#la cara de feliz cumpleaños es porque me sentía linda
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넌 나의 비올레타.
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#la cara de feliz cumpleaños es porque me sentía linda#acá yo#bonaerense promedio#argentina#purple hair#violet hair#???
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In every other universe, Gwen Stacy falls for Spider-Man.
And in every universe, I will fall for you.
Hola, mi vida hermosa. ¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!! Es el segundo cumpleaños que celebramos juntas (ya sé que lo he repetido MILLONES de veces el día de hoy a lo largo de todas mis felicitaciones, perdón por parecer disco rayado {rallado?? rayado?? rayado..}) pero verdaderamente me siento eternamente feliz por poder pasar un cumpleaños más deseándote un feliz día, y claramente, dando todo de mí por asegurar que sea así.
Aunque me encantaría hablar de lo muchísimo que te amo, de lo feliz que me haces todos los días y la increíble y maravillosa novia y esposa que eres, el día de hoy trata sobre ti y solo sobre ti, así que, voy a hablar de ti.
Dios, mi vida, ¿qué no puedo decir sobre ti? Esa es la verdadera pregunta que me hago al querer escribir esta cartita que no sé si resultará siendo larga o corta, nunca he sido buena escribiendo pero por ti intentaría absolutamente de todo. Pero, a veces mi cerebro funciona de formas incomprensibles para el ser humano (AVDD). Pero bueno; lo que quiero decir es que, hay muchas cosas de las que podría hablar sobre ti, en especial hoy que estamos celebrando tu nacimiento, el día en el que se conmemora tu llegada a este mundo, al mundo en el que existo siendo tu pareja y donde tú existes siendo el amor de mi vida.
Mi amor, de verdad que no miento cuando digo que eres la mejor persona que ha podido existir en este mundo, vida y universo. Eres tan preciosa y tan magnífica que a mi cerebro le cuesta comprender cómo es que una persona es tan genial y perfecta, o sea, no sé cómo es que alguien puede llegar a tal nivel de perfección como el que tú manejas todos los días.
Y no lo digo solo por ser tu novia, sino que, porque en algún momento fui solamente tu amiga y es algo que he podido ver siempre, desde el momento en que te conocí.
Mi admiración por ti empezó el día que me llegó la notificación más linda del mundo: “@sithdraft comenzó a seguirte” (que creo que ese era tu username en ese momento, sino, porfi ignora AVDD). Mi curiosidad no dejó pasarlo, entonces fui a stalkearte como buena fan y me di cuenta de lo interesante que eras (y eres!) por tus tweets, por la forma en la que acomodabas tus biografías o simplemente la forma en la que combinabas tu icon con tu header. No sé por qué mi mente estaba tan decidida en conocerte, en ver cada tweet que ponías para saber más de ti, pero estoy segura de que fue el destino que sabía que serías alguien esencial para mi vida, así que me dió un leve empujoncito hacia ti.
Al momento de conocerte finalmente, cara a cara, boca a boca (ojalá 😞) supe que eras diferente a cualquier persona que me había cruzado anteriormente. Y no me refiero a que ya sabía que seríamos pareja, sino que estaba tan intrigada por tus gustos y me sentía tan decidida a que te gustara mi personalidad o te interesaras en mí, porque me moría de ganas de tener tu amistad o simplemente tenerte cerca.
Todo el proceso de conocerte fue una montaña rusa de emociones, en el mejor de los sentidos que pudiesen existir. Pasé de emoción de por fin tener la oportunidad de hablarte, a emoción por ser tu amiga, a aún más emoción por poder tener una nueva mejor a amiga, hasta esa confusión de empezar a tener sentimientos románticos por alguien que pensaba que no debería, la desesperación por poder decirte mis sentimientos, hasta finalmente, llegar a la paz que es estar contigo.
Y no me refiero a que antes de ello no me hayas dado paz, al contrario. Siempre has sido el sol entre mis cielos nublados, porque eso es exactamente lo que haces: iluminar la vida de toda persona que se te cruce.
A este punto, estoy segura de que ya leíste algunas de las cosas que algunos de nuestros amigos escribieron para ti para felicitarte. La verdad, es que me puso tan suavecita (A MÍ!!!!) el ver el cariño tan enorme que te tienen todos ellos. Desde que los reuní para comentarles que buscaba que te felicitáramos entre todos, más de uno expresaba su emoción por tu cumpleaños y estuvimos contando juntos las horas y minutos hasta la gran hora. Espero que sus palabras te ayuden a darte cuenta y de que nunca, nunca dudes del amor que obtienes por ser la persona tan magnífica que eres.
Aunque me digas mil veces de que eres una villana, que eres un ser de odio, que tratas a todos mal menos a mí, yo sé con toda mi alma que eres una persona preciosísima que se ha ganado el amor y cariño de todas y cada una de esas personas. Yo lo puedo ver claramente, así como ellos también.
Me hace tan feliz que estés rodeada de personas así, que se emocionan por tu cumpleaños y que esperan con ansias a que sean las puras 12 para poder felicitarte. Mereces ese cariño en tus amistades más cercanas y también con las que hablas cada dos años.
Mi vida hermosa, muchas gracias por permitirme pasar un año entero a tu lado. Sé que esta emoción por tu cumpleaños irá creciendo cada año, pero me fascina poder celebrarte el día de hoy. No hay cosa que no daría por poder acompañarte en cuerpo y alma, pero tenemos toda una eternidad de cumpleaños que celebraremos de esa manera.
Te amo con todo mi corazón, alma y existencia. Me hace tan, pero TAN feliz saber que existimos al mismo tiempo, y que de alguna forma, terminamos en la misma habitación donde nos reunió el destino.
And isn’t it just so pretty to think all along there was some invisible string tying you to me? 🤍
— C, your love. ♡
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[ESP] Mr. Love Queen’s Choice — Candy Party (Kiro) —
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[ 1 ]
Asignación de Primavera
“La asignación para este descanso de primavera es hacer una pintura titulada ‘Mi Hogar’. ¿Bien?”
“¡Bien!”
En la clase, las voces de los niños resonaron al unísono. La maestra asintió y dirigió su mirada al chico rubio en la primera fila.
“Kiro, siéntete libre de hacerle a los maestros y a tus compañeros de clase cualquier pregunta si no entiendes.”
“¡Bien!” Kiro levantó su pequeña cabeza y asintió firmemente.
Ante la recomendación de Madam Seidel, Kiro ha estado yendo a esta escuela primaria por un mes desde la mitad del semestre.
La escuela no era para nada como el orfanato. La única similitud era que el lugar estaba lleno de niños, pero todos eran felices y sus bolsillos eran a menudo llenados con dulces. Ellos no serían castigados por hablar alto...
Esas eran cosas que no hubieran cruzado por su mente un año atrás.
Muchos niños se reunieron alrededor de Kiro charlando.
“¡Kiro!” Te vi en la TV ayer, ¡Tienes una linda voz!”
“Kiro, ¿Te gustan las muñecas? Tengo algunas en casa, ¿Quieres venir a mi casa durante las vacaciones de primavera?”
“¡A Kiro no le gustan las muñecas! ¡Ven a mi casa a jugar con trenes de jueguete!”
“¡No! ¡Kiro debería venir a mi casa a jugar videojuegos!”
...
En medio de las disputas, Kiro parpadeó y dijo con tranquilidad, “Quiero terminar la asignación primero antes de jugar con ustedes.”
Los niños se miraron los unos a los otros por un momento antes de poner mala cara y asentir, “Entonces... Kiro, ¿Puedes hacernos saber si necesitas plumas y papel de dibujo?”
“¡Seguro, gracias!” Una deslumbrante sonrisa se extendió en el rostro de Kiro.
Solo después de que todos los niños dejaran el salón de clases hizo que Kiro dejara salir suavemente un suspiro de alivio. Él lentamente levantó sus manos escondidas debajo de la mesa. En su pequeña mano cubierta de sudor, había cuatro marcas de uñas.
Su mentor dijo que se había recuperado por completo, pero aún no podía evitar sentirse nervioso.
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[2]
Definición de Hogar
La asignación era hacer una pintura de “Mi Hogar”.
¿Pero qué es un ‘hogar’? Kiro estaba reflexionando sobre esta pregunta en el bus escolar de camino a casa.
Si el hogar es donde vives, entonces el orfanato fue su primer hogar y, el departamento donde vive con su mentor ahora es el segundo... ¿Así que él tiene que dibujar el orfanato y luego el departamento?
A través de la ventana del bus, miró a sus compañeros corriendo hacia sus padres con emoción. Una madre limpió las manchas de la cara de su hijo mientras le decía que la cena era su estofado de carne favorito; un padre le dio a su hijo un gran abrazo y habló sobre el parque de diversiones más cercano al que planearon ir mañana.
Kiro gentilmente inclinó su cabeza mientras miraba.
Él no lo entendía bien, pero sentía que el hogar debería tener un significado más profundo.
Kiro regresó al lugar donde él y Key vivían con esta pregunta en la mente. Como era de esperar, su mentor no estaba en casa. Key siempre estaba ocupado. Kiro una vez le preguntó con qué estaba ocupado y el hombre de pelo plateado hizo un gesto genial y dijo,
“¡Los superhéroes están ocupados salvando el mundo! Antes de que te vuelvas un superhéroe, tienes que ser mi pequeño compañero por ahora.”
—Y las tareas diarias del pequeño compañero son comer bien, asistir a clases, practicar lo que Key le enseñó... y hacer las tareas de la casa.
Kiro dejó su mochila escolar y comenzó a poner la ropa sucia dentro de la lavadora. La lavandería de hoy eran chaquetas, pantalones cortos y... ¿Cómo es que falta un calcetín?
Buscó alrededor de la canasta de la ropa y no lo encontró, así que decidió buscarlo en su habitación. Tan pronto como la puerta se abrió, un rayo de luz de la pantalla de la computadora apareció.
¿Su mentor se olvidó de apagar la computadora antes de irse? Kiro caminó dentro de la habitación con confusión, entonces encontró una línea de código parpadeando en la pantalla. Él convirtió el código en palabras en su cabeza y lo leyó, “Kiro... esta es... mi asignación de vacaciones de primavera... para ti.”
Los ojos de Kiro se expandieron con sorpresa—¡Este era un acertijo asignado por su mentor!
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[ 3 ]
Acertijos del Mentor
Dentro de la habitación vacía, solo el sonido de las teclas siendo golpeadas podían ser escuchadas. El mentor de Kiro trajo un pequeño teclado especialmente hecho para las pequeñas manos de Kiro. Kiro frunció sus labios, sus ojos fijos en las líneas de código en la pantalla.
Desde que comenzó a aprender cómo hackear, su mentor a menudo le asignaba acertijos. Si podía resolverlos, podía tener un premio. Aunque le gustaban los bocadillos dulces como premio, disfrutaba el proceso de resolver acertijos incluso más.
Pero el acertijo de esta vez... parecía mucho más difícil de lo usual.
Le tomó un día completo descifrar los códigos que indicaba el mapa digital, pero aún no podía decodificar las coordenadas finales en el mapa después de varios intentos.
Él descansó su mentón en sus manos, mirando las complicadas letras en la pantalla. El teléfono sonó en este momento, era Madam Seidel—la elegante señorita no solo llevaba a Kiro a su hermosa mansión para las lecciones de chelo, sino que ella también llama para cuidar de él.
Con una voz gentil, Madam Seidel preguntó primero sobre la vida de Kiro, entonces de repente, cambió el tema, “¿Alguien te acosó hoy?”
“¡No, la escuela fue genial!” Kiro negó con su cabeza en este lado del teléfono, “Es solo que hoy... Yo estaba...”
El Kiro de seis años no conocía el vocabulario suficiente para expresarse, así que diría que estaba, “...un poco triste”
“Si estás triste, ¿Por qué no tocas el piano para animarte?” Sugirió Madame Seidel, “¿Qué tal si tocas Moonlight Sonata que has estado practicando mucho recientemente?”
“Bien.” Kiro aceptó.
El consejo de Madame Seidel fue útil. La expresión de Kiro se relajó gradualmente mientras la melodía fluía desde el piano. La escuela y los escenarios llenos de cámaras eran buenos, pero el mejor lugar siempre sería estar en su pequeño propio mundo. Si es música, un código, un mundo hecho de notas o (números) binarios, nunca fallaría en darle una sensación de seguridad...
¿Espera? Blanco y negro... ¿0 y 1?
¡Ruido seco! El acorde perdió el ritmo y se volvió un coda cómico, pero Kiro gritó con alegría a pesar de su imperfecta nota final.
¡Había encontrado la pista!
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[ 4 ]
Parque de Diversiones
¡El camino para resolver el acertijo era convertir la cadena de letras en notas, las notas en una partitura y luego tocarlas!
El corazón de Kiro estaba acelerado y sus pupilas azules brillaban. Sus dedos estaban saltando sobre el piano. La pieza final que tocó era familiar pero extraña para él.
—Era la melodía del parque de diversiones que Kiro oía en su camino a casa de la escuela.
Saltó del taburete del piano y corrió hacia la puerta.
Pero cuando llegó al parque de diversiones, su mentor no estaba por ningún lado.
¿Se... había equivocado?
Ya que era fin de semana, el parque de diversiones estaba lleno de familias. Kiro se paró solo en la entrada, pareciendo muy fuera de lugar.
El chico rubio era como una estrella perdida en frente del parque de diversiones, atrayendo la atención de cada transeúnte. La duda en su cara hizo a las personas pensar que se había separado de sus padres.
Varios padres e incluso los guardias de seguridad fueron hacia él, todo tipo de gente se aproximó a él con sonrisas... Kiro comenzó a sentir que le faltaba el aire. Ese terrible poder parecía haberse apoderado de él una vez más, volviéndolo un niño travieso.
Kiro lentamente retrocedió. Este lugar no era para él, debería dirigirse a casa.
En ese momento, algún ruido difuso vino de los altavoces del parque, entonces el tema musical perpetuamente repetido fue reemplazado por otra canción.
“Joyeux anniversaire... Joyeux anniversaire...”
“¿Qué está pasando? ¿Quién se metió con los altavoces?”
“¡Mamá, es una canción de cumpleaños!” Exclamó una pequeña niña, “¿Es el cumpleaños de alguien hoy?”
Los visitantes y el staff miraron con sorpresa mientras los altavoces reproducían la canción de cumpleaños, volviendo al parque de diversiones en una fiesta de cumpleaños.
Kiro quería usar esta oportunidad para escapar, pero mientras se giraba, caminó hacia los brazos de alguien.
“¿Quién...?” Levantó su cabeza en pánico.
La luz del sol detrás de la persona hizo visible la coleta de su cabello plateado y la esquina de su brillante sonrisa. Su voz fue lo suficientemente alta para cubrir la ruidosa música, enviando claramente cada palabra a los oídos de Kiro,
“Felicitaciones por resolver el acertijo, Kiro.”
“¡Mentor...!” Kiro exclamó con sorpresa.
Pero Key hizo un gesto de silencio y tomó su manos, “¡Vamos!”
Entraron en el parque bajo la canción de Feliz Cumpleaños.
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[ 5 ]
Feliz Cumpleaños
Aunque había pasado por este lugar muchas veces, esta era la primera vez que Kiro entraba al parque de diversiones.
Junto con la música, el caballo blanco más hermoso en el carrusel en el que se sentó se movía hacia arriba y hacia abajo; la taza de té que giraba rápido hizo a su pequeña cabeza marearse incluso cuando se bajó; para pasar la altura límite del navío pirata, él se puso de puntillas de pie en secreto. La señorita no se lo dijo, pero negó su cabeza con una sonrisa y le tendió una paleta.
El dulce era de sabor fresa. Era tan dulce que incluso cada palabra que dijo se volvió dulce y de alguna manera borrosa, “Ment-urr...”
“¿Huh?” Key también tenía una paleta en su boca. Uno de cabello rubio y el otro de cabello plateado, los dos caminaron por el camino como dos hamsters.
“¿Tú... hiciste eso?”
“Por supuesto. Este parque de diversiones ni siquiera tiene un cortafuegos. No tomó ningún esfuerzo en absoluto cambiar su música.” Key respondió sin vergüenza.
“¿Pero por qué pusiste ‘La Canción de Cumpleaños’?”
“Porque hoy es tu cumpleaños.”
Kiro estaba aturdido y sus ojos se expandieron, “¿Por qué hoy es mi cumpleaños?”
“Hey, ¿Por qué tienes tantas preguntas?” Key elevó sus cejas, “Hoy es un buen día y te estás divirtiendo. ¿Qué hay de malo en hacerlo tu cumpleaños? Está decidido entonces. ¡Tu cumpleaños es el 9 de Abril! ¡Sin objeciones!”
Hizo tal decisión definitiva para detener al chico de hacer más preguntas. Él esperó que su estudiante recordara solo el 9 de Abril como un día lleno de buenos recuerdos y un día de nueva vida—no algún aniversario doloroso.
“Kiro, debes recordar este día,” (Dijo) Key mitad agachado y mirando a sus ojos, “Puedo no ser yo con el pases cada 9 de Abril en el futuro, pero espero que siempre estés en compañía de los que amas.”
