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Decimario
A propósito de Decimario, de Cristhian Cárdenas Beramendi
Decimario, última entrega del poeta Cristhian Cárdenas Beramendi, es un sabroso y entretenido poemario conformado por ciento once décimas. La primera parte está constituida por cien décimas denominadas con el mismo título del libro, luego se encuentran “Tres décimas pisqueras” y, finalmente, “Ocho para mi tía negrita”. Este libro fue publicado en Lima, en el año 2022, bajo el sello editorial PanÓptico, el cual pertenece al Centro Peruano de Estudios Culturales.
Instrumento de juglares, payadores, pregoneros o una de las creaciones principales de la poesía popular, la décima es una composición estrófica conformada por diez versos (de allí su nombre) de ocho sílabas métricas con rima consonante. Una décima está destinada para ser recitada o cantada. Sus temas son variados y no están desprovistos del más fino humor ni de la más honda reflexión. Sin embargo, durante el proceso de la independencia y durante las primeras décadas de la vida republicana, esta composición circuló con frecuencia a manera de pasquín y de panfleto, pues fue usado de manera peyorativa para desacreditar al enemigo político. Conocida es la sátira antirrepublicana atribuida a Felipe Pardo y Aliaga, y que me permito citar: “Si pública es la mujer / que se vende prostituta, / aquella, dos veces puta / re-pública viene a ser. / Así vengo a comprender / esta máxima absoluta: / todo aquel que se reputa / ser de república hijo, / viene a ser, a punto fijo, / un hijo de la gran puta”. En nuestro contexto, las figuras máximas de la décima en el Perú recaen en Carlos Vásquez Aparicio, Abelardo Gamarra, Nicomedes Santa Cruz y David Alarco Hinostroza. En esta misma línea, Cristhian Cárdenas Beramendi se perfila como uno de los cultores más representativos de la décima peruana en la actualidad.
Volviendo a Decimario, las ciento once décimas que componen este libro abordan variados tópicos desde distintos enunciatarios. Así, en sus páginas desfilan temas como el amor, el desamor, las fiestas navideñas, el cuestionamiento a la poesía letrada, la vida en la urbe, la pandemia de la Covid-19, la vida bohemia, la muerte, el trago y la gastronomía. Es recurrente en este poemario que los temas propuestos aludan a elementos intertextuales e interculturales. En este sentido, algunas décimas nos remiten a libros, circunstancias, poemas de otros autores y hasta a composiciones musicales clásicas. Por ejemplo, la décima XLI soporta mejor el desamor cuando alude a uno de los versos más conocidos de Federico García Lorca: “UN ELÍXIR, por favor, / para encantar a mi amada, / que cayó ante la mirada / de un foráneo trovador. / Ese infame atrasador, / en su osado desvarío, / sin más se la llevó al río, / pensando que era mozuela, / mas, aunque a muchos les duela / su corazón es aún mío”. Otro ejemplo lo podemos notar en la décima LIX, en la cual se cuestiona el encierro en épocas de pandemia; aquí el poeta recurre a una frase y a un personaje conocidos de la novelística de Mario Vargas Llosa: “DESPERTÓSE, Zavalita, / en un Perú inesperado, / todo mundo enclaustrado, / misma monja Carmelita. / El país que ahora habita / “ya no se ve tan jodido”, / pensó, antes de haber leído / tanto descaro y ruindad, / la nueva normalidad / le cogió desprevenido”.
Por otro lado, considero también que el humor es un tema central y característico del libro. Un humor untado de grandes dosis de ironía, lo cual permite abordar los contenidos presentados con cierta profundidad reflexiva. Aquí podemos citar la décima LX, en la cual se mudan convenientemente los gustos musicales modernos por composiciones musicales clásicas: “CON ESTRÉPITO escuchaba / un grosero reguetón, / sin importarme un pichón / si a un vecino despertaba. / Cuando vi que se asomaba / serenazgo por la esquina, / le bajé a “La gasolina” / y cambié a otra tonadilla: / El barbero de Sevilla / también tiene adrenalina…”. En esta otra décima el drama de la pandemia es curada con humor: “SOÑÉ UNA gripe mutante / que en una calle desierta, / andaba de puerta en puerta, / buscando un cuerpo vacante. / Al llegar al restaurante, / acecha a los comensales, / y al verla uno de los tales, / le dice con tono ameno: / -Comiendo en la tía Veneno, / ¡vacunadísimo sales!”.
