#marca de ropa
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im-the-hero-jess · 6 days ago
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diamondswears · 1 year ago
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VISITA NUESTRA WEB ESTE BLACK FRIDAY DESCUENTOS DE HASTA EL 50% !! https://diamondswears.myshopify.com/
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telerealrd · 2 years ago
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Tanya Guefre, la marca de ropa de madre e hija que une a Miami y Brasil en un negocio exitoso
Tanya y Danubia Guefre, madre e hija, han creado la marca de ropa Tanya Guefre “de una latina para otra”. Esta marca tiene la peculiaridad de que Tanya maneja el negocio en Miami y Danubia en Brasil, a pesar de las distancias han logrado crear un negocio estable. Producen en Brasil, con la supervisión directa de Tanya, y distribuyen en Estados Unidos, bajo la guía de Danubia. La marca surge…
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aricastmblr · 4 months ago
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Jimin Jungkook en pijama
la marca dice que efectivamente eran pijamas de pareja
"¿Qué tal usar pijamas de pareja y ver el programa juntos?"
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merqries · 1 year ago
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CAPÍTULO XII : 𝐌𝐄𝐑𝐂𝐔𝐑𝐘 𝐊𝐖𝐎𝐍 en el museo del louvre .
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adribosch-fan · 9 months ago
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Estafa en redes sociales: Ropa de marca, ¿real o falsa?
La emoción de comprar ropa de marca se desvanece cuando la entrega revela una falsificación. Conoce la nueva estafa que azota las redes sociales. Nueva estafa en auge. Con los precios en alza, la población desea seguir adquiriendo ropa de marca y de calidad, pero también está dispuesta a explorar otras alternativas. Es en este momento cuando se encuentra con una estafa, que los espera detrás de…
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julissadesigns · 1 year ago
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Modelos hombres modelando ropa de mujer , nueva campañia de Addidas #ult...
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karlitachan · 2 years ago
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Les dejo este pequeño video #Haul donde comparto compras de cosmeticos y ropa con marca 3B 😃
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myillicitaffair · 9 months ago
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Hands to myself | Esteban Kukuriczka.
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Sumario: mañanas tranquilas con tu novio.
Warnings: sexo explícito (+18), fingering, sexo desprotegido, dirty talking.
Notas: cómo argentina, me parece preocupante la falta de fanfics que hay de este hombre xx.
Créditos: esta inspirado en la canción de Selena Gómez, las imágenes del principio no me pertenecen y las encontré en pinterest, sin embargo, el collage fue hecho por mi.
1.3k words.
La suave brisa bonaerense inunda el amplio cuarto, jugueteando con mis mechones, desperdigados en las almohadas. El sol empieza a colarse sin consideraciones por las ventanas entreabiertas, obligando a mis cansados parpados a perforar mi sueño.
Los fuertes brazos anclados en mi cintura me atraen aún más cerca del hombre dormitando a mi lado, su rostro anidado en mi cuello, su dulce y varonil aroma inundando mis fosas nasales, envolviéndome en su calor corporal.
“Buenos días, Tebi”- Murmuro suavemente, cubriendo sus hombros con delicados besos para despertarlo.
“Buenos días, preciosa”- Responde, despegándose de la somnolencia y serpenteando sus extremidades con las mías.
Hinco mis dientes seductoramente en su piel descubierta, salpicándolo con pequeñas marcas rojas en contraste con su tez pecosa. Ansiosa, deslizo mis piernas sobre las suyas, posicionándome a horcajadas sobre su regazo.
“¿Andamos cariñosas esta mañana?”- Socarrón, amasa la desnudez de mis caderas entre sus palmas, causando que nuestros sexos se rocen firmemente. La burlona fricción no está ni cerca de ser suficiente para calmar las llamaradas que empiezan a asentarse en mi estomago bajo.
“Dale, amor, ¡por favor te pido!”- Ruego impaciente, tratando de replicar sus movimientos. Su agarre me mantiene estática en mi lugar, sin permitirme mover.
“¿Por favor qué?”- Finge inocencia mientras las puntas de sus dedos empiezan a dibujar entramados sobre mis costillas, trepando hacia mis pechos.
