#maraña
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luci-tr · 10 months ago
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Marañas
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maffexb · 8 months ago
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Siento que algo va a pasar.
La fatalidad está en el aire,
O seré yo la que busca el caos?
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lluminada · 1 year ago
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donbuendon · 2 months ago
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AQUEL QUE SABE
MI POETA INVITADO: Francisco Delgado-Iribarren Cruz HABLA EL REY Observad el tablero con cuidado, los días blancos y las noches negras. El marco de este juego es infinito, cabe la gloria, cabe la condena. Sabed que no podréis salvaros solos, vuestra suerte depende de otras piezas. Tenéis que pelear como un ejército, del amigo que sufre estar muy cerca. Preparaos también para sufrir, el…
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laopiniononline · 1 year ago
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[Opinión] La maraña regulatoria.
Nueva publicación en https://ct2.cl/8u
[Opinión] La maraña regulatoria.
Por Rafael Palacios, vicepresidente ejecutivo de ACADES, Asociación Chilena de Desalación y Reúso.
Pocos días antes de que el Presidente Boric viajara a Europa para desplegar una agenda de atracción de inversiones centrada en la transición energética, el Comité de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático se disponía a votar la creación de un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos que busca proteger el Archipiélago de Humboldt. No obstante, en la sesión algunos secretarios de Estado tomaron conocimiento que el área de conservación propuesta tenía una extensión de 55.000 hectáreas que atraviesa el litoral costero de tres comunas, dos en la región de Coquimbo y una en la de Atacama. Pese a que la propuesta es impulsada por la ministra Rojas y cuenta además con el apoyo del ministro Jackson, no fue votada debido a la sorpresa que se llevaron las titulares de las carteras de Obras Públicas y Hacienda con el polígono propuesto. 
Un par de semanas antes, el Contralor General de la República resquebrajó el actual sistema de ordenamiento territorial mediante sucesivos dictámenes que superponen la potestad planificadora intercomunal del Ministerio de Vivienda y Urbanismo a diversas normas de ley general de urbanismo y construcciones (LGUC), entre ellas, aquella que le confiere a todo dueño predial en zonas rurales derecho a dividirlo libremente en lotes superiores a 0,5 hectáreas y a realizar obras de infraestructura, previa obtención de los informes favorables de las reparticiones públicas que la propia ley establece. Dicha limitación se basa en que, entre las potestades del planificador intercomunal, se cuenta la de establecer Áreas de Preservación Ecológica que tienen por finalidad mantener el estado natural de los predios rurales sobre las que estas recaigan, a fin de asegurar y contribuir al equilibrio y calidad del medio ambiente, como también preservar el patrimonio paisajístico. Con esta interpretación -auto adscrita como armónica-, el Contralor le entrega al Ejecutivo herramientas para establecer gravámenes ambientales que pueden impedir a los propietarios rurales, desde desarrollar proyectos de inversión, hasta construir un galpón o una casa de veraneo, pues limita el derecho que consagra el artículo 55 de la LGUC a la potestad planificadora intercomunal, impidiendo el desarrollo de actividades expresamente admitidas por la LGUC y su Ordenanza, como las obras de infraestructura o la vivienda del propietario. 
Simultánea, pero no coordinadamente, la Tercera Sala de la Corte Suprema revocaría en esos mismos días el fallo de la Corte de Apelaciones de Valparaíso que, en mayo, había declarado inadmisible un recurso de protección presentado contra la empresa Aguas Pacífico para frenar la construcción de su proyecto de planta desaladora, sobre la simple base que, del mérito de los antecedentes del recurso, aparecía de manifiesto que en el libelo interpuesto se mencionaban hechos que eventualmente podían constituir la vulneración de garantías de las indicadas en el artículo 20 de la Constitución Política de la República. 
Así, mientras se discute un Pacto Fiscal y se estrechan manos en Celac-UE para la cooperación en incorporación de capital, apoyo y desarrollo de tecnología, instituciones esenciales para la conducción de los flujos de inversión de los que depende el dinamismo de la economía como lo son el Ministerio del Medio Ambiente, la Contraloría General de la República y la Tercera Sala de Corte Suprema, continúan entretejiendo, silenciosa y eficientemente, un complejo entramado jurídico hilvanado por actos administrativos, dictámenes y jurisprudencia que terminará impidiendo la realización de muchos proyectos de inversión. En efecto, mientras la comitiva Presidencial se empeña en dar señales para atraer inversiones al país, esta creciente maraña regulatoria-jurisprudencial continuará obstaculizando, por ejemplo, el abastecimiento de agua desalada no sólo a la población de regiones como Valparaíso, Coquimbo y Atacama, sino que también a industrias como la agricultura, la minería, el litio y el hidrógeno verde, es decir, las mismas que le decimos a los inversionistas extranjeros querer desarrollar.  
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binnas · 1 year ago
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comienzo de su historia no podría ser mejor, cuando la escucha piensa que es mucho más mayor y experimentada que ella, seguramente más sabia, menos impulsiva. podría aprender mucho de brianna. al mismo tiempo, la hace sentir intimidada, pequeña, una sensación por demás extraña en alguien como binna, que se come al mundo y no se impresiona con nada ni con nadie. ' hiciste un buen trabajo, tocas precioso. ' acota con palabras sinceras, recuerda cuando estaban en el elíseo y se lo demostró. ' en esas épocas ni siquiera había nacido, no fue hasta el setenta y dos que el mundo cambió por completo con mi presencia. ' sonríe con superioridad, revelándole su edad real, a pesar de que su humanidad se siente muy lejana, no fue hace tanto que la perdió. intenta fingir que en el fondo no le importa pero sabe que quiera o no, se le nota, sobre todo en aquel maldito carácter podrido que tiene, una fiera, tan difícil de controlar pero que por algún motivo, nunca aparece con la camarilla. contra todas las posibilidades considerando enemistad entre sus sectas, nunca quiso pelear con ella, su presencia causa algo distinto en su interior, un bálsamo para toda esa rabia acumulada en su cuerpo. ' la entiendo, estaría furiosa si me invadieran, reclamándome sin mi aprobación. ' pero así es el humano, muy bajo y básico. ' ¿desearías saber de ella? ' genuina curiosidad es lo que transmite su tono de voz, queriendo entender algo que no vive en carne propia, las veces que sueña son contadas con los dedos de una mano y definitivamente nunca se trata de premoniciones, o algo demasiado interesante que digamos. ' si anticipara mi trágico futuro quizá podría hacer algo para cambiarlo. ' así de terca es, cree que puede joder al destino, salvarse de su última noche, la cual no duda que será trágica y dramática conociendo el legajo que tiene. ' también pienso en ti. ' admite fijándose en sus ojos por un momento, sobre todo luego del día que le ofreció refugio, no comprende como ha aguantado tanto tiempo sin besarla porque lo desea bastante, sí, pero al momento de encontrársela personalidad cautivadora opaca a su belleza y se deja llevar, simplemente conociéndola más a profundidad. ' ¿quieres que te cuente mis secretos? ' los considera como tal porque no es algo de lo que le guste hablar, fueron tiempos donde era débil y estaba perdida. sin sus padres, sin su novia, sin nadie que la guiara, tuvo que estamparse el rostro contra la pared varias veces antes de fortalecerse. ' cuando era más joven. ' comienza a contarle mientras se acerca, nadando lentamente por el agua, buscándola dentro de las mismas. ' estaba completamente sola, mi sire me odiaba y hasta entonces siempre había dejado que los demás hicieran todo por mí. ' una niña mimada que utilizaba el dinero para no pensar y no preocuparse, quien lo perdió todo en un instante. tenía mucho miedo, más omite esa parte, pareciéndole demasiado. ' me descontrolé en los momentos y lugares menos indicados, con personas peligrosas, recuerdo el dolor en mi cuerpo hasta el día de hoy. ' porque sus arranques le costaron varias palizas, cortes y demás violencia sufrida que prefiere no recordar. una vez que llega a su lado se sienta a pocos centímetros y sonríe cerca de su rostro. ' ¿tengo que invitarte un café? pensé que ya habíamos pasado de esas cordialidades. ' rueda los ojos con gracia, luego de todo lo vivido diría que hay cierta confianza. ' date la vuelta. ' pide entonces, enfocándose en por qué está ahí aunque sea difícil, el prometido masaje. ' no saldría a cortar cabezas y a unirme con el enemigo. '
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@binnas 🌙 — ‘ hmmm. ’ alarga consonante un tiempo, mientras hurga entre sus atormentadas memorias en busca de la clase de anécdotas que podrían interesarle. ‘ sólo empecé a hacer las paces con esta maldición como por los años sesenta, en ese entonces la humanidad estaba enfocada en llegar a la luna y hacerlo primero que otres, pero yo no tenía ni idea de eso porque estaba enfocada en mis propias cosas. ’ inicia, con perenne pequeña sonrisa. ‘ aprendía a tocar mejor el piano, por ejemplo. ’ recuerda anécdota compartida anteriormente. ‘ y tenía sueños bastante intensos sobre la luna. ella estaba furiosa ¿sabes? oía unos alaridos que no te imaginas. ella decía no saber entender nuestra traición después de tanto que había hecho por nosotres, y yo, claro, no entendía nada. ’ ríe. ‘ cuando los estadounidenses aterrizaron en 1969 los sueños se detuvieron, fue bastante extraño. ahora sólo me pregunto si la luna querrá hablar conmigo otra vez algún día. ’ finaliza con un suspiro. ‘ no deberías querer que sueñe contigo, binna. no suele ser lindo soñar con otres, casi nunca tiene sentido y cuando lo hace es para mal. ’ admite y no miente. ambrose y willow suelen estar a salvo en ellos. ¿otres? no tanto. ‘ quédate tranquila sabiendo que pienso en ti cuando estoy despierta, es un mejor halago. ’ ofrece, observando las ondas sobre el agua.  ‘ salvajes, ¿hm? ’ contempla en silencio a contraria. se pregunta qué pensaría sobre ella si la hubiese conocido en medio de uno de esos episodios de cósmica locura. ¿estaría allí sentada tan tranquila? ¿compartiría su espacio con ella así, sus palabras? ‘ ¿alguna vez la bestia se te ha salido de control? ’ indaga. no es retadora o mordaz, sólo curiosa. en la misma tónica, continúa: ‘ ah. ¿qué harías tú si no estuvieses de acuerdo con tu líder? ¿cómo lo manejarías? ’ cuando lo pregunta, por su mente se cruza su líder, el príncipe… un tic, toc, tic, toc, parece sonar en su cabeza sin detenerse.. su pregunta le aterriza nuevamente, y aparta la mirada del agua para devolverla a la vástago. ‘ ¿así sin más? ’ ríe. ‘ seguro, pero no te escapas de mis preguntas. ’    
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olee · 9 months ago
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Fina | Enzo Vogrincic
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*3000 words (me inspiré) & mini s*x scene
Corrías con desesperación por el bullicioso aeropuerto, el eco de tus pasos resonando en los pasillos abarrotados. El tiempo apremiaba, y tu corazón latía al ritmo frenético de la prisa. El billete se aferraba en tu mano, como un talismán que te conectaba con tu destino. "¡Espera! ¡Ya voy!" gritabas, entre jadeos, mientras sorteabas a la multitud con determinación.
