#hombre en llamas
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Hospicio Cabañas







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Soy amante de almas blancas, de espíritus nobles y de corazones que saben arder en el fuego trino.
I am a lover of white souls, of noble spirits and of hearts that know how to burn in the triune fire.
#el hombre de la soledad#escribiendo en soledad#escritores en tumblr#the man of solitude#writing in solitude#poetas en tumblr#writers on tumblr#poets on tumblr#pensamientos#2015#llama trina
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Poemas Para Un Pueblo En Llamas
🎶 Descubre un viaje musical de sanación y transformación con "Poemas Para Un Pueblo En Llamas" de Bobby Dell. Sumérgete en una mezcla única de poesía y melodías que llegan al corazón. 🌟🎵
“Poemas Para Un Pueblo En Llamas” es un disco emocionalmente rico donde el artista Bobby Dell expresa su proceso de sanación. La temática principal del álbum gira en torno a la superación de las cargas emocionales negativas, utilizando la música como una herramienta para liberar el corazón de “clavos” simbólicos. Las poesías presentadas en este álbum son lamentos alegóricos en verso libre, con…
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#Aniversario de Caracas#Éxodo#Órgano#bum#Descarga de Disco Digital#guitarra#Hecho En Caracas#hombre de concreto#música#Nadie Me Quita Lo Bailao’#Parabán#Poemas Para Un Pueblo En Llamas#Poesía#Reflexiones Personales#Ritmos Bucales#Superación Personal#Venezuela#verso libre
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Better Call Shadow Milk Cookie
Use Google Translate, you’re gonna love this. THIS IS MY BEST MEAL EVER.

One shot NSFW Shadow Milk Cookie x Lectora Cookie
Recuento de palabras: 16.8 k
ADVERTENCIAS: Angustia, infidelidad emocional, mención de Puro Vainilla x Lectora como la pareja principal (aparentemente), White Lily rompe hogares, relación unilateral, fiel a la historia lineal de cookie run kingdom, las galletas se describen como una amalgama de galletas y humanos, manipulación, mentiras, reviviendo el pasado, ligera mención de violencia y sangre, muerte de personaje, porno con trama, sexo sin protección, size kink, sexo duro y sexo suave, Shadow Milk tiene un pene tentáculo pero me dio vergüenza indagar mucho en eso, masturbación, sobre estimulación, mención vaga de la mordedura de las bestias, creampie, divorcio mágico, apodos (Shadow Milk nos llama tontas más de 20 veces en toda la historia), Shadow Milk cuck, Puro Vainilla cuck 😭😭😭.
Imagen utilizada de la animación del usuario black.pupik en Tiktok. Espero haber cocinado bien, ¡disfrútenlo!
Eras la primera y única esposa de Puro Vainilla, pero eso no se sentía así.
Hace tantos años que estaban juntos, un matrimonio que no fue orquestado por conveniencia ni alianzas políticas. Fue por puro amor, lo que lo hacía más doloroso. Sabes que los sentimientos cambian, pero esto había sido demasiado rápido como para toda la eternidad que les esperaba juntos.
Estabas tan confundida, fue él quien dio el primer paso, fue él quien se arrodillaba para sostener tu mano, fue él quien te besó cerca de la fuente de la plaza principal del reino, fue él quien colocó ese anillo dorado que ahora portas con amargura en tu dedo anular.
Tus propios sirvientes y damas de compañía te observaban con lástima. Solías ser una mujer tan jovial y llena de vida, canturreando y tocando la lira en cuantos restaurantes y tabernas del reino te dejaran. Bailando hasta el amanecer entre los brazos de mujeres y hombres que disfrutaban de tu música, tomando una copa o dos y subiendo a los escenarios de las orquestas más elegantes o las más ruidosas.
Fue en una noche de fiesta donde lo conociste, todos parecían guardar el pudor frente al futuro rey del Reino Vainilla que observaba sentado en una de las mesas principales tu espectáculo. Tocabas la lira modestamente pero pronto tu canto comenzó a volverse alto y meloso al ritmo del alcohol que bebías, bailabas y bailabas hasta que la punta de tus tacones se desgastaron. Sin embargo, nunca reconociste a su majestad.
Esa noche le faltaste el respeto de tantas formas; dándole un fuerte manotazo en la espalda para sacarlo a bailar, empujando una jarra de bebida directo en sus labios e insultándolo amistosamente para que se uniera al ambiente. Incluso tomaste el atrevimiento de darle un suave beso en los labios cuando nadie estaba viendo, en la parte más solitaria y oscura del restaurante.
Inevitablemente, tan magnética y chispeante; atrapaste a Puro Vainilla entre la red de tus encantos y el día siguiente despertaste enredada entre las sábanas de sus aposentos dentro del castillo del Reino Vainilla que solo habías visto desde afuera cuando salías muy tarde de tu trabajo.
“Buenos días, querida”. Casi saltas en dirección al techo cuando lo encuentras abrazándote y desnudo a tu lado.
Deberías colocar eso en tu lista de logros, no cualquiera se folla al futuro rey a la primera.
Y no sabrías decir si PV es un hombre que cae enamorado por un polvo de una noche, pero ambos estaban en la misma sincronía cuando pronto te volviste una pomposa aristócrata y rápidamente su linda esposa.
Lamentablemente tus noches alocadas de cantar y tocar la lira se volvieron recuerdos lejanos cuando los deberes y responsabilidades llamaron a la puerta con tu nuevo puesto de poder. Aunque nunca te pesó, siempre disfrutabas tocar y cantar para tu esposo a solas o en los banquetes y ceremonias.
Te gustaría creer que no, pero es bastante obvio que PV siempre extrañó tu versión más alocada y libre, aunque fue él quien te la arrebató en primer lugar haciéndote la reina del lugar. Pero no te gustaba pensar en eso, creyendo que el amor es una justificación suficiente para haberte abandonado a ti misma.
Los días eran fáciles y las noches seguras bajo su abrazo. Su atención era generosa y te hacía el amor con fervor e insistencia.
Aunque nunca pudiste escapar de que sus apegos con el pasado se volvieran una aguja en tu mente que constantemente picaba.
No conocías a White Lily, PV no hablaba mucho de ella pero sabías que tenían una historia juntos. Algo que tu esposo se negaba a especificar si era romántico o amistoso, y te molestaba.
El día que PV fue coronado como el rey del Reino de Vainilla, White Lily estuvo presente con él y se arrodilló contigo en señal de lealtad una vez que él se levantó con la corona puesta. Pero parecía que él estaba más emocionado por Lily que por su linda esposa que tanto se había esforzado en la decoración y organización de la ceremonia. Incluso cuando tocaste la lira para él en el banquete de celebración, Lily y él salieron corriendo tomados de la mano para escaparse al jardín principal “como en los viejos tiempos”.
Nunca le faltó el respeto a su fidelidad hacia ti, pero había algo en Lily que atrajo la atención de Pure Vainilla con el tiempo. Murmullos y secretos a puerta cerrada decían que PV y Lily lucían más como los verdaderos reyes del lugar en lugar de ti. Su “insípida esposa”.
Como si esos guardias y sirvientes hubieran olvidado que eras tú la que tocaba pegajosas baladas en los bares y restaurantes que frecuentan cuando salen de sus jornadas…
Espera… en realidad lo olvidaron. Han pasado tantos años que las alegres personas que te acompañaron en tu juventud ya no estaban más, ahora nadie recuerda lo que solías ser. Ni siquiera tu.
PV y Lily caminaban juntos en el jardín de rosas azules cuando ella visitaba el castillo. Eran tus flores favoritas. Y que con dulzura habías pedido que plantaran en los jardines traseros del castillo. Sus risas y recuerdos de sus aventuras y travesuras en la Academia de Yogurt de Arándanos resonaban durante las cenas. La cama vacía a tu lado era difícil de ignorar pasada la media noche.
Puro Vainilla era un excelente rey, pero pecaba de ser un mal esposo. No era consciente de que manchaba la reputación de su esposa paseando con otra mujer frente a todos en el reino, que te descuidaba sexo afectivamente mientras más pasaban los años y Lily era una presencia ocasional en el reino. Pero PV nunca creyó que estaba haciendo algo mal y tú nunca hablaste.
Esto afectó horriblemente tu autoestima. Después de todo, tú simplemente eras una galletita mortal. La única razón por la que sigues viva a su lado es porque PV compartió parte de su souljam contigo para permanecer a su lado para siempre. Pero, ahora que lo piensas, ese gesto tan romántico ahora es una condena.
Eras una molestia de mantener, ¿no? Después de todo Lily también es una ancestral como él, no necesita drenarle algo de poder para seguir a su lado a pesar de los siglos.
Con los años te fuiste apagando y ante las inexistentes discusiones o desacuerdos, PV creía que la relación con su esposa estaba mejor que nunca. Así que tendría un poco más de tiempo que compartir con su amiga de la infancia Lily, sin darse cuenta que ya no usabas tu anillo de matrimonio. Ni siquiera recuerdas donde lo dejaste en este punto, pero por ti podría perderse.
Habías pensado que quizás podrías dejarlo si el amor ya no tocaba a su puerta, pero. ¿Qué pasaría contigo? Si tuvieses que devolverle la parte de su souljam que tienes incrustada en tu corazón, te desmoronarías. Afectada por el paso del tiempo que haz estado evadiendo.
A PV nunca le bastó con descuidar el amor de su linda esposa, también tenía que descuidar tu integridad. Arrastrándote a la Guerra de la Harina Oscura que Lily desató en su hambre enferma por saber cuál era la verdad detrás de la creación de las galletas.
Y ni siquiera usando su poder en conjunto se pudo evitar la catástrofe que los envió al limbo e hizo que PV perdiera la memoria de su tiempo como un antiguo rey y líder de los Cinco Ancestrales.
Pero aún así lo seguiste, atada de por vida con las migajas de la souljam que compartió contigo en el pasado. Él sigue creyendo que perdiste tu anillo durante la explosión de su último hechizo contra Dark Enchantress, pero la verdad es que ese anillo sigue perdido en alguna parte de su castillo abandonado.
Después de todo, él aún sigue usando el suyo.
Y en algún punto del viaje conocen a esos lindos niños que buscan ir hacia Beast Yeast, buscando respuestas y una forma de derrotar a aquella amalgama que no sabes diferenciar entre la maldad y Lily.
Puro Vainilla aún te sigue presentando como su esposa con una dulce sonrisa. Pero ya no te toca, no te hace el amor, no besa tu mano y no pregunta por tu bienestar. Nunca duermen juntos y él no hace preguntas, por lo que el dolor en tu corazón y souljam se vuelve la norma.
Y una vez que pisan Beast Yeast, sientes una opresión en el pecho. Todo luce tan antiguo, incluso más que tú y PV. Lo llamarías primordial en su lugar. “¿No sienten como si los estuviesen observando?” Preguntas nerviosa y observas en todas direcciones, encontrando nada más que esporas de levadura primordial acariciando tus piernas amistosamente.
Todos niegan, pero tú no puedes evitar sentirte bienvenida de alguna forma escalofriante en esa tierra.
Conocen a las galletas hadas y ellos les cuentan la aterradora historia de las cinco bestias, los antiguos dioses que gobernaban Tierrapán. Y a quien le solía pertenecer la souljam que tú y PV comparten. Te sostienes el pecho y bajas la mirada con confusión, desde que llegaste se siente más pesado e inquieto. Como si algo dentro de ti te jalara hacia el Árbol de Plata.
Algo, alguien… está clamando por las partes de la souljam dentro de tu corazón.
El tiempo que pasan en el Reino de las Hadas, tu interés es poco y no deseas escuchar mucho acerca de Lily. Sabes que ha hecho mucho por todos ahí, pero también por culpa de sus errores ha asolado la tierra, tu reino y tu vida. Además de que aparentemente se ha vuelto la dueña del corazón de Puro Vainilla al final de la historia.
“Amada mía, ¿dormirías conmigo esta noche?” La propuesta de PV la primera noche ahí hizo que tu corazón diera un vuelco de emoción y asientes con su sonrojo profundo. Te pones linda y te arropas a su lado esperando su abrazo. Pero se te cae el corazón al estómago cuando simplemente apaga las velas y te da la espalda para dormir.
Como si solo estuviese inquieto después de escuchar como aquellas bestias quieren liberarse del Árbol de Plata para recuperar las souljam que antes les pertenecían. Y tú tienes los fragmentos de una de ellas.
Siempre haz sido orgullosa y bellamente digna, pero esa noche no puedes evitar taparte la boca porque los sollozos se te escapan como la sal en tus lágrimas. Te levantas silenciosamente, aún cuidando que Puro Vainilla no se despierte. Siempre preocupada por él, siempre cuidándolo. Pero, ¿quién te protege a ti? ¿Quién te cuida a ti? ¿Quién se preocupa por ti?
Sales casi a tropezones, desorientada del lugar. Siempre supiste que él ya no te amaba más, pero la fría indiferencia te había golpeado incluso más que la fría ventisca que se cuela debajo de tu camisón de dormir.
“Ay… pobrecita. Pobrecita”. La voz te hace saltar y volteas hacia todos lados. Encontrándote con la luz suave que irradia el Árbol de Plata a través de la fría noche y las esporas primordiales del lugar. “¿Problemas en el paraíso?”.
“¡Muéstrate, no necesito lástima si viene de un cobarde!” Saltas a la defensiva, tan brava pero demasiado triste para verte a ti misma.
“¡Oh, vaya! Alguien no está en un buen momento. Pero, ¿qué clase de bufón sería si no puedo aligerar la tensión de mi público?”. Frunces el ceño ante la forma tan peculiar en que la voz lejana te habla, sin tener tiempo de maldecirlo. Pues del suelo fértil unos pequeños retoños de rosas se levantan con rapidez, obra únicamente de una magia peculiar. “Para usted, Reina Vainilla”. El último título te capta por sorpresa, hace mucho que no te llaman así. En lo que a ti respecta, ya no crees tener ese puesto.
Los capullos de rosas florecen con rapidez y de sus frondosos tallos se forma un pequeño arbusto similar a un ramo perfecto. Te agachas solo para ver los últimos residuos de magia brillante a su alrededor. Huelen delicioso, una fragancia que no habías olido en ningún otro lugar.
“¿Y…? ¿Qué esperas? ¡Tómalas!” La voz insiste felizmente y tú acercas tu mano para tocarlas. Te sorprendes, los tallos no tienen espinas. Así que las tomas rápidamente para olerlas y sentir los suaves pétalos de terciopelo. “Oh, por las brujas. ¿La Reina Vainilla aceptando el coqueteo de otro hombre? ¡Qué escándalo!” Su chiste de mal gusto te hace reír un poco, una parte de genuina diversión y otra con amargura.
“Entonces mi esposo y yo ya estaríamos a mano”. Casi se te quiebra la voz al final. Pero te cubres la boca ante el comentario, no sabías que te pasaba. Simplemente el comentario salió.
La voz estalló a carcajadas, la souljam dentro de ti resonó con ella. Te sonrojaste de la vergüenza mientras pegabas el ramo de rosas a tu pecho, eran de un lindo tono rojo y estaban enredadas de forma que no podías ver si los tallos tenían raíces. “Gracias…” Respondes con timidez. “Pero me gustaría saber quién me está espiando en medio de la noche y luego me regala flores”.
“Haces todos los comentarios correctos, dulce Reina”. La voz responde, pero no con la respuesta que buscas. Y como si supiera que alguien más entraba en escena, dejaste de escucharlo.
“Esposa mía, no deberías estar aquí”. PV aparece detrás de ti, asustándote. Lo cual es raro, usualmente puedes sentir su presencia por la sincronía de su souljam, es por eso que sabías exactamente dónde y cuándo estaba con Lily y no contigo. La sonrisa que tenías se desdibuja.
“¿De dónde sacaste esas flores?” Pregunta confundido.
Casi lo olvidas, en el Reino de las Hadas no hay rosas como las que tienes entre tus brazos. De hecho, en ningún lugar de Tierrapán haz visto flores similares. No solo te atrae la extrañeza del asunto sino del detalle extravagante, parece… casi a propósito.
“Una galleta hada muy linda las trajo para mi”. Mentiste, nunca le habías mentido.
“¿En medio de la noche?” Cuestiona inseguro.
“¿Algún problema?” Te pones a la defensiva, lo que sorprende a Puro Vainilla. Normalmente eres tan sincera y compasiva que escuchar tus palabras tajantes y con una pizca de molestia lo hacen sentirse mal. “No tengo sueño, iré a la biblioteca.” No lo dejas hablar y pasas a su lado a paso rápido. Sintiendo una mezcla de molestia, confusión y algo de culpa.
Un extraño te había hecho reír y habías olvidado tu lamentable situación por unos instantes, te gustan aquellas rosas y te molesta la presencia de Puro Vainilla. Quizá pudiste seguir hablando con la extraña presencia un poco más, descubrir quién era y lo que quería. Pero lo que menos querías ahora era escuchar las quejas de tu “esposo”. Querías estar sola.
Después de esa noche tu vida se tornó aún más amarga, si bien Puro Vainilla fue un esposo irresponsable desde hace siglos. Su repentino interés y persecución ahora te molestaba. Estabas tan acostumbrada a su apatía y distancia que de repente tenerlo encima insistiendo a dónde ibas, qué hacías y quién te había dado las flores era irritante.
Pero estabas segura de que no era por ti, era porque PV ya no sentía la conexión entre su souljam y los fragmentos que tú tenías. Y lo sabías porque tú tampoco lo sentías más.
Dormías con él por compromiso, ahora tú le dabas la espalda y respondías con monosílabos a sus preguntas e intentos de iniciar una conversación. ¿Dónde estaba toda esa atención todos estos años?
“¿Cómo estuvo tu día, mi reina?”
“Agotado”.
“Hay un hermoso claro al norte del Reino de las Hadas, deberíamos ir mañana”.
