de paz inundaba su corazón, relajando sus músculos y sus pensamientos. Jungkook respiró hondo, inhalando la brisa costera que le hacía recordar a su querido Busan, y continuó su camino sin rumbo fijo.
Tras un buen rato caminando, al final comenzó a sentir el cansancio en sus pies, por lo que se sentó en un banco mirando al mar. Los antes colores cálidos del cielo al fin habían pasado al característico negro azulado de la noche, y el oleaje estaba en total calma. Con esa vista, Jungkook sacó su móvil, conectó los auriculares al mismo, y se dispuso a colocárselos para poder escuchar un poco de su música favorita.
Quedó por unos segundos confundidos cuando unos acordes de una guitarra sonaron de repente.
“Pero si no le he dado al play todavía…” –dijo Jungkook para sí mismo, revisando el aparato con el ceño fruncido.
Una voz que no había oído nunca llegó hasta sus oídos. Estaba claro que la música no provenía de su smartphone.
Giró su cabeza hacia la izquierda y luego hacia la derecha, inclinándose sobre sí mismo hacia adelante para esquivar a la gente con la mirada y lograr ver a través de ellos a la persona que estaba cantando. Al no ver a nadie, se levantó y, guiándose por su oído y por el gentío que comenzaba a agruparse más adelante del paseo, encontró a la dueña de esa voz.
Ahí es dónde te vio, con un micrófono que sonaba un poco mal y una guitarra cruzada sobre tu pecho. Tocabas con delicadeza las cuerdas del instrumento, acompañada de dos jóvenes más: uno marcaba sencillos acordes en un pequeño teclado, y otro marcaba el compás de la melodía con un par de instrumentos pequeños de percusión.
Era un poco cutre, pero Jungkook le encontró cierto encanto al mini show que os habíais montado; no erais malos, pero los medios de los que disponíais no os permitían brillar como merecíais.
Aun así, la gente estaba disfrutando de vuestra música, incluido el joven y famoso cantante que ahora te escuchaba, quedando totalmente encantado con tu voz.
Tras terminar vuestra primera canción, sonreíste tímidamente, aceptando los aplausos del público que habíais conseguido reunir en vuestra esquinita. La gente estaba deseando escuchar una canción más, y es que les habías encandilado con la dulzura que desprendías y tu bonita y delicada voz. 
Jungkook solo miraba y escuchaba, sintiéndose atraído por el sonido que entonaban tus cuerdas vocales. Le producía una sensación extraña en el estómago que no sabía descifrar, pero que le incitaba a permanecer ahí y seguir escuchando; y así es como se quedó hasta que tú y tu grupo comenzasteis ya a recoger para iros.
De camino al hotel en el que se estaba quedando, Jungkook no podía quitarse de la cabeza la melodía de la última canción que habías cantado y, sin poder evitarlo, estuvo tarareándola todo el rato hasta llegar a su habitación.
Cuando esa noche se tiró en la cama tras haberse duchado y puesto el pijama, seguía igual, solo que ya no era la melodía lo que su mente evocaba, sino tu voz. Algo tenías que realmente lo había cautivado. Se maldijo a sí mismo por no haber grabado ni un pedacito de alguna de las canciones… se moría por poder reproducir en ese momento en su móvil alguna de las que habías entonado con esa dulce y armoniosa voz tuya.
No le quedaba otro remedio: Tendría que volver al día siguiente, al mismo lugar y a la misma hora, para poder escucharte de nuevo; y esta vez no sería tan tonto como para inmortalizar alguna de las canciones en su teléfono.
Tumblr media
Jungkook estaba mal.
Muy mal.
Había ido al día siguiente de nuevo a escuchar a tu grupo, rezando por que estuvieseis ahí otra vez esa noche.
Sintió una oleada de alivio al ver que, efectivamente, teníais todo el chiringuito montado en el mismo lugar del día anterior, y tú volvías a tener tu guitarra en mano mientras que tus amigos hacían uso también de sus instrumentos.
Sin embargo, no grabó nada; se quedó como tonto ahí, plantado como una farola, escuchando vuestras canciones sin darse cuenta de que el tiempo pasaba. 
Para él era una delicia escucharte. Ese día no hizo más que confirmar que tu voz tenía algo especial; algo que lo hacía emocionarse y sentir lo que fuera que estuvieses cantando, aun sin entender muchas de las letras.
Al próximo día después de ese segundo encuentro, se vio de nuevo caminando por el paseo de la playa, en dirección a ese rinconcito y refugio musical.
Y de nuevo, una vez más volvió a dirigirse ahí, en la que sería la tercera noche consecutiva.
¿Es posible enamorarse de una voz? Porque Jungkook sentía que, cada vez que te escuchaba, se le salía el corazón del pecho… ¿De verdad es eso posible? Se lo estaba comenzando a cuestionar muy seriamente.
Así, yendo y viniendo solo para poder verte y oírte cantar, se pasó la semana entera. Le han hecho falta tan solo siete días para enamorarse –platónicamente– de una chica. 
Si tú eras igual de dulce y amorosa que tu voz, debía conocerte. Pero como su vuelo de vuelta a casa salía a la siguiente noche, solo tenía una única oportunidad para al menos decirte lo que le habías hecho sentir a lo largo de estos días a través de las bellas melodías que cantabas.
Llegó esa última noche en la que Jungkook caminaría por ese paseo; la última noche en la que podría escucharte, a ti y a tu grupo en directo. Nunca había hablado contigo, pero sentía como si fuese una despedida, sintiendo pena y pesar en su corazón.
Con su móvil preparado en la mano y la grabadora lista para darle tan solo al play, Jungkook se acercó a la ya tan conocida esquinita en donde siempre estabais.
Sonrió al encontrarse con la típica escena de estos días: tú en medio, como siempre, con tu adorada guitarra, tu cabello suelto y tu tierna sonrisa adornando tu rostro. Todavía no habíais comenzado con ninguna canción; estabas afinando tu instrumento.
Jungkook esperó, viendo como más gente se unía a la espera.
Al fin elevaste la mirada y observaste a tu modesto público, anunciando el nombre de tu grupo y la canción que interpretaríais a continuación, como de costumbre. Así, comenzó la que sería la última presentación que Jungkook escucharía de ti. 
El tiempo de nuevo pasó demasiado deprisa, y en nada ya estabas diciendo que cantarías la última canción de la noche.
“Y finalmente, para despedir esta tranquila y despejada noche, interpretaremos una de nuestras canciones favoritas: Muddy Waters de LP. ¡Esperamos que os guste!” –anunciaste a los presentes.
Jungkook fue en ese momento cuando cayó en la cuenta de que esta sería su última oportunidad para guardar en su móvil algún pedacito de lo que estos días habían sido para él, y rápidamente pulsó al fin el play de la grabadora por primera vez en la noche.
Cerró los ojos, deleitándose en el precioso timbre de tu voz, en los bellos acordes que tus dedos rasgaban sobre las cuerdas de tu vieja guitarra, en las teclas del piano siendo pulsadas con delicadeza, en las maracas marcando ligeramente el acompasado tempo de la canción…
Su mente y cuerpo se sentían en paz, y le daba la sensación de estar en una especie de limbo, entre la realidad y el lejano lugar al que era transportado cada vez que te escuchaba.
Jamás habría pensado encontrar una artista callejera que causara tal efecto en él. Y menos encontrarla en la otra punta del mundo.
“¡Muchas gracias!” –exclamaste tímidamente, tras tocar el último acorde, ganando el aplauso de los paseantes que se habían parado a escucharte.
Jungkook se sintió de repente vacío… ¿Ya está? ¿Eso era todo? ¿Así iba a terminar?
Tú y tu grupo comenzasteis a recoger vuestras cosas, mientras que el chico permanecía ahí, quieto, con un sentimiento agridulce comenzando a consumirle. ¿Debía intentar decirte algo, al menos con el básico nivel de inglés que tiene? ¿O debería mejor irse y dar fin a su extraño enamoramiento platónico?
El tiempo se acababa: Ya tenías tu guitarra en el hombro y tus amigos habían guardado también sus instrumentos, comenzando a alejarse con los mismos hacia la zona en la que probablemente estaba vuestro coche aparcado.
No obstante, cuando ya pensaba que te ibas con ellos y no te vería nunca más, te giraste y clavaste tu mirada en él.
Le dedicaste una sonrisa tan dulce que por casi se le cae el móvil de las manos, pillándolo por sorpresa.
Tú estos días te habías percatado de su presencia; y cómo no si siempre se ponía en el mismo rincón, con los ojos cerrados asintiendo con la cabeza al compás de tu música. Siempre observabas a tu público, por lo que es inevitable reconocer a una cara cuando la ves tan repetidamente.
La manera en la que parecía disfrutar de vuestras interpretaciones te había hecho sentir durante toda la semana muy feliz y satisfecha. Al fin parecía que alguien genuinamente sabía valorar el esfuerzo y dedicación que poníais en cada una de las canciones que cantabais. 
Ajustándote la funda de la guitarra en el hombro, hiciste un gesto con la cabeza en señal de despedida y quitaste tu mirada de la suya, dirigiéndote a trote hacia tus amigos para unirte a ellos.
Jungkook no sabía qué hacer ahora.
Soltando un gran suspiro, giró sobre sus talones y se puso rumbo a su hotel por última vez, jugueteando con el móvil en su mano y teniendo claro que, en algún otro momento de su vida, volvería a esa isla, a ese paseo al lado de la playa, a ese rinconcito… sólo para ver si seguías tocando tu música y poder escucharte nuevamente, manteniendo esa última canción grabada en su móvil como garantía de que volvería a escucharte en persona; y, para cuando eso sucediera, te diría de frente lo hermosa que es tu voz.
41 notes · View notes
dioses-y-religiones · 5 years
Text
Capítulo 6. Novia.
Sumario.
Tom saltó a la fama internacional con su personaje de Loki en la película de Marvel, Thor.  Ahora, pasada un poco la euforia por la película, es atacado por una enfermedad terrible con la que, en ocasiones, pierde el control sobre sí mismo, nadie sabe qué es, ningún médico puede ayudarlo, y se recluye para no dañar a la gente a su alrededor con esos episodios violentos ocasionados por esta extraña enfermedad. En su desesperación, y después de haber agotado todas las posibilidades médicas, se ve obligado a viajar a otro país, muy diferente al suyo para buscar a la ayuda de una bruja.
 Nota de Autor: Los diálogos que están en cursiva, son diálogos en inglés.
El playlist en YouTube con las canciones del Fic es http://www.youtube.com/playlist?list=PLe1RQg1PRt4FaYvpCpq6raUbZwtpyLwbz
 Novia  
 Tom despertó momentos después de haber sido “poseído” por la conciencia de Loki, escuchó la tos de Ofelia que se encontraba a un lado de él en posición fetal con las rodillas en el piso, tratando de agarrar aire, él se levantó ayudándola a incorporarse
— ¿Estás bien? ¿Qué pasó? ¿Funcionó?
—Sí,...—dijo con la voz un poco rasposa, con una mano en el cuello y otra en el pecho —es Loki.
—Lo sé.
—¿Como…?
—No sé, es decir no lo entiendo pero era como si pudiera verlo dentro de mí, hizo lo posible por ignorarme y por parecer intimidante, pero… no sé, se veía mal, como enfermo.
—Pues yo lo vi muy bien.
—¿Te hizo algo?— ella aclaró la garganta tosiendo un poco y lo vio un momento pero decidió ahorrarle al actor la angustia. —Te traeré un vaso con agua –Tom regresó un instante después y Ofelia prosiguió después de agradecer el agua
—No, nada solo hablamos, pero ahora que sabemos que sí es, ¿Qué quieres hacer?
—¿Cuáles son mis posibilidades?— preguntó él.
—Si se queda más tiempo en ti, tu cuerpo va a comenzar a deteriorarse, te va a consumir poco a poco, hay una forma de romper la conexión pero…— siendo honestos Ofelia tenía poco de conocer al británico, pero ya había notado que la mención de hacer algún tipo de daño a su “huésped” lo ponía muy incómodo, tal vez era por ser buena persona, o tal vez era simple narcisismo, no importaba,  tomó la decisión de ser más sensible al respecto —… no sería placentero para la entidad.
—¿Entidad?...— dijo él arqueando las cejas —¿Hay alguna manera de sacarlo sin lastimarlo?
Ella suspiró—  No se dé ninguna pero supongo que…, Tom, como bruja profesional mi prioridad es contigo, no con tu “pasajero”…
—¿Pasajero?
—…mientras más tiempo pase, más te vas a sentir mal y va llegar un punto en él que va a estar en riesgo tu vida.
—Pero hay una forma.— Dijo con media sonrisa viéndola esperanzado con esos enormes ojos.
—¡Hey! No, no, ya usaste esa mirada hoy, ya no puedes usarla…mira— dijo la bruja levantándose y caminando por el cuarto. – Tal vez haya alguna manera, no lo sé, podría investigar, pero...—  y con esto vio directamente a Tom­ –...en el momento que yo crea que el parásito está poniendo tu vida en riesgo, lo hacemos a mi manera, ¿Ok?
—¿Parásito?, honestamente Ofelia, no quieres decir que es Loki ¿Verdad?— dijo el actor burlándose un poco.
—¡Es que es ridículo!— gritó la bruja un poco histérica, pero dio un paso para atrás y respiró profundo, lo que hizo sonreír al actor. —¿Tenemos un trato?
—Está bien, pero prométeme que te esforzaras por encontrar una manera.
—Te lo prometo. A ver. Primero necesitamos saber todo lo que hay que saber sobre este Güey, voy a mi casa por unas cosas, ¿Quieres venir?
—No, voy a hacer unas llamadas ¿Regresas?
—Sí, prefiero hacer la investigación aquí, no quiero meter mucho a mis hermanas, vengo en un rato, ¿Estarás bien?
—Sí, no te preocupes.
  Ahora que Tom había hecho famoso a Loki de nuevo era más fácil encontrar información sobre el Dios, claro había que ver cuál información era correcta y cual no. En la mayoría de los casos, Ofelia era considerada la experta en el tema habiendo estudiado teología desde niña, pero en este caso en particular se sentía como si no lo fuera. Tom, al ser increíblemente consciente de su trabajo aprendió todo lo que pudo sobre el Dios, mitología, comic, leyendas, o cultura popular no importaba, sabía más de Marvel—Loki de lo que ella se pudo haber imaginado, para Ofelia, los comics nunca habían sido su hobby, claro que había leído una o dos revistas en su vida pero no les tenía la paciencia.
Ofelia fue a su casa, luego a la casona del aquelarre para juntar los libros, los subió al auto y fue por algo de comer, para cuando regresó ya era entrada la noche. Entró a la habitación seguida de dos empleados del hotel, los tres traían cajas llenas de libros viejos. Tom, que había estado sentado con su laptop, se levantó a ayudar, cuando los ayudantes se retiraron, Tom vio los libros impresionado.
—¿Son todos tuyos?— preguntó el actor.
—No todos, la mayoría son del aquelarre.
—¿Del qué?— preguntó Tom un poco alarmado, con el recuerdo de la presencia de Loki haciendo obvio que no la conocía en el centro de su conciencia.
Pero ella se hincó para comenzar a sacar los libros, buscando la comida que acababa de comprar. —Del aquelarre, ¿Sí lo dije bien aquelarre? Es un grupo de brujas, sé que suena un poco escabroso pero es solo mala publicidad, las personas que estudiamos el Oficio vivimos en grupos, bueno, no juntos per se, pero estamos al pendiente unos de otros, ese grupo es como tu familia, en muchos casos es de hecho familia, generalmente la mayoría vive en un edificio o una casa grande dirigida por una hermana o hermano mayor, quién es como el líder del grupo, o como el director de la escuela, la mía está en la zona rosa de la ciudad, es una casa muy grande y antigua, con una enorme biblioteca, de ahí saqué la mayoría de los libros— dijo ella sin dejar de buscar la comida— ¡Aja! – dijo levantando una bolsa medio aplastada que contenía unas cajitas y le dio a Tom una.—espero que te guste el arroz frito.— Tom asintió una vez sonriendo, murmuró las gracias y se sentó junto a ella en el piso.—  y espero que sigas con las mismas ganas de salvar a tu amigo, porque si vamos a hacer esto me vas a tener que ayudar a investigar.
—Voy un paso adelante querida.— dijo el actor sonriendo orgulloso, mientras giraba la pantalla hacia ella.
— ¿Qué es, Wikipedia?— dijo ella con una sonrisa aún más engreída, pero se fijó en la pantalla, era un documento privado bajado de la nube personal del actor.— ¿Es una...Tesis?
—No iría tan lejos de decir que es una tesis, pero es mi investigación sobre Loki.
—Pero… ¿Cómo? …¿Cuándo?— preguntó ella acercándose a la pantalla.
—Fue cuando fui a audicionar para Thor y me dieron el papel de Loki, ya sabes para ayudarme en la interpretación del papel, también tengo algunas cosas en casa, no sé si sirvan, es más que nada de Marvel, le pedí a Luke que me enviara todo lo que encontré, creo que llegara mañana a esta hora.
—Ok ¡Estoy impresionada!— dijo ella, Tom sonrió un poco ruborizado.
Pasaron casi toda la noche y el día que le siguió hablando, principalmente Tom diciéndole a la bruja todo lo que sabía sobre el personaje, su análisis y la interpretación de este.
  El actor y la bruja se encontraban rodeados de libros de mitología, estudios sobre cultura nórdica, comics donde salía, como villano la mayoría de la veces, varios DVD’s de películas donde figuraba como “Dogma”, “la Máscara” o incluso “Thor”, o series de televisión. Era impresionante la cantidad de material que habían conseguido tan rápido.
Estaban sumergidos en la investigación, en casi absoluto silencio, Tom encontró en la bruja una característica que él compartía, cuando estaba interesado en un tema, lo estudiaba a fondo, concentrados completamente, la gente que conocía a Tom decía que este se obsesionaba con sus estudios, el último ejemplo, con Loki. Ahora se sentía menos “raro” compartiendo lo que él sabia sobre el Dios y todo lo que había encontrado, y que fuera recibido no solo con gratitud sino con admiración. Lo único que lo interrumpía, claro cuando no estaban hablando, era que al parecer Ofelia cuando estaba muy concentrada, se le olvidaba que había alguien en la habitación y comenzaba a cantar, generalmente solo tarareaba, pero había unas pocas veces que de hecho cantaba, como ahora.
Tom se acababa de salir de bañar, y se dirigía a la sala a pedir algo de comer cuando escuchó a la bruja cantando una estrofa de “Counting Stars” de One Republic. Ella estaba acostada, con el estómago en el piso, y estaba ojeando un pesado y viejo libro y tomando notas. El actor sonrió viéndola y se recargo en el marco de la puerta escuchándola, como iba subiendo la intensidad, comenzando cantándola y luego moviendo sus pies al ritmo de la música que seguro oía en su cabeza. –“Old, but not that old, Young, but not that bold…” pudo quedarse así un rato pero el celular de Tom sonó recibiendo un mensaje. La bruja volteó asustada y su rostro se pintó de rojo en la mejilla, Tom sonrió apenado por la interrupción y mientras revisó el mensaje, Ofelia corrió a la habitación y no salió en un rato, lo que hizo sentir al actor un poco mal, pero cuando ella salió y fingió que no pasó nada, el actor trató de ocultar su sonrisa divertida. Esa era la verdad se divertía con ella y hacía mucho que no se divertía con nadie.
