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#políticas represivas
telerealrd · 1 year
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La Administración Biden Reiniciará las Deportaciones Directas a Venezuela para Reducir la Migración Ilegal
El gobierno de Estados Unidos anunció ayer su decisión de reiniciar las deportaciones directas a Venezuela en un intento por reducir los cruces ilegales a lo largo de la frontera sur por parte de migrantes venezolanos, quienes en las últimas semanas han llegado a Estados Unidos en números récord, informaron funcionarios federales el jueves. Durante años, Estados Unidos no llevó a cabo…
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notasfilosoficas · 2 years
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“Vivir bien exige morir bien. Tenemos que aprender a mirar de frente a la muerte”
Octavio Paz
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Octavio Irineo Paz Lozano, fue un poeta ensayista y diplomático mexicano, nacido en la ciudad de México en marzo de 1914. Se le considera uno de los mas influyentes autores del siglo XX y uno de los grandes poetas de todos los tiempos.
A los pocos meses de unirse su padre al ejercito zapatista, su madre lo llevó a vivir a la casa de su abuelo paterno a Mixcoac, un poblado cercano a la ciudad de México, en donde vivieron un tiempo para posteriormente asilarse en Los Angeles con la representación de Emiliano Zapata en los Estados Unidos. Su padre trabajó como escribano y abogado de Emiliano Zapata y estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la Revolución.
Octavio Paz recuerda su imposibilidad para comunicarse, en Los Angeles, fue víctima de burlas por no hablar inglés y después, cuando regresa a México.
Su padre participó como diputado en el movimiento vasconcelista, y aunque Octavio no participó en él, comulgó con el ideal que lo guiaba. Estudió en las facultades de leyes y de Filosofía y letras de la Universidad Nacional, y en 1937 se casó con la escritora Elena Garro abandonando sus estudios para realizar junto con su esposa, un viaje a Europa en donde entraría en contacto con Cesar Vallejo y Pablo Neruda, y en donde fue invitado al Congreso de Escritores Antifascistas de Valencia.
Hasta finales de 1937, permaneció en España en donde conoció a  Rafael Alberti, Antonio Machado y Nicolas Guillen, así como a importantes poetas de la generación del 27. Escribió numerosos artículos en apoyo a la causa republicana.
En 1938, tras regresar de Paris y Nueva York , Octavio Paz vivióen México, en donde colaboró con los refugiados republicanos españoles, especialmente con los poetas del grupo Hora de España.
A finales de 1943, Octavio Paz recibe una beca Guggenheim para visitar los Estados Unidos, y hasta 1953 residió fuera de su país natal. Al concluir la Segunda Guerra Mundial en Paris después de ingresar al servicio exterior mexicano, entra en contacto con Benjamin Péret y establece una gran amistad con André Breton, alejándoselos del marxismo y el existencialismo, y acercarse al surrealismo.
En la década de los 60, regresa al servicio exterior mexicano y es destinado como funcionario en la embajada mexicana en Paris, y de 1961 a 1968 en la embajada de la India, terminando su carrera diplomática en 1968 cuando renunció como protesta contra la política represiva del gobierno mexicano de Gustavo Diaz Ordaz. 
Durante la década de los 70, ejerció la docencia en universidades americanas y europeas y en Mexico funda diversas revistas como Plural y Vuelta.
En 1990 se le concedió el premio Nobel de Literatura como un reconocimiento a su ejemplar trayectoria a las letras hispanoamericanas, reconocimiento que le haría obtener mas tarde los premios Cervantes en 1981 y El Principe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1993.
La vasta producción de Octavio Paz se encuadra en dos géneros: La lírica y el ensayo. Su poesía se adentró en los terrenos del erotismo, la experimentación formal y la reflexion sobre el destino del hombre. En su obra poética, Paz entroncó con la tradición surrealista, el contacto con lo oriental y la alianza entre el erotismo y el conocimiento.
Con el surrealismo descubre el poder liberador de la palabra y con la valoración de lo irracional, la posibilidad de devolverle al lenguaje unas dimensiones míticas.
Octavio Paz muere en abril de 1988 en Coyoacán en la ciudad de México a los 84 años de edad. El escritor había sido trasladado por la presidencia de la República en enero de 1997 ya enfermo, luego de un incendio que destruyó su departamento y parte de su biblioteca en 1996.
Fuente Wikipedia y biografiasyvidas.com
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omg-lucio · 7 months
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Michelina De Cesare (1841-1868), conocida durante su época como La Brigantessa , era una bandida/guerrillera que operaba en el sur de Italia.
Michelina nació en un ambiente muy pobre en Caspoli, en una familia de trabajadores. Se casó en 1861, pero su marido murió apenas un año después, dejándola viuda a la edad de 20 años. En 1862, conoció y se unió a Francesco Guerra, un ex soldado y desertor. Posteriormente el dúo se unió a un grupo de bandidos. Uno de los bandidos afirmaría más tarde que Guerra y Michelina se casaron en una iglesia después de esto, aunque no existen registros de ello.
El llamado "movimiento de bandidos" en el sur de Italia no fue un simple delito, o al menos los bandidos no se consideraban tales. Muchos de estos bandidos se consideraban partisanos que luchaban contra ocupantes extranjeros, siendo este el recién formado reino de Italia en general, y los italianos del norte de manera más específica. Lo más probable es que esto estuviera motivado por lealtades a antiguos gobernantes como Austria o el Reino de las Dos Sicilias, o una respuesta a las políticas represivas y brutales hacia el sur de Italia por parte del nuevo reino de Italia, donde los miembros no hicieron ningún esfuerzo por comprender la situación social y política. y problemas en el sur de Italia, y en su lugar intentar "civilizar" la zona con la fuerza bruta de las armas.
La banda de Michelina llegó a tener 21 combatientes y lucharon como guerrillas, atacando repentinamente y dispersándose después de que terminó la batalla, antes de que el gobierno pudiera reunir una respuesta. A veces actuaban solos y otras cooperaban con otras bandas en la zona de Mignano.
En 1868, el general Emilio Pallavicini fue enviado a acabar con el bandolerismo en la zona, mediante sobornos, amenazas y fuerza logró coger a la banda por sorpresa. Gracias a un espía, Michelina y Guerra quedaron atrapadas mientras dormían. Cuando los soldados atacaron, Michelina intentó escapar, pero murió. Los cuerpos de los bandidos/mafiosos, incluida Michelina y otra mujer, fueron desnudados y dejados expuestos en la plaza central de Mignano como advertencia para la población.
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jgmail · 11 months
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Geopolítica del Cáucaso
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Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El Cáucaso Sur es un dolor de cabeza para Rusia, al igual que el resto de relaciones con todos nuestros vecinos, exceptuando a Bielorrusia.  Únicamente Minsk es confiable, el resto es problemática. Esto es producto de una falta de estrategia clara en los últimos treinta años, pues durante todo este tiempo Rusia ha intentado asumir tres posiciones mutuamente excluyentes:
Integrarnos a la globalización dirigida por Occidente, primero bajo sus condiciones y luego, durante el gobierno de Putin, manteniendo nuestra independencia.
Reforzar nuestra soberanía tanto frente a Occidente como frente a nuestros vecinos.
Desempeñar un papel de liderazgo (imperial) en el espacio postsoviético y facilitar parcialmente, aunque de forma aleatoria, fragmentaria e incoherente, la integración eurasiática.
Nuestro país ha seguido en política exterior tres caminos diferentes que no tienen nada que ver entre sí, lo que nos llevó, con el inicio de la Operación Militar Especial, a una confrontación directa por Occidente por el control del espacio postsoviético. El problema subyace en que todavía somos incapaces de declarar abiertamente nuestros objetivos geopolíticos, aunque es necesario admitir con calma y frialdad que lucharemos hasta la completa rendición del régimen nazi de Kiev y el establecimiento de nuestro control político-militar directo (siendo este el verdadero significado de la desmilitarización y desnazificación) del antiguo territorio de Ucrania. Tal objetivo de por sí afectará nuestras relaciones con todos nuestros vecinos, pues significaría que Rusia no aceptará en sus fronteras Estados y tendencias que promuevan la rusofobia bajo ninguna circunstancia. La geopolítica ha terminado por imponerse a pesar de toda la incoherencia y desorientación en nuestra política exterior. La integridad de cualquier Estado postsoviético solo puede garantizarse en la medida en que se adopte una actitud positiva o neutral frente a Rusia, pues todo intento de ponerse del lado del bando enemigo – y geopolíticamente hablando Occidente es nuestro enemigo axiomático, cualquiera que ignore esto o es un ignorante o un agente encubierto – pondrá en peligro la integridad territorial de su país. Este proceso comenzó en la década de 1990 en Tranistria, Nagorno-Karabaj (en ese entonces Azerbaiyán era dirigido por el gobierno globalista y rusofóbico del Frente Popular), Osetia del Sur y Abjasia. En Tranistria, tal proceso está congelado hasta el día de hoy. Georgia, después de la agresión de Saakashvili, alentada por Soros y las fuerzas globalistas de Bernard-Henri Lévy, conoció la separación de facto de Osetia del Sur y Abjasia. Ahora Armenia, bajo el liderazgo de Pashinián, decidió desafiar a Rusia, mientras que Azerbaiyán prefirió tener una aproximación amistosa. El resultado ha sido la desaparición de Nagorno-Karabaj, que ha dejado de estar bajo el control armenio y ahora está bajo jurisdicción azerí. Kiev en un principio adoptó una posición multilateral, pero el separatismo en Crimea, el Donbass, Jersón y Zaporiyia terminó por imponerse. Una por una, todas estas regiones abandonaron Ucrania después de que sus gobiernos adoptaran una política rusofóbica y una guerra abierta en contra del mundo ruso. De ahora en adelante es probable que ya no vaya a existir Ucrania en absoluto.
Occidente es incapaz de garantizar la integridad territorial de ningún país eurasiático, pues todas sus promesas son fuegos fatuos. Claro, Occidente es capaz de infligirnos graves daños, incluso destruir países enteros, como Ucrania, pero no tiene el deseo de construir, proteger, preservar, crear y organizar nada en tales territorios. Esto mismo se aplica a la región del Cáucaso Sur. Si queremos la integración real del espacio eurasiático primero debemos tener un plan coherente y no únicamente medidas represivas que pueden ser más o menos eficaces. Rusia debe ser proactiva pues, como se ha demostrado en repetidas ocasiones, Occidente no cumple las promesas que hace a los países que adoptan una política rusofóbica directa en contra de Moscú. Occidente busca activamente iniciar conflictos donde no le importa que sus aliados sean desgarrados o destruidos, pues tales vicisitudes le son indiferentes. Rusia, en cambio, tiene mucho que perder, pues sin la amistad entre los pueblos adyacentes a nuestras fronteras es imposible construir algo positivo en las tierras en las que vivimos. Todos los pueblos a nuestro alrededor comparten nuestro destino histórico y las élites traidoras, sobornadas por Occidente, no dejan de actuar contrariamente a nuestros intereses. Si el objetivo de Occidente es abrir un segundo frente en el Cáucaso meridional, especialmente debido al fracaso de la contraofensiva ucraniana, entonces la tiene bastante difícil. Armenia, que hasta hace poco era un aliado ruso, ahora es dirigida por un Pashinián que esta al servicio de Occidente y que incluso estuvo dispuesto a entregar a Nagorno-Karabaj a sus enemigos sin mover un dedo para proteger a sus compatriotas. El actual liderazgo armenio a llevado a su país a la ruina mientras que Occidente colaboró en ello todo lo que pudo. De todas maneras, gente como Pashinián viene y va, pero su pueblo permanecerá. ¿Acaso los rusos aceptaremos que Armenia siga el mismo camino sangriento que siguieron Libia, Irak, Siria y Ucrania? Es totalmente improductivo quedarnos parados esperando a que los armenios despierten y se den cuenta del desastre al que los ha llevado su gobierno. Ellos no van a despertar nunca y solo se dedicarán a gritar consignas preparadas por Soros mientras queman sus pasaportes frente a las embajadas rusas. Esta es solo la demostración más evidente del incendio que se avecina en el Cáucaso.
Ahora bien, muchos temen que Turquía, la cual se considera a sí misma como la mayor beneficiaria de la victoria de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj, comience a llevar a cabo una política cada vez menos amistosa en contra de Rusia en el Cáucaso Sur. Tales preocupaciones son exageradas, pues Turquía esta interesada en estos momentos en reforzar y conservar su soberanía en el Mediterráneo Oriental, que era la zona controlada por el Imperio Otomano. Ankara únicamente mira hacia el Cáucaso y el mundo turco eurasiático cuando Estados Unidos y la OTAN la presionan para hacerlo. Turquía no es un antagonista directo de Rusia en el Cáucaso Meridional, pero en caso de que estalle una guerra abierta se salvará el que pueda. Como sea, es obvio que nos encontramos en una situación delicada y Occidente hace todo lo posible para abrir un segundo frente. Si este escenario se hace realidad, debemos estar preparados para reaccionar: muchas veces lo hacemos bien y los cálculos de nuestros enemigos terminan por derrumbarse o tener los efectos contrarios. Pasa muy a menudo, pero no siempre. Es por esa razón que no debemos perder tiempo y empezar a planificar estrategias coherentes y agresivas: ¿qué queremos en el Cáucaso Sur y qué estamos dispuestos a hacer para implementar nuestros planes? Esto último implica que debemos tomar una decisión sobre el espacio postsoviético: si queremos que sea un lugar amistoso y fraterno o incluso neutral, tenemos que hacer lo posible para que se cumplan nuestros objetivos, porque de lo contrario no llegaremos a nada. Ha llegado la hora de que Rusia pase a la ofensiva no solo en Ucrania o el Cáucaso Sur, sino en toda Eurasia. Para ello necesitamos pensar en un realismo ofensivo con planes, análisis y acciones sobrias que tomen en cuenta nuestros intereses.