“Después”.
“Podría pedir a una galleta hada que te traiga un ramo de esas flores que tanto te gustan”.
“No”.
Y, por supuesto. Te escapabas en las noches. Esperando a que su respirar se volviera tranquilo, y salieras apresurada en busca de esa voz que te busca como te hubiese gustado que lo hicieran en el pasado.
“¿La reina desea ver un truco?” Habló la voz, cada noche un poco más cerca. Cada vez te adentrabas más al bosque, buscando un lugar cómodo donde pasar el rato.
“¿Qué tienes para mí hoy?” Hablaste. Pensando que como era una voz lejana, no podía verte. Oh, que equivocada estabas.
“Un pajarito me contó que a la Reina Vainilla le encantaron las flores que le di”. Canturreó mientras brotes al azar de las mismas rosas emergían del suelo a tu alrededor, felices de verte y apuntando hacia la luna. Soltaste una risilla y disfrutaste de la dulce fragancia que estas soltaban para ti.
Cada noche en ese lugar, salías en el crepúsculo y regresabas antes de que saliera el sol. Puro Vainilla no tenía forma de sentir tu ausencia y tampoco tu presencia, por lo que cada día se volvía más pegajoso y molesto. Esto te agriaba la boca, siempre supo dónde estabas y cómo te sentías y no hizo nada. Y ahora que perdió esa atadura que tenía sobre ti, lucía genuinamente preocupado. Vaya esposo te conseguiste, así que simplemente huyes de él y él te persigue por todo el Reino de las Hadas buscando respuestas.
Pero tú simplemente te preocupabas por cumplir con tus deberes en el día y disfrutar de tus noches serenas en compañía de tu nuevo amigo.
“Y también… otro pajarito me contó que la reina desea conocerme”. Tu corazón y souljam dieron un vuelco.
“¿Y si así fuera?” Preguntas con cautela, te tiemblan levemente las manos. Algo dentro de ti ya sabe la respuesta, pero el hecho de que sea la realidad te asusta en demasía.
“Dime, mi dulce dulce reina. Si supieras quién es este humilde bufón, ��seguirías aceptando sus modestos regalos y atenciones?” La voz con un leve tono de advertencia, hizo un vago intento de intimidarte. De hacer que retrocedieras, pero tú simplemente te quedaste callada. Por lo que continuó. “Te propongo un juego, Reina Vainilla. Puedes fingir que esto nunca ocurrió. Regresar con tu esposo y a tu amarga vida. Pero me seguirás encontrando en situaciones que no te gustarán”.
Bajaste la mirada, intentando descifrar lo que significaba la última frase. Para tu sorpresa, viendo como un pequeño pero suave camino de rosas enredadas emergía de la tierra para ti y se perdía más adentro en el bosque. En dirección al Árbol de Plata.
“O… puedes simplemente hacerle caso a tu corazón. Divertido, ¿no?” Tu corazón latía con fuerza y podías jurar que los fragmentos de la souljam resonaban en eco con el latido de otro corazón. Te arrastraba como un imán, como hilos de marioneta controlados por alguien más. Aquellas rosas hermosas y fragantes que la primera noche fueron tu consuelo, esa noche de luna nueva te guiaban a través de la oscuridad. Como si la luna conspirara con ustedes para mantener a salvo su secreto y que nadie viera.
Qué lástima te daba pisar las hermosas flores, pero parecía que tú andar era tan ligero como el balanceo del viento porque cada una de ellas seguía en perfecto estado tras tus pasos. Mientras más caminabas, más te invadía una desesperación que no sabías explicar. Y a medida que tus emociones revolcaban tu corazón frágil, tus inseguros pasos se volvieron una carrera intentando llegar al final del camino de rosas.
Ya lo sabías, lo habías sabido desde hace muchas noches atrás. Pero no le encontrabas sentido, todas esas historias, esas razones y esa evidencia. ¿Cuántas partes de engaño tenían por cada parte de verdad? Habías unido el rompecabezas hace mucho, migajas de información que poco a poco se unían en una historia mal contada. El era…
Te detuviste en seco, el bendito Árbol de Plata se cernía sobre ti y sus imponentes ramas que lloraban una infinidad de hojas al compás del suave viento sereno de esa noche particularmente oscura.
“Un dios…” Murmuraste y la voz, cercana como nunca; habló casi tocándote el oído.
“Hace eones que no me llaman así”.
“Yo…” Te tocaste el pecho y arrugaste el camisón de dormir que llevabas. Caminando dócilmente para posar tu mano libre sobre la corteza del tronco del árbol y buscar algo de apoyo. “Entonces lo que tengo… en mi corazón…” Murmuraste entrecortadamente por la falta de aire y el repentino peso que te provocaba estar al lado de aquél ser que te llamaba como el polo opuesto de un imán.
“Es MÍO”. Sentiste como si te estrujaran por dentro, esa voz… Venía del árbol, pero también venía desde adentro de ti. Venía de la souljam incrustada en tu corazón y vibraba al compás de esa voz.
Te dejaste caer sobre el tronco del árbol, repentinamente agotada y adolorida.
“Oh… no no no no, reina mía. No era mi intención causarte mal. ¡Levántate vamos, el show acaba de comenzar!” Su voz, intrépidamente animada se balanceó a tu alrededor. Y te concentraste en el dolor de tu pecho y la información que corría por tu mente a cientos de kil��metros al segundo.
Hasta que una mano se extendió para ti.
Levantas la vista y abres bien los ojos, pues en la penosa noche los detalles pueden perderse.
Sabes bien que él no está ahí, al menos físicamente. Nadie podría verlo más que tú y tal vez Puro Vainilla porque la souljam resuena junta y te permite proyectar algo que los demás jamás podrían observar.
Sabías que era un dios, entonces no quieres pensar por ahora como lucía antes de su corrupción. De una masa hecha de arándanos pero oculta bajo la premisa de un oscuro sabor, con el cabello más hermoso que llueve hacia abajo que refleja el cielo profundo del mundo y por dentro el terror de ser observado por la noche crepuscular.
Y, oh… esos ojos. Dolorosamente familiares pero individuales en su armoniosa forma, incluso más preciosos.
“Shadow Milk cookie”. Murmuras con el poco aire que puedes atrapar en tus pulmones.
“¡Ta - da! Debes aceptar que este truco fue el mejor acto final que hayas presenciado, reina”. Levanta su cetro con su mano libre mientras te ofrece su otra mano para fingir ayudar a levantarte. “¡Oh, claro! Mis disculpas, se supone que a las reinas se les muestra respeto”. Deja escapar una fuerte carcajada mientras deja caer una rodilla contra el suelo crujiente y, ante tu falta de iniciativa, posa una mano debajo de las tuyas. No puedes sentirlo pero se te eriza la piel. “Reina Vainilla, este humilde bufón viene por lo que es suyo”. Sabías que se refería a tu souljam y la de PV, pero no pudiste evitar sonrojarte. No cuando depositó un beso fantasma en tu anillo de oro de gobernante del Reino Vainilla. Beso que no pudiste sentir, pero si imaginar.
“Por favor… no me la quites”. Casi te echas a llorar, lo que desconcertó a Shadow Milk quien quitó su sonrisa maliciosa y te observó fijamente. “Yo… voy a desmoronarme si la pierdo”. Te tapas la cara mientras sientes el calor característico y las lágrimas irritantes que te mojan el rostro. Tal vez tienes un poco de miedo por la bestia frente a ti y tal vez te da miedo que reclame lo único que te hace estar viva esa noche.
“¡Wow, wow… hey, Reina Vainilla la violencia no es mi estilo!” La bestia se levanta vivazmente de un salto y con un rápido movimiento de su cetro, a tu alrededor florecen más de esas rosas preciosas que él ha hecho que te encanten. Sus tallos crecen tanto, que los capullos radiantes te alcanzan hasta donde te encuentras apoyada en el árbol. Cierras los ojos y aspiras el aroma mientras te sientes lo suficientemente valiente para sentarte. “Tonta tonta, Reina Vainilla. ¿Cómo puedes creer que me desharía de ti después de dedicar tantas noches en tu compañía?”
“Yo… creí que-“ Te interrumpió.
“¡Oh, no! Por favor dime que no creíste los cuentos que ese viejo hada senil te dijo”. Shadow Milk comenzó a flotar e hizo una pose dramática que te hizo reír un poco. “¡Todo tiene una razón de ser, incluso las mentiras!”
“Pero, lo que tengo es tuyo. Y me lo dio alguien que no eres tú…” Finalmente te incorporaste frente a él, con ayuda de los firmes tallos de las rosas que gentilmente te ayudaron a sobrepasar aquél dolor pasajero en tu corazón. Tallos sin espinas y rosas de una fragancia tan dulce como cada noche.
“¡Tómalo como un regalo por adelantado de mi parte!” Soltó una risilla mientras jugaba con su bastón en el aire. “Es la souljam que tiene tu tonto ¡tonto! esposo Vainilla la que deseo de vuelta”.
“Él… él y yo ya no, no creo que sigamos siendo…” Tu misma te quedas callada y la bestia se carcajea hasta el punto de tomarse del vientre para encontrar fuerzas de detenerse. Sin mucho éxito.
“¡Aplausos, aplausos!” Él mismo aplaudió para ti. “Nuestra tonta tonta reina Vainilla finalmente ha despertado del letargo”.
“¿Eh?”
“¡Qué increíble actuación, todos estábamos esperando este momento!” Shadow Milk revolotea a tu alrededor, si bien su presencia es meramente una proyección en el plano que los une por medio de la souljam. Este posee la habilidad de interferir en el plano terrenal, por lo que sus movimientos asustan a algunas mariposas iridiscentes que vuelan a tu alrededor y se posan en tu cabello y nariz haciéndote reír. “¡Y… se cierra el telón!”
La bestia te señala con su bastón después de decir esa frase y los matices de dolor que sentía tu corazón por estar frente al portador original de los restos de souljam dentro de ti, desaparecen. Sintiéndote cálida y plácida en ese momento de tu existencia, lo miras con una sonrisa suave y él te regresa una de dientes afilados.
Pero tarde o temprano, siempre hay que despertar.
Después de esa noche, no puedes evitar aprovechar hasta el último segundo de la oscuridad que es cuando las galletas hadas encargadas de las guardias alrededor del Árbol de Plata tienen puntos ciegos.
Los días de luna nueva eran tus favoritos, había algo emocionante en tener tanta oscuridad y aún así tener la virtud de seguirlo viendo a él.
“¿Dónde está tu anillo de bodas, tonta tonta reina Vainilla?” Inspecciona tus manos y la ausencia de un anillo en tu dedo anular. Usualmente el anillo de reinado va acompañado del de matrimonio. Pero solo tenías puesto el que anuncia tu soberanía sobre el caído Reino Vainilla. “Se supone que sigues casada”.
“No quiero hablar de eso” Haces una mueca y escondes tu mano de él.
“Oh, vamos. No nos pongamos aburridos. Solo preguntaba”. Flotó a tu alrededor y con un giro de su cetro una proyección de una sombra pequeña recorrió tu mano y se posó en tu dedo anular donde debería estar el anillo de matrimonio. “Pero me preocupo… ya sabes. No es propio de la reina de un ancestral verse a escondidas con otro hombre. Sobre todo si ese hombre desea quitarle algo. Tonta tonta, reina. ¿No te da vergüenza?”
Tu rostro se pone rojo y agitas tu mano para hacer que la sombra desapareciera de tu dedo anular. Lo miras incrédula mientras él hace de todo para no echarse a reír, pinchando su labio con aquellos afilados dientes que tiene.
“No estoy haciendo nada malo”. Te encoges de hombros y te recuestas aún más en la cama de rosas suaves y dulces que Shadow Milk hizo aparecer para ti.
“Bueno, al lado de todo lo que ha hecho tu tonto esposo… supongo que verte con otro hombre no es malo a comparación”. Se ríe y tú lo miras molesta.
Habla como si “verse con otro hombre” involucre serle infiel a PV. Cuando lo único que buscas es un desahogo de tu lamentable vida y tu terrible sentir.
Aunque el comentario de la bestia se queda unos segundos extra al aire y la idea te atraviesa la mente intrusivamente. Sin querer, subes tu mirada hacia Shadow Milk quien te observa divertido con una mano dejando de su barbilla. “¿Qué tanto miras, tonta reina?”
Frunces el ceño y volteas la vista rápidamente en dirección opuesta, deshaciéndote del pensamiento.
“Eres desagradable de cerca”. Él se carcajea, sabe cuando las galletitas mienten. Él es el maestro es éstas mentiras después de todo.
Cada noche le pierdes más el miedo a aquella bestia, volviendo a ser atrevida y rebelde como solías serlo en tu juventud. Retándolo y poniéndolo en su lugar aprovechando que su compañía no era más que una proyección.
Y a él le gusta, como no retrocedes ante su obvia monstruosidad. No te asustas rápido con aquellos dientes filosos hechos para desgarrar, sus cuerdas que colgaron cientos de cabezas hace eones, su cetro que invocaba la magia más perversa y su actitud violenta y depredadora que te acorrala pero te libera si te siente lo suficientemente intimidada.
Porque Shadow Milk te siente, muy adentro de él. Y tú a él, en menor medida todavía. Después de todo, su souljam resuena en unísono contigo.
Los pedazos más pequeños siempre son los más fáciles de corromper.
Cada vez llegas más cerca del amanecer a la misma cama con quien no sabes si sigue siendo tu esposo, más distraída y menos interesada en las historias que cuenta el viejo guardián.
Sabes perfectamente que Shadow Milk te miente cuando te cuenta su propia versión de su corrupción, pero no le dices nada; después de todo, nada cambiará si lo corriges o no.
Tienes que aprender el idioma de la bestia, el significado de sus juegos de palabras, sus interpretaciones y las verdades escondidas entre todas las mentiras que despotrica.
Sin embargo, tú no tienes necesidad de mentirle. Por lo que eventualmente abres tu corazón para él y le hablas acerca de la época donde eras una brillante luz en el reino que antes no era tuyo.
“¿Entonces en tu otra vida solías ser una linda cantante?” Le contabas a Shadow Milk pedazos de tu pasado hace siglos y él te cuenta más mentiras inventadas del suyo a cambio. “¡Oh, por favor, reina Vainilla! ¡Por favor, por favor, por favor haz un espectáculo para mi!”
Esa noche la bestia escucha en silencio una triste canción de lira y te observa llorar sobre el instrumento que él gentilmente te hizo con su magia. Tocas para desahogarte y también para transmitirle sentimientos que aún no estás lista para decir.
Tocas iluminada por la luna y terminas el acorde final con una sonrisa recordando tus noches de fiesta, bailando hasta el amanecer y viendo el sol salir en el horizonte. Solías ser una amante de la vida, del amor y el arte.
“Baila conmigo, mi reina”. Shadow Milk estira su mano que sabe que no puedes tocar, pero esa noche fingirían que sí. Ambos adoptan una posición de un vals clásico que por su naturaleza aristócrata ambos conocen muy bien. Sin embargo, la elegante música de lira ahora solo son tarareos de tu canción que la bestia memorizó con atención. Al compás de sus cuerpos orquestándose solos y coincidiendo por sincronía. “El baile también es un lenguaje, podemos conocernos de distintas formas si aún no confías en mí”.
Y, como si leyera tus deseos más anhelantes. La bestia bailó contigo hasta que amaneció, desgastando tus lindos zapatos de cristal e incluso riendo cuando estos se rompieron en pedazos. Burlándose de ti cuando la brisa te levantaba el camisón de dormir y acostándote en la cama de rosas para descansar antes de seguir actuando su performance.
Aunque, si te lo preguntan. Esa noche en lugar de bailar, solo sentiste que la bestia te hizo el amor.
Tan dulcemente que podrías dejarte caer en sus brazos. Sin embargo, siempre tienes presente que es la bestia del engaño con quien estás hablando. Por lo que te mantienes segura y cohibida, y a la bestia le gustan los retos.
“¡Vamos vamos, podemos jugar una partida de ajedrez más!” Otras veces, si ambos no quieren hablar, simplemente juegan ajedrez juntos de modo que las partidas desafiantes y prolongadas se volvieran una conversación.
“¡Reina Vainilla haz llegado!” Por supuesto que lo haces. Su camino de rosas siempre te está esperando una vez que la luna se levanta. Y otro camino de rosas te lleva de vuelta segura a donde no quieres regresar, pero debes hacerlo.
“Oh, tonta tonta Reina Vainilla. Aún me tienes un poco de miedo, ¿no es cierto?” Su proyección te toma del rostro mientras se burla de ti y aunque sabes que no puede tocarte, te asusta el hecho de que en algún momento comenzaste a sentir su toque. Aunque ligero, está ahí.
Sientes el peso de su presencia caminando a tu lado o flotando sobre ti. Sus manos sobre las tuyas y bajo tu barbilla, su temperatura helada y los empujones juguetones que te da.
Y no puedes evitar anhelar más, sentirlo bien y como debería de ser. No esos toque fantasmales y superpuestos.
Deseas tanto pasar tus dedos por su cabello, bailar abrazada y sujetada con él, recostarte en su pecho sobre tus rosas rojas favoritas y quizás… besarlo.
Tú no sabías que él conocía esos pensamientos pecaminosos en tu interior, pero que hacías un excelente trabajo por ocultar. Así que simplemente te observaba y se reía como un loco sin razón aparente.
“Mi reina, ¿te irás ya?” No necesita una respuesta, él sabe que cuando el cielo comienza a brillar. Debes ir a despertar en la cama de alguien más. Y te sientes mal. Casi infiel. Pero no infiel a Puro Vainilla, infiel a Shadow Milk.
