#pero sí amigos y buenos como tipo El y el resto de los chicos
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every week someone will say: “controversial opinion but I don’t think Mike and El are that close to be even friends.” And like most of bylr tumblr will agree with you 😭😭😭
#not me tho!!!#yo soy la verdadera única y diferente#half joking#o sea sí pienso que son amigos la verdad 😭😭#no creo que solo se la pasaran besando y no hablaran ni conversaran más cuando estuvieron juntos esos meses#solo creo que no se terminaron de conocer y entender#en especial porque El estaba descubriéndose a sí misma#ella seguía formando una personalidad y tenía que hacerlo fuera de Mike#pero para mí sí se llevan bien y se agrandan y quieren tenerse en su vida#digo uno de los peores miedos de Mike es perder a El!!! en general a la gente que ama#y pues que terminen y no queden como amigos no sería un final feliz/satisfactorio para Mike#igual y discuten un poco en su rompimiento pero tampoco creo eso porque gastarían mucho tiempo en tenerlos peleados por un rato y luego#reconcíliarse#no creo que vayan a ser besties como Steve y Robin que son inseparables#pero sí amigos y buenos como tipo El y el resto de los chicos#y bueno decía half joking porque se que no soy la única que piensa así#de seguro hay como 10 más que tienen mi mismo punto de vista#bueno estos tags solo son para quienes entienden españo pero me daba hueva pensar en inglés
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Bluepulse Week Día 7
También puedes leerlo en AO3 y Wattpad
Free Day
Nota: No sabía si de verdad era tema libre o se referían a "día de descanso". Como sea, me gustó escribir esto~
Jaime miró de reojo al chico sentado a su lado en el pupitre contiguo. No lo odiaba, no, eso era muy drástico, tan solo Allen era demasiado para él. Lo conocía de lejos, iban a las mismas clases. A veces lo escuchaba hacer alboroto con sus amigos o escuchaba sus torpes chistes y se reía con el resto del grupo. Bart Allen era un buen chico, todos lo sabían. Excepto que, por su culpa, ahora él y Jaime estaban en la sala de detención.
Allen supo leer que era observado y no se le ocurrió nada más que hacer que sonreír como disculpa. Ni siquiera eran amigos y ya tenía más historia de crimen con él que con sus propios amigos.
¿La causa del castigo? Una tontería. Otra razón más por la que Jaime no podía realmente estar molesto con su compañero; su profesor era un total idiota. Ni siquiera había cómo discutir con él, un tipo muy susceptible. ¡Hasta la señorita Danvers lo entendía! «Los dejaré ir cuando él se vaya, no se preocupen» les dijo. Estaba bien, Jaime podía con eso. De todos modos, no era como si le urgiera regresar a casa.
En el salón había otros dos sujetos y una chica, a saber la razón de sus castigos. Todos estaban en silencio, mirando la decoración, acariciando el pupitre o jugando con su cabello. La señorita Danvers se entretenía leyendo una historieta. Ella era cool, pero tenía carácter y nadie gustaba de hacerla enfadar.
—Sigan así, ya falta poco —habló ella antes de levantarse y salir un momento a responder una llamada. Cuando cerró la puerta, se podía distinguir su silueta tras el cristal blanco.
Se sintió en el ambiente que todos soltaron un suspiro, luego comenzaron los murmullos. Jaime no hizo mucho, solo se recargó en su mesa para descansar la cabeza.
—Psst, psst —escuchó de pronto con suavidad. No necesitaba moverse para saber quién le hablaba.
—¿Qué? —le respondió con voz ahogada tras sus brazos.
—¿Quieres ir conmigo al centro comercial cuando esto termine?
Aquello sonó tan natural que Jaime tardó en procesarlo. De hecho, lentamente levantó el rostro para encarar a su compañero.
—¿Eh?
—Sí, al centro comercial.
—Ammh, ¿para qué?
No quiso sonar grosero, no sonó nada grosero. De verdad no entendía a ese chico, nunca lo hacía.
—Te compraré lo que quieras para compensar esto.
Allen era tan transparente. Jaime se dio un tiempo para observarlo. Sus mejillas rosadas, medio ocultas tras sus manos en pose de súplica. Esos ojos ámbar que imitaban a un cachorrito. Y su cabello, dioses, ese cabello no parecía real. A veces, cuando Allen se sentaba en frente de él, Jaime tenía el ligero impulso de tomar alguno de sus cobrizos mechones.
—De acuerdo.
Aquella respuesta salió tan rápido que Jaime no fue consiente de lo que había dicho hasta que Bart le mostró una gran sonrisa. «Wow». Posiblemente se había sonrojado, quién sabe. La señorita Danvers regresó al salón y todos volvieron al modo tenso.
A los pocos minutos una profesora pasó para hacerle a Danvers una seña y ella comprendió.
—Ok. Allen, Reyes. Pueden irse.
Los dos jóvenes asintieron respetuosamente y no dudaron en agradecer a la profesora antes de abandonar el salón de detención.
—Y… ¿te gustan los helados? ¿O eres más de hamburguesas?
Allen a veces era tan directo. Eso era bueno, Jaime de verdad apreciaba la honestidad.
—¿Qué opinas de una pizza? Y la podemos compartir.
—¡Sí! —Bart casi saltó de alegría, pero pareció contenerse para no llamar la atención.
Si esta sería siempre su recompensa por defender a un compañero cuando el profesor estaba siendo un total idiota, por Dios que Jaime lo haría más seguido. Claro, solo si la compañía de Bart Allen venía en el paquete.
Gracias a quien quiso leer <3
#Bluepulse Week#Bluepulse Week 2022#bluepulse#jaime reyes#bart allen#impulse#blue beetle#young justice#post en español
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Cap.4 ¿De dónde vengo realmente?
Paso un mes y solicite seguir llendo a clase bajo vigilancia constante. Estaba trastornado no loco, asique me dieron un permiso con consultas y envío de informes de como iba en el instituto y cualquier comportamiento no correcto sería notificado al centro y a la policía. Asique si este nuevo año escolar había nuevos matones no iba a poder librarme de ellos, ni si quiera defenderme.
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Quién me dejaba en la puerta del instituto era Sonia, con su cariño y amabilidad, parecía que siempre iba a ir todo bien durante el día mientras ella me acompañase hasta clases.
Siempre antes de entrar me daba mi dosis mañanera de aquella sustancia experimental, durante la primera media hora me dejaba medio lerdo, lo cual hacía que ante el resto de mis compañeros de clase, pareciese que tuviera problemas para guardar información, que no pudiese aprender nada o me costase más de lo normal, centrándome solo en dibujar símbolos u signos en mis cuadernos de clase.
Cualquier cosa menos lo que tenía que apuntar sobre las clases. Aunque siempre que me preguntaban, respondía correctamente asique no tenía problema alguno en seguir a lo mío, pero sobre mis garabatos de escritos ininteligibles, estos fueron fotografiados y enviados a mis dos psicólogas, la del instituto y a la del centro, asique tuve una nueva charla con ambas.
A una le conté que simplemente llevaba las cosas complicadas dentro del centro y que prefería centrarme en mi arte, entonces me dio un panfleto sobre un centro artístico al que podía ir, ya que había notado ese toque artístico en mí.
A mi vuelta aquella tarde al centro, siendo un viernes, pude ver a todos los internos jóvenes en gran jardín. Y vi a varios que miraban hacia fuera, en mí dirección por ver como un interno iba y venía sin ningún problema, sería raro para ellos, supongo. Sonia cogió mis cosas y me preguntó si estaba bien, y con su agradable forma de ser, de la misma manera, asinti con la cabeza.
Un enfermero amigo de Sonia se llevó mis cosas a mi habitación. Y otra enfermera junto a Sonia me llevó al jardín de recreo donde antes de entrar me chequearon de pies a cabeza y me dejaron entrar sin problemas. Pasando la puerta vi a un grandullón con bata que esperaba con una sonrisa, dándome la bienvenida.
-Hola hijo, espero que estés teniendo un buen día.
-Hola, ¿cómo se llama señor?
-Goliat.
-¿Qué?
-Nah, es broma, disfruta haciendo amigos.
-¡ok!- dije alegre de ver un lugar nuevo.
Me senté en un banco vacío y me puse a pensar en aquella chica que se me acerco en el gimnasio, era bonita, y mucho más alta y fuerte que yo, eso seguro. Conocer gente me gustaba sobre todo si compartía gustos o podía hablar de ellos con otra persona aunque no los compartirse de la misma forma. Aquella chica me cayó muy bien, pero creo que después de mi estancia en este centro, no podré verla, quizás el año que viene, pero no... Quizás en otra vida.
Y hablando de conocer gente. Se me acercaron un grupo de chicos muy peculiar. Una chica muy delgada hasta los huesos, se acercó a mí se sentó a mi lado y me ofreció la mano.
-Encantada, soy Elena, y estos son Becca y Sergio. Somos internos de por vida por ahora- dijo con una voz cansada y leve.
-Encantado. Podéis llamarme Ro.
-Que bien, ¿no es genial? Ya tenemos otro chico en el grupo.
-Sí, pero aún no es un interno, no fio lo sabes bien.
-Sí sí mí paranoico preferido. Y que más da que sea un medio interno.
-¿Eh?
-Ah, bueno, un medio interno como el nombre dice, es un interno que puede salir ha hacer vida y volver para seguir su tratamiento aquí. Siendo sincera tengo envidia, pero oye, bien por ti.
La sonreí a la Becca, la cual me devolvió la sonrisa junto a un apretón de manos. Becca era muy grande, tanto en altura que parecía casi tener dos metros, como en anchura, seguramente tenía algún tipo de TCA, pero no quería ser juzgaman antes de saber nada. El chico. Tenía cicatrices en los brazos, cortes, muchos cortes. Y tenía ojeras más que ojos. Estuvimos hablando de nuestras vidas fuera del centro y de lo que queríamos hacer después de reincorporarnos a la sociedad.
-Y bueno... ¿Porqué estas aquí?
-...?
-Venga, sabemos que nadie entra en un sitio como este por pura casualidad.
No podía evitar este tema por siempre, eso era cierto. -Le pegue una paliza a un grupito de pijos que salían de su sesión de judo
-Oh, un agresor sistemático.
-¿Un qué?
-Adicto a la violencia, se puede deber a muchas cosas, pero su origen suele ser siempre a la violencia intrafamiliar, de hijos a padres o al revés.
-Aja...
-No te juzgamos, casi todos estamos aquí por algo así. Un accidente, algo intencionado, las circunstancias de la vida que van haciendo rasguños hasta que te cansas.
-Bueno. Supongo que gracias. Es guay no ser el único aquí por algo así. Creo..?
Becca era bastante directa, me gustaba eso, pero algo en ella me decía que cualquier cosa que fuese en su contra, haría que me odiase. Por Sergio, no era algo preocupante, solo su necesidad de aprobación de Becca y Elena, para cada cosa que soltaba por la boca.
-Bueno, entonces supongo que es necesario me puedo pasar una eternidad con vosotros aquí, ¿eh?
Dije muy pronto sin pensar en que la consecuencia de mi bromita resultaría en un pueño viniendo hacia mí, el cual esquivando lo bloquee y puse en su espalda tumbandola y inmovilizandola.
-Te voy a matar hijo de puta, como osas decir eso siendo un puto privilegiado- decía ella estando obligada a quedarse en el suelo, sabiendo que si se movía lo más mínimo la podía hacer daño.
-Adivino, ¿cambios de humor al estilo bipolar?
-Nope, mucho peor, transtorno límite de la personalidad. Tanto que le puedes caer bien de un momento para otro, como le puedes caer tan mal al siguiente segundo que parecerá que te quiere matar.
-¡Eh, tú, apartare de ella ahora!
-¡Te van a aislar!-empezó Elena cantando como una desquiciada mientras Sergio intentaba calmarla, viendo como ella empezaba a llorar.
Se me tiro encima el grandullón de la entrada y otros dos cogieron a Becca y se la llevaron, mientras que a mi me pusieron un camisón de fuerza, una máscara anti mordeduras y me llevaron a mí habitación... Supongo que lo tenía merecido, pero solo me defendí.
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Ese día Sonia tuvo que atenderme con la chaqueta de fuerza puesta para todo.
-Lo siento, no quería...
-No te preocupes, vi todo, solo querías protegerte. Es normal, pero ya sabes, la violencia en estos sitios, de cualquier forma o tipo están prohibidas.
-Sí. Pero bueno.
-... ¿Qué tal te sientes con el tratamiento?
-Muy bien siendo sinceros, es como, genial. Es como sí pudiese, hasta romper esta chaqueta- dije intentándolo... Y lo hice...
La chaqueta se rompió en dos pedazos enormes y Sonia se sorprendió muchísimo, haciendo que el guardia de afuera avisara a todos los enfermeros y guardias del centro, trayendo una camisa de fuerza de un material aparentemente más duro.
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Joder...
#writers#writers on tumblr#fem reader#male reader#story#escritora#escritores#escritos#escrituras#historia
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SOCIEDAD MULTIFUNCIONAL CON DISTINTAS CARAS Y PERSONALIDADES.
Creo que de cada cierto tiempo debemos hacer cambios en nuestra vida, dicen "la vida te pondrá en lugar que debes estar y en el momento como tal, si es lo que necesitas' pero wow de verdad será de esa manera o yo soy muy impaciente y quiero todo ahora pero pues toca con tiempo como una ves lo dije en alguno de mis otros relatos, el tiempo siempre jugando sus cartas inciertas sin saber cuando nuestra mente hará que pase más rápido y cuando hará que pase más lento todo depende de la situación, si el tiempo siempre cómo un arma de doble filo simplemente quiero ser su amigo ya lo conozco ya creo saber cómo funciona. Pero él dice; No mi amor no me conoces más allá de un segundo. Y si es verdad como es posible que dependiente de la masa pueda viajar más lento y percibirse de otra manera o como es posible que a la velocidad de la luz se pueda viajar al futuro. En fin mi amigo él tiempo siempre con su cara de altivez y sonriendo que tiene más conocimiento que yo, ya que nosotros nos movemos dentro de el, nos conoce muy bien este desgraciado. Volviendo al tema la vida te pone en el lugar que debes estar y en el momento pues pienso que este momento no es el mío no lo es, no me siento bien y no estoy bien donde estoy, creo que soy una persona del común tal vez mi miedo no es el tiempo si no que mi miedo es ser una de las miles de personas que siguen una regla en la vida. Pongamos le música a esto y este tema es perfecto para el relato, "you & me" de purple 💜 haze, donde me hace sentir como seres de luz moviendonos por el tiempo y el espacio sin entender comprender la dimensión en donde nos movemos sí es triste, pero así siento que la mayoría de personas se mueven obligados por el cochino dinero lleno de sangre y tristeza, y aún así culpable de todas nuestras desgracias a veces me preguntó si porque razón Pandora fue capaz de abrir esa caja y bueno la felicito por no dejar salir a nuestra esperanza que hoy en día es mi motor junto a los que amo y la esperanza de lograr todas mis metas.
El chicos detrás de la máscara está tan cansado de solo moverse como el resto quiero más buscare más, me superaré. A veces experimentó la sensación de salir de mi cuerpo y sentir, oler, escuchar, degustar, conozco cada parte de mi cuerpo y me mente se expande al montón de almas a mi lado y el montón de almas del mundo haciendo ruido, si que ruido tan codicioso tan cansón solo ruido por todos lados, toda está en movimiento pues la música y los sonidos se desplazan por ondas. Paré un momento solo para escuchar "the one I am" de zeebee está canción es tan capaz de calmarme y generar esa sensación de felicidad y querer bailar ser yo, es tipo música que cualquier persona no escucha retomando el tema, si estar fuera de mi cuerpo me doy cuenta de todos como respiran, gestos, movimientos involuntarios y me doy cuenta que aquí solo hay héroes y el resto son villanos, pues todos nos ponemos en un gran pedestal sin saber que tan malos somos oas bien que dirán de nosotros a nuestros puntos ciegos, angustia, miedo, rechazo, dolor, felicidad, ruido, psicosis y control mental. Otra canción "this felling" de noisestorm. Todos y cada uno experimentando cada sentimiento por separado y cada uno dentro de su caparazon.
Solo te diré una cosa a ti si tú el que escribe el que Lee, disfruta lo que tienes puta madre, tengo bloqueos es como si se me cerrara la mente, tal vez no es el momento de escribir o solo quiero escuchar la canción o son lagunas que literal no me dejan escribir. No estoy drogado solo estoy meditando y dejando salir palabras.
Mi yo de niño le gustaría decir algunas cosas démosle paso, hi how are you? Alex despeja tu mente cuídate hermano, sabes que tenemos metas sabes que queremos cosas Alex escúchame. Simplemente no estás loco simplemente no te dejes llevar tanto de las olas toma riendas de este barco toma el timón y si démosle inicio a este viaje que no pedimos pero hagamos que sea realmente emocionante nunca pudimos jugar tanto nos preocupaba mucho cosas que no tenían porque y si también nos tocaron y nos arrebataron la niñez no fue fácil, lloramos lo se estuvimos solos logramos medio salir y soltar todo lo que teníamos en nuestros hombros si alex estamos más ligeros que antes, "diamond heart", Alex escúchame te perdono si no logramos divertirnos como queríamos te perdono si no le defendiste en ese momento dónde nos arrebataban nuestra inocencia, nos obligaron a crecer y si alex somos fuertes por eso aun no dejamos que nos maten estos pensamientos. Yo soy tu lado loco dejame decirte que estoy para tí para defender y cuidar de todo lo malo, yo soy en quien te conviertes siempre que estamos en peligro soy yo el que te hace sentir esa sensación de sed de sangre de matar y también tengo mi lado bueno tonto deja de sobrepasar también estoy para tí para darte felicidad tonto. Yo soy quien te cuida de ese no tengo nombre solo existo en ti y soy quien te devuelve la forma de pensar y yo soy quien te hace razonar soy. "Home" tre. Y yo soy la niña que hay en tí se que me ocultas estúpido y si soy tu igual soy quien más quieres ser soy yo quien te da el sentimiento de amar y yo soy la que te hace bailar y hacer nuestros secretos en la ducha, soy yo bebe y te amo. Por otro lado yo soy quien debes ser ante los ojos de los demás y todos nosotros sin mencionar a otros somos tu vida. Somos JALER. Y estamos para para tí somos uno. Solo tu esencia. Somos arte y lo demuestras con tus manos somos vida y somos esculturas somos dibujos y somos tu ser no nos opaques y sigue dibujando y ahora sí empieza. En este momento simplemente con ganas de no escribir en este momento en la universidad se hacen las 6 y 10 ya casi comienza la clase, este es el momento de volver en tí y arriba en ti. Digo see you later "tinta faun" a veces debemos tomar el papel las nubes y los lápices o la tinta del mar y hacer arte; Porque el arte es todo aquello que te hace vivir y poner a soñar una gaita en nuestra vida. Flautas y tambores. Y a esto lo llamé
SOCIEDAD MULTIFUNCIONAL CON DISTINTAS CARAS Y PERSONALIDADES.
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Mi primer fic de la historia. Lo empecé a escribir el año pasado y me olvidé de él.
Si os gusta, habrá segunda parte 😉
Argumento: Friends to lovers (?). Tu insistencia por entrar en el club acaba con una inesperada revelación.