“Feliz cumpleaños, Kiro.” Dijo Key suavemente.
“Amados...” Repitió Kiro con confusión, “¿Estarán a mi lado?”
“Por supuesto.” Key asintió, “Porque Kiro es el niño más increíble y lindo en el mundo.”
“¡Sí!” Kiro asintió firmemente. Algo de repente vino a su mente e hizo su sugerencia final en una voz suave, “Mentor, los niños a menudo tienen pastel en sus cumpleaños y pueden pedir un deseo.”
“Tch, en efecto en todo lo que puedes pensar es en comida.” Key rio inevitablemente y extendió su mano hacia él.
Lo siguiente que supo, (es que) Kiro sintió el vacío bajo sus pies. Key lo levantó y lo sentó en sus hombros.
“Vamos y consigamos tu pastel de cumpleaños.”
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[ 6 ]
Su Deseo
Kiro sabía cómo terminar su asignación de las vacaciones de primavera ahora.
Se sentó frente a su caballete con sus pequeñas pernas balanceándose gentilmente al son de la canción de niños que estaba tarareando, pintando de colores brillantes al lienzo con el pincel.
Primero, el pintaría un hermoso campo de flores, lleno de girasoles y daisies—eran las flores favoritas de Kiro;
Entonces, pintaría una casa en el campo. No tenía que ser una casa grande o extravagante, pero debe tener todo tipo de instrumentos musicales, una computadora genial, videojuegos divertidos y deliciosos snacks... Este era un castillo de tesoros. Para entrar en su territorio, necesitas decirle “Ábrete sésamo” a la puerta.
Debería haber algunas sillas en el campo de flores para su mentor, Madame Seidel, los maestros, los estudiantes de la escuela, el director que siempre lo elogia durante sus presentaciones... Sus amados estaban reunidos en un círculo con una sonrisa en sus rostros.
La cosa más importante, por supuesto, era incluirse a sí mismo en la pintura. En el campo, Kiro estaba cantando muchas canciones adorables a todos con un micrófono en su mano. Incluso el sol, la luna y las estrellas escuchaban sus canciones y asomaron sus cabezas hacia las nubes...
Kiro dejó de pintar y le dio un buen vistazo a su “hogar”. Algo parecía faltar... Él pensó sobre ello y tuvo una idea.
Así que lavó el pincel, entonces lo sumergió en el blanco en la paleta. Con cada trazo, pintó a un conejo blanco al lado de “Kiro”. Él nunca había tenido un conejo, pero sabía que había uno esperando por él en algún lugar en el mundo.
Ni siquiera su mentor sabía sobre este pequeño secreto suyo.
Él dejó las herramientas de pintura, entonces puso sus manos juntas y cerró sus ojos frente a la pintura. Repitió el deseo que le pidió a su pastel de cumpleaños ayer en su corazón.
“Bienvenido a mi hogar.” Susurró Kiro.
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La madrugada en la que me hablaste noté que estabas en problemas. Te quise ayudar, pero, ¿Cómo hacerlo?.
¿Te acordás?
Me dijiste que nada de lo que pronto te iban a acusar era cierto. Me dijiste que se lo contaron a tu pareja para hacerte daño, para arruinar tu relación. Que siempre pensaste que, la persona que te iba a hacer ese daño, no sería capaz de tener gramos de maldad en su cuerpo como para mentir con eso. Confíe que todo era un malentendido y que mañana íbamos a jugar Lol como si nada.
Y me di cuenta que yo era una de las únicas personas que quedaban cerca tuyo.
Y dejé que el tiempo pasara. Dejé que esa charla se me fuera olvidando, después de todo nadie salía a decir nada.
Hasta que a las 8 de la noche en un día cualquiera estábamos, sin vos, borrachos al pendiente de las risas y los bailes que a las 9 terminarían para dar paso a retirarnos. Y todo era risas y juegos sin sentidos. Pero el alcohol pegó fuerte y antes de irnos, ella, pidió que prestemos el oído para un secreto que teníamos que guardar...
Era ella, la que te iba a acusar de algo que "no hiciste". Ella, mi mejor amiga, la que estuvo conmigo los días de soledad y lluvia en los ojos. Ella, el pan de dios. Ella, quien frente a mí nunca había llorado por su inconmensurable fuerza ante tantos problemas, ante tantos traumas. Ella, frente a mí, llorando por lo que le hiciste Describiendo como se fue sintiendo los días en los que se dió cuenta que te sobrepasaste. Ella, quien tuvo que cambiar los muebles de lugar y dar paso a sesiones de psicólogos para creer que de eso podía olvidarse y tratar de no contarme que la persona quien también pasó a mi lado, por mucho, tiempo se sobrepasó horriblemente.
Y cuando salí de ese lugar, caminé borracho hasta la parada, llorando y recordando momentos juntos. Fueron hermosos. Pasamos momentos que me marcaron.
¿Te acordás en el cumpleaño de mi novia, de ese entonces? Cuando le regalaste un collar que no lo dejó de usar el cual significaba, según vos, "el inicio de lo de ustedes". Las veces que los encontraba solos en los salones y trataba de no pensar nada malo. La vez que la sacaste a bailar a escondidas mía y casi la besas enfrente de todos. Ella estaba enamorada de vos, y vos lo sabías, yo también, pero que iba podía hacer, si sentía que con vos era feliz y yo no pintaba nada hablando de lo que esas cosas me hacían sentir. Solo quería que te detuvieras, que te alejaras de ella, porque nada de eso me hacía bien. O cuando viajé a Chaco días antes de cumplir un año con ella, que se vieron y esa misma noche me pedían perdón, perdón y perdón. Vos mostrándome mensajes de ella diciéndote que ojalá la próxima vuelta sucediera. Me arruinaste la psiquis en esa noche. Al día siguiente, el día de la prueba, no hice nada bien y en el exámen lo único que hice fue llorar y pedir ir al baño para golpear mi cabeza y respirar hondo.
Pero recapacitaste y a la luz de la luna, me dijiste, que ya bastaba y no lo harías de nuevo. Eras lo único bueno en esas épocas dónde también me arruinabas, ¿irónico no?
Tuve que alejarme de vos hace mucho tiempo atrás, cuando te juntabas con Melvin y siempre que trataba de acercarme a ustedes me trataban para el reverendo ojete. Me señalaban y susurraban cosas sobre mí. Me acusabas de contar a, quién sea, sobre tus anteriores relaciones, cosas que nunca hice y al contrario las hacía Zoen. Chicas las cuales te terminaron odiando. ¿O no te acordás que en el cumple de mi en ese entonces novia, llevaste a tu ex?, la misma la cual terminó rompiendo fotos de ustedes en tu cara para describir el odio que te sentía.
¿Te acordás cuando me decías que yo no era más que un conocido para vos, que te hacía hacer tiempo cuando estabas sólo?
Como persona fuiste horrible con quién sea que te hayas querido relacionar en un largo tiempo. Y aprendiste de tus errores, por eso te seguí queriendo y considerando mi mejor amigo, a pesar de todo eso.
Me enseñaste un montón de cosas y pasamos lindas madrugadas, lindas borracheras, lindas charlas.
Pero te seguiste excusando con que en la vida estás aprendiendo para cometer errores que seguiste repitiendo.
Cuando apareció José queriendo alejarte de tu novia, quise que eso fuera así, hasta que ví sus intenciones y tuve que enojarme con él, así como tuve que enojarme con vos hace un montón de tiempo.
Y ojalá te vaya bien y nunca hagas, con nadie, la mierda que me hiciste, la mierda que hiciste con todos.
Ojalá no te haya vuelto hablar, porque fue en vano. Noté que borraste los mensajes en el que me contabas todo lo que "no hiciste", pero no hizo falta, no lo iba a usar en tu contra, pero dejó en claro que nunca fuí nada tuyo, solo, lo único que te quedaba. Noté que no cambiaste nada y solo tratas de alejarte constantemente de dónde estuviste y ahora sé porque siempre lo haces.
Ojalá no te vuelvas a sobrepasar con tu novia, porque más de una vez fue llorando con sus amigos de las cosas que se sentía obligada a hacer. Porque ella encontró un refugio de todos los males que no se merece en vos.
Ojalá no quieras acercarte nunca más a mí, porque yo siempre estuve para vos hasta que entendí que no eras lo único que yo podía tener. Hasta que entendí tu punto sobre mí. Hasta que entendí que todas las cosas que hiciste tienen un límite, y es hasta aquí.
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Corazones de papel (Fanfic)
Arthur x tú
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Odiabas los lunes, todos lo hacemos. Aunque en verdad más que los lunes, odiabas lo que los lunes representaban; el regreso a la rutina y el estar lejos de Arthur durante 12 horas seguidas. Pero así como odiabas los lunes, también odiabas los viernes, pues trabajabas hasta más tarde en la cafetería y nunca llegabas a casa antes de las 10 de la noche. Era el único día de la semana en que Arthur llegaba al apartamento antes que tú y a pesar de que llegaba muy cansado, siempre te esperaba despierto, normalmente viendo el Show de Murray. Los demás días de la semana te gustaba preparar la cena junto con él, era algo que Arthur disfrutaba. Sin embargo los viernes siempre le dejabas algo listo para que él pudiera cenar temprano y no tuviera que esperarte hasta tan tarde. Hoy era uno de esos viernes.
- Arthur!! Estoy en casa!!- anunciaste tu llegada casi a las 10:30 pm.
- Tengo una sorpresa para ti!!
Te quitaste los zapatos y el abrigo, estabas tan cansada pero al mismo tiempo tan feliz, pues era tu parte favorita del día cuando volvías a su lado. Y hoy te sentías particularmente feliz y esa felicidad se debía al contenido de la bolsa que traías contigo, una pequeña sorpresa para tu Arthur. Generalmente se levantaba y salía corriendo a recibirte, aunque estuviera viendo el Show de Murray. Nada era más importante para él que tú.
Pero hoy no hubo respuesta ni recibimiento. Te preguntaste si quizás ya se había dormido, puesto que era tan tarde. Pero al pasar junto a la cocina viste que la cena que le habías dejado preparada estaba intacta. Arthur no había comido. Dejaste la bolsa en la cocina y fuiste directo hacia la habitación. Cuando lo encontraste ahí, sentado en una esquina de la cama, abrazando sus piernas y descansando la cabeza sobre sus rodillas, se produjo una horrible sensación de angustia en tu pecho. No era un estado de ansiedad, más bien Arthur parecía estar como apagado. Ya tenía puesto su pijama y su cabello era todo un desorden. Sus lindos ojos verdes estaban abiertos pero su mirada estaba perdida. Y cuando notaste que en la tele corría el Show de Murray y que Arthur ni siquiera le prestaba atención, te preocupaste.
Te acercaste con cuidado, pues estaba tan abstraído que al parecer no había notado tu presencia y no querías asustarlo.
- Arthur?- dijiste en voz baja.
Al oír su nombre, reaccionó levantando ligeramente la cabeza y te buscó con sus ojos. Estaban un tanto vidriosos. Te sentaste junto a él en un costado de la cama. Te preocupó que estuviera enfermo y pusiste una mano sobre su frente pero no estaba caliente.
Eran noches así cuando Arthur se sentía muy triste. Lo notabas en sus hombros caídos y en lo callado que estaba. Esta noche era una de esas.
- Arthur, cariño, qué tienes?
Te acercaste un poco más, tomaste su carita entre tus manos y le diste un beso en la nariz. Era algo que le gustaba y siempre lo hacía reír porque le causaba cosquillas. Pero hoy el resultado fue todo lo opuesto y como si fuera un reflejo, las lágrimas comenzaron a caer de sus hermosos ojos verdes y corrieron por sus mejillas.
- Qué sucede, corazón?- preguntaste con un nudo en la garganta.
Pero Arthur no dijo nada. Abriste tus brazos y él simplemente se dejó caer en ellos. Abrazó tu cintura, escondió su cara en tu hombro y lloró en silencio. Lo sujetaste con fuerza y murmuraste palabras de amor en su oído. No sabías qué había sucedido pero podías imaginarlo.
- No llores, mi ángel. Estoy aquí. Todo va a estar bien...
Transcurrieron varios minutos así hasta que sentiste que su cuerpo se relajó entre tus brazos y su respiración se tranquilizó.
- Me quieres contar lo que pasó?
Arthur se limpió la nariz con la manga y sin separarse de tu cuerpo comenzó a hablar en una voz tan baja que tuviste que esforzarte para entender lo que decía.
- M-me tropecé mientras trabajaba...es que los zapatos s-son muy grandes. Y el letrero que tenía en mis manos se rompió.
Acariciarte su espalda mientras hablaba.
- Y cuando volví, Hoyt me gritó delante de todos y todos se rieron. Dijo que era un idiota y que me descontaría por el letrero.
- Te lastimaste?- preguntaste preocupada.
- No.
Lo apretarse contra tu pecho y le diste un beso en la cabeza. En silencio juraste que matarías a Hoyt, o al menos le darías una buena patada en los testículos cuando lo vieras.
- Tranquilo, Arthur. No hiciste nada mal, fue un accidente y a todos nos pasa. Sabes...hoy rompí una taza en la cafetería.
- En verdad?- preguntó sorprendido.
- Sí!- mentiste.
No era cierto pero querías que se sintiera mejor.
- Simplemente se me cayó y se hizo pedazos. Yo también soy muy torpe...
Arthur se desprendió de tu pecho y te miró a los ojos, como si te agradeciera en silencio por ese pequeño consuelo. Sonreíste, besaste su frente y terminaste de secar las lágrimas que quedaban bajo sus ojos. Tomaste sus manos y con preocupación notaste lo frías que estaban. En tu mente maldijiste por no poder pagar una jodida calefacción.
- Cariño, tienes frío.- dijiste, levantándote y te dirigiste a la sala. Encontraste el saquito de hilo azul que Arthur había dejado colgado sobre una silla y regresaste con él a la habitación.
- Ven, déjame ponerte esto.- le dijiste y con mucho cariño lo abrigaste y le abotonaste el saquito.
Arthur te miró con sus dulces ojos que seguían tan tristes y tu corazón simplemente no soportaba verlo así. Rápidamente te cambiaste de ropa, poniéndote tu propio pijama y te metiste en la cama junto con él, tomándolo entre tus brazos nuevamente.
- Hmmmm, ya sé cómo hacerte sonreír...- dijiste de pronto. - Cierra los ojos!-
Arthur hizo lo que le pediste y por un segundo contemplaste sus hermosas pestañas que le daban un aspecto tan dulce.
Siempre guardabas una caja de chocolates bajo llave en tu mesita de noche. No es que Arthur no tuviera permiso de comerlos, simplemente debías evitar que se comiera todos de una sola vez. Ya había sucedido en una ocasión que llegaste a casa con una caja de bombones que te habían regalado en el trabajo para Navidad. Arthur había estado tan emocionado, pues rara vez podía disfrutar de un lujo así y definitivamente amaba el dulce. Pobre, no había podido controlarse y se había comido una docena de chocolates en un minuto, terminando con un terrible dolor de panza.
Sabías que un poco de dulce lo animaría en este momento, así que abriste la caja de chocolates y la pusiste sobre su regazo.
Arthur abrió los ojos y al ver lo que le estabas ofreciendo, no pudo evitar sonreír con la alegría de un niño pequeño.
- Escoge uno, bebé.- dijiste.
- Oh, pero...no tengo permitido de tocar esta caja.- te recordó.
Tu corazón se derritió.
- Por esta noche tienes permiso, cariño.
Sus ojos se iluminaron y supiste que tenía dificultad para escoger solo uno.
- Puedes escoger dos...- ofreciste.
Sentiste la felicidad más pura al ver a Arthur disfrutar tanto con algo tan pequeño y simple. Y es que las almas sencillas son felices con tan poco...
Arthur te abrazó y besó tu mejilla, dejando una mancha de chocolate sobre tu piel.
- Gracias...- murmuró.
- Espera...aún te tengo una sorpresa!!- dijiste, recordando de pronto la bolsa que habías dejado en la cocina.
Volviste con ella en tus manos, te sentaste y se la entregaste a Arthur. Sus ojos se abrieron de curiosidad y con mucho cuidado abrió la bolsa. Su linda cara se iluminó al ver que estaba recibiendo un regalo sin que fuera su cumpleaños, ni Navidad ni ninguna ocasión especial. Recibía algo por el simple hecho de que era amado y antes de tenerte en su vida eso nunca, nunca jamás había sucedido.
Sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad cuando sacó el libro que estaba envuelto en papel de regalo. Arthur amaba los libros, en especial los cuentos de niños, porque eran tiernos y fáciles de comprender. Amaba sobre todo esos en los que los personajes eran animales. Los animales no eran crueles y nunca tenían dobles intenciones. Son como Arthur, pensabas. No hay maldad en sus corazones. Por eso habías escogido este libro en particular. Más temprano habías pasado por la librería y la tapa colorida llena de dibujos de animales llamó inmediatamente tu atención. No tenías mucho dinero pero juntaste algunas propinas y lo compraste para Arthur. Sabías que le gustaría.