El reloj avanzaba implacablemente mientras te abrías paso entre la maraña de viajeros. Las luces parpadeaban sobre las pantallas indicadoras de vuelos, recordándote cada segundo que se escapaba. Al llegar al gate, una sensación de alivio temporal te invadió, pero rápidamente se desvaneció al notar que el área estaba desierta, como un escenario abandonado después de la función.
Te dirigiste apresuradamente hacia el empleado de la aerolínea, tu aliento agitado y la esperanza titilando en tus ojos. "Tengo un vuelo a Madrid ahora, por favor, dime que he llegado a tiempo", imploraste, con la voz entrecortada. El empleado, con un gesto comprensivo, te miró con seriedad y dijo: "Señorita, el vuelo se fue hace diez minutos".
Un nudo se formó en tu estómago, pero no te diste por vencida. Con determinación, preguntaste sobre cualquier opción disponible. "¿Hay algún otro vuelo a Madrid pronto?" El empleado, consultando la pantalla con un semblante compasivo, respondió que el próximo vuelo no sería hasta dentro de 15 horas. Asentiste con resignación, consciente de que el tiempo ya no estaba de tu lado.
Entonces, con la mente fija en tu compromiso ineludible, mencionaste la reunión crucial con la agencia de producción. "Tengo una reunión muy importante en Madrid. Aceptarán mi guión para una obra de teatro, y no puedo perder esta oportunidad", le expresaste al empleado, esperando encontrar alguna solución. El hombre tras el mostrador comprendió la urgencia en tu voz y te informó sobre la posibilidad de esperar.
Te refugiaste en un acogedor café ubicado en algún rincón del aeropuerto de Londres. El aroma del café recién hecho flotaba en el aire, pero tus sentidos estaban inmersos en la música melancólica de Guitarricadelafuente que fluía a través de tus audífonos. Con gestos automáticos, conectaste tu celular para cargarlo, buscando consuelo en las notas de tu artista favorito.
Sin previo aviso, una lágrima solitaria escapó de tus ojos, una expresión palpable de la desesperación que te embargaba por haber perdido el vuelo. La música parecía resonar en sintonía con tus emociones, como si Guitarricadelafuente compartiera tu dolor a través de sus cuerdas y melodías. Mientras las lágrimas seguían su curso, te sumergiste en un mar de pensamientos, contemplando el giro imprevisto que había tomado tu día.
Con resignación, extrajiste el guión de tu bolsa, sosteniéndolo entre tus manos temblorosas. El papel, ahora manchado por las lágrimas, representaba más que un simple texto; era la culminación de tus esfuerzos y sueños. Te encontrabas en una ciudad ajena, lejos de casa, y la realidad de estar varada por 15 horas en Londres se apoderaba de ti.
Las palabras del guionero, antes tan llenas de promesas, se volvían borrosas a través de tus lágrimas. De repente, te sentías como una niña de cinco años que había perdido su globo de cumpleaños, la tristeza reflejada en tus ojos y en cada línea de tu rostro. La ironía de la situación no pasaba desapercibida, y una mezcla de frustración y vulnerabilidad te envolvía mientras te aferrabas al guión como a un salvavidas en medio de la tormenta.
Sumida en la tristeza de tus pensamientos, te diste cuenta de repente de una mano amable que se acercaba a tu rostro con una servilleta. Entre la neblina de lágrimas, apenas pudiste vislumbrar la acción generosa de un desconocido que, con empatía, te ofrecía un medio para secar tus ojos. Agradecida por el gesto, aceptaste la servilleta sin poder identificar a la persona detrás de ella.
La bondadosa presencia a tu lado pasó desapercibida hasta que lograste controlar las lágrimas lo suficiente como para ver a quien te había brindado consuelo. Descubriste que había estado sentado junto a ti durante un buen rato, observando silenciosamente tu situación con comprensión. Sorprendida por su amabilidad, solo lograste articular un simple "thanks", incapaz de distinguir completamente sus rasgos.
En un giro inesperado, el hombre respondió en español. "De nada, yo espero que todo se recupere", dijo con una sonrisa tranquilizadora. Al levantar la mirada para agradecerle debidamente, te encontraste con la visión de un hombre extraordinariamente atractivo. Su piel canela destacaba bajo la luz del café, su cabello despeinado le daba un aire casual y sus ojos, de un caramelo puro, irradiaban calidez y comprensión.
Aunque te sentías vulnerable y con el corazón aún apretado por la situación, la presencia reconfortante de este hombre te hizo sentir un atisbo de consuelo. No sabías exactamente cómo reaccionar ante su belleza, pero la curiosidad y la necesidad de conexión humana te impulsaron a romper el silencio. "¿Hablas español?" preguntaste, con la esperanza de que la respuesta fuera afirmativa. El hombre sonrió y respondió con una risa contagiosa, "Creo que sí".
A pesar de la tormenta de pensamientos que te asaltaba, la visión de este joven que parecía salido de tus sueños generó un apretón en tu corazón. Sin embargo, la realidad chocó contra la fantasía cuando notaste que llevaba una sudadera y tenis Nike, una imagen más casual y terrenal que la que habías imaginado.
El chico, notando tu evidente perturbación, rompió el hielo al expresar su intriga ante la combinación de un guión en tus manos y lágrimas en tus ojos, “No te conozco, pero al ver que tienes un guión en mano y estás llorando, ahora estoy muy intrigado por lo que te ha pasado," dijo el chico guapo con una mezcla de curiosidad y empatía en su voz. Te sumiste en un silencio momentáneo, tratando de procesar la situación y, al mismo tiempo, preguntándote si este encuentro era producto de tu imaginación o si realmente estabas frente a alguien especial.
Finalmente, el chico reveló ser actor y confesó su amor por el teatro, aunque actualmente se encontraba inmerso en proyectos cinematográficos. La conexión con el mundo del teatro hizo que tus ojos se iluminaran con un atisbo de reconocimiento, y una sospecha empezó a formarse en tu mente.
Con un tono casual, le preguntaste: "¿Espera! ¿Tú eres Enzo, Enzo Vogrincic? ¿De 'La Sociedad de la Nieve'?" La confirmación en su expresión te dejó boquiabierta. "Ese mismo", respondió con una sonrisa, añadiendo con humor, "desde hace tiempo no veía a alguien tardarse tanto en reconocerme". Tu corazón latía con emoción mientras intentabas procesar la realidad de tener a un actor reconocido a tu lado.
Con entusiasmo, le confesaste: "Es que... ya he conocido a tantos actores que me da igual, pero... yo amé tu actuación y las otras obras que has hecho en Montevideo, es que amé".
Enzo, aún intrigado, te agradeció con sinceridad. "Gracias, escuchar esto me da más ánimo en hacer lo que hago," expresó con una sonrisa genuina. Sin embargo, no dejó que el agradecimiento se interpusiera en su deseo de conocer más sobre tu historia.
"Pero… no cambiemos el tema, ¿por qué estabas llorando? ¿Eres actriz o…?" preguntó con un gesto de interés. Tomaste un momento para recobrar la compostura y compartir parte de tu vida con este actor que, de alguna manera, se había convertido en un confidente inesperado.
"Soy prácticamente guionista, y me gusta escribir tragedias, dramas y todo lo Lorca," comenzaste a explicar, revelando tu pasión por la escritura teatral. "Pero últimamente no he tenido la suerte, y ahora que tengo una gran oportunidad en Madrid, el vuelo acaba de irse, y pues…" La frustración y la tristeza se reflejaban en tus ojos mientras compartías la historia de tu día caótico, sintiendo que Enzo podría entender el peso de tus aspiraciones y desafíos creativos.
"Qué horrible, pues no estás sola, porque yo también perdí el vuelo para Madrid," compartió Enzo, revelando un inesperado giro en su propia situación. Tus ojos se abrieron con sorpresa ante la revelación. "No jodas?" respondiste, dejando escapar tu incredulidad. Enzo rió ante tu reacción y, con un tono resignado, comentó: "Así es la vida". La ironía de la situación resonó en la conversación, creando un lazo instantáneo basado en las coincidencias y desafíos compartidos.
