#salsa borracha
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#149 Taco de huevo revuelto con salsa borracha.
CIGMEXICO, Atizapán de Zaragoza, Estado de México.
La salsa borracha es una forma genérica para denominar a una salsa (sin importar el color, si es con chiles frescos o secos, y potenciales de pico) a la que se incorpora cualquier bebida alcohólica que va desde el pulque hasta la cerveza o tequila.
En el centro de México son comunes las salsas de chile guajillo y pasilla con toques de pulque para acompañar la barbacoa, y en el norte generalmente son elaboradas con chiles frescos (serranos, piquines o chiltepines) y una cantidad generosa de cerveza clara.
Esta versión está elaborada con chiles serranos verdes, jitomate, cebolla y cerveza de estilo NEIPA de la marca Sensavir. La cocción es muy lenta para que la cerveza deshaga todos los elementos sólidos de la salsa, los balancee y permita que se integren en un solo bocado.
El potencial de picor depende de la cantidad de chiles añadidos que siempre son balanceados con los huevos revueltos y la tortilla.
#1000tacos2015#tacos#mexico#taco#miltacoscigmexico#cocina mexicana#cocinamexicana#miltacos#taco de huevo revuelto#salsa borracha#salsa borracha con cerveza
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Salsa Over to Borracha Mexican Cantina for a Cinco de Mayo Extravaganza Borracha Mexican Cantina, located at Green Valley Ranch Spa and Casino in Henderson, will host the ultimate Cinco de Mayo weekend fiesta with
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intente escibir poesia,
intente escribir canciones de salsa
intente escribir mismmemorias
intente escribir antropologia social
intente escribir una revista punk autogestiva
al final intente escribir poesía borracha estilo Bukowski
acabe escribiendo resentimiento y discursos de derecha en tumblr .
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Recipe for Salsa Borracha Drunk Salsa For a popular topping on tacos or fajitas, salsa borracha is a unique salsa made with tomatoes, garlic, jalapenos, and Mexican beer.
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jueves 17º agosto 2023, Kent, 4.02am.
#68.692 — El futuro nos persigue y nos alcanzará cuando las máquinas decidan hacerlo. Iban muy borrachas. Se cae, se rompe la cadera, y queda inmovilizado durante tres semanas, con un bote de salsa de barbacoa.
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Hoy les traigo el retrato de un héroe anónimo “Don Chepi” los fines de semana abre su camioneta, saca los botes de gas, las bolsas de carbón, mueve sus hieleras con el contenido más sagrado! Prepara y adereza todo antes de meterlo a la parrilla, enciende el fuego y empiezan los sonidos del amor! La carne suda mientras la salsa borracha hace de las suyas! Se escucha el babear de las bocas! Las miradas se enfocan en el! El humo es un perfume embrutecedor! Las costillas solo chillan! Lo mejor es ese momento! Es momento de comer! . . . . . #costillas #ribs #ribsteak #steak #steaklover #meatlover #alcarbon #portrait #retrato #skull #skeleton #mexico #food #foody #foodporn (en Mexico) https://www.instagram.com/p/CnUhcMBuNAh/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Adora el gesto gentil de la puerta abriéndose para ella, lo considera de caballero y de hombre educado. Al sentarse en el interior del auto, De Medeiros observa con atención en busca de vasos térmicos en el posavasos o de decoraciones en el retrovisor. Luego le presta atención al contrario, observando la manera en la que las sombras del tránsito alrededor le perfilan el rostro. Le gusta la caída de su nariz y el puente de la misma y también el semblante despreocupado que, a la vez, parece víctima del tedio. —Vamos. —Responde. Su mano de uñas largas se envuelve entonces encima de la mano ajena que se encuentra en la palanca de cambios y se la presiona un poco, acaso Elías hubiese escuchado o formado parte de la conversación recién tenida de la que probablemente se arrepienta mañana cuando despierte con una horrible jaqueca. Por ahora, sin embargo, se siente libre y alada. Además, lo más probable es que Paul se haya dado la media vuelta y se haya quedado dormido, más sorprendido por la poca tolerancia al alcohol de la morena que por otra cosa, por lo que no debería preocuparse mucho por el resultado de sus actos de borracha. Además, la embriaguez la pone demasiado honesta: piensa que Paul merece una vida en soledad y que Nuria merece tener una buena vida y ahora la buena vida parece ser no más que andar en un auto sin saber cuál es el destino. Se ríe ante el comentario del contrario. — ¿Qué música escuchas tú? —Si le preguntaran a Nuria qué piensa que es la música tropical, probablemente contestaría con canciones de merengue y de salsa de hace décadas atrás, no la canción que sonaba en el recinto. Bad Bunny no es lo suyo porque, si bien no es del todo vergonzosa, tampoco es realmente una desvergonzada, por lo que esa música no consigue llegarle del todo. Además, valora mucho más un corazón abierto y a los poetas y las cosas valiosas del mundo como el arte y la ciencia. Toma el celular de Elías para pulsar botones táctiles con las uñas larguísimas que hacen clac clac y se equivoca al escribir por estar mirándolo a él de reojo. Termina poniendo una canción de son cubano y luego deja el celular y piensa en cuánto quisiera sacarse los zapatos y estar en la playa. Odia Vermont pero es totalmente una becada y tiene suerte de haber conseguido esa grandiosa beca. Baja la ventanilla del copiloto y deja que el viento la despierte un poco, acomodándose el pelo lo mejor que puede a pesar de que la brisa se lo está despeinando.