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juanjoseojedadiaz · 1 year
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Manuel Isidro Molina advierte: La educación en Venezuela víctima de una década de política irresponsable
Caracas 05/10/23. (PS).- Manuel Isidro Molina, presidente del Movimiento Popular Alternativo, (MPA) y candidato independiente a la presidencia de la República, advirtió este jueves que los venezolanos, “sufrimos una tragedia histórica que nadie puede ocultar y el sistema educativo nacional no escapa a esta destrucción sostenida que durante más de una década, se viene produciendo en nuestro país por la responsabilidad de dos bandos políticos insensatos que se han enganchado en una irracional lucha por el poder”.
Explicó que el éxodo de venezolanos, cuantificado por organismos adscritos a las Naciones Unidas en más de siete millones setecientos mil, que “implica la salida del país de aproximadamente un 25 por ciento de la población, también ha impactado el sistema educativo”, asegurando que “una de las grandes mentiras del presidente Maduro y del PSUV es tratar de ocultar el impacto que ha tenido este éxodo sobre el sistema educativo con la fuga de talentos hacia todas partes del mundo y el vaciado de los planteles de maestras y maestros”.
En su opinión, en Venezuela “no ha habido un feliz inicio de clases como ha querido transmitir el gobierno del presidente Maduro y el Ministerio de Educación conducido por la ministro Yelitze Santaella, lo que tenemos es un inicio de clases en el contexto del empobrecimiento general de la educación en Venezuela”.
Denunció que la realidad de la educación venezolana está marcada por una “masiva deserción escolar y docente, reducción de las horas de clase, extinción del Programa de Alimentación Escolar (PAE), además de edificaciones educativas en franco deterioro o en alto riesgo para las comunidades educativas”.
Expresó en nombre de la organización que representa, su solidaridad con los maestros y maestras de Venezuela por las “pésimas condiciones de remuneración y seguridad social a las cuales están sometidas”, agregando que también respaldan las exigencias que hacen los educadores por una contratación colectiva digna, moderna que apoye su desarrollo familiar así como su desarrollo profesional e intelectual. “El gobierno de Maduro y del PSUV está en deuda con los maestros venezolanos”.
Molina recordó que este 5 de octubre es el día mundial del maestro, celebración que se realiza desde 1994 por recomendación de la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (UNESCO) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
Solidaridad con luchadores sociales
Manuel Isidro Molina anunció que el Movimiento Popular Alternativo participará este jueves a las 3pm en una jornada de protesta que se llevará a cabo frente a la Fiscalía General de la República exigiendo el cese de la persecución de los luchadores sociales, gremiales y políticos en Venezuela. “Estamos sometidos a una política represiva por parte del gobierno con la participación abierta del sistema de justicia donde están implicados fiscales del Ministerio Público, jueces, policías, militares a la orden del gobierno del presidente Nicolás Maduro y del PSUV, esto debe cesar”.
El MPA con John Álvarez Peña
El dirigente político deploró la situación del estudiante universitario John Álvarez Peña quien ha sido sometido a torturas en los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana. “Con este joven, estudiante de antropología en la Universidad Central de Venezuela y de Derecho en la Universidad Santa Rosa, se ha visto un ensañamiento carcelario inaceptable, ha perdido bajo tortura, la vista en el ojo izquierdo, tiene lesiones en su pierna derecha y también ha sido golpeado a nivel de los riñones por lo que sus torturadores, deben ser sometidos a la justicia”.
Juan José Ojeda Díaz / Prensa de Solidaridad
Twitter: @juanjoseojeda
Instagram: @juanjoseojedadiaz
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eabm · 11 months
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Los regímenes totalitarios a menudo utilizan el "patriotismo" y el nacionalismo como armas políticas eficaces para consolidar y mantener su poder. Aquí hay un resumen explícito de cómo lo hacen, junto con ejemplos de casos históricos:
Fomento del sentimiento de superioridad nacional: Los regímenes totalitarios tienden a exaltar la superioridad de su nación y su pueblo sobre otros, creando un sentido de orgullo nacional inflado. Esto se logra mediante la promoción de narrativas históricas selectivas y la glorificación de líderes o figuras históricas asociadas con la nación.
Durante el régimen nazi en Alemania (1933-1945), Adolf Hitler promovió la idea de la superioridad de la "raza aria" y utilizó el nacionalismo para movilizar a las masas alemanas en torno a un sentimiento de unidad y grandeza nacional.
Creación de un enemigo común: Los regímenes totalitarios a menudo buscan identificar un enemigo externo o interno para unificar a la población en torno a un objetivo común. Esto puede ser un grupo étnico o religioso, una ideología política o incluso una nación vecina. Al presentar a este enemigo como una amenaza para la supervivencia de la nación, los regímenes totalitarios justifican medidas represivas y restrictivas en nombre de la defensa nacional.
Durante el régimen de Joseph Stalin en la Unión Soviética (1924-1953), se promovió un fuerte sentimiento de patriotismo y nacionalismo soviético para unificar a la población en contra de supuestos enemigos internos y externos, lo que llevó a la represión de disidentes políticos y a la persecución de grupos considerados "traidores a la patria".
Control de la educación y la propaganda: Los regímenes totalitarios ejercen un control estricto sobre la educación y la propaganda para moldear la visión de la historia y la identidad nacional de acuerdo con sus propios intereses. Esto implica la manipulación de los libros de texto, la censura de información crítica y la difusión de mensajes nacionalistas a través de los medios de comunicación controlados por el Estado.
Durante el régimen de Benito Mussolini en Italia (1922-1943), se implementó un programa educativo que exaltaba la grandeza del antiguo Imperio Romano y promovía la idea de que Italia estaba destinada a ser un nuevo imperio. Además, se estableció un fuerte control sobre los medios de comunicación para difundir propaganda que glorificaba a Mussolini y su régimen.
Estos ejemplos ilustran cómo los regímenes totalitarios han utilizado el "patriotismo" y el nacionalismo como herramientas políticas para promover agendas autoritarias y consolidar su poder.
Supresión de la disidencia y la libertad de expresión: Los regímenes totalitarios utilizan el patriotismo como una forma de restringir la libertad de expresión y silenciar a aquellos que critican o cuestionan al gobierno. Cualquier forma de deslealtad percibida hacia la nación o su líder se considera una traición y se castiga severamente
Durante el régimen de Francisco Franco en España (1939-1975), se reprimió cualquier expresión de identidad regional o nacional que desafiara la unidad del Estado español. Se persiguió a aquellos que defendían el derecho a la autonomía de las regiones y se impuso una narrativa única de patriotismo español
Movilización de masas y culto a la personalidad: Los regímenes totalitarios utilizan el patriotismo para movilizar a las masas y crear un fervor colectivo en torno a la figura del líder. A través de eventos masivos, desfiles, rituales y discursos, se busca generar una identificación emocional con el líder y su visión nacionalista.
Durante el régimen de Kim Jong-un en Corea del Norte, se promueve un culto a la personalidad alrededor de la dinastía Kim. Se organizan desfiles y celebraciones patrióticas masivas en honor a los líderes, y se inculca un sentido de devoción y lealtad absoluta hacia ellos.
Utilización del patriotismo como cortina de humo: Los regímenes totalitarios a menudo utilizan el patriotismo y el nacionalismo como una forma de desviar la atención de los problemas internos, los abusos de poder y las políticas ineficientes. Al centrar la atención en la defensa de la nación y en la supuesta amenaza externa, los líderes totalitarios pueden desviar críticas y mantener su control sobre la población.
En la actualidad, algunos regímenes totalitarios podrían utilizar el patriotismo como una forma de distraer a la población de problemas económicos, violaciones de derechos humanos o corrupción interna, presentando a supuestos enemigos extranjeros como la principal preocupación y justificando así medidas represivas.
Estos ejemplos demuestran cómo los regímenes totalitarios manipulan el patriotismo y el nacionalismo para consolidar su poder, suprimir la disidencia y mantener el control sobre la población. Es importante tener en cuenta que el patriotismo en sí mismo no es negativo, pero cuando se utiliza como un instrumento político para promover agendas autoritarias, puede tener consecuencias perjudiciales para la libertad y los derechos individuales.
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DOCILIDAD
https://youtu.be/VLjFBbgU000
Presento el texto base del podcast:
LOS CIUDADANOS “DÓCILES”: ASPIRANTES TAIMADOS A LA DIGNIDAD DE MONSTRUOS
1)
Dado el conflicto, el disturbio, la insurgencia, los historiadores (y el resto de los científicos sociales) inmediatamente se disponen a investigar las “causas”, a polemizar sobre los motivos, a buscar explicaciones, a interpretar lo que se percibe como una alteración en el pulso regular de la Normalidad. Causas de los ‘furores’ campesinos medievales (Mousnier), causas de las ‘revoluciones burguesas’ del siglo XIX (Hobsbawn), causas de las ‘revoluciones de terciopelo’ de 1989 en el Este socialista,... Sin embargo, la ausencia de conflictos en condiciones particularmente lacerantes, que hubieran debido movilizar a la población; los extraños períodos de paz social en medio de la penuria o de la opresión; la misteriosa docilidad de una ciudadanía habitualmente explotada y sojuzgada, etc.; no provocan de igual modo el ‘entusiasmo’ de los analistas, la ‘fiebre’ de los estudios, la proliferación de los debates académicos en torno a sus causas, sus razones...
Se diría que la docilidad de la población en contextos histórico-sociales objetivamente explosivos, bajo parámetros de sufrimiento, injusticia y arbitrariedad a todas luces ‘insoportables’, es un fenómeno recurrente a lo largo de la historia de la humanidad y, en su paradoja, uno de los rasgos más llamativos de las sociedades democráticas contemporáneas. Aparece, a la vez, como un objeto de análisis tercamente excluido por nuestras disciplinas científicas, una empresa de investigación que nuestros doctores parecen tener ‘contraindicada’. ¿Por qué?
2)
Wilhem Reich, en Psicología de masas del fascismo, llamó la atención sobre este hecho: lo extraño, lo misterioso, lo enigmático, no es que los individuos se subleven cuando hay razones para ello (una situación de explotación material que se torna insufrible en la coyuntura de una crisis económica, de la intensificación de la opresión política y de la brutalidad represiva, del germinar de nuevas ideas contestatarias,...), sino que no se rebelen cuando tienen todos los motivos del mundo para hacerlo. Esta era la “pregunta inversa” de Wilhem Reich: ¿Por qué las gentes se hunden en el conformismo, en el asentimiento, en la docilidad, cuando tantos indicadores económicos, sociales, políticos, ideológicos, etc., invitan a la movilización y a la lucha?
Trasplantando su pregunta a nuestro tiempo, grávido de peligros y amenazas de todo tipo (ecológicas, socio-económicas, demográficas, político-militares, etc.), con tantos hombres y mujeres viviendo en situaciones límite -no solo “sin futuro”, sino también “sin presente”- y con un reconocimiento generalizado de la base de injusticia, arbitrariedad, servidumbre y coacción sobre la que descansa nuestra sociedad, podríamos plantearnos lo siguiente: ¿Cómo se nos ha convertido en personas tan increíblemente dóciles? ¿Qué nos ha conducido hasta esta enigmática docilidad, una docilidad casi absoluta, incomprensible, solo comparable -en su iniquidad- a la de algunos animales domésticos y, lo que es peor, a la de los “funcionarios”?
3)
Isaac Babel, corresponsal de guerra soviético, cronista de la campaña polaca desplegada por el Ejército Rojo en torno a 1920, contempla atónito las matanzas gratuitas llevadas a cabo en nombre de la Revolución. Cuarenta soldados polacos han sido detenidos. Los reclutas cosacos preguntan a Apanassenko, su general, qué hacen con los prisioneros, si pueden disparar contra ellos de una vez. Apanassenko, educado en el internacionalismo proletario y en la universalización de la Revolución, responde: “No malgastéis los cartuchos, matad con arma blanca; degollad a la enfermera, degollad a los polacos”. Babel se estremece y mira hacia otro lado. Esa noche escribirá en su diario algo que no será ajeno a su posterior encarcelación y a su fusilamiento acusado de actividades antisoviéticas: “La forma en que llevamos la libertad es horrible”.
