#inclusión espiritual
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deefeeme · 1 year ago
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Organización cristiana ofrece apoyo a las personas con discapacidad
Organización cristiana ofrece apoyo a las #personascondiscapacidad #Sociedad #Religión #3dediciembre #testigosdeJehova #JW Más info:
Descubre cómo la Organización de los Testigos de Jehová ofrecen apoyo espiritual y recursos accesibles para quienes viven con discapacidades, promoviendo esperanza y superación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo 1 de cada 6 personas vive con alguna discapacidad importante que dificulta su vida diaria. Este organismo también explica que la calidad de vida disminuye con…
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jujuygrafico · 1 year ago
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Organización cristiana ofrece apoyo a las personas con discapacidad
Organización cristiana ofrece apoyo a las #personascondiscapacidad #Sociedad #Religión #3dediciembre #testigosdeJehova #JW Más info:
Descubre cómo la Organización de los Testigos de Jehová ofrecen apoyo espiritual y recursos accesibles para quienes viven con discapacidades, promoviendo esperanza y superación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo 1 de cada 6 personas vive con alguna discapacidad importante que dificulta su vida diaria. Este organismo también explica que la calidad de vida disminuye con…
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sefaradweb · 8 months ago
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Red Judía Multirracial: una organización para familias judías multirraciales y judíos de color.
Sefaria: una biblioteca virtual gratuita de textos judíos.
Museo Digital de Estudios Sefardíes: "El SSDC incluye libros clave, documentos de archivo y grabaciones de audio que iluminan la historia, cultura, literatura, política, costumbres, música y gastronomía de los judíos sefardíes, todo expresado en su propio idioma, el ladino." (según su sitio web)
SMQN: una organización para judíos sefaradíes y mizrajíes LGBTQ+.
Keshet: un grupo para judíos LGBTQ+.
JQY: un grupo para judíos LGBTQ+ con enfoque en aquellos dentro de comunidades ortodoxas.
Lista de Recursos para Judíos Queer de Color (nota: esta lista incluye mucho más que solo recursos, hay MUCHO contenido allí).
JQ International: "JQ celebra la vida de los judíos LGBTQ+ y sus aliados, transformando las comunidades judías y asegurando la inclusión a través de la construcción de comunidad, programas educativos y servicios de apoyo y bienestar, promoviendo la integración saludable de identidades LGBTQ+ y judías." (según su sitio web)
Iniciativa Judíos de Color: una organización dedicada a enseñar sobre la interseccionalidad en la comunidad judía, con enfoque en investigación, filantropía, desarrollo del campo y educación comunitaria.
Proyecto Hebreo No Binario: es difícil de describir, pero están trabajando para encontrar/crear/agregar sufijos que representen géneros no binarios en hebreo. Si hablas hebreo/u otro idioma con género gramatical, probablemente entiendas a qué me refiero con los sufijos de género.
Lista de Lectura sobre Misticismo Judío (estos están relacionados con nuestras prácticas cerradas, los goyim NO deberían practicarlos).
Ritualwell (puedes encontrar oraciones y bendiciones relacionadas con temas específicos aquí; personalmente me gusta que tengan bendiciones relacionadas con la identidad de género).
Guimel, un grupo de apoyo LGBTQ+ para la comunidad judía en México. El sitio está en español. No soy hablante nativo, pero aún así pude leer un poco de él.
SVARA: "La misión de SVARA es empoderar a las personas queer y trans para expandir la Torá y la tradición a través de la práctica espiritual del estudio del Talmud." (según su sitio web)
TransTorah es definitivamente un sitio web antiguo, pero aún quedan algunos archivos PDF y recursos en la página "Recursos".
Defensores de las Discapacidades Judías: "El programa JFS Jewish Disabilities Advocates fue creado para aumentar la concienciación y promover la inclusión de personas con discapacidades dentro de organizaciones judías y la comunidad judía en general." (según su sitio web).
Sociedad de Alimentos Judíos (recetas, no he pasado mucho tiempo navegando aquí, pero tal vez debería en el futuro).
Judíos Ciegos y Discapacitados, una organización que opera principalmente en proveer viviendas y alojamientos accesibles.
Instituto Internacional de Braille Judío: "La Biblioteca JBI proporciona a individuos ciegos, con discapacidad visual, discapacidades físicas o dificultades de lectura libros, revistas y publicaciones especiales de interés judío y general en formatos de audio, letra grande y braille." (según su sitio web). ¡Sus servicios son gratuitos!
Jewish Resources (Assorted)
Since my last post seemed to be helpful to a lot of people, I thought I’d make another to share some additional resources. This list includes a bunch of stuff, meant for Jewish people in general. I would definitely encourage you to explore them! There’s a lot of useful stuff here. Goyim are welcome to reblog, just please be respectful if you’re adding tags or comments. Jewish Multiracial Network, an organization for multiracial Jewish families and Jews of Color Sefaria, a free virtual library of Jewish texts Sephardic Studies Digital Library Museum “The SSDC includes key books, archival documents, and audio recordings that illuminate the history, culture, literature, politics, customs, music, and cuisine of Sephardic Jews all expressed in their own language, Ladino.” (from their website) The SMQN, an organization for LGBTQ+ Sephardic and Mizrahi Jews Keshet, a group for LGBTQ+ Jews JQY, a group for LGBTQ+ Jews with a focus on those in Orthodox communities  Queer Jews of Color Resource List (note: this list is way more than just resources, there’s a LOT there) JQ International: “JQ celebrates the lives of LGBTQ+ Jews and their allies by transforming Jewish communities and ensuring inclusion through community building, educational programs, and support and wellness services, promoting the healthy integration of LGBTQ+ and Jewish identities.” (from their website) Jews of Color Initiative, an organization dedicated to teaching about intersectionality in the Jewish community, focuses on research, philanthropy, field building, and community education Nonbinary Hebrew Project: It’s hard to describe, but they’re working to find/create/add suffixes that represent nonbinary genders in Hebrew. If you speak Hebrew/another gendered language, you might know what I mean about gendered suffixes. Jewish Mysticism Reading List  (These are related to our closed practices, goyim should NOT be practicing these things) Ritualwell (you can find prayers and blessings related to specific things here, I personally like that they have blessings related to gender identity)  Guimel, an LGBTQ+ support group for the Jewish Community in Mexico. The site is in Spanish. I’m not a native speaker, but I was still able to read a little bit of it.  SVARA: “SVARA’s mission is to empower queer and trans people to expand Torah and tradition through the spiritual practice of Talmud study.” (From their website) TransTorah is definitely an older website, but there are still some miscellaneous pdfs and resources up on the “Resources” page. Jewish Disabilities Advocates: “The JFS Jewish Disabilities Advocates program was created to raise awareness and further inclusion of people with disabilities within Jewish organizations and the larger Jewish community.” (from their website) Jewish Food Society (recipes, have not spent a lot of time browsing here but maybe I should in the future) Jewish Blind & Disabled, an organization that operates mainly in providing accessible housing and living. Jewish Braille Institute International: “The JBI Library provides individuals who are blind, visually impaired, physically handicapped or reading disabled with books, magazines and special publications of Jewish and general interest in Audio, Large Print and Braille formats.” (from their website) Their services are free!)
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mdaniela · 10 months ago
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Algunos días mi mente divaga en el gran caos del cambió. Algunos días se siente parte del presente, otros, nostálgica por el pasado y más frecuentemente, temerosa por el futuro.
Con anterioridad solía usar con frecuencia el "dejar ir" como un acto de amor verdadero, sin embargo ese "dejar ir" aplica a muchos otros ámbitos de la vida, y que duro es asimilarlo, porque conlleva mucha introspección, personal, emocional, e inclusión espiritual, va cargada con muchas lágrimas y la incertidumbre exponencial.
Tal vez mi mente divagante y mi "dejar ir", se fusionan en un laberinto de emociones, las expectativas de las nuevas experiencias, con la tristeza de soltar.
Algunos días, solo quiero existir sin pensar.
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deportedecontacto · 1 year ago
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Un recorrido histórico por las artes marciales letales Desde tiempos inmemoriales, las artes marciales letales han formado parte esencial de la cultura y la historia de la humanidad. Eran prácticas cultivadas por guerreros de antaño que buscaban la eficacia en combate y la supervivencia en tiempos de guerra. En este recorrido histórico, exploraremos algunas de las artes marciales más mortales que se han desarrollado alrededor del mundo y su evolución a lo largo de los siglos. Los orígenes de la letalidad marcial El nacimiento de las artes marciales letales se ve estrechamente vinculado a la necesidad de protección y dominio. En el lejano Oriente, el kung fu chino se destaca como uno de los sistemas de combate más antiguos, mientras que en Japón, el jiu-jitsu y más tarde el ninjutsu, desarrollado por los ninjas, marcaban la pauta de las estrategias y técnicas en el arte de la guerra. Estilos como el krav magá de Israel demuestran cómo algunas naciones han adaptado sus métodos de combate a las necesidades contemporáneas. Evolución y adaptación de las técnicas letales Con el pasar de los años, las artes marciales letales han tenido que adaptarse a nuevos contextos y reglamentos, en parte, debido a su inclusión en ámbitos deportivos y recreativos. La transición de técnicas puramente letales a prácticas reglamentadas es evidente en artes como el muay thai tailandés, conocido como el arte de las ocho extremidades, y el silat, originario del sudeste asiático, que han sido modificados para garantizar la seguridad de los participantes en competiciones. Contribuciones culturales y legados históricos Las artes marciales letales no solo han sido vitales en conflictos y guerras sino que también han enriquecido el patrimonio cultural de sus regiones de origen. En el caso del escrima filipino, nos encontramos con un arte que ha mantenido su esencia combativa mientras se convertía en un símbolo nacional de resistencia e identidad. Del mismo modo, el krav magá ha traspasado fronteras, evolucionando de un método de autodefensa militar a un sistema de combate reconocido a nivel mundial por su eficacia y realismo La efectividad de las artes marciales en combate real Las artes marciales han sido durante siglos un medio no solo de defensa personal, sino también una forma de disciplina y desarrollo espiritual. Sin embargo, en relación con su aplicación en combate real, hay diversas opiniones y experiencias que resaltan tanto sus ventajas como limitaciones. Es esencial considerar que no todas las artes marciales se crearon con el mismo propósito, y mientras algunas se enfocan en la competición deportiva, otras se centran en técnicas de autodefensa prácticas y realistas. Técnicas aplicables en situaciones de confrontación real Entre las variedades de estilos de combate, ciertas artes marciales como el Krav Maga, el Boxeo y el Muay Thai se destacan por su enfoque en la efectividad en situaciones reales. Estas disciplinas entrenan no solo golpes, sino también defensas contra armas, estrangulamientos y ataques sorpresa, buscando preparar al practicante para reaccionar ante imprevistos con técnicas que han sido probadas en escenarios de alta presión. La importancia de la adaptabilidad en el combate Una cualidad importante para destacar es la adaptabilidad que ciertas artes marciales ofrecen a sus practicantes. Deportes como el jiu-jitsu brasileño y el judó enseñan a sus estudiantes cómo controlar un encuentro físico, llevándolo al suelo y aplicando técnicas de sumisión. Este enfoque puede ser especialmente útil en situaciones uno a uno, donde hay espacio suficiente para maniobrar. A pesar de esto, la efectividad en combate real también depende en gran medida del individuo y su capacidad de adaptar sus habilidades marciales a un entorno impredecible. Factores como el estado físico, la agudeza mental y la experiencia son cruciales para aplicar con éxito las técnicas aprendidas en situaciones de vida real. ¿Qué criterios definen una arte marcial como letal?
Al abordar la letalidad de un arte marcial, consideramos un conjunto de factores objetivos y subjetivos que influencian su efectividad en situaciones de confrontación real. Uno de los criterios primordiales es la practicidad de las técnicas enseñadas y su facilidad de aplicación en escenarios de peligro inminente. Las artes marciales letales se centran en métodos directos para neutralizar amenazas, priorizando ataques que puedan incapacitar rápidamente a un oponente. Otro aspecto vital es la versatilidad del sistema de combate. Una arte marcial se considera letal cuando incluye un amplio espectro de técnicas que son eficaces en múltiples contextos de combate, como de pie, en el suelo, a corta y larga distancia. Este criterio implica también la habilidad para adaptarse frente a distintos tipos de oponentes y condiciones de confrontación, sean armados o desarmados, enfatizando el control de la situación con eficiencia y precisión. Además, en la valoración de una arte marcial como letal, se pone de relieve la intensidad y realismo del entrenamiento. Las artes marciales que incorporan escenarios de alta presión y una resistencia significativa por parte de los compañeros durante la práctica tienden a desarrollar una mayor capacidad para manejar el estrés de una situación de vida o muerte. El entrenamiento orientado al combate real permite pulir reflejos y aumentar la eficacia de las respuestas automáticas del practicante. Construcción del Instinto Letal en Practicantes Finalmente, pero no menos importante, está el desarrollo del instinto letal. Este criterio no habla tanto de las técnicas en sí, sino de la mentalidad con la que se entrenan y se aplican. Una arte marcial letal fomenta un estado mental de total compromiso con la defensa propia, enseñando a sus practicantes a reaccionar con decisión y sin vacilación ante amenazas severas. Conjuntamente, un entrenamiento enfocado en el control emocional y psicológico es clave para ejecutar las técnicas bajo presión extrema, característica indispensable para la preservación de la vida propia y la neutralización efectiva de un adversario. Análisis comparativo de las principales artes marciales Las artes marciales son sistemas de prácticas codificadas y tradiciones de entrenamiento para el combate y la autodefensa. Su estudio y comparación es fundamental para aquellos entusiastas que buscan comprender las diferencias clave entre estilos y prácticas. Esta evaluación compara fundamentos técnicos, filosofías y metodología de entrenamiento para brindar una perspectiva más amplia sobre qué hace única a cada disciplina. Comparación de Fundamentos Técnicos Cada arte marcial tiene un conjunto de técnicas características que dictan su enfoque en la lucha. Por ejemplo, el Judo hace hincapié en los derribos y el control del oponente mediante agarres, mientras que el Taekwondo se centra en técnicas de patadas de largo alcance y la rapidez de ejecución. Analizar detalladamente estos aspectos técnicos permite a los estudiantes elegir una disciplina que se adecue mejor a su propio estilo de lucha o intereses personales. Filosofía de las Artes Marciales La filosofía desempeña un papel crucial en la identidad de cada arte marcial. Artes como el Aikido promueven la resolución de conflictos buscando la armonía, subyugando al adversario sin causarle daño. En contrapartida, el Karate enseña la importancia del "kime" o enfoque, implicando una terminación decisiva de cada movimiento, simbolizando la conclusión de una confrontación. Entender estos valores filosóficos ofrece insights sobre cómo las diferentes artes marciales se entrelazan con el crecimiento personal y la disciplina mental. Metodologías de Entrenamiento Además de la técnica y la filosofía, las metodologías de entrenamiento son distintivas en cada arte marcial. Deportes como el Muay Thai suelen incorporar intensas sesiones de entrenamiento físico que mejoran la resistencia y la fuerza, lo que es ideal para aquellos que disfrutan de un reto físico.
Por otro lado, disciplinas como el Tai Chi se enfocan en la fluidez de los movimientos y la meditación, lo cual atrae a practicantes interesados en el control del estrés y la mejora de su bienestar general. Esta diversidad en la formación permite que personas con diferentes objetivos y condiciones físicas encuentren un arte marcial que se amolde perfectamente a sus necesidades. Factores Determinantes en la Letalidad de un Arte Marcial [aib_post_related url='/la-historia-de-conor-mcgregor/' title='La historia de Conor McGregor' relatedtext='Quizás también te interese:'] La búsqueda de la disciplina de arte marcial más letal replantea la cuestión de qué factores son los más relevantes a la hora de evaluar la efectividad en un enfrentamiento real. Aspectos como la técnica, la estrategia y la aplicación de fuerza letal son claves. En la práctica, la letalidad no solo depende del arte en sí, sino también del nivel de maestría y la condición física del practicante. [aib_post_related url='/la-historia-de-bruce-lee/' title='La historia de Bruce Lee' relatedtext='Quizás también te interese:'] Variabilidad y Contexto en las Artes Marciales Debemos considerar que la letalidad de un arte marcial varía según el contexto. Por ejemplo, algunos estilos podrían ser extremadamente eficaces en combates uno a uno, mientras que otros se desempeñarían mejor en escenarios de defensa personal o combate en campo abierto. La flexibilidad táctica y la capacidad de adaptación a diversas situaciones pueden ser más vitales que la fuerza bruta a la hora de considerar la letalidad. El Papel de las Artes Marciales en el Mundo Moderno Play on YouTube Finalmente, cabe reflexionar sobre el papel que juegan las artes marciales en la sociedad contemporánea. Aunque la letalidad es un factor central en su historia y desarrollo, la mayoría de las disciplinas ahora enfatizan en los valores, el autocontrol y la autodefensa por encima de la pura fuerza letal. La transformación de técnicas letales en un arte practicable para el bienestar físico y mental muestra la evolución de las artes marciales en el tiempo.
