#jardín junto al mar
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Oh viento, revienta el calor, destroza el calor, hazlo jirones. La fruta no puede caer con este aire espeso— ninguna fruta puede caer en este calor que sube para aplastar la punta de las peras y redondear las uvas Destroza el calor– áralo, súrcalo, déjalo a cada lado de tu camino.
—H.D. (Hilda Doolittle), «Jardín», en Jardín junto al mar. Traducción de Alison Bartolo y Alfredo Martínez.
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¿Qué mundos tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios para volar?”.
-Alfonsina Stoni
22 de mayo de 1892
Natalicio de Alfonsina Storni
El 22 de mayo de 1892, en Capriasca, Suiza, nacía la poeta argentina, Alfonsina Storni. Nacida en el extranjero debido a los negocios cerveceros de su padre Sanjuanino, fue anotada con el nombre de Alfonsina Storni Martignoni. De regreso a la Argentina la familia comienza a padecer penurias económicas, prueban instalando un café en Rosario donde Alfonsina limpia y sirve las mesas. A los 12 años escribe su primer poema pesimista y desesperanzador, lo deja debajo de la almohada de su madre que al leerlo la somete a una golpiza para que entienda que la vida es bella.
La muerte de su padre y el desinterés de su madre por su manutención la obligan a trabajar en una fábrica de gorras y también como cantante y corista. Consideró en varias oportunidades quitarse la vida, pero al recibirse de maestra recuperó el amor por la vida y comienza a publicar sus primeros poemas en revistas de Rosario. Mientras aún trabajaba como empleada en una tienda se publica su primer libro "La inquietud del rosal". La publicación de su segundo libro "El dulce daño", llegar a directora de un colegio y hacerse conocida en los ámbitos literarios parecían elevar su autoestima, pero solo hicieron aflorar un comportamiento errático y neurótico. Cada libro que editaba era un éxito de crítica y motivo de admiración de sus pares, hasta Federico García Lorca no perdió la oportunidad de conocerla.
Tuvo una muy cercana relación con Horacio Quiroga, salían, leían y escribían juntos, aunque siempre negaron que su relación tuviera tintes amorosos, decían que era mutua admiración. En la cima de su carrera descubre que padece cáncer de mamas, su íntimo amigo Benito Quinquela Martín la acompaña a todas sus consultas y la apuntala anímicamente antes y después de su operación. La mastectomía a la que fue sometida, dejó tremendas cicatrices físicas y emocionales, si bien ella ya poseía un desequilibrio emocional, este se acrecentó hasta no poder dominarlo.
En octubre de 1938 se traslada al hotel de una amiga en Mar del Plata, escribió varias cartas a sus familiares y envió el poema "Voy a dormir" al diario la Nación. La madrugada del 25 de octubre se dirigió a la playa La Perla y ya no se la volvió a ver hasta que horas después dos obreros la encontraran flotando ya sin vida en las aguas de esa misma playa.
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Date a volar
Alfonsina Storni
Anda, date a volar, hazte una abeja,
En el jardín florecen amapolas,
Y el néctar fino colma las corolas;
Mañana el alma tuya estará vieja.
Anda, suelta a volar, hazte paloma,
Recorre el bosque y picotea granos,
Come migajas en distintas manos
La pulpa muerde de fragante poma.
Anda, date a volar, sé golondrina,
Busca la playa de los soles de oro,
Gusta la primavera y su tesoro,
La primavera es única y divina.
Mueres de sed: no he de oprimirte tanto...
Anda, camina por el mundo, sabe;
Dispuesta sobre el mar está tu nave:
Date a bogar hacia el mejor encanto.
Corre, camina más, es poco aquéllo...
Aún quedan cosas que tu mano anhela,
Corre, camina, gira, sube y vuela:
Gústalo todo porque todo es bello.
Echa a volar... mi amor no te detiene,
¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida... el corazón se apene...
Date a volar, Amor, yo te comprendo.
Callada el alma... el corazón partido,
Suelto tus alas... ve... pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.
Para que tanta sed bebiendo cures
Hay numerosas sendas para tí...
Pero se hace la noche; no te apures...
Todas traen a mí...
-Alfonsina Storni
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Un sol
Alfonsina Storni
Mi corazón es como un dios sin lengua,
Mudo se está a la espera del milagro,
He amado mucho, todo amor fue magro,
Que todo amor lo conocí con mengua.
He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
Pero yo espero algún amor natura
Capaz de renovarme y redimirme.
Amor que fructifique mi desierto
Y me haga brotar ramas sensitivas,
Soy una selva de raíces vivas,
Sólo el follaje suele estarse muerto.
¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
Distinto al tronco fiel que lo alimenta.
¿En dónde está el espíritu sombrío
De cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
Yo seré incontenible como un río.
¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida...
Hielo y más hielo recogí en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva.
-Alfonsina Storni
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Quisiera esta tarde divina de octubre
Alfonsina Storni
Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, como una romana, para concordar con las grandes olas, y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda, dejarme llevar; Ver cómo se rompen las olas azules contra los granitos y no parpadear; ver cómo las aves rapaces se comen los peces pequeños y no despertar; pensar que pudieran las frágiles barcas hundirse en las aguas y no suspirar; ver que se adelanta, la garganta al aire, el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente, perderla y que nunca la vuelva a encontrar: y, figura erguida, entre cielo y playa, sentirme el olvido perenne del mar.
-Alfonsina Stoni
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"Tú eres mi dulce poema"
Tú que sin ser azul, te llamo cielo
Tú que sin tener puertas, te llamo hogar
Tú que sin ser cobija, eres mi calorcito
Tú que sin ser estación, te llamo otoño
Tú que sin ser noche, te llamo luna
Tú que sin ser el mar, te llamo infinito.
En un laberinto me encontré durante un largo tiempito mientras aprendía a “florecer”, recolectaba recuerdos entre piedritas de colores, caracoles y pétalos de flores para llegar a mi destino donde finalmente los rayitos del sol me pudiesen acoger ¿podría entregarle a un ser tan cálido aquellos pétalos de colores que con tanto amor cuide?. En cada paso que di, una nueva alegría llegó a mí mientras el viento susurraba secretos de lo brillante que sería mi <destino> si seguía siendo paciente conmigo, curiosa me sentí, más disfrute de el presente que siempre cuidó de mí cuando decidí avanzar hacia aquel mar que desde allí me envolvía con la salada brisa del sentir.
