#samuel élite
Explore tagged Tumblr posts
luegootravez · 11 months ago
Text
Tumblr media
Ester Expósito in 'Élite Short Stories: Carla Samuel' (2021)
53 notes · View notes
k-wame · 2 years ago
Photo
Tumblr media Tumblr media
'ANYTHING GOES' ÉLITƎ Series 5 • EP02 • dir. Ginesta Guindal
239 notes · View notes
thehollowprince · 8 months ago
Text
I'm calling it now, in some "shocking" telenovela style twist, Marina, Polo and Samuel will all show back up at Las Encinas after their staged deaths to enact their revenge.
4 notes · View notes
radio-audience · 10 months ago
Text
so ive been watching élite mainly for iván because i saw him in blood and water and needed more. season 5 was pretty good, iván x patrick literally ate up.
but starting season 6 and the show is just immediately way worse ? all of the original cast is gone and the only ones i care about are iván and patrick, but i already know how their story ends (spoiled) so its like. ok.
im really sad now that all i have of this guy is this show. i wish he was from blood and water and stayed there lowk. i could watch more of andré's stuff but he won't be IVÁN yk.
1 note · View note
saraw4ters · 11 months ago
Text
Tumblr media
1 note · View note
thedarkklaaudiaa · 1 year ago
Video
youtube
SAMUEL AND CARLA - Señorita #elite
0 notes
sageandred · 1 year ago
Text
22 notes · View notes
jgmail · 2 months ago
Text
El momento liberal
Tumblr media
Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Charles Krauthammer, un experto estadounidense en relaciones internacionales, escribió un artículo programático titulado «El momento unipolar» (1) en el número de 1990/1991 de la prestigiosa publicación globalista Foreign Affairs, en el que ofrecía una explicación del fin del mundo bipolar. Tras el colapso del bloque del Pacto de Varsovia y la desintegración de la URSS (que aún no se había producido en el momento de la publicación de su artículo) surgiría un orden mundial en el que Estados Unidos y los países del Occidente colectivo (OTAN) serían el único polo que gobernaría el mundo, estableciendo sus reglas, normas, leyes y equiparando sus propios intereses y valores a los del resto del planeta mediante acuerdos vinculantes. Esta hegemonía mundial establecida de facto por Occidente fue denominada por Krauthammer el «momento unipolar».
Poco después, otro experto estadounidense, Francis Fukuyama, publicó un manifiesto similar titulado el «fin de la historia» (2). Pero a diferencia de Fukuyama, que se apresuró a proclamar que la victoria de Occidente sobre el resto de la humanidad ya había tenido lugar y que en adelante todos los países y pueblos aceptarían sin rechistar la ideología liberal y aceptarían el dominio exclusivo de Estados Unidos y Occidente, Krauthammer fue más comedido y cauto y prefirió hablar de «momento», es decir, de una situación de facto con respecto al equilibrio de poder internacional, pero no se precipitó a decir que este orden mundial unipolar sería duradero. Todos los signos de la unipolaridad se encontraban presentes: aceptación incondicional por casi todos los países del capitalismo, la democracia parlamentaria, los valores liberales, la ideología de los derechos humanos, la tecnocracia, la globalización y el liderazgo estadounidense. Pero Krauthammer, observando tal estado de cosas, decidió decir que existía la posibilidad de que no se tratara de una realidad estable, sino sólo de una etapa, una cierta fase, que podría convertirse en un modelo a largo plazo (en cuyo caso Fukuyama tendría razón) o incluso podría llegar a su fin, dando paso a otro orden mundial.
En 2002-2003 Krauthammer retomó su tesis en otra prestigiosa publicación, pero ya no globalista sino realista, National Interest, donde publicó un artículo titulado « Sobre el momento unipolar» (3), argumentando que después de diez años la unipolaridad había sido un momento y no un orden mundial duradero, ya que pronto surgirían modelos alternativos debido a las crecientes tendencias antioccidentales en el mundo que se podían observar en los países islámicos, en China, en una Rusia fortalecida, donde el presidente Putin había llegado al poder. Los acontecimientos posteriores han reforzado aún más la tesis de Krauthammer de que el momento unipolar ha llegado a su fin y que Estados Unidos no ha conseguido que su liderazgo mundial, el cual poseía en la década de 1990, sea duradero y sostenible: el poder de Occidente ha entrado en un periodo de declive y decadencia. Las élites occidentales no supieron aprovechar la oportunidad de dominar el mundo, que estaba prácticamente en sus manos, y ahora es necesario participar en la construcción de un mundo multipolar con estructuras diferentes, sin pretender poseer la hegemonía, en caso de que no se quiera permanecer en absoluto al margen de la historia.
El discurso de Putin en Múnich en 2007, el ascenso al poder en China de un líder fuerte como Xi Jinping y el rápido crecimiento de su economía, los acontecimientos en Georgia en 2008, el Maidan ucraniano, la reunificación de Rusia con Crimea y, finalmente, el inicio del Nuevo Orden Mundial en 2022 y una gran guerra en Oriente Próximo en 2023 no han hecho sino confirmar en la práctica que los prudentes análisis de Krauthammer y Samuel Huntington (4), siendo este último el que predijo un «choque de civilizaciones», estaban mucho más cerca de la verdad que Fukuyama, que era demasiado optimista (frente al Occidente liberal). Ahora resulta obvio para todos los observadores sensatos que la unipolaridad fue sólo un «momento» y que este momento está siendo sustituido por un nuevo paradigma: la multipolaridad o – más cautelosamente – el «momento multipolar» (5).
