#parte concupiscible del alma
Explore tagged Tumblr posts
Text
«Al principio de esta narración dividimos cada alma en tres partes, dos de ellas que tenían forma de caballo, y una tercera que tenía la de auriga. Mantengamos ahora también esta división. Pues bien, de los caballos, decimos, uno es bueno y el otro no. Pero cuál es la excelencia del bueno y el defecto del malo es algo que no expusimos y que ahora debe decirse. Aquel de los dos que está en el lugar de preferencia es erguido de porte, de proporcionados miembros, cerviz alta, nariz corva, blanco de aspecto y de ojos negros; amante del honor con moderación y respeto, compañero de la verdadera gloria, sin necesidad de golpes se deja conducir con sólo la voz de mando. El otro, en cambio, es contrahecho, grande, constituido de cualquier manera, de cuello robusto y corto, chato, de piel negra, ojos grises y naturaleza sanguínea; compañero del desenfreno y la fanfarronería, con espesas crines en torno a las orejas, y sordo, a duras penas obedece al látigo y a los aguijones. En consecuencia, siempre que el cochero, al ver la persona que despierta su amor, siente ante esta percepción un calor por toda su alma, y se llena del cosquilleo y las picaduras de añoranza, aquel corcel obediente al auriga, dominado entonces como siempre por el respeto, se contiene para no saltar sobre el amado. Pero el otro, que ya no hace caso ni de los aguijones ni del látigo del auriga, se lanza saltando impetuosamente; y poniendo a su compañero de tiro y al cochero en toda clase de apuros, les obliga a ir junto al amado y hacerle mención de los deleites del amor».
Platón: «Fedro», en El Banquete, Fedón, Fedro. Editorial Labor, págs. 326-327. Barcelona, 1975
TGO
@bocadosdefilosofia
@dias-de-la-ira-1
#platón#fedro#mito del carro alado#alegoría del carro alado#concepción tripartita del alma#alma#amor#voluntad#parte volitiva del alma#parte irascible del alma#parte apetitiva del alma#parte concupiscible del alma#parte racional del alma#razón#deseo#pasión#impulso#pulsión#caballo negro#caballo blanco#auriga#teo gómez otero#la caída de faetón#jan carel van eyck#van eyck#museo del prado#filosofía griega#filosofía antigua
5 notes
·
View notes
Text
Pregunta Padre soy un chico de 13 años que quisiera saber si, en confesión, digo que cometí actos solitarios, ¿es correcto considerando que los he cumplido mirando pornografía? O bien hace falta ser más específico. En mi ignorancia de chico que confía en usted, pienso que el hecho de mirar pornografía, el permitir que la imaginación haga el trabajo, no cambia la gravedad o el tipo de pecado, puesto que también con el pensamiento, el sujeto es siempre el mismo. Le envío cordiales saludos y le prometo recordarlo en mis oraciones. Respuesta del sacerdote Muy querido, 1. la pornografia es más dañina que los pensamientos impuros porque causa dependencia y deseo de tener experiencias siempre más extremas. Sus efectos negativos son particularmente graves por los cambios que produce en el cerebro, por las disfunciones sexuales que antes o después ocasiona, por la perversión que la acompaña, por quemar a la memoria y por muchas otras consecuencias. Estos efectos maléficos están todos documentados. Por lo tanto la pornografia hay que acusarla a parte, constituyendo un pecado grave contra el noveno mandamiento. Mientras que no siempre los pensamientos impuros son graves. 2. Te suplico con todas mis fuerzas que te mantengas alejado de esta realidad y te mantengas puro. No tienes nada que ganar con la impureza. Tan solo perderás muchas cosas, comenzando por la presencia del Señor dentro de tu corazón, que es el bien más grande. Sin su presencia en el corazón, de hecho, todo es insuficiente. 3. Te recuerdo algunas afirmaciones de Santo Tomás particularmente iluminantes. Comentando al profeta Isaías, Santo Tomás dice “quien es impuro no puede entrar en el templo de Dios (es decir: en Dios, n.d.r.) y más aún, no puede verlo” (Comentario a Isaías 6,8). 4. “En razón del pecado de lujuria el hombre mayormente se aleja de Dios” (Comentario a Job, lecc. 31, comienzo). 5. “De la lujuria se origina la ceguera de la mente, que excluye casi de manera total el conocimiento de los bienes espirituales; de la gula, en cambio, procede el embotamiento de los sentidos, que hace al hombre torpe para captar las cosas. A la inversa, las virtudes opuestas, es decir, la abstinencia y la castidad, disponen extraordinariamente al hombre para que la labor intelectual sea perfecta. Por eso se dice en la Escritura: A estos jóvenes —es decir, a los abstinentes y continentes— les dio Dios sabiduría y entendimiento en todas las letras y ciencias (Dan 1,17) (Suma teológica, II-II, 15, 3). 6. “El deleite es lo que más corrompe el juicio de la prudencia, y sobre todo el placer venéreo, que absorbe de manera total al alma y la arrastra al deleite sensible. La perfección, en cambio, de la imprudencia y de toda virtud intelectual consiste en abstraer de lo sensible” (Suma teológica, II-II, 53, 6). Y afirma que “dado que esos vicios proceden de defecto de la prudencia y de la razón práctica según hemos expuesto, tienen su raíz sobre todo en la lujuria” (Ib.). 7. “El diablo se alegra sobre todo del pecado de lujuria es porque ésta implica una adhesión máxima y es difícil librar al hombre de él, pues el apetito de lo deleitable es insaciable, como dice el Filósofo en el libro III de los Éticos” (Ib., I-II, 73, 5, ad 2). 8. La persona bajo la influencia del vicio de la lujuria, “hace que el apetito inferior, el concupiscible, se ordene de un modo vehemente a su objeto propio, lo deleitable, debido a la impetuosidad del deleite”(Suma teológica, II-II, 153, 5). 9. Por el contrario “No puede ser templo de Dios el que no está completamente limpio, y esto es lo que se expresa cuando dice: porque ellos verán a Dios. Ninguno que ve a Dios vive en esta vida, si no vive enajenado de los sentidos corporales… no puede ser conducido a aquella visión de Dios”(Comentario a Mateo 5, 8). 10. Al comentar la victoria de Cristo sobre las tentaciones de los demonios, Santo Tomás anota: “unos ángeles se acercaron para servirlo” (Mt 4,11)
. No dijo, pues: "bajando los ángeles", para manifestar que siempre estaban con Él en la tierra para su servicio. Pero, entonces se retiraron de Él por orden de Dios, para que el diablo pudiese tentar a Cristo, no fuera que, viendo a los ángeles cerca de Él, no se atreviese a aproximarse. No sabemos en qué forma le servían, si sanándolo de las enfermedades, si ayudándolo en la corrección de las almas o si ayudándolo a ahuyentar las tentaciones. Todas estas son las cosas que hace por medio de los ángeles, de modo que, cuando éstos lo hacen, parece que es Él mismo quien lo hace. Sin embargo, debe saberse que no lo asistían por necesidad de limitado poder, sino en honra de su infinita potestad. No se dice que lo ayuden, sino que lo sirven. Pero vencido por nosotros y aplastada la cabeza del diablo, se ve desde luego que con la ayuda de los ángeles y de nuestras virtudes no nos habrán de faltar los auxilios del cielo; por lo que se lee en Lc 16, 22: “El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham” (Comentario a Mateo 4,11). Estas afirmaciones merecen ser tenidas siempre ante nuestros ojos y grabadas en el corazón. Para que puedan ser objeto de tu experiencia y ser premisa de una continua bendición por parte del Señor, te aseguro mis oraciones, te recuerdo al Señor y te deseo una Santa Navidad rica de gracia y de paz y te bendigo. Padre Angelo
0 notes
Text
LA RELACIÓN MENTE - CUERPO
Bueno, comenzando con la RELACIÓN MENTE - CUERPO, los filósofos siempre han tenido la idea y la certeza de que la mente actúa sobre el cuerpo y además que puede tener una existencia independiente del cuerpo, es decir, no necesita del cuerpo humano para poder razonar y pensar, peroooooooo el cuerpo humano si necesita de la mente para poder vivir.