Mientras suena la música, Nuria le cuenta: —Mi abuelo me solía llevar en bote por Miami Beach, tan dentro del mar que su vieja radio perdía la frecuencia. Cuando pasaba eso, me cantaba canciones como esta. —Y sonríe, un poco tirante, porque siempre se emociona pensando en él. —Cantaba mal. Tenía la voz de un fumador de antaño. Pero siempre fue muy lúcido y cantaba con el corazón, que es lo que importa. —Quiere contarle otras cosas más, como que nunca pudo conectar con sus padres, o como que nada le podría interesar menos que el pequeño restorán que tienen ellos cerca de la costa, o que la vida ha sido muy difícil desde que el abuelo no está. Teme que, de existir lo que la espiritualidad prevé, su abuelo pueda verla desde donde está y juzgarla por todo lo que hace mal. Después de todo, su abuelo, un exiliado de su tierra que escribía libros y jugaba al ajedrez, era un hombre honrado y con razón. Cree que le puso los ideales demasiado altos a ella que jamás podrá cumplirlos: es amante y una mala y siente un hormigueo incesante en el abdomen cuando Elías le contesta siempre tan avispado y se preocupa por ella y eso la contraria mucho a Nuria De Medeiros que ya ha imaginado cada arista y punto de su línea de tiempo desde que tiene memoria.
Apenas da cuenta de dónde están cuando el contrario hace saber que no es la casa propia de De Medeiros. Ahí ella sonríe, emocionada por conocer el hogar de Elías. No puede evitarlo: —Muero por ver el interior. Se puede comprender mucho a una persona viendo cómo vive. —Le hace saber. Ahora la mata la curiosidad: quiere saber si decora con pinturas y fotografías o si su casa es linóleo y paredes blancas, si deja la ropa hecha un bollo en el suelo junto con los platos a lavar o si en cambio es un obsesivo de la limpieza y el orden como ella. Lo siguiente que dice la devuelve un poco a la realidad, Nuria no piensa en su abuelo ni en su prometido-ex-profesor ni tampoco en lo dramática que es. —Bueno—sigue. —, también se puede preguntar. Pero husmear... es mucho más divertido. —Vuelve a girar la vista del hogar a Elías y lo observa fijamente, tratando de no parecer una loca pero quizá fallando en el intento. —Sería terrible terminar la velada ahora. —Le confía con sinceridad. Nuria siente euforia por estar a punto de conocer la casa del contrario y también la adrenalina de la llamada por teléfono no se disipa del todo, y por suerte está tan alunada que el peso de sus actos no comenzará a regir su mundo hasta dentro de algunas cuantas horas. —Podríamos comer algo rico y ver una película. —Sugiere entonces. —O ver la pared. Tampoco me molesta. Estoy segura de que serás un maravilloso anfitrión. —Sonríe entonces antes de soltar la traba del auto y buscar salir del auto. —Además, te la debo. Has aguantado demasiado hoy. Y te lo agradezco, porque a veces todo se siente como estar en un gran agujero que yo misma cavé. —Otra pregunta busca la superficie: — ¿Tienes libros?