Hemos traído a colación esta discusión con la intención de subrayar el significado del concepto de «momento» en el análisis de la política mundial. A continuación, vamos a retomar el tema.
¿Momento o no momento?
El debate sobre si estamos hablando de algo irreversible o, por el contrario, temporal, transitorio e inestable en el caso de tal o cual sistema internacional, político e ideológico tiene una larga historia. A menudo, los defensores de una teoría insisten vehementemente en la irreversibilidad de los regímenes y transformaciones sociales con los que están de acuerdo, mientras que sus oponentes, o simplemente los escépticos y observadores críticos, plantean la idea alternativa de que se trata sólo de una cuestión de momento.
Las revoluciones socialistas del siglo XX – en Rusia, China, Vietnam, Corea, Cuba, etc. – contradijeron el marxismo. Pero la revolución mundial no se produjo y empezaron a existir dos sistemas ideológicos en el mundo: el mundo bipolar comenzó a existir desde 1945 (tras la victoria conjunta de comunistas y capitalistas sobre la Alemania nazi) hasta 1991. En esta confrontación ideológica cada bando argumentaba que el bando contrario no era el destino de la humanidad, sino simplemente un momento, no el fin de la historia, sino una fase dialéctica intermedia. Los comunistas insistían en que el capitalismo se derrumbaría y el socialismo reinaría en todas partes y que los propios regímenes comunistas «existirían para siempre». Los ideólogos liberales les respondieron: no, el momento histórico es el comunismo, el comunismo no es más que una desviación frente al camino burgués de desarrollo, un malentendido y el capitalismo existirá para siempre. Esta es, de hecho, la tesis de Fukuyama sobre el «fin de la historia». En 1991 parecía que tenía razón. El sistema socialista se derrumbó y las ruinas de la URSS y China se precipitaron a abrazar el libre mercado, es decir, se pasaron al capitalismo, confirmando las predicciones de los liberales.
Por supuesto, algunos marxistas marginales creen que aún no es de noche, que el sistema capitalista fracasará y entonces llegará la hora de la revolución proletaria. Pero esto no es seguro. Al fin y al cabo, cada vez hay menos proletarios en el mundo y, en general, la humanidad va en una dirección completamente distinta.
Las opiniones de los liberales, que, siguiendo a Fukuyama, consideraban que el comunismo no era más que un momento y que proclamaron que el «capitalismo sería el fin de la historia» al parecer tenían razón. Los parámetros de la nueva sociedad, en la que el capital alcanza la dominación total y real, fueron interpretados de diversas maneras por los posmodernistas, que propusieron métodos extravagantes para luchar contra el capitalismo desde dentro. Entre ellos, el suicidio proletario, la transformación consciente del individuo en un inválido o en un virus informático, la reasignación de género e incluso el especismo. Todo esto se ha convertido en el programa de la izquierda liberal estadounidense y cuenta con el apoyo activo de la cúpula dirigente del partido demócrata: el wokismo, la cultura de la cancelación, la defensa de la ecología, los transgéneros, el transhumanismo, etc. Pero tanto los partidarios como los detractores del capitalismo victorioso están de acuerdo en que no se trata sólo de una fase del desarrollo que será sustituida por otra cosa, sino que es el destino y la etapa final de la formación de la humanidad. Sólo la transición a un estado posthumano – lo que los futurólogos llaman «singularidad» – puede ir más allá. La propia mortalidad del hombre queda aquí superada en favor de la inmortalidad mecánica de la máquina. En otras palabras, bienvenidos a la Matrix.
Así, en la batalla de dos sistemas ideológicos, ganó la burguesía, que es la creadora del paradigma dominante del fin de la historia.
La importancia de Trump en la historia mundial
Sin embargo, la posibilidad misma de aplicar el término «momento» en la época de la «victoria global del capitalismo» abre una perspectiva muy especial, aún poco pensada y desarrollada, pero cada vez más clara. ¿No deberíamos asumir que el colapso franco y evidente del liderazgo occidental y la incapacidad de Occidente para ser una instancia universal de poder legítimo de pleno derecho tienen una dimensión ideológica? ¿No significa el fin de la unipolaridad y de la hegemonía occidental el fin del liberalismo?