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lorettavallemx · 2 years ago
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¡O estás conmigo o estás en mi contra! Ese pensamiento y postura de extrema polaridad es de personas sin desarrollo personal, carentes de inteligencia emocional, inseguras, radicales, inflexibles, intolerantes, prepotentes, sin identidad que desean que todos entren en su realidad porque les da pavor la realidad de otros. Somos seres humanos con distintas historias, ergo, con distintos sistemas de creencias y de valores ¿Quién dice que lo que yo creo es la verdad absoluta?, ¿Por qué no podría yo pensar, sentir, hacer o desear cosas diferentes a las de otro?, ¿Quién dice que una cultura, religión, preferencia, política, país, profesión, raza, etc. es mejor que la otra? Quien defiende a capa y espada lo "suyo" muestra su enorme debilidad. La tolerancia, la flexibilidad, la inclusión, la comprensión, la apertura, la escucha activa, la curiosidad, el entendimiento, el respeto, la aceptación y la empatia son cualidades de quien ha trabajado en sí mismo, de quien ha estudiado, de quien ha elevado su nivel de consciencia, de quien ha desarrollado su lado espiritual y de quien sabe que las creencias se van modificando, si uno se aboca a desarrollar cada día una mejor versión de su ser. Podemos ser amigos de otras personas que tengan otra religión, otra postura política, otra cultura, otra raza, otra preferencia sexual, otra profesión, otra condición, otras capacidades, etc. Lo importante es compartir valores que es ahí en donde radica el poder crear lazos estrechos con verdadera intimidad. La intolerancia muestra tu intolerancia hacia tu propio ser. www.lorettavalle.com Integradora del Ser & Hipnoterapeuta. #LorettaValle #IntegradoraDelSer #Hipnoterapia #valores #creencias #relacionessanas #desarollopersonal #desarrollohumano #inteligenciaemocional #autocompetencias #autoconocimiento https://www.instagram.com/p/Cn9cnDluDZA/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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conscienciasdespiertas · 3 years ago
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NO HAY MONSTRUOS DENTRO DE TI.
Enamórate de la oscuridad.
Enamórate de la meada y la mierda de la vida.
De las sombras, de las partes ocultas.
De los pedacitos que escondemos por vergüenza.
Enamórate de la inocencia.
De nuestros miedos infantiles a la oscuridad.
De estar expuesto, de mostrarnos a ser vistos, de salir a la luz.
De las dudas, los dolores secretos,
de nuestras extrañas fantasías,
de los sentimientos, del simplemente no saber qué hacer
con los terrores de la noche.
Enamórate de la rabia que burbujea
justo debajo de la superficie.
Del miedo a que no ser amables.
De los sentimientos y pensamientos que ocultamos
para mantener la imagen de 'yo'.
Ser bueno, ser agradable, ser espiritual.
De ser 'el que puede mantenerlo todo unido'.
Enamórate de esta humanidad secreta.
Que sepa que la oscuridad NO es oscuridad,
solo fragmentos asustados anhelando salir a la luz,
seres que quieren amor, y atención, y el aliento,
y la inclusión en la imagen más grande del Yo.
No busques la luz, amigo.
Simplemente sé la luz.
Sé lo que eres. La luz de la vida.
Y ten el coraje de brillar, iluminar e irradiar plenamente
en los lugares adoloridos, los lugares sensibles.
Haz esos lugares seguros para los pequeños monstruos
salgan de su escondite.
Házles saber que son hermosos.
Y dignos.
Y no monstruos en absoluto.
-Jeff Foster-
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diarioaprendizajeprofesor · 4 years ago
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Diario digital docente
¿Qué ideas nuevas te ha suscitado el bloque?
He podido conocer nuevas aplicaciones para despertar el interés del aprendizaje en los alumnos como Tumblr, Padlet o Genially.
Ha sido muy divertido aprender y realizar las tareas del curso a través de un marco lúdico. Me ha gustado la organización de los contenidos en etapas y la división por complejidad de las tareas así como la inclusión de retos, tan cercano a las imágenes que utilizan los niños en los videojuegos.
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¿Cómo definirías la inteligencia?
La inteligencia es la capacidad de la mente que permite aprender, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad.
Desde mi perspectiva, no existe un solo tipo de inteligencia y estoy de acuerdo con la Teoría de la Inteligencias múltiples de Gardner. Eso no quiere decir, que en la sociedad no se siga primando ensalzar el valor en la escuela de la memorización y las inteligencias verbal y matemática.
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¿En tu experiencia, reconoces en tu alumnado diferentes inteligencias?
Para mi, no existe una idea universal de inteligencia. Todos tenemos una combinación de los tipos de inteligencia, con diferentes grados de desarrollo: una ó dos preponderantes y otra u otras más débiles.
En mi caso, que soy además de lógica muy visual, podré detectar y entender los problemas de alumnos que no aprenden escuchando una clase magistral simplemente porque no retienen bien lo que escuchan. E intuir entre el resto del alumnado el tipo de aprendizaje que poseen por los comentarios acerca de sus problemas de aprendizaje.
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¿Crees que tu inteligencia predominante influye en cómo das tus clases?
Por supuesto, saber cuál es mi inteligencia dominante y cómo influir en los distintos  tipos de alumnos según su forma de aprender, puede hacer que los alumnos en mis clases presten atención, se aburran o fracasen en su estudio.
Mi forma de aprender y entender el mundo es muy lógica y visual por lo que tenderé a ordenar y clasificar todo y apoyarme en las nuevas tecnologías como vídeos o el aula virtual para realizar mis enseñanzas.
Por ejemplo, otros profesores de mi misma materia no usan apenas el aula virtual. A mi me sirve para: 
organizar la programación del curso; 
tener disponible la información como videos para mostrar durante las explicaciones; 
publicar los trabajos de los alumnos, para que ellos mismos juzguen su aprendizaje y aprendan de los compañeros; 
atender a los alumnos ausentes o con problemas de aprendizaje de manera que siempre pueden volver al video o al esquema para recordar los contenidos a aprender; 
evaluar en el caso de tareas a entregar en el aula virtual; 
desarrollar la competencia digital mediante dichas tareas; 
y motivar a los alumnos con la concesión de insignias al completar alguna tarea.
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¿Habrá alumnos más beneficiados que otros?
Algunos alumnos que sean más verbales se verán menos beneficiados en mis clases ya que no soy una persona que posea el poder de convencer mediante la oratoria. No obstante, intento expresarme con más claridad y explicar las cosas que yo doy por sobreentendidas.
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¿Cómo crear una escuela que de respuesta a diversidad de inteligencias?
Las TIC junto con las metodologías activas permiten que el alumno proporcione el feedback sobre el aprendizaje realizado. De esta manera, el profesor cuenta con la información necesaria de cada alumno y sus necesidades para poderlo ajustar su enseñanza a los distintos tipos de inteligencia que su alumnado pueda poseer.
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¿Cómo mejorar el aprendizaje de los estudiantes?
El cerebro es un órgano que ha de cuidarse con una adecuada alimentación, haciendo ejercicio físico y realizado actividades que lo estimulen. Si limitaríamos el desarrollo personal a el de la inteligencia, corremos el riesgo de dejar de lado la dimensión emocional, la espiritual y la acción, orientada por valores que dan sentido a la vida de las personas.
Por tanto, una manera de ayudar a nuestros alumnos en su aprendizaje es tener en cuenta los principios sobre las inteligencias múltiples que ideó Howard Gardner: 
- Las capacidades y habilidades y la combinación de las diferentes inteligencias son distintas en cada individuo. - No todos los alumnos tienen los mismos centros de interés ni aprenden de la misma manera.
"Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil“.
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torteela3 · 5 years ago
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La Leyenda De Korra
ALERTA DE SPOILER
Ok, tengo sentimientos encontrados con esta serie, primero hay que entender que Korra es muy distinta a Aang y no tiene por que ser igual a él.
Nos podemos dar cuenta que desde el inicio se nos muestra un personaje totalmente contrario a Aang, alguien totalmente confiado de su poder, que logro dominar los 3 elementos desde muy pequeña, una chica totalmente confiada y decidida a explorar el mundo ella sola, pero conforme va pasando el tiempo nos deja ver que no es tan fuerte y segura como creíamos, vamos viendo como va evolucionando al pasar los episodios, yo personalmente no me encariñe tanto con el personaje principal, mas bien al pasar los episodios uno va encariñándose con los personajes secundarios, como Tenzin, Jinora, Ikki y Meelo, ya que podemos ver su evolución y como van creciendo a lo largo de los 4 libros, otra cosa que me encanto de esta serie es que profundiza mas con los avatares anteriores, permitiéndonos conocer al primer avatar: Wan, enseñándonos su origen y el porque, nos enseña mas sobre el mundo espiritual.
Luego están los enemigos y en lo personal solo me gusto Unalaq y el Loto rojo, que por cierto la muerte de algunos de ese grupo fue muy feo, y con respecto al final de la serie se me hizo un poco forzado eso de la inclusión LGBTIQ, no digo que no me gustara, pero lo sucedió ya hasta lo ultimo haciéndose ver un poco forzado, tal vez si lo este romance hubiera ido avanzando a lo largo de la serie no se hubiera visto así, pero lo metieron ya hasta el final, pero es respetable. 
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rookieforlife · 6 years ago
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A estas alturas, ¿qué es lo que más te sorprende de Christen? A mí su notable sensibilidad e inteligencia para lo intangible.
Intangible en qué sentido? es muy amplio. Me interesa tu respuesta. ¿Qué es lo que más me sorprende? primero que nada la capacidad de lectura de juego que tiene. No hay nada que me interese más. Es una jugadora con una visión increíble, eso no deja de sorprenderme. Cuando está conectada y presente, las decisiones que toma me asombran. Creo que al ser mi preferida esas pequeñas cosas o detalles que quizás pasan en segundos, no se me escapan. Me parece que aporta más de lo que se valora, si tuviera en cualquiera de los equipos dos o tres jugadoras que le sigan el ritmo, se notaría mucho más. No quiero caer en la típica crítica pero me parece que las personas que opinan o se encargan de analizar el juego allá, no entienden mucho desde una perspectiva técnica. Podrían detenerse más en la belleza de esos momentos. Se pudo ver en alguna que otra jugada con Vero este año. Cuando es así de libre, cualquiera sea el resultado, es cuando más la disfruto.Después, lo real que es. Al menos lo que deja ver porque obvio no la conozco. Pareciera tener una sensibilidad bastante profunda. Viene de una familia muy bien posicionada económicamente y aún así sus ideales políticos y humanos van mucho más allá de su privilegio. Su idea de inclusión, de crecimiento, empatía. Es muy inteligente, se expresa de una forma especial. Otra cosa que me gusta es su lado espiritual, es todo un conjunto de características que admiro completamente porque no dejan de estar relacionadas unas con otras siempre en camino al desarrollo intelectual y más importante, interior. Aprendizaje constante. Me encanta jaja, supongo que es porque me puedo relacionar en muchos aspectos, creo que eso en definitiva hace que sienta tanta afinidad.
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trollpecador · 6 years ago
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Mientras tanto el neopentecostalismo
Idolatría al Estado de Israel, judaizantes, confesión positiva, dominionismo, "nueva reforma apostólica", nueva era, liberalismo, ecumenismo, legalismo, feminismo "cristiano" (pastoras), danza "profética", tratar la sangre de Jesús como si fuera un detergente cualquiera para lavar carros, casas y otras posesiones materiales, falsas manifestaciones espirituales (risa santa, rabasaya, convulsiones, brincos, caídas, borrachera espiritual...), falsos títulos (apóstol, profeta, querubín, arcángel...), falsos milagros, venta de objetos "bendecidos", ungir con aceite cualquier cosa, unicitarismo, culto al líder, cobrar dos o más ofrendas por servicio y sugestionar por cantidades específicas, adivinación ("revelación"), psicología cristiana, G12 (maldiciones generacionales, atar al diablo, cultos de "liberación", secretismo, grupos de doce, enocionalismo), la "oración del pecador" como medio para ser salvo, salvación por obras, "la salvación se pierde", la música y manifestaciones artísticas como medio "sobrenatural" de manipulación y sugestión emocional ("crear atmósferas"), yoga "cristiano", uso de las iglesias como plataforma para candidatos políticos, gobernantes o en defensa de dictadores, "cristianos" homosexuales, posesión demoníaca en creyentes, culpar al diablo y sus demonios de todo (espíritu de adulterio, de robo, de lujuria...), uso de métodos mundanos para "ganar almas" (actividades deportivas, participación en eventos ecuménicos, conciertos, coreografía, pantomima, eventos de negocios...), maratónicas, "iglesias en línea", aceptación del Halloween, rechazo a la navidad y semana santa, mensajes subliminales y otras conspiraciones ridículas, falsas visiones, discotecas "cristianas", poner a neófitos como pastores y líderes, pastorado hereditario, coberturas, lanzar maldiciones, imposición del uso de palabras y nombres en hebreo moderno y biblias modificadas que niegan la deidad de Cristo, ofrendas de "promesa de fe", diezmo obligatorio para ocupar cargos (y discriminación y exhibición pública a aquellos que dan menos o no dan diezmo, incluso poniéndolos en listas de morosidad), "no toques al ungido" como excusa para no cuestionar las herejías de los líderes, añadir atributos espirituales a acciones estúpidas (escupir a la gente, hacerlos comer hierba, gaznatear), rechazo a la ciencia médica (vacunas, tratamientos médicos en general, medicamentos), terraplanismo, evolucionismo, gnosticismo, paganismo (amarres, bendición de potes con tierra, bendición de carteras o llaves), fijación hacia ciertas versiones de la Biblia y rechazo de otras so pretexto de teorías de conspiración, uso de hipnosis, hablar de Dios, Jesucristo y sus apóstoles de manera soez y vulgar tratando de ser graciosos o introducir herejías (como lo han hecho Cash Luna, Maldonado, Dante Gebel, la esposa de Maldonado, entre otros), negar la deidad del Espíritu Santo tratándolo como una "fuerza activa", viento, fuego, etc., atribuir a Dios y al Espíritu Santo apelativos femeninos ("mi madre Espíritu Santo", "Dios es una mujer", película "La Cabaña", "Dios tiene senos grandes" como dijo la esposa de Maldonado), introducción de conceptos progres en la iglesia (justicia social, deuda histórica, racismo sistematizado, inclusión, machismo, patriarcado, segregación, socialismo, género...), insultar y maldecir al diablo y sus demonios, bautismo como método de salvación, música cristiana sin contenido bíblico o edificante, rechazo a la teología ( hermenéutica, doctrina y toda formación bíblica institucional), retar a Dios jugando con animales peligrosos, falsos venenos u ofrendas extraordinarias, y un largo etcétera.
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juspali · 5 years ago
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Sentir dolor es más fácil que sentir amor.
Por Juan Carlos Dugarte
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Entre tanto auge político y económico, científico y tecnológico, aunque en apariencias los sentimientos humanos pasaron a un segundo plano. Hoy por hoy, la lógica elemental indica que debo reclamar aceptación promoviendo la división, en este caso me refiero a las clases sociales que por años han mantenido una lucha ya olvidada basada en recuerdos que solo crean rencillas innecesarias, así como también incluyo a las personas que se denominaron diversidad sexual; y es que no se dan cuenta que solo son objeto de la burla mercantilista, mientras consumas puedes ser lo que quieras ser (saben cuantas toneladas de pintura se venden mientras promueven la supuesta inclusión). La lógica elemental convierte en un espectáculo una pelea de boxeo o de artes marciales combinadas, promovido sin limitaciones a través del aparataje mediático (periódicos, radio, televisión, internet). Prevalece la emisión de noticieros cargados de desgracias y malas noticias, prevalece la promoción de películas cargadas de escenas violentas, explosiones, peleas e insultos. Y eso es normal, es lo cotidiano. Quisiera yo que dejará de ser tan criticado el hábito de ver de vez en cuando una escena de parejas haciendo el amor, besándose, abrazándose, queriéndose. Claro, el mercado es el mercado, y como transmitir escenas de amor no vende, transmitir escenas de abrazos no vende, es por eso que lo que se vende es lo que se transmite.
Los comportamientos clasificados como individuales o colectivos, en sí afectan de forma individual. Suponiendo que seas herido en una marcha, aunque la marcha era en colectivo, terminas siendo afectado tú, de forma unipersonal. En una lucha constante en contra de las apariencias y el tiempo, parece ser que los relojes y los espejos son nuestros peores enemigos. La moda es verse bien, ya no importa sentirse bien. Ya no importa cuanto gastas en tu salud, lo imperante es una cirugía corporal innecesaria para verse bien. Aunque los daños sean irreversibles, lo importante es verse bien. Y es que definitivamente la silicona se ha vendido más que la cocaína. Y esta es una de las obras maestras del mercantilismo.
