Tumgik
#jugaran
remasterizados · 1 year
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Mátate Teté de Molotov, del álbum ¿Dónde Jugarán las Niñas? (1997)
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kazzykatt · 2 years
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contexto: están jugando al pokemon unite
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sinfonia-relativa · 10 months
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Me perdono.
Me pido perdón por dejar que tantos destruyeran mis ilusiones, me pido perdón por permitir que muchos jugaran con mi corazón, por obligarme a mí misma a creer en mentiras que burlaban mi propia inteligencia solo por amar tanto. Me pido perdón por conformarme tantas veces con diminutas muestras de amor, por dejar sobornar a mi corazón tan falta de amor con cosas vacías y sin sentimiento. Me perdono por tanto daño que permití que causaran en mí, por dejar que me provocaran tantas heridas en mi alma. Me pido perdón por tanto tiempo que perdí esperando, perdonando y soportando, por perder mi tiempo en las tantas noches que pasé buscando una justificación para quienes no lo merecían, buscando una forma de comprender el daño que me causaban. Me pido perdón por no haber tenido suficiente amor por propio para haberme ido a tiempo de lugares dañinos que solo me dejaron cicatrices imborrables y daños irreparables.
Moongirl
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Holii luu, primero de todo decirte que amo un montón tus historias ayy 😋
Un request, podrías hacer algo de smut de enzo en un ascensor? tipo que la chica se encuentre con el y tipo el ya le traía ganas y aproveche en el ascensor
+18!
-Hace mucho calor, ¿no?
Levantaste la vista sólo para descubrir que Enzo estaba quitándose la remera. Intentaste no mirar, concentrarte en tus uñas o en las cuatro paredes metálicas que los volvieron prisioneros, pero te perdiste en su piel bronceada.
-¿Cuánto más creés que van a tardar?- preguntaste luego de aclararte la garganta. Llevaban ya media hora atrapados en el ascensor, sin obtener respuesta desde mantenimiento y compartiendo una botella de agua casi vacía-. ¿Querés...?
-¿Vos no tenés calor?
Sonreíste ante su interrupción y dejaste que tus dedos jugaran con los primeros botones de tu camisa, desabotonándolos luego de unos minutos de suspenso para permitirle ver tu sostén. Se mordió los labios, en esa característica expresión suya tan insoportable, antes de inclinarse y desabotonar el resto de los botones.
Después de tanto tiempo prolongando sus encuentros en el vestíbulo y los corredores del edificio, ¿qué más podían hacer con una oportunidad así? Te obligó a ponerte de pie y comenzó a tirar de tu ropa; te dejaste hacer, suspirando por el calor de sus manos sobre tu piel y permitiendo que te empujara contra la pared.
-¿Y si vienen?- preguntas entre gemidos, sosteniéndote de sus hombros mientras sus caderas golpean las tuyas repetidamente y con tanta fuerza como para robarte el aliento. Ignora tu pregunta, concentrado en la imagen entre tus piernas, y estás segura de que mirar no es buena idea... pero lo hacés de todos modos.
El sonido húmedo e increíblemente obsceno que provocan sus estocadas cobra aún más sentido cuando tus ojos se encuentran con su miembro brillante, empapado en una mezcla de tu excitación y la suya, con el que ataca tu interior. Es más grande de lo que esperabas, aunque no te sorprende, y te llena de manera exquisita.
-Tocate, dale, yo sé que querés.
El tono grave y autoritario de su voz te hace temblar, pero por el temor de caer no obedecés la orden. Enzo parece percibir tu inseguridad o leer tu mente, podría ser cualquier opción, por lo que refuerza su agarre en tus muslos y te presiona todavía más contra la fría pared del ascensor.
Cuando tus dedos entran en contacto con tu clítoris comenzás a sollozar.
-Mirame.
El color de sus ojos se intensifica por sus pupilas dilatadas y bajo la sombra que arrojan sus largas pestañas. La intensidad de su mirada, que es tan intolerable como magnética y está cargada de deseo, podría ser lo último que necesitás para alcanzar el orgasmo hacia el que te está orillando.
-Enzo- gemís con un hilo de voz-, quiero...
-Sí, sí.
Cuando tus paredes se contraen arroja la cabeza hacia atrás y deja salir un gemido ronco que te hace estremecerte. Sus venas llaman tu atención, tu mente cada vez menos coherente repitiendo que deberías cerrar tus manos en torno a su cuello o besar y morder su piel hasta dejar marcas, pero todo pensamiento se interrumpe cuando tu orgasmo te golpea.
No dejás tu huella en su cuello, pensás mientras el placer te desborda, pero tus uñas dibujan en su espalda trabajada y en sus hombros. Abrazás su cadera con tus piernas y él suelta una risa arrogante, encantado con las reacciones de tu cuerpo, antes de besar tu cabello cuando reposás tu frente sobre su pecho.
-¿Dónde...?- pregunta con voz entrecortada, sus movimientos frenéticos amenazando con hacerte llorar por la sobre estimulación-. ¿Puedo...?
-Sí, por favor.
Esperás sentir cómo llena tu interior, el calor de su semen y sus palpitaciones, pero en su lugar sólo sentís sus músculos tensándose bajo tus manos y sus movimientos detenerse abruptamente. Estás a punto de preguntar qué sucede cuando tapa tu boca.
-Callate- ordena, mirando horrorizado el techo del ascensor-. La puta madre...
Intentás hablar y tus palabras mueren contra su palma. Él responde:
-Están acá.
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xochiquetza3autora · 6 months
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Sometida por su hijo
I
Hace tiempo intente darle una lección a mi hijo Rodrigo para que dejara de jugar con las chicas, Mi hijo estaba terminando la secundaria y normalmente no causaba problemas en la escuela, pero es muy guapo, y siempre se comportaba algo delicado, eso hacía que siempre estuviera rodeado de chicas, tenía muchas amigas, lo que en un principio me preocupaba un poco porque temía que pudiera ser gay. Poco después descubrí que no era gay si no por el contrario era una forma de seducirlas, usarlas, follarlas y después las dejaba. Eso me indigno aún más pues no podía creer que había criado un machista seductor, así que decidí enseñarle lo que se sentía que jugaran con tus sentimientos, decidí seducirlo y dejarlo con las ganas para que lo entendiera pero todo se me salió de las manos.
Me empecé a comportar de forma seductora, a vestirme sexy, para que mis curvas se marcaran y tuve éxito en mi objetivo. Cuando me di cuento mi hijo estaba perdidamente enamorado de mí, sin darme cuenta lo seduje mejor de lo que esperaba; pero cuando quise acabar con eso él se enfureció.
Llegamos una noche de cenar, íbamos muy cariñosos el me besaba el cuello y yo acariciaba su rostro, incluso lo dejé meterme un poco más la mano fingiendo que estaba un poco borracha; en la casa me tomo de la cintura y me beso en los labios a lo que yo correspondí pero después lo alejé le dije que habíamos llegado demasiado lejos y que era hora de que entendiera que se sentía que jugaran con lo que uno sentía, que no podía nada más seducir y abandonar a las mujeres, que el juego iba a terminar allí para que lo entendiera.
Él se enojó demasiado y dijo que nadie jugaba con él y que la lección me la iba a dar él a mí, que si quería portarme como puta iba a ser su puta, Allí fue donde entendí que no solo jugaba con las chicas, las dominaba y las trataba como putas, aun así no entendía por qué ellas siempre regresaban a buscarle.
Mi hijo me tomo en sus brazos, me besó y mordía mi cuello, el descubrió hace tiempo que era mi punto débil, me arrancó la ropa, y se puso a chupar mis tetas mientras trataba de empujarlo, pero lo hacía tan bien que antes de darme cuenta solo acariciaba su cabello, entonces se sacó la enorme verga que tiene y me arrancó la tanga que me había puesto, me penetró sin contemplaciones y con su celular grabó mientras me violaba, luego sacó su pene mientras seguía grabando y me lo metió a la boca para que se lo chupara y explotó en mi boca y cara llenándome de su leche. Desde la muerte de su padre no había estado con nadie más, y cuando estaba con mi difunto marido nunca hicimos algo como lo que mi hijo me hizo, la sensación fue humillante, aunque en el fondo excitante, estaba aterrada de lo que había provocado.