EL ALMA
Sabías tu qué... cuando una persona muere pierde 21gr de su peso, este peso perdido es a los que muchos filósofos le llaman “EL ALMA”, además de esto, se cree que cuando perdemos el alma, ésta puede reencarnar o trasladarse a otro cuerpo.
Según las teorías... todo aquello que tenga vida, tiene un alma. Los árboles tienen alma Los humanos tenemos alma Los animales tienen alma El planeta tiene alma y... si nos metemos a estudios de la metafísica (rama de la filosofía que estudia los entes) las cosas también tendrían un alma.
EXISTEN TRES TIPOS DE ALMA: 1.- RACIONAL (QUE PIENSA), su naturaleza es inmortal, es decir, no importa si no tiene un cuerpo como ya lo mencione, el alma/mente puede seguir existiendo aunque el humano muere, por eso se le considera inmortal. La parte del cuerpo que se le otorga es el cerebro y su principal virtud es la prudencia ya que tiene la capacidad de razonar.
2.- IRASCIBLE (EMOTIVO), su naturaleza es inmortal, es decir, no importa si no tiene un cuerpo como ya lo mencione, el alma/mente puede seguir existiendo aunque el humano muere, por eso se le considera inmortal. La parte del cuerpo que se le otorga es el pecho y su principal virtud es la fortaleza, ya que como sabemos en la parte del pecho tenemos el corazón que siempre ha sido símbolo de amor y fortaleza.
3.- CONCUPISCIBLE (PASIONAL), su naturaleza es mortal ya que como la mayoría de las pasiones (lujuria, gula, pereza) tienen un inicio y un final. La parte del cuerpo que se le otorga es el estomago y su principal virtud es la templanza ya que sabe cuales son las razones de sus pasiones y sabe como actuar para disfrazarlas.
2 notes
·
View notes
Text
Filosofia
Si buscamos esta palabra de manera inmediata nos aparece la descripción siguiente: “Conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las causas y efectos de las cosas naturales especialmente sobre el hombre y el universo”
Pero Aristocles, más conocido como Platón, (más o menos 300 años a.c) el hombre posee un alma inmortal, llamada alma inteligible, que participa del carácter inmutable y eterno del mundo de las ideas que contempla, que se alberga en un cuerpo mortal, que surge después del alma, pero que se destruye antes que ella (que dura para siempre) la misma llamada alma racional es divina y gracias a la misma alcanzamos el conocimiento. Tiene también otras almas, la irascible (donde se sitúa la moral y el valor) y la concupiscible (partes mortal del alma humana responsable de las pasiones, placeres y deseos sensibles) que no son eternas y están ligadas al mundo sensible.
Me encanta hablar del amor y acá va “ amor platónico” según Platón.
Sostenía que el verdadero amor es el amor a la sabiduría, al conocimiento, por lo tanto el amor platónico no es el amor al ideal de una persona sino al amor de conocerla y saber sobre ella. Mientras que la belleza del cuerpo no se halla en el cuerpo mismo, sino que es imagen o reflejo de la belleza espiritual, por lo que el alma humana debería aspirar a conocer y amar esa belleza esencial.
Es coherente que usemos en la actualidad el concepto de amor platónico como inalcanzable, pero... realmente lo es?
0 notes
Text
Recuerdan el mito del carro alado? :D Que hay diferente tipos de alma? Al parecer yo cuando consumo marihuana me inclino más al alma que tiene que ver con la belleza inteligible, la personalidad la razon y todo lo no sensible. :D Pero cuando no consumo marihuana, como que vivo más en lo sensible, y me vuelvo medio nefasto y patan. Y me interesa más la belleza y el sexo en las mujeres. :D (Alma concupiscible)
Me acuerdo que cuando consumia marihuana, escribia cosas como reprochando a esas personas someras que solo se fijan en las apariencias y en el cuerpo de las mujeres, y tomala!!! no tienes que decir de esa agua no he de beber. XD
Alma concupiscible
Para Platón, la parte mortal del alma humana responsable de las pasiones, placeres y deseos sensibles. En el mito del carro alado la representa Platón con la metáfora del caballo malo y poco dócil.
0 notes
Text
Percepción de la idea de orden político en la filosofía europea
Por Jean Galié
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
La función de la política es ocuparse de la política, de la cosa política, es decir, de lo que concierne a todos los ciudadanos o la vida colectiva de la ciudad. ¿Pero con qué propósito?
