#mirando el aire como si viera cosas.
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Un día como hoy...
Mis #5 de "Bestiario"
#1-He cerrado tantas maletas en mi vida#me he pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte.#2-Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría#los recuerdos#usted y acaso tantos más. Esta este balcón sobre Suispacha lleno de alba. Los primeros ruidos de la ciudad#3-Ya no importa dónde#si el cuando es ahora#si puede ser en cualquier ahora de los que me quedan.#4-De pronto estamos sentados a oscuras#oyendo a oscuras porque se oye mejor.#5-Hasta esa noche había sido tan feliz#claro que lo habían visto raro las últimas semanas; no raro#mejor distraído#mirando el aire como si viera cosas.
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Fre4k, Hank y Hope avanzaban juntos a través del bosque, cada paso los acercaba más a lo desconocido, aunque el ambiente, para sorpresa de Fre4k, se mantenía bastante tranquilo. Después de la incorporación de Hope, la diosa de la armonía, en su pequeño grupo, el aire parecía haberse vuelto más sereno, casi como si las mismas fuerzas naturales se hubieran acomodado a su presencia. Las hojas crujían bajo sus pies, y la luz del sol, que se filtraba a través de los árboles, jugaba con las sombras, creando un paisaje casi onírico.
—Vaya equipo que tenemos ahora —comentó Fre4k con una sonrisa ladeada, mirando a sus compañeros mientras sus manos descansaban sobre la empuñadura de su espada mágica—. Un mago, una diosa, y yo. Si alguien nos viera, pensaría que estamos formando algún tipo de broma.
Hank, caminando un poco más atrás, hizo una mueca mientras su visor mostraba un emoticono que representaba incomodidad.
—Bueno, al menos tenemos variedad —respondió Hank con su tono característico de resignación—. Aunque lo de la diosa sigue siendo un poco difícil de asimilar.
Hope, caminando grácilmente a su lado, se limitó a sonreír con calma. Sus alas se agitaban con suavidad, sin apenas emitir sonido.
—Las apariencias pueden ser engañosas —respondió ella con un tono sereno, sin necesidad de elevar la voz—. Pero les aseguro que mi presencia aquí tiene un propósito. Y aunque pueda parecer extraña para algunos, sé que nuestra unión será crucial para mantener la armonía en este mundo.
Fre4k se rió entre dientes, claramente no muy convencido del todo, pero al mismo tiempo disfrutando de la extraña mezcla de personalidades.
—Claro, claro, la armonía y todo eso. —Fre4k levantó una mano como si intentara calmar cualquier tipo de debate—. Pero mientras todo siga en paz, me parece bien.
Siguieron caminando en silencio durante un buen rato, disfrutando de la tranquilidad del bosque. El cielo empezaba a oscurecer, tiñéndose de tonos morados y naranjas, y el aire fresco del atardecer envolvía sus cuerpos. Fre4k, aunque aparentemente relajado, seguía con sus sentidos alerta, como siempre lo hacía en este mundo impredecible.
De repente, un sonido suave, casi imperceptible, hizo que Fre4k se detuviera en seco. Levantó una mano, haciendo que Hank y Hope también se detuvieran de inmediato. Sus ojos, acostumbrados a detectar lo extraño, escudriñaron el entorno, pero no vieron nada a primera vista.
—¿Escucharon eso? —preguntó Fre4k en un susurro, con la mano ya lista para empuñar su espada.
—Sí —respondió Hope, quien también parecía haber sentido algo inusual en el ambiente—. No es solo un ruido… hay algo aquí.
Hank frunció el ceño, y su visor proyectó un emoticono de una carita nerviosa, mientras preparaba su báculo de fuego, listo para cualquier cosa.
Y fue en ese momento cuando lo vieron. Una figura se movió entre los árboles, apenas visible entre las sombras y la luz moribunda del sol. Era pequeña, apenas alcanzando el 1.50 de estatura, y se acercaba de manera titubeante, como si estuviera débil o en una especie de trance. Fre4k dio un paso adelante, instintivamente moviéndose entre Hank y la figura.
—¿Quién va ahí? —preguntó Fre4k con su voz firme, ya empuñando su espada.
La figura se detuvo, y cuando finalmente salió de las sombras, todos pudieron verla claramente. Era una chica, aunque algo en su apariencia hizo que Fre4k retrocediera, sorprendiendo incluso a él mismo. La chica tenía la piel pálida, casi grisácea, con ojos hundidos y oscuros, pero lo que más destacaba eran las marcas en su piel. Era como si estuviera… muerta. Una zombie.
—¡¿Qué demonios…?! —exclamó Fre4k, levantando su espada de inmediato. Su corazón latió más rápido, el instinto de combate despertando al instante—. ¡Es un zombie!
La chica levantó ambas manos rápidamente, en un gesto de rendición, mientras daba un paso atrás con agilidad, esquivando el ataque anticipado de Fre4k.
—¡Espera! ¡Yo no soy una amenaza! —dijo la chica zombie con una voz que, sorprendentemente, sonaba completamente humana y llena de vida—. ¡Además, nadie se puede infectar por mí!
Fre4k se detuvo en seco, su espada apenas a unos centímetros de atacar, confundido por la respuesta de la chica. Hank, que estaba preparando un hechizo de fuego, se congeló, claramente sorprendido por lo que acababa de escuchar.
—¿Qué? —respondió Hank, parpadeando. Su visor proyectó un emoticono de interrogación enorme, reflejando su confusión—. ¿Infectar? ¿Qué quieres decir?
La chica, aún manteniendo las manos en alto, suspiró, claramente acostumbrada a ese tipo de reacciones.
—Lo que digo es que no soy una amenaza. Sí, soy una zombie, pero no del tipo que convierte a otros. No soy contagiosa —explicó, mirando a Fre4k y luego a Hank como si esperara que entendieran lo que quería decir.
Fre4k bajó su espada lentamente, aún desconfiado pero intrigado por la naturaleza inusual de la situación. Observó a la chica con más detalle: a pesar de su aspecto claramente cadavérico, sus ojos tenían un brillo inusual, como si aún quedara algo de vida en ellos.
—¿Y quién eres tú? —preguntó Fre4k, su tono firme pero menos agresivo—. ¿Qué estás haciendo aquí?
La chica bajó las manos lentamente y sonrió con una mezcla de timidez y algo de orgullo.
—Mi nombre es Amelia —respondió—. Y bueno, estoy vagando. No tengo un lugar fijo, pero no busco problemas, créanme.
Fre4k intercambió una mirada rápida con Hank, quien aún parecía confundido pero no lo suficientemente preocupado como para atacar. Hope, por su parte, se mantenía en silencio, observando la interacción con calma, sus alas agitándose suavemente, como si no estuviera alarmada.
Amelia se fijó en Hank por un momento, examinando su apariencia y su expresión mientras inclinaba la cabeza hacia un lado. Luego, su mirada se dirigió a Fre4k, quien aún estaba de pie con su espada en la mano.
—Oye, ¿es tu novia? —preguntó Amelia de repente, refiriéndose a Hank.
El rostro de Hank se tensó al instante, y su visor proyectó un enorme signo de exclamación junto con una carita de enojo. Fre4k no pudo evitar soltar una pequeña risa, consciente de lo que se avecinaba. Hank, claramente molesto, dio un paso adelante, con su ceño fruncido.
—¡Que no soy una chica! —replicó Hank, su tono lleno de frustración.
Amelia lo miró por un momento, parpadeando y luego riéndose suavemente, como si acabara de entender el malentendido.
—Oh… lo siento, lo siento —dijo, levantando una mano con una sonrisa—. No me había dado cuenta. Tu apariencia… ya sabes, me confundió.
—¡A todos les confunde! —respondió Hank, aún molesto, mientras su visor mostraba una carita que reflejaba la exasperación que sentía—. No soy una chica, ni soy la novia de nadie.
Fre4k, aunque divertido por la situación, decidió intervenir antes de que las cosas se volvieran más tensas.
—Bueno, Amelia —dijo Fre4k, guardando su espada—. Si no eres una amenaza, entonces no hay problema. Pero es mejor que no trates de confundirnos más de lo que ya estamos.
Amelia sonrió, aliviada de que la tensión hubiera disminuido.
—Prometo que no lo haré —respondió con una ligera risa—. Solo quiero continuar mi camino sin causar problemas. ¿Está bien si los acompaño un rato?
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Él y Él
Alex se abrochó el cinturón en el asiento del copiloto. No estaba acostumbrado a dejar su coche en manos de otra persona, pero llevaba varias noches sin dormir por culpa del examen hacia el que se dirigía.
—¿Seguro que puedes?
Le preguntó a Nicolás, que justo en ese momento hacía ronronear el motor.
—Llevo unos cuantos años conduciendo mi moto. Esto no puede ser muy diferente.
Le dijo y movió el coche hacia atrás para salir del aparcamiento.
—¿Le acabas de dar un golpe?
Preguntó Alex, mirando hacia atrás con temor.
—Vale, pensaba que tenía detectores. Pero ahora sé que no.
Salieron del aparcamiento y la ruta hacia la Universidad dio comienzo. Alex se mordía las uñas sin parar. Nicolás sabía conducir un coche, eso tenía que admitirlo, pero no se llevaba bien con los intermitentes.
—¿Puedes poner uno la próxima vez que vayas a salir de una rotonda? Casi nos estrellamos con otro coche varias veces.
—¡Toma! —Le lanzó una libretita vieja y un bolígrafo de gel que había sacado de su bolsillo—. Apunta: 73… ¡Mierda! ¡Lo pierdo!
Y entonces aceleró. Alex clavaba las uñas en el asiento, comprimiendo todas las partículas de aire que antes flotaban entre el respaldo y él.
—¡Semáforo en rojo! ¡En rojo! ¡En rojo! ¡Nico, en rojo!
No supo cómo, un segundo antes de cometer una infracción, se puso en verde y pudieron pasar sin problemas.
—¡Ahí está! Corre, apunta: 738…
Alex buscaba una hoja de la libreta que no estuviera rallada de números y letras.
—¿Qué es todo esto?
Preguntó pasando las hojas como podía, puesto que algunas se revelaban.
—Cuando cojo el coche de mi madre, anoto a todos los gilipollas que se saltan los ceda el paso, los semáforos en rojo, van a más velocidad de la recomendada… esas cosas. Y ahora, anota.
Alex anotó los números y letras que Nicolás le dictaba, teniendo que achinar los ojos para diferenciar un 6 de un 8.
—¿te das cuenta de lo hipócrita que es eso?
—¿El que?
—¡Esto! —Alzó la libretita—. Estás culpando a otros de lo que tú mismo haces.
—Esto es diferente.
—¿Por qué?
—Mi tía es poli, ¿sabes? Yo le mando todas estas matrículas y ella me quita posibles multas que pueda tener.
—Eso es soborno.
—No lo es.
—¿Por qué?
—Porque soborno sería si se lo hubiera propuesto yo. Mira… cuando era pequeño, para no aburrirme en los viajes, mi madre se inventó un juego: tenía que anotar todas las matrículas que viera y si conseguía anotar alguna que fuera capicúa, ganaba puntos.
El silencio parecía solidificar el aire que respiraban dentro del vehículo, haciéndolo cada vez más denso. Nicolás no era el hombre más legal del mundo pero, probablemente, tampoco sería el más delicuente de Barcelona.
—¿Y cómo acabaste haciendo esto?
—Tenía que aprobar el examen teórico, así que, así estudiaba. ¿No dicen que hay que aprender de los errores?
Alex rompió a reir. No era fácil hacerle reír, pero con Nicolás le era muy sencillo. Con él, podía desprenderse de todos sus miedos.
—Si algún día acabo en la cárcel, podrías defenderme en el juicio.
—Hay demasiadas pruebas en contra.
—Bueno, siempre puedes mover hilos.
—No voy a ser un corrupto por salvarte el culo.
—Qué mal abogado.
—Es que tengo un cliente penoso. ¡Oh! ¡Ahí está la universidad!
Nicolás aparcó en la puerta y ambos salieron del coche. Un abrazo y un beso fueron los culpables de que las mejillas de Alex se encendieran como el fuego.
—Suerte en el examen, abogado.
Alex no pudo evitar sonreír de oreja a oreja.
—Cuida de mi coche mientras estoy en el examen. ¿Puedo dejártelo 2 horas?
—¿2 horas? ¿Pero qué examen es ese?
—Uno sobre el código penal.
—¿Estás tranquilo?
—Tendré que estarlo para defenderte ante un tribunal.
—Ese es mi chico.
“Ese es mi chico”. Es toda la certeza que necesitaba saber antes de adentrarse en el edificio.
No necesitaba saber que la tierra era redonda, que los pájaros que surcaban el cielo habían salido de huevos. No necesitaba saber que la almohada de su cama era azul o que el color de su jersey era marrón. No necesitaba saber que las fresas eran dulces y los limones, ácidos. No necesitaba saber que vivía en un sistema solar o que el planeta más pequeño era Plutón.
Solo necesitaba saber, que era su chico. Y que él era el suyo.
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Capítulo 7
—¿Ayudarte? —preguntó Jungkook, mirando hacia arriba. Sus ojos estaban muy abiertos.
—Te pido que me ayudes a superar las maniobras de Asha —Yoongi sirvió otra copa de vino y se la ofreció a Jungkook, quien la tomó de forma tonta —Para hacerlo, debemos mantener el engaño de que somos amantes.
Jungkook parpadeó y dejó la copa abajo.
Yoongi frunció el ceño.
—¿Qué? —enfatizó Jungkook lentamente.
—Solo ante el público, por supuesto. Por si estás preocupado por eso. —el magistrado se apresuró a tranquilizarlo, como si no se diera cuenta del giro drástico que esto había tomado de lo que esperaba Jungkook.
—¿Cómo es que pretender ser tu amante va a ayudarte contra Asha? ¿No se supone que lo ve todo? Ya que es una Diosa y todo eso.
—Puede verlo todo —le corrigió Yoongi —elige no hacerlo.
Una pausa.
—Eso no tiene sentido.
Molesto, el magistrado le lanzó una gota de vino a Jungkook, quien pasó su mano irritado por el aire.
—Si tú pudieras verlo todo, ¿de verdad pasarías todo tu tiempo libre observando a tus admiradores? Seguro un ser tan poderoso pasa su tiempo haciendo otras cosas.
Dijo Yoongi como si fuera un hecho. Su concepción de lo que es un dios era claramente (en gran medida) diferente de la de Jungkook. Las antorchas en las paredes parpadearon tenuemente con la luz. La tarde se acercaba pronto, y todavía tenían la reunión con los benefactores de negocio.
—...claro —dijo Jungkook —¿Entonces cómo esto me va a ayudar a mí, exactamente?
Claro, Yoongi había dado su consentimiento para ayudarlo, pero Jungkook ignoraba qué abarcaba eso. Por todo lo que sabía Jungkook, el magistrado no podía ayudarlo realmente y Jungkook estaba atrapado aquí por la eternidad como su amante de mentira. No es que Yoongi se viera como una persona horrible. De hecho, sus bromas se volvían más familiares cada segundo que pasaban en la presencia del otro.
—Asha te envió hasta aquí. Te puede enviar de vuelta —dijo Yoongi sucintamente. Hizo un gesto hacia la puerta —Después de ti.
Llegaron tarde a la reunión de negocios.
Dos hombres caucásicos estaban sentados en unas bonitas sillas de madera pulidas, viéndose más cerca a lo que Jungkook esperaría de dos hombres de la antigüedad. Estos debían ser los norteños de los que hablaba Yoongi.
—Magistrado —dijo uno de los hombres, un rostro presado, de mediana edad y rasurado, con unos pendientes en forma de disco. —Llegas tarde. Esto es intolerable.
El otro hombre simplemente miró a Jungkook lascivamente, curvando sus labios. Tenía líneas en su frente, que parecían cortadas de un sarcófago de tumba en un estilo intenso.
—¿Y quién es el? —preguntó el hombre espeluznante —No sabía que estábamos dejando que hetairas entraran a las transacciones de negocios. ¿Es esto una ofrenda?
La mano de Jungkook se fue directo al antebrazo de Yoongi y lo apretó. Fuerte.
Yoongi apenas parpadeó, inclinándose hacia atrás con petulancia. El imbécil claramente era buen actor o quizás realmente era presuntuoso y se jactaba de eso por encima de ellos.
—Matavel, Urenal. Ambos ya parecen estar llenos de quejas, a pesar de estar involucrados en este horrible trato de negocios que terminó mal. ¿Sospecho que por eso están aquí?
El primer hombre, Matavel, se puso pálido.
—La suerte no estaba de nuestro lado —dijo Matavel —y el Pretor que intermedió esto lo sabía. Buscamos un nuevo contrato para la exportación de agricultura doméstica. Específicamente, vino.
Deslizó el contrato y Yoongi hizo un gesto con su mano. Alguien se acercó para servirle una copa de vino. No le dio ni una mirada al papel que estaba boca abajo en la mesa.
—Un documento fascinante, estoy seguro —dijo Yoongi. Por dios, es un imbécil. —Pero díganme, ¿por qué buscaría importar vino cuando nosotros somos los principales exportadores?
El documento en la mesa era sofisticado, a un nivel que excedía lo que Jungkook estaba esperando. Pero de nuevo, era por tenerle preferencia a la modernidad, había pensado que todas estas personas eran unos primitivos. Claramente no era cierto.
—Vino rojo —sonrió de lado Urenal —crecemos tanto carmesí como blanco. Además, tenemos control sobre Ata-shal, las rutas comerciales sureñas. Las abriremos para ti.
Yoongi se puso rígido. La habitación se llenó de tensión.
—Este engaño oculta algo más. Esas rutas comerciales han estado cerradas para nosotros por décadas.
—Así es —dijo Urenal —nos ofreciste un refugio pobre en nuestra estadía aquí y nos faltaste el respeto. El acuerdo parece estar muy a tu favor, ¿sí? Esa es la razón por la que sugiero otra negociación. ¿El Hetaira, quizás?
Señaló directamente a Jungkook, quien había permanecido en silencio para cumplir las expectaciones de Yoongi. Ante la declaración, sin embargo, se puso de pie indignado.
—De ninguna maldita manera, perdedor —dijo con furia Jungkook. Ya había tenido suficiente de hombres poderosos empeñándolo.
—Siéntate, amante —dijo Yoongi, con la voz dura —Y, Urenal, te sugiero que dejes de usar esa palabra. No tenemos un Hetaria aquí.
Urenal, quien se veía sorprendido por el arrebato de Jungkook, puso una cara incluso más intensa.
—No lo antagonices —murmuró Matavel, con sus dedos golpeando la mesa. —Magistrado, escuchamos que este hombre es una ofrenda de Asha. Si te parece bien, lo tomaremos a él para cerrar este contrato.
—No me parece bien —dijo Yoongi, luciendo enojado por primera vez. Era una mirada extraña en su cara y Jungkook ni siquiera podía saber si estaba actuando o no. Los hombres frente suyo estaban sorprendido también, claramente, Yoongi no era del tipo que perdía los estribos. —Han intentado negociar con mi amante y le han faltado el mayor de los respetos a mi posición.
—Oh- yo —la boca de Matavel se abrió por la sorpresa —No sabíamos que era tú-
—Lo es —lo interrumpió fríamente Yoongi. Su mano se cerró en el cuello de Jungkook, reclamándolo. Sin querer interrumpir el engaño, Jungkook posó su mano en la pierna de Yoongi. Se sentía raro. Aunque no mal.
La mirada voraz de Urenal se transformó a una cautelosa. —Magistrado, la ofrenda de Asha no sería usada contra ti. Simplemente lo necesitamos para nuestras disputas internas, el acuerdo sigue estando significantemente a tu favor.
—No.
Matavel le dio un codazo a Urenal, quien frunció el ceño.
—Muy bien. Tendremos que crear un nuevo contrato y te dejaremos revisarlo —dijo Matavel, con comportamiento cortes. Probablemente no quería hacer enojar de nuevo a Yoongi.
—Bien —dijo Yoongi, con frialdad.
Ambos hicieron una reverencia y se fueron con poca prisa. Jungkook dejó salir un suspiro después que se fueron, la tensión en el aire difundiéndose en la nada.
—Estuve muy cerca de golpear a ese hombre.
Cerrando sus ojos por el agotamiento mental, Yoongi murmuró —Eso es comprensible. Urenal es...insufrible.
—Sí, no me digas.
La mano de Yoongi todavía estaba en el cuello de Jungkook. Le dio un apretón antes de dejarla caer, dejando el cuello de Jungkook expuesto al frío.
—El norte ha estado en un declive económico por un tiempo —explicó Yoongi —Han pasado por disturbios políticos por años, por una reafirmación oligárquica de la tierra, la propiedad de los nobles. Cualquier trato que nos mostraran estaría a favor nuestro. Pedirte a ti fue presuntuoso.
El enojo había sido genuino, entonces. El Magistrado Yoongi, quien era tranquilo, sereno y solía tener todo bajo control, por un pequeño momento había dejado que la fuerza de su posición amenazara a los negociantes. Por Jungkook. Se sintió halagado; un poco inseguro de cómo sentirse, pero su pecho se sentía cálido.
—Gracias —dijo Jungkook —por defenderme.
—Si no lo hubiera hecho, temía que saltarías sobre la mesa y estrangularas tú mismo al hombre.
—Créeme, estuve cerca —Jungkook formó una sonrisa y Yoongi le sonrió de vuelta, sin recordar los problemas que lo aquejaban estos últimos días.
Y, por un breve momento, Jungkook de verdad olvidó que estaba lejos de casa en un lugar lleno de desconocidos. Ahora, eso era extraño.
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Cap 22
22/3/2018, 17:30, Yecla
La habitación era pequeña, tanto que Clara podía sentir las paredes cerrándose hacia ella, como si la presionaran, abrir la ventana no la ayudó, la brisa que normalmente refrescaba la habitación simplemente pasaba removiendo la pesadez del ambiente
Clara suspiró mirando el libro y la libreta abiertos sobre su escritorio, llevaba horas intentando concentrarse, seguir estudiando como siempre lo había hecho, pero simplemente ya no le funcionaba, no importaba cuántas veces leyera una página, sus contenidos evitaban quedarse en su mente, mucho menos copiar información o hacer un resumen de lo que leía
La chica levantó su vista a la pared frente a la que estaba el escritorio, había cuerdas colgando de alfileres formando un zigzag, las había colocado ahí con su prima para tender fotos con unas pinzas de madera más pequeñas que sus uñas, pero todo lo que había era resúmenes y horarios además de una foto de las dos juntas cuando eran pequeñas
¿Qué pasaba? Llevaba demasiado tiempo sin poder concentrarse, siempre había pasado sus tardes sentada diligentemente en ese escritorio estudiando, sus padres le decían que no hacía falta, que no tenía que esforzarse tanto, pero ella lo prefería así... O al menos eso pensaba, porque llevaba casi una semana igual, y no quería que sus notas bajaran
Clara se levantó de la silla de oficina de su habitación y miró la pequeña librería junto al escritorio, examinó los libros, acariciando las solapas de estos, estaban frías y habían acumulado algo de polvo, hacia tanto que no los sacaba de esa librería...
La chica suspiró antes de salir de la habitación, caminar hasta el salón y dejarse caer sobre el sofá, Clara miró la televisión frente a ella, pero no tuvo fuerza para levantar el mando de esta y encenderla, debería estar estudiando como siempre, pero no podía, faltaba algo
Se quedó sumergida en el silencio de la casa vacía, tanto como siempre lo estaba cuando sus padres iban a trabajar, dejándola sola, excepto por una cosa
Si, Clara sabía lo que faltaba en la casa, los ruidos que su prima hacía cuando se movía con el teléfono y tiraba algo al suelo, o los grititos de alegría que soltaba de vez en cuando mientras leía algo en su teléfono, o cuando hablaba consigo misma cuando creía que estaba sola... O cuando pasaba media hora rellenando su diario cada día
Clara suspiró antes de agarrar su teléfono, podría pedirle que volviera, sabía que lo haría en seguida, siempre lo hacía, pero claro, ella estaba con Tobías y ella adoraba estar con él... Además le estaba sentando bien, salía a hacer deporte y había empezado a sonreír más desde que perdió a sus padres
Aún así sentía el vacío en la casa como nunca antes lo había hecho, tanto que la presionaba, evitaba que volviera a centrarse, como si fuera consciente de un peso que antes no sabía que llevaba
Clara abrió su listado de contactos y bajó hasta llegar a la D
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17:50
La habitación parecía un caos, como si a la persona que la habitaba no conociera el significado de la palabra ordenar, las paredes estaban pintadas de azul celeste y blanco, la cama parecía lo único que no tenía ropa u objetos de cualquier tipo sobre ella, por el contrario el escritorio de madera parecía que contenía el tesoro de un dragón con todas las cosas distintas que había sobre ella
La habitación era más bien pequeña, ya que además de estos dos muebles, solo había un armario empotrado que no dejaba que se viera la cuarta pared, era tan ancho que una persona podría abrir sus brazos como si formara una cruz, las puntas de sus dedos quedarían a pocos centímetros de la pared, el mueble tenía dos sets de puertas, una de estas estaba abierta y una percha la mantenía así, con una chaqueta negra en ella
Diana estaba leyendo la última noticia en el aire, al parecer una heroína había fallecido recientemente deteniendo un ataque en Alicante y solo ahora había sido revelado al público, la chica miró la foto del hombre cubierto en quemaduras saliendo de un edificio cojeando, según el artículo era el compañero de la heroína fallecida, una mirada a su traje fue suficiente para reconocerlo como Foc, conocido como uno de los mejores del levante
Un ruido fuerte hizo que se levantara de la cama en la que estaba tumbada boca abajo como si hubiera sido activada por un resorte, la chica asomó su cabeza por la puerta de su habitación solo para ver a su hermano Pablo tratando de recoger a toda prisa las piezas rotas de un jarrón que había acabado en el suelo gracias a la pistola de dardos que el niño tenía entre manos
Parecía no haber sido la única que había escuchado la caída del jarrón, porque en seguida el pasillo se llenó con las otras dos mujeres de la casa, es decir, de su hermana Amanda y su madre Cristina
-¿Estás bien?- preguntó la mujer más mayor mientras que la segunda de sus hijas iba a por la escoba y el recogedor, Diana suspiró antes de cerrar la puerta de nuevo, quedándose dentro de su habitación, la chica aún recordaba la última vez que había roto algo sin querer y la tremenda reprimenda que había recibido después, como siempre parecía que ella era la única que era castigada por ellos
Pero por suerte el teléfono en su mano comenzó a vibrar, sacándola de sus usuales pensamientos pesimistas, la chica miró un segundo la pantalla antes de aceptar la llamada y poner el dispositivo junto a su oreja
-Buenas tardes- dijo la chica, apoyando su espalda en la puerta cerrada
[Hola Diana, ¿Estás ocupada?]- la voz de Clara parecía más pesada que de normal, Diana sabía que la chica no era de las que llamaban primero y mucho menos preguntar algo así sin ninguna razón, si hubiera sido cualquier otra persona su respuesta habría sido totalmente distinta
-No- dijo la chica estoy libre- Estoy libre - Diana agarró un cubo de Rubik de la mesita de noche junto a su cama y puso el teléfono en altavoz mientras lo comenzaba a desordenar a gran velocidad y con los ojos cerrados para no saber donde acabaría cada color
[¿Te apetece salir?]- preguntó su amiga al otro lado del teléfono, Diana sonrió, era muy raro que Clara tomara la iniciativa a la hora de quedar entresemana, bueno, era raro que tomara la iniciativa en general, siempre habían sido Diego o José los encargados de eso, luego, como primera actividad una vez todos juntos era tradición ir a llamar a Tobías a su casa porque solo tenía un teléfono desde hacía mes y medio
-Me encantaría - dijo Diana- ¿Llamo al resto del grupo?- preguntó la chica, Clara se quedó en silencio por un segundo antes de que su voz se volviera a escuchar por el dispositivo
[Preferiría simplemente quedar las dos para hablar]- contestó la chica, Diana pensó por un segundo, no porque no quisiera contestar, sino que con la cara blanca completada ahora tenía que jugar a intercambiar aristas con el cubo de Rubik
-Perfecto - contestó la chica, haciendo los pasos para terminar la cara amarilla del cubo-¿Quieres que vaya a tu casa o quedamos en algún parque a mitad y ya caminamos a donde sea?- preguntó Diana, la chica dejó el cubo de Rubik sobre la mesita donde lo había encontrado, sobre la mesita de noche
[Parque]- contestó la voz de clara- [¿La cruz?]- preguntó la chica
-Hecho- contestó Diana agarrando su teléfono y poniéndolo de vuelta junto a su oreja, quitando el modo de altavoz en el proceso- Te veo ahí, adiós - dijo la chica
[Hasta ahora - dijo la voz de Clara, seguida del pitido que indicaba que su amiga había cortado la llamada, Diana suspiró y miró a su alrededor, su habitación estaba desordenada pero eso era algo normal, lo que tenía que hacer era buscar su... Su mirada se paró sobre la diadema rosa que había dejado sobre la mesa y se la puso
Después de esto agarró un pequeño bolso del perchero atornillado al reverso de su puerta y la chaqueta gris que siempre utilizaba y abrió la puerta de su habitación, haciendo que algo se arrastrara por el suelo antes de salir al estrecho pasillo de paredes color carmín
Diana podía escuchar la voz de su madre y sus hermanos saliendo de la cocina, fue tentada a salir del piso sin avisar, pero era consciente de las posibles repercusiones para sus planes del fin de semana si es que lo habían
-Mamá- dijo abriendo la puerta de la cocina, la mujer se encontraba sentada en la mesa de la cocina con cartas en las manos, sus hermanos estaban a sus lados, el montón de cartas bocabajo sugería que el juego llevaba algún tiempo ya en marcha, seguramente habían empezado a jugar después de recoger los restos del jarrón, aunque su hermano Pablo seguía teniendo la pistola de dardos a su derecha, sobre la mesa
-dime-preguntó la mujer, dejando una carta bocabajo en el montón -Un siete- dijo la mujer a sus otros dos hijos con una sonrisa
-Pablo, ¿Tienes un siete?- preguntó Amanda, haciendo que el niño, que tenía una mano considerablemente mayor a las de las dos mujeres en la mesa negara con la cabeza, haciendo que su hermana gruñera- dos ochos- dijo ella
-Me voy con una amiga - dijo Diana, la chica se había quedado de pie al umbral de la puerta de la cocina
-Mentirosa- dijo la mujer, ganándose una mirada de reproche de Amanda mientras esta levantaba las últimas dos cartas mostrando un seis y un dos, la chica se llevó el montón de cartas y lo acomodaba en su mano, parecía ya experimentada en el tema, mientras su madre miró a su hija más mayor - Tu padre llega en dos horas- dijo la mujer - no llegues tarde- Diana asintió antes de salir de la cocina, solo para escuchar a su hermano pequeño afirmando que acababa de sacar cinco unos mientras habría la puerta del piso y salía
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Nota del autor: Cuanto tiempo sin una de estas, el caso es, se que el capítulo de hoy es corto, pero creedme, se vienen cositas, como diría mi abuela
Además este es el último capítulo que sale Domingo por el mes de la novela, seguramente haga algo especial luego
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Lo voy a reventar a golpes
Paso a paso, paso a paso, hasta ahora había sido fácil resarcir el daño hecho, tal vez porque el primer peldaño le correspondía a alguien que ni siquiera necesitaba de sus disculpas y eso lo aliviaba tanto como lo preocupaba. El siguiente escaño era encarar a la persona que directamente lastimó, aunque irónicamente no sentía tanto el peso de la culpa, porque si, a la final fue Baihe quien decidió volver con él, él no lo obligó ¿Verdad? No exactamente así al menos.
