#jurando amor ante el altar
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SOLEDAD MATRIMONIAL
SOLEDAD MATRIMONIAL
Música de fiesta jurando amor ante el altar vacia de fuego y pasión frente al ilusionado consorte que ignora el premio de luz lazos de sonrisas brindis al creador bella vestimenta y blanca pureza solo Dios sabe el engaño la unión es para no estar sola
Rostros de felicidad engañados todos locura abrazada a la soledad cuerpo etéreo sin miel impotente imán sin razón Soledades de ninfa sumergida.
PochaUlloaC.
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Destiempo
Hace tiempo que bromeo con ser el enlace a la felicidad, dudo ser directamente yo, pero poco a poco cada persona de mi pasado encuentra a su “otra mitad” resulta curioso ver a los seres que me juraron amor eterno, caminar hacia el altar de la mano de alguien más. Sin embargo esta vez es diferente, no me duele, casi podría decir que me da gusto, como sólo he sentido esa felicidad genuina por alguien más, me da gusto porque resultó predecible, pero también se asoman mis demonios, cuestionando por qué nunca soy yo. Soy el proceso, la de las promesas y discusiones eternas, la que persiguieron por distintos puntos jurando que nunca habría nadie igual. Segura estoy de que no lo hay, soy la cúspide de la felicidad pero esto no existe sin la carga del drama, sin la obsesión de que todo sea Perfecto y sin la ceguera ante mis propios defectos.
Cuestiono una y otra vez por qué no soy yo, no me refiero a la que recibe tu propuesta, sino a la persona que da ese paso, el que durante años parecía ser el sueño de mi vida, con el tiempo he aprendido que quizás este no sea mi tiempo. Quizás en esta vida mi papel es más de espectadora ante un por siempre juntos y me toca ser protagonista de mi propia ruta. Esa en la que me he ido descubriendo, me pierdo nuevamente y me vuelvo a encontrar, ser protagonista del camino que solita he decidido diseñar y donde mis metas son muy profesionales pero nunca concreto las emocionales.
En este tiempo no me toca el amor de cuento, pero sí mis constantes novelas…
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LAS ESCRITURAS SON UN ESPEJO QUE ME REFLEJA
13.11.2001
Vassula, hace ahora casi dieciséis años que te he estado llamando y, durante estos años, he permitido que tus ojos vean muchas cosas y oigan cosas todavía más impresionantes. Te he llenado a ti y a otros de luz divina, por medio de Mis mensajes, para que seáis capaces de comprenderme. Yo soy la Luz y estoy por encima de toda luz. Yo, en Mi esplendor, transciendo todas las luces, todas las luminosidades. Puedo dar luz a cualquiera revelándome a él. Tu mente, por lo tanto, debe estar unida a la Mía, y la inundaré de Mi divina Luz para que vea cosas que ningún ojo ha visto, y comprendas cosas con Mi Mente, por Mi divina Luz... Te he llenado del Conocimiento y de la Comprensión de Mí Mismo. Sí, hijita Mía, te he convertido en un altar sobre el que he colocado Mi oficio profético, concediéndote toda clase de posibilidades para cantar Mis Palabras, a fin de que su sonido pueda oírse en cada santuario.
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Para Mi deleite, te he llenado de palabras misteriosas para elevar Mi Nombre y alcanzar tierras y gentes lejanas. He puesto luz dentro de tu corazón para mostrarte la magnificencia de Mis obras. Tus oídos han oído, y continúan oyendo, la gloria de Mi Voz, y tus ojos espirituales Me han visto cara a cara. He estado haciendo florecer
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esta tierra para alentar a los que estaban perdiendo la esperanza por Mi silencio, para que cobren esperanza y revivan. Como he dicho, he estado haciendo florecer esta tierra, pero muchos, en vez de alegrarse, han permanecido indiferentes, y su indiferencia ha pisoteado con rabia todo lo que estaba floreciendo, jurando en Mi Nombre únicamente cómo van a destruir todo lo que florezca. Ésta fue su preocupación diaria. Yo soy Dios, y tengo poder para perdonar y para volcar ira. He dado acceso a cada ser humano para llegar hasta Mí. He dado el mismo acceso a cada nación para leer Mi Himno de Amor. Muchos han ignorado Mis palabras. Solemnemente os pregunto a todos: ¿Qué habéis hecho con las Escrituras? Las Escrituras son un espejo que Me refleja. ¿Cómo es posible que, si decís que conocéis las Escrituras, no reconozcáis Mi manera de hablar? ¿Cómo es posible que contradigáis tan fácilmente la verdad? Yo os digo: si no Me reconocéis ahora en Mis palabras, es sencillamente porque no conocéis ni entendéis las Escrituras, que son una llave del Espíritu Santo. Si alguno de vosotros dice: "No necesitamos esta revelación profética, no estamos obligados a escucharla o a leerla, porque nos bastan las Escrituras y podemos aprender de ellas todo conocimiento", Yo os pregunto, en vuestra incredulidad: "¿Sabéis por qué no creéis y sabéis por qué estáis tan indiferentes y decididos a cerrar vuestro corazón? ¿Sabéis por qué no buscáis nada más allá?" Es porque no tenéis al Espíritu Santo que os podía haber elevado de la oscuridad hasta Su Luz, iluminando vuestra alma para ver al Hijo, junto con el Padre, manifestándose a vosotros. El Espíritu Santo habría exhalado en vosotros un aliento de resurrección que os habría dado vigor y os habría dado vida en Mí. ¿Puede un alma que está muerta entender las Escrituras y ponerlas en práctica, si no vive? Si hubieses entendido las Escrituras, que son como un espejo que refleja Mi Imagen, no habrías dicho: "Las Escrituras me bastan". No, amigo Mío, las Escrituras no bastan si no posees al Espíritu Santo. Es a través de la Luz del Espíritu Santo como se puede comprender la Revelación, y todo lo que entonces parecían misterios impenetrables y sellados en las Escrituras se volvería conocible y claro, porque el Espíritu Santo te daría la llave del conocimiento. No obstante, en verdad te digo: quién Me haya aceptado de buen grado - incluso ahora, cuando estoy hablando - es bienaventurado, ¡porque a través de Mí recibe conocimiento y Sabiduría de un modo tan prodigioso que es como si hubiese leído todas las Escrituras! Será como un libro en alta voz, llevando dentro de sí las inspiraciones divinas que se obtienen por gracia. Entonces, hija Mía, cuando él lea las Escrituras verá no sólo las palabras sino también, como tú has experimentado, Vassula, verá el profundo significado espiritual de su contexto a través de su ojo espiritual. Por lo tanto, no os opongáis a Mis enviados que son como un libro en alta voz y un oficio de profecía; vienen de Mí. Ellos no revelan más de lo que contienen las Escrituras, pero son una guía para vosotros. Guían vuestra vida hacia una nueva manera de vivir verdaderamente en Mí, mejorando vuestra vida, dándoos esperanza y consuelo. Yo puedo convertir a cualquiera desde un ser miserable en una Catedral. No juzgues y vendré a ti para que concibas Mis palabras en realidad. Las Escrituras son la Imagen de Mí, tu Dios; no las subestimes tampoco, pero no digas que las conoces cuando estás lejos de conocerme a Mí. Observa los Mandamientos y cúmplelos, a fin de que tengas una visión de Mí. Cumplir Mi Palabra conducirá tu alma a conocerme. Entonces, y sólo entonces, te convertirás en dios por participación y no según la norma. ¿No has comprendido el significado de: "Escucha de buen grado cualquier discurso que venga de Dios?" ¿Has estado escuchando? Las acciones de cada criatura están ante ella. Desastres, plagas, hambre, aflicciones, guerras, sangre y muerte han reemplazado ahora Mis flores,
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a través de vuestra propia mano y por vuestros pecados. Desde hace ahora muchos años he estado bendiciendo esta tierra reseca, llegando sobre vosotros como un río, empapándola con Mis bendiciones como una inundación. He desplegado portentos en el cielo y os he estado enviando a Mis ángeles, descalzos, para inflamar con Mi Palabra vuestros corazones, generación. Los he enviado para advertiros que, a menos que os arrepintáis, oréis y hagáis reparaciones por vuestros pecados, enmendando vuestras vidas, y a menos que valoréis Mi Santo Sacramento y viváis santamente, unidos, colocándome como un sello en vuestro corazón, atraeréis sobre vosotros todos los males de la tierra, por vuestra propia culpa. Todo lo que viene de la tierra regresa a la tierra. El mundo entero está lleno de tanto mal. Os he pedido que regreséis a Mí, pero Mi semilla,
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que está muerta, no Me ha oído y ha seguido ofendiéndome sin cesar. ¡Pues bien, mirad! El firmamento y los cielos en lo alto tiemblan ante Mi Visitación.
