#no merezco tanto espacio en pensarle
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¿Cómo fue tu amor más fuerte?
Dios. Tengo que proclamar este ask como el más intenso de todos los asks que me han hecho en 4años de tumblr. Y con intenso me refiero a que me encanta el drama y la narración y les contaré una historia de esas de novela distópica romántica o algo como eso. Espero no defraudarlos.
Aún me da dolor de tripa y se me acalambran las manos si recuerdo. Pueden pensar que como fue la última historia que tuve, y está la herida apenas formando costra, por eso creo que es la más fuerte, pero no es así.
Quien me conoce desde inicios en tumblr sabe que la vida de Clara se divide en un período de dolor, cuando inicié aquí, donde superé a alguien que ahora es de mis mejores amigos. Después me enamoré del Señor de las Hojas, aunque salimos un par de ocasiones, nunca me pescaba y siempre quedó en lo platónico.
Y luego viene esa historia de hace un año quizá un poco más. (ya tengo calambres en este momento).
Cuando inicié mi vida hospitalaria como médico interno (5o o 6o año de medicina dependiendo de tu universidad) sentí que ese año sería el bueno. Quería ser muy feliz y encontrar al amor de mi vida, así lo dije textual antes de iniciar. Lo cual fue algo desilusionante porque todos mis compañeritos se veían promedio. Excepto uno que según yo tenía las pestañas más bellas del mundo. El punto es que me gustaba con intensidad y cada que lo veía me daba taquicardia y sudaba frío. Un día incluso sin tener guardia fui a verlo y le llevé un chocolate. Le escribía algunas cosas en tumblr, fueron sólo un par de cosas… Para resumir la historia, yo creí que le gustaba de vuelta porque hablaba de pintura y poesía conmigo. Sentía que éramos almas gemelas. Dios, ahora que lo escribo, me da mucha risa porque no tardé en darme cuenta que lo de la poesía y el arte era estudiado y el sujeto en cuestión así la aplicaba con todo el mundo, y todo el mundo es todo el mundo, porque sólo quería una cosa. Así es. Sexo. En fin, supe a tiempo y aunque me sentí defraudada, dolida y muy tonta, cuando ocurrió mi desilusión fue a tiempo para mi primer periodo vacacional y pude ir a Guanajuato solita, donde me reparé amablemente. En ese tiempo de vacaciones charlaba diariamente con uno de mis compañeros de rotación, mi equipo era de dos mujeres y dos hombres, y a él recién lo conocía. Él fue el que me ayudó a entender que el otro chavo era un intenso y depredador de personas. Charlábamos un montón, nos reíamos de muchas tonterías y éramos increíblemente opuestos. Él era súper desinhibido, bastante visceral y con la adrenalina a tope. Yo en esa época era muy meticulosa, super precavida y todo lo analizaba 10 veces. Comíamos todo el tiempo juntos, cenábamos juntos, nos lavábamos los dientes juntos y compartimos un montón de tiempo. Sólo así conoces a profundidad a las personas. Cuántas veces va al baño, como eructa, sus modales, su higiene, cómo despierta por las mañanas y sus vicios más profundos. Aprendimos un montón el uno del otro, y eso me consta. Me enseñó muchas cosas y me enseñó a mejorar como persona y a dejar el miedo que sólo te sirve para limitarte