Tomó aire y timbró en el departamento que les correspondía a los dos hermanos, dio un paso atrás, y se quedó mirando al techo mientras esperaba a que le abrieran, quien sabe, conforme había visto las cosas, era más que probable que Baihe no le abriera la puerta en cuanto lo viera, pero al menos haría la labor, ya si él no quería hablar, no sería su problema… eso creía.
Y nadie respondió a la puerta…
Pensó en retirarse, pero tenía que volverlo a intentar así que timbró con un poco más de intensidad, no mucho, no… no era el momento.
Una vez más nadie respondió.
Y UNA VEZ MÁS, pensó que lo mejor sería irse, pero luego de dar un paso a un lado para retirarse, se devolvió a timbrar una última vez.
¡BAM! La puerta se abrió de un brusco movimiento justo en el instante que puso su dedo sobre el timbre, lo repentino lo asustó y se echó para atrás, pues también la persona que había salido a dar la cara no tenía muy buena pinta, desgraciadamente, no era quien esperaba.
Wenyan estaba así prendido de la perilla, tenía una pinta fatal, lucía casi siniestro ahí de pie, un poco encorvado y con el cabello por la cara ¿Era vello lo que tenía en el rostro? Jamás lo había visto así, normalmente era una especie de elfo introvertido que ni siquiera respondía a la puerta porque normalmente estaba encerrado en su habitación, presuntamente escribiendo o a algo así se dedicaba, pero ese amenazante esperpento de verdad era algo nunca antes visto.
- … ¿Qué quieres? –Le preguntó con voz ronca, sonaba irritado y su rostro tenía dibujada una expresión entre cansado y ligeramente enojado.
Iría al punto, no quería desafiar su suerte ese día
- Hola… Wenyan –lo nombró con algo de duda- Está… ¿tu hermano? -Sabía que el que hubiera abierto la puerta no era nada normal, Baihe podría estar enfermo… aunque también podía no estar en el departamento a la larga, pero no había considerado esa segunda opción, sobre todo luego de que el ceño de Wenyan se hubiera juntado un poco
- … Entra –Le pidió haciendo un espacio para que el otro siguiera. Long Xing se lo pensó un par de veces y muy rápidamente, no quería lucir sospechoso ante sus dudas, pero al final decidió pasar.
Tras él, Wenyan se movió un poco más despierto, sobándose la cara y luego despejándose tras recoger su cabello en una coleta baja, andó a la pequeña sala y le señaló con una mano alguno de los sillones indicándole que se sentara.
- No, tranquilo, estoy bien acá, es… es algo rápido
- Siéntate –Insistió y no estrictamente con amabilidad, no tuvo otra opción que obedecer a esas alturas, estaba ahí para hacer las cosas bien ¡Estaba ahí para hacer las cosas bien! Y poco después de que se acomodara el poeta continuó- Baihe se fue a vivir a otra parte –Comenzó a hablar con todo calmado, pero no casual, había algo de firmeza en el tono de su voz, cosa que para nada iba de la mano con la imagen del Wenyan que recordaba- ¿Sabes por qué?
La pregunta le hizo salir un poco de su estado de alerta ¿Por qué debería saberlo? Levantó los hombros y sacudió la cabeza, luego notó como el otro tamborileaba con los dedos sobre el espaldar de una de las sillas… estaba esperando algo de él ¡Y NO TENÍA IDEA QUÉ RESPONDERLE!
- Bueno… -Continuó luego de apretar los labios y desviar la mirada
Long Xing enarcó una ceja, ¿Era su impresión? O lo estaba tratando como a un imbécil, se sentía como en la escuela, cuando le hacían una pregunta en clase
- Hace unos meses, mi hermano regresó un día hecho un mar de lágrimas, seguro no tenías idea, está bien –Hizo una pausa para tomar un poco más de aire- me dice llorando que había hecho una estupidez, que había lastimado a LuTian, que había metido la pata –Comentaba como agotado- bueno, dándose golpes de pecho, porque… había decidido regresar con alguien, a quien botó a las veinticuatro horas… imagino que eso si lo recuerdas
Ya sabía para donde iba el asunto y lo único que pudo decir en respuesta fue apretar los labios en una incómoda sonrisa y elevar las cejas en una muy extraña expresión
- Yo le dije lo que le tenía que decir, que mal o bien había tomado una decisión y pobrecito, que llorara, estaba enojado porque estaba sufriendo ooootra vez por el mismo tipo que siempre lo hacía llorar, pero sabía que se cavó su propia tumba…
LongXing asintió en respuesta, inocente de lo que se aproximaba. Un largo silencio se instaló en la salita, muy largo, muy incómodo, muy… sospechoso
- Unas semanas después de eso decidió mudarse porque quería cambiar las cosas, mejorar… que se yo, y tuve que aceptarlo, –Chasqueó la lengua al terminar la frase- No supe a donde fue a vivir porque quería tener su espacio y no preocuparme ¡Y estaba bien para mí! Hay que soltar a las personas que queremos de vez en cuando, incluso cuando creemos que menos necesitan estar solos ¡Pero está bien! –La manera en la que el tono de su voz se alteró tenía a Long Xing ligeramente preocupado- Seguramente necesitaba un tiempo a solas porque no lo había pasado bien, pero… ponle… hace poco… hace… hace nada, me llamó… -Tomó aire- hecho… un mar de lágrimas una vez más… UNA. VEZ. MÁS –Y volvió a tragar una bocanada de aire, dirigía su mirada alrededor, pero lejos de la figura de su invitado- de nuevo, un tipo lo había hecho llorar, no porque jamás lo iba a mirar con ojitos de amor, no porque se ilusionó con una declaración que no era para él, no porque terminó una posible relación que lo estaba haciendo muy feliz en un arranque de ¡A SABER! No, estaba, quien sabe en qué rincón de la ciudad, solo, sin poderme hablar claro del todo, porque… ALGUIEN lo había utilizado para… COMPLACER ¡SU EGO!
Ay no… lo sabía… Wenyan lo sabía…
Y normalmente no le había preocupado tanto, de no ser porque esa… cosa flacucha, que estaba ahí frente a él con aire siniestro y amenazante, se hacía llamar Wenyan. No el introvertido Wenyan que no podía mantener una conversación normal porque tartamudeaba mucho, no el sumiso Wenyan que hasta con su altura parecía más pequeño y débil… no, no era y sentía que había cometido un error al ir a buscar a Baihe ahí.
Se quiso levantar de la silla y sacarse una excusa del culo para salir de ahí casualmente, pero apenas y apoyó las manos en los brazos de la silla y tuvo que alejarlos, porque el otro tenía más que decir y ahora estaba un poco cerca de él, mirándolo fijamente.
- Soltó toda la sopa… T O D A –Dijo lo último con una voz sombría- que pensó que volviendo contigo no iba a tener que preocuparse porque nadie le rompiera el corazón, porque su… amado, le había dicho, le había asegurado –iba hablando mientras daba pasos hacía la silla de Long Xing- que nadie iba a quererlo como él, porque como lo quiso ¡Por taaaanto tiempo! ¡Como nadie más lo había querido! ¡No iba a quererlo nadie más! ¡NADIE MÁS! –Y ya ahí nada más se cernió sobre él apoyando sus largos brazos en la cabecera de la silla, el otro nada más se deslizó un poco hacia abajo, ni podía parpadear de lo inquietante que era toda la situación- tenía miedo de que las cosas no funcionaran con LuTian porque había estado con muchas personas, eso lo sabemos todos, lo sé yo… que soy su amigo, lo sé yo y pasé años temiendo que algo pasara entre ellos y que Baihe saliera lastimado, CUANDO TODO ESTE TIEMPO FUISTE TU ¡HIJO DE PERRA! ¡¿PENSASTE EN LO QUE LE DIJISTE?! ¡CLARO QUE SI! ¡POR SUPUESTO QUE SI! ¡PORQUE TODO ESTE TIEMPO LO ESTUVISTE MANIPULANDO!
- Wenyan ¡Wenyan! ¡Espérate! –Trató de calmarlo, la respiración se le había acelerado. De haber sabido antes que debía cruzar un escalón intermedio antes de llegar a Baihe y que era opcional, habría dado un salto, pero… ¡¿Cómo iba a saberlo?!- No… no le mentí… le… lele… le dije las cosas como… -Y se tuvo que callar, porque si le había mentido y si había puesto la situación a su favor
- ¿Cómo? ¿Cómo le dijiste las cosas? –Habló un poco más calmado, pero era como la calma antes de otra tormenta- Mi hermano me pidió perdón al teléfono mil veces ese día, no porque me hubiera hecho nada a mí, lo hizo porque nadie lo iba a escuchar, pidió perdón por él… por ser como es… hijo… de puta –y de golpe le puso la mano en la cabeza a Long Xing para tirarle lentamente del cabello hacia arriba
- E-Espera –Se fue levantando poco a poco para evitar el dolor- espera, espera… entiendo que estés enojado, si… si, tal vez lo hice mal, pero… es que si lo quería conmigo –Lo que estaba diciendo no estaba sirviendo para que Wenyan lo soltara
- ¿Sabes quién si lo quería con él? Seguro sabes tu nombre porque Baihe te lo debió decir mil veces, si… él y su hija si lo querían…
- Ok ¡OK! ¡Wenyan! ¡Me estás haciendo daño! –Comentaba con algo de simpatía como si pudiera aligerar un poco el ambiente, pero a la vez adolorido- Podemos hablar de esto como personas, hablar bien, no hay necesidad…
- Entonces habla –Le susurró, sin soltarlo, pero dejando de tirar de él hacia arriba- Porque a mí no me vas a mentir como a todo el mundo
Long Xing trató de calmar su respiración, de pensar mejor en lo que diría…
- Si, estaba muy dolido porque quiso tener algo con LuTian, por eso dije lo que dije –Y el tirón de cabello no se hizo esperar, apenas se quejó y pataleteó- ¡PERO ESTOY DICIENDO LA VERDAD!
- ¡ESTABAN DOLIDOS TUS HUEVOS! ¡A TI NO TE VA A DOLER QUE ESTÉ CON ALGUIEN MÁS! ¡MANIPULADOR HIJO DE PERRA!
Esa terapia de choque no lo tenía nada contento, tenía que pensar demasiado rápido y no parecía estar diciendo lo que tenía que decir. Si, de acuerdo, no podía vivir con la idea de que LuTian le ganara de nuevo, sabía que si volvía con Baihe en ese momento de alguna forma iba a sentir que esta vez él, le quitó algo que si quería…
… uh…
Si lo ponía en esas palabras sonaba bastante mal ¡No podía decir eso! ¡Además! ¡Se lo ganó limpiamente! ¡Baihe fue quien decidió volver con él!
… así él hubiera trabajado un… poco la situación para que así fuera…
¡Pero tampoco podía decir eso! ¡Wenyan lo iba a matar ahí mismo! ¿Dónde estaba la demás gente de ese departamento? ¿Qué nadie le iba a salvar el pellejo? ¡Lo iban a moler a golpes! O a puñaladas porque el larguirucho de Wenyan seguro no sabía ponerle un golpe a nadie
- Estás pensando demasiado… -Precisamente le respondió en su macabra voz de loco de remate volviendo a tirar lentamente de su cabello hasta que Long Xing estuviera de pie
- ¡YA! ¡YAAA! ¡BUENO! ¡ESTÁ BIEN! ¡PERO NO TE VA A GUSTAR LO QUE TE VOY A DECIR! –Exclamó sacudiendo los brazos, ese poste andante tenía demasiada fuerza en su mano ¡¿De dónde?!
- ¡DILO!
- ¡BUENO! ¡SI! ¡LE QUERÍA QUITAR EL NOVIO A LUTIAN! ¡PERO BAIHE DECIDIÓ VOLVER CONMIGO POR SU CUENTA!
Y ahí sintió la bofetada de su existencia, si, había recibido golpes en su vida, pero el cachetadón que le acababan de meter fue dolorosísimo, se quedó en silencio un instante
- ¿Por qué? ¿Sabes por qué?
Long Xing apenas susurró una queja de dolor y luego suspiró
- ¿¡Tenías que golpearme!? –Se calló cuando cruzó miradas con Wenyan y nada más trató de torcer la cabeza buscando mirar al cielo a ver si dios tenía misericordia de él- Si, bueno, yo ya no quería estar con Baihe desde hacía mucho tiempo, o sea, es lindo, pero… pero ya no quería nada con él, pero tienes que entenderme, no me sé controlar –La mirada que el otro puso nada más lo alertó así que aceleró- ¡Si! ¡Bueno! ¡No tenía por qué! Admito que me pasé con lo que le dije, sabía que… LuTian lo hacía sentir muy inseguro, pero no es novedad… tal vez si lo manipulé –Y recibió otro bofetón en respuesta, tomó aire, estaba enojado, pero a la vez sentía que no debía estarlo a la larga- … está bien –refunfuñó- sí, usé eso en su contra
- ¿Eso es todo? ¿No hay nada más que decirme?
Lo miró entonces confundido e indignado ¿Qué más quería saber? ¡Había sido bastante difícil decir todo eso!
- De acuerdo… te voy a refrescar la memoria, porque esto no lo escuché bien –Respiró profundo y carraspeó- “dejé que todo este tiempo me usara, Wenyan, esto no me debió pasar a mí” has escuchado a mi hermano llorar ¿No? Seguramente le viste la cara antes de que fuera a llamarme histérico porque le acababa de preguntar a su ex novio si durante todo ese tiempo… el desgraciado ese, lo había visto como un objeto para tener de adorno… presumirlo y follarlo…
No había sonado nada bien, LongXing lució algo angustiado, claro que recordaba la cara de Baihe cuando lo confrontó, se vieron por un instante a los ojos y ahí no tuvo dudas de que había obrado mal, que la sensación de malestar era algo que iba y venía, que a veces olvidaba o hacía el esfuerzo de ignorar, era otra cosa. Si, cuando pasaron las cosas con Yike la culpa volvió, había sido un punto de quiebre, pero el malestar siempre estuvo ahí.
Tal vez no quería enfrentar el hecho de que no iba a poder seguir su vida si no trataba de hacer algo por todo lo que había dejado roto detrás de él.
Sintió muchísima culpa luego de ver la cara de Baihe, jamás había puesto una expresión así. Siempre había sido tan estirado y odioso, claro, hasta que lo conoció llorando, sonriendo… entre otras imágenes que tal vez no era apropiado evocar en el momento. Sabía que sentía y que sentía mucho y a su manera por supuesto, pero nunca imaginó que pudiera verse como se vio ese último día.
Sabía más cosas de él, como su vida no había sido fácil, las ficciones de las que era tan fanático, que era muy bueno con las manualidades, lo enamorado que había estado por años de LuTian, lo mucho que anhelaba el romance… lo responsable y perfeccionista que era…
Para Baihe no había forma de cometer un error, trabajaba muy duro para que todo saliera bien, tal como quería, era tan meticuloso que sabía de antemano qué batallas no podía librar, fracasar no era una opción, así que ni lo intentaba. Claro, tenía sus ojos puestos tan fijamente en su vida, en su hermano, en sobrevivir, que descuidó el error que seguro le estaba pasando factura ahora, él.
- Amigo, lo siento de verdad –Comenzó a decir con aire cansado- dejé que esto fuera demasiado lejos… pero… te juro que en algún momento parecía de verdad –No estaba seguro, pero tampoco estaba mintiendo, Wenyan lo contemplaba con decepción y tal vez con algo de dolor en el fondo de esos horribles ojos que evidenciaban la falta de sueño.
- Llevo tiempo sin saber nada de Baihe luego de eso –Apretó la mano que tenía sujeta al cabello de LongXing- me está comiendo la ansiedad porque escuché a mi hermano deshecho por culpa de un cualquiera –La respiración se le aceleraba- no sé dónde está, no sé que tan mal está, no sé si mínimo estará desayunando, durmiendo, tomando una pizca de aire, si estará trabajando de algo porque… lo dejó todo… BAIHE, LO ABANDONÓ TODO –Le dijo entre dientes, ya estaba sintiendo que a este paso le iba a arranca la tapa de la cabeza
- ¡Wenyan!
- Si, comparten la culpa, pero no quiero… que pases un solo segundo de tu asquerosa vida, yendo por ahí, diciéndole a la gente “él decidió volver conmigo” como un mantra para evitar años que como un criminal trabajaste la cabeza de mi hermano para arruinarle la vida por “ganarle el novio a alguien”, quiero que pierdas el sueño, el hambre, que te sientas tan mal como él… porque no es justo, que con tu cara de imbécil, vengas a mi casa, a preguntarme por él como si fuera un chiste, como si acabaran de terminar porque tuvieron una pelea estúpida, mientras ni siquiera yo sé dónde está mi hermano dándose golpes de pecho por “amor”
Sabía que ese segundo paso camino a solucionar las cosas iba a ser el más complicado, lo que no sabía era que a la entrada había un dragón esperándolo y que le quedaba un largo tramo por delante. Cuando días atrás había tenido los huevos de comenzar a resanar la situación, salió con algo de miedo pero motivado porque pensaba que, a la larga, solo tenía que hablar con dos personas, la tercera era la meta, ahora… las cosas pintaban muy diferente, no solo porque iba a regresar a la hora de la cena con la cara roja e hinchada de los golpes y con parches de cabello arrancado tal vez, sino porque el verdadero peso de sus acciones había caído sobre su espalda y sabía que con un “perdón” no lo iba a solucionar.
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Sr. y Srta. Mentirosos Capítulo 6
Capítulo 5 ------------------------------------------------------------------------------------- *Jake POV* Cuando llego al motel, lo primero que hago es recuperar los mensajes de MC. Los leo uno a uno, viendo que no falta nada. No entiendo por qué borró los mensajes, sólo me ha causado problemas con su novio y hacerme quedar como un mentiroso ¿Por qué lo ha querido ocultar? —No había nada de malo en esta conversación —me comento a mí mismo. Dejo a un lado el móvil y regreso a lo principal. Miro el USB antes de meterlo en el ordenador. Para ocultarlo, debía de haber algo importante. Hay un vídeo y un par de documentos. La carpeta en cuestión se llama ‘En caso de emergencia’ ¿En caso de emergencia para quién? ¿Para ella? Reproduzco el vídeo y sale ella peleándose con la cámara y el audio, murmurando si se oye bien o si no está desenfocada. —Por eso preferí dedicarme a escribir —bromea. Se me escapa una sonrisa. No intenta arreglarse cuando por fin está bien colocada en frente de la cámara, respirando tranquilamente. En este vídeo se muestra cansada, a diferencia de cómo la vi anoche. Observo la fecha en la información del vídeo. Es de hace cinco meses—. Me llamo (Nombre completo) y… No, creo que está mal… Vamos MC… —Cierra los ojos, como si se concentrase. Al abrirlos, parece otra persona. Transmite seguridad— Hace quince años, encontraron el cuerpo de un hombre sin identificar. Se hizo todo lo posible para sacar quién era, quién lo había visto o si tenía alguien buscándolo. Mi padre trabajó en aquel caso que nunca pudo resolver ni él ni sus compañeros. Pero no sólo era el caso —recuerdo que una vez me comentó aquello. Cuando se quedaron atascados, buscaron de su asistencia, tan sólo tenía dieciséis años y su padre la había enseñado bien. Pero la presión pudo con ella al ver que no había nadie a quién investigar. Recibieron muchas críticas por ello, algo poco inusual. Solía haber casos sin resolver, pero para todo el mundo, era una burla a una pobre adolescente—. Decidí retomar el caso por mi cuenta, dado que nadie volvió a abrirlo. Hice… Busqué ayuda para que me lograsen sacar información de comisaría — ¿Qué?—. Como nadie me quiso ayudar, lo tuve que hacer de la única forma que podía. Me llevo las manos a la cabeza. No podía estar hablando en serio. —Gracias a un amigo, encontré un grupo que me sacó aquella información. No puedo decir de qué manera, pero sólo puedo decir que esos archivos de la policía había manipulación —el primer documento que veo, viene titulado con el minuto del vídeo en donde exactamente lo dice. Decido abrirlo y me encuentro de repente con fotografías de un cadáver. Ya podía avisar al menos—. Esos documentos, se muestran las fotos en las que se encontraron aquel cuerpo —vale, culpa mía, me adelanté—. Como se puede ver, está totalmente destrozado, sucio y… —toma aire antes de seguir—… Bastante sangre… Mucha sangre —ella nunca se había encargado de investigar los muertos, tan sólo las personas vivas. Saber cómo actuaban. Para ella, ver esto debió de ser duro—. Es entonces, cuando sigo mirando el siguiente documento. De nuevo, viene con el número del minuto. Dudo al querer abrirlo. Ya había visto demasiadas cosas, pero sólo si yo lo investigaba, no si me lo ponían en la cara. Al abrirlo, veo las fotos de aquel hombre. Está limpio. No hay sangre, ni manchas. Reluciente. Bueno… En lo que respecta a un cadáver. —El cadáver está limpio ¿verdad? —asiento como si me viera. Estoy metido demasiado en sus palabras— No hay manchas, no hay sangre, está intacto. Y ese es el problema —aprieta la mandíbula, tensa—. No hay ninguna foto de cuando el forense lo examinó. Se tiene que fotografiar el cadáver cuando se lleva al forense, antes de la examinación, pero no hay ninguna foto del cadáver en ese estado. Está limpio, ese es el problema —continúo leyendo el documento y me fijo en sus manos, la punta de los dedos no se podía notar mucho, pero parecían destrozadas, como si hubieran querido borrar las huellas. También habían quitado los dientes, como se podía observar, para que no le identificasen—. Alguien borró cualquier prueba de aquel cadáver, ocultando así cualquier prueba. No se debe limpiar un cadáver sin antes examinarlo. Esas fotos en las que se ven ahí, son las únicas pruebas después de la autopsia, las heridas abiertas se ven ya cosidas. —Ya veo por donde vas… —Hay dos opciones: Que alguien robó esas fotos porque había algo que no se debía ver. O que antes de llevarlo a la sala de autopsias decidió limpiar cualquier prueba que pudiera encubrirlo. —MC, ¿por qué? —quiero darme un cabezazo contra el ordenador. No puedo creer que se haya metido en esto ella solita— ¿No sabes lo peligroso que es esto para ti? —Esto va más allá de un solo cadáver de un hombre desconocido —sus hombros parecen tensos, está bastante furiosa—, no sé qué era lo que ocultaban, pero pienso darle a ese hombre un nombre y una despedida digna haciendo justicia. Y también, limpiar el nombre de mi padre por el cual fue señalado al ser incapaz de descubrir el crimen, cuando lo habían manipulado todo. Intento no ponerme nervioso. MC. La MC que se había quejado de mis mentiras y secretos en el pasado, ahora estaba ocultando todo esto a sus amigos. Y no sólo eso, sino que se ponía en riesgo de que fuera algo más que un simple ajuste de cuentas, si señalaba que todo era cierto el que limpiaron las pistas. —El resto de pruebas siguen bajo recaudo según leí en los archivos de la policía —¡¿Qué continuó después de esto?!—, bajo el nombre de ‘Caso 712’, la fecha en la que se encontró. Tengo que averiguar los pasos que aquel hombre hizo antes de acabar asesinado. Encontraré la forma de conseguir esas pruebas y verlas por mí misma. Sea quien sea quien esté detrás de todo esto, caerán todos. Lo juro. El vídeo termina, con ella mirando fijamente a la pantalla. Me quedo mirando sus ojos. Daba igual que lo que estuviera haciendo estaba mal, el simple hecho de verla me emocionaba. Aun así, no podía dejarlo de esta forma. Tenía que enviarle un mensaje para que me diera una explicación. ------------------------------------------------------------------------------------- Jake En caso de emergencia.rar ¿Puedes explicarme qué es esto? MC, ¿Qué estás haciendo? Todo el mundo está preocupado. Y para el colmo, todos me están culpando. Ni si quiera sé cómo has conseguido todo esto. No se lo he enseñado todavía hasta que lo hablemos cara a cara. ¿Y después me echabas la culpa en meterme en sitios donde no me llamaban? ------------------------------------------------------------------------------------- Veo que el mensaje tiene un tono demasiado duro. No debería empeorarlo sabiendo que ella podría estar en peligro y lo que menos debería hacer es hacerla enfadar. Tenía que arreglarlo. ------------------------------------------------------------------------------------- Jake Sólo espero que estés bien. Y que aparezcas pronto. Te echo de menos… ------------------------------------------------------------------------------------- Leo un par de veces esas últimas palabra. Está mal… Lo empeoraría con ella. Mejor eliminarlo. ------------------------------------------------------------------------------------- Jake Phil te echa de menos ------------------------------------------------------------------------------------- Acorto su nombre de manera amistoso. Quizás así solucione las cosas entre los dos. ------------------------------------------------------------------------------------- Jake Espero que aparezcas antes de que me mate. ------------------------------------------------------------------------------------- Todo esto me tenía de los nervios ¿por qué no le ha contado esto a alguien? Si había continuado con esto, seguramente la persona que la persiguió debía de estar metido en esto. O puede que varias. —No hemos aprendido ninguno de los dos… Suena el móvil y deprisa lo cierro todo, guardando el pendrive en mi bolsillo. Quien llamaba era Hannah. — ¿Ya apareció? —pregunto nervioso, dejando el ordenador a un lado, sin importarme más que saber si MC estaba bien. —No, aún nada —me contesta con tranquilidad—. Pero no te llamaba por eso. Echo la espalda contra la pared. Me relajaba en parte que al menos no fueran malas noticias. —Dime, ¿Qué pasa? —Jake… Es… Mi padre —al escuchar aquello, me quedo completamente helado. No me esperaba que Hannah me llamara por aquel hombre—. Le he hablado de ti. No respondo, tan sólo intento pensar en lo que acaba de decir ¿Qué debía de decir ahora? — ¿Jake? ¿Estás bien? —Sí, estoy bien —suspiro, incómodo. —Quiere conocerte. — ¿Por qué le has hablado de mí? —Porque ya tiene que terminarse los secretos —su voz suena nerviosa. Esperaba que no se agitara por mi culpa y le sucediera algo al bebé—. No te pido que le llames ‘padre’ a la primera de cambio, pero sí que al menos te sientes a hablar con él. Creo él te debe una explicación. Aunque también me duela a mí. ¿Odiaba a ese hombre? No puedo decirlo con exactitud, nunca había hablado con él, nunca le había visto cara a cara. Mi madre tampoco me había hablado demasiado de él, con decir que fui yo quien encontró aquella foto de ella y mi padre. Jóvenes. Yo mismo me había dicho que por fin recuperaba mi vida, pues ahora tocaba recuperar también parte de mi familia. O al menos, saber la verdad. —Está bien, tú ganas Hannah —me resigno a contestar—. Algo tengo que hacer mientras espero noticias de MC. O me volveré loco. —Mi padre puede parecer duro cuando le ves por primera vez —suena más tranquila ahora—, pero en realidad, le encanta bromear mucho. —Dudo mucho que quiera bromear conmigo. —Mira el lado positivo, no has querido aprovecharte de él. —No había necesidad de hacerlo. —Lo sé, entonces esta tarde vienes a casa y… ¿Habláis? ¿Por Lilly y por mí? Dudo un poco. Hay todavía una cosa que aclarar. — ¿Y tu madre? —Ha aceptado. — ¿En serio? —Sí, creo que debe de saber algo. —La familia Donfort y sus secretos. Soltamos una risa floja. Echaba de menos hablar con Hannah de esta forma. —Entonces, mucha suerte. —Gracias. Adiós, Hannah. —Adiós Jake. Cuelgo el teléfono y me tumbo. Demasiadas emociones hoy. Me despierto tras una pesadilla. No recuerdo la última vez que MC apareció en una de mis pesadillas. El miedo volvió a apoderarse de mí. Cojo el móvil para ver la hora. Quizás debería empezar a arreglarme para ir a ver al señor Donfort. Lilly me pasó la dirección de la casa. Nunca había pisado ese lugar. Ni si quiera me hubiera atrevido a hacerlo solo. Si hubiera podido, le hubiera pedido a MC que viniera conmigo para hacer de mediadora. Se le daba bien esas cosas. Llamo a la puerta y meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón. Nervioso. Esto parecía lo peor que había hecho en toda mi vida. Una mujer parecida a Lilly abrió la puerta. Se me queda mirando un buen rato, hasta que su boca se formó una ‘O’. Ni siquiera yo puedo hablar. — ¡Nathan! —La mujer llama hacia dentro a su marido. Aún no consigo hablar— ¡Nathan, ven! Pasa, por favor. —Gracias… —me