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Molesto (Tom Taylor)
Masterlist de mi autoría
Sinopsis: Todo lo contrario a su personaje, Tom era la persona más divertida y molesta que podía existir. Aunque su semblante serio disimulaba sus intenciones burlonas, su boca no tardaba en decir tonterías. Y a pesar de que en un inicio era divertido, Tom encontró en molestarte un gran placer. Y eso solo te sacaba de quicio.
—... ¿Vieron el jugo que guardaba en la nevera? No lo encuentro.—____ miró la mesa del centro del comedor donde Tom y Harry almorzaban, pero su mirada no tardó en clavarse en Tom—... Te lo tomaste tú, hijo de puta.—
—Ah... Una dama no debería hablar así. Y menos con acusaciones tan descaradas.—
—Era el último juguito de mango y naranja, Taylor... Si tú te lo tomaste...—vio la pequeña sonrisa que comenzaba a nacer en su rostro.
—No tenía tu nombre...—la mujer frunció el ceño.
—Vamos, amigo. Dime que no lo tomaste.—Harry lo miró cansado—. Treinta veces al día nos dice que no tomemos esa cosa. No seas idiota.—
—Bueno, puede que tenga una botella extra de tu jugo en mi remolque... ¿Qué harás para que te lo dé?—
____ no era de las personas que tuviesen mucha paciencia, y su temperamento no era el mejor. Las personas como Tom eran la pesadilla de las personas como ____. El problema no era el jugo, el problema era la necesidad constante de molestarla. Y ella se había cansado.
—... Le pediré a Ewan que me lleve al mercado más cercano.—caminó hacia la entrada del comedor.
—Esta a una hora de aquí, querida.—
—Prefiero eso a rogarte a ti por un maldito jugo, idiota...—
La chica dejó el lugar, y entonces Harry miró a Tom con cierta incredulidad.
—... Si sabes que solo lograste que te odie más ¿No?—Tom sonrió.
—Su cara se pone toda roja ¿Te diste cuenta?—
—Roja se pondrá la tuya cuando te dé un puñetazo por idiota. Si quieres llamar su atención, esta no es la manera.—
—No quiero llamar su atención, me gusta molestarla y ya... Bromeamos con eso.—
—Tú bromeas, ella solo se enoja.—Harry abrió su tuppercito de ensalada—. Pero bueno, es divertido ver cómo tú solo arruinas cada mínima chance que tienes con ella.—
Tom sintió un pinchecito de preocupación.
Era divertido molestarla, sí. Pero también adoraba cada mínimo detallito que iba descubriendo de ella.
Como sus mejillas se enrojecían, y ese rubor iba a sus orejas.
Como esa ternura y amor de personita lo insultaba con tal facilidad era adorable.
Como lo miraba desde abajo por la cabeza que le llevaba de altura, y como no se acomplejaba para nada porr esa diferencia...
Le daban ganas de rodear su cintura y alzarla...
Besarla con necesidad.
—... ¿Ya es muy tarde para darle el jugo?—
—No era necesario tanto, Ewan...—
—Prefiero que tomes eso y dejes de consumir tanta Coca-Cola, cariño.—El chico bajó del maletero de su auto un pack de 10 botellas de jugo, y ____ lo siguió más que feliz por detrás.
Ewan solo le llevaba 4 años a la mujer, pero la había adoptado como a su hermana menor.
No había chance de que otro actor del set manejara tanto por jugos...
—¡____!—Un Tom se acercó emocionado a la chica, trayendo aquella botella que tanto le había mezquinado—. Te traje el jugo, sin nada a cambio. De nada.—se lo alcanzó, pero ella lo miró a ceja alzada.
—Métete tu botella por donde no te llega el sol, querido. Ewan me compró muchos. Vete al diablo.—
Tom miró con cierta decepción como ____ se aferró al brazo del rubio que cargaba aquella caja llena de botellas.
Bueno, tal vez Harry tenía razón...
El resto de la semana de grabaciones, ____ ignoró a Tom. Los papeles se habían invertido, y la chica entendió el gustito de Tom por ser tan molesto.
—¿Vas a seguir con eso?—
—...—
—Vamos, querida. Habla conmigo.—
—...—
—Esto es muy infantil de tu parte.—
—... ¿Qué tal las grabaciones hoy?—
En cuanto ____ levantó la mirada, Tom se ilusionó, pero sintió el golpe directo al ver que le hablaba a Ewan. Acababa de entrar en la sala.
—Muy bien, corazón ¿Ya almorzaste?—
—Te estaba esperando. Yo invito las pizzas.—le sonrió.
Ah... Tom estaba molesto.
—¿Quieres acompañarnos, Tom?—Ewan llamó su atención.
—Te invitaré a ti, no a... Otros.—____ no volteó a mirarlo—. Yo no almuerzo con idiotas.—
Ewan no tardó en notar la rara situación. Tanteó con cuidado las razones.
—¿Pelearon?—los miró a ambos, ninguno dijo nada—. Seré intermediario si quieren, suena divertido.—
—Es un imbécil.—____ lo señaló enseguida—. Un imbécil molesto y... Y no me agrada, me ha cansado.—
—Lo siento ¿Si? Me excedi... Pero solo estaba bromeando, no te aguantas nada.—
—¿Te aguantarás un puñetazo?—
—No seas violenta, corazón.—Ewan le indicó que se calmara—. Se esta disculpando.—
—Si eso es una disculpa, es una mierda. No la quiero.—
Tom la miró, ya algo preocupado por lo lejos que había llegado con sus tonterías.
—... Te invito a comer una pizza en la noche. Empecemos de cero... Será mi disculpa.—
____ sintió, por primera vez desde que lo conocía, que Tom estaba siendo sincero. Bajó la guardia.
—... Ven a almorzar ahora con nosotros, será mi disculpa... Aunque no haya hecho nada malo.—
—Si, bueno... Pero que no esté Ewan. Es nuestra disculpa mutua. Cita de reinicio, él no puede estar.—
—No es una cita.—
—Si, lo es.—
—... Ewan vamos a almorzar.—
—¡Bien bien, voy con ustedes!—
—No, ya no quiero.—
Ewan miró como Tom miraba desde arriba a la mujer que le cortaba el paso, insistiendo en que no iría con ellos. La miraba con tal fascinación que no tardó en comprender el origen de todo aquel asunto.
Tom era molesto.
____ se enojaba fácil.
Y ya se veía venir las mil y un vueltas que tendrían que dar para que finalmente algo serio surja de eso.