Por último, un elemento paratextual como el lugar y fecha en el que fue escrito cada poema es de suma importancia para los estudiosos de la literatura. Sin embargo, en el caso de Decimario este elemento paratextual pasa a formar parte del texto lírico, pues nos permite entender, como información complementaria, el contexto histórico que motivó la escritura de las décimas. Por ejemplo, los textos que hablan sobre la pandemia están fechados entre marzo de 2020 y setiembre de 2021. El que desarrolla el tema de la Navidad nos ubica en un 24 de diciembre de 2020. Las décimas que tratan sobre el proceso electoral se encuentran registrados entre marzo y abril de 2021. Y así con cada uno de los apartados temáticos.
Sin duda, Decimario, de Cristhian Cárdenas Beramendi, es una de las gratas apariciones en el panorama actual de la poesía peruana. A esto se le suma su característica de extrañeza, pues se trata de décimas, uno de los géneros populares y de inventiva oral, y que ahora el autor nos entrega como parte de la poesía escrita, pero sin perder su esencia sabrosa, de barrio y musical. He ahí su doble importancia.
César Olivares Acate
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...the night has impaled itself on my soul.
Dulce María Loynaz, Absolute Solitude: Selected Poems; “Poema XLI” (tr. James O’Connor)
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¡No podía ser!
Pero fue
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...the night has impaled itself on my soul
Dulce Maria Loynaz, “Absolute Solitude: Selected Poems”; “Poema XLI(tr. James O’Conner”
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Isto é verdadeiramente um labirinto :S
No livro que tenho, “Ficções do Interlúdio”, que reúne poesias de Pessoa publicadas enquanto ele era vivo, em “O guardador de rebanhos”, omitiu-se os poemas VI a VIII. Há um salto do V ao IX, sem alterar a numeração das páginas, ou seja, as páginas não foram arrancadas. Quais poemas omitidos foram escritos por Pessoa e quais não foram?
Boa sorte e boas revelações para encontrarem nesse espólio louco o que Pessoa verdadeiramente escreveu.
PS. Estão suprimidos no meu livro também os poemas (d’O Guardador de Rebanhos”): II, III, IV, VI, VII VIII, XI, XII, XIV a XIX, XXI a XXIII, XXVII, XXIX, XXXI, XXXIII, XXXIV, XXXVI, XXXVIII, XLI, XLIV.
Ou, 2 a 4, 6 a 8, 11, 12, 14 a 19, 21 a 23, 27, 29, 31, 33, 34, 36, 38, 41, 44
Também pesquisei no arquivopessoa.net os poemas d’O Guardador de Rebanhos que foram publicados em vida e não estão de acordo com o livro que tenho nas mãos (e que supostamente possui todos os poemas publicados em vida). Mas não se pode confiar nesse site.
Honestamente, acho que publicaram este livro (Ficções do Interlúdio) omitindo poemas, para colocar a pulga atrás da orelha de quem lê, para que pesquisem e descubram que nem mesmo eles sabem quais poemas Pessoa escreveu de fato.
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Arte de palabras
Por Jesús Aller
Reseña de La doble rendija, de Daniel Noya Peña (Dyskolo)
¿Es la literatura un arte? Mucho se ha escrito tratando de responder a esto y entre todas las reflexiones que ha motivado la pregunta sólo hay algo que se admite universalmente. La palabra, que usamos cada día para expresar significados, se convierte, en el lenguaje poético, en objeto estético, en un fin en sí misma.
Por eso nadie duda que la poesía sí es un arte, aunque se dude de todo lo demás. Dice esto mucho sobre cómo debemos acercarnos a ese texto extraño que es el poema. Sólo en él las palabras son fieles a su esencia musical, y sin renunciar a su capacidad para excitar nuestro raciocinio, se empe��an además en conmovernos y regalarnos una emoción estética. Hay un gran desafío en todo esto.
El abulense Daniel Noya Peña, profesor de filosofía, ha aceptado este reto ya varias veces. Parafraseando a Chéjov, él suele decir que la filosofía es su mujer legítima y la poesía ha sido siempre su amante, y prueba de ello es que ha publicado los poemarios: Cierra el portón (1989-1991), Cuatro raíces (1993), Cuaderno de incidencias (2004), Luces de gálibo (2004-2009), Órdenes del corazón (2012), editado como libro electrónico por Dyskolo en 2014, La sabiduría de las uvas (2015) y No todos los días alcanzan la belleza (2019). En el catálogo de Dyskolo acaba de aparecer también su último trabajo, La doble rendija, pero esta vez en papel.
