#magistralosa
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revistapipazo · 7 months ago
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Mp4 de la discordia
Mi gran amiga Dalila, me invitó al cumpleaños de su poniente esposo un Viernes. “Excelente” –pensé-.
El carrete prometía: Asado, copete, bailoteo y blá. Como andaba engrupiéndome a un minito, encontré la excusa perfecta para comérmelo seguir conociéndolo más y encontrar transporte gratis, así que lo invité.
“José Francisco, vamo a un cumple el Viernes?”
“En serio?”
“Sí poh, hueón. Si no, no te invito…”
“Ya!” –Entusiasmado el lagi.-
No sé qué chucha le encontraba al loco, porque detesto a la gente oscura, y éste, era casi negro . [No, mentira, pero moreno bien moreno]. Un cubano que vive hace como 20 años en Chile, alto, y bien rico. Nos conocimos en un carrete, nos amanecimos conversando, y desde ese momento, nos volvimos inseparables. Pensé que podría “haber algo piola” entre nosotros, porque la onda era mucha. Así que listo. Sólo quedaba dar el próximo paso.
El Viernes, me pasó a buscar a mi casa tipín 23:30 hrs. y partimos al cumple. La Dali vive en Macul, así que un hueón que me transportara era básico en caso de querer venirme a cualquier hora o lo que fuera. Llegamos al cumpleaños, y estaba realmente la raja. Yo –pa’ variar- no comí niuna hueá, y me dediqué a chupar como contratada. La Dali tenía un bartender que le hacía al arte de embriagarte con lo que se te parara la raja, y yo, muy pelotuda -como toda la vida-, me puse a mezclar ron, pisco, whisky, vodka, entre mojitos, whisky sour, piscolas, caipiroskas, roncolas y hueás. El punto, es que a las 2 am, estaba como zanja, pero digna en mi condición. José Francisco, muy moderado él, se tomó como 2 copetes porque estaba conduciendo. –Aunque le zapateaba el hocico por chupar como desesperado.-
Bailé hasta que las patas se me reventaron, y seguí chupando como mongólica. Sabía que la hueá no era gratis, y que tenía que llegar el momento en que debería “dar la cara” y aperrar como corresponde en estas situaciones de conveniencia. Ya me estaba entrando la ansiedad, porque José Francisco quería puro. Pero chucha, por más que intenté hacerlo, su piel reculiá me provocaba repulsión, y el entusiasmo se me iba a la mierda. Así que, a pura evasión con el socio.
José Francisco, estaba muy irritado porque no lo pescaba más que para bailar,  me puso los puntos sobre las íes y me llevó al patio:
“Ya poh, Iso, qué onda? Acaso no te gusto? Yo pensé que teníamos onda!”
“No, no es eso, es que igual… ando ultra ebria y ná que ver poh. Vamo a bailar?” –Corriéndome olímpicamente.-
“ARGH! Ven pa’cá!” –Me abrazaba y quería puro chantarme un beso el hueón.-
Yo, zorra que soy hábil, esquivaba su hueveo con cualquier excusa barata.
Como el copete carrete estaba la zorra, no me di ni cuenta cuando eran más de las 7 de la mañana y mi socio seguía insistiendo con la hueá. Así que la mejor manera de zafar, era hacerme la ofendida, que yo “no soy de esa clase de minas”, y “pensé que éramos buenos amigos”. Así que me despedí de todos los hueones que quedaban, me chanté mi mp4 y huí como caballo de carrera, camino a tomar cualquier hueá que me dejara en el metro, llena de serpentina, challa hasta en la raja, y una coronita de lo más ahueoná y pokemona que podría existir en la cabeza, haciendo DON ridículo. A los dos minutos, llega José Francisco:
“Ni cagando te voy a dejar sola.  Estai muy pasá. No te urjai, sólo te iré a dejar a tu casa, no te huevearé más.” -Sí oh!-
Al salir al aire, quedé como pico, ya ni modulaba.
“HUEÓÓÓÓÓÓN! ÁNDATE A LA CHUCHA!!!!! DÉJAME TRANQUILA, VEEEEEETE! NO TE QUIERO VER NUNCA MÁS EN MI VIIIIIIIIIIIIIIDAAAAAAAA!!!!!!!!! YO AMO A OTROOOOOOOOARRRRRRRGGGGHHH!!!!!!!!!!!!”
“No, tengo un compromiso contigo, y te puede pasar cualquier hueá.” –Jugando sus últimas cartas, jurando que yo nací ayer.-
“Culiao, y tu auto?”
“Lo dejé estacionado, después lo vengo a buscar, pero te vas conmigo!” –Me ordenó el hijo de perra.-
Como no podía ser tan maricona con él, y realmente estaba como la pichula, dejé que se fuera conmigo, total, pico. El problema era de él, y en máximo una hora estaría en mi casa, sana, salva y fin.
Iba ebria y embalada escuchando a Daftcito Punkcito, sin darle ni pelota a este hueón. Todo el mundo me miraba con ganas de buitrear, y yo, ni ahí con los simios culiaos. Como el metro iba atestado de hueones que trabajan los Sábados –media novedá-, íbamos parados. Yo bailaba y cantaba feliz de la vida. José Francisco agarró papa,  me abrazaba, y yo, sencillamente me dejaba querer.