La parte que más le gustaba era que tú le leyeras los cuentos. Le gustaba el sonido de tu voz y como te inventabas voces diferentes para cada animal. Le permitías acariciar los dibujos con sus dedos y cuando te preguntaba por el significado de una palabra que no entendía, siempre tenías la paciencia para explicárselas. Nunca escogías cuentos tristes, solo aquellos con final feliz. Y amabas leérselos. Podías leerle la misma historia diez veces y Arthur nunca se cansaba.
- Gracias...- dijo Arthur, conmovido. - No merezco tantos regalos. Sé que son caros...-
- Mereces mucho más, corazón.- respondiste.
Viste la mirada en sus ojos y sabías lo que quería decirte y no se animaba. Después de tanto tiempo aún sentía cierta vergüenza de pedírtelo.
- Quieres que te lo lea, mi amor?- le preguntaste.
- Mhm- dijo Arthur, abrazándose a tu cintura y recostando su cabeza sobre tu pecho. Era su posición favorita, pues le permitía observar los dibujos a medida que volteabas las páginas.
Lo recibiste en tus brazos, lo cubriste con la frazada y besaste su cabeza, disfrutando el olor y la suavidad de su pelo.
- Mi dulce Arthur- dijiste - Te amo con todo mi corazón.-
Leíste y releíste el libro tres veces hasta que los ojos de Arthur por fin se cerraron y quedó dormido en tus brazos. Ya era muy tarde.
Con mucho cuidado lo recostaste y colocaste su cabeza sobre la almohada. Arthur murmuró algo entre sueños al sentirse separado de tus brazos.
- Shhh, duerme, cariño. Estoy aquí. No iré a ninguna parte.- susurraste.
Lo cubriste, asegurándote de que estuviera cómodo y abrigado y lo miraste dormir por un instante. Cómo deseabas poder protegerlo del mundo exterior y de todos los dolores de la vida. No podías. Pero al menos por esta noche, podías darle todo ese amor y cuidado, y eso hacía una diferencia. Arthur dormía a tu lado, en paz y con una sonrisa en sus hermoso labios. Y sabías que no podía haber paraíso más grande que ese, un pequeño y derruido apartamento en la parte más fea de la ciudad en donde sin embargo vivían dos corazones que se amaban.
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El Huaso, parte 36: Cabos Sueltos
Lista de capítulos
Se nos hizo de noche apreciando la vista hermosa de la ciudad, y aprovechando nuestra compañía, entre arrumacos y besos no podíamos estar más cómodos.
—No me quiero ir de acá —le dije al Huaso—. Nunca.
—Pero tendremos que irnos, ya es de noche y se hace peligroso bajar a oscuras —me explicó él.
—¿Entonces qué caso tiene bajar ahora?, esperemos que amanezca —dije con tono caprichoso.
—Sabes que no podemos, tonto —me respondió con una risa y un beso—. Tenemos que bajar con cuidado nomas. Aparte ya está helando.
Acepté a regañadientes, aunque sabía que mi argumento era insostenible. Guardamos todo y comenzamos el descenso. Estaba seguro que de haberlo hecho con la luz del sol habría sido mas fácil. Usamos las linternas de nuestros celulares, que a pesar de iluminar potentemente, igualmente producían sombras con las rocas que engañaban a la vista.
Al llegar por fin al auto, que daba la impresión de estar abandonado por dos semanas, pudimos recuperar el aliento
—Me queman las piernas —le dije al Huaso, mientras esperaba que sacara la llave del auto.
—¿Por qué tanto amor? —me preguntó acercándose a mí para besarme.
—Estuvo muy matadora la bajada po —respondí con un tono de obviedad.
El Huaso me acorraló contra el auto y me levantó la pierna para poder acariciarla con su mano.
—¿Y si le hago un masajito, se le pasará? —pude ver a duras penas que me miró con coquetería, y luego me besó apasionadamente mientras me acariciaba el muslo con su mano y lo recorría hasta llegar a mi glúteo.
—No sé si se me pase —me hice el tonto.
—Probemos po —sentenció mi pololo y volvió a besarme, esta vez más lentamente. Mientras con su mano derecha seguía acariciando mi muslo, con su pulgar izquierdo acariciaba mi mentón—. ¿Se te pasa un poco?
—Un poco —respondí fingiendo timidez.
—Podríamos hacer algo un poquito más fuerte para ver si se te pasa completamente… —sugirió él.
—Bueno —acepté y esta vez yo lo besé—. ¿Para donde vamos? —pregunté con una sonrisa de alegría al saber que mi regalo de cumpleaños aún no terminaba.
—Pensé que podríamos hacer algo aquí nomas —me dijo con un dejo de vergüenza—. Aquí encimita del capó.
—Pero amor —le dije riéndome—, hace mucho frío. Ni cagando pongo mi cuerpo en el capó congelado. Voy a terminar peor que en la playa, y te apuesto que las marcas en el auto no van a pasar piola para mis viejos.
—Bueno, era una sugerencia nomas —bajó la mirada.
—Oye, igual podemos hacerlo, pero dentro del auto —le dije tomándole la mano para subirle un poco el ánimo—. Nos protegemos del frío, estaremos un poco más cómodos, y no tendremos que hacer un viaje a algún otro lado.
—Bueno, ya —aceptó volviendo a sonreir. Nos besamos nuevamente, mientras con mi mano buscaba la manilla de la puerta para entrar al auto.
—Pensé que ya habías abierto —le dije un poco molesto. Siempre me ha molestado el hecho de intentar abrir una puerta que pensaba estaba abierta pero que en realidad seguía con seguro.
—Pero amor, si tu tienes la llave —se excusó mi pololo—. Tú siempre abres.
—Pero Pato, tu manejaste hoy —le dije serio—. Tú tienes la llave del auto.
—No amor, yo te la pasé, cuando estábamos arriba guardando todo —me dijo con seguridad.
—No lo hiciste —un hielo me recorrió la espalda y sentí como que el corazón se me detuvo. Si el Huaso decía la verdad, las llaves podían estar en cualquier lado entre la cima del cerro y el auto—. ¡No tengo la llave! —le demostré vaciándome los bolsillos.
—Ok, amor, calmémonos —me dijo tomándome de las manos—. Voy a subir denuevo a buscarlas, y tú me esperas acá, ¿estamos?
—No wn, yo voy —me intenté hacer el valiente, tomando las riendas de la situación, en caso de ser verdad que me hubiera pasado las llaves.
—Ya, vamos los dos —me dijo con una sonrisa de orgullo en su rostro.
Nos devolvimos caminando de la mano por la quebrada, con calma hasta donde podíamos hacerlo. No tenía como comparar el entorno a como era de día porque simplemente no lo había visto por estar con la venda en los ojos, pero la oscuridad de la noche no daba un panorama muy amigable, y debo decir que era atemorizante. En ese momento agradecí no haber tenido que volver solo.
—Gracias por acompañarme —le dije al Huaso después de un momento de caminata silenciosa.
—No iba a dejarte subir solo —me abrazó de lado—, así como tú tampoco me ibas a dejar subir solo —me miró y pude ver que sonrió.
—Bueno, en realidad no quería quedarme solo esperando —dije con modestia.
Al llegar a la cima, no pude dejar de notar el frío que hacía, a pesar del esfuerzo físico realizado para llegar al lugar.
Buscamos con la linterna de nuestros celulares por el suelo rocoso en el lugar donde estuvieron las frazadas anteriormente (o eso calculamos), hasta que después de unos diez minutos de búsqueda, un destello le dio al Huaso la ubicación de la llave.
—Apenas la ví con el reflejo de la luz en la llave —me decía a medida que me acercaba a donde la había encontrado.
—¿Y cómo chucha llegó hasta aquí? —pregunté sin esperar respuesta—, estoy casi seguro que nosotros estábamos allá —apunté con mi mano al punto a unos diez metros de distancia donde yo suponía que habíamos estado sentados comiendo.
—Sí, a mí me da la misma impresión —comentó pensativo, mirando al rededor—. Oye, amor,¿es un weón ese de ahí?
Me dio una clavada en el corazón al escuchar su pregunta, pero traté de disimularlo mientras vislumbraba hacía donde mi pololo apuntaba con la mano. A unos cien metros de distancia cerro abajo se veía una figura que daba la impresión de ser una persona de pie.
—Puede ser un bloque, o una tabla —traté de darle una explicación lógica.
—Pero lo habríamos visto temprano si fuera eso —desechó mis sugerencias rápidamente—. Mira, si tiene una capucha, y tiene las manos en los bolsillos —me explicó él, describiendo a la figura.
Levantó su celular e intentó alumbrar en dirección a la figura misteriosa, pero el haz de luz no llegaba tan lejos.
—Mejor devolvámonos, ya es tarde —le dije al Huaso intentando ocultar el miedo en mi voz. El Huaso me miró y solo asintió. Me tomó de la mano y caminamos a paso rápido de vuelta.
Cuando terminamos de bajar el cerro y comenzamos la caminata por la quebrada nos íbamos a volver a tomar de la mano cuando sentimos un deslizamiento de piedras desde arriba, por donde veníamos, como cayendo bajo el peso de una persona que se resbaló al caer. Con el Huaso ni siquiera tuvimos el valor de voltearnos a mirar qué había sido, y salimos corriendo quebrada abajo hasta llegar al auto. El Huaso abrió el auto y me pasó la mochila para subirme mientras él rodeaba el auto para subir por el lado del piloto. Encendió el motor y condujo como si su vida dependiera de ello, literalmente. Sentía un dolor punzante en el pecho y pensé que mi corazón iba a salir despedido a través de él por la fuerza de sus latidos. Tenía ganas de llorar por la angustia y el miedo, pero me las aguanté.
—¿Estás bien? —me preguntó el Huaso, ya volviendo a la ciudad, tomándome la mano izquierda con su derecha.
—Sí —aún me temblaba la voz—. Creo que no voy a poder dormir hoy.
—Si quieres me puedo quedar a dormir contigo —ofreció.
—Por favor —acepté.
Al llegar a mi casa les dije a mis papás que el Huaso se iba a quedar a dormir porque era muy tarde, y yo no lo podía ir a dejar a su casa porque había tomado alcohol (mentí, aunque dudo que los haya convencido).
Nos acostamos, abrazados ambos, haciendo cucharita en dirección a la puerta de mi pieza, como si un fantasma fuera a tener la amabilidad de entrar por la puerta. A pesar del miedo que teníamos, no nos costó quedarnos dormidos, debido al cansancio de subir un cerro dos veces en el día.
Al día siguiente, el Huaso se despertó de un sobresalto, porque estaba teniendo una pesadilla.
—¿Estas bien amor? —le pregunté preocupado.
—Sueño culiao —murmuró con rabia y vergüenza, con su voz adormilada.
—Tranquilo, nada te va a pasar —le acaricié el cabello para hacerle sentir mi protección—, ¿tiene que ver con lo de anoche? —pregunté curioso.
—Si —se restregó los ojos con los puños—. ¿Y tú no soñaste con eso?
—No. O quizás sí, pero no lo recuerdo —hacía semanas que no me pasaba eso de dormir sin soñar.
Bajamos a tomar desayuno, y luego el Huaso se despidió de mí en mi habitación porque tenía que ir a juntarse con la Claudia a trabajar con su tesis.
—Me siento tonto ahora que lo pienso —me comentó mientras guardaba las cosas en su mochila—. No fue nada lo de anoche y nos asustamos de puro tontos que somos.
—Si, tienes razón —concordé con él, aunque aún me daba miedo recordar lo de la noche anterior—. Eso no puede empañar el momento lindo que pasamos mas temprano —lo abracé por la espalda y él se enderezó con una sonrisa en su rostro.
—¿Hay tiempo para algo rapidito? —me preguntó emocionado, cambiando rápidamente de humor.
—No creo —respondí sorprendido—, acuérdate que mi papá te iba a pasar a dejar camino al trabajo.
—Puta la wea —dijo riéndose—. Creo que lo nuestro no puede continuar, Larry. El universo conspira en nuestra contra.
—Mañana anda a verme al trabajo —le dije coquetamente—. Tengo el turno de cierre.
Al Huaso se le iluminó la cara, me besó y terminó de arreglar sus cosas. Se fue con mi papá y luego yo aproveché la tarde libre para ir a ver al Bryan.
—¿Qué te pareció? —me preguntó él apenas cerró la puerta de entrada detras mío.
—¿Qué cosa?
—La Karen po, ¿Quién mas? —respondió como si fuera obvio.
—Aah —había olvidado casi por completo a su “polola”—. Es muy simpática. Y hermosa. Demasiado, la cagó.
—Sí, es muy linda. ¿En serio la encontraste simpática? —quería asegurarse que no mintiera.
—Demasiado —le dije con una sonrisa—. Si me cayera mal te lo diría.
—Tú también le caíste muy bien —comentó con emoción, mientras subíamos las escaleras a su habitación.
—Me gusta verte así —le dije sentándome en su cama.
—¿Así como?
—Asi, feliz. Se te nota la alegría wn —estaba genuinamente contento de verlo feliz.
Continuamos conversando y nos pusimos a jugar play, hasta que apareció el Pedro a saludar, y me acordé que tenía que preguntarle algo.
—Bryan, ¿por qué tienes puesta la dirección de tu casa en Facebook? —le pregunté.
—No tengo la dirección de la casa en Facebook, ¿Por qué insisten con eso? —respondió sin entender nada.
—¿Seguro? —quise confirmar.
—Seguro po —se rió incrédulo. Le creí, ya que sabía que era demasiado inteligente como para hacerlo.
—Es verdad —confirmó el Pedro.
—¿Por qué preguntan tanto por eso? —quiso saber mi amigo, y no tuve otra opción que contarle el tema con la Vicky (aunque decidí omitir el factor “Karen”). Quedó completamente impactado.
—¿Cierto que es increíble? —dijo el Pedro.
—Si… —coincidió su hermano—, aunque ¿Cómo llegó acá a la casa entonces?
—No tengo idea… —comenté.
Me saltó la curiosidad por saber como lo había hecho en verdad la Vicky, pero no quise darle mas vueltas al asunto, así que cambié el tema y seguimos jugando. El Pedro me preguntó sobre qué regalos me habían llegado por mi cumpleaños, y les conté la sorpresa de mi pololo.
—Que romántico —comentó con ironía el Pedro al escuchar el regalo que me había dado el Huaso.
—¿Qué tiene? Yo encuentro que fue un bonito gesto —el Bryan se cuadró conmigo.
—Fue hermoso, en serio —defendí a mi pololo.
—Ya, si sé que es romántico de verdad —admitió el Pedro—. Se está esmerando tu pololo después de tantas cagadas que se ha mandado —se notaba que no lo soportaba.
Solo me reí por su evidente animadversión hacia mi pololo, y seguí contándoles lo que había pasado después en la noche.
—Que miedo wn —comentó el Bryan—. Pero ¿están seguros que era una persona?
—Si, o sea no. Parecía una persona de pie, con capucha y todo —expliqué.
—¿Y no le hablaron? —volvió a preguntar.
—Ni cagando le hablábamos, quería puro irme de ahí.
—Oye, ¿no es ese cerro donde el año pasado encontraron un cuerpo? —preguntó el Pedro.
—¿Qué? —preguntamos con el Bryan al únisono.
—Sí, me acuerdo que el año pasado encontraron un cuerpo en un cerro… —dijo pensativo—, pero no recuerdo si lo vi en las noticias o en una película…
Nos reímos ante la inconsistencia de sus recuerdos.
—Creo que yo también vi ese capítulo de CSI —bromeó el Bryan.
—Muy gracioso —dijo el Pedro—. No vaya a venir en la noche a penarte el hombre de la capucha por burlarte de mi.
—Amí no me va a penar. Al Larry sí, por ir a meterse donde no debía —se excusó el Bryan.
—No digas eso —me puse serio ya que me daba miedo pensar en esa posibilidad.
Continuamos jugando, para olvidar el tema terrorífico que estábamos hablando. Al rato el Pedro se volvió a ir y mas tarde lo hice yo.
—¿Algún plan de formalizar algo con la Karen? —le pregunté a la salida a mi amigo, sobre posibilidades de pololeo.
—Si, yo creo que si —volvió a sonreir como si estuviera imaginándose a Karen en su mente.
—Más te vale que me elijas de padrino —le exigí a modo de broma.
—Tenlo por seguro —me dio un fuerte abrazo de despedida, y me fui a mi casa.
El día lunes al llegar a la pega, vi a la Vicky que estaba de pie fuera de la tienda de al lado, entregando volantes.
—Hola —me saludó ella con timidez.
—Hola —respondí un poco incómodo.
—¿Cómo estas?
—Bien —respondí un poco cortante—. ¿Y tu? —traté de no sonar tan pesado.
—Bien, ¿podemos hablar? —me preguntó mientras abría la puerta de la tienda. No podía decirle que no, así que la hice pasar—. ¡Perdóname! —se acercó a abrazarme y rompió a llorar.
—Está bien —intenté calmarla y esperé que dejara de llorar.
—De verdad fui una estúpida, hice el ridículo al pensar que el Huasito se fijaría en mí, y te hice pasar un mal momento a ti, Larrycito —dijo entre sollozos.
—Tranquila, no eres estúpida. Solamente eres muy joven —su inmadurez la había llevado a hacer eso de lo que visiblemente estaba muy arrepentida, pero no era una mala niña.
