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La Familia De | Enzo Vogrincic
Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
—
Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
—
En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
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Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
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Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
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Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
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Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
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Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
—
Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
#enzo vogrincic#enzo vogrincic fic#enzo vogrincic x reader#society of the snow#la sociedad de la nieve#my writing#uruguay#fanfic#latina#spanish#argentina#necesito que enzo actúe en más pelis#me enamoré de un uruguayo#Spotify
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Nadie vendrá a tomar mi lugar y arreglarme la vida y eso es lo más aterrador y maravilloso saber que tú vida depende de ti...
Créditos a quien corresponda.
~samyo🐝
#escritos#notas#frases#citas#sinfonia-relativa#redcomunitariatumblr#vida#amor propio#octubre2024#samyo
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Pequeño drabble en venganza honor a la necesidad que @deepinsideyourbeing nos ha provocado a todas de darle nuestro primogénito a Enzo. Te adoro 💕
🐻 ProtectiveDaddy!Enzo x reader 🍧Fluff
Qué maravilloso era poder pasear a la tarde ahora que ya hacía un tiempo más agradable. El calor sofocante con el que habías pasado el último tramo del embarazo se iba disipando con la llegada de septiembre. Ya no era necesario que Enzo te llevase del brazo y caminase lentamente contigo, ya te encontrabas más fuerte, pero sin embargo seguías agarrada a él, por gusto.
Podías sentir los pechos pesados, pero la bebé se hallaba tan calmada en la mochilita donde Enzo la portaba que no querías despertarla, probablemente lo haría ella sin ayuda.
Decidisteis sentaros en una terraza de una cafetería del puerto, con vistas al mar en ese pequeño pueblo costero donde al menos la gente no paraba a tu novio constantemente por la calle.
El mesero tardaba en llegar, así que Enzo dejó a la pequeña con cuidado en su carro y fue dentro a buscar al menos un vaso de agua, para ayudarte a amamantar; tu novio había estado muy presente en todos los cursos de paternidad a los que habías asistido y eso siempre te daba un plus de orgullo y felicidad.
La nena estaba ya haciendo algún gesto en sueños que indicaba que pronto se despertaría, y, como si estuviese medido, comenzó a llorar en cuanto su papi llegó con el vaso de agua en la mano.
-Te pedí también un zumo de naranja natural, amor- dijo con calma mientras se aproximaba al carrito - ¿pero qué le pasa a mi princesita, eh?
No pudiste evitar sonreír ante la ternura inaguantable que suponía ver a los dos amores de tu vida juntos. Aún no te acostumbrabas a la imagen.
-Bebe un poco de agua, cielo -te pidió. Sabía que no eras de esas personas demasiado responsables de su propia hidratación, y te lo tenía que recordar a cada rato, especialmente ahora para poder producir leche sin problema.
Comenzaste a beber lentamente del agua fría que te había traído, y observabas como Enzo intentaba calmar a su hija en brazos, pero tanto tú como él sabíais que lo que le pasaba era que tenía hambre.
-¿Llora mi nena de hambre? Ahora mamá te da tetita, no te preocupés, te vas a quedar llenita ... - Enzo le susurraba mientras le secaba las lágrimas con el pequeño babero de tela estampado de ositos.
Tu corazón se derretía cuando le escuchabas hablar así.
El camarero trajo un zumo de naranja para ti y un café solo ( y probablemente doble) para Enzo. El pobre debía estar muriendo de sueño después de la noche que habían tenido con la pequeñaja.
Comenzasteis a beber y Enzo depositó a la bebé con máxima delicadeza en tus brazos.
Esta vez no llevabas una camiseta o una blusa, si no un vestido de verano, así que en lugar de levantar la prenda y colocar la cabecita de tu hija debajo, no te quedó otra opción que bajar el tirante del vestido y descubrir por completo uno de tus pechos, el cual la nena se llevó a la boca con voracidad.
-Sí tenía hambre ¿eh? - comentaste al notar su succión apresurada. Sujetabas el pezón en su boca con dos dedos en forma de V. Cuando estabais en casa Enzo solía hacer que te recostases sobre él para masajear tus pechos y estimular el flujo de leche, lo cual te ayudaba mucho.
-Sí, pobrecita -dijo Enzo sonriendo con ternura.
Fue un momento de relax con la brisa del mar peinando vuestro cabello, poco ruido, una deliciosa bebida para reponer líquidos...
- Y sí, amor, he pensado que podemos comprarle aquel gorrito de lana para cuando crezca un poco y haga frío podemos ir a Bariloche a que vea la nieve y... -Enzo te hablaba emocionado de la prenda que había visto en una tiendecita hacía unos días. Sin embargo tú no estabas escuchando lo que te decía. Tu instinto se había despertado y estaba vigilando con el rabillo del ojo a un desgraciado que no te había quitado la mirada de encima desde que te habías sentado en aquella terraza. El muy cabrón estaba aprovechando que Enzo se encontraba de espaldas a él para poder mirarte a gusto. Intuía que ibas a bajar la mirada y no ibas a hacer nada, dando impunidad a sus actos. Te estaba comiendo con los ojos, atento a cualquier movimiento de la niña que le permitiese ver un centímetro de piel más. Todo esto, obviamente te estaba desconcentrando y tu pareja no tardó en darse cuenta de que no le estabas prestando atención y te encontrabas tensa.
-¿Amor? ¿Qué pasa, te hace daño?
Negaste con la cabeza.
-¿Y entonces, cielo? ¿Que pensás?
Tu mirada permanecía fija en el sujeto que te observaba, lo cual guio la suya hacía el problema.
El tipo se encontraba concentrando toda su atención en ti mientras además fumaba. No reparó en que Enzo se había dado la vuelta en su silla.
-Qué, te gusta el espectáculo? - inquirió con ira contenida. Proyectó la voz para que sonase grave y fuerte pero no como para llamar la atención de toda la cafetería, que, en realidad estaba bastante vacía.
