#La maraña regulatoria
Explore tagged Tumblr posts
Text
[Opinión] La maraña regulatoria.
Nueva publicación en https://ct2.cl/8u
[Opinión] La maraña regulatoria.
Por Rafael Palacios, vicepresidente ejecutivo de ACADES, Asociación Chilena de Desalación y Reúso.
Pocos días antes de que el Presidente Boric viajara a Europa para desplegar una agenda de atracción de inversiones centrada en la transición energética, el Comité de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático se disponía a votar la creación de un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos que busca proteger el Archipiélago de Humboldt. No obstante, en la sesión algunos secretarios de Estado tomaron conocimiento que el área de conservación propuesta tenía una extensión de 55.000 hectáreas que atraviesa el litoral costero de tres comunas, dos en la región de Coquimbo y una en la de Atacama. Pese a que la propuesta es impulsada por la ministra Rojas y cuenta además con el apoyo del ministro Jackson, no fue votada debido a la sorpresa que se llevaron las titulares de las carteras de Obras Públicas y Hacienda con el polígono propuesto.
Un par de semanas antes, el Contralor General de la República resquebrajó el actual sistema de ordenamiento territorial mediante sucesivos dictámenes que superponen la potestad planificadora intercomunal del Ministerio de Vivienda y Urbanismo a diversas normas de ley general de urbanismo y construcciones (LGUC), entre ellas, aquella que le confiere a todo dueño predial en zonas rurales derecho a dividirlo libremente en lotes superiores a 0,5 hectáreas y a realizar obras de infraestructura, previa obtención de los informes favorables de las reparticiones públicas que la propia ley establece. Dicha limitación se basa en que, entre las potestades del planificador intercomunal, se cuenta la de establecer Áreas de Preservación Ecológica que tienen por finalidad mantener el estado natural de los predios rurales sobre las que estas recaigan, a fin de asegurar y contribuir al equilibrio y calidad del medio ambiente, como también preservar el patrimonio paisajístico. Con esta interpretación -auto adscrita como armónica-, el Contralor le entrega al Ejecutivo herramientas para establecer gravámenes ambientales que pueden impedir a los propietarios rurales, desde desarrollar proyectos de inversión, hasta construir un galpón o una casa de veraneo, pues limita el derecho que consagra el artículo 55 de la LGUC a la potestad planificadora intercomunal, impidiendo el desarrollo de actividades expresamente admitidas por la LGUC y su Ordenanza, como las obras de infraestructura o la vivienda del propietario.
Simultánea, pero no coordinadamente, la Tercera Sala de la Corte Suprema revocaría en esos mismos días el fallo de la Corte de Apelaciones de Valparaíso que, en mayo, había declarado inadmisible un recurso de protección presentado contra la empresa Aguas Pacífico para frenar la construcción de su proyecto de planta desaladora, sobre la simple base que, del mérito de los antecedentes del recurso, aparecía de manifiesto que en el libelo interpuesto se mencionaban hechos que eventualmente podían constituir la vulneración de garantías de las indicadas en el artículo 20 de la Constitución Política de la República.
Así, mientras se discute un Pacto Fiscal y se estrechan manos en Celac-UE para la cooperación en incorporación de capital, apoyo y desarrollo de tecnología, instituciones esenciales para la conducción de los flujos de inversión de los que depende el dinamismo de la economía como lo son el Ministerio del Medio Ambiente, la Contraloría General de la República y la Tercera Sala de Corte Suprema, continúan entretejiendo, silenciosa y eficientemente, un complejo entramado jurídico hilvanado por actos administrativos, dictámenes y jurisprudencia que terminará impidiendo la realización de muchos proyectos de inversión. En efecto, mientras la comitiva Presidencial se empeña en dar señales para atraer inversiones al país, esta creciente maraña regulatoria-jurisprudencial continuará obstaculizando, por ejemplo, el abastecimiento de agua desalada no sólo a la población de regiones como Valparaíso, Coquimbo y Atacama, sino que también a industrias como la agricultura, la minería, el litio y el hidrógeno verde, es decir, las mismas que le decimos a los inversionistas extranjeros querer desarrollar.