El título de la obra, como nos aclara Pablo Canales Tejedor en el texto que viene al final de ella, alude al famoso experimento del físico inglés Thomas Young en 1801, que sirvió en su momento para “demostrar” la naturaleza ondulatoria de la luz, pero plantea incógnitas que sólo fueron explicadas satisfactoriamente por la mecánica cuántica y su visión de la materia más allá de los conceptos en los que nos movemos habitualmente. Si el experimento en realidad demuestra algo, es que las convicciones merecen ser tratadas con recelo, y aquí es donde los resultados del sabio británico entroncan con lo esencial del quehacer poético. La doble rendija de la experiencia, con la certeza de su misterio, nos invita a explorar otros mundos escondidos bajo los dogmas que nos coartan, y qué mejor forma de hacerlo que a través del poder catárquico de las palabras.
El poemario, que es el primero editado por Dyskolo en papel, agrupa cuarenta y tres fragmentos en verso libre y de extensión variable. Los más breves, con entre diez y veinte versos en general, retratan muchas veces los rostros, tan cambiantes, de la emoción amorosa. El poeta expresa en ellos su pasión: “Eres la sílaba que le falta a mi pequeña vida,/ mi alimento.” (XXXV), en la que halla la fuerza que justifica su vida: “Respiré y amé de nuevo las palabras (…) estoy vivo/ mientras tú existas/ y no paro de repetir/ y no paro de repetir/ tu nombre.” (I). La amada es capaz de impregnar todas las cosas y dotarlas de sentido: “Abro mapas/ y ocupas todos los continentes./ Estás/ en todas las miradas/ y en todos los insomnios.” (II), “la alegría de las revoluciones,/ el caudal de Río Grande./ Todo es tu cuerpo./ El color de las hayas y el sabor/ de los gozos compartidos.” (XX). Nótense, en este último ejemplo, los versos en metro clásico, usados ocasionalmente en el poemario.
Sin embargo, esta plenitud deja paso a una dolorosa ausencia, abordada en muchos fragmentos breves: “Espero como un animal herido/ que regrese mi alma.” (VI), “infeliz late mi corazón y no abraza mi sangre sino la soledad,” (VIII). Hay poemas también al final del amor (IX) y recuerdos del éxtasis erótico (X y XI). En el vibrante XXX, es la muerte lo que se refleja en la soledad: “Polvo/ sin gratitud/ es la muerte. (…) Barro sin amasar pisa/ fugazmente la tierra. (…) No hay consuelo en la nieve/ ni en el relámpago./ Todas las letras no son sino sombras,/ la tristeza de no estar entre tus brazos.” XVIII es un precioso canto a la ausencia presentida en el momento de la despedida: “Qué lejos te siento/ y todavía no te has ido. (…) Sé que la lluvia me traerá tu recuerdo/ y que bebo el último trago/ de una botella ya vacía.”
Como se ve en los versos reproducidos, Noya, sin renunciar a metáforas y otros recursos, usa en estos poemas amorosos un hilo discursivo apegado a la realidad, tal vez para resaltar nítidamente lo extraordinario y universal de sus emociones. Éste es el tono también de fragmentos que tratan asuntos diversos: reflexiones filosóficas (XII), sobre la brevedad de la vida: “Todo fue un suspiro,/ polvo/ y desmemoria.” (III), o las lecturas que nos marcan para siempre, como la del vate ruso Ósip Mandelshtam: “Y alimentado como estoy/ de tus dulces versos/ espero/ el aliento de una nueva primavera.” (XXIII).
En otros fragmentos, sin embargo, el lenguaje despega de los moldes lógicos y formales de la vigilia, con un vuelo onírico que evidencia el influjo de Guillaume Apollinaire (parafraseado en XXIX) y los surrealistas. En estos poemas, la escritura se vuelve traducción automática de lo inconsciente que emerge, y dominan asociaciones a través de los cuales una sugerencia plausible incorpora en su desarrollo los ecos que llegan de las áreas oscuras de la mente: “No sientas temor,/ deja que tu voz sea como una lámpara,/ que tus manos aprieten el lenguaje de la dicha,/ deja que tu piel sienta la alegría de los viajes./ Deja que llegue hasta tu médula/ y que sea la llave/ de tus párpados, que invada todas las orillas/ y que sea el hilo de tu lengua,/ deja que sea el color de tu cautiverio/ y el olvido de todas tus pérdidas.” (XL).