Transbordo a la línea 1 en Tobalaba. No sé realmente qué mierda me pasó, pero sentí unas ganas irresistibles de besar a este monito moreno, y lo dejé atrapado en la estación:
“Esperemos que suban todos los hueones y nos vamos solitos, ya?”
Que le dijeron a este otro… subieron todos los esclavos, y nos fuimos beso y beso en la escala mecánica culiá con Daft Punk de fondo, solos, cual parejita de pololis enamorados. Al llegar arriba, mi mp4 se silenció sin explicación alguna. Asumí que en el movimiento de soltar a José Francisco para que la escala no nos mandara a la chucha, los audífonos se soltaron, o en su defecto, la hueá se me había caído y la basura  se estaría haciendo pico en el borde traga-come-pica hueás. No lo tenía en ninguna parte. Era totalmente incomprensible el “Dónde quedó”, ya que no me lo robaron –estábamos solos-, y no estaba en ninguna parte. Al costado de la escala había una canaleta, y curá que andaba, asumí que estaba ahí. La hueá tenía como 25 cms. descubiertos y como 90 cms. sellados por una lámina de acero. Se me metió  en el seso que la hueá estaba ahí, y partí a pedir ayuda. Hablé con estos típicos hueones que están en los andenes, el que me mandó a hablar con los típicos hueones de chaquetas rojas. El loco me dijo que no se podía hacer nada, y que “en caso de encontrarse, tiene que venir a hablar con el Jefe de Estación mañana”.
Yo quería mi mp4 AHORA, así que exigí  en mi completa poca sanidad mental y mi ridícula estampa, que el Jefe se presentara ya. La mala raja de la mina que tuvo que lidiar conmigo, fue de antología. Era “Jefa” y se hizo acompañar de dos matones, en caso de que yo armara un escándalo. Mi lindo y conchesumadre acompañante, se desligó rápidamente de mí, y se alejó a un rincón a la chucha, para no comprometerse en ninguna hueá. Pico!
“YO SÉ QUE ESTÁ AHÍ, ASÍ QUE QUIERO QUE ABRAN LA HUEÁ!!!!!!!”
“Señorita, se lo robaron en el vagón”
“Culiá, cómo me lo van a robar en el vagón, si yo iba sola en la escala, escuchando música! No seai ahueoná, por la gran puta!”
“Entonces se lo sacó el caballero” –Aludiendo a que el negro me lo había derechamente, pelado.-
“Cómo se te ocurre, pelotuda!” –Aunque aún la pienso… Ahummmmm.-
“A verrrrrr!!!!!!! No me hable así, o vamos a tener que llamar a Carabineros! Mírese, así no se puede tratar con nadie, está ebria!” –Me grita la fea culiá.-
“Llama a los pacos poh, conchetumare! Y no me gritís, BASURA!!!!!!!”
En ese momento, me agarraron los pobres culiaos matones que la acompañaban, mientras la hueona le gritaba a José Francisco si “andaba conmigo”.
Al feo culiao no le quedó otra que acercarse, y yo, me puse a putear a destajo hasta que llegaron los pacos.
“Señorita, si no se calma, la vamos a tener que detener. Anda en evidente estado de ebriedad.”
“Llévenme, pero saquen mi hueááááááááááa!!!!!!!!!!!”
Tenía la tremenda cagá, y al final, los mandé a todos a la gran conchasumadre;  me fui gritando que “disfrutaran” de mi musiquita, y que se metieran mi mp4 en la raja, como si fuera la gran hueá.
Me dejaron ir no sé cómo, y lloré todo el resto de camino. A la media hora de llegar, suena mi citófono. Era José Francisco, que me dice:
“Por tu culpa, reculiá, me llevaron detenido a mí para declarar por tu show!”
“Ándate a la mierda, conchetumare” –Corté.-
Fin al divino romance.
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jovenfigaro · 2 years ago
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Suegra hay una sola
Corría el año 1813, cuando conocí al que sería mi primer flamante pololito. Este mozuelo de tiernos 16 años, era un año menor que yo. Gabriel, -como llamaremos al pequeñín- venía de una familia bien extraña, su madre lo había parido cuando tenía 15 años, y su padre era un viejo culiao hombre mayor, de 30 y tantos. Gabriel tiene un hermano de 13 años, y vivieron felices mientras su padre hacía un doctorado en Estados Unidos. Una familia feliz.
Al regresar a Chile, la joven madre de Gabriel se calentó con un hueón menor, se anuló del padre de sus hijos, y comenzó una hermosa relación con Cristóbal, a quien le dio 2 hijas pequeñas, la María Ignacia y la María Jesus; dos pendejas culiás de 2 y 4 años a las que tuve la “bendición” de conocer.
La madre de Gabriel, de nombre “Vieja Culiá”, siempre cachó que yo quería pervertir a su retoño, así que contra viento y marea, evitaba que nosotros pudiéramos tener algún grado de intimidad, sobre todo cuando yo lo iba a ver a su casa.
