#ideas con papel
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mikrokosmcs · 4 months ago
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noona pirata 🥺 has encontrado a tu alma gemela o sigues buscándole?
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Sakmin  se  ríe  con  gracia,  meneando  una  de  sus  manos  en  forma  de  negativa.  -  —Podría  decir  que  encontré  mi  alma  gemela  hace  muchos  años,  fue  un  amor  a  primera  vista  que  paralizó  mi  corazón  y  desde  entonces  decidí  que  no  importaba  que  fuese  un  omega  y  no  fuese  mi  papel,  iba  a  esforzarme  para  conquistarle  —  -la  sonrisa  se  ensancha  con  esa  complicidad  que  le  caracteriza,  arrugando  ligeramente  la  nariz.  -  —El  Titania  fue  y  será  mi  primer  amor,  no  me  niego  al  romance,  pero  tampoco  es  algo  que  busque  febrilmente,  mi  corazón  y  mi  familia  están  con  mi  tripulación. 
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papelpintadobarcelona · 18 days ago
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¿Cómo Transformar tu Sala de Estar con Murales?
Sin lugar a dudas, el salón es el alma de una casa, es la estancia dónde se reúne el núcleo familiar al completo y también un lugar para reunir a las visitas. Es una habitación del hogar destinada al descanso y al ocio ¿Y porqué no, decorarlo bonito y acogedor? En el post de hoy te damos ideas y las mejores propuestas para crear un salón personalizado con murales de papel pintado. Ideas para…
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papelpintadoinfantil · 9 months ago
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Papel Pintado Infantil Happy by Parato
Hoy, en nuestro blog dedicado al fascinante mundo del papel pintado infantil, nos complace presentarles una cautivadora colección proveniente directamente de Italia. Diseñada por la talentosa Cristiana Masi y fabricada por Parato, esta colección ha demostrado ser la más exitosa del año 2023, y es por esta razón que deseamos rendirle un merecido homenaje en nuestro blog. papel pintado infantil…
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ithilie-n · 4 months ago
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inhala con tristeza fingida al escucharla, negando un par de veces previo a responder. “no te preocupes, entiendo que nuestros planes sean poco memorables para ti” se ve obligado a morder inferior para esconder pequeña sonrisa con poco éxito. es envuelto en el recuerdo de aquel atardecer con las dos féminas y su mirada adquiere brillo que cualquiera al pasar podría notar sin necesidad de ser detallista. “¿tenía que decírselo a pesar de ser yo quien la peinó a ella y a su muñeca antes de vernos? creí que estaba implícito en el acto.” ingenuidad enmarca la mirada hasta que las palabras de coreana ocasionan que ría con diversión. “solo disfrutas alejarme para ser la favorita, me temo que voy a pelear por el lugar que me corresponde.”
la rapidez con la que su idea en un principio ‘maravillosa’ se torna en ‘estupidez’ es la misma que la velocidad con la que su cubierto cae con torpeza a la mesa al escuchar que coraline la considera como posibilidad. no pensaba echarse para atrás, estaba claro… pero todo lo que podía resultar mal de ese experimento pronto empezaría a rondar cada vez con más fuerza por su mente. “podría funcionar.. sí.” repite (más para sí mismo que para ella). “y tal vez después de esa cita no pude sacarte de mi mente y decidí acercarme a ti como fuese posible hasta que mis sentimientos fueron incapaces de contenerse y te confesé todo.” ¿cuánto de eso era verdad? seojoon no estaba seguro de estar mintiendo completamente. “no insinúo que no puedas lidiar con un idiota, digo que yo no puedo lidiar viéndote con uno.” carraspea medio segundo intentando arreglar aquello. “es decir, no puedo confiar en el gusto de tus amigos.” ni siquiera era creíble pero esperaba fuese suficiente para evitar malentendidos. ablandaría la mirada al escucharla puntualizar el argumento. coraline podía ser capaz de cuidarse a ella y al resto del mundo de quererlo. “lo tengo claro, linnie. aún así, yo seguiré haciéndolo también.” mote poco usual pero cargado de cariño se extendería a adversa, depositando un pequeño pellizco a la mejilla de coreana. “¿entonces es un sí? porque de serlo, tendremos que empezar con la actuación muy pronto.” murmura al observar a mutuos conocidos ingresando al restaurant en el que se encontraban.
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"el parque de diversiones, ¿cómo podría olvidarlo?" asiente un par de veces pretendiendo que también lo recuerda, siguiéndole la corriente sobre falso acuerdo. también le causa curiosidad sus razones para elegir un parque de diversiones. ¿no le habia contado eso antes?, se pregunta para si misma ante reacción ajena, aunque considerando la poca relevancia que le dio a su cita no sería sorpresa que se le olvidara mencionar algo al respecto. de su garganta cosquillea una risa suave, tintada del alegre recuerdo. "porque yo sí note que su muñeca y ella traían listones nuevos en el cabello." apunta con gracia, más bien se dio cuenta que estaban peinadas iguales y asumió que los listones eran nuevos por lo vivo del color. "las platicas de niñas son muy importantes, seojoon, no lo entenderías." niega con la cabeza para molestarlo una vez más. usualmente cora no es quién busca iniciar contacto físico, ni necesitar acortar distancia pero hoy, hoy busca cada ridicula y diminuta excusa para estar cerca de su amigo. ¿cómo explicar aquello sin sobrepasar aquella fina y delgada linea que ha trazado en mente? no puede. "obvio, solo estaba bromeando." claro, incluso cuando seojoon le sonríe no puede evitar que el sentimiento de rechazo pese en su pecho, aunque sea por corto tiempo. decide tomar el bocado que se le ofrece para apartar invasivo que su amigo solo menciono a su sobrina para decirle que no. en un instante la sorpresa se apodera de sus facciones ante inesperada propuesta. de todas las cosas que se imaginaba que opuesto podría decir, esta no era una de ellas. "¿nosotros?" pregunta sin poder creer que ha escuchado correctamente. no significa nada, se repite como un mantra, solo esta tratando de ayudar a que la dejen en paz. "eso..." pausa, "eso podría funcionar." ¿cierto?, la enviaron a una cita con seojoon una vez de todas formas. tendría sentido para ellos; en eso decide concentrarse de momento. "digo podemos decirles que seguimos en contacto después de la cita." no sería del todo una mentira... ignorando el hecho de que se conocían incluso anterior a esa noche. sin embargo, si ayudaría a que dejen de lado esa misión de hacer de cupido para ella. "pero espero no estés insinuando que no puedo lidiar con un idiota siendo un imbecil." agrega una vez recupera las riendas de sus emociones. "puedo cuidarme por mi misma." le recuerda.
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jaquemuses · 9 months ago
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puedes hacer el mismo concepto de matías con la mariguana con enzo porfi? ame ese fic es increíble!!!!!
❋ ࣪ ⊹ lavender haze 𓂂˚ ﹒
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pairing. enzo vogrincic x female reader.
synopsis. hacia un mes que no veias a Enzo sin embargo encuentran tiempo para volver a verse y compartir tiempo juntos, y un porro también
cw. marihuana, fluff, cuddling, actor!enzo, relacion a distancia
an. blurb muy simple con una idea reciclada pero al fin y al cabo una request !!
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Suspiraste con satisfacción mientras te acurrucabas más contra el pecho de Enzo, disfrutando de su calor en la fresca tarde de otoño. Estabas vestida con un atuendo acogedor pero casual: un top negro de mangas largas con un escote bajo, combinado con pantalones de jogging gris suave y Uggs rosados. Alrededor de tu cuello colgaba un delicado collar de plata con su inicial, un regalo de su primer aniversario juntos. Su brazo se encontraba envuelto de manera protectora alrededor de tus hombros mientras tus dedos trazaban patrones sin sentido en su pecho a través de su hoodie negro.
El sol se estaba poniendo sobre las montañas dejando detras un espectacular resplandor naranja. Ambos estaban felices, simplemente disfrutando de la compañía del otro después de tanto tiempo separados.
"Como extrañaba esto", susurraste contra su cuello, inhalando el familiar aroma amaderado de su colonia. Había pasado más de un mes desde su última cita adecuada debido a las grabaciones de Enzo en España. Las videollamadas simplemente no eran lo mismo que sentir el constante latido de su corazón bajo tu palma, pero ahora que -por fin- tenia un par de dias libres, no los iban a desaprovechar. Los labios de Enzo presionaron un tierno beso en tu frente, demorándose más de lo habitual.
"yo también extrañaba esto" dijo contra tu frente, sus ojos se llenaron de amor cuando alzaste la mirada, sentiste tu mejilla ser acariciada por sus asperas manos suavemente y presionaste un beso en su palma.
"Me alegra que hayas podido venir, ahora vamos a poder ponernos al día correctamente", dijo con una sonrisa.
"Bueno, creo que alguien prometió algo para ayudar con eso de ponerse al día..." Enzo resopló, buscando en su bolsillo para sacar una bolsita de plástico familiar y papeles para armar.
"Como mi señora diga", bromeó, dándote un rápido beso en los labios antes de sentarse para preparar.