Palabras: 1702
Advertencias: Mención de desnudez (leve), angustia (leve).
��Necesitas un descanso?
Sí, por favor.
Por fin habías conseguido que Eddie te dejara entrar en club, o intentarlo al menos. Estabas harta de oírle hablar de sus campañas y la verdad es que sonaba interesante y divertido. Le habías sugerido que te dejara probar, pero no le entusiasmaba la idea. Hace una semana, después del ensayo, al oír a los chicos hablar de ello, lo volviste a sugerir, delante de todos. De nuevo, una negativa sin demasiado afán.
Joder, Eddie. dijo Gareth . Siempre estás intentando ganar adeptos a la causa, y cuando alguien te lo pide directamente, ¿pasas de su cara?
Eddie tenía sus motivos. Erais muy buenos amigos y le encantaba pasar tiempo contigo pero prefería guardarse algo que fuera solo suyo, igual que tú tenías tus movidas.
Pero el argumento de Gareth caló rápido en el resto del grupo, todos ellos parte también del Club del Fuego infernal, y el amo del calabozo se cubrió la cara con las manos, te miró de reojo y al verte con las cejas levantadas, disfrutando demasiado este momento, no tuvo más remedio que ceder.
Vale. Vale… PERO… estás entrando en un grupo de cierto nivel. Vas a tener que aprender rápido, según mis reglas. Y no quiero quejicas en mi club.
Sí, sí, sí, dijiste entre saltitos de alegría. Te lo prometo, eh..., maestro,… director,… señor,… Eddie. No te arrepentirás.
Joder, ya me estoy arrepintiendo. Admitió con media sonrisa.
*
Y ahí estabais, Eddie intentando enseñarte todo lo que según él debías saber antes de tener tu primera sesión. Como profesor, era puro caos, pero daba gusto ver cómo se transformaba cuando hablaba de este mundo.
Ya habíais cubierto todo lo básico, y habíais empezado a perfilar tu personaje. No acababais de poneros de acuerdo y ahí fue cuando Eddie sugirió un descanso.
Él se levantó del suelo y cogió su guitarra. Se sentó en la silla de su escritorio y se puso a practicar algunas melodías.
Tú te dejaste caer en la cama de Eddie, necesitabas descansar la cabeza.
Si te ayuda a decidirte, coge el cuaderno de mi mesilla y echa un ojo.
Era igual que el cuaderno que Eddie había usado para enseñarte todo, con años de anotaciones, ideas y divagaciones varias. Pero al abrirlo viste a qué se refería. Eran dibujos. Dibujos de personajes, enteros o a trozos. Caras, armas, detalles de trajes y armaduras.
¿De dónde has sacado esto?
De mí. Me refiero, es mío.
¿Tú has dibujado todo esto?
Eddie asintió, mirándote directamente a la vez que improvisaba un punteo.
Pero esto es increíble ¿desde cuándo dibujas?
Desde pequeño. Antes de tener a esta pequeña, también necesitaba tener un desahogo creativo. Y el papel y las pinturas eran de las opciones más baratas.
Qué calladito te lo tenías. Le dijiste, sin apartar los ojos de las páginas. Es usted una caja de sorpresas, señor Munson.
Su respuesta fue una sonrisacon una pequeña reverencia.
Te pasaste un buen rato escudriñando cada dibujo. Podías apreciar la evolución cada cierto número de páginas. También reconociste al propio Eddie en algún personaje. Y más adelante, al resto de los miembros del club.
La verdad es que esto no ayudaba, el aporte visual solo hacía que quisieras ser todos los tipos de personajes. Eddie tenía alguna duda, pero según te había dicho, lo tenía bastante claro. Pero quería diseñar el personaje contigo. Ya tendría tiempo de mangonearte en las campañas, te había amenazado con media lengua fuera.
No estabas segura de cuánto tiempo llevabas mirando los dibujos de Eddie, pero él tampoco parecía cansarse de tocar, así que no te diste especial prisa. Tenías curiosidad, eso sí. ¿Habría hecho algún dibujo de la idea que tuviera para tu personaje? No estabas segura de si Eddie querría que lo vieras, así que te incorporaste hasta estar sentada con la espalda en el cabecero de la cama, las rodillas contra el pecho y el cuaderno sobre ellas.
Pasaste las páginas un poco más deprisa hasta que reconociste una cara femenina.
Ahí estabas, y para todos los gustos. Por lo visto sí que había tenido sus dudas. Había bocetos de casi cada opción. No sabías de dónde había sacado el tiempo para dibujar todo esto en una semana. ¿Es que los había hecho antes de acceder a que entraras en el club? Pero para qué. Estabas confusa.
Desde luego este era un mundo de fantasía. Las proporciones de algunos de los personajes eran ridículas. Yo no tengo esa cintura, pensaste para tus adentros, y desde luego no tengo esas tetas. Por alguna razón, todos los bocetos empezaban a tener elementos comunes. Y cada vez menos ropa. Joder, Eddie, de qué vas. Al ver que las paginas se quedaron en blanco, a punto estabas de cerrar el cuaderno y tomarle el pelo al respecto. Pero al pasar una página más, no podías creer lo que estabas viendo. Seguía habiendo dibujos, pero esto no eran bocetos de personajes. Esto era otra cosa. Las proporciones y la ropa dejaron de ser el problema.
Estabas segura de que te temblaba el pulso. Cada curva, cada postura hacía que se te encendieran las mejillas. Querías dejar de mirar pero no podías. Dios santo, qué era esto. ¿Era consciente Eddie de lo que estabas viendo? ¿Te lo había dado a propósito? Seguro que no. Él estaba tan tranquilo, ajeno a la situación, mientras a ti prácticamente te lloraban los ojos del calor que desprendía tu cara.
No podías dejar de pensar que la cara de todas esas elfas y pseudo guerreras, que de manera tan natural estaban de espaldas sobre sus rodillas mirando por encima del hombro, o tumbadas arqueando la espalda mientras su mano se perdía entre sus piernas… esa cara era la misma que habías visto en los primeros dibujos, era la tuya. ¿Pero qué tenías tú que ver con esto? Tú nunca te habías visto en ninguna postura semejante, ni en tus sueños más salvajes.
No podías moverte pero el corazón te iba a cien, y no sabías si decir algo o hacer como que no habías visto nada. Eddie dejó la guitarra en su soporte y al notar el cambió en tu respiración te miró intrigado. Conseguiste apartar los ojos del cuaderno, solo para encontrarte con los marrones de tu amigo.
Eh, Eddie… titubeaste con un hilo de voz.
¿Qué te pasa? ¿Te encuentras bien? Parece que hayas visto un… empezó a decir, burlón. Hasta que bajó la mirada y cayó en la cuenta de lo que tenías en las manos.
Joder, exclamó. Mierda, puta, joder. No paraba de decir mientras se abalanzaba para quitarte el cuaderno de las manos.
No… No tenías que haber visto esto. No… Mierda. Empezó gritando pero su voz se hizo se hizo un susurro mientras se tapaba la cara con la mano.
Eddie… ¿qué…? era lo único que podías articular, vagamente señalando el cuaderno.
Por favor, no… mierda. No… vete, por favor. Eddie no paraba de moverse por su cuarto, lanzó el cuaderno violentamente al suelo y se tapó la cara con las manos mientras farfullaba contra ellas.
Eddie, yo no sabía…
Puedes, por favor… Ahora mismo no puedo… ¡Vete!
Jamás le habías oído gritarte de esa manera. Automáticamente se te formó un nudo en la garganta. No querías que se sintiera más incómodo, así que cogiste tus cosas tan rápido como pudiste y las metiste en tu mochila sin ningún orden. La cremallera falló un par de veces y la pura impotencia hizo que explotaras. Empezaron a brotar lágrimas de tus ojos sin que pudieras evitarlo, y entre sollozos seguías intentando cerrar la maldita mochila.
Al escucharte llorar, Eddie salió de su torbellino propio e intentó acercarse a ti, cogiéndote tímidamente del brazo.
Ey, ey, no, por favor. Es lo único que pudo decir.
Eddie, lo siento, de verdad. Acertaste a decir entre lágrimas.
¿Qué lo sientes?
No… no tenía que haber seguido mirando. No sabía lo que era, te lo prometo.
Pero, dijo confundido. ¿Me estás pidiendo perdón tú a mí? Joder, no sé ni cómo eres capaz de dirigirme la palabra después de lo que has visto. ¿Cuánto has visto?
No lo sé… ¿Todo? Aún intentabas recobrar el aliento.
JoDER, exclamó, mientras intentaba calmarse. Tras un suspiro, te puso las manos en los hombros, mirándote pero sin atreverse a subir la mirada. Mira, de verdad que no me acordaba que eso estaba ahí cuando te he dicho que cogieras el cuaderno. Por favor, no te enfades conmigo, no me odies. Perdóname, por favor. ¿Quieres que los rompa? Los rompo aquí y ahora.
No, Eddie… no los… solo quiero saber…
¿Sí? Dijo, por fin mirándote a los ojos.
Soltaste la mochila, ni te habías dado cuenta de que la tenías agarrada con todas tus fuerzas, y te sentaste en la cama.
Quiero saber, cogiste aire, aún entrecortado. Quiero saber qué… por qué… dijiste señalando el cuaderno. Aún te temblaba el pulso.
Sí, claro, dijo. Suspiró, se frotó los muslos con las manos y se sentó a tu lado.
A ver… cómo te lo explico sin parecer un pervertido.
Es tarde para eso, Munson. Nos conocemos demasiado, dijiste intentando sonreír. Lo siento, sigue.
Al principio, eran como el resto ¿sabes? Pero la verdad es que nunca había dibujado, ya sabes… chicas. Y, no sé, un día estaba sombreando uno de los dibujos y al difuminar con el dedo… algo me hizo click en la cabeza, no sé.
Estaba nervioso, no paraba de gesticular y agarrarse los brazos.
Vale, eso lo puedo medio entender. Estás a lo tuyo y de repente te ves tocando una teta imaginaria… Pero de ahí a… No sé, al nivel de detalle de los otros dibujos…
Sí, bueno… Intenté no darle más importancia. Pero un día hojeando una, ehm, revista… Bajó la mirada.
¿Te refieres a las Heavy Metal que te crees que sabes esconder?
Sí, justo esas, sonrió. Bueno, pues un día, hojeando una, vi un par de ilustraciones… digamos sugerentes, y pensé en intentar dibujar algo parecido.
Bien. Ser tu propio dealer, mola. Los dos reísteis tímidamente. Pero… esta era la pregunta que más temías, ¿por qué seguiste dibujándome a mí?
Mierda. ¿No me voy a librar de esta, verdad?
#Eddie munson español#eddie munson smut#eddie munson smut español#stranger things fanfiction#stranger things fanfiction español#eddie munson fanfiction español#eddie munson x female reader#eddie munson x t/n#eddie munson fanfiction#eddie munson x y/n
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ㅤ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀𝖭𝖠𝖳𝖤 𝖠𝖱𝖢𝖧𝖨𝖡𝖠𝖫𝖣. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ᵘᶰᶤᵛᵉʳˢᵉ / 𝗚𝗢𝗟𝗗𝗘𝗡. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ 𝖮𝖼𝗍𝗈𝖻𝖾𝗋 𝟤𝟢𝟢𝟪, 𝗍𝗁𝗎𝗋𝗌𝖽𝖺𝗒 𝟤𝟥. 𝖬𝖺𝗇𝗁𝖺𝗍𝗍𝖺𝗇, 𝖭𝖾𝗐 𝖸𝗈𝗋𝗄. ⠀⠀⠀—⠀⠀⠀𝗗𝗜𝗡𝗡𝗘𝗥 𝗜𝗡 𝗛𝗢𝗡𝗢𝗥 𝗢𝗙 𝗖𝗬𝗥𝗨𝗦 𝗥𝗢𝗦𝗘: 𝟭. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀—Dinos, Nate, ¿ya tienes Universidad? ⠀⠀⠀—De hecho, somos hombres Dartmouth —se apresuró a responder el Capitán Archibald, robando la respuesta de la boca de su hijo. ⠀⠀⠀Si tan sólo supiera… ⠀⠀⠀—Sí —contestó Nate momentos después, no con la misma seguridad de su padre—. Mi papá siempre habla muy bien de Dartmouth —dijo viendo a quien había formulado la pregunta, después fijó sus azules ojos en su progenitor—. Pero quisiera ver en el oeste. No lo sé… tal vez USC, UCLA, … ⠀⠀⠀—Su madre no quiere ni oírlo —interrumpió el Capitán, restándole importancia a las palabras de Nate, desviando la mirada al resto del grupo. Cuando se trataba de universidades, menospreciar los deseos de su hijo era su especialidad—. Dartmouth ya es muy lejos para ella. ⠀⠀⠀Nate se quedó en silencio entendiendo el gesto. Su padre exigía lo mejor de él, y lo mejor de él, ante aquellos ojos estrictos, era que asistiera a Dartmouth University. ⠀⠀⠀—Sí, Bueno —N asintió, amordazado, y movió su vaso de whisky en movimientos circulares escuchando el tintineo del hielo contra el cristal—. Dartmouth es mi primera opción —dijo con entusiasmo y mostró una sonrisa de gusto que desapareció en cuanto el vaso tocó sus labios y le dio un buen sorbo a su bebida; para no saber mentir, lo había hecho excelententemente bien. No estaba dispuesto a crear ningún tipo de escena en ese momento, y mucho menos a contradecir a su padre. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Nate y sus amigos pertenecían al tipo de familias que consideraban que beber era tan común como sonarse la nariz. Sus padres tenían la idea semieuropea de que cuanto más acceso tuvieran los chicos al alcohol, menos probabilidades tendrían de abusar de él. Por lo tanto, Nate y sus amigos podrían beber lo que quisiesen cuando quisiesen, siempre que sacasen buenas notas, conservaran la postura y no hicieran el ridículo de vomitar en público, orinarse en los pantalones o andar gritando en la calle. La misma regla se aplicaba a todo lo demás como el sexo o las drogas: mientras guardaran las apariencias, todo estaba bien. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀En aquel preciso instante, Cyrus Rose, el nuevo novio de la madre de Blair, estaba en el otro extremo del salón saludando a los invitados a la cena. Daba grandes risotadas y era muy tierno con Eleanor Waldorf, pero no era el padre de Blair. El año anterior el padre de Blair se había marchado a Francia con otro hombre. El señor Waldorf vivía ahora en un castillo y se dedicaba a los viñedos junto con su nueva pareja. Por supuesto que nada de eso era culpa de Cyrus Rose, pero a la novia de Nate eso le traía sin cuidado. Blair consideraba a Cyrus un gordo inútil y totalmente insoportable. Sin embargo, esa noche ella tenía que soportar a Cyrus Rose porque la cena de su madre era en honor a él, y todos los amigos de los Waldorf estaban ahí para conocerlo: los Bass, con sus hijos Chuck y Donald; el señor Farkas y su hija, Kati; el conocido actor Arthur Coates, su esposa Titi y sus hijas, Isabel, Regina y Camilla y el Capitán Archibald, su esposa y su hijo Nate. Los únicos que faltaban todavía eran el señor y la señora Van der Woodsen, cuya hija, Serena, y su hijo Erik, se encontraban estudiando fuera. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀—¡Nathaniel! —Exclamó Cyrus Rose de repente, abriéndose paso entre la gente para conseguir cruzar toda la sala hasta llegar al muchacho. Nate no lo conocía personalmente, pero, como todos, sabía quién era—. Eleonor me ha dicho que eres el novio de Blair —dijo entonces, y con una confianza como si estuvera construida en años, sujetó el hombro de Nate. ⠀⠀⠀Cyrus estaba demasiado entusiasmado y hacía un comentario tras otro, así que no le había dado oportunidad a Nathaniel siquiera para presentarse debidamente, o para devolver el saludo, o algo de gratitud, pues lo había salvado de seguir hablando de universidades y futuros. ⠀⠀⠀—Llevan saliendo mucho tiempo, ¿verdad? —preguntó y le dio a Nate una palmada amistosa en el brazo. ⠀⠀⠀Cyrus tenía el aspecto de alguien que te ayudaría a elegir un par de zapatos en Saks: calvo, con un pequeño y poblado bigote y un estómago apenas disimulado por el brillante traje cruzado azul. Hacía tintinear las monedas del bolsillo incesantemente y, cuando se quitó la chaqueta, que ahora descansaba doblada en uno de sus antebrazos, quedaron al descubierto unas desagradables manchas de sudor en sus axilas. ⠀⠀⠀—¿Ya te has acostado con ella? —añadió, y el joven Archibald sospechó que tanta animosidad debía estar ligada al hecho de que estuviera bebiendo manhattans desde hacía un buen rato. ⠀⠀⠀—Eh… —Nate miró a Cyrus, luego a su padre, y luego a Cyrus otra vez. “𝘚𝘪 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘮𝘪́, 𝘭𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳𝘪́𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰”, pensó—. Bueno, no conocemos prácticamente desde que nacimos… pero realmente llevamos saliendo apenas un año. No queremos arruinar nada al apresurarnos, ¿sabe? —contestó estando seguro de que se había puesto más rojo que el tapizado del diván francés del siglo dieciocho que tenía a un lado. ⠀⠀⠀No supo qué era lo que más incomodidad le causaba, si el hecho de que el novio de la madre de su novia le estuviera haciendo esas preguntas, o que su padre y los amigos de éste estuvieran muy atentos a la respuesta. Pero Cyrus lo seguía viendo con algo de emoción y no dejaba de apretarle el hombro con aquella mano maciza, esperando algo más. ¿Qué se suponía que tenía que decirle? ⠀⠀⠀—No queremos hacer nada sin estar preparados —Nate completó su previa respuesta, repitiendo lo que Blair siempre le decía cunado le preguntaba si estaba lista para hacerlo o no. ⠀⠀⠀—Exactamente —dijo Cyrus y le volvió a dar un apretón en el hombro. Llevaba uno de esos brazaletes de Cartier que uno se ponía y no se quitaba más (muy populares en los ochenta y no tan populares ahora, a menos que volviera la onda retro)—. Déjame que te de un consejo: no escuches una palabra de lo que dice esa chica. A las chicas les gustan las sorpresas. Quieren que no se pierda el interés, ¿me comprendes? ⠀⠀⠀Nate asintió con la cabeza, el ceño fruncido. Intentó recordar la última vez que había sorprendido a Blair. Lo único que pudo recordar fue la vez que le compró un helado al irla a buscar a la clase de tenis. De aquello hacía un mes y no había sido nada del otro mundo. Al paso que iban, Blair y él no follarían nunca. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Aquella noche Nate llevaba el suéter de cashmere verde musgo de escote en V que Blair le había regalado en Semana Santa, cuando el padre de ella los había llevado a esquiar a Sun Valley una semana. Un jueves él y B se estuvieron besando un largo rato, sus mejillas calientes y frías al mismo tiempo de estar todo el día bajando por las pendientes. La calentura los llevó hasta la habitación del hotel, y cuando él la comenzó a desvestir ella se sentó de golpe e hizo que Nate se detuviera. Llevaba parándolo hasta el día de hoy. A veces Nathaniel creía que Blair estaba jugando con él; tras el verano, donde su novia se había ido a Carolina del Norte y él se había ido a navegar con su padre por la costa de Maine, había surgido la esperanza de que, al volverse a ver, por fin, Blair estaría lista, pero habían pasado dos meses y seguían en lo mismo. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀
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WHAT's IN? - L'Arc~en~Ciel ken no Ho-Dan-Ga-Ho (feat. Aki)
K → Editor de What's In? R → Uno de los managers de Ken. O → Periodista.