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Las montañas y la base de la tierra tiemblan hoy con vuestras iniquidades. ¿Pero quién se preocupó cuando os advertí hace diez años sobre la retribución que os esperaba si no os arrepentíais? ¿Quién ha tratado de comprender Mi manera de actuar? Y ahora, decidme, ¿quién declarará que se ha hecho justicia? ¿Alguno de vosotros esperaba que cayesen las Torres por causa de vuestros propios pecados y vuestra maldad? ¡Ah! Y, sin embargo, Yo os he estado avisando, pero vuestro ajetreado comercio ha llenado vuestra generación de violencia y, en lugar de apoyaros sobre el seno del Padre, reclinándoos en Él, habéis fenecido en el mismo momento que preferisteis apoyaros sobre el oro y la plata. Y, no obstante, vuestra mesa permanece vacía hasta el día de hoy. Yo soy vuestro Banquete, vuestra Riqueza, y si Yo, Dios, no Me he convertido para vosotros en el todo, ¿cómo esperáis obtener vuestra recompensa en el cielo? Sin tomar en cuenta lo que sois y quién sois, Yo quiero vuestro bienestar. Por eso administro Mis palabras a los sencillos, los cuales - por medio del oficio profético que he instaurado en ellos - irán hasta vuestros pies, a depositar ante ellos este noble tesoro. Además, les he renovado con el Espíritu Santo a fin de que lo que tengan que decir, ya sea instruyéndoos o corrigiendo errores, lo digan con plena autoridad. He pedido a estas queridas almas que abandonaran todo lo que no les conducía a Mí y tuvieran una sola ambición, que es el bienestar de Mi Iglesia, y que estuvieran dispuestas a luchar contra todos los males que atentan contra Mi Cuerpo Místico. Sí, por supuesto que serán perseguidas a causa de sus acciones, y que su existencia será considerada por los muertos como una amenaza. Pero Yo las he ungido, y si a los ojos de algunos resultan insignificantes, a Mis Ojos las estimo más que todas las joyas, unidas a todas las realezas y tesoros imperiales también. A Mis Ojos son encantadoras y nobles, pues he sido Yo quien las ha criado. Ungidas con el óleo de Mi Corte, atraerán grandes multitudes para reconstituir Mi Cuerpo Místico, la Iglesia, que ha caído en ruina por la negligencia de los pastores.
Señor, ¿te das cuenta de que ésta es una de las razones por las que soy perseguida? ¡Es porque censuras a la jerarquía!
Lo sé. Pero la palabra te ha sido dada, y Yo te he formado, para enviarte a este mundo apóstata a hablar en Mi Nombre. Los pastores están divididos, oponiéndose unos a otros. Están viviendo en una decadencia espiritual, y si algunos llevan aún Mi Cruz de buen grado y con celo por Mi Casa, son también perseguidos por esos transgresores. ¿Pueden decir ellos
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que Me obedecen escrupulosamente? Si dicen 'sí', explicadme entonces vuestra división. La división es un pecado. Seguramente conocéis el significado de: "Todo reino dividido contra sí mismo es destruido, y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma subsistirá".
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Falta en ellos el signo distintivo de la fe: ya no hay amor... Aunque esta división no haya venido directamente de ellos sino de sus antepasados, están atizando este fuego que está soterrado,
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manteniéndolo vivo. Así pues, ahora pido a Mis pastores que se arrepientan, ofreciéndome una verdadera metanoia, para permitir que, por medio de este poder colosal, tenga lugar una transfiguración. Una verdadera metanoia es la puerta que conduce a las almas desde la oscuridad hasta la luz.
Mi Señor, mi corazón no ha tenido ambiciones elevadas; sin embargo, perdóname el atrevimiento de hacerte esta pregunta: Si alguno de tus pastores llegara a leer hasta aquí, y encontrara las palabras que acabas de pronunciar, pidiéndoles que se arrepientan, ¿no serían aquéllos de los que dices que están llenos de celo por Tu Casa y que llevan lealmente Tu Cruz? ¿Los Abeles, como Tú los llamas, que son los que las leen y están dispuestos a oír lo que Tú dices, porque no han mancillado su sencillez? ¿Estoy equivocada si digo que esos que leen Tus mensajes son también los que son sinceros y fieles a Tu Casa? ¿Cómo llegarán Tus palabras a los que Tú quieres que las oigan, pero que tachan de malignas Tus Obras? Tú llamas, pero muy pocos escuchan. ¿Quién de éstos escuchará? ¿Los pastores que ya viven una unidad en su corazón?"
No te preocupes por asuntos que están más allá del alcance de tu mente y de tu percepción. Tengo medios para dirigir Mis palabras a los que necesitan salvación... pues ya se sabe que la Misericordia se encuentra en Mí.
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En cuanto a los que tú llamas sinceros y fieles a Mi Casa, te digo esto: no son sólo los que leen Mi Mensaje y lo siguen los que son sinceros y fieles a Mi Casa, sino que Yo he guardado para Mí verdaderos devotos, elegidos por gracia, que han permanecido fieles y que están dispuestos a llevar Mi Cruz de unidad sobre sus hombros y, con sus obras, perfuman no sólo Mi Cuerpo sino el mundo entero. En otras palabras, no son sólo sinceros y fieles los que fueron llamados por gracia a escuchar Mis Palabras, dadas a ti en este Mensaje, y respondieron. Y tú, hija, ¿has visto lo que he logrado recientemente?
Sí, Señor, lo he visto (algo entre el Señor y yo).
Entonces, alaba Mi Santo Nombre y verás cosas mayores que éstas. Espera y verás... ten paciencia y permíteme continuar nuestra senda juntos. ¿Ves? ¿Ves dónde te he conducido? No temas, en Mi Presencia tienes paz... Ic.
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Entendí que Dios quería decir 'almas'
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Enviando bendiciones
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'Flores' significa 'bendiciones'
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Nosotros
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En otras palabras: tan poderosa y evidente es la manifestación de Dios a través de este mensaje
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Los transgresores
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Mt 12,25
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El infierno
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En este mismo momento, aunque no era tan aparente en esta simple frase, el Señor Jesús me reveló que padecía un amor divino por todos Sus pastores, y que por eso era por lo que los reprobaba, hasta el punto de temblar de sensibilidad y emoción de amor. Y fue como si hubiera oído a nuestro Señor lamentarse como un niño que ha sido injustamente maltratado, diciendo: "Mi Cuerpo ha sido golpeado. Mis amigos me han herido hasta dejarme irreconocible. Me han quitado el manto, los mismos que guardan mi casa han dejado de conversar Conmigo. Y sin embargo, de Mis labios que destilan miel es de donde podrían obtener el bálsamo de un renacimiento. Tiemblo hasta el fondo de Mi ser de perderlos. Ellos Me han arrancado Mis Miembros, Me han lastimado, y cuando se les pone a prueba, me ofenden. Y si hay entre ellos algunos hombres sabios o santos, que evidencian sus buenas vidas, coronados de humildad y amor divino hacia Mí, corren hacia ellos como lobos rabiosos para despedazarlos. Igual que Caín, que pertenecía al Maligno y cortó la garganta de su hermano, de la misma manera los tratan..."
