#la noche del comienzo
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Espero disfrutéis una fantástica noche y de este Relato
El comienzo de un viaje que viví hospitalizado en estado crítico y al que invito os adentréis
MAS ALLÁ DE SER UN CUENTO
El Rincón de Ces
#el rincón de ces#relatos nocturnos#relatos de la noche#narrador#cuento de locura#autor y narrador de relatos#escritor#relato de experiencia real#una historia insolita#creador de video relatos#escucha conocimiento y sabiduria#mas alla de ser un cuento#la noche del comienzo#relatos de aggua#aggua 1#relatos sorprendentes
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" está bien no me hagas caso, pero estoy segura que vi una cosa enorme moverse por los arbustos cerca de ese camino, ¿qué tal si es un oso?, mejor vayamos por este camino. "
#más noche contesto con riz#mientras dejo a la nena jiji#no lo admite pero tiene miedo#y si vio algo juradito q si#está al comienzo del camino btw
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Holi! Como estas? Soy la que pidió el request de dark!Enzo y la lectora con vibes Audrey Hepburn. Si bien no está publicado quería pedirte un smut dentro de ese mismo universo en donde ellos duermen juntos por primera vez y medio que se cambian los roles por ejemplo la lectora saca su lado más sucio y obsceno (me la imagino diciendo "dale si chupame las tetas" "cogeme mas fuerte" "como me encanta ser tu putita") y el pobre enzo todo suave en plan 😯😲😳 porque ella ni siquiera dice malas palabras
Kinktober, Día 16: Degradation
El plan original consistía en una meticulosamente planeada tarde/noche de películas en tu hogar. Esperaste durante todo el día que las agujas del reloj marcaran las cinco para recibir a Enzo, que llegó puntual como siempre y cargando un ramo de tus flores favoritas.
Ignoraban que unas horas más tarde -mientras comentaban el final de Orgullo y Prejuicio antes del comienzo de Constantine- se desataría una tormenta que cambiaría el desenlace de la velada. El rugido de un trueno los sorprendió y cuando las luces parpadearon un escalofrío te recorrió.
Una vez finalizada la última película Enzo insistió en marcharse, argumentando que no quería molestarte más tiempo y que sólo era un poco de lluvia, pero sus intentos de ser un caballero llegaron a su fin cuando con voz firme le dijiste que no permitirías que se marchara en esas condiciones.
Regresó a tu habitación en silencio luego de tomar un baño y la imagen que lo recibió le cortó la respiración. Estabas sentada en tu cama, sin saber que por la posición tu ropa interior era visible, masajeando una crema en tus piernas; la delicada seda rosa de tu pijama caía sobre tu cuerpo y...
Tu voz sacude sus pensamientos. Vuelve a centrarse en el presente.
-¿Me abrazás?- preguntás tímidamente-. Tengo un poco de frío.
Enzo tiembla. No tiene que ver con la temperatura.
Gira sobre su costado, rodeando tu cintura con su brazo, procurando que sólo su pecho entre en contacto con tu espalda. Suspirás cuando su calor te invade y te dejás caer aún más hacia su cuerpo, moviéndote hasta que la distancia que los separa se ve reducida a átomos, pero cesás tus acciones abruptamente cuando lo sentís.
-Perdón.
-¿Por qué me pedís perdón?- preguntas luego de dejar salir una pequeña risa-. No es nada malo.
-No, pero se supone que sólo vamos a dormir, no quiero que pienses que...
-¿Que me querés coger?- completás. Estando de espaldas y en completa oscuridad no podés ver la expresión en su rostro, la manera en que separa los labios para dar paso a palabras mudas o sus pupilas dilatadas, por lo que su silencio te preocupa-. ¿No querés...?
-Quiero- besa tu hombro-, pero sólo si vos querés.
Es tu turno de voltear y justo cuando lo hacés un relámpago llena de luz la habitación. No es la primera vez que tenés el privilegio de ver el rostro de Enzo desprovisto de su usual maquillaje pero todavía te maravillás por el largo de sus pestañas, más notorias sin el delineado, así como por la manera en que el color de sus ojos destaca.
De nuevo en la penumbra tu mano encuentra su mejilla y tu pulgar se desliza con suavidad sobre su piel. Podés percibir la manera en que busca más contacto con tu palma, pero interrumpís tus caricias y arrastrás tus dedos por su cuerpo -sus labios, su mandíbula, su pecho- hasta finalmente tocar el elástico de su ropa interior.
-Obvio que quiero.
Deja que tu mano explore bajo su ropa: es pesado, grande, y ya está húmedo, pero no lográs concentrarte mucho en esos detalles porque cuando comenzás a tocarlo, con movimientos lentos y un poco de dificultad por su tamaño, el suspiro que escapa de sus labios es más un gemido.
Buscás su boca y corresponde el beso con desesperación, mordiendo y tirando de tus labios, pero explorando tu cuerpo tímidamente con su mano. El calor de su palma en tu cadera, tu cintura y cuando roza brevemente tu pecho comienza a hacer efecto entre tus piernas. La necesidad se vuelve imposible de ignorar.
Te separás de Enzo y cuando te reincorporás para encender la lámpara su mano termina entre tus muslos, sujetando tu pierna con firmeza, expresando sus deseos silenciosamente. Podés ver en sus ojos el momento en que reúne el valor necesario y luego sentís sus dedos colándose bajo el dobladillo del short.
Bajás la mirada y gemís.
Las venas que decoran su brazo y el dorso de su mano hacen que la imagen sea más erótica. Roza tu centro por sobre el algodón ya húmedo y cuando te mira en busca de consentimiento asentís, estúpida por el deseo, sin recordar que querías buscar el lubricante.
-Estás muy mojada- dice en voz baja, como si se sorprendiera, cuando sus dedos entran en contacto con tus pliegues-. Vos decime si querés que pare, ¿sí...?
-Sí.
Enzo intenta controlarse pero es difícil cuando la imagen frente a él resulta así de tentadora. La suavidad de tu piel bajo sus manos, la manera en que separaste las piernas sin que tuviera que pedirlo, el tirante de tu blusa cayendo sobre tu hombro, tus pezones duros marcándose en la tela, tu centro brillando con tu excitación cuando mueve aún más la delicada prenda.
Te ayuda a recostarte y en un movimiento que parece dominar retira sólo tu ropa interior. No te da tiempo de preguntar o bromear sobre su acción, rápidamente introduce su dedo medio y suspirás, tentada por la manera en que el dígito trabaja sobre tus músculos.
El brillo en tus ojos y tu mirada fija sobre sus movimientos sólo empeoran el estado de su erección y no sabe qué quiere primero: sentir tus manos otra vez, utilizar tu boca o enterrarse en vos. Opta por prepararte para lo último porque llegado el momento quiere que estés más que cómoda.
Enzo está entre tus piernas, observando tu centro y tu rostro, su erección sobresaliendo y goteando sobre el bóxer. La punta está de un intenso color rojo y de sólo pensar en tenerlo en tu interior tus paredes se contraen, succionando el dígito y haciéndolos gemir a ambos, su voz grave empeorando tu humedad y los sonidos que sus movimientos provocan.
-Más.
Obedece sin pensarlo y en cuanto desliza el segundo dedo gritás. Intenta consolarte jugando con tu clítoris, implorando tu perdón, pero no tiene idea de cuánto disfrutás sentir ese ardor que nace por la diferencia de tamaño entre sus dedos y los tuyos.
En cuanto sentís los primeros indicios de tu orgasmo lo detenés.
-¿Qué pasa? ¿Te lastimé?
Negás y cambiás de posiciones, obligándolo a recostarse para sentarte sobre él, liberando su miembro para guiarlo a tu entrada. Mientras recorrés tus pliegues con su glande -arde- él mira, como en un profundo trance, mordiéndose los labios y brindándote un poco de apoyo con sus manos en tu cadera.
Sentís la forma en que juega con tu pijama. Estás segura de que quiere arruinarlo.
-Necesitaba tu pija- respondés finalmente. Te dejás caer-. Dios...
Es sólo la mitad, notás en cuanto bajás la vista, pero la sensación de plenitud ya es increíble y amenaza con desbordarte. Tu entrada arde por lo súbito de la penetración y Enzo insiste con que tengas cuidado, te recuerda que no hay necesidad de ir rápido, pero vos negás mientras continuás esforzándote por tomarlo.
-Necesito que me cojas de una vez- explicás entre gemidos y sollozos de placer-. Cómo me encanta tu pija, Dios, no sabía que la tenías tan grande...
La obscena confesión hace que sus caderas se muevan casi que involuntariamente, con la fuerza suficiente como para terminar de enterrarse en tu cuerpo y haciéndote caer sobre su pecho por el impulso de su acción. Sus brazos rodean tu cuerpo en un gesto protector, aunque extremadamente posesivo, mientras espera unos minutos para que te acostumbres.
-Estás muy apretada- dice contra tu hombro-. ¿No necesitás que...?
-No- te reincorporás lo suficiente para poder ver su rostro-. Necesito que me cojas toda, Enzo, por favor. Quiero ser tuya.
Toma tu mentón con sus dedos.
-Sos mía.
-Pero...- te interrumpe el palpitar de su miembro y el lento movimiento con el que se desliza fuera de tu cuerpo, hasta que sólo su punta permanece en tu interior. Dejás caer tu frente en su hombro-. Quiero que me tengas como a una putita.
-¿Qué?
-Llename toda, dale.
El shock es menor -mucho menor, ínfimo en comparación- que la excitación por tus palabras. Intenta contenerse, no quiere hacer o decir nada que esté fuera de lugar, pero la desesperación en tu voz y la forma en que permitís que manipule tu cuerpo hacen que peligre su autocontrol.