Con seres que indiscriminadamente se reproducen sin control. Unas naciones pagan para que las personas procreen y otras naciones deberían pagar para que no procreen. La natalidad indiscriminada es el arma que más muertes atribuibles tiene. Y continuamente estos seres, los supuestamente privilegiados, son formados en un sistema educativo plagado de vicios, eufemismos, artilugios, falsas creencias y prejuicios infinitos. Todo orientado hacia el crecimiento del capital mercantilista. Quien usará las cárceles sin delincuentes? Quien asistirá al psicólogo? Quién irá al doctor? Es así, para que seas útil al mercado no puedes ser una persona normal, correcta, saludable, estable emocionalmente, de buenos hábitos, sin prejuicios, sin mañas.
Entre los deseos mas vanidosos que tengo, quisiera que fuese decretado a nivel mundial un día libre para abrazar, ese día te dedicaras a abrazar a todo aquel que encuentres en el camino, que sean abrazos sobrios, y no los abrazos ebrios que nos damos en Venezuela para recibir el año nuevo. Propongo la eliminación de los cementerios, las urnas, los actos de velorio y sepelio. Son un gasto innecesario. Como es que un ataúd vale hasta diez veces más de lo que vale una cómoda y lujosa cama para dormir. Pienso que el que me quiera regalar una urna pues debería mejor regalarme una cama en vida. Pienso que todo aquel que se vaya a desgarrar en llanto por mi, mientras reposo en una urna debería mostrarme su amor en vida, pienso que si el día de mi muerte se van a reunir todos aquellos familiares hasta los que no conozco, pues deberían reunirse mientras uno esté vivo. Lo que acontece es que hay que promover el duelo. El duelo es muy lucrativo. El dolor siempre será más lucrativo que el amor. Esto que acabo de mencionar son vanidades mías. En este caso me refiero al dolor emocional, que según estudios científicos el dolor emocional constituido por fallecimiento de seres queridos, rupturas amorosas, discusiones con seres queridos, frustración por falsas expectativas, supuestos fracasos.
Yo sólo aunque luche a brazos partidos contra el sistema pues quizás logre pequeños cambios. Ya con los pies sobre la tierra y con el corazón en la mano, no pretendo ofender la cultura o la formación ideológica-educativa ningún ser en este mundo. Si usted ha pasado por algún momento de dolor emocional, lo invito a refugiarse en el amor que está dentro de su alma, convierta ese dolor en amor hacia los seres queridos que aún están cerca. Si no tiene familiares, amigos o seres queridos, salga a buscar uno. Identifíquese con alguien correcto, ofrézcale su amistad y su cariño. Somos seres formados para la infinitud y debemos estar acompañados. Conviértase en un promotor del amor. Ámese y ame a los demás. Y la mejor forma de aportar grandes cosas a la humanidad es aumentando día a día el conocimiento. En mi opinión muy personal considero que ningún ser ha elegido nacer en este mundo, así como también pienso que en momento dado de desgaste corporal hay personas que ya no quieren sufrir más en un lecho de muerte que se sabe que no tiene vuelta atrás, crear una falsa expectativa de la posible recuperación de ese ser querido es un gran error, entonces el moribundo además de sufrir por la enfermedad también sufre por ver tantas caras tristes a su alrededor. En el mismo orden de ideas le doy prioridad a la existencia de un mundo espiritual paralelo, por tal razón si un alma requiere despegarse de este mundo es oportuno que una vez que el cuerpo fallezca, hay que hacer lo posible por llevar a esa alma al descanso espiritual. Este párrafo lleva una dedicatoria especial a mi nueva gran amiga Nancy Ceballos. Mujer chilena de gran corazón, que con su testimonio de vida me hizo adentrarme en este tema. Que aunque pensé escribirlo en dos o tres días, mi cerebro inquieto no cesó hasta ver plasmadas estas palabras tan liberales.
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riusugoi · 6 years ago
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Jordi Maiso- Industria cultural: génesis y actualidad de un concepto crítico
Si la crítica de la industriacultural no quiere caer en el mal esnobismo, tiene que saber captar esas necesidadesinsatisfechas de los sujetos y convertirlas en un campo de disputa. Porque “en lasnecesidades mismas de los seres humanos atrapados y administrados reacciona unelemento en el que no están totalmente atrapados: el excedente de la participaciónsubjetiva, del que el sistema no pudo adueñarse completamente”56. Por supuesto,esto tampoco garantiza nada. Ante la amenaza de una lógica de socialización quecada vez puede integrar a menos individuos en su marco funcional de trabajo yconsumo, y que no trata con ningún miramientos a los elementos que considera“sobrantes”, este recurso puede parecer más bien insuciente. Pero ante la amenazareal de regresión, se trata de un resquicio que sería imprudente desaprovechar. El concepto de industria cultural se acuña para desmarcarse de la idea deuna “cultura de masas”: porque designa formas culturales que en modo algunosurgen espontáneamente de las masas y no remite a las guras contemporáneas delarte popular. La crítica de la industria cultural no es una crítica de determinados desarrollos técnicos (los medios de comunicación de masas), ni de determinadas formas de cultura “popular” (como el jazz o elSchlager ) o de “cultura de masas”(como el cine de Hollywood), y tampoco es una mera crítica del “entretenimiento”.Al reducirla a estos fenómenos, buena parte de la recepción ha restringido laindustria cultural a algunas de sus manifestaciones prototípicas en los años 20,30 y 40 del pasado siglo. La industria cultural no se reere a una serie deformas  particulares de cultura, sino a la cultura misma y al modo en que se articulasocialmente en una determinada fase de la modernidad capitalista. Por ello Adorno y Horkheimer subrayan que la industria cultural constituye un sistema, y que esto se debe a los imperativos de una formación social capitalista que, en su transición ala fase fordista, se imponen sobre la esfera cultural y amenazan con aniquilar loque convertía la cultura en cultura; es decir: su capacidad de rebasar el ámbito de la mera utilidad, el reino de la necesidad, y anticipar una idea de libertad que no fuera una mera abstracción. 
El concepto burgués de cultura hipostasiaba el reino de “lo bello” y “lo espiritual” –en contraposición a lo útil y lo material– más allá de la lucha porla subsistencia. En él se conservaban, como en una reserva natural, necesidades sociales que la sociedad burguesa profesaba como ideales y cuya praxis socialno  podía tolerar: una libertad más allá de lo meramente formal, una humanidad yuna solidaridad más allá del sujeto atomizado de intereses en un régimen de competencia, una verdad no meramente instrumental. De este modo la esfera de lacultura se veía separada del proceso social, de la facticidad realmente existente, y se la revestía de una “mayor dignidad” – como un ámbito más puro, más elevado. Lafalsedad de esta noción de cultura consiste en que presentaba el ámbito culturalcomo un ámbito autónomo, independiente, y la relación con él aparece como unmomento solemne, por cuanto separado de la “vida real”; el problema era que lacultura “eleva al individuo sin liberarlo de su denigración real”10. Sin embargo, quehasta ahora la cultura haya fracasado no es justicación para promover su fracaso.Esto es, sin embargo, lo que ocurre con la industria cultural. En palabras deRobert Hullot-Kentor: “Si la cultura, cuando escultura, es lo que potencialmenteva más allá de la autoconservación; y si laindustria, que signica muchomás que un dispositivo de fabricación, es lo que reduce ese potencial a la tareade la supervivencia, entonces la industria cultural –en tanto que producción decultura por la industria– es la reducción de todo cuanto podría ir más allá dela autoconservación a la cruda lucha por la supervivencia. Laindustria culturalesla fabricación deculturacomo producción de barbarie”11. Es decir, con la industria cultural la cultura pierde tendencialmente la posibilidad de trascender el reino dela necesidad, y al hacerlo sacrica su diferencia especíca y su relativa autonomía.La industria cultural remite ante todo a la subsunción total de la cultura a la formade la mercancía. No se trata solo de una crítica al comercio de arte o cultura.Las obras de arte ya erantambiénmercancías: solo en cuanto mercancía pudo elarte emanciparse del mecenazgo y conquistar una relativa autonomía a través delcarácter anónimo del mercado, que  permitiría el desarrollo del arte por el arte,si bien como un reducto meramente tolerado por la sociedad burguesa. Lo que ocurre es que con la industria cultural pasan a no ser ya tendencialmente nada má sque mercancías: no pueden ir más allá del contexto social y económico en el que surgen para articular un contenido estético específico o ser sujeto soberano –aunquesea meramente tolerado– de su  propio desarrollo artístico.
Para Adorno y Horkheimer, la industria cultural es un instrumento clave  paraque la red funcional de socialización capitalista pueda aprehender y canalizar  laconciencia y el inconsciente de los individuos socializados: una escuela queenseña los mores de integración en el capitalismo avanzado. Remite a estrategiascon las que los individuos intentan dotar de sentido a unas vidas de las que no sonsujetos soberanos. Se trata de un rito de inclusión social mediante el consumo. Ir alcine, como salir  de tiendas o ir al museo, se convierte en una actividad intransitiva,un n en sí mismo, cada vez más independiente del objeto del que se “disfrute” – eneso consiste también la “empatía con el valor de cambio” de la que hablaran Adornoy Benjamin27. En este sentido señala Adorno en Minima Moralia que lo que hace laindustria cultural no es sino administrar la brecha entre los hombres y su cultura28. 
Lo característico de la industria cultural sería que moviliza elanhelo de una vida mejor, el persistente aferrarse de los individuos a promesasde felicidad o al menos la necesidad de escapar de una realidad gris y cada vezmás insufrible, y lo funcionaliza de acuerdo con las exigencias de la reproducción de lo existente. En este sentido, la industria cultural “especula sobre el estado deconciencia e inconsciente” del público31: ofrece formas de mitigar el antagonismoentre los individuos cada vez más debilitados y el aparato social del que depende susupervivencia. Por  ello no se trata de simple “manipulación” y, si podemos hablar deengaño, desde luego los propios sujetos quieren ser engañados. La industria culturalcobra fuerza allí donde las demandas de la economía libidinal –que siempre siguenla línea de la menor resistencia– se funden con el conformismo y capitulan ante laavasalladora realidad social externa.     El propio Adorno señalaba a finales de los 60 que la industria culturalse había convertido en segunda naturaleza de la vida social34, y hace tiempo quese ha convertido ena priori, no solo de la producción y consumo del arte, sino detoda forma de experiencia.
La industria cultural articula su promesa de felicidad mediante la inclusión através del consumo, la participación al menos ritual en una vida social con cuyaconstitución se establece una relación de tácita complicidad. A su base estabauna relativa nivelación de las desigualdades sociales, que ofrecía acceso a bienesmateriales y espirituales que hasta entonces habían parecido un lujo.
El nuevo rostro de la industria cultural actual vienemarcado por el hecho de que, en los residuos de la sociedad de consumo actual,cualquiera puede disfrutar –aparentemente gratis– de la “riqueza cultural de lasociedad”: en forma de audios, videos, extractos de películas, que en principio  pueden ser consumidos, enlazados y compartidos de forma prácticamente ilimitada.En cambio, el acceso a la riqueza material de una sociedad que no conoce otro mediode integración que el trabajo asalariado se revela cada vez más difícil. La tendenciaa una integración mediática total de productos y consumidores coincide con unacreciente exclusión de amplios extractos de la población de los  bienes másesenciales. Parece que estamos ante el comienzo de un proceso de exibilización, precarización y miedo de quedar excluidos del sistema social de trabajo yconsumo. La industria cultural contemporánea y sus compensaciones deben seranalizadas en relación con estas transformaciones.
Pero, cuando discografías y lmografías enteras caben en un bolsillo, cuando se puede acceder a ellas en cualquier momento y lugar y difundirlas con apenas un click del ratón, y cuando fragmentos audiovisualesson extraídos de su contexto y se consumen como canapés, el fatigoso trabajo de producción cultural parece haberse vuelto inadecuado a sus formas de consumo. Los contenidos, que constituyen la sustancia de la cultura, parecen hoy algo  obsoleto, redundante en comparación con los medios. Su valor socio-económicoes más bien residual: son ante todo un pretexto para poner netbooks, iPodsy smartphones en funcionamiento –y son los aparatos los que concentran lasmayores inversiones–. Esto tiene que ver con la propia lógica de la industriacultural. En rigor, ella no puede  producir por sí misma contenidos nuevos, sinoque para poner en marcha su maquinaria necesita procesar un material cultural preexistente40: por eso parasita todo material cultural que cae en su poder, yasean materias primas o productos semifacturados. Primero fueron los contenidos dela cultura burguesa tradicional y los residuos de la cultura popular; más tarde lascontraculturas y subculturas alternativas supuestamente “no comerciales”. Unavez agotadas, tienen que ser  recicladas o producidas sintéticamente; al igual queel propio capitalismo, la industria cultural consume todas sus “reservas naturales” ysocava así sus propios fundamentos41.   
Pero la virtualización responde también a una promesa deempowerment .Paradigmáticos son en este sentido smartphones, iPods o tabletas, que ofrecenla ilusión de disponer sobre toda clase de productos con un leve gesto de los dedos.La soberanía que prometen es la del consumidor –precisamente en un momentoen el que la impotencia real de los sujetos, su indefensión ante los imperativossociales, ha alcanzado un grado sin precedentes. Por otra parte, esta aparienciadeempowermentqueda desmentida por la relación adictiva que se establece conestos aparatos digitales, y la sensación de soberanía se desvanece apenas el teléfonose queda sin batería o su  softwarees sustituido por una versión sucesiva. Estorevela lo quebradizo de este aparente fortalecimiento de los sujetos, y pone demaniesto que su supuesta soberanía sobre los productos culturales descansasobre presupuestos sociales como que la energía siga saliendo de los enchufes oque la cobertura de Internet permita que sigan emanando películas y canciones. Laaparente autonomía y soberanía de los usuarios sigue completamente sometida a la prepotencia del entramado social, y presupone que los individuos puedan integrarseen su marco funcional.
Tras estas ilusiones de empoderamiento late el miedo a una amenaza cadavez más presente: la de quedar excluido del sistema de trabajo y consumo47. Es coneste miedo generalizado, que a su vez implica la expansión de la lógica de lacompetencia a todas las esferas de la vida, con lo que especula la industria culturalactual.
Sin embargo la industria cultural no sólo es “huida de la realidad”, sino también“training para la vida”48. Esto ha de entenderse en el marco de las nuevas relacioneslaborales, que ya no permiten una inserción estable en el ámbito del empleo, sinoque favorecen la proliferación del trabajo “por cuenta propia” y una vinculacióncontractual cada vez más marcada por proyectos o servicios puntuales49. En estecontexto la planicación estratégica de la propia existencia y el marketing deuno mismo se han convertido en elementos esenciales del mercado de trabajo. Lasnuevas formas de autoescenicación que permiten las redes sociales se revelan perfectamente ajustadas a estos imperativos, y en ellas cada vez más individuosevidencian una enorme distancia hacia sí mismos y una sumisión total e inmediataa los imperativos sociales50. Si Adorno y Horkheimer habían señalado quelas técnicas publicitarias impregnaban el lenguaje y el estilo de la industriacultural, hoy la publicidad y el diseño son el prototipo que rige los modos en que elempresario de sí mismo se pone en escena y se muestra “empleable”. Aquí ya no setrata del culto al éxito encarnado en las celebridades y superestrellas, sino enconformarse activamente según los patrones sociales del éxito social. El sadismo con el que esto ocurre a menudo puede apreciarse en los programas de casting,desdeOperación Triunfoa Masterchef . Pero ya no se trata de encarnar un rolsocialmente reconocido, sino únicamente de presentarse como un recurso valioso yexplotable  para un sistema que cada vez necesita menos fuerza de trabajo humana51
En este sentido, la industria cultural 2.0 ha contribuido también a la difuminaciónde las fronteras entre trabajo y tiempo libre. El espíritu del capitalismo en la erade Adorno, que éste criticara con razón, era elwork while you work, play while you play52. El nuevo espíritu del capitalismo puede leerse por  ejemplo en los letrerosque Amazon coloca para sus trabajadores:work hard, play hard, make history. Elenorme incremento de la productividad en un régimen de competitividad desbocadaya no requiere solo trabajo mecánico, sino que busca poner a su servicio todas lasdimensiones lúdicas y recreativas, todo atisbo de ingenio y fantasía. La armaciónde Adorno de que en el capitalismo tardío la diversión no es sino prolongacióndel trabajo se revela literalmente cierta. Para el individuo forzado a presentarsecomo “empleable” toda forma de comunicación e interacción se convierte en un potencial escenario denetworking , una ocasión para mostrarse, perlarse, enumerarsus habilidades y destrezas, su experiencia e inagotable motivación, y hacer valersu ingenio y su ocurrencia.
[Kurz:] El capital, el “sujeto automático” de la valoración, es ahora la forma inmediata, sin ltrosy endemoniadamente trastornada de autorreferencia de los sujetos: Cada uno es su propio capitalista, cada uno es su propio trabajador. El individuo humano ya no tienehistoria, sino que como mero “uno” abstracto se reduce a un punto de intersección entrelas tendencias de los mercados, una máquina de auto-valorización, o, como se dice en elcapítulo de la industria cultural: “Cada uno es ya solo aquello en lo que puede sustituir alos otros: fungible, un ejemplar. Él mismo, el individuo, es lo absolutamente sustituible,la pura nada”53.   