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El amor en fragmentos de tiempo. El amor es la recompensa de las almas que creen en él y el castigo de quienes le reniegan por experiencias pasadas; es el sentimiento más puro y sutil que hace a miles de personas levantarse todos los días con un suspiro al viento empapándose de felicidad y deseo. . . Lo encontramos cuando menos lo esperamos, detrás de una sonrisa tierna y una mirada hipnotizante, el amor no odia ni es rencoroso, el amor perdona y se entrega por completo sin miedos ni prejuicios. . . Sabrás que el amor es verdadero porque tu mirada brillará más que antes y tus pensamientos estarán con la otra persona, no pensaras más en ti sin antes pensar en el bienestar y la felicidad del otro, siempre buscarás lo mejor, su crecimiento personal y su estabilidad emocional. . . El amor no es sólo un beso o algo más que sexo. Si es amor no importa cuánto tiempo pase o cuánta distancia tengas que recorrer, siempre será amor; cuando es verdadero no importa nada más que estar juntos y culminar con besos perpetuados en te amos. . . Qué sería del amor sin la prueba más grande que es la unión de dos enamorados, no importa si es en unión libre o jurando amor eterno frente a un altar con votos como símbolo de promesas esparcidas en el tiempo y sueños clavados a futuro. . . Las versiones del amor son complejas. Se puede amar a un amigo, un familiar, a alguna persona o mascota, no importa cómo ames o a quién ames, el amor nos hace sentirnos vivos. Nunca dejes de amar, ni dejes de sentir, ama sin límites, ama en otro idioma, ama sin miedos; al final de cuenta vivimos para amar y sentirnos amados. . . #photography #photographer #nature #travelcity #travelphotography #bogotagrafia #galeriaco #juansoloescribe #zonacinco #zonacincofoto #colombiagreatshots #fotosbogotanas #creative #createcomune #illgramers #thecreatorclass #uncalculated #createexplore #explore #modygrams #agameoftones #justgoshoot #createcommune @gramslayers @gramswaggers @alphahype @preset_cc @moodygrams @maxrivephotography @visualambassadors @visualsgallery @artofvisuals @streets_vision @artofvisuals @visualcentral @originalphotographics @mackmurdoc @streetphotographyinternational @magnumph (en Bogotá, Colombia)
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Lo que no pude decir:
Perdón por estar deprimida y triste, pasaron muchas cosas y corté muchos lazos con personas cercanas por lo mierda que fueron y situaciones que provocaron en muy poco tiempo y perdí mi estabilidad emocional, pensé que estarías para apoyarme dándome mi tiempo y más porque en una pandemia podríamos pasar tiempo de ocio, pero entiendo que no tengas madurez emocional y carencias familiares-socioafectivas, por lo que solo te apoyaras en mi provocando que evitara toda confrontación sin explicarte con quien había hablado ni especificado todo es ese momento, pero eso fue lo peor y único malo que hice,te conte de que soy un poco bruja y te cerraste a todo (ahora ¿quien se puso a aprender de mi el ultimo mes e incluso se hizo un altar? me hiciste sentir pésimo y me dolió la vida)
a mi me molesto que me hicieras viajar sin ni siquiera entender mi posición, estando cerrando un semestre es difícil fijar un día para viajar, porque es mi futuro, son mis estudios a pesar de tu entusiasmo, deberías comprender que tu enojo era porque le dijiste a medio mundo fechas que yo jamás asegure y que al llegar te hubieses gastado todo el dinero para subsistir porque sabias que debería trabajar ahí porque gaste casi todo lo que tenía en mi pasaje excusando tu falta en tus sobrinos, si, conteste un mensaje coqueto cuando aún ni estábamos bien estando juntas, lo que me hace preguntarme ¿lo estuvimos alguna ves? siempre celos, discusiones, mandoneos, enojos... soporte situaciones que no debí soportar y momentos tóxicos, como que caminaras al menos una media cuadra más adelanto ¿que era, tu perra?, los 5 minutos de locura, que eran como 3 horas... (enojarte proque entro a pagar a una tienda y a chica es notoriamente lesbiana) llegaste después de que TE ESPERÉ SEIS MESES con dos amigas que discutían y tenían una relación tóxica, generando un ambiente tóxico y la única forma de que la tipa que te gasto todo el dinero y te dejo sola estuviera feliz era comprándo alcohol o marihuana, luego que me echaras la culpa por estar seria en ambientes que tú considerabas normal (o porque me sentía mal, pero siempre relacionabas cualqier cosa que me pasaba solo contigo, como si no pudiera tener otros asuntos).
Te traje a la casa con mi familia a vivir a los ¿seis meses? porque perdiste un buen trabajo por una mala amiga que te convenció de irte (al mismo lugar donde te fuiste). Para luego pagar un segundo viaje, nuevamente a que vieras a tu familia, el tema de la casa, en la cual de todos modos no te incluyeron, teniendo que quedarnos en un lugar inseguro, molesto, incómodo, tóxico, pero familiar, en el cual corria al parecer peligro de que me robaran alguna de mis pertenencias porque no te explicaste con tu hermana.
Siendo que me habías asegurado otra cosa, Conocí a tu mejor amiga y a tu abuela, que fueron lo mejor, estoy segura que tu mamá me hizo algun mal de ojo o magia negra, porque yo me dormía de la nada, sin importar las ganas que tenía de ver la película (o de meterte mano como te encanta) y porque a las dos semanas de que te fueras y confirmaras tu relación con esa tipa (que esta muuuy alejadita de la mano de dios, #sorrynotsorry tenía que decirlo) vomité algo negro y empece de apoco a sentirme yo misma otra vez.
El último mes me degradaste, me humillaste, terminaste conmigo por facebook (por segunda vez), me culpaste de absolutamente todo, incluyendo tus celos cuando sabes que TODO mi circulo y quien me conociera sabía que estaba contigo y que te expliqué porque no me gusta exponer mi vida personal,a donde fuera que estuviera te llevaba. Jurando incluso que ‘’TODOS’’ querían conmigo (soy guapa, pero no es para tanto que verga) molestándote si hablaba con MIS AMIGAS. (decirqueencontreguapaaunadeellascuandolaconocínoquieredecirquequieroestarconellaesmiamigaidiota).
Y si, la cosaquetuve con Xcompañera de trabajo fue intenso y raro, pero siempre mantengo el profesionalismo, sobre todo si tengo que actuar, panteón siempre sera primero, como tú lo eras (incluso faltando a clases para apoyarte con tus ‘‘emprendimientos’‘ que casi siempre te ayudaba o apoyaba económicamente si te iba mal), que tenia que ser la contención y estar cada ves que requerías atención, cuando tú lo quisieras, me volviste dependiente a ti, y luego me continuaste besando y buscando para estar conmigo, que se llamaban todo el día todos los días, que justo tenía el auto, la cama y la tele que tanto querias, justo con el estar soltera hace poco lo había dejado con una ‘’loca’’(curiosa palabra*), que te rieras escandalosamente( tanto que incluso usando audífinos mis amigas escuchaban por video llamada estando tú el otro cuarto), que la noche antes de que te fueras te hice gemir y me jalaste el cabello, para al otro día irte feliz y radiante, casi no te despediste de ‘‘nuestra’‘ cachorra por irte rápido, que YO TENÍA que sacar TÚ permiso para viajar, cuando no te diste ni el trabajo de averiguarlo por ti misma, que subiste a los dos dias lo feliz que te hacia alguien que viste hace 3 años una vez y con quien te fuiste a vivir.