Después de pasar varias horas inmersos en el café, tú y Enzo continuaban deleitándose en una charla apasionada sobre el teatro y todo lo relacionado con sus amores creativos. El tiempo parecía volar mientras compartían anécdotas, descubrían similitudes en sus carreras y exploraban sus visiones artísticas.
A medida que la conversación fluía, el reloj recordó que era casi la hora del almuerzo. Enzo, con una sonrisa, sugirió: "¿Qué te parece si nos damos un respiro y vamos por unas hamburguesas?" La idea resonó contigo, y juntos se dirigieron a un lugar cercano para disfrutar de un almuerzo casual y reconfortante.
Después de saciar el apetito, la tarde avanzaba y la diversión no se detenía. Enzo, con su sentido del humor intacto, los condujo a un bar cercano. Cómicamente, se dirigió al bartender diciendo: "Denos dos cognac, que nos hace bastante falta". La ocurrencia sacó una risa de tu parte mientras observabas la escena con complicidad.
Mirándolo con una sonrisa, bromeaste: "Sabes, se supone que no esté borracha, pero si es así, no me importa".
Entre risas y la atmósfera relajada del bar, tú y Enzo continuaban disfrutando de la compañía mutua. El ambiente festivo se intensificaba a medida que ambos tomaban innecesariamente, sumiéndose en conversaciones que abordaban cualquier tema que se les ocurriera.
En un momento de confianza, decidiste compartir un secreto que habías guardado durante mucho tiempo. "Enzo, te tengo que confesar algo," dijiste, con un tono cómplice. Él, intrigado, respondió con un "Dale, dime".
Toda roja y riéndote, soltaste la confesión: "Yo te re amaba, like cuando saliste en 'La Sociedad de la Nieve', no pude aguantar mi fanatismo y pues, ahora que lo pienso, creo que hasta escribí un fanfiction de ti". La expresión de Enzo era un cóctel de sorpresa y diversión mientras esperaba a escuchar más detalles.
Con una risa nerviosa, Enzo te pregunta: "Y... de qué era ese fanfiction?" Entre risas y complicidad, respondiste, "Eso mejor no lo hablemos pero... ya tú sabe". Enzo, con una sonrisa pícara, te desafió: "Yo no sé, dime tú".
Entre risas y anécdotas compartidas, el tiempo parecía desvanecerse mientras ambos continuaban disfrutando de la velada. Sin embargo, la realidad del horario de su vuelo a Madrid interrumpió la burbuja temporal en la que se encontraban. El intercom anunció que era hora de abordar, generando una pausa en su divertida conversación.
Enzo, con una mirada juguetona, sugirió: "Quédate conmigo, así te sientas al lado mío y charlamos más". Tú, recordando la asignación de asientos, expresaste tu preocupación: "Pero, el asiento está designado". Sin embargo, Enzo, con confianza, respondió: "Eso me lo dejas a mí". Ante su propuesta, no pudiste evitar sonreír y ceder: "Pues, ¡vale!"
Al entrar al avión, Enzo abordó con confianza y se dirigió a una de las azafatas. "Perdona, pero hubo un error con los asientos, ella se supone que esté al lado mío, además que es my fiancé," dijo con una sonrisa juguetona, dejándote boquiabierta y bastante ruborizada. La declaración tomó por sorpresa a la azafata, quien, a pesar de la confusión, asintió amablemente y te acompañó hasta el asiento asignado al lado de Enzo.
Mientras te acomodabas, una mezcla de asombro y nerviosismo se reflejaba en tu rostro. Enzo, con su actitud desenfadada y una chispa de complicidad, te guiñó un ojo antes de sentarse a tu lado.
Al sentarte, no pudiste evitar comentarle a Enzo: "Estás demente, ¿cómo que fiancé?" Él te miró con una sonrisa pícara y respondió: "Ay mira, estos son cosas que pasan, y además esto, ehh..." Tratando de mantener la compostura, le interrumpiste: "Mira, ya, que estás re tomado, que ni sé de qué estamos hablando."
Él, con un tono cómico y sarcástico, te dijo: "De que eres mi fiancé y punto." En respuesta, le diste un pequeño puño juguetón en el brazo, y Enzo, dramáticamente, exclamó: "Ay, eso dolió." Tú, riendo, le reprochaste: "Ay no seas bobolón."
Ya cómodos en sus asientos, Enzo te mira con la expresión de quien necesita más alcohol, mientras tú le devuelves la mirada con gesto de ya no más. Sin embargo, al pasar una azafata, Enzo, con su característico sentido del humor, le dice: "Perdona, ¿nos podrás traer dos champán? Es que como nos vamos a casar pronto." Tu rostro se torna más rojo de lo que ya estaba ante la inesperada declaración de Enzo.
La azafata, acostumbrada a situaciones peculiares, asiente con una sonrisa y se apresura a cumplir la solicitud. Mientras tanto, Enzo se relaja en su asiento con una expresión de triunfo, mientras tú intentas ocultar tu sorpresa y diversión ante la ocurrencia.
Se tomaron el champán con un "¡Salud!" y el ambiente se llenó de risas y un toque festivo. Sin embargo, a medida que disfrutaban de la bebida, comenzaron a notar que el efecto del alcohol se estaba haciendo más evidente, sumergiéndolos en un estado de relajación profunda. Enzo te mira con complicidad, y con una sonrisa pícara, comenta: "Y de qué era el fanfiction? Es decir, me imagino que era bueno."
Tu rostro refleja una mezcla de pensamiento y vergüenza, y le respondes: "Ay Enzo, por favor, no hablemos de eso, ya te dije que no te voy a contar." Sin embargo, Enzo persiste con curiosidad: "Pero me imagino que fue creativo." Lo miras con incredulidad, como si sus palabras fueran más serias de lo que aparentaban, y le contestas: "Cómo que creativo, I mean, era normal, como una chica empezando sus veintes y todo eso."
La conversación da un giro inesperado cuando Enzo, con sorpresa, pregunta: "Espera, no jodás que… ¿cuántos años tienes?" Lo miras directamente y le respondes con humor: "Bastante mayor, ¿por? ¿Me veo vieja?" Enzo, tratando de explicarse, menciona: "No... es que yo pues, ya sabes que estoy en mis mediados de treinta." Tú, con una sonrisa traviesa, le dices: "Estás bien, ¿o mejor te digo que estás viejo?" Las risas se mezclan con la complicidad, creando un ambiente ligero y divertido mientras continúan su viaje a Madrid.
Después de la conversación sobre el fanfiction, Enzo ya estaba medio dormido, o mejor dicho, parecía cansado o sumido en sus pensamientos. Mientras tanto, sentías la necesidad apremiante de ir al baño. Decidiste levantarte del asiento y dirigirte al baño del avión. Sin embargo, al llegar, te encontraste con una fila larga para el baño de mujeres, y la urgencia no esperaba.
La azafata, al notar tu situación, te tranquilizó diciéndote que podías usar el baño de hombres, ya que estaba vacío en ese momento. Agradecida, aceptaste la oferta y te aventuraste en una larga caminata a través del amplio avión. Al final, encontraste el pequeño baño del avión, donde pudiste aliviarte y refrescarte las manos.
Justo cuando estabas a punto de salir, te diste cuenta de que Enzo estaba a punto de abrir la puerta del baño. Ambos se miraron con asombro, creando un momento de sorpresa compartida. Sin embargo, lo que más te ponía nerviosa era el silencio incómodo que se instaló entre ustedes. Aunque no era incómodo en sí, había una tensión que no podías ignorar.
Tus ojos se encontraron con los de Enzo, sus labios y sus ojos endormecidos brillando en la penumbra del avión. Era como si el tiempo se hubiera detenido por un momento, y la conexión entre ustedes se manifestaba en el silencio compartido. Ambos parecían estar atrapados en la atmósfera íntima del instante, sin palabras pero con una comunicación palpable entre las miradas.
Ligeramente afectada por los efectos del alcohol, observabas cómo el brazo de Enzo estaba recostado en la puerta del baño, como si te invitara a pasar. Sin embargo, te quedaste mirándolo, notando que sus venas sobresalian, un detalle que capturó tu atención de manera inusual.
De repente, Enzo miró a ambos lados y se introdujo al baño contigo, a lo cual respondiste incrédula, diciendo: "Mijo, pero—" Antes de que pudieras terminar la frase, Enzo te agarró de los muslos y te hizo sentar en el mini lavamanos. Te sentías un poco incómoda, sin estar segura de cómo reaccionar, pero permitiste que Enzo guiara la situación.
Él te agarró suavemente del cuello y empezó a besarte apasionadamente, como si ambos tuvieran una sed desesperada de conexión. Respondiste a sus besos de manera igualmente intensa, sumergiéndote en el momento. La pequeña cabina del baño se convirtió en un espacio íntimo donde las emociones y los deseos se expresaban libremente entre ambos, desafiando la lógica del apretado espacio.
Después de tantos besos, Enzo te tocaba apasionadamente por todos lados, más — soltás un suspiro largo y él hace lo mismo, como medio agitado. "Me parece que ya es hora de pegar una cabeceada," te dice. Tú, con cierta preocupación, le tirás, "Pero capaz hay gente esperando afuera, ¿cómo hacemos para salir del baño?" Él te responde con un "Solo tenés que seguirme," agarrándote de la mano. Enzo abre la mini puerta del baño del avión, echa un vistazo a los lados y, medio incómodos pero satisfechos, se encaminan hacia sus asientos.
Al sentarse, tú y Enzo quedan en un largo silencio, procesando todo lo que había pasado en esos largos minutos en el baño del avión. Mientras tanto, Enzo te agarra de la mano y te da un besito en la misma. "(Y/N), me tendrías que pasar tu número de celu, quiero volver a verte," te dice, y tú, ya un poco cansada y recostada en el hombro de Enzo, le respondés, "Cuando aterricemos, te paso mi número," y él asiente con un "Dale."