Al llegar en silencio ¡me encontraste! mientras el celeste cielo contemplaba, para recolectar en las nubes todas aquellas sonricitas que pronto vendrían a visitarme, más no sabía que serías “tú” quien se convertiría en mi único y muy dulce amor, para obsequiarme junto a su sonrisa y mejillas teñidas, los momentitos más calmos ¿es que acaso el amor se sentía así de mágico?. Aquellas conversaciones que comenzaron con un calmó “buenos días, cuida bien de ti” haciéndose cada vez más constantes conforme cada uno de nuestros colorcitos desvelavamos, después de largos meses finalmente se transformaron en un “cielo, soy feliz de tenerte aquí” cada vez que mis mejillas besabas, causando que me sonrojara incontables veces.
Han pasado 15 mesecitos desde que mis manos acogistes con tanto cuidado, y un genuino poema sobre mis labios susurrantes antes de que pudiésemos compartir nuestro añorado “primer beso” donde finalmente expresamos en silencio lo mucho que nos amábamos. Siempre fuiste tú, aquel jovencito por quien tanto espere, quien aparecía risueñamente en el jardín de mis sueños, para que ambos pudiésemos correr por el césped llenito de polvo de estrellas hasta que llegase el amanecer, incluso después de permanecer juntos por tanto tiempo me sigo sintiendo tan dichosa, feliz y enamoradita como la primera vez ¿podría decir que mis mejillas rojas permanecen incluso cuando escrito estos versos para ti?♡.
Lo amo, lo amo de una forma tan profunda y sincera que me es fácil derretirme de alegría cada vez que me encuentro entre tus brazos, aquellos que me cuidan día y noche y me enseñan lo suave que se siente ser amado. Me gusta pensar que en las estrellitas que por las noches solemos contemplar antes que un último beso sobre mi frente llegas a posar entre amieladas palabras, permanecen trazados cada uno de los sueñitos que juntos hemos expresado♡. Hasta entonces la única certeza de mi corazón es que siempre anhelare permanecer a su ladito en cada amanecer, hasta que aquellos cabellitos café que esconden la calidez del otoño, sean teñidos por los rayitos de la luna, para seguirnos amando.
¿Le he dicho que me encantan aquellos hoyuelitos inquietos que se forman en sus mejillas cada vez que sonríe? no creí que existía un destino tan hermoso como ¡verlo feliz! junto a sus ojitos avellanados que me invitan a bailar a su ladito en cada aventurilla compartida. Existen tantas cualidades que admiro de su personita, que quisiera convertirlos en dibujos y poemas que canten los ruiseñores, para que el mundo pueda conocer al dulce ser de quien esté corazón soñador se enamoró perdidamente en cada sonrojado atardecer. Siempre me verá aquí al final de cada día, con los bracitos extendidos para que juntos nuevamente podamos florecer, entre historias, sueños, estaciones y canciones que canten amores. ¿Puedo permanecer a su lado el resto de la vidita? es lo que más deseo, si puedo acunar a mi amado otoño en cada espacio de mi corazoncito de sol.
¡Felices 15 meses juntitos, mi cielo! terminaré con algunas lágrimitas en mis mejillas por lo mucho que lo amo y he amado, más soy feliz por continuar recorriendo este camino, si es a su lado. El conocer cada uno de los rinconcitos de su corazón se ha sentido tan mágico y calmo como las olas del mar, que entre su juguetona espuma visita la arena cada vez que llega a su orilla, para poderla besar. Gracias por llegar a mi vida y permanecer en ella durante largos añitos, me gusta mucho y lo amo♡.
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Sé que tiemblan las manos al sujetar una flor, se le teme a la caída del pétalo, al color cortante... A ver una beso entre el iris, se aprieta el corazón cuando se reciben heridas. cuando sus notas se drenan en realidad y se le ha cubierto con reproches... Y sin saber el cómo se comienza a esconder con tristeza ante las caricias, se le teme en que se empuñe un nuevo golpe al soplo de un suspiro... A ver caer de las mañanas en repetitivos disparos y salpicar a las noches con su duelo en latidos.. sé que en el silencio lloras y te veo tambalear, me siento junto a ti, solo así.. cerca, en ti. me acurruco en líneas a tus manos y me quedo en tus palmas. creo en ti y en los sueños tejidos con tus manos y cantados por tu risa. Eres con tu humanidad cortante y tú nobleza tejiendo, a quien que late mi corazón entre la soledad de sus costillas, lo que sueña y sonríe. solo verte ser y volar, ver como dejas claros en las nubes con tu vida, como riegas la mañana del jardín y mar.
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Our love, our sweet union.
La conjunción de nuestras almas fue prevista por el destino incluso antes de coincidir en el camino. Quizá en una primavera eterna o en un anaranjado otoño del génesis nos conocimos y desde dicho instante el ser que cuida de nosotros sabría que estaríamos unidos en este destino. Fueron tus manos las que encontraron a las mías, o tal vez fue tu corazón soñador cargado de sueños y amor el cual avistó a mi ser para amarlo con dulzura y con frenesí cada día. Desde el primer momento juntos hasta este presente el cual nos acoge con la ternura de nuestro amor he logrado experimentar en plenitud el dichoso significado de la palabra “amor”, el cual no vive únicamente en los versos. Permanece en los besos y en los momentos, perdura a través de los pequeños gestos, en el buen consejo, en el aprecio constante y en las cálidas sonrisas que nos acompañan en cada instante. Siento que el amor se renueva por cada día que pasamos juntos, me enamora más, me encanta más, me envuelve cada día en su esencia la cual siempre amaré respirar. Se ha convertido en mi guía, en la estrella que ilumina cada día de mi vida guiándome por esta senda en la cual he conocido que el amor verdadero perdura, que no mengua de noche ni de día, que se mantiene firme por cada día de nuestras vidas. Es la inspiración de mi vida, por cada segundo en que mis ojos la admiran encuentro un nuevo motivo y una surgente razón por la cual continuar persiguiendo mis metas cada día, por seguir recolectando piezas para cumplir nuestros más anhelados sueños los cuales anhelamos hacer realidad en esta vida. Esta vida fue la que me dio tanto tristezas como alegrías, más finalmente los años buenos han llegado, años en los cuales he hallado y continúo hallando contentamiento, se regocija mi alma porque ya no estoy solo, la soledad renuncio a seguir custodiándome puesto que, en una luna llena y velada cubierta por las estrellas, fueron unos ojos almendrados y unas manos que llevaban consigo la promesa del mañana las cuales me acogieron para permanecer a mi lado siempre. Fue desde ese preciso instante que la vida cambió, mi alma que no era soñadora ahora soñaba con cada día observar un nuevo amanecer, y mi corazón que permanecía dormido despertó ante el amor que surgió por usted en mi ser. Mi amor es algo complejo de explicar porque lo siento tan vivo en mí que es mi aliento de vida, habita tantos meses en mi corazón que se ha convertido en mi impulsor a crear letras de amor tan solo para usted. Es angelado, porque amo a un ángel que llego a morar a mi lado, es único, porque permanece espolvoreado por la esencia de un sol acompañado de margaritas, lirios y tardes de verano.