II
Mi hijo tomó el control de mi vida, me amenazó con hacer público el video, y por miedo cedí a sus demandas, hizo varios cambios en mi vida, me hacía vestirme más sexy fuera de la casa porque dentro me hacía ir desnuda, y cuando me permitía salir me hacía hacerlo sin ropa interior. Además debía darle una mamada cada mañana y tragarme su semen; por las noches tenía que darle una rusa con mis tetas. Además debía dejarme follar por él o por quien él ordenara y eso fue lo que me dejó helada. La primera vez que me sodomizó me horroricé, el dolor fue agudo pero la humillación que sentía fue peor y más aún cuando al oído me dijo “acostúmbrate perrita, algunos quieren disfrutar de este agujero”
Sin saberlo mi comportamiento también había atraído la atención de a algunos amigos de mi hijo, vecinos y alumnos míos, ya que soy maestra en una secundaria. Mi hijo aprovechó eso para hacer negocio conmigo, les cobraba una cantidad a los chicos y el permitía que me follaran y cumplieran su fantasía. Lo peor era cuando mis alumnos me sodomizaban y me decían cosas como “Que rico se siente romperle el culo maestra” mientras me daban nalgadas. Y lo menos salvaje era cuando algún vecino iba a que le chupara su verga y estaba tan acostumbrada que incluso me tragaba su leche juvenil sin que me lo pidieran, incluso con los hijos de amigas mías. Eso hacía que mis resistencias cayeran cada vez más, con cada “servicio” que daba mi resistencia se debilitaba e iba aceptando lo que me estaba pasando.
Incluso en una ocasión mi hijo preparó una orgia con sus mejores clientes, que fantaseaban con hacerme un Gang Bang. Me puso un collar de cuero, ató mis manos a mi espalda, me puso una bola en la boca y un tapón anal. Bajé las escaleras con mi hijo por delante jalando mi cadena y en la sala de la casa me encontré con siete chicos semidesnudos, tres de mis alumnos más problemáticos, dos vecinos que se sentían raperos y dos amigos de mi hijo: su mejor amigo y otro que era hijo de mi mejor amiga, incluso me decía “tía”. Todos incluido mi hijo me fallaron por mis tres agujeros. Acepto que en algunos momento llegué a disfrutar; en especial cuando me hicieron una doble penetración uno de mis alumnos y un vecino y me decían lo puta que era, mientras se la chupaba al hijo de mi amiga, y masturbaba a mis otros alumnos con las manos y con un pie sobaba la verga al otro vecino y con el otro se la sobaba la mejor amigo de mi hijo y todo mientras mi hijo me grababa en mi más clara entrega a la degeneración y degradación… No sé cómo pude coordinar mis movimientos pero fue el acabose, terminé en un gran orgasmo, que casi me dejó inconsciente. Después de eso fui comprendiendo porque las chicas regresaban con mi hijo: para que las tratara como putas, porque ser tratada así y usada es lo más morboso y delicioso que he podido experimentar.
III
Cuando creía que las cosas no podían ser peores mi hijo invitó a sus primos a quedarse un mes de vacaciones con nosotros, mis hermanas me llamaron para agradecerme y yo no podía decirles que no, incluso les dije a mis hermanas que también vinieran ellas, no quería que se enteraran de la forma como mi hijo me trataba; por eso pensé que si mis hermanas estaban aquí él se limitaría, grave equivocación. Primero llegarían Víctor y Luis, mis sobrinos que son de la misma edad de mi hijo ya que las tres nos embarazamos casi al mismo tiempo, y un mes después llegarían mis hermanas.
Cuando mis sobrinos llegaron mi hijo me hizo recibirlos en un vestido ceñido a mi cuerpo, que llegaba casi a mis glúteos y un pronunciado escote con la espalda casi descubierta hasta el límite ente mi espalda baja y mi trasero. Las caras de mis sobrinos no tenían nombre, sus rostros reflejaban una mezcla de sorpresa, excitación, alegría y deseo. A la mañana siguiente de su llegada desperté atada a la cabecera de mi cama y mi hijo y mis sobrinos a mi alrededor, “ya te despertaste mami, bien primitos lo que les prometí, es toda suya”, cuando mi hijo dijo eso mis sobrinos se abalanzaron sobre mí. Víctor se dirigió directo a mis tetas, chupándolas como si su vida dependiera de ello, por su lado Luis hacía lo mismo con mi coño.
“Venga chicos a cogerse a esta puta" al decir esto Luis me separó las piernas, tomó su pene con una mano, lo dirigió a la entrada de mi vagina y dejó caer su peso sobre mí. “Ahhhhhh, que rico” dijo Luis y comenzó a moverse primero despacio y después fue subiendo la velocidad. “Ohhhhhhhh tía Lore que rico, aquí adentro está muy caliente, es la primera vez que lo hago, me voy a correr me corro dentro” le grité, le supliqué que no lo hiciera, pero no le importó y me dejo su leche dentro. Mientras tanto Víctor se puso sobre mi cara y me restregó su polla en la cara “Estas muy escandalosa puta, es mejor que te calle, ándale chúpamela”, al decir esto Víctor me clavó toda su polla en mi cara me tomó de los pelos y me comenzó a follar la cara, hasta que se corrió y me tragué sus líquidos. Pasaron como 20 minutos abusándome cambiando de lugares.
Víctor y Luis me voltearon quedando boca abajo sobre la cama, aún con las manos atadas a la cabecera de la cama Luis puso un cojín por debajo de mi vientre levantando mi culo, Víctor por su parte se colocó atrás de mí, me tomó de las caderas y comenzó a meter su enorme polla en mi culo “esto es genial nunca lo había hecho por aquí, siempre quise violarte, tía Lorena”, lo tuve que haber hecho antes, me corro, tía me corro” rugió mi sobrino Víctor que se corrió dentro de mi culo. Durante todo ese día y esa semana fui esclava no solo de mi hijo, terminé siendo la esclava sexual también de mis sobrinos.
La siguiente semana me enteré de que todo era en realidad práctica para que mis sobrinos pudieran hacer lo mismo con mis hermanas. Mis sobrinos aprendieron a hacer nudos, y a ponerse duros conmigo, Víctor no tuvo problemas, pero a Luis le costó un poco más de trabajo hacerse el rudo. Yo cocinaba para ellos, y los escuchaba hacer planes para cuando las tres estuviéramos en casa, una parte de mí se horrorizaba y pensaba en advertir a mis hermanas; pero a otra parte de mí, le excitaba de pensar en mis hermanas en la misma situación que yo: sometidas y emputecidas por sus hijos. Al parecer había ido aceptando mi condición sin darme cuenta y quería compartirla con mis hermanas.
IV
Dos semanas después tocaron el timbre de la casa, Rodrigo se asomó, eran mis hermanas: la dura Laura mi hermana mayor, madre del rudo Víctor y la pequeña y sensible Leticia madre del tierno Luis… Intenté jugar un juego con mi hijo el cual creí dominar, pero al final la dominada fui yo. Supongo que quien juega con fuego, termina quemándose y en ocasiones provocando un incendio.
“Miren primos al parecer han llegado nuestras nuevas esclavas sexuales.” Dijo mi hijo sonriendo maliciosamente a mis sobrinos que le devolvieron sonrisas igual de macabras mientras mis hermanas esperaban inocentemente a que abriéramos la puerta… Y mi hijo tenía razón. Gracias a las manipulaciones y enseñanzas de mi hijo y mis sobrinos, mis hermanas también terminaron siendo las esclavas sexuales de sus propios hijos… Y, claro, yo les ayudé a someterlas.
A la mañana siguiente cada uno ató a su madre justo como habían hecho conmigo durante todos estos días, y me hicieron lamer los sexos de mis propias hermanas, era deliciosos y yo lo hacía tan bien que ellas se retorcían de placer y gemían de gusto, me encantaba escucharlas gemir. Después sus hijos les pusieron sus penes cerca de la cara, mis hermanas estaban tan calientes por mi lengua que ni siquiera dudaron en comerse el pene de sus propios hijos hasta hacerlos eyacular en sus bocas. A continuación las penetraron haciéndolas gritar aún más de gusto, su pongo que ellas tampoco tenían mucha acción sexual desde que se separaron de sus esposos.