el soplido de viento que desacomoda alguno de sus cortos mechones de cabello se lleva los interrogantes que surgen ante el aviso de nuria. asiente y se limita a descartar / responderse él mismo cada duda sobre aquél llamado urgente — se contesta, también, la oferta que casi pronuncia al respecto de su abrigo, la negativa la halla en la figura femenina dándole la espalda, de forma tal que no le queda más que obligarse a mirar a otro lado y jugar a que el magnetismo no es real. apoyado sobre el capó del vehículo es que espera, espera, espera, y supone que el destino que elija poca diferencia significará para alguien más que para él, que si su acompañante desea estar en un sitio distinto al que los reúne, por lo menos él se dirigirá a un lugar al que sí desee ir, de eso se convence. sin embargo, la voz de nuria a la distancia trae una sorpresa que lo deshace de toda conclusión precipitada. procura no observarla, porque es accidental la invasión que ejerce en la conversación telefónica, pero de la sonrisa que se le escapa de costado no logra desprenderse: con cierta admiración u orgullo es que devuelve la mirada a los transeúntes, sin un ápice de vergüenza. y una vez que ella regresa, no hace más que abrir la puerta del auto en silencio, con la curvatura de labios aún presente, porque siente que esa versión de nuria espontánea es la más auténtica, la más transparente. ' ¿vamos? ' es lo único que dice una vez que están los dos dentro y su mano se halla en la palanca de cambios, con el rostro enfocado hacia el camino que no comienza a transitar hasta recibir una respuesta. sabe que si la mira echará a reír, piensa en que cierta expresión vendría como anillo al dedo a la situación que atraviesan (pero que en este caso no ignoran un elefante, es al zoológico entero) mas se traga el comentario y procede a conectar su teléfono, en un semáforo rojo, y extendérselo a nuria con spotify abierto, una invitación a que musicalice el trayecto. ' si pones la canción que sonaba en el bar dejo de conducir. ' advierte, consciente de que no cumpliría con su amenaza. no precisa revisar el gps para saber el camino, ni siquiera a pesar de haber bebido un poquito en el bar. y es que conoce la ruta a la perfección, la forma en que nuria ha trastabillado caminando le hizo pensar, una vez que los dos se hallaron dentro del vehículo, que lo que debía hacer era llevarla de regreso a su casa — sin embargo, como a todo buen hijo único, a menudo le gana el egoísmo. por ese motivo, pero sin dobles intenciones o más anhelos que el de prolongar su compañía, es a su propia vivienda a donde maneja, porque ha pensado en que si se despiden ahora el amanecer que se pinta desde su balcón será el más deprimente que habrá visto en años. y si bien siempre ha lidiado bien con las numerosas habitaciones que posee su hogar, hoy no se le ocurre un sitio más solitario al que regresar que aquél. el punto de destino se presenta antes de lo que esperaba, es frente al alto portón de su propio hogar que apaga el motor: ' iba a llevarte a tu casa porque creo que te perdí... bueno, dos micheladas atrás. ' la gracia surge a mitad de oración hasta desembocar en una risa sin ruido que se cuela, entre palabra y palabra, hasta morir en una inhalación de aire, que deshace la sonrisa en favor de apelar a la sinceridad. ' pero la verdad es que no quería que la noche se acabe, no cuando la desperdiciamos de ese modo. subimos, comemos algo, esperamos a que la borrachera se te pase, ' quiso rozar su mejilla con la yema de sus dedos en esa pausa de un segundo, sin embargo solo hubo una sonrisa cálida en sus labios. ' y luego te llevo a essex, o a tu casa, donde prefieras. ¿está bien? '
#— 𝙊𝙐𝙍 𝙃𝙊𝙉𝙀𝙔𝙈𝙊𝙊𝙉. 𝘿𝘼𝙍𝙆 𝘿𝘼𝙍𝙆 𝘽𝙇𝙐𝙀. * nuria.#— 𝙊𝙐𝙍 𝙃𝙊𝙉𝙀𝙔𝙈𝙊𝙊𝙉. 𝘿𝘼𝙍𝙆 𝘿𝘼𝙍𝙆 𝘽𝙇𝙐𝙀. * nuria y elias.#me alargué más DELETE
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Salsa Borracha
Makes about 2 cups
Time: 45 min
Here, this classic cooked tomato and chile sauce is simmered with beer and spiked with Tequila. Serve it with chips, or with enchiladas, tacos, or carnitas.
Ingredients
2 large guajillo or other medium-hot dried chiles, toasted, soaked, and cleaned 1 / 4 cup good-quality vegetable oil 2 large onions, chopped 4 cloves garlic, minced 2 pounds tomatoes, peeled, seeded, and chopped, with their liquid (about 3 cups; canned are fine) 12 ounces beer 1 tablespoon sugar Salt and pepper 1 / 4 cup chopped fresh cilantro 3 tablespoons fresh lime juice 2 tablespoons tequila
Instructions
1. Mince the chiles. Put the oil in a medium saucepan or deep skillet with a lid over medium-high heat. When it’s hot, add the chiles, onions, and garlic and cook, stirring occasionally, until the onions soften, about 5 minutes. Add the tomatoes, beer, sugar, some salt, and plenty of pepper. 2. Adjust the heat so the mixture bubbles gently and cook, stirring occasionally, until it thickens and comes together, about 30 minutes. Use an immersion blender to purée the sauce in the pan. Or cool the mixture slightly, pour it into a blender or food processor, and purée carefully, scraping down the side as necessary. 3. Stir in the cilantro, lime juice and tequila. Taste and adjust the seasoning. Serve hot or at room temperature, or cover and refrigerate for up to 2 days.
Recipe from How to Cook Everything Vegetarian
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*Fiesta en casita, R medio borracha jala a Bruno para bailar salsa con ella, Bruno mira suplicante a Julieta para que lo ayude pero ella solo sonreía enternecida, Bruno se asusto al escuchar un trueno*
R, bien peda pero con toda la actitud:
Pepa, con el huracán, el tifón y los cuatro jinetes del apocalipsis:
Bruno, sabiendo que ya le cayó el chahuistle:
Julieta, que nomás quiere ver el mundo arder porque está aburrida:
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Oscar Diaz-Intoxicated
For @gisellyt
“Y/N, you need to drink some water.” You hear your best friend, Rosa, say from beside you. The two of you sitting in the corner section you guys had rented for the night. You had decided to have a girls night with your group of friends and after being at the club for a few hours you were way past drunk.
