#mis caballos <\3< /div>
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arthursfuckinghat · 3 months ago
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The worst part for me during chapter six, the cowboy sorrows aside, is selling your horses before the final mission.
I remember my first playthrough and the sheer panic I had after that chapter, wondering what happened to the rest of my horses, and I sprinted to the nearest stables as John only to find that it was completely empty.
So from then onward, I made sure to treat and cherish and give my horses a proper goodbye before they're handed over to the next person.
And who knows, maybe that person will love my horses as much as I did.
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Love ya Caza, Copo and Roca.
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afterdcrk · 1 year ago
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𝙎𝙏𝘼𝙍𝙏𝙀𝙍 𝙋𝘼𝙍𝘼: @cinmvclub 🦋 
                  El jinete resopló impaciente . Las juntas de los últimos meses ( y a juntas se refería a —acorde al estándar— supuestas amistades ) estaban agotándolo. En el fondo lo único que Bradley quería era volver a Australia , ponerse en sus ropas de montura y pasar el día entero cabalgado con Ivory, su yegua. Pero no , en vez de eso ... estaba ahí, en una reunión con gente que en su mayoría desconocía. ' ¿Y si nos desaparecemos? ' Preguntó a la persona junto a él, con un tono de voz juguetón como travieso. ' No creo que se den cuenta.’
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projectshadxw · 7 months ago
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'TIL DEATH DO THEY APART || VENOM 3 LAST DANCE
De ninguna manera esperaba veneno como caballo.. me encanta. Estoy preparando mi dinero para esta película!!
no wayy I expected venom as a horse- i love it :0!!
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tepara3s · 1 year ago
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algo chiquito pero me gusta pensar q fue (o es...) horse girl JAJAJA como que tuvo una etapa así obsesionado con caballos de chiquito. yo sé que se PODRÍA decir que aun lo es, por su obsesión con las carreras de caballos AUNQUE eso sea por sus problemas con apostar... ough.
HONESTAMENTE bodoque no es mi favorito de todos los personas o solo me rehuso a incluirlo en mis top 3 favoritos porque siento que literalmente a todos les gusta (cry) pero también es muy divertido dibujarlo o pensar en hcs para él. también creo que me llama la atención por tormenta china ya que me gustan mucho los caballos www también por la nota verde y la asociación con cosas de la naturaleza. es bonito
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southofzero · 3 months ago
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[People I'd like to get to know better]
thank you for the tag on main @sonata-stigmata extremely legendary mutual. my friends continue to open my eyes & my life
Last song: vira - tarantula girl, including the slowed & reverb version... the artist is super sweet & has commented on remixes of her songs before. ty you might like this
Favorite color: brown. universally beautiful color tbh
Currently watching: me and lee @super-sucklet are watching fma:b. lan fan has lost her arm and we are entering the belly of the beast. i am reminded why i left a kissprint on ed's face in a hs library copy of fma. my scrungly. also lan fan.... im so close to reading swallows on the beam again
Currently reading: double copy of call of the wild & white fang by jack london i bought at the english section in the mall. wish i had somehow kept the copies my neighbor gave me as a kid -- i remember them having rich illustrations. my copy is bare tiny text. my idle reading has been The Logbook of the Captain's Clerk, which boasts a historical introduction that spans 1/3 of the book. i am working through that ...
Last movie: 30 days of night LMFAO a friend had not seen it and i had to honor them with the experience. ebenxstella forever #sheDrives #womanPain #Feminism. the crazy part is victoria brought it up the next night and called her watching experience (also with me) "so stressful. that movie stressed me out."
Sweet/spicy/savory: spicyyyyyyyyyyy!!! yeah. gimme that spicy saucee.
Relationship status: obsessed with woman
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Current obsession: horses, as usual... i have to find a new farrier because kley isnt answering me or antonio and my old riding instructor is moving back to switzerland and won't answer me eitherrrr 🙄🙄 whatever i am in a bunch of caballo buy & sell groups because after i get her feet trimmed i have to sell ladybird finally. have an offer lined up perhaps where she would join a larger herd, which was my ideal scenario for her. anyways in the meantime i have junebug, who is officially four and rehabbed from the leg wound -- i've backed her a few times and she sat me at a trot at liberty which was nice but we need rein control beyond "back up" AND SOMEONE STOLE MY FUCKING SADDLE. MY BAREFOOT BARRYDALE... i'm so fucking wounded about this still?? anyways i am thinking about reaching out to this person i met on a horse forum who was miraculously in uruguay is that allowed. also budgie timee
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I tag mis amigos, @pigeon-s, @super-sucklet, @kartana, @viinas, and @libraryscarf along with mis otros amigos, @beaniebeby @albeckett and @starrycereal oh and @emopit i forgot you follow me here too :)
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kostixs · 10 months ago
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mini headcanon on Quackity
I think Alex is the guy who sang calm songs to you when you weren't feeling well. He would tell you how beautiful you are, but he would do it in Spanish, making you blush.
-Mi amor eres tan dulce, no puedo imaginar cómo elegiste a alguien como yo. Eres digna de un príncipe sobre un caballo blanco, ya que pareces una reina.
drink more water and don't forget to rest <3
(I'll write a long paper soon)
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dakota-zen · 11 months ago
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^Lagrima de ciclope^
I
Todo era una aventura mitológica,
temblor de continentes, carne de leyenda,
cuando nos perseguíamos,
mutuos minotauros minuciosos,
abriendo en su cuerpo laberintos.
¡Cuánto amaba yo los sinuosos interrogantes
de sus omóplatos!
¡Con qué brutalidad tan delicada
abrazaba mis certezas!
Los recuerdos nos visten de leyenda,
pero toda la ropa nos sobraba.
II
Troya no ardió.
El caballo solo fue una metáfora con ruedas.
Ya no hay ecos ni vecinos en pie de guerra.
Nos volvimos talón,
aburridos de ser tan invencibles.
Ahora las victorias saben como derrotas
y cada uno hace la guerra por su cuenta.
No puedo regresar a Ítaca. Sin ella es una isla
a la que le sobran los turistas.
La culpa no fue de las sirenas.
Mi amazona hoy monta un utilitario con extras de serie.
Penélope se cansó de esperar a los 3 meses.
Hizo bien.
Helena y Paris acuden cada jueves
a un discreto club de swingers.
Donde acaba el amor, comienzan los poemas.
Cuando ya no hay nada que preguntar,
llegan, prosaicas, las respuestas.
Ahí. Dónde. Cómo.
Cuando ya no importan.
Un ciego nos dibuja de memoria.
Un cíclope nos dedica una lágrima sola
y gigantesca.
Carlos Salem
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rubimoon45 · 5 months ago
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Mildrith of Wealas (2/3)
Pairing: Sihtric Kjartansson x fem!reader
Sinopsis: ahora que huyen de todo aquel que quiere hacerse con el sucesor de Mercia, Sihtric decide dar el primer paso a una buena amistad...o algo más.
Warning: sangre, angst, contenido adulto, mención al pasado, posesivo.
You can traslate the story and read it!
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Los caminos de Mercia eran duros y montañosos, pero los caballos se movían con gracia entre las rocas y la maleza que los amenazaba. Y serían rápidos si aparecían enemigos de repente. Mildrith lo intuyó por sí misma cuando los guerreros de Uthred y este se adelantaron al carro donde los niños iban y hablaban lanzando miradas por encima del hombro de vez en cuando. Los hijos de Uthred hablaban entre ellos, seguramente de alguna tontería, pero la atención de ella estaba en los niños que se agarraban al carro conducido por Osferth. Este iba callado.
Aethelstan le había insistido en aprender galés una vez más. Se había convertido en el pan de cada día, y solo llevaban unas horas a caballo desde que se marcharon de Siltwic, la residencia merciana de la reina. Solo pudo conseguir distraerlo cuando sacó un libro de debajo de los sacos que iban con ellos en el carro y se lo dio. Desde ese momento, se había mantenido callado y al margen. Ahora solo quedaba Aelfwynn. La niña lloraba y tosía de la angustia por tener que marcharse y alejarse de su madre. Aunque le dijeran que se reuniría con ella pronto, solo miraba al suelo y evitaba que la tocasen. A Stiorra le hacía gracia verla así y de vez en cuando le lanzaba comentarios, que solo eran detenidos por su hermano y por las miradas de advertencia que ella lanzaba.
El camino a Caester al menos se conservaba en bien estado. El carro se movía bien y no necesitaban hacer paradas por las ruedas y los baches. Hacía calor, aunque de vez en cuanto se levantaba viento y lo volvía en su contra. En la primera hora ya tuvo el pelo enredado. En la tercera, una mujer apareció en una yegua blanca camino abajo al encuentro por sorpresa con quienes encabezaban la marcha. Mildrith se llevó una mano al costado, hasta recordar que era la única que no iba armada. Aethelstan levantó la vista por primera vez en el viaje para atender.
Era pálida y pelirroja, con una gruesa trenza colgándole al lado. No supo qué más pensar, más que el parecido que tenía con ella exceptuando algunos de los rasgos y el tipo de vestuario entre ambas. Mientras que Mildrith llevaba el vestido fino y rojo con el que habían salido, cubierto por una capa gris, la dama iba vestida al completo con tonalidades moradas y varias joyas adornaban sus dedos y cuello. Sus ojos altivos miraban de pies a cabeza encima del caballo a Uthred mientras hablaban.
Mildrith miró a sus espaldas. Stiorra y el joven Uthred miraban sin palabras lo que pasaba delante de ellos. Aelfwynn y Aethelstan se habían tirado sobre los sacos hacia el frente para observar, sin vergüenza alguna. Incluso Finan y Osferth miraban con sorpresa lo que esos dos hablaban; ambos estaban cerca y podían escucharlo bien. El único que se mantenía firme y serio era Sihtric, con una mano como de costumbre en la empuñadura de alguna de sus armas. Se había alejado para observar el camino por el que había aparecido la mujer.
Dos pares de ojos marrones se posaron sobre ella, entonces. No necesitó que se acercarse para saber cuáles eran sus intenciones. No había maldad en ellos, a simple vista. Y era...bella a la vista.
-No necesito probar mi confianza, solo sigo órdenes. Pero para que creáis que estoy de parte de Lady Aethelflaed, supongo que tendré que demostrarlo -lanzó una risa seca, pero no cruel-. Dijo que usted sería la única en saber lo que me dijo.
Mildrith se encogió de hombros. Bajó del caballo, con cuidado, y le entregó las riendas al joven Uthred para que el animal no marchase. Las piernas le tiraron del esfuerzo por caminar, habiendo perdido la costumbre a hacerlo. El que la dama la mirase desde encima de su caballo solo la estremeció. No hizo ademán de bajarse, a diferencia de ella. Mildrith se detuvo frente a la yegua blanca.
-Supongo, dígame.
-Tiene pesadillas desde que su arco hirió a uno de sus hermanos, pero es buena de corazón pese a eso. Canta en galés todas las noches para Lady Aelfwynn y conoce los ritos celtas de sus ancestros -decía. A cada palabra, a ella le recorría un escalofrío que aumentaba en intensidad-. Le dijo una vez que los intentó imitar pero que las monjas la pillaron y castigaron.
-¿Todo eso te ha dicho? Ahora me conoces más que mi madre.
La sonrisa tirante de la mujer no desapareció. Era astuta como un zorro, pero no parecía tener malas intenciones. Y si no iba armada, no supondría una amenaza. Pero también podía ser una mentira para distraerlos y hacerles caer en la trampa. Supuso que era el motivo por el que todos tenían cuidado con ella y en si creerle.
Ahora todos los ojos estaban sobre ella. Mildrith tragó con fuerza. Eso era algo que solo ella y Lady Aethelflaed sabía Mildrith asintió.
-Es cierto -y alzó el tono-. Dice la verdad. Solo Lady Aethelflaed sabría eso.
-Ahora viene con nosotros -anunció entonces Uthred.-Cambio de planes. Iremos a reunirnos con Aethelflaed a las ruinas del priorato de santa Milburga.
Pero a Mildrith se le quedó un mal sabor de boca. Osferth ya estaba volviendo a subirse al carro para conducirlo, cuando la miró y estuvo un rato en silencio a la espera de que subiera a su caballo. Los demás ya estaban moviéndose. Osferth esperó con ella. Los niños la miraban con curiosidad. Y ella...simplemente era incapaz de moverse. ¿Tan fácil era sacarle información a una persona y usarla? No a las malas porque esa mujer demostraba ser de confianza sabiendo algo que solo una dama con Aethelflaed conocería. Si los capturaban, ¿qué haría esa? ¿Pediría que le cortasen el cuello como la última vez que la acorralaron o aceptaría las condiciones que le impusieran? ¿Qué era lo mejor?
La última vez que había intentado llevarse bien con alguien, otra persona la había golpeado por su elección. Y no se arrepentía, pero sí confundía. Hiciera lo que hiciese, parecía que el mundo no estaba hecho las decisiones de las mujeres. Ni siquiera en una sociedad moderna como anunciaba ser Wessex.
Mildrith se pasó la lengua por los labios, secos. Luego, se dio la vuelta y subió a su caballo inundada en las voces de sus propios pensamientos.
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-Cuando seas mayor lo comprenderás.
-Pero...
-¿Para qué quieres saber lo que significa? Solo eres un niño.
-Tengo diez años -debatió él. Mildrith sacudió la cabeza.
Estaban donde Eadith había dicho que estaría Aethelflaed. Las ruinas del priorato eran menos que el tamaño de una habitación, pero supuso que las ruinas primitivas de su religión eran todas así. Su padre solían ir mucho de peregrinación cuando era pequeña, probablemente siguiera haciéndolo, y cuando regresaba siempre decía que era como purificar su alma en suelo de sus ancestros. Las ruinas del priorato estaba en la cima de una colina, marcadas con una cruz de piedra y el grabado en latín de qué suelo estaban pisando. Uthred había dicho que esperarían hasta que la reina apareciera como se indicó, pero ella tenía otras cosas en la cabeza. Los niños se habían tumbado en el suelo bajo el sol mientras que los demás hacían guardia esperando a Aethelflaed.