Esta situación de impotencia refuerza la dependencia de las compensaciones dela industria cultural, y esto tiene como consecuencia que los individuos se vuelvenmás susceptibles a las fantasías de éxito, omnipotencia y megalomanía: “Al igualque cada uno es su propio capitalista y su propio trabajador, cada uno es tambiénsu propia estrella, su propio héroe y al mismo tiempo su propio y único fan […].También podría decirse: cada uno es su propia industria cultural casera” 54.
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periodistasworld · 2 years ago
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Consejo de Ancianos tiene la facultad de elegir, asignar o remover al titular del gobierno de la tribu
Punta chueca Hermosillo, Sonora a 10 de julio de 2022
                                                    Asunto: Notificación       C.Enrique Robles Barnett presidente del consejo de ancianos Nación Comcáac de acuerdo a usos y costumbres
es la máxima autoridad dentro del territorio y
tiene la facultad de elegir, asignar o remover al titular del gobierno de la tribu
C. Lic. Andrés Manuel López Obrador
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
Plaza de la Constitución S/N, Centro Histórico de la Ciudad de México, Centro, Cuauhtémoc, 06066 Ciudad de México, CDMX
C. Dr. Alfonso Durazo Montaño
Gobernador Constitucional del Estado de Sonora
Calle Comonfort SN-S, El Centenario,
83260 Hermosillo, Son.
C. Ing. Antonio Astiazarán Gutiérrez
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Presidente municipal de Hermosillo, Sonora
Blvd. Miguel Hidalgo SN, Centro, 83000 Hermosillo, Son.
Comunidades Indígenas nacionales e internacionales
Presentes:
Por medio de la presente hacemos de su conocimiento que  nuestra Nación Comcáac, también conocida como tribu Seris, del Estado de Sonora, México, cuentan con nuestra organización de gobernatura interna denominada CONSEJO DE ANCIANOS DE LA NACION COMCÁAC, constituido en asamblea ceremonial ancestral, respetando los lineamientos y estructura que lo rigen, tal y como se han venido realizando en nuestra comunidad desde tiempos inmemorables del gobierno indígena, mismo que es integrado por cuatro (04)miembros todos ellos originarios de nuestras comunidades de Punta chueca y el Desemboque.
Estos también llamados consejera o consejeros, mismos que son la máxima autoridad de nuestra nación y dentro del cual el C. ENRIQUE ROBLES BARNETT ostenta el cargo de presidente de este sagrado consejo de ancianos, cuidando y velando por la inclusión proactiva, agrupaciones, comisiones, celebraciones, conmemoraciones, dirigencia, cuidado y dignificación de todos y cada uno de los mil 300 miembros de la comunidad.
Por medio de la presente hacemos de su conocimiento que Enrique Robles Barnett, es quien ostenta el cargo de presidente del consejo de ancianos de la nación Comcáac"Seri", en el Estado de Sonora, dentro de nuestro gobierno indígena, constituido por usos y costumbres.
Y respetando los lineamientos que, desde tiempos inmemorables han permanecido como directrices de su estructura, motivo por el cual es de suma importancia que se reconozca que en su persona en quien recáe la carga material y moral de defender los intereses de la nación Seri y los miembros que la componen, por lo cual se debe reconocer a todos los niveles de gobierno que es la máxima autoridad dentro del territorio y las personas que representa, y para las cuales defiende y realiza acciones y gestiones encaminadas a dar continuidad a las características, diferenciales, cultura y tradición de la que formamos parte.
Aquí debemos dejar en claro que el presidente del consejo de anciano es la única autoridad que tiene la facultad de elegir, asignar o remover al titular del gobierno de la tribu, de acuerdo a usos y costumbres.
Para nuestro sagrado consejo de ancianos y por consecuencia de gerarquías dentro del mismo, una de las principales misiones para Enrique Robles Barnett, es de suma trascendencia y relevancia, se encuentran en lograr la materialización de garantizar los derechos de nuestra nación, y por ende de cada uno de los miembros de ella; partiendo para ello en la unión y coordinación de esfuerzos y acciones necesarias para la concreción de los proyectos que tendrán el impacto social y humano necesario que posibilite la construcción de infraestructura material, social, humana, moral y espiritual que nos lleve a mejorar y coadyuve a la dignificación y empoderamiento de las condiciones de vida de nuestra comunidad ante el resto del mundo.
La misión de vida de cada uno de los miembros de nuestro honorable consejo de ancianos, debe ser la mejora del pueblo que representan, y cabe mencionar que es de vida, porque el cargo que se ejerce dentro del mismo es vitalicio, intransferible, irrevocable e irrenuncianle y por conservación y respeto a nuestro modo de gobierno desde tiempos inmemorables.
A la trascendencia" muerte" de alguno de los titulares de cargos dentro del consejo, indica que se acostumbra que será heredado el mismo cargo por el primogénito de su linaje puro, pues una de las normas que deben seguir,la de casarce con una mujer y/o hombre de la nación, para continuar con la pureza del linaje sanguíneo, en las futuras generaciones misma que tendrán como misión la de dar continuidad al crecimiento y mejora del pueblo que representan, dando continuidad al trabajo realizado por su ancestro inmediato anterior.
Conscientes de que es necesario la unión y apoyo de nuestro pueblo para poder llevar a cabo las enormes e interminables labores que se deben realizar, se cuenta también con el apoyo de un gobernador indígena, cargo que se desempeña por tres años contínuos y de otras figuras que coadyuvan a la mejora de las condiciones de vida de nuestros miembros.
Los cargos temporales que serán reconocidos siempre y cuando quien los ostenta realice su labor dentro de un marco de acción que no lesione o vulnere el respeto, la integridad física,ética,moral o espiritual de este sagrado consejo de ancianos, que será siempre el primero en el eje de gobierno que nos permite vivir en armonía, mismo que presido cuidando la honra y mandato que me ha sido conferido por la nación.
Para tales efectos de la presente fundamos su capacidad legal y protección constitucional en lo establecido en los Artículos 2do constitucional, inciso A, párrafos I,II,III,IV,V,VI,VII y VIII, inciso B, párrafos I,II,III,IV,V,VI,VII, VIII y IX, párrafo C, Artículo 4to Constitucional, las leyes y ordenamientos Internacionales, federales, estatales y municipales en la materia, que entre otros organiza el derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación de su propio gobierno y reconocimiento del mismo, derechos que serán ejercidos en el marco constitucional de autonomía, reconocida a los pueblos originarios, afromexicanos y comunidades indígenas, así como todos y cada uno de los derechos Internacionales establecidos por la ONU en el convenio 169 OIT, la declaración de las Naciones Unidas NO.61/296 sobre los derechos de los pueblos indígenas en relación con el decreto presidencial, de fecha diez(10) de enero 1975 y publicado en el DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACION(DOF) en fecha 11 de enero de 1975.
Por lo anteriormente motivado y fundamentado a ustedes:
Autoridades federales, estatales y municipales, gobiernos indígenas y población en general, al través del presente recurso se le solicita de la manera más respetuosa y atenta tengan a bien, reconocer y otorgar en la medida de sus alcancea y funciones, el reconocimiento a su cargo, apoyo y las facilidades dentro de sus alcances permitidos, requeridos por nuestro vitalicio presidente del honorable consejo de ancianos de la nación Comcaac, contribuyendo con ello al buen funcionamiento y actividad de nuestra comunidad originaria y cada uno de los miembros que a ella pertenecemos.
Atentamente:
C. Enrique Robles Barnett
PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ANCIANOS
(Firma) y sello
Domicilio conocido, calle sin nombre S/N enfrente del Centro de salud, casa color rosa CP 83337
Punta chueca,Hermosillo, Sonora
Teléfono +52 662 425 6569
C.cp C. Gregorio Ramírez Valdez
Comisionado de Prensa de la Nación Comcáac
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jgmail · 6 years ago
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La necesidad de la metafísica del Caos
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por Alexander Dugin – La filosofía europea moderna comenzó con el concepto de Logos y el orden lógico del ser. Durante dos mil y algunos cientos de años este concepto ha sido completamente agotado. Todo el potencial y los principios contenidos en esta forma de pensar logocéntrica ahora se han explorado a fondo, expuesto y abandonado.
El problema del Caos y la figura del Caos se descuidaron, dejadas a un lado desde el principio de la filosofía. La única filosofía que conocemos en la actualidad es la filosofía del Logos. Pero el Logos es algo opuesto al Caos, su alternativa absoluta.
Desde el siglo XIX, con los filósofos europeos más importantes y brillantes como Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger, hasta los pos-modernistas contemporáneos el hombre europeo comenzó a sospechar que el Logos estaba llegando a su fin. Algunos de ellos osaron afirmar que de ahora en adelante estamos viviendo en el tiempo del fin de la filosofía logocéntrica, acercándose otra cosa.
La filosofía europea estaba basada en el principio logocéntrico que corresponde al principio de exclusión, el elemento diferenciador, la diairesis griega. Todo esto corresponde estrictamente a la actitud masculina, refleja el orden jerárquico, autoritario, vertical del ser y del conocimiento.
Este enfoque masculino de la realidad impone orden y el principio de exclusividad en todas partes. Esto es perfectamente claro en la lógica aristotélica en la que los principios de identidad y de exclusión se colocan en la posición central en el modo normativo de pensamiento. A es igual a A, y no es igual a no-A . La identidad excluye la no-identidad (alteridad) y viceversa. Aquí vemos al hombre que habla, piensa, actúa, lucha, divide, ordena.
Actualmente toda esta filosofía logocéntrica llegó a su fin y debemos pensar en otra posibilidad de pensamiento distinta del modo logocéntrico, falocéntrico, jerárquico y excluyente.
Si el Logos ya no nos satisface, nos fascina, nos mueve, entonces estamos dispuestos a probar algo más y abordar el Caos.
Para empezar: hay dos conceptos diferentes del Caos. La física y la filosofía modernas hacen referencia a sistemas complejos, bifurcaciones y ecuaciones no lineales mediante el uso del concepto de “caos” para describir tales fenómenos. Entienden por eso no la ausencia de orden, sino un tipo de orden que es difícil de percibir en cuanto tal. Así que este “caos” sería un orden, pero muy complejo, que parece no ser orden en modo alguno, pero que en esencia lo es. Este “caos” o “turbulencia” es calculable en la naturaleza pero con métodos y procedimientos teóricos y matemáticos más sofisticados que los instrumentos con los que faena la ciencia natural clásica.
El término “caos” es usado aquí de manera metafórica. En la ciencia moderna continuamos tratando con una forma esencialmente logocéntrica de explorar la realidad. Entonces, el “caos” aquí no es más que una estructura disipativa del Logos, el último resultado de su decadencia, caída, descomposición. La ciencia moderna no está tratando con algo que no sea el Logos, sino con una especie de post-Logos, o ex-Logos , o Logos en el último estado de disolución y de regresión. El proceso de destrucción y disipación final del Logos es tomado aquí como “caos”.
En realidad ello no tiene nada que ver con el Caos en cuanto tal, con el Caos en el sentido griego original del término. Es más bien un tipo máximo de confusión. René Guénon llama a la era en la que ahora vivimos una época de Confusión. La confusión significa el estado de ser que sucede al orden y lo precede. Así que tenemos que hacer una distinción clara entre dos conceptos diferentes. Por un lado, tenemos el concepto moderno de caos que representa un pos-orden o una mixtura de fragmentos contradictorios de ser sin ninguna unidad y orden, ligados entre sí por correspondencias y conflictos post-lógicos altamente sofisticados. Gilles Deleuze ha llamado a este fenómeno un sistema no co-posible compuesto por la multitud de las mónadas (utilizando el concepto de mónadas y co-posibilidad introducido por Leibniz) convirtiéndose para Deleuze en “las nómadas”. Deleuze describe la posmodernidad como una suma de fragmentos no co-posibles que pueden coexistir. Esto no era posible en la visión leibniziana de la realidad basada en el principio de co-posibilidad. Pero dentro de la posmodernidad podemos ver elementos excluyentes coexistiendo. Las mónadas no co-posibles (“nómadas”) no ordenadas pululando alrededor podrían parecer algo caótico, y es en ese sentido como normalmente se usa la palabra caos en el lenguaje cotidiano. Pero en rigor debemos diferenciar.
Así que tenemos que distinguir dos tipos de caos, el “caos” posmodernista como equivalente a confusión, una especie de post- orden, y el Caos griego como pre-orden, como algo que existe antes de que la realidad ordenada haya llegado a ser. Sólo este último puede ser considerado Caos en el sentido propio del término. Este (que es, sin embargo, el original) sentido del concepto de Caos se debe examinar cuidadosamente de modo metafísico.
La visión épica de la ascensión y caída del Logos en el curso del desarrollo de la filosofía occidental y de la historia de Occidente fue expuesto por Martin Heidegger, quien dijo que en el contexto de la cultura europea u occidental el Logos no es sólo un principio filosófico primordial, sino también la base de la actitud religiosa que forma el núcleo de la Cristiandad. También podemos notar que el concepto de “kalam” o intelecto está en el centro de la filosofía y la teología islámicas. Lo mismo ocurre con el judaísmo (al menos en la opinión del judío Filo, y sobre todo en el judaísmo medieval y en la Cábala). Así, en la alta modernidad en que vivimos somos testigos de la caída del Logos acompañada de la correspondiente caída de la cultura greco-romana clásica y de la religión monoteísta. Estos procesos de descomposición son completamente paralelos a lo que Martin Heidegger considera la situación actual de la cultura occidental en su conjunto. Identifica el origen de este estado de cosas en algún error oculto y difícilmente reconocible cometido en las primeras etapas del pensamiento griego. Algo salió mal en el comienzo mismo de la historia de Occidente y Martin Heidegger ve este error, precisamente, en la afirmación de la posición exclusivista del Logos exclusivista en el pensamiento en cuanto tal. La transición fue hecha por Heráclito, por Parménides, pero sobre todo por Platón a partir del pensamiento de la filosofía, lo que fue equivalente a la instauración de una visión del mundo de dos niveles en la cual lo existente era percibido como una manifestación de lo oculto. Posteriormente, lo oculto fue reconocido como el Logos, la Idea, el paradigma, el ejemplo. De este punto procede la teoría referencial de la verdad. La verdad es el hecho de la correspondencia de lo dado inmediatamente a la presunta esencia invisible (“la naturaleza a la que le gusta esconderse”, según Heráclito). Los presocráticos estaban en el principio de la filosofía. La explosión incontrolada de la técnica moderna es su resultado lógico. Heidegger llama a esto “Gestell” y considera que es el motivo del desastre y la aniquilación de la humanidad que se acerca inevitablemente. Según él, el propio concepto de Logos estaba equivocado, por lo que se propuso revisar radicalmente nuestra actitud hacia la propia esencia misma de la filosofía y del proceso de pensamiento, y encontrar otro modo, que él llamó “el Otro Comienzo”.
Así que el Logos apareció por primera vez con el nacimiento de la filosofía occidental. La antigua filosofía griega surgió ya como algo que excluye al Caos. Precisamente, al mismo tiempo el Logos comenzó a florecer revelando una especie de inmensa voluntad de poder y el absolutismo de la actitud masculina hacia la realidad. El devenir de la cultura logocéntrica ontológicamente aniquiló el polo opuesto del Logos en sí – es decir, el caos femenino. Así que el Caos como algo que precedió al Logos y fue abolido por él y su exclusividad se manifiestó y desestimó por el mismo movimiento. El Logos masculino expulsó al Caos femenino, la exclusividad y la exclusión subyugaron la inclusividad y la inclusión. Así nació el mundo clásico estirando sus límites por 2500 años – hasta la modernidad y la era científico racionalista. Este mundo llegó a su fin. Pero, sin embargo, todavía vivimos en sus límites. Al mismo tiempo, en el mundo de la disipación posmoderno todas las estructuras de orden se están degradando, dispersando y confundiendo. Es la noche del Logos, el fin del orden, el último acorde de la dominación exclusivista masculina. Pero estamos todavía dentro de la estructura lógica, no fuera de ella.
Afirmando esto, tenemos algunas soluciones básicas para el futuro. La primera – el retorno al reino del Logos, la Revolución Conservadora, la restauración de la dominación total masculina en todos los ámbitos de la vida – la filosofía, la religión, lo cotidiano. Esto podría hacerse espiritualmente y socialmente o en lo técnico. Este modo en el que la técnica se encuentra con el orden espiritual fue fundamentalmente estudiado y explorado por Ernst Jünger, amigo de Martin Heidegger. El retorno al clasicismo acompañado por la apelación al progreso técnico. El esfuerzo por salvar el Logos en descomposición, la restauración de la sociedad tradicional. El Orden eternamente nuevo.