Ya habían pasado tres días desde el "encuentro" como le decía Tom, el cual estaba cómodamente sentado con las piernas extendidas en el sofá, con un pesado libro sobre mitología nórdica, Ofelia estaba en el sillón con las piernas en el descansabrazos, estaba leyendo un comic que tenía en la portada con grandes letras El poderoso Thor. Todo en silencio, pero fue interrumpido por un suspiró frustrado de Ofelia, seguido del comic que salió volando.
—Es oficial, ¡Odín es un cretino! —Dijo ella, Tom sonrió ante el despliegue infantil de la bruja, el poco español que recordaba, de cuando lo estudió en la universidad, era suficiente para entenderla de vez en cuando.  Y en el fondo estaba de acuerdo, aunque no dijo nada. Aclaró mentalmente que se refería solo al personaje del comic. Y continúo leyendo.
Ofelia seguía indignada y se cruzó de brazos, estaba frustrada, porque ninguno de esos libros tenía un apartado que dijera, “Si quiere sacar a una divinidad nórdica del cuerpo de un actor consiga los siguientes ingredientes”, involuntariamente sus ojos se quedaron fijos en el “cuerpo de un actor” se quedó bastante tiempo admirando sin querer a Tom, no era que no lo viera antes, pero ella siempre estaba pensando en otra cosa. Aun se veía enfermo y en la noche lo escuchaba levantarse a tomar algo para el dolor de cabeza, se veía muy cansado pero fuera de eso, era muy atractivo, muy delgado, atlético, lo que le daba una gracia sensual a todos sus movimientos y sabia usarlos, sabia usar su cuerpo y sobre todo la mirada, “debe ser cosa de actores” pensó distraída la bruja  “¿Cuantos años tiene treinta y dos? ¿Treinta y tres? Guapo, famoso, de buena familia, rico. ¿Cómo era que no tenía pareja? Porque si la tuviera, ella ya se hubiera enterado ¿No?” Realmente no era relevante para el caso, pero era la forma en que su cerebro tomaba un descanso de lo que sea que estuviera haciendo, y casi sin querer preguntó.
—¿Cómo es que no estas casado?
Por un momento Tom la vio extrañado, ya que la pregunta lo tomó por sorpresa, pero hacía rato que había aprendido que Ofelia preguntaba cosas que para él no tenían nada que ver con el caso, pero luego resultaban relevantes, así que había tomado la decisión de ser completamente honesto con ella —emm…— lo pensó un momento —pues tengo mucho trabajo últimamente y después de Marvel, todo se hizo más complicado.
—Por Loki
—Sí, y no tienes ni idea.
—Oye, y ¿Qué pasó con la actriz que hace a Darcy en Thor? ¿Tuviste una relación con ella, no?
—Loki— Dijo él a modo de respuesta.
—¿En serio? Pensé que la película fue antes de Loki
—Y así fue, me refiero a otro aspecto, mira, no terminó mal y considero a Kat mi amiga, pero tengo una teoría, no estoy seguro pero creo que se enamoró de Loki, no de mí.
— ¡Ouch! ¿Por qué lo dices?
—Bueno pasamos un tiempo juntos cuando la conocí pero fue siempre al alrededor de la película, en los sets, yo casi no me quitaba el traje porque era increíblemente complicado y ella me ayudó todo el tiempo a ensayar el libreto, creo que le pasa a casi toda la gente a la que gusto— dijo con una sonrisa casi triste, —pero quien los puede culpar ¿Cierto? No puedo competir contra él— le rompió el corazón verlo así.
—¿Es en serio? Perdón ¿Es en serio?
— Es en serio ¿Tu serías mi novia, sabiendo que hay la posibilidad de tener a Loki?
           Primero la sorprendió la pregunta por lo que se tardó un momento en reaccionar.
—¡Pfff! ¿Quién no sería tu novia? ¡Por favor!
—Te tardaste en contestar.
—¿Y? ¿Qué con eso?
—¿Me estas mintiendo para hacerme sentir mejor?— dijo él acentuando su inseguridad arqueando una sola ceja.
—Nunca interpretes mi silencio, aprovecha que soy bastante honesta al respecto, y pregúntame. Si quieres que te conteste más ampliamente, sí, sí lo seria, pero es más complicado que eso, porque creo que Loki es parte de ti y no me refiero exactamente solo al Dios. Mira, sé que pasas tu vida fingiendo ser otras personas, pero creo que cada uno de tus personajes te deja algo y tú les dejas algo a ellos también. No solo eres Tom, eres tus padres y tus hermanas, eres cada personaje que has interpretado, cada persona con la que compartiste algo, el ambiente en el que creciste y en el que vives, eres yo, y aparentemente también eres Loki. Toda esa combinación de aspectos y eventos son únicos en ti, en TOM y yo no veo por qué alguien no querría a Tom, todo el paquete.— él le sonrió sorprendido y luego le agradeció dándole un abrazo y un beso en la mejilla, ella se ruborizó, se disculpó con cualquier pretexto y salió de la habitación lo más rápido que pudo.
  Al cuarto día de investigación, a Tom le dolía tanto la cabeza que se retiró temprano a dormir, a Ofelia no le molestaba quedarse sola, de hecho estaba consciente de que trabajaba mejor de noche y se quedó hasta muy tarde leyendo sobre rituales nórdicos. Pasadas las tres de la mañana escuchó a Tom levantarse, por un momento pensó que era de nuevo Loki, el cual no los había molestado en esos días, como si quisiera que supieran todo sobre él. Pero no era el Dios, escuchó a Tom devolver el estómago, ella dudó un momento en entrar por no ponerlo incomodo, pero después de la quinta vez ya estaba preocupada, entró a la habitación y tocó en la puerta entre cerrada del baño.
—¿Tom estas bien? ¿Te traigo algo?
—No, gracias… estoy…— otra arcada lo interrumpió y ella entró.—bien de verdad, solo…— el pobre hombre bajó la palanca y se recargó en la bañera y trató de respirar profundo, estaba muy pálido, y sudaba mucho. Ofelia se acercó y le puso la mano en la frente.
— ¿Qué tan seguido te pasa esto?
—Estoy bien de verdad, debe ser algo que comí.
—Ok, ¿Algo que comiste hoy? ¿Algo que comiste hace una semana? ¿O algo que comiste en Londres?
—¿La semana pasada?
—¡Por la Diosa Tom! ¿Por qué no me dijiste? ¿Qué hablamos sobre usar a tu bruja?— Ella  se hincó frente él y puso sus manos en los lados de la cabeza del actor, una luz roja comenzó a salir de sus dedos y Tom cerró los ojos ante la sensación fresca que la luz le estaba dando, en un minuto se sintió mejor y se quejó un poco cuando ya no sintió los dedos de la bruja en su cabello.— ahora vengo.— dijo ella, él trató de levantarse pero tenía mucho vértigo y se terminó sentando en el WC. Un momento después llegó Ofelia con un vaso que tenía un líquido verdoso claro y con un maletín, le dio el vaso a Tom para que se lo tomara. Comenzó a llenar la tina, abrió el maletín y Tom vio que tenía muchos tipos de plantas, polvos y líquidos. Cuando terminó de mezclar el agua tibia con algunas de plantas secas, ayudó a Tom a ponerse de pie, y a meterse a la tina con todo y el pantalón de la pijama, mientras ella metió las manos al agua y murmuro algo en voz baja, pasados diez minutos Tom se sentía mejor de lo que se había sentido en días.
—¿Mejor?— dijo ella con las manos aun en el agua
—Mucho mejor, muchas gracias.
—Se nos está acabando en tiempo— dijo la bruja sacando las manos y secándoselas con una toalla. —será mejor comenzar a hacer pruebas mañana— dijo casi distraída y salió de la habitación a continuar con su lectura. Tom se quedó ahí, un momento, se estaba quedando dormido, el agua olía a lavanda, se dio un baño y de ahí a la cama, hacía tiempo que no dormía tan bien.
  Esa no fue la primera noche que Ofelia se quedaba a estudiar, pero si la última sin experimentar con el actor varias formas para separar su conciencia con la del Dios, lo primero que hacía era medir los riesgos reales para él, cualquier riesgo que el ritual tuviera, pero al no ser una posesión, se reducían sus posibilidades, ya que técnicamente no había nada que “sacar”, era más bien como una enfermedad parasitaria pegada en el centro energético de Tom, claro que nunca lo llamaría así en voz alta, por si el Dios estaba oyendo. De cualquier modo comenzó con las pruebas al día siguiente.
Tom no lo sabía, pero Ofelia sí, todo lo que él había sufrido era solo el comienzo y esa era una fea manera de morir, lo primero que le iba a pasar era que su psique se “rompiera”, volviendo completamente loco al actor, luego su cuerpo se iba a ir apagando poco  a poco.
A decir verdad lo único que había comprobado que funcionaba para “sacar” al Dios de la conciencia de Tom era su propia voluntad y con cada prueba, con cada encantamiento, rezo, ritual, o religión, que intentaban esta se iba haciendo más delgada, Tom cada vez se sentía peor y Ofelia cada día estaba más desesperada. Eso sin contar que la ponía muy nerviosa el hecho de que Loki no se hubiera aparecido en estos días.
Había intentado todo lo que a la bruja se le ocurría, desde Voodoo, hasta Reiki, pasando por sanaciones y aromaterapia, y rituales más fuertes como Santería pura. Así que comenzó a venderle la idea de un exorcismo a Tom, claro que sabía que no había nada que sacar, pero había dos puntos aquí: uno, honestamente no se le ocurría que más podía hacer y dos, el exorcismo es un ritual cristiano diseñado para fortalecer la voluntad de la víctima, así que tal vez podría comprarles algo de tiempo.
5 notes · View notes
wingzemonx · 6 years
Text
Batman Family: Legacy - Capítulo 22. Una Buena Victoria
Tumblr media
Batman Family: Legacy
Wingzemon X
Capítulo 22 Una Buena Victoria 
Martes, 30 de julio del 2013
Luego de que Batman y su equipo se fueran, Slade ya no dijo nada más; sólo se quedó sentado en la parte trasera del vehículo de transporte, con su ojo cerrado y una casi abrumadora calma rodeándolo. No es que tampoco alguien tuviera intensiones de cuestionarle algo en esos momentos; para cualquiera había sido más que obvio su implicación en todos esos horribles incidentes, además de todos los crímenes adicionales por lo que era buscado en ese sitio, y en muchos otros. Sin embargo, ni siquiera le dirigía la palabra a su hija, que para esos momentos estaba también esposada delante de él. La joven lo miraba casi con miedo, expectante de que le dijera algo, cualquier cosa, incluso algún regaño o recriminación. Pero él no lo hacía, y eso de hecho, la estresaba y preocupaba aún más.
—Lo siento, padre —murmuró Rose despacio—. Te defraudé, lo lamento…
Él no le respondió nada, ni siquiera la miraba. ¿Tanta era su decepción? En parte eso le preocupaba, pero también le molestaba. No todo lo ocurrido había sido su culpa; él también había fallado en derrotar a Batman… o a Nightwing, al parecer. Desde su perspectiva, ambos habían fallado por igual, aunque ese pensamiento prefería guárdaselo para sí misma de momento.
Unos pasos se acercaron al vehículo, poniendo en alerta a Ravager. El Comisionado Gordon y algunos oficiales más se aproximaron, y se pararon justo frente a las puertas abiertas del camión. El hombre de bigote y anteojos vio a cada uno con expresión dura, o incluso un poco enojado. No era que no tuviera motivo para estarlo; ¿a cuántos de sus hombros habrían matado o herido esa noche? Eso era algo que definitivamente te arruinaba el buen humor. Los demás oficiales los miraban también en enojo, pero con un sentimiento de prepotencia añadido que a Rose hizo rabiar.
—Espero que disfruten su estancia en Blackgate, Familia Wilson —les indicó el Comisionado, justo antes de que él mismo cerrara con su brazo sano una de las puertas del transporte, y después otro de los policías se encargara de cerrar la segunda.
Una vez que se cerraron las puertas, ambos quedaron casi a oscuras, a excepción de un poco de luz que entraba por unas pequeñas rendijas en el muro blindado.
Rose soltó un quejido de furia, y entonces hizo su cabeza hacia atrás, chocando ésta contra la pared con algo de fuerza. Se sentía en extremo frustrada y furiosa, pero también confundida. La aparición de Raven en ese sitio era definitivamente algo que no había previsto, así como la de Nightwing; y mucho menos en esas circunstancias y de esa forma.
—¿Por qué Nightwing está usando el traje de Batman? —Murmuró de pronto, como un pensamiento en voz baja que se escapaba de ella sin proponérselo—. ¿Y dónde está el verdadero Batman?
—No lo sé —escuchó de pronto que su padre hablaba al fin, haciéndola sobresaltarse un poco—, y es probable que nadie en esta ciudad lo sepa. Así que dejaremos que se quede de esa forma, por ahora.
—¿Por qué? —Le cuestionó curiosa, aunque en el fondo algo aliviada de al fin le hablara.
Slade abrió su ojo, pero no para mirarla a ella. Desvió sutilmente su rostro hacia la puerta cerrada del camión, aunque no parecía estar mirando nada en especial realmente.
—Por tres razones —comenzó a explicarle—. En primer lugar, porque no es nuestro asunto. En segundo, tengo una pequeña deuda pendiente con Robin, o más bien Nightwing, de hace algunos años atrás que aún no he saldado, y odio tener deudas con mis enemigos. Por lo que vi no tiene muchos deseos de que la gente sepa que ahora es él quien usa el traje de Batman, así que con esto estaremos a mano.
Un razonamiento muy propio de la forma de ser y de pensar de su padre. No lo comprendía del todo, pero lo respetaba.
—¿Y cuál es la tercera razón? —le preguntó aún curiosa.
Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de Slade, antes de responderle.
—Nunca sabes cuándo un dato curioso, y que casi nadie sabe, podría resultarte útil. ¿Por qué compartir ese tesoro en potencia con alguien más?
Rose se sorprendió un poco al oírlo decir eso. No había dicho mucho, pero sí lo suficiente para demostrar que eso aún no había terminado. Que más pronto que tarde saldrían de ese pequeño inconveniente, y que cuando eso ocurriese vería la forma de hacer buen uso de ese pedazo de información que acababa de recibir. Eso la hizo sonreír también.
El camión arrancó en ese momento, llevando con apuro su preciada carga.
— — — —
La noche había sido larga y extenuante, pero había llegado ya el momento de tomarse un segundo para descansar, o al menos para asimilar todo lo que había ocurrido. Batman, Red Robin, Raven y Red Hood, arribaron directo a la Cueva, una vez que la policía arribó al Royal de Gótica y tuvieron asegurado el lugar, y sobre todo a los apresados. Barbara y Alfred los recibieron con alegría y alivio.
Desde la pantalla de la computadora, Barbara mostró la última actualización que se daba en las noticias sobre lo sucedido. Y a pesar de que todos sabían bien qué había pasado, pues ellos mismos habían estado ahí, les daba una cierta satisfacción ver la realización final de todo ello de boca y ojos de alguien más. De cierta forma lo hacía sentir todo más real y tangible.
En la pantalla, la misma reportera que había estado toda la noche cubriendo los incidentes, se encontraba justo frente a las escaleras del gran hotel, con una muchedumbre de policías y curiosos a sus espaldas.
—Estamos en vivo desde el Hotel Royal de Gótica —informaba la mujer con micrófono en mano—, en dónde una noche que ya de por sí había sido bastante ajetreada y extenuante, termina en una conclusión increíble. Los apodados como los Últimos Grandes Señores del Crimen de Gótica, Roman Sionis, alias Máscara Negra, y Oswald Cobbleot, alias El Pingüino, han sido apresados y puestos a disposición de la policía, junto con alrededor de treinta miembros de sus respectivas pandillas. Fuentes no oficiales nos informaron que se sospecha que ambos pudieron haber sido los autores intelectuales de los ataques ocurridos esta misma noche. La policía…
Las palabras de la reportera fueron interrumpidas cuando a sus espaldas se comenzó a percibir un aumento en el ajetreo. La mujer se giró sobre su hombro, justo a tiempo para ver como desde las grandes puertas de la entrada, salía un grupo de oficiales escoltando un grupo de delincuentes esposados. Pero al frente de todos ellos, iban precisamente dos individuos muy peculiares.
—Oh, esperen un segundo —indicó la reportera con algo de apuro—, parece que son ellos. ¡Sí!, son ellos, acerquémonos un poco…
La reportera y su camarógrafo se acercaron lo suficiente para que la cámara lograra enfocar a Sionis y Cobblepot, bajando las escaleras del hotel esposados, y siendo jalados y empujados por los oficiales.
—¡Suéltenme!, ¡suéltenme grupo de imbéciles! —Gritaba el Pingüino totalmente colérico, forcejeando ante el agarre de los oficiales—. ¡Todo es tu culpa!, ¡todo es tu culpa! —Gritó aún más fuerte, intentando lanzarse contra Máscara Negra, aún a pesar de tener sus manos esposadas detrás de su espalda.
—Ya cállate, vejestorio —le respondió Sionis de mala gana, empujándolo hacia atrás con su pie—. ¿No ves que irritas a todos con tu estridente voz?
Cobblepot graznó con fuerza, y de una sacudida se quitó a los oficiales de encima, tirándolos al suelo. Acto seguido, tacleó a Máscara Negra con todo su cuerpo, tirándolo al suelo.
—¡En cuanto te ponga las manos encima te arrancaré esa máscara con todo y tu cara! —Le gritó soltando saliva de su boca, mientras lo pateaba con fuerza en el suelo con sus piernas cortas.
—¡Inténtalo, gordinflón! —Le respondió Máscara Negra a su vez, intentando apartarlo de él con sus rodillas y piernas, golpeándolo en su amplia barriga mientras se arrastraba en el suelo.
Todo ello representaba una escena bastante patética, aunque algo cómica.
—¡Ya, sepárenlos! —Gritó uno de los policías y rápidamente algunos oficiales comenzaron a jalarlos para alejarlo uno del otro, aunque ninguno parecía querer dejárselos fácil.
—Increíbles imágenes las que estamos presenciando —señaló la reportera, sorprendida mientras veía todo eso—. Ésta fue sin lugar a duda una noche para recordar. Los mantendremos informando toda la noche sobre cualquier actualización pertinente. Mientras tanto, creo que Gótica podrá dormir un poco más tranquila ahora. Se sigue exhortando a las personas a permanecer en sus hogares…
Ya habían visto y oído suficiente, por lo que Barbara le quitó el sonido a la imagen.
—¡Eso es! —Soltó Tim de golpe en ese momento, con bastante energía, e incluso llegando a saltar un poco en su lugar—. Ya le hacía falta una buena victoria al Nuevo Equipo Batman.
Los demás presentes quizás no exteriorizaban tanto su buen humor como él, pero definitivamente todos de alguna forma se encontraban conformes con la forma que había terminado todo. Deathstroke y sus hombres habían sido detenidos, y los últimos dos grandes criminales que quedaban con significativo poder en la ciudad, ahora habían sido al fin apresados. Y aunque hubo heridas y bajas, al final habían obtenido el mejor resultado que dadas las circunstancias podrían haber tenido.
—Y qué victoria, si me permiten decir —añadió Barbara con elocuencia—. Con la información que Tracy Buxton le dará a la policía, se podrá desmantelar lo que queda de la operación del Pingüino; será muy difícil que pueda volver a planear otro escape, al menos por un tiempo. —Miró entonces a Tim y a Dick por igual—. Lo hicieron muy bien. Bruce estaría orgulloso de ustedes.
—De todos nosotros, Barbara —añadió Dick, aproximándose a ella para colocar una mano sobre su hombro—. Todos lo hicimos, juntos.