-Cómo? - dijo el desgraciado mientras apartaba la mirada disimulando.
-Que parés de mirar a mi mujer- le advirtió.
-Enzo... -le dijiste en bajo tratando de calmarle, aunque por dentro también hirvieses de rabia.
-Y bueno flaco, que no se saque las tetas en público - murmuró el tipo mientras apuraba su copa.
-¡¿Que decís?! Enzo se levantó y camino hacia él apartando la silla de forma brusca. Por suerte vuestra hija se hallaba ajena a toda la situación y se encontraba a aún mamando tranquila contigo.
Esta claro que el otro se sorprendió. El aspecto y la calma de Enzo podía llevar a equívoco, pero subestimar su capacidad de protección con su familia suponía cometer un grave error. El tipo levantó las manos con la intención de calmar a Enzo que se aproximaba como un toro hacia él.
-Si vos estás enfermo y ves que mi mujer te está provocando por alimentar a nuestra hija, igual te tengo que enseñar un par de cosas.
-No flaco, yo no...
-Ni se te ocurra volver a mirar a mi mujer ni a mi hija o te arranco los ojos de pelotudo que tenés. Y apagá ese cigarro a la de ya, entendiste? -Enzo apoyó sus manos en la mesa del tipo.
-Ta, flaco, no quería molestar -apagó el cigarro en el cenicero manteniendo la otra mano en alto.
-No se te olvide.
Enzo volvió a la mesa aún con el gesto fruncido y la respiración agitada por la rabia más que por el enfrentamiento. El tipo dejó un billete encima de su mesa y no tardó en irse evitando cualquier contacto visual contigo o con tu novio.
-¿No querés cambiar ya de pecho, mi vida? Preguntó cómo si nada hubiese pasado, mientras acariciaba la mejilla de vuestra niña.
Nunca cesaba de sorprenderte con qué facilidad Enzo cambiaba de tono cuando se dirigía a ti, siempre tan dulce. Asentiste aún conmovida por lo que acababa de pasar: Enzo llamándote "mi mujer", defendiéndote de una manera tan brava, usando una voz que nunca habías oído salir de su garganta... Seguramente tus mejillas se habían teñido de un tono rosado que esperabas poder disimular con el calor.
Cambiaste de pecho a tu pequeña ya tranquila por no ser observada por ningún desgraciado. Enzo, siempre tan atento limpió tu otro pezón de restos de leche y de saliva con un círculo de algodón y te acomodó el tirante del vestido, dándote un beso en la mejilla después.
No sabías si eran las hormonas que tenías totalmente revolucionadas, si era la falta de sexo por motivos evidentes o que simple y llanamente la forma en la que Enzo te había protegido te habían vuelto loca, pero una ardiente sensación te estaba invadiendo de dentro hacia fuera como si de una repentina fiebre se tratase.
-Amor? -dijiste suavemente
-Sí, nena -levantó la vista hacia ti mientras acariciaba a vuestra hija, que seguía comiendo.
-Cuando lleguemos a casa y la niña se duerma, ¿me podés hacer el amor?
No tenías claro de donde salía semejante honestidad y desde cuando eras así de directa. Quizás la gente tenía razón y la maternidad te cambiaba hasta niveles insospechados.
-Y sí, por supuesto -contestó él sin titubear, sin sonrojarse, y como si le hubieras pedido cualquier otra cosa- no veo la hora, mi niña.
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt @lastflowrr @iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
#lsdln cast#enzo vogrincic#enzo vogrincic imagine#enzo vogrincic fanfic#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic x reader#que vergüenza
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En este blog, no hay imagenes ni videos, solo letras y letras, de algunos pensamiento de personas célebres, artistas o filosofos. Algunos pensamientos son geniales, otros no tanto pero que incitan a pensar la vida, los momentos y está tenue existencia que se nos va pasando día a día, y que, como hojitas en el viento, solo caemos en algún lugar, solo para fertilizar el terrreno sin antes creer que ese viaje del árbol a la tierra, fue hermoso y lo hicimos hermoso....
esto es tan triste, pero a la vez, extrañamante maravilloso.
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📍 Jardín amurallado
Necesitaba un poco de calma, tanta gente era abrumadora, y el jardín lucía como el lugar perfecto para ello, ya si alguien preguntaba encontraría alguna excusa, además tenía que tener ojos en todos lados, dada su tarea de la noche " creo que no deberías ir por allá " le dice a la figura que logra divisar a su costado, se encuentra sentada en uno de los bancos viendo hacía el cielo, la noche era maravilloso como siempre " si no le dices a nadie que estoy aquí, puedo decirte que significa esa estrella " señala al cielo.
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📍Libre.
Se ha apartado para un respiro. Ya sabía que los necesitaría a lo largo de la velada tan pronto se enteró de la dinámica, después de todo, no es tan extrovertida como a veces parece y se convence de ser. Pero esa vez, espera lucir exactamente así. Por eso, cuando siente la presencia de alguien más, se aclara la garganta, y antes de observar de quien se trata, le aborda, saliéndose del papel por un momento: "¿Crees que soy una invitada convincente, o qué me falta?" Pregunta capciosa. "Este lugar es maravilloso. Me hace desear haber tenido mi propio baile de debutante."