Esta consideración se ve confirmada por un acontecimiento político crucial: el primer y segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. La elección de Trump como presidente por parte de la sociedad estadounidense implica una crítica abierta al globalismo y al liberalismo como expresión del Occidente unipolar y revela que ha madurado una masa crítica de insatisfacción tanto ideológica como geopolítica frente al dominio de las élites liberales. Además, el hecho de que Trump eligiera como vicepresidente de EE.UU. a J.D. Vance deja claro que este ha abrazado la «derecha posliberal». El liberalismo fue considerado como un término negativo a lo largo de la campaña electoral de Trump, aunque se utilizó para referirse al «liberalismo de izquierdas» como ideología del Partido Demócrata estadounidense. Sin embargo, en los círculos del «trumpismo de base» el liberalismo se ha ido convirtiendo en un término negativo y ha pasado a verse como algo inseparable de la degeneración, la decadencia y la perversión de las élites gobernantes. En la ciudadela del liberalismo – Estados Unidos – ha triunfado por segunda vez en la historia reciente un político extremadamente crítico con el liberalismo y sus partidarios no tienen reparos en demonizar directamente esta corriente ideológica.
Así, podemos hablar del fin del «momento liberal», del hecho de que el liberalismo, que parecía haber vencido históricamente y derrotado de una vez por todas a la ideología, resultó ser sólo una de las etapas de la historia mundial y no su fin. Y más allá del liberalismo – después del final del liberalismo y al otro lado del liberalismo – surgirá gradualmente una ideología alternativa, un orden mundial diferente, un sistema de valores diferente. El liberalismo resultó no ser un destino, no el fin de la historia, no algo irreversible y universal, sino sólo un episodio, sólo una época histórica con un principio y un fin, con límites geográficos e históricos claros. El liberalismo se inscribe en el contexto de la modernidad occidental. Ganó batallas ideológicas con otras variedades de esta modernidad (el nacionalismo y el comunismo), pero al final se derrumbó, llegó a su fin. Y con él llegó el fin del momento unipolar de Krauthammer y el ciclo aún más extenso del dominio colonial exclusivo de Occidente a escala planetaria que comenzó con la época de los grandes descubrimientos geográficos.
El mundo Postliberal
El mundo está entrando en una fase postliberal. Sin embargo, esta fase posliberal no coincide en absoluto con lo planteado por el comunismo. En primer lugar, el movimiento socialista a escala mundial se ha derrumbado y sus puestos de avanzada – la URSS y China – han abandonado sus teorías con tal de adoptar en mayor o menor medida elementos del capitalismo. En segundo lugar, la principal fuerza motriz actual responsable del colapso del liberalismo son los valores tradicionales y las identidades profundas de las distintas civilizaciones.
La humanidad ha comenzado a superar el liberalismo no a través del socialismo – el materialista y la tecnología –, sino a través del renacer de estratos culturales que la modernidad occidental consideraba superados, desaparecidos, abolidos, es decir, a través de la premodernidad, que resultó que no había sido destruida y no mediante la posmodernidad, la cual no es sino una continuación de la modernidad occidental. El postliberalismo es algo muy diferente a cómo el pensamiento progresista de izquierdas imaginaba el futuro. En general, el postliberalismo pone entre paréntesis el dominio occidental nacido de la Modernidad y lo considera simplemente como un fenómeno temporal, una fase que no es universal e intemporal. La Modernidad no fue sino una etapa transitoria de una determinada cultura que apoyándose en la fuerza bruta y en la tecnología logró durante un cierto periodo de tiempo imponer su liderazgo a escala planetaria, creyendo que así podría universalizar sus principios, técnicas, métodos y objetivos. Esa es la historia del imperio más exitoso del mundo moderno, pero la hegemonía occidental ha llegado a su fin después de cinco siglos y la humanidad ha vuelto (tímidamente) al estado anterior antes de que se produjera el dramático ascenso de Occidente. El liberalismo, por su parte, se ha convertido históricamente en la última forma de imperialismo planetario de Occidente tras haber absorbido todos los principios básicos de la modernidad europea y haberlos llevado hasta sus últimas conclusiones lógicas: ideología de género, wokismo, cultura de la cancelación, teoría crítica de la raza, transgénero, quadrobers, posthumanismo, posmodernismo y «ontología orientada hacia los objetos». El fin del momento liberal es algo más grande que el simple fin del liberalismo: es el fin de la hegemonía exclusiva de Occidente sobre la humanidad. Es el fin de Occidente.
Hegel y el momento liberal
Hemos hablado varias veces del «fin de la Historia», pero no nos hemos detenido a examinar el origen de esa teoría. Este concepto fue planteado por Hegel y únicamente tiene sentido si examinamos su filosofía de la historia. Tanto Marx como Fukuyama se basaron en Hegel, pero el comunismo y el liberalismo modificaron profundamente el alcance de las tesis hegelianas. Según Hegel el fin de la historia no puede ser pensado dejando de lado su principio. Al comienzo de la historia Dios se encuentra oculto para sí mismo. Por lo tanto, pasa (a través de la negación de sí mismo) a la naturaleza y luego de la naturaleza, debido al principio dialéctico de Dios, a la historia. La historia es el despliegue del espíritu. Poco a poco, la historia va dando a luz distintos tipos de sociedades. Primero, las monarquías tradicionales, luego las democracias y las sociedades civiles y después llega la época del gran imperio del espíritu. En cada etapa Dios se manifiesta en la historia y en la política de forma cada vez más clara. El fin de la historia, según Hegel, es cuando Dios se manifiesta plenamente en el Estado, pero este no es un Estado ordinario, sino un Estado gobernado por los filósofos, por el espíritu. Tal Estado viene precedida por la creación de una sociedad civil dispersa y atomizada (el liberalismo), en el cual la naturaleza ya ha sido completamente superada y el espíritu aún no ha encontrado su manifestación más elevada, el cuál solo es posible de alcanzar mediante el imperio. Ahora está claro que Hegel entiende el liberalismo precisamente como un momento que domina debido a la disolución de los antiguos Estados y antes de la creación de un nuevo y verdadero Estado que pone fin a la historia.