[he omitido la primera parte de la entrevista]
ken: Bueno, entonces, ¿la gente le da esto [kobumaki] a las chicas como regalo? O: Está bien si lleváis saliendo bastante tiempo, pero si es el primer regalo, la gente le dará muchas vueltas (risas). R: De alguna manera, hay un sentir general de que si la tarta le pega a Disneyland, el kobumaki debería ir con Hanayashiki. Generalmente, uno pensaría que la primera cita debería ser en Disneyland, ¿no? ken: ¿Eh? ¿Es así? K: Por supuesto también creo que Hanayashiki está bien, pero con Disneyland puedes estar más seguro de que os lo pasaréis bien, ¿no? ken: Guau~ No entiendo esa forma de pensar. En mi caso, puedo ir a Disneyland hasta a solas con Ein. Todos: ¡¡Eh~~~~~!! ken: ¿Hay algo que me haga ganarme estos abucheos? K: El problema aquí es el significado de la existencia de Disneyland. ken: ¿Insinúas que Disneyland existe por un motivo diferente al del resto de parques de atracciones? K: Eso es. El mundo tiene una visión agridulce de Disneyland. Como los humanos imponen sus valores sobre otras personas, si Ein-san y tú vais juntos a Disneyland, van a imaginarse cosas agridulces sobre vosotros. ken: Vale, ¿y si es un grupo de 5 personas? R: Aunque creo que está bien si vas en grupo, es mejor si intentar incluir a una chica. ken: Pero dos de mis amigos han ido a USJ [Universal Studios Japan] juntos, y no mencionaron que la gente les mirase de esa forma. K: Eso es probablemente porque USJ da la impresión de que la gente lo visita de verdad por las atracciones en sí. R: Así es. Disneyland es el único lugar que nos da esa impresión. ken: ¿Eh? ¿O y H (mánager) también piensan igual? O: No tengo ningún interés en Disney ni en una cita en Disneyland, pero si fuese a ir, incluso yo diría "Kya~, MICKEY". H: Yo también, si alguna vez dices que vas a ir a solas con Ein-san, os tendré que parar. ken: En fin~. Yo solía pensar en Disneyland como un lugar al que vas para reírte de las reacciones exageradas de las chicas que montan en las atracciones. Me pregunto si el resto de la gente aparte de nosotros 5 también piensa igual. K: Vamos a probar a preguntarle a la Sra. T. (Siguiendo la sugerencia de ken, no hemos compartido el contenido de la conversación y le hemos preguntado qué pensaría si viese a dos hombres juntos en Disneyland) T: Ah~, pensaría que tienen ese tipo de relación. O incluso "¿qué les ha pasado?" (risas). ken: ¿No pensarías que son amigos que lo visitan en su tiempo libre? T: Nooo, eso es imposible. Me vería obligada a usar la imaginación (risas). Ese es el tipo de lugar que es Disneyland, ¿no? (El mánager escuchó de fondo la conversación) I: Lo he oído, ken-san, ¡esto es lo que no debes hacer! ken: ¡Eh~! Estoy tan desfasado con este mundo... Si no me inculcáis una mayor conciencia, cometeré errores. K: Disneyland es una fantasía dirigida a mujeres y niños. Es un mundo establecido gracias a la decisión de los hombres de seguirles el rollo. (Aki de SID pasa por ahí) ken: Si te invitase a ir conmigo a Disneyland porque tenemos tiempo libre, ¿te negarías? Aki: No. ken: ¿Querrías que invitase a otra chica o algo? Aki: No, incluso si vamos solo dos chicos, me da absolutamente igual. ken: ¿Veis? ¿Veis? R: Si descubriese que ken-san y Aki van a ir juntos a Disneyland, os detendría cueste lo que cueste. K: Ya he dicho que no funcionaría, dos hombres no pueden simplemente entrar en un mundo de fantasía de esa manera. ken: Pero está bien si solo vamos a reírnos, ¿no? Venga (buscando aprobación). Aki: Gente, si sabéis que Disneyland es una fantasía, entonces espero de vosotros que entendáis que la edad y el sexo dejan de tener importancia en el momento en el que pones un pie dentro, ¿vale? Quizás la gente que se raya por cosasa así son en realidad los que no son normales. (Todos se quedan sin aliento al darse cuenta) ken: Aki... debes ser una persona popular, ¿no? Aki: ¿Qué tiene eso que ver con nada? (risas) ken: Quiero decir, esta gente no lo entendía sin importar los argumentos que diese, pero tú has capturado sus corazones con una palabra y les has hecho hacer "¡ah!". R: Pero ken-san, el único argumento que nos diste fue que, en lugar de ser un sitio para tener una cita, Disneyland es un lugar al que vas por diversión (risas). Aki: Si vas a Disneyland, el sexo no es lo único - tu trabajo tampoco tendrá importancia, así que ponte orejas de Mickey, lleva globos y conviértete en una parte de ese mundo; eso bastará. O: Qué adulto... ken: La próxima vez que no se acepten mis opiniones, ¡fijo que llamo a Aki! Aki: Por favor, pídeme mi número de teléfono primero (risas). ken: Hasta reaccionas como un adulto (risas).
············································
K → Editor for What's In? R → One of ken's managers. O → Female writer.
[the first part of the interview is omitted]
ken: Well then, do people give this to girls as presents? O: It's alright if you've been dating for a long time, but if it's the first present ever, it'll make people read too much into it (laughs). R: Somehow, there's a general impression that if cake goes with Disneyland, kobumaki should go with Hanayashiki. Generally, one'll think the first date should be at Disneyland, right? ken: Eh, is that so? K: Of course I think Hanayashiki is good too, but with Disneyland you can be more certain that you'll have fun, right. ken: Uwa~ I don't get that kind of feeling. For me, I can even go to Disneyland with Ein alone. Everyone: Eh~~~~~!! ken: Is it something that warrants such booing? K: The problem here is the meaning of the existence of Disneyland. ken: You mean Disneyland exists for a reason different from all the other amusement parks? K: That's right. The world has a bitter-sweet view of Disneyland. Because humans will force their own values upon other people, if you and Ein-san go to Disneyland together, they will have bitter-sweet imaginations about you. ken: Right, what if it's a group of 5? R: Although I think it's alright if you go in a group, it's better if you try to include a girl in your midst. ken: But two of my guy friends went to USJ together, and they didn't mention people looking at them that way. K: That's probably because USJ gives the impression that people visit it for the actual attractions. R: That's right. Disneyland is the only place that gives us that feeling. ken: Eh, do O and H (manager) think so too? O: I have no interest in Disney nor a date at Disneyland, but if I were to enter it, even I would go, "Kya~, MICKEY" H: Me too, if you ever say you're going there alone with Ein-san, I'll have to stop you. ken: Whatever for~. I used to think Disneyland's a place where you go to laugh at the exaggerated actions of girls operating the rides. Wonder if everyone besides the 5 of us here think this way too? K: Then let's try asking Ms T. (According to ken's suggestion, we didn't divulge the conversation's content and asked her what she would think if she saw two men at Disneyland together) T: Ah~, I'll think they have that kind of relationship. Or even 'what happened to them'? (laughs) ken: Won't you think they're friends visiting in their free time? T: Nooo, that's impossible. I'll have to use my imagination (laughs). That's the kind of place Disneyland is, isn't it? (Manager I overheard the conversation) I: I heard that, ken-san, this is the one thing you musn't do! ken: Eh~! I'm so out of step with this world...... If you don't hammer more of such awareness into me, I'll make mistakes. K: Disneyland is a fantasy targeted at women and children. It's a world established on the men's agreement to play along. (SID's Aki passes by) ken: If I invite you to go with me to Disneyland because we have free time, will you refuse? Aki: I won't. ken: Won't you want me to invite another girl along or something? Aki: No, even if it's just two guys, I won't mind at all. ken: See! See! R: If I find out ken-san and Aki are going to Disneyland together, I'll stop you at all costs. K: I said it won't work, two guys can't just step into a fantasy world like that. ken: But it's okay if we're only going there to laugh, isn't it. Come on (seeking agreement) Aki: Everyone, if you know Disneyland is a fantasy, then I expect you do understand that age and gender won't matter the moment you step inside, right? Perhaps people who get hung up over something like that are the truly unnatural ones. (Everyone gasps in realisation) ken: Aki...... you must be a popular person, right? Aki: What does that have to do with anything (laughs). ken: I mean, these people wouldn't understand no matter how much I pleaded, but you captured their hearts with one word and made them go "ah!" R: But ken-san, the only point you made was that instead of being a dating spot, Disneyland is a place where you go for lulz. (laughs) Aki: If you go to Disneyland, gender isn't the only thing - your profession won't matter either, so put on Mickey ears, carry balloons, and be part of that world; that'll do. O: Such an adult...... ken: The next time my opinions aren't accepted, I'll definitely call Aki! Aki: Please ask for my phone number first (laughs). ken: You even react like an adult (laughs).
Español: Reila English: Gurakko
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Un lunes fresco en Buenos Aires. El sol primaveral iluminaba perezosamente las ramas del bioclub.
En el ya muy familiar Laboratorio de Biosistemática 1-A, el mate pasaba entre los seis biopunks, que estaban felices de ponerse al día después de una larga semana.
Bueno, todos menos Marcos. Quien no pudo evitar notar que las noticias de hoy no eran muy productivas.
-Che, Flor. ¿Al final no pudiste hacer la simulación de la cadena trófica? - preguntó, un poco frustrado.
-Ay Marqués, vos sabés que no. Estuve de niñera todo el fin de semana. -Contestó Florencia, mientras regaba las ramas del balcón.
-¿...y el resto de la semana?
-Mark. ¿Vos pensás que los chicos crecen en una semana o qué? Tenés alguna idea del desarrollo psicológico, mental, espiritual, el camino que tienen que reco-
-No, no está bien. Yo también anduve con dramas familiares, tuvimos que andar a las corridas al veterinario...
-¿Que pasó? - Preguntó Florencia, preocupada.
-Nada. Fito anduvo comiendo chocolate.
-¿De vuelta? Preguntó Melanie.
-De vuelta. Y vos Melanie, ¿que me contás?
-Estuve ocupada también estos días. Tuvimos un debate dentro del partido - el partido estudiantil de la Corriente Biosocialista Antimperialista Latinoamericana, del cual era la presidenta - y creo que la mitad del partido quiere armar su propia corriente aparte. Estuve tratando de arreglar ese tema.
-¿Tu partido no son tipo, 4 vagos, incluida vos? -Preguntó Ariel, mientras armaba forobardo con su celular.
-Sí... ¡No, no, pará! -Reaccionó Melanie - ¡Vos también estás adentro!
-Sí, ¡porque me anotaste y me prometiste un pack de cerveza! ...que todavía me debés. - Reprochó Ariel
-¡Y si no nos ayudás militando para cambiar las condiciones materiales de esta sociedad, no la vas a tener tampoco! - Proclamó Melanie.
-Ariel. -Marcos interrumpió la inevitable discusión política. - ¿Vos que onda?
-Estuve todo el finde programando mods para Elder Scrolls Forever. - Contestó Ariel, descaradamente.
Marcos suspiró.
-Vos sabés que aprecio muchísimo tu sinceridad, Ariel. - Marcos dijo sarcásticamente.
-Yo también te re quiero, Marco Antonio.
-Yo sé que sí. -Contestó Marcos en el mismo montono.
-Vos sabés. - Ariel dijo, cebando otro mate, que pasó a Marina.
Viendo a Marcos, ya sabía que pregunta se venía. Y ella que se estaba entreteniendo tanto escuchando las respuestas de los demás...
-Bueno, yo pude avanzar un poco con los bugs de la cadena de transporte termofílica. -Dijo, orgullosa.
-¡Vamos todavía! -Suspiró Marcos, cerrando el puño, mirando al techo.
-...Más entonces tuve que hacer otras cosas, y bien... todo eso quedó un poco por la mitad... - Continuó Marina.
-¿Que cosas? -Preguntó Marcos, sin notar la sonrisa pícara de Marina.
-Escribir.
-¿...Escribir qué?
-Em... fanfiction.
-Fanfictions de qué, Marina... -Suspiró Marcos, cansado. Marina solamente sonrío.
-No quieres saber. -Le contestó, sacandolé la lengua.
-La verdad que no. ¿Te dieron muchos kudos, al menos?
-Si. 200 y algo. - Dijo, con orgullo.
-Eso es bastante bueno. - Afirmó Florencia.
-Sí, la verdad que sí. -Dijo Melanie, asintiendo con la cabeza.
-Ay, obrigada, meninas... -Agradeció Marina, mientras Ariel y Pancho levantaban el pulgar.
Marcos se admitió a sí mismo que sí, era bastante bueno. Después tendría que insistir y preguntar de que era, exactamente.
Pero ahora su mirada, como las de todos los demás, estaba enfocada en su amigo cetáceo.
-Y Pancho, ¿supongo que no tenés buenas noticias para Marquitos tampoco? - Ariel rompió el hielo.
-CON RESPECTO AL PROYECTO, DESAFORTUNADAMENTE NO AVANCÉ DEMASIADO. PERO SI LES INTERESA, ESTE FIN DE SEMANA ESTUVE CON LOS PLUMA VERDE Y LOS SATURNINOS - las bandas de música tropical de cotorras y coatíes inteligentes, respectivamente, que vivían en la copa del bioclub - TUVIMOS UN INTERCAMBIO CULTURAL MUY INTERESANTE. Y PRACTICAMOS RUTINAS DE BAILE PARA EL CARNAVAL. - Explicó Pancho en su monotono usual.
Marcos simplemente miró al techo del bioclub, tratando de encontrar algún patrón en las vetas, alguna señal divina que lo salve de esta existencia.
-¿LES GUSTARÍA VER? - Preguntó el delfín, interrumpiendo la meditación de Marcos.
Fue en ese momento en donde Marcos extendió sus metafóricas alas, dejandosé llevar por los vientos de la procastinación, la irresponsabilidad, y el ritmo popular y tropical.
-Obvio que sí, Pancho. Mostrános.
Sin ninguna otra palabra de por medio, Pancho caminó a un espacio cerca de la entrada del laboratorio. Con un movimiento de su aleta activó los parlantes que siempre estaban guardados en la mochila de su traje, junto a las biobaterías y las reservas de agua, y un ritmo sabroso llenó el laboratorio.
Las piernas robóticas de Pancho usaron sus capacidades extendibles de bioplástico para hacer una rutina de salsa espectacular, mientras Marcos simplemente asintió con la cabeza, y los demás le alentaban a más.
Y así Pancho, con su voz sintética usual empezó a cantar:
-MA-YO-NE-SA, ELLA ME BATE COMO HACIENDO MAYONESA...
#cosas mias#no se tomen esto demasiado en serio lo escribí en media hora#aparte marcos no suele ser ni tan mandón ni tan amargado#y todo el mundo sabe que los argentinos no esperan turno para hablar#soft biopunk
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levihan - oneshot
De las veces que en la Legión se pasaban de copas…
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El aire apestaba a alcohol y Levi tuvo que reprimir las inminentes ganas de vomitar. De seguro todo era culpa de Moblit y, si bien tener que lidiar con Hanji a diario era razón suficiente como para querer emborracharse hasta perder la consciencia, tampoco era justificativo para causar semejante alboroto. ¿Cómo rayos había permitido Erwin que todo se saliera de control tan pronto?
Hizo la escoba a un lado y salió a buscarlo echando humo, molesto. Para su fortuna, no tuvo que recorrer el cuartel entero ni durante demasiado rato; el comandante acababa de doblar por el pasillo y estaba ingresando al comedor.
-¿Te parece divertido que tus soldados beban como descerebrados estando a semanas de una expedición importante?- lo interceptó. Erwin, que llevaba una botella de vino bajo el brazo, lo miró sonriente y apoyó una mano en su hombro.
-Creo que han estado entrenando muy duro y que se merecen un descanso.- lo palmeó.- Tú también puedes unírtenos. Una tarde libre no te va a matar, Levi.
Él lo sopesó durante algunos minutos y observó la escena que dejaba entrever la puerta abierta de par en par. Afuera, sentados sobre las ruinas del castillo, algunos veteranos se reunían en ronda junto con los mocosos novatos. Todos, o al menos la mayoría, reían y conversaban animadamente con vasos llenos a rebosar en sus manos. Incluso notó que Mike tocaba una suave melodía de fondo con la guitarra. Las grandes reuniones sociales nunca habían sido lo suyo.
-Mejor paso, gracias.- se negó, dándose media vuelta para comenzar a caminar en dirección a su cuarto. Si las tropas de exploración en su totalidad habían decidido perder la cabeza por una noche, él no iba a formar parte ni hacerse cargo. Tampoco quería escucharlos cantar a los gritos cuando ya estuvieran demasiado ebrios como para reparar en ello.
-¿Pasar de qué?- habló a sus espaldas una voz que él muy bien conocía. ¿Hacía cuánto tiempo que estaba allí? Ni siquiera la había oído llegar.
-He autorizado a Moblit a que compre algo de vino para la Legión.- se metió Erwin.- Parece ser que todos están pasándosela de maravillas allí en el patio, ¿no vienes, Hanji?
Sus ojos castaños se iluminaron con alegría. Había estado trabajando durante horas encerrada en su laboratorio sin llegar a ningún resultado concreto, y la verdad era que no le desagradaba la idea de tomarse un pequeño recreo junto a sus compañeros.
-¡Sí!- exclamó, entusiasmada. Luego, se dirigió hacia Levi.- ¿Qué hay de ti? ¿No te sumas a la diversión, capitán?
Él la fulminó con la mirada.
-Limpiar es mi tipo de diversión.- se jactó, extendiendo una mano para recoger nuevamente la escoba y llevársela de allí. Sin embargo, Hanji se le adelantó y logró arrebatársela antes de que él pudiera reaccionar.
-Nada de eso. Ahora es mi rehén.- le sacó la lengua, colocándosela bajo el brazo.
-¡Devuélvemela, idiota!- bufó Levi.
Hanji no pensaba ceder.
-Sólo si nos acompañas a Erwin y a mí.- repuso con suficiencia.
Levi paseó la vista entre su compañera, que continuaba sujetando su preciada escoba nueva contra su cuerpo, y el comandante, que contemplaba toda la escena de lo más entretenido recargado contra el marco de la puerta trasera, meneando la cabeza.
-¿No vas a decirle nada?- le pidió a éste último.
Erwin se encogió de hombros.
-No creo que sea necesario.- sonrió, precipitándose velozmente al exterior. Hanji, que no tardó en captar el mensaje, lo siguió de inmediato aún con la escoba a cuestas y Levi, de mala gana, salió también tras ella. Había sido emboscado.