0 notes
Text
LOS CHAMBONES DEL OCASO
No hay Patria que pueda sobrevivir dentro del Jardín de las Boberías
Hoy es 25 de Mayo y a más de doscientos años de la Revolución, vengo a rendir tributo a ese puñado de hombres que arremetieron contra las autoridades, por entonces flojas de papeles, que mandaban desde el soberano Cabildo. Ese grupo, no era más que una barra medianamente organizada de comerciantes, abogados, militares y para de alguna manera santificar la gesta, no faltaron algunos sacerdotes. En el barrio diríamos, un rejunte de muchachones entre los treinta a cincuenta años de edad, con Juan Larrea y Mariano Moreno como benjamines atropelladores (veintiocho y treinta y dos años respectivamente). La cuestión era que el Virreinato del Río de la Plata solo podía exportar a España, estando cerrado el comercio a otros países que comenzaban a demandar nuestros productos primarios. Por fuera de este monopolio, los borbones mandaban pocos buques para estos lares, ya que nuestras exportaciones eran de bajo valor agregado, había mucha piratería en los mares y por ende era mejor despachar navíos muy custodiados a zonas donde hubiera oro y plata (básicamente al Alto Perú). Ante tal maraña de restricciones, el contrabando y la corrupción de los virreyes era un festival. Nuestra tierra estaba cada vez más aislada y encima debía pagar impuestos a una Corona que ya estaba en decadencia. El romancero criollo podrá describir a la Revolución de Mayo como un clamor de multitudes que querían abrazar la libertad, las nuevas corrientes de pensamientos y seguir en línea con las independencias de otras regiones. La realidad era bien otra, se estaba necesitando un país más abierto, pagar menos impuestos y sobre todo dejar de rendir pleitesía a un tercero lejano y ausente que no cumplía ningún otro rol que el esquilme continuo. Algún parecido con la actualidad?.
Para llevar a cabo la insurrección no se necesitaron ni medios hegemónicos, ni elecciones “Las Paso”, ni jugar a las escondidas por ser candidato a algo, ni a escuchar frases “yo estoy para colaborar no es momento de hablar de postulaciones”. A los tibios los vomita el diablo. El equipo de insurrectos, con mucho coraje y con no más de un puñado de ideas básicas, inmortalizó a la Jabonería de Vieytes (esquina de las actuales Venezuela y Tacuarí) como el santuario del alboroto. En esos frenéticos días se acordaron algunos puntos esenciales pero que fueron lo suficientemente sólidos como para provocar la tremenda transgresión de mayo. Por las dudas y dejando abierta la puerta, no se declaró la Independencia, por la cual hubo que esperar seis años más. Rindo así homenaje y tributo a la Primera Junta, que en esos caseríos del San Telmo antiguo, se pelearon, se bramaron, se insultaron, pero de allí salieron fortalecidos y directo al subleve. No tenían que bajar líneas ni por C5N, ni por A24, ni por Canal 13 ni por la TVP. Para copar la parada en la Plaza del Cabildo no necesitaron ni de colectivos ni de choripanes ni de planes para el necesitado. El pueblo solo creyó y acompañó. Donde está hoy nuestra Jabonería del 2021? Donde está la argamasa de ciudadanos con nuevas miradas y que estén dispuestos a dejar de ser mansedumbres tranquilas y correr detrás de los riesgos que conllevan las nuevas utopías?. Alguna vez me he planteado si al tener tantas ilusiones metidas en mi cabeza no podría haberme muerto aplastado por las pesadas realidades. Sin embargo, y por más que a algunos le cueste comprender, el motor de mi crecimiento personal vino por la rebelión y no por buscar posiciones cómodas y conservadoras. Salirse de la ruta e irse a la banquina a veces es bueno. Ud. no es el único que está harto y quizás acuerde conmigo que las revoluciones de ideas jamás debieran estar confinadas solamente de lunes a viernes y en horario laboral. Los que deambulan por el Jardín de las Boberías, tienen la patria en sus venas o por ellas corre sangre de horchata sazonadas con gotas de atroz malicia? Pobre tierra nuestra ya que todas las sombras, aun las de los filibusteros, caen sobre ella. Que el Sol Patrio aleje las penumbras de los baratos reos charlatanes, dando lugar a la luz del trabajador genuino y honrado.