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X, un lugar maravilloso:
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Un día encontré un video que decía... "Uno es capaz de dar únicamente lo que tiene en su corazón, que nada, absolutamente nada, es personal". A lo mejor siempre estuvieron las señales. A lo mejor, yo no quise abrir los ojos ni destaparme los oídos para no darme cuenta de lo evidente. A lo mejor, lo idealicé. Sí, a lo mejor eso pasó. Y tengo que estar tranquila porque yo no hice mal, todo lo que di, lo di con el corazón latiendo a pulso. Siempre esperé lo mejor. No me paré a pensar si era demasiado en su momento. Y es por eso que debo aceptar mi parte de culpa, pero por no saber darme cuenta. Mis sentimientos no me dejaron, lo siento. Esto es lo que soy y ya. Me quedo con la creencia de que nuestras acciones hablan por nosotros. No valen las palabras. No valen porque tan rápido las sueltes, se las lleva el viento, se desaparecen y dejan de tener valor. Desde hoy en más, decido creer en acciones. En los hechos, los únicos verdaderos y existentes. Ahora me aferro a la idea de que lo más importante soy yo. Enfocarme en mí, escucharme a mí, aprenderme a mí... eso es lo que debo hacer de ahora en más. Ya me di cuenta que soy la única que va a poder sacarme del estanque en donde vine a parar. "Son cosas que pasan", se dice. Y la verdad, ¿Qué mejor suerte que la que te enseña de esta forma para que entiendas de una vez?. Lo que pasó ya está, no hay vuelta atrás. Y el camino, nuestro camino, es para adelante. No quiero perder de vista el paisaje del paseo, que es muy precioso y lo más valioso para cuando haya llegado muy lejos. Por eso, me permito vivir sintiendo, con fuerza, todas las emociones que hoy me atacan. ¿Por qué luchar contra ellas si podemos hacer las pases? Total, son las que van a estar conmigo mientras dure mi vida. Yo sé que ahora parece demasiado, pero con el tiempo todo pasa. Nada permanece. Y sé perfectamente, que esto va a quedar como una anécdota. Agradezco la enseñanza que me da la vida. Me siento afortunada, dichosa de poder aprender de los pasos que voy dando. Sé que son los primeros de muchos. Pero también sé, que si sigo dispuesta a recibirlas abiertamente, con la calma de que por algo pasan, no voy a poder perderme por tanto tiempo. Siempre, pero siempre, me voy a volver a encontrar. Porque me quiero, porque me valoro y porque sé que si no soy yo, no va a ser nadie. Hoy no escribo esto desde un lugar triste, no. Melancólico diría yo. Me quedo con una parte de un libro maravilloso que leí:
«La palabra melancolía puede sonar dramática, pero a veces es la más ajustada. Es cuando te sientes a la vez un poco feliz y un poco triste», decía el relato.
«A veces feliz porque estaba descubriendo que la vida está llena de nuevos comienzos. Que puedes perder cosas importantes que dejan vacíos inmensos, pero que en tu mano está tomarlo como un espacio libre para otras cosas nuevas que pueden llenarte incluso más.»
- NN.
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el amor después del amor
hace cuatro años, por primera vez, mi tintero, escribió sobre él,
hace cuatro años, el amor, la distancia y una historia digna de un cuento de hadas, me revolucionó,
no todo acaba mal, no todo es..
una espera perpetua,
entre..
monólogos,
vuelos,
continentes diferentes,
entre idas y venidas,
logramos tener el mismo huso horario y las barreras seguían,
una visita al duomo, una copa de vino, pasta y unas fotos que coleccionamos con amor,
me ilusionaron.
luego de dos años,
luego de tanta espera, una espera muy lenta, entre accidentes de autos, confusiones, amores pasajeros y operaciones,
estos días a su lado, fueron simplemente maravillosos, cuando lo vi,
fue tener el deja vú del dos mil veinte,
un amor a primera vista,
una continuación de nosotros,
después del pueblito que nos unió, seguidamente, lima, milán, ahora mi lugar favorito..madrid!
una continuación que nos debíamos,
como el cerezo de primavera que dejamos
sembrado en el jardín de mi casa,
como el mar que nos escuchó en nuestra primera cita,
el caballero que me rescató cuando tenía veintidós, volvió..
dejaste a una niña herida y encontraste a una mujer fuerte, independiente..
con todo esto,
¿cambiar?
nunca,
valerie sigue siendo la
misma niña tierna en los brazos correctos.
eres mi mayor prueba de amor sincero y mi mayor reto,
como todo tiene un final y las mejores historias no son fáciles,
solo me queda recordar como flotamos al bailar,
las comidas, las miradas,
palabras, besos que gritaban “te extrañé”
fotos perpetuas, conociendo otra ciudad en el mundo que por momentos es solo nuestra,
el caballero cambió la armadura pero al mirarlo, es el mismo..
tontos atontonados, michos enamorados, ilusionados,
los autosabotajes pudieron poco conmigo pero esta vez..lo reconocí.
tomo tus consejos como un tesoro,
toma mis patitos como señal de
promesa,
micho travieso, maduro, hombre, mío.
Y así te fuiste como el verano tardío,
con la brisa del viento de este y la lluvia de verano que representa la tristeza,
te fuiste con un video, resignado a no repetir patrones,
crecimos pero..estamos ahí,
barreras, pruebas y destino,
promesas al aire y anillos invisibles,
fijamos un nuevo destino, un mes nuevo por vivir, allá..
un beso de despedida y un sello que repito
“nos vemos,
pronto, amor.”
#madrid#poesía#poeta#relatos#frases#poema#amor#distancia#verano#amor y otras adicciones#escritos de amor#ex#cosas que pienso#felicidad#escritora#poema en español#amor a distancia#poemas de amor#notas de amor#el arte de amar
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La realidad me mata, ahora entiendo cómo queda todo, sé que pronto acabará aunque no lo quiera, aunque te ame con toda mi alma, aunque me aferre a ti.
Tenemos tantos momentos bonitos, y recuerdos, que pudimos formar poco a poco durante 5 años, y me hubiera gustado que todo fuera mejor, pero al final ambos sabemos que ya no da para más.
Y no sé en qué momento se volvió un infierno, no sé en qué momento todo se fue al carajo. No sé en qué momento comenzaron las peleas por cualquier cosa, no sé en qué momento nuestro pequeño hogar se convirtió en un lugar incómodo que a veces ya no dan ganas de llegar.