La Vieja Culiá, tenía tiernos 31 años cuando la conocí, y su nuevo marido, Cristóbal, 29. Como yo tenía 17 años, no sabía cómo chucha llamar a este par de hueones, ya que no eran tan viejos como para decirles “tíos”, ni tan pendejos como para tutearlos. -Además que la Vieja Culiá, era mal que mal, la mamá de Gabriel y yo respeto las jerarquías.-, así que a ella le decía “Señora Vieja Culiá”, y a Cristóbal, “Cristóbal”, porque él me dio la confianza para tratarlo así. Cristóbal, que no era ná de hueón, quería puro chantarme el paté, -yo lo caché de una-, y eso, a la Vieja Culiá no le causó ninguna gracia. Entonces, además de cuidarle la virginidad al hijo, quiso cuidarle la corneta al marido y de pasadita, cuidar su dignidad de mujer, evitando el “gorreo” a toda costa.
El pololeo con Gabriel duró casi un año, un año en donde tuve la desgracia fortuna de pasar cumpleaños, navidades, años nuevos, fiestas patrias, aniversarios y blá con él, a punta de peleas, porque la Vieja Culiá no quería ni verme a medio kilómetro cerca de su palacio -ni de su cara-. Lo extraño, era que todo el resto de familia me adoraba, y siempre pedían mi presencia en esos eventos familiares. 1-0, Iso gana.
Después de llevar como 5 ó 6 meses de pololeo, se me ocurrió la genial idea de acostarme con Gabriel. Ya era hueá ya, andábamos más calientes que piedra de curanto, casi comiéndonos en las calles, y en la academia de teatro de su colegio, en donde yo participaba y lo conocí.
“Y… cuándo vamos a tirar nosotros?” -Le pregunté.-
“Es que a mí me da miedo, porque soy virgen, y no sé… dónde lo podríamos hacer?”
“Puta, DÓNDE SEA! Pero paremos la hueá poh! Tu mamá va los Jueves a la casa de tu tía, y te quedai solo, qué mejor?”
“Hecho!” El trato se había sellado.
 
Como la Vieja Culiá era muy zorra, empezó a cachar en el ambiente el mensaje sexual que tirábamos al aire, y ahí comenzó el martirio.
Cada vez que nos “íbamos” a quedar solos, la muy conchadesumadre, se “arrepentía” al último minuto de salir, inventando cualquier excusa, entonces, mandaba al pobre hueón de Cristóbal, solo, a hacer el “trámite” correspondiente; o no hallaba nada mejor que dejarnos con las dos cabras chicas que hueveaban más que puta curá, sin darnos libertad de follar como correspondía.
La Vieja Culiá me comenzó a tomar odio. Tanto así, que por ejemplo Gabriel me invitaba a almorzar, y cuando yo llegaba, la muy reculiá me hacía sentar en un sofá y me decía:
“Iso, Supongo que ya almorzaste.”
“Sí señora Vieja Culiá, ya almorcé, no se preocupe.” -No me quedaba otra.-
Todas esas actitudes comenzaron a generar en mí un odio absolutamente recíproco, ya que era más que evidente el “querer huevearme” para que yo me apestara.
“Por la conchetumare, Gabriel. Hasta cuándo chucha voy a tener que aguantar a tu cagá de mamá? ME TIENE CHATA, LOCO! Qué hueá se cree? La culiá jura que a mí me encontraste tir á en la calle acaso?” -Puteaba en vano.-
“Puta amor, si tú cachai como es mi mamá, no la pesquís, ya? No me puedo ir en contra de ella, porque… te voy a contar algo, ella no quiere que te cuente, pero finalmente te vas a enterar igual. Incluso a Cristóbal le tiene prohibido que te comente esto…”
“Hueón, dime!!!!!!!” -Le exijo la información, porque ya no daba más de curiosidad.-
“Iso, mi mamá está embarazada, tiene 3 meses.”
“CON-CHE-TU-MA-RE!”
Hueón, tenís 31 años, y vai por un quinto hijo… Oh, No!
En fin, apliqué AMP, y pensé que tal vez su encono hacia mi bella persona, se debía al manicomio hormonal que mantenía en su cuerpo, o el miedo a perder al caliente de Cristóbal. -Como si a mí me hubiese importado un “viejo culiao” como él.-
“Mira Gabriel, yo te amo, pero estoy chata, en serio. Yo lo único que quiero es que me des tu florshhhhhhhhh”.
Como ambos éramos unos pendejos pobres, las pocas lucas que manteníamos, eran pesitos que ni cagando íbamos a ir a gastar a un motel. Con raja compraríamos una caja de 3 de condones pa’ evitar la preñez y era. Y así estuvimos, “intentando” pegarnos un polvo como por 3 ó 4 meses de manera infructuosa, porque la Vieja Culiá la sabía por libro. y NUNCA nos dejó solos.
Un Domingo cualquiera, Gabriel me llama a la casa:
“Iso, mi mamá va a salir donde la tía Patricia, se va como en media hora, y no va a llegar hasta la noche, me va a dejar con mis hermanas sí, pero pico, la hacemos igual!”
“UFFFFFFFFFFFFF; YA! VOY VOLANDO!!!!!!!”
“Apura amor!”
Qué me dijeron, partí hecha un cohete pa’ la casa de mi pololi, calieeeeeeeeeeeeente. Me iba pasando las tremendas películas en el camino, cuando toco el citófono, y SORPRESA! Me contesta la mamá de Gabriel:
“Qué haces acá Iso?”