Yo también quiero un pololo que me saque una cabeza de altura y-y me agarre la cara y me dé docenas de besos todos melosos 🥺✨
#español#hotd#house of the dragon#hotd fandom#tom taylor#tom Taylor x reader#hotd cregan#cregan stark fanfic#cregan stark x you#cregan x reader
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Are you following the Puigdemont situation? Sorry but the (alledged) videos people are posting of him just strolling in Barna while the cops are looking for him are so funny.
Le hicieron Operación Jaula?? joder que rey, huyó en el maletero ?!. conseguirá la independencia a fuerza de escándalos fkdmms 🙏🙏
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‘ ¿terminaste con las ventanas de la señora shepard? ’ movió su mentón para apuntar la casa de la anciana, no podía ver bien los detalles de los ventanales desde allí. su cuerpo estaba apoyado contra su automóvil, por suerte no le había pasado nada la noche del desastre. ‘ ¿tienes algo para comer? preparé algunos sandwich, los tengo en el maletero ’ apuntó a su espalda, quizás había perdido el apetito como él, que sólo podía beber agua desde que recogió quién sabía cuántos cuervos.
inwoo y arien toman un descanso en oakwood @sinwcc
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*Oneshot basado en los capítulos 5 y 8.
Desde que Lilly publicó el vídeo, toda mi vida está patas arriba. Jake se ha ido por su bien y yo tengo que recibir las miradas acusatorias y los murmullos de la gente. —Con esto no contabas que me pasaría ¿No, Jake? —digo entre dientes, bastante molesta. Le había enviado un mensaje a mi novio, necesitaba despejarme de todo lo que estaba pasando ¿Y qué mejor que explorar una casa abandonada como hacíamos antes?
Le veo apoyado en su Land-ROVER, mirando su móvil. Su cabello negro despeinado le tapa sus ojos azules. Un par de anillos decoran sus dedos en su muñeca derecha tiene tatuada la cabeza de una serpiente con la boca abierta, como si de ella saliera su mano. Mientras, en la izquierda, una calavera con una rosa saliendo del cráneo. A mi padre le parece bien que salga con él, le conoce desde que éramos pequeños, así que es feliz de ver que puede confiar en él. Además, de que trabajan juntos a veces cuando le toca ser forense en sus casos. Al contrario de mi madre, que le parecía adorable cuando no se tenía el cabello de negro y estaba libre de tatuajes. Según ella, parece sacado de una banda de rock satánico. Cada vez que lo dice hace que suelte un pequeño gruñido. A mi su aspecto me vuelve loca ―por no decir algo mucho peor.
Cuando me ve, guarda el móvil y espera a que aparque, acercándose despacio. Bajo del coche peleándome con el cinturón, casi desesperada. Necesitaba respirar. Me acerco corriendo hacia él y le abrazo, cerrando los ojos y tomando aire pesadamente. —Ey… —me separa un poco y me levanta el mentón, con una mirada de preocupado— ¿Estás bien, Holmes? —suelto una risa al escuchar el apodo. Sabe que me gusta investigar desde niña. A él también, pero de manera diferente. Le he contado todo, dado que tenemos una relación bastante sólida después de tantos años juntos. Incluso le he hablado de Jake. No quiero mentiras en nuestra relación, no quiero arruinarlo. —Sí, estoy bien —le sonrío pasando mi mano por su cabello, acariciándolo con cariño. Me pongo de puntillas y le beso mientras él se inclina un poco. Sus collares de metal hacen contacto con mi piel. Están fríos. Me separo por incomodidad, estoy demasiado sensible estos días. Todo por culpa de ese estúpido vídeo de Lilly. —Si tú lo dices —noto molestia en su voz. Lo entiendo. Lo que me está pasando tampoco es fácil para él que tire que escuchar también comentarios de mí en su trabajo. Y al trabajar como forense de la policía, seguro que habrá escuchado sus sospechas sobre mí. Le sigo hacia la parte de atrás del coche, abriendo el maletero en donde dentro hay una maleta negra. —Aquí está —arrastra el objeto hacia nosotros y lo abre—, mascarillas, guantes, un par de linternas- — ¿Vamos a investigar o a robar? —intento bromear, aunque mi voz no parece con mucho ánimo. —Bueno, cuando éramos adolescentes lo hacíamos todo sin tener cuidado —me da un toque en la nariz—, está vez tenemos que ser más profesionales, Holmes. Asiento y comienzo a ponerme el equipo. Sí que es cierto que de jóvenes íbamos sin tener cuidado, lo que causaba que nuestros padres se enfadasen con nosotros y tuviéramos la policía siempre encima de nosotros. Cojo la mascarilla y de momento la dejo colocada en el mentón, para después colocarme los guantes de tela. —Al menos no has venido en falda como lo hacías antes —arqueo una ceja ante sus palabras—. No me mires así, no sé cómo es que jamás te hiciste un rasguño. —Porque te tenía a ti para cuidarme —le sonrío orgullosa de él, pero pone los ojos en blanco mientras suelta un suspiro. —¿Quién iba hacerlo sino? Me hace una caricia rápida en la mejilla, con una media sonrisa, pero a la vez se muestra serio. Hace que mi estómago sienta miles de pequeñas hormigas corriendo.
Nos acercamos a la casa e intento mirar por la ventana de la puerta. Está completamente oscuro y cuando mi vista se acostumbra, logro ver un poco: Hay una escalera y un muñeco de un payaso colgando del techo. También hay dos muebles a cada lado. Intento abrir la puerta, pero está cerrada. ―Un par de ganzúas no tendrás ¿verdad? ―pregunto alejándome de la puerta. ―No y aunque tuviera, lo mío no es abrir las puertas con ganzúas ―responde cruzándose de brazos. Me muerdo el interior de la mejilla y miro a los lados para luego darle un toque en el brazo. ―Hagamos un rodeo, quizás se pueda entrar por detrás ―comento mientras comienzo a caminar. ―De acuerdo.