Y sé que jamás podrás leer está nota, pero aunque te vayas, aunque todo termine fuiste y eres mi mejor conexión, mi mayor anhelo, mi grande amor 😥😥 y jamás te voy olvidar, siempre te llevaré en mí corazón y siempre serás especial en mi vida, por qué podíamos tenerlo y hacerlo todo en los momentos que estuvimos bien, bañarnos juntos, cenar juntos, comer, jugar videojuegos, morirnos de risa, echar chisme, ser mi compañero, trabajar juntos, y hacer el amor era ufff otro nivel.
Dejas mi vida marcada, pero que sé le puede hacer? por más que intentamos no hay mejoría.... Te llevo conmigo por siempre, gracias por todo tu amor y los momentos maravillosos que nos dimos, por siempre tú mi amor ❤️
Espero que la vida y el universo te dé toda la la paz y tranquilidad que quizá no nos dimos y que me dé la fortaleza para poder seguir, te amo por siempre 😥 🫶🏼D.O.R.M🫶🏼
Nuestra canción: Nothings Gonna Stop Us Now 🥀🥀
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My boyfriend's back [RZ ; Michael Myers]
Msj. este one shot lo escribí hace un año en un trade con una amiga y me acordé hace días de el, así que quise compartirlo con ustedes.
Tw. minors dni, smut, mención de violencia, fem reader x rz michael myers, 1.6k w
My boyfriend's back and you're gonna be in trouble (Hey-la-day-la my boyfriend's back)
My boyfriend's back he's gonna save my reputation (Hey-la-day-la my boyfriend's back) ...
Michael y tú se habían conocido en la escuela secundaría. Él era demasiado callado para su propio bien y cuando hablaba solo agravaba la situación, haciendo que volviera al silencio que lo metía en suficientes peleas, todas perdidas. Tú eras demasiado descarada para los estándares que tenían para las niñas de tu época y te metías en muchas peleas gracias a tu lengua afilada. ¿La diferencia? Nadie te podía callar hasta que ganaras dichas peleas. Cuando se unieron algunos pensaron que eran un par improbable, tú tenías una lengua rápida y llena de veneno, él hacía poco uso de su ingenio grosero; otros pensaron que se acercaba el apocalipsis, él estaba lleno de violencia y tú parecías animarlo, disfrutando de ver huesos rotos y sangre en el piso.
Desde que la prisión de escuela los unió, fueron la pareja que más se encontraba en boca de todo Haddonfield. No era un pueblo pequeño en comparación a otros, aun así, el espíritu de los chismes era algo que lo hacía parecer tan minúsculo. No había días en los que no hicieran algo para escandalizar a los lugareños, a veces ibas con ropas escandalosas y a veces Michael mandaba a alguien al hospital, otras veces coquetearías con otros solo para incitar a tu novio por algo de violencia. Y aunque la gente se alarmaba con la facilidad para los puños que tenía el chico Myers, siempre serías el centro de atención por irrespetar a tu hombre.
Michael no se consideraba un hombre celoso y mucho menos se sentía herido por tus acciones, a pesar de todo lo que pudieran decir las personas en su ciudad, él sabía que los celos eran en parte ocasionados por inseguridades y él podría ser todo, pero no inseguro, menos cuando se trataba de tu amor hacía él y la lealtad hacia su relación. Claro, había crecido en un hogar verbalmente violento en su mayoría y había escuchado a los niños llamarlo todo tipo de nombres, pero también tenía a su mamá, quien siempre le recordaba lo maravilloso que era y después te tuvo a ti, halagandolo como si vivieras para ello, así que elegía creerles.
Entonces, Michael no se consideraba celoso. Se consideraba posesivo. Sabía quien y que era suyo, sabía que nadie debía tocar lo que era suyo. Pero parecía que otros no eran conscientes de ello a pesar de los años de relación que traían tras de ustedes.
El día de la lección fue el día que volvería de un viaje que hizo a unas ciudades de distancia, no habías estado tratando de llamar la atención de nadie ni arrastrar a un pobre imbécil a su final y no porque no quisieras, simplemente era aburrido sin tu chico aquí, al fin de cuentas, él y sus acciones posesivas eran lo que te ponían en marcha. Así que por primera vez solo tratabas de estar tranquila y de conseguir los materiales para preparar una cena y postre decente sabiendo que Michael volvería pronto, pero aparentemente a alguien no le llegó el memo.
Wesley se había acercado a ti, por su mirada sabías cuales eran sus intenciones y a pesar de las ganas que tenías de ponerlo en su lugar, lo ignoraste. Dejaste que coqueteara y soltara toda línea de recogida horrible que se le pudiera ocurrir, tú solo tomaste los productos que querías y seguiste tu camino, pero como la mayoría de los hombres, no captó la indirecta y siguió tras de ti hacia el estacionamiento. Estabas lista para gritarle, cuando viste el poco disimulado movimiento de su mano acercándose bajo tu falda y cuando estabas lista para poner a un idiota en su lugar, notaste que no llegó lo suficientemente lejos, una gran mano lo estaba deteniendo y estrujando su muñeca sin consideración alguna.
Sonreíste cuando viste a quién pertenecía dicha mano, Michael en todo su esplendor y gloria se elevaba sobre ustedes dos, pero mientras Wesley parecía a nada de cagarse en sus pantalones, tú estabas tan lista para saltar sobre tu novio y besarlo sin sentido. Claro, que antes de que pudieras saludarlo, Michael ya se encontraba golpeando al imbécil. Disfrutaste de la vista unos segundos, lo suficiente como para sentir la humedad llegando a tu ropa interior y después de días sin tu gigante poco gentil, solo querías que te llenará.
– Sabes, es muy grosero de tu parte llegar y no saludar a tu chica.- Había un tono petulante en tu reclamo.
Michael se detuvo y te volteo a ver, no sabías si el idiota de Wesley aun respiraba, pero todo tu atención la tenía el hombre rubio que lo dejo como pulpa. No hablaste, solo estiraste tus brazos mientras hacías movimientos de agarre con tus manos.