Sihtric y ella habían hablado brevemente al desmontar. Tuvieron que dejar los caballos lejos de su ubicación al descubrir que una enfermedad plagaba las tierras y cualquier comerciante o viajero tenían prohibido moverse por los caminos porque los habían cerrado. Moverse a pie ahora era más complicado, lente y agotador para los niños, que necesitaban descansar más de seguido. Sihtric lo había advertido, que no aguantarían mucho a pie, y hacer paradas era igual de peligroso que quedarse expuesto en una batalla. Antes de eso una mujer y un hombre los habían asaltado y robado parte de la comida, pese a las patadas de Stiorra. El hombre había agarrado a Stiorra y Finan estaba de los nervios con miedo porque se contagiase. Sihtric la había cogido a ella del brazo y limpiado solo para que Finan se callase, ambos riéndose de su comportamiento.
Finan dejó de juntarse con ella cuando supo lo de la enfermedad. Ninguna la tenía, pero él decía que era mejor ser precavido que acabar echando las entrañas por el culo. Mildrith se alejó con los niños todo lo posible de él solo con una mirada, pero Stiorra era más valiente y le respondía a cada queja que tenía.
-Aparta a los niños del sol. Le hará mal.
-No creo que les haga tanto mal. Solo se pondrán un poco morenos, pero lo perderán.
Uthred le dio una mirada vacilona.
-Era para Stiorra.
-¿Por qué tengo que seguir cuidándolos? Llevo meses haciendo lo mismo y a cambio de nada.
El joven Uthred y ella compartieron una mirada cómplice. Se rieron, poco después, y ella se levantó del caído muro de piedra para estirar las piernas. A lo lejos, las montañas cubiertas de bosque se extendían. En medio, una gruesa y negra humareda ascendía hasta el cielo. El viento arrastraba el honor de los cuerpos carbonizados, dijo Finan como advertencia, sabiendo que eso era más dañino que ver a un hombre moribundo desangrándose... El recuerdo se revivió. Los dedos de Mildrith temblaron suavemente, y ella se acarició el brazo sin mangas del vestido.
-Es parte de tu entrenamiento como esposa.
-¡No quiero! No entiendes nada. ¡Ninguno lo hace!
A sus espaldas, los pasos de Stiorra se alejaron dando zancadas. Mildrith no necesitó darse la vuelta. Eadith y ella compartieron una larga mirada que aumentó su divertida sorpresa, para su sorpresa. Una parte de ella lamentó que se sintiera así, pero si dejase que las emociones la inundasen por cada mujer que pensaba como ella entonces estaría sepultada por tener ideas contrarias a la Iglesia. Se tocó la cabeza ardiente por el sol, pensando en las probabilidades que había de que la reina apareciera a tiempo y estuvieran a salvo de las amenazas que la perseguían. Pensó en el ya difunto rey. Los hombres solo pensaban en una cosa: poder. Y cuando no lo tenían, se veían obligados a actuar para beneficiarse.
Finan puso los ojos en blanco cuando la vio caminar hacia ellos, y murmuró algo antes de alejarse casi corriendo. Ella lo retó observándolo, viendo cómo se acercaba a la bolsa donde guardaban las provisiones y buscaba en ella. Sihtric sacudía la cabeza intentando contener la risa por su modo de actuar.
-¿Alguna nueva de Lady Aethelflaed?
-Ni un caballo -sacudió la cabeza. Los rizos oscuros se movieron con él-. Ya he dicho que ella no aparecerá hoy. Uthred piensa lo contrario.
-Nunca ha sido una mujer que use su palabra en vano. Vendrá, y si no lo hace es porque habrá cambiado de planes.
No hubo respuesta, no una inmediata. Ya estaba jugando con los dedos, intentando no respirar profundamente. El aire apestaba al humo que llegaba de la otra montaña, movido por el viento. Difícilmente podía distinguirse aquello de una matanza. Por si fuera poco, los que morían por la enfermedad no tenían acceso a una confesión. A una redención. Jamás irían al Cielo. Como los cuerpos empalados del camino... Apartó el recuerdo de su mente que está tanto ansiaba evocar, como una advertencia a lo que se le vendría encima además de huir con los niños y unos daneses.
-¿Por qué la princesa se llevaba un arco?
Mildrith recordó el arco que Aelfwynn había cogido de su baúl, y casi se sintió culpable por haberlo dejado en el carro con el resto de cosas inútiles y los caballos.
-Cuando era pequeña mi padre insistió en enseñarme. Al principio mi madre se negó porque no es lo estipulado para una dama de alta cuna y menos de sangre real -indicó, recordando la discusión y las tensiones de la Corte. Los gritos de su padre y los sollozos de su madre-, pero acabó accediendo. Mi padre me regaló uno antes de abandonar Wealas para que siguiera aprendiendo por mi cuenta. Aelfwynn juega con él algunas veces.
-Un buen arma. Los arqueros de Wealas están bien adiestrados, supongo, para ser cristianos.
Mildrith arqueó una ceja.
-Es por los celtas -respondió ella-. Eran buenos guerreros. Algunos linajes siguen vivos.
-Tengo entendido que eran tribus bárbaras.
-Solo son bulas de los salones de Mercia, que construyeron un muro para separarse de nuestra barbarie pero que no consiguieron completar. Los nuestros convirtieron para sobrevivir con los romanos. Aunque con otros ritos -sonrió ante la idea de que podía no estar entendiendo nada y todavía la miraba con curiosidad-. Hay rumores de que en el norte, en Escocia, continúan celebrando el paganismo. El rey Constantino es un hombre flexible cuando se trata de sus creencias.
Sihtric arrugó el gesto. Probablemente nunca lo hubiese conocido, solo escuchado de él como un monarca al norte de Northumbria y algunos rumores que llegasen. El norte estaba muy desconectado normalmente, pero el rey Eduardo se esforzaba en mantener buenas relaciones con todos y en evitar conflictos que pudieran debilitar todos los reinos frente a los daneses. Sihtric jugó con el mango de un cuchillo, atado a su cinturón, envolviendo los dedos en las empuñadura una y otra vez.
-Nunca lo he conocido, señora.
-Bueno, yo tampoco. Pero...dicen que también es pelirrojo. Su sobrino también, el que lo sucederá...
Puede que también tuvieran una gota de parentesco. La abuela de su padre era escocesa, miembro de la familia real, entregada para unirse a una coalición contra los daneses que asomaban por las costas y ansiaba hacerse con el control de algunas islas del oeste. Jamás los había conocido, pero los rumores decían que eran igual de bárbaros que los paganos pero que con Constantino los valores cristianos casaban en la sociedad cada vez más. Tal vez porque fuera uno de los mejores reyes que la historia recomendaría estudiar.
-¿De qué madera era?
-De roble. Mis ancestros siempre han creado armas con el roble porque es el que más abunda, pero creo que mi padre quería que fuera más un recuerdo a mis raíces para que los sajones no me hiciesen olvidar de dónde vengo.
Por sus relaciones. Britanos y sajones no se llevaban bien desde siglos. Por disputas comunes, se habían unido de escasas ocasiones y enfrentado al mismo enemigo para volver a separarse y hacer vida en común. El único motivo por el que ella estaba ahí era, aparte de para ser la pupila de Lady Aethelflaed, era por petición de su madre que también era merciana y confiaba en la educación que la corte le daría ahí.
-Aquí no hay robles, señora.
-Bueno -lo desafió, dándole una sonrisa juguetona y a la vez que intentaba infundir una confianza de la que dudaba tener más que para cuando jugaba con los niños o recitaba las horas de seguido-, usted mismo ha dicho que los míos son guerreros fieros. Cualquier árbol podría servir.
Lo vio desatarse las pieles que usaban para beber en los viajes. Las conocía porque ella en el suyo propio había bebido de ella y también en aquel ven varias ocasiones. Se aseguraba de que los niños hicieran lo mismo. En ese momento, Osferth se había quedado con ella y la mantenía a buen recaudo.
-Cualquier árbol-repitió él, limpiandose la barbilla con la parte interna de la muñeca. Gotas resbaladizas de agua bailaron desde su barbilla hasta su cuello, descendiendo en una carrera que ella seguía fijamente dado que era lo primero que tenía a la vista antes que el rostro. Por la diferencia de altura...y eso-. Bebe.
Mildrith se mojó os labios, a la vez que él le tendía su petaca de agua. Aceptó, tomándola para beber, teniendo cuidado de que Finan no la viese beber del recipiente por miedo a que montase otra escena... Los ojos de Sihtric la siguieron en todo momento. Desde su cercanía, podía ver la diferencia clara entre colores que no se veía a la distancia que solían mantener. La hacian sentir invadida, pero no incomoda. Sabia que si le pasaba algo, aunque fuera bebiendo, al menos tendria la seguridad de tenerlo cerca para protegerla. Mildrith bebió, con cuidado, tratando de no quedar empapada.
-Gracias.
Él la tomó de vuelta. Mildrith estaba a punto de irse cuando vio la mano de Sihtric volar en el aire. Hacia ella. Hacia su rostro. Tuvo el reflejo de apartarse demasiado tarde, dándose cuenta de que el impacto no era una invasión de su espacio vital indeseado o una amenaza. Al parecer, desde fuera podía verse más cuando una era un desastre. Los dedos de él se posaron sobre su mejilla, una sensación extraña que le atascó el aire en los pulmones. Sus dedos... Sus dedos, largos y gruesos por el manejo diestro de las armas, le limpiaron el desastre que era. El polvo de la tierra sobre su mejilla, en su cuello, el recorrido del agua descuidada en sus labios. Mildrith no se movió, no se apartó, una escena que podría haberle sentenciado una vida de clausura o la consternación de cualquier monja que lo viera.
El decoro era su lema. El que le habían impartido desde niña. A todas las niñas. A todas las mujeres de su familia que aspiraban a casarse o a vivir en silencio con las monjas de clausura lejos de los lujos de un castillo. Pero en ese momento... Ella se sentía ligera. Como la nada misma. Como la nada que había sido todo tras la acción de Dios en siete días. Le limpió los labios, pasando tiempo de más sobre su labio inferior como un curandero examinando su cuerpo en busca de la enfermedad. Su estómago tiraba de ella. Pensó en el momento que pasaron juntos encerrados en ese armario, en el señorío de Lady Aethelflaed, cuando contuvieron el aire mirándose a los ojos en esa oscuridad, en el calor que hacía ahí dentro...
Contuvo el aliento. Él la miraba como si fuera la cosita más adorable del mundo, un pajarito necesitado, como el pájaro que Aelfwynn había mantenido hasta que su ala se recuperase. No era un pájaro. Pero, en ese momento, se sentía uno. Quizás algo más pequeño. Y a su parecer, bien podría haberlo sido con el cuidado que él le brindaba. Solo respiro cuando él apartó la mano, los ojos también, como si se diera cuenta de recién del efecto que causaba.
Pero aún con esas, y la insistencia de él el mantenerse apartado de ella como si se hubiera convertido en la enfermedad misma, pegado a Finan o pasos por delante haciendo guardia al retomar el camino, a Mildrith se le hizo algo confuso. Solo tenía unas pocas cosas claras a esas alturas.
Que ella era una princesa cristiana y él un pagano.
De cómo él la miraba cuando pensaba que ella no se daba cuenta.
Y de lo que ella sentía en su cuerpo.
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La aventura se detuvo para descansar en medio del bosque. Siguiendo el cauce y ruido del río, acabaron en un paraíso vegetal donde podrían descansar para felicidad de los niños y de sus piernas. Uthred les permitió disgregarse tras un examen rápido del terreno y que estaban bien escondidos entre la maleza, la cascada y que si a ellos ya les había costado encontrarlo nadie se adentrará en el bosque huyendo de los caminos bloqueados por la enfermedad.
Mildrith se atrevió a mirarlos de lejos. A ambos, arrodillados en el riachuelo sin mediar palabra. Hacía mucho tiempo que conocía a Aethelstan, desde que llegó por indicaciones de la reina viuda de Wessex a la residencia de Saltwic, pero jamás lo había visto apartar la mirada de algo que no fuera un libro. Sin embargo, ahora veía lo que realmente era: un niño jugando a ser un niño. Y Mildrith lo comprendió, observando cómo la barca que habían hecho Finan y él con un trozo corteza, un palo y una hoja se deslizaba corriente abajo. Una vida recluido y apartado de otros niños con sola opción a la que aspirar en la vida trastocaban el alma. Sin miles de ojos que observasen sus pasos, dagas apuntando en su dirección, en ese momento Aethelstan estaban experimentado lo que toda una viuda de prohibiciones le habían impedido disfrutar. Y de la mano de una persona que negaba ser bueno con los niños. No puedo hacer más que sonreír cuando las comisuras de los pequeños labios del niño se curvaron hacia arriba en una de las más tiernas expresiones que habría visto jamás.
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No pudo evitar pensar en lo triste de aquello. ¿En qué acabaría toda esa historia? Cuando se encontrasen con la reina, Aelwynn estaría segura y Aethelstan también. Probablemente volverían a la vida de siempre una vez la sucesión estuviera asegurada tras la muerte del rey. El destino de ella era incierto, pero estaba segura de que su padre ya estaba al tanto de lo que ocurría al otro lado de su reino, en su vecino próximo. Y Aethelstan... Tendrían que hacer algo con él. No podría residir en el palacio a no ser que tuviera una justificación. Vio esos ojos llenos de alegría, la forma en la que Finan lo levantaba en brazos para cruzar más rápido al otro lado del río, y solo vio el destino de un niño marcado por las sombras y los peligros que le ocurrirían si se descubría quién era y cuál era su destino.
-Una vez vi esa mirada y supe que no eras sajona -hablaron a sus espaldas. Mildrith miró por instinto al suelo bajo sus pies-. Los sajones son demasiado remilgados.
-Y una vez usted me dijo que había nacido sajón y forjado danés.
Uthred se limpiaba las manos mojadas en los pantalones, pero miraba en la misma dirección que ella hacía unos instantes. Las marcas de lucha eran cada vez más evidentes con los años, sumándole experiencia y valor. Un danés de corazón, tendría que haber dicho.
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-Estoy pensando en el futuro. Lo que pasará con Aethelstan. Harán con él lo que quieran y solo es un niño.
-No es nuestro tarea preocuparnos de esto ahora mismo -insistió él, por su parte-. Sobrevivir es lo que tenemos que hacer. Y tu futuro...todavía puede ser una ventaja para nosotros en caso de encontrarnos con los soldados de Mercia.
Por supuesta, por su herencia. Porque enfrentarse a Wealas abiertamente después de haberse aliado contra los daneses enemigos era y sería un problema. Uno grande. Pero ella conocía la corte mejor que él. Los juegos que se hacían para ganar poder y para apartar a otros de él.
-¿Alguna vez han jugado con usted, señor?
Los ojos de Uthred parecieron perderse en miles de pensamientos.
