#ladeada
Explore tagged Tumblr posts
Video
Marie-Elisabeth-Lüders-Haus by Pascal Volk
#Berlin#Berlin Mitte#Europe#Germany#Marie-Elisabeth-Lüders-Steg#Mitte#Regierungsviertel#Spree#Fluss#River#Río#17mm#Marie-Elisabeth-Lüders-Haus#MELH#tilted#geneigt#gekippt#ladeada#inclinada#Wide Angle#Weitwinkel#gran angular#WA#WW#Sommer#Summer#Verano#Architecture#Architektur#arquitectura
1 note
·
View note
Text
Cho Seung Woo as Shin Sung Han in Divorce Attorney Shin
#kdramaedit#kdramadaily#kdrama#divorce attorney shin#cho seung woo#shin sung han#sacred divorce#dasedit#gifs~#mine~#sonrisa ladeada
13 notes
·
View notes
Text
✮ lust for life ✮
enzo vogrincic x reader
tw: +18, un poco de exhibicionismo jj
a/n: lo escribí rapidísimo, pero me terminó gustando un montón;) manden requests!!
୨୧┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈୨୧
tu novio y vos mantenían una relación privada.
era lo más razonable bajo las circunstancias en las que se encontraban; enzo pasó de nada a todo en cuestión de semanas gracias al estreno de su nueva película, y lo mas lógico era esconder a la novia del novio de internet. pero enzo nunca fue una persona privada.
cuando recién comenzaban a salir, no tardaste en notar que él tenía una manía con tenerte cerca cuando salían a la calle, o cuando estaban con amigos, o cuando iban a comer; cuando hacían cualquier cosa que involucrara a un tercero. esto al comienzo se manifestaba a través de el tomando tu mano y no soltándola, colocando sus manos en tu cintura o acariciando tu cuello mientras te encontrabas distraída haciendo algo más.
pero al pasar el tiempo, estas dulces muestras de afecto fueron escalando a sus manos sobre tus muslos, sus dedos rozando por fuera de tu ropa interior, o directamente bajarla por tus piernas para estremecerte.
como cualquier otra persona, te ves rápidamente colorada o exaltada por sus acciones, mirándolo con los ojos muy abiertos mientras el te respondía con una sonrisa ladeada sin prestarte mucha atención.
hoy no fue distinto.
te encontrabas en un bar, sentada en la esquina de la mesa al lado de tu novio y sus amigos, quienes se encontraban charlando y riendo audiblemente mientras los dedos de enzo rozaban por encima de tu ropa interior. tus ojos reposaban en su perfil, veías sus labios moverse pero tus oídos no registraban ningún sonido al estar todos tus sentidos enfocados en la sensación de sus dedos, y preocupada de no hacer ningún ruido.
miraste sus ojos achinarse justo antes de dedicarte una rápida mirada de reojo, la comisura de sus labios torciéndose hacia arriba al ver brevemente tus ojos suplicantes.
sus dedos se movían lento, rozaban apenas el delgado material de tu ropa interior desesperándote aun mas, y haciéndote mover las caderas hacia adelante de vez en cuando.
no soportabas mirarlo así, pretendiendo como si no estuviese sintiendo lo mojada que estabas al escucharlo charlar tan naturalmente sobre algo que tus oídos no lograban entender.
brevemente, tus ojos brillaron gracias a una idea.
te acomodaste en la silla sin hacer mucho ruido, acercándola más a tu novio, y cerraste tus piernas, haciendo que enzo girara tu cabeza para mirarte sin dejar de hablar. le sonreíste con inocencia, ladeando la cabeza para luego apoyar tu cabeza en su hombro y abrazarte a su brazo como un koala.
escuchaste un pequeño “aw” de alguno de sus amigos gracias a la acción, y reíste al saber tus intenciones detrás.
sin tener idea, enzo siguió siendo partícipe de la conversación mientras tu mano bajaba despacio hacia su bulto, haciéndolo acomodarse en la silla y sintiendo como el agarre que tenia en tu muslo paso de ser delicado, a dejarte la mano marcada.
lentamente, enzo giró la cabeza para mirarte, tenia el ceño fruncido y su respiración se había vuelto irregular y más profunda.
“cuidado, mi amor.” susurró al bajar la cabeza para acercarse a ti.
pestañeaste varias veces, mirándolo con inocencia y confusión. “¿que, en?” dijiste mientras aplicabas más presión en el bulto, ganándote un callado jadeo que te hizo apretar las piernas.
seguiste con el juego unos minutos, hasta que te diste cuenta que ya no tenía el mismo efecto en su hablar ni en sus acciones. charlaba con normalidad, mirándote cada cierto rato y tratando de mantener la compostura frente a sus amigos. pero vos querías hacerlo sentir como el te hacía sentir siempre.
agradecida de que llevara pantalones de fácil acceso, pudiste meter tu mano despacio por entremedio, y comenzaste a frotar y dar palmaditas por encima de su ropa interior, como el acostumbraba a hacer contigo.
sus facciones se endurecieron al darse cuenta de tu acción, bajando la cabeza casi inmediatamente para suspirar y callar los jadeos que amenazaban con salir al mirar tu cara de inocencia mientras lo tocabas por debajo de la mesa.
hacer contacto visual con vos lo estremeció completamente, logrando tu propósito: llevarlo hasta el límite.
“nos van a tener que disculpar, pero tenemos otro compromiso y se nos está haciendo tarde.” dijo enzo con la voz un poco más ronca de lo normal mientras sacaba su billetera del bolsillo, sacando un par de billetes y colocándolos sobre la mesa, haciéndote sonreír y quitar la mano de dentro de su pantalón para acomodarte tu propia ropa. “un gusto verlos a todos.”
abriste la boca para decir algo pero enzo agarró con fuerza tu brazo para hacerte acercar hacia el, caminando hacia la puerta con rapidez mientras saludabas con tu mano en forma de adiós a sus amigos.
caminaron a paso rápido al auto, sin decir ni una sola palabra. “te portás tan mal vos, eh.” dijo apoyándote contra la puerta del auto, acercándose hacia ti lentamente haciendo notar la diferencia de altura entre ambos. “no te puedo llevar a ningún lado.”
habían muy pocas luces en el estacionamiento, la única iluminación presente siendo las luces anaranjadas del cartel del bar que lo hacían parecer de otro mundo con las ojos oscurecidos, el semblante molesto y el cabello desordenado.
“cogeme.” susurraste contra sus labios, ganándote una sonrisa de parte del pelinegro.
“¿así se piden las cosas, chiquita?” negaste con la cabeza. “¿y entonces?”
“por favor.”
“¿por favor qué?”
te quejaste. “por favor cogeme.”
sonrió mirándote a los ojos mientras abría la puerta del auto entrando el primero y corriendo el asiento hacia atrás para luego sentarte a horcajadas encima de él.
apenas cerró la puerta del auto te lanzaste encima, tomándolo por las mejillas para acercarlo más hacia ti mientras el agarraba tu cintura con fuerza. el beso rápidamente se transformó en necesitado, con ambos jadeando mientras movías tu cuerpo de adelante hacia atrás sentada en el bulto entre sus piernas, haciéndolo gruñir mientras gemías en su boca por la sensación.
“sos una hija de puta.” dijo entre besos, haciéndote reír mientras bajabas por su cuello, pasándole la lengua y mordiendo cada parte que tus labios rozaban. “me vas a volver loco algún día de estos.”
“tú empezaste, enzo.” dijiste separándote de su cuello.
“mhm.” asintió con la cabeza mientras corría los tirantes de tu vestido hacia un lado. “no me puedo controlar si te ves así. parecés una muñequita.”
sentiste sus ásperas manos masajearte sin nada de delicadeza y echaste la cabeza hacia atrás; tus caderas no cesaban de moverse contras las de tu novio y tu espalda se arqueaba de placer, hipnotizando al uruguayo completamente con tu figura y los gemidos que salían de tus labios.
“¿te gusta, mi amor?” susurró burlescamente, mirando detalladamente cada movimiento de tu cuerpo y cada facción de tu cara. asentiste atontada, con los ojos cerrados buscando más fricción entre los dos. “decime cuanto.”
lloriqueaste. “mucho, enzo. sabes que mucho.”
“te ves tan bonita frotándote así, mi vida. te comería toda.” gemiste. “ah, eso querés. ¿querés que te coma? ¿querés moverte así, sentada en mi boca, hm?”
“basta, por favor” suplicaste, moviéndote más rápido. “cogeme.”
“¿como, bebé?”
“cogeme. no aguanto más.”
“pedilo bien, hermosa.”
“cogeme, por favor cogeme.”
mientras bajabas tus manos para desabrochar su pantalón, él sumergió la cabeza entre tus tetas, lamiendo y mordiendo todo lo que sus labios tocaran; haciendo mil veces más difícil la tarea de bajar sus pantalones.
mientras el se tomaba su tiempo lamiendo y besando, comenzaste a trazar circulitos en la cabeza de su miembro con lentitud, irregulando aún más su respiración y haciéndolo morderte para ocultar los gruñidos que salían de su boca.
te acomodaste encima de sus piernas, alzándote para poder sentarte encima de su miembro mientras el corría tu ropa interior hacía un lado, metiéndolo dentro por completo de un brinquito. enzo tiró la cabeza hacia atrás, gimiendo gracias a la sensación de estar dentro tuyo que a pesar del tiempo, se seguía sintiendo como la primera vez.
“mirá lo bien que me tomás, chiquita.” dijo mientras comenzabas a moverte de arriba hacia abajo, escondiendo tu cabeza en el hueco de su hombro para ocultar tus gemidos. “te sentís tan bien.” susurró mientras agarraba tu culo con fuerza, ayudándote a moverte más rápido.
enterraste las uñas en su espalda mientras te movías, mordiéndote el labio inferior tratando de no hacer tanto ruido.
“¿ahora te da vergüenza, mi amor? ¿después de todo lo demás?” dijo en un tono burlesco mientras movías tu cuerpo al compás de sus embestidas. “no te calles. deja que todos escuchen como te pongo, como te cojo.”
respondiste con un quejido, sintiendo una sensación conocida en tu cuerpo mientras escuchabas sus jadeos cerca de tu oído, y el uruguayo lo notó al sentirte estremecer y moverte más lento, apresurando sus embestidas y agarrando tu culo con más fuerza.
“te hacés la niña buena, la princesita, y estás por acabar mientras cogemos en un estacionamiento.” sentiste tus mejillas pintarse de color rojo con sus palabras. “sos una cínica.”
“es tu culpa, en.” lloriqueaste en su oído, bajando tu mano entre ambos cuerpos para frotarte. “estoy muy cerca.”
“yo también, chiquita.” dijo entre jadeos. “¿puedo?”
“por favor.”
un par de embestidas más y ambos alcanzaron el mayor punto de placer, acercando sus cuerpos a no más poder y llenando el ambiente de sus gemidos. pasaron unos segundos donde lo único que se escuchaba eran ambas respiraciones agitadas, y levantaste tu cabeza para besarlo con lentitud.
apoyaste tus manos en su pecho mientras se besaban; un beso lento y torpe mientras se acostumbraban a la sensacion y volvían a la normalidad. al separarte de el, lo miraste con dulzura.
“estás todo pintado, amor.” reíste mientras tratabas de limpiar el labial de su boca.
“y vos estás toda rojita. es parecido.” colocaste tus ojos en blanco y lo besaste, acariciando su mejilla.
“llevame a casa.” dijiste mientras el comenzaba a besar tu cuello, indicando que no quería parar. “no podemos hacer tanto acá.”
“pero tenemos que esperar que los vidrios se desempañen.” dijo pasando un dedo por el cristal del auto, haciéndote notar que todo el auto estaba así.
te tapaste la cara riéndote, mirando como era demasiado obvio lo que estaban haciendo. “sos un idiota.”
“a veces.” dijo sonriendo, y dibujó una carita feliz en el cristal.
948 notes
·
View notes
Note
lindaa podes hacer uno de esteban kuku smut, me dio tierno, corte primera vez o algo asi, si no haces de él no pasa nada, yo entiendo
hola reina!! OBVIO que escribo para kuku, estaba esperando que alguien pida aaa te adoro !! hice esto recien, super rapidito, espero que te guste ♡
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/a565b363dce03383b62146d1c564c7bf/55b4c12c7cf7e707-e6/s540x810/ad485a4ed15e86270a63c2714900ebecfe3e8d28.jpg)
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/5724bc5b06bb851fd9a2e7bb84eddfb2/55b4c12c7cf7e707-17/s640x960/cc916d0fd0ad8006f6b0b6b628c7133044c1d241.jpg)
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/ce53eae4a850bc98f00d3931b7ae4c2d/55b4c12c7cf7e707-7c/s540x810/8a1ab0560b8863d958e750eb9899f9f581f5a921.jpg)
𝜗𝜚⊹ ‧₊˚ petit-déjeuner
pairing: bf!esteban x gf!r
sinopsis: Esteban acaba de volver de su viaje a Venecia y estas dispuesta a recuperar todo el tiempo perdido.
content: age gap sin desarrollar (ambos +18), stablished relationship, smut sin plot (jiji), fingering, p en v, mentions of breeding, fluff, no se que más.
word count: 1.7k cortito y conciso.
Hacía ya un día que Esteban había vuelto de su viaje a Venecia, donde asistió al prestigioso festival de cine. Lo habías extrañado, aunque te costara admitirlo incluso solo para vos misma. Tu cuerpo lo ansiaba.
Por eso, cuando escuchaste el familiar sonido del motor del auto apagándose en el garage, prácticamente corriste a lanzarte encima de él en cuanto entró por la puerta. Hizo a un lado su bolso para sostener tu cuerpo entre sus brazos mientras le llenabas de besos la cara.
Pasaron la noche entre copas de vino y pasta, compartiendo experiencias de Venecia, la gente que conoció, el éxito de la película y la felicidad de estar de vuelta en su queridisima Buenos Aires junto a vos. Esteban y vos llevaban once meses juntos, aunque los últimos meses habían sido caóticos debido a los rodajes, viajes y todo el trabajo de producción, dejando la vida sexual en segundo plano, sin embargo ambos tenían necesidades y estabas dispuesta a saciarlas.
Sabías que Esteban estaba cansado por el viaje, así que esperaste hasta la mañana siguiente para deslizarte desnuda en la cama que compartían. La luz matutina resaltaba los marcados rasgos de tu novio, y por un segundo pensaste, "¿Cómo puede tener una cara tan angelada?". Aunque Esteban ya estaba despierto desde que entraste a la habitación, mantuvo los ojos cerrados hasta que te subiste completamente a la cama y encima de él.
"Ah, bueno...", dijo, recorriendo con la mirada tu cuerpo y regalándote una sonrisa ladeada. Te mordiste el labio mientras comenzabas a restregarte contra él. Solo llevaba puestos unos boxers, así que frotaste tu cuerpo contra el suyo, disfrutando del calor de su piel.
"¿Estamos cariñosas hoy?", señaló con un tono burlesco pero dulce. Gemiste suavemente, besando ligeramente su muñeca cuando sentiste sus dedos entrelazándose en tu cabello.
"Estuviste lejos mucho tiempo", dijiste en un suspiro.
"Fue solo un mes, gorda."
"Mucho tiempo".
Esteban soltó una pequeña carcajada mientras te acomodabas sobre él, tus manos reposando en su pecho definido.
"Me debes algo", dijiste finalmente, mirándolo con ojos suplicantes.
Esteban arqueó sus cejas mientras sus manos se paseaban suavemente por tus muslos y costillas, a veces subiendo a tus pechos, acariciándolos con un poco de fuerza y bajando otra vez.
"¿Ah sí? ¿Y cómo puedo saldar la deuda?"
"Vos sabes perfectamente cómo, kuku."
"No, ángel, decime qué querés."
"A vos."
El mayor deslizó su pulgar por tu cadera, acariciándola con una sonrisa en su cara. "¿Sí? Pero si ya estoy acá, a mí ya me tenés hace mucho tiempo", refutó, haciéndose el desentendido.
Tu pecho estaba rojo de la vergüenza, sabías que te iba a hacer decirlo. "Quiero que me cojas", dijiste ahogando un gemido, tus caderas todavía moviéndose encima de su ya erecto bulto generando una fricción extasiante.
Esteban parpadeó ensimismado ante la vista que tenía delante suyo.
"¿Sí?"
"Sí, kuku, porfa", rogaste sobre su regazo.
"¿Cuánto?" volvió a preguntar, sus dedos estimulando tus pezones mientras se incorporaba lentamente. "Dios, te necesito adentro mío, Esteban, te necesito ya", exclamaste desesperada ante tantas preguntas.
El mayor soltó una risa, sus palmas sujetándote suavemente pero con firmeza.
"Está bien, preciosa, pero primero te quiero preparar."
"No, no, no, por favor, no hace falta."
"No es negociable, nena. Si quieres que te coja, primero te vas a tener que correr dos veces con mis dedos. Sino no hay trato", dijo, terminando de incorporarse y volteándote, quedando así en la posición en la que él estaba hace unos segundos atrás, su cuerpo por encima tuyo. Ambos sabían que tenía la fuerza suficiente para manejarte como quisiera.
Mordiste su brazo en respuesta, pero a él pareció no importarle mientras marcaba su camino hacia tus muslos con besos, así que simplemente te dejaste llevar. Después de todo, no te molestaba tener un par de orgasmos adicionales. Esteban siempre había sido hábil con sus manos y boca, pero después de tantos meses sin ningún tipo de contacto, cuando por fin sentiste sus largos dedos acariciando y estirando tus paredes empapadas, mientras su lengua jugaba con tu clítoris, llegaste a los dos orgasmos sin problema después de un par de minutos, casi rozando un tercero antes de gemir y arañarle los bíceps; tus uñas dejando marcas rojas en su piel.
"Ahora sí, tebi", dijiste sin aliento, tus piernas temblando por tus orgasmos recientes. "Por favor, no puedo más."
"Ahi va, bebé, esperaste todos estos meses ¿Qué te va a hacer unos segundos más?", murmuró coqueto, levantándose para que te sujetaras de sus hombros y te acomodaras encima suyo, tus rodillas seguían débiles, por lo que intentaste alinearte y sentarte encima de su polla con rapidez.
Sin embargo, él no te dejó apurarte y te fue ubicando lentamente encima de su duro miembro, entreteniéndote con un beso hambriento, su lengua introduciéndose en tu cavidad bucal mientras dibujaba círculos sobre tu sobreestimulado clítoris. Te estremeciste alrededor de él cuando sentiste cómo su punta se abría paso entre tu apretado interior, tan mojada que goteabas sobre su polla y sus muslos.
Cuando finalmente se hundió por completo, intentaste moverte de inmediato, deseando sentir cómo te destrozaba. Pero nuevamente te retuvo, retorciéndote y gimiendo, apretada contra él.
"Shh, disfruta un poquito", te dijo mientras presionaba besos y mordidas en tu hombro, tus uñas clavadas con fuerza en sus hombros ante la repentina intrusión y anticipación.
Cuando finalmente aflojó su agarre en tus caderas, inclinaste tu peso hacia adelante, apretándolo contra el borde de la cama, y bajaste las manos hacia su ancho pecho. Cambiaste el ángulo de manera que veías estrellas al sentir su polla tan dentro tuyo.
"Dios, kuku", dijiste en un gemido, con la voz temblando un poco mientras tus caderas empezaban a mecerse contra su pelvis. Él gimió, casi como alentándote, viendo cómo la luz del sol se filtraba por la ventana y daba contra tu cuerpo desnudo, sus palmas se encontraban ligeramente presionadas sobre tus muslos mientras su pene bombeaba en tu interior. Todo se sentía increiblemente bien.