Este tono onírico se encuentra en muchos otros de los fragmentos de mayor longitud, los más intensos del poemario. Aquí las palabras estallan en comuniones extrañas, radiantes de metáforas: “el pan de mis versos/como luciérnagas/ en la noche” (XXXI), y hay siempre un estribillo que conduce el insólito peregrinar. Es una ensoñación que desafía la lógica, o más bien crea su propia lógica, pero logra conmovernos muchas veces, y resulta sugestiva porque en su fondo brilla una intuición. Me detendré en algunos ejemplos de esto:
El fragmento XIX, cuajado de imágenes visuales, es una profesión de fe en la militancia del poeta y una indagación sobre el enigma de su poder creativo,: “Los ojos de los poetas tienen/ brotes de acacias, penas de mayo que duelen/ y apuntes de imaginación sobre las aceras./ Viven en la estación del que ama/ y en la noche del gorrión sin tiempo./ Son ciegos los poetas/ y videntes,/ relámpagos, islas de luz que se reflejan/ en las nubes.”
El poema XIV repite obsesivamente “Declino mi cuerpo” en una exploración que es un intento de autodefinición y sólo se resuelve al fin en el éxtasis amoroso. En la enumeración de XXV el poeta busca su identidad a través de los contornos desvaídos de un sueño: “Me desnudo en la luz/ de mis últimos pedazos,” pero sólo para reconocer a cada paso: “Mi fiesta ha terminado”, y concluir lúcidamente: “Podría ser un fulgor/ pero soy un espejo.”
Otro fragmento remarcable en esta línea es el XLI, sobre la muerte del poeta: “Reposa al fin entre las sábanas/ de las constelaciones, viajero,/ duérmete con el último/ fulgor de las palabras/ que dejaste sobre el papel:/humo y olvido fue tu tiempo, un alfabeto de/ juventud.” Vibra en estos versos un aliento apasionado y surreal, en pos de “la promesa/ de una eternidad sin grietas.”
Daniel Noya Peña nos lleva con este libro de las emociones del amor y del desamor, de la presencia y la ausencia, a una indagación de los resortes secretos del lenguaje y sus posibilidades para explorar las raíces inconscientes de nuestra experiencia. En La doble rendija asistimos a un viaje interior en el que las palabras consiguen alcanzar su propia intensidad atravesando los vasos comunicantes que unen sueño y vigilia, pero son capaces también de detenerse en el umbral más real y transmitirnos preciosas enseñanzas: “La lección/ de la poesía:/ amar el horizonte/ y amor por el hombre/ a pesar del hombre…” (XXVI).
Se ha discutido mucho si la literatura es un arte, pero ya nadie duda que la poesía sí lo es. Daniel Noya Peña nos lo demuestra cumplidamente con La doble rendija.
Blog del autor: http://www.jesusaller.com/
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POEMA: Rima XLI - Gustavo Adolfo Bécquer
Tú eras el huracán, y yo la alta torre que desafía su poder. ¡Tenías que estrellarte o que abatirme...! ¡No pudo ser!
Tú eras el océano; y yo la enhiesta roca que firme aguarda su vaivén. ¡Tenías que romperte o que arrancarme...! ¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados uno a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque... ¡No pudo ser!
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“Viva l’Italia! Firmato Ezra Pound”. Le lettere di Ez a Mussolini
28 ottobre 1943. Il dispaccio s’intitola, semplicemente, “Rapporto al Duce”, Report to Il Duce. Tra le tante cose, spicca “la proposta di un autobus da La Spezia a Salò, via Genova, Tortona, Piacenza e Cremona, per dare alla Repubblica una nuova spina dorsale”. In effetti, “la Liguria è completamente tagliata fuori dalle comunicazioni. Occorre prendere tre treni per arrivare da Rapallo a Brescia”. Non è la sola, questa, tra le service note di Ezra Pound in direzione Salò: ancora una volta il poeta insiste sulla teoria del “credito sociale” di C.H. Douglas, chiave di volta per un sistema economico più sano, consono alla libertà dell’individuo, alieno alla prevaricazione dello Stato totale e all’egofollia capitalista (sul punto: il capitolo “C.H. Douglas & il Credito Sociale” in, Luca Gallesi, Le origini del Fascismo di Ezra Pound, Ares, 2005). Il ‘carteggio’ tra il poeta e il Duce durò dieci anni – più che uno scambio, fu un monologo poundiano.