El amor solía ser un sentimiento lejano, un tanto mundano el cual dudaba experimentar en esta vida con tanta sinceridad y conocerlo en sincera amplitud, me cuestionaba si aquello también había nacido para mí, me preguntaba si en algún punto la vida y el destino se unirían para hacerme sonreír, dubitativo me encontraba en cientos de madrugadas sollozando e incluso lagrimeando un tanto porque no quería vivir esta vida en soledad, detestaba la idea, quería obsequiarle de mi vida, de mis tiempos y destiempos, de mis noches, tardes y mañanas, de mi amor, de mis sueños y alegrías a quien fuese mi compañera de vida. Y usted, es más que eso, amada mía. No es únicamente mi compañera de vida quien permanece contagiándome de sonrisas, de consejo y de cariño cada que cae la brisa, no es solo mi novia quien me besa con tanto amor que siento que la vida no podría ser mejor. Es el amor de mi vida, es mi buen amor por el cual espere por tantos años, es el motivo por el cual mi corazón late inquieto y la razón que me motivo a seguir cada día siendo mejor, no solo por mí, sino también por usted. La pienso con tanta ternura con la cual se piensa a un atardecer frente al mar, te pienso cuando observó la luz del alba colarse por mi ventanal, te pienso cuando junto a las flores de mi jardín moran mariposas, luciérnagas o la luz de la estrellas, te pienso en mis horas bajas y en las horas buenas. Simplemente te pienso mucho, incansablemente, porque por ti es que mi corazón sueña. Se han cumplido once meses preciosos junto a su alma, onces meses en los cuales hemos pintado nuestro cielo con las tonalidades del mar y de la primavera, once meses con los cuales nuestro amor se ha intensificado entre diversos actos de amor, algunos en los cuales perdura la inocencia como otros en los cuales la pasión cubre todo. Vida tras vida quiero amarla, no solo para tenerla a mi lado o compartirle de lo mío, en cada vida quiero mostrarle el sinfín de motivos por los cuales su ser, usted, merece ser amada con tanta devoción, ternura y sinceridad. Siento que una sola vida no me bastará para brindarle de los besos, del cariño, del amor y de los versos esparcidos de “Te amo” que deseo brindarle. Aquella salida en la cual permanecíamos sentados frente a frente, sonrientes mientras que compartíamos miradas hablando de todo un poco, entre silenciosos y pequeños copos de diente de león, todo ello me hizo confirmar que era usted a quién estuve esperando toda esta vida. Lo sabía, mi corazón me lo decía y en mis pensamientos únicamente permanecía resonando la dulzura de su nombre. En algún sueño me la imagine, en algún momento del pasado en mi memoria las facciones de su rostro se dibujaron y al verla, con solo observarla y tratarla, la certeza me inundó. Mi amor, su caballero del otoño que lleva consigo la esencia del mar y de las hojas de la estación relacionada con mi nombradía, la ama infinitamente e incluso más de lo que puedo expresarle a través de esta carta conmemorativa por nuestro onceavo cumple-mes. Que el sol siga cubriéndonos con su manto cálido de alegría y que las noches donde la luz de la luna prevalece continúen atestiguando la dulzura de nuestro amor por mucho tiempo más. La amo incansablemente, la amo en demasía, amor mío.
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Estoy harta de mi inactividad, así que vuelvo a escribir la segunda parte del AU apocalipsis Zombie (Sin Vampiros) no escribo con traductor ahora, ya que no se entiende un carajo 💀💀💀
Primera parte Avisa si hay algún error ortográfico 💕 O quieres comentar algo sobre esto, lo agradecería bastante 💗
Vlad
Él tiene una tienda de flores en el casco de la ciudad, el mismo siembra sus flores en su jardín, vende mucho. Y el origen de la infección proviene de sus flores, no se sabe cómo o por qué.
Vive junto con Faust y Charles en una casa alejada en el campo mas o menos en las montañas a unos 40 minutos de la ciudad, heredada de su familia.
Tiene bastante ventaja, ya que ningun infectado se pasa merodeando por ahí, Amigo de Comte pero perdieron el contacto cuando comenzó la pandemia. Puede que puedan encontrar mas adelante...
Edad: 30?
Faust
Ok, difinitivamente el fue el culpable de esa flor.
No sabe muy bien como o que de sus experimentos hizo que la flor desarrollará un virus por si sola?
Por dentro la culpa lo esta comiendo, pero una parte de si mismo esta algo orgulloso por crear algo "poderoso", obviamente trabajó y sigue trabajando tan pronto que escuchó la noticia de los infectados.
Pudo retener a unos de esos zombies para hacerle pruebas, para ver como reaccionan a diferentes cosas. Deberías rezar para que esas cosas no muten y se transformen en algo peor 😐
Nadie sabe o sospecha de él.
Edad: 28
Charles
Es el mas joven de los tres, muchacho que fue a vivir con sus mejores amigos por diversión (también para evitar la presión de sus familiares para que estudiara la carrera Universitaria que ellos querían para el...) Cuando vio la noticia por la televisión, penso que era genial por un momento, pero después de algunos días se dio que era todo lo contrario, esta bastante deprimido por no hacer las cosas que queria antes.
Por suerte tiene a sus mejores amigos al lado suyo. Se acompañan entre sí, una vez tuvo que viajar a la cuidad a encontrar provisiones, y se encontró con sobrevivientes pero aún así decidió no hacerse ver.