aterra por alguna razón. Demasiado amable— Siento no haber avisado, no… No tengo su número de teléfono. —No te preocupes cielo, entendemos la situación. La señora Donfort es demasiado amable ¿Es ahora cuando me van a matar y esparcir mis pedazos por el bosque? Me lleva al salón indicándome que me siente en el sillón. Me sonríe con amabilidad. —Voy a preparar café ¿te parece bien? —Sí, gracias… Me deja solo, esperando a aquel hombre que se supone que era mi padre. Noto mis hombros tensos, siento que voy a salir huyendo como siempre, aterrado. Tampoco debería exagerar la situación, quiero decir… Sólo he venido a hablar, no a pedir dinero por los años perdidos. —Jacob —al escuchar esa voz masculina, me quedo paralizado. Me levanto despacio y me giro para verle. Tiene el mismo color de ojos que los míos. Lo que hace que no me guste tanto. No conozco la situación y no sé por qué me molesta si no me ha hecho nada. —Te… Te pareces mucho a tu madre —comenta, levantando la mano para señalarme, pero hace como yo de meter las manos en los bolsillos— ¿Cómo está? —Muerta —contesto rápidamente. Quizás no sea buena idea estar aquí. —Vaya… Yo… Lo siento mucho… —Mire, señor Donfort, si está preocupado de que quiero su dinero, está muy equivocado —comienzo a explicar, controlando el evitar gesticular demasiado enfadado—. Tan sólo he venido a ver a Hannah y Lilly, que a ellas las aprecio de verdad. Suelta un suspiro, acercándose a mí. Me alejo y se sienta en el sillón. Me indica que me siente a su lado, pero decido hacerlo en el sofá. Alejado de él. Suelta una risa. No sé si molestarme por eso. —Todo el mundo se merece una explicación ¿no? —dice, con voz calmada. —El problema es que no sé si quiero oírla. —Jacob, si hubieras sabido de que existías desde hace años, créeme, hubiera hecho algo por ti. Suena demasiado amable. Me cruzo de brazos sobre el pecho, como si me quisiera proteger. Aunque no había ningún arma apuntándome. —Tu madre… A mi familia no le gustaba mucho —comienza a explicar, pero menudo empiece—. Éramos jóvenes y ella tenía un alma más rebelde que la mía. Aun así, no le impidió que me escogiera para salir juntos —era raro escuchar que mi madre era rebelde, considerando cómo yo la había conocido. Mala suerte con los tíos y, para cuando encuentra el correcto, justo van y se lo cargan. Eso la dejó enferma…—. Queríamos casarnos cuando nos graduásemos, pero ella… Ella decidió marcharse sin más un buen día. Dejando una carta que decía que no quería arruinarme la vida con mi familia… Estuve buscándola durante mucho tiempo, pero sin éxito. —Es bastante común en mi familia desaparecer —digo, no pareciendo intentar que estaba bromeando, porque decía la verdad. Es lo mejor que hacíamos los Miller. Eso y los secretos. Aunque eso venía con el paquete extra de los Donfort. —Cuando Hannah y Lilly me hablaron de ti, buscando una explicación, no me lo podía creer —sus ojos brillan, se aguaban sus ojos— ¡Tenía un hijo! Y ni siquiera lo supe. No sé qué decir. Su reacción me sorprende. Pensaba que me diría que quería una prueba de ADN o algo por el estilo. En cambio, parecía que lo sabía en el fondo. Me pregunto si mi madre se lo insinuó en aquella carta. —No quiero que por mi culpa tengáis problemas —me expreso con calma, aunque haber escuchado todo hizo que mis emociones hacia este hombre dejasen de ser hostiles—, evitaremos que haya problemas en el pueblo sin decir nada al respecto. — ¡Que le den al pueblo! —coloca una mano en mi hombro. Ese gesto es extraño para mí— No me importa que los sepan. Tú no tienes la culpa. La sensación de tristeza inunda mi pecho. Este hombre no era mala persona, tan sólo le ocultaron la verdad. Tampoco echaba la culpa a mi madre, la entendía. Si le hicieron sentir mal, prefirió dejarlo todo atrás y cambiar. Siempre lo mismo. Al menos sé que no quería ocultarme la verdad porque era mucho peor de lo que me imaginaba. — ¡Traigo el café! —La señora Donfort deja las tazas en la mesita de café y se sienta al lado de Nathan— Dinos Jake ¿Qué has estado haciendo todos estos años? ¿Tienes pareja? ¿O ya estás casado? Palidezco más de lo que ya estaba ante esas preguntas. Todas ellas demasiado incómodas para contestar. No podía contarles mi pasado siendo perseguido por el gobierno, ni tampoco que la amiga de su hija era la persona que quería porque se iba a casar. —Cariño, no le agobies, tenemos que ir poco a poco —Nathan la detiene, cogiendo su mano. —Perdón, es que me emociona conocerle por fin. Estas dos personas no tenían ninguna malicia sobre mí. Al contrario, me habían abierto la puerta de su casa y me acogieron con cariño. Me alegra saber que Hannah y Lilly tenían unos padres tan maravillosos como ellos. Tras una tarde de charla agradable, decidí llamar a Hannah y Lilly por video llamada al regresar al motel para contarles lo que sucedió. Su expresión era de calma. —Es increíble que hasta ahora nunca nos contase esto —Lilly parece un poco más confusa que Hannah, normal, es la más joven—, quiero decir… Siempre nos cuentan sus historias de jóvenes ¿por qué no esta? —No creo que le gustase recordar que la madre de Jake se marchó sin más —explica Hannah— y más delante de sus hijas. Seguro que pensaría que íbamos a pensar mal de él si hablaba bien de otra mujer que no fuera mamá. —Sí, es posible… ¿Y cómo estás, Jake? —Bueno —me rasco la nuca, algo confuso por la situación. Aún me costaba procesarlo—, tenéis unos padres increíbles, eso no lo voy a negar. — ¿Así que todo bien? —Hannah me miró con una gran sonrisa, aliviada por mis palabras— Al menos dinos si te ha obligado a llamarte ‘Papá’. —No, no me ha obligado —ni si quiera ha querido preguntármelo. Era de momento mejor así—. Aún es demasiado pronto para forjar ese vínculo Padre-Hijo. Supongo que al quedarme un tiempo en Duskwood, nos veremos más. —Eso suena a buenas noticias. —Nos alegramos mucho por ti, Jake, parece que por fin vuelves a tener una vida normal y tranquila —veo cómo Lilly se echa en la cama, lo gracioso que lo hacemos los tres al mismo tiempo—. Y que por fin estás reformado. —Muy graciosa —me río ante su broma. Pero sí, era agradable volver a recuperar mi vida. Un leve sonido directo de la puerta hizo que me alertara. Había sido bastante raro, como si no quisiera despertar a nadie ¿Quizás alguien que me había seguido y sabía quién era yo? Mi preocupación comenzó de nuevo. Lo que no cambiaba, era el estar en alerta. —Tengo que colgar —digo no mostrando preocupación, incorporándome— ¿Nos vemos mañana? — ¡Claro! Nos vemos mañana. —Hasta mañana Jake —Hannah lanza un beso a la pantalla y las dos desconectan. Me levanto despacio de la cama y voy a la ventana, pero no veo a nadie. Pongo mi mano en el pomo, agarrándolo con fuerza. Trago saliva, poniéndome en lo peor. Abro la puerta, pero no veo a nadie delante tampoco. —Jake… —Esa voz… Miro al suelo al lado de la puerta. El corazón se me para al ver a MC sucia y magullada. — ¡MC! —En seguida la cojo en brazos, y la inspecciono— ¡Joder MC! ¡¿Qué te ha pasado?! Abre la boca para contestar, pero acaba desfalleciendo. Busco su pulso. Todavía sigue viva. La llevo a la cama, tumbándola. Lo primero era lo primero, llamar a una ambulancia. Cojo el móvil, pero su mano me detiene agarrándome de la camiseta. —No… No avises… No… —Ey… Tranquila —me agacho y comienzo a apartar el cabello de su cara—, todo va a salir bien, estarás mejor en el hospital. —No avises… Vuelve a desmayarse. Miro el móvil y luego a ella. ‘No avises’. Mierda… Es increíble que la vaya a hacer caso sabiendo que debería llevármela. Pero el hospital está fuera de Duskwood y no puedo salir de Duskwood. —Vale… Vamos a limpiarte entonces y curarte las heridas… —me llevo una mano en a la cabeza, masajeándome la frente. Tenía que calmarme o si no, no podría ayudarla. Al ser un caso especial, no creo que se enfadase porque tuviera que quitarla la ropa… Esperaba que no se levantara y me diera un golpe o algo por el estilo. Se supone que no tengo el derecho de hacer esto. —Es para curarla ¿por qué te paras a pensar tanto? —me pregunto. Comienzo a examinar sus heridas, empezando a curar de las que parecían menos infectadas hasta las más infectadas, procurando no hacerla daño. Tiene las rodillas y manos raspadas, como si se hubiera arrastrado. Luego estaba la cara, pequeñas magulladuras. Por suerte, no tiene sangre en la cabeza. Uno a uno le iba quitando de su cabello las pequeñas ramitas y hojas en su cabeza, parecía que había estado… —En el bosque. Intento calmarme, no empezando a especular. Secuestrada no ha estado, no tiene marcas de que la hubieran forzado. La boca está bien, ninguna señal de una cinta. Sus pies están rojos, lo que me hace pensar que ha estado corriendo durante mucho tiempo y después tener que venir hacia aquí ¿pero por qué justamente aquí? La limpio con cuidado, procurando no despertarla. Intento no llorar al verla así. Nunca antes la había visto débil, verla de esta forma me enfadaba, asustaba y tan sólo hacía que quisiera protegerla. Sólo yo. Como puedo, intento limpiar su cabello con una toalla mojada, secándoselo después con otra. Busco en el armario alguna camiseta mía para poder ponérsela y la tapo con la manta. Apoyo la espalda en la pared y me voy deslizando por ella hasta sentarme, revolviéndome el cabello intentando procesar todo esto. Un alivio que haya regresado sana y salva, pero algo me dice que todo esto tenía que ver con aquella maldita información del USB. Cojo mi móvil y miro los mensajes que le había enviado. Estaban ya en vistos. Así que no los había borrado. La miro a ella y luego al móvil. No iba a borrar de momento lo que había enviado hasta que me aclarase el peligro que corría. Además, de seguro ni se acordaba de que habría visto los mensajes. —Descansa lo que necesites, MC —Susurro, sin apartar la vista de ella—. Hablaremos cuando estés mejor… Capítulo 7
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Terapia- Capítulo 12- Negación
-¡Suéltame desgraciado!- Sur seguía retorciéndose en el suelo, mientras que Ricardo lo sostenía.
-*Esto es extraño, comúnmente el escapaba con facilidad, soy consciente que mi fuerza no es nada comparada a la de él, pero, porque ahora pareciera que soy más fuerte*- Ricardo pensaba en lo que sucedía, pues no encontraba forma del porque su querido pais era ahora más débil.
-Marcos, ve por la señorita Maria, a ver si ella logra calmarlo – Ricardo miro a Marcos que no dejaba de ver a Sur con preocupación- ¡VE!
-Si…si…Ya voy-Marcos fue corriendo lo más que pudo.
Sin pasar tanto tiempo regresaban marcos con Norte quien observaba como viejo Ricardo lo sostenía, pero de repente Sur empezó a toser, pero el líquido que salía de él no era algo normal, de su boca salía un líquido negro, con un brillo verdoso, Ricardo con el pánico soltó un poco a Sur, logrando que este se girara e intentaba golpear a Ricardo, quien este sostuvo sus manos.
-Hermano que demonios estás haciendo-Norte se detuvo al ver el líquido que salía de la boca de su hermano- Eso…eso es…-Los ojos de la norteña se oscurecieron, podía ver que aún estaba normal, pero los ojos de su hermano estaban anaranjados, que intentaban intimidar a Ricardo.
-¡Ricardo! Levanta a mi hermano y llevémoslo al cuarto, tenemos que sacarle esa cosa del estómago- Y sin ninguna objeción, Ricardo sostuvo de tal modo que Sur no pudiera escapar, y ambos se fueron rápidamente del lugar, dejando a Marcos confundido y angustiado.
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-señor…
-¡SEÑOR!
México Centro quien dejo de caminar por un momento, y observaba una pared con una pintura antigua de él y sus dos hermanos. En sus ojos observaba a su hermano menor Sur, quien en la pintura tenía una sonrisa radiante y amigable, saliendo en sus pensamientos ´´acaso siempre a fingido´´ aun si en la imagen sonríe felizmente, no es nada comparado a lo que él ha vivido junto a su hermano.
-No grites MORENA, que no estoy sordo-Centro por fin vio a su vista a quien le hablaba, el partido se sobresaltó ante él y sus nervios lo invadieron.
-Lo…lo siento mucho señor, mi intención…no…no era alzar la voz, pero es que se detuvo de repente, que creí que algo malo sucedió.
-No te preocupes-Centro paso al lado de él, saliendo ambos de la parte de atrás del zócalo.
-La llamada de antes era para su hermana Norte, ¿no es así?-Ambos caminaban de lado a lado, Centro no podía evitar sentir incomodidad por algo, pero no sabía el que.
-Es verdad, pero concéntrate en tu objetivo, si es que quieres derrotar al ´´PRIAN´´ tú debes demostrar ser el cambio.
-Lo entiendo señor…pero también debo velar por su bienestar
-Pues no lo hagas, tu deber es velar por los ciudadanos, yo estaré bien.
-No señor usted.-Es interrumpido.
-Preocúpate cuando todo se salga de control, y no cuando intentas crear una imagen de salvador, al fin y al cabo, no eres el primer partido que actúa de manera inocente y débil ante mí, y además…-Centro se paralizo un segundo, su mirada fue en dirección al oeste.
-¿Señor México? ¿Está todo bien?- Centro solamente le dijo que el tiempo acabo y tenía que volver al trabajo, dirigiéndose nuevamente dentro del Zócalo y dejando al partido afuera y algo confundido.
Centro caminaba hasta su oficina, encerrándose inmediatamente, y dirigiéndose a una pintura del Zócalo, que termina quitándola de la pared y detrás de ella había una caja fuerte. Centro ingreso unos números y tras abrirlo se encontraba un frasco, con un líquido negro en ella que en repentinas ocasiones brillaba con un tenue color verde.
El mexicano suspiro con alivio, viendo que aun el frasco seguía normal y sin ningún rasguño.
-*Por un segundo, sentí que la presencia de Sur no estaba aquí y cuando eso sucedía…Oh hermana, espero que lo que me hayas dicho sea verdad y que todo esté bien… espero que este presentimiento sea solamente eso, un presentimiento*-En eso el mexicano vuelve a colocar el frasco donde antes estaba y encerrarlo de nuevo.
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-¿Hey Daniel…?
-¿Mmm?
-¿Nunca dejaras que algo me pase verdad?
-Eh? Pero claro que no.
-En serio, ¿nunca?
-Nunca, nunca, todo estará bien.
-Entonces, dime, porque tú vives y yo no.
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-¡¿Eh?!-en eso el joven sureño abría los ojos, mientras su respiración seguía agitada- *Solo fue un sueño…verga, me duele la garganta, ¿acaso me enferme….? ¿Es acaso eso posible? Nunca he oído de países enfermos jejejeje, seré un caso especial…Espera yo ya no soy un pais…*-en eso la puerta se abre, mostrando a una chica con trenzas con una charola y una taza.- ¡OH! hola Ann ¿que pasa?
-¿Se encuentra bien señor Sur?-Ella se acerca y deja la charola al lado donde estaba la lámpara.
-¿EH? ¿Si? Supongo, lo normal que es estar bien para mí…-La mirada de la chica al frente de sur, era una mirada de lastima y preocupación- ¿acaso paso algo?
-No señor Sur, por favor descanse, le avisare a la señorita Norte de su despertar- en eso la chica solamente hace una pequeña reverencia y camina hacia la puerta.
El sureño, se destapa de la cama y se levanta, tomando el chocolate que le había traído la jovencita en un solo trago, y se dispuso a salir de la habitación, mientras trotaba por la casa, llega a la sala cerca de la cocina, donde se encontraban las dos hijas de su hermana y su nieto.
-¡Hey! ¿Chicos que tal?- Sur saluda a sus sobrinas y su nieto, quienes lo miran confundidos.
-Tío Sur, ¿te encuentra bien?- pregunto la bajacaliforniana.
-¿Si? ¡¿Qué sucede, porque esta todo tan incómodo?!- Coahuila lo sostiene y lo levanta sin problemas, haciendo que Sur se sobresaltara y solamente viera a los ojos a su sobrina.
-Mmm…parece que todo está normal, sientes algún dolor en particular tío Sur?-Coahuila lo daba vueltas como si fuera la cosa más normal del mundo, haciendo marear al sureño.
-Estoy bien, ahora bájame cabrona, que no soy un peluche.-Coahuila lo baja mientras suelta una risita y voltea y le dice a los otros dos ´´ven está perfecto, lo que no sea un día normal con el´´-Porque tanta preocupación, no es como si me fuera a morir o algo.
-Tío-abuelo Sur, no brome con eso-Dijo BC, quien se veía algo preocupado.
-¿Que? yo puedo bromear con eso todo lo que quiera, al fin y al cabo ella y yo somos compas, además no puedo morir, por eso hice un trato con ella.
-Lo sé, pero no lo hagas, me da escalofríos…
-BC, escucha…-Se escucha un grito que altero a toda la casa, haciendo que los cuatro que se encontraban en sala, voltearan hacia donde se escuchó el grito.
-¿DONDE ESTA? ¿ALGUIEN LO HA VISTO? ¿SUR? – Las cuatro personas que se encontraban en la sala junto a la cocina solo se quedaban escuchando la voz de Norte que no paraba de buscar con su voz.
-Mamá va a asfixiarte por no avisar, tío Sur-dijo Coahuila con ironía.
Sur solamente camino un poco a la puerta, donde se encontró con su hermana que tenía una cara de espanto y cuando reacciono abrazo a Sur tan fuerte que el otro termino empujándola pidiendo aire.
-¿Qué haces aquí? ¿Porque no te quedaste en cama?-Decía norte mientras Sur la miraba nerviosamente, no pensó que levantare fuese tan malo, nadie le dijo que pasaba y simplemente opto por no quedarse quieto, no pensó que su desconocimiento causaría esa reacción en su hermana.
-En primer lugar relájate, solamente no quería estar en cama, además ¿no entiendo nada, porque estas tan exaltada?- Norte vio a sus dos hijas y a su nieto mirando, norte agarro a su de su mano y caminaron un poco lejos.
-Hermano, tienes que decirme que paso en mis años que caí inconscientemente, lo que vi en ti, me hace pensar que tiene algo que ver con lago mío.
-¿Pero que viste?-Norte lo toma de los hombros.
-Estabas escupiendo corrupción…-Sur quedo en blanco, escupir corrupción, ¿el? Imposible, solo pasaba con los países y el ya no era uno.
-jejejeje hermana por favor no hagas esas bromas- Norte no aparto su mirada y miraba a sur con mucha seriedad.- es en serio…
-Hermano, yo no bromeo con eso, además también tuviste un ataque de pánico, como esos que tienes cuando papá y los de la iglesia te encerraban. Pero también me preocupa porque Ricardo pudo someterte sin problemas, eres un pais el no debería poder someterte…
-En primer lugar no soy un pais, deje de serlo hace años, y no me sorprende muchos humanos me han sometió muchas veces…
-En serio…oh dios…- una de las manos de norte tapo ligeramente sus labios en señal de preocupación y pensamiento.
-Vamos no es tan malo- Sur quita la otra mano de su hermana- y con lo de escupir esa cosa, tal vez es algo mío y no sea tan grave.
-Hermano, no minimices esto, estoy preocupada, que tal si esto es una señal…
-¿Señal de que?....-Sur miraba de un manera filosa a su hermana, esperando a su respuesta, pero el silencio domino a ambos hermanos, Norte se negaba a decir esa palabra para nombrar a su hermano, como en el pasado lo hizo.
Ambos hermanos solo decidieron regresar a la sala, done los otros tres norteños los esperaban, solo dijeron unas palabras y volvieron a la normalidad, aunque en Norte le carcomía lo que paso antes, pues las palabras de su hermano no la dejan de preocupar.
*Flashback*
-¡Ponlo en la cama rápido Ricardo y sostenlo fuerte!- Ricardo le hizo una llave a Sur para tener retenido su cuerpo entero. Sur no dejaba de pelear mientras en su boca empezaba a salir un líquido negro, como si su saliva se hubiera convertido en esa cosa.
-Hermano abre la boca, esta cosa sabe asqueroso pero te hará bien- Sur se reusaba mientras decía vulgaridades a su hermana en idioma maya, Norte tuvo que abrirle la boca a la fuerza y darle el líquido amarillento, poniendo debajo de Sur y Ricardo una cubeta para lo que viniera después.
Sur empezó a vomitar grandes cantidades de ese líquido negro, haciendo un desastre en la habitación. Ricardo fue relajando el agarre mientras el cuerpo de Sur se relajaba, hasta quedarse completamente quieto, y con la cabeza abajo.
Norte sostuvo su el cuerpo de Sur y lo llevo a lavarlo, mientras entre unos susurros escucho algo tenue.
-Porque…no…morí…Norte…- Escucho de la voz de su hermano, Norte se acercó a su hermano que estaba mojado por el agua y empezó a acariciar su rostro adormilado, mientras los susurros se volvían más claros – Porque…Catrina…porque…no me…llevaste.
Norte solamente suspiro, y levanto y vistió a su hermano, donde lo dejaba de nuevo en la cama que ya había sido arreglada por otro de sus trabajadores.
-¿Mamá?... ¿Está todo bien?-Coahuila aparecía en la puerta tímidamente, mientras su mama solo se le acerco y empezó a abrazarla.
-Porque no me lo quieren contar…es tan grave que no puedo saberlo…-Coahuila solamente corresponde el abrazo y unas pequeñas lagrimas salían de su ojos.
-Lo siento mamá- Simplemente se quedaron ambas calladas en su abrazo.
Norte de algún modo sabia algunas cosas del 2011 hasta el 2013, pero otras no los recordaba y eso la hacía sufrir, porque parecía que algo hay en su hermano que ella no puede deducir, y todo el mundo pareciera haber hecho un pacto para no hablarle de ellos, hasta sus amigos más cercano e inclusos los demás latinos.
Esto tiene que parar, por el bien de ella y la de su hermano.
*Fin del Flashback*
Al final el día empezó a apagarse, todos habían cenado y reído, algunos se fueron y bañaron para luego ir a dormir, otros dos rezaron para luego ir directo a la cama y otros simplemente se fueron y volvieron a sus habitaciones.
Sur estaba tan entretenido hablando con sus amigos en su celular.
La noche trascurrió, Sur termino acostado en su cama, mientras veía una pantalla apagada en su celular que reflejaba su rostro.
-*Vaya día más desperdiciado, no puedo creerme eso lo que dijo mi hermana, los chicos decían que eso pasa cuando algo malo estas apunto de hacer*-Pensó Sur.
*Flashback*
*Fin del flashback*
-*Yo… ¿no estoy limpio…?*-Sur se sentó en su cama mientras veía aun el teléfono, pensamientos inundaron su cabeza- *Pero si yo no estoy limpio, eso quiere decir que…*-de repente una risa capto sus oídos, en un rápido movimiento quiso seguir esa risa, pero cuando toco su puerta y salió, había solamente el silencio.
Sur camino por el pasillo oscuro, deseando ver algo que le quitara ese pánico que lo domina todo el tiempo, quiere pensar que no enloqueció, que realmente todo estaba bien y que la idea en s cabeza solo fuese eso, porque él no está loco…
*Yo no estoy loco*-se dijo a si mismo mientras sus pies fríos seguían caminando por el pasillo-*Yo estoy bien… yo siempre estoy bien…son los demás los que no me entienden* cubrió una parte de su cara con su mano y la otra en la cabeza-*Yo no estoy enfermo, yo no estoy corrupto…son los demás que lo están…yo…con todo lo que he hecho…jejejejeje, yo estoy perfectamente bien, mi hermana se equivoca…eso es…eso es…
Continuara.
______________________________________________
Al fin el mas largo en dibujos XD pero allí esta terminado y listo para leer.
Los nombres que hay entre los 4 amigos son sobrenombres que se dicen a veces, pues a Sur en nombre lo tienen posiblemente como el saltamuros, El chango, El Sureño etc... y viceversa entre ellos eligieron sus sobrenombre.
A Argentina odia el sobrenombre Argy porque suena como Angry ( Enojado en ingles).
Y este es el primer capitulo con un nombre, estos capítulos son especiales, porque entraremos en las etapas de la negación a partir de este capitulo, a partir de aquí los capítulos tendrán el nombre de la negación o sea, en el siguiente cap será ''Capitulo 13- Negación'' hasta que aparezca la nueva etapa.
Espero y les guste este capitulo.
Agradecimientos a @remedysix por su colaboración.
#countryhumans#terapia#Terapia Alemex#alesur#alemex#GermaSouth#countryhumansgermany#ContryhumansAlemania#countryhumans méxico#Countryhuamns México Sur
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5800 segundos
Yo calculo que ese es el tiempo que tengo para pasar contigo, por tu trabajo de oficina y el mío de esclavista. Los tiempos no coinciden tú tienes fines de semana para el reposo, y yo, días entre semanas que los uso para pensar como será cuando te vea. Acabo de llegar a tu condominio nos vamos a sentar a las escaleras, parecen que nunca se acaban, nos sentamos me pides que te cuente mi semana, no hay mucho que contar, los cigarros que fume, los libros que leí, los poemas que trate de hacer usandote de inspiración, mis planes de ir a la universidad, nada muy emocionante en mis 18 años. Quiero escucharte a ti, de como lías con el día a día, de tus arranques qué hablas mucho, y luego dices hablamos mañana ahora no estoy de humor, quiero saber qué has comido, si comiste, qué soñaste, qué pensaste, que te robo un suspiro por la calle, cuántas veces alzaste la mirada al cielo, para observar las nubes moviéndose contigo, que te hizo enojar, como caminas aunque en verdad pareces flotar. Estoy mirando el reloj, pero descuida no es que me quiera ir, se que estás cansada y necesitas descansar, quedarán 2900 segundos. Empiezo agarrarte las manos, y me miras como diciendo que haces, pero en lo profundo de tus ojos refleja un no me sueltes, te beso lento y pausado, para que tus besos duren una eternidad y cuando separó mis labios de los tuyos, sonríes fugazmente como las estrellas esas que nadie ve, y luego haces un comentario para cambiar de tema. Haces muy bien de mujer dura, y yo hago muy bien de quien pierde el suspiro y solo lo recupera el aire de tu boca, oh olvidé un detalle, cuando recién te vi te abraze fuerte y te cargue, tus piernas se sujetaron fuerte a mi cintura, como si dijeras abrázame más, te di un beso cortado como el café con leche. Ahora sí sigo, me cuentas qué saliste el fin de semana que estabas ebria y que el mundo bailaba alrededor tuyo. Algo que nunca sentí es esa confianza de que alguien no te fallara y solo lo siento de ti, todo esto parece haber pasado en 100 segundos, pero también es hora de que me vaya necesitas dormir y yo necesito soñar contigo.
Las despedias empieza hacer tediosa, dices que te da risa como digo adiós, debes tener razón porque si siempre digo que si te vieras cómo te veo, entenderías todo, pero también me imagino mi cara al decir adiós una sonrisa enorme acompañada de melancolía, porque ahora solo tengo las fotos que en las noches se juntan con alguna canción de Marwan, para hacer de ecosistema perfecto, en el cual pueda desarrollar estos momentos donde detallo o trato de detallar, todo, si todo, tus labios, tu mirada, esa cabello ruloso que cae por tus hombros que me vuelve de loco. Mientras camino a casa pienso en cosas qué debo decirte pero que callo por miedo, viajes que haremos, como viviremos juntos, como cuidaré tus sueños, y como te prepare el café en las mañanas, a cambio no pido mucho, solo que me sigas mirando desnudando mi alma, sin quitarme el corazón de mis manos y que me regales un buenos días que se disfraza de "hoy será el mejor puto día de tu vida anda y demuestrales" eso es todo.
Estoy por entrar a casa, suena el celular, “llegaste bien” preguntas, respondo a duras penas que si, pero es el mejor hincon anímico para estos días, dónde te has vuelto mi paz, mi tormenta, mi desvelo y mi más grande anheló.