Barbara sonrió al escucharlo decir eso, y alzó una mano para poder tomar la que él había colocado en su hombro. Sí, ninguno lo había hecho mal, al parecer. Habían sido casi tan efectivos como el propio Bruce; quizás con un poco de suerte de por medio, pero aun así con un desempeño bastante aceptable.
—¿Y a qué horas nos abrazamos y cantamos?, ¿eh? —escucharon como Jason comentaba con marcado sarcasmo, rompiendo con bastante facilidad el momento.
Jason se encontraba de regreso en la camilla, sin la parte superior de su traje, mientras Alfred le volvía a colocar los puntos a su herida. Cada movimiento que el ex mayordomo hacía, provocaba una reacción de dolor en el rostro del chico, pero éste procuraba esconderlo lo mejor posible.
—Y ahí está Jason el malo, asomándose de nuevo —señaló Barbara, un tanto molesta, pero casi de inmediato suavizó de nuevo su mirada—. Pero para bien o para mal, no podríamos haber hecho esto sin ti. Gracias.
Alfred terminó de cerrarle su herida, y sin esperar ni un segundo más Jason se paró de la camilla y comenzó a vestirse de nuevo, casi con apuro.
—Es cierto, no hubieran podido hacerlo sin mí; en eso estamos de acuerdo —les respondió con tono burlón.
Se terminó por completo de colocar su atuendo, incluyendo su chaqueta de piel y su casco rojo. Ya con toda su ropa de combate encima, era difícil adivinar que se encontraba herido de gravedad, aunque sí se volvía un poco evidente al verlo caminar con menos seguridad que de costumbre.
Dick se le aproximó, parándose a su lado.
—Me agrada tu nuevo traje, con todo y él… —señaló entonces a su propio pecho, en específico al murciélago en éste, similar al que Red Hood tenía en el suyo.
—Le da estilo —le respondió Jason, aparentemente indiferente a su comentario.
—¿Esto significa que te nos unirás? ¿Volverás al fin con nosotros?
Jason soltó en ese momento una fuerte carcajada burlona, que resonó bastante en el eco de la cueva.
—Nada de eso —murmuró satírico—. Primero muerto que ser parte de este grupo de ñoños otra vez.
Barbara y Tim lo miraron con marcado enojo al escucharlo decir eso, pero a él no le importó demasiado.
—Aún trabajo solo, ¿escucharon? Aunque… —Volteó en ese momento a mirar a Alfred, que observaba todo en silencio desde el área de enfermería—. Alfred aún me debe unos hot cakes con zarzamoras.
Una media sonrisa se asomó en los labios del hombre inglés, y justo después asintió discretamente con su cabeza.
—Supuse que dirías eso —comentó Dick, con algo de dureza—, pero le prometí al Comisionado que te mantendría vigilado.
—No hagas promesas que no puedes cumplir, Dicky —le respondió con sorna, dándole un par de palmadas en el brazo. Acto seguido, comenzó a andar al área de vehículos de la cueva.
—Espera, si insistes en seguir haciéndolo por tu cuenta, no puedo permitir que sigas con tus tácticas violentas.
—Relájate, Batman —le respondió con despreocupación, agitando una mano en el aire mientras se alejaba caminando—. Me tomaré un tiempo para que esta herida sane, y luego de eso me calmaré un poco en ese aspecto si eso te tranquiliza. Sonríe, es una nueva era, ¿recuerdas?
—Y sigues con eso…
Jason se dirigió directo a una de las motocicletas estacionadas, en concreto a una roja con negro que era de Tim; de hecho, era una que había sido armada especialmente por él.
—No te importa que me lleve una de tus motos, ¿verdad Tim-boy? —cuestionó de pronto, pero antes de recibir alguna respuesta ya se estaba montando en ella.
—¡Por supuesto que me importa…! —Le gritó Tim totalmente alarmado, y comenzó entonces a correr hacia él. Sin embargo, de nuevo esto a Jason no le importó mucho.
—Gracias, mocoso —le respondió indiferente, al tiempo que el motor comenzaba a andar con fuerza—. Te la devolveré algún día. Nos vemos…
Antes de que Tim pudiera alcanzarlo, Jason arrancó, y él y la moto se alejaron a toda velocidad por el largo túnel que llevaba a la salida.
—¡Oye! —Le gritó furioso Red Robin, pero sólo pudo ver impotente como se alejaba y se perdía en las sombras—. ¡Si le haces aunque sea un raspón…!
Barbara y Dick rieron divertidos por la escena, aunque a Tim definitivamente no le causaba nada de gracia en lo absoluto.
—Nunca va a cambiar, ¿cierto? —Comentó Barbara, mirando de reojo a Dick.
—Es poco probable.
Pese a todo, sí había un cambio apreciable en Jason. Quizás no era muy grande aún, pero sí lo suficientemente significativo. Por un instante, Dick, Barbara y Alfred fueron capaces de ver al antiguo él, al chico impetuoso y a veces molesto que les daba tantos dolores de cabeza, pero que había logrado al final volverse un miembro de su extraña y definitivamente disfuncional familia. Tras todo lo que había vivido, sería bastante ingenuo esperar que pudiera volver a ser por completo aquella persona; ni siquiera ellos mismos podrían volver a ser quienes eran antes, tras todas sus respectivas experiencias. Pero aun así, lo ocurrido esa noches les daba un poco de esperanza en lo que podría ocurrir después.
—Creo que es hora de que yo también me vaya —indicó Raven de pronto, aproximándose hacia ellos. Para esos momentos ya se encontraba vestida de nuevo con su ropa de civil; ahora ya parecía de nuevo una psicóloga convencional, o una heroína retirada, dependiendo de cómo lo vieran—. Tengo un tren que abordar, si es que aún funcionarán pese a todo lo ocurrido.
—Gracias, Raven —le agradeció Dick, virándose hacia ella y ofreciéndole un gentil abrazo que ella al inicio no pareció querer corresponder, pero al final posiblemente no le quedó mucha más alternativa—. Lamentó haber hecho que dejaras también tu retiro, y tan abruptamente.
—Fue bueno recordar los viejos tiempos —le respondió algo estoica, y entonces ambos se separaron—. Pero si te es posible, no vuelvas a pedírmelo.
Dick rio un poco, mientras que ella por su cuenta sólo sonrió levemente. Sus ojos morados se posaron en su atuendo de Batman, que aún llevaba en su totalidad, incluida la capucha y la capa.
—El traje no te queda tan mal —le indicó con sinceridad—. Recuerda que puedes ser Batman, pero no por eso tienes que ser Bruce Wayne.
—Ahora lo entiendo mejor. Gracias.
Raven asintió despacio. En ese momento miró sutilmente a Barbara, la cual se sobresaltó un poco al sentir su mirada tan fija en ella. Sólo fue por un segundo, antes de que se virara de nuevo hacia Dick.
—Buena suerte —le indicó como palabra final, antes de girarse sobre sus pies y avanzar hacia el elevador.
—La acompaño a la salida, señorita Roth —Intervino Alfred en ese momento, comenzando a andar a su lado.
—Gracias, Alfred.
—Yo también voy —comentó Tim, aparentemente ya más tranquilo por el hurto de su moto—. Necesito hablar con Stephanie y ver que esté bien.
—Cuánta preocupación —le dijo Barbara con fuerza, con tono de burla.
—Oh, cállate.
Los tres se dirigieron juntos al elevador que llevaba a la mansión, y desaparición tras la puerta de éste, dejando solos a Barbara y Dick en la Cueva. Sólo hasta ese punto ambos pudieron darse un minuto para respirar.
Dick caminó con paso lento hacia el área de enfermería, mientras se retiraba muy despacio la capucha y la capa del traje. Ese acto provocó que soltara algunos gemidos de dolor, pues la herida de su cabeza ante el menor roce le provocaba un respingo que le recorría casi todo el cuerpo. Al final pudo hacerlo y la dejó caer al piso. Su rostro estaba manchado, al igual que su cabello. Sabía muy bien que también tendría algunos golpes debajo de la armadura que también ocuparían revisión, pero de momento su cabeza era lo que más le importaba.
—¿Quieres que te ayude con eso? —le cuestionó Barbara, mientras se le acercaba por detrás con su silla.
—Estaría bien, gracias.
Dick se sentó con cuidado en la camilla, sintiendo como algunos de sus músculos resentían el movimiento. Barbara fue hacia el armario de artículos de primeros auxilios, y extrajo de éste algo de alcohol, yodo, algodones, toallas húmedas, hilo quirúrgico y gazas. Colocó todo sobre sus piernas, y luego giró de regreso su silla hacia donde yacía su nuevo paciente. Dick agachó lo más posible su cuerpo al frene para colocar su cabeza a una altura apropiada para ella. Barbara pasó sus dedos con mucho cuidado por sus cabellos para intentar ver entre ellos la herida que se escondía. La capucha lo había protegido, en efecto, pero aun así tenía la piel abierta y sangrando.
—Sí, esto no se ve nada bien —comentó con un tono un tanto exagerado de preocupación, que casi lo hacía sonar como una broma—. Pero a pesar de toda la sangre, no se ve en realidad tan profunda.
—Creo que tengo suerte —murmuró Dick un poco burlón.
Barbara tomó entonces un algodón y lo humedeció en alcohol, para luego pasarlo por la herida para limpiarla y desinfectarla. Dick masculló algunos pequeños quejidos de dolor al contacto del alcohol, pero lo resistió de buena manera, como todo un guerrero.
—Tú también deberías de tomarte un tiempo para que sane —señaló Barbara, sonando casi como un regaño.
—He tenido heridas peores. Además, sin Máscara Negra y el Pingüino, ni tampoco Red Hood haciendo de las suyas, creo que nos esperan unos días más tranquilos.
—Espero que sea así.
Luego de terminar de limpiar la herida, Barbara tomó otro algodón con alcohol y lo pegó por completo contra ésta. Le indicó a Dick que lo sujetara y presionara contra ella lo más fuerte que pudiera. Tomó entonces una toalla húmeda, y comenzó a pasarla por el rostro de Dick para limpiarle todo rastro de sangre y así estuviera un poco más cómodo. Con una mano sostenía su rostro por un costado, y con la otra pasaba el paño húmedo. Mientras hacía esto, era inevitable que sus rostros estuvieran relativamente cerca el uno del otro, y que de vez en cuando sus miradas se cruzaran. Las primeras dos veces ambos reaccionaron de forma apenada, desviando sus rostros hacia otro lado casi de inmediato. Sin embargo, luego parecieron poco a poco irse acostumbrando a la situación y a sentirse cómodos con la mirada del otro.
No era la primera vez que se encontraban tan cerca el uno del otro, después de todo.
—Realmente me hubiera gustado estar ahí afuera contigo esta noche —Murmuró de pronto la pelirroja mientras terminaba de limpiarle.
—Lo estuviste.
—Lo sé… pero sabes a qué me refiero.
Lo siguiente era intentar darle algunas puntadas a la herida. Tomó algo de hilo quirúrgico, y comenzó con su labor. Quizás no era una cirujana experimentada como Alfred, pero tenía una mano bastante firme y segura. Además de que igual que todos los que hubieran alguna vez pisado esa cueva, la propia experiencia le obligaba a aprender ese tipo de cosas, le gustara o no.
Dick de nuevo tuvo que comportarse valientemente, mientras Barbara lo cocía.
—Creo que lo he decidido —comentó Oráculo de pronto, tras un largo tramo de silencio, que Dick supuso que era porque estaba muy concentrada en lo que hacía.
—¿Qué cosa?
—La operación… lo intentaré —le indicó despacio, pero firme. Dick se sorprendió un poco de oírla decir esto, aunque intentó que no lo suficiente para moverse mientras ella pasaba hilo y aguja por su cabeza—. He dejado que lo que me pasó me defina por demasiado tiempo. Quiero recuperar todo lo que perdí, dejar esto atrás y seguir adelante. Sé que será un proceso difícil pero… quiero intentarlo…
—Si es lo que deseas, debes hacerlo —afirmó Dick con seguridad. Se permitió entonces alzar una de sus manos, y tomar una de las de ella. Este acto tomó desprevenida a Barbara, pero no opuso mucha resistencia a ello. Como le fue posible, Dick volteó a verla de nuevo a los ojos, ahora con un sentimiento más cándido en los suyos—. Te dije que te apoyaría en lo que eligieras, y así lo haré. Estaré ahí contigo, ¿de acuerdo?
Barbara lo contempló fijamente mientras decía ello, pero al final no pudo evitar tener que desviar su mirada hacia otro lado. Sus mejillas se ruborizaron ligeramente, y de eso ella misma se daba cuenta sin necesidad de verse al espejo. Instintivamente, sus dedos se apretaron con un poco de fuerza entorno a la mano con la que Dick le sujetaba.
—Sí, gracias, Dick… —le respondió con una voz suave y calmada—. Debo terminar de cocer eso…
Señaló entonces a la cabeza de Dick, y a su herida a medio suturar.
—Ah, claro, lo siento…
Dick la soltó y volvió a agachar su cabeza para que ella pudiera alcanzarla. Barbara suspiró un poco, intentando tranquilizarse, y volvió de inmediato a su labor.
—No sé si lo dije antes —susurró despacio la informática tras unos segundos de silencios—, pero estoy feliz de que estés aquí otra vez.
—Bueno, creo que ya no es tan malo como antes —le respondió el nuevo Batman, con una sonrisa de satisfacción que ella en ese momento no era capaz de ver.
A pesar de que Dick tenía esa fea herida en su cabeza, o que Barbara se la estuviera cociendo, ese había sido quizás uno de los momentos más felices que habían compartido en esas dos semanas… o incluso en esos últimos nueve años. La muerte de Bruce o la amenaza latente de los villanos de Gótica, se volvió algo secundario. Así como por un momento les había parecido ver al antiguo Jason, ahora ambos se sentían como aquellos jovencitos que usaban esa cueva casi como su patio de juegos. Aquellos que con cierta inocencia se convirtieron en los ayudantes de Batman, luego en sus compañeros, y luego en mucho más. Aquellos dos jovencitos que llamaban a esa vieja cueva como la Baticueva, y a su extraño grupo como la Batifamilia…
FIN DEL CAPITULO 22
Notas del Autor:
Y eso ha sido todo, chicos. Aquí termina esta historia. Agradezco a todos los que me han leído hasta este punto, me han dejado sus comentarios y…. nah, mentira. Esto aún no termina, de hecho se podría decir que “apenas comienza”. Aunque ciertamente si esto fuera una serie, lo podríamos considerar como un Final de Temporada, ¿qué les parece? Pero aun así, sí les quiero agradecer todo el apoyo que me han dado en este tiempo, a pesar de que a veces por diferentes motivos dejó mucho espacio entre actualizaciones, y algunos llegan a pensar que he abandonado la historia, algo que les aseguro nunca ha sido el caso.
Espero que les haya gustado la forma en la que he estado manejando a los personajes hasta ahora. A partir de este punto iniciaremos lo que se podría llamar un Nuevo Arco, lo que traerá también a nuevos personajes y situaciones a la mesa. Así que estén pendientes para los próximos capítulos y las sorpresas que traerán consigo.
¡Nos leemos pronto!
WingzemonX
1 note · View note
egosimprecisos · 6 years
Text
aquí había sido primero como una sangría, un vapuleo de uso interno, una necesidad de sentir el estúpido pasaporte de tapas azules en el bolsillo del saco, la llave del hotel bien segura en el clavo del tablero. el miedo, la ignorancia, el deslumbramiento: esto se llama así, eso se pide así, ahora esa mujer va a sonreír, más allá de esa calle empieza el jardin des plantes. parís, una tarjeta postal con un dibujo de klee al lado de un espejo sucio. la maga había aparecido una tarde en la rue du cherche-midi, cuando subía a mi pieza de la rue de la tombe issoire traía siempre una flor, una tarjeta klee o miró, y si no tenía dinero elegía una hoja de plátano en el parque. por eses entonces yo juntaba alambres y cajones vacíos en las calles de la madrugada y fabricaba móviles, perfiles que girban sobre las chimeneas, máquinas inútiles que la maga me ayudaba a pintar. no estábamos enamorados, hacíamos el amor con un virtuosismo desapegado y crítico, pero después caíamos en silencios terribles y la espuma de los vasos de cerveza se iba poniendo como estopa, se entibiaba y contraía mientras nos mirábamos y sentíamos que eso era el tiempo. la maga acababa por levantarse y daba inútiles vueltas por la pieza. más deu na vez la vi admirar su cuerpo en el espejo, tomarse los senos con las manos como las estatuillas sirias y pasarse los ojos por la piel en una lenta caricia. nunca pude resistir ao deseo de llamarla a mi lado, sentirla caer poco a poco sobre mí, desdoblarse otra vez después de haber estado por un momento tan sola y tan enamorada frente a la eternidad de su cuerpo. 
en ese entonces no hablábamos mucho de rocamadour, el placer era egoísta y nos topaba gimiendo con su frente estrecha, nos astaba con sus manos llenas de sal. llegué a aceptar el desorden de la maga como la condición natural de cada instante, pasábamos de la evocacións de rocamadour a un plato de fideos recalentados, mezclando vino y cerveja y limonada, bajando a la carrera para que la vieja de la esquina nos abriera dos docenas de ostras, tocadno en el piano descascarado de mada noguet melodías de schubert y preludios de bach, o tolerando porgy and bess con bifes a la plancha y pepinos salados. el desorden en que vivíamos, es decir el orden en que un bidé se va convirtiendo por obra natural y paulatina en discoteca y archivo de correspondencia por contestar, me parecía una disciplina necesaria aunque no quería decírccelo a la maga. me había llevado muy poco comprender que a la maga no había que plantearle la realidad en términos metódicos, el elogio del desorden la hubiera escandalizado tanto como su denuncia. para ella no había desorden, lo supe en el mismo momento en que descubrí el contenido de su bolso (era en un café de la rue réaumur, llovía y empezábamos a desearnos), mientrar que yo lo aceptaba y lo favorecía después de haberlo identificado; de esas desventajas estaba hecha mi relación con casi todo el mundo, y cuántas veces, tirado en una cama que no se tendía en muchos días, oyendo llorar a la mafa porque en el metro un niño le había traído en recurdo de rocamadour, o viéndola peinarse después de gaber pasado la tarde frente al retrato de leonor de aquitanía y estar muerrta de ganar de parecerse a ella, se me ocurría como una especie de eructo mental que todo ese abecé de mi vida era una penosa estupidez porque se quedaba e mero movimiento dialéctco, en la elección de una inconducta en vez deu na conducta, de una módica indecencia en vez de una decencia gregaria. la maga se peinaba, se despeinaba, se volvía a peinar. pensava em rocamadour; cantaba algo de hugo wolf (mal), me besaba, me preguntaba por el peinado, se ponía a dibujar en un papelito amarillo, y todo eso era ella indisolublemente mientras yo ahí, en una cama deliveradamente sucia, bebiendo una cerveza deliberadamente tibia, era siempre yo y mi vida, yo con mi vida frente a la vida de los otros. pero lo mismo estaba bastante orgulloso de ser un vajo conciente y por debajo de lunas y lunas, de incontables peripecias donda la maga y ronald y rocamadour, y el club y las calles y mis enfermedades morales y otras piorreas, y berthe trépat y el hambre a veces y el viejo trouille que me sacaba de apuros, por debajo de noches vomitadas de música y tabaco y vilezas menudas y trueques de todo género, bien por debajo o por encima de todo eso no había querido fingir como los bohemios al uso que ese caos de bolsillo era un orden superior del espíritu o cualquier otra etiqueta igualmente podrida, y tampoco había querido aceptar que bastaba un mínimo de decencia (!decencia, joven!) para salir de tanto algodón manchado. y así me había encontrado con la maga, que era mi testigo y mi espía sin saberlo, y la irritación de estar pensando en todo eso y sabiendo que como siempre me costaba mucho menos pensar que ser, que en mi caso en ergo de la frasecita no era tan ergo ni cosa parecida, con lo cual así íbamos por la orilla izquierda, la maga sin saber que era mi espía y mi testigo, admirando enormemente mis conocimientos diversos y mi dominio de la literatura y hasta del jazz cool, misterios enormísimos para ella. y por todoas esas cosas yo me sentía antagónicamente cerca de la maga, nos queríamos en una dialéctiva de imán y limadura, de ataque y defensa, de pelota y pared. supongo que la maga se hacía ilusiones sobre mí, debía creer que estava curado de prejuicios o que me estaba pasando a los suyos, siempre más livianos y poéticos. en pleno contento precario, en plena falsa tregua, tendi la mao y toque el ovillo pars, su materia infinita arrollándose a s misma, el magma del aire y de lo que se dibujaba en la ventana, nubes y buhardillas; entonces no había desorden, entonces el mundo seguía siendo algo petrificado y establecido, un juego de elementos firando en sus goznes, una madeja de calles y árboles y nombres y meses. no había un desorden que abriera puertas al recate, había solamente suciedad y miseria, vasos con restos de cerveza, medias en un rincón, una cama que olía a sexo y a pelo, una mujer que me ppasaba su mano fina y transparente por los muslos, retrardando la caricia que me arrancaría por un rato a esa vigilancia en pleno vacío. demasiado tarde, siempre, porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad. la maga no sabía que mis besos eran como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella, y que yo ansaba como salido, volcado en otra figura del mundo, piloto vertiginoso en una proa negra que cortaba el agua del tiempo y la negaba. 