Edad: 23
William
Hijo perdido de Comte, de hecho Comte, Leonardo y él estan juntos originalmente, pero una vez el salió para buscar otros sobrevivientes (Después de una disputa con Comte) al final no se pudo encontrar ninguna rastro de el, Comte lamento mucho su pérdida, mientras tanto Leonardo parecía que le aliviaba por dentro (Leonardo sospechaba que Wiliam tenía malas intenciones)
Aunque en realidad este cabrón esta vivito y coleando por ahí, no se puede saber donde esta por qué se traslada de un lado al otro, la razón que por que se alejo de Comte y Leonardo es un misterio. Algo sí, tiene que ver con su disputa con Comte, el Rubio le clavo algúnos golpes... Se reconciliaron y justo después decidió buscar mas Personas.... Desapareció.
Edad: 29
Drake
Es Navegante, sobrevive en el mar con Galileo, siempre anda armado, duerme con un cuchillo debajo la almohada seguramente. Apenas escucho la noticia, se armo, además de recolectar provisiones suficientes, de una para su barco.
Esos esqueletos no pueden nadar, estan a salvó de eso, pero no de los ladrones o las bandas caníbales.
Aún el es mas rápido, logro robarse algunas armas de una tienda con sus municiones. Si quieres estar a salvo, el mas indicado es aliarse con Drake.
Este men todavía logra dormirse, pero siempre al tanto de todo y los sonidos fuertes.
En realidad sabe que va a morir si o si de alguna forma...
Edad: 26
Galileo
El papi de los papis 🗣️
Tiene a su lobo siempre con el, y es la única razón por la que tiene ganas de vivir, sabe los mejores puntos para tener suministros, como conseguir agua mineral, etcétera. Él y Drake si estaban listos para esto.
Toca a su Lobo y olvídate de vivir ☠️
Te destrozara en segundos no lo dudes.
Se adapta fácilmente a este ambiente de supervivencia, tiene un mapa detallado con información y todo, por las noches se queda Despierto a hacer vigilancia, no por que le preocupe que alguien venga para hacerles daño, si no también para ver las estrellas, el ambiente esta mas despejado después que las empresas dejaron de funcionar, tal vez la capa de ozono se regenere en un tiempo más, las calles están totalmente desoladas, hay silencio total.
Esto es tranquilidad para el, aunque de esta forma no la deseaba.
En otra vida, en otro mundo, quizas esto no termine así.
Edad: 35-45
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puede que a veces no lo notes
pero bajo las mangas de esta polera vieja
tengo mil y un maneras de pedirte
que te quedes
puede que a veces no lo notes
pero guardo entre mis párpados
una cantidad casi indecente de memorias
en las que mis brazos prometen sostenerte
para siempre
puede que a veces no lo notes
pero yo sé que no habrá coraza que cubra
mí alma de ser atravesada
por la daga que anuncie que te marchas
puede que a veces no lo notes
pero cada que te ríes en mi pecho se crean mundos
refugios alternos
que conservan la forma en la que se asoman
tus hoyuelos y tus ojos perdiéndose en tu cara
puede que a veces no lo notes
pero así como las citas subrayadas
enmarcadas con tinta indeleble
en mis poemas
yo llevo tu nombre estampado en mí
como señal de que esto que soy
te pertenece
puede que a veces no lo notes
pero entre tus labios he puesto
un para siempre
y no sé si voy muy a prisa
no sé si eso tampoco lo notes
pero algo aquí adentro quiere creer que si
que somos para siempre
puede que a veces no lo notes
pero el jardín que me habita solo florece cuando tú lo visitas
y las olas del mar que corre junto con mi sangre y las venas
rompen chocan y hunden los miedos
y los monstruos de la noche
que asoman desde mi ropero
puede que a veces no lo notes
pero me pregunto si al desnudarme
te percates de que he sido muchas veces
los pedazos de un florero que se ha estrellado contra los silencios
y me sigas viendo bella
y me sigas mirando a mí entre tanta gente
y me sigas diciendo te amo
y me sigas eligiendo
puede que a veces no lo notes
pero si la vida menciona algo sobre
milagros
yo siempre te estaré viendo
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Mar de historias.
Única destinataria/Cristina Pacheco
Cada año, puntualmente por estas fechas, te escribo. La costumbre es muy grata, pero tiene el inconveniente de evidenciar tu ausencia. El resto del tiempo, a diario, en cualquier momento y por el motivo más inesperado, te recuerdo. Para mí sigues estando en todas partes, en particular en el quicio de la puerta de nuestra antigua vivienda. Allí te sentabas a bordar desde las cinco de la tarde hasta el anochecer. Antes de entregarte a tus demás tareas, veías orgullosa la flor o el ramillete hechos con hilo vela que iban convirtiendo la tela de cuadrillé en un jardín maravilloso, perenne.
En algunos momentos de aquellas horas que dedicabas al bordado yo interrumpía mis juegos para observarte con la intención de adivinar tus pensamientos. ¿Sueños? ¿Recuerdos? Ahora me arrepiento de no habértelo preguntado, como tantas otras cosas que no supe de ti ni sabré jamás.
II
Me tuviste cuando habías cumplido treinta y cuatro años. Casada a los diecinueve, llevabas mucho tiempo disfrutando de un matrimonio basado en el amor, ensombrecido por las carencias, pero mucho más porque varios de tus hijos –te referías a ellos como a mis hermanos– fallecieron a días de su nacimiento.
Te consolabas de la pérdida sólo cuando tú y mi padre habían podido llevar a los bebés a bautizar. Por los otros, los que se habían marchado del mundo sin llevarse siquiera un nombre, sentías mucha pena. Y ¡cómo no!, si se trataba de criaturas solas, indefensas, pequeñas, vagando por el inmenso limbo.
De eso me hablaste en muchas ocasiones. La primera vez yo aún era muy niña, pero me creíste capaz de comprenderte. La verdad, no. Tu relato me asustaba y me hacía sentirme despojada de un poco de tu amor por aquellos niños a los que debía considerar hermanos mayores, pero no pasaba de verlos como sombritas blancas, anónimas, perdidas.
III
En el primer recuerdo que guardo de ti apareces envuelta en una chalina rosa, de lana, regalo de tu hermana Teresa. Sin importar el clima, la usabas todo el tiempo y decías que, después de muerta, ibas a regresar a visitarnos envuelta en esa prenda.
La última vez que te vi, ya consumida por la enfermedad, estabas en tu cama. Serena, con la cabeza apoyada en tu palma derecha y una manta sobre los hombros, parecía que ibas a tomarte un descanso antes de emprender uno de aquellos viajes que hacías para reunirte con mi padre, incapaz de vivir sin ti. No exageraba: dos semanas después de tu fallecimiento él murió de su más grave mal: tu ausencia.