Sabes solo odie algo de hoy el maldito reloj, como mierda puede pasar tan rápido cuando te veo y tan lento cuando te tengo, debo buscar la forma y la encontraré, para que esos 5800 segundos se vuelvan 5800 meses a tu lado. Dije que eras una tormenta, pero eres un torbellino que arrasa con todo, dicen que dentro de él nada pasa solo hay que saber aguantar el golpe, hay que saber aguantar, respetar, tolerar, escuchar y una vez logrado eso estaré dentro del torbellino que dará locura, di mucha locura, un beso robado frente a los cucufatos, un abrazo fuerte frente a los infelices, gritos en la calle de locura, cuando todos callan por miedo y miradas a la luna que solo ella sabrá guardar nuestros secretos.
Para: D. J. P.
De : A. J. C.
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Hay Belleza en Este Nuevo Sueño
I
Sophia Smith, 27 años, Detective Investigador en el Escuadrón de Homicidios del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York. Es una mujer peculiar, junto a su apariencia profundamente llamativa también es brillante, calculadora y perfeccionista.
Sus compañeros de trabajo no pueden evitar encontrarla extraña.
No es desagradable, de verdad, sus modales son perfectos. Solo tiene algo.
En la metafórica lista de inquietudes que figura en las mentes de sus colegas existen algunos hechos sobre Sophia, su aparición repentina en el NYPD como una transferencia desde algún condado del que nadie parece recordar el nombre, su historial casi perfecto de casos resueltos o su eficacia en los interrogatorios, la forma en la que parece conectar los puntos en un caso, como si viera una imagen más amplia.
Lo poco que saben sobre ella. Es una persona muy privada.
La forma en la se mueve e interactúa. Es como de otro mundo, intimidante, casi.
Mente percibe todo esto de sus compañeros de trabajo, algunos pensamientos más oscuros que otros. Una mezcla de envidia, admiración, deseo y cautela.
Fascinante.
Compartirá sus observaciones con Caos mas tarde, cuando llegue a casa y franquee las siempre presentes disputas sobre el cuidado personal y la salud y ¿Cómo estuvo tu día, preciosa?
Camina tranquilamente por el pasillo hacia el elevador, maravillándose, no por primera vez, sobre lo insípido que le resulta el interior del edificio gubernamental, una mezcla de colores beige, marrón y blanco, adornado con macetas y escritorios aburridos. El edificio había sido destruido en el año 2012 (ella estuvo en el desastre), desecharon la oportunidad de idear algo mejor.
Pierdan toda esperanza, mortales, aquí está la única constante en su cosmovisión.
Hace su camino a casa, es muy consciente de todas las miradas que atrae antes de abordar un taxi.
Fue una larga jornada.
Aunque, obviamente, no siente cansancio.
Saluda al portero de su edificio, David, quien abre las puertas y la mira con los ojos desorbitados. Sus compañeros de cuarto y ella son los residentes mas notables del complejo de departamentos, los rumores corren desenfrenados entre sus vecinos, una distracción para las simples formas de vida orgánica.
Deja el elevador hacia la puerta de su departamento y se detiene momentáneamente, extiende otros sentidos, otras formas de ver. La tranquilidad la invade, es una de esas raras ocasiones en la que todos están en casa.
Peligroso, ciertamente. Piensa con diversión.
Entra, deja sus llaves y se quita los tacones, la realidad parece ondular a su alrededor, quiere cambiar. Tonos dorados y amarillos remplazan la piel bronceada, el cabello corto pasa del rubio a un dorado más artificial, se vuelve ligera, efímera, resplandeciente.
Una gema descansa en su frente.
La saluda la visión del desastre en el vestíbulo de su hogar, una gran colección de papel, fotos, cuadernos y pegamento. Ojos azules la miran, ligeramente juguetones y avergonzados.
Espacio no tiene remedio.
-¿Cómo estuvo el trabajo?- le pregunta con una amplia sonrisa, mirando de reojo a la otra figura que lo acompaña en el caos, esta los ignora resueltamente.
-Quiero que todo este impecable cuando terminen- Mente no va a aguantar sus tonterías. Los adora, pero aborrece el desorden.
-¡Claro, no hay problema!- Espacio suena ligeramente aprensivo. La otra entidad en la habitación resopla.
-Parece posible que el detective Miller modifique evidencia en los próximos días- informa Realidad sin algún contexto, siempre aleatoria. Su cabello rosa y flotante tiene brillantina y pegamento, observa con desaprobación.
-Lo tendré en cuenta, gracias.- flota junto a ellos en su camino al estudio, pellizca la mejilla de Realidad y revuelve el cabello de Espacio- Me alegra verlos- dice, ya que es importante en su lista de prioridades.
-¡También te queremos!- anuncian las Entidades Cósmicas con amplias sonrisas.
En el estudio está Caos, Loki.
Lo mira escribir con tranquilidad, impresionada de que alguno de los otros no este monopolizando su tiempo. Parece absorto, la dedicación que lo caracteriza se muestra en lo que sea que este creando.
Mente siempre se deleita con sus proyectos, es brillante. Una gran llama de luz en la monotonía de los mundos.
Tacha la casilla en su lista de verificación, todo parece en orden.
Ella rodea sus hombros en un abrazo ligero, su nariz se entierra en el cabello en su nuca, se había dado una ducha, buena señal.
Está tan feliz de poder hacer estas cosas al fin, sabe lo hambriento de contacto que está Loki.
-¿Comiste?- pregunta ella.
-Sí-
-¿Cómo te sientes?-
Hay un ligero rubor en sus mejillas, parece reticente a responder, nunca acostumbrado a la atención y al cuidado. Se había prometido no hurgar en la mente de Loki por respuestas, ambos tenían una experiencia muy desagradable en ese ámbito.
Para eso tenia sus listas.
-Loki- insiste.
-Yo… me encuentro menos agotado en los últimos días. Estoy… contento- El rubor en su rostro solo aumenta. Percibe mortificación mezclada con felicidad, a pesar de todos sus actos, le encanta la atención.
-Gracias por decírmelo-
Él gira en su silla y la mira directamente a los ojos, la luz de la lámpara en el escritorio crea sombras frías en su rostro, los ojos verdes brillan al mirarla. Toma sus mejillas y la acerca para un beso lento (y que cosa es esa, tener mejillas, labios), las manos de Mente se aprietan en sus hombros.
El beso termina tan tranquilamente como empezó. Loki le sonríe juguetonamente.
-¿Cómo estuvo tu día, preciosa?- Mente siente la curiosidad genuina en le aire, él siempre esta hambriento de sus observaciones, sus palabras.
-Pensé que nunca preguntarías, no creerás lo que la detective Beatrice y yo encontramos. El cuerpo estaba por todas partes. Los humanos son brutalmente creativos.-
Loki ríe, la sangre y la muerte del relato que sigue no lo inquietan. Ella le cuenta las reacciones a Sophia Smith, la nueva estrella del Escuadrón.
-Tus colegas son tan vánales.-
-¡Lo se, es impresionante!-
@worstloki
I am sorry for the Spanish ¯\_(ツ)_/¯
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La masajista secreta
Cap 1: “Hambre de tiburón”
La chica se dirigía a su habitación con un jarro de té en la mano cuando escucho unos ruidos raros en el pasillo contiguo, sintió curiosidad así que se dejo guiar por el sonido hasta la habitación de cierto chico pelirrojo con dientes de tiburón. Toco la puerta suavemente.
“¿Kiri?”
Al no recibir respuesta abrió un poco la puerta y observo la habitación preocupada de que tal vez había algo malo dentro, pero casi se le cae el jarro de la impresión por lo que vio. El chico estaba sentado en su cama con su estomago en curva y haciendo esos ruidos retorcidos.
“Kiri: uugh... creo que me excedí...”
“¿Kiri?”
Kirishima se sobresalto al verla en la puerta, se avergonzó de que lo viera en ese estado.
“Kiri: y-yo yo... puedo explicarlo, florecita” dijo intentando de sonar lo mas calmado posible.
Así era como la llamaba de cariño, era común que le colocaran apodos. Cerro la puerta tras de si, dejo su jarro de lado y se sentó junto a su amigo en la cama, observo varios envoltorios de comida vacíos, una cesta con celofán abierto y con panecillos dulces adentro.
“Pues... conociéndote esto debe ser incomodo y vergonzoso para ti, Sharky, ¿Qué ocurrió?”
No pudo evitar posar su vista en la pansa de Kirishima, estaba tensando su polera y no dejaba de gorgotear.
El chico hacia algunas muecas pues sentía de vez en cuando unos poco calambres como también se obligaba a tragarse los eructos sabiendo de que a su amiguita regordeta no le gustaba esas cosas, era muy educada y debía ser un caballero con ella presente.
“Kiri: *urp* mph...pues...veras rosita, emmm, sa-sabes que los senséis nos dejaron varios trabajos ¿no?”
“Si, de hecho, me hice el té para poder continuar con uno de ellos, es estresante”
“Kiri: exacto, y emmm, una tienda cerca de la UA a estado teniendo ofertas de diversas comidas para llevar y pues... sin darme cuenta eh estado acumulándolas, me llego esa canasta de panecillos de alguien anónimo y con el estrés creí que comer algo me calmaría, el problema fue que- ¡Oh Dios!”
Kirishima se sujeto el estomago al sentir un fuerte calambre, y el aire acumulado solo hacia que se hinchara y le doliera mas.
La chica estaba preocupada por su amigo que estaba pasando por un mal rato, pero no se le ocurría como ayudarlo y eso la angustiaba.
Kirishima tragaba con fuerza los últimos bocados, no le quedaba agua en la botella para ayudar, algo que la chica noto y le dio su jarro.
“ Ten, bebe un poco de té, puedo ver que quieres tragar algo”
“Kiri: gracias...mmmm... florecita” le da una sonrisita.
Kiri tomo el jarro y soplo un poco antes de beber con cuidado la bebida caliente, el té negro con azúcar lo calmo un poco, pero tras devolverlo callo en la cuenta de sentir su estomago un poco mas lleno e hinchado.
“Kiri: oohhh... siento que voy a explotar...”
Sin tener muchas ideas, la chica acerco temblorosa su mano hasta tenerlo sobre el ahora curvo abdomen de Kirishima, esto lo tomo por sorpresa.
“¿T-te duele mucho?” dijo acariciando suavemente de arriba a abajo el estomago apretado.
Esto, por alguna razón, se sintió bien para Kirishima, quien sin pensarlo mucho se curvo hacia delante dándole total acceso a su amiguita.
Tomándolo como una señal de que estaba ayudando, la chica coloco su otra mano con algo de seguridad y acaricio en circulos desde el centro del abdomen hacia los costados y de arriba a abajo buscando normalizar la digestión y mover lo que llegaba a sentir como burbujas.
“¿cómo... te sientes?” pregunto con timidez y sonrojo.
“Kiri: pues- *¡uuurp!*”
El chico coloco su puño apretado en la boca tratando de contenerse, llegando a inflar sus mejillas, pero no podía mas, debía sacar el aire acumulado, estando al limite dejo escapar un fuerte eructo que incomodo a la chica.
“Kiri: ¡¡¡BRRRRRAAAAAAAAUUUUUUUURRRRRPP!!!- *mphh!*- ¡Perdón! ¡Perdón! lo siento florecita, ese fue bueno, pero de seguro te incomodo mu-*¡uurp!*”
“Esta bien Kiri, te perdono, ¿Cómo te sientes ahora, un poco mejor?”
“Kiri: mmmm... si, tenia todo ese aire acumulado pero... oohhhh...”
Aun se escuchaban algunos gorgoteos en el estomago de Kirishima, por lo que la chica quito los envoltorios y acomodo la almohada en el cabezal de la cama.
“Ven, recuéstate, eso te ayudara a estar un poco mas cómodo y tal vez te relaje un poquito”
Con algo de dificultad por lo pesado y tenso que estaba su estomago, Kirishima se arrastro con brazos y codos hasta la cabecera de su cama donde dio un suspiro al poder descansar cómodamente su espalda.
La chica ordeno los envoltorios metiéndolos uno dentro de otros hasta tener bolitas de los mismos, miraba a su amigo y su barriga prominente que subía y bajada al ritmo de su respiración un poco agitada por la tensión, Kirishima de vez en cuando dejaba escapar algún eructo para liberarse del aire dentro de él, pero lo que realmente lo alivio fueron las pequeñas y suaves manos de su amiga, quien estaba preocupada por él.
“Iré a prepararte un agua de hiervas, creo que tenia una mezcla de manzanilla y melisa entre mis frascos de infu-” ya se iba a levantar.
“Kiri: no, espera” la detiene.
“¿eh? ¿Qué pasa, Kiri?”
“Kiri: haz-hazlo de nuevo...”
“¿qué cosa?”
A Kirishima le daba vergüenza decirlo, así que tomo una de las manos de su amiga y la coloco sobre su duro estomago para que entendiera lo que quería decir.
No pudo evitar sonrojarse al volver a tocar el abdomen tenso de Kirishima, pero, quería ayudar a su amigo, y si eso creía que le ayudaría, entonces se tragaría sus nervios y vergüenza para complacerlo. Volvió a hacer circunferencias con sus manos y a veces con la yema de sus dedos, sabia algo de masaje ya que sus primas mayores se lo pedían cuando era mas pequeña, decían que tenia una manos muy especiales, pero nunca había masajeado a un chico y menos un estomago lleno a reventar de comida, así que...
Esto lo noto Kirishima y llego a sentirse mal por su petición.
“Kiri: te veo algo incomoda, lo siento, no te sientas obligada a hacerlo si no quieres”
“N-no no, s-si esto te ayuda entonces lo haré, solo creo estar en una mala posición”
“Kiri: pues acomódate, no quiero que después por mi culpa tengas dolores de espalda”
“jeje, no todo lo malo que me pasa estando tú presente es tu culpa, Kiri”
Con cuidado se coloco en un momento encima de él para luego sentarse en su regazo.
Esto lo tomo por sorpresa al pobre chico, pero, en el fondo se sintió bien tenerla ahí, culpo a su instinto masculino al tener a una suave y tierna chica frente a él.
La chica volvió a masajear el abdomen de Kirishima, esta vez, muchísimo mas cómoda en el regazo de este, en un momento, con suavidad subió la polera de Kirishima para serle mas fácil el trabajo, vio que Kirishima no hizo nada con respecto a eso, no le molestaba. Poco a poco las burbujas de aire acumuladas en el interior de Kirishima salían y la digestión se normalizaba, todo gracias a los masajes de la chica.
“¿mejor?”
“Kiri; si...mucho...mejor...”
Al cerrar los ojos, Kirishima no los volvió a abrir y su respiración se ralentizo dando a entender que se quedo dormido ante lo relajado y exhausto que estaba con la situación de su estomago digiriendo todo lo que había comido.
La chica rio suavemente antes de bajarse del regazo de Kirishima y junto a eso de la cama para dejarlo descansar cómodo. Termino de ordenar y limpiar la habitación cuando vio los tres panecillos restantes junto a su jarro y la tarea en la que estaba trabajando Kirishima, era de historia, algo que a ella le facilitaba debido a que le gustaba la lectura y lo antiguo, miro un momento al chico que dormía plácidamente en la cama con su estomago dando uno que otro suave sonidito avisando de que estaba trabajando a todo dar, sonrió y sabia que hacer, y la verdad era que no le molestaba hacerle la tarea pero también quería que aprendiera, así que opto por hacerle una guía y un resumen para ayudarlo. Cuando paso a recoger su jarro de té se quedo mirando los panecillos, sabia que estaba mal tomar uno sin permiso como también sabia que Kirishima no se molestaría si lo hacia, sentía curiosidad por el sabor y no había comido su frutita de las 4:30 por olvidadiza.
“No se molestara si lo hago” dijo mientras quitaba el celofán de la canasta con cuidado de hacer el menor ruido posible.
Tomo sus cosas y se fue a sentar al escritorio de Kirishima a cumplir su cometido.
Cuando Kirishima despertó noto su estomago mas pequeño y blando, también que lo habían arropado, se trato de quitar el sueño de los ojos cuando noto un cabello castaño ondulado y tomado en un moño junto a él en la orilla de su cama. Su amiga dormía sentada en el suelo, con los brazos y cabeza sobre la cama, así que no se fue a su habitación, se había quedado con él viendo por su bienestar, no pudo evitar sonreír ante un acto así de adorable, y no quería despertarla, pero el reloj mostraba que era la hora de cenar, y se vería sospechoso si faltaban a comer. Así que con suavidad le toco la cabeza.
“Kiri: Hey florecita, despierta bonita”
La chica poco a poco fue despertando, le dolía un poco el cuerpo debido a la posición.
“Kiri: holaa” le sonrió mostrando sus dientes de tiburón.
“Hola Sharky...” se frota los ojos. “¿Dormiste bien? ¿Cómo te sientes del estomago?”
“Kiri: mejor, aún tengo comida que digerir pero ya no duele mucho”
“Me alegro de oír eso”
“Kiri: oye, ya es hora de cenar”
“¿No dijiste hace un momento que aún tenias comida dentro?”
“Kiri: si si, pero si no vamos seria un poco sospechoso”
“¿Crees poder ocultar esa barriguita que te queda?”
“Kiri: jejeje usare la técnica que usas con tu jersey”
“¿eh? ¿técnica?”
“Kiri: usare un polerón, eso disimulara lo que me queda”
Le costo un poco erguirse, casi se cae del mareo por haberse levantado tan rápido y con la comida aún digiriéndose en su estomago.
“¡Cuidado!”
“Kiri: lo siento” se rascaba la nuca nervioso
Fue por un polerón naranja sin mangas que tenia en su armario, a la pasada vio que la canasta solo le quedaba un panecillo, Kirishima recordó haber dejado 3 ya que no pudo comer mas, pero al ver el jarro y las poco miguitas en su escritorio ya entendió quien fue el ladroncillo, y sinceramente no le molestaba en absoluto, eran amigo y mejor que los hubiera disfrutado a desperdiciar su frescura.
“Kiri: ¿y? ¿se me nota?”
“A ver... nop, no se te nota, por cierto, lindo tono de naranja, combina bien contigo”
“Kiri: jajaja gracias, bueno, ¿vamos?”
La chica tomo su jarro antes de abandonar la habitación junto a Kirishima, eso si, procuraron que nadie los viera salir juntos, seria un poco incomodo a pesar de que tenían la escusa perfecta de que la chica le estaba ayudando con una de las tareas. Al bajar al comedor se reunieron con sus amigos, la chica fue a la cocina a prepararse algo de comer y Kirishima la siguió en silencio solo por curiosidad, la chica tenia talento para la cocina, hacia ver todo tan fácil y los platos que hacia eran tan deliciosos como con una vista apetitosa, el olor de verduras y carne molida lleno la boca de Kirishima con saliva, de no ser por estrepitosa aparición de Mina seguro habría babeado por las ansias de probarlo.
“Hola Mina, ¿necesitas algo?”
“Mina: solo vine a ver que cocinabas esta vez, el olor llego al comedor y me dio curiosidad”
“ya veo, es solo un poco de salteado con especias, ¿quieres probarlo?”
“Mina: ¿en serio?” sonaba emocionada.
“Claro Pinky, ten”
Le dio una cucharita del salteado, lo acerco a sus labios y Mina solo acepto con entusiasmo la invitación.
“Mina: ¡mmmmmmm!... ¡delicioso!”
“Lo voy a hacer sándwich, si quieres te doy”
“Mina: no, gracias algodoncito, ya comí, pero esta delicioso, aún espero el día en que hagas una competencia culinaria con Sato”
“jajajajaja probablemente nunca, mas me gustaría hacer un pastel con él, los biscochos le quedan perfectos”
“Mina: ouuuuuuuu nunca digas nunca, ya verás algodoncito” fue lo ultimo que dijo antes de darle un abrazo de despedida y salir de la cocina.
Solo entonces la chica noto a Kirishima en la entrada, le hizo un ademan para que entrara, Kirishima obedientemente se coloco a su lado para mirar, sabia algo de cocina pero no podía compararse con su amiga.
“¿quieres... probar?, claro, si es que no te hace daño” dijo dándole una mirada a donde debía estar la curvatura de su estomago.
Kirishima lo pensó un momento, solo era probar, no haría ningún daño, así que solo se acerco mas para poder tomar la cuchara pero la chica no lo dejo, ella se lo ofreció de la misma forma que a Mina, esto le era vergonzoso debido a que por lo general lo hacían los novios, así que miro alrededor antes de comer de la cuchara. El sabor era mejor de lo que olía, la carne era jugosa y las verduras estaban sabrosas pero tiernas.
“Kiri: ¿crees poder darme ese sándwich que le ofreciste a Mina?, así no sospechan”
“ Por supuesto Kiri, sabes que me gusta ayudar “
“Kiri: y vaya que si...” dijo el chico mientras se agarraba el abdomen aún curvo y miraba las manos gorditas de su amiga.
Paso un tiempo, cerca de dos semanas cuando sus amigos comenzaron a notar como Kirishima y el peluchito de la clase se hacían algunas señas antes de volver a desaparecer por un lapso de tiempo.
“Mina: ¿Qué creen que estén haciendo esos dos?”
“Denki: ¿estarán saliendo en secreto?”
“Ura: no lo creo, ambos son muy honesto, nos lo dirían”
“Sero: entonces, ¿Qué será?”
“Deku: tal vez no están haciendo mas que estudiar, recuerden que a ella le gusta ayudar en todo lo que pueda y no es mala alumna”
“Mina: si, puede ser Deku”
“Ura: esa es una buena conclusión, tal vez solo sea eso y nos estamos preocupando por nada”
Bakugou no dijo nada, solo se dedico a escuchar, también había notado este comportamiento antes que los demás, pero no creía que fuera algo interesante de lo que deba estar enterado.
Mientras, una parejita se encontraba escondida en uno de los almacenes de la academia.
Tras esa experiencia de hace dos semanas, Kirishima se sintió atraído por sentir su estomago lleno, pesado y tenso, para así ser frotado por esas suaves manitas, pero la chica no estaba del todo convencida aún, le preocupaba que se llegara a enfermar o que los descubrieran, pues sabia en lo que esto se estaba convirtiendo, en feederism.
“Kiri: mmmm... cocinas tan bien, rosita”
“Gracias. Kiri...”
“Kiri: ¿uh?, ¿Qué pasa?, ¿por que esa cara?”
“mmmmm...” le daba vergüenza decirlo, por lo que primero le dio un bocado de carne dorada y crujiente que tanto le gustaba. “Kiri, eh estado pensando y creo que esto se esta convirtiendo en un secreto mas delicado de lo que crees”
“Kiri: ¿por que lo dices?...” menciono el chico mientras masticaba y con la mano tapándole la boca para no ser maleducado.
“Kiri, esto se esta convirtiendo en... feederism”
“Kiri: ¿uh?, ¿Qué es eso?”
“ Es... una especie de fetiche por ver a personas comer, llenarse, ganar peso, esas cosas”. Tras una pausa, lo miro a los ojos. “Kiri, querido, si te vas a meter en esto, yo no tengo problema en guardarlo en secreto y serte de ayuda cada vez que me necesites, siempre y cuando te cuides, obviamente”
Kirishima estaba rojo tras escuchar eso, nunca imagino que pudiera existir algo así, el que te atraiga ver comer sin parar a alguien y ver su estomago hinchado, el mundo es pequeño pero muy variado. Miro la comida a un costado y miro su abdomen, tenia una curvatura pero aún se notaban sus abdominales, no estaba cerca de lo grande que estaba la primera vez que lo hizo por estrés, quería llegar mas lejos, y contar con el apoyo de su amiga junto a sus manitas solo avivo mas sus deseos de probar sus limites.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el suave toque de la chica en su vientre para quitar el posible aire acumulado antes de empezar a abotonar su camisa, dándole a entender que el tiempo se les acababa, en un momento noto como la chica miro un momento la curvatura de su abdomen antes de cubrirlo con la camisa abotonada.
“Kiri: ¿te gusta?... sabes que este no es mi limite, aún estoy algo hambriento, florecita...” No entendía bien porque, pero le gustaba tener la atención de esa chica latina tan amable y cariñosa.
La chica no pudo evitar sonrojarse del bochornoso comentario, logrando que Kirishima se riera sin malicia mostrando sus dientes y aventurarse en darle palmaditas en la cabeza, había escuchado que eso la relajaba, como cuando se lo haces a tu mascota.
Esto la sorprendió, pues nadie mas que su madre y abuela lo habían hecho, junto a quizás algún ex-compañero como una burla inocente, el toque suave y lo grande que era la mano de Kirishima la relajo lo suficiente hasta cerrar los ojos y casi se veía que se inclinaba para quedarse dormida.
Kirishima la soltó solo por un arrebato de aire acumulado que subía a su garganta, esto la chica lo logro notar y le dio unos suaves golpecitos en el pecho logrando que soltara un eructo no muy exagerado.
“Kiri: ¡BRUUUUUUOOORP!... guh... gracias...” dijo recuperando algo de aliento aliviado.
“De nada Kiri, por cierto, ¿hoy habrá entrenamiento?”
“Kiri: creo que no, y espero que sea así, porque no voy a poder ocultar mi estomago en mi traje de héroe”
“jajaja no, claro que no” menciono la chica mientras guardaba la comida sobrante, aunque no se resistió a robar un ultimo pedazo antes de cerrar.
Ambos se levantaron y buscaron algún desperfecto en su ropa que los delatara que estuvieron en un lugar polvoriento, en eso que la chica le limpiaba por detrás a Kirishima vio como en la espalda a la altura de la cintura era un poco apretada la camisa, era poco y solo se notaba de cerca, a menos que Kirishima llegue a comer algo que no deba y entonces ahí, si se notará.
“Kiri, recuerda, nada de comer cosas que te hinchen”
“Kiri: si si, lo sé, tranquila rosita, todo estará bien” dijo con una sonrisa.
La chica suspiro sonriendo con paciencia, Kirishima siempre le sacaba una sonrisa, después de Denki. Salieron con cuidado del almacén y la chica se dirigió corriendo a los dormitorios a dejar la comida sobrante en lo que Kirishima se dirigía a clases, a veces su estomago gorgoteaba pero no era tan notorio, lo que si lo era, era su expresión de insatisfacción por no haber podido comer toda esa comida deliciosa y que le frotaran la pansa llena de esta. Estaba tan metido en su mente que no se dio cuenta que sus amigos iban a su encuentro hasta que los tuvo encima.
“Se: ¡hey Kirishima!”
“Kiri: ho-hola chicos”
“Mina: ¿Qué estabas haciendo?, te perdiste el almuerzo”
“Kiri: rosita me estaba ayudando con una tarea, nada mas”
“Mina: ya veo, por cierto, como te saltaste el almuerzo, decidimos traerte uno”
“De: ten, te gustará este sabor”
Denki y Mina le dieron un pan completo de carne y una lata de bebida, no sabia que decidir, si se negaba seria sospechoso, y si lo aceptaba tal vez se notaria su curva.
“Kiri:(bah, ¿Qué mas da?, puedo manejarlo, rosita no se enojara conmigo por esto) gracias chicos, que amables.”
Decidió que casi no tocaría la bebida, el gas era su peor enemigo en este momento, pero, ¡Dios! que estaba delicioso el pan, y noto en la envoltura que era uno de los grandes, la carne estaba bien y el pan crujiente por fuera pero suave por dentro lo emociono, esto hizo que necesitara mas de la bebida, así, para cuando llegaron a la sala ya se había terminado todo, se sentó un poco curvado disimulando leer un libro de texto, rogando que no se arrepienta de sus decisiones.
En un momento que no supo cuando, Midoriya se le acerco con una mirada afable.
“Deku: Kirishima-kun, ¿te sientes bien?, te veo algo incomodo y en una posición no apta para tu espalda”
Midoriya, al igual que rosita, siempre preocupándose por los demás.
“Kiri: estoy bien Midoriya, solo algo agotado de tantas tareas, por suerte eh tenido algo de ayuda”
“Deku: ¡oh! es por eso que has estado pasando mucho tiempo con Sunshine, ¿verdad?”
“Kiri: ¡ah!... s-si, así es”
En un momento sintió un calambre parecido a un puntapié en su costado, sentía como su camisa comenzaba a tensarse lentamente, así como sabia que no tardaría en molestarle el cinturón ajustado a su cintura sin ser apretado, pero solo seria cuestión de tiempo para que eso cambiase.
“Kiri: (esa bebida...)”
Pensó con rabia como ahora el gas comenzaba a hacer efecto en sus adentros, solo quería salir pero si se levantaba se notaria y la clase pronto comenzara.
“Deku: ¿todo bien?”
“Kiri: si si, solo un calambre” trato de sonar lo mas calmado posible. “ emmmm, con que sensey nos toca?, ( con All Might con All Might con All Might)”
“Deku: con Aysawa-sensey”
“Kiri:(¡noooooooo!) ¡o-oh! gracias por recordármelo”
“Aysa: atención clase, todos a sus lugares.”
La chica se sentaba en una posición completamente central, tenia acceso a casi todos sus compañeros sin necesidad de moverse mucho. Cuando cruzo mirada con Kirishima, noto que se había metido en un lio, miro su abdomen y vio con estupor como tenso la camisa de a poco y seguía, le dio una mirada severa antes de que, con sutileza, sacara su celular y le escribiera.
“[¡¿qué hiciste?! ¿Qué te dije al salir del almacén?]”