Hoy no hay clases ni se trabaja. Puede dedicarle cinco minutos a pensar quién es Ud. y por qué es libre?. Mire, somos una mezcolanza salvaje de tanos, gallegos, judíos, turcos y algo, más bien poco, de sangre vernácula. Por más que quiera, no somos ni suizos ni noruegos. Tener un apellido patricio no es ir más que dos o tres generaciones atrás que la de mis abuelos inmigrantes del 1900. Y no se asuste al descubrir que seguramente sus actividades eran el tráfico ilegal de algo. No olvide que maldecir nuestra tierra es maldecirse a nosotros mismos y también es verdad que hay banderas y causas que bien pueden valer algunos muertos ya que nunca nada se construyó sobre mantos de calma chicha. Pero por favor, no crea con que invocando falsos relatos se pueden cometer crímenes y tropelías de cualquier tipo. Nada más irrebatible al decir que la Patria se puede construir con engañifas. Hoy, nada más indudable, que Patria sería embestir contra los que nos meten miedos o que solo buscan encerrarnos en el día a día, para que así no podamos construir futuro. No podemos escribir historia haciendo base en oprobios. Es una gran mentira prometer llegar a la paz y a la unión del pueblo, partiendo de venganzas y persecuciones desde la derecha o desde la izquierda. Jamás podremos generar progreso partiendo de injusticias y beneficiando al ladronzuelo. Es verdad que en la búsqueda de la libertad se atraviesan procesos dolorosos. Alguna ex diputada, desde su cómoda chacra de las afueras de Buenos Aires, con jubilaciones y custodias de privilegio, decía que “ver nacer una república era lo más parecido a un trabajo de parto”. Jamás su chacra llegará ni al talón de la vieja jabonería. Si a Ud. le dicen que para llegar a un objetivo de riqueza debe atravesar primero por un sin número de dolores y miserias, es que en realidad lo están condenando por décadas al sometimiento más denigrante.
Como pudimos en 1810 conjugar tantos apasionados matices con semejante diferencias de razas y culturas?. O es que acaso no teníamos esclavos? Sin embargo, en ese momento nadie habló de los unos o de los otros. Nadie vio allí una grieta, la cual hubiera generado decadencias y retrocesos. Aún, los realistas más fanatizados, se llamaron a silencio y no dieron oposición. Frente a ellos, estallaba un nuevo pueblo unido. La Patria que nacía era una masa de desgracias, llantos, gritos, escarapelas y contradicciones. Pero dentro de la Patria los pueblos se unen en el comulgue del amor por la tierra. En 1810, se empezaba a encender la llama temprana de la Argentina. Espontanea y casi utópicamente nacía la decisión de la reconstrucción. Admiro a los pueblos que se movilizan y que no dejan espacio para los apáticos. Patria es el rellano, es el descanso y es la guarida donde nos regeneramos para las nuevas batallas. Si solo nos unen los odios a los otros, nunca tendremos espacio para la comprensión, la piedad y menos aún para la misericordia. Solo nos quedará el espanto. El maestro Marechal decía “La Patria es un dolor que no tuvo bautismo”. Si la Patria es ese cacho de extensa tierra que en forma difusa, intangible pero sostenida, llevamos dentro de nuestros corazones, en cualquier tiempo y lugar en el que estemos, quiero alertarle que entre chambones y gamberros se la están rapiñando.
Al no pensar colectivamente, nos volvemos abstractos y de esa manera estamos haciendo el caldo gordo a los señores falsamente elegantes, ricos en constante y sonante, de extrema pobreza intelectual, con sus manos cerradas y acalambradas por no haberlas tendido jamás. Patria es llenar plazas con pueblos y corazones. Patria es amar tu familia, tu raíz, tus compadres. Patria no es la Financiera, ni la Contratista, ni la Regulatoria, ni siquiera el Instituto de tal nombre y falso honor. Patria es la gente. Es Usted y soy yo. Por solo un momento piense que puede hacer por ella. Patria, 25 de Mayo, es de todos, no es uno de unos pocos.