“Yeah, try to sober up some.” You other friend adds encouragingly,”It’s almost closing time and we have to go home.”
“Fuuuuuck water and fuck home.” You slur as you stand to your feet, your vision blurry,”I want to danceeee. Let’s dance you boring bitches.”
“I’m calling Oscar.” Another one of your friends say quietly so you can’t hear, going through your purse and grabbing your phone as you make your way to the dance floor.
“I Love this song!” You squeal, making friends with some blonde girl who was equally as drunk as you were. Your girlfriends making sure to keep an eye on you as they sit around the table.
“We should get a shot!” The new girl-Ashley?- says into your ear as you both dance together.
“B-52?!” You suggest
“Yummy! Yes!” She agrees and takes your hand, dragging you to the bar. You both clumsily climb onto the stools and grab the bar tenders attention.
“Hello, hi.” You smile and order the shots once he comes over,”Keep them coming.”
“Y/N. Don’t you think you’ve had enough?” The familiar voice of your friend says as she grips your arm.
“I think you’ve had not enough.” You giggle,”Drink with us, I got shots!”
“Shots, shots, shots!” Hannah? sings from beside you
“You don’t need any more alcohol.” Rosa groans, the bartender sliding the two tiny glasses over as you hand over the cash.
“Buzzkill.” You mutter as you quickly down it, turning to look at Nicole? who just slammed hers down as well.
“There you are.” A girl who looks exactly like your new friend sighs in relief,”Let’s go Jane, now.” She demands, grabbing her and pulling her away.
“Bye!” She calls out drunkenly, giving you a wave as she disappears into the crowd.
“Awe, I’m gonna miss her.” You pout before shrugging and ordering another shot.
“Nope, cancel that.” Rosa says and forcefully pushes you to your feet,”We’re going outside. Some fresh air will do you good.”
“No!” You complain every step of the way, the rest of your friends joining you outside as well. Each of them getting their own Uber until it was just you and Rosa left outside.
“Let’s go back in. They don’t close for like another thirty minutes.” You pout, lightly stomping your foot,”I don’t want to be outside.”
“Stop!” Rosa laughs, keeping a tight hold on you as you try to pull away.
“I got it from here. Thanks for waiting for me.” You hear your boyfriend say from behind you, his grip replacing hers.
“No problem, ella simplemente no dejaba de tomar.” She explains,”I’ll call her tomorrow, you should get her home.”
“Yeah.” He agrees with a nod,”You need me to drop you off?”
“No, it’s okay. I got a Uber.” She declines as you try to turn around to actually look at Oscar.
“Everybody stop grabbing me.” You say and pull yourself away him, nearly tripping off the curb.
“Get your ass in the car.” Oscar says, ignoring your request as he helps you balance yourself before pushing you inside his car and slamming the door shut,”Bye.” He tells your best friend, going to his side and sliding in.
“I thought you said one drink?” He asks as he starts the engine
“I thought you said one drink.” You copy his voice with a eye roll
“Are you gonna have a attitude?”
“I don’t know? Am I?” You say, turning your head to look at him,”I didn’t want to leave.”
“You can barley stand up, you don’t need to be at no club when you’re that drunk.”
“Whatever...loser.” You say amusingly,”Oscar’s a loser, Oscar’s a loser, a loser.” You sing
“This is why I don’t like when you go out with your friends. You get too wasted and then I have to take care of you.” He sighs, keeping his eyes in the road
“If you don’t want to take care of me then I’ll leave.” You offer,”I’ll go, you’ll never see me again. I’ll roll out of the car right now.”
“Shut yo dramatic ass up.” Oscar smacks, a small smirk forming on his lips a moment later.
“So mean to me. I just wanted to have a good time...girls just wanna have fun.” You say and lean towards the radio, connecting your phone to the gigged up old style radio with the cord,”This ones for you.” You say, the music blasting and Oscar instantly recognizing the song.
“Change this shit.”
You Ignore him and scoot closer, your two fingers pressing against his temple roughly,”Punch you in the face, muthafucka I knock ya teeth out
Every time I come through, I got my heat out
If you want smoke, ain't nothin' we gotta speak 'bout.” You shout into his ear, Oscar’s jaw clenching as he endures your scratchy voice,”I'ma start G-checking all you fuckin' clowns
One question, are you fuckin' down?
Wrong answer, here's a hunnid rounds.” You continue, acting as if you’ve had a gun in your hand before you get a bright idea,”Oscar?” You ask sweetly
“What?” He grits out through his teeth
“Do you have your gun?”
“What? Of course I do, why?” He asks, glancing over at you with a perplexed look.