– Ya me has puesto tan hume…
Antes de terminar de hablar, fuiste puesta sobre el hombro de Michael y llevada hasta tu auto, no te quejaste cuando lo encendió y abrocho tu cinturón por ti, para después alejarse. Sabías que venía en su auto, así que era obvio el llegar a casa por separado. No le diste muchas vueltas al asunto y te apresuraste a salir del estacionamiento del supermercado. En segundos o tal vez minutos, el tiempo pasa rápido cuando estás emocionada, ya estabas estacionandote frente a tu casa y en el camino frente a la cochera se encontraba el auto de tu novio.
No te molestaste en tomar las compras o cerrar correctamente el vehículo, solo bajaste lo más rápido posible del coche y corriste en dirección a tu hogar. No habías terminado de cruzar por la puerta cuando una gran mano te jalo contra un igual de gran pecho, mientras la otra cerraba sin ceremonias la puerta. Contrario a sus otras bienvenidas a casa, Michael solo se concentró en desvestirse y la ternura fue dejada de lado, tu falda bajo con facilidad para ser descartada en el suelo, lo que pareció molestarlo fue tu camisa abotonada.
– Dejame ayu…
Nuevamente fuiste interrumpida, solo que ahora fue por el desgarro de tu camisa, viste con un puchero como los trozos de tela caían al suelo, solo dejandote en ropa interior.
– Has vuelto muy grosero de ese viaje.
Su única “explicación” fue soltar un gruñido antes de levantarte por los muslos y hacer que envolvieras tus piernas alrededor de su cintura, bueno, lo más que pudiste rodear. Su mano sujetó con fuerza tu mandíbula, movió tu cabeza de un lado a otro con lentitud y luego te hizo mirarlo directamente, en su mirada un obvio cuestionamiento que no debías responder, estaba revisando que aun fueras suya. Satisfecho con lo que encontró, enterró su mano entre tu cabello y a nada de recargarte contra su toque, sentiste cómo tomo un puñado de cabello y te jalo con fuerza, estrellando tu cabeza contra la puerta, aun viéndolo a los ojos, su mano permaneció, pero el agarre se aflojó. A pesar del aguijón de dolor, no contuviste el gemido por ser maltratada de nuevo, gemido que pareció complacer a tu hombre.
La mano que antes se encontraba sujetandote por la cadera se metió entre ustedes y bajo para desabrocharse el pantalón con urgencia. Bajó la prenda y su ropa interior lo suficiente para liberar su ya erecto y palpitante miembro. En algún momento habías quitado tu vista de la suya, aprovechando que ya no sujetaban tu pelo con fuerza, bajaste tu mirada y estabas tan embelesada viendo su pene como si fuera lo último que probarías. Tan distraída que no sentiste como su mano se deslizó entre tu cabello y lo siguiente que sabías es que te estaban abofeteando y gruñendo para llamar tu atención. Mensaje recibido, ojos en él.
Pese a su obvia dominación sobre ti, fue cuidadoso la primera vez que se introdujo en ti, hizo tu ropa interior al lado y con ayuda de una de tus manos guiaste su miembro hacia tu entrada húmeda. Lo sentiste resbalar dentro de ti con facilidad, un gemido suave salió de ti y sabías que estarías viéndolo completamente enamorada. Aun cuando tenía una obvia consideración por tu seguridad, no espero mucho, las estocadas ni siquiera iniciaron despacio, eran rápidas y sin salir mucho de ti. Quería y necesitaba llenarte, que sin importar la clase de juegos que jugaran entre ustedes dos, con jugadores que no querían estar, tú eras suya y de nadie más, nadie podía tocarte más que él y quizás el llenarte hasta desbordar de su semen lo dejaría en claro, tal vez si tu panza se hinchara con las consecuencias de su esencia todos lo captarían.
Tú te encontrabas en la nube nueve, no pudiendo más que llegar tus manos hacia sus hombros para sujetarlo y mantenerte a un en tierra, querías estar lo suficiente presente para disfrutar y sentir el final. Tus paredes se abrazaban al miembro desnudo de Michael y el pensamiento de él sin protección ocasionó que inconscientemente trataras de mover tus caderas, para encontrarte con sus movimiento, animandolo a llegar al final.
Casi llegando al final sentiste sus embestidas tartamudeando y no sabía si estaba pensando lo mismo, pero con la fuerza que tus paredes vaginales apretaban su pene, mientras tus uñas se clavaban en sus hombros, tú y él esperaban que estuvieran en la misma sincronía de pensamientos.
No faltó demasiado antes de que se corrieran a la par. Sintió tus paredes apretarse con fuerza sobre su pene y tú sentiste toda su semilla llenarte, la última estocada fue con fuerza y profundidad contra ti, no se movió de lugar y mientras lo escuchabas susurrar proclamaciones en el espacio entre tu cuello, sabías que había algo más que solo reclamarte con su esencia, el pensamiento de Michael criandote te hizo soltar y apretar nuevamente con tus paredes, ordeñando más de él.
Acariciaste su largo cabello con suavidad, mientras suaves risitas escapaban de ti. Quizás después hablarías de la importancia de hablar esto antes de solo llenarte, por mientras, tomarías este y cualquier otro reclamo que quisiera hacer en ti.