El sol se estaba hundiendo por debajo del horizonte ahora, proyectando todo en un resplandor rosado que resaltaba sus fuertes facciones mientras trabajaba. Te tomaste un momento para admirar lo lejos que habían llegado: hace poco más de un año, este hombre perfecto era un rostro que observabas desde lejos, nunca imaginando el dulce vínculo que formarían. Tu sonrisa se amplió con la alegría del recuerdo, distrayendo a Enzo hasta que tocó la punta de tu nariz con su dedo juguetonamente.
"Deja de mirarme como una acosadora nena!" Exclamo alargando la 'A' "Ayúdame acá mejor, ¿dale?", dijo rodando los ojos con cariño, mientras te ponías a ayudar a moler los brotes verdes y meterlos en un papel.
Una vez que el porro estuvo preparado a la perfección, Enzo miró al cielo oscureciéndose y dijo suavemente: "Hagamoslo rapido porque estas horas que se vienen son muy frías." Fue entonces cuando te diste cuenta de que la brisa nocturna había aumentado, penetrando cualquier piel expuesta y haciéndote temblar ligeramente, ahora entendias a lo que se referia Enzo cuando te decia que hacia un frio que te calaba los huesos, no podias ni imaginarte lo que debian pasar ellos grabando en la montaña.
Tu novio observó tu reacción y chasqueó la lengua. "Amor, ¿por qué no me dijiste que tenías frío? Ponete esto...” dijo antes de quitarse su bufanda del cuello. "Esto debería aliviarte un poco, yo lo uso cuando filmamos."
Te derretiste ante su consideración y dejaste que él te colocara suavemente la bufanda al rededor de tu cuello y tu cabeza, envolviendo tus sentidos en su cálido algodón y aroma amaderado. "Amor, ¿estás seguro? Ahora vas a tener frío vos..."
Él desestimó tu preocupación, pasando un brazo alrededor de tu cintura para atraerte firmemente hacia su lado una vez más. "No gorda, con todos estos meses ya me volvi inmune al frio" dijo bromeando "Además, te queda más lindo a vos de todas formas." Te reíste y te acurrucaste en su pecho, jugueteando con la suave bufanda.
Enzo prendió el encendedor con un movimiento experto y observaste cómo la llama prendía el papel de liar hasta que brilló débilmente de un color morado. Él tomo una larga calada y retuvo el humo en sus pulmones por un momento antes de exhalar una nube billante hacia el cielo oscurecido. Vos hiciste lo mismo, sintiendo cómo la tensión en tus hombros se desvanecia instantáneamente mientras una agradable neblina se asentaba sobre tus pensamientos.
Te acurrucaste más profundamente en el abrazo de tu novio, absorbiendo el resplandor del atardecer y las notas terrosas del pasto alto en tu lengua. El aire frío ya no te molestaba ya que estabas envuelta en la calidez constante de Enzo, por dentro y por fuera. Finalmente, después de un mes separados, te sentiste completamente relajada por primera vez en semanas.
Él parecía sentirlo también; su pulgar retomo sus caricias a lo largo de tu brazo mientras suspiros relajados se escapaban contra tu cabello. Ninguno dijo una palabra, estaban demasiado absortos en la presencia y comodidad de la compañía del otro después de la larga separación. Esta era la calma y la cercanía que ansiabas, todas sus necesidades eran ahora saciadas entre los brazos del otro bajo la luz rosada del anochecer.
El porro ya había desaparecido cuando el crepúsculo se estableció completamente en tonos índigo. Adormecida y confundida por el humo, inclinaste la barbilla con un suave murmullo, encontrando a Enzo ya mirándote con afecto en sus ojitos entrecerrados. Sus labios rozaron los tuyos tiernamente, dulces y lentos como meterse en una cama acogedora después de estar parada todo el día.
Este era tu hogar: su abrazo, su cuidado, su amor.
Te derretiste aún más con cada segundo que pasaba, el corazón a punto de estallar como si fuera la primer cita mientras sus brazos te sostenían más firmemente cuidandote de la noche helada.
Ninguna cantidad de distancia o tiempo separados podría disminuir la perfección de momentos como estos, en donde su amor te nutría para florecer una vez más.
Nada en el mundo se sentía tan relajante o correcto como acurrucarse entre los fuertes brazos de Enzo.
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© jaquemuses 2024 please do not plagiarise, steal, modify or repost any of my works.
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depoesiaypoetas · 6 months ago
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Nunca borro el historial de búsqueda, pero es que mi cerebro es tan caos que puedo olvidar lo que comí ayer, la lista de la compra, las llaves de la casa. Mi memoria cognitiva deja mucho que desear, por si las dudas pongo recordatorios para todo y, al igual que mi papá, siempre llevo pluma y papel en la mochila. Soy más de desorden, no por gusto personal, sino por el montón de ruido neuronal que me cargo, soy bastantes desaciertos, me corrijo la vista, la postura, las ideas abstractas. Con todo y eso mi memoria sensorial aún funciona; sirve para recordar un abrazo, el sabor del café, el sonido del río, el llanto de los bebés, el olor de la lluvia en el pasto; me gusta pensar que las señales que retengo son las que se supone deben ser vistas...
Clara Ajc
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deepinsideyourbeing · 7 months ago
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He calls me the Devil (I make him wanna sin) - Enzo Vogrincic
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+18! Needy!Enzo (unos segundos de Sub!Enzo, parpadeen y se lo pierden). Biting, choking, creampie, fingering, masturbación, (breves descripciones de) plus size!reader, sexo oral, sexo sin protección, (kind of) semi-public sex, spit kink, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
El vestido fue idea de Enzo.
Luego de un par de días viéndote batallar frente al espejo e intentando consolarte cuando la frustración te vencía, recordó que la caja que contenía la prenda estaba sepultada en alguna parte del armario. Enzo odiaría que lo malinterpretes y no tiene absolutamente nada en contra de la chaqueta y el pantalón de cuero que pretendías combinar con un top burdeos, pero…
-No, no sé- recuerda cómo empujaste el vestido contra su pecho-. ¿No te parece que es mucho?
-¿Para mí…? Es poco- bromeó,  refiriéndose sutilmente a los atuendos  mucho más atrevidos y extravagantes que utilizaste en ámbitos mucho menos formales.
-No son los Oscar, Enzo, es un concierto de música clásica.
-¿Y?- se mordió el labio-. ¿No te gustó el vestido? ¿Es eso?
-Me encantó, amor, pero…
La inseguridad ensombreció tu rostro por un breve momento, evocando el recuerdo del día en que le enseñaste el vestido en una página web: las únicas fotos exhibiendo el producto eran de modelos utilizando la talla small, un detalle recurrente que te aquejaba a la hora de buscar ropa. Aún puede oír la forma en que suspiraste, entre harta y triste, antes de cerrar la página y bloquear la pantalla de tu celular para arrojarlo sobre la cama.
Normalmente Enzo no se habría atrevido a husmear en tus dispositivos electrónicos, pero esa noche luego de ver tu decepción decidió revisar tu historial. A falta de una referencia fotográfica, optó por confiar en que uno de los talles se correspondía con tus medidas.
-Te queda hermoso- insistió, sosteniéndolo con delicadeza entre sus manos-. Dale, probátelo otra vez.
La forma en que te sonrojaste le pareció tierna, un tanto divertida considerando el tiempo que llevaban juntos y la inocencia del cumplido en comparación con los comentarios que guardaba para otros momentos, los cuales hacían que la sangre de tu cuerpo ardiera no sólo en tus mejillas. Observó cómo deslizabas las tiras de tu camisón por tus hombros y su respiración se entrecortó cuando vio tus pechos desnudos.
El vestido se adhería a tu cuerpo como una segunda piel, los tonos rojos de la seda resaltando tu figura y volviéndote la viva imagen de lo que Enzo llamaría la perdición.
Ahora ese recuerdo lo atormenta y se obliga a mantener las apariencias, ocultando su erección con el programa del concierto y agradeciendo por la tenue iluminación de la sala. Intenta distraerse observando los detalles del lugar, tal como lo hizo desde que llegaron al Auditorio Nacional, y por unos instantes la sincronización en los arcos de la sección de cuerdas de la orquesta es más que suficiente para cautivarlo.
Es entonces cuando siente que te movés en tu asiento y sus ojos se centran en tu figura. Tus manos se encuentran entrelazadas sobre tu regazo, cubiertas por unos delicados guantes de largo asimétrico, y al ver tus dedos jugando distraídamente con el papel no puede evitar pensar en lo bien que se verían envueltos sobre su miembro, su semilla arruinando la seda que oculta tu piel.
El súbito aplauso del público lo saca de sus cavilaciones y está a punto de sumarse al mismo, pero tu mano se cierra sobre la suya a modo de advertencia. Si la calidez de tu palma empeora su estado, la forma en que el vestido abraza la curva de tu abdomen y resalta tus pechos es prácticamente una sentencia de muerte.
-Todavía no- aclarás, señalando con la cabeza hacia el escenario-. Falta uno más.
