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Joséphin Péladan y la guerra oculta contra la decadencia liberal
Por Kerry Bolton
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Francia dio al mundo la Revolución Francesa de 1789. Fue un acontecimiento que marco la época, aunque también fue un síntoma de la decadencia cultural que dio origen tanto al liberalismo como al comunismo y que sigue siendo un lastre para Occidente y cualquier otra civilización que sufra este destino. Resulta irónico que quienes fueron condenados como “colaboracionistas” durante y después de la Segunda Guerra Mundial fueran en los años antes de la guerra los que más se lamentaron por la decadencia que sufría la República Francesa. Todos ellos lamentaban la rapidez con la que Francia había caído en manos de los alemanes, considerándola una deshonra nacional y el resultado de la podredumbre moral, espiritual y cultural de la misma Francia. La masonería había jugado un papel muy importante en causar la ruina de Francia [1]. El racionalismo, el laicismo, el cientificismo y el materialismo fueron utilizados como métodos de subversión por las fuerzas ocultas, siendo esta una lucha entre la Contratradición y los pocos vestigios que aún quedaban de la Tradición [2].
Esta guerra oculta entre la Tradición y la Contratradición se intensificó en Francia durante las décadas que precedieron a otra catástrofe: la Primera Guerra Mundial. Dado que la Contratradición se sirve de la Falsificación de la Tradición, a menudo es difícil discernir qué papel desempeñan en este conflicto diversas sociedades secretas e individuos históricos. Por ejemplo, ¿de qué lado estaba Nicholas Roerich y qué papel jugó el aparentemente “siniestro” Aleister Crowley? [3] La respuesta no es tan obvia como podría suponerse. Durante este período se produjo un renacimiento de lo oculto producto de la crisis de la civilización y la angustia existencial de quienes no podían soportar el tedio del cientificismo, el secularismo, el racionalismo y el ateísmo que desde la Revolución Francesa se habían convertido en nuevas religiones. El ideal liberal de la “felicidad del mayor número” condujo al tedio de la igualdad y la democracia en el que pocos eran felices. Mientras en Gran Bretaña, William Butler Yeats, Crowley y otras figuras excéntricas e intelectuales luchaban contra Darwin, el industrialismo y la ciencia a través de la Orden Hermética de la Aurora Dorada, hubo otro individuo importante que fue protagonista del renacimiento de lo oculto en Francia: Joséphin Péladan.
Péladan fue el jefe de la Ordre Kabbalistique Rose-Croix (Orden Cabalística de la Rosacruz), sucediendo en ella a su hermano Adrien. Mientras que los rosacruces originales, que habían aparecido misteriosamente en Europa a principios del siglo XVII y publicado varios manifiestos anónimos parecen haber sido uno de los precursores de la masonería y el iluminismo que dieron nacimiento a la Revolución Francesa y la lucha contra la Iglesia y la monarquía, Péladan, por el contrario, era un tradicionalista católico que repudiaba los ideales de la Revolución Francesa de la “Libertad, Igualdad, Fraternidad” del Gran Oriente, declarando en 1883 que “creo en el Ideal, la Tradición y la Jerarquía” [4]. Curiosamente, cuando se produjo un cisma en el seno de la Orden, uno de los motivos fue algo que se consideraba un comportamiento excéntrico de Péladan: haber emitido una condena pública contra una de las familiares de la dinastía bancaria de los Rothschild. Entre los líderes del cisma se encontraban el marqués Stanislas de Guaita, adicto a la morfina, un individuo de convicciones satánicas [5], y el conspirador Papus, que llevó la masonería martinista a Rusia con resultados decididamente subversivos que culminaron en la fundación del bolchevismo. Bajo su control, la Orden Cabalística ocupaba los escaños de la masonería martinista cuyo linaje se remontaba a los infames Illuminati y al cabalista Martínez de Pasqually.
En el momento del cisma, Péladan y de Guaita habían declarado una “guerra mágica” contra otro personaje siniestro, el sacerdote apóstata y abate Boullan, que era el jefe de un culto satánico depravado (descripción no sensacionalista). Sin embargo, en ese momento de Guaita llegó a interesarse en la magia del Camino de la Mano Izquierda de Boullan. Dejando de lado la Orden Cabalística, Péladan fundó la Orden católica y estética de la Rosa y la Cruz y del Templo y del Grial, título que explica explícitamente el carácter de esta Orden. El 24 de marzo de 1893, el Consejo Supremo de la Orden Cabalística emitió una declaración pública firmada por Stanislas de Guaita y Papus en la que condenaban a Péladan como “usurpador, cismático y apóstata”, denunciando a su Orden católica de la Rosa y la Cruz. La lucha entre la Tradición y la Contratradición se volvió pública.