“No señora Vieja Culiá, es que… ehmmm… ehhhhh… Andaba por acá y quise pasar a ver a Gabriel un ratito. Molesto?”
“No, lo que pasa Iso, es que yo soy madre, y sé perfectamente bien que tú quieres acostarte con Gabriel. Sabes? Conozco muy bien a las de tu “tipo”, y perdóname que te lo diga, pero, no me agradas. Sólo te acepto porque eres la polola de mi hijo y blablablá.”
“WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT!!!!!!!!!!!!?????????? Perdón??? YO me quiero acostar con su hijo? O su hijo también se quiere acostar conmigo?????”
“Mira Iso, y no sólo con mi hijo, si pudieras, también te acostarías con Cristóbal!!! Crees que soy tonta? Pero eso no es tema, porque a Cristóbal le das asco, él me lo dijo.” -Ah, yaaa. El otro culiao me miraba y se le paraba el pico. Ahummm… -
“NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!” -Me quería morir.-
“Pero bueno, yo tengo que salir, y ustedes dos están bastantes grandecitos, y sabrán lo que hacen. Lo dejo a tu consciencia. Sube.”
TSSSSSSSSSSSSSSSSS, me dejó terriblemente cagá de onda, y con más ganas que la chucha de tirar… Subí pa’ puro putear a Gabriel y mandarlo a la súper chucha. La Vieja Culiá se fue, y empecé mi rosario:
“Qué conchetumare le pasa a tu mamá? Olvídate de que nos acostaremos, hueón, por la chucha. Púdranse todos! Ojalá la vieja de mierda choque en su cagá de auto y se haga cagar. Qué se cree! Vieja reculiá y la gran puta que la parió. Y voh, ahueonao! ARGH!!!”
 
A los veinte minutos de estar peleando con Gabriel, suena el teléfono:
RRRRRRRRRIIIIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNNNNNNGGGGGGGG!
“Aló?”
“Buenas tardes, usted es don Gabriel San Martín?”
“Sí, Quién habla?”
“Soy el Carabinero Juanito Pérez, y necesitamos ubicar a un adulto que venga a socorrer a la señora Vieja Culiá, porque sufrió un accidente en su vehículo.”
Yo quedé muda, Gabriel me tiró un par de chuchás, y me gritó que era el demonio en persona, porque había deseado que la señora tuviera un accidente y se había cumplido…
Ahí terminamos nuestra maravillosa historia de amorsh no consumada, agarré mi raja y me fui a la chucha.
A las dos semanas, me enteré que la Vieja Culiá estaba bien, pero había perdido la guagua.
Después de muchos años, Gabriel entró a mi Universidad a hacer un postítulo, y en la intranet de la u, se pedía una cadena de oración por la salud de la “señora Vieja Culiá, madre de uno de nuestro alumnos, que padece de una terrible enfermedad.”
Casi me caí de raja, cuando días después me entero que había fallecido.
Dios la guarde en su santo reino, vieja culia.
AMÉN.
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revistapipazo · 8 months ago
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Inolvidable Silvano
Silvano –nombre absolutamente real del pobre mal parido-, llegó a mi vida en una hermosa noche del recién pasado verano, en unas circunstancias bastantes extrañas. Nos íbamos a juntar un grupo de amigos en mi mansión, con la finalidad de ver a una amiga en especial, amiga de mierda que NUNCA llegó. Éramos en total 6 personas invitadas cordialmente, -más la invitada de honor-,  pero llegaron 7. Los 6 invitados, más el clásico hueón que nadie conoce, pero que es “el mejor amigo, del mejor amigo” y uno tiene que aceptar con la carita llena de risa, su pobre y triste presencia. Ese pájaro, era Silvano.
Silvano, además de tener la pésima fortuna de ser un imbécil gordo, tetón, y con un corte de pelo de la era pleistocénica, sufría por llevar el peor nombre de la existencia, llegando al carrete completamente desubicado en su pará, ya que se vino después de la pega, vestidito muy formal, y hablando porquerías de trabajo, asunto imperdonable en un mambo donde erís el invitado de piedra y obviamente un culiao que nadie esperaba. Por lo tanto, nadie le tomó mucho asunto al hueón. El guatón culiao gordito de Silvano, se sintió totalmente fuera de lugar, y para enganchar con el resto, empezó a jugar al “chistosito”.
Después de un par de horas, el grupo feliz, bastante ebrio, ya lo había unido a su círculo, por lo tanto, era uno más de todos los hueones. Buena cosa hasta ese momento.
El carrete transcurrió muy bien, al rato se fueron unos hueones y quedamos sólo 4 personas en él: mi gran amiga Rosario, Roberto -más conocido como “Yoerto”-, Silvano y yo. En volá de copete, nos fuimos a carretear al techo del edificio, literalmente. Corrían los vodkas y piscolas, la música y la amena conversa, cuando comenzó el inagotable joteo de Silvano –Y el peor error de su pobre vida-.
“Iso, erís tan linda.” –Intentando abrazarme a como de lugar-
“Loco, qué onda voh? Suéltame, oh!” –Mandándolo a la chucha de una.-
“Pero ya poh. Me podís dar la mano?” –Intentado darme la mano de igual manera.-
“No hueón, NO!” –Escapando del hueón.-
Como la insistencia de Silvano ya era aberrante, y como yo tengo re poca paciencia pa’ culiaos pasaos a caca, no encontré nada mejor que empezar a agarrarlo pa’l hueveo, total, si no le gustaba, se podía ir de regreso un ratito largo a la conchadesumadre.