"Dios amor, es como si hubieras sido creada solo para mí", balbuceó envuelto en el delirio del momento, y por un momento pensaste que sí;
estabas hecha solo para él.
El mayor guió tus caderas hasta encontrar un ritmo adecuado que te hacía rozar tu clítoris contra el suave vello rubio sobre su pelvis. Toda esta situación era mucho para vos, realmente mucho después de haber alcanzado el clímax dos veces, pero no paraste incluso cuando algunas lágrimas comenzaron a salir de tus ojos, escurriéndose por tus mejillas, siendo resaltadas por la suave luz del sol golpeando tu cara.
Su polla se sentía tan bien dentro tuyo, te llenaba de una manera exquisita. La punta de su miembro se curvaba contra tus paredes y rozaba perfectamente ese punto dentro tuyo. Gemiste y jadeaste ante tal estímulo mientras mordisqueabas distraídamente su cuello y clavículas y gemías su nombre en su oído.
Una de sus manos subió hasta uno de tus pechos, tomándolo en su boca, chupándolo y besándolo vorazmente mientras que la otra estimulaba tu clítoris con velocidad.
Lo montaste vigorosamente mientras sentías cómo tu tercer orgasmo amenazaba cada vez más con llegar. Tus caderas comenzaron a moverse de forma desincronizada cuando un gemido agudo se escapó de tus labios. Esteban entendió la situación al instante, por lo que tomando tus caderas, salió de tu interior y te volteó nuevamente, un quejido abandonó tus labios ante la falta de estímulo. Sin embargo, Esteban volvió a adentrarse en tu coño apenas terminaste de acomodarte en cuatro, con tus antebrazos apoyados sobre la cama y el culo alto en el aire, dándole una vista asombrosa a su parecer, lo cual lo incentivó a mover sus caderas de una forma lenta y seductora, sin embargo golpeando justo el punto adecuado.
"Amor! Por dios!", gritaste contra la almohada, saliva escapándose de tu boca hacia la sábana, tu clímax cada vez más cerca, "Por favor, que rico, seguí, seguí, justo ahí." lloriqueaste de placer, tu respiración agitada "M-mas fue-fuerte." dijiste fuera de si.
Te desmoronaste debajo suyo apenas treinta segundos después, temblando, colapsando sobre el colchón y apretando las sábanas en tus puños como buscando que eso te salve de la sensación tan abrumadoramente satisfactoria, tu espalda todavía arqueada para mantenerlo adentro tuyo. Él acarició tu espalda, suavizando sus estocadas mientras sentía cómo lo apretabas tan, tan fuerte.
"Amor", murmuraste después de un minuto, incorporándote un poco, luciendo completamente agotada.
"¿Listo?" preguntó, sacando su miembro de adentro tuyo a punto de ayudarte a levantar.
Negaste, girando tu cuerpo, quedando ahora boca arriba y volviste a abrir tus piernas, sabías que todavía faltaba él.
"Acabá", le dijiste mientras guiabas su polla hacia tu entrada una vez más, apretándote alrededor suyo y sonriendo maliciosamente cuando sus ojos se cerraron con fuerza ante la sensación. "Porfi, quiero que acabes antes de que vayamos a desayunar."
Él no esperó ni una palabra más y te sacudió fácilmente de arriba hacia abajo, penetrándote con intensidad, buscando su propia liberación y vos seguiste el ritmo felizmente, apretando tus paredes cada vez que se empujaba dentro tuyo, exprimiéndolo. Miraste ensimismada sus músculos tensándose y emitiste pequeños sonidos ante la sobreestimulación, llorando de placer y aferrándote a sus brazos, rasguñando los mismos.
Cuando él llegó al clímax, gemiste como si hubieras acabado de nuevo, inclinando la cabeza hacia atrás mientras sentías su cuerpo desplomarse encima del tuyo durante unos segundos.
"¿Eso era lo que querías?" preguntó con su respiración agitada, tus dedos acariciando sus claros cabellos mientras él presionaba suaves besos en tu mejilla.
"Mhmm."
"Dios, te extrañé tanto, preciosa", dijo incorporándose, saliendo de tu interior con delicadeza y presionando un beso en tus labios.
"Mhmm", repetiste, tus ojos estaban cerrados y tenías una sonrisa pintada en la cara. Esteban se rió por lo bajo, acomodando los cabellos que estaban en tu rostro detrás de tu oreja.
"¿Quieres ir a bañarte mientras hago el desayuno?" dijo acariciando tu mejilla con tanto amor que pensaste que podías derretirte ahí mismo. Consideraste la oferta, pero terminaste negando con la cabeza. "Bañemonos y después hacemos juntos el desayuno", dijiste mirándolo a los ojos. Esteban entendió enseguida a lo que te referías y depositó un beso en tu nariz.
"Bueno, vamos a bañarnos, el desayuno puede esperar."
#esteban kukuriczka#esteban kukuriczka fanfic#esteban kukuriczka fluff#esteban kukuriczka one shot#esteban kukuriczka smut#esteban kukuriczka x reader#esteban kukuriczka x you
361 notes
·
View notes
Text
ㅤ ⏾ 𝑻𝑨𝑺𝑲 𝑰𝑰 :ㅤthe reapingㅤ,ㅤ𝑡𝘩𝑒 𝑝𝑜𝑒𝑡ㅤ𖬺ㅤ𝘩𝑖𝑠 𝑟𝑜𝑡𝑡𝑒𝑛 𝘩𝑒𝑎𝑟𝑡. ⸻ dive from a hundred feet , from heaven to the ground in less than zero.
A água do cálice era fresca como a de uma nascente, e um gole bastaria.
Sob o céu pontilhado de estrelas na ilha de Eldrathor, cada um dos cadetes no primeiro ano da terceira série foi instruído a se deitar no pátio central, seus ovos de dragão em mãos. O que o acompanhava a seis anos tinha tons de marrom-avermelhado, parecendo esculpido em quartzito, seu relevo bruto e não polido. Tadhg o aninhou contra o peito com surpreendente delicadeza antes de fechar os olhos.
Ao abri-los, a familiar noite gelada de Wülfhere tinha sido substituída pelas cores vibrantes do Sonhār. Nunca antes tinha visto um céu tão azul, e tudo o que sabia sobre a geografia do lar dos feéricos de súbito lhe parecia inútil, já que os Reinos do Sonho Profundo eram um mistério que nem as disciplinas do Instituto tinham desvendado. O sol ao leste indicava ser ainda o começo da manhã. Diante de si havia uma montanha, seu cume alto o suficiente para desaparecer entre a neblina e sem sinal algum de uma trilha a seguir, as formações rochosas que a compunham tendo uma matiz familiar. Às suas costas tinha uma estrada de terra batida ladeada de árvores floridas, o serpentear de seu caminho cortando uma floresta e desaparecendo ao fim de horizonte no que parecia uma planície infinita. Não haviam outras alternativas de rumos a seguir. Uma opção parecia fácil, e a oposta parecia a certa.
Talvez já estivesse perdendo o juízo mas, com um sorriso, se lembrou do conselho dado por Cillian antes de deixar o castelo rumo à cerimônia. Tente não morrer. Se seguisse a orientação naquela situação em particular, acabaria como um fracassado–por sorte, era particularmente bom em ignorar o que o mais velho dizia. Não tinha feito promessa alguma, e o desafio que tinha diante de si e que deveria aterrorizá-lo só acelerou o seu pulso em antecipação. O perigo pouco fez para o dissuadir. Sabia o que fazer. Seu dragão era um terrador, e aquele era seu lar–o que significava que era hora de visitá-lo para um chá da tarde. Esperava que a companhia fosse bem-vinda, ou acabaria por se tornar o lanche.
Seus pés o guiaram com a certeza de quem seguia o próprio destino, e as largas passadas logo foram substituídas pelo tatear contra as pedras quando o terreno se tornou íngreme demais para andar, procurando por arestas firmes o suficiente para sustentar o seu peso enquanto o caminhar dava lugar à escalada. Conforme ganhava altura, a realização de que um mero deslize lhe custaria a vida o atingiu–não tinha equipamento de segurança, ou esperança de sobreviver a uma queda caso os dedos escorregassem. A noção não o assustou: aquela era a realidade para a qual tinha sido preparado na última década. Não hesitou.
Os músculos ameaçaram enrijecer, e o suor a escorrer por entre os dedos quase o fez despencar mais de uma vez. A altitude era como um peso no ar, tornando cada respiração custosa, e poucas eram as oportunidades para descansar no caminho até o topo. Não tinha água ou comida, e o silêncio absoluto que o engolia só era interrompido esporadicamente pela melodia dos pássaros. De novo e de novo, lembrou a si mesmo que estava naquele plano apenas como uma projeção. Sua alma não deveria ter fome ou sede, mas havia um desencontro entre o que sentia e a razão.
Quando a parede rochosa se transformou em um aclive, a neve passou a cobrir o terreno íngrime, e o frio o lembrou de casa. Ele e o dragão tinham algo em comum. Não havia vegetação alguma ao alcance dos olhos, e o branco que se estendia até onde podia ver refletia a luz do dia com intensidade suficiente para cegar. Tentar enfrentar o obstáculo fez com que as vistas ardessem, as lágrimas causadas pela sensação congelando em seu rosto. A prova agora era de confiança. Para prosseguir, o pedágio era depositar a própria vida cegamente nas mãos do dragão a quem procurava. O preço a pagar era claro: se quisesse continuar em seu caminho, teria que estar disposto a sacrificar a própria visão.
Tadhg fechou os olhos e caminhou às cegas colina acima, as mãos estendidas na frente do rosto em busca de obstáculos, os pés tateando o terreno com receio de que um passo em falso o levasse a um penhasco. Não o veria se o encontrasse, mas podia sentir sua presença do outro lado do fio que o puxava tal qual a gravidade. Ali, nem o canto das aves o fazia companhia, e o tempo pareceu se dilatar em uma eternidade. A despeito do desconforto na boca do estômago que sabia reconhecer como medo, continuou a dar um passo atrás do outro, a se erguer depois de cada tropeço–até que por fim caiu de joelhos, e o mundo ao seu redor pareceu escurecer.
Pensou estar prestes a desmaiar mas, mesmo caído sobre a neve, sua consciência se manteve alerta, e a curiosidade o deu a coragem para espiar onde estava. Por entre as pálpebras cerradas, notou ter chegado ao topo da montanha no momento em que os primeiros raios do pôr do sol tingiam o pico de laranja. À sua frente estava a silhueta do dragão a quem procurava, perfeitamente imóvel e silencioso, a sombra por ele projetada o protegendo da luz.
Encará-lo diretamente foi como um despertar. Os olhos que o fitavam eram vermelhos como o sangue e o mediam de cima abaixo, tocados por um brilho que juraria se parecer com humor. Ao erguer o queixo e abrir a boca para lhe falar, um rugido o interrompeu, e a terra tremeu sob seus pés sob a força da criatura que agora o silenciava. Talvez ainda não tivesse conquistado o direito de lhe falar diretamente. Tadhg se curvou em uma curta reverência, um cumprimento silencioso no lugar da tentativa irreverente anterior, e a resposta que obteve foi um bater de asas que revirou a neve ao redor, o vento gelado açoitando seu rosto. Sabia o suficiente de draconologia para reconhecê-lo como um macho, e teve a sensação de que o dragão estava brincando consigo: se o fazia como com um irmão ou como com comida ainda estava por determinar.
De súbito, o dragão deu um passo e outro na sua direção até que tinha o focinho ao alcance de seu toque. Interpretou a aproximação como um convite, e estendeu a mão para tocá-lo, encontrando uma fonte de calor sob os dedos mesmo em pleno inverno. Talvez pudesse sentir algo a seu respeito com o contato–a pureza de sua alma ou algum outro clichê igualmente ridículo, e que supostamente influenciava na decisão de o aceitar como montador. Tendo aprendido a lição ao tentar falar, permaneceu perfeitamente em silêncio, mas decidiu se comunicar de outra maneira que não com palavras. Engolindo em seco, escolheu tocar também sua testa contra as escamas, perfeitamente consciente de como seria fácil o engolir de sua só vez. O gesto não era de subserviência, mas sim de cumplicidade, o reconhecendo como seu igual. Aquela pareceu ser a deixa de que a criatura precisava e, sem anúncio prévio, o assistiu se erguer em um voo e, com uma manobra que quase o fez torcer o pescoço para acompanhá-lo com os olhos, entendeu o que ele estava prestes a fazer uma fração de segundo antes de o ver se lançar em uma queda livre montanha abaixo, as asas se encolhendo junto ao corpo de modo a acelerar a descida.
Filho da puta.
Aquela era a prova final, e tinha segundos para a cumprir antes que a oportunidade desaparecesse para sempre–isto é, se tivesse coragem. Não tinha asas, e teria que provar acreditar que as dele eram as suas a partir de agora.
Muito lhe faltava naquela vida. Dinheiro, saúde mental, dignidade–a lista era como um pergaminho a desenrolar. Para compensar, Erianhood o tinha presenteado com uma quantidade proporcional de audácia, e uma disposição incomparável para morrer ao tentar.
Recuou o suficiente para tomar impulso e, com o coração preso à garganta, correu na mesma direção. A neve e o cascalho deslizaram sob seus pés ao saltar, e então estava caindo e caindo e caindo, amaldiçoando todas as leis da física, o rugir do ar em seus ouvidos o impedindo de escutar o bater das asas que vinham em sua direção, e sentiu estar prestes a engasgar no próprio vômito até que–
Com um solavanco, o dragão o pegou no ar em suas garras a apenas metros do chão, traçando uma curva elegante para estabilizar a trajetória em uma linha reta até que precisou encolher as pernas de modo a não tocar o topo das árvores logo abaixo. Aquela era uma aceitação clara como o maldito dia, e o primeiro som que emitiu na presença de sua nova família foi metade grito e metade gargalhada, uma celebração adornada pelo frio na barriga ao voar pela primeira vez.
Se acomodaria em seu dorso um outro dia. Por ora, lhe bastava saber que agora tinham um ao outro, e que seu dragão tinha um maldito senso de humor.
Com um uma persistência que beirava a teimosia, uma dose cavalar de atrevimento e uma pitada de loucura, Tadhg domou Burukdhamir, a quem viria chamar afetuosamente de rotten heart.
↳ para @aldanrae personagens citados: @inthevoidz
#cae:task#─── ı wıll take you down to the burnıng ground. › development | tadhg barakat.#empolguei num nível transcendental y ngm lerá
29 notes
·
View notes
Text
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/3aa8f0fbaa8a1b61dbccd0b62123fe9f/60c3049003e86923-dd/s540x810/4c9291688bc119ea853607158a39abe3baa951ec.jpg)
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/76f8cf100f4c6fddbfcb3da16c7b9744/60c3049003e86923-08/s540x810/2273b516602009ff0d7f8b4691e82b43c9756006.jpg)
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/4183a826aaac3d69a9c43f1c9d89218d/60c3049003e86923-67/s540x810/ce9ebe41a02e8e057403237c05e9cf7e9f68756d.jpg)
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/4fe3e601d09e49436b989e78361797c3/60c3049003e86923-a6/s540x810/011fe252b68ef29ed64f88be4aee8f079b32118d.jpg)
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/3aa8f0fbaa8a1b61dbccd0b62123fe9f/60c3049003e86923-dd/s540x810/4c9291688bc119ea853607158a39abe3baa951ec.jpg)
Chegou montada em seu cavalo, a cabeça erguida e o olhar firme, com uma presença que refletia o respeito e a lealdade que havia conquistado entre os seus. Atrás de si, vinham seus guerreiros e guerreiras, marchando sob os aplausos e saudações dos súditos.
O som das ferraduras marcava o ritmo da entrada, enquanto acenava levemente para a multidão, o rosto sereno, mesmo que por hora, não estivesse interessada na recepção.
Que os Deuses a perdoasse.
Desmontou devagar, entregando as rédeas a um servo que aguardava, e atravessou o pátio com passos rápidos, ladeada pelos companheiros. Quando adentrou o salão, encontrou-o repleto de rostos conhecidos, e seu olhar percorreu o ambiente até finalmente encontrá-lo.
Ragnar estava ali, próximo ao trono, cercado de amigos, e para sua surpresa, conversando com uma mulher desconhecida, que lhe dirigia palavras e olhares de uma forma íntima demais.
Caminhou até o trono, mantendo o rosto impassível, embora o incômodo começasse a crescer em seu peito. Assim que Ragnar notou sua presença, afastou-se da conversa e veio até você, os olhos brilhando com saudade, e um sorriso caloroso nos lábios.
— Já estava ficando preocupado! - Lhe envolveu num abraço apertado e beijou seus lábios, mas sentiu que você estava distante, seu corpo rígido e seu olhar sério.
Sem dizer uma palavra, soltou-se dele e seguiu para seus aposentos.
Ragnar ficou parado por um instante, surpreso, antes de perceber que algo estava errado. Ignorando os olhares ao redor, ele veio atrás de si, com passos rápidos, sentindo a inquietação crescer enquanto entrava no quarto.
Chamou seus nomes diversas vezes, assistindo você se desfazer de suas roupas e seus itens de batalha durante o caminho.
Já havia tirado o manto de viagem e soltava as fivelas da armadura com gestos bruscos.
— O que houve? — Ragnar perguntou, aproximando-se com cautela. — Por que não me beijou de volta?
Você o encarou, os olhos faiscando de irritação.
— O que houve, Ragnar? — repetiu, a voz fria. — Depois de dias longe, eu volto e encontro uma mulher praticamente se insinuando para você, enquanto você parece... completamente satisfeito?
Ele deu mais um passo, mas você recuou, mantendo o olhar firme.
— É isso que você chama de “nada”? — murmurou, sem se virar, a voz mais baixa, que fez Ragnar hesitar. — Depois de dias fora, resolvendo assuntos do meu povo, eu volto e vejo uma qualquer se aproveitando da sua “educação” na sala do nosso trono? Do lugar aonde governo sendo SUA mulher?
Ragnar respirou fundo, mantendo o tom calmo, mas sentindo a pressão do incômodo crescer.
— Eu não dei motivo para isso, você sabe. Não me orgulho do passado, mas estou com você agora. Ela é apenas uma... intrusa, nada mais.
Ao ouvir isso, você se virou, finalmente o encarando, os olhos intensos e carregados de uma fúria silenciosa.
Para o loiro, foi exatamente complicado não observar seu corpo nu a frente, e se fosse em outro momento ele lhe atacaria, mas agora segurava sua vontade e lhe via diferente.
Isso era um dos fatores que lhe fazia amar Ragnar: A diferença de olhares que ele tinha por ti. Lhe reconhecia como guerreira, como mulher e como esposa.
— Uma intrusa que, pelo visto, parece muito à vontade para se insinuar. — respondeu, a voz amarga. — Você quer me convencer de que ela é “nada”, mas você viu a forma como te olhava? E pior, sabia que eu poderia te ver e mesmo assim... se fez de desentendido?
Ele se aproximou, estendendo uma mão em direção a você, mas hesitou ao ver seu olhar.
— Escute, eu juro que aquilo foi uma provocação dela, apenas um jogo que não faz sentido para mim. Eu não respondi, não dei motivo.
Você o observou, seus olhos questionando a sinceridade dele. Ragnar acompanhou o movimento, observando as marcas da viagem em sua pele, a exaustão que você tentava conter. Aproximou-se mais, cauteloso, a mão quente pousando em seu ombro.