25 de Mayo de 2021.
Tributo a la Primera Junta de la Revolución de Mayo (1810)
0 notes
Text
Transparencia contractual. En la maraña de normas, protéjase mediante contratos
En un entorno donde hay tantas normas, todas legalmente obligatorias, pero muchas de ellas contradictorias entre sí, ¿qué lo protege a usted?
La salvaguarda en un entorno normativo contradictorio se llama transparencia contractual: en la maraña de normas protéjase mediante contratos.
Quienes han entendido esto saben que, si bien existen muchas normas de ‘carácter superior,’ en el fondo los comportamientos comerciales se rigen por la ley de contratos. Esto es, contratos bien acordados, ejecutados, y compensados con transparencia plena.
Algunos prefieren referirse a ello como ‘integridad.’ Ciertamente es lo totalmente opuesto a la ‘ética en consonancia’.
La explicación es que, en un contexto de globalización, donde hay diversos sistemas legales, la única garantía para la supervivencia comercial en el largo plazo está en la ejecución de contratos comerciales que protejan debidamente a las partes y les permita satisfacción mutua en la relación comercial.
Contratos y sistemas legales
En el presente, los dos grandes sistemas legales que tienen mayor impacto en las relaciones comerciales globales son el derivado del código civil napoleónico y el derivado de la common law.
En el código civil napoleónico, el contrato es definido como un ‘acuerdo de voluntades, entre dos o más personas, que tienen la intención de crear, transferir o extinguir obligaciones legales.’ Se centra más en el estado mental subjetivo de las partes.’ Comienza con el acuerdo (‘accord des volontes’).
En la ley común anglosajona, un contrato es ‘una promesa o un conjunto de promesas para cuyo incumplimiento la ley da un remedio, el desempeño de la cual la ley la reconoce como un deber’. El acuerdo es una manifestación de asentimiento mutuo. Tiene una orientación más objetiva.
En el contexto anglosajón, los contratos tienen un ciclo de vida que se puede resumir como: Promises (promesas), Bargaining (negociación) y Contracts (contratos)
Leído lo anterior en un contexto de ‘cadena de valor’ se entiende por qué la base de un contrato son las promesas y no tanto los acuerdos. Éstos, en el fondo son fruto de las negociaciones, dado que cada promesa no lleva a un contrato si no hace parte de una negociación. Pero también permite entender por qué: (1) los oferentes son los maestros de la negociación; (2) la aceptación tiene que ser la imagen que refleja la oferta; y (3) la promesa debe realizarse con suficiente deliberación y formalización.
Las promesas, en el fondo, son esperanzas, expectativas, anticipaciones, prospectos, confianza. Se anulan solo en casos de: (1) dependencia perjudicial (detrimental reliance); o (2) negociación descuidada (careless negociation).
En el derecho anglosajón algunos prefieren resumir lo anterior en las expresiones confianza, cooperación y coordinación: mediante el dispositivo de las promesas, y a través de ello, hacia el cumplimiento forzoso de esas promesas con el respaldo del Estado.
En otras palabras, los contratos se basan en promesas que son negociadas, o, respecto de las cuales se llega a un acuerdo. La diferencia importante es de perspectiva: subjetiva (en el caso de la ley civil napoleónica) u objetiva (en el caso de la ley común anglosajona). En el contexto de negocios internacionales y globales se da prelación a lo objetivo.
Lo anterior, ciertamente es bastante complejo y tiene connotaciones jurídicas elevadas. Lo importante, para el análisis que aquí se realiza, es entender que, desde la perspectiva comercial, ello constituye la salvaguarda en medio de otras muchas otras obligaciones legales contradictorias entre sí.
Transparencia contractual
La transparencia contractual, en términos más sencillos, consiste en saber hacer promesas y honrarlas en las negociaciones y en la ejecución de los contratos.
En otras palabras, ‘no prometa lo que no esté en capacidad de cumplir.’
Todo lo que atenta contra ello es entendido como ‘riesgo de reputación,’ ciertamente el mayor de todos los riesgos en un contexto de negocios.