“Oh, mi reina. Cuánto desearía poder salir de este horrendo árbol y poner un anillo de oro en tu mano” Saltas y lo volteas a verlo con un fuerte sonrojo. “HAHAHAHAHA, ¡DEBERÍAS HABER VISTO TU ROSTRO. ¡Tonta tonta, reina, que fácil caes en mis bromas!”
Esa noche tu puño atraviesa su proyección y él se burla de ti el resto de la noche.
“Tonta reina Vainilla, ¿te haz encariñado de mí?” Más que una pregunta, sonaba como una declaración tácita.
“Por supuesto que no”. El sonríe gustoso ante tu mentira.
No hablabas mucho de PV con él, pero Shadow Milk ya sabía que desde que se conocieron no haz hecho nada más que mentirle a tu tonto esposo. Casi se sonroja al verte a lo mejor durante el día, mintiendo y mintiendo… y todo solo para él.
Que linda, es por eso que lo haces tan feliz. Sigue haciéndolo feliz.
“Ya estás aprendiendo, reina mía…”
Ojalá las noches fueran eternas.
Porque comienzas a detestar el día.
“Esposa mía, estás distraída últimamente”. Puro Vainilla te toma de la barbilla cuando finalmente están solos en sus aposentos, la puesta de sol pronto daría inicio a la noche. ¿Por qué te toca de esa forma ahora que tu amor se está acabando? Quizás a Puro Vainilla le gustan las personas que puede arreglar, por eso le gustaba tanto Lily y por eso te dejaba tanto de lado hasta que comenzaste a tener espacios de ti misma que faltaban.
“No es nada”. Quitas tu rostro, pero lo que planeabas como un movimiento leve, terminó siendo un brusco arrebato. Sorprendiendo un poco a PV.
“Oh, mi bella bella, reina”. Hiciste una mueca de desagrado, casi sonaba como él.
Incluso si lo alejaste, él volvió a tomar tu rostro. Esta vez con dos manos sosteniendo tus mejillas. “Nos hemos distanciado tanto, te extraño…” Se te revuelve el estómago un poco, sabes que detrás de su declaración no hay mentiras y quizás existan buenas intenciones para recuperar un matrimonio que está a nada de terminar.
Pero, ¿por qué ahora? Ahora que ya no anhelas su toque, que desprecias sus atenciones e interés desesperado. Su toque te quema en el mal sentido y ahora estás preocupada por la bestia que te espera al otro lado del sendero de rosas.
Shadow Milk se preocupará si no llegas a tiempo.
“Sé mejor que nadie que te he descuidado, he sido un mal esposo”. Te observa con una sonrisa gentil y se inclina sobre ti. “Pero siento que te pierdo…” Esos ojos que una vez creíste únicos, ahora son opacados por los ojos de la bestia que buscas en todos lados.
Ah… es por eso. Tu corazón se rompe y la souljam con él. Puro Vainilla no puede soportar la pérdida de ambas, ¿verdad? Quizás se cansó de esperar a Lily y desea restaurar la relación segura que lleva contigo desde hace siglos. No sientes las piernas.
El shock te impide alejar a PV cuando te abraza con fuerza e inhala el aroma de tu cabello impregnado por la fragancia de las rosas que ahora son tus favoritas y él ni siquiera se da cuenta. Hueles diferente, actúas diferente, eres diferente ahora de la mujer que se casó con él.
“Déjame hacerte mía”. Te susurra al oído y no procesas ni sus palabras ni sus acciones hasta que sientes sus manos recorrer tu espalda y sus labios en tu mandíbula y bajando por tu cuello. Casi te vomitas encima. “Quiero hacerte el amor”. Entonces se inclina para darte un beso en los labios.
No lo amas.
No lo amas.
¡Ya no lo amas!
Con horror en tu ser lo empujas con toda la fuerza que tienes y solo tienes unos micro segundos para ver de reojo su expresión dolida y confundida. Y sales corriendo de ese lugar, siguiendo el seguro sendero de rosas que desaparece rápidamente tras tu carrera para que Puro Vainilla no pueda verlo.
Pero él no te llama, no grita tu nombre. Simplemente te deja ir y eso no te duele más, te libera.
Un poco más tarde de lo usual, llegas hasta donde el sendero de rosas termina y ahí está la bestia caminando de un lado hacia el otro impaciente. Tú te detienes afónica y sin aire, por lo que solo alcanzas a decir su nombre.
“Shadow Milk…” Se te rompe la voz y los ojos se te hacen agua.
“Lo sé, tonta tonta reina… yo también lo sentí”. Entonces corres a abrazarlo, pero cuando crees que estás a punto de alcanzarlo. Aquella figura que solo tú ves, la atraviesas… Y sientes el vacío frío que te recorre y caes de rodillas sobre las rosas que la bestia hizo aparecer rápidamente para amortiguar la caída y no lastimaras tus pobres rodillas.
Te preguntas, si la verdadera bestia estuviese frente a ti. ¿Te abrazaría o te dejaría caer de la misma forma?
Lloras toda la noche rodeada de rosas preciosas decaídas ante tu tristeza y como Shadow Milk no puede tocarte, te aferras a las raíces sobresalientes del Árbol de Plata hasta que amanece. Siempre con la bestia consolándote a su forma, hablando de otros temas como si nada ocurriera y haciendo trucos extraños donde hace malabares con algunas pelotas e incluso su propia cabeza… pero eso no te hace sonreír ni una vez.
Y cuando amanece, no regresas. Simplemente te quedas dormida abrazada al gran árbol, presa del cansancio. La bestia a tu lado pone los ojos en blanco y cubre tu cuerpo con suave follaje que hace aparecer, flores en arbusto que emergen del suelo para que las tontas hadas no puedan verte. Y sobre tu sueño impío y tranquilo, las enredaderas que sellan el gran árbol; comienzan a romperse.
Entonces la bestia desaparece.
Te despierta el alboroto, pasos corriendo casi sobre ti de un lado hacia otro. Gritos y órdenes apresuradas que no entiendes hasta que despiertas por completo.
“¡El sello, EL SELLO!”
“La grieta se está abriendo!”
Te tallas los ojos y observas a través del hueco de las enredaderas como las galletas hadas se colocan en formación ofensiva frente al árbol. Dijeron que el sello se rompió, ¿qué sello? Nadie te informó de esto, ni el vejestorio, Puro Vainilla ni Shadow Milk. Aunque la bestia tendría sus razones bien definidas, ¿pero los demás?
“¿Qué está pasando?” Pero tu acompañante no responde. “¿Shadow Milk?” Lo buscas por todos lados, junto a ti o alrededor del árbol, pero no estaba y tampoco lo sentías cerca. Si alguna noche te quedabas dormida, él gentilmente te despertaba cuando sabía que tenías que regresar a “casa” o te miraba dormir desde un asiento cercano.
Te quitas las enredaderas de encima y te escabulles detrás del árbol para correr en dirección hacia el Reino de las Hadas, casi era noche otra vez y en esta ocasión no había rosas fragantes que guiaran tu camino. Por suerte, después de tantas noches; ya habías memorizado el camino.
“¡Gingerbrave, Puro Vainilla! ¿Qué ocurre?” Los llamas a lo lejos, pero te detienes en seco al ver la escena.
Puro Vainilla se encontraba arrodillado frente a un fantasma que creías perdida. El hombre que una vez amaste tenía la mano de Lily pegada en su frente murmurando algunas palabras que pudiste leer perfectamente de sus labios.
“Estoy tratando de encontrar las palabras para describir lo feliz que me siento ahora mismo”.
White Lily se sentía desorientada y adolorida, PV la sostenía gentilmente de la cintura para que ella no cayera de lleno al suelo. Todos se encontraban bastante absortos así como tú, no sabías que la otra mitad de Lily aún se encontraba viva. Los niños lucen bastante incómodos al ver como PV la trata, están en la misma página que tú. ¿No se supone que Puro Vainilla es tu rey? ¿Tu esposo? Pero ni siquiera te ha volteado a ver a pesar de que desapareciste casi por un día completo, estás desalineada y luces cansada.
La souljam te duele, pero ya no es por el rechazo constante de PV hacia ti. Sino por todo el tiempo que haz perdido jugando a la esposa martirizada. Así que te permites enojarte de verdad por una vez en tu vida. Si Puro Vainilla anhela a Lily, que así sea. Que intente arreglarla, no vas a quitarte piezas del alma para darle un motivo para seguir contigo.
Un suspiro particularmente fuerte de tu parte es lo que hace a PV notarte y luce un poco nervioso, pero Lily estaba muy débil y atenderla para solucionar cuanto antes la grieta en el Árbol de Plata era la prioridad.
“¡Esposa mía, necesitamos tu ayuda!” ¿Cómo se atreve a llamarte así cuando sostiene el cuerpo de otra mujer con la gentileza que a ti nunca te dio.
No gritas, no lloras y no le golpeas el rostro por su cínico actuar. Simplemente lo ves con el ceño fruncido y él comienza a sudar nervioso. Y con un movimiento que parece practicado desde hace ya un tiempo, te quitas el anillo de oro en tu dedo medio con el emblema del Reino de Vainilla. Anillo con el que juraste proteger tu reino cuando te casaste con PV y fuiste coronada como reina.
Tu miseria, tus lamentos, sentimientos de insuficiencia y todo el amor que nunca regresó de vuelta. Se lo das. Y con un suave movimiento fluido le avientas el anillo, cayendo este a los pies de PV y Lily confundidos.
“Si tengo que desmoronarme, que así sea”.
“¡Reina Vainilla!” Gritaban Gingerbrave y sus amigos totalmente desesperados, por lo poco que sabían de tu historia con PV. Ellos eran conscientes de que, aunque poseyeras una pequeña fracción de la souljam de Puro Vainilla; eras una gran fuente de poder cuando te unes a él.
“¡Espera, no era mi intención!” Lily se lanza para intentar alcanzarte, pero cae inútilmente al suelo por lo débil que se encontraba después de tantos años muerta y vacía en aquél ataúd de cristal. Puro Vainilla salta en su auxilio y nuevamente pierdes su débil atención.
Hiciste bien, te repites en tu mente.
Hiciste bien.
Aunque corriste para que ni siquiera las galletas hadas más veloces pudieran alcanzarte, recorriste tu camino por el bosque en particular calma. El sendero de rosas no apareció esta vez para guiarte hacia la bestia que te esperaba, pero ya no lo necesitabas.
Porque lo sentías.
Sentías a Shadow Milk por la souljam que compartían, y con el tiempo llegaste a descubrir que, aunque corrupta, la bestia poseía la parte más grande de la souljam que se dividió entre ustedes tres. Es por eso que en el momento en que pusiste un pie en Beast Yeast, comenzaste a resonar con él y no con PV.
La noche comenzaba a caer sobre ti, pero esta vez era diferente. Más calidad, más serena y más azul. Los árboles del bosque tan particulares comenzaron a volverse pinos de crema y algunos otros eran siniestros árboles que de su fruto maduraban arándanos. Las estrellas brillaban en constelaciones que no conocías y el aire estaba cargado de dulce.
En algún momento de tu caminar dejaste de escuchar los gritos desesperados que te llamaban y el suave ruido de las corrientes de un río cercano inundaron tus sentidos. Aquellas rosas que solo Shadow Milk podía hacer aparecer crecían a los alrededores en enormes arbustos.
Eso no estaba ahí antes.
“¿Shadow Milk?” Lo llamaste, ya no lo sentías cerca. Lo sentías en todas partes. Y por mucho que siguieras caminando, no lo encontrarías. Temías perderte y no sabías dónde habías llegado en el calor del momento.
“No podía obligarte, debías desear estar aquí”. La suave voz de la bestia te habló al oído de repente, jurabas que habías sentido sus labios rozarte la oreja.
Y diste un profundo grito, alejándote de él en consecuencia y cayendo. Como era costumbre, en un hermoso arbusto de tus flores favoritas que él hacía aparecer a último momento para evitar causarte heridas innecesarias.
La bestia se carcajeó enseñando sus afilados dientes mientras te veía con esfuerzo desde arriba. Ibas a enfrentarlo y decirle que este no era un buen momento y que se fuera al diablo. Pero había algo que llamaba tu atención.
El Shadow Milk que siempre veías era una triste proyección desde la dimensión del lado oscuro de la luna que él dominaba y que apareció con su creación. Por lo que siempre lo viste con una linda aura blanca a su alrededor y su cuerpo y ropa más opacos de lo que deberían ser una galleta sana. Pero, ahora lucía tan real…
Su risa burlona se detuvo lentamente a medida que notaba que lo mirabas con mucha más atención de lo que te ha visto hacerlo, casi con anhelo. Dejando una simple sonrisa en su lugar.
Tu corazón latía como un loco, ¿es lo que crees que es? Tu respiración torpe se detenía a ratos.
Shadow Milk flotaba sobre ti aún y te colocaste de rodillas sobre la cama de rosas, estirando con desconfianza y miedo tu brazo hacia él. Si esta fuese otra de sus proyecciones, definitivamente te rompería el corazón.
La bestia finalmente entendido lo que quieres hacer, estira su cuerpo para recostarse en el aire y extiende su brazo derecho hacia abajo para encontrarte. Y cuando se encuentran, te tiembla el alma y subes mucho más arriba de las nubes más suaves y caes al agua del mar más refrescante.
Sus dedos índices apenas y se tocan, pero bastó lo suficiente para hacerte llorar. No hubo sollozos ni espasmos, las lágrimas simplemente salieron por sí solas. Y pudiste ver un brillo similar en los ojos desiguales de Shadow Milk, pero simplemente guardó silencio hasta que consideró que era preciso regresar a la programación habitual.
“¡Oh tonta tonta, Reina Vainilla no es momento de ponerse triste!” Deja de tocar tu mano y se estira de manos y brazos aún en el aire. “¡Finalmente tenemos el placer de vernos otra vez!”
“¿Otra vez?” Preguntas confundida mientras te limpias las lágrimas. “Y ya no soy la Reina Vainilla nunca más”. Le enseñas a Shadow Milk tu dedo medio desnudo con orgullo.
Él lo observa unos segundos y luego la más malvada sonrisa acompañada de un sonrojo le adorna el rostro.
“¡POR LAS MALDITAS BRUJAS, QUE INCREÍBLE CLÍMAX TENEMOS AQUÍ!” La bestia gira su cetro y lo hace desaparecer en el aire mientras gira su cuerpo y se lanza contra ti con una emoción que desconocías que un ser cruel como él pudiera poseer.
La acción un poco demasiado brusca para tu gusto hace que te golpees que lleno contra la cama de rosas y quedes recostada bajo el cuerpo y la presencia de Shadow Milk que ahora tiene una forma para tocar y un alma para sentir.
Estaba emocionado, como nunca habías visto antes. Te rodeaba y te empujaba con ambos brazos alrededor de tu cabeza, mirándote como un loco casi estremeciéndose por los pensamientos dentro de él que no tenías forma de averiguar su razón.
Entonces te pones roja y la vergüenza hace que tus ojos se humedezcan, intentas ignorar su mirada pero a donde quiera que veas; los ojos de su cabello también te perseguían y fluían como el agua de un río sin fondo.
“Bienvenida, querida, oh… mi querida… ¿tienes idea de cuánto te he esperado?” La bestia se acerca a tu oído para murmurar un nombre con desesperación. Y tú sientes un peso en el corazón y te molestas porque ese no es tu nombre. Y pateleas y le empujas el pecho para que se quite de encima, su broma no te está gustando para nada.
Pero él se aferra y te empuja de regreso contra las rosas con una mano y te sostiene el rostro con la otra, murmurando ese nombre una y otra vez con desesperación. Y mientras más pronuncia la palabra más lo desconocías, podías jurar que deseaba morderte con todas tus fuerzas con esos colmillos peligrosamente letales, que quería atacarte, estrujarte y aplastarte.
Espera… te quedas en blanco.
¿Cuál era tu nombre en realidad?
Estabas segura de que PV lo sabía, pero hace tantos cientos de siglos que no lo había pronunciado ni una sola vez que… simplemente lo olvidaste.
“Déjame ayudarte”. Es hasta que dejas de patalear, sumergida en tus pensamientos intentando recordar cuál era tu nombre. La bestia sobre ti deja su agarre castigador sobre ti y se eleva para mirarte a los ojos. Nunca lo habías visto de esa forma, podías jurar que casi se le escapaba la baba por la comisura de los labios y un profundo sonrojo azul mar le adornaba las mejillas. “Déjame mostrarte una linda historia”.
La bestia te dio un golpecito en medio de la frente sin que pudieras protestar siquiera. Y caíste en un sueño profundo y cálido, siendo su rostro genuinamente feliz lo último que viste.
Y como un escenario antes de que se abra el telón, caes en un lugar totalmente distinto. Pero la caída no te dolió. Un claro bello como exuberante y lleno de vida fue lo que cautivó tu vista, todo era tan alegre y pacífico, reconociste los árboles, los frutos y, por supuesto; las rosas. Esas malditas rosas que te vuelven loca.
“¿Shadow Milk?” Lo llamas, pero nadie responde. La suave sacudida de los árboles por el viento, los aromas, el suave calor del sol. Sentías que ya habías estado ahí antes, pero no recordabas conocer un lugar así hasta que llegaste a Beast Yeast.
“Oh… esposa mía, ahí estás”. Volteas con rapidez, conoces esa voz. Era aquella bestia, pero su tono al hablar se escuchaba mucho más refinado, más cautivador, más… amable y lleno de prudencia.
Y entonces te giras para encararlo y te quedas helada. Es Shadow Milk pero no es él al mismo tiempo. ¿Una bestia como él puede tener una mirada tan gentil y ser un monstruo al mismo tiempo? El hombre que conociste en el Reino de las Hadas no le hace justicia a lo majestuoso que luce su presencia ahora mismo, una túnica negra y dorada modesta era lo que vestía. Su cabello… oh ese cabello podría casi competir con lo precioso de sus ojos. Un ser divino, un dios. Con el cielo estrellado del alba en su cabello y la runa del sabio esta vez en el centro de su frente.