Fin
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caostalgia · 2 years ago
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No hay una sola forma de explicar qué tan jodida estoy, por qué desaparezco, por qué siempre huyo, o por qué no puedo soportar a nadie el tiempo suficiente, no puedo explicarlo, es (soy) una maraña de excusas y dolor, de temores y desvaríos, un desastre, nada menos.
No te detengas si pasas a mi lado | Babi PM.
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luci-tr · 1 year ago
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lunearta · 5 months ago
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𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎
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» Temática: SKZ Bangchan x Lectora » Género: Relación estable con Chan. SMUT, cierto FLUFF. » Warning: P en V, sobreestimulación, sexo sin protección (no lo hagáis), dom!Chan, sub!mc. Si me dejo algo me lo decís. » Tipo: One-Shot corto. | 1.276 palabras.
» Masterlist «
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No hay forma dominante de actuar cuando Bangchan se pone en “ese” plan.
Había tenido problemas de ira toda su vida, aunque jamás los había mostrado a nadie, excepto quizá a Woojin en aquel parque de atracciones, o a su actual pareja, pero solo cuando eran más pequeños y los otros niños la molestaban por no saber bien el idioma.
La chica solo conocía su lado agresivo en esa situación, sin embargo... Ahora, entre sus sábanas, los cuerpos sudorosos y sus corazones entrelazados se daba cuenta de que aún había mucho más por ver desde entonces.
Le temblaban las piernas como hojas mientras soportaba, de buena gana, los embistes de las caderas de Chan y se retorcía de placer debajo de él. El chico mantenía una mano sobre su nuca y otra encima de su cintura, obligándola a acompañar cada movimiento. A veces bajaba la intensidad, porque, claro está, hasta el más entrenado llegaba a cansarse, pero en cuanto recobraba el aliento, volvía a golpear con fiereza. Duro. Implacable. Sin piedad.
No supo que estaba llegando al tercer orgasmo hasta que notó la mano de Bangchan tapándole la boca, y un gemido de placer le sacudió el cuerpo por completo. El chico aminoró la marcha al notar sus paredes contraerte constantemente, pero no paró, ayudándola a través de su clímax y sobre estimulándola en el proceso. Una vez dejó de moverse y de volver a su estado previo, Chan retiró la mano, y siguió con su labor.
Se limpió la nariz y la barbilla con la otra, notando las abundantes gotas de sudor salpicarle en la espalda de su compañera, que tampoco es que estuviera mejor.
— Chris... ¿P-puedo...? —tartamudeó.
— No. —dijo en un jadeo.
— Si sigues a-así... Vas a hiperventilar. Necesitas un descanso. —tal y como acabó la frase dejó escapar un grito de placer. El chico dio una sacudida breve e intensa hacia adelante y se hundió más en ella. La agarró de los brazos y la obligó a ponerlos detrás de la espalda, dominando cada movimiento por su parte.
— ¿A ti te parece que necesito un descanso? —le susurró cerca de la oreja. Parecía imposible sentirse más en llamas de lo que se sentía y, sin embargo, ahí estaba, gimoteando, completamente a merced del chico que la estaba haciendo sentir tan bien. Estaba tan mojada que el sonido de su miembro entrando y saliendo de ella era casi obsceno.
Entre la maraña de pelo que era su cabeza, la joven negó.
— Lo s-siento...
— Date la vuelta.
Bajo la orden (y la consiguiente ayuda de Chan), La muchacha se puso boca arriba, exhausta pero deseosa de más. Le alcanzó una de las almohadas, la colocó bajo la dolorida cintura de su compañera y se preparó para entrar de nuevo.
Sin embargo, antes de hacerlo, intercambió una profunda mirada con ella, dejando de lado, durante un instante, esa fiebre lujuriosa que lo cegaba y mostrando al cálido muchacho de veintiséis años loco de amor por ella. Casi que no hacían falta palabras entre ellos.
Se sintió enrojecer como la primera vez que hablaron. No solo era una persona tan atractiva que quitaba el hipo, sino que además era el chaval del que se había enamorado perdidamente en su niñez.
Uno del que, por supuesto, seguía totalmente enamorada.
Chan alzó una mano para acariciarle la mejilla con la palma y ella lo recibió, aliviada. Luego se inclinó, y mientras lo hacía, su miembro entró de nuevo con la facilidad que cabía esperar. La chica soltó una queda exhalación. Clavó las uñas en los brazos de su amante, al tiempo que sentía lo labios de Chan contra los suyos, primero suaves y luego apremiantes y ágiles como sus movimientos. La mano libre de Chan que no estaba ocupada agarrándole las caderas se desplazó hacia sus labios inferiores, tocando su clítoris suave, en círculos. La espalda de ella se arqueó y de sus labios escapó un gemido indecente frente a la sobreestimulación.
Así estuvieron un buen rato más, quizá un poco más despacio que antes, disfrutando de las sensaciones. El sonido húmedo de piel contra piel invadía cada rincón de la habitación.
La muchacha no tardó en volver a notar el tirón bajo su estómago, sinónimo de su pronta llegada. La cuarta en esa tarde, nuevo récord. No, Chan no la acalló como lo había hecho antes. Quería escucharla en su máximo esplendor, y así fue. Estalló en gritos de placer mientras que su cuerpo temblaba con la nueva oleada de convulsiones.
Chan tampoco se hizo de rogar después de eso. Sus caderas se quedaron rígidas, enterró la cara en el hueco del hombro de su amante y se liberó con un gruñido gutural, pintándole las paredes de blanco. A veces sí que parecía un lobo. O incluso un oso.
Antes de salirse, la joven lo rodeó y lo abrazó fuerte, notando el voluminoso pecho del chico sudoroso y jadeante subir y bajar contra el de ella. Lo quería, lo quería demasiado. No podía soltarlo, no podía dejarlo escapar. Solo cuando Chan le quitó las lágrimas de las mejillas con la mano, se dio cuenta de que estaba llorando.
— ¿Qué te ocurre? —preguntó, suave—. ¿Te he hecho daño? ¿Me he excedido?
— No, no. —estaba dándole la impresión equivocada.—. No es, ni por asomo, nada de eso. Es que...
— ¿Es que...?
— Chan. —susurró acariciándole la mejilla—. Te quiero tanto que me da miedo. Incluso cuando estaba con mi ex, con todos los planes que teníamos... No podía dejar de pensar en ti.
— Eh... —empezó, pero se vio interrumpido por los labios de la muchacha.
Lo besó lentamente, saboreando cada parte de él, explorando cada rincón de su boca. Así se pasaron minutos que les parecieron horas, hasta que Chan emitió un sonido extraño y se cubrió la entrepierna. La chica lo miró, confundida, y el pobre se rascó la cabeza, avergonzado.
— Los hombres somos muy básicos. —dijo, mordiéndose el labio. Acto seguido se dio la vuelta y le dio la espalda—. Y yo llevo un mes sin verte por culpa de mis actividades. Mi cuerpo... Está un poco descontrolado. Se… Se me pasará en seguida.
Ah. Ahora lo entendía. Miró la hora de la mesita de noche: las 4:47 de la mañana. Por suerte, ese día tenía a la clase de los niños por la tarde.
— Oye, Chan...
— No, en serio, tranquila. Tú descansa. Estás exhausta y mañana tienes que trabajar.
— Chris...
— No es la primera vez que me ocurre, si no te miro se me...
— Christopher, te necesito.
Silencio. Chan se había quedado muy quieto. Al principio creyó que no la había oído y estuvo a punto de repetírselo cuando de pronto, se incorporó un tanto y la miró, serio.
— ¿Segura?
La chica resopló.
— Por una vez, solo por esta vez, deja de pensar en los demás y piensa en lo que quieres tú. Te he dado luz verde, ¿no? Y tú también lo necesitas. Lo único que me preocupa es no poder caminar al día siguiente, eso es todo.
A modo de invitación, la muchacha se estiró y abrió las piernas, invitándolo a continuar con su labor. Bangchan suspiró con la vista clavada en el entrepierna de su amante. Su mirada se oscureció y los últimos rastros de autocontrol que le quedaban se hicieron añicos. Nuevamente se posicionó encima, duro como la piedra otra vez. Bajó la mano por su estómago hasta su punto más sensible a fin de estimularla lo suficiente como para poder volver a entrar en ella.
Pronto, la habitación se llenó de calor, gemidos y jadeos, pero por encima de todo, de amor.
Nunca se lo dijo, pero ella adoraba cuando Chan se convertía en Christopher.
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
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arcy-lethra · 1 month ago
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AU Touken
"¿Qué pasaría si en cada luna llena, en vez de que el hombre se convierta en lobo, el lobo se convierte en hombre?" Kaneki es un lobo (o un hombre maldito que vaga por la vida siendo un lobo) Solo las lunas llenas se convierte en humano. Y en una noche en la que termina dentro de las tierras de un fundo, decide adentrarse en la fiesta que han preparado en la casa. Se adentra como músico dentro de la banda, luego de robar la ropa de alguien. Esa noche se enamora de Touka. La hija mayor de la familia. Y ella es tan amable, pero mordaz a la vez. "Es raro que haya hombres como tú aquí, eres un trovador?" él sabe que no tiene la oportunidad de verla más, cuando finalmente se tiene que ir antes de que su propio cuerpo se desgarre en una maraña de pelo, garras y colmillos. Desde ese momento la adora como lobo y la ve cazar o montar a caballo. Es dolor puro porque NO PUEDE comunicarse con ella hasta la luna llena. Y ella se ríe cada vez que la visita a partir de ese momento, porque parece un hombre bastante osado por visitarla en el claro del bosque a medianoche con ropas bastante escasas. Se termina convirtiendo en costumbre. Hasta ella empieza a esperarlo cada luna llena con prendas más adecuadas. "No podemos vernos mañana?" Kaneki no sabe cómo explicar que no puede, que nunca podrá, que está condenado a verla brillar desde lejos. Es un ciclo de dolor para ambos.