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Vent’anni prima, a Rapallo, Pound giocava a tennis con William B. Yeats, ospitava un Ernest Hemingway in cerca di fama, lavorava ai Cantos ‘Malatestiani’. Nel 1923, da Rapallo, Pound va a Rimini, alloggia al Palace Hotel, piglia a bestemmiare. “La biblioteca è chiusa, il dannato custode ha l’influenza e il direttore è troppo pigro – o deve insegnare fisica altrove”. I ‘servizi pubblici��� italiani facevano acqua già allora. Pound, però, trova un alleato. Il portiere Averardo Marchetti, “ha giurato di forzare la biblioteca e di chiamare il Sindaco se non è aperta”, scrive il poeta, chiosando, “è un nobile fascista”. Secondo Lawrence Rainey, studioso di Thomas S. Eliot, di Ezra Pound, ma anche del Futurismo italiano, ‘Ez’ ha subito il fascino del Fascismo a Rimini, “nel primo mattino del 12 marzo 1923, appena quattro mesi dopo la Marcia su Roma di Mussolini, quando il poeta arrivò nella città di Rimini” (in Between Mussolini and Me, “London Review of Books”, marzo 1999). Vent’anni dopo il poeta scrive dispacci al Duce, di stanza a Salò, dandogli consigli, relazionandolo sul dilagare comunista in Europa (“Movimenti spontanei comunisti in Inghilterra non esistono. I pochi intelligenti e genuini comunisti in Inghilterra sono comunisti non perché appoggiano l’azione dei Bolscevichi ma perché sono contro gli usurai e contro l’usura. Tutti – dico tutti – i capi del Partito Comunista e i loro più gallonati aiutanti sono, almeno dal 1938, pagati da Mosca e assegnati a mansioni di spionaggio industriale”).
* 30 gennaio 1933. Nel mezzo del guado, dieci anni dopo la visita a Rimini, dieci anni prima dei dispacci inviati a Salò, alle ore cinque e mezza del pomeriggio, Ezra Pound incontra Benito Mussolini a Palazzo Venezia, Roma. L’abboccamento è preparato da tempo. Il 23 aprile 1932 ‘Ez’ contatta il segretario personale del Duce, Alessandro Chiavolini, “annunciandogli il desiderio di comunicare e incontrare il leader del governo italiano”. “Durante l’incontro, Pound presenta a Mussolini l’edizione dei Draft of XXX Cantos pubblicata tre anni prima a Parigi”. In quel volume, sono raccolti i ‘canti’ dedicati a Sigismondo Pandolfo Malatesta, visto da Pound – nel suo modo visionario di imbrigliare la Storia – come l’alter ego del Duce. Inoltre, Pound consegna a Mussolini “i 18 punti programmatici che sono la base della sua concezione ideologica”, poi pubblicati nel 1940 sul “Meridiano di Roma” come Di un sistema economico. L’incontro con Mussolini è recensito nel repertorio dei Cantos, wunderkammer del delirio dove Confucio e piazzale Loreto sono pareggiati in catatonico caos. Incipit del XLI: “Ma qvesto/ disse il Duce, è divertente”. Commento della figlia Mary, nel volume dei Cantos edito da Mondadori: “Nell’unica udienza che Pound ebbe con Mussolini, nel 1933, alla domanda ‘Che volete?’ rispose: ‘Pace, per terminare il mio poema’, e gli consegnò una copia dei primi XXX Cantos. Sfogliandoli il Duce li trovò ‘divertenti’”. Oltre alla pace, però, Pound fece anche la guerra.