Casi te arrodillas.
“¿Esposa? Shadow Milk, ¿de qué hablas? Explícate por favor, estoy muy confu-“. Entonces Shadow Milk te atraviesa como si fueses un espectro. Al igual que atravesaste a Shadow Milk esa vez.
Jadeas fuertemente mientras te agarras el pecho con un dolor sordo y específico dentro de tus entrañas. Volteas rápidamente para seguirle el paso pero te encuentras a ti misma.
Te mareas y te duele la cabeza, esa persona definitivamente eres tú.
“Blueberry Milk, amado mío”. Tu otra yo lo llama su esposo y lo observa con suavidad y un brillo anhelante en los ojos. Pero está llamando a Shadow Milk por otro nombre y él te llama una y otra vez con el mismo nombre que lo hacía el otro Shadow Milk hace unos instantes.
Te quejas del dolor y te retuerces, el corazón te quema. Pero ninguno te escucha, no te ven. Y continúan su conversación despreocupados, felices… enamorados.
“Mi reina…” Shadow Mi- Blueberry Milk se pone de rodillas y coloca los nudillos de esa versión tuya contra su frente. Recitando poemas y palabras de devoción y fidelidad hacia tu persona. Haciendo aparecer rosas a tu alrededor y tu suave risa se pierde con la brisa primaveral.
Tus ojos exploran vagamente, parece que caíste en el mismo lugar donde Shadow Milk te tenía hace un momento, pero en otro tiempo. En una época opulenta y un mejor tiempo, donde no reinaba la noche y las almas retorcidas enterradas bajo tierra.
Tienes el vómito en la garganta, lo recuerdas y a la vez no. ¿Esto es una especie de tortura de Shadow Milk? ¿Por qué lo haría en primer lugar? Haz estado más vulnerable antes y nunca hizo nada.
Sientes que te desmayas y flanqueas hacia la derecha. Solo para cambiar de escenario y chocar contra una pared fría y dura. Miras alrededor débilmente, eran las paredes de un castillo. De paredes prístinas con un puro color blanco leche y fachadas azules que se extienden desde el suelo hasta el techo que acaba en excéntricas decoraciones doradas y rosetones gélidos.
“Te entrego la mitad de mi vida y la mitad de mi alma”. Escuchas los ecos de la suave voz de Blueberry Milk a través del castillo mientras te orientas en el lugar.
Te entierras las uñas en las palmas de tus manos cuando escuchas el eco de una canción de lira a lo lejos, una canción que conoces muy bien. Porque era aquella canción melosa y suave que siempre tocabas al final de tus presentaciones.
Te apoyas en la pared y agarras impulso para levantarte. E intentas moverte a través de los pasillos del castillo.
“¡Amigos míos, quiero presentarles a mi linda linda esposa!” Mientras más avanzabas, más escuchabas. Palabras extrapoladas de Blueberry Milk que contaban el paso de la historia.
La luz del día cambia como si el sol y la luna necesitaran solo un par de pasos para recorrer el cielo. Ves los días y las estaciones cambiar en segundos a través de las ventanas y ninguna de las puertas abre a pesar de que intentas abrirlas con todas tus fuerzas.
“Amada mía, mi dulce reina. Incluso el hombre más puro se ensucia con la crueldad que trae la verdad.”
Empujas y golpeas, pero solo una de ellas se abrió por sí sola haciendo que cayeras hacia el suelo en el momento en que te dejó adentrarte en la habitación. Y desearías haberte quedado afuera o al menos que te tragara el suelo.
Se te pinta la cara del rojo más profundo y brillante y te tiemblan las manos del nerviosismo. Otra vez estás tú y Blueberry Milk, pero…
Dejas escapar un suspiro tembloroso.
“Blueberry Milk… hazme el amor”. Esa versión tuya le murmura al dios con desesperación que te tenía a medio de la cama en lo que parecen los aposentos que compartían. Te encoges de vergüenza en tu lugar. Pero no sabes porque te quedas viendo tanto tiempo.
Quizás es la forma en que Blueberry Milk la besa, en que acaricia y aprieta su cuerpo contra ella. En que se prometen amor eterno al mismo tiempo que lo expresan con su cuerpo. La forma tan gentil en que bailan y se ofrecen a ellos mismos. Te sientes parte pero a la vez tan ajena y algo dentro de ti es golpeado por la nostalgia.
No es hasta que Blueberry Milk parece notarte y te lanza una mirada de reojo que despiertas del trance. Un escalofrío te recorre y tiemblas cuando te sonríe levemente a la par que embiste rítmicamente y con gracia a tu otra yo.
No puede ser, se supone que no puede verte.
Retrocedes hacia la puerta.
Pero te tropiezas con algo que no estaba ahí antes y caes hacia atrás y sientes que caes en algo tan suave como… como una cama.
Abres los ojos del pánico y te encuentras con Blueberry Milk sonrojado, agitado y viéndote perdidamente embelesado. Y gritas en tus adentros cuando te das cuenta que haz cambiado lugares y ahora estás orquestando la escena íntima que veías hace unos instantes.
“Mi amada, dulce dulce amada.” Entonces sientes todo. La temperatura de tu cuerpo elevada, el sudor que empapa las sábanas, tu piel erizada, el sonrojo violento en tu rostro, la excitación que te recorrió el cuerpo de un segundo a otro. Y… sueltas un profundo gemido. Por supuesto, también lo sientes a él profundamente dentro de ti al mismo tiempo que pronuncia ese nombre una y otra vez como una plegaria.
Ese… ¿ese es tu nombre?
Ese es tu nombre…
Cierras los ojos y las sensaciones se pierden, solo para ser atravesada por el más cruel de los dolores. Tajante y rocinante como el cambio de escena.
Gritas hasta que tu garganta se cierra por el desgarro que sufrió. Y caes al suelo empujada por el objeto, sientes que algo te atraviesa por la mitad y no es para menos. Con el cuerpo tembloroso volteas con lo poco de fuerza que te resta y lo ves, un enorme tridente te atraviesa la espalda y te clava en el suelo.
La furiosa voz de quien ya reconoces como Shadow Milk grita tu nombre desde lo lejos, solo para ser callada abruptamente con otro tridente enterrado en su cuerpo. Y luego otro, y otro y… otro.
Oh…, por las brujas.
Pero eso fue diferente, la souljam dentro de ti resuena en un eco de sufrimiento y la bilis te recorre la garganta y la vomitas con dolor y sangre. Entras en pánico, te sientes vacía, te sientes incompleta, algo dejó de existir dentro de ti en el momento en que Shadow Milk fue atravesado de nuevo.
Entonces levantas la vista y lo ves.
No gritas, pero tú yo del pasado si lo hace. Y a pesar de ser un grito tan lamentable y desgarrador como la creación de la tragedia misma, solo escuchas un pitido agudo de fondo. Casi lejano a los eventos que sucedían en el presente.
¿O el pasado?
Frente a ti yace el cuerpo sin vida de Shadow Milk, tres enormes tridentes le atraviesan distintas partes del cuerpo y la sangre azul se esparce y salpica violentamente sobre todas las superficies, incluido tu rostro.
Pero tus lágrimas no tienen tiempo para salir, pues estás presenciando la creación del Árbol de Plata y el sello de los cuerpos muertos o malheridos de las Cinco Bestias. Siendo Shadow Milk el último y quien se llevó la peor parte del castigo de las brujas.
No puedes seguirle el ritmo a las cadenas de plata que estrujan su cuerpo muerto y masacrado con tiranía y lo llevan a las profundidades de la tierra junto con las otras bestias. Creciendo sobre ellos el árbol de donde emergieron cinco ramas, una para cada galleta corrupta.
Pero no tu.
Te observas a ti misma moribunda, pero viva. Siendo preservada por tus restos de souljam intacta, pero siendo rehecha en la olla de las brujas para ponerte en el lugar de la próxima galleta que sea digna de portar la luz de la verdad. Alguien que pueda ganarse la souljam y a ti.
Siendo esta galleta Puro Vainilla.
Entonces todo se vuelve oscuro y cálido y te encuentras cara a cara con PV, o al menos una proyección de tus recuerdos. Lo observas con los ojos bien abiertos. Te mintió, todos estos años tu esposo te mintió. Él no te dio parte de su souljam como un acto de amor para estar juntos por la eternidad.
FUE SHADOW MILK.
Espera, ¿quién era tu esposo a este punto?
Consumaste nupcias con Shadow Milk antes, lamentablemente tu ser y tu masa fueron rehechos después de su corrupción. No eras la misma persona o al menos no tenías todos los fragmentos completos, algunos eran ya nuevos. Pero sigues teniendo la promesa de su amor eterno que fue conservado durante eones, su souljam. La original.
Querías molestarte, enojarte, odiarlo por todos esos años desperdiciados de mentiras y sentimientos unidireccionales. Querías salir a buscarlo en cuanto terminaran estos recuerdos e ir y abofetearlo. Decirle que lo odias y que ha hecho tu vida miserable durante siglos. Gritarle que es un egoísta y un hipócrita que no sigue el dogma que profesa. Y tu corazón late fuerte con un poco de odio.
Pero te sentías extrañamente cálida, incluso en otra vida no pudiste evitar enamorarte de Shadow Milk y él te esperó y cuidó pacientemente a su forma retorcida y llena de verdades escondidas entre una red basta de mentiras. Incluso toleró verte en brazos y detrás de otro hombre, soportó verte afligida y entregándote a alguien más. Y aún así, aquí estaba. Orquestando una brillante obra para llevarte por el camino correcto.
Hacia él. Tu verdadero esposo.
El tridente que te ataba al suelo nunca desapareció, pero ya no sentías nada. No es hasta que recibes un golpe sordo en la cabeza lo que te lleva de regreso. Como si despertaras de una pesadilla. Y te reconforta saber que haz despertado en la misma cama de rosas rojas con aquella bestia observándote encima de ti, pero tu corazón está a un latido extra de infartarse.
“Yo…” Respiras arrítmicamente y con inquietud. El miedo hace que tu voz se vuelva diminuta y los cientos de recuerdos que fuiste enviada a revivir te manchan el rostro con mil emociones. Pero al final, quedas muda mientras tomas el rostro de Shadow Milk para asegurarte de que haz regresado al presente.
Y mientras recorres el rostro de aquella bestia, recuerdas el rostro de Blueberry Milk encima de ti. Y no puedes encontrar una forma de expresar todo lo que sientes, así que lo retomas donde tu yo del pasado lo dejó. “Shadow Milk… te veo.”
Lo ves, pero no superficialmente. Lo ves a través de los fragmentos de tu souljam, lo ves en el pasado y presente. Lo ves en este instante y tiempo. Y lo ves desde tu nueva yo.
No amabas a PV, nunca lo hiciste. Amabas a Blueberry Milk, amabas los rastros de Shadow Milk incrustados en la souljam de Puro Vainilla. Solo amabas a un mentiroso.
“Por fin…” Shadow Milk se inclina a tu toque, desesperado, hambriento. “¿Tienes idea lo que es ver a tu linda esposa toda rehecha y batida para ser el adorno bonito de un idiota?”
“Batida y rehecha”.
Tus ojos se abren con resolución y tu agarre sobre su rostro flanquea un poco. Algo que la bestia nota de inmediato y frunce el ceño. Y comienzas a temblar incontrolablemente, pero Shadow Milk no dice nada; dentro de su dominio sabe lo que tu tonto tonto corazón siente y lo que tu estresada mente piensa.
“Oh, no no no, tonta esposa mía. Ni se te ocurra.” Es su turno de tomar tu rostro, pero su agarre es más juguetón, más tirano y exhumaba impulsividad. Apretando tus mejillas con una de sus manos para hinchar un poco tus labios y su otra mano te empujaba la nuca para que no huyeras de él. “Sigues siendo la linda e ingenua reina a la que le di la mitad de mi souljam.”
¿La mitad? Puro Vainilla siempre dijo que era unos cuantos fragmentos. Entonces uno de los recuerdos que la bestia provocó en tu mente recorrió tu pensamiento con facilidad.
Así que a eso se refería cuando dijo que “te entregaba la mitad de su vida y de su alma”.
“Sigues siendo la reina que amo, que adoro, que fue creada para mí…” Shadow Milk siguió recitando. Loco, enfermo y enamorado. Podías jurar que la baba se le escapaba de entre los colmillos y que los ojos de su cabello te miraban obsesivamente. Tanto ellos como los ojos de su amo podrían verte con pupilas en forma de corazón de no ser por la imposibilidad de eso. “… mía, mía. Incluso si esas malditas brujas intentaron borrarme de ti. Incluso si cambié y me volví en este monstruo. Eres una cosita tan linda que te enamoraste en tu otra vida de mí esencia aún incrustada en esa souljam que me falta.”
“Shadow Milk…” Te quejas, su agarre es opresivo y te comienza a doler la cara. Pero él no parece haber terminado.
“¿Sabes lo loco que me volvía sentirte con otro hombre?” Casi te gruñe, tragaste duro a la par que su mano se volvió más dura en su agarre. Pero nunca lastimándote. “Todas esas noches divirtiéndote con el estúpido de Puro Vainilla mientras yo estaba encerrado y solo en este árbol… que cruel eres querida.”
Te pones roja por su declaración, tú no podías sentirlo. Pero él podía hacerlo desde la conexión que tenía con la souljam de Puro Vainilla, después de todo, era suya. Pero él sí te sentía, cada uno de tus pensamientos y emociones dentro y fuera de Beast Yeast. Él nunca te perdió la pista, aunque eso involucrara condenarse a ver cómo otro se divierte con su bonita esposa.
Pero eso no era lo que le hervía la sangre a Shadow Milk, sino el obvio aburrimiento que PV sintió por ti una vez que dejaste de ser una novedad para él. Si van a quitarle a su bonita esposa, al menos merecías que te satisficieran emocional y carnalmente mejor que él. Su rival debía ser mejor, debía tratarte mejor. SER MEJOR QUE ÉL.
Que te hicieran el amor dentro y fuera de la cama, que te tuvieran loca y sobre estimulada. Que te dieran la cogida más dura de tu vida por las noches y luego la comodidad más suave por las mañanas. Merecías tener a alguien alabándote y bien metido entre tus piernas. Las rosas debían florecer a tu caminar y las cartas de amor no debían parar de llegar. Debían de orquestar el mejor espectáculo y colocar el más impresionante de los escenarios para tus canciones de lira. Debían mantenerte hermosa, celestial y bien llena.
El día que Puro Vainilla paseó con aquella portadora de la souljam de la libertad en TU hermoso jardín de flores mientras tú los veías tristemente desde el balcón de tus solitarios aposentos, ese día Shadow Milk hizo la primera grieta en el Árbol de Plata.
Oh… como le dolía el corazón y la polla todas esas noches que te sentía sola y necesitada. Casi movía las caderas al aire, pero la tristeza que transmitías en tu souljam evitaba que se pusiera duro. Él podría hacerlo mucho mejor, si tan solo no estuviera atrapado en ese estúpido árbol.
Shadow Milk bajó la mano que tenía sobre tu nuca y la utilizó para empujar tu espalda y apretarte contra su pecho. Jadeaste de sorpresa e intentaste incorporarte con tus piernas ante la sensación de caída. Pero la bestia aprovechó para quitar la mano que presionaba tus mejillas y abrazarte en su totalidad.
“Pero estoy feliz de que ese tonto Vainilla te haya hecho de lado tan rápido, así pudiste sentir solo una fracción de lo que yo sentía dentro de ese estúpido árbol... y no dudaste en venir hacia mí.“ El comentario venenoso, lejos de hacerte sentir mal. Te desesperó un poco y el rubor recorrió tus mejillas y parte de tu cuello. “Incluso esa cabecita hambrienta tuya pensó en serle infiel conmigo. Pobre esposa mía. Toda descuidada y desesperada por un beso, un abrazo o algo de calidez.”
Intentaste moverte un poco para poder libertarte y abrazarlo también. Pero él no te dejó, pegándose más a ti y aprisionando tus brazos. Escondiendo su cara en tu cuello para absorber tu aroma y recordar como te sentías. En este punto te tiene flotando junto con él a solo centímetros de esa bonita cama de rosas. Pero, ¿dejarte moverte y hacer lo que quieras?
Oh no, no después de haberse aguantado las ganas de abalanzarse sobre ti la primera noche que volvió a hablar contigo. Shadow Milk iba a tomarse su tiempo contigo, de sentirte a través de su ropa, de abrazarte con fervor y recordar como es que se siente cada curva y valle de tu bonito cuerpo. Que aunque argumentes que ya no eras la misma de antes, él sigue sintiéndote exactamente igual que cuando su yo mojigato te hacía suya en sus aposentos compartidos. Y cuando él te cogía duro contra las paredes y las escaleras de los pasillos.
“Dime, bonita reina.” Después de lo que pareció un momento congelado en el tiempo, la bestia levantó su cabeza y te miró fijamente con una sonrisa torcida y ojos débiles. “Incluso si esta humilde bestia ya no tiene un castillo ni un reino para gobernar, ¿aceptarías casarte conmigo de nuevo?”
Te reíste suavemente, tomándolo por la guardia baja.
“No necesito casarme de nuevo con quien YA es mi esposo.” Oh, por las brujas, se puso duro.
Jadeas con sorpresa al sentirlo, presionándose firmemente contra tu muslo. Y aprovechas que su abrazo sobre ti flanqueó para pasar tus brazos sobre su cuello y ocultar tu vergüenza.
“¡Oh, no no no! No vas a ocultarte de mí, voy a tener todo de mí linda esposa. Cada pedazo de ti va a ser mío de nuevo hasta que no queden restos de ese tonto Vainilla.” Un enorme rubor le recorre la cara y comienza a respirar rápido y rítmico sobre ti, casi podías ver el vapor saliendo de él. “Pero vas a pedírmelo, pídemelo. Cómo fantaseabas con besarme la otra noche, con serle infiel conmigo. Pídemelo y entrégate a otro hombre. Ven… con tu verdadero esposo.”