— Sei que está cansada. Sei que não foi fácil... — murmurou ele, a voz finalmente mostrando o toque de vulnerabilidade que você conhecia bem. — Não imaginei que causaria esse mal-estar... Me perdoe se fui descuidado.
Sentindo a sinceridade na voz dele, você permitiu que ele se aproximasse. Ele puxou você suavemente para si, encostando sua testa na sua, o calor de sua respiração suavizando a tensão.
— Sei que só você entende a vida que levamos, o que enfrentamos — Ragnar continuou, os olhos fixos nos seus, a voz firme, mas agora quase suplicante. — Posso não ser o homem mais fácil, mas estou aqui. E sou seu, assim como você é minha.
O coração do Viking se acalmou ao sentir suas mãos sobre seus ombros, cercando sua face e selou seus lábios em selares calmos. Os olhos azuis pareciam brilhar ainda mais, o sorriso aumentava a cada toque e isso lhe arrancou uma risada.
— Como você é bobo! - dizia rindo, sentindo o corpo ser guiado até a cama macia.
Ragnar admira sua figura estendida pela cama, a maneira como se espreguiça e se acomoda sobre os tecidos de pele animal. Quando toca a borda do colete de couro, sente seu pé tocar a ponta de sua virilha. Observa sua cabeça negar para os lados, fecha a cara, emburrado.
— Ah, por favor. - Toca seus dedos em uma massagem, sobe por cima de ti ao segurar sua perna e abrir para o lado. - Fazem semanas.
— Exatamente, fazem semanas e estamos com o Palácio cheio. - Segura sobre os ombros fortes, o impede de beijar seu pescoço. - Precisamos ser bons exemplos para o nosso povo, Ragnar.
— Pare de me chamar de Ragnar, mulher. - Responde indignado, escuta você rir ainda mais. - Sabe como deve me chamar.
— Sabe que não deve deixar nenhuma mulher lhe tocar, sem ser eu. - Responde no mesmo tom provocador.
— De novo não...
— Desculpe, marido. - O termo faz Ragnar sorrir, deita-se ao seu lado, roubando diversos selares de seus lábios.
Acaba perdendo sua marra e deixa com que Ragnar tire as próprias roupas. Expõe o corpo bonito, que tanto sentiu falta. Sente a boca salivar ao vê-lo despido por completo, tão necessitado.
Encara os olhos famintos, parecem mais escuros. Desce devagar, admira o caminho de pelos claros que adornam o peito, a barriga, abdômen e a pelve. Encara o membro necessitado, babado e céus, parece pulsar contra o nada.
Estica a mão, toca a pele quente com os dedos e aperta a carne farta com força, escuta Ragnar rir. Sempre gostou da possessão, do ciúmes que tu exalava quando o assunto era o casamento de vocês. Admitia a si próprio que gostava de sentir seus toques fortes, o fazendo lembrar de quem ele era.
A boca se abre em um gemido quando sente sua boca sobre a glande inchada, onde lambe e suga, coleta o máximo de líquido e se afasta novamente. — Porque esta babando tanto, querido? Ficar longe de mim é demais pra você, Lothbrook?
As mãos do Viking tomam a sua nuca, puxam seu pescoço para trás e a deitam novamente sobre a cama. Sabe a melhor maneira de responder.
Ataca seus lábios em desespero, não se beijam de uma maneira nem um pouco ajeitada. Se mordem, se arranham, ele bate contra as suas coxas e aperta seus seios, puxa seus cabelos quando sente seus dentes fincarem sobre sua pele. Marca, machuca e sabe que vai doer por alguns dias, mas é assim que vocês funcionam. É por isso que Ragnar lhe ama.
Sente os dedos grossos do viking tocarem seu íntimo carente, força dois dedos para dentro. Grita, sente a garganta doer.
Lothbrook abaixa o corpo o suficiente e lambe seu meio preenchido, coletando seu líquido para cuspir de volta em seu meio, deixa babado o suficiente. Abre os dedos em formato de tesoura, quer expandir sua entrada para que não doa quando houver penetração.
Seu corpo é virado de lado, as pernas dobrada o suficiente para expor seu íntimo. Guia o pau teso até sua entrada babada, brincando pelos lábios úmidos com a cabecinha inchada, provocando.
O loiro geme em satisfação junto à ti, entra de maneira bruta, indo até o fim, até sentir sua bunda colada com a pelve dele. Sentia as paredes macias o apertar, quase que o sufocar. A mão forte se chocam contra sua bunda e a outra se prende em seu cabelo, o puxa para trás.
Geme de maneira alta, grita pelo nome do marido, sente a ardência da grossura lhe alargando, doendo quando se sentiu expandir. Sua mente parecia uma neblina, sentindo o membro grosso estocar quase que contra o colo de seu útero, era ritmado, bruto. Seus olhos cansados e molhados reviravam vez ou outra. Os íntimos faziam aquele barulho gostoso de tão ensopados, ecoava pelo quarto todo, e talvez quem estivesse por perto acabasse por ouvir.
Suas pernas se abriram e virou-se de frente para o loiro, puxando ele pelos ombros acima de si, fazendo o clássico papai e mamãe. Passa suas coxas contra o quadril, seguindo o mesmo movimento de estocadas que ele. Arranha a carne de suas costas, sente a mão de Lothbrook trancar em seu pescoço enquanto as estocadas ritmadas tomam conta de seus corpos.
Seu ponto doce chorava, suas paredes rugosas o apertavam tanto que parecia impossível de continuar. O viking gemia contra seu ouvido, os olhos azuis pareciam tão vivos e brilhantes, tal qual um oceano.
— Hoje é a noite em que vamos fazer um filho. - Ele sussurra ardiloso contra seu rosto, sorri ao vê-la tão cansada, mas com os olhos brilhantes em suplica de mais.
Afunda o rosto contra sua clavícula, ao passo que cria um ritmo alucinante contra os íntimos babados. Acerta seu ponto doce várias e várias vezes, o caralho grossos engrossando quando a viu tão mole, pulsando ao seu redor. Foi o suficiente para que suas costas arqueassem do colchão, os dedos ficassem esbranquiçados de tanto que os apertava contra o corpo tatuado, os olhos molhados se fechassem e de repente, a sensação eletrizante passasse por cada célula de seu ser, enguichando todo o líquido acumulado. Lothbrook fez indiferença, continuando a estocar com tanta pressa que sentia que podia quebrá-la. Chocou sua pelve contra a sua mais alguma vezes, antes de se libertar e sentir a mente nublar, jogando seu líquido diretamente em seu útero.
Tombou ao seu lado, abraçando seu corpo com as mãos fortes. Selou sua testa várias vezes, seus lábios e sua face, sorrindo ofegante, porém foi interrompido ao vê-la fechar suas pernas e as apertar. Lhe encarou esperançoso, agora com os olhos azuis estando molhados e sua íris mais clara.
— Quero carregar o seu filho, Lothbrook. - Sussurrou enquanto o admirava, alisando a face cansada do viking. - Assim conseguirá provar que já tem alguém que o satisfaz.
O homem fechou os olhos e tapou a face com as mãos, escutando sua risada ardilosa.
— Que os deuses me protejam da sua raiva, esposa!
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/4c1f3a65642e0f9e77bc46985ee0c0a5/60c3049003e86923-d0/s540x810/52f01301329cac951722ec0d13a14bd318e9c36d.jpg)
@hashnna oi amor te amo meu amor, agora é a sua vez de postar com o Hvitserk ou com o Rollo. 💝💘💓💘💝💞
21 notes
·
View notes
Text
Midnight Love.
Logan howlett x female reader.
summary: Tras soñar con uno de sus amigos más cercanos, ella se ve obligada a evitarlo, negando los sentimientos encontrados. Pero si fue solo un sueño, ¿por qué las sensaciones y recuerdos se sienten tan reales?
Categories: Friendship, Tension, Romance, Confusion, Drama, Unspoken Feelings, Emotional Struggle. {TW}: Dream sequences, Unrequited feelings, Sexual tension, Avoidance, Inner conflict.
Cuando desperté esa mañana, el aire fresco que entraba por la ventana no fue suficiente para despejar la pesadez que sentía en mi pecho. Mis ojos seguían cerrándose mientras trataba de poner en orden las sensaciones que aún rondaban mi mente. Un sueño. Eso debía ser. Pero aún podía sentirlo, ese calor en mi piel, la cercanía de él, su respiración baja y su voz rasposa en mis oídos. Me levanté rápidamente de la cama, como si pudiera sacudirme esa sensación con un simple movimiento, pero la incomodidad no desapareció. ¿Por qué me sentía así? No debía ser nada... ¿o sí?
Estaba tratando de organizar mis pensamientos mientras me levantaba y me dirigía al baño, mi reflejo en el espejo era el mismo de siempre, pero algo en mi mirada me decía que algo había cambiado. Sentía que algo no encajaba, como si en algún rincón de mi mente, todo lo que había sido normal hasta ese momento se hubiera roto en pedazos. ¿Por qué Logan? Era mi amigo, y aunque siempre había sido un tipo atractivo, nunca lo había visto de esa manera. Sin embargo, en ese sueño, él había estado más cerca de lo que debería, mucho más cerca... y la sensación de su presencia había sido tan real que me hizo preguntarme si, tal vez, había algo más oculto que ni yo misma quería admitir.
Al salir de mi habitación, lo primero que vi al dar un paso fuera del pasillo fue a Logan. Estaba apoyado contra el marco de la puerta de la cocina, con esa postura relajada y su típico aire desinteresado. Pero esta vez, algo se sentía diferente. La mirada que cruzó conmigo fue breve, pero pude sentir que había algo extraño en su actitud también. ¿Es posible que lo haya notado? Mi corazón comenzó a latir más rápido, y me apresuré a bajar la mirada, fingiendo que no lo había visto. No podía ser. No podía ser que esa sensación de nerviosismo, esa incomodidad, fuera por él. Es solo un sueño, me repetí. Pero no logré quitarme la sensación de estar atrapada en una mentira que ni yo misma entendía.
Los demás ya estaban ahí, como siempre, discutiendo sobre alguna tontería mientras preparaban el desayuno. Cuando entré, Logan levantó la vista, y no pude evitar que su mirada me recorriera de arriba a abajo con esa intensidad que siempre tenía. Su sonrisa se curvó de manera juguetona cuando se acercó a mí, y antes de que pudiera reaccionar, soltó una de sus bromas clásicas:
—¿Te quedaste dormida, Dormilona?
Su tono relajado y esa forma de llamarme Dormilona me hicieron sentir incómoda, más de lo que me gustaría admitir. Traté de mantener la calma, pero algo en la forma en que me miraba hizo que mi rostro se calentara. ¡No podía ser! ¿Por qué me afectaba tanto? Solo es una broma... me repetí, pero por alguna razón, esa mañana me sentí mucho más vulnerable de lo habitual. Mientras los demás seguían conversando, yo me quedé allí, atrapada entre el caos de la cocina y los pensamientos que no lograba entender.
Logan me observaba con una sonrisa ladeada, seguramente disfrutando de mi incomodidad. Y lo peor de todo es que, por primera vez, me di cuenta de que no podía ocultarlo. Mi rostro estaba claramente teñido de rojo, y no podía hacer nada para disimularlo. Sentí como si toda la cocina se volviera más pequeña, como si sus ojos estuvieran clavados en mí, desnudando esa parte que no sabía cómo manejar. Quería escapar, alejarme de esa situación, pero no pude decir una palabra.
Con un gesto rápido, dejé el vaso en la mesa y, sin mirar atrás, me dirigí hacia la puerta de la cocina.
—Voy a la clase... —murmuré, casi en un susurro, como si eso fuera una excusa válida para huir. Pero sabía que no era solo eso.
Mi mente solo repetía una pregunta mientras mis pasos me llevaban hacia el pasillo: ¿Qué me estaba pasando?
El mediodía llegó como una bendición después de una larga mañana y ya estaba por morirme de hambre. La clase de la que me había hecho cargo ya había terminado, y mis alumnos se dispersaron por el pasillo, dejándome sola en el salón. Finalmente, un poco más relajada y con la mente más despejada, me dirigí hacia la puerta para ir a buscar algo para comer, pero antes de que pudiera salir, escuché un suave golpe en la madera. La puerta se abrió y Logan apareció, entrando con su usual calma, un plato de comida en la mano.
—¿Vas a comer afuera? —preguntó con esa mirada relajada, como si todo fuera perfectamente normal.
Su tono despreocupado y esa sonrisa tan característica de él hicieron que mi corazón diera un pequeño salto. ¿Por qué hacía que mi estómago se revolviera así? Intenté mantenerme tranquila, pero sabía que no podía evitarlo.
Logan se acercó un par de pasos, sin mostrar ni la más mínima señal de que notara la incomodidad que aún sentía en mi interior. Su presencia era como un peso en el aire, pero a la vez me mantenía atrapada en una sensación extraña, como si no pudiera alejarme de él, no sin sentirme más vulnerable de lo que ya estaba.
Intenté sonreír, pero lo que salió fue una sonrisa nerviosa, casi automática, como si no pudiera evitarlo. Sin querer, mis ojos lo recorrieron de arriba a abajo, como si una parte de mí aún no pudiera dejar ir el recuerdo de lo que había soñado con él la noche anterior. Esa cercanía, el calor de su cuerpo, el susurro de su voz… Todo eso volvía a mi mente con una claridad incómoda. Mi lengua rozó mis labios de forma casi involuntaria, como si aún pudiera saborear la sensación del sueño. Me quedé ahí, congelada por unos segundos, atrapada entre la memoria de lo irreal y la presencia de Logan frente a mí.
—¿Eh? —dijo él, notando mi silencio y observando mi reacción con una leve sonrisa traviesa, como si esperara una respuesta.
Eso fue suficiente para hacerme reaccionar.
—Lo siento, Logan. —dije rápidamente, sin pensarlo mucho— Le prometí a Alex que iba a ir a comer con él.
Tomé el plato de comida que me ofrecía, sin atreverme a mirarlo directamente, y lo tomé apresuradamente. Me di vuelta y salí del salón de clase antes de que pudiera decir algo más, dejándolo allí, parado y confundido. ¿Qué demonios me estaba pasando?
La tarde avanzaba cuando recibí la notificación de Charles para una reunión en su estudio. No era raro que él nos reuniera para discutir temas importantes, y aunque normalmente me sentía cómoda en esos encuentros, esta vez tenía los nervios a flor de piel. Aún sentía el calor de mi piel después del extraño encuentro de mediodía, y esperaba que los otros no notaran nada inusual en mí.
Llegué al estudio de Charles y me coloqué cerca de una de las columnas, apoyando mi espalda en el frío mármol mientras esperaba a que los demás llegaran. El espacio era amplio y elegante, con sus estantes de libros y ventanales enormes que dejaban entrar la luz suave de la tarde, pero por alguna razón sentía como si el aire estuviera más denso de lo habitual.
Cada vez que escuchaba un paso acercándose al estudio, mi pulso se aceleraba, y no podía evitar que mi mente volviera a ese momento en la cocina, cuando había salido apresuradamente para evitar a Logan. ¿Donde estaba él? Mi mente comenzó a debatir entre la incomodidad y la expectativa, y sentía que el peso de sus ojos sobre mí era inevitable.
La puerta se abrió y Logan entró, unos minutos después de que el resto de nosotros ya estuviéramos en el estudio.
—¿Llegando tarde otra vez, Logan? —bromeó alguien, a lo que él se encogió de hombros con una sonrisa despreocupada.
—Tenía cosas importantes que hacer —respondió, como si esa fuera la excusa más válida del mundo, y no pude evitar sonreír un poco ante su tono confiado y relajado. Él lo notó de inmediato y, sin pensarlo dos veces, caminó hacia donde yo estaba.
Sin darme cuenta, de repente lo tenía junto a mí. Su mano, que parecía haberse movido por instinto, se posó suavemente en mi cintura mientras Charles comenzaba a hablarnos sobre los planes del equipo. Fue un gesto sutil y a la vez lo suficientemente inesperado como para que mi pulso se acelerara, haciéndome sentir como si el contacto ardiera a través de la tela de mi camiseta. Traté de concentrarme en lo que Charles decía, pero cada fibra de mi ser estaba alerta a esa presencia a mi lado, a ese toque que parecía tan natural para él y, sin embargo, tan desconcertante para mí.
Me quedé quieta, sin atreverme a moverme ni a mirarlo, y me limité a asentir mientras Charles continuaba, intentando que nadie notara mi respiración algo entrecortada ni el calor que subía por mi rostro.
Mientras intentaba mantenerme enfocada en lo que Charles decía, de reojo noté la sonrisa de Logan, una mueca algo maliciosa que no dejaba lugar a dudas: él estaba completamente consciente del efecto que tenía en mí. Había olvidado su maldito instinto animal, su habilidad para captar las reacciones ajenas como si fueran obvias, y eso solo lograba que mi nerviosismo aumentara.
Antes de que pudiera apartarme, sentí un leve apretón en mi cintura, un gesto apenas perceptible, pero lo suficientemente descarado como para hacer que mi sangre hirviera. Sin pensarlo, lo miré fulminante y le di un leve empujón en el costado, intentando apartarlo y dejando claro que se comportara. Él soltó una risa baja, apenas audible, y eso solo empeoró mi incomodidad.
—¿Hay algún problema? —la voz de Charles resonó, obligándonos a ambos a ponernos serios de inmediato. Nos miró con una ceja arqueada y una expresión entre la paciencia y el reproche.
—Lo siento —murmuramos al unísono, aunque la sonrisa de Logan apenas se desvaneció, mientras yo hacía todo lo posible por recomponerme y no pensar en el toque que había quedado grabado en mi piel.
Cuando terminó la charla, fui directamente a mi habitación, deseando nada más que un poco de paz para despejar mi mente. Me di una larga ducha, dejando que el agua caliente aliviara la tensión acumulada del día, y luego me dispuse a seguir mi rutina de noche. Sin embargo, apenas había salido de la ducha cuando escuché un golpe en la puerta.
Fruncí el ceño, sujetando rápidamente una toalla alrededor de mi cuerpo mientras el agua aún goteaba de mi cabello. ¿Quién vendría a buscarme a estas horas? me pregunté mientras caminaba hacia la puerta con una mezcla de sorpresa y recelo. La posibilidad de que fuera él cruzó por mi mente, pero me dije a mí misma que eso era improbable… o al menos, eso esperaba.
Abrí la puerta y ahí estaba Logan, parado frente a mí con esa mirada directa y desafiante que lograba hacerme sentir acorralada. Ni siquiera dejó que le preguntara qué hacía ahí.
—¿Qué te pasa? —soltó, sin rodeos—. ¿Por qué me estás evitando?
Su tono era firme, y su expresión dejaba claro que no se iría sin una respuesta. Tragué saliva, apretando la toalla contra mi cuerpo mientras intentaba aparentar una calma que estaba lejos de sentir.
—Es tarde, Logan —le respondí, intentando sonar natural, aunque la realidad era que su cercanía y el tema me ponían a la defensiva—. No te estoy evitando. Mañana hablamos, ¿sí?
Pero él no se movió, y sus ojos se mantuvieron fijos en mí, analizándome, como si pudiera ver a través de la excusa.
Intenté cerrar la puerta, pero su mano firme la detuvo. Antes de que pudiera reaccionar, Logan ya había dado un paso hacia adelante, cruzando el umbral de mi habitación y cerrando la puerta tras él. Su mirada intensa se fijó en mí, dejando claro que no pensaba dar marcha atrás.
—No me voy a ir —susurró, con una sonrisa ladeada que encendió una chispa en mi pecho.