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sinfonia-relativa · 1 year ago
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No puedo creer cuando alguien me dice que me ama, por que comienzo a preguntarme como podría amarme si soy un caos constante,si soy una maraña de contradicciones entre el ser más triste y el ser más alegre, soy una tormenta en la cual corren los vientos y truenos mas agresivos e intensos, un huracán que se autodestruye , si soy un desastre de emociones y traumas , si puedo ser un mar en completa calma o puedo ser un mar embravecido que sus olas son gigantes y peligrosas , puedo ser luz o oscuridad, no tengo puntos medios pero cambio de un extremo a otro si siento que debo hacerlo. ¿ Como podría alguien amar a alguien como yo ? Que estoy rota , dañada... Que el mundo entero algunas veces me cae encima y no puedo con el peso y exploto como una bomba de sentimientos y emociones reprimidas ¿Quien querría quedarse a mi lado?
Moongirl
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dariann-garcia · 9 months ago
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Vivo inmerso en un laberinto de pensamientos, una maraña en la que a menudo me encuentro perdido.
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belencha77 · 21 days ago
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CAPITULO 49 - MAS ALLA DE LAS MENTIRAS
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|| ¿Riley? ¿Sigues ahí? || preguntó, su voz cargada de preocupación. Me encontré balbuceando, incapaz de articular una respuesta clara.
|| Sí, lo siento... es solo que no esperaba tu llamada || le dije, tratando de calmar el temblor en mi voz || Después de todo lo que me dijo Ethan… ||
|| Lo imaginaba || respondió con un tono cargado de pesar || Lamento mucho su reacción. Pero dime, ¿sigues en Boston? ¿Podríamos encontrarnos hoy? ¿Te vendría bien a las cinco de la tarde en la cafetería Render Coffee? ||
|| Sí, todavía estoy aquí. No conozco el lugar, pero puedo encontrarlo. Estaré allí a las cinco. Dime, ¿cómo te reconoceré? || pregunté, mi mente llena de incertidumbre.
|| Llevaré puesto un saco azul || dijo y haciendo una pausa que reveló su nerviosismo añadió || También llevaré una rosa blanca en la mano. ¿Te parece bien? ||
Su detalle me pareció increíblemente tierno, y sentí un nudo en el estómago al imaginar el momento en que finalmente lo conocería.
|| Perfecto, nos vemos a las cinco || respondí, tratando de mantener la calma, aunque mi voz temblaba. Colgué, sintiendo cómo los nervios se apoderaban de mí.
Me encontraba abrumada. Mi ansiedad había aumentado desde que supe de la existencia de mi padre. Enfrentar lo desconocido es difícil, pero conocer a alguien tan importante para mí lo era aún más. La mezcla de emociones me dejaba sin aliento y no podía evitar preguntarme cómo sería este encuentro.
**
Cuando el reloj marcó las cinco de la tarde, mis nervios estaban a flor de piel. Cada minuto se alargaba, haciendo que la espera se volviera casi insoportable. Drake, a mi lado, estaba calmado, pero podía sentir la tensión en su postura y en su mirada. Mientras avanzábamos hacia la cafetería Render Coffee, mis manos temblaban ligeramente y una maraña de mariposas revoloteaba en mi estómago.
El timbre de la puerta sonó suavemente al abrirse y una corriente de aire fresco me recibió. Mi corazón dio un salto al buscar a la persona que había estado esperando, centrada en el saco azul y la rosa blanca prometidos. Me detuve en la entrada, respirando profundamente para calmar los nervios. Aunque el aroma del café y los pasteles llenaba el aire, mi mente solo estaba en encontrar a mi padre. Cada rostro que veía reflejaba mi mezcla de esperanza y ansiedad.
Sentí el leve apretón en mi hombro cuando Drake me dio un toque de aliento. Mi corazón latía con fuerza mientras me adentraba en el café con pasos vacilantes. Mi ansiedad aumentaba con cada rostro que cruzaba, y me preguntaba cómo reaccionaría al verme. Finalmente, en una esquina del café, lo vi.
|| Brown, ahí está el hombre. Yo me voy a sentar cerca para vigilarte. Tú puedes, te deseo suerte || dijo Drake con calma y una sonrisa reconfortante.
|| Gracias Drake || respondí, dándole un tierno beso en la mejilla. Sentí que mi corazón daba un vuelco al reconocer las señales que me habían dado. Me acerqué lentamente, cada paso parecía una eternidad, mientras la emoción y los nervios se acumulaban en mi pecho. Drake se quedó cerca, vigilante y atento, brindándome el apoyo que necesitaba.
Cuando finalmente estuve a una distancia suficiente, me detuve y lo miré. La cafetería parecía desvanecerse a mi alrededor mientras me preparaba para enfrentar este momento tan esperado. Con una mezcla de ansiedad y esperanza, me preparé para dar el primer paso hacia el encuentro que había anhelado durante tanto tiempo.
|| Hola... ¿Eres Sam? || pregunté, con la voz temblando de nervios. Miré a mi padre mientras se levantaba, admirando mi rostro con una expresión de asombro y emoción. Su mirada se detuvo en mis ojos, como si estuviera intentando encontrar algo en ellos.
|| ¡¿Riley?! || exclamó, su voz cargada de sorpresa || Vaya, eres aún más hermosa de lo que me imaginé… Toma asiento, por favor || Me entregó la rosa blanca que había mencionado antes, y yo la recibí con una sonrisa agradecida. Me senté, sintiendo una mezcla de nervios y expectación.
|| Eres muy amable || respondí, mientras lo observaba con asombro. Era un hombre mayor, apuesto, con ojos verdes que eran idénticos a los míos y una sonrisa cálida. Su cabello y su barba estaban canosos, pero bien cuidados y recortados. Noté que compartíamos la misma forma de nariz y barbilla || Gracias por querer reunirte conmigo || le dije con timidez, jugando con mis dedos para distraerme y evitar parecer demasiado obvia. Mientras lo observaba con detenimiento, intentaba absorber cada detalle de su rostro, buscando similitudes y conexiones.
|| Tengo que admitirte que cuando Ethan me habló de ti y dijo que estabas en Boston y que querías hablar conmigo... || Comenzó, su voz temblando ligeramente || Debo confesar que me sentí bastante encantado. No sé si lo esperabas, pero esa es la verdad || Dijo y mi corazón dio un vuelco al escuchar sus palabras. Me había preocupado tanto que no quisiera tener nada que ver conmigo.
|| Yo por mi lado estaba tan preocupada de que no quisieras tener nada que ver conmigo || le dije, mi voz temblando || Lo digo porque Ethan no parecía tan feliz de conocerme || Él asintió, su expresión revelando la complejidad de sus emociones.
|| Ethan estaba molesto, pero no contigo, sino conmigo. No es fácil descubrir que tu padre te ha mentido durante años || dijo, buscando mi mirada con esperanza || Pero aquí estamos. Estoy aquí para conocerte, escucharte y, si me lo permites, intentar enmendar el pasado || Hizo una pausa, su mirada llena de arrepentimiento || Riley, no sé cómo expresar lo que siento ahora mismo || Su voz temblaba y su emoción era genuina || Llevo mucho tiempo esperando este momento, y verte aquí es increíble. Me alegra que hayas aceptado reunirte conmigo || Su mirada reflejaba arrepentimiento y esperanza. Sam vaciló, se inclinó sobre la mesa y tomó mi mano || Santo cielo, Riley. He querido conocerte durante años, pero tu madre... || Se detuvo, bajó la cabeza y se mordió el labio, suspirando antes de retirar la mano, frotándose la boca como lo hizo Ethan.
|| Cuando yo era niña, mi mamá siempre me dijo que tú nunca me quisiste. Pero hace poco, ella me contó la verdad. Me explicó todo lo que pasó entre ustedes. Es por eso que decidí buscarte || dije en voz baja, sintiendo el peso de las palabras. Ambos permanecimos en silencio, con la tensión palpable en el aire, mientras la realidad de nuestro encuentro se asentaba entre nosotros.
|| Lamentablemente, herí mucho a tu madre y lo sé bien. Intenté entender su dolor. Hace unos años, le pregunté por ti porque quería verlas a las dos, pero me negó tu paradero y dijo que no me necesitaban. Incluso me dijo que tú no querías saber de mí. Todo fue tan complicado, Riley, que se me salió de las manos... Lo que pasó entre Alice y yo fue especial, pero por todas las mentiras y por fingir ser alguien que no era, todo salió mal. No me enorgullece || Sam dijo esto con vergüenza, y sin pensarlo, volví a tomar su mano.
|| Lo sé. Pero me encantaría escuchar tu versión. Estaría muy agradecida || le respondí con sinceridad.
|| Con gusto lo haré || asintió Sam, suspirando con fuerza || A los veinte años, dejé embarazada a mi novia, la madre de Ethan. Nos casamos jóvenes y, debido a la falta de dinero, abandoné mis estudios de medicina y trabajé en reparación de sistemas eléctricos y, cuando tuve la oportunidad, opté por esta carrera y me gradué como ingeniero. En una fiesta en Nueva York, conocí a Alice. Yo tenía treinta años y ella dieciocho. Era la mujer más hermosa, extrovertida y llena de vida que había conocido. Me flechó de inmediato, así que decidí no decirle la verdad; le mentí sobre mi edad y le dije que aún estudiaba medicina. En ese momento, estaba enfrentando serios problemas con mi esposa, pues estábamos en proceso de divorcio. Por eso, preferí no contarle que estaba casado ||
|| Pero le mentiste en muchas cosas. Lo de la edad, creo que es lo de menos. Lo que más lastimó a mi mamá fue saber que estabas casado y que tenías un hijo || le dije, notando cómo Sam bajaba la mirada hacia la mesa.