Se pone delante de mí, quitando la maleza con cuidado. Hace un gesto con la mano, como si me invitase a pasar. Sonrío y me voy colocando la mascarilla, pasando por su lado. Hay un arco como entrada del patio trasero. Me acerco a una bicicleta estática y me siento en ella, intentando moverla. ―No… puedo… ―me quejo un poco, intentando mover los pedales. ―O puede que te falte fuerza ―apoya las manos en el manillar y puedo ver por sus ojos que está sonriendo con malicia. Claramente es una broma, la bicicleta tiene un estado de no haber sido usada en mucho tiempo. Entrecierro los ojos mirándole mal. ―Espera ―se coloca a mi lado, poniendo un pie en un pedal y las manos al manillar―. A la de tres, una… Dos… Tres ―dice con calma. Yo muevo el otro pedal y logramos con esfuerzo moverla―. Listo, trabajo en equipo. Levanto la mano para chocarla y acepta. Pero entrelazo los dedos y me acerco un poco a su cara para darle un toque a su mascarilla con la mía. ―Un buen trabajo en equipo ―le doy la razón. Le escucho soltar una pequeña risa y se baja la mascarilla, dejándome un pequeño beso en la frente. ―No se me ha olvidado de que me has llamado débil ―le contesto bajándome del asiento―. Ese beso no sirve para que te perdone. ―Vaya, al menos tenía que intentarlo ―se encoge de hombros y se aleja de la bicicleta―. Mira ―señala con la cabeza detrás de mí―. La puerta está abierta. ―Casi como si lo hubieran dejado para nosotros ―bromeo al girarme y ver el interior. Logro ver como unos cojines para las sillas en verano. De color amarillo y verde. Aunque todo parece estar abarrotado de cosas. ―Voy yo delante ―me aparta con cuidado, encendiendo la linterna―, no me fio de que haya alguien dentro… ―Gracias por querer asustarme. Enciendo la linterna y él me coge de la mano, junto con un pequeño ‘Cuidado’ mientras entramos con cuidado. Piso por donde él pisa, teniendo cuidado con las cosas del suelo. Hay incluso herramientas de jardinería por las paredes. Saca su móvil y comienza a sacar fotos. ― ¿Para el foro? ―le pregunto, con curiosidad. ―Sí, estoy seguro de que esto les gustará. Puedo notar cierta emoción en su voz. Realmente le apasiona estas cosas. ― ¿Sabes? Deberías regresar también ―me mira rápidamente antes de continuar caminando. ―Lo sé, pero prefiero dejarlo atrás… ―Todos te echan de menos. ―Puedo imaginarlo. Prefiero no hablar del tema, es algo que quiero dejar en el pasado y al menos él aceptó mi decisión. Pero sabe lo feliz que me hacía ese foro.
Salimos al pasillo abriendo la primera puerta que vemos. Un cuarto de baño. Se acerca al fregadero y me avisa. ―Mira, un cadáver ―agacho la cabeza y miro una mosca muerta. ―Idiota… ―Podía haber traído mi equipo y hacer un entorno controlado para que nadie se acerque y poder examinarlo detenidamente. Suelto una risa mientras niego con la cabeza. Realmente tiene siempre unas ocurrencias extrañas. Es lo que me gusta de él, que no finge.
Continuamos y entramos en otro cuarto de baño, donde encontramos un carrito de bebé con un montón de ropa dentro. Se me revuelve el estómago el pensar que algo podría haberle sucedido a una pequeña criatura. Es como si mi instinto de protección contra la gente débil se activase. Noto una presión en mi cabeza y alzo la vista. Noto cómo me acaricia el cabello, como si supiera que me he puesto nerviosa al verlo. Le sonrío aunque no pueda verlo por la mascarilla, pero sí por mis ojos. Me devuelve la sonrisa al notarlo también en los suyos. Le dejo sacar fotos tranquilo mientras examino el lugar, entrando en una sala con un montón de botellas de vino y champagne. Como me gustaría llevarme una… ―No lo hagas ―escucho detrás de mí― ¿Recuerdas la última vez que lo hiciste? ―Fue sin querer el que vomitase en el armario de mis padres. ―Y acabaste castigada un mes. ―Pero ahora mis padres no me pueden castigar- ―Tus padres no, yo sí. Trago saliva notando la intensidad de su mirada. Ugh… De no ser por este lugar…
Salimos del sótano, donde justamente está la entrada de la casa. Lo primero que veo es un tapiz en la pared. Alzo la vista en donde el payaso está colgado. Su traje azul y blanco parece incluso nuevo ¿Cuánto tiempo llevará aquí? ―Ahí está ‘Eso’ ―señalo con la mano. Él le da un toque, moviéndolo un poco. ―Esperemos que no se ponga a balancearse solo entonces ―comenta con una voz burlona―, porque entonces tendré que defenderte de él. ―Oh, mi héroe ―me llevo las manos al pecho mientras exagero con mi voz. Nos ponemos a investigar cada uno por nuestro lado, buscando algo interesante. ―Me encanta investigar estos lugares ―le miro un momento y veo ese brillo en sus ojos de emoción―. Siento que todo lo que veo cuenta una historia sin necesidad de hablar ―deja por un momento de mirar el móvil para fijarse a lo que tiene a su alrededor, como si estuviera haciendo una imagen mental. Sonrío con dulzura tras escuchar sus palabras. Su curiosidad casi no es notoria, pero yo siempre consigo verlo. Es como un niño pequeño, pero a la vez tiene el respeto de un adulto.