Le enseñé de arte genuinamente, sobre Sabines y Pessoa y Mistral y Van Gogh, Lorusso y Pollock, y conoció la ciudad con la mejor guía del mundo. Me enseñó de americano y motos y todas la razas de perro, hábitos chilangos y dejar el miedo. Compartimos tanto y crecimos demasiado. Nunca supe que me gustaba tanto hasta que tuvimos una pelea súper fuerte por algo que no viene al caso y dejé de hablarle por una semana porque me sentí bastante herida. No queria estar lejos y cuando nos ofrecimos disculpas, nos perdonamos ambos y sabía que todo había valido chorizo. Estaba hasta el cuello de cursilerías por él. Pero me guardé todo, pese a que todos se daban cuenta lo que pasaba. Tengo una obvia manera de manifestar que aprecio a alguien. No sé ocultar las cosas. No es que sea empalagosa, es que hasta mi aura cambia. Como sea, estábamos super bien por mucho tiempo. Mi segundo período vacacional fue en abril y era la primera vez que subiría a un avión y, en el peor de los casos, si moría, quise antelarme y le escribí una carta diciéndole lo que le quería. Creo que es de las cosas más bonitas que he escrito en la vida. Se la dejé en su casa en su mesa de la habitación, solía ir a su casa y veíamos pelis o cocinábamos. Cuando aterrizó el avión en mi destino tenía un mensaje de él que decía que había leído la carta 4 veces y que le avisara todo lo que estuviera haciendo en mis vacaciones. No sé cómo definirlo pero fui muy feliz en esas vacaciones y cuando volví al hospital aún más, porque fue un buen tiempo. No decíamos nada y decíamos mucho con eso. Creo que fuimos más que compañeros aunque no teníamos un titulo, nunca pregunté nada y él con menos razón. Éramos súper diferentes. Pero cerca, funcionamos demasiado bien. Mi vida en el hospital se basaba en colapsos donde me agobiaba demasiado por la muerte o la enfermedad y él siempre estuvo ahí para ponerme los pies en la tierra. Yo lo ayudaba a soñar tantito. Compartimos comidas y tiempos y helados y poesía. Fue algo inimaginable. No sé. Luego pasaron cosas, que no viene tampoco al caso recordar porque aún me pican demasiado. Dejamos de hablar, primero por distancia de él, después por decisión tajante de mi parte. Fue asunto de ambos y todo acabó rápido y de manera callada. No hubo pleitos pero sí un silencio enorme y un vacío de los que duelen.
Terminé mi periodo hospitalario y él se fue a otra ciudad, yo me quedé más cerca pero en la vida volvimos a hablar. Terminó bloqueándome de todos lados y borrando mis mensajes, no sé si fotos y no sé si haya roto aquella carta.
Intenso porque fue un periodo de un año en el que la vida de verdad me cambió para bien. Dejé de tener miedo e hice muchas cosas valientes. Escribí y pinté demasiado y lloré demasiado. Pero siempre estuvo ahí para regañarme y decirme que no era para tanto. Le enseñé a soñar, a ser generoso y a valorar los pequeños detalles de la vida. Fue mutuo y recíproco. Fue breve. Fue intenso.
Estoy segura cuando digo que no me recuerda ni tantito, eso de superar se le da bien a él. Una vez me dijo que yo era demasiado sensible y él no se preocupaba tanto por esas cosas. Por eso me creo cuando digo que todo aquello compartido está lejos de su conciencia. Como sea. No es mi alma gemela ni nada cercano. Es un alma revolucionaria infravalorada el cual tiene un buen que aportarle al mundo, es una buena persona y lo he extrañado demasiado, todo este tiempo porque no quiero olvidarme de él, porque yo siento diferente la vida y a las personas. Pero quiero dejar de estar atorada con alguien y seguir la vida como él lo ha hecho. Madurar y crecer y seguir. Es buena persona y es un reverendo idiota que no lee. Es la persona a la que más poesía le he escrito. Con el que más he aprendido en menos tiempo y a quien más quise estando en el hospital. Es un imbécil, claro, como todos, pero él más. Y fue lo más grande que me pasó y vino a reconstruirme las ideas y me hizo otra persona, mucho mejor, porque mientras compartimos tiempo y espacio, aprendí qué y qué no quería ser. Y ya está. En eso queda.