-Más veces de las que uno imagina -dijo, pero no dio más detalles o informó sobre lo que se le pasaba por la cabeza. Tenía el pelo sucio y enredado como los demás-. Una vez estuve casado con una chica de tu mismo nombre porque jugaron conmigo, a sabiendas de que había cosas que ignoraba y tardaba en aprender. Fuimos felices un tiempo, hasta que el destino hizo lo suyo. Alfredo me la impuso y mis acciones la apartaron.
-Me enseñaron a no creer en el destino.
-El destino lo es todo para la gente como nosotros, incluso para ti -contestó, y apoyó el peso de su cuerpo sobre una pierna. La otra se había subido a una roca y ahora Uthred trabajaba en los nudos de sus botas. Parecían desgastadas-. Hazme un favor y sube ahí para decirle a Sihtric que tiene tiempo para comer con nosotros antes de cambiar de guardia.
¿De guardia? Sonaba como el campo de entrenamiento de una fortaleza. Mildrith suspiró, y vio donde había visto e incordiado a Sihtric minutos atrás. Permanecía ahí subido, camuflado pero visible desde donde estaban. ¿Alguna vez hacía algo más que vigilar o mantenerse alejado de otros hombres?
-No creo que me haga caso.
Uthred le lanzó una mirada significativa.
-Depende del tono que uses con él -respondió, y se rió él de su propia broma-. A veces parece que es él quien se haya comido un perro -rememoró la conversación que habían tenido antes de abandonar los animales y comenzar a caminar-. Tu hazlo y verás que obedece.
Le tocó hacerlo. Y casi de mala gana. Resultaba que a parte del coraje que tenían los daneses en el campo de batalla y en el día a día, resultaba que también tendían a ponerse en los lugares más altos. Por alguna razón. Una obsesión enfermiza que la hizo sufrir cuando tuvo que recogerse las faldas para subir el ascenso de tierra y árboles y arbustos que cubrían la cascada de ojos indiscretos. Los tacones de las botas se le hundía en la tierra húmeda, o alguna rama la hacía tropezar.
Cuando por fin llegó a la parte alta, se sorprendió de hacerlo viva. E intacta dadas las circunstancias. Sihtric estaba en el final de la pendiente, en la punta oculta que daba al claro desde el que se escuchaba el curso del río y la caída del agua. Un lugar idílico... Si no fuera por la naturaleza que intentaba matarla. En un momento la capa se le había enganchado en un arbusto y roto al tirar de ella para sacarla. Su estómago tiraba de allá hacia atrás, recordando lo sombrío que se había mantenido desde que huyeron del bosque cuando encontraron a los soldados de Mercia descansando, o la tensión que habían cortado cuando él había acariciado sus labios con la suavidad de un sastre a sus prendas más lujosas.
-Lord Uthred dice que puedes comer con nosotros. Si quieres.
Añadió eso último para no sonar como una imposición. En aquellos momentos, no era una princesa ni un miembro de sangre real como para dar órdenes a las personas que se ocupaban de ellos. Una carga, más bien seria. Fuera lo que fuese, los ojos de Sihtric se movieron hacia ella y de un momento a otro ya estaba levantándose y dándose media vuelta, hacia el camino improvisado por el que habían ascendido. Tenía tierra en los pantalones y las botas de cuero manchadas, con los cordones empapados de lo que podría ser el agua del río mientras lo seguían. Cuando se las había manchado si habían caminado codo con codo, no tenía respuesta.
-Alguien tiene que hacer la guardia, señora -dijo él, colocándose bien el cinturón sobre la cintura y asegurándose las armas.
Mildrith miró nuevamente hacia ellas. Una daga, con la cuchilla afilada y reluciente, y una pequeña hacha de oja curva y también afilada en los bordes. Los demás llevaban espadas así que le llamaba la curiosidad que pudiera usar ambas en batalla tan a la ligera, y si había algo que se le diera mal.
-Deben de pesar mucho después de tantas horas en camino, pero qué sabré yo -le sonrió, apartando la mirada hacia otro punto. El viento meció las copas de los árboles en una canción silenciosa. En Escocia decían que la naturaleza intacta estaba poblada por espíritus. Sus niñeras le contaban esas historias sobre esprititus salvajes y traviesos para que en las cazas de la familia real no se marchase por libre como sus hermanos mayores-. Esperemos que su esposa no tenga que encargarse de afilarlas cuando regrese a casa. Tampoco quiero vivir un derramamiento de sangre innecesario.
-Lo hago yo -respondió, y añadió al final con cuidado-, señora.
-¿No lo hace tu mujer? Lord Uthred dijo una vez que sus hombres no estaban solo prometidos con su empresa.
Sihtric la miró a los ojos tan despacio que pareció una respuesta obvia acompañada de timidez natural. Se pasó la lengua por los labios, solo para empezar a caminar hacia la bajada que ella había ascendido hacía unos minutos.
-Soy un hombre libre, señora.
Mildrith lo miró con los ojos muy abiertos. Hasta que lo comprendió, y la vergüenza la consumió.
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-Lo lamento -respondió con sinceridad. Una pesadez se acopló en su pecho-. ¿Los daneses podéis divorciaros tan...?
-Fácil -añadió, y lo siguió un cabeceo que asumió como una afirmación. Su rostro era piedra pulida, hermosa y con la cicatriz que solo lo hacía parecer más hermoso. Un rostro hermoso, la visión del pecado que las monjas de su crianza la habían advertido. Pero no podía apartarse, otro consejo del que le habían advertido que fuera precavida...-. No hay votos ni formalidad. Tenemos nuestros rituales, pero nunca ligados a las normas de una institución como la vuestra. Rompemos ese acuerdo y a la mujer se le devuelve parte de la dote. Son nuestras costumbres.
Mildrith asintió con educación. Su educación cristiana le hacia incomprensible una sociedad así. Romper los votos del matrimonio, volver a casarse sin queja alguna, que a la mujer se le devuelva parte de la dote... Si el rey Alfredo quería una Inglaterra unida, con una sociedad sajona, tendría que haber percibido cuánta profundidad había en las tradiciones de sus enemigos. Y tal sus ancestros también. Su propia familia tenía raíces de otra cultura, que aún recordaban y veneraban mezcladas con la cristiandad de los romanos. ¿Como de difícil iban a tenerlo los sajones en eso? ¿Cómo iban a hacerlo sin tener en cuenta que el enemigo podía ser una ventaja?
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A Mildrith le vino un recuerdo de un pasado cercano. Uno que todavía recordaba, que de vez en cuando se le venía a la cabeza a medida que pasaban horas y horas caminando en silencio o atendiendo a los niños.
-Pensaba que tenías hijos.
Sihtric tardó en responder, como si se le hubieran atascado las palabras. Los ojos le brillaban, cada uno de un tono, pero con una familiaridad alarmantemente conocida. Molestia. O incomodidad. A sus hermanos también les costaba hablar de sus emociones.
-No eran míos. Tanta batalla le dio tiempo a hacer de su antiguo trabajo un hábito.
Mildrith separó los labios. La pendiente era inclinada, y la suela de los zapatos parecían oponerse a continuar la bajada sin probar la resistencia de su durabilidad. Hubo un momento en el que pensaba que iba a resbalarse, pero su compañía fue un respaldo para ayudarla tomándola del brazo.
Las piezas no tardaron en encajar, para su consternación.
-¿Era una fulana?
La sonrisa pícara le hizo vacilar, y avergonzarse de decirlo con ese tono de sorpresa. ¿Qué esperaba?
-¿Sorprendida? Las prostitutas también pueden casarse, mi señora.
Mi señora. Retuvo ese detalle en cuenta. La había llamado así antes, cuando hablaban con formalidad, pero en ese momento... Ese detalle era un desperdicio pudiendo hablar sin tapujos. Que lo hiciese de aquella forma, en ese momento, en ese instante donde solo estaban ellos dos... Mildrith tragó saliva e intentó recomponerse.
-Un hombre puede casarse con quien le plazca, creo. Pero consideraría a una prostituta como una persona al margen de esa decisión -fue lo que respondió, generando que él le diera una mirada extraña.
La ayudo dándole la mano a bajar de unas piedras en el camino. Se escuchaba la voz de Finan a lo lejos, discutiendo aparentemente con el niño, pero no a tanta distancia como pensaba que quedaba. Mildrith se sintió extrañamente decepcionada.
-Fue amor juvenil, señora. En ese momento no sabía distinguir amor de necesidad y pensaba que era lo que mejor me convenía -dijo, solemnemente, con una pizca de comprensión a medida que lo decía en alto. Cayó en la cuenta de que aún no le había soltado la majo, y que la guiaba por el bosque gracias a eso yendo a la velocidad que ella arrastraba-. ¿El amor es tan raro en su mundo?
Su mundo. Otro detalle a tener en cuenta. Un recordatorio de lo que realmente eran. Una niña princesa y cristiana y un adulto pagano cuya vida era dar la cara por su señor y matar gente por su lealtad. Mundos distintos. Mentes distintas. Personas distintas.
-No creo que en todos sea así, pero en general las alianzas valen más que una emoción. Mis reyes, mis padres, no son la representación del cariño pero se respetan el uno al otro y creo que eso es importante -le respondió, tras pensarlo un rato-. Sin embargo, creo que el rey Alfredo y su dama sí que lo hicieron. A su manera, pero lo hicieron.
-Pregúntale a Osferth.
Mildrith le miró mal.
-Has fastidiado mi buena respuesta con una broma cruel.
-¿No se casaría por amor, mi señora?
-Entre gente como yo el amor el escaso, pero de hacerlo lo haría con quién me quisiese por cómo soy y no por el valor que tengo. Los nobles son...complicados.
Y gente que solo se movía por influencias. Su educación se había basado en el matrimonio y la religión, lo poco que se le pedía a las mujeres por esos tiempos. Lady Aethelflaed la había educado en ambas por insistencia de la reina de Wealas. Solo para que a ella la vendieran al primer noble que ofreciera algo de interés a la Corona y acabase en manos de un señor con tierras y ventajas. Seguramente menos religioso de lo que aparentas y mucho más...adecuado a romper los votos.
-¿Tú que opinas de los señores, Sihtric?
-No me importan sus vidas, señora -se pasó la lengua por los labios, dando rienda suelta a sus pensamientos-. Si tengo que agachar la cabeza la agacharé, pero si mi señor no jura lealtad a ninguno es porque ninguno es mejor o peor que el anterior.
Rumió su respuesta.
-Ciertamente nuestras opiniones pueden ser diferentes, por nuestras vivencias.
No hubo respuesta, solo una mirada larga y tendida. Mildrith se detuvo, clavando los tacones en la tierra. Sihtric dobló el cuello para mirarla, con los mechones negros y rizados bailando en su rostro.
-Los nobles solo quieren acercarse al poder para cumplir sus beneficios, y otros mantenerse al margen para protegerse a ellos mismos -explicó en voz baja-. Y aún así, los condes de Mercia ahora luchan después de haber elegido a su rey hace pocos años. Para disputar el trono a una niña.
-Es una niña -repitió, sereno.
En otro momento esa respuesta la habría enfadado. Por supuesto que era una niña, una que no podía distinguir la maldad del bien y que se había criado lejos de las crueldades de los adultos y de la corte. Incluso ella, que vivía lejos de su tierra natal, conocía las intenciones delos hombres del consejo de su padre. Y sus intenciones. Mildrith inspiró, mirando a su alrededor. Ya veía la melena trenzada de la mujer, de Eadith, moviéndose alrededor de quien supuso que era Aelfwynn y un hombre apenas un poco más alto a su lado.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
Una inocente cargada de ansia. Sihtric volvió a centrar su atención en ella, apartandola de los pájaros que los sobrevolaban. Eran cada uno de un color diferente, uno más claro y otro más oscuro. Pero con la mismas curiosidad de saber qué rondaba por su cabecita pelirroja para que ahora fuese tímida con él. Su lengua resbaló, vacilante, en su paladar. Aún no se acostumbraba a la lengua de los sajones, pero hacía lo que podía aunque se denotase su acento y el arrastre de algunas letras.
-¿Por qué apuñalaste el cuello de ese enfermo?
-¿Lo viste?
Se encogió de hombros.
-Iba a acercarme, pero Finan empezó a gritar que la enfermedad iba a por nosotros y... No tuve valor.
Sobre todo porque la había cogido del brazo y tirado de ella para alejarla, para ponerla con Stiorra antes de lanzarse a los brazos de Uthred por el tema de la enfermedad. Después de eso, había visto cómo Sihtric empuñaba la cuchilla y la clavaba en el cuello del hombre en la pica y la sacaba para limpiarla. Aún sentía sus dedos sobre su piel cuando le lavó el brazo que uno de los hombres que los habían sorprendido había sujetado para bajarla del caballo. Una extraña sensación que le calentaba el corazón.
-Fue por misericordia -le respondió, en voz baja pero firme-. Estaba sufriendo por la enfermedad y su situación.
Mildrith asintió suavemente, no muy convencida si tuviera que aceptarlo en voz alta.
-¿Hubieses hecho lo mismo de ser uno de nosotros?
-Creo que cada uno podría buscárselas para acabar con su sufrimiento -se burló, torciendo los labios en una sonrisa-. Menos cierto monje.
-Finan quería dejar a los niños en el bosque, pero tu dijiste que no iban a conseguirlo si íbamos andando.
Entrelazó las manos tras la espalda, esperando algún cambio en su expresión. La tela de las mangas crujió en el gesto, pero no le dio importancia. La suave corriente mecía las copas de los árboles, sus ramas. A veces se preguntaba cuáles eran las diferencias entre Wealas y Mercia si eran tan parecidos por su vecindad, y qué mal veían los suyos en las tierras de los sajones. Tal vez nunca pudieran hacer las paces, pero ella conocía la verdad.
Sihtric tensó los labios.
-Tu rey no hubiera permitido que te atravesasen y dejado moribunda en el bosque -comentó, apuntando al pequeño claro protegido-. Nos hubiese costado más que la cabeza.
Mildrith sonrió.
-Mi padre puede haber unificado muchos territorios en Wealas, Sihtric, pero la muerte de su hija mediana solo conseguiría que atacasen una pequeña parte Wessex.
Volvieron a caminar. Salieron al pequeño claro, conscientes de que les miraron con sorpresa al verlos aparecer, volviendo a concentrarse en sus asuntos tan pronto como supieron que eran ellos. Uthred les lanzó una mirada, pero pronto volvió a hablar con Osferth. Mildrith iba agarrada a su brazo por su insistencia, temiendo que resbalara con las piedras mojadas del río o tropezase de nuevo con alguna raíz.