Se acercó lentamente, sus ojos recorriéndome de un modo que me hizo sentir expuesta, y cuando sus dedos rozaron un mechón de mi cabello aún mojado, una oleada de sensaciones familiares, pero intensas, me golpeó. Mi respiración se volvió errática, recordando con una claridad sorprendente las imágenes y sensaciones del sueño de la noche anterior.
—¿Qué estás haciendo? —murmuré, intentando sonar firme, aunque mi voz temblaba levemente—. Logan… para.
Pero en el fondo, no estaba segura de querer que lo hiciera. Sus labios formaron una media sonrisa, su mirada brillando con esa intensidad juguetona y peligrosa.
Logan no se detuvo. Dio un paso más, acortando la distancia entre nosotros, y sentí cómo sus yemas recorrían suavemente mi brazo, desde el hombro hasta el codo, en un toque que me arrancó un estremecimiento involuntario. Cerré los ojos, intentando alejarme mentalmente de la situación, pero su cercanía solo lograba intensificar las sensaciones, haciéndolas aún más vívidas.
Me mordí el labio, intentando contener el pulso acelerado y negar las imágenes que se cruzaban en mi mente, recuerdos recientes de ese sueño que me había dejado tan descolocada. Pero Logan parecía disfrutar de cada segundo, de cada pequeño gesto que me hacía perder el control.
-No sé de qué intentas huir susurró, su voz baja y profunda, tan cerca que sentí su aliento cálido contra mi piel-, pero no voy a parar... a menos que realmente quieras que lo haga.
Negué con la cabeza, incapaz de encontrar las palabras, atrapada entre el deseo de que se detuviera y la desconcertante necesidad de que no lo hiciera.
Mis ojos se abrieron de golpe, y me encontré con los suyos, tan cerca, tan intensos, que todo lo que había intentado reprimir a lo largo del día estalló dentro de mí. Las palabras se me atragantaron en la garganta, pero logré balbucear, casi sin voz:
—Lo, yo… anoche soñé…que tu..y yo.
Pero antes de que pudiera decir más, sus labios se acercaron, rozando los míos apenas sin tocarlos. Podía sentir su respiración, cálida y pausada, mientras sus ojos me estudiaban con una mezcla de ternura y malicia.
—¿Así que por eso me estabas evitando? —murmuró, su voz baja y cargada de algo que me erizaba la piel—. No te engañes, princesa… No fue solo un sueño, y lo sabes.
Un segundo más, y su sonrisa apareció, una sonrisa que lo decía todo, dejando en claro que no se trataba de casualidades, ni de suposiciones. Antes de que pudiera reaccionar, Logan se apartó, como si nada, dándome la espalda y dejándome sola en medio de una confusión enorme. Las palabras se enredaron en mi mente, y antes de darme cuenta, lo estaba llamando con frustración.
—¡Logan! —exclamé, siguiéndolo hacia la puerta, aunque él no se detuvo—. ¡Logan, ven aquí!
Pero él solo miró por encima del hombro, con esa expresión tranquila, tan segura de sí misma, como si supiera que había dejado una tormenta dentro de mí. Con cada paso que daba hacia la salida, me sentía más alterada, con el corazón latiéndome en los oídos. Y lo único que podía hacer era repetir su nombre, sin saber si estaba más enojada con él… o conmigo misma.
#deadpool and wolverine#hugh#hugh jackman#james howlett#logan howlett#logan howlett x f!reader#logan howlett x reader#wolverine fanfiction#xmen#xmen movies#the wolverine#wolverine smut#logan howlett x you#logan howlett smut#logan wolverine#logan x reader#hugh jackman wolverine#wolverine x reader#wolverine#hugh jackman x y/n#hugh jackman fanfic#marvel x reader#marvel#alex summers
30 notes
·
View notes
Text
LEVANTALA MUY ALTO
Después de más de 20 horas de vuelos junto a dos de mis compañeras inseparables de profesión, Sandra y Mayca, finalmente llegamos a Auckland para reportar el Mundial Femenino
-¿Ahora qué?- Pregunto cuando tenemos nuestras maletas
- Pues hay que ir a buscar el coche- Dice Sandra- Luego iremos al hotel a que nos den las llaves
-Que aburridas sois- Les saco la lengua- Vámonos de fiesta.
-Que va, tia. Son las 9 de la noche y mañana hay que levantarse a las 8 para ir al entreno- Dice ahora Mayca- Además, tú no tienes Jetlag?
-Pfff ¿qué es eso?-Me encojo de hombros- Vaya panda de sosas
Me meto con ellas y se ríen haciéndome caras.
-Tenemos muchos días por delante.
-Si tú lo dices
Cogemos el coche y nos dirigimos hacia el hotel.
Al entrar me dirijo a recepción para hacer la entrada.
-Lo sentimos, ha habido un incidente y no podemos hospedarlas en este hotel.
-¿Entonces ahora que pasa?- Pregunto con la ceja alzada.
-Hemos hablado con un hotel de la misma compañia y nos han dejado un par de habitaciones para ustedes.
Bufo pero no me queda más remedio que aceptar. No creo que quieran dormir en la calle.
-¿Qué hotel será?
-El Copthorne en Palmerston North- Dice y la cara de mala ostia se me quita enseguida.
Ahí es donde está la selección española y por ende, mi mujer.
Asiento
-Es un hotel con una estrella más y las habitaciones son más grandes- Informa la chica- Perdón por las molestias, señorita
-No pasa nada- Le doy una sonrisa amigable y me voy hacia las chicas- Vamos
-¿Qué? ¿A dónde? - Pregunta la andaluza.
-Nos vamos al hotel Copthorne. Han tenido unos problemas aquí- Informo una vez en el coche.
-¿Ahí no es donde están...?
No la dejo terminar
-Sí, la selección española- Afirmo y empiezo a conducir.
-Pues mira eh- Levanta las cejas sugerente Sandra- Ni pintado.
Me río con ellas y les saco la lengua.
Por fin en el hotel conseguimos nuestras habitaciones y por un fallo del sistema teníamos cada una una habitación con cama matrimonial.
Después de dejar las maletas bajo y salgo a la entrada del hotel pero me escondo un poco para que no pueda ser vista con facilidad y decido enviarle un mensaje a Alexia
"Bebé"
"¿Estás despierta?"
Con la tonteria ya eran casi las 11 de la noche.
A los 15 minutos responde.
"Por poco tiempo 😴😴"
"¿Pasa algo, amor?"
"¿Puedes salir fuera del hotel?"
"Tengo que hablarte de algo importante"
"¿Qué? ¿Estás bien?"
"Ahora mismo salgo"
"Tú solo sal y llamame"
En ese momento pongo en silencio el móvil para que no me descubra.
A los diez minutos sale con una gorra negra y un chandal de la selección.
Me la quedo mirando mientras se apoyó contra una pared y mueve la pierna nerviosamente con el teléfono en la oreja.
Cuando ve que no contesto se le arruga más la frente y no puedo evitar sonreír enormemente.
Es preciosa.
No puedo creer la suerte que tuve de conocerla y que haya decidido quererme.
Me acerco silenciosamente por detrás y pongo mis manos sobre sus ojos.
-¿Qué hace la Barbie futbolista fuera sola?- Susurro sobre su cuello y noto como se le erizan sus pelitos.
Consigo darle un suave beso ahí antes de que se de la vuelta y me abrace con fuerza.
-¿Qué haces aquí, amor? Me dijiste que vendrías mañana- Dice cuando nos separamos
-Una pequeña mentira- Susurro después de besarla profundamente
-Me habías preocupado idiota- Me da un golpe en el brazo y me rio- Pensaba que te había pasado algo y luego cuando no cogias...
-Solo quería observante unos minutos- Le doy una sonrisa ladeada- Estás preciosa
-Basta- Se sonroja- Estoy con un chándal solo
-Ohh, mi amor, no sabes tu el poder que tienes con los chandals y esa gorra- Me muerdo el labio inferior- Incluso con una bolsa de basura te verías espectacular.
-Idiota- Se ríe dándome un beso que intento alargar.
-¿Con quien duermes?
-Con Jenni
-¿Qué tal si vamos a mi habitación? Te he echado de menos
-No puedo salir del hotel, amor
-Ohhh- Me rio- Eso no va a ser un problema
La arrastro hasta el ascensor
-¿También me has mentido en esto?- Levanta la ceja.
-Mmh no, en el otro hotel tuvieron problemas y nos han mandado a este y como iba yo- Me señalo para dar más énfasis- decir que no?
-Para mi mejor y estoy segura que las chicas se alegrarán de verte- Me sonrie dándome otro beso- Pero a Vilda no le hará mucha gracias- Hace una mueca
Me encojo de hombros
-Yo me lo voy a pasar bomba- Le aseguro
Niega con la cabeza y entramos en el ascensor.
-Pero ahora... Dejemos de hablar
Dicho esto último empezamos a besarnos y terminamos haciendo el amor en el cuarto.
Me despierto cuando escucho un ruido de una alarma y movimiento debajo mio.
-Mmmh quieres apagar eso- Gruño en un susurro mientras me escondo más en el cuello de Alexia
En ese momento se apaga y siento caricias en mi espalda baja y mi culo, si, tiene una obsesión con este último pero yo también con el suyo.
-Es hora de levantarse, amor- Susurra dándome besos
-¿Porque coño sois tan madrugadoras? Si no fuera por vosotras podría quedarme más tiempo durmiendo.
-Venga, no te quejes tanto- Se ríe y me da un apretón en el culo.
-5 minutos más, mami- Digo con los ojos cerrados a punto de dormirme otra vez.
No dice nada más así que sonrío aún sin moverme.
-¿Eres mi cama favorita sabes?- Le digo
-Creo que me había dado cuenta- Bromea aún haciéndome caricias
-Pero no me gusta que la cama se tenga que levantar temprano- Hago un puchero y lo besa.
-Me encantaría estar así más contigo pero tu tienes entrevistas que hacer y yo balones que chutar.
Bufo y hace el intento de levantarse pero no la dejo subiéndome a horcajadas.
-T/n- Se queja divertida y le sonrío.
-Piensas irte de aquí sin darme un beso en condiciones? - Digo indignada y me acerco rozando nuestras narices.
Estamos unos minutos besandonos en condiciones hasta que la dejo salir de la cama. Me tumbo en ella con las manos debajo de la cabeza mirando a mi mujer caminando por la habitación desnuda.
Le silbo y me mira negando la cabeza, yo le sonrío inocentemente.
Estoy por decirle algo pero tocan la puerta
-¿Quién es?- Grito aún en la cama
-Levantate ya T/n- Dice Sandra
-Estoy levantada- Le miento
-Mentirosa, venga, que van a cerrar el comedor y te vas a quedar sin comer- Me dice
Al escuchar eso me levanto enseguida tropezándome con un zapato de Alexia.
-Ya está levantada, Sandra- Grita ahora Alexia divertida mientras termina de ponerse la ropa.
-YA VOY, YA. Con la comida no se juega-Digo con voz normal esto último ya terminada de vestirme.
-Mira que rápido te levantas- Se burla Ale
Me acerco a ella por detrás y pongo mi boca en su oído.
-Si me hubieras dicho de ir al baño, me hubiera levantado más rápido.
Dejó un beso en su cuello y la miro a través del espejo
-Otro día- Promete ella
Le doy un mordisco y luego un beso en esa zona sensible y me separo de ella con mucha fuerza de voluntad.
-Bien, ahora vete, sino no saldremos en todo el día de aquí
Me da un pico y se dirige a la puerta, en ese momento veo algo en el suelo.
-Amor- La llamo y me mira- Espera- Me acerco y le pongo la gorra negra bien- Ahora sí.
-Tienes un serio problema eh
-Y tú con mi culo y no te digo nada
-Touché pero es recíproco- Me besa y antes de irse me da un golpe en este.
A los pocos minutos bajo y me encuentro de camino a Sandra y Mayca.
-Hombreeeee por fin de levantas- Dice Mayca
-¿Me podeis culpar?- Le pregunto.
-No, la verdad que no- Responden
En el comedor saludo a todas las chicas y con más confianza a las del barça ya que estoy mucho tiempo con ellas y aunque nos insisten en que nos quedemos con ellas decidimos no hacerlo para preparar las preguntas y los próximos días.
Cuando entra Vilda al comedor y nos ve y se cambia la cara pero se queda demasiado tiempo mirándome a mí.
Él y yo tenemos una buena relación, notar el sarcasmo.
He sido una de las pocas periodistas que ha ido a muerte a por él y no pienso parar no después de que mis amigas se hayan tenido que perder este mundial por su culpa y la de la federación y otras que lo estén pero en pésimas condiciones.
Los días pasan y con ello las primeras entrevistas a diversas jugadoras, ruedas de prensa y partidos.
Alexia había decidido estar un poco fuera de los medios y ¿quien podía culparla? Ya no era capitana y no tenía la obligación ni la necesidad de contentar a los medios
Habían saltado las alarmas de que había tenido una pequeña recaída y más cuando los primeros días pero había calmado a todo el mundo con un post de Instagram.
Hoy habían jugado contra Zambia y Alexia tuvo unos buenos 45 minutos y una asistencia cosa que no estaba nada mal y tenía a casi todos contentos, menos a uno, Vilda.
Estaba caminando por los pasillos del hotel y me frene cuando escuche gritos conocidos.
Me pare detrás de la puerta a escuchar.
-Eres una inútil, Putellas. Te lesionaste tontamente y ahora que estas recuperada en teoría no puedes jugar, no sirves para nada, ni para jugar 45 minutos contra un equipo mediocre y encima solo un gol en lo que llevamos de concentración. ¿Y tú eres la mejor jugadora del mundo? - Se ríe despectivamente- Ya no sirves para nada. Esa lesión a sido tu tumba
-¿Cuándo piensas mandar a que miren a Athenea?- Ignora lo que le dice y yo me muerdo las mejillas para no entrar dentro y matarlo.
-Esa niñata no tiene nada, solo se queja para llamar la atención. Es otra inútil que no sabe correr detrás de un balón.
Puedo imaginar a Alexia a punto de estallar pero se que no lo hará.
Escucho como alguien se acerca a la puerta y me escondo detrás de una esquina, la puerta se abre.
-Ah, antes de que se me olvide- Es Alexia -Yo que tu reflexionaría con la almohada quien es el inútil dentro del equipo si tu o nosotras- Suelta una risa nasal- Porque para ti no serviremos como jugadoras pero es que tu no sirves ni para persona.
Con eso dicho se va y deja al estúpido de Vilda dentro.
Voy en busca de Alexia y me la encuentro en la puerta de mi habitación.
-¿Dónde estabas?- Me pregunta enseguida cuando me ve y me abraza demasiado fuerte.
-Buscandote
Entramos en el cuarto sin separarnos y nos tumbamos en la cama.
-¿Qué pasa, mi amor?- Pregunto.
-Vilda- Le doy un beso en el pelo
-Lo sé, escuche una parte de la discusión- Confieso.
-¿Crees que voy a volver a ser la de antes?- Susurra y aunque no la veo puedo sentir que está a punto de llorar.
-No, no lo creo- Le respondo y levanta la cabeza mirándome- Estoy segura de que volverás a la misma condición que estabas antes de la LCA pero confío, creo y sé que serás mejor que antes y será tu mejor punto de tu carrera.
-Dice que soy una inútil y que no hago nada bueno cuando tengo minutos.
-Ohhh por favor, ese gilipollas me va a escuchar- Refunfuño- Mi amor, el gol que metiste contra Panamá con ese sombrerito que te marcaste y hoy con la asistencia de Jenni te veo genial y encima hoy solo has jugado media parte y has estado en todos lados ayudando y defendiendo, tu presencia se nota dentro del campo.
-Pero no es lo que puedo dar, puedo hacerlo mucho mejor-Dice machacandose a ella misma
-Alexia, escuchame muy bien- Diga con tono firme y alzando la ceja- Te has recuperado de esa lesión de mierda en 299 días, marcaste un gol a tu quinto partido después de redebutar que no fuiste consciente ni disfrutaste porque perdiste, pero eso tiene mucho mérito, has estado haciendo la diferencia en el juego tanto dentro como fuera del campo y si, no puedes jugar 90 minutos todavía, pero lo harás- Le aseguro- Más pronto que tarde ya estarás jugando todo el partido y el año que viene volverás a conseguir ese balón de oro otra vez- Pauso- ¿Y sabes porqué, amor?
-¿Porqué?
-Porque lo que no has podido dar esta temporada lo vas a hacer en la siguiente y de manera doble o triple con las ganas que tienes- Le aseguro y me regala una sonrisa.
-Tengo un montón de suerte de tenerte- Dice emocionada y yo niego con la cabeza.
-La afortunada soy yo, eres el ser humano más bueno, gentil, amable y cariñoso que he conocido- Digo mirandola con adoración- Y encima eres una sexy futbolista cañón blaugrana y que tiene un cuerpo de infarto ¿que más puedo pedir?- Le guiño un ojo
-Si no fuera del barça ni me habrias mirado- Bromea ella picandome la costilla.
-Puedes estar segura de ello- Le sigo la broma- ¿Para que querría yo un mujer futbolista que no sea culé?
-Mmmmh no lo sé, no le veo el sentido- Se sienta encima mia y juntamos nuestros labios.
Me separo un momento
-Si te vuelves a sentir así quiero que me lo cuentes y no te machaques tanto, porfavor- Le pido
-Lo sé- Sigue besándome
Estamos acariciándonos por encima de la ropa pero al final terminamos con esta fuera.
Hicimos el amor muy lentamente y sin prisa, sintiendo el cuerpo de la otra con amor y ternura.
Alexia cuando terminamos se durmió enseguida pero yo no pude, estuve varias horas con ella en la cama pero cuando no pude más me levante con cuidado de no despertarla, me vesti con su camiseta y cogí el portátil y me senté afuera en la terraza.
Grabé lo que escuche de discusión entre Alexia y Vilda y he decidido hacer un artículo o por lo menos intentarlo.
No sabía lo que llevaba liada con el artículo hasta que alguien me rodeo con sus brazos por la espalda y medio cerré la pantalla del ordenador
-¿Qué haces despierta, amor?- Me susurra y veo el reloj en su muñeca y son las 6 de la mañana
-Escribir algo, bebé- Le contesto de vuelta y pongo mis manos encima de las suyas acariciándolas.
-¿Has dormido algo?- Pregunta preocupada
-No
-¿Puedo ver lo que estabas escribiendo?
Normalmente le enseñaba mis articulos sin preguntarme o cuando ella lo hacía pero me gire dudosa
-Bebé, te escuché ayer cuando discutiste con Vilda- Empiezo dudosa
-Me lo dijiste- Asiente con la cabeza
-Y grabé lo que escuché- Hago una pausa- Quiero que leas el artículo y me digas que piensas, si no estás de acuerdo también quiero que me lo digas- La miro- Cualquier cosa.
Le paso el ordenador con el artículo recién acabo y se toma su tiempo leyendo y de mientras yo me fijo en su cara. Me muerdo las uñas y muevo un pie nerviosa
Cuando termina levanta la cabeza hacia a mi y me mira fijamente.
-No voy a publicarlo sin tu consentimiento, solo- Me encojo de hombros- Quería escribir...
-Es muy bueno, amor
-¿Si?- Pregunto insegura.
-Si
-Después de todos estos meses, lo mal que lo habéis pasado y ahora encima lo de ayer quería hacer algo para ayudar en algo o por lo menos que sepan la verdad de todo.
Me hace levantarme y me abraza dándome un beso en el pelo
-Sí, si eso sale podría hacer daño
-Lo sé, les comenté a Mayca y Sandra lo que iba a escribir y me dijeron lo mismo pero que me lo pensara.