Y no sé. Había pasado mucho tiempo deseando volver a hablarle y verle y desear ser buenos amigos como con mi primer corazón roto. Pero creo que no. Creo que la distancia que tenemos es la adecuada y mi estabilidad emocional merece espacio y oxígeno. Hay personas que, aunque hayan estado tan cerca, lo mejor que nos merecemos es tenerlas bien lejos, por amor propio. Si ya no me recuerda, y no le reclamo, al contrario, envidio esa capacidad de superar tan fácil e indoloro, lo menos que merece es respeto y un vacío en silencio que nos separe…
Esa es la historia, me desaté…
#que conste que ahora solo recuerdo lo bueno#dolor de tripa#clara ajc#super personal#top#el sujeto en cuestión no lee ni sabe que le escribí tanto#ya no le escribo#solo a su ausencia y momentos pero a él no#quisiera ser como tu sin sangre en las venas#respeto#caos#colapso#por un tiempo pensé en volver a terapia pero me encuentro mejor#superar#lidiar#la vida sigue#algo bueno vendrá#no lo odio ni nada#solo#no merezco tanto espacio en pensarle#ya no le pienso tanto#lo miro de reojo en mi cerebro y solo me inquiets#cuando me llega en algun recuerdo lo espanto#así las cosas#así las novedades#historia de amor fuerte
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Ok. This is going to be a long post.
Normalmente escribo (mal) en inglés aquí, porque así lo decidí y porque la gente que está aquí me entiende de esa forma. Pero este post es más para mí qué para otros, es decir, voy a aprovechar que Tumblr es mi espacio seguro, íntimo y casi secreto, donde puedo publicar cosas sin que nadie me juzgue, por lo que al representar lo antes mencionado, creo que será de gran ayuda escribir sobre esto. Tal vez sirva para por fin ponerle punto final a este pequeño capitulo de mi vida.
Hace ya más de tres años que no me enamoraba de nadie. La última persona que me gustó no me dejó un mal sabor de boca, pero tampoco me quedé con las ganas de buscar a/ internarlo con alguien más.
Eso cambió hace poco, en septiembre si busco ser exacta.
No creía en el destino. Se me hacía una idea muy ridícula, casi como sacada de libro de auto ayuda.
Sin embargo, por no creer terminé muy enamorada.
Conocía (de vista) a la persona en cuestión desde hace ya tiempo. Iba conmigo en una clase, y como era adorado por la profesora, era muy difícil ignorar su presencia. Además, es mi tipo ideal en cuanto al físico. Tiene piel morena y se viste bien. Afortunadamente, no es eso lo que me hace sentir atraída del todo por una persona, por lo que mi interés en él era casi nulo, estaba simplemente alimentado por su físico, pero, reitero, eso no hace ruido suficiente en mí.
No obstante, mucho tiempo después me di cuenta que no solo físicamente era mi tipo, descubrí que el susodicho gozaba de algo más; algo que siempre me ha sacudido, que me estremece y que llena mis expectativas de una posible pareja: inteligencia.
Se dieron las circunstancias perfectas para que yo cayera rendida por él, es decir, si me hablas de literatura y la relacionas de una forma tan inteligente con la carrera que estudias, y a su vez me haces reír aunque no me conozcas de nada a pesar de que sea la primera vez que le hablas a esta simple mundana...bueno, me tienes en tus manos.
Con eso bastó para que ahora sea el motivo de mi llanto en las pedas, con eso bastó para pensarle día y noche, con eso bastó para atreverme a hacer y decir cosas que jamás había hecho, con eso bastó para volver a querer intentarlo. Jamás creí que ese niño ñoño de la clase de teoría del proceso, amigo de una compañera de primer semestre, ese morro a quien ni noté en títulos o administrativo sino hasta que me pusieron en equipo con él, sería la persona que me movería de mi zona de confort y haría volver a hacer latir mi corazón. Que pensando en él escucharía mi música favorita, encontrando por fin el sentido de todas esas letras que por más de tres años no significaron nada.
Y sí, puede que yo no signifique nada en su vida. Porque, por Dios, sólo nos saludamos y medio hablamos como por mes y medio. Y antes de meterme un poquito en su vida, alguien más ya era dueña de su corazón. Pero muy apesar de eso, muy a pesar de que resulte patético atribuirle significado a algo tan chiquito, yo no me arrepiento de nada, ni mucho menos me avergüenzo.