Honestamente fuiste una perra conmigo.
Y con loca... bueno, tú me dañaste mental, sicológica y la ultimas semanas también fue físicamente, casi me provocaste 3 ataques de pánico, tus palmasos y cachetadas cada ves mas fuertes y yo respondiendo por la costumbre que me diste, porque te aprete las muñecas para que no me golpearas y porque la última semana tuve que aprender a abrazarte para que no lo hicieras más, a pesar de que a los meses te dije que no me gustaba, hiciste que me acostumbrara a todas esa cosa... lo bueno es que estas ‘’feliz’’ y yo me siento yo.
Maravillosamente libre, tranquila y creando, enfocada en lo que quiero, asiendo deporte, empoderada y amándome de tal forma, que jamás esperare o me conformaré con menos, tú quieres viajar, hijos y una casa.
Yo quiero vivir tatuando, rapeando, viajando, sin niños porque con mis sobrinas me basta, tengo una familia que me ama y soy inteligente (cuando te explicaba algo con pasión pensaras que te trataba de tonta me quitaba ganas de hablar contigo, aunque asumo que no tienes mucho sentido común y tienes ideas muy superficiales).
En verdad yo soy un libro complicado de leer, no quiero un amor romántico que quiera apoderarse de quien soy para suplir sus huecos, yo sano sola mis heridas y lleno mis vacíos y siento tristeza, porque me hiciste pensar que eras todo lo que quería y me hiciste querer la monogamia, pero eso no es para mí, no quiero alguien que necesite celos o apresarme para estar feliz, quiero ser feliz y quien quiera que se quede y quien no que no estorbe, tú querida, tienes mucho por crecer y aprender, espero que algún día puedas hacerlo, porque estamos en sintonías completamente diferentes, tú prefieres ver la película, yo soy el texto que busca el subtexto.
*curioso que siempre traten a una mujer de loca para defenderse de cosas que provocan esos comportamientos. cosas como ‘’si tu no me celas siento que no me quieres, celame’’, ‘’eres mía’’, ‘’no es cuando tu quieres’’, que mi dolor te causara ‘’rechazo’’ fue asquerosamente doloroso, nunca dejo que nadie entre en mi vida y soy demasiado selectiva, tú entraste porque pensé que eras todo lo que yo quería, me equivoque, merezco mucho más, pasamos buenos momentos.
Pero la forma e que actuaste conmigo me enseño lo que no quiero en la vida, no quiero gestos ‘’mamones-romanticos’’, quiero hechos, acciones, que no me corten ni las alas ni las ideas de panoramas, porque eso hace que después ni siquiera quiera decidir si seguir las cosas yo, como de hablar como me siento sin que sientan que es un ataque.
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Donde su fuego nunca se apaga.
No había nadie en el huerto. Con prudencia, sin hacer ruido con la aldaba, Harriet Leigh salió por el portón de hierro. Siguió el camino hasta el cerco, donde, bajo el saúco en flor, la esperaba el teniente de marina George Waring. Años después, cuando pensaba en George Waring, Harriet volvía a sentir el dulce y cálido olor de vino de la flor de saúco y cuando olía flores de saúco, reveía a George Waring, con su hermosa cara de poeta o de músico, sus ojos negros y sus cabellos pardo oliva. Waring le había pedido que se casaran y había consentido. Pero su padre se oponía y ella había venido para decírselo y para despedirse de él; su barco partía al día siguiente. –Dice que somos demasiado jóvenes. –¿Cuánto quiere que esperemos? –Tres años. –¡Todavía tres años antes de casarnos! ¡Estaremos muertos! Lo abrazó para confortarlo. Él la abrazó más fuerte y después corrió a la estación, mientras ella volvía luchando con sus lágrimas. –En tres meses estará de vuelta. Habrá que esperar. Pero no volvió. Había muerto en un naufragio en el Mediterráneo. Harriet ya no temía una pronta muerte porque no podía seguir viviendo sin George. Harriet Leigh esperaba en la sala de su casita en Maida Vale, donde vivía desde la muerte de su padre. Estaba inquieta, no podía apartar los ojos del reloj; esperando las cuatro, la hora que había fijado Oscar Wade. Lo había rechazado el día antes y no estaba segura de que viniera. Se preguntaba por qué lo recibía hoy, si ayer lo había rechazado definitivamente. No debería verlo, nunca. Le había explicado todo claramente. Se evocaba, tiesa en la silla, enardecida con su propia integridad, mientras él la escuchaba cabizbajo, avergonzado. De nuevo sentía el temblor de su voz, repitiendo que no podía, que debía comprenderla, que no cambiaría su decisión, que él tenía una esposa y que no debían olvidarlo. Oscar respondió indignado: –No necesito pensar en Muriel. Sólo vivimos juntos para guardar las apariencias. –Y para guardar las apariencias debemos dejar de vernos. Oscar, por favor, váyase. –¿Lo dice en serio? –Sí. Ya no debemos vernos. Oscar se había alejado, vencido. Lo veía cuadrando sus anchas espaldas para soportar el golpe. Le daba lástima. Había sido cruel sin necesidad. Ahora que había trazado un límite, ¿por qué no podían verse? Hasta ayer ese límite no era claro. Hoy quería pedirle que olvidara lo que le había dicho. Eran las cuatro. Las cuatro y media. Las cinco. Ya había tomado el té y renunciado a verlo, cuando llegó. Vino como otras veces: con su paso mesurado y cauto, sus anchas espaldas erguidas con arrogancia. Era un hombre de unos cuarenta años, alto y ancho, de caderas estrechas y cuello corto, cara grande y cuadrada y rasgos hermosos. El bigote, muy corto, pardo rojizo, se erizaba sobre el labio superior. Sus ojos pequeños brillaban, pardos, rojizos, ansiosos y animales. Le gustaba pensar en él cuando estaba lejos pero siempre tenía un sobresalto al verlo. Físicamente distaba mucho de su ideal; era tan distinto de George Waring… Se sentó frente a ella. Hubo un silencio incómodo que interrumpió Oscar Wade. –Harriet, usted me dijo que yo podía venir. –Parecía que quería echarle toda la responsabilidad. –Espero que me haya perdonado. –Sí, Oscar. Lo he perdonado. Le dijo que se lo demostrara yendo a cenar con él. Accedió sin saber por qué. La llevó al restaurante Schubler. Oscar Wade comía como un gourmet, dando importancia a cada plato. A ella le gustaba su ostentosa generosidad: no tenía ninguna de las virtudes mezquinas. Terminó la cena. Su congestión silenciosa decía lo que estaba pensando. Pero la acompañó hasta su casa y se despidió en el portón. Harriet no sabía si alegrarse o entristecerse. Había gozado un momento de exaltación virtuosa, pero no hubo alegría en las semanas siguientes. Había renunciado a Oscar Wade, porque no la atraía mucho, y ahora lo deseaba con furia, con perversidad, porque había renunciado a él. Cenaron juntos varias veces. Ya conocía de memoria el restaurante. Las paredes blancas con paneles de contornos dorados, los pilares blancos y dorados, las alfombras turcas, azul y carmesí, los almohadones de terciopelo carmesí, que se prendían a sus faldas, los