Una respuesta clásica gira en torno a la idea del bien común. Por eso debemos recordar esta idea de que el Bien es nuestro objetivo. Es el Bien Soberano, bueno en sí mismo, en relación con el cual todos los demás son sólo medios. Es el objetivo de toda actividad en el mundo. “¿No es cierto que, en relación a la vida humana, el conocimiento de este bien tiene una importancia considerable y que, poseyéndolo, como los arqueros que tienen ante sus ojos la meta a alcanzar, tendremos posibilidades de averiguar qué hacer?” (1).
La búsqueda de este bien estará liderada por una ciencia: “ciencia soberana y el punto más alto de organización. Aparentemente, esto es la ciencia política” (2). Aristóteles nos lleva al corazón de la relación entre moralidad y política. Según su concepción eudemonista, la felicidad es el fin supremo de la vida. Pero como el hombre es un "animal político", su verdadera naturaleza sólo puede realizarse en la ciudad. “Nace en cierto modo de la necesidad de vivir, de existir para vivir feliz. Por eso todas las ciudades están en la naturaleza” (3).
Aristóteles distingue claramente la felicidad de cada persona de la felicidad de toda la vida colectiva. El primero se identifica con la actividad de la contemplación en la medida en que el hombre como espíritu podrá cultivar esa parte del alma acercándolo a lo divino.
El ocio, un período de tiempo que escapa al imperio de la necesidad y las actividades relacionadas con él (trabajo, economía, etc.) se identifica con la felicidad personal. Sin embargo, su condición de posibilidad radica en el bien del Estado. Este último, a su vez, permite con su existencia actualizar las capacidades y facultades espirituales y morales del hombre. El objetivo de la política no es la moralidad, sino hacer posible la existencia de esta última. Es en este sentido que la moral depende de la política y no en el sentido de que esta última dicta los fines de la moral (tentación del Pensamiento Único contemporáneo...). Tampoco se tratará de absorber la felicidad individual en una hipotética felicidad colectiva. “Incluso si el bien del individuo se identifica con el del Estado, parece mucho más importante y más acorde con los fines reales de tomar la mano y salvaguardar el bien del Estado. El bien, por supuesto, es deseable cuando interesa a un individuo desarmado; pero su carácter es más hermoso y más divino cuando se aplica a Estados completos” (4).
Al contrario del individualismo moderno, es en este sentido que se impone la idea de un Bien Común. Pero esta idea, aunque razonable para el sentido común, no puede fundamentarse por sí sola. Para los Antiguos, la Naturaleza era el Orden del mundo, la ley que inervaba el kosmos, todo tendía naturalmente a florecer de acuerdo con esta ley; por tanto, de la naturaleza del hombre era conforme al orden de la ciudad. Asimismo, es por ello que la “ciudad está en la naturaleza”.
La política en realidad encuentra su base en la metafísica, de lo contrario sería incomprensible que la política fuera el eslabón de manifestación de las facultades espirituales del hombre. “El primer fundamento de la autoridad y el derecho de los reyes y jefes, gracias al cual fueron obedecidos, temidos y venerados, fue esencialmente, en el mundo de la Tradición, su cualidad Trascendente y no solo humana (…) una concepción puramente política de la autoridad suprema, la idea de que se basa en la fuerza bruta y la violencia, o bien cualidades naturalistas y seculares, como la inteligencia, la sabiduría, la habilidad, el coraje físico, cuidadosa solicitud por el bien común material - esta concepción está totalmente ausente en las civilizaciones tradicionales, sólo aparece en tiempos posteriores y decadentes ” (5).
Es en este contexto de pensamiento donde se pueden leer las doctrinas políticas de los Antiguos de las que algo -lo esencial- se transmitirá hasta la Edad Media, para la que el poder temporal era delegado por la autoridad divina. Para Platón, por ejemplo, la política tiende a perpetuar una estabilidad casi ontológica. La ciencia de la Política pretende contener el desgaste que ejerce el tiempo sobre todo lo efímero y, en particular, sobre una justa jerarquía establecida en la Ciudad y dentro de las diversas instancias del alma humana.
En su diálogo El Político, Platón relata el mito según el cual, en un tiempo original, el de Cronos, todo funcionaba en sentido contrario al del orden actual, es decir, en el sentido original. Este orden se aplicaba tanto a los ciclos astronómicos como a los ciclos de la vida, por lo que el hombre era cada vez más joven a lo largo de su crecimiento. El tiempo de Cronos ha dado paso al de Zeus que invierte el orden original para dar paso a un orden invertido con el que debemos llegar a un acuerdo, lejos de la época mítica de los orígenes. El hombre arcaico vive en un universo protegido cuyo significado le es adquirido naturalmente. “La actitud mítico-natural incluye desde el principio no sólo a los hombres y animales, y otros seres infrahumanos e infra-animales, sino también seres sobrehumanos. La mirada que los engloba en su conjunto es una mirada política” (6).
En otras palabras, el destino del hombre depende de la forma en que reinen estos poderes míticos dentro de un ciclo en el que se perpetúa el eterno retorno de la configuración inicial del orden de las cosas, asegurando así un retorno perpetuo de lo mismo en un mundo que nunca envejece, que no sufre la erosión del tiempo histórico.
Platón conoce bien la Tradición. Para él, la política consistirá en mantener la mirada fija en el modelo Trascendente que establece el orden de la Ciudad Justa, esta ciudad ideal descrita en La República obedeciendo a la ley del equilibrio ubicando a cada categoría de ciudadanos en el lugar correspondiente a sus cualidades intrínsecas, desde el Rey hasta el productor, incluido el guerrero. Esta ley es el eje ontológico gracias al cual se legitima dicha jerarquía, en su defecto cada forma de gobierno será susceptible de degenerar, retrocediendo la monarquía en timocracia (gobierno del honor), esta última hacia la oligarquía (el pequeño número), este último luego a la democracia (todos) cuyo destino final será la tiranía. De la perfección a la confusión de los impulsos inferiores del alma humana, de la ley a la falta de forma. “Especialmente en las formulaciones arias, la idea de ley está íntimamente relacionada con la de verdad y realidad, así como con la estabilidad inherente 'en lo que es'. En los Vedas, rta a menudo significa lo mismo que dharma y no solo designa el orden mundial, el mundo como orden - kosmos -, sino que va a un plano superior para designar verdad, ley, realidad, su opuesto, anrta, aplicando lo que es falso, malo, irreal. El mundo del derecho, y por tanto del Estado, era, por tanto, el equivalente al mundo de la verdad y la realidad en sentido eminente” (8).