Cuando abro el mueble que está al lado derecho de la puerta, me encuentro con un montón de objetos de decoración de navidad. ― ¿Sabes algo de Jake? ―le escucho preguntarme. Cojo aire mientras cojo un calendario. Mil novecientos ochenta y cinco ¿será esta la fecha de cuando dejaron la casa? ―No, no me ha dicho nada desde que se marchó ―intento no sonar molesta. Aunque me contó su situación con el gobierno, claro que estoy molesta con él. Me ha dejado sola con las acusaciones. Me hubiera gustado un poco de empatía por su parte. ― ¿Te molesta que haya preguntado por él? ―Más bien me parece raro que te interese él. ―Me preocupo por ti y lo sabes. Me giro al escucharle hablar tan suave. Aunque su mirada no lo es. Sé que le preocupa en lo que estoy metida y que le gustaría saber tanto como a mí por qué mi número de teléfono lo tenía Hannah. ―Lo sé… ― ¿Y no es mejor dejarlo? ―le miro sorprendida. Creo que nunca me ha dicho que me rinda en las cosas que me gusta, como lo es mi pasión por la investigación― ¿Y si te mete en más líos? O peor ¿Y si el Hombre sin cara también va a por ti? ― ¿No era simplemente una leyenda? ―suelto una risa algo seca, sabiendo que para él las leyendas no son más que leyendas, nada real. Sí, le gusta todas esas historias, pero eso no quiere decir que de verdad se imagine a un fantasma caminando por un pueblo llevándose a gente de verdad. ―Te conozco y sé que sufres por todas esas llamadas en las que te amenaza ―me cruzo de brazos, como si me protegiera de sus palabras―. No finjas ahora que no me llamaste cuando te hizo aquella videollamada. ―Vale sí, estoy asustada ―lo admito separando los brazos. Aprieto los puños con fuerza, molesta―. No sé a dónde llevará esto o si alguien saldrá herido, yo… Temo por ellos… Temo que… Comienzo por temblar como un pequeño animal ¿Es normal sentirse así? Quiero confiar en las palabras de Jake y de que no les sucederá nada a mis amigos. Agacho la cabeza para que no vea mis ojos, aguantando las lágrimas. No quiero que me vea así. Noto cómo me rodea con sus brazos, apretándome con fuerza contra su pecho. ―Ya lo sabes, estoy a tu lado siempre ―su voz suena suave. A veces siento que soy la única que ve este lado tan dulce de él y el resto del mundo ve al chico frío que creen que es―. Sé que estás pasando por una situación difícil y que la persona que confiabas se ha ido dejándote con una situación difícil, pero siempre he estado contigo y te he defendido, nunca olvides eso ¿de acuerdo? Asiento abrazándolo con fuerza. Se me escapa algunas lágrimas, dejándole empapado la camiseta. Lo que Jake no pensó, es que el vídeo se puede descargar y también pasar el número de teléfono, lo que significa que la situación no se va a terminar hasta que encontremos a Hannah.
Pero la verdad, es que en estos momentos, solo quiero estar con el hombre que me está apoyando desde que todo empezó y hace que las miradas de la gente se aparten de mí cuando les lanza esa mirada fría suya.
Noto cómo me levanta la barbilla despacio. Él se ha quitado la mascarilla. Su mirada hace que me pierda en ese mar que solo es para mí. Pasa su pulgar por mis labios y los abre con delicadeza, besándome. Cuando se separa después de un beso lento y de unas caricias en mi cabello, susurra con profundidad. ― ¿Quieres que me quede esta noche en tu piso? ―Será un maravilloso placer ―contesto y le muerdo el labio. Escucho un pequeño gruñido que proviene de su garganta. Menos mal que tengo su apoyo para sobrevivir estos momentos difíciles o me volvería loca.
<< ¿Seguiré teniendo las esposas en casa?>>
♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰♰
♰Darkness♰
Había pasado un tiempo y por fin Jake había regresado gracias a la ayuda de las chicas, aunque por desgracia, ella había perdido un amigo. Eso hizo que ambos discutieran. Cuando me lo contó, me enfadé. No con ella, sino con ese tipo. Con Jake. Se supone que le prometió que a ninguno del grupo le pasaría nada ¿y al final qué pasó? Richy murió. Ha pasado desde que amenazas, el ataque de una amiga, el hackeo de su móvil y ahora la muerte de uno de ellos ¿acaso no veía ese tío todo lo que ella estaba sufriendo? Si supiera dónde se esconde, no dudaría en pegarle un puñetazo y gritarle que no vuelva a hacerla llorar. No quiero que vuelva a hacerlo. O que no suceda cuando está sola y no pueda consolarla. ―Si no fuera porque ella le tiene aprecio, le denunciaba ―murmuro entre dientes mientras relleno un formulario del último cadáver examinado. Mi móvil empieza a sonar. Reconozco el tono de mensaje. Es ella.
Dejo rápidamente la carpeta y cojo el móvil de la mesa. ----------------------------------------------------------------------------------------
Holmes🖤 Ey Tenemos que hablar ----------------------------------------------------------------------------------------
Arqueo una ceja algo confuso. No es que sea una frase que todo el mundo quisiera escuchar de su pareja, pero en caso de ella, creo que hay algo más. Siempre le gustó usar esas frases para dar misterio y, conociéndola, estoy seguro de que lo hace para romper fácilmente el hielo en algo serio. ----------------------------------------------------------------------------------------
Darkness Qué sucede?
Holmes🖤 Bueno, cómo comienzo a decir esto? Conoces a una chica llamada Avali? ----------------------------------------------------------------------------------------
Me siento en la silla despacio. Ahora sí que estoy más confuso. A Avali la conocí en el foro porque preguntaba por el hombre sin cara. Pero si ella conoce el nombre de Avali, significa… ----------------------------------------------------------------------------------------
Darkness Entraste en el foro?
Holmes🖤 Es por la investigación y al ver que hablaste con ella en privado, pues tenía que preguntártelo directamente
Darkness Espera un momento Estamos siendo…
Holmes🖤 Sí Ya lo sabe Se lo he tenido que contar
Darkness Se lo ha tomado bien?
Holmes🖤 Ahora mismo no es el momento 😒 ----------------------------------------------------------------------------------------
Suelto una pequeña risa. Estoy seguro de que no le ha sentado bien a Jake que yo sepa todo. Pues va a tener que aguantarse. ----------------------------------------------------------------------------------------
Le cuento de lo que estuvimos hablando, de que quería saber más de la leyenda y de que todo era por una amiga, al principio no me lo creí porque es una frase bastante común cuando no quieres que nadie sepa que eres tú y te da vergüenza admitirlo. La gente suele ocultar cosas solamente para que los demás no te miren de manera extraña. Pero sabiendo ahora esto, significa que Amy y Hannah deben de tener una conexión tal y como ella dijo. ----------------------------------------------------------------------------------------
Darkness Así que, Amy y Hannah se conocían?
Holmes🖤
Darkness, no me hagas llamarte por el nombre completo
Darkness
Disculpa, supongo que ahora siento cierta curiosidad por este caso.
Amy ingresó en el foro en busca de respuestas para Hannah…
Pero ella es la que ha terminado muerta
No te parece algo interesante?
Holmes🖤 Interesante o no, parece que te estás divirtiendo esta conversación
Darkness Porque me siento orgulloso de serte en parte ayuda Aunque no haya mucho que contar
Holmes🖤 O puede que ahora tengas problemas sabiendo que hablaste con una víctima
Darkness Tranquila, te tengo a ti de coartada al menos
Holmes🖤 Al menos si supiéramos el momento de su muerte…
Darkness Por qué no me paso por tu casa en cuanto termine el turno? Lo hablaremos mucho mejor a solas Si sabes lo que me refiero
Holmes🖤 Lo sé 😅
Darkness Perfecto Nos vemos más tarde Y adiós, Jake, un placer de ser espiado por ti
Holmes🖤 No le enfades más de lo que ya está…
Darkness De verdad lo está? O está celoso?