—No los volveré a molestar mas. Lo juro. Dejaré que ustedes sean felices juntos —me dijo ya un poco mas calmada, controlando el llanto y mirándome a los ojos.
—¿Qué? —el corazón me comenzó a latir mas rápido.
—Eso po. Que no los molestaré más. No insistiré con tu pololo —cerró los ojos con fuerza, como si la sola idea de olvidarse del Huaso le provocara un dolor profundo.
Mi corazón se detuvo al escuchar su última palabra. No sabía como reaccionar ante eso.
—¿Quién te dijo que el Huaso es mi pololo? —le pregunté nervioso, preocupado por si se me había escapado alguna vez.
—Él me lo dijo —admitió—. Cuando salió a conversar conmigo me explicó que no me podía corresponder porque estaba pololeando contigo —volvió a cerrar los ojos con fuerza.
—¿En serio? —ahora yo tenía ganas de llorar, pero me contuve—. No me avisó que te había dicho.
Que mi pololo por fin diera un pasito y le contara a alguien que estaba pololeando conmigo me llenó de alegría y orgullo.
La Vicky me explicó todo lo que habían conversado juntos esa noche, y al hablarlo se fue calmando su llanto.
—Es tan bueno. Esperó a que me fueran a buscar y todo —terminó de contarme, recordando con nostalgia ese momento.
—Si, es el mejor —confirmé su comentario—. Vicky, yo también te tengo que pedir perdón. Creo que te traté muy feo el otro día —le dije arrepentido.
—Estamos a mano. Ambos perdonados —me dijo con una sonrisa inocente, que casi ocultaba sus ojos hinchados por el llanto. La abracé con cariño. Un cariño genuino, como si fuera una hermanita menor.
—Ahora, dime la verdad. ¿Cómo encontraste la casa del Bryan? —le pregunté intentando hacerme el serio—. El Bryan nunca puso la dirección de su casa en Facebook.
—Ah, bueno —comenzó a decir ella, ruborizándose—. Es verdad que le psicopatié el Facebook, pero no tenía puesta su dirección. Sí tenía públicas un par de fotos, afuera de una casa, que asumí era la suya. En otras fotos se veía al fondo el letrero de una botillería, así que me puse a buscar la casa esa, cerca de la botillería, en google. Es muy útil ese Street view —dijo como pensando en voz alta—. No quería contarte la verdad para que no creyeras que soy una loca.
No sabía si asustarme por su capacidad de psicopateo, o reir por lo inverosímil de todo. Lo cierto era que estaba muy sorprendido por sus habilidades investigativas.
—Eres una pequeña genio —le dije finalmente—. Escalofriante, pero una genio de todas formas —intenté sonar clever, pero claramente no lo logré, aunque ella no me dijo nada.
En ese momento llegó el Huaso a la tienda y se sorprendió al vernos a los dos juntos. Al mirarme a los ojos se sonrojó.
—¿Se te olvidaba contarme algo? —le dije de forma inquisidora.
—Sorpresa —me respondió con una sonrisa torpe. Se acercó a la Vicky y la saludó con un abrazo y un beso en la mejilla. Luego se acercó a mí y me dio un beso en los labios y me abrazó por detrás.
—¿Cómo no me di cuenta? Era bastante obvio —dijo la Vicky tapándose los ojos y yo temí que comenzara a llorar nuevamente.
La promotora se quedó conversando un rato más junto a nosotros y luego se fue porque había terminado su horario laboral.
Con el Huaso nos quedamos en silencio un rato, mirándonos a los ojos, aguantándonos las ganas de decir algo.
—Eres el mejor, ¿sabías? —le dije, dándole todo mi apoyo al haber dado un segundo pasito voluntario fuera del closet.
—No es nada —dijo con humildad—. No podía seguirle mintiendo al ver su carita de pena.
—Gracias a ti ya no será necesario mentirle —le ponía color, pero necesitaba hacerlo sentir bien y cómodo con la decisión que había tomado. Quizás así se motivaría a liberarse un poco más. Me acerqué a darle un beso de felicitaciones que él aceptó con gusto.
El Huaso esperó pacientemente hasta la hora de cierre de la tienda, para por fin hacer lo que teníamos pendiente desde hacía días.
—Son las 9 amor, hay que cerrar —me dijo con coquetería
Su reloj estaba adelantado un par de minutos, así que lo hice esperar hasta que mi celular marcara las 21:00 horas. Disfruté ver la cara de impaciencia de mi pololo al ver que faltaba tan poco. Arreglé todo para cerrar, guardé la plata en la caja fuerte, ordené la ropa, desenchufé todo, y antes de salir le pregunté al Huaso:
—¿A dónde vamos?
—Aquí mismo nomas —me respondió tomándome de la cintura y dándome un beso.
Yo obedientemente cerré la puerta de la tienda con llave, apagué las luces y me dispuse a darle todo el placer que me pedía mi pololo.
Siguiente Capítulo: El Grito
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Una carta para el amor de mi vida.
A ti que me regalaste los seis meses más emocionantes de mi vida. A ti que aceptaste mi corazón, lo tomaste y en 113 pedazos quebraste. A ti que me abandonaste. A ti que me juzgaste, me quisiste cambiar y me lastimaste. A ti que me engañaste. A ti que me intimidaste. A ti que te regale todo mi tiempo, mi energía y mis sueños. A ti que remplazaste a mis amigos. A ti que te di más atención que a mi familia. A ti que me hiciste sentir el ser más solo en el mundo. A ti que me ilusionaste con lo que pudo ser. A ti que me decepcionaste con lo que no fue. A ti que dejaste mis ojos sin lágrimas. A ti que hiciste que me rompiera los nudillos. A ti que me hiciste sentir celos. A ti que me ignoraste un cuatro de mayo. A ti que me ocultaste algo muy importante. A ti que te desesperaba que no tuviera iniciativa. A ti que criticaste mis miedos y fracasos. A ti que rechazaste mis inseguridades. A ti que me hiciste ahorrar en vano. A ti te quiero dar las gracias.
Gracias por haberme dirigido la palabra. Gracias por haber sido mi amiga. Gracias por Frank Sinatra. Gracias por Batman Año Uno. Gracias por haber pensado en mí. Gracias por confundirme con tu manera de ordenar las películas de Star Wars. Gracias por no haber ido a ver The Last Jedi conmigo. Gracias por haber ido a ver Black Panther conmigo. Gracias por fingir que habías visto Blade Runner. Gracias por apostar conmigo. Gracias por siempre notar mi loción. Gracias por compartirme tus sueños y deseos. Gracias por hacerme acompañarte con tu mamá. Gracias por dejarme ver videos con tu hermano en el coche. Gracias por presentarme a tu abuelita. Gracias por como conocí a Mario y a tu tía. Gracias por estar conmigo durante el temblor en nuestra primera cita. Gracias por hacerme pasear tanto. Gracias por caminar a mi lado. Gracias por ser más consiente que yo. Gracias por decirme lo que sentías. Gracias por haberme hecho cursi. Gracias por haber sido empalagosa conmigo. Gracias por hacerme dejar de estar solo. Gracias por desvelarte conmigo. Gracias por ponerme horario de dormir a las 12:40. Gracias por hacerme ir tan feliz a la escuela. Gracias por dejar que te acompañara a tu casa. Gracias por cuando íbamos al tianguis. Gracias por las miradas que me dabas. Gracias por pedirme que te diera mi mano. Gracias por las veces que me pedías que te besara. Gracias por esas risas que compartíamos cuando caminábamos. Gracias por los cigarros que teníamos en las tardes. Gracias por haber ido conmigo en el paseo al volcán. Gracias por no dejarme abrazarte. Gracias por conocer a mi familia. Gracias por que Miley y Macy te quisieron. Gracias por el interés que mostrabas en mí. Gracias por consolarme. Gracias por regañarme. Gracias por ayudarme. Gracias por cómo me demostrabas tu afecto. Gracias por ganarte mi confianza. Gracias por darme tu confianza. Gracias por no tener pena con lo que me decías. Gracias por reclamarme tantas cosas. Gracias por ser celosa conmigo. Gracias por haber estado ahí para hablar conmigo. Gracias por esas noches que hablábamos de todo. Gracias por todo lo que descubrimos juntos. Gracias por hacerme entender todas las canciones de amor. Gracias por Elvis. Gracias por Lionel Richie. Gracias por Jeff Buckley. Gracias por Mick Jagger. Gracias por hacerme pensar siquiera en una boda. Gracias por darme un hogar en tu casa. Gracias por darme un refugio en tu cama. Gracias por el sushi. Gracias por las quesadillas con papa. Gracias por no comer palomitas en el cine. Gracias por los helados y las pizzas. Gracias porque siempre eras tan expresiva. Gracias por las telenovelas turcas. Gracias por ser tan necia. Gracias por hacer que me enamorara de los pugs. Gracias por hacerme querer tanto a esos cinco perros. Gracias por pasearlos conmigo en una carriola. Gracias por mandarme canciones que no me gustaban. Gracias por mandarme canciones que sí me gustaban. Gracias por compararnos con personajes de Disney. Gracias por haber hablado 8 horas seguidas conmigo. Gracias por hacerme enamorarme de ti. Gracias por ver salir el sol conmigo. Gracias por Luis Miguel. Gracias por José José. Gracias por el café Colombia de 120 pesos. Gracias por la playera. Gracias por el pato. Gracias por el osito. Gracias por aceptar mi llavero de Chewbacca. Gracias por las pulseras. Gracias por la foto. Gracias por esperar conmigo los Ubers más lentos de la ciudad. Gracias por cómo nos despedíamos antes de dormir. Gracias por los besos lentos. Gracias por los besos rápidos. Gracias por no dejarme hablar. Gracias por saber que me encantabas. Gracias por desesperarte cuando te acomodaba el cabello. Gracias por arquear las cejas cuando me veías. Gracias por tus tenues sonrisas. Gracias por todas las cartas que me escribiste. Gracias por todas las cartas que me aceptaste. Gracias por acostarte conmigo en el parque. Gracias por nuestra “bella y hermosa” conexión. Gracias por ser mi almohada especial. Gracias por ver conmigo Cinema Paradiso. Gracias por besarme con la música de Morriconne de fondo. Gracias por decirme “mi cielo”. Gracias por enseñarme que la vida si puede ser de color rosa. Gracias por cada pequeño aniversario. Gracias por el video con nuestros Snaps y nuestras fotos. Gracias por pausar una separación para estar conmigo en mi cumpleaños. Gracias por soñar conmigo. Gracias por darme a la niña más hermosa para soñar. Gracias por hacerme amar. Gracias por amarme. Gracias por ser mi novia. Gracias por ser mi mejor amiga. Gracias por ser mi primer amor. Gracias por ser la persona de mi vida.
Yo siempre te voy a amar. No puedo dejar de amarte por más que lo intente. Si no duermo rápido tú eres el destino de mi mente por horas, hasta que el cansancio finalmente me derrota. Yo pensaba que era algo ontológico. Tú y yo. Dos vidas unidas por el destino. Un cliché que cualquier enamorado te dirá porque no tiene tiempo de pensar. Pero yo sí lo pensé, y para mí era real. Tu voz, tus palabras, tus sentimientos, tus ideas, tus deseos, tus manos, tu cara, tu cabello, tus ojos y tu boca. Todo fue lo más real que he vivido. Era amor. El tipo de amor que sólo sucede una vez. Una ballena nadará por décadas los océanos del mundo, pero solo encontrará una vez una voz que complemente su canción. Tú eres esa melodía que me faltaba. Y en esa canción los dos recitamos sueños, verdades y suposiciones. Entre ellas recuerdo que te dije que después de lo nuestro yo no podría amar igual, pero tú siempre serías amada. Eres linda, inteligente y tienes un carisma que encanta a quien te conoce. Ahora sé que alguien te ama, y creo que tú lo amas. No tienes idea de los celos, de la desesperación, de la impotencia que me acechan. Siempre supe que tú serías la luna y las estrellas que adornan la noche de un afortunado, que tus caricias no serían en vano para un suertudo, que en tus sueños alguien te acompañaría por todo el mundo hasta llegar a un altar. ¿Pero porque no fui yo? ¿Porque al final de todas las cosas no puedo estar ahí contigo? Cuando nos separamos te dije que todo estaría bien, yo ya te había disculpado. Esperaba que regresaras triste y aturdida por la soledad, tal y como yo me acerqué a ti. Pero tú eres feliz sin mí. Talvez no fui suficiente. Talvez no fui tan memorable. Talvez lo que te dejé fue solo polvo. Escuche tus penas, tus miedos y tus dolores, aprendí a amarte y te di todo lo que tenía.Temía lastimarte como lo hicieron otros. Estaba dispuesto a cambiar. No pude evitar enamorarme de ti. Todos los que nos vieron lo notaron, y lo pueden decir sin remordimientos. Yo te amo. Cuando te fuiste no sentí como si perdiera a alguien, sentí que perdía una parte de mí. Eras tú niña hermosa. Tú bonita. Tú eras mi vida. Ahora no recuerdas haberme amado. No recuerdas las cosas buenas de mí. Si ves mis mensajes de desesperación te incomodas. Mis llamadas se pierden en tu enojo. Eres indiferente con mis sentimientos. Yo solo quiero que sepas que aquí estoy. Aquí sigo. Me trago todo mi orgullo y me lleno de ira, pero suprimo la envidia cuando te pienso. Quiero que seas feliz con él. Que te trate mejor de lo que yo pude. Que te haga sentir mejor. Que te robe una sonrisa cada día. Es lo último que puedo hacer para que seas feliz. Y ahora sólo te puedo ver en mis sueños. Sólo ahí puedo hablarte, escucharte y tocarte. Sólo la noche sabe que tanto te sueño, y que tanto te lloro. ¿Qué pudo haber sido? ¿Qué nos faltó? ¿Por qué no soy feliz?
Yo perdí. No fui yo. Si tu corazón no siente algo por mí, entonces simplemente no lo hará. No puedo hacer que me ames ya. Pero tú no puedes hacer que yo te deje de amar.
Hasta la vista princesa. Siempre estarás en mi corazón Abril.
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13-12 salimos a dar una vuelta a la pinto
15-12 viniste y te quedaste a dormir
16-12 te fuiste al medio dia
17-12 fuimos a celebrar el cumpleaños de la flo
18-12 me viniste a dejar a la casa con tu mamá en la mañana y luego en la tarde viniste a mi casa, salimos y dormiste aca
19-12 te fuiste de mi casa al medio dia
21-12 nos juntamos y te quedaste conmigo.
22-12 fui a terreno y te deje en mi casa, a lo que volví saque la sorpresa que tenía para celebrar ya que ese día te licenciaste.
23-12 en la mañana a terreno, luego comprar cosas para hacerte tacos, cuide a mi hermana y volví a mi casa a cocinarte, te quedaste en mi casa.
24-12 nuestro cumple mes, estuvimos la mañana juntos luego me fui a dónde mi mamá.
25-12/26-12 estuve con mi familia.
27-12 nos juntamos para celebrar Navidad juntos y entregarnos regalos...
La pregunta es en que momento se supone que estuvimos mal para que hicieras lo que hiciste? Quizás un simple beso pero te pasaste por no se dónde la relación, ahora entiendo pq ese día estabas tan extraño, me pasaste el regalo y apenas me mirabas a la cara, andabas con gafas y no te las querías sacar... Andabas molesto, irritado y no entendía nada, hoy entiendo a que se debía eso, ahora entiendo pq buscaste cualquier excusa para pelear ese día y hacer que yo era la culpable, simplente no sabías cómo arrancar de la situación y claro siempre lo más fácil es culpar al otro.
29-12 nos juntamos y dijiste que lo sentías que intentaremos estar bien, que dejara de ser tan "enojona" obvio que me iba a molestar si días antes me trataste mal de la nada... Ese día estuvimos en tu casa y luego fuimos a comer, pero andabas con la misma actitud de que todo te molestaba.
30-12 viniste a mi casa y fuimos al Javiera carrera a beber, todo excelente, bebimos, comimos, bailamos, bajoneamos pero camino a casa yo me asusté porque habían unos perros y yo me quería ir por otra cuadra ya que me aterran, eso te molesto , me empezaste a tratar que te cargaba que fuera así de miedosa, yo no entendía nada, otra vez tenías esa actitud de la nada, después dijiste que todo fue mi culpa por ser "una miedosa"
31-12 amanece me abrazas y dices que todo está bien, que te exaltaste pero que igual yo tenía algo de culpa.
Todo ese tiempo que me hiciste sentir mal solo era pq estabas buscando una excusa para justificar lo que habías hecho y obvio justificar lo que ibas a hacer...
1-1 en la noche me escribes cosas muy lindas respecto a este nuevo año, dices que volviste temprano y que te ibas a dormir, como a las 12 hablamos y dices que estás triste, muy agotado que no quieres nada.