*
Maggio 1976. C. David Heymann pubblica un libro, Ezra Pound the Last Rower: A Political Profile, dove mostra un mannello di Letters from Ezra Pound to Benito Mussolini. Personaggio rapace, Heymann: la sua carriera comincia, trentenne, nell’orbita di Pound; proseguirà con una serie di biografie ‘scottanti’ su Jackie Kennedy (nel 1989), su Elizabeth Taylor (1995), su ‘Bob’ Kennedy (2002) – muore nel 2012. In ogni caso. La prima lettera di Pound a “Sua Eccellenza il Capo del Governo” segue l’incontro romano, è datata 17 aprile 1933, è scritta a Rapallo, via Marsala 12-5. “Eccellenza e Duce…”, così si rivolge il poeta al capo di stato, “in omaggio devoto” viene allegato al biglietto il manoscritto di Jefferson and/or Mussolini e ABC of Economics. Nota del burocrate del Ministero degli Affari Esteri: “Il noto scrittore americano Ezra Pound ha inviato a Sua Eccellenza il libro intitolato… e la copia dattiloscritta di… Questi libri dimostrano chiaramente l’amicizia dell’autore verso il Fascismo”. Nel 1925 Pound aveva scritto ad Harriet Monroe, editrice della rivista Poetry, che “personalmente penso il meglio possibile di Benito Mussolini. Se lo compariamo agli ultimi presidenti americani e premier britannici, beh, non possiamo permetterci di insultarlo”. ‘Desecretando’, per così dire, le “nove lettere di Ezra Pound a Mussolini custodite presso il Dipartimento di Giustizia a Washington, tra i documenti dell’FBI”, di fatto, Heymann intende chiarificare la relazione tra Pound e il fascismo. Fino agli anni, lividi, della Repubblica Sociale.
*
Già, ma cosa scrive Pound a Mussolini? Speculazioni economiche, teoria monetaria. Esempio. Rapallo, 22 dicembre 1936. “Duce! Duce! Molti nemici, molto onore. Voglio vedere tutti gli usurai come nemici d’Italia. Ma, Duce!, il sistema delle tasse è un pericoloso residuo del passato, un cadavere pernicioso, che deve essere sepolto insieme al Re Bomba e a Francesco Giuseppe. Poiché lo Stato fornisce una misura di scambio, lo Stato funziona. Lo Stato ha diritto a esigere un compenso per il suo lavoro. Ma questo compenso è fondamentalmente diverso dalla tassa”. Firmato, “Viva l’Italia, Ezra Pound, jure italico”. Una lettera del 15 maggio 1937 si apre con una epigrafe riassuntiva: “La tassa non è una quota azionaria/ Una nazione non ha bisogno/ e non deve pagare l’affitto per/ il proprio credito”. Da lì in poi comincia quello che Richard H. Rovere su Esquire, primo settembre 1957, narrava come The Question of Ezra Pound. “Negli anni al St. Elizabeth’s, Pound ha costantemente sostenuto di non essersi voluto opporre al suo paese durante la guerra. Nei momenti di lucidità, sottolinea che avrebbe potuto salvarsi dalla miseria in cui è precipitato accettando la cittadinanza italiana, nel 1939. Ha preferito aggrapparsi al passaporto americano. È un fatto che nel 1942 abbia tentato di prendere l’ultimo treno diplomatico che ha condotto i cittadini americani da Roma a Lisbona. Gli è stato rifiutato il permesso di salire a bordo. Non ha avuto altra scelta che tornare a Rapallo… Gli aspetti criminali di Pound durante la guerra sono talmente frivoli storicamente quanto è grandiosa la sua poesia”.
*
Ezra Pound pensava che la poesia dovesse contenere tutto: il mito e la teoria economica, l’estasi e la lotta estenuante, estetica, etica, politica. Non pensava tanto a una lirica conoscitiva, con proprietà d’intelletto (come T.S. Eliot), ma al verbo attivo, agente. Nel 1944 pubblica L’America, Roosevelt e le cause della guerra presente e Introduzione alla Natura Economica degli Usa per le Edizioni Popolari di Venezia. A Fernando Mezzasoma, Ministro della cultura popolare della RSI, il 15 marzo 1944, Pound comunica il desiderio di editare “l’edizione bilingue dello Studio Integrale di Confucio”, “i discorsi di Confucio”, “il libro di Mencio”, “le odi e l’antologia degli antichi poeti cinesi collezionata da Confucio”. Nel 1954 Scheiwiller pubblica il libro di saggi Lavoro ed usura; dal 1955 il grande editore milanese lavora per una petizione da inviare all’ambasciata americana, domandando la scarcerazione del poeta: tra gli altri, firmano Attilio Bertolucci e Giorgio Caproni, Carlo Levi, Mario Luzi, Alberto Moravia, Marino Moretti, Eugenio Montale, Umberto Saba, Elio Vittorini. I fascisti, comunque, non prendevano sul serio il poeta. Un funzionario dell’ufficio di Galeazzo Ciano, in calce a una lettera inviata da Pound al Duce, il 15 aprile del 1934, chiosa, “una cosa è certa, questo scrittore è mentalmente squilibrato”. (d.b.)