-¿Solo una pequeña?
-¿Le parece poco, señor? -inquirió, divirtiéndose con esa conversación sobre las intenciones de su padre. Que nunca haría, por supuesto. Si le hiciesen algo a una hija del querido Hywel el Bueno, ya podían temblar los reinos que hasta sus contrarios en su mesa se unirían con tal de invadir las tierras sajonas.
-Wessex es extenso -habló él, convencido. Los ojos le resplandecían.
Mildrith lo miró con visible diversión.
-Un pequeño trozo de Wessex es para Wealas todo el territorio.
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beresimsdreamworld · 7 months ago
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Pues bueno, últimamente tuve muchos problemas con el juego y mi Pc bastante molestos a decir verdad, por lo que estuve tratando de arreglar el juego y este proceso me tomo muchos días.
Aun no estoy muy segura de que ocasiono todos estos problemas por lo que me puse a desinstalar CC y mods que tenia paranoicamente teniendo sospechas de hasta mi propia sombra.
Apenas estoy en proceso de recuperación, no me fio todavía.
Inclusive tuve que eliminar de mi unidad domestica a todos mis caballos y unicornios, con gran tristeza también la versión de mi perrito q.e.p.d en mi juego.
Solo me quedé con los gatos y los miembros humanos de la familia.
Hay de empezar de cero nuevamente, no se cuantas veces me a pasado que me toca hacerlo... Los sims 3 es un juego muy problemático.
Juro que estoy viva todavía... ¿O al menos eso creo?
Google Translate (Cause I'm too tired rn):
Well, lately I had a lot of problems with the game and my PC, quite annoying to tell the truth, so I was trying to fix the game and this process took me many days.
I'm still not really sure what caused all these problems, so I started to uninstall CC and mods that I had paranoidly suspecting even my own shadow.
I'm just in the recovery process, I don't trust it yet.
I even had to eliminate all my horses and unicorns from my domestic unit, with great sadness also the version of my dog ​​RIP in my game.
I only kept the cats and human family members.
I have to start from scratch again, I don't know how many times it's happened to me that I have to do it... The Sims 3 is a very problematic game.
I swear I'm still alive... Or at least I think so?
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jovvest · 8 months ago
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THE GRUDGE Dormitorios. 3 de mayo, 03:25 AM.
Le había ido fatal en Toledo; no necesitaba una tabla de posiciones para darse cuenta de ello. Estaba fallándole a su equipo de sobremanera. Era un fracaso. No era algo extraño despertarse en medio de la noche; las pesadillas le atormentaban cada día más. Escabullirse a la sala común con su diario íntimo se había vuelto un ritual para la británica y esa madrugada no era la excepción. Esta vez llevaba algo más consigo; además de la pequeña libreta y un bolígrafo, la acompañaba una vieja y descolorida carta. No dudó en tomar asiento, creyendo ser la única alma deambulando por el edificio a esas horas, preparada para volver al pasado una vez más.
Querida Jo, He escuchado a papá decir que no tienes planes de regresar a los Cotswolds. ¿Es verdad? Ha pasado mucho tiempo desde el incidente y aún no te he visto. Entiendo que a veces puedas ser un poco temperamental, pero eres nuestra familia, no puedes simplemente alejarte así. Aquella noche en la que mencionaste la idea de escapar juntas, supongo que solo bromeabas, ¿verdad? Sonaba bastante descabellado. Mi hogar, mi vida y mi amor están aquí. Si mi respuesta no fue la que esperabas, lo siento. Deberías reconsiderarlo, escuchar los consejos de quienes más te quieren y dejar de perseguir algo que quizás ni siquiera existe. Lo tienes todo aquí, ¿por qué arriesgarlo? No seas imprudente; temo que puedas salir lastimada. Apenas puedes lidiar con Charles, te has caído más de mil veces tratando de montarlo, y él es solo un caballo manso. Sé que te levantarás como siempre, pero no creo que valga la pena el sufrimiento. ¿Qué opinas tú? Pero ignora eso, no necesito una respuesta, es obvio que eres terca, siempre lo has sido. Con cariño, Meg P. D.: Cuéntame todo sobre ese chico Daniel, ¿es guapo? Recuerda mencionarle que tienes una gemela, no vaya a ser que se confunda de persona.
Lágrimas comenzaron a caer sobre el pedazo de papel al releerlo. Se sentía tan perdida como hace diez años atrás. Mantuvo silencio y simplemente apartó sus pertenencias a un lado. Observó el techo, sintiendo cómo su fe desvanecía lentamente. Algo dentro de ella había muerto tiempo atrás; su fantasma la perseguía sin tener piedad alguna. ¿Qué opinaría de ella en estos momentos? No podía evitar preguntarse lo mismo una y otra vez, aunque sabía que por más que lo intentara no conseguiría una respuesta. Su hermana no era más que un recuerdo que le gustaría olvidar, tal como esta parecía no recordar que aún seguía con vida.
—Seré una terca —cerró los ojos por un momento, susurrando para sí misma—, pues nunca dejaré de amarte, a pesar de que hayas sido tan cruel.
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arthursfuckinghat · 8 months ago
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Arroz Frito and John (plus a mule)
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herederadelosdunsirn · 3 months ago
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Interludio Victoriano (3ª sesion)
Anteriormente...
20 de Octubre del Año de Nuestro Señor de 1889. 1AM. Mansión Dunsirn.
Tras mi visita a la mansión de Lady Penelope, Primogénita Toreador de la corte de Londres, decidí reunirme con el resto de mis invitados para dejar en claro lo que había averiguado y lo que el señor Hoid, Baine y Aitor habían encontrado acerca del señor Ernest Park, el periodista que necesitábamos convencer para que dejara fuera de su artículo sobre los clientes del prostíbulo de la Calle Cleveland a ciertas personas clientes del Banco Dunsirn...
Nos reunimos en el salón, tomando un refrigerio y alguna bebida espirituosa para templar nuestros ánimos tras todo lo que nos había acaecido aquella tarde-noche.
Tras relatarnos lo ocurrido con el periodista en su casa y los 3 extraños individuos que les pusieron en serios apuros, yo me encargué de comentar lo que Lady Penelope me había dicho acerca del periodista: sí o sí debía sobrevivir. Me dijo que podía hacer que dejara fuera de su artículo a las personas que yo precisara, pero no debíamos inmiscuirnos en los asuntos de Edward Crossbower y del Chiquillo de la Primogénita Toreador, James Abercrombie... Me citaba de nuevo, antes de que nos marcháramos la noche del día 21 a París, para que le comentara cómo había quedado el asunto y si todo estaba bien, se encargaría de ayudarme en mis tareas en París (y por lo que me había hecho entender, iba a necesitar su ayuda con completa seguridad...)
Dreyfuss hizo memoria sobre la descripción del extraño ente que Baine había visto en la Umbra y que estaba afectando de alguna forma al periodista. Pero al no haberlo visto él directamente, ¡era extremadamente complejo poder saber de qué criatura se trataba o lo que podía hacer!
Muy a nuestro pesar, decidimos intentar ayudar al periodista. En esta ocasión acudiríamos todos a su casa con la intención de poder colaborar a la hora de enfrentarnos a lo que le afectaba.
Dreyfuss decidió acudir a su biblioteca con la intención de buscar entre sus volúmenes algo de información acerca de qué podría ser ese ser. Baine decidió hablar con sus contactos callejeros para intentar saber el actual paradero de los 3 caballeros que le apalizaron durante la visita al domicilio de Ernest Park.
Aitor se dedicó a preparar sus cosas para cambiar su apariencia acorde con los poderes que iba a usar si finalmente era necesario.
Un par de horas más tarde tanto Baine como Dreyfuss regresaron a la mansión Dunsirn. Nuestro erudito estuvo indagando entre su extensa colección de libros extraños y finalmente encontró un dato que parecía corresponderse con la descripción que le hizo Baine acerca de aquel ser. Parecía que se trataría de un espíritu del Kaos. La única forma de conseguir derrotarle sería usando su contrario, el orden...
Por su parte, Baine localizó a los hombres que habían estado vigilando a los 3 extraños individuos. Les estuvieron siguiendo durante bastante tiempo hasta que les perdieron la pista al llegar a un callejón. Era como si se hubieran volatilizado en el aire... Para tener apoyo en un hipotético combate contra esos seres en la casa del periodista, había venido con 4 veteranos preparados para ofrecer resistencia y darnos asistencia en combate. Para garantizar su completa atención a nuestra causa les prometí un pago de 1 libra esterlina por persona y noche (quedando implícito que si alguno moría o se retiraba, su parte se repartiría entre los demás...)
Para no caer en una nueva trampa, Aitor nos propuso usar una de sus habilidades especiales y se personara en el domicilio del periodista mediante su poder de Viaje Astral. Mediante nuestro enlace mental creado por Hoid nos podría mantener informados de lo que ocurriera durante su viaje hasta allí. Asimismo, nos preparamos para coger un coche de caballos grande y personarnos en la casa de Ernest Park.
Sobre las 3 y media de la madrugada, Baine vio como una extraña forma vaporosa salía del cuerpo de Aitor, que dejamos en la biblioteca de la casa en uno de los sillones más cómodos hasta que regresáramos. En cuestión de segundos Aitor llegó a la casa del periodista. Sin tener que preocuparse por puertas o muros, entró en el dormitorio del periodista. Allí se lo encontró, pero en esta ocasión ya no estaba paralizado ni con gesto de dolor, sino que estaba mirando hacia el exterior por la ventana, como si esperara algo o a alguien. Por lo que Aitor pudo decirnos, mientras usaba su lectura mental sobre Ernest, éste estaba calmado, pero el Espíritu del Kaos probablemente lo había poseído aunque aquella extraña burbuja de sangre que viera Baine en su interior la vez anterior parecía que intentaba mantener al espíritu a raya... Aitor solo vio el caos en su interior. Parecía tener la mirada perdida a través de la ventana.
Mientras llegábamos a la casa en el coche de caballos, el periodista pareció percatarse de la presencia del cuerpo astral de Aitor. Reaccionó intentando expulsarle de allí mientras musitaba un "¡Fuera, insecto!" pero por suerte no pareció afectarle y regresó al instante a su ensimismamiento.
Unos quince minutos más tarde llegamos a las inmediaciones de la casa, Baine dejó a un chaval preparado para avisarnos si aparecían los 3 individuos a los que se enfrentó la noche anterior. El joven haría ruido para alertarnos. Le di unas monedas y le prometí una gratificación si todo salía bien esa noche.
Baine decidió entrar en la Umbra físicamente y comprobar si aún había algún rastro del espíritu del Kaos por allí. Los demás nos quedamos preparados para entrar en la casa, esperando en la escalera del inmueble. En cuanto el "prodigio" desapareció, su enlace mental con nosotros se cortó.
Aitor, aún en su forma astral, nos avisó que ahora el periodista se giraba hacia la puerta de entrada y comenzaba una extraña conversación con alguien que no estaba allí, tan solo escuchando la parte que Ernest iba diciendo. Nos preparamos para entrar, por suerte la puerta no estaba cerrada con llave. La conversación era así:
-"Vienes a salvarme?"
-"Sí, pero me ha abandonado."
-"Yo quiero escapar de aquí."
-"Veo que has venido con más gente pero están fuera de aquí..." (Esta parte la dijo justo en el momento en que entramos en la habitación.)
-"¿Indicarte? Pero ni yo mismo lo sé!"
-"Sí, el Amo"
-"Sí, el amo Jan Tadeusz Kalinowsky..."
-"Por supuesto, ¿es ésta prueba suficiente?"
-"Me está vedado. ¡Me destruiría!"
-"Imposible, el Amo me ha abandonado y no lo puedo encontrar si él no quiere..."
"No, ¡ojalá!"
-"Esperaré, ellos me harán compañía..."
Y Ernest se dirigió hacia nosotros. Baine regresó desde el Umbra en ese mismo momento. Parece que el espíritu del Kaos quería escapar del cuerpo de Ernest porque le habían obligado a permanecer ahí dentro.
Dreyfuss pareció recordar algo sobre ese nombre, Kalinowsky.
Aitor y Baine se quedaron vigilando hacia la puerta (los 4 matones que habíamos contratado se marcharon en cuanto escucharon todo lo que estaba diciendo el periodista)
Si el espíritu quería realmente colaborar igual yo podría ayudarle de alguna forma a salir de aquel cuerpo usando mi Magia... Por lo que nos dijo, parecía que su Amo, Kalinowsky, buscaba un libro en particular. Y ese libro lo tenía Dreyfuss en su poder. Ahora el espíritu del Kaos lo sabía, pero como su Amo le había abandonado porque había surgido otra cosa más importante, querría que le ayudáramos a escapar de aquel cuerpo, dejándonos tranquilos para poder perderse entre los remolinos del Kaos para siempre. Parecia que el tal Kalinowsky había encontrado algo muy importante, el "grillete" (supuestamente algo similar a lo que los Giovanni entendían como tal, un objeto o persona o lugar importante para anclar al espíritu sin reposo de un difunto en las Tierras Sombrías y evitar que cayera en las fauces del Olvido) Su Amo abandonó al Espíritu del Kaos al poco de poseer al periodista. Su misión inicial era recuperar información sobre el paradero del libro, el resto de las transacciones sobre él y sobre la chica muerta. (Supusimos que estaba hablando de Molly Rutherford) Ernest Park sabía quién tenía el libro inicialmente (un librero al que Dreyfuss y yo misma conocíamos bien, Finch) y sus negocios recientes.
Dreyfuss me pidió que le ayudara en cuanto acabáramos de todo aquel lío. Por supuesto, le dije que hablaríamos sobre qué necesitaba y lo que realmente estaba ocurriendo.
Hoid y yo prepararíamos nuestros respectivos hechizos. Él con la intención de proteger la mente de Ernest Park de cualquier daño que la presencia del espíritu y su posterior salida pudiera ocasionar en él (a fin de cuentas, Lady Penélope quería que el hombre estuviera sano y salvo) y yo para ayudar al espíritu del Kaos a abandonar en cuerpo del periodista.
Hoid usó su linterna y su pentaprisma como foco, junto a su caja de música de madera. Quiere evocarle recuerdos de su niñez para protegerle, pero al entrar en su mente se dio cuenta que había algo ya ahí protegiéndole.
