#madre mía que dios nos dé un respiro
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Sounds like a looooot of drama
people that call others friends and said friends having their whole back turned on them.
and they were sat next to each other 😂 that doesn’t look like a friendship
#but hey that body language speaks volumes#whole back turned when you’re sat next to a friend? weird tbh#NWBFADNJDBDNS#a veces no puedo evitar reírme#drama 24x7 y no interesa - a estas alturas cansa#tanto criticar y tanta necesidad de que a uno le echen piropos#yo y una colega tenemos una inside joke#hay cosas que hace la gente que me hacen cogerle asco#una de ellas es las faltas de respeto#tanto robar como mentir como ser hipócrita#ya estábamos bien siendo 4 aunque algunas me caigan bien#a ver cómo dices eso sin herir sentimientos#algunas propusieron cena en junio - nope yo al final no iré#iré con otra gente o si van otras personas#algunas hoy se reían conmigo#claro - no puedes criticar 24x7 y luego querer piropos justo de esa gente que ni te para bola#todo por llamar la atención#la gente así da sida 🫣#madre mía que dios nos dé un respiro#AlqbdlqjsKABDMASN#que pesadilla tío#si que hay una que me cae muy muy bien y cuando tiene problemas pues todas la escuchamos con mucho cariño#pero vamos#de verdad#que dios nos dé un respiro#hasta las narices de escuchar dramas y tonterías por asociación#y es por asociación#por eso les digo a los tíos que se vengan#😂😂😂 a mi me caían todos bien hasta hace unos meses#estar cerca de alguien narcisista es agotador 😂
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Retrato de dos personas que no sabían que eran retratadas.
Se me hace hasta repetitivo confesar lo siguiente, es una constante en todo lo que intento plasmar pero pues, ahí va: No sé como empezar a contar esto, me parece hasta cansado tener que aclararlo. Sin embargo por consejo de un buen amigo y a raíz de la situación anormal que a todos nos está volviendo mejores creadores, lo intentaré.
Ahora que lo pienso, normalidad es un concepto que va a desaparecer y reintepretarse por el resto de la historia humana, así que un simple virus que nos altera el status quo es nada en la inmensidad de nuestra existencia y nuestra existencia a su vez es nada en la inmensidad del universo.
Pero eso es otro tema... O no.
Mi rutina antes del COVID-19 era peculiar. De lunes a jueves me encontraba en la ciudad más peligrosa del país, almorzaba con Manguito un par de días a la semana, la acompañaba al trabajo otras veces, cualquier pretexto me era bueno para sentir como sus ojitos me miraban. También tomaba un cursito de cine que impartía el instituto de cultura del municipio, Andrea (No confundir con mi novia) era una maestra muy cool a decir verdad. El resto del tiempo lo ocupaba escribiendo, haciendo manualidades, soñando y/o preocupándome por todo.
Lo realmente divertido (y agobiante) eran los fines de semana: De viernes a domingo hacía el curso propedéutico para entrar a artes escénicas en la capital del estado. Estaba fracasando en un salón de danza con vista hermosa rodeado de gente talentosa, estresándome en una clase larguísima rodeado de gente talentosa y en una escuela de música hermosa, tomando clases de actuación, irónicamente, rodeado, así es, de gente talentosa.
A decir verdad no es que yo no crea en mis habilidades actorales, sólo es agotador mentalmente tener tan poca autoestima en un espacio lleno de gente que cree en sí cree en si misma.
La capital del estado te atrapa y no te suelta. Al inicio llegué con mis dudas como todo foráneo, pero con el paso de los días sus calles se volvían historias y sus infinitos escalones se hacían recuerdos. Si Guanajuato pudiera hablar les contaría todas las veces que me tropecé caminando en ella, pero también todas las veces que me reí ahí.
Aún mejor que la ciudad y estudiar algo que me encanta, era convivir con mis amigos, pues volvían las eternas caminatas un simple respiro y cada cigarro una buena historia. Mi mejor amigo se aventuró a vivir y trabajar lejos de casa pero eso lo hacía estar cerca de mí, mi mimo favorita ahora era mi compañera de clases y un viejo amigo me dio la oportunidad de dormir en su casa, cosa por la cual siempre estaré agradecido.
Pasé mi cumpleaños con ellos tres y eso lo volvió el 13 de Marzo mas entrañable de mi vida.
El tiempo con ellos me dejó ser testigo de esas historias que no te cuentan y simplemente observas en los ojos de alguien más, de esos relatos que no existen más que en un par de comentarios aislados.
Regresar de clases el sábado era el momento hermoso y horrible del fin de semana. Tener que tomar un camión después de tanto ejercicio y de tanta desmotivación, que además te deja a media hora caminando del lugar donde duermes, puede volver loco a cualquiera, y aunque yo estuve al borde, había algo bonito en regresar a casa y verlos juntos que me daba paz.
En cierta forma me recordaba a un hogar, uno en el que nunca viví y sólo era invitado. Un par de jóvenes como cualquiera, viviendo su propia historia ordinaria, que para ellos era todo lo contrario.
Había alguna clase de Vouyerismo Light que me hacía disfrutar verlos quererse. Trataba de involucrarme lo menos posible para no ser mal tercio, pero aún así, cada mirada y cada sonrisa entre ellos me hacía pensar en todo lo hermoso de este mundo. Era como contagiarme de su cariño.
Madres, que cursi se puso esto...
En sus miradas podías ver todas esas palabras lindas que no se atrevían a decir, no sé si por pena o por estar rodeados de más personas, pero sus ojos gritaban “te quieros” que se ahogaban. En sus abrazos se notaba paz, sus brazos les despejaban todas las dudas, les calmaban todas sus inquietudes. Algo nacía ante mí y crecía con el tiempo, existía un cúmulo de emociones vivas entre esas dos personas que en cierta forma me hacía muy feliz.
Ella, siempre tan espontánea y con un sentido del humor tan raro como el mío. Él, tan correcto y con una timidez igual a la mía. Ellos siendo por y para ellos.
No se porqué me da por escribirles y describirlos, quizá sea esa ternura en sus rostros o esas cosas que me contaron del otro pero no puedo decir. Algo en ellos me hace recordarme estando con Andrea (No confundir con mi maestra de cine), algo que nunca vi en otras personas, quizá por falta de atención o quizá, sólo quizá porque lo que existe ahí es único; tan ordinario como cualquier amor pero tan real como nada más ellos lo pueden sentir, es algo que yo he vivido, pero nunca en tercera persona.
En cada una de sus risas se escondía un beso no dado, una canción no cantada, un rastro de anormalidad que les movía el status quo cada que se tenían cerca.
Tal vez estoy exagerando todo esto, pues es un amor cualquiera y yo a la fuerza estaba siendo testigo de ello. Pero me enamoraba verlos enamorados.
Ni una pandemia es capaz de achicar ese cúmulo de emociones llamada enamoramiento. Espero sigan así, me da gusto por ellos. Crearon algo tan digno de retratar que aquí me tienes, contándoselo a la eternidad (O a lo que dure el internet)
Les quiero, aunque me dé asco verlos besarse. Saben que no es personal.
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