Holmes🖤 Tienes razón, mejor lo hablamos en casa
-----Holmes🖤 se ha desconectado----- ----------------------------------------------------------------------------------------
Conociéndola, sé que no me va a esperar con una bandeja de cupcakes y una sonrisa, tendré que ir con cuidado de que no me asesine u otro forense ocupará mi puesto.
Llego a su piso y cuando abre la puerta, se queda mirándome, cruzada de brazos y frunciendo el ceño. ―Lo siento ―es lo primero que sale de mi boca. Enfadada da bastante miedo y pocas veces se ha enfadado. Es como un fenómeno extraño que podría ocurrir una vez cada año. Se echa a un lado y mueve la cabeza, invitándome a pasar. Acepto y dejo la cazadora en el perchero y los zapatos en el pequeño mueble. A continuación, me acerco a ella, acariciando despacio su mejilla, intentando calmarla. ― ¿Te ha echado demasiado la bronca? ―pregunto preocupado. ―Digamos que… Para él he roto la confianza que teníamos ―suspira y me coge la mano, llevándome al salón.
Nos sentamos en el sofá, ella sube sus piernas, sentándose en loto. Yo subo una, acomodándome. ―No deberías dejar que ese tío te manipule con sus palabras ―acaricio el dorso de su mano y me mira dolida―. No has roto ninguna confianza, solamente me lo has contado a mí y a nadie más. ―Pues por eso ―noto cómo su voz suena rota, como si le costase hablar―. Le he tenido que explicar que tuve que contártelo porque no quería parecer que estaba hablando con otro- ―Técnicamente, lo estabas haciendo ―arqueo una ceja y ella pone morros. ―Ya sabes a lo que me refiero ―suelto una pequeña risa y me apoyo al final en el cabecero del sofá, colocando mi mano en la cara a modo de apoyo―. Le he contado que nos conocemos desde niños y que eres el único en que más confío para guardar mis secretos, porque siempre lo has hecho ―una sonrisa aparece esta vez en su cara. Sé que la está esforzando para no preocuparme. Ha tenido una mañana difícil. ―Pero no he podido estar contigo cuando ha sucedido lo de tu amigo ―aparto la mirada, molesto conmigo. No pude venir porque estaba trabajando, creo que es la primera vez en toda mi vida que la he fallado y me siento como una mierda. Coloca sus manos en mi cara, obligándome a mirarla. Me fijo mejor en sus ojos, están rojos de llorar. Se aproxima a mi cara, besándome. Al principio evito responderla porque siento que no lo merezco, pero al final caigo. Seguramente lo hace para olvidarlo. Olvidar lo que ha pasado. Paso mi mano por debajo de su blusa y escucho cómo suspira al notar el frío tacto de los anillos. Sonrío complaciente de que soy el único que sabe todo lo que le gusta.
Su móvil suena y paramos. Lo entiendo, tras lo ocurrido, es normal que esté nerviosa. ―Que raro, no reconozco el número… ―dice sin separarse aún de mí. ― ¿El secuestrador? ―No, no suele llamar así ―pasa la lengua por sus labios y contesta. Logro escuchar por la proximidad. La llamada es desde la prisión Maydol. Frunzo el ceño sin entenderlo ¿Quién estará llamándola desde la prisión? Y es entonces… Que escucho por primera vez la voz de Phil. Me echo para atrás, soltando un sonido de molestia. Espero que esto no la meta en más problemas.
Escucho cómo habla con él, caminando por el salón, preocupada. Me quedo observándola, hablando con total profesionalidad. No está para bromas. Cuando cuelga, deja el móvil en la mesita y se tira al sofá, apoyando su cabeza en mi regazo, llevándose las manos a la cara, cansada. Comienzo a acariciar su cabello con cuidado de que mis anillos no se enreden en algún mechón. ―Cuando termine todo esto ¿podemos irnos de vacaciones, por favor? ―dice a través de sus manos. ―Mmm… Hay una iglesia en la República Checa que te encantaría ver ―veo cómo abre despacio los dedos, parpadeando con curiosidad―, tiene unas esculturas realmente fantasmales. ―Estaría bien, al menos solo por irnos de viaje a otro lugar y descansar de todo esto ―baja sus manos y juega con mi colgante―. Perdona que Phil me haya llamado… ― ¿Por qué te disculpas? Le estás ayudando también ¿no? ―cojo su mano y beso sus dedos― Y no hay nadie mejor que tú en el mundo para hacerlo. Entrelazamos los dedos y asiente, suspirando.
De nuevo su móvil suena. Pesadamente se levanta a cogerlo y vuelve a sentarse a mi lado, mostrándome que es Jake. Apoya su cabeza en mi hombro mientras habla con él sobre las nuevas noticias que Phil le ha dado. A pesar de mostrarse cansada, intenta poder resolver este caso. Le doy un beso en su cabeza y me mira. ― ¿A qué ha venido eso? ―pregunta con una risa. ―Me apetecía hacerlo, Holmes. Sonríe y se acurruca de nuevo. ―Tengo suerte de que estés conmigo ―su voz suena feliz de verdad esta vez y mucho mejor que antes―, contigo a mi lado, las cosas se sienten más ligeras, como si no tuviera que preocuparme por nada. Paso mi pulgar por sus labios y me mira. ―Y ese es mi trabajo ―le acaricio con cuidado la mejilla y sonrío―, hacer que no tengas que preocuparte por nada. ―No sabes cuánto te quiero… ―Y tú no sabes que por ti daría mi vida, así que nada de meterte en peligros por esto ¿de acuerdo? ―Ey, nada de chantajes de ese tipo. ―Es la única manera de que no lo hagas. Se encoje de hombros, aceptando de que es verdad. Si no le recuerdo las cosas, estoy seguro de que haría cualquier locura. Me atrae a ella y me besa. Noto su sonrisa a través de sus labios. ― ¿No estabas hablando con Jake? ―susurro, rompiendo el beso. ―Puede esperar seguramente veinte minutos más. Cojo su móvil, dejándolo en la mesita. Luego coloco mi mano en su cintura y la tumbo en el sofá, sujetándola por las muñecas por encima de su cabeza. ―Que sea una hora, ahora necesitas relajarte Holmes.
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― ¡Ábreme Sole!... ¡Ábreme, soy tu madre, no te voy a hacer nada!