Me preparé para iniciar el hechizo de separación del espíritu del cuerpo que habitaba. Para ello en esta ocasión usé la daga ceremonial, tomé mi diario y entoné el Juramento de Lilith en su totalidad, cortándome el antebrazo izquierdo y dejando que fluyera la sangre. Mientras lanzaba el hechizo, la conexión mental con el resto de los presentes se cortó de golpe.
Me vi cayendo en una extraña y perturbadora visión, mientras es escuchaba de nuevo aquella voz extraña y casi incomprensible. Sin embargo, ahora aquella voz me sonaba más grave que antes...
Un velo de disformidad se retrajo. Vi a través de un embudo de humo blanco fantasmal que me envolvía. A mis oídos llegaron los gritos horrendos de la infinitud y de miles de millones de almas arrojadas a su interior. Una luz azul, mezclada con fuegos fatuos, un sonido que era mezcla de un retumbar sísmico y del etéreo canto llano de templos desaparecidos hacía tiempo. Olía a humo, a incienso, a agua salada, a sangre. Un vacío cósmico tan enorme, tan eterno que mi mente se estremeció al atravesarlo. Pasó en un abrir y cerrar de ojos, con la rapidez suficiente para evitar que su mera escala me volviera loca. Un destello, más destellos rojos, galaxias en colisión que se incendiaban. Almas como cometas que surcaban el vacío eterno del Umbra. Voces de dioses y monstruos llamando desde detrás del telón de fondo de la Realidad... Como si fuera un recuerdo, vi una mujer hermosa que me asqueaba, un cuadro de vivos colores (el del Nagual que vi en la casa de Lady Sommerset), un piso extrañamente limpio y con decoración rara, un lugar sucio lleno de cuerpos mugrientos retorciéndose. Y frente a mí, antes de quedar arrastrado sin remedio, me encontré de nuevo con mi Avatar pero en esta ocasión cambiaba de la niña pelirroja a una niña árabe y luego a otra negra... Las extrañas voces y ella me ayudaron a escapar de aquella visión.
Desperté, había tenido éxito y no había ni rastro del espíritu del Kaos. Ernest Park no tardó en recuperar la consciencia. Pudimos hablar con él acerca de las visitas que había tenido una noche antes, primero acudió el señor Crossbower para ayudarle con la investigación que estaba llevando acabo acerca de los clientes del prostíbulo de la Calle Cleveland. Luego, casi a punto de amanecer, se presentó el tal Jan Tadeusz y le hizo algo raro... perdiendo la memoria de lo ocurrido hasta aquel momento.
Le dije que veníamos de parte del Sr. Crossbower. Al oírme decir eso se calmó y se mostró totalmente comunicativo y cooperativo. Aprovechando aquello, le comenté que había que modificar el listado de nombres de sospechosos. Le fui diciendo cuáles debía tachar y también Aitor hizo lo mismo al comprobar que su nombre también estaba en aquella lista. Se limitó a decirle que estaba mal escrito y cómo escribirlo correctamente... Parecía que habíamos conseguido terminar con aquel encargo también y además por partida doble, lo que el Banco Dunsirn quería y también lo que Lady Penelope. Nos despedimos de Ernest y nos marchamos de su casa.
En la parte de abajo nos encontramos con el mozalbete que había estado vigilando atentamente, y dado que los otros 4 se habían marchado presos de miedo, le entregué a él 5 libras esterlinas, marchándose de allí muy contento.
Había neblina en las calles. Mientras Angus traía el coche de caballos, Dreyfuss me habló acerca de que conocía la reputación del tal Jan Tadeusz Kalinowsky. Buscaba un libro que estaba en posesión del propio erudito. Se lo consiguió Finch, el librero que solía encontrar raros volúmenes a los Giovanni (muchos de ellas eran "grilletes") y gracias al cual yo había conocido a Dreyfuss hacía unos años atrás mientras ambos buscábamos el mismo ejemplar en su librería. Ante el peligro de que quizás Finch estuviera en peligro al ser buscado por el tal Kalinowsky, mandó a un niño para que averiguara si estaba bien.
Hoid también me comentó que probablemente necesitaría mi ayuda o quizás la del señor Dreyfuss. El día 21 de octubre debía encontrarse con una persona bastante influyente, el señor Dunworthy, el presidente de la National Science Society de Londres (una eminencia en su campo) y conseguir hablar con él antes de que partiéramos hacia París. Dreyfuss buscaría información sobre él y le comentaría a Hoid a la mañana siguiente lo que hubiera averiguado. El coche de caballos nos condujo hasta la mansión Dunsirn y llegamos a eso de las 4:30 horas. Todos nos fuimos directamente a dormir, el día había sido muy largo.
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Sobre las 10 de la mañana nos pusimos en marcha. Dreyfuss se fue a investigar acerca del señor Dunworthy por su lado. Teníamos aún pendiente el ir a la Isla de los Perros a buscar la sede de la Sociedad Ludibrium y decidimos aprovechar el momento para hacerlo. Llegamos y buscamos las indicaciones que nos habían dado, un cartel indicaba "Sociedad Ludibrium, abierto de 10 a 12 horas", eran sobre las 11 por lo que suponíamos que podríamos entrar, pero aquella entrada estaba cerrada. Sin embargo había un hombre por allí arreglando unas redes, parecía extranjero, lleno de curiosos tatuajes y con pendientes en sus dilatados lóbulos de sus orejas. Al preguntarle acerca de la sociedad nos dijo que de momento no había reuniones, no había gente en esos momentos. Sacamos a colación el nombre de Molly Rutherford, que veníamos de su parte. En ese momento el hombre se puso aún más amable, cogió una llave y nos abrió la vieja nave. Entramos y nos condujo hasta una habitación medio oculta donde había sillas puestas en círculo. Sin duda aquel era el lugar de reunión de aquella sociedad "de los que se burlan". También habían estanterías y algunos libros.
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La nave que alberga la Sociedad Ludibrium.
Preguntándole acerca de Molly, nos dijo que ella pertenecía a los "Buscadores del Vacío", parecía no estar contenta con su discriminación dentro de la Orden de la Razón Pura. Era una persona inquieta, alegre, buscaba el conocimiento, no parecía tener prejuicios con nadie... Sabía que había muerto junto con Readmore y otros que habían ido junto a ella a París, casi no pudo hablar con ella cuando se marchó de Londres. Parecía que Readmore la había metido en una extraña sociedad, la de Orfeo, donde estaba bastante preocupada por lo que hacían allí. Había consultado con las videntes y por eso se fueron a París.
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El mago de la Sociedad Ludibrium.
Vimos interesante eso de hablar con las videntes, así que le pedimos una cita con ellas si era posible. Nos dijo que sí, pero tendría que ser esa noche a eso de las 23:30 horas. Nos advirtió que por nuestro bien no abusáramos de su generosidad... Acerca de Molly, se iba a alojar en París junto a una amiga de su hermano. Parecía que algo iba a suceder en breve en el Palacio de Cristal y debían detenerlo... Todo aquello le tenía muy preocupado, pero al menos ahora estaba aliviado de haber podido compartirlo con otras personas que la conocieran. Era totalmente sincero por lo que pudimos apreciar mientras hablábamos con él.
Nos despedimos de él y regresamos a la mansión. Allí nos encontramos con Dreyfuss. Tan solo había podido averiguar acerca del señor Dunworthy que en breve se iba a embarcar en un viaje bastante largo e importante. Poco más.
Pasamos el resto del día tranquilos y cuando llegó la hora nos preparamos, cogimos el coche de caballos y regresamos a la Isla de los Perros para acudir a ver a las Videntes. Llegamos puntuales y nos recibió en la puerta el mismo hombre de antes. En esa ocasión nos llevó por unas escaleras metálicas hasta el piso de arriba. Había 3 mujeres vestidas de negro, sentadas muy juntas y esperando a que se hicieran las 00:00 horas. El hombre nos dejó con ellas y se marchó abajo.
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Las Videntes de la Sociedad Ludibrium.
Un reloj de pared tocó las campanadas que anunciaban el nuevo día. Ya era día 21 de octubre. Justo en ese momento, tras dejarse de oír las campanadas del reloj, comenzamos a oír de nuevo aquellas extrañas voces de antes... Todo se empezó a desdibujar, Baine nos dijo a través de nuestro lazo mental que detrás del Velo los cuerpos de las 3 mujeres vestidas de negro se fusionaban en una sola criatura extraña, con rasgos de las 3. Hacía de repente mucho frío allí dentro... Parecía que ahora estábamos entre la Umbra y la Realidad. Ese ser era un amalgama del Kaos, de lo Salvaje y de la Tejedora. Con una extraña voz distorsionada, escuchamos un mensaje críptico y perturbador: "Oh vieja alma desgastada por la Rueda, has venido a un sitio peligroso. Lo que buscas está en tu camino. Cuídate de perderte entre Ecos, pero no dudes en usarlos en tu provecho. Como tú, no ha habido ni habrá ninguna más. Huye de la Sombra hasta que estés preparada. El cuervo te guiará y con tres graznidos te dirá que estás preparada. Los siervos de la Vieja Diosa necesitarás, no les des la espalda, guíalos hacia la libertad."
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La extraña triple criatura vidente.
Tras cesar su mensaje, todo volvió a la normalidad, la criatura triple volvió a ser tres mujeres vestidas de negro que se levantaron de las sillas y se marcharon por una puerta cercana. Bajamos al piso de abajo, pero comprobamos que el suelo estaba mojado. El hombre que nos había recibido estaba detrás de un muro de agua que intentaba controlar (estaba claro que él también era un Despertado) porque al otro lado había una especie de sombra amenazadora. Nos vio y nos indicó que huyéramos de allí con gestos. La sombra apareció justo a su lado, le tocó y éste empezó a deshacerse hasta que solo quedó un montón de cenizas. Al morir, el muro de agua cayó al suelo de nuevo. Se había sacrificado por nosotros, para que pudiéramos escapar...
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La sombra que mató al mago...
Regresamos rápidamente al coche de caballos y Angus azuzó a los animales para que salieran de allí a toda velocidad. Ya que estábamos cerca, Dreyfuss nos dijo de ir a visitar la librería de Finch. Allí, en el piso de arriba (la librería estaba en un sótano) le dijeron a nuestro erudito que Finch estaría un par de días fuera. Aún así, Dreyfuss le dejó una nota avisándole de que Jan Tadeusz Kalinowsky estaba en Londres y que iba buscando el libro...
Llegamos a la mansión Dunsirn, fuimos a dormir y a la mañana siguiente, a eso de las 9 horas Hoid se acercó a visitar al señor Dunworthy a la sede de la National Science Society en Londres.
Una hora y media más tarde Hoid volvió y nos comentó qué tal había ido su visita al señor Dunworthy. Le estaba esperando para darle un puesto en la dirección del "Proyecto Escolomancia" de la National Science Society, del que en breve le hablarían más a fondo. Parecía que la maestra de Hoid, Kairós, le había mandado allí para que averiguara exactamente que ocurría con ese proyecto (el señor Duworthy era también un miembro de la Orden de la Razón Pura, como Hoid y Molly Rutherford) En aproximadamente un mes debería regresar para reunirse de nuevo con él...
Angus tenía los billetes del barco para cruzar el Canal de la Mancha y los del tren que nos llevaría por el continente hasta alcanzar Paris al día siguiente. Antes de marcharnos de Londres, tenía que ir a visitar a Lady Penelope para comentarle cómo estaban las cosas con Ernest Park.
Me presenté allí y de nuevo fui conducida a su presencia. Le dije lo que habíamos hecho, cómo habíamos salvado de la nefasta influencia de un espíritu del Kaos a Ernest Park y que habíamos solucionado nuestro problema con los nombres de su artículo. Me agradeció nuestra intervención y me entregó un objeto que me sería de mucha utilidad una vez estuviera en París. Con los problemas ocasionados por el "Embajador" toda ayuda sería poca... Se trataba de dos cascabeles y me dijo que debía encontrar a Elise de la Sere, ella me guiaría. Debía usar esos cascabeles en el Cimetière du Père-Lachaise (16, Rue du Repos, Distrito 20) Le agradecí toda su ayuda y regresé a la mansión de mis tíos para recoger mis cosas. Al llegar ya tenía el equipaje listo y cargado en el coche de caballos, solo llevaba unos cuantos baúles con ropa, lo normal... Dreyfuss cogió varios libros que pensaba que podría necesitar. Fui a la bodega de la casa a recoger la Caja Órfica que debía llevar conmigo y entregar a mis primos Giovanni a nuestra llegada.
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La casa de los Giovanni en París.
Esa misma noche cogimos el barco en Dover que nos llevó a la costa de Calais y desde allí un tren que nos llevaría a París. Llegamos sin novedad a la Ciudad de la Luz en la noche del día 22 de octubre. Cogimos un carruaje para acercarnos primero a visitar a la casa de mis primos. Un mayordomo nos recibió y nos condujo a presencia de los señores de la casa: Montifloro Giovanni y Cesare Giovanni. Nos recibieron con amabilidad. Me preguntaron si llevaba conmigo la Caja Órfica, cosa que ratifiqué. Debería llevarla conmigo y usarla como medio de pago en una subasta muy importante a la que debía de asistir en nombre del Clan Giovanni. Debía entregarla a cambio del cuadro de Böcklin "La Isla de los Muertos" en su 3ª versión. Por lo que se sabía de esa obra, era un portal directo al Inframundo, los Giovanni debían tenerlo, pero había otras facciones y particulares interesados en adquirirlo: los Nosferatu de la ciudad, un tal Jan Tadeusz, y los "Buscadores del Vacío"... Me dijeron que quizás sería una buena idea que intentara eliminar de algún modo sutil a la competencia. O al menos intentar convencerles de que se retiraran de la puja. Sería buena idea hablar con los Nosferatu, en particular con una tal Elise de la Sere.
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Cesare Giovanni.
La puja la dirigiría el Conde Alexei Ilich Rostov en 5 días (el 27 de octubre) Para poder tomar parte en la subasta había un requisito previo. Para su desgracia, la operativa a la que habían encargado esta tarea no lo había logrado. Debíamos continuar allí donde ella fracasó y "no romperla". En ese instante entró una joven morena muy atractiva pero que despedía una sensación muy desagradable, algo que nos hacía desear golpearla por ofensiva... Por suerte pudimos resistir el ansia de hacerle daño.
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Montefloro Giovanni.
Sin embargo, Montefloro sí que le dio una bofetada y la tiró al suelo. En ese momento la sensación decreció un poco. La mujer se puso de pie y se presentó como Aube Foncé, trabajaba para los Giovanni, pero no cumplió con la tarea para entrar en la puja. Debíamos capturar un espíritu que estaba en un vagón de tren en la estación central... Cada trabajo se suponía que tenía que ver con las aptitudes de cada uno de los que querían pujar por el cuadro...