“[Kiri: perdón rosita, los chicos me trajeron un almuerzo y no pude negarme]”
“[ Ay ay ay ay Kiri]”
La chica observo a Kirishima un momento antes de volver a escribir.
“[Kiri, ¿Qué tal si usas tu quirk?, ¿durara hasta el final de la clase?]”
“[Kiri: no lo creo rosita, durara un tiempo pero no toda la clase]”
“[ entonces tendré que idear alguna escusa para que me lleves a la enfermería o algo]”
“[Kiri: ¿por qué la enfermería?]”
“[ ¡Kirishima piénsalo!, si me lastimo con algo, usas tu quirk, te levantas y te ofreces a acompañarme a la enfermería, simple.]”
“[Kiri: esta bien esta bien, es una buena idea, creo que funcionara de maravilla, solo no te lastimes mucho]”
“[ si, Sharky, ahora pensare y buscare el momento adecuado, aguanta]”
Fue lo ultimo que escribió antes de que ambos guardaran sus celulares a tiempo, miro a Kirishima quien asintió dando un voto de confianza.
Kirishima solo tenia que concentrarse en otra cosa que no sea su estomago hinchado y el tiempo, pero los calambres, las burbujas de gas que ocasionaban gorgoteos en su intestino y como vergonzosamente se estiraba su camisa no ayudaban en nada, eso junto a que el tiempo parecía ir al paso de un gusano, todo le incitaba a impacientarse y de vez en cuando tensar los hombros cuando un fuerte calambre le atacaba. Tenia ansias de eructar y sacar el aire, pero se contuvo, sabia que si lo hacia, no se detendría y crearía un bochornoso alboroto, solo miraba a su amiga de vez en cuando, notando como miraba la pizarra moviendo las piernas y jugando con un mechoncito de su cabello castaño, también estaba nerviosa.
La chica no dejaba de mirar el reloj, también sentía que el tiempo se había ralentizado, pero pensó en Kirishima, él debía de estarlo percibiendo peor por el dolor y la ansiedad, estaban tan ensimismados que Aysawa decidió intervenir en el peor momento.
Aysawa sensey pidió a Kirishima que pasara a la pizarra a resolver un ejercicio.
Ambos se congelaron, por un momento a la chica se le fue la sangre de sus mejillitas rosadas y Kirishima sudaba, la chica miro a Kirishima a los ojos y asintió, hizo un sutil movimiento indicando que aguantara el aire.
Kirishima al entender aguanto el aire para hacer su barriga menos notoria y activo su quirk en el abdomen, se levanto un poco mas lento de lo habitual, pero camino lo mas normal posible a la pizarra, con el pulso y los nervios a flor de piel no noto un movimiento de la chica, luego un ruido y casi cayéndose de cara al suelo.
TRACKRR
“¡Ay!”
“Mina: ¡¿estas bien?!”
“ayyyy... eso creo...”
Kirishima se quedo unos segundos estático para luego ir todo preocupado a por su amiga, quien se sobaba el pie y tobillo.
“Kiri: ¡pe-pe-perdón rosita!”
“tranquilo estaré- ¡au!”
“Ayza: ¿Qué tienes?”
“me duele el tobillo y el pie, lo tenia atrapado entre la pata de la silla y la mesa cuando paso Kirishima...”
“Ayza: ve a la enfermería y que te revisen”
“Ura: yo la acompaño”
“Kiri” le susurra
“Kiri: a-ammm no no no, yo la llevo, fue mi culpa por no estar atento, me hare responsable Ayzawa- sensei”
“Ayza: de acuerdo, pero no tarden, porque tendrán que cumplir la tarea igual”
“s-si, profesor Ayzawa” pocas veces hablaba en español, principalmente cuando tenia una emoción muy fuerte
“Kiri: ven, levántate apoyada en mi”
Kirishima casi alzo a la chica de la silla acercándola a él para ayudarla con mas seguridad a caminar hasta la puerta, con un pie en el pasillo Kirishima sintió ganas de eructar muy fuerte, inflo sus mejillas junto con mostrar una expresión de incomodidad.
“sigamos la ruta hasta que nadie nos vea...”
Kirishima solo podía asentir, sentía que si abría la boca dejaría escapar todo de golpe.
Al por fin llegar a su escondite, Kirishima se apoyo de espalda a la pared ahogando sus eructos.
“ bien Kiri, creo que ya no hay nadie, puedes soltarte”
“Kiri: e-es que- ¡BRUUUUAAARRP!- mph...”
“¿tan hinchado estas?”
“Kiri: creo que...*hip* muy pronto lo comprobaremos rosita...”
Kirishima desactivo su quirk haciendo que se tensara un poco su camisa, pero cuando se relajo soltando el aire, una prominente barriga salió de su abdomen, usualmente cóncavo, estirando aun mas su camisa. Sintió punzadas de dolor por los costados que hicieron que se agarrara su estomago.
“Kiri: ugh... ohhhhh mierda... esa bebida debía estar nueva... UUURRP”
“ ¿una bebida? ¡Kirishima!-”
La chica le iba a reprochar pero un fuerte gorgoteo junto a un corto gemido de dolor la detuvo, suspiro antes de guiar a su amigo para que se sentara y desabrocho su camisa liberando su hinchado estomago, lo empezó a frotar desde los costados desasiendo algunos nudos, tanto musculares como bolsas de aire.
Kirishima apoyo la cabeza en la pared, la sensación de esas suaves, blandas y cálidas manitas era consoladora, de vez en cuando la miraba en lo concentrada que estaba en su labor. Su estomago estaba mas lleno de aire que de comida, esa bebida junto al pan caliente, comerlos caminando, aguantar el aire y presionando solo hicieron que se creara aun mas gas y se inflara.
“Kiri: ¡UUUUURRRRRPH! mph... ro-rosita...*hip* perdón”
“¿por qué? ¿por esta tontearía de la bebida?”
“Kiri: eso y porque... ¡UUUURRRRP! y-ya no...n-no-”
¡¡¡BRRRRRRRRUUUUUUUUUUEEEEEEEEERRRRRRRRRRRPP!!!
Soltó un fuerte eructo que tomo por sorpresa a la chica quien soltó un corto chillido, llego a durar aproximadamente 5 segundos.
“Kiri: ufff...eso esta mejor...perdóname rosita, no quise...¿uh?“
La chica solo se aguantaba de la risa como una niña pequeña, esa respuesta no se la esperaba.
“jajajaja buena esa pfff hm hm hm hm hm hm”
“Kiri: ammm... gracias, supongo, pero... ¿no te molesta?”
“después de escucharte mas seguido así como las competencias que hacen entre ustedes me eh terminado acostumbrando, ¡claro!, nunca lo permitiría en publico o algo así, pero estando en confianza no le veo problema, adelanté, además, te hará bien sacar todo ese aire acumulado”
“Kiri: esta bien, en ese caso, sigue frotando, por favor...”
“como quieras, Kiri”
La chica se acomodo frente a él casi pegándose y continuo masajeando de arriba a abajo en movimientos circulares por los costados.
Kirishima se relajo al punto de soltar sus brazos y dejarlos descansar en el piso, miraba a la chica y sus manitas trabajar, al estar muy cerca de él sintió lo cálida que era al estar en contacto con su piel, además, su jersey era suave, como algodón. De un momento a otro, sintió como una oleada de gas subía hasta su pecho queriendo llegar a su boca.
“Kiri: *¡urp!* mphh...¿lista?”
“adelante, querido” dijo mientras de tapaba un oído y presiono un poco su tenso y duro estomago.
“Kiri: ¡mmmm!”
Kirishima golpeo su pecho para aclararse antes de soltarlo.
¡¡BBBRRRRRRRRUUUUUUUUUUEEEEEEEEEEEEEAAAAAAAAARRRRRRPPHH!!
El eructo fue menos estruendoso pero mucho mas largo, llego a durar 6,5 segundos, dejándolo casi sin aliento, pero con su barriga mas pequeña y desocupada pudo lograr recuperar el aire mas fácilmente sin tanto dolor.
“ufff... ¿mejor?”
“Kiri: si... *¡uuurrrp!*... ah... mucho mejor... cielos, eso fue tan varonil, ¿no lo crees, florecita?” le guiña el ojo.
“¿uh? ajajajajajaja tú siempre con la virilidad, Kirishima”
La chica empezó a abotonar nuevamente la camisa de Kirishima pero esta vez fue interrumpida al ser tomada con suavidad por las pequeñas muñecas.
“¿Kiri?”
“Kiri: ¿sabes?, aún siento un poco de dolor y aún tenemos la escusa de que estas en la enfermería, así que...”
“ohh Kiri... veo que te esta gustando esto”
“Kiri: ¿a ti no?, eh visto como observas mi estomago cada vez que caigo en la gula, no lo niegues”
“mmmm...”
La chica volvió a acariciar y masajear el abdomen de Kirishima quien ahora solo tenia una curva menor, pero firme como una roca por toda la comida, continuo hasta que se normalizo la digestión por completo y Kirishima dejo de tener pequeños eructos recurrentes. Luego de eso lo ordeno dejándolo presentable. Pero al intentar pararse no pudo afirmar el pie y casi se cae de espalda, de no ser por Kirishima se abría golpeado peor.
“Kiri: ¿te duele el pie?”
“s-si, creo que de verdad tendré que ir a la enfermería”
“Kiri: ven aquí” dijo colocando sus brazos alrededor de su espalda y debajo de sus rodillas, para luego alzarla dejando su rostro en su hombro.
“¡Kirishima! no me gusta que me alcen, peso”
“Kiri: serás gordita pero no pesas mucho, no para estos músculos” dijo orgulloso por sus brazos y cuerpo tonificado.
“ deja de alardear y déjame en el suelo para irnos”
“Kiri: no te bajare, no puedes caminar bien y no seria varonil de mi parte dejar a una florecita lastimada yendo por su cuenta” dijo caminando a la puerta.
“¡wow!”
“Kiri: considéralo como una parte de tu recompensa por todo lo que hiciste hoy, me salvaste el pellejo a costa de tu pie para luego darme un buen masaje en mi panza, ¿Cómo no te daría algo a cambio?”
“sabes que yo hago las cosas sin esperar nada a cambio, que estés bien es mas que suficiente para mi”
“Kiri: oowww cosita, a veces eres tan buena que eres un peligro incluso para ti misma”
“¿eh?”
“Kiri: tal vez después lo entiendas, pero dudo que te detengas, es parte de ti, florecita”
La chica no pudo evitar sonrojarse ante esas dulces palabras aunque un poco dispersas, era Kirishima después de todo.
Paso un tiempo desde eso, decidieron no volver a hacerlo mientras hubieran clases y el tiempo fuera limitado, pensaban que después de clases seria lo mejor y Kirishima acepto la regla de hacerle caso y cuidar lo que comiera en frente de los demás, la única vez que podía hacer indulgencia era frente a la chica, por otro lado ella fue practicando y viendo como hacerle las cosas mas fáciles a su amigo, pero seguía la llama de la curiosidad por esa “recompensa”.
¿Qué querrá hacer?... pensó la chica mientras descansaba de un trabajo.
No a querido preguntarle para no parecer una chica interesada en las recompensas, se mantendría firme en su idea de hacer el bien sin esperar nada a cambio mas que el bienestar, pero la curiosidad la mataba y eso le molestaba.
“¡Aysh! ¡¿por qué le sigo dando vueltas al tema?!, solo tengo que olvidarlo y ya.”
Tock Tock
“¿eh?, ¿Quién será?” se levanta y abre la puerta, “¿si?”
“Kiri: ¡hola rosita!”
“¡oh! ¡Kiri!, hola, ¿Qué necesitas?”
“Kiri: quiero que te pongas ropa cómoda y vengas conmigo”
“¿ehh? ¿a donde?”
“Kiri: es sorpresa” dijo sonriendo.
“¿es acaso la 2° parte de mi ´recompensa´?”
“Kiri: sip, nos divertiremos a nuestra manera, ve y colócate algo abrigado, hace frio”
“espero no nos pille nadie” vuelve a entrar ”pasa y espérame aquí”
“Kiri: esta bien, como gustes” pasa y observa. “siempre me a parecido muy linda tu habitación, simple y femenina, aunque, no sé de donde sacas todas esas infusiones y hiervas” dijo mirando una estantería de madera con puerta de vidrio donde estaban los frascos
“las compro o las cultivo yo misma” busca en su cajonera y armario ”las mías están en el balcón y creo que las voy a entrar para que no se quemen con la helada”
“Kiri: ¡ah! yo lo hago, ¿dices que están en el balcón?”
“si, en macetas, colócalas encima de ese plástico, así no ensucian”
“Kiri: como ordenes”
Kiri al abrir la ventana noto una brisa muy fría que le dio escalofríos, la habitación de la chica era bastante acogedora, entro macetas largas y otras que se colgaban con distintas plantas, pero al terminar no vio a la chica.
“Kiri: ¿rosita?”
“aquí.” sale del baño con calzas negras, botas altas y un polerón rosado pastel “¿qué tal así?”
“Kiri: t-te ves linda, florecita”
“ Gracias Kiri, ¿nos vamos?”
“Kiri: las damas primero” le abre la puerta
“ ayyy gracias caballerito” bromea
“Kiri: jajaja no te burles” apaga la luz y cierra.
Kirishima llevo a la chica a una parte alta de la ciudad, una calle de restaurantes, como la chica aún se le dificultaba un poco leer las pancartas y letreros de promoción no podía saber del todo que clase de restaurantes eran, además de su temática de comida obviamente.
“Kiri: es aquí.” dijo entusiasta guardando un papel.
El restaurante tenia una apariencia acogedora pero un poco privada, el letrero decía comedor abierto y descuento, entonces la chica parecía entender a donde iba todo esto.
“ Kiri, ¿seguro?, y ¿si alguien nos pilla?”
“Kiri: tranquila, lo tengo todo bajo control, este no es solo un restaurante con descuento por ser viernes”
“¿eh?”
“Kiri: si no que también” se acerca hasta su oído “ tiene salas privadas para nuestro... jueguito” la mira a los ojos “este local esta hecho para las personas con este tipo de gustos, en Japón hay de todo”
“así como los precios, ¿crees que podremos?”
“Kiri: jeje cálmate, rosita latina, te digo que todo esta bien, solo hay que disfrutar”
“esta bien, confió en ti”
“Kiri: eso era lo que quería oír” sonríe y le toma la mano para entrar.” ahora ven, ¡entremos!”
“¡wow! ¡Kiri!” la jala un poco
La recepción estaba algo bacía pero se escuchaban voces al otro lado de las puertas, parecía un poco como un cálido hotel que un restaurante. Kirishima pago una habitación y le entregaron la llave de la habitación 18, las reglas eran simples, dentro de cada habitación había una comida de entrada y luego les llevarían el buffet, si querían mas solo debían oprimir el botón y les llevarían otro buffet, si llegaban a pasar una marca oculta de buffets entonces el descuento seria mayor. Esto entusiasmó mas a Kirishima, despertó sus ganas de ganar un reto, como no sabían cuanto era la marca eso lo hacia mas emocionante.
“ emm ¿qué hay de la privacidad?”
La privacidad así como el discretísimo era una de las cosas que los caracterizaba, algo que agradecían los novatos, en el suelo habían franjas guía para los meceros quienes estaban con los ojos tapados de frente y solo podían mirar al suelo para guiarse, les recomendaron no obstaculizar las líneas para no producir accidentes.
“gra-gracias”
-” disfruten” dijo la recepcionista y oprimió un botón para hablar a un micrófono, “ la habitación 18 esta en curso, lleven un buffet a una pareja de jóvenes, por favor”
“Kiri: ven, rosita, vallamos a ver que hay” le toma la mano
“esta bien, eres mi amigo y confió en que nos la pasaremos bien”
-”¡oh! ¿son amigos?, yo pensé que eran pareja, es que se ven lindos juntos”
Ambos se sonrojaron a mas no poder, lo que ocasiono una suave risita de ternura de la recepcionista de turno.
-” perdonen, no quería ponerlos incomodos, disfruten el festín y diviértanse, si necesitan ayuda o asistencia, al lado del botón rojo para pedir el buffet hay uno verde con micrófono, estaré en linea”
“Kiri: gra-gracias señorita, vamos rosita”
“s-si” asiente.
Ambos fueron por el pasillo que en las placas decía del 11 al 20, notaron que las puertas eran mitad de vidrio y mitad de madera, y por el marco parecía ser unas habitaciones semi-insonorizadas, semi ya que al pasar por la habitación 15 escucharon lo que parecía ser un fuerte eructo pero algo apagado.
La habitación 18 tenia una mesa redonda con sillón acolchado a su alrededor y suaves luces, cerca había una mesa con distintas bebidas y tragos para adultos, la chica se acerco para revisar y oler.
“Kiri: rosita, deja eso, es para adultos”
“¿te puedo confesar algo?” dijo con una botella de wiski en la mano.
“Kiri: ¿qué cosa, florecita?”
“ya e probado el alcohol, y es una experiencia que nunca olvidare”
“Kiri: ¡¿qué?!”
Kirishima estaba impactado, una chica santa que ya a probado el alcohol no es algo común.
“lo probé hace unos años, como a los 12, fue en año nuevo y me dejaron probar la champaña mientras veíamos los fuegos artificiales, luego de eso solo bebía para ocasiones especiales, siempre en compañía de familia y gente de confianza y nada exagerado, hasta me enseñaron a hacer algunos tragos y dejarme a cargo del bar de mi tío en su fiesta de cumpleaños”
“Kiri: wow... oh wow jeje...emmmm eso...no me lo esperaba”
“jajajajaja seguro que no, soy una santa pero también una adolescente” deja la botella
“Kiri: yyyyy ¿Cómo es?” se acerca
“¿el qué? ¿el alcohol?”
Kirishima asintió y miro el bar un momento junto a toda la variedad de botellas de vidrio y vasos junto a las copas.
“pues... la primera vez que lo probé me tomo por sorpresa, se me calentó la garganta y sentí un ligero picor después de beberlo, luego algo de calor pero me sentí bien de tener esa experiencia, me sentía un poco mas adolescente que niña” la chica mira las copas de champaña, mira a Kirishima quien observaba todo.
“Kiri: ya veo, si, dicen que la primera experiencia es un poco fuerte el sabor”
“¿quieres...que te prepare un combinado?”
“Kiri: ¡¿eh?! ¡¿beber?! no, gracias”
“ tranquilo, un combinado es una mezcla chilena de licor con bebida, es común entre los jóvenes y es seguro, pues uno elige que tan suave o fuerte lo quiere”
“Kiri: aún así, no, y no es que no confié en ti, es solo que no sé si estoy preparado para probarlo”
“muy bien, me parece bien, esa actitud es la de un hombre, saber sus limites y respetarlos” se prepara uno
“Kiri: pues... tampoco hemos estado respetando muchos limites últimamente ¿o si?” se acerca a su hombro
“ ¡eeeek!” la chica se exalto al sentir su respiración en su cuello “m-m-m-mejor vallamos a ver que hay en la mesa antes de que llegue el buffet”
Kirishima sonrió un poco triunfante y fueron a sentarse. En la mesa había un plato con sándwiches, frutas en rodajas, pequeñas brochetas de carne y algunas masas fritas, Kirishima no dudo en ir a por las brochetas de distintas carnes, las disfruto pero también dejo que su amiga probara, la chica probo de todo un poco y por ahora se quedaba con la carne y los sándwiches, en un momento llamaron a la puerta, vieron por la parte de vidrio unos pantalones negros, suelas negras y lo que parecía un carrito de metal.
Entro una especie de mesero, dio una reverencia y dejo el carrito al lado de la mesa antes de tomar los platos vacíos y salir con otra reverencia. En el carrito había mucha variedad de comida y en grandes cantidades, arroz para acompañar, carne cocida laminada, ramen, verduras al vapor, parrillada, sushi y dos helados.
“Kiri: wow, es mucho”
“¿crees poder con ello? incluso si te ayudara claro”
“Kiri: ¡naah estaré bien!, ¡esto es lo que llamo una comida varonil!” miro la comida con entusiasmo.
“jajaja esta bien, ¿con que quieres empezar?”
“Kiri: elige tú primero”
“mmmmmm... ¿Qué tal el ramen? el caldo hay que comerlo caliente”
“Kiri: ¡buena idea!” toma el primer plato y lo pasa antes de tomar el suyo
Los platos eran de tamaño normal, pero habían 8 en total, así que había bastante por delante, los primeros platos no fueron un problema, Kirishima se comió los 6 y dejo 2 para la chica, quien tenia frio, luego, sirviéndole una porción de arroz, su amiga le sirvió a Kirishima la carne laminada y verduras al vapor, a penas si se notaba una diferencia en el abdomen del joven héroe, quien comió con mucho gusto el plato que le sirvieron.
La chica se dedicaba mas a observar y servir que a comer sus porciones, pero eso no decía que no comía ningún bocado, todo era delicioso.
Cuando Kirishima se termino la mitad del arroz y la carne junto a las verduras, se pudo notar una curvatura debajo de su polera y su polerón con mangas hasta los codos, tenia un suave gorgoteo.
“ten, debes tener sed” dijo dándole un baso de bebida
“Kiri: gracias, aunque es mas calor que sed” tomo el baso y comenzó a beberlo sin detenerse.
Las bocanadas del fluido azucarado pasaban por su garganta-GLUP GLUP GLUP GLUGH GLUH GLUP- y se escucho al final como un pequeño chapoteo, su estomago se hincho otro poco por el gas, dejo el baso en la mesa y flexiono su pecho para quitar todo el aire, no quería gas en su estomago, solo comida deliciosa.
¡¡BRRRRREEEEEEEEEEEEEEAAAAAAAARRR!!
“Kiri: guh!...” soltó un suspiro y miro el plato recién servido frente a él
“conociéndote, no te vas a detener hasta traspasar tus limites y lograr ese mini-reto del local”
“Kiri: me conoces muy bien, rosita” le guiña un ojo y toma el plato para devorarlo.
“supongo, ya que no conozco mucho de tu pasado, solo como eres y como podrías reaccionar, nada mas”
“Kiri: *eso es porque...*” hablo con la boca con comida. ” *¡Glup!* ah... nadie me ah preguntado, solo Mina me conoce desde antes de llegar a la academia”
“ya veo, por eso tienes tanta soltura con ella”
“Kiri: si, la admiro” comento mientras llenada su servicio con comída y se lo llevo a la boca.
Miro un momento a Kirishima sin realmente mirarlo, pensaba de una forma un poco comparadora sus relaciones en la UA y como casi, o mejor dicho, NADIE, se a preocupado de conocerla mas a fondo, pero ella se empeñada en conocerlos y ayudarlos en todo lo que podía, esta aclaración le dio un puntapié en la boca del estomago, miro su plato y se llevo algunos bocados a la boca. Miro el estomago de Kirishima que estaba poco a poco haciendo acto de presencia bajo esa polera y polerón semi-grueso. Chasqueo sutilmente los labios y se sentó a su lado completamente confiada.
Kirishima la miro pero no se molesto en parar a preguntar porque repentinamente quería estar pegada a él cuando todavía no necesitaba ningún incentivo. Termino el ultimo plato y se reclino en el sillón acolchado de color morado para descansar un momento y soltar el aire. Flexiono otra vez los músculos de sus pectorales pero sintió un toque en su barriga, la chica comenzó a acariciar sin previo aviso y acomodo el aire acumulado para luego apretar en el centro mas apretado.
¡¡¡BRRRRUUUUUUUUUUUUUUEEEEEEEEEEERRRRRRRRPH!!!
“Kiri: ¡mphh!... Dios que bueno fue ese”
“si, dejo el aire pasado a carne y verduras” dijo abanicando un poco en burla.
“Kiri: oh vamos, ¡no es tan malo! ¡es el aliento de un hombre!”
La chica soltó una risita un poco torpe y se levanto para revisar lo que tenían en el carrito; aún había arroz y quedaba la parrillada junto a los sushis y las dos copas de helado. Tomo una porción de arroz y parrillada caliente y se lo puso en frente al pelirrojo, a quien pillo mirándola de reojo cuando se sirvió una pequeña porción de parrillada y unos sushis en su plato.
“¿qué pasa? ¿por qué me miras de reojo?” se sienta a su lado
“Kiri: *¿ehh?* Glup... ¿q-que dices yo no te mire de reojo?”
“ Kiri.”
“Kiri: ¡e-e-e-es cierto!- ¡mmmmm!”
La chica denotando en su mirada que no le creía le dio una cucharada llena de parrillada a Kirishima haciendo que inflara las mejillitas. Kirishima estaba algo aturdido por lo repentino que fue pero pudo masticarlo todo y tragarlo, un bulto prominente bajo por su garganta y se desapareció tras su clavícula.
“Kiri: ¡guhh!... ¿a qué vino eso?” la miro inquisitivamente y un toque tal vez serio.
“no te creo, pero no me molesta siempre y cuando no sea para hacerme una broma, ahora, abre.” ordeno con suavidad mientras llenaba su servicio con la comida servida en el plato de Kirishima.
“Kiri: n-n-no es necesario, florecita” estaba notablemente nervioso. “pu-pu-puedo hacerlo yo mismo”
“insisto, además, tampoco es como si te fuera a hacer algún daño”
“Kiri: y ¿el ataque sorpresa de hace un momento?”
“no tenia malas intensiones, vamos, uno”
La chica coloco ojos de cachorrito, el arma mortal de los niños y algunas personas que tenían la cualidad, Kirishima no podía negarse, así que solo cerro los ojos y abrió la boca. Esta vez, la chica fue suave debido a la gran cantidad de comida que coloco en el servició.
Las mejillas de Kiri se volvieron a hinchar por la cantidad y mastico un par de veces antes de tragarlo todo, necesito otro poco de bebida para bajar el calor en su garganta, el agua azucarada helada con cubitos de hielo le dieron ese alivio, lo dejo de lado y volvió su visión al plato, lo tomo y acerco a su rostro para devorarlo mas fácilmente y rápido, de reojo veía a su amiga comer la parrillada con gusto, pero al llegar a los sushis se llevo una sorpresa, esa boquita con labios carnosos y rosados se abrieron lo suficiente para comerse el trozo de sushi de un solo bocado, como debía ser, luego se cerro y se volvió pequeño de nuevo, sus mejillas regordetas se hincharon pareciendo un poco mas a un conejito o un hámster. Al terminar su plato vio como unos palillos con un sushi bañado en salsa de soja se acerco, se lo ofrecieron muy cerca de sus labios, Kirishima sabia que no podía discutir con ella en estas cosas, así que solo abrió ampliamente su boca mostrando sus dientes perlados y acepto el trozo de sushi, al tenerlo en su boca resulto ser mas grande de lo que pensó, era de pollo y pimentón, lo trago y se exalto de algo, al pasar la boca de su estomago escucho perfectamente como cayo y chapoteo junto al resto de la comida en su intestino. La cremallera comenzaba a apretar, ahora tenia una barriga inicial, no era impresionantemente grande pero lo suficiente para demostrar que había comido una buena cantidad de alimentos, los gorgoteos eran profundos pero no tan insistentes, a pesar de haber podido mantener su forma normal de héroe, el estomago de Kirishima se había estirado bastante con los atracones de comida.
Kirishima desabrocho la cremallera liberando su barriga, le dio una suave bofetada sonando un agradable plaf, sintió una agradable sensación de como se movía con su tacto, debajo de su polera su six pack se estiro llegando a ser menos visible y las líneas marcadas comenzaban a suavizarse. Se había concentrado tanto en la sensación en su estomago que no se dio cuenta que su compañera y cómplice se levanto para servirle otro plato, no hasta que escucho el traqueteo del plato junto a un suave movimiento a su lado, el vapor de la comida caliente llego a humedecer un poco su piel. Miro un momento el plato, se le hacia agua la boca de lo bien que olía, pero necesitaba un respiro.
“¿quieres un breack?” dijo la chica
“Kiri: ¿eres adivina?” dijo en broma
“ya quisiera jaja” se acomoda.
Comenzó a trazar circulos amplios llegando a todo el contorno del vientre de Kirishima, que parecía que se trago un melón mediano, el chico suspiro encantado por el toque en su tenso abdomen, se sentía caliente y los gorgoteos se apaciguaron un poco con el suave toque de esas manos mágicas que llegaban a todos los rincones, desde el centro hasta la cintura, bajo un poco a la curvatura debajo de su ombligo que no era mucha, pero lo calmo bastante. Con algo de firmeza, subió siguiendo lo linea central del abdomen del chico hasta su pecho y garganta dirigiendo el gas atrapado.
“Kiri: ¡BROOOOOOOOUUUUURRRRPH! mph... ahhh... eso esta mejor...” sonaba complacido
“me alegro de no fallar”
“Kiri: siii... pero te estas volviendo un poco audaz con todo esto”
“¿qué es la vida sin algunas sorpresas?” soltó una risita.
Le lleno la boca con el primer bocado de su 2° plato.
“creo que será una tarde larga”
“Kiri: mejor así que estar apurados por regresar a la academia”
Con una sonrisa acerco su plato y comió con algo de desenfreno, aún estaba caliente sin llegar a quemar, cada bocado era sustancialmente grande y no lo masticaba mucho, su nuez a veces se quedaba atrapada con algún bulto de comida, así que se repasaba con el dedo ayudando a bajarlo.