El segundo camino es aceptar las tendencias actuales y seguir la dirección de la confusión, que implica participar más y más en las estructuras de disipación, en el postestructuralismo, y tratar de alcanzar el placer de deslizarse cómodamente en la nada. Esta es la opción elegida por los representantes de la izquierda o los liberales de la postmodernidad. Es el nihilismo moderno en su ápice – originalmente identificado por Nietzsche y explorado a fondo por Heidegger. El concepto de la nada siendo lo potencialmente presente en el principio de la identidad adecuada al propio Logos, no es aquí el límite del proceso de la caída del orden lógico, sino el ámbito construido racionalmente de expansión ilimitada de la decadencia horizontal, multitudes incalculables de flores de putrefacción .
Sin embargo, podríamos elegir la tercera vía y tratar de trascender las fronteras del Logos y dar un paso más allá de la crisis del mundo postmoderno, literalmente postmoderno, es decir, más allá de la modernidad, donde la disipación del Logos alcanza su límite. Así, la cuestión de este propio límite es crucial. Mirando desde el punto de vista del Logos en general, incluyendo el Logos más decaído, más allá del reino del orden no hay nada. Así que cruzar la frontera de ser es ontológicamente imposible. La nada no es: así dice después de Parménides toda la ontología logocéntrica occidental. Esta imposibilidad afirma la infinitud de la frontera del Logos y asegura la descomposición interna del reino de la continuidad del orden eterno. Más allá de la frontera de ser no hay nada y el movimiento hasta este límite es analíticamente infinito (aquí es totalmente válida la aporía de Zenón de Elea). Así que nadie puede cruzar la frontera a no ser que simplemente no exista.
Si insistimos no obstante en hacer eso, debemos apelar al Caos en su sentido griego original, como algo que precede el ser y al orden, algo pre-ontológico.
Estamos frente a un problema crucial realmente importante. Un gran número de personas hoy en día no está satisfecho con lo que está sucediendo a nuestro alrededor, con la crisis absoluta de los valores, las religiones, la filosofía , la política y el orden social, con las condiciones posmodernas, con la confusión y la perversión, con la era de mayor decadencia.
Pero teniendo en cuenta el sentido esencial del devenir de nuestra civilización al estado actual no podemos mirar hacia las fases anteriores del orden logocéntrico y sus estructuras subyacentes porque fue precisamente el Logos mismo quien llevó las cosas al estado en el que ahora están, portando en sí los gérmenes de la decadencia actual. Heidegger identifica con extrema credibilidad las raíces de la técnica en la solución presocrática al problema del ser a través del Logos. De hecho, el Logos no puede salvarnos de las condiciones instauradas por él mismo. El Logos no sirve de nada aquí.
Así que sólo el caos pre-ontológico puede dar una pista sobre la forma de superar la trampa de la postmodernidad. Él fue puesto a un lado en los albores de la creación de la estructura lógica del ser como una piedra angular. Ahora es su turno para entrar en juego. De lo contrario estaremos condenados a aceptar la postmodernidad disipada postlógica que pretende ser eterna porque de alguna manera aniquila el tiempo. La modernidad mató a la eternidad y la postmodernidad está matando el tiempo. La arquitectura del mundo post-moderno es completamente fragmentada, perversa y confusa. Es una especie de laberinto sin salida, doblado y retorcido como la cinta de Moebius. El Logos, que era la garantía de la rectitud del orden, sirve aquí para proporcionar la curvatura, que se utiliza para preservar la impracticabilidad de la frontera ontológica con la nada, contra eventuales transgresores.
Así que la única manera de salvarnos a nosotros mismos, de salvar a la humanidad y la cultura de esta trampa es dar un paso más allá de la cultura logocéntrica dirigido al Caos .
No podríamos restaurar el Logos y el orden que se deriva de él porque llevan en sí mismos la razón de su destrucción eterna. En otras palabras, para salvar el Logos exclusivista deberíamos hacer un llamamiento a la instancia inclusiva alternativa, que es el Caos.
Pero, ¿cómo usar el concepto de Caos y basar en él nuestra filosofía si la filosofía ha sido siempre para nosotros algo lógico por definición?
Para resolver esta dificultad, deberíamos abordar el Caos no desde la posición del Logos, sino desde la del Caos. Esto puede ser comparado a la visión femenina, la comprensión femenina de la figura del otro que no es excluido, sino, por el contrario, incluido en la identidad.
El Logos se considera a sí mismo como lo que es, y como lo que es igual a sí mismo. Puede aceptar las diferencias dentro de sí mismo, ya que excluye lo que es distinto de sí mismo fuera de sí mismo. Así, la voluntad de poder está actuando. La ley de la soberanía. Más allá del Logos, afirma el Logos, no hay nada. Así que el Logos excluyendo todo más allá de sí mismo excluye al Caos. El Caos utiliza diferentes estrategias -incluye en sí mismo todo lo que es, pero al mismo tiempo todo lo que no es. Así, el inclusivo Caos incluye también lo que no es inclusivo como él, y más de aquello que excluye al Caos. Así, el Caos no percibe al Logos como otro en relación a sí mismo, o como algo que no existe. El Logos como el primer principio de exclusión está incluido en el Caos, presente en él, rodeado por él y tiene su lugar garantizado en él. Así la madre portadora del bebé lleva consigo lo que es una parte de ella y lo que no es una parte de ella al mismo tiempo. El hombre ve a la mujer como un ser externo e intenta penetrarla. La mujer considera al hombre como algo interno y trata de darle un nacimiento.
El Caos es el eterno nacimiento del otro, es decir, del Logos.
En resumen, la filosofía caótica es posible porque el propio caos incluye en sí el Logos como posibilidad interior. Puede identificarlo libremente, apreciar y reconocer su exclusividad incluida en su vida perpetua. Así llegamos a la figura del muy especial Logos caótico, que es el Logos completa y absolutamente fresco, siendo eternamente revivido por las aguas del Caos. Este Logos es caótico, al mismo tiempo exclusivo (y es por eso que es propiamente Logos) e inclusivo (siendo caótico). Lidia con la identidad y la alteridad de forma diferente.
El Caos puede pensar. Él piensa. ¿Deberíamos preguntarle cómo lo hace? Hemos preguntado al Logos. Ahora es el turno del Caos. Debemos aprender a pensar con y dentro del Caos.
Sugeriría, como ejemplo, la filosofía del pensador japonés Nishida Kitaro, que ha construido la “lógica del torneo” o “lógica de los lugares” en oposición a la lógica aristotélica .
Debemos explorar otras culturas diferentes de la occidental para tratar de encontrar diferentes ejemplos de filosofía inclusiva, religiones inclusivas, y así sucesivamente. El logos caótico no es sólo una construcción abstracta. Si nos fijamos bien, encontramos las formas reales de esta tradición intelectual. En las sociedades arcaicas, así como en la teología y las corrientes místicas orientales.
Apelar al Caos es la única manera de salvar el Logos. El Logos necesita un salvador para sí mismo. No pudo salvarse a sí mismo. Necesita de algo opuesto a sí mismo para ser restaurado en la situación crítica de la postmodernidad. Nosotros no conseguimos trascender la posmodernidad. Esta no puede ser superada sin apelar a algo que haya sido antes de la razón de su decadencia. Así que debemos recurrir a otras filosofías distintas de la occidental.
En conclusión, me gustaría decir que no es correcto concebir el Caos como algo que pertenece al pasado. El Caos es eterno, pero eternamente coexistente con el tiempo. Así que el caos es siempre absolutamente nuevo y espontáneo. Podría ser considerado como una fuente de cualquier tipo de invención y novedad, porque su eternidad tiene en sí misma siempre algo más de lo que era, es, o va a ser en el tiempo. El Logos en sí mismo no puede existir sin el caos como el pez no puede vivir fuera del agua. Cuando ponemos un pez fuera del agua, se muere. Cuando el pez comienza a insistir excesivamente en que alrededor se trata de algo más que de agua (incluso si es cierto), llega a la orilla y se muere. Es una especie de pez loco. Cuando lo ponemos de nuevo en el agua, salta de nuevo. Así que lo dejamos morir si él quiere. Hay otros peces en el fondo del agua. Vamos a seguirlos.
La era astronómica que está llegando a su fin es la era de la constelación del pez. El pez en la orilla. El pez moribundo. Así que necesitamos mucho del agua.
Sólo una actitud completamente nueva frente al pensamiento, una nueva ontología y una nueva gnoseología pueden salvar al Logos que salió del agua, en la orilla, en el desierto que crece y crece (como Nietzsche previó).
Sólo el Caos y la filosofía alternativa basada en la inclusividad pueden salvar a la humanidad moderna y el mundo de las consecuencias de la degradación del principio exclusivista llamado Logos. El Logos ha expirado y todos podemos ser enterrados bajo sus ruinas a menos que hagamos un llamamiento al Caos y sus principios metafísicos, y los utilicemos como base para algo nuevo. Tal vez este es el “nuevo comienzo”, del cual habló Heidegger.
Fuentes: Against Postmodern World – Legio Victrix
(Traducción de La Cuarta Teoría Política en español)
Extraído de: La Cuarta Teoría Política en español
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patoanacoreta · 3 years ago
Text
¿POR QUÉ LAS CLASES DOMINANTES TEMEN A LA HISTORIA?
HARVEY J. KAYE
Nota previa a ¿Por qué las clases dominantes temen a la historia? de Harvey J. Kaye
José Gandarilla
Este texto nos fue enviado especialmente por su autor para que figurase en las páginas de Memoria. Revista de crítica militante, gesto que enaltece a nuestro colectivo y al trabajo editorial que emprendemos, sin embargo, no es solo ese hecho lo que justifica su inclusión, sino la innegable actualidad que conservan las proposiciones ahí vertidas.
El escrito de Harvey J. Kaye es el discurso íntegro que ofreció en ocasión de la recepción del Premio Isaac y Tamara Deutscher, y fue leído en la London School of Economics, el 8 de noviembre de 1994. Ahí muestra, con rigor, la pertinencia del enfoque historiográfico al que liga su trabajo, por ello transitan en sus páginas referencias no solo a los historiadores marxistas británicos sino a ciertas figuras de la tradición revolucionaria de las clases desposeídas como es el caso, por supuesto, de Marx, Rosa Luxemburgo, Lenin, Gramsci (y lo hace, recordemos, en un momento en que aparece en toda su vigencia el alegato sobre el “fin de la historia”, y las posturas posmodernistas, a las que sugiere tomar muy en serio, en un contexto en que todavía están frescos los sucesos de la caída del “socialismo real”), pero también está presente su sutil advertencia sobre la posible refuncionalización de una lectura del pasado a los fines de apuntalar la política del poder, cuando, en un procedimiento, propio de los grupos conservadores y las nuevas derechas (punto que hoy se revela hasta más vigente que entonces) se pretende quitar el filo cuestionador de los hechos y memorias de la gesta histórica, y se opta por neutralizar su sentido, para hacer de aquellos acontecimientos (bajo un encubridor revisionismo) un repertorio integrable en la tarea cívica del adoctrinamiento, del olvido; o ejemplo de polarizaciones indebidas que fracturan la sociedad e impiden su “sano” desarrollo. Ante ese potencial uso reaccionario del pasado, nuestro autor esgrime los planteos de la llamada historiografía desde abajo, lugar de enunciación que lo mismo incluye los trabajos de quien reconoce como su mentor, Victor Kiernan, como los del propio homenajeado, Isaac Deutscher.
Kaye no duda en mostrarse, para las cuestiones de los Estados Unidos (potencia en declive, pero con ambiciones recobradas de supremacía global), como un heredero de los movimientos por una democracia profunda, la que abolió la esclavitud, la que pelea por el reconocimiento de los derechos civiles, contra el racismo y el resurgente fascismo; esa historia que quedó plasmada en ciertos pronunciamientos de sus fundadores, en el gesto de Rosa Parks, en la narrativa de Gore Vidal o Toni Morrison; que encuentra su relato crítico en los trabajos de Eugene D. Genovese o Noam Chomsky, y en la de tantos otros pensadores e historiadores radicales (entre los cuales el propio Kaye se cuenta). De ahí que, en su disertación, subraye la condición de peligrosidad que puede asumir el trabajo del historiador ante los intereses y las prácticas de las clases dominantes, cuando éste hace su opción, como lo señalara Howard Zinn, otro de sus autores de preferencia (fallecido hace once años), en un pasaje significativo de su clásico libro:
“en esa inevitable toma de partido que nace de la selección y el subrayado de la historia, prefiero explicar la historia del descubrimiento de América desde el punto de vista de los arahuacos; la de la Constitución, desde la posición de los esclavos; la de Andrew Jackson, tal como la verían los cherokees; la de la Guerra Civil, tal como la vieron los irlandeses de Nueva York, la de la Guerra de México, desde el punto de vista de los desertores del ejército de Scott, la de la eclosión del industrialismo, tal como lo vieron las jóvenes obreras de las fábricas textiles de Lowell; la de la Guerra Hispano-Estadounidense vista por los cubanos; la de la conquista de las Filipinas tal como la vieron los soldados negros de Luzón; la de la Edad de Oro, tal como la vieron los agricultores sureños; la de la I Guerra Mundial, desde el punto de vista de los socialistas; y la de la Segunda vista por los pacifistas; la del New Deal de Roosevelt, tal como la vieron los negros de Harlem; la del Imperio Americano de posguerra, desde el punto de vista de los peones de Latinoamérica”
Otro aspecto que revela actualidad del texto reside no solo en apuntar cómo es vista la historia por los grupos y clases dominantes, sino también cómo en los ojos de los poderosos puede llegar a percibirse esa ansiedad, ese temor a “las clases peligrosas”, a los de abajo, cuando éstos toman en sus manos los rumbos de sus vidas. Por la fecha en que fue escrito, uno no puede sino tener en mente el accidentado proceder de Carlos Salinas de Gortari, brazo ejecutor del quiebre histórico que significó la implementación del consenso de Washington en México, su figura desencajada y una mirada que traslucía entre miedo y odio, luego del alzamiento zapatista, los primeros días de enero de 1994. Por otra parte, en este 2021, que se conmemoran los 500 años de la caída de Tenochtitlan, se esperan hondos debates sobre el tema, que también esperamos atender en estas páginas, ante los retos que se abren en la coyuntura problemática por la que atravesamos, parte de cuyos problemas remiten sus orígenes más remotos a aquellos procesos fundantes (colonialismo, racismo, clasismo, discriminación). Justamente, frente a la persistencia de una idea de nación “solo para unos cuantos”, la que pretendió imponerse en la tentativa oligárquica y elitista del neoliberalismo, como antes lo fue con el porfirismo, es que se alza hoy la propuesta constructiva de una Cuarta Transformación, a la que se oponen, desde los grupos dominantes, todo género de obstáculos; eso, y el hecho de que hoy contemos con un Ejecutivo al que le gusta y practica la historia (y la entiende simbólica y materialmente como un espacio de permanente disputa), son algunos de los motivos por los que juzgamos oportuno publicar esta importante contribución de Harvey J. Kaye.
1989 fue el año del bicentenario de la Revolución Francesa, y -a pesar de las maquinaciones de las clases dirigentes en Occidente y en Oriente- los acontecimientos de ese año parecieron ser una dramática prueba viviente de que los grandes ideales de 1789 no solo eran recordados, sino que aún eran una acción inspiradora y animadora. A través de Eurasia y más allá, hombres y mujeres lucharon nuevamente por la libertad, la igualdad, y la democracia. Las rebeliones reivindicaron el control de los espacios públicos y derribaron a gobernantes y a regímenes. Hubo triunfos, como la caída del Muro de Berlín, y hubo tragedias, como la masacre de la plaza de Tiananmen. Pero de conjunto, estos eventos recordaron al pueblo a nivel mundial sobre el deseo popular de libertad y la demanda del “poder al pueblo”. Había razones para celebrar y para creer que todavía habría más por venir.
Y, sin embargo, en pocos años, la esperanza y la sensación de la posibilidad engendrados por esos eventos y por el final de la Guerra Fría han sido superados por otros acontecimientos, más oscuros, y el orden espiritual del día se ha convertido en un orden de desesperanza y cinismo. Emulando a las tradiciones más brutales de nuestro siglo, la política del nuevo orden mundial ha sido aparentemente dominada por la codicia, el odio, y las masacres; tristemente, solo necesitamos mencionar a Somalia, Bosnia, Ruanda. La propia vida europea está marcada por el resurgimiento de los nacionalismos, los fascismos, la xenofobia, de una forma de lo más extravagante, en vista de los trágicos éxitos de los nazis en sus intentos de librar al continente de judíos, el antisemitismo.
Al mismo tiempo, y seguramente contribuyendo en una proporción masiva al fortalecimiento de estas brutalidades, el mercado ahora gobierna en todo el mundo -al Norte y al Sur, subsumiendo todo y a todos bajo el mando del capital, intensificando las ya groseras desigualdades, mientras los ricos se hacen más ricos y los trabajadores más pobres- y amenaza con destruir al movimiento obrero occidental y a su mayor conquista, los gobiernos socialdemócratas.