Días después se repite la escena, pero ya sin necesidad de que los soldados cosacos pierdan el tiempo preguntando qué deben hacer a su general: degüellan a una veintena de polacos, mujeres y niños entre ellos, y les roban sus escasas pertenencias. A cierta distancia, Apanassenko, que se ha ahorrado la orden, los premia con un gesto de aprobación y de reconocimiento. Babel mira a los cosacos, sonrientes después de la matanza; los mira como se mira algo extraño, indescifrable, algo misterioso en su horror, algo terrible y, sobre todo, enigmático: “¿Qué hay detrás de sus rostros; qué enigma de la banalidad, de la insignificancia, de la docilidad?”, anota, al caer la tarde, en su Diario de 1920.
Yo me pregunto lo mismo, me interrogo por este “enigma de la docilidad” que nos aboca, todos los días, a la infamia de una obediencia insensata y culpable. He mirado a mis ex-compañeros de trabajo, profesores, cosacos de la educación, como se mira algo extraño, indescifrable, algo misterioso en su horror (horror, por ejemplo, de haber suspendido al noventa por ciento de la clase; de haber firmado un acta de evaluación, con todo lo que eso significa: ¿cómo se puede firmar un acta de evaluación, aunque nos lo pida el Apanassenko de turno -“matad con arma blanca”?). Ante las pequeñas ‘unidades’ de profesores, avezadas en ese degüelle simbólico del “examen”, me he preguntado siempre lo mismo: “¿Qué hay detrás de sus rostros; qué enigma de la banalidad, de la insignificancia, de la docilidad?”. Docilidad también del resto de los funcionarios, de tantísimos estudiantes, de los trabajadores, de los pobres...
4)
Recientemente, Daniel J. Goldhagen, en Los verdugos voluntarios de Hitler. Los alemanes corrientes y el Holocausto, ha subrayado, de un modo intempestivo, la culpabilidad de la sociedad alemana en su conjunto ante la persecución y el exterminio de los judíos; ha remarcado la participación de los alemanes ‘corrientes’, afables padres de familia y buenos vecinos por lo demás, gentes completamente normales (como reza el título de un libro de Christopher R. Browning), en todo lo que desbrozó el camino a Auschwitz.
Estos alemanes corrientes, lo mismo que los cosacos de Apanassenko, torturaron y mataron a sangre fría, sin que nadie los obligara a ello, sin necesitar ya el empujoncito de una orden, deliberadamente, en un gesto supremo, y horroroso, de docilidad -seguían, sin más, la moda de los tiempos, se dejaban llevar por las opiniones dominantes, calcaban los comportamientos en boga, se apegaban blandamente a lo establecido... No es ya, como solía decirse para disculpar su aquiescencia, que ‘cerraran los ojos’ o ‘miraran hacia otra parte’ -eso lo hizo, mientras pudo, Babel-: abrían los ojos de par en par, miraban fijamente a los judíos que tenían delante, y los asesinaban. Es un hecho ya demostrado, por Goldhagen, Browning y otros, que estos homicidas no simpatizaban necesariamente con la ideología nazi, no eran siempre funcionarios del Estado (policías, militares,...), no cumplían órdenes, no alegaban ‘obediencia debida’: eran alemanes corrientes, de todos los oficios, todas las edades y todas las categorías sociales, hombres de lo más normal, tan corrientes y normales como nosotros; gentes, eso sí, que tenían un rasgo en común, un rasgo que muchos de nosotros compartimos con ellos, que nos hermana a ellos en el consentimiento del horror e incluso en la cooperación con el horror: eran personas dóciles, misteriosa y espantosamente dóciles. Toda docilidad es potencialmente homicida...
Aquellos jóvenes que, en un movimiento incauto de su obediencia, se dejaron reclutar y no se negaron a realizar el Servicio Militar, cuando la “objeción” estaba a su alcance, sabían, ya que no cabe presuponerles un idiotismo absoluto, que, al dar ese paso, al erigirse en “soldados”, en razón de su docilidad, podían verse en situación de disparar a matar (en cualquier ‘misión de paz’, por ejemplo), podían matar de hecho, convertirse en asesinos, qué importa si con la aprobación y el aplauso de un Estado. La docilidad mata con la conciencia tranquila y el beneplácito de las Instituciones. Goldhagen lo ha atestiguado para el caso del genocidio... En general, puede concluirse, parafraseando a Cioran, que la docilidad hace de los ciudadanos unos “aspirantes taimados a la dignidad de monstruos”.
5)
Sostengo que este enigmático género de docilidad es un atributo muy extendido entre los hombres de las sociedades democráticas contemporáneas -nuestras sociedades. En la forja, y reproducción, de esa docilidad interviene, por supuesto, la Escuela, al lado de las restantes instituciones de la sociedad civil, de todos los aparatos del Estado. Me parece, además, que esa docilidad potencialmente asesina y capaz de convertirnos en monstruos, se ha extendido ya por casi todas las capas sociales, de arriba a abajo, y caracteriza tanto a los opresores como a los oprimidos, tanto a los poseedores como a los desposeídos. No resultando inaudita entre los primeros (empleados del Estado, propietarios, hombres de las empresas,...; gentes -como es sabido- con madera de monstruos), se me antoja inexplicable, sobrecogedora, entre los segundos: docilidad de los trabajadores, docilidad de los estudiantes, docilidad de los pobres,...
Trabajadores, estudiantes y pobres que se identifican, excepciones aparte, con la misma figura, apuntada por Nietzsche: la figura de la víctima culpable. “Víctimas” por la posición subalterna que ocupan en el orden social -posición dominada, a expensas de una u otra modalidad del poder, siempre en la explotación o en la dependencia económica. Pero también “culpables”: culpables por actuar como actúan, justamente en virtud de su docilidad, de su aquiescencia, de su conformidad con lo dado, de su escasa resistencia. Culpables por las consecuencias objetivas de su docilidad...
Docilidad de nuestros trabajadores, encuadrados en sindicatos que reflejan y refuerzan su sometimiento. Desde los extramuros del Empleo, las voces de esos hombres que huyen del salario han expresado, polémicamente, la imposibilidad de simpatizar con el obrero-tipo de nuestro tiempo: “Es más digno ‘pedir’ que ‘trabajar’; pero es más edificante ‘robar’ que ‘pedir’”, anotó un célebre ex-delincuente...
Docilidad de nuestros estudiantes, cada vez más dispuestos a dejarse atrapar en el modelo del “autoprofesor”, del alumno participativo, activo, que lleva las riendas de la clase, que interviene en la confección de los temarios y en la gestión ‘democrática’ de los Centros, que tienta incluso la autocalificación; joven sumiso ante la nueva lógica de la Educación reformada, tendente a arrinconar la figura anacrónica del profesor autoritario clásico y a erigir al alumnado en sujeto-objeto de la práctica pedagógica. Estudiantes capaces de reclamar, como corroboran algunas encuestas, un robustecimiento de la disciplina escolar, una fortificación del Orden en las aulas...
Docilidad de unos pobres que se limitan hoy a solicitar la compasión de los privilegiados como privilegio de la compasión, y en cuyo comportamiento social no habita ya el menor peligro. Indigentes que nos ofrecen el lastimoso espectáculo de una agonía amable, sin cuestionamiento del orden social general; y que se mueren poco a poco -o no tan poco a poco-, delante de nuestros ojos, sin acusarnos ni agredirnos, aferrados a la raquítica esperanza de que alguien les dulcifique sus próximos cuartos de hora...
6)
De todos modos, se diría que no es sangre lo que corre por las venas de la docilidad del hombre contemporáneo. Se trata, en efecto, de una docilidad enclenque, enfermiza, que no supone afirmación de la bondad de lo dado, que no se nutre de un vigoroso convencimiento, de un asentimiento consciente, de una creencia abigarrada en las virtudes del Sistema; una docilidad que no implica defensa decidida del estado de las cosas.
Nos hallamos, más bien, ante una aceptación desapasionada, casi una entrega, una suspensión del juicio, una obediencia mecánica olvidada de las razones para obedecer. El hombre dócil de nuestra época es prácticamente incapaz de “afirmar” o de “negar” (Dante lo ubicaría en la antesala del Infierno, al lado de aquellos que, no pudiendo ser fieles a Dios, tampoco quisieron ser sus enemigos; aquellos que no tuvieron la dicha de ‘creer’ de corazón ni el coraje de ‘descreer’ valerosamente, tan ineptos para la Plegaria como para la Blasfemia); acata la Norma sin hacerse preguntas sobre su origen o finalidad, y ni ensalza ni denigra la Democracia. Es un ser inerte, al que casi no ha sido necesario “adoctrinar” -su sometimiento es de orden animal, sin conciencia, sin ideas, sin militancia en el frente de la Conservación.
Los cosacos dóciles de Babel no ejecutaban a los polacos movidos por una determinación ideológica, una convicción política, un sistema de creencias (jamás hablaban del “comunismo”; era notorio que nunca pensaban en él, que en absoluto influía sobre su comportamiento); sino solo porque en alguna ocasión se lo habían mandado, por un espeluznante instinto de obediencia, por el encasquillamiento de un acto consentido y hasta aplaudido por la Autoridad. Goldhagen ha demostrado que muchos alemanes ‘corrientes’ participaron en el genocidio (destruyeron, torturaron, mataron) sin compartir el credo nacional-socialista, sin creer en las fábulas hitlerianas; simplemente, se sumergían en una línea de conducta lo mismo que nosotros nos sumergimos en la moda...
7)
Ningún colectivo como el de los funcionarios para ejemplificar esta suerte de docilidad sin convencimiento, docilidad exánime, animal, diría que meramente alimenticia: escudándose en su sentido del deber, en la obediencia debida o en la ética profesional, estos hombres, a lo largo de la historia reciente, han mentido, secuestrado, torturado, asesinado,... Se ha hablado, a este respecto, de una funcionarización de la violencia, de una funcionarización de la ignominia...
Significativamente, estos profesionales que no retroceden ante la abyección, capaces de todo crimen, rara vez aparecen como fanáticos de una determinada ideología oficial, creyentes irretractables en la filantropía de su oficio o adoradores encendidos del Estado... Son, solo, hombres que obedecen... Yo he podido comprobarlo en el dominio de la Educación: se siguen las normas “porque sí”; se acepta la Institución sin pensarla (sin leer, valga el ejemplo, las críticas que ha merecido casi desde su nacimiento); se abraza el profesor al “sentido común docente” sin desconfiar de sus apriorismos, de sus callados presupuestos ideológicos; y, en general, se actúa del mismo modo que el resto de los ‘compañeros’, evitando desmarques y desencuentros.
Esta “docilidad de los funcionarios” se asemeja llamativamente a la de nuestros perros: el Estado los mantiene ‘bien’ (comida, bebida, tiempo de suelta,...) y ellos, en pago, obedecen. Igual que nuestro perro condiciona su fidelidad al trato que recibe y probablemente no nos considera el mejor amo del mundo, el funcionario no necesita creer que su Institución, el Estado y el Sistema participan de una incolumidad destellante: mientras se le dé buena vida, obedecerá ladino... Y encontramos, por doquier, funcionarios escépticos, antiautoritarios, críticos del Estado, anticapitalistas, anarquistas,..., obedeciendo todos los días a su Enemigo solo porque este les proporciona rancho y techo, limpia su rincón, los saca a pasear... Me parece que la docilidad de nuestros días, en general, y ya no solo la docilidad funcionaria, acusa esta índole perruna...
8)
Desde el campo de la sicología -sicología social, sicología de la paz, sicología clínica,...- se han aportado algunos conceptos, elusivos y tambaleantes, con la intención de esclarecer este “enigma de la docilidad”, abordado como enigma de la parálisis (no-reacción, ausencia de respuesta, ante el peligro, la amenaza o incluso la agresión).
Partiendo de las tesis de Norbert Elias, que interpreta la civilización de los individuos como formación y desarrollo gradual de un aparato de auto-coerción (un aparato de auto-represión que lleva a los sujetos a no exteriorizar sus emociones, a no desatar sus instintos, a no manifestar su singularidad, a sacrificar su espontaneidad y casi a desistir de expresarse), Hans Peter Dreitzel ha defendido la idea de que “en los países industriales los individuos se encuentran doblemente ‘paralizados’ como consecuencia de la fuerza del aparato de auto-coerción y de la extremada complejidad de las cadenas de acción”. El “hombre civilizado”, vale decir el “hombre de Occidente”, es, desde esta perspectiva, un ser que se auto-reprime incesantemente, de modo que en él, y por ese hábito de la autoconstricción, de la autovigilancia, “la energía para huir o para oponerse está paralizada”(P. Goodman). Esta “parálisis”, esta “falta de energía para huir o para oponerse”, se resuelve al fin en aquella docilidad estulta y casi suicida de los hombres de las sociedades democráticas contemporáneas. En Retrato del hombre civilizado, Emil M. Cioran abundó, por cierto, en esa visión de la Civilización como degeneración, como retroceso, como alejamiento de la base natural, biológica, del ser humano -olvido de nuestra espontaneidad y de nuestra animalidad.