Descansan en la misma fosa. Quiero pensar que siguen siendo cómplices, amigos y todo lo que fueron el uno para el otro durante su muy larga vida compartida. Me gusta imaginarlos enfrascados en alguna de sus largas, íntimas conversaciones. ¿De qué tanto hablan? No lo sé. Me basta con saber que juntos siguen siendo felices.
IV
Necesito que recapitulemos. Por motivos que ignoro, tu infancia ha empezado a interesarme de manera especial. ¿A qué edad te tomaron tu primera foto? ¿Cómo eran tus juegos? ¿Te gustaba la escuela? En mayo, ¿ibas a la iglesia a ofrecer flores? ¿Alguna vez robaste una moneda? ¿Había sobre tu cama una imagen con tu ángel de la guarda? ¿Cuáles eran tus culpas, tus pecados?
Mientras iba escribiendo este pequeño cuestionario pensé: ¿adónde voy? ¿Qué caso tiene hacer preguntas en apariencia tontas? La respuesta me llegó de inmediato: imaginarte antes de que te convirtieras en una muchacha linda –pasaderita nada más, como te obligaba a decir tu modestia–; antes de que tu hermano viajara a Estados Unidos casado con una mujer viuda once años mayor; antes de que tu madre, mi abuela Marina, contrajera el mal por donde entraron de la mano su muerte y tu orfandad.
De eso también me hablabas: de tu madre muerta en la cama con el cabello largo destrenzado sobre la colcha tejida a gancho. En ella hiciste tu aprendizaje de niña hacendosa. ¿Qué edad tenías entonces? Pienso que nueve o diez años. La escuela, el catecismo, los secretos, tus amigas. Te gustaba recordarlas por su nombre: Isabel, Otilia, Clementina. Ya deben haber muerto. Ignoro si tuvieron hijos que también les hayan escrito cartas largas, como las que te escribo a sabiendas de que no voy a enviarlas.
V
¿Qué hago con ellas? Las conservo. A la caja en donde las guardo llegan cada año unas cuantas hojas más tapizadas con mi escritura de arriba abajo. Cada renglón es como un puente sobre el inmenso abismo que nos separa. Lo atravieso, al fin me reúno contigo para oír tu silencio tan lleno de palabras y para contarte mis cosas, mis secretos.
Hay uno que nunca te confesé para no lastimarte. Ahora que nada te hace daño puedo revelártelo. Cuando después de estar lejos de ti una o dos semanas mi padre te llamaba, lo complacías de inmediato, feliz, pero supongo que también algo culpable por dejarnos solos a mis hermanos y a mí. En realidad no era así. Nuestros conocidos de la vecindad a cada momento iban a preguntarnos qué se nos ofrecía. Toda esa guardia no bastaba para suplir tu ausencia.
Era inmensa y pesada. Para aligerarla te escribía cartas en mi cuaderno, tal como lo he hecho desde que te fuiste, con la diferencia de que ya no tengo ninguna esperanza de que vuelvas. Entonces sí. Sabía que ibas a regresar para decirnos cuánto nos amabas. Como esa, recuerdo muchas cosas de ti. No puedo mencionarlas en una carta: resultaría demasiado larga. Eso me digo cada año y guardo recuerdos para el siguiente, pero cuando llega, me doy cuenta de que muchos los he olvidado.
Sí, lo siento: empiezo a sufrir olvidos, me voy acercando a la edad en que para ti se acabaron los calendarios con marcas rojas en los días de fiesta, por ejemplo éste. Para celebrarlo, a modo de regalo, vuelvo a escribirte en una tarjetita, como en mis días de escuela, mi frase preferida: Yo amo a mamá.
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Las inseguridades aumentan cada día.
Las personas tienen una imagen tan distorsionada de mi, ellos dicen de que voy a lastimarte, ellos me creen capaz de eso.
Y yo también lo creo.
Chico de lindos ojos celestes, ¿como hago yo para no lastimar tu delicado corazón con la insensibilidad del mio?
¿Como hago para darte el mundo entero cuando el mio se cae a pedazos?
¿Como hago para regalarte las flores más lindas, cuando mi jardín interior se marchitó hace tiempo?
¿Como hago para darte el calor varaniego que tanto te gusta, cuando el frío del sur me consume cada día más?
¿Como hago para detener el tiempo cuando estamos juntos, si las agujas del reloj corren cada segundo mas rapido para mi?
¿Como hago para que no queden espinas en el camino, si yo misma las tiré ahí?
¿Como hago para que el sendero de nuestras vidas sea colorido, si solo conozco colores como el rojo y el negro?
¿Como hago para ser suficiente y no indiferente?
¿Como hago para confiar en tu amor?
¿Como hago para dejarme caer?
¿Como hago para dejar de pensar en esos ojos profundos como el mar?
Porque cuando te miro caigo en un abismo al corazón, y empiezo a nadar perdida hasta que escucho tu voz guiándome para que vuelva.
Nahir Hormaechea.