El primer movimiento de la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky le pareció sublime, ¿pero el cuarto…? Le resulta eterno y le cuesta horrores mantener la concentración, por lo que se muerde los labios hasta sentir el gusto metálico de la sangre en su lengua. Comienza a mover la pierna y tu mano acaricia su muslo -probablemente interpretando su agitación como nerviosismo o ansiedad- en un gesto que debería ser tranquilizador, pero que es en realidad todo lo contrario.
La preocupación en tus ojos es evidente cuando encuentran la mancha escarlata en sus labios y te inclinás para examinar el daño, ignorando que el ángulo le permite ver tu escote y el sostén de encaje rojo que contrasta con tu tono de piel. Es el mismo rojo que tiñe tus labios y que difuminaste en tus pómulos, el mismo rojo que en alguna ocasión utilizaste para dejar la marca de tus besos en su pecho, su abdomen y…
Se siente culpable cuando acerca sus labios a tu oído y susurra:
-¿Me acompañás?
La obra concluye y Enzo aprovecha el momento en que otro músico, un pianista, entra en escena. Toma tu mano y te arrastra hacia las puertas de la sala, más de una mirada curiosa posándose sobre ambos y algunos susurros, que te hacen sentir más insegura de lo que lo hicieron a tu llegada: Enzo juró que te miraban porque “¿Cómo no te van a mirar? Si estás hermosa”, pero vos no estás convencida de que ese fuera el motivo.
Ambos llegan a un corredor desierto y cuando Enzo tira de tu mano para guiarte hacia una puerta lateral, lo seguís al interior de la habitación sin hacer preguntas. Te sorprenden los estuches de instrumentos vacíos, desperdigados por doquier, y estás a punto de comentar que la puerta no debería estar sin seguro, pero el ataque de algún instrumento de viento -que no distinguís- en la habitación contigua hace que te sobresaltes.
-¿Qué pasó?- preguntás, recordando el motivo por el cual abandonaron el concierto. Cuando tomás la mejilla de Enzo para examinar su herida, sus dedos aprisionan tu muñeca-. ¿Qué…?
Dirige tu mano hacia su erección, cubierta por un costoso pantalón, sus ojos fijos en tu rostro para examinar tu reacción: tus labios se separan lo suficiente para permitirle ver tus dientes y tu respiración se torna agitada en un abrir y cerrar de ojos, obligándolo a admirar cómo el movimiento hace que tus pechos suban y bajen. Su mirada desciende hasta llegar a tu cadera y sus manos siguen el mismo camino, masajeando con fuerza tu cuerpo antes de atraerte hacia el suyo.
Soltás un gemido y, en algún recóndito lugar de tu mente, te preguntás si las personas presenciando el concierto pueden oírte con la misma claridad con la que oís el piano en este momento.
-¿Ves lo que me hacés…?- pregunta. Besa tu mejilla y sus labios trazan una línea hasta tu cuello, sus besos húmedos y su aliento cálido repercutiendo en tus sentidos-. Desde que llegamos estoy así.
El sonido del seguro llega a tus oídos.
-¿Qué hice?- fingís inocencia.
Su mano se cierra sobre tu cuello y vuelve a besarte, la intensidad de sus acciones provocando que sus dientes rasguen tu labio inferior y su lengua haciéndote gemir cuando invade el interior de tu boca. Se aferra a la parte más ancha de tu cadera con fuerza, como si la cercanía entre ambos no fuera ya suficiente, y su otra mano baja la cremallera de su pantalón.
El sonido provoca un cosquilleo entre tus piernas y mirás a Enzo de manera provocadora mientras tirás del botón de la prenda, la cual cede levemente dejando ver una franja de su ropa interior. Recorrés la tela visible con tu dedo antes de llevártelo a la boca, capturando la seda entre tus dientes para retirar el guante.
-No- te interrumpe-. Dejátelos puestos.
Le dirigís una sonrisa, intrigada y más que excitada por la situación y su petición. Tu mano colándose bajo su ropa interior hace que se muerda el labio y una expresión de dolor atraviesa su rostro, pero cuando cerrás tus dedos sobre su miembro esa expresión se transforma en placer y arroja la cabeza hacia atrás. Comenzás a masturbarlo con lentitud, tu oído atento a la orquesta percibiendo también el sonido de su piel y la aceleración de su respiración.
En cuestión de minutos y bajo las caricias que le suministran tus manos, Enzo se convierte en un desastre: sus dedos se clavan en tu carne y tenés que esforzarte para lograr mantener el ritmo de tus movimientos, el líquido preseminal brotando de su punta humedeciendo cada vez más tu guante y tus dígitos, y su miembro palpita desesperadamente en busca de alivio.
Te detiene antes de que sea demasiado tarde y te guía hacia el pequeño sofá en la esquina de la habitación, apartando unas partituras olvidadas sobre este para tomar asiento y señalar el lugar entre sus piernas. Obedecés inmediatamente, como siempre, y luego de ayudarlo a deshacerse de su pantalón y su ropa interior Enzo decide tirar de la cremallera de tu vestido y despojarte de tu sostén, liberando tus pechos.
Tomás su miembro entre tus manos para centrarte en su extensión mientras tus labios se acercan a la punta para besarla con delicadeza una y otra vez. Su excitación brilla bajo las luces de la habitación y es adictiva cuando el sabor invade tu lengua, haciéndote gemir cuando lo introducís en tu boca y provocando que las vibraciones amenacen con llevar a Enzo al borde del orgasmo nuevamente.
Sus caderas se mueven en contra de su voluntad y su punta golpea tu garganta, llenando tus ojos de lágrimas que rápidamente comienzan a deslizarse y humedecer tus mejillas. Te separás de Enzo, ya que no estás dispuesta a arruinar todo tu maquillaje, pero la solución que encontrás logra arrancar un gemido de su boca antes de que pueda procesar la imagen frente a él.
-Dios…- dice entre dientes, cubriendo su rostro con una mano luego de ver cómo rodeás su miembro con tus pechos y escupís sobre su punta. Recuerda todas las ocasiones en que lubricó el interior de tus muslos y se deslizó entre ellos hasta el agotamiento, oyéndote suplicar por un poco de placer a cambio y prometiendo hacer lo imposible para merecerlo-. Lo hacés a propósito, ¿no?
Permanecés en silencio, pero Enzo recibe una respuesta cuando tus manos presionan aún más tus pechos. Su excitación comienza a ser cada vez más abundante, gotas de líquido incoloro cayendo desde su punta hasta el largo de su miembro y entre tus pechos, llenando la habitación de los indecentes sonidos húmedos que tanto disfrutan ambos. Sus dedos contrayéndose sobre el sofá y sus nudillos blancos hacen que te detengas con una sonrisa de satisfacción.
Toma tu cabello entre sus dedos y se acerca peligrosamente a tu rostro, su pulgar delineando tu labio inferior y haciéndote sisear cuando toca la herida que sus dientes dejaron allí. Tira de tu cabello hasta posicionarte en un ángulo doloroso y te observa, el cabello cayendo a los lados de su rostro haciendo que se vea aún más imponente, y luego escupe en tu boca. Le enseñás tu lengua, su saliva mezclándose con la tuya, y tragás.
Te conduce hacia el otro extremo de la habitación sin delicadeza alguna y presiona tu cuerpo contra el espejo en la pared, el efecto de la superficie fría evidenciándose en tus pezones. Con movimientos lentos, Enzo toma el dobladillo de tu vestido y comienza a arrugarlo entre sus manos, descubriendo centímetro a centímetro de tu cuerpo y maravillándose como si fuera la primera vez que te ve.
Intenta no perder la razón al ver el encaje rojo cubriendo tu intimidad… Pero él es un hombre débil y vos, la tentación.
Se arroja sobre sus rodillas sin pensarlo y comienza a morder tus piernas con fuerza, haciéndote gemir y lloriquear debido a la sensibilidad, utilizando su lengua posteriormente como si fuera suficiente para aliviar las zonas abusadas. Aparta la prenda que lo separa de tu centro y observa cómo la humedad que cubre tu piel se adhiere en forma de hilos brillantes a la tela.
Introduce un dedo en tu interior mientras reparte besos y mordidas en tus muslos. Te oye gemir contra el espejo y sabe, aunque no puede verte, que tal imagen podría pertenecer al paraíso. Debería, asegura al introducir otro dedo y sentir tus paredes contrayéndose cuando los curva para dar con tu punto dulce, la resistencia de tus labios nula ante tus gemidos, jadeos y suspiros.
Los sonidos obscenos que producen los dedos de Enzo en tu cavidad no se comparan con la imagen entre tus piernas, tus fluidos cayendo sobre sus dedos hasta llegar a sus nudillos e incluso su muñeca. Tus piernas tiemblan y tus manos masajean tus pechos, imitando los movimientos que tu novio suele repetir para brindarte el máximo placer.
Tus rodillas están a punto de fallarte y le suplicás, pero cuando Enzo se detiene y te deja respirar la sensación de vacío junto con la desesperación te inundan. Encontrás sus ojos oscuros a través del espejo, un leve asentimiento de su parte que pretende ser un consuelo, y arqueás tu espalda para darle mejor acceso a tu entrada.