Para Dreitzel, como para Goodman o para Cioran, habría algo terrífico en el “proceso de civilización”; algo siniestro y no-dicho que acudiría justamente por el lado de aquel aparato de autocoerción, por el lado de la parálisis que origina y de la docilidad a que aboca; algo que nos erigiría, como he anotado, en aprendices desapercibidos de monstruos; algo, en fin, que echó a andar en Auschwitz y que aún no se ha detenido -un horror que nos persigue desde el futuro. En palabras de Dreitzel: “Hasta ahora solo se han tomado en consideración las, aún así dudosas, ganancias humanitarias del proceso de civilización; y no sus pavorosos ‘costes humanos’ (...). En este país, Alemania, la cuestión se plantea con toda brutalidad: ¿Es Auschwitz un retroceso momentáneo en el proceso de civilización, o no será más bien la cara oscura del nivel de civilización ya alcanzado? ¿Cuánta coerción internalizada debe haber acumulado un hombre para poder soportar la idea, y no digamos ya la praxis, de Auschwitz?”. La interrogación es perfectamente retórica: Auschwitz solo fue posible -y así lo considera Dreitzel- en el seno de una sociedad altamente civilizada; devino como un fruto necesario de la Civilización Occidental, un hijo predilecto de nuestra Cultura; se desprendió por su propio peso de este árbol de la auto-represión y de la docilidad que llamamos “Capitalismo Liberal”. Auschwitz es la verdad de nuestras democracias, el resumen y el destino de las mismas...
Goldhagen ha hablado de la “responsabilidad individual” de todos y cada uno de los alemanes de ayer en el genocidio (por participación o por pasividad). Karl Otto Apel ha añadido la idea de una “responsabilidad heredada”, como alemán, en todo lo que su pueblo ha podido hacer (“Soy hijo de este pueblo y pertenezco a la tradición socio-cultural e histórica de este pueblo... No puedo negar que soy corresponsable de lo que este pueblo haya podido hacer”). Dando un paso más, y acaso también para no satanizar en exceso a los alemanes (el Diablo no tiene patria: ya se ha globalizado), yo me permito apuntar la corresponsabilidad de todos nosotros, en tanto hombres dóciles, en el Auschwitz que ya conocemos y en los que tendremos ocasión de conocer. En la medida en que consintamos que la docilidad acampe a sus anchas en nuestro corazón y en nuestro cerebro, seremos los padres morales y los artífices difusos de todos los Holocaustos venideros...
9)
Otros psicólogos, como Harry Stuck Sullivan o el americano Ralph K.White, han intentado concretar un poco más los mecanismos psíquicos que acompañan y casi definen la mencionada parálisis del hombre contemporáneo. Y han aludido, por ejemplo, a la autoanestesia psíquica y a la desatención selectiva.
La autoanestesia psíquica permite al ‘hombre civilizado’, que ya ha interiorizado unos umbrales estremecedores de contención, hacerse insensible al dolor derivado de la percepción del peligro, de la constatación de la amenaza -dolor de una comprensión de la iniquidad de lo real-, y al padecimiento complementario de la conciencia de su esclerosis (reconocimiento de aquella “falta de energía” para huir o para oponerse). Autoanestesiado, todo lo acepta: la insidia de lo de ‘afuera’ y la vergüenza de lo de ‘adentro’; las miserias de lo social y su propia miseria de ser casi vegetal, casi mineral, monstruosamente dócil. Todo se admite, a todo se insensibiliza uno, como mucho con una “ligera mezcla de resignación, miedo, impotencia y fastidio” (Lifton).
Por su parte, la desatención selectiva, un mirar a otro lado, desconectar interesada y oportunamente, pretensión de no-ver, no-sentir y no-percibir a pesar de todo lo que se sabe, quisiera “lavar las manos” de la parálisis y de la docilidad cuando el sujeto se enfrenta por fin a las consecuencias de su no-movilización: la atención se concentra en otro objeto, cambiamos de canal perceptivo, hacemos ‘zapping’ con nuestra conciencia. Desatención selectiva por no querer “asumir” a dónde lleva la docilidad... White señala que la desatención selectiva se estabiliza en algunos individuos, ampliando su campo, haciéndose casi general, a través de una sobreatención compensatoria (una atención focalizada obsesivamente sobre un único objeto, o sobre unos pocos objetos), sobreatención de índole histérico-paranoide.
En el caso de los profesores, hombres normalmente dóciles, paralizados, extremadamente civilizados (es decir, auto-reprimidos), cabe observar, en efecto, cómo la desatención selectiva que les lleva a ‘desconectar’, a no querer saber, de su propio oficio (“el tema de la enseñanza no me interesa nada”, me han dicho a menudo), se complementa con una sobreatención histérico-paranoide, un centramiento desaforado y enfermizo, devorador, en algo no-escolar, extraescolar, algo que de ningún modo remite o recuerda a la Escuela: sobreatención a algún ‘hobby’, a algún proyecto (construcción de una casa, preparación de un viaje, estudio de una operación económica,...), a algún interés (afectivo, o sexual, o intelectual, o...), a alguna cuestión de imagen (la línea, el cuerpo, el vestir, los signos de ostentación,...), etc. Como la autoanestesia psíquica no es muy efectiva en el caso de la docencia -el sujeto se expone casi a diario, y durante varias horas, a la fuente de su dolor-, la desatención selectiva (desinterés por la problemática escolar, en sus dimensiones sociológicas, políticas, genealógicas, ideológicas, filosóficas,...) y la sobreatención histérico-paranoide paralela quedan como los únicos recursos para procurar ‘sobrellevar’ la mentira de una tarea envilecedora y la conciencia de que nada se le opone, nada se trama contra ella.
10)
Desde un campo muy distinto, y con unos intereses divergentes, Marcel Gauchet, analista y comentarista de ese otro enigma, ese otro absoluto desconocido (está entre nosotros, pero no sabemos con qué intenciones), que llamamos Democracia Liberal -ya he adelantado que, en mi opinión, los regímenes liberales conducen a una modalidad nueva, inédita, original, de “fascismo”-, ha pretendido asimismo arrojar alguna luz sobre este desasosegante misterio de la docilidad contemporánea.
Gauchet parte precisamente de lo que podemos conceptuar como docilidad de la ciudadanía ante la forma política de la democracia liberal -una docilidad que no significa respaldo firme y convencido, sino mera tolerancia, aceptación desapasionada y descreída. Detecta, incluso, “un movimiento de deserción cívica de la democracia que la abstención electoral y el rechazo hacia el personal político en ejercicio está lejos de medir suficientemente”. En el momento en que el régimen demo-liberal se queda sin antagonistas de peso (por la cancelación del experimento socialista en la Europa del Este), parece también que no convence a la población y que simplemente se ‘soporta’. Gauchet habla de una “formidable pérdida de sustancia de la democracia, entendida como poder de la colectividad sobre sí misma, que explica la atonía, o la depresión, que esta sufre en medio de la victoria”. El aliento que mantiene viva la democracia no es otro que el aliento de la docilidad: como fórmula vigente, consolidada, que de todos modos “está ahí”, se admite por docilidad; pero ya no despierta ilusiones, ya no genera entusiasmo, no suscita verdaderas adhesiones, resueltas militancias. “Si está ahí, y parece que no tiene recambio, que siga estando; pero que no espere mucho de nosotros”: esto le dice el hombre dócil, todos los días, al sistema democrático... Curiosamente, la hegemonía de la cultura democrática se ha acompañado de una despolitización sin precedentes de la población.
Incapaz de amar o de odiar el sistema político imperante, inepta para afirmar o negar una fórmula de la que deserta sin acritud -o que acepta sin convicción-, la ciudadanía de las sociedades democráticas se hunde hoy en una apatía difícil de explicar. Marcel Gauchet busca esa explicación en un terreno equidistante entre lo social y lo psicológico. Consumido en inextinguibles conflictos interiores, corroído por innumerables dilemas íntimos, atravesado por flagrantes contradicciones, el hombre de las democracias -sugiere Gauchet- ya no puede cuestionar nada sin cuestionarse, no puede combatir nada sin combatirse, no puede negar sin negarse. “Lo que combato, yo también lo soy (o lo seré, o lo he sido)”. De mil maneras diversas el hombre contemporáneo se ha involucrado en la reproducción del Sistema; y obstaculizar o torpedear esa reproducción equivale a obstaculizar o torpedear su propia subsistencia. Gauchet menciona el atascamiento, la inmovilización, que se sigue de esos imposibles arbitrajes internos, de esas perplejidades desorientadoras, de esos torturantes dilemas de cada sujeto consigo mismo.
Entre estas contradicciones paralizantes encontramos, por ejemplo, la de aquellos críticos del Estado y del autoritarismo que se ganan la vida como funcionarios o insertos en un aparato o en una institución de estructura autoritaria; la de los enemigos del Mercado y del Consumo que se aficionan a los “mercados alternativos” y a un consumo de élites, de privilegiados (artículos ‘bio’, o ‘eco’, o ‘artesanales’, o de ‘comercio justo’, o...); la de los padres de familia ‘antifamiliaristas’; la de los defensores de la libertad de las mujeres enfermos de celos cuando sus mujeres quieren hacer uso de esa libertad ‘con otros’; la de los antirracistas que no terminan de ‘fiarse’ de los gitanos; etc., etc., etc. La lista es interminable, y ninguno de nosotros deja de aparecer entre los afectados...
Solo se puede luchar de verdad desde una cierta coherencia, desde una relativa pureza; si se consigue que nos instalemos en la inconsecuencia y en la culpabilidad, se nos habrá desarmado como luchadores, se nos habrá desacreditado ante los demás y ante nosotros mismos, se habrá dejado caer sobre nuestra praxis el anatema de la impostura, de la doblez, de la falsía. Por otro lado, “asumidas” dos o tres contradicciones, se pueden asumir todas; cerrados los ojos a dos o tres pequeñas miserias íntimas, se pueden cerrar a la miseria total que nos constituye. La docilidad del hombre contemporáneo se alimenta, sin duda, de este juego paralizador de las contradicciones personales, de este astillamiento del ser a golpes de complicidad y culpabilidad. El individuo que se sabe culpable, cómplice, apoyo y resorte de la iniquidad o de la opresión, dócil por no poder rebelarse contra nada sin rebelarse contra sí mismo, no encuentra para sus conflictos interiores otra salida que la seudo-solución del “cinismo” (percibir la incoherencia y seguir adelante) o la huida hacia ninguna parte de la “negativa a pensar”, del vitalismo ciego, amargo, del sensualismo desesperado... No sé si con estas observaciones de Gauchet, sumadas a las de Dreitzel y otros, el “enigma de la docilidad” se hace un poco menos opaco, un poco menos abstruso. Desde luego, no son suficientes...
11)
Algunos autores asumen esta docilidad de la ciudadanía contemporánea como un hecho incontestable, un factor siempre operante; una realidad casi material que han de incorporar a sus análisis, pero sin ser analizada en sí misma; evidencia que ayuda a explicar muchas cosas, aunque permaneciendo de algún modo inexplicada (¿inexplicable?); cifra de no pocos procesos actuales, que no se sabe muy bien de dónde procede o a qué responde. Calvo Ortega, abordando cuestiones de educación, subraya, en esa línea, el “enorme automatismo del comportamiento social”; y M. Ilardi ha apuntado el “fin de lo social” como cancelación de toda forma de apertura insubordinada al Sistema...
Yo, que tampoco hallo muchas explicaciones a esta faceta dócil del hombre de las democracias, y que me resisto a esquivar el problema mediante la apelación a “conceptos-fetiche” (el concepto de alienación, por ejemplo), quiero remarcar no obstante la responsabilidad de la Escuela en la forja y reproducción de esa rara aquiescencia. Estimo que se está diseñando una “nueva” Escuela para reasegurar la mencionada docilidad, hacerla compatible con un exterminio global de la Diferencia y sentar las bases de una forma política inédita que convertirá a cada hombre en un policía de sí mismo (“neofascismo” o “posdemocracia”). Junto a la docilidad de las gentes, la disolución de la “diferencia” en irrelevante “diversidad” prepara el camino de ese Sistema. Y la Escuela está ya allanando las vías...
*** *** *** *** *** ***
Compuse este texto en 2005, e hizo parte de “El enigma de la docilidad”, obra publicada por Virus en España, Abecedario en Colombia, No ediciones en Chile y Nautilus en Italia, entre otras editoriales.
Tras la pandemia, sometí esas ideas a cierta corrección, señalando el tránsito del Policía de Sí Mismo posdemocrático al Ciudadano Robot contemporáneo, característico del Capitalismo vírico y bélico, necrófilo y necrófago.
El podcast que comparto danza entre esas dos figuras, enlazando las problemáticas abordadas en “El enigma...” con los asuntos de que me ocupé en “La Forja del Ciudadano Robot”, ensayo breve en vías de publicación, en el que se incluye el siguiente fragmento:
Demofascismo optimizado, bajo la rentabilización socio-política de la pandemia
Uno controla a todos (dictadura clásica): desde la cúpula del Gobierno se nos da la orden del confinamiento y la obedecemos.
Todos controlan a uno (vigilancia de la colectividad sobre el individuo): surge la llamada «policía de los balcones» y, de entre los sumisos, muchos denuncian a quienes transgreden la norma.