Para Platón y sus sucesores dentro de la filosofía política clásica, la ciencia política tiene, por tanto, la función de imponer una “forma” metafísica al caos siempre posible y resurgente, al encarnar una idea de estabilidad y justicia propia del orden tradicional que había encontrado su expresión inicial en el sistema de castas del cual el hombre moderno no puede captar el significado y alcance espiritual. Tal era el universo mental indo-ario, cuyas estructuras ideológicas descifró detalladamente Georges Dumézil. Así, en Platón, el orden y la jerarquía social reflejan un orden y una jerarquía internos al alma humana. Las órdenes de los ciudadanos corresponden a los poderes del alma y a ciertas virtudes. A los jefes de la ciudad, los magistrados, los arcontes corresponden al espíritu, el nous y la cabeza; a los guerreros el animus y el pecho; a los productores, la facultad del deseo, la parte concupiscible del alma y la parte inferior del cuerpo, el sexo y la comida.
Las castas, las categorías de ciudadanos, son órdenes que definieron formas típicas de ser y actuar, desde la materialidad hasta la espiritualidad. Platón se había fijado el objetivo político de instituir a través de la educación un plan para seleccionar las élites capaces de dirigir la Ciudad. Un hombre en particular pertenece a una categoría dada de ciudadanos no por condiciones arbitrarias sino porque el carácter de su alma --detectado por magistrados o educadores-- lo destina a cumplir tal o cual función, según el simbolismo del alma al personaje, el de oro, el de la plata, el bronce o el de hierro, en orden decreciente de valor; de la capacidad de mando ilustrado a la de fidelidad de la ejecución.
¿Qué queda de este hermoso edificio conceptual y metafísico en el pensamiento político moderno?
Pocas cosas, desde que Maquiavelo (1469-1527) rompió con la filosofía política clásica, incluida la de la Edad Media que pensaba lo político refiriéndose a San Agustín para quien destacaba la “ciudad terrestre”, al tiempo que la reflejaba, en la “ciudad celestial”. En las condiciones de existencia, marcadas con el sello del pecado original, el Estado tenía que ser el sostén y la espada de la autoridad espiritual. Esto no hace falta decirlo, ya que en los hechos - disputa de los güelfos y los gibelinos - se trataba de saber si el Emperador o el Papa encarnaba mejor esta idea de autoridad espiritual, este último no debe degradarse en simple poder temporal.
Maquiavelo, por su parte, desacralizó la política, la convirtió en un simple instrumento humano, algo profano, que ya no está ordenado a un fin superior, trascendente. La cuestión es cómo tomar el poder y mantenerlo. Lo principal es la estabilidad del Estado, que es la redundancia ya que “Lo Stato” es lo que aguanta.
En sí mismo, el hombre de poder, el Príncipe no es inmoral, pero debe saber conducir a los hombres y jugar con las circunstancias. Convertirse en “zorro” o “león” según el caso en el que prevalezca la astucia o la fuerza, para hacerse amar y temer a la vez, sabiendo que no tiene el control total de la historia ya que la mitad de ésta puede ser guiada por su “virtud”, poder y virtuosismo, y la otra mitad por la “fortuna”, como el río impetuoso cuyo curso no se puede detener sino sólo el dirigir.
En este sentido, el gran descubrimiento de Maquiavelo es que la política es un artificio. Tal es la esencia de la concepción moderna de la política, que históricamente siempre verá la concepción clásica a su lado, y se desarrollará según este eje del artificio pensado racionalmente, por un cálculo, y cuyas teorías del contrato serán muy dependiente.
Por tanto, el orden político es esencialmente humano, derivado del pacto, del pacto de obediencia que un pueblo hace con su Soberano. La autoridad de este último ya no se considera natural, por lo que entre esos libelistas llamados monarcomanos en el siglo XVI, se disputan la autoridad del Rey. A menudo los protestantes, a veces también los católicos, justifican su rebelión rechazando un orden político considerado ilegítimo.
Es en este contexto que se pensará el concepto de soberanía y se discutirá la cuestión de la legitimidad de la institución política. Si la idea de soberanía existe desde la Antigüedad por ser inherente a cualquier forma de ejercicio de mando político, la conceptualización realizada por Jean Bodin (1520-1596) será retomada en la filosofía política moderna.
En los “Seis libros de la República” lo define como “el poder absoluto y perpetuo de una república”. Así es como una nación se constituye en un Estado, identificada con él. La soberanía se convierte en el poder absoluto, fundando la República, es su alma. El vínculo que une a un pueblo con su gobierno reside en la ley, el soberano hace las leyes, el poder de gobernar se identifica con el poder de legislar. Como resultado, el príncipe estará por encima de la ley, una idea retomada más tarde en el siglo XVII por Hobbes para quien el soberano no podría estar sujeto a la ley. Si el Soberano ya no puede ser fundado por el recurso inmediato a la trascendencia, sin embargo, es resacralizado en forma profana en la figura de la soberanía absoluta del Estado: “todos los conceptos significativos de la teoría moderna del Estado son conceptos teológicos secularizados” (Carl Schmitt).
La otra parte de la discusión se basa en la teoría del contrato. Este último tiene sus raíces en la doctrina de la ley natural. Visto desde el punto de vista de la legitimidad de los fundamentos del Estado, como artificio producido por el hombre, el derecho natural se concibe como ley de la fuerza o como ley ideal.
La primera concepción está representada por Hobbes y Spinoza. En el estado de naturaleza - ficción ideológica - reina el derecho de la naturaleza definido “por el deseo y el poder” (Spinoza), como “el derecho de cada hombre a hacer o poseer lo que le plazca” (Hobbes). Nada es injusto allí o justo antes del establecimiento de la ley civil. Para Hobbes, el estado de inseguridad resultante del ejercicio de la ley natural (“guerra de cada uno contra cada uno”) empuja al hombre, por una ley natural inherente al ser de razón que es, a hacer un cálculo para salir de esta situación. Son los términos del contrato, del pacto lo que elimina esta situación arbitraria (análoga a la guerra civil, o al desorden que reina en ciertos Estados...) para establecer un Estado racional.
La idea de una ley natural "ideal" está representada por la Escuela de Derecho Natural en el siglo XVII. Sirvió de base para lo que se ha llamado el Derecho de las Naciones. Así, el filósofo y jurista holandés Grocio (1583-1645) dice que la ley natural emana de la naturaleza social del hombre: es de ella que la razón humana, observando las diversas prácticas, establece los principios de un derecho universal, inmutable. Es distinto de la elección voluntaria y arbitraria.