Sostiene el vestido, la tela arrugada a la altura de tu cintura, mientras acaricia tu entrada y tu clítoris con la punta goteante de su miembro. Suspirás al sentir su calor y el suspiro se vuelve un gemido cuando comienza a empujarse dentro tuyo, recibiendo el ardor que provoca su tamaño en tu entrada estrecha.
-Enzo...
-Sí, amor, ya sé- dice entre gruñidos-. Querés más, ¿no...? Vos siempre querés más.
Y él está dispuesto a dártelo todo.
Sus movimientos son delicados y mínimos para permitir que te acostumbres a la sensación, pero eso se acaba cuando ve tu expresión prácticamente pornográfica en el espejo. El placer dibuja en tus cejas una curva que acompaña la caída de tus párpados y tus labios entreabiertos permiten que un hilo de saliva caiga por tu mentón.
Desesperado por sentir más, comienza a penetrarte con fuerza y en profundidad. Adora los sonidos que dejan tu boca y aún más los que produce tu cuerpo al colisionar con el suyo, así como también adora ver los movimientos de tu carne como consecuencia de cada impacto originado entre las caderas de ambos.
El ritmo de sus estocadas es cada vez más rápido en contraste con la música (ahora muy lejana, como si la sala se encontrara a kilómetros de distancia) y te fuerza a sostenerte para no perder el equilibrio, pero la tarea resulta casi imposible cuando sentís la forma en que su punta abusa de tu cérvix de manera placentera.
Su mano repta por tu espalda y acaricia tu cuello antes de cerrarse sobre el mismo, la presión que ejerce mínima pero aún presente como un sutil recordatorio. Volvés a encontrar su mirada.
-Voy a...
-Sí- se limita a contestar. Arroja la cabeza hacia atrás.
Continúa embistiéndote hasta sentir las contracciones de tu interior caliente y te permite tocarte sólo después de atraer tu cuerpo hacia el suyo, con tu espalda sobre su pecho y su brazo rodeando tu cuello. Su otra mano sostiene tu cadera y se hunde dolorosamente en tu piel, amenazando con dejar alguna que otra marca.
El ángulo actual te deja sentir cada detalle de su miembro en tu interior y no pasa mucho tiempo antes de que llegues a tu orgasmo, con sus dedos aprisionando tus mejillas para mantener tu vista al frente, la imagen de tus pechos saltando de arriba abajo casi tan hipnótica como el rostro de tu novio al ver la escena.
Cuando Enzo alcanza su propio clímax sentís sus dientes mordiendo tu cuello antes de percibir cómo su semen caliente te llena por completo. La sensación es suficiente para causarte otro orgasmo, más breve pero de mayor intensidad.
-Te amo- dice Enzo contra tu piel-. Te amo, te amo, te amo.
-Yo también te amo- tomás su mano y la llevás a tus labios-. Mucho.
-¿No tenía razón?- oculta su sonrisa tras tu hombro-. El vestido era una buena idea.
Estás a punto de darle la razón, pero te interrumpe el sonido de alguien tocando la puerta.
-Te voy a matar- jurás, apresurándote para acomodar tu ropa.
Enzo sólo suelta una carcajada.
Notas de Lu:
La inspiración para el vestido, estoy completamente obsesionada. Espero hayan disfrutado la lectura y si ven algún error..., un hechicero lo hizo ♡
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia
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milasics · 23 days ago
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CASONA. ' yo no puse tu nombre ahí... ' señala con la vista el papel donde están los interesados en bailar en parejas. la idea es que los interesados se anoten o como parece ser el caso: alguien te anote sin que te des cuenta, para bailar con alguien al azar. la idea motivó a la población mayor más que a los jóvenes, lo cual comprende porque él no lo haría a la primera, solo está cumpliendo su parte. ' ¿algún enemigo quizás? ' se atreve a especular, dirigiendo la mirada hacia la persona. ' me temo que es tarde para borrarte ' eso no es cierto, solo no quiere rogarle a alguien para que se anote.
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silvertice · 11 days ago
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Dad's Friend?
Hugh jackman x fem!reader
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࣪ ⠀ ⠀⠀˒⠀⠀⠀⠀⠀𝅅⠀⠀⠀⠀⠀⠀/⠀⠀⠀ ⠀-⠀⠀ ⠀
summary: ella se encuentra sola con el mejor amigo de su papá. Mientras comparten copas de vino, el aire cálido de la noche, sus palabras en voz baja y el vínculo silencioso que se crea entre ellos crean un momento que ninguno reconoce en voz alta, pero que ambos sienten profundamente.
Categories: Romance, Forbidden Relationship, Age Gap, Family Friend Dynamic, Unspoken Desires, Emotional Comfort, Slow Burn, Mutual Longing, Tension. {TW}: Age difference, family friend relationship, intimate vulnerability, physical touch, hints of forbidden attraction, emotional dependency soft manipulation.
...
Era jueves por la noche, y estaba en mi habitación, sumergida en mis pensamientos mientras escribía en mi diario. Llevaba puestos unos shorts ligeros, ajustados pero cómodos, y una camiseta de tirantes finos. Mi cabello estaba recogido en un moño desordenado, como siempre cuando me quedaba en casa, sin planos más allá de relajarme en la comodidad de mi habitación.
La casa estaba en silencio, y el único sonido era el leve rasgueo de mi bolígrafo sobre el papel. La noche parecía igual a tantas otras, tranquila y sin sobresaltos, hasta que un par de luces atravesaron mi ventana, proyectándose en el techo. Me detuve, curiosa, y caminé hacia la ventana para ver quién estaba afuera.
Ahí, bajo la luz tenue de la calle, vía a Hugh bajándose de su auto. Mi respiración se detuvo por un instante; él, el mejor amigo de mi padre, el hombre que siempre había sido como una presencia familiar, pero que en mi adolescencia había comenzado a despertar en mí algo diferente, algo que apenas entendía.
Sentí mi pulso acelerarse mientras lo observaba desde arriba. Él parecía venir a ver a mi papá, como tantas otras veces. Pero esta vez, papá no estaba en casa.
Bajé las escaleras, manteniendo una sonrisa mientras escuchaba el timbre. Sabía que era Hugh, y algo en mí quería aprovechar la situación. Cuando llegué a la puerta, me apoyé en el marco, dejándome ver con esa misma postura relajada de quien simplemente está en casa.
Abrí lentamente y, con una expresión inocente, lo miré como si no lo reconociera. "¿Puedo ayudarte en algo?" Pregunté, alzando una ceja y poniendo mi mejor cara de indiferencia.
Hugh me observó con una media sonrisa, claramente divertida por mi tono. “¿Así es como recibes a las visitas ahora?” Replicó, sin poder evitar mirarme de pies a cabeza, notando mi atuendo relajado.
"Bueno, depende de la visita", respondió, encogiéndome de hombros. "Pero diez centavos, ¿quién eres y qué buscas en esta casa a estas horas?"
Hugh dejó escapar una risa suave, y por un segundo vi un destello en su mirada, como si percibiera mi pequeño juego. "Vine a ver a tu padre. No sabía que ahora tiene una portera tan estricta". Su tono era casual, pero su sonrisa delataba una complicidad silenciosa.
Abrí la puerta por completo y, sin decir nada más, me acerqué para darle un leve abrazo. Fue algo rápido, pero no pude evitar que se sintiera un poco cargado de emoción. Hugh se quedó un instante quieto, como si la cercanía lo hubiera tomado por sorpresa, y al separarnos, mantuve mi sonrisa mientras le decía: “Papá se fue a ver a la abuela… No anda muy bien últimamente, pero dijo que regresó en unas horas. Puedes pasar si quieres.”
Hugh caminaba lentamente, aunque parecía pensativo. “No quisiera molestar, puedo volver otro día”.
Le sostuve la mirada y con un gesto tranquilo le dije: “Pasa a la casa, de todas formas no tengo nada que hacer, y papá seguro no tardará”.
Él dudó por un segundo, como si estuviera evaluando si era buena idea, pero finalmente dio un paso hacia adentro. Mientras cerraba la puerta detrás de él, sentí cómo el ambiente cambiaba, y un silencio pesado se instalaba, solo roto por el suave crujido de sus botas sobre el suelo.
Lo seguí mientras avanzaba hacia la sala, y antes de adentrarnos más, eché un vistazo rápido en el espejo del pasillo, arreglándome un poco el cabello de forma distraída. Cuando entramos a la cocina, me adelanté hacia el mueble de las bebidas y lo miré de reojo con una sonrisa despreocupada.
“¿Qué quieres para tomar? ¿Cerveza, whisky, agua… o vino?” Pregunté, sin darle realmente tiempo para contestar. Antes de que pudiera responder, ya había sacado una botella de vino blanco y estaba sirviendo en dos copas.
Hugh arqueó una ceja y me observó con una mezcla de sorpresa y diversión. “¿Vino a esta hora?” comentó, con un toque de ironía en la voz, pero tomó la copa de todas las formas. “¿No crees que estás aprovechando mucho la libertad, ahora que tu papá no está?”