“Let me play with it, it goes with the song. I wanna feel like a gangster.” You explain, your words sounding reasonable in your head.
Oscar doesn’t reply, instead he breaks out in laughter. His hand smacking the side of the wheel,”Fuck no! Play? Estas loca o que?” He wheezes
“Whatever, I’ll buy my own.” You say, scooting away from him and ripping your phone off of the cord,”A pink one. So don’t piss me off or I’m going to shoot you with it, cause I’m a OG.” You giggle
“Shoot me? Is that right?” Oscar laughs,”You wouldn’t. You’d miss me too much.”
“I would.” You smile,”I guess a pistol whip would have to do.”
“You know your mouth gets real reckless when you drink. Like you got no fucking filter.”
“Well if you wouldn’t baby me and make me come home, I wouldn’t be acting like this.” You tell him, reaching over and taking his hand off of the wheel so you can hold it,”But I know how you can make it up to me.”
“Hm, and how would that be?” Oscar asks, bringing his other hand up to take over the wheel.
“Tacos.” You smile,”And I’ll be the best girlfriend over.”
“Tacos? You’re gonna puke.”
“Pretty positive I’m already going to do that.” You laugh,”I’m so hungry, I’m going to starve.”
“Hay comida en la casa.”
“Okay mom.” You say as you play with his fingers,”But I don’t want food at the house...please papi. You know you want some too.”
“If I go, will you stop talking?” He asks teasingly
“No, but I’ll be very happy. You want me to be happy right? I’ll even get out and order them, I can do that. I think.”
“Fuck it, fine.” He sighs, making a detour and driving to the taco truck that was just outside of your neighborhood.
“Yay.” You smile, leaning over to kiss his cheek,”I love you.”
“Me or the tacos?”
“Both.”
He shakes his head, bringing your entangled hands up to press a kiss to your hand,”I’m the only person who will ever put up with your shit, don’t forget that.”
“Like I’m not the only person who would put up with yours? We were made for each other.”
“Tú lo sabes.” He grins, the rest of the car ride being filled with more playful banter and the occasional song performance from you. Oscar pulls into the lot where the familiar truck is stationed and parks a few feet away.
“Pastor right?” You ask him
“Yeah, get me four.”
“Excuse me?” You cough holding your hand out,”Money?”
He scoffs and digs into his pocket, pulling out a 20,”Go.”
“Thanks.” You grin and get out of the car, taking each step carefully,”Hi Emmanuel, hows your night.” You grin to the older Hispanic guy that has been in the community forever.
“Not as good as yours.” He chuckles as he takes in your appearance,”Tell me Mija what can I get for you.”
“Four of pastor and then three of barbacoa.” You answer with ease,”Could I also get a corona?”
“You got it, dame cinco minutos.” He informs before pushing away from the side window and getting your order together.
You walk back to the car, going over to the drivers side, the window already down as Oscar smokes,”Five minutes.” You say
“Aight.” Oscar nods, inhaling smoke before letting it blow out through his nose.
“Let’s go out together next time.” You suggest, leaning through the window,”We haven’t gone out in a while.”
“Maybe, if you really want too.”
“I do. I like when we go out together.” You smile,”Next week?”
“Sure mami, if nothing comes up.”
“Can’t wait.” You say happily, stretching your neck to give Oscar a quick kiss,”Thank you.” You laugh as you take the rest of the joint from him, moving away from the window as you smoke.
“Ladrona.” He jokes, a yawn escaping his mouth after since it was the middle of the night.
“It’s not stealing when I’m your girl.” You retort, taking the final hit before tossing it into the gravel.
“Nah, it’s still stealing.”
“Oh shhh.” You say exaggeratedly, blowing him a kiss after. You don’t wait for him to reply as you stagger back to the taco truck to wait out the last few minutes.
“Ten even, I put some salsa and extra onion in the bag for you.” Emmanuel says when he opens the window back up.
“Thank you, it’s smells amazing like always.” You grin and pay him before grabbing the change and beer in one hand, the plastic bag in the other,”Bye!” You shout out over your shoulder as you walk back to the car. Oscar leans over to push open the door, letting you slide.
“You got a beer? Seriously?” He asks as he takes the bag from you, digging through it and pulling out his order.
“Sure did.” You reply, twisting the cap off and taking a swing,”Ah refreshing.”
“Borracha.” He calls out before taking a bite of his taco.
“Funny, coming from a borracho.” You smirk, placing the beverage in between you guys so you could eat.
He flips you off with his free hand, eating more of his food before taking his own sip of the beer. Oscar eating like a normal person where as you moaned in delight with every single bite.
“Those were the best tacos ever.” You groan in satisfaction, Oscar gathering all the trash into the plastic bag,”Food is always better after a night out.”
“I agree with that.” He says before climbing out of the car to throw away the trash, the beer making you get the hiccups,”Let’s go home.” He sighs when he gets back in,”You’re gonna feel like shit tomorrow.”