destellos de plata y de cristalería de las mesas circulares. Y las caras de los clientes y las luces en las pantallas rojas. Y la cara de Oscar, roja por la cena. Siempre, cuando él se echaba hacia atrás en la silla, Harriet sabía en qué pensaba. Alzaba los párpados pesados y la miraba, caviloso. Ahora sabía en qué iba a acabar todo. Pensaba en George Waring y en su propia vida desilusionada. No lo había elegido a Oscar, realmente no lo había deseado, pero ya no podía dejarlo ir. Estaba segura de lo que iba a ocurrir. Pero no sabía cuándo ni dónde. Ocurrió al final de una noche, cuando cenaron en una salita reservada. Oscar había dicho que no podía soportar el calor y el ruido del comedor. Ella subió adelante; por una empinada escalera con alfombra roja, hasta la puerta del segundo piso. De tiempo en tiempo repitieron la furtiva aventura, en el cuarto del restaurante o en su casa, cuando no estaba la sirvienta. Pero no convenía arriesgarse. Oscar se declaraba feliz. Harriet dudaba. Esto era el amor, lo que nunca había tenido, lo que había soñado y deseado con hambre y sed; ahora lo tenía. No estaba satisfecha. Siempre esperaba algo más, algún éxtasis que se anunciaba y no llegaba. Algo la repelía en Oscar; pero, como era su amante, no podía admitir que fuera un dejo de grosería. Para justificarse pensaba en sus buenas cualidades, su generosidad, su fuerza. Le hacía hablar de sus oficinas, de su fábrica, de sus máquinas, le pedía prestados los libros que él leía. Pero siempre que trataba de conversar con él, le hacía sentir que no era para eso que estaban juntos, que toda la conversación que un hombre necesita la tiene con sus amigos. –Lo malo es que nos veamos de un modo tan fugaz; deberíamos vivir juntos; es lo único razonable –dijo Oscar. Tenía un plan. Su suegra vendría a vivir con Muriel en octubre. Podría ir a París y encontrarse allí con Harriet. En un hotel de la Rue de Rivoli, estuvieron dos semanas. Pasaron tres días locamente enamorados. Cuando se despertaba encendía la luz y lo miraba dormir. El sueño lo volvía inocente y suave, ocultaba sus ojos, le afinaba la expresión de la boca. Después empezó la reacción. Al final del décimo día, volviendo de Montmartre, Harriet estalló en un ataque de llanto. Cuando le preguntaron por qué, dijo, al azar, que el Hotel Saint Pierre era horrible. Con indulgencia, Oscar explicó su estado como de fatiga, causada por una agitación continua. Trató de creer que estaba deprimida, porque su amor era más puro y espiritual que el de Oscar; pero sabía perfectamente que había llorado de aburrimiento. Estaban enamorados, y se aburrían mutuamente. En la intimidad, no podían soportarse. Al fin de la segunda semana, empezó a dudar de haberlo querido alguna vez. En Londres, por un tiempo, volvieron a entusiasmarse. Lejos del esfuerzo artificial que les había impuesto París, quisieron persuadirse de que el antiguo régimen de aventura furtiva era más adecuado a sus temperamentos románticos. Pero los perseguía el temor de que los descubrieran. Durante una corta enfermedad de Muriel, pensó con terror que esta podía morir; ya nada le impediría casarse con Oscar; él seguía jurando que si estuviera libre se casaría con ella. Después de la enfermedad la vida de Muriel fue preciosa para los dos: les impedía una unión permanente. Sobrevino la ruptura. Oscar murió tres años después. Fue un inmenso alivio para Harriet. Ahora ya nadie sabía su secreto. Sin embargo, en los primeros momentos, Harriet se decía que, Oscar muerto, estaría más cerca de ella que nunca. No recordaba que en vida casi nunca había deseado tenerlo cerca. Mucho antes de que pasaran veinte años, le pareció imposible haber conocido una persona como Oscar Wade. Schubler y el Hotel Saint Pierre ya no eran recuerdos importantes. Hubieran desentonado con la reputación de santidad que había adquirido. Ahora, a los cincuenta y dos años, era amiga y ayudante del Reverendo Clement Farmer, Vicario de Santa María en Maida Vale. Era secretaria del Hogar para Jóvenes Caídas, de Maida Vale y Kilburn. Su exaltación mayor sobrevenía cuando Clement Farmer, el flaco y austero vicario, parecido a George Waring, subía al púlpito y levantaba los brazos en la bendición. Pero el momento de su muerte fue el más perfecto. Estaba acostada, soñolienta, en la cama blanca, debajo del negro crucifijo con un Cristo de marfil. El sacerdote se movía tranquilamente en el cuarto, arreglando las velas, el misal del Santísimo Sacramento. Acercó una silla a la cama; esperó que despertara. Tuvo un instante de lucidez. Sintió que se estaba muriendo y que la muerte la hacía importante para Clement Farmer. –¿Estás lista? –preguntó. –Todavía no. Creo que estoy asustada. Tranquilíceme. Clemente Farmer encendió dos velas en el altar. Tomó el crucifijo de la pared y se acercó de nuevo a la cama. –Ahora no tendrá miedo. –No tengo miedo del más allá. Supongo que uno se acostumbra. Pero tal vez al principio sea terrible. –La primera etapa en la otra vida, depende, en gran parte, de lo que pensamos en nuestros últimos momentos. –Será en mi confesión. –¿Se siente capaz de confesarse ahora? Después le daré la extremaunción y se quedará pensando en Dios. Recordó su pasado. Allí encontró a Oscar Wade. Vaciló: ¿Podría confesar lo de Oscar Wade? Estuvo por hacerlo, después comprendió que no era posible. No era necesario. Veinte años de su vida habían prescindido de él. Tenía otros pecados que confesar. Hizo una cuidadosa selección: –Me sedujo demasiado la belleza del mundo. A veces no fui caritativa con mis pobres muchachas. En lugar de pensar en Dios, he pensado a menudo en los seres queridos. –Después recibió la extremaunción. Pidió al sacerdote que le tuviera la mano, para no sentir miedo; mucho tiempo la tuvo así hasta que él la oyó murmurar–: Esto es la muerte. Pero yo creía que era horrible y es la dicha, la dicha. Harriet permaneció unas horas en el cuarto donde habían sucedido estas cosas. Su aspecto le era familiar, con algo de extraño, ahora, y de repugnante. El altar, el crucifijo, las velas encendidas, sugerían alguna horrible experiencia cuyos detalles no podía definir, pero que parecían tener alguna relación con el cuerpo amortajado en la cama, que ella no asociaba consigo misma. Cuando la enfermera vino y lo descubrió, vio que era el de una mujer de mediana edad. Su cuerpo vivo era el de una joven de treinta y dos años. Su muerte no tenía pasado ni futuro, ningún recuerdo cortante ni coherente, ninguna idea de lo que iba a ser. Luego, súbitamente, el cuarto empezó a alejarse de sus ojos, a partirse en zonas y haces que se dislocaban y eran arrojados a diversos planos. Se inclinaban en todas direcciones, se cruzaban y cubrían con una mezcla transparente de diferentes perspectivas, como reflejos en vidrios. La cama y el cuerpo se deslizaron hacia