Sin embargo, se puede relacionar con el derecho divino "ya que la divinidad quiso que tales principios existieran en nosotros" (Grocio). Sin embargo, esta distinción da fe de un cambio del orden de la Providencia al de la humanidad. Es un derecho racional. Esta doctrina puede conducir a una visión individualista: Locke piensa que los hombres en el estado de naturaleza son libres, iguales, iluminados por la razón, por lo tanto pueden respetar los preceptos de la ley natural; siendo necesaria la organización política sólo para preservar las prerrogativas naturales del hombre (libertad, igualdad, propiedad), visión anarco-liberal - o bien en un humanismo racional (Kant) por el cual la razón triunfa a través de su propia legalidad para gobernar pueblos libres, porque la ley es el concepto que surge de las condiciones en las que se encuentra la facultad de actuar de los demás según una “ley universal de libertad”. Kant defenderá gracias a esta teoría, la problemática idea de una Liga de Naciones desde un punto de vista cosmopolita.
Llevada al extremo, la tesis de una ley natural ideal conduce a la concepción de un ideal de justicia que existe por encima de la ley positiva. "Hay una ley universal e inmutable, fuente de toda legislación positiva, es sólo la razón natural que rige a los hombres" (Anteproyecto del Código Civil del Año VIII). El propósito de la ley natural es proteger estos derechos inalienables que son, según la Declaración de los Derechos Humanos de 1789: libertad, propiedad, seguridad y resistencia a la opresión.
Pero ¿qué pasa si la Ley Universal está adecuadamente incorporada en la ley positiva, si no es ella quien tiene el poder inherente a esta ley? Esta teoría se refleja en particular en lo que Carl Schmitt llama el Estado legislativo. “El Estado legislativo, por el rigor de su sistema de legalidad, no puede admitir la coexistencia de varias fuentes del derecho, como en el derecho romano, leyes, plebiscitos, consultas senatoriales o constituciones imperiales, edictos magistrados, las respuestas de los “prudentes”, etc.” (9).
Este universalismo abstracto no está exento de peligros, y Carl Schmitt nos advierte: “Si la noción de derecho pierde un día toda relación interna con la razón y la justicia y sin embargo retenemos el Estado legislativo con su significado propia de la legalidad, que concentra en la ley todo lo superior y respetable en el Estado, en ese momento, cualquier ordenanza, mandato o medida..., cualquier instrucción de un juez puede convertirse, por decisión del Parlamento u otro órgano legislativo, en legal y de conformidad con la ley en virtud de la soberanía de la ley. El formalismo llevado al extremo acaba (...) abandonando sus relaciones con el Estado de derecho" (10).
Entonces, ¿no enmascara la famosa “independencia” de los jueces su contrario, una hegemonía ideológica instrumentalizando el formalismo del derecho? “Se supone que en virtud de los lazos similares que unen a todos los ciudadanos a un mismo pueblo, todos deben ser, en virtud de estas características comunes, esencialmente similares entre sí. Sin embargo, que este supuesto, suponiendo una perfecta armonía nacional, llegue a desaparecer, se verá inmediatamente el puro “funcionalismo” sin objeto y sin contenido, resultante de los datos de la mayoría aritmética, excluyendo toda neutralidad y toda objetividad” (11).
Entonces, ¿la ideología actual de "ciudadanía" es suficiente para definir a un pueblo, para identificar estos "rasgos comunes", para establecer la "armonía nacional"? ¿Es suficiente un simple contrato formal para establecer una identidad? ¿No fue éste forjado en nuestra historia? De ahí la amnesia con la que los globalistas quieren golpear a todos los pueblos y en particular al nuestro. ¿Hemos olvidado que los muertos gobiernan a los vivos (Auguste Comte)? Hoy en día, en nombre de la ley, es posible erradicar todas las formas de oposición al “futuro brillante” que nos promete el “Orden” del Nuevo Mundo.
En estas condiciones, el pueblo se ha convertido en una noción abstracta, el ciudadano ya no está enraizado en una identidad singular que podría experimentarse en varios niveles (occitano, francés, europeo, por ejemplo).
En Francia, resurge el debate sobre las identidades locales, regionales y nacionales, con un cuestionamiento del centralismo jacobino y la discusión sobre la cuestión de la soberanía. Si bien es obvio que en el campo de la SRE no queremos una Europa desarrollada por globalistas, una Europa de cartón en las antípodas de una Europa del poder, el debate es más matizado en función de las diversas sensibilidades y estrategias propuestas en este caso. Asimismo, el debate es semánticamente sesgado cuando se presenta en forma de dicotomía entre “soberanistas” y “no soberanistas”.
Si no somos soberanos es porque dependemos de otra persona, ¡porque ya no existimos como entidad política! Por supuesto, este es el sueño de los globalistas, pero es posible concebir, gracias al principio de subsidiariedad bien aplicado en correlación con las fuerzas vivas del país, un entrelazamiento de varios niveles de soberanía.
En contraste con la teoría liberal que desalienta la participación del pueblo en la vida pública y que rechaza cualquier iniciativa que vaya contra las normas legales y constitucionales del momento, otra concepción fue formulada por Johannes Althusius (1557-1638) adversario de J. Bodin en filosofía política (12).
El filósofo alemán vuelve a Aristóteles, a su concepción del hombre como ser social, inclinado a la solidaridad y la reciprocidad. En un enfoque de tipo simbiótico, Althusius afirma que la sociedad es primero en relación con sus miembros, y está constituida por una serie de pactos políticos y sociales, concluidos sucesivamente de la base a la cúspide, por asociaciones públicas naturales (“con-asociaciones”), privadas, como las familias, los gremios, las corporaciones, las ciudades, las provincias, etc. Patrón de enclavamiento que va de lo simple a lo complejo. Los individuos son miembros de varias comunidades sucesivas y no hay contrato entre el soberano que es el pueblo y el príncipe que se limita a administrar. El contrato social es una alianza, una comunicación simbiótica de individuos definidos por su membresía. Se forma entre pequeñas comunidades que se federan para formar un cuerpo político más grande y un Estado. El pueblo puede delegar su soberanía, pero nunca renunciar a ella. Esto permite el respeto a las identidades particulares, que recordamos que no fueron admitidas por Rousseau en Du Contrat Social (“Es importante, por tanto, para contar con la declaración de la voluntad general, que no tienen sociedad parcial en el Estado, y que cada ciudadano opina sólo según él ”. Libro II, Capítulo III), y que realmente fueron abolidos durante la famosa noche del 4 de agosto de 1789 y se les impidió ser Constituido por la ley Le Chapelier del 14 de junio de 1791 que prohíbe cualquier forma de asociación entre personas del mismo oficio y cualquier coalición.