“Good thing I have you to take care of me.” You smile, snuggling into his side and Oscar wrapping his arm around your shoulder as you feel your body wanting to fall asleep.
“Always.” He chuckles, driving towards the neighborhood slowly,”I’ll make you some hangover menudo for the morning.”
“Mhm I love you.” You yawn, your eyes closing.
“Love you mami.” He reply’s, letting you doze off. Whenever he reaches the house, knowing that he would not be able to wake you up, he carefully pulls you out and carry’s you bridal style into the house. He groans as he sets you down in the bed, taking your shoes off before covering you up with the thick blanket. Laying down next to you and rubbing his eyes, already knowing that you were going to be a pain in his ass tomorrow when you woke up. Which turned out to be only a few short houses later when you woke him up by running to the toilet to empty your stomach.
“See? You don’t need to be going out with your friends.” He smirks, kneeling down next to you as he rubs your back.
“Shut up.” You cough, more vomit spewing from you seconds later,”I’m never drinking again.” You whine, Oscar keeping his mouth shut and helping you get through the first meltdown of the day. Just like he always did.
#omb#on my block imagines#omb imagine#on my block season 3#spooky diaz#oscar diaz x reader#oscar diaz
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#150 Taco de huevo revuelto, salsa borracha y queso panela.
CIGMexico, Atizapán de Zaragoza, Estado de México.
Los tacos de huevo revuelto podrían ser considerados como de los máximos desayunos mexicanos porque ademas de ser sencillos pueden adaptarse a cualquier tipo de salsas, complementos, guarniciones y hasta aliños o condimentos finales.
Esta versión aprovecha las virtudes de la salsa borracha con notas picantes y dulzonas por la cerveza, que son balanceadas con la presencia del queso panela que suaviza el bocado y lo hace más agradable en boca.
#1000tacos2015#tacos#mexico#taco#miltacoscigmexico#cocina mexicana#cocinamexicana#miltacos#taco de huevo revuelto#huevo revuelto#salsa borracha#estado de mexico
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Salsas molcajeteadas: de chile habanero y ‘borracha’ de chile pasilla Hoy es el Día Nacional de la Comida Picante, por eso Karla y Chef Yisus le dieron sabor a la mañana preparando dos salsas: una de chile habanero con ...
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“TEQUILA” Pueblo Mágico
Tequila, Jalisco. México
Esta rodeado de un bello paisaje en donde imperan los campos de agave color azul, ingrediente base para la fabricación del tequila. En 1600 don Pedro Sánchez de Tagle, Marqués de Altamira, instaló la primera fábrica de tequila. Sus platillos típicos incluyen los camarones al tequila, el filete tequileño, salsa borracha, pechuga agavera, tostadas de chorizo con cuerito y gorditas de horno montadas en hojas de roble en la sierra de Tequila. La Semana Cultural, que conmemora la fundación de Tequila en la primera quincena de abril. - El Medio Maratón Internacional José Cuervo, que se celebra el tercer domingo del mes de Noviembre. Y la Feria Nacional del Tequila, del 29 de noviembre al 12 de diciembre.
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Yo invito
—Yo también te quiero, Oliver —me dice, manteniendo esos brillantes ojos marrones sobre los míos, y una sonrisa tímida se dibuja en su rostro. Acaricio su pelo castaño y me inclino para besarla al mismo tiempo que ella se pone de puntillas.
Me despierto por culpa de la alarma, sobresaltado y con las sábanas enredadas en las piernas. No puede estarme pasando esto otra vez. Suspiro y me levanto para ir a darme una ducha. Me visto, cojo mis cosas y voy hasta la parada del bus. Ojalá fuese sábado y hubiese podido quedarme en cama, habría intentado volver a dormirme para poder seguir soñando con ella. Bueno, al menos puedo decir que ya es viernes.
El viaje a mi lugar de trabajo dura menos de lo que me habría gustado. Sé que hoy volveré a verla, me sentaré sobre mi escritorio y en unos minutos la veré entrar por la puerta con esa radiante sonrisa, me descubrirá observándola y me saludará con la mano. Suspiro de nuevo y bajo del autobús, entro en el edificio y subo en ascensor hasta la planta veintiuno junto a otras doce personas más, aunque la mayor parte se quedan en dentro de la cabina metálica. Mi estómago ruge, me he olvidado de desayunar otra vez. Voy hasta la pequeña cafetería que hay en nuestra planta y un par de compañeros me saludan acompañados de un bostezo. Les sonrío, cojo un café y un bollo y voy a sentarme en mi escritorio.
Blair Lyon aparece por el pasillo, caminando con paso decidido y mirando algo en su teléfono móvil. Levanta la cabeza y vuelvo a ser descubierto, pero ella me sonríe y alza mano.
—Buenos días, Oliver —me saluda en un susurro. Luego me guiña un ojo y sigue caminando hasta entrar en el despacho de Robert Lyon, su padre y mi jefe.