#apego evitativo#dolor#cosas que escribo#amor y dolor#notas de desamor#citas tristes#tristeza#notas tristes#amor#romance#viral#escritos
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MIS POEMAS
POEMA PARA UN OBJETO
UN PELUCHE
A veces la solución es crear historias hasta que el mundo se llene de color
En mis Brazos aBrazo al Peluche azul mar, Su suavidad y delicadeza me Hace soñar en Primera Persona, mi voz anunciar, el motivo es el amor que quiero expresar
Con temple alegre,en este verso escribo yo,el peluche lirio,en mi pecho es su rincón,en cada abrazo,mi cariño le doy,en mi voz personal,mi amor es canción
Sus ojos de botón, en mi hacen brillar, un lazo eterno en esta historia trazar ,en cada versículo mi pasión se alzar, anunciar al mundo mi dicha sin cesar
En esta relación de ternura sin fin, mi peluche azul mar ,mi amor en su jardín, cada estrofa es un lazo que no tiene fin,en mi voz lírica mi amor es latir
Mi peluche es un amor y encantador, cada día al despertar veo su amor con el rayo del sol su alma y cuerpo llegan a mi corazón
POEMA PARA UN FAMILIAR
LA ESENCIA DE MI VIDA
En mi vida,mi hermana brilla con fulgor,dulce y alegre en cada paso da color,a veces regañona,más su amor sin fin admiro su ser en mi corazón, raíz y jardín
Ella, mi confidente en risas y en penas un lazo de amor que mi alma sujeta y enreda, con cariño interno,mi amiga y compañera en su luz y calma mi alegría reverbera
A ti, mi hermana en esta canción de amor ,te canto aplausos, como una bella flor, en tu mirada hay un refugio encantador,por siempre seras mi faro y mi sol brillar
En la danza de la vida, Tú eres mi mejor par, la alegría compartida, la risa al caminar, admiro tu fortaleza,la que me hace vibrar,mi hermana mi estrella mi razón de amar
Que siga nuestra historia llena de risas sin fin, con tu luz en mi vida,juntas sin fin,mi hermana querida,en ese mundo sin parar, la admiración y amor por siempre a entregar
POEMA PARA UN AMIGO
MI AMIGO ALEGRE
En emanuel,mi amigo tan alegre, extrovertido, a veces un alboroto, siempre en mi lado aunque a veces algo notorio, nuestra amistad florece, un tesoro en este recodo
Aunque a veces canse con su jubilo sin fin,su alegría contagiosa brilla con esplendor, en su compañía, siento que vuelo muy alto, pues sé que su amistad perdurará en un gran honor
A pesar de las bromas y risas incesantes, valoramos cada momento, cada risueña ocasión, pues la amistad sincera ,somos abundantes y en este lazo eterno encontramos bendición
Emmanuel,amigo mío, siempre estaré a tu lado, en esta travesía,juntos lado a lado marchamos en esta amistad un tesoro hemos encontrado en tu presencia, mi ánimo siempre encendemos
En cada día en cada paso que damos eres el amigo leal en quien confío a pesar de tu travesuras y alboroto emanuel querido amigo eres mi Rocío
POEMA A UN LUGAR
EL LUGAR FELIZ
Oh ,mi casa querída, te canto con pasión, de colores bonitos una joya en mi rincón, con puertas abiertas siempre una invitación, en tu abrazo cálido hallaré mi canción
Tus paredes acogen risas y sueños, en cada habitación un mundo entero en empeñas, la alegría rebosa en todos sus rincones ,mi casa ,mi refugio, en todas las razones
Tus jardines florecen con colores vivos,donde el sol y la brisa juegan a hacer esquivos, en tu abrazo constante, me siento creativo ,mi casa ,mi templo, mi mundo intuitivo
Oh, mi casa dorada, en tí halle alegría, un remanso de paz en cada nuevo día ,en tu abrazo fiel, mi alma sonría ,mi casa ,mi vida, mi eterna melodía
Tu alegre morada, la risa siempre florece, cada día la felicidad crece a ti te canto con amor y gratitud sincera, mi hogar, mi refugio ¡oh casa tan querida!
POEMA PARA MI MISMO
AQUELLOS BELLOS ATARDECERES
Asi mismo,en mi ser,el amor resplandece en este corazón, suspiros entrelaza,en la canción del alma,susurro se mecen,nostalgia y pasión,en mi ser se abrazan
En el espejo del tiempo,mi reflejo encuentro un amor profundo,en mis ojos se revela con ánimo ardiente,en sueños me centro en esta canción inferior,mi amor de estrella
Así mismo,en mis pensamientos te llevo un amor eterno,como estrella que no se apaga la nostalgia se cierne, pero no me atrevo a olvidar,el sentimiento,aunque el tiempo estraga
En el rincón de mi recuerdos siempre hallarás mi amo,mi pasión y mi dulce melodía,en esta canción del alma que nunca se va,así mismo mi amor en ti, perdura cada día
Así mismo,en la brisa y en el silencio mi amor,fluye como río, sin medida con un temple firme,en cada momento la llama en mi pecho,no se retira
POEMA RECITADO
MI HERMANA
podcast
AQUELLOS BELLOS ATARDECERES
FIRMA : MARIANA CAMACHO GARAVITO :)
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Bertha Schilling, Bertha Mathilde Schilling (1870–1953) pintora alemana.
Pintora paisajista y de flores.
Nació en Arnsberg, en Sauerland, Westfalia. Era la hija del propietario de una fábrica, llegó ya en 1911 de Siegen a Fischerhude. Pasó más de la mitad de su vida en Wümme, pero durante sus vacaciones de verano le gustaba pintar en el Mar Báltico en Nidden y Hiddensee.
Allí creó obras marítimas de romanticismo solitario, capturando la fascinación de las playas, el agua, el viento y las olas e implementándolas con pincel y paleta.
Bertha Schilling asistió a la escuela secundaria para hijas y tuvo en ese momento una suerte extraordinaria: su familia la apoyó financieramente para sus estudios artísticos. El pintor, artista gráfico y escritor berlinés Hans Baluschek le enseñó durante varios años junto con Käthe Kollwitz en la escuela de pintura. Con él aprendió conocimientos técnicos, mientras que el artista Karl Wendel le llamó la atención sobre el atractivo de los bellos paisajes.
George Mosson, cofundador de la Secesión de Berlín al igual que Hans Baluschek, hizo que sus estudiantes trabajaran con la naturaleza, algo que ella continuó haciendo durante toda su vida.
Bertha era una gran admiradora de Vincent van Gogh. En ella también se puede apreciar la vitalidad que irradian sus obras.
Pertenecía a la colonia de artistas de Worpswede, una comunidad de artistas que vivieron y trabajaron allí.
Fundada en 1889 en el municipio de Worpswede, en Baja Sajonia, situado en Teufelsmoor, a 18 kilómetros al noreste de Bremen.
Worpswede se convirtió en el hogar de importantes artistas del Art Nouveau, el Impresionismo y el Expresionismo.
Además del interés por la luz, los motivos rurales y los paisajes llamativos, la "huida de la ciudad" de los artistas también estuvo impulsada por el anhelo romántico de un idilio rural y una vida sencilla y cercana a la naturaleza.
Tocaba el órgano en los servicios religiosos y tenía un carácter amigable, era una mujer soltera y emancipada se ganó la amistad de muchos residentes antiguos. Sus cuadros a menudo los regalaba.
Bertha Schilling era una mujer emancipada. Sus orígenes y el hogar de sus padres le permitieron ser económicamente independiente. Un privilegio que no tuvieron todos los artistas de la época, pero que, según el experto, influyó sumamente positivamente en su desarrollo.
Soltera pero muy segura de sí misma.
Con los fondos de su herencia Bertha construyó una casa en el centro de Fischerhude y plantó en la propiedad un maravilloso jardín perenne, que pintó una y otra vez y que emocionó a todo el pueblo.