― Mi madre ha muerto, de ser serás su fantasma o su espíritu
― Pues lo que tú quieras pero sácame de aquí, estoy en el maletero de tu coche
― Ya, desde luego mamá, qué cosas se te ocurren
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Capítulo 01: Treintena
No me podía creer que estuviera haciendo la maleta de madrugada, con lo mucho que lo odiaba. Había dejado un par de lavadoras que esperaba que se secaran a tiempo —no lo hicieron—, así que tuve que improvisar sobre la marcha y meter, a regañadientes, unas cuantas camisetas que no sabía si me quedarían bien, porque hacía mucho tiempo que no me las ponía. «Pero mira que son feas», decía, mientras las tiraba a mala manera. Sabía perfectamente que mi enfado no iba precisamente por la ropa mojada. Ni de coña. Sabía perfectamente que mi enfado tenía nombres y apellidos: Martín Beltrán Lara. Los míos, vaya. Y es que me estaba empezando a caer muy, pero que muy mal.
Hacía seis años que estaba soltero. Decía que no era por gusto, que era por necesidad, pero solo convencía a los demás con mi discurso. Yo sabía muy bien que había algo más. Es verdad que había pasado muchísimos baches y había sorteado muchos obstáculos en mis relaciones personales, pero ese «descanso» no era algo... ¿normal? De hecho, mientras llevaba a bandazos la maleta con esas camisetas horribles y con las ganas de llorar a punto de hacer su aparición estelar, me dio por pensar en él. Ay, Alonso, qué lástima. Qué bien habría estado lo nuestro si yo no fuera tan gilipollas. Qué lástima me dio dejar nuestro apartamento en La Latina. Mira que lo teníamos bonito. Mira que el tío se lo curraba, pero yo siempre le buscaba las cosquillas al destino para no ceder, para no dejarme llevar, como si en el amor, en la vida o en la muerte de pudieran evitar el sentido de las cosas. Y estaba claro que antes de Alonso había habido otros, y que yo también había estado en su lugar: haciendo lo posible por que alguien se diera cuenta de que yo era ese alguien especial que me estaba buscando. Y eso es lo que más rabia me daba: el problema de todo lo que me había estado pasando era yo mismo, mis ganas de amar y ser amado de una forma perfecta y superior... como si eso existiera. Me fui directo a Atocha en el primer taxi que vi. Le hice la señal y se paró justo delante. Me abrió el maletero y metí la única maleta con la que volvía a casa a celebrar mi cumpleaños. «Joder, ya han llegado los treinta», pensé. Volver a casa era un mal trago por el que había que pasar. Mi relación no era la mejor con mi madre, a pesar de que ahora que mi padre ya no estaba en la ecuación, y mi hermana, Maca, estaba demasiado centro sea en sus recién nacidos mellizos y su casa de ensueño como para que nuestra relación pasara de la más estricta cordialidad. Pero ¿cómo iba a pasar mi cumpleaños en una ciudad que detestaba, con la única persona que realmente me ha demostrado que quería estar conmigo de una forma sana y cómplice? Me da la sensación de que a veces nos ponemos esas zancadillas para seguir nuestras narrativas: las que hemos creado y las que nos hemos creído. Y a mí siempre me ha dado mucho miedo dejarme llevar en el amor. ¡Normal! Si es que solo me han hecho daño... Llegué a Atocha. No eran ni las 5 de la mañana. Alonso me llamó dos veces. No se lo cogí. Le escribí un WhatsApp: «Hablamos cuando vuelva». Luego, procedí a bloquearle. No quería que me dijera nada. Estaba a un simple ruego de volver... Pero ¿era lo que quería de verdad? ¿Quería a Alonso o simplemente me gustaba ser querido, y eso me daba miedo? ¿Las conexiones son tan difíciles de gestionar? Fui a la primera cafetería que vi abierta. Me compré un trozo de bizcocho que costó casi tan caro cómo el billete de tren comprado a última hora que me llevaría a casa, y solo pude decir: «Cumpleaños feliz, Martín», a lo que contesté, yo mismo y entre dientes, «aunque este año te estás luciendo».
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Gato marica. Demacrado. Ojos azules regados con lágrimas negras secas. Una pata. Dos patas. Tres patas. Cuatro patas. Una a una escurriéndose en las esquinas. Putas. Jíbaros. Humos. Colores desgastados, anaranjados reflejados en charcos de orines. Una calle rota. Una vida mísera.
Miradas van, miradas vienen. Sobrepasan los bordes de mis pelos sin notar mi presencia. Un fantasma. Soy la sombra que no crea oscuridad en la acera, soy la vivida forma de la nada. Burdeles, bares, cantinas. Los mismos lugares con diferente etiqueta. No quería inmiscuirme de nuevo en la mierda, esa marrón oscura deslizándose del culo grasiento de cualquier gordo taxista. Quería más. Colores distintos.
Cansado de anaranjados de vómito, de marrones de mierda, de grises de humos, me dirigí a un motel. El sitio de los gemidos, de los fetiches extraños, de la vida color diarrea. Esa marrón clara, con melenas. La medio roja, la sangrienta. Peleas. Gemidos. Mucho sexo, mucho semen. La ciudad eternamente nocturna en sus costumbres.
Una llamada. Dos gritos. Cállese puta. Por favor, déjeme ir. Un silencio entremedio del bullicio. Sexo de fondo. Lágrimas cesando. Voces que se apagan. Bolsas que suenan. Cuchillos que cortan. Piel. Sangre. Huesos. Un brazo por aquí. Una pierna por allá. Una cabeza. Un príncipe azul. Un rubio con ojos azules. El marica sueño de las putas. Dinero. Fama. Estatus. Todo es apariencias hasta que terminan en una bolsa, o en un maletín o en una maleta.
Uno, dos, tres. Empieza la lluvia. Los rojos se apagan. Un maletero se cierra. Un carro se escapa. Una cama de motel tendida. Cámaras que no ven. Humanos que no entienden.
Dinero. Placer. Apariencias. Deseos. Vida. Muerte. Hombres fieles. Sin valor, con dinero. Mujeres infieles. Valiosas, sin dinero. Muchas ganas de viajar, de vivir, de soñar, de dejar de ser pobre, de escaparse de la realidad de las calles. Esas rotas, sin nombres. Sólo aceras anaranjadas de orines y moteles con olor a sangre.
Una pata. Dos patas. Tres patas. Cuatro patas. Soy sólo un fantasma. La sombra que no crea oscuridad en la acera, soy la vivida forma de la nada.