Todo lo que sucedía era grabado por mi hijo, La grabación iba ser usada para chantajear a mis hermanas, y tuvo mucha efectividad, ambas aceptaron las condiciones de nuestros hijos, que básicamente eran las mismas reglas que mi hijo me aplicó a mí. Pero yo creo que en parte fue la grabación y en parte el placer de sentirse usadas y aprovechadas, pues claramente sentí como mis hermanas se corrieron varias veces en mi boca ese día.
Durante las siguientes semanas mis hermanas se fueron sometiendo y a mí me encantaba verlas sometidas y pidiéndole a sus hijos que las follaran más duro, no podía creer lo rápido que ellas lo aceptaron, y eso me hizo terminar de aceptar totalmente mi propia condición. En ocasiones cuando se cansaban de follarnos nos hacían hacer un triángulo lésbico, las tres tiradas en el piso comiéndonos los coños una a la otra, Leti me molo comía a mí, yo se lo comía a Lau y ella a Leti así se cerraba el triángulo. Eso nos encantó pues podíamos probar nuestros sabores y en ocasiones también podíamos saborear las leches que nuestros hijos dejaban en nuestros coños húmedos lo que les daba un gusto especial.
Nuestros hijos nos hacían cocinar para ellos desnudas y de igual forma hacer otras tareas domésticas solo por el gusto de vernos hacerlo, y a nosotras nos encantaba complacerlos. Las tres estábamos sometidas a nuestros vástagos, nos encantaba ese nuevo juego que nos habían mostrado, habíamos encontrado una razón diferente para vivir llena de morbo y rompiendo tabúes, pero también repleta de gozo y satisfacciones.
V
Para cuando las “vacaciones” terminaron cada uno de mis sobrinos se llevó a casa una esclava bien entrenada y dispuesta a complacerlo en todo. Ninguna le diría que no a algo que nuestros hijos nos pidieran, no, pedir no, mejor dicho nos ordenaran. Pasaron varios meses desde que las tres fuimos sometidas y hoy nos hemos vuelto a reunir. Descubrimos con gran alegría que las tres estamos embarazadas, seremos con muy poca diferencia madres de nuestros nietos. Para celebrarlo nuestros hijos planearon algo especial con sus mascotas. Las tres ya nos esperamos la “Sorpresa” nuestros perversos amos nos harán aparearnos con Shadow, As y Tigre, sus perros. Pero En lugar de asustarnos las tres estamos excitadas y ansiosas por servir y complacer a nuestros amos.
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Por mi parte desde que ayudamos a someter a mis hermanas a los deseos de mis sobrinos encontre un raro placer en ayudar a hijos a dominar a sus madres y por su parte mi amo/hijo vio un negocio lucrativo y sin competencias por lo que ellas fueron las primeras mujeres que convertimos en esclavas sexuales de sus hijos pero no las ultimas ¿Les gustaría conocer otros casos? ;p.
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elbiotipo · 2 years
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Como yo SÉ que siguen manijas con el mundial, ni me mientan, miren este video que cuenta como el mundial se vive en China, y en particular con respecto a Argentina:
youtube
Algunas cosas interesantes:
Se re vive el mundial allá aunque no participen, con memes y todo, memes que ni conocemos pero son geniales, y con hinchadas enteras (la mayoría, spoilers, hinchaba por Argentina y Messi)
La publicidad ÉPICA de la marca de leche sponsor de Argentina en China, con cosas como "estos guerreros planean en el cielo, celeste y blanco como sus armaduras" CHUPALA QUILMES Y SCHENEIDER, APRENDAN A HACER UNA PUBLICIDAD COMO LA GENTE
la selección china es mala. es MUY mala. Cuando la presentadora se pregunta si hincharía por China o Argentina en caso de que jugaran la respuesta es "nunca va a pasar xdxdxdxd"
Los chinos llorando y festejando la final como si fueran argentinos, hay uno que estaba más emocionado que yo, es tremendo
los comentarios en todo el video (incluido la versión china de QUE MIRÁS BOBO pero sin spoilers), pero uno que le dijo a un hincha de Francia "ah vos sos hincha de la alianza de 8 naciones que invadió China" skjlgfdkjgdfsj domado
todos los comentarios diciendo "la copa es argentina y las Malvinas también", te quiero tanto, no me preguntes más te quiero tanto...
Mirenló, está muy bueno.
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afadaily · 6 months
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❌ Otamendi, Alvarez, Molina y Mac Allister NO jugaran mañana. Scaloni los guardara para Costa Rica 🇨🇷
Otamendi, Alvarez, Molina and Mac Allister WON’T BE PLAYING. Scaloni will save them to play against Costa Rica.
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cassandra-baker · 5 months
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Los besos que nos dimos (Hazbin Hotel FallenWings one-shot)
 Nuestro primer beso fue tan inocente que no sabíamos lo que iba a desencadenar.
No sé si te acordarás porque hace ya mucho tiempo, pero yo nunca podré olvidar nuestro primer beso. Es curioso porque aunque fue el primero realmente no significó nada para nosotras. Aún no éramos nada. No pensábamos que nunca pudiéramos ser nada y es por eso por lo que ese inocente primer contacto de nuestros labios parecía tan insignificante.
Lo recuerdo como si fuera ayer, habíamos vuelto de otro exterminio exitoso. Siempre celebrábamos nuestro éxito con una fiesta en el cuartel de las exorcistas. Era un día de celebración, el único día del año en el que podíamos dejar a un lado la rigidez de nuestra vida militar. El Cielo hacía la vista gorda y durante unas horas podíamos hacer lo que quisiéramos.
Tras un par de horas de fiesta desenfrenada, muchas chicas que ya llevaban unas copas de más habían empezado a jugar a la botella. Todas estaban sentadas en un círculo y cada vez se unían más. Desde una esquina, te vi bufar como siempre que se comportaban como adolescentes después del exterminio. Pero siempre has sido indulgente con todas, sobre todo en las fiestas.
Yo me uní rápidamente a ellas en cuanto empezaron a llamarme. No te lo había dicho nunca pero admitir que incentivé un poco a las chicas a que jugaran. Era divertido ver como se divertían por una vez al año.
Recuerdo que tú también te uniste a regañadientes. Varias chicas se armaron de valor para llamarte, una de ellas incluso te empujó un poco para que no te resistieras. Y te sentaste con nosotras en el círculo que rodeaba la primer botella de ron que se había vaciado aquella noche. Siempre has sido una buena líder y te gusta fomentar la hermandad entre las exorcistas.
—A ver quién tiene la suerte de besar a la teniente. —Recuerdo que una de las exorcistas estaba deseando que la botella eligiera a la afortunada que pudieras besar después de señalarte.
Siempre has sido la heroína del escuadrón y muchas disimulan muy mal el amor platónico que tienen por ti. Por eso muchas deseaban aunque fuera probar tus labios gracias a un simple juego.
Ninguna se esperó que el destino me eligiera a mí. Pero parecía que a ninguna le molestaba y para otras era justo el resultado que más esperaban nuestras compañeras. No las puedo culpar: la rígida teniente del ejército contra la prodigio descarriada. Éramos una pareja perfecta que podía despertar la vena morbosa de las exorcistas, así que, con una vida tan tranquila como la nuestra era normal que se emocionaran.
—¿Te da vergüenza, teniente? —te reté cuando vi que no hacías ningún movimiento.
Siempre te han encantado los retos y por eso esbozaste una sonrisa traviesa antes de acercarte a mí y besarme sin pensarlo para callar mi arrogante boca.
Fue muy rápido casi imperceptible con los vítores de nuestras compañeras de fondo, pero debo confesarte que ese pequeño roce de nuestros labios se quedó impregnado en mi tacto. A día de hoy, cuando lo recuerdo, sigo sintiendo el tacto fantasma de tus labios.