2-1 me llegan unas fotos extrañas, te llamo pregunto que pasa y dices nada, estoy en la casa, te enojas conmigo por insistir, dices que estás cansado, que te agotó las peleas y que solo quieres dormir durante el dia. Llegas en la tarde y nos juntamos dices feliz año te amo mucho, volvimos a mi casa y dices que me habías extrañado mucho... incluso en la noche hicimos una carta juntos plasmando ahí metas y todo el amor nuestro, que carta más falsa ahora que lo pienso, sabiendo lo que habías hecho y aún así pensando en estar conmigo y que esté año iba a ser el mejor para los dos, que íbamos a superar todo jajajja no sé cómo te dió la cara para escribir esas cosas después de lo que hiciste.
3-1 despertamos y me dices lo mucho que me amas y soy todo para ti, te vas a tu casa en la tarde a buscar las cosas para el voluntariado
4-1 me abrazas y besas en el bus, subo una foto y me dices no quiero subir fotos a la vuelta subo una contigo...
Ahora entiendo todas tus acciones solo para justificar y tapar lo que habías hecho...
Y no entiendo cómo pudiste estar con otra persona y después venir acá a decirme lo importante que soy y que pase todo conmigo, acaso no te pesaba la conciencia? Cómo alguien puede hacer eso y seguir como si nada?....
Y según tu hiciste todo eso pq estábamos mal, que no sabías lo que hacías, que todo fue de inseguro, que era otro Simón... Y tienes el descaro de decirme que era lo necesario para cerrar el ciclo con ella? Es enserio!!!!????
En fin si lo escribo es más fácil recordar y darme cuenta de todo, días culiaos.
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Te vengo a contar una historia.
Hace casi un año decidí salir a una fiesta. Me sentía divina, estaba borracha y muy dentro de mi quería que estuvieras ahí. Sabía que una compañera te iba a decir que fueras, no sé si te dijo que yo iba a estar. ¿Hizo alguna diferencia saber que yo estaría presente? En fin. Fuiste. Fui. Aunque te demoraste mucho, Bailamos. Por más que me moría por qué me dieras un beso, no podía sacarme de la cabeza que te ibas, y que no podía hacerle ese daño a él. Estaba feliz, de eso sí que me acuerdo. Lo llame, le mentí, y en medio de mi borrachera me fui contigo. Fuimos a comer, de las hamburguesas más ricas que he comido. Caminamos de la mano un tiempo. Perseguimos un gato. Llegue a tu casa. Caí en la cuenta de lo que estaba haciendo. Y huí. Porque tenía miedo. Después, empezamos a hablar. Salimos un par de veces. Fuimos a ver una obra de teatro. En medio de mi guayabo quiero que sepas lo mucho que me hubiera gustado poderme recostar en tu hombro. ¿Te hubiera molestado que lo hubiera hecho? Tomamos cerveza y, también comimos. Fuimos a tomar a un café, de un ex guerrillero. Llegaron flores en mi cumpleaños. Seque un par, y ayudan a que hoy en día me siga ilusionando. ¿Fue demasiado?Después, borracha obviamente, te reclame por no quererte despedir de mí. Luego, te fuiste. No esperaba nada más, mucho menos una pandemia. Pero volviste a aparecer, en forma de una conversación. Termine con mi novio. Y fuiste una de las caras más amables de mi 2020. ¿Tú sabes que es sentir mariposas en el estomago por un mensaje? Me llenaste de ese sentimiento. ¿Sabes que es sentir un yo no sé qué porque no contestabas? Pero que estupida, ¿no crees? Y más aún, pensaba en los mil escenarios que pudieron pasar si yo hubiera sido capaz de terminarle antes. Pero eso ya lo sabes. Te repito, seguramente hubiera sido feliz.
Continuando, empezaron a llegarme emojis de corazones. Y el mío, se aceleraba. Empezaron los apodos: “linda”. ¿Sí te parezco linda? y algo que me trasnocha más ¿solo te parezo linda?Yo misma me cohibía a darle importancia a estas cosas. Porque mi corazón es débil, no lo quería roto de nuevo. Pero ahí estabas. Llenando mis días de cosas lindas. Te creí todo. Pensé que todos los planes que me decías eran ciertos. Porque definitivamente me hubiera escapado contigo. Pero espera, me estoy adelantando.
Durante ese año, te mandé un pequeño regalo. En agradecimiento por tooodo. Guardaste la tarjeta. ¿Todavía la tienes? Te prometo que lo hice sin ningún compromiso. Solo me nació del alma. Luego me gradué, y llegó Elisa. FYI: Sigue muy linda. Sorprendentemente todavía no termina de florecer. No sé por qué lo hiciste. ¿Por que lo hiciste? También, en ese mismo tiempo, desaparecías de vez en cuando. Odio que hagas eso. Pero bueno, aunque no me acostumbro, intento no molestarte. Finalmente, llegó el día que pudiste volver. En las vísperas de tu llegada solo me preguntaba sé Querías verme. ¿Que tanto? Me probé muchos outfits. Quería que la primera vez que me vieras, me vieras Hermosa. Compré zapatos. Me puse una falda. Medias. Me sentía divina. ¿Me viste linda? ¿Puedes guardar esa imagen de mí? En medio de la lluvia, de la pérdida y del frío ran absurdo, fue una excelente noche. PERO NO ME BESABAS! Un año y 3 horas y todavía no me dabas un beso. Hasta que por fin lo hiciste. En ese momento se alborotaron todas las mariposas. Y también se prendieron las alarmas. Y apareció un presagio en mi cabeza: Daniela, Vas a tener el corazón roto. ¿Valió la pena? Totalmente. Al otro día, fuimos a un lugar divino. Me sentía caminando en las nubes. Ni en el más remoto de mis pensamientos me imaginé una escena así. Pero estaba contenta. En medio de lo sucia que estaba, los golpes y mi pésimo estado físico, estaba caminando en las nubes. Me besabas, y me volvías loca con cada beso. ¿Te he dicho lo bien que te ves en medio de un bosque? Ojalá la hayas pasado rico. Menos mal había trancon en el regreso, no quería que el día acabara. Sabía que no te iba a volver a ver. Pero hablamos. Y aunque le llene de preguntas, todavia tengo muchas dudas. ¿Fui solo un culito?¿Te gusto de verdad?¿fui una buena historia? ¿Me quieres o aprecias? Estando encima tuyo, confesaste que querías pasar una noche conmigo ¿Solo me tienes ganas? En fin, dudas que no me dejan dormir.
Y ahora, estás con tu familia. Nunca espere ser una de tus prioridades. Pero por favor no juegues conmigo. Porque si me iría visitarte a Francia. Aun cuando solo hubiera una cama, no hubiera un sofá a donde mandarte, hubiera puntillas en el suelo y,obviamente, sin la torre Eiffel en la ventana. Pero me consuela pensar que son mentiras. Porque eso eran, ¿no? ¿Me vas a sorprender? ¿Vas a seguir siendo la cara amable del 2021?
Pd: que buenos besos
03/04/2021
Continuando con la historia. Volviste a Bogotá. Después de haber desaparecido casi dos Meses. No sé si te hayas dado cuenta, pero hago lo que me nace sin importar lo que hayan hecho por mi. Entonces qué hice? Acá tu pendeja se atravesó la ciudad para despedirse. Para darte el último beso, esperando que no fuera a ser el último. Pero menos mal fui. Luego te fuiste, muy temprano. Te llevaste mi regalo de despedida. Durante estos meses ibas y volvías. Igual, siempre me hacías bien. Me mandaste fotos de cosas que te había regalado. Todavía las tienes? Yo todavía tengo las tuyas. Pero que debería hacer con ellas? Fueron tres meses en los que me dijiste las cosas más lindas. Pensé que ya me habían dicho todo lo Lindo. Pero tú, lo llevaste a otro nivel. Planeaste viajes conmigo, que ibas a ser de mis mejores polvos por la devoción que presuntamente me tenías. Descargue una app pra ver que tan compatibles éramos según los astros, ibas a ser mi mejor polvo incluso si los astros no estuvieran descuerdo. Y luego, cambiaste, me plantabas, me dejabas ir. Te reclame. Me dijiste que no era yo, eras tú. Me sorprendió? No. Te creí. Porque a la final esa indiferencia tuya sí es la que me domina, me hace perder la calma y me hace sentir cosquillas. Sea Kaleth o silvestre que genio el que se inventó esas letras. Pero claro está, no tan genio como Alejo Fernández y su éxito Caballero. Adivina con que canción pasaré la tusa. Todo estuvo relativamente normal. O eso pensaba yo. Y de la nada, te volviste más cabrón. Sabía que estabas con otra persona. Quería que me lo dijeras. Pero cuando lo hiciste, no estaba preparada. Lo que danigomez de diciembre le advirtió a danigomez del futuro se cumplió: le rompieron el corazón. No fue tu culpa, Acá tu pendeja no sabe sentir poco.
Ya para concluir. Fuiste de las mejores historias que me han pasado. Eres un ser humano increíble. Inspiras a cualquiera. Me inspiraste a mi. Espero tu llamada pra vernos en vacaciones. Un café? Una caminata? Un viaje a mocoa o Leticia? Contigo, a donde quieras. Prometo portarme bien, seré un caballero: le tengo respeto a esa suertuda. No me olvides, déjame ser una historia de tu vida. Habla de mi
Y gracias
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Tu cumpleaños 22 y el más probable adiós.
Este blog comenzó como la necesidad de escribir(te), todo aquello que nunca me diste la oportunidad de contar(te). Y al final, creí que al terminar de escribirte, podría sanar. Pronto será tu cumpleaños, solamente 5 días y te volverás mucho mayor que la última vez que te vi.
Aún así, la vida me ha dado un giro los últimos meses. Este blog comenzó en mis peores momentos, cuando después de sufrir depresión desde el 20214 y luchar contra un trastorno de la conducta alimentaria desde 2013, extrañándote todos los días, llorando por tu partida día tras día, decidí tratarme. A través de múltiples fármacos, cartas inconclusas y noches en penumbra, comencé este camino a soltarte.
He entendido a través de los años, que nunca podré borrarte, ni convencerte de quererme, así como jamás admitirás el daño que me causaste. Lo que he aprendido es que, si existe algo entre ambos, algún día puede que nuestros caminos se encuentren. Y comencé a escribirte montones de cartas, que planeaba transcribir, por si un día el azar y la suerte lograban que con ellas te toparas y me recordaras, perdonaras o amaras. Pero, no contaba con que mi vida daría un giro tan grande, que a solo 5 días de tu cumpleaños, no te odio más. Me dueles de vez en vez, me lastima pensar la persona en que te convertiste y como poco a poco conforme te transformabas me lastimabas más y más.
Con mi vida dando un giro de 180°, en medio de esta soledad, donde algunas veces me gustaría estar a tu lado. Y no por necesidad, sino porque ahora que continuo sanando, extraño tu risa, tus manos, tu espalda en los abrazos, tu voz y por supuesto tu sonrisa cuando el mundo lograba asombrarte. Porque, aunque en ocasiones me duele pensarte, aún puedo apreciarte y amarte(a mi nueva manera). Te amo, porque no te odio más, ni te necesito, pero soy capaz de apreciar tu presencia en mi vida, como indudablemente marcaste mi vida.
Con una nueva perspectiva, sigue en pie el escribir nuestra historia, esperando algún día comprendas como si te hice daño fue un accidente colateral del dolor que sentía y del dolor que me causabas. Ahora, hablando desde mi ego quizás no me llamé Tania, Deyanira, Daniela, Ana o cualquier otro nombre pomposo con cara linda, pero desde mi corazón te desearé un muy feliz cumpleaños.
Cumple todos tus sueños, porque yo siempre te querré a la distancia, desde donde no te molesto, con mi más sincero cariño. Te amo siempre.
(a la nueva manera)
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who are you? ft Rapunzel ❀ Después de que Flynn lograra burlar tanto a sus grandulones compañeros como a la guardia real, había escalado la gran torre que encontró por casualidad al huir. ¡Increíble! Al parecer la suerte estaba de su lado y tal vez, ese era su mayor logro en toda su vida. Ya podía imaginar lo que haría con la corona, la intercambiaría por buenas cantidades de oro para después partir lejos del reino y comenzar una nueva vida, una donde tendría un buen lugar para vivir rodeado de todo el oro que seguramente obtendría. Sin embargo, al entrar en la torre apenas se sintió alivianado un par de segundos ya que de la nada ¡bum! Un golpe directo a su cabeza lo tomó totalmente desprevenido, cayendo como piedra al suelo. Vaya, su día de suerte al parecer comenzaba a arruinarse de a poco, no todo en la vida era tan bueno como para ser verdad. Al cabo de un rato, abrió los ojos de una totalmente desconcertado, pero volviendo con el tema de la mala suerte, sintió otro golpe en la cabeza y todo volvió a colocarse negro una vez más. Tiempo después muy a lo lejos en su mente sentía como si alguien le estuviera dando pequeños golpes, hasta que en una de esas sintió algo húmedo en su oreja despertando en cuestión de nada totalmente desconcertado. —¡AAAH! —Fue lo primero que dijo después de quedar inconsciente durante quién sabe cuánto tiempo, notando que se encontraba sentado en una silla y atado por lo que al parecer era ¿cabello? Sí, cabello ¿¡qué rayos!? De pronto comenzó a escuchar una voz que ciertamente musitaba algo que aún no podía entender, ya que se encontraba confundido por el golpe y su cabeza sí qué dolía, hasta que la persona misteriosa salió de las sombras, tratándose de una chica. Vaya que era linda con esos ojos verdes y ese cabello rubio tan… largo, aunque ciertamente se mostraba a la defensiva tomando una sartén entre sus manos, seguramente con eso le había golpeado la cabeza. Para amenizar la situación, Rider sabía que sus encantos nunca fallaban así que era hora de usarlos, así que, con una de sus tantas miradas seductoras, por fin se atrevió a hablar. —Qué tal, me llamo Flynn Rider. ¿Cómo va todo, eh?
RAPUNZEL
Jamás había visto a alguien como ella antes, evidentemente no eran similares, no tenía el cabello largo como ella y definitivamente no lucía como una chica ¿Existían más personas allá afuera? Según lo que su madre le contaba, todos eran malvados y buscaban hacer daño, por lo que ni dudo en defenderse con la sartén de aquel intruso.
Era curioso, ni siquiera entendía como es que había subido con tanta facilidad a su torre. Traía un bolso, no dudando en revisar el contenido de este, encontrándose con una corona; brillante y llamativa. No vio algo como eso en su vida, solo en cuentos y uno que otro dibujo. Observó a Pascal, dándose una que otra mirada, no dudando en esconder el precioso objeto.
Estaba impaciente, quería que el tipo despertara y le explicará su presencia. Además, él podía saber de donde venían las luces del cielo y el por qué siempre aparecían justo cuando cumplía años. Quería tanto verlas, que su instinto le decía que el castaño podía ayudarla.
Casi saltó de donde estaba cuando sintió como el chico despertaba, asegurándose de tirar su cabello para hacer presión, sobre todo al estar usando este para mantener fijo al muchacho a la silla ¿Flynn? ¿Qué nombre más raro era ese? No podía entender, simplemente no tenía seguridad de qué hacía el tipo ahí.
—¿De dónde vienes? ¿Qué quieres? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Quiénes más vendrán por mi?Inquirió totalmente a la defensiva, alzando con su diestra el sartén en un claro gesto de amenaza, dispuesta a golpearlo otra vez si es que no hablaba pronto.
—¡No creas que podrás hacerme algo! Con tu sucia brujería y todo eso. — Agregó, acercando más el artefacto a la cara del chico, en búsqueda de causar miedo y evitar que pudiera hacerle algo.
FLYNN
Al parecer sus encantos no habían funcionado esta vez, ya que la chica continuaba muy a la defensiva así que tal vez no tendrían resultado con ella, además de que hablaba cosas extrañas diciendo que alguien más vendría por ella y la verdad, no tenía idea de a qué se refería. Tal vez el golpe con la sartén había sido demasiado fuerte y no lograba comprender del todo aún.
¿Brujería? ¡Pero qué cosas estaba diciendo! Debía estar loca, claro que sí aunque no se lo diría porque la verdad que la sartén sí lograba asustarlo, por eso retrocedió un poco su rostro en cuanto le volvió a apuntar amenazando con golpearlo de nuevo
.—Oye, tranquila. No voy a hacerte nada. —Comenzó a hablar intentando sonar relajado. —Verás, tuve un pequeño uh… problema. Vi tu torre, la escalé mientras intentaba huir con mi bolsa. —¡La bolsa! Ya no estaba en su poder y hasta ese momento fue que se acordó de ella, ¿cómo pudo ser tan despistado? Después de todo lo que le costó poder robarla. —¿Dónde está? Seguro que tú la tienes…
Recordaba tenerla consigo al haber escalado la torre, así que lo más seguro era que la pelirrubia la hubiese escondido en algún sitio. Comenzó a observar todo el lugar con intriga, pero todo lo que podía ver era cabello y debía decir que era muy raro. Nadie en el mundo tenía el cabello tan largo, ¿para qué querría tener tanto? Aunque bueno, que lo tuviera atacado de esa forma si que era darle un buen uso, así que punto para ella.