cualquier parte, hasta perderse de vista. Ella estaba de pie ante la puerta, que era lo único que había quedado. La abrió y se encontró en la calle, cerca de un edificio gris amarillento, con una gran torre de techo de pizarra. Lo reconoció. Era la iglesia de Santa María, de Maida Vale. Oía los acordes del órgano. Abrió la puerta y entró. Había vuelto a espacio y tiempo definidos, había recuperado una parte limitada de memoria coherente. Recordaba todos los detalles de la iglesia que eran, en cierto modo, permanentes y reales, ajustados a la imagen que ahora la poseía. Sabía para qué había venido. El servicio había concluido. Caminó por la nave hasta el asiento habitual debajo del pulpito. Se arrodilló y se cubrió la cara con las manos. Entre sus dedos podía ver la puerta de la sacristía. La miró tranquilamente, hasta que se abrió y apareció Clement Farmer con su sotana negra. Pasó muy cerca del banco donde estaba arrodillada, y la esperó en la puerta, porque tenía algo que decirle. Se levantó y se aproximó a Farmer. Seguía esperándola y no se movió para darle paso. Se acercó tanto que los rasgos de él se confundieron. Entonces, se retiró un poco para verlo mejor y se halló ante la cara de Oscar Wade. Estaba quieto, horriblemente quieto, cortándole el paso. Las luces de las naves laterales iban apagándose, una por una. Si no se escapaba quedaría encerrada con él en esa oscuridad. Consiguió, por fin, moverse y llegar a tientas a un altar. Cuando se dio vuelta, ya no estaba Oscar Wade. Entonces recordó que Oscar Wade estaba muerto. Luego lo que había visto no era Oscar: era su fantasma. Había muerto. Había muerto hacía diecisiete años. Estaba libre de él para siempre… Cuando salió al atrio de la iglesia vio que la calle había cambiado. No era la calle que recordaba. Se encontró en una recova con muchas vidrieras; la Rué de Rivoli en París. Ahí estaba la entrada del Hotel Saint Pierre. Pasó por la puerta giratoria; cruzó el gris y sofocante vestíbulo que ya conocía; fue derecha a la gran escalera de alfombra gris; subió los peldaños innumerables que giraban alrededor de la jaula del ascensor hasta un descanso que conocía y un largo corredor ceniciento alumbrado por una ventana opaca; allí sintió el horror del lugar. Ya no se acordaba de la iglesia de Santa María. No se daba cuenta de ese curso retrógrado en el tiempo. Todo el espacio y todo el tiempo estaban ahí. Recordaba que debía caminar hacia la izquierda. Pero había algo donde el corredor doblaba, en la ventana al final de todos los corredores. Si tomaba la derecha se salvaría; pero ahí se detenía el corredor: un muro liso. Tuvo que volver a la izquierda. Dobló por otro corredor, que era oscuro y secreto y depravado. Llegó a una puerta torcida, que dejaba pasar luz por la rendija. Distinguía, encima, el número: 107. Algo había sucedido ahí. Si entraba volvería a suceder. Atrás de la puerta estaba Oscar Wade esperándola. Oyó sus pasos mesurados, que se acercaban. Huyó, rápida y ciega, como un animal, oyendo los pies que la perseguían. La puerta giratoria la agarró y la arrojó a la calle. Lo extraño es que estaba fuera del tiempo. Borrosamente recordaba que alguna vez hubo una cosa llamada tiempo: no se lo imaginaba. Se daba cuenta de cosas que sucedían o que estaban por suceder. Las fijaba por el lugar que ocupaban y medía su duración por el espacio. Ahora pensaba: si tan sólo pudiera retroceder al lugar donde no sucedió. Caminaba por un camino blanco, entre campos y colinas desdibujadas por la niebla. Cruzó el puente y vio la antigua casa gris, sobre el alto muro del jardín. Entró por el portón de hierro y se encontró en un gran salón de techo bajo, con las cortinas corridas, ante una cama. Era la cama de su padre. El cadáver extendido bajo la sábana, era el de su padre. Levantó la sábana: Vio el rostro de Oscar Wade, quieto y suavizado por la inocencia del sueño y de la muerte. Lo miró, fascinada, con implacable felicidad. Oscar estaba muerto. Recordó que solía dormir así, en el Hotel Saint Pierre, a su lado. Si estaba muerto, no volvería a suceder. Estaba salvada. La cara muerta le daba miedo. Al recubrirla, notó un ligero movimiento. Levantó la sábana y la estiró con fuerza, pero las manos empezaron a luchar y los dedos aparecieron por los bordes, tirándola hacia abajo. La boca se abrió, los ojos se abrieron: toda la cara la miró en agonía y terror. El cuerpo se irguió, con los ojos clavados en los de ella. Los dos se quedaron inmóviles, un instante, con miedo mutuo. Pudo escaparse y correr; se detuvo en el portón sin saber qué lado tomar. A la derecha, el puente y el camino la llevarían a la Rue de Rivoli y a los abominables corredores del Hotel Saint Pierre; a la izquierda, el camino cruzaba la aldea. Si pudiera retroceder aún, estaría segura, fuera del alcance de Oscar. Junto al lecho de muerte, había sido joven pero no bastante. Tenía que volver al lugar en que había sido más joven; sabía adonde encontrarlo; cruzó la aldea corriendo, por los galpones de una granja, por el almacén, por la fonda La Cabeza de la Reina, por el Correo, la iglesia y el cementerio, hasta el portón del sur, en los muros del parque de su niñez. Estas cosas parecían insustanciales, tras una capa de aire que brillaba sobre ellas como vidrio. Se dislocaron, flotaron lejos de ella, y en lugar del camino real y los muros del parque, vio una calle de Londres, de sucias fachadas blancas, y en lugar del portón, la puerta giratoria del restaurante Schubler. Entró. La escena se impuso con la dura evidencia de la realidad. Fue hasta una mesa en un rincón, donde un hombre estaba solo. La servilleta le tapaba la boca. No estaba segura de la parte superior de la cara; la servilleta se deslizó. Vio que era Oscar Wade. Se dejó caer a su lado. Wade se le acercó; sintió el calor de la cara congestionada y el olor del vino. –Yo sabía que vendrías. Comió y bebió en silencio, postergando el abominable momento final. Al fin se levantaron y se afrontaron; el gran cuerpo de Oscar estaba ante ella, encima de ella, y casi sentía la vibración de su poder. La llevó hasta la escalera de alfombra roja y la obligó a subir. Pasó por la puerta blanca de la salita, con los mismos muebles, las cortinas de muselina, el espejo dorado sobre la chimenea, con los dos ángeles de porcelana, la mancha en la alfombra ante la mesa, el viejo e infame canapé, tras el biombo. Se movieron por la salita, girando como fieras enjauladas, incómodos, enemigos, evitándose. –Es inútil que te escapes. Lo que hicimos no podía terminar de otro modo. –Pero terminó. Terminó para siempre. –No. Debemos empezar otra vez. Y seguir, y seguir. –Ah, no, todo menos eso. ¿No recuerdas cómo nos aburríamos? –¿Recordar? ¿Te figuras que yo te tocaría, si pudiera evitarlo? Para eso estamos aquí. Tenemos que hacerlo. –No. Me voy ahora