¡Dios! ¿Cuándo me metí en tremendo fregado? ¡Ah! Cierto, la fiesta, la maldita fiesta.
El día de la graduación, pero no una graduación de instituto, no, la de la universidad. Jackson Ellinor, mi mejor amigo, mi compañero de cuarto, un tío al que se le cae el dinero de los bolsillos y el encargado de organizar nuestra fiesta de despedida. Una mansión enorme, comida y alcohol como para dar de comer a mil personas y una lista de invitados inmensa. Aunque todo el mundo sabe que a esas fiestas siempre va el amigo del amigo del primo de mi amigo al que nadie ha invitado. Diez y media de la noche, la música a todo volumen y una pista de baile en medio de un inmenso salón del que tuvieron que quitar todos los muebles y objetos susceptibles de romperse. Allí, en el medio de todo ese tumulto de gente ebria y sudorosa, estaba ella. Blair bailaba junto a una amiga suya con un vaso en la mano y sin dejar de reírse, da un último trago y luego camina hacia la barra que mi amigo mandó montar.
—Dame otro de estos —le pide, agitando el vaso. Él la mira sin entender y ella se ríe—. Te tomaba el pelo, un whisky con cola.
—Que sean dos —digo, poniéndome a su lado y estirando el brazo con un billete en la mano—. A esta invito yo.
Ella me mira con curiosidad y sonríe.
—Me gustan tus ojos —comenta, tomando el vaso de plástico que le da el barman—. Son verdes, ¿no? A mí me parecen verdes.
—Algo así, sí. Me llamo Oliver —me presento, cogiendo mi vaso sin dejar de mirarla. Ella sonríe aún más y bebe un trago.
—Blair —se limita a decir—. Tú eres de los que se gradúa, ¿no?
— ¿En qué lo has notado? —pregunto, empezando a beber yo también.
—Vas demasiado arreglado como para solo ir a una fiesta —responde, encogiéndose de hombros. Sí, bueno, la gente no suele ir de traje a una fiesta—. Yo soy de primer año.
Le sonrío. Eso también es evidente, parece más joven y no me suena su cara en absoluto.
La canción cambia y su sonrisa se ensancha, agarra mi mano y tira de mi hacia la pista de baile mientras grita: «venga, vamos a bailar». Enseguida me dejo contagiar por su entusiasmo, pero no me pasan desapercibidas sus intenciones, sobre todo cuando cada vez bailamos más y más pegados. Ella llevando la voz cantante de la situación y yo dejándome engatusar por su coqueteo.Apenas aguanto tres canciones y no porque me moleste la idea de bailar así con ella, sino porque ya me tiene donde quería y yo no me voy a negar. Para ser sinceros, esta no era la idea que tenía sobre mi último escarceo amoroso en la universidad, pero no me quejo.
—Ven conmigo —le susurro al oído y cogiendo su mano. Ella me sonríe y se deja guiar por mí a través de los pasillos. La verdad es que no tengo ni idea de hacia dónde estamos yendo, pero malo será que no haya una habitación vacía o algo así por aquí.
En cuanto nos alejamos del mogollón de gente y el ruido de la música se atenúa lo bastante como para oírnos hablar, Blair se pone a mi altura, tira de mi brazo y se pone de puntillas para besarme.
—Me gustan tus ojos —repite, enredando sus dedos en mi pelo y volviendo a besarme. Me río, aunque no sé por qué, y la tomo de la cintura mientras intento localizar la puerta más cercana. Sea lo que sea, me valdrá.
Cuando ella se separa, yo aprovecho para empezar a caminar y agradezco a los cielos que lo que nos encontramos tras la puerta sea un dormitorio. Entramos y me suelta para cerrar la puerta y apoyarse sobre ella con una sonrisa coqueta. Avanzo hacia ella y vuelvo a besarla. Nos exploramos todo lo que podemos antes de empezar a quitarnos la ropa y es ella la que da el primer paso, empezando a desabrochar los botones de mi camisa.
No volví a verla después de aquello y no contaba con volver a hacerlo. Robert Lyon me contrató un par de semanas después y cuando llegué el primer día ahí estaba ella, mucho más guapa de lo que la recordaba, pero no pareci�� reparar en mí. Ahora me saluda hasta por el nombre, sí, pero no tengo ni idea de si es porque me recuerda o porque soy el tío al que su padre llama cada vez que necesita que alguien le resuelva algo. ¿Mi apuesta? Seguro que estaba tan borracha que ni se acuerda de haberse acostado conmigo y me da que preguntarle no es una opción.
Suspiro por tercera vez en lo que llevo de mañana y desayuno mientras reviso mi correo electrónico y me pongo a trabajar. Cuando me doy cuenta de que ya no tengo nada que comer y que la taza de café está más vacía que mi despensa, me levanto de mi escritorio para volver a la pequeña cafetería, tirar el plato a la basura y hacerme otro café. La mañana avanza despacio y me da tiempo de hacer la mayor parte de mis tareas antes de la hora de comer, que es cuando me escapo a mi restaurante favorito, al menos en esta zona. Pido la comida y un café.