Volviendo al asunto de la bolsa, sí, la necesitaba si no todas sus esperanzas de poder hacerse rico iban a irse a la basura. —En serio, yo sólo quiero mi bolsa. —Volvió a repetir esta vez fijando su vista en la pequeña criatura verde que se encontraba con ella, también era raro. —Si me la das, prometo que me iré y haremos como que no ha pasado nada, ¿qué te parece? —Dijo tranquilo mientras le guiñaba uno de sus ojos muy coqueto tratando de convencerla, los guiños siempre eran la mejor opción.
RAPUNZEL
— ¿Y qué tenía de importante esa bolsa? —Inquirió, sin poder evitar fruncir con levedad el ceño al recordar el contenido de la misma. De seguro debía significar algo importante para el chico, más si parecía tan desesperado por recuperarla. — ¿No habrás robado algo? —Preguntó, sin poder evitar sentir curiosidad por lo agitado que parecía el castaño, más aún cuando ella entendía que el artefacto que el contrario transportaba debía tener algún tipo de valor.
— La escondí por ahí, no puedes tenerla tan fácil. — Acotó decidida, dando un leve asentimiento con su rostro en lo que se aseguraba de que el chico se mantuviera preso en la silla. Lo apuntó nuevamente con el sartén, mordiendo su labio inferior en lo que trataba de pensar; algo tenía que venir a su mente, un buen acuerdo antes de dejarlo ir tan fácil. Después de todo, era la primera persona que veía como ella, además de su madre.
No pudo evitar sentirse temerosa cuando recordó a su progenitora, sobre todo ante las advertencias de no salir ¿Podría ser el castaño un escudo? De verdad ansiaba poder cumplir su sueño. — Podríamos llegar a un trato mejor ¿No crees? — Musito, avanzando hasta la ventana, simplemente para ver el exterior y terminar de convencerse, de que escapar un día no era tan terrible. — Llévame a ver las linternas, me traes de vuelta antes de que acabe el día y la bolsa es tuya otra vez.
Dejó caer el sartén, cruzando de brazos frente a su pecho, luciendo lo más decidida que podía, todo con tal de obtener lo que quería. — Solo cuando esté aquí otra vez te la daré, es eso o nada, Flynn Ryder, y puedes decirme Rapunzel, ese es mi nombre. — Dijo sonriente, evitando emocionarse demasiado, sobre todo cuando todavía no obtenía respuesta a su propuesta.
FLYNN
¡Já, lo sabía! Tenía la bolsa escondida en algún lugar de esa torre y debía recuperarla a cómo de lugar. Ciertamente él había robado la corona o bueno, pedido prestada que así sonaba mucho mejor, pero ella no tenía por qué enterarse, una pequeña mentirita no le hacía mal a nadie y ya estaba acostumbrado a eso. En cuanto escuchó la palabra ‘trato’ sus ojos se abrieron expectantes de lo que fuese a decir, Flynn era bueno en cuanto a negociaciones se trataba. —¡Eso me aparece excelente, preciosa! Adoro los tratos.
Pero grande fue su sorpresa cuando la rubia le mencionó que la llevara a ver las linternas, ¿pero qué? —¿Te refieres a las linternas que lanzan para la princesa? —Era un evento que año con año los reyes del reino realizaban en búsqueda de la princesa perdida, a decir verdad, no les prestaba mucha atención, pero sí que era un espectáculo muy lindo. Alto, eso significaba volver a las cercanías del castillo, donde muchos guardias aseguraban las murallas y no, ¡ni loco iba a volver ahí!
—Digamos que no puedo regresar a la ciudad por cosas… —Musitó realizando una mueca aún atado a la silla. —Así que no. —Continuó negando su oferta, no podía arriesgarse exponiéndose de esa forma para ser arrestado, aunque si era sincero, la chica se veía tan decidida y firme con su propuesta que le estaba siendo demasiado difícil resistirse a su propuesta, más aún cuando sonrió tan emocionada; era increíble como las pequeñas cosas hacían feliz a las personas.
El castaño suspiró resignado, al parecer no iba a darle la bolsa así como así y supuso que no le quedaba de otra más que aceptar. —Entonces, te llevo a ver las linternas, regresamos aquí y me das mi bolsa. —Le miró un poco desinteresado rodando los ojos antes de aceptar. —Bien, acepto ¡vayamos a ver esas linternas! —Y entonces sonrió muy amplio fingiendo estar feliz con la idea, que por cierto era algo descabellada, pero si así obtendría la corona de regreso no importaba. Vaya que había sido un día de locos, uno que al parecer apenas comenzaba.
RAPUNZEL
— ¡Vamos a ver las linternas! —Comentó con emoción, no dudando el liberar al chico de esa trampa en que lo tenía, sin poder evitar dar algunos giros totalmente contenta, convencida de que cumpliría su sueño, justo en el día de su cumpleaños. Se olvidó por unos instantes de su madre, de las supuestas amenazas y de cualquier otra cosa que no fuera el presenciar de cerca las linternas; las había pintado, soñado y ahora por fin todo se volvería realidad.
Frunció levemente los labios, entrecerrando sus ojos en dirección al chico, después de todo, dependía de él para cumplir su misión. — No sé de que princesa es el cumpleaños, pero también es el mío. —Comentó, volviendo a sonreír, sin importarle lo confiada que estaba siendo, después de todo ¿Qué podía salir mal? Estaría de vuelta, sana y salvo antes de que su madre regresara.
— ¡Debemos apresurarnos! Hay que salir ahora. — Aseguró, apresurándose a la altura de la ventana, dejando caer su cabello para que se le hiciera más sencillo al castaño descender. — ¡Apresuráte! Solo no tires demasiado mi cabello. —Musitó, haciendo un gesto con su mano para indicarle que se moviera, obviando la cara de estupefacción, después de todo no tenía ni idea como eran las chicas allá afuera, nunca había visto a otra aparte de sí misma.
Esperó impaciente, sin poder dejar de moverse, tratando de llenarse de valor, le asustaba un poco pisar fuera de la torre, pero si ese era su último día de vida, estaba seguro que lo valía ¡Las linternas! Realmente esperaba que fuera mil veces mejor a cuando las veía de su ventana.
FLYNN
Soltó un gran suspiro en el momento en el que fue liberado al fina, moviendo sus piernas y las muñecas ya que las tenía algo entumecidas de haber estado tanto tiempo así. Al mismo tiempo la veía tan contenta, así como emocionada que casi pudo sentirse contagiado de esos sentimientos, sonriendo entretenido porque hacía mucho tiempo no veía a alguien emocionarse de esa forma, menos por las linternas.
¿Debía estar bromeando, cierto? Es decir le estaba diciendo que bajara con ayuda de su larga cabellera y simplemente no podía creérselo, nunca antes había usado cabello como escalera, si es que así se le podía decir a ese método suyo para salir de ahí arriba. Se acercó entonces a la ventana, sujetándose de las hebras de rubio cabello mientras miraba hacia abajo. —¿Estás segura de esto? —Sabía que no hacía falta responder a esa pregunta porque estaba claro que ella estaba más que segura por esa decidida mirada que tenía. —Esta será una de las cosas más descabelladas que voy a hacer… —Y dejó salir una risa bastante nerviosa. —Bueno, todo sea por mi bolsa y claro, las linternas. —Le dijo levantando un par de veces sus cejas. — ¡Aquí voy! —Dicho eso se dejó caer por completo.
Sentía que el corazón se le salía debido a la rapidez con la que se deslizaba con ayuda del largo cabello, de sus labios incluso salía pequeños gritos de asombro, pero al final terminó disfrutándolo más de la cuenta. —¡Woah! Eso fue increíble. —Exclamó al llegar a tierra firme sano y salvo. —Tengo que volver a hacerlo. —Y si lo pensaba bien, tal vez sí existiría una segunda ocasión porque estando al lado de ella no sabía qué otra locura esperar.
Su día apenas comenzaba y ya daba por seguro que sería uno bastante largo, en fin, tal vez lograba divertirse un poco porque ¿a quién no le hacía mal algo de diversión? Eso sí, tenía en mente todo el plan, confiaba en Rapunzel y lo único que le preocupaba era no ser atrapado por ningún guardia del castillo.
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Guitarra
¡Maldición! Aún no está el filtro de Coco en Fanfiction.net, bueno por mientras lo subo a Wattpad.
He de admitir que es la primera vez que subó un Fanfic en Tumblr, si quieren en empezamos...
Link en Wattpad: Guitarra
Coco no es de mi autoría, uso los personajes sin fines de lucro.
La pequeña Coco, siempre iba en compañía de su papá, le gustaba verlo tocar en las plazas de Santa Cecilia y como le dedicaba una mira únicamente a ella entre el público.
Después de eso iban al mercado; Héctor tenía otro empleo como verdulero, mejor dicho, asistente del puesto ya que se encargaba de llevar las cajas con los productos frescos al puesto y alejar los de mal estado para que la gente solo viera con buenos ojos la tienda.
Coco se quedó en una banca quietecita ya que el trabajo no era mucho y solo necesitaba esperar; ella tenía por encargo cuidar la guitarra de su lindo papá. Aunque siempre se aburrí de una forma u otra, jugó con su vestido o con un palito dibujo en la tierra; pero nada acaparaba su atención.
No fue hasta sus ojos se toparon con el instrumento, le pareció curioso porque no parecía de madera, en cambio sí lo era; las curvas del cuerpo eran suaves y los dibujos eran curiosos.
¿Esqueletos? Le hacen recordar a su padre riendo por un periódico viejo con un dibujo de ellos, al parecer le gustaba la caricatura.
―Mi amor, ¿qué ocurre?
No se había dado cuenta que su papá había acabado, hasta le traía un dulce por ser buena niña al esperar. Ambos comieron a gusto entre risas, al ver como Ernesto les contaba cosas melosas a las muchachas del mercado…
― ¿De dónde sacaste la guitarra?
Héctor se sorprendió ante la pregunta, los ojitos de Coco estaban curiosos ante el instrumento, pero… ¿esas cosas se preguntaban? Las mejillas se le ponían rojas al recordarlo.
― ¿Lo quieres saber?
― ¡Sí!
La insistencia de su pequeña, era casi un reflejo de su madre, río en bajito ante eso.
―Conocí a tu madre por la guitarra.
Coco soltó un sonido de sorpresa, ella, en su mente de niña, nunca pensó que esa fuera la causa… ¿Se había puesto a pensar antes en como sus papás se conocieron? Coco creía que sus padres se vieron un día, se enamoraron, se casaron y la tuvieron; todo junto en ese día.
― ¡¿Cómo!?―ahora le picaba la curiosidad y la emoción de saberlo se le notaban en los ojos.
Héctor no lo quería contar, le daba mucha pena hacerlo… ¡No es que haya pasado malo! Es solo que le daba pena, tal vez porque después Coco lo vería diferente. No había sido galante o coqueto como lo era Ernesto.
― ¡Dime!―suplico la pequeña.
Suspiró rendido―Bien…―sabía que Coco quería saber del porqué de su cara roja.
[...]
Tenía como unos quince, había ahorrado lo suficiente para comprarse una guitarra que vio en el estante del pueblo; aunque era sencilla se le iba a presumir a su amigo. Solo puso un pie en la tienda y tenía la sensación que estaba vacía.
―Buen día~
Espero una respuesta, pero eso no llegó, así que mejor esperaría mirando los productos de la tienda; era la linda carpintería del pueblo y hacían toda clase de cosas con la madera, para su suerte ¡también instrumentos!
―Buen día~
― ¡Ay!―dio un grito del susto y cayó al suelo.
― ¿Está bien?―cuando alzó la mirada quedo mudo.
Calladito quedo al ver como la luz del lugar se reflejaba en la silueta, como si de un ángel se trataba; unos ojos grandes y lindos le observaban con preocupación.
― ¿Está bien?―volvió a preguntar.
― ¡Claro!―salió del trance.
Se incorporó del suelo, intentando verse como si no hubiera ocurrido; al fin pudo ver mejor a esa persona, era la niña más linda que haya visto en el pueblo hasta podría decir más linda que su mamá ―que en paz descanse―.
―Hola…―saludo con nervios.
―Hola―respondió la niña.
Volvió a quedarse mudo por el sonido de su voz, parecía el de una hermosa ave que…
―Disculpe, usted ¿buscaba algo?
― ¡Sí!
Debía de concentrarse, su misión era conseguir la guitarra; después volvería y le compondría canciones a esa hermosa niña cuyo nombre no sabía.
―Me llevaré la guitarra…―quiso que su voz sonará varonil.
Ella desvió la mirada apenada―No está a la venta.
¡Vaya, no pensó que esa fuera su respuesta!
― ¿¡Por qué!?
―No está terminada.
―Pero si se ve bien―Héctor le sonrió y fue al estante para agarrarla.
― ¡Espe-!
―No te preocupes, tendré cuidado. Soy un profesional.
Solo la saco de su lugar y está se desarmó al instante; Héctor tenía los ojos en blanco.
―Yo lo pagó―las mejillas se le pusieron rojas.
Rojas como jitomate, no, más rojo; tal vez un color como la salsa que hace su papá, porque esa niña comenzó a reír. Sentía la vergüenza recorrer por su cara, había arruinado tener una buena impresión ante ella; su risa era tan bonita, pero no dejaba de pensar que era en burla.
―Discúlpeme, usted―al fin pudo hablar después de reír―Pero aún no se lo puede llevar.
―Ya vi.
―No la he terminado…
―Pues tal pa-… Un momento ¿Tú la hiciste?
―Sí, mi papá le ayuda a mi tío en el negocio y yo le ayudo―comentó mientras recogía los pedazos.
―Deje le ayudo.
Mientras rejuntaban los pedazos, Héctor la miraba por el rabillo del ojo, no reparó en que sus manos se juntaran y dio un respingo apartándolas apenado; ya no cabía dudas que ella trabajaba ahí por las vendas en sus dedos y estaba seguro que el olor a resina era el que desprendía su pelo amarrado en una trenza.
―Perdóneme.
―No, no es eso…―se calló.
―Héctor.
― ¡Ah!―le sonrió―Mi nombre es Imelda.
No se estrecharon las manos ya que las tenían ocupadas, pusieron los pedazos en la mesa. Héctor se sintió culpable de haberle arruinado el trabajo a ella.
― ¿Para cuándo lo quiere?
― ¿Qué?―parpadeo confundido.
― ¡La guitarra! ¿Para cuándo?
―Ah…―se rasco la barbilla y se lo pensó― ¿Cuándo lo puedes terminar?
―No soy muy buena que digamos, solo he detallado el brazo y nada más.
―Entonces, vendré todos los días.
Héctor se fue con torpeza y vergüenza de haber actuado de esa manera; no llegó a pensar que la sonrisa que le dedico antes de irse le caló hasta los huesos a ella.
Y sí, iba todos los días, le contaba historias y ella hacia lo mismo, incluso la ayudaba en el negocio cuando se ponía pesado; esto hizo percatarse que la guitarra en el estante ya no estaba. Pensó que tal vez ella lo quito para que nadie fuera a comprarla o apartarla, era una dulce ilusión que hiciera la guitarra solo para él.
Pero solo quedaría en eso.
Vamos, no era tan guapo. Las mujeres querían a hombres fornidos, facciones gruesas y con un tupido bigote; la revolución había dejado eso y otras cosas. Como esa sátira que le gusta, pero solo se hallaba en los periódicos viejísimos que tiene su abuelo, también usa su guitarra para practicar las canciones que le había compuesto a Imelda desde que se encontraron.
Las visitas pronto se desplazaron a la plaza, al llano donde le ayuda a su padre en la siembra o al mercado donde hace unos encargos. Pronto Héctor cumpliría los 17 años y solo faltaba poco para ser un hombre a la sociedad.
―Ya estás viejo―exclamo Imelda sentada al pie del árbol.
Ella la había ido a buscar en el mercado, pero Ernesto le dijo que andaba en el campo. Esa niña ya era toda una señorita con sus quince años, lo había atrapado con las manos casi en la masa; Imelda no comprendía ¿Por qué Héctor no le quería cantar? Lo ha escuchado tocar con Ernesto o en la plaza, pero nunca cantar.
Era un enigma que la tenía curiosa, casi lo escucha cuando fue a descansar y lo vio agarrar su guitarra ¡Pero la vio para su mala suerte! Pero ya no señor, está vez no.
― ¿No vas a cantar?
Imelda era demasiado persuasiva, pero siempre Héctor lograba salirse con la suya ya sea porque Ernesto o su padre (ya sea el de él o el de ella) los interrumpía. Pero ahora solo estaba el arrullo que hacen las milpas por el viento y ellos dos; al fin solos.
Héctor temía que esté día llegará, ¿Y si le salía un gargajo de saliva? ¿Y si desafinaba? No le había querido cantar a Imelda porque no tenía una voz tan fuerte y grave como su amigo, esa voz lograba que las muchachitas de la plaza cayeran a sus pies; en cambio la suya, parecía algo bajita, aún no tenía esa voz de macho.
Estaba acomplejado, pero no podía negarle a Imelda está petición ahora; los ojos oscuros de su amada le exigían que tocará… ¡Vaya suerte del destino! Cuando ya iba a hacerlo y se puso afinar la vieja guitarra de su abuelo; las cuerdas se rompieron, no una, todas. Fingió decepción.