*In copertina: Ezra Pound in una fotografia di Lisetta Carmi, 1966, Zoagli
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An essay about poems
El Significado de Rimas IV en la Vida de Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer es uno de los poetas quién representan más el estilo Romántico. Nacido en Sevilla en 1836, él fue pegado en la pobreza hasta que murió en 1870. Después de que murieron sus padres, él vivía con su abuela y se enamoró con la biblioteca personal que ella tenía en su casa. En este biblioteca él encontré su amor de la poesía, especialmente las obras de Zorrilla. Pero después decidió irse al madrid para encontrar su fama en sus obras escritas. Allá en Madrid, el conocio la mujer que sería su muso para el resto de su vida, Julia Espín. Puede ver en su poesía, especialmente en Rimas, el amor que él tenía para ella. Su obra empieza con conceptos positivas cuales discuten el amor y la naturaleza con lenguaje romántica. Sin embargo, mientras que pasa el tiempo, su obsesión con Julia se agria; y hay un cambio en sus obras que demuestran este desilusión con el amor. Ella vivió desde una familia muy rica y aristocrática, y por eso no podía casarse con un hombre tan pobre como Bécquer; así, el amor nunca fue correspondido por la parte de ella. A través del tiempo, la poesía se cambia q un tono triste y lleno de la melancolía, una transición crudo en comparación a sus poemas al inicio de Rimas.
El poema tiene tres estrofas, cada uno de cuatro líneas, en que las primeras tres están en decasílabas y el cuarto tiene cinco sílabas. Esto muestra el arte mayor, porque no está de octosílabas en las primeras, y el cuarto demuestra el arte menor. En el cuarto línea, hay cuatro sílabas escritos y uno de silencio. La mezcla del arte mayor y menor muestra la capacidad del escritor escribir en manera culto y también consentir al lenguaje que la gente usaba en general. Hay muchos imagenes de la naturaleza y el agua, que funcionan como metáforas para los emociones de la voz poética más corriente del romanticismo en este periodo. Hay rima asonante con la “e” y una pausa entre los versos pares y también, Bécquer incluye encabalgamiento entre los dos primeros líneas de cada estrofa. Sin embargo, en líneas nueve y once, hay hipérbaton que cambia la estructura del poema; el cambio puede representar la realización que la relación nunca será. Además, la repetición está muy prominente en el poema en las frases “no pudo ser” y “tu eres… y yo”. Este repetición forza el leyente enfocarse en las frases y la negatividad en la mente de bécquer.
En este ensayo, discutiré Rimas cuarenta y uno, que se trata de las choques entre las personalidades de Bécquer y Julia y la incapacidad de tener una relación. Este poema, como muchos en el libro Rimas, está inspirada por Julia Espín, y es una de las primeras que demuestra la desilusión del amor. En la poema, Bécquer usa imágenes contrastantes para describir sí mismo y su muso. La imagen más reconocible es la de la devastación a través de la naturaleza; él describe la capaz de destruir el ambiente y dejar el entorno arruinado. En el poem, él describe un huracán, a punto de abatir una torre y el océano a punto de arrancar una roca. Estas imágenes muestran la fuerza de la naturaleza y la capacidad de destruir entidades cuales deben ser inmovilizados.
También, Bécquer describe la mujer con adjetivos muy fuertes aunque en este periodo la gente en general piense de las mujeres en términos de su inferioridad y fragilidad. En este mismo periodo, Zorrilla describe una mujer como una <<pobre garza enjaulada>>, y este imagen demuestra la idea de las mujeres débiles ( Don juan Tenorio, 106B). Aunque las obras de Zorrilla son algunos de los inspiraciones más notables en la juventud de Bécquer, el tiene su propia idea de la fuerza de las mujeres y sus capacidades. Por todo del poema, Bécquer usa metáforas e imágenes muy fuertes para mostrar la capacidad de su mujer y el amor de ella.