Afuera los últimos rayos del sol de la tarde se colaban a través de las copas de los árboles, pintando las hojas verdes de un dorado cálido. La porción de cielo que las murallas les permitían ver les regalaba un espectáculo de colores; un anaranjado casi fluorescente fundiéndose con el celeste de la noche. El aire aún se sentía cálido contra la piel, aunque todos sabían que no duraría demasiado. Abel y Nifa habían ordenado a Eren y a Jean que fueran a buscar leña para encender una fogata, y ahora ambos regresaban peleándose como de costumbre.
-¡Te dije que si rodeábamos el cuartel llegaríamos más rápido, imbécil!- gritaba Jean.
-¡Y yo te dije que si tomábamos el camino contrario alcanzaríamos a juntar más troncos!- refutó Eren.
Levi reprimió el impulso de poner los ojos en blanco.
-Ya, mocosos.- intervino.- O sino mañana los haré comer lodo durante el entrenamiento.
Eren y Jean enderezaron mucho la espalda, un poco asustados ante las amenazas de su superior.
-Sí, capitán.- asintieron al unísono, poniéndose serios de pronto. Hanji, que había quedado unos pasos por delante de Levi, lanzó una mirada sugestiva en su dirección, impresionada ante el inmenso respeto que parecían tenerle sus subordinados. Los chicos depositaron la leña en el suelo y corrieron a sentarse junto al resto del grupo.
-Resultas bastante intimidante para ser de tamaño tan pequeño.- se burló ella. Levi la miró con odio.
-Será mejor que tú también empieces a correr, sucia cuatro ojos.- le advirtió. Hanji obedeció sin chistar y trotó un corto trecho hasta donde se encontraban sus compañeros, muerta de risa. Levi iba tras ella; después de todo, no quería perder de vista su escoba.
En la ronda Armin y Eren intentaban avivar el fuego, Historia y Mikasa charlaban amistosamente con Petra, Moblit bebía como si no hubiera un mañana y Connie, Jean y Sasha intentaban robar la botella de vino a los pies de Erwin.
-¡Pero miren quiénes han llegado!- exclamó Mike, haciendo la guitarra a un costado. Con un movimiento de cabeza, señaló a Levi y a Hanji.- ¡Los tortolitos!
Todos se rieron, a excepción de Moblit, que dio otro trago a su bebida. Levi hizo caso omiso del comentario de su compañero.
-Calla, idiota, que a ti te gusta Nanaba y nadie te lo echa en cara.- se defendió. Nanaba, que estaba prácticamente sentada en el regazo de Mike, se puso roja como un tomate. ¿Es que tan obvios habían sido?
-Me callaré cuando por fin te dignes a invitar a salir a Hanji.- le reprochó él, volviendo a su instrumento. Una bonita melodía comenzaba a hacer vibrar las cuerdas.
Levi resopló, rendido, y decidió sentarse a un lado de Erwin. Al lado suyo se ubicó Hanji.
-¿Me sirves un poco de vino?- pidió ella. El comandante recogió la botella a sus pies y le tendió un vaso.
-¿Tú no quieres, Levi?- ofreció.
Él negó con la cabeza. La verdad era que prefería una buena taza de té.
-No.
-Qué aburrido.- se quejó Hanji, acercándose el vaso a los labios.
-Si el capitán no quiere vino, entonces nosotros podemos tomar por él.- se metió Connie, apareciendo desde detrás de Erwin. Hanji no pudo evitar reírse un poco. Los subordinados de Levi eran un encanto.
-Bueno, he leído en alguno de mis libros que la vid mejora el rendimiento cardíaco así que…- estaba a punto de pasarle la botella a Jean. Sin embargo, Levi se la arrebató de entre las manos antes de que pudiera incluso reparar en ello.
-Tch, no vas a darle alcohol a los mocosos, cuatro ojos.- la retó.
Ella lo miraba perpleja.
-¿Por qué no?
Levi no podía creer lo que oía.
-Porque no quiero que mañana estén vomitando o cagándose encima durante el entrenamiento.- explicó de mala gana. ¿Acaso esta mujer no tenía idea de lo que era una resaca?
Erwin, que hasta el momento había permanecido callado, decidió que era hora de mediar entre ambas partes. Estaban discutiendo como si fuesen un matrimonio de ancianos.
-Chicos.- se volvió hacia los tres a sus espaldas, ignorando por completo a Hanji y a Levi.- En la cocina hay algunas galletas de avena. Pueden traerlas y comerlas aquí si quieren.
-¿Galletas?- los ojos de Sasha chispeaban con ilusión. En la legión no solían darse ese tipo de gustos. Tomó a sus amigos por el brazo y, contra su voluntad, los arrastró hasta el cuartel a toda velocidad.
-¡Pero yo quería vino!- se lo escuchaba protestar a Connie por el camino.
Levi torció el labio en una diminuta sonrisa, casi imperceptible. Después de todo, no la estaba pasando tan mal.
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Llevaban ya un largo rato alrededor del fuego, no estaba seguro de cuánto. Nanaba se había puesto a contar historias de terror y leyendas del bosque a los chicos, que parecían no haberse asustado ni un poco; probablemente porque Hanji hacía acotaciones y preguntaba algo nuevo a cada minuto, interrumpiendo el relato. Mike no había soltado su guitarra y Moblit no había soltado su botella. Petra se había ido a dormir y Erwin había tenido que partir hacia otra de sus reuniones con el comandante Zackly.
Levi, por su parte, se conformaba viendo toda la escena desde su sitio. Allí se sentía cómodo, siendo espectador. Los veteranos no solían reunirse ni pasar mucho tiempo con los novatos, pero esta ocasión mostraba ser una excepción. Una que resultaba bastante bonita y reconfortante, debía confesar. A veces, cuando podían darse el lujo de compartir un momento así, deseaba con todas sus fuerzas que los titanes se extinguieran de la noche a la mañana, que levantarse al día siguiente no significase tener que salir en misión y seguir perdiendo compañeros. Estaba harto de las despedidas, harto de que cada segundo en paz se viera teñido por la melancolía de saber que era efímero.
-¿Quieren otra historia más?- la voz de Nanaba lo sacó de sus pensamientos.
-¿No ha sido suficiente ya?- protestó Mikasa, notoriamente irritada. La mocosa tétrica, la había apodado Levi en secreto.- Yo mejor me largo.- dijo, finalmente poniéndose en pie. Jean fue el primero en seguirla, cómo no.
-Sí, yo también me voy.- bufó Eren, trotando detrás de sus compañeros.
Hanji, que acababa de terminar otro vaso más de vino, trató sin mucho éxito de levantarse de la roca en la que había estado sentada. El alcohol la había hecho tambalearse y no había tenido más opción que sujetarse del hombro de Levi para no caer de cara al suelo. Él la observó detenidamente, tratando de leer su expresión. ¿Acaso estaba ebria?
-¡Esperen, chicos! ¡No se vayan!- lloriqueó, elevando la botella en el aire. Las palabras salían arrastradas de entre sus labios.- ¡Todavía queda más vino!
Levi volvió a mirarla, furioso. No estaba ebria, estaba jodidamente ebria.
-¿Qué discutimos acerca de darle alcohol a los mocosos?- gruñó. Estaba seguro de haber contado exactamente cuántos vasos se había servido Hanji y no habían sido más de tres. ¿Cómo era posible que hubiese terminado así? Moblit había bebido el doble que ella y parecía estar en mucho mejor estado.
Hanji se encogió de hombros.
-No lo sé…- balbuceó con inocencia. Tenia los ojos todavía húmedos y las mejillas sonrosadas.- ¿Que según la ciencia la vid era buena para…?
-¡Para nada! – escupió Levi, sin dejarla terminar.- Esta mierda sólo te está haciendo más insoportable de lo que ya eres.- señaló hacia la botella todavía en las manos de su compañera y aprovechó la oportunidad para confiscársela de un tirón.
-¡Oye! ¡Devuélvemela!- sollozó ella. Las lágrimas comenzaban a formarse de nuevo en torno a sus iris. Levi estaba arruinándole toda la diversión.
-En tus sueños.- se negó él. Hanji estaba comportándose como una bebé delante de todo el escuadrón y no tenía paciencia para ello. ¿Cómo iba a hacer para entrenar a sus subordinados al día siguiente? No pensaba ayudarla, mucho menos cubrirla. Suspiró, cansado, y la tomó de la mano para arrastrarla hasta su habitación y evitar que siguiera poniéndose en ridículo. Ante el contacto repentino, Hanji se paralizó, sorprendida.
-¿Qué ocurre, Levi? ¿Nos pusimos cariñosos?- se burló. Una sonrisa juguetona adornaba su rostro. Él automáticamente bajó la vista hacia sus manos unidas.
-Tch, idiota.- maldijo entre dientes.- Lo que ocurre es que estás más borracha que el baboso de Moblit y necesito sacarte de aquí.
El aludido levantó las manos en señal de protesta, aunque no pronunció palabra; posiblemente algo intimidado ante la reciente ira del capitán. Hanji mostró resistencia.
-¡Estoy de maravilla!- exclamó.- Puedo caminar sola, ¿ves?
Levi puso los ojos en blanco y le dio el gusto de soltarla un momento; si podía ponerse en pie, entonces dejaría de molestarla. Sin embargo, ella trastabilló torpemente tras dar dos pasos.
-Veo que no.- repuso, agachándose para recogerla del suelo.- Ahora, nos vamos.
Esta vez, Hanji no tuvo más opción que ceder. A decir verdad, se sentía bastante mareada y confusa, como si la tierra bajo sus botas de pronto se hubiese vuelto inestable y todo girara a su alrededor. Levi la levantó en sus brazos y ella se aferró con fuerza a su cuello para no caer.
-Que tengan buenas noches, tortolitos.- los saludó Mike, muerto de risa. Levi lo fulminó con la mirada y comenzó a alejarse hacia el cuartel con Hanji a cuestas. Ella había ocultado su rostro aun levemente teñido de rosado en el hueco de su hombro, respirando con calma. En esa posición, podía oír perfectamente los latidos desbocados de su corazón retumbando contra sus tímpanos como suaves golpes de tambor. ¿Se encontraría bien? Porque comenzaba a preocuparse.
-Tu ritmo cardíaco se ha elevado considerablemente, Levi.- recalcó.- ¿Qué sucede?
Él bajó la vista hacia ella. El frío gris de sus ojos resplandecía bajo la luz tenue de la luna.
-No lo sé. Tú eres la científica aquí, ¿no?- murmuró. Una sonrisa casi amenazaba con tirar de las comisuras de sus labios.- Tú deberías hallar la respuesta.
Hanji se rascó la barbilla, pensativa.
-Pues he leído algo sobre esto en mis libros y… hay estudios que dicen que tu pulso se acelera cuando haces ejercicio, o cuando estás muy enojado, o asustado, o ansioso, o nervioso…- hizo una breve pausa.- Levi, ¿yo te pongo nervioso?- preguntó.
Él se paralizó de repente, irguiendo la espalda y tensando sus músculos. Quería creer que no; Hanji era la única persona que lo entendía, la única persona con la que no necesitaba fingir o guardar apariencias. Entonces, ¿por qué rayos tenía la impresión de que su maldito pecho iba a reventar ahora que la tenía más cerca que nunca? No lo comprendía. A veces las emociones le eran difíciles de descifrar.
-No me pones nervioso, cuatro ojos.- mintió.- Aunque sí me sacas de quicio.
Hanji esbozó una pequeña sonrisa y guardó silencio. Levi agradeció que no hubiese seguido indagando y se dijo que, si el alcohol la volvía menos parlanchina, algún día iba a pedirle a Moblit que al llevarle la cena le sirviera un poco sin que ella se diera cuenta. Quizás así pudiera tomarse un descanso de sus investigaciones y se dignara a salir de aquel sucio laboratorio, tal como había decidido hacer aquella tarde.
Ahora, en la soledad de la madrugada, sus pasos resonaban con eco a lo largo del pasillo desierto y pobremente iluminado, dándole la sensación de que ambos eran los únicos en todo el cuartel. En ocasiones, durante sus noches de insomnio, se preguntaba si así se vería todo cuando terminaran con los titanes, cuando ya no hubiera más motivos por los que pelear. Si el resto de los soldados regresaba a sus hogares, ¿a dónde regresaría él?
Se detuvo frente a la puerta de la habitación de Hanji y la abrió empujándola con la espalda. Ella comenzó a reírse a carcajadas sin motivo aparente y Levi la sujetó con más fuerza para evitar que cayera.
-Contrólate, idiota.- la retó, aunque sin elevar el tono de voz. Con mucha delicadeza, la depositó en la cama deshecha y la arropó entre las sábanas sucias. No le sorprendía en absoluto que Hanji ni siquiera recordara que tenía que cambiarlas.- Este lugar apesta.
-Tú apestas.- contraatacó ella. Esta vez, Levi no pudo evitar sonreír apenas.
-Descansa.- le ordenó, incorporándose de su espacio en el colchón para salir del cuarto. Los latidos de su corazón comenzaban a ralentizarse conforme se acercaba a la puerta y de pronto notó cómo sus pulmones se llenaban aliviados de aire nuevamente. No obstante, la voz de Hanji a sus espaldas lo retuvieron a mitad de camino.
-Levi.- lo llamó.
-¿Sí?- se volteó él.
Ella tragó saliva. Era evidente que los efectos del vino probablemente estaban haciéndola decir cosas que no se animaba a expresar estando sobria.
-Quédate conmigo...- susurró. Con las mejillas encendidas al rojo vivo y los ojos otra vez llorosos parecía una criatura vulnerable e indefensa. Levi la observó fijamente durante un par de segundos, sin poder discernir si aquello que acababa de escuchar había sido real o no. Nunca nadie le había pedido algo así. Por el contrario, la gente sólo solía alejarse de él. Jamás imaginó que alguien alguna vez pronunciaría aquellas palabras, tampoco que sería Hanji quien las dijese.
Intentando disimular el temblor en sus piernas dio un paso, seguido de otro y otro más. Su ritmo cardíaco, que recientemente había podido por fin normalizarse, poco a poco volvía a dispararse alocado en su pecho conforme se acercaba a la cama. ¿Qué rayos estaba haciendo?
Hanji descorrió las mantas y le hizo lugar a su lado. Él se acostó luego de sopesarlo unos instantes.
-Quiero que sepas que sólo hago esto porque quiero asegurarme de que no vayas a vomitar durante la noche, cuatro ojos.- le aclaró. Ella asintió con la cabeza, despreocupada, y se acurrucó nuevamente contra su cuerpo. Cuando Levi la oyó roncar menos de dos minutos más tarde, comprendió que, en el fondo, incluso antes de que Hanji lo propusiera, él también había querido quedarse.
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hola hola, friends 🥰. de este lado bela, llegando un poco tarde para presentarles a mi peor personaje lorenzo gohl. les dejo acá su formulario pero igual se los hago cortito (??? mentira me quedó larguísimo meperdonan) bajo el read more. si dan un like me acerco a sus ims con alguna idea o headcanon! (si me tardo es porque estoy pensando pero son súper bienvenides a hablarme primero si ya se les ocurrió algo 💖) — @dmconexiones.
lista de conexiones.
tiene 24 años, es suizo (vivió siempre en berna) y estudia marketing en glion.
en resumidas cuentas es el hijo de una estrella de rock. el papá y tres amigos empezaron una banda llamada nomaden en los 80, y en los 90 alcanzaron mucha fama en los estados unidos y después el resto del mundo. su papá (markus gohl) era el vocalista y guitarrista. la banda se disolvió hace como ya diez años pero imagino que siguen teniendo relevancia en la industria musical.
por otro lado, la mamá es compositora y productora musical. ella no es famosa pero sí trabajó con gente que lo es. justamente mientras trabajaban juntos tuvo una relación muy corta con el papá de lorenzo y cuando quedó embarazada estaba segura de que el tipo se iba a borrar, pero al final sorprendió a todos y decidió reconocer al hijo.
EXCEPTO ah que siempre fue un desastre de padre. sólo le dio el apellido y después le enviaba plata todos los meses, pero nunca estuvo en su vida. hubieron un par de instancias en que al papá le agarraba culpa e intentaba tener un vínculo con él, y entonces lo invitaba a quedarse en su mansión en los ángeles o lo llevaba de gira o a las premiaciones y le compraba un montón de cosas, pero después volvía a no comunicarse por meses y como mucho lo llamaba en su cumpleaños (si se acordaba). also una vez se lo dejó olvidado en un hotel en otro estado lmao. en fin. si le mencionan al padre les escupe :/ encima tengo el hc de que son iguales físicamente así que siempre alguien se lo recuerda.
si alguna vez habla de "mi papá" se refiere al padrastro. también tiene un medio hermano menor por parte de la mamá. [ tw: cáncer ] el hermano siempre tuvo distintos problemas de salud, entre ellos cuando era chico tuvo cáncer dos veces. en la actualidad está bien hace ya bastantes años, pero igual esa época dañó mucho la relación entre los dos, básicamente porque a lorenzo el padre biológico le compraba todo lo que quería o se lo llevaba a pasear por hollywood mientras el hermano estaba mal. entonces lorenzo sentía un montón de culpa y el hermano le tomaba rencor, pero nunca lo aclaraban y los papás tampoco sabían muy bien cómo manejar la situación. no se odian ni nada pero tampoco se llevan genial que digamos, siempre quedó una pequeña tensión entre los dos.
es el skeleton 20 ("sale con la ex pareja de julian, quien no se encuentra presente en este viaje"). la novia se llama eeee *tira un dado* chloe y llevan alrededor de un mes ‘saliendo’ aunque ya se veían de antes. esta es la primer ✨ relación ✨ que tiene y según yo sus amigues ya están apostando a ver cuánto le dura hasta que lo arruine lmao. lorenzo es el primero en decir que no cree en el compromiso ni nada que se le parezca así que esto fue inesperado de parte de él. no sé si son exclusivos pero igual según él la quiere!! el tiempo dirá tho.
en cuanto a su personalidad es muy de what you see is what you get. su prioridad número 1 es él mismo y le tiene rechazo a la gente que busca complacer a los demás bc he doesn't get it. a veces es medio cruel porque no le importa parecer correcto así que tiene 0 filtros (salvo cuando le conviene, es bien hipócrita like that y pierde los principios en 0.2 segundos si hay algo que quiere de por medio). es tóxico perdón :/ pero también tiene un lado afectuoso y silly con las personas que lo soportan lo suficiente para llegar a verlo jsjs.
en el fondo es un nerd. siempre fue bueno en matemática porque se le dan bien los números, en especial cuando hablamos de dinero. he's that guy que siempre está pensando formas nuevas de hacer $$$$ (antes de empezar la universidad se tomó un año sabático y trabajó en un montón de cosas así que tal vez puede salir una conex por ese lado). en teoría sabe que cuando el papá se m*era va a heredar una fortuna pero él no quiere ver un centavo de esa plata porque lo odia al padre a ese nivel ah. es re orgulloso y no acepta una limosna ni que se esté muriendo, todo quiere conseguirlo por su cuenta. it’s funny tho porque el papá es el que le paga la universidad.
es bisexual y ha estado con mujeres y hombres por igual. imagino que es abierto al respecto tmb.
that's it i think??? muchas gracias si leyeron hasta acá <3 quiero de todooo, lorenzo es un odioso pero se presta para cualquier cosa ah 🥺 si tienen un hc o una idea que quieran desarrollar cuéntenme i'm in!!!