Los marxistas y los liberales no creen en Dios, por lo que descartan este principio de Hegel, rechazando su comienzo: el Dios-en-sí. Reemplazan a Dios con la naturaleza, que sería el verdadero comienzo. La naturaleza (no está claro por qué...) se desarrolla y da lugar a la sociedad. Luego la sociedad da nacimiento a la historia y se convierte en sociedad civil, es decir, liberalismo. Los liberales se detienen ahí (según Fukuyama, el fin de la historia llega cuando toda la población de la Tierra se convierte en una «sociedad civil»). Los marxistas, en cambio, sostienen que dentro de la «sociedad civil» (¡pero sin ir más allá!) existe una fase de orden capitalista con clases sociales y otra de orden comunista sin clases sociales. En ambos casos el fin de la historia es precisamente la «sociedad civil». En ninguno de los dos casos se plantea la existencia de un imperio espiritual al final de la historia. Esto es lógico, pues al eliminar el principio (Dios) de la teoría de Hegel, se niega también el fin (el imperio del espíritu). Habiendo comenzado con la naturaleza (en Hegel es el segundo momento, no el primero), se terminan con la sociedad civil (en Hegel no es el fin de la historia, sino la fase precedente, es decir, el «momento liberal» propiamente dicho).
Y aunque el liberalismo también es sólo un momento para los marxistas, en la interpretación más general (hegeliana) de la «sociedad civil» sigue siendo algo preliminar, sobre todo porque el mismo Hegel no estaba familiarizado con la interpretación distorsionada que hizo Marx de su propia doctrina (no se sabe qué clase de discípulos tienen los grandes filósofos).
Así, en el contexto de la filosofía de Hegel, el momento liberal abarca toda la «sociedad civil» (incluida la sociedad comunista, que a finales del siglo XX resultó ser sólo una desviación del liberalismo y en la década de 1990 volvió a su matriz burguesa capitalista).
Aplicando el modelo completo (no truncado, no reducido) de la filosofía de la historia de Hegel a la cuestión que estamos considerando, obtenemos la aclaración que nos faltaba sobre qué es exactamente lo que puede venir después del liberalismo, cuyo final Hegel previó y, además, consideró inevitable, porque si Dios (alfa) está al principio de todo, también debe estar al final de todo (omega). Hegel consideraba que esta encarnación de Dios al final de la historia era algo análogo a lo que hoy se suele llamar el Estado-civilización. Es decir, el fin del liberalismo no es en absoluto el fin de la historia, sino el fin de una determinada etapa, que tiene su propio significado en el contexto general del cambio de ciclos y épocas, y que es un preludio necesario (aunque negativo) a la instauración del imperio del espíritu.
Postmodernidad y monarquismo
En este contexto, el monarquismo adquiere un significado especial. No en retrospectiva, sino en perspectiva: el monarquismo del futuro. La democracia liberal y la era de la república se han agotado. Los intentos de construir una república mundial han fracasado por completo. En enero de 2025 se sellará definitivamente este fracaso.
Pero, ¿qué vendrá después? ¿Qué parámetros tendrá la época posliberal? Esta pregunta sigue completamente abierta. Pero la mera idea de que todo el contenido de la modernidad europea – ciencia, cultura, política, tecnología, sociedad, valores, etc. – no era más que un simple episodio, que desembocó en un final vergonzoso y miserable, muestra lo inesperado de este futuro postliberal tras el fin del momento liberal.
Hegel nos da una pista de cómo será: una época de monarquías. Y hay indicios claros de que su filosofía (la versión completa y no la truncada defendida por los liberales y marxistas) tenía toda la razón
La Rusia actual, aunque formalmente sigue siendo una democracia liberal, ha tomado partido por lo valores tradicionales y es, en la práctica, una monarquía. El hecho de que tengamos un único líder nacional, la inamovilidad del poder supremo y nuestra confianza en los fundamentos espirituales, la identidad y la tradición son requisitos previos para que se dé una transición a la monarquía, no desde una perspectiva formal, sino desde el punto de vista de los principios. Claro, no se trata de una monarquía nacional, sino de un imperio del espíritu, la restauración del Katechon, la Tercera Roma, la capital de la civilización ortodoxa. Desde un punto de vista histórico y geopolítico esto incluye el legado de Gengis Khan. El fin de la historia será ruso o no será. En cualquier caso, el momento liberal de la política rusa ha pasado irrevocablemente y la premodernidad rusa será cada vez más relevante.