Mr. Cat
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Gato marica. Demacrado. Ojos azules regados con lágrimas negras secas. Una pata. Dos patas. Tres patas. Cuatro patas. Una a una escurriéndose en las esquinas. Putas. Jíbaros. Humos. Colores desgastados, anaranjados reflejados en charcos de orines. Una calle rota. Una vida mísera.
Miradas van, miradas vienen. Sobrepasan los bordes de mis pelos sin notar mi presencia. Un fantasma. Soy la sombra que no crea oscuridad en la acera, soy la vivida forma de la nada. Burdeles, bares, cantinas. Los mismos lugares con diferente etiqueta. No quería inmiscuirme de nuevo en la mierda, esa marrón oscura deslizándose del culo grasiento de cualquier gordo taxista. Quería más. Colores distintos.
Cansado de anaranjados de vómito, de marrones de mierda, de grises de humos, me dirigí a un motel. El sitio de los gemidos, de los fetiches extraños, de la vida color diarrea. Esa marrón clara, con melenas. La medio roja, la sangrienta. Peleas. Gemidos. Mucho sexo, mucho semen. La ciudad eternamente nocturna en sus costumbres.
Una llamada. Dos gritos. Cállese puta. Por favor, déjeme ir. Un silencio entremedio del bullicio. Sexo de fondo. Lágrimas cesando. Voces que se apagan. Bolsas que suenan. Cuchillos que cortan. Piel. Sangre. Huesos. Un brazo por aquí. Una pierna por allá. Una maleta. Un príncipe azul. Un rubio con ojos azules. El marica sueño de las putas. Dinero. Fama. Estatus. Todo es apariencias hasta que terminan en una bolsa, o en un maletín o en una maleta.
Uno, dos, tres. Empieza la lluvia. Los rojos se apagan. Un maletero se cierra. Un carro se escapa. Una cama de motel tendida. Cámaras que no ven. Humanos que no entienden.
Dinero. Placer. Apariencias. Deseos. Vida. Muerte. Hombres fieles. Sin valor, con dinero. Mujeres infieles. Valiosas, sin dinero. Muchas ganas de viajar, de vivir, de soñar, de dejar de ser pobre, de escaparse de la realidad de las calles. Esas rotas, sin nombres. Sólo aceras anaranjadas de orines y moteles con olor a sangre.
Una pata. Dos patas. Tres patas. Cuatro patas. Soy sólo un fantasma. La sombra que no crea oscuridad en la acera, soy la vivida forma de la nada.
Mr. Cat
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Capítulo 2
" Es aquí, ya hemos llegado. Muchas gracias" pagaste al conductor del taxi y descargaste tu equipaje del maletero.
Observaste la puerta frente a ti por unos minutos sin poder creerlo. Estabas en frente de tu nuevo hogar, donde comenzarías tu nueva vida. Si hace siquiera un mes alguien te hubiera dicho que vendrías aqui probablemente no lo hubieras creído pues nunca pensaste que pudieras atreverte a escapar de tu hogar. No, nunca habías sido valiente, al menos no hasta que te hartaste de todo aquello y decidiste irte.
"Bien, veamos que nos espera" respiraste profundamente y entraste en tu nuevo departamento sin saber que esperar. Sin embargo, una sonrisa se extendió por tu cara al contemplar lo que sería tu nuevo hogar.
Para ti era perfecto. No era un lujo pero tampoco querías que lo fuera. Te bastaba con que fuera acogedor y te permitiera vivir una vida decente.
Dejaste el equipaje en la entrada y te echaste en el sofá mientras cogías tu teléfono y escribías a Chyung para informarle de que ya estabas instalada.
Segundos más tarde tu teléfono comenzó a sonar y te lanzaste a cogerlo rápidamente.
" Cuentamelo todo. ¿Como es el piso? ¿Que tal tu viaje? ¿Estuviste cómoda? ¿Te costó encontrar la dirección? Realmente quiero ver el departamento, venga enseñamelo por favor"
"Tranquila amiga. Ya voy" reíste negando con la cabeza. Amabas ese lado alegre de Chyung, pues siempre te sacaba una sonrisa.
"Uuuu, es precioso, me encanta. Sin duda iré a visitarte pronto" comento emocionada cuando terminaste tu pequeño "tour".
" Te espero aquí, no tardes"
"Ten por seguro que no te haré esperar mucho" - sonrió dejando ver sus hermosos oyuelos - "Y bueno... ¿Que tienes planeado hacer hoy? Ya se! Seguro vas a visitar Hybe, como si lo viera. O tal vez irás a perseguir a Jimin, te veo buscándolo como loca por toda la ciudad"
"Jejeje no digas eso! Seguro tu buscarías a Taehyung si estuvieras aqui ahora"
Las dos erais ARMYS y le teniais un gran aprecio a BTS pues habían sido lo único por lo que pudiste sobrevivir tanto tiempo. No imaginas que hubiera sido de ti si no los hubieras conocido. Llegaron en el momento justo de tu vida.... Habían sido como una esperanza en medio de una tormenta.
" Tengo que dejarte amiga. Aquí ya es muy tarde" dijiste mientras soltabas un pequeño bostezo.
"Está bien, descansa. Buenas noches"
"Buenas noches Chyung"
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Te levantaste con las luces de la mañana colándose por las cortinas de tu habitacion. Tomaste tu teléfono y revisaste tus redes sociales mientras te desperezabas un poco.
"Mmmm a Yoongi le queda muy bien ese color de pelo" pensaste al ver una nueva publicación de Suga mostrando su nuevo tinte de cabello en Instagram.
Te deslizaste hacía la siguiente publicacion y lo que viste te dejo impactada.
Era una publicación de la cuenta oficial de Big Hit.
"No es posible" - susurraste - "¿Es en serio? Tengo que estar soñando. ¿Conocer a BTS? ¿En un fanmeeting? ¿Yo? ¿Aquí en Seul?"
Si, lo habías entendido bien. Los chicos estaban organizando un fanmeeting con ARMY para la semana que viene.
Y claramente tu asistirías sin dudarlo.
"Puede ser que la vida haya decidido darme otra oportunidad" sonreíste y te levantaste de la cama animada.
Para tu sorpresa el resto de la mañana fue muy gratificante. Habías acabado de organizar y ultimar los detalles de tu apartamento. Ahora lo que faltaba era encontrar un trabajo, pues el dinero que habías traído contigo no duraría eternamente.