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Análsis: Transfondo de Ken Shibasaki (Shibaken) 🍯
(Datos sacados de las novelas "Heart no Shuchou" e "Ijiwaru na Deai").
-`ღ´-
Ken es descrito, en Heart no Shuchou, como alguien de apariencia y facciones llamativas. Se trata de una persona que crea vínculos superficiales, no sólo en el amor sino de cualquier tipo. Un claro ejemplo de esto es Koudai, de quien se hace amigo sólo porque se sienta detrás de él en clase. A Ken le da igual no tener nada en común con Koudai o que sus conversaciones siempre resulten secas al principio, lo eligió como su "compañero" por esa conveniencia de tenerlo cerca en el aula.
De todos modos, retomaremos el tema amistad más adelante. Ahora pasemos a lo que muchos estaréis buscando en este hilo: tema amor. ¿Por qué empezó Ken a comportarse como un mujeriego?
Si habéis visto la canción de Ijiwaru na Deai seguramente muchos creáis que la razón es que una niña lo rechazó cuando iba a la escuela primaria pero... no, no es cierto. O, al menos, no del todo.
¿Ken fue rechazado en la escuela primaria por una niña que le gustaba? Sí, eso sí es verdad. ¿Es la razón principal de que se convirtiera en un ligón? No, aunque sí tuvo parte de peso en el hecho de que él tomara ese camino, no es la razón principal.
Cuando comenzó el instituto (11 añitos tenía) empezó a recibir insinuaciones de varias chicas, lo cual simplemente sucedía porque se había vuelto más alto y prestaba una cantidad considerable de atención a su apariencia.
Finalmente, un día él acepta salir con una de ellas, aún si bien no la conoce de nada. Cito textualmente porque lo siguiente me parece importante:
« La razón de que aceptase era que ella era bastante bonita y tenía el pelo largo, era su tipo. Quizás también influía el hecho de que se sentía un poco celoso de la honestidad que reflejaban los ojos de Kotarou cuando miraba a Hina desde el borde de la ventana; en verdad, estaba realmente preocupado por el hecho de si podría anhelar a alguien de la misma manera ».
Es decir, en el momento en el que Ken empieza su primera relación amorosa, no lo hace con una intención superficial sino que anhela algo certero. El problema se da, sin embargo, cuando encuentra a esa chica poniéndole los cuernos. El chico que estaba con ella dice que la muchacha en cuestión había previamente descrito a Ken como "aburrido" y que había dicho que estaba jugando con él.
La chica intenta excusarse diciendo que es mentira y que es el chico ese quien ha intentado cortejarla. Ken no le cree, se frustra y patea la puerta. Y aquí empieza todo: muestra una sonrisa y, acto seguido, rompe con la chica dejándolo ver como si fuese algo que tenía pensado de antes y no una consecuencia de lo que había visto. Una vez se marcha, su sonrisa se desvanece y piensa que, si bien la chica le ha traicionado, quizás él también a ella pues no tenía sentimientos por ella desde un principio. En ese momento, recuerda cuando se confesó a aquella chica de la escuela primaria y fue rechazado y se da cuenta de que lo que había pensado en ese momento era "ojalá no se lo hubiese dicho", lo que le hace pensar que seguramente sus sentimientos en aquel momento no habían sido verdaderamente tan fuertes. Vuelvo a citar porque realmente este es el momento clave en el que Ken renuncia al amor y empieza a verlo sólo como un juego:
« Aun así, cuando pensaba en aquel pasado, la razón por la que a veces sentía una espina clavada en su pecho era porque el valor que había reunido, a pesar de ser él un cobarde, había sido fácilmente desechado.
Probablemente estaba decepcionado tanto consigo mismo como con esa chica. Había recogido una piedra brillante y la valoraba, convencido de que era un tesoro. Entonces, un día, se dio cuenta de que aquella piedra no tenía nada en especial, era ordinaria.
Su interés por la piedra y su brillo desaparecieron repentinamente, ya ni siquiera la miraba. Ese tipo de decepción. Había creído que lo había hecho mejor que en esta ocasión, pero la historia se repetía.
Se sentía decepcionado con ambos y había abandonado todo con un “se acabó”. Después de todo, había vuelto a rendirse. El romance que anhelaba no existía en realidad. Incluso si se confesaba, si comenzaba a salir con alguien…
Algo como tener sentimientos mutuos jamás ocurriría ».
¡Bien!, ya tenemos sus fracasos amorosos. Ahora vamos a tocar un poco su situación familiar y lo que él pensaba sobre ello: tengamos en cuenta que en esta época los padres de Ken aún no se habían divorciado, pero sí llevaban ya años discutiendo sin parar. Lo que Ken opina sobre esto es que está cansado, que son adultos y que deberían ocultar sus sentimientos. Que, incluso si fuese sólo una mentira, deberían pretender que se querían y sonreír para así no lastimarse ni a ellos mismos ni a las personas de su alrededor. En la mente de Ken, esta era una solución simple.
Tengamos en cuenta que se trata de un niño con una mala situación familiar.
Él reaccionó frivolizando el amor e ignorando aquellos temas que para él resultaban desagradables.
Otro punto a tener en cuenta es que Ken aprovechaba el quedar con chicas para llegar tarde a casa y así no tener que aguantar a sus padres (dejando que Aizou tuviese que aguantar aquello solo. Pero no estoy aquí para juzgarlo como hermano -- , para eso ya tengo un post al que podéis acceder haciendo click aquí).
Ahora que ya tenemos la base para entenderlo pasemos a responder lo siguiente: ¿por qué Arisa? ¿Qué tenía ella para impulsarlo a cambiar? ¿Por qué siente Ken que ella es la única que puede entenderlo?
La primera vez que Ken se fijó en Arisa fue cuando fue de visita al santuario de la familia de esta. Al salir fue que la vio subiendo por las escaleras. Ella se veía muy feliz y Ken sintió como su corazón, el cual se "había vuelto pesado no hacía mucho", se transformaba en algo ligero e ingrávido.
No es que se le pueda llamar amor a primera vista porque Ken ya la había visto otras veces en la clase de Kotarou, fue ese momento, esa sonrisa, lo que le hizo fijarse en ella.
¿Y ya está? ¿Se enamoró así? A ver... esto ya queda a libre interpretación, para mí simplemente aquí empezó a prestarle atención, darse cuenta de que existía, sólo eso.
La siguiente vez que Ken ve a Arisa es en un centro comercial. Ahí la ve con un grupo de chicas, pero ella se ve como más apartada. Vuelvo a citar:
« Parecía realmente feliz cuando la había visto pasar escaleras arriba hacia el santuario. Sin embargo, en ese instante su cara se veía carente de toda alegría. Sólo seguía manteniendo las apariencias para concordar con las opiniones de las que la acompañaban.
Debería dejar de ir con ellas en vez de seguir estando al borde de las lágrimas.
—… pero no puede, ¿verdad? — Una amarga sonrisa se abrió paso mientras susurraba esto.
Todo el mundo se halla desesperado por proteger el pequeño lugar al que pueden pertenecer. Para hacerlo, pretenden ser alguien que no quieren ser.
Incluso él mismo era así ».
Y aquí lo tenemos: Ken se identifica con Arisa en esa desesperación por encajar. Pero la diferencia es que Arisa sí toma acción con respecto a esto, Arisa enfrenta a los bullys de su clase y se vuelve un objetivo de burlas para poder ser ella misma.
Ken no tiene el valor de hacer algo así, Ken sigue permaneciendo en su burbuja de ligues y amistades superficiales, Ken necesitaba sentir que pertenecía a algún lugar. Y, bajo este contexto, que se enamore de forma sincera de Arisa cobra sentido. Porque ella es lo que él no consigue ser, porque ella es la única que puede entender que el "yo" que muestra es falso (bueno, eso según él, según yo Koudai también es capaz de leer a Ken).
¿Sabéis un dato? Si bien todo esto ocurre a sus 11 años, Ken no habla por primera vez con Arisa hasta los 15. Lo intentó una vez, pero no se atrevió al final. Simplemente le pide a Kotarou que cuide de ella.
Pese a todo, a primera vez que logró hablar con Arisa aún lo hizo desde la perspectiva de juego.
« — ¿A qué estás jugando?
Sí, así de repente. Como si todas mis emociones y sentimientos ocultos, fueran desvelados a través de mí.
—Estoy segura de que debe de ser aburrido….
Esas palabras destrozaron mi sonrisa. En ese momento, “el juego” había comenzado ».
Según va logrando interactuar con Arisa, Ken se va dando cuenta de que se vuelve sumamente torpe cuando de ella se trata, aunque no es capaz de entender del todo el por qué. No es capaz de hacerlo como con las otras chicas. Supongo que es entonces que empieza a ser consciente de sus propios sentimientos.
Por otra parte, Ken se siente tan bien y feliz cuando habla con Arisa que poco a poco va descuidando, sin darse cuenta, a sus ligues.
La primera vez que Ken se anima a pedirle salir a Arisa está medio adormilado, pero describe que siente un dolor fuerte en el corazón. Posteriormente, se rió de haberlo hecho y se denominó a sí mismo estúpido. Cito otra vez:
« Sólo fingía no notar lo que su corazón deseaba ».
Y el resto ya lo sabéis. Después de eso Ken finalmente acaba siendo capaz de procesar que lo que siente por Arisa es amor y se confiesa apropiadamente en las escaleras del santuario. Arisa lo rechaza y... el resto el MV de Namaiki Honey siento que lo relata bastante bien.
¿Conclusión de todo esto? Ken lo que tiene es una dificultad bastante grande para entender sus sentimientos y una perspectiva de estos distorsionada y superficial tanto por culpa de sus padres como de sus malas experiencias amorosas.
Lo que halla en Arisa es eso que él no consigue ser pero que en el fondo anhela. Y, finalmente, cierro con una de las frases de Shamishigariya: "No se lo he dicho a nadie, pero eres tú quien me encontró".
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Tortita
El ambiente festivo se respiraba en cada rincón de la ciudad de Inazuma. Los cohetes de la familia Naganohara salían disparados hacia las estrellas con un silbido que conseguía hacer contener la respiración a todos los presentes, antes de estallar en una explosión de hermosos colores y formas acompañadas de vítores ensordecedores. Los puestos de comida ambulante estaban a rebosar, los más pequeños corrían de un lado a otro con los rostros cubiertos por máscaras artesanales, mientras los adultos bebían y charlaban sin miedo a que algo les ocurriera a sus hijos.
Aquel año era muy diferente al resto, y Kazuha lo adoraba. Sentado desde un banco de piedra, contemplaba embobado a los mercaderes y viajeros de todo Teyvat que viajaron kilómetros solo para acudir al Festival de Verano, desbordando las calles de acentos, juegos y comidas tan extrañas y diferentes entre sí que el muchacho no podía evitar admirar.
—¡Kazuha! —gritó una voz masculina a su espalda. Kazuha se giró, dejando que su coleta bailara al son de sus movimientos—. ¡Mira lo que he comprado!
Tomo no tardó en aparecer entre la muchedumbre, gotas de sudor le caían a lo largo de la frente, consiguiendo que varios mechones blanquecinos cubrieran sus ojos celestes, incluso las mejillas ardían como el fuego de las antorchas. Kazuha rio en voz baja.
—¡Oye, no te rías de mí! —replicó su amigo dejándose caer sobre el asiento, atrayendo consigo el dulce olor de la comida que cargaba en dos platos—. ¡Hay muchísima gente, jamás había visto algo así, por poco me meto en una pelea con unos borrachos que creían que me estaba colando!
—Vaya, creía que Tomo, un honorable samurái, jamás rechazaba una pelea. Tomo soltó una carcajada irónica.
—No voy a pelear por comida, Kazuha. Menos con borrachos. De hecho, diría que son los ladrones de tesoros que últimamente deambulan por la Llanura Byakko.
—¿Crees que habrán encontrado algo de valor y han venido a celebrarlo?
—Si te digo la verdad, no lo creo —Tomo se encogió de hombros, contemplando a un grupo de residentes que se había congregado no muy lejos de donde ellos descansaban—. No me malinterpretes, son muy buenos tipos, siempre están ahí cuando tienes problemas, algo muy poco común entre los ladrones.
—Sí, lo sé.
—Pero siempre tienen una nube de mala suerte flotando sobre sus cabezas, ¿sabes a qué me refiero?
Kazuha asintió lentamente, dirigiendo la mirada hacia los platos humeantes de Tomo.
—Oye, ¿qué es eso? —preguntó Kazuha—. Me vas a dejar probarlo, ¿verdad?
—¡Ah, es cierto! —exclamó, sus ojos brillaban bajo la luz de la luna llena—. ¡Tortitas!
Parece que es una especialidad de Mondstadt, no sé qué lleva exactamente a parte de harina, nata, fresas… Como sea, he comprado uno para cada uno, rápido, antes de que se enfríe.
—No era necesario, Tomo —en cuanto cogió el plato, sintió cómo la boca se le hacía agua y el estómago rugía ansioso por probar las tortitas, la nata se derretía poco a poco y el fresón que coronaba la montaña de tortitas estaba cubierta de sirope de caramelo—. Aun así, te lo agradezco.
Pero Tomo le hizo caso omiso, sin ningún tipo de delicadeza, arrancó un trozo de panqueque y lo embadurnó en nata y sirope antes de comérselo de un bocado.
—¡Por los Siete, esto es increíble! —gritó con la boca llena—. ¡Tienes que probarlo, Kazuha, si no quieres que me coma tu parte!
—Ni en tus mejores sueños.
Kazuha no perdió ni un segundo más, degustando de la explosión de sabor que inundó le inundó la garganta. Era dulce, muy dulce, pero no empalagoso, incluso descubrió pequeños arándanos ocultos entre las tortitas. Una sonrisa enorme se dibujó en su rostro mientras que Tomo lo observaba complacido.
—¿Qué? ¿Te gusta? —Kazuha se atragantó durante unos segundos.
—No.
—¡Oh, venga ya, he visto como sonreías!
—Si me dejaras terminar —refunfuñó el chico—. Me encanta, estaría comiendo tortitas a todas horas del día, pero como no me… ¿Has escuchado eso?
—¿El qué? —preguntó Tomo devorando otro pedazo de tortita—. ¿El viento te habla de nuevo?
Kazuha separó los labios, dispuesto a contestar, sin embargo, el maullido débil de un gato se le adelantó. Tomo se detuvo rápidamente con los ojos bien abiertos, esos animales nunca se atrevían a salir de sus escondites durante las noches del festival, el ruido de los fuegos artificiales los alteraba demasiado, incluso los perros rehusaban a lanzarse a las calles, daba igual cuánta comida les ofrecieran.
Ambos se giraron lentamente hacia el origen del sonido, Kazuha sintió su corazón partiéndose en dos al ver a la criaturita que permanecía sentada a los pies del banco, lejos del refugio de los matorrales.
En efecto, se trataba de una cría completamente blanca, un saco de huesos con patas desproporcionadas y pelaje enmarañado. Numerosas heridas frescas cubrían su cuerpo y la mitad de una de sus orejas había desparecido, Kazuha supuso que pasto del fuego. Aun así, el gatito ronroneaba sin descanso mientras que una sonrisita inocente y pura le recorría el rostro y sus ojos azules brillaban bajo la luz de los fuegos artificiales, ansioso por unas caricias.
Tomo dejó el plato de comida sobre el banco, deslizándose poco a poco hacia el suelo, donde la hierba húmeda lo saludó mediante un crujido. Durante unos instantes, Kazuha temió que el felino huyera aterrado, pero se mantuvo firme, siguiendo con la mirada hasta el último movimiento de su amigo.
—Hey, gatito, gatito —llamó el chico con una voz agradable, extendiendo el brazo hacia la naricilla rosada—. Ven aquí, no voy a hacerte daño.
—Tomo… —susurró Kazuha dejando caer los hombros.
El cachorro se puso en pie con torpeza, sus patas demasiado descoordinadas. Ambos amigos se tensaron, si huía, no podrían ayudarlo y atrapar a un gato no era una tarea sencilla. Aunque, contra todo pronóstico, el gato se acercó a la mano de Tomo, golpeándola con la cabeza una y otra vez.
—Ay, pero qué buen gato eres —Tomo comenzó a acariciarlo, hipnotizado por unos ronroneos que se volvían cada vez más altos—. Ay, pues claro que sí, el gato más bonito de Inazuma. Como encuentre al bastardo que te ha hecho esto, no habrá piedad, pues claro que no.
Kazuha se cruzó de piernas, enternecido por la escena.
—¿Qué piensas hacer con él?
—Quedármelo —respondió sin dudarlo—. Primero le daré de comer y luego intentaré curarle las heridas.
—¿Has pensado en un nombre?
—Sí, Tortita.
#genshin impact#Genshin Impact fanfiction#kazuha#genshin impact kazuha#tomo genshin impact#writers on tumblr#writers#un poco ooc pero es que me cuesta escribir a kazuha#anyway tortita en realidad es mi gato#no se llama tortita en realidad pero me lo encontre en la misma situacion#mi gato se llama spes por si alguien tenia curiosidad
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day 10: fake dating
One-shot por Adori-san
Clasificación: K
@sasuhinamonth
...
El plan que ellos dos habían ideado tenían muchas, demasiadas, fallas. El porcentaje de que todo saliera mal era alto, para su muy mala suerte. Pero nada importaba, porque tanto como Sasuke y ella querían aferrarse a la última posibilidad de estar con quiénes en realidad amaban. Hinata dudaba, no estaba segura de lo que haría sería correcto. El mero pensamiento de lo que sus acciones acarreaban la hacían sentir como el peor ser que una vez pisó en la tierra. Detestaba ocasionarle daño al resto. Y eso era lo que específicamente haría con ayuda de su supuesto novio, para destruir la relación de Naruto y Sakura.
No obstante, desde algún tiempo para acá, ya no estaba tan segura de querer realmente destruir aquella bonita pareja. —Estás temblando, Hinata. ¿Te sientes bien?— pregunta el muchacho al lado suyo, que además, sostenía su mano mientras caminaban. Podían verse como una pareja, pero la realidad de ellos dos, es que su vínculo era falso; no había amor verdadero en sus miradas ni en las palabras que se dirigían. Entre la Hyuga y el Uchiha, lo único que realmente los unía era un contrato, una especie de acuerdo que sólo servía para satisfacer un deseo egoísta. Cualquier ínfimo rastro de cariño entre ellos sólo era una mera actuación. Y eso, por alguna extraña razón que desconocía, le lastimaba en lo más profundo de su ser. Sólo que daba todo de sí para no demostrarlo—. Falta poco para llegar, si te ven así de nerviosa nuestro plan fallará. Si Hinata era consciente de ello, ¿por qué su corazón se aceleraba por tenerlo así cerca?
Peor aún, ¿por qué ansiaba que jamás se alejara de su lado? —L-Lo siento, Sasuke-kun. Es solo que estoy un poco nerviosa, nada más— se excusó débilmente la fémina. Claramente, el recién nombrado no le creyó ni un poco, pero tampoco le dio mucho tiempo de reprochar sus palabras cuando fue bombardeado por su amigo de la infancia. Hinata se enmudeció cuando el chico de cabellos rubios y ojos azules los saludó con tantos ánimos, teniendo junto a él, a la hermosa pelirosa de ojos jade que sonreía felizmente. Los dos eran una pareja despampanante, en el que las risas abundaban. Pese al carácter de Sakura y la torpeza característica de Naruto, los dos congeniaban tan bien como el pan con la mermelada. Eran, en pocas palabras, tan perfectos el uno para el otro... Que en varias ocasiones, la Hyug sintió envidia por ellos, por la unión genuina y verdadera que ambos compartían.