Atrapa mis pezones entre sus yemas, jugueteando con ambos a la vez, hasta sentir como se endurecen ante sus atenciones.
“Tocame, te necesito…”- Aclaro sin aliento.
Con una sonrisa ladina, acerca su boca hacia el derecho, provocando el montículo con la lengua hasta empezar a succionarlo con urgencia. Me enredo en su cabello, tirando de el con ferocidad, ganándome un gimoteo de satisfacción de su parte.
Separándose de mi abusado busto, observa mis ojos con cierta malicia impresa en los suyos al tiempo que me restriega contra su palpitante centro. Una creciente erección se hace notar bajo la ropa interior que nos separa.
“Mira lo que me haces”- Acentúa su punto al embestir mi coño cubierto con su pulsante miembro. Mi boca se entreabre ante el placer repentino- “Me pones tan duro.”
“Tebi, no puedo más”- Susurro cuando su mano baja por mi estomago hasta hallar mi intimidad, desliza mi tanga por mis pantorrillas para así estimular el clítoris en premeditados movimientos circulares. Creo enloquecer ante sus ralentizadas caricias
Asienta su toque errante en mi humedad, sus yemas buceando entre mis jugos. Retira sus dedos índice y corazón, para luego sorberlos ruidosamente, lamiendo mi reluciente excitación.
“¿Quién te tiene así de mojadita? Mh?”- Pregunta orgulloso, sabiendo perfectamente que el es el causante.
Reanuda sus ministraciones en mi núcleo, colándose por entre mis labios para penetrarte con dos dígitos. Mis orbes fijos en sus movimientos, aun desconcertada por lo obsceno de su accionar.
Rápidamente acelera sus movimientos, curvándose para golpear la esponjosa cavidad. Su longitud roza todos mis puntos sensibles, acercándome a un inexorable crescendo. Sumergida en el disfrute, lo único que escapa mis cuerdas vocales son quejidos de satisfacción, entrelazados con gemidos nombrándolo.
“Contestame, nena. ”- Reclama, forzando el contacto visual al aprisionar mi mandíbula en su agarre.
“Vos, Kuku, ¡solo vos!”- Contesto, hundiendo mis uñas en la tersura de sus bíceps, marcando lunas crecientes para la posteridad. Una sonrisa engreída tiñe sus delicadas facciones al notar mi estrechez aspirándolo, signo de mi orgasmo aproximándose a pasos agigantados.
Meciéndome sobre sus largos dedos, comienzo a percibir las avasallantes olas de mi culminación; la presión en mi vientre amenazando con explotar, la euforia difuminando todo a mi alrededor, centrándome solo en el rostro de mi novio cercano al mío.
El clímax se ve remplazado por un insoportable vacío cuando retira sus dígitos de mi calor, negándome la liberación. Un sollozo se cuela por mi expresión desahuciada, mis ojos alarmadamente abiertos cubiertos por una fina capa de lágrimas.
“No no no, por favor”- Lloriqueo en su oído, tratando de reganar el pasado contacto. Sus fuertes extremidades me aquietan por encima de su muslo, logrando que mis movimientos mueran lentamente.
“Tranquila, linda. Ahora te voy a coger, ¿sí?”- Pronuncia, apaciguando mis patéticos hipidos. Asiento frenéticamente, deseosa de sentirlo en mi interior.
Con un preciso movimiento, me enjaula bajo suyo, su largo cuerpo enmarcando al mío. Lo observo despojarse de sus calzoncillos, ardiendo al presenciar su desnudez absoluta.
Mis ojos merodean desde su esbelto pecho hasta los colorados vellos que trazan el inicio de su pelvis, gruesa y rebosante de líquido preseminal.
Casi ausente, permito que mi mano recorra su cuerpo, centrándome en su furioso pene. Con lánguidos movimientos, trazo su longitud, torciendo mi muñeca para proporcionarle el mayor placer posible.
“Me vas a matar, bebé”- Confiesa, acalorado y excitado. Sus rizos cobre empiezan a pegarse a su frente ante el esfuerzo físico, unas singulares gotas de sudor recorren su tórax.