“Mira guatón culiao, déjate de huevear, o si no, te voy a echar cagando. Hueón patético!”
“Ay, no seai así poh, si igual estai sola, yo estoy solo, y blá.”
“Y qué chucha me importa a mí que estís solo, ahueonao!”
“Pero pucha, ven, vamos a ver qué hay allá?” –Queriendo llevarme a lo “oscurito”.-
Al ver tal espectáculo, Yoerto y la Rosario, me decían que fuera, que no fuera mala con él, que no lo dejara solo, que andaba “malito”. Claro, todo esto cagaos de la risa, y azuzando mi maltrato al pobre engendro.
“Buehhhh, -pensé- qué me hará poh, si al final el hueón no es feo, y huevear un poco no me hará daño.”
Así que partí donde Silvano, “a mirar Santiago” desde las alturas.
“Podís salir de acá, hueón, o te querís sacar la chucha?” –Le digo a Silvano, ya que está parado en el borde de la cornisa del edificio.-
“Pucha, me podís dar la manito?”
“NO.”
“Pero por qué no?!?!?!”
“Porque no quiero.”
“SUÉLTAME, GUATÓN  CULEAOOOOOOOO, AAAAAARRRRGGGGGGGHHHHHHH!!!!” –Le grito, cuando en contra de mi voluntad me agarra mi manito linda cual pololi-
Cuando ocurre eso, me percato que Silvano tiene la mano del tamaño de la mano de un niño de unos 10 años, chiquitiiiiiiiiiiiita, deditos cortitos y un tanto femeninas.
“Oye! –Les grito a mis amiguis- Este hueón tiene la mano más chica que la chucha!”
Todos cagaos de la risa, cuando el hueón a punto del lagrimón, me dice:
“Ay, si no es tan chiquitita, la que tengo chiquitita es otra hueá.” –Mandando su frase de oro y la dignidad, a la chucha.-
Después de agarrarlo por aproximadamente media hora pa’l hueveo, con hueás tan barbáricas como: “Tenís la pichula chica, las manos chicas, pero más teta que yo y la Rosario juntas. Por orgullo, debes morir, hueón. En serio.”, salta Yoerto, amigo incondicional del seboso, y me grita:
“Ay, no seai mala, si el hueón no está tirao, de hecho vive con su mina y está a punto de tener un hijo con ella! Si está acá, es sencillamente porque tuvieron un problema, ya que como está a punto de parir, no le quiere dar la pasá al loco!” -Buen amigo.-
“QUÉÉÉÉÉÉÉ?!?!?!?!?!?!?! Me estai hueveando? WUAAAAAAAAAAAAHAHAHHAHAHAHA, guatón culiao y la conchetumare!!!!!!! Retira tu humanidad indecente de mi vista, AHORA!”
“Pero no seai así poh, si tú me encantaste, y en la buena onda poh.” –Me dice el aberrante Silvano.-
“NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!! Púdrete! Qué chucha tenís en la cabeza? Mierda, debe ser lo único que tenís, pa’ dejar preñá a una mina, vivir con ella, y andar de caliente por la vida joteando a otras.”
“Ah, ya.” –Se victimizaba el cerdito, y ponía carita triste, alejándose de mí.-
“MIRA MONO CULEAO, MÁTATE!”
Finalmente, cada vez que él se intentaba acercar a mí, recibía una sarta de chuchás lagis, que don Silvano poco y nada toleraba, al verse menoscabado en su condición de macho alfa en absoluta decadencia, terminando de alcoholizarse al extremo de vomitar todo el techo de mi edificio, mereciendo más puteadas de mi parte y del resto, apestando y aburriendo.
Al minuto de reaccionar un poco, Silvano entró a mi mansión, supuestamente al “baño”. Como estaba como piojo su estado era deplorable, imaginé que sería así, ya que en un rato casi no se sostenía en pie, así que sin problemas le dejamos el pase libre. Al transcurrir aproximadamente media hora en que esta bestia no salía al techo, no sé por qué se me iluminó el seso, que lo más probable era que este conchatumare estuviera metido en mi computador. Dicho y hecho, el hueón, estaba muy instalado en mi pc, viendo videos en Youtube. –Hueá totalmente imperdonable. NADIE se mete a mi computador, y menos sin permiso.-
Esa fue la  gota que rebasó el vaso, y sin limitarme, se me nubló la vista y como por reflejo, le lancé la caballería encima:
“Qué conchetumare estai haciendo en mi computador, gil culiao?”
“Ay, nada, sólo veo unos videos en Youtube”
“Y qué mierda me importa a mí tu hueá? Sal de mi computador, AHORA!”
“Aaaaaaah, pero para qué tanto color? Qué tiene?”
“Sal de ahí chuchetumare! Cómo que ‘qué tiene’? No sabís que el computador es personal, o a voh te gustaría que yo te agarrara el celular y me pusiera a revisar las hueás que tenís adentro, ahueonao?”
“Ah, pero el celular no es lo mismo poh!”