Uno se controla a sí mismo (auto-coerción, auto-dominación, fin del anhelo de libertad): y cada cual sale de casa sujeto a franjas horarias, a medidas, a plazos, a reglamentos; sale como un robot, algo más que un policía de sí mismo.
Durante mucho tiempo me equivoqué y consideré que estos tres modelos de dominio y opresión eran sucesivos, como por fases, y ahora estábamos en la última, en la del auto-policía.
Hablé del «modelo del autobús» que leí en Calvo Ortega y López Petit: en los autobuses antiguos un empleado picaba el billete de todos los pasajeros (uno los controlaba a todos, dictadura directa); pasó el tiempo y se colocó una máquina para que cada usuario picara el billete por sí mismo, pero bajo la mirada de todos los presentes, por quienes era observado y podía ser denunciado (todos controlaban a uno, coerción comunitaria); por último, se alcanzó el momento en que uno subía a un autobús vacío y, sin presión externa, sin testigos, picaba «libremente» su billete (uno se controla a sí mismo, sujeción demofascista).
Pero hoy se está dando la suma de las tres fases, como si ya no fueran «etapas» sino superposiciones: el Estado que decreta, la ciudadanía que obedece y señala a los disidentes, los individuos que se auto-reprimen y consienten su robotización integral.
Se pudo sacar a los perros; y mucha gente se prodigó en ese paseo fiscalizado, en el que se manifestaba una suerte de ambigüedad civilizatoria: ¿cómo explicar la relación entre un animal doméstico, el ser humano, y otro, el ser canino?, ¿qué puede brotar de la relación entre estas dos servidumbres?
Se pudo sacar a los niños como si fueran perros, y surge una pregunta derivada: ¿qué puede surgir de un paseo conjunto del domesticador y del domesticable?
Ahora, cada persona puede sacarse a pasear a sí misma, en el cumplimiento forzoso de normas, de franjas (¿deberíamos decir «fajas», porque oprimen, molestan y ocultan supuestas fealdades?), de limitaciones sociales y geográficas; y la interrogante es clamorosa: ¿cabe esperar algo de esta suerte de robot, absolutamente programado, aparte de que, ojalá, desaparezca junto al virus del Capital y del Estado?
Durante más de un mes, las gentes de muchas pequeñas localidades se privaron de salir, de pasear, de ir a los campos para recoger sus alimentos (podían, eso sí, ir a la tienda, porque lo primero y lo último sigue siendo el mercado). Y a las autoridades políticas, confiscadoras de libertades, les daba igual que en esas zonas no hubiera contagiados, no hubiera enfermos. A día de hoy, les dicen que ya pueden salir, y entonce salen.
Esto me recuerda una imagen desalentadora, que me asaltó en la ciudad de Alta, en pleno círculo polar noruego… Unas cuantas personas tenían que cruzar una carretera, pero el semáforo para los peatones estaba en rojo. Yo miro a la derecha y a la izquierda, y la vista casi se me desvanece en una llanura tan inmensa: no hay ningún vehículo por ningún lado y es verdad que, en toda la mañana, apenas habían aparecido por allí dos o tres autos. Me dispongo a cruzar, pues, tan tranquilo; y las gentes me chillan, me recriminan, se enfadan conmigo. Regreso entonces al puesto de espera y cruzo con ellas, tras disculparme, cuando el semáforo de los peatones se pone en verde. «Obediencia mecánica olvidada de las razones para obedecer», escribí entonces. Y es lo que está pasando ahora: se nos insta a la obediencia no tanto para superar una crisis sanitaria como para sancionar el auto-aniquilamiento de nuestra autonomía y de nuestra libertad.
Optimización del demofascismo.
Cuando desaparezca el virus, quedará algo peor que toda enfermedad: el Ciudadano Robot.
https://youtu.be/VLjFBbgU000
Pedro García Olivo
www.pedrogarciaolivo.wordpress.com
Alto Juliana de Sesga
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bertucu · 7 days
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UP3: LA ERA DE LAS REVOLUCIONES (1775-1848). María Antonieta, las siete vidas de una reina (4)
Ante la sorpresa casi general, pocos meses después de la celebración del bicentenario de la Revolución Francesa, en noviembre de 1989, caía el muro de Berlín . Y con él, en un efecto dominó, prácticamente todo el bloque socialista de Europa Oriental y la misma Unión Soviética.  
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La “Guerra Fría” había estado muy presente en todos los debates historiográficos y políticos sobre la Revolución Francesa desde el final de la II Guerra Mundial. Por eso no es raro que también tuviera una importancia capital en la conmemoración del Bicentenario de la misma, en 1989. A principios de los 80, la hegemonía de la interpretación marxista y republicana de la Revolución Francesa llevaba años siendo cuestionada por nuevas corrientes "revisionistas" que ya no aceptaban, sin más, la idea de que para formar parte del consenso republicano había que aceptar en bloque la historia y la herencia de la Revolución. Terror incluido.
En esta lucha por la interpretación de la Revolución, unos creyeron ver en aquellos sucesos el precedente de los regímenes totalitarios del siglo XX, identificando la Convención jacobina y el Terror con las purgas estalinistas. Esta es la visión que plasmó en el celuloide un exiliado político, el director polaco Andrej Wajda, en su sobresaliente "Dantón" (1983).
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Otros pusieron el acento en las diferencias entre las distintas fases de la Revolución, distinguiendo una primera, constitucional y reformista, de una segunda, autoritaria y represiva, vinculada al Terror. En general, estos historiadores y publicistas eran muy críticos con el papel que jugó la movilización popular durante el proceso, considerando que había contribuido a desestabilizar el régimen y frustrar la consolidación de una monarquía parlamentaria que habría ahorrado al país casi un siglo de cambios de régimen, revoluciones y guerras civiles.
Y, por último, estaban los que defendían la Revolución como un momento de cambio progresista que alumbró la democracia política, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y anticipó ideas como el Estado del Bienestar, la separación de la Iglesia y el Estado y la enseñanza pública y gratuita.
Todos estos debates están presentes en una lujosa y solvente superproducción franco-europea expresamente producida para conmemorar el Bicentenario de 1789. Titulada simplemente “La Révolution française” (“Historia de una revolución” en España), se concibió como miniserie de tres episodios para la televisión. La dirigieron Robert Enrico y Richard T. Heffron y contó con un reparto en el que destacaban muchos de los actores europeos más importantes del momento.
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La miniserie es muy interesante y está primorosamente confeccionada e interpretada. Si no alcanza la excelencia de otras cintas sobre el tema es, fundamentalmente, por dos razones. La primera -y difícil de evitar- es que se trata de un producto de su época, demasiado deudor de los debates sobre el carácter fallido de la Revolución. En ese sentido, la narración está subordinada a la premisa que ya mostraba "Dantón", es decir, que toda Revolución acaba devorando a sus promotores en un proceso salvaje e incontrolable que culmina en un régimen autoritario. En segundo lugar, su magnífica puesta en escena y diseño de producción acaban dándole a la serie un cierto aire de documental que deja en segundo plano el gran trabajo de los actores.
De interpretar a María Antonieta se encargó la británica Jane Seymour, que ofreció una síntesis de las distintas versiones del personaje que ya hemos visto en entradas anteriores. Es decir, trató de encontrar el equilibrio entre la visión tradicional de la reina como una persona fría, distante y políticamente inepta, y su versión más "cálida" y humana. Y aunque realiza un trabajo más que notable, lo cierto es que su interpretación no alcanza la riqueza de matices de la de Michèle Morgan, ni tampoco aquel distanciamiento “olímpico” que le imprimió Lana Marconi. Lo que sí evita es convertir a la reina de Francia en una víctima propiciatoria y pasiva de los acontecimientos.
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Con el cambio de siglo, dejados atrás los debates ideológicos de la "Guerra Fría" y cuando el triunfo de la democracia liberal "a la occidental" parecía incontestable, la representación de la figura de María Antonieta se va alejando cada vez más de cualquier contextualización histórica y política. El mundo exterior, la misma sociedad francesa sobre la que gobernó, se convirtió en mero decorado o eco que resonaba de vez en cuando en una historia cada vez más volcada hacia lo intimista y lo personal.
Y es que la visión hollywoodiense de los años treinta había encontrado un aliado inesperado en el "posmodernismo" de los años 70 del siglo XX. En lo que respecta a la Historia, este movimiento filosófico y cultural abogaba por eliminar las barreras entre la alta cultura y la cultura popular, defendía la mezcla de referentes y la posibilidad de usar anacronismos y, finalmente, afirmaba que las necesidades del presente debían ser las que dictaran nuestro modo de acercarnos al pasado. En suma, con el posmodernismo la Historia pasaba de ser una disciplina con aspiraciones científicas, a un relato compitiendo con otros relatos que no tenían por qué someterse a los métodos y normas de validación que requería la producción de conocimiento histórico.
Sin embargo, en 2001 esta tendencia todavía no se había asentado plenamente. Y un ejemplo de ello lo tenemos en “El misterio del collar”.
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Esta producción norteamericana, dirigida por Charles Shyer, tomaba como punto de partida una rocambolesca trama conocida como "El escándalo del collar".
Resumiendo mucho, en 1785, un grupo de estafadores logró embaucar al cardenal de Rohan, un adversario de María Antonieta deseoso de volver a disfrutar de su favor, convenciéndole de que podría lograrlo regalándole un valioso collar de diamantes. Aunque la reina era completamente ajena al asunto, la torpeza que cometió la corte al permitir que el "affaire" se ventilara en los tribunales (con toda la publicidad asociada al proceso), colocó a la reina en el ojo del huracán. A pesar del veredicto de inocencia, una parte importante de la opinión pública no lo aceptó, con lo que la reputación de la soberana resultó todavía más dañada.
A María Antonieta le da vida la actriz británica Joely Richardson, que nos la presenta como una figura antipática, vengativa y soberbia. Una caracterización sumamente negativa que contrasta con la comprensión que el film reserva para la protagonista, la estafadora y falsa aristócrata Jeanne de Valois, interpretada por Hilary Swank. La sensación que transmite el film es que, aunque la reina fuera inocente, su final estuvo justificado por su comportamiento autoritario y elitista.
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Pocos años después, en 2006, llegó a las pantallas la que sin duda ha sido la representación decisiva en el estatus icónico que ha adquirido María Antonieta en la cultura popular del siglo XXI, "Maríe Antoinette", de Sofía Coppola. La película bebe de varias fuentes literarias e históricas, como las biografías de los hermanos Gouncourt, Stefan Zweig o la más reciente de Antonia Fraser.
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De todas estas fuentes, merece la pena destacar la influencia en la puesta en escena, el argumento y el diseño de producción de la obra de los hermanos Jules y Edmond de Gouncourt, "Histoire de Marie-Antoinette" (1878). En ella se proporcionaban abundantes detalles sobre la vida y el ceremonial de la corte en Versalles.
“El 19 de mayo el baile de gala tenía lugar en tres galerías tendidas de brocado azul y plata, guarnecidas de columnas de mármol verde claro, de candelabros sostenidos por angelitos con los atributos del amor, de guirnaldas de frutos y de plata, sobre fondo de esmeralda encuadrada de oro. A la salida del baile, el Rey daba la señal para comenzar los fuegos artificiales, que debían celebrarse el 16 y que a mal tiempo había retrasado. Se tiraban primero diez mil cohetes voladores, mil grandes globos de ochenta bombas cada uno, que, en medio de sus fuegos y colores, dejaban ver un templo de Himeneo. Seguía una iluminación encantadora sembrada de delfines luminosos.” Edmond y Jules de Goncourt, "Historie de Marie-Antoinette".
La reina estuvo interpretada por Kirsten Dunst, mientras que a su madre, María Teresa de Habsburgo, la encarnó la legendaria cantante y actriz británica Marianne Faithfull.
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"Marie Antoinette" es una película deslumbrante en este aspecto, muy bien interpretada y con una banda sonora que es, en sí misma, una declaración de principios "posmoderna". Y es que la vida de la reina en Versalles y en el "Petit Trianon" discurre entre afiladas guitarras post-punk, sintetizadores, ambient y pop de los 90.
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Con ello, se busca y se consigue un efecto de distanciamiento basado en el anacronismo musical. Este efecto se refuerza también con la ruptura ocasional de la llamada "cuarta pared", es decir, el diálogo directo de los actores con la cámara/público. Esta técnica se utiliza con otro fin claramente posmoderno, como es el de desmentir "bulos" como la presunta respuesta de María Antonieta a la noticia de que los parisinos pasaban hambre por las malas cosechas.
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De acuerdo con el nuevo espíritu de la época, el contexto histórico y político está prácticamente ausente de la narración. La realidad exterior a Versalles y al propio círculo de María Antonieta irrumpe en contadas ocasiones, y sobre todo al final de la película, devolviéndonos así a la visión hollywoodiense de la reina como juguete de un destino que no controla.
Por otra parte, la María Antonieta de Coppola es una persona creativa y enérgica. Nos la muestra interesada en el arte y la música, siendo capaz de convertirse en "árbitro de la elegancia" e intervenir en el diseño y remodelación de su propio espacio en Versalles.