Con la última frase pegó su frente contra la suya. Su aliento se encontraba contra el tuyo y se arremolinaba cálidamente, te miraba impaciente, desesperado y no le daba miedo mostrarlo. Respiraba ruidosamente y abría la boca para mostrarte los dientes afilados desesperado cual animal. Sentías el latido de su souljam y el de su polla contra ti, incluso la mancha húmeda de pre semen en sus pantalones comenzaba a pegarse en la tela de tu vestido.
No comprendías cómo podría excitarle de sobremanera esto, pero al mismo tiempo te hacías una idea. Es su forma de estar a mano, después de todo PV también tiene su orgullo sobre las cosas que él cree que le pertenecen.
“Shadow Milk…” Cierras los ojos con vergüenza.
“¿Si…?” Pregunta desesperadamente y juras que puedes sentir como da una embestida superficial contra tu muslo.
“Quiero que me hagas el amor.” Lo miras a los ojos y él te regresa la mirada enternecido. Pero ese brillo suave y petulante en sus ojos desiguales es rápidamente opacado por la malicia, el deseo y la lujuria más vulgar, asquerosa y superficial que hayas asimilado.
“Te haré él amor todas las noches y días de tu vida a mi lado, mi amor… Pero…” El pobre intento de hablarte con ternura es arruinado por sus palabras más ácidas e incipientes mientras te sostiene contra él con una sola mano. Utilizando la otra para trazar el contorno de tu labio inferior, turnando sus ojos entre verte a ti y luego a tus labios. “Estuve atrapado en ese Árbol TANTO tiempo, ¿tienes idea de lo solo que me sentí sin ti? Así que esta vez voy a cogerte aquí y ahora.”
Shadow Milk deja escapar una risa venenosa y desairada. No te da tiempo de protestar cuando deja de acariciar el borde de tus labios y chasquea sus dedos con la expresión de un maldito loco. Sus pupilas contraídas y la sonrisa más extendida.
Entonces el mundo a tu alrededor gira y gritas, por miedo y por sorpresa. Te aferras fuertemente a él mientras se ríe y esa risa resuena en un eco juguetón.
Entonces caes bruscamente sobre algo suave. Abres los ojos con sorpresa, es la misma sensación de cuando caíste sobre la cama de Blueberry Milk en ese recuerdo.
Pero aquí solo tienes a Shadow Milk quien aprovecha tu postura para colocar tus manos sobre tu cabeza y presionarlas ferozmente con una mano para que no te muevas. Se inclina sobre ti y puedes jurar como su cabello burbujea suavemente sobre ambos.
Y te toma por sorpresa cuando no dice nada más, ningún comentario sarcástico o provocador. Nada de trucos, burlas o juegos de palabras molestos. Solo se lanza sobre ti con fuerza y…
Roza sus labios contra los tuyos, tan cerca que apenas y puedes sentirlo. Sus alientos se mezclan y ambos se estremecen, te retuerces contra él y quieres moverte, pero no te deja.
Mueve sus labios juntos con cuidado de apenas y tocarte con la promesa de lo que vendrá pronto.
Es cuando abres tu boca para suspirar cuando retoma la fuerza con la que comenzó y se estrella contra tus labios con impulso y necedad. Empujando su peso contra ti inmediatamente de la forma más reprimida y vulgar que hayas sentido antes.
Bate sus labios contra los tuyos y mete su lengua en tu boca ignorando la pobre lucha que intentaste darle. Esa lengua anti natural que posee y que sabe que es la única que sabe a dónde llegar para hacerte llorar. La punta de su lengua toca tu garganta y se te salen las lágrimas, te falta el aire y tratas de dar algunas patadas. Pero él te inmoviliza con su cuerpo dulcemente mientras te recorre la boca con la lengua para recordar como es que te sentías.
Y comienzas a llorar mientras lo pierdes de vista ante la sensación tan violenta que te ha regalado para comenzar. Su lengua se mueve contra la tuya y la lame y se enrosca sobre ella, te acaricia por dentro pero también se mete de forma opresiva para demostrarte algo.
La bestia te besa con pasión y ambrosía, te devora el alma y se aprieta contra ti para que puedas sentirlo. Se te escapa la baba por la comisura de los labios y él gime en medio del beso tan desesperadamente como si ya se hubiese corrido. Empujando tu cabeza para que en cada movimiento contra ti llegue a doler, solo un poco.
No es hasta que comienzas a revolcarte debajo de él que se aleja, dejando detrás de su lengua un camino de saliva que él se encarga de embarrarte cuando lame tus labios.
Solo podías darte una idea de lo lasciva que se vería tu expresión ahora mismo cuando Shadow Milk se separó para verte desde arriba con sus pupilas, usualmente hechas rendijas; totalmente dilatadas.
Sentiste que algo floreció y se incrustó permanentemente en tu corazón y souljam.
Entonces Shadow Milk abrió su boca, no para hablar. Sino para sacar su lengua y dejar escapar un rastro de saliva, tu corazón dio un brinco y obedientemente abriste la boca para recibirlo. La bestia te miró con la mandíbula relajada como si fueses lo más valioso que ha visto a lo largo de sus eones vivo en Tierrapán.
Y lo eres.
“Eres una mujer infiel.” Escupió de repente, lo que te sorprendió un poco. Soltó el agarre castigador que tenía sobre tus manos y te dio la oportunidad de acercarte a él para tomar su rostro con una mano y aferrarte a tu espalda con la otra. “Ya te pondré en tu lugar.”
“¿Y dónde es eso?” Preguntas retadoramente.
“Tu lugar es aquí.” Shadow Milk te separa las piernas de una patada con su rodilla y usa una de sus manos libres para tomarte de la cintura y pegarte a él. Haciendo que sintieras su erección justamente donde él quería. “En mi cama.” Se apoya sobre su antebrazo a un lado de tu cabeza. Con un movimiento elegante, se frota contra ti. Levantando el dobladillo de tu vestido de dormir lentamente con la fricción de las embestidas. “Y debajo de mi”. Finaliza.
Puedes sentir la humedad de su pre semen incluso si aún tiene su traje de arlequín puesto.
“Shadow Milk…” Dices su nombre pero no sabes qué pedir exactamente. Pero él te calla besándote una vez más.
Te retuerces y peleas contra su peso sobre la cama cada vez que abusa de tu garganta, gimes fuertemente y se te escapa la baba. Su larga lengua estimulando tu boca y sus embestidas lentas y contundentes hacen que entierres tus uñas sobre las suaves sábanas blancas y enrosques los dedos de tus pies. Y a él le encanta, eres una cosita tan reprimida y necesitada que ya estas lista para correrte con solo unos besos y un arrimón.
“Que sensible… ¿qué tal aquí?” La bestia recorrió tu cuerpo suavemente con el roce de sus dedos y finalizó el camino en uno de tus pezones que se levantaba sobre la tela de tu vestido. Trazando círculos suaves sobre él y haciendo que te doliera lo duro que se puso por ese simple toque. Tiemblas y gimes y Shadow Milk se lo bebe todo y lo devora. Besándote una vez más, pero ahora más suave, más profundo y pasional.
Mete sus manos debajo de tu vestido, soltando una risa en medio del beso ante la ausencia de ropa interior. Oh… cosa tonta tonta y desesperada. ¿Lo visitabas así cada noche?
Finalmente levanta tu vestido con una embestida particularmente dura y se presiona a fondo. Y ambos sueltan un gemido casi gutural ante la sensación cruda.
“Que mujer tan asquerosa.” Aprieta tu pecho y hace círculos con su pulgar alrededor de tu pezon, haciendo de lado la tela con sus dientes lentamente mientras se burla de ti. Te estremeces y tratas de esconder tu rostro de la vergüenza. “Apuesto a que esperabas que ese tonto Vainilla viera este lindo coño al aire y te cogiera en seco, ¿no? Ay pobrecita, pero nunca lo hizo.”
Finalmente consigue hacer la tela de lado y se lleva tu pezon a la boca, lloras de dicha. Escuchando como chupa duro y sintiéndolo morderte levemente. Chupando como si su vida dependiera de eso y únicamente estando contento hasta dejarlo sensible y rojo, soltándote con un obsceno sonido que hizo eco por la habitación.
“Pero no te preocupes, mi amor. Veo que te gusta esto.” Ves como la bestia deja todas sus atenciones sobre ti y toma tu vestido con ambas manos por unos instantes antes de hacerlo añicos, dejándote totalmente desnuda y expuesta para él.
“¡Maldita sea, Shadow Milk!” Le reclamas molesta mientras te levantas, pero él te toma de la mandíbula para regresarte a tu lugar.
“Shh, shh. Puedo darte uno más lindo, uno mejor.” Sus ojos te observan con oscuridad mientras te relajas de nuevo debajo de él. Besándote, menos desesperado esta vez; dejándote disfrutar y enroscar tu lengua con él. Te das el lujo de recorrer su cuerpo y pasar tus uñas suavemente por su espalda, tomando la iniciativa de frotarte contra él para sentirlo y contribuir a la humedad de sus pantalones con la propia. Protestas en medio del beso, tirando de su traje levemente. Shadow Milk se ríe en medio del beso y se despega de tu boca. “¿Quieres que me desvista?” Asientes. “Quítame la ropa entonces.”
Lo tomas del cuello de su traje con desesperación y se lo quitas, desabrochando con torpeza los botones de su traje. Él te dificulta el proceso atrayéndote a besos hambrientos y húmedos a boca abierta, pero no tan profundos como te gustaría. Riéndose de ti y ayudándote a quitarse la ropa por completo.
Quieres verlo pero él no te deja, lanzándose sobre ti nuevamente. Para abrazarse a tu cuerpo y anclarte sobre la cama con sus brazos y su cuerpo, su cabello cálido te envuelve.
“Tócame.” Le demandas por primera vez en la noche y él lo hace obedientemente por una vez.
Baja su mano lentamente para mortificarte, trazando sus dedos sobre tus pechos, tu vientre y finalmente acunando tu coño con la palma de su mano. Gimes fuerte y te arqueas levemente sobre el colchón, hace mucho que nadie te toca ahí. Cuando PV dejó de prestarte atención la intimidad se volvieron algunas cogidas superficiales antes de que te dejara abandonada.
Shadow Milk se recostó a tu lado, apoyándose con un brazo debajo de su cabeza para mirarte con diversión y su otra mano acariciando tus pliegues suavemente para recoger algo de tu humedad. Pinchando provocativamente tu entrada con uno de sus dedos pero sin penetrarte con ellos del todo.
“¿Así te gusta?” No te da tiempo de responder cuando te separa con dos de sus dedos y los mete hasta que sus nudillos tocan tus bordes. Ni siquiera necesitó esforzarse, ya estabas tan mojada. Echas la cabeza hacia atrás y gimes tan fuerte que si hay alguien en ese lugar, seguramente te escuchó. Asientes tontamente mientras te pierdes en la sensación de estar estirada después de tanto tiempo. “Contéstame.” Te exige con los ojos entrecerrados y negándose a mover sus dedos enterrados y húmedos en ti.
“¡S- sí!” La bestia mueve sus dedos suavemente para acostumbrarte, sabe que no haz tenido una polla en siglos dentro de ti. Debes estar seca y apretada, pero no te preocupes; él va a reorganizar cada uno de tus agujeros para que su pene sea lo único que encaje dentro de ti. “Tócame más, muévete más rápido. Por favor, Shadow Milk…”
Shadow Milk respiró pesado y obedeció tus exigencias, bombeando sus dedos dentro de ti pero tocando tu clitoris con su pulgar al mismo tiempo. No necesitas pedirlo, no necesitas guiarlo. Él sabe cómo y dónde te gusta, te bebió, te masticó y lo grabó de memoria. Pero no te preocupes, él podrá enseñarte a complacerlo una vez más. Tienen toda la eternidad juntos.
“Que mujer tan obediente y linda tengo aquí, a mi esposa no le da vergüenza suplicar que le dé un buen orgasmo después de siglos seca… pobre reina tonta…” Gemiste más fuerte, intentando girarte para abrazarlo, pero Shadow Milk te regresó a tu lugar totalmente recostada y abierta para que él te viera. El sudor te goteaba de las piernas y la sien. “¿Así está bien?” Susurra a tu lado mientras encuentra un ritmo castigador y profundo, haciéndote sacar los sonidos más vulgares y húmedos que haz escuchado en mucho tiempo. Pero no te importa, aprietas tus muslos y te retuerces bajo su toque. Tanto tiempo anhelando esto y esperas te haga correrte duro.
Tan vacía y ansiosa que solo asientes rápidamente a su pregunta.
“No no, reina tonta. Dime exactamente lo que quieres.” Se burla de ti, encontrando la sincronía entre penetrarte profundamente y rápido con sus dedos y acariciar tu clitoris con dureza. Pero vacilando un poco para advertirte que si no hablas, se detendría. Arruinando el camino que ha estado construyendo para hacerte sentir bien.
Te está provocando, por supuesto. A pesar de que eres su más grande tesoro, Shadow Milk está un poco enojado contigo. Y que mejor forma de desquitarse que provocarte y complacerte a la vez. Dejando que tu misma le describas como ansiabas ser tocada, a pesar de que él ya lo sabía.
Y tú eras una cosa tan hambrienta de calidez y sexo que se le dirás sin rechistar.
“¡A- ah! Espera… ve más suave. Pero, hazlo más profundo… un poco más y… ¡sí sí Shadow Milk justo así! ¡Se siente tan bien que voy a-“ Shadow Milk no te deja terminar y se inclina sobre ti para besarte al mismo tiempo que te deshaces sobre sus dedos. Esta vez no te penetra la garganta con su lengua, sino que te besa suave y dulce mientras llenas el lugar con tus gemidos y gritos ahogados.
Puede sentirte apretándolo a través de tu orgasmo y él se encarga de mover sus dedos rápido y certero dentro de ti. Disfrutando y burlándose de tu cuerpo tenso y los sonidos intensificados que haces.
Y la bestia se encontraba feliz de tomar la humedad de tu orgasmo para mover sus dedos dentro y fuera de ti aún más duro, ganándose un lloriqueo de tu parte y respondiendo con un gemido gutural.
“¡Espera, Shadow Milk, es mucho, por favor! ¡No puedo!” Pero la bestia te calló con un beso contundente mientras peleabas e intentabas alejar tu cadera de él.
Solo para que momentos después, dejaras de alejarlo y tu misma lo atrajeras con tus propias manos en su lugar.
Te quejabas desenfrenadamente y gemías con pequeñas lágrimas derramándose sobre tus mejillas, sentías la cama mojada y no pudiste evitar poner los ojos en blanco y gritar su nombre cuando te corriste nuevamente sobre sus dedos.
Y quedaste inerte, como si la bestia hubiese cortado los hilos de marioneta que tenía sobre ti. Shadow Milk, temeroso de que te hubieses desmayado te llamó por tu nombre una y otra vez con atisbos de preocupación.
Pero el color le regresa cuando giras tu rostro para verlo con la pesada bruma de tu orgasmo aún postrada en tus preciosos ojos. Casi se te escurrían las lágrimas.
Shadow Milk se subió encima de ti nuevamente, dejando caer el peso de su polla sobre tu pelvis y te estremeces ante el peso. Bajas tu mirada para observarlo con ojos llorosos, preocupada de que te lleve ahora mismo que estás tan sensible y abrumada.
Y es cuando ves su pene hincharse y enroscarse sobre sí mismo que abres los ojos ante un recuerdo que reviviste cuando Blueberry Milk te penetraba en tus recuerdos.
Shadow Milk es un cambia formas.
“Relájate, no voy a meterlo.” La bestia que lee tus pensamientos, te calma. Tomando tu rostro para que conectaras con él, luciendo sorprendentemente cuerdo y sereno cuando ve que ya te está intimidando demasiado. Pero claramente desesperado por la forma en que la punta de su pene babea líquido pre seminal y se inclina hacia tu entrada. Buscándote. “Solo… ah. Quiero sentirte.”
Shadow Milk te mira fijamente mientras mueve su pene hacia tu entrada. Echando la cabeza hacia atrás en un gruñido al sentir su punta contra tus pliegues, respirando rápidamente y gimiendo sin pudor. Tú optas por pasar tus dedos por su cabello sedoso y te dedicas a mirarlo con deseo y amor, una mirada a la que la bestia no estaba acostumbrada desde hace un buen tiempo.
“¿Puedo tener un beso?” Pregunta inconscientemente, está babeando mientras mueve sus caderas y frota su pene contra tus pliegues.
No respondes, pero lo atraes para besarlo suavemente mientras te embiste sin meterse de lleno en ti. Ofreciéndote a ti misma en tu propio baile durante largos minutos, gimiendo y rozándose suavemente. Los músculos tensos de Shadow Milk se relajaron por completo, sin embargo su punta se aferraba a tu entrada como si tuviese urgencia propia.
No es hasta que la punta de su pene te penetra accidentalmente que se separa del beso y casi grita de desesperación, temblando y apretando los dientes. “Maldita sea, que bien te sientes… ah, mi amada, mi reina, te extraño tanto…” Le costó toda su fuerza de voluntad y serenidad acumulada de años para evitar meterse por completo en tu cálido y húmedo coño.
Para sorpresa de la bestia, en lugar de alejarlo y pedirle que te de espacio porque todavía te sientes sobre estimulada. Lo enganchas con fuerza contra ti con tus piernas y lo miras fijamente desde abajo, con la esperanza de que tus acciones significaban lo que él creían. “¿Sí?” Su respiración se comienza a acelerar su pene se enrosca para intentar ir más adentro de ti. “¿Quieres que continúe?”
Asientes con entusiasmo.