No te quejás cuando te sujeta con más fuerza para volver a penetrarte, tampoco cuando sus dedos rozan tu otra entrada o cuando escuchás el característico sonido de tela rasgándose bajo sus manos. Enzo se pregunta qué tan lejos lo dejarías llegar.
Muerde tu hombro y aumenta el ritmo de sus embestidas. Escucha tus gritos, amortiguados por tu mano o por la almohada, por lo que tira de tu cabello para obligarte a abandonar tu escondite. Un hilo de saliva mancha tu mentón.
-Mirá cómo estás- dice con tono burlón-. Y recién empezamos...
El dolor en tu cuero cabelludo te hace llorar y las lágrimas que corren por tus mejillas parecen ser un incentivo. Sucede lo mismo con la colisión entre sus cuerpos, con el obsceno y repetitivo sonido húmedo que genera, con tus gemidos y gritos.
-Querés que te escuchen todos, ¿no?- pregunta. Cuando no respondés suelta bruscamente tu cabello y golpea tu mejilla-. Contestá.
-No...
Otro golpe. Esta vez más fuerte.
-Querés que todo el mundo sepa que sos una putita, ¿no?- acentúa sus palabras con estocadas que te roban el aliento-. Querés que sepan que tenés dueño.
-Sí, sí, sí.
-Decilo- ordena luego de tomarte por el cuello-. Decí que sos una putita. Mi putita.
Humedecés tus labios mientras intentás ignorar la sensación en tu abdomen bajo, causada por el constante roce de tu clítoris con su pelvis e indudablemente agravada por el maltrato, pero no lográs pronunciar palabra alguna. Sentís sus dedos presionando para privarte de oxígeno.
-Soy...- negás frenéticamente-. Voy a...
-No- cesa sus movimientos y cuando protestás utiliza su agarre en tu cuello para sacudirte-. ¿Qué pasa? ¿Ahora no podés hablar?
Es mucho, pensás, consciente de cuánto te gusta la situación. Enzo vuelve a golpear tu mejilla cuando permanecés en silencio y por la fuerza del impacto unos hilos de saliva brotan de tu boca. Sentís su miembro pulsando.
-¿Querés que te llene la conchita?- su pulgar juega con tu labio inferior antes de deslizarse dentro de tu boca y presionar sobre tu lengua. Asentís-. Entonces me vas a decir que sos mía, ¿no?
-Sí.
-Sí, ¿qué?
Tus palabras son incomprensibles:
-Soy tuya.
-¿Y qué sos?
Cerrás los ojos. Todo tu cuerpo arde.
-Una putita- contestás con tu boca ahora vacía-. Tu putita.
Buscás refugio en su cuello, intentando ocultar tu estado, pero estás convencida de que es inútil. Esto recién empieza.
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader#kinktober#kinktober 2024
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Si nos pudiéramos ver
en el silencio,
en la soledad
de una noche
sin compañía,
en el momento
previo a la victoria
de la primera lágrima,
en el comienzo
del recuerdo
doblegando al presente,
en el inicio
del primer verso
donde apareces
sin estar,
en esa canción
que secuestra
por unos minutos
el alma,
imagínate entonces,
si nos pudiéramos tocar…
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ELTINGVILLE CLUB
Eltingville x Fem!Reader.
Warnings: Mención de relaciones sexuales, problemas alimenticios, inseguridad, violencia, maltrato infantil, Fem!Reader muy femenina, padres abusivos, degradación, consumo de sustancia, problemas con la fama.
Bill se sentó con fuerza sobre su silla, golpeando con sus puños la mesa delante de él, donde yacía el juego de mesa que estaban jugando: Dragones y serpientes místicas.
" Ugh! ¿¡Y ahora que!? " Gritó Pete frunciendo el ceño al ver cómo todo en la mesa se caía gracias al movimiento que causó el golpe de Bill.
Josh apretó sus puños mirando furioso a Bill, Jerry prefirió quedarse callado mirando a Bill nervioso y confundido.
" No es lo mismo... ¡NO ES LO MISMO SIN "EL REY GRANDE"! " Exclamó el castaño, tomando sus cabellos con desesperación y enojo.
Pete rodó los ojos con molestia.
" Viejo, aún si no tenemos esa pieza, ¡No afecta en nada al juego! "
" No lo entiendes, Pete... ¡¿Sabes cuánto tiempo he estado esperando este momento!? ¡¿Jugar a "Dragones y serpientes místicas"!? ¡No voy a jugarlo a no ser que este completo! No sería digno... " Termino en un susurro dramático, haciendo a Josh suspirar profundamente con fastidio.
" ¡Todos nosotros hemos estado esperando esto! ¡Pero vamos! ¡Es un juego igual de antiguo que tu madre! ¡¿Realmente pensaste que iban a estar todas las piezas luego de tantos años!? " Josh Exclamó sujetando la fuente de su nariz con enojo. "Solo... Agradece que ganamos la subasta y deja de joder, ¡Juguemos! "
" NO! " Gritó Bill, sujetando a Jerry del hombro para tomar impulso y subirse en la mesa. Estando allí, estiró sus brazos y dijo. " Cómo líder del club, declaró el comienzo de una intensa búsqueda por la pieza faltante! "
Los demás se tiraron en sus sillas frotando sus rostros bruscamente mientras gruñían molestos. Bill se bajó de la mesa y sacudió su camisa, siendo entonces tomado sorpresivamente de los hombros por Pete, quien lo miró hostil y cansado.
" ¡No gastaré la última semana de vacaciones para buscar una estúpida pieza! ¡Ya gaste mí salario semanal en la subasta! " Exclamó el de gorra, separándose de Bill y caminando hacia las escaleras del sótano que lo llevaban arriba, donde estaba la puerta para salir de la casa.
Sin embargo, Bill fue rápido y lo tomo de su abrigo, tirándolo hacia atrás. Pete cayó sentado delante de Bill, bajo la mirada del aburrido Josh y el nervioso Jerry.
" ¡¿Que mierda!? ¡¿Que te pasa, imbécil?! " Pete gritó mientras se frotaba su parte trasera, adolorido.
" No dejaré que te vayas! Todos debemos buscar la pieza! " Bill flaqueó ligeramente cuando vió a Pete levantarse y preparar sus puños, por detrás se escuchó el jadeó nervioso de Jerry. Rápidamente retrocedió y dijo: " S-Sé donde encontrar la pieza, tarado! " Exclamó, un tanto enojado por la impulsividad de Pete.
" A si? Donde? " Josh preguntó, acercándose con el ceño fruncido, pero emocionado en el interior.
" u-uhmm... En la tienda de cómics local! "
" Que? Pensé que ya habíamos preguntado anteriormente si tenían el juego. Dijeron que no tenian nad- " Jerry fue interrumpido por la mano de Bill en su boca. Bill apoyo su dedo en sus labios, indicando que se callara.
" Vamos! E-Estoy seguro que lo tienen! "
" Son las nueve de la noche y está apunto de cerrar, idiota." Josh responde, frotando la base de su nariz.
" Tks! YA SÉ QUE SON LAS NUEVE, PERO LA TIENDA CIERRA A LAS NUEVE Y MEDIA! " Bill grita, totalmente furioso por la poca atención de sus compañeros.
" SI SABES QUE SON LAS NUEVE ENTONCES CIERREN LA BOCA. BILL, SACA A TUS AMIGOS YA! " La estridente voz de la madre de Bill resuena en toda la casa, haciendo que los cuatro chicos se encojan en su lugar nerviosos y temblando.
" ¡Si mami, perdón, buenas noches! " Bill exclamó temblando nervioso, los demás de se estremecieron ante la estridente voz de su madre y retrocedieron. Bill se dió la vuelta para mirarlos con enojo, y los sacó del sótano casi a patadas.
Los cuatro llegaron a la puerta de la casa entre maldiciones en susurros y empujones. Todos salieron por fin de la casa y Bill cerró la puerta cuidadosamente.
" ¡Dejen de empujarme, idiotas! " Exclamó Pete al casi caer sobre una maceta en el jardín. El se recompuso con facilidad y miró a los demás por un momento, algo abrumado. " Bien, Ugh... ¿Y ahora qué? ¿Iremos a la tienda de cómics en mitad de la noche a buscar la pieza? Amigo, nos sacarán a patadas."
" No lo harán, es temprano todavía, no exageren." Respondió Bill, acomodando su abrigo amarillo mientras daba unos pasos al frente antes de voltear a verlos. " Ir de noche a la tienda de cómics es genial. No hay nadie, no huele tan mal, y podemos usar las maquinitas!"
" OKAY, ¡yo voy! " Exclamó Josh emocionadamente. En la tienda habían un par de maquinitas de videojuegos viejos, y eran lo suficientemente buenos y nostalgicos como para que estuvieran rodeados de adolescentes todo el día, haciendo que sean contadas las veces que el club pudo jugar allí.
" Bueno, eso suena bien, pero... Mis padres tal vez se preocupen si voy muy tarde, hagámoslo rápido, si?" Musitó Jerry algo nervioso, jugando con las mangas de su abrigo a rayas.
Editando...
#the eltingville club#jerry stokes#pete dinunzio#welcome to eltingville#bill dickey#josh levy#eltingville#Reader#You#Tu#Eltingville x Reader#Eltingville x Tu
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Capítulo 2
Pretty liars (toxic best friend) - Matías Recalt
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Estuviste callada durante varios segundos, hasta que vagos recuerdos comenzaron a invadir tu mente, estabas demasiado borracha para tu gusto, y lo último que recordabas con claridad fue estar discutiendo con Matías fuera de los baños del boliche. Finalmente te resignaste y le contaste la verdad a tus dos amigos presentes.