en esos días del cincuenta y tantos empecé a sentirme como acorralado entre la maga y una noción diferente de lo que hubiera tenido que ocurrir. era idiota sublevarse contra el mundo maga y el mundo rocamadourm cuando todo me decía que apenas recobrara la independencia dejaría de sentirme libre. hipócrita como pocos, me molestava un espionaje a la altura de mi piel, de mis piernas, de mi manera de gozar con la maga, de mis tentativas de papagayo en la jaula leyendo a kierkegaard a través de los barrotes, y creo que por sobre todo me molestava que la maga no tuviera conciencia de ser mi testigo y que al contrario estuviera convencida de mi soverana autarquía; pero no, lo que verdaderamente me exasperaba era saber que nunca volvería a estar tan cerca de mi liberdad como en esos días en que me sentía acorralado por el mundo maga, y que la andiedad por liberarme era una admisión de derrota. me dolía reconocer qeu a golpes sintéticos, a pantallazos maniqueos o a estúpidas dicotomias resecas no podía abrirme paso por las escalinatas de la gare de montparnasse adonde me arrastraba la maga para visitar a rocamadour. ?por qué o aceptar lo que estaba ocurriendo sin pretender explicarlo, sin sentar las nociones de orden y de desorden, de libertad y rocamadour como quien distribuye macetas co geranios en un patio de la calle cochabamba? tal vez fuera necesario caer en lo más profundo de la estupidez para acertar con el picaporte de la letrina o del jardín de los olivos. por el momento me asombraba que la maga hubiera podido llevar la fantasía al punto de llamarle rocamadour a su hijo. en el club nos habíamos cansado de buscar razones, la maga se limitava a decir que su jijo se llamaba como su padre pero desaparecido el padre gabía sido mucho mejor llamarlo rocamadour y mandarlo al campo para que lo criaran en nourrice. a veces la maga se pasaba semanas sin gablar de rocamadour, y eso coincidia siempre con su esperanzas de llegar a ser una cantante de lieder. entonces ronald nevía sertarse al piano con sua cabezota colocada de cowboy y la maga coviferaba hugo wolf con una ferocidad que hacía estremecerse a madame noguett mientras, en la pieza vecina, ensartba cuentas de plásico para vender en un puesto del boulevard de sébastopol. la maga cantando schumann nos gustaba bastante, pero todo dependía de la luna y de lo que fuéramos a gacer esa noche, y también de rocamadour porque apenas la maga se acoradaba de rocamamdour el canto se iba al diablo y ronaldo, solo en el piano, tenía todo el tiempo necesario para trabajar sus ideas de debop o matarno dulcemente a fuerza de blues. 
no quiero escribir sobre rocamadour, por lo menos hoy, necesitaría tanto acercarme mejor a mi mismo, dejar caer todo eso que me separa del centro. acabo siempre aludiendo al centro sin la menor garantía de saber lo que digo, cedo a la trampa fácil de geometría con que pretende ordenarse nuestra vida de occidentales: eje, centro, razón de ser, omphalos, nombres de la nostalgía indoerupea. incluso esta existencia que a veces procuro describir, este parís donde me muevo como una hoja seca, no serían visibles si detrás no latiera la ansiedad axial, el reencuentro con el fuste. cuantas palavras, cuántas nomenclaturas para un mismo desconcierto. a veces me convenzo de que la estupidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro abrazado a la maga, esa concreción de nebulosa, peinso que tanto sentido tiene hacer un muñequito con miga de pan como escribir la novela que nunca escribiré o defender con la vida las ideas que redimen a los pueblos. el péndulo cumple su vaivén instantáneo y otra vez me inserto en las categorías tranquilizadoras: muñequito insignificante, novela transcendente, muerte heroica. los pongo en fila, de menor a mayor: muñequito, novela, heroismo. pienso en las jerarquías de valores tan bien exploradas por ortega, por schele: lo estético, lo ético, lo religioso. lo religioso, lo estético, lo ético. lo ético, lo religioso, lo estético. el muñequito, la novela. la muerte, el muñequito. la lengua de la maga me hace cosquillas. rocamadour, la ética, el muñequito, la maga. la lengua, la cosquilla, la ética. 
2, rayuela
vertigem na cabeça
3 notes · View notes
Text
Bol’ v Moyey Zadnitse
Fase 1 de la Operación: Apodo Cariñoso
En la que los agentes T/N y Bucky acceden a infiltrarse como una pareja de prometidos planeando su boda en una ciudad playera algo sospechosa.  (1.120 palabras) 
Inglés autor: @imagining-supernatural Traducido por: @kclaire1
Tumblr media
“Eso ya lo hicimos el año pasado,” le susurraste a Bucky. Estabais ignorando por completo toda la información que Steve os estaba contando. Algo sobre una nueva misión en alguna ciudad donde la gente estaba muriendo o algo así. Pero el ambiente en la sala no era demasiado tenso, así que no te sentiste demasiado mal por pasar de todo. 
Además, esto era mucho más importante. 
“Le pusimos miel al champú de Sam. Esto sería tinte en el acondicionador de Steve.” Te susurró Bucky. 
¿Ves? Mucho más importante. 
“¿De qué color?” la idea tenía un montón de potencial. Ver a Steve con el pelo rosa… o morado… azul… cualquier color, en realidad. Eso era mierda de la buena. 
“Estaba pensando—”
“T/N y Bucky,” dijo Natasha, atrayendo la atención del grupo hacia vosotros y levantasteis la vista, tratando de no parecer culpables. No había dicho vuestros nombres como si os estuviera llamando; era más bien como si os hubiera apuntado para ser voluntarios en algo. 
“Sí,” afirmó Sam a lo que fuera que Nat acababa de decir sobre vosotros dos. “Son nuestra mejor opción.” 
“Por supuesto que lo somos,” dijo Bucky, sacando pecho para ocultar que había estado distraído. “Siempre somos la mejor opción. Somos los más duros de esta habitación.” 
“Claro,” asentiste al instante, esperando no estar metiéndote en algo estúpido o aburrido. “Nosotros nos ocupamos.” 
Nat y Wanda tenían unas sonrisillas en el rostro que te hicieron arrepentirte al instante de lo que fuera en lo que os acababais de meter. A Sam se le iba a romper una vena de aguantarse la risa y Tony y Steve sonreían divertidos. 
Todos sabían que ni Bucky ni tú habíais estado prestando atención. El gato no había estado en vuestro tejado nunca, así que no estaría mal reconocerlo. “Vale. ¿A qué acabamos de decir que sí?”
“A un retiro para parejas,” Steve anunció con sonrisa de comemierda. “Algo esta pasando en San Kino. Acabáis de apuntaros a ir a hacer un reconocimiento durante un par se semanas.”
Bucky se reclinó en la silla, poniéndose las manos detrás de la cabeza. “¿Por qué estáis tan subiditos? T/N y yo básicamente nos acabamos de ganar unas vacaciones.” 
“Tenéis que haceros pasar por una pareja.” 
Bucky y tú os mirasteis y os encogiste de hombros. Verás, es que todo el mundo estaba tan empeñado en que acabarías juntos que hacían equipo para hacer que admitierais que sentíais algo o alguna mierda parecida. Pero Bucky y tú decidisteis hace tiempo que eso no os iba a pasar a ninguno de los dos. Estabais lo bastante seguros de vuestra amistad, que ninguno de sus esfuerzos podía arruinar nada. 
“¿Y?” ¿Fingir que eras la novia de Bucky Barnes mientras estabas tumbada en una playa, bebiendo un Martini vigilando a los matones locales? Había peores cosas en el mundo. 
Bucky acercó su silla hacia la tuya y te pasó el brazo por los hombros. “Nosotros nos ocupamos, ¿verdad muñeca?”
“Por supuesto, mi osito achuchable.” 
Arrugó la nariz con disgusto. “¿Osito achuchable?”
“Oh, es tan pegadizo.”
“Mejor para mi, pequeña.” 
“¿Pequeña?” sacudiste la cabeza. “Tendrás que ser más creativo que eso, pichoncito.” 
“Trabajaré en ello,” prometió poniendo los ojos en blanco. “Pastelito.”
“Flojo.”
“¿Princesa?”
Oh. “Guárdate ese para el dormitorio, globito de chicle.”
Abrió mucho los ojos mientras alguien se aclaraba la garganta y te volviste a mirarlos para ver a todos con los ojos aún clavados en vosotros dos. Steve se inclinó hacia vosotros. “Hay una trampa.” 
“Siempre hay una trampa.” 
Tony os enseñó la Tablet y la cogiste antes de volver a tu sitio colocándote de nuevo bajo el brazo de Bucky. Mejor sentiros los más cómodos posible antes de dirigiros al trabajo de campo. “¿Qué es esto?”
La pantalla estaba dividida en cuatro cuadrantes, mostrando lo que parecía ser una cámara de vigilancia de la ciudad. Tony te hizo un gesto para que pasaras la pantalla y cuando lo hiciste dos cámaras más reemplazaron a la original. Seguiste pasando pantallas y más y más cámaras iban apareciendo. Se iba poniendo cada vez más interesante cuanto más mirabas a lo que parecían ser residencias privadas, habitaciones de hotel y cuartos traseros de algunos bares. 
Bucky levantó la vista de la pantalla para mirar a Tony, esperando una explicación. “¿Stark?”
“VIERNES descubrió que hay un servidor central en San Kino con estos canales. A penas queda un centímetro de la ciudad que no esté cubierto por cámaras. Necesitamos saber por qué.” 
“¿Nada de privacidad?” preguntaste, pasando incluso por más cámaras. “Al menos es una ciudad preciosa.” 
“Una vez que estéis en la ciudad, no podéis dejar de fingir ni por un segundo.”
“¿Y qué hay del audio?” 
Esta vez fue Nat quién habló. “Hasta donde sabemos, lo único que es seguro es hablar de tonterías y entre las sábanas. Las cámaras tienen micrófonos que llegan a todas partes.” 
“Tenéis que colaros allá donde podáis, sin despertar sospechas.” Dijo Steve. “Conseguir toda la información posible. VIERNES os vigilará cuando ninguno de nosotros pueda monitorizaros por las cámaras. Pero aún no hemos encontrado nada, así que no sabemos quién ha puesto las cámaras o por qué. Eso os toca a vosotros.”
Era una pequeña ciudad, tropical. Las grandes ciudades turísticas estaban costa arriba, pero esta era una ciudad pintoresca. La gente se daría cuenta de si alguien andaba husmeando por allí. Ciudades como esta, por tu experiencia, eran comunidades cerradas. Tenía que haber una razón condenadamente buena detrás de todo eso. 
“Sabes,” comenzaste a decir, mirándote la mano izquierda. “Siempre he querido casarme en la playa.” Después le echaste a Bucky una mirada traviesa. Y esta tiene que ser la playa perfecta. Ya sabes, vamos a tener que explorar este posible destino para nuestra boda al menos un año antes. Visitar las pastelerías locales, bares, tiendas de tatuajes—“ 
“¿Tiendas de tatuajes?” interrumpió Steve. 
“Por supuesto. ¿Crees que haría una despedida de solteros sin hacernos un tatuaje? Lo mejor será ir a ver como son antes de emborracharme. Ya sabes como acaban esas noches.” Después miraste de nuevo a tu mejor amigo y ondeaste la mano izquierda. “¿Qué me dices, magdalenita? ¿Quieres ponerme un anillo en el dedo y hacer un viaje de pre-luna de miel?”
“No puedo esperar a ir a una joyería contigo mañana, bol' v moyey zadnitse.”
“Hablar en ruso es trampa, señorito.”
“Pero original,” apuntó. La sonrisa de su rostro te dio la idea de que fuera lo que fuera lo que hubiera dicho, lo encontraba graciosísimo. Lo que significaba que probablemente era una broma estúpida o algo así. Le conocías demasiado bien. Eso y la carcajada que Nat a penas podía contener selló el pacto. 
“Pero original,” le concediste a regañadientes. 
4 notes · View notes
nombrete · 7 years
Text
Las penas del triste Marcos
Las penas del triste Marcos No soy bueno para dar consejos, no me gusta darlos ni que me los pidan. "El consejo –decía Quevedo-, bueno es, pero creo que es de las medicinas que menos se bastan y se gustan". Quienes lo piden casi siempre conocen la respuesta, pero les falta valor (sobre todo valor) para aceptarla. No quieren una opinión sino la confirmación de lo que ya saben y/o el empujón que los lleve a proceder en consecuencia.  Otro excelso poeta decía que dar un consejo es “contraer un compromiso”, pero es también apostar, empeñar tu palabra, o simple y sencillamente meterte en un rollo ajeno.  No me gusta dar consejos y por eso me puse tan mal, cuando hace un par de días recibí la llamada de mi amigo Marcos. Su mujer, con quien se casó en Cuba hace dos años, acababa de abandonarlo dos meses después de habérsela traído a Brooklyn. Él tiene 51 años y ella 26, la conoció en un paseo por La Habana, en la plaza vieja para ser más exacto. Él regresó seis veces a verla, se casaron en la Catedral, como era religiosa no había querido hacer el amor antes. Si conozco los detalles es porque Marcos me los vino diciendo desde que comenzó el romance. No le importó mi opinión ni yo me aventuré a dársela. Hoy sé que la sabía y que la suya de ahora no difiere mucho de la mía, Es una farsante, un demonio, dijo entre sollozos antes de atragantarse con las palabras.  Esperé un momento y le pedí que se calmara. Asintió con un “ok” lloroso, hizo una ruidosa inspiración y antes de continuar se aclaró la garganta, Está con un tipo en Miami, me llamó de allá para decirme. Era su novio cuando nos conoció, siempre lo fue, tienen la misma edad, lo encontré en Facebook. Su cara me pareció conocida y no paré hasta saber de dónde. Está en las fotos de la boda, aquí las tengo. Interrumpió su narración con el aullido que a partir de este momento sustituyó al gimoteo de marras. Quería vengarse, montarse en un avión para ir a cobrársela.  No me dijo cómo, pero temí lo peor y no me quedó más remedio que tratar de apaciguarlo. El problema era cómo, qué podía yo decir sin participar de su suerte, de qué magia valerme para mediar en el conflicto sin tomar parte.Buscando un principio recordé una conversación que tuve hace unos meses con Maurice, mi vecino cirujano, de quien para más seña diré que ama la ópera y el teatro, es devoto cristiano, escribe versos que según él no sirven, y en ocasiones fumamos tabaco juntos. Me salto ahora el preámbulo y caigo directamente en la tarde que, a la salida del gym, me puso al tanto de su tragedia. … Le pasó peor que a ti –le advertí desde un principio a Marcos queriendo darle ánimos - Llevaban tres años de casados. A ella le gustaba viajar y él se pasaba la vida en el hospital, trabajando. Empezó a sospechar la noche en que la llamó por teléfono y creyó escuchar la voz de un hombre, gruesa (como de bajo), de no haber sido por la explicación de ella, habría jurado que el tipo cantaba en la ducha. La duda fue haciendo mella y poco tiempo después revisando el registro telefónico encontró un número que su mujer marcaba a cada rato, siempre antes de viajar a California. Temblándole los dedos lo marcó en el teléfono de ella. Hello!, Le respondió la voz de bajo. El individuo fue cortés y no tuvo problemas en reconocer que era el amante de su esposa, aunque uso otra palabra: su boyfriend. Más tarde su mujer, admitió sin disimulos su falta, con la serenidad de quien nada teme. No supo sin embargo qué responder a dos sencillas preguntas: ¿Cómo es posible que hagas tal cosa si sabes bien que te amo? ¿Qué desvergüenza es esa de tener un boyfriend, siendo una mujer casada, y cristiana? La conversación fue breve y él estuvo de acuerdo cuando su esposa le propuso posponerla unos días para poner el asunto en oración y reflexionar al respecto. Acordaron darse una semana, pero bastaron 48 horas para que ella lo convocara a la cocina. Allí le comunicó que se iba con el camionero (sólo entonces conoció su profesión), que el dinero no era todo en la vida y un matrimonio sin pasión era lo que la vida a un cadáver. El creía estar preparado para aceptar su decisión, pero resultó que no y se lo dijo, Necesito más tiempo, 48 horas tal vez fueron suficientes para ti, pero a mí no me alcanzan. Ella no le hizo caso y se marchó al día siguiente. Antes le prometió que regresaría a verlo cada mes, no a su casa sino a un hotel, hasta que él se acostumbrara. De estar de acuerdo solo tendría que pagarle el pasaje.    A esta altura del relato Marcos empezó a reír y eso me pareció un buen síntoma. Maurice es un tipo tranquilo  y bueno, como tú, -le dije antes de apretar la tuerca-  pero medio infantil, ingenuo, ayuda a mucha gente y a cambio sólo recibe porrazos, Él estuvo de acuerdo. El problema es que no sabía qué hacer, me dijo, oré, pero Dios no me escuchaba o no lo escuchaba yo a él. Desesperado levanté el teléfono y lo volví a llamar. Ella por suerte no estaba, acababa de salir a alguna parte. Le pregunte qué cosa era de eso robarse una mujer ajena. El me respondió que no era culpable de nada, que era hombre de palabra y a ella también le había sido muy claro. Tenía otras mujeres, una en cada ciudad y  eso no lo iba a cambiar ni por ella ni por nadie. Hablamos durante mas de una hora, sin ocultarnos nada, casi como amigos íntimos. La conversación comenzó a tomar un matiz extraño y de pronto me vi comentándole las cosas que no me gustan de ella. Sobre todo ese empecinamiento suyo en hacerlo por donde no es, así le dije, que a mí no me gusta y ella lo sabe, va contra los mandamientos, y contra la virtud. Él no lo podía creer ¡Qué tú dices! me interrumpió a gritos, pero si eso es lo que más me gusta de esa hembra, my friend, si es que por eso estoy con ella.… Oye pero cuál de los dos está más loco, me preguntó Marcos, De los tres querrás tú decir, le respondí. Pues para serte sincero creo que Maurice. Su extraña conversación con el camionero me impresionó menos que la naturalidad con que ahondaba en los detalles, como si hablara de otro, como se cuenta una película o lo que pasa en una novela.La aventura no tuvo un final feliz y Maurice fue el primero en enterarse.  Ella lo llamó de California para decirle, para contarle lo arrepentida que estaba (avergonzada , triste, asqueada de sí) y rogarle de paso que la dejara regresar a casa, de donde nunca debió marcharse. Una oportunidad era todo cuanto pedía y a ese dilema se enfrentaba Maurice la tarde que me contó a la salida del Gym. La perdonó. Me llamó poco después para decirme. De hecho ya estaba enterado la primera vez que hablé con Marcos, aunque preferí callármelo. Al día siguiente me volvió a llamar, era domingo. Su voz sonaba calmada, reflexiva, firme, sin el menor rastro de melancolía ni chispazos de rabia. Me alegré cuando me dijo que nuestra conversación lo había ayudado bastante. Se sentía mucho mejor, más animado. Fui yo quien se equivocó, me dijo, quien pecó de tonto, ella se aprovechó de mí y tal vez lo merezco. Siempre tuve mis sospechas pero evitaba pensar en eso, me engañaba. Se me ocurrio preguntarle si había desechado  sus planes de venganza y estas son las horas en que su respuesta todavía me pica en el cráneo: Pues nada, aguantarme y esperar a que se me pase.  El tiempo lo cura todo y pensándolo bien lo mío no fue tan grave. Ahora lo importante es recuperarme, armarme de valor y mantenerme fuerte. No quisiera flaquear en caso de que se le ocurra llamarme.Fin
Lázaro Echemendia. Dec/2017
Si te gustan mis cuentos no te olvides de dar “me gusta” en facebook pinchando aquí: NOMBRETES  o bajo mi foto en la columna derecha ===>  
Para recibir el blog en tu email, escribe a [email protected], poniendo “Si” en el asunto.