“Te deseo, Shadow Milk… quiero qu- ¡Ah!” Tus palabras restantes se convirtieron en un grito cuando la bestia te embistió con la suficiente fuerza para sacarte el aire. Dejando que todos esos restos de suavidad y lástima por ti se desvanecieran en el momento en que la bestia se estrelló contra tu cervix.
Shadow Milk te empuja las piernas para apoyarse sobre ellas y doblarte debajo de él, mientras te coge como los animales se aparean. Desesperado pero profundo y duro, incluso puedes sentir que su punta te pincha el cuello uterino con claras intenciones y la bestia gime de necesidad cada vez que lo hace.
“Te voy a coger, hay formas mucho ¡ah! Mucho mejores de demostrarte mi amor que esto.” Puedes escuchar como llama a tu nombre como un devoto le reza a dios y en medio de la bruma del acto te preguntas quién es la verdadera deidad ahí. Él no era como tú, es una divinidad. Y aún así te está adorando, a su loca y retorcida forma. “Y voy a cogerte hasta que me ruegues que pare, voy a cogerte hasta dejarte bien y abierta y nadie pueda satisfacerte más que yo.” Hizo énfasis a sus palabras con una embestida particularmente profunda y fuerte donde pudiste sentir como su pene se hinchaba dentro de ti y cada vez le era más difícil adentrarse en tu pequeño agujero. “Pero nunca me pedirás que pare, ¿verdad? Te gusta esto, como si estuvieses hecha para mí.”
Puedes sentir un bulto en tu vientre a este punto y sentir el ligero ardor de la base de su polla intentando estirar tu entrada para meterse, pero ya no cabe más. La respiración de Shadow Milk se entrecortó al escuchar sus propias palabras y agarró tus manos para anclarte al colchón con los ojos entrecerrados con malicia y una sonrisa de dientes afilados bien abiertos para comerte completa y mostrarte la punta de su lengua húmeda y pegajosa.
“Lo estás, ¿no?” Te preguntó al ritmo que sus embestidas hacían que la cama chocara con fuerza contra la pared. Podías jurar que se estaba abriendo paso hasta que pudieras tomar todo de él hasta la base que tu cuerpo se negaba a dejar entrar. Te partiría si lo hacía. “Estás hecha para mí. Di que fuiste hecha para mí…, que todo de ti fue hecho para mí… tu cuerpo, tu souljam, tu corazón… mi tonta reina, mi amada mi mujer. ¡Dilo!” La voz de un dios te estaba dando órdenes.
Cruzas los ojos cuando su pene logra su cometido y se estrella hasta el fondo, metiéndose hasta las bolas en tu pobre y maltratada vagina. Y lo atraes duramente contra ti con tus piernas y lo utilizas como un ancla para no perder la razón, revolcándote y retorciéndote bajo su agarre castigador y fuera de quicio.
“¡Soy tuya!” Finalmente gritas y te penetra tan duro que se te escapa el aire, pones los ojos en blanco y se te escapa la baba. Y la bestia te bebe, toda sudorosa, mojada, sobre estimulada y todo por él. Que linda. “¡Te amo!” Shadow Milk gimió ante esas palabras y su souljam latió con fuerza, tu también lo sentías; estaban conectados. “¡Estoy hecha para ti, soy tuya… ¡Estoy… estoy… oh, voy a….”
Pero la bestia te hace callar con un beso desordenado y sin orquesta mientras te cogía con todas sus fuerzas y moldeaba y reorganizaba tu agujero del tamaño de su pene para que él y solo él pueda hacerte sentir así de bien. Y si algún día te pierde, regreses a él en busca de eso que solo él puede darte. Tal y como lo hiciste tan obedientemente ahora.
Se separa de ti y observa tu cuello prístino y sin marcas. También lo borraron de tu cuerpo, ¿eh?
Te da todo lo peor de él mismo, te quiebra y te reconstruye y tú lo tomas todo con las piernas abiertas. Bebiendo sus gruñidos y apretándolo como un torno mientras te deshaces alrededor de él y juras que ves nubes. Arrancándole el clímax más desgarrador y el único que ha experimentado desde que lo dejaste.
“Te amo, te amo, te amo.” Murmura mientras se corre dentro de ti. Y con crueldad te toma del cuello, da una fuerte lamida con su lengua larga y áspera y te muerde. Gritas de genuino dolor, pero no lo separas. La bestia pone todo de sí en aquella mordida y se bebe la sangre que se asoma, sin aparentes intenciones de separarse.
Y un recuerdo rápido de Blueberry Milk haciendo esto la noche que contrajeron nupcias pasa por tu cabeza. Te mordisquea y te chupa, incluso podrías jurar que se tragó un pedazo de ti antes de soltarte. Y siseas fuertemente al sentir la sensación cruda de sus colmillos dejar agujeros importantes en tu cuello.
Pero el semen y la sangre goteando no es lo único que llena tu cuerpo. Las gotas de sudor cálido que la bestia deja caer sobre ti, contrastan con las frías lágrimas que brotan de los ojos desiguales y encuentran tu rostro mientras caen. Y él te mira sorprendido, asustado y sorprendentemente cohibido mientras ambos vuelven en sí. “No sabía que todavía podía hacer eso.” Se ríe amargamente y se deja caer sobre ti como una marioneta sin cuerdas.
Para cuando despiertas te sientes limpia, estás vestida y extrañamente descansada y plácida. Pero el cielo que refleja refleja una eterna noche a través de las ventana de cristalería en los aposentos que adivinas son de Shadow Milk, y ahora los tuyos. Por lo que no tienes forma de saber cuánto tiempo ha pasado. Pero la bestia no está acompañándote esta vez, aunque tampoco te desinflas con tristeza.
Se tomó el tiempo de limpiarte, vestirte y dejarte descansar después de todo.
Pasas tus dedos en tu cuello, donde Shadow Milk te mordió. Pero no te duele y no sientes nada, ni una cicatriz o una marca de colmillos. Te incorporas sobre la cama y te pones de pie, sintiendo inmediatamente algo viscoso resbalarte por la pierna. Jadeas y te sonrojas violentamente.
Ese hijo de perra te limpió todo menos su semen.
Pero tu molestia se disipa cuando una rosa roja brota bajo tus pies y no puedes evitar reírte.
Oh, qué recuerdos.
Sales de tus aposentos y caminas dócilmente por donde el camino de rosas te guía. El castillo luce mucho más retorcido que el de tus recuerdos, asumes que es porque se adapta y refleja el estatuto actual de bestia de tu amado. Las paredes se curvan casi alegres de verte pasar, los cientos de cuadros de todas las apariencias que ha adoptado Shadow Milk a lo largo de su existencia te siguen ante tu caminar.
De detienes unos momentos al encontrarte con el cuadro de Blueberry Milk que te mira con amor y suavidad, extiendes tu mano para acariciar la pintura de su mejilla. Le sonríes con un profundo sonrojo y te alejas con un poco de dolor en tu corazón, tarareando para continuar con tu camino.
Las rosas se detienen justo antes de unos grandes portales tallados del cedro de azúcar más dulce. Pero no necesitas empujarlos, ellos se abren benevolentemente al reconocer a la reina del lugar.
Shadow Milk te recibe, flotando hacia ti y tomándote en el aire para hacerte girar con él, te ríes divertida y lo abrazas. “Buenas noches mi preciosa y linda esposa.” La bestia baja la vista hasta tus piernas y puede ver los restos de su semen escurriendo por uno de tus muslos. Él se sonroja salvajemente y te mira con una risa vulgar. “Veo que no me extrañaste demasiado.”
Comienzas a patalear exigiéndole que te baje y él obedece alejándose con una carcajada maliciosa. Solo para colocarse en el centro de la habitación y hacer aparecer su bastón.
Observas mejor el lugar, parece estar dentro de una de las columnas del castillo, pues sus paredes se extienden por metros, decoradas de rosetones y ventanas con cristales.
Jadeas, la ventana principal está decorada con cristales que asimilan las figuras de ti y PV juntos bajo el sol brillante, te quedas en trance mirando con molestia. Hasta que Shadow Milk toma tu mano, fijas tus ojos en él. Observándote con un brillo especial en sus ojos.
“Vamos, es hora de volverte eternamente mía.” Te jala divertido hacia el centro del lugar con él. “Tu solo preocúpate de lucir bonita y extender tu dedo anular para que coloque un bonito anillo ahí.” Te sonrojas, recordando las palabras que te había dicho hace tantas noches acerca de hacer justo eso.
Si la magia blanca del sol te unió en sagrado matrimonio con Puro Vainilla, la magia negra de la luna oscura te divorciará de él.
La bestia dejó de flotar y se puso de pie frente a ti, golpeando levemente el tacón de sus botas y cerrando los ojos al mismo tiempo que levantaba su bastón.
La bestia comenzó a recitar poesía en un idioma que no entendías, un hechizo prohibido escrito en el principio del tiempo cuando él fue creado. El brillante símbolo de miasma perteneciente a la magia del lado oscuro de la luna se marcó en el suelo bajo sus pies y cientos de ojos aparecieron encima de las paredes, observándote exclusivamente a ti.
“Devuélveme lo que me pertenece.” Con un movimiento violento de su bastón, Shadow Milk señaló el rosetón que te representaba a ti y a PV. Este comenzó a llenarse de grietas, reventando estrepitosamente sobre ustedes. Tu cubres tu rostro con ambas manos, pero ningún pedazo de vidrio te lastima, al contrario. Las piezas parecen suspendidas en el espacio, como si se hubiese detenido el tiempo.
La bestia danza, organizando y movimiento uno por uno cada pedazo de cristal. Mirándote de reojo totalmente serio dando vueltas y girando su bastón a complacencia, seguido del giro elegante de su cabello que se perdía con el ceruleo mar de la noche. Y cuando queda satisfecho, se deja caer frente a ti con la misma mirada que aquellos devotos suyos le rogaban por una pizca de su presencia divina. Su bastón cayó y rodó unos cuantos pasos lejos de ustedes y Shadow Milk aprovechó para tomar tu mano y besarla, afirmando el pecado que cometió contra las brujas.
Cuando te creó, para él.
El oro frío del anillo que desliza en tu dedo anular te eriza la piel. Y, la luna que siempre ha sido su cómplice, los vincula nuevamente.
“¡Puro Vainilla!” Entonces algún lugar, donde no te importa y no te interesa, PV desfallece y cae débil sobre la tierra fértil de Beast Yeast. Se agarra el pecho y estruja sus ropas del dolor hueco y sordo, le han quitado algo.
Entonces Shadow Milk se eleva sobre ti para besarte y el rosetón partido en mil pedazos, se reconstruye a su alrededor y vuelve a su lugar en el ventanal principal de la habitación. Justo donde la luna proyecta su luz sobre ustedes.
Pero ahora, la imagen de la santa bestia es quien se encuentra a tu lado, ambos unidos de la mano y con una corona sobre sus cabezas.
“¡Ahora, esposa mía… QUE EL ESPECTÁCULO COMIENCE!” Junta su frente contra la tuya y te toma entre sus brazos. Haciendo aparecer un vestido de novia sobre tu cuerpo y decorando tu cabello con el mismo peinado que llevabas el día que se casaron bajo la santa bendición de las brujas. Con un velo bordado con hilos de azúcar e hilo de oro.
El castillo que parecía tener vida propia comienza a girar y las paredes se abren y mueven felizmente. La vibrante y alocada de Shadow Milk era lo único que podías escuchar mientras daba vueltas contigo en brazos y te mareaba tontamente.
Entonces, una grieta parece atravesar el espacio del alterplano. Y la bestia la atraviesa junto contigo.
“¡OH, VAYA QUE BIEN SE SIENTE UN POCO DE AIRE FRESCO!” Abres los ojos, y ves donde se encontraban ahora mismo. Shadow Milk finalmente logró romper los sellos de la enredadera que mantenía la consistencia del Árbol de Plata.
Bajas tu vista y ves al grupo de Gingerbrave, a las galletas hadas y… a Puro Vainilla.
“¡¿Esposa?!” Puro Vainilla pregunta incrédulo, buscando tu mirada. Pero simplemente te aferras a tu bestia y entierras tu rostro en su cuello. Lo que hace reír fuertemente a Shadow Milk.
“¡ERROR, ESTA HERMOSURA ES MI ESPOSA!” Shadow Milk recalcó sus últimas palabras con malicia, mirando directamente a Puro Vainilla quien estaba siendo bombardeado por preguntas de todo el mundo. Incluida Lily. Por primera vez él te veía solo a ti, pero tú ya no lo mirabas. “SIEMPRE… lo ha sido.” Remarcó.
“Solo no lastimes a los niños.” Le murmuras a la bestia, más como una demanda que una petición y Shadow Milk se ríe y te aprieta aún más contra su cuerpo.
“Oh, no no no tonta y hermosa esposa mía. ¿Qué clase de monstruo crees que soy?” Gritó cínicamente para ti y todos los demás. “Solo me muero por enseñarle a este estúpido Vainilla cómo tratar en serio a su esposa. Así que…”
“¿Comenzamos?”
AHHHHHHHH MIS MANOS DUELEN. Si no recibo un comentario diciendo que su corazón dio un brinco con esto o se tocaron… VOY A MATARME
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ATENÇÃO um cara vestido de Coringa acabou de se explodir em Brasília (fonte)
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Terrorismo Brasil
Lo que se sabe del atentado con explosivos en Brasilia
El terrorista suicida de extrema derecha que murió frente al STF había anunciado previamente un ataque y detonó al menos dos explosivos. El auto utilizado en el ataque era de Santa Catarina.
Dos explosiones fueron registradas la noche del miércoles (13/11) cerca de un anexo de la Cámara de Diputados y de la sede del Supremo Tribunal Federal (STF), en Brasilia, en un aparente atentado suicida cometido por un radical de extrema derecha. Hacia las 19.30 horas del miércoles (13/11), una explosión destruyó el maletero de un vehículo estacionado en el Anexo IV de la Cámara de Diputados, en Brasilia. Veinte segundos después, se escuchó una segunda explosión en la Praça dos Três Poderes, frente a la sede del Tribunal Supremo Federal. En el maletero del vehículo siniestrado se encontraron ladrillos, madera y fuegos artificiales. Los bomberos apagaron las llamas y el humo.
Pero rápidamente quedó claro que la segunda explosión había dejado una víctima. El cuerpo de un hombre fue encontrado tirado en la plaza. Estaba vestido con un traje verde con símbolos de naipes, en lo que parecía ser una alusión al personaje de cómic Joker, que en los últimos años fue adoptado como símbolo por los radicales antisistema tras el estreno de la película Joker en 2019.
La policía también señaló que el cuerpo era el del autor de las agresiones. Según un informe policial, un guardia de seguridad del STF dijo que el hombre se tumbó deliberadamente sobre la bomba antes de que estallara.
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puesto de bebidas.
‘ señor, le repito que no servimos bebidas alcohólicas. si no va a querer algo del menú, le pido que deje ordenar a los demás ’ a pesar de su experiencia lidiando con clientes difíciles, paciencia estaba a punto de llegar al límite. terquedad de aquel hombre era impresionante, por lo que, en espera de que se marchara por su cuenta al ser ignorado, recurre a desviar atención a alguien más. ‘ ¡siguiente! ’ llama con apuro, siendo básicamente un grito de ayuda.
#tag urself soy el que quería un tequila para el frío#* / ☆ —— interacción.#les toca wooyo otra vez. im so sorry.#edit: lo saqué del blog pero conté sus likes si alguien más quiere responder !
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Sale de su clase bi-semanal (dos veces por semana, no una vez cada dos semanas) de fotografía, con la bolsa de la cámara colgada del hombro. Como es un paseo desde la estación de metro y dicho equipamiento pesa lo suyo, y además tiene que pasar por la tienda a mirar un objetivo nuevo y comprar carretes, decide que lo mejor será avisar a su hombre. Excusa, además, que le sirve para verle, ya que se ha maquillado de todos modos.
Se acerca a un banco... ... Pero decide no sentarse, saca el telefono y llama a @oinorinoyaiba
Miyabi~ Le dice con tono meloso cuando le coge. Estoy en Porcelana, ¿Te apetece que nos veamos? Su voz suena una cotava más aguda que antes de salir de la clase.
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Dios yace cantando en mis oídos. Me murmura letras que sólo entiende ese Corazón. Transcribo Sus palabras en una hoja de papel marchito, haciendo de la pluma su herramienta, mientras le entrego el cuerpo y la voluntad.
Es Él, besándome los labios y sellándolos con Su Aliento de frescura invernal.
Es Él, enjuagándome las lágrimas con Sus manos de cristal.
Mientras este Soy Yo. Éste que yace ahí, dentro de tu corazón...
Escúchame... Siénteme...
Pon tus benditas manos en Mi pecho y llámame...
Heridas en Ti, no hay.
Eres esa queda voz que vibra en una estrella azul.
Eres luz que baila en el Amor, mientras Yo Soy esa paz suave y aletargada que te abraza el alma.
Abre tus poros, inspira y exhala. Dale a la Tierra de beber. Haz de Mí tu poder.
“Él nació para dar alegría, para ser sonrisa y amigo", dijo quien le dio la vida a esa ilusión...
...y jamás lo volverá a olvidar.
God lies singing in my ears. He murmurs to me lyrics that only that Heart understands. I transcribe His words on a withered sheet of paper, making the pen His tool, as I surrender my body and will to Him.
It is He, kissing my lips and sealing them with His Breath of winter freshness.
It is He, wiping away my tears with His crystal hands.
Meanwhile, this is Me. This One who lies there, inside your heart...
Listen to Me... Feel Me...
Put your blessed hands on My breast and call Me...
Wounds in You, there are none.
You are that still voice that vibrates in a blue star.
You are light that dances in Love, while I am that soft and lethargic peace that embraces your soul.