Sinceramente es una larga historia —Suspiraste pesadamente. Pero supongo que tengo tiempo de sobra para contarles todo. —Enunciaste invitándolos a sentarse en tu sala.
Partiste contándoles sobre la noche en la que te declaraste por primera vez en tu cumpleaños, donde evidentemente te rechazó de una manera bastante alejada a lo que pensabas que ocurriría. Pero sin importar eso, a las horas después en esa misma noche Mati te interrumpió en el baño de tu habitación, habías subido ya que no te encontrabas en el mejor estado, y fue en ese entonces cuando a él no se le ocurrió nada mejor que besarte sabiendo que no pondrías resistencia. Cediste el paso completamente mientras posicionabas tus manos alrededor de su cuello agarrándole pequeños mechones de cabello entre tus dedos, él exploraba con fascinación las curvas de tu cintura y cadera, metiendo una de sus manos por debajo de tu vestido subiéndolo casi por completo para tener acceso a ti. Y así fue como terminaste cogiendo con tu mejor amigo en tu baño, y claramente ese fue solo el comienzo de lo que había pasado entre ustedes. Eso siguió ocurriendo hasta el día de la fiesta, habían mantenido una "relación" netamente sexual, cada vez que él tenía ganas venía a ti, y esto al principio no fue un problema, te hacía sentir bien el saber que te quería a ti para saciar esa necesidad, aparte se la pasaban extremadamente bien disfrutando de la compañia ajena. Él te dijo varias veces de grabarse cuando estén en el acto con la excusa de poder guardar un recuerdo, pero siempre te negaste, no te gustaba la idea. Hasta que un día él lo hizo sin que te dieras cuenta, o al menos eso pensó, fue muy evidente al posicionar su cámara oculta, de todas formas no le dijiste nada, aunque sin que él se diera cuenta te los enviaste directamente a tu celular, por si acaso.
Todo estuvo relativamente bien, tenían su rutina, eran amigos para toda la gente a su alrededor, pero en privado eran mucho más que eso (según tu), sin embargo, nada puede durar para siempre. Matias consiguió novia a los inicios de sus 19, y eso para ti fue como un balde de agua fría, dejó de pasar tiempo contigo para dedicárselo a ella, ya no recurría a ti y eso te destrozaba. Por un tiempo dejaron de hablarse con frecuencia, y era evidente el porqué, no querías estorbar, y él nunca te presentó a su pareja formalmente, así que solo cortaron contacto. Y eso fue así hasta que comenzaste a salir con un chico, era un amigo en común que tenían, jamás lo habías visto con otros ojos pero no estabas cerrada a darle una oportunidad, mínimo para distraerte. Salían bastante seguido, pero nunca fueron más allá de un par de besos y caricias, y eso bastaba para ti. Una tarde luego de salir con Fran, estabas tirada en tu sofá hasta que un golpe en tu puerta te saca de tus pensamientos, te diriges a ver quién es, quedando perpleja al ver de quién se trataba, era Matías. No pidió permiso para pasar, solo pasó y cerró la puerta detrás de ti mientras tomaba de tu muñeca para arrastrarte devuelta a la sala.
¿Me querés contar algo, nena? —Soltó sentándose con los brazos detrás de la cabeza.
Tú con evidente confusión y bastante incomodidad por la situación, no sabías qué decir.
¿Cuándo pensabas contarme que andas con Fran? ¿Qué, creíste qué no me iba a enterar? —Habló en un tono burlesco mientras mantenía una sonrisa en su rostro.
No estoy saliendo con Fran, y si así fuera, ¿qué tiene de malo? ¿acaso no puedo salir con nadie? ¿tú me contaste cuando comenzaste a salir con esa chica? —Lo miraste con claro enojo.
No metas mi asunto aquí, no tiene nada que ver contigo. —Expresó con desdén. Y no, no podes, yo pensé que lo tenías claro. Sos mía.
No pudiste evitar sentir un escalofrío al oír sus palabras, seguía poniéndote igual de nerviosa, pero no querías caer en su jueguito.
¿Qué carajo estas diciendo, tarado? ¿Me estás jodiendo? —Le preguntaste con algo de ironía en tus palabras.
No te vengas a hacer la desentendida, sabés bien de lo que hablo, bien que te gustaba cuando te decía que eras mía en la cama. —Se rió sarcásticamente y eso para ti fue la gota que revalsó el vaso, te acercaste rápidamente a él y sin pensar en las consecuencias de tus actos estampaste tu mano contra su mejilla. Sintió como tomabas control en la situación y claramente no le gustó nada. Se paró del sofá, posicionó su mano alrededor de tu cuello ejerciendo un poco de presión en la zona(no la suficiente para lastimarte) mientras que con la otra sujetaba tu cabello en una coleta.
Mira vos, no sabía que tenías esas actitudes. Y no tenés idea de lo mucho que me calentás, pendeja de mierda. —Decía mientras sostenía fuertemente tu cuello, acercándose peligrosamente a tu boca, sentías su respiración chocar contra la tuya.
Sos mía. Decílo. —Enunció con el ceño fruncido esperando a que contestaras su petición.
A estas alturas ya estabas extasiada con este hombre, por más que te resistiera sabías que no puedes decirle qué no, y por más mal que estuviera, te encantaba.
Soy tuya. —Dijiste en un hilo de respiración esperando por su aprobación. Éste al escucharte no aguantó más y te besó, era un beso desesperado, como si ambos lo hubiesen esperado por mucho tiempo.
Y así comenzaron nuevamente, mantenían relaciones cada vez que Mati se peleaba con su pareja o cada vez que tenía ganas. Para ti no era lo mejor, y aún sabiendo que estaba terriblemente mal lo aceptabas.
No habían tenido conflictos hasta el día del boliche, estaban sentados en la barra mientras conversaban, Matías te platicaba lo difícil que se había puesto su relación, que ya no la aguantaba, y que supuestamente le terminaría pronto, pero esta historia ya la conocías, era la que siempre te contaba cuando quería coger, las primeras veces sí le creíste, creíste que el terminaría su relación y tú por fin tendrías oportunidad de ser la oficial, pero evidentemente eso nunca ocurría. Estabas realmente harta de eso así que se lo dijiste directamente.
¿Quieres coger? No tienes porqué poner esa excusa Matías, ya sé lo que quieres. —Dijiste intentando no sonar molesta.
¿Qué te pasa, boluda? Decíme que no querés y ya está. —Dijo siendo él el molesto.
Bueno Mati, yo hoy paso, tampoco quiero discutir contigo. —Soltaste parandote de la silla para dirigirte hasta tus amigos.
Sin darte cuenta comenzaste a beber y a beber, no sabías cuanto habías tomado, pero tenias la suficiente valentía para enfrentar a lo que más te aterraba, hablar sinceramente con tu mejor amigo. Comenzaste a buscarlo en medio del boliche, querías hablar y explicarle que no quisiste hablarle así, que no quieres estar con él, pero cuando lo encontraste estaba en la pista de baile con su novia, bailando pegados al ritmo de la canción. Querías ir y revelarle toda la verdad a su novia, después de todo sabías que ella no merecía eso, pero solo te limitaste a ir a preguntarle si podían hablar en un lugar más privado, generandole una notoria molesta a su novia, pero estabas tan borracha para percatarte de eso.
Lo llevaste hasta los baños, no era el mejor lugar para hablar pero había más silencio. Aún no pronunciabas una sola palabra y ya estabas al borde de las lágrimas.
¿Tan difícil es quererme? —preguntaste con algo de dificultad.
Decíme, te gusto lo suficiente para coger día por medio pero no lo suficiente como para que me pidas ser tu novia. Estoy muy cansada de esto, pero no me puedo despegar de ti. —Hablaste tanto que ni siquiera parecía que estuvieses borracha.
¿En serio me sacaste del lado de mi novia para ésto? Ya te lo dije una vez Maya, lo de nosotros nunca va a pasar más allá de lo que ya tenemos, y estamos bien así. —Se cruzo de brazos evidentemente molesto.
Listo, hasta aquí llegó entonces. —Estabas al borde de las lágrimas, cuando estás borracha eres mucho más sensible de lo normal, así que no te preocupaba llorar.
Solo te digo que si esto llega hasta aquí, te caes conmigo. —Eso fue lo último que dijiste antes de salir. No tienes idea de cómo llegaste a tu casa, pero estás tirada sobre la cama con la ropa puesta, y en tu mente sigue divagando esa idea. Cegada por el enojo y el alcohol, publicaste en tus storys aquellos vídeos que te habías mandado desde su celular donde salían evidentemente envueltos. Y junto al vídeo pusiste un pequeño texto:
"Quién diría que el muchacho tan bien portado haría cosas así. Buenas noches. ❤️"
Y ahora estás donde estás, fueron alrededor de 45 minutos que estuviste explicándoles todo y ellos estaban boquiabiertos.
escribí demasiado y siento que lo hice más largo de lo que debía ser JAJAJAJS se me secó el cerebro, no más.
#matias recalt#la sociedad de la nieve#society of the snow#juani caruso#x reader#agustin lain#blas polidori#enzo vogrincic
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Abril con un poco de mi...