“PARA MÍ SÍ, CONCHESUMADRE!!!!!! SAL DE MI COMPUTADOR AHORA!!!!!!!!!!”
“Ay, ya, me hai tratado como la callampa toda la noche, y ahora le dai color por el computador, estai loca hueona, loca!”
“Ah, sí? Loca, tenís la pichula, SALE DE LA HUEÁ AHORA, A-HO-RA!!!” –Chasqueando los dedos, con los ojos entintados en sangre y enajená.-
“ Por la chucha, puedo terminar de ver el video por útimo?”
“MIRA GUATÓN CULEAO, ME TENÍS REALMENTE ABURRIDA, ASÍ QUE TENÍS 20 MINUTOS PA’ VER TUS CAGÁS DE VIDEOS Y VIRAR DE MI CASA, TAMOH?!?!” –Me di media vuelta y me retiré-
A los dos segundos, llega la bola de manteca tetona, y asomándose por la ventana dice:
“He pensado harto en lo que sucedió acá esta noche, y creo que lo mejor es que me vaya. Así que me voy. Te vas conmigo, Yoerto?”
Todos lo miramos con cara de lástima, nadie le dio pelota a su lloriqueo, al unísono le dijimos que era  la mejor decisión que podía tomar en su vida, Yoerto le dijo que no, que se fuera solo a la conchetumare, Silvano se despidió con un lastimero movimiento de manos, y se fue.
En resumen, Silvano dejó su pestilente aroma a Flaño por toda la casa, y cuando volvimos a entrar a mi mansión, su imagen sebosa y graciosa dejó abierta la puerta de salida hasta atrás, -seguramente a modo de protesta indecente- marcando para siempre mi nuestras vidas.
Silvano hoy, debe ser padre de algún bofe, agradecido de dios de haberle permitido reproducirse, aunque todos sepamos que es una maldición y que debiera haber muerto en algún accidente automovilístico, cuando manejaba camino a su cuchitril.
 
GUSANO CULIAO.
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revistapipazo · 2 years ago
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Ricitos de cobre
Fue un hermoso día de invierno, en que mi esposito me invita “al mejor fin de semana largo de la historia” en una cabaña cercana a las Termas de Chillán, con una pareja de amigos y otra pareja de hueones que yo no conocía, pero que eran “a to’a raja”, según mi grillete, gracias al alto auspicio de una colega de él.
El asunto es que sin meditarlo mucho, comenzamos a prepararnos con los pertrechos varios para pasar fabulosos 5 días en ese lugar maravilloso. El carrete prometía como ninguno: Una cabaña pulenta, chimenea, termas, casino, piscina, nieve, asados, juerga, un grupo rico buena onda, y descanso al por mayor.
Todo iba la raja, nos aperamos de cuanto copete y carne se pudiera, preparamos nuestro vehículo particular, nos dedicamos a organizar lo que haríamos cada día, y así, divagábamos de nuestras mini vacaciones.
“Quién chucha te prestó la cabaña?” –Consulto-
“Ah, la Claudia, la blablablá”
“Oye, y qué tal la cabaña? No vaya a estar a la chucha de las termas, o muy escondía, porque capaz que quedemos varados o nos perdamos o blá y no estoy ni ahí con andar pasando hueás por puro cagao que erís.” –Le pregunto preocupada a mi esposito lindo-.
“Nooooooo, sí está re cerca y a la mano de todo, ella la usa mucho, de hecho hay un hueón que la cuida y se las prepara cada vez que van, los recibe la raja, les tiene la piscina lista, la chimenea prendida, la hueá ventilada, y etc.”
“Ahhh!!!!! Qué cosa más linda!!!! Y cómo será la hueá?”
“Es la raja, porque ella es muy dedicada, refinada y delicada, así que rasca no debe ser.”
“Es lo que espero.” –Cachando que podría ser nefasto.-
La hueá, es que llegó el puto día del viaje, cada pareja en auto, partimos más contentos que la mierda al paseíto. Tanto así, que nos fuimos literalmente de paseo, parábamos a cada rato, como indios que somos, nos tomábamos fotos en cada esquina, y exclamábamos a cada rato lo “maravilloso que es Chile”. Todo bien.
Presupuestábamos llegar tipo 19°° hrs a la cabaña, y confiando en el único indicador de la ruta a seguir, teníamos absoluta fe de que con la “explicación” tan detallada de la Claudia, y un puto papel dibujado con las más ordinarias indicaciones,  llegaríamos sin novedad al paraíso.
“Después que llegan a este poste, siguen hasta el puente, de ahí doblan a la derecha, hay un par de árboles que dividen la ruta, siguen 4 kilómetros hasta llegar al puente de madera, de ahí, siguen derechito, van a ver una cuesta, y la entrada de piedra al frente, es mi cabaña. No se preocupen que “Luchito” va estar ahí, y si se pierden, me llaman.”
Ah, ok!
No había una puta pizca de señal,  estábamos más perdidos que la mierda. CONCHETUMADRE!
Tipín 23°° hrs., después de preguntar a cualquier especie de ser humano en medio de la nada, Llegamos al puto puente de madera,  llovía a cántaros, no se veía ninguna hueá, cuando vamos a cruzar el maldito puente, nos percatamos que la porquería, NUNCA FUE PUENTE!, era un par de troncos grandes afirmados de punta a punta con nada, y donde el hábil conductor debía pasar los neumáticos del vehículo a punta de pericia y buena raja, porque si no, te ibas cagando a la abismo y ahí mismito te chupabai el loly en el infierno. Mal!