#jimin#bts fanfic#bts#jimin x reader#jimin x you#bts x reader#bts jimin#bts one shot#bts fanfic en español
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Trazos
Estoy en el coche con un gorro de lana, la bufanda tapándome los labios, los hilos de algodón haciéndome cosquillas en la barbilla, y el motor de mi vehículo es el rugido de un animal salvaje exhausto esperando mis órdenes. Sujeto el volante, miro y no sé si pienso. No me muevo. En el maletero hay un zorro desangrándose, ya muerto, y en mis manos todavía queda el frío y los nervios. La suciedad…
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MARCA: VOLKSWAGEN MODELO: GOLF CL 1.6 MK3 CARACTERÍSTICAS: 1.598 CC., 75 CV, 4 CILINDROS, 5 VELOCIDADES, INYECCIÓN, VW GOLF SERIE 3, GOLF 3 TIPO 1H, 1H1 2E4, MOTOR GASOLINA AEE, 3 PUERTAS, AIRE ACONDICIONADO, DIRECCIÓN ASISTIDA, ELEVALUNAS ELÉCTRICOS, CIERRE CENTRALIZADO, RADIO-CASSETTE JVC, 5 PLAZAS, AMPLIO MALETERO, PINTURA LB9A, ALARMA, FRENOS DE DISCO DELANTEROS, LLANTAS ORIGINALES VW, RUEDAS NUEVAS, SOLO 36.000 KMS. ORIGINALES, 1 SOLA PROPIETARIA, PERFECTO ESTADO Y FUNCIONAMIENTO, EXCELENTE ESTADO DE CONSERVACIÓN Y GRAN MANTENIMIENTO, MATRÍCULA ORIGINAL (V), DOCUMENTACIÓN e ITV AL DÍA. AÑO: 1997 PRECIO: 5.000.- € MÁS INFORMACIÓN EN: https://antequeraclassic.com/catalogo/vw-golf-mk3
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Sylvia watches as Tim stands on the other side of the kitchen, speaking soft Spanish into the phone. He’s got the phone tucked between his ear and shoulder as he works to roll up the sleeves of his shirt.
He looks over at her and Sylvia drops her eyes back to the kitchen table in an attempt to hide her staring. The grin on his face when he turns back to the phone let’s her know her effort was useless.
“Sí, podemos ir mañana,” Tim says. “Hablaré con Buck y recogeré todo y podremos salir. Lo pondré en mi maletero y nos encontraremos allí.”
Sylvia can pick out a few words she knows, go, Buck, and there. She knows a little Spanish, barely enough to get by in the house, but was nowhere near as fluent as the Shepards, or even little Loretta.
Lori knew all of her colors and numbers in both English and Spanish. She liked to walk around and point out these colors to Sylvia, pronouncing both words and asking Sylvia to do the same. She’d just started to sing in Spanish with Tim too, especially the lullabies he sang for her all the time.
“Sí, sí, lo sé. Nos encontraremos allí. Okay? Okay. Bye.”
Tim hangs up the phone with a sigh and Sylvia offers him a small smile as he sits down across from her.
“Who was that?”
“Frank. He’s running a delivery with me tomorrow.”
Humming into her coffee, Sylvia takes another sip before setting it down. “Are you gonna be gone all day?”
“No, just the morning. Should be back by lunchtime.”
“Momma, Momma, Momma,” Lori’s voice interrupts, followed by the little girl’s feet slapping against the floor as she runs into the kitchen. With of her picture books clutched tight in her hands and brown curls pulled up into pigtails, she makes her way to Sylvia’s chair and holds out the book to her mother. “Read to me?”
“What do we say?”
“Please?”
“And how do we say that, chiquita?”
“Por favor?”
It’s Sylvia’s turn to sigh as she stands and takes the book before scooping up her daughter. “You keep teachin’ her Spanish ‘n’ soon enough I won’t be able to understand what she’s sayin’.”
Tim laughs as he takes her abandoned coffee and pulls it closer to himself. He takes a sip and then frowns before pushing it away. For someone who only drank coffee black with two sugars, Sylvia thought he’d learn to stop taking hers.
“If you can’t understand her, we’ll just teach you more. S’not that hard.”
“Mmhmm,” Sylvia replies disbelievingly. “C’mon, hon, let’s go read.”
“Bye-bye, Unca Tim,” Lori murmurs, waving her fingers as Sylvia carries her out of the kitchen.
“Adiós, cariño,” he replies dutifully, mimicking her wave and causing her to giggle against Sylvia’s shoulder.
I love this so much you have no idea <33333
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"me pasa exactamente lo mismo. sé que el embarazo va bien y todo, pero me emociona mucho saber el sexo." reconoció risueñe mientras iban conduciendo, entrelazando su mano libre con la de su esposa. "que a ver, sé que si los bebés no están en buena posición no lo vamos a poder saber, pero yo tengo la corazonada de que sí lo vamos a saber." explicó. "que igualmente yo sigo pensando que van a ser dos niñas. mis dos pequeñajas: helaena y visenya." cada vez que hablaba del embarazo en voz alta derrochaba ilusión ya que no podía sentirse la persona más feliz del mundo con su vida con alicent y los bebés que estaban esperando. cuando llegaron al polideportivo, aparcó el coche y sacó la mochila con la ropa y las raquetas del maletero. "están en la pista número cuatro. voy a cambiarme, ¿me esperas allí?"
"descuida, yo te aviso." aseguró con una sonrisa en sus labios. tenía ganas de volver también para ver a baela y rhaena y ver cómo estaban y cómo les iba en el colegio. sabía que lo ocurrido con daemon no había sido algo sencillo para ambas niñas, pero estaba segura de que habían sabido aceptarlo y seguir adelante junto a su madre y el resto de la familia. asintió con suavidad a sus palabras, dejando escapar un pequeño suspiro de alivio mientras disfrutaba de las caricias ajenas en su mano y las correspondía. no tenía dudas de que gracias a rhaenyra sería una gran madre. "estoy segura de que ganarás." asintió con una sonrisa en sus labios, mordiéndose el labio al percibir aquella actitud chulesca en su voz y sus gestos. disfrutó de la comida y una vez en el coche, entrelazó su mano con la ajena. "más que nerviosa, emocionada." comentó con una sonrisilla en sus labios, centrando su mirada en la ajena. "¿y tú? ¿estás nerviose?"
#* / rhaenyra - god loves you but not enough to save you.#* / rhaenyra & alicent - i can't read you but if you want the pleasure's all mine.
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