Abril me trae la ausencia prendida a la noche, las fotografías de un otoño pasado donde era tan feliz y no supe aferrarme a esos brazos. Capaz la necesidad de siempre querer más o la incapacidad de las personas de darme tan poco; ¿pero que es lo que nos llenará el alma en este otoño? La soledad, la ausencia, la partida de personas ajenas, siniestras… el duelo, un amor fallido, los matices del dolor que siempre quedan… ¿que ocupará el color naranja en este otoño? O quizás no haya en estos meses, capaz me revuelque en la cama pensando a cuántas personas bese en este colchón, a cuentas les hice el amor encima del escritorio; son solo números, no te preocupes. Es la voz de mi inconsciente que se antepone a la situación que vendrá en la noche; culpa. Porque es Abril en pleno otoño, al comienzo o al final, pero es abril. Y estoy tan sola, sin querer la compañía de otro ser humano, me resguardo en los libros que me dejo de tarea hace dos inviernos y otra vez enciendo la cafetera. Estuve pensando en mudarme, a algo más bonito, más blanco, celestial y con pureza, es que perdí la fe en el camino y ahora cuando rezo no tiene sentido. Basta, no me hagas caso, es abril, hace frío, estoy sola y con pequeñas manchas en la piel por culpa de la impresora, me bañe y me refregué todo lo que pude. Pero traspaso la dermis y ahora presume ser un tatuaje al lado de su nombre, no por mucho señora mancha… no se ponga cómoda que en cuanto aprenda o sepa como quitarla no dudare en hacerlo. Abril me trajo soledad, enfermedad, un beso a medias con la palma de mi mano y grillos por toda la casa, por eso quiero mudarme, este departamento ya no puede abarcar lo que tanto tengo en el interior. Es que soy joven, no sé cuántos años tengo en realidad y es que he mentido tanto con la edad que pensar en un número se hace irreal. ¿Por qué mentí cuando Karen me preguntó si la amaba? Me remonto a 2014, ¿que voy a saber yo de amar? Era otoño, estaba de novia con Gonzalo, apenas iniciábamos o ya estábamos culminando, pero me gustaba como besaba, no me dejaba restos de él en mi boca, era limpio y cuidadoso. Recuerdo lo carnoso que tenía los labios y lo suave que me hablaba cuando me pasaba a buscar para ir a estudiar. Cuestión que Karen tampoco me amaba, pero mentía cada tanto por mensajes de Facebook diciendo que estaba muy enamorada de mi y quería que terminara con Gonzalo para que sea su novia. Al final, dejé a Gonzalo, no por ella, por el… porque el si estaba enamorado. Y a Karen nunca la bese, yo andaba curioseando por el mundo de la bisexualidad… pero nunca me gusto en realidad. ¿Es que se supone que tengo que sentir? Puedo decir y afirmar qué hay chicas muy lindas, pero ahora ya de grande me he escondido en tantas vaginas que ya no sé qué sabor tenía la mía antes de todo esto. Abril me trajo café, fui virgen hasta los dieciocho… bueno lo que puede llamarse virgen… teóricamente nadie había entrado en mi pero yo si había entrado en otros. Me pase los dieciséis haciendo orales, en el baño de la escuela, en un auto clio blanco, en la parte trasera de un centro médico, detrás de un árbol, en el baño de una fiesta y en la cama de mi antiguo hogar… aún así nunca súper realmente si lo hacía bien o mal. ¿Le abra importado mi carencia de experiencia? Es que nunca concluí en el acto sexual, es que no puedo acabar, no tengo orgasmos y es una pena según para todos ellos que nunca podré sentirlo… me lo describieron muchas veces, como si fuera un ciego que no puede ver el mundo y necesita que le expliquen con palabras algo que nunca podré conocer. Nunca me sentí mal por ello, ahora de grande ya no me interesa y es por eso que no tengo ganas de tener sexo; pero a veces me gusta sentir la piel de la otra persona, la calidez de la inocencia manchada de excitación y su disfrute en la oscuridad de sus ojos. Es por eso que Abril me deja un poco volada, pasa mi cumpleaños y pasa el cumpleaños de la primera persona de la cual me enamore… pero no pude darle mi corazón y ella no pudo quedarse a vivir la vida conmigo.
Porque abril es esto, es soledad, ausencia, vacío y enfermedad; manchas del duelo que dejó marzo y dolor en él pensamientos de que fueron tantos y ninguno llegó para quedarse en verdad.
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UN NUEVO COMIENZO (Historia male possession)
Yo era un hombre retirado, tenía años que no sentía ninguna motivación pero recientemente limpiándolo el sótano de la casa de mis padres encontré un extraño baúl en el cual habían muchos libros de ocultismo y brujería, me interesó bastante uno donde explicaba un embrujo que permitía poseer un cuerpo permanente, empecé a leer más sobre el tema ya que estaba aburrido de esta vida monótona y solitaria
Me miré al espejo y me odiaba realmente quería un cambio de vida, así que empecé a leer cada vez más los libros que había encontrado en casa de mis padres, cuando eran aproximadamente las 9 de la noche decidí tomar un descanso y encender el televisor para ver las noticias y ver que ocurría en la ciudad, ahí fue cuando lo vi, dios no puedo describir lo que realmente sentí en ese momento.
Eran el presentador de noticias locales Mario, era realmente guapo así que puse mis ojos en el, decidí en ese momento que él era el tipo de persona que quería ser, por lo que esa misma noche puse mi plan en marcha no podía perder más tiempo, era ahora o nunca.
Después de tanto leer enconte un buen conjuro el cual decía que si quería transportar mi alma a otro cuerpo recipiente primero tendría que tomar un líquido que claramente preparé, cuando termine de tomarlo sentí como si algo se desprenderá de mi, no le tome importancia y me decepcionó esto no funcionó, o eso creía, me dirigí a mi habitación solitaria y fría, rendido me acosté listo para despertar al día siguiente y afrontar otro miserable día en mi cuerpo.
Aproximadamente a las 5 de la madrugada desperté y me empecé a estremecer esto era doloroso pero a la vez excitante no podía describir lo que sentía todo mi cuerpo se desprendía de mi, hasta que todo paro por qué de un momento a otro estaba afuera de mi, viendo mi cuerpo solitario en la cama sin nadie dentro, cuando cerré los ojos y creía que era un sueño volví a la realidad y de pronto estaba en un camerino, de una televisora, cuando abrieron la puerta, lo vi era el, Mario estaba solo y no me podía ver, aquí fue la oportunidad
Cuando se sentó en una silla de ahí a ver los mensajes de su teléfono decidí aprovechar y me convertí en una especie de alma y me introduci por su boca, él empezó a gemir del dolor que sentía al yo entrar en su cuerpo, esto era insoportable para el, gemía demasiado en ese ajustado traje gris , cuando por fin todo terminó, abrí los ojos y Dios todo había funcionado era Mario, por fin era el no lo podía creer.
Me quite el traje no soportaba esa presión, encendí su teléfono para verme y aquí está el, ese reflejo era mío, su cuerpo se estremeció y de pronto sentí un bulto en la entrepierna, el estaba realmente dotado y sabía que no lo iba a desaprovechar esto era increíble, pero tuve que controlarme ya que ahora era el y tenía que presentar el noticiero por lo que me puse mi traje y salí a el foro de noticias, esto fue una experiencia muy excitante.
Ahí estaba yo sentado listo para presentar el noticiero y para ser mi primera vez haciendo esto no lo hice nada mal, parece que mi suerte esta cambiando, no me arrepiento en haber hecho esto.
Cuando mi trabajo terminó me dirigí al departamento de Mario, esta noche me esperaba algo maravilloso.
Me cambié de ropa a algo más casual, su departamento era cálido y muy lujoso, nada comparado a la horrible vivienda en la que vivía, yo siempre fui gay pero no lo admití asi que Mario serás una estrella en el bar gay al que iremos en Ciudad de México, no puedo esperar las nuevas experiencias que vivirás. Este cuerpo es precioso no paro de mirar mi entrepierna y ese maravilloso bulto que ahora es mío.
Aquí estoy viviendo mi vida al máximo como Mario, el poseer su cuerpo fue la mejor decisión que tome en mi vida,cada día en el es mejor que el pasado
No paro de masturbarme por las noches cuando salgo de trabajar con ese traje y esos calcetines de seda que me pongo, jamás creía que esto se hubiera hecho realidad así que ahora creo más que nunca en que los milagros si existen, si no quien más que ese libro me hubiera dado la clave de la felicidad.
Eso fue todo se me hace tarde y tengo un encuentro gay por la aplicación de grindr.......
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ENCANTADORA
→ Aemond Targaryen x fem!OC
✦ Sinopsis: La Reina compromete a su tercer hijo con una dama de excepcional timidez y éste descubre un nuevo lado en él.
✦ Advertencias: Matrimonio arreglado / Fluff / Sugerente.
✦ Palabras: 1979
✦ Pedido: Si, de Wattpad.
Primavera fue la estación donde Alicent los presentó, por semanas oyendo que la dama seleccionada para nupcias era excepcionalmente bella, educada y provenía de una respetada familia. Halagos llovían para aquella ignota que solo conocía a través de su madre, quien había sido la única en conocerla cuando él viajó a fortalecer lazos políticos.
La idea del matrimonio no le agradaba como tampoco le disgustaba, ya que desde joven sabía que en algún momento sucedería. De todas maneras, aquella mentalidad lista para asumir las responsabilidades se debilitó una vez que fue deformado por Lucerys Velaryon. En la Fortaleza Roja las damas y caballeros susurraban sobre su apariencia y más de una vez oyó como prometían que nadie podría amarlo, así que la expectativa del rechazo de una mujer que juraban que era hermosa lo incomodaba de sobremanera.