Después de rezarle hasta a San Bielsa, llegamos a lo que “supuestamente” era la cuesta, seguimos derechito, vimos la pulenta entrada de piedra, y ZAS! Pa’ entro.
La hueá era realmente a toda raja. Qué cabaña hueones? Era una mansión de montaña. Ufffffff! 3 pisos, tremenda piscina temperada, una terraza espectacular, chimenea a la vista. Gua! INCREÍBLE!
Llave en mano, entramos. Unos graciosos gansitos de mármol –o quizás que hueá-, decoraban la entrada. El marido de  Claudia, seguidor de la cultura indígena, tenía un “rincón étnico”, y ya!, “dejémonos de hueás y armemos el cahuín”.
Aperando el refrigerador, agarrando pieza, sirviendo copetito, y otros, cuando mi amado esposito intenta comunicarse con Claudia:
“Aló! Claudia, nos costó un mundo llegar, pero te pasaste! Realmente la cabaña está espectacular, se nota tu toque. GENIAL! Luchito no estaba, pero tenía todo preparado, la chimenea encendida y…  hueona, no tengo palabras, gracias otra vez. Ahora me dispongo a meterme a la piscina, mientras preparamos algo para beber y comer…”
“Aló! Aló! Aló!…”
Pffff, la señal era horrible y punto.
Como buenos y agradecidos invitados, nos metimos a la piscina, eran como las 1 am, cuando suena el celular de mi marido:
“Ramón! Así que están bien? Y cómo está el tiempo por allá?”
“Uffff, llueve a chuzos, la cagó, pero pico, estamos pasándolo chancho!”
“Y cómo mierda se meten a la piscina, hueones piteaos! Yo ni muerta!”
“Ahhhh, y por qué no, si es temperada, techadita, RIIIIIIIIIIICAAAAA!!!!!!!”
“QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!?!?!?!?!?!?! DÓNDE MIERDA ESTÁN METIDOS CABROS CULIAOS!?!?!?!?!?! Yo tengo una cabaña con piscina pero no es temperada!”
“Aggggggggh!!!!!!!!!! No sé, donde me dijiste pues, en la entrada de piedra, la cabaña… eh, los gansitos… la chimenea… la terraza… EJEM…”
“Qué terraza, hueón oh!”
“La terraza… donde… dejamos… estacionaditos… los… autos…. Snif”
“YO NO TENGO TERRAZA, VAYÁNSE DE AHÍ, GILES CULIAOS! ESA NO ES MI CABAÑA!”
En tres minutos, estábamos con la raja en la mano, pensando qué chucha, por qué mierda la llave le había hecho a esa cagá de chapa, empacando todo otra vez, dejando el menor detalle posible de presencia humana en esa casa culiá, y partiendo rajaos fuera, antes que llegaran los hijos de puta acaudalados propietarios del palacete y nos metieran hasta un ají cacho de cabra en la raja por patúos.
A duras penas llegamos a la cabaña de Claudia, que estaba bastante decente, con un olor a humedad asqueroso; más helá que la mierda, porque Luchito culiao andaba de tomatera y se pasó por la raja la orden de “preparación”; la piscina con cuea tenía un charco de mierda decantada en el fondo; unas camas a morir saltando; una decoración digna de Ripley y puaj!
Agradecidos hasta la médula después de prender la chimenea,  agradecer que no nos pillaron en la otra “cabañita”, pescamos el wok que nos robamos del otro lado con la carne salteada que hicimos para picar, nos servimos unas tontas piscolas, y lo pasamos como el pico, porque la cabaña culiá, estaba a 500 kilómetros de cualquier asomo de entretención –o vida- que pudiésemos pretender.
FUCK!
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revistapipazo · 2 years ago
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Nunca más,diosito lindo
“Yo no le hago, gracias.” Le digo a mi amiga, Pelu, que me invita fervorosamente a fumar marihuana en un antro de perdición tóxico, como es la Blondie.
“Ay, hueona, si una fumá no te va a hacer ná!” –Insiste-
“Puta, no hueón, esa hueá me ahueonea o me revive, y no quiero que me pase lo primero. Déjalo ahí nomás.” –Le explico, para que me deje de huevear-
Éramos un grupo de 8 personas, yo conocía a 6. Mi amiga Pelu, llegó con dos amigas  que dejaban bastante que desear, ya que una era toda ondera, y la otra era una ropero de 3 cuerpos, vestida formal, como recién salida de la oficina. Un atuendo nada ad-hoc  a las circunstancias.
Partí a comprarme una piscola con mi amigo gay, Armando, tipo 23:30 hrs. De ese día Jueves maricón. Volvimos al grupo, y salta la Pelu nuevamente:
“Fuma, hueona!”
“NO QUIERO!”
“ Pfffff, dale oh!”
Como soy débil de mente, acepté fumar un par de bocanadas.