Otros Estados-civilización también están avanzan gradualmente en la misma dirección. Narendra Modi cada vez presenta más y más los rasgos distintivos del Devaraja o Chakravartin, el monarca sagrado, asemejándose al décimo avatar, Kalki, que viene a poner fin a la Edad Oscura, la época de la decadencia y la degeneración, que coincide exactamente con el momento liberal que Modi ha llamado a superar en su lucha por restaurar el Hindutva, la identidad india. Del primer avatar al décimo, de nuevo, como sostiene Hegel, se produce una continuidad entre el alfa y el omega.
En la actual China comunista el liderazgo de Xi Jinping muestra cada vez más los rasgos de la restauración de un imperio confuciano tradicional. Y su líder asume el arquetipo del Emperador Amarillo. La China contemporánea tiene todos los motivos para avanzar hacia la creación de un imperio hegeliano del espíritu. Y el marxismo puede ser muy útil aquí, sólo hay que dar un paso y completar hasta el final la versión marxista truncada y por tanto contradictoria de la lectura de Hegel. Al principio existía Dios (digamos, Pangu). Al final habrá «Tianxia» (天下) -- la doctrina del eterno sagrado Imperio Celestial.
El mundo islámico también necesita integrarse. El Califato de Bagdad 2.0 podría ser un punto de referencia, porque fue en la época abasí cuando tanto la civilización islámica como el Estado islámico alcanzaron su apogeo.
Es muy posible suponer la creación de un imperio africano y de un imperio latinoamericano. No es casualidad que América Latina esté representada en el BRICS por Brasil, el único territorio colonial de la historia que durante cierto tiempo paso de ser una periferia a ser el centro: la capital del Imperio portugués.
Por último, por qué no considerar un giro aparentemente paradójico de la política norteamericana hacia el monarquismo. El filósofo norteamericano Curtis Yarvin lleva mucho tiempo hablando de la necesidad de una monarquía en Estados Unidos. Hasta hace muy poco se le consideraba una figura marginal extravagante. Pero luego resultó que sus ideas influyeron mucho en el futuro vicepresidente de Estados Unidos, James David Vance. ¿Y no es Donald Trump una especie de monarca? Donald Primero. También tenemos a Donald Trump Jr., un joven notable llamado Barron Trump. En un mundo post-liberal, todo es posible. Incluso un giro monárquico.
El futuro está abierto
El mismo término «momento liberal», si pensamos en su contenido, tiene un tremendo potencial revolucionario en la esfera del pensamiento político. Lo que se pensaba que era el destino, la inevitabilidad, la ley de hierro de la historia, resulta ser sólo una pincelada en medio de un lienzo mucho más amplio y rico. Esto significa que la humanidad dispone de una libertad infinita de imaginación política: ahora todo es posible. El regreso al pasado, incluida la antigüedad más remota, la restauración de los reinos sagrados, incluidos los imaginarios, el descubrimiento de nuevos caminos, el desenterramiento de las identidades olvidadas y la libre creación de otras nuevas. Sólo hay que dejar de lado el liberalismo y sus dogmas, pues el mundo está cambiando.
En lugar del fatalismo que pregonaba la sustitución de las personas por las máquinas (Singularidad), el tecnoapocalipsis y el armagedón nuclear, se abre ante nosotros un horizonte desconocido. Desde este punto podemos ir en cualquier dirección: la dictadura del determinismo histórico queda derrocada. Comienza la pluralidad de los tiempos. Y Hegel con su imperio del espíritu y el establecimiento de monarquías de nuevo tipo es sólo una de sus posibilidades. Una perspectiva atractiva, pero no la única. Seguramente, gracias a la diversidad de civilizaciones que tiene la humanidad existirán otras formas de superar el momento liberal.
Notas:
[1] Krauthammer Ch. The Unipolar Moment // Foreign Affairs, 70.1, 1990/1991. P. 23-33.
[2] Fukuyama F. The End of History and the Last Man. NY: Free Press, 1992.
[3] Krauthammer Ch. The Unipolar Moment Revisited // National Interest, 70, 2002/2003: P. 5-17.
[4] Huntington S. The Clash of Civilizations?// Foreign Affairs, summer 1993. P. 22-47.
[5] Савин Л. Многополярный момент [https://www.geopolitika.ru/article/mnogopolyarnyy-moment]
2 notes · View notes
cantsayidont · 10 months ago
Text
Tumblr media
ÉLITE (2018–2024): Trashy, high-gloss Spanish soap opera about students at posh private high school Las Encinas, initially a mix of rich brats and social-climbing scholarship students, whose conflicts result in murders, near-fatalities, and mysterious disappearances: Each of the first five seasons is framed by a police investigation of the latest casualty, a gimmick that really only works in the first season (where it provides a degree of narrative structure and gravitas that would otherwise be lacking).
Even in its best moments, the show's relationship to reality is never strong, and it's sometimes rather witlessly hypocritical (for instance, the narrative is capable of recognizing the injustice of the school forcing Palestinian scholarship student Nadia (Mina El Hammani) to remove her hijab in class, but not enough to not indulge in its own array of islamophobic cliches in its depiction of Nadia's conservative working-class family). Nonetheless, the show gets by for a surprisingly long time on the strength of its cast and direction, buoyed by a welcome refusal to descend into self-mockery even when the plot leaves the rails. None of the male characters is especially endearing, with Itzan Escamilla (as scholarship student Samuel) becoming particularly insufferable and Miguel Bernardeau (more recently the lead on the disappointing 2024 ZORRO show) a little too convincing as rich dickhead Guzmán, but the girls are consistently more interesting, with Mina El Hammani (as Nadia), Ester Expósito (as morally compromised aristocratic rich bitch Carla), and Claudia Salas (as the salty Rebeka, whose mother is a drug dealer, and who ends up one of the show's most genuinely sympathetic characters) making the strongest impressions.