Desde el inicio tuvo la guardia alta, pero los muros cayeron en la primer cena de celebración del compromiso. La femenina era fiel a las descripciones y aquellos ojos que lo miraron expectantes, casi suplicantes de que fuera buena con ella, lo destruyeron por completo. Rápidamente quiso conocerla en profundidad, sin embargo, mantuvo carácter y cordialidad ante las miradas inquisitivas.
En el transcurso de la noche intentó conversar y relacionarse, pero fue en vano al solo recibir respuestas cortas y nerviosas. La idea de ser despreciado generó mal gusto y le torció el estómago, aunque pronto concluyó que su prometida era extremadamente tímida al juntar las obvias señales: mejillas y orejas ruborizadas, mirada gacha y voz temblorosa.
—Oí que tú y tu familia llegaron esta tarde, debes estar cansada, ¿verdad? —insistió ahora que los padres de ambos estaban sumidos en una conversación que no le interesaba.
Con un rostro igual al de un animal acorralado, ella le miró y asintió.
—Si, pero no es problema… Quería verte lo antes posible —sonrió torpe tomando aún más color, sin dudas notándose el esfuerzo de esa confesión.
Aemond contuvo el aliento e intentó descubrir si mentía a pesar de que esas palabras lo entibiaron.
—He oído muy buenas cosas de ti, también deseaba encontrarte en persona.
—N-No hay demasiado en realidad… —negó apenada juntando las manos en el regazo.
—Solo es cuestión de conocernos.
Fiel a esas palabras, el Targaryen tomó acción y procuró que pasaran tiempo en actividades simples para no abrumarla con la intriga que trataba de mantener a raya. Existían días donde no podían encontrarse y sabía que la joven era comprensiva, pero apreciaba que, tanto como él, lamentaba no poder al menos conversar unos minutos.
Las semanas pasaron y ella empezó a acostumbrarse, los titubeos siendo menos frecuentes y logrando mantener contacto visual de forma prolongada. Desayunaban o tomaban el té con Alicent antes de partir a sus propias caminatas, un día enlazando brazos y dando comienzo al contacto físico. Podía sentir la tensión a través de las telas y como los pómulos tomaban color cuando flexionaba los músculos o la acercaba más, así que empezó a hacerlo conscientemente. Verla avergonzada provocaba emociones nuevas en él, hasta el punto donde debía esforzarse en ocultar el deseo que surgía.
Acciones simples como tomarla de la cintura y acomodarle el cabello se convirtieron en caricias en las caderas y roces por el cuello, incluso comenzó a besar su mano en saludos y despedidas. El aroma y suavidad de aquella delicada piel lo alcanzaba en lugares poco usuales, la impaciencia por finalmente estar casados dejándolo asombrado.
—La semana que viene es nuestra boda.
Aemond salió del mundo imaginario y observó la femenina mirar hacia abajo, el tono mortecino denotando que algo le inquietaba.
—¿Posees segundos pensamientos?
—¡En lo absoluto! —saltó veloz con expresión inquieta—. Has sido tan bueno y respetuoso conmigo, jamás consideraría o…
—Lo sé, entiendo —interrumpió al notar que se estaba agitando, la mano libre yendo a acariciarle la mejilla—. Entonces, ¿qué te perturba?
Inspirando profundo y calmándose, ella juntó coraje y tensó el agarre mientras acortaba ligeramente la distancia.
—Temo hacer el ridículo.
La confesión lo divirtió e hizo que sonriera ligero, enseguida ganando el impulso de estrujarla por lo adorable que era.
—Hace dos semanas que comenzamos a practicar la ceremonia, no hay nada que pueda fallar.
—Siempre existe la posibilidad —frunció los labios—. Además lo habrás notado, pero tampoco soy la mejor anfitriona…
—Estaré a tu lado a cada momento así no tendrás que agobiarte con los invitados, haré la charla cuando vengan a darnos sus bendiciones —consoló al tiempo que acariciaba la mano que reposaba en su brazo.
—Gracias —suspiró aliviada, aunque luego lució culpable—. Ojalá pudiera ayudar, mi timidez es un impedimento social desde pequeña.
—Doy fe de que es posible cambiar si quieres —asintió firme pensando que él era la prueba viviente de aquello—. Personalmente pienso que… eres encantadora, pero puedo ayudarte a de a poco ganar nuevas habilidades que te hagan sentir cómoda.
—¿No sería tedioso? —elevó ambas cejas en ligera incredulidad.
—Acompañarte es uno de los pocos placeres que tengo, por lo que extender nuestro tiempo juntos suena maravilloso.
—¿Siempre hablas así? —ocultó el rostro con un breve movimiento de cabeza.
Aemond paró el lento caminar que tenían y deshizo el enganche para inclinarse.
—Solo contigo —prometió antes de besarle el dorso de la mano, casi jurando que podía oír la sangre bullir por la galantería.
Lentamente se alejó y la miró a los ojos, el rubor que tanto adoraba tomando terreno sin ánimos de retroceder. Silencio los reinó mientras la brisa bailaba alrededor, con un cosquilleo apreciando como las pupilas femeninas por un segundo lo miraron a los labios. El Targaryen tensó la mandíbula a causa de la tentación e irguió la espalda indicando que la acompañaría al dormitorio, al despedirse intercambiando vistazos repletos de deseos ocultos.
El día de la boda arribó entre festividades y él no tardó en notar como, su ahora esposa, ocultaba el hecho de que estaba absolutamente abrumada. Sonreía y asentía liberando algunas palabras, pero se hallaba a tope de capacidad y solo podía respirar cuando los cercanos tomaban el control.
—Bailemos y luego quedémonos en la mesa, pronto todo terminará —prometió esperando que aquello la alentara.
—De acuerdo —aceptó mirando alrededor con punzante estrés.
Se movieron al centro de la pista mientras los invitados abrían paso, manos encontrándose y comenzando a moverse al ritmo de la música. La observó y analizó hasta que intentó distraerla, en un punto advirtiendo que ni siquiera sus roces la afectaban por el aturdimiento.
—¿Princesa? —llamó acunando una mejilla, por primera vez usando un apodo cariñoso.
—¿Aemond? —preguntó confundida saliendo del ensimismamiento, por primera vez desde la ceremonia tomando verdadera conciencia del masculino.
Rara vez las bodas era momentos de celebración para los protagonistas, pero el ahogo en ella lo preocupó.
—Nuestro momento aquí ha terminado, retirémonos.
—¿Podemos? —indagó esperanzada amagando a buscar a Alicent por confirmación, pero él la retuvo.
—Somos los festejados pero todos están ebrios y divirtiéndose con los suyos, no nos extrañarán.
Agarrándola de la mano y entrelazando los dedos, abrió camino y la sacó del salón.
—¿Dónde vamos?
—Mi habitación —respondió sabiendo que la propuesta despertaba una nueva inquietud.
Los pasillos se vaciaron por completo a medida que avanzaban por distintas alas, en un punto él agarrando parte del vestido y ayudándola a subir escaleras.
—Nunca estuve en este sector del castillo, será la primera vez que conozca… donde descansas.
—Espero no decepcionarte, mantengo la decoración al mínimo —dijo con fingida calma.
—Lo dudo, eres excepcional.
—Pronto lo descubriremos —tragó con dificultad apretándole la mano.
Frenaron ante una gruesa y oscura puerta, la cual Aemond abrió antes de animarla a ingresar primero. La observó atento y apreció como sus maquillados ojos iban a distintas partes del espacio, intrigados absorbiendo aquel territorio foráneo.
—Es acogedor, disfruto los colores —admitió conforme, inconscientemente jugando con los dedos.
El Targaryen realizó un sonido y acortó la distancia, entonces logrando contacto visual y apreciando los pensamientos del otro.
—Puedes tomar asiento, si quieres —ofreció señalando los dos sillones individuales frente la chimenea.
—Mmm… —inspiró dubitativa y torció fuerte las manos—. ¿Podría pedirte un favor? —preguntó, en un parpadeo ambas orejas quedando en llamas.
—Lo que sea —respondió, un nudo en el estómago comenzando a formarse.
—¿Me ayudarías con la ropa? Han pasado muchas horas y estaría más cómoda con menos encima.
Aemond aguantó la sorpresa y encajó la mandíbula, antes de darse cuenta yendo a posición y trabajando en los botones de encaje. Deshizo uno por uno mientras analizaba el fino trabajo, pero pronto toda la atención fue a ella y la forma en que intentaba no temblar. Admiró el cuello y como los pequeños cabellos se mantenían erizados, al terminar tentativamente tomándola de las caderas y admirando como la piel reaccionaba. Trazó círculos con los pulgares e, incapaz de contener el impulso, se inclinó a besar la nuca cayendo en inmediata embriaguez por el dulce aroma.
—Eres hermosa —ronroneó en el proceso de deslizar las manos al frente.
—¿D-De verdad?
—Absolutamente —confirmó dejando otro beso en la zona y volteándola.
Cuidadoso elevó una mano y la acarició en el rostro, fascinado observando como la piel se pintaba en cada roce.
—Aemond...
—No haremos nada que no quieras —murmuró aferrándose a la poca claridad mental que le quedaba.
Aguardó una respuesta y, para su sorpresa, la femenina se inclinó a besarlo.
—¿Desear que me toques es incorrecto?
El planteo envío un nuevo tipo de emoción y perdió el aliento durante unos segundos, pero con calma liberó cualquier inseguridad.
—Avisa cuando algo esté fuera de límite.