Se vuelve cada vez más difícil ganar audiencia para el “bien público” o el “bienestar común”. El discurso público y los pensamientos privados a lo largo del espectro político parecen aceptar -como dijo el neoconservador estadounidense Francis Fukuyama- que estamos ante el “fin de la historia”.[1] Con el triunfo global del capitalismo, se cree que hemos llegado al término del desarrollo histórico mundial, la culminación de la historia universal, que no solo implica el colapso de la Unión Soviética sino enviar a todas las variedades del socialismo al cementerio de la historia. Pueden surgir fundamentalismos y particularismos para desafiar al capitalismo liberal, pero no son una alternativa universal al mismo, ni ahora ni en el futuro. De hecho, el estudio reciente del mundo hecho por Edward Luttwak hace que la misma tesis de Fukuyama parezca totalmente optimista. En lugar del liberalismo, Luttwak ve “el fascismo como la ola del futuro”.[2]
En cualquier caso, las posibilidades de la democracia radical se han agotado; el mayor progreso y desarrollo de la libertad y la igualdad está excluido, para siempre. Se declara, y así se lo percibe, que pensar de otro modo, no solo es utópico, sino peligroso.
No acepto esa presunción, y no cederé ante ella. No estamos satisfechos; y nuestras exigencias y satisfactores no son simplemente materiales. La historia y sus posibilidades políticas progresivas no están resueltas.
Sin embargo, considero a la idea del “fin de la historia” con la mayor seriedad. No lo hago simplemente porque la apariencia de la presuntuosa obra de Fukuyama sea un golpe literario y comercial inteligentemente sincronizado, orquestado con el apoyo financiero patrocinado por una fundación de la Nueva Derecha dotada corporativamente, sino porque -a pesar de lo ilusoria que realmente pueda ser- esta idea ha articulado otra vez a las perennes ambiciones y sueños de las potencias para hacer de sus regímenes y órdenes sociales no solamente omnipotentes y universales sino inmortales. Y, al menos por ahora, ella parece captar en una sola frase la visión histórica dominante.
Para aquellos de nosotros que todavía aspiramos a promover los ideales críticos y democráticos de la Ilustración y de la era de la Revolución, continúa presentándose la vieja cuestión: ¿qué hacer? Y, sin embargo, parecería haber una cuestión previa, e incluso más urgente: ¿de dónde podremos obtener el apoyo, la esperanza, y una sensación de posibilidad, cuando se debe admitir que hay razones sustanciales para ser pesimista?
Más inmediatamente, no puedo hacer nada mejor que citar al mismo Deutscher: “Me parece que la conciencia de la perspectiva histórica”, escribió, “ofrece el mejor antídoto al pesimismo extravagante, así como al optimismo extravagante sobre los grandes problemas de nuestro tiempo”.[3]
Más allá de eso, lo que tengo en mente puede chocarles como algo bastante perverso. Quiero que miremos plenamente y con profundidad en los ojos de las clases dominantes y dirigentes. Percibamos lo que ellos ven. Victor Kiernan, el extraordinario historiador británico de los imperios, del estado-nación, y de tantos otros temas, jamás dejó de recordarme que nuestros dirigentes han podido asegurar su dominio una y otra vez porque ellos están más unidos, son más conscientes de su clase y, políticamente, más inteligentes. Ellos están habitualmente en el puesto de mando; nosotros no; de modo que por más ansiedad de autoengañarse que puedan tener (y es imperioso que traten de hacerlo), están mejor posicionados para espiar el camino que tienen por delante y el que dejan atrás.
Mi opinión es que por más imponente que pueda ser el poder de las clases dominantes, y por más sumiso que pueda parecer el pueblo sobre el que lo ejercitan, los ojos de las clases dominantes no reflejan seguridad y confianza, sino aprensión y ansiedad. ¿Qué es lo que ven? ¿Qué es lo que reconocen? ¿Qué es lo que saben? El historiador radical estadounidense Howard Zinn apunta a una respuesta:
Cuando nos deprimimos al pensar en el enorme poder que los gobiernos, las corporaciones multinacionales, los ejércitos y la policía tienen para controlar las mentes, aplastar a los disidentes, y destruir las rebeliones, deberíamos tener en cuenta un fenómeno que siempre encuentro interesante: Quienes poseen un enorme poder están sorprendentemente nerviosos sobre su capacidad para aferrarse a su poder. Reaccionan casi histéricamente ante los que parecen ser débiles e inofensivos signos de oposición (…) ¿Es posible que la gente con autoridad sepa algo que nosotros no sabemos?[4]
En las miradas y acciones de los poderosos, podemos descubrir qué es lo que les preocupa así y, al mismo tiempo, recordar lo que parece estar casi en el olvido. Al fin y al cabo, tendremos que preguntarnos: ¿Por qué las clases dominantes temen a la historia?
*
Tengo una historia para relatar, que llevo conmigo desde hace varios años. No es larga, ni grandiosa, ni épica en sus dimensiones. Y, seguramente, hay muchas otras, más poderosas. No obstante, pienso que puede servir como un punto de partida.
A comienzos del otoño de 1986, uno de mis colegas, Craig Lockard, dejó sobre mi escritorio un artículo del Far Eastern Economic Review que relataba las dificultades y adversidades de un joven disidente, Yu Si Min, ante el poder y las autoridades de Corea del Sur.[5] Craig pensó razonablemente que mis estudiantes y yo lo hallaríamos como algo intrigante, pues se refería a un texto que habíamos estado leyendo y discutiendo en clase.
La historia comienza en 1978, cuando Yu partió, desde su ciudad provincial sureña, hacia la capital, pues había sido aceptado para estudiar economía en la más prestigiosa institución académica del país, la Universidad Nacional de Seúl.
Ese fue un momento tremendo para él y su familia. Yu era el quinto de seis hermanos; sus padres habían escatimado y ahorrado durante muchos años para lograr que él pudiera continuar sus estudios. Como él mismo dijo, al dejar su hogar familiar, él podía realmente sentir la “mirada orgullosa de su madre sobre sus hombros”; y en el camino, él juró que seguiría una carrera lucrativa para compensar a sus padres por todos los sacrificios que habían hecho.
Sin embargo, la vida en Seúl no era como la que había esperado. Yu se sorprendió por los bajos salarios y las terribles condiciones de trabajo que sufrían los trabajadores, especialmente las mujeres y las adolescentes, y antes de finalizar su primer año en la universidad se había puesto a dar clases nocturnas en un distrito fabril, una actividad que pronto atrajo sobre él la atención de las autoridades.
Finalmente lo detuvo la policía. Lo interrogaron durante tres días, tratando de descubrir si estaba alentando huelgas y organizando sindicatos, que eran actividades prohibidas por el gobierno.
Cuando se declaró la ley marcial en mayo de 1980, Yu fue uno de los miles de manifestantes arrestados por exigir la restauración de los derechos democráticos como la libertad de prensa y de reunión y la legalización de sindicatos obreros independientes. Su primera estadía en la cárcel fue de tres meses. Durante ese tiempo fue golpeado regularmente. Luego, al recuperar la libertad, fue inmediatamente reclutado por el ejército. Siendo un conocido manifestante estudiantil, sufrió un duro tratamiento y, como otros que compartían su misma situación, fue enviado a una unidad que patrullaba la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas. Esta práctica supuestamente pretendía elevar la conciencia de la amenaza del Norte a la seguridad del Sur porque, junto a las temperaturas bajo cero y los frecuentes hostigamientos, había un constante “peligro de tiroteos repentinos”.
Relevado del servicio en la primavera de 1983, Yu fue readmitido en la universidad. Sin embargo, unas semanas después de su regreso se sumó a manifestaciones y pronto fue arrestado de nuevo, esta vez acusado de asalto, luego de que él y otros estudiantes detuvieron a varios agentes policiales “descubiertos al espiar en la universidad”.
Sentenciado a un año de cárcel, Yu fue puesto en “confinamiento solitario (…) aislado del resto del mundo”. Su celda tenía
1,8 metros de largo y 1,2 metros de ancho, con nueve agujeros para ventilación del tamaño de una moneda. Las paredes y el piso estaban cubiertos con espuma plástica para evitar cualquier filtrado de ruido y una puerta doble que obstaculizaba cualquier vista del corredor más allá de ella. “Lo primero que se me ocurrió”, dijo, “fue que sería mejor que aprendiera a llevarme bien con el silencio”.
Yu se mantuvo ocupado con labores de punto. Pero (siempre el estudiante) se preparó un plan de estudios riguroso de 150 tomos de la literatura mundial, incluyendo “todo lo de Dostoievski y de Tolstoi”. Sin embargo, hubo dos obras que le fueron prohibidas, por ser consideradas “subversivas”: Glimpses of World History [Vislumbres de la historia mundial] y What is History [¿Qué es la historia?].[6]
Mis alumnos se preguntaban por qué esos dos libros en particular fueron considerados “subversivos” ¿Qué los hacía “especiales”? Casi de inmediato, pensaron que era porque Nehru había sido un rebelde triunfante contra el imperio y un prominente líder del movimiento no alineado, y Carr había sido el autor de una monumental (y simpatizante) Historia de la Unión Soviética. Pero algunos de mis alumnos siguieron examinando sus respectivos capítulos, suponiendo que los censores realmente leyeron las obras que separaron de las otras. Al hacerlo, descubrieron que Vislumbres de la historia mundial se había originado en la década de 1930, a partir de las cartas escritas por Nehru desde las cárceles coloniales británicas a su joven hija, Indira. Basadas en el universalismo, el humanismo y el marxismo, y reconociendo las alzas y bajas de las fuerzas sociales, las cartas narran una historia global del imperio y la independencia, de la reacción y la revolución, y de la destrucción y la innovación creativa.
En el siguiente, en el libro que se suponía que todos ellos estarían leyendo, ¿Qué es la historia?, vieron cómo Carr discutía enérgicamente contra el pesimismo que prevalecía entre sus pares. Él afirmaba que aun con sus desastres, la historia moderna es progresista, porque seguimos viendo la expansión mutua y la profundización de la razón y la libertad. Y en esos términos, Carr convoca a sus colegas historiadores a reconocer sus responsabilidades intelectuales y políticas y “a presentar desafíos fundamentales, en nombre de la razón, a la manera actual de hacer las cosas”.[7]
Al ver estos libros desde el punto de vista de los poderosos, o sea, de la oficina de los censores de la prisión, mis alumnos coincidieron en que los mismos eran incuestionablemente “subversivos”. Pero, preguntaron entonces -y los amé cuando lo hicieron-, ¿no sería eso también verdad, al menos en cierta medida, de la historia crítica en todos los regímenes de poder y riqueza desiguales?
*
He contado la historia de Yu Si Min porque creo que recrea en un microcosmos la compulsión universal de las clases dominantes a controlar no solo la política y la economía, sino también la cultura y el pensamiento; más específicamente, la memoria histórica, la consciencia, y la imaginación. Allí, en su celda carcelaria, en su improvisado gabinete de lectura, físicamente aislado y solitario, Yu estaba totalmente bajo el mando del estado. Aparentemente confiados, sus guardianes le permitieron el acceso a muchas obras literarias; pero en verdad, estaban siempre preocupados y vigilantes, y obligados a impedirle leer dos de los libros solicitados, las obras que abordaban específicamente la historia.[8]
La experiencia de Yu en la cárcel evoca un largo historial de represiones, ocultaciones, mistificaciones, corrupciones y falsificaciones de la historia. Ante nosotros está el archi-antidemócrata Platón, exponiendo dialógicamente en su República un proyecto de una sociedad ordenada en clases -en la que los poetas y los proto-historiadores deben ser cuidadosamente regulados, y el consenso debe basarse en una gran fabricación histórica:
“Ahora,” dije “¿podemos idear una de esas mentiras -del tipo de las que surgen cuando lo exige la ocasión (…) para inventar una noble mentira y convencer con ella ante todo a los dictadores mismos, y si no al menos al resto de la comunidad?”
“¿A qué te refieres?”, preguntó.
“No se trata de nada nuevo”, dije, “sino de un caso ocurrido ya muchas veces en otros tiempos (…) pero que nunca pasó en nuestros días ni pienso que pueda pasar, es algo que requiere grandes dotes de persuasión para hacerlo creíble”.[9]
(Curiosamente, la República de Platón bien podría haber sido una de las “grandes obras” permitida en el plan de estudios en la cárcel de Yu).
Distinguiendo claramente entre “el pasado” como una invención ideológica y “la historia” como un saber crítico, en The Death of the Past [La muerte del pasado], J. H. Plumb resume sucintamente el desfile de las elaboraciones de la clase dominante y los usos de las mismas desde la época antigua hasta la presente: “El pasado estuvo permanentemente involucrado en el presente, y todo lo que consagraba al pasado -los monumentos, las inscripciones, los registros- eran armas esenciales en el gobierno, para asegurar la autoridad, no solo del rey, sino también de quienes a cuyo poder él simbolizaba y santificaba…”.
Hoy, Plumb podría haber subestimado la persistencia del pasado, y los continuos esfuerzos de las élites para componerlo y dirigirlo, pero apreciaba su importancia esencial: “Los mitos y leyendas, las dinastías y las genealogías (…) las interpretaciones liberales y los destinos manifiestos (…)  Todos los soberanos necesitaron una interpretación del pasado para justificar la autoridad de sus gobiernos (…) El pasado siempre ha sido el esclavo de la autoridad”.[10]
Nuestro propio siglo no está libre de esas prácticas. Siguiendo la consigna del Partido en la obra 1984 de Orwell, “quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado”, los regímenes totalitarios y autoritarios han buscado constantemente dominar y manipular la memoria pública y privada. Fue cierto con el nazismo y el fascismo, ha sido cierto con el comunismo, y ha sido cierto con una gran cantidad de dictaduras más pequeñas, aunque no necesariamente más benignas.
Aunque comparadas con las devastaciones de la blitzkrieg (guerra relámpago) y las conquistas y el asesinato organizado de seis millones de judíos, la quema de libros y las perversiones del pasado parecen crímenes menores, jamás se las debe pasar por alto, porque el tratamiento criminal de la historia por parte de los nazis sirvió para racionalizar y justificar ante el pueblo alemán sus posteriores crímenes contra la humanidad. Quienes niegan que haya ocurrido el holocausto pueden estar ejerciendo su derecho a la libre expresión (y demostrar que las clases dominantes no tienen un monopolio absoluto para tratar de suprimir el pasado), pero también están cometiendo atrocidades contra la memoria y la historia. La presencia de neo-nazis en las calles de Europa, junto al re-ascenso de políticos fascistas, es escalofriante.[11]
La censura en la Unión Soviética comenzó bajo Lenin como una “medida transitoria”. Sin embargo, como David Remnick escribe en Lenin´s Tomb [La tumba de Lenin]: “El Kremlin tomó tan seriamente a la historia que creó una burocracia masiva para controlarla, para inventar lenguaje y contenido, de modo que las purgas asesinas y arbitrarias se convirtieron en un “triunfo sobre los enemigos y espías”, y el tirano reinante, en un “amigo de todos los niños”.[12]
Isaac Deutscher relata cómo, al comienzo de las campañas de Stalin contra sus rivales, “comenzó la prodigiosa falsificación de la historia que iría a descender como una avalancha sobre los horizontes intelectuales de Rusia” y cómo, al comienzo de la década de 1930, iba exigiendo falsedades y encubrimientos cada vez más masivos. Con las farsas judiciales, las purgas, las hambrunas, las deportaciones, los campos de concentración, y los asesinatos por millones, Stalin y el Partido impusieron una gran “conspiración del silencio”.
Luego de más de un cuarto de siglo, los horrores y las mentiras, y la represión de toda referencia a ellos, fueron tan estrechamente unidos que los sucesores de Stalin no pudieron admitir que se aflojaran demasiado los controles. ¿Cómo podían hacerlo, si todos ellos habían sido sus “cómplices”?[13] El mismo Kruschev apreció plenamente el poder del pasado y paradójicamente, rindió uno de los mejores (aunque no eran universalmente merecidos) homenajes a mi profesión que jamás haya oído: “los historiadores son gente peligrosa, capaces de invertir todo patas para arriba. Hay que vigilarlos”.
Aunque los días más oscuros no regresaron, la historia siguió estando bajo una estrecha supervisión y regulación -con “deshielos” ocasionales, seguidos regularmente por nuevas “purgas”- hasta la glasnost y la perestroika a mediados de los ochenta. Sin embargo, Gorbachov no era un tonto. Incluso él habría preferido, al menos al comienzo, no ampliar la apertura y la reestructuración a las cuestiones del pasado. No fue sino hasta que imaginó que, permitir el reexamen y la revisión pública de los registros históricos, lo ayudaría a socavar a su oposición, que él mismo exigió que se llenaran los demasiado numerosos “espacios en blanco”.[14]
Habiendo sido tan bien supervisados, los mismos académicos profesionales al comienzo dudaban si emprender el entonces permitido reexamen de la experiencia soviética. Pero otros no, y muy pronto el estudio sobre el pasado histórico se fue afirmando en todos lados. Recuerdo claramente el anuncio del gobierno soviético en mayo de 1988 de que, en vista de los grandes cambios en curso, se estaban cancelando los exámenes de historia de la universidad. Con el tiempo, se cancelarían muchas más cosas que eso.