Toma mis extremidades superiores entre sus garras para anclarlas sobre mi cabeza, dejándome completamente a su merced. Con un gesto busca mi consentimiento, el cual soy rápida en proporcionarle.
Su glande comienza a ingresar por mi núcleo, empujándose pacientemente dentro mío. Mas allá de la cantidad de veces que repitamos el procedimiento, jamás lograría acostumbrarme a la deliciosa manera en que me estira. El aire se condensa de sus suspiros de alivio al sentir su polla completamente en mi interior.
Así, inmóvil entre mis piernas, logro sentir cada una de sus vena latiendo dentro mío, las crestas y surcos que lo componen.
“Hace conmigo lo que quieras, Kuku, pero por favor movete”- Demando sin aire, todavía pasmada por la intrusión.
Ni bien las palabras me abandonan, Esteban retira su falo casi por completo antes de embestirme ferozmente. Su boca yace abierta, su cara contorsionada por el deleite, sus cejas arrugadas entre sí… La vista más bella del mundo.
Noto que mis caderas intentan acompasarse a su compás, encontrándolo a medio camino. Un frenesí casi inhumano apoderándose de ambos, obligándonos a acelerar el ritmo para satisfacer aquel deseo tan primal.
Su palma izquierda apresando mis muñecas fuera de su camino, la derecha se posa en mi abultada panza, advirtiendo la protuberancia que su pene delinea en mi vientre bajo. Un gemido nace de mi garganta al notar lo que ocurre.
“Así de profundo te estoy cogiendo, nena”- Gruñe en mi oído, su mano aún en mi estómago, sus penetraciones cada vez más hondas.
“Ay, Esteban, estoy tan llena”- Plaño frente a su boca, robándole un chape al notarme increíblemente mojada ante la imagen.
Vuelven a apropincuarse las primeras olas de mi culminación quemándome por dentro, consiguiendo desesperarme por concluir. Sin siquiera notarlo, mi voz se fuerza por vociferar el regocijo que me inunda, aumentando su volumen a medida que mi clímax me alcanza.
“Dios, me voy a venir”- Advierto, enloquecida por las sensaciones apoderándose de mí. El mayor se apresura, complaciendo mi pedido tácito.
Su boca busca de nuevo la mía cuando mi coño pulsa delirantemente su entrepierna, buscando conducirlo hacia su propia liberación.
“¿Ah sí? ¿Me vas a empapar la chota, amor?”- Cuestiona, sabiendo cuanto me gusta que me hable así de sucio.
Su nombre huyendo de mis labios como mantras, mis uñas anclándose en su espalda, marcándolo como propio.
Me entrego al orgasmo que me engulle, mi cuerpo retorciéndose espasmódicamente bajo su imponente figura, mi centro manchándolo con mi corrida al contraerse.
En la brevedad, aúlla desaforado pues su masculinidad pulsa hasta derramarse dentro mío. Su semen pintando mis paredes internas, colmándome por completo.
Se retira de mis cavidades con lentitud luego de venirse, procurando que sus espermatozoides permanezcan en mi interior. Selecciona mi ropa interior de las desechas sabanas, calzándomelas como si nada.
“Así no se escapa nada”- Murmura, regalándome un pico. Me fascino ante la idea de mantener su eyaculación así de cerca de mí.
Lo arropo contra mí, exhausta y saciada, con la intención de quedarme atrapada en sus brazos por un rato más. Recíproca mi voluntad, reposando su cabeza entre mis pechos y acariciándome delicadamente.
“Te amo”- Digo luego de unos instantes, observándolo maravillada.
“Yo te amo más”- Responde, presionando nuestras bocas en un beso descuidado.
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im-the-hero-jess · 1 year ago
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Hellou soy Jess jeje tengo una marca de ropa en Ecuador y también hago envíos a todo el mundo 🌎🩷 si les gusta síganme, lo hago con todo mi corazón 🫶🏻 me pueden encontrar en Instagram como @romee.ecu
Mil gracias linda vida ✨
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flan-tasma · 9 months ago
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Their favorite
💖~ Clothes they like on you
Remember that requests are open!