No me arrepiento de enamorarme de él tan rápido. Tampoco de haberle hablado cuando nos encontramos fuera del metro. Tampoco de haber estado en equipo con él, ni mucho menos de esperar con ansias que me saludara. Menos me arrepiento de haberle mandado ese mensaje cuando se sentía triste, por el que, por cierto, un amigo me regañó.
Porque a pesar de que me dejara de hablar de la nada y que me ignorara cuando me tenía enfrente, me llevo experiencias muy bonitas aunque contadas con los dedos de mi mano izquierda.
Y es que además, me hizo empezar a aprender a amarme y preferirme sobre todas las cosas ¿Cuánto no hubiera hecho porque permaneciera en mi vida aunque como un amigo? Un montón. Yo era de rogar, de buscar, y de incluso dejar que me pisotearan. Me conformaba con las sobras siempre. No me importaba ser la segunda opción, ni que me quisieran a ratos.
Pero con él comprendí que ya no debe ser así. A veces siento ganas de mandarle mensaje y preguntarle qué pasó. Por qué de repente volví a ser un cero a la izquierda. Y me detengo. Porque antes está mi dignidad. Antes debo amarme yo. Entender que no le intereso.
No le guardo rencor de ningún tipo. Ni a las niñas que me han dicho que le gustan, porque la verdad si están bien preciosas. Simplemente no encajé en su tipo. No soy blanquita, no tengo dientes perfectos, tampoco tengo 100 likes en Facebook o 2000 seguidores en instagram, no me gusta llamar la atención. Me gusta lo "vulgar" y reírme bien fuerte. Disfruto de pasar desapercibida en cualquier red social y hasta en la vida. Me interesa mi promedio porque creo que si refleja mi esfuerzo, no por nada estoy en la mejor Universidad del país. Soy un desastre. Me gusta ver películas violentas, la música incómoda, mi libro favorito es sobre drogas. Me gusta vestir de negro en vez de rosita. No soy tan delicada como algunas hermosas mujeres lo son. Y lo acepto. Me amo tal y como soy. No voy a cambiar lo que me hace ser yo por alguien, así como ese alguien tampoco está obligado a aceptarme y gustar de mí.
Actualmente ya no lo pienso tanto. Si, a veces me digo que sería bonito que yo también le gustara, que me hubiera gustado conocerlo más a profundidad. Me imagino cómo hubiera sido compartir un pedazo de mi vida con alguien tan diferente a mí. Pero después renuncio a esas falsas ilusiones porque no puedo estar gastando mi energía en algo tan absurdo.
Ya no me duele tanto su ausencia.
De hecho es lo que he estado buscando, ya no verle. Es difícil, porque esa cosa llamada destino de vez en cuando me lo seguía poniendo enfrente.
Creo que esta mini aventura se está acabando. Fue bonito mientras duró. Pero merezco algo mejor. Estoy segura.
Le deseo lo mejor, de verdad. Sus "amigos" dicen que es un imbécil mujeriego al que le gusta lo fácil en la escuela, pero lo poco que conozco de él me hace pensar lo contrario. Creo que es inteligente, disciplinado y simplemente le gusta la aceptación femenina, como de la gente en general.
Es triste saber que quienes tienen su atención dicen que da "asco" o que "jamás lo pelearían" y que él siga detrás de ellas. Pero así es a veces. Aceptamos el amor que creemos merecer.
Hoy puedo decir que de algo tan pequeño, aprendí mucho.
El destino puso en mi camino su persona tal vez para que por fin pudiera empezar a amarme a mí misma. Y si es que ese fue el motivo, no puedo estar más agradecida.
Me gusta(ba) mucho. De verdad. Jamás nadie me había hecho desear tanto estar en una relación. Pero no siempre podemos obtener lo que queremos.
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