Para comprar mi libro La isla en cuentos: http://www.amazon.com/isla-en-cuentos-Spanish/dp/0990502503
0 notes
aniscuis · 7 years
Photo
Tumblr media
Bueno, pues hoy empecé mis clases de árabe. Mi profesor se llama Hamam y parece majete. Hemos quedado en que me dará clases de dialecto egipcio e intercalará el fusha porque con el dialecto me puedo mover por la calle y del fusha puedo aprender vocabulario y coger más soltura a la hora de hablar, que es lo que yo necesito. Así que muy bien. Me ha dicho que debería haber cogido una habitación en piso compartido más cerca de las clases pero ya le he contado que la asociación (la beca es con la Asociación de Hispanistas de Egipto) no me dio ninguna facilidad y no encontraba nada cerca…además se acercaba el momento de irme y prefería tener algo fijo. Por eso cogí el hotel y por eso estoy tan lejos de la escuela… Para ir cogí un Uber y muy mal. No me permitían pagar por paypal así que tuve que pagar en efectivo porque debía llegar a clase sí o sí. Al menos para el primer día… El conductor, fatal…no sabía ir al sitio y tenía que usar yo mi teléfono e ir diciéndole y enseñándole por dónde podía ir. Hubo un momento en el que el camino era muy fácil: todo recto hasta que se acababa la calle y allí me tenía que dejar. ¡Incluso viéndolo en el mapa y se paró tres veces a preguntar a la gente! ¡Le decían lo mismo que yo! Me estaba poniendo mala… cuando e dije que parara, me cobró más de lo que ponía en la app: ponía que máximo 2,6€ y me cobró unos 5€… así que en cuanto he llegado a casa, he puesto una queja en Uber. Estaba tan enfadada… Para la vuelta mi profesor me acercó hasta el barrio donde vive él y me anotó cómo debía tomar el metro, dónde hacer transbordo, en qué dirección… y tan solo por 2 libras=0,098€. Y así lo hice: Me subí en el vagón de las mujeres, seguí todos los pasos y llegué a mi parada. Casi muero de calor…. Horrible… pero es muy cómodo y barato, lo único malo es que ni se acerca a donde tengo las clases… Mañana no sé cómo me las arreglaré para ir a ese maldito sitio dejado de la mano de Dios… Ya os contaré. ¡Ah! Aún sigo haciéndome líos con las divisas… ¿Por qué hay billete de 1 libra y moneda también? Y ¿por qué en los sitios me ponen céntimos que no existen? Es decir, la cuenta pode ser 45,67 pero solo hay monedas de 50 piastras (o de 1 libra)… en fin… Hoy creo que me he puesto mala del calor y esta tarde no saldré, estoy revuelta y juro que no he comido nada raro! Ni más hielos, ni ensaladas, ni nada… ¡Lo juro! Se me ha olvidado apuntar que aquí amanece a eso del 4.30-5h y anochece a las 19 aproximadamente. Sólo ese dato jijiji ¡Un abrazo fuerte!
0 notes
you-moveme-kurt · 4 years
Text
Glee «The quarantine»  Part XVI
Julio de 2020
-Kurt… esta cerrada la puerta que da a la escalera de servicio… ¿estas aquí?... —pregunto Blaine golpeando la puerta de la cocina. -... -¿Kurt?... —insistió poniendo oído antes de comprobar que esa también estaba cerrada— ¿esta también?... ¿Kurt?... —dijo dando unos golpes. -¡Estoy aquí!... —grito desde adentro. -¿Y por que esta cerrado?... —quiso saber su esposo empujando la puerta un par de veces. -¡Es porque no puedes ver lo que estoy haciendo! -¿Como? -¡Lo que oyes!... ¡además será solo un instante!, ¡no seas impaciente!… -¿Henry esta contigo? -¡No!, ¡creo que salió de compras!.. -¡Kurt! -¡Esta conmigo!, ¡obvio que esta conmigo!… —grito riendo— dile al «Papáblen» que estás bien…di: «¡estoy bien «Papáblen»!»... —dijo Kurt para que su hijo lo imitara. -¡«Estobenpapben»!... —exclamó el pequeño a todo los que sus diminutos pulmones le daban. -¿¡Escuchaste!?... 
-Lo escuche… ¿tienes encendida la televisión? —quiso saber Blaine pegando la oreja  a la puerta como para cerciorarse de aquello. -¡Si! -¿Cómo?... ¿encontraste los controles? -¡No!... ¡busque en «Google» el manual de este modelo de televisor y aprendí a encenderla sin necesidad del control!… ¡aunque aún no se como cambiar de canal!... ¿¡llamaste a tus padres!? -Si… Kurt, es super raro que te esté hablando contigo a través de una puerta…¿quieres abrir? —dijo Blaine haciendo un puchero infantil como si su esposo pudiera verlo. -¡Solo será un instante!… ¡¿los llamaste o no?! -Los llame… -¡¿Y?! -Y... aún no saben… -¿¡Aún no saben el resultado o tu hermano aún no ha dicho nada!? -No ha dicho nada… se supone y le entregarían los resultados este fin de semana, pero aun no recibe nada, según mi mamá Cooper le dijo que mientras mas guapo mas inmune,  lo que sea que signifique eso… —respondió apoyado en la puerta. -Entonces tu eres extra inmune… —susurro haciendo un gesto de complicidad con su hijo, Henry se limitó a reír y a jugar con su oso de felpa— ¡¿estás seguro que dijo eso?! -Es lo que me  dijo mi Mamá… -¡Pues no creo que sea inmune a esta estúpida pandemia!… pero… ¡¿se ha sentido bien?, ¿¡saben!? -No lo se… en realidad no pregunte tanto… Kurt… ¿quieres abrir?... -¡Un segundo!… ¡tal vez deberías llamarlo tú!, ¡para demostrar interés y todo eso!… -No tengo que demostrar nada a nadie, menos a Cooper… —murmuró poniendo cara de fastidio. -¡¿Como?! -Nada...es decir… si se contagio es por su culpa… por ser tan irresponsable y salir a deambular por Los Angeles sin mascarilla como si nada pasara… -¿No deberías preocuparte?... —dijo Kurt abriendo la puerta por fin— no estamos hablando una simple gripe aquí… —agregó mirándolo— podría pasarle algo grave... -Lo se, pero primero, Cooper es de hierro y segundo,  yo no tengo tanta suerte… ¿puedo pasar?... —dijo dando unos pasos hacia delante. -Oye, no digas eso… este tema es serio… ha muerto gente y todo… —dijo su esposo poniéndose ceñudo. -Esta bien, lo siento… me retracto y deseo que este bien para que vuelva a pasear por soleada California sin tomar ninguna precaución... ¿puedo entrar ahora? -¿Por qué no me convence que estas realmente arrepentido?... -Kurt… -Ok, esta bien… es solo que tienes esa cara… que no convence… —insistió señalándole la expresión con su mano abierta, como si limpiara un vidrio o algo parecido. -Es mi cara cuando mi hermano, que esta a kilómetros de aquí, acapara toda tu atención… —agregó mirando hacia otro lado, Kurt sonrió engreído y se movió hacia un lado de la puerta— ¿ahora puedo pasar? -Puedes pasar… —repitió haciendo la venia correspondiente. -Gracias… ¿por que tenias todo cerrado?... —preguntó mientras entraba -Déjame explicarte como funcionan las sorpresas… primero, deben haber dos personas, el que sorprende… —dijo apuntándose a si mismo— y el sorprendido, en este caso tú… —añadió señalándolo a él— segundo, hay que preparar todo en completo hermetismo para que la persona a sorprender en realidad se sorprenda… —terminó por decir parándose al lado de la mesa donde había montado un desayuno de hotel cinco estrellas— por lo tanto, Señor Anderson-Hummel, aquí esta su sorpresa número 9 de 10 posibles… —añadió dejando ver todo lo que había preparado -No tienes que hacer esto, te lo dije hace nueve días... —dijo Blaine mirando todo. -Me lo dijiste, pero decidí no escuchar… —su esposo soltó una pequeña risa— te debía una compensación por los días en los que me comporte como un idiota por el asunto de Broadway… de lo cual tengo noticias  a todo esto… -¿En serio?, dijeron algo en… ¿«FOX»?... ¿ en serio?... —dijo Blaine mirando la programación del canal más partidario del presidente Trump que podía existir. -Te dije que no se como cambiar de canal… ni tampoco como subirle el volumen…  no se en realidad porque la tengo encendida —respondió como pensando en aquello— en fin, lo importante es esto, tu sorpresa del día… siéntate y disfruta… —añadió Kurt apuntando el lugar que acostumbraba a ocupar su esposo, acercó la silla  portátil de su hijo  a la mesa y le hizo un par de caras antes de entregarle su plato con la fruta que le gustaba— ¿y bien?... —dijo tomando una servilleta— ¿te gusto? -Todo luce muy delicioso, y la mesa se ve genial… gracias Kurt… —respondió Blaine incorporándose un poco para darle un beso. -Por nada… —dijo sonriendo— creo y ya puedes ir pensando en cuál será tu día favorito… -Bueno… aunque no se que me espera mañana y todo esto se ve espectacular… creo y hasta ahora me quedo con el día que viste toda la saga de «X-Men» conmigo… -¿En serio? -Mucho… -Bueno, yo lo hice mas bien para ver a Hugh Jackman y su personaje ese de los cuchillos  que siempre esta de torso desnudo… —dijo Kurt moviendo sus cejas, Blaine sonrió y lo miró con ternura— ahora comamos que tengo hambre desde las 6 que fue la hora en que me levante. -¿Te levantaste a las seis?... —pregunto Blaine sirviendo café para ambos -Obvio. lo que me lleva  a recordar que me sentí profundamente ofendido que siguieras durmiendo sin darte cuenta que ya no estaba contigo en la cama… —dijo al tiempo que tomaba su  copa de jugo de naranja. -Por supuesto que me di cuenta… desperté en cuanto te levantaste… —aseguro Blaine bebiendo un sorbo de café, Kurt lo miró de medio lado con los ojos empequeñecidos— ¡es la verdad!, ¿quieres que nombre todo, lo que hiciste antes de la salir de la habitación? -No me acuerdo ni de la mitad de todo lo que hice antes de salir de la habitación… así es que no tendría sentido… -Como quieras… ahora cuéntame de las noticias esas que tienes… —dijo Blaine escogiendo un «crossaint» de cuatro posibles. -Pues Lily me escribió… -¿En serio?... ¿y como esta?...  —preguntó dando una mascada. -Bien, esta muy ben… pero lo importante es que me dijo que ha usado este tiempo de cuarentena para escribir dos nuevas obras… -¿Dos?... ¡vaya!… -Que ya se las envió al director del teatro y todo y que en cuanto él las apruebe, me enviara los guiones… —dijo Kurt haciendo un pequeño baile de felicidad que fue imitado de manera divertida por Henry— se que es una estupidez que me entusiasme con algo que aun no veo, pero… te juro y me siento mucho más animado al saber que habrá algo para mi después que acabe todo esto… -Por supuesto que habrá algo para ti… eres el ser humano más talentoso que ha pisado Broadway en los últimos 20 años… —aseguró Blaine tomándole la mano por encima de todo. -Gracias… -No son mis palabras, es lo que Ben Brantley dijo de ti en el New York times…  —agregó haciéndole un cariño en la mano que le tenía tomada. -Espero y no se olvide de mi luego de estos meses, aunque… por dios… —dijo mirando la pantalla del televisor y el noticiario que acababa de comenzar. -¿Que?... —quiso saber su esposo también mirando. -Lo que dice allí… —exclamó apuntando el título que decía «breaking news»  y que anunciaba una declaración de la autoridad sanitaria— con un demonio, si pudiera darle más volumen… —agrego mirando a su alrededor, como si en los muebles de la cocina estuviera la respuesta a su aflicción. -Yo puedo… —dijo Blaine sacando su teléfono móvil desde el bolsillo trasero de su pantalón. -¿Con tu teléfono? -Sí… —contestó pasando pantallas— baje unas aplicaciones en caso que se me olvidara donde había escondido los controles… —añadió riendo mientras desplegaba la correspondiente al televisor de la cocina. -¿Y las has tenido todo el tiempo? -Sí… —añadió Blaine sonriendo mientras subía el volumen y cambiaba de canal. -No creo que pueda soportar este tipo de traición Blaine Anderson-Hummel… -Vamos… fue justificada y bien sabes que … mira, va hablar… —dijo apuntando la pantalla. -Por dios… espero y no sean malas noticias… -No lo serán… —dijo abrazandolo por la cintura— todo ha estado demasiado bien como para que sean malas noticias… -Por lo mismo… —insistió Kurt blanqueando los ojos, ambos se quedaron en silencio escuchando lo que la autoridad tenía que decir— por dios… —añadió llevándose una mano a la boca al escuchar que, aquel día, era el primero sin registrar muertes en New York por la pandemia después de meses— por dios… —repitió sonriendo emocionado. -Por fin… —dijo Blaine abrazándolo más.. -¿Podré decir gracias a dios si no creo en dios?...—preguntó Kurt aun sonriendo. -Creo que después de todo lo que hemos pasado, podemos decir lo que sea… —respondió su esposo dándole un beso dulce en la mejilla.
5 notes · View notes
you-moveme-kurt · 4 years
Text
Glee «We never talk about that» Part II
Abril de 2019
-¿Sabes lo que no hemos hecho?— Blaine alzó una ceja pensando quizás que— ay, no eso… —agregó Kurt poniendo cara de asco, su esposo sonrió a pesar de todo— a lo que me refiero es que nunca hemos hablado de eso… —dijo acercándose. -¿De que? -De eso… de lo qué pasó con nosotros después que estuvimos  en ese restaurante, aquella noche horrible que vivirá por siempre en la infamia… -¿Crees que deberíamos? -Creo que es importante que lo hagamos… -¿Ahora? -Ahora… -¿Aquí? -No aquí… o tal vez si aquí… ven… —dijo Kurt tomándolo de la mano— este será nuestro cuarto hasta el último día de nuestras vidas… no puedo pensar en un mejor lugar para abrir nuestros corazones… —añadió subiéndose a la cama que aún estaba sin hacer y cubierta del plástico de embalaje, Blaine soltó un suspiro y se trepó un poco de mala gana, como si lo último que quisiera en ese instante, era abrir su corazón a aquel tema que en realidad prefería olvidar— y no pongas esa cara, tu sacaste el tema al andar husmeando en lugares que no te corresponden… —añadió Kurt cruzando sus piernas para sentarse en la cabecera como un indio lo haría.