Le dediqué una sonrisa juguetona, levantando mi copa. “Que sea un secreto entre nosotros, ¿sí? Además, ya soy grande para que me hagan esas preguntas, Hugh”.
Él soltó una risa baja, negando con la cabeza, como si aún no pudiera creerlo del todo. “Claro… ya eres toda una adulta”, comentó con un toque de sarcasmo en la voz, pero con una sonrisa divertida mientras tomaba su copa.
Con las dos copas en la mano, me dirigí hacia el jardín y él me siguió en silencio. Me acomodé en uno de los sillones al aire libre, y él se sentó a mi lado, tomando su copa con una mano. A pesar de la cercanía, el ambiente era cómodo y tranquilo, como si por un momento se hubieran desvanecido las barreras que solían estar entre nosotros. La noche era fresca, y la luz tenue del jardín le daba un toque especial al momento, haciéndolo casi íntimo en su simplicidad.
Mientras tomaba un sorbo de vino, noté que Hugh miraba a la distancia, con la vista perdida, casi como si estuviera en otro lugar. Había algo en su expresión que no podía pasar por alto, un dejo de cansancio y tal vez… una pizca de tristeza. Sabía que había estado esquivando este tema en sus últimas visitas, pero la curiosidad y la preocupación me ganaron.
“Escuché que las cosas… han sido complicadas últimamente”, comenzó con cautela, mirándolo de reojo. “Con tu divorcio, digo. Sé que es un tema delicado, pero… si necesitas hablar de eso, sabes que estoy aquí.”
Él apartó la mirada hacia su copa, y por un segundo, pensé que no diría nada. Finalmente, soltó un suspiro y giró hacia mí, esbozando una sonrisa cansada.
“Tu padre te contó algo, ¿verdad?” preguntó con un tono resignado, aunque con una ligera sonrisa, como si la situación le resultara irónicamente divertida. “Supongo que ya no hay secretos en este vecindario”.
Sacudí la cabeza, sonriendo mientras lo miraba. “No es así, Hugh. No creas que mi papá anda divulgando tus secretos por ahí. Es solo que... bueno, eres famoso, ¿sabías? Y, además, estamos en el siglo XXI. Las cosas vuelan”, bromee, tratando de aligerar el ambiente.
Hugh soltó una pequeña risa, aunque noté que sus ojos seguían reflejando algo de esa tristeza. “¿Así que soy famoso ahora, eh?” murmuró, con una media sonrisa.
“Digamos que he escuchado algo… en alguna de tus visitas”, admití, sin entrar en demasiados detalles, y miré hacia el jardín para darle algo de espacio. “Y sé que no es fácil. No tienes que hablar de eso si no quieres, pero, ya sabes… estoy aquí.”
Hugh me miró, tomó un sorbo de su vino y, de repente, estiró una mano hacia mí, revolviéndome el cabello con un gesto cariñoso. “Sabía que lo harías, pequeña”, dijo, su voz suave pero cargada de ese tono familiar que siempre me hacía sonreír.
“Las cosas… bueno, están un poco desordenadas”, continuó, mirando la copa en sus manos como si buscara las palabras en el reflejo del vidrio. “No es fácil dejar atrás algo que creíste que duraría. A veces siento que me falla el instinto, ¿sabes? A veces me pregunto si todo esto es solo… cosa mía.”
Asentí en silencio, tomando un sorbo de mi vino antes de mirarlo de nuevo. “¿Y qué hay de Oscar y Ava?” Pregunté, con un nivel de preocupación en mi voz. Sabía lo importantes que eran para él y no quería imaginar cuánto más difícil se volvería todo con ellos en medio de la situación.
Hugh suspir y se le pas una mano por el cabello, claramente cansado. “Supongo que… están bien, o tan bien como se puede estar en medio de todo esto”, murmuró, con una tristeza que se hacía evidente en cada palabra. “Ellos entienden algo, o al menos lo intentan. Pero es complicado… ya sabes, también están los rumores, y trato de mantenerlos lejos de eso, pero…”
Desvió la mirada, como si quisiera esconder algo de lo que sentía en ese momento. Lo sabía lo suficiente para entender que, detrás de esa fachada fuerte, estaba luchando mucho más de lo que dejaba ver.
Asentí despacio, lamiéndome los labios mientras buscaba una forma de alivianar el ambiente, aunque fuera solo un poco. “Sí…” murmuró, mirando hacia el jardín. Después, tomé aire y, con una pequeña sonrisa, cambié de tema. “Pero, ¿sabes? No entiendo cómo es que tú tienes problemas… mientras que yo aquí ni siquiera consigo a alguien.”
Hugh soltó una risa suave, sorprendido por el cambio arrepentido en la conversación. “¿Así que la pequeña está teniendo problemas en el amor, eh?” Bromeó, mirándome con una ceja arqueada y un tono divertido.
“Ni que fuera tan pequeña”, respondí, medio en broma, medio en serio, mientras cruzaba las piernas y volvía a tomar un sorbo de vino, sintiéndome cada vez más cómoda en su compañía.
Solté un suspiro y me reí, apoyando la copa de vino en mi rodilla mientras lo miraba. “Es que no lo entiendo, de verdad. A mis 20 años, todos los hombres que conozco son unos completos imbéciles o actúan como princesas”, dije, rodando los ojos con una mezcla de frustración y humor.
Hugh se rió con fuerza, esa risa genuina que siempre lograba sacar cuando algo realmente lo divertía. “¿Princesas, eh?” Comentando, negando con la cabeza mientras me miraba. “No sé si es la palabra que habría usado… pero parece que los tiempos han cambiado un poco”.
“Bastante, diría yo”, respondió, cruzándome de brazos y mirándolo de reojo, en un tono cómplice.
Él me observó con una sonrisa ligera, aún entretenido. “Bueno, si todos actúan como princesas, supongo que estás buscando algo… distinto”, dijo, con una voz que llevaba un toque de curiosidad.
Mis ojos se alzaron y se encontraron con los suyos, y por un momento, el aire pareció cargarse con algo que no esperaba. Me sonrojé un poco, sin saber bien si responder o simplemente desviar la mirada. Había algo en su última palabra, en cómo la había dicho, que me desarmaba.
Él pareció notarlo, porque su sonrisa se suavizó y, sin romper el contacto visual, llevó su copa a los labios y bebió en silencio. Ese pequeño hizo gesto que mi corazón diera un vuelco. No era solo lo que había dicho, sino cómo lo había dicho... como si entendiera más de lo que quería admitir.
Sonreí y traté de disimular el calor en mis mejillas, intentando no darle demasiada importancia a la forma en que me había mirado. Pero cuando fui a girarme un poco en el asiento, mis dedos rozaron la copa de vino, y antes de darme cuenta, un pequeño chorro de vino blanco aterrizó en su camisa.
“¡Oh, lo siento!” exclamé, llevándome las manos a la boca mientras una risa nerviosa se me escapaba.
Él se miró la mancha en la camisa y luego a mí, con una sonrisa que combinaba exasperación y diversión. “¿Intentando sabotear mi estilo?” Bromeó, alzando una ceja.
Reí y busqué alguna servilleta, sintiéndome aún más torpe. “Eh, no… sólo intento… añadirle un toque de diseño abstracto”, contesté, mordiéndome el labio, sin poder contener la sonrisa. Con cuidado, presioné la servilleta contra la mancha en su pecho, sintiendo de cerca su calor y su respiración, lo que sólo hizo que el rubor en mis mejillas se intensificara.
En un movimiento inesperado, me rodeó con sus brazos y me atrajo hacia él, sin decir una palabra. Mi corazón dio un brinco, y en lugar de alejarme, me permití descansar contra su pecho, sintiendo el ritmo constante de su respiración. Él me acurrucó suavemente, con un gesto que me envolvía en una calidez que no había sentido en mucho tiempo.
El aroma de su colonia mezclado con el vino y su propia esencia era embriagador. Me quedé quieta, cerrando los ojos, dejándome llevar por el momento, sintiéndome extrañamente segura y en paz. Los minutos se deslizaban en silencio, y ninguno de los dos parecía querer romperlo, como si ambos supiéramos que algo importante estaba ocurriendo en ese simple abrazo.
“Sabes”, susurró, rompiendo el silencio con una voz suave, “hace mucho que no me sentía tan... tranquilo. Es lindo poder hablar así, sin preocupaciones.” Su mirada se perdió en algún punto lejano, como si estuviera grabando algo, y luego volvió a encontrar la mía. “Es raro, pero... contigo me siento cómodo, en paz”.
Sus palabras resonaron en mí, y me di cuenta de lo especial que era para él este momento. Sentí un calor inexplicable expandirse en mi pecho, un deseo de seguir allí, de sostener esa calma que compartíamos, de ser parte de ese refugio que él necesitaba.
“Me alegra escucharlo”, respondí en voz baja, apenas un susurro, sin querer romper el encanto que nos envolvía. Nos quedamos en silencio de nuevo, pero ahora, el peso de sus palabras me daba otra perspectiva, algo nuevo y esperanzador que no esperaba sentir.