Tomando parte del vestido y bajándolo, la noche de bodas dio comienzo entre movimientos indecisos y nerviosos. Aemond imitó a su esposa e hizo lo mejor posible en mantener la compostura, pero la forma en que respiraban demostraba la aceleración.
Exploró cada sector de piel que revelaba y quemó en la memoria toda reacción, nebulosa llenando la mente ante los sonidos y agarres de la femenina. Recorrió la extensión de la columna y acunó el vientre bajo, donde inspiró profundo ante el gemido que llegó a sus oídos.
—Vamos a la cama —pidió tomándolo por los hombros.
Aemond salió de la embriaguez y asintió llevándola a la comodidad del colchón. Quitó sus propias prendas y se colocó encima, brevemente buscando algún signo de arrepentimiento antes de seguir. El momento parecía irreal, luego de tantos meses de adorar como cada acción los aceraba finalmente su turno de caer había llegado.
Perdido en el momento, fue completamente consciente de lo dicho y hecho cuando bajó del éxtasis. Lanzó el pelo hacia atrás y aligeró el agarre en la cintura femenina, quien, a su vez, se recuperaba del placer. Al verse la realidad de lo acontecido inevitablemente los puso en un ambiente extraño al ninguno ser especialmente experto en cuestiones de sabanas.
—¿Estás bien? —preguntó Aemond rompiendo el silencio.
—Si… ¿Tú? —contestó evitando ahondar en los detalles de lo que experimentaba física y emocionalmente.
—También —asintió en el proceso de analizar como brillaba a la luz del fuego y las velas.
La femenina sonrió y bajó la mirada de manera pensativa, él recorriendo su rostro mientras quitaba cualquier cabello rebelde que pudiera molestarle.
—Desde la cena de presentación has sido gentil y considerado conmigo, incluso esta noche has tomado todas las precauciones por mí, así que… gracias. Estoy feliz de ser tu esposa.
El corazón de Aemond se estrechó y con profundo cariño la besó, el intercambio siendo lento y lejano a la agresividad pasional de hace unos momentos. Definitivamente no era el mejor con las palabras y todo este tiempo vivió de empujarla a reaccionar con supuestas acciones inocentes, pero lo conmovía que hubiera podido ver más allá y notar que realmente deseaba cuidarla.
Sinceramente no importaba ante quien debería arrodillarse para agradecer que el mundo los encontrara, pero la dama que en primavera conoció lo tendría del corazón hasta el último aliento.
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Mi contribución al fandom de hora de aventura
Muy básico la verdad jsjdjfbdkj pero no tenía tanto tiempo para dibujarla en tradicional
Historia
finn tiene problemas de sueño,así que jake decide contarle una historia que leyó en los libros de la dulce princesa
- la luz y la oscuridad existen desde hace mucho tiempo,desde el comienzo de la humanidad.. ellos dieron vida a todo lo que se conoce hoy en día
Hace mucho ellos dos coexistian en armonia pero era demaciado trabajo para ellos cuidar de todos,así que crearon dos seres uno de luz y otro de oscuridad
La oscuridad fue echa del polvo de las los muertos y lágrimas de la luna,los humanos la nombraron "la dama de las sombras"
Ella cuidaría de la noche, daría tranquilidad a los humanos y protección a todos los seres de la noche de todo más que asechara en sus sueños y casas
Pero un día...
@soutenir-les-artistes 🫂✨
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Las Tradiciones de Europa
Por Alain de Benoist
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Hallowe'en y Samhain
En Inglaterra Hallowe'en (o All Hallows Eve, Víspera de Todos los Santos) marca el inicio del periodo de Allhallowtide, que incluye las Vigilias y el Día de Todos los Santos (31 de octubre-1 de noviembre), así como la Fiesta de los Difuntos (2 de noviembre). Desde tiempos inmemoriales, este periodo se ha asociado a historias de fantasmas, espectros y muertos. Al instituir el Día de Todos los Santos, la Iglesia no hacía sino retomar una antigua tradición pagana. En el siglo VII la fiesta de Todos los Santos – la fiesta de «todos los santos» del cielo – seguía celebrándose el 13 de mayo. En 835 se trasladó al 1 de noviembre. La Fiesta de los Difuntos, el 2 de noviembre, data (en su forma actual) del año 988. En la época pagana, era el momento del año en que se honraba a los antepasados muertos y a todos los que habían fallecido en la comunidad. Se decía que en ese momento el mundo de los vivos y el de los muertos entraban en comunicación; los muertos salían de sus tumbas y los dioses subterráneos se manifestaban.
Entre los celtas, esta solemnidad se llamaba Samhain o Samain (o Samuhin) y marcaba el comienzo del nuevo año pastoral. Celebrada la noche anterior al 1 de noviembre, era una de las cuatro fiestas más importantes del mundo celta (las otras eran Imbolc, el 1 de febrero, Beltaine, el 1 de mayo, y Lughnasa, en agosto). Era una época de «gran peligro y vulnerabilidad espiritual» (1), por lo que era un periodo para llevar a cabo importantes ritos adivinatorios y mágicos (destinados a alejar la mala suerte y a conseguir la ayuda del Otro Mundo).
En Irlanda fue en Samhain cuando el Dagda (el dios «sabio y recto» que también recibe el nombre de Eochu Ollathir Ruadrofessa) se unió a la diosa Morigu, reina de los espectros y del inframundo, quien, un año antes de la gran batalla de Mag Tured, le dio las instrucciones para destruir el Fomore. Ese día también se celebraban sacrificios a Crom Cruaich, sin duda para apaciguar los poderes del mundo inferior y contribuir a la fertilidad.
En Gales, la costumbre era encender hogueras en las colinas y prenderlas; asimismo, en Irlanda, el primer fuego se encendía en un lugar que llevaba el nombre de Tlachtga, hija de Mog Ruith, y con él se prendían todos los hogares de la isla.
Jan de Vries señala que en Irlanda la palabra «sam-fuin» significa «el final del verano», pero que Samuhin significa en realidad «reunión, encuentro». Y añade: «¿Qué representa este Samuhin? ¿Qué tipo de ‘reunión’ es? Desde luego, no la reunión de los rebaños porque la temporada de pastoreo está llegando a su fin. Sería un significado demasiado plano. Tampoco basta con pensar en el contacto entre los vivos y los muertos, aunque tal relación es ciertamente posible» (2). De Vries recuerda a continuación el episodio de la unión de Dagda y Morigu. «Una vez más», escribe, «nuestra fiesta está vinculada a la unión de un dios con la diosa de los infiernos. Esto no excluye la posibilidad de que, precisamente en esta función, haya dispensado fertilidad; en ese caso, el Samuhin también contaría entre las ceremonias agrícolas de Irlanda» (3).
Tras la absorción cristiana de la antigua fiesta celta muchas tradiciones continuaron existiendo, aunque con un significado diferente. Estas hogueras siguen existiendo hoy en Inglaterra, pero se han trasladado al 5 de noviembre (Día de Guy Fawkes), con un nombre diferente. A diferencia de las hogueras de Beltaine, que se encendían al amanecer, las hogueras de principios de noviembre se encienden al anochecer; se dice que es una forma de ahuyentar a las «hadas» y las «brujas», que han ocupado el lugar de los espíritus malignos de la época pagana. Las hogueras se encienden con gran ceremonia, al son de trompetas y cornetas, y a veces con bailes. A.D. Cummings (Old Times in Scotland, 1910) cuenta que, hacia 1840, el sheriff Barclay, que viajaba de Dunkeld a Aberfeldy (Escocia) el 1 de noviembre, vio cómo se encendían no menos de treinta hogueras, rodeadas de bailarines, en las colinas de la región. A finales del siglo pasado, los jóvenes de los pueblos también participaban en competiciones y «luchas» tradicionales, probables representaciones de un enfrentamiento entre los espíritus «buenos» y «malos».
La manzana y los juegos de otro mundo
En Escocia el objetivo de las hogueras de Hallowe'en era «quemar a las brujas». ¡En la región de Aberdeen, los muchachos bailaban alrededor de la pira cantando: Gie's a peat t'burn the witches! A continuación, las cenizas se esparcían cuidadosamente por una superficie lo más amplia posible. En Balmoral, en tiempos de la reina Victoria, se encendía una gran hoguera frente al castillo, justo delante de la entrada principal, y los gaiteros desfilaban a su alrededor llevando en efigie la cabeza de una conocida «bruja» local llamada Shandy Dann. Esta «bruja» era juzgada solemnemente, condenada a la hoguera con no menos solemnidad y finalmente quemada, para gran alegría de todos los presentes (4). En Gales existen costumbres similares: al final de la ceremonia, los mozos del pueblo salían en plena noche a cazar al hwch ddu gwta, un animal mítico (una cerda negra) especialmente temido.
Tanto entre los galeses como entre los escoceses, otra tradición de Hallowe'en consiste en que, durante la consumación del fuego, todos los presentes marcan una piedra blanca y la arrojan a la pira. A la mañana siguiente, cuando las cenizas se han enfriado, todos deben volver al lugar para intentar encontrar su piedra. Se considera de muy mal agüero no encontrarla (o encontrarla en mal estado, rota, etc.) ... Una variante de esta costumbre se encuentra en el norte de Lancashire y se llama Lating the Witches: esta vez, consiste en subir a la ladera de una colina la noche de Hallowe'en, entre las 11 de la mañana y medianoche, llevando una vela encendida. Si la vela se apaga, es de mal agüero. Son los pequeños «juegos condicionales» («si consigo esto o aquello, iré al cielo», «si fallo, iré al infierno») que constituyen uno de los sectores más «exitosos» del folclore popular.