It's not until the sixth season, with all the original cast gone (several of them feet-first), that ÉLITE starts to feel like it's overstayed its welcome, with some flailing attempts to examine serious themes like abusive relationships tripping over the increasingly orgiastic celebration of wealth and privilege (any interest in characters who aren't filthy rich having departed with the last stragglers from the original cast). Although more visually stylish, it feels like it's become a different, much weaker show, and the writers seem to no longer grasp the distinction between "entertainingly messy bitches" and "grating assholes who are no fun to watch"; by the seventh season, there isn't a single character interesting or sympathetic enough to sustain the plot's frequent lurid detours into cloud cuckoo land. (It does at least have the decency to throw one of its most hateful recurring characters off a roof at the end, which I appreciated.)
The forthcoming eighth season will be the last, but Season 7 was already at least two too many, IME. CONTAINS LESBIANS? One of the boys from the early seasons has two moms, but while there are a surprising number of acknowledged mmf and mmm triads, it's not until the fourth season that there are really any wlw relationships among the principal characters, and they always remain distinctly secondary to the boys. VERDICT: More enjoyable than it has any right to be, at least for a while, but its watchability begins a marked decline after the fourth season, and the sixth and seventh seasons are no longer much fun even as trash TV.
6 notes · View notes
d-targaryenshoe · 2 years ago
Text
Fandoms
GREY'S ANATOMY
Alex Karev
Andrew DeLuca
Atticus Lincoln
Derek Shepherd
Jackson Avery
Mark Sloan
Owen Hunt
CRIMINAL MINDS
David Rossi
Luke Alves
Spencer Reid
PEAKY BLINDERS
Alfie Solomon's
Arthur Shelby
Finn shelby
John Shelby
Michael Gray
Thomas Shelby
ÉLITE
Ander Munoz
Christian Varela
Guzman Nunier
Polo
Samuel Garcia
Valerio
Phillipe Von Triesenberg
Patrick Blanco
Benjamin Blanco
THE WITCHER
Geralt Of Rivia
Jaskier
THE GOOD DOCTOR
Shaun Murphy
Neil Melendez
Marcus Andrews
Crockett Marcel
Noah Sexton
CELEBRITIES
Jesse Williams
Harry Styles
Lewis Capaldi
Shawn Mendes
Tom Hiddleston
Jensen Ackles
Dylan O'Briën
Robert Pattinson
Chris Evans
Henry Cavill
Timothee Chalamet
Tom Ellis
Ben Hardy
VIKINGS
Ivar
Hvitserk
Rollo
Ubbe
Athelstan
Björn
Ragnar
NEW AMSTERDAM
Max Goodwin
Floyd Reynolds
Helen Sharpe
Lauren Bloom
BRIDGERTON
Anthony Bridgerton
Benedict Bridgerton
Colin Bridgerton
Simon Basset
HOUSE OF THE DRAGON
Aegon II Targaryen
Aemond Targaryen
Corlys Velaryon
Criston Cole
Daemon Targaryen
Jacaerys Velaryon
Leanor Velaryon
Lucerys Velaryon
Viserys Targaryen
30 notes · View notes
100hearteyes · 1 year ago
Text
I watched Élite seasons 1 through 5 (I'm sooo late, I know) and boy do I have thoughts. Be warned: this is a really really long post.
First off: I loved the first three seasons. They're quite good for what they set out to do and they wrap up the overarching story in an overall satisfying manner. I was surprised by how invested I got in the two main straight couples and really liked the main queer one. The show itself and the mysteries were always gripping (it made me want to watch 'just one more' over and over again), and the storytelling and plot were honestly pretty neatly constructed, especially considering the kind of show we're talking about. Loved the additions in seasons 2 and 3, and who they decided to get rid of after 1. Lu (so problematic during her worst times but it was aldo so so pleasant to watch her grow up and become a better person), Nadia, Carla, Guzmán, Rebeka, and Omar are clear standouts for me (Danna, Mina, Claudia are quite possibly the three best actors of the first story).
Which brings me to seasons 4 and 5 (haven't watched 6 and don't know if I want to, which is telling when just a few seconds ago I was telling you I couldn't put down the first three seasons), where the exact fucking opposite happened.
-- brief intermission: Lu and Nadia's friendship is the very best thing about seasons 1 to 3; Danna Paola acted the hell out of every single line and scene she was given; Mina, Georgina, Ester, and Claudia were outstanding too --
Most characters had a clear pathway of development and their stories closed out on a firm note of either growth or regression (or something a bit more complex than that), instead of flip-flopping back and forth between points A, B, and C for three seasons.