|| Sí, le mentí a tu madre, a mi esposa y a Ethan. Fingí ser un universitario soltero y feliz para revivir una juventud perdida, y tu madre me hizo sentir joven de nuevo || dijo Sam, mirándome a los ojos y tomando mis manos || Cuando tu madre quedó embarazada, quería asumir mi responsabilidad, pero temía perder a Ethan y no sabía cómo enfrentar el divorcio y la pérdida de mi hijo. No quería que tu mamá se enterara de esa forma, pero fue consecuencia de mis errores. Siento profundamente que hayas crecido sin mí y me arrepiento de todas las mentiras, pero nunca me arrepentiré de ti ||
|| Escuchar eso significa mucho para mí || le respondí, tratando de suavizar la tensión
|| A veces me pregunto cómo habría sido mi vida si hubieras estado aquí. Aunque no podemos cambiar el pasado, me alegra saber que tienes ese sentimiento por mí. Estoy dispuesta a intentar construir algo nuevo, si tú también lo estás. No podemos borrar el dolor, pero quizás podamos empezar a sanar y conocernos ahora ||
|| Riley, no puedo cambiar el pasado, pero quiero hacer todo lo posible para enmendarlo. Sé que no será fácil reconstruir nuestra relación, pero estoy aquí para lo que necesites. Mi deseo de conocerte y estar contigo es sincero. Avancemos juntos, paso a paso, y veamos a dónde nos lleva || dijo Sam con sinceridad, sonriendo y mirándome con atención || Desde que tu madre me dejó, nunca volví a amar así. Pensaba en ella a menudo. Dime, ¿cómo está Alice? ¿Sigue siendo esa mujer bella y alegre? ||
|| Errr... || dudé antes de responder || No creo que siga siendo como la describes y recuerdas. Honestamente, nunca conocí a la mujer alegre y llena de aventura que mencionas. Ella se convirtió en algo muy diferente. Se hundió en vicios, tuvo múltiples novios y enfrentó muchas dificultades. Supongo que, debido a todas esas mentiras, no permitió que nadie más la amara, ni siquiera a mí, y eso nos distanció por completo. La situación llegó al punto en que me vi obligada a escapar de casa cuando tenía 15 años porque su nuevo esposo quiso abusar de mí… así que preferí huir de ella, bueno de ellos || Respondí y él me miró con preocupación.
|| ¿Y te hizo algo? || Pregunto ansioso.
|| No, afortunadamente no lo logró. Una familia me acogió, pero terminé perdiéndolos también. Recientemente volví a ver a mi madre porque ella está muy enferma || dije con tristeza. Sam llevó su mano a la cara y luego tomó la mía con ternura.
|| Siento tanto escuchar eso. No sabía que tu vida había sido tan difícil || dijo con dolor en la mirada || Dime, hija, ¿qué tan enferma está tu madre? ¿Es algo grave? ||
|| Sí, es bastante grave. Mi madre tiene cáncer terminal. Los médicos han confirmado que el cáncer se ha diseminado a varios órganos vitales y no hay muchas opciones de tratamiento. Ella está recibiendo cuidados paliativos. Esto significa que su tratamiento se centra en hacerla sentir lo más cómoda posible en lugar de tratar de curarla. Lamentablemente, la prognosis es muy triste; no le queda mucho tiempo || respondí, notando cómo la tristeza se reflejaba en los ojos de Sam.
|| ¿Y en qué lugar está ella? ¿Puedo saberlo? ||
|| Está en el Memorial Sloan, en Nueva York. Es un centro especializado en el cuidado de pacientes con enfermedades terminales. Allí le proporcionan el apoyo necesario para que pueda enfrentar esta etapa con dignidad y el menor sufrimiento posible. Sus médicos y enfermeras están haciendo todo lo que pueden para asegurar su bienestar hasta el final || le expliqué, sintiendo un nudo en la garganta.
|| Entiendo || dijo Sam, con una expresión que se iluminó de repente || Pero, Riley, a pesar de todo lo que la vida te ha traído, veo que te has manejado increíblemente bien por ti misma. Eres una mujer muy hermosa, y he oído que eres una dama en una corte real. Casi te conviertes en Reina || Lo miré sorprendida al darme cuenta de que me conocía al menos por las noticias que se transmitían desde Cordonia || Sí, sabía de ti, pero nunca pensé que la joven americana que llegó al corazón de Cordonia y que aparecía en la televisión y en las revistas fuera mi hija. ¡Estoy tan malditamente orgulloso de ti! || dijo, y yo sonreí y me encogí de hombros.
|| Sí, pero encima de mí cayó una gran mentira que hizo que el rey eligiera a otra || respondí con tristeza.
|| Oh, eso no importa || dijo, agitando una mano en el aire || Sé que todo lo que dicen por ahí es mentira. Al mirarte a los ojos puedo asegurarlo. Y estoy seguro de que encontrarás la manera de demostrarlo || Luego, miró hacia Drake, quien estaba en una esquina, tomando un café y fingiendo que miraba su celular || Aunque ese tipo que está allí parece estar bastante enamorado de ti || comentó. Lo miré de reojo y Drake me regresó la mirada. Asintió con la cabeza y esbozó una pequeña sonrisa mientras levantaba su taza. Yo también le devolví una sonrisa, pero llena de nostalgia.
|| Sí, creo que así es || respondí, mirando a mi padre con una tristeza contenida.
|| Todavía sientes algo por el rey, ¿no es así? || preguntó Sam, arqueando una ceja. Solo suspiré en respuesta.
|| Sí, lo amo. Hay una posibilidad de romper el compromiso y estar juntos, pero para lograrlo tendría que encontrar a la persona con quien me tomaron esas fotos comprometedoras y que haga una declaración pública. Si no lo logro, estar con Liam debilitaría la posición de la monarquía. La percepción pública y la estabilidad política del reino serían vulnerables, ya que no podría probar que la historia de las fotos es falsa. Para proteger el bien del país y la estabilidad de la monarquía, Liam debería casarse con su actual prometida || dije, frunciendo el ceño || Adicionalmente, he desarrollado sentimientos por Drake. Él ha estado a mi lado en todo momento, apoyándome cuando Liam no pudo. Sin embargo, no quiero que Drake sienta que es un comodín que uso cuando el otro no me sirve. Además, creo que mi amor por él es más una amistad profunda. Le pedí que intentara olvidarme, y aunque parece estar haciéndolo, eso me molesta. Aun así, parece que él sigue teniendo sentimientos por mí || negué con la cabeza y sonreí a medias || Realmente, mi vida se ha vuelto bastante complicada, ¿no crees? ||
|| ¡Vaya, suena bastante complicado! Pero espero que puedas seguir lo que tu corazón siente y, al final, estar con la persona que realmente se lo haya ganado y, sobre todo, te haga feliz. Puede que ahora todo parezca confuso, pero en el momento menos esperado, te darás cuenta de quién es tu verdadero amor. Solo ten paciencia. Y recuerda, Riley, a veces, el verdadero amor no es solo lo que te hace feliz, sino también lo que te desafía a ser una mejor versión de ti misma. No tengas miedo de elegir lo que te hace crecer. Además, no olvides que el amor verdadero también se trata de sacrificio y comprensión. Escucha a tu corazón, pero también a tu intuición. A veces, lo que más anhelamos no es lo que más necesitamos. La persona adecuada será la que te apoye, te entienda y te acepte completamente, con todas tus fortalezas y debilidades ||
|| Gracias || Le dije y me quedé pensando en sus palabras. Su consejo resonó profundamente en mi corazón, dejándome reflexionando sobre lo que realmente significaba el amor verdadero y qué camino debería tomar en mi vida.
**
Hablamos un poco más, poniéndonos al día tras años perdidos. De repente, miró su reloj y se levantó.
|| Aunque no quiera irme, será mejor hacerlo... Estoy seguro de que tienes un vuelo || dijo, inclinándose para besar mi frente con ternura. || Tienes mi número y yo el tuyo. Hablaremos pronto || añadió, con tristeza y resignación.
|| Ya somos dos || respondí con una sonrisa suave, ocultando la melancolía.
|| Me encantó conocerte, Riley. Eres increíble y me siento afortunado de ser tu padre. Hasta pronto || dijo, abrazándome con fuerza. || Igualmente, me dio gusto conocerte || le respondí, mientras nos despedíamos. Apretó mi mano con calidez y lo vi alejarse, sintiendo una mezcla de esperanza y tristeza.
Luego miré a Drake, pero mi mente estaba en Liam.
**
Al regresar al hotel en Nueva York, me dirigí hacia el ascensor, lista para descansar tras el emotivo encuentro con mi padre. Justo cuando iba a entrar, noté que Drake se quedó en la entrada del vestíbulo, sin moverse.
|| ¡Hey! ¿No vas a tu habitación? || le pregunté, confundida.
|| Para nada, Brown. Sinceramente, no tengo sueño. Por lo tanto, voy a una sala de billares que hay cerca || respondió Drake.
|| ¿Y qué? ¿No pensabas llevarme? || pregunté, curiosa. Drake vaciló por un momento, evaluando si debía invitarme o no.
|| No creí que quisieras ir… es decir, pensé que estarías demasiado cansada || dijo, pero al notar mi mirada inquisitiva y los brazos cruzados, añadió || Ok, ok, soy un maleducado… Voy a empezar de nuevo. ¿Brown, deseas acompañarme al billar? ||
|| Eso está mejor || respondí con una sonrisa, más animada || Seguro, Drake, me encantaría ||
Drake puso los ojos en blanco, sonriendo con una mezcla de resignación y diversión.
|| Muy bien... Eres un caso, Brown. Pero ten cuidado, no seré fácil contigo ||
Salimos del hotel y tomamos un taxi hacia el billar que estaba a pocas calles de distancia. Mientras avanzábamos por las iluminadas calles de Nueva York, la conversación fluía naturalmente, y la ciudad nocturna ofrecía un espectáculo de luces a través de la ventana.