También hay muchos juegos de Hallowe'en. En algunas partes de Inglaterra, la noche de Hallowe'en se conoce como Nutcrack Night o Crab Apple Night, o Apple Candle Night, precisamente en referencia a estos juegos, que a menudo implican velas y manzanas.
La mayoría de estos juegos son muy ruidosos y corresponden a la algarabía tradicional de las fiestas populares y rurales paganas. Uno de los más populares, el Robo (Robbing o Ducking) de manzanas, se juega con una gran bañera llena de agua en el que flotan manzanas. Con las manos atadas a la espalda, los jugadores intentan atrapar las manzanas con los dientes. El juego conocido como «Ducking for money» se juega de forma muy parecida, salvo que las manzanas se sustituyen por monedas, que los jugadores tienen que recoger sumergiendo la cabeza en el agua, como si fueran «patos» (Ducking). El ganador no sólo se queda con la moneda que ha cogido, sino que también tiene garantizada la buena suerte durante todo el año. (Esto es precisamente lo que hace que el juego sea... algo más que un juego). Otros juegos de Hallowe'en son Bob Apple (las manzanas suspendidas de vigas por cuerdas se mueven girando o balanceándose y hay que agarrarlas con los dientes), Apple And Candle (una manzana y una vela encendida se colocan en cada extremo de un tablero; el tablero se suspende de una viga, se pone en movimiento y hay que agarrar la manzana con los dientes sin quemarse con la vela), etc.
Muchos de estos «juegos» tienen un aspecto adivinatorio que, en la época pagana, probablemente se tomaba muy en serio (entrar en comunicación con el mundo de los muertos era una oportunidad para cuestionar el destino e intentar «leer el futuro»). Las «preguntas» que se hacían, como es lógico, se referían principalmente a cuestiones amorosas y (para)matrimoniales: ¿seremos felices en el amor, nos casaremos el año que viene, etc.? Algunos ejemplos: se colocan dos nueces en una parrilla al rojo vivo (una nuez para el chico, la otra para la chica); si se cuecen juntas sin reventar, la unión será feliz. Una manzana se pela con cuidado para obtener una larga «cinta de cáscara»; ésta se arroja sobre el hombro del interesado y se dice que dibujará la inicial de la mujer que se convertirá en su esposa. A tal o cual hora de la noche, se come una manzana mirándose en un espejo; cuando se come la manzana, la imagen del «futuro» aparece en el espejo, etc. (Es interesante observar la implicación de la manzana en todos estos juegos. No olvidemos que, para los celtas, el Otro Mundo – aquel al que Arturo es llevado al final de su existencia terrenal – es un vasto recinto sembrado de manzanas. La isla de Avalon es un manzanar: la palabra bretona para manzana es aval. Esta isla parece ser idéntica a la isla de Abalum, la isla del ámbar de los antiguos germanos. El nombre de Apolo (Abellio en Aquitania, Beli en la mitología galesa), vinculado a los territorios nórdicos y al «país del ámbar», contiene la misma raíz que el bretón «aval», el alemán «apfel» y el inglés «apple».
En Inglaterra, como hemos dicho, las festividades del Día de Guy Fawkes (5 de noviembre) han absorbido muchas costumbres derivadas de Hallowe'en/Samhain. Estas fiestas se caracterizan, entre otras cosas, por desfiles iluminados con antorchas en los que los niños utilizan máscaras cortadas de verduras como remolachas y calabazas (y perforadas para dejar pasar la luz). Estas máscaras se llevan en un pincho con una vela en su interior y se cuelgan de las farolas, con la bendición de las autoridades, la noche del 31 de octubre, ¡para traer buena suerte a todos los habitantes!
Extracto del libro Les Traditions d'Europe
Notas:
1. Anne Ross, Everyday Life of the Pagan Celts, B.T. Batsford-G.P. Putnam, London-New York, 1970, p. 153.
2. La religion des Celtes, Payot, 1963, pp. 237-237
3. Ibid., p. 238
4. Alexander Macdonald, Scottish Notes and Queries, vol. III et IV, 1891-1901
5. Ibid.
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, a continuación, te presento la historia en un formato más extenso y narrativo, como si fuera parte de un libro.
### Capítulo 1: El Comienzo del Caos
Mi vida cambió para siempre el día que mi mamá falleció en una explosión. Era un día normal, o al menos eso parecía. Hasta que una llamada telefónica lo trastornó todo. La voz al otro lado del teléfono me informó que mi mamá ya no estaba. El dolor que sentí fue indescriptible. Mi mundo se vino abajo y con él, todas mis esperanzas y sueños.
Soy venezolano, y desde aquel fatídico día, mi vida se convirtió en un torbellino de emociones y decisiones equivocadas. La pérdida me llevó a un lugar oscuro. Empecé a frecuentar fiestas, fumar, y a involucrarme en el mundo de las drogas. Comencé a juntarme con personas peligrosas, individuos que sólo me arrastraron más profundo en la desesperación.
### Capítulo 2: Descenso al Abismo
Mi comportamiento se volvió autodestructivo. Asalté a muchas personas en el transporte público, buscando una salida rápida a mis problemas económicos. A pesar de mis intentos por encontrar un trabajo honrado, nadie me daba una oportunidad. Era como si el mundo entero me hubiera dado la espalda.
En medio de este caos, la voz de mi abuelo resonaba en mi mente. Mi abuelo, un hombre sabio y amoroso, llamaba a mi hermana desesperado porque había días en los que no tenía para comer. A veces, ni siquiera tenía para comprar una botella de agua. El saber que mi familia también sufría me llenaba de una tristeza aún más profunda.
### Capítulo 3: La Esperanza en un Mensaje
Un día, recibí un mensaje de mi hermana mayor. Me pidió que memorizara una dirección en Orlando, Florida. Esa noche, tomé la decisión de dejar todo atrás y buscar un nuevo comienzo. Junto con mi hermana, llegamos a Monterrey y cruzamos el río a las 6 de la mañana. Sin embargo, fuimos detenidos por la migración.
Lo que siguió fue un proceso largo y agotador. Pasé por experiencias tanto buenas como malas en la prisión de migración. Viví motines y noches de insomnio, rodeado de incertidumbre y miedo. La prisión era un lugar oscuro y frío, donde las esperanzas parecían desvanecerse con cada día que pasaba.
### Capítulo 4: El Sueño Revelador
Una noche antes de mi corte, tuve un sueño muy vívido con mi mamá. En el sueño, estaba esposado y vestido con un uniforme naranja. Mi mamá estaba frente al juez y le suplicaba que me dejara en libertad, asegurándole que yo era un buen chico. Le decía que merecía una segunda oportunidad. En el sueño, vi una puerta que se abría y todo era blanco, como un portal hacia un nuevo comienzo.
### Capítulo 5: La Libertad
Al día siguiente, fui a mi corte con ese sueño fresco en mi mente. Increíblemente, me dieron la libertad. Salí de ese lugar sintiendo que mi mamá había intercedido por mí desde el más allá. La sensación de libertad era abrumadora, pero también llena de incertidumbre.
### Capítulo 6: Los Verdaderos Amigos
A lo largo de este viaje, me di cuenta de quiénes eran mis verdaderos amigos. Solo tres de ellos se mantuvieron a mi lado, apoyándome en los momentos más oscuros. Los amigos de las fiestas, aquellos con los que solía ligar chicas y pasar el tiempo, resultaron ser falsos. La mayoría me dio la espalda cuando más los necesitaba.
### Capítulo 7: Los Obstáculos en México
Mi situación se complicó aún más cuando, en un país que no es el mío, México, fui secuestrado dos veces. Esas experiencias fueron aterradoras y me llenaron de una tristeza profunda. Estaba solo, en un lugar desconocido, sin saber si sobreviviría para ver otro día.
### Capítulo 8: Un Nuevo Comienzo
Hoy, gracias a Dios, estoy legal en este país y estoy trabajando duro para superarme poco a poco. He aprendido mucho de esta experiencia y estoy agradecido por la oportunidad de un nuevo comienzo. La vida no ha sido fácil, pero cada obstáculo me ha hecho más fuerte. Ahora, con el apoyo de mis verdaderos amigos y la memoria de mi mamá guiándome, estoy decidido a construir un futuro mejor.