-Hay gente que se pondrá en tu contra como periodista- Dice ella
-Joder, lo sé pero es surrealista, yo soy la mala por publicar la verdad pero él... - Me muerdo el labio de la impotencia- Solo quiero ayudaros a vosotras, que salgais ganando por una vez. Me importa una mierda la fama, el dinero, los comentarios o si sale mal el desprestigio.
-Publicalo- Suelta después de unos minutos en silencio- Después de lo de "las 15" y lo de Mapi, Patri y Pina puede ayudar mucho.
-¿Estás segura? Puedes recibir mierda tu también y no quiero eso bajo ningún concepto.
-¿Qué más da eso? Estoy acostumbrada a las críticas y yo ya he intentado mediar en toda esta situación. Es hora de atacar y no de defender.
-Te amo, lo sabes ¿no?- Digo orgullosa de ella.
-Yo más- Me besa.
Le cojo la mano para mirar la hora y son las 6:30 de la mañana
-Es una buena hora para ver el mundo arder ¿no cres?
-Dale caña- Dice y en 3 minutos esta publicado- Ahora volvamos a la cama que quedan 2 horas para levantarse.
Suelto un bostezo
-Por favor
Me tumbo encima suya y me acaricia la espalda por debajo de la camiseta
En los 10 minutos que estamos así escuchamos ambos móviles arder
-Apaga eso porfa- Le pido con los ojos medio cerrados
Me quedo dormida en cuestión de segundos.
-Nena, despierta- Me susurran en el oído.-Hay que levantarse
-Nooo, ¿porqué en el cielo también hay que madrugar?- Pregunto- Se supone que el mundo a ardido y estoy muerta.
Balbuceo agarrándome más a ella y su pecho sube y baja de la risa.
-Venga, mi amor, hay que ir a desayunar- Levanto la cabeza y gimo
-Aguafiestas- Hago un puchero y me besa- ¿Has dormido más?
-No, prefería ver a mi preciosa mujer dormir y ver cómo se le caía la baba
La fulmino con la mirada
-Yo no babeo
-Lo que tu digas, mi amor- Besa mi frente y se levanta de la cama, antes de que pueda alejarse le doy una palmada en el culo.
Cojo el móvil y veo cuentos de notificaciones
-¿A ti también te ha estallado el móvil? - Pregunto mirándola
-Si
-¿Has visto algo?
-No, quería hacerlo contigo- Responde ya vestida y se echa otra vez en la cama pero esta vez a mi lado.
Enciendo el móvil y me meto primero en Twitter.
"Wow, como puede ese espécimen decirle eso a la mejor jugadora del mundo?"
"Menuda periodista... ¿Cómo puede grabar una conversación privada y luego encima publicarlo?"
"#VildaOut"
"Enamorada de esta periodista. Necesitamos más periodistas reales que se involucren y no que miren su propio beneficio"
"Hay que hacerle una estatua a T/n en Barcelona"
"#VildaOut ojalá y te pudras cabrón"
Y así miles de comentarios positivos y negativos.
-Hay muchos comentarios positivos y defendiéndonos- Comenta Ale también mirando con su móvil
-Es que como se pongan a defender a ese...
"T/n es la ostia, me encanta como periodista y persona. Tiene valores y los defiende y encima está con Alexia y hacen una pareja súper bonita 😍. #VildaOut"
-Estoy totalmente de acuerdo con esta chica- Dice Ale después de leer el comentario.
"La FIFA ha abierto un expediente contra el seleccionador español Jorge Vilda por los insultos y menosprecios hacia sus jugadoras"
Leo en voz alta el comunicado oficial de la FIFA y miro a mi mujer con esperanza.
-Hemos conseguido algo- Dice sonriendo
-Llegaremos a más- Le aseguro y me levanto de la cama para empezar a prepararme.
-Ojalá tengas razón
-¿Cuándo no la tengo?- Le guiño un ojo
Los próximos días fueron un caos, las malas miradas, malas palabras, la agresividad que tenía el técnico hacia las jugadoras en los entrenos y las entrevistas.
Alexia por fin dió su primera entrevista en el Mundial y me quedé con 2 frases.
"Quisimos hacerlo por las buenas, dialogando y negociando, pero no nos hicieron caso y nos tacharon de niñatas inmaduras, ha salido a la luz la verdad, que van a hacer ahora ¿seguir ignorandonos? ¿Seguir diciendo que somos unas niñatas inmaduras?"
"Siempre hemos estado solas, luchamos solas y nos caemos solas y si ganamos lo haremos solas de momento si las cosas no cambian"
Lo único bueno que ha salido de todo esto de momento es que las jugadoras se unieron más que nunca, todas "las 15" que no estaban viajaron a Nueva Zelanda para apoyar la causa
El partido contra Japón fue la gota que colmó el vaso. La contundente derrota contra una selección importante y competitiva fue lo que terminó con Jorge Vilda
Horas después estaba fuera y a las 2 días la nueva entrenadora llegó al país, Natalia Arroyo.
"Las 15" que no fueron convocadas ahora lo estaban y ya se podía decir que España jugaba con sus mejores jugadoras, que tenía un nuevo líder y que ya estaban los cambios esperados. No podían fallar ahora o quedarían realmente mal.
Natalia solo tuvo 3 días para preparar el partido contra Suiza con un equipo totalmente nuevo y desconocido pero lo hizo estupendamente y eso se reflejó en el resultado 4-0 doblete de Alexia, uno de Jenni y otro de Mapi.
-Alexia- Estamos en zona mixta- ¿Cuáles son tus sensaciones de este partido?
-Pues estoy muy contenta, individualmente tengo muy buenas sensaciones con la pierna y creo que ha sido mi mejor partido hasta el momento y espero seguir sumando más y más minutos- Sonrie sinceramente y yo no puedo evitar hacerlo orgullosa de ella y eso se capta en la cámara, si no estuviera esta última encendida ya me hubiera abalanzado encima de ella- Y colectivamente creo que hemos estado bien defensivamente y ofensivamente, obviamente hay cosas que mejorar pero aún trabajando con una nueva entrenadora nos estamos entendiendo muy bien y estamos muy satisfechas con eso.
-Cuéntame Alexia, ¿cómo es trabajar con una entrenadora nueva? Y no sólo eso, adaptarse rápido porque estais en un mundial y cada fallo se nota.- Le pongo el micrófono en la boca y doy un pasito disimuladamente hacia ella, rozandonos levemente.
-Bueno, es una muy buena entrenadora, algo a lo que no estábamos acostumbradas en España. He tenido el placer de jugar contra su equipo con el Barça y realmente sabe lo que hace- Mientras dice esto disimuladamente acaricia la parte baja de un lateral de ni cintura.
Sabe lo que anhelo el contacto fisico ahora mismo.
-Y ha puesto muy fácil el que nos adaptemos. Creo que hablo en nombre de todo el equipo que estamos muy contentas con ella- Finaliza ella
-Ahora la última-Vuelvo a ponerme el micrófono en la boca- Todos hemos visto esa asistencia de Patri con el primer gol, como habeis jugado de memoria y te la a colocado a la perfección para ti- Antes de que pueda formular la pregunta empieza a hablar así que rápido le doy el micro.
-¿Qué te puedo decir de Patri? MVP de la final de la Champions, marcando esos dos goles que nos volvían a meter dentro del partido, llevamos muchos años, demasiados- Se rie- jugando juntas, nos conocemos a la perfección y jugar con ella es un regalo. He extrañado mucho este año jugar con ella y con las demas- Admite- Es una buena amiga, una buena compañera y una muy buena jugadora, solo que está infravalorada.
-Muchas gracias, Alexia- La despido
-Gracias a ti, T/n
Cuando se que han cortado el directo me abalanzo sobre ella y agarra mis piernas para que no me caiga.
-Estoy tan orgullosa de ti, bebé- Le doy besos por toda la cara.
La sonrisa de la capitana desde que ha terminado el partido no se le ha ido pero ahora la tiene más grande
-Gracias, amor- Me besa lentamente- El primero es para tí
-A sido wowww- Me pongo fan loca- Esa conexión que teneis y ese pasecito... Me enamorado 100 veces más como fan y como mujer- Estoy fuera de si.
Suelta una risa nasal y me da un beso en la nariz.
-Relájate, nena, te va a dar un paro cardíaco
-Pues lo que me causais cada vez que os veo jugar
Niega divertida.
Lo que no sabíamos es que Sandra estaba grabando ese momento y horas después estaba en redes. A ninguna le importó, no era que escondieramos nuestra relación y había quedado demasiado bonito conmigo como mujer fan loca.
Y eso se vio en los miles de comentarios que tenía aunque siempre tiene que haber comentarios feos.
España jugó contra Holanda en cuartos y contra Inglaterra en semis quedando 1-0 y 2-1 respectivamente.
Vencer a las inglesas fue un golpe sobre la mesa con respecto al Europeo pasado y haciendo historia, era la primera vez que España llevaba tan lejos en un mundial con la absoluta.
Todos estabamos eufóricos fanáticos, jugadoras, prensa, familiares... Y no era para menos, habían cambiado la historia de España y les estaban dando un futuro a las próximas generaciones para que sólo se tengan que preocupar por jugar.
Y aquí estaba, peleándome con otros periodistas de otras editoriales para poder entrevistar a Alexia la primera
Todos estaban como locos por entrevistar a la mejor jugadora del mundo y la que dió la victoria 2-0 a España contra Estados Unidos.
-Ahora con nosotros tenemos a Alexia Putellas, la mejor jugadora del mundo, la MVP de este partido y la que ha dado la victoria a España en esta final contra Estados Unidos- Presento mientras la veo caminando hacia mi ignorando a todos los otros periodistas, casi casi corriendo.
Cuando llega y entra en el plano de la camara se puede captar su mirada cristalina, su sonrisa enorme y su respiración un poco agitada.
Vino justo después de finalizar el partido asi que todavía no había levantado la Copa.
-Alexia, dime como s... - No me deja seguir.
Se abalanza besándome con las manos en mi cintura, sorprendida la correspondo pero enseguida enredo mis manos en su cuello acercandola más.
Se separa y su sonrisa increíblemente es más grande que con la que ha llegado y me da otro beso antes de hablar a la cámara.
-Estoy eufórica, como ya se podrá ver- Se rie y me mira fijamente- Estoy muy muy feliz, después de un año tan complicado para mi y para mí familia con la lesión, todos los momentos malos que hemos tenido... - Para al ver cómo se me cae una lágrima y me la quita suavemente- Todo esto es para ellas, para mi, para mis compañeras, para el equipo y por supuesto para la afición y sobre todo para esa gente que nunca a dejado de apoyarnos
-Has dado los dos goles de la victoria, ¿que tienes que decir?
-Yo he metido esos goles si, pero esto es en equipo. Todas hemos echo nuestro trabajo y hemos recogido el fruto
-Muchas gracias, Alexia- Digo- Ahora ves a recoger esa medalla y esa copa y a celebrar la victoria.
-Gracias a vosotras, T/n- Dice- Ahora si me lo permitis me voy a llevar a mi mujer.
Coge mi mano y despidiéndose con la mano de la cámara me lleva con ella.
-Te amo- Le digo besandola
-Yo más
-Ahora ves a recoger esa copa y levantala muy alto- Le ordeno y le doy una palmada en el culo- Campeona del mundo
Me guiña un ojo antes de irse corriendo con las chicas.
#espwnt#futfem#woso#woso soccer#woso imagine#woso community#futbol femenino#alexia putellas imagine#alexia putellas#alexia putellas x reader
155 notes
·
View notes
Text
Hooker | Corto 2
Nunca le pareció necesaria la actividad sexual, jamás le llamó la atención de ninguna forma. Tal vez por su condición, no lo sabe y tampoco le interesa saber. Vive tranquilo de esa forma, sin preocuparse por hacer algo mal, sin preocuparse por quedar avergonzado frente a otra persona, dejando en evidencia su clara virginidad y torpeza.
En su adolescencia, llegó a ver un par de videos pornográficos, nada que lo hiciera excitarse. Tal vez porque los vídeos eran sobre chicas con mucho busto, que se veían demasiado operadas, que soltaban gemidos falsos y agudos, como esos sonidos que le hacen sentir escalofríos, sonidos que si escucha demasiado tiempo le hacen querer llorar. Videos con hombres haciendo ruidos de persona enferma, justamente los que su padre hacia cuando tenía atorada una flema. Está seguro que fue esa comparación la que lo asqueo, la que lo alejó de inmediato de ese mundo.
A los meses de haber visto el primer par de videos, imágenes llegaron a su mente en los momentos menos oportunos. La única diferencia era que el rostro de su padre sustituía el de los hombres de esos vídeos, e, inevitablemente, se lo imaginaba soltando una flema sobre el pecho inflado de las actrices.
Nunca volvió a entrar a una página pornográfica luego de su recuperación, y con recuperación refiere el poder dejar de imaginar aquella horrorosa escena.
Vivió unos felices 17 años, lejos del mundo de la promiscuidad en su totalidad, hasta que un nuevo vecino llegó a su complejo.
No tenía mucha información de él, tampoco lo había visto nunca, solo sabía una cosa: era un servidor sexual.
“Prostituto, sexoservidor, un poco marica”.
Palabras que habían salido de la boca de su vecina Beth cuando esta misma le habló del hombre.
¿Que cómo se había enterado ella? Nunca le dijo, pero, en lo que a Adam respecta, Nigel es un profesional.
Aunque claro, como Adam no confía realmente en Beth y le parece demasiado mal educado que la mujer opine del hombre y su vida laboral sin siquiera conocerlo, ha decidido matar su curiosidad el mismo, y de paso, darle una cálida bienvenida.
[...]
Toca la puerta tres veces, luego, se queda lo más quieto que puede mientras espera, abraza contra su pecho la botella de champagne que ha comprado, muy nervioso por la posibilidad de que se caiga, de que él se caiga, de que él se caiga y caiga sobre Nigel haciendo que la botella también se caiga y caiga sobre la cabeza de Nigel que también se cayó.
Pasan 20 segundos y nadie abre, está por tocar nuevamente, se detiene al casi golpear el rostro del hombre en vez de la madera blanca.
El hombre frente a Adam es al menos media cabeza más alto que él, fuerte, de pelo rubio a la altura de las orejas, con brazos fornidos, cejas curiosas y labios bonitos. Está vistiendo una camisa blanca sin mangas y un pantalón deportivo negro, en la posición en la que está; con un brazo arriba, recargado en el marco de la puerta, la camisa se levanta de tal forma que Adam puede ver el camino de vellos que salen de debajo de su pelvis, apenas tocando su obligo, como un bonito montículo de arena, el que se forma en un reloj.
Sus ojos tal vez permanecen mucho tiempo en esa llovizna rubia, pues cuando pestañea para salir de su pequeño trance, Nigel ya tiene la cabeza ladeada y más cerca de él, tal vez burlándose, tal vez tratando de recuperar su atención, tal vez ambas.
— Hola, soy Adam, soy tu vecino, vengo a darte esta botella porque eres nuevo aquí, entonces te quiero dar la bienvenida. Bienvenido, ¿puedo preguntarte algo?
Finalmente habla, pareciera que acaba de correr un maratón, pero no, solamente intenta pasar la atención a otro lado que no sea el acontecimiento anterior. ¿Lo pueden denunciar por algo así? ¿Por haberse quedado mirando a los vellos de alguien por más de tres segundos?
— Hola, buenas noches, Nigel, un gusto. Gracias, claro, haz tu pregunta.
Responde después de haber soltado una risa sardonica, la voz con la que habló enfatiza un tono robótico y cuadrado, tratando de que sea igual de rápido que el que Adam usó antes.
Respira profundamente y cambia su peso a otra pierna antes de hablar.
— ¿Es verdad que eres un sexo servidor?
La sonrisa abandona demasiado rápido su rostro, levantando ahora una ceja, esa misma ceja que Adam aún piensa que se ve curiosa, ¿tiene cejas? ¿Se las decolora?
El más joven aprieta el cuello de la botella, pensando si realmente lo que acaba de decir fue tan directo como sonó.
— ¿Por qué? ¿Quieres contratar mis servicios?
Rie, empezando a sacar un cigarro del bolsillo de su pantalón.
Adam mira al hombre de manera esquiva, como lo ha estado haciendo desde que le abrieron la puerta, así mismo, Nigel sigue persiguiendo la cabeza de Adam con la propia, moviéndose como un péndulo junto al hombre, con la intención de incomodarlo un poco, tal vez.
Aunque en realidad, Nigel quiere ver más esos bonitos ojos.
— Puede.
Ha respondido sin pensar, intuye que por la presión de ser perseguido de forma tan molesta y constante por el otro hombre. Se arrepiente de inmediato, negando, apretando tanto la botella que esta se empieza a fusionar con su pecho.
— Puede..
— No, perdón, no te quiero, digo, tus servicios, no quiero tus servicios, no sé ni siquiera si si des esos servicios, no respondiste mi pregunta.
— Doy esos servicios.
— ¿Entonces si eres un sexo servidor? Pero eres hombre, ¿eres gay? ¿Dejas que te la metan? ¿Tú la metes?
El rubio, un poco aturdido por las preguntas, mira por arriba del hombro de Adam, notando entonces la presencia de un par de vecinos más, que estaban subiendo las escaleras. Los poco interesados se habían detenido para escuchar la conversación, cuando cruzan miradas con Nigel, su interés vuelve y siguen subiendo.
— Entra.
Se hace a un lado, manteniendo el cigarro prendido entre sus dedos, Adam sintió las palabras del hombre como una orden, pero él no tendría por que obedecer sus órdenes, no son nada importante, son vecino y vecino, Adam solo vino a darle la bienvenida y hacerle su pregunta, no entrara a la casa, no le interesa saber más sobre los servicios de Nigel, no tiene porque-..
Ha entrado.
Sus piernas se movieron solas, tal vez. Escucha la puerta cerrarse detrás de él. Sigue a Nigel hasta la cocina, el hombre señala la encimera, Adam solo lo mira sin hacer nada, traga saliva a los cinco segundos de su quietud.
Nigel vuelve a señalar la encimera, Adam vuelve a tragar saliva, ahora mira a otra dirección.
— La botella, deja la botella allí.
— Oh.
— “Oh”.
Con sus manos ahora libres, aprieta el pliegue de su suéter, su mirada sigue divagando por la cocina.
— Si, no, si, si.
— ¿Qué?
— Tus preguntas. Soy un sexo servidor, no soy gay, dejo que me la metan, también la meto.
— Okay.
Nigel vuelve a soltar esa pequeña risa de su boca, esa risa que en el poco tiempo que Adam tiene conociendo, ya lo tiene hipnotizado.
Aprieta un poco la encimera de su lado, curioso, saca el humo del cigarro lentamente, aprovecha para masajear su sien.
— Cobro a cuarenta la hora. Anal con o sin condón, estoy limpio, mamadas cuestan cincuenta la fracción, si me haces tú una a mi te hago un descuento de diez dólares en tu total. Por ser un vecino, treinta la hora y mamadas cuarenta.
Aprieta con más fuerza el dobladillo, tanto que puede sentir sus propias uñas lastimando la parte interna de sus dedos, asiente, registrando la información en su cabeza, empieza a balancearse levemente de adelante a atrás, de la nada la habitación es muy caliente y sus pantalones se sienten un poco más ajustados, lo cual hace que frunza el ceño y sienta que le falta el aire.
— ¿Puedes apagar el cigarro? No puedo respirar, deberías abrir una ventana, ¿por qué tienes todo cerrado?
— No quiero que mis otros clientes molesten a los vecinos con el ruido.