Péladan consideraba que el objetivo de su Orden Rosacruz era fomentar el resurgimiento de las artes que se encontraban en un proceso de decadencia. Siendo él mimo un novelista, era considerado como una de las figuras más importantes del movimiento artístico simbolista, por lo que muchos artistas, músicos y poetas de la época fueron iniciados en su Orden. Péladan creía que el artista era la encarnación del rey, el sacerdote y el mago, el nexo con lo divino. Él mismo escribió lo siguiente: “El arte es el esfuerzo del hombre por realizar el Ideal, por formar y representar la idea suprema, la Idea por excelencia, la idea abstracta, y los grandes artistas son religiosos, porque materializan la idea de Dios, la idea de un ángel, la idea de la Virgen Madre, todo esto requiere de un esfuerzo y un procedimiento psíquico incomparable. Hacer visible lo invisible: esa es la verdadera finalidad del arte y su única razón de ser” [6].
Péladan veía el arte como la religión que persiste por encima de todos los esfuerzos ateos por reprimir el espíritu. Llamó a la batalla espiritual contra lo profano: “Artista, eres un sacerdote: El arte es el gran misterio y si tu esfuerzo se traduce en una obra maestra, un rayo de divinidad descenderá al altar. Artista, eres un rey: El arte es el verdadero imperio, si tu mano traza una línea perfecta, los propios querubines descenderán para deleitarse con su reflejo... Puede que un día se cierren las Iglesias, pero [¿qué pasará] con los Museos? Si Notre-Dame es profanada, el Louvre será el nuevo oficiante... La humanidad, ciudadanos, irá siempre a misa, cuando el sacerdote sea Bach, Beethoven, Palestrina: ¡no se puede convertir al órgano en un instrumento ateo! Hermanos de todas las artes, hago sonar este grito de guerra: formemos una santa milicia para la salvación del idealismo... construyamos el Templo de la Belleza... porque el artista es un sacerdote, un rey, un mago, porque el arte es un misterio, el único imperio verdadero, un gran milagro” [7].
El Salón de la Rosa y la Cruz se creó en 1892 para exponer al público el arte simbolista. El arte era mágico, no así los rituales o conjuros. Se pretendía que fuera el precursor de una revolución espiritual que derrocaría al materialismo y la decadencia, la antítesis del arte de los demás salones. La primera exposición atrajo a cincuenta mil visitantes. Está claro que los franceses anhelaban algo que trascendiera al crudo liberalismo y laicismo impuesto por el Gran Oriente y que había podrido a Francia durante un siglo, o, como después se le llamó, el “desencantamiento del mundo”. La música de Richard Wagner ocupaba un lugar especial en el salón de Péladan, pues este último consideraba que Wagner era “una terapia desintoxicante frente al materialismo de Francia”. Erik Satie era el compositor oficial de la Orden, siendo Debussy un colega cercano. Péladan definió en sus exposiciones que era lo que se requería para superar la situación actual: “La orden favorece el ideal católico y el misticismo. Después, las leyendas, los mitos, las alegorías, los sueños, la paráfrasis de los grandes poetas y, por último, toda forma de lirismo”.
La lucha de Péladan por recuperar la Tradición frente a la corrupción de los Adeptos Negros (por utilizar un término de Crowley) que habían llevado a cabo la Revolución Francesa – un reino de terror proto-bolchevique que destruyó iglesias, mató sacerdotes y realizó una misa negra en el altar de Notre-Dame – se hizo eco de otro famoso ocultista francés, Éliphas Levi, también católico, y que tal vez fue un iniciado en el decimoctavo grado de la Rosa-Cruz[8], donde se aprende por fin el carácter subversivo de la masonería: “La masonería no sólo ha sido profanada, sino que ha servido de velo y pretexto a las conspiraciones anarquistas... Los anarquistas han retomado la regla, la escuadra y el mazo, escribiendo sobre ellos las palabras Libertad, Igualdad, Fraternidad. Libertad para todas las concupiscencias, Igualdad en la degradación y Fraternidad en la obra de destrucción. Tales son los hombres que la Iglesia ha condenado justamente y condenará para siempre” [9].