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El cuadro que quieren los Giovanni a toda costa...
Continuará en: la 4ª sesión...
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himevampirechan · 5 months ago
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Vanishipping fanfic: Duat. Capitulo 1
Hola. ¡Es maravilloso poder tomarme mi tiempo para publicar en Tmblr!
La vida sigue avanzando y, sinceramente, me viene arrastrando como a un trapo viejo; debido a eso he decidido que, por el bien de mi estado de ánimo, debo forzarme a luchar contra mi bloqueo de escritor. Me hizo feliz recibir reacciones en el "prologo" de este fanfiction, aunque lento es una de las historias que mas me emociona seguir escribiendo y, por ello, les agradezco profundamente.
Antes de continuar con el primer capitulo, quisiera resaltar que esta historia está ambientada, después del final de la serie; incluso ocurre DESPUES de los eventos de la película: "Yu-Gi-Oh: El lado oscuro de las dimensiones".
Atem NO está en el pasado, ni Anzu ha viajado en el tiempo; Atem está en lo que, para los egipcios, existe al final de la vida. Entiendo que puede ser algo confuso pero, conforme avanza la historia, se explica mejor; ¡No olviden revisar las notas al final de cada capitulo!
IMPORTANTE: El día de mañana, subiré la versión en Inglés de este capitulo; del mismo modo, planeo subir a lo largo de esta semana el capitulo 3 de mi otro fanfic REVO: "Trabajo de medio tiempo."
¡Disfruten!
Capítulo 1
El amanecer sorprende a Atem afuera de la habitación donde los hekas y nuns revisan a Anzu. Entre dar indicaciones a los guardias y ser interrogado por miembros aislados de su consejo de sacerdotes, el joven faraón se ha negado a abandonar el lugar.
Horas antes y tras descubrir la identidad de la joven, el faraón salió del templo luchando con la histeria. Después de llamar a su caballo con un silbido y cubrir la desnudez de la muchacha con la sabana de montar, había regresado velozmente al palacio en busca de ayuda.
“En cuanto entré al palacio –piensa mirando desde su posición el movimiento de los sirvientes que salen y entran al cuarto–, Siamun e Isis la trajeron a esta habitación”.
La habían sacado de entre sus brazos, y la idea de alejarse de ella había dolido tanto que Mana tuvo que retenerlo de tirar la puerta a golpes por la angustia. Repentinamente agotado, Atem se sienta en el suelo con la espalda contra la pared, escondiendo su rostro tras los puños apretados.
Llevo toda la noche esperando y no sé… –susurra mirando fijamente la puerta como si con ello pudiera saber qué ocurre dentro–. No sé si se encuentra bien.
El sonido de pasos saca al joven de sus pensamientos, poniéndose de pie mira a varias personas salir, una tras otra de la recamara. En sus brazos cargan jarrones, botellas, vendas de lino y sabanas; su ansioso corazón da un brinco al notar que algunas están teñidas con algo parecido a la sangre.
Da dos pasos apresurados hacía la puerta cuando Isis y Siamun están a la vista. Atem se detiene firme sobre sus pies, mirándolos con miles de preguntas en sus ojos carmesí; el anciano le toma de los antebrazos en un gesto paternal.
–Ella está bien, mi faraón –le dice intentando calmar la ansiedad del joven, las palabras del anciano quitan un peso invisible de sus hombros–. No parece herida de gravedad, la han revisado y está dormida.
–Gracias –susurra.
Siamun sonríe por su gesto, cariñosamente golpea la mejilla del muchacho con la palma de la mano. Después de unos segundos los ojos del faraón brillan decididos, se endereza y da dos pasos hacía la habitación; nadie nota la sonrisa en el rostro de Isis quien, dando un paso de lado, se interpone entre la puerta y el muchacho.
–No puede entrar faraón –le dice la morena, con un rostro serio y su mirada penetrante clavada en él. Atem la observa sorprendido.
–¿Por qué? –pregunta el joven, sus ojos se deslizan confundidos de la sacerdotisa a Siamun. El anciano niega lentamente con la cabeza en un gesto resignado, percibiendo una creciente irritación en el gobernante.
–La señorita necesita descansar –le responde la sacerdotisa con una sonrisa comprensiva en su rostro. Atem abre la boca para reclamar, pero el anciano vuelve a golpear paternalmente su hombro.
–Ha sido una noche larga e intensa para todos, mi faraón –dice una vez que Atem lo mira–. Lo mejor sería que, tanto usted como su amiga, recuperen fuerzas. Además, creo que usted necesita ir a la sala del trono y aclarar la situación con los miembros del consejo real; sobre todo si sus planes involucran que la muchacha se quede como huésped dentro del palacio.
Atem frunce el ceño analizando las palabras del anciano, tras unos segundos baja el rostro con gesto resignado sabiendo que, incluso su preocupación, queda relevada por su obligación como el faraón de Kemet.
“Aún no sabemos qué fue lo que realmente ocurrió en el templo de Osiris. Y Anzu, quien es la única que posiblemente lo sepa, necesita descansar”, reflexiona Atem, sabiendo que no puede darse el lujo de arriesgar la recuperación de Anzu al mostrar al consejo una mala selección de prioridades.
Isis y Siamun le observan fijamente mientras piensa, no pueden evitar sentir una punzada de orgullo cuando lo ven erguirse decisivo y fuerte como el gobernante que es; Atem les devuelve la mirada, con los ojos escarlata llenos de confianza.
–Siamun: Reúnete con Seto, verifica que saru estén completos en el salón del trono, incluyendo mi padre. Necesito su presencia durante la reunión. –El anciano sonríe y hace una reverencia antes de marcharse a cumplir con la orden–. Isis –continúa el muchacho con una expresión más seria–. Considerando la naturaleza de la situación, debemos ser discretos y movernos con cuidado: Necesito que uses el collar del milenio y que tú, junto con Mahado, se encarguen de doblar la seguridad dentro y fuera del palacio, mientras no descifremos lo que ocurrió esta noche. –Después de eso, manda a alguien en busca de Mana: Necesito que ella cuide a mi huésped durante el tiempo que tarde la reunión.
Se observan fijamente por unos segundos, una ligera sonrisa se dibuja en el rostro de la mujer, Atem le devuelve el gesto con confianza. Con un asentimiento de cabeza, la sacerdotisa hace una reverencia y camina por el pasillo.
–Te veré en el salón del trono –susurra Atem mirándola alejarse, incapaz de percibir la mirada picara que tiene la mujer y el brillo repentino del collar del milenio.
Pasan unos segundos antes de que Atem note que se ha quedado a solas en el lugar; decidido comienza a caminar con dirección al salón del trono, pero una sensación angustiante le llena el estómago. Observa sobre su hombro la entrada a la habitación donde se encuentra Anzu.
“No es una ilusión –piensa firmemente intentando convencerse–. No es un sueño”.
El deseo de verla se vuelve insoportable, cerrando los ojos recuerda la calidez de su piel, el tacto de su sedoso cabello, su olor. Anzu está ahí, a unos pasos de distancia y por unos segundos el joven gobernante barajea la posibilidad de entrar al cuarto. Como un flechazo doloroso, el recuerdo de la sonrisa maniática de Bakura, pasa por su mente.
“Ella está a salvo”, niega con la cabeza, confiando en las palabras de Siamun e Isis. Bakura ya no está y la aparición de su amiga del futuro debe tener una explicación lógica; es algo que necesitan descubrir, pero para ello debe ser capaz de mantener a la chica segura en el palacio. Anzu necesita descansar, recuperar fuerza y él debe prepararse para liderar la reunión con el consejo.
Atem mira una última vez la puerta de la habitación por sobre su hombro, respirando profundo comienza a caminar por el pasillo.
“Espera un poco más, Anzu –piensa apretando entre su mano derecha la cadena que cuelga al rompecabezas del milenio en su cuello–. Yo te voy a cuidar”.
(…)
–…Testigos mencionan que la luz cayó directamente sobre el Templo de Osiris; sin embargo, no hemos encontrado ningún tipo de daño en la edificación, ni personas heridas en el pueblo. Los Hem netcher o los Sem no percibieron nada extraño antes de que ocurriera y solamente entendieron que estaba pasando algo cuando vieron llegar al faraón Atem al santuario.
Miradas y susurros se intercambian entre los integrantes del consejo. Atem, sentado desde su trono, escucha atentamente con expresión seria.
“Esto es extraño –piensa, mirando cómo intercambian preguntas y gestos los miembros del consejo–. Shada ha mencionado que los oradores estaban dentro del templo, pero yo no vi a nadie en el lugar”.
–¿Hubo algún daño, no relacionado al evento, en la ciudad? –pregunta su padre en un intento de disminuir la inquietud del cuarto–. ¿Saqueos, heridos?
–No los hubo, Su Majestad –responde el hombre encargado de notificar las medidas que se tomaron durante la madrugada–. Sin considerar la confusión podemos asegurar que los pobladores de Kemet están a salvo.
Vuelven a escucharse susurros entre las personas presentes. Mahado mira disimuladamente a Atem, quien le devuelve el gesto asintiendo con la cabeza.
–Puede retirarse –indica el sacerdote con un movimiento de su mano; el capitán militar asiente y dando tres pasos hacia atrás se encamina a la salida.
“A pesar de su intensidad, aquel resplandor resultó inofensivo. –Inmerso en sus pensamientos Atem ignora las miradas sobre él–. ¿Cuál era su función? ¿De dónde vino?”.
Las puertas se cierran, sacando a Atem de sus pensamientos. El consejo le observa atentamente y él, puede sentir la tensión en el cuerpo de su padre; se puede asegurar que la mayoría de las personas en la sala del trono están tan confundidas como él.
–Sacerdotisa Isis –llama Atem después de unos segundos, sobresaltando a los presentes. La mencionada da un paso arrodillándose frente al trono–. ¿Tu artículo del milenio te alertó, previamente, de la situación que estamos viviendo?
–No, mi faraón –responde la joven con la mirada fija en el suelo. Murmullos sorprendidos se levantan en la habitación.
–Sacerdote Seto –continúa, observando a su primo imitar la posición de la morena–. Misma pregunta.
–No, mi faraón –responde el castaño pegando a su pecho el cetro dorado. Esto parece sorprender aún más a los integrantes del consejo. La pregunta se realiza también a Karim y Siamun, la negativa es absoluta; Nuevos susurros llenan la sala.
Atem les observa fijamente en silencio e intercambia una mirada con su padre quien asiente con la cabeza, en un gesto que denota confianza. El joven gobernante toma aire antes de ponerse de pie para hablar.
–Es obvio que no tenemos toda la información que necesitamos sobre lo ocurrido esta noche –declara con seguridad, los miembros del consejo le observan con atención–. Sin embargo, que los artículos del milenio no mostraran alguna alteración es prueba clara de que el reino no está en peligro. Aun así, debemos seguir buscando pruebas. En caso de que otro suceso inesperado ocurra. –Su profunda y rica voz resuena en el silencio con autoridad–. ¡Shada!
–¿Sí, mi faraón? –responde el sacerdote arrodillándose frente a él.
–Moviliza más soldados para incrementar la seguridad dentro de la ciudad; sé discreto por favor, no queremos generar pánico entre la gente.
–Sí, mi faraón –exclama Shada antes de salir rápidamente de la habitación seguido de los líderes militares principales.
“Eso mantendrá a los civiles seguros, pero no descarta algún peligro interno”, piensa Atem con gesto severo. Al levantar su mirada se encuentra con el penetrante escrutinio del portador del ojo milenario–. ¡Ankhnadin! –continúa Atem confiando en que su tío conoce sus preocupaciones.
–¿Sí, mi faraón? –El anciano toma varios pasos hacia adelante sin arrodillarse. El muchacho no toma su gesto en cuenta, ha quedado en el pasado la traición por el hombre mayor.
–Necesito que Karim, Mahado y tú, revisen los otros templos cercanos a la zona donde cayó la luz. Debemos descartar algún otro suceso durante la noche.
Varias voces susurran en el cuarto, Atem puede percibir sus dudas con una decisión que parece innecesaria.
Los tres sacerdotes comienzan a moverse cuando una idea se le ocurre al faraón.
–¡Una cosa más! –exclama, los sacerdotes se detienen para escuchar el resto de la orden. Una sonrisa oscura y llena de autoridad se dibuja en la boca Atem, sorprendiendo a algunos de los presentes–. Interroga nuevamente a los oradores de Osiris. –Se escuchan algunos jadeos sorprendidos–. Lo dejo en tus manos Ankhnadin.
Una tensión aterradora inunda el salón del trono, llenando con escalofríos a los miembros del consejo; Atem ve, de reojo, la sonrisa aprobatoria de su padre. El mensaje ha sido enviado y es claro: Interrógalos, ve dentro de sus mentes y verifica que no mientan. Si mienten, deben ser traídos ante mi.
–Sí, mi faraón –responde el portador del ojo milenario con compresión y una sonrisa satisfecha. Los tres sacerdotes vuelven y se dirigen a la salida.
Mahado observa al joven faraón de reojo mientras se aleja, la fría expresión de Atem se convierte en una mirada suplicante; el mago asiente. Tantos años de amistad le han dado a Mahado las herramientas para conocer sus preocupaciones perfectamente.
Se marcha sabiendo que, su amigo de la infancia y gobernante, esperará confiado a que, a su regreso, los sacerdotes traerán consigo las respuestas que necesitan.
Al cerrarse la puerta ninguna persona se atreve a hablar. Ignorantes a las dudas y preocupaciones del joven faraón, los presentes se preguntan si los cambios suscitados esa noche son la señal de un cambio en el balance del Maat, y de qué forma puede afectarles las órdenes tomadas por el soberano.
–El resto de nosotros… –continua Atem tras unos segundos–, esperaremos.
Expresiones de sorpresa inundan la sala, Atem cuadra los hombros y observa a los presentes en un gesto que no permite paso a dudas.
–Me niego a tomar acciones sin tener alguna clave de lo que está ocurriendo. ¡No pondré a mi reino en riesgo mientras no vea por completo el tablero de juego! –Se escuchan susurros en la habitación. La mayoría proveniente de las partes más débiles del consejo: nobles, escribas, sacerdotes e hijos de militares que, inclusive en el más allá, no dejan de cuestionar su autoridad.