La chica lo observaba y miraba como su vientre de expandía con cada bulto de carne y arroz, centímetro a centímetro su cintura se ensanchaba y la circunferencia se hacia completamente notoria. Escucho pasos afuera por encima del gorgoteo y sonido de cubiertos, miro a la puerta y vio un par de piernas anchas que caminaban con pesadez, sintió una sensación de escalofrió recorrer su espalda cuando noto la parte baja de la tripa del hombre fuera de la habitación, estaba sobre la mitad de su muslo y se contoneaba con mucho peso, luego se le unió una figura también regordeta pero notablemente mas pequeña, debía ser una pareja, pensó para sus adentros, miro a su amigo y su barriga, comparándola con ese enorme tanque que debía ser, Kirishima era pequeño, se pregunto si Kirishima podría llegar a eso, claro, no a la gordura, pero que se llenara tanto... sintió una calidez y sus mejillas tomaron un tono mas rojo.
Kirishima dejo el plato a un lado y bebió otro poco de la bebida para calmar a su garganta y esófago que estaban recibiendo muchas cosas calientes, sintió algo pequeño trazando suaves circulos en la parte mas dura de su estomago, la cúpula, el dedo de la chica trazo una ruta y luego sus otros dos dedos se unieron al masajito, bebió otro poco de bebida hasta que un cubo de hielo choco contra sus dientes sintiendo un poco de sensibilidad por el golpe frio.
“jajajajaja ¿Qué paso? ¿tus colmillos tuvieron una visita inesperada muy fría?”
“Kiri: ja-ja que graciosa”
Kirishima la agarro y comenzó a zamarrearla dándole pequeños toques en todo su cuerpo, especialmente tras las costillas ya que no quería tocar nada que no debía, la chica reía sin parar pero no trataba con mucho esfuerzo de quitárselo de encima, necesita reír fuerte de vez en cuando, y si era con un amigo confiable como Kirishima, ¿Qué podría ser mejor?.
“jajajajajaja ¡ya Kiri! ¡parajajajajajaj! aaajajajaja... Kirishima ¡jajajajaja! ya bastaaaajajajaja soy muy... muy jajaja”
“Kiri: ¿cosquilluda? ¡oh vaya!” dijo exagerando un poco. “¿qué voy a hacer con semejante gran secreto?” va mas decidido.
“¡pri-primero suéltame jajajaja!”
“Kiri: nahhh es divertido”
Entre las pataletas de la chica llego a saltarle un poco de salsa en la mejilla.
“¡oh!”
“Kiri: jajajaja espera un momento”
La acomodo frente a él y le limpio la suave mejilla con el dedo, la chica era fácil de sonrojar a veces pero la mano de Kirishima era cálida y cordial. Le dedico una amplia sonrisa mostrando sus colmillos.
La chica le devolvió la sonrisa y no pudo evitar abrazarlo, sabia que los japoneses no eran mucho de piel, y por respeto se contenía mucho, pero de verdad quería mucho a este curso que le toco y agradecía que no haya sido otro. Sintió una mano sobre su espalda, creyó que había traspasado una linea pero la apegaron otro poco. Se acomodo y siguió masajeando la barriga de su amigo.
Kirishima por otro lado, a pesar de estar algo sorprendido le gusto que la chica le diera esa confianza de poder soltarse, escucho que los americanos eran mucho mas cariñosos o de piel, en especial los latinos y mujeres, así que al inicio era notorio como se contenía y respetaba a todos por igual, pero que ahora se soltara con él, se sentía bien. Miro a la puerta y vio pasar un grupo de personas que parecían ser grandes, esto devolvió su vista a su objetivo de llegar a su limite y pasar esa marca secreta del local. Con suavidad se separo y miro a la chica y sus grandes ojos, le guiño un ojo y miro al carro, la chica se levanto y le sirvió otro plato de parrillada y arroz, casi no quedaba arroz, tal vez el próximo plato seria el ultimo y solo quedaría la parrillada y el sushi junto al helado, se acomodo en su asiento y tomo el plato engulléndolo vorazmente, se llenaba la boca y tragaba, la comisura de su boca dejaba escapar de vez en cuando gotas del jugo de la carne junto a algunos granos de arroz blanco.
La chica sutilmente limpiaba a Kirishima sin que lo notara, no quería que pareciera un cerdito, pensar en esto logro sacarle una risita, comió otro trozo de sushi y al girarse vio el plato vacío, se lo trago todo, con una sonrisa paciente le dio una servilleta y fue por mas.
“Kiri: oye...*¡urp!*”
“¿si, Kirishima?”
“Kiri: sé que, no, sabemos que te contienes de ser tu misma entre nosotros, ¿por qué?”
“¿a que vino esa pregunta? ¿es por el abrazo?” le deja el plato frente a él.
“Kiri: siii y que a veces pareces tensarte y ponerte ansiosa frente algunas cosas” dijo mientras acercaba el plato a su cara y comenzó a comerlo un poco mas pausado debido ya que quería seguir la charla.
“es que... simplemente es por respeto a tu cultura y la de los demás, creo que ya sabes que halla somos un poco mas sueltos y apegados, la forma de expresar cariño es diferente y mucho mas junta que aquí, siempre me eh considerado una chica muy melosa y cariñosa, así que para no incomodarlos me aguanto las ganas de abrazarlos y darles cariños, como lo hacia con mi anterior curso o clase, es solo eso, para no incomodarlos”
“Kiri: *¡glup!* pues a mi no me molestaría un abrazo ocasional, claro, tal vez despierte sospechas innecesarias, pero no quiero que sigas negándote a ser tú misma solo por mi o por los demás, Midoriya lo ah notado pero no sabe como sacar el tema sin estar nervioso”
“jajajajaj me lo imagino, es muy educado y correcto además de nervioso, pero... nunca creí que se preocuparían o notarían algo así”
“Kiri: digamos que te ganaste tu lugar en la clase 1A”
Dejo el plato en la mesa y bebió lo que quedaba en su baso de bebida antes de seguir.
La chica estaba sorprendida ante tal acto de consideración, pues se había estado sintiendo presionada y algo “ajustada” desde que llego a Japón, sentía que sus ojos se humedecían pero se aguanto al no querer asustar a Kirishima, se sirvió otra porción de sushi y acariciaba ocasionalmente el vientre de Kiri para acomodar y hacer mas fácil tener espacio para el resto, pues debía de ser mas de dos banquetes la marca.
“gracias...”
“Kiri: ¿mmm?, somos amigos ¿no?”
Kirishima acaricio la cabeza de la chica mientras se llevaba otro bocado a la boca, ya no quedaba mucho en su plato, y ver que todavía no llegaba a su limite a pesar que ya llevaba poco mas de la mitad del carro le daba satisfacción, termino su plato y se lo paso a la chica para que le sirviera mas.
Intercambio el plato por una rebanada de sushi con Kirishima y se levanto de nuevo hacia el carro a servirle su porción de parrillada y sushi, también le sirvió mas bebida en su baso, le masajeo otra vez el estomago y presiono para sacar el aire de las entrañas de su amigo.
¡¡BRRRRRRRRRRUUUUUUUUUEEEEEEEEEEEPHHHHH!!
“Kiri: fiu... mas espació en el tanque...” se palmeo el vientre.
“si se puede llamar así” soltó una risita y le ofreció una rebanada de sushi “ten”
Kirishima abrió la boca y sintió como se llenaba del rollo de arroz relleno, este lo sintió mas grande que los otros, y debería, no le dio uno, sino dos al mismo tiempo sin que se diera cuenta.
Kirishima noto como le gustaban a la chica y decidió devolverle la jugada, tomo uno de los suyos y le tapo los ojos.
“¿oh? ajajaja ¿Qué pasa? ¿Qué tienes pensado ha-? ¡mmm!” no cupo todo en su boca al no tenerla completamente abierta, pero eso no detuvo las risas y que ella misma terminara de meterlo en boca. “hm hm hm hm... *glugh* m-me tomaste por sorpresa”
“Kiri: tú lo has estado haciendo todo el rato, así que no te quejes”
“ jajaja esta bien, ni me iba a quejar” tomo otro y se lo dio.
Se sentía un poco intimo el darle de comer a alguien cercano. El estomago de Kirishima se expandía y chapoteaba un poco cuando un bulto de comida bajaba rápido por su esófago, era como si callera una piedra en un fango, corto y algo pesado. Cuando terminaron los platos principales solo quedaban las copas de helado, Kirishima se quedo con el de fresa y la chica con el de chocolate y menta. Cuando Kirishima trago la primera cucharada de helado sintió un incomodo frio en el estomago, estaba tan caliente que el cambio brusco de temperatura fue muy notorio, el helado no tardo mas que segundos en derretirse entre los jugos gástricos, la chica noto la incomodidad y le dio unas suaves caricias, le recomendó comer lentamente el helado no solo para que no se le enfrié el cerebro, sino para que se derrita un poco en su boca y no llegue en seco a su estomago, que con toda esa comida caliente debía ser un horno, Kirishima sudaba por lo mismo y sentía como se le empezaba a deshacer el peinado, puede que para el final de esto lo tenga en su estado normal.
Comió como se lo recomendó su amiga y funcionaba, ya no se sentía ese incomodo cambio de temperatura en su abdomen. Miraba como la chica a veces jugaba con el helado en su cuchara, parecía una niña cuando lo hacia, y para ser una adolescente, aún tenia parte de niña pequeña que no solo se quedaba en su apariencia. Le robo una cucharada a la chica y antes de que reaccionara ya lo tenia en su boca.
“¡oye! ¡ladrón de helado!”
“Kiri: *¿yo? yo no hice nada*” dijo entre risitas
La chica quiso quitarle también pero no lo logro, Kirishima tenia los brazos muy largos para ella.
“tramposo”
“Kiri: jajaja no es mi culpa que seas muy pequeña”
“¡hmm! ¡toma!”
Le dio una cucharada grande de su helado lo que hizo de tuviera que bajar los brazos de la impresión y para limpiarse la boca, solo entonces le robo lo que quería y lo miro un poco triunfante.
“sabia que funcionaria”
“Kiri: mmm... chica lista”
Así se pasaron el rato, reían y Kirishima se alimentaba con los bufets que llegaban, estaba por su quinto carro cuando se detuvo adolorido, su barriga había pasado su polera, podía tocar y hasta empujar la mesa, parecía que Kirishima se trago la sandia de una competencia de agricultores y fuera de las finalistas, sus gorgoteos eran fuertes y enfermizos, su piel estaba rosada y su vientre era duro como una roca, hipaba y dejaba salir eructos profundos y húmedos, había pasado su limite, pero aún quedaba algo de comida en el carro, algunas brochetas, dumplings, sushis, dangos, daifukus, guiosas y dos batidos.
“Kiri: ohhh Dios... estoy repleto... ¡BRUUUUUURRRRPH! ¡mph!... creo... que ya no puedo mas...”
“espero que hayamos logrado aunque sea acercarnos a la cantidad de carros de bufets que tiene este lugar” dijo tomando uno de los dumplings y comerlo.
Kirishima soltó una suave risita adolorida, su estomago estaba muy tenso y estaba algo verde.
“Kiri: ¡BRRUUUURRRGH!... ayyyy mi estomago... me excedí...”
“bueno, yo confió en ti hasta el final” dijo con un sushi en la mano y con la otra masajeando su costado tenso.
“Kiri: ohhhhh si... justo ahí... ¡BRRRRAAAAAAUUUUURRRRRRPH!... ahh... *HIC* mph *HIP-* ¡¡¡BRRRREEEEEEEEEEEEEAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRHH!!! ohhhhh hombre... sonó muy varonil...“
“casi todos te salen así, ¿te sientes mejor?”
“Kiri: un poco... ¡nnn! pe-pero... no sé si... podre terminar ese carro... siento que si como algo mas voy a explotar... ¡¡GRRROOOOOOUUUUUURRRRRRGH!! ¡nnn!... maldición... me siento muy apretado...”
La chica miro el pantalón de Kirishima, su barriga estaba presionando contra el pliegue y el cinturón, con cuidado se acerco y con algo de esfuerzo logro encontrar la hebilla del cinturón, apretó un poco para hacer espacio y desabrocho el cinturón de cuero.
“Kiri: ¡¿mmmm?! ¡¡¡BRRRRRUUUUUUUEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRRPH!!! ¡Mphh! ... ¡guhh! mucho mejor... gracias”
“de-de nada”
La chica estaba mas interesada en como la barriga de Kirishima apretaba contra el pliegue y el botón luchaba por mantenerse en su sitio junto al cierre de los jeans. Miro la comida que quedaba y luego al bar, había también cosas para bebidas calientes y reviso su bolso, tuvo una idea, de su pequeño morral saco una rejilla y un frasco de infusión junto a un baso para viajes plegable, se levanto y fue al bar a calentar un poco de agua y prepara el agua de hiervas.
“Kiri: ¿qué...haces?...UUURRRP” dijo un poco cansado
“un poco de medicina, te ayudara” deja remojando las hiervas en un poco de agua fría.
“Kiri: je... esta bien, tú eres la experta en esas cosas... pero me gustaría algo mas que un poco de agua de hiervas... BRRUUUUPH mph... ya sabes... como un masaje...” miraba a la chica con un poco de ojitos suplicantes.
“ajajaja no pongas esos ojitos, sabes que lo tendrás, pero esto te ayudara en la digestión” se acerca con el baso de plástico. “ten, no esta muy caliente” se lo ofrece.
“Kiri: ¿siempre vas por la vida con té e infusiones en las carteras?“ dijo en tono de broma y bebió la mezcla herbaria caliente.
“ me lo enseño mi tía, termino siendo una costumbre”
Espero un poco y comenzó a masajear el estomago del chico que rugía con fuerza, no había notado la expresión de Kirishima, estaba encantado, comenzó a sentir calor en la barriga, un calor agradable y comenzó a sudar, su intestino se movía al paso de las manos de su compañera, chapoteaba cuando le daba palmaditas y se torcía cuando amasaba.
GRRROOOOOUMMMMMMMBL
La barriga del chico rugió de tal forma que sonaba como el rugido ahogado de un león, sentía que se hinchaba en la cúpula y como subía a su pecho, sus ojos se abrieron a mas no poder y echo la cabeza hacia atrás, lejos de su amiga antes de
¡¡¡BBRRRRRRRRRRRRRRRRUUUUUUuuuuUUUUUUUUUUUUUUUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEAAAAAaaaaRRRRRRRPH!!!
Ese eructo duro 7 segundos dejándolo sin aliento, se dejo caer en su asiento, o eso creía, y trato de recuperar el aire, su garganta le dolía, la acides subió y dejo un horrible sabor en sus papilas gustativas sustituyendo el suave, agradable y dulce sabor de las hiervas por uno asqueroso y de mal olor, el calor no bajo y tenia sed junto con ganas de quitarse ese sabor de la boca, entonces sintió un frio y dulce aroma en su nariz que lo hizo entreabrir los ojos. Un baso de batido conformado por leche, helado, sirope y un poco de crema estaba cerca de sus labios, al caer por el mareo de la falta de aire no cayo en el asiento, sino en los brazos de su amiga quien sonreía con paciencia y cariño, sentía como se le calentaban las mejillas pero estaba con el cuerpo muy pesado y cansado, además, la chica era cómoda y suave, no sabia que tenia un gran y cálido pecho, como una almohada con un nostálgico y calmante sonido del latido de un corazón. Se dejo acomodar levantando como pudo las piernas y dejando que su amiga tuviera el control, vio que le mezclo todo el batido para serle mas fácil beberlo y digerirlo, quito la pajilla y lo coloco en sus labios, el vidrio estaba muy helado o su cuerpo y labios muy calientes, tal vez ambos, abrió la boca y sintió el frio y lechoso liquido pasar por su garganta adolorida como un suave elixir semi acuoso, al llegar a su estomago vio en su corta linea de visión como subía y gorgoteaba con enojo, pero por alguna razón no sentía mucho dolor, solo como unos puntapiés en los costados y calor, mucho calor, se atraganto un poco con el batido y se alejo con suavidad, una cálida mano y de textura como la seda repaso su rostro y limpio sus labios con una servilleta, algo diferente presiono contra sus labios, no hizo el afán de abrir los ojos y ver que era, solo abrió la boca y casi no mastico el daifuku rosado, luego se le acerco otro, una bolita de dango, torció un poco la boca y... BRUUUUEEEEEH... solo entonces se lo empujaron suave pero determinadamente en su boca y solo lo mastico un poco antes de tragar, luego volvió el frio liquido y solo fue un poco antes de que se lo alejaran para luego acercar otra cosa, esta vez salada.
Así fue intercalando entre el batido y el resto de la comida en el carro de buffet, su polera se tenso al punto de que los pliegues dolían, se lo levanto hasta la base del pecho y acaricio su barriga de arriba a bajo mientras una tercera mano le masajeaba la parte mas alta del estomago, sus brazos no alcanzaban sus pantalones que le molestaban hasta el punto de que si se inclinaba le dolía la presión, la tercera vez que lo intento cayo rendido en el pecho de su compañera hundiéndose un poco mas en su polerón suave, el aroma era dulce, rosas o vainilla quizás. Miro hacia arriba con los ojos entreabiertos y sintió una blandita presión en su frente, solo entonces logro abrir por completo los ojos y mirarla, tenia unos ojos cálidos pero su mirada hora le era ilegible, de la impresión abrió la boca y sintió que le dieron otro bocado de comida, alzo la mano y tomo la mano de su amiga mientras masticaba, sus manos gorditas eran pequeñas y suaves, blanditas, jugando con ella no se dio cuanta que le acercaron el baso de malteada a los labios hasta que presiono y tubo que abrir la boca cuando sintió que lo inclinaban, se lo acabo.
Pero vio que aún quedaban 3/4 del otro batido, su estomago volvió a doler y rugir, se puso algo verde y sentía que quería vomitar, entonces sonó algo liquido en su oído, este era verdaderamente liquido, así que no era el batido, era el agua de hiervas que le prepararon, soltaba un suave vapor, miro a su compañera con algo de dolor y negó, necesito una gran fuerza para hablar sin querer abrir la boca para vomitar o eructar, lo que venga primero.
“Kiri: flo...florecita...¡nnn!... n-n-no... no puedo mas...voy a explotar...”
“tranquilo, sé que puedes, y esto relajara las cosas, además... creo que ya te ayude bastante con esos carros”
Era cierto, la chica también había hecho un esfuerzo por aligerarle las cosas a Kirishima, y entre ellas, el agua herbaria, esta no solo contenía hiervas para la digestión, sino también algunas que aumentan la temperatura y relajan los músculos, entre ellos, los intestinales.
“Kiri: n-no... con lo que tome de ese té llegue a quedarme sin aliento por ese monstruoso eru- UUUURRP mph... eructo, fue bueno y muy varonil pero... termine cayendo sobre ti y... ahora no me puedo ni mover o desabrocharme los pantalones un poco... Dios mío, estoy enorme...¡BRRRREEEEEERRRR!... ahh... parece que me trague un barril o una enorme sandia... ohhhh mierda... *iHIP!* perdón... ¡UUUUURRRRRRRRRRRRPH! ahhh... n-no creo poder aguantar...”
“inténtalo, ayuda mucho a la digestión y luego de este remedio no te quejaste mas de dolores ni nada”
“Kiri: hasta ahora...”
“pucha oh´...” deja el té en la mesa. “como tú digas, Kiri”
Lo acomodo, paso sus brazos debajo de los de él y comenzó a masajear hasta donde llegaba de ese gran vientre, palmearlo se escuchaba como palmear una sandia, le deshiso los nudos en sus costados y ayudo a quitar el aire de algunas partes, apretando un poco pudo hacer la presión suficiente para que Kirishima expulsara todo el aire acumulado.
“Kiri: ¡¡BRRRRUUUUUUUUUUAAAAAAAHH!! ahhh... apreta un poco aquí...” indica un costado bajo.
La chica se inclino y apretó con los dedos ese costado, subieron las burbujas y se quedaron en la cúpula, no había suficiente presión para sacarla y tenerlos atrapados solo le causaba dolor innecesario, la chica masajeaba hasta donde podía y aunque era agradable no disminuía el dolor, ya que el gas estaba disperso.
Kirishima le dio una mirada al té, ya se estaba a punto de enfriar, su estomago rugía y sencillamente serbia de tambor, recordó el dolor que tubo junto a todos los problemas por el gas de esa bebida y como tras sacarla se sintió increíble, tal vez no disminuiría por completo el dolor pero si podía aliviarlo lo suficiente estaría perfecto, y como había dicho, su amiga era la experta esas cosas así que debía funcionar. Se dio fuerzas para alzar el brazo hacia la mesa y toma el baso, sintió nauseas al acercarlo a su boca pero algo lo afirmo de la base dándole un respiro, la chica ahora sostenía el baso y lo miraba esperando su respuesta, cerro los ojos, apretó los músculos y abrió la boca, sintió somo apoyaban el baso en los labios y chocaba un poco con sus dientes, un liquido ligero bajo y se obligo a tragarlo. Sonó como si una cascada llegaba a un pantano y lo lleno hasta el tope, se exalto, quería vomitar pero unas manos recorrieron su cuerpo y lo masajearon, sintió un sonido suave y ligero en su oído, no era una respiración, tampoco un susurro, era raro, como... una melodía... la chica lo acomodo de nuevo en su pecho y lo acariciaba, la parte superior de sus manos era fría, y ayudaba mucho cuando las pasaba en su frente. Estaba volviendo a sudar y a sentir mucho calor, su estomago hizo rugidos y gemido retorcidos, el aire se estaba liberando de donde sea que haya estado atrapado y subió a la parte superior donde se hincho, sus mejillas se inflaron y se tenso, esas suaves manos le acariciaron la cabeza como dándole fuerza o apoyo, se determino y soltó otro largo y fuerte eructo.
¡¡¡¡GRRRRRRRRRRRROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRRRUUUUUUUUPHHH!!!!
El alivio como la falta de aire fue instantáneo, su estomago se calmo y ya no dolía tanto, poco a poco sentía como a pesar que seguía gorgoteando el dolor se iba alejando de su cerebro, el estomago lleno apretaba un poco sus pulmones pero no le importaba mucho, sus músculos se sentían muy relajados y en donde estaba se sentía perfecto, miro a la chica que le sonreía, le devolvio la sonrisa, su compañera parecía tener todo planeado, llegaba a dar miedo.
Miro de reojo la jarra de batido, el helado ya casi se había derretido y la crema del exterior se endureció, miro a la chica quien no estaba atenta, solo miraba su barriga y lo masajeaba, chasqueo los labios.
“Kiri: ¿sabes?... UURRP... estoy tan relajado por tu remedio que...”
“no me lo digas... quieres terminártelo”
“Kiri: me conoces... jeje”
La chica estiro la mano y cogió el batido, Kirishima comenzaba a sentir los parpados pesados así que los entrecerró un poco, el baso grueso de vidrio presiono contra sus labios, trago esa acides que le quedo y bebió la mezcla azucarada, aún estaba helada y cuando llegaba a su estomago era extrañamente agradable. Sintió como lo inclinaron otro poco y tubo que acelerar un momento el paso antes de volver a calmarse, al parecer quería que se lo tragara todo de una sola vez, no le diría no a un reto así, se afirmo la barriga y bebió todo lo que pudo apretando los ojos, bajo su mano sentía como crecía y se estiraba, estaba caliente como una olla, la presión era muy grande pero sentía que estaba por llegar a algo, una meta, así que se concentro en no devolver lo que bebía y continuar, los gorgoteos se hicieron mas sonoros y profundos, como si gritara que parara, empezaba a pensar si hacerle caso o no cuando escucho...
¡POP! ¡CIIIRRRRP!
Sus ojos se abrieron de golpe, sintió una liberación muy placentera, pero algo golpeo contra el respaldo del sillón, un sonido ridículamente vergonzoso junto al segundo, quiso parar pero una mano calmo la suya con un toque de firmeza.
“tranquilo, ya no queda casi nada...” tenia el tono de un arrullo
“Kiri: mmmmm...” se quejo un poco pero tras pensarlo un poco, mas sonó como un gemido que un quejido.
El fluido se hizo menos presente en su boca y podía tragar con mas calma, tomo una bocanada de aire cuando quitaron la jarra de su boca, sus labios estaban llenos de crema y un poco del batido caía por la comisura de su boca, respiraba con necesidad y suspiraba, un ultimo gorgoteo salió de su boca antes de
¡¡¡¡BRRRRUUUUUUUUUUEEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRR!!!!
La estancia se lleno de una mescla de distintos olores, Kirishima estaba completamente mareado, pero se sentía bien por llegar tan lejos, no creía que nadie de la UA podría superar esto, ni siquiera Bakugou por mas que lo intentara y se esforzara no habría llegado a esto, su enorme barriga se movía con cada respiro y sonaba con la fuerza de un huracán, pero extrañado sintió la necesidad de preguntar.
“Kiri: oye... ¿Qué contenía esa agua?... se siente bien pero se escucha retorcido...”
“contenía hiervas que ayudan a la digestión junto a uno que ayuda a relajar los músculos y sube la temperatura, como un afrodisiaco, woahh... creo que Fat gum te elogiaría por esto, y ¿sabes?, me alegro de que te hayas superado a ti mismo” lo abraza con cuidado y limpia su boca con una servilleta.
La chica acomodo a Kirishima en el brazo del sillón y se levando a buscar lo que quería, observo alrededor y lo encontró, el botón que salió volando por no poder soportar mas el vientre hinchado de Kirishima, miro y se podía ver un poco su bóxer, claramente se sonrojo y aparto la mirada, volvió con su amigo y se inca a su lado.
“Kiri: ughh... ¿Qué fuiste a buscar, rosita?...”
“esto” muestra el botón aun con hilos del jeans
Kirishima se puso rojo como sus ojos rubíes, estaba impresionado, pero luego cerro los ojos esbozando una sonrisa.
“Kiri: woooow... no puedo creer que llegue a ser tan grande... ¡GRROOOOOUUUURRRP! mph... jajaja... que varonil ¿no?...”
“hm hm hm hm si, claro que si, hombre”
La chica masajeo y amaso la gran barriga del chico, acomodando la comida y buscando ayudar a la digestión. Fue entonces que sonó su celular, era Mina.
“¿qué pasará?” dijo mirando un momento a Kirishima quien con los ojos entre abiertos también coloco una cara de confusión. “ ¿hola? ¿Mina?”
“{Mina: ¡¿en donde estas?!}”
“¡wahhhh!” atrapa otra vez el teléfono “¿a qué vino eso?”
“{Mina: te fui a buscar a tu habitación y no estabas, ¿Dónde estas? ¿saliste sin mi?, ¡que mala amiga eres!}”
“lo siento, necesitaba ocuparme de un asunto, pero te lo recompensare, ahora necesito volver a lo mío, ¿crees poder encubrirme?”
“{Mina: ¡claro, para eso están las amigas! pero me debes una}”
“si, te lo pagare junto con una disculpa por asustarte, tengo que colgar, querida”
“{Mina: ¿oh?...}”
“¿Mina?”
“{Mina: ¡ah! ¡si si si! ¡nos vemos! no tardes, los profesores han estado algo quisquillos últimamente, con todos los villanos y los ataques}”
“si, gracias Mina, nos vemos”
“{Mina: nos vemos.}”
“Kiri: creo... que deberíamos volver... ohhhh...”
“mira como estas, no te vas a poder mover, Kiri”
“Kiri: ¿entonces?... ni que nos fuéramos a quedar aquí... uuuuuuuu... mi estomago... esta muy caliente...”
“déjame ver que puedo hacer” se levanta.
Miro alrededor y noto que ya era tarde por el reloj de la sala, llamo a la recepcionista y le conto lo ocurrido sin detalles, le dio la opción de quedarse y desplegar el sillón cama, que como tenían la llave podían cerrar y que nadie los molestara, esto emociono a la chica, pero al girarse para darle la noticia a Kirishima este se estaba empezando a quedar dormido. Rio entre dientes con una mirada cariñosa y casi maternal, se acerco y desplego con cuidado el sillón cama, el chico casi no noto la diferencia hasta que la chica se recostó a su lado. Entreabrió los ojos y la miro cansado.
“Kiri: ¿que...pasó?...”
“hable con la recepcionista y al parecer, podemos quedarnos a dormir aquí”
“Kiri: pero, el precio... nnn...” se acomodo un poco
“esa es la otra buena noticia, pasaste la marca, Kiri, podemos quedarnos sin problema una noche”
Kirishima abrió lo mas que pudo los ojos y miro a su amiga quien sonreía con total sinceridad, sonrió junto a ella y rieron. La chica arropo a Kirishima y siguió masajeando su panza, él sin embargo la abrazo y acomodo en su pecho mientras paso su mano desde su cintura y la metió debajo del polerón para masajear el de la chica.
“K-K-Ki-Ki-Kiri” estaba muy nerviosa y sonrojada.
“Kiri: sé que no te gusta que te toquen aquí... pero también sé... que lo necesitas tanto como yo... tú también te excediste para que no tuviera muchos mas problemas... lo escuchaba mientras estaba en tu pecho... eres una buena amiga... rosita...”
“...hm hm... gracias, Kiri, tú también...”
Luego de eso se quedaron dormidos mientras sus estómagos aun gorgoteaba por tanta indulgencia.
Kirishima se despertó un momento en medio de la noche, su amiga aún dormía, acaricio mas su barriguita, ya no estaba dura, era suave y divertida, pero también noto que tenia una cintura mas fina de lo que todos creían, solo tenia dos rollitos, uno arriba y otro abajo como una barriguita, la chica olía dulce y era muy cálida, con cuidado la acomodo e intercambiaron lugar, se acomodo en su pecho aún sabiendo que tendría que preguntar primero, pero sabia que no se molestaría, y pronto seria confirmado, durmiendo, la chica lo abrazo y lo apego mas a ella, se tenso creyendo despertarla, pero solo siguió durmiendo, suspiro aliviado y volvió a dormir junto a ella. Mañana se encargarían del resto y como les explicarían que ambos salieran en secreto sin parecer amantes.