Los ataques cibernéticos, los fracasos financieros, las sanciones regulatorias, etc., de alguna manera hacen parte del hacer negocios. Con esfuerzo y empeño pueden ser superados.
Pero si no hay transparencia contractual, si fallan la integridad y se atenta contra la reputación, no hay nada qué hacer. Es la ‘muerte comercial’ o el entrar a hacer parte del mundo oscuro de la criminalidad y la corrupción.
Información financiera
Lo relacionado con la información financiera (preparación, control interno, presentación, revelación, auditoría, aseguramiento, supervisión) muestra hoy una proliferación excesiva de normas, todas de obligatorio cumplimiento legal, muchas de ellas en abierta contradicción.
En Colombia, por ejemplo, no hay claridad jurídica respecto de cuáles son las normas que aplican a los estados financieros: ¿Las del código de comercio? ¿Las de la Ley 222 de 1995? ¿Las de las NIIF? Todas ellas son legalmente obligatorias de cumplir. Pero cada una tiene expresiones y procesos diferentes que llevan a resultados completamente diferentes.
¿Qué es lo que usted le está prometiendo a su cliente? No basta con decirle que usted actúa dentro de la ley y en cumplimiento de la ley. ¿Qué estados financieros le promete usted a su cliente preparar, auditar o asegurar? En ello debe haber transparencia plena.
Si usted le promete a su cliente, y acuerda con él, preparar estados financieros IFRS, tenga usted claro, y deje que su cliente tenga plena claridad, en que los estados financieros IFRS son diferentes a los que se preparan según la ley 222 de 1995 o según el decreto 2649 de 1993. Si usted comete el error de a todo ello ponerle ‘la etiqueta NIIF’ y decir que todo está bien, usted no está teniendo transparencia contractual. Está metiendo a su cliente en problemas, y usted también se está metiendo en problemas. Aténgase a las consecuencias.
Con la auditoría de estados financieros y la revisoría fiscal las cosas se complican.
¿Usted le está prometiendo a su cliente que, con usted firmando como revisor fiscal, los estados financieros de su cliente están auditados según estándares/normas internacionales de auditoría? Usted está engañando a su cliente y cuando éste se de cuenta, posiblemente no le demande (¿ante quién?) pero muy seguramente le decrete su muerte comercial. ¿Luego a quién podrá usted acudir?
Usted debe dejarle claro a su cliente que la auditoría de estados financieros según los estándares internacionales de auditoría requiere que usted como auditor sea independiente de la entidad de la cual informan esos estados financieros.
El revisor fiscal, por su naturaleza legal, no es independiente de la entidad (su máxima independencia es frente a la administración de la entidad, que no es lo mismo). Si cliente necesita tener claro eso.
Se necesita claridad contractual plena de que ‘firmar el balance usando las NIA’ (tal y como obligan las normas colombianas actuales) no es lo mismo que ‘auditar los estados financieros según las NIA.’ Quien principalmente necesita esa claridad contractual debe ser usted. Para proteger su calidad profesional. No se escude en normas obligatorias, pero mal elaboradas, porque en todo caso usted lleva las de perder. Asegúrese de que su cliente también tiene claridad respecto de ello.
¿Tiene usted los papeles y formularios que sobre la NICC 1 el ente de vigilancia ética le pidió? Para lo único que le van a servir esos papeles y formularios es para que tal ente no lo moleste. Pero para sus clientes, tenga siempre presente que la calidad no son papeles ni formularios. La calidad es hacer las cosas bien y agregar valor para su cliente. Sin transparencia contractual no hay calidad.
Transparencia contractual es que usted le cumple a su cliente lo que usted le prometió (ojo, entonces, con las cotizaciones y las propuestas comerciales, pero también, ojo con lo que usted publica en internet, acuérdese que el mundo se volvió digital) y lo que usted negoció y acordó con su cliente. Ello es lo que usted debe ejecutar y es a ello a lo cual usted tiene derecho a facturar y cobrar. En eso consiste el honrar la promesa.
Una solución sencilla
La solución es sencilla, no prometa lo que no esté en capacidad de cumplir. No hay excusas de que es fácil decirlo, pero difícil ponerlo en práctica.