August Strindberg, el novelista, dramaturgo, poeta y pintor sueco que se volcó al ocultismo durante una crisis existencial, volvió más tarde al catolicismo buscando un ancla en la Tradición frente a un mundo en decadencia. Al visitar París, también constató la decadencia de la ciudad en un relato autobiográfico en el que indicaba su intención de volver a la Iglesia. Al leer a Péladan, comentó: “El 1 de mayo leí por primera vez en mi vida el Comment on devient un Mage de Sar Péladan. Sar Péladan, hasta ahora desconocido para mí, me invade como una tormenta, una revelación de un hombre superior, el superhombre de Nietzsche, y con él el catolicismo hace su entrada solemne y victoriosa en mi vida. ¿Ha venido ya ‘el que debía venir’ en la persona de Sar Péladan? El poeta-pensador-profeta, ¿es él, o hay que esperar a otro?” [10].
Las exposiciones de salón de Péladan tuvieron un enorme éxito. Sin embargo, en la sexta y última exposición de 1896, estaba agotado por la llamada “Guerra de las dos rosas”, muy pública, entre su “Rosa-Cruz católica”, como él la llamaba [11], y la masonería martinista de la Orden Cabalística. Para alguien como Péladan, tales conflictos psíquicos, independientemente de lo que podamos pensar de su realidad mundana, y probablemente aumentados por los amigos masones de Papus y la influencia de la prensa al servicio de los Rothschild, habían tenido un alto costo en este sentido.
Notas:
[1] K. R. Bolton, The Occult and Subversive Movements (London: Black House Press, 2017), pp. 175-189.
[2] Ibid., pp. 9-13.
[3] Ibid., p. 12.
[4] Joséphin Péladan, “L’esthetique au salon de 1883,” L’Artiste, Vol. 1, May 1883, cited in Richard Cavendish (ed.), Encyclopaedia of the Unexplained (New York: Arkana, 1974), p. 216.
[5] Ibid., p. 217.
[6] Péladan, “L’esthetique au salon de 1883.”
[7] Péladan, Catalogue du Salon de la Rose + Croix (Paris: Galerie Durand-Ruel, 1892), pp. 7-11, citado por Sasha Chaitow, “Making the Invisible Visible: Péladan’s Vision of Ensouled Art,” August 6, 2015.
[8] Esto es dicho en una nota a pie de página de la Historia de la Magia, donde Levi afirma: “Habiendo alcanzado con nuestros esfuerzos un grado de conocimiento que impone el silencio, nos consideramos comprometidos por nuestras convicciones incluso más que por un juramento... y no dejaremos de merecer la corona principesca de la Rosa Cruz...” (London: Rider, 1982, p. 286).
[9] Ibid., p. 310.
[10] August Strindberg, The Inferno (New York: Knickerbocker Press, 1913), concluding passages.
[11] Péladan, letter to Papus, February 17, 1891 in L’Initiation (May 8, 1891).
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HELENA BLAVATSKY Y LA TEOSOFÍA.
Maestros del Esoterísmo.
Por: Giovanny Valencia
Siendo este el primer artículo sobre maestros de esoterismo, quiero que la pionera en esta sección sea Madame Helena Petrovna Blavatsky, una de las más reconocidas investigadoras y escritoras ocultistas de la historia. Su legado conceptual, la Teosofía, continúa siendo una doctrina estudiada y aplicada. Veamos un breve recuento de su vida, su obra e influencia que dejo en el mundo moderno.
Helena Blavatsky nace el 12 de agosto de 1831, en Ekaterinoslav, Ucrania, que en ese entonces era parte del Imperio Ruso, Hija del Coronel Pyotr Alekseyevich Hahn y la escritora Elena Andreyevna. Su padre descendía de una noble familia alemana que emigró a Rusia contratados para prestar servicios a la corte imperial rusa, por esto los vínculos con la cultura alemana van a ser fuertes, su madre era también de una familia noble de Rusia, que habían formado parte de la europeización del país en el periodo del Iluminismo.
Su nacimiento está rodeado de una serie de sucesos extraños, nació prematura, se dudó de su supervivencia al nacer por lo cual fue bautizada al día siguiente, el sacerdote que lo celebró se incendió su ajuar con una vela, dejándole serias quemaduras, varios de los presentes lo vieron como el pronóstico de una vida llena de problemas, ella crece en una infancia tiene tres hermanos, uno de ellos muere en la infancia, quedándole un hermano varón y una hermana, Vera, quien se hará escritora de novelas.