-¡Pero yo no lo hice de manera intencional!… —exclamó Blaine como defendiéndose mientras se sentaba igual que su esposo— además, podemos obviar el tema… yo no he dicho nada… -Obvio que no dices nada, solo pones cara de funeral y te tocas la oreja de manera compulsiva… —agrego Kurt blanqueando los ojos— ahora… lo que haremos, será… -Una pregunta antes… —dijo Blaine alzando su mano en señal de alto— ¿no crees que es raro que nos sentemos aquí sobre este plástico?, no podríamos esperar a quitarlo, hacer la cama y luego… ya sabes… —añadió moviendo sus cejas de manera traviesa al tiempo que estiraba su pierna en dirección a su esposo, como si quisiera tocarle con su pie justo allí. -¿Que?... no… ¡Blaine!... ¡estoy aquí siendo un esposo super solidario, haciendo lo que se supone y debo hacer y tú no lo tomas en serio!… —se quejó de vuelta Kurt echándose un poco hacia atrás, tomó una de las almohadas aun embolsadas y se la puso en la entrepierna, acto seguido se cruzó de brazos poniendo mala cara,. -Ok… lo siento…—dijo Blaine sin poder evitar el sonreír al ver todo aquello— dime lo que quieres hacer... -¿No harás más bromas? -No haré mas bromas... -¿Ni insinuaciones inapropiadas? -Ni insinuaciones inapropiadas…  —volvió a repetir Blaine como si no le quedara otra, Kurt lo miró un segundo con los ojos empequeñecidos, como si no terminara de creer aquello— ¡es verdad!... —exclamó sonriendo. -Bien… —dijo por fin— lo que propongo, es que tu me preguntes cualquier cosa y yo te respondere… -¿Puedo preguntar lo que sea? -Lo que sea… —contestó  haciendo un gesto acorde con sus manos. -¿Y tu lo contestaras?, ¿sin hacer ese gesto que haces?... —agrego Blaine haciendo con su cara un gesto entre ácido y mala gana. -Estoy seguro y nunca he puesto esa cara, pero para tu tranquilidad, no haré ningún gesto ni ese, ni ninguno... -Me parece justo… ahora responde… ¿cuán raro sería si nos amamos sobre este plástico? -¡Blaine!... ¿sabes que?... si no vas a tomar esto enserio prefiero empezar a desembalar cajas…y  bastantes que son por lo demás...  —dijo Kurt  haciendo ademán de levantarse. -¡Kurt!… no… no te vayas… —se apresuró en decir Blaine tomándolo de una mano, su esposo desistió a la idea de abandonar la cama y se quedó mirándolo en silencio— disculpa… ya no hare mas bromas… en serio… lo juro,  es solo que… no se… creo que bromear hace esta situación menos incómoda… lo siento… -Esta bien… y te entiendo… no te justifico, porque siendo esposos no debería haber situaciones incómodas entre nosotros, pero si te entiendo… pero la mejor manera de enfrentar un problema, es hablándolo… así es que… ¿es posible... que tengamos una conversación de adultos?… -Es posible… -Bien… para empezar y como dije, puedes preguntarme lo que sea que tenga relación con el anillo ese… y yo responderé... -Ok… —Blaine se movió un poco en el lugar en el que estaba y carraspeó un par de veces, luego de volver a acomodarse  y soltar un poco de aire, hizo la primera pregunta— ¿cuando...?, ¿cuando te quitaste el anillo? -Vaya… directo de inmediato...—contestó Kurt alzando una ceja. -Bueno… si vamos a hablar del tema… -Pues es lo que haremos… a ver… —dijo como pensando—  debo decir que fue un mes… o algo así después que terminamos… después que yo termine contigo en realidad…  —dijo corrigiendo el pronombre de plural a singular. -Un mes, ¿en serio?... —contestó como sorprendido. -¿Por qué reaccionas así? -Porque me sorprende, es decir… como te dije, hasta hace… 20 minutos—dijo mirando su reloj— creía que después de esa noche en la que me lleve mis cosas, habías salido a beber y a arrojar el anillo a cualquier parte… -Pues ahora ya sabes que no fue así… sigue… -¿Hiciste algo?, ¿pensaste en algo cuando te lo quitaste? -Pues dije un par de maldiciones porque no podía sacármelo… pero si me tome un momento para pensar… -¿En que?... —Kurt dio un respingo sorprendido al pensar el nivel de detalle que estaban adquiriendo las preguntas. -Bueno… en ti, en mi… en las razones que te di para nuestra separación, en lo que me dijiste tú... luego dije las maldiciones y posteriormente lo guarde y me olvide de el... -¿Por que lo guardaste? -Porque era una joya, una muy bonita por lo demás… y bien sabes que Kurt Hummel nunca desprecia un accesorio... -Claro… —añadió su esposo mirando hacia otro lado, un tanto decepcionado por la respuesta que acababa de escuchar.. -Además... porque en mi subconsciente, creo y no quería que nuestra historia acabara… -En serio… -Mucho… ¿te cuento algo? —dijo moviéndose sobre el colchón para acercarse a él. -Claro… —contestó Blaine haciendo lo mismo hasta que sus rodillas se encontraron con las de  su esposo, Kurt sonrió y le tomó las manos. -Cuando Santana y Brittany se comprometieron, recuerdo que tuve una conversación con Britt, muy bizarra como es su sello por cierto… -Por cierto… -Pero recuerdo que en esa ocasión, ella me aconsejó que debía dejar de pensar en ti y  seguir adelante, ya sabes… conocer a alguien, tener citas… —Blaine trago saliva para aliviar la punzada de celos que acaba de sentir— yo le dije que no quería hacer nada de eso porque hacerlo, era aceptar de forma definitiva que lo nuestro ya no existiría más… luego usó una rara analogía con unos chocolates para probarme lo contrario… —dijo Kurt sonriendo. -¿Y allí fue donde comenzaste a salir con aquel ciudadano de tercera edad? -¡Oye!... Walter no era tan viejo… -Claro… Walter… —dijo Blaine blanqueando los ojos. -¿Celoso Señor Anderson-Hummel? -¿De él?... siempre... gracias por contarme esto Kurt… —añadió jugando con sus manos entrelazadas. -De nada… ahora es mi turno… -¿Tu turno? -Si, mi turno de preguntar cosas… -Eso no fue lo que acordamos… —respondió Blaine como poniéndose a la defensiva. -Primero no hemos acordado nada y segundo… es justo que quiera saber que hiciste tú después de esa noche… -Pues no hice nada… nada interesante al menos… solo me fui al hotel más barato que encontré, luego me expulsaron de NYADA y después volví a  Westerville… fin… —dijo soltándole las manos.. -¿Que?, ¿crees que me voy a conformar con ese resumen? -Pues es lo que tendrás… —agregó Blaine levantándose— el tema aquí era el anillo. y yo no tenía ninguno así es que... -¡Oye! -Creo y deberíamos empezar por la cocina… —dijo cambiando de tema y desoyendo lo que le decía su esposo—  mira, ya casi es mediodía y si nos apuramos, podemos tener todo listo para nuestro primer almuerzo en la FIfth Av… ¡vamos!.. —termino por decir dando un par de aplausos y salió de la habitación dejando a Kurt sin la posibilidad de seguir demandando las respuestas que merecía.
8 notes · View notes
dioses-y-religiones · 5 years
Text
Capítulo 5. Gea.
Sumario.
Tom saltó a la fama internacional con su personaje de Loki en la película de Marvel, Thor.  Ahora, pasada un poco la euforia por la película, es atacado por una enfermedad terrible con la que, en ocasiones, pierde el control sobre sí mismo, nadie sabe qué es, ningún médico puede ayudarlo, y se recluye para no dañar a la gente a su alrededor con esos episodios violentos ocasionados por esta extraña enfermedad. En su desesperación, y después de haber agotado todas las posibilidades médicas, se ve obligado a viajar a otro país, muy diferente al suyo para buscar a la ayuda de una bruja.
 Nota de Autor: Los diálogos que están en negrita, son diálogos en inglés.
El playlist en YouTube con las canciones del Fic es http://www.youtube.com/playlist?list=PLe1RQg1PRt4FaYvpCpq6raUbZwtpyLwbz
Gea
 Así pasaron algunos días, Tom se cambió de Suite a una que tenía dos habitaciones, porque se negó rotundamente a que ella “acampara” en su sala, pasaban todo el tiempo juntos. Aunque Ofelia trataba de no intervenir, no hacía falta porque Tom era muy social, todo lo contrario a ella. Lo llevó a conocer la ciudad y los alrededores, algunos días se quedaban en el hotel mientras Tom leía  guiones que le mandaba su publicista y agente, ella se sentaba en la computadora, veía televisión, o leía. A veces salía sola, Tom le prometía que no iba a salir y Ofelia regresaba con algo de comida para los dos, y algún viejo libro para continuar la investigación.
Al octavo día, a mitad de la noche, ella escuchó un ruido muy fuerte en el cuarto de Tom. Se levantó sin pensarlo y corrió a la habitación del actor, lo vio parado de espaldas a la puerta, la computadora de Tom tirada en el piso, un paquete de hojas engrapadas en la cama revuelta y una taza de té recién servido.
­ ¿Tom?— dijo ella acercándose, pero se detuvo enseguida cuando no reconoció la energía que salía del hombre.
—Tú, patética Wala...—el actor se giró lentamente a verla con un par de esmeraldas brillantes por ojos.
—¿Perdón?— dijo ella dando un paso para atrás, el actor levantó la mano y la puerta se cerró sola de un golpe detrás de ella, Ofelia pegó su espalda a la puerta, alarmada por sentir la extraña magia. Él caminó hacia ella con el rostro crispado de ira. Golpeó la puerta de madera justo al lado del rostro de Ofelia, lo que hizo que la bruja volteara la cabeza con miedo.
     —¿Crees que siendo su distracción personal, vas a evitar que haga lo que quiera con el mortal? ¿Me crees un simple y triste demonio?— gritó el actor en perfecto español con su voz, pero mucho más profunda. Ella se tensó toda,  pero solo en lo que su cerebro analizaba lo que acababa de decir. Cuando volteó a verlo, vio que él tenía una media sonrisa, no estaba tan enojado, solo quería asustarla.
— Así que sí eres un Dios— Dijo ella, tratando de sonar más segura, el rostro de Tom dejó de sonreír y frunció el ceño.—Tom está bajo mi protección, sal de su cuerpo. —  continuo, por un momento pudo ver la sorpresa en su cara pero luego comenzó a carcajearse.
—No tengo la menor intención de pretender saber por qué, una criatura tan pequeña como tú, cree que puede hablarme así, tu Seidr es tan inofensiva que es divertida, pero veo que tienes otras formas de distraerlo.— ella lo miró extrañada un momento pero él bajó la mirada lascivamente, Ofelia se dio cuenta de lo que ella traía puesto que era básicamente una camisa sin mangas y su ropa interior y él traía lo mismo.— pero ni siquiera eso va a distraerlo lo suficiente.— dijo el actor poniendo una mano en su cintura, a lo que ella reaccionó y sintió su corazón en la garganta “tranquila” pensó ella, “solo quiere asustarte para que no pienses con claridad”. Él bajó la mano a su trasero y la acercó más, Ofelia sentía como se le erizaban los vellos de la nuca al sentir como Tom la tocaba, aun cuando en el fondo no fuera en realidad él.
—No quieres su alma, a un Dios no le sirve ¿Qué quieres con él?
—Tal vez no vengo por él  ¿No has pensado en eso  Seiđkona? Quizá solo uso su cuerpo, mientras su alma se encuentra ya vagando por los infra reinos, solo para disfrutarte— dijo él.
“Seiđkona”, “¿Donde he oído ese término?” pensó la bruja mientras vio que los ojos de Tom comenzaban a brillar por las lágrimas que comenzaban a formarse.
—¿Tantas molestias para tener a una bruja? No, hay miles de brujas allá afuera que se entregarían si lo pidieras, ¿Por qué tomar a Tom?  ¿Quién eres? ¿Qué quieres con él?— dijo ella confiada. Ofelia, invocó un campo de luz roja alrededor de su cuerpo lo que hizo al actor a dar tres pasos hacia atrás, extrañado, ella aprovechó para caminar y alejarse de él,— Porque si piensas que por un momento creo que el alma de Tom ya no está ahí, me estas subestimando ¿Sabes cómo lo sé? Porque estas llorando, Tom no quiere lastimarme y esta luchado por recuperar su control, porque eso es todo lo que tienes, control momentáneo, no tienes ni su alma, ni su cuerpo, él sigue ahí dentro y tú estás enojado porque esto es lo más fuerte que él ha estado en meses ¿Verdad? ¿Me escuchaste Tom? ¡Eres más fuerte que él!
El hombre que tenía enfrente entrecerró los ojos, sonrió un poco y levantó la cabeza, pero luego cerró los ojos y se sentó en el piso, cuando los abrió eran azules otra vez, ella se acercó a ver si estaba bien, pero él la haló para abrazarla.
—Te oí… — fue todo lo que dijo, se quedaron así un momento. Y ella se soltó.
—¿Estás bien?
­Sí, increíblemente avergonzado pero sí. ¡Dios mío!­—dijo mientras se ponía de pie y la ayudaba—  voy a ponerme algo,..
—Sí, yo también.— Ofelia salió corriendo a su cuarto a vestirse, ambos lo hicieron lo más rápido posible y salieron casi al mismo tiempo al recibidor, Tom preparó té y mientras ella veía por la ventana distraída. Tom fue el primero en hablar.
— Lo siento mucho— dijo apenado.
—Ni lo menciones, por favor, tengo muy claro  cuando no estas presente, cuando es él.
— Es la primera vez que recuerdo que pasa ¿Por qué?
—Lo que le dije es cierto, te estás haciendo más fuerte, tal vez fue el  “motivo” de su visita, pero algo debió ser el catalizador, ¿Qué estabas haciendo?— dijo ella pensativa.
—Revisando un guión.
—¿El mismo de ayer?
—No, me despertó Luke para que lo viera hoy y vinieron a entregármelo hace unos veinte minutos. Estaba muy emocionado de leerlo.—dijo él dando un trago a su té.
—Ok las emociones pudieron haberlo “activado”.
—¿Cómo te llamó?
—Wala y Seiđkona
—¿Qué significan?
—Wala es alto germánico, emm… como antiguo alemán para bruja, y Seiđkona es lo mismo pero no es alemán, no recuerdo que idioma…
—Podría ser una pista de que quién es ¿No? Habló español y mi español no es tan bueno.
—¡Oh! Lo sé,—dijo ella haciendo referencia al terrible intento del británico por hablar su idioma, sonrió juguetona y él lo arrojó un cojín a los pies jugando.— pero tienes razón, solo tengo que acordarme, he oído, Seiđkona en alguna parte.
—Podemos buscarlo en internet.
—Aunque me duela en el orgullo, tienes razón, será más rápido googlearlo.
Tom se paró por su laptop, se la dio a ella, mientras se sentó y abrió el guión, estaba sonriendo, ella lo notó. Mientras esperaba a que prendiera la laptop le preguntó.
—¿Está divertido?
—¡Ni te imaginas!
—Te he visto leer varios guiones y nunca te vi así, ¿Ya sabes de qué se trata?
—¡Oh sí!— dijo ampliando la sonrisa.
—Entonces ¿Vas a hacer audición?
—Nop— Él ya se estaba divirtiendo con el jueguito, lo que le dio gustó a Ofelia, pensar que el Dios seguía dentro, viendo como poco a poco perdía el control sobre él, le causó cierta satisfacción.
—¿Cómo no vas a hacer audición? ¿Ya te contrataron?
—Se podría decir que ya habíamos llegado a un acuerdo.
—Ok ¿Entonces, secuela?— él levantó la mirada y amplió la sonrisa más.— Por favor ¡Ya dime!—pero él solo levantó la primera página del guión para que ella la viera. Con letras grandes y estilizadas se leía “Avengers”. En ese momento todo lo que pasó esa mañana hizo “click” en su cabeza.
— ¡Ay por la Diosa!— Ofelia hubiera jurado que escuchó una risa. Ella se puso ambas manos en la boca y se puso de pie para comenzar a caminar por la habitación. Mientras murmuraba muy rápido, en español.
­—¿Qué?— dijo el actor asustado.
Ella no se detuvo— ¿Te contrataron para hacer al mismo personaje?
—Sí ¿Por qué?— ella por fin se detuvo y lo miró significativamente.— ¿Qué?...espera…no...—  dijo él incrédulo, pero ella siguió mirándolo, él trató de sonreír como si entendiera la broma, ella tenía los ojos muy abiertos y él abrió mucho los suyos también— no, no, no, claro que no, ¡Es imposible! ¿Es imposible verdad?
Ella se comenzó a reír, pero su risa no era divertida era casi histérica, consiguió calmarse un poco—  Imposible no, tal vez improbable.
—No puede ser, me estás diciendo…— pero Tom no tuvo el valor de decirlo.
—Seiđrkona es Nórdico Antiguo, que es la base del Alto Alemán. El catalizador fue el guión, hizo que pensaras en él, eso lo dejó entrar.
—Pero… es un personaje de ficción, de Comics por el amor del cielo.
—No Tom, es un personaje de comics basado en un Dios de verdad, parece que te topaste con lo auténtico. Tengo que hablar con mis hermanas— dijo ella antes de ponerse de pie, ya iba a salir pero Tom la detuvo.
Espera, por favor.— dijo nervioso.
—¿Qué es? ¿Qué pasa?
—Es que…
—Es normal tener miedo, pero ahora que sabemos que es, tal vez haya una forma de…
—¿Sabemos? ¿De verdad sabemos? Hay más Dioses en la mitología nórdica que… que Loki.— dijo el actor frunciendo las cejas.
—Pues sí, pero a estas alturas las probabilidades de que sea él son muy altas.
—¿Hay alguna manera de comprobarlo?
—A ver, creo que estás perdiendo el punto aquí, lo que queremos es que salga de ti, ¿Qué importa que Dios sea?
Tom la vio, inclinando un poco la cabeza, y luego entrecerró los ojos.—  ¿En serio? ¿En serio me preguntas qué importa? ¿A mí? ¿En serio me estas sugiriendo que no debería importarme si es Loki u otro Asgardiano? ¡A mí!
Ella estaba irritada pero no dijo nada, tenía razón, el personaje había pasado a ser parte importante de la vida del actor. Era obvio que sintiera curiosidad, pero alguien necesitaba sentar prioridades.
—Ofelia por favor, no quiero que nadie salga perjudicado, solo quiero estar seguro de que es él.— Continúo el actor.
—No lo entiendes,— ella suspiró—  hay una manera, es un tipo de invocación menor, pero con el deterioro actual de tu salud hay la posibilidad de que tu cuerpo salga lastimado, si ya te trae jodido, es mucho más fácil sacarlo y luego preguntar, el procedimiento podría…
—¡Lo tomo!
—¿Qué? No, Tom, puede ser muy molesto para ti, por qué hacerlo si podemos solo…—pero el actor puso su ojos de cachorrito con hambre.— ¡Carajo Tom!  ¡Está bien! Tú mandas, voy por unas cosas y regreso en media hora, no salgas, solo quédate aquí y ten el celular prendido. –el actor sonrió ampliamente.
­—Gracias.
—Agradécemelo después.— dijo saliendo, mas irritada aun.
El actor se quedó en el recibidor de la suite solo y en silencio, un silencio que le pareció muy pesado. Volteó a todas partes como si fuera un fantasma lo que lo estuviera siguiendo, luego se aclaró la garganta.
—¿Hola?— esperó unos segundos pero no escuchó nada.—Emn… ¿Loki?—  dijo sintiéndose muy tonto.— si estás aquí, ¿Podrías darme una señal? —sonrió un poco por la connotación teológica, — ¿O decirme algo? aunque probablemente dirías algo como “Soy Loki, de Asgard y vengo con un propósito glorioso.” –dijo el actor con su voz de Loki, la que tenía bien estudiada y  sonrió, sintiéndose más tonto aun,— esto es ridículo—  terminó susurrando,  se dio la media vuelta para terminar su té, cuando sintió un pequeño hormigueo en la garganta, luego pudo sentir sus cuerdas vocales vibrando, su boca articulando y su voz muchísimo más grave de lo humanamente posible, retumbando en su pecho.
—Yo nunca daría conocer la naturaleza de mis propósitos…— con los ojos muy abiertos, el actor escuchó como se iba extinguiendo la voz sobrenatural que salía de él.
—¿Loki? —preguntó asustado pero muy emocionado. No escuchó nada, lo intentó otras veces y nada. Pasó la media hora, y luego otra. Estaba sentado cuando un pensamiento le entró repentinamente en la cabeza, no sabía practicante nada de Ofelia, estaba confiando mucho en ella, pero no la conocía. Por supuesto que sabía que era el Dios jugando con sus pensamientos pero tenía un buen argumento. Pasó un rato más y la vio entrar por la puerta, con una mochila. Ella podía ver la silueta del actor, estaba sentado en la obscuridad y se puso un poco nerviosa.
—¿Tom? ¿Todo bien?
—Sí, todo bien— ella respiró aliviada —no vas a creer lo que pasó— dijo él con una sonrisa. Y procedió a contarle lo que había sucedido.
—Wow— dijo ella muy sorprendida, —nunca había escuchado que eso pasara, aunque la buena noticia es que con eso comprobamos dos cosas, una que si es Loki…
—Aun quiero hacer la prueba.
—¡Carajo Tom!
— ¿Cuál es la otra?— dijo el actor divertido.
— Que no es posesión, cuando menos no una completa.
—¿Qué?
—Parece que tiene una conexión con tu conciencia, pero no está invadiendo tu cuerpo, no por completo, creo que usa la magia para cambiar el color de tus ojos, como si él quisiera que supieras que está ahí,— ella comenzó a sacar cosas de su mochila, —aunque no tengo idea para que haría eso, tal vez es la fama lo que lo atrajo…— dijo más para ella mientras preparaba una solución y la ponía toda en una botellita. — con este hechizo voy a poder hablar con él y averiguaré si, es de hecho, el Dios de las mentiras, o es otra  cosa, luego vemos que hacemos a partir de ahí,— dijo ella sacando una jeringa. —necesito que estés inconsciente.
Tom parecía alarmado, pero no dijo nada, aunque en su mente pensó dirigiéndose al Dios “sé lo que estabas haciendo…”  refiriéndose a la semilla de desconfianza que había plantado en su cabeza, pero no escuchó nada de regreso. Mientras Ofelia acomodaba todo, Tom la veía, pensado en lo poco que sabía de ella y lo raro de descubrir hace poco que había magia y que ella podía manejarla
—¿Cómo es tú familia?— preguntó el actor sin pensarlo mucho.