Un consejo, o, si a usted no le gustan los consejos, pero acepta sugerencias: la ética en consonancia en estas cosas es lo que menos ayuda, mejor aún, lo que más lo perjudica.
Téngalo siempre presente. Normas (leyes, reglamentos, decretos, resoluciones, instructivos) hay muchas, todas legalmente obligatorias, pero en contradicción. Si usted aplica una, muy seguramente no podrá aplicar la otra.
La transparencia contractual lo protege. Tenga claro qué es lo que usted puede ofrecerle a su cliente y negocie claramente ello con él. Si no le puede cumplir, ni siquiera prometa.
No se presente usted como una persona íntegra. Quienes lo hacen muy seguramente están encubriendo algo y en todo caso no tienen transparencia. Espere que sean sus clientes quienes lo reconozcan a usted como íntegro y transparente en términos contractuales. Espere que lo recomienden a sus amigos y relacionados.
En todo caso, protéjase. La transparencia comercial es su única salvaguarda. Si la pierde… es posible que usted haya cumplido… cumplido su ciclo de vida comercial y esté gozando de muerte comercial.
* * *
0 notes
Text
La maraña regulatoria que afronta el turismo en las autonomías . . Con el debate de la turismofobia sobre la mesa,… https://t.co/QInWYKhI3K
La maraña regulatoria que afronta el turismo en las autonomías . . Con el debate de la turismofobia sobre la mesa,… https://t.co/QInWYKhI3K
— MhablaN (@mhablan) August 10, 2017
#La maraña regulatoria que afronta el turismo en las autonomías . . Con el debate de la turismofobia
0 notes
Text
La maraña y el rompecabezas
Alberto Mansueti
El 7 de noviembre se cumplirán 100 años de la Revolución rusa de Octubre (el 25 en el calendario juliano). Y desde 1917, los países han estado aplicando recetas socialistas. Por eso han acumulado demasiados problemas, económicos, políticos, culturales y morales, educativos, de salud; de todas clases. Las rectificaciones han sido pocas, tímidas y parciales.
Así los problemas y sus pésimas consecuencias se han agravado y multiplicado; y se han anudado y enmarañado las cadenas de causas perversas generando efectos malos, los que su vez causan otros peores. Para colmo, andamos cortos de visión en estos tiempos, y esto no se ve claro, porque no se entiende bien.
¿Hay soluciones? Sí: reformas para revertir el curso a la izquierda. Pero los problemas se hacen un embrollo, una maraña muy enredada: hay que desenredar o cortar los hilos. Y las reformas son como las piezas del rompecabezas: hay que poner todas, cada una en su lugar. No es fácil, pero no hay otra salida. Ejemplo: el caso de Donald Trump, que en estos días se ha topado con la maraña.
(1) Hay que bajar la carga impositiva. Pero eso sería irresponsable si a la vez no se baja el gasto público, porque de otro modo subiría el deficit fiscal, y/o la deuda pública. Así que se debe recortar mucho y drásticamente la burocracia. Pero no se puede si el Congreso no apoya, porque se requiere derogar total o parcialmente muchas leyes malas.
(2) Para los ex burócratas desempleados debe haber empleos productivos, y las empresas son las que pueden hacerlos. Ayuda reducir impuestos; pero hay también que liberalizar o al menos flexibilizar las contrataciones laborales. Y aliviar la carga regulatoria en general, para que así las empresas puedan reducir costos, y atraer inversiones. Otra vez: auxilio del Congreso se necesita.
Estas dos primeras reformas, las mayores, son complementarias; no se puede hacer una sin la otra; y deben tener apoyo de opinión y prensa, y en la “cultura ambiente”, muy sesgada a la izquierda. De otro modo, el rechazo es generalizado.
(3) Pero es imposible si profesores y maestros, que están para enseñar, imprimiendo su sello en la cultura y la opinión, son casi todos marxistas. O sea: ¡hay que privatizar también la educación!
Es que los diversos males se refuerzan y realimentan entre sí. Es la maraña entretejida entre cultura e instituciones; se debe cortar. Y es por el lado de las leyes. Porque hay que recuperar la cultura del trabajo; pero es imposible si las leyes e instituciones castigan el trabajo, y pagan el parasitismo. La cultura es producto de las instituciones, no al revés, porque las leyes deben dar los incentivos: los premios y castigos para retribuir buenas y malas conductas, respectivamente.