Tiene una infancia y educación rigurosa, tuvo buenos tutores y maestros, aprendió, piano, canto, bailes y varios idiomas, para los que tenía facilidad, desde temprana edad demuestra tener facultades psíquicas que se hacen famosas entre las personas de la aristocracia, su madre fallece cuando ella tenía 11 años, su infancia y temprana juventud se desarrolla en varias partes del territorio ruso debido a la carrera militar de su padre.
Símbolo de la Sociedad Teosófica (Lema:No hay Religión Superior a la Verdad)
Cuando se muda a Armenia, (que también era parte del Imperio Ruso) comienza a leer mucho sobre temas esotéricos, de la vasta biblioteca de su bisabuelo que era Masón Rosacruz, astrología, magia, espiritismo, alquimia, cábala, tarot entre otros. En la Rusia zarista era común entre la nobleza y aristocracia coleccionar, libros antiguos, rollos y papiros de antiguas culturas, como una afición. Textos y objetos tibetanos, chinos, persas, egipcios, reposaban en las pertenencias, pero hubo los que se dedicaron a la traducción, estudio e inclusive prácticas, dando inicio a las escuelas de mentalistas. Esta tradición en Rusia está incluso durante la era soviética.
A sus 17 años en 1848 se casa de forma arreglada con Nikifor Blavatsky, quien era vice-gobernador de la provincia de Erevan- Armenia, y de quien recibe su apellido. Siendo su marido mucho mayor que ella, y no teniendo un matrimonio muy armónico, comparten el gusto por los temas esotéricos. Él Complace a su mujer trayéndole a casa místicos y maestros de diferentes ciencias ocultas en donde se convierte en una iniciada del ocultismo. El matrimonio dura poco, al separarse de su marido recibe una generosa indemnización. Mantiene el apellido de este porque le daba cierto estatus.
Inmediatamente comienza una serie de largos viajes en búsqueda de “La Verdad” siendo su primer destino el Medio Oriente. Viaja por Grecia, Turquía, Egipto y Persia (actual Irán) por el año de 1850. Un año después estando en Londres embarca hacia Canadá desde donde va hacia Estados Unidos y México estudiando sobre las creencias de las tribus y civilizaciones amerindias. Sigue su viaje a Suramérica, regresa a Londres, desde donde partirá hacia la India y Tíbet en 1855 donde pasa un periodo entregada a estudios con varios maestros. En sus travesías se ganaba la vida como vidente, cartomance, profesora de idiomas, y artesana.
Blavatsky Y Henry Olcott, Fundadores de la Sóciedad Teosófica. 1888.
Entre 1858 y 1865, viaja por toda Europa en donde comienza a darse a conocer por los escritos y columnas que publica en revistas esotéricas y es invitada a dar conferencias en sociedades místicas, en este periodo visita varios círculos políticos, llega a tener vínculos con el movimiento de liberación Italiano lideraos por Giuseppe Mazzini y Giuseppe Garibaldi, este ultimo la conoció durante su recuperación tras ella sufrir una herida en una batalla (Mentana) pues era parte de una brigada de apoyo cuando ocurrió esto. Garibaldi fue un revolucionario que perteneció a masonería, sociedad con la que Blavatsky va a tener fuertes vínculos y será muchas veces consultada por ellos.
Ella decide retirarse un tiempo de la convulsionada Europa emprendiendo otro viaje al Tíbet donde permanece por 2 años sumergida en la práctica budista. Al regresar a Europa trabaja con varias sociedades espiritistas y funda otras centrándose en la línea de Allan Kardec. En 1872 parte de nuevo hacia los Estados Unidos, el año siguiente con la muerte de su padre recibe una herencia, con la cual hace algunos negocios que no tuvieron mucho suceso
En 1874 durante reuniones espiritistas, Blavatsky conoce a Henry Olcott (1832-1907), un abogado y ex militar muy entregado estudioso del espiritismo con quien se hacen muy amigos, ella estaba viviendo con otro hombre, con quien tuvo un relación fracasada y se dice que inclusive intentó matarla. Henry Olcott la apoyó durante todo ese proceso, ellos se centran en la escritura de libros y la creación de una nueva sociedad, junto a teólogos, filósofos, astrólogos, espiritistas y cabalistas funda la Sociedad Teosófica en noviembre de 1875, movimiento que existe hasta nuestros días. La relación con Olcott se profundiza hasta que forman una pareja.