Warning: spicy | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
Kaeya, Childe, Itto, Heizou, Wanderer, Lyney, Wriothesley
Les gustan las faldas cortas, son bonitas y frescas, y las adoran más cuando tú las usas. Cuando la tela se mueve cuando caminas, cómo parece que se encoge cuando te sientas en su regazo. Sobre todo adora las faldas porque puede tenerte alrededor de su polla con total libertad, levantar tu falda y follarte en ese mismo momento sin mucha batalla, solo levantando tus piernas y abriéndote para él.
Aether, Venti, Thoma, Gorou, Tighnari, Cyno
Existe un placer culposo en verte en pantalones cortos, ver tus muslos es uno de esos placeres y lo disfruta cada vez que puede, pero ver sus dedos perdiéndose entre tu piel suave y la pequeña prenda lo vuelve loco. Desea arrancarte la ropa, tirarla a un lado y exponer todo para él, follarte los muslos y mancharlos con su semen hasta quedar seco. Le gusta verte sentada, ver tus muslos rozando y casi saliendo por el short. Siempre tiene sus ojos en ti y su respiración se entrecorta.
Diluc, Albedo, Zhongli, Kazuha, Alhaitham
Le gustas tu enteramente, pero verte en pantalones es tan bonito que no puede evitar tocarte, no te quita las manos de encima. La forma en que el pantalón se pega a tu trasero y a tus caderas lo hace ver la gloria, poder apretar tus glúteos y meter la mano entre tus piernas lo hace tan feliz. Siente que están más juntos que nunca sin importar la ropa que llevan puesta. Ama las nalgadas, los apretones y los rasguños ligeros contra los pliegues del pantalón que le sorprende no haber manchado sus pantalones todavía.
Xiao, Baizhu, Ayato, Kaveh, Neuvilette, Dainsleif
Los muslos y el trasero son geniales, si se lo pides jamás dirá que no. Pero nada puede ser más excitante que verte con ese escote pronunciado. El más mínimo centímetro que revele tus pechos lo hará sonreír y no apartar la mirada hasta que se lo pidas. Sueña con tocar, amasar y morder alrededor del escote sin quitarte la blusa, solo acariciando sobre la tela y mordiendo la piel expuesta hasta pintar diversas marcas ovaladas y rojizas que griten su nombre a todos los que te vean.
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English:
Kaeya, Childe, Itto, Heizou, Wanderer, Lyney, Wriothesley
They like short skirts, they are pretty and fresh, and they love them more when you wear them. When the fabric moves when you walk, how it seems to shrink when you sit on his lap. Above all he loves skirts because he can have you around his cock with total freedom, lift your skirt and fuck you right then and there without much of a fight, just raising your legs and opening you for him.
Aether, Venti, Thoma, Gorou, Tighnari, Cyno
There is a guilty pleasure in seeing you in shorts, seeing your thighs is one of those pleasures and he enjoys it every chance he gets, but seeing his fingers getting lost between your soft skin and the small garment drives him crazy. He wants to rip off your clothes, throw them aside and expose everything for him, fuck your thighs and stain them with his cum until he's dry. He likes to see you sitting, to see your thighs rubbing and almost coming out of the shorts. He always has his eyes on you and his breathing hitches.
Diluc, Albedo, Zhongli, Kazuha, Alhaitham
He likes you completely, but seeing you in pants is so nice that he can't help but touch you, he can't keep his hands off you. The way the pants cling to your butt and hips makes him look glorious, being able to squeeze your buttocks and put his hand between your legs makes him so happy. You feel like you are more together than ever no matter what clothes you are wearing. He loves the spanking, the squeezing, and the light scratches against the folds of his pants that he's surprised he hasn't stained his pants yet.
Xiao, Baizhu, Ayato, Kaveh, Neuvilette, Dainsleif
The thighs and butt are great, if you ask him he will never say no. But nothing can be more exciting than seeing you with that plunging neckline. The slightest inch that reveals your breasts will make him smile and not look away until you ask him to. Dream of touching, kneading and biting around the neckline without taking off your blouse, just caressing the fabric and biting the exposed skin until you paint various oval, reddish marks that scream his name to everyone who sees you.
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aricastmblr · 1 year ago
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coctelmolotov · 2 years ago
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Ask
Si pudieras tener la atención de alguien ahora solo con pensarlo ¿Quien sería?