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La transición entre su etapa juvenil y casi carnavalesca y la madurez, viene determinada por la maternidad. Esta nueva condición de María Antonieta también se nos presenta de manera muy posmoderna, combinando las concepciones tradicional y moderna de la maternidad.
El gran éxito de la visión de Sofía Coppola a la hora de fijar la imagen de María Antonieta, no impidió que en Europa se rodaran cintas que se resistían a abandonar el contexto político e histórico a la hora de abordar su vida, aunque siempre subordinado a la perspectiva intimista y personal que había impreso la directora norteamericana al personaje. Un ejemplo claro de esto lo tenemos en “Adiós a la Reina”, de Benoît Jacquot (2012). En ella se retoma la imagen de frialdad y falta de inteligencia política, pero como elementos secundarios de una narración más interesada en abordar la cotidianidad en el palacio de Versalles y la vida sentimental de la reina, interpretada por la surafricana Diane Kruger.
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Finalmente, y aunque es pronto para sacar conclusiones, la última producción que aborda la vida de la más popular de las reinas francesas es la serie de televisión "Marie Antoinette" (2022), creada por Deborah Davis, guionista de otra afamada película de época con una soberana como protagonista, "La favorita", centrada en la relación entre Sarah Churchill, duquesa de Marlborough y la reina Ana Estuardo.
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En este caso, la reina está interpretada por la alemana Emilia Schüle y, por lo que se ha podido ver en los 8 episodios de la primera temporada, sigue muy de cerca la visión ofrecida por Sofía Coppola en su icónico film de 2006. Esto es algo evidente, por ejemplo, en la importancia que da a los enfrentamientos con su familia de acogida, el choque de costumbres entre la corte versallesca y la Habsburgo, la importancia de la relación con su madre, María Teresa, el ascendiente de la marquesa de Polignac y la princesa de Lamballe, etc. Y aunque el contexto histórico y político está más presente, sobre todo debido a las intrigas cortesanas para nombrar primer ministro, sigue siendo un elemento accesorio con respecto a la vida sentimental y personal de la reina y al asfixiante orden de Versalles.
El hecho de ser una serie de televisión da pie a pensar que va a tener más libertad y posibilidades para desarrollar tramas y personajes que el formato cinematográfico con el que se enfrentaron sus predecesores a la compleja personalidad y significado histórico y político de María Antonieta. Veremos.
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ferrolano-blog · 14 days
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"Nosotros, los artistas, escritores y académicos judíos abajo firmantes que vivimos en Alemania, escribimos para expresar nuestra profunda preocupación por la resolución del Bundestag: «Nunca más es ahora: Proteger, preservar y fortalecer la vida judía en Alemania»... El actual proyecto de resolución es peligroso. Enfriará la libertad de expresión, aislará a Alemania del resto del mundo democrático y pondrá aún más en peligro a las minorías étnicas y religiosas, en particular a nuestros vecinos árabes y musulmanes, que ya se han convertido en blanco de una brutal violencia policial... asociará a todos los judíos con las acciones del gobierno israelí, un conocido tropo antisemita... El actual proyecto de resolución pide al gobierno federal y a los estados federados de Alemania que elaboren nuevas normativas para restringir los fondos públicos destinados a proyectos artísticos considerados antisemitas, y que creen nuevos puestos disciplinarios para imponer nuevas sanciones dentro de las universidades por antisemitismo en las aulas y en el campus... El borrador se fija en los artistas, los estudiantes y los inmigrantes como los autores más peligrosos de antisemitismo en el país, sugiriendo que la amenaza más urgente para los judíos proviene de las personas asociadas con la política de izquierdas y de las que vienen de fuera de Alemania. Se trata de una distorsión malintencionada de la realidad, que se basa en la falsa fusión de antisemitismo y cualquier crítica al gobierno israelí. Como judíos, rechazamos especialmente la sugerencia de la resolución de que el antisemitismo ha sido importado por los inmigrantes a Alemania, cuna del nazismo. Está claro que la inmensa mayoría de los delitos antisemitas tienen su origen en la extrema derecha alemana, un hecho confirmado desde hace tiempo por las estadísticas federales. Es una prueba de que Alemania aún no ha superado su pasado... Esta resolución promueve la idea de que Alemania sólo puede ser segura para los judíos a través de medidas represivas antidemocráticas. Pero siempre es un error abandonar los principios democráticos por un beneficio político a corto plazo. Los líderes alemanes, en particular, deberían saberlo mejor"
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acapulcopress · 22 days
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La Guerra Sucia y la impunidad del Estado
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Una de las épocas más obscurantistas que se ha vivido en el estado de Guerrero, es conocida como “La Guerra Sucia”, comprendida entre 1965-1990, cobrando un incuantificable número de víctimas mortales y desaparecidos, atribuidos al Estado Mexicano, a través de sus órganos represivos de inteligencia militar y política. Esa etapa represiva también se sufrió en Chiapas, Durango, Jalisco, Sinaloa, Veracruz y el Distrito Federal, en contra de dirigentes, militantes y simpatizantes, por parte del régimen político transexenal. Especialmente, en Guerrero, se desencadenó una feroz embestida policíaco-militar, a partir del levantamiento armado del profesor Genaro Vázquez Rojas, líder fundador de la
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Asociación Cívica Guerrerense (ACG), opositora al gobierno del general y defenestrado gobernador, Raúl Caballero Aburto. La organización política se transformó en la Asociación Cívica Nacional Revolucionara (ACNR), bajo la dirección del comandante guerrillero, Genaro Vázquez Rojas, cuyo centro de operaciones militares se circunscribía a la Sierra Madre del Sur, en las montañas cafetaleras de Atoyac de Álvarez, donde se dieron diversas confrontaciones con el Ejército Mexicano, con bajas en ambos lados. “Lograr la liberación de México y una patria nueva, o morir por ella”, fue la consigna y lema de la ACNR. En la época de los años 60´s, también se había remontado a la sierra y alzado en armas, el profesor Lucio Cabañas Barrientos, dando origen al Partido de los Pobres y a la “Brigada Campesina de Ajusticiamiento”, que se confrontó con las fuerzas armadas en varias ocasiones. En medio de este ambiente hostil tuvo su origen “La Guerra Sucia”, promovida y auspiciada desde las altas esferas militares y políticas, que ordenaron la muerte o desaparición de miembros de la guerrilla, familiares, amistades o simpatizantes de la ACNR o Partido de los Pobres. Con estos antecedentes cobra relevancia el Informe Final “Fue el Estado” (1965-1990), del Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (MEH), de la Comisión de Verdad y Justicia, creado exprofeso por el presidente Andrés Manuel López Obrador, a finales de 2021. El Informe Final detalla una diversidad de violaciones a los derechos humanos, destacando “los vuelos de la muerte”, mediante aviones o helicópteros arrojaban al mar a personas con vida, o asesinadas previamente, responsabilizando de los hechos, a los generales Enrique Cervantes, Humberto Quirós Hermosillo y a Mario Arturo Acosta Chaparro. El MEH responsabilizó al Estado Mexicano de la política de contrainsurgencia ejecutada por autoridades e instituciones públicas que operaron de “manera sistemática y generalizada” la represión, “a una amplia gama de disidencia” pero que “no se limitó a personajes políticos”, pues alcanzó a diversos sectores de la población. En suma, “se acotaron todos los canales de participación política, tanto las vías armadas como civiles de quienes buscaron cambiar el país, fueron víctimas de violaciones a los derechos humanos y sufrieron la persecución del Estado”. “Se llevó a cabo una doctrina de seguridad nacional cuya tesis era que el enemigo interno se tenía que aniquilar” y se aplicó un “disciplinamiento social”, guiado por el lema del Estado: “No hay más camino que el nuestro”. Marea Baja.- Ya no se sabe si es en serio o en broma, cuando califican a la alcaldesa Abelina López Rodríguez, como la segunda mejor presidenta municipal del país, por la empresa encuestadora CE Research, solo por debajo del alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuellar. En últimas épocas las encuestas han perdido credibilidad, por estar diseñadas y aplicadas al mejor postor, como podría ser el caso, porque a pesar que “la tía Abe” ganó por abrumadora mayoría amparada por la candidatura de Claudia y MORENA, no goza de la simpatía de los acapulqueños, como se puede comprobar a la vuelta de la esquina. Marea Alta.- La rebatinga por la coordinación de MORENA, en el Congreso del Estado, a todo su esplendor. Los grupúsculos al interior del partido guinda se disputan el control y presupuesto legislativo, como cosa de comer. La actual coordinadora Citlali Calixto, busca quedarse por otros tres años, Jacinto González, además de presidir el partido, pretende otra nueva cachucha con la JUCOPO, el felixista Jesús Uriostegui, se perfila como el más fuerte aspirante; y Pablo Amilcar Sandoval Ballesteros, quiere a como dé lugar, obtener la ansiada coordinación legislativa, apoyado por el mismo personaje que le otorgó la diputación local en el TRIFE, cuando ya disfrutó las mieles de ese poder, donde pasó de noche. Maremoto.- Las pasiones se han desbordado al interior de MORENA, ante la eventualidad de que el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, se incorpore a ese partido, aunque éste no ha dicho la última palabra. La reciente Asamblea Estatal de Izquierda Progresista de Guerrero (IPG), encabezada por el ex mandatario, despertó una serie de especulaciones en torno al rumbo que habrá a seguir, al desprenderse del PRD, esa organización política que ahora se constituyó como Asociación Civil. En MORENA hay más expresiones favorables que en contra, para que Aguirre Rivero, se vista de guinda con miras al 2027. www.acapulcopress.com Read the full article
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noxeus · 1 month
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Crisis democrática
La crisis de Venezuela muestra lo difícil que es garantizar los derechos humanos y la democracia
Monica Herz, Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (PUC-Rio) y Andrea Ribeiro Hoffmann, Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (PUC-Rio)
El resultado de las elecciones en Venezuela no fue precisamente una sorpresa. Anunciado el 29 de julio por el Consejo Nacional Electoral, al día siguiente de los comicios, señalaba como ganador al actual presidente Nicolás Maduro, con cerca del 51 % de los votos. La trayectoria de los últimos meses ha dejado claro que el gobierno no estaba dispuesto a respetar uno de los principios básicos del régimen democrático: la lógica de la circulación de las élites dirigentes. Sin embargo, el resultado crea una situación política compleja con efectos globales y regionales.
Con la inhabilitación de María Corina Machado, exdiputada por el partido Primero Justicia, el diplomático de carrera Edmundo González Urrutia, miembro de la coalición Mesa de Unidad Democrática, asumió el liderazgo de la oposición. A pesar de su menor perfil político, se le consideró ganador hasta los sondeos a pie de urna.
La forma en que se anunció el resultado, haciendo caso omiso de los protocolos, y sobre todo la reacción del gobierno ante dudas legítimas, confirmaron los temores. La investidura presidencial está prevista para el 10 de enero, pero la oposición sigue sin aceptar el resultado y ha puesto a disposición copias de las actas que demostrarían el fraude.
La disputa se centra en el resultado de las elecciones y las actas se han convertido en su símbolo. Las manifestaciones en las calles ya han provocado muertos y detenciones. Maduro anunció que María Corina y González habían pirateado el sistema electoral y que debían entregarse.
La maquinaria represiva del Estado venezolano (que avanza más rápido que los procesos de negociación y presión internacional), combinada con una oposición que se ha mostrado movilizada y representativa, señalan un camino turbulento.
El resultado de las elecciones venezolanas forma parte de un largo proceso de fragilidad democrática que ha marcado no sólo la política nacional sino también la regional. La polarización política, especialmente tras la elección de Hugo Chávez en 1999, ha estado en el centro de las relaciones bilaterales y multilaterales en América Latina y el Caribe, con un gran impacto en la cooperación regional y los proyectos de integración.
Los mecanismos de promoción y protección de la democracia –como las comisiones electorales y las cláusulas democráticas– y de mediación y resolución de conflictos se han erosionado y han perdido legitimidad.
Actualmente no existen en la región mecanismos institucionalizados para hacer frente a las crisis políticas. Las iniciativas ad hoc, como el Acuerdo para la Promoción de los Derechos Políticos y las Garantías Electorales y para la Garantía de los Intereses Vitales de la Nación, firmado el 17 de octubre de 2023 en Barbados (Acuerdo de Barbados), han sido ineficaces.
La polarización política es un fenómeno global. Aunque el auge de la extrema derecha es el fenómeno más reciente, Venezuela es un caso ejemplar de autoritarismo de izquierdas, donde el discurso de la inclusión se ha convertido cada vez más en mera retórica con el paso de los años. Los elementos emancipadores del proyecto chavista se ven superados por estas prácticas represivas y autoritarias. Las elecciones son a menudo un procedimiento formal que mantienen los gobiernos sólo para legitimar su permanencia en el poder.