― ¡Uy! ¡Qué mal! Bueno, Teodora ya estaba vieja. Lo siento, Imeldita que-…―se quedó callado.
No se había percatado que Imelda traía algo en la espalda, ese objeto ahora se lo mostraba con una sonrisa de superioridad.
¡La guitarra! ¡La canija guitarra ya estaba terminada!
―Problema resulto… ¡Feliz cumpleaños!
Puede que utilizará ese tono dulce de ángel y todo, pero no era momento para emocionarse por tener un regalo hecho de su propia amada; parecía que le llevo mucho esfuerzo.
Ya no era café, era blanca; no creía que eso fuera madera por el brillo que desprendía, en el diseño fue cuidadosa para no dañar el cuerpo de la guitarra al tallarlo. Imelda retiro a Teodora y le entrego el obsequio a Héctor…
―Toca~
Héctor tragó en grueso― ¿No te vas a reír?
― ¿Reír?
―Por mí voz.
―Te lo prometo.
Las manos le sudaron, rascó las cuerdas y el sonido vibró, era suave; se notaba que la guitarra estaba hecha con cariño.
“De piedra ha de ser la cama
De piedra la cabecera
La mujer que a mí me quiera…”
Imelda ya estaba preparada para aguantar la risa, pero todo lo contrario; la voz de Héctor no era nada comparada como la de Ernesto, no era grave: era suave, cálida y armoniosa, te daba la sensación de que el corazón se agitaba al igual que las cuerdas. Los colores se le subieron a las mejillas al pensar así, pero ella no era la única.
Héctor también estaba rojo, a pesar de eso se veía precioso mientras cantaba; solo para ella.
―Cantas hermoso.
Dejó de tocar y cantar al escuchar la voz dulce de Imeldita, no creyó lo que escuchó; ni mucho menos cuando ella acobijo entre manos su rostro, estaban tan cerca el uno con el otro. Héctor aún no comprendía lo que sucedía, de seguro tenía la cara muy roja al ver como ella cerraba los ojos y le dio un beso casto los labios.
Estaba seguro que sus orejas echaban humo como un ferrocarril.
[…]
Obviamente que le omitió a Coco el detalle de estar nervioso y cambio papeles con Imelda en ser él que tomo la iniciativa en ese beso. Se lo guardaría hasta la tumba si es necesario.
En cambio, la pequeña quedó fascinada con la historia; si llevó algo de tiempo para ambos fueran los padres que conoce ahora, sonrió para su padre y para la guitarra. Se notaba que era algo que haría su mamá con esfuerzo y dedicación.
― ¡Es un lindo regalo!
¿Gustan comentarios?
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Querido Desconocido
06-01-2019 Domingo, Posible Eclipse, 9:30pm.
Querido Desconocido.
Perdona mi escritura del día de ayer, jeje. Estoy un poco avergonzada por eso, así que te contaré con detalle qué fue lo que pasó.
Para las fechas decembrinas mi familia compró algunas botellas de ron, vodka, y otros licores como sevillana, y caña clara. Lo gracioso es, que nosotros no acostumbramos a tomar juntos, y sobraron algunas botellas, por eso decidí robar un poquito de licor para beber esas noches en las que solo quiero escuchar música, ver fotos de mi pasado y llorar. So, agarré un pequeño pote de agua y lo llené con ron a escondidas de mi madre y mi hermana, y el día de ayer, sábado, me lo tomé tal como tenía planeado: sola en la sala de mi casa, noche oscura, música a todo volumen, y miles de emociones y recuerdos. Mi mamá estaba en su cuarto viendo tv, y como yo siempre escucho música no sospechó. Oye, no es que esté mal que lo haga, tengo 20 años de edad, solo que es un poco deprimente, ¿no le crees? Quedarme en la sala bebiendo sola con canciones sad de fondo mientras lloro, solo porque en este momento no tengo amigos con quienes compartir eso. Exacto, no es algo que quiero que ella sepa. Ni nadie, por ahora. Bueno, solo tú y porque no te conozco. El asunto es que tomé quizá más de la cuenta, y ahí estaba yo, con el mundo dándome vueltas, sentada en el suelo frente a la laptop viendo fotos de Alexandra cantando New Rules de Dua Lipa. Mientras estaba high aminé por toda la casa, busqué la luna en el cielo, baile salvajemente como en mi propio concierto y canté con el alma, no recuerdo haber llorado, por cierto. Luego comencé a sentirme mal, y muy cortésmente reconocí que había sido suficiente. Así que apagué la laptop, el equipo de sonido, busqué un envase en el lavandero, apagué las luces de la sala, fui a mi cuarto, dejé el envase al lado de la cama, apagué la luz, me acosté, vomité tranquilamente hasta que me sentí mejor, me arropé con doble cobija, y me dormí, total y completamente hecha un maldito desastre. Ah… será siempre un lindo recuerdo. La verdad no pude dormir tan bien como hubiese querido, me desperté en la madrugada a tomar un poco de agua y lavarme el sabor del vómito y licor de la boca, cuando regresé a la cama di vueltas por horas sin conciliar el sueño. Cuando el cielo en mi ventana comenzó a aclarar, me tapé la cara con las sábanas y pude, al fin, volver a dormir. Gracias a Dios no tuve resaca cuando me paré después. Solo tenía mucha hambre. Comí mientras seguía escuchando mi música, creo que soy adicta a ella, me hace sentir viva, que existo, y a través de esas canciones puedo decir lo que pasa en mi cabeza y mi corazón. Me sanan. Y considero que estoy mejor, a pesar de todo. Cuando acababa de terminar con Alexandra la ponía a todo volumen todos los días, y lloraba como en un funeral. Luego, progresivamente fue menguando ese dolor, y también las frecuencias. Ahora sólo lo hago los viernes o sábados, y ya no hago escenas dramáticas, solo las disfruto porque me encantan. Aunque, hoy en la tarde admito que, si lloré escuchando The Scientist de Codplay porque, por Dios, esa canción es ESA CANCIÓN, y efectivamente, desearía poder decirle todo eso a Alexandra y decirle que la amo, desearía poder volver al comienzo, pero no hay manera.
Otra cosa que me gustó mucho del día de ayer fue visitar a Camila. Salí de mi casa como a eso de las 10, y llegué rápido. Fue sumamente agradable. Tenía días sin salir de casa por mí misma en camioneta, y caminar por la ciudad, la verdad fue revitalizador. Además, me sentía muy linda y cómoda, con mi pantalón suelto, franelilla nueva que me encanta, mis collares y mi bolsito deportivo. Camila estaba de muy buen humor, y la verdad me encanta verla así, la amo tanto. Me contó sobre lo que ha estado haciendo, la relación tan linda que está iniciando con Rodrigo, le tomé algunas fotos en el estacionamiento del edificio, y nos reímos mucho. Extrañaba esa sonrisa, esa chispa… verla a travesar lo de su diagnóstico y lo de los antidepresivos, la verdad, fue muy duro para mí. Ver a alguien que quieres tanto en ese estado es doloroso, querer ayudar y ser inútil porque esa persona está atrapada dentro de sí misma. Desde que conocí a Camila me enamoré de ella, de hecho, fue la primera chica que oficialmente me gustó, y prometí cuidarla, estar cerca de ella, apoyarla en todo. Realmente esa es la manera como la amo. No la amo como pareja, tampoco solo como amiga, yo la amo como si fuese su ángel de la guarda, como si tuviese que velar siempre por ella, y lo único que quiero realmente es saber que está bien, eso me hace feliz. Gracias a Dios Rodrigo me da buena espina, siento que es un chico maduro y que será bueno con ella. No siento que vaya a ser su esposo, pero si siento que tendrán un noviazgo duradero y sano, y no puedo pedir más que eso, si ella está bien, yo estoy bien. Me siento tranquila. Conversamos, tomamos café, comimos galletas, le enseñé a usar Canva, vimos What Happened to Monday, una de mis películas favoritas. Fue hermoso. Incluso, antes de irme nos tomamos un par de fotos y nos abrazamos. Abrazar a Camila, la verdad, no es algo que haga muy seguido, pero quería hacerlo, y fue tan dulce. Le pido a Dios y a la madre luna que iluminen su camino, que siga así, y que siempre recuerde que en mí tendrá una amiga, una confidente, y un ángel de la guarda que está pendiente de ella.
Bien, ahora hablemos de hoy. Más de la mitad del día se me fue viendo historias de amor y escuchando música. A eso de las 5pm arreglamos todo para regresar a donde mis abuelos. Mi tía Reina está de cumpleaños, así que fuimos a su departamento a saludar. Allá también llegó mi tío Omar y mi primo José Daniel, mi madrina Mariu, y mi abuela, por supuesto también estaban allí. Brindamos con unas copas de sevillana, comimos manjar de parchita, fue realmente agradable. Me sentí muy agradecida por mi familia. Y traté de disfrutar todo eso pensando, no sé por qué, en cómo lo extrañaría si yo estuviese fuera del país. Últimamente he estado pensando mucho en eso… En que quizá mi esposo no esté en este país. No lo sé, aquí, yo, suponiendo. Y la verdad me gustaría hablar perfecto el inglés y conocer Europa. Es una de mis metas, a partir de ahora. Quiero salir del país, conocer, comer, comprar una cámara fotográfica y documentar todo lo que haga. Eso quiero. Quiero cambiar mi rumbo, ver cosas nuevas. Eso quiero. Me estoy proponiendo solo disfrutar de cada cosa que haga antes de irme. Porque Venezuela es hermosa, y toda mi vida ha sido aquí, todo lo que soy lo es, pero también quiero experimentar en nuevos horizontes. Pienso en que la vida realmente es eso, ¿no? El día a día. Nos acostumbran a creer que primero estudiamos, y luego vivimos. Cuando, realmente, luego de estudiar, empezamos a trabajar para mantenernos vivos y caemos en la trampa de una vida común y corriente. Yo no quiero eso. Y acabo de descubrir cuál es el gran secreto: vivir plenamente cada segundo. Es lo que antes hacía, a mis 18. Aunque, lamentablemente, este 2018 lo pasé pensando en el mañana, y desperdicié mis 20. ¡Qué imbécil!
Como sea, ahora llamaré a Joel. Quiero hablar con alguien, y hace rato lo llamé y me atendió de la mejor manera, incluso me dijo “Te quiero” antes de colgar, cosa que no dice muy seguido. Lo extraño un poquito. Me he preguntado algunas veces si él es mi esposo perdido, pero está muy difícil dar ese giro inesperado cuando ya me ha rebotado tantas veces, ¿no? Así que viviré tranquila mi amistad, y como siempre, solo disfrutaré que lo tengo conmigo el tiempo que pueda tenerlo conmigo.
06-01-2019 (Horas después)
Esa noche íbamos camino a San Sebastián de los Reyes en una van. Comenzamos hablando y escuchando música. Luego se acomodó en la esquina del vidrio y abrió las piernas, yo me metí ahí y así nos quedamos gran parte del camino, con canciones Indie de fondo, y su corazón en mi mejilla marcando el compás. En el camino de regreso todo estaba oscuro, retomamos la misma posición, pero yo sentía que era injusto, que él estaba incómodo, así que le dije que nos acostáramos, a pesar de que el espacio era reducido. Conseguimos acomodarnos y dormimos muy juntos uno al lado del otro. No nos tocamos ni nos besamos, pero el solo tenerlo ahí lo hacía sentir todo tan lindo.
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#3
Fue mágico. Si hubiese sido por mí, habría estado formada desde las ocho de la mañana. Pero tenía examen a la 1:00 y no tenía más opción que llegar después de las 2:30. El día marchó bien. Entré a todas mis clases y evité usar mi celular porque eso hago cuando la realidad no me parece tan mala. Aún así, estaba nerviosa. Me dieron ganas de orinar 3 veces y no salió absolutamente nada, pero la sensación no se quitaba. Era la primera vez que asistiría a un concierto sola. No he visto a tantas bandas en vivo, pero me preocupaba tener que esperar mucho tiempo en una fila llena de gente desconocida sin nada que hacer. Incluso llegue a pensar en vender mi boleto. Gracias a loquesea que no lo hice. Llegué al lugar, ansiosa, y me formé detrás de una chica que también me recordó a una compañera. Me tocó en la tercera, la mitad de lo que me había tocado la semana pasada. Un chico de la primera fila iba con la chica y parecía que intentaba conquistarla de una manera muy patética. No me gusta usar el término friendzone, pero la escena era demasiado cliché. Atrás de mí había una pareja de novios. La novia tenía el pelo del color que a mí me gustaría tenerlo. Me habían dicho que esperar no era tan malo porque podías conocer gente nueva y cómo llegó a enamorarse de la banda. Yo no traía ganas de hablar con nadie, pero si alguien se acercaba, estaría bien. Las personas parecían muy distantes entre ellas. No recuerdo qué hice la primera hora, pero a la segunda decidí hacer un directo en Facebook porque eso hago ahora; me gusta sentirme acompañada sin estarlo realmente. Hay una chica, Eliza, con el username elizaboth, que me ha seguido, y he seguido mutuamente, en mis redes sociales por mucho tiempo. Es una persona muy linda. Ella estaba ahí, en primera fila, y me habló para preguntarme dónde estaba. Después me dijo que podía ir con ella. Yo no quería parecer aprovechada o algo así, pero sí deseaba hablar con alguien y si era ella, entonces también conocería a una amiga lejana. Como mucha gente salía de la fila para comprar comida y después volver gracias a un sello en la mano, decidí ir con ella. El trayecto fue molesto, porque había gente en el piso, que giraba los ojos cuando pasaba. Casi llegué, hasta que un sujeto con lentes me dijo que no podía pasar porque yo no estaba ahí. Era justo, porque ellos habían esperado mucho tiempo por ese lugar, así que no discutí. Pero entonces, Elizaboth me convenció, junto con otras chicas muy amables, de pasarme por un huequito gracias a mi cuerpo pequeño. Lo dudé, pero lo hice. Y ahí estaba yo. En primera fila, la gente era como una familia, compartiendo comida y anécdotas entre ellos. Me sentí muy bien de estar ahí. Platiqué con Eliza, por supuesto, y se sintió muy natural, como si ya la hubiese conocido antes. De verdad, estaba muy feliz. El reloj marcó las 6:00 y nos dejaron pasar al lugar, aunque debían hacerlo hasta las 7:00. Nos pidieron que no corriéramos, pero lo hice para alcanzar un buen lugar. Eliza eligió otro, y yo llegué a segunda fila. Segunda. Segunda fila. Vi el micrófono tan cerca de mí y me sentí como la primera vez, pero de un modo intenso. Las 3 horas restantes fueron eternas. Todos platicaban entre sí, pero no conmigo, y cuando decía algo, la gente no contestaba. No era personal, pero fue triste. Tampoco recuerdo qué hice, sólo que alguien se estaba tirando gases y, como estábamos tan cerca, apestaba la zona. No uno ni dos, sino 20 en una hora. Atrás de mí había una chica que me estaba empujando de una manera muy grosera. Supongo que quería mi lugar. No dije nada, simplemente evité moverme. También me recordó a una compañera. Todas alrededor lo hicieron: a Alexa, de primaria, a la chica linda de psicología y a Paola, una de las integrantes de Lados B. La última se llamaba Karen y era administradora del club de fans de Placebo. El acto introductorio, nuevamente Felipe El Hombre, se presentó. Resultaron menos tediosos esta vez. Seguían teniendo buen ritmo. Cuando llegaron las 9:00, salió esa persona a quien llamaron Bobby el lunes pasado, que no es Bobby, sino Novie o algo así. Me hizo mucha gracia que le gritaran cada vez que pasaba. Me estaba riendo, pero me sentía extraña porque no sabía si estaba invitada al chiste o no. Uno de los guardias estaba tomando agua y todo el público comenzó a pedirle. Pudo habernos ignorado, pero nos dio de beber, sirviendo vasos como por una hora. Fue un buen gesto, a excepción de que todos tomábamos del mismo vaso. Las bocinas tenían problemas, y tuvimos que esperar más de 30 minutos. Y aquí viene la parte interesante: el vídeo de Every You Every Me, una vez más. Todos cantamos, pero en las primeras filas resultó más emocionante porque sonaba más sincronizado. Todos cantaban al mismo nivel, muy fuerte, y muy felices. Yo también. La chica de atrás seguía empujándome, por cierto. A continuación llegan esos momentos que no recuerdo con claridad. Momentos hermosos que se nublan casi después de haberlos vivido y que no están en imágenes porque decidí vivir el momento en lugar de grabarlo (okay, sí tomé algunas fotos, pero pocas). Recuerdo que Brian estaba muy cerca. Podía ver el color de su maquillaje, negro con azul oscuro, y su piel maltratada por los años. También sus pantalones, que eran oscuros pero eran mezclilla y estaban rotos. Ajustados; muy ajustados. Podía ver la estructura ósea de Stefan, las sombras de sus sienes y sus ojeras. El pelo de sus axilas, también. Es decir, eran y serían más reales que nunca. Eso fue muy emocionante. Brian nos miró en diversas ocasiones. A mí se me quedó viendo durante unos segundos, aunque no con atención. Como cuando fijas tu mirada en un punto irrelevante. Pero fui objeto de su vista, seguramente en diversas ocasiones, porque era la única con cabello verde y un vaso de agua en la mano cuyo líquido le cayó a una persona que me miró con odio. El hombre de mi vida que volvió a ser el hombre de mi vida este mes, estaba usando unas botas plateadas. Muy graciosas, pero muy originales, como aquellas que usarían los astronautas si estos estuvieran inspirados en la moda de Tumblr, pero más cortas. Acerca de mí, pues estaba cantando mi alma. En cada canción. Un canto terriblemente feo, pero terriblemente liberador también. Y aunque pienso que mis compañeros de concierto estaban molestos conmigo por ser torpe y no saber estar en multitud, me sentí acompañada. Me sentí aceptada, supongo, de entonar las mismas palabras que ellos y de compartir los mismos sentimientos que no tenían que ser pronunciados para ser entendidos. Había sudor, pero no sofocamiento, porque estando adelante tienes espacio para respirar perfectamente. Eso fue algo muy bueno. Y así fue todo el concierto, entonado, saltado, bailado. Y Brian lucía feliz viéndonos señalarlo con las manos mientras cantábamos. Sonrió en diversas ocasiones; realmente lo hizo, y produjo muchos de los gestos que sólo había visto en fotos y vídeos: la mirada hacía el cielo en Running Up That Hill, el agarre de su enterpierna en Devil In The Details, el orgasmo en Nancy Boy, la pose de desaprobación irónica con los brazos en la cadera, la sonrisa con los ojos cerrados, el pequeño salto en Teenage Angst, el doblez de la pierna derecha como un flamingo, los movimientos de manos mientras sus ojos estaban cerrados, el tocar de su guitarra con una sola mano, y otras que me gustaría recordar y no olvidar jamás. Habló. No mucho, pero lo hizo con un español mal estructurado: “pero quien mucho bailen”, o algo así. Muy hermoso. Ah, sí, había un chico a lado de mí gritando “eres precioso” todo el tiempo. Realmente lo es. Nos dijo que era su fiesta de cumpleaños, como en todos los conciertos, pero también nos invitó a gritar. Stefan dijo “os amo”. Eso fue muy hermoso, y no pude evitar ponerme las manos en la cara. Fiona, Fiona estaba vestida de una manera elegante. Se veía muy hermosa. Es decir, generalmente mi atención estaría enfocada en Brian y Stefan, pero su elegancia me llamó en muchas ocasiones. Cuando el concierto terminó, me sentía increíble. Adolorida, pero no tanto. Me sentía en las nubes, abrazando mi boleto. Me gustaría que esos hombres supieran lo mucho que les agradezco la noche de ayer. En un momento llegué a pensar genuinamente que nos iban a extrañar, lo veía en sus ojos y lo sigo creyendo, así como yo lo haré también.