Hugh me miró de nuevo, sus ojos brillando con una suavidad inesperada. Con un gesto tranquilo, acomodó mis piernas sobre las suyas, y sintió el roce de sus manos en mis piernas, cálido y cuidadoso. Deslizó su mano en una caricia lenta, casi como si quisiera guardar este momento también.
“Esto…” murmuró, con una leve sonrisa en sus labios, “esto también se tiene que mantener en secreto, ¿de acuerdo?”
Mi corazón dio un vuelco mientras asentía, sintiendo cómo una pequeña chispa de complicidad se encendía entre nosotros. Nos quedamos allí, en silencio, en un momento que era solo nuestro.
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dreaming-star20 · 11 months ago
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Infidelidad
Una persona con el corazón roto es capaz de cualquier cosa por despecho. Cuando Antonio se enteró de que su esposa le había sido infiel, se volvió loco. 20 años de matrimonio se fueron directamente a la basura. Aparentaba estar tranquilo ante todos, incluso firmó los papeles de divorcio sin ninguna protesta. Pero de lo que nadie se había percatado era que Antonio cocinaba su venganza desde las sombras. Hasta donde él sabía, su esposa estaba por fugarse de la ciudad con su amante, varios años más joven que Antonio. Las piezas estaban en el lugar ideal para la venganza.
- Veo tu cara en el espejo, y por más que lo intento, no comprendo lo que vio ella en ti. 
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Germán, el joven hombre de 29 años, se dijo a sí mismo en el espejo, mientras con sus manos, acariciaba su musculoso cuerpo lampiño. Bueno, algo así. Si bien ese era el cuerpo de Germán, era Antonio quien lo utilizaba. El hombre había robado el cuerpo de este joven como parte de su plan.
- Quiero decir, eres guapo, bastante, a decir verdad. Y tienes un cuerpo bastante sexy. Pero yo también tengo lo mío. Para empezar, gano más dinero que tú. En lo que respecta a la apariencia, es verdad que no hago tanto ejercicio como tú, pero nunca he descuidado mi cuerpo.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
- ¡Vaya muchacho! Puedes sacarle el ojo a alguien con esta cosa. Pero el mío es mucho más grueso.
Una sonrisa arrogante se dibujó en el rostro de Germán, una que el verdadero nunca haría. Antonio continuó con su monólogo frente al espejo, odiaba admitirlo, pero toda esta experiencia lo excitaba demasiado.
- Bueno, no importa lo sexy que seas, ahora todo esto me pertenece. Yo soy tu, al menos por ahora. No me malinterpretes amigo, esto tiene poco o nada que ver contigo. Tu no tenías idea de que te estabas metiendo con una mujer casada. Simplemente estuviste en las circunstancias incorrectas. Pero, en fin, eres justo lo que necesito para vengarme de ella.
Antonio terminó de quitarse la ropa que llevaba puesta, dejando al aire libre la hombría de Germán, además de su redondo y suave trasero. La figura redondeada del par de melones que ahora poseía fue irresistible para Antonio. Se dio una fuerte nalgada que hizo a sus glúteos temblar como dos gelatinas.
- La idea original era grabarme teniendo sexo con varias de las amigas más íntimas de mi ex, pero tengo una mejor idea. Llevo semanas con una inquietud en la cabeza, pero no me atrevo a intentar en mi propio cuerpo. Supongo que esta es mi oportunidad.
Antonio les dio un fuerte apretón a las suculentas nalgas de Germán. Estaba muy excitado por la emoción de estar en un nuevo cuerpo. Y más por el estar en uno tan sexy. Se dirigió a la mesa de noche junto a su cama, abrió el cajón, y de él sacó una bolsa negra. Dentro se encontraban un estimulador de próstata totalmente nuevo y una botella de lubricante. Solo Antonio sabía cuánto tiempo llevaban esos objetos guardados. Antonio sacó de su empaque el vibrador y se aseguró de cubrir meticulosamente todo lo largo del objeto de plástico con suficiente lubricante. Aún recordaba con recelo su último chequeo médico, cuando tuvo que consentir un tacto rectal. Salió del consultorio caminando como un cervatillo. Antonio se agachó casi hasta tocar sus pies, de tal manera que su trasero quedó expuesto al cielo.
Todo estaba listo, y con una mezcla entre emoción, duda y algo de miedo, Antonio acercó poco a poco el estimulador a su ano. Introdujo suavemente la punta en su culo virgen, y con toda la delicadeza que pudo, metió el objeto hasta el fondo. Antonio se incorporó y se vio de nuevo al espejo. Hasta el momento todo iba excelente, su rostro mostraba genuina emoción. Su pene incluso se había comenzado a poner erecto sin haberlo tocado. Antonio se recostó cómodamente en su cama y tomó el control del vibrador. La verdadera diversión estaba por empezar. Con mucha seguridad presionó el botón de encendido, haciendo así que un muy corto y rápido movimiento sacudiera el ano robado de Germán. Esto solo había sido el aviso de encendido, pero fue más que suficiente para que un gemido escapara de los labios de Antonio.
La mirada de Antonio se llenó de determinación. Configuró el aparato a una intensidad media y con vibración constante. Tan pronto cómo el estimulador comenzó a hacer su magia, Antonio comenzó a retorcerse de placer en la cama. Daba vueltas y vueltas por todos lados, intentando agarrarse de las sábanas. Las olas de placer recorrían su cuerpo, su respiración comenzó a agitarse. Gemidos, bufidos e incluso gritos se hicieron audibles por toda la habitación. Antonio estaba volviéndose loco de placer. Gotas de líquido preseminal salían de la punta de su pene erecto, que se sacudía erráticamente al ritmo de sus caderas.
Su parte consciente se repetía a sí mismo una y otra vez que debía controlarse, pero poco a poco la lujuria y el placer fue todo lo que su mente obedeció entre el caos sensorial. Constantemente Antonio tapaba su boca, en un intento deliberado de no dejarse llevar tanto por sus instintos. “¿Por qué hago esto?” pensó a la vez que apartaba sus manos de su rostro y se dejaba llevar por la excitación. Respiró profundamente, recuperando un poco el aliento, y a partir de ese momento dejó que el cuerpo que tanto trabajo le había costado robar fuera dominado por sus instintos más salvajes. 
Los ruidos de placer se hicieron más intensos. Probablemente podían escucharse desde la calle, pero a Antonio no le importaba. Su cuerpo estaba empapado por el sudor. El olor que emanaba de él era exquisito. Con sus fuertes manos recorrió cada parte del cuerpo bien tonificado de Germán. Su pene se encontraba ya a reventar. Antonio quería llegar de una vez por todas al clímax, así que tomó la botella de lubricante, se untó las manos con él y comenzó a acariciar furiosamente su verga. No pasó mucho tiempo hasta que hilos de blanco y caliente semen salieron disparados en todas direcciones. El cuerpo de Germán terminó cubierto en sus propios fluidos. Varios chorros aterrizaron en su cara, uno incluso en su boca, permitiendo a Antonio probar por primera vez en su vida el jugo viril de otro hombre.
- No puedo esperar para que metan algo aún más grande por allí. Esto va a ser aún mejor de lo que había pensado. - Antonio apagó el vibrador y recobró su aliento. Tras unos minutos pudo ponerse de pie, tomó una toalla de su baño y se limpió un poco. Sabía que debería haberse duchado, pero le pareció más apropiado conservar su cuerpo cubierto por fluidos corporales. Se puso de nuevo sus Jens y se recostó de nuevo viendo hacia el espejo.
- Voy a matar dos pájaros de un tiro contigo. Tú no te preocupes amigo, descansa allí adentro. Cuando salga de ti no recordarás absolutamente nada de todo esto, y yo abre obtenido mi venganza contra esa perra que alguna vez llamé esposa.
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ellivius · 8 days ago
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✨️⚘️¡¡FELIZ DIA DE MUERTOS!!⚘️✨️
El día de muertos es una de mis festividades favoritas sin duda alguna, la amo ❤️‍🩹💖✨️. Siempre es bonito sentir esa ilusión de que aquellos que ya partieron regresen a visitarnos, yo creo que es un abrazo para el alma y el corazón ❤️‍🩹🫂✨️.
El día de muertos se divide en varios días dependiendo de que tipo de familiares tengas; me refiero a si te visitan mascotas, niños o adultos. Usualmente se menciona como la ofrenda se pone el 2 de noviembre. ¿Ustedes pusieron la suya? :3.
||-----------------------◇♡◇------------------------||
Bueno como yo amo esta festividades planee este mini cómic. Lo veo como una situación especial que podría llegar a pasar en mi AU, seria algo asi:
Al navegar por Internet, Wukong encontraría un video sobre ✨️ 'El día de muertos' ✨️. En un principio pensaría en seguir deslizándose sin más, hasta que se menciona que es el día en que los fallecidos regrasan a visitar a los que seguimos vivos. Un día de reunión entre el más haya y el plano terrenal.
Se puso curioso de inmedito, así que comenzó a investigar más; podía sentir como la idea de que sus hermanos, maestro y hasta su estrellita pudieran venir a verlo comenzaba a llenarlo de una sutil chispa de esperanza.