En 1877 publica su obra Isis sin Velo, la obra se centra en el origen y evolución de la magia así como el desarrollo de las ciencias ocultas. Tiene un buen volumen de ventas y cierta fama, pero la sociedad no tiene los resultados necesarios, tras fracasos económicos, deciden irse a la India, país donde fundan una sede y tienen muchos adeptos, ella escribe para revistas de India y de Europa, principalmente sobre sus investigaciones en el continente Indio, Birmania y Ceilán (acutal Sri Lanka).
1884, visitan Europa donde era requerida por sociedades teosóficas, que eran criticadas y atacadas tanto por grupos cristianos como por sociedades científicas, en donde es centro de polémicas y difamaciones, y algunas de las logias estaban tomando ideología caminos diferentes a lo estipulado. También se ve involucrada en problemas con grupos nacionalistas e independentistas de la India, lo que le causa indisposición al gobierno de Londres, todos estos problemas e injurias hacen que la relación de la pareja se deteriore y se separan, aunque según parece pudieron después seguir siendo amigos hasta la muerte.
En los últimos años de su vida los va a pasar entre Alemania e Inglaterra, debido a que tenía apoyo de nobles y muchos adeptos en estos países, aquejada por una deteriorada salud causada por Nefritis, úlcera, reumatismo y obesidad, estará dedicada a sus trabajos literarios, publica los primeros dos tomos de La Doctrina Secreta, su obra prima que consta de seis libros, luego publicará La Llave de la Teosofía, en 1889 y La Voz del Silencio, y los restantes tomos de la obra prima. Estando en Londres la ciudad tiene una epidemia de gripe, en la cual resulta contagiada y no puede soportarla debido a su resquebrajada salud, Helena Blavatsky muere el 8 de mayo de 1891.
La su última voluntad fue que los teosofístas celebraran la fecha de su muerte como el Día del Loto Blanco, y que sus cenizas se dejaran un tercio de ellas en Europa, otro tercio en Estados Unidos y otro tercio en la India, las que aún reposan en una estatua de ella en la sede de la Sociedad Teosófica en la ciudad de Adyar. La Sociedad Teosófica pasó a manos de Olcott y su principal discípula Annie Bessant, hasta la muerte de estos. No tuvo hijos pues sufría de prolapso uterino.
Teosofía es una visión básica y sincrética de la religión, la filosofía y la ciencias, de lo que todas ellas tiene en común, y que podemos crear con el poder mental, busca redescubrir la sabiduría de las civilizaciones antiguas, tanto orientales como occidentales, que parecieran tener una misma base, por ejemplo la antigua Grecia era muy estudiosa del ocultismo, su cultura era muy mística y mágica. Se focaliza en los vínculos entre mitología y religiones, las mitologías del mundo coinciden en muchos aspectos y varios casos son las mismas, como por ejemplo la griega con la nórdica.
Blavatsky creía en la existencia de ancestrales civilizaciones como Lemúria y Atlántida, puesto que encontró en las diferentes culturas y mitologías que coincidían en esto, y que la humanidad desciende de una raza suprema que colapsó, madre de todas las grandes civilizaciones antiguas.
Pretendió desmitificar la magia, mostrándola como una ciencia suprema, o la “Madre de Todas las Ciencias”, de la misma forma que en las antiguas culturas los primeros científicos y médicos eran los brujos, como lo sigue siendo en las culturas aborígenes.
Figura Cabalistica del Adam Kadmon, explicada mas simple para la mente occidental.
La magia y el esoterismo estudian hacer el uso práctico de las energías, trabajar y manipular elementos de la naturaleza y las leyes naturales, en estos conceptos básicos se centra la Teosofía. Su literatura incluye una especie de planos gráficos que ejemplifican al hombre y los seres en el universo y “los universos”, estos gráficos hechos por Blavatsky son más sencillos para los occidentales que los complejos mándalas tibetanos y los tratados de cábala. Estas gráficas son abundantes en su literatura.
Helena Blavatsky aprendió diversos idiomas como la lengua tibetana, el sanscrito y el hindi para hacer sus estudios y posteriores escritos, así como re diseñar los mapas conceptuales ya mencionados.