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A través del sotavento yo dejé escapar las hojas del otoño, entre tormentas y el frío del invierno, yo escribí el canto del viento, yo escribí una rapsodia tan extensa como aquel horizonte al que voy. Entre desilusiones y nubarrones, mi destino sellé, escapé a través de la lejanía de este cielo de ruidos y juré entre torres de lluvia, buscar el lugar donde van las aves. Yo fuí dejado caer de muchas manos; mis ojos fueron testigos del repudio de la civilización que ahora se ha quedado atrás, yo vi muchos rostros pasar frente a mí. Más el rostro del viento se grabó como fuego sobre el metal, se talló como una escultura y se grabó en mi mente como las páginas de un libro. Aquí entre nos, sellamos lo que consideramos sería nuestra forma de vida, no todos nacieron para estar entre civilizaciones mundanas. Yo escapé a través de los rayos del sol, entre relámpagos resplandecientes yo me esparcí como el aire. Encontré el destino manifiesto escrito a puño y letra en una prosa que merodea en estos cielos, yo escuché al viento recitar las penas más profundas del corazón. Me prometí escribir en mi libro, una nueva historia, un nuevo comienzo, una nueva vida, yo me prometí, cuidar de mi integridad y dejar en mi jardín, las rosas que yo mismo pude plantar. Entre historias de desamores, descubrí el amor por la libertad, que aunque quizá no sea el más perfecto, puede que sea el que algunos quieran tener. Yo me prometí huir sin mirar atrás, sin siquiera vacilar en este mar de relámpagos. Yo encontré cielos de sol detrás de cada tormenta, encontré el calor del verano detrás de cada invierno, la tristeza del otoño y la alegría de la primera. Escuché el canto de la lluvia sobre mi cabeza, el viento correr sobre la pradera y el silencio de la noche. Todo lo que me haría feliz, lo descubrí a través de estos cielos remotos, de aquellos horizontes lejanos, entre océanos y cielos, yo encontré la felicidad. Bajo el estruendo de las tormentas y de crepúsculos, yo tomé el camino, el rumbo hacia mi verdadero hogar. Yo acepté mi destino y abracé con anelo, lo que consideraba digno de tener, yo acepté el rechazo de las civilizaciones mundanas como forma de no bienvenida. Yo acepté el verdadero lugar que me correspondía, acepté el simple hecho, de que pudiera ser distinto y único a los demás, yo aprendí a estar por encima de las diferencias humanas. La noche me enseñó a no temer de la oscuridad, el viento a ser más experimentado, las tormentas a ayanar el camino a la libertad. El invierno me enseñó la parte más fría de la vida, la primavera a valorar la felicidad, el verano a valorar el cálido abrazo fraterno y el otoño el final de las épocas. Es por eso, que deambulo por estos rumbos, yo transito por estos lugares remotos. Los amores y promesas de personas cuyos rostros ya no recuerdo, se han quedado muy atrás, que al final, solo fueron ilusiones y mentiras. Hoy, se han perdido en la oscuridad y en el olvido, han caído en una profunda fosa y cubiertos por sus falsas palabras... Entre bastidores, encontré a mis hermanos que volaban en la misma dirección, encontré la civilización de los cielos eternos, los renegados que han partido de lugares remotos y ahora sus almas dejaron aquí. Mi compleja mente y mi envejecida alma, llenaron los rincones de mi corazón, ahora formo los elementos que yo necesito. La vida y el tiempo fueron templando mi piel, ahora se siente el frío sobre la misma y el calor muy en el interior, los años han escrito en mí, aquellas hazañas de las que me enorgullece. Las canas de mi cabello brillan como aquel mar de constelaciones. Ahora que trascendí desde la profundidad de la noche, ahora encontré la cúpula estelar, encontré mí verdadero hogar, encontré a los ideales y por sobre todo, encontré el crepúsculo a un nuevo amanecer.
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Después de aquella noche en ese bar de poetas en san Francisco no he dejado de pensar en un montón de cosas. La primera es que Armand se está conteniendo Pero ¿Por qué un vampiro de 500 años lo hace? Le creía al comienzo cuando decía que solo era porque no quería matarme porque soy su maestro en el mundo humano Pero ¿Solo soy eso? Me cita los poemas de Borja y de muchos más poetas encuentra que soy cualquier cosa que lo aferre al mundo humano. Pero aquella noche en el bar fue diferente conmando mis manos hasta estallar en deseos y no como a una presa que llenaba de mentiras en la esquina de una bar. Yo lo he visto, he visto como caza sin quien el se de cuenta lo he visto esos colmillos, esas manos sobre los cuerpos ajenos.
Su hechizo va más allá de las palabras. No puedo ponerlo siquiera en papel Pero es fuerte y me lleva a hacer cosas impensables aún cuando ni se si me dejara vivir o no. Soy el cordero, soy el Ícaro siguiendo al sol solo por ver qué se siente el calor de este. No puedo negarme a nada aunque no puedo decir que quiera porque muchas cosas no quiero negarme en otras me encantaría hacerlo.
Maldito mal nacido. Su efecto es narcótico y a mi, a mi me encanta la maldita droga ..
Estracto del Diario
De Daniel Molloy
1979
San Francisco
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12 de febrero de 2024 Reading, Berkshire
Como cada año, coincidiendo con la ceremonia de graduación en la Real Academia Militar de Sandhurst, la villa de los Irvine se prepara para recibir el evento más esperado por el Ejército y la alta sociedad británica: la Noche del Soberano. Escuchas sin querer la conversación del Lord Huddleston y el Coronel Wallace.
HABILIDAD: velocidad de ejecución (1/3)
ESPECIFICACIONES: una escena de la adultez de caleb
La villa de campo de los Irvine se ve a rebosar, la vorágine se entremezcla con charlas, risas, recuerdos de quienes comparten un eje en común. Los cadetes de Sandhurst disfrutan de sus primeras andadas con los altos mandos del Ejército, invitados como cada año al evento de graduación y, por supuesto, la continuación de los festejos al caer la noche. Las enormes y altas paredes se decoran con las pinturas que narran los castigos de los moradores del hades; Ticio, Tántalo, Sísifo e Ixión. Se dice que el General August Irvine, que vivió allá por los comienzos del siglo pasado, era un fanático de la pintura de la Escuela Veneciana y, en especial, de Tiziano. Pasó toda su vida coleccionando para que, quién sabe cuántas décadas después, Lord Huddleston la observe con una borrachera descomunal. Su compañero de batallas, el Coronel Wallace, le toca el hombro para que se fije en el ring que se vuelve protagonista del espacio. Vaya, se perdió la última pelea.
— No me jodas, ¿te perdiste a mi hermanito? Le partió la cara al Brigadier. —Le muestra un fajo de billetes de considerable grosor con una sonrisa que más que orgullo, presenta codicia.— Gané cincuenta mil libras.
— ¿Solo?—El desdén del Lord se manifiesta en la forma en la que cincela las comisuras, Wallace está lejos de impresionarle. Como siempre, se niega a ofrecerle validación alguna.
Está cansado, lo admite. Los clamores y la efervescencia por doquier son comunes a cada enfrentamiento en el que el ego se pone a prueba. La dinámica se presenta a través de combates cuerpo a cuerpo que sólo concluyen cuando uno cae inconsciente. Simple. En esa noche de excesos, alcohol y falta de moralidad, las apuestas aumentan la adrenalina de un cuantioso grupo de espectadores que viven el evento con un entusiasmo descomunal. El Lord, por su parte, ya no sabe qué hacer para divertirse.
— ¿Cuándo salen los Irvine? — Con la mirada que le dirige al Coronel, más bien le suplica que le de una buena noticia.
— Pronto. Qué ganas, esos dos sí qué saben dar un buen espectáculo. —El carcajeo cínico revela la naturaleza del hombre. — ¿Te acuerdas hace dos años? Todo lleno de sangre... — Las palmas señalan sus alrededores, como si pudiera formar un charco.— Una lástima la ausencia del Capitán el año pasado.
— ¿Caleb? — El Lord conoce a los Irvine desde la infancia, coetáneo a Marcus, compartieron clases y vivencias desde que tiene memoria. —Ajá, aún me parece difícil de creer que pidiera … ¿cómo dijo? una excedencia. ¡Puf!
— Anda, anda. Unas vacaciones del ejército le vienen bien a cualquiera. — No lo dice, pero él mismo, en sus años de juventud, tuvo todas las que pudo. Méritos de familia, supone. — Su padre estaba echando humo por las orejas. — Se ríe, claro que lo hace.
—Nah, Caleb se lesionó ese año. El escuadrón A falló en acudir como refuerzo en una operación.
— ¿El mismo escuadrón A de Marcus?
— ¡Exacto! — Ambos se mueren de la risa, el Lord hasta se está secando las lágrimas que le surgen por tantísima comedia.
Aún, tiene ganas de soltar algo más gracioso.
—Voy a apostar cien mil libras por Caleb. — Alza la copa, siempre podrá culpar al alcohol.
— ¡¿Qué?! — Al Coronel casi se le detiene el corazón. — Cómo te gusta perder dinero, sólo los cadetes apuestan por el Capitán.
— Cállate, cállate. ¿No te enteraste que fue aceptado en la Academia Reverie? — Finge interés, más bien, está haciendo lo posible por no volver a carcajear.
— ¡Obvio! El General no iba a pasar la vergüenza de que sus dos hijos fueran rechazados. — Da en el blanco, de nuevo, están llenando el espacio con el veneno de sus risas. — ¿Cuánto dices que les pagó? ¿Medio millón?
— ¡Un millón!
[ .... ]
El combate entre Marcus y Caleb llega a su clímax en medio de un mar de clamores y vítores, indudablemente el momento más emocionante de la noche. El brazo del mayor de los dos se alza victorioso, su rostro dominado por una sonrisa de satisfacción que refleja su invicta trayectoria. Aquellos cercanos a Marcus conocen su falta de expresiones risueñas en la vida diaria, pero ahora las comisuras de sus labios se afilan de manera tan natural que parece un gesto perpetuo. Con soberbia, no voltea a ver cómo su hermano menor recibe ayuda para bajar del ring por parte de amigos y compañeros de escuadrón.
En ese momento, Lord Huddleston hace su entrada entre el público y se acerca a Caleb, sin temor a mancharse de sangre, posa ambas palmas sobre dichas facciones magulladas. Y, ahí, habla con arrogancia:
— ¡Me debes cien mil, Irvine!
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Acostarme contigo, amanecer a tu lado, estar unidos en el sueño de las noches que nos abriguen, en ese beso que me das antes de dormir o al despertar. Que cada mañana sea el comienzo de un nuevo día en donde el cariño crezca y las ganas de fomentar con ternura y comprensión lo que hemos creado con base en el verdadero amor.
Porque si, todo esto es amor, del bueno, del real, del que es sin mentiras, ni hipocresía, ni infiel... Así es nuestro amor!
Leregi Renga
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