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Soy un ser sin mucha ciencia, soy simplemente una mezcla de fascinantes complicaciones a las que nadie se atreve a acercarse demasiado. Soy un ser que desborda en deseos lejanos, e inclinada al lugar seguro de la soledad, un extraño ser que se disfraza de sonrisas y buena actitud más que debajo de toda esa máscara se encuentra la más agonizante tristeza. Un ser que sueña con maravillosos momentos a pesar de que su vida diaria es similar a una pesadilla. Soy un alma que vibra con una canción, un ser que encuentra paz a sus tormentos con un par de letras escritas. Un ser que se fascina con las miradas encontrando sentimientos y verdades ocultas en los orbes ajenos, más que no termina de encontrar los propios al mirarse al espejo. Un ser lleno de tanto que cada tanto debe sacar mediante lágrimas o gritos airados lo mucho que guarda dentro. Soy un ser sin mucha ciencia, solo soy sobrepensante y sensible a mi entorno, tanto que al terminar el día me encuentro tan agotada. Un ser que vive a punto de un colapso, a borde del abismo pero se mantiene en el mismo sitio. Un alma vagando por rumbos profundos de cambios y transformaciones que sufre en la soledad de ser diferente a todo lo demás.
Moongirl
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Hermosa, reina de mi corazón, luz de mis ojos... Te imploro, te ruego, suplico por un daddy kink + age gap con Enzo :)
Por favor y mil gracias ♡
Deseo que te guste, mi amor
Niñata
⚠️: daddy kink, algo de piss kink, age gap, drunk sex (+18), sexo explícito.
💕Enzo x reader
La vida en los rodajes era un nuevo y fascinante mundo para ti. Prisas, creatividad, el mundo de detrás de las cámaras. Sentías que habías encontrado tu lugar. Tu tía era la jefa de maquillaje y peluquería, siendo menor que tu madre, siempre habías tenido una relación de complicidad y cercanía con ella. Ya que habías terminado tus exámenes de la universidad, había logrado convencer a su hermana para que te dejase ayudarle en los rodajes durante el verano.
Nada te pudo preparar para el flechazo que sentiste la primera vez que viste a Enzo en la sala de maquillaje.
Él se había presentado de forma casual, con dos besos, y tu tía, que te conocía como si te hubiera parido te dirigió una mirada cómplice. Ella tuvo que sacarte de tu trance chasqueando los dedos, de lo contrario te habrías quedado embobada mirándole toda la mañana.
Te apresuraste a recoger todos los pinceles usados para ir a lavarlos, ese era uno de tus cometidos. La idea, al fin y al cabo, no era que trabajases aún, si no que observases los ambientes y la manera de hacer las cosas de los profesionales para decidir si era eso lo que realmente te gustaba.
Cada vez que te cruzabas con él, cada día, te sonrojabas, no podías evitar ponerte nerviosa cuando él te sonreía. Pero tú eras bien consciente de los años que os separaban y que probablemente nunca te miraría de la manera que tú querías que te mirase.
Llegó la fiesta de fin de rodaje. El equipo había alquilado una casa de dos plantas con un amplio jardín donde pasar todo el día (y probablemente toda la noche, ya que había sofás y camas de sobra).
Tu tía se había reencontrado con unas antiguas compañeras de trabajo que habían podido sumarse y se encontraba en un sitio apartado del jardín, en una de esas sillas de mimbre hechas para estar en el exterior, contando viejas anécdotas y riendo ajenas al ruido.
Tú te sentías sola, eras la única aprendiz, y los demás trabajadores y actores estaban demasiado ocupados charlando, organizados en grupúsculos como para incluirte en sus conversaciones. Rondabas la mesa de las bebidas, ya que no querías estar parada en mitad del jardín sin hacer nada y llamar la atención.
El camarero que habían contratado para el evento, amablemente te ofreció un mojito, y, aunque no solías beber alcohol jamás, pensaste "por qué no?".
Cuando llevabas la mitad del segundo vaso de plástico, comenzaste a notar los efectos del ron, al ser tan dulce, no te habías dado demasiada cuenta de lo cargada que estaba la bebida.
Se podía decir que estabas oficialmente borracha.
Resolviste entrar dentro de la casa, que estaba vacía, para investigar un poco y quizás ir al baño.
Sujetando tu vaso por el borde para que no se calentase, trataste de salir del jardín de la manera más desapercibida posible. Pero seguramente la forma en la que tus tobillos se doblaban por la inestabilidad de tus sandalias de plataforma, no ayudaron nada a tu objetivo.
Estabas realmente mareada, pero seguiste bebiendo, dejando que el maravilloso sabor de la hierbabuena te refrescase. Te había entrado la risa por tu andar torpe.
-Esta maldita casa es un laberinto... - murmuraste, al abrir la cuarta puerta de la casa que tampoco era un aseo.
Cruzaste las piernas con desesperación, el alcohol había relajado tu cuerpo y te habías dado cuenta demasiado tarde de lo mucho que necesitabas orinar.
Unos pasos te alertaron.
Enzo se acercó a ti pasando una mano por su cabello, por lo visto había tenido la misma idea que tú, si no , para qué habría entrado a la casa?
Observó divertido la escena, tú cruzada de piernas, con ese vestido negro tan bonito, sujetando tu vaso y con cara de terror.
-Qué pasó, chiquita, te perdiste?
-Pues no, estaba paseando -dijiste soberbia. Hasta ahora no habías hablado y no habías reparado en lo poco sobria que sonabas.
-No me digas... Yo buscaba el baño -dijo sonriendo
-Mirá vos -era como si observases la conversación desde fuera. Qué diablos estabas haciendo? Porqué actuabas como si estuvieras molesta con él?
Enzo podría haberte dejado ahí por pendeja, pero la forma adorable en la que parecías enfadada le produjo ternura y se apiadó de ti.
-No tenés que hacer pis, chiquita? - dijo riendo y señalando tus piernas en esa posición tan poco natural.
Su comentario te ofendió profundamente en tu estado de embriaguez.
-No soy una niña para que me ha-hables así... - trataste de sonar confiada.
-De eso estoy seguro. Vení, te enseño donde es.
Sin esperar a que contestases con otra insolencia, te adelantó por el pasillo para que lo siguieses. Lo hiciste, pero de mala gana. Creías empezar a comprender el porqué de este repentino enfado con Enzo. Tu inseguridad de que no te viese como una adulta te sacaba de tus casillas, pero hasta ahora ese sentimiento no había aflorado de manera explícita a la superficie.