— Abre la ventana aún así.
Toma un largo respiro y asiente, abriendo la ventana de la cocina, se apoya en ella, de forma que el humo sale.
— ¿Vas a contratarme entonces o no? Puedo ser suave, duro, ambos. Tu adentro, yo adentro, como quieras, solo paga.
No.
Romper su record de 17 años por un tipo que acaba de conocer, del cual, sinceramente, no sabe nada y con nada también incluye su registro médico, no suena bien.
— Si.
— Bien. Arriba, vamos.
Cree que ahora sería buen momento para correr y mudarse, pero sus piernas se mueven solas otra vez y, sinceramente, Nigel también tiene una espalda muy linda.
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/1c56e27b1d188701c7a4d95dc6c97414/b377b0b06b215e75-cb/s540x810/df92e238733fa5284fd636371a79eda64f53addc.jpg)
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/8d3336d81cebb22110dab94bf2a75c28/b377b0b06b215e75-b9/s540x810/e10bc854b6cfa8d863df12902ea1ca4e96acbccb.jpg)
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/e0c99b98b6f5d69d6ba10a405abbd46a/b377b0b06b215e75-f3/s540x810/fcb08da7e58cf90317299c8a19b95896327f5926.jpg)
Holaaa, Bruce aquí dando un pequeño aviso, tal vez, y solo tal vez, algún día suba un capítulo completo de este corto o el primero a mi Patreon gratuito, entonces, si eso pasa, les aviso, aunque nadie me lee, yo les aviso a mis fans imaginarios, para que lean todo el capítulo allí y para yo no tener miedo de que me borren la publicación, tengo miedo de que eso pase con esta por el tipo de lenguaje, pero esperemos que no. En el dado caso de que pase, subiré nuevamente esto pero usando palabras censuradas, ejemp: s3x0, p3ne.
Si, se ve mal, pero así tendría que hacerle, jajan't
En fin, feliz diciembre a mis 5 fans y mi un seguidor, que la pasen bien lindo.
(Por ahí también aviso a mis 5 fans, que pueden darme cualquier recomendación para cortos y yo estaré checando, con que sean ships del universo extendido de hannibal, todo bien, y con que sean personajes que yo conozca, claro).
Una disculpa si este corto no es lo suficientemente bueno, es un corto que he hecho de la nada, si algún día lo concreto en una serie de cortos y extiendo los capítulos, mejorare todo en general.
#fanfic#literature#books#spacedogs#adam raki#nigel banyai#dogs#space#spacedogsss#mads mikkelsen#hugh dancy#🫣#corto#fypシ#hannibal s4#hannibal nbc#hannigram universe#Hannigram
7 notes
·
View notes
Text
maybe i'm crazy but i'm going to share snippets of my original novel, in spanish, as i work on it. so maybe you'll get a bit of chapter 10 or a bit of the prologue, or maybe you'll get an edited bit of something i've shared before within the year. i know i'm about 3 weeks late to the game, but bear with me.
El padre de Sofía sujetó la puerta del ascensor hasta que los tres entraron, el chico regalando un gracias más que audible al interior del ascensor. Subieron juntos hasta la sexta planta, pero al salir del cubículo Sofía se quedó como petrificada a escasos pasos de la puerta de cristal que separaba el vestíbulo de los ascensores del resto de la planta.
𑁋¿A qué tienes miedo? 𑁋escuchó a su espalda. Al girarse, vio al chico de la pierna escayolada. 𑁋¿Por qué no quieres entrar?
𑁋No creo que tenga que darte explicaciones. 𑁋replicó enfurruñada, con él y con el mundo entero.
𑁋Cierto, no tienes que explicarme nada, pero creo que te vendría bien un amigo. Me llamo Carlos. 𑁋El chico se apoyó sobre una muleta y extendió la mano en señal de saludo. Por un segundo, Sofía se le quedó mirando como si le hubiera salido una segunda cabeza.
𑁋Yo soy Sofía. 𑁋dijo finalmente, estrechando la mano que Carlos seguía ofreciendo. 𑁋Tienes mucha energía para haberte roto una pierna.
𑁋¿Y qué le voy a hacer? 𑁋Carlos se encogió de hombros. 𑁋El tiempo me curará la pierna, pero mientras espero que eso pase tengo que hacer algo con mi vida.
𑁋Yo estaría todo el día tirada en la cama mirando al techo.
𑁋Pues te perderías cosas geniales de la vida.
𑁋La vida no tiene cosas tan geniales, ¿sabes?
Carlos sacudió la cabeza. Sus ojos azules la escrutaron durante lo que pareció una eternidad, como si estuviera leyéndole el alma con la mirada.
𑁋La vida está hecha de momentos, buenos y malos. 𑁋Carlos no había perdido esa sonrisa ladeada que le había regalado tan solo unos momentos antes en el ascensor. 𑁋Lo malo tiene que existir para que aprendamos a apreciar lo bueno.
𑁋Suena a filosofía barata. 𑁋Sofía dio un paso atrás para alejarse de la puerta, rodeando al chico que seguía de pie en medio de ese vestíbulo impersonal, manteniendo el equilibrio tan solo gracias a sus muletas.
4 notes
·
View notes
Text
♱ flesh for fantasy ♱
enzo vongrincic x reader
tw: +18, el uruguayo recibe
a/n: voy a ir mezclando varias de sus sugerencias en las fics mas largas, e iré haciendo unas más específicas pero cortitas <3 tengo un montonaaazo así que ruego paciencia, pero les voy a dar en el gusto lo prometo
୨୧┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈୨୧
a pesar de estar acostumbrada a tener el departamento vacío, habían días donde el silencio se hacía mas presente que nunca. no era culpa de él, por supuesto, pero era la culpa de la falta de su presencia al ser tan dedicado y apasionado por su vocación.
el día había concurrido con tanta lentitud que sentías poder contar los segundos al pasar al frente tuya, hacías miles de tareas domesticas para mantenerte ocupada en un híbrido domingo que deseabas hubiera sido tanto tuyo como de ambos. pero nada te ponía mas contenta que verlo llegar a la casa con nuevas anécdotas, nuevas amistades y nuevas experiencias que comenzaba a expulsar con rapidez de sus labios sin siquiera haber abierto la puerta del departamento por completo.
hoy no fue un día de esos.
“hola mi amor.” lo saludaste con dulzura desde el sillón al mirarlo cerrar la puerta detrás suya. su semblante era distinto, sus cejas estaban fruncidas y los sus manos estaban enroscadas en puños. tardó un par de segundos en contestarte, y ladeaste la cabeza.
“hola, amor.” dijo con un tono monótono, distinto a como solía saludarte usualmente al haber estado todo el día sin verse.
“¿cómo estuvo el día?”
“bien. ¿y el tuyo?”
“bien, gordo, gracias.”
“me alegro.”
“ahora si te pregunto de nuevo, ¿me respondes con sinceridad?”
enzo te dirigió la mirada por primera vez desde que entró al departamento, y te dedicó con una sonrisa ladeada y forzada. “¿tanto se me nota?”
“mm..” fingiste pensar. “puede ser que un poquito mucho.”
rió mientras pasaba las manos por su pelo. “no es nada importante, en realidad. el nuevo jefe de producción me tiene las bolas llenas. no entiendo por qué te ponés a trabajar en la producción de una película si no estás ni ahí con el cine.” pausó, suspirando y quitándose el buzo que llevaba. “pero no me quiero desquitar con vos, amor. no es culpa tuya.”
te acomodaste en el sillón al seguirlo con tu mirada mientras se sentaba al lado tuyo. “si te queres desquitar hazlo, mi amor, para eso estoy.” acercaste tu cuerpo mas a él, tomando su mano y jugueteando con sus dedos. “te quiero ayudar, podemos hacer lo que vos quieras.”
“ya se me va a pasar bonita, no es necesario que hagas nada. con que te quedés acá conmigo estoy bien.” estiró sus dedos dentro del agarre de tu mano al hablar, devolviéndote el inocente jugueteo.
“pero quiero que estés más que bien, enzo.” respondiste suavemente, llevando tu mano libre hacia su pelo y acariciándolo con lentitud. enzo no demoró en responder con su cuerpo, cerrando sus ojos y tirando la cabeza hacia atrás levemente, suspirando al dejarse derretir al ritmo de tus caricias. “dejame ayudarte.” hablaste bajito al acercarte a su cuello, despositando dulces y cortos besos sin cesar el movimiento de tu mano en su pelo.
enzo gimió en respuesta. “lo que vos quieras, princesa. todo tuyo.”
“¿todo mío?” sonreíste pícaramente, subiendo tus besos hasta su mejilla, y te acercaste a su oreja. “¿eres todo mío?”
sonrió con los ojos cerrados. “sí, mi amor. entero.” reíste contra su mejilla, dandole piquitos por toda su cara mientras subías tu cuerpo encima del suyo, sentándote en su regazo.
“decime de nuevo.” dijiste con una sonrisa pintada en tus labios.
te respondió de la misma forma. “sos tan caprichosa.” frunciste el ceño, colocando tus ojos en blanco. a raíz de tu acción, enzo subió una de sus manos a tu mejilla para así acariciarla, mirándote con una sonrisa y luego bajando su mirada hacia tus labios. “mi nenita caprichosa.”
te inclinaste hacia el para amoldar sus labios en un beso, ladeando tu cabeza de inmediato al sentir su mano bajar desde tu mejilla a tu cintura, reposándola sin aplicar fuerza. moviste ambas manos a su cuello, alternándolas de lugar entre sus mejillas cada cierto tiempo para acercarlo más a ti al querer profundizar aun más el beso.
pocos segundos después abriste paso a tu lengua en la cavidad bucal contraria, dejando esta chocar contra la suya fusionándose entre sí en un tortuoso ímpetu. podías saborear el gusto mentolado de sus labios en tu propia boca, escuchando únicamente los jadeos de enzo que se mezclaban con los tuyos, sintiendo como su respiración se aceleraba a medida que pasaban los segundos.
te separaste lentamente de sus labios, quedando un hilo de saliva entre ambos mientras respirabas agitadamente sintiendo las caricias en tu cintura. juntaste tus labios con los suyos una ultima vez para luego dejar un camino húmedo de besos hasta su cuello, mordiendo levemente algunas areas. “déjame hacerte sentir bien, en. te quiero quitar todo el estrés”
escuchaste una risa en medio de sus jadeos. “adelante, mi vida. te dije que podés hacer lo que quieras conmigo. soy todo tuyo.”
te incorporaste encima suya, jugueteando con el borde de su remera mientras le sonreías pícaramente. “como querés que no sea caprichosa si me das siempre en el gusto, amor.”
“es imposible no darte en el gusto. sos muy bonita” dijo luego de que le quitaras la remera, tirándola sin mirar dónde caía.
comenzaste a bajar tus besos a través de su cuerpo, sin dejar un hueco que tus labios no hayan tocado mientras te acomodabas entre sus piernas. al subir la mirada te encontraste con tu novio mirándote expectante, con el pelo desordenado y los labios ligeramente rojos. el solo ver como te miraba con lujuria te hizo estremecer, comenzando a bajar sus pantalones con lentitud sin romper el contacto visual.
su ropa interior era gris, dejando ver su líquido preseminal a través de esta y marcando su bulto aún más de lo que normalmente sería. depositaste breves besos encima de este, sintiendo como su cuerpo se estremecía bajo tu tacto y mirando lo rápido que se desesperaba al tenerte así.
“dale nena. no me hagas rogar.” dijo acomodando el pelo de tu cara, agarrándolo en una colita con su mano. “dejáme sentirte bien.”
asentiste con la cabeza; sin ánimos de molestarlo al querer desviar su mente de el estrés que sentía en el momento. aunque la manera en la que te miraba te hacía pensar que su mente estaba lejos de pensar en cualquier cosa que no fuera la vista que tenía en frente suyo.
al bajar por completo su ropa interior afirmaste su miembro desde la base para trazar una línea recta con tu lengua lentamente, hasta llegar a la enrojecida cabeza. lo escuchaste gruñir en respuesta a tu acción, tirando la cabeza por completo hacia atrás mientras se mordía los labios.
jugaste con la cabeza del miembro en tu boca, torciendo tu lengua al rededor de esta mientras mirabas como enzo reaccionaba a cada caricia que le hacías y escuchabas con atención cada jadeo y quejido que salía de sus labios.
lo masturbabas con movimientos lentos, dejándolo mirar detenidamente como tu lengua recorría toda la longitud de su miembro mientras lo acariciabas con suavidad, quejándote levemente al tenerlo en la boca al mirarlo derritiéndose del placer.
“tocáte, bebé.” gimió al mirar como no te podías quedar quieta. “ahógate mientras te frotás.” asentiste con rapidez, bajando tu mano por entremedio de tus piernas y gimiendo instantáneamente sobre su miembro. “estás mojadita, mi amor?” volviste a asentir, dejando que tus dedos se empaparan de tus líquidos.
acorde pasaban los segundos enzo comenzó a tomar control de tus movimientos, moviendo tu cabeza de arriba a abajo mientras lo mirabas a los ojos, sintiendo como el agarre de tu pelo se volvía más y más fuerte y su respiración se agitaba aún más.
te separaste unos segundos para escupirle a la punta, rodando tu lengua por encima de esta seguidamente con rapidez mientras tu mano se movía ágilmente por el tronco de su miembro. “así, así, por favor chiquita no pares.” gimió al sentir como chupabas la cabeza y tu mano aumentaba la velocidad, apoyando su cabeza en el sillón y alzando su cuerpo, indicándote que estaba por correrse en tu boca.
acompañado de gruñidos y gemidos, sentiste tu boca llenarse del tibio líquido mientras tu feminidad se apretaba alrededor de tus dedos al mirarlo así, completamente entregado a vos.
“abrí.” dijo enzo tomándote del mentón. “mostráme la boquita.” sacaste la lengua por un par de segundos, dejándole ver que ya no quedaba nada más en tu boca. “muy bien, mi amor.” habló en un tono burlesco mientras acariciaba tu mentón, mirándote con ojos enamorados. “te ves tan bonita así; sin aliento, despeinada, tus labios hinchados, con los cachetes pintados de rojo..” se mordió los labios al finalizar su oración. “sos perfecta.”
te sonrojaste aún más con sus palabras, incorporándote encima de el para esconder tu cabeza en el hueco de su hombro. “¿te sentis mejor ahora, amor?”
“imposible estar estresado así, princesa.” dijo acariciando tu pelo luego de dedicarte una pequeña risa. “pero podría sentirme aún mejor si tenés más ideas.”
607 notes
·
View notes
Text
So American (Mexican)
Enzo x Reader! Female
Based on “So American” by Olivia Rodrigo.
Summary: Cómo en todo el tiempo que han salido tú y Enzo, el ama y se extraña de las diferencias culturales que tiene con su novia “so Mexican”.
Note: Es que esa canción y Enzo no salen de mi mente así que, porque no juntarlos 😩. Recuerden que soy mexicana, así que se más de esa cultura que de la uruguaya. Sorry 🫶🏻
![Tumblr media](https://64.media.tumblr.com/48e5acbc46cbd582be5f2e7f3ee2b2ae/a524cb779b02c8f8-c9/s540x810/2188bbad74cc5dc64c8a4355e144c0b5d4004124.jpg)
-Solo entro rápido en lo que me hago un café y bajamos a arreglarnos, ¿si?- preguntó tu novio mientras caminaban por los pasillos del hotel tomados de la mano, yendo a la habitación de un compañero del elenco.
-Esta bien, solo espero no tardemos mucho, aún quiero recorrer la playa, disfrutar el sol y el mar contigo amor.- le dices abrazándolo mientras toca la puerta de la habitación.
-Habrá tiempo para todo, no te preocupes- tu solo asientes y al tiempo Juani abre la puerta de la habitación sorprendido de verlos.- ¿Estás ocupado?
-No, no, pasá, no estoy ocupado- dice el chico ruloso dejándolos entrar a la habitación, tu novio se dirige hacia la cafetera y tú te entretienes hablando un poco con Juani hasta que ves las pantallas.
-Ay, ¿estás haciendo stream?- dices emocionada y acercándote a las pantallas.
-¿Stream, que es eso?, ¿cómo un “live”?- pregunta tu novio, sin desviar la mirada de la cafetera.
-Algo así amor, ¿puedo saludar?- le preguntas.
-Pero claro, saludá, sino te queman en Twitter.
Te ríes y te sientas a lado de Juani, saludando al chat e intentando leer todos los comentarios.
-Amor ven, te quieren ver.- le dices a Enzo jalando su camisa para que vea las pantallas.
-Voy amor, ¿segura que no querés un café?- pregunta tu novio dándole un sorbo a su taza.
-Nop, quiero un lechero del restaurante.- le contestas sonriendo y Juani comienza a reírse.
-¿Un lechero, que es eso?
-Un café con leche, pues, un lechero- dice riéndote también, pues pensándolo bien, si sonaba algo raro.
En lo que seguía la conversación, Enzo se acercó y en el chat todos se emocionaron.
-Ay, solo querían golosearse a mi novio, ¿eh?- dices trayendo miradas de los dos chicos en la habitación- bueno, o sea, echarse un taco de ojo.
-¿Qué estás diciendo?- preguntó Juani muriendo de risa.
-Una frase de abuelita, que solo querían ver al guapo de mi novio, ay no.- dices cansada de que no te entendieran.
Enzo procede a buscar donde sentarse, te recorres y se sientan en la misma silla, donde después tú te sientas en sus piernas, mientras leen lo que dicen en el chat.
-Ah mira, aquí dicen que si entendieron lo del “taco de ojo”- dices emocionada- las amo fans mexicanas.
-Acá nos preguntan, ¿qué opinan del sol de México?- dice Juani, viendo a tu novio.
-¿LuisMi?- preguntas inocentemente.
-No, el Astro, amor, no creo que hablen de él.- dice tu novio mientras te abraza.
-Yo creo que si se refieren a Luis Miguel, ¿quién más sino?
-Al Astro- vuelve a decir tu novio, a lo que tú volteas los ojos.- yo digo, que es el mismo en todo el mundo, ¿no?
Al cabo de unos minutos más y de que Enzo casi es quemado en redes sociales, se fueron del cuarto de Juani para arreglarse para el evento de esa noche.
-Hola chicos- dijiste saludando a tus seguidores mientras grababas un storie- estamos en CDMX, obviamente, y mi novio está tomando fotos a todo lo que encuentra- volteaste la cámara enfocando a Enzo con su cámara disfrutando y capturando detalles e historias que quizás muchos pasarían de largo pero él no, amaba tomar fotografías a todo.
-Dale amor, que me desconcentrás- dijo riendo viendo como lo grababas.
-Mira, tómale foto a esos “Godinez” amor, son parte de la cultura mexicana.- dijiste riendo porque sabías la expresión de la cara de tu novio.
-¿cómo, eso no es un apellido?- dijo confundido ladeando la cabeza, lo cual te hizo reír aún más y cortar el video.
-También amor- le respondiste riendo pero seguía con la cabeza ladeada- Godinez es como les decimos a los que trabajan en una oficina, ¿sabes?, que siempre están en traje y con tuppers.
-Creo que ya entiendo amor, creo- dijo por fin, después de procesar la respuesta que le habías dado.
Le tomaste la mano- Mejor vamos a Chapultepec, te voy a comprar un changuito para tu cabeza.
-¿Un que?
-Y para mí, serían dos campechanos, por favor.- dijiste sonriéndole al mesero.
-¿Para el joven?- dijo el muchacho viendo a tu novio, quien todavía leía el menu muy concentrado, tuviste que aguantar la risa porque sino Enzo tendría pena y ya no podrían ordenar.