mismo. –No puedes. La puerta está con llave. –Oscar, ¿por qué la cerraste? –Siempre lo hicimos, ¿no recuerdas? Ella volvió a la puerta; no pudo abrirla, la sacudió, la golpeó con las manos. –Es inútil, Harriet. Si ahora sales, tendrás que volver. Lo podrás postergar una hora o dos, pero ¿qué es eso en la inmortalidad? –Ya hablaremos de la inmortalidad cuando estemos muertos. Se sentían atraídos uno a otro, moviéndose despacio, como en figuras de una danza monstruosa, con las cabezas echadas hacia atrás, las caras apartadas de la horrible proximidad. Algo atraía los pies de ambos, de uno al otro, aunque se arrastraban en contra. De repente, sus rodillas flaquearon, cerró los ojos y se entregó en la oscuridad y el terror. Después retrocedió en el tiempo, hasta la entrada del parque, donde Oscar no había estado nunca, donde no podría alcanzarla. Su memoria fue limpia y joven. Caminaba ahora por la senda en el campo, hasta donde la esperaba George Waring. Llegó. El hombre que la esperaba era Oscar Wade. –Te dije que era inútil escapar. Todos los caminos te traen, me encontrarás en cada vuelta, yo estoy en todos tus .recuerdos. –Mis recuerdos son inocentes. ¿Cómo pudiste tomar el lugar de mi padre y de George Waring? ¿Tú? –Porque les tomé su lugar. –Mi amor por ellos fue inocente. –Tu amor por mí era parte de ese amor. Crees que el pasado afecta el porvenir; ¿no pensaste nunca que el porvenir afecta al pasado? –Me iré lejos. –Esta vez iré contigo. El cerco, el árbol y el campo flotaron y se le perdieron de vista. Iba sola hacia la aldea, pero se daba cuenta de que Oscar Wade la acompañaba del otro lado del camino. Paso a paso, como ella, árbol por árbol. Luego bajo sus pies hubo pavimento gris y lo cubría una recova: iban juntos por la Rue de Rivoli hacia el hotel. Ahora estaban sentados al borde de la cama deshecha. Sus brazos estaban caídos y sus cabezas miraban a lados opuestos; el amor les pesaba con el inevitable aburrimiento de su inmortalidad. –¿Hasta cuándo? –dijo ella–. La vida no continúa para siempre. Moriremos. –¿Morir? Hemos muerto. ¿No sabes dónde estamos? Esta es la muerte. Estamos muertos, estamos en el Infierno. –Sí, no puede haber nada peor. –Esto no es lo peor. Mientras nos queden fuerzas para huir, mientras podamos ocultarnos en nuestros recuerdos, no estaremos del todo muertos. Pero pronto habremos llegado al más lejano recuerdo y no habrá nada más allá. En el último infierno, no huiremos más, no encontraremos más caminos, más pasajes, ni más puertas abiertas. Ya no necesitaremos buscarnos. En la última muerte estaremos encerrados en esta salita, tras esa puerta con llave. Yaceremos aquí, para siempre. –¿Por qué? ¿Por qué? –gritó ella. –Porque eso es todo lo que nos queda. La oscuridad borró la salita. Ahora caminaba por un jardín, entre plantas más altas que ella. Tiró de unos tallos y no tenía fuerza para romperlos. Era una criatura. Se dijo que ahora estaba salvada. Tan lejos había retrocedido que de nuevo era chica. Llegó a un cantero de césped con un estanque circular rodeado de flores. Peces colorados nadaban en el agua. Al fondo del cantero había un huerto; allí iba a estar su madre. Había ido hasta el recuerdo más lejano; no había nada después. Sólo el huerto, con el portón de hierro que daba al campo. Algo era diferente aquí; algo que la asustaba. Una puerta gris, en vez del portón de hierro. La empujó y estuvo en el último corredor del Hotel Saint Pierre.
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Yo soy México
Cuan bello es México, con sus familias tan grandes, que nunca terminas de conocer a más tíos, a más primos.Esto es mi México, yo soy el cariño familiar, yo soy la familia, yo soy México.
Nuestros ancianos llenos de sabiduría, de historias y de orgullo por lo tanto que han trabajado y que ahora ven la esperanza que algún día ellos tuvieron reflejada en nosotros en manos del futuro que queremos.Esto es mi México, yo soy la esperanza, yo soy los ancianos, yo soy México.
Nunca olvidaremos el abrazo de aquel familiar que ya no está, nunca faltará el brindar por su vida en navidad y en día de muertos nunca faltará su altar; lleno de flores y colores, de la comida y sus peculiares sabores, con las monedas, con calaveras que nuestro muerto quiera. Esto es mi México, yo soy las costumbres, yo soy las fiestas, yo soy México.
Que hermosas voces del mariachi que decoran las calles empedradas donde los amantes caminan de la mano jurando su amor aunque sea por el día de hoy. Yo soy el mariachi, yo soy el amor, yo soy México.
Los edificios derrumbados, los desastres que no nos van a vencer, la hermandad mexicana con orgullo ayudando a levantar todo de los escombros, ayudando a quienes perdieron todo, cantando en alto nuestro himno con lágrimas en los ojos y la esperanza en las manos, yo soy las tragedias, yo soy la hermandad, yo soy México
Las familias que buscan el sobrevivir diario, con bocas que alimentar, la mujer que a patadas, arañazos y coraje se hace cargo de sus hijos, de carne de su carne. Yo soy el coraje, yo soy la madre soltera, yo soy México.
El hombre que estuvo y se fue, cuando la irresponsabilidad fue más grande que la sangre de su sangre, pensando en su bienestar antes que los demás. Yo soy la irresponsabilidad, yo soy el padre ausente, yo soy México.
Las lágrimas de los más chicos, que sin infancia han crecido, con moretones e insultos que han recibido, viendo a su madre maltratada y humillada, yo soy las lagrimas, yo soy la violencia intrafamiliar, yo soy México.
Mi seguridad, la de mis hijos, la de mis hermanos, la de mis padres. Vivir con el miedo de salir a estudiar y de camino a casa ya no regresar. El miedo de los padres de todos los días oran porque no sean sus hijos que aparezcan en las noticias, yo soy los 43, yo soy Norberto,Yo soy Salomón,Marco y Daniel yo soy los asesinatos, yo soy la inseguridad, yo soy México.
YO SOY MÉXICO.
Yo soy los ancianos, yo soy la inseguridad, yo soy el cariño familiar, yo soy las lagrimas, yo soy la familia, yo soy las tragedias, yo soy la esperanza, yo soy la hermandad, yo soy las costumbres, yo soy el coraje, yo soy las fiestas, yo soy la madre soltera, yo soy el mariachi, yo soy la irresponsabilidad, yo soy el amor, yo soy el padre ausente, yo soy la violencia, yo soy los asesinatos, yo soy los 43, yo soy Norberto, Yo soy Salomón, Marco y Daniel. Tú eres México, yo soy México... Todos somos México...
Hay cosas que vivimos a diario, que pasa a diario como noticia. Todas son situaciones normales en México, tenemos cosas tan buenas y cosas que lamentamos todos los días. Sin embargo seguimos consumiendo drogas en las fiestas, seguimos dando mordida para evitar una multa, seguimos haciendo tranzas para tener más.
Porque no son 3, somos todos
Porque nos falta Norberto
Porque nos faltan 43
Porque nos faltan más de 47...