–Faraón –Se atreve a hablar uno, Atem le observa teniendo un mal presentimiento a su voz conciliadora–. Quizás si la forzamos a hablar, la mujer del templo…
Atem lo interrumpe al ponerse de pie y golpear su puño fuertemente contra el trono, el sonido metálico de sus anillos al impacto obliga a los presentes a guardar silencio. El noble se encoge ante la mirada furibunda del joven gobernante.
–¡LA SEGURIDAD DE KEMMET ES NUESTRA PRIORIDAD! –exclama con una voz, tan llena de enojo, que su sonido retumba en las paredes–. No tomare más medidas hasta que la ciudad y los pobladores estén seguros. ¡ESA ES MI ORDEN!
Sintiendo la tensión opresiva de la habitación, Atem se sienta nuevamente con ambos brazos firmemente colocados a sus lados y una pierna cruzada sobre la otra; un gesto distintivo que lo hace exudar autoridad, elegancia y confianza, sin embargo, su rostro inexpresivo, hace que varios presentes sientan la necesidad de salir corriendo.
–Sí, Su Alteza –susurra el noble, agachando la cabeza. Tras unos segundos Atem observa de reojo a Siamun haciendo un gesto con la cabeza. El visir asiente ligeramente.
–Retírense –ordena el anciano como es costumbre. En silencio las personas comienzan a marcharse, algunos susurran entre ellos y observan con interés la mirada lejana y ensombrecida del joven gobernante.
Pronto la sala del trono ha quedado vacía. Atem deja caer la cabeza, masajeando con cansancio el puente de su nariz.
–Buen trabajo, hijo mío –susurra Aknamkanon acercándose al joven gobernante, Atem levanta la cabeza hacía atrás con el rostro desencajado en preocupación.
–Te lo agradezco padre –susurra frunciendo el ceño–. Pero tampoco tenemos otra opción en este momento.
En la habitación solo permanecen los dos gobernantes, el sacerdote Siamun y Seto. Atem cierra los ojos, mareado, respirando irregularmente.
–Faraón ¿Se encuentra bien? -pregunta Siamun en voz baja, mirándole con paternal preocupación.
–Hai, Daijoubu Oji chan –susurra con voz temblorosa sin mirar al anciano; al darse cuenta de su error, Atem siente cómo su pecho se aprieta lleno de una emoción que lo hace querer esconder el rostro–. ¡ESTOY BIEN! –corrige avergonzado–. De verdad, SIAMUN, no ocurre nada.
El anciano lo observa con un perfil confundido ante sus extrañas palabras. Atem desvía la mirada de los demás, mordiendo su labio en una clara muestra de estrés; una voz en el fondo de su cabeza le recuerda que Anzu está a unas habitaciones de distancia y que debería ir a verla antes de que la muchacha despierte, sola y confundida en ese lugar desconocido.
–Faraón Atem –le llama una voz cortante. Atem sale de sus pensamientos con un sobresalto, vuelve el rostro y observa a su primo quien le fulmina con sus fríos irises azules.
–¿Qué ocurre Seto? –responde, observando al castaño con una ceja levantada, consciente del significado tácito de su mirada penetrante: ¡Seto quiere respuestas, y las quiere inmediatamente!
El sacerdote sisea molesto con la mandíbula tensa.
–Creo que es momento de que nos hable de su huésped y la relación que tiene con lo que está ocurriendo –exclama fríamente, dando dos pasos amenazadores hacía el tricolor.
–¡SETO! –reclama Siamun, escandalizado por el poco tacto que el sacerdote muestra ante su rey; sin embargo, ambos jóvenes le ignoran y se observan en una discusión larga y silenciosa.
No es un secreto que, el consejo considera, interesante la manía de ambos muchachos para retarse en duelos de voluntad; Siempre dispuestos a empujar al otro hasta los límites de su raciocinio.
Siendo ambos jóvenes y talentosos parecen fortalecerse positivamente utilizando su rivalidad nata. Sin embargo, son contadas las ocasiones donde hay verdadera molestia durante estas interacciones y la repentina agresividad de Seto parece demostrar que no coincide completamente con las decisiones tomadas por el joven faraón.
“Es la segunda vez que observo esa expresión en su cara –piensa Atem–. La primera vez fue poco antes de sellar mi alma dentro del rompecabezas del milenio.”
Atem suspira, apartando la mirada con resignación y perdiendo en su batalla con el castaño.
–Tienes razón, Seto. Les contaré todo, sin embargo, hay una persona a quien que debo visitar antes.
El joven faraón levanta la mirada hasta toparse con el rostro serio de su padre, quien le mira consciente de que su hijo necesita hablar a solas con él.
–Siamun –dice Aknamkanon sin dejar de mirar a su hijo–. Infórmanos cuando los sacerdotes regresen de sus misiones, nos veremos en la sala de estrategias cuando eso ocurra.
–Sí, su Majestad –carraspea el anciano, haciendo una reverencia y saliendo de la habitación con paso apresurado. No puede evitar observar por sobre su hombro a los tres hombres que quedan en la habitación.
–Seto –llama Atem, levantándose del trono. El castaño, aun con expresión seria, da un paso en su dirección–. Envía a uno de tus sirvientes por mi madre, necesito que ella esté presente en la sala de estrategias, cuando todos regresen.
Después de unos segundos de sorprendido silencio, el castaño asiente ante la orden del joven gobernante; con una sonrisa resignada Atem coloca una mano sobre el hombro del castaño.
–Confío en que encontrarás a quien la mantenga segura, en su camino a la sala de estrategias –susurra el faraón, observándole con expresión profunda y amable. Sin desviar la mirada Seto descifra algunas de las emociones que su primo intenta ocultar: Confusión, angustia y miedo.
–Sí, mi faraón –responde devolviéndole con seguridad la mirada, su gesto parece tranquilizar al tricolor; tras hacer una reverencia, el castaño se encamina fuera de la habitación.
Los gobernantes, padre e hijo, lo ven marcharse sin intercambiar palabras. Una vez solos, Atem puede sentir como su padre clava una mirada curiosa sobre él; por un instante se vuelve a sentir como un niño pequeño que ha sido descubierto jugando donde no debería.
El sol se ha levantado por el cielo en una brillante mañana, la luz dentro del salón se refleja en las paredes deslumbrando los desvelados ojos del muchacho. Un joven adulto que se niega a mirar a su padre.
–Tu madre no es parte del consejo, dejarla formar parte de una reunión en la sala de estrategias va contra las tradiciones. Eso lo sabes, hijo mío –reprocha calmadamente Aknamkanon, observando el rostro serio de su hijo que finalmente le regresa la mirada; los ojos carmesíes, tan parecidos a los de su esposa, parecen mirar al vació con profunda preocupación.
–Lo sé –susurra el muchacho, apretando en su puño el rompecabezas del milenio que cuelga de su cuello–, pero creo que, al igual que nosotros, quizás ella y Mana sean una parte importante de lo que está ocurriendo.
El pecho de Aknamkanon se hunde con pesimismo ¡Ah! Entonces su hijo sí está escondiendo cosas y parece tener sospechas sobre la llegada de la muchacha del templo. ¿Qué puede estar ocurriendo dentro de la cabeza del joven faraón para tener semejante preocupación en la mirada?
Aknamkanon jamás ha visto tal desolación en el rostro de su hijo. Desde su llegada a los campos de Ialú, Atem había disfrutado de un tiempo lleno de paz y complacencia; como si, tras milenios de oscuridad y soledad intentara recuperar el tiempo perdido en la tierra que lo había visto nacer.
El reencuentro entre él y su madre había sido tan emotivo que la mayoría de los habitantes del palacio no habían logrado ocultar sus lágrimas. A todos les había provocado una gran impresión la llegada de Atem; el hombre serio, pero amable que había ingresado al concluir su maaty había llenado de orgullo y admiración a quienes lo esperaban pacientemente.
Tras las reconciliaciones el carácter del joven había salido a la superficie y con el pasar el tiempo se había vuelto recurrente encontrarlo en el jardín, dormitando pacíficamente bajo la sombra de los papiros, a salvo y como si nada más importara en el mundo.
Rara vez hablaba de su experiencia en el mundo de los vivos, pero cuando lo hacía mostraba tanta nostalgia que, por la noche, se habían acostumbrado a verlo sentado a orillas del rio, hablándole en voz baja a las estrellas; susurrándoles cosas que solo él podía recordar.
Sintiendo una pizca de tristeza, Aknamkanon toma al muchacho con ambas manos por los hombros, inclinándose para observar directamente su rostro.
–Hijo mío, ¿Qué piensas? –pregunta con genuino interés el faraón más viejo. Bajo el peso de sus manos su hijo se siente pequeño, sin embargo, cuando Atem levanta el rostro tiene la fría y decidida mirada de un gobernante que ha luchado en la guerra la mayor parte de su vida.
–Una parte de mi sospecha que los artículos del milenio están relacionados con lo que ocurrió está noche –responde mirándole fijamente. La repentina sorpresa que Aknamkanon siente ante sus palabras cambia rápidamente a analizar de la situación.
–¿Y tu huésped? –cuestiona nuevamente con paciencia–. ¿Su llegada también está relacionada a los artículos del milenio?
–Aún no lo sé, pero temo que se relacione al duelo definitivo –agrega Atem, asintiendo a la curiosidad y comprensión en el rostro de su padre. El hombre nota que el cuerpo de su hijo tiembla inconscientemente, con profunda sorpresa Aknamkanon observa cómo el joven, al hundirse en sus pensamientos, parece convertirse en una versión oscura de sí mismo.
–No permitiré que le hagan daño a Anzu –susurra Atem con la mandíbula apretada, mirando a un punto lejano de la habitación con los ojos profundos y llenos de rencor–. Destruiré a cualquiera que intente lastimarla.
Abrumado por su esencia oscura, Aknamkanon suelta los hombros del muchacho forzándolo a salir de sus pensamientos con un pestañeo; Atem le observa confundido por unos segundos, un escalofrió recorre al hombre mayor al percatarse que su hijo no fue consciente de sus palabras.
–¿Por qué alguien querría lastimarla? –pregunta, intentando comprender las emociones en su hijo. La respiración del muchacho se entrecorta y, en silencio, desvía la mirada, intentando encontrar las mejores palabras para explicar la situación.
Aknamkanon le mira en tensión, mientras Atem medita; tras unos segundos el joven faraón levanta su rostro iluminado con una diminuta sonrisa torcida.
–Porque estoy enamorado de ella –confiesa en voz baja.
NOTAS SOBRE EL CAPITULO
Kemmet: Nombre de Egipto para los egipcios faraónicos.
Heka: Hechiceros.
Sunu: Médicos.
Saru: Consejo local de nobles
Hem netcher: Profetas.
Sem: Sacerdotes que actuaban en las ceremonias de ritos de resurrección.
Maaty: Termino para el justificado en el juicio del Maat al morir.
Campos de Ialú: paraíso egipcio.
Mut-nisut: Madre del rey.
(...)
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elliethingies · 5 months ago
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Red Dead 2. 71'6h
Esta review va a estar en español y las demás a partir de esta también ya que es mi idioma nativo y me es mucho más cómodo. Aviso: SPOILERS de básicamente la mayoría del juego.
Que decir, no sé cómo aún no lo había jugado. Red Dead 1 fue una experiencia muy personal para mí, siempre jugué el inicio y poco más cuando era pettite en la playstation 3. No entendía mucho pero me molaba el deadeye y que los personajes, para su tiempo, parecían personas reales. Aún con eso lo dejaba ya que era muy complicado para mí. Un día del confinamiento enfermé con Covid y, desenpolvando la consola, decidí darle otro intento. A partir de ahí se convirtió en una experiencia religiosa para mí, esos días lo jugué sin parar. Me parecía increíble cada detalle, los caballos, la historia y sobre todo John. John no es un hombre muy carismático ni muy entretenido pero si choca mucho el hecho de su intento de redención. En una amalgama de westerns donde se prioriza la venganza o la acción constante John intenta alejarse de su vida criminal y poner a salvo a su familia.
Han pasado 4 años desde eso y ahora con muchas más expectativas recibo este juego. El capítulo 1 ya me sorprendió, me esperaba que el juego fuera lento pero no TAN lento. Esta incomodidad luego se convirtió en una de las cosas por lo que me gustó tanto. El capítulo 2 también me abrumó por toda la extensión del mundo y como hay unos 15 compañeros en el campamento cada uno con su historia, background y tal. Creó que fue a partir de Rhodes donde comprendí a lo que me enfrentaba y entonces, cambie mi forma de jugar, exploraba el mapa mucho más por elección propia y buscando sitios interesantes, leía el diario después de cada misión, intentaba volver al campamento a menudo para charlar con los compañeros y sobre todo, creo que comencé a rolear como Arthur. Hice caso a la gran mayoría de la gente y fui a por una partida de honor alto (también me sorprendió cuanto costaba subir el honor) y ostras, pega muy duro. No voy a mentir, no suelo llorar con nada, pero con la hermana Calderón y el final estuve como una magdalena. Creo que si no hubiera cambiado como enfocaba y veía el juego no me hubiera sentido así. Mis misiones favoritas acabaron siendo las más pacíficas, la cita con Mary Linton, las de Albert Mason o las de Charles Chatenay (esas no son pacíficas del todo jeje). El gameplay no es nada del otro mundo en sí, como shooter pues muchas opciones no tiene y algunas misiones si que son demasiado lineales (esta linealidad me chocaba con el propio mundo abierto). También las muertes de algunos personajes como Lenny me fueron un poco agridulces, entiendo el recurso de la muerte inesperada pero el shock ya no ocurre cuando todos mueren parecidamente (menos Hosea y Arthur).
Aquí solo me he decidido en poner 4 fotos pero tengo 60 más sin exagerar, el modo foto es una gozada y me tiraba embobada intentando sacar un buen plano. La música también es increíble, te hace sentir hype en los tiroteos pero también mucha tensión, y el momento donde suena Unshaken se quedará conmigo para siempre (igual que en RDR1 cuando suena Far Away).