Los errores de cálculo de Gorbachov, si suponemos que nunca pretendió realmente provocar la desintegración de la Unión Soviética, también invitaron a la renovación y el rescate de la política y la historia en Europa Oriental. En 1988, en el vigésimo aniversario de la “Primavera de Praga” y el aplastamiento del experimento checoslovaco sobre la democracia socialista, el grupo disidente “Carta 77” emitió una declaración que concluía con el siguiente párrafo:
Solo pedimos la verdad. La verdad sobre el pasado y la verdad sobre el presente son indivisibles. Sin aceptar la verdad sobre lo que sucedió es imposible abordar correctamente qué está sucediendo ahora; sin la verdad sobre lo que está sucediendo ahora es imposible mejorar sustancialmente el estado de cosas existente.
En las repúblicas bálticas, la insurgencia política fue acompañada por los pedidos de la publicación de los “protocolos secretos” del pacto Hitler-Stalin que habían sellado sus destinos. En forma similar, los cambios en curso en Polonia, por los que durante tanto tiempo lucharon los trabajadores y los intelectuales de “Solidaridad”, generaron una serie de “revelaciones” históricas, referentes a las acciones soviéticas antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Y en Hungría, junto con las demandas populares por la reforma política, se organizó un “Comité por la Justicia Histórica” para proseguir la recuperación del pasado enterrado de la Revolución de 1956.[15]
Encubiertas desde 1945, las fuerzas nacionalistas extremistas y reaccionarias asumieron el poder en cada uno de estos casos, amenazando en sus respectivas personificaciones, con reemplazar a la represión comunista de la memoria y de la historia con las represiones nacionalistas. No obstante, la importancia de la historia para los movimientos de liberación de 1989 confirmó las palabras del novelista checo Milan Kundera: “la lucha del hombre contra el poder, es la lucha de la memoria contra el olvido”.[16]
Más hacia el Este, la dirección comunista china, a pesar de todos sus proyectos revolucionarios, en realidad renovaron el manejo del pasado de sus antecesores imperiales y de quienes lo estudiaron. De hecho, Mao y sus cuadros, al decir de Jonathan Unger, estaban aún más decididos a controlar los mensajes impartidos en las obras históricas para inclinar esos mensajes para que favorezcan a las líneas políticas oficiales y extirpen las disidencias u oposiciones que podrían estar ocultas en las alegorías históricas (…) En resumen, los historiadores debían ser los siervos de los propagandistas del Partido.[17]
El grado de control ejercido desde 1949 ha variado, aunque obviamente no tanto como las direcciones historiográficas dictadas por las cambiantes medidas políticas y económicas del gobierno. Por su parte, los mismos historiadores, y otros recreadores del “pasado” chino, en algunas ocasiones, aunque infructuosamente, han alzado su voz para defender el “derecho a recordar”. En 1989, con una petición apoyando a los estudiantes y trabajadores que se movilizaban en la plaza de Tiananmen, un grupo de escritores de Shanghai pidió una “investigación histórica libre”. Sin embargo, luego de la masacre de la noche del 4 de junio, llegó la predecible reacción ideológica, comenzando con la maquinaria de propaganda gubernamental, que describió a la violenta represión al movimiento democrático por parte del ejército como acciones que se tomaban contra los “contrarrevolucionarios”.
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Es difícil tratar a las clases dirigentes de los estados liberales contemporáneos en las mismas páginas como las relacionadas con las experiencias del fascismo y el comunismo. Pero nuestras élites dominantes no son inocentes, y debemos esforzarnos para no olvidar que las instituciones, leyes y costumbres que las limitan son resultado de largas y continuas luchas desde abajo.
En los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, la educación japonesa era un instrumento ostensible de adoctrinamiento, para cultivar en los niños la creencia de que la expansión de la nación en el exterior era una campaña sagrada para poner “a todo el mundo bajo un mismo techo”, y garantizar que ellos promovieran “la lealtad al emperador y el amor al país”. Todos los libros escolares eran sometidos a revisión y certificación por el Ministerio de Educación. Pero luego de la derrota de Japón y la subsiguiente ocupación estadounidense, se reformaron las prácticas educativas y dentro de ciertos lineamientos, se permitió a los docentes elegir sus textos. Pero esto no duró mucho.
Hacia la década de 1950, triunfó el conservador “Partido Liberal Democrático” y contra la oposición del sindicato de los maestros, reinstituyó el control estatal sobre la educación y la autorización de los libros de texto. Así fue como, a pesar de la creciente historiografía científica, el gobierno pudo prohibir en los libros las referencias específicas a las atrocidades cometidas por el ejército imperial japonés durante la Segunda Guerra Mundial. La más infame de ellas fue la “violación de Nanking” en 1937. Recientemente -debido a las persistentes campañas legales por parte de liberales e izquierdistas y, tal vez, lo que fue incluso más importante, debido a las presiones de los gobiernos de los países que habían sufrido las depredaciones japonesas- las prohibiciones han sido reducidas o retiradas. Sin embargo, el control y la censura estatal de los libros de texto continúan vigentes.[18]
En diversos grados, la distorsión y la obstrucción del pasado histórico por parte de las élites dirigentes han caracterizado a la historia pública y a la educación histórica en todos los antiguos países del Eje, generalmente con la aquiescencia, e incluso la avidez de sus antiguos enemigos, durante la Guerra Fría, y contra la izquierda. Recordemos la política de la amnesia en los austríacos cuando se adherían a la imagen de sí mismos como “las víctimas” del expansionismo alemán; o las iniciativas “históricas” del canciller alemán, Helmuth Kohl, que abarcaban desde la ceremonia del homenaje de Ronald Reagan en el cementerio militar alemán de Bitburg en 1985 hasta sus posteriores planes para conmemorar el quincuagésimo aniversario del complot para asesinar a Hitler, que deliberadamente excluía a los representantes socialistas y comunistas en los movimientos de la resistencia. También podemos registrar aquí a más de medio siglo de prevaricatos y equívocos políticos en Francia, engendrados por el “síndrome de Vichy” de esa nación.[19]
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Desde que se abrieron los archivos en Berlín y en Moscú, los secretos estadounidenses y de otros países occidentales sobre los crímenes estatales y corporativos cometidos bajo la protección de la Guerra Fría, recién están empezando a filtrarse. Acuerdos secretos con nazis y fascistas, espionaje doméstico y persecución a comunistas, pruebas de radiación atómica sobre personal militar y civil, asesinatos y derrocamiento de gobiernos, planes para un ataque nuclear preventivo… empiezo a sonar como Oliver Stone, el productor del filme JFK.
Y aún nos queda el comentario de un ex funcionario de los Estados Unidos, de que “posiblemente, un tercio de la historia estadounidense está clasificada como secreta”. (Ni siquiera comenzaré en absoluto a preguntar sobre todos los “Official Secrets” ocultos en algún lugar de la Gran Bretaña).
Más aún, en los Estados Unidos, y quizás no menos que en Japón, los libros de texto de historia en las décadas de la posguerra han excluido o limitado las referencias a los más oscuros sucesos y a las persistentes luchas sociales que configuraron la historia de la nación y continúan haciéndolo. Partidarios del consenso respecto a la Guerra Fría y de proseguir con el anticomunismo a nivel nacional e internacional, los libros universitarios de historia unánimemente han representado la expansión estadounidense hacia el oeste y las intervenciones en el extranjero, referenciándose con el Destino Manifiesto, la defensa del hemisferio, y/o el apoyo a las luchas anticoloniales.[20] Naturalmente, la democracia fue un tema central en las narrativas de progreso de estos libros; sin embargo, ignorando las persistentes limitaciones, exclusiones y opresiones, estos textos expusieron, mucho antes que Fukuyama tuviera la edad suficiente como para pensar sobre ese tema, una imagen de los Estados Unidos en la posguerra como la culminación de la historia occidental y mundial.
No solo los libros escolares, que son los más oficialistas de las historias públicas, sino también toda la cultura de masas estadounidense, desde Madison Avenue hasta Hollywood, proyectaron esta presunción. Desde la década de los cincuenta hasta la de los sesenta, liberales y conservadores parecieron compartir la creencia histórica de que en los Estados Unidos éramos testigos del “fin de la ideología”.[21] Quienes resistían a esta visión fueron debidamente marginados y carecían de credibilidad. O así pareció durante un tiempo.
Fomentada en parte por la misma contradicción entre la historia relatada y la historia vivida, la izquierda radical estadounidense se había renovado en la década de los sesenta. Y las luchas por los derechos civiles de las minorías raciales y étnicas, por los derechos sociales de los pobres, por la igualdad de derechos de las mujeres, y por el cese de las guerras imperiales, junto a la menos celebrada pero no menos notable insurgencia de la clase obrera por sus derechos y por la democracia en el lugar de trabajo,[22] estos movimientos promovieron serias reformas en la política y la economía estadounidense.
Estas luchas también inspiraron revisiones radicales en el estudio y en el pensamiento históricos, incluyendo la socialización y la democratización del pasado, o sea, la recuperación e incorporación en los registros históricos de las previamente ignoradas experiencias y acciones de clase, raza y género.
Desgraciadamente, aunque esto también era predecible, estas campañas y conquistas democráticas también provocaron profundas reacciones por parte de la élite en el poder, crecientemente preocupada porque las diversas luchas de esa época estaban al borde de unirse en un amplio movimiento radical-democrático y de esta forma promover reformas en una escala aún más grande. En declaraciones públicas y manifiestos, como el informe de la Comisión Trilateral de 1975, La crisis de la democracia, los voceros de la clase empresarial declamaban que los políticos occidentales enfrentaban una “sobrecarga gubernamental”, más específicamente, una “crisis” en la que los problemas de la “gobernabilidad” surgían de esa “sobrecarga”. Se planteaba claramente que la amenaza provenía desde abajo: de las minorías, las mujeres, los grupos de interés público, y los sindicatos; pero los verdaderos culpables que se eligieron fueron la universidad y otros “intelectuales que buscan adoptar nuevos estilos de vida y nuevos valores sociopolíticos” (léase, historiadores y otros del mismo tipo).[23]
De este modo, durante los últimos 20 años hemos estado sometidos, en los Estados Unidos, y en gran parte por las mismas razones, en Gran Bretaña, a lo que Ralph Miliband identificó como una “guerra clasista desde arriba” contra las conquistas del liberalismo y la socialdemocracia y los cambios progresistas causados por las diversas luchas en los años sesenta. Y un acentuado rasgo de estas “revoluciones desde arriba” ha sido la vigorosa y concertada campaña para reconfigurar la memoria histórica, la conciencia, y la imaginación, cuyo clímax iba a ser la proclamación de que realmente habíamos arribado al “fin de la historia”.[24]
Fuertemente alentados y lucrativamente financiados por las élites empresarias, Ronald Reagan y Margaret Thatcher, junto a sus seguidores y serviles lacayos republicanos y conservadores, expusieron en forma brillante versiones míticas de la historia de sus respectivas naciones. Las distorsiones y obstrucciones vulgares del pasado fueron incesantes, pero en particular, podríamos recordar a Reagan remontándose a unos Estados Unidos supuestamente más felices, más seguros, y económicamente más robustos, que existieron alguna vez, dependiendo de la ocasión, antes de las revueltas y los programas de la “Gran Sociedad” de los años sesenta o, en algunos casos, antes del “New Deal” de los años treinta. Para Thatcher, los buenos días de antaño eran aquellos en los que se suponía que prevalecían los “valores victorianos”, y el pueblo británico había sido más autosuficiente, mejor, y más emprendedor y filantrópico (en una combinación determinada, presuntamente, por las circunstancias de clase de cada uno).
Reagan y Thatcher hablaban del pasado como una época de “valores comunes” e insistían sobre la necesidad de restablecerlos. Estos no eran arranques de nostalgia, sino una artillería dirigida contra los liberales, los sindicalistas, los socialistas, las feministas, los pobres, y las minorías raciales y étnicas. Reagan y Thatcher ofrecían una retórica del consenso cuya verdadera intención era fortalecer una política de división social y una economía política de la acumulación del capital y la desigualdad de clases.
Más aún, las ambiciones de los líderes de la Nueva Derecha de restaurar “el pasado” no eran meramente retóricas. En el lenguaje neo-macartista, declaraban su hostilidad hacia la obra científica y pedagógica de los nuevos historiadores, e iniciaron “batallas culturales”, convirtiendo a la “crisis de la educación histórica”, pregonada y exaltada por los medios, en una muy importante cuestión cívica, si no es que relacionada con asuntos de la defensa [nacional]. Luego, bajo el pretexto de responder a la ignorancia de los estudiantes y la propagación de la amnesia histórica, los ministros republicanos y conservadores de educación introdujeron esquemas sin precedentes para “normas nacionales” y “currículos nacionales”, en los cuales la Historia iba a ser un tema central. E hicieron todo lo posible para que las narrativas dictadas en esos programas de estudio y currículos contribuyeran al perfeccionamiento de los órdenes conservadores deseados.
En esta edad del espectáculo y del entretenimiento, los esfuerzos de la Nueva Derecha para subordinar la educación histórica han sido mejorados, o incluso eclipsados (al menos en los Estados Unidos), por las reconstrucciones empresariales del pasado. Pensando particularmente en las representaciones de la Avenida Madison (como se llama a la industria de la publicidad) de los años sesenta, un colega, algo mayor que yo, me advirtió hace algunos años que “en una protesta, puedes escupir sobre el sistema capitalista. Alguna compañía lo recolectará, lo refinará, y lo envasará. Y tu madre lo comprará para regalártelo en Navidad”. En el cine, la televisión y la publicidad, el pasado y el presente son esterilizados y mercantilizados; y ahora tenemos la propuesta de la Corporación Disney, de crear un nuevo parque temático que se llamará “Los Estados Unidos de Disney”, que promete -y aquí uno se queda pasmado, no sabiendo si reír o llorar- crear “representaciones realistas del pasado de la nación”, incluyendo el esclavismo y la Guerra Civil. En una forma verdaderamente orwelliana, nos servirán la historia para el “Fin de la Historia”.
Consideremos nuevamente la variable motivación, pero universal e incansable, de las clases dominantes y dirigentes para subordinar no solo al presente sino al pasado. Sin duda, no hay que ser un marxista para reconocer las ambiciones hegemónicas implicadas cuando un mercenario de cualquier poder proclama que el actual orden de las cosas es eterno. Comprendidos política e históricamente, los intelectuales generosamente subsidiados de la Nueva Derecha con su proyecto del fin-de-la-historia se encuentran en la misma fila que los intrigantes en la República de Platón con su “noble mentira”; todos ellos están decididos a impedir la democracia, no a mejorarla.
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¿Qué tiene la historia que tanto aflige a las clases dominantes y gobernantes, que se ven obligados a controlarla y comandarla? Milan Kundera responde, invirtiendo a George Orwell:
El pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio donde se retocan las fotografías y se reescriben las biografías y la historia.[25]
No es la certidumbre la que autoriza esas acciones, sino la inquietud; no es la convicción sobre el curso de la historia lo que lleva a la clase dominante a declararla “finalizada”, sino la angustia inducida por lo que ellos ven en ella.
Comencé proponiendo que miremos directamente a los ojos de los poderosos, para descubrir lo que ellos ven, lo que reconocen, lo que saben. Debí haber preguntado: ¿Qué es lo que ven, pero tratan de ocultar? ¿Qué reconocen, pero intentan negar? ¿Qué saben, pero tratan de esconder? Boris Kagarlitsky nos recuerda una afirmación de Marx sobre la censura: “La ley contra un estado de ánimo no es una ley del estado promulgada para sus ciudadanos, sino la ley de una parte contra otra. (…) Las leyes contra una forma de pensar son el grito involuntario de una mala conciencia”. Sin duda. Pero no es solo esa culpa la que impone las proscripciones. Sabiéndolo, Kagarlitsky agrega lo siguiente, con el efecto, intencional o no, de dirigir nuestro pensamiento más allá de las experiencias del fascismo y el comunismo: “Introducen la censura quienes temen a la opinión pública; la misma existencia de la censura es una señal de que el pensamiento de oposición está vivo y no puede ser erradicado; que junto al ‘partido’ burocrático dominante también hay un partido democrático de facto”.[26]
¿Por qué las clases dirigentes temen a la historia? Porque, más allá de sus crímenes, y más allá de las tragedias e ironías que tanto exigen esperanza y entusiasmo, ellos ven y saben, al igual que sus predecesores, que la historia ha sido, y sigue siendo, un proceso de luchas por la libertad y la justicia. Y cada vez más, al menos desde fines del siglo XVIII, ha sido, como el difunto Raymond Williams dijo una vez, una Larga Revolución,[27] en cuyo corazón político se halla la lucha por la libertad, la igualdad, y la democracia.