Porque México es mágico que nos hace sentir un gran orgullo, pero también es tan mágico que puede desaparecer una persona de un día a otro
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Você já se perguntou aonde está Deus? Essa é uma pergunta frequente entre as pessoas, "onde esta Deus. Deus não esta vendo pelo que eu estou passando?" Até quando você vive os desertos que se tornam seu testemunho. Lembro que vim de uma família totalmente bagunçada, ninguém vivia da fé.. vim de humilhações e sofrimentos pela falta de carinho. Morei com minha mãe até os meus 15 anos de idade e logo após ela me mandou embora por não aguentar a lidar com uma adolescente, fui para casa do meu pai, que, naquele momento passava por depressão e uma separação, pensava em se matar, tive que aguentar a barra e engolir um seco quando ele estava aborrecido em ouvir algo da ex mulher e acabava descontando em mim com agressões verbais e até físicas. Logo, conheci um rapaz chamado “Júlio” pelo qual não me apaixonei, mais, acabei me envolvendo pela conquista barata e pelos carinhos e atenções que não tinha de minha família, todavia, por querer sair de casa e por não aguentar mais a vida que estava levando com o meu pai.. resolvi morar com minha sogra e o meu namorado.. ele desempregado, depressivo e acabado de sair de um casamento frustrado.. me amou 7 meses e quando teve a oportunidade chutou minha bunda e desistiu de tudo. Eu que comecei a voltar a visitar algumas igrejas, tentando me voltar pra Deus.. não conseguia entender nada o que estava passando pela minha vida.. descobrir mentiras, traições e até mesmo falsidades da parte dele.. voltei para casa do meu pai.. e vivi mais 01 ano com ele.. não aguentando as cobranças, as manifestações de me mandar embora de casa.. me sentia mal em todos os lugares que estava.. era um grande vazio.. e todas as noites chorava desesperada.. tentei por meses entender porque meu ex namorado tinha feito aquilo tudo comigo, mais só me decepcionava cada vez mais.. era desastres atrás de derrotas. Até que após um ano de recuperação.. ele volta, pedindo “desculpas” mais, não manifesto o interesse. Perdoou, e peço que o mesmo suma da minha vida. Logo, não demorou para conhecer meu segundo namorado, Edgar, um menino lindo, chamava muita atenção, era educado, de uma família maravilhosa, atencioso e calmo.. me encantei.. mais, era do mundo e fazia o que a carne pedia.. fiquei com ele no meu primeiro encontro.. achei que não iria para frente.. e realmente, não foi. Ele morava próximo a minha faculdade, e eu morava há 01 hora da faculdade.. tudo conspirava para que eu ficasse na casa dele. E eu novamente cometi o mesmo erro, cega, fui morar com a mãe dele e com ele.. foi muito bom, bom porque era perto do meu trabalho, faculdade e eu poderia fazer o que eu quisesse sem ao menos me preocupar com as minhas escolhas. Foi então, que começou as brigas, intrigas e a falta de respeito, eu uma pessoa mandona, falava muitos palavrões, vestia roupas inadequadas e adorava uma confusão.. e ele calmo.. começou a mudar sua personalidade. Não demorou muito, com 05 meses de namoro.. minha sogra (Suely) conheceu o atual namorado e noivo dela em um barzinho, (ele) comprando uma marmitex (por que só tinha aquele lugar para comprar naquele horário da noite) e ela carregada com as irmãs para curtir uma noite.. mais, incrível que pareça ela não queria estar ali, ela era uma mulher totalmente fora desse mundo de bebidas, então, ele viu nela uma oportunidade de evangelização.. se conheceram e logo ele chegou aqui em casa, claro, aproveitou a oportunidade e quando me viu frustada no relacionamento, vendo que eu queria mudar tudo e sendo magoada pelas palavras do Edgar, humilhada de uma forma.. ele me desafio em fazer uma letra de uma musica e cantar para ele.. Achei aquilo “nada a haver” muito papo, mais, aconteceu, saiu uma letra boa e cantamos. E ele se surpreendeu, mais não foi suficiente para o meu relacionamento mudar. Então, um dia descobri a “Terapia do Amor”, na igreja Universal, e no primeiro dia já sabia, eu estava preparada para me batizar nas águas, fui sendo evangelizada pelo Draide (atual namorado e noivo da minha sogra), fui caminhando passo a passo.. conhecendo mais de Jesus.. passando por provas, humilhações.. ele cada dia pior com atitudes, não gostava do Draide e nem do filho dele (Wilian), descontava toda raiva em mim.. e a cada dia era brigas, afastamento e esfriamento.. chegou momentos do Edgar pegar minhas coisas do quarto e jogar na sala, me xingar e me mandar milhares de vezes ir embora. Quando chamava pra sair me mandava arrumar dinheiro, porque ele não iria pagar.. foi até que um belo dia ele conseguiu um emprego.. e destaque (estava com ele até quando estava desempregado e não tinha dinheiro nenhum) ajudei no que eu pude e fui mulher na pobreza. Assim que ele conseguiu um emprego, foi logo pensamento em comprar uma moto, e eu claro apoiei.. ficamos sem sair, sem comemorar um ano de namoro.. e eu cada dia vendo que o diabo estava se revoltando através dele.. e ele comprou a moto, e nessa data começa o jejum de Daniel, 21 dias de busca do Espírito Santo.. cada dia era guerra.. a moto chegou. Justamente pra colocar diferenças entre eu e ele.. não podia subir na moto.. ele não me levava para sair e muito menos para o trabalho.. um dia quando disse que achei injusto ele me cobrar o valor da gasolina inteiramente, ele não gostou e deixou de falar comigo e logo depois terminou o namoro. E alguns dias antes ele tinha dito que gostaria de comprar um apartamento, de tentar novamente de forma certa.. pediu desculpas. Vem a prova da fé.. minha sogra e eu batizamos no mesmo dia (nas águas) e estávamos caminhando juntas na fé.. só que eu estava correndo na frente.. e ela ainda não conseguia percorrer o mesmo caminho que eu queria percorrer. Ela conseguiu substituir uma amiga no trabalho, era em uma loja de motos.. e o diabo tinha tramado tudo.. ele tinha falado para mim dias antes que acabaria com o meu casamento porque eu estava morando junto e era errado. Logo, o Edgar antes de comprar a moto pediu para que a mãe dele pegasse um telefone de alguém que vendesse moto.. E ela pegou o numero de telefone de uma vendedora mulher e deu ao filho, ele entrou em contato.. e ela aproveitou para puxar assunto logo após a compra da moto. Foi nessa época que ele terminou comigo por eu ter dito que ele estava me cobrando demais da gasolina. Ele começou a conversar com ela três dias antes deu receber o Espírito Santo. Descobri tudo, fiquei abalada, destruída.. vivi cada dia pedindo misericórdia de Deus, porque não queria voltar para casa dos meus pais.. e não tinha condições de alugar um lugar para mim. Em uma sexta, fiz um propósito e coloquei no altar, no outro dia ele saiu de casa.. jurando que não iria se envolver com ninguém e que ele teria o máximo de respeito por mim enquanto eu estivesse na casa da mãe dele. E ele começou 2 dias depois a se relacionar com essa mesma menina. Foi o cheque mate.. na terça feira vi os dois no supermercado, e ele me viu e não sabia onde enfiar a cara.. e eu? Não manifestei sentimento, entreguei nas mãos de Deus.. vivi dia após dia trancada no quarto da mãe dele.. me escondendo de vergonha. E ela? Filha de presbítero.. e eu lembro ele dizendo “que se eu fosse religiosa antes de me conhecer não teria nunca namorado comigo”. Eu recebi o Espírito Santo na quarta feira. Eu comecei a servir a Deus sobre todas as coisas. Nunca mais procurei ele desde quando saiu de casa. E sabe de mais? A mulher que ficou com ele na pobreza ele desprezou e hoje tudo que ele não fez por mim está fazendo pela outra. O diabo todos os dias nos acusa, manifesta através das pessoas que estão ao seu redor, lutas e guerras, hoje? Ainda estou na casa da minha sogra, claro, não porque quero.. pelas condições. Mais, eu a amo tanto, se não fosse pelo filho, ficaria por anos junto dela. Ela é uma mãezona, presente e que me ajuda em tudo que preciso e o carinho é enorme! Me apoia em tudo. Lembro que antes de eu conhecer a Jesus ela vivia falando que gostaria que os filhos casassem com uma serva de Deus e ele fez. Eu sinto grande revolta por ter sofrido tanto na vida sentimental, por ter sido humilhada desde criança.. mais hoje pude participar de um projeto da terapia do amor que ajuda essas mesmas pessoas que necessitam da palavra de Deus.. no casamento, na família.. eu quero mais, eu quero testemunho completo. Quero poder fazer muito além de só isso. Porque nunca será suficiente .. Deus faz muito mais todos os dias(...) desejo dar o meu melhor. É preciso perder, ser humilhada no trabalho, em casa, na rua, na igreja, para ganhar com Deus. A salvação. Eu o amo, e não desejaria ser nunca mais desse mundo! Porque de uma coisa eu sei.. é tudo ou nada! 🌗
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