_ FIUUUU no creía que me tomaría tanto, pero me alegro de por fin concluir el capitulo uno con el pelirrojo varonil favorito de muchos, tengo pensado incluir a otros 4 personajes mas, seria uno por capitulo y el final, así que en teoría serian 6 capítulos de esta mini historia (que de mini no tendrá nada al parecer). Me gustaría que digan en los comentarios que personaje creen que es el siguiente, los que tengan mas aciertos entonces será el elegido de los próximo 4, espero haberme dado a entender 😅😅. Espero les guste y perdonen si no es muy bueno, me falta practica, pero sé que mejorare con el tiempo, y si es muy largo, también, perdón._
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CAPÍTULO IV: DESPUÉS (PARTE 2)
LUCY WONG, LA MADAM DE LA MANSIÓN
En su sala de exposiciones, Lucy Wong la Madam de la mansión hacía girar distraídamente un pincel entre sus dedos.
Doce cuadros colgaban en la galería, cada uno de los cuales representaba a sus amigos de Wonderworld y la escenografía de sus escenarios.
Ahora estaba trabajando en el decimotercer cuadro, que antes sólo estaba cubierto de negro.
‘’Con cada pincelada magistral, Lucy Wong crea un mundo exuberante y fantástico,’’ los críticos habían proclamado. Era un gran elogio, pero para Lucy, ella no estaba creando nada, sólo estaba plasmando en el lienzo las cosas que había visto.
Acababa de terminar el duodécimo cuadro cuando se inauguró la exposición y decidió empezar a trabajar en esta obra más reciente allí mismo, en la galería.
A veces la gente que acudía a la exposición pedía a Lucy que les firmara sus cuadernos de arte. Pasaba del pincel al bolígrafo y anotaba rápidamente su nombre y la fecha.
El lienzo bañado en negro la miraba fijamente a la cara. Sabía lo que iba a pintar.
Durante mucho tiempo había perdido de vista lo que realmente quería pintar, centrada como había estado en lo que todos los demás consideraban valioso. Pero ya no.
Un cuadro lleno de calidez, dulzura, belleza y, sobre todo, que llenara de valor a quien lo viera. Un cuadro de la gente que había conocido en Wonderworld.
Los primeros doce habían sido de práctica. Con cada uno, se acercaba más y más a perfeccionar su visión.
Lucy aún no estaba segura de si lo que había pasado en Wonderworld había sido real o no, pero en cuanto terminara esta pieza, iba a ir a buscarlos. A sus amigos.
Sacó su paleta de madera de cerezo. Tenía todos los colores que necesitaba, listos para usar.
Cerrando los ojos, Lucy respiró profundamente. Cargó el pincel con pigmento blanco y dio la primera pincelada.
Le siguieron líneas rojas, y luego franjas azules, un color tras otro agolpándose en el lienzo negro. La galería y todos los que estaban en ella se desvanecieron de su conciencia mientras trabajaba en una concentración silenciosa.
Su familia le traía la comida y la ropa de recambio. El personal de la galería le trajo té y aperitivos y le permitió amablemente ducharse en las instalaciones de los empleados. Pero ella pasaba la mayor parte del tiempo frente a su cuadro, consumida por su trabajo. Por la noche apagaba las luces de la galería, se envolvía en una manta y se acurrucaba en un rincón para dormir.
Todos los días, un periodista de su ciudad natal sacaba una foto de su cuadro y la publicaba en el periódico.
Gracias a eso, su familia le dijo que se estaba convirtiendo en toda una celebridad. La gente de todo el mundo seguía sus progresos.
A ella no le importaba nada de eso.
Lucy había pasado el día de hoy, como todos los días desde que empezó, con un pincel en la mano desde que se levantó por la mañana.
Más gente que nunca acudía a la galería para verla trabajar, pero Lucy la Madam de la mansión no les prestaba atención.
Alcanzó un tubo de pigmento y sintió como si un viento la hubiera invadido. Cerró los ojos e inspiró profundamente. El aroma que desprendía hizo que su corazón se llenara de nostalgia.
Inclinó la cabeza hacia la brisa y, cuando abrió los ojos, vio tres rostros familiares que la miraban desde el frente de la multitud.
‘’Sois...sois vosotros. Pensativo Pierrot, Rey a cuadros… Y, ¡oh cielos, cuánto has crecido, Niña de la torre relojera!’’
La paleta cayó de la mano de Lucy la Madam de la mansión con un estruendo. Se apresuró a abrazar a cada uno de ellos por turno.
‘’Al final era real. Wonderworld, todo eso.’’
Niña de la torre relojera, que había sonreído cuando Lucy le daba un beso tras otro en las mejillas, se volvió repentinamente tímida. ‘’Hola,’’ tartamudeó torpemente. ‘’En la universidad. Tu idioma estudié. Un poco, puedo hablarlo.’’
Lucy la Madam de la Mansión miró sorprendida a Pensativo Pierrot. ‘’¿Qué quireis decir con mi idioma?’’
‘’Cruzamos los vastos mares, de otro país vinimos.’’ Rey a cuadros sonrió. ‘’En el envuelto de queso de este país, te vimos.’’
Le mostró a Lucy el arrugado póster de la exposición.
‘’¿Oh, oh?’’ dijo, sin saber qué decir.
No había habido ninguna barrera lingüística cuando habían estado en Wonderworld. Por otra parte, Lucy no recordaba qué idioma habían hablado todos en aquel lugar, incluida ella misma.
‘’Bueno.’’ Lucy volvió a abrazarlos a todos, con lágrimas en la cara. Bueno, ¡esto tendrá que ser suficiente para que entendáis lo encantada que estoy de veros a todos, queridos!
HAOYU CHANG, EL MIRACIELOS
Attilio el Pensativo Pierrot y Haoyu el Miracielos se encontraban en lo alto de los acantilados al final de la península mirando al mar.
‘’Realmente lo harás,’’ dijo Attilio. Haoyu asintió.
Nadie había cruzado el Estrecho de Atilla en una nave voladora con motor.
El propio Haoyu había intentado, y fracasado, dos veces.
La última vez, se estrelló y estuvo en el hospital durante un mes mientras se curaban las costillas rotas y los huesos de la cadera fracturados. Salió en todas las noticias, y así lo encontró Attilio.
Ahora, Haoyu se chupó el dedo y lo levantó para comprobar la dirección del viento.
Attilio el Pensativo Pierrot, Cass la Niña de la torre relojera, Cal el Rey a cuadros, y Lucy la Madam de la mansión se quedaron mirándole, con la preocupación reflejada en todos sus rostros.
‘’No me miréis así,’’ dijo Haoyu. ‘’Estaré bien. Tal vez no me preocupaba tanto por la seguridad como debería haberlo hecho antes, pero ahora que he estado en el Teatro Balan, me he asegurado de tomar todo tipo de precauciones. Casco, almohadillas, me tomé tanto tiempo para diseñar todo este equipo de protección como para diseñar mi máquina voladora. Así que si vuelvo a estrellarme, no me haré tanto daño como la última vez.’’
Attilio asintió. ‘’Supongo que la gente necesita cantidades iguales de energía positiva y negativa después de todo, ¿no?’’
‘’No lo sé. Pero bueno, ¡felicidades a ti y a Cass por vuestro compromiso!’’
‘’Oh, no, estábamos tratando de mantenerlo en secreto para no eclipsar tu gran día. ¿Qué te lo ha hecho saber?’’
Haoyu señaló la mano de Cass la Niña de la torre relojera y el anillo de compromiso que llevaba en el dedo brillando a la luz del sol.
‘’Me alegro de haberlo descubierto antes del despegue,’’ dijo, sonriendo mientras pasaba una pierna por encima de su máquina voladora. ‘’Me hace sentir que, si vosotros dos podéis dar el salto, entonces yo también puedo.’’
Con eso, se lanzó por el acantilado.
Pedaleó tan fuerte y tan rápido como pudo, pero su resistencia aún no era lo que había sido. Sus músculos se fatigaron y la máquina voladora empezó a perder altura.
Ni siquiera había cruzado la mitad del canal cuando la máquina se elevó un par de metros sobre la superficie del mar.
Mientras se esforzaba por volver a ponerlo en el aire, pasó por encima de un barco. Al pasar junto a la nave, miró hacia abajo y vio a Miramares en la cubierta.
Tenía la cara vuelta hacia él, agitando los brazos mientras gritaba, ‘’¡Miracielos!’’
¡Está en el agua otra vez!
‘’¡Lo tienes, Miramares!’’ gritó, y canalizó hasta el último ápice de fuerza que tenía en sus piernas que pedaleaban desesperadamente.
FIONA DEMETRIA, LA MIRAMARES
Fiona Demetria la Miramares, enfundada en su traje de buceo, subió al barco.
El corazón le latía salvajemente en el pecho mientras el terror volvía a inundarla, tan abrumador y sofocante como lo había sido el océano.
Los delfines jugaban en las aguas que rodeaban su embarcación, despertando su curiosidad.
Reconoció al que le había agarrado el regulador la última vez que había buceado. Su cabeza se balanceaba en el agua, como si la invitara a unirse a ellos.
‘’No es tu culpa, pero no...no puedo todavía atreverme a perdonarte. No...no creo que este preparada aún.’’ Con la decepción hinchándose en su interior, Fiona la Miramares escupió el regulador de su boca.
‘’¿También hoy no se puede?’’ dijo el capitán, arqueando los ojos amablemente.
‘’Lo siento. Sigo haciendo que me saques para nada.’’
‘’Sé paciente contigo misma. Toma tiempo recuperarse de lo que has pasado.’’ El capitán puso en marcha el motor de nuevo, luego entrecerró los ojos hacia el cielo. ‘’¿Pero qué...? ¿Ves eso?’’
Fiona miró lo que el capitán señalaba: una máquina voladora impulsada a motor.
¿Es ese…?
Miró fijamente la máquina, entrecerrando los ojos para distinguir a su piloto.
¡Así que es él! ¡Miracielos! Entonces ese canal que siempre hablaba de sobrevolar, ¡era este! ¡Atilla!
Pero mientras observaba, la máquina voladora comenzó a hundirse más y más en el cielo.
‘’¡Miracielos!’’ ella gritó, y vio cómo se iluminaba el reconocimiento en su rostro cuando se giró para mirarla.
‘’¡Vamos, Miracielos!’’ Sabía que la había oído animar cuando vio que la máquina voladora empezaba a ascender.
No estaba segura, pero le pareció oírle gritar un débil, ‘’¡Lo tienes, Miramares!’’ a cambio.
De vez en cuando, la máquina voladora se hundía y tropezaba. Fiona contuvo la respiración hasta que vio que aterrizaba sin problemas en los acantilados de enfrente.
‘’Capitán,’’ gritó, ‘’¡pare el barco!’’
El capitán apagó los motores.
Fiona la Miramares inspiró profundamente y volvió a colocarse el regulador en la boca.
Con el parloteo de los delfines invitándole a jugar en sus oídos, Fiona se sumergió en el mar.
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Imagina Loki
"¿Loki? ¿Estás dormido?" Tu voz fue tranquila cuando le preguntaste a través de la puerta, casi queriendo que estuviera dormido, para no causar problemas.
Eran cerca de las dos de la mañana y te despertaste para ir al baño, pero te quedaste petrificada cuando viste una gran araña arrastrándose por el suelo. En cuanto se escondió bajo tu armario, saliste corriendo de la habitación y te dirigiste a la única persona que posiblemente aún estaba despierta.
No es que siempre fuera tan espeluznante, es que las arañas, desde tu infancia, cuando una especialmente gorda te cayó en la cara mientras te dormías en la cabaña de vacaciones de tus padres.
Quisiste alejarte y tal vez despertar a Steve, pero en ese mismo momento la puerta se abrió y la cara somnolienta de Loki se asomó a ti desde el hueco.
"¿Qué necesitas, preciosa?" Bostezó, arreglándose el pelo para que los mechones perdidos no le pincharan los ojos.
Te sonrojaste por el apodo que te puso.
"Hay una araña en mi habitación", murmuraste, con un indeseado sentimiento de culpa que te destrozó las entrañas cuando se frotó el ojo, intentando despertarse.
"¿Es grande?"
"Enorme", asentiste y separaste las manos para mostrarle el tamaño, quizá exagerando un poco.
Loki suspiró y salió de su habitación, cerrando la puerta tras de sí.
"Bueno, entonces me aseguraré de que no te coma". Te sonrió al pasar junto a ti. "Al menos no antes de que yo lo haga primero".
El rubor en tu rostro se profundizó y se apoderó de todo tu cuerpo, enfureciéndote al hacerlo, ya que era exactamente lo que Loki quería. Le encantaba hacer que te sonrojaras y fueras tímida, siempre diciendo cosas como esa.
“Apuesto a que sabes tan bien como lo que cocinas.”
“Dioses, puedo imaginar qué más puedes hacer con esa boca tuya.”
Al principio sólo se burlaba de ti, disfrutando de lo avergonzada que estabas, pero últimamente se volvió más... íntimo. Como si realmente quisiera hacerte todas esas cosas, cosas que a veces te susurraba acaloradamente al oído mientras te sujetaba por la cintura durante las misiones.
“Te arrancaría ese cuero en un segundo, hermosa.”
Mentirías si dijeras que sus palabras no te hicieron sentir calor entre las piernas, y que nunca te tocó el recuerdo de su aliento rodeando tu cuello, la fantasía de que te hiciera todas esas cosas sucias.
Pero eso era algo que mantenías en secreto. Nadie podía saberlo, después de todo, no si no querías que se burlaran de ti. Enamorarse del villano, del chico malo. Muy de fanfiction de tu parte.
Le seguiste hasta tu habitación y señalaste tu armario.
"Lo vi por última vez allí".
Pero Loki no se agachó para ver debajo, sino que estiró las manos para que las palmas quedaran mirando al suelo y un segundo después sentiste que el aire palpitaba, teñido de luz verde, jugando con los rayos de la luz de la luna que se asomaban por las cortinas no cerradas. Viste cómo se zambullía por el suelo y las paredes antes de que Loki moviera rápidamente una de sus manos y una araña saliera volando de debajo de tu cama, y quedara colgada en el aire ante ti.
"¡Tírala, tírala, tírala!" Te apartaste y gritaste cuando Loki hizo que la araña volara tras de ti.
Se rió y la lanzó por la ventana abierta.
"Debo decir que ese no es precisamente el motivo por el que me gustaría que me despertaras en mitad de la noche", dijo, dirigiéndose a la puerta.
"¿Qué razón prefieres?" preguntaste de repente cuando sus dedos se enredaron en el pomo de la puerta, dispuestos a marcharse. Tu corazón latía con fuerza y en realidad no estabas segura de haber dicho eso en voz alta.
Se giró con una sonrisa arrogante y dio un paso en tu dirección, sólo entonces te diste cuenta de lo cerca que estabais en realidad. Enrolló un mechón de tu pelo alrededor de su dedo y acercó tu cara a la suya, sus cálidos labios apenas rozaban tu mejilla.
"La humedad entre tus piernas. Tus labios alrededor de mi miembro. O mis dedos en tu intimidad, volviéndote loca. Estas son las razones que preferiría", susurró con voz ronca, tus mejillas se enrojecieron y tu feminidad palpitó.
"Hazlo, entonces", susurraste tú también, olvidando cómo respirar.
"¿Qué quieres que haga, preciosa?" Su dedo acarició tu mejilla y te miró.
"Todo lo que siempre me dices", tu corazón dejó de latir también, "hazlo todo".
Y así, en una fracción de segundo, sus labios estaban sobre los tuyos, saboreando el rubor y las atrevidas palabras dichas a la luz de la luna. Te besó con más suavidad de la que imaginabas, sus manos ahuecaron tu cara y no pudiste evitar apoyarte en él, sumergiéndote en la relajante frialdad de su piel, en el repentino afecto que te rodeaba por completo.
Los brazos de Loki rodearon tu cintura y te acercaron aún más, al mismo tiempo que su lengua se colaba en tu boca, acariciando el paladar. Te dejaste ahogar en el momento, para esperar que durara para siempre.
Sus manos buceaban bajo la camisa de tu pijama, los dedos fríos sobre tu piel caliente te ponían la piel de gallina. Dejaste que te quitara la camiseta, la brisa repentina de la ventana abierta hizo que tus pezones se endurecieran. Sin pensarlo, te cubriste el pecho desnudo con las manos, segura de que el rubor carmesí de tu rostro era bien visible a pesar de la oscuridad.
Loki rodeó suavemente tus manos con sus dedos pulgares masajeando las palmas.
"No..." Su voz era tranquila cuando te animó a exponerte. Lo hiciste, sujetando sus manos, permitiendo que te viera. "Eres perfecta".
De alguna manera era todo lo que necesitabas para entregarte a él por completo. Un beso apasionado volvió a calentar tus labios, y con manos temblorosas te quitaste los pantalones y la ropa interior, temblando de excitación.
Loki dio un paso, obligándote a sentarte en la cama mientras se arrodillaba frente a ti. Te llevó al borde de la misma y con el corazón palpitante dejaste que te recostara sobre las sábanas. Sus manos acariciaron tus muslos antes de separarlos y un delicioso suspiro llegó a tus oídos.
"Oh, preciosa... Maravilloso".
Sentiste cómo sus dedos se sumergían en tu humedad, manchando todo tu intimidad antes de que introdujera dos dedos en tu interior, haciéndote retorcer. Sus dedos eran hábiles, los curvó lo suficiente para dar en el punto adecuado, convirtiéndote pronto en un lío de gemidos, olvidando cómo respirar cuando su lengua recorrió una franja entre tus pliegues, recogiendo el jugo y gimiendo de satisfacción antes de chupar tu clítoris.
Lo tenías arrodillado ante ti, con su boca y sus dedos en tu intimidad, casi se corría en el acto sólo con tu sabor.
Tus dedos se hundieron en su pelo, pero en lugar de apretarlo más contra ti, le tiraste del pelo para besarlo. Tus jugos en su lengua eran salados, sus besos se volvieron más golosos. Te arrastraste hasta la cabecera de la cama, arrastrándolo contigo, tirando de su ropa para quitársela.
Su forma desnuda se apretaba contra tu cuerpo, tú le devolvías los besos perezosamente, con la cara mojada, vuestros cuerpos sudando en la calurosa noche de agosto, las manos pegadas, la respiración agitada.
Te atreviste a besar su cuello, a saborear la sal de su piel, incluso a tirar un poco de él.
Su longitud te pinchaba en el estómago, se retorcía, suplicaba por la fricción, por que el cálido coño se apretara a su alrededor. Lo rodeaste con los dedos y él dejó escapar un suspiro, calentando la piel de tu clavícula que estaba besando. Ajustó su postura, tus piernas se apoyaron en su espalda, ladeó las caderas al mismo tiempo que tú movías las tuyas y, así, su miembro se deslizó por fin en tu dolorido coño.
Jadeaste cuando te llenó por completo, cada centímetro de su miembro dentro de ti, su abdomen rozando tu clítoris.
"¿Cómo puede... cómo puede un mortal ser tan ideal?" Gimió y empezó a empujar, cogiendo rápidamente un ritmo rápido. "Buena niña, toda apretada para mí..."
Clavaste tus colinas en su espalda, obligándole a penetrarte con más fuerza, besando cada palabra de sus labios. Te estaba estirando perfectamente, de la manera que nunca supiste que necesitabas.
"¿Tienes algo más bonito que decir?" Susurraste cuando sus dedos pellizcaron tu pezón antes de amasar tu pecho.
Él sonrió y te besó el cuello, una embestida especialmente fuerte te hizo gemir con fuerza.
"¿A mi chica le gusta que la alaben?" Lamió una franja de su cuello. "Bien, porque hay mucho que elogiar..." Tiraste de él para que te besara, su lengua se deslizó inmediatamente en tu boca, tomando el control que nunca tuviste. "Qué intimidad tan preciosa, apretando mi miembro..." Sonrió cuando gemiste con fuerza, sus palabras te excitaron como nunca habías imaginado. "Esas tetas perfectas rebotando cuando te follo con fuerza, podría correrme sólo con verlas", jadeó en tu mandíbula antes de besarte, con los dedos en tu pezón apretando el agarre. "Mi buena chica..."
Fue demasiado, la electricidad voló desde el lugar donde te pellizcaba los pezones, viajó hacia abajo y se encontró con el calor entre tus piernas, el éxtasis estaba más cerca que el cielo, más cerca que las moléculas que te rodeaban, Loki se tragó tus gemidos y lo único que oíste cuando tus piernas empezaron a temblar fue el chirrido de los muelles. El orgasmo te destrozó como a una muñeca de porcelana, no sabías dónde empezabas tú y dónde terminaba Loki, le sentiste gemir en tu cuello antes de derramar su semen dentro de ti, vuestros cuerpos seguían firmemente unidos segundos después.
Tu respiración volvió a la normalidad, lo que no podías decir de tu corazón que latía con fuerza en tu pecho, su contorno era casi visible en tu piel. Loki se desplomó a tu lado, su respiración no era mejor que la tuya.
Lo único que recordabas antes de quedarte repentinamente dormida era la fría piel de Loki apretada contra ti, sus brazos rodeando tu cintura para pasar la noche en tu compañía.
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Estabamos hablando @alemr02 yo por privado, de cosas sobre la percepción de los espectadores de los personajes, como la presentación de la patru, y tal, y el background general de cada uno, ya sea por edad, estatus y su época, pues tenemos diferentes percepciones entre los personajes, de Alonso, Pacino o Julián se podría sacar que están digamos algo más espabilados, se podría decir que debido a sus posiciones sociales y haber vivido más se han tenido que desenvolver en más ambientes y situaciones o etapas de la vida más diferentes o variopintas que por ejemplo Amelia, también podemos tener en cuenta el aspecto de las tramas o las principales preocupaciones de Julián, Pacino y Alonso son o han sido enfocadas en sus pasados, Maite, el asunto de su padre, Blanca.... y Amelia, que prácticamente nos lo presentan al conocerlos o en el mismo capítulo en el que nos los presentan, pero por ejemplo el caso de Amelia lo que nos mostrarán un poco más tarde es el asunto de la tumba y las fotos, es decir, lo que será o lo que puede llegar a ser su futuro, una de las cosas que más le preocupa.
Amelia: ¡Es tan difícil encontrar una mujer con la que poder hablar de política, arte… de cosas importantes!
Irene: (Sonríe) ¿Y de qué hablan tus amigas?Amelia: De maridos, hijos y la moda de París. A veces creo que las mujeres somos nuestras peores enemigas. Estoy convencida que en un futuro las mujeres podrán hacer lo mismo que un hombre. Si nos oyera mi madre… Está empeñada en buscarme marido… que me case y tenga hijos.
Irene: (se va animando) Y tú no quieres… Amelia: (orgullosa) Yo no necesito un hombre. Irene se la queda mirando. Irene: Pues no sabes la alegría que me das…
Coge la cabeza de una sorprendida Amelia y la besa largamente en la boca. Amelia se queda depiedra, Irene lo nota.
Amelia: (confusa) Necesitar, no necesito a los hombres… pero el caso es que me gustan. Irene la mira, suspira…
Irene: En fin… (coge su pequeño bolso). A ver si esto te interesa más… Abre el bolso, saca un teléfono móvil.
Amelia: Eso… ¿qué es?
Irene: (marca y se lo pone al oído) Tu mundo se te queda pequeño, querida; y eso sí lo podemos solucionar. (al móvil)¿Angustias? Pásame con el jefe, reina… Amelia no puede abrir más los ojos.
El tiempo es el que es, 1×01
La situación de Amelia por ser una mujer joven de un estaus social alto del siglo XIX, le ha favorecido en el asunto de poder estudiar e ingresar en la universidad y otras ventajas, pero también ha tenido bastantes restricciones en cuanto a lo que debe o no debe hacer impuestas por la sociedad de la época. Y aunque la frase "A veces creo que las mujeres somos nuestras peores enemigas" pueda sonar algo controversial, pues creo que va en el sentido de que por lo general no pueden ir más allá por las dificultades de aspirar a más debido a las circunstancias en las que se encuentran. Teniendo esto en mente está bien que luego Amelia intente ayudar en ese sentido al facilitar el acceso a educación con el proyecto de la escuela.
Amelia está desayunando junto un hombre (Contable). Mira en un periódico una noticia sobre la inauguración de un centro de enseñanza a mujeres, abierto por su empresa. Sale una foto suya en el periódico “La fábrica Viuda e hija de Folch abre un centro de enseñanza para mujeres”.
Contable: Amb el degut respecte, no crec que obrir aquestas escoles per a dones analfabetes sigui bo per als seus negocis…
Amelia: No ho sé. Però el que sí tinc clar es que és bo per a elles.
Contable: Peró la seva mare està preocupada. Es molt dispendi…
Amelia: És que van malament els negocis?
Contable: No, no...
Amelia: Llavors, suposo que tindré diners per pagar el seu acomiadament, per impertinent.
El contable, boquiabierto… De repente entra una criada.
Criada: Té vosté visita.
Entra Angustias, vestida de época.
Angustias: Perdona la molestia, Amelia… Pero traigo un mensaje de don Salvador. Y es algo muy urgente.
Sorpresa de Amelia, que se levanta.
Amelia: Vamos de inmediato.
Contable: ¿I jo què faig?
Amelia: (Saliendo con Angustias) Buscar una altra feina
Bloody Mary's Hour, 4×03
En comparación con el resto parece que a estado más entre algodones, y por eso probablemente a veces al principio parecía que era un poco ingenua, pero al entrar a trabajar al Ministerio se le habren las puertas a vivir cosas nuevas (bueno, al resto de la patru también, pero hago énfasis en Amelia por estas razones)
Amelia abre la cama mientras Julián coloca su abrigo y alguna almohada en el suelo, púdicamente alejado. Por supuesto, ambos están totalmente vestidos.
Amelia: Si me viera mi madre durmiendo con un hombre, le daba un aire.
Julián: (Sonríe) Vas a dormir como a cuatro metros de un hombre…
Amelia: (Incómoda) Te debo parecer muy antigua.
Julián: ¡Mujer, naciste un siglo antes que yo! ¡Ya me dirás!
Amelia no puede evitar reírse. Julián también.
Amelia: ¡Pues soy muy moderna, no te creas! Soy la única mujer en la universidad. Y sigo soltera. A mi edad, todas mis amigas están casadas y con hijos. (pausa) Y tú, ¿estás casado?
A Julián le cambia el gesto, pero procura ocultarlo.
Julián: Lo estuve. Murió.
Amelia: Lo… lo siento…
Julián: Tranquila.
Se quedan en silencio unos instantes. Él sigue preparando su lecho.
Julián: La vida es muy extraña. Hace unos días pensaba que nada merecía la pena. Cuando me obligaron a trabajar en el Ministerio, creí que era una locura…
Amelia: No fuiste el único.
Julián:… y sin embargo, ahora sé que me ha dado la vida… Buenas noches.
Julián se acuesta y apaga el quinqué. Y todo queda a oscuras.
El tiempo es el que es, 1×01
El pincel de un pintor colorea un cuadro… En él vemos a la familia de Amelia retratada … Y a una Amelia que está pensativa, ida… Incómoda…
Amelia Off: Soy Amelia Folch. Tengo 23 años y, sin embargo he salvado la vida de El Empecinado… He conocido a Lope de Vega… … Y he visto la Armada Invencible… Viajo por el tiempo como quien se sube a un tranvía…
Volvemos a ver el cuadro que está pintando el pintor. El cuadro responde al gusto burgués del XIX. Está bastante avanzado, aunque no terminado.
Amelia Off: … Pero no puedo contar mi secreto ni siquiera a quienes más quiero: mis padres.
Pintor: Señorita, ¿puede dejar de moverse?
Amelia hace un gesto como de estar harta.
Carme: (A Amelia) Hija, últimamente no sé que te pasa: siempre estás en las nubes.
Todos se recomponen y vuelven a posar para el pintor.
Amelia Off: Aquel día, después de disimular en casa, viajé hasta el Ministerio.
Amelia está ante múltiples pantallas, absorbiendo información como una posesa…
Amelia Off: Julián se entrenaba en el arte de la guerra.
Julián hace prácticas de tiro… Tras disparar, el instructor da a un botón y se acercan las dianas: Julián no ha atinado ni una”. Ernesto cabecea preocupado. Julián intenta justificarse:
Julián: salvo vidas… no las quito.
Ernesto: Hay misiones en las que todo puede torcerse. Y pocas vidas podrás salvar si no salvas antes la tuya.
Julián mira las dianas:
Julián: Pues esperemos que no se tuerzan.
Amelia Off: Alonso, por su parte, se afanaba en ponerse al día con las costumbres del siglo XXI.
Alonso mira serio una revista. Está boquiabierto.
Alonso: ¡Madre del amor hermoso! ¡Qué bellezas!
Ahora vemos que está viendo unas fotos de motos (Harley Davidson).
Los integrantes de la patrulla, junto con Ernesto e Irene y otros agentes del Ministerio celebran el cumpleaños de Velázquez
Amelia Off: A veces, incluso teníamos tiempo para celebraciones.
Angustias entra con una tarta con una vela encendida y la coloca delante de Velázquez.
Irene: (Sonríe) ¿Sólo una vela?
Angustias: Quien quiera saber cuántos cumple Velázquez, que lo busque en la wikipedia.
Velázquez sopla y apaga la vela. Todos le felicitan por su cumpleaños.
Julián: (Irónico a Velázquez) Para haber nacido en el siglo XVII, estás estupendo.