Al llegar al Ámsterdam Billiards Club, un conocido lugar del barrio por su ambiente relajado y excelente oferta de billar, nos recibió una atmósfera cálida y acogedora. La entrada discreta daba paso a un interior con toques vintage y mesas de billar bien cuidadas, bajo una iluminación suave que invitaba a relajarse.
Reservamos una mesa cerca de la barra y pedimos unos tragos y picaditas para comenzar la noche. Mientras esperábamos, Drake se acercó a la mesa de billar, preparando el juego con destreza mientras yo disfrutaba del ambiente. Los sonidos del lugar —el chasquido de las bolas y las risas— creaban una atmósfera animada y vibrante.
Finalmente, Drake me hizo un gesto para que me acercara a la mesa. La luz suave sobre el tapete verde resaltaba el brillo de las bolas, prometiendo una partida entretenida. Me uní a él, sintiendo una mezcla de emoción y alivio.
|| ¿Qué te animó a venir? || pregunté, curiosa.
|| No tenía ganas de dormir y, sinceramente, no he podido hacerlo últimamente || respondió Drake.
|| ¿Qué te ha mantenido despierto? || inquirí, notando melancolía en su mirada. Drake sacudió la cabeza y sonrió, tratando de ocultar sus sentimientos.
|| No vine aquí para hablar de mis problemas con el sueño. Vine para enseñarte a jugar al billar || dijo con determinación.
|| ¿Intrépidas palabras, señor Walker? || comenté mientras él alineaba las bolas en el triángulo. Tomé mi taco de billar mientras él hacía lo mismo.
|| ¿Lista para las reglas? || preguntó.
|| Depende de las reglas || respondí.
|| Después de romper las bolas, cada uno tiene un tiro por ronda para meter una bola en un orificio. Cada bola cuenta como un punto. Ganará quien gane dos de tres rondas || explicó Drake.
|| Creo que puedo manejar eso || le dije con confianza.
|| Perfecto, entonces empieza tú... rompe || dijo Drake. Me coloqué frente al triángulo de bolas, golpeé con fuerza y las bolas se esparcieron. Drake estudió la mesa y, con precisión, metió una bola en un agujero || Excelente, ahí tienes... mi primer punto || anunció satisfecho.
|| No está mal... ¿Dónde aprendiste a jugar así? || pregunté.
|| De mi mamá. Ella nos enseñó a Savannah y a mí todos los trucos || respondió con una sonrisa nostálgica.
|| Qué bien, pero esas lecciones no te prepararon para enfrentarme || reté.
|| ¿Eso crees? Veamos qué tienes, Brown || dijo Drake, dándome espacio para mi tiro. Alineé mi tiro y metí dos bolas en un agujero || ¡Wow! ¡Qué bien! || exclamó impresionado.
|| ¿Obtengo un punto de bonificación por ganarme un cumplido? || le pregunté con una sonrisa.
|| No, pero ese tiro te da dos puntos || respondió él, sonriendo.
**
Después de varias rondas y unos cuantos tragos, nos encontrábamos en la etapa final del juego. Drake se inclinaba sobre su taco, con los ojos entrecerrados mientras examinaba la mesa y planeaba su próximo tiro. Se preparó para lanzar, pero yo decidí hacer algo para distraerlo y darle una ventaja a mi favor.
|| ¿Sabías que cuando te concentras, te sale una pequeña arruga en el medio de la frente? ¡Te queda linda! || exclamé con una sonrisa inocente.
|| ¡¿QUÉ?!... || respondió Drake, y su tiro se desvió completamente. La bola blanca rodó erráticamente por la mesa sin golpear ninguna de las otras || ¡Maldición!... Eso... eso fue un obsequio para ti, Brown || dijo, frustrado.
|| ¿En serio? ¿Estás siendo generoso conmigo? Pensé que no ibas a ser fácil || Repliqué con una sonrisa burlona.
|| Quizás me estoy sintiendo caritativo || contestó Drake, intentando mantener la compostura.
|| Mmmm, mira, ahí está esa arruga otra vez || dije sonriendo mientras tocaba ligeramente la arruga en su frente. Drake apartó mi dedo y se frotó la frente, evitando el contacto visual.
|| Dale, es tu turno || me dijo, visiblemente molesto.
Me preparé para mi tiro, alineé la bola blanca y, con precisión, envié una pelota a uno de los orificios de las esquinas.
|| ¡Punto! Mira, qué fácil || dije alardeando mientras celebraba mi victoria.
|| No está mal. Quiero decir, no fue nada lujoso, pero tampoco estuvo mal || dijo Drake.
|| Drake, no estoy jugando por estilo, estoy jugando para ganar. Veamos cómo manejas el último tiro || respondí con determinación.
|| Desafío aceptado || contestó él, alineando lentamente su tiro. Sin embargo, no voy a dejar que gane fácilmente. Gracias al efecto del licor, comienzo a desabrocharme la chaqueta, quedándome solo con mi top sin mangas. Drake levanta la vista de su disparo y sus ojos se agrandan al ver mi pecho, haciendo que pierda la concentración y su tiro se desvíe || Brown... ¿Qué... qué demonios estás haciendo? || pregunta, claramente alarmado.
|| ¿Qué parece que estoy haciendo, Drake? Tengo calor || le respondo con una sonrisa traviesa. Drake traga saliva, sin poder apartar la vista de mi torso, y no parece estar mirando exactamente mis ojos || Vamos, Drake, el tiempo corre... Concédele atención a la mesa || le digo, instándolo a concentrarse mientras me divierto con su distracción.
Niega con la cabeza y se inclina sobre la mesa, intentando alinear su tiro, pero sus ojos siguen vagando hacia mí. Desesperado, busca con el taco y la bola blanca rueda hasta detenerse sin que ninguna otra bola entre en la tronera.
|| ¡Maldición! || exclama, frustrado.
|| Drake, se supone que debes concentrarte en las bolas, no en lo que tienes delante || le digo con tono burlón, mientras estudio su expresión nostálgica. Su mirada denota una mezcla de frustración y anhelo, lo que me hace disfrutar aún más del juego.
|| Eres graciosa, pero supongo que me distraje un poco... Último disparo, Brown || dijo Drake con una sonrisa. Estudio la mesa, preparándome para mi tiro, cuando veo a Drake comenzar a desabrocharse la camisa. Mi mirada se fija en él mientras descarta la camisa sobre una silla, se deja caer al suelo y empieza a hacer lagartijas.
|| ¿Uh, Drake? ¿Qué estás haciendo? || pregunto, nerviosa. Recuerdo la última vez que hizo esto y no podía dejar de mirarlo.
|| Nada, no me hagas caso. Solo estoy aprovechando el tiempo para hacer mi rutina nocturna || responde él, mientras se quita la camisa.
|| Sin camisa, ¿eh? || le pregunto.
|| Así es. Estoy tomando prestada una página de tu libro de jugadas || me dice, guiñándome un ojo. Alzo una ceja, dándome cuenta de que está tratando de igualar mi juego. Me vuelvo hacia la mesa de billar, pero no puedo evitar observarlo por el rabillo del ojo. Drake comienza a hacer lagartijas con una sola mano.
“No te distraigas, Riley,” me repito a mí misma. A pesar de la fabulosa distracción, me concentro en el juego. Alineo mi tiro y logro meter una bola más en otro orificio.
|| ¡Woooohooo! || grito emocionada mientras salto || Ninguna cantidad de flexiones sin camisa puede desviar mi concentración ||
Drake se levanta, sacudiéndose las manos y los jeans.
|| Maldita sea, buena concentración || dice él, reconociendo mi habilidad para mantenerme enfocada a pesar de sus intentos de distraerme.
|| Supongo que el juego ha terminado. Lo que significa... || digo mientras me acerco lentamente a él || ¡¡Que gané!! ||
|| Suerte de principiante || dijo Drake, mientras comenzaba a colocarse de nuevo la camisa.
|| ¿Estás diciendo que una principiante te acaba de ganar? || le respondí con una sonrisa amplia, disfrutando del momento.
|| No dije eso... Bueno, ok, ok... "Felicitaciones" || admitió él, cruzándose de brazos con una expresión entre resignada y divertida.
Terminamos de comer nuestras picaditas y de beber nuestros tragos. La noche en el Ámsterdam Billiards Club había sido animada y llena de risas, y la competencia amistosa había sido justo lo que necesitábamos.
|| Bueno, gracias por el juego, Brown. Me divertí mucho. Pero creo que ya es hora de regresar || dijo Drake mientras nos dirigíamos hacia la salida del club. Caminamos juntos por las calles de Nueva York, disfrutando de la brisa fresca de la noche. Las luces de la ciudad parpadeaban a nuestro alrededor. A medida que nos acercábamos al hotel, noté que Drake parecía algo pensativo, con una sonrisa suave en el rostro, como si estuviera inmerso en sus pensamientos || La verdad es que me alegra mucho haber pasado esta noche contigo || dijo, mirando al suelo antes de levantar la vista hacia mí. Sus ojos reflejaban una mezcla de gratitud y algo más, algo que no podía precisar pero que se sentía palpable en el aire.
|| Yo también me alegro, Drake || le respondí con sinceridad || Gracias por hacer que la noche fuera tan especial || Cuando llegamos al vestíbulo del hotel, me detuve y me volví hacia él. Sin pensarlo mucho, le di un suave beso en la mejilla. La sorpresa en su rostro fue evidente, y un brillo de felicidad y asombro iluminó sus ojos. Parecía estar en las nubes, y aunque no dijo nada, su sonrisa decía más de lo que las palabras podrían expresar. || Y será mejor que cuides tu espalda. Si jugamos de nuevo, no seré fácil contigo || le advertí, repitiendo las mismas palabras que él me había dicho a mí.
|| Ya lo veremos, señorita || me respondió, sonriendo con un dejo de desafío y diversión.