-- brief intermission 2: it's important to keep in mind that season 4 had some positives (one very big one); season 5 is the really bad one --
Let me preface this by stating the obvious. High school/college shows that are directly bound to their HS/C setting have an evident handicap: they can't really ever leave that setting (which with enough skill you can turn into a strength imho). This gives you three options.
A - Keep your characters at the eternal age of 15/16/17/18, which ruins the characters and storytelling, because 1) it becomes absolutely nonsensical, and 2) it forces you to do that same flip-flopping where characters keep growing and regressing and growing and regressing ad eternum (see: Marvel's Iron Man);
B - Renew the cast every so often, which gives you the chance to tell new stories and refresh your show with each new cycle, therefore lending it a longevity that won't tire your viewers out, because it's basically like you're making a whole new show every three or for years. You have to do it well, though, so viewers don't feel like they're watching the same story over and over just with different faces.
C - A mix of options A and B. You renew the cast but keep some characters to give it a sense of continuity. This is what Élite does: some characters spill over from seasons 3 to 4, and then (I googled) some introduced in the second three-season arc stay for the handoff to season 7. And, sure, it makes sense continuity and familiarity wise, but it also demands careful writing so that the storylines of the characters that are going to stay over for the next overall arc don't feel closed and so that those characters have clear room to grow. So do you know who definitely should NOT be the ones you choose to keep, *most especially* in a high school setting? Your main characters aka the ones whose full story you just told. They're ready to graduate, my buddies. Let them!
And this is where the issues start (but definitely do not end) for Élite. The characters that stay over for season 4 - SPOILER - are (iirc) Samuel and Guzmán, the ~main characters~, plus Ander, Omar, Cayetana, and last but not least my baby Rebeka. The show comes up with mildly logical ploys and explanations for those six to remain, but right off the bat, it's way too many. Six characters??? That's OVER HALF of the main cast of seasons 2 and 3.
While it made sense to have Rebeka and Caye – additions in season 2 and whose stories you could feel hadn't reached their conclusion –, Samu, Guzmán, Ander, and Omar's character arcs were done. They had grown all they had to grow. What does that mean for the story? It means that we had to watch the slow and steady (not literal) assassination of all four characters. It was so painful to watch as the showrunners undid all the growth SGOA had done over the past three seasons and destroyed their characters for the sake of keeping them on the show. The way Guzmán and Samu went back to being assholes to each other made absolutely no fucking sense. And it was honestly fucking annoying seeing that after they became friends so organically in the first arc. That was a friendship you rooted for ffs. As for Omar and Ander, while it made sense on paper for them to still be in high school due to what happened in season 3, the writers could have easily written them off, because their arc WAS over. We'd done the closet. We'd done the back and forth. We'd done the cheating. We'd done the breaking up and making up and all 72 lines of Katy Perry's Hot N Cold. We'd done Omar's story with Nadia, the parents, and Lu (BEST friendship btw), and Ander's with Polo, Guzmán, and his mom. And then the writers decided to put them in a narrative vacuum with a third, endlessly annoying dude and redo all the gay drama parts but ten times worse 🙃
And that's just season 4, because Guzmán and Ander leave at the end of that and then in season 5 the writers decide to fuck up Omar and Samu's friendship too. Fuck you for putting my son Omar through the ringer tbh.
This is coming out way longer than I anticipated (as usual). ANYWAY, quality goes way down in seasons 4 and especially 5. The mysteries are boring and predictable, and – this is important – sex takes on that GOT quality of mattering for nothing other than to goad people to watch. With each season, sex becomes more and more graphic and less and less meaningful for plot and characterization. It's just softcore porn. There's a beautiful sex scene in S4 (I'm biased tho ngl lol) but everything in S5 is Not It.
Rebeka and Caye are two of the best three/four things of seasons 4 and 5. Nevertheless, they ruined Omar, Ander, Samu, and Guzmán, like I said, and the additions to the cast are no better.
Patrick, Ari, and Benjamín (introduced in S4) are frankly bad characters; Philippe (S4) is a missed opportunity; Isadora (S5) is just there to suffer (1 - I say this despite Isa being a good character with lots of potential and Valentina Zenere doing excellent work with her; 2 - I suspect she will have a bigger role in S6, which would be good); and Cruz (1 - I've never met Portuguese person called Cruz (mas também nunca tinha visto ninguém chamado Carloto, por isso o que sei eu lol), 2 - Carloto Cotta's acting is Not Good At All) and Iván (both S5) serve possibly the worst plotline of all five seasons. The only super welcome addition is... Mencía ❤️ even so, her turnaround in season 5 is soooo poorly done and with it the show ruined the best thing about season 4, because if one thing's for sure with Élite is that no one can ever have a happy ending. The writers made that crystal clear when they brought Guzmán, Omar, and Ander back for the second overall arc of the show.