Ella lo vio sorprendida pero luego suspiró, claro que quería saber, nadie en el mundo podía ser tan confiado y seguir vivo. No le gustaba hablar de eso, por otro lado, entendía que estaba a punto de dejar inconsciente al hombre, así que era momento de ser honesta, respiró otra vez y comenzó.
—Ok a ver. Tengo un hermano menor. Mi mama era como yo, solo que más amable, más gentil y mucho más inteligente, aprendió todo lo que sabía de mi abuela y ella de su madre y así. Era muy sabia excepto por la parte de casarse con mi padre.
—¿Cómo es él?
           —Mientras vivió mi madre… Triste y patético. Odiaba su vida, y odiaba estar con nosotros tres, aunque mi hermano y yo éramos pequeños, ambos nacimos con habilidades mágicas, de hecho mi hermano era un prodigio, y cuando ella murió, bueno, digamos que aprendí lo que le hace el miedo a un hombre.
           —¿Miedo?
           —Sí, miedo a mi madre, a mi hermano y a mí, a mi religión, a ella nunca le puso la mano encima, que yo supiera. Cuando ella murió, ya no había nadie para protegernos. Supongo que la gente reacciona así a lo que no entiende y él siempre fue mezquino y pusilánime. Yo aprendí a quitarme de su camino ¿Me entiendes? pero mi hermano no tuvo esa oportunidad y yo no era lo suficientemente fuerte para ayudarlo, una noche llegó drogado y nos pegó a ambos, yo me defendí lo mejor que pude pero era más fuerte que yo, lo único que pude hacer fue usar el hechizo de filtro de percepción y mirar como medio mataba a mi hermano, después de eso, mi hermano nunca volvió a hablar, creo que lo golpeó muy fuerte en la cabeza. Lo dejó en el hospital, mi padre convenció a todos que había sido un asaltante y ahí lo dejó.  Yo fui muy cobarde para decir algo y después solo quedamos él y yo… no me veas así, no duró mucho, tuve que aprender rápido a defenderme.
           —¿Qué edad tenían?
           —Él siete, y yo nueve.
           —¿Dónde está ahora tú padre?
           Ella se levantó y lo vio directamente a los ojos. —En un hospital del estado. En coma.  Ahora…—dijo levantando la jeringa.— nunca te he mentido, pero estoy segura que de haber sabido esta historia hubieras tomado otras decisiones y ahora te doy la oportunidad, antes de que todo cambie, ¿Cómo vamos a proceder?
            Él la miró muy triste, pero muy concentrado como deliberando, pero no tardó mucho, porque enseguida se remango la camisa dejando expuesto su brazo y se lo ofreció.
           —Estamos juntos en esto, y confío en ti— le dijo con una sonrisa, aunque ella sabía que no tenía ninguna otra opción, le devolvió la sonrisa.
           Tom procedió a acomodarse en el piso y ella a sacar a un algodón con alcohol y a inyectarle la sustancia, esta hizo que el actor sintiera unas ligeras náuseas y se quedó dormido.
           Ofelia se hincó junto al cuerpo inerte del actor y se sentó en sus tobillos, sacó una daga en forma de flama que traía en su bota y la levantó, dijo algo en un murmullo y luego se cortó en la mano.
           —Hago este sacrificio de sangre en honor a ti, “Caminante del cielo”— luego dejó caer las gotas sobre el pecho de Tom, cerró la mano de la cual salían pequeñas chispas rojas, concentrándose un momento en parar la hemorragia, cuando vio otra vez a Tom, tenía media sonrisa dibujado en su bello rostro.
           —Hace milenios que no escuchaba a alguien llamarme con tal nombre.— de nuevo fue una sorpresa su voz, porque la única manera de que Tom pudiera hacerla sería practicando mucho con el segundo juego de cuerdas vocales que tenemos, cuerdas que están casi atrofiadas porque nadie las usa y aun así era tan bajo el sonido que ella podía sentirlo retumbar en su pecho.
           —¿Loki?
Él abrió un ojo de verde brillante y no es la descripción del color, apenas estaba anocheciendo, ya se veía oscuro el cuarto y los ojos del actor tenían una luz verde propia. Ojos que ahora se dirigían a ella, lo cual la hizo retroceder un poco sin alcanzar a levantarse, e hizo una reverencia pequeña, él se sentó y se acomodó delante de ella.
           —La mujer de costumbres, Seiđkona.— dijo él, en perfecto español.
           —Así es, soy  Seiđkona, soy tu contacto con la raza humana, no necesitas al actor.
           —¿Mi contacto?
           —Sí, las brujas…emm… Seiđkona somos el puente entre los Dioses y la humanidad.
           Él sonrió—  Primero creías que no era nada, luego que era un demonio y ¿Ahora soy un Dios? Probablemente deberías consultar un libro Wala. No desperdiciarías el tiempo de los tres.
           Ella sintió su enojo subir por la garganta, pero respiró.— ¿Es lo que eres no? Creador de la mentira, El Dios timador, el Dios de las travesuras, El caminante del Cielo, el Dios de la mala suerte, Transformista, Loki el Dios del Engaño.
           Él se burló fingiendo tratar de evitarlo, bajando la mirada, luego la levantó, lo que hizo que el estómago de la bruja diera un vuelco.— y ahora me demuestras que si has leído— dijo con media sonrisa— buena niña.
           El Dios se levantó, y Ofelia lo siguió inmediatamente, lo vio caminar con las manos atrás hacia la ventana del hotel, ella se mantuvo lo más lejos de él. Después de un rato, que ella aprovechó para observarlo y escanearlo energéticamente con mucho cuidado y su respiración se hizo más elaborada, ya que su cuerpo estaba respondiendo involuntariamente a la  energía de él, pudo ver, por el reflejo de la ventana, como él sonrió un poco, y rompió el pesado silencio.
—¿Dime Wala, con cuántos Dioses has estado en contacto?— dijo con voz aterciopelada, sonriendo sardónicamente, se estaba divirtiendo mucho con la conversación como si supiera que tenía todo el control sobre la misma.
—Dos— dijo ella secamente —aunque para ser honesta solo hablé con uno, hace mucho.
—Siendo una mujer religiosa, ¿No es conflictivo?
Durante toda esta entrevista, trató de mantenerse lo más fría posible, porque sabía que con él, era especialmente peligroso hablar, ya que entre sus muchos nombres tiene el de “Lengua de Plata” esta era la razón de no dar muchos detalles, mantenerlo simple, pero él sabía lo que hacía. Ofelia podía sentir su poder diezmado por el traje mortal de su cliente que ahora llevaba puesto, pero aun así era impresionante, como emanaba olas de energía que chocaban contra su cuerpo, él estaba jugando y ella no podía hacer nada, esta guerra por la vida de su cliente no la iba a ganar en esta pequeña batalla verbal así que se rindió, por ahora, solo necesitaba saber si era realmente él y si se podía, qué quería.
—No veo conflicto, soy religiosa pero en mi religión sabemos que hay otros dioses y los respetamos igual, sabemos que hay algunos más viejos que mi Diosa, y sabemos que otros son solo versiones de otros.
—¿Tu Diosa? – dijo mirando a toda la habitación, como si en ella estuviera la respuesta.— Gea.— dijo finalmente, sonriendo ligeramente.
—Así es, es uno de sus nombres.— ella trató de controlar la emoción— ¿La conoces?— sabía que no debía preguntar, pero cualquier bruja en su lugar lo hubiera hecho.
—Tuve el honor, hace muchos siglos.— lo más increíble, lo que ella no esperaba era que fuera tan caballeroso en su modo de hablar. Por lo que había oído de las experiencias anteriores con otros dioses, estos eran más primitivos, heridos por años de soledad dogmática.— Creo que fue en mi primera visita a Midgard. Por supuesto nos recibió la Diosa de este reino en un bosque. Yo era un muchacho pero recuerdo lo hermosa que era, tenía el cabello color lluvia y su piel olía a viento, su voz sonaba como el aleteo de las aves y las enormes placas de tierra de tu planeta moviéndose. Su mirada me recordaba a mi madre, a la madre de todos, incluso Odín se inclinó ante su belleza, nobleza y complejidad.
Cuando él terminó estaba sonriendo gentilmente y Ofelia solo se quedó de pie frente a él, conmovida por la manera tan hermosa de describir a su Diosa  —Ah, pero ustedes mortales no pueden verla, no completa, ni siquiera ustedes seguidores del Seidr, solo ven pedazos aquí y allá, escuchan fragmentos de su voz en el viento a través de las hojas,—comenzó a caminar hacia ella— No pueden sentir cuando los abraza o los besa, son como huérfanos,— cuando estuvo lo suficientemente cerca de ella, levantó la mano y le acarició la mejilla,— Es tan efímero el contacto que tienen con ella, — en un momento toda su actitud cambió y su sonrisa se trasformó en una mueca maliciosa cuando cerró su mano alrededor de su cuello, evitándole cualquier intento de tomar aire— Y aun así, pasan su insignificante vida tratando de destruirla.— la levantó hasta separarla del suelo, ella trató de soportar su peso en las puntas de los pies, intentó soltarse pero  no quería usar magia contra él y lastimar el cuerpo del actor, después de todo se dice que el mismo Dios era un excelente hechicero. Para alivio de la bruja, este la soltó después de un momento de contemplación y cayó de rodillas frente a él.
           —Ten cuidado con quien quieres hablar mortal. La “palabra” fue la primera arma que aprendí a usar— con esto salió del cuerpo, que cayó sin ninguna gracia.
La bruja  todavía trataba de recuperar el aliento y no podía dejar de toser, maldiciéndose mentalmente lo tonta e ingenua que había sido.
5 notes · View notes
you-moveme-kurt · 6 years
Text
Glee «What happens in Maine, stays in Maine»
Junio de 2041
-Nuestros hijos están listos para bajar a la playa… —dijo Blaine entrando en la habitación con vista al océano del «Samoset Resort» en Maine— ¿Kurt?... —agregó mirando hacia afuera. -¡Un segundo!.. —respondió desde el baño, Blaine se devolvió el par de pasos que había avanzado hasta la terraza y espero a su esposo sentado al final de la cama— ¿me decías?... —dijo este apareciendo desde donde estaba, revisó las etiquetas de los productos que tenía sobre la mesa de noche y se quedó con una botella de bloqueador solar tamaño familiar. -Te decía que los chicos están listos para bajar a la playa, nos esperan en la recepción… aunque creo que Henry preferiría ir a ver los campos de golf y Lizzie al SPA, pero lo están disimulando muy bien... -Excelente… ¿todo se pusieron bloqueador? —pregunto meneando la botella. -Estoy bastante seguro que si, yo al menos me encargue de dejar a Noah bien untado de pies a cabeza. -Como debe ser… a mi solo me faltan unas piezas de ropa y estoy listo… —dijo Kurt mientras comenzaba a aplicarse bloqueador en los brazos y parte del torso. -Pues yo diría que le faltan las piezas esenciales Señor Hummel-Anderson… —agregó su esposo al verlo con nada más que una toalla en al cintura. -Tengo mi traje de baño bajo esto… no te pases películas… -Siempre me paso películas contigo… —advirtió Blaine levantándose para aproximarse a él— en especial cuando hay piel involucrada— dijo respirandole en la nuca.
-¿Que pretendes Blaine Anderson-Hummel?... —pregunto Kurt de lo más coqueto, se dio media vuelta hacia él y lo abrazo como siempre. -Nada… ¿tú?... —contestó besándole el cuello. -Nada tampoco… pero si te fijas, este ventanal es lo suficientemente amplio como para que un «paparazzi» nos tome un primer plano en una situación indecorosa—dijo Kurt dejándose besar de todas maneras. -Eso no pasará, tranquilo… -¿Cómo lo sabes? -Lo se, porque lo que pasa en Maine, se queda en Maine… -¿Es eso cierto?... —pregunto Kurt mientras le recorría la espalda. -Mucho… -¡Mentira!, lo acabas de inventar… -Por supuesto que no, puedo traer a un par de ciudadanos de este condado para que lo corroboren… -Loco… -Por ti… ¿te he dicho que tu piel es adictiva? -Cada vez que me la besas… si... —dijo Kurt disfrutando de los labios de su esposo. -Pues lo es… —agregó Blaine dando mas besos. -¿Te pusiste bloqueador Blaine Anderson-Hummel?... —quiso saber Kurt apartándose un poco. -¿Quieres tener una charla sexy sobre protección ultravioleta?... -No… solo asegurarme que estés protegido… —dijo apartándose del todo— ven, yo te pondré...— añadió dando unos golpecitos en la cama para que su esposo se recostara. -Te digo de inmediato que me gustaba más lo que estábamos empezando a hacer, era más gozoso y menos grasiento… —dijo quitándose la camiseta. -Pues gozaras mas tarde… ven… —contestó Kurt repitiendo el gesto sobre la cama. -Te tomare la palabra, no creas que no… -Pues hazlo, yo siempre cumplo lo que prometo… ¿que? —agrego al ver que la mirada de su esposo era más divertida que sexy. -Tus pecas regresaron… —dijo sonriendo. -¿¡Que!?... —exclamó acercándose a uno de los espejos— ¡con un demonio!... ¡odio el verano!... —reclamo mirándose la cara. -Eso no es verdad, tú adoras esta estación… -Tal vez, pero odio estas pintas… pareciera que me dio una peste o algo… —insistió observándose de más cerca, Blaine se paró detrás de él e hizo ademán de abrazarlo nuevamente. -Yo creo que son lindas, te hace parecer uno de los personajes revoltosos de la Inglaterra de Dickens… —dijo su esposo dándole un par de besos para después terminar por envolverlo en sus brazos. -¿Revoltoso? —repitió Kurt levantando su ceja. -Vamos… son los mejores y lo sabes… -Bueno, en realidad... -¡Padres!.... ¡Padres!.... —exclamó Lizzie entrando como siempre lo hacía, sin golpear ni nada— ¿¡que son estos desnudos a pleno medio día!?, ¡hola! —añadió parándose en la puerta con las manos en la cadera, tenía puesto un traje de baño y sobre el bikini un pantalón extra corto, se había tomado el pelo en dos moños que, por lo abultados, parecían dos rollos de canela tamaño familiar. -Nadie esta desnudo cariño… y pasa por favor… —dijo Kurt zafandose de su esposo para quitarse la toalla. -¿Por que estabas con esa toalla si tienes un traje de baño que te llega a las rodillas?... ¡hola! —Kurt levantó una ceja y Blaine rió por lo bajo. -¿Necesitas algo? —agregó su Papá poniéndose una camiseta sin mangas y mas protector solar, esta vez en las piernas. -Mis hermanos me mandaron como encargada para averiguar porque demonios se demoran tanto… —respondió la chica tirándose sobre la cama extra grande. -No nos hemos demorado tanto Princesa, acababa de decirle a tu Papá que ustedes estaban listos… -Y él no lo esta por supuesto… —murmuró Lizzie poniendo caras. -Te escuche Lizzie Anderson… y yo ya estoy listo, solo necesito terminar de esparcir este producto… —dijo repasando su codos y hombros— ¿tú te pusiste cariño?... —agregó apuntándola con el envase. -¡Ay Papá!, ¡obvio!, aunque no tanto, quiero broncearme un poco, estaremos aquí solo una semana, y no quiero llegar a la universidad como si no hubiese vacacionado en ningún lado —explicó mirándose los brazos y las piernas como en una clase de yoga— una pregunta… —dijo incorporándose en la cama— lo que pagaron en estas vacaciones, ¿incluye un paso por el SPA?, estuve leyendo una información en la recepción y aquí hay unos tratamientos para morirse… ¡hola! -Esta incluido Princesa, puedes ir cuando quieras… ¿bajemos?... —dijo Blaine cambiando la camiseta que se había puesto antes por una camisa manga corta llena de flores y motivos tropicales, se la abotono mientras avanzaba hasta la puerta y se quedó en silencio viendo como su hija y esposo se le quedaban observando— ¿que? -¿Y esa camisa «Papáblen»?... —preguntó Lizzie queriendo reír. -Es mía… ¿por qué?— contesto mirándose. -¿Seguro?… —dijo Kurt frunciendo el entrecejo y aguantándose la risa al igual que su hija. -¿Que?... ¿por qué esa actitud? —agregó arreglándose el cuello. -¿De dónde la sacaste «Papáblen»? -La compre en Carburé el año pasado, de hecho tu la elegiste… —respondió apuntando a su esposo. -No, no, no… eso es una gran mentira Blaine Anderson-Hummel, yo nunca escogería algo tan horrible, algo con más de tres colores, dibujos de plantas y... ¿esto que es?... —quiso saber acercándose a él, tomó una de la puntas de la línea de los botones y miro de cerca algo que parecía ser un papagayo gritando— ¿es un pájaro? -Yo creo que parece como una monja enfadada… —dijo Lizzie mirando el dibujo con la cabeza ladeada— aunque es raro ver una monja en un lugar tan feliz como esta selva… —añadió señalando todo el dibujo de la espalda. -No es una selva es… -¿Algo horrible? -No… —dijo alargando la «o»— es Brasil resumido en una camisa… -Yo insisto con lo de horrible… —añadió Kurt mirando a su esposo de arriba a abajo. -Ok, suficiente con las burlas, es mi camisa especial para el verano y al usare con orgullo… ¿vamos?... —termino por decir parándose en la puerta, su esposo e hija intercambiaron miradas y soltaron una gran risa. -Vamos... —respondió Kurt aun riendo— llevare esto para que te lo pongas en la playa… —dijo Kurt echando a su bolso la botella de bloqueador solar. -¡Ay Papá!, pareciera que trabajas para la compañía que fabrica esa cosa…. nada que ver andar untando tanto a la gente… ¡hola! —Kurt la miró ceñudo y Blaine no pudo evitar pensar que aquel comentario tenía mucho de razonable.
-¿Por qué «Mister Stephen Whiskers» se tiene que quedar en la habitación?... —pregunto Naoh mirando a su hermano mayor que en ese instante se texteaba con su novia. -¿Como hermanito? -«Mister Stephen Whiskers», se quedó solo en su jaula, a nadie le gusta estar solo, menos en una jaula… —insistió el pequeño soltando un suspiro de tristeza. -Lo siento hermanito, pero debes saber que es mejor que esté allí antes que en la playa… -¿Por qué Henry Anderson Hummel?, ¿hay alguna «prohibinson»? -No lo creo… vi a un par de señoras con unos perros, no creo que exista tal prohibición —agregó al tiempo que leía un par de mensajes que lo hicieron sonreír. -A el le gusta la arena… y estar conmigo... -Lo se… pero a lo que me refería con eso de que esta mejor en su jaula… —dijo guardando su teléfono— es porque la playa es muy grande, y puede perderse… ¿eso no te gustaría?, ¿verdad? -¡No!... —exclamó Noah tomándose la cara. -Ni a mi… aunque creo que al Papá si, bastante en realidad , pero ese es otro tema… —dijo Henry sonriendo— no estés triste hermanito, seguro y se entretendrá con los juguetes que le dejaste— añadió acariciándole el cabello, Noah volvió a lo del suspiro triste y se quedo viendo a una señora que llegaba al vestíbulo con un perro sujeto de una correa, la observo hasta que salió por la puerta del hotel y se quedó como pensando en algo. -¡Ya se que podemos hacer Henry Anderson Hummel! —exclamó levantándose de un salto. -¿Sobre que?... —dijo su hermano un tanto sorprendido. -Para que «Mister Stephen Whiskers» pueda acompañarnos y no se pierda en la playa… -¿Y eso es? -¡Ponerle una correa como esa persona le puso a su perro! —respondió entusiasmado. -Noah… -¿Donde podemos conseguir una igual? -Hermanito… -¡Ya se! —exclamó contestando su propia pregunta— el señor elegante que nos mostró la habitación dijo que cualquier duda habláramos con él… esto es una gran duda... ¡vamos Henry Anderson Hummel! —agrego jalando a su hermano. -Noah… espera… —dijo Henry levantándose de donde estaba, tomó a su hermano por los hombros y bajó a su altura para mirarlo a la cara— escúchame… las cosas son diferentes para un perro que para un gato… —explico mientras le acomodaba los tirantes de la mochila y el gorro como de explorador del África que llevaba puesto. -¿Por qué dices eso Henry Anderson Hummel? -Porque los perros son más sociables y... «paseables»… los gatos en cambio, son más consentidos y dormilones… -Pero «Mister Stephen Whiskers» es diferente a los otros gatos, se comió un canario que era Watersalger, pero yo no sé qué «sipnifica» eso… pero parece que era importante… -Lo es… -Entonces, él merece una oportunidad, tal vez si pueda caminar atado como un perro lo hace. -Tal vez… ok… ¿que tal…?... —Henry miró hacia todos lados como buscando algo— ¿que tal si le compramos una correa y un arnés a «Mister Stephen Whiskers»? -¿De verdad Henry Anderson Hummel? —exclamó Noah tomándose la cara. -Muy verdad, como bien dices el también merece una oportunidad, ven… —dijo incorporándose— se exactamente donde podemos ir— añadió tomando a su hermano de la mano, Noah dio un par de saltos de puro gusto y entusiasmo.