En el sistema de Althusius, cada nivel deriva su legitimidad y su capacidad de acción del respeto a la autonomía de los niveles inferiores, el principio de soberanía está subordinado al consentimiento asociativo, este se distribuye a diferentes niveles de la vida política. La piedra angular del sistema es el principio de subsidiariedad, por el cual las decisiones se toman al nivel más bajo posible gracias a unidades políticas con poderes autónomos sustanciales y por estar representadas colectivamente en niveles superiores de poder. El nivel local delega en el nivel superior solo aquellas tareas y responsabilidades que no puede realizar, como, por ejemplo, las funciones soberanas del Estado. La Nación sería, por tanto, una comunidad de comunidades.
Una vez más, esta idea no debe interpretarse en términos de “comunitarismo”, una verdadera yuxtaposición de comunidades lingüísticas, étnicas, religiosas o de otro tipo que sólo tendrían en común la proximidad de un orden geográfico y un destino común, esa simple supervivencia económica.
En última instancia, la cuestión de un orden político y social se reduce a quién tiene el poder y para qué. Por tanto, un pueblo no debe ignorar quién es, cuál es su naturaleza profunda, cuáles son sus apegos esenciales. Estos temas fundamentales no pueden ser descartados por la ideología erradicadora de los Derechos Humanos que desustancializa todo lo que toca (13).
De hecho, no hay nada más libre y más fácil de promover ideológicamente que una forma vacía. Es mucho más difícil resistirse a esta corriente homogeneizadora del globalismo y nombrar la identidad a la que debemos referirnos para ser nosotros mismos.
Sin embargo, ante el caos actual, la entropía real que genera el sistema globalista, nuestro pueblo no podrá ignorar esta decisión decisiva.
¡Carthago Delenda est!
Jean Galié
Aristoteles: Ethique à Nicomaque. Livre I.
idem.
Aristote. Politique
Aristote. Ethique à Nicomaque. Livre I.
Julius Evola. Révolte contre le monde moderne. Editions L’Age d’Homme p.41-42.
Husserl. La crise des sciences européennes en la phénoménologie transcendantale. p.364.
Cf. Le mythe de l’éternel retour (Mircea Eliade).
Julius Evola. Révolte contre le monde moderne. p.61.
Carl Schmitt. Du politique. “Légalité et légitimité” et autres essais. p.53. Editions Pardès.
idem p.54.
idem p.60.
Leer sobre este tema el excelente aporte a este debate en el n ° 96 - noviembre de 1999, de la revista “Elements”, de la cual tomamos prestada esta información.
Así, por ejemplo, la Doctrina Monroe concebida sobre la base del espacio concreto, transformado por Theodore Roosevelt en un principio comercial imperialista que se convierte en un principio universalista que se extiende a toda la Tierra y que lleva a la interferencia de todos con todos. “Si bien, en la idea de espacio, existe la de limitar y distribuir la intervención, por lo tanto, un principio de ley y orden, el reclamo universalista de interferencia global elimina todas las limitaciones y distinciones razonables” Carl Schmitt. Trabajo citado, p.127-28. “El hecho de que la doctrina Monroe pudiera haber sido así traicionada y transformada en un principio comercial imperialista seguirá siendo, durante mucho tiempo, un ejemplo demoledor del efecto que pueden tener las consignas vacías” Carl Schmitt, ibid p.129.
0 notes
Photo
La música es una antiquísima forma de magia natural. Jámblico ya nos advertía de su poder para despertar y exaltar el alma. Su composición se organiza en torno a tres elementos ascendentes: ritmo, melodía y armonía. Haciendo una referencia cruzada con la doctrina de Platón sobre la estructura de Psyché, observaremos que el ritmo excita el alma concupiscible, la porción inferior e instintiva del hombre sutil. La melodía afecta el alma irascible, su porción intermedia y emocional. La armonía enciende la llama del alma intelectiva, la parte superior, racional y divina. Por eso, quienes controlan la música manipulan a los hombres por arte de magia. Observar la actual insistencia en el ritmo y la melodía, junto a la total ausencia de armonía, nos ilustrará sobre la clase de hechizo maligno que ciertos poderes mundanos han arrojado sobre la muchedumbre, a fin de sobreexcitar la naturaleza animal del hombre y cerrarle las puertas a cualquier posibilidad de elevación moral y espiritual. En consecuencia, escoge con cuidado e inteligencia la música que escuchas a diario. #yoga #satnam #gurbani #kirtan #waheguru (at Golden Temple, Amritsar) https://www.instagram.com/p/B4QoyGeFIyi/?igshid=1eemnmbjx8jx7
0 notes
Text
El CONCEPTO DEL INDIVIDUO POLÍTICO DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA.
PLATON --> TEORÍA DEL ALMA --> eterna e inmortal.
Dualismo - mente - cuerpo.
Reminiscencia o Anamnesis. --> Conocer es recordar. Polis --> ciudad.
El conocimiento esta dentro del alma. Orden eterno del ser --> alma.
ESTRUCTURA DEL ALMA.
1. Parte Racional. --> Sabiduria. --> Templaza.
2. Parte Irascible. --> Valentía --> Fortaleza.
3. Consupscible. --> Moderación. --> Prudencia.
ÉTICA = ARMONÍA DEL ALMA. INTELECTUALISMO ÉTICO.
Platon --> Concepción. --> Social y política. --> justicia insatisfactoria.
Origen de la ciudad --> Necesidades del hombre. El reparto del trabajo
Complejos ~ Basicas --> Alimento, habitacion, vestido.
Justicia para cada quien lo suyo. Hace cada uno lo suyo.
TEORÍA PLATÓNICA POLÍTICA - Tesis.
1. El gobierno debe ser un arte basado en un conocimiento verdadero.
2. La sociedad es una mutua satisfacción de necesidades entre sus miembros, cuyas capacidades se complementas
LA DIVISIÓN PLATÓNICA DE LA SOCIEDAD. - DIVISIÓN TRIPARTITA.
Los Productores son los campesinos. --> Concupiscible
Los guardianes son los guerreros. --> Irascible.