Además, ellos perciben que a pesar de las muchas veces en que la historia ha supuesto la “experiencia de la derrota” para los pueblos y las clases que han tratado de hacer lo contrario, la Larga Revolución también ha ofrecido grandes victorias. Buscando una razón para la esperanza, Ronald Aronson se aventura a decir:
Los verdaderos progresos históricos en la moral social humana han ocurrido mediante esas luchas. Se abolió la esclavitud, se ganaron derechos democráticos, se han prometido y alcanzado ciertos elementos de dignidad e igualdad, se finalizaron guerras, y otras se evitaron, solo porque hemos actuado. Imaginado, a veces desesperadamente, y otras veces con confianza, en las visiones colectivas, movimiento tras movimiento, que se sacrificaron y agitaron; parcialmente logrado y después legitimado por la ley y la costumbre, el progreso social se había hecho realidad en cada paso del camino.[28]
En verdad, ya sea en la resistencia, la rebelión o la revolución, no son solo las victorias las que pesan; también las derrotas han contribuido a la creación de la democracia. Los “Niveladores” y los “Cavadores”: sectas radicales que surgieron durante la guerra civil inglesa del siglo XVII, las posteriores generaciones de los Ludditas Radicales, artesanos ingleses que protestaban contra las nuevas máquinas que destruían el empleo en el siglo XIX, y los artesanos y proletarios Cartistas; los sans-culottes y los comuneros parisinos; los esclavos negros rebeldes en el continente americano; los metalúrgicos radicales, granjeros populistas, obreros socialistas, y los jornaleros “Wobbly”, nativos e inmigrantes en los Estados Unidos; los campesinos, vaqueros y obreros revolucionarios de México; los trabajadores que defendían a la España republicana y sus camaradas en las brigadas internacionales; los partisanos de la Europa ocupada y los luchadores judíos en el gueto de Varsovia; los manifestantes anti-apartheid en Sharpeville en Sudáfrica; y los estudiantes y obreros chinos de 1919 y 1989, todos ellos, en sus respectivas maneras, aportaron a la lucha.
Mi abuelo, ruso judío, que vino a Estados Unidos después de la revolución rusa de 1905 y participó en las campañas como un joven socialista en el Lower East Side de Nueva York, me pasaba, cuando yo era un niño, sus ejemplares de las obras de Tom Paine. Entre ellos, el folleto revolucionario Common Sense, en donde Paine escribió con valentía: “Tenemos en nuestro poder comenzar el mundo otra vez”. En los años 1776, 1789, 1810, 1848, 1871, 1910, 1917, 1945, 1949, 1959, 1968, 1989, 1993, y en tantos otros momentos radicales y democráticos, grandes y pequeños, se renovó esa posibilidad.
Digan lo que digan, los poderosos no lo han olvidado. Ni tampoco han olvidado el desafío que expresó Rosa Luxemburgo mientras escapaba del arresto por parte de los proto-nazis Freikorps que la asesinarían: “«El orden reina en Berlín» ¡Esbirros estúpidos! Vuestro «orden» está edificado sobre la arena. Mañana la revolución ya se elevará de nuevo con estruendo hacia lo alto y proclamará, ante vuestro terror, en medio del bronce de las trompetas: «¡Fui, soy y siempre seré!»”.[29]
Desde hace tiempo, el relato democrático atormenta al imaginario de las clases dominantes. Hoy lo hace aún más, porque es el mismo cimiento sobre el que se apoya la legitimidad política contemporánea. Por muy falsas, hipócritas o blasfemas que sean sus palabras, durante gran parte de este siglo XX, y durante mucho más tiempo en los Estados Unidos, sus dirigentes y gobernantes se han visto obligados a hablar dentro de y para un discurso democrático; y a menudo, un discurso enraizado en un momento revolucionario. Por más limitadas, degradadas o evisceradas que estén las instituciones, la idea del “gobierno por el pueblo” se ha convertido en la piedra angular ideológica del gobierno moderno. Como comenta John Dunn acerca de ese pilar, “en la historia del mundo (…) no hay nada que para los seres humanos goce de esa misma autoridad sin límites; y esto sucede prácticamente en todo el mundo”.[30]
Irónicamente, el mismo contenido de la ideología hegemónica sirve para recordarnos nuestros ideales democráticos y nos ofrece la posibilidad de realizarlos aún más. A veces esto es obvio; pero, de nuevo, a veces -especialmente en nuestras políticas liberales del fin-de-la-historia- hay que escuchar cuidadosamente, muy cuidadosamente, para apreciar la ansiedad de las élites gobernantes.
Veamos cuando en 1992 el demócrata William Jefferson Clinton asumió la presidencia de los Estados Unidos, luego de doce años de gobiernos republicanos conservadores. En su discurso inaugural exhortó a los estadounidenses “a ser audaces, abrazar el cambio y compartir los sacrificios necesarios para que progrese la nación”.
Hay que recordar que Clinton buscaba relacionar su pretendida “visión política” con la del autor revolucionario de la Declaración de la Independencia, Thomas Jefferson. Luego de su peregrinaje a la casa de Jefferson en Monticello y luego de un viaje al distrito de Columbia a lo largo de la ruta recorrida por el tercer presidente en 1801, el discurso inaugural de Clinton estaba cargado de referencias jeffersonianas. Recuerdo en particular un comentario: su afirmación de que “Thomas Jefferson creía que para preservar los mismos fundamentos de nuestra nación necesitaríamos drásticos cambios de vez en cuando”.
Pero, por supuesto, como todos los que fueron niños en los años sesenta (como Clinton) lo sabe, eso no es exactamente lo que dijo el Padre de la Patria. Las palabras que el propio Jefferson profirió fueron: “Sostengo que una pequeña rebelión de vez en cuando es algo bueno, y tan necesaria en el mundo político como las tormentas en el mundo físico”.
¿Cómo deberíamos interpretar la “revisión” del revolucionario Jefferson? ¿Como un acto inocente? ¿Como un acto a favor de la reconciliación política nacional? O, como afirmé (aunque esperando que se demostrara lo contrario): ¿Como un acto a favor del orden existente por parte de otro representante de la clase dirigente, que después de haber hecho su campaña en el nombre del “cambio”, no tenía intención alguna de realmente despertar la memoria y la imaginación histórica estadounidense, por el temor de que el pueblo pudiera realmente intentar hacerlo?
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Desde la celda en la prisión fascista, que se suponía que lo quebraría y que, físicamente, finalmente lo hizo, Antonio Gramsci escribió estas palabras a su joven hijo, recordándonos, desde la base, de dónde podríamos obtener sostén, esperanza, y optimismo:
Mi querido Delio, me siento un poco cansado y no puedo escribirte mucho. Tú escríbeme siempre y acerca de todo lo que te interese en la escuela. Creo que te debe gustar la historia, como me gustaba a mí cuando tenía tu edad, porque concierne a los hombres vivos, y todo lo que se refiere a los hombres, a cuantos más hombres como sea posible, a todos los hombres del mundo en cuanto se unen entre sí en sociedad y trabajan y luchan y se mejoran a sí mismos, no puede dejar de gustarte por encima de cualquier otra cosa. Pero ¿es así?[31]
Con el mismo espíritu, Howard Zinn explica modestamente su “Failure to Quit” [No renunciar]:
Puedo comprender el pesimismo, pero no creo en él. No es simplemente una cuestión de fe, sino de evidencia histórica. No una evidencia abrumadora, sino solo para dar esperanza, porque para la esperanza no necesitamos la certeza, sino la posibilidad. A pesar de todas esas afirmaciones confiadas de que “la historia muestra…” y “la historia prueba…”, la esperanza es todo lo que nos ofrece el pasado… Cuando oigo tan frecuentemente que hay pocas esperanzas para un cambio en los años noventa, también pienso en el desaliento que acompañaba al inicio de los años sesenta.[32]
Atormentados por lo que ven y saben sobre el pasado y la realización del presente, los poderosos reconocen, como lo hiciera Kruschev, que en la medida en que continúan sus labores científicas y pedagógicas, los historiadores pueden ser “gente peligrosa”. No solo somos capaces de empuñar los poderes del pasado contra los poderosos mismos, sino de -al ofrecer desafíos históricos a la desesperación y el cinismo- hacer aportes radicales a la memoria, la conciencia y la imaginación populares.
¿Qué hacer? El mismo Deutscher escribió una vez que el papel de los intelectuales “es seguir siendo eternos disconformes”. Me gusta eso. Sin embargo, en reconocimiento y apreciación de los temores de los poderes fácticos, llevaría esa idea más allá, de una manera que, estoy seguro, él habría aprobado.
Aprovechando un término de mi mentor, Victor Kiernan, afirmaría que nuestra responsabilidad y tarea es asegurar, testimoniar, y promover críticamente la memoria profética de la lucha por la democracia.[33] De este modo, para los historiadores marxistas y otros radicales, el proyecto fundamental sigue siendo el mismo: la recuperación del pasado, la educación del deseo, y el cultivo, como el propio Gramsci urgió, de:
una concepción histórica, dialéctica del mundo (…) que comprenda al movimiento y al cambio (…), que aprecie la suma del esfuerzo y del sacrificio que el presente ha costado al pasado y que el futuro está costando al presente (…) y que concibe al mundo contemporáneo como una síntesis del pasado, de todas las generaciones pasadas, que se proyecta en el futuro.[34]
¿Por qué las clases dominantes temen a la historia? Porque saben que por más antigua que sea la idea democrática, la narrativa democrática moderna, en realidad solo comenzó recién. Como reflexiona Joel Kovel en su reciente estudio del macartismo: “Sí; la variante socialista que fue un callejón sin salida, bajo el nombre del comunismo soviético, finalmente fracasó estrepitosamente. Pero el orden capitalista, con todos sus brillantes logros, no ha triunfado, solo ha ganado”.[35]
Las cosas se harían más fáciles si pudieran ser de otra manera, pero el futuro crecimiento y desarrollo del capitalismo y de la democracia no pueden ir juntos. El crecimiento del primero exige necesariamente que se restrinja la democracia o incluso se contraiga aún más.
La globalización en curso de las relaciones capitalistas de explotación y opresión significa, como ya lo ha sido antes, que las victorias democráticas conseguidas previamente serán severamente cuestionadas, y las nuevas aspiraciones democráticas continuarán siendo duramente confrontadas. Pero como lo dijo Deutscher en La revolución inconclusa “(salvo por una aniquilación nuclear), la historia no llegará a su término en ninguna parte”.[36]
La cuestión es que la clase trabajadora y otras luchas desde abajo continuarán afirmándose. De hecho, en formas que aún tenemos que descubrir, el capital mundial también posibilita que surja su oposición dialéctica a escala global. Sobre la buena posibilidad de que nuestras propias acciones sí importen, debemos trabajar duro para asegurar, que esas luchas, sean nacionales o internacionales, también se inspiren en la memoria profética de la libertad, la igualdad y la democracia.No podemos saber qué ocurrirá, pero estemos seguros de que nuestros opresores están convencidos de que se renovará la histórica y perenne demanda del poder al pueblo. Y eso se refleja en sus ojos.
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* Presentado originalmente como el discurso del Isaac and Tamara Deutscher Memorial Prize, en la London School of Economics, el 8 de noviembre de 1994. Una versión más resumida fue publicada en la revista internacional de derechos humanos Index on Censorship, vol. 24, Mayo 1995. La versión definitiva, enviada especialmente por su autor para ser publicada en Memoria. Revista de crítica militante, corresponde al capítulo segundo del libro Kaye, Harvey J., Why do ruling classes fear history? and other questions, New York: St. Martin’s Press, págs. 7-28. Agradecemos la traducción del inglés al español que amablemente ha elaborado Francisco T. Sobrino.
** Harvey J. Kaye es Ben & Joyce Rosenberg Professor de Estudios sobre Democracia y Justicia, en la Universidad de Wisconsin-Green Bay. Además de numerosos trabajos sobre historiografía marxista, ha publicado Tom Paine and the Promise of America (2006) y Take Hold of Our History: Make America Radical Again (2019).
[1] Francis Fukuyama, The End of History and the Last Man (Nueva York, 1992). Para una discusión de esas ideas ver Lutz Niethammer, Posthistoire: Has History Come to an End? (Londres, 1992).
[2] Comentarios de Edward Luttwak en “El fascismo como la ola del futuro”, London Review of Books, 7 de abril de 1994.
[3] Isaac Deutscher, Herejes y renegados (Barcelona, Ariel, 1970), pág. 7
[4] Howard Zinn, Declarations of Independence: Cross-Examining American Ideology (Nueva York, 1990), pág. 294.
[5] Shim Jae Hoon, “A Rebel with a Cause Pays the Price for Dissent”, Far Eastern Economic Review, Julio 10, 1986.
[6] Jawaharlal Nehru, Glimpses of World History (Oxford, 1989); y E. H. Carr. What is History? (Nueva York, 1962).
[7] E. H. Carr, What is History?, pág. 207
[8] Debo agregar aquí que los últimos párrafos del artículo de la revista informaban que mientras estaba en la prisión, Yu fue despedido una vez más de la Universidad y cuando fue liberado se dedicó a traducir y corregir pruebas de libros para ganarse la vida. También militó en una organización de ayuda a las familias de los presos políticos. Además debo afirmar claramente que al contar esta particular historia, no quiero faltar el respeto hacia los escritores de obras de ficción. La prohibición de sus obras y los ataques y encarcelamientos sufridos por tantos de ellos ofrecen un testimonio más que amplio de su capacidad de incitar el miedo en el corazón de los poderosos.
[9] Platón, La República, www.um.es/noesis/zunica/textos/platon,republica.
[10] J. H. Plumb, The Death of the Past (Nueva York, 1969), pág. 40 (Hay edición en español, Barcelona: Barral, 1972).
[11] Deborah Lipstadt, Denying the Past (Nueva York, 1993); Paul Hockenos, Free to Hate: The Rise of the Right in Post-Communist Eastern Europe(Nueva York, 1993).
[12] David Remnick, Lenin’s Tomb (Nueva York, 1993), pág. 4.
[13] Isaac Deutscher, El profeta armado, Trotsky: 1921-1929 (Ciudad de México, Era, 1966), y El profeta desarmado, Trotsky: 1929-1940 (Ciudad de México, Era, 1966); La revolución inconclusa. Cincuenta años de historia soviética (Ciudad de México, Era, 1967).
[14] Ver Remnick, Lenin´s Tomb y R. W. Davies, Soviet History in the Gorbachev Revolution (Londres, 1989).
[15] Sobre estos acontecimientos, ver el número doble de Across Frontiers, Nros. 4/5, (invierno-primavera 1989).
[16] Milan Kundera, El libro de la risa y el olvido (Barcelona, 2000), pág. 2.
[17] Jonathan Unger, Introduction a J. Unger, ed., Using the Past to Serve the Present: Historiography and Politics in Contemporary China (Nueva York, 1993), págs. 2-3.
[18] Ver Ian Buruma, The Wages of Guilt: Memories of War in Germany and Japan (Nueva York, 1994).
[19] Ver Henry Rousso, The Vichy Syndrome, traducido al inglés por Arthur Goldhammer (Nueva York, 1991).
[20] Frances Fitzgerald America Revised (Nueva York, 1980).
[21] Ver Godfrey Hodgson, America in Our Time (Nueva York, 1978), especialmente págs. 67-99.
[22] Ver Barbara Ehrenreich, Fear of Falling (Nueva York, 1989), especialmente el capítulo 3, “The Discovery of the Working Class”, págs. 97-143.
[23] Michael Crozier, Samuel P. Huntington, y Joji Watanuki, Crisis of Democracy: Report on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission (Nueva York, 1975), págs. 6-7, 9, 113-15). Hay edición en español: “La gobernabilidad de la democracia”, Cuadernos Semestrales. Estados Unidos: perspectiva latinoamericana, Núms. 2-3, mayo de 1978, págs. 377-397 [Nota del editor].
[24] Ver Harvey J. Kaye, The Powers of the Past: Reflections on the Crisis and the Promise of History (Minneapolis, 1991).
[25] Milan Kundera, El libro de la risa y el olvido, pág. 22.
[26] Boris Kagarlitsky, The Thinking Reed (Londres, 1988), pág. 105.
[27] Raymond Williams, La larga revolución (Buenos Aires, 2003).
[28] Ronald Aronson, The Dialectic of Disaster (Londres, 1983), págs. 301-2.
[29] Rosa Luxemburgo, “El orden reina en Berlín” en Luxemburgo, Rosa y Carlos Liebnecht, La comuna de Berlín, Ciudad de México: Grijalbo, 1971, pág. 76. [Nota del editor].
[30] John Dunn, Democracy. The Unfinished Journey (Oxford, 1992), pág. 239.
[31] Antonio Gramsci, Cartas desde la cárcel  (Caracas, 2006), pág. 60.
[32]  Howard Zinn, Failure to Quit: Reflections of an Optimistic Historian (Monroe, Maine, 1993), pág. 157.
[33] V. G. Kiernan, “Socialism, the Prophetic Memory”, en H. J. Kaye, Poets, Politics and the People: Selected Writings of V. G. Kiernan (Londres, 1989), págs. 204-28.
[34] Antonio Gramsci, Selection from the Prison Notebooks (Nueva York, 1971), págs. 34, 35.
[35] Joel Kovel, Red Hunting in the Promised Land (Nueva York, 1993), pág. 243.
[36] Isaac Deutscher, La revolución inconclusa. 50 años de historia soviética (Ciudad de México, Era, 1967), pág. 13.
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