Creo que incluso me sonrojé pero el alcohol parecía haber disimulado mis emociones. No sé lo que sentiste tú, pero yo me quedé con ganas de más. Quería volver a sentir tus labios sobre los míos el tiempo suficiente como para grabar en mi memoria todas las sensaciones que me habías hecho sentir con ese primer beso.
Es por eso por lo que, tras armarme de valor no mucho tiempo después de aquella fiesta, te pedí nuestra primera cita. No pensé que aceptarías, pero siempre has sido una caja de sorpresas.
Una cita siguió a la otra, los besos que tanto deseaba se habían vuelto una agradable constante en mi vida y esa calidez que sentí en mis labios parecía no desaparecer nunca. Cuando amenazaba por desaparecer, parecía que tenías un instinto que te obligaba a volver a acariciar mis labios con los tuyos. Y así la calidez nunca se marchaba.
Por primera vez desde ese primer beso, siento que esta calidez se está marchando. Y sé que después de tanto tiempo voy a sentir la frialdad en mis labios con la certeza de que ya no vas a volver a brindarme la calidez de tus labios.
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Esos besos inocentes que me dabas en los entrenamientos me llenaban de energía.
Claro que nunca podría olvidar nuestro primer beso. Sin embargo, quizás no es el primero que me viene a mi memoria cuando tu recuerdo me asola.
Aquellos recuerdos que más atesoro siempre serán aquellos que reflejaban la cotidianidad de nuestra relación desde que la formalizamos en nuestra secreta intimidad. Nuestros momentos más comunes, los que no eran nada del otro mundo pero eran especiales por poder disfrutarlos a tu lado.
Siempre has sido la más rebelde de las exorcistas. Quizás eso de que los opuestos se atraen es lo que mejor puede definir nuestra relación. Siempre hacías las cosas a tu manera desenfadada e independiente. Siempre lo has cuestionado todo y aún así seguías siendo la más eficiente de todas. La prodigio que no le gustaba seguir las órdenes de su teniente y que aun así seguía consiguiendo resultados perfectos.
Estaba más que claro que todas las chicas se fijaban en ti y, aunque quisiera negarlo yo también. Aunque nunca lo creí posible hasta que me pediste esa primera cita.
Desde que empezamos nuestra relación me afané en intentar que fuera algo a escondidas y sé que lo aceptaste a regañadientes pero querías hacerme sentir cómoda con lo que estábamos creando. No quería soportar la arrogante necesidad de Adam de darme sus desagradables consejos amorosos.
Sin embargo, a pesar de acceder a mantener nuestra relación oculta, siempre te gustó jugar con fuego. Y nunca temiste darme muestras de afecto en público. Incluso en los entrenamientos. Sabías que siempre ha sido muy común entre las exorcistas tener muestras de cercanía ya que éramos lo único que teníamos. Solo que yo siempre he sido muy reacia al contacto, pero contigo era imposible resistirme.
Nunca voy a entender esa manía que tenías de frotar nuestras narices en medio de las simulaciones de batalla. Eras capaz de hacer sonrojar mis mejillas sin necesidad de que nuestros labios se tocaran. Esos traviesos besos de esquimal eran suficientes. Y tú sabías todas mis debilidades porque siempre esbozabas una sonrisa juguetona antes de volver a atacarme como si no hubieras hecho nada. Hacías lo mismo en todos los entrenamientos sin importarte quién hubiera delante.
Nuestras compañeras siempre vitoreaban como adolescentes cada vez que rozabas tu nariz con la mía. Las hacíamos creer que solo eran toques casuales, que no había ninguna otra intención. Y ellas, como adolescentes, disfrutaban de la posibilidad de que en algún momento acabara pasando algo entre nosotras. La historia de amor entre la teniente y la prodigio que ya se estaba desarrollando a espaldas de todo el escuadrón.
Ellas no eran el problema, sino nuestro jefe que en más de una ocasión torcía el gesto cuando te veía darme esos cariñosos toques en la nariz. No era el hombre más espabilado así que era fácil de engañar pero estaba claro que ese tipo de actitudes entre sus soldados no le hacía mucha gracia. Por eso tenía miedo de las consecuencias que podría tener sacar a la luz nuestra relación. Y por desgracia, las dos sabemos que tenía razón.
No obstante en esos momentos aún vivíamos en la ignorancia infantil de una relación recién iniciada en la que unos dulces toques en la nariz eran suficiente para sentirme llena de tu amor.
Me gustaba resguardarme en esas inocentes caricias de nariz durante los entrenamientos. En esas dulces señas tuyas de que estabas a mi lado y que te estabas conteniendo. Porque eres terrible mintiendo y sabía que tú empezabas a necesitar más de mí y yo no sabía si estaba preparada. Pero no me presionaste, simplemente acariciabas mi nariz con ternura, era tu forma de mostrarme tu cariño sin presionarme.
Siempre has sido la más pasional de las dos, la más directa. Mientras yo sentía en ocasiones que era una especie de lastre para todo lo que tú querías. Y te agradezco que hicieras tu mejor esfuerzo para respetar mis tiempos y mi carácter más reservado.
Y esos tiernos besos durante los entrenamientos me daban fuerzas para salir de mi zona de confort. Para hacerte feliz.
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Esos fugaces besos que me dabas sin preguntar, me hacían arder.
No estoy de acuerdo con que yo fuera la más pasional de las dos. Es verdad que yo siempre he sido la menos discreta, pero la que vivía la relación con más pasión siempre has sido tú, no te hagas la orgullosa.
Tú eras la apasionada a la que le gustaba robarme besos sin preguntar.
Siempre parecías adicta a mis labios y no necesitabas preguntar cuando necesitabas tu dosis. Porque sabías que nunca te iba a decir que no.
Ya fuera después del entrenamiento, si coincidíamos en mitad del exterminio o en cualquier momento en el que no hubiera ojos indiscretos cerca. Siempre que había suficiente privacidad, te abalanzabas sobre mi para besarme quitarme el aliento.
—¿Y si nos descubren algún día? —te preguntaba cada vez que te pasabas de audaz.
A mí nunca me importó. Ya lo sabes, pero respetaba que quisieras mantener la relación oculta para no tener que soportar a Adam.
—Diré que es parte del entrenamiento —me respondías siempre con una sonrisa pícara.
Era una excusa terrible pero las dos sabíamos que las exorcistas no harían preguntas aunque luego fuéramos la comidilla de los dormitorios.
No es que me vaya a quejar de esos besos. A día de hoy los sigo recordando con cariño así que no lo hacías nada mal. Me hacía muy feliz cuando en mitad del paseo me empujabas a un callejón tranquilo porque ya no aguantabas más que nuestros labios estuvieran separados. Yo agradecía mucho esos arrebatos tuyos de pasión. Eran la muestra de todo lo que me querías y que dadas las circunstancias tenías que reprimir hasta explotar en esos momentos de pasión.
Los besos siempre empezaban de forma suave, intentabas contenerte. El calor de tu cuerpo me hacía no querer separarme de ti y la necesidad de tus caricias solo hacía que todo me resultara más atrayente.
La calidez de tus labios hacía que mis manos traviesas se aventuraran para acariciar también tu cuerpo. Poco me importaba si alguien nos veía en medio de la calle disfrutando de tus arrebatos de pasión. Poco importaba que nos recriminaran los serafines. Solo estar contigo y disfrutar de tu calor y la emoción que me generaban esos besos robados era más que suficiente.
—Te quiero, Lute —susurré en aquel callejón con la cara sonrojada y los labios hinchados.
Se hizo el silencio. Era la primera vez que te lo decía y tenía miedo de asustarte. Pero para nada. Esbozaste una sonrisa. Me diste un ligero beso.
—Yo también te quiero, Vaggie.
Esos prontos espontáneos tuyos me llenaban de felicidad. Eran una prueba de que no eras la perra frígida que todo el mundo veía en ti. Eran la prueba de que tienes un lado cálido, cariñoso y capaz de dar amor. Siempre me he sentido afortunada de ser la única a la que le mostrabas ese lado tuyo. La única que tenía el privilegio de recibir tu amor incondicional.