Los gobernantes son los filósofos. --> Racional.
0 notes
Text
Pensamientos irracionales.
-
Es que son pensamientos racionalizados, pensamientos irracionales racionalizados para poder justificar tratarme y sentirme una mierda. Creo que no tengo derecho a equivocarme, a cometer errores y a no ser perfecta, porque entonces es voz en mi cabeza tendrá razón, porque entonces todo lo que digo sobre mi misma es real.
-
no he sido leal con ese dolor?
-
Creo que he sido leal con las personas, pero siento que me van a traicionar pero no puedo traicionarlos. Así como con mi dolor, solo espero que se vaya porque no puedo dejarlo, y en serio lo intenté. Mimi me dijo que me repitiera que todo sería mejor, que lo que pensaba era solamente una exageración de la realidad (que era pesimista), pero no pude mantenerlo durante mucho tiempo.
Leo historias donde la gente se hace daño emocional, donde la gente los consuela y donde al final pueden sufrir para empezar a sanar, yo quiero una historia así.
Odio ser leal a mi dolor y no poder ser leal a mi misma
-
Es parte de el mundo.
Me cuesta creerlo y que no se trate más de algo así como un error, algo que jamás debió existir. Yo no es que quiera activamente morir, solo desearía no estar aquí. Como desvanecerme. Y que eso que me hace sentir así también este en el mundo me da asco, me hace sentir repulsión.
-
El caballo halado de Platón, en realidad son la parte del alma irascible y la concupiscible, una es la de los deseos y las pasiones (en cuanto a la carne como el hambre o la lujuria) mientras que la otra es los deseos de honor e inteligencia; sin embargo quién controla a los caballos en la carroza es la racionalidad que sabe como hacer que ambos cooperen porque uno es la acción y la otra la planeación.
.-.-.-
Creo que me gusta demasiado que me traten mal (academicamente) porque así fue 9 años de mi vida, si no exudabas sangre por un trabajo no podía considerarse trabajo bien hecho o incluso valioso. Hasta la preparatoria nunca consideré que mi trabajo podría ser bueno, porque nunca me esforzaba lo suficiente.
.-.-.-
Soy una sobreviviente, soy una buena persona, tengo depresión.
Son verdades que me cuestan aceptar, pero el ser se define por sus actos así que he sido siempre estas cosas.
Me siento un poco conflictiva porque nadie se dió cuenta antes, he tenido tantos arrebatos, he sufrido tanto y tantas veces ¿cómo es que nadie lo notó?
Me siento mal porque pensar en eso me hace sentir mala persona, aunque se que en realidad nadie debería sentirse mal por haber querído ser protegido.
.-.-.
Mis monstruos siendo amables.
Con otros pero no conmigo.
Por qué no puedo ser buena conmigo
¿mis monstruos son yo?
En algún sentido sí, y en otro sentido no. Son una parte de mi. La parte de mi que no me deja ser feliz. Pero también son una parte de mi que he negado, que he despresiado y que he ignorado durante gran parte de mi vida, también tenían derecho a ser vistos.
.-.-
Siento que ni siquiero necesito ayuda. Que estoy exagerando todo lo que siento y que estoy evitando que otra gente tenga ayuda, soy egoista. Porque quiero que el mundo siga detenido por mi.
-.-.
Metas:
-Terminar la carrera
-Encontrar otro grupo de teatro
-Viajar
-Enamorarme
-Ser feliz
0 notes
Text
¿Como influenció la filosofía en el surgimiento de la psicología?
El origen de la Psicología se remonta a los comienzos del pensamiento racional en el mundo griego, allá por los siglos VI y V antes de Cristo. La Psicología era aquella parte de la filosofía que indagaba sobre la naturaleza del alma, su composición y sus funciones. La voz griega psique posiblemente haya tenido un origen onomatopéyico, relacionado con el sonido que el alma produciría al escaparse por la boca del moribundo, como si se tratase de un fluido o un gas que al abandonar el cuerpo produce su muerte. De hecho aún le damos al término “expirar” los dos significados: despedir aire por la boca, y también el acto de morir. Para Platón, filósofo griego del S. V a. C., en el alma residía la auténtica naturaleza humana. Se trataba de una sustancia espiritual y eterna que en el momento del nacimiento de un individuo había caído prisionera en un cuerpo material, y que finalmente se liberaría de esta prisión en el momento de la muerte. Por considerar al ser humano como un compuesto de dos sustancias radicalmente diferentes y opuestas se dice que su psicología es dualista. Platón también afirmaba que el alma, al caer prisionera en el cuerpo se había dividido en tres: racional, irascible y concupiscible. La primera es la de mayor jerarquía y nobleza y en ella residen las funciones intelectuales; su ubicación en el cuerpo es la cabeza. La segunda es el asiento de los impulsos, la voluntad y el coraje; está situada en el pecho. La tercera es donde residen los apetitos relacionados con las necesidades materiales, y se sitúa en el bajo vientre. Para los griegos en general, el alma era el principio de la vida, es decir, la causa de que una sustancia material pudiera moverse por sí misma. Aristóteles, discípulo de Platón, afirmaba que el alma era la forma del cuerpo, es decir, aquello que le daba la vida y determinaba su esencia. Como principio de vida, para Aristóteles todos los seres vivos tienen diferentes tipos de alma: vegetativa los vegetales, sensitiva los animales y racional los seres humanos. El alma humana reúne las tres funciones, y realiza plenamente su potencialidad como alma humana en la medida que consigue el predominio de la racionalidad sobre las otras partes.
https://filosert.files.wordpress.com/2012/06/u1-la-psicologc3ada.pdf
0 notes
Text
El alma en la filosofía de Platón
El sistema filosófico de Platón es un todo fundamentalmente coherente en sus líneas maestras, en cuyo centro se halla la teoría de las Ideas. El horizonte desde el cual se ha de comprender la doctrina platónica del alma es precisamente la teoría de las Ideas. La racionalidad del alma se afinca en el conocimiento de las Ideas, y las Ideas constituyen el reino de lo real al que el alma pertenece y al cual se siente impulsada por su propia naturaleza. Se trata de un planteamiento del problema del alma que hunde sus raíces conjuntamente en la experiencia científica y en la experiencia religiosa. Este carácter religioso-moral de su planteamiento explica los siguientes rasgos de su teoría.