La yerba tiene misterios insospechados.  A los 5 minutos, me dio por bailar como pirinola, en eso estaba, cuando se me acerca la mina ondera que había llegado con la Pelu y se pone a bailar al lado mío, nada de raro en esa hueá de friki-disco. Juanita Pérez –así le pondremos a la mina, porque la verdad, no tengo pico idea de su puto nombre- me comienza a hablar, yo, medio volá ya a esas instancias, y con la música a todo chancho, no le escuchaba nada; así que cual parejita de lesbianas enamoradas, gritábamos hablábamos al oído. Después de cruzar un par de palabras, a los 15 minutos, me comencé a sentir como el orto; mal. La Juanita insistía en hablarme al oído, y yo, casi vomitándole la fea cara que tenía, cuando veo acercándose a pasos agigantados a la ropero de 3 cuerpos, con más feo rostro que la otra, emputecida, a echarle la foca a la Juanita. La agarra del brazo, la da vuelta, y le dice:
“Y voh?!?!?! Me querís cagar con esa culiá?!?!?!”
Sí, eran pareja las dos feas culiás. Y adivinen, queridos lectores: Yo, era la “intrusa” de esa hermosa relación.
No me había bebido ni la mitad de mi piscola, y las dos fumás de pito, me hicieron mierda, entonces, estaba literalmente, pa’l pico. Por lo tanto, mis reacciones no serían de lo mejor, por lo cual me sentí completamente ultrajada y violentada, por un hueveo en el que yo, no tenía ná que ver
“A ver culiá? Qué te pasa? Tu cagá de polola me vino a jotear, yo no estoy ni ahí con las lesbianas de mierda! Así que te puedes ir un ratito largo a la conchetumare!” –Le explico amorosamente a la camiona-
La camiona quedó de una pieza, ipso facto, pescó su feo rostro y a su fea pololi y se mandó a cambiar, momento exacto en el cual la Pelu me increpa:
“No deberíai haber fumao!”
Pfffff. O sea, de qué chucha me estai hablando? ARGH!
Armando, me pesca de un ala y me dice que la corte, porque puede quedar la cagá. Yo estaba cada minuto más mal, el maldito pito me agarró de la peor forma posible, lo único que quería, era vomitar y morir ahí mismo. Otra de mis amigas, la Maca, me pregunta si me siento muy mal, si me quiero ir a la casa, le digo que no, que quiero bailar. Absolutamente perdida, me apoyo en un cubo porque necesitaba anclarme de alguna manera a ese espacio infernal, que me daba vueltas con insistencia.
“Ya hueona, tenís que irte, estai pal pico.” –Me ordena la Maca-
“Noooooooooooooooooo!!!!!!! No me he tomado ni mi copete!!!!!!”
“No sé ná, nos vamos de esta hueá!” –Emputecida, insiste-
“Déjame en paz!” –La mando a la chucha.-
En 3 segundos, estaba vomitando toda la Blondie, la Maca llamando a mi marido para que me fuera a buscar, yo llorando porque “ME QUIERO MORIR!!!!!!!!!!!” y mis amigos llamando una ambulancia directo al loquero, pa que me rescataran y se hicieran cargo de mí y de pasada evitarles el tonto show que estaba armando.
A los 10 minutos –Nótese que no eran ni las 1 de la mañana- llega mi querido y adorado esposo, con ganas de asesinarme, porque estaba durmiendo, “Me despertaron, pa’ hacerme cargo del cachito” (SIC)
Antes de subirme al auto, era un estropajo, mi esposito hermoso me dice que así como ando de curá, no me subía ni cagando al auto, así que intentara vomitar todo para que no le ensucie su cagá. Le mandé tremendo rosario,  que me quería ir a la casa. “Y apúrate culiao, llévame rápido nomás, o voy a morir en la Alameda y quiero morir en mis aposentos”
Me subí a duras penas, y un viaje de 4 minutos a mi casa, se transformó en 2 hrs, porque andaba un cuarto de cuadra, y tenía que parar para vomitar. Una escena, MA-RA-VI-LLO-SA.
Al llegar a mi domicilio particular, mi amado esposito, me mete el tremendo pico reta más que la chucha:
“Pa’ qué mierda fumai esa hueá, si sabís que te hace como el pico! Yo tengo que trabajar mañana y voh no tomai conciencia de esa hueá. Ya, vamos pa’l baño y recupérate rápido que tengo que descansar y yo no te voy a llevar a la clínica!”
“Sí, amo.” –Fue mi escueta respuesta-
Me encerré en el baño a vomitar aire, porque no tenía ná en la guata. Conocí lo que era “abrazar la taza del wáter” y que el mundo girara a la velocidad de un rayo. Llegó el minuto en que pensé que me daría vuelta de tanto vomitar. “Amor, sálvame!”, le gritaba a mi esposito cada 5 minutos, que estóicamente me acompañaba y me acariciaba para pasar más rápido el mal rato, hasta que llegó el momento, en que este mono culiao, enfermo con mi penosa y decadente situación, me gritó cariñosamente:
“MUÉRETE RÁPIDO, CONCHETUMARE!”
Sólo atiné a llorar, y a anclarme entre el lavamanos y el porta papel higiénico, hasta las 11 de la mañana, en que desperté tirá en el piso del baño, toda buitreá, y con ganas de desaparecer de la faz de la tierra, por ser tan payasa y cuática.
Esa fue la última vez en mi vida que fume yerba.
FIN!
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