¿Quién nos iba a decir cuando disfrutábamos de esos besos en el callejón que nuestra vida iba a cambiar tanto, Lute? Cuando me robabas esos apasionados besos y nada más nos preocupaba.
Hay veces en las que te echo tanto de menos, echo de menos todo de ti y todo lo que me hacías sentir. Porque contigo no tenía que pensar, no tenía que rebelarme. Solo tenía que dejarme llevar por las órdenes de mi teniente. Y créeme que obedecía con mucho gusto.
Y es que estos recuerdos de lo que tuvimos no hacen más que hacerme pensar con lastima lo que podríamos haber sido y no nos dejaron ser.
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Nunca olvidaré aquel día en el que Adam casi nos descubre. Cada vez que lo recuerdo, el corazón me va a cien.
A pesar de tus esfuerzos por intentar contenerte para seguir mi ritmo, sé que siempre te ha gustado llamar la atención. Jugar con fuego con respecto a nuestra relación siempre ha sido uno de tus vicios. O eso o que disfrutas de ponerme nerviosa.
Siempre eras más atrevida cuando estábamos en público, como los roces en los entrenamientos o esas manos que tocaban con discreción donde no debían durante las simulaciones de batalla. Mientras yo hacía lo posible para que mis arrebatos de pasión fueran siempre en lugares discretos, tú parecías disfrutar de la adrenalina de ser descubiertas.
—Te espero en los vestuarios, teniente.
No era la primera vez que me susurrabas esa invitación mientras entrenábamos. Aquella leve invitación con tu voz aterciopelada y el ligero toque de tus labios en mi oreja me erizaba la piel. Quizás nunca lo supiste, pero ese tipo de atrevimientos tuyos me hacían latir el corazón como si me fuera a estallar. Esos gestos tan simples conseguían que me temblaran las piernas y empezaba a cometer pequeños fallos en los entrenamientos. Pequeños fallos casi imperceptibles para la mayoría pero que yo sí notaba.
En esos momentos, ya solo quería que el entrenamiento acabara, que los vestuarios se quedaran vacíos para nosotras dos para poder disfrutar al fin de esa sesiones de besos que me prometías.
Aquel día me quedé más tiempo ordenando todo el material de entrenamiento y te hice esperar. Pero tu sonrisa hambrienta me demostró que no te importaba. Ya te habías quitado el uniforme y yo intenté darme prisa en cambiarme, pero al quitarme las botas te acercaste para interrumpirme.
—¿Vas a hacerme esperar más? —preguntaste con un puchero.
Era tan raro verte mostrar esa actitud tan inocente, pero no era capaz de resistirme a esa faceta tan adorable. Hicieras lo que hicieras siempre eras capaz de derretirme el corazón.
Con una sonrisa complaciente, dejé a un lado mi misión de cambiarme y me abalancé para besarte. Pero no tenía intención de ponértelo tan fácil. No después de haber estado tentándome toda la tarde. No eres la única que sabía jugar.
Me acerqué a ti para acariciar tu mejilla y pude notar como te tensabas, deseosa de mis labios igual que yo de los tuyos. Pero aquella vez no pudo ser.
—¿Por qué seguís aquí, perras? —La desagradable voz de nuestro superior nos paralizó a ambas.
Con un rápido movimiento impulsado por el instinto nos separamos y yo me volví a acercar a mis botas como si me estuviera cambiando.
—Hola, señor —ambas lo saludamos.
—Estábamos acabando de organizar los materiales —respondí.
—Así me gusta, muy diligente. ¿Y tú qué, Vagina? ¿Esperándola? —asentiste.
—No entiendo esa costumbre de las mujeres de ir juntas a todos lados —bufé—. Estamos en el puto Cielo, no va a pasar nada.
Sentía que se me iba a salir el corazón por la boca. Estaba tan nerviosa de que nos descubrieran. Por tener que soportar las impertinencias de Adam sobre una relación entre dos mujeres. Por suerte no es tan listo y no se dio cuenta.
—Bueno, Lute, cámbiate rápido que tienes muchos papeles por hacer.
Era su trabajo no el mío y aun así tenía que hacerlo por él.
—Sí señor. Vaggie puedes retirarte —te dije con un toque de pena en mi voz.
—A sus órdenes, teniente. Nos vemos en el próximo entrenamiento. Adiós, señor —te despediste y me diste una última sonrisa antes de marcharte a casa.
Por suerte no nos habían descubierto, pero mi corazón lloraba por no haber podido probar tus labios.
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Ese beso que me quitó el aliento solo fue el preludio de aquella noche inolvidable.
Aún nos estábamos recuperando del susto que nos dio Adam en los vestuarios cuando decidimos que por un tiempo debíamos ser aún más discretas.
Los besos traviesos que nos robábamos en los vestuarios y los entrenamientos fueron reemplazados por pequeñas caricias y miradas discretas que no llamaran la atención de los demás. Pero esa decisión no fue quizás la mejor de las opciones para ninguna de las dos. La falta de contacto estaba empezando a volverme loca. Mis miradas habían dejado de ser cálidas para ser hambrientas. Te necesitaba y el miedo a que nos descubrieran me impedía tener lo que quería.
Aquella abstinencia me hizo darme cuenta de que aunque volviéramos a besarnos como antes ya no tendría suficiente, había llegado el momento en el que necesitaba más de ti. Para mi fortuna pude notar que sentías lo mismo cuando tras un entrenamiento me invitaste a tu casa.
—Claro, allí nos vemos —acepté con una sonrisa traviesa.
La espera se me hizo eterna pero una vez llegué a tu apartamento y cerraste la puerta, pude notar cómo me aprisionaste contra la pared y como tus labios reclamaban los míos llenos de necesidad. Podía notar que el calor desesperado de tu cuerpo se fusionaba con el mío. Ambas estábamos igual de necesitadas. El tiempo estando separadas había llegado a ser doloroso y parecía que estar tan justas nos curaba de aquel dolor que habíamos estado aguantando desde la interrupción de Adam.
Acabé notando que tú también estabas sufriendo la misma necesidad que yo cuando me di cuenta de que tu lengua había empezado a explorar cada centímetro de mi boda.
Con aquel simple pero apasionado beso fuiste capaz de hacer que mis piernas temblaran y que mi cuerpo solo quisiera más de ti. Habías desbloqueado una nueva necesidad en mí. Ahora quería que solo me besaras con esas pasión y esa necesidad con la que estabas acorralando mi cuerpo mientras tu lengua tomaba el control completo de mi boca.
Intenté de forma inútil tomar el control del beso en una pelea entre tu lengua y la mía, pero tú jugabas con ventaja. Quizás tenías un talento natural o no era la primera vez que lo hacías, no obstante preferí no preguntar y dejarme llevar por aquel baile apasionado de nuestras lenguas. Me rendí y dejé que guiaras la situación.
Los besos no se detuvieron un solo momento mientras me guiabas hasta tu cama. Dejabas el tacto de tus labios impregnado en mis mejillas, mi cuello, mi pecho...
Cuando acabé tumbada en la cama, tus hábiles manos se encargaron de dejarnos a las dos completamente expuestas. De verdad quería hacer algo pero me había quedado hipnotizada con todas tus caricias y me había quedado reducida a la devota receptora de todo tu cariño. A pesar de todo el tiempo que habíamos pasado juntas aquella fue la primera vez que estaba desnuda frente a alguien y estaba bastante avergonzada. No quería que te arrepintieras de nada al verme completamente expuesta.
—Que no te de vergüenza, Vaggie. Eres preciosa. —Antes de que te pudiera replicar volviste a atacar mi boca y conseguiste que todas mis preocupaciones desaparecieran.
Ya no había lugar para los recatados besos que nos habíamos dado hasta el momento. Ahora todo era pasión, gemidos inconexos saliendo de mi boca cada vez que podía respirar. Me había entregado completamente a ti y no podía ser más feliz.
Tu tacto llegó a ser adictivo desde aquella primera noche que pasamos juntas. La primera de muchas.
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 Esos besos tan delicados que me dabas, valían más que todo el oro del mundo.