-Yo quiero, dos al pastor, por favor y gracias- dijo como si lo hubiera practicado frente al espejo, y conociéndolo, no cabía duda de que pudo haberlo practicado.
-¿Con piña o sin piña?- en ese momento tu novio abrió los ojos sorprendido y volteó a mirarte.
-¿Comó?, ¿los tacos acá llevan “ananá”,?- parecía un niño pequeño, no se lo creía y parecía querer contarle a todos.
Tu solo asentiste y el mesero se rio un poco.
-¿Extranjero?- tú asentiste también riendo, la reacción de tu novio había sido digna de un video.- Joven, yo le recomiendo que le ponga piña.
-Pero,¿Que sabor le da?- le pregunto.
-Tu contestaste- ácido o agridulce también, mira, no nos compliquemos, uno con y uno sin, por favor.- terminaste con el dilema tan difícil de tu novio, entregaste el menú y el mesero llevó la orden.
-Es que no puedo creer que le pongan eso a los tacos, si en la pizza es raro, imagínate en los tacos, ¡increíble!- dijo aún maravillado- ¿Pero de quién fue la idea?
-No se amor- alzaste los hombros, toda tu vida conociste los tacos con piña.
-¿Pero, como que no vas a sabér?, llevas toda tu vida acá.- dijo más sorprendido que antes.
-Ay amor, si, pero cuando yo nací ya existían los tacos con piña- lo hiciste reír un poco- pero que te parece si después de comer, le hablo al creador de los tacos al pastor con piña, ¿está bien?
El asintió y minutos después probó los tacos con piña.
-¿Viste, cruzaron cuando el semáforo estaba en amarillo?- te pregunto tu novio mientras cruzaban las calles del centro histórico de México, el llevaba su cámara colgada del cuello y tu manos entrelazada con la tuya.- Esto si es de latinos.
Tu reíste y tomaste más fuerte su mano- Si amor, la verdad que si, no tenemos buena educación vial, pero, ¿qué hacemos?- le dijiste sonriendo.
-Mira, vamos a ir primero al palacio de Bellas Artes, te va a encantar- le comentaste, mientras seguían caminando por las calles y tú ya imaginabas la cara que pondría Enzo al ver ese palacio, tantos años viviendo ahí, y aún amabas ver ese lugar siempre que podías.- Vas a poder sacar muchísimas fotos.
El sonrío emocionado por el plan que habías hecho, pero, como buena mexicana, al platicar, no habías notado que no estaba el siga para cruzar, y sino era por tu novio, te podrían haber llevado con el coche.
-Cuidado amor- te dijo ya que estabas a salvo en la acera. Tú sonreíste nerviosamente, vaya que te habías llevado un susto, y solo alcanzaste a escuchar un claxon y algo referente a tu mamá.
-¡igualmente!- le gritaste al chofer del auto, y Enzo solo te miró extrañado, buscando una explicación.
-¿Porque le gritaste?, el no hizo nada.
-¡Claro que si, me la acaba de mentar Enzo!- dijiste molesta, no sabías si era por el insulto o que tu novio no defendiera pero estabas de mal humor ahora.
-¿Te la, que?- repitió Enzo intentando reprimir una sonrisa o risa, o como en este caso, ambas.
-O sea que me la refresco- volvió a verte extrañado- Me insultó, y a mi mamá, de paso.- le dijiste ya algo harta.
-Ah, claro- dijo Enzo riendo- Acá insultan mucho a la mamá, ¿no?- entre risas de él y su abrazo, se te pasó el mal humor, olvidaste la mentada y pudiste disfrutar a su lado.
11 notes
·
View notes
Text
Asherah/Qudshu em estela egípcia - ela é retratada como a figura central nesta estela egípcia datada de aproximadamente 1300-1200 AEC. De pé sobre seu leão característico, ela é coroada com um disco solar e um cocar com chifre de lua crescente. Seus braços estendidos seguram uma cobra/serpente e uma flor de lótus. A inscrição frontal identifica Asherah como “Qudshu, Senhora do Céu/Rainha do Céu” e “Senhora de Todos os Deuses”. Esses dois títulos são repetidos no verso, com os epítetos adicionais de “Senhora das Duas Terras”, Filha de Rá“, Amada de Rá” e “Olho Udjat de Atum”. Asherah/ Qudshu é ladeada pelo Deus egípcio Min (à esquerda). De pé em um pedestal elevado, um Min ereto é coroado com plumas g��meas e segura um mangual erguido. Min era um Deus pré-dinástico da fertilidade, do poder e do deserto oriental. Reflexo do alto nível de síntese e fluidez entre as religiões antigas, o Deus à direita carrega um símbolo religioso egípcio, o ankh, mas na verdade não é egípcio. Ele é o Deus siro-palestino do trovão e da guerra, Resheph. Os hieróglifos egípcios: kšt, kdš, kdst e kdšt, que identificam a Deusa nessa iconografia, foram traduzidos como Qdš, Qdšt, Qudsh, Qudšu, Qadesh, Qadishtu, Qadosh, Qedesh, Qedeshet, Qetesh, Qodesh, Quatesh, Qudsha, Qudshu, Kadesh, Ke(d)eshet, Kenet e como epíteto de Asherah.
Saiba mais no Curso “Asherah: Deusa de Israel” – para uma luta anticolonial
Para informações e inscrição: https://angelanatel.wordpress.com/2022/04/06/curso-asherah-deusa-de-israel/
2 notes
·
View notes
Text
Cada vez que te veo caminar a mi,
no puedo evitar sonreír.
En el tiempo muerto y rutinario,
cierro los ojos y pienso en ti.
Pienso en tus sonrisa ladeada. En como me haces evitarte los ojos. En como se siente tu piel.
Cuando la aglomeración del metro nos empuja cerca,
nopuedo evitar reírme al verte los ojos.
Pienso que, todos prefieren al metro vacío.
Y yo con ingenuidad deseo que este repleto.
Lleno para poder verte de cerca con una excusa poder mirarte y que no me digas "¿Qué?"
Te veo en mi balcón
mientras me siento al lado tuyo.
Te siento abrazarme
y me encuentro dentro de tu corazón.
Quisiera saber si tu también
te encuentras dentro del mío.
Sé bien que los jóvenes hoy se aman esporádicamente. Y sé lo agradable que es ser libre en su totalidad.
Pero mientras me sonríes con el pelo despeinado, pienso que te elegiría sobre cualquier experiencia. Y sobre cualquier vacación, y sobre cualquier planeta. Y sobre cualquier razón.
Sonríes y se te achinan los ojos.
Y yo que tengo el alma tan amarga, te sonrio igual.
Entonces vuelvo a ser inocente
el corazón me vuelve a latir.
No hay nadie a quien pudiera preferir.
4 notes
·
View notes
Text
HANGOVER
PAIRING: logan howlett x female reader (18+)
RATING: explicit smut | WORD COUNT: 4.1 K
Summary: Cuando Logan es enviado al pasado para evitar el apocalíptico futuro de los Centinelas, despierta en una habitación desconocida con una chica atractiva a su lado. Sin saber quién es al principio, los recuerdos de la noche anterior comienzan a llegar lentamente, recordándole los detalles de una intensa y memorable noche. A medida que las piezas encajan, Logan revive los momentos de pasión que compartió con ella, aceptando su naturaleza impulsiva y sin remordimientos, mientras enfrenta las consecuencias de la nueva realidad en la que se encuentra.
WARNINGS/TAGS: logan´s pov, pure smut - mdni 18+ slight dom/sub, drinking, reader has red hair dirty talk, anger!logan x sarcastic!reader, cigar smoking, age gap (27 vs 200), oral sex, fingering, finger sucking, unprotected piv, creampie, spanking
...
1973, New York.
No debería estar aquí. No se donde estoy.
El dolor en mi cabeza me lo confirma. Mi cuerpo, entumecido, me recuerda cada copa que algo paso anoche, pero el verdadero problema no es la mi dolor. Es ella. Está a mi lado, aún dormida, quien carajos es aquella linda chica que está conmigo.
Hasta que el dolor de mi cabeza comienza a bombardearme de una manera constante.
Lo recuerdo. Recuerdo cómo comenzó la noche anterior. Todo estaba bajo control. Las luces del bar parpadeaban mientras ella se reía, relajada, ignorando la preocupación en mi cabeza. No era la primera vez que me pedían que cuidara de alguien, pero esta vez se sentía diferente. El jefe confía en mí. Eso debería ser suficiente para mantenerme alejado de situaciones como esta.
Pero entonces vino la segunda copa. Y la tercera.
"Estás tenso, Logan" me dijo ella, con una sonrisa tan inocente que me hizo dudar por un segundo. Pero solo por un segundo. El alcohol no hizo más que borrar las líneas que había jurado no cruzar.
No soy el tipo de hombre que se deja llevar fácilmente. Sabes lo que haces, sabes lo que quieres, y anoche no fue distinto. Necesitaba despejarme, desconectar de toda la mierda que traigo encima. Lo último que esperaba era que termináramos aquí, pero... ella estaba tan malditamente hermosa. No me lo voy a negar ni a mí mismo. La vi, con esos shorts vaqueros que se ceñían a su cuerpo de una forma casi insultante, el cabello despeinado y esa sonrisa ladeada, y todo en mí gritaba que no me metiera en problemas.
Pero a veces, los problemas son lo único que parece real.
Habíamos tenido nuestros roces antes. Miradas que duraban demasiado, palabras que se quedaban en el aire. No había que ser un genio para notar la tensión. Una vez me tomó del brazo en la cocina del jefe, solo para hablarme de cualquier tontería, pero la forma en que me miraba me decía otra cosa. Siempre había algo, pero por una razón u otra, nunca llegaba a nada. Algún amigo de su padre entraba a la habitación, una llamada urgente, cualquier excusa del destino para interrumpirnos.
Anoche, no hubo interrupciones. No esta vez.
"Vamos, log ¿No puedes relajarte ni por una noche?" su tono era juguetón, pero había algo más detrás de esas palabras. Me desafiaba. Sabía lo que hacía.
El whisky ayudó a bajar las defensas, y no necesité mucho más para saber lo que venía después. Lo necesitaba. No solo la bebida, no solo un escape temporal. Necesitaba sentirme vivo, aunque fuera por unas horas. Y ella... joder, ella lo sabía. Sus ojos oscuros me atrapaban y, en ese momento.
Ya no se trataba de control. Se trataba de perderlo.
La música del bar es fuerte, el lugar está abarrotado, pero entre toda esa gente, ella es lo único que veo. Está sentada frente a mí, jugando con el vaso en sus manos. Esa sonrisa traviesa no se ha ido desde que nos sentamos. Intento concentrarme en cualquier otra cosa, pero esos shorts de jean y la forma en que su pierna roza la mía cada vez que se inclina hacia adelante no ayudan.
"¿Qué pasa, Logan?" pregunta, alzando una ceja mientras bebe otro sorbo. Sus ojos se clavan en los míos, desafiantes. Juega conmigo, pero ya no sé si quiere ganar o perder.
"Nada que no pueda manejar" respondo con una media sonrisa, llevándome el vaso a los labios. El whisky baja como fuego, quemando lo poco que quedaba de autocontrol. No debería estar aquí. No con ella. Y menos así, cuando ni siquiera tengo claro cómo acabamos en este lugar.
"¿Seguro?" se inclina un poco más, y la distancia entre nosotros se acorta peligrosamente. Su perfume me golpea, dulce pero con ese toque embriagador que me deja más perdido de lo que ya estoy.
No contesto. No hace falta. La forma en que la miro lo dice todo, y ella lo sabe. La tensión ha estado ahí desde hace tiempo. En cada maldito encuentro, en cada vez que su mano rozaba la mía o su mirada se quedaba un segundo de más. Siempre había algo, pero las reglas nunca nos dejaban pasar del límite. Hasta ahora.
"Siempre tan en control..." dice, casi burlándose. Se muerde el labio mientras me mira, y eso es todo. Pierdo la batalla.
"¿Es eso lo que piensas?" mi tono es más bajo, y sé que estoy cruzando una línea de la que no voy a volver.
"Creo que debajo de toda esa actitud fría... necesitas un respiro." Su sonrisa se ensancha, y por un segundo, todo parece demasiado claro.
La tomo de la muñeca suavemente, apenas un roce, pero suficiente para que sepa que estoy cayendo. Ella no se aparta, al contrario, se inclina un poco más hacia mí. Cada palabra, cada gesto, cada maldita mirada nos ha llevado hasta aquí.
"Tal vez tienes razón" murmuro, casi para mí mismo.
La noche sigue, pero los detalles comienzan a difuminarse. Copas vacías se apilan en la mesa, las luces del bar se vuelven más tenues, y antes de darme cuenta, estamos saliendo. Su risa se mezcla con el ruido de la ciudad, y mis pensamientos son un caos. Solo sé una cosa con certeza: la distancia que solíamos mantener se ha evaporado.
Llegamos a la habitación sin decir una palabra. Ninguno de los dos necesita hablar. Mi mente me grita que me detenga, que piense en lo que esto significa, pero su cuerpo, su piel contra la mía, lo borra todo.
La noche avanza, y en ese momento, no pienso en las responsabilidades. Solo nosotros dos, y lo que siempre había estado a punto de suceder.
La puerta se cierra detrás de nosotros, y la habitación queda bañada en un suave resplandor. Su risa se convierte en un eco lejano mientras me acerco, la adrenalina y el alcohol corriendo por mis venas. La miro, y en ese instante, el mundo se reduce a su figura: el contorno de su cuerpo, la forma en que se marcan sus curvas, y la manera en que su cabello cae desordenadamente sobre su rostro.
"No puedes seguir así, Logan." Su voz es un susurro desafiante, pero su mirada arde con deseo.
"¿Así? ¿Cómo?" la desafío, acercándome un poco más, disfrutando del pequeño titubeo en su voz. El juego que hemos estado haciendo toda la noche ha llevado esto a un nivel que ni yo esperaba, pero aquí estamos. Ambos jugando al borde.
"Mirandome como si fuera un maldito trofeo, lo haces muy obvio, cariñi" Su tono es juguetón, pero hay una seriedad en su mirada que me hace querer más.
"Es la verdad, eres un maldito trofeo, nena" respondo, sin quitarle los ojos de encima.
Cuando sus labios se curvan en una sonrisa, siento que mi autocontrol se desmorona. No hay más espacio para las dudas, no cuando ella da un paso hacia mí, el roce de su cuerpo contra el mío me deja sin aliento. La quiero. Y eso es un hecho que he ignorado un tiempo.
La atracción es eléctrica, y antes de que pueda pensar en las consecuencias, la empujo suavemente contra la pared. Ella ríe, pero es un sonido lleno de seducción, un eco que me invita a seguir adelante.
"Siempre quise ver cómo eras en realidad "dice, sus ojos brillando con un desafío. Se acerca, su pecho tocando el mío y sus manos bajando lentamente por mi nuca hasta llegar a mis claviculas queriendo provocarme.
"¿Y cómo es eso?" le pregunto, inclinándome hacia ella, haciendo que nuestras respiraciones se mezclen, envolviendonos como si fuéramos uno. La tensión entre nosotros es mas que palpable.
"Despiadado." La forma en que pronuncia la palabra me hace estremecer. Es un reto y un deseo envuelto en una sola frase.
Y entonces, sin pensar más, la beso. La conexión es instantánea, una explosión de sensaciones. Sus labios son suaves y ardientes, y el sabor del whisky aún está en su boca. Se aferra de vuelta a mi cuello, y la forma en que responde a cada toque, cada caricia, me hace perderme en ella.
Ambos sabemos lo que estamos haciendo, y no hay lugar para la culpa. Nos estamos entregando a algo que hemos estado evitando durante demasiado tiempo. El roce de su piel contra la mía me quema, y no puedo evitar explorar cada rincón, cada curva. Ella se mueve, provocando, dejando que mis manos recorran su cuerpo.
"Así que... ¿ahora somos solo diversión?" pregunta, con un tono que desafía cualquier intento de que esto sea solo un momento pasajero.
"Divertido sería un eufemismo"
La besé con intensidad, y mientras nuestros labios se encontraban, el mundo exterior se desvanecía. Pero cuando finalmente me separé de ella, su risa ligera y traviesa rompió la tensión.
"¿Divertido sería un eufemismo?" me repitió, sus ojos brillando con picardía.
"Uhm, si, princesa." Había algo en su energía que me atrapaba.
"Vaya, entonces, ¿soy solo tu diversión por esta noche?" dijo, con un toque de desafío en su voz.
"Podemos hacer que no sea solo esta noche ¿no?" respondí, con tono juguetón, alzando una ceja mientras me acercaba más.
Ella se rió, un sonido que llenó la habitación. La forma en que se reía y me lanzaba esa mirada provocativa me hacía sentir una mezcla de admiración y deseo. Ella estaba aquí, tan cerca, con una confianza que me derritía.
"Te sorprenderías de lo que puedo manejar" le dije, acercándome de nuevo, sintiendo la chispa entre nosotros encenderse otra vez.
"Entonces, ¿qué esperas?" preguntó, con esa voz seductora mientras se inclinaba hacia mí, invitándome a cruzar la línea una vez más.
Sin decir una palabra más mis manos fueron por su espalda llegando hasta su cintura y atrayéndola hacia mí, sintiendo su cuerpo responder a cada uno de mis movimientos. No había más palabras. El murmullo de la noche nos envolvía mientras nos entregábamos el uno al otro.
Tomé su cintura con firmeza y la empujé, empotrándola contra la pared. La sorpresa en sus ojos fue reemplazada rápidamente por un deseo ardiente que reflejaba el mío. Estaba tan cerca de ella, podía sentir su respiración acelerada, y eso solo encendió la chispa dentro de mí.
"Eres tan deseable" le susurré, mi voz baja y áspera, mientras la miraba de cerca.
Sin darle tiempo a responder, empecé a recorrer su piel con mis manos, sintiendo la suavidad de su cuerpo bajo mis dedos. Gruñí suavemente, un sonido primal que resonó en la habitación, y me incliné para besar su cuello, sintiendo su pulso latir más rápido.
Ella arqueó su espalda, presionándose contra mí, provocando cada vez más ese fuego dentro de mí. Sin darle tiempo a responder, le quité la camiseta con un movimiento decidido, dejando su piel expuesta ante mí. Mis manos encontraron su piel, deslizando mis dedos sobre sus senos, sintiéndolos entre mis manos. Ella se arqueó hacia adelante, empujando su pecho contra mí, como si estuviera pidiéndome más.
"¿Te gusta esto?" pregunté, sintiendo su cuerpo temblar bajo mi toque. "Más de lo que te imaginas," respondió, su voz un susurro lleno de deseo.
Aumenté la presión de mis manos, acorralándola contra la pared mientras me acercaba más, asegurándome de que no hubiera espacio entre nosotros. La miré a los ojos, sintiendo la intensidad del momento, y ella me devolvió la mirada con una mezcla de desafío y anhelo.
"Voy a mostrarte exactamente lo que quiero," Ella cerró los ojos, disfrutando de cada caricia, y eso solo avivó el fuego dentro de mí. Bese su cuello con intensidad, dejando un rastro de besos y mordiscos que hacían que su cuerpo temblara. Gruñidos de placer escapaban de mis labios mientras la sentía responder a cada movimiento mío.
Mis manos descendieron lentamente hacia su trasero, ese que resaltaba de manera perfecta en los shorts ajustados que llevaba. No pude resistirme; lo agarré con fuerza, sintiendo su suavidad y la firmeza de su cuerpo. Ella soltó un jadeo, la reacción que tanto deseaba escuchar.