Mientras que ella, no obtenía nada bueno. Sólo aquél tumulto de sentimientos contrariados que llevaba tiempo almacenandose en su interior y que amenazaban con prontamente explotar.
Allí, se dio inicio a la cita doble que fue organizada por la propia Haruno, con la final de pasar tiempo de calidad entre parejas y amigos cercanos. Optaron por ir a ver una película. Mientras que Sasuke y Naruto se encargaron de comprar las palomitas y otras chucherías, las dos jovencitas hacían la cola para comprar las entradas. —He de admitir que me sorprendió un montón que Sasuke y tú comenzaran a salir, Hinata— estando apartada de los chicos, Sakura optó por romper el hielo. El cuerpo de la Hyuga se tensa, nerviosa debido al tema que la pelirosa sacaba a flote—. Jamás los vi interactuar a ustedes dos, pero, como dicen por ahí, el amor surge de formas muy misteriosas. —Sí, Sasuke-kun es... Él es muy especial— dijo, con el corazón latiéndole a mil por segundo. Sus mejillas adoptaron un intenso sonrojo cuando la imagen de aquél guapo pelinegro apareció en su mente.
Sakura rió un poco al ver su reacción, avergonzando aún más a la pobre Hinata. —Puedo ver que tus sentimientos por él son genuinos, Hinata. Así que como los que él tiene por ti— comenta, ésta vez, mirando en dirección a dónde se encontraba su novio junto con Sasuke—. Aunque él sea tan distante, frío, y a veces demasiado egocéntrico... En el fondo, siempre supe que poseía sentimientos cálidos. Y lo sé, Hinata. Cuándo él te ve, sus ojos, pese a ser negros y profundos... Se iluminaban como estrellas en la oscuridad de la noche. La de ojos nacarados no supo qué contestar, o siquiera pensar. Aquello debería de ser una broma; ¿qué Sasuke tuviera sentimientos por ella? No, eso no era, no podía ser así. Que el Uchiha se preocupara por ella no significaba nada. Que en varias ocasiones los dos se quedaran hablando por teléfono hasta muy entrada la madrugada tampoco. Que la tomara de la mano aún cuando Sakura y Naruto no estuvieran cerca, no... Si a veces lo atrapaba mirándole, sonriéndole e incluso sonrojándose... ¿Eso significaba que Sasuke se había enamorado de ella? Eso no era posible. Quiso exclamarle a Sakura que eso que decía no era más que una mentira.
Sasuke Uchiha no podía amarla. No debía. Él estaba enamorado de Sakura, así como ella de Naruto (o de eso fue lo que intentó convencerse).
...
—Hinata, ¿estás bien? Has estado todo el día rara.
La voz de Sasuke saca a Hinata de sus pensamientos. Sin darse cuenta, se da cuenta desde que los dos iban de camino a sus respectivas casas no le había dirigido la palabra al pelinegro.
—Sí, estoy bien. N-no es nada— esquiva, regalándole una sonrisa forzada a su (falso) novio.
—Para de mentir, se te da muy mal— le regaña, frunciendo sus cejas en un gesto disgustado—. Si algo te molesta, puedes decírmelo.
¿Qué se suponía que debía decirle? Realmente, ¿había algo por aclarar entre ellos dos o se resignarían a hacer como si nada, ignorando los nuevos sentimientos que resurgían cada vez qe estaban los dos juntos? ¿Por cuanto tiempo más soportarían el tenerse, pero a su vez, resultando inalcanzable el hecho de que entre los dos podría nacer algo más?
Hinata ya no podía soportar aquella incertidumbre que no saberse correspondida. Había sufrido en silencio por culpa de sus sentimientos por Naruto, y parecía que la misma historia se estaba repitiendo en frente de sus ojos.
La fémina calla por un par de minutos hasta que finalmente suelta:
—Ya no quiero seguir así, Sasuke-kun.
—¿A qué te refieres?— pregunta, expresando su confusión.
—No puedo, de verdad que no puedo... ¡No quiero continuar con esta farsa, ya no deseo meterme en la relación de Naruto y Sakura!— exclamó. Un par de lágrimas fueron expulsadas de sus tristes luceros, que observaban a Sasuke—. Y sobretodo, no quiero permanecer en éste tipo de relación contigo, estoy cansada de fingir este noviazgo... Me duele saber que no es real, porque tú amas a Sakura y yo...-
Sin previo aviso, Sasuke se le acerca y la estrecha entre sus brazos, dando lugar a un tierno abrazo. Hinata, siendo envuelta por la calidez y aroma de su acompañante, tranquiliza sus sollozos.
—¿Crees que yo no estoy cansado, Hinata? Me frustra tenerte cerca, pero a la vez tan lejos— admitió el contrario de forma tortuosa—. Dejé de querer a Sakura, y comencé a enamorarme rápidamente de ti. Pero nunca me atreví a insinuarte mis sentimientos, porque sabía que amabas al tonto de Naruto... Así que me resigné a mantener la distancia para no molestarte. Siempre velé por tu felicidad, y si aquella era junto a Naruto... Yo lo hubiera aceptado, con tal de ver tu sonrisa.
—Sasuke-kun...— susurró, embelesada por las palabras del muchacho, Hinata agrega:— Por favor, deja de reprimir tus emociones. Yo también te quiero.
Luego de eso, ninguno de los dos no pudieron seguir ignorando el ferviente deseo de unir sus labios en un beso que posteriormente pactó el nuevo vínculo que entre los dos surgía: eran una pareja real.
...
Notas del autor: me tomé la libertad de hacer una mención al Narusaku en esta pequeña historia. Sakura y Naruto se me hacen muy adorables juntos, y rayos, también necesitaba darle algo de sentido a ésto. Espero que sea de su agrado<3
#sasuhina#hinasasu#sasuhina month 2020#sasuhinamonth2020#shmonth2020#Sasuke Uchiha#Hinata Hyuga#day 10#fake dating#one shot#fanfic#historia corta#español#Adori-san
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Clases de Seducción, parte 14: Año Nuevo
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11, Parte 12, Parte 13
Todos quedaron en silencio ante las palabras de Marcelo.
—Castillo se lo mete al Seba, aquí, en sus narices y ustedes no se han dado cuenta —continuó diciendo Marcelo, de forma errática, escupiendo las palabras, sabiendo que eran su único recurso.
Hubo un silencio general, y Rubén sintió nuevamente la humillación, aunque esta vez era por algo tan injusto como querer amar a alguien.
Miró a Daniela entre la multitud, con una evidente expresión de sorpresa en el rostro, y podría jurar que vio una lágrima caer por sus mejillas. Macarena, por otro lado, estaba seria, y Rubén supuso que estaba molesta, aunque no supo definir por qué.
Poco a poco comenzaron a oírse murmullos, que fueron aumentando en volumen rápidamente.
—¿Ya, y? —preguntó Liliana, alzando la voz, con los brazos cruzados—. ¿Para eso nos hiciste juntarnos acá?
—Si. Es algo que todos tienen que saber. Tienen que saber con qué clase de personas están compartiendo —se justificó Marcelo.
Rubén y Sebastian miraban el intercambio de palabras, un tanto incómodos.
—¿Y qué tiene que hayan estado tirando? —volvió a intervenir Liliana—, ¡todos lo hicimos, incluso tú!
—Si, pero…
—¡Pero nada! —Liliana lo cortó de inmediato, sin darle espacio para justificar su homofobia—. Me tienes harta con tu actitud de mierda con todos. Al Rube lo miras en menos por ser… como es —miró a Rubén por un segundo—, a nosotras nos miras en menos por ser mujeres —la mayoría de las chicas asintieron ante las palabras de Liliana—. Te crees muy bacan por ser hombre, pero la verdad es que nadie te soporta, nadie te quiere, porque eres un insoportable de mierda, prepotente y narcisista; y por eso mismo sentiste la necesidad de conseguirnos una noche en la disco, para ver si así nos dejas con una buena impresión, pero no sirvió, porque todos sabemos que sigues siendo el mismo Marcelo de siempre, irrespetuoso, discriminador y miserable.
Silencio total.
Rubén sintió un escalofrío recorriendo todo su cuerpo, y se dio cuenta que la mandíbula había vuelto a dolerle porque estaba apretando los dientes por el estrés de la situación. También le sorprendió notar lo disminuido que se veía Marcelo ante Liliana en ese momento, a pesar de ganarle por al menos treinta centímetros en altura.
Marcelo estaba rojo, y Rubén no supo si era de rabia, de pena o de vergüenza, pero de todas maneras, se mantuvo en silencio, probablemente shockeado por el golpe de realidad.
—Vámonos chicas, tenemos que levantarnos temprano mañana —dijo finalmente Liliana, y las chicas obedecieron.
Rubén finalmente puro respirar aliviado, viendo la derrota de Marcelo. Ahora por fin estaban seguros de que tenían la tarjeta de memoria, y su intención de humillarlos contándole a todo el curso de su relación no había funcionado.
Miró a su lado, y Sebastian seguía pálido, incrédulo a lo que había ocurrido. Se acercó y le dio un fuerte abrazo, para asegurarle que ya estaban a salvo.
—No pasó nada —le dijo al oído, y no pudo evitar sentir ganas de llorar, sabiendo que su amigo ya no iría a la cárcel (o al menos, Marcelo ya no tenía ninguna evidencia para denunciarlo por estupro).
Se aguantó las ganas de llorar, para no preocupar a Sebastian.
—Marcelo culiao —le dijo al oído Sebastian, en un susurro.
—Marcelo culiao —coincidió Rubén, entre risas—. ¿Viste que a nadie le importó que te gustaran los chicos?
—Si, tienes razón —aceptó Sebastian, separándose de Rubén y mirándolo a los ojos—. Pero no puedes negar que es aterrador —miró alrededor y se sonrojó—. Bueno, igual, yo no diría que a nadie le importa.
Rubén miró hacia donde miraba Sebastian, y pudo ver que todos estaban mirándolos, pendientes de ver si se besaban o no. Sintió un hormigueo en el estómago, como cierto placer de saber que todos querían verlos.
Su mirada se detuvo en Daniela, que ahora sí estaba visiblemente llorando, mientras Macarena la consolaba.
—Creo que debes hablar con ella —le dijo a Sebastian.
—Si, creo que si —admitió él.
—Te gusta, ¿cierto? —le preguntó Rubén, y no estaba seguro si quería escuchar la respuesta.
—Si —respondió Sebastian, y luego lo miró a los ojos—. Pero también me gustas tú. Y parece que los voy a perder a los dos —agregó bajando la mirada.
—Oye, no —lo corrigió Rubén, poniendo sus manos en los hombros de Sebastian—. A mí nunca me vas a perder, ¿estamos claros?
Sebastian asintió, y fue a hablar con Daniela. Rubén, por su parte, partió a buscar a Liliana, para agradecerle por haberlos defendido.
—Gracias, Lili —le dijo cuando la encontró en la entrada del dormitorio de las chicas.
—No es nada, Rube —respondió ella, acariciándole el brazo—. Yo sé, y creo que todos sabemos que no tienes nada de qué avergonzarte —Rubén se ruborizó por sus palabras—. En un momento dudé, porque no sabía si tú mismo te identificabas como gay, pero creo que se entendió la idea.
—Si, me dí cuenta de eso. Y si, soy gay —Rubén sintió un golpecito de adrenalina al decir esas palabras en voz alta. Se sintió, de alguna forma, empoderado de poder decirlo sin miedo. Le gustaba esa sensación.
—Me alegra saberlo —agregó Liliana, con una sonrisa reconfortante—. Lamento que hayas tenido que pasar por eso.
Rubén recordó todo lo que había sucedido durante el paseo, las burlas y humillaciones de Marcelo, y la golpiza que le había propinado esa misma noche. Sintió el dolor en la mandíbula, más fuerte que nunca, y tuvo ganas de llorar, por todo lo que había tenido que pasar para proteger a Sebastian.
—Yo también lo lamento —dijo finalmente, con la voz ahogada.
—Ya pasó Rube —Liliana le dio un abrazo, pero a pesar de estar a punto de explotar, Rubén se aguantó el llanto.
No quería verse débil frente a Liliana, a pesar de que sabía que ella no lo juzgaría. Le daba vergüenza mostrar debilidad a alguien más, después de toda la humillación vivida durante la semana.
Se despidió de Liliana y fue al dormitorio a acostarse, y mientras subía la escalera, vio que a un costado de la cancha aún estaba Sebastian hablando con Daniela, sentados en la gradería, muy cerca.
“Al menos no todo está perdido para él”, pensó.
Cuando entró al dormitorio, bajó la vista para no tener contacto visual con nadie, y se dirigió derecho a su cama. Se tapó con las frazadas hasta la cabeza, e intentó dormir.
—¿Por qué hiciste esa hueá, Marcelo? —escuchó que decía Ivan en voz baja—. ¿Qué chucha te importa lo que hayan estado haciendo ellos?
Marcelo no respondió.
Rubén despertó cerca de las seis de la mañana, por el dolor insoportable que sentía en todo el rostro.
La noche anterior había pensado que el dolor sería localizado solamente en la mandíbula, pero no era el caso.
Pensó que quizás tenía quebrado algún hueso, pero luego razonó mejor, sabiendo que si fuera así, no habría podido hablar con normalidad durante la noche.
Se levantó y fue al baño, a lavarse la cara y comprobar cómo se veía realmente. Tenía levemente hinchada la mandíbula, o eso creía, pero el resto del rostro estaba normal (considerando que estaba recién despertando después de solo un par de horas de sueño).
Se dirigió al dormitorio nuevamente, y buscó en la mochila de Sebastian un antiinflamatorio. Se lo tomó, y se volvió a acostar, esperando que hiciera efecto.
Despertó un par de horas después, sintiendo menos dolor. Al parecer el fármaco había funcionado.
Ya la mayoría estaba en pie, listos para partir de vuelta hacia Antofagasta.
—¿Cómo dormiste? —le preguntó a Sebastian, cuando se encontraron cara a cara, después de darse un fuerte abrazo. Al modular le dolió la mandíbula, pero intentó no hacer muecas.
—Bien. Mejor que nunca —respondió su amigo con una sonrisa de satisfacción. Rubén se alegró genuinamente por él—. ¿Y tú?
—Excelente, también —mintió—. ¿Y hasta qué hora te quedaste hablando con la Dani?
—Como hasta las cinco —respondió Sebastian, bajando la voz.
—¿En qué quedaron?, ¿te preguntó si era verdad todo? —quiso saber Rubén.
—Si, le conté todo —bajó la vista, avergonzado—. Le dije que me habías empezado a gustar, pero que tampoco era como que me había dejado de gustar ella, que estaba confundido, o sea, aún lo estoy —Rubén miró a Sebastian y sintió pena por él.
Si bien, para él había sido sencillo aceptarse como homosexual, porque eso era lo único que sentía, Rubén sabía que para Sebastian era todo más complejo y confuso, al sentir atracción hacia chicas y chicos. Incluso, si la chica que le gustaba a Sebastian lo rechazaba por enterarse que había tenido alguna relación con otro chico, era un nuevo nivel frustración para su amigo, tener que lidiar con ese tipo de discriminación al asumir su orientación.
—Me dijo que necesitaba tiempo para procesarlo —continuó Sebastian—. Estaba mal, muy mal, como en shock. No lo podía creer.
—Estoy seguro que va a terminar aceptándote —le dijo Rubén para confortarlo, aunque no estaba seguro de querer que su amigo siguiera enganchado con alguien a quien le parecía tan complejo aceptarlo después de saber que había tenido sexo con otro chico. Después de todo, solo era sexo.
—¿Será así siempre?, ¿todas las niñas que conozca me van a rechazar por eso? —se preguntó Sebastian.
—No sé —respondió sinceramente Rubén—. Quizás, quizás no.
Realmente no sabía cómo responder a eso. Sabía, si, que quería decirle a su amigo que tenía que estar con quien lo amara por quien era, y no por una idea de macho que tenían de él, pero no estaba seguro de si era bueno decírselo en ese preciso momento, después de todo lo que había pasado.
—Rube, ¿por qué no podemos estar juntos los dos, y olvidarnos del resto? —le preguntó, aunque Rubén supo que solo era una pregunta retórica, y no necesitaba una respuesta.
Rubén se sonrojó, y simplemente no dijo nada. Apoyó suavemente el mentón en el hombro de su amigo, provocándole una leve disminución del dolor, y se quedaron en silencio por un par de minutos, hasta que Marco entró por la puerta.
—Disculpen, ¿interrumpo algo? —les preguntó, un tanto incómodo.
—No, nada —respondieron ambos al unísono, separándose.
Marco les sonrió aliviado.
—¿Cómo están? —les preguntó, con preocupación—. No debieron haber pasado por eso —agregó, frunciendo el ceño.
—Bien, estamos bien —respondió Sebastian, y Rubén pensó que para él era fácil responder eso sin el dolor en toda la cara.
—Hacen una bonita pareja, tortolitos —les dijo, a modo de cumplido.
—No somos pareja —lo corrigió de inmediato Rubén, y notó que Sebastian bajó la mirada.
—Verdad que estabas con el Pipe —recordó Marco.
—Tampoco estoy con él —lo corrigió nuevamente Rubén—, al menos no oficialmente, creo.
Marco se mostró un poco incómodo.
—Creo que me retiraré lentamente antes de seguir cagándola, porque sinceramente no entiendo nada, pero tampoco quiero incomodarlos con tantas preguntas, que no debería estar haciendo, porque no es de mi incumbencia, pero ustedes saben, la curiosidad —se excusó, dejando fluir su verborrea.
A Rubén le causó gracia verlo tan nervioso y preocupado de no hacerlos sentir incómodos, y Sebastian se tapó la cara para no reírse tan evidentemente de Marco.
El bus llegó a buscarlos a las nueve y media de la mañana, para partir a las diez en punto.
A pesar de que ´Rubén veía que Marcelo estaba completamente aislado del grupo, y nadie parecía tomarlo en cuenta para conversar con él, seguía sintiendo miedo de él, y de las amenazas que le había hecho.
No solo lo había amenazado con denunciar a Sebastian y enviarlo a la cárcel, sino que lo había amenazado con matarlo si lo volvía a ver en Antofagasta. Y si bien, prefería creer que difícilmente el compañero con el que compartió durante dos años en el liceo fuera capaz de matar, sí sabía de primera mano que era capaz de golpearlo sin sentir remordimiento.
Se preguntó si todo lo que había hecho Marcelo lo iba a marcar de alguna manera. Por el momento, se sentía bien, o sea, le dolía todo el rostro por el golpe, pero más allá de eso, se seguía sintiendo seguro, gracias a la reacción de sus compañeros.
—Por fin se terminó este viaje de mierda —le dijo Rubén a Sebastian, cuando el bus acababa de salir de la ciudad de Iquique—. No puedo creer que lo esperaba tanto, y ahora solo quería que terminase.
—Todo por culpa de ese conchesumadre —respondió Sebastian.