Puede que tú disfrutaras en gran medida de mis besos más apasionados, a mí también me encantaba devorar tus labios cuando los instintos no me dejaban siquiera pensar, pero aquellos que tú me dabas llenos de amor son los que recuerdo con más cariño. No puedo evitar seguir esbozando una cálida sonrisa cada vez que lo recuerdo. Está claro que tus memorias se han quedado grabadas en mi mente y mi corazón incluso ahora.
No es que esté pensando en ningún momento concreto. Todos aquellos gestos desinteresados y traviesos tuyos me hacían enamorarme de ti cada día más. Y son los recuerdos más cálidos que atesoraré durante toda la eternidad.
Y tengo que admitir que los que guardo en mi corazón con cariño de nuestras sesiones de sexo desenfrenado no era el propio acto en sí, sino que cuando habíamos terminado y caíamos agotadas siempre me dabas un cálido y desinteresado beso en la frente antes de que cayeramos dormidas. Podía sentir como todo tu amor llegaba a mí a través de aquel ligero toque de tus labios.
Podía notar como todo mi cuerpo flotaba, los músculos tensos se relajaban al fin. Me embriagaba con el dulce olor a sexo y sudor que siempre acababa inundando la habitación. Finalmente me dejaba caer en un cálido sueño. En el cálido abrazo en el que me envolvías, con el que me protegías. Tus alas nos rodeaban a las dos y nos abrigaban para que no necesitáramos ropa y que pudiéramos disfrutar del tacto de nuestros cuerpos.
Aquel era mi mayor momento de debilidad y simplemente era feliz. Me encantaba poder bajar por completo mis barreras, podía relajarme, dejarme llevar, podía dejar de lado la estricta imagen que debía mantener como mano derecha de Adam, no pensar y solo disfrutar de ti y lo que me hacías sentir.
En ese momento, los dulces besos que me dabas eran mis favoritos. Me sentía protegida y querida por el ángel más bello del Cielo. En esos preciados momentos de intimidad podía relajarme para ser solo Lute. Y eso era suficiente para las dos.
—Descansa, preciosa. —Aquella era la frase que siempre decías después de darme ese beso, cuando los párpados ya nos pesaban.
Me acurrucaba en tu pecho como si fuera un niño pequeño, restregándome con cuidado reclamando tu atención. Quería tus mimos. Quería seguir sintiendo el tacto de tus labios en la frente. Esa acción inocente que servía para reclamar que yo era tuya como yo te había reclamado en la cama.
—Hasta mañana, cariño. —Siempre hacía todo lo posible para darte las buenas noches aunque mi cuerpo me rogaba que le diera su merecido descanso.
Disfrutaba mucho de esa burbuja de felicidad en la que nos refugiábamos aquellas noches de amor y pasión que finalizaban con tus cálidos besos.
Poder disfrutar de tu abrazo era la única forma en la que podía descansar realmente, tranquila al poder disfrutar del abrigo de tu protección. Debo admitir que desde aquel momento nunca he podido volver a dormir tan bien como cuando podía disfrutar del calor de tus besos.
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Ese beso lo cambió todo. Te salvé y tú tuviste miedo de las consecuencias.
¿Por qué las cosas empezaron a cambiar cuando todo iba tan bien? Supongo que todo se empezó a torcer a partir de aquel aciago día. El exterminio estaba cerca y Adam estaba más insoportable de lo habitual. Nos hacía entrenar durante horas hasta caer exhaustas. Muchas exorcistas casi desfallecían del agotamiento. Algunas incluso se lesionaron durante los entrenamientos, pero parecía que nada de eso le importaba a nuestro tiránico jefe.
—¡Menos quejas, perras! Fuisteis creadas para matar pecadores. Así que no podéis fallar. Este año quiero las calles de esa puta ciudad totalmente limpias de esos sucios demonios.
—Sí, señor.
Todas seguíamos sin rechistar las órdenes del primer nombre e incluso las lesionadas hacían su mayor esfuerzo para continuar el ritmo de los entrenamientos. Los combates eran feroces y en el campo de entrenamiento solo se escuchaba el sonido de nuestras armas chocando.
Como siempre, tú luchabas conmigo y hacíamos todo lo posible para que todos los golpes fueran perfectos. A pesar de las presiones de nuestro comandante, tú intentabas llamar mi atención para que dejara de preocuparme. Siempre intentabas que los entrenamientos aunque eficaces fueran distendidos.
—Muy bien chicas —nos iba felicitando Adam mientras patrullaba por el campo—. Así me gusta. —Se detuvo con el gesto torcido frente a nosotras—. Pero te estoy viendo algo suave, Lute. No es propio de ti.
Adam me apartó sin miramientos a un lado para enfrentarte y propinarte un fuerte golpe en el estómago sin pensárselo.
En ese momento, aparté al hombre para intentar atraparte antes de que cayeras al suelo. Caíste a plomo. Tu cuerpo había quedado completamente inerte.
—¿Veis? A esto os arriesgáis si os confiáis —señaló Adam— ¡y no voy a dejar que esos malditos demonios se burlen de mi puto ejercito! ¡Seguid entrenando!
—Señor, no respira —intenté hacer que el hombre entrara en razón, pero no hizo caso.
Yo solo podía mirarte desesperada mientras yacías inconsciente en mis brazos. Tuve miedo de perderte y, en ese momento, hice todo lo que pude para salvarte. Empecé a golpear tu pecho con las manos, tenía que hacer que volvieras a respirar. Por suerte, había aprendido primeros auxilios de los ángeles médicos aunque a las exorcistas no se nos enseñaban ese tipo de cosas.
Estaba desesperada y notaba como nuestras compañeras nos rodeaban a pesar de las múltiples quejas de Adam.
Te tapé la nariz para unir nuestros labios y darte aire. Aquello ni siquiera era un beso. No podía serlo porque no sentía la calidez que siempre acompañaba a tus labios. Estabas tibia y yo temblaba impulsada por el miedo a perderte. Repetí el proceso incontables veces. Cada vez que nuestros labios se tocaban, una lagrima salía de mis ojos. Me sentía impotente. A pesar de todos mis esfuerzos tú seguías sin responder.
—Vaggie, Vaggie, por favor —rogué—. Despierta. No puedo perderte —sollocé.
—Déjala, Lute. Esto solo prueba que es una inútil —escupió Adam con desprecio. Él solo quería seguir con el entrenamiento.
—¡Cállate la puta boca!
Se hizo el silencio. Nunca antes una exorcista le había alzado la voz a Adam, pero ya no podía soportarlo un segundo más.
Volví a poner mi atención en ti, repetí la maniobra otra vez. Rezando para que volvieras a respirar, para que no te separaras de mi lado.
Y aquella vez noté como tus labios empezaron a responder al toque de los míos. Abriste los ojos y te incorporaste para tomar aire de forma desesperada. No lo pensé antes de lanzarme a abrazarte con ganas. No te había perdido.
—¿Qué ha pasado? —preguntaste algo desorientada.
—No te preocupes, ahora todo está bien. Vamos a casa a descansar.
Te ayudé a incorporarte y nos encaminamos a casa.
—¡Volved aquí, perras desgraciadas! ¡Lute esto va a tener consecuencias!
Noté como tu cuerpo se tensaba ante las amenazas de Adam.
—No te preocupes, lo arreglaré —te susurré para calmarte.
Me respondiste con una cálida sonrisa, apretaste el agarre que nos unía y las dos nos encaminamos a casa, rumbo a nuestra burbuja de felicidad donde nadie podría hacernos daño. Al día siguiente tendríamos que enfrentarnos a las consecuencias de lo que había pasado aquella tarde. 
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Aún recuerdo el dolor en mis labios cuando me despedí de ti con aquel furtivo beso.
Estaba claro que lo que había pasado en el campo de entrenamiento iba a tener consecuencias. Unas consecuencias tan grandes que acabaron con nuestra unión para siempre.