La reacción internacional a las elecciones indica cómo la crisis ha adquirido proporciones globales en el actual contexto de disputa hegemónica e intensificación de los conflictos geopolíticos. Por un lado, EE. UU. y la Unión Europea no han reconocido el resultado y exigen la presentación del acta electoral, basándose en el dictamen de la comisión de observación electoral del Centro Carter y, más recientemente, en el informe preliminar del Grupo de Expertos de la ONU, publicado el 14 de agosto.
Por otra parte, China, Rusia e Irán reconocieron inmediatamente la victoria de Maduro, lo que indica una división definitoria en disputa. Algunos apuntan a una división Norte/Sur, otros entre países democráticos y autoritarios, otros entre zonas de influencia de China o Estados Unidos.
En la región de América Latina y el Caribe, prevalece la división político-ideológica: Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras reconocen la victoria de Maduro, mientras que Chile, Uruguay y Costa Rica, entre otros, señalan fraude. Brasil, Colombia y México intentan mediar en la situación de forma colectiva.
Alicia Bárcena, exsecretaria general de la CEPAL, busca la mediación de EE. UU. Colombia se ve especialmente afectada por los flujos migratorios y de refugiados, así como por las relaciones de Maduro con los grupos paramilitares.
Para el gobierno de Lula en Brasil, cuyo objetivo en política exterior es recuperar el liderazgo regional, el desafío es enorme, ya que el desacuerdo sobre la cuestión venezolana impregna la coalición interna construida para derrotar a Bolsonaro.
La crisis que se ha generado es, por un lado, expresión de la fragilidad de las instituciones globales y regionales para tratar temas de la agenda democrática y de derechos humanos; por otro, le afecta la ausencia de estos mecanismos.
En innumerables casos a lo largo de las últimas décadas, las instituciones internacionales han podido contribuir en situaciones en las que la legitimidad de las instituciones nacionales era débil o inexistente. La supervisión electoral extensiva es un claro ejemplo de ello. Los derechos humanos son un pilar central que puede limitar el uso de la violencia.
La reconstrucción de instituciones regionales robustas, como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Unión Africana (UA), con agendas que tengan un impacto real en la vida social y que permitan generar consensos mínimos para la acción internacional, es hoy claramente necesaria.
De esta manera, la región podría continuar su camino de contribuir a la construcción de la gobernabilidad global y, al mismo tiempo, evitar que América Latina se vea envuelta en la disputa sistémica entre Estados Unidos y sus aliados, y China y sus aliados.
Monica Herz, Professora Titular do Instituto de Relações Internacionais, Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (PUC-Rio) y Andrea Ribeiro Hoffmann, Professora associada no Instituto de Relações Internacionais, Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (PUC-Rio)
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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masvenezuela2 · 1 month
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María Verdeal: Garantías constitucionales están suspendidas "de facto"
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La vicepresidenta nacional del MAS, María Verdeal, advirtió que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no tiene competencia constitucional para totalizar los resultados de la elección presidencial del 28 de julio.
Recordó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) es un poder público autónomo y, por tanto, es el ente facultado para realizar las auditorías (hoy paralizadas) y emitir los resultados de forma discriminada por cada centro de votación.
“Además de ser inconstitucional, es imposible que el TSJ pueda hacer ese peritaje y sin totalización no puede hacerse ni adjudicación ni proclamación".
La dirigente política y también abogada, indicó que la pretensión del poder judicial de emitir una sentencia definitiva sobre los resultados electorales no resolverá la compleja crisis política que atraviesa el país, sino que afianzará el conflicto, afectando la gobernabilidad y la paz de todos los venezolanos.
Verdeal condenó la ola represiva que se ha desatado en el país con la llamada "unión cívica, militar y policial", la cual ha arrojado, según el Foro Penal, 1.305 personas detenidas, entre ellas, 117 adolescentes de 14 a 17 años, 172 mujeres, 14 indígenas y 16 personas con discapacidad.
“Estas son las cifras de paz que anuncia el gobierno de Nicolás Maduro”.
Deploró que las personas detenidas, en su mayoría jóvenes provenientes de sectores populares, estén siendo juzgadas por terrorismo y asociación para delinquir, delitos que no tienen ningún beneficio procesal. Denunció, asimismo, que se están llevando a cabo detenciones y allanamientos sin la orden de un tribunal, impedimentos para la defensa privada, audiencias telemáticas, anulación de pasaportes, extorsiones y cierre de medios informativos.
“Las garantías y demás principios consagrados en la Constitución Nacional están suspendidos de facto y no lo podemos permitir. Tenemos que alzar la voz y exigir el cumplimiento de la carta magna".
Con respecto a la detención de los dirigentes políticos de oposición, Américo de Grazia y Williams Dávila, la representante de la tolda naranja señaló que no se respetó el debido proceso, el derecho a la defensa ni la presunción de inocencia. Alertó que el modus operandi de los funcionarios gubernamentales es desaparecer a los detenidos y no dar a conocer el lugar de reclusión.
La especialista en leyes hizo un llamado a los diferentes sectores del país a rechazar todas las acciones represivas que ejecuta el gobierno de Maduro, conjuntamente con los organismos de seguridad del Estado, por el hecho de que la población exija transparencia sobre lo sucedido la noche del domingo 28 de julio.
“Así no se construye la paz. El gobierno abusa de su poder para seguir apresando a los venezolanos".
Por último, la vicepresidenta del MAS cuestionó el calificativo que ha dado el gobierno nacional a México, Brasil y Colombia, tildándolos de “izquierdas transnochadas”, al igual que los epítetos contra el Centro Carter por sus declaraciones sobre el desarrollo y resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela.
Prensa/MAS
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metropolicaradio · 4 months
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stickycandygladiator · 4 months
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Museo de la Memoria
El Museo de la Memoria fue creado en 1998 a través de una ordenanza del Concejo Municipal de Rosario, con la misión de reconstruir y transmitir la memoria colectiva sobre el genocidio perpetrado por la última dictadura militar entre 1976 y 1983 mediante el despliegue del terrorismo de Estado sobre toda la sociedad argentina, y comprender sus profundas raíces históricas como así también sus consecuencias en el presente. Todo ello, con el objetivo de fortalecer los valores democráticos en nuestra comunidad, promover la cultura de los Derechos Humanos y construir garantías de no repetición en nuestra región, en el país y en Latinoamérica. Su acervo incluye material de diverso tipo que informa acerca de las violaciones a los derechos humanos en América latina y el mundo, especialmente sobre el accionar del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico militar en la Argentina.
Desde diciembre de 2010, en su sede definitiva –edificio ocupado en el pasado por el Comando del II Cuerpo de Ejército–, el Museo ofrece al público una sala de muestra permanente, con obras diseñadas por destacados artistas de la ciudad de Rosario, y otra de exposiciones temporarias. También cuenta con un centro documental, un centro de estudios, una biblioteca especializada con más de 3.500 volúmenes y publicaciones periódicas, un área de extensión educativa y una de extensión territorial, un espacio de orientación jurídica y un auditorio con capacidad para más de 120 personas.
El Museo de la Memoria de Rosario es una de las instituciones pioneras en América latina en el tratamiento del tema de las memorias post-genocidas y ha logrado configurarse como un verdadero referente en su tipo en la escena nacional e internacional.
Es miembro de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, de la Red Federal de Sitios de Memoria, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y de la Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y Caribeños (RESLAC), entre otras instituciones. Asimismo, las y los trabajadores del Museo integran la Red de Trabajadores de Sitios de Memoria.
El edificio
Está emplazado en la esquina de las calles Córdoba y Moreno, frente a la plaza San Martín, la Facultad de Derecho, a cien metros de la ex Jefatura de Policía provincial y a doscientos del ex Centro Clandestino de Detención conocido como Servicio de Informaciones, lugar de reclusión, tormento, muerte y desaparición de miles de hombres y mujeres.
Este edificio, conocido originalmente como Casa de los Padres, fue proyectado por el arquitecto Ermette De Lorenzi y construido por el ingeniero José Spirandelli en el año 1928. La casona dejó de ser utilizada como residencia familiar hacia finales de la década de 1940. A partir de ese entonces la residencia tuvo diferentes usos: sede del poder militar –allí asentó su base burocrática y operativa el Comando del II Cuerpo de Ejército a lo largo de más de 25 años–. En 1983, con la recuperación de la democracia, el edificio pasó de estar próximo a la demolición a ser utilizado con fines gubernamentales, primero, y comerciales hasta marzo de 2010.
En sus espaciosas y luminosas salas, el Ejército diseñó y llevó a cabo –en estrecha colaboración con la Policía provincial y diferentes estamentos de la sociedad civil– el plan de persecución y exterminio que se desplegó sobre seis provincias de la Argentina. Este edificio, fue sitio obligado de peregrinación de familiares de detenidos-desaparecidos, quienes llegaban hasta sus puertas con la esperanza de obtener alguna respuesta acerca de la suerte corrida por sus seres queridos, arrebatados de su lado por las fuerzas represivas.
El espacio reinterpretado
En su trabajo de construcción de un relato, el Museo de la Memoria convocó a algunos de los más reconocidos artistas de Rosario para intervenir el espacio museístico alrededor de ciertos ejes temáticos. Así, con la mediación del arte y la literatura, la escena del Museo narra la historia política desde el presente, proponiendo un lugar de interpretaciones en el que el público participa a través de sus sentidos y su reflexión. Un espacio que propicia el diálogo intergeneracional en la tarea de crear memorias colectivamente.
Dante Taparelli, Norberto Puzzolo, Daniel García, Graciela Sacco, Federico Fernández Salaffia, Lucrecia Moras, Silvio Moriconi, acompañados por equipos de Memoria Abierta y por los arquitectos Alejandra Buzaglo y Gonzalo Conte, desandan la historia de la violencia de Estado en América, rearman testimonios de la lucha por los derechos humanos, reconstruyen el mapa de los campos de concentración en el país, redibujan la gesta de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, entre otras intervenciones que dan por resultado los espacios Memora, Lectores, Reconstrucciones, Ronda-La Ardiente Paciencia, Evidencias, Pilares de la Memoria, Justicia Perseguirás y Entre Nosotros. 
Más que un Museo, una política pública de memoria
Nuestra tarea consiste en construir unas memorias que no sean objeto de contemplación y consumo, sino un trabajo de elaboración, que ensanche temporalmente el espacio de la experiencia, permitiéndole a las nuevas generaciones conectar con las experiencias de las anteriores y a éstas con las nuevas demandas de las juventudes, reponiendo el futuro como construcción colectiva e intergeneracional. Con este norte, el Museo de la Memoria ha generado una estructura organizacional en la que resaltan áreas que aportan a esta misión, a los objetivos originales de 1998 y a su reinterpretación en el presente. 
Un museo que, además de tener una muestra permanente y muestras transitorias, ofrece cursos de capacitación para docentes y público en general, un servicio de orientación jurídica gratuita para las víctimas de la violencia estatal de la última dictadura, posee un centro de estudios en historia reciente, una reserva de patrimonio artístico, una biblioteca y un centro documental especializados en la temática y que siguen los mayores estándares de conservación; es sede de residencias para estudiantes de Ciencias de la Educación, Psicología, Bibliotecología y Ciencia Política e Historia; sus espacios reciben festivales de distinto tipo, sirve de escenario para recitales de música, obras de teatro y proyección de películas y documentales; organiza junto a instituciones de la sociedad civil acciones de memoria, verdad y justicia como Teatro por la Identidad; acoge a organizaciones barriales y a jóvenes de la ciudad para investigar, debatir y repensar la situación de los derechos humanos en nuestro territorio y en este tiempo. Un largo recorrido que genera todo un abanico de actividades atravesadas por un norte político: ser una organización pública-estatal que construye memoria, verdad y justicia.
Con este abanico de programas aspiramos a lograr la articulación entre testimonios, archivos, documentos y el arte contemporáneo para transmitir que en Argentina sucedió un genocidio, y que los sitios de memoria son testimonio de ello. Ayudando a comprender un presente post-genocida en el que la vigencia del proyecto social, económico y político de la última dictadura convive con su condena judicial. El Museo debe invitar a que elaboremos esa paradoja para lograr un verdadero Nunca Más.
Córdoba 2019, S2000AXG Rosario, Santa Fe
Ciencias sociales
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
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betanoca · 5 months
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¿Cuál es la historia del equipo de franco en España?
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¿Cuál es la historia del equipo de franco en España?
Origen del equipo de Franco en España
El equipo de fútbol Club Atlético de Madrid, conocido popularmente como el equipo de Franco, tiene su origen en la década de 1940 durante la dictadura de Francisco Franco en España. En aquel tiempo, el equipo jugaba en el Estadio Metropolitano, ubicado en la ciudad de Madrid.
Durante el régimen franquista, el Club Atlético de Madrid fue considerado como el equipo del gobierno, lo que le valió el apodo de "equipo de Franco". Se dice que el equipo recibía ciertos favores por parte del régimen, lo que generó controversia y rivalidades durante ese periodo.
A pesar de su vinculación con el régimen, el Club Atlético de Madrid logró consolidarse como uno de los equipos más importantes de España y a nivel internacional. Sus éxitos deportivos y su popularidad trascendieron las fronteras de España, convirtiéndolo en un referente del fútbol mundial.