Rubén compartía su desagrado hacia Marcelo, pero intentó que no se alterara por eso.
—Lo bueno es que ya no tendremos que seguir viéndolo. Nunca más —le recordó Rubén.
—Pero no podemos dejar que se salga con la suya.
—¿Y qué piensas hacer?, ¿molerlo a golpes? Seba, ya no ganó. No le resultó su plan para humillarte —le recordó, sabiendo que él sí había sido muy humillado por Marcelo.
—¿Por qué hablas como si a ti no te afectara? —le preguntó Sebastian—, ¿acaso no te sentiste humillado por lo que hizo?
Por supuesto que se sentía humillado. Más humillado de lo que él jamás podría saber, porque Rubén no tenía ninguna intención de contarle lo que había hecho para protegerlo.
—Si, Seba, pero a mi me da lo mismo que la gente supiera que soy gay —le recordó, omitiendo todo lo demás—. Aparte, ¿que se enteren que tuve sexo con el más rico del curso?, no lo veo tan malo —dijo finalmente para subirle el ánimo.
Sebastian sonrió ante el comentario de Rubén.
—Si, no es tan malo —aceptó.
Rubén durmió durante todo el viaje, pero aún así seguía sintiéndose cansado.
Al llegar a Antofagasta, Rubén se despidió de todos sus compañeros, menos de Marcelo, que apenas se bajó del bus se fue de inmediato sin despedirse de nadie.
—El cobarde ni siquiera me dio la oportunidad de sacarle la chucha —comentó Sebastian, medio broma y medio en serio, al percatarse que Marcelo había desaparecido.
Cuando se fue a despedir de Macarena, ella le dio un frio beso en la mejilla.
—¿Pasa algo, Maca? —le preguntó Rubén, un tanto asustado por lo que podría responder la muchacha. Hace días había notado que la muchacha tenía una actitud fría con él, como molesta.
Macarena lo miró seria, y dio un profundo suspiro. Le hizo una seña para que conversaran en un lugar más aislado, y Rubén la siguió.
—Rubén, tú sabes que soy amiga del Felipe, ¿cierto? —las palabras de Macarena se clavaron como estacas en el pecho de Rubén.
Inmediatamente comenzó a sentir culpa por haber tenido sexo con Sebastian sin haber pensado en Felipe. Había olvidado por completo ese sentimiento, ya que los últimos días había estado demasiado enfocado en Marcelo y la grabación.
—Si —admitió Rubén, avergonzado.
—Entonces debes saber que Felipe me contó que había comenzado a salir contigo, y que estaba muy entusiasmado por eso —la habitual voz dulce de Macarena ahora era seria, e incluso triste.
—No sabía que te había contado —Rubén bajó la mirada.
—Lamento mucho lo que les hizo Marcelo, pero no puedes jugar con los sentimientos de las personas así, Rubén —le dijo, aún seria—. Ni siquiera estoy hablando de lo que dijo Marcelo, que para mí, sigue siendo un rumor. Hablo del beso en el juego de la botella —Rubén la miró, sorprendido—. Llámame cartucha o lo que quieras, pero ese beso no fue de juego. Fueron los únicos que se besaron con tanta… pasión.
Rubén agradeció que al menos Macarena no tomara en serio las palabras de Marcelo, pero ni siquiera fue capaz de justificarse.
—¿Le vas a contar? —le preguntó Rubén, después de un par de segundos en silencio.
—Él es uno de mis mejores amigos de la infancia —respondió Macarena, después de dar un largo suspiro—. O se lo cuentas tú, o se lo cuento yo.
Rubén asintió, con la mirada pegada en el suelo, completamente avergonzado.
—Debes pensar que soy una perra —continuó Macarena—, y no me gusta hacerlo después de todo lo de Marcelo, pero no puedo permitir que le hagas esto a Felipe.
Rubén entendía completamente sus razones, y por ningún motivo se le pasó por la mente que Macarena era una perra por lo que estaba haciendo, al contrario, la admiraba por su lealtad.
—No te preocupes, te entiendo —le dijo finalmente Rubén—. Yo le diré. La cagué, mucho.
Rubén al final sintió que la noche en que se besó con Sebastian en el juego de la botella, y que luego tuvieron sexo, solo le había traído problemas, y se preguntó, fugazmente, si lo mejor sería mantenerse completamente alejado de Sebastian.
El padre de Rubén fue a buscar a los chicos, y les preguntó en el camino cómo lo habían pasado en el paseo.
—Bien —respondieron ambos, sucintamente, casi al unísono.
—¿Fueron a la playa? —preguntó el padre de Ruben, intentando que los muchachos compartieran con él su experiencia.
Ninguno de los dos tenía ganas de volver a recordar lo mal que lo habían pasado en el viaje, pero obviamente era algo inevitable, ya que sus familias si o si iban a querer saber al respecto.
—Si, fuimos a Cavancha, a Pica, a la Zofri —le contó Rubén, para no sonar tan cortante.
—Estuvo muy entretenido —agregó Sebastian, sumándose a las palabras de su amigo.
—¿El Darío está en la casa? —preguntó Rubén, para cambiar de tema.
—No, vino al centro a comprar unas cosas para la noche —respondió su padre, atento al tráfico de la calle—. Lo vine a dejar antes de pasarlos a buscar a ustedes.
Cuando llegaron a la casa, después de pasar a dejar a Sebastian a la suya, el padre de Rubén le dio un fuerte abrazo a modo de saludo. Rubén se sintió muy agradecido de volver, y de poder abrazar a su padre después de todo lo que había pasado.
Luego de conversar con su padre brevemente sobre el viaje, Rubén se fue a acostar a su pieza para descansar un poco. Apenas apoyó la cabeza en la almohada, comenzó a llorar, por todo lo que había pasado en el viaje.
Pensó en lo mal que lo había pasado, y dejó salir toda la angustia que había acumulado, proponiéndose que desde entonces no volvería a hablar nunca más de la situación vivida.
Al cabo de unos minutos, se quedó dormido.
Ya eran las seis de la tarde cuando despertó al escuchar a su hermano llegar con muchas bolsas desde el centro de la ciudad. Había comprado un par de cosas para la cena y mucho espumante y cervezas para celebrar.
—¿Cómo lo pasaste, enano? —le preguntó después de saludarlo alborotándole el cabello.
—Bien —respondió Rubén, aún levemente adormecido.
—¿Cómo estuvieron las iquiqueñas? —quiso saber Darío, hincándole los dedos en las costillas a Rubén, que ni siquiera se molestó en contestar—. No sé para qué te pregunto, si eres más pavo —agregó, riéndose burlonamente.
Rubén se levantó de mala gana, por la molestia de su hermano y por el dolor insoportable que sentía en ese momento. Prendió su notebook, y mientras esperaba que cargara, fue a buscar en el botiquín del baño alguna pastilla que calmara su dolor.
Encontró una cajita de tramadol, que le habían recetado a su padre para el dolor de espalda producto del esfuerzo físico que hacía en el taller. Sacó una, y se la tomó con agua de la llave.
Al volver a su habitación, inició sesión en MSN, y lo primero que apareció fue la ventana de conversación con Felipe, quien le había enviado un mensaje más temprano esa misma tarde.
—¿Ya llegaste? —le preguntaba el muchacho.
—Si, ya llegué. Sano y salvo —respondió Rubén, y sintió un abrigo de alegría, al poder hablar por fin con él.
Era estúpido, lo sabía, ya que pudo haber hablado vía telefónica con Felipe durante todo el viaje, pero no lo hizo. Tenía la mente muy ocupada en todo el tema de Marcelo.
Se sentía muy reconfortante poder hablar con alguien totalmente ajeno a esa experiencia, aunque sabía que tenía que contarle lo que había hecho, de todos modos.
—¿Cómo lo pasaste? —le preguntó Felipe, con una carita feliz, después de unos quince minutos.
—Bien —respondió Rubén, con la misma carita feliz—. Te cuento todo cuando nos veamos —agregó, para no tener que entrar en detalles.
—Que será… ¿hoy? —preguntó, junto con una carita sonrojada.
—Si tu quieres… —guiñó el ojo.
—Espero que no te moleste, pero te compré una entrada para la fiesta de hoy, al costado de la Rock & Soccer.
—Obvio que no me molesta —respondió de inmediato Rubén.
No tenía muchas ganas de salir a celebrar la noche de año nuevo, pero mientras pudiera ver a Felipe, distraerse un poco, y sacarse del pecho lo que le tenía que decir, aceptó.
Quedaron en que se encontrarían en el lugar, alrededor de las doce y media de la noche, ya que Rubén quería al menos darle el abrazo de año nuevo a su padre antes de salir.
Rubén cenó con su padre y su hermano relativamente temprano, para poder estar listos a la medianoche. Tuvo que contarles sobre el viaje, cómo lo había pasado y lo mucho que se había divertido, y Rubén se sorprendió de lo bien que podía mentir.
Cuando el reloj marcó las doce de la noche, se abrazaron entre los tres, y luego el padre de Rubén destapó una botella de espumante, para brindar por el nuevo año. Rubén aprovechó de ir a buscar otra pastilla al botiquín del baño, porque el dolor estaba volviéndole nuevamente, y se la tomó después del brindis.
Darío, que no brindó con Rubén y su padre, fue el encargado de llevar a Rubén a la fiesta de año nuevo, ya que después se iría a celebrar con sus amigos.
—Cero opción de pescar minas con esta chatarra —reclamaba Darío en el camino a dejar a Rubén.
A Rubén le molestaba su actitud, tanto que bostezó varias veces en el camino pero no le dijo nada para evitar que su hermano le preguntara con quién se juntaría, y por qué no saldría con Sebastian.
Cuando se bajó del auto, se sintió incómodo al notar que todos estaban vestidos con al menos una prenda blanca, menos él, que estaba con un jeans negro y una sencilla polera verde oscuro con bolsillo en el pecho.
Buscó a Felipe entre la gente que conversaba y fumaba tranquilamente afuera de las puertas de entrada, hasta que lo divisó después de un par de minutos, y obviamente estaba vestido completamente de blanco: camisa y jeans ajustados, además de su típica gorra, de color blanco esta vez.
Se saludaron con un fuerte abrazo, y Rubén se sintió completamente reconfortado.
—Te eché de menos —le dijo Felipe al oído, con su monótona voz.
—Yo también —respondió Rubén, y no pudo evitar sentir culpa por lo que tenía que contarle.
—Se me olvidó avisarte que era una fiesta temática, todos tienen que venir con ropa blanca, o al menos una prenda —le informó Felipe, cuando dejaron de abrazarse, mirando su atuendo.
—¿O sea que no voy a poder entrar? —Rubén se sintió decepcionado.
—No, mira, lo podemos solucionar —Felipe se desabrochó la camisa y se la quitó, quedando con una musculosa blanca, que le permitía lucir sus trabajados brazos.
Rubén se sonrojó al notarlos, ya que nunca se había fijado en lo bien definido que tenía la musculatura de sus brazos, lo que le hizo pensar en lo poco que conocía al muchacho que tenía al frente, y por lo mismo le daban más ganas de seguir conociéndolo.
Felipe le entregó la camisa y esperó que Rubén se la pusiera.
—¿Viste?, problema resuelto —exclamó, dándole una leve entonación a su voz. Felipe le sonrió ampliamente a Rubén, como nunca antes lo había hecho. Se le notaba que estaba genuinamente contento de verlo—. ¿Vamos?, el Roberto y los demás ya están adentro —lo invitó a entrar.
A Rubén le incomodó un poco que estuvieran los amigos de Felipe presente, aunque era bastante obvio, ya que dudaba que hubiera gastado plata en entradas a un evento para estar solos los dos.
Entraron al lugar del evento, que era una amplia explanada al aire libre, adornada con telas blancas de distintas formas puestas sobre estructuras metálicas, todo iluminado con las típicas luces de eventos nocturnos.
—¡Allá están! —le dijo Felipe a Rubén, con su característica voz, indicándole donde estaban sus amigos, y le tomó la mano para que lo acompañara hasta el lugar.
Rubén tuvo una sensación de vértigo al sentir la mano de Felipe buscando la suya, pero no opuso resistencia, y se la dio encantado.
Roberto, de pelo negro y piel blanca, lo saludó con una sonrisa de satisfacción, como si llevara tiempo deseando verlo junto a Felipe. A su lado estaba Marco, con una botella de cerveza en la mano, y saludó a Rubén con una sonrisa y levantando la botella. Junto a ellos había otro chico y tres chicas más, que Felipe los presentó como Juanjo, del liceo, Anita, Ingrid y Violeta, todas amigas de la infancia.
Felipe fue a buscar un par de tragos para él y Rubén, quien se quedó a solas con el grupo de amigos, y aprovechó de hablar con Marco.
—No sabía que te gustaba carretear en año nuevo, Rubencio —le comentó Marco con ironía.
—Yo tampoco —respondió Rubén, sin ocurrírsele ninguna otra respuesta inteligente—. De hecho, solo vine para ver a Felipe, porque estoy muerto de sueño.
—¿Muerto de sueño?, ¿acaso no dormiste en el bus?
—Si, dormí, pero no digamos que haya tenido un paseo muy cómodo, con todo lo que pasó —Rubén dio un bostezo.
—Ah si, tienes razón.
—¿Qué fue todo lo que pasó? —preguntó Felipe, llegando al lado de Rubén y entregándole una copa de espumante.
—Es una larga historia —respondió Rubén, poniéndose nervioso, y dándole un sorbo de inmediato al espumante que le entregó Felipe, mientras Marco miraba en silencio la interacción de ambos, y si Rubén no se equivocaba, con cierto rastro de pena en la mirada.
Felipe se rió al ver la cara de Rubén al beber de la copa, mostrando evidentemente que no le agradaba mucho el sabor.
—Tranquilo, tranquilo —le dijo, para que Rubén dejara de beber—. No tienes que tomártelo todo de una, que es solamente el cover.
Rubén se sonrojó por el ridículo que estaba haciendo.
—Él no está acostumbrado a esto —le dijo Marco a Felipe—, al carrete, el alcohol y esas cosas que hace la gente guapa y popular —agregó, bromeando.
—Pero si es guapo y popular —dijo Felipe a modo de cumplido, aunque su voz monótona no lo hizo ver así.
—Si, Pipe, si sabemos que es lo más hermoso que has visto en la vida —intervino Roberto, para molestar a Felipe—, lo dices cada vez que puedes.
Rubén se ruborizó por las palabras de Roberto. No sabía si era cierto, pero la idea de que lo fuera le causó mucho agrado.
Felipe simplemente sonrió levemente, sin negar ni confirmar nada.
—¿Bailemos un rato? —le dijo Felipe a Rubén—, antes que el Roberto empiece a contar cosas que no debe contar.
Rubén no alcanzó a responder cuando Felipe le tomó la mano nuevamente y lo llevó hasta la pista de baile, alejándolo de sus amigos.
Le gustaba que hiciera eso, que lo tomara de la mano frente a todos sin importarle nada, sin preocuparse de que alguien pudiera estar mirando o juzgando.
Mientras bailaban, Rubén miraba a Felipe, sus ojos, sus labios, sus brazos, sus hombros, encantado por su belleza masculina. Sonreía tontamente, producto del sueño, y solo quería abrazarlo y apoyar su cabeza en sus hombros, para poder dormir en sus brazos.
—¿Todo bien Rubén? —le preguntó Felipe, después de un par de minutos bailando al ritmo de la Sonora de Tommy Rey, al notar que Rubén bostezaba repetidamente.
—Si, solo tengo un poco de sueño —respondió Rubén, ahogando otro bostezo.
No sabía por qué sentía tanto sueño, pero la visión se le estaba poniendo borrosa y le costaba mantener los ojos abiertos.
—¿Quieres ir al baño a mojarte la cara? —le preguntó, preocupado, y Rubén simplemente asintió, aliviado.
Fueron hasta el baño, donde Rubén se mojó la cara y Felipe lo esperó sentado en uno de los sillones que estaban afuera a modo de salita de espera.
Cuando estuvo listo, Rubén se sentó al lado de Felipe, y se apoyó en el respaldo del sillón, mirándolo.
—Si quieres te voy a dejar a tu casa, o no sé —ofreció Felipe, serio, aunque preocupado.
—No es necesario —le dijo Rubén, tomándole la mano.
—Creo que es una constante tuya que te duermas cuando estamos juntos —Felipe le acarició el rostro con el dorso de la mano.
Rubén se sintió pésimo al darse cuenta que Felipe tenía razón. Ya una vez se había ido a negro cuando estaban en la playa, y ahora no iba a ser capaz de compartir con él por culpa de la somnolencia incontrolable que sentía.
Miró atentamente a Felipe, y notó cómo lo veía con preocupación. Por eso, decidió que tenía que contarle, era ahora o nunca. Por mucho que le doliera, era mejor decepcionarlo ahora, antes que tenerlo preocupado por él el resto de la noche y darle la noticia después.
—Felipe —murmuró Rubén, tomando su mano, ya sin aguantar el sueño—. Me metí con el Seba, en el paseo de curso.
El corazón se le detuvo. Felipe lo miró sorprendido, y con tristeza en los ojos, sin decir nada.
Rubén cerró los ojos, y se entregó a los brazos de Morfeo.
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LUCA: UNA SENCILLA Y ENCANTADORA FÁBULA DE PIXAR
Es hora de hacer mi segunda reseña de cine y está ocasión les voy a traer una cinta que en realidad me encantó. Una cinta que hizo que el público la hiciera suya, una cinta que nos invita a reflexionar y sacar nuestra propia interpretación, cosa que es pasable y que como lo vemos en el arte, que es subjetivo y cada quien tiene una manera de concebirla y verla. ‘’Luca’’, la nueva cinta de Pixar hizo que todo aquel que la viera la interpretarla de diferente manera y le hiciera captar varios de los mensajes que tiene para ofrecernos, detrás de toda esa música colorida, animación e historia sobre aceptación de alguien que es diferente que nos transporta a un verano italiano, estoy hablando de la cinta, ‘’Luca’’.
La cinta trata sobre, Luca, una criatura marina que vive cerca de la costa del pueblo Portorosso en Italia. Pasa su tiempo en la monotonía de la granja de su familia, hasta que un día conoce a Alberto, otra criatura marina que vive fuera del mar, transformado en humano, quien lo invita a disfrutar de las maravillas del mundo de las personas, sin embargo, tienen que cuidar que su verdadera apariencia no sea revelada. Es decir, no tienen que enseñar quienes son, porque el mundo claramente no acepta a los ‘’monstruos’’ marinos o a los que son diferentes y los ve como un peligro. Desde aquí vemos el primer mensaje, el de un mundo que como sucede actualmente, no tiene mucha tolerancia con esas personas que son diferentes, y no únicamente con las personas LGBT+ como mucho se ha mencionado en redes sociales sobre esta cinta.