Allí vivió hasta su muerte.
Bertha Schilling no vivió para ver una exposición de sus obras. Ni siquiera se la menciona en el primer libro sobre artistas de Fischerhude.
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Yasunari Kawabata
"Ninguna palabra puede decir tanto como el silencio".
Natalicio de Yasunari Kawabata. Premio Nobel de Literatura 1968
Yasunari Kawabata (川端 康成, Kawabata Yasunari, 11 de junio de 1899 - 16 de abril de 1972) fue un novelista y cuentista japonés cuyas obras en prosa sobrias, líricas y sutilmente sombreadas le valieron el Premio Nobel de Literatura de 1968. Fue el primer autor japonés en recibir el premio. Nació en Osaka y quedó huérfano a los cuatro años, y pasó a vivir con sus abuelos, sin embargo, sus abuelos también fallecieron pronto, en 1906 y en 1914. Además, perdió a su única hermana en 1910. Ingresó a la universidad de Tokyo inicialmente para estudiar Literatura en inglés, sin embargo, más tarde se cambiaría a Literatura japonesa.
Entre 1923 y 1926 envió numerosos textos para su publicación, pero fueron rechazados, hasta que lograra la publicación de 'La bailarina de Izu' en 1927, alcanzando la consagración en Japón diez años más tarde con 'País de nieve'.
En 1959 recibió la medalla Goethe en Fráncfort y nueve años más tarde recibió el premio Nobel de Literatura 1968.
Adicionalmente a su trabajo literario, también incursionó en el periodismo, sin embargo, se rehusó a ser partícipe de la militarización y el fervor de la segunda guerra mundial.
Ejerció como presidente de PEN capítulo de Japón de 1948 hasta 1965, donde dedicó grandes esfuerzos para la traducción de la literatura japonesa al inglés y a otras lenguas.
Terminó con su vida en su apartamento a la orilla del mar el 16 de abril de 1972.
Lo bello y lo triste- Yasunari Kawabata [Fragmento]
La charla en idioma extranjero lo hacía sentirse más solitario. La butaca que giraba en el vagón panorámico volvió a su memoria. Era como si viera su propia soledad, que giraba y giraba dentro de su corazón.
Oki había llegado a Kyoto para escuchar las campanas de Año Nuevo y para ver a Ueno Otoko, pero se preguntó una vez más cuál sería la verdadera razón. Por supuesto, no estaba seguro de poder verla. Y, sin embargo, ¿no eran las campanas un simple pretexto? ¿No hacía mucho tiempo que anhelaba la oportunidad de verla? Había viajado a Kyoto con la esperanza de escuchar las campanas del templo junto a Otoko. Le había parecido que no era una esperanza tan loca. Pero entre ellos se abría un abismo de muchos años. Si bien ella seguía soltera, era muy posible que se negara a ver a un antiguo amante, que se negara a aceptar su invitación. —No, ella no es así —murmuró Oki.
Pero no sabía qué cambios podían haberse operado en Otoko. En apariencia, ella vivía en una vivienda situada dentro del predio de cierto templo y compartía sus habitaciones con una joven discípula. Oki había visto las fotografías en una revista de arte. No se trataba de una cabaña; era una casa amplia, con una gran sala de estar, que Otoko utilizaba como estudio. Hasta había un hermoso jardín antiguo. La fotografía mostraba a Otoko pincel en mano, inclinada sobre un cuadro. La línea de su perfil era inconfundible. Su figura era tan esbelta como siempre. Aun antes de que revivieran los viejos recuerdos, Oki sintió una punzada de remordimiento por haberla privado de la posibilidad de casarse y de ser madre. Era obvio que nadie podía sentir lo que sentía él al contemplar esa fotografía. Para la gente que la viera en aquella revista, esa fotografía no pasaría de ser el retrato de una pintora que se había establecido en Kyoto y que se había convertido en una típica belleza de esa ciudad.
Oki había pensado en telefonearle al día siguiente o esa misma noche. También había pensado en pasar por su casa. Pero por la mañana, cuando los niños vecinos lo despertaron con sus gritos, comenzó a experimentar dudas y decidió enviarle una nota. Sentado ante la mesa—escritorio contempló perplejo la hoja de papel con membrete del hotel y llegó a la conclusión de que no era necesario verla, de que bastaría con escuchar las campanas solo y luego regresar.
Los niños lo habían despertado temprano, pero cuando las dos familias extranjeras partieron, se volvió a dormir. Eran casi las once cuando despertó.
Mientras hacía lentamente el nudo de su corbata recordó la voz de Otoko: "Deja... Yo te haré el nudo...". En ese entonces ella tenía quince años y aquéllas habían sido sus primeras palabras después de haber perdido la virginidad en sus brazos. Oki, por su parte, no había hablado. No sabía qué decir. La había abrazado con ternura, había acariciado su pelo, pero no había logrado pronunciar palabra. Luego se había desprendido de sus brazos y había comenzado a vestirse. Se había incorporado, se había puesto la camisa y había comenzado a anudarse la corbata. Ella había clavado en su rostro los ojos húmedos y brillantes, pero no llorosos. Él evitaba aquellos ojos. Hasta cuando la besaba, antes de que todo sucediera, Otoko había mantenido los ojos muy abiertos, hasta que él se los cerró con sus besos.
Su voz tenía una dulce nota infantil cuando le pidió que la dejara anudarle la corbata. Oki sintió una oleada de alivio. Lo que le decía era completamente inesperado. Quizás estuviera procurando escapar de sí misma; quizá no fuera una manera de demostrarle que no lo culpaba; sin embargo, manipulaba la corbata con ternura, a pesar de las dificultades que parecía oponerle el nudo.
—¿Sabes hacerlo? —había preguntado Oki.
—Creo que sí. Solía observar a mi padre.
El padre había muerto cuando Otoko tenía once años.
Oki se había ubicado en un sillón y había sentado a Otoko sobre sus rodillas mientras mantenía la barbilla en alto para facilitarle la tarea. Ella se inclinó ligeramente sobre él mientras hizo y deshizo el nudo varias veces. Luego se deslizó de sus rodillas y deslizó los dedos por el hombro derecho de Oki, sin dejar de contemplar la corbata.
—Listo, chiquito. ¿Qué te parece?