Open your pores, breathe in and breathe out. Give the Earth to drink. Make Me your power.
"He was born to give joy, to be a smile and a friend," said the one who gave life to that illusion...
...and he will never forget it again.
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Aquí contemplo vida, me hago llama
de esta hoguera de manos que levanta
sus negras lenguas a lo alto, siento
que soy un hombre más entre los hombres,
y un vestido de angustias me abandona
sencillamente, así la noche deja
desnuda el alba y libre, aunque con frío,
cuando lejanos sones la presienten,
frío tengo en el alma, pero canto,
ahora que estoy aquí de nuevo y veo
tanto gozo y dolor, tanta miseria
y tan clara esperanza compartida.
Victoriano Crémer Alonso
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La mujer puede tener hasta 3 tipos de orgasmos : El clitoriano, el orgasmo vaginal y el orgasmo Valle. Este último tipo de orgasmo es raro en la mayoría de las mujeres pues tienen que tener a su lado un maestro de alcoba que sea una hoguera, no un cerillo. La mujer es como el agua, primero necesita calentarse para luego evaporarse en la experiencia del orgasmo. Durante el orgasmo Valle, la mujer queda en un valle orgásmico, y a través de una técnica de respiración hace subir todo ese calor y magia al cerebro para regenerarlo. Cuando la sexualidad se practica con consciencia, sana. El hombre debe ser capaz de hacer de la caricia una maravilla, de los besos una dilatación de placeres, y de la penetración una estocada justa para presionar en los lugares más exóticos y placenteros de la mujer. Hay diferentes tipos de penetraciones pues el universo de la vagina de una mujer tiene diferentes puntos, no sólo el punto G. Hay otro punto a desarrollar mientras se hace el amor, se llama punto Divino, y es su oído. Si logras que el oído de una mujer se abra y escuche poesía mientras tu la haces sentir placer, en ese momento se produce una nueva forma de amar. Entonces comienzas a hacer alquimia, no química, comienzas a hacer el amor, ya no más sexo. Entonces eres un nexo entre lo que ella desea y quiere. Entonces su sonrisa será más sincera, y su amor más universal.

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Sean bienvenidos japonitasarqueologicos, a un nuevo especial ya somos 2400 seguidores mil gracias por el apoyo y para agradeceros os traigo una de las leyendas más icónicas de Japón dicho esto pónganse cómodos que empezamos. - ¿Qué significa Sakura? Significa Cerezo en flor, seguramente os suene el nombre por algún que otro personaje de anime como: Sakura cazadora de cartas o en la película llamada comerme tu páncreas. - ¿Cómo surgió está leyenda? Todo comienza, en un Japón que está desolado por las guerras y horrores de los seres humanos, nuestro personaje se localiza en un bosque donde hay un árbol al cual no le florecían las flores, los animales ni la hierba por el mal que emanaba de él. - Un día un hada se compadeció de él y le concedió el poder de transformarse en hombre durante 20 años para poder encontrar el amor pero no fue así lo único que vio fue horror. Cuando le quedaba poco tiempo seguía sin florecer en lo que respecta como árbol y como humano. Un día en la orilla del río se deslumbró al ver a Sakura y se enamoró de ella. Llegó el día en el que se transformó en árbol y Sakura abrazó el árbol, le confesó su amor el hada tenía dos opciones adherirse al Yohiro o no pero viendo los horrores del mundo decide fusionarse con él. - Esta leyenda está ligada a una de las festividades más importantes de Japón que se llama Hanami durante una semana los japoneses contemplan la flor de Sakura en todo su esplendor. Esto fue un símbolo para los Kamikazes durante la 2ww y para los samuráis que lo consideraban con la sangre. - Espero que os haya gustado el especial y nos vemos en próximas publicaciones de Arqueología japonesa. Un cordial saludo. - 日本考古学へようこそ。フォロワー数が 2,400 人になりました。ご支援いただき、ありがとうございます。そう��言っても、安心して始めましょう。 - さくら とはどういう意味ですか?桜という意味です。カードハンターさくらや映画「君の膵臓をたべます」などのアニメのキャラクターでこの名前をよくご存じでしょう。 - この伝説はどのようにして生まれたのでしょうか?すべては、戦争と人間の恐怖によって荒廃した日本で、私たちのキャラクターは、そこから発せられる悪のために花、動物、草が咲かなかった木がある森にいます。 - ある日、彼を憐れんだ妖精が、愛を見つけるために20年間人間に変身する力を与えてくれましたが、そうではなく、彼が見たのは恐怖だけでした。 彼に残された時間がほとんどないとき、彼はまだ木としても人間としても成長していませんでした。ある日、彼は川岸で桜を見て幻惑し、恋に落ちました。彼が木に変身する日が来て、サクラは木に抱きつき、愛を告白しました。妖精には2つの選択肢がありました。ヨヒロに従うかどうか。しかし、世界の恐ろしさを見て、彼女は彼と融合することを決めました。 - この伝説は、花見と呼ばれる日本で最も重要なお祭りの 1 つと結びついており、日本人は 1 週間にわたってその素晴らしさを満喫する桜の花を鑑賞します。これは、第二次世界大戦中の特攻隊と、それを血をもって考えた武士たちの象徴でした。 - この特集を気に入っていただければ幸いです。今後の日本考古学の出版物でお会いしましょう。心のこもった挨拶。 - Welcome japonitasarqueologicos, to a new special we are already 2400 followers thank you very much for the support and to thank you I bring you one of the most iconic legends of Japan that said make yourselves comfortable we begin. - What does Sakura mean? It means Cherry Blossom, surely you know the name from some other anime character like: Sakura card hunter or in the movie called eat your pancreas. - How did this legend come about? It all begins, in a Japan that is devastated by wars and horrors of human beings, our character is located in a forest where there is a tree that did not bloom flowers, animals or grass because of the evil that emanated from it. - One day a fairy took pity on him and granted him the power to transform into a man for 20 years to be able to find love but it was not like that the only thing he saw was horror. When he had little time left, he still did not blossom as a tree or as a human. One day on the river bank he was dazzled by the sight of Sakura and fell in love with her. The day came when he transformed into a tree and Sakura hugged the tree, confessed her love to him, the fairy had two options to join Yohiro or not, but seeing the horrors of the world she decided to merge with him. - This legend is linked to one of the most important festivals in Japan called Hanami, during which the Japanese contemplate the Sakura flower in all its splendor for a week. This was a symbol for the Kamikazes during WWII and for the samurai who considered it to be blood. - I hope you liked the special and see you in future publications of Japanese Archaeology. Best regards.


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Acabo de ver el vídeo de esta chica y, realmente, es algo LAMENTABLE. No solo quiso rebajar a Byler con sus TEORIAS Mileven poco novedosas de siempre, si no que también se metió con el Fandom.
En primer lugar, habló de Finn y su "preferencia" por Mileven en Francia cuando ÉL lo que realmente dijo es que PREFERÍA A MILEVEN EN UN PRINCIPIO DEL SHOW.
En segundo lugar, también habló de David cuando en 2023 expresó que Mike y Eleven se querían demasiado como para terminar, año en que se realizó una huelga de guionistas y ningún guión estaba siquiera empezado ¿En serio?
Recordemos que han afirmado que muchos actores y actrices estaban en contra de Byler cuando nunca fue así.
Mi pregunta es: ¿Por qué hacen esto si tan seguras están de que Mike y Eleven se aman?
No solo usó los mismos argumentos de siempre a favor de Mileven si no que también habló de Byler de manera burlesca ¿Saben cómo se llama eso?
Y creo que lo peor fue cuando comenzó a AFIRMAR y CONFIRMAR hechos que no son o no están claros aún como: "Will es feliz solo siendo amigo de Mike" ¿Perdón? Desde mi lugar, desde que conocemos los sentimientos de Will a Mike no he visto a Will feliz ni por un minuto, solo aceptando tristemente que Mike está con Once y con el miedo que descubra que le gustan los hombres ¿Feliz, dónde?
También mencionó un "nuevo interés romántico" para Will en la S5 algo que los productores y Noah han negado hace un tiempo ¿Por qué siguen aferrándose a algo así? ¿Desesperación?
Quizás gente como ella no lo capte o no lo entienda pero,(como he dicho muchas veces), una relación de pareja va más alla de tomarse las manos, abrazarse, y besarse. Porque si no hay confianza, y seguridad, esa relación es solo algo SUPERFICIAL. Y si hay algo que Byler tiene, es una historia de lo que Mileven carece.
PD: Les dejo aquí un fragmento de su video.
No solo se inventó una SUPUESTA TEORIA BYLER, si no que también, tiene unos tintes HOMOFOBICOS, algo común en ellos
Y recuerden, NADIE puede AFIRMAR NADA cuando la historia aún no está terminada.
#Byler#byler#stranger things 5#stranger things s5#will byers#byler tumblr#mike x will#miwi#mike wheeler#strangerthings#byler endgame#Mileven#toxifandom#byler analysis#lgbtiq#gay#bisexual
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Nacida para amar a un hombre que jamás existirá...
"Mi corazón late por una ilusión, por un eco que jamás podrá tocarme, pero que, en su ausencia, me enseña a vivir la intensidad de lo intangible."
Ella caminaba por la vida como quien sigue una melodía que sólo ella podía escuchar. Un amor tan puro y tan profundo que no requería ser correspondido, un amor que no necesitaba de un rostro, de una presencia. Era un amor tejido con hilos de sueños, de deseos no pronunciados, de historias contadas en su mente, siempre perfectas, siempre inalcanzables.
A menudo se encontraba a sí misma perdida en pensamientos que la llevaban a un hombre que nunca existió. No era que no quisiera, no era que no desease que él estuviera ahí, a su lado, de carne y hueso. Es que simplemente, él era una figura construida por su propio corazón. Un ser idealizado que sólo vivía en la vastedad de sus pensamientos, un reflejo de sus expectativas más altas, de su visión de la perfección. Ese hombre, que nunca llegó a materializarse, era su todo y a la vez, su nada.
En sus momentos más solitarios, pensaba que quizás fue una cruel ironía del destino el haber nacido con la capacidad de amar a algo tan inalcanzable, algo que ni el tiempo ni las circunstancias jamás podrían traer. Sin embargo, su amor seguía siendo real. Cada latido de su pecho era testigo de su entrega, de la intensidad con la que vivía esa pasión, que aunque no se concretaba, ocupaba por completo su ser. No importaba que fuera un amor sin rostro, sin cuerpo. Era un amor que la definía, que la llenaba y la vaciaba a la vez.
En sus sueños, él era perfecto, y en su vigilia, él la torturaba con su ausencia. Pero, aún así, había algo profundamente bello en su sufrimiento. Ese amor, tan verdadero en su esencia, la enseñaba a experimentar la vida de una manera única, enseñándole que a veces, las cosas más profundas son las que no se pueden tocar, pero que se sienten con una fuerza arrolladora. Así era su amor: como una flor que no podía florecer, pero que, en su fragilidad, mostraba toda su belleza.
Cada día, se despertaba con la certeza de que nunca lo vería, nunca lo abrazaría, pero al mismo tiempo, con la certeza de que su amor, aunque imposible, le pertenecía. Y aunque su corazón se viera marcado por la tristeza de saber que nunca se haría presente, también sabía que esa pasión en su alma era algo que no cambiaría, algo que, por más que fuera inalcanzable, la acompañaría por siempre.
Y así, entre la tristeza y la belleza de lo no vivido, ella seguía adelante, con la certeza de que a veces, los amores más grandes son aquellos que nunca llegan, pero que viven en ti como una llama eterna.
elle.
(Nacida para amar a un hombre que jamás existirá...)

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Baile en Bougival (detalle) 1883 Pierre Auguste Renoir Museo de Bellas Artes, Boston @mfaboston (óleo sobre lienzo, 181,9 x 98,1 cm) La danza en Bougival es un espléndido cuadro de Renoir conservado en Boston. El pintor, conocido por representar “la alegría de vivir”, se desenvuelve perfectamente en situaciones mundanas. Los momentos de danza están en el centro de varias de sus pinturas. Éste en particular, por su formato y su protagonismo de los dos bailarines, nos remite a “Ballo in campagna” y “Ballo in città”, dos obras del mismo año hoy conservadas en París. La mujer retratada es una de las modelos más famosas de los impresionistas, Suzanne Valadon, también pintora y madre del gran Utrillo. Renoir se encuentra en una fase de replanteamiento de su pintura. La primera exposición impresionista de 1874 ya era un recuerdo y el artista se preguntaba cómo evolucionar su estilo. El encuentro con el Renacimiento y en particular con Rafael marcó un punto de inflexión en Renoir que aborda sus obras con un diseño más claro y menos frívolo. La composición llama nuestra atención hacia la pareja que baila. El hombre con el sombrero de paja rodea a la mujer con sus brazos y la mira fijamente, tal vez susurrándole algo. Suzanne, que lleva un bonito sombrero rojo, mira hacia abajo y parece estar escuchando las palabras o al menos las sensaciones que está experimentando. El traje oscuro del hombre contrasta con el de la mujer, que recuerda su propia complexión.
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Sendero equivocado
Obito Uchiha x fem!Reader
Sinopsis: Sabes su secreto, se encontrara que la tarea de matarte no es tan facil y que eres muy buena cuando estas arriba.
Advertencia: fluff, smut con trama, sexo, penetración sin protección.
Conteo de palabras: 3.7k

El líder secreto de los akatsuki también se tomaba sus merecidos descansos, tener que actuar como tonto y cambiar la voz todo el tiempo llegaba a ser tedioso, así que algunas veces se tomaba la libertad de enviarlos a misiones lejos de él para ir a oler las flores.
Mas específicamente una flor, porque cuando te conoció, no podía dejar de pensar en cómo sería meterse entre tus pétalos.
Todo sucedió en la primavera o como lo llama Obito, su primera primavera, vivías a las afueras que Konoha, en una gran villa de flores, se topó contigo mientras estaba en una misión de espionaje por información. Tu estabas tan sola e indefensa en el bosque, te escucho hablar con los árboles como si fueran personas, te quejabas y esparcías maldiciones, aparentemente alguien te había hecho enojar demasiado.
Al principio le dio igual, no estaba interesado para nada en ti a pesar de que tu dulce voz se había interpuesto en el camino. Pero luego escucho un fuerte estruendo seguido de un grito de tu delicada voz, no sabía porque su cuerpo reacciono a ti y se movió rápidamente a salvarte, te estaba sujetando en el aire evitando tu muerte segura en un pozo de más de 10 metros.
Te quedaste atónita y no tenías forma de que el aire ingresara a tus pulmones, el miedo a la muerte que habías sentido por unos segundos de caída fue inmediatamente reemplazado por la curiosidad, el hombre ante ti tenía cicatrices y ojos diferentes, no eras un ninja y creciste fuera de la aldea, pero todo el mundo conocía las historias.
-Un Uchiha-murmuraste y fue cuando Obito noto que su mascara lo abandono, la tenía floja y la reacción brusca genero la caída, te dejo rápidamente en el suelo junto al borde y desapareció con su Kamui.
Tu eras la mujer más hermosa que vio en su vida, eso gritaba su cerebro mientras su corazón golpeaba su pecho como si quisiera escaparse e ir a tus brazos, no lo entendía, él era un hombre frio y calculador, un asesino sanguinario que jamás sentía pena por nadie, pero se encontró así mismo pensando en cómo tus ojos parecían dos estrellas fugases que podrían iluminar toda la aldea, en como tus labios se veían tan esponjosos y dulces, y en como los segundos que sujeto tu cuerpo le dejaron ardiendo sus manos sediento de más. La forma en que pronunciaste su apellido con esa delicadeza fueron una acaricia profunda en sus oídos y sentía que su alma vibraba intentando unirse a la tuya.
La idea de tener que volver para matarte lo estaba destruyendo, viste su rostro y no correría ese riesgo.
Cuando volvió al otro día a la zona de su reencuentro no le tomo mucho darse cuenta de la naturaleza de tu persona, te encontró en una villa no muy lejos de allí, al parecer tu familia tenía dinero, otra explicación no habría para esas tierras tan frondosas con ese enorme jardín, le resulto fascinante que tu casa estuviera vacía, desde las ventanas solo había rastros de que eras la única habitante, su trabajo sería más fácil.
Te hallo en el jardín, de nuevo hablando sola, estabas cortando flores mientras les decías que ya estaban listas para tener un hogar, oírte hablarles con tanto cariño a simples plantas le generaba una molestia en el pecho, sentía que estaba a punto de cometer un grave error.
Cuando se paró detrás de ti una gran sombra se proyectó y te llamo la atención, cuando volteaste el sol no te dejaba ver el rostro de la persona.
-¿Uchiha?-te pusiste de pie lentamente y cuando al fin viste su rostro sonreíste-¡Uchiha!-saltaste sobre el rodeando su cuello más que feliz.
Obito que decidio ir sin mascara ya que por su encuentro anterior no tenía caso, ahora se encontraba desorbitado, la asustada debías ser tú, no él.
-¿Por qué no tienes miedo?-tomo el coraje de verte a los ojos, entendió que no respetas el espacio personal porque sus respiraciones se estaban mezclando, parecías ajena a la situación, tan risueña y feliz para un hombre desconocido que irrumpe en tu jardín planeando hacerte daño.
-¿Por qué le tendría miedo a mi héroe?-soltaste con una pequeña risa suave-Tonto-te apartaste de él y golpeaste su hombro.
La cabeza de Obito por primera vez en muchos años era un lio, no entendía lo que sucedía, eras una mujer loca y él estaba más loco aun porque su cuerpo no reaccionaba, te dejaba hacer lo que querías mientras un picor ansioso aumentaba en él.
Héroe, era el héroe de alguien, su mente no lograba comprender como tus ojos lo veían.
-¿Qué es esto?-preguntaste sacándolo de sus pensamientos, tu tenías el borde de su capa entre tus manos y estabas siguiendo el dibujo de las nubes rojas con tu dedo índice-Es muy bonito.