La Teosofía nunca se ha declarado oficialmente como una religión, pero si se quiere puede ser considerada como tal, ya que da respuestas a un origen y a un más allá de la muerte, existen sociedades teosóficas en el mundo pero, no es necesario pertenecer a ellas para ser un teosofísta, además carece de escalas de rangos o sacerdocio.
Esta ideología surge en pleno siglo XIX, donde se abre la brecha entre religión y ciencia en plena revolución industrial. Se le vio como una forma del Deísmo o del Agnosticismo, atrajo a pensadores buscadores espirituales del occidente, muchos científicos e intelectuales de la época se identificaron con la teosofía por su cosmovisión de las creencias y la mística. En la India personalidades como Ghandi y Nehru estudiaron la Teosofía para re descubrir la herencia filosófica y espiritual de su cultura. Helena Blavatsky fue un puente entre el oriente y el occidente.
La literatura de Blavatsky fue de interés para varias sociedades místicas, entre las que se encuentran las antecesoras de Tercer Reich, Adolf Hitler, tuvo la literatura teosófica entre sus favoritas.
También tuvo una gran influencia en la contracultura de los años 60’s, fue de interés del movimiento Hippie, celebridades musicales como los grupos Led Zeppelin y Pink Floyd lo han estudiado.
Sello personal de Helena Blavatsky.
Teosofístas abundaron en Latinoamérica entre finales del siglo XIX la primera mitad del siglo XX, cuando encontraron en esta doctrina la síntesis y la base de todas las cosas; de las religiones, las mitologías, del ocultismo y del pensamiento. Llegaron a la Teosofía través del intelecto. Pero los simpatizantes de esta ideología lo mantenían en secreto puesto que la época dominada por la religión católica no permitía su manifestación pública.
Hoy en día la influencia en Latinoamérica es poca, en Brasil y México hay muy organizadas sociedades Teosóficas, con conferencias, retiros y la literatura de Blavatsky es abundante.
Sus libros pueden descargarse por internet de forma gratuita.
Vayan de la Mano de Madame Blavtasky, y que los lleve a un mundo de sabiduría oculta.
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A ESTRUTURA DOS GRAUS FILOSÓFICOS (A CABALA E A ROSA-CRUZ NA MAÇONARIA) A Cabala e a Rosa-Cruz Os chamados graus filosóficos são os graus onde a mística que faz da Maçonaria uma prática tão fascinante é desenvolvida em toda a sua plenitude. No Rito Escocês Antigo e Aceito, eles vão do 19º ao 30º, constituindo um processo pedagógico, ao longo do qual se distribui toda uma série de ensinamentos de fundo moral e iniciático, destinada a inspirar o iniciado maçom a buscar maiores patamares de sabedoria e aperfeiçoar, ainda mais, o seu espírito especulativo. Nesses graus a ênfase é posta na face ética e espiritualista da prática maçônica, razão pela qual encontraremos, ao longo do desenvolvimento dos rituais respectivos, uma série de temas filosóficos e religiosos, ora tratados de forma simbólica e iniciática, na melhor tradição das antigas seitas gnósticas e escolas cabalísticas, ora de forma acadêmica, como numa escola tradicional. As alegorias que fundamentam o desenvolvimento do catecismo maçônico nos graus filosóficos são impregnadas de um profundo misticismo, inspirado pelas tradições herméticas, a gnose cristã vista pelos olhos dos praticantes do pensamento rosa-cruz, e principalmente pelas doutrinas cabalistas. Procura-se realizar, com base nesse simbolismo, o desenvolvimento de uma filosofia semelhante à que amparava a simbólica Cavalaria do Graal, ou seja, uma filosofia cristã, de fundo místico, cujo objetivo é demonstrar ao iniciado maçom que o homem verdadeiro é aquele que combina em seu caráter a espiritualidade transmitida pela verdadeira sabedoria contida nos escritos do Velho Testamento ‒ sabedoria essa que foi transmitida por Deus aos patriarcas hebreus e seus profetas ̶ com os ensinamentos de Cristo, transmitidos pela melhor tradição gnóstica. Em nossa obra “Conhecendo a Arte Real”, [1] advogamos para os filósofos hermetistas da Renascença, especialmente Giordano Bruno e os chamados filósofos do movimento Rosa-Cruz, uma influência bastante sensível na formação dos grupos especulativos que deram origem á Maçonaria moderna. Agora podemos dizer que