Abrió la puerta del final del pasillo y te hizo un gesto como diciendo "Viste? No era tan difícil" . Tu enojo burbujeó en tu interior de manera aún más fuerte por su actitud sobrada.
-Porque sos así? Te crees el más inteligente por saber donde está el baño? -dijiste mientras la condensación por los hielos de tu vaso goteaban en el piso.
Él rio y apartó la mirada incrédulo, como conteniendo lo que realmente quería decirte, mordiéndose el labio inferior.
Las palabras salían de tu boca antes de que las pudieses controlar. Definitivamente no deberías volver a tomar así.
-También me vas a bajar las braguitas, Enzo? Me vas a limpiar cuando termine "de hacer pis" - moviste los dedos en el aire para dejarle claro que estabas citando su manera infantil de hablar.
-Dejá de joder nena, solo quería ayudarte.
-Ayudarme? -reíste sarcástica. En serio, qué estabas haciendo? ¿Por qué lo atacabas si realmente te gustaba?
-Sí, por que parece que te hace falta, que pasa que es la primera vez que bebes?
Como no sabías que responderle te diste la vuelta para caminar dentro del cuarto de baño, en tu cabeza iba a ser un movimiento ágil y decidido, zanjando la conversación de una vez por todas, sin embargo tus tacones tuvieron otros planes y te hicieron estar a punto de caer, si no fuera por que Enzo sí que tenía sus reflejos intactos y te pudo agarrar en el aire.
-Ves como no? - te reprendió. Te guió para que te sentases en el inodoro aún con el vestido. Y se arrodilló frente a ti - No vas a beber nada más que zumo hoy, entendiste?
El rubor tiñó tus mejillas, y esta vez no tenía nada que ver con el alcohol. De hecho ya te estabas comenzando a sentir repentinamente sobria. No podía ser que estuviese pasando lo que estaba pasando. Te hizo un gesto para que levantases el culo ligeramente para que pudiera bajar tu ropa interior. No pensaste. Simplemente te sujetaste a sus hombros para obedecerle, y antes de que te dieras cuenta, había introducido las manos por debajo de la falda de tu vestido y había tirado del elástico de tus bragas, por cierto, totalmente humedecidas por la excitación.
Te llevaste las manos a la cara por la vergüenza insoportable que te estaba invadiendo.
-Yo sé que no sos una niña, pero dejáme ayudarte, todo el mundo ha tenido una mala borrachera -dijo acariciando tu muslo. Acto seguido se sentó en el borde de la bañera que se encontraba junto a ti.
-No puedo si estás acá - te lamentaste.
-No me voy a ir de acá por que capaz que cuando te levantes te abres la cabeza contra el lavabo, nena- sentenció de manera rotunda. ¿Porqué tenía que llamarte así?
Tu vejiga le estaba ganando el pulso a tu timidez y sin poder casi evitarlo comenzaste a orinar, el rubor de tu cara se acrecentó al escuchar el sonido que tú misma estabas produciendo.
-Eso es... - te animó él, aún acariciando tu muslo.
Cuando terminaste, aún te estabas tapando los ojos, negándote a que la situación fuera real, quizás, si no mirabas durante el suficiente rato, te despertarías en tu cama.
-Te ayudo a limpiarte ,nenita? - volvió a su posición, de rodillas frente a ti.
La vergüenza iba a hacer que comenzases a llorar.
-Va, abríme las piernas, hermosa. -Enzo tomó un pedazo de papel entre sus dedos y abrió tus muslos suavemente, mientras con la otra mano seguía dándote caricias para que te tranquilizases. No pudiste ni quisiste negarte cuando secó tu sexo con delicadeza.
Abriste los ojos, donde amenazaban con salir lágrimas y te estremeciste por el contacto de sus dedos con tu cuerpo. Era surrealista. De perdidos al río.
Le besaste con rabia, con el rostro en llamas y en lprobablemente la posición más humillante de tu vida.
Él tardó en corresponder el beso y cerrar los ojos y tomar tu cara entre sus manos.
-Nenita, no debemos...-dijo al retomar el aliento, con sus labios manchados de tu carmín.
Te levantaste y pulsaste el botón de la cisterna mirándolo fijamente; él seguía arrodillado. Acto seguido, y poseída aún por el espíritu kamikaze que te había llevado en primer lugar a esta situación, levantaste tu vestido hasta sacarlo por tus hombros para luego dejarlo caer en el suelo.
Ahora era el turno de él de quedarse atónito mirándote, como te había pasado a ti el primer día que le conociste.
-No seas mala, nena...- trató de mirar al techo, queriendo resistir.
-Tenés miedo?
Por algún motivo aquellas palabras parecían haber colmado la paciencia de tus improperios.
-Apoyate en el lavabo, ahora mismo- dijo cerrando la puerta con el pie y desabrochando su camisa un par de botones.
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en tu rostro, idéntica a la que se ve en la cara de una niñata que por fin conseguía lo que quería por medio de pataleos.
Enzo estaba abriendo el cierre de su pantalón, podías observarlo a través del espejo que se encontraba arriba del lavamanos en el que te estabas apoyando.
No viste su siguiente movimiento porque habías bajado la cabeza y tu melena te había tapado la visión, pero sí que lo sentiste. Una de sus manos sobre tu cadera, la otra introduciéndose en tu sexo sin mayores miramientos. Gemiste en seguida.
-Siempre te salís con la tuya, no?
-Siempre sos tan...! - Tus palabras murieron en tu garganta y fueron sustituidas por un largo y profundo gemido cuando Enzo entró en ti de una estocada. El tamaño de su miembro estaba estirando tu piel y tus músculos de forma casi dolorosa, si no fuera por que el ardor de su punta estaba aliviando un hambre que no sabías ni que sentías.