Nos despedimos con un último abrazo y nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones. El vestíbulo del hotel se llenó de un silencio apacible, mientras el eco de nuestros pasos se desvanecía.
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luiisfer · 7 days ago
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Bello
Ella tiene la gracia de quien sabe escuchar los susurros del mundo, esa paciencia infinita que nace en el mar y en la lectura, donde cada historia es un rincón de escape y cada ola un secreto revelado. Ama el mar como si cada gota llevara una parte de su esencia, y en él encuentra el refugio que calma sus tormentas internas. Allí, donde el viento se vuelve amigo y las olas dibujan un latido eterno, halla la paz que tanto ansía, la estabilidad que se mece con el vaivén de las aguas. Es su santuario, su poesía en movimiento, su ancla cuando todo parece desbordarse.
“Me encanta escuchar”, dice, como quien despliega un manto de acogida, y uno no puede evitar sentir que sus palabras son un bálsamo. Ella ofrece su presencia, su corazón amplio y sincero, y aquellos que confían en ella encuentran consuelo, como si hablasen con alguien que no juzga, que comprende desde la profundidad de sus propias experiencias. “Siempre estoy aquí”, parece decir sin palabras, y en ese acto noble de escuchar sin esperar nada, revela su alma, pura y luminosa.
Es bella como un amanecer cálido. Su cabello castaño claro, iluminado por el sol, ondea como olas pequeñas y libres, y sus ojos claros contienen secretos de aquellos que saben observar la vida desde otro prisma. Hay en ellos un brillo particular, como el de los héroes de cuentos de hadas, aquellos personajes que miran más allá de lo evidente. Sus mejillas, a menudo encendidas como pétalos de rosa, revelan su pureza y la pasión con la que vive. Cejas perfiladas y pestañas largas enmarcan su mirada, dándole esa profundidad enigmática, esa belleza que habla de fuerza y dulzura al mismo tiempo.
Dicen que el valor se mide en actos silenciosos, y ella encarna esta verdad. Es una mujer valiente, una fuerza imparable que se enfrenta al mundo con carácter y resolución. Cuando tiene un objetivo, no hay tormenta que la desvíe; se abre paso con la tenacidad de quien conoce su propósito. Con un sentido del deber y una ética inquebrantable, ella ha ayudado a otros sin esperar retorno, tendiendo la mano a aquellos que más tarde le han dado la espalda. Y, aunque sufre por la traición de quienes la llaman “amiga” solo de nombre, jamás pierde la esperanza ni deja de ayudar, porque sabe que su corazón es noble, y eso la hace especial, única, hermosa.
“La creatividad es la magia que desafía el mundo”, alguna vez escuchó, y en ella esta frase resuena. Su imaginación es un vuelo constante, una obra en progreso donde cada libro es un portal a mundos inexplorados, donde cada historia la lleva a inventarse finales alternativos, a mejorar los finales románticos que, a menudo, le parecen injustos o insípidos. Así se eleva, se pierde en la maraña de palabras que lee y escribe en su mente, creando una novela en cada instante, enriqueciendo su espíritu y su visión de la vida.
Cuando canta —porque, sí, tiene esa elocuencia que convierte las palabras en música—, su voz revela una dulzura inesperada, como si, por un instante, el universo entero se callara para escucharla. Hay algo en su tono, en la suavidad y fuerza que se entrelazan, que evoca aquellos coros encantados de cuentos de hadas. Su voz es como un susurro de princesa en un bosque mágico, un eco de melodía que vibra en la piel y se queda grabado en el aire, dejando en quienes la escuchan una paz serena, una armonía que solo puede traer alguien que canta con el alma.
Es esa trifecta que pocos llegan a alcanzar: belleza, intelecto y espíritu. Y lo es de un modo natural, sin buscarlo, sin presumirlo. En ella, cada cualidad resplandece por sí misma, se integra en un equilibrio perfecto. Y así, siendo suya esta gracia única, recorre la vida como un faro que ilumina caminos, como alguien que, aun en medio de sus propios desafíos, encuentra fuerzas para sostener a los demás, para extender su compasión y sabiduría sin pedir nada a cambio. Como aquella línea en una canción de Disney, “Eres la estrella de la que nacen los sueños”, ella es esa chispa de esperanza, ese rayo de bondad en un mundo que, a veces, parece haberse olvidado de soñar.
Así, entre palabras, cantos y olas, vive. Y en su mirada queda el reflejo de todo aquello que ama, de todo aquello que la define. Porque ella es, en sí misma, un universo —un enigma y una verdad.
Es el tipo de mujer que no se doblega ante la vida, sino que la enfrenta con la frente en alto, con la serenidad de quien ha aprendido a sanar sus heridas. Hay en su andar una nobleza natural, un aura de fuerza silenciosa que la distingue, como si llevase una armadura invisible hecha de experiencias, amor propio y lecciones bien aprendidas. Ella no necesita mostrar sus cicatrices, porque cada una de ellas la ha hecho aún más hermosa, aún más indomable.
Para sus amigos, es un refugio en tiempos de tormenta, una presencia cálida que permanece cuando todos los demás se han ido. Y aunque la decepción a veces empaña su bondad, nunca deja que esto la defina. Sabe que dar es un acto de valentía, que ayudar, incluso a quienes no devuelven la mano, la eleva. A veces calla sus propios problemas, los guarda en lo profundo de su alma, como si supiera que, en cierto modo, su dolor también forma parte de su belleza. Porque hay una belleza única en la resiliencia, en esa capacidad de cargar con el peso de la vida sin perder la fe en las personas, en la amistad verdadera.
“¿Quién soy?” parece decir su presencia; y la respuesta es múltiple, es infinita, porque ella es tantas cosas a la vez. Es quien lee para soñar, quien aconseja sin juzgar, quien ayuda sin pedir nada. Y en cada uno de estos gestos, en cada uno de sus actos, despliega su esencia. Hay quienes pasan desapercibidos, pero ella no: en cada paso deja una huella, en cada sonrisa un destello de su luz interna. Como esa frase de Cenicienta, “Ten coraje y sé amable”, ella es prueba viviente de que ambas cosas pueden coexistir en perfecta armonía.
Es de aquellas almas que ven el mundo en matices, que encuentran belleza en lo pequeño, en lo simple, en lo sincero. Cuando te cuenta sobre sus libros, puedes verla transportarse a esos mundos, puedes escuchar en su voz la emoción y la nostalgia, como si cada historia la hubiese tocado de un modo diferente. “Al final, todo es una historia”, dice, y en su forma de contar el mundo, de narrar su vida, hay un toque de magia, de esa magia que solo poseen quienes ven la vida con ojos de poeta, quienes saben que las palabras son también actos, que pueden sanar, transformar, acompañar.
Cuando lees en su presencia, es como si el tiempo se detuviera, como si el ruido del mundo se hiciera tenue y quedara solo el murmullo de las páginas, el suave deslizar de los sueños sobre el papel. Ella, la mujer de los ojos claros y la mirada profunda, convierte los libros en mundos vivientes, en ríos de ideas y emociones que fluyen en su interior. Leer para ella es como respirar, un acto vital, necesario. Y en sus silencios, en esos momentos en que se pierde en la narrativa, su imaginación despliega alas invisibles, y se eleva hacia el infinito, creando sus propias historias, porque sabe que a veces los finales necesitan de un poco más de esperanza, de un toque de magia.
Así es ella: un universo dentro de un cuerpo hermoso, un alma llena de arte y valentía, una mujer que lleva en su interior la sabiduría de los mares y la pasión de las palabras. Y aunque el mundo a veces la lastima, sigue adelante, porque su espíritu es inquebrantable, porque en su corazón existe una llama que arde con fuerza, una llama de bondad, de compasión, de sueños por cumplir.
La describiría como alguien a quien es imposible olvidar, como un susurro que permanece en la mente mucho después de que se ha ido. Ella es la prueba de que en este mundo existe la magia verdadera, esa que no necesita de hechizos ni de varitas, sino de almas grandes y corazones sinceros. Porque hay personas que pasan por la vida sin dejar rastro, pero ella… ella es un poema viviente, un canto al valor, a la belleza interior, a la nobleza sin condiciones.
En su esencia yace un tesoro que solo los ojos atentos pueden ver, y quien tiene la fortuna de conocerla sabe que ella es más que palabras; es esa presencia única, esa luz que atraviesa la sombra y la transforma en claridad. Es como llevar un fragmento de cielo en el bolsillo, un resplandor secreto entre los días. Su belleza queda ahí, delicada pero firme, en la memoria como un suspiro guardado entre las cosas más queridas. Su mirada clara, las mejillas sonrojadas, y ese destello suave de su cabello iluminan, incluso en ausencia marca el universo, como un eco persistente de algo infinitamente bello y sereno.
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caostalgia · 1 month ago
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En ese momento me perdí tanto en ti que olvidé los límites de mi recipiente y toda la maraña de locuras que lo conforman.
–danaearbg.
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