tais grupos, que chamamos de rosacrucianos, não teriam existido se não fossem os cultores da Cabala filosófica, cujas correntes de pensamento se desenvolveram a partir do século XII, principalmente nas regiões européias com predominância da cultura mourisco-judaica, onde a influência desses povos era muito forte. [2] Foram filósofos dessa escola, como Picco de La Mirandola, Johann Reuchelin, Cornéllius Agripa, Guilherme Postel, os grandes inspiradores da tradição hermética renascentista e particularmente do chamado pensamento rosacruz. Postel, que nasceu em 1501, foi o autor de uma obra chamada De Orbis Terrae Concondiae, na qual advoga o estabelecimento de uma única nação universal, guiada pelo papa e governada pelo Rei da França, que, segundo ele, era descendente direto de Noé. [3] Conta-se que tentou convencer inclusive o fundador da Ordem dos Jesuítas, Inácio de Loyola, para ajudá-lo a estabelecer uma Confraria universal para a realização desse propósito. [4] A interação mais profunda entre a tradição cabalística e a filosofia dos rosa-cruzes, porém, só viria acontecer mais tarde, já no século XIX. Foi responsável por essa interação o químico Estanilau de Guaita, que fundou em 1887 a Ordem Cabalística da Rosa-Cruz, cujo objetivo era o combate a toda forma de charlatanismo dentro daquilo que ele entendia como a verdadeira ciência, ou seja, a cabala filosófica. Data dessa época a criação das sociedades denominadas Rosa-Cruz, tal qual a conhecemos hoje. Porém, outro grupo de rosacrucianos permaneceu na Maçonaria desenvolvendo e enriquecendo com suas contribuições os rituais maçônicos. [5] O Kadosh Os graus filosóficos são ministrados na Loja conhecida como Conselho Filosófico do Kadosh. A palavra Kadosh é de origem hebraica e significa “sagrado”. Deriva das tradições rabínicas existentes nas antigas seitas de Israel. “Kadosh” era o sacerdote revestido de características especiais, inviolável, um mestre consagrado, possuidor de todos os conhecimentos da religião judaica e tido como verdadeiro profeta. Na tradição cabalística o “Kadosh” era o presidente da chamada Assembléia Sagrada, grupo de rabinos iniciados nos mistérios da Cabala e guardiões da Doutrina Secreta da religião de Israel. [6] Nos antigos ritos da Maçonaria Escocesa o sacerdote “Kadosh” usava um cetro, ou uma medalha dourada na testa para demonstrar o seu status. Era tido como guardião dos “segredos ocultos”, aquele que defendia a entrada da “cripta” onde se ocultavam os Mistérios. É possível que esses elementos rituais tenham sido incorporados pelos cavaleiros templários em seus ritos, sendo depois trazidos para a Maçonaria pelos chamados rosacrucianos que se filiaram à Ordem no fim do século XVII e início do século XVIII, já que entre esses filiados havia muitos “cristãos novos”, que entraram na Maçonaria para escapar da dos Tribunais da Santa Inquisição. [7] Embora sem o misticismo dos antigos rituais, o simbolismo dos ritos templários, com os enxertos que lhe foram dados pela tradição cabalística, foi adotado em vários sistemas maçônicos e tornou-se o conjunto conhecido como graus iniciáticos. No Rito Escocês, acredita-se que ele foi introduzido primeiro na Loja de Lion em 1743 e daí se espalhou pelas diversas Lojas do continente, sendo depois incorporado no conjunto do ritual. Em princípio era um rito de caráter predominantemente militar, uma vez que o próprio REAA, como se sabe, foi criado pelos partidários do Príncipe Charles, herdeiro do trono inglês, quando este esteve exilado na França. [8] Mais tarde ele foi reformado pelo Grande Oriente da França, transformando-se num rito essencialmente filosófico. O simbolismo da Cavalaria Dessa forma, podemos dizer que os chamados graus filosóficos, ou Kadosh, são estruturados a partir das tradições hebraicas fornecidas pela grande tradição da Cabala. Incorporam também vários elementos da Gnose cristã e da tradição hermética, que podem ser recenseados na forte presença dos temas ligados á prática alquímica. Finalmente, há também uma grande influência da cultura cavalheiresca, pela evocação constante de temas ligados à cavalaria medieval, especialmente os cavaleiros templários. Esse cipoal de influências não é estranho, dado que a Maçonaria é a herdeira natural de