¿Qué es lo que más te preocupa últimamente?
 ¿Qué hábito tienes ahora que te gustaría haber empezado a tener antes?
¿Quien fue la última persona a la que le enviaste una foto?
¿De donde era la ultima persona a la que le mandaste nudes?
¿Que es lo último a lo que le tomaste una foto?
¿Quien fue la última persona a la que le mandaste un audio?
¿Qué serie estás viendo ahora?
¿Que canción no puedes sacar de tu cabeza?
¿Qué invento crees que es necesario y todavía no se ha fabricado?
¿Te gusta el chocolate?
¿A que fue lo ultimo que le diste like?
¿Cuántas redes sociales tienes?
¿Cual es esa película que odias?
¿Cual es esa película que amas?
¿Hay alguien con quien te gustaría hablar pero no puedes?
¿Has hecho llorar a alguien a propósito?
¿Has golpeado a alguien?
¿Cual es tu marca de ropa favorita?
¿Que opinas de la pizza hawaiana?
¿Crees en cosas paranormales?
¿Te consideras una persona madura?
¿Te agrada la persona en la que te has convertido?
¿El momento más incómodo de tu vida fue?
¿Algo que necesites decir?
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nebulamorada · 4 months ago
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Tu esposo, Cregan Stark, quien a pesar de su gruesa y estoica constitución jamás fue más que tierno entre las sábanas; su gran cuerpo sobre ti brindando proteínas y calor en lugar de dominación mientras ambos hacían el amor durante las largas noches del invierno.
Tu esposo, Cregan Stark, quien comparte una mirada de complicidad contigo cada que debe irse fuera de Winterfell, sabiendo lo que les espera a ambos en su regreso.
Tu esposo, Cregan Stark, quien luego de unas semanas cumpliendo algunos deberes en el muro irrumpe en sus aposentos compartidos, despidiendo a las damas que te asistían ordenándoles cuidar de Rickon y prohibiendoles interrumpir el resto del día.
Tu esposo, Cregan Stark, quien acaricia toda la piel que se muestra de tu cuerpo a medida que quita las ropas, completamente desesperado por sentirte de nuevo a su alrededor.
Tu esposo, Cregan Stark, que pasa al menos una hora con la cabeza entre tus piernas una vez te tiene en la cama, después de días que se sintieron como años lejos de ti, de tu calor, de tu olor...de tu sabor.
Tu esposo, Cregan Stark, quien hace que cada quejido y gemido que tengas para decir sea lo suficientemente alto como para que gran parte del castillo lo escuche.
Tu esposo, Cregan Stark, quien no importa como te haya tomado, siempre hace que haya una bañera de agua caliente para cuando terminen, en la que ambos se meten para que él cuide de ti, frotando suavemente la esponja enjabonada contra tu piel, mientras una vez que ordenas tus pensamientos y recuperas la capacidad de decir algo más que su nombre, está feliz de responder cada pregunta que tengas de sus días en el muro.
Tu esposo, Cregan Stark, el responsable de que la mañana siguiente tengas a tus damas sonrojadas entre risitas cuando aplican cremas y aceites en tus marcas y chupones.
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deepinsideyourbeing · 26 days ago
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Okay, ¿pero todas vimos el nuevo post de enzo? Me imaginé un Enzo!Vouyer que se pone triste porque la vecina cubre las ventanas, pero que decide tomar la acción en sus manos 🤓☝️
Kinktober, Día 8: Exhibitionism
Durante meses cubrir los ventanales de tu nuevo hogar fue innecesario y una tarea que postergaste sin pensarlo. La luz natural que se reflejaba en todos los rincones del loft resultaba perfecta y sólo comenzaste a considerarla un problema una vez que la llegada de la primavera provocó que los rayos del sol te despertaran cada día más temprano.
Cuando Enzo te encontró en la entrada de tu edificio, batallando con cajas de diferentes tamaños y largos, tu explicación pareció desconcertarlo. Por supuesto que no entiende, pensaste mientras llevaban las cajas hacia el ascensor, la disposición de su edificio es diferente y el sol no lo deja ciego cada vez que despierta.