Oki se había puesto de pie y se había encaminado al espejo. El nudo era perfecto. Se restregó el rostro con la palma de la mano. El sudor había dejado una leve película oleosa sobre él. Apenas si podía mirarse luego de haber violado a una muchacha tan joven. Por el espejo vio el rostro de Otoko que se aproximaba al suyo. Deslumbrado por su belleza fresca y punzante, se volvió hacia ella. Ella rozó su hombro, sepultó el rostro en su pecho y dijo:
—Te amo.
También era extraño que una muchacha de quince años llamara "chiquito" a un hombre que le doblaba la edad.
Eso había ocurrido veinticuatro años atrás. Ahora él tenía cincuenta. Otoko debía de tener treinta y nueve.
Después de tomar un baño, Oki encendió la radio y se enteró de que en Kyoto había helado, ligeramente. El pronóstico anunciaba que las temperaturas invernales serían moderadas durante aquellos días de fiesta. Oki desayunó en su habitación con café y tostadas, y adoptó las providencias necesarias para alquilar un automóvil. Incapaz de tomar una decisión con respecto al llamado o la visita a Otoko, ordenó al conductor que lo llevara al monte Arashi. Desde la ventanilla del auto vio que las sierras del norte y del oeste, bajas y suavemente redondeadas, ostentaban el gélido tono parduzco del invierno de Kyoto, a pesar de que algunas de ellas estaban bañadas por una pálida luz solar. Era un cuadro de atardecer. Oki descendió del auto al llegar al puente Togetsu, pero en lugar de cruzarlo, recorrió la avenida costanera en dirección al parque Kameyama.
A fin de año, hasta el monte Arashi, tan poblado de turistas desde la primavera hasta el otoño, se había convertido en un paisaje desierto. La vieja montaña se levantaba ante él en medio del más completo silencio. La profunda hoya que formaba el río al pie de la ladera era de un verde límpido. A la distancia se oían los ruidos de los troncos, que eran descargados de las balsas alineadas a la orilla del río y cargados en camiones. La ladera que descendía hasta el río debía de ser la celebrada vista del monte, supuso Oki; pero ahora estaba en sombras, con excepción de una franja de luz solar sobre el flanco más distante.
Literatura, arte, cultura y algo más
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me mandaste esa playlist después de meses sin tener una conversación profunda
fue casi como un tornado en el jardín de mi casa
tu risa de pendejo y dientes chuecos me entibian el corazón
es casi imposible estar enojada contigo más de la cuenta
porque me duele todo lo que nunca pudimos tener
no sé dónde está mi corazón, supongo que se fue con esa ultima tarde que pasamos juntos frente al mar
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cierro los ojos al tener cerca su aroma..
quiero morder bajo el cuello el sonido de su corazón,
apresar sus vellos en una mordedura,
dibujar un jardín en su espalda, con mi lengua en mariposa y tierra...
jadea el color de la lluvia entre mi sonrisa,
bajo mis labios que tambalean a la orilla del mar; tomo bocadas de aire antes de acercarme un poco mas ...
abro los ojos aun con los suyos,
todo deseo, querer, anhelo, petición, lo reduce a querer de su sonrisa; y comprendo que mi alma le habla en poemas junto al viento, que mi voz se alegra al pensar en su risa,
le tomo de las manos y me quedo allí, bajo el mismo cielo.
-presiento.. que la noche y el día han suspirado. me lo dicen tus pestañas-
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--------- 00000 --------- No habrá en mi dolor…
Ni habrá cansancio en mi…
Como las flores, al llegar la primavera…
Al volver a verte, yo reverdeceré en mi jardín…
Quiero que sepas, que mi tiempo pasa lento cuando tu no estas…
Y me pregunto muchas veces, al mirar estrellas lejanas,…
Si tu, estas mas lejos que el murmullo de mi mar…
Me pregunto, si acaso para mis ojos…
Tú eres imposible de ver…
Igual que lo sería, una sombra que pasase rápida…
Delante de mi espejo…
Muchas veces estas preguntas, yo me hago…
Pero al final, te acabo pidiendo que vuelvas…
Porque yo, aquí te estoy esperando…
Te pido que vuelvas, cuando sea…
Y que llenes de amor, mi alma…
Yo te pido que vuelvas, cuando puedas,,,
Pero vuelve, que te quiero sentir a mi lado…
Vuelve, para que juntos tu y yo…
Brillemos en nuestros sueños…
Siempre es siempre
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Te escribo aquí porque quizá no lo verás. Me destruiría verme desde tus ojos y comprobar que soy tan fuerte como una hoja café que murió antes de tocar el suelo.
Me divido entre el día, donde intento mirar a todos lados para pasar el tiempo; y la noche, donde cada segundo me deshace sin piedad, con cada palabra que te dije y que no pensé antes. Entre las ganas de huir como antes y así evitar fallar con mis promesas; y las ganas de dejarme la vida por verte sonreír cada día que nos dejen despertar juntos.
Eres las canciones que antes me cobijaban para calmar mi extrañeza, que ahora me apuntan, que me señalan riendo. Ya no encuentro paz donde antes la había construido, en mi rincón de vacío material y emocional, en mis horas de muerte social y aislamiento de la vida.
Eres lo que me protege de mis pensamientos de por fin dejar de mirar a la gente, al mismo tiempo que provocas la ausencia de sueño por pensar que tienes mi futuro en tu cintura y en tus labios. Eres la mañana que no deseo ver y la noche que anhelo me dé tranquilidad como antes. Las ganas de despertar sin recordar nada y seguir sin un sentido por la vida.
Veo una parte de ti cuando miro a la nada, que me motiva y a la vez me aflije por no saber si saltar en tu mar y dejarme llevar por tus mareas, o si es mejor seguir navegando sin rumbo esperando tocar una tierra diferente, aunque me lleve años hasta llegar a una orilla.
Lo dejaría al tiempo, pero entonces la desesperación me obliga a recobrar fuerzas y fingir que ya no habitarás en mis planes, para luego dejar que mi alma me invada y me diga que debo salvarte de las personas, de tus recuerdos, de tus heridas y de tus pensamientos que quizá son mas oscuros que los míos. Tal vez deba sacrificar mis deseos y mis costumbres por darte paz y un lugar en mi pecho. Quizá esa sea mi razón de respirar hasta el día de hoy.
Ya no habito mi hogar de niño, ahora es un jardín enorme con rosas y espinas. Las rosas las guardo para ti y las espinas están en mis manos, por si algún día decides pasar y llevarte mis flores y asi no te lastimen.
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