— ¿Sabes? Dicen que beber mucho café es malo —su voz me sobresalta, pero intento aparentar normalidad y me giro hacia ella—. Y... esto debe de parecerte muy raro, ¿no?
—Depende, ¿cuánta memoria crees que tengo? —pregunto, a pesar de que sé que es un movimiento arriesgado. Nunca me había hablado y yo tampoco tenía intención de hacerlo, pero si ella quiere dar el primer paso...
—Oliver, ojos verdes, demasiado arreglado y de último año —dice, sentándose en la silla que está libre.
—Blair, whisky con cola, de primer año, le gustan mis ojos, es mucho más guapa de lo que recordaba y se esfumó de la habitación en cuanto me metí en el cuarto de baño —respondo con una sonrisa de medio lado.
—Sí, bueno, fue una pena, habías escogido una gran habitación —comenta, apoyando el codo sobre la mesa y la cabeza en su mano.
—Pensé que no te acordabas —confieso, dejando escapar una leve carcajada.
—Y yo pensé que ese serías tú —admite ella, encogiéndose de hombros.
—Eres difícil de olvidar —decimos los dos tras un breve silencio. Enseguida empezamos a reírnos y no pasa desapercibido como alguna que otra persona se gira hacia nosotros, pero no tardan en volver a darse la vuelta.
— ¿La señorita desea algo de comer? —pregunta el camarero, apareciendo de la nada.
—Pide lo que quieras, yo invito —le digo, imitando su postura. Blair vuelve a encogerse de hombros y se pide un plato de pasta con no sé qué salsa que no he probado ni probaré jamás.
—Estoy de vacaciones, por eso me ves todos los días en la oficina —comenta de repente. La verdad es que ni siquiera sé si quería saber eso.
—Yo ya no sé lo que es eso.
—Oye, ¿qué te parece si...? No sé, es decir...
—Iba a salir de fiesta esta noche, pero no me importa cambiar mis planes si prometes no desaparecer de repente —la interrumpo, guiñándole un ojo.
—Palabra de scout —se limita a decir con otra sonrisa. Eso es un sí, ¿no? Pues ha sido más fácil de lo que me esperaba—. Pregunta, ¿es una cita?
— ¿Quieres que lo sea?
—Depende de lo raro que sea decir que sí —responde. Yo le sonrío una vez más y ella parece relajarse.
—Vale, una cita.
Intercambiamos números de teléfono y nuestra comida llega. Charlamos sobre cientos de cosas, nos conocimos más allá de Blair la de primero y Oliver el de los ojos verdes y evitamos hablar de lo que pasó la noche que nos conocimos. ¿Por qué? Es demasiado pronto como para compartir nuestras impresiones sobre lo que pasó en aquel dormitorio. Cuando terminamos y llega la cuenta, ella se apresura a sacar la cartera y yo me estiro para impedirle sacar nada.
—Te lo he dicho, yo invito.
Suspira y guarda la cartera, pago la cuenta y vamos hacia la puerta del restaurante. La verdad es que ya tendría que estar en la oficina, pero no me importa.
—Me alegro de... Bueno, de esto —dice, apartándose con algo de timidez. Vale, eso es raro. No la conozco mucho, lo sé, pero tampoco es que me haya mostrado timidez en algún momento además de ahora.
—Yo también me alegro —respondo con una nueva sonrisa. Ella levanta la mirada e imita mi gesto. Luego, se pone de puntillas y me besa, apoyándose en mi hombro para no caerse. Me sorprende, pero no tardo en tomarla de la cintura y agachar un poco la cabeza para ponérselo un poco más fácil. Nos separamos y ella sonríe.
—Te espero esta noche, ojos verdes.
—Prometo ser puntual, chica de primero.
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In terms of effort/reward ratio, tacos are remarkably high on the list of Extremely Good Foods.
(These ones are carnitas with a riff on salsa borracha - onion, chile, loads of cilantro, fresh orange juice, and beer. Also black beans and avocado. Just ignore the fact that the kitchen bookshelf is currently the only place in my apartment with good enough lighting for photos.)
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JACKFRUIT PIBIL TACO with crispy taro root and slaw & SQUASH BARBACOA TACO with avocado, salsa borracha, radish and chicharron #mexicanfood #jackfruit #tacos #comfortfood #cashewcream #fresh #vegansofig #vegan #plantpowered #plantbased #torontovegan #vegannoms #healthy #whatveganseat #vegto #yyzeats #torontofoodie #foodpicsbruh #nomnomnom #hungry #the6ix #tastetoronto #buzzfeast #instafood #foodphotography #foodgasm #eatingfortheinsta #torontoeats #britanysbites (at Rosalinda Restaurant) https://www.instagram.com/p/BuZRpWrB0OV/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=apwiy135plkh
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