-No, esto no va a entrar acá- comentó luego de analizar las dimensiones del ascensor-. Vamos a tener que ir por las escaleras.
Una vez que dejó la última caja en tu sala de estar preguntó si sabías cómo instalar las cortinas: estabas convencida de que no podía ser tan difícil, seguramente tenían algún instructivo, pero cuando no encontraron ninguno Enzo volvió a convertirse en tu salvador y comenzó a trabajar en la instalación.
-Esto lo tenían que hacer los de la empresa- comentaste mientras depositabas un tornillo en su palma-. Estuve toda la mañana acá y nadie tocó el timbre, tampoco me llamaron, directamente me llegó la notificación de que el pedido fue entregado.
-Son tremendos...
-Y el colmo es que son más caras de lo normal porque las puedo conectar y manejar con WiFi y Bluetooth.
-¿Esta es la marca?- preguntó señalando la información debajo del código QR impreso en lo que parecía ser la garantía. Tomó una fotografía-. Necesito unas así.
-Y por mi culpa ya sabés cómo instalarlas.
Soltó una carcajada, grave y hermosa, para luego bajarse de la silla y llevarla hacia el otro extremo de la habitación. El trabajo aún no estaba terminado y comenzabas a sentir culpa por estar robándote su tiempo y gastando su energía.
-¿Te puedo ofrecer algo para tomar o para comer?
-Agua está bien- mordió sus labios en una expresión pensativa-. Y la contraseña del WiFi, ¿puede ser? Porque acá no tengo muy buena señal y...
Le entregaste tu teléfono antes de dirigirte hacia la cocina en busca de una botella de agua. Luego de un breve receso el resto de la instalación fue más rápida, con algún que otro comentario de su parte elogiando la ayuda que le ofreciste -estabas segura de que intentaba hacerte sentir menos inútil- y un resultado final perfecto.
Enzo dijo que no necesitabas pagarle de ninguna manera. Aún así le enviaste chocolates (y esperaste su mensaje regañándote por hacerlo) como agradecimiento.
El primer fallo tuvo lugar una semana más tarde.
Despertaste durante la madrugada por el repetitivo sonido de la cortina subiendo y bajando. Chequeaste la configuración desde tu teléfono, confundida, presionando la opción cerrar múltiples veces hasta que esta respondió. No lo consideraste un problema hasta que volvió a repetirse luego de dos días.
Estabas preparándote por la mañana, escogiendo tu outfit mientras te paseabas en ropa interior, cuando el característico sonido de la cortina llegó hasta tus oídos. Esta vez no se trataba sólo de la cortina ubicada en la parte del loft correspondiente a tu habitación, no, para tu horror también la cortina de la cocina estaba abriéndose.
Tu frustración se convirtió en furia cuando regresaste de un bar acompañada, cuando te preparabas para dormir (tu rutina incluía un dildo), todas las mañanas luego de ducharte o mientras te vestías, realizando ejercicios de yoga y en todas las ocasiones posteriores en que las cortinas fallaron e interrumpieron tus actividades.
Intentaste cerrarlas desde tu teléfono luego de esconderte bajo las sábanas, incluso si estabas convencida de que nadie podía verte, pero fue en vano. Decidiste hacerlo manualmente y contactaste con la empresa para presentar una queja, preguntándoles qué solución podían ofrecerte y amenazando con poner una mala reseña cuando se desentendieron del problema.
"No compres las cortinas, son una mierda" rezaba el mensaje que le enviaste a Enzo esa tarde. Contestó con un sticker (era un gatito llorando) y luego preguntó si querías que echara un vistazo, seguro de que podía ser su culpa por cualquier error cometido durante la colocación, pero te pareció imposible y ya no querías causarle más molestias.
Eliminaste la aplicación, convencida de que el problema era la conexión, pero cuando esto no resultó terminaste arrancando las baterías recargables de ambos rollers. El problema se solucionó y en ese preciso instante juraste nunca más depender de la tecnología para algo tan simple. No valía la pena.
Y llegaste a la conclusión de que el universo te odiaba.
Regresaste luego de un largo día de trabajo, exhausta y de mal humor, con la esperanza de poder descansar en la comodidad y el silencio de tu hogar; pronto comprendiste que eso sería imposible cuando viste uno de los soportes de las cortinas caído. Registraste todo el lugar en busca de los tornillos y piezas desaparecidas pero fue en vano.