Además, Bécquer hace un cambio entre los géneros de las personajes en el poema, usando imágenes femeninas para sí mismo, e imagenes masculinos para Julia en que él se describe como una torre y una roca, y a ella como el océano y un huracán. Este cambio representa el equilibrio del poder invertido en favor a ella en vez de a él. Este desequilibrio está probablemente a causo de la diferencia entre los clases sociales de los dos, por que ella nació de una familia aristocrática y el vivía en pobreza después de los fallecimientos de sus padres. Por eso, ella tuve el poder en decidir el destino de cualquier relación que pudieron tener. El representa este poder en el poema a través de mostrarla como mujer muy fuerte y capaz. Este referencia ha sido conectado a el hueco entre las clases sociales de los dos, y el hecho que nunca había relación entre los dos. La repetición de la frase <<No pudo ser>> indica la relación entre los dos entidades en cada ejemplo, el huracán versus la torre y el océano versus la roca, y a lo largo, la relación entre Bécquer y Julia. Finalmente, en la tercera estrofa, Bécquer refiere a la mujer de la poema como “hermosa”, pero en este caso hermosa no quiere decir bella. En este contexto, la palabra hermosa probablemente refiere a su clase social como las palabra digno o orgulloso, y por eso sabe que el poema se trata de Julia. Vemos en estos 3 casos que hay un hueco entre las clases sociales de los dos casi amantes y por eso sabemos que Julia es el muso del poema.
Este poema marca el cambio de Bécquer desde la positividad hasta la melancolía a través de unos imagenes repetidos. En los poemas que preceden este poema, él escribe sobre la naturaleza, específicamente el agua con una forma de belleza incomparable. En Rimas IX, él describe las olas quienes rizan blandamente y el río que da besos al sauce, pero aquí en XLI, él describe el agua con adjetivos que indican su poder a la destrucción. Este cambio desde imágenes delicados de la naturaleza a imágenes de su fuerza y tendencia a la matanza expresa su mentalidad y la pérdida del amor y la esperanza que tenía pegado en el amor. Afuera de la naturaleza, en las poemas antes de XLI, el habla con un sensación de admiración para todo que le rodea. Sin embargo, cuando Julia le rechazó, el sumió en una depresión en que perdió todo la fe que tenía en el amor, y su poesía la refleja.
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Poema XLI
Poema XLI uma noite, diante do conhecimento das coisas depois de uma maré, antes que venham as águas ainda que se misturem os troncos nas algas secas sob do luar uma noite, havemos de olhar as estrelas, Continua
Poema XLI
uma noite, diante do conhecimento das coisas depois de uma maré, antes que venham as águas ainda que se misturem os troncos nas algas secas sob do luar uma noite, havemos de olhar as estrelas, como se elas fossem gente…
há na mudança uma revolução, entre o que sentes e o que és e és tanto em relação o que fostes…
espera-me, não por muito tempo, mas espera-me como uma estrela cadente que…
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Relax, poemas, arte...
Relax, poemas, arte…
XLI
Tú eras el huracán y yo la alta torre que desafía su poder: ¡tenías que estrellarte o que abatirme!… ¡No pudo ser! Tú eras el océano y yo la enhiesta roca que firme aguarda su vaivén: ¡tenías que romperte o que arrancarme!… ¡No pudo ser! Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados uno a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque… ¡No pudo ser!
Gustavo Adolfo Bécquer
LII Olas…
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"No entardecer dos dias de Verão, às vezes, Ainda que não haja brisa nenhuma, parece Que passa, um momento, uma leve brisa... Mas as árvores permanecem imóveis Em todas as folhas das suas folhas E os nossos sentidos tiveram uma ilusão, Tiveram a ilusão do que lhes agradaria..." (Alberto Caeiro, in "O Guardador de Rebanhos - Poema XLI" - Heterônimo de Fernando Pessoa) #fernandopessoa #albertocaieiro #poesia #poesiaefotografia #fotografiaepoesia #poetry #poetrylife #poetrygram #poetryofinstagram #sunset #sunsetbeach #icaraí #niteroi #riodejaneiro #errejota (em Praia de Icaraí.)
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¡No podía ser!
Pero fue
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No Entardecer dos Dias de Verão
No entardecer dos dias de Verão, às vezes, Ainda que não haja brisa nenhuma, parece Que passa, um momento, uma leve brisa... Mas as árvores permanecem imóveis Em todas as folhas das suas folhas E os nossos sentidos tiveram uma ilusão, Tiveram a ilusão do que lhes agradaria... Ah, os sentidos, os doentes que vêem e ouvem! Fôssemos nós como devíamos ser E não haveria em nós necessidade de ilusão ... Bastar-nos-ia sentir com clareza e vida E nem repararmos para que há sentidos ... Mas graças a Deus que há imperfeição no Mundo Porque a imperfeição é uma cousa, E haver gente que erra é original, E haver gente doente torna o Mundo engraçado. Se não houvesse imperfeição, havia uma cousa a menos, E deve haver muita cousa Para termos muito que ver e ouvir ...
Alberto Caeiro, in "O Guardador de Rebanhos - Poema XLI"
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