Sino distintos tipos de comunidades, como personas discapacitadas, extranjeros, personas con capacidades diferentes, incluso hacia aquellos que nos sentimos raros o que alguna vez hemos sentido que no encajamos en el mundo hasta que encontramos a un monstruo marino o a una Giulia que nos acepta en un mundo donde hay personas como Ercole, esa es la parte que yo pienso, quizás a muchos la historia de Alberto y Luca nos recordó a nuestro primer amor, cuando no sabíamos cómo era el amor y solo queríamos estar con aquella persona que nos hacía sentir bien con su compañía. O quizás nos recuerda a esos primeros amigos que conocimos que nos hicieron sentir parte de algo, de que pertenecemos a este mundo y que hay personas que nos aceptan aunque somos diferentes, ese fue el gran mensaje de ‘’Luca’’ que puede ser interpretado para diferentes sectores, sean LGBT+ o no lo sean, ese mensaje puro de amistad, esa amistad en la que se hacen sacrificios y se defiende a quienes en realidad queremos y hacemos lo imposible por defenderlos de bravucones como Ercole.
Algo que nos hace pensar ‘’Luca’’ y que es muy importante aquí, es que no necesariamente todas las películas Pixar tienen que tocar temas maduros o ser extremadamente profundas, no estamos en DC chavos. Muchos comentarios y críticos la calificaron como desastrosa, sin ver el mensaje detrás. Pero saben que, quizás muchos esperaban calidad, ya que Pixar nos tiene acostumbrados a eso, sus cintas son ambiciosas y llenas de gran carga emocional. Hay que admitir que, así como hay cintas que son muy profundas y buenas como ‘’Intensamente’’ o ‘’Soul’’ que tienen una gran carga emocional y otras que son desastrosas como ‘’Cars’’, yo considero que no es el caso con ‘’Luca’’ ya que es una historia sencilla, disfrutable, sin pretensiones y ambiciones que van más allá, que nos recuerdan a ese viejo Pixar con filmes sencillos y disfrutables que nos hacían pasar un buen rato. Además, el estilo de animación es muy bueno, yo considero que nos hace recordar las viejas películas en 2D y si sumamos que el director de ‘’Luca’’ se inspiró en Hayao Miyazaki y sus grandes producciones, es un punto extra para una cinta que merecía ser estrenada en cines.
Reconozco que hubiese preferido poder ver ‘’Luca’’ en pantalla grande, disfrutar ese paisaje italiano en pantalla grande, ese soundtrack y esas canciones en italiano en una sala, quizás la veamos en cines cuando pase la pandemia, pero a pesar de todo eso no quita que sea una película refrescante.
Cabe decir que el enfoque del director Enrico Casarosa no está en la historia o en explorar a profundidad el mundo que ha establecido, en realidad está en el ambiente, en ese verano italiano, las casas que vemos, cada detalle de la ropa colgada al sol, la vida de un pueblo italiano y también el de capturar la emoción de descubrir algo nuevo y de comprender lo que es la amistad. De hacernos saber que la amistad también involucra actos de amor, ese acto de ayudar a los demás en problemas, de ver el mundo de una manera diferente, de dejar de temer a lo desconocido y de aceptar a aquellos que son diferentes.
A su manera, el conflicto de ‘’Luca’’ recuerda un poco al de ‘’Cómo Entrenar a tu Dragón’’, ya que aquí la gente del pueblo siente un odio absoluto hacia los monstruos marinos y no conciben nada más allá de hacer todo lo posible por acabar con ellos si surge la ocasión, acabar con todo lo diferente, aquello que no comprenden, aquello que no saben entender. Puede que para muchos ‘’Luca’’ no saque el lado más débil del espectador, pero para aquellos que alguna vez se han sentido diferentes, discriminados, que no pertenecen a este mundo o que han sido vistos como ‘’monstruos marinos’’ alguna vez, puede que si saque una que otra lágrima y que los dejé con una extraña sensación de nostalgia. Y lo interesante de esta cinta es que sabe en qué momentos darle al espectador esa sensación de tristeza, tensión o de nostalgia por aquellos veranos que pasabas con alguna persona especial que te hizo salir de tu isla, ya sea un amigo, pareja o familiar. Es decir, los momentos más fuertes y de más tensión están pensados en el momento exacto.
La película de Enrico Casarosa busca transmitir lo inolvidable que va a ser ese verano para Luca y, en menor medida, el resto de personajes, pero hay algo en la forma de abordar la historia que la convierte en una reflexión, en una fábula italiana y en una vivencia para muchos y experiencia única y es esa sensación de descubrir nuestro lugar en el mundo, de quien somos, de preguntarnos si estamos con las personas adecuadas y de saber encontrar a aquellas que en realidad nos acepten por quienes somos sin temer nada de nosotros. Bien lo dijo la abuela de Luca:
Hay personas que jamás lo aceptarán, pero otras que sí. Y parece que ya sabe cómo encontrar a las buenas”
Obviamente, no hay nada dejado al azar en ‘’Luca’’ y el primer gran logro de la película es lo fácil que resulta dejarse llevar por la historia ya que una vez que la pones te atrapa y quieres seguir viendo la historia y cuando menos te das cuenta, estás con el pañuelo a moco tendido viendo como Alberto va a rescatar a Luca en la carrera o como Giulia se da todo para salvar a sus amigos del reino de injusticia y de terror de Ercole. A eso le añadimos un gran acabado visual, sabiendo sacar partido a su ambientación en la Riviera italiana, unos estimulantes diseños y unos personajes con corazón que te hace empatizar con ellos e identificarte en ciertos puntos.
Todos quizás alguna vez fuimos Luca, buscando un lugar donde encajar, aventuras y quizás con miedo un poco a vivir nuevas experiencias, pero a final de cuentas lo logramos, también, muchos alguna vez fueron un Alberto, despreocupados, con confianza en sí mismos, pero dispuestos a dar todo por sus amigos o la persona que quieren para que pase ratos inolvidables, están dispuestos a todo por defenderles y quizás también nunca se dejaron, como Alberto. O quizás fuimos como Giulia, defendimos a aquellos que eran bichos raros como nosotros y nos portamos de manera empática con aquellos que son diferentes y les dimos nuestro apoyo. Esos son los personajes de ‘’Luca’’, personajes humanos, personajes que también pueden existir en la vida real y si, quizás todos conocimos un Ercole con minions que al final lo traicionaron y se hartaron de su injusticia.
Respecto al tema LGBT+ que muchos dicen debo decir que este es un efecto similar a Frozen, el público hizo lo suyo con el arte y aunque el director Enrico Casarosa dijo una y otra vez que ‘’Luca’’ ni es una película romántica, ni era su intención hacer una alegoría gay. Si nos hace reflexionar algo. Hay un bello mensaje sobre la amistad, el apoyo y aceptar al que es diferente, algo que normalmente viven las minorías discriminadas como el LGBT+ somos señalados por ser monstruos marinos y hasta cazados con arpones.
Normalmente esta sociedad nos enseña que en la infancia o cuando somos chicos está mal ser afectuoso con otra persona de nuestro mismo sexo. Sin, embargo con la cinta de ‘’Luca’’ se nos da este mensaje de que no tiene nada de malo pasar tiempo con aquel mejor amigo tuyo cuando eres pequeño o de querer estar siempre con esa persona que te hace vivir nuevas aventuras, nos enseña que podemos mostrar afecto a nuestros semejantes sin medida y que podemos hacer sacrificios por aquella persona que queremos a la cual queremos ver feliz y queremos que cumpla sus sueños y metas. Y quizás es una alegoría a normalizar que desde temprana edad cada quien pueda descubrir su propia identidad. Ya sea saliendo del mar, de la isla o tratando de cambiar humano a monstruo marino para vivir nuevas experiencias y descubrir quienes somos en este mundo y a donde pertenecemos y lo más importante, saber quiénes son las personas que en realidad nos van a aceptar.
Muchos dicen que ‘’Luca’’ quizás no aparezca en posiciones privilegiadas en muchas listas de las mejores películas de Pixar o que quizá no será recordada por ser de una de las películas más originales, inteligentes o más maduras de Pixar. Pero yo pienso que el tiempo lo dirá y la volverá un clásico que no pararemos de ver, ya que es una de las más humanas, divertidas y encantadoras por la genuinidad de su mensaje y el impacto que causó en muchos de nosotros que alguna vez nos sentimos diferentes en un mundo que discrimina ya sea por orientación sexual, religión, posición económica o nacionalidad, con ‘’Luca’’ muchos sentimos que alguna vez fuimos ese monstruo marino que debía esconderse en tierra o que estuvo atrapado en una isla o en un mar y no fue hasta que conocimos un Alberto o una Giulia que nos enseñó lo encantador que puede ser montar una Vespa, salir de la Isla o ver el Universo a través de los libros y telescopios en una noche de luna llena en una noche de verano italiana y que nos hizo conocer nuevos mundos en donde somos aceptados por lo que somos y quienes somos.
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Una pequeña cosita llamada amor
Tenía 16 años cuando un yankee brasilero se enamoró de mí. Nos conocimos arriba de crucero navideño que pasaba por distintas islas de Brasil.
Todo empezó un domingo que fuimos a Cotto con mi hermana a comprar un huevo de pascua, de los grandes. Cuando nos acercamos a pagar, una cajera con cara de cansada nos avisó que ese día había grandes premios con los huevos extra large.
Sin ningún tipo de expectativa, casi por inercia, le hicimos caso y fuimos al mostrador donde pasaban el código de barras de tu huevo por una maquinita y en una pantalla veías si te habías ganabas algo. Andaba tan lento el sistema que a pesar de no tener nada de fe la espera daba cierto suspenso.
Ya seguras de que iba a salir un “seguí participando” empezamos a rotar el cuerpo de a poco como para volver a casa, cuando de pronto vimos que apareció en la pantalla un dibujo pixcelado de unos huevos que titilaban y explotaban por el aire transformándose en oro. Después aparecía un conejo loco que se ponía unos anteojos y se subía a un avión. Las dos abrimos los ojos y nos miramos. Parecía que habíamos roto la máquina. El tipo con una voz monocorde nos dijo “ah, crucero, se ganaron el crucero”. Nos dio un papel, llenó nuestros datos y nos dijo que volvamos al día siguiente. Nos habíamos ganado unos pasajes para ir a un crucero adentro de un huevo de pascua en el supermercado. ¿Quién nos iba a creer?
La idea de hacer un viaje a esa edad y con mis hermanas me hacía sentir re canchera. Siempre había querido ser más grande. Me acuerdo cuando ellas ya empezaban a ir a fiestas y a mí todavía no me dejaban porque era chica. Las primeras Navidades que ya eran más grandes y después de las doce tenían alguna fiesta, a mí me carcomía la bronca. Se pintaban, aceptaban el champagne para brindar que antes siempre nos había parecido vomitivo, preparaban sus carteras y salían. Yo, en cambio, me tenía que ir a dormir abrazada a los regalos, escuchando música fuerte de algún vecino a lo lejos mientras miraba el techo de mi cuarto a oscuras. Todo me hacía sentir patética. Me recordaba que era una niña y tenía la sensación de que la parte más interesante de mi vida todavía no había empezado.
Una vez una de ellas festejó su cumple en casa y vinieron todos sus amigos. Me acuerdo que no me dejó estar en el living así que tuve que espiar toda la tarde por el ojo de la cerradura de la puerta y después escribí frenéticamente en mi diario íntimo. Hice una crónica detallada, como si quisiera captarlo todo, como si escribirlo me hiciese sentir que yo también era parte de ese grupo de amigos.
Pero cuando vimos en la pantalla del Cotto que mi hermana había ganado los pasajes para el crucero, esta vez yo ya era un adolescente y ahora también podía ser protagonista de una aventura.
El viaje duraba una semana. Teníamos incluidas todas las comidas. “La perla” tenía quince pisos. Casino, dos piletas grandes, bares temáticos, un teatro, una sala de juegos, restaurantes de distinto tipo y lo mejor de todo: una bolichin lleno de jóvenes desconocidos de todas partes del mundo.
El primer día exprimimos todas las instalaciones. Estuvimos en la pileta, la fría y la caliente, probamos cada una de las comidas que había, hicimos una clase de salsa en la terraza, jugamos al metegol, hicimos surf en una pileta que tenía olas de mentira, puse cara de grande y no me pidieron documento para entrar al casino, corrimos por los pasillos largos, fuimos a tomar un café preparado por Toni: un robot ( esto es en serio), jugamos al golf aunque no sabíamos jugar al golf y varias pelotas se nos cayeron al agua, nos sacamos una foto en la punta del barco con los brazos abiertos simulando la escena de Titanic y a la noche fuimos a la discoteca. Ibiza se llamaba.
No me acuerdo bien cómo pero enseguida nos hicimos un grupo de amigos. Y cada noche ir a bailar era el plan que esperábamos todo el día. Hasta aprendí a dormir la siesta a la tarde para llegar con energía. Se fue armando un grupo muy sólido. Estaba tan bueno que cada día se sumaba más gente. Uno que las dos primeras noches había caído solo, a la tercera convenció a todas sus primas que vinieron curiosas a ver qué pasaba en la discoteca que era tan divertido. Éramos todos de lugares distintos así que nos comunicábamos como podíamos. Un poco inglés, un poco portugés, un poco español y un poco mucho de un idioma inventado.
Pero el secreto estaba en el baile. Bailábamos hasta transpirar. Era deportivo ya. Había muy buenos bailarines en el grupo que inspiraban al resto. Hasta una rusa, que las primeras noches se la pasaba sentada mirando todo, las últimas ya estaba descalza en el medio de la ronda revoleando su pelo largo para todos lados. Lo bueno es que cuando te cansabas te ibas a la terraza y ahí te volabas. Había un aire en el medio del océano que te desorganizaba la cara y te despertaba. Te refrescaba el cerebro.
Entre las actividades ridículas que tenía el barco una era que antes de cenar te sacaban unas fotos con tu familia o con la gente que estabas viajando. Justo antes de entrar al salón donde se comía pasabas por una especie de aduana donde Richard, un fotógrafo que hablaba muy rápido, te ubicaba y te hacía prácticamente un book de fotos en un fondo que tenía la imagen de un océano robada de Windows. Hasta sacaba fotos individuales de cada integrante y te podía llegar a pedir poses. A mí una de las noches, como me sentía mal porque había tormenta y el barco se movía mucho, me pidió que ponga cara de que estaba viendo al amor de mi vida a lo lejos. Ojalá nunca nadie vea esa foto- pensé- pero al día siguiente descubrimos que todas las fotos las exponían en uno de los salones frente al casino. Se llamaba “La calle de las estrellas” y ahí te buscabas. Las ponían cada noche para que la gente se fije si había salido bien y las terminen comprando.
Y ahí fui que lo vi por primera vez. Su foto con su familia estaba justo arriba de la mía con mis hermanas. Una madre joven medio bohemia y hermosa posaba al lado de dos chicos de unos quince años, probablemente sus hijos, que levantaban a un señor por el aire. Más que su papá parecía su abuelo. La foto estaba tan en movimiento que se podía escuchar hasta las risas. Algo en la ternura de los ojos de uno de esos hermanos hizo que me quede colgada mirando.
Esa misma noche en la discoteca, mientras la rusa cantaba como un perro en el medio de la pista “beso en la boca es cosa del pasado” con un micrófono con cable que hizo tropezar a más de uno, escucho al lado mío una risa nueva en el grupo pero que al mismo tiempo sentí que ya había escuchado antes. La risa del chico de la foto. Era la primera vez que aparecía por ahí y desde entonces nunca más dejó de venir.
Él bailaba distinto. Más lento. Sintiéndose la piel. No había urgencia en sus movimientos. En los nuestros sí. Siempre me miraba y encontrábamos complicidad en algún baile pero nunca habíamos hablado directamente. Una noche le preguntó a mi hermana como me llamaba yo, se me acercó y con un acento raro me dijo “Paloma, ¿querés bailar conmigo?” Hicimos todos los trucos posibles que se pueden hacer bailando de a dos. Lo hice girar como un bailarín profesional. Siempre me había dado un poco de vergüenza bailar de a manos pero algo pasó entre nuestros brazos. Se movían solos con una agilidad que me sorprendí de mí misma. En un momento me dijo en el oído que yo le parecía muy divertida y algo de su voz tierna me dio ganas de quedarme ahí un rato más.
Durante el día, cuando tomábamos sol con mis hermanas, lo veíamos siempre sentado de frente al sol hablando solo con los ojos cerrados. Ellas me molestaban porque decían que se notaba que él gustaba de mí y que además tenía un leve aire al dibujito Doug Narinas. Nunca había visto ese programa pero lo único que me acordaba de ese personaje es que se la pasaba haciendo bollitos de papel con lo que escribía. Muy inseguro. Yo les decía que a mi él no me gustaba porque me parecía era muy chico, aunque sabíamos que tenía la misma edad que yo.
Un día estábamos en la pileta con mi hermana y mientras él estaba con los ojos cerrados, varias hojas sueltas se le volaron de su cuaderno. Vimos que empezó a juntar las que tenía cerca pero hubo una, sólo una que llegó para nuestro lado y el no alcanzó a verla. Fue como si la hoja quisiera quedarse conmigo. Porque se me pegó en la pierna que tenía medio pegoteada por un helado que recién había comido y no se movía de ahí. Me la saqué y empezó a volar. Mi hermana salió corriendo y la rescató antes de que se cayera al agua y me dijo: “obvio que es una carta para vos”. Yo creí que lo había dicho en chiste, y seguramente fue así, pero cuando subimos al camarote y abrimos desesperadas la hoja: efectivamente era una carta para mí.
La carta decía con una letra muy chiquita:
“I started to think that was just an atraction for you. But now i know what is. A little thing that we call love. In the second day at this boat, i felt in love for you. Your ways, your eyes, your smile... I can´t stand it anymore. I wouldn´t be a real lover, without telling this.
This is not a joke or a bullshit, i´m very honest. I was dating a girl for 5 eyes, so, i know what is love. But i´dont know how. How this happend so fast? Well, I wont think to much. I´m not that kind of guy who cares about beauty.
I just care about inside. This ...”
La última noche en el boliche del barco acepté salir a la terraza con él. Era nuestro primer momento a solas y probablemente el último. Nos apoyamos en la baranda de lo más alto y miramos el río. No se podía ver nada. El horizonte era sólo oscuridad. Parecía como si en realidad estuviésemos adentro de una caja negra. Solo se veía la forma que dejaba el barco cuando avanzaba. Una espuma breve en el agua que se iba borrando y armaba una nueva. Daba miedo el paisaje pero a la vez no podías dejar de mirar. Los ojos lo intentaban.
Ahí me contó que lo que hacía en la pileta era meditar, que era budista por elección propia desde los trece años. Me contó que su sueño era ser músico de jazz. Que vivía en Sao Pablo con su mamá y su hermano y que viajaban con su abuelo. Me contó que a los dieciocho años se quería ir a vivir a Nueva York y tocar en bares. Me contó que el había nacido ahí y que nunca más había vuelto aunque su papá seguía viviendo ahí. Yo le conté que quería ser actriz pero no tenía ni idea como empezar y después de una charla larga donde los dos hicimos lo que pudimos con nuestro inglés básico nivel uno, y hasta inventamos palabras, me miró y me dio un beso. Fue un beso largo y suave musicalizado por un viento fuerte que nos voló todos los pelos pero no pudo con nosotros. El sol ya empezaba a salir y había un rocío en el aire que nos hacía resbalar a cada rato. Después me confesó que estaba enamorado de mí y que me había escrito algo pero que nunca me lo iba a dar porque le daba vergüenza. Lo que nunca supo es que yo sí leí esa carta y nunca va a saber que ahora también la leyeron ustedes.
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