(4) Trump quiere detener y aún revertir los fuertes avances socialistas en la atención médica de la Era Obama. ¿Y cómo va a des-socializar la medicina sin una decidida re-privatización de la medicina?
(5) Mucha carga en el Presupuesto y deficit fiscal hacen las obligaciones del Estado para jubilaciones, pensiones y otros gastos "sociales"; ¡pero son "intocables" en la mentalidad socialista!
Otra maraña de hilos enredados: los gastos médicos y sociales a cargo del Estado son para “aliviar” la pobreza; o sea para subsidiarla, no para reducirla. Para reducirla son las dos primeras reformas; pero si nunca se hacen, o se hacen con timidez y cuentagotas, como de vez en cuando sucede en los países, no se crea riqueza suficiente como para descargar “gasto social” de las arcas del Estado, ni para ganar piso de apoyo suficiente en la sociedad.
¿Ves por qué Trump debe atacar la maraña con las cinco reformas, todas, y juntas? Porque están muy ligadas: son piezas componentes de una única y "Gran Devolución". ¡Como en el rompecabezas!
Otro ejemplo, pero bueno, trae Juan Ramón Rallo en El Confidencial del día 25: “Angela Merkel ganó ayer su cuarta elección consecutiva”, muy por sobre los socialistas, pese a perder casi un millón de votos demo-cristianos, a manos de la derechista AfD. ¿Explicación? Desde 2007, el PIB real subió un 11 %, la inflación cayó a 1,3 % anual, hay 4,5 millones de nuevos empleos, y el paro está en su menor tasa desde el año 1980. Bajaron el deficit fiscal y la deuda pública, y creció el ingreso per capita, reduciendo de paso la desigualdad. ¿Cómo se logró?
En gran parte, cortando la maraña de la improductividad, con la flexibilidad laboral, pieza clave del rompecabezas. La empresa puede obviar los convenios colectivos, y ajustar los salarios a su propia coyuntura. Y las inversiones llegan, para aumentar la eficiencia de los trabajadores, y sus salarios reales. La estabilidad macroeconómica sirvió para hacer reformas microeconómicas y estructurales, no para postergarlas sine die y evitarlas, como en América latina. Con razón, Rallo concluye que es más mérito de su partido demo-cristiano que de la Sra. Merkel, aunque a ella le ha servido para asemejarse a los grandes: Adenauer y Kohl.
En EE.UU. hay una gran tradición de respeto a la ley, casi una devoción. Eso es muy bueno cuando las leyes son racionales y justas, e incentivan sanos principios, normas y valores, en lugar de castigarlos. Pero cuando los socialistas llevan muchas décadas haciendo leyes malas, la cultura de la obediencia a la ley vigente es un gran obstáculo para las reformas. Por eso, qué pena, Trump no va a lograr mucho.
En América latina no hay esa cultura; la ley no es tan importante aquí. Y eso es muy malo cuando las leyes son racionales y justas; pero las nuestras no lo son. ¿Qué vamos a hacer pues los del Movimiento Cinco Reformas, si empezamos a ganar elecciones, y tenemos oposición en el Congreso? ¿Disolverlo o algo así? No. Podemos hacer algo que Trump no puede: convocar a un “Referendum Nacional contra las Leyes Malas”, previa campaña informativa.
Los liberales clásicos somos partidarios de la “República”, un Gobierno limitado “por consentimiento” (según Locke), es decir que sea “representativo”. O sea que la democracia debe ser “representativa”, como es en EE.UU., y no directa. Pero queremos establecer esas instituciones, ya que no las tenemos; así que por esa vez, y para ese fin, para brindarles legitimidad original, se justificaría un plebiscito, recurso típico de la democracia directa. Porque a esa “República” hay que “instituirla”, e instituir (fundar, cimentar) las instituciones de que ahora carecemos; ¿y de qué otro modo, si no es por consulta popular?
¡Saludos a los buenos!
0 notes