That brings me to the two good things about season 4, all of which season 5 destroyed. Caye is given room to grow into her better self after her fuck-ups in the first arc and she shines in season 4. Then in 5 they decide she should actually be in love with her abuser 👍
Rebe and Menci *whimsical sigh*. I fell in love with them. Their push and pull was the heart of s4, which firmly paved the way for reconciliation in 5. It happened. And then it didn't. Then it happened again. And then it didn't. Again. It's so fucking frustrating, because they built one of the best love stories in the show – by far the best of the second arc – and poofed it away like it meant nothing. Fuck it hurt. Honestly for me Rebe/Menci is up there with Nadia/Guzmán, Samu/Carla, and Omar/Ander seasons 1-3. The epic love story the show had been unable to repeat with anyone else. It also gave Rebe her due spotlight and agency and the sensational Claudia Salas a chance to shine. Her chemistry with Mencía/Martina Cariddi was off the fucking charts. I'm gonna go out on a limb here and say they had the most explosive chemistry of all of Élite along with Carla/Samuel. And if they were going to destroy it, I'd rather they would have done it in season 4 when Rebeka made a choice that she herself said meant losing Mencía forever than what they did in 5. Because FUUUUCCKKK they really made me believe that reconciliation was possible in s5.
Rebeka was wonderful throughout all five seasons and my only criticism is that I would have given her even more screen time while she was on the show. I miss her already 🥲
This takes me to *drumroll* Mencía. Gosh I love my baby Menci, who has the nicest, most radiant smile. They had her make some stupid choices in season 4 but I guess they had to feed the Armando storyline for all eight episodes. Also, it allowed for some badass Rebe scenes as well as some great hurt/comfort. Season 5 is a garbage fire and she gets dragged along. Mencía is a /wonderful/ character throughout though, it's just a shame that the writers continually chose to cause her pain and to put her between a rock and a hard place.
Which brings me to my last but not least talking point: women and queer people get the short end of the stick over and over and over again.
Just to be clear, racial diversity is worse than bad – we have three (?) black people in five seasons, all with minor roles – but this is Spain we're talking about, so unfortunately my expectations on that front were below zero (the same goes for Portuguese content btw). We have Nadia and Omar in the first three seasons. I'm hesitant to include Lu, Iván, Valerio, Isa as Latinos, because I don't know exactly how it works in Spain, but we don't make that distinction in Portugal. First time I heard of Latinos was in a US media context. I don't want to be ignorant/dismissive though so I'm at least making a reference to the four of them.
-- TW sexual assault --
Four women who are victims of sexual violence in the first five seasons (I'm choosing to include Carla's dad pimping her out to Yeray in this too – Yeray was all too happy to go with it until Carla made it clear that she hated it so much she needed drugs to withstand pretending to be in love with him), three of them in seasons 4 and 5. You see what I'm talking about when I mention how bad those two seasons are? As for the queer characters (some overlap): cancer, prostitution, constant cheating, two instances of borderline p*dophilia (as in, a fully grown adult and a teenager), homophobia, family abandonment, transphobia (in season 6, according to a review I read), racism, religious intolerance, sexual assault, drug dealing – seriously, all the kids who dabble in it one time or another for whatever reason (Omar, Rebe, Valerio, Patrick) are queer – etc etc etc.
And while mistakes were learning opportunities in the first overall arc – e.g. Rebe and Valerio's drug dealing in season 3, however brief, and the damage it caused – in seasons 4 and especially 5 they're just something that happens for drama and pain and to push characters back on their growth, not that they will ever learn from them. Remember when we talked about how seasons 1-3 mostly managed to avoid the Tony Stark Syndrome? Well 4 and 5 revel in it. Character development is but a mirage.
I think this is it. Anyway, Rebe x Menci forever, and Lu, Nadia, and Carla are my babies ❤️
Tumblr media
5 notes · View notes
luegootravez · 11 months ago
Text
Tumblr media
Ester Expósito in 'Élite Short Stories: Carla Samuel' (2021)
29 notes · View notes
k-wame · 2 years ago
Photo
Tumblr media
ITZAN ESCAMILLA as Samuel Garcia via Élitǝ Series 5 • EP08 • dir. Eduardo Chapero-Jackson
62 notes · View notes
kitc0nn0r · 7 months ago
Text
Again… like every other gif on this blog, this is stolen.
Here’s the original post from @wiha-jun
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
967 notes · View notes
gasparrebouco · 4 years ago
Text
Élite: Short Stories , 2021 ★
Élite: Short Stories é uma série de episódios curtos que complementa a popular série espanhola Élite. Lançada em 2021, essa coleção de histórias foca em alguns dos personagens favoritos dos fãs, explorando momentos e eventos importantes entre as temporadas principais. As histórias se aprofundam em relacionamentos, conflitos e aspectos pessoais de personagens como Samuel, Rebeca, Carla, entre outros, oferecendo uma visão mais intimista de suas vidas.
Tumblr media
0 notes
fnicolasmc · 3 months ago
Text
La lâcheté, l'arrogance chez les "élites" (dont un a été ministre de l'éducation nationale, institution en principe garante des valeurs de la République et de ceux qui les transmettent à la jeunesse) : https://charliehebdo.fr/2024/10/societe/billet-luc-ferry-quand-lintello-trouillard-confond-samuel-paty-et-dominique-bernard/?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTEAAR0wiPNuLeE8FQQk5bzinb0BTDfY1B7-fhY53MPLyXQg8zFl23qK6NXYn30_aem_GPQ8k1DpgfYbmugzInBGUg
0 notes