Al final no pudo evitar ilusionarse con el tema y sin dudarlo comenzó a conseguir lo necesario para poner una ofrenda, para cuando llego el 2 de noviembre ya estaba listo y puso su propia altar.
El asunto fue laborioso por que queria que fuera especial, así que la mayoría de lo que puso en el altar lo hizo él mismo, con sus propias manos. El papel picado lo hizo él, la comida, el té, incluso las figuras que representaban a los visitantes, las tallo en madera por que no tenía fotos.
Se sentía como un niño pequeño, emocionado por que tal vez si creía lo suficiente podría tenerlos de vuelta aunque sea por una noche ❤️‍🩹.
||-----------------------◇♡◇------------------------||
Esta cancion se la puse de fondo en mis otras rese sociales, la verdad ame hacer este mini cómic.
En el proceso termine dándole su diseño a mi changuito mayor >v<, luego lo subo completo ;3.
Ame hacer este mini cómic 💖, espero que hayan tenido un bonito día de muertos aventureros :3✨️, hasta pronto ⚘️✨️.
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flan-tasma · 8 months ago
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Hello, could you do some kissing scenarios with Furina?
I love your writing so much and hope you are having a great day
💖~ Furina is so pretty that I couldn't help but get excited when I saw this request. Thank you very much for your nice words and I hope you have a wonderful day too!
Warning: Nope now💖, GN!Reader | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
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Spanish:
Furina jamás demostró el interés y el amor que sentía por ti antes, cuando tenía su papel como Arconte Hydro y se veía obligada a mantener una imagen gloriosa y política. Ella creía que una pareja amorosa sería difícil de mantener por su posición, por eso nunca hizo nada oficial ni dijo nada, pero siempre te lo demostró. Te mantenía a su lado, se aseguraba que tuvieras una vida cómoda y tranquila, te cuidaba mucho porque te amaba.
Cuando ya no era necesaria para ser la regente de la nación, por fin pudo respirar tranquilamente. Se tragó todo el aire que no pudo respirar en quinientos años y sintió que sus hombros caían por el cansancio, pero te miró a su lado, presenciando a los ciudadanos de Fontaine sobrevivir a lo que podría haber sido su muerte, y la miraste también. Puede que haya parecido asustada en un inicio, pero sus dedos que sostenían tus codos solo te decían que estaba pensando en todo lo que estaba pasando, y cuando la viste sonreír entendiste que no era algo necesariamente malo.
Te sostuvo, por fin, en sus brazos y te abrazó, se tomó un largo minuto para finalmente memorizar tu aroma que antes solo se había permitido de manera accidental. Se bebió tu perfume y la textura de tu cuerpo bajo tu ropa, se permitió ver tu rostro de cerca, con todos tus lunares y marcas, y acarició tu mejilla antes de besarte como siempre había hecho en sus sueños. Sus ojos lagrimearon, como alguien que come después de haber pasado hambre por años, y casi se suelta a llorar más cuando le correspondiste. Ese día había aprendido que le gustaba besarte más que a nada en el mundo.
Como humana, Furina amaba la tranquilidad de una vida doméstica. Le gustaba principalmente aprender de ti a “ser humana”, y entre esas miles de lecciones resulta muy difícil para ella no simplemente acercarse y buscar un nuevo beso. Como las costumbres son difíciles de dejar morir, siempre tiene algún comentario astuto con el que puede reclamar tus labios, como simplemente excusarse porque tú querías el beso primero y ella es tan amable que te lo concedió.
Un beso de buenos días y de buenas noches, y un beso se transforma en dos, luego en tres y al final ya no recuerdas cuantos besos compartieron, solo sienten la felicidad de la compañía. En secreto, disfruta más cuando tú te acercas a besarla, sin que ella te lo pida o sin tener una obligación. La amas porque así lo dice tu corazón, y Furina no puede evitar sentir su corazón derretirse ante la idea de que la ames hasta el punto en que aceptas su cercanía e incluso tú la inicias. Tu aceptación, tu reconocimiento es algo por lo que podría correr hasta el fin del mundo por tratar de conseguir, pero tú se lo das sin pedir algo más a cambio que no sea lo mismo. Ella está de acuerdo.
Es una romántica empedernida. Ha pasado mucho tiempo imaginando y fantaseando miles de escenarios románticos contigo hasta que grita contra la almohada y se contiene, está muy feliz de que no tiene que esconder su amor, por lo que trata de siempre cumplir con alguna de sus ensoñaciones o las tuyas; en un pícnic, mientras sirven té y pasteles, te roba un beso corto antes de que sirvas sus porciones; durante la hora del té, le gusta cuando te ofrece algo de comer, te lo quita y te besa en su lugar; o bajo la lluvia, cuando en vez de correr a refugiarse, bailan y levantan gotas de agua antes de besarte mientras te hace hacia atrás. Parece que no se queda sin ideas, y tal vez esa es la mejor parte.
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English:
Furina never showed the interest and love she felt for you before, when she had her role as the Hydro Archon and was forced to maintain a glorious and political image. She believed that a loving partner would be difficult to maintain because of her position, that's why she never made anything official or said anything, but she always showed it to you. She kept you by her side, she made sure you had a comfortable and peaceful life, she took great care of you because she loved you.
When she was no longer needed to be the regent of the nation, she was finally able to breathe easy. She took all the air she couldn't breathe in five hundred years and felt her shoulders droop from exhaustion, but she looked at you next to her, witnessing the citizens of Fontaine survive what could have been the death of her, and you looked at her too. She may have seemed scared at first, but her fingers holding your elbows only told you that she was thinking about everything that was happening, and when you saw her smile, you understood that it wasn't necessarily a bad thing.
She finally held you in her arms and hugged you, taking a long minute to finally memorize your scent that she had only allowed herself accidentally before. She drank in your perfume and the texture of your body under your clothes, she allowed herself to see your face up close, with all your moles and marks, and she caressed your cheek before kissing you like she had always done in her dreams. Her eyes watered, like someone who eats after being hungry for years, and she almost burst into tears when you reciprocated. That day, she had learned that she liked kissing you more than anything in the world.
As a human, Furina loved the tranquility of a domestic life. She mainly liked to learn from you how to “be human”, and among those thousands of lessons, it is very difficult for her not to simply reach out and look for a new kiss. Since customs are hard to let die, she always has some sly comment with which she can claim your lips, like simply making excuses because you wanted the kiss first and she is so kind that she granted it to you.
A good morning kiss and good night kiss, and one kiss becomes two, then three and in the end you no longer remember how many kisses you shared, you only feel the happiness of the company. Secretly, she enjoys it more when you approach her for a kiss, without asking you or having an obligation. You love her because your heart says so, and Furina can't help but feel her heart melt at the thought of you loving her to the point where you accept her closeness and even initiate it. Your acceptance, your recognition is something she could run to the end of the world to try to get, but you give it to her without asking for anything else in return that is not the same. She agrees.
She is a hopeless romantic. Has spent a lot of time imagining and fantasizing thousands of romantic scenarios with you until she screams into the pillow and holds back, she is very happy that she doesn't have to hide her love for you, so she always tries to fulfill some from her daydreams or yours; at a picnic, while serving tea and cakes, she steals a short kiss from you before you serve her portions; during tea time, she likes it when she offers you something to eat, she takes it from you and kisses you; or in the rain, when instead of running for cover, you dance and raise drops of water before kissing you while she pulls you back. She doesn't seem to run out of ideas, and maybe that's the best part.
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shactividades · 23 days ago
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CAPÍTULO 03: LARGA VIDA AL REY.
Ambientación: 19 de Octubre, 16:00 p.m. en adelante.
Clima: Cielo nublado.
Vestimenta: Ropa casual, abrigada. Colores neutros oscuros.
Ha pasado una semana desde el inquietante incidente con los animales. Tal como lo estipula la guía de iniciación del Proyecto, un citatorio semanal llegó puntualmente a los buzones de todos los residentes. Esta vez, la invitación era para una velada sorpresa en honor al cumpleaños del alcalde.
Al leer la nota, una sensación de desconcierto te invade. La falta de explicaciones sobre lo ocurrido y la propuesta de una celebración te parecen fuera de lugar, casi una burla al silencio que pesa sobre la comunidad desde el incidente.
Aunque la idea de celebrar en medio de tanto misterio te incomoda, decides que lo mejor será presentarte, al menos para evitar problemas mayores.
[...]
El sol se oculta tras las colinas, tiñendo el cielo de tonos cálidos, mientras los residentes de Safe Haven caminan por el sendero de árboles otoñales que lleva a la casona del alcalde Benjamin. La antigua casa rústica, con su fachada de piedra envejecida y enredaderas trepando por las paredes, se alza majestuosa al final del camino, rodeada de extensos jardines que resplandecen bajo la suave luz del atardecer.
Dentro, el ambiente es festivo y cálido. La sala principal, con vigas de madera en el techo y muebles de época, está llena de gente que se reúne en pequeños grupos, compartiendo anécdotas y risas a la espera del hombre. Una gran mesa, cubierta con un mantel de encaje, está repleta de bocadillos tradicionales y botellas de vino, mientras que en el centro de la sala se alza una tarta de cumpleaños decorada con esmero.