4 notes · View notes
you-moveme-kurt · 6 years
Text
Glee «The Breadstix» Part II
Mayo de 2041
-Papás este auto es genial… deberían tener uno ustedes… —dijo Henry acercándose a su familia. -Bueno, tal vez tu Tío Cooper nos de la dirección de donde arrendó este, deben tener unos cuantos iguales… —dijo Blaine con displicencia, Lizzie miró a Henry y Kurt los miro a ambos— ¿entremos? -Claro… Papá, ¿es verdad que tú y el «Papáblen» cantaron en este restaurante?... -En más de una ocasión cariño… -¿De verdad Papá?... —agrego Henry tomando a su hermanito en los brazos. -¿Cantaste con el «Papáblen» acaso? -Por supuesto bebé… pero basta de «spoilers»… hablaremos durante la cena… —dijo Kurt señalando el camino como un guía turístico lo haría. -Un momento… —exclamó Lizzie deteniéndose de pronto a casi dos metros de la entrada del restaurante. -¿Que sucede Princesa?... -Se me quedó el bolso en el auto… ¿Henry?... —dijo jalando a su hermano por la manga de la camiseta. -Pero.. -Tu tienes las llaves… —insistió ante la resistencia de Henry. -En ese caso no hay como cariño... ven Noah, te enseñaré lo que es decorar con frutas artificiales… —dijo Kurt haciendo una seña para que su hijo lo acompañara, Henry lo dejo devuelta en el piso y camino obligado por su hermana. -Los esperaremos en la entrada… —dijo Blaine señalando el lugar de encuentro, sus hijos respondieron con señales positivas en diferentes tiempos.
-«Rizzie», no quiero contradecirte pero cuando te subiste al auto no traías ningún bolso… —dijo Henry mientras echaba pequeños vistazos hacia atrás por sobre su hombro. -¡Ay si se!... ¡hola!... —dijo la chica blanqueando los ojos. -Entonces si sabes para qué dijiste que querías tu bolso… -... -¿«Rizzie»?... ¿no pensarás robar el dinero del Tío Cooper o si? -¡Ay Henry!, no sabes nada de códigos de escape… y no robaré nada, aunque debería, ese campus es enorme y quedaré sin zapatos a mediados de mi maestría… pero si dije lo que dije fue porque era imposible que dijera: «Henry, acompáñame, quiero hablarte de la actitud del «Papáblen» con el Tío Cooper»… ¡hola! -¡Oh!... —dijo Henry suspirando aliviado— ¿y que quieres hablar?... — preguntó su hermano volviendo a lo de mirar en dirección del restaurante. -Que creo que tienes razón con lo de los celos… me parecía una idea super descabellada, pero parece que es cierta… por eso el Tío Cooper dijo que el «Papáblen» estaba un poco… —explicó la chica haciendo el gesto de insanidad mental con sus manos. -Te lo dije… pero parece que todo esta bien, ¿viste que estaba abrazado del Papá cuando llegamos? -¡Ay Henry!,¡los Papás siempre están abrazados , no es un factor a considerar, ¡hola!, creo que hablaré con él… —agregó Lizzie tomándose el mentón en señal de duda extrema. -Como quieras, yo creo que no es necesario, pero allá tu… ¿vamos?... hay un olor a comida bastante apetitoso… —dijo Henry sobándose el estómago como su hermano pequeño lo hiciera minutos antes. -Primero ábreme para sacar unos cuantos billetitos… —pidió la chica con cara de travesura. -¡«Rizzie»! -¡Ay Henry estoy bromeando!… eres tan crédulo…—añadió riendo— ahora entiendo porque te llevas tan bien con la tal Amelia… vamos… —dijo entre más risas, su hermano frunció el ceño y la siguió poniendo mala cara.
-¿Desde cuando nuestra hija tiene bolso? —pregunto Blaine mirándolos marchar. -No lo se, tal vez es una costumbre que adquirió en su nueva vida universitaria... —respondió Kurt mientras caminaba hacia la entrada tomado de su mano. -¿Papás?... ¿creen que «Mister Stephen Whiskers esta bien? —dijo Noah caminando adelante junto a «Desmond». -Por supuesto que lo esta Bebé, el lugar que escogimos era muy bonito y prestigioso… -¿Extrañas a tu gato hijo?...—agrego Blaine como con nostalgia. -Un poco… solo que pensé que podría haber venido con nosotros… —contesto encogiendo sus hombros. -Podría cariño, pero si abuelita esta enferma no creo que un gato que deja pelos por donde va, sea una buena compañía para ella… —dijo Kurt poniendo cara de asco cuando hablaba de los pelos. -Tal vez el Tio Cooper pueda hacer algo, seguro y conoce al dueño del hotel donde dejamos a «Mister Stephen Whiskers»… él conoce a todo el mundo al parecer… —agrego Blaine poniendo caras, Kurt lo miró con una ceja levantada y Noah hizo una mueca de satisfacción ante lo que acababa de escuchar. -No quiero parecer repetitivo o que creas que son las únicas palabras que me se... pero... ¿estas bien?... —pregunto Kurt mirando a su esposo. -Claro que lo estoy... -Entonces porque sigues con ese asunto de criticar a Cooper... —Blaine sonrió como si aquello le provocaba placer más que culpa u otra cosa. -Escucha, se que esta mal, pero... no se... me agrada divertirme a su costa... piénsalo como una terapia a tantos años de tortura... —respondió sonriendo, Kurt también sonrió y negó con la cabeza— ¿crees que esta mal? -No... bueno un poco... solo trata de mantener la psicopatía a raya... ¿bueno? -Te lo prometo... —dijo Blaine moviendo su mano entrelazada con la de su esposo como en un juego infantil. -¿Entremos Papás?... —preguntó Noah mirando hacia adentro por la puerta vidriada. -Esperaremos a tus hermanos... ¿o prefieres entrar de inmediato?... —agrego Blaine mirándolo de medio lado. -No, prefiero que esperemos a Lizzie Anderson Hummel y a Henry Anderson Hummel... ¡hay mucha gente!... —exclamó tomándose la cabeza sin despegar su nariz del vidrio... -¿De verdad Bebé?... —dijo Kurt acercándose. -Si... parece que es un lugar super «concudrido»-... -Lo es cariño... debí llamar a Helen para que hiciera las llamadas correspondientes... -¿Llamadas?...—repitió su esposo también mirando. -Si, ya sabes, para que lo cerraran para nosotros... ¿que?... -Jamás hemos hecho eso en ningún lugar al que vamos... además, ¿no se supone y nuestros hijos deben tener una vida lo más normal posible? -Por supuesto... pero la normalidad se acaba cuando cientos de adolescentes se te acercan a toquetearte... -Kurt... —dijo Blaine haciendo notar con una mirada la presencia de Noah. -Es la verdad, además... -¡Papas!... ¿esa «X» son dos panes acaso?... —quiso saber Noah poniendo cara de impacto extremo. -Lo son Bebé... ¿te parece raro? -No… es más bien divertido... nadie escribe con panes en el mundo... —respondió el pequeño riendo como si hubiera escuchado el mejor chiste de su vida, sus Padres rieron al unísono sin poder evitarlo. -Vaya... estamos todos de buen humor... —dijo Lizzie llegando junto a su hermano. -Así parece Princesa... ¿y tu?... ¿qué es lo que te causa gracia? -Nada «Papáblen»... —se adelantó en responder Henry con la cara de que nunca perdonaría si alguien ofendiera a su novia. -¿Esta todo bien?... —agrego Kurt al ver el gesto de su hijo. -¡Ay Papá!, ¡obvio que esta todo bien!... ¿sabían que el Tío Cooper tiene un sobre así de grande lleno de billetes?… —dijo Lizzie gesticulando algo mucho más grande de lo que realmente era. -¿Como?... —preguntaron sus padres al mismo tiempo. -Lo que oyen... en fin... ¿así es que este es el famoso «Breadstix»?... ¿por qué estamos aquí y no entramos?... ¿hay que tener entradas o algo? -No cariño... solo que con tu hermanito aquí, decidimos esperarlos… además que la recepcionista es bastante estricta en cuanto a ocupar mesas se refiere... —explicó Kurt como pensando en aquello. -¿Estricta?, es una restaurante no una escuela... ¡hola!... —opino entrando de una— vaya si que es grande...—dijo Lizzie como primera cosa— y ordinario... —agregó acto seguido— ¿esas son frutas plásticas?... —preguntó poniendo cara de ácido. -Lo son cariño... y no mires mal una decoración que tiene mucho de italiano... -Yo diría que tiene mucho de mal gusto... —insistió poniendo caras. -¡Vamos Princesa!... dale un poco de crédito... mira, también hay pequeñas plantas y lucecitas —dijo Blaine entrando de los últimos. -Ambas plásticas... ¡hola!... -Me gustan las mesas... —dijo Henry señalando las butacas donde cabían unas dos personas por lado. -Pues esa mesas fueron testigo de mucho de nuestra historia... creo que si nos sentamos allí estaremos en una donde... -¡Oh por dios Kurt Hummel!... —exclamó un chico que estaba sentado en una de las mesas más pequeñas casi justo en la entrada, era de la edad de Lizzie y parecía que había salido desde un escaparate de ropa para caballeros directo al restaurante. -¿Disculpe?... —dijo Kurt mirándolo de arriba a abajo. -Disculpe usted... y entiendo su sorpresa —agregó el muchacho limpiándose con una servilleta, se puso de pie y estiró su mano para que Kurt la estrechara— la gente cree que aquí en los pueblos no se habla más que de agricultura y adornos exagerados, pero la verdad es que sé perfectamente quién es usted... -¿En serio?... —preguntó Lizzie haciendo una mueca. -Por supuesto... su carrera en Broadway es «in-cre-i-ble»... —exclamó separando las sílabas de manera exagerada. -Gracias... -Thurman ...—Lizzie y Henry se taparon la boca para no reír a carcajadas— lo se... mis padres creyeron que nací de 80 años... —agrego el chico mirando a los hijos de su ídolo de Broadway. -Gracias Thurman... —repitió Kurt sintiéndose engreido, como cada vez que alguien lo reconocía a él y no a su esposo. -Por favor... gracias a usted... su última obra... casi me desmayo... —dijo haciendo el ademan de alguien que pierde el conocimiento. -¿Por lo buena?... —preguntó Henry queriendo reír nuevamente. -Obvio que si... ¡oh por dios!, si es toda su familia... —agrego el chico dando unos aplausos y haciendo un pequeño baile, se acercó a cada uno y les estrechó la mano, Noah lo miro como si observara lo increíble y Blaine se la apretó un poco más de lo conveniente— ¿me haría un favor?— dijo sacando su teléfono móvil. -Por supuesto... -Nadie me lo creerá en la clase... -¿Estás en la escuela?... —quiso saber Kurt poniéndose al lado de su joven fan, este estiro la mano y sacó una foto de ambos. -No, en la universidad… sé que luzco más joven, pero eso es algo que uso en mi favor... ¿puedo tomar otra? —dijo acercandose mas a el. -Claro... —respondió mirando a su esposo de reojo que parecía y algo le molestaba en una de sus orejas -Otra... —pidió aproximándose tanto esta vez que su mejilla tocó la de Kurt. -Ok, creo que es suficiente— dijo Blaine separándolos— tenemos planes para cenar... —dijo sonriendo de lo más ampliamente. -Por supuesto... disculpe... es que conocer a su esposo... —agrego Thurman abriendo la boca a todo lo que le daba, todos pensaron que simularía un grito de euforia, pero luego comprobaron que no al escuchar uno que se oy�� hasta Westerville— perdón... dijo tomándose el pecho. -Esta bien... gracias y... sigue en la escuela... —dijo Kurt sin pensar, Thurman sonrió y se le quedo viendo hasta que ya no pudo. -¿«Sigue en la escuela»?... —repitió Blaine soltando una pequeña risa. -Es lo que se me ocurrió... —respondió Kurt casi en voz baja— nunca se me había acercado un fan tan joven, siempre son señoras y caballeros de mediana edad... —agregó indicando una de las mesas con banca de respaldo. -Y vaya si te se acercó... —dijo Blaine sentándose de los primeros. -¿Celoso?... —pregunto Kurt dándose ínfulas. -Siempre... —contestó guiñándole un ojo. -Yo diría que era bien divertido... —opino Lizzie ubicándose a continuación, Kurt lo hizo en la banca de enfrente junto a Noah y Henry acercó una silla de la mesa más próxima para ponerla en la cabecera. -Y cuenten... ¿que tanta historia tiene este lugar?... —preguntó Lizzie mirando todo como si algo oliera mal. -Mucha cariño... de partida aquí cante con tu «Papáblen» cuando eramos parte de los Warblers... -¿Los de la ropa elegante?... —preguntó Noah irguiéndose un poco para alcanzar bien la mesa. -Exacto bebé... cantamos justo allí en un dia de San Valentín y fuimos un gran éxito que quieres que te diga, ¿verdad Blaine? -Muy verdad... -¿Que más?... —agrego Henry al tiempo que recibía el menú de parte de una mesera que parecía y había trabajado allí toda su vida. -Bueno, hubieron un par de citas... cosa por el estilo... -¡¡«Uy»!!... que clase de cosas.... —dijo Lizzie dando piquetes traviesos a sus dos padres. -Cosas Princesa, pero no las que piensas... por ejemplo... tu Papá me pidió que fuéramos al baile de tercer año, baile que resultó ser el primero de nuestra historia. -¿Ese no fue el que acabo con el Papá siendo la reina y toda esa humillación? —pregunto su hija bajando su menú para hacer notar con creces de que no había nada de bueno en aquello. -Lo fue... pero no estamos recordando eso cariño... -Papá, ¿puedo comer este plato?, se ve muy delicioso... —preguntó Noah señalando uno de los múltiples tipos de pasta. -Déjame ver Bebé... —respondió Kurt acercándose— pues me parece que si... no tiene nada prohibido... —dijo dándole un beso en la cabeza— tal vez deberíamos de conseguir un almohadón o algo... —agrego al verlo mas alejado de la mesa que el resto de los comensales— ¿que opinas cariño? -Me parecería «sensasonal»... -Muy bien, iré a hablar con quien corresponda... —dijo Kurt levantándose, acto seguido le indico a Blaine lo que él y Noah querían. -Yo debo ir al baño a lavarme… es lo que se debe hacer antes de cualquier comida —agregó Noah mirando sus manos. -Muy cierto hermanito... yo te acompaño... —dijo Henry también abandonando su silla, le dijo a Blaine que quería una de las hamburguesas más grandes y se fue con Noah a los servicios. -Creo que anotare todo en algún lado… —dijo Blaine sacando su teléfono móvil. -Creo que la que debe anotar todo es esa mesera que ya debería estar bien jubilada… —opino Lizzie volviendo a la primera página de su menú. -Claro… ¿ya decidiste que comerás Princesa? -Aún no… todo se ve super delicioso pero quiero comer algo que sea exclusivo de aquí, para después presumir frente a quien corresponda… —agregó pasando página. -Pues prueba con las berenjenas a la parmesana, son una especialidad desde siempre… —dijo Blaine señalando aquel plato. -Pues es lo que pediré… —terminó por decir Lizzie dejando el menú sobre la mesa, luego miró a su alrededor volviendo a pensar que todo aquella decoración era de muy mal gusto— «Papáblen»… ¿puedo preguntarte algo?... -Lo que quieras Princesa… —respondió Blaine moviéndose hacia una esquina dela siento. -¿Qué hay contigo y esa animadversión con el Tio Cooper? -¿Como?... —dijo riendo. -Lo que escuchaste… se que no lo odias porque es tu hermano y todo… pero creo… no se... como que estas enojado con él de manera permanente… Henry dice que es porque sus edades son muy diferentes, yo le dije que eso estaba bien cuando eran niños, pero que ahora era estúpido… —Blaine soltó una risa por lo bajo— después dijo que era porque tu sentías celos del Tío Cooper, cosa que también rebatí porque tu eres mas talentoso que él en todos los aspectos, que solo había que considerar que tu eras mas bajo que él— Blaine volvió a lo de la risa— y después termino diciendo que tal vez era porque el Papá le ponía demasiada atención cada vez que lo veía… y eso no lo pude rebatir, así es que quiero saber si es verdad… -¿Que cosa? -¡Que estas celoso del Tío Cooper por como el Papá se comporta con él!… -Princesa… -«Papáblen»… escucha, se que tal vez esto suene un poco desubicado y desborde «complejo de Electra» pero… tu eres 100 veces mas sexy que el Tío Cooper… -Gracias Princesa… —dijo Blaine entre risas. -Es la verdad… Alaska lo dice y la mayoría de mis ex compañeras de secundaria también lo decían, así es que no creo que tenga mucho sentido que sientas celos. -Lo se… no la parte de que soy sexy… si no que sé que sentir celos no tiene mucho sentido… -Pero… —dijo la chica empequeñeciendo sus ojos, Blaine sintió que sus propios gestos se veían reflejados en la cara de su hija -Pero… no lo sé… perder la atención de tu Papá es algo que siempre me ha causado temor… bien conoces nuestra historia, la que va más allá de lo que pasó o dejó de pasar en este restaurante, y ese temor me hace sentir inseguro… -Pues no deberías, el Papá bajaría la luna por ti… bueno si tu te das el trabajo de bajarla por él y dejársela en la mesa de noche lista para que te la regale...—ambos rieron pensando en Kurt— pero de verdad «Papáblen», el Papá te súper ama. -Lo se Princesa, y nunca he dudado de su amor, lo que si dudo es si es que yo soy lo suficientemente merecedor del el.. -¿De qué estás hablando?, ¡eres super merecedor!... y el Papá lo sabe, es solo que el Tio Cooper es bien arrebatador, y el Papá un coqueto cuando alguien le levanta el ego… así es que si combinas ambas cosas… ¡hola! -Te has vuelto muy sabia ahora que estás en la Universidad , ¿no es así Princesa?... —dijo Blaine tomándole una mano. -Un poco… —respondió la chica haciendo un gesto presumido—¡uy!, ahí viene la mesera… ¿es ella la estricta?... porque tiene cara de serlo… ¡hola! —agrego Lizzie mirando a la empleada del restaurante que en realidad tenia mas años que todos los Anderson-Hummel juntos.
4 notes · View notes