-Nada-respondió severo mientras apartaba su capa de tus manos, debía volver a ser el mismo, no podía permitir que nadie lo saque de su eje, mucho menos una mujer débil que hablaba con flores y caía en pozos.
-Ahg, que bruto-te quejaste echándole una mala cara.
Y Obito perdió su eje de nuevo-¿Como me llamaste?-tu tomaste tu canasto de flores, lo fulminaste con la mirada y cuando le diste la espalda le tiraste tu largo cabello por su rostro, estaba paralizado, no entendía en que mundo vives tu-Oye, vuelve aquí-ordeno, pero no tardo en darse cuenta que no obedecerías así que se apresuró a ir detrás de ti.
-Te dije que volvieras-levanto su tono de forma grave y cuando volteaste con una cara llena de enojo se le congelaron los pies en el suelo-¿qué me está pasando?-murmuro dudoso para sí mismo.
-No me gustan las personas groseras, si tu entras a mi hogar te comportas-le dijiste muy severa.
La forma en que tus ojos dulces y reconfortantes se habían vuelto unos fríos y penetrantes, estaba haciendo que sus neuronas colisionaran con las paredes de su cerebro-¿Solo porque no deje que me tocaras?-tu nariz se arrugo en señal de más molestia-Bien, perdón, puedes tocarme-se apresuró a decir y tu rostro se ablando.
'¿Por qué demonios me estoy dejando dominar de esta forma?' se preguntó obito en su mente y luego te miro, te apresuraste hacia él con una sonrisa radiante y lo tomaste del brazo.
-Ven, la comida ya esta lista-lo arrastraste con una emoción ajena a la realidad que él vivía, entro a tu hogar contigo y tú lo apresuraste a que se sentara en la mesa poniendo tus manos en sus hombros-Eres un hombre grande, debes tener mucha hambre-murmuraste dejándolo solo en el comedor y fuiste a la cocina, el aroma de la comida caliente estaba impregnado en el aire y por un momento Obito se sintió relajado, la forma en que tus manos presionaron ligeramente sus hombros en caricias y tu melodiosa voz murmuro cerca de su oído, te imagino con el delantal cocinando para él y se le escapo un suspiro.
Luego se dio un golpe duro en la frente con su palma para devolverse a la realidad.
No tardaste en volver, tenías una bandeja grande con varios platillos, la dejaste sobre la mesa mientras acomodabas todo delante de él, el ninja observaba en silencio, todo se veía muy bien y los distintos aromas eran deliciosos.
-¿Siempre preparas mucha comida?-interrogo confundido, te veías delgada y no notaba en ti masa muscular suficiente para defenderte.
-No, te estaba esperando-respondiste con una dulce sonrisa y desapareciste una vez más adentrándote a la cocina.
¿Esperándolo? Obito observo todo a su alrededor, quizás luego de su encuentro tu habías corrido a la aldea de la hoja para contarle sobre el a algún Shinobi y ahora se encontraban muchos de ellos escondidos aquí esperando a atacar, o tal vez lo ibas a envenenar, o tal ve...
-¿No te gusta?-tu ya estabas sentada frente a él y te veías preocupada, Obito negó rápidamente y una pequeña sonrisa se dibujó en tus labios-Provecho-canturreaste y procediste a agarrar tus palillos, te miro como comías con cuidado, tus labios se curvaban con cuidado soplando la comida antes de llevarla a tu boca, sorbias los fideos enteros y gemías con gusto cuando cerrabas los ojos, su segunda cabeza que llevaba mucho tiempo juntando polvo se sacudió.
Cuando lo miraste sintió vergüenza de lo que su mente estaba haciendo con tu imagen y se apresuró a comer para distraerse.
Cuando ambos acabaron se dijo a si mismo que ya había comido rico y que debía matarte.
-¿Te gusto?-el asintió levemente-Me alegra mucho, sabía que comerías todo-tu juntaste los platos, cuando te inclinaste hacia la mesa los ojos de Obito se fueron hacia tu figura y al irte bajaron a tu trasero, se acomodó el pantalón algo incomodo, debía evitar ese picor de adolescente a toda costa, se supone que es un hombre que tiene sus emociones bajo un extremo control.
Soltó una gran bocanada de aire y se puso de pie, ya era hora, siguió tus pasos hacia la cocina y se acercó a ti que estabas lavando los trastes, levanto su mano mientras pensaba en cómo hacerlo rápido para que no sufrieras.
Te volteaste-Oh que lindo eres, gracias-dijiste sonriendo mientras ponías la esponja en su mano y luego secabas las tuyas en el delantal de cintura-Oh espera-se lo quito y lo ato a la cintura de Obito-Ahora si-lo empujo enfrente del fregadero y palmeo su espalda con amabilidad.
Antes de poder decir algo ya habías abandonado la habitación, se miró así mismo y se sintió humillado, él, el líder de la Organización terrorista que hacía temblar las naciones se encontraba en la casa de una mujercita débil con un delantal de florecitas y una esponja en la mano.
-¡Uchiha!
Se apresuró a lavar todo.
-¿Te quedaras mucho? Me vendría bien la ayuda de un hombre grande y fuerte-te inclinaste alado de el con una sonrisa socarrona, ya le estabas pareciendo una descarada.
‘Este será su último deseo, se lo cumplo y luego la mato’. Se decía así mismo, asintió levemente ante tu petición mientras acomodaba los platos limpios como buena ama de casa, luego seco sus manos en el delantal y se lo quito, no notaba lo extrañamente cómodo que estaba.
-Genial, ven-eras una ráfaga de energía, cuando tomaste la mano de Obito, el hombre sintió una descarga que empujo a su consciencia fuera de sí por unos segundos.
Se decía así mismo que seguramente la falta de contacto femenino generaba esos desordenes interiores.
-Oye, te estoy hablando.
Parpadeo algunas veces y allí estabas de nuevo, frente a él, pero estaban en el patio de nuevo, ella coloco un martillo en la mano del hombre y un par de clavos en la otra.
-Eres un ninja ¿no? Puedes hacerlo sin problemas-ella parecía muy convencida.
El bajo la mirada al suelo donde se encontraba una casa para pájaros, unió los puntos y entendió que querías de él. Cuando le diste la espalda Obito levanto el martillo en tu dirección, pensó que debía hacerlo rápido o no lo lograría nunca, tu gritaste de ¿emoción? Y corriste hacía unos arbustos. El soltó el martillo nervioso ¿cómo lo notaste?¿Tienes ojos en la espalda?
-¡Mira que hermoso estas señor bigotes!-exclamaste feliz levantando a un conejo negro del suelo y lo llenaste de besos.
El Uchiha tiro un pie hacia atrás ante la perdida de equilibrio y sintió como el aire volvía a llenar sus pulmones, casi lo hizo... Cada segundo que pasaba contigo resultaba más imposible deshacerse de ti, tu corazón era tan blando y estabas siendo buena con él.
-Mira señor Uchiha, este es el señor bigotes-dijiste acercándote, Obito acaricio dudoso al conejito regordete-Se parece mucho a ti ¿no lo crees? Es un rebelde, pero siempre se deja amar.
Obito te observo con cuidado, tus suaves labios dejaban besos descarados en toda la cabeza del animalito, sintió la envidia abrirse paso de bajo de su piel, se asomó a ti apoyando su nariz en tu cabello y absorbió todo tu aroma, si, tal dulce, se comenzó a decir a si mismo que tu cuerpo debía ser algún tipo de trampa para hombres que emanaba un afrodisiaco que lo entorpecía.
-¿Uchiha?-tu tono dulce lleno de timidez le saco un gruñido desde lo más profundo de su pecho, abrió los ojos ligeramente y noto como estabas completamente roja.
¿Esto era matarla? Obito estaba perdiendo todas las batallas, para escapar de la situación se subió hasta la copa de árbol y trato de tomar todo el aire limpio que sus pulmones le permitían, estaba tratando de desintoxicarse.
Tú te perdiste siguiendo al conejo por el jardín, Obito coloco la casa de pájaros como querías y se retiró, volvería a intentarlo mañana con la cabeza fría, ahora mismo le resultaba imposible, cada que te miraba la tarea se volvía más difícil.
Pero Obito no conseguía enfriar nada, día tras día yendo a verte, encontrándose a sí mismo en distintas situaciones donde sus manos pueden deshacer el problema fácilmente pero su cuerpo no responde a sus órdenes, llevaba dos semanas intentando matarte y lo único que conseguía era ayudarte en tareas del hogar, comer deliciosamente bien y observar tu cuerpo, sí, porque el ardor en sus pantalones estaba volviéndose una molestia, sus ojos te tradujeron de una mujer delgada y débil a un diosa afrodisiaca de muslos extremadamente masticables y pechos suaves, porque si, fingiendo el tonto ya los había rosado con su brazo. Ya te estaba dedicando pajas y su malicia se desbordaba al sendero equivocado, se supone que debía eliminarte.
Este día fue un poco diferente, Obito llego por la tarde y no por la mañana como los otros días, te encontró dormida en tu jardín, tan delicada y angelical colocada sobre una manta con un libro abierto sobre tu vientre. Tus pestañas descansando moviéndose ligeramente con tu respiración tranquila, tus labios ligeramente abiertos y tu largo cabello desordenado a tu alrededor.
Obito sintió sed, con movimientos lentos se colocó sobre ti sin colocar peso para no alertarte, sus manos a los lados de tu cabeza, tu dulce aroma a vainilla inundo sus sentidos, con el dorso de su mano aparto delicadamente unos mechones que estorbaban su visión de tu rostro. Te removiste ligeramente y abriste los ojos perezosamente, te encuentras tan familiarizada con este hombre que no te inmutaste, eso lo volvía loco, seguía creyendo que debías tener miedo. ¿Acaso no veías su rostro lleno de cicatrices?
-No debiste venir hoy Obito, estoy muy ansiosa y eres un hombre guapo-susurraste y tus manos se prendieron de su típica camiseta negra que se pegaba a su figura. Si su nombre se le había escapado harto de que lo llamaras ‘señor Uchiha’
-¿Eso que significa?-su mente solo repetía ‘acaba de llamarme guapo’
-Tengo necesidades y estoy sola en una villa lejos de la aldea-te quejaste esta vez abriendo los ojos por completo.
-Oh...
-Si, oh...
-Me usas todos los días, ¿porque hoy no?-las palabras solo rodaron por su lengua, no estaba haciendo uso de ningún tipo de razón, quería calmar todas esas sensaciones y desastres que le habías generado.
Tu mirada se ilumino y gracias a la guardia baja de Obito lo giraste dejándolo debajo tuyo, te sentaste sobre su entrepierna y de pronto era demasiado real para él. ¿Tu dominante? Imposible, no con él.
Antes de si quiera decir algo te abalanzaste sobre sus labios, un poco torpe al inicio gracias a su sorpresa, pero cuando se dejó llevar su mente se nublo. Tus esponjosas aberturas abriéndose paso en sus secos labios, relamiéndolos mientras descubrías el interior de su boca como si te perteneciera arrancándole gemidos. Tus turgentes pechos chocando insistentemente contra él, su cuerpo ya está irracionablemente caliente.
Es tomado desprevenido por ti murmurando ordenes como si nada durante tu exploración, se desprende de sus prendas apartándote el menor tiempo posible, estabas tan hambrienta que temía que si te daba el aire lejos de él perdieras el apetito.
Lo conduces como a un perro atado a una correa, desnudándote y bailando tu cuerpo contra el suyo. No se resiste a ninguno de tus avances, de hecho, ansía más: gemidos silenciosos e impacientes cada vez que ejerces algún tipo de cautela antes de hacer otro movimiento.
-No pares por favor-resopla. Es tan guapo, con la desesperación adornando su rostro manchado de un rubor sexual, mueves lentamente tus caderas rozando su entrepierna, ambos aún se encuentran con ropa interior, el sudor empieza a correr y su mandíbula se afloja con cada contacto de tus pliegues húmedos entre la tela.
Un hombre tan frio y malvado quebrandose debajo de ti, penoso era la palabra correcta.
Te acercaste a su cuello dispuesta a morder y lamer toda esa piel maltratada y marcada por el pasado, concentrada en tu tarea mientras él se deshacía bajo el movimiento de tus caderas, entonces decides apiadarte y bajar sus boxers.
El aire frío acaricia la sensible piel de su miembro mientras su deseo palpita, devolviéndolo brevemente a la realidad antes de perderse de nuevo en la imagen de cómo deslizas tu ropa íntima por cada pierna. Sumergido en la embriaguez del momento, apenas nota tu mano firme sobre su pecho, pero el gesto es claro: debe permanecer justo donde está, de bajo ti.
Tus dulces labios hinchados y rojos se separan captando su atención borracha sobre tu rostro y no en tus pechos como estaba hace un segundo, lo tienes sobre la palma de tu mano, un control suave e indulgente llevándolo al borde del abismo. El peso de tus manos quema en sus pectorales con firmeza y sin dejar la tortura lo interrogas sobre si está seguro, si es esto lo que quiere. No importo sus esfuerzos para asentir o como pasaba la saliva de forma necesitada, abusabas de su impaciencia recorriendo tu centro sobre su polla fingiendo no entender.
-Mierda, por favor. Quiero sentirte-sus manos subieron a tus muslos cuando te elevaste y al fin lo dejaste entrar en tus paredes elásticas que se estaban tragando con esfuerzo cada centímetro. Un gemido lascivo arrastro tu nombre de su garganta, tan grave que podías jurar que espanto los pájaros de los árboles.
-Oh Obito, que grande eres-tu voz dulce se encontraba machada con un tono oscuro y exquisito. Su polla latía a punto de desbordarse en tu interior, tus movimientos lentos de atrás hacia adelante como si toda su extensión no te estuviera llevando más trabajo del que esperabas-¿Quieres más?-sus manos se apresuraron a tus antebrazos con descuidada fuerza, eso dejaría marca.
-Oh, por favor bonita-implora y lo dejas enterrarse completo en ti sufriendo un ligero temblor, sus ojos se ponen blancos a la vez que echa su cabeza hacia atrás, tus pliegues se abren alrededor de su punta mientras te deslizas sobre él con perspicacia. Es asombroso cómo lo tomas, un contraste absoluto con la lentitud provocadora de antes. En segundos, golpeas tu fondo y te arqueas con sutileza, estremeciéndote por la manera en que te llena, mientras él gime con la intensidad de quien ha sido atravesado por un filo invisible.
-J-joder, Dios-su poco vocabulario hablaba por sí solo, balbuceaba sin lograr las palabras y su pecho enloquecido, te mantenías tan húmeda y apretada que lo estabas ahogando.
Tu compas lo machacaba y no sacabas su nombre de tu boca mientras te saciabas destructoramente con cada centímetro prohibido de su polla palpitante, sus manos recorren tu cuerpo tratando tomar más de ti y mientras clavas tus uñas en su pecho para anclar tu ritmo violento, ansiosa por deshacer el manojo de nervios que se formó en tu vientre, empujándolo a tu punto preferido y estrangulando su polla en un deseo egoísta de tu propia liberación.
Su rostro te lo decía todo, Obito retenía su semilla tortuosamente, no le dabas un respiro, lo montabas aporreando el delicioso punto en tu interior que te hacia maullar y voltear los ojos. Sintiendo cada vena que lo trazaba tensándolo hasta la punta de sus pies, ante sus ojos una diosa lo estaba destruyendo y tu no escondías la sonrisa de satisfacción.
-Te voy... te voy a llenar con mi bebé-tu pequeña risa se mezcla con sus gemidos guturales, sus miradas conectan una vez más.
Incluso siendo doblegado el instinto de reproducción de un Uchiha sale a flote.
-Cariño, yo te lo estoy arrebatando-jadeas con diversión y hundes más tus caderas en el luego de un salto, la forma en que se contiene para no desparramarse mientras suelta el aire necesario rasposamente desde su garganta, esta resultándote muy entretenido.
La excitación arde en sus venas cada vez que tu piel choca contra la suya. Ahora está al borde, derrotado por la presión creciente que se concentra en la base de su miembro. Mechones oscuros se adhieren a su frente mientras te observa desde abajo, su ojo teñido de rojo girando frenéticamente, atrapándote a través del marco de sus pestañas.
-Aguanta un poco más niño bonito-arrullas entre los rebotes y golpeas ligeramente su mejilla con tu palma, las caderas de Obito se balancean hacia arriba y sus manos se precipitan a tus muslos una vez clavándose en ti como una estaca.
-Asi, yo... me ven... -Maullas, forzosamente acompañas tus saltos con sus penetraciones hasta la base, tus piernas tiemblan como si trataras de escapar de él. El gemido que brota de Obito, tan grave y poderoso vibra en tu interior deshaciendo al fin el nudo de la locura, sientes sus hilos calientes chocando tus barreras con violencia y tu propio mar de éxtasis lo ordeña quitándole cualquier rastro de conocimiento.
Te echas rendida en su pecho y sus fuertes brazos te rodean, sus gemidos antes poderosos se convierten en unos patéticos y agudos, sus caderas machacando ligeramente tu interior hasta que su carga deja de ser liberada.
-Mírate Obi, acabaste tanto-murmuraste intentando recuperar el aire, podías sentir como su esencia escapaba de ti a pesar de seguir llena de el-Llenándome como un hambriento-sacudiste ligeramente las caderas quitándole un gemido lastimero.
-Joder... supongo que si-soltó una carcajada, todavía recuperando el aliento.
Un silencio necesario se instaló mientras ambos recuperaban el aire, el atardecer dominaba la atmosfera del jardín perfecto que siempre cuidabas. Sus grandes y callosas manos acariciaban tu espalda baja negado a dejarte ir.
Estas mas allá de los límites del placer, esta es la tierra prometida. No, nunca te matara.
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