Todo esto no quita que creo que mi parte favorita del juego acabó siendo el epílogo. Arthur es increíble pero John tiene mi corazoncito. Me quedé con mucha curiosidad en 2020 de saber que coño había pasado a ese hombre para que llegara a esa situación. Es verdad que la primera parte es un poco peñazo pero es que ES lo que intenta el juego, es un peñazo tanto para ti como para John. No quiere reconocerlo pero la vida de forajido es la que le atrae siempre. Por eso la parte 2 es mucho más divertida, es John haciendo el loco con la excusa de ayudar a su mujer, John siendo egoísta aunque no lo reconozca. Creo que Abigail es la mujer más paciente que he visto en mi vida porque es increíble las tonterias que aguanta. Con todo eso, mi misión favorita de todas es en la que John demuestra no ser tan egoísta, su cita. Lo que la hace especial es lo natural que es, nunca han tenido una vida tranquila y no saben lo que es poder pararse en una ciudad a disfrutar, sacarse fotos y ver un espectáculo. La foto representa el aspecto de roleo que he mencionado antes, la pose representa como quieres que John se vea con Abigail, puede ser que picarones o a lo mejor más reservados, quieren una vida en la granja o van a un sitio arriesgado? Todo esto es ficticio claro, su destino ya se sabe, pero durante lo que dura te olvidas se eso.
Con todo esto y más no creo que esté entre mis 5 juegos favoritos jajsjs, mis juegos preferidos son los que tienen mucha alma aún con errores, a este le veo demasiados pocos fallos para poder entrar ahí. Igualmente creo que es una experiencia que se vive una vez en la vida y me ha hecho pensar y llorar mucho. Si tuviera que ponerle una nota aunque no es mi estilo del todo se llevaría un 9 tirando para el 10.
En fin si has llegado a leer esto entero enhorabuena supongo jajaj espero que te haya interesado mi experiencia.
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t0uka-chan · 1 year ago
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✰Riddle Rosehearts - SSR Bloom Birthday - Traducción al Español
La carta se obtiene al conseguir la carta de cumpleaños de Riddle en su respectivo banner, y para desbloquear su historia personal se debe subir el nivel de la carta (Lv40) y el nivel de episodio de la misma (Episodio 3). ───🌹───
NO RESUBIR esta traducción
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¡Feliz Cumpleaños!
Dormitorio Heartslabyul - Salón principal
Riddle: Llegó el momento de la entrevista anual. Debo intentar dar respuestas que sean un buen ejemplo para los demás estudiantes.
Riddle: Faltan 5 minutos para la hora de comienzo. ¿Llegaremos a empezar a tiempo?
???: La puntualidad es un hecho cuando eres una celebridad. Aunque bueno, puedo entender por qué estás preocupado.
Riddle: ¿Era Vil-senpai el presentador? Si es asi, la entrevista va a salir sin problema.
Vil: Que suerte tienes Riddle, soy tu presentador el dia de hoy. Acaso no es el mejor regalo de cumpleaños? Riddle: Fufu, si seguro. Gracias, y por favor sé amable conmigo.
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Vil: Bien, entonces, una vez más Feliz Cumpleaños Riddle. Y ahora mismo te haré una pregunta.
Vil: Si pudieras ir a cualquier parte con la habilidad de vuelo, ¿a dónde te gustaría ir?
Riddle: "Si pudiera ir a cualquier parte con la habilidad de vuelo..." Siendo así, me gustaría ir y venir del Reino de las Rosas a la Isla de los Sabios.
Vil: El Reino de las Rosas es de donde provienes verdad? ¿Quieres hacer un viaje de ida y vuelta a tu hogar?
Riddle: Tenía pensado ir a un establo en vez de ir a la casa de mis padres. Vil: Establo? Sorprendente... Me pregunto si es porque eres miembro del club de equitación.
Riddle: Ah! cierto, recuerdo que solían ofrecer la experiencia de montar a 
caballo...Ahora no lo sé, ya que es un recuerdo de hace mucho tiempo.
Vil: Oh, así que has estado allí antes.
Riddle: Así es, fue una actividad extraescolar de la escuela.
Riddle: No muy lejos de donde vivía, muchos de mis compañeros solían visitarlo con sus familias en vacaciones.
Riddle: Parecía algo habitual comprar helados en los "camiones de helado" situadas alrededor del establo...
Riddle: Recuerdo que la mayoría de mis compañeros comían helado durante nuestras actividades extraescolares.
Vil: Vaya que era popular. Así que lo que quieres es comer ese helado de tus recuerdos otra vez?
Riddle: Nunca he llegado a probarlo. Mi madre me prohibió comprarlo en ese entonces.
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Riddle: Por eso tengo curiosidad por el helado... además de que me gustaría visitar la cafetería de ese lugar.
Vil: ¿Esas esposas ya las tenías desde entonces?
Riddle: Se abrieron una vez que pude ingresar a Night Raven College.
Riddle: Bueno, la otra vez se publicó en una revista, que leían los estudiantes, algo acerca de ese lugar, así que quise investigarlo por mi cuenta en internet.
Riddle: Los dulces blancos, esponjosos, la crema fresca, son muy populares y algunos clientes incluso vienen desde fuera del país.
Vil: Desde afuera? No hay que subestimar la cafetería de ese establo entonces.
Riddle: Exacto, en su sitio web hay un montón de fotos de diferentes dulces de aspecto delicioso.
Riddle: Entre ellas, las tartas de crema son especialmente tentadoras... siempre he querido probar una algún día.
Vil: Así que, lo que estás diciendo, es que quieres ir allá y volver sin que tu madre lo sepa? Ja, ja, ja, ja ¡Eso es genial!
Vil: Comiendo cosas prohibidas a escondidas~~ te estás volviendo demasiado cercano a las costumbres de Night Raven College para tu propio bien.
Riddle: No es por eso que...! Creo que tiene razón Vil-senpai.
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Vil: Bien! Siguiente pregunta!
Vil: ¿Cuál es tu clase favorita?
Riddle: Saco notas perfectas en todos los exámenes de todas las asignaturas, por lo que, no tengo puntos fuertes ni puntos débiles en cuanto a notas.
Riddle: Pero si tuviera que elegir una materia, quizás esa sería la magia práctica.
Vil: Ser capaz de usar magia práctica es muy útil.
Vil: Cuando apareció la magia en mi por primera vez, a menudo pensaba "Es más rápido si no uso magia".
Riddle: Sip. Incluso en Heartslabyul usamos maia práctica cuando pintamos rosas o cuando transportamos las vajillas.
Riddle: Los que no están seguros de su capacidad para sostener y controlar la magia suelen trabajar con sus propias manos.
Riddle: Los estudiantes inmaduros de 1er año son especialmente vulnerables a ello.
Vil: Hablas como si tú fueras la excepción.
Riddle: Y así es(?. Cuando ingresé a NRC, pude usar magia práctica al nivel requerido de la clase.
Riddle: Podía pintar todas las rosas del jardín de rojo en menos de 10 minutos.
Vil: No eres el único que puede pintar rosas, ¿verdad?, ¿Tuviste clases particulares antes de venir aquí?
Riddle: Digamos que sí, mis padres son magos después de todo, pero lo aprendí principalmente de mi madre.
Riddle: Aprendí haciendo tareas que ella me daba.
Vil: Es una nueva experiencia para mí tener un mago en la familia. Me pregunto qué tipo de tareas te dieron.
Riddle: Cosas simples, como guardar los libros que había terminado de leer y cambiarme de ropa.
Riddle: Eso fue cuando tenía alrededor de 5 años, creo. Estaba intentando completar una tarea, pero como me cansé rápido me quedé dormido...
Riddle: Entonces... mi madre vino a vigilar como estaba y al verme me regañó. Luego de eso me dió más tareas.
Vil: Puede que sea una madre apasionada por la educación.... pero es bastante despiadada cuando se trata de su hijo.
Riddle: ....Mientras trabajaba duro para completar mis tareas, podía sentir que crecía constantemente.
Riddle: "Tengo que terminar todas mis tareas antes que venga mi madre". Con esas palabras en mente, me motivé aún más...
Riddle: Todavía recuerdo claramente el sentimiento de orgullo cuando conseguí mi objetivo por primera vez.
Vil: ¿Quieres decir que te retaste a ti mismo a contra reloj? Me impresiona tu ambición y fuerza de voluntad.
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Vil: Ahora si, la última pregunta!
Vil: ¿Qué es lo que quieres hacer el próximo año?
Riddle: Quiero mejorar mis habilidades culinarias.
Vil: ¿Tus habilidades en la cocina? Y bien, ¿qué te decidió a hacerlo?
Riddle: Hay varias razones, pero creo que la principal es que me di cuenta de que todavía hay muchas cosas que no sé.
Vil: Bueno, esa es una frase propicia para un cambio en uno mismo. A ver si te explicas mejor.
Riddle: El otro día Trey y Cater me invitaron a comer. Trey era el que iba a cocinar.
Riddle: Les pregunté qué era lo que iban a preparar y me contestaron "Lo pensaremos después de ver lo que hay en la nevera"
Vil: Y? ¿Qué había en el menú de ese día?
Riddle: El plato principal era una tortilla de queso. Utilizaron los ingredientes sobrantes del día anterior cuando prepararon la tortilla de queso.
Riddle: Las zanahorias y las pasas que sobraron de la tarta de zanahoria se utilizarón como guarnición.
Riddle: También se preparó sopa y postre. Todo con ingredientes que se encontraban en la cocina.
Vil: Es un almuerzo bastante suntuoso para alguien que lo hizo desde cero.
Riddle: Sí lo era.
Riddle: Mientras se preparaba la comida, Ace y Deuce llegaron siguiendo el aroma de la comida.
Riddle: Al final los 5 comimos juntos ese día! Cater, Ace y Deuce estaban encantados con los platillos.
Riddle: Me sorprendió mucho... Nunca pensé que sería capaz de hacer tantos platos deliciosos con aquellas sobras.
Riddle: Siempre creí que cuando se trata de cocinar, primero se debía decidir el menú, luego preparar cuidadosamente los ingredientes, pasos a seguir, y finalmente poner manos a la obra.
Vil: No te equivocas en tu pensamiento. Hace falta cierta experiencia para cocinar con ingredientes que no tienes a mano.
Riddle: Trey dijo "Cociné varias veces para mis padres en el pasado" por eso se le daba natural hacer esas cosas.
Riddle: Cuando oí eso volví a pensarlo. Necesito adquirir más experiencia, no limitarme a memorizar recetas.
Riddle: Cuando me vaya del dormitorio o de la casa de mis padres y empiece vivir por mi cuenta, quizá empiece a cocinar para mi mismo.
Riddle: Si utilizas todos los ingredientes y condimentos sin desperdiciar ninguno, ayudarás a reducir la cantidad de tiempo que tienes que dedicar a hacer la compra.
Riddle: Así que estoy planeando asistir a cursos de cocina con regularidad para desarrollar mis habilidades culinarias.
Vil: Va a ser un gran problema cuando empieces a vivir por tu cuenta. Hay algo más 
que cocinar.
Riddle: ¿A qué te refieres?
Vil: Hay mucho que hacer, pero en cualquier caso, estoy muy interesado en ver qué tipo de interior vas a elegir.
Riddle: Interior eh. Es cierto que cuando uno empieza a vivir solo necesita ver los tipos de muebles y demás.
Riddle: Si alguna vez decido comprar muebles me encantaría que me aconsejaras Vil-senpai.
Vil: Hasta aquí la entrevista, ha sido una conversación muy interesante.
Vil: Por cierto, ten esto. Es una escoba bellamente decorada con muchas flores rojas brillantes~ Son perfectas para la estrella del espectáculo~
Riddle: Muchas gracias. El rojo es el color simbólico de nuestra Heartslabyul y de la Reina de Corazones.
Riddle: Fue un placer inesperado. Déjame mostrarte algunas habilidades de vuelo dignas para esta escoba.
Vil: Realmente me sorprende tu espíritu! Bueno, adelante entonces. Estoy deseando ver tus habilidades como el Líder de Heartslabyul.
Riddle: Si! No te defraudaré.
Riddle: Volar por los cielos no es gran cosa.
Riddle: ¡Mostrémosles a todos mi verdadero poder!
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FIN🌹
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profesor-javaloyes · 9 months ago
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En mi "molesta" opinión.-
Mientras ustedes ponen las cartas boca arriba o rompen la baraja, el viejo Profesor Javaloyes pone... cara de póker.
Hay que andarse con mucho ojo en cuestión de juegos de cartas o naipes cuando implica la apuesta mediante dinero, y el viejo Profesor Javaloyes lo desaconseja totalmente.
Cuando me establecí en Tenerife - integrada en el conjunto del archipiélago canario - una isla en medio del Atlántico y cerca de ninguna parte conocí y me aficioné al juego del Tute.
Se trata de un juego de cartas que para un extraño guarda un gran misterio y espectacularidad con toda esa comunicación secreta y llena de complicidad en la que parece que los jugadores han sido abducidos por extraterrestres y aprendido de ellos un nuevo lenguaje basado en las insinuaciones que se lanzan de rato a rato los jugadores al que tienen enfrente.
La teoría de la abducción extraterrestre gana fuerza cuando la gente se pone a contar los tantos al final de la partida al usar un método sencillo de manejar pero complejo de entender, pasándose piedras de un lado al otro sin seguir aparentemente pauta ninguna.
¡Cuidadooooooooo pequeñas criaturas!!!! porque se trata de un juego muy adictivo y en el que en el momento que empiezas a comprender cada gesto, cada mirada, cada resoplido, cada guiño; ya no hay vuelta atrás, te has convertido en uno de ellos y a partir de ahí cuando se acuda a un restaurante dirá un par de cerdos, solomillo al punto y de postre Tute; o cuando vayas a decir algo, habla la mano; sustituirás la palabra dos por pares o envido; sus vidas ya no será la misma... nunca.
¿Y por qué juega usted? se preguntarán interesados y con cierta desconfianza. Ahhhhhhhh pequeñas criaturas, porque hago uso del infalible "Método Ponderado Profesor Javaloyes de Tomar Cartas en el Asunto".
Jamás juego si no es con el... "caballo ganador" sentado a mi lado para asesorarme.
Epílogo, ejemplo del misterioso, críptico, incognoscible e impenetrable idioma en el juego del tute. Brevedad y rapidez en las las conversaciones además del increíble desorden con que se habla:
Persona 1: Tute
Persona 2: Háblate
Persona 1: Paso
Persona 2: Dos
Persona 3: No
Persona 1: Envido
Persona 2: Dos más
Persona 3: Se ven
Persona 1: Si
Persona 2: Parí
Persona 3: Ni eso
Persona 4: No
Persona 1: Paso
Persona 2: No
Persona 3: Paso
Persona 4: Tres
Persona 1: Porsiaca, Veo
Persona 1: Nones
Persona 2: Juego
Persona 3: Bah
Persona 4: No
Y todo esto en 1 minuto, si llega...
¡Hagan juego señores!!!
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