Estabas harta.
Luego de un relajante baño caliente apagaste todas las luces. Encendiste la lámpara junto a tu cama, tomaste tu dildo favorito, te aislaste subiendo el volumen de tus audífonos y rezaste porque la sombra en la ventana del edificio vecino fuera solamente un producto de tu imaginación.
No era la primera vez que te parecía distinguir una silueta conocida ocultándose estratégicamente en la oscuridad pero, como tantas otras veces, elegiste ignorarla y fingiste convencerte de que estabas delirando. Concentrarte en relajarte y librarte del estrés en tu cuerpo era mejor opción que preocuparte.
Comenzaste pellizcando tus pezones hasta que estuvieron erectos y luego masajeaste tus pechos suavemente. Imaginaste que las manos tocándote eran más grandes, con venas en el dorso y anillos en los dedos, y que el dueño de las mismas estaba exageradamente desesperado por sentir tu cuerpo.
Cuando por fin llevaste las manos hacia tu centro, una sosteniendo el dildo lleno de lubricante contra tu entrada y la otra jugando con tu clítoris, pateaste las sábanas hasta descubrir todo tu cuerpo. Separaste tus piernas, tus muslos cubiertos con tu excitación brillando, y empujaste el dildo hasta sentirte llena.
La sensación del juguete golpeando tu interior (imaginabas que era esa persona que siempre acudía en tu ayuda) y los gemidos que te arrancaba te resultaban más excitantes que el audio que escuchabas. Arrojaste los audífonos hacia el extremo opuesto de la cama para poder concentrarte mejor, sin preocuparte porque pudieran oírte, y cuando de tus exclamaciones de placer se convirtieron en ese nombre no intentaste contenerte.
Cambiaste de posición luego de unos minutos, evitando más que intencionalmente el que era el mejor ángulo para ocultarte de las miradas hambrientas y girando tu cuerpo para dar la espalda a la ventana. Sostenías el dildo con una mano y movías tus caderas de arriba abajo con un ritmo rápido.
Ojalá no esté filmando, pensaste cuando dejaste caer tu torso sobre el colchón, la posición revelando todavía más tus entradas y la manera en que el dildo desaparecía en tu interior húmedo. En caso de que estuvieran grabándote, sin embargo, la luz de la lámpara creaba una iluminación ideal para la ambientación.
Mordiste tu brazo por la intensidad del orgasmo y unas lágrimas rodaron por tus mejillas hasta caer en las sábanas. Un gemido dejó tus labios cuando llegó el momento de retirar el dildo y sentiste la manera en que tu liberación escapaba de tu interior, manchando tu piel y haciéndote comprender lo que acababa de suceder.
Mientras te recuperabas hiciste varias notas mentales: cambiar la contraseña del WiFi, cambiar la cerradura, preguntar si podías ver las cámaras de seguridad del edificio (estabas segura de que era inútil, probablemente utilizó las escaleras de nuevo), chequear todo el lugar en busca de micrófonos y cámaras.
Un último ítem brilló en tu mente luego de que un movimiento en la ventana del edificio contiguo revelara un poco de luz y que esta resaltara el líquido que corría por los cristales.
Tenías que informarle sobre los problemas con las cortinas a Enzo, repetiste con tu rostro oculto entre las sábanas, tenías que permitirle creer que todavía ignorabas lo que hacía.
Tenías que invitarlo nuevamente.
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miskhalie · 8 months ago
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Besos Robados (Parte 2) - Matías Recalt x Reader x Enzo Vogrincic
Pairing: Matías y Enzo
Advertencias: foreplay, un poco de angst
Notas: perdón, pero al final tendré que hacer una parte tres.
En el cuarto de Enzo todo eran besos, caricias y marcas por la piel. Habías ido en diferentes limusinas, pero no os aguantabais más estar uno lejos del otro. Por lo que decidisteis seguir lo que hacíais en la discoteca en el cuarto de Enzo.