Tú estabas reacia a sacarme el tema cada vez que te preguntaba. Sabía que lo hacías porque no querías preocuparme, pero yo no podía vivir con la incertidumbre. Me vi obligada a preguntar a nuestras compañeras que me lo contaron lo que había ocurrido cuando perdí el conocimiento con una mezcla de preocupación y morbo. Todas en el cuartel estaban seguras de que la actitud con Adam iba a traerte consecuencias. Sin embargo, yo no iba a dejar que fueras perjudicada por culpa de mi debilidad.
Me encaminé con paso firme hasta la oficina de Adam y entré sin llamar a la puerta. Ni que estuviera ocupado. Nunca lo estaba.
—¿A ti qué te pasa, perra? ¿No sabes llamar a la puerta? —gritó furioso.
—Tenemos que hablar. —Golpee su escritorio con las manos, estaba furiosa.
—No voy a hablar nada con una zorra alterada. Ve a que te calme tu noviecita en la cama primero. —Hizo un gesto con desdén intentando echarme.
—Justamente de eso tenemos que hablar.
—¿Me vas a contar como te acuestas con Lute? —preguntó mientras alzaba una ceja.
—Lute y yo no tenemos nada —respondí de forma contundente.
Aquella frase me quemó la garganta.
—Pues no lo parecía el otro día.
—Conoces a Lute. Sabes que es la exterminadora más diligente que tienes, no hay ninguna tan perfeccionista como ella. Solo estaba preocupada por perder a una compañera antes de un exterminio. No quería que diera la sensación de que su entrenamiento no era suficiente. —Quería confiar en la poca inteligencia de nuestro jefe para no tener que darle más explicaciones.
—¿Y esos rumores que circulan entre las chicas de que estáis juntas? —inquirió—. Que os besuqueáis en los vestuarios y vais por ahí cogidas de las manos.
Parece que no habíamos sido tan discretas como pensábamos.
—Eso ha sido cosa mía —suspiré vencida—. A mí... sí me gusta Lute y he intentado seducirla desde hace tiempo, pero ella no ha cedido.
—¿Estas de coña? —La mirada de asco de Adan me hizo sentirme culpable—. ¿Una de mis exorcistas lesbiana? Eres un puto error, Vaggie.
Bajé la cabeza avergonzada y me quedé en silencio soportando el rapapolvo homofobo de Adam, pero todo merecía la pena si con eso conseguía protegerte.
—Esto es asqueroso —concluyó—. Márchate y espero no volver a verte cerca de mis exorcistas. No vaya a ser que eso sea contagioso —dijo con cara de asco.
—¿Me estás echando? —pregunté incrédula.
—Exacto, ya no eres una exorcista, perra. Y si no te marchas yo mismo te mandaré derecha al infierno, pecadora —me amenazó.
Me marché del despacho en shock, pero sabía que había merecido la pena porque tú estabas a salvo.
Fui como siempre a tu casa para disfrutar de una noche de pasión en la que te di todo mi amor sabiendo que iba a ser la última vez que podría disfrutar de tu presencia. Quería hacerte disfrutar, hacerte feliz sabiendo que me acabarás odiando por la decisión que tomé sin haberla consultado contigo.
Como siempre, te recostaste en mis brazos y, como siempre, te di un cálido beso en la frente. No sé si te diste cuenta, pero esta vez me costó más separar mis labios de tu frente. Sabía lo que significaba esa separación. Iba a ser la última vez que podía besarte, la última vez que podía disfrutar del aroma de tu cuerpo y de la calidez de tus abrazos.
Noté que te habías dormido y no me resistí a darte un beso más, intentando retrasar lo inevitable.
Me levanté de la cama con cuidado porque sabía que si te despertaste y me preguntabas dónde iba no podría resistirme. Además que soy una terrible mentirosa, te acabaría confesando la verdad. Me fui en silencio como una cobarde.
No sabía si podría quedarme en el Cielo o acabar condenándome a la caída, pero por ti merecía la pena. Y espero que ahora al fin entiendas por qué hice lo que hice. Que no te quise hacer ningún mal. Que todo lo he hecho porque te quise y te sigo queriendo, Lute.
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Hice esta colección de relatos para una dinámica de Facebook y aquí la traigo completa.
Este one-shot pertenece a la antología Tanto en el Cielo como en el Infierno.
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laplupludetuvida · 2 months
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NO REY NO LLORES, NO LLORES
Todo es sufrimiento miseria y desgracia SE SUPONIA QUE LEO Y ANGEL JUGARAN JUNTOS AAAAA
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miragexc · 7 months
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Jugaran? 👀
Aun no se ajajajajaja
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deannemischel · 2 years
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Alguna vez?
¿Alguna vez se han sentido rechazados o insuficientes?, creo que al pasar los años me he dado cuenta que la persona que mas me odia soy yo, que cuando las criticas no me alcanzaron, se vieron reflejadas en autolesiones, en autodestrucción. ¿pero que pasa cuando ese rechazo viene de alguien mas? de primera entrada, la respiración se me corto, volví al colegio, volví a tener diecisiete años, volví a ese lugar del que tanto me costo salir, me vi en uno de los baños del instituto llorando desconsoladamente, porque sabia que no era suficiente para la persona en la que ese momento era mi pareja. Lo escuche decir tantas cosas sobre mi físico, que no comí durante semanas, vomitaba cuando lo hacia, cuando sentía hambre me autolesionaba y me arañaba. después de recordar, me devolví la mirada en el espejo ¿somos tan poco? ¿merecemos todo este rechazo y desprecio? me vi, y sentí que la mischel de diecisiete años y yo éramos la misma, no hubo ningún avance, me seguía odiando tanto que permitía que las demás personas jugaran con mi estabilidad emocional, me odiaba tanto que las palabras de aquella persona al igual que las de mi ex pareja, las tatuaría una y otra vez en mi mente, cada noche, buscando un defecto por el cual acribillarme cada noche. las lagrimas en ningún momento dejaron de caer y me desnude, cada marca, cada defecto frente al espejo lo mire con desprecio, con asco, como los demás lo hacían. me vi como los demás constantemente lo hacían, con repulsión. la respiración era errática y solo quería gritar, nada estaba bien, como cada vez que doy un paso al vacío, Coldplay sonaba de fondo. Fuerte y claro mi mente solo preguntaba ¿acabaremos un día con este dolor? ¿Qué pastillas puedes tomarte para dejar de sentir? ¿la ventana esta bastante alta?, la consciencia perdida, los ojos rojos por la intensidad de el sentimiento, los sollozos siendo callados con una mano, Coldplay sigue sonando, mi mente no para un segundo, me sigo destruyendo, desde que tengo diecisiete nunca paré de hacerlo. pero evite pensar en ello y lo escondí, creía que todo estaba tan bien, pero solo lo estaba ignorando. levanto la mirada y me encuentro conmigo misma y la pregunta vuelve ¿Cuándo seremos lo suficientemente valientes para acabar con esto?
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lordrei · 9 months
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Color album challenge?
Use the following template to paste albums that correlate with the following colors
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Afterwards, add the names below and @ three folks you'd wish to participate
Here's mine to start off:
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Red: I Am The Dog- Sir Chloe
Black: Fate/Light- Deceits
Pink: El Diablito- Caifanes
Orange: Apollo XXI- Steve Lacy
White: Moctezuma- Porter
Purple: Donde Jugaran Las Niñas- Molotov
Yellow: This Old Dog- Mac DeMarco
Green: Lungs- Florence + The Machine
Blue: Bocanada- Gustavo Cerati
@petrichorandarson @kieran-rules-zara-drools @imaginealpha (you're free to repost regardless, but mutuals tend to @ each other anyways lol)
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sunhyev · 2 years
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pairing: soft!idol!haechan x idol!fem!reader genre: smut, friends with benefits. warning: unprotected sex words: 1k
Haechan sentía que en cualquier momento el corazón se le saldría del pecho, era cosa de que sus nervios le jugaran en contra para que sus absurdos intentos por no producir sentimientos hacia ti se vieran finalmente reflejados en alguno de sus tantos encuentros. Y sabía que eso no iba a terminar como deseaba. O como fantaseaba que pasara.