Con el paso de los años, el Club Atlético de Madrid ha evolucionado y ha dejado atrás esa asociación con el régimen franquista. Hoy en día, el equipo sigue compitiendo en las ligas nacionales e internacionales, manteniendo viva la pasión y el legado de su historia.
El origen del equipo de Franco en España es parte de la rica historia del fútbol en el país, recordándonos que el deporte y la política a menudo han estado entrelazados en la sociedad española.
Evolución del equipo de Franco en España
Durante los últimos años, el equipo de fútbol de España dirigido por el entrenador Julen Lopetegui ha experimentado una evolución significativa. Tras la salida de Lopetegui, el equipo pasó a estar liderado por el entrenador Luis Enrique, quien ha implementado su propio estilo y filosofía.
Bajo la dirección de Luis Enrique, el equipo de España ha mostrado un enfoque más agresivo y dinámico en el campo de juego. Se ha notado una mayor presión en la defensa y una transición más rápida hacia el ataque, lo que ha llevado a una mejora en el rendimiento general del equipo.
Además, Luis Enrique ha apostado por la juventud y ha dado la oportunidad a nuevos talentos de formar parte del equipo nacional. Esto ha dado como resultado una mezcla interesante de jugadores experimentados y jóvenes promesas, creando una dinámica positiva en el vestuario.
La evolución del equipo de Franco en España también se ha reflejado en los resultados obtenidos en competiciones internacionales. El equipo ha mostrado un buen desempeño en torneos como la Eurocopa y la Liga de Naciones de la UEFA, llegando lejos en ambas competiciones y demostrando ser un rival a tener en cuenta.
En resumen, la evolución del equipo de Franco en España ha sido notable bajo la dirección de Luis Enrique. Con un enfoque renovado y una combinación de experiencia y juventud, el equipo ha logrado un progreso significativo y se perfila como un contendiente fuerte en el panorama futbolístico internacional.
Impacto del equipo de Franco en España
El equipo de Franco tuvo un impacto significativo en la historia de España durante su régimen. Francisco Franco gobernó el país desde el final de la Guerra Civil en 1939 hasta su muerte en 1975, estableciendo un gobierno autoritario que dejó una huella profunda en la nación.
Durante su mandato, el equipo de Franco implementó una serie de políticas represivas que limitaban las libertades civiles y políticas de los ciudadanos. Se llevaron a cabo detenciones arbitrarias, censura de prensa y represión de cualquier forma de oposición al régimen. Esto generó un clima de miedo y control social que perduró durante décadas.
Además, el equipo de Franco promovió una narrativa nacionalista y unificadora que buscaba imponer una versión revisionista de la historia de España. Se fomentó un culto a la personalidad en torno a Franco, presentándolo como el salvador de la nación y silenciando cualquier crítica o discrepancia.
El legado del equipo de Franco sigue siendo objeto de controversia en la actualidad, ya que algunas facciones políticas defienden su figura como un símbolo de estabilidad y orden, mientras que otros lo consideran un dictador responsable de numerosas violaciones de los derechos humanos.
En resumen, el impacto del equipo de Franco en España fue profundo y duradero, marcando a la nación con una herencia que aún se debate y se enfrenta en la sociedad española contemporánea.
Políticas del equipo de Franco en España
Las políticas del equipo de Franco en España fueron definidas por el régimen autoritario que gobernó el país durante casi cuatro décadas. Estas políticas se caracterizaron por su fuerte centralización del poder, la represión de cualquier forma de disidencia política y la imposición de un estricto control sobre la sociedad.
Una de las principales políticas del equipo de Franco fue la represión de cualquier forma de oposición política. Se persiguió a los opositores al régimen, se censuró la prensa y se prohibieron los partidos políticos que no estuvieran alineados con la ideología oficial. Esta represión se llevó a cabo a través de la policía política, conocida como la temida Brigada Político-Social, que se encargaba de detener, torturar y encarcelar a los opositores al régimen.
Otra característica de las políticas del equipo de Franco fue el control absoluto sobre la sociedad. Se impusieron una serie de leyes y normas que regulaban todos los aspectos de la vida de los ciudadanos, desde la educación hasta la religión. Se fomentó un nacionalismo español extremo, que buscaba exaltar la figura de Franco y promover una visión unitaria y uniforme de la sociedad.
En resumen, las políticas del equipo de Franco en España se caracterizaron por su autoritarismo, represión y control absoluto sobre la sociedad. Estas políticas dejaron una profunda huella en la historia de España y en la memoria colectiva de sus ciudadanos.
Legado del equipo de Franco en España
El legado del equipo de Franco en España es un tema que ha sido discutido y analizado a lo largo de los años. Durante la dictadura de Francisco Franco, el equipo que lo rodeaba desempeñó un papel crucial en la implementación y mantenimiento de su régimen autoritario. Este equipo estaba formado por diversos individuos que colaboraban estrechamente con el dictador, apoyando su agenda política y social.
Entre los miembros prominentes de dicho equipo se encontraban políticos, militares, empresarios y líderes religiosos que compartían la visión de Franco y contribuían a la consolidación de su poder. Estos individuos desempeñaron roles clave en la represión de la oposición, la censura de la prensa y la imposición de un control estricto sobre la sociedad española.
El legado de este equipo en España es complejo y controvertido. Por un lado, algunos defienden que su influencia contribuyó a la estabilidad del país durante un período de gran agitación política en Europa. Por otro lado, críticos sostienen que su represión y autoritarismo dejaron secuelas profundas en la sociedad española, que aún se sienten en la actualidad.
En definitiva, el legado del equipo de Franco en España sigue siendo objeto de debate y reflexión, ya que su impacto ha sido duradero y polémico. Es importante analizar y comprender la influencia de este equipo en la historia de España para poder valorar adecuadamente su legado y sus implicaciones en la sociedad actual.
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¿Cuál fue el papel de Franco en el Fútbol Club Barcelona durante su dictadura en España?
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¿Cuál fue el papel de Franco en el Fútbol Club Barcelona durante su dictadura en España?
Influencia de Franco en el FC Barcelona
La influencia de Francisco Franco en el FC Barcelona ha sido un tema de debate y controversia durante décadas. Durante la dictadura de Franco, se impuso una fuerte represión sobre la sociedad catalana y el FC Barcelona no fue la excepción. El club se vio obligado a cambiar su nombre a "Club de Fútbol Barcelona" y retirar la bandera catalana de su escudo.
Franco utilizó al FC Barcelona como herramienta política para promover el nacionalismo español y reprimir el nacionalismo catalán. El régimen de Franco interfería en las decisiones internas del club y limitaba su autonomía. Muchos jugadores y directivos del FC Barcelona sufrieron represalias por parte del régimen, lo que provocó un clima tenso y hostil en el club.
A pesar de la presión política, el FC Barcelona se mantuvo como un símbolo de resistencia al régimen de Franco. La afición culé demostró su apoyo al club en momentos difíciles y la identidad catalana se mantuvo viva a pesar de las adversidades.
Tras la muerte de Franco en 1975, el FC Barcelona pudo recuperar su identidad catalana y restablecer su nombre original. El club se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y la democracia en Cataluña.
En la actualidad, la influencia de Franco en el FC Barcelona sigue siendo un tema de interés histórico y político. El club ha logrado preservar su identidad catalana y se ha convertido en un referente mundial tanto en el ámbito deportivo como en el cultural. La historia de resistencia del FC Barcelona ante la dictadura de Franco sigue siendo un ejemplo de la importancia del deporte en la sociedad.
Relación entre Franco y el FC Barcelona
La relación entre Franco y el FC Barcelona ha sido históricamente conflictiva. Durante la dictadura de Franco en España, el FC Barcelona se convirtió en un símbolo de resistencia al régimen. El club catalán era considerado un bastión de la identidad catalana y se opuso abiertamente al centralismo impuesto por el gobierno franquista.
Franco, por su parte, veía al FC Barcelona como una amenaza a su autoridad y trató de controlarlo mediante diversas medidas represivas. Durante la dictadura, el club sufrió la prohibición de utilizar símbolos catalanes y se vio obligado a cambiar su nombre a Club de Fútbol Barcelona en un intento de eliminar su identidad catalana.
A pesar de la represión, el FC Barcelona continuó siendo un símbolo de resistencia. Muchos jugadores, directivos y aficionados del club se involucraron activamente en la defensa de los valores democráticos y en la lucha por los derechos civiles durante la dictadura franquista.
Tras la muerte de Franco y el restablecimiento de la democracia en España, el FC Barcelona recuperó sus símbolos y su identidad catalana. El club se convirtió en un referente deportivo y social que promovía la diversidad, la igualdad y la libertad.
En la actualidad, la relación entre Franco y el FC Barcelona sigue siendo objeto de análisis y debate. A pesar de las dificultades del pasado, el club ha logrado mantener su compromiso con los valores de la democracia y la libertad, convirtiéndose en un ejemplo de superación y resistencia frente a la opresión.
Historia del FC Barcelona durante la dictadura de Franco
Durante la dictadura de Francisco Franco, el FC Barcelona experimentó un período turbulento y desafiante en su historia. El régimen de Franco buscaba controlar todos los aspectos de la sociedad, incluido el deporte, como una herramienta para promover su ideología nacionalista y centralista.
El FC Barcelona, conocido por su identidad catalana y sus valores democráticos, se convirtió en un símbolo de resistencia contra el régimen autoritario. A pesar de las restricciones impuestas, el club mantuvo su compromiso con la cultura y la lengua catalanas, lo que lo convirtió en un objetivo para el gobierno central.
Durante estos años, el Barcelona enfrentó persecuciones y represiones, con la prohibición de exhibir símbolos catalanes en el estadio y la detención de varios de sus directivos. Sin embargo, el club continuó siendo un refugio para la identidad catalana, sirviendo como un espacio de resistencia y solidaridad para la comunidad local.
A pesar de las dificultades, el FC Barcelona logró mantenerse competitivo en el ámbito deportivo, ganando varios títulos nacionales e internacionales. Estos triunfos no solo fueron celebrados por los aficionados al fútbol, sino que también se convirtieron en actos de resistencia contra la opresión del régimen.
El legado de esta época difícil sigue siendo parte integral de la identidad del FC Barcelona. El club se enorgullece de su papel en la defensa de la cultura catalana y la lucha por la libertad durante los años de la dictadura de Franco, recordando a todos que el deporte también puede ser una poderosa herramienta para el cambio social y político.
Política deportiva de Franco respecto al FC Barcelona
Durante la dictadura de Franco, el FC Barcelona experimentó un período complicado en cuanto a su política deportiva. El régimen franquista intervino de manera directa en la gestión del club, imponiendo restricciones y controlando ciertos aspectos de su funcionamiento.
Franco utilizó el fútbol como una herramienta para difundir su régimen político, buscando proyectar una imagen de unidad nacional a través de los equipos más representativos. En el caso del FC Barcelona, el club catalán era conocido por su identidad y postura política contrarias al régimen franquista, lo que generó tensiones y conflictos.
Bajo el mandato de Franco, el FC Barcelona se vio obligado a adaptarse a las imposiciones del régimen, lo que limitó su libertad y autonomía en la toma de decisiones. Esto se reflejó en la elección de directivos afines al régimen, la supresión de símbolos catalanes en el club y la intervención en la contratación de jugadores.
A pesar de las dificultades impuestas por la política deportiva de Franco, el FC Barcelona logró mantener su identidad y valores, resistiendo las presiones externas. Esta etapa marcó un desafío para el club, que supo mantener su esencia a pesar de las circunstancias adversas.
En conclusión, la política deportiva de Franco respecto al FC Barcelona representó un capítulo complejo en la historia del club, en el que se vio obligado a convivir con las imposiciones del régimen mientras mantenía su espíritu y valores intactos.
Impacto de la política franquista en el FC Barcelona
La política franquista tuvo un impacto significativo en el Fútbol Club Barcelona durante la dictadura en España. El régimen de Francisco Franco impuso restricciones severas al club debido a su historia catalana y su identidad arraigada en la región. El Barcelona se convirtió en un símbolo de resistencia contra el autoritarismo franquista, lo que resultó en represalias y consecuencias en el ámbito deportivo.
Durante la dictadura, el FC Barcelona experimentó dificultades para expresar libremente su identidad catalana. El uso de la lengua catalana estaba prohibido, los símbolos culturales eran censurados y la presión para hispanizar al club se hizo evidente. A pesar de las restricciones, el Barcelona se convirtió en un bastión de la resistencia contra el régimen autoritario, defendiendo la cultura y la identidad catalanas.
El impacto político de la dictadura franquista se reflejó en el desempeño deportivo del Barcelona. A pesar de las barreras impuestas, el club logró mantener su relevancia y competitividad en el fútbol español. La lucha por la libertad y la defensa de la identidad catalana impulsaron al Barcelona a consolidarse como uno de los equipos más emblemáticos de España y del mundo.
En resumen, la política franquista dejó una huella imborrable en la historia del FC Barcelona, moldeando su identidad y fortaleciendo su posición como un símbolo de resistencia y libertad en el deporte y la sociedad catalana.
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