todas essas tradições cavalheirescas, sendo como é, por analogia entre seus objetivos e os princípios cultivados pela Genette, uma verdadeira cavalaria moderna. Essa analogia com a antiga instituição da Cavalaria foi um simbolismo muito explorado pelos maçons nos séculos XVII e XVIII, pois tal como o cavaleiro medieval, o maçom era visto como um “herói”, defensor dos fracos e oprimidos e realizador da Justiça. Essa postura dos maçons foi ironizada pelo Imperador Napoleão I (que também foi maçom), ao responder ao seu Ministro da Justiça, que propôs a ele fechar as Lojas maçônicas na França, pois em seu entender os maçons eram todos conspiradores. Napoleão respondeu que eles deviam ser deixados em paz, pois os “maçons gostam de brincar de cavaleiros e só serão perigosos no dia em que eles mesmos acreditarem em suas fantasias”. [9] Napoleão falava com conhecimento de causa, pois ele mesmo, cuja carreira fora toda construída em cima dos acontecimentos que lastrearam a Revolução Francesa, e que ele mesmo fora iniciado na Maçonaria para compor forças políticas, que naquele momento a Maçonaria representava no Estado francês, sabia o poder que a Ordem tinha e o peso que ela representa quando seus membros efetivamente começam a exercê-lo. Dessa forma, o iniciado maçom que se embrenha pelos ensinamentos dos graus filosóficos precisa ter em mente que o que ele vai aprender é um conjunto de ensinamentos que visa recuperar, em nível de espírito, um mundo arquetípico que norteou a formação do espirito dos maçons em um momento da história em que as questões éticas, morais, religiosas e principalmente cívicas, eram as principais preocupações da elite intelectual da época. Pois essa foi a época da consolidação dos estados nacionais e da formação das grandes nações do ocidente. Tempo em que os ideais de ordem, justiça, liberdade e igualdade entre as pessoas eram os principais anseios das pessoas, ideais que parecem ter se perdido com o tempo e esquecidas pela maioria das pessoas, e infelizmente pelos próprios maçons modernos. Luiz Sergio Castro Fonte do Texto e Gravura: Blog "O MALHETE" (Editor: Luiz Sergio Castro) http://omalhete.blogspot.com.br/2016/10/a-estrutura-dos-graus-filosoficos.html [1] Publicada pela Madras Ed. São Paulo, 2007. [2] A Costa Mediterrânea espanhola, dominada pelos mouros, e a região do Languedoc francês foram os territórios onde floresceu a seita dos cátaros, seita gnóstica que adotava crenças semelhantes aos antigos maniqueístas. Eram cristãos, mas recusavam os dogmas da Igreja Católica, como a virgindade de Maria, a deificação de Jesus, o dogma da ressurreição etc. Alguns autores apontam estreitas ligações entre os cátaros e os cavaleiros templários, o que teria levado a Igreja de Roma a promover uma verdadeira cruzada contra os territórios por eles habitados. Uma das razões dessa cruzada seria o fato de os cátaros serem os depositários dos segredos dos templários, os quais herdaram após a extinção da Ordem dos Cavaleiros do Templo. Para mais informações sobre esse assunto veja-se o capítulo IV da nossa obra, Conhecendo a Arte Real, citada. [3] A influência dessas crenças na Maçonaria é bastante forte. Vide especialmente o grau 21, denominado “ Cavaleiro Noaquita”. [4] Baigent, Leigh e Lincoln, The Holly Blood and The Holly Grail, Ed. Harrow, Londres, 1966. [5] Frances Yates, O Iluminismo Rosa-Cruz, Ed. Cultrix, São Paulo, 1967. [6] A Assembléia Sagrada, segundo o Sepher Ha Zhoar, a Bíblia cabalística, era composta por dez rabinos e funcionava nos moldes de uma Loja Maçônica. Essa Assembléia tinha por função a guarda e a transmissão oral dos ensinamentos da Cabala. [7] “Cristãos novos” era o apelido dado aos judeus que se filiavam ao Cristianismo para escapar da perseguição movida contra eles pelos tribunais da Inquisição. Um famoso “cristão novo” português foi o explorador Fernando de Noronha, que deu nome à ilha que leva esse nome. [8] Ver, nesse sentido, o discurso proferido pelo Cavaleiro André Michel de Ramsay, em 1736, aos maçons franceses, exaltando as excelências da Maçonaria Escocesa e suas ligações com os cavaleiros cruzados. [9] Cf. Jean Palou - A Maçonaria Simbólica e Iniciática.- Ed Pensamento, 1986.
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