Tú estabas tumbada sobre tu espalda con Enzo a tu lado, apoyado sobre su costilla izquierda, besándote de una manera más sucia y sin reparos. Ya estabais casi desnudos, solo llevando la parte de abajo de la ropa interior. Él con unos boxers negros y tu con unas bragas de encaje rosa. El pelo de Enzo estaba muy revuelto y el tuyo estaba desperdigado sobre la almohada. Estabais rojos por los besos y las mordidas, pero también por la calefacción y el propio calor corporal.
Al besarte, Enzo te masajeaba los pechos y tiraba de tus pezones con suavidad mientras se ponían duros. Tu gemías levemente, solo acababa de empezar la noche. Te besaba el cuello y su mano bajaba a tus costillas a tu vientre y a tu entrepierna, sobre la braga. Luego, volvía a subir y a bajar. Te creaba frustración pero también impaciencia. A Enzo le encantaban los juegos previos, pero tu los odiabas porque se aprovechaba para hacerte suplicar por él.
- Enzo, por favor... - gemías.
- Dime, nena - te respondía- ¿Qué queres?
- A ti, Enzo, A ti... - tu voz se entrecortaba por que Enzo no podía dejar de tocarte por todas partes menos de la forma y en el lugar que más lo necesitabas.
- Si me lo pedís así... - su voz se quebró cuando empezaste a tocar sus partes intimas, frotando el gran bulto que tenía entre las piernas. Un suspiro se escapó de él.
Cuando estaba apunto de meter la mano bajo la ropa, sonaron varios golpes en la puerta. ¿Quién llamaba a esta hora? Enzo se quedó parado pero ignoro los golpes y siguió el camino hasta debajo de su ropa, sin embargo, volvieron a sonar y esta vez, mas fuerte. Enzo resopló y se levantó, debían ser esas camareras que le habían llamado a la puerta solo al saber que se hospedaba allí. No quería fallar a sus fans, pero esque en ese momento tenia a la actriz más sexy del cast en su cama, esperando por él, suplicando por más. Se puso unos vaqueros y se los abrochó, debía estar decente.
Abrió la puerta y miró por la pequeña rendija que había dejado de visión dentro de su habitación. Rápidamente una mano cogió la puerta y empujó para abrir del todo esta.
Un Matías celoso entró, dando pisotones como un elefante.
- ¿Que queres, Mati? - le preguntó Enzo siguiendole, intentando adelantarlo para cortarle el paso.
- No me lo puedo creer... - musitó para si mismo, se giró hacia su amigo antes de girar el pasillo y ver la situación - ¡Te dije que queria besarme con ella y vas tú y la besas!
- Mati, yo no hice nada, fue idea suya. - avanzó por su lado y lo empujó suavemente hacia la puerta - Además, si ella no sabe nada. Deberías comentarselo mañana por la mañana.
Se oyeron los muelles de la cama de Enzo, habia alguien más, pensó Matías. Se miraron a los ojos por un instante y Enzo intentó agarrarlo en vano, ya que el pequeño era más agil. Giró la esquina y se quedó impactado por lo que vio.
La chica, por la que empezaba a sentir un cosquilleo, estaba tumbada en su cama, casi desnuda y sudorosa. Sus mejillas sonrosadas, sus pechos con incisiones de dientes y los pezones duros, con el pelo revuelto y las piernas entreabiertas. Todo apuntaba a que Enzo lo queria echar para terminar lo que empezaron en la discoteca. Respiro hondo y tragó. Quizás había cruzado el límite para ella. Tú te apoyaste sobre tus codos y miraste al chico intentando cerrar las piernas.
- Matías, creo que... - su amigo empezó a decir.
- No si ya estoy viendo que esta ocurriendo. - rió dolido. - No hace falta que me corras a la puerta. Ya me voy.
- ¡Mati, espera! - gritaste.
Te levantaste de la cama y le cogiste de la mano, lo llevaste hasta la cama para que se sentara. Le quitaste la camiseta y le besaste. Estaba receloso, incluso puede que un poco enfadado contigo, pero no rechistaba. Se fundía en el beso como si estuviera aprendiendo a besar por primera vez. Le agarraste la cara a Enzo y también lo besaste, era una invitación moderada a algo más de sexo casual del que habías tenido desde el principio.
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