Velázquez sonríe.
Velázquez: Uno, que sabe cuidarse.
Angustias: Venga… Una, dos y…. ¡¡¡Tres!!!
Velázquez sopla y apaga la vela. Todos le felicitan por su cumpleaños.
Amelia Off: De haber sabido lo que se nos venía encima, no nos hubiéramos reído tanto.
Cómo se reescribe el tiempo, 1×03
Se libera un poco de las presiones de su época y toma nuevas responsabilidades como es trabajar de agente y estar al mando de la patrulla, con todo lo que conlleva, y también a relaciones que por lo general no tiene oportunidad de tener.
Como la del compañerismo, a nivel profesional y personal, las relaciones que entabla con su patrulla y otros miembros del Ministerio o algunos personajes históricos, ya sea de a amistad o amorosa/sexual, porque por ejemplo, intuimos que Lope puede ser una especie de crush adolescente de Amelia porque le admira muchísimo por sus obras y acaba un poco coladita por él, pero aparte de eso no parece que antes de que la conocimos haya tenido muchas experiencias en temas amorosos, luego llega Tiempo de Gloria y pues aunque al principio lo evita, pues al final baja la guardia y ve que tiene oportunidad de dejarse llevar y pasar un rato junto a Lope (aunque claro, ya sabemos el historial de Lope, aunque seguro que Amelia también)
Y a raíz de esto pues también podemos ponernos a pensar cosas como la situación de Amelia en su adolescencia/ primeros años de adulta, que para Amelia según las leyes de la época ha sido hace poco, por que la mayoría de edad a los 18 es bastante nuevo, se estableció con la constitución de 1978, antes era a los 21, y por eso no resulta raro que por lo que parece Amelia esté empezando en la universidad a los 23 (eso lo digo porque por lo que dice Amelia en Tiempo de Esplendor, aún le quedaban algunos años más para graduarse)
Amelia se acerca a su madre, sabe que algo le esconde. Amelia coge el libro. Es una edición del 1850 aprox. de Cuentos y refranes populares de Fernán Caballero.
Amelia: (Sonríe cariñosa) Me leíais estos cuentos de pequeña.
Carme: ¿Te acuerdas de la hormiguita que buscaba un pretendiente? Quería casarse cuanto antes.
Amelia asiente, sospecha por donde irán los tiros.
Carme: Guardaba este libro para leérselo a tus hijos… Los nietos son la alegría de la vejez. (Empieza a llorar) Pero se lo regalaré a la Núria Vidal, ella pronto será abuela.
Amelia: Pero madre… todavía soy muy joven.
Carme niega tristemente
Amelia: En tres años habré acabado los estudios y… (por salir del paso) podré pensar en el matrimonio.
Carme: ¿Quién te va a querer con 27 años? Algún viudo quizás…
Amelia no contesta, le enoja la conversación.
Carme: Estás obsesionada con los libros. No ves más allá. Que si Lope, que siCervantes… Pero las mujeres no podemos obsesionarnos en una sola cosa.
Amelia: ¿Y los hombres sí?
Carme: Los hombres pueden permitírselo. Por eso todos los escritores son hombres.
Amelia: (Sonríe satisfecha) Fernán Caballero era una mujer.
Carme se queda sorprendida con la noticia.
Amelia: (Triunfal) ¿Lo ve?
Carme: ¿Y cuántos hijos tuvo?
Amelia: (Con la boca pequeña) Ninguno.
Carme: (Preocupada) ¿Lo ves?
Tiempo de Esplendor, 3×05
Y por ejemplo como dice Carme que Amelia es casi una niña (bueno esto es un poco subjetivo por ser su madre, pero igualmente tiene sentido para la sociedad), aunque claro, eso no quita que la presionen con el asunto de obligar a casarse.
Carme parece escandalizarse un poco, bueno realmente como ya sabemos esa no es la razón, en general Carme estaba como estaba en las cenas porque
a)prefiere hacerle un tercer grado a Julián, no se fía de sus intenciones, porque es un completo desconocido para ella.
(@cucullas en un comentario de esta publicación lo resume muy bien)
b)probablemente el hecho de que Amelia se presente con un pretendiente muy diferente a lo que Carme tiene en mente al buscar un marido para su hija ha sido chocante para ella
Los Folch al completo cenan con su invitado: Julián. La criada sirve el segundo plato, un estofado.
Enric: ¿Y cómo ve el pacto de alternancia en el poder entre Cánovas y Sagasta?
Julián: ¿Yo? Estupendo, lo veo estupendo.
Enric: ¿Y qué me dice de la situación de Cuba?
Julián: Bueno, eso ya no lo veo tan estupendo.
Pausa, siguen comiendo. La madre mira a Julián:
Carme: Está usted comiendo la carne con el tenedor del pescado.
Julián: … Lo siento…
Julián cambia de tenedor. Luego, se echa agua en una copa…
Carme: Y esa es la copa del vino.
A Julián se le cae el cielo encima.
Enric: Déjale mujer, son los nervios…
Carme: Los nervios o la falta de hábito.
Amelia: ¡Madre!
Julián hace un gesto a Amelia.
Julián: Creo que es hora de dejar de hacer teatro…
Amelia coge aire: Julián no puede hacer eso… Carme, atenta a Julián, que la mira fijamente, con calma
Julián: Soy de familia humilde y lo soy a mucha honra. Nadie me ha regalado nada, pero sé tratar a un enfermo mucho mejor que algunos que distinguen los cubiertos de la carne de los del pescado, se lo aseguro.
Amelia suspira aliviada.
Carme: Permítame que la haga una pregunta… ¿Quiere usted a nuestra hija?
Enric: Mujer, tampoco hace falta ser tan directa…
Julián: No, no pasa nada… (A Carme) Claro que la quiero. Estoy aquí, cenando con ustedes, ¿no?
Carme: ¿Y qué es lo que más le gusta de ella?
Julián mira a Amelia, que está cada vez más tensa.
Julián: (Improvisando) Amelia es inteligente. Y divertida… Y guapa, muy guapa… (La mira y ahora dice lo que siente) Pero lo que más me gusta de ella es que haya decidido ir a la Universidad cuando la mayoría de las mujeres son sólo la sombra de su marido. Amelia sonríe.
Enric: Son tal para cual, no cabe duda.
Carme: (Seca) No vayamos tan deprisa. (Se gira a Julián) Mi hija es casi una niña. Y usted un hombre hecho y derecho. Y bien parecido. Estoy segura de que mi hija no es la primera de sus conquistas.
Julián recibe esta frase como un golpe ante el que tiene que reaccionar. Y prefiere hacerlo con la verdad.
Julián: No. No lo es. Soy viudo.
Carme: ¿Y de qué murió su mujer?
Amelia: ¡Ya está bien!
Julian: Murió en un accidente. La atropelló un… un carruaje.
Julián se queda ido. Los demás, en silencio. Cada día que me despierto me pregunto por qué la vida es tan injusta. Todavía lloro cuando la recuerdo. Creo que eso es el amor… Saber que sin la persona que quieres te mueres más rápido. Y buscas un milagro, aunque no creas en ellos.
Se para. Se controla un poco. Mira a Amelia.
Julián: Hasta que, de repente, ocurre. Y encuentras a alguien con quien cada día es una aventura, que lucha junto a ti… Y ese alguien es Amelia.
Enric: (Con la boca pequeña) Collons…
Julián: (A la madre, seco) Será mejor que me marche, pero antes le daré un consejo: usted ya ha vivido su vida, deje que su hija viva la suya.
Se levanta y sale de la casa. Amelia mira a su madre y va tras Julián, mientras los Folch se quedan a solas, mirándose sin saber qué decir.
*******************************************
Julián: Me gustaría pedirles perdón: anoche me fui dejando a mitad la conversación. Y tengo que decirles dos cosas muy importantes.
Los padres de Amelia y ésta se quedan mirando a Julián.
Julián: primera es que Amelia y yo queremos casarnos. Y espero que den su consentimiento.
Enric: Lo tiene.
Carme: Eso está por discutir.
Julián: Tiempo tendrán para ello. Porque la otra cosa que no les dije anoche es que boda no se celebrará de inmediato.
Enric: ¿Y eso? ¿Por qué?
Julián: La semana que viene parto a Cuba como oficial médico.
Enric: ¿Hay guerra otra vez con Cuba?
Julian: Se declarará en unos días… Un periodista amigo mío lo sabe de muy buena tinta. Así que, si consideran el compromiso inaceptable, lo entenderé.
Amelia sonríe levemente, emocionada.
Enric: De ninguna manera. Será un honor llamarte hijo cuando regreses.
Carme: Pero…
Enric: (La corta) Luego hablamos a solas de ello… (A Julián) Yo también quiero dar una noticia importante…
Amelia: ¿Qué noticias son, padre?
Enric: Hablé con un editor de tu novela, del diario ese de los viajes por el tiempo…¡Y le ha encantado la idea! Dice que puedes ser la Julio Verne española.
Julian: (A Amelia) ¿Vas a publicar un libro de viajes por el tiempo?
Mientras Amelia no sabe dónde meterse, Enric engulle otro trozo de filete… Y Carme estalla.
Carme: ¡No aguanto más! ¡Esto es una casa de locos!
El padre empieza a atragantarse.
Carme: Mi hija quiere ser novelista… (A Julián) Y usted no es más que un farsante que quiere aprovecharse de nuestra fortuna.
Inmersos todos en la conversación, no se dan cuenta de que el padre de Amelia se está ahogando.
Carme: Estoy segura de que usted ni siquiera es médico… Pronto lo sabré, porque he pedido que investiguen en su facultad…
Enric ya no puede más y tira del mantel. Está blanco.
Carme: ¡Dios mío, se está ahogando? (Le da un vaso de agua) Bebe, Enric, bebe…
Julián va donde él.
Julián: ¡Levántese!
A duras penas, y con la ayuda de Julián, que detrás de él, presiona con sus dos brazos en la boca del estómago (maniobra de Heimlich).
Carme: (Atacada de los nervios) Por Dios, ¡¿pero qué hace?! Amelia, que lo va a matar. ¡Haz algo!
Julián le da el enésimo golpe y el padre expulsa el trozo de carne con el que se había atragantado. Enric recupera el aliento y se deja caer en la silla.
Carme: (A Julián, agradecida) ¡Le ha salvado la vida!
Julián: ¿Va a seguir investigando ahora si soy médico o no lo soy?
Carme abraza a su marido mientras Julián se acerca discretamente a Amelia.
Julián: (Al oído de Amelia) Destruye el diario.
Una negociación a tiempo, 1×04
Siguiendo con el asunto de la edad de Amelia y la mayoría de edad a los 21, pues si suponemos que por aquella época por lo general se entraba a estudiar a la universidad a partir de de la mayoría de edad, si suponemos que en 1880 es el primer año en la universidad o como mucho el segundo (no se cuanto duraría una licenciatura de filología hispánica en esa época, tendría que buscarlo), pero por el comentario que he mencionado antes de Amelia en Tiempo de Esplendor sobre los años que le quedan en la universidad, supongamos que son 4/5 años, entonces a lo mejor no pudo obtener un permiso para estudiar hasta un par de años después por la dificultad de ser una mujer que quiere estudiar, o eso o ponemos que entro en la uni a los 21 y esté estudiando hasta 1884/1885 porque esos estudios llegan a requerir más años en el programa de la licenciatura, o bien por el asunto de estar compaginando los estudios con otras cosas como el trabajo en el Ministerio, u otras cosas como sacar adelante la empresa familiar o en el caso de la línea de sucesos de lo de las fotos,está el asunto del embarazo y su hija, además lo más probable es que como sería en 1883, probablemente más de una vez que ha asistido a clases o a algún examen ha coincidido con alguna etapa del embarazo.
Además del efecto que tiene a nivel emocional todo el tema del supuesto futuro y su temprana muerte, que ha sido una de las cosas que probablemente pueda haber interferido en la capacidad de concentarse a la hora de estudiar o hacer alguna otra actividad relacionada con los estudios, aunque también podríamos asumir que al igual que en una misión, se abstrae de pensar en el asunto, y se enfoca en cumplir su cometido como estudiante/agente y jefa de patrulla.
Pacino está con Amelia delante de la tumba de ésta.
Amelia: Esta es mi historia y aquí se acaba. Sé cuándo voy a morir. Sé que tengo una hija. Pero tengo tanto miedo por saber la verdad que vivo paralizada.
Se gira hacia Pacino.
Amelia: Salvo cuando estoy en una misión. Es lo único que me mantiene viva de verdad.
Pacino: Debe ser duro saber cuándo te vas a morir.
Amelia: Sí. Y en el fondo debería asumirlo. Nací en 1857.
Pacino no sabe qué decir.
Amelia: Ya te lo he contado todo.
Pacino: Gracias.
Tiempo de Valientes II, 2×08
También podríamos decir que al trabajar en el Ministerio, también está estudiando al hacer uso de sus conocimientos de literartura e historia para la misión X de turno.
Me dejo varias cosas en el tintero pero gracias por vuestra atención y por leer hasta el final:)
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MALAS DECISIONES
Le dije a Guille que se quedara en la escalera y que silbara, con los dedos en la boca, si venía mamá. Guille, mi hermano chiquito, no se trepa al techo, que está después de la terraza, donde está el palomar. Alma, mi hermana grande, que termina el secundario, me hubiera retado igual que me retó el viejo de al lado. Pero ya había pasado la cornisa sin caerme. Tenía a ese ovillo de plumas apiladitas y abiertas, que es como se ponen las palomas cuando se enferman, metida adentro de la camisa y rayándome la piel con su patalear de uñas .¡Bájese de ahí o llamo a su madre! dijo el viejo .Hice como si no lo escuchaba y volví despacito agarrándome de las rejas con una mano mientras hacía equilibrio marcha atrás .Guille subió corriendo y le di la paloma .¡Agarrala , no la aprietes!, dije y busqué el remedio anaranjado, que con un palito envuelto en algodón , tenía que ponerle en la garganta.¡ No cierres los ojos Guille!, dije mientras le abría el pico, cuándo las palomas se enferman se quedan quietitas y tiemblan y esto es como el jarabe de frutilla .Después la puse en una caja y la llevé a mi pieza junto con otras dos y dejé la ventana abierta para que tuvieran aire .Cuando volví de la escuela , ya no estaban .¡Viste Guille, volaron , volaron! y los dos nos quedamos mirando el cielo. No eran de las mensajeras que el tío Oscar nos regaló cuándo lo fuimos a visitar con mamá en el tren, por eso no las vimos más. El tío sabía mucho de palomas y cada vez que me veía decía que yo tenía piernas de boxeador y tiraba unas trompadas al aire. No, creo que lo que decía era que él hubiera sido un buen boxeador si de chico hubiera tenido mis piernas. Eso me decía y lo miraba a Guille que se escondía, agarrado de las polleras, atrás de mamá. El tío Oscar tenía un palomar en el que entrabamos parados, no como el que hizo después papá en la terraza, cuándo volvimos con las mensajeras.´´ Colombófilo, colombófilo´´ me había repetido el tío y yo lo decía en la escuela,´´ Yo soy un colombófilo´´ y nadie sabía de qué hablaba. Cuándo sea más grande y tenga un palomar para entrar parado, voy a correr carreras, voy a tener un reloj que marque la hora que llegan y un buchón que apure a mis palomas campeonas. Guille no había visto al buchón .Le dio miedo entrar por el revoloteo de plumas y un poco de asco por el olor a zoológico. El tío me contó cómo darles de comer y como curarlas con el frasco de líquido anaranjado. Una vez, cuándo yo con una tijera cortaba algunas plumas y Guille cerraba los ojos le dije. ¡No duele Guille!, es como el pelo ves y le corté un mechón. No te dolió¿ viste? es por unos días después crecen , las palomas se acostumbran a este palomar y entonces vuelven. Otro día las llevé en un canasto atado en la parrilla de la bici hasta el río .Vino Alma con un amigo de su grado, si no mamá no me dejaba. Ya en el río el pecho se me salía y levanté despacio la tapa del canasto y volaron tan alto que no se veían .¡Van a llegar campeonas! Dije , pero me dio un poco de miedo. Para que Guille no llore le había dicho que se quedara en la terraza esperándolas con la lata que había sido de dulce de batata, llena de mezcla de maíz y otras semillas. A él le gustaba zarandearla por el ruido a lluvia que hacía .Cuando llegamos con Alma y su amigo, las dos mensajeras estaban paradas en la reja, que era el lugar que a mamá no le gustaba que se pararan porque la caca caía justo en el patio en frente de la cocina. Pero además de las mensajeras, que eran mensajeras de veras, porque tenían como un pochoclo sobre el pico que les servía para no perderse, habían bajado a comer la negrita, la gris oscura ,que tenía una pata dada vuelta y le faltaban dos dedos y una rara de cola abierta y muy blanca. ¡Mamá mamá volvieron ,volvieron !no parábamos de gritar .Las palomas nuevas venían de una palmera de la plaza a comer las semillas tiradas por el suelo y después se acostumbraron al sonido de la lata .Era moverla y aparecían todas juntas. Decía mamá que ensuciaban mucho y lo dijo varias veces y cuando mamá decía las cosas varias veces y como separando las letras de las palabras era porque algo no le gustaba y cada vez le gustaría menos porque separaba más las letras. Mamá seguía diciendo que ensuciaban y ya era cuando la negrita y la gris oscura habían tenido pichones y habían aparecido para quedarse cuatro marrones con las alas marrones y blancas. La colipavo se había encontrado otra igual con la cola abierta y para distinguirlas Alma le tejió una pecherita con lanas rojas y verdes que se la atamos por detrás del cuello, como un babero. Pero no resultó y Alma se enojó .¡Después de tanto trabajo, dijo, que desagradecida !la colipavo blanquita se volvió loca tratando de desprenderse con las uñas de las pata y casi se ahorca pero la sacó .No era grande el palomar que hizo papá con maderas clavadas a la pared y pronto las palomas se peleaban por ocupar sus lugares .Yo volvía cada vez más rápido con la bici y mis campeonas me esperaban en la reja, entonces me ponía un pan en la boca y paradas en mis hombros lo picaban y yo podía mirarlas a los ojos, brillantes como un espejo .En el suelo era difícil porque ellas caminan moviendo la cabeza , paran, te miran con un ojo y después con el otro. Escuché que mamá le decía a papá que haber hecho un palomar había sido una mala decisión y papá le contestó que la mala decisión había sido de´´ tu hermano ´´y cuando papá llamaba al tío Oscar ´´Tu hermano ´´ era porque también estaba enojado. Por eso creí que si los padres y los tíos podían tomar malas decisiones, también las palomas, que se empezaron a ir de una en una sin despedirse . Cuando solo quedaban las dos mensajeras, antes de salir para la escuela, porque siempre se iban en esas horas , nos arrodillamos con Guille frente al palomar y rezamos. Al volver no estaban. ¡Guille las palomas pueden tomar malas decisiones ! dije y fui a tirar la bolsa de mezcla en el tacho de la basura que está siempre al lado de la parrilla y vi un cajón de madera que usa papá para prender el carbón, con algunas plumas blancas apretadas en las hendijas. Yo conocía gallinas coloradas pero nunca vi una blanca .Esa noche, en la cena Guille imitaba la vos de las palomas y me miraba¡ Gu cuuu Gu cuuu! hacía y me miraba. Alma estaba callada y yo no le sacaba los ojos de encima . Ella muchas veces decía que iba a lo de Cecilia y tomaba la decisión de ir a la plaza. Y yo le quería pedir que viera si las mensajeras rondaban por la palmera, pero como ella había tomado la decisión de no decir que iba a la plaza yo creí que tenía que tomar la decisión de no preguntarle en la mesa. Cuando terminó ,se levantó y sin mirarme se fue rápido a su cuarto. ¡Terminá de comer ,querés! dijo mamá , Que me duele la panza dije. Papá se levantó también de la mesa y volvió con una caja de vidrio llena con agua y con dos pescaditos anaranjados con boquitas de besar. Guille les fue a hacer caras con la nariz contra el vidrio.. Este es´´ bur´´ y esta es ´´buja´´, dijo papá , ¿vieron que lindos colores? Si, dije mejor me voy a dormir con el abuelo que cuando me duele la panza me tapa y pone arriba su sobretodo y su saco para que este más calentito . Mi papa dijo ¿Querés llevarlos para que los vea el abuelo? y yo dije que no.Me cambié y en piyama me fui al departamento de mi abuelo en el fondo de casa y pensé que Guille no los iba a poder acariciar ni darles de comer de su boca. Cuándo ya estaba acostado, el abuelo se acercó con una silla , me toco la cabeza y me preguntó si me gustaban los libros de piratas y de islas y de barcos que andaban por lugares peligrosos . Dijo que eran piratas buenos y entonces pensé que no tomarían malas decisiones y que seguro tenían palomas.
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(Algunas) Cartas a Alfred Douglas
[? Enero de 1893]
Mi Muchacho,
Tu soneto es absolutamente delicioso, y es un portento que esos labios tuyos, rojos como pétalos de rosa, hayan sido hechos tanto para la música o el canto, como para la locura de los besos. Tu alma delgada y áurea camina entre la pasión y la poesía. Sé que Jacinto, al que Apolo tan locamente amó, fuiste tú en los días griegos. ¿Por qué estás solo en Londres, y cuándo vas a Salisbury? Debes ir allí a refrescar tus manos en el gris crepúsculo de las cosas góticas, y ven aquí cuando quieras. Es un lugar encantador —sólo faltas tú; pero ve primero a Salisbury. Siempre, con imperecedero amor, tu
Oscar
Esta carta, robada tal vez a Douglas por alguno de sus chulitos, fue utilizada como prueba contra Wilde en uno de los procesos de 1895. Oscar alegó que se trataba de una obra de arte, y dijo que un amigo suyo la había convertido en un soneto francés. Y en efecto, en la revista de Oxford Spirit Lamp en el número correspondiente a mayo de 1893, figura un soneto en francés, anónimo, basado en la carta, y que Wilde dijo ser de su amigo —en aquel entonces— Fierre Louys.
[Marzo de 1893]
El más querido de todos los muchachos,
Tu carta era deliciosa, vino rojo y amarillo para mí; pero estoy descontento y triste. Bosie, no debes hacerme escenas. Me matan, destruyen la hermosura de la vida. No puedo verte, tan griego y grácil, desfigurado de furor. No puedo oírte decir, con los labios torcidos, cosas abominables contra mí. Preferiría [ser chantajeado por todos los chulos de Londres] a verte amargo, injusto, odiando. Necesito verte enseguida. Tú eres lo divino que deseo, y lo encantador y bello; pero no sé cómo hacerlo. ¿Debo ir a Salisbury? Mi cuenta aquí es de 49 £ por semana. Tengo también un nuevo apartamento sobre el Támesis. ¿Por qué no estás aquí, mi querido, mi hermoso muchacho? Temo tener que dejar esto; sin dinero, sin crédito, y con el corazón de plomo. Tuyo,
Oscar
Esta carta fue también leída durante los procesos como prueba contra Wilde. Sin embargo se omitió (no sabemos si por excesivamente cruda u oscura, pues lleva el término argótico renter) la frase que va entre corchetes; pero que el propio Wilde citó textualmente al referirse a esta carta en el De Profundis (pág. 86, en la traducción de José Emilio Pacheco. Muchnik Editores, Barcelona, 1975).
[? 12-15 de abril de 1893]
Queridísimo Muchacho,
¡¡Acabamos de concluir sólo el Acto 2!! No esperes. Encarga, por supuesto, lo que quieras. Almuerzo mañana, 1.30: en el Albemarle. Mañana no iré para nada a los ensayos. Siempre tuyo:
Oscar
Pequeño billete de excusa (posiblemente por no acudir a una cena) escrito durante los ensayos de la comedia Una mujer sin importancia.
[? Mayo de 1893]
Mi querido Muchacho,
Aún sin carta tuya. Pero espero hallar unas líneas cuando vaya a casa. He almorzado esta tarde con el Príncipe Troubetzkoy y la Sra. Chanler. Él ha hecho un delicioso retrato de ella, y quiere hacer uno hermoso tuyo. Le he hablado de ti. Se va con los Battersea para acabar un retrato de Cyril pero regresará en otoño. Debes en verdad ser pintado, e incluso realizarte una estatua de marfil. Willard, el actor, almuerza conmigo el jueves para hablar de negocios. Espero tentarle para que me haga algo de «el oro que grifos custodian en la agreste Armenia». ¿Vendrás el miércoles? Si es así, cenas conmigo. Siempre tuyo,
Oscar
La cita procede de un parlamento de Guido en el Acto II del drama de Wilde La Duquesa de Padua, escrito en París en 1883.
[? Diciembre de 1893]
Mi más querido Muchacho,
Gracias por tu carta. Estoy agobiado por las alas de los buitres acreedores, y deprimido, pero feliz al saber que somos de nuevo amigos, y que nuestro amor ha cruzado la sombra y la noche del desvío y la aflicción y resurge coronado de rosas como antaño. Seamos infinitamente queridos el uno para el otro, como en verdad siempre lo hemos sido. He oído que Bobbie está en la ciudad ¡derrengado y barbudo! ¿No es espantoso? Todavía no lo he visto, Lesly Thomson se me ha presentado, ansioso en extremo por dedicarme su vida entera. Tree me ha escrito una larga carta apologética. Sus razones son tan razonables que no puedo entenderlas: un cheque es el único argumento que comprendo. Hare vuelve a la ciudad la próxima semana. Voy a hacer un esfuerzo por inducirle a mirar mi nueva comedia como una obra maestra, pero tengo serias dudas. Y ésas son todas las noticias. ¡Qué horribles son las noticias! Pienso cada día en ti, y soy siempre devotamente tuyo.
Oscar
Bobbie (al que también llamó Robbie), es Robert Ross (1869-1918), uno de los más fieles y continuados amigos de Wilde. Es muy probable que el inicio de su amistad fuera una relación homoerótica.
[Circa 16 de abril de 1894]
Mi más querido Muchacho,
Tu telegrama acaba de llegar; ha sido una alegría recibirlo, pero te echo mucho de menos. El jovial, áureo y encantador muchachito se fue —y yo detesto a todos los demás: son tediosos. Además estoy en los purpúreos valles de la desesperación, y no han caído del cielo monedas de oro para alegrarme. Londres es muy peligroso: los escritores salen de noche y escriben, el rugido de los acreedores al alba es aterrador, y los procuradores llenos de rabia muerden a la gente. ¡Cuánto te envidio a ti, bajo la Torre de Giotto, o sentado en la loggia mirando al verde y dorado dios de Cellini! Debes escribir poemas como flores de manzano. Ha aparecido el Yellow Book. Es obtuso y detestable, un gran fracaso. Estoy muy contento. Siempre, con mucho amor, tu
Oscar
Volviendo de Egipto, Alfred Douglas estuvo un mes en Florencia. Wilde acudió a recogerle en mayo. Y allí se encontró —de nuevo— con André Gide, que le escribió a su madre: «¿A quién dirás que encontré aquí? ¡A Oscar Wilde! Está envejecido y feo, pero siempre extraordinario narrador, pienso que un poco como debió de ser Baudelaire, pero quizá menos agudo y más encantador».
[? 20 de abril de 1894]
Mi más querido muchacho,
La vida aquí es prácticamente la misma. Encuentro un depurado placer en ir a afeitarme a Air Street: siempre se pregunta por ti y, como en un soneto, se hacen alusiones a tu dorado y sedoso pelo. Recibí a un emisario de Mansfield, el actor, esta mañana. Pienso escribir El Cardenal de Aviñón de una vez por todas. Si hallo paz, quisiera hacerlo. Mansfield podría representarlo espléndidamente. El texto de Max sobre los cosméticos en el Yellow Book es maravilloso: Suficiente estilo para tan gruesa escuela, y todo muy preciosista y pensado: completa y deliciosamente equivocado y fascinante. Tuve un frenético telegrama, de quien menos supones, ¡de Edward Shelley!, pidiéndome que le viera. Cuando vino, naturalmente tenía problemas de dinero. Como me engañó burdamente, yo, por supuesto, le di dinero y estuve amable con él. Me parece que perdonar a nuestros enemigos es el más morboso y curioso placer; quizás debiera reprimirlo. Con amor, tuyo siempre.
Oscar
Edward Shelley era un joven empleado de la editorial Mathews and Lane, a quien Wilde pudo conocer a fines de 1891. Después de una relación evidentemente interesada —Shelley, sin empleo, chantajeó o pidió dinero al escritor varias veces—, fue presentado como testigo contra Wilde en los juicios de 1895.
«¡La felicidad, no! ¡Sobre todo nada de felicidad! ¡El placer! Hay que preferir siempre lo más trágico», exclamaba en cierta ocasión Oscar Wilde. Mucho más que un aforismo, la frase contiene toda una declaración de principios, que el propio Wilde llevaría hasta sus últimas consecuencias con admirable literalidad. De hecho, en el suntuoso argumento de su vida, la tragedia tuvo un nombre: Lord Alfred Douglas. Este muchacho de aspecto «jovial, áureo y encantador» fue, ciertamente, el gran amor de Wilde, la viva encarnación de su apetecido ideal, pero también la causa directa del escándalo que le conduciría a los tribunales primero y de allí a la ruina y a la cárcel, de la que Wilde saldría convertido en patética sombra de sí mismo.
Cartas a Lord Alfred Douglas escritas por Oscar Wilde. Traducción de Luis Antonio de Villena. Prólogo y cartas 2, 5, 6, 8, 9 y 10.
Oscar Wilde (1987). Cartas a Lord Alfred Douglas. Tusquets Editores.
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