De hecho, todos sus amigos lo conocían lo suficientemente bien como para haberle aconsejado que no aceptara tu proposición desde un principio. Claro, esto si tan solo él les hubiese contado antes, pero no lo hizo. Y no lo hizo porque sabía la respuesta que iba a obtener, y es que el quería (necesitaba) tu atención, tan, tan mal.
Casi podía ver las caras de disgusto de Taeyong y Mark sobre él, los demás chicos sintiéndose lo suficientemente tristes como para empatizar con su persona. Sin embargo, no había nada que pudiera excusarlo completamente, y es que él entendía en lo que se estaba metiendo cuando aceptó tu propuesta y en lo horriblemente mal que lo pasaría luego de que observara atentamente como tus rodillas golpeaban suavemente el suelo y tus manos acariciaran tranquilamente sus muslos hasta el cierre de su pantalón.
Estaba jodido, por supuesto que lo estaba.
Por tu parte jamás te diste de cuenta del afecto y cariño en sus caricias, simplemente pensaste que era parte de su naturaleza al ser tan coqueto y de mucho contacto. Siendo ello una de las principales razones para convertirlo en el candidato perfecto para tu pequeña aventura dentro de la empresa, porque desde un principio era lo que te había gustado sobre el.
Luego de la presentación de 2 Baddies en su Comeback Show ustedes dos habían desaparecido completamente del Backstage, los integrantes de sus grupos compartiendo miradas de confusión mientras escuchaban al equipo de producción reportarlos perdidos.
Tu cuerpo es presionado con suavidad contra la puerta de un vestidor desocupado. La mano izquierda de Haechan, que antes se mantenía presionando suavemente tu costado cada vez que mordías su labio inferior, viaja a ciegas hacia el seguro de la puerta. No tenían demasiado tiempo antes de que los encontraran así que buscas el cinturón de sus pantalones por debajo de su sweater, dificultándote el abrirlo con los labios de tu acompañante apoderándose de tu cuello.
"Hyuk-!" gimes terminando de bajar sus pantalones "Te necesito, por favor" Por supuesto que no necesitaba que dijeras más para complacerte, su cuerpo reaccionando automáticamente con cada pedido tuyo.
Sientes como uno de sus dedos mueve tus panties hacia un costado mientras su pulgar aprovecha de estimular tu clítoris, preparándote para el. Una sonrisa burlona aparece suavemente en su rostro en el momento en que se da cuenta de que estabas lista hace mucho tiempo. "Mm, ¿esto es por mi bebé?"
Sus ojos buscan tu mirada, y es difícil para él no quedarse embobado unos segundos más, deleitándose de tus gestos. Piensas en que algo anda mal y él lo nota, pero no te deja tiempo de preguntar antes de afirmarte con uno de sus brazos y con el otro golpea la punta de su miembro en tu humedad. Estás ansiosa, lo puede ver por como se eleva tu pecho al respirar.
Se desliza con dulzura dentro de ti, que lo espera con tanto gusto que no puedes evitar algunas lágrimas de placer que intentan escapar de tus ojos. Sus suaves labios, que pasarías horas mordiendo, se cierran sobre los tuyos antes de elevar tu muslo por encima de su cadera, otorgándole más facilidad para golpear justo el punto debajo de tu cérvix que te hace jadear sobre su boca. Él sabía exactamente en qué puntos tocarte, sus sentimientos hacia ti ayudándolo a memorizar cada pequeño detalle.
"Te sientes tan- tan bien, preciosa."
"Hae-haechan... me voy a correr" susurras mientras te aferrar a sus hombros, pensando que en cualquier momento tus piernas débiles cederían al placer.
Ya no tenían el suficiente tiempo para seguir disfrutando del ritmo que llevaban, en cualquier momento alguno de sus manager estarían golpeando la puerta en la que estabas firmemente aferrada. Las embestidas de tu compañero pasan a ser rápidas y rudas, y tu cuerpo apenas puede acostumbrase al nuevo ritmo, volviéndose difícil el encontrar tus caderas con las suyas. Estaban hechos un maldito desastre, sus ropas arrugadas, cabello desordenado y labios hinchados. Sería casi imposible salir de ahí sin levantar sospechas, sobre todo con tu labial cubriendo el rostro y cuello de Haechan.
Sus labios besan tu mejilla antes de dirigirse a tu oído más cercano "¿Dónde quieres que me corra preciosa? Hmm?"
"De-dentro" lo observas sonreír burlonamente producto de tu voz entrecortada.
No puedes evitar golpear la parte trasera de tu cabeza con la puerta en cuanto el nudo en tu abdomen se libera fuertemente en ti. Jadeas y gimes sin reprimirlos más, ya no te importaba si los escuchaban desde afuera. Un par de embestidas más tu centro cerrándose y succionando su miembro fueron suficientes para que su orgasmo lo azote con fuerza. En medio de tu orgasmo no puedes evitar buscar su boca para presionarla junto a la tuya, dejando que sus gemidos se oculten con los tuyos.
Su rostro cae suavemente contra uno de tus hombros, con su boca peligrosamente cerca de tu oído lo escuchar decir "Te amo..."
En el momento en que Donghyuk logra regular su respiración junto con la tuya es cuando se da cuenta de la abrupta confesión que acababa de hacerte. Él siente como tus brazos se tensan alrededor de sus hombros y como su corazón golpea fuertemente contra su pecho. Te mantienes en silencio, y el sabe que ello no significaba nada bueno, al menos nada de lo que quería oír.
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Holaa, después de 2 baddies he estado un poco más enfocada en Haechan y Jungwoo, así que fue inevitable que no saliera algún relato de alguno de ellos.
Además, durante mis vacaciones de la uni una linda personita me pidió un relato de Johnny pero no he encontrado la historia correcta para escribirlo, espero me perdones la demora<3
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valiantchaostree · 1 year
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Una muñeca en la cama, con quién juegas cada vez que desees
Una vida destrozada por tus juegos inofensivos
Una amarga verdad cuando miras tu pasado
Y te das cuenta de que te han usado,
Un corazón destrozado por dejar que jugaran contigo,
Un dolor insoportable, un aire con sabor amargo junto a todo eso yo sentada en tú cama cómo la muñeca que sigues usando.
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pamhr · 2 years
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:. Callejón del diablo 👹 o del aguacate 🥑
“En los tiempos del general Lázaro Cárdenas (1934-1940) se dice que vivía un militar solitario y con fama de tener un carácter rígido y reservado. Éste, debido al estrés postraumático de las batallas, salía todos los días a hacer largas caminatas para calmar la ansiedad y el padecimiento. Uno de sus vecinos era un niño que todos los días salía a jugar, y fascinado por las medallas de la chaqueta del militar le insistía diariamente a que jugaran juntos, sin embargo, el señor siempre le negaba el deseo o simplemente lo ignoraba a pesar de la insistencia. Un día, la repetición de ésta acción hartó al militar y en un ataque de ira, golpeó al niño hasta matarlo y lo colgó en el árbol que se encontraba en la calle. El militar tras ver lo que acaba de hacer, se arrepintió inmediatamente y con el fin de sanar sus heridas mandó a poner en esquina del callejón un altar con una virgen, para que cada persona que pasara se persignara.
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Otra de las leyendas que se cuentan sobre el callejón del aguacate es que ahí, una niña de siete años que jugaba en la calle fue atropellada, y cuando el conductor se dio cuento del accidente se dio a la fuga.
Mientras la niña estaba agonizando por el accidente se le apareció una figura extraña que se ofreció a salvar su vida a cambio de entregarle su alma, la infante en su agonía aceptó el pacto, sin embargo, esta figura extraña la engañó y en vez de salvarle la vida la puso en una dimensión paralela de la cual no puede salir, por lo que, se le escucha gritando.
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Algunas otras personas cuentan que durante el periodo del cardenismo, en una de las casas se reunían altos mandos del gobierno que acostumbraban realizar sesiones espiritistas usando la ouija.”
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josete7 · 1 year
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La final de la champions sera el 10 de Junio y se jugaran el trofeo el Manchester City contra el Inter de Milan. Las estadisticas estan a favor del Manchester City con un 69% y las del Inter de Milan son de un 12% tambien pueden ir a prorroga y las posibilidades de la prorroga son de un 19%
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