-Niñata- espetó mientras comenzaba un movimiento constante y cada vez más profundo.
Te estabas derritiendo , tratando de mantenerte en pie y no ceder ante sus empujones. Eras solo un conjunto de sonidos lastimeros, que, sin vergüenza, se caían de tus labios.
-Papi...- lloriqueaste sin poder evitar que un nombre así escapase de tu mente y se materializase.
-Sí, mi nena, ya sé... -Enzo respiraba de forma entrecortada y su rostro se cubría de sudor por el calor de la estancia -tenía tantas ganas de hacer esto... no te hacés a la idea...
De pronto, alguien golpeó la puerta para comprobar si el baño estaba ocupado, lo que hizo que os congelaseis en el acto y os miraseis con los ojos como platos. Cuando una tremenda y alcohólica carcajada iba a salir de ti, Enzo cubrió tu boca con toda la rapidez que pudo.
-Ocupado, pero ya salgo! - alzó la voz para que la persona al otro lado de la puerta pudiese escucharle.
La oportunidad de fastidiarlo se presentó ante ti y no quisiste desaprovecharla: Comenzaste a mover el culo para auto-penetrarte e intentar sacar un gemido de él que lo delatase. Como si no fueras a hundirte en el mismo barco que él, vaya. Enzo cerró los ojos con fuerza y se contuvo lo mejor que pudo. Los pasos de la persona que estaba afuera se alejaron, probablemente buscando otro aseo.
-Te vas a enterar, niñata.
Esto pretendía ser más corto y menos kinky jajajaja Sorry not sorry.
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𝙁𝙖𝙫𝙤𝙧𝙞𝙩𝙚 𝘾𝙧𝙞𝙢𝙚
☆ pairing: bang chan x fem!character
𐙚 genre - content - tags: fanfic / smut / romance / straight / misterio
Sinopsis: Cartas secretas. Acertijos que parecen no tener respuestas y una agobiante obsesión por ambos que parece dirigirse a un camino equivocado, qué tan lejos y qué tan dispuesto estaría él a llegar solo para conocer los más íntimos secretos de aquella chica que no puede sacarse de su mente y que alguna vez logró amar.
── ♡ 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫𝐢𝐭𝐞 𝐜𝐫𝐢𝐦𝐞 ♡ ──
KNOW THAT I LOVED YOU SO BAD, I LET YOU TREAT ME LIKE THAT
Cuando todos esperan todo de ti, o al menos algo similar a lo ya conocido; para alguien incontrolable y de espíritu libre como la joven Calliope, seguir un patrón de reglas era casi imposible. Seguir lo pasos de su familia, convertirse en algo por obligación la hacían querer estallar su corazón e inesperadamente entre la confusión, caos e irremediable laberinto de sentimientos, conoció a Chris, lo que al principio pareció ser el único lugar cálido en su vida, llegó a sobrecalentarse demasiado hasta volverse casi intocable. Ella era impredecible, desordenada a su manera y, para alguien como él, cuyo futuro planeó y construyó poco a poco, un desafío como ella no era más que algo increíblemente magnífico.
Porque, había algo en la joven Calliope, en su mirada y el sigilo de sus movimientos; realmente nunca se sabía con exactitud cuál sería su siguiente paso y eso él lo reconocía demasiado bien... escondía algo que dejaba a la vista de todos y a la vez de nadie pero al parecer solo una persona estaba verdaderamente cerca de descubrir tan inquietante secreto. Christopher Bahng nunca lo quiso dejar escapar, ni tampoco a ella... Ahora sólo se vive en el incertidumbre del mañana y las sensaciones pasajeras que algún día ella se las hizo sentir.
⋅˚₊ ୨୧ ‧₊˚ ⋅ ⋅˚₊ ୨୧ ‧₊˚ ⋅ ⋅˚₊ ୨୧ ‧₊˚ ⋅
Su frustración y estrés podían verse a una milla de distancia y le aterraba que tales emociones pudiesen transminarse más allá de la habitación. Chris suspiró, sonrió incrédulo y pasó las manos por su cabello para luego pelliscarse la ligera capa de sus labios secos, pensando... en cómo algo que tan fugaz pero intenso, un amor rápido que consumía cada partícula en su interior, pudo llegar a algo así, cómo tan de pronto una persona que ama puede ser tan cínica.
No podía creer lo que leía.
Querido Chris,
Sé lo que intentan hacer. Queriéndose acercar cada vez a nuestro maravilloso secreto, monitorean tus movimientos y tratan de saber los míos, pero no te agobies que tengo todo controlado. Terminaré, quizá, lo que siempre quisiste de mí pero hasta entonces esto será lo ultimo que tendrás de mi procedencia.
Adiós, Chris. Volveré. Siempre tuya, Calli ♡
... the things you did, well i hope i was your favorite crime.
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El Valor de los Pequeños Momentos
En lugares especiales de nuestra vida, hay momentos que son como piezas de un rompecabezas, donde cada una suma algo valioso, donde cada persona importa mucho, y donde los gestos simples demuestran lo mucho que nos queremos.
Es como cuando jugamos con bloques de construcción: uno más se suma a otro y poco a poco se forma algo grande y hermoso. Así son nuestras experiencias juntas, cada una es como un bloquecito que suma al conjunto de nuestra historia.
No se trata de hacer cosas enormes, sino de estar ahí el uno para el otro, de decir "te quiero" con acciones más que con palabras grandes. Son las pequeñas cosas las que importan, como un abrazo cuando lo necesitas o una sonrisa que te alegra el día.
En estos momentos especiales, aprendemos lo bonito que es amar y ser amados. No importa la edad que tengamos, todos podemos entender lo maravilloso que es estar juntos, apoyándonos y demostrándonos lo mucho que nos importamos. Es así como descubrimos que el amor es el ingrediente más importante de nuestras vidas, y que juntos podemos construir algo realmente hermoso.
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