A) En primer lugar, que la cuestión fundamental acerca del alma sea para Platón la de su inmortalidad
B) La inmortalidad del alma, puesto que el cuerpo es corruptible y perecedero, implica la preexistencia y ulterior pervivencia de áquella respecto de éste. Esto, a su vez, implica que su unión con el cuerpo no es un estado esencial del alma, sino un estado transitorio, accidental. Más aún, no solamente es accidental, sino que puede ser calificado de antinatural, ya que el lugar propio del alma es el mundo de las Ideas, y su actividad más propia, la contemplación de éstas.
C) Pero si el lugar propio del alma es el mundo de las Ideas y su actividad más propia es la contemplación de éstas, es obvio que el alma es concebida por Platón fundamentalmente como principio del conocimiento racional.
D) Mientras permanece unida al cuerpo, la tarea fundamental del alma es la de purificarse, prepararse para la contemplación de las Ideas. La purificación supone que el alma se encuentra en un estado de impureza. Cabe, pues, preguntar de dónde vienen estas impurezas. Una respuesta por parte de Platón puede ser que provienen precisamente de las necesidades y exigencias del cuerpo, que se imponen tiránicamente a la vocación contemplativa del alma. Por lo pronto, esta respuesta equivale a conceder al alma, aparte de su función como principio del conocimiento racional, una función de control sobre el cuerpo. Pero, además, cabe preguntarse si esta función de control se ejerce en realidad sobre el cuerpo o sobre otras tendencias inferiores del alma:¿las tendencias desordenadas son en realidad del cuerpo o de algún estrato inferior del alma?
E) Platón se ve de este modo obligado a distinguir partes del alma o almas distintas y en su clasificación distingue las almas racional, irascible y concupiscible. ¿Son inmortales las tres o solamente la racional? Cuando se desciende a estos problemas particulares el pensamiento platónico pierde nitidez y se mueve en una cierta ambigüedad inevitable. La dificultad de explicar adecuadamente la relación entre las dimensiones racional e irracional del hombre afecta a toda la historia del pensamiento occidental.
via Blogger https://ift.tt/2o1XHPB
0 notes
Photo
Sigues buscando la felicidad ahí fuera en lugar de hacerlo dentro de ti mismo por un miedo irascible e inútil a que te hagan daño. Pero hablas con alguien que está cansada de coserse sus propias heridas, mientras lo hace una y otra vez con los que la rodean. No quiero atarte, porque se lo que se siente al depender emocionalmente de una persona. Te quiero libre con toda la Belleza de la palabra. Y te diría mil cosas ahora mismo pero me niego a entrar en un diálogo Socrático contigo si tu alma es tan escéptica como lo fue Calicles. Dentro de un tiempo se te va a venir encima, como si de anámnesis se tratara, todo lo que quise ofrecerte. -No hay que tener imaginación para saber que quise abrirme en canal contigo.- Tu parte concupiscible ha ganado la partida de un juego del que nunca quise formar parte, y ahora te has convertido en el Nietzsche instintivo y egoísta que siempre odiaste (y deseaste) ser a partes iguales. Es una mierda que tenga alma platónica e intentara mirar más allá de lo que me dabas. Ni siendo matemático te propusiste alcanzar mis Ideas. Ahora mismo solo espero que algún día encuentres a tu Lou. Vas a estar tan fascinado por la creación de sus propios valores Que no vas a ver que en ellos no entras tú. Te dirá que no, jugará. Y solo así entenderás que yo nunca quise hacer eso Contigo.
0 notes
Photo
HISTORIA DE LAS IDEAS – PLATÓN – CAPITULO 010 – FICHAS (121-134) -
121 – Es en el Fedon donde Platón expone sus ideas sobre el alma. Todos los filósofos griegos admiten la existencia del alma, aunque hay fundamentalmente 2 planteamientos:
122 – El alma como principio de vida. De esto se desprendería que: todos los seres vivos tienen alma, perece al morirlos seres y que está unida substancialmente o naturalmente al cuerpo.
123 – El alma como principio de conocimiento. Porel contrario, si atendemos a esta postura, el alma sería propia únicamente del hombre, eterna o inmortal y unida accidentalmente o de manera antinatural con el cuerpo.
124 – De estas 2 concepciones Platón elige la (123)
125 – Para Platón existen 2 ámbitos: Mundo o ámbito físico (“aiszetoson”): Mutable, perecedero, engañoso, falso, ... Mundo o ámbito de las ideas (“ontoson”): Lo realmente “real”, inmutable, eterno, simple... 126 – De acuerdo con estas nociones el alma pertenece al mundo de las ideas mientras que el cuerpo pertenece el ámbito físico.
127 – Platón está influido en el concepto de transmigración de las almas de los Pitagóricos, para los que el alma es algo que al morir el cuerpo se transmite a otro ser.
128 – Según Platón las almas pertenecieron al ámbito de las ideas donde estuvieron en contacto con ésta (en mayor o menor medida, de ahí que haya una jerarquía de almas: las almas más virtuosas fueron las que estuvieron más en contacto con las ideas superiores de virtud, justicia,...).
129 – En un momento dado estas almas se unen con un cuerpo para purificarse de una forma temporal; a través de la información de los sentidos que el cuerpo le suministra de la realidad física, burda imitación del de las ideas, el alma “recuerda” estas ideas: es la anamnesis o teoría del recuerdo.
130 – Para Platón existen en el hombre 3 almas, o tres partes de una misma alma (nunca lo dejó claro), que son: Alma racional (razón). Destinada al conocimiento de las ideas. Es la superior, y, parece que quiso decir, aunque tampoco está claro, que es la única inmortal. Le dio una localización física en la cabeza y una virtud, la prudencia.
131 – Alma irascible (fortaleza). Voluntad, fortaleza o ánimo del hombre para superar los problemas y alcanzar las finalidades. Según Platón está situada en el pecho y tiene la virtud de la fortaleza.
132 – Alma concuspicible (apetito). Es la más baja del hombre. Está constituida por sus deseos y necesidades básicas. Está situada en el vientre y tiene la virtud de la templanza.
133 – Gracias a estas 3 virtudes se controla el cuerpo, y a la vez el alma racional controla las otras 2.
134 – Platón representó estas almas en el mito de Fedro como un auriga (el alma racional) tirado por 2 caballos, uno blanco noble, dócil y fuerte (alma irascible) y otro negro, rebelde, perturbador, insurrecto, ... (alma concupiscible). [email protected]
0 notes