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Hola. Yo no tengo palabras para explicar porque te deje ir, solo sé que tuve que tener un valor enorme como para dejar ir a quien he amado y amare toda mi vida, dicen que cuando estas a punto de morir, pasa toda tu vida en cuestión de segundos por tu mente, desde los primeros recuerdos hasta los últimos, yo, he muerto de alguna manera el día de hoy, aunque seguiré viviendo pero ya no para ti, por ultimo ¿hoy puedo recordarlo todo? Empezare con la primera vez que te vi, llegue a un lugar donde no conocía a nadie, te espere por casi 5 horas, tenía miedo que no llegaras, pero confié en ti, no podía creer la locura que estaba por suceder, no creí que yo viviera eso en esos momentos, pero te vi llegar, nunca olvidare el lugar exacto donde nos miramos y con tantos nervios no dijimos ni una sola palabra, estando ya en el taxi, pediste que te mirara, pero yo no podía, sabía que eras tú todo lo que yo necesitaría de ahora en adelante, sabía que eras tú y nadie más, pero aun así después de que tanto insististe, te mire, los nervios se me salían por la piel pero yo no tenía nada asegurado aun, al llegar al lugar donde íbamos a cenar, sacaste de tu mochila unos chocolates y me los diste, yo tome una llamada de una amigo (que tiempo después conocerias) preguntándome que si todo iba bien, pero a decir verdad, todo estaba yendo de maravilla a tu lado, en el transcurso de la cena te recargaste en mi hombro, ahí supe que si me querías, mas tarde pasando las 12:00am, pasamos por algo desagradable para que tu tomaras mi mano, porque estabas asustada, aun recuerdo que te dije que mientras estuviera a tu lado nada malo te pasaría, (cada día del año & años que pase a tu lado lo cumplí) me sonreíste y no soltaste mi mano, ahora solo éramos tu y yo, sin gente, sin ruido, teníamos la calle completa como para correr en círculos, acostarnos y ver las estrellas, estrellas que aquel 31 de enero las llamaría YELLOW, aquella noche fue la primera noche junto a ti, físicamente, ¿sabes cuantas veces llore porque no te veía al despertar? Aunque todos los días dormías conmigo, (esas llamadas por Skype eran valiosas) la primera vez que nos dimos cuenta que no habíamos colgado al dormir y supimos que en adelante así serian todas las noches, la primera vez que nos escuchamos roncar, solo cerraba los ojos y escuchaba tu respiración, tu voz y así te sentía cerca, pero esa vez te tenía frente a mí a un costado al amanecer, tengo que aceptar que eras mejor de lo que imaginaba, tu sonrisa no se comparaba con lo que yo imaginaba, tus ojos eran mil veces más grandes y bellos que por video llamada, tu cara llena de seguridad mientras dormías,(aun conservo la foto que tome) todo lo que una vez soñé estaba pasando justo en ese momento, justo esa noche que de haber sabido que algún día terminaría esto, hubiera pedido a gritos no terminara nunca, ¿recuerdas nuestro primer beso? ¿A caso lo recuerdas? Esas son una de las cosas que estarán por el resto de mi vida, ¿podrías entender que en estos momentos me estoy muriendo? Recordar algo que me hizo sentir la persona más feliz y afortunada y saber que hoy nada de eso sucederá porque me estoy despidiendo de ti, tuviste el valor de besarme y ahora tienes el valor de irte de mi vida, vida que te pertenece, aquella noche cuando te besaba, la canción de Coldplay-Yellow sonó en mi celular y mientras me abrazabas muy fuerte yo supe que no quería dejarte ir nunca porque te amaba, yo creo que aún estamos a tiempo, aun podemos retroceder y comenzar de nuevo, hacer algo mejor, pero por algo estamos hoy aquí, porque así TÙ lo decidiste y yo tengo que resignarme a vivir de la manera que no quiero. Ver una de tus películas favoritas, abrazarte y sin saber que tu habías dormido un poco, recuerdo mi cumpleaños 22, lo mejor de todo fue pasar un día completo contigo, leer tu carta y besarte mucho, nunca había significado tanto un cumpleaños para mí, pero cuando llegaste a mi vida fuiste cambiando tantas cosas que me hacían mejor, Odiábamos despedirnos ¿recuerdas? Rumbo a la terminal nos abrazábamos y escuchaba un “no te vayas” y yo respondía con un “no me quiero ir”, nos mirábamos de la manera más sincera y pura al despedirnos pero con la tranquilidad de que pronto nos volveríamos a ver, cuando a mitad de la noche teníamos pesadillas nos llamábamos por teléfono y así podíamos calmar nuestro miedo, estar ahí cuando nos necesitábamos y cuando no nos necesitábamos estar ahí para disfrutar el día, por ti mis sábados fueron los mejores, las ocasiones que venias a verme, los lugares que hicimos nuestros, adoraba verte feliz caminar a lado mío, ver como tu cabello se movía de un lado a otro, como tu perfume me gustaba bastante tanto como tú, poder tomar tu mano y saber que yo era tan afortunada, que dios realmente había bendecido mi vida con una persona maravillosa como tú, así pasaron los meses más dichosos, el 14 de junio de 2015 cuando volví a dormir a tu lado y me hiciste cupcakes, (1 año de estar contigo) las rosas color rosa que te lleve, los besos y ese momento especial en que nos hicimos una sola persona por el resto de la noche hasta el amanecer, jugar contigo era lo que más disfrutaba, reír de todo, tu sabias como besarme y alborotarme en segundos, tus dramas y celos tontos que te favorecían siempre, ¿recuerdas cuando me cantabas? ¿Recuerdas cuando me decías que me amabas y que eras muy feliz conmigo? La ocasión que te presente a mi familia porque tu ya eras parte de ella, estaba tan feliz ese día, nunca olvidare el 11 de Julio, conducir el auto de mi padre mientras en todo el trayecto no me soltaste la mano, en cada semáforo en rojo me dabas un besito, sin importar que iba mi mejor amigo y mi primo atrás, eras lo máximo, eres lo máximo, lo mejor de mi vida, lo bueno y malo de ella, al entrar a la terminal no dejaste de tomar mi mano y caminamos hasta donde tenias que estar, te bese, fue un beso que duro mucho tiempo, solo éramos tu y yo sin ganas de despedirnos, siempre que te ibas de mí, no me iba hasta perder de vista el autobús, hacerte caras graciosas cuando tu ya estabas a dentro y me mirabas triste, la única vez que entramos a la iglesia a dar gracias por tenernos y amarnos mucho, pedir a dios para que siempre tuviéramos esa fuerza a pesar de todo lo que ya habíamos vivido y lo que faltaría por vivir, me hiciste una persona fuerte, valiente y sobre todo humilde, pero jamás me advertiste cuando te irías, ni yo sabía porque parecías feliz, feliz junto a mí. “Sabes que ya no te ama, cuando le comprabas flores y cuidaba cada una de ellas & ahora no puede regresar a casa con ellas, sabes que termino todo, cuando antes pedía verte casi llorando & ahora solo pone dos horas de su valioso tiempo para ti, sin importar cuanto hayas viajado para verla, porque yo aun le amo, recuerdo lo bueno pero también recuerdo lo malo, las veces que me decías que yo no podría darle lo que tu tenias, que te importaba mas lo que dijera su familia y amigos, pero yo ¿Dónde quede yo en esos momentos?. Yo no sabía que era amar a alguien hasta que llegaste a mi vida, el 11 de Octubre de 2011, (todo empezó con un hola) yo pude olvidarme de todo, pero jamás olvide cada cosa a tu lado, jamás olvidare nuestro primer beso del 31 de Enero 2015,(En Querétaro) ni el día que te pedí fueras mi novia , 14 de Junio 2014, (tuvimos anillos de plata con la fecha marcada) el último día que viniste a verme, 31 Octubre 2015, (Toluca)mucho menos el día que decidiste terminar con todo lo que habíamos ya construido, 8 de Diciembre 2015,(Por alguien mas) tampoco el día que viaje a Querétaro para verte de nuevo (cuando te regale a Darko el gatito que tanto querías) ni el día que te volviste a despedir de mi, 26 Mayo 2016, (El adiós definitivo). Recuerdo que antes de dar las 12:00 cada 31 de Diciembre nos marcábamos por teléfono para así poder acabar un año y empezar un año juntas, efectivamente, acabamos el 2015 y empezamos el 2016 separadas, supe que todo estaría mal desde que fue la hora del abrazo y no llamaste, hasta el primer día del año te llore como el día de hoy, todos los días de películas por skype, los hot cakes, los besos bajo la lluvia, los te amos, las desveladas, preferíamos pasar más tiempo juntas que salir a fiestas o estar con amigos, así fue mi vida a tu lado a distancia pero siempre nos sentíamos cerca, se ahora que esto se termina y aun no se qué vendrá para mi, ojala sea algo grandioso y bueno porque de verdad te echare mucho de menos, ojala en algún momento nos lleguemos a ver en algún lugar desconocido y podamos regresar a todo lo que hoy dejamos. Siempre pensamos que esto era una locura, siempre fue una locura desde el momento que nos conocimos, no tengo palabras para describir lo que eres para mi, pero si para describir los momentos, los momentos contigo siempre van hacer un gran momento de ayuda, encontre unas partes de mi que no conocia, te encontre en muchas ganas de vivir, cuando mas atrapada me senti ahí estabas y creo que lo mas lindo de todo esto, fue verte, estar contigo, disfrutarte, disfrutarnos, y si tengo que decir algo, eres la mejor persona que he conocido, y no me arrepiento de nada, eras linda cuando quieres, solo cuando quieres. Y gracias, me llevo esta sonrisa pues me hicicste muy feliz. Quien quiera que sea que está leyendo esto, le he compartido la parte más importante de mi vida, hoy es 14 de Junio de 2016, 6:32pm y esta lluvioso el día, no sé cuánto tiempo paso después de que hoy tengas esta hoja en tus manos, pero tienes que saber que el amor es grandioso, que pocas personas tienen la fortuna de amar con cada latido de su corazón y yo soy una de ellas, yo ame, ame a alguien que amare cada día hasta que muera y si, yo no pude estar con ella una vez más, pero se trata de eso, el amor es libre y uno no puede detener a nadie, tienes que saber que ella es hermosa y no solo porque lo digo yo, realmente, ella es hermosa, si tan solo el mundo hubiera estado un poco a nuestro favor no hubiera escrito esta carta, pero tal vez el propósito de mi vida era, poder expresar todo esto y hacerte saber a ti que cuando encuentres a alguien que te mira de forma diferente, que tan solo con tomar tu mano sientas una enorme seguridad, no le dejes ir, por nada le dejes ir, aprende a memorizar sus facciones, aprende a disfrutar su compañía y jamás, jamás te tragues lo que sientes por él/ ella, pero sobre todo, lucha, lucha mucho y que nadie les separe, a mi no me advirtieron y ahora he perdido al amor de mi vida, no cometas lo que yo, si tu eres una buena persona cuenta esta historia a quien más quieras, que sepa que alguien en algún momento, existió y dio todo de sí para que la persona que amo haya sido feliz, sin haber sido ella su felicidad, tienen que saber que ella vivió por siempre en esta hoja, en alguna vida pasada o presente, tienen que saber que dos personas se amaron pero lo suyo no podía ser, espero mi historia le ayude a ti y a muchos a partir de hoy, porque yo tome valor, viaje, tome una hoja, di gracias por haber sentido amor sincero y haber vivido grandes cosas con ella, que sepan quien fue en mi vida (tienes que saber que hoy 14/06/16 cumpliríamos 2 años juntas, pero ya estábamos más lejos)Y si, le busque, le busque, pero ella ya había pasado pagina, para comenzar otra historia con alguien más y a mí, solo me quedo aceptar su decisión, se que tuvieron que pasar algunos días para poder hoy estar aquí frente al mar y poder hoy dejar libre esta historia y seguir seguir mi camino, espero ella sea feliz de ahora en adelante, porque ya no estaré para cuidarla, porque esta vez si hay un punto final en esta historia, muchas gracias por leerla.
-Grandes cosas estan por pasar, no te desanimes, sigue adelante sin titubear.
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𝗗𝗲 𝗟𝗮̀𝗵𝗲𝘆.♡
To my birthday boy: Mi amor hermoso, no puedo creer que ya sea otro año a tu lado, en serio. Aún recuerdo cuando nos conocimos y cómo hicimos click y formamos una amistad tan bonita que perdura hasta el día de hoy. Quizá ya no somos los más cercanos o somos los mejores amigos que éramos antes, pero la confianza que te tengo, nunca se fue ni se irá, sé que puedo confiarte mis más grandes secretos y podrás guardarlos. Sé que cuento con tu apoyo y protección en cada pasito que doy, y que, aunque nos miremos a lo lejos y hablemos un par de veces a la semana, estaremos siempre para el otro. Me gusta mirar atrás y desde otra perspectiva darme cuenta que fui muy afortunado de tenerte como mejor amigo en su momento, hiciste tantas cosas bonitas por mí. Viste (parte) de Glee, usabas a Darren cuando te lo pedía, éramos (somos) Sam y Dean y por sobre todo, cumplías con cada capricho que tenía porque sabías que estaba pasando por malos momentos. Yo recuerdo todo, cada cosa que hiciste por mí, así como recuerdo todas las veces que estuve para ti y me sentía feliz de poder darte mi apoyo de la mejor manera que encontraba. Tuvimos una bonita historia que me gusta mucho recordar con cariño. Como te digo, tal vez no seamos lo que éramos, pero el cariño y el amor que te tengo siguen existiendo. Sigo pidiéndole a las estrellas en cada uno de tus cumpleaños que seas feliz, que todos tus deseos se cumplan y puedas lograr todo lo que te propones. Es mi tercer cumpleaños a tu lado y no podría estar más agradecido de seguir teniéndote en mi vida. Mereces el mundo y más, que nunca nadie te haga creer lo contrario. Te admiro mucho, admiro cómo te levantaste después de cada adversidad que se te presentó y que sigas dando cara. Es una cualidad muy linda que tienes. En fin, Jesset, Iain, Zyad y León, te deseo lo mejor que este mundo tenga para ofrecer. Espero que este sea un maravilloso cumpleaños para ti y que te den muchos regalos, que te llenen de regalos, de palabras bonitas y mimos, no mereces menos que eso. Si pudiera darte todo lo que deseas, lo haría sin dudarlo. Feliz cumpleaños, mi rey. Te amo mucho, te amooo. PD: de regalo te doy unos besotes, papucho. -Làhey.
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