Sin pensarlo dos veces, la levanté, y sus piernas se enroscaron alrededor de mi cintura. El contacto era electrizante. Me froté contra ella, buscando ese roce que tanto ansiaba. Su cuerpo se movía al ritmo de mis movimientos, y cada roce provocaba un nuevo suspiro de su parte.
Mientras mis caderas se movían contra las suyas, el sonido de su respiración se hacía más intenso, más ansioso. Cada presión, cada fricción era un recordatorio de lo que ambos queríamos, lo que habíamos esperado tanto tiempo.
La habitación estaba llena de un deseo palpable, y me dejé llevar por la necesidad, dejando que cada caricia, cada roce hablara por sí mismo. Ella se aferraba a mí, y su respuesta me decía que estábamos en la misma sintonía, ansiosos por explorar lo que esta noche aún tenía reservado.
Cada movimiento era una danza entre la urgencia y el deseo. La habitación, iluminada solo por la tenue luz de la calle, se llenaba con nuestros susurros y los suaves golpes de nuestros cuerpos entrelazados. Mis manos seguían explorando, sintiendo la curva de su espalda, el contorno de su trasero, mientras ella se aferraba a mi cuello, sus dedos enredándose en mi cabello.
El ritmo de nuestras respiraciones se sincronizaba, cada jadeo y suspiro se convertía en un lenguaje propio, uno que hablaba de anhelos y promesas no dichas. La presión de su cuerpo contra el mío era intoxicante. Podía sentir su calor, su piel suave, y eso solo intensificaba la necesidad de tenerla más cerca, de perderme en ella.
La miré a los ojos, viéndolos brillar con una mezcla de deseo y desafío, y me incliné para capturar sus labios de nuevo. Este beso era diferente, más profundo, cargado de la urgencia que ambos sentíamos. Sus piernas se aferraban a mí con más fuerza, y mis manos no se detenían, explorando su cuerpo con una desesperación que no podía contener.
Pero entonces, el momento se volvió más borroso. La siguiente imagen que aparece es la cama, nuestras ropas dispersas por el suelo, y yo inclinado sobre ella. Mis manos recorren sus piernas, separándolas lentamente mientras me posiciono entre ellas. Sus labios entreabiertos dejaban escapar un suave suspiro, su cuerpo entregándose completamente. Mis dedos la tomaban con firmeza, y el calor entre nosotros era casi insoportable. Estaba perdido, completamente rendido a ella.
No esperé más. El deseo me consumía, y la necesidad de sentirla completamente era innegable. Mi lengua comenzó a recorrer su vulva con un movimiento lento, explorando cada centímetro de sus labios mayores, y luego deslizando hasta los menores. Podía sentir cómo su cuerpo respondía a cada roce, sus caderas levantándose ligeramente, buscando más contacto.
Me detuve un segundo, solo para escuchar su jadeo entrecortado antes de que mi lengua encontrara su clítoris. Lo rodeé con suavidad, aumentando la presión poco a poco. Su respiración se volvió más rápida, más pesada, mientras sus dedos se aferraban a las sábanas. La sensación de control y de saber que estaba llevándola al límite me encendía aún más. Mi músculo jugaba con su órgano placentero, alternando entre caricias suaves y presiones más intensas, disfrutando de cada respuesta de su cuerpo.
Ella jadeaba mi nombre entre susurros, y cada sonido que hacía me incitaba a continuar, a no detenerme hasta que su cuerpo se rindiera por completo.
Mis manos se deslizaron hacia sus muslos, acariciando su piel caliente antes de apretarlos con fuerza, provocando un leve temblor en su cuerpo. No me detuve ahí; mis dedos alternaban entre suaves caricias y pequeños golpes, justo lo suficiente para hacerla gemir un poco más fuerte. Levanté la vista un instante, viendo su expresión, completamente perdida en la sensación.
"¿Te gusta, nena?", le pregunté con voz ronca, sin dejar de mover mi lengua sobre su clítoris, sintiendo cómo su cuerpo reaccionaba aún más a cada palabra, a cada roce.
Ella respondió con un jadeo entrecortado, apenas capaz de formar palabras, lo que me arrancó una sonrisa. "Así me gusta..." murmuré, mientras seguía estimulándola, disfrutando de cómo sus caderas se movían al ritmo de mi lengua, de cómo se rendía al placer.
Mis manos seguían recorriendo sus muslos, apretándolos con más fuerza cada vez que sus gemidos se hacían más intensos. Estaba completamente entregada, y yo, perdido en el deseo de hacerla llegar al límite. Pero no iba a dejar que eso pase.
Dejé de estimularla justo cuando sus gemidos alcanzaban su punto más alto, sacando mi lengua de su clítoris de manera repentina. El sonido de su respiración agitada llenaba la habitación mientras me deslizaba sobre ella, inclinándome hacia su rostro sin darle tiempo para recuperar el aliento. Sin aviso, capturé sus labios en un beso profundo, posesivo, sintiendo cómo me respondía de inmediato.
En medio de ese beso, mi mano bajó entre sus piernas, y sin previo aviso, metí dos dedos dentro de ella, profundizando el contacto. Su cuerpo se arqueó bajo el mío, y sus uñas se clavaron en mi espalda. El calor de su interior, el sonido de su jadeo atrapado entre nuestros labios, me volvía loco. No le di tregua, mis dedos entrando y saliendo de ella con firmeza, al mismo ritmo que mi lengua exploraba su boca, como si ambos movimientos fueran una sola cosa.
La escuché gemir contra mis labios, y eso solo aumentaba mi deseo de seguir llevándola más allá, de sentir cómo su cuerpo respondía con cada embestida de mis dedos.
Mis dedos se movían con más rapidez dentro de ella, sintiendo cómo sus paredes se cerraban alrededor, completamente entregada. Cada vez que arqueaba su espalda, cada vez que sus jadeos se hacían más intensos, solo me impulsaba a ir más fuerte. Su cuerpo reaccionaba a cada embestida de mis dedos, y el sonido de su respiración desesperada llenaba el cuarto.
"Por favor…" jadeó, apenas siendo capaz de formar las palabras.
Me detuve un segundo, mis dedos aún dentro de ella, pero sin moverme, provocando que soltara un gemido frustrado. La miré a los ojos con una sonrisa burlona. "¿Por favor qué, pequeña?" murmuré, mi voz ronca y desafiante. "Pídelo… vamos."
Su respuesta fue inmediata, sin dudar ni un segundo. "Fóllame de una vez."
Esa súplica me arrancó una sonrisa satisfecha. "Eso quería oír…" Le di un beso rápido y profundo antes de retirar mis dedos, y sin darle más tiempo, me coloqué entre sus piernas y tomando mi extensión, la penetréme adentre a ella con una sola estocada y lo que salió de sus labios fue todo lo que necesitaba para saber que no había nada que ambos deseáramos más en ese momento.
Mi cuerpo se movía con fuerza, rítmico y firme, mis manos aferrándose a sus caderas mientras la embestía con todo lo que tenía. El cuarto se llenaba con el sonido de nuestras respiraciones mezcladas, su piel contra la mía, cada movimiento una promesa de que esa noche estaba hecha para perderse el uno en el otro.
Follarla se sentía como un maldito vicio, uno del que no quería ni podía escapar. Cada vez que me enterraba más en ella, sentía cómo su cuerpo me recibía con una mezcla de desesperación y deseo. Era adictivo, la manera en que se arqueaba contra mí, cómo sus uñas se clavaban en mi piel mientras me pedía más sin palabras. Su calor, su suavidad… joder, todo en ella me volvía loco.
Era como si cada embestida me conectara más con algo primitivo, algo que hacía que cada parte de mí gritara por tomarla, por perderme completamente en su cuerpo. Cada vez que me hundía en ella, más fuerte, más rápido, sentía esa satisfacción visceral, el placer de hacerla mía, de sentir sus piernas apretarse alrededor de mi cintura mientras se aferraba a mí como si yo fuera lo único que la mantenía en el maldito planeta.
No había nada más en ese momento. Solo el sonido de su respiración entrecortada, el latido frenético de mi corazón y el placer de estar dentro de ella.
Todo era puro instinto, cada movimiento guiado por la urgencia de sentir más. Sin embargo, antes de que pudiera procesarlo, ella me empujó hacia atrás, haciéndome girar hasta quedar de espaldas en la cama. No le di resistencia; al contrario, me encantaba verla tomar el control. Se colocó encima de mí con una sonrisa desafiante, esos malditos ojos llenos de deseo mientras sus manos recorrían mi pecho.
Se hundió en mi polla de golpe, y ambos dejamos escapar un gemido. Su ritmo era frenético, sus caderas moviéndose contra mí con una fuerza que me volvía loco. Podía sentir cada centímetro de ella apretándome, y mis manos volaron a sus caderas, guiándola, mientras mis ojos no podían apartarse de su cuerpo moviéndose sobre mí.
"Joder, Logan…" gemía ella, su voz entrecortada por el placer. "Oh, sí… así…"
Sus manos se aferraban a mi pecho, buscando apoyo mientras cabalgaba sobre mí, y cada vez que soltaba un "oh, sí" o un "joder", sentía cómo la tensión dentro de mí se apretaba más. El sonido de nuestros cuerpos chocando, de sus jadeos, de sus gemidos, hacía que todo el cuarto pareciera temblar. Verla perderse en el placer, cabalgándome sin freno, hacía que cualquier control que me quedara se desvaneciera.
Cada vez que sus caderas se movían sobre mí, no podía apartar la vista de su pecho rebotando con cada movimiento. Era una imagen que me quemaba la mente, imposible de ignorar. No pude evitarlo. Mis manos volaron hasta sus pechos, tomándolos con fuerza, apretando sin lastimarla, simplemente disfrutando de la sensación de tenerla completamente en mis manos mientras seguía cabalgando sobre mí.
Ella dejó escapar un gemido más alto cuando mis dedos apretaron sus pezones, y ese sonido fue suficiente para marcarlo todo en mi memoria. Verla así, tan entregada, con su cabello desordenado, sus labios entreabiertos y su mirada llena de deseo… era una imagen que sabía que no iba a olvidar jamás.
Sus gemidos se hicieron más intensos, sus movimientos más frenéticos. "Logan… estoy cerca," jadeó entre respiraciones entrecortadas, sus ojos brillando con una mezcla de placer y desesperación. El ritmo de sus caderas era caótico, imparable, y yo también sentía esa tensión acumulándose en mí, apretando cada músculo como una maldita tormenta a punto de explotar.
Mis manos seguían aferradas a sus pechos, pero la necesidad de perderme en ella me hizo llevarlas de nuevo a sus caderas, guiándola, empujándola más fuerte contra mí. "Joder… yo también," gruñí entre dientes, sintiendo cómo el control se me escapaba, cómo cada embestida me llevaba más cerca del borde.
Un último gemido escapó de sus labios cuando se arqueó sobre mí, su cuerpo temblando mientras el orgasmo la sacudía. La sensación de tenerla apretándome, su calor rodeándome por completo, fue lo que me empujó al límite. Solté un gruñido bajo mientras me liberaba dentro de ella, sintiendo cómo mi cuerpo se rendía al placer.
La llené por completo, cada segundo prolongándose en un torbellino de sensaciones. Ambos nos quedamos jadeando, con nuestros cuerpos entrelazados, disfrutando del caos que habíamos creado juntos.
Cuando finalmente el placer se desvaneció, ella cayó sobre mi pecho, agotada. La abracé, moviendo su cuerpo a mi lado para envolverla con la manta, sintiendo su calor contra mi piel. La habitación, aún impregnada de nuestro encuentro, parecía más tranquila ahora, como si el mundo exterior hubiera desaparecido.
Podía ver lo exhausta que estaba, con el cabello desordenado cayendo sobre su frente. Era un desorden hermoso, una mezcla de cansancio y satisfacción que me hizo sonreír. La acurruqué más cerca, disfrutando de la suavidad de su piel contra la mía. En ese momento, con ella en mis brazos, todo lo demás parecía irrelevante.
Pero el golpe de la realidad llegó como una patada en el estómago. Sintiendo un dolor punzante en la cabeza, y todo lo que había pasado la noche anterior regresó a mi mente en un torrente. Me incorporé rápidamente, sosteniéndome la cabeza con una mano mientras trataba de recordar cada detalle. La habitación seguía en penumbra, pero el eco de sus gemidos resonaba en mis oídos, la imagen de ella cayendo sobre mí aún fresca.
Me dirigí al espejo. Observando mi rostro cansado y despeinado, pero joven, mucho mas joven. Mirando mi reflejo, una sonrisa sardónica se dibujó en mis labios. Después de todo, había algo liberador en la locura de la noche anterior. Claro, era un enredo, y la realidad de la situación pesaba en mi mente, pero el recuerdo de su risa, su piel contra la mía y la forma en que me miraba.
Dejé de lado mis pensamientos, sintiendo la adrenalina de la noche recorrerme. Así que me vestí y salí de la habitación, dejando atrás el eco de su risa y el sabor de su piel. No sin antes dejar un papel en su mesa de noche con mi número de telefono, aunque probablemente sea el incorrecto.
Con un último vistazo al espejo, me obligué a dejar atrás el pasado reciente. No podía cambiar lo que había sucedido, pero podía decidir cómo seguir adelante. Y, por ahora, todo lo que quería era recordar cómo se sentía vivir sin preocupaciones, aunque fuera solo por un instante. La vida seguía, y yo tenía que hacer algo para salvarla.
#wolverine x reader#logan howlett x reader#wolverine fanfiction#logan howlett smut#logan howlett x you#wolverine smut#logan howlett x f!reader#logan howlett x fem!reader#the wolverine#wolverine#logan howlett#hugh#hugh jackman#deadpool and wolverine#james howlett#marvel x reader#marvel#lobezno#xmen movies#xmen
22 notes
·
View notes
Text
Zhongli x fem!reader -NSFW español
en resumen... Zhongli regresa a casa tras un largo día de trabajo y espera que su esposa!lectora lo cuide.
Adcertencias: smut, pev, kink de adoración, mención de colmillos y mordidas porque me gusta la idea del Zhongli híbrido. Si se me olvidó algo avisarme.
✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️✨️
La sensación de los dientes de Zhongli en la parte interna de tus muslos te hace levantar la cabeza para encontrarte con una mirada ámbar llena de lujuria
"Zhongli…" susurras ahogando un gemido cuando sientes su lengua deslizarse entre tus pliegues.
"He tenido un largo día" susurra contra tu centro, las ondas enviando vibraciones a tu clítoris. "No puedo disfrutar de mi mujer esta noche?"
Aquello lo dice gateando sobre ti, apoyando las manos a cada lado de tu cabeza e inclinando su cabeza hacia un lado. Para Zhongli, milenios habían pasado hasta volver a encontrar a una criatura tan magnífica como tú, hermosa, y sabrosa en varios sentidos.
"He conocido varias mujeres a lo largo de mi vida" susurró en tu cuello, trazando círculos con el dedo alrededor de tu pezón, "y tu eres de las que más me ha gustado", dicho eso deja un leve mordisco en tu piel, sientes los colmillos de su forma híbrida sobresalir.
"Se supone que eso debe hacerme sentir halagada?" preguntas apartando su cabeza de tu cuello, encontrándote con la mirada brillante del Arconte, que sonríe mostrando los caninos extendidos.
"En efecto" dice con el tono de voz bajo, voz rasposa y grave, enviando calor a la parte baja de tu vientre.
"Todas son eclipsadas por ti, ningún nombre significa algo cuando te tengo aquí, debajo de mi".
"Entonces seré solo una más de tus amantes?" preguntas incorporándote, aunque él no se mueve ni un ápice, quedando sus rostros a escasos centímetros.
"Claro que no" acaricia tu mejilla y deja un beso suave en la comisura de tus labios. "Cuando tu mueras, me iré contigo. No habrá mujer después de tí. Nadie valdría la pena, por eso voy a aprovecharte cada segundo, cada palabra que salga de tu boca, cada movimiento de tu cuerpo y cada gemido que logre arrancar de tí"
"Tenemos tiempo" dices besando su cuello, sintiendo su piel erizarse bajo el toque de tus labios, "todavía soy joven, tengo toda una vida que entregarte".
Notas una pizca de melancolía en sus ojos por un momento, luego una sonrisa ladeada.
"A mi edad, el tiempo pasa más rápido de lo que parece" dice, la boca torcida en una mueca que trata de esconder su desdicha.
"Entonces no hay que perder ni un solo segundo" susurras bajando tu mano hacia la parte más baja de su abdomen, sintiendo su masculinidad endurecerse.
No te acostumbras a la sensación de tenerlo dentro, grande y grueso comparado con tu estrecho coño, sus manos aprisionando las tuyas contra las sábanas de seda, sus dientes abusando de tu pezón enrojecido, y sobretodo las miradas que te lanza cuando te estremeces porque él golpea ese punto suave en tu coño, ese que tan bien conoce.
No está bien, sabes que no es correcto encontrarte de este modo con el Arconte de Liyue, lo sacrílego que es que tus paredes succionen su masculinidad con tanto ímpetu. Lo irrespetuoso que es repetir su nombre entre gimoteos y lágrimas, rogando por velocidad y fuerza.
"Zhongli", aquello sale de tus labios como un grito. Está completamente dentro de tí, el frenesí de sus movimientos hacen que resbales sobre las sábanas, tu cabello un desastre entre tus manos, que siguen aprisionadas por las de él, mucho más grandes en comparación.
"Mírate" dice él, una sonrisa dibujada en su cara, "tomándome tan bien, tan devota de tu Arconte. Pequeña criatura buena, toda mía, con ese lindo coño apretado pidiendo por más".
"Morax" susurras, la voz ya no sale, la garganta te arde de tantas veces que él ha logrado hacerte gemir.
Zhongli se tensa ante tus palabras, cuando usas su nombre de Arconte lo llevas al límite, y eres consciente de aquello.
Le fascina cuando actúas como una criatura devota, cuando le dices Morax y él está dentro de tí hurgando en tus espacios más estrechos. Acelera las embestidas, que se vuelven irregulares, no es Zhongli, no es el consultor de la funeraria, no, es Morax, el Arconte de Liyue que se está cogiendo a su mujer como si fuera el último día de su vida, arrancando de ella cada partícula de placer que pueda.
No se había sentido de este modo en siglos… es más… diría que no se había sentido de este modo nunca.
Siente tu orgasmo sobre su miembro y un delicado anillo brillante formándose alrededor. Continúa hasta llegar a su propio clímax, golpeando ese punto que te sobreestimula de forma magnífica. Se viene dentro de tí, soltando un gruñido casi animal mientras aprieta tus dedos entre los suyos. No te soltó en ningún instante.
Deja caer su pecho sobre el tuyo y esconde su cabeza en tu cuello. Le gusta tu olor, sobretodo después del sexo, porque está mezclado con su propia esencia.
Le acaricias el cabello liberándote de su agarre, y dejas un beso casto sobre su sien.
"Te amo" dices.
Él todavía está dentro de tí, y puedes sentir la forma en que vuelve a endurecerse.
"Zhongli, espera.."
"Tú misma dijiste que no hay que perder ni un solo segundo" dice él. Sabes que te espera una semana larga.
#zhongli#zhongli x reader#zhongli smut#zhongli x you#zhongli genshin impact#zhongli fluff#genshin#venti#lumine#xiao#genshin impact#morax#morax x reader#morax smut#genshin morax#genshin zhongli#genshin impact morax#rex lapis#genshin x reader#genshin smut#genshin imagines
39 notes
·
View notes