Benjamin, protagonista de la noche y recién llegado a la celebración, está de pie junto a la chimenea, saludando a cada nuevo invitado con una sonrisa intranquila. A su lado Georiga, su secretaria, golpea una copa para pedir por silencio.
—¡Qué sorpresa verlos a todos hoy! —exclama Benjamin, alzando su copa en un gesto que atrae la atención de todos—. Esta noche es especial para mí, no solo por celebrar otro año de vida, sino por poder compartirlo con cada uno de ustedes, quienes hacen de Safe Haven un lugar tan único.
Los presentes responden con aplausos y miradas silenciosas, y un cálido sentimiento de comunidad se extiende por la sala. Sin embargo hay algo en el semblante del alcalde que no termina de convencer a algunos. Se le nota preocupado y distante, muy distinto a lo común.
—Quiero agradecerles también por su ayuda limpiando las calles del pueblo. Me hubiera gustado recibirlos con actividades más entretenidas y no una ronda de limpieza de calles —dice con una sonrisa afable, recorriendo con la mirada a los presentes—. Espero sepan que algunos habitantes nos hemos reunido para llegar al fondo del problema.
Georgia, de pie a su lado, le da un suave apretón en el brazo, como recordándole su papel ante los demás. Cuando Benjamin vuelve a mirar a los residentes, su mirada refleja un agotamiento que no logra ocultar.
—¡Por favor, siéntanse como en casa! —añade, aunque su tono sugiere que él mismo no lo siente así.
—Sus nombres están escritos en las listas de pareja.
Busca a tu acompañante, elige tu bebida e intenta congeniar con los presentes. La casona del alcalde es famosa por contar con múltiples áreas recreativas que te ayudarán a distraerte del tu nueva vida.
Archivos anexos: Ubicaciones, actividades, grupos de organización y cuidados.
Tipo de desarrollo: Starters públicos.
Duración: 10 días, 23-1 de Noviembre.
Elecciones: Intervenciones secretas.
𝗔𝗖𝗟𝗔𝗥𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦
TLDR; Georgia los citó a la casona del alcalde para celebrar su cumpleaños en una fiesta sorpresa. Todos los residentes fueron invitados también a participar en la recaudación de fondos anual en honor a Watts, teniendo que reunir propias de los residentes mayores en equipos. También se les asignó por parejas un adulto mayor al cual acompañar.
En esta actividad usaremos nuevamente la lanzada de dados para ver la cantidad de propinas que reúne cada equipo. Más información se sabrá en su momento.
El código de vestimenta es casual. Los invitamos a subir sus ediciones al blog y etiquetarlos con el nombre de sus personajes y al vecindario al que pertenecen.
¡Bienvenidos y gracias por adentrarse en el misterio de Safe Haven! Esperamos la actividad sea del agrado de todos. Cualquier duda pueden consultarla directamente en el main de forma anónima o con cuenta.
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waslalart · 18 days ago
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Posteo esto en español a ver si algún argentino lo llega a ver.
Me puse a jugar con una idea de unos stickers de los cascos de F1 (Re original) y anduve imprimiendo algunos ejemplos
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Estos son los que tengo por ahora en papel pero estoy viendo de imprimir estos y otros diseños más en vinilo si hay suficiente interés.
Una pequeña encuesta para ver el interés.
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jartita-me-teneis · 5 months ago
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EN LOS AÑOS 1600 Y 1700
Al visitar el Palacio de Versalles en París,
se observa que el suntuoso palacio no tiene baños.
En la Edad Media, no había cepillos de dientes, perfumes, desodorantes,
y mucho menos papel higiénico.
Los excrementos humanos eran lanzados por las ventanas del palacio.
En un día de fiesta, la cocina del palacio pudo preparar un banquete para 1500 personas,
sin la más mínima higiene.
En las películas actuales vemos a las personas de esa época sacudirse o abanicarse...
La explicación no está en el calor, sino en el mal olor que emitían debajo de las faldas (que fueron hechas a propósito para contener el olor de las partes íntimas, ya que no había higiene). Tampoco era costumbre ducharse debido al frío y la casi inexistencia de agua corriente.
Solo los nobles tenían lacayos para abanicarlos,
para disipar el mal olor que exhalaban el cuerpo y la boca,
además de ahuyentar a los insectos.
Los que han estado en Versalles han admirado los enormes y hermosos jardines que, en ese momento,
no solo se contemplaban, sino que se usaban como retrete en las famosas baladas promovidas por la monarquía,
porque no había baños.
En la Edad Media, la mayoría de las bodas se realizaban en junio (para ellas, el comienzo del verano).
La razón es simple: el primer baño del año se tomaba en mayo; así que en junio, el olor de la gente todavía era tolerable.
Sin embargo, como algunos olores ya comenzaban a molestar,
las novias llevaban ramos de flores cerca de sus cuerpos para cubrir el hedor.
De ahí la explicación del origen del ramo de novia.
Los baños se tomaban en una sola bañera enorme llena de agua caliente.
El jefe de la familia tenía el privilegio del primer baño en agua limpia.
Luego, sin cambiar el agua, llegaban los demás en la casa, en orden de edad, mujeres, también por edad y, finalmente, niños.
Los bebés eran los últimos en bañarse. Cuando llegaba su turno, el agua en la bañera estaba tan sucia que era posible matar a un bebé adentro.
Los techos de las casas no tenían cielo y las vigas de madera que los sostenían eran el mejor lugar para que los animales:
perros, gatos, ratas y escarabajos se mantuvieran calientes.
Cuando llovía, las filtraciones obligaban a los animales a saltar al suelo.
Los que tenían dinero tenían platos de lata. Ciertos tipos de alimentos oxidaban el material, causando que muchas personas mueran por envenenamiento.
Recordemos que los hábitos higiénicos de la época eran terribles.
Los tomates, siendo ácidos, se consideraron venenosos durante mucho tiempo, las tazas de lata se usaban para beber cerveza o whisky; esta combinación, a veces, dejaba al individuo "en el piso" (en una especie de narcolepsia inducida por la mezcla de bebida alcohólica con óxido de estaño).
Alguien que pasara por la calle pensaría que estaba muerto, así que recogían el cuerpo y se preparaba para el funeral.
Luego se colocaba el cuerpo sobre la mesa de la cocina durante unos días y la familia se quedaba mirando, comiendo, bebiendo y esperando a ver si el muerto se despertaba o no.
De ahí la que a los muertos se les vela (velatorio o velorio), que es la vigilia al lado del ataúd.
Inglaterra es un país pequeño, donde no siempre había lugar para enterrar a todos los muertos.
Luego se abrían los ataúdes, se extraían los huesos, se colocaban en osarios y la tumba se usaba para otro cadáver.
A veces, al abrir los ataúdes, se notaba que había rasguños en las tapas en el interior, lo que indicaba que el hombre muerto, de hecho, había sido enterrado vivo.
Así, al cerrar el ataúd, surgió la idea de atar una tira de la muñeca del difunto, pasarla por un agujero hecho en el ataúd y atarla a una campana.
Después del entierro, alguien quedaba de servicio junto a la tumba durante unos días.
Si el individuo se despertaba, el movimiento de su brazo haría sonar la campana.
Y sería "salvado por la campaña", una expresión utilizada por nosotros hasta hoy.
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caostalgia · 2 years ago
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I
Tengo el nombre, y también empieza con "I".
Tengo un sinfin de ideas para su habitación y el papel tapiz.
Tengo planes anticipados para cada fin.
Gotas de lluvia, hojas secas, en el cielo un arcoiris.
Le enseñaría mis caricaturas favoritas, y veríamos juntos las suyas.
Le leería mis libros favoritos, y leeriamos un cuento juntos antes de dormir.
Le hablaría de mis miedos, mis sueños y anhelos. De mamá, tal vez de papá no sea correcto hacerlo.
Le hablaría de cada amigo ahora perdido, y en algún momento quizá de él.
Escucharía sus temores, y le enseñaría a plasmar cada pensamiento pasajero en papel, y que no intentarlo es lo peor que podría hacer.
De su vocecita escucharía sobre duendes y fantasmas, un día normal de escuela, el clásico "de grande quiero ser...", sobre los monstruos bajo su cama, de los cuales le protegería hasta el amanecer.
Tengo en mente el cochecito perfecto, uno en color jazmin.
Tengo pensadas demasiadas flores para regalarle, como para hacer un jardín.
Tengo demasiados defectos, lo sé, pero intentaría solo darle lo mejor de mí.
Calor de verano, atardeceres, las estrellas al anochecer.
Esos paseos por el parque que no encontrarán lugar.
Las comidas coloridas, de esas que llevan una sonrisa, que sin existir ya se han empezado a pudrir.
Películas infantiles y juegos en casa que no serán.
La felicidad del primer "mamá", que finalmente me haría querer vivir